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Reeditado versión completa. CASO "TERRANOVA" UN CASO DE LA VIDA REAL, SUCEDIÓ EN LA PARROQUIA DE TABACUNDO EN LA CIUDAD DE QUITO EN ECUADOR EN MARZO DEL 2008. MAS INFORMACIÓN: http://www.desarrollodelpensamientoitss.hostinazo.com/index.php/libro-piblicado
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VI LA MUERTE
EN LA POLICÍA JUDICIAL
Caso del Asalto a la Joyería Terranova
Miguel Cadena Tapia y
Miguel Alexander Cadena Polanco
Vi la muerte en la Policía Judicial
Caso del asalto a la Joyería Terranova
Crónica de una tortura
Autores:
Miguel Cadena Tapia y
Miguel Alexander Cadena Polanco
Edición y revisión:
Oswaldo Mantilla
Mario F. Cadena Tapia
Derechos de autor:
ISBN: 978-9942-20-807-1
Primera Edición
500 Ejemplares
E-mail: miguecaden@hotmail.com
Telfs.: 0985613835 / 0980418280
Impresión:
Compugraf
2015
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PRÓLOGO
Una familia que luchó por la justicia
Miguel Alexander Cadena Polanco vivió
una historia de terror: en el 2008 le acusaron
de un delito que no cometió y en el proceso de
investigación penal fue torturado. Cuando he-
chos de esta naturaleza suceden, el sistema de
justicia, la democracia y nuestra condición
humana se resquebrajan, pues un hombre, en
este caso un joven ecuatoriano, fue vulnerado
en sus derechos y en la esencia de su dignidad.
La conclusión más sencilla y evidente es
que el sistema de justicia le falló a Miguel
Alexander. Las leyes y los procedimientos ade-
cuados no se respetaron, el aparato de inves-
tigación policial volcó toda su fuerza sobre
éste ciudadano y los llamados a proteger sus
derechos, los jueces, le dieron la espalda. Un
joven quedó sometido a la voluntad de un
grupo de funcionarios que practicaron sobre
él lo peor de sí mismos.
Yo creo que la justicia ecuatoriana y la Po-
licía Nacional se han fortalecido, moderni-
zado, profesionalizado. Cuentan con mejor
infraestructura, con recursos económicos y
con una legislación que responde más a la
realidad nacional, toda esta inversión con el
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objetivo supremo de garantizar el goce de sus
derechos por parte de los ciudadanos.
Caeríamos en otra injusticia sino reconocié-
ramos los grandes avances que ha vivido el
Ecuador en estas áreas. La misma Defensoría
Pública es una evidencia de los cambios radi-
cales en favor de los derechos y la justicia que
se han realizado desde el 2007.
Y, sin embargo, aún encontramos casos
como los de Miguel Alexander Cadena Po-
lanco que afectan la credibilidad del sistema
y, por ende, la confianza que la ciudadanía
tiene sobre las instituciones diseñadas para
defenderla. Tomamos la defensa de Miguel
Alexander cuando a él y a su familia no les
quedaba más que la certeza inquebrantable de
su inocencia. La ilusión de la justicia estaba
hecha añicos y con ella, una familia desgas-
tada, desesperada, empobrecida económica-
mente, porque la defensa de su hijo implicó
todas las renuncias necesarias.
Se puede alegar que, finalmente, el joven
fue liberado y reconocido como inocente,
cuando en el fondo nunca debió estar detenido
y aquí radica nuestro reto como lo ha señalado
el presidente de la República, Rafael Correa:
ningún inocente debe estar en prisión. A este
principio fundamental es preciso añadir que
bajo ningún concepto, en la investigación de
5
un delito, se deben aplicar tratos crueles e in-
humanos.
Así como estamos orgullosos de nuestros
logros y avances, los funcionarios también te-
nemos que asumir la responsabilidad sobre
nuestros actos y sobre lo que ocurre en las ins-
tituciones que dirigimos. Reconocer lo que no
se hizo bien fortalece nuestro trabajo, porque
nos ayuda a hacer correcciones y cambios,
porque nos permite mejorar, cumplir acerta-
damente con nuestras funciones.
Esta publicación favorece a ese objetivo y,
además, es una contribución clave para bata-
llar contra el olvido, fortalecer la justicia y el
respeto absoluto de los derechos humanos. Por
eso, quiero ofrecer a Miguel Alexander, a su
padre Miguel, un hombre incansable y conven-
cido por la lucha de la verdad y la justicia, mi
reconocimiento a su entereza y a su valentía.
Nos han enseñado a defender la vida y a no
desmayar a pesar de la adversidad.
Quito, marzo de 2015
Ernesto Pazmiño Granizo
DefensorPúblico General del Ecuador
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Crónica de una tortura
La finalidad que nos motiva a escribir, por
el momento un compendio de la obra, es para
dar a conocer al pueblo ecuatoriano, al Go-
bierno Nacional y demás estamentos que tienen
relación con el desarrollo de la vida nacional, la
forma inmoral, antijurídica, inconstitucional, in-
humana y sin profesionalismo con la que lleva-
ron las investigaciones y el proceso legal del
asalto a la joyería Terranova del Centro Comer-
cial el Bosque ciertos representantes de la Poli-
cía Nacional y del Sistema de Justicia,tratando
a como dé lugar de inculparle como delincuente,
a pesar de haber demostrado documentada y
contundentemente las evidencias de su total ino-
cencia y de las torturas del que fue objeto mi
hijo Miguel Alexander. Joven ejemplar que cul-
minaba con su carrera universitaria, y que jamás
tuvo problemas de orden legal.
Han pasado 7 años y nuestra lucha inque-
brantable continúa, para que casos emblemáticos
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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
como el nuestro no permanezcan en la impuni-
dad y los operadores de justicia hagan eco de
esta gran realidad y actúen con transparencia y
probidad.
Con el propósito de que esta obra sea real y
objetiva , narramos junto a Miguel Alexander
una síntesis de los hechos suscitados en la vul-
neración de sus derechos humanos, constitucio-
nales y jurídicos cometidos por quienes
debieron ser garantistas del respeto y cumpli-
miento de las leyes. También damos a conocer
de manera sucinta los resultados obtenidos de
las investigaciones realizadas por la Defensoría
del Pueblo, Fiscalía, Asuntos Internos de la Po-
licía, Comisión de la Verdad y de la Audiencia
de Juzgamiento del Tercer Tribunal de Pichin-
cha.
Es importante destacar la influencia de los
medios de comunicación que dieron como “pri-
micia informativa” a nivel nacional e interna-
cional sobre la captura de los “delincuentes” del
asalto a la joyería Terranova con imágenes y ti-
tulares impactantes, sin considerar el tremendo
daño que hicieron no solo a Miguel Alexander
sino a toda su familia,en lo moral, social y psi-
cológico, al no investigar de manera veraz,
objetiva y exhaustiva la información proporcio-
nada en la rueda de prensa policial; atentando a
la honra y dignidad del ser humano, actuando
sin valores ni principios éticos y morales, sin
9
Vi la muerte en la Policía Judicial
profesionalismo periodístico y convirtiéndose
en jueces sin causa.
Alteración
del entorno familiar
Corría el año 2008 en la ciudad de Taba-
cundo, cantón Pedro Moncayo, provincia de Pi-
chincha; lugar tranquilo y paradisíaco donde sus
habitantes son amables, generosos y solidarios.
En aquel rincón andino se desarrollaba con nor-
malidad la vida de la familia Cadena Polanco,
quienes habitan en el centro de esta hermosa
ciudad. Hogar conformado por Miguel Cadena
Tapia y Clemencia Polanco De la Torre, docen-
tes de profesión, y sus hijos Cyntia Dayanara y
Miguel Alexander, cada uno con su formación
profesional.
Miguel Alexander, joven con mentalidad li-
beral, comprometido con sus sueños y objeti-
vos, amigos, relaciones sociales propias de su
edad; revestida su personalidad de valores im-
portantes como las de ser honesto, respetuoso,
atento, cortés, cariñoso, responsable y con vi-
sión emprendedora para su futuro. Se distinguió
en sus estudios, alcanzando las mejores distin-
ciones en la escuela: Abanderado del Pabellón
Nacional y mejor estudiante de su promoción;
Segundo Portaestandarte del Pabellón Nacional
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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y presidente del Consejo Estudiantil en el cole-
gio y, egresado en Comunicación Social.
A partir del mes de marzo del 2008 se alteró
la paz y tranquilidad de la familia Cadena Po-
lanco, que por circunstancias de la vida se pre-
sentó un hecho emblemático en el Ecuador en el
que se involucraron miembros de la Policía, re-
presentantes del Ministerio Público y del Con-
sejo de la Judicatura conforme lo establecen las
conclusiones y resoluciones de investigaciones
serias y objetivas realizadas por el Tercer Tribu-
nal Penal de Pichincha, la Defensoría del Pueblo,
la Comisión de la Verdad y la CEDHU (Comi-
sión Ecuménica de los Derechos Humanos).
El día martes 25 de marzo del 2008, una lla-
mada telefónica marcaría el inicio de una nueva
forma de vida socio-económica familiar y el
partir sin rumbo fijo hacia un futuro espeluz-
nante e incierto; la llamada era de un Abogado
quién poniéndose a las órdenes me comunica
que Miguel Alexander se encuentra detenido en
la Policía Judicial de Pichincha. La noticia me
dejó muy preocupado y sin saber qué hacer; sin
embargo, solicité permiso en el trabajo y salí
con dirección a la Policía Judicial para saber el
porqué estaba detenido, sobretodo qué hacer
para alcanzar su libertad. En calidad de padre
tenía que ponerme al frente y buscar la ayuda
necesaria para solucionar esta experiencia ines-
perada.
Vi la muerte en la Policía Judicial
11
Creía en la honestidad y eficiencia policial
al ser una institución que tiene como finalidad
brindarnos seguridad ciudadana. Jamás se cruzó
por mi mente que los ciudadanos debíamos cui-
darnos primero de ciertos miembros de la poli-
cía, antes que de los mismos delincuentes; pensé
que la Justicia ecuatoriana estaba revestida en
su totalidad con personas honestas, transparen-
tes y capaces de actuar en calidad de garantistas
y representantes de la ley al desempeñar honro-
sos cargos dentro de la Función Judicial.
¡Qué lejos estuvieron mis conceptos! al
comprobar todo lo contrario y decir que ciertos
representantes de la Ley son una amenaza y pe-
ligro para garantizar la aplicación de la justicia
en la sociedad ecuatoriana.
A inicios de año 2008 los asaltos, robos, crí-
menes, secuestros exprés, violaciones, etc. eran
el pan del día, cada vez se presentaba con más
fuerza en el país, a esta crisis de inseguridad na-
cional se sumó la incursión de las fuerzas mili-
tares de Colombia a nuestro territorio en el
sector de Angostura (Oriente Ecuatoriano), mu-
riendo guerrilleros colombianos y ciudadanos
civiles.
La sociedad ecuatoriana exigía al Gobierno
Nacional dar prioridad a la seguridad ciudadana,
por lo que presumo el señor Presidente de la Re-
pública les exige resultados a los miembros de
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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la Policía Nacional, que recibieron un mejor
presupuesto para la dotación de equipos, armas,
vehículos, etc., que permitan reducir los índices
delincuenciales. Paradójicamente los hechos de-
lictivos aumentaron, razón ésta para presumir
que se vieron obligados por las circunstancias a
buscar con urgencia un chivo expiatorio, lo-
grando sus propósitos al transformar en asaltan-
tes a ciudadanos inocentes. Días despuésciertos
miembros de la Policía armaron un show me-
diático, que supongo fue para confundir al pue-
blo ecuatoriano, engañar al Sr. Presidente de la
República y burlarse de los medios de comuni-
cación.
El asalto a la joyería Terranova se produjo el
16 de marzo del 2008 en la ciudad de Quito,
hecho que motivó una gran conmoción social
dentro y fuera del país, en este acto delictivo
pretendieron implicarles a Miguel Alexander y
5 ciudadanos más.
Vi la muerte en la Policía Judicial
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Viacrusis de un inocente
Narración de Miguel Alexander
Estaba por terminarse mis vacaciones y tenía
que reintegrarme a cumplir con mi responsabi-
lidad en la institución donde laboraba, pero ne-
cesitaba que se prolonguen por unos días más;
razón por la que en la mañana del día martes 25
de marzo del 2008 salí de mi residencia, ubi-
cado en la ciudad de Tabacundo, hacia el lugar
de mi trabajo en la ciudad de Cayambe para so-
licitar al dueño de la empresa me extienda mis
vacaciones y cumplir con compromisos familia-
res. Me encontré con ex compañeros de trabajo,
hasta que llegue mi jefe nos pusimos a tomar
unas cervezas en una tienda.
Luego de acceder el dueño de la empresa al
pedido, salí y continuamos tomando hasta que
Camilo, compañero de la empresa que se inte-
gró, me pidió que le llevara en mi vehículo a
Carapungo porque había la posibilidad de con-
seguir un excelente trabajo en aquel lugar y de
paso retirar unas piezas de motos para su taller.
