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Serie: cuadernos del lavado y el narcotráfico
Dámaso Jiménez
En Brasil
se desata la mayor guerra del
narcotráfico
I LA GUERRA
El monopolio del crimen lo tienen las bandas armadas
Criminalidad y narcotráfico los focos de desafío
para las autoridades
El Estado le declara la guerra al narcotráfico
La guerra llega hasta la frontera
Las bandas de narcotráfico más temidas de Brasil
-. El Comando Vermelho de Río
-.El PCC de Sao Paulo
-.La Familia del Norte
Las calles de Brasil son un infierno
La batalla por Río
Una amenaza: El Narcosur
La toma del poder
Las cárceles son los verdaderos centros operativos
estratégicos
¿Y quiénes pueden enfrentarlo?
Marcola, el Estado criminal en la visión de un solo
hombre
Un gran cartel en avanzada permanente
La visión empresarial y de poder del PCC
Casi un millón de asesinatos violentos en 18 años
Las víctimas de las balas perdidas
II
VIOLENCIA Y NARCOTRÁFICO DE
EXPORTACIÓN
La violencia comienza a ser exportada al Paraguay
Frontera violenta
Guerra entre las facciones
La revista Veja relaciona a Bolivia, Cuba y
Venezuela con el narcotráfico en Brasil
Brasil y Venezuela son los mayores distribuidores de
la cocaína colombiana
Red del narcotráfico entre Brasil, Honduras y
Venezuela
Colombia anunció la mayor captura de cocaína de su
historia
III
LAVADO DE DINERO
Ley Anticorrupción y lavado de dinero en Brasil
Brasil investiga presunto lavado de dinero en ventas
a Pdvsa
Brasil rastrea millonario lavado de empresas
venezolanas: “Conexión Venezuela
Odebrecht: símbolo de la corrupción en Brasil
Brasil
INFORME DE LA DEA MARZO 2017 / NARCOTRÁFICO Y LAVADO
DE DINERO
Overview VISIÓN DE CONJUNTO
O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir?
Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes.
O Globo: ¿Usted es del PRIMER COMANDO DE LA CAPITAL (PCC)?
Marcola: Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, esas cosas…
Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.
I LA GUERRA
El monopolio del crimen lo tienen las
bandas armadas
Brasil es uno de los países donde los carteles del
narcotráfico monopolizan una cruenta y sanguinaria
guerra entre bandas que cobra a diario cientos de
vidas.
No solo es el problema que suscitan las operaciones
propias del narcotráfico sino el estallido de
violencia y terror que se vive en las favelas de Río
de Janeiro, San Pablo y Bahía, donde las redes
criminales desafían la autoridad del poder del
Estado, al punto de convertirse en un poder paralelo
de bandas muy organizadas, fuertemente armadas, con
un poder corruptor que alcanza los cuerpos
policiales y militares, en la disputa por los
territorios y puntos de venta de drogas.
A diferencia con el conflicto del narcotráfico en
Colombia, México, Bolivia y Venezuela, en Brasil hay
una guerra. En las calles y en las cárceles, las dos
mayores bandas criminales de ese país, el Primer
Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho
(CV), se enfrentan salvajemente.
La masacre de 60 personas en la prisión Anísio
Jobim, en Manaos, hace parte de este conflicto, al
que se ha sumado, recientemente, un nuevo
protagonista: la Familia Do Norte. Pero quiénes son
estos carteles del narcotráfico que azotan a Brasil
y que han cometido atrocidades como
descuartizamientos y decapitaciones en las prisiones
brasileñas.
El Comando Vermelho fue la primera de ambas
bandas. Surgió de una alianza entre dirigentes de
izquierda, perseguidos por la dictadura, y
delincuentes comunes, que se encontraban recluidos
en la cárcel Cándido Méndes, en Río de Janeiro, y
que se unieron para hacerle frente a los excesos de
la Fuerza Pública. Sin embargo, a finales de los 70,
conforme se fue involucrando con actividades
delincuenciales, fue perdiendo su ideología, hasta
convertirse en una poderosa estructura criminal con
presencia más allá de los barrotes.
Pronto se fue haciendo con el control del
narcotráfico en ese país, entre otras, gracias a sus
vínculos con carteles colombianos. Uno de sus jefes,
Luiz Fernando da Costa, alias Fernandinho Beira-Mar,
fue capturado en Colombia en 2001.
El narcotráfico se expandió desde Río de Janeiro
hacia otras regiones. Pero a mediados de los 90,
varios de sus integrantes armaron rancho aparte y
fundaron dos estructuras, hoy enemigas del Comando
Vermelho, son ellos los Amigos dos Amigos y el
Tercer Comando. Ambas entraron a disputarle al
Comando Vermelho el control de Río de Janeiro. Para
ese momento, el PCC y el CV eran aliados.
El Primer Comando de la Capital (PCC) surgió en 1993
como una copia del Comando Vermelho (CV). El PCC al
igual que CV nació igualmente en una prisión, la de
Taubaté, en San pablo. Surgió como un grupo de
autodefensa tras la masacre de Carandirú, en la que
miembros de la Policía Militar acabaron con la vida
de 111 reclusos de este centro penitenciario, ya
clausurado. En 2001 dio el salto a la fama al
protagonizar una protesta sin precedentes con
motines en 29 prisiones.
En 2006 se superó a sí misma y ese año fueron 70 los
centros penitenciarios afectados. Fueron noticia de
primera plana internacional. Sus líderes fueron
entrevistados por grandes medios y dieron a conocer
su ideología sanguinaria.
Sin embargo durante todos esos años el PCC se fue
expandiendo, siempre a la sombra del CV, pero en
2006 decidió romper con la banda organizada más
antigua del narcotráfico e iniciar una guerra
despiadada en las favelas de la ciudad de Río.
Ha sido una guerra sin precedentes que aún no ha
culminado y a la que se les han unido otras
organizaciones criminales como la Familia del Norte
(FDN) apoyando al CV. El FDN es un cartel que ha
adquirido notoriedad al convertirse en el amo y
señor del tráfico de drogas en Amazonas, una región
clave debido a su condición de frontera con Colombia
y Venezuela.
Esta guerra ha llevado a masacres en varios centros
penitenciarios, como la de octubre pasado, cuando 25
personas murieron durante motines en Roraima y
Rondonia. Y ahora la FDN es protagonista del
asesinato de 60 personas en Manaos. Una matanza sin
precedentes que puede volverse a desencadenar en
cualquier momento.
Criminalidad y narcotráfico los focos de
desafío para las autoridades
Las grandes ciudades de Brasil están rodeadas de
populosos barrios pobres que se encuentran bajo el
dominio de organizaciones armadas, cuya principal
fuente de dinero, actividad y motivo de existencia
es el narcotráfico. Las bandas luchan entre sí para
imponer su poder territorial en áreas fuera del
control de la policía.
En las principales ciudades, San Pablo y Río, hay
cientos de favelas impenetrables en las que se
esconden estos poderosos narcotraficantes.
En Río de Janeiro se encuentra “Rocinha” la favela
más grande y notoria del crimen. En sus humildes
viviendas habitan alrededor de 200 mil personas,
víctimas y testigos de las acciones más infernales
de estas implacables bandas criminales, militarmente
organizadas, con leyes propias y dominio total de la
comunidad. Las leyes del Estado no rigen estas
comunidades.
Entre el 2016 y 2017 fuertes estallidos de violencia
sacudieron al estado de San Pablo, con saldo de dos
centenares de muertos. La mayoría de estas batallas
sangrientas fueron organizadas por el PCC, la mayor
organización criminal de Brasil, que recibe órdenes
de los pranes más poderosos que operan en las
cárceles del estado más rico del país.
Río de Janeiro sufrió ataques a flotas de transporte
público y tiroteos en barrios céntricos de la
ciudad, que dejaron como saldo un importante número
de muertos ante la impotencia de los cuerpos
policiales y militares infiltrados por estas bandas.
La corrupción de las policías es otra de las
evidencias de corrosión del poder estatal en el
retroceso de la legalidad e inseguridad ciudadana.
La crisis de seguridad en Río, que traspasó los
morros para llegar al centro de la ciudad, deja muy
poco margen de maniobra para estas acciones
catalogadas de terroristas por el expresidente Luiz
Inacio Lula Da Silva.
Ante la emergencia las acciones fueron tomadas por
las tropas federales de la Fuerza Nacional de
Seguridad, para sofocar los enfrentamientos armados
y restablecer la normalidad en las calles. Se trata
de un cuerpo de elite integrado por más de 7000
hombres que fueron entrenados especialmente para
luchar contra el crimen organizado.
La criminalidad y el narcotráfico son los
principales desafíos para el gobierno del presidente
Lula, toda vez que estas organizaciones criminales
han vuelto a demostrar que tienen tanto poder como
el Estado brasileño, que manejan zonas urbanas
estratégicas y que están en condiciones de resistir
militarmente.
El narcotráfico es hoy, sin dudas, el mayor desafío
para la seguridad pública de nuestro vecino país.
Pero debe alertarse que constituye, además, una
amenaza de escala regional porque las causas y
consecuencias del problema brasileño se encuentran
también en muchas ciudades latinoamericanas, en las
que el narcotráfico medra en la marginación y faltas
de expectativas de las poblaciones. Y ello exige
respuestas coordinadas e integrales, y una lucha
frontal contra la impunidad.
El Estado le declara la guerra al
narcotráfico
El presidente de Brasil, Michel Temer, ordenó que
las Fuerzas Armadas actúen en la favela Rocinha, de
Río de Janeiro, ante la impotencia de la policía
frente a los narcotraficantes, luego varios días
de combates que causaron pánico en la población.
El ministro de Defensa, Raúl Jungamann, informó a
través de las redes sociales fueron movilizados 950
efectivos militares apostados en los alrededores de
la enorme favela brasileña, Rocinha.
Esa favela, que tiene una población estimada en más
de 100 mil habitantes y está en el sur carioca,
también iba a recibir a 10 carros blindados de las
Fuerzas Armadas. La orden de desplegar a los
militares fue anunciada poco después del pedido
formulado por el gobernador de Rio, Luiz Fernando
Pezao.
"No vamos a retroceder, estamos en el quinto día de
operativos, ayer descubrimos una gran cantidad de
armas y drogas", declaró el gobernador Pezao.
La lucha contra el narcotráfico y el crimen
organizado no son temas que se restrinjan a Rio de
Janeiro son asuntos que también competen al gobierno
"nacional", agregó Pezao.
Inmediatamente fue reactivado un gabinete de crisis
en el que también participaron autoridades federales
y del Comando Militar del Este.
Loa Violentos choques se registraron en Rocinha
luego de 4 días de intenso fuego, mientras la gran
parte población permanecía guarecida en sus casas.
Las escuelas de Rocinha fueron cerradas
completando una semana sin clases que afectaron a
unos 2.400 niños y adolescentes, a los que se
sumaron 1.600 jóvenes de otras favelas en las que
hoy tampoco hubo actividad.
Todos los puestos de salud permanecieron cerrados y
pocas personas circulaban por las calles de la
comunidad este viernes.
Un colectivo fue incendiado por los narcos hoy por
la mañana cuando también se colocaron barricadas
para obstruir el paso de los vehículos blindados del
Batallón de Operaciones Especiales de la Policía
(BOPE).
Vehículos con decenas de perforaciones de
proyectiles estaban estacionados en las calles
internas, algunas muy estrechas, de Rocinha.
Impactos de proyectiles de guerra también se
observaban en viviendas y comercios. Los
enfrentamientos comenzaron con choques entre
facciones de una misma organización delictiva en
guerra para conquistar la hegemonía en Rocinha y
varios puntos de venta de drogas allí establecidos.
El primer día fue tan intensa la balacera que
impidió que un grupo de jóvenes saliera de sus casas
para rendir el examen de ingreso de la universidad
que se realizó durante esos días.
Ese cuadro de guerra de baja intensidad urbana
perduró por más de 4 días. Hasta el tránsito fue
bloqueado en el túnel Zuzú Angel y avenidas
próximas, lo que causó embotellamientos.
El conflicto armado ha crecido en intensidad en los
últimos meses agravado por la crisis en las Unidades
de la Policía Pacificadora (UPP) que se
establecieron hace una década en varias favelas.
La crisis económica hizo que se reduzcan los fondos
para las UPPs, se retrasara el pago de los salarios
policiales y,paralelamente, retomen sus posiciones
los grupos como el Comando Vermelho y Amigos de los
Amigos.
Este viernes el Batallón de Choque de la Policía
Militarizada continuaba avocado a la búsqueda de uno
de los jefes del narco en la Rocinha, alias Rogerio
157.
Esas crisis no son las únicas: también hay problemas
entre las fuerzas de seguridad provinciales y las
Fuerzas Armadas, tensión que fue reconocida por
fuentes del gobierno.
Y persiste el descontento entre las Fuerzas Armadas
y el Ministerio de Defensa debido al atraso en el
envío de las partidas para financiar la custodia
militar en Rio de Janeiro.
En rigor fue por ese motivo que este fin de semana
la policía carioca ingresó a la Rocinha sin contar
con el apoyo de los militares.
La guerra llega hasta la frontera
La Fuerza Aérea Brasileña se atrevió a lanzar un
megaoperativo con el fin de controlar las bandas
armadas contra el narcotráfico
Aeronaves de caza prontos para despegar y vigilar
las fronteras. Todo parece indicar que
verdaderamente Brasil le declaró la guerra al
narcotráfico a través del denominado “Operativo
Ostium” y que permitirá a los pilotos de guerra
abatir a los aviones sospechosos que no respeten las
órdenes de aterrizaje forzoso.
