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Alumno/a: García Luque, David
Tutor/es: Dr. Antonio Martínez Amat Departamento:
Ciencias de la salud. Área: Anatomía y Embriología Humana
Diciembre, 2016
EVALUACIÓN DE LOS DIFERENTES FACTORES
DE RIESGO DE CAÍDAS EN PERSONAS MAYORES: SEVERIDAD DE CANSANCIO O FATIGA Y
VELOCIDAD DE LA MARCHA
UNIVERSIDAD DE JAÉN Centro de Estudios de Postgrado
Trabajo Fin de Máster
2
AGRADECIMIENTOS
Al trabajo de mis compañeros de investigación y
al esfuerzo e implicación de la población participante.
A la colaboración y consejo de mi tutor,
Antonio Martínez Amat.
Al apoyo y confianza de mi familia y pareja,
que sin duda han hecho que esto sea posible.
3
ÍNDICE
Página
RESUMEN…………………………………………………………... 4
INTRODUCCIÓN…………………………………………………..
5-7
MATERIAL Y MÉTODO………………………………………… 7
Diseño del estudio………………………………………………………… 7
Participantes...…………………………………………………………….. 7,8
Instrumentos………….…………………………………………………… 9-10
Análisis estadístico………………………………………………………. 11
RESULTADOS…………………………………………………….. 11
Estadísticos descriptivos de las variables personales
sociodemográficas………………………………………………………….
11
Análisis de correlación………………….………………………………… 13
Análisis de covarianza………………………………………………..
Temor a caer y funcionalidad………………………………………...
14
17
DISCUSIÓN. ……………………………………………………….
18
Aplicaciones prácticas………………………………………………. 18-21
Limitaciones del estudio y futuras investigaciones…………………. 21
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………
21-24
ANEXOS…………………………………………………………….
25
Anexo 1: Cuestionario ABC………………………………....................... 25
Anexo 2: Escala de severidad de cansancio/fatiga…………………….. 26
Anexo 3: Escala de eficacia en caídas (FES-I España)……………….. 27
Anexo 4: Cuestionario SF-36……………………………………………… 28-32
Anexo5:Informe de autorización del tutor (director…………………… 33
Anexo 6: Autorización para publicación en repositorio………………. 34-35
4
UNIVERSIDAD DE JAÉN
EVALUACIÓN DE LOS DIFERENTES FACTORES DE RIESGO DE CAÍDAS
EN PERSONAS MAYORES: SEVERIDAD DE CANSANCIO O FATIGA Y
VELOCIDAD DE LA MARCHA
EVALUATION OF THE DIFFERENT RISK FACTORS OF FALLS IN
ELDERLY PERSONS: SEVRITY OF CANSANCE OR FATIGUE AND SPEED
OF THE MARCH
REALIZADO POR: David García Luque
DIRIGIDO POR: Dr. Antonio Martínez Amat
DEPARTAMENTO: Ciencias de la salud. Área: Anatomía y Embriología Humana
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: Estudio del equilibrio estático y dinámico, caídas y
calidad de vida.
TITULACIÓN: Máster en Investigación y Docencia en Ciencias de la Actividad Física
y Salud.
RESUMEN:
El objetivo general del presente estudio fue examinar los niveles de fatiga en las personas mayores con y
sin riesgo de caída y demostrar las diferencias en parámetros físicos relacionados con la aptitud funcional.
La muestra estaba formada por 174 personas mayores con un rango de edad comprendido entre 60 y 86
años. Para evaluar la velocidad de la marcha se utilizó la prueba Up and Go Test, la severidad de
cansancio o fatiga, se evaluó con el cuestionario Fatigue Severity Scale (FSS), el miedo a caerse y el
riesgo de caídas se evaluaron con el cuestionario Falls Efficaccy Scale-International (FES-I) y la calidad
de vida fue evaluada con el cuestionario genérico de salud SF-36. En resumen, podemos concluir que en
personas mayores de 60 años, haber sufrido una caída en el último año y presentar una velocidad de la
marcha menor a 0,8 m/s y tener mayores niveles de fatiga, se relaciona de forma significativa con un
aumento del temor a caerse y una menor percepción de la calidad de vida.
Palabras clave: fatiga, personas mayores, riesgo de caídas.