Pensando en esta gran oportunidad laboral y
económica viajamos a Carapungo: Camilo, Luis
y Asdrúbal. En una transversal de la calle J,
cerca de una tienda esquinera me estacioné y
con unas cervezas le esperamos a Camilo hasta
que hiciera la gestión.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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Aproximadamente a las 16H30 les pedí re-
gresar a Tabacundo, porque debía meter a mis
gallos de pelea en sus jaulas, afición que tengo
de criar estas aves para salir a los concursos. Al
iniciar el retorno me encontré con obstáculos, en
la vía principal se encontraba estacionado un
vehículo grande y en el centro de la calle unos
conos; esperé un momento, pité la bocina del
vehículo para pasar, como no rodaba el bus,
opté por retirar uno de los conos y rebasé.
Al realizar esta acción un policía, desde una
tienda había observado la INFRACCIÓN DE
TRÁNSITO, me hizo estacionar y procedió a
pedirme los documentos, al entregarle se dio
cuenta que me encontraba con aliento a licor,
por lo que llamó por teléfono a un policía mo-
torizado quien me llevó ensu moto a las instala-
ciones de la policía de Tránsito de Carapungo.
Más de 30 minutos estuve esperando para
que me hagan la prueba de alcoholemia, cuando
observé que ingresa mi vehículo conducido por
un policía y al estacionarse, les baja de una ma-
nera impositiva a Asdrúbal Granada y Luis
Bastidas. Se acercan los policías molestos y pro-
ceden a revisar mí cuerpo. Al preguntarles el por
qué ingresan mi vehículo a las instalaciones po-
liciales, la respuesta que me dieron me dejó des-
concertado: “En su auto encontraron dos
revólveres calibre 22”.
Vi la muerte en la Policía Judicial
15
Esta situación fue el inicio del gran viacrucis,
la pesadilla más horrenda de mi vida y que un ser
humano pueda soportar. Nos trasladaron al edifi-
cio de la Policía Judicial de Pichincha donde se
dio la Audiencia Oral de Formulación de Cargos
por el delito de Tenencia Ilegal de Armas, donde
narramos con mi Abogado Defensor lo sucedido
y solicitamos se realice la prueba de parafina para
deslindar mi responsabilidad de lo que me estaban
acusando. El Juez de turno, Guillermo Solís, no
consideró el pedido y nuestras versiones por lo
que dio inicio a la Instrucción Fiscal, ordenando
la prisión preventiva.
Mi Abogado defensor me tranquilizó al decir
que no me preocupara porque el artículo enun-
ciado está sujeto a fianza y en los próximos días
estaría en libertad. Ese mismo día nos traslada-
ron al Departamento Médico Legal para hacer-
nos una valoración médica, y el Dr. Juan Carlos
Pérez determinó que estábamos sin novedad y
con buen estado de salud.
De la misma manera en el parte de detención
con fecha 25 de marzo del 2008 manifiesta: “…
los hoy detenidos quedan ingresados en los ca-
labozos de la Policía Judicial de Pichincha sin
presentar golpes ni hematomas visibles en sus
cuerpos,...”; también consta: “…que en un
vehículo marca Volkswagen color azul, de pla-
cas PRD-997,…”, el señor Juez de turno Dr.
Guillermo Solís “entregó el automotor
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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mencionado a su propietario el señor Miguel
Cadena Tapia”.
Hago referencia a este Parte Policial para de-
mostrar posteriormente la burda mentira que ex-
presaron los máximos representantes de la
Policía Nacional en la rueda de prensa.
Al término del examen médico legal nos lle-
varon a los calabozos ubicados en el subterráneo
del edificio de la Policía Judicial, ubicándonos
en celdas distintas, creo me tocó la peor, porque
estuve rodeado de personas que me producían
miedo, la mayoría eran gente de color. Primera
vez que experimentaba esta situación en mi vida,
el calabozo estaba estructurado por una es- pecie
de jaulas con barrotes de hierro que sepa- raban
las celdas unas de otras, muy parecido a las
jaulas de los animales.
Pasé la noche acostado sobre una esponja
muy delgada, analizando y reflexionando en el
problema que estaba comprometido, no pegué
los ojos en toda la noche por temor a que me su-
ceda algo. Al día siguiente, 26 de marzo, me
cambiaron de “jaula”, logrando ubicarme en una
colchoneta; mi familia enviaba con el pasador
los alimentos y ropa para cambiarme, nos man-
tenían incomunicados. Los segundos y minutos
transcurrían tan lentamente que aumentaba mi
desesperación, deseaba reunirme con mi familia
y disfrutar de la tan anhelada libertad.
Vi la muerte en la Policía Judicial
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Torturado
y convertido en delincuente
En la mañana del 27 de marzo del 2008 nos
sacaron de los calabozos hacia las oficinas del
mismo edificio de la PJ para trámites de rutina
policial. Aproximadamente a las 15H00 llega-
ron a los calabozos tres personas vestidas de
civil, y en voz alta nos nombraron:
-¡Granada, Bastidas y Cadena!, ¡Acérquense
a la puerta!, y nos sacaron.
Nuestras salidas del calabozo eran registra-
das en un libro: con los nombres, firmas, y hora
de quién nos sacaba, a dónde nos llevaban, la
hora de regreso con el nombre y la firma de
quien lo hacía.
Me imaginé que había recobrado mi libertad,
por lo que me puse feliz. De pronto estos poli-
cías vestidos de civil nos hicieron subir algunos
pisos del mismo edificio, conocido como PJ,
abrieron la puerta y observé una habitación
grande, alfombrada y deshabitada donde me es-
posaron con las manos para atrás del cuerpo, cu-
briéndome con papel los ojos y sujetando el
papel con cinta adhesiva. Una de las personas
que se encontraba en la habitación me cogió del
brazo y de manera brusca me llevó a otro lugar
donde iniciaron con su degradante y criminal
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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proceso de torturas, a la vez que me golpeaban
por todo el cuerpo de manera brutal, me hacían
peguntas incoherentes y absurdas.
¿Dónde están las armas?,
-¿A qué armas se refieren?, les contestaba.
-No te hagas el tonto, ¡Sabes a qué armas nos
referimos!,
-Las dos armas que dicen, desconozco, no sé
quién les puso en mi vehículo, estoy detenido
solo por conducir en estado etílico.
Me hicieron extender horizontalmente los
brazos, golpeándome en los pabellones de las
orejas con las palmas de las manos.
-¡Cuidado los bajes hijueputa!, ¡Habla!,
¿dónde están las armas?,
-Les respondí que no sabía de las armas que
hablaban.
Inmediatamente los golpes iban dirigidos a
las costillas; me dijeron que si colaboraba no me
pasaba nada, caso contrario la pasaría muy mal.
Estospolicías me insinuaron:
-Te vamos a dar una pista, van a cantar: Ju-
guemos en el bosque, hasta que el lobo esté…
¡Ahora!, canten maricones!.
Luis, Asdrúbal y yo nos pusimos a cantar con
voz temblorosa y destemplada: “Juguemos en el
bosque hasta que el lobo este, si el lobo
Vi la muerte en la Policía Judicial
19
aparece entero nos comerá……”, al terminar de
cantar nos dijeron:
-Ahora si ¡canten!: ustedes asaltaron la joye-
ría del Centro Comercial El Bosque.
Al escuchar me quedé desconcertado, no
sabía de qué asalto me hablaban, respondiéndo-
les que estaba detenido por conducir en estado
etílico y porque han encontrado dos armas en
mi vehículo.
-Habla hijueputa o pasarás lo peor de tu vida,
- Desconozco totalmente de lo que hablan;
les respondí.
Al mismo tiempo que me golpeaban en el es-
tómago y el cuerpo, psicológicamente me tor-
turaban con amenazas e insultos. Cada vez que
bajaba los brazos de igual manera me golpeaban
en los costados del cuerpo para que los alzara y
les mantuviera en sentido horizontal.
Por el tono de su voz me di cuenta que in-
gresó otra persona al lugar dónde me torturaban
y nos dijo:
-Si no colaboran con nosotros les viene lo
peor, así es que habla Angelito, ¿tú eres colom-
biano, no?,
-Soy ecuatoriano, les dije y les di mis refe-
rencias personales.
Los golpes por el cuerpo no cesaban.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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-Di la verdad, ustedes asaltaron la joyería,
-Nada tengo que ver, dejen de golpearme,
por favor, ¡Soy inocente!;
Me dejaron por un momento de maltratar y
todo quedó en silencio, cuando escuché gritos
desgarradores de dolor, por su tono de voz me
di cuenta que se trataba de Luis a quien le ha-
bían llevado a torturarle.
Uno de los policías se acercó y me dijo al
oído:
-¿Escuchaste? si no colaboras, te mataremos
hijueputa; le insistí que no tenía nada que ver
con el asalto que ellos hablaban.
Después escuché los gritos desesperados de
dolor de Asdrúbal, instante que me puse a pen-
sar, que les estarán haciendo para que griten de
esa manera; me llevarán a hacer lo mismo que
a Luis y Asdrúbal o me harán algo peor; se erizó
mi piel, corría sangre helada por mi cuerpo y me
encomendé a Dios porque nada malo me pasara
y termine lo antes posible esta pesadilla eterna
y terrorífica que estaba viviendo.
Así fue…, llegó la hora que estaba temiendo,
uno de los torturadores me llevó del brazo a otra
habitación; no veía nada por estar tapado los
ojos, y me dijeron:
-¡Hijueputa, ponte en el suelo boca arriba!,
Lo hice, me encontraba muy incómodo por
estar esposado y con los brazos para atrás; co-
Vi la muerte en la Policía Judicial
21
locaron una silla sobre mi pecho y sentí que una
persona se sentó, procedieron a cubrirme la nariz
y mi boca con una franela húmeda, difi-
cultándome la respiración porque se pegaba a
las fosas nasales y la boca al respirar.
Por intervalos me retiraban la franela dicién-
dome:
-Colabora, y evita que te pase lo peor;
-Qué quieren que les diga, nada tengo que
ver con el asalto que dicen, soy inocente, soy
honrado, jamás he cogido nada que no sea mío.
Vi de cerca la muerte
Desde este momento comenzó lo peor, algo
muy difícil de soportar, me echaron agua por la
boca y la nariz produciéndome asfixia y ahogos,
no podía respirar…, era irresistible..., vi de
cerca la muerte…., de la desesperación que tenía
por la forma en la que me torturaban, no sé de
dónde saqué una fuerza sobre natural que por
dos ocasiones logré retirarle de la silla a la
persona que se encontraba sentada, pidió ayuda
a sus compañeros que estaban presentes, uno me
sujetó con fuerza la cabeza y el otro me pisó en
los tobillos:
-Habla hijueputa, si no dices que tú eres el
asaltante de la joyería ¡te matamos!.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
22
Tuve mucho miedo, y para que no me sigan
criminalmente torturando, preferí no contestar-
les; pero al ver que no les decía nada, se com-
plicó mi situación; llegó una mujer y comenzó
a insultarme, sentí que me pisaron los testículos.
-Colabora, tú asaltaste la joyería del Bosque,
habla hijueputa, tú eres uno de ellos.
-Grité del dolor…. y alzando la voz les grite:
¡Soy INOCENTE!
¡Jamás estuve en ese lugar!, ¡investiguen mi
vida y el de mi familia!.
Mientras más gritaba, me introducían el agua
por la boca y por la nariz, causándome ahogos
y provocando la pérdida del conocimiento, me
despertaban lanzándome agua.
Al ver que no lograban cumplir con sus ma-
lévolas y criminales intenciones, vino lo peor,
cambiaron el agua por gaseosa; es indescripti-
ble, es increíble el sentir como ingresan las bur-
bujas de gas con el agua por la nariz, tenía la
sensación de que llegaban al cerebro, parecía
que iba a explotar, es un dolor espeluznante e
insoportable, nada fácil de describirlo, real-
mente vi la muerte…., sentí que había llegado
el fin de mi vida; perdí otra vez el conocimiento,
igual me despertaron lanzándome agua para
continuar con las criminales e inhumanas tortu-
ras.
Vi la muerte en la Policía Judicial
23
-Colabora angelito hijueputa, di que eres uno
de ellos y te dejamos en paz;
Me quedé en silencio, sin ánimo y exhausto
de la indescriptible y terrible tortura; creo que
estaba funcionando únicamente mi sub-cons-
ciente, no sabía si era una pesadilla lo que me
pasaba o vivía una realidad, estaba perdido en
el tiempo y en el espacio, en verdad, ya no re-
sistía, no deseaba la muerte y les dije:
-No sigan torturándome..., no me maten por
favor, voy a hacer todo lo que ustedes me digan,
si quieren ponerme como responsable del asalto
lo hago…, pero…no me maten.
En ese instante dejaron de torturarme y me
hicieron levantar.
A este tipo de torturas en la Comisión Ecu-
ménica de los Derechos Humanos (CEDHU)
nos informaron que le llaman submarino, actúan
profesionalmente porque no dejan ninguna hue-
lla.