El objetivo de este megaoperativo -que tiene a
la Fuerza Aérea Brasileña como protagonista- será
controlar más de 8.5 millones de kilómetros de
frontera y se prolongará durante todo este año.
Es que el tráfico de drogas en las fronteras de
Brasil tanto con países como Paraguay y Bolivia en
los últimos años ha recrudecido y estas zonas se han
visto ampliamente vulneradas.
Las ciudades donde este operativo será efectivo
están localizados en los departamentos de Mato
Grosso do Sul (epicentro en Dourados), Paraná y
Santa Catarina.
“Estamos tratando de llevar a cero el índice ilegal
a través del aire en una vasta zona fronteriza”,
dijo el jefe del Estado Mayor de Operaciones
Aeroespaciales conjunto de comandos (Comae),
teniente general Ricardo Cesar Aire Mangrich.
Por su parte, el teniente coronel Sandro Bernardon
explicó que “el sistema de control aéreo va a contar
un apoyo terrestre especialmente montado para estos
vuelos de vigilancia y eventual ataque”, indica
la Agencia ANSA.
Al mismo tiempo, señaló que en Dourados, donde está
una de las bases del operativo, “se instaló una
antena especial para recibir las imágenes de las
aeronaves no tripuladas y que sean enviadas en
tiempo real a Brasilia”.
Las bandas de narcotráfico más temidas
de Brasil
Las celebraciones de año nuevo del 2017 se vieron
teñidas de rojo luego que el 2 de enero se conociera
un motín en el interior del Complejo Penitenciario
Anisio Jobim (Compaj).
En el penal ubicado en Manaos, localidad amazónica,
se registraron disturbios en los que murieron
decapitados unos 60 internos debido a un ajuste de
cuentas entre las bandas de narcotráfico, Familia
del Norte (FDN) y el Primer Comando de la Capital
(PCC).
Pero todo estaba lejos de terminar, cuatro días
después otro motín se tomó el presidio Desembargador
Raimundo Vidal Pessoa, cuyo resultado fue la
ejecución de 33 internos de la cárcel ubicada en el
norte de Brasil. Esta vez la masacre se produjo por
un presunto ajuste interno entre integrantes del
PCC.
Las sumas indican que durante los seis primeros días
de 2017 se registraron al menos unos 93 asesinatos.
Tres motines en total con el incidente ocurrido en
el presidio de Alcaçuz, la mayor de las cárceles del
estado de Rio Grande del Norte. Esta revuelta dejó
unos 26 muertos, según el último reporte entregado
por la policía de Brasil.
Los tres episodios forman parte de una sangrienta
lucha por el control del narcotráfico en las
cárceles del país. El Comando Vermelho, el Primer
Comando de la Capital y la nueva Familia del Norte
encabezan la lista de las organizaciones delictuales
que mueven el negocio del narcotráfico. ¿De donde
vienen estas bandas criminales? ¿Desde hace cuanto
se enfrentan? ¿Quiénes son sus aliados?
El Comando Vermelho de Río
El segundo cartel de drogas de Brasil y el más
poderoso de Río de Janeiro, nació en lo que ahora es
un paraíso natural y destino turístico: Isla Grande,
localidad que en su tiempo era considerado como un
infierno en la tierra. Desde 1886 hasta 1993, la
isla situada frente a las costas de Río albergaba
una de las prisiones más inhumanas del mundo, donde
encallaban los peores reclusos de la ciudad.
Sus primeros prisioneros fueron criminales o
enfermos llegados desde Europa y África, pero con el
pasar del tiempo su población penal fue cambiando
hasta que la cárcel se convirtió en calabozo de
presos políticos ilustres, opositores de la
dictadura de Castelo Blanco, guerrilleros,
delincuentes comunes, asesinos y violadores de la
ciudad costera.
En esa convivencia fue como en 1979 germinó la
semilla del Comando Vermelho bajo el lema “Paz,
Justicia y Libertad”. En sus inicios, los fundadores
de una de las facciones más peligrosas de Brasil
compartían su espacio con detenidos políticos, razón
por la cual los padres del Comando se interesaron
por los métodos de sus colegas de celda politizados.
Intercambio que motivó a muchos de los jefes a salir
o fugarse del presidio, mientras la organización
crecía tanto dentro, como fuera de las celdas.
Fue así como el Comando pronto se profesionalizó en
el asalto a bancos y secuestros de empresarios y
personalidades, actividad que fue decayendo con los
años por su alta peligrosidad. Centrada hoy en el
narcotráfico, la banda se ha convertido en
"protectores" de jóvenes en las favelas.
En 1990, el 90% de las favelas de Río de Janeiro
pertenecían al Comando, según el libro Comando
Vermelho. La historia secreta del crimen organizado,
de Carlos Amorim. Pero casi desde su fundación su
hegemonía está amenazada por las luchas de
territorio con sus enemigos, Tercer Comando Puro y
Amigos de Amigos, fruto de disidencias y traiciones
dentro del propio Comando.
Hoy su principal enemigo es el Primer Comando
de Capital, la mayor facción de Brasil, asentada
sobre todo en São Paulo.
El PCC de Sao Paulo
El lema "Paz, Justicia y Libertad" se veía
escrito con cal en una cancha de fútbol de tierra de
la cárcel de Carandirú, en San Pablo. Con estas tres
palabras el Primer Comando de la Capital se presentó
ante la población brasileña el 18 de febrero de
2001. Pero el mensaje no era de ellos: inspirados en
el Comando Vermelho surge el PCC.
Esta fecha marcó la mayor rebelión de la historia
del sistema penitenciario brasileño: el PCC puso en
marcha motines simultáneos en 19 cárceles del
Estado, en una acción conjunta en la que
participaron más de 25.000 reos. Con ello se puso de
manifiesto la existencia de un poder de organización
inédito en el mundo del crimen en Brasil. Casi 16
años después, el PCC, organizado y operativo, se ha
consolidado como la mayor banda criminal brasileña,
presente en todos los Estados, dentro y fuera de los
presidios, y con fuertes conexiones internacionales.
La mentalidad empresarial del grupo hizo que
alcanzase una facturación anual estimada en más de
200 millones de reales (unos 41 mil millones de
pesos chilenos), a través de sistemas de blanqueo de
capitales en bancos chinos y estadounidenses.
Su ambición expansionista y la búsqueda del poder
absoluto en el mercado de las drogas y de las rutas
internacionales de narcotráfico, la ha hecho
enfrentarse a otras facciones delictuales como la
FDN, quienes se han opuesto al reclutamiento de
integrantes por parte del PCC en las Amazonas, lugar
donde ocurrieron los tres últimos asaltos en
cárceles brasileñas.
El tráfico internacional es una de las apuestas del
PCC. “La droga se envía dentro de contenedores desde
el puerto de Santos, en São Paulo, con destino a
puertos poco controlados en África, Italia o
Portugal”, afirmó al medio El País de España, el
fiscal Lincoln Gakiya, del Grupo de Actuación
Especial contra el Crimen Organizado (Gaeco) de la
Fiscalía de São Paulo. Gakiya añadió que la
organización paulista actúa en colaboración con
grupos criminales extranjeros en esta tarea, tales
como “las mafias italianas, la napolitana Camorra y
la Ndrangheta calabresa, además de grupos
organizados en África”.
Gracias a los traslados de sus integrantes a penales
vecinos, sus métodos se propagaron entre la
población reclusa del país. Además de ampliar su
número de participantes, el PCC firmó alianzas con
otros grupos, como el Primer Comando de Maranhão y
el Primer Grupo Catarinense, entre otros. En Río,
hasta finales del año pasado, el socio de la facción
paulista era el iniciador Comando Vermelho, relación
que hoy se encuentra en máxima tensión.
La Familia del Norte
El PCC y el Comando llegaron hace años a un pacto de
no agresión el que ahora se encuentra quebrado, tras
la irrupción de la FDN. Si bien han pasado años de
relativa calma en los penales y en las calles
brasileñas, los últimos episodios en el norte del
país, lugar estratégico para el tráfico de drogas,
hacen recordar lo sucedido en mayo de 2006, cuando
São Paulo se paralizó de terror luego que el PCC
matara a más de 170 personas en las calles de la
capital garota.
Tres líderes del PCC fueron decapitados brutalmente
entre junio y julio el año 2015 dentro de las
cárceles Manaos. Hecho que dio inicio a una serie de
matanzas que se conoció en la zona como el
"sangriento fin de semana". Entre la tarde del
viernes 17 de julio y la mañana del lunes 20, se
registraron unos 38 homicidios en las calles de la
capital del Amazonas, la mayoría de ellos
presuntamente vinculadas con el PCC y otros grupos
criminales.
Según los peritajes realizados por la policía de
Brasil, el hecho habría ocurrido dada las
instrucciones de uno de los fundadores de la Familia
del Norte, grupo aliado del Comando Vermelho, que
habría desatado su ira luego que el PCC quisiera
reclutar a nuevos miembros sin su aprobación. Pero
el fondo iría más allá, según los expertos, los
asesinatos ordenados por Barbosa, su máximo líder,
en junio de 2015 se debe a la ruptura de la alianza
entre el PCC y el CV.
Si bien no existe una fecha clara de cuándo se fundó
la organización criminal, su origen se asocia como
una respuesta al control ejercido por el PCC en las
Amazonas, pugna que traería enfrentamientos entre el
PCC y el CV, principal aliado de la Familia, quienes
han protagonizado los últimos tres asaltos cometidos
en Brasil en lo que va del año.
Las calles de Brasil son un infierno
El Primer Comando de la Capital dinamitó hace meses
las reglas del narcotráfico en Brasil. Lo hizo a lo
grande, asesinando con fusiles antiaéreos al "Rey de
la Frontera" en el límite con Paraguay durante una
espectacular emboscada que le dio las llaves del
sur.
Ahora trata de imponerse en el norte, pero no hay
sitio para todos los que quieren controlar el
negocio de la droga en el segundo país con más
consumidores de cocaína del mundo.
El guerra entre el poderoso PCC de Sao Paulo y el CV
de Río de Janeiro, las dos principales bandas del
crimen organizado en Brasil, ha dejado muchos
cuerpos tirados en la calle, algunos decapitados y
desmembrados. Las calles de las favelas de Brasil
son un infierno. Sin contar que esto es un apéndice
de la guerra que sostienen las mismas mafias en losd
espacios originales en las cárceles de Amazonas y
Roraima.
Reseña el diario O Estado de Sao Paulo que las otras
25 bandas que viven del narcotráfico en Brasil deben
tomar partido entre uno y otro cartel, mientras
afuera la violencia y la guerra sangrienta redefine
la correlación de fuerzas del poder de estas bandas
casi a diario.
La Familia do Norte FDN es la tercera facción más
poderosa del país aliada al CV contra el PCC.
"El Comando Vermelho utilizaba las rutas del sur que
ahora comanda el PCC y tuvo que buscar soluciones en
el norte. Allí se unió con la FDN para hacer una
ruta alternativa al PCC, que lo que quiere es
dominar todo Brasil", explicó el fiscal Marcio
Sergio Christino, especialista en crimen organizado.
La más influyente de las facciones brasileñas hace
tiempo dejó de ser una banda de presidiarios que
exigía mejoras en las hacinadas cárceles del estado
paulista. El PCC nació en los años 90 y ahora tiene
más de 20 mil participantes que entendieron que su
poder puede ser mucho más rentable al otro lado de
las rejas. Se manejan como una corporación
capitalista, pero sus principales capos actúan como
políticos al frente de organizaciones del terror.
El PCC no solo es dueño de rutas y negocios del
narcotráfico, la facción que dirige Marcos Willians
Herbas Camacho, alias "Marcola" -encarcelado desde
1999- también posee compañías de autobús, modestos
equipos de fútbol en Sao Paulo e incluso una
refinería de petróleo clandestina, según las
investigaciones.
Las superpobladas y denigrantes cárceles brasileñas
son, además, caldo de cultivo para estos grupos
criminales.
"El PCC es una organización muy sólida, jerárquica,
con reglas muy definidas y una división clara de
tareas y funciones", explicó Sergio Adorno,
coordinador del Núcleo de Estudios de la Violencia
de la Universidad de Sao Paulo.
La batalla por Río
En las décadas de 1980 y 1990 el negocio en Río
estaba en manos del Comando Vermelho, la facción
criminal organizada más antigua de Brasil, nacida a
fines de la década de 1970. De los robos a bancos y
secuestros derivó al narcotráfico, que controló
durante años.
El Comando Vermelho creció aprovechando el "boom"
del consumo de cocaína en el país, reinvirtiendo sus
ganancias y diversificándose a otros rubros como el
tráfico de armas.
Pero ya no es lo que era. A diferencia del PCC
paulista, el CV no es tan organizado ni tiene una
vocación hegemónica, sostiene el procurador de
Justicia de la fiscalía carioca, Alexander Araujo.
Más allá del asesinato del narcotraficante Jorge
Rafaat, el "Rey de la Frontera", este fiscal
considera que el origen de la actual guerra entre el
PCC y el CV comenzó cuando grupos menores de Río se
unieron a los paulistas facilitándoles el acceso a
enclaves tan emblemáticos como la favela de Rocinha,
la mayor de Brasil.
