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TrompetaEvangelizadora
2014 Febrero
Sed
FUERTES en el
SEÑOR
2 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
Contenido
S E D F U E R T E S E N
4 Como recibimos nuevas fuerzas
Acceso a la fuerza probada en tormenta.
5 El da esfuerzo al cansado
¿He perdido la fuerza?
6 Fuerte por la palabra de Dios
Cada persona debe pasar por tiempos incómodos y
difíciles. ¿Cómo puede ayudar aquí la palabra de Dios?
8 ¿Cómo podemos ser fuertes en el Señor?
¿Existe un método milagroso, un camino de oro que nos hace tener personalidad poderosa?
9 Falta de sostén
26 Conversión
Programa radial
10 Orar es varonil
Héroes son personas que han conocido, que
la oración es un arma poderosa en cada
batalla. La oración no es el último medio,
sino la primera elección.
Lo que mueve al corazón
12 Encuentra el núcleo
Recomendaciones para un provechoso estudio bíblico.
13 Un apasionante libro
Enseñanzas bíblicas – fácil de comprender
14 La doctrina de la santificación
¿Qué es realmente santificación?
El misionero de China
22 Hudson Taylor (13)
15 Oir – creer – saber
Una prueba
D I O S
Editorial
3 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
¡Estimado lector!
Si en esta edición de la Trompeta Evangelizadora
redactamos sobre fortaleza y poder, pensaríamos tal
vez en primer momento en energía nuclear, en
armamentos militares y en aspiraciones de la
influencia y el poder humano. Cuantas peleas, luchas,
guerras, si, guerras mundiales se han producido por
medio de estas fuentes envenenadas. Pero nosotros
hablamos de la ideología: “Fortaleceos en el Señor, y
en el poder de su fuerza” (Efesios 6,10).
Esto nos muestra una dirección completamente
diferente; una meta diferente. Acá no se trata de reinar
sobre el otro, humillarlo y destruirlo. Aquí se trata de
servir, ayudar y ser bendición para ser fuertes en la fe
y confianza en Dios. Este propósito divino se
evidencia en el amor de Dios y su santidad.
En el hostigamiento mundano por poder y fortaleza
está el germen del pecado, y detrás de él está Satanás.
Por eso: Para ser fuerte en Dios, debe solucionarse el
problema del pecado. Leemos en la palabra de Dios:
“No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que
more en ella [en Sión, en la iglesia de Dios] le será
perdonada la iniquidad” (Isaías 33,34).
¡Por el perdón divino obtenemos redención!
Obtenemos fortaleza y gracia para estar en comunión
y relación con Dios. Aquí tenemos la conexión a la
fuente de fortaleza divina. Por medio de la oración
podemos pedir de su plenitud gracia sobre gracia. Por
medio del bendecido evangelio, que es poder de Dios,
recibimos fuerzas y valentía interior para seguir a
Jesús con fe. Y en las tentaciones y pruebas de la vida
podemos tener victoria por medio del poder de Dios.
¡Los discípulos y todos los hijos de Dios han recibido
desde lo alto, para ser fieles testigos y mensajeros de
Jesucristo, victoria por medio de la fortaleza en la
palabra divina y el Espíritu Santo!
Estimado lector, ¿eres tú también fuerte en el Señor y
en el poder de su fuerza?
H. D. Nimz
Página juvenil
16 La justicia hecha suficiente
Pregunta juvenil
17 Persecución y autoridad
18 Experiencias con Dios
Página infantil
19 Una importante pérdida
Valentía
Página para mayores
20 La abuela dijo
El método más importante de evangelización
Perfil de la iglesia
24 Eppingen
27 Pie de página
28 Verdadera fuerza
21
4 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
SED FUERTES EN DIOS
Como recibimos nuevas fuerzas
Una mañana, durante el crudo invierno, salí de mi
dormitorio, en el cual lamentablemente encontré poco
descanso en esta oportunidad. Ahí se encontraba
delante de mí el nuevo día, como un examen sin
solución.
Todavía no había bajado medio escalón, cuando llegó
hacia mí el menor: “¡Oh, Padre, durante la noche
explotó el caño de agua y recién nos percatamos de
ello. Se puede andar a canoa en el sótano. El agua tiene
como medio metro allí. Las papas, las hortalizas, las
botellas, si, todo flota alrededor!” - ¡Y así era! A los
pequeños les parecía divertido, lo que naturalmente no
mejoró mi humor. Sin importar lo que tuviera por
hacer, ahora debía conseguir obreros que repararan el
daño. Ese era el gran problema. Apenas me senté frente
al escritorio cuando llegó un mendigo, que tenía todas
las características de un hipócrita y mentiroso. Y no
puedo ayudarme a mí mismo, si cualquier tipo de
hipocresía de los días comunes me pone muy nervioso;
- ¡Y eso incluso hoy! Mientras el hombre aún hablaba,
vino uno de los niños lentamente; se había caído en el
piso resbaladizo y sufrió un esguince del pie.
Pero todavía no era suficiente. “¡Buen día!”, dijo el
cartero. Trajo muchas más cartas de las que desearía.
Bueno, eso solía hacerlo. Pero, debajo de las muchas
cartas que yo no deseaba, había dos que tenían
franqueo adicional, y por eso el hombre entró. Y había
todavía otra carta, cuyo contenido era por demás
molesto. Ya había llegado al estado de caer la última
gota que haría rebasar el vaso de agua. Y
efectivamente, se hubiese desbordado, cuando se
reportó un querido hombre, que no era precisamente
oportuno en ese momento. “¡Has predicado tan
enérgicamente sobre la fe el último domingo!”, dijo.
¡Ahá! Eso me apresó. De modo que había predicado
enérgicamente de la fe, y ahora, ¡Oh, yo tenía la
percepción de creer que el diablo gobernaba el mundo!
¡Teoría y práctica! El hombre me pidió que le
transcribiera una de las frases que había mencionado en
la prédica. Y era lo siguiente:
Dador de los buenos dones, una firme fe quiero tener, como una roca de mar inmutable, cuando contra ella las olas dan.
Y lo escribí. “¡Tú me eres una hermosa roca de mar!”
me dije en silencio y tuve que reír de mí mismo.
¡Gracias a Dios! Así una risa sobre uno mismo es más
valiosa que el oro, si, frecuentemente tienen más valor
que las lágrimas de autocompasión. Cuando mi querido
coleccionista de versos, que en esta oportunidad sin
que lo supiera realizó servicios de ángel conmigo,
atravesó la puerta, yo la cerré y no la volví a abrí tan
rápidamente. Pero cuando la abrí nuevamente, mi
oficina estaba irradiada de rayos de sol, a pesar de que
afuera nevaba. Ahora me podía burlar de las pequeñas
adversidades, que antes me parecían tan grandes. Si no
hubiese buscado la quietud en Dios, si, quien sabe lo
que podría acontecer todavía ese día, pues un hombre
desintonizado es un ser peligroso; no quisiera decir qué
peligroso.
Por lo tanto, cuando sentimos que el mundo se
vuelve frenético para nosotros, debemos huir
inmediatamente de él y buscar la santa calma. No
debemos avergonzarnos en absoluto por estas
necesidades. También era una profunda necesidad de
nuestro Salvador, muy frecuente, como lo sabe cada
lector bíblico, huir del mundo para buscar descanso del
trabajo, para el cuerpo y el alma, y allí donde
enmudecen las voces humanas y donde él solo
escuchaba la voz del Eterno. Si era en un silencioso
aposento, o en una solitaria montaña, ya fuera en un
tranquilo lago o en el desierto, no viene a
consideración. Y si el Salvador tenía la necesidad de
buscar la soledad - ¡Mucho más nosotros! Por ello,
querido lector, busca siempre esta fuerza en la oración
y el silencio, cuando ya no la puedes conseguir con tus
propias fuerzas. O.F.
5 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
El da esfuerzo al cansado
Nó solo los débiles, también las personas fuertes
pueden cansarse. Elías estaba sentado, cansado, bajo
el enebro y anhelaba morirse. También Jesús estaba
cansado, cuando se durmió en la parte posterior del
barco, antes de que se levantara la tormenta en el
mar de Galilea. Cada persona se cansa cuando tiene
que sobrellevar sus fuerzas. Eso sucede en lo físico
como también en lo espiritual.
Uno puede volverse espiritualmente cansado bajo
una pesada carga de la cruz. Uno puede cansarse en
la batalla con el pecado y las fuerzas de las tinieblas.
Uno puede cansarse corporal y espiritualmente en el
trabajo en el Reino de Dios. Habrá pocos cristianos
que no se sinitieron aún cansados bajo el peso de la
cruz y bajo la carga de las preocupaciones. También
habrá pocos luchadores bajo la cruz y pocos obreros
en la viña del Señor que aún no estuvieron cansados
externa e internamente. Pero no necesitan colapsar
en su cansancio, pues para ellos vale la promesa: “El
tiene fuerzas para los cansados.”
Todos están invitados a venir a la fuente de fortaleza
de Dios, a beber de ella y volverse fuertes
nuevamente en el poder de su fuerza. Los
manantiales y fuentes, de los cuáles se puede obtener
fuerzas, están en la Palabra de Dios. Cada promesa
relacionada con nuestras necesidades se cumplirá en
nosotros mediante la fe. Y cada promesa es una
fuente de poder, de la cual obtenemos lo que
necesitamos para ser fortalecidos y reanimados.
Elías estaba cansado espiritual y físicamente. Por
eso el Señor le envió pan y agua, para fortalecer el
cuerpo y el alma para el viaje que tenía por delante.
La principal fuente, de la cual fluye fuerza para
nosotros cuando estamos cansados, está en Dios
mismo. De su trono fluye el río de la vida y fluye en
todos los que yacen sedientos delante de Él en los
peldaños de su trono. Ellos saben que no tienen
fuerzas, ni capacidad en sí mismos, sino que tienen
que obtener en todo momento la fuerza de Dios, para
resistir hasta la muerte.
¿He perdido la fuerza?
En la escritura leemos del fuerte hombre Sansón. Él
logró cosas maravillosas. Pero se debilitó y perdió la
fuerza a causa de su desobediencia a Dios. ¿Qué hay
de mí? La palabra de Dios demanda de mí ser
fortalecido en el Señor, y en el poder de su fuerza.
¿Puedo perder mi fuerza por un aparente pequeño
descuido? Si me conduzco por otro camino y mi
oración ya no es como antes, con tanto fervor y
fidelidad puede ser que ya no posea la fuerza de
antes. ¿Me ocupo con otras cosas, que desmoronan
mi oración por las necesidades espirituales y físicas?
¿Pienso en cosas que perjudican mi vida espiritual?
¿Hablo tanto o de tal modo que después siento que
no es bueno para mi vida espiritual? ¿Me introduzco
en algo que interfiere mi íntima relación con el
Padre celestial? Si quiero obtener victoria sobre el
pecado y todo mal, necesito fuerza y gracia de lo
alto en gran manera. Necesito fuerza espiritual para
ser una ayuda a mis semejantes y no un obstáculo en
el camino de la vida. Por lo tanto no debo dejar que
alguien saquee mis fuerzas. Tampoco debo permitir
que mi vida se debilite. ¡Con la ayuda del Señor
quiero caminar cuidadoso y precavido y mantenerme
cerca de él! A.K.