ABSTRACT:
The general objective of the present study was to examine fatigue levels in the elderly with and without
risk of falls, as well as to show differences in physical parameters related to functional fitness. The
sample consisted of 174 elderly people with a range between 60 and 86 years old. To evaluate gait
velocity, the Up and Go Test was used, the severity of fatigue or fatigue was assessed using the Fatigue
Severity Scale (FSS), the fear of falling and the risk of falls were assessed using the Falls questionnaire
Efficacy Scale-International (FES-I) and quality of life was assessed using the SF-36 generic health
questionnaire. In summary, we can conclude that in people over 60 years of age, having suffered a fall in
the last year and having a walking speed lower than 0.8m/s and having higher levels of fatigue is
significantly related to an increase in Fear of falling and a lower perception of the quality of life.
Keywords: Fatigue, elderly people, risk of falls.
5
Evaluación de los diferentes factores de riesgo de caídas en personas mayores:
severidad de cansancio o fatiga y velocidad de la marcha.
Introducción
Aunque las caídas accidentales en los ancianos han sido objeto de extensas
investigaciones durante los últimos 20 años, sigue siendo un importante problema de
salud en la población. Las lesiones no intencionadas, son la quinta causa de muerte en
los adultos mayores después de las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y
pulmonares.
Más de un tercio de las personas mayores de 65 años, se caen cada año y la incidencia
de caída, aumenta en un 50% a partir de cumplir los 80 años o más. Las caídas son una
causa de morbilidad y mortalidad en las personas mayores. Aproximadamente, el 20%
de las caídas accidentales, requieren atención médica, y el 5% resulta en una fractura u
otras lesiones graves.
Las caídas se asocian con varios resultados negativos para la salud, incluyendo
disminución funcional y miedo a caerse y conllevan unas consecuencias psicológicas y
sociales adicionales que pueden ser severas como síndromes post-caída incluyendo
miedo, depresión, pérdida de confianza, evitación de la actividad y disminución de la
calidad de vida.
Además, los costes sanitarios atribuibles a la caída son sustanciales y se espera que
aumenten a medida que cada vez es mayor la esperanza de vida. Por lo tanto, la alta
incidencia de caídas en los ancianos, con la alta mortalidad y morbilidad, subrayan la
importancia de la prevención en las intervenciones.
Muchos programas preventivos y ensayos controlados aleatorios basados en los factores
de riesgo, han sido conducidos y evaluados a lo largo de los años, aunque algunas
intervenciones, han demostrado eficacia en la reducción de las caídas, sigue habiendo
un enfoque óptimo en la eficacia de las intervenciones dirigidas a prevenir las caídas,
probablemente por su naturaleza compleja y la etiología del problema clínico.
Los factores de riesgo en caídas han sido identificados en estudios de calidad variable.
6
Tres revisiones sistemáticas de estudios sobre factores de riesgo de caídas en sujetos
mayores de 64 años de edad, incluyen 23 estudios prospectivos, de 1988 a 2009. La
mayoría tenía una duración de un año.
Un metaanálisis sistemático reciente adicional incluyó 74 estudios prospectivos de 1988
a 2009, en los factores de riesgo para las caídas en los hogares comunitarios y las
personas mayores fueron analizadas. La mayoría de estos estudios tenían una duración
de un año o menos y el tamaño de las muestras fue de 500 sujetos. Cinco estudios
tuvieron una duración de más de 35 meses (rango de 48-84 meses), aunque se enfocaron
en uno o pocos factores de riesgo y se había sesgado el género.
Como la causa de las caídas en los ancianos es en gran medida multifactorial, es
importante analizar una amplia gama de factores intrínsecos y factores de riesgo
extrínseco para las caídas. Saari (2007) y Pluijm (2006) aplicaron un enfoque
multifactorial con 3 y 10 años de seguimiento, respectivamente. Anstey (2006) empleó
un diseño prospectivo de 8 años en el estudio con una relación entre el rendimiento
cognitivo y las caídas. Esos estudios prospectivos a largo plazo son los que nos hacen
comprender los procesos por los que se caen, capaces de predecir y definir los grupos de
riesgo y de mejorar el diseño de futuros ensayos clínicos.