Así, el PCC se unió a los Amigos dos Amigos (ADA) o
el Terceiro Comando Puro (TCP), ambos disidentes del
CV.
Y lo mismo ocurrió en el sentido opuesto en otras
regiones de Brasil, como la amistad del Comando
Vermelho con el Primeiro Grupo Catarinense del
sureño estado de Santa Catarina o la ahora famosa
Familia do Norte del Amazonas.
Una amenaza: El Narcosur
Como parte de las redes de narcotráfico, las
facciones criminales no son un problema sólo de
Brasil. Con 17 mil kilómetros de fronteras, en
algunos trechos muy porosos, el mayor país de
América Latina es un punto clave en el comercio
mundial de la droga.
"El PCC consiguió ser el primer cartel brasileño de
tráfico internacional, el Narcosur, que envuelve
Bolivia, Paraguay y Brasil”, afirmó el fiscal
Christino.
Desde los grandes centros productores de cocaína -
Colombia, Bolivia y Perú, todos fronterizos con
Brasil- el gigante sudamericano es un enorme
corredor terrestre para los envíos de droga hacia
Europa, con escala en África.
Algunos investigadores señalan que los grupos
brasileños ya buscan acercarse a los capos del narco
en Colombia con la ventaja de ofrecer una de las
rutas más importantes del tráfico internacional de
drogas.
Pero antes tienen que ganar la guerra en casa.
La toma del poder
Ya desde 1993 un grupo de presos confinados en el
anexo de la prisión de Taubaté, en el interior del
Estado de São Paulo, gestaban la fundación de una
banda criminal al estilo del Comando Vermelho (CV),
grupo carioca fundado en los años 1970.
Los expertos indican que la matanza de
Carandiru (acaecida en 1992 en São Paulo y en la que
los policías asesinaron a 111 reclusos) y los
consecuentes malos tratos sufridos dentro del
sistema carcelario, fueron el detonante para que se
fundara el grupo.
“111 presos fueron cobardemente asesinados, masacre
que jamás será olvidada en la conciencia de la
sociedad brasileña (...) porque nosotros, el Comando
PCC, vamos a cambiar la práctica carcelaria,
inhumana, repleta de injusticias, opresión, torturas
y carnicerías en las prisiones”, reza uno de los
artículos de los estatutos del grupo.
La organización fue creciendo conforme aumentaba el
número de incorporaciones de nuevos reclutas
llevadas a cabo en cárceles hacinadas donde antes
imperaba la ley del más fuerte. Uno de los artículos
de los estatutos dice que “el Partido”, como también
se le conoce al PCC, no admite atracos, violaciones
ni extorsiones dentro del Sistema penitenciario”.
Además, la organización montó un sistema de amparo
para los reos, que incluso prevé el pago de abogados
y una ayuda financiera a los familiares. Este seguro
paralelo lo sufragan los integrantes, quienes, en
libertad, tenían que contribuir con aportaciones de
dinero para garantizar el bienestar de
los hermanos[término usado por los integrantes de la
facción para referirse a su colegas] presos. La
cuantía puede ascender a 800 reales [235 euros],
dependiendo de la actividad desempeñada en la calle
(robo o tráfico).
En 2006 se produjo una nueva demostración de fuerza
del grupo. Descontentos por el traslado de cientos
de presos, entre ellos Marcos Willians Herba Camacho
(alias Marcola, el principal líder de la
organización), el PCC organizó una serie de motines
y asesinatos contra objetivos del Estado brasileño:
policías, enfermeros, médicos…. La acción paralizó
literalmente São Paulo.
Sin rivales de peso en su reducto paulista y
ofreciendo beneficios y una alternativa a la ley de
la selva que imperaba antes, el PCC conquistó sin
mucho esfuerzo el monopolio del tráfico de drogas y
del crimen organizado en el Estado más grande y rico
del país.
En las periferias del Estado, hasta entonces bañadas
de sangre, el grupo prohibió los asesinatos sin su
consentimiento. El resultado de esta medida, vista
por muchos especialistas como la principal
responsable del descenso de los homicidios en Sao
Paulo, provocó la creación de los “tribunales del
crimen”. Disputas que antes se resolvían
invariablemente a base de balas, ahora eran juzgadas
por miembros del PCC en un tribunal al margen de
cualquier ley que no sea la suya propia; y la
sentencia, la mayoría de las veces, dejó de ser la
muerte. Pero la lógica por detrás de este mecanismo
no es humanitaria: con la disminución de las muertes
en las periferias, la policía presiona menos a los
traficantes, que se ven libres para llevar a cabo
sus negocios en los puntos de venta de droga.
La expansión hacia otros Estados fue el salto
natural: gracias a los traslados a penales vecinos,
su ideología se propagó entre la población reclusa
del país. Además de ampliar su número de
integrantes, el PCC firmó alianzas con otros grupos,
como el Primeiro Comando do Maranhão y el Primeiro
Grupo Catarinense, entre otros. En Río, hasta
finales del año pasado, el socio de la facción
paulista era el Comando Vermelho. Ahora la guerra a
tres bandas puede traer fatales e imprevisibles
consecuencias al país.
Las cárceles son los verdaderos centros
operativos estratégicos
El estado de Sao Paulo está evaluando trasladar a
prisiones federales a cuatro líderes de la banda de
narcotraficantes más poderosa de Brasil y endurecer
las condiciones de confinamiento de 12 presos
ligados a la droga, luego de la más sangrienta ola
de violencia carcelaria a principios del 2017.
Según el periódico O Estado de Sao Paulo, el
gobierno está analizando la posibilidad de
solicitarle a las autoridades federales que pongan
bajo un estricto régimen disciplinario durante un
año a 12 líderes de la banda Primer Comando de la
Capital (PCC), la más poderosa de Brasil.
Uno de los presos sometidos a la medida
disciplinaria sería el líder del PCC Marco Herbas
Camacho, alias “Marcola”, agregó el diario.
Una portavoz del estado de Sao Paulo no respondió
inmediatamente a pedidos de comentarios.
La matanza de decenas de reclusos a manos de otros
prisioneros este mes en la revuelta más sangrienta
en décadas en Brasil expuso una escalada en la
disputa entre el PCC y la banda rival Comando
Vermelho, que amenaza con profundizar la violencia
en el caótico y hacinado sistema penitenciario de
Brasil.
Una falta generalizada de seguridad y un
cumplimiento muy laxo de las normas, que han llevado
a las autoridades a tolerar altas tasas de
homicidio, colocaron a Brasil como el cuarto país
del mundo con mayor cantidad de muertes de reclusos.
No es la primera vez que Brasil vive una guerra
sangrienta protagonizada por el PCC ni por Marcola,
quien ha instaurado su propio gobierno delictivo en
diferentes zonas de Sao Paulo.
En el año 2006, Marcos Williams Herbas Camacho,
alias Marcola, colocó a toda la ciudad de Sao Paulo
de rodillas, con tan solo un celular y el
convencimiento que como máximo líder del PCC, una
organización delictiva con más de 130 mil reclusos y
otros 10 mil en libertad, que es la cara de la
delincuencia salvaje, aunque cada día el PCC y
Marcola se ven como un Estado delictivo dentro del
otro Estado oficial, o un Estado cómplice de la
industria delictiva.
El PCC no solo prestaba seguridad, negociaba armas y
era el mayor distribuidor de drogas en los recintos
carcelarios, sino el ente controlador del negocio de
las busetas del transporte público en las regiones
más pobres y un departamento financiero para dar
créditos a las autoridades de la
organización. Marcola manejaba cerca de 40 millones
de dólares y había convertido la cárcel de Sao Paulo
en un hotel, en un bunker ejecutivo. Se jactaba de
haber leído más de 3 mil libros, entre sus favoritos
Dante y Sun Tzú, decía que en la miseria de las
favelas ya no había proletarios o infelices o
explotados. “Hay una tercera cosa creciendo allí
afuera, cultivada en el barro, educándose en el más
absoluto analfabetismo”.
¿Y quiénes pueden enfrentarlo?
Estas fueron las palabras de Marcola al Estado y la
sociedad en aquella crisis del 2006. Aún vive para
contarlo y sigue liderando la más poderosa
organización delictiva del Brasil:
“Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el
funcionario vacila, es despedido y colocado en el
microondas. Ustedes son el estado quebrado, dominado
por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles
de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos.
Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en
tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte.
Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien
armados Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos
en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen
la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin
piedad. Ustedes nos transformaron en ‟super stars‟
del crimen. Nosotros los tenemos de payasos.
Nosotros somos ayudados por la población de las
villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son
odiados. Nuestras armas y productos vienen de
afuera, somos ‟globales‟. Nosotros no nos olvidamos
de ustedes, son nuestros ‟clientes‟. Ustedes nos
olvidan cuando pasa el susto de la violencia que
provocamos. Como escribió el divino Dante:
Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el
infierno”, dijo el pran en una de sus últimas
entrevistas para la prensa.
Las cárceles brasileñas son centros operativos del
crimen. Son oficinas y hoteles 5 estrellas con
funcionarios del Estado resguardando por su
seguridad.
Alba Zaluar, antropóloga de la Universidad del
Estado de Río de Janeiro (UERJ), y coordinadora
durante años del grupo de investigación sobre
violencia y narcotráfico en las favelas cariocas,
señala que algunos presos llegan a hacer incluso
obras dentro de su celda. La situación es muy
caótica y la corrupción de los agentes
penitenciarios es enorme. Alega que el sistema
carcelario de Brasil está lleno de contradicciones:
or un lado los reprimen y por el otro los protegen.
Es un sistema excesivamente corrupto.
Cuando se genera una rebelión dentro de las cárceles
con muertos, la mayoría decapitados, el temido
cuerpo de asalto debe esperar hasta 48 horas para
poder ingresar a un centro penitenciario de esta
envergadura y retomar el control.
La explicación para semejante impotencia de los
cuerpos de seguridad de Estado es estremecedora.
Hace dos años, las puertas de las celdas fueron
arrancadas por los propios presos, que pasaron a
circular libremente por los pabellones. Su poder es
tan enorme que pueden impedir la entrada de agentes
fuertemente armados.
A pesar de que el ministro de Justicia Alexandre de
Moraes insista en que el sistema carcelario de
Brasil no está fuera de control, ha quedado patente
que los 622.202 presos que abarrotan las prisiones
del país tropical son los que realmente mandan
dentro de estos recintos.
“En las cárceles de Brasil ingresan teléfonos
móviles, una serie de productos de alimentación y de
higiene personal, y varios productos comerciales
como televisores o cerveza. Por supuesto entran
drogas y todo lo que entra tiene un precio. Hay
muchos agentes penitenciarios envueltos en este
mercado negro”, señala el profesor Gabriel Feltran,
investigador del Centro de Estudios da Metropole,
ligado a la Universidad de São Paulo (USP).
“Los grupos criminales que están entre rejas tienen
mucho poder. Por eso, el Gobierno se ve obligado a
negociar con ellos”, añade.
La rebelión en la cárcel de Alcaçuz, en Natal, es
tan solo el último episodio de la violencia
exacerbada que se está cebando con la población
carcelaria. Es un exterminio anunciado desde hace
meses por criminólogos y expertos, y que empezó el
primer día del año con un sangriento motín en dos
prisiones de Manaos (Amazonas). En tan sólo dos
semanas, las televisiones de Brasil han noticiado
cuatro motines: dos en el Estado de Amazonas, con 56
víctimas mortales y cuatro, respectivamente; uno en
Roraima (31 fallecidos) y este último en Río Grande
del Norte. En total, casi 120 muertes y varias
decenas de evasiones en diferentes Estados de la
federación.
La última matanza es otro capítulo de la guerra en
las prisiones para controlar la venta de cocaína
producida en Perú, la más rentable en los mercados.
Una guerra que "puede llegar a las calles".
El narcotráfico es el crimen que más personas envía
a la cárcel en Brasil. En Río hay 35.600 presos
frente a 29.000 plazas. De ahí el debate sobre la
despenalización: no hay espacio para tantos
reclusos.
El propio Gobierno ha reconocido públicamente su
incapacidad de lidiar con la situación. “No me
equivocaría al afirmar que hoy el mayor problema del
sistema penitenciario en la cuestión del crimen
organizado es la corrupción”, ha declarado el
ministro de Justicia a la prensa local.
En su opinión, el sistema penitenciario brasileño
atraviesa “una crisis crónica y aguda” que se
prolonga desde hace más de un siglo según los
expertos.
La situación es cada vez más preocupante luego de
la ruptura entre las dos principales facciones, el
Comando Vermelho (CV) y el Primeiro Comando da
Capital (PCC). Esto significa que todavía van a
producirse muchos conflictos armados y muchas
muertes en un futuro próximo”, advierte Zaluar.
“Todo lo que estamos viendo es una demostración de
poder. Estas matanzas son llevadas a cabo para
aterrorizar al adversario. Cuando se produce
semejante nivel de violencia, se trata de un recado
para la facción enemiga”, explica.
Brasil tiene el cuarto mayor sistema carcelario del
mundo, solo por detrás de Estados Unidos, China y
Rusia. Un reciente informe del Departamento
Penitenciario Nacional (Depen) revela que desde el
año 2000 se ha registrado un aumento exponencial de
los presos debido a la política estatal de lucha
antidrogas. La proporción es de 306 presos cada
100.000 habitantes, cuando la media mundial es de
144.
