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Dra. Estela Martin Toxicología Forense
2011 Unidad III
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Unidad III
Intoxicaciones iatrogénicas: Aspirina. Intoxicaciones domésticas e infantiles: Hidrocarburos, Ácidos y Álcalis cáusticos, Blanqueadores líquidos (lavandina, detergentes, limpiadores domésticos, pinturas pegamentos). Psicofármacos, Aminas despertadoras, Antidepresivos, Xantinas, Opiáceos, Digitálicos. Intoxicaciones con sustancias alimenticias: hongos y plantas
Gases y Vapores Cáusticos: Cloro. Ácido muriático.
Intoxicaciones con sustancias alimenticias: hongos y plantas
INTOXICACIONES ALIMENTARIAS:
MICOTOXINAS Dentro del amplio tema de intoxicaciones debido al consumo de alimentos el mayor interés
se concentra en las levaduras, los mohos y las setas comestibles y venenosas.
Este diverso conjunto de organismos, se caracteriza por poseer una estructura eucariótica,
un metabolismo heterótrofo y una pared externa. Así a diferencia de las plantas, los
hongos requieren de fuentes de carbono orgánicas de diferente grado de complejidad. La
presencia de la pared determina su forma de alimentarse, a través de la absorción de
nutrientes solubles.
Los hongos filamentosos, comúnmente llamados mohos, son activos agentes del
biodeterioro. Si bien no causan el tipo de degradación putrefactiva asociada a algunas
bacterias, alteran las características organolépticas haciendo que los alimentos
enmohecidos no sean aptos para el consumo humano. Debemos hacer la salvedad que algunas
modificaciones inducidas por ciertos hongos en los alimentos son deseables, tal como
ocurre con algunos quesos, embutidos, etc.
La actitud del hombre frente a la contaminación fúngica de los alimentos, se ha ido
modificando, debido a un descubrimiento reciente, relacionado con la capacidad que tienen
muchos hongos contaminantes de producir una gran variedad de metabolitos secundarios
denominados MICOTOXINAS.
Estas sustancias presentan estructuras químicas diversas y han sido involucradas tanto en
brotes de enfermedades que afectan a diversas especies animales como en una amplia
variedad de enfermedades humanas, desde la gastroenteritis hasta el cáncer.
Las enfermedades producidas por la ingestión de micotoxinas se denominan
MICOTOXICOSIS.
El reconocimiento del problema de las micotoxinas data de comienzos de los años sesenta,
cuando se produjo en Inglaterra la muerte a un gran número de aves de corral. En esa
oportunidad se pudo comprobar que la causa de la enfermedad había sido la presencia de
metabolitos tóxicos producidos por el hongo Aspergillus flavus, contaminante del maní
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empleado para la preparación de las raciones alimentarias de las aves. A esas sustancias
desconocidas hasta entonces, se las llamó AFLATOXINAS.
Además de los problemas asociados con la salud, han causado un gran impacto económico en
el comercio internacional. Principalmente, en los países productores y exportadores de
alimentos como el nuestro.
HONGOS PRODUCTORES DE MICOTOXINAS: Los hongos productores de micotoxinas están ampliamente difundidos en el medio ambiente
y son contaminantes frecuentes de los alimentos, especialmente los de origen vegetal.
Las especies toxicogénicas de mayor importancia pertenecen a tres géneros: Aspergillus,
Penicillium y Fusarium.
También producen micotoxinas ciertas especies de Alternaria, Claviceps, Stachybotrys,
Pythomyces, Thrichotecium, Byssochlamys y Rhizopus, entre otros.
Estos organismos son capaces de crecer sobre una gran variedad de sustratos bajo
diversas condiciones ambientales. La mayoría de los productos agrícolas son susceptibles de
la invasión por mohos durante alguna de las etapas de producción, procesado, transporte y
almacenamiento. La presencia de mohos en un alimento no implica necesariamente la
presencia de micotoxinas, sino que indica un riesgo potencial de contaminación. Por otra
parte, la ausencia de hongos toxicogénicos no garantiza que un alimento esté libre de
micotoxinas, pues éstas persisten aún cuando el hongo ha perdido su viabilidad.
Las toxinas de los hongos se diferencian de las de origen bacteriano, asociadas a
intoxicaciones alimentarias, dado que éstas últimas, en su mayoría son macromoléculas tales
como proteínas, polisacáridos, etc. Las micotoxinas son compuestos de peso molecular bajo.
Por otra parte su química puede ser compleja y presentan una estabilidad frente a agentes
físicos y químicos que las hacen muy difíciles de eliminar una vez que han sido producidas en
los alimentos.
GENERO ASPERGILLUS y SUS TOXINAS: Los mohos de éste género causan deterioro en muchos productos alimenticios. Sus
productos metabólicos son altamente tóxicos tanto para los animales como para el hombre.
Algunas especies son de interés industrial, mientras que otras se emplean en la
fermentación de alimentos en algunas regiones.
El factor principal de la ubicuidad de los aspergilos es su capacidad para crecer a
diferentes temperaturas sobre sustratos con contenido de humedad variables. El rango de
temperatura de crecimiento de los mismos oscila entre 0º a 55º C para la mayoría de las
especies.
El color es la principal característica macroscópica para la identificación de los grupos de
aspergilos. Poseen distintos tonos de verdes, pardo, amarillo, blanco, gris y negro.
Son varios los metabolitos secundarios de los aspergilos, algunos de los cuales también
pueden ser producidos por Penicillium. Es común que las condiciones óptimas para el
crecimiento de las especies toxicogénicas no coincidan con las que facilitan la producción
de micotoxinas. El aumento de los metabolitos secundarios es una respuesta al “stress”.
Dentro de las micotoxinas producidas por éste género se puede citar entre otras:
ácidos aspergílicos (neurotoxina),
ácido ciclopiazónico (neurotoxina-necrótica),
aflatoxinas B1, B2, G1, G2, (hepatotóxica, cancerígena),
citrinina (nefrotóxica),
esterigmatocistina (hepatotóxica, cancerígena),
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ocratoxina A (hepatotóxica, nefrotóxica, teratogénica, inmunosupresora),
patulina (hepatotóxica, nefrotóxica).
Se representan algunas de las estructuras químicas de algunas toxinas y sus metabolitos :
GENERO FUSARIUM y SUS TOXINAS: Las especies de Fusarium son “mohos de campo”, ya que se encuentran sobre los vegetales
antes de la cosecha, persistiendo sobre los productos almacenados. Los fusarios no
compiten bien con los “mohos de almacenaje”. (Aspergillus, Penicillium), salvo el F.
culmorum. Alguno de los fusarios son patógenos para los cereales y pudiendo formar
micotoxinas aún antes de la cosecha. Pueden crecer durante el almacenamiento refrigerado
y contribuir a la podredumbre de frutas y hortalizas almacenadas.
Las micotoxinas principales producidas por los fusarios comunes son:
DAS (diacetoxiscirpenol),
NIV (nivalenol),
ZEA (zearalenona),
MON (moniliformina),
FUM (fumonisinas),
T2 (toxina T2),
DON (deoxinivalenol)
Alguna de sus estructuras químicas:
Tricotecenos: Son tóxicos potentes de las células eucarióticas, causan lesiones dérmicas y
alteraciones en la respuesta inmunológica. Tienen acción letal a altas dosis.
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Zearalenona: Son estrogénicas, actúan sobre el aparato reproductor, en el cerdo producen
vulvovaginitis, abortos y atrofia de genitales.
Moniliformina: Produce la leucoencefalomalacia equina, dan temblores y produce la licuación
de cerebro.
Fumonisinas: Interfiere en el metabolismo de los esfingolípidos. Se aislaron la B1, B2 y B3,
la principal es la B1, estan muy relacionadas con la leucoencefalomalacia equina.
GENERO PENICILLIUM y SUS TOXINAS: Los penicilios crecen sobre los alimentos preparados o sus materias primas, ya sean de
origen vegetal o animal.
Sus micotoxinas consumidas regularmente, aún en cantidades mínimas, causan lesiones
irreversibles en riñon, hígado, cerebro y tienen actividad teratogénica.