Según el Dr. Rein Tideiksaar, presidente de FallPrevent, empresa de consultoría que
ofrece servicios educativos relacionados con la prevención de caídas en personas
mayores, la fatiga es una queja común entre los ancianos; hasta el 50% de los mismos,
muestran períodos de cansancio o debilidad (a veces hasta el agotamiento) en un
momento u otro. Desafortunadamente, la fatiga es a menudo ignorada por muchos
ancianos debido a la creencia errónea de que “estar cansado” es una progresión natural
del envejecimiento normal. Como resultado, las personas no pueden recibir la
intervención adecuada (o tratamiento), lo que podría revertir la sensación de cansancio.
La mayoría de las caídas ocurren durante el caminar. La fatiga (o la sensación de
cansancio), puede conducir a problemas con la marcha, tales como no levantar los pies
del suelo, disminución de la velocidad de la marcha y un cambio en la longitud y
anchura de la marcha realizando pequeños pasos. Estos cambios en la marcha en los
ancianos, pueden desencadenar tropiezos y/o deteriorar el equilibrio y, como resultado,
una mayor probabilidad de caídas.
7
Otras complicaciones de la fatiga, que pueden aumentar aún más el riesgo de caídas,
incluyen la función física reducida con actividades cotidianas, menor vigilancia y mayor
olvido y la depresión y aislamiento social (disminución del contacto con otras
personas).
Aunque en investigaciones anteriores han demostrado bien las diferencias entre riesgo y
no riesgo de caídas en una variedad de parámetros físicos, las diferencias en la variable
fatiga entre riesgo o no a caerse no se ha especificado suficientemente. Por lo tanto, el
análisis de la fatiga y su relación con las caídas no ha sido reconocida o examinada
suficientemente. Este estudio examinó los niveles de fatiga de las personas mayores con
y sin riesgo de caída, y mostró las diferencias en los parámetros físicos relacionados con
la aptitud funcional. Los resultados actuales pueden contribuir a la comprensión de la
fatiga de los adultos mayores como elemento a considerar dentro de los posibles
factores de riesgo de caídas en esta población y también contribuye a la identificación
temprana de los potenciales candidatos a la caída.
MATERIAL Y MÉTODO
Diseño del estudio
Se trata de un estudio descriptivo diseñado para identificar las diferencias en la aptitud
funcional entre adultos mayores que estaban en riesgo de caídas y los que no lo estaban.
Participantes
Un total de 174 personas mayores con un rango de edad comprendido entre los 60 y 86
años formaron parte de este estudio (M=69,84 SD =5,99). Los participantes eran
usuarios de un centro recreativo y deportivo de una provincia del sur de España. A
todos los participantes se les informó del objetivo del estudio y se los requirió su
consentimiento para la realización de las pruebas físicas y la cumplimentación de las
medidas de autoinforme.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes: tener 60 ó más años de edad, no
padecer ningún tipo de enfermedad que pudiese alterar el equilibrio y la actividad
funcional (dificultades auditivas o vestibulares), no sufrir problemas neurológicos
8
centrales o periféricos así como enfermedades reumatológicas, somáticas o psiquiátricas
graves y, no estar en posesión de algún tipo de prótesis o marcapasos.
El diagrama de flujo que describe el proceso seguido para la obtención de participantes
se muestra en la figura número 1. La toma y registro de datos, tanto los asociados a la
condición física como las medidas de autoinforme, se llevó a cabo durante el mes de
mayo-Junio de 2016. El estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la
Universidad de Jaén (España) coherente con los principios recogidos en la Declaración
de Helsinki.
Figura 1. Flow chart de los participantes del estudio
9
Instrumentos
Cuestionario sociodemográfico.
Los participantes informaron de su edad, situación laboral, máximo nivel educativo
alcanzado, estado civil, hábito tabáquico así como, si habían sufrido o no alguna caída
en los últimos 12 meses y, en caso afirmativo, qué número de ellas. En la tabla número
1 se muestran los valores promedio, desviaciones típicas y porcentaje observado en
algunas de las variables sociodemográficas registradas.
Índice de masa corporal.
Para la obtención del índice de masa corporal se empleó un tallímetro T201-T4
ASIMED y una báscula Inbody 720, BioSpace, Seoul, Korea. Para determinar el valor
de I.M.C. se empleó la fórmula de Quetelec que relaciona el peso en kilogramos con la
altura en metros cuadrados [I.M.C. = peso (kg) / altura (m2)].
Medidas de condición física.