Uno de los “interrogadores” presentes me
cogió del brazo y me llevó a un baño que había
en esa habitación, me quitaron las esposas y las
vendas de los ojos; sentí un alivio muy grande,
y observé que las muñecas se encontraban to-
talmente hinchadas, incluso lastimadas por la
desesperación y la fuerza que hacía al pretender
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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soltarme y defenderme de las torturas. Me pidió
que me frote y lave las manos, que en ese mo-
mento no les sentía.
Estaban dos personas a mi lado, instante en
el que pude verlos con temor, el uno tenía bigote
algo abultado, el otro era de patillas algo largas
y trigueño, quién le pasó al policía de bigote una
libreta; me trasladaron nuevamente a una habi-
tación y observé a un grupo de personas que se
encontraban en este lugar ; sentado en la silla,
que seguramente era la que me pusieron sobre
mí pecho, estaba un hombre fornido, blanco y
alto, una mujer joven, un hombre con una cica-
triz en la cara y otro muchacho que llevaba una
mochila y le decían “Sixto”.
Posteriormente los identifiqué fácilmente a
los policías “interrogadores” porque relacioné
las voces que escuche los momentos en que me
torturaban, cuando me sacaron la venda de los
ojos les observé sus características físicas, y
eran los mismos policías que participaron en
todas las diligencias desde que me sacaron de
los calabozos, el 27 de marzo del 2008,hasta
cuando terminaron con el supuesto proceso in-
vestigativo;
El policía fornido mirando en un ordenador
portátil el video relacionado con el asalto me
dijo:
-Tú eres el de chaqueta negra,
Vi la muerte en la Policía Judicial
25
-Le contesté: no soy esa persona, jamás es-
tuve en ese lugar.
Nuevamente sentí los golpes por la espalda
y las costillas, me amenazaron con volver a tor-
turarme con la gaseosa y por temor a que me
maten, no me quedó otra opción, decidí mentir
y seguirles el juego; me pidieron que les diga
dónde están las armas y las joyas. Con el fin de
que pase el tiempo y llegue el siguiente día para
que mi familia se dé cuenta de lo que estaba pa-
sando y me ayuden, les di referencia de dos pun-
tos extremos de Quito: las armas están en
Carapungo y las joyas en el sector de Solanda.
Desde este momento dejaron de torturarme
física y psicológicamente. El policía fornido di-
rigiéndose a todos quienes estaban en la habita-
ción les dijo: “Este momento salimos al
reconocimiento, vamos a Solanda y Cara-
pungo”.
Bajamos las gradas de los pisos del edificio
de la Policía Judicial y salimos. Me di cuenta
que eran altas horas de la noche porque no había
una sola persona en la calle, todo estaba deso-
lado.
Me hicieron subir a una camioneta doble ca-
bina la misma que fue conducida por el policía
de bigote, a su lado iba el policía fornido; me
hicieron sentar en la mitad del asiento posterior,
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
26
a los costados estuvieron los policías de patillas
largas y trigueño y “Sixto”. En un automóvil es-
tuvieron la mujer policía y en el otro asiento es-
taba el hombre de cicatriz en la cara.
En el informe de reconstrucción de los he-
chos N° 552-2009 del 26 de agosto del 2009, el
policía Elmer Ordoñez en su versión 5.1.6 dice:
“…. En horas de la noche salimos a verificar
algunos domicilios….”…. “Todo el equipo in-
vestigativo.”… “Capitán Martínez, Sbte. Ana
Erazo, mi persona, Sargentos Díaz, Pinto, Chi-
les con el señor Cadena. Fuimos primero al
sur……”
En Solanda, sector que desconocía, les dije
que era por una cancha de fútbol, no sé cuál es
la casa, más o menos les vi entrar cerca de una
tienda. Después hicieron una llamada telefónica
y al poco rato llegaron en un carro dos personas
y conversaron con el policía fornido.
Los dos hombres se acercaron misteriosa-
mente a la camioneta donde estaba, me queda-
ron viendo por unos segundos y se retiraron con
dirección al policía que les dirigía, moviendo la
cabezacomo señal de gesto negativo; una de las
personas se acercó nuevamente a la camioneta
y en tono ofensivo me dijo que me baje, al
mismo tiempo que me daba la orden, veía que
rastrillaba la pistola que tenía en sus manos. Al
momentode bajarme me dijo:
Vi la muerte en la Policía Judicial
27
-Tienes tres minutos para escapar ¡Hijue-
puta!,
Sentí un escalofrío de ultratumba que cru-
zaba por mi cuerpo, segundos en que estuve muy
confundido sin saber qué hacer, decidí su- birme
inmediatamente a la camioneta, sin darle tiempo
a nada, para que en el caso de que me matara
quede por lo menos las huellas de mi sangre
en su interior como prueba de que ellos me
asesinaron. Al salir del sector, más o menos por
la ciudadela Atahualpa se quedó la mujer
policía.
En Carapungo opté por llevarles al lugar
donde estuvimos tomando el 25 de marzo, su-
cediendo lo mismo que en Solanda, lo que de-
seaba eraque amanezca lo más pronto posible.
Regresamos al edificio de la Policía Judicial
en horas de la madrugada del 28 de marzo; por
órdenes del policía fornido, los policías de pati-
llas y trigueño y el de bigote me subieron a uno
de los pisos superiores cubierto con una venda
mis ojos y amarrado las manos con unos cordo-
nes, le pidieron a un policía que me custodiara,
pero él no aceptó; me dejaron sentado en una
habitación donde habían estado Luis y Asdrú-
bal.
En el informe de reconstrucción de los hechos
N° 559-2009 del 26 de agosto del 2009 ratifican
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
28
estos hechos, el Cap. Hitler Martínez en su ver-
sión 5.1.9 que dice: “...y se bajó el Sargento Díaz
con Sargento Pinto y les fueron y les dejaron a
los detenidos arriba en el GAO eso estoy ha-
blando a las 2 – 2H30 de la mañana..”; el poli-
cía Galo Oña en su versión 5.1.8 dice: “…
cuando pasado las 3 de la mañana llegó el Sar-
gento Díaz con el Sargento Pinto con el dete-
nido Cadena Polanco se vio estaba atado los dos
pulgares con cordones de zapatos estuvieron
conversando unos 5 minutos y me dijeron que
me haga cargo del detenido yo le dije que no
podía hacerme cargo del detenido…..”.
Se me vinieron varios interrogantes: ¿Cuál
será mi futuro? ¿Me matarán al amanecer si no
hago lo que ellos quieren?...., me acordé de Dios
y de mí Virgencita de Natividad, a quienes les
pedí con toda devoción que me ayuden a salir de
esta cruel e interminable pesadilla.
Parecía que el tiempo se detuvo, no se escu-
chaba nada…, hasta cuando ingresaron algunas
personas, nos hicieron levantar y con gritos:
-¡Viva el GAO!,…. ¡Están en el GAO!,….
¡Contesten maricones¡
-¡Dónde estamos?!
-Granada, Bastidas y yo obedecimos: ¡En el
GAO!
Nos hacían gritar cada vez con más fuerza;
Vi la muerte en la Policía Judicial
29
esta práctica se repitió por varias ocasiones, de
pronto sentí golpes con las manos abiertas en
los pabellones de mis orejas, golpes de puño y
patadas en mi cuerpo, alguien me patio tan
fuerte que me lanzó al suelo, otro me levantaba
para continuar golpeándome, me obligaron a
que abriera las piernas para golpearme en los
testículos; no se inmutaban ante el pedido y sú-
plicas para que dejaran de golpearme, creí que
llegaba el fin de mi vida.
De tantos golpes que recibí mi cuerpo estaba
amortiguado que ya no les sentía. Los golpes
eran acompañados de insultos fuertes y amena-
zadores de muerte si no aceptábamos ser los
asaltantes de la joyería. Hubo un momento en
que recibí tremendo golpe con un objeto duro
que me levantó el cuerpo, enviándome al suelo;
me levantaron para continuar golpeándome con
el mismo objeto hasta cansarse o porque alguien
les ordenó dejaran de hacerlo.
Me quitaron la venda que cubrían mis ojos
y miré que en aquella oficina se encontraban al-
gunos policías vestidos de civil, entre ellos uno
de tez negra, de contextura gruesa que le llama-
ban SUSUKI, quien tenía en sus manos un palo
con las características de un bate de béisbol, a su
lado estaba un muchacho de contextura del-
gada que le apodaban “Platanito”, al resto de
personas no les identifiqué, eran policías dife-
rentes a los del día anterior.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
30
Este hecho lo expresa el el Cap. Martínez en
su versión rendida el 18 de marzo del 2008 en
la Defensoría del Pueblo, pág. 19, que dice: “…
y les ha encontrado discutiendo a los tres de-
tenidos del caso El Bosque con los tres deteni-
dos del caso Produbanco en una especie de
careo y se ha encontrado el Sargento Espi-
nosa conocido como “Susuki” con un bate en
la mano por lo que en ese momento le llamé
fuertemente la atención….”
Nos indicaron 3 fotografías de personas des-
conocidas que habían estado detenidas en la PJ
y con amenazas de muerte nos ordenaron que
les involucráramos y dijéramos que también
participaron en el asalto a la joyería.
Cuando les hicieron entrar a las personas de
las fotos, los policías provocaron un fingido
“careo”, obligados por las circunstancias y el
temor, Luis y Asdrúbal dijeron que estos ciuda-
danos participaron en el asalto; de esta manera
los “investigadores” de la Policía “FORMA-
RON LA BANDA” de los supuestos asaltantes
de la joyería Terranova, para presentarnos pos-
teriormente en una rueda de prensa.
Entrada la noche los policías “investigado-
res”, excepto la mujer policía que no se encon-
traba en ese momento, me pidieron firme un
documento que estaba ya redactado, les pedí
que me permitan leer, a lo que se molestaron.
Vi la muerte en la Policía Judicial
31
-Si no firmas este documento, sabes lo que
te pasará,
Les pedí que mi Abogado esté presente, y al
pronunciar la palabra Abogado…, sentí que uno
de ellos me golpeó tan fuerte que me viró el
cuerpo al suelo, se rieron de lo que me hicieron
y se burlaron:
-¿Tienes Abogado? , ja, ja, ja… ¡firma rá-
pido, hijueputa.
-¿Te es conocido el nombre de Cyntia Daya-
nara Cadena Polanco…, vive en la Villa Flora,
en la calle Pedro Jiménez Oe P11- O136 y An-
tonio Barrionuevo y trabaja en una agencia ban-
caria?; me quedé sin respiración, sin palabras,
mi cuerpo se quedó helado y tembloroso; esta-
ban informados de todos los datos de mi her-
mana, les pedí de favor que no le hagan ningún
daño porque nada tiene que ver.
-¡Entonces, firma inmediatamente o le trae-
mos a tu hermana!, ya sabes qué le puede pasar.
-¡Decide ya!.
Su amenaza fue contundente y decidora para
que firmara ese documento sin saber su conte-
nido, era un hecho que se trataba de mi autoin-
culpación como asaltante, convirtiéndome de
esta manera, de la noche a la mañana, en un
contumaz delincuente. Una vez que firmé, le lla-
maron vía telefónica a una persona que en pocos
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
32
minutos llegó, era el Abogado de apellido Lo-
zada quien firmó ese documento como mi Abo-
gado de Oficio, sin considerar que contaba con
mi propio Abogado.
Cumplido su objetivo, en la noche del 28 de
marzo nos bajaron a los calabozos; en este lugar
pasé otro calvario por las condiciones físicas en
que me encontraba, solicité me permitan utilizar
la ducha y al momento de querer abrir la llave
para que baje el agua, los dedos de mis manos no
me respondían, no podía mover los brazos, co-
mencé a sentir tremendo dolor por todo el cuerpo.
Como no había privacidad en las duchas Luis
y Asdrúbal se sorprendieron y dijeron:
-¡Qué bestialidad Alex!, cómo se encuentra
todo su cuerpo, tiene unos tremendos moreto-
nes, ¡estos chapas mal paridos casi nos matan!.
Cuando Luis y Asdrúbal utilizaron las du-
chas observé en sus cuerpos huellas de haber
sido muy golpeados. No pude acostarme, no
solo por el dolor intenso que sentía, sino porque
las personas de las otras celdas querían pegarnos
y nos decían:
-¡Sapos hijueputas!, ¡maricones! ¡En cuanto
lleguen al CDP les matamos por sapos!
Estaba viviendo un verdadero infierno: mi
dignidad y honorabilidad tirada al suelo, ahora
las amenazas de muerte no solo eran de los po-
licías.
Vi la muerte en la Policía Judicial
33
Nos llamaron “sapos” porque fueron involu-
crados, en el asalto a la joyería, las personas
desconocidas de las fotografías.
Logré conseguir un celular que tenía un de-
tenido y me comuniqué con Leyli, amiga ín-
tima, y le conté la brutal golpiza recibida que
casi me matan, que tenía muy hinchadas las
manos y las muñecas, los dolores eran muy
fuertes en todo el cuerpo, le pedí que compre
pastillas para el dolor y sean desinflamantes;
además le dije que, para que no me sigan tortu-
rando y no le hagan daño a mi hermana, obli-
gado por las circunstancias firmé un documento
auto inculpándome como asaltante.