Producen una gran variedad de micotoxinas, siendo algunas de ellas: ácido ciclopiazónico,
ácido penicílico, citreoviridina, citrinina, ocratoxina A, patulina, penitrem A, rubratoxina A,
rubratoxina B, toxina PR, veruculógeno y roquefortina. Alguna de sus estructuras químicas:
Ocratoxina A: Producida por P.
verrucosum, se encuentra sobre
cereales, embutidos y quesos.
Produce degeneración grasa del
hígado y necrosis del tejido renal en
aves de corral. Se acumula en tejido
graso de animales y de ésta forma
pasa al ser humano.
Citrinina: Es un metabolito de P.
citrinum. Incorporada en la dieta de animales puede causarles la muerte por degeneración
renal.
Patulina: Producida por el P. griseofulvum, común en cereales y nueces, P.expansum,
frecuente en manzanas y P. roquefortii es ubicuo. Es una micotoxina hepatotóxica,
nefrotóxica y mutagénica.
Setas: Coprina, Falotoxina y Muscarina
Las setas son utilizadas como alimento desde la antigüedad, por ello las intoxicaciones por
setas o micetismo, prácticamente siempre van ligadas a la alimentación. Las intoxicaciones
accidentales por consumo de especies tóxicas, confundidas con otras comestibles, o bien
ingeridas al someterlas a falsas pruebas empíricas de toxicidad -como el uso de ajos o
cucharas de plata- constituyen un importante problema especialmente en las épocas
húmedas y lluviosas del otoño. La proporción de intoxicados es mayor entre los adultos que
entre los niños, si bien los casos infantiles son en general más graves.
Clasificación: Tipos de intoxicaciones por setas: Existen dos clases de intoxicaciones por setas. Una la constituyen aquellas formas en las
que los síntomas tras la ingestión surgen luego de un tiempo relativamente breve, que va
desde una media hora, hasta unas tres o cuatro horas como máximo. Todos estos tipos de
intoxicación por setas son, en general, de escasa gravedad y ponen muy pocas veces en
peligro la vida de los intoxicados. Por ello es importante diferenciar estos síndromes leves
de otras formas de intoxicación caracterizadas por el hecho de que las toxinas presentes
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en los hongos responsables, tras absorberse a nivel del tubo digestivo alcanzan después a
determinados tejidos, sobre los que producen un efecto lento pero irreversible de
destrucción celular. En estos casos - muy graves en general - los primeros síntomas
comienzan de forma más tardía: en general unas 8-10 horas tras la ingestión y en ocasiones,
transcurridos incluso varios días.
figura 1
Epidemiología: Estas intoxicaciones se comportan como un accidente estacional, de
acuerdo con la época de las setas, que en general suele coincidir con el otoño. Por lo que
hace al día de la semana, las dos terceras partes del total de accidentes tóxicos por
ingestión de setas ocurren entre el sábado y el lunes. Estas intoxicaciones son más frecuentes en el medio urbano que en el medio rural. Por lo
que hace al sexo, los hombres y las mujeres se intoxican en número parecido. Por último,
hay que señalar que estas intoxicaciones afectan a personas de todas las edades, ya que en
general personas de todas las edades comen o cenan de los mismos guisos: los padres, los
hijos, y en ocasiones también los abuelos.
A. Intoxicaciones por setas de latencia breve
- Gastroenteritis aguda por setas
- Intoxicación neurológica por setas
- Intoxicación por hongos alucinógenos
- Intoxicación muscarínica por setas
- Intoxicación cardio-vascular por setas
- Intoxicación hemolítica por setas
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B. Intoxicaciones por setas de latencia larga
- Intoxicaciones por giromitras
- Intoxicaciones por cortinarios
- Intoxicaciones por setas hepatotóxicas
1. Etiología
2. Toxicodinámica
3. Toxicocinética
4. Sintomatología
5. Tratamiento
6. Papel del transplante hepático
7. Pronóstico
Intoxicaciones por setas de latencia breve
La mayoría de las veces se trata de gastroenteritis de escasa importancia, que se limitan a
un cuadro de nauseas, vómitos y a veces también diarreas. En otros casos se trata de la
acción de toxinas que actúan sobre el sistema nervioso vegetativo. Otras veces se trata de
la ingestión de setas que tienen una acción sobre el sistema nervioso central, y provocan un
cuadro de seudo-embriaguez. Otras formas, menos frecuentes, son las producidas por
hongos empleados en ocasiones de forma voluntaria como agentes alucinógenos, pero que
son capaces de producir un cuadro tóxico, o las debidas al consumo, conjuntamente con
bebidas alcohólicas, de hongos que actúan como sensibilizantes frente al alcohol etílico.
Todas ellas son formas leves, y en general no será necesario un tratamiento agresivo o el
uso de antídotos.
A. Gastroenteritis aguda por setas (Intoxicación digestiva)
Gastritis, gastroenteritis o enterocolitis banales por ingestión de setas.
Síntomas: Náuseas, vómitos, diarreas, dolor abdominal. Entre 30' y 4-5 horas tras
la ingestión de la setas.
Producidas por diversas especies de variados Géneros: Entoloma, Tricholoma, Boletus,
Onphalotus, Lactarius, Russula, Scleroderma, etc.
Se han determinado diversas sustancias a las que se atribuye la toxicidad.
Tratamiento: Sintomático exclusivamente.
Fig.2: Entoloma eulividum Fig. 3 : Boletus satanas Fig.4: Omphallotus olearius
B. Intoxicación neurológica por setas (Síndrome micoatropínico)
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De myces (hongo) y atropínico: Producido por setas y con
sintomatología que recuerda a la intoxicación por "plantas
tropánicas" (belladona, estramonio).
Síntomas: "Borrachera" por setas. Ataxia,
incoordinación motriz. Delirio y alucinaciones inconstantes.
Agitación psicomotriz. En ocasiones coma.
Etiología: Producida por especies del género Amanita:
Amanita muscaria, A. pantherina, A. regalis, A. cothurnata.
Toxinas: Son derivados isoxazólicos: Ácido iboténico,
muscimol y muscazona.
Tratamiento: Sintomático. Sedantes. En caso de coma,
fisostigmina. Fig 5 Amanita muscaria
C. Intoxicación por hongos alucinógenos (Síndrome alucinatorio)
Alucinaciones, en ocasiones acompañadas de síntomas desagradables, como ataques de
pánico, fiebre, convulsiones.
Producidas por especies de los géneros Paneolus y psilocybe.
Toxinas: Derivados indólicos: Psilocina y Psilocybina.
Tratamiento: en general no es preciso el uso de medidas de eliminación o extracción.
Tratamiento sintomático y de soporte, en especial
administración de sedantes del tipo de las
benzodiacepinas. Es conveniente mantener a los
pacientes lejos de estímulos sensoriales: en una
habitación silenciosa en semipenumbra y acompañados
por una persona que les tranquilice (apoyo personal,
confortable y no moralizante sería el más deseable).
Fig 6: Psilocybe semilanceata ('Liberty cup')
D. Intoxicación muscarínica por setas (Síndrome
mico-colinérgico, Síndrome sudoriano)
Fig. 7: Brujas (Inocybe spp.)
Estimulación colinérgica inducida por el consumo de
hongos del género Inocybe ("Brujas") y alguna especie
del género Clitocybe.
La toxina reponsable es la muscarina.
Los síntomas consisten en hipersecreciones (salivación,
sudoración, lagrimeo, secreción bronquial), miosis, y en ocasiones bradicardia e hipotensión.
Solo en el caso de presentarse estas alteraciones
estaría indicado el uso de la atropina como
antídoto. En general basta el tratamiento
sintomático.
E. Intoxicación cardio- vascular por setas
(Síndrome nitritoide, reacción tipo Antabus por
setas):
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Debida al consumo conjunto de bebidas alcohólicas y determinadas setas -como el Coprinus atramentarius o el Clitocybe clavipes - que poseen una toxina -la coprina- que interfiere el
normal metabolismo oxidativo del etanol, provocando el acúmulo de acetaldehido.