La tasa de ocupación es de hiper-hacinamiento con el
161%. Para equilibrar esta situación habría que
poner en libertad a unos 231.000 presos. Sin
embargo, en este sistema kafkiano muchos
reclusos acaban quedándose entre rejas incluso
después de haber cumplido su pena porque no tienen a
un abogado que pueda reclamar su libertad ante la
lentitud del sistema judiciario. Según datos del
Consejo Nacional de Justicia, esta situación
grotesca afecta a más de 45.000 presos. Algo
parecido acontece con las prisiones preventivas, que
en muchas ocasiones y por falta de asistencia
legal acaban transformándose en reclusiones a todos
los efectos, en contra de los principios más básicos
de un Estado de derecho.
“El sistema carcelario de Brasil es un sistema
fallido. Después de la masacre de Carandirú, en
1992, hubo una reforma muy profunda en el Estado de
Sao Paulo, que ha servido como modelo en todo el
país. El modelo paulista de seguridad pública, que
no contempla una verdadera política de
resocialización y está basado en mecanismos
punitivos, ha sido nacionalizado y exportado a otros
Estados de Brasil, sobre todo después de que el
secretario de seguridad de São Paulo [Alexandre de
Moraes] fue nombrado ministro de Justicia por
Temer”, señala Gabriel Feltran.
Para paliar esta situación, el Estado de Río de
Janeiro, que desde hace meses no consigue ni
siquiera pagar a tiempo los sueldos de policía y
agentes penitenciarios, está impulsando una medida
muy controvertida. Desde el pasado mes de noviembre,
los presos en régimen abierto o semiabierto podrán
comprar su propia tobillera electrónica para poder
salir de la cárcel. Los diputados locales que
aprobaron esta medida alegan que el Estado de Río no
tiene dinero ni para las tobilleras, ni para
mantener a tantos presos. Y eso a pesar de que cada
presidiario cuesta al sistema federal unos 15.851
reales por mes (4.586 euros), según datos del
Ministerio de Justicia.
Lo más curioso es que Spacecom, la empresa que
fabrica las tobilleras electrónicas, mantiene desde
hace meses un pulso con el Gobierno de Río, que no
está abonando las cuotas establecidas para controlar
a los presos a distancia. Por esta razón ha
suspendido su servicio. Esto significa que los
reclusos que consiguen adquirir uno de estos
dispositivos salen a la calle sin que nadie se
preocupe por fiscalizar sus movimientos y, mucho
menos, su comportamiento. “Esta cuestión presenta un
error en su origen, ya que la empresa está en otro
Estado [Paraná, Curitiba] y es privada. Tenemos un
ente privado que fiscaliza la ejecución de la pena,
lo que es totalmente ilegal”, destaca el juez André
Guilherme Freitas.
Marcola, el Estado criminal en la visión
de un solo hombre
Marcos Williams Herbas Camacho, alias Marcola o
Playboy, es una leyenda en el mundo del crimen
organizado de Sao Paulo, consolidándose como jefe de
la banda de narcotraficantes más grande del país, el
Primer Comando de la Capital (PCC). Marcola pasó de
ser un muchacho que robaba carteras y comida en las
calles, a un Snicht Nigga o el estratega que pone en
jaque violento no solo a los cuerpos policiales y
militares sino a todo el Estado.
En el libro “Lazos de Sangre, la historia secreta
del PCC” (Editorial Matrix 2017), del periodista
Claudio Tognolli y del Fiscal Marcio Christino , se
cuenta que Marcola llegó al comando facción después
de haber actuado como informador de la policía a
principio del año 2000, denunciando a dos líderes
del grupo que estaban por encima de él en la
jerarquía. En el mundo del crimen, este tipo de
traiciones puede ser cobrada con la muerte del
delator.
Según el libro, Marcola habría entregado a la
Policía los números de teléfono celular usados por
Dionisio César Leite, el Cesinha - amigo de infancia
del asaltante -, y José Márcio Felício, vulgo
Geleião, ambos fundadores y mayores líderes del
PCC. El actual líder de la facción habría
proporcionado la información con la ayuda de su
abogada Ana Olivatto (asesinada en octubre de 2002
supuestamente por su participación en el
esquema). Cesinha y Geleião, que ya estaban presos,
tuvieron sus líneas grapadas por las
autoridades. Con base en la escucha de las
conversaciones hechas por los delincuentes, el
fiscal logró ser transferido al Disciplinaria
Régimen Diferencial (RDD)en la Penitenciaría de
Presidente Bernardes, donde los detenidos están
aislados mayor parte del tiempo y tienen derecho a
sólo una hora del baño de sol por día. Así, el
comando de la organización criminal cayó en el
regazo de Marcola y Sandro Henrique da Silva Santos,
el Gulu - traficante que sería asesinado
posteriormente.
A diferencia de Cesinha y Geleião, Marcola no era un
miembro fundador del crimen de la fiesta. Cuando el
grupo comenzó a organizarse dentro del sistema
penitenciario en la Casa de Custodia de Taubaté,
conocida como Piranhão, él habría optado por
quedarse al margen del PCC para "dar apoyo" a los
que estuvieran detenidos. Para la época a finales de
la década de 1990, Marcola ya era un notorio
asaltante de bancos con un gusto por coches
modernos, relojes caros y ropa de marca - que le
valieron el apodo de Playboy. Más tarde, cuando vio
que sería ventajoso para unirse a la facción, que,
ya reconocido en el mundo del crimen, fue ascendido
a la categoría de piloto, un paso por debajo de los
fundadores de la jerarquía del grupo.
Señala el periodista Gil Alessi que la supuesta
colaboración de Marcola con las autoridades le valió
el comando, pero también lo ayudó el haber
desmantelado un esquema de centrales telefónicas, un
servicio de conexiones clandestinas creada para que
sus miembros pudieran hablar unos con otros dentro
de las cárceles.
Marcola fue llevado al Deic (Departamento del Estado
de Investigaciones Criminales de la Policía Civil,
en el barrio del Carandirú) pero fue él quien
suministró el número de las centrales telefónicas",
escriben los autores del libro. Cerca de 30
centrales al servicio de la facción fueron
desmanteladas gracias a las escuchas hechas,
supuestamente con el auxilio de Marcola. Su
colaboración con las autoridades, sin embargo, no
habría sido percibida por las comparsas: "Él regresó
al sistema penitenciario sin ningún perjuicio". Para
suerte de Marcola, su nombre no aparecía en los
grapas, relata el libro.
Sin plantas, la facción tuvo que reinventarse a sí
misma y comenzó a contratar a abogados que hicieron
la paloma de papel entre los líderes. Este grupo de
defensores al servicio del crimen, llamado "sintonía
de los corbatos", fue posteriormente desmantelado
por la operación Ethos, en 2016.
Bajo la dirección de Marcola el PCC terminó
convertida en una gran empresa centrada en el
tráfico y las actividades criminales más allá del
muro de las prisiones. Los criminales no trabajan de
forma individual sino que son absorbidos por esta
gran estructura. Con los presidios bajo control, el
foco pasó a ser la conquista de las calles. El nuevo
líder, también dejó de lado algunas tácticas más
agresivas emplazadas por la doble Cesinha-Geleião,
como los atentados a bomba (al menos cuatro acciones
del tipo fueron puestas en práctica por el PCC sin
éxito, una de ellas contra el Foro Criminal de la
Barra Funda.
Los dos jefes del PCC supuestamente traicionados por
Marcola tuvieron, respectivamente, un fin
melancólico y violento. En el año 2002, en el que se
casó con Marrua, Geleião incriminó a la comparsa y
llegó a testificar como testigo, y que no había
visto ninguna alternativa a no firmar un acuerdo de
delación premiada con las autoridades en 2002.
Resistiendo con las maniobras de Marcola, de
acusación en un proceso contra él. Su colaboración
ayudó a arrestar a todos los líderes de la facción
vinculados a Marcola que aún estaban en
libertad. Actualmente Geleião está en el único lugar
donde el Estado logra garantizar su integridad
física: aislado en un presidio federal de máxima
seguridad.
En el caso de Cesinha fue expulsado del grupo tras
ser acusado de mandar matar a Ana Olivato (ex
compañera y abogada de Marcola), algo imperdonable
por las reglas del PCC. Se convirtió en un paria
dentro de la facción, creó un nuevo grupo, el Tercer
Comando de la Capital. Fue asesinado en el interior
de la Penitenciaría 1 de Avaré, en agosto de 2006,
posiblemente a mando Marcola.
Después de ascender al liderazgo del PCC, el
vanidoso Marcola fue por más hasta convertirse en el
líder absoluto del PCC, sin embargo los autores del
libro señalan que su futuro es incierto: si por un
lado en el crimen la delación se paga con la vida,
existe una tendencia de los integrantes del grupo de
desacreditar las informaciones de Chrsitino y
Tognolli. De cualquier forma alcanzó esa imagen de
intocable rock star que nunca tuvo otro pran o capo
de banda alguna.
El fiscal de Justicia Marcio Christino del
Ministerio Público de Sao Paulo, fue quien tomó el
testimonio de José Márcio Felício, el Geleião,
fundador y líder de la facción que cayó en desgracia
y optó con colaborar con las autoridades. En
su libro Lazos de Sangre, La historia secreta de la
CPC (Editorial Matrix, 2017), tanto Christino y el
periodista Claudio Tognolli narran la denuncia de
otra cabeza de la organización Marcos Williams
Herbas Camacho de 49 años de edad, quien habría
proporcionado a las autoridades los números de
teléfono de Geleião y Dionisio César Leite, el
Cesinha, quienes acabaron aislados en el sistema
penitenciario.
Fue así como Marcola llegó a la cima de la facción.
Un gran cartel en avanzada permanente
En América del Sur no hay una organización criminal
mejor estructurada que el PCC, ya a nivel de los
carteles mexicanios.
La siguiente es una entrevista realizada por el
periodiosta Gil Alessi al Fiscal Marcio Christino,
autor del libros “Lazos de sangre”, sobre el alcance
y el peligro de una banda criminal como el PCC y su
líder Marcola.
Pregunta. ¿Cuáles impactos el hecho de que Marcola
haya delatado comparsas puede tener en la
organización?
Respuesta. Es imposible saber cuál es el impacto que
tendrá. Pero con certeza va a alcanzar esa imagen
que tiene hasta ahora todo el mundo, no sólo por
parte de los miembros desu organización, sino del
imaginario de la población, Marcola es un personaje
aparentemente intocable, una figura perfecta. Por el
contrario con su delación construyó un perfil mucho
más cerca de la realidad delincuencial y la forma en
que el PCC ha organizado y todos los mitos que
rodean a este tipo de facción.
P. En el mundo criminal que tipo de acusación se
castiga con la muerte. ¿Crees que Marcola corre
riesgo si los otros integrantes de la facción creen
en la información de que él delató?
R. Es imposible determinar. Él ya fue condenado como
líder de una organización criminal, él ahora tiene
sus opciones, le corresponde a él decidir si pide
protección y colabora más con la Justicia. De
cualquier forma, creo que el Estado está cumpliendo
sus funciones. Vamos esperar.
P. En el libro usted dice que Cesinha y Geleião, los
líderes que habrían sido delatadas por Marcola, eran
más violentos por sus prácticas terroristas. ¿Desde
el punto de vista de la Seguridad Pública fue mejor
que Marcola se convirtiera en líder de la facción?
R. En mi opinión, la organización criminal no es
beneficioso. De un modo u otro el conflicto siempre
se establecerá, lo que cambia es la forma de
conflicto que se manifiesta. No veo esa relación
entre ser maléfico o benéfico este o aquel
liderazgo. Es un enfrentamiento entre la Ley, el
Estado y una organización criminal. Y punto.
P. Sin embargo, para el Estado que es más fácil
luchar con una facción en confrontación abierta,
como el PCC que hizo ataques a la policía en 2006 o
el modus operandi más discreto vigente en la
actualidad?
R. Ni la una ni la otra. Porque todos los modos de
actuación tienen sus características y
estrategias. Para el Estado eso necesariamente y
obligatoriamente necesita ser indiferente. Su
trabajo es garantizar la seguridad de cualquier
forma, independientemente de la naturaleza de la
actividad delictiva. Sea ella más terrorista o menos
terrorista. El Estado debe luchar siempre.
P. ¿Cuál es el papel de la PCC en el comercio
mundial de las drogas? ¿Cree que la facción puede
llegar a ser poderosa como los carteles mexicanos?
R: Yo veo el PCC alcanzando un papel similar al de
las organizaciones mexicanas. Es una facción que
está en expansión, y no tenemos en América del Sur,
de Brasil para abajo, ninguna organización criminal
tan estructurada como el PCC. Ellos van a avanzar
mientras encuentren espacio. Más temprano que tarde
el PCC buscará a los vecinos, donde aún no tienen
presencia. Si hay espacio ellos lo ocuparán. No será
por enfrentamiento. Marcola se alía con cuadrillas
locales, las fortalece y gana el espacio
predominando sobre los otros grupos. Indirectamente
acabará controlando esa región si todo continúa como
está. Es posible que esto ocurra en los próximos
años.
P. Al comienzo del PCC, que se oponía sólo por el
Departamento de Administración
Penitenciaria. Después hubo una fase en que la
policía comenzó a actuar, a menudo cometiendo una
serie de excesos y violaciones. ¿Cuál es la mejor
estrategia para luchar contra el PCC: represión o
inteligencia?