6 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
SED FUERTES EN DIOS
Fuerte por la Palabra de Dios
“Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi
corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.”
(Jeremías 15,16)
“Él no tuvo enemigos,” oímos a menudo, cuando un
prestigioso ciudadano fallece. La mayoría de las
veces se trata de semejantes, que se han distinguido
por su gran bondad, que se interpusieron a cualquier
razón, que ayudaron cuanto les fue posible. Con ellos
no se podía tener discusiones, ellos eran muy
“buenos” para eso. El profeta Jeremías no perteneció
a esta categoría de coetáneos.
Persecución, el normal riesgo de profesión Jeremías padecía por sus enemigos, quienes lo
perseguían y le hacían difícil la vida. Cada persona
contiende y disputa con él, cada uno lo maldice. Esa
es la triste realidad de un hombre, que se consume en
el servicio a su Dios. Jeremías no es uno de los
predicadores amados, sino uno de los muchos
combatidos anunciadores de la palabra de Dios. Son
dolorosas experiencias por las cuales debe pasar el
profeta. Con ellos Jeremías no cometió injusticia. Él
no engañó a nadie, ni se ha enriquecido por nadie. En
ese caso sería comprensible la actitud de sus
contrarios. No, Jeremías es injuriado por las personas
de su pueblo, porque él aboga por la justicia de su
Dios. Es atacado y hostigado, porque expone
fielmente el mensaje de su Dios. Al profeta le va
como al salmista, cuando clama: “Cuando les hablo
me declaan la guerra." (Salmos 120,7).
Evidentemente estas experiencias corresponden a la
triste realidad de los testigos de Dios: porque se
ponen del lado de Dios, ganan a los hombres como
enemigos. Quien quiere ser amigo de Dios, se carga
sobre sí la oposición de los enemigos de Dios.
¿Deben sufrir persecuciones los cristianos? ¿Tienen los discípulos de Jesús experiencias
similares a las de Jeremías, el profeta del antiguo
testamento? ¿Sufren ellos también la enemistad de
este mundo? ¿O se puede pasar por esta vida como
cristiano sin hostilidad, apreciado y honrado por
todas las personas? ¿Qué dice el nuevo testamento a
esta pregunta? Seguidamente debemos determinar:
Jesús tenía muchos enemigos. Sus adversarios
correspondían al “campo religioso”, ellos eran los
oficiales “guardianes de la piedad” . Las palabras y
hechos de Jesús no solo encontraron aprobación
creyente, no, sino que evocaron también severo odio.
Jesús fue perseguido por sus adversarios y terminó en
la cruz. El bienhechor de los pobres murió como un
criminal. El predicador de amor al enemigo
experimentó odio irreconciliable. A pesar de su
humildad y altruismo, Jesús sufrió persecución.
Como siempre la maldad es enemiga de lo bueno.
También debemos constatar: Jesús anunció a sus
discípulos el mismo destino - el destino de los
profetas - Él no dejó dudas en eso, que sus discípulos
en su vida como cristianos llevarán sobre sí el odio
del mundo. A menudo eran los más “religiosos” los
que con más fuerza embravecían contra los
cristianos. Recordemos solo la persecución de la
primera iglesia cristiana en Jerusalén o los
sufrimientos del apóstol Pablo, que fueron
ocasionados por los devotos judíos. En nuestro país
apenas percibimos de una persecución por el nombre
de Cristo. En otros países se manifiesta de manera
muy diferente. Allí la iglesia de Cristo es llevada al
martirio, allí los que profesan a Cristo pagan un alto
precio. ¿Por qué nosotros quedamos librados de eso?
¿Nuestro testimonio de Jesús está tan amoldado que
ya no causa escándalos?
Impugnación - el triste lado oscuro El profeta Jeremías, perseguido por sus adversarios,
llegó por ello a profunda desesperación. Prefirió no
haber nacido. Sufría en su soledad, sin amigos, en la
que lo llevó su oficio de profeta, pues todos los
sufrimientos que le acontecieron, eran sufrimientos
7 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
por el designio de Dios. El futuro no muestra ninguna
franja de claridad en el horizonte, todo está oscuro
delante de él. Así le fue antes a Moisés, quien en su
desesperación por el pueblo de Dios no quería vivir
más. - Así experimentó Elías, que perdió todo su
ánimo bajo la persecución de la reina Jezabel, y
anhelaba su muerte. También en el nuevo testamento
nos encontramos con el hecho que en la vida de las
personas que sirven a Dios, existen horas oscuras.
Juan el bautista envía desde la cárcel, una
desesperada pregunta a Jesús: “¿Eres tú el que había
de venir?” en su calabozo le sobrevinieron
inquietantes preguntas, si Jesús era realmente el
prometido Mesías. ¿Y no tuvo el propio Jesús una
difícil batalla de oración en Getsemaní, la que
atravesó con mucho temblor y vacilación? ¿Y no
exclamó en la cruz de Gólgota: “Dios mío, Dios mío,
por qué me has abandonado”? ¿Y no informa Pablo
de las horas que le sucedieron en Asia, que fueron
tan terribles, que él y sus compañeros temieron por
sus vidas? La impugnación era tan grande, que ellos
contaban con su temprana muerte.
Palabra de Dios - la oculta fuente de fortaleza Jeremías sufre persecución, se atormenta con las
oposiciones. Pero también experimenta la fuerza, que
le ayuda a sobrellevar la persecución y resistir la
dificultad: Dios le fortalece por su palabra. Así como
el pan diario nos da fuerzas para nuestra obra
cotidiana, así el hombre de Dios es nutrido por medio
de la palabra de su Dios, en cuanto Dios mismo se
encuentra con él. La palabra de Dios le es pan de
vida, que siempre puede tomar nuevamente de las
manos de Dios. Dios lo levanta nuevamente, lo hace
por su palabra, la cual llena el corazón del profeta
con regocijo y consuelo. Con ello no acabaron las
persecuciones y no finalizó la oposición. Pero en toda
tristeza y desfallecimiento el profeta recibió la
palabra por la que Dios lo levantó. En su oscuridad
irrumpió el claro resplandor del consuelo divino. Por
este medio Dios se acerca y ayuda a sus perseguidos
y abatidos hijos. Siempre la palabra de Dios quiere
ser una luz que ilumina nuestro oscuro camino, una
espada con la cual nos defendemos de los ataques del
mal, un manantial que nos refresca en los
polvorientos caminos de nuestro peregrinar temporal.
Con la palabra Jesús quitó las insistencias del
tentador. Con la palabra los apóstoles alentaron y
levantaron a los perseguidos cristianos. Con el aliento
de la palabra el apóstol Pablo aprendió a sobrellevar
el aguijón en la carne, y aun así cumplir su misión.
¿Pueden los cristianos vivir sin la Palabra de Dios? Existe una ley espiritual fundamental, que nadie sin
perjuicio queda sin consideración: toda vida
espiritual se origina por la palabra, y es conservada
por la misma. La palabra se demuestra como la
semilla del nuevo nacimiento, que origina la vida
nueva. Al mismo tiempo esta palabra es alimento,
que provee para el crecimiento espiritual de la nueva
vida. Por eso es tan importante que todas las personas
oigan y lean la Biblia, pues sin la palabra de Dios
nadie alcanza la fe viviente. Y como creyentes nos
marchitaremos espiritualmente y pereceremos, si
desperdiciamos alimentarnos de la fuerza vital de la
palabra de Dios. Sin la palabra de Dios no prospera
nada en el reino de Dios. La metáfora de la
alimentación hace eso evidente. Sin ingestión de
alimentos adelgazamos, perdemos nuestras fuerzas,
somos susceptibles a enfermedades, finalmente
sufrimos muerte por inanición. Como se observa eso
nos evidencian las imágenes de miserias en las zonas
de hambruna de esta tierra. Sin el pan diario no
podemos sostener nuestra vida. A los ojos de Dios
muchos “cristianos” asemejan este estado de
hambruna. Ellos no cuidan una seria relación con la
palabra de Dios. A menudo solo la hoja de calendario
da un poco de alimento. Muchos cristianos están
desnutridos y por ellos sin fuerzas espirituales. Y
cuando llega la muerte espiritual, ya no son más
cristianos. Y, ¡qué gran riqueza nos dio Dios en su
palabra! ¡La verdadera palabra de vida!
8 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
SED FUERTES EN DIOS
¿Cómo podemos ser
fuertes en el Señor?
En Efesios 6,10 se nos exhorta: “Fortaleceos en el
Señor”. Debemos ser fuertes espiritualmente, para
tener victoria de las fuertes luchas de la vida y tener
éxito en la vida cristiana. La periódica visita a los
cultos es una gran ayuda para nosotros. La Biblia nos
da varias indicaciones de cómo podemos permanecer
fortalecidos en el Señor. La fe es muy importante
para ser fortalecidos en el Señor. Pablo nos dice que
Abraham era fortalecido en fe dando a Dios la gloria.
Para nosotros sin fe es imposible subsistir y tener
victoria, porque sin fe el hombre es débil e indefenso.
Jesús dijo a un padre que trajo a su hijo que padecía
una enfermedad incurable: “¡si puedes creer! Todas
las cosas son posibles para el que cree”. El padre
había dicho a Jesús: “Si puedes, ten misericordia de
nosotros y ayúdanos”. Luego de escuchar las palabras
de Jesús, exclamó: “Creo Señor, ayuda mi
incredulidad” Cuando el padre creyó, el Señor Jesús
lo ayudó.
Valor es otra necesidad para ser fortalecidos.
Cuando la cruz parece ser pesada, cuando vienen
desalientos y los amigos te fallan, no olvides que
Dios ha prometido fortalecernos. La condición previa
es que hagamos lo que él dice. “Aguarda a Jehová;
esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a
Jehová”. Dios no nos lanza la victoria que
necesitamos en el regazo. Nosotros mismos tenemos
algo que hacer: tenemos que esperar en el Señor.
Ante todo es necesaria la fe, porque sin fe no se
puede esperar en el Señor. David estaba seguro que
Dios le daría la victoria, y esta fe le dio el coraje para
ir con valentía al encuentro del gigante de los
filisteos. Para lograr las victorias espirituales es
necesario tener un seguro y solemne valor ligado a la
fe. Pero debe ser una fe que no vacila, que nos da el
valor y la audacia necesaria para probar algo en la
palabra de Dios. Justo aquí es la diferencia entre un
exitoso e inseguro, incierto cristiano. Muchas
personas creen que pueden servir a Dios felizmente,
en sentido figurado cuando brilla el sol y no hay días
oscuros y sombríos. Podemos ser fortalecidos en el
Señor siempre, y en todas las circunstancias y
condiciones, si mantenemos la fe en las promesas
divinas y vamos con valentía y firmeza hacia
adelante. Pablo escribe a Timoteo: “Tú, pues, hijo
mío, esfuérzate en la gracia” (2 Timoteo 2,1). Esta
precisa gracia es ofrecida a través de Jesucristo. Si,
los cristianos deben ser fortalecidos en gracia y ricos
en misericordia. Cristo está lleno de gracia, amor y
bondad. ¿Estamos muy escaso en esto?