Síntomas: Consisten en un enrojecimiento del cuello, cara y cabeza, con sensación de
calor, y enrojecimiento cutáneo evidente (flushing). Puede asociar palpitaciones,
hipotensión, y en ocasiones enérgicos vómitos.
Tratamiento: El tratamiento sintomático debe completarse con dosis altas de
vitamina C por vía endovenosa, y de 4-metil-pirazol, si se dispone del mismo.
F. Intoxicación hemolítica por setas (Síndrome hemolítico)
La hemólisis por setas puede ser de dos tipos. En ocasiones se trata del consumo de
Ascomycetes crudos o poco cocinados, en cuyo caso, por la presencia de proteínas
hemolizantes termolábiles puede producirse una
discreta hemólisis. Existe, sin embargo una forma
grave de hemólisis mediada por complejos inmunes,
que se produce en algunas personas al consumir de
forma repetida la seta Paxillus involutus. Se trata de
una hemólisis masiva que puede conducir a la muerte
en algún caso.
El tratamiento sintomático y de soporte enérgico
debe incluir el apoyo a la función renal con aporte de
líquidos. El cuadro se presenta entre treinta minutos
y unas horas tras la ingestión de las setas.
Intoxicaciones por setas de latencia larga
Intoxicaciones por setas en las que el tiempo libre de síntomas tras la ingestión excede las
6 horas. En general se sitúa entre las 8 y las 16 horas. En el caso de la ingestión de
cortinarios, las primeras molestias pueden tardar en presentarse varios días. Son las
intoxicaciones más graves.
Existen tres formas de micetismo de latencia larga:
A. Intoxicaciones por giromitras
B. Intoxicaciones por cortinarios
C. Intoxicaciones por setas hepatotóxicas
A. Intoxicaciones por giromitras.
Las setas del género Gyromitra (G. gigas, G. esculenta) producen una intoxicación
multisistémica, en ocasiones grave o incluso mortal, pero que responde muy bien al
tratamiento con dosis altas de vitamina B6 por vía IV. La intoxicación no se presenta si las
setas se han desecado para su conservación o se han hervido y se ha desechado el agua de
cocción, pues sus toxinas son muy volátiles e hidrosolubles. Los síntomas tardan 8-12 horas
en aparecer. Pueden asociar hemólisis.
B. Intoxicaciones por cortinarios
Las orellaninas, toxinas de naturaleza bipiridílica contenidas en especies del género
Cortinarius (C. orellanus, C. speciosissimus) son las responsables de serias lesiones del
riñón, cuyos primeros síntomas pueden aparecer hasta 17 días tras la ingestión de las
setas: Sed intensa, poliuria, y después fallo renal y anuria.
El tratamiento sintomático no puede evitar que en un 10-15 % de casos se llegue a la
insuficiencia renal irreversible, en cuyo caso solo un trasplante de riñón puede producir la
curación definitiva. No se conocen antídotos para estas setas.
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C. Intoxicaciones por setas hepatotóxicas
Etiología: Es la forma más grave de intoxicación por setas, a la que se atribuyen el 90 %
de fallecimientos por micetismo. Conocida con otros nombres (síndrome faloidiano,
intoxicación faloidiana, síndrome ciclopeptídico), se debe al consumo de setas cuyas toxinas
poseen un marcado tropismo por el hígado. Pueden llevar a la muerte en el contexto de una
necrosis hepática fulminante. Su prototipo es la Amanita phalloides. Otras setas
hepatotóxicas son las siguientes: Amanita verna, Amanita virosa, Lepiota brunneoincarnata, Lepiota fulvella y Galerina marginata.
Las toxinas responsables son las amanitinas o amatoxinas, octapéptidos de estructura
bicíclica, cuyo peso molecular que oscila entre 900 y 1000 daltons.
Se aislaron por primera vez en la especie A. phalloides, junto a otros dos grupos de toxinas,
las falotoxinas y las falolisinas. Aunque se ha especulado sobre el posible papel de las
falotoxinas (heptapéptidos cíclicos) en la fase gastrointestinal, se ha confirmado de
manera clara que son únicamente las amatoxinas las responsables de toda la intoxicación en
los humanos. Se estima que las toxinas contenidas en unos 25 a 50 gramos de setas
constituyen una dosis potencialmente mortal para un adulto.
Mecanismo de acción: Las amatoxinas se absorben con facilidad en el tracto digestivo y
por la circulación portal alcanzan el hígado. Penetran con gran facilidad en los hepatocitos.
Alcanzan también la circulación general y se distribuyen por el volumen plasmático y el
líquido extracelular. Circulan completamente libres y no se unen a las proteínas plasmáticas.
Se eliminan en gran cantidad por la orina, horas antes incluso del inicio de la sintomatología.
Existe una considerable secreción de toxinas por medio de la bilis. La recirculación entero-
hepática que se establece de este modo constituye un factor de reexposición a las toxinas.
Las toxinas son transportadas activamente a través de la membrana de las células
hepáticas. El mecanismo de transporte puede ser bloqueado por algunas sustancias: bencil
penicilina y silibinina. Las amatoxinas penetran en primer lugar en las células del epitelio
intestinal (absorción) y posteriormente en los hepatocitos. Una vez en el interior de las
células, y a nivel del núcleo, se unen a la RNA-Polimerasa II e inhiben su acción. La
interrupción subsiguiente de la síntesis de proteínas es en realidad la responsable de la
muerte celular.
Sintomatología: de la clínica de este tipo de intoxicación destaca un período de latencia
libre de síntomas, tras la ingestión, superior a 6 horas (normalmente entre 9 y 15 horas),
seguido de un período coleriforme con diarrea severa, nauseas, vómitos( a veces
abundantes) y dolor abdominal. Todo ello produce una importante pérdida de líquidos y
electrolitos. Se produce deshidratación, que en la mayoría de los casos se acompaña de
Fig 12
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acidosis metabólica, y puede llegar a producir oliguria. En ocasiones, coincidiendo con el
segundo día tras la ingestión de las setas, se presenta una mejoría, en cierto modo
artificial, ya que se debe al tratamiento sintomático y al aporte de líquidos. Otras veces,
sin transición desde la fase diarreica, se presenta hacia el inicio del tercer día un súbito
empeoramiento, que incluye el desarrollo de ictericia o subictericia, hepatomegalia blanda y
dolorosa, empeoramiento del estado general y en ocasiones tendencia hemorrágica.
Tratamiento extrahospitalario: ante la sola sospecha de intoxicación por Amanita
phalloides se debe trasladar los pacientes a un centro hospitalario. Mientras, se mantendrá
a los intoxicados en reposo y bien hidratados: el aporte enérgico y precoz de fluidos es
importantísimo. Puede iniciarse por vía oral con soluciones del tipo del Suerooral®.
Tratamiento hospitalario:
1. Sonda nasogástrica para aspiración continua y administración periódica de carbón
activado y de purgantes.
2. Intensa reposición de líquidos por vía endovenosa, con soluciones salina y glucosada:
diuresis forzada neutra: 3-4 ml/kg/hora de orina durante el primer día.
3. Monitorización y seguimiento de parámetros analíticos, balance hídrico, presión
venosa central y diuresis.
4. Administración por vía intravenosa de: Silibinina (Legalón® IV. ampollas): De 20 a
50 mgs/Kg/día, o penicilina-G-Na: 300.000 U/Kg/día (en perfusión continua).
5. Hemoperfusión en carbón activado o en Amberlyte, en las primeras horas del
ingreso, en casos presumiblemente graves.
6. En caso de manifestarse signos de fracaso hepatocelular severo, plantearse la
posibilidad de un transplante hepático.
Pronóstico: han demostrado tener valor pronóstico:
A. La cantidad de setas ingerida.
B. El periodo de latencia menor de 9 horas
C. La existencia de insuficiencia renal inicial demostrada analíticamente por aumentos de
urea y creatinina séricos, oliguria y deshidratación. En general esta situación solo se
presenta en el caso de pacientes que han permanecido durante un prolongado espacio de
tiempo sin ser sometidos a medidas enérgicas de rehidratación.