R. La idea es, sin duda, a combinar la inteligencia
con la represión. Lo importante es que el Estado
tenga garantías de que la represión que se está
empleando dé resultados. No adelanta desarticular un
determinado brazo de la organización y permitir que
de dentro de la prisión este brazo siga activo. Es
decir, es necesario que usted tenga recursos y
opciones de aislamiento y control que puedan sofocar
esas organizaciones criminales. Entonces la
inteligencia y la represión son importantes, pero se
necesita eficacia en el aislamiento, y eso es algo
que la legislación necesita ofrecer.
P. ¿Cree que el aislamiento de Marcola otros líderes
criminales aquí y Sao Paulo sea defectuoso?
R. El aislamiento aquí nunca es absoluto, ya que
nuestra legislación no lo permite. Ella es muy
permisiva. El aislamiento de esos líderes no es tan
significativo que impida la administración de la
facción o la elaboración de una acción criminal,
porque aunque estén en el Régimen Disciplinario
Diferenciado, donde quedan en celda aislada, ellos
tienen contacto con otros presos durante el baño de
sol .Además, ellos tienen contacto con abogados de
una manera sin restricciones, derecho a la visita
... Y aún así el RDD aquí no es régimen de pena, es
castigo administrativo. Usted no puede mantener un
preso allí indeterminadamente: la estancia en el RDD
es transitoria, por regla general por seis meses
como máximo un año. En algunos casos puede haber una
prórroga. No tenemos medios para mantener un
liderazgo aislado por tiempo
significativo. Necesitamos instrumentos nuevos para
llegar a un resultado que impida esas
articulaciones.Entonces están aislados, sí, pero
nuestras leyes no permiten el aislamiento absoluto
que necesitamos.
P. Marcola no estaría aislado en una prisión
federal, donde se registran las conversaciones con
los abogados?
R. Puede ser.
P. ¿La fiscalía quería que cumpliera condena en el
sistema federal ...
R. Sí. La pregunta que esta clase de envío arrestado
en Brasil es una demanda es una acción, con las
virtudes y defectos. En Estados Unidos y México, es
una cuestión administrativa, el Estado puede
transferir sin mayores burocracias. Aquí no.
P. La impresión que da es que el Estado, a través
del Departamento de Administración Penitenciaria, no
tire de él.
R. No puedo decir, no tengo esa información.
P. Después de la operación Ethos, se desmanteló la
línea de las relaciones [Grupo del servicio CCP a
los abogados que recibía órdenes desde el interior
de las cárceles para los miembros lanzado]. ¿Se ha
reestructurado?
R. Esta es una cuestión que aún está siendo
investigado. Obviamente, van a tratar de
reestructurar de alguna manera. Pero eso todavía
necesita ser comprobado.
P. Pero con el actual esquema de cumplimiento de
condena y las conversaciones entre abogado y no
obligada a ser grabada, nada impide que a partir
ocurra de nuevo.
R. Nada detiene.
P. En los últimos años surgió un nuevo liderazgo de
la facción?
R. Que yo sepa, ya que no había esta
reestructuración con Marcola teniendo la
organización principal se mantuvo así. La cuestión
de la jerarquía en el PCC es muy dinámica, mucha
gente sube, mucha gente desciende, pero usted tiene
un núcleo de liderazgos que se han mantenido a lo
largo del tiempo. Esta dinámica no obedece a los
criterios de rigidez que estamos acostumbrados, tal
como usted ve en organizaciones muy
jerarquizadas. Hay una dinámica, un intercambio
muy Brazilianized sin una rigidez estructural. Es
más fluido que una organización criminal común.
P. ¿Hay alguna gran dirección del PCCh que todavía
está suelto?
R. Roger Jeremías Simone, también conocido como Gege
do Mangue, que fue puesto en libertad antes del
juicio y ahora está en la carrera. Probablemente
está fuera de Brasil, entre Paraguay y Bolivia,
aunque exista mandado de prisión expedido contra él.
La visión empresarial y de poder del PCC
El 18 de febrero de 2001 el Primeiro Comando da
Capital se presentó ante todo Brasil con la mayor
rebelión de la historia del sistema penitenciario.
La novel banda puso en marcha motines simultáneos en
19 cárceles del Estado. En esa acción conjunta
participaron más de 25.000 reos. Hubo cinco reclusos
muertos y se puso de manifiesto la existencia un
poder de organización inédito en el mundo del
crimen. Casi 17 años después el PCC es una
estructura organizada, disciplinada, operativa,
industrial, consolidada como la mayor banda criminal
del Brasil, presente en todos los estados de este
inmenso país amazónico, en las calles, las favelas y
las cárceles, con una red de distribución importante
y conexiones internacionales.
La mentalidad empresarial del grupo hizo que
alcanzase una facturación anual estimada de 200
millones de reales, unos 58,7 millones de euros, con
sofisticados sistemas de blanqueo de capitales en
bancos de China y Estados Unidos.
Pero su ambiciosa expansión buscando siempre el
dominio absoluto del mercado interno de drogas y
las rutas internacionales de narcotráfico en el
mayor país de Suramérica, se ha topado con otras
facciones importantes como la Familia del Norte
(FDN), que se ha opuesto al reclutamiento de
integrantes del PCC en Amazonas.
Para alcanzar la hegemonía absoluta en el país, la
banda ha trabajado para montar una red de contactos
y fortalecerse en puntos estratégicos de Brasil: en
el norte, el foco son los estados que hacen frontera
con países productores de cocaína, como Bolivia,
Perú y Colombia. En la región sur y centro-oeste,
los estados que hacen frontera con Paraguay,
dedicado únicamente a la producción de marihuana,
pero importante enclave para el narcotráfico en
Sudamérica. Es precisamente en Mato Grosso do Sul y
en Paraná, estados que hacen frontera con el país
vecino, donde la influencia del PCC es más fuerte
fuera de São Paulo. De la frontera con Paraguay la
banda importa alijos de droga para abastecer el
mercado interno en las regiones sureste y sur de
Brasil, y también para exportarla a Europa y África.
El tráfico internacional es una de las apuestas del
PCC.
La droga se envía dentro de contenedores desde el
puerto de Santos en São Paulo o Suape en Pernambuco
con destino a puertos poco controlados en África,
Italia o Portugal, según afirma el fiscal Lincoln
Gakiya, del Grupo de Actuación Especial contra el
Crimen Organizado (GAECO) de la Fiscalía de São
Paulo.
Gakiya añade que la organización paulista actúa en
colaboración con grupos criminales extranjeros en
esta tarea, como las mafias italianas, la
napolitana Camorra y la Ndrangheta calabresa, además
de grupos organizados en África.
El fiscal Gakiya afirma que la droga comprada en
Perú, Colombia y Bolivia es más pura que la obtenida
en Paraguay, y consecuentemente “alcanza un precio
mejor y tiene más aceptación en el mercado europeo”.
Mientras que la cocaína paraguaya se disuelve antes
de venderla, la que proviene de estos países todavía
puede cortarse hasta cuatro veces para maximizar los
beneficios, lo que explica la disputa por el control
de la zona.
Mucho antes de la megarrebelión de 2001 organizada
por el PCC en São Paulo, las autoridades ya sabían
que algo estaba pasando dentro del sistema
penitenciario. La delincuencia organizada tomó
abiertamente su parte en el poder.
Casi un millón de asesinatos violentos
en 18 años
La guerra por el narcotráfico en Brasil ha mostrado
toda su crudeza. Se estima que ya haya superado el
millón de muertes violentas en los últimos 18 años,
en su mayoría jóvenes negros. Brasil es el país
donde más se mata en el mundo en lo que va del siglo
XXI, más que en la guerra de Siria o de Irak, con
143 víctimas por día, una cada diez minutos.
Las cifras del informe "A guerra do Brasil"
presentadas en el 2015 son contundentes. El
documental presentado por el diario O Globo logró
desgranar los números de la violencia en el país
desde 2001 y los compara con conflictos bélicos
internacionales para situarlos en su auténtica
dimensión.
Entre 2001 y 2015, de acuerdo con el documental, se
registraron en Brasil 786.870 homicidios —a los que
se suman otros 61.000 contabilizados por organismos
de Seguridad en 2016—, el 70% provocados por armas
de fuego y con víctimas que, mayoritariamente,
fueron jóvenes negros.
Las cifras superan a los 330.000 muertos de la
guerra de Siria y a los 268.000 del conflicto de
Irak, y equivalen a la población de ciudades como
Sevilla, Fráncfort o incluso a una Lisboa y media.
Un ejemplo más cercano: es como si hubieran
asesinado a la mitad de la población de Montevideo.
"Es como si Brasil sufriese un ataque de bomba
atómica por año. No podemos convivir con ese nivel
de violencia letal", alertó recientemente el
director del Forum Brasileño de Seguridad Pública,
Renato Sergio de Lima, cuando presentó las cifras de
violencia del año pasado, que dejaron un saldo
equivalente al provocado por la bomba nuclear
lanzada sobre Nagasaki en 1945.
La violencia no da tregua y se ceba especialmente en
los jóvenes negros —cerca de 450.000 en quince años—
, pero no perdona a los más indefensos, como los
1.300 menores de un año y los 28.400 ancianos
fallecidos entre 2001 y 2015.
El informe critica la incapacidad de los sucesivos
gobiernos para afrontar un problema que se ha
convertido ya en crónico y que sacude con especial
contundencia a los estados del norte y noreste del
país y a Río de Janeiro.
Río es "el retrato triste de la violencia en el
país", con 95.000 muertos en quince años, una media
de 17 homicidios por día y donde tres de cada cuatro
muertos han sido víctimas de armas de fuego. Esta
escalada de violencia responde a muchos factores,
desde la impunidad a la fragilidad de las
investigaciones y la falta de implicación del
Estado, explicó a EFE César Muñoz, de Human Rights
Watch en Brasil.
La actuación de la policía, si se mantiene en los
parámetros actuales, "en lugar de ser una solución
se ha convertido en parte de un problema", lamentó.
"Es fundamental la cooperación de la comunidad, que
las personas denuncien y que estén dispuestas a
declarar como testigos, que hablen con la policía,
pero la gente tiene miedo y es justificado porque
hemos visto un aumento extraordinario de la
letalidad policial", continúa.
Las instituciones tampoco están a la altura: "No hay
una respuesta adecuada e inteligente de las
autoridades", opina Muñoz, que considera que medidas
aprobadas recientemente en el Congreso, como la que
impide a la Justicia civil investigar la actuación
de las Fuerzas Armadas cuando hay víctimas,
constituyen "un gran retroceso, que viola los
estándares de derecho internacional".
"Es una medida que en lugar de fomentar la Justicia,
establece una justicia privilegiada para miembros de
las Fuerzas Armadas", sostiene.
A su juicio, Brasil "necesita un gran debate a nivel
nacional sobre seguridad pública" para tomar
consciencia de la dimensión del problema.
Entre 2001 y 2015 el país tuvo cuatro presidentes "y
ninguno enfrentó el problema de frente", denuncia
también el informe "A Guerra do Brasil".
La conclusión es desgarradora. En un país con 143
asesinatos por día, es decir uno cada diez minutos,
"alguien, en algún lugar del país fue asesinado
ahora, mientras estás viendo este video", dice el
documental de O Globo.
"En unos minutos más, la víctima será otra",
concluye el documental.
La crueldad y la falta de valores se vierte como
daño colateral del problema. Una facción que lucha
por el control de la droga ha difundido un vídeo en
el que muestra cómo dos jóvenes cavan la que será su
fosa antes de ser ejecutados y posteriormente
quemados. Todo ello entre risas.
Las duras imágenes, que se pueden ver más abajo con
algunos momentos pixelados por su crudeza, muestran
a un joven cavando. Según informan algunos medios
locales, se trata de un varón de 17 años. Junto a
él, su primo, de 22 años.
Según explica Infobae, el portal de noticias de
noticias de América desde Buenos Aires, el vídeo se
ha difundido a modo de venganza y, al mismo tiempo,
de advertencia para las facciones rivales. Todo ello
por el control del negocio de la droga en la zona de
Porto Alegre, en el sur de Brasil.
En el vídeo se puede escuchar cómo uno de los
hombres armados intenta 'consolar' a los jóvenes a
los que van a matar: “Pueden quedarse tranquilos que
después del primer tiro no les va a doler”. Después
de cavar su propia fosa, las imágenes muestran a los
jóvenes ya en el interior, donde reciben una decena
de disparos por parte de tres personas armadas.
En las imágenes, uno de los criminales afirma
pertenecer a la facción Anti-Bala del Primeiro
Comando da Capital (PPC). Finalmente, el vídeo
muestra cómo queman los cuerpos dentro de la fosa.
El vídeo se grabó el pasado 25 de agosto, y los
cuerpos calcinados fueron encontrados tres días
después, momento en el que empezaron a circulas las
imágenes a través de las redes sociales.
Las víctimas de las balas perdidas
Cuando los tiroteos entre policías y
narcotraficantes cesan en las favelas de Río,
comienza el duelo por otras víctimas de esta guerra
urbana, a menudo niños que son alcanzados por
ráfagas de "balas perdidas" dentro de su escuela.
Los enfrentamientos estallan súbitamente y nadie
está a salvo de los disparos de fusiles Kalashnikov
o de otras potentes armas que dejan sembradas de
cartuchos a las barriadas pobres, intrincadas y
densamente pobladas de la capital carioca.
La agencia AFP recogió historias de personas que
quedaron atrapadas entre dos fuegos, en su informe
multimedia "Balas perdidas, vidas rotas por la
violencia en Río". La investigación muestra cómo
esas balas que se "pierden" se han convertido en un
símbolo que agrega crueldad a una gigantesca crisis
de seguridad.
