La hija de jairo

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LA HIJA DE JAIROlucas 8, 40-42; 49-56

“Cuando regresó Jesús, la recibió la muchedumbre, pues todos le estaban esperando. Y he aquí que llegó un hombre, llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba entrara a su casa, porque tenía una sola hija, de unos doce años, que estaba a punto de morir. Mientras iban, las gestes le ahogaban.

Estaba todavía hablando, cuando uno de la casa del jefe de la sinagoga llega diciendo: “Tu hija ha muerto. No molestes ya al Maestro. Jesús que lo oyó, le dijo: “No temas, solamente ten fe y se salvará. Al llegar a la casa, no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago, al padre y a la madre de la niña. Todos lloraban y se lamentaban, pero él dijo: No lloréis, no ha muerto; está dormida”. Y se burlaban de él pues sabían que estaba muerta. Él tomándola de la mano, dijo en voz alta: “Niña, levántate”. Retorno el espíritu a ella, y al punto se levantó; y él mandó que le dieran de comer a ella. Sus padres quedaron estupefactos, y él les ordenó que a nadie dijeran lo que había pasado.

Los tres evangelistas nos hablan de este milagro de Jesús. Jesús apenas ha desembarcado de la barca cuando la gente lo rodea y entonces se acerca un personaje importante de

Cafarnaúm, conocido por todos y era el jefe de la sinagoga, llamado Jairo. Los jefes de la sinagoga tenían gran prestigio entre los habitantes de la ciudad. Le abrirían paso y lo dejarían que se acercase al Señor para exponerle su petición.

Debió costarle mucha reflexión y valentía a Jairo el acercarse a Jesús y pedirle la curación de su hija.

Al tener el cargo de jefe de la sinagoga estaba en íntima relación con los escribas y fariseos y también sabía la hostilidad que estos tenían contra Jesús. El sabe que este acercamiento al Maestro puede significar para él la enemistad de los fariseos y perder su apoyo.

Conocía que se burlarían de él y la levantarían mentiras ante el pueblo.Los sentimientos del corazón de Jairo le hacen desafiar los retos y la preocupación por la enfermedad grave que padece su hija.Este dolor lo hace entender que sólo hay una persona

que puede ayudarle haciendo el milagro de sanar a su única hija. Seguramente él sabría el milagro de la curación del hijo del centurión en Cafarnaún. Ante su dolor y la esperanza que brota en él pensando en Jesús, se rompen los prejuicios y no le importa perder la amistad de los fariseos.

y valientemente va donde Jesús y con gran humildad arrodillado ante él le hace su petición. El Señor Jesús accede a su petición, ha comprendido la valentía de Jairo paraconfesarle públicamente ante los demás y arrojarse a sus pies con toda humildad y confianza y marcha hacia su casa.

Antes que Jesús realice el milagro Jairo tiene que pasar por una prueba muy dura que puede hacerle dudar de su fe. Le vienen a avisar que su hija ha muerto y ya no tiene porque seguir insistiendo al Señor. Jairo pensaría que todo estaba perdido y que su esperanza había sido una vana ilusión. Jesús se da cuenta y le dice a Jairo: “No temas: sólo ten fe”.

Jesús llega a la casa de Jairo y quiere realizar el milagro en la intimidad de la familia de Jairo y acompañado de sus tres discípulos predilectos . Despide a la gente que le acompañaba; y a los que lloraban y daban gritos de dolor por la muerte de la niña, el Señor les dice que no lloren ni griten, que la niña no ha muerto sino que está solamente dormida.

El Señor no busca la espectacularidad de los milagros ni tampoco desea con ellos ganarse la popularidad del pueblo. El sólo desea mostrar su infinita bondad y poder .

Entra en el cuarto donde yacía la niña. La toma de la mano y le dice con naturalidad y sencillez: “Niña a ti te digo: levántate.” Al instante la niña se levantó y comenzó a andar, y Jesús, en un

rasgo de ternura, pide que le den de comer. Jesús de esta forma, con esta sencillez obra el milagro, manifestando su majestad divina y su omnipotencia sobre la muerte. Como en muchos otros milagros Jesús manda que no se divulgue lo hechos por él, quiere guardar el secreto mesiánico.

Este hecho que sucedió con Jairo es algo que sucede con bastante frecuen-cia.El dolor el sufrimiento, situa-ciones adversas son motivo para que las personas alejadas del Señor, se acerque de él.

Los dolores y sufrimientos los permite Dios, y aún los puede querer, como grandes misericordias suyas, para atraer a los pecadores a la reflexión, a la con-versión . Sólo Dios puede solucionar los problemas del hombre.