D. La concentración de amatoxinas en orina al ingreso: En nuestra experiencia hemos visto
que valores de entre 120 y 700 ng/ml en la orina del primer día se asociaron a graves
intoxicaciones, la mayoría de la
veces mortales.
E. La presencia de ictericia,
hipoglucemia o coma.
F. El descenso de la actividad
protrombínica (Quick) y de la
Antitrombina III y el Factor V:
en especial la precocidad y
celeridad de ese descenso, es el
parámetro más ominoso. En los
pacientes fallecidos la actividad
protrombínica fue inferior al 30
% en todos los casos a las 48
horas de la evolución.
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Fig 11:Lepiota brunneoincarnata
Fig 10: Amanita phalloides
Actitud a seguir ante una posible intoxicación por setas
Frente a una posible intoxicación por setas hay que proceder de forma más o menos
sistemática, comenzando por plantearse si se trata en efecto de una intoxicación por
ingestión de setas tóxicas o de un cuadro o patología distinto, pero de clínica similar. Todo
el proceso de decisiones y actuaciones queda resumido en el algoritmo de la figura 15, en el
que uno de los puntos más relevantes es el del diagnóstico sindrómico. Para él expusimos
antes otro algoritmo (figura 1). En este conjunto de algoritmos se han dejado fuera las
intoxicaciones por setas cortinarios y giromitras. En las primeras el proceso a seguir es
inverso: a partir de una insuficiencia renal aguda de causa obscura, deberá interrogarse a
los pacientes sobre una posible ingestión de setas en las últimas dos semanas. En relación a
las segundas, al haberse extendido de forma universal la costumbre de desecar las
giromitras previamente a su consumo, podemos considerarlas una eventualidad excepcional.
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Bibliografía:http://wzar.unizar.es/stc/toxicologianet/pages/x/x18/06.htm
Plantas
Descripción Incluye: Ácido iléxico, Aconitina, Atropina, Biomina, Bionicina, Cicutotoxina, Coniina, Coriarina,
Digitalina, Escopolamina, Hederina , Hederosaponina, Hioscinamina, Ileicina, Ilexantina, Lanatósido,
Oleandrina, Oxalato cálcico, Pilocarpina, Ricina, Solanina, Taxina, Veratrina y Viscotoxina.
Las intoxicaciones relacionadas con la alimentación humana constituyen una pequeña
proporción del total de los envenenamientos: las intoxicaciones por consumo de plantas o
vegetales tóxicos oscila entre el 5 y el 10 % de las urgencias o consultas por intoxicación:
véase Tabla 1.
Las muertes atribuibles a intoxicación por ingestión de plantas suponen entre el 1 y el 5 por
mil del total de fallecimientos por intoxicación. Ello se explica por el hecho de que si bien
los vegetales se hallan implicados en un 5-10 % del global de intoxicaciones, tan solo
constituyen el 1-1.5 % de las formas graves de envenenamiento.
Tabla 1: Intoxicaciones agudas
Medicamentos 43.68 %
Productos domésticos 30.39 %
Productos técnicos y de agricultura 11.24%
Vegetales, plantas y hongos 9.70 %
Otros 4.99 %
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Datos del Centro de Información Toxicológica (Instituto de Medicina Legal) de la
Universidad de Zurich, sobre un total de 60.241 intoxicaciones agudas.
Epidemiología: la mayoría de las intoxicaciones por ingestión de plantas tóxicas son
accidentales, y se presentan en niños, especialmente menores de 6 años, que con su natural
curiosidad e imprudencia y atraídos por su aspecto consumen frutos y bayas silvestres con
motivo de excursiones o salidas al campo. Sin embargo, en la actualidad va en aumento su
incidencia entre la población adulta. De una parte por un movimiento popular, cada vez más
difundido, que lleva al consumo y utilización de plantas con la finalidad de obtener un
resultado curativo, abortivo, medicinal o dietético, que puede conducir a la intoxicación por
un error en la identificación del vegetal o por una mala preparación del mismo. Además, va
en aumento el uso de vegetales como alucinógenos. De hecho, algunas de las plantas
utilizadas con este fin son bastante tóxicas y es relativamente fácil incurrir en una
sobredosificación peligrosa.
Diagnóstico
A. Anamnesis: del paciente o de los familiares o acompañantes, podemos obtener datos en
relación al tiempo transcurrido entre la ingestión y la aparición de los primeros síntomas y
sobre la naturaleza de éstos, así como sobre la cantidad de vegetal ingerido, y en el caso de
fanerógamas, sobre la parte de la planta ingerida (hojas, frutos, raíces etcétera).
B. Diagnostico botánico: el diagnóstico botánico puede ser de utilidad en el caso de
intoxicaciones por plantas, si bien no debe demorarse la instauración del tratamiento -
basada en la sintomatología - a la espera de realizar un diagnóstico de identificación del
vegetal. En el caso de las setas el diagnóstico botánico tiene un gran interés y muchas
veces puede tener un gran valor. De ser posible no debería renunciarse al mismo. Cuando el
paciente o los familiares no aporten de forma espontánea muestras del vegetal
responsable, se les pedirá que a ser posible lo hagan. Sin duda el que aporten una muestra
de la planta ingerida (hojas, flores, frutos, o mejor un fragmento que los contenga todos)
es preferible a una descripción oral de la misma, que suele ser muy poco precisa. Por otro
lado, los nombres vernáculos de las plantas son poco específicos y varían de un lugar o otro.
C. Síntomas: en general los síntomas de las intoxicaciones no tienen excesivo valor
diagnóstico, si bien su presencia o ausencia puede tener valor para estimar la gravedad. Por
lo que hace a los vegetales hemos de decir que, aun perteneciendo a grupos botánicos
taxonómicamente lejanos, comparten muchas veces principios tóxicos similares o de
parecida acción, lo que explica que vegetales muy diversos puedan dar manifestaciones
clínicas semejantes. Por ello, si bien en muchos casos la sintomatología no bastará por si
sola para establecer el tipo concreto de vegetal responsable de un cuadro tóxico, ayudará
sin embargo a establecer el tipo químico o farmacológico de las toxinas o a englobar la
intoxicación en un grupo sindrómico determinado, lo cual en definitiva es más importante
para establecer un tratamiento correcto: hemos de tener en cuenta que hay que tratar al
paciente, no al vegetal.
Tratamiento
A. Tratamiento sintomático y de soporte.
El tratamiento de soporte - es decir, las medidas o cuidados generales inespecíficos -
tienen un valor considerable en todo tipo de intoxicación aguda. En esencia consiste en
mantener dentro de límites aceptables las funciones cardíaca, respiratoria, circulatoria y
renal, incluyendo la normalidad de la gasometría arterial, el estado de hidratación, el
equilibrio ácido básico, la hemostasia y los niveles de glucosa entre otros
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B. Medidas de eliminación de toxinas.
La diuresis forzada (conseguida simplemente por el aporte intenso de líquidos) puede ser
útil en numerosas intoxicaciones por plantas y setas, en tanto que las indicaciones de los
procedimientos extracorpóreos de eliminación (como la plasmaféresis o la hemodiálisis) son
excepcionales. En cualquier caso se realizarían en el entorno hospitalario.
C. Antídotos.
Existen solo para determinadas toxinas vegetales. Estarán indicados en intoxicaciones
graves, pero en general no deberían administrase en las formas leves que van a solucionarse
con el tratamiento sintomático y de soporte (Véase la Tabla 2).
Tabla 2: Antídotos en las intoxicaciones agudas por vegetales y setas
Antídoto Plantas o setas frente a las que está indicado
Fisostigmina Plantas tropánicas y solanáceas: Daturas, beleño, belladona, dulcamara.
Amanita muscaria y pantherina
Atropina Hongos muscarínicos: Inocybe y Clitocybe sp., veratro, eleboro, ballestera
Vitamina K1 Plantas cumarínicas: Trébol dulce
Oxígeno Semillas de plantas de las familia rosaceae: Almendras amargas, Manzana,
pera, melocotón, albaricoque
Acetato de
dicobalto
Tiosulfato sódico
Nitrito sódico
Hidroxicobalamina
Plantas cianógenas: Cassava, cotoneaster
Fab antidigoxina Digital, lirio de los valles, adelfa
Bencil-Penicilina Hongos hepatotóxicos: Amanita phalloides, verna y virosa
Silibinina De los géneros Galerina (G. marginata), y Lepiota (L. brunneoincarnata)
Vitamina B6 Hongos hidracínicos (Gyromitra spp.)