Timed Up and Go Test: es una prueba destinada a evaluar la velocidad de la marcha.
Para su ejecución se debe permanecer, de inicio, sentado en una silla carente de
reposamanos. A la señal verbal del evaluador, el participante ha de levantarse de la silla,
recorrer una distancia de tres metros, voltear un pivote, regresar hacia la silla y sentarse
de nuevo lo más rápido que le sea posible. El registro del tiempo invertido comienza a
la señal del evaluador y finaliza cuando el participante reposa sobre la silla. La
velocidad de la marcha se obtiene dividiendo la distancia de 6 metros entre el tiempo
empleado (segundos) en realizar el desplazamiento (24). Cruz-Jentoft et al., (2010),
estableció un valor criterio de ≤ 0.8 m/s interpretado en términos de desplazamiento
lento, dificultades de movilidad y posibilidad aumentada de riesgo a sufrir caídas (25).
Concretamente fue este criterio empleado para establecer la distinción entre grupo de
riesgo y no riesgo de modo que, todos aquellos participantes cuya velocidad de
desplazamiento fuese igual o inferior a 0.8 m/s se incluirían en el grupo de riesgo a
sufrir caídas. En caso contrario, el participante se asignó al grupo de ausencia de riesgo.
10
Medidas de autoinforme.
La severidad de cansancio o fatiga, se evaluó mediante la versión española del
cuestionario Fatigue Severity Scale (FSS), cuestionario de autoinforme de 9 ítems
clasificado en una escala Likert de 7 puntos que mide el impacto de la fatiga. La
puntuación de la suma de 36 o la puntuación media de 4, es el punto de corte del FSS.
Una puntuación mayor que la de corte, significa fatiga patológica. Fue desarrollado en
1989 para medir la fatiga patológica en la enfermedad de Parkinson. Es un instrumento
sencillo, fácil y comprensible. El FSS, ha demostrado tener buenas propiedades
psicométricas en otras patologías como la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple,
lupus eritematoso sistémico, trastornos del sueño, enfermedad renal y obesidad.
El miedo a caerse y el riesgo de caídas debido a la confianza en la realización de
actividades diarias, se evaluaron mediante la versión en español del cuestionario Falls
Efficaccy Scale-International (FES-I), que fue validado en población postmenopáusica
por miembros del Grupo de Investigación CTS-026 "Grupo de Estudio en Actividad
Física, Fisioterapia y Salud” de la Universidad de Jaén (26) y por la versión española
del cuestionario Activities-specific Balance Confidence Scale (ABC), en la que además
el mismo grupo investigador demostró su validez y fiabilidad en pacientes españoles
con trastornos vestibulares (27).
La calidad de vida se evaluó mediante las versiones en español del cuestionario
genérico de salud SF-36 (36-item Short-FormHealthSurvey) (18). Cuestionario de 36
ítems con escala tipo Likert, donde se valoró la percepción de la salud, divididas en
salud general, cambio de salud, función física, rol físico, desempeño emocional, función
social, dolor físico, vitalidad y salud mental. En cada uno de los ítems, una mayor
puntuación correspondió a una mejor percepción de la salud.
11
Análisis Estadístico
Los análisis se realizaron con el paquete estadístico SPSS versión 19.0 para Windows
(SPSS, Inc., Chicago, IL, USA). Se empleó la prueba t para muestras independientes así
como la prueba Chi-cuadrado para examinar la posible existencia de diferencias en las
variables sociodemográficas. Adicionalmente, se utilizó el índice de correlación de
Pearson para explorar la relación lineal entre las distintas medidas registradas en el
estudio. Por último, se realizaron una serie de análisis de covarianza (ANCOVA) para
determinar la posible existencia de diferencia en las medidas dependientes de interés en
función del grupo al que quedó adscrito cada participante. El valor de significación
estadística se situó en p < .05.
RESULTADOS
Estadísticos descriptivos de las variables personales y sociodemográficas.