Leyli lamentó lo sucedido e intentó darme
moral. El dolor físico me fue pasando pero el
dolor espiritual y moral iba acrecentándose al
pensar que firmé aceptando haber participado
en el asalto de la joyería y ahora era un delin-
cuente. Cuántos años privados de mí libertad
tendré que pasar, la sociedad qué dirá de mí y
mi familia, no llegaré a la casa durante mucho
tiempo...; en fin, muchas ideas desagradables y
funestas se me cruzaban por mi mente.
El 31 de marzo del 2008 a las 10H30 me sa-
caron de los calabozos los policías de bigote, de
patillas largas y “Sixto”, llevándome fuera del
edificio de la Policía Judicial, donde estaban es-
perándonos el policía fornido, la mujer policía
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
34
y el que tenía la cicatriz en la cara, junto a una
camioneta doble cabina de color negro a la que
me hicieron subir, lo hice con mucho temor por-
que no sabía a dónde ni a qué me llevaban; de
pronto vi que se acercaron a la camioneta mi
padre y mi tío, enfrentándose a los policías. Sali-
mos del lugar y recorreríamos unas pocas cuadras
cuando retornamos al mismo sitio de donde par-
timos, llevándome nuevamente a los calabozos.
El mismo día 31 de marzo a las 11H45 los
policías me sacaron por segunda vez de los ca-
labozos para que el médico proceda a reali-
zarme el Examen Médico Legal, en el que se
comprueba que fui brutalmente golpeado.
En las conclusiones emitidas por el Dr. Fa-
bián Polit Macías, Perito Médico Legista re-
fiere: “Dichas lesiones son provenientes de la
acción traumática de un cuerpo contundente
y duro y le determina una incapacidad Física
y/o enfermedad de cuatro a ocho días contados
a partir de la fecha de su producción.”
Los policías “investigadores” al enterarse
del resultado de este examen médico, bajaron a
los calabozos para decirnos que debemos reco-
nocer por las voces a quienes nos pegaron, que
ellos no fueron; pero al saber que mi familia
había denunciado a la Defensoría del Pueblo y
a la CEDHU bajaban a los calabozos durante el
día y la noche a torturarnos psicológicamente:
Vi la muerte en la Policía Judicial
35
-Hijueputas, si se retractan “les matamos”;
uno de ellos juró hacerme podrir en la cárcel.
Cierta noche, desde los barrotes de la entrada
a los calabozos nos gritaron:
¡Cadena, Bastidas y Granada! ¡Levántense,
se van con nosotros!,
Al acercarnos a la entrada de la prisión con
mucho miedo, pensando en que nuevamente nos
iban a torturar…….., se rieron burlándose de
nosotros, para luego decirnos:
-“Mañana mejor venimos por ustedes”, Ja…
.ja….ja.
Estuve presionado e incomunicado durante
UN MES OCHO DIAS en los calabozos de la
Policía Judicial.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
36
Odisea familiar Relato de Miguel (padre)
El principal objetivo que tenía como padre
era verle inmediatamente en libertad, para esto
debía pagar una fianza en el banco con la canti-
dad de dinero establecida por el Juez Solís,
razón para que visitara constantemente el juz-
gado y me proporcionara el documento con el
monto de la fianza, pero la respuesta era “venga
más tarde” dando largas al trámite. En el trans-
curso de ir y venir del juzgado observaba las
“ágiles” entradas y salidas de los policías “in-
vestigadores”, quienes salían hablando con el
Juez; este hecho me permitió deducir que deli-
beradamente no me entregaban el documento
para el pago de la fianza, la finalidad era de que
Miguel Alexander no alcanzará su libertad,
hasta involucrarle en el asalto de la joyería. Con
gran sorpresa, después que el Juez Solís ordenó
su detención el 1 de abril del 2008 por el asalto
y robo a la joyería me entregaron el documento
para el pago de la fianza con fecha 2 de abril del
2008. Aún más sorprendente es el hecho de que
este proceso por el asalto y robo también recayó
en el juzgado del Dr. Guillermo Solís.
El 27 de marzo del 2008 por la mañana es-
tuve en el juzgado tratando de conseguir el do-
cumento y pagar la fianza por el caso de
Tenencia Ilegal de Armas, sin ningún resultado.
Cada vez aumentaba mi desesperación porque
Vi la muerte en la Policía Judicial
37
quería verle junto a la familia. Por la noche Leyli
me comunica que el pasador le había de- vuelto
los alimentos, e informado que Miguel
Alexander no se encontraba en los calabozos;
situación que me preocupó por lo que procedí a
comentarle a mi hermano Mario.
Inmediatamente asistimos a la Policía Judi-
cial, nadie quería darnos razón de su paradero,
un amigo policía de Mario que había estado de
guardia nos informó que le tenían en los pisos
superiores del edificio a órdenes “de mi mayor”,
particular que nos tranquilizó.
Al día siguiente, viernes 28, tampoco le re-
gresaban a los calabozos, la respuesta era la
misma: “le llevaron a una diligencia, más tarde
le han de traer”. Con Mario estuvimos nueva-
mente en la Policía Judicial, subimos de piso en
piso burlando la vigilancia de los policías, quie-
nes nos decían que era prohibido subir a los
pisos superiores; pasamos hasta el octavo piso
pero esas oficinas estaban desocupadas, en el
sexto piso observamos logotipos de policías ca-
muflados acompañados de una leyenda que
decía “GAO”…, “AQUÍ SE PRACTICA LA
DISCIPLINA DEL SILENCIO”…, y las puer-
tas de las oficinas estaban cerradas, muy desilu-
sionados nos bajamos.
Por la noche Leyli recibió una llamada de
Miguel Alexander contándole que le habían
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
38
torturado, que se encontraba muy mal física y
sicológicamente, y que había sido obligado a
firmar un documento en el que se inculpaba de
un asalto.
Este hecho le conversé a Mario, quien se
molestó y me dijo que debíamos denunciar a
algún organismo, esto no puede quedar así e in-
tentó tranquilizarme pero…., se me fueron las
lágrimas de desesperación, tenía mucho dolor y
rabia, como padre me sentía con mucha impo-
tencia al no poderle ayudar a mi hijo, me pare-
ció que el cielo se vino sobre mí cuerpo, no
sabía qué y cómo hacer, me descontrolé total-
mente y mi único refugio fue pedir a Dios y a la
Virgencita de Natividad me ayuden, me ilumi-
nen y me orienten el camino a seguir en esta
dura lucha.
Me sobrepuse del gran dolor y me hice un
firme propósito de luchar hasta demostrar su
inocencia y que este hecho no quede en la im-
punidad.
El domingo 30 de marzo me comuniqué vía
celular con Miguel Alexander, quien me co-
mentó lo sucedido; sobreponiéndome del sufri-
miento que sentía, le pedí que tenga mucho valor,
le dije: “Alexito no estás solo, tienes a tu padre
que te va a ayudar”, “Lucharemos jun- tos
hasta demostrar que tú no eres delin- cuente”.
Vi la muerte en la Policía Judicial
39
El 31 de marzo, aproximadamente a las
10H30, con mi hermano Mario estuvimos frente
al edificio de la Policía Judicial y observamos
que a Miguel Alexander le sacaban del edificio
de la PJ algunas personas, entre ellos una mujer,
y le embarcaron en una camioneta de doble ca-
bina color negro de placas HBN988, placa del
vehículo que se anotó por precausión, por si
algo le pasaba a Miguel Alexander.
Inmediatamente le llamé a nuestro Abogado
y le comenté lo que estaba sucediendo, me dijo:
-Sr. Cadena, no permita que le lleven a su
hijo, le puede pasaralgo funesto;
-Mario vamos, evitemos que le lleven a Ale-
xito.
¡Le llevan a matar!...., nos acercamos a la
camioneta y con firmeza les preguntamos a los
policías:
-¿A dónde le llevan al detenido?, al inicio
nos recibieron agresivos, pero al saber que éra-
mos su padre y su tío, en seguida algo confun-
didos y sorprendidos cambiaron radicalmente
de actitud y con amabilidad nos dijeron que si
gustamos comprar alguna cosa para que se sir-
viera el Sr. Cadena, lo hiciéramos, “le llevamos
a un reconocimiento, no se preocupen”; les di-
jimos que vamos a estar muy pendientes de su
regreso.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
40
La camioneta salió al “reconocimiento”, y no
pasarían ni tres minutos cuando sorpresiva-
mente regresaron y le ingresaron a los calabo-
zos.
Después de haber gestionado y presionado
por más de cuatro semanas con la Dra. Nahir De
la Torre, integrante del equipo de abogados para
la defensa de Miguel Alexander, ordenaron su
traslado al CDP el 2 de mayo del 2008. Cuando
le vi a mi hijo que le subían al bus esposado, de
manera agresiva como un vulgar delincuente,
me sentí muy triste con un dolor muy intenso
dentro de mi ser, sentí tanta impotencia al no
poder ayudarle para que salga directamente con
su libertad a la casa.
Actos de violación de los
Derechos del Ciudadano
Los policías “investigadores” violaron la
Constitución en el Art. 66, numeral 3 literal
c:”La prohibición de la tortura, la desapari-
ción forzada y los tratos y penas crueles, inhu-
manos o degradantes”.
La Declaración de los Derechos Humanos:
Art. 3.- “Todo individuo tiene derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad de su per-
sona”.
Vi la muerte en la Policía Judicial
41
Art. 5.- “Nadie será sometido a torturas, ni
a penas o tratos crueles, inhumanos o degra-
dantes”.
Art. 9.- “Nadie podrá ser arbitrariamente
detenido, preso, ni desterrado”.
El Código de Procedimiento Penal:
Art. 71.- Necesidad del defensor.- “Ninguna
persona podrá ser interrogada ni aún con fines
de investigación, sin la presencia de un abo-
gado defensor de su confianza…”.
Art. 72.- Incomunicación.- “En ningún caso
y bajo ninguna circunstancia, nadie podrá ser
incomunicado, ni aun con fines de investiga-
ción.”
Art. 73.- Comunicación del fiscal con el im-
putado.- “Ni el fiscal, ni los investigadores po-
liciales podrán tomar contacto con el
imputado, sin la presencia de su defensor.”
No hay crimen perfecto
El Dr. Navarrete era el Fiscal asignado al
GAO y tenía la obligación de actuar en todos
los procesos investigativos de la Policía Judicial
en coordinación única y exclusivamente con
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
42
los policías del Grupo de Apoyo Operacional
(GAO); sin embargo, el Fiscal no procedió con-
forme lo establecido, más bien validó todas las
investigaciones y acciones realizadas por los
policías del DIAD en el caso del asalto a la jo-
yería Terranova.
El Fiscal Navarrete y el Abogado de Oficio
Lozada abalizaron con sus firmas los documen-
tos que les obligaron a firmar bajo tortura a Mi-
guel Alexander, Luis y Asdrúbal el día viernes 28
de marzo del 2008 su autoinculpación como asal-
tantes, insólitamente estos documentos aparecen
como VERSIONES rendidas el día lunes 31 de
marzo del 2008. Este hecho es ratificado por la
Secretaria del Fiscal Patricia Jaya y el Abogado
de Oficio Wilson Lozada en sus versiones rendi-
das en la Fiscalía el 10 y 21 de septiembre del
2009 respectivamente (en la Instrucción Fiscal
Nº 08-04-22019). Complementando en sus ver-
siones: que en este hecho “estuvieron tipiando”
(dice P. Jaya) y “colaboraron” (dice W. Lozada)
los policías “investigadores”.
El libro de Registro de los calabozos de la
Policía Judicial les “quita las máscaras” y les
deja sin coartada a sus actores porque las “su-
puestas versiones” que les tomó el Fiscal Nava-
rrete a partir de las 09H00 a Luis, a las 09H30 a
Asdrúbal y a partir de las 10H00 a Miguel Ale-
xander nunca rindieron, por los siguientes pe-
ritajes y evidencias incuestionables:
Vi la muerte en la Policía Judicial
43
El Parte Informativo Nº 2008-4602 del
Mayor de Policía Hugo Torres Luna, el Informe
Pericial del Mayor Pacífico de los Reyes diri-
gido al Tercer Tribunal Penal de Pichincha el 18
de marzo del 2009 y el Oficio Nº. 2009-383-AP-
PJP enviado por el Sgto. Emilio Cevallos al Jefe
Provincial de la Policía Judicial de Pichincha
dan a conocer dos hechos importantes:
1.- A Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal les
sacan agentes “investigadores” de los cala-
bozos de la Policía Judicial el 27 de marzo
del 2008 a las 15h03 y le regresan el 28 de
marzo del 2008 a las 19h10;
2.- Miguel Alexander sale dos veces el día lunes
31 de marzo del 2008:
a) Le sacan de los calabozos a las 10h30 y
le regresan a las 10h51 (a un “reconoci-
miento”, ahí estuvimos con mi hermano
y nos confrontamos con los policías del
DIAD);
b) Sale a las 11h45 y le regresan a las 12h05
(examen médico legal).