Vitamina C Hongos coprínicos (Coprinus sp.) (Reacción Antabus-like 4-Metilpirazol por
setas)
Glucosa Plantas hipoglucemiantes (Tejo, Ackee, algunos hongos)
Principales plantas tóxicas
A. Plantas con toxicidad predominante sobre el tubo digestivo.
A1. Acebo y muérdago
A2. Brionia o nueza
A3. Hiedra
B. Plantas con toxicidad predominante sobre el corazón y el aparato circulatorio.
B1. Acónito
B2. Digital, adelfa y convallaria
B3. Tejo
B4. Eléboro, veratro o ballestera
C. Plantas con toxicidad predominante sobre el sistema nervioso central.
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C1. Plantas tropánicas: belladona, beleño y datura
C2. Plantas solanáceas (género Solanum)
D. Otras plantas de toxicidad diversa.
D1. Intoxicación por plantas aráceas
D2. Intoxicación por cicuta
D3. Intoxicación por ricino
D4. Intoxicación por roldón
A. Plantas con toxicidad predominante sobre el tubo digestivo.
A1. Acebo y muérdago
A2. Brionia o nueza
A3. Hiedra
A1. Intoxicación por acebo y muérdago Es una eventualidad a considerar durante el período de las fiestas navideñas.
Botánica: el acebo (Ilex aquifolium) es un matorral o árbol de hoja perenne, ampliamente
difundido en bosques y cultivado también como típica planta ornamental navideña. De hojas
coriáceas, onduladas, con dientes espinosos en sus contornos. Frutos redondos (bayas) de
color rojo vivo. El muérdago (Viscum album) es un parásito de diversos árboles. Fruto
globuloso de algo más de medio centímetro de diámetro, de color verdoso blanquecino, y de
contenido viscoso.
Sustancias tóxicas: en el acebo se han identificado tres, la ilexantina, la ileicina y el ácido
iléxico, que se hallan en las hojas y las bayas. El muérdago, contiene varias viscotoxinas,
especialmente en los frutos.
Síntomas: en general se trata de síntomas digestivos (vómitos y diarreas) de escasa
gravedad y autolimitados. En el caso del acebo, la diarrea puede ser coleriforme, con
intensos dolores abdominales y riesgo de deshidratación. Ello es excepcional en la
intoxicación por Viscum, en la que en cambio pueden presentarse síntomas
cardiocirculatorios (bradicardia, hipotensión) y neurológicos (parestesias en
extremidades), debidos a la acción que las viscotoxinas tienen sobre los canales del calcio
de las membranas celulares.
Tratamiento: en general no es necesario ningún tipo de tratamiento. Se valorará la
posibilidad de vaciado gástrico si se sospecha ingestión de cantidades grandes del vegetal o
si se presentan síntomas cardiocirculatorios y/o neurológicos. En tal caso, además del
tratamiento sintomático y de soporte es útil administrar gluconato de calcio por vía IV. Acebo (Ilex aquifolium)
Muérdago (Viscum album)
A2. Intoxicaciones por brionia o nueza
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Botánica: brionia o nueza blanca (Bryonia alba) y dioica (Bryonia dioica). Planta herbácea
trepadora, de hoja perenne y rápido crecimiento. En el caso de la nueza dioica las flores
masculinas y femeninas se dan en plantas separadas. Los frutos son del tamaño de un
guisante pequeño, de color rojo en la forma dioica y negro en la forma alba.
Hábitat: prefiere setos y lugares rocosos, suelos arcillosos alcalinos, caminos, muros,
vallas, matorrales y linderos de bosques. Su época de floración es entre Diciembre y
Febrero.
Sustancias activas y tóxicas: toda la planta es tóxica, pero especialmente los frutos y,
en menor grado, la raíz. Contiene un glucósido - la brionina-, un alcaloide -la brionicina- y
varias resinas -bristesina y brioresina-, todos ellos enérgicos purgantes. Se estima que 15
bayas constituyen la dosis mortal para un niño, y unas 40-50 la de un adulto.
Sintomatología: su contacto con la piel puede producir irritaciones de tipo urticariforme
de gravedad variable. La intoxicación se produce en algunos casos por ingestión de la raíz -
por confusión-, o por ingestión de los frutos: suele tratarse de niños pequeños, y el cuadro
puede ser grave e incluso mortal. Enérgica acción purgante e hidrófuga. Los primeros
síntomas aparecen entre una y cuatro horas tras la ingestión: vómitos, dolor cólico y
diarreas abundantes, a las que pronto se asocia una hiperdiuresis, por lo que la pérdida de
líquidos puede ser considerable. En pocas horas se presentan signos de deshidratación (piel
seca, ojos hundidos, sed intensa). En las formas más graves, tal vez por la acción de
principios tóxicos diferentes de los meramente purgantes o diuréticos, puede presentarse
además vértigo, excitabilidad y convulsiones. Los casos de muerte en humanos se han
debido a parálisis respiratoria y en algún caso a hemorragias intestinales.
Tratamiento: las irritaciones cutáneas por contacto se tratan de forma conservadora con
compresas o baños de las zonas de dermatitis. Las cremas tópicas con antihistamínicos
suelen aliviar el dolor local. Las lesiones se solucionan en el curso de pocas horas. El tratamiento de la intoxicación por ingestión de partes de la planta es inespecífico
(general y sintomático):
1- Vaciado gástrico si se cree oportuno por el tiempo transcurrido desde la ingestión de la
planta, mediante lavado gástrico o emetizantes.
2- Es fundamental el aporte de líquidos y electrólitos para reemplazar las importantes
pérdidas de fluidos por las vías digestivas y por la orina.
3- Soporte de las funciones vitales (respiratoria, cardiocirculatoria) si es necesario.
4- En el caso excepcional de presentarse excitación o convulsiones está indicado el uso de
sedantes benzodiacepínicos.
A3. Intoxicaciones por hiedra
Botánica: Hedera helix: planta de la familia Araliaceae, conocida también como yedra o
hiedra trepadora en castellano y heura en catalán. Suele cultivarse en jardines y parques,
pero crece muchas veces silvestre formando extensas alfombras en el sotobosque. Trepa
por las paredes y los árboles. Hojas siempre verdes, lisas y brillantes, multinervadas y con
débil olor aromático. Las flores crecen en otoño en grupos terminales, en forma de
sombrilla. A partir de ellas se forman los frutos, dispuestos de la misma forma. Maduran en
invierno, como pequeños guisantes, de forma esferoidal y de color negro azulado. En ellos
radica la potencial toxicidad.
Sustancias tóxicas: un glucósido: Hederina. Las hederosaponinas A y B por pérdida de
azúcares e hidrólisis parcial producen las substancias tóxicas a y b hederina. Hederagenina:
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sapogenina triterpénica, capaz de provocar vómitos, diarreas y depresión nerviosa, aunque
estos síntomas sólo pueden considerarse serios en niños pequeños.
Síntomas: la hiedra es mencionada en prácticamente todas las obras generales sobre
toxicología vegetal anteriores a los años sesenta. Se hablaba de efectos eméticos y
purgantes, junto a dificultad respiratoria, cuadros de excitación, convulsiones e incluso
coma. Sin embargo, no se encuentran comunicaciones recientes de tales síntomas. En
realidad se trata de una planta de escasa toxicidad, pero que
por ser muy común y por la potencial acción deletérea de sus
frutos, si se consumen en gran cantidad, no podía dejar de
figurar en esta obra. Además, con frecuencia produce
fenómenos cutáneos irritativos (dermatitis aguda, inflamación
severa de la piel, incluso con aparición de ampollas), por la
acción de substancias presentes en su savia.