En la tabla 1 se muestran las puntuaciones promedio, desviaciones típicas y valores
porcentuales de diferentes variables sociodemográficas para el conjunto de los
participantes y cada uno de los grupos establecidos (no riesgo vs riesgo). Se observaron
diferencias significativas entre ambos grupos en la variable edad, t(172) = 4.30, p< .001,
estatura, t(172) = -3.66, p< .001 e índice de masa muscular, t(172) = 2.32. p< .05. Tanto
la edad promedio como el índice de masa muscular fue superior en el grupo de riesgo
mientras que la altura promedio lo fue en el grupo de no riesgo. Adicionalmente se
obtuvieron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos de
comparación en las variables máximo nivel educativo alcanzado (el porcentaje de
participantes sin estudios fue superior en el grupo de riesgo) y estado civil (el porcentaje
de participantes separados, divorciados o viudos fue más elevado en el grupo de riesgo).
12
Tabla 1: Media, (SD) y porcentajes en las características sociodemográficas. *
No riesgo
(n = 70)
Riesgo
(n = 104)
Total
(n = 174) p
Edad 67.57 71.38 69.84 < .001
(5.19) (6.03) (5.99)
Peso 74.69 74.18 74.39 > .05
(11.29) (11.07) (11.13)
Altura 159.53 155.16 156.92 < .001
(7.94) (7.55) (7.98)
IMC 29.31 30.70 30.14 < .05
(3.98) (3.84) (3.94)
Estado ocupacional (%)
> .05
Desempleado/a 4.60% 4.60% 9.20%
En activo 1.70% 2.30% 4.00%
Jubilado/a 33.30% 53.50% 86.80%
Nivel educativo (%)
< .05
Sin estudios 8.62% 24.14% 32.80%
Primarios 29.31% 21.27% 50.60%
Secundarios 4.02% 5.74% 9.80%
Universitarios 4.60% 2.30% 6.90%
Estado civil (%)
< .05
Soltero/a 1.15% 0.58% 1.70%
Casado/a 31.03% 34.48% 65.50%
Otro 8.05% 24.71% 32.80%
Fumador (%)
> .05
Sí 2.87% 2.80% 5.70%
No 56.90% 37.36% 94.30%
*IMC = Índice de masa corporal
13
Análisis de correlación.
La tabla 2 refleja los valores del índice de correlación de Pearson entre las diferentes
variables de interés. De inicio, la edad cronológica mantuvo una correlación positiva y
estadísticamente significativa con el tiempo invertido en la tarea de desplazamiento (r =
.31, p< .001) así como negativa con la dimensión función física del SF-36 (r = -.22, p<
.005).
Sin embargo la fatiga mantuvo una correlación positiva y estadísticamente significativa
con el temor a caer registrado mediante la prueba FES-I (r = .19, p< .05), así como con
el tiempo invertido en la tarea de desplazamiento (r = .18, p< .05), siendo esta también
positiva y estadísticamente significativa.
Asimismo, el tiempo empleado en la ejecución de la prueba Up and Go se asoció de
forma positiva con el temor a caer registrado mediante la prueba FES-I (r = .58, p<
.001), mientras que esta relación fue negativa y estadísticamente significativa con los
valores mostrados en la prueba ABC (r = -.47, p< .001), así como con las dimensiones
evaluadas por el SF-36 a excepción del cambio de salud.
A su vez, los valores obtenidos en la escala ABC mantuvieron una relación positiva y
estadísticamente significativa con la función física y rol físico del SF-36(r = .52, p< .01
y r = .39, p< .01). Estas correlaciones también resultaron ser estadísticamente
significativas si bien negativas entre las puntuaciones arrojadas por el FES-I y estas dos
dimensiones del SF-36(r = -.56, p< .01 y r = -.45, p< .01).
14
Tabla 2: Valores del índice de correlación de Pearson y significación estadística de las
variables edad del participante, nivel de fatiga, tiempo invertido en la tarea Up and Go,
temor a caer, capacidad funcional, función física y rol físico (SF-36).
1 2 3 4 5 6 7
Edad 1 .08 .31** -.08 .12 -.22** -.07
Fatiga 1 .18* -
.21**
.19* -.39** -.31**
UP_and_GO 1 -
.47**
.58** -.48** -.24**
ABC 1 -
.80**
.52** .39**
FES_I 1 -.56** -.45**
Función física 1 .48**
Rol físico 1
* p< .05
** p< .01
Análisis de covarianza.
Con objeto de dar respuesta al objetivo principal del estudio se realizaron diferentes
análisis de covarianza. Las variables independientes fueron haber sufrido una caída
durante el año previo con dos niveles (no vs sí) y satisfacer uno de los criterios de
posibilidad de caída futura (no riesgo vs riesgo) considerando la velocidad de
desplazamiento lograda en la prueba Up and Go. Dada la existencia de diferencias
significativas entre ambos grupos de riesgo en la variable edad se incorporó ésta última
como covariable.