De esta manera se confirma que jamás rin-
dieron versión alguna el 31 de marzo del 2008.
Supuestamente le tomaron la versión a Miguel
Alexander a las 10H00.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
44
En las investigaciones realizadas por Asun-
tos Internos de la Policía consta el oficio Nº
2008-090-GAO-PJ-P del 28 de marzo del 2008
dirigido al Fiscal Navarrete por parte del Mayor
Diego Erazo solicitando la Delegación Fiscal al
GAO para proceder con las investigaciones del
asalto y robo a la joyería Terranova, recibe el
Secretario de la Fiscalía en la misma fecha a las
15H35, curiosamente el Fiscal Patricio Nava-
rrete emite la Indagación Previa a las 10h50
del mismo 28 de marzo del 2008, adelantándose
increíblemente a los hechos con 4 horas con 45
minutos de que llegue a su despacho el oficio
del Mayor Erazo, (esta irregularidad también
consta en la hoja 25, en el Dictamen de la De-
fensoría del Pueblo).
Petición a varias
instituciones del Estado
Desesperados y con el fin de evitar que lo
maten a Miguel Alexander y la verdad salga a
relucir, con Mario comenzamos a tocar las puer-
tas de la Presidencia de la República, institu-
ciones del Estado, Comisión de la Verdad,
Asambleístas, Defensoría del Pueblo y los De-
rechos Humanos para dar a conocer los hechos
suscitados, las violaciones jurídicas en el pro-
ceso; a la vez, les solicitamos la vigilancia al de-
bido proceso y que nos ayuden a resolver la
Vi la muerte en la Policía Judicial
45
tremenda telaraña que iban tejiendo estos malos
elementos de la Policía; responsabilizamos a los
garantistas del cumplimiento de la ley y a los
miembros de la Policía Nacional por lo que nos
pueda ocurrir, fundamentalmente garanticen las
vidas no solo de Miguel Alexander sino también
las nuestras, corríamos este riesgo por el único
delito de haberles denunciado y luchar frontal-
mente para que salga a la luz la veracidad de los
hechos; además, que se investigue y se sancione
enérgicamente a los autores, cómplices y encu-
bridores de las torturas del que fueron objeto
Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal.
Nuestra acción de lucha se extendió denun-
ciando al pueblo ecuatoriano en los medios de
comunicación colectiva a la prensa escrita, te-
levisiva y radial; los periodistas del diario El
UNIVERSO, y diario el COMERCIO, y el
METRO hicieron eco de nuestras denuncias, y
una vez realizadas las investigaciones periodís-
ticas procedieron a redactar y publicarlos.
La ayuda de la CEDHU fue valiosa, con la
intervención de la Dra. Consuelo Cano y la Hna.
Elsie Monge, el 4 de abril del 2008 solicitan al
Jefe de la Policía Judicial de Pichincha les per-
mitan el ingreso a los médicos de la Cruz Roja
para que los detenidos reciban asistencia médica
por encontrarse mal de salud por efectos de las
torturas. No hubo ninguna respuesta a lo solici-
tado.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
46
El 10 de abril del 2008 con oficio N° 0161,
la CEDHU solicita al Comandante General de
la Policía ordene a la Unidad de Asuntos Inter-
nos de la Inspectoría General realicen la inves-
tigación de los hechos denunciados. Como
resultado de este oficio la Policía inicia con un
proceso de investigaciones a los policías del
GAO y el DIAD; la Fiscalía en la Unidad de
Delitos Contra la Vida procede con la Indaga-
ción Previa N° 08- 04-22019, iniciándose el
proceso legal por torturas, que les seguimos, en
contra de los policías presuntos responsables del
GAO y DIAD.
El 24 de Abril del 2008 la CEDHU emite un
Boletín de Prensa con el Título. “LA POLICÍA
TORTURÓ A JÓVENES PARA INCULPAR-
LOS EN EL ROBO A LA JOYERÍA TERRA-
NOVA EN QUITO”
También denunció mediante oficio al Fis- cal
Patricio Navarrete el acto de tortura co- metido
a los tres jóvenes solicitando que investigue este
delito de lesa humanidad.
Permanentemente estuvieron presentes en
todas las diligencias, hacían un constante segui-
miento al desarrollo de los acontecimientos y
estaban vigilantes para que no les vuelvan a tor-
turar en los calabozos de la PJ.
La intervención acertada del Dr. Hernán So-
lórzano y el Dr. Jaime Hernández, funcionarios
Vi la muerte en la Policía Judicial
47
de la Defensoría del Pueblo, que procedieron
legal y jurídicamente a realizar exhaustivamente
las investigaciones de este caso, al final deter-
minaron las presuntas responsabilidades de cada
uno de sus actores; solicitaron a las instancias
legales respectivas procedan como corresponde.
El proceso no prosperó porque los policías del
GAO y DIAD implicados, salieron libres de
culpa.
El Dr. Hernán Solórzano, en representación
de la Defensorìa del Pueblo, estuvo presente en
todas las diligencias vigilando el fiel cumpli-
miento de la aplicación de las leyes.
El Dr. Juan Jaramillo en calidad de Abogado
de la Defensoría Pública tuvo una excelente y
responsable participación litigando en la Au-
diencia de Juzgamiento del Tercer Tribunal
Penal al defender no solo a Asdrúbal, como su
Abogado defensor, sino también a Miguel Ale-
xander y al resto de ciudadanos procesados.
En la Revista N° 1Defensa y Justicia de la
Defensoría Pública del 1 de noviembre del 2012,
el Dr. Jaramillo dice: “Eran abismales las
contradicciones de la policía frente a los inte-
rrogatorios que efectuamos como Defensoría
Pública”.
Los Asambleístas Lic. Luis Escala y la Dra.
María Paula Romo, una vez que conocieron el
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
48
caso se interesaron y gestionaron a los diferen-
tes estamentos legales y de Policía para que pro-
cedan con transparencia, justicia y el hecho no
quede en la impunidad.
El respaldo, la solidaridad y el apoyo perma-
nente de las instituciones públicas y ciudadanía
de Pedro Moncayo, Cayambe, Quito y del país,
nos motivó para continuar con la lucha titánica
en contra de los representantes de las estructuras
importantes del Estado: la Policía Nacional, el
Ministerio Público y el Consejo de la Judica-
tura, lucha totalmente desigual que se puede
comparar con el pasaje bíblico: “Una lucha entre
David y Goliat”.
El 5 de abril del 2008 en las puertas del edi-
ficio de la Policía Judicial nos encontramos con
los “investigadores” Pinto y Díaz (muy nervio-
sos), reunión que se dio como que nos hubiesen
estado esperando, nos dijeron:
-“El Sr. Cadena si participó en el asalto.”,
“Nosotros no le hicimos nada”, negaron todo.
Nuestra respuesta fue tajante:
-“Es totalmente inocente, ustedes saben per-
fectamente eso, el 16 de marzo día del asalto,
mi hijo estuvo con nosotros en una reunión fa-
miliar, esto no se va a quedar así, lucharemos
hasta las últimas consecuencias para que la ver-
dad salga a la luz y ustedes paguen por todo lo
que le hicieron a mi hijo.
Vi la muerte en la Policía Judicial
49
El show mediático
y sus errores
Supongo que el Sr. Presidente de la Repú-
blica preocupado por los hechos delictivos que
en el país iban tomando cada vez más, con ca-
racterísticas alarmantes, solicitó a los miembros
de la Policía más efectividad y resultados en su
participación. Para quedar bien y cumplir con el
pedido presidencial; presumo que buscaron ur-
gentemente un chivo expiatorio para armar un
show MEDIÁTICO, éste se da inicio con la par-
ticipación de los “investigadores de la Policía”,
de manera arbitraria e ilegal:
a) Con una supuesta “Información Reservada”
de Manuel Pinto, en la que manifiesta le “in-
formaron” los nombres de las personas que
asaltaron la joyería. (¿¿Quién le dio la in-
formación reservada??)
b) El oficio del Mayor Diego Erazo, Jefe del
CAO, dirigido al Fiscal Patricio Navarrete
solicitando deleguen al Grupo de Apoyo
Operacional de la Policía Judicial GAO para
que realicen las investigaciones del caso Te-
rranova,
c) Los miembros del DIAD actúan sin autoriza-
ción o Delegación Fiscal, y les sacan el 27 y
28 de marzo a “investigarles” hasta que
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
50
firmen el documento ya redactado, en el que
se autoinculpabande haber actuado como
campanas en el asalto,
d) Estos documentos aparecen como “versiones
rendidas” ante el Fiscal Navarrete el 31 de
marzo del 2008,
e) Por la noche del 27 de marzo del 2008 le
sacan a Miguel Alexander del edificio de la
PJ llevándole a Carapungo y Solanda, sin
delegación fiscal, ni la presencia de su Abo-
gado defensor y mucho menos del Fiscal.
f) Le mantienen 38 días en los calabozos de la
Policía Judicial incomunicado,
g) La identificación de los sospechosos reali-
zado con los testigos de los policías “inves-
tigadores”, lo hacen sin la presencia de los
abogados defensores y lo que establece la
ley.
h) El 2 de abril del 2008, el “investigador” Pinto
al salir del Juzgado del edificio Benalcázar
1000, fue abordado por nuestro Abogado
para reclamar la forma criminal de cómo le
habían golpeado a su defendido y darle a co-
nocer que fue realizado un examen médico
legal. Esta información le preocupó al poli-
cía, dando a conocer inmediatamente me-
diante un parte; el mismo día 2 de abril
Vi la muerte en la Policía Judicial
51
conocen este hecho en orden jerárquico los
oficiales del DIAD: la Sbte. Erazo, el Cap.
Martínez y el Gral. Juan Sosa.
Los policías “investigadores” al enterarse
que Miguel Alexander fue examinado por el
Médico Legista, de manera insólita aparece un
documento firmado por el policía del DIAD
Jorge Muñoz acusándole al Mayor Diego Erazo,
Jefe del GAO, de haber procedido “….a darles
contra el piso a los detenidos , posterior tomó
un bate y con el mismo los golpeó…” a las
11H45 del 28 de marzo del 2008; hecho que co-
nocieron el mismo día, en orden jerárquico, los
oficiales del DIAD;aparentemente ingresan el
último parte firmado por el Cap. Martínez a la
recepción de documentos de la Dirección Na-
cional de la Policía Judicial a las 18H00 del 28
de marzo del 2008.
Este documento abre un gran dilema e in-
cógnita que permitió se realice la investigación
por parte de la Fiscalía; los resultados del peri-
taje informático realizado por el Ing. Rafael
Melgarejo el 11 de septiembre del 2009, deter-
mina que los partes fueron ingresados a Secre-
taría de la DNPJ el 28 de marzo del 2008 a las
11h 16m y 32 s; es decir, 28 minutos y 28 se-
gundos antes de que se produzca la paliza y
golpiza a los detenidos por parte del Mayor
Erazo que está ubicado a las 11:45.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
52
De las investigaciones realizadas por Asun-
tos Internos de la Policía se desprende que estos
“partes”ingresaron realmente a la Secre- taría
de la DNPJ el día 4 de abril del 2008 a las
18H44. Consta en la Base de Control de Do-
cumentación de la Policía ID 6086.
El “equipo investigador” al ver que se les es-
taba complicando su plan, cambian de estrategia
sobre la supuesta participación de Miguel Ale-
xander en el asalto como campana, ahora le
ponen como uno de losprincipales asaltantes
de la joyería, para lo cual buscan testigos en los
guardias de seguridad de la empresa SEPRO-
NAC y en personas que laboran en el centro co-
mercial el Bosque: Silvia Verónica Pico, Ángel
Morales Boada, Wilmer Zambrano Cedeño, Da-
nilo Coronel que testifican, de manera inconsis-
tente y contradictoria, en contra de Miguel
Alexander como uno de los principales asaltan-
tes de la joyería.
Llamó mucho la atención la versión de Ve-
rónica Pico, quién manifestó: que mientras le
pegaban, le apuntaban con una arma, le insulta-
ban y le amenazaban los asaltantes de la joyería
al momento de la huida, pudo identificar en se-
gundos varios vehículos, motos, marcas, colo-
res, números de ocupantes y logra reconocer a
sus ocupantes. Versión claramente falsa y teme-
raria, imposible recordar en esas circunstancias
muchos aspectos, y en segundos.
Vi la muerte en la Policía Judicial
53
En las versiones rendidas por los ”testigos”
ante la Sbte. Erazo y en la Fiscalía, narran los
supuestos hechos con características novelescas
y refieren abismales contradicciones en relación
a la supuesta participación en el asalto de Mi-
guel Alexander, como es en su estatura, cómo
estaba vestido, color del cabello y de su cara,
tipo de arma que supuestamente tenía en el mo-
mento del asalto.
Es increíble pero cierto que los policías “in-
vestigadores” se olvidaron de indagar la prueba
clave y contundente con la que contaban: ¿A
quién (es) de los verdaderos asaltantes de la jo-
yería les correspondió las huellas digitales ob-
tenidas por los peritos de criminalística de la
misma Policía en el lugar de los hechos el
mismo día del asalto?. Obviamente que no per-
tenecían a Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal.