¿Qué impresión tienen nuestros amigos y vecinos,
nuestros familiares o hermanos de la iglesia de
nuestra vida? ¿Somos débiles en gracia? Pablo nos
dice: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo” (2. Corintios 8,9). La gracia nos permite
ser lo que debemos ser, y hacer lo que debemos hacer.
La Biblia nos menciona otros patrones de fortaleza
que debemos alcanzar. Es la fuerza o el poder de la
sabiduría y el conocimiento; la fortaleza que se
origina de la paciencia; la fortaleza que se obtiene a
través de la oración; la fortaleza que nos es dada por
la verdadera humildad y mansedumbre. Si todos
estos frutos se unen en la vida cristiana, entrelazados
como ramas verdes, son fuertes e invencibles.
No existe una fórmula mágica para fortalecer en el
Señor a hombres y mujeres. Para ser fortalecidos en
el Señor, fortalecidos en el poder espiritual, debemos
ser obedientes en todo a la palabra de Dios. Entonces
nuestra recompensa será grande.
H. G. Nael
9 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
Falta de sostén
Con que frecuencia nos dejamos influenciar por la apariencia externa, por bellas
palabras, por acciones notables. Pero un valioso carácter se muestra en la
tranquila fuerza interna, que progresa silenciosa y fija al objetivo. Crecimiento
espiritual se produce en lo escondido, en profundas raíces en Dios.
Un hombre que había servido fielmente a Dios
durante muchos años, con éxito en el trabajo para el
Señor, me habló sobre las oportunidades y los
privilegios de la vida cristiana. Entre otros, hemos
hablado sobre las cosas que ayudan a hacer exitosa la
obra de Dios. El puso especial hincapié en la
necesidad de la perseverancia, la fuerza espiritual y el
poder. Con un gesto significativo, señaló a un grupo
de abetos que estaban cerca de nosotros. “Observa
esos abetos”, dijo. “Entre ellos, se ve que algunos no
son más que altos 'tallos de frijol', y sólo tienen un
poco de verde en la parte superior del ápice. Ellos han
utilizado casi todo su poder para crecer en altura y
casi ninguno relacionado con echar raíces profundas y
aumentar en tamaño. Quita a los árboles de su
alrededor, en los que depende su fuerza y protección,
y ellos caerían pronto. No podrán soportar el viento,
porque nunca tuvieron que mantenerse erguidos
solos.” “Muchas personas son como estos abetos”,
continuó después de un momento. “Nunca tuvieron
que asumir ninguna responsabilidad. Su vida estuvo
siempre protegida de todos los vientos y las
tormentas. Ellos siempre se han respaldado en los
demás y jamás han llevado algo de la carga. Mientras
todo va bien, están de pie. Pero cuando tienen que
permanecer solos, y ya no pueden apoyarse en los
demás, se derrumban.”
Señalando nuevamente al grupo de los árboles,
añadió: “Mira una vez más y observa a los árboles
fuertes y vigorosos en el exterior. Mira hasta dónde
extienden sus ramas. ¡Qué robusto y fuerte es el tallo,
que raíces fuertes tienen! La única diferencia entre
estos y aquellos tallos de frijoles semejantes en el
centro del grupo es, que éstos debieron desafiar las
tormentas. Ellos no pudieron apoyarse en otros. Les
fueron impuestos ciertos requerimientos, y tuvieron
que dar profundas raíces para poder desarrollarse bien
y fuertes, para finalmente mantenerse erguidos. Creo
que la única manera de convertirse en un cristiano
fuerte, es salir y aceptar ciertas responsabilidades
sobre sí mismo - para accionar. Es de poca utilidad
elevarse tan alto como cualquier otro, levantando la
cabeza al máximo, si falta la fuerza del corazón, - el
alma y el carácter, para ayudar a sobrellevar las
responsabilidades.” El hombre continuó, pero yo
todavía tenía que reflexionar mucho acerca de lo que
había dicho. “Cristianos - tallos de frijoles” pensé,
“esto también ya he visto. Como quieren lograr
grandes cosas, procuran ser estimados, para ser
apreciados igual a los que están en la cima. Pero ellos
no llevan ninguna responsabilidad. No quieren ayudar
y ser activos en el servicio. Es por eso que no dan
raíces profundas y no se desarrollan. Solamente
crecen en la medida en que puedan apoyarse en los
demás. Luego tuve que pensar en lo difícil que sería,
para tales tallos de frijoles semejantes a abetos, para
llegar a convertirse en un fuerte y normal desarrollo.
Si desde el principio tuvieran que llevar ciertas
responsabilidades, como los del grupo exterior,
habrían sido igualmente fuertes y poderosos como los
demás.
En la vida humana, la juventud es el mejor tiempo
en el que se debe crecer y fortalecerse. El que se
acostumbra en su juventud a apoyarse en los demás
y escabullirse de las responsabilidades, nunca será
fuerte. Solamente aquel, que con postura
determinante contra la tentación cumple fielmente
cualquier tarea que se le presenta, el que toma su
carga sobre sí y la lleva, tendrá éxito en la vida
espiritual. Por lo tanto, es importante que cada uno
desarrolle tempranamente la fuerza necesaria para que
en todas las tentaciones, dificultades y situaciones
difíciles pueda estar fuerte y firme en el Señor.
10 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
Orar es varonil
“¡Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos!” (1 Corintios 16,13)
“Orar es varonil” - esta frase leí recientemente en un
devocional. Esta simple declaración realmente me
impactó. “Orar es varonil”, es un pensamiento que
debemos tomar conscientemente con nosotros y
posicionarnos con fe sobre él. En nuestra sociedad la
palabra “varonil” significa algo muy diferente.
Entendemos “masculino” como fuerte, musculoso,
audaz, diligente, aventurero y valiente. Los hombres
son hacedores que tienen todo bajo control. Sin
embargo, una cosa que nuestra sociedad no asocia
con la masculinidad es: ¡la oración! Según la opinión
de la aparentemente instruida clase, la oración es
vista como algo para ancianos, que ingenuamente
todavía se preocupan por la piedad. Un valiente
cristiano estaba caminando por su ciudad natal. De
pronto, ve venir hacia él a un buen amigo, y
aprovechó la oportunidad de entregarle un tratado.
“Gracias” respondió el amigo, “con mucho gusto le
daré a mi abuela”. - “No”, respondió el dador, “¡esto
es especialmente para ti!” - Muchos tienen la
opinión que el servir a Dios, la Biblia, la literatura
cristiana, el canto y la oración son relevantes para
abuelos y abuelas que envejecen.
La Biblia presenta una perspectiva muy diferente.
A los ojos de Dios, la oración es algo especialmente
importante para los hombres. Pablo escribió a
Timoteo: “Quiero, pues, que los hombres oren en
todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni
contienda” (1. Timoteo 2,8). ¡El apóstol declara
específicamente que la oración es importante para
los hombres! Desea que hombres fuertes, piadosos
en la fe, con mentalidad espiritual, y convencidos
sean influyentes y un ejemplo de oración. Y eso no
solamente en la iglesia, sino también durante un
viaje, en el lugar de trabajo, en el hogar, o
dondequiera que se presente una oportunidad para la
oración. Una vez alguien me preguntó: “¿Dónde
están los oradores de antes?” Queremos indagar un
poco en ello, y presentar algunos oradores. En la
escritura leemos de Moisés que “era tenido por gran
varón en la tierra de Egipto” ¿Cómo llegó a esa
posición? Una y otra vez leemos que él se postró
ante Dios en oración. Debido a sus oraciones de fe,
él y el pueblo de Israel experimentaron
sorprendentes milagros. Entre otras, dos situaciones
están descriptas, en las que parecía haber pocas
esperanzas de una respuesta de Dios. Pero Moisés
afirmó: “¡Pero Jehová me escuchó aun esta vez!”
El segundo, muy exitoso orador, fue Elías. Se vio a
sí mismo y al pueblo de Israel en esas grandes
dificultades, que únicamente podía instituir la
oración. “He sentido un vivo celo por Jehová” dijo y
rogó: “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que
conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios,
y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. ¡Él luchó
con tanta sinceridad, que los cielos se abrieron ante
él y Dios respondió con fuego! Cuando el pueblo vio
esto, se postraron sobre sus rostros y dijeron:
“¡Jehová es Dios, Jehová es Dios!” ¡Aquí un orador,
a través de la oración, condujo a toda una nación al
verdadero reconocimiento de Dios! Tal oración no
se detuvo con los profetas y los apóstoles. Además
del hecho de que entre los apóstoles había grandes
oradores, nuestro Señor Jesús definitivamente era el
más grande. Sus discípulos captaron la oración de su
Señor, de modo que le pidieron: “Señor, enséñanos a
Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
11 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
orar” (Lucas 11,1). Cuando llegó a su agonía en
Getsemaní, oró tan vehemente que su sudor era
como gotas de sangre que cayeron a la tierra. “Y se
le apareció un ángel del cielo para fortalecerle”, así
lo informa Lucas. Él no intentó obtener
forzadamente algo de su Padre. ¡Pero en vista de su
inocente muerte en la cruz tenía que orar para
obtener victoria! Grandes oradores hubieron también
en tiempos posteriores. ¡Y algunos hay hoy en día!
Podemos pensar aquí en el famoso padre de
huérfanos George Müller de Bristol (1805-1898).
Literalmente ha puesto en práctica las promesas de
Dios. Había probado constantemente la clave de la
fe y la oración y lo encontró muy eficaz. En los
orfanatos establecidos por él, miles de niños
encontraron un refugio y un futuro. Él oraba a través
de grandes dificultades y momentos de grave
necesidad. Él oró con tal éxito, que al final de su
vida pudo comprobar: ¡nunca decepcionado!
Oradores de este tipo también hubieron en las filas
de nuestros pioneros. Uno de ellos, un talentoso
maestro de la Biblia, tenía temporalmente un joven
predicador como practicante en su iglesia. Una
mañana subieron al ático de la casa de Dios para
limpiarlo. El joven dijo: “hemos encontrado una
serie de muletas, y sorprendido pregunté: 'hermano
Borbe, ¿Por qué hay tantas muletas aquí?' Muy
conmovido respondió: 'esos son los silenciosos
testigos de las maravillas de Dios que hemos
experimentado aquí. Durante nuestros congresos,
muchos de los enfermos y de muy graves
enfermedades, fueron sanados a través de la oración
divina de fe, dejando sus muletas aquí'”. - ¡Aquí se
oraba de tal manera que incluso el lugar se movía!