15
En la tabla 3 se muestran los valores promedio y desviaciones típicas de las distintas
variables dependientes (Fatiga, Temor a caer (ABC), Confianza para la ejecución de
actividades de naturaleza motora (FES_I) y calidad de vida asociada a la salud física
(Función física y Rol Físico) para cada uno de los grupos establecidos.
Tabla 3: Media (SD) de las diferentes medidas dependientes empleadas en función de
los grupos de estudio.
Sin riesgo En riesgo
No caídas
(n = 51)
Caídas
(n = 18)
No caídas
(n = 65)
Caídas
(n = 40)
Fatiga 25.76 24.11 29.08 32.07
(15.19) (12.30) (13.51) (14.62)
ABC 86.34 80.77 73.98 57.40
(14.48) (17.72) (16.68) (23.05)
FES_I 20.86 22.89 25.85 34.18
(4.19) (5.58) (8.33) (11.81)
Función
física 77.55 79.17 66.92 50.63
(17.93) (17.67) (23.00) (26.24)
Rol físico 78.49 68.05 70.82 49.38
(35.71) (45.21) (40.89) (44.39)
16
Temor a caer y funcionalidad.
El análisis para la confianza atribuida para la realización de tareas motoras (ABC)
reveló la existencia de un efecto principal estadísticamente significativo tanto del grupo
de riesgo, F(1, 169) = 33.93, p< .001, η2 = .17, como de la experiencia de caída previa,
F(1, 169) = 13.28, p < .001, η2 = .07. La interacción grupo x caída no resultó
estadísticamente significativa, F(1, 169) = 3.12, p> .05. La capacidad atribuida fue
mayor en el grupo de ausencia de riesgo (83.56 vs 65.69) y en quienes no informaron de
caídas en los 12 meses precedentes (80.16 vs 69.08).
El análisis para la variable fatiga arrojó un efecto principal estadísticamente
significativo de la variable riesgo a caer, F(1, 169) = 5.48, p = .02, η2 = .03. Ni el haber
sufrido una caída previa, F(1, 169) = .08, p > .05, ni la interacción caída x riesgo, F(1,
169) = .93, p > .05, resultaron estadísticamente significativas. Así pues, la fatiga
informada alcanzó un valor superior en aquellos participantes que tardaban más en
completar la prueba Up and Go, a saber, en quienes se encontraban en situación de
riesgo de caída (M = 30.58 vs M = 24.93). En la figura número 2 se muestran estos
resultados.
Figura 2: Valores promedio alcanzados en la variable fatiga en función del riesgo a
volver a caer y haber sufrido una caída durante el año previo.
0
5
10
15
20
25
30
35
No riesgo Riesgo
No cae
Cae
p < .05
17
Respecto al temor a caer (FES-I), se observó un efecto principal significativo tanto del
grupo de riesgo, F(1, 169) = 31.72, p< .001, η2 = .16, como de la experiencia de caída
previa, F(1, 169) = 13.88, p< .001, η2 = .08. A su vez, la interacción grupo x caída fue
estadísticamente significativa, F(1, 169) = 5.14, p< .05, η2 = .03.
El análisis detallado de la interacción arrojó diferencias significativas entre los
participantes incluidos en el grupo de riesgo que indicaron caer y no hacerlo, t(103) = -
3.92, p< .001 (34.17 vs 25.82), así como entre quienes no cayeron pero diferían en su
situación de riesgo, t(115) = 3.52, p = .001 (25.82 vs 21.23) y quienes cayeron y a su
vez diferían en el grado de riesgo, t(55) = 4.12, p< .001 (34.17 vs 22.00). En la figura 3
se representa este resultado.
Figura 3: Resultados del análisis de covarianza (ANCOVA) donde se muestran las
diferencias de la interacción riesgo x caída para la medida dependiente temor a caer.
Calidad de vida asociada a la salud.
Atendiendo a la medida de calidad de vida relacionada con la salud, los análisis
realizados revelaron la existencia de un efecto principal estadísticamente significativo
de la variable riesgo en la dimensión función física, F(1, 169) = 20.97, p< .001, η2
= .11
p < .01
p < .01
p < .01
18
(78.36 vs 58.78). En este caso, el grupo de ausencia de riesgo alcanzaba una puntuación
más elevada.