Participación del Juez
El Juez Primero de lo Penal Guillermo Solís
Tacán, gira las boletas constitucionales de de-
tención en contra de Miguel Alexander, Luis y
Asdrúbal el 2 de abril del 2008, sin proceder le-
galmente con la Audiencia de Formulación de
Cargos por el delito de robo a la joyería Terra-
nova.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
54
El Juez Solís acogiendo el pedido del Fiscal,
dispone el 7 de abril del 2008 a las 09h00 que
la diligencia se lleve a efecto el mismo día lunes7
de abril a las 11h00 y “se proceda al re-
conocimiento e identificación de los sospecho-
sos”. En calidad de garantista de la Ley y la
Constitución no cumple con el debido proceso
al disponer que el mismo día, a escasas dos
horas, se dé la diligencia: ¿A qué hora notifica
a los Abogados, al Fiscal, a la Policía, etc., para
que estén presentes?.
En la identificación tampoco respeta el de-
bido proceso porque los testigos Verónica Pico,
Wilmer Zambrano y Ángel Morales fácilmente
identifican a los detenidos de acuerdo a los co-
lores de las camisetas que les habían hecho
poner: Mendoza Carlos con el VVD de color
rojo; Alexander Cadena, VVD color amarillo;
José Mora VVD color anaranjado, contrariando
el precepto legal del Código de Procedimiento
Penal en los literales a y b del numeral 7 del Art.
216, que dice: “que los declarantes no deben
conocer el nombre y apellido de la persona
considerada incriminada, contar con la pre-
sencia del abogado defensor, el sospechoso
debe ser colocado entre 10 o más individuos lo
más análogamente vestidos”.
Tuvo conocimiento de que Miguel Alexan-
der y los otros detenidos fueron cruelmente tor-
turados y obligados a firmar documentos auto
Vi la muerte en la Policía Judicial
55
incriminatorios y no procedió para que se in-
vestiguen estos hechos.
La famosa rueda de prensa
Los policías “investigadores” al haber for-
mado la banda, contar con las “versiones” e
identificación de los sospechosos por parte de
los “testigos”, y desesperados porque fueron de-
nunciadas las torturas a la CEDHU y la Defen-
soría del Pueblo,presumo que pensaron cerrar el
caso de alguna manera para lo cual arman una
RUEDA DE PRENSA el 14 de abril del 2008
en la que intervienen los máximos representan-
tes de la Policía Nacional: el Gral. Jaime Hur-
tado Vaca, Comandante General de la Policía
Nacional, y el Gral. Juan Francisco Sosa, Di-
rector Nacional de la Policía Judicial, mani-
festando a los medios de comunicación
colectiva del país sobre su “eficiencia policial”:
El Gral. Sosa dice: “….el video principal de
las cámaras de seguridad las que mostraron
ese accionar de los delincuentes lo que nos
permitió poder conocer quiénes eran….” “…
miembros policiales procedieron a la aprehen-
sión a ocupantes de un automóvil color azul de
marca Volkswagen, sin placas…”.
El Gral. Jaime Hurtado manifiesta: “…..La
Policía Judicial ha descubierto a los autores
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
56
del asalto al Centro Comercial el Bosque…
”“…. quienes están identificados gracias a los
videos de seguridad del centro comercial… ”.
Acto seguido presentan a la supuesta banda de
uno en uno, con sus nombres y apellidos.
Las noticias se difundieron por la noche en
los medio televisivos y al día siguiente en los
medios impresos, en las radios, etc., causando
gran satisfacción en la mayor parte de la socie-
dad y provocando una gran conmoción familiar
y social al verle a Miguel Alexander en las fo-
tografías como asaltante, puesto una camiseta
con rayas horizontales blancas y anaranjadas
circulando a nivel nacional e internacional.
Las afirmaciones expresadas por estos repre-
sentantes de la Policía, fácilmente se comprueba
que es la orquestación de un gran show mediá-
tico policial, quedando sin piso la rueda de
prensa y al descubierto sus intenciones:
a) Lo dicen sin ningún fundamento investiga-
tivo y científico,
b) El parte de detención del 25 de marzo del
2008 firmado por el policía Telmo Morillo
quien los detuvo en Carapungo expresa la
marca del vehículo y las placas PRD-997 y
que el señor Juez me entregó el automóvil,
c) Qué pasó con las huellas digitales dejados
por los propios asaltantes de la joyería, que
Vi la muerte en la Policía Judicial
57
fueron recogidos por los peritos de la Policía
y no fueron investigados; tampoco cotejadas
con las huellas digitales de Miguel Alexan-
der, Luis y Asdrúbal.
d) Las versiones llenas de contradicciones, y la
supuesta identificación de los detenidos, por
parte de los “testigos” de los “investigado-
res”.
e) Como banda de delincuentes presentan a
ciudadanos inocentes que bajo tortura del 27
y el 28 de marzo les obligaron a firmar su
autoinculpación e involucrar a 3 ciudadanos
desconocidos que estaban detenidos en la PJ.
f) Con oficio Nº 3878-DCP del 02 de junio del
2008 los Peritos de la PolicíaTnte. Fernando
Pacheco y el Sbte. Christian Ponce, en el in-
forme pericial de Identidad Humana diri-
gido al Fiscal, dicen que por deficiencia en
los pixeles del video de las cámaras de segu-
ridad del Centro Comercial no fue posible
la identificación, aspecto que fue corrobo-
rado por los ingenieros en Sistemas de la Es-
cuela Politécnica Nacional.
g) Les presentan en calidad de delincuentes, sin
que se haya declarado alguna responsabi-
lidad mediante resolución firme o sentencia
emitida por Juez alguno.
Días después el señor Presidente felicitó a
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
58
los miembros de la Policía por su “eficiencia
policial” en el caso Terranova.
Los dos altos funcionarios de la Policía vio-
laron la Constitución:
Art. 3 numeral 8 que dice: Son deberes pri-
mordiales del Estado: “Garantizar a sus habi-
tantes el derecho a una cultura de paz, a la
seguridad integral y a vivir en una sociedad de-
mocrática y libre de corrupción”,
Art. 66 Numeral 18.- “El derecho al honor
al buen nombre. La ley protegerá la imagen y
la voz de la persona.”.
Art. 76.- En todo proceso en el que se deter-
minen derechos y obligaciones de cualquier
orden, se asegura el derecho al debido proceso
se incluirá las siguientes garantías básicas: nu-
meral 2 “Se presumirá la inocencia de toda
persona, será tratada como tal, mientras no se
declare su responsabilidad mediante resolu-
ción firme o sentencia ejecutoriada”.
Desde el momento en el que fue presentado
como delincuente mi hijo, hice el juramento de
luchar con más fuerza en contra de la injusti-
cia de la justicia, si era necesario ofrendando
mi vida, hasta dar a conocer al mundo su INO-
CENCIA; presumo que ciertos miembros de la
Policía montaron el gran show mediático para
MENTIRLE al pueblo ecuatoriano.
Vi la muerte en la Policía Judicial
59
Los garantistas de la Ley
Para emitir su Dictamen acusatorio como
responsables del asalto, el Fiscal Navarrete
toma como base:
a) Las “supuestas versiones” rendidas por Mi-
guel Alexander, Asdrúbal y Luis que fueron
abalizados por el mismo Fiscal el 31 de
marzo del 2008; en el que firman bajo tor-
tura auto inculpándose, sin la presencia de
sus Abogados defensores y sin delegación
fiscal el 28 de marzo del 2008.
b) El informe de las “investigaciones” realiza-
das y firmado por el equipo de policías “in-
vestigadores”.
c) La Identificación de los Sospechosos por
parte de los “testigos” de los policías “inves-
tigadores” (realizada dolosamente el 7 de
abril del 2008),
d) Las versiones totalmente contradictorias de
los guardias de seguridad, en el que supues-
tamente identifican como el principal actor
del asalto a Miguel Alexander.
Las características que dijeron de Miguel
Alexander en las versiones ampliadas ante
el Fiscal Navarrete el 1 de julio del 2008:
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
60
Danilo Coronel.- (trabajador en una isla de
Fossil): “…que el sujeto medía 1,70 apro-
ximadamente, es una persona acuerpada,
estaba con buzo plomo y capuchas, es co-
lorado, llevaba un revólver…”.
Ángel Morales Boada: (Guardia de Seguri-
dad) “…1,75 metros, era blanco, cabello
medio rojizo, estaba con pantalón negro y
saco negro grande, se encontraba con un
fusil….”.
Silvia Verónica Pico Zambrano: (Guardia de
Seguridad) “… es de 1,75 aproximada-
mente, vestía un pantalón negro y camisa
beige, cabello color castaño, era trigueño,
le apuntó con una arma larga de color
negro….”.
e) El Fiscal emite su Dictamen con pleno cono-
cimiento de que no investigaron los policías
del GAO, sino del DIAD que firmaron el
“informe investigativo”.
No considera que:
1) No hubo la Audiencia para la Formulación de
Cargos por el asalto a la joyería Terranova
2) Los policías del DIAD actuaron sin delega-
ción fiscal el 27 y 28 de marzo,
Vi la muerte en la Policía Judicial
61
3) En las investigaciones o diligencias realiza-
das, en su mayor parte, no estuvieron pre-
sentes los abogados defensores,
4) El Certificado Médico Legal que determina
que Miguel Alexander fue brutalmente gol-
peado,
5) Las versiones rendidas por las testigos que le
vieron a Miguel Alexander en Tabacundo el
16 de marzo del 2008, fecha en el que se
había dado el asalto a la joyería.
6) El parte firmado por el Policía Jorge Muñoz
Chiles en el que informa que el Mayor Diego
Erazo procedió a golpearles a los detenidos
el 28 de marzo del 2008, etc.
7) Miguel Alexander fue detenido el 25 de
marzo del 2008 por una infracción de trán-
sito.
8) No investigaron las huellas digitales de las
verdaderas personas que asaltaron la joyería
Terranova, tampoco cotejaron las huellas
con las de Miguel Alexander.
Este Dictamen Fiscal recibe el Juzgado Pri-
mero de lo Penal el 30 de julio del 2008.
El 2 de abril del 2008,el Juez encargado del
proceso emite la boleta de encarcelamiento por
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
62
robo agravado en contra de Miguel Alexander,
Luis y Asdrúbal como asaltantes de la Joyería
Terranova, sin haber procedido primero con la
Audiencia de Formulación de cargos por el de-
lito del asalto a la joyería Terranova, violando
el Debido Proceso, la Constitución y Leyes que
rigen en el país.
El 30 de julio del 2008 asistimos, con nues-
tro Abogado defensor, a conversar con el Juez
Solís. De manera exhaustiva y documentada le
dimos a conocer las irregularidades existentes
en el Proceso, solicitándole que actúe con total
honestidad y transparencia ya que el futuro de
una persona inocente estaba en sus manos, se-
ñalando que el día en que se produjo el asalto a
la joyería Miguel Alexander se encontraba en
Tabacundo en una reunión familiar.
El Juez Solís dijo que no nos preocupára-
mos, que actuará conforme lo establecen las
leyes, que roguemos a Dios para que “le ilumine
al momento de dar su veredicto”. Lamentable-
mente, el Juez al igual que el Fiscal Navarrete,
sin observar las irregularidades procesales y ju-
rídicas, el 15 de septiembre del 2008 dicta el
Auto de llamamiento a juicio. Nuestro Abogado
interpuso el Recurso de Apelación la misma que
fue aceptada, pero los miembros del Segunda
Sala Especializada de lo Penal de la H. Corte de
Justicia Superior de Justicia de Quito, desecha-
ron la apelación presentada y confirmaron el lla-
mamiento a Juicio.
Vi la muerte en la Policía Judicial
63
Versiones de los policías
del “GAO” y “DIAD”
Los policías del GAO y el DIAD se presen-
taron a rendir sus versiones como presuntos res-
ponsables por los actos de tortura en la Fiscalía,
Defensoría del Pueblo, Asuntos Internos de la
Policía, Juzgado de la Policía y en la Comisión
de la Verdad.
Citaré únicamente las declaraciones más re-
levantes manifestadas bajo juramento por parte
de los policías del GAO y del DIAD en la Au-
diencia del Tribunal Tercero de lo Penal de Pi-
chincha y que consta con fecha 2 de abril del
2009 en la causa penal N° 341-2008(43-09):
a) El Mayor Diego Erazo, Jefe del GAO, el
Suboficial Oña, el Sargento Franklin Cór-
dova y el Sgto. Jorge Espinoza en sus ver-
siones dijeron: que las investigaciones del
caso Terranova hicieron los policías del
DIAD.
b) Los policías “investigadores”: Cap. Hitler
Odín Martínez Lupera, Sbte. Ana Erazo Ber-
meo, Sgto. Manuel Aníbal Pinto, Sgto. Héc-
tor Bolívar Díaz García, Cabo Elmer
Antonio Ordóñez Calero manifestaron que
prestaban sus servicios en el Departamento
de Inteligencia Antidelincuencial (DIAD),
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
64
para las verificaciones han salido con el de-
tenido Cadena a Solanda y Carapungo sin el
Abogado defensor ni Fiscal. Ana Erazo no
participó en las verificaciones de Cara-
pungo.