Maria Eduarda Alves, de 13 años, era una alumna
dedicada, fanática de baloncesto. En una ciudad
dura, se esforzaba por hacer sus cosas bien y lo
conseguía. Pero el 30 de marzo todo se derrumbó,
cuando la policía abrió fuego contra supuestos
traficantes de drogas y una ráfaga pasó a través de
una reja de su escuela, en la zona norte de la
ciudad.
Los agentes con toda probabilidad no se percataron
de lo ocurrido, pues estaban concluyendo su
operación afuera. En el patio de la escuela, Maria
Eduarda, que había ido a buscar agua durante su
clase de gimnasia, ya estaba muerta.
"La besé, la besé, estaba calentita. La besé, la
besé, había mucha sangre, mucha sangre... fueron dos
tiros en la cabecita", contó su madre, Rosilene
Alves Ferreira, de 53 años, recordando el momento en
que llegó al lugar.
Ese tipo de incidentes, que serían portada de
periódicos en otras partes del mundo, en Río rara
vez salen de las páginas policiales. Los proyectiles
pueden segar repentinamente una vida a la puerta de
una iglesia, en un estacionamiento, en un
restaurante. De día o de noche. Las frágiles
construcciones de las favelas no siempre consiguen
detener las balas y por eso, hasta quedarse en casa
puede ser peligroso.
No existen registros oficiales de heridos o
fallecidos por balas perdidas, pero los reportes
alternativos son explícitos. El diario O Globo contó
632 casos en la primera mitad de este año en el
Estado de Río, con 67 muertes.
La ONG Río de Paz lleva desde 2007 un cuidadoso
registro de los menores golpeados por la guerra
contra los narcos. En poco más de una década fueron
asesinados 42, contando bebés, niños y adolescentes.
Algunos murieron dentro del auto familiar, otros
jugando al fútbol o mientras dormían. Y el número
crece rápidamente: diez niños perdieron la vida en
2016 y otros diez en lo que va del año. Ambos
registros están por encima de los siete fallecidos
en 2015 y representan un alarmante salto desde los
10 que murieron en los cinco años previos.
Antonio Carlos Costa, fundador de Río de Paz, afirma
que la combinación de áreas densamente pobladas,
armamento con alto poder de fuego y disputas entre
bandas por el control del tráfico forman un cóctel
letal. Pero Costa reserva sus críticas más ácidas
para la policía que, según sostiene, considera a los
barrios como zonas de guerra. “Las operaciones
policiales siguen la lógica de la muerte, la lógica
de disparar primero y preguntar después”, dijo Costa
a AFP. “Se olvidaron de los riesgos que imponen a
los civiles”, agregó.
Las autoridades responden que los narcotraficantes
dominan vecindarios completos a punta de pistola. Y
tienen razones para creer que están en una guerra:
126 policías fueron asesinados en Río de Janeiro
este año. Gran parte de ellos fuera de servicio, al
ser identificados como agentes durante robos.
II
VIOLENCIA Y NARCOTRÁFICO DE
EXPORTACIÓN
La violencia comienza a ser exportada al
Paraguay
Los principales grupos criminales intentan controlar
parte del 80% de la producción del país que se vende
en Brasil , pero cada vez más esa violencia comienza
a tomar la frontera con los países vecinos, como
Paraguay que comparte un gran flujo comercial y de
efectivo con Brasil.
La tasa de homicidios en el estado paraguayo de
Amambay situada en la frontera de Brasil y el cual
drena gran parte del tráfico de drogas desde América
del Sur , fue 66,73 casos por 100.000 habitantes en
2014, la siguiente figura registrada en Honduras
líder del ranking mundial. La tasa es muy superior a
la media de Paraguay, que en 2016 estuvo en la
franja de los 7,89 homicidios por cada 100.000
habitantes, según informó en la época el Ministerio
del Interior.Las ciudades paraguayas ubicadas en la
frontera con Brasil, como Pedro Juan Caballero,
Capitán Bado y Ciudad del Este, ya eran escenarios
habituales de esos ajustes de cuentas. La novedad es
que ahora el derramamiento de sangre llega a
Asunción , la capital.
Frontera violenta
Desde hace varias décadas, Paraguay, principal
productor de marihuana de Suramérica, abastece el
mercado negro de Brasil, Argentina, Bolivia, Chile y
hasta Uruguay con miles de hectáreas de cultivos
ilegales. El kilo de marihuana, que puede costar
1.000 euros (3.850 reales) en Chile o en el norte de
Brasil, sale por cinco euros (19 reales) en
cualquier plantación paraguaya, según la Secretaría
Antidrogas del Paraguay (Senad). Cerca del 80% de la
producción está dirigida a los más de 200 millones
de habitantes de Brasil. Así, hay mucho interés en
la frontera por parte de los grupos criminales que
dominan su venta en Río, São Paulo y otras grandes
ciudades brasileñas.
Facciones como el Comando Rojo y el Comando de la
Capital Primero se disputan el control de las rutas
de tráfico y centros de distribución, aprovechando
de los campesinos paraguayos laborales semiescrava
que producen la marihuana, explicó a El País el
fiscal adjunto contra el secuestro y el terrorismo
en Paraguay , Alejo Vera. "La mayoría de esos
criminales son forajidos de penitenciarias de Brasil
que cruzan la frontera porque es muy permeable. Es
una frontera seca. En muchos casos, es sólo una
calle o una carretera. No hay un control muy rígido,
de forma que es muy fácil atravesarla, tanto de
Paraguay a Brasil y de Brasil a Paraguay ", dice
Vera.
La zona fronteriza es también el paso habitual de
Bolivia pasta base de cocaínaprecursores y químicas
que son transportados a los puertos y laboratorios
cercanas. El fármaco se transforma en cocaína y
enviado a África y Europa . "El PCC y el mando rojo
están obsesionados con el control de esa frontera.
Es la zona en la que los mayores cultivos de
marihuana y un pasillo de la boliviana, cocaínas de
Perú y Colombia ", dijo Cándido Figueredo Ruiz,
corresponsal del diario paraguayo ABC Color en Pedro
Juan Caballero.
Guerra entre las facciones
Figueredo prevé el inicio de una guerra más violenta
entre las dos facciones, que esperan que Jarvis
Chimenez Pavão sea extraditado a Brasil para
asesinarlo en el país. "Incluso en la cárcel, Jarvis
todavía tiene mucho peso aquí. Los narcos están
convencidos de que será irremediablemente llevado a
Brasil. Y que, posiblemente, no tardes ni dos meses
para ser muerto en la cárcel por sus enemigos, que
ya están eliminando a hombres de su entorno.
En abril pasado, hubo un asalto masivo contra la
empresa de seguridad Prosegur valores y de
transporte en Ciudad del Este , con la participación
de alrededor de 60 hombres con ametralladoras. Ellos
robaron el equivalente a 42 millones de reales (en
valores actuales), en el mayor golpe de la historia
de Paraguay. Los partidos de la oposición denuncian
que el último asesinato en Asunción muestra que esas
organizaciones migraron ahora a la capital y
controlan cada vez más zonas del país.
El oficialista Partido Colorado y el ministro del
Interior, Lorenzo Lezcano, no están de acuerdo con
las señales de alarma. Dicen que su lucha contra el
crimen organizado da cada vez más resultados y que
las denuncias de la oposición no pasan de una
"campaña de oportunismo político antes de las
elecciones internas". El 17 de diciembre, los
partidos paraguayos realizaron primarias para elegir
a su candidato presidencial.
La revista Veja relaciona a Bolivia,
Cuba y Venezuela con el narcotráfico en
Brasil
El título del reportaje de investigación es: "Las
prisiones revelan cercanía al tráfico con Evo
Morales". Se publicó en noviembre de 2017 y las
acusaciones involucran al exministro de la
Presidencia en Bolivia desde el 2006 hasta el
2017,Juan Ramón Quintana, sociólogo, militar y
político boliviano.
Esto es parte del artículo que Veja publicó antes. No es la primera vez
que habla de narcotráfico ligado al Gobierno. Foto: Internet
La revista brasileña VEJA volvió a relacionar a
Bolivia con el narcotráfico. Utiliza como fuente un
documento de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados
Unidos por sus siglas en inglés) con información
sobre las operaciones que lleva adelante Cuba, como
importante para el envío de cocaína a los carteles
mexicanos y los Estados Unidos, en la que es
designado la mano derecha del presidente boliviano,
Juan Ramón Quitanana, para comandar la embajada en
la isla gobernada por Raúl Castro.
El fechado el pasado 27 de octubre analiza el caso
boliviano y sus posibles conexiones internacionales,
a partir de la reciente detención en Brasil, de los
bolivianos Carlos André Dorado, de 24 años, y Fabio
Andrade Lima Lobo, de 35 años, cargando 480 kilos de
cocaína.
Recoge el dato que el padre es el colombiano Célimo
Andrade, principal hombre del Cartel de Cali, preso
en 1992 en Santa Cruz, y la madre Carmen Lima Lobo
quién llegó a ser candidata a vicegobernadora del
Beni y - según VEJA - por obra del ex ministro Juan
Ramón Quintana, y porque Carmen era del círculo
próximo al vicepresidente Álvaro García Linera.
Recuerda que el traficante Lima Lobo fue arrestado
en 2012 cuando embarcaba cocaína y fusiles rusos
modelo AK-47 en un monomotor que sería enviado a
Brasil. A pesar del flagrante caso, fue puesto en
libertad y nunca respondió por el crimen. Cita
también al arresto en Sao Paulo del dirigente del
MAS, Rómer Gutiérrez Quezada, con 100 kilos de droga
en julio pasado, cuando se conoció pretendía ser
diplomático en ese país.
El medio brasileño dijo que esa posible cobertura
diplomática encendió la señal roja a las autoridades
estadounidenses. "El envío de Quintana para comandar
la embajada en La Habana no es tratado como un mero
movimiento político. La DEA tiene información de que
Cuba es un centro importante para el envío de
cocaína a los carteles Mexicanos y los Estados
Unidos", dice el texto de la publicación.
En 2015, cuando desertó y huyó a Estados Unidos,
Leamsy Salazar -que fue guardaespaldas de Hugo
Chávez y del poderoso Diosdado Cabello- relató a los
agentes federales las decenas de operaciones de
envío de cocaína de Venezuela a Cuba.
Señala que en una edición del año 2010, se informó
que Juan Ramón Quintana y la ex miss Bolivia Jéssica
Jordán, entonces con 28 años, fueron fotografiados
entrando de manos sacudiendo y luego saliendo con
maletas de la casa de un traficante. En este
entonces, el gobierno boliviano anunció un juicio a
la revista pero luego fue desestimado por los
elevados costos del servicio de abogados.
Después de las revelaciones de VEJA, Jessica siguió
activa y operante en el núcleo de gobierno. Fue
candidata al gobierno del Estado de Beni y luego fue
enviada como cónsul de Bolivia en Nueva York. El año
pasado, fue "rebajada" a la vice-cónsul en Miami.
Así como la presencia de Quintana en La Habana es
objeto de atención, la actuación de Jéssica en el
sur de la Florida ha sido acompañada con lupa.
Considerando que Cuba es un importante almacén de
cocaína boliviana y que Miami es la principal puerta
de entrada de esa droga en Estados Unidos, los
investigadores están mirando bien de cerca para que
los diplomáticos no vuelvan a enredarse con
traficantes, concluye la publicación.
La revista no descarta una relación directa entre
las bandas del narcotráfico de Brasil, con el eje de
la cocaína entre el productor Bolivia, la plataforma
de distribución de Venezuela y Cuba como almacén y
destino inmediato hacia los Estados Unidos.
Brasil y Venezuela son los mayores
distribuidores de la cocaína colombiana
Una tercera parte de las 394 toneladas
de cocaína que salen de Colombia anualmente termina
en puertos africanos antes de ser diseminada por
Europa, a través de Venezuela y Brasil.
Las autoridades estadounidenses avanzan en varios
“indictments” que prueban que funcionarios y
militares del gobierno venezolano facilitan el envío
de coca colombiana rumbo a África y a Europa.
La droga sale de la zona del Catatumbo, cuyos
cultivos se han duplicado en cuatro años. Debido a
la amplitud y porosidad de la frontera entre
Colombia y Venezuela, se calcula que hay 25 pasos
habilitados para mover coca. Casi todas las
narcorrutas parten del sur de Bolívar, Cesar, La
Guajira, Arauca y Vichada. Los destinos son el
estado de Apure, el Zulia, la península de
Paraguaná, Caracas e isla Margarita. Información
manejada por el secretario de Estado adjunto para
Asuntos ded Narcóticos de EEUU, William Brownfield,
indican que la mitad de la coca que produce Colombia
sale por Venezuela.
El fenómeno se viene presentando desde hace al menos
ocho años y obedece a que los controles de las
agencias antidrogas colombianas y de Estados Unidos
se concentran más en las narcorrutas del Pacífico y
del Caribe, convirtiendo la llamada ruta africana en
una vía más segura. Cabo Verde, Guinea Bissau,
Ghana, Togo, Senegal y Gambia son usados como
escampaderos de la mafia colombiana hasta donde
llegan los cargamentos. Las mafias aprovechan las
débiles instituciones de estas naciones para poder
traficar y sobornar. Sin embargo, autoridades de
esos países ya empezaron a pedir intercambio de
información con la Policía colombiana.