Adicionalmente, la experiencia de caída en los 12 meses precedentes se asoció de forma
diferencial con las medidas dependientes rol físico, F(1, 169) = 5.24, p< .05, η2 = .03
(74.65 vs 58.72). En este caso, la puntuación más elevada era alcanzada por quienes no
sufrieron caídas en el año previo.
Por último, se observó una interacción estadísticamente significativa riesgo x caída en la
medida función física, F(1, 169) = 6.41, p = .01, η2 = .04. El análisis pormenorizado de
la interacción arrojó diferencias significativas entre los participantes incluidos en el
grupo de riesgo que indicaron no caer y hacerlo, t(103) = 3.20, p< .001 (66.15 vs 50.63),
así como entre quienes no cayeron pero diferían en su situación de riesgo, t(115) = -
3.06, p< .005 (77.98 vs 66.15) y quienes cayeron y a su vez diferían en el grado de
riesgo, t(55) = 4.12, p < .001 (80.88 vs 50.63).
DISCUSIÓN
El objetivo general del presente estudio fue examinar los niveles de fatiga en las
personas mayores con y sin riesgo de caída, además de mostrar las diferencias en los
parámetros físicos relacionados con la aptitud funcional.
Los resultados obtenidos pueden contribuir a la compresión de la fatiga en las personas
mayores como elemento a considerar dentro de los posibles factores de riesgo de caídas
en la población, además de contribuir a la identificación temprana de los candidatos
potenciales a la caída.
Tal y como desarrollaron en sus estudios (Belmont et al., 2006; Dittner et al-, 2004),
estamos de acuerdo en que la fatiga es esencialmente una experiencia subjetiva y a
menudo difícil de medir, aunque puede ser la principal fuente de las caídas en ancianos.
Por otro lado, los individuos que independientemente del nivel de lesión, suelen reportar
la fatiga como un problema constante o recurrente después de la lesión (Belmont et al.,
2006; Borgaro et al., 2005). Ziino y Ponsford (2005) encontraron que las actividades
que requerían esfuerzo mental o físico a menudo daban lugar a un aumento de los
niveles de fatiga. En nuestro estudio, la fatiga informada alcanzó un valor superior en
19
aquellos participantes que tardaban más en completar la prueba Up and Go, lo que
refleja la teoría apoyada anterior de que la prueba requería un esfuerzo mental y físico
para algunos ancianos más que otros.
Un 33,33% de los participantes en nuestro estudio sufrieron al menos una caída durante
el último año. En un estudio reciente (2015) realizado por Kojima et al. (10) se
obtuvieron resultados similares (22,77%) para una muestra de adultos mayores de 65
años a los que se le hizo un seguimiento de 24 semanas. Ambos porcentajes parecen lo
suficientemente elevados como para justificar la necesidad de evaluar el riesgo de sufrir
posibles caídas en esta población.
En nuestra investigación, los resultados más altos obtenidos en el cuestionario
Activities-specific Balance Confidence-Scale (ABC) (17) se mostraron en el grupo sin
riesgo y sin caídas previas 86,34 +-14,47 y los resultados más bajos se mostraron en la
población de riesgo con caídas, con una puntuación media de 57,4 +- 23,05,
corroborando el punto de corte descrito por LaJoie Y (2004) (26), donde delimitaba el
aumento del riesgo de caídas en menos de 67 puntos. Estos resultados están en
consonancia con los obtenidos por Stubbs et al (2014), (28) en un estudio de 169
participantes, donde mostró una menor puntuación en las personas con antecedentes de
caídas (54,5%; p<0,001) en comparativa con los personas sin antecedentes (61,1%
p<0,001) relacionados con el cuestionario ABC; mostrando además este instrumento
como válido y fiable para controlar el aumento del riesgo de caídas (R=0,5261
p<0,0001). Sin embargo Stasny B, et al (2011) (29) en una revisión sistemática
analizada demostró que no existía evidencia suficiente entre la relación de la puntuación
del ABC y el aumento del riesgo de caídas en personas mayores.