Finalmente presentamos a un “grande de este
mundo” ante nosotros. Era un sargento que había
perdido por un fuerte ataque a parte de sus
subordinados. Pero encontraron un hombre
gravemente herido que dijo a sus compañeros:
“Camarada, yo voy morir, por favor ora todavía
conmigo” - “No puedo orar”, respondió él e informó
del incidente al oficial. Este dijo: “Yo tampoco
puedo orar”, y fue a buscar al sargento. Éste vino y
preguntó: “Compañero ¿Qué necesita?” - “Yo voy
morir, ore por favor conmigo”. - “Yo solo he
aprendido a maldecir, no puedo orar”, le respondió. -
Ninguno de los grandes podía orar, ¡Qué pobreza!
Vemos: ¡la oración es algo grande! Orar es varonil
y orar es divino. A través de la oración crece el
poder del espíritu y de la victoria. No, la oración no
es solo cosa de mujeres y niños. ¡La oración es cosa
sagrada! ¡Orar es varonil!
12 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
C. W. N AYLOR - LO QUE MUEVE AL CO RAZÓN
Encuentra el núcleo
No hay tiempo - una moderna excusa. No hay tiempo, ni siquiera para las cosas realmente
importantes. No hay tiempo para el trabajo cuidadoso. Con este fundamento, mucho queda en la
superficialidad. Lamentablemente esto también incluye el estudio de la palabra de Dios. Con que
frecuencia nos falta tiempo incluso para leer la palabra de Dios. Y aún las riquezas celestiales se
encuentran solo en el estudio intensivo de la palabra.
Una tarde, una madre sentada junto a sus hijos partía
nueces para ellos. Los niños mayores se servían por
sí solos las semillas, pero para los más pequeños de
vez en cuando escogía la madre. Los pequeños
seguían cada uno de sus movimientos con una
mirada nostálgica y luego comían los granos con un
delicioso placer. De repente, una nuez cayó al suelo.
El niño más pequeño la recogió y en su lenguaje de
bebé pidió a la madre que la abriera. Sabía que había
algo bueno en su interior. La cáscara estaba dura y
seca. La podría morder cuanto quisiera, pero el
delicioso grano era imposible de alcanzar, hasta que
se rompiera la cáscara. La Sagrada Escritura es
semejante a esta nuez. Si queremos disfrutar de su
riqueza y dulzura, debemos, por decirlo así, abrirla, y
obtener su esencia - el profundo y oculto contenido
que satisface el alma. ¡Pero muchos se conforman
con el mínimo conocimiento de lo que la palabra
realmente contiene! ¡Oh, que significativo, que rico,
que maravilloso es ya una sola expresión! Una sola
frase puede contener tanto que tu alma desborda de
alegría todo el día, si has encontrado la esencia. Una
sola palabra puede darte la suficiente fuerza para
salir victorioso de una dura lucha. El problema es,
que las personas no se toman realmente el tiempo
como para capturar la palabra. Son de los que opinan
rápidamente que no pueden entenderla. Que te sea un
hábito tomar y reflexionar mucho sobre el texto de
una oración, un párrafo o una palabra.
Cuanto más piensas sobre ella, cuanto más tiempo
la examines, tanto más rico y pleno es su significado.
Basándome en un texto muy conocido quisiera
mostrar y explicar, a que me refiero con extraer el
núcleo. “El Señor es mi pastor.” He oído en varias
ocasiones, con qué facilidad las personas mencionan
este versículo sin pensar en él. Pero supongamos que
la estudiamos un poco, dándole énfasis suficiente a
cada parte de la frase. Cada palabra tiene su propio
“núcleo”. Cada palabra está llena de riqueza y da al
alma paz cuando la buscamos.
“El Señor” - no cualquier señor, porque hay
“muchos señores”. Significa uno definitivo, sin duda
el verdadero Señor, no uno de la variedad de señores,
sino este uno, que se diferencia claramente de todos
los demás, porque Él está por encima de todos. Este
Señor es “Mi Pastor”. Cuando se considera con
exactitud, esta pequeña y sencilla palabra tiene un
gran significado. Seguramente podríamos estudiarla
durante horas, pues hay todo un sermón en ella
misma.
“El Señor es mi pastor.” Él no es un hombre ni un
ángel, Él es el Señor, el Todopoderoso. Él que ha
creado todas las cosas, Él que ha extendido el cielo,
que mantiene todo en majestad. El Señor que habla y
es hecho. El Señor cuya voluntad se hace. El Señor
inmutable, infalible, glorioso en fuerza, perfecto en
sabiduría y entendimiento. No es Baal, sino el Señor,
el que está sentado en el trono de los cielos, cuyo
rostro es como el relámpago y sus palabras como los
truenos. Cuyo amor es más tierno que el amor de una
madre. Su tacto es tan suave como un rayo de sol.
Cuyos ojos están llenos de compasión, y su corazón
es una fuente de misericordia - este es el Señor, mi
pastor.
13 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
“El Señor es mi pastor.” En verdad lo es. Para el
salmista este hecho era incuestionable. Para él era
una realidad gozosa, y no había dudas. Y nosotros
podemos tener la misma certeza. Repite el texto
varias veces y pon el énfasis en la palabra “es”.
Esto te ayudará a obtener el núcleo ¿Sientes una
mínima duda? Repite una y otra vez “Él es”, hasta
que logres obtenerlo.
“El Señor es mi pastor.” Si, Él es mi pastor. Yo
soy por quien Él se preocupa y vela. Puedo confiar
en Él con seguridad. Tal vez me parece que Él
mira a otros benevolente, ayudándoles, los bendice
y los fortalece, pero Él es mi pastor, y esto me hace
confiar y depender de Él. Él cuidará de mí con el
mismo cuidado como lo hace con las otras ovejas.
Él pastor ha dado promesas. Él es mi pastor, por lo
tanto, le pertenezco, para Él tengo el mismo
derecho cómo cualquier otra oveja.
“El Señor es mi pastor.” Para algunos Él puede
ser un juez, severo y amenazador. Otros lo ven
como un tirano que hay que temer. Pero para mí,
Él es mi pastor. Él es el “buen pastor”, él cuidará
de mí. Me da seguridad porque él me sostiene en
su regazo y me protege de los depredadores
voraces. Él me protegerá y me guiará a los pastos
verdes. En aguas de reposo puedo descansar
seguro. Él es “mi pastor”.
Esto pone de manifiesto sólo un pequeño grado
de la riqueza del texto, pero ilustra la manera en
que debemos estudiar las Escrituras, si queremos
encontrar el “núcleo” de la cuestión. Sin embargo,
debemos tener cuidado de leer algo en el texto, que
él no enseña. Está bien si lees uno o más capítulos,
pero le darás más alimento a tu alma tomando un
poco y estudiándolo bien. Estudia cuidadosamente
cada palabra y su contexto. Sigue este método de
estudio hasta que se convierta en un hábito, y se te
abrirán los tesoros de la verdad celestial. Tu alma
encontrará un banquete, sin importar en que parte
abras el Libro Sagrado. En cada escritura hay un
“núcleo”. No te conformes hasta que lo hayas
encontrado.
Un apasionante libro Fue en un viaje, hace muchos años, desde Bremen
a Berlín. Tenía que levantarme muy temprano y
viajar cuando todavía estaba oscuro. Cuando
afuera ya aclareaba, tomaba mi Biblia, para
comenzar mi día así como estaba acostumbrado.
Entonces aconteció algo sorprendente. El extraño
que estaba frente a mí estaba muy incómodo y
nervioso. Se inclinó hacia mí mirándome
fijamente. Se levantó y me dijo: “¡Usted! ¿...usted
lee la Biblia?” El hombre no podía estar más
alterado, que si se le hubiera dicho, que él sería
arrestado. Hubo una conversación después de esta
interrogación y el hombre comprendió al final, que
aún hoy hay personas que leen la Biblia. La Biblia
debe ser un libro apasionante, con el simple hecho
que una persona lo lea a primera hora del día,
parece ser tan interesante. Si yo hubiera leído una
novela o un libro ilustrado, a nadie lo hubiera
interesado o alterado, ¿¡Pero la Biblia!? La Biblia
es el libro, donde recae la decisión de tu vida, el
libro, por el cual tú recibes hoy el llamado de
Jesús. Escuchar de la Biblia es un pasatiempo
módico, pero si nos dejamos hablar por Dios
mediante su palabra, entonces nuestra vida se
transformará. Quien lee correctamente la Biblia,
será penetrado de su poder y lo debe cumplir en la
vida cotidiana. Esto es, que le da hermosura,
fortaleza, si, que le da valor a la vida.
14 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
EN SEÑ AN ZAS BÍBLICAS – FÁCILES DE COMPREN DER | LECCIÓN 33
La doctrina de la santificación
¿Qué es realmente la santificación?
En las Escrituras el término “santificar” tiene
inicialmente un sentido puramente ceremonial,
litúrgico. Leemos en los libros de Moisés, que los
objetos y las personas están santificados a Dios. Esto
significa, puesto al servicio de Dios. El santo Dios les
permite participar de su santidad, y por lo tanto estas
cosas y las personas también son santas, “Sagrado al
Señor”. En el Nuevo Testamento la expresión
“santificación” recibe un significado más profundo.
Por medio de la muerte de Cristo el velo del templo se
rompió. El velo que separaba el lugar Santo del
Santísimo, con ello quedó abierto el camino al lugar
Santísimo y podemos ser santificados en la verdad.
Así encontramos en Cristo no sólo la salvación, sino
también la santificación. “Mas por él estáis vosotros
en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención;
(como está escrito): El que se gloría, gloríese en el
Señor” (1.Corintios 1,30-31).
Las palabras “santificación”, “santificar”,
“santificado”, etc. en el Nuevo Testamento tienen un
doble significado.
1. La santificación como obra de Dios
2. La santificación como tarea del hombre
Siempre podemos entender el significado de estas
expresiones desde el contexto en el que se encuentran.
1. La santificación como obra de Dios Esta es una experiencia instantánea, que un redimido
puede experimentar. Leemos en Efesios 5,25-27:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo
amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento
del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí
mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni
arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin
mancha” - y en 1.Tesalonicenses 5, 23-24: “Y el
mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo
vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo
hará.” En estos dos pasajes vemos muy claramente
que Dios obra la santificación. Y vemos también, en
relación con esto que se trata de una obra, de una
experiencia. Podemos describir esta experiencia como
el “Bautismo del Espíritu Santo”. Vemos esta obra en
los discípulos el día de Pentecostés en Jerusalén
(Hechos 2,1-4). Vemos esto en Cornelio
(Hechos 10,44-46) e incluso en algunas otras partes.
Esa es la experiencia que Juan el Bautista señaló
cuando dijo: “pero el que viene tras mí… es más
poderoso que yo, él os bautizará en Espíritu Santo y
fuego” (Mateo 3,11).