Complementa su versión el policía Ordoñez:
“que los Sgtos. Días y Pinto les sacaron de los
calabozos a los detenidos el 27 de marzo del
2008”.
El policía Pinto señala: “que actuaron con
la Delegación Fiscal del Dr. Santiago Truji-
llo”;
El policía Ordoñez: “que luego de las veri-
ficaciones ha llegado la Delegación del Fiscal
Navarrete y que los guardias de seguridad Sil-
via Pico, Wilmer Zambrano y Ángel Morales
han sido los testigos claves para la investiga-
ción”.
El policía Muñoz: “que a la 11h45 del 28 de
marzo del 2008 el Mayor Diego Erazo ha en-
trado con un grupo de policías y les ha golpe-
ado a Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal,
después golpea con un bate, el que le llaman
el “Psicólogo” y realizan un careo con otros
tres detenidos, que no estuvo ni el Fiscal y ni
Abogados defensores”.
La Sbte. Ana Erazo dice: “que el 31 de
Vi la muerte en la Policía Judicial
65
marzo le han entregado la Delegación Fiscal
del Dr. Navarrete para las investigaciones.”
El cap. Martínez: “que fue Jefe del DIAD y
coordinador del equipo de investigaciones del
caso Terranova y que han iniciado las investi-
gaciones sin delegación de nadie.”
El policía Díaz: “que le han sacado a los de-
tenidos el 27 de marzo y les han regresado el 28
de marzo a los calabozos de la PJ.”
Resoluciones de instituciones
A.- El Dpto. de Asuntos Internos de la Po-
licía, terminada las investigaciones a los
policías del GAO y del DIAD elabora-
ron el informe investigativo Nº 20088-
153-IGPN-DAI en el que determinan
presunciones de responsabilidades que
tienen cada uno de los policías; sin em-
bargo, el proceso administrativo seguido
en la Policía Nacional en contra de los
policías y oficiales involucrados no pasó
nada, la Resolución N° 2010-101-CsG-
PN del 01 de marzo del 2010, el Consejo
de Generales de la Policía Nacional ma-
nifiesta “…sobre la improcedencia de
iniciar trámite de conducta profesional
en contra de….”. Este proceso lo llevó
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
66
la Dra. Inés Quishpe, funcionaria del
Departamento de los Derechos Huma-
nos del Ministerio del Interior.
B.- En la Defensoría del Pueblo los docto-
res Jaime Hernández y Hernán Solór-
zano una vez terminado el proceso legal
con el expediente CPP- Nº 36942-
2008H emitieron la Resolución N° 05-
2009, “…por cuanto el proceso
investigativo existen elementos y evi-
dencias de actos de tortura y violación
al Debido Proceso en contra de Miguel
Alexander Cadena Polanco,…..”. Re-
mitieron copias debidamente certifica-
das de la Resolución a:
1.- “…Al señor Ministro de Gobierno y Policía
a fin de que disponga el inicio inmediato
del proceso administrativo para observar y
sancionar conforme a su grado de respon-
sabilidad al…”: Gral. Juan Francisco Sosa
Barreno, Cap. Hitler Marthínez Lupera,
Sbte. Ana Erazo Bermeo, Sgtos. Manuel
Aníbal Pinto, Elmer Ordóñez Calero, Héctor
Díaz García, Jorge Armando Espinoza; y
Cabo Jorge Muñoz Chiles.
2.- “...Al señor Doctor Washington Pesantez
Muñoz, Ministro Fiscal General de la Na-
ción, a fin de que disponga el inicio de la
Indagación Previa de conformidad a lo dis-
Vi la muerte en la Policía Judicial
67
puesto en el Art. 215 del Código de Proce-
dimiento Penal, en contra de los señores…
”: Gral. Juan Francisco Sosa Barreno, Cap.
Hitler Marthínez Lupera, Sbte. Ana Erazo
Bermeo, Sgtos. Manuel Aníbal Pinto, Elmer
Ordóñez Calero, Héctor Díaz García, Jorge
Armando Espinoza; y Cabo Jorge Muñoz
Chiles, “…por cuanto existe la presunción
del cometimiento del delito tipificado en el
Art. 187 del Código Penal en concordancia
con el Art. 204 inc. 2do ibídem.”
3.- Al Pleno del Consejo de la Judicatura de
conformidad al numeral 19 del Art. 264 del
Código Orgánico de la Función Judicial pone
en conocimiento la actuación de los tres
miembros de la Segunda Sala Especia-
lizada Penal de la Corte Provincial de Justi-
cia de Pichincha.
4.- A la Comisión de Administración de Recur-
sos Humanos del Consejo de la Judicatura
conforme a lo previsto en el numeral 7 del
Art. 274 del Código Orgánico de la Función
Judicial haciendo conocer la actuación del
Dr. Guillermo Solís Tacan, Juez Suplente del
Juzgado Primero de lo Penal de Pichincha.
5.- A la Comisión de Administración de Recur-
sos Humanos del Consejo de la Judicatura y
amparado en el numeral 7 del Art. 274 del
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
68
Código Orgánico de la Función Judicial
hacen conocer la actuación del Dr. Patricio
Navarrete Sotomayor Agente Fiscal de Pi-
chincha Delegado al GAO, por el sinnúmero
de violaciones al Debido Proceso.
Posteriormente la Defensoría del Pueblo lo
incluyó al Mayor Diego Erazo.
C.- El 2 de abril del 2009 el Tribunal Ter-
cero de lo Penal de Pichincha, una vez
terminada la Audiencia de Juzgamiento
emitió la SENTENCIA ABSOLUTO-
RIA, demostrando la INOCENCIA de
Miguel Alexander Cadena Polanco y los
demás involucrados. Además solicitan al
Sr. Fiscal Distrital de Pichincha dé inicio
a la investigación por el presunto delito
de perjurio de la Sbte. Ana Erazo y dis-
ponga se inicien las investigaciones para
establecer las presuntas responsabilida-
des a los policías pertenecientes al GAO
y DIAD que intervinieron en el presente
caso, por los delitos establecidos en los
Arts. 187, 205 y 208 del Código Penal
por las “…..violaciones de derechos hu-
manos y garantías constitucionales por
miembros policiales, para la obtención
de las pruebas declaradas sin valor en
esta sentencia,….”: Cap. Hitler Martí-
nez Lupera, Sbte. Ana Lucía Bermeo,
Sgto. Espinoza, Sgto. Manuel Pinto,
Vi la muerte en la Policía Judicial
69
Cbos. Jorge Muñoz Chiles, Héctor Díaz,
Elmer Ordóñez…..
D.- La Comisión de la Verdad, una vez pre-
sentada la denuncia, procedieron a rea-
lizar una investigación profunda
llegando a la conclusión que en el Caso
Terranova existieron violaciones a los
derechos humanos, razón ésta para in-
cluirle en el Informe de la Comisión de
la Verdad con el caso N° 116. Espe-
rando al momento se proceda con la ju-
dicialización para que los jueces
determinen a los responsables de la po-
licía por actos de tortura, a fiscales y jue-
ces que intervinieron dolosamente en el
proceso. Hemos esperado algunos años
con desesperación y angustia para que la
justicia se haga presente. Aspiremos a
que haya agilización por parte de la Fis-
calía de la Unidad de la Comisión de la
Verdad para que en este año se cristalice
y se dé inicio con el proceso para que
sean sancionados enérgicamente todos
los responsables y actores de este abo-
minable hecho y no se vuelva a repetir
más en nuestro país.
E.- Por el delito de Tenencia Ilegal de Armas
a Miguel Alexander Cadena Polanco, el
Tribunal Segundo de lo Penal de Pi-
chincha en la Audiencia de juzgamiento
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
70
CONFIRMA su INOCENCIA, el 6 de
septiembre del 2011, ratificándose una
vez, más que nada tuvo que ver en los
supuestos delitos que fue involucrado.
El proceso jurídico establecido por torturas
a los miembros de la Policía del GAO y el
DIAD lamentablemente no dio sus frutos espe-
rados, a pesar de contar con todas las evidencias
y que parte de las mismas están descritas en este
documento. El fiscal José Luis Jaramillo, en su
dictamen, se abstiene de acusar a los policías
Diego Erazo, Ana Erazo, Jorge Espinoza y Hi-
tler Martínez, y acusa a los policías Elmer Or-
dóñez, Manuel Pinto. Dictamen que subió a
consulta a la Fiscalía Provincial y el Dr. Marco
Freire ratificó el dictamen mixto.
El 28 de enero del 2011, en el juicio Nº
17257-2009-0514 el Juez Marco Terán, Juez
Séptimo de Garantías Penales de Pichincha
dicta el Auto de Sobreseimiento Provisional a
los policías Diego Erazo, Ana Erazo, Jorge Es-
pinoza, Hitler Martínez, Manuel Pinto y Héctor
Díaz, dictando el auto de llamamiento a juicio
a los policías Elmer Ordóñez y Jorge Muñoz.
Se procedió con la apelación solicitada por
nuestro Abogado, pero la Tercera Sala de Ga-
rantías Penales de la Corte Provincial de Justicia
el 3 de junio del 2011 dictó el auto de Sobresei-
miento de los Policías Elmer Ordoñez y Jorge
Vi la muerte en la Policía Judicial
71
Muñoz en el juicio Nº 113-211 V.C; obteniendo
todos los policías del GAO y DIAD el Sobre-
seimiento Provisional.
Con los pronunciamientos emitidos por los
diferentes garantistas de la ley nos permiten
decir que en el Caso Terranova actuaron e in-
vestigaron POLICÍAS FANTASMAS. Sin em-
bargo nuestros Abogados llevaron la causa N°
1753-11-EP a la Corte Constitucional e INAD-
MITE el trámite de Acción de Protección el 17
de enero del 2012.
Justicia divina y terrenal
Al año ocho días de permanecer privado de
su libertad, y después de una larga, dura y com-
pleja lucha afrontada y enfrentada con Mario
Fernando a los miembros y funcionarios de las
instituciones de la Policía, Ministerio Público
(fiscales) y Consejo de la Judicatura (jueces),
contando con el apoyo de la CEDHU, la Defen-
soría del Pueblo, la Defensoría Pública, la Dra.
Gabriela Espinosa funcionaria del Ministerio de
Justicia y el Ministerio del Interior, los Asam-
bleístas Lic. Jorge Escala y Dra. María Paula
Romo, logramos demostrar su inocencia y al-
canzamos la libertad de Miguel Alexander.
Gracias a mi hermano Mario que fue el gran
puntal y fundamental soporte anímico, psicoló-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
72
gico y de apoyo permanente, me permitió man-
tenerme siempre en pie de lucha y con la moral
siempre muy en alto.
No solo Miguel Alexander estuvo privado de
su libertad, también la familia Cadena Polanco
permanecimos privados de nuestra libertad NO-
VENTA Y SEIS días en el recinto carcelario en
el que pasamos los días sábados y domingos,
desde las 08H00 hasta las 17H00, acompañán-
dole, dándonos moral y fuerza hasta demostrar
su inocencia.
Ahora que el Gobierno Nacional dictó la Ley
para la Reparación de Víctimas y la Judicializa-
ción de Graves Violaciones de Derechos Huma-
nos y Delitos de Lesa Humanidad, y al estar
considerado el caso Terranova con el N° 116 en
el Informe de los casos investigados por la Co-
misión de la Verdad, tenemos la oportunidad de
creer en la justicia ecuatoriana y continuar en la
lucha contra la “injusticia de la justicia” a fin
de que nuestro caso no quede en la impunidad
y sentar un precedente en el país para que no
vuelva a repetirse estos hechos que denigran la
institucionalidad policial y al Consejo de la Ju-
dicatura.
Esperamos que pronto se judicialice este
caso y se sanciones a los autores, cómplices y
encubridores, no solo de los miembros policia-
les sino también a los representantes del Con-
sejo de la Judicatura (fiscales y jueces); además,
Vi la muerte en la Policía Judicial
73
vamos a acogernos a la reparación integral ma-
terial e inmaterial que establece la Ley de Víc-
timas, de manera especial, que en una rueda de
prensa el Sr. Presidente de la República, el Sr.
Comandante General de la Policía y el Sr. Di-
rector Nacional de la Policía Judicial, pidan las
Disculpas Públicas a Miguel Alexander y toda
la familia, la Policía Nacional borre de los
archivos los antecedentes que constan en su
Record Policial por las dos causas que lo im-
plicaron gratuitamente.
Ciudadanos del país no tengan temor, no
duden en denunciar las vulneraciones de los de-
rechos humanos del que fueran objeto. Existen
instituciones y colectivos que luchan por la de-
fensa de los derechos humanos que no dudan en
ayudar y apoyar las gestiones necesarias para
que sean sancionados los responsables. Recuer-
den el viejo adagio: “Dios tarda pero no olvida”
Además cuentan con la Defensoría Pública
que apoya con sus abogados para la defensa de
sus intereses de orden legal, de esta manera evi-
tar la participación corrupta de un sinnúmero de
abogados que están a la caza para explotar y sa-
quear los bolsillos de los pobres y desesperados
ciudadanos que están en dificultades jurídicas.