Los resultados obtenidos en relación con el cuestionario Falls Efficaccy Scale-
International (FES-I), para medir el temor a caer (9) muestran que el 59,7% de los
participantes se encontraban en situación de riesgo de padecer caídas. Donde la
puntuación media más alta la obtuvo el grupo de riesgo con caídas 34,18 +-11,81 y la
más baja la población sin riesgo y sin caídas 20,86 +-4,19. Un estudio recientemente
publicado (2016) por Moreira et al (30) midió el temor a caer a través del cuestionario
FES-I, donde un 55,23% de su muestra se encontraban en situación de riesgo de padecer
caídas, mostrando además un aumento del temor a caer en el grupo con alto riesgo de
caídas relacionados con una velocidad de la marcha lenta AUC= 0,55 (IC del 95%: 0,49
20
a 0,60; p=0,071), estando en consonancia sus resultados con nuestro planteamiento de
investigación.
Nuestros resultados muestran que el tiempo empleado en la ejecución de la prueba
Timed Up and Go se asoció de forma positiva con el temor a caer registrado mediante la
prueba FES-I (r = .58, p < .001), mientras que esta relación fue negativa y
estadísticamente significativa con los valores mostrados en la prueba ABC (r = -.47, p <
.001), donde el 59,7% de nuestra muestra mostraba una velocidad de la marcha lenta.
En la misma línea, Viccaro L et al. (2011) mostraron la relación de la velocidad de la
marcha obtenida a través de la prueba timed up and go test con el riesgo de padecer
caídas (25), con un 69% de participantes con marcha lenta y mostrando una relación
significativa y similar a nuestro planteamiento de investigación donde tomamos la
velocidad de la marcha como predictor del riesgo de caídas.
Con respecto a la percepción de salud, nuestra investigación mostró relaciones
significativas entre los cuestionarios ABC Y FES-I con la dimensión función física del
SF-36, donde obtuvimos la relación más significativa con ABC (R= 0,521) y con el
cuestionario FES-I (R=-0,563) mostrando además las puntuaciones medias más altas en
comparativa con las demás dimensiones del SF-36, siendo sus puntuaciones medias de:
79,17 +-17,68 en la población sin riesgo con caídas; 77,55, +-17,93 en la población sin
riesgo y sin caídas; 66,92, +-23,01 en la población con riesgo sin caídas y 50,64, +-
26,24 en la población de riesgo con caídas. En un estudio de Viccaro et al. (2011) (25),
mostraron resultados similares en la dimensión Función Física del SF-36 con el grupo
de marcha lenta (1,95, p=0,1-.049) y con el grupo de marcha rápida (8,65, p=01-.049).
Sin embargo en un estudio (2009) realizado por Chang et al (31) obtuvieron resultados
diferentes a los nuestros, mostrando una puntuación media en la dimensión Función
Física del SF-36 de 48,9 +-10,4 en el grupo con miedo a caerse y 51,1 +-9,3 en el grupo
sin miedo a caerse.
En resumen, podemos concluir que en personas mayores de 60 años, haber sufrido una
caída en el último año y presentar una velocidad de la marcha lenta menor a 0,8 m/s, y
tener mayores niveles de fatiga se relaciona de forma significativa con un aumento del
temor a caerse y una menor percepción de la calidad de vida.
Nuestros resultados, destacan la necesidad de la disminución del funcionamiento físico
como factor asociado con las caídas entre adultos mayores activos con baja percepción
21
de riesgo de caída. Las personas mayores activas tienden a creer que sus caídas pueden
ser frecuentadas debido a factores de comportamiento tales como pavimentos agrietados
o la falta de atención durante las actividades.
Existen algunas limitaciones en este estudio; en primer lugar sería la muestra de estudio
utilizada, fueron personas mayores que residen en una provincia de la Comunidad
Autónoma de Andalucía, lo que puede haber aumentado la generalidad de nuestros
resultados y deben ser vistos con cautela. En segundo lugar, dado que los participantes
eran el 100% de raza blanca, nuestros resultados no pueden ser generalizables a los de
otras zonas geográficas con otros orígenes étnicos.
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25
ANEXOS
Cuestionario ABC
26
Escala de severidad de cansancio/fatiga
27
Escala de eficacia en caídas (FES-I España)
28
Cuestionario SF-36
29
30
31
32
33
Informe de autorización del tutor
34
Autorización para publicación en repositorio
35
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