Tratamiento: en el caso improbable de una intoxicación es
suficiente el tratamiento sintomático y de soporte. Si se ha
comido un gran número de frutos, debería inducirse el vómito
con un agente adecuado (jarabe de ipecacuana) Hiedra (Hedera helix)
B. Plantas con toxicidad predominante sobre el corazón y el aparato circulatorio B1. Acónito
B2. Digital, adelfa y convallaria
B3. Tejo
B4. Eléboro, veratro o ballestera
B1. Intoxicaciones por acónito
Botánica: el acónito, nepello o matalobos (Aconitum napellus) es una ranunculácea que
crece en prados montañosos. Hojas finamente divididas en numerosos segmentos.
Numerosas flores de color azul-violeta, con forma de casco, agrupadas en grupos racimosos
al extremo de los tallos. Raíz dilatada que en ocasiones ha sido confundida con nabos
(motivo más frecuente de intoxicación).
Toxinas: todas las partes de la planta son tóxicas, pero en especial la raíz y las semillas. La
toxicidad se debe sobre todo a un alcaloide esteroide, la aconitina, una de las más
poderosas toxinas vegetales, ya que menos de 5 mg (presentes en tan solo 5 gramos de
raíz) pueden causar la muerte de un adulto, por su potente acción neuro y cardiotóxica. La
raíz del acónito se ha usado en Asia desde hace más de 2000 años como agente homicida,
como droga medicinal y como veneno para flechas.
Manifestaciones clínicas: a los pocos minutos de haber ingerido la planta aparece
sensación de ardor en la boca y garganta, dolor abdominal acompañado de vómitos e intensa
sensación de sed, acompañada de dolor de cabeza y debilidad. Lo que confiere gravedad a
esta intoxicación es la posibilidad de afección cardiovascular y neurológica: en primer lugar
aparece una parálisis neuromuscular de tipo ascendente. Se asocia después hipotensión,
shock y arritmias cardíacas. En algún caso la muerte se ha producido transcurridas tan solo
dos horas tras la ingestión.
Tratamiento: es importante el vaciado del estómago, con emetizantes como la ipecacuana,
o mediante lavado gástrico, en el que será recomendable utilizar una solución de tanino. No
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existen antídotos específicos para los alcaloides: el tratamiento debe ser sintomático y de
soporte. Puede ser necesario administrar cardiotónicos o
vasopresores, y en ocasiones la respiración asistida. El
tratamiento debería ser realizado en el medio hospitalario.
Acónito (Aconitum napellus)
B2. Intoxicaciones por digital, adelfa y convallaria
Botánica: la digital o lirio de los valles (Digitalis lutea, D. purpurea, D. lanata y D. grandiflora), la adelfa, baladre o llorer rosa (Nerium oleander) y la convallaria o mugueto
(Convallaria majalis) poseen glucósidos esteroides. Varios de ellos son utilizados en
medicina, en especial los derivados de la digital. Las plantas de digital en las épocas en que
no poseen sus característicos grupos florales pueden, por la forma de sus hojas, ser
confundidas con plantas utilizadas en infusiones herbales. La adelfa es muy común como
planta ornamental en jardines.
Sustancias tóxicas: glicosidos esteroideos como la digitalina, digitoxina, oleandrina,
lanatósidos, convallarina, y convallotoxina: se encuentran junto a varios alcaloides en las
ramas y hojas, pero en especial en las flores. Estos glicósidos y la digoxina utilizada como
fármaco son muy similares: los radioinmunoanálisis para su detección permiten detectar
igualmente el diagnóstico de una intoxicación por adelfa. Los niveles detectados no tienen
valor pronóstico.
Síntomas: pueden presentarse náuseas, vómitos y diarreas. Pulso y latido irregulares,
síncope, depresión respiratoria y arritmias: taquicardia, aleteo (flutter), fibrilación
auricular, arritmias ventriculares. Posiblemente asociadas una hiperkaliemia que puede ser
peligrosa para la vida: puede producirse la muerte como en la intoxicación grave por
fármacos digitálicos.
Tratamiento: 1- Vaciado gástrico (jarabe de ipecacuana o lavado) seguido de la administración de
catárticos y carbón activado.
2- Tratamiento sintomático y de soporte: control de la presión arterial, ECG y pulso.
3- Tratamiento de la hiperpotasemia: si excede de 6 mEq/l administrar 25 mg de glucosa y
10 UI de insulina. Si es preciso, se puede recurrir a la hemodiálisis para reducir las cifras
de potasio.
4- Tratamiento de las arritmias: pueden ser útiles la atropina, fenitoína, lidocaína y el
propanolol. De ser preciso se instalará un marcapasos intracavitario.
5- Antídoto: La administración de fragmentos Fab purificados de anticuerpos anti-digoxina
puede ser útil en el caso de la intoxicación con plantas del género Digital y también en la
intoxicación por adelfa. Su uso es prometedor, pues neutralizan la digoxina sérica y la
miocárdica. Sin embargo, los resultados obtenidos en las intoxicaciones graves por
fármacos del tipo de la digoxina no son siempre favorables. Algunos autores han sugerido
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que no deberían tenerse en cuenta los niveles de digoxina ni la aparente poca o mucha
gravedad inicial, sino que deberían darse cantidades grandes de Fab en todo intoxicado por
glucósidos cardiotónicos, para obtener mejores resultados en el futuro (Dosis de 80 - 120
mg de Fab vía IV en 20 minutos, previa prueba de sensibilidad cutánea). Adelfa (Nerium oleander)
B3. Intoxicaciones por tejo
Botánica: el tejo común (Taxus baccata), uno de los
vegetales más tóxicos, es una planta arbustiva o
arborescente, de forma más o menos triangular. Sus
ramas están densamente cubiertas de hojas lineales,
como agujas, dispuestas en dos hileras opuestas. La
semilla madura aparece rodeada casi por completo por
un anillo o esferoide carnoso de hermoso color rojo traslúcido, el arilo. Se encuentra en
gran número de países de Eurasia, África y América, ya sea en forma silvestre o, lo que es
más común, plantado como planta ornamental. Toda la planta, salvo la carne roja de los
frutos, resulta fuertemente venenosa.
Toxinas: contiene taxina, una mezcla compleja de alcaloides, en las hojas, las semillas y la
corteza. La dosis letal se ha estimado en 50 - 100 gramos de hojas. Las hojas o ramitas
caídas por el suelo son tan tóxicas como la planta fresca. Los extractos de tejo son
extremadamente cardiotóxicos, por su acción de inhibición de los flujos de calcio y de
sodio.
Manifestaciones clínicas: la intoxicación por tejo es relativamente rara. Se ha descrito la
muerte de adultos que fallecieron tras tomar una preparación medicinal elaborada con
hojas de tejo. Las toxinas se absorben rápidamente, por lo que en algunos casos se produce
la muerte por cardiotoxicidad en forma tan precoz que no se manifiesta ningún tipo de
síntoma. En otros casos, transcurren varias horas, o incluso días y los pacientes presentan
una serie de síntomas: 1- Síntomas digestivos: náuseas, vómitos, dolor abdominal difuso.
2- Síntomas neurológicos: vértigo, midriasis, astenia, rara vez convulsiones. Al principio el
paciente puede estar somnoliento, pero pronto presentará pérdida del conocimiento,
letargia y coma.
3- Síntomas cardiológicos: Taquicardia al principio, seguida de bradicardia, arritmias, y
finalmente atonía cardíaca que puede llevar a la muerte. Se han descrito severas arritmias
ventriculares. La hiperpotasemia aguda podría ser en parte responsable de la
cardiotoxicidad del tejo.
Tratamiento: debería llevarse a cabo un rápido vaciado del contenido del estómago, por
inducción del vómito o lavado gástrico, seguido de la administración de catárticos y carbón
activado. Es útil el tratamiento sintomático básico y de soporte
(laxantes, oxigenoterapia, control de la presión arterial, ECG y
pulso). Además, se puede actuar específicamente sobre:
1- La hiperpotasemia: si excede de 6 mEq/l administrar 25 mg
de glucosa y 10 UI de insulina. Si es preciso, puede recurrirse a
la hemodiálisis para reducir las cifras de potasio sérico.