De hecho, ya hay varios colombianos capturados en
Togo y Guinea Bissau que llevaban cargamentos de
droga en alianzas con redes venezolanas y
brasileñas. Estás últimas han sido identificadas
como parte de las bandas la Familia del Norte (FDN)
y el Primer Comando de la Capital (PCC), que
trabajan con reductos de las desmovilizadas FARC,
con el poderoso „clan del Golfo‟ y con la banda
criminal „los Caqueteños‟, que opera en el sur del
país.
Según oficiales de inteligencia de la Dijín, „los
Caqueteños‟ controlan con la FDN el tráfico de droga
por toda la frontera terrestre y fluvial entre
Brasil, Perú y Colombia. Agentes federales de
Estados Unidos aseguraron al diario El Tiempo de
Bogotá que la droga que ingresa a Brasil termina en
Europa, vía Surinam y África. Según la investigación
llevada a cabo por el Departamento de Estado
norteamericano, las masacres que estremecieron
cárceles brasileñas a principios del 2017 tuvieron
que ver con el control de las rutas que tienen con
los colombianos, que se infiltran por las espesas
selvas amazónicas.
A mediados del 2015 se registró una captura por el
uso de esas rutas en la que cayeron en Argentina dos
colombianos que mezclaban arroz del programa de la
ONU Hambre Cero con el alcaloide. El narcoarroz
transitaba por África y tenía como destino final
Europa, Bangkok, Guinea Bissau y Marruecos. Los
colombianos capturados en esa operación fueron
identificados como Jhon Jair Piedrahíta y Carlos
Potes, a quienes vinculan con capos del viejo cartel
de Cali, los hermanos Triana Peña y, a su vez, con
Ignacio Álvarez Meyendorff. Este último tiene
empresas y bienes en Argentina, algunos incautados
dentro de una megaoperación por narcotráfico y
lavado. En julio del 2010 fue capturado en Colombia
el ciudadano nigeriano Emeka Okonkwa, alias Mike,
enlace entre las mafias africanas, las FARC y bandas
criminales de Brasil y Venezuela.
Red del narcotráfico entre Brasil,
Honduras y Venezuela
Las autoridades brasileñas investigan la supuesta
participación de empresarios del país en una red de
tráfico de drogas que enviaba cocaína producida en
Colombia hacia México, a través de Venezuela y
Honduras, al parecer mediante sobornos a militares y
policías, señaló el diario O Estado de Sao Paulo.
Según el periódico, los empresarios brasileños
presuntamente dirigían las operaciones, obtenían las
drogas con miembros de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y las trasladaban
hacia México en aviones que partían de Venezuela y
pasaban por Honduras, países en los que sobornaban a
responsables del tráfico aéreo.
En México, la droga era recibida por el cartel de
Sinaloa y la banda Los Zetas, dos de los más
violentos grupos de narcotráfico de ese país.
“Por cada vuelo pagaban hasta 400.000 dólares a
militares de Venezuela” que permitían las
operaciones, dice O Estado sobre la base de
documentos oficiales que obtuvo con la Policía
Federal brasileña.
Los empresarios brasileños, según O Estado, fueron
identificados como Paulo Flores, Ronald Roland y
Manoel Gonsalez, quienes han sido detenidos y
acusados de narcotráfico, pero han alegado
inocencia.
O Estado indica que la droga llegaba a Venezuela
desde Colombia y los aviones de los empresarios
brasileños la recogían y trasladaban a México con la
complicidad de funcionarios venezolanos que eran
sobornados y previamente informados sobre cada
vuelo.
“Las aeronaves aterrizaban en “Aparte”, un pueblo
del municipio Jesús Enrique Lossada en el estado de
Zulia, cerca de la base militar de Maracaibo” y “al
menos una vez los narcotraficantes pagaron una
comisión extra de 100.000 dólares para guardar un
avión en un hangar del Ejército venezolano”, afirma
el periódico brasileño.
En el caso de Honduras, O Estado dice que los
narcotraficantes sobornaban a policías, que recibían
hasta 200.000 dólares por vuelo para permitir el
paso de los aviones.
O Estado agrega que, en el marco de las
investigaciones, que son realizadas bajo secreto
judicial, la Policía Federal brasileña ha realizado
varias operaciones esta semana, en las que se
incautó de propiedades y otros bienes de los
supuestos narcotraficantes.
Colombia anunció la mayor captura de
cocaína de su historia
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y dos agentes sobre las
más de 12 toneladas de cocaína incautada
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos
anunció a finales de año la detección de más de 12
toneladas de cocaína , valoradas en 360 millones de
dólares) en Estados Unidos. La operación, llevada a
cabo en cuatro bodegas de la región de Urabá,
departamento de Antioquia (noroeste), fue un duro
golpe para el clan del Golfo, el mayor cartel de
traficantes de droga en el país.
El ataque, llevado a cabo por la policía y el
ejército, en cooperación con los servicios de
inteligencia de "países amigos", de acuerdo con
Santos, se produce en un momento en Colombia donde
cada vez es mayor la presión de las autoridades de
Estados Unidos para intensificar la lucha contra la
producción de hoja de coca.
Santos catalogó la Operación Lourdes como todo um
éxito y afirmó que “nunca antes, desde que empezamos
a luchar contra el narcotráfico, hace más de 40
años, hicimos una aprehensión de esta magnitud". La
captura de 362 toneladas de cocaína es 15% más de lo
capturados en el mismo período durante el año
pasado.
En Colombia el kilo de cocaína cuesta 1.500 dólares,
pero llega a EEUU multiplicado por 20 veces más.
Colombia sigue siendo el mayor exportador mundial de
cocaína y desde la firma del acuerdo de paz con las
FARC, hace un año, la producción de drogas en vacío
se ha convertido en un reto importante para la
convivencia y la transición en las zonas rurales.
De acuerdo a la Oficina de la Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (ONUDD), los cultivos ilícitos
se incrementaron en un 50% en 2016, llegando a
146.000 hectáreas. El Gobierno suspendió la
pulverización de herbicidas en el área en 2015, y
ahora tiene dos formas para acabar con las
plantaciones. La erradicación forzosa - Santos dijo
que 44.000 hectáreas ya fueron extirpadas, casi el
90% de lo previsto para este año - y los programas
de sustitución voluntaria que buscan involucrar a
casi 120.000 familias de campesinos cocaleros que
vivieron bajo el yugo de mafias como el Clan del
Golfo.
III
LAVADO DE DINERO
Ley Anticorrupción y lavado de dinero en
Brasil
Normalmente, el lavado de dinero se relaciona con
actos de corrupción y dos delitos de tener muchos
puntos de intersección.
De acuerdo con ello, en muchos países existe el
delito de lavado de dinero en sus filas del Código
Penal y la corrupción como una de las hipótesis del
delito previo.
La nueva redacción del artículo 1 de la Ley de
Lavado de Dinero de Brasil, enmendado en 2012, un
delito puede ser el antecedente de delito de lavado,
incluida la corrupción.
En Brasil se sigue la tendencia del Departamento de
Justicia de EE.UU. (DOJ) que de forma recurrente,
haciendo cargos criminales contra violaciones de
lavado de dinero, junto con violaciones de la Ley de
Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), que es
la ley corrupción en el extranjero de combate
estadounidense.
El lavado de dinero es la siguiente etapa del acto
delictivo, se configura como el disfraz de los
ingresos de la actividad criminal de manera que
parecen provenir de fuentes legítimas y pueden ser
utilizados en la economía regular.
A pesar de la nueva ley contra la corrupción de
Brasil (Ley núm. 12.846/2013) se aplica sólo a las
empresas, la ley establece que las sanciones que se
describen aquí no excluyen la responsabilidad
individual de los involucrados en el acto ilícito,
es decir, los individuos (incluidos los directores
de empresas) seguirá siendo penalmente responsable
de los actos de corrupción en la competencia con la
práctica de lavado de dinero, si la hay.
Lavado de dinero El lavado de dinero (también conocido como lavado de capitales, lavado de activos,
blanqueo de capitales u operaciones con recursos de procedencia ilícita[1] o
legitimación de capitales) es una operación que consiste en hacer que los fondos o
activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades
legales y circulen sin problema en el sistema financiero. Para que exista blanqueo de
capitales, es precisa la previa comisión de un acto delictivo de tipo grave, y la obtención
de unos beneficios ilegales que quieren ser introducidos en los mercados financieros u
otros sectores económicos. El blanqueo de capitales es un delito autónomo que no requiere de una condena judicial previa por la comisión de la actividad delictiva por la
que se originaron los fondos.[2…
Fuente: Wikipedia.org
Brasil investiga presunto lavado de
dinero en ventas a Pdvsa
La policía brasileña lanzó una operación para
investigar el posible lavado de dinero en la unidad
de agronegocios de la petrolera estatal venezolana
PDVSA mediante exportaciones de equipos agrícolas
desde Brasil a Venezuela, dijeron autoridades.
Según la maniobra, que se investiga desde hace tres
años, PDVSA pagó de más a dos compañías -una
venezolana y una brasileña- por maquinaria agrícola
por unos 200 millones de reales (64,46 millones de
dólares) entre 2010 y 2014, dijeron funcionarios.
Según la policía, la venezolana Tracto América, una
empresa comercial, compró equipos agrícolas a la
brasileña America Trading que fueron vendidos a
PDVSA a precios inflados.
El dinero extra fue distribuido en empresas
ficticias, disfrazado como pagos a consultoras.
Parte de los fondos quedó en Brasil, pero la mayoría
acabó en Panamá, Estados Unidos y Suiza, entre otros
países.
Arib Jiobanny Garcia Vargas, propietario de Tracto
America, fue arrestado en Madrid con la ayuda de la
Interpol y también está siendo investigado en
Venezuela por delitos cambiarios y contrabando.
La operación también incluye seis órdenes de arresto
en los estados brasileños de Rio Grande do Sul y Sao
Paulo, y seis personas fueron detenidas para sor
interrogadas.
Las autoridades brasileñas dijeron que planean
lanzar una nueva etapa de la investigación para
aclarar más detalles en colaboración con fiscales
venezolanos.
Brasil rastrea millonario lavado de
empresas venezolanas: “Conexión
Venezuela
Las autoridades de Brasil creen que parte de los recursos enviados a
Brasil por la estatal venezolana, cuyo nombre no fue divulgado, “sería
fruto del crimen”.
La Policía Federal de Brasil inició la operación
“Conexión Venezuela” la cual busca destapar una
organización que blanqueó millones de dólares
procedentes del país gobernado por Nicolás Maduro.
Empresas venezolanas, entre ellas una estatal,
enviaron elevadas cantidades de dinero a Brasil para
una supuesta compra de máquinas y productos
agrícolas, sin embargo, el dinero nunca llegó a
manos de fabricantes ni proveedores.
Las investigaciones de la operación “Conexión
Venezuela” revelan que el dinero circuló en diversas
cuentas bancarias y finalmente fue remitido al
exterior, donde tenían como destinatarios a personas
jurídicas con sede en paraísos fiscales.
Las autoridades de Brasil creen que parte de los
recursos enviados a Brasil por la estatal
venezolana, cuyo nombre no fue divulgado, “sería
fruto del crimen”.
Tan sólo entre 2010 y 2014, la organización habría
movido más de 200 millones de reales (unos 64,7
millones de dólares).
La Policía cumplió mandatos enviados desde prisiones
en varias ciudades de los estados de Río Grande do
Sul y Sao Paulo, donde hay órdenes de conducción
coercitiva contra seis personas.
Las investigaciones comenzaron después de que la
administración federal de impuestos, el ente
recaudador, identificara personas jurídicas en Río
Grande do Sul y en Sao Paulo que realizaban
transacciones financieras “atípicas”.
Y es que en los últimos meses, autoridades
brasileñas han descubierto diversas irregularidades
provenientes de Venezuela y vinculadas con lavado de
dinero.
El pasado mes de marzo, la Policía de Brasil halló
40 millones de bolívares venezolanos (USD $4
millones) en una favela de Río de Janeiro, en
momentos cuando escasea casi por completo el
efectivo en Venezuela.
Los billetes estaban guardados en el interior de
maletas y fueron trasladados hasta la comisaría para
investigar el origen del dinero.
Asimismo, la revista brasileña Veja publicó el
pasado 23 de febrero que Venezuela y Bolivia
estarían implicados en un esquema estatal de lavado
de dinero.
Un consultor del Departamento de Defensa de los
Estados Unidos señaló que “entidades estatales, se
amparan en operaciones legales para limpiar los
recursos provenientes del crimen”.
“Un pequeño grupo privilegiado de Venezuela y
Bolivia puede multiplicar su patrimonio en una única
transacción de cambio. Y lo más oscuro es el saqueo
del patrimonio venezolano que se hace enteramente
dentro de la ley”; dijo el consultor.
Odebrecht: símbolo de la corrupción en
Brasil
Uno de los mayores conglomerados de América Latina
cayó en desgracia implicado en el megaescándalo de
Petrobras. Su CEO, Marcelo Odebrecht, fue condenado
a 19 años de prisión. El detalle de sus negociados.
Los escándalos de corrupción sacuden a la política
del gigante sudamericano, pero para que exista ese
delito hay otro partícipe necesario: el
empresariado. Y Odebrecht es el otro símbolo de la
crisis brasileña.