2. La santificación como tarea del hombre También encontramos citas que hablan de la
santificación o purificación de la vida. Pablo escribe a
los Tesalonicenses: “Pues no nos ha llamado Dios a
inmundicia, sino a santificación” (1.Tesalonicenses 4,7)
y continúa en el versículo 10: “Pero os rogamos,
hermanos, que abundéis en ello mas y mas; y que
procuréis tener tranquilidad...” En 2.Corintios 7,1
leemos: “Así que, amados, puesto que tenemos tales
promesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el
temor de Dios”. Aquí se nos presenta la santificación
como un proceso progresivo. Es un crecimiento en la
gracia con el objetivo de ser más semejantes a Cristo.
Una tarea de la vida del hijo de Dios. En las próximas
lecciones queremos introducirnos más de cerca, sobre
el bautismo del Espíritu Santo y la purificación de la
vida. Queremos representar el requisito previo para la
santificación y el efecto de la santificación en la vida
de los creyentes. Un efecto especial de la
santificación, es decir, que mostramos aquí en ambos
significados, un fruto en la vida de los santos.
Es por eso que queremos alentarte a ti, querido lector,
a buscar la experiencia y asumir la tarea - a fin de que
se encuentren también frutos en tu vida para la gloria
de Dios.
Robert Witt, Gifhorn (DE)
15 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
Oir - creer - saber Greta se había convertido al Señor Jesús. Eso generó
un escándalo, pero también una agitación, no sólo en
los padres y hermanos, sino también en las amistades
y parientes. ¡Pero cómo podía alguien transformarse
así! Hasta entonces Greta, como todas sus amigas,
tenía sólo alegría en hermosos vestidos y toda clase
de entretenimiento. Pero todo esto ya no tenía
atractivo para ella, ella había encontrado algo mejor.
Ahora no desaprovechaba ninguna oportunidad para
dar una y otra vez testimonio de aquello, que el Señor
había hecho por su alma. Eso generó desacuerdo y
rechazo. Pero a la larga no se podía desconocer que
Greta cambió mucho para su propia ventaja.
Primero fue la madre la que no podía ocultarlo por
más tiempo. Lo que Greta tiene, aún no lo tengo. Pero
yo también quisiera poseerlo con mucho gusto.
Madre e hija con frecuencia estaban sentadas juntas
para conversar sobre la pregunta más importante de
todas. Entonces llegó el día en el que la querida
madre pudo testificar alegremente: “Ahora encontré
el fundamento que sostiene eternamente mi ancla.” A
ella le siguió unas semanas más tarde el padre, y en el
transcurso del tiempo todos los hermanos, también
varias amigas. Ellos habían escuchado el testimonio
de la querida Greta, probado la fe y encontrado una
bendita seguridad.
Una prueba Cinco o seis nativos de Sumatra vinieron un día a la
choza del misionero alemán Ludwig Ingwer
Nommensen (1834-1918), para probar cuánto duraría
su paciencia. Ellos pidieron, que el muy sufrido les
atendiera; les entretuvo, los deleitó con música,
mostró fotos, respondió a todas sus preguntas irónicas
y todavía les albergó. Se acostaron en el suelo durante
la siesta, y no se movieron ni se marcharon hasta la
medianoche, cuando Nommensen finalmente les
aclaró que él debía dormir. Pero aun así no se
marcharon, se pusieron cómodos en el piso y pasaron
la noche al lado del misionero en la pequeña choza.
Por la mañana, cuando despertaron, percibieron con
sorpresa, que estaban tapados con una frazada de lana
por el frío de la madrugada. Esto solamente lo podría
haber hecho el misionero, a quien ellos habían
molestado tanto. Esta bondad de Nommensen desarmó
a los crudos muchachos. Se avergonzaron y se
marcharon en silencio. Esta experiencia tuvo tal
impacto en sus vidas, que uno de ellos lo contaba en
su vejez. ¿Vivimos nosotros en nuestro lugar a la
semejanza de Cristo y ganamos personas por medio de
nuestro servicio con mansedumbre?
Ludwig I. Nommensen provenía de
una familia pobre. Cuando tenía
doce años tuvo un accidente y
experimentó la ayuda de Dios. El
sanó y decidió ser misionero. En
nochebuena de 1861 fue enviado a
Sumatra. Arriesgando su vida se
trasladó al interior del país, donde
30 años antes fueron asesinados
sus antecesores. Se ganó la
confianza de los de Batak y
después de tres años bautizó a la
primera familia. Habían
transcurrido muchos años y pasado
por muchas batallas y trabajos,
hasta que la obra aumentó. En su
muerte se condolieron 300.000
Batak por su “Tuan”. Todo el país
de Batak se inclinó al cristianismo.
16 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
PÁGINA JUVENIL
LA JUSTICIA HECHA SUFICIENTE
Se estima que un 2-5% de los prisioneros de los
Estados Unidos están presos inocentemente. Este
número puede parecer intrascendente, pero incluso
si sólo el 1% de los presos sería inocente, esto
significaría que más de 200.000 personas se
encuentran en la cárcel por un crimen que no
cometieron. Estas pueden ser las personas que
estaban en el momento equivocado y en el lugar
equivocado, no tuvieron suficientes pruebas, o han
sido condenados por un falso testimonio.
Afortunadamente, hoy en día, muchos casos se
pueden revertir con la ayuda de pruebas de ADN y
absolver a los inocentes. Finalmente la justicia es
hecha suficiente.
Si obedecemos la ley, es alta la probabilidad de
que nunca tengamos que comparecer ante un
tribunal de esta tierra. El tribunal y los jueces están
ahí, para declarar a los individuos culpables o
inocentes según su mejor conocimiento y
conciencia. Pero cada uno de nosotros va a
comparecer una vez ante el juez de todos los jueces,
Jesucristo. El apóstol Pablo escribe: “Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo
que haya hecho mientras estaba en su cuerpo, sea
bueno o sea malo” (2. Corintios 5,10). Tan seguro
como nuestra muerte también nuestro juicio vendrá,
y entonces Jesucristo será el juez. Él decidirá donde
pasaremos la eternidad: en el cielo o en el infierno.
¡Debido a que Jesús es, quien se sentará en el trono
del juicio, la justicia se hará realidad en cada caso
particular! Dado que no será necesario un nuevo
proceso ni ningún tribunal de apelación. La
sentencia de Jesús juzgará. No habrá una sola alma
en el infierno, que por derecho le pertenece el cielo
y ni un alma en el cielo, que legalmente tendría que
estar en el infierno. ¿Cómo podemos estar seguros
de que se hará justicia realmente?
Jesús es el principal testigo Jesús dice en Mateo 10,26: “Porque nada hay
encubierto, que no haya de ser manifestado.” ¿Por
qué él puede decir eso con tanta certeza? Y continúa
diciendo en el versículo 30: “Pues aun vuestros
cabellos están todos contados.” Jesús es
omnipresente. Esto significa, que él está presente en
todos los lugares, ve y es testigo de todo lo que
hacemos y lo que nos hacen. A su ojo omnisciente
no se le escapa ni un detalle.
Jesús es el juez justo Hay presos encarcelados inocentemente porque el
juez es fraudulento o ha sido sobornado por los
culpables. Debido a que Jesús se sentará en el trono
del juicio, sabemos que esto no sucederá en el Juicio
Final. ¡Jesús en su naturaleza es justo y él no puede
cambiar! El apóstol Pablo estaba a punto de morir,
para ir a la presencia del Señor, cuando escribió
estas seguras palabras a Timoteo: “Por lo demás, me
está guardada la corona de justicia, la cual me dará
el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida”
(2. Timoteo 4,8). Porque el Apóstol recibió el
perdón que se ofrece a todos a través de Jesús, y
encontró consuelo en este conocimiento de que el
juicio será justo. No necesitó venganza por todos los
abusos que tuvo que soportar en esta tierra, porque
sabía que Dios juzgará cada acto de maldad con
justicia. Esto es exactamente lo que el apóstol Pedro
nos exhorta a hacer - para ser como Cristo: “Quien
cuando le maldecían, no respondía con maldición,
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba
la causa al que juzga justamente” (1. Pedro 2,23)
Prepárate para presentarte ante el juez Por otro lado, es seguro que el juicio vendrá, y un
constante recordatorio a todos nosotros es el ser
17 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
cuidadosos de cómo nos comportamos delante de
Dios y con los demás. El sabio rey Salomón se
dirigió de la siguiente manera a un joven: “Alégrate,
joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en
los días de tu adolescencia; y anda en los caminos
de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe,
que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.”
(Eclesiastés 11,9). Nos inclinamos a pensar sobre el
amor, la misericordia y la paciencia de Jesús - y
hacemos bien - pero no podemos descuidar la
justicia de Dios. ¡Él no puede pasar por alto el
pecado y la injusticia! Todo pecado, es indultado
por Jesús o castigado en el infierno, pero nunca
inadvertido. Realmente la justicia se hará suficiente
al final por el juez justo.
John Reimer, Barrhead (CA)
PREGUNTA
¿Cómo se pueden acordar los pasajes de la Biblia que dicen que, si vivimos en Cristo, sufriremos
persecución y que en el servicio de Dios se requiere mucha diligencia y sacrificio, en consonancia
con la Escritura que menciona que debemos orar por las autoridades de modo que podamos llevar
una vida tranquila? (2.Timoteo 3,12; Mateo 24,10; Marcos 16,15; 1.Timoteo 2,2)
RESPUESTA
Ante todo una declaración importante: No es la
voluntad de Dios que seamos perseguidos. Pero la
Biblia nos muestra la realidad del mal en el mundo
por el pecado, y nos enfrentamos a él. Nos es
ordenada una lucha y la victoria esta prometida.
Debido a que existe un poder perseguidor, Dios
también los utiliza. Así Jesús fue crucificado por el
sabio consejo de Dios: “[...] a éste, entregado por el
determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole” (Hechos 2,23). También Hechos
4,26-28 habla de: “¿Por qué las naciones se rebelan
[...] para hacer lo que tu mano y tu consejo habían
determinado previamente que sucediera?” Dios
también permite persecución para probar la fe: “[...]
pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta
duración, pues al venir la aflicción o la persecución
por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo
13,21 - vea también Mateo 5,24). Por la persecución
queda claro, que profundas son nuestras raíces o que
tan firme es nuestro fundamento. El que toma parte
con el mundo, no es perseguido, pero pierde el
testimonio de Dios.
Servicio y persecución a menudo van paralelos. “Y
Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una
gran persecución contra la iglesia que estaba en
Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras
de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles” (Hechos
8,1). “Los que habían sido esparcidos a causa de la
persecución que hubo con motivo de Esteban,
pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, hablando
la palabra...” (Hechos 11,19). La iglesia primitiva
estaba “atrapada” al templo - las antiguas leyes y el
temor a los gentiles paralizó su servicio. La gran
comisión fue ejecutada después de la persecución.