2- Las alteraciones cardíacas: El tratamiento con atropina o
lidocaína puede ser beneficioso en animales. La atropina se ha
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usado con éxito en humanos para tratar bradicardias sinusales o arritmias ventriculares
inducidas por tejo. De ser preciso puede instalarse un marcapasos intracavitario
transitorio.
Tejo (Taxus baccata)
B4. Intoxicaciones por eléboro (veratro, ballestera)
Botánica: el eléboro blanco o ballestera (Veratrum album) es una lilácea, frecuente en
Europa, que crece en prados húmedos de regiones montañosas. Es una planta vivaz de hasta
un metro de altura, con flores de un verde amarillento. En general la intoxicación se debe a
la confusión con la genciana, que comparte los mismos hábitats y posee un aspecto
semejante.
Sustancias tóxicas: contienen numerosos alcaloides, algunos de los cuales son utilizados
en la farmacopea: veratrina, protoveratrinas A y B, y en menor concentración la pilocarpina,
aerocolina y muscarina. Producen un enlentecimiento del ritmo cardíaco (bradicardia), por
un estímulo parasimpático vagal. Pueden ser utilizados como vasodilatadores e
hipotensores. La pilocarpina se utiliza en oftalmología para el tratamiento de la
hipertensión intraocular (glaucoma).
Síntomas: en general antes de una hora los intoxicados presentan nauseas y vómitos (a
veces intensos). Destacan los síntomas cardiocirculatorios: bradicardia, con frecuencia
cardíaca a veces tan solo a 30 pulsaciones por minuto, e hipotensión, con caída de la presión
sistólica a valores tan bajos como 50 mmHg. Pueden presentarse cuadros de síncope, con
pérdida de la conciencia e incluso con presencia de convulsiones por hipoperfusión cerebral.
En casos muy graves, puede presentarse además depresión vagal respiratoria.
Tratamiento 1- Vaciado gástrico (jarabe de ipecacuana o lavado), seguido de la administración de carbón
activado y catárticos.
2- Antídoto: la atropina es eficaz para contrarrestar el estímulo vagal productor de
bradicardia e hipotensión. Se administrará a las dosis siguientes:
a) Adultos: 2 mg vía subcutánea.
b) Niños : 0.5 mg vía subcutánea.
Estas dosis pueden repetirse cada hora si es preciso.
C. Plantas con toxicidad predominante sobre el sistema nervioso central C1. Plantas tropánicas: belladona, beleño y datura
C2. Plantas solanáceas (género Solanum)
C1. Intoxicaciones por platas tropánicas (belladona, beleño y datura)
Botánica: se trata de un grupo de plantas con actividad estimulante del sistema nervioso
central, que por ese motivo son consumidas ocasionalmente en forma intencional con
finalidad alucinógena. Nos referimos a la belladona (Atropa belladonna), conocida también
con los nombres de belladama, solano furioso o botón negro, la datura (Datura stramonium),
estramonio, higuera loca, hierba del asma, hierba talpera o de los topos, y el beleño o
hierba loca (Hyosciamus niger). Su uso con finalidad estimulante es la causa de la mayoría
de las intoxicaciones: son fáciles las sobredosificaciones accidentales. La intoxicación por
belladona y por datura puede ser mortal.
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Sustancias tóxicas: se trata de alcaloides tropánicos: atropina, hiosciamina y
escopolamina. Todos ellos tienen una intensa acción atropinizante (anticolinérgica).
Síntomas: pueden presentarse de forma inconstante náuseas y vómitos. Pero
fundamentalmente destaca el síndrome atropínico: Visión borrosa, sequedad de boca, sed
intensa, rubefacción cutánea, hipertermia, taquicardia y una intensa y característica
midriasis: Las pupilas se dilatan ampliamente y apenas si se observa el iris. Esto confiere a
los ojos un aspecto especial, causante de la denominación belladona por la peculiar belleza
que al parecer se encontraba en las mujeres bajo la acción de estas plantas. En las formas
graves es típico el cuadro debido a la acción de las toxinas en el sistema nervioso central,
consistente en alucinaciones, desorientación, agitación psicomotriz, accesos de furor y en
ocasiones convulsiones. A veces se llega al coma sin pasar por esta sintomatología. Es de
destacar que todas estas manifestaciones, tanto las centrales como las periféricas,
responden espectacularmente a la administración de fisostigmina.
Tratamiento: vaciar el estómago mediante inducción del vómito. A continuación
administrar catárticos salinos y carbón activado.
Tratamiento de soporte: Fisostigmina (Antilirium®, Anticholium®): es el antídoto
específico, por su capacidad de bloqueo de la enzima acetil-colinesterasa. Debe utilizarse
en las formas más graves, con presencia de coma, agresividad o convulsiones y también en
los casos en que los síntomas indiquen una atropinización peligrosa: taquicardia sinusal o
supraventricular e hipertensión arterial. Se administrará siempre lentamente, pues es
capaz por si mismo de producir convulsiones o alteraciones cardiocirculatorias.
Las dosis a utilizar serán:
1- Para un adulto: de 1 a 2 mg IV lento (entre 2 y 5 minutos).
2- Para un niño: de 0.2 a 0.5 mg IV lento (en 5 minutos).
El resultado es excelente y rápido. Permite un rápido diagnóstico en el caso de que se
sospeche coma por intoxicación anticolinérgica. Puede repetirse la administración de
fisostigmina a los 30 minutos o una hora, de persistir algunos síntomas.
Belladona (Atropa belladonna)
Estramonio, datura(Datura stramonium)
C2. Intoxicaciones por solanáceas
Botánica: plantas difundidas por todo el planeta. Algunas son comestibles utilizadas en la
alimentación, como los tomates, las patatas y las berenjenas. Las principales solanáceas son
la belladona americana (Solanum americanum), la dulcamara (Solanum dulcamara), el solano
negro (Solanum nigricum), la tomatera (Solanum lycopersicum), la patatera (Solanum tuberosum) y la berenjena (Solanum melongena). Son tóxicas las hojas. Las bayas o frutos
maduros en algún caso pierden la toxicidad, como es el caso de los tomates y berenjenas,
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pero en otros persiste su toxicidad en la madurez (dulcamara, solano negro). La mayoría de
las intoxicaciones por solanáceas se dan en niños pequeños que comen los frutos de la
dulcamara o del solano negro atraídos por su aspecto y color.
Toxina: se trata de un glucoalcaloide sumamente tóxico: la solanina, de acción parecida a la
de los alcaloides tropánicos (anticolinérgica).
Síntomas: tras un intervalo de tiempo variable, en general superior a la media hora, se
presenta un cuadro de gastroenteritis (nauseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y a veces
tenesmo rectal). En las formas más graves se asocia un cuadro de afección del sistema
nervioso parecido al descrito a propósito de la belladona (de tipo atropínico): midriasis,
sequedad de boca, enrojecimiento cutáneo, debilidad, estupor, incoordinación motriz, a
veces convulsiones, y en casos extremos coma acompañado de hipotensión y depresión
respiratoria. Las convulsiones pueden presentarse en el caso de adultos, pero son
excepcionales en el caso de los niños. Como en el caso de la intoxicación por plantas
tropánicas, estos síntomas ceden con la administración de fisostigmina.
Tratamiento: 1- Vaciar el estómago mediante inducción del vómito con jarabe de ipecacuana, o por medio
de lavado gástrico. A continuación administrar catárticos (purgantes) salinos y carbón
activado.
2- Tratamiento de soporte y sintomático.
3- Antídoto: Fisostigmina o eserina (Antilirium®,
Anticholium®): es el antídoto específico de la solanina
y de los alcaloides tropánicos. Debe utilizarse en las
formas más graves, con presencia de coma, agresividad
o convulsiones, o con signos de atropinización peligrosa
(taquicardia e hipertensión).
Dulcamara (Solanum dulcamara)
D. Otras plantas de toxicidad diversa D1. Intoxicación por plantas aráceas
D2. Intoxicación por cicuta
D3. Intoxicación por ricino
D4. Intoxicación por roldón
D1. Intoxicaciones por plantas aráceas
Botánica: la familia Araceae incluye un buen número de plantas ornamentales como las
dieffenbachias (Dieffenbachia sp.), de amplias hojas verdes con dibujo blanco, o de los
potus, de parecida coloración pero hojas de menor tamaño. Son peligrosas en caso de que
los niños las mastiquen o ingieran. Todas las partes de estas plantas son tóxicas, pero
especialmente las hojas y los tallos.
