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Los
Sofistas
Todo el siglo V conduce a interesarseprincipalmente por el hombre, en laAntígona, de Sófocles, aparece, radianteen su dignidad, la figura humana:
Los sofistas son los primeros filósofoshumanistas, eran sobre todo maestrosque, de ciudad en ciudad, se hacíanpagar por sus enseñanzas
Los Sofistas eran maestros de los hombres
de Estado y de los futuros políticos, solían
enseñar retórica.
El Sofista quieres convencer, sin
preocuparse por la verdad de sus
argumentos sino por la fuerza de sus
instrumentos de convicción.
Los Sofistas empleaban incluso
argumentos falsos para convencer
(sofismas de distracción)
No quería pronunciarse sobre laexistencia o la inexistencia de los dioses
«El hombre es la medida de todas lascosas, de las que son en cuanto son yde las que son en cuanto no son»
«la enseñanza requiere dotes y práctica.El aprendizaje debe empezar en lajuventud»
Cada individuo humano es
concebido por Protágoras como un
ojo abierto al mundo. Todo lo que
este ojo deja de ver es inexistente.
Todo lo que percibo, siento o
pienso se refiere a mí y yo soy el
único árbitro de la existencia de lo
que percibo, siento o pienso.
El conocimiento no es una forma innata, no
se basa en ideas que tenemos en nuestro
espíritu desde que venimos al mundo.
El conocimiento se enseña y quien llega a
tenerlo es porque lo ha adquirido.
Lo que nos proporciona este conocimiento
es la sensación
El conocimiento es relativo a quien lo
adquiere, relativo a la forma en que se
adquiere, y a la manera de ser de quien lo
adquiere
Gorgias
Gorgias: El Elogio a Helena de
Troya
Calicles
Los sofistas sostienen que es mejor
cometer una injusticia que ser victima de
ella.
Calicles parte de la definición del
hombre como un ser sensual, un ser
para quien todo el conocimiento
proviene de los sentidos.
La sociedad ha querido impedir que los
hombres actuaran según sus deseos
naturales y ha inventado una serie de
frenos que llamamos leyes.
Las leyes han sido el invento de los
más débiles para oponerse al dominio
de los fuertes.
La única ley que admite Calicles es la
ley del más fuerte. Lo mismo debe
decirse de la justicia. Será bueno todo
aquello que no limite al fuerte; malo lo
que frene sus impulsos naturales.
Bibliografia:Xilau. Ramón. Introducción a la historia de la Filosofía.
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