Existe evidencia histórica, de que el evangelio se
propagó más rápidamente en tiempos de
persecución, porque los hipócritas no pueden resistir
y la iglesia se mantiene pura. La principal
preocupación de la oración por las autoridades y la
asociada vida tranquila, no es la propia vida
sosegada, sino que las autoridades sean ayudadas y
lleguen a conocer la verdad. Este pasaje muestra la
sabiduría y el equilibrio de Dios. Así como el sol y
la lluvia alternan, también el hombre necesita
descanso después del trabajo, de no ser así se
sobrecarga. Incluso en la vida espiritual el hombre
no solo puede leer, orar y trabajar para Dios.
También tiene obligaciones naturales y necesita
descansar. Jesús dijo una vez a sus discípulos: “Y les
dijo: venid vosotros aparte a un lugar desierto, y
descansad un poco. Porque eran muchos los que iban
y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para
comer” (Marcos 6,31).
Así también Dios le ha dado a su pueblo tiempos
de paz y de sosiego después de la persecución:
“Entonces todas las iglesias tenían paz por toda
Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando
en el temor del Señor y se acrecentaban fortalecidas
por el Espíritu Santo” (Hechos 9,31). Había una
“tregua”, o una energía renovada para las tareas
posteriores. Tal vez nuestro tiempo actual de quietud
es sólo un descanso. Aprovechémoslo bien. La
verdadera paz es un manantial de fortaleza espiritual.
Tiempo de silencio con Dios. Como Cristo siempre
necesitó de este silencio, también nosotros lo
necesitamos.
Helmut Brose, Herford (DE)
18 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
Experiencias con Dios
El evangelista Mateo escribe de Jesús: “y le siguió
mucha gente, y sanaba a todos” (Mateo 12,15) En
esta multitud debieron haber diversos enfermos.
Durante mi enfermedad esta palabra me dio
repetidamente aliento y fortaleza en la fe. Hoy puedo
decir: “Él sanaba a todos” ¡y él me sanó también a
mí! “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los
siglos” (Hebreos 13,8). ¡Bendito sea su nombre
glorioso!
Acerca de mi repentina enfermedad ya había
informado hace un tiempo atrás. Era el 30 de junio
2008, que por debilidad corporal y malestar general,
debí ser trasladado al hospital. Después de 3 días de
estudios, constataron que tenía un tumor maligno
sangrante. La aconsejada cirugía de urgencia fue
realizada el 17 de julio. El cirujano me dijo más
tarde que sería realmente una gran cirugía. Me pude
recuperar lentamente, y lo que seguía después, no lo
imaginaba. Un medicamento para mi enfermedad no
existe. Los especialistas aconsejaron radioterapia y
quimioterapia inmediata. Con esto me encontré
frente a diversas decisiones difíciles. En esta
dificultad me aferré sinceramente a Dios.
A través de ferviente oración, recibí al convicción
de rechazar los tratamientos mencionados. Pero
tenía el deseo de dejarme ungir, y eso aconteció el
13 de septiembre de 2008 durante una visita al
al hermano Edmundo Krebs. Ahora dependía de la
fe y confianza firme en las diversas pruebas de fe.
Mi amable cirujano me ha dejado en claro, que
durante los próximo cinco años era necesario el
control conontinuo. Esto incluía una TC (Tomografía
computada) y otros estudios. Despues de
aproximadamente 2 años y medio, el especialista
me llamó repentinamente para informarme que
necesitaba una segunda cirugía. Se había encontrado
una mancha oscura, y era probable que se tratase de
un nuevo desarrollo del cáncer. Esta noticia me
conmovió profundamente, y nuevamente tuve que
enfrentar una difícil decisión. Mi esposa y yo
oramos fervientemente a Dios por ayuda y guía. Por
supuesto compartí esta noticia con nuestros hijos y
les pedí que nos ayudaran a orar.
Una mañana, muy temprano recibí la clara
convicción de renunciar a otra cirugía. Dije a mi
esposa: “El día que la muerte nos separe está
cercano, como ya nos fue dicho en el altar de bodas.
Pero dejo que todo transcurra como el Señor quiere”.
Esta decisión la compartí también con el
especialista, y él me encomendó “a la benéfica mano
de Dios sobre mí” (Nehemías 2,8).
Después de otra TC de rutina me comunicaron que
todo salió bien, y que la recomendación de una
segunda cirugía fue errónea. El 12 de Septiembre de
2013 fue mi última TC. Diez días después tuve la
cita con el especialista. El me felicitó por el buen
resultado del último gran estudio, y se disculpó por
haber recomendado la segunda cirugía. Entonces me
abrazó y dijo: “usted ha tomado la decisión correcta,
y no necesita volver a control excepto si aparecen
nuevas molestias.” En gratitud y con lágrimas de
alegría me fui del centro médico. Verdaderamente
tenemos un Dios que ayuda, y ¡un Señor que libra de
la muerte! (Salmo 68,20). .
En vista a este punto quiero agradecer a todos los
hijos de Dios, que han orado por mí durante el
tiempo de mi sufrimiento. En este tiempo el “orar
unos por otros” fue verdaderamente grande para mí
(Santiago 5,16). De mi parte quiero obedecer
fielmente a esto también. Principalmente doy gracias
al maravilloso Salvador de todos los hombres, por la
gracia y la benevolencia que ha tenido conmigo.
“Sanaba a todos”, ¡y me sano también a mí!
Probablemente pensamos muy poco en el gran valor
de nuestra salud. Por otra parte sabemos, que la
salvación de nuestra alma es un valor mucho más
alto. Por lo tanto es mi sincera decisión agradecer a
nuestro amado Señor por ambos, y no olvidar la
exhortación de David: “Bendice alma mía al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.”
Es mi profundo deseo, que este testimonio sea para
honra del Señor, y un aliento a todos los lectores.
Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
19 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
Una importante pérdida
Unos padres cristianos enviaron a su pequeño hijo de 6 años
al negocio de la esquina, para que buscara rápido algo que
les hacía falta para el desayuno. El vendedor estaba muy
ocupado e hizo esperar mucho tiempo a su pequeño cliente.
Finalmente le alcanzó lo que el pequeño había solicitado y
vio que el niño tenía lágrimas en los ojos. “¿Qué te sucede
querido? ¿Estás enfermo?” - “¡No!” Respondió tímidamente,
“tuve que esperar tanto tiempo, y cuando llegue a mi casa ya
habrán orado.” Estas palabras hicieron reflexionar al
comerciante, ya que en un pasado él también celebraba el
servicio de oración en la mañana. Pero desde que se volvió
comerciante, como él decía, no tenía más tiempo, y por lo
tanto se olvidó de Dios. Pero las palabras del pequeño lo
dejaron inquieto y no pudo descansar hasta que volvió al
Señor, su Dios, y a la adoración diaria en el hogar.
Valentía Estaban sentados en un restaurante un par de
jóvenes, hombres que se burlaban en voz alta de
Dios y la religión. Entonces se les acercó una
pequeña niña, que estaba junto a sus padres en
otra mesa, y les dijo con una santa ira infantil:
“¡Así no se habla del Dios de amor!”
Un hombre mayor, que se encontraba sentado
cerca, se puso de pie, abrazó a la pequeña
valiente diciéndole: “¡Tienes razón, así no se
habla del Dios de amor!”
A los burladores se les quemó el suelo bajo sus
pies, con el llamado de atención de la niña.
Abandonaron el restaurante tan rápido como
pudieron.
PÁGINA INFANTIL
20 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
Página para Mayores
La abuela dijo
¿Bueno, que te ha dicho? Esta noche fue: “¡Deja a la
niña un rato más despierta !” si bien ya son las 20 hs.
y a la pequeña, pálida Claudia, le sería mejor estar
en la cama. Así piensa la sensata madre, pero no se
atreve a contradecir directamente, porque sabe por
experiencia diaria, que su suegra se ofende
fácilmente. Claudia lógicamente está contenta,
sentada tranquila en el regazo de la abuela, y tiene
mucho cariño a la anciana mujer, por intercesión - ¿O
era partidismo? - Como Claudia es una niña muy
lúcida, se ha dado cuenta desde hace tiempo, que en
realidad la abuela tiene la mayor palabra - y ella saca
provecho de eso. “La abuela dijo”, estas palabras son
su arma contra los acuerdos inconvenientes de la
madre o del padre, que ambos, por mantener la paz,
callan ¿Es correcto esto?
¿Debería una mujer anciana con experiencia llevar
partido contra los padres? ¿Deberían los padres,
quienes son responsables de sus hijos en primer
lugar, soportar estas interferencias perjudiciales, con
el peligro de perder el respeto de sus hijos? Aunque
la abuela intercede por amor a su nieta, con ello su
comportamiento está explicado, pero no excusado.
Con el amor verdadero, se acompaña también la
inteligencia, y hay que comunicar a la anciana mujer,
que no hay nada más peligroso en la educación, que
la falta de unidad entre los educadores. Los niños
necesitan un apoyo firme, de respeto y confianza.
¿Dónde queda la confianza hacia su madre - esta
hermosa posesión de un niño - si la abuela por su
condescendencia hace ver al niño que su amor es
mayor que el de su madre? ¿Y no creerá el niño esto
al final? Quiere permanecer despierto hasta más
tarde, comer una golosina, tomar café en lugar de
leche - la madre siempre lo prohíbe, pero la abuela es
buena, ella le ayuda. Y finalmente, viene con sus
preocupaciones sólo a la abuela. La propia madre del
niño juega un papel menor, incluso un papel
perturbador en la indulgencia progresiva del niño.
¿Debe dejar una madre que llegue a este punto?
No, es su hijo, y no puede tener consideración que el
hijo crezca y se le escape de las manos. Ella es
responsable de una correcta educación y de tener
parte equilibrada en el amor y el conocimiento. En
cualquier momento la abuela descansará en el
cementerio, ¿y qué será del niño, que fue mimado y
transformado en un hombre obstinado y exigente, que
no ha aprendido a renunciar? Las palabras “la abuela
dijo” perdieron ahora todo el efecto a su alrededor. Y
es lamentable que el joven, se haya acostumbrado a
no escuchar lo que dice su madre.
Abuelas, ¡reflexionen en esto! ¿Ustedes también
anteriormente educaron mal a sus propios hijos? Casi
imposible, porque se han convertido en personas
emprendedoras. ¿No desean que sus nietos sean lo
mismo? Entonces deben esforzarse mano en mano
con sus hijas y nueras para tener el mismo objetivo
en vista.
Y ustedes madres, intenten con la mejor voluntad y
paciencia, que la abuela llegue a la comprensión de
vuestros hijos. Es natural que los ancianos y jóvenes
tengan diferentes opiniones, aún al respecto de la
crianza. Si no se pueden convencer mutuamente,
entonces hay que dejarlo. Pero una cosa: nunca deben
expresar estos desacuerdos en presencia de sus hijos,
que observan interesadamente. Y en última instancia
vale la opinión de los padres. La abuela debe
conformarse con que su opinión fue válida en alguna
oportunidad.