Sustancias tóxicas: todas sus células contienen cristales puntiformes de oxalato de
calcio, pero especialmente en unas células superficiales en forma de ampolla, donde los
cristales de oxalato forman haces espesos que ocupan todo su interior. Estas células se
comportan como aparatos eyectores, y la irritación o presión provoca la súbita expulsión de
los cristales de oxalato, así como de ácido oxálico libre contenido también en las células. Se
especula además sobre la posible existencia de sustancias de acción histaminiforme y de
enzimas proteolíticas.
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Síntomas: se desarrollan tan solo con masticar la planta, y ésta no suele ser ingerida. Se
presenta de forma inmediata un dolor urente en labios y boca. Esta sensación de quemazón
de la mucosa oral se acompaña de tumefacción de labios, lengua y garganta, junto a una
hipersalivación. Es característico que impida el habla (de ahí que a la Dieffenbachia se la
conozca como caña muda). Existe la posibilidad de que el edema alcance la glotis, pero es
raro y excepcional, en contra de lo que a menudo se ha afirmado sobre esta intoxicación.
Tratamiento: alivia mucho todo el cuadro el chupar lentamente fragmentos de hielo
(cubitos). Los antihistamínicos y corticoides son poco eficaces y en general innecesarios, ya
que la sintomatología remite espontáneamente en 12-24 horas. Si la tumefacción mucosa
alcanza a la glotis y se obstruye la vía aérea (eventualidad rarísima) deberá realizarse una
intubación traqueal, o en su defecto una traqueotomía. Dieffenbachia, planta ornamental
Potus, planta ornamental
D2. Intoxicaciones por cicuta
Botánica: la cicuta (Conium maculatum) es una umbelífera, conocida también como perejil
lobuno, fonoll de bou y cañaleja. Su consumo accidental se debe a que se la confunde con el
perejil y el hinojo, de los que se diferencia sin embargo por su olor fétido desagradable.
Todas las partes de la cicuta son tóxicas, pero en especial las hojas, las raíces y los
rizomas.
Sustancias tóxicas: un alcaloide alifático insaturado, la cicutotoxina, y un derivado
piperidínico, la coniina.
Síntomas: en general antes de una hora se presenta sequedad de boca, y sensación de
ardor, que se extiende a faringe y laringe dificultando e incluso impidiendo el habla. Poco
después se añaden náuseas, vómitos y a veces diarreas, con dolor abdominal. Es posible que
aparezca en las horas posteriores una parálisis progresiva de tipo curarizante, ascendente,
que puede conducir a la muerte por parálisis motriz
respiratoria. Rara vez convulsiones.
Tratamiento: se procederá al vaciado del estómago
(emesis con ipeca o lavado), y se administrará carbón
activado a dosis repetida cada dos o tres horas. Se
administrarán benzodiacepinas en caso de
presentarse convulsiones. Es importante el
tratamiento sintomático y de soporte,
preferiblemente en medio hospitalario. En los casos
graves es importante el soporte respiratorio:
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ventilación asistida y oxigenoterapia al 100% en tanto persista la parálisis respiratoria.
Puede ser beneficioso asociar diuresis forzada.
D3. Intoxicaciones por ricino y plantas afines
Botánica: el tártago o ricino (Ricinus comunis), el jequirití, ojo de pájaro o árbol del
rosario (Abrus precatorius) y la falsa acacia o robinia (Robinia pseudoacacia) son plantas
arborescentes, cuyas semillas, habichuelas de corteza dura y brillante, ornadas con
diversas y llamativas coloraciones, contienen potentes toxinas. Estas semillas se han
utilizado como cuentas de rosario, decoración de trajes regionales, o como ornamentos de
juguetes sencillos, por lo que es posible la intoxicación incluso en el medio urbano, lejos del
lugar de origen de la planta. En el caso del ricino son abigarradas, en tanto que las del
jequirití son de color anaranjado con un extremo negro.
Sustancias tóxicas: se trata de toxoalbúminas. En el ricino se encuentran la ricina y la
ricinina. En el jeriquití se han aislado el ácido ábrico, la abrina y la glicirricina. En el caso de
la falsa acacia la toxina responsable es la robinina. Estas substancias producen hemólisis
incluso a grandes diluciones (de 10-6), y son dañinas además para muchas otras células del
organismo. La cantidad de toxina contenida en 8 ó 10 semillas de ricino puede ser mortal
para un adulto. Entre la mitad y las dos terceras del peso de las semillas del ricino lo
componen una serie de glicéridos, entre los que destacamos la ricinoleína, principio activo
fundamental del aceite de ricino, que se utilizó mucho como purgante hace varias décadas.
Síntomas: la intoxicación es de escasa gravedad si se degluten enteras las semillas. Por el
contrario, una sola semilla masticada puede resultar mortal. Los primeros síntomas
aparecen entre una y tres horas tras la ingesta, y consisten en sensación urente en boca,
acompañada de nauseas, vómitos y diarreas. En los casos en que se masticaron, se añaden
signos neurológicos (somnolencia, estupor, desorientación, convulsiones), cianosis,
hipotensión arterial, hemorragias, hemólisis, hematuria y finalmente oliguria e insuficiencia
renal.
Tratamiento: se procurará eliminar las semillas ingeridas, por inducción del vómito con
jarabe de ipecacuana, o con lavado gástrico. A continuación se administraran catárticos
salinos. Se efectuara un tratamiento de soporte lo más completo posible. Se llevará a cabo
diuresis forzada -importante aporte de líquidos- para evitar la precipitación de
hemoglobina o productos hemoglobínicos en los riñones. En caso de presentarse
convulsiones se tratarán con diazepam intravenoso. Ricino (Ricinus comunis)
Falsa acacia o
robinia(Robinia pseudoacacia)
D4. Intoxicaciones por roldón
Botánica: el roldón o hierba zapatera (Coriaria myrtifolia), conocido también como roldó y
emborratxa cabras es una planta de la familia de las coriáceas muy frecuente en ribazos,
torrentes y lindes de bosques. Por su hábitat de crecimiento y por la morfología de sus
Dra. Estela Martin Toxicología Forense
2011 Unidad III
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frutos maduros (varios pequeños gránulos de color morado obscuro) es consumida
erróneamente por niños - y en ocasiones por adultos - que la confunden con la zarzamora.
Sustancias tóxicas: posee dos principios tóxicos: uno de naturaleza alcaloidea (la
coriarina) que se encuentra sobre todo en las hojas, y un glucósido (la coriamirtina),
excitante del sistema nervioso que se halla en especial en el fruto. La intoxicación en
general se debe a la ingestión del fruto, confundido con la zarzamora. En algún caso se han
descrito intoxicaciones por consumo de caracoles que habían comido la planta, o de leche de
cabras alimentadas con la misma.
Síntomas: entre 15 a 30 minutos tras la ingestión se presentan náuseas y vómitos, cefalea
y vértigos. Sequedad de boca, midriasis, y agitación. En ocasiones convulsiones y
alteraciones de la conciencia. Se ha descrito en niños un cuadro de hipertonía aguda
generalizada con apnea.
Tratamiento: vaciado de estómago (emésis con jarabe de ipecacuana o lavado gástrico)
seguido de administración de carbón activado junto a un purgante salino. Es importante el
tratamiento sintomático y de soporte y la diuresis forzada. De presentarse convulsiones
algunos autores consideran muy eficaz el uso de barbitúricos de acción rápida y breve
(amobarbital). En nuestro medio ha resultado eficaz el uso de las benzodiacepinas, que
tendría la ventaja de potenciar menos una depresión respiratoria, infrecuente pero posible
en esta intoxicación. Tener presente en niños la posible presentación en forma aguda de un
cuadro de hipertonía generalizada que requeriría intubación, a parte del tratamiento
anticonvulsivante mencionado.
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