La Justicia brasileña condenó, este martes, al
poderoso empresario brasileño Marcelo Odebrecht a 19
años y cuatro meses de cárcel por lavado de dinero y
asociación criminal en el último capítulo del
multimillonario fraude a Petrobras
El ejecutivo de 48 años está detenido desde hace
casi nueve meses y presidió hasta diciembre pasado
la constructora que lleva su apellido, además de ser
uno de los más encumbrados hombres de negocios
involucrados en el escándalo que desvió más de 2.000
millones de dólares de la petrolera.
El juez Sergio Moro que tramita la causa aseguró en
su fallo que las pruebas llevan a la conclusión de
que "hubo ventaja indebida, o sea, sobornos pagados
por el grupo empresarial (Odebrecht) a los agentes
de Petrobras" porque "no fue identificada ninguna
causa lícita para esas transferencias".
Según el magistrado, los pagos ilegales hechos por
la compañía a funcionarios de Petrobras sumaron
108,8 millones de reales (unos 28,7 millones de
dólares) más otros 35 millones de dólares.
Los pagos ilegales hechos por la compañía a
funcionarios de Petrobras sumaron 108,8 millones de
reales (unos 28,7 millones de dólares) más otros 35
millones de dólares
Marcelo Odebrecht fue condenado por haber cometido
11 veces el delito de corrupción activa y 50 veces
el de lavado de dinero. Junto a él, también
recibieron condenas adicionales ex directivos de la
petrolera estatal ya detenidos por el Petrolao.
Odebrecht es uno de los mayores conglomerados
empresariales de ingeniería de América Latina,
con presencia en 23 países, y antes de que
eclosionara el escándalo facturaba cerca de 40.000
millones de dólares anuales.
La trama revelada por la denominada Operación Lava
Jato, “lavadero de autos”, echó luz sobre un esquema
en el que grandes constructoras sobornaban a
directivos de Petrobras apadrinados por partidos
políticos para poder manipular las licitaciones y
cobrar sobreprecios por las obras.
Según la investigación, cuyo pilar son las llamadas
"delaciones premiadas", que permiten a los acusados
firmar acuerdos de colaboración con las autoridades
a cambio de una reducción de sus sentencias, los
sobreprecios eran luego distribuidos entre los
involucrados y distintas fuerzas políticas,
predominantemente el gobernante Partido de los
Trabajadores (PT, izquierda) y sus aliados.
Marcelo Odebrecht fue condenado por haber cometido
11 veces el delito de corrupción activa y 50 veces
el de lavado de dinero
La Procuraduría de la República define el caso
como un sistema de desvío de dinero que "beneficiaba
a empresas que se enriquecían a costa del Estado,
directivos de Petrobras que vendían favores,
lavadores profesionales de dinero que pagaban
sobornos, y políticos y partidos que sustentaban a
los directivos de Petrobras y a cambio recibían la
mayor parte de los sobornos, que los enriquecían y
financiaban sus campañas".
Marcelo Odebrecht se preparó toda su vida para ser
la cabeza del grupo económico familiar. Su obsesión
por controlarlo todo, incluso la defensa de la
compañía, lo llevaron a una habitación en la que ni
en la peor de sus pesadillas no soñó estar: una
celda común.
Detenido desde junio pasado y condenado por pago de
sobornos, destrucción de pruebas y tráfico de
influencias, llegó a la cima de la firma familiar
con el visto bueno de todo el clan. Era la persona
correcta para hacerse cargo de los emprendimientos.
Su empuje, sus estudios y su carácter volcaron la
balanza a su favor. Representa la tercera generación
al mando de la compañía que lleva su nombre. Su
abuelo Norberto fue el fundador; su padre Emilio, el
continuador. Él representaba la esperanza para que
los negocios continuaran.
"Tercero", como lo llaman los investigadores, es más
introvertido que su padre y menos carismático que su
abuelo. Sin embargo, el clan no buscaba una figura
de encanto para conducir el destino del holding. Lo
que requerían era la mente superior que todos
reconocían en Marcelo.
Los números bajo su conducción son elocuentes por sí
mismos: cuando llegó a la cima dentro de Odebrecht,
la empresa facturaba 38.000 millones de reales
(11.000 millones de dólares). En 2014 esa cifra
trepó a los 107 mil millones de reales (32.000
millones de dólares).
Formado en el Instituto Internacional de Desarrollo
Gerencial (IMD) de Lausanne, en Suiza, resultó
víctima de sus propias rutinas. Obsesionado con las
anotaciones, el CEO dejó constancia de cada uno de
los negociados en su teléfono celular: mensajes de
texto, WhatsApp, correos electrónicos y otras
aplicaciones sirvieron de documentos claves para que
la Procuraduría de Brasilia cercara al ejecutivo y
empresario.
En esos documentos recopilados por los fiscales
brasileños, quedó comprobado que Odebrecht conocía
cada uno de los movimientos que envuelven a la mayor
contratista de Brasil en el caso de corrupción más
escandaloso de la historia del país: Lava Jato.
Brasil
INFORME DE LA DEA MARZO 2017 /
NARCOTRÁFICO Y LAVADO DE DINERO
Overview VISIÓN DE CONJUNTO
En 2016, Brasil fue la segunda economía más grande
de América y una de las diez economías más grandes
del mundo por PIB nominal. Sao Paulo, la ciudad más
grande de Brasil, es un centro financiero regional
para América Latina. Brasil es un importante país de
tránsito de drogas y uno de los países consumidores
de drogas más grandes del mundo. Las organizaciones
delictivas transnacionales operan en todo Brasil y
lavan ganancias del tráfico de narcóticos, armas y
productos falsificados. Informes nacionales por
volumen II de INCSR 2017
El comercio de contrabando de mil millones de
dólares ocurre en el Área de la Triple Frontera
(TBA) compartida con Paraguay y Argentina. La
corrupción pública es la principal prioridad del
lavado de dinero para la aplicación de la ley en
Brasil, seguida del narcotráfico.
VULNERABILIDADES Y TIPOLOGÍAS ESPERADAS
El tráfico de drogas, armas y productos falsificados
y la corrupción pública son las principales fuentes
de fondos ilícitos en Brasil. Los métodos de lavado
de dinero incluyen el uso de bancos, inversiones
inmobiliarias, mercados de activos financieros,
redes de remesas, compañías ficticias y fantasmas,
juegos ilegales (jogo de bicho), redes financieras
informales como hawalas y la venta de automóviles,
ganado, caballos de carrera, obras de arte y otros
artículos de lujo.
Las organizaciones de tráfico de drogas han sido
vinculadas a los operadores de cambio de dinero del
mercado negro. El dinero a menudo se blanquea a
través del contrabando de dinero a granel; La
policía brasileña ha decomisado millones en efectivo
en confiscación de carreteras y ha cumplido órdenes
de arresto en todo Brasil, especialmente en la
frontera con Paraguay (Estado de Paraná).
Las técnicas de lavado de dinero varían ampliamente
en Brasil. En Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo
Horizonte, las técnicas son sofisticadas y, a
menudo, incluyen cuentas bancarias extranjeras,
compañías ficticias y activos financieros. En las
zonas rurales de Brasil, los pagarés y las
operaciones de factoring son los más utilizados.
Algunos bienes de alto precio en el TBA se pagan en
dólares estadounidenses, y el contrabando de
efectivo a gran escala transfronterizo es una
preocupación. Grandes sumas de dólares de los
Estados Unidos generadas por actividades comerciales
ilícitas lícitas y sospechosas se transportan
físicamente desde Paraguay a Brasil. A partir de
ahí, el dinero puede llegar a los centros bancarios
en los Estados Unidos. Sin embargo, Brasil mantiene
cierto control de los flujos de capital y exige la
divulgación de la propiedad de las empresas.
En marzo de 2014, el lavado de dinero en una
gasolinera alertó a la policía brasileña sobre una
conexión con la petrolera paraestatal, Petrobras.
Desde entonces, la "Operación Carwash" ha
descubierto una complicada red de corrupción, lavado
de dinero y evasión fiscal, que ha llevado a
arrestos de ex ministros federales, miembros del
Congreso, operativos de partidos políticos,
blanqueadores de dinero, directores designados
políticamente y civiles. empleados de servicio en
Petrobras y otras empresas paraestatales, y
ejecutivos en las principales empresas privadas de
construcción. El lavado de dinero relacionado con la
corrupción está asociado con contratos fraudulentos
(particularmente aquellos que involucran compañías
paraestatales y contratistas privados), sobornos y
tráfico de influencias, violaciones a las leyes
antimonopolio, inversiones de fondos públicos de
pensiones en mercados de activos financieros y
donaciones de campaña no declaradas o ilegales.
Hay cuatro zonas francas en Brasil. El gobierno
proporciona beneficios fiscales en ciertas zonas
francas, que están ubicadas para atraer inversiones
a las regiones del norte y noreste relativamente
subdesarrolladas del país.
LEYES Y REGULACIONES CLAVE DE AML
El marco legal brasileño de lavado de dinero se ha
actualizado tres veces desde su creación en 1998,
más recientemente mediante la Ley N ° 12.683 en
2012, y facilita el hallazgo, la congelación y el
decomiso de activos ilícitos. Brasil tiene
regulaciones completas de KYC y STR. Informes
nacionales brasileños del INCSR 2017 Volumen II
Las regulaciones exigen una debida diligencia
mejorada para las PEP. Brasil no está sujeto a
ninguna sanción internacional ni a los EE. UU.
Brasil y los Estados Unidos tienen un MLAT. Brasil
también intercambia regularmente registros con los
Estados Unidos y otras jurisdicciones a través de su
membresía en varios mecanismos de intercambio
(Interpol / Puntos Focales de la Iniciativa de
Recuperación de Activos Robados, Sistema de Red de
Recuperación de Activos de GAFILAT-RRAG).
Brasil es miembro de GAFIAT y GAFILAT, un organismo
regional de estilo GAFI. Su evaluación mutua más
reciente se puede encontrar en: http://www.fatf-
gafi.org/publications/mutualevaluations/documents/mu
tualevaluationreportofbrazil.html
DEFICIENCIAS AML
Las personas jurídicas no pueden ser penalmente
acusadas bajo el estatuto de lavado de dinero de
Brasil, pero están sujetas a los requisitos de
presentación de informes si son entidades cubiertas
bajo la ley ALD. Las personas jurídicas que violen
los requisitos de presentación de informes pueden
enfrentar multas y suspensión de la operación.
CUESTIONES Y OBSERVACIONES DE EJECUCIÓN /
IMPLEMENTACIÓN
En 2015, los fiscales federales de Brasil iniciaron
190 investigaciones de lavado de dinero, lo que
resultó en 120 acusaciones. Brasil no compila
estadísticas completas sobre condenas, ni los datos
incluyen acciones estatales y locales.
A través de su Estrategia Nacional Contra la
Corrupción y Blanqueo de Capitales de 2003 y grupos
de trabajo asociados de todo el gobierno, Brasil ha
logrado importantes avances en el fortalecimiento de
su marco legal, desarrollando capacidades para
investigar y enjuiciar crímenes financieros a través
de unidades policiales especializadas y tribunales.
y aportes de la sociedad civil sobre posibles
reformas. Siguen existiendo desafíos, incluido un
sistema de justicia penal que se mueve lentamente en
contra de los estrictos estatutos de limitaciones y
el uso de paraísos fiscales extranjeros por parte de
los brasileños. Brasil se beneficiará con el uso
ampliado del modelo de fuerza de trabajo y acuerdos
de cooperación que han facilitado importantes
avances anticorrupción recientes, así como un mayor
intercambio de información sobre mejores prácticas
para el fraude del mercado financiero, supervisión
de contratos gubernamentales y acuerdos de
colaboración y clemencia.
Mat Mático
Linkwebgrafía
https://www.diariolasamericas.com/america-latina/autoridades-brasilenas-realizan-
megaoperacion-contra-el-crimen-organizado-rio-n4129534
https://es.aleteia.org/2017/03/30/brasil-declara-la-guerra-al-narcotrafico/
https://www.infobae.com/america/america-latina/2017/10/05/brasil-la-policia-mato-a-712-
civiles-durante-la-guerra-al-narco-en-rio-entre-enero-y-agosto/
https://brasil.elpais.com/brasil/2017/08/17/politica/1503007115_454270.html
https://brasil.elpais.com/brasil/2017/09/04/politica/1504556521_099885.html
http://www.hispantv.com/noticias/fotos/347078/brasil-ciudad-dios-operacion-policial-violencia-
narcotraficantes
https://laprensa.peru.com/actualidad/noticia-brasil-sao-paulo-se-convirtio-infierno-protestas-
contra-temer-73692
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39705854
https://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_Willians_Herbas_Camacho
http://informatizarte.com.ar/blog/?p=1187
http://www.montevideo.com.uy/Noticias/Gobierno-paraguayo-preocupado-por-violencia-del-
narcotrafico-uc338448
https://www.urgente24.com/264184-paraguay-paraiso-narco-y-cartes-quiere-frenar-expediente-
de-la-dea
http://www.radiomundial.com.ve/article/m%C3%A1s-de-200-empresas-en-brasil-est%C3%A1n-
vinculadas-con-lavado-de-dinero
http://www.antilavadodedinero.com/antilavadodedinero-noticias-
articulo.php?id=17229&title=conozca-el-informe-del-departamento-de-estado-de-ee-uu-sobre-
narcoticos-en-latinoamerica
https://www.state.gov/documents/organization/268024.pdf
https://www.state.gov/j/inl/rls/nrcrpt/2016/vol2/
http://www.redalyc.org/html/927/92733014005/
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