¿Y no hay acuerdo de buena voluntad entre las
21 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
“partes”? entonces, - pero solo después de muchos
intentos frustrados - lamentablemente solo queda una
cosa: una palabra definitiva, y tal vez sea mejor que
hable el padre: “Querida madre, por favor, no te
interpongas entre nosotros y nuestros hijos. Hemos
hablado muchas veces sobre este punto,
lamentablemente sin éxito. Nosotros te queremos
hacer saber que tu gran amor, hacia el pequeño te
induce - según nuestro punto de vista - a malcriarlo y
separarlo de nosotros. Por favor confíanos el mismo
amor a nuestro hijo, y éste demanda de nosotros
preocupación por una buena educación. Nosotros
somos responsables. Ten en cuenta, desde hoy no
vamos a ceder ningún centímetro, aún si hay riesgo
de echar a perder la paz de nuestro hogar. Aquí no se
trata de ti o de nosotros, - ¡se trata del niño!”
¿Qué dicen las abuelas de esto? Si son inteligentes,
ni llegan hasta este estado. Pero hay excepciones:
abuelas que educan a sus nietos con el mismo amor
que anteriormente a sus propios hijos. Quien es
prudente, cuenta con estas excepciones y estará de
acuerdo con estas declaraciones. Leerlas puede ser
una valiosa ayuda para alguna tía.
O. W.
El método más
importante de
evangelización
El bendecido evangelista americano Torrey (1856 -
1928) dijo a un Señor de elegante aspecto, luego de
un culto: “¿Es usted creyente?” el señor respondió:
“Sí, lo soy” - “¿Es usted un ganador de almas?” -
“Oh, usted me ha entendido mal. Yo no soy
predicador. Solo soy un simple cristiano.” Torrey
respondió: “¿Entonces usted cree que los simples
cristianos no deben ser evangelistas? Léame por
favor el cuarto versículo de Hechos capítulo 8.” Él
buscó la cita y leyó: “Pero los que fueron esparcidos
iban por todas partes anunciando el evangelio.” -
“Pero, Dr. Torrey”, dijo el hombre, “esos eran los
predicadores, los apóstoles, los que fueron esparcidos
y luego predicaron la palabra.” - “Se equivoca”,
respondió Torrey, “Fíjese el primer versículo del
capítulo: '[…] salvo los apóstoles.' El hecho es, que
en el tiempo del nuevo testamento, el mundo fue
puesto de cabezas por simples seguidores de Jesús.
Eran personas, que aprovechaban las oportunidades
en su vida cotidiana, de testificar del poder y la
gracia de su maestro. Éste es aún hoy el más
importante método de evangelización.”
22 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
Hudson TaylorParte 13
EL M ISIONERO EN CHINA
Los misioneros se habían reunido en la ciudad para
orar, porque en la casa de la misión, de la calle del
puente, Hudson temía por la vida de María. ¿Podría
suceder que después de un tiempo de gozo inefable
ella iba a dejarlo? Hasta el momento, todo intento de
ayuda, había sido ineficaz. La certeza de que los
demás oraban por la intervención de Dios lo
fortaleció. Él creyó haber visto sombra de muerte en
el rostro de su amada.
Repentinamente se sintió inundado de esperanzas.
Había un recurso que aún no había utilizado; tal vez
el dr. Parker sabía más sobre el tema, y tendría que
buscarlo de inmediato. “Se necesitaba casi media
hora para llegar a la clínica del médico”, escribió,
“En el camino me acordé de la palabra: 'Clama a mí
en el día de la angustia, te libraré y tú me honrarás'
Nueva esperanza y una profunda e indescriptible
alegría me colmaron. El camino se me hizo corto. Al
dr. Parker le pareció bueno el recurso que le quería
proponer. Cuando volví me di cuenta enseguida que
la crisis experimentada había sucedido para bien. La
expresión de dolor dio lugar al descanso, al sueño
apacible y pronto también desaparecieron los demás
síntomas de angustia.” El gran médico había visitado
a los enfermos, su presencia desplazó a la muerte y
su toque trajo sanación.
Lo que Cristo había hecho en respuesta a la
oración de fe, fue una de las experiencias más
preciadas para Taylor. Más tarde ese recuerdo lo
fortaleció en diversas dificultades. El 31 de Julio les
fue regalada una hijita. Se llamaría Grace (Gracia).
Ese nombre debía recordarles siempre lo que Dios
había hecho por ella.
El 26 de Agosto la familia del dr. Parker tuvo que
atravesar un profundo dolor. La señora Parker
enfermó gravemente y murió repentinamente en la
medianoche. Dejó atrás cuatro niños pequeños. El dr.
Parker estaba tan abatido que no encontró fuerzas ni
voluntad para asumir nuevas cargas y llevar adelante
el hospital. Cuando enfermó su hijo mayor decidió
viajar a Escocia. Con este paso quedaron el
policlínico y el hospital, construidos con muchas
oraciones, sin alguien que les dirija. El dr. Parker
sugirió que Hudson Taylor siguiera al frente del
policlínico. Pero para él era necesario que Dios le
diera certeza para dar ese paso. Por ello oraron con
fervor por la guía de Dios, y Dios guió - pero en una
dirección no deseada e inesperada. “Me sentí
obligado de hacerme cargo no solo del policlínico,
sino también del hospital”, escribió Taylor. “Lo hago
confiando en Dios que responde las oraciones y
puede dar los medios para el mantenimiento del
hospital.”
Más tarde relató sobre este trabajo: “A veces había
cincuenta pacientes en el hospital, y un gran numero
atendíamos en el policlínico. Por supuesto que
necesitábamos ayudantes chinos, cuyo trabajo
debíamos pagar. Hasta entonces el dr. Parker
mantenía el hospital y el policlínico con fondos de
los ingresos de la atención de los enfermos
extranjeros. Pero con su partida esa fuente de
ingresos se acabó.” Hudson Taylor y María
nuevamente dependían de la ayuda del Señor. ¿Pero
no había prometido Él, que haría todo lo que se pida
en su nombre? ¿No había instado a sus seguidores a
buscar primeramente el reino de Dios - no los
medios - por los cuales “Todas esas cosas nos serían
dadas”? ¡Tales promesas son válidas! El primer paso
después de asumir la responsabilidad del hospital fue
una reunión con sus ayudantes para tratar el tema de
23 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
los fondos monetarios. El dr. Parker había dejado
dinero justo para un mes. Después de eso debían
contar con la ayuda directa de Dios. No se podrían
pagar los sueldos determinados, no importaba lo que
sucediera más adelante, él no podía sobrecargarse
ningún tipo de deudas. Por lo que dijo a los
congregados, que los que querían buscar otro trabajo,
lo hicieran ahora, aunque él quisiera que todos se
quedaran. Sin embargo, los que querían quedarse con
él y contar con las promesas de Dios serían
bienvenidos para el trabajo comunitario. Sucedió que
los cristianos indecisos se retiraron, pero otros
tomaron parte en el trabajo. Algunos lo hacían por
unas horas, otros trabajaban todo el día, aunque
ninguno sabía cómo les remunerarían el trabajo que
realizaban. ¡Pero se les pagó! Todos incluyeron al
hospital con sus necesidades en sus oraciones.
María demostró ser de gran ayuda en esta nueva
actividad. Ella dirigía a la mayoría del personal, se
hizo cargo de las tareas administrativas, la
correspondencia y todos los asuntos de la casa, por
lo que Hudson Taylor pudo dedicar todas sus
energías al trabajo medico y a la atención espiritual
de toda la comunidad. María también encontró
tiempo para cuidar a las mujeres enfermas del
hospital y los consultorios externos. Sobre ello
Hudson escribió: “Ella estaba acostumbrada a tomar
consuelo para las pequeñas y grandes cosas de su
profunda fe en Dios. También buscó reconocer la
voluntad de Dios en todas las cosas. Por lo tanto no
escribió ninguna carta, no pagó facturas, y no hizo
nada sin antes pedirle su consejo en oración.”
No es de extrañar que pronto se sintieron vientos
frescos en los hogares. El dr. Parker estaba orando
hacía mucho tiempo para que los ayudantes
inconversos, fueran remplazados por creyentes. Los
enfermos no podrían comprender ese cambio, pero
sentían que el trabajo era hecho con mucha alegría y
entusiasmo. Cada día recibían nuevas sorpresas. Las
enfermeras, Wang el cortador de césped, el pintor
Wang, Nye, Neng-kuei y otros parecían tener un
gran tesoro de felicidad que compartían con ellos
desinteresadamente. Ellos no eran solo amables y
considerados, sino que en su tiempo libre les
contaban de aquel que había transformado sus vidas.
Este Señor estaba dispuesto a aceptar a cualquiera
que viniera a Él, para darle paz si estaban cargados y
cansados.
Este trabajo había consumido casi todas las fuerzas
de Hudson Taylor. Seis años de estancia en China
habían dejado sus huellas. Ahora tenía posibilidades
de servicio en todas partes, pero se sentía incapaz de
aprovecharlas. El hubiera deseado cien vidas para el
trabajo en China, pero apenas podía con las
responsabilidades de una, sin embargo Dios siguió
con sus propios planes. Utilizó medios especiales
para lograr la misión en Ningpo, medios de los
cuales en aquel tiempo ellos no sabían nada, aunque
estuvieron muy interesados en la misión.
Para la línea de ese desarrollo a futuro, debía haber
un comienzo. Sin relación entre ese paso, por el que
se sentía impulsado, y sin sospechar sobre las
necesidades futuras, escribió a los amigos de su país:
“¿Tal vez conozcan a hombres jóvenes, serios y
capaces, dispuestos a servir a Dios, que no esperen
más que lo necesario para mantenerse, y que quieran
venir a China para trabajar con nosotros? ¡Oh, si
tuviéramos cuatro o cinco ayudantes así!
Probablemente ellos podrían predicar después de
algunos meses. Los medios necesarios para su
sustento, seguramente lo recibiremos de la respuesta
a nuestras oraciones.”
24 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
PERFIL DE LA IGLESIA
Eppingen
Los hermanos de la iglesia de Dios de Eppingen
pueden mirar retrospectivamente con alegría e
interminable gozo al camino por el cual Dios les
condujo. En este sentido y amor conduce Dios a su
pueblo por diversos caminos, que muchas veces para
nuestro entendimiento, están ocultos y no son claros,
pero Él tiene la completa perspectiva y sabe
perfectamente cómo y donde les conduce. Como
iglesia, nos podemos alegrar por las ricas bendiciones
que Dios nos regala. Regularmente nos podemos
reunir bajo la palabra de Dios, para alabar juntos a
Dios. Y esta comunión incentiva a la vida espiritual de
sus hijos. El oír la palabra de Dios, la oración, el
cantar sirve de fortaleza para la vida de fe. Así nos
podemos gozar por las bendiciones de los cultos y
decir con el salmista: “Jehová, la habitación de tu casa
he amado, y el lugar de la morada de tu gloria” (Salmo
26,8). La mayoría de los miembros de la iglesia de
Dios de Eppingen provienen de Kamenka, Kazajstán.
En los años de posguerra, en la aldea alemana de
Kamenka surgieron las primeras reuniones en hogares.