Respeto a los honestos profesionales del Dere-
cho, que si los hay.
No más corrupción
e impunidad en el Ecuador
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
74
Anécdotas que se tejieron
en torno al caso
FUERA DEL CDP
Para trasladarnos con mi esposa y mi cuñada
al Centro de Detención Provisional (CDP), ubi-
cado en el ex–Penal García Moreno, saliamos a
las tres de la mañana de la ciudad de Tabacundo
con destino a la ciudad de Quito. Al llegar al
CDP teníamos que hacer columna con la finali-
dad de coger los turnos respectivos y poder in-
gresar lo más temprano posible. Las primeras
madrugadas enfrentamos varias dificultades al
observar y tratar con personas de diferentes es-
tratos sociales, de distintas provincias y países,
de un sin número de problemas en el que estaban
involucrados los familiares: asaltos, robos, tra-
ficantes de droga, violaciones, secuestros, etc.
Poco a poco fuimos adaptándonos a la reali-
dad y ser parte de este mundo increíble en el que
convivimos. Las personas que dormían en las
aceras frente al CDP o madrugaban les hacían
ingresar a sus “amistades” que llegaban pasadas
las 06h00; situación que incomodaba a las per-
sonas que también estaban muy temprano y pro-
testaban. Las respuestas eran inmediatas con
epítetos fuertes o trataban de hacer problema
para demostrar que eran intocables y más fuer-
tes.
Vi la muerte en la Policía Judicial
75
Llegábamos a las 4 de la mañana al CDP y
aparentemente estábamos en los primeros luga-
res, pero al pasar las horas nos iban ubicando
cada vez más atrás. Poco a poco nos fuimos
identificando con las diferentes familias que lle-
gábamos de madrugada y conversábamos sobre
los problemas que veníamos enfrenando cada
familia; me identifiqué como profesor y les co-
menté sobre mi hijo que había sido torturado, y
los presuntos resposables eran los miembros de
la policía del DIAD y el GAO; de esa manera,
conversando las vicisitudes que teníamos, pa-
saban los minutos sin darnos cuenta.
Conforme transcurría el tiempo el respeto se
iba fortaleciendo entre todos a tal punto que me
solicitaban que les organice hasta que los miem-
bros de la Policía Nacional nos escribieran el
número del turno en la muñeca.
Tuve que dialogar con los miembros de la
policía que resguardaban el recinto carcelario,
para que me permitan ayudarles y procedieran
a dar los turnos conforme íbamos llegando,
aceptaron mi pedido.
Las 4 horas que esperábamos en la calle
hasta que nos permitan ingresar, teníamos que
soportar el frío intenso de la madrugada o la llu-
via; los minutos pasaban muy lentamente, y para
entretenernos de alguna manera, nos poní- amos
a conversar los problemas que teníamos
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
76
en cada caso, y narrábamos nuestras situaciones
con tristeza y desanimo.
Un ejemplo patético era que los afectados
habían cambiado de Abogado porque decían que
eran unos ladrones, cogen el dinero y no hacen
nada. Esta triste y amarga realidad que
comentaban, me hizo pensar y comparar la
cruda realidad que pasaba, dándoles en parte
razón por que si hay honrosas excepciones.
Así mismo, los comentarios se relacionaban
a los problemas duros que cada vez experimen-
tábamos al ver la falta de transparencia, probi-
dad y honestidad de ciertos fiscales y jueces que
llevaban los casos.
Con el Presidente
de la República
Cierto día, en la institución educativa donde
laboraba por la mañana, un compañero profesor
solicitó a un padre de familia que trabajaba en
la Presidencia de la República le ayude a con-
seguir una fecha para que los estudiantes visiten
y conozcan la Casa Presidencial. Días después,
me informó que tenemos la autorización y de-
bemos asistir con los niños de los dos grados a
visitar las instalaciones de la Presidencia. Por la
situación que estaba atravesando, no tenía nin-
Vi la muerte en la Policía Judicial
77
guna intención de salir con los estudiantes a re-
alizar actividades extracurriculares, circunstan-
cia que me incomodó muchísimo.
Pasaron los días y el momento llegó. En el
trayecto, se me vino la idea: ¡si le encuentro al
Sr. Presidente!, sería formidable para poder de-
nunciarlo personalmente los problemas que es-
taba atravesando.
A las 11h00, nos hicieron ingresar; los niños
tomaban fotos de todo lo que observaban; apro-
ximadamente a las 12h00, el momento en el que
llamaba a los niños para salir, observo la silueta
de una persona que apareció por el fondo del pa-
sillo y caminaba con dirección a nosotros;
cuando estuvo a pocos metros me di cuenta que
se trataba de la persona con la que deseaba de-
nunciar mi problema. Muy amable y cortés-
mente se acercó y saludamos, les quedó
mirando a los niños muy sonreído; me dirigí a
los estudiantes por dos ocasiones:
-¡niños! miren, ¡es el Sr. Presidente de la Re-
pública!, no les llamó la atención mis requeri-
mientos. Pero cuando les dije: ¡Niños, es el
Economista Rafael Correa!,
Inmediatamente los niños dejaron de realizar
sus actividades y desesperaditos se empujaban
para abrazarle al Sr. Presidente, respondiéndoles
con una sonrisa y palmadas en las cabecitas, a
los niños les saludó.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
78
Mientras se presentaba estas escenas, mi
desesperación se acrecentaba porque no se daba
el momento oportuno para cumplir con mi ob-
jetivo. El Sr. presidente se despide de los niños
y me dice: ¡Gusto de conocerle maestro!, le con-
teste: ¡Igual Sr. presidente!.
Pasarían segundos y le solicité que me per-
mitiera dos minutos, manifestándome que le
disculpe porque estaba atrasado a la sesión de
Gabinete; insistí y le seguí, ingresando al Salón
Amarillo donde le dije: ¡Sr. Presidente, mi hijo
fue torturado y le transformaron en asaltante de
la joyería del centro comercial el Bosque!; le
llamó mucho la atención de lo que le manifesté
e inmediatamente se preocupó y solicitó la
presencia de un asesor, y le dijo: ¡Por favor, es-
cúchelo al maestro y me comunica inmediata-
mente!, ¡Maestro, hable con mi asesor! ¡Vaya
tranquilo!,
¡Gracias Sr. Presidente!.
Al siguiente día, al Asesor del Sr. Presidente
de la República, le di a conocer todos los hechos
suscitados, partiendo de las torturas hasta las
violaciones a la Constitución, al Código de Pro-
cedimiento Penal, al Código Penal, a los Dere-
chos Humanos cometidos por parte de los
garantistas de la aplicación de la ley y de quie-
nes debían brindarnos seguridad ciudadana;
además, le dejé un anillado con todos los docu-
Vi la muerte en la Policía Judicial
79
mentos que demostraban fehacientemente lo
aseverado. Manifestó que va a analizar, le dará
a conocer al Sr. Presidente y me llamará telefó-
nicamente.
Consecuencias ingratas
Esta lamentable realidad que se nos presentó
en el normal desenvolvimiento de la vida fami-
liar dejó muchas secuelas psicológicas, sociales,
económicas, fundamentalmente en Miguel Ale-
xander, quien no pudo conseguir una institución
donde pueda laborar debido a que en su Record
Policial consta con antecedentes penales, a
pesar de que los dos tribunales penales dictaron
la sentencia absolutoria y su estado de inocen-
cia; procesos legales que fue involucrado gra-
tuitamente por ciertos miembros de la Policía y
que fue demostrado totalmente su inocencia, y
nada tuvo que ver en el asalto y la tenencia de
armas.
Miguel Alexander se encuentra afectado psi-
cológicamente por las criminales y abominables
torturas que le propinaron durante los dos días y
las vicisitudes que tuvo que pasar por más de un
año que le mantuvieron privado de su libertad;
el informe psicológico firmado por el Dr. Juan
Carlos Bolaños, a pedido de la Defensoría del
Pueblo con oficio 01070 CPP-N°.36942-2008-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
80
HSG, en la Apreciación Diagnóstica refiere que
Miguel Alexander tiene “Trastorno de estrés
post-traumático”.
Para enfrentar los procesos judiciales: en la
defensa para demostrar la inocencia de Miguel
Alexander de los dos delitos que le acusaban, el
proceso seguido a los policías involucrados por
los presuntos actos de tortura, gastos para las vi-
sitas durante el tiempo que estuvo privado de su
libertad, costas que generan las diferente diligen-
cias judiciales, etc. etc., nos demandó ingentes
gastos por lo que tuve que pedir prestado dinero
para poder afrontarlos. Para pagar las deudas y
continuar luchando inquebrantablemente para
que los autores, cómplices y encubridores en este
hecho sean juzgados enérgicamente, tuve que
vender mi vehículo y la casa que teníamos en el
sector centro sur de la ciudad de Quito.
Desde el inicio de esta crisis familiar hemos
venido recibiendo muestras de afecto, respaldo,
solidaridad y ánimos morales por parte de la
ciudadanía para que continuemos en este duro
transitar del destino; pero en el camino se pre-
sentó un hecho aislado, fui obligado verbal-
mente a renunciar en la Institución que laboraba
en la mañana por parte de la Jefa de Recursos
Humanos el 9 de febrero del 2009; en la parte
pertinente del oficio de renuncia dice: “Consi-
derando el pedido verbal de la Ing.…, Jefa de
Recursos Humanos de la Unidad Educativa que
Vi la muerte en la Policía Judicial
81
usted dirige, de que escoja: la situación deli-
cada en la que estoy atravesando con mi señor
hijo (que fue torturado brutalmente por malos
elementos de la policía hasta que firme un do-
cumento preparado por los “investigadores”
auto inculpándose de algo que no cometió…) y
el prestigio de la institución, me veo obligado a
tomar la inesperada y obligada decisión de re-
nunciar a las labores de docente de la Unidad
“Rincón del Saber”.
Para efectivizar esta decisión [….]. […] me
place de manera especial haber sido uno de los
maestros que trabajó con abnegación, respon-
sabilidad y mística profesional para alcanzar el
bien ganado prestigio institucional; porque el
prestigio se logra con el verdadero maestro de
la educación y no por los problemas familiares
personales”.
El Sr. Vicerrector, compañeros maestros y
padres de familia demostraron su malestar al en-
terarse de esta situación, se solidarizaron y me
pidieron que no renuncie porque es totalmente
ilógico, que no tiene ni pies ni cabeza lo que
están haciendo conmigo. Sin pensar dos veces
renuncié, porque primero estaba mi hijo, él me
necesitaba más que el trabajo poco remunerado
y nada reconocido.
El disponer de toda la mañana me ayudó mu-
chísimo porque me permitió dedicarme con
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
82
tranquilidad a realizar las diligencias y gestiones
necesarias en la fiscalía, el juzgado y en todas
las instituciones donde dejamos los oficios de-
nunciando el caso y procedan a dar el trámite
respectivo. Con Mario hicimos el seguimiento
respectivo y después de vencer dificultades lo-
grábamos conseguir importantes apoyos solici-
tados, de esta manera comenzamos a divisar una
pequeña luz al final del túnel; después de vencer
a grandes y consolidadas instituciones a las que
representaban sus negligentes funcionarios, gri-
tamos al mundo que mi hijo SIEMPRE FUE
INOCENTE, los responsables de esta atrocidad
son ciertos miembros de la Policía Nacional, fis-
cales y jueces.
Es así como demostramos la verdad de los
hechos hasta la saciedad, el tiempo nos dió la
razón y hoy con la misma enteresa y fuerza con-
tinuaremos luchando para que estos excecrables
hechos sean sancionados con el máximo rigor
de la Ley, y otras familias ecuatorianas no pasen
esta inolvidable y cruel pesadilla.
Este daño que ocasionaron a la familia, y
fundamentalmente a Miguel Alexander en lo
moral, social, psicológico y económico no
podrá ser pagado por sus responsables, así re-
cogieran todo el oro del mundo para su resarci-
miento. La libertad, la dignidad y la reputación
no se compran o se restituyen con dinero.
Vi la muerte en la Policía Judicial
83
Es importante tomar en cuenta que, para
vencer cualesquier obstáculo que se presente en
la vida, debemos apoyarnos siempre y firme-
mente con la verdad y la constancia; Nunca so-
meternos o dejarnos vencer por las adversidades
y ser perseverantes en la lucha hasta lograr los
objetivos propuestos.
¡NO MÁS VULNERACIÓN A LOS
DERECHOS HUMANOS EN NUESTRO
QUERIDO ECUADOR!
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TARDE O TEMPRANO LA VERDAD
Y LA JUSTICIA VENCERÁ
Vi la muerte en la Policía Judicial
85
San Bartolo, mayo 2015
EDICIÓN ON LINE POR EL
DPTO. DEPUBLICACIONES
DEL BACHILLERATO
INTERNACIONAL DEL
COLEGIO TÉCNICO SUCRE
QUITO – ECUADOR
AÑO 1
Responsable: Lic.Wilman López. V
Docente del B.I
86
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