Se reunían frecuentemente los que estaban en busca de
Dios, para considerar juntos la palabra de Dios. Dios
vio el anhelo de estas personas, produciendo en ellos
un hambre mayor hacia la comunión y su palabra. De
estos simples principiantes Dios permitió que se
estableciera una iglesia, bajo la dirección del hermano
Robert Doberstein y otros hermanos que por muchos
años obraros y trabajaron.
El hermano Doberstein (1909-2004) y su esposa ya
en Volinia conocieron la verdad de la doctrina bíblica,
la iglesia de Dios y a los hermanos, como por ejemplo
los hermanos Malzon y Ebel. Ellos también
fortalecieron y fundamentaron sus vidas espirituales
con literatura de los pioneros, como por ejemplo “Lo
que enseña la Biblia” y otras. Cantaban también con
gozo del himnario Sonidos de verdad - aunque con
frecuencia eran ejemplares escritos a mano - El
contenido de estos himnos ofrecía una gran bendición.
Una gran ayuda para los hermanos Doberstein, fue
GRUPO JUVENIL
25 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
también el hermano Johann Barabula, que vivía en las
cercanías de Kamenka. El Espíritu de Dios obró la luz
necesaria, fortaleció a los hermanos en la palabra y los
guió hasta que muchas más almas llegaron a la fe y
finalmente se estableció una congregación mayor.
En los años 1990 – 1995 la mayoría de los hermanos
se trasladaron desde Kamenka a Alemania. Muchos de
los hermanos inmigrantes se reencontraron en el sur
de Alemania, y luego de unos años se iniciaron los
cultos en una iglesia alquilada en Massenbach. Dios
bendijo el trabajo del hermano Albert Albrecht, quien
estuvo al frente de la congregación, y con el apoyo de
otros hermanos predicó la palabra de Dios. Siempre se
unían más almas, y casi todos los años podían
realizarse bautismos. Con el tiempo el lugar quedó
muy pequeño para la creciente iglesia. Esta
preocupación fue traída en oración delante del Dios
Omnisciente, con un sincero pedido por sabiduría y la
madurez espiritual necesaria. El Señor guió tan
maravillosamente, que en Noviembre de 2006, con la
piedra de fundamento se inició la “Construcción de
un templo propio.”
El tiempo de la construcción fue una época difícil,
pero muy bendecida. La mayoría del trabajo fue
proporcionado por desempeño propio. Pudimos
experimentar diversas respuestas a las oraciones en
todos los aspectos posibles. Dios concedió
extraordinario refugio y bendijo el trabajo.
Principalmente la comunión durante la construcción
fue una bendición especial para todos, y un tiempo
inolvidable. Por la ayuda de Dios, el 27 de Julio de
2009 pudimos festejar, con muchos hermanos e
invitados de Alemania, la inauguración y encomendar
el Templo como lugar de trabajo al Espíritu Santo.
Con el transcurso del tiempo Dios bendijo el trabajo
de la iglesia, y por el obrar del Espíritu Santo siempre
podemos experimentar nuevamente sus maravillosas
bendiciones. Almas buscan al Señor y experimentan el
milagro de la gloriosa redención, otros son guiados en
la vida espiritual, y todos podemos alegrarnos de la
inefable comunión. Estamos muy agradecidos a Dios
por la iglesia que nos ha regalado, la paz, la comunión
y el obrar del Espíritu Santo en la prédica de la
palabra.
En vista al futuro, confiamos con la esperanza
consciente y llena de fe en la ayuda, señalización y
guía del Espíritu Santo, y contamos con sus palabras:
“Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo” (Mateo 28,20). En humildad
queremos pedir a Dios por su dirección, y exclamar en
oración con David: “Enséñame. Oh Jehová, tu
camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón
para que tema tu nombre.”
Alexander Gross, Eppingen (DE)
MIEMBROS
GRUPO INFANTIL
26 Trompeta Evangelizadora │ 02/2014
SED FUERTES EN DIOS
Conversión
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.”
Hechos 3, 19
La conversión es un cambio total. Saulo estaba camino
a Damasco, con el fin de perseguir a los santos del
Altísimo. Cuando de repente le rodeó una luz que
provenía del cielo, de modo que cayó al suelo y tres
días no pudo ver. ¡Qué cambio ocurrió con este
hombre a partir de ese momento! Podemos ver
claramente en su conversión, se ha producido un
cambio total y absoluto. Después que el Señor se le
cruzara, camino a Damasco, y él se había rendido y
sometido al Señor, su propósito en la vida era muy
diferente. Desde ese momento su vida tomó un sentido
completamente diferente. Fue a la ciudad de Damasco,
pero con un propósito muy diferente al que había
planeado. Si la conversión es sincera, provoca una
completa transformación, una renovación en la
persona, desde el preciso momento de la conversión
toda la vida es diferente. Este cambio no se lleva a
cabo mediante la instrucción, ni por un crecimiento o
desarrollo lento, como algunos creen y enseñan. En la
verdadera conversión el hombre se vivifica
espiritualmente por el Espíritu de Dios
(ver Efesios 2,16).
En la actual llamada cristiandad se ha perdido la
esencia de la conversión, lo que ella significa y
encierra, o lo que ella causa. La opinión general, que
también es apoyada detrás de muchos púlpitos, es que
si una persona se abstiene de pecados grandes y
pesados, y vive tan bueno como puede, está seguro de
su salvación. Al hombre natural le gusta oír, que él
solo se puede salvar, desarrollarse y hacerse
“cristiano”. Pero la iblia enseña claramente que el
hombre se salva de sus pecados y es hecho hábil para
el cielo, solo por la gracia de Dios. La conversión no
es algo que el hombre puede hacer posible por sí solo,
sino que debe ser efectuada por Dios. La conversión es
algo más que un cambio de sentimiento, es algo más
que miedo a la muerte y al infierno. La verdadera
conversión tiene su fundamento en la palabra de Dios.
A través de la predicación del evangelio de Jesucristo
se forja la fe “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la
palabra de Dios” (Romanos 10,17). El evangelio de
Jesucristo es “poder de Dios” para salvación a todo
aquel que cree (Romanos 1,16). El Evangelio de
Jesucristo es el único mensaje de esperanza y
salvación para un mundo perdido y esclavizado en el
pecado, y todos los que predican otra esperanza,
demuestran ser falsos profetas, que engañan a las
personas induciéndolas al error. Sólo por la fe es
posible la salvación del hombre, es decir, por la fe en
la obra redentora de Cristo. “Sin derramamiento de
sangre no se hace remisión” (Hebreos 9,22). En
Efesios 2,8 y 9 Pablo muestra el contraste entre la
salvación por la gracia de Dios y por las obras.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y
esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe.”
Cuando los Judíos perseguían a Pedro y Juan, luego
de manifestarse el poder de Dios en la sanación del
hombre cojo en la puerta del templo, Pedro les dijo:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean
borrados vuestros pecados” (Hechos 3,19). Una
verdadera conversión bíblica no puede ser posible sin
un verdadero arrepentimiento bíblico. El hombre debe
reconocer, que es pecador, que está perdido, debe ver
lo terrible del pecado, ver que el pecado lleva a la
perdición, y que él mismo es responsable. Debe sentir
una tristeza divina por los pecados cometidos. Cuando
el Espíritu de Dios obra en el corazón de un pecador,
éste se dará cuenta de su condición pecaminosa. Y si
verdaderamente está afligido por sus pecados, cuando
la tristeza divina está presente, no les será difícil a las
personas romper con el pecado y apartarse de él. Pues
ahora, para él es importante ser librado de la culpa y la
carga del pecado. Todo esto está incluido en el
arrepentimiento, que precede a la conversión. El
verdadero arrepentido está convencido de la culpa de
su pecado. Siente que está perdido y es por su propia
culpa, y empieza a clamar a Dios con toda sinceridad.
B
27 Trompeta Evangelizadora 02/2014 │
Si una persona realmente reconoce su condición
pecaminosa, no será necesario que se le pida oración. Él
mismo clamará a Dios, porque entiende que su ayuda debe
provenir de Dios, de lo contrario no hay salvación para él.
Pedro dijo a Simón el mago: “No tienes tú parte ni suerte
en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de
Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a
Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu
corazón” (Hechos. 8, 21 y 22). Cuando la persona es
sincera y se ve perdida, nadie será capaz de detenerlo para
orar. El deseo de su corazón hará que clame a Dios con
toda seriedad. Sin una oración sincera no se llega a una
conversión verdadera. Pero la súplica seria y devota del
verdadero arrepentido no pasará desapercibida por Dios,
porque Cristo ha derramado su sangre, para el perdón de
los pecados, para hacer posible la salvación del pecado. Si
la convicción de pecado de una persona es verdadera, ésta
le traerá a confesar sus pecados ante Dios y ante los
hombres, donde ha pecado contra el hombre mismo. La
Palabra de Dios dice: “Si confesamos nuestros pecados, él
es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad” (1. Juan 1,9). Y de nuevo dice
Dios: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones” (Hebreos 10,17). Pablo nos dice algo
acerca de lo que incluye la confesión correcta: “Que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
(Romanos 10,9). Si este cambio o transformación ha
tenido lugar en la persona que es verdaderamente
convertida, las pruebas son:
1. El sentimiento de culpa ha desaparecido y la paz de
Dios mora en el corazón. Somos conscientes de que no se
interpone nada entre nosotros y Dios.
2. Tenemos el testimonio del Espíritu de que somos
hijos de Dios: “Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis
recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”
(Romanos 8,14 - 16). Si nos arrepentimos sinceramente y
creemos en el Señor Jesucristo como nuestro salvador y
redentor personal, el Señor nos da a través del Espíritu
Santo el testimonio de que somos su pertenencia.
3. La vida que sigue a la verdadera conversión, los
“frutos” se manifiestan en la vida de los conversos, que
demuestran claramente que el corazón y la vida son
hechas nuevas. “Así que, por sus frutos los conoceréis”
(Mateos 7,20).
La TROMPETA EVANGELIZADORA es una escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las verdades de la Santa Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia de Dios. Editor responsable: Hans-Dietrich Nimz (CA) Colaboradores: Sieghard Schulz (CA), Ron Taron (CA), Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE) Los editores se reservan el derecho de resumir o no publicar los artículos recibidos. Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a: kontakt@evangeliumsposaune.org
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PIE DE IMPRENTA Año 120
Año 120
Verdadera fuerza
El secreto de la verdadera fuerza en los
hijos de Dios es: ellos deben ser
internamente correctos delante de su
Señor. Deben vivir en una viva
comunión continua con él.
Donde no hay alegría en el Señor, allí
tampoco hay fuerzas. Donde existe algo
que interrumpe el gozo en el Señor, allí
falta también la verdadera fuerza.
Si, el poder y la fuerza de nuestro Dios,
que todo obran y todo pueden,
nos conduce y corona nuestra obra,
quebranta el poder y sortilegio del
pecado.
Victoria, consuelo y ayuda obtenemos
de aquel, que nos concede la paz:
¡Ninguna batalla será demasiado
pesada en la tierra,
y nada superará nuestras fuerzas!
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