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14. "Falocracia vencida". Proceso de realización

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1. Para iniciar la creación del escenario de esta especie de teatralización, se trabaja con dos fotos propias de paredes (imágenes de la izquierda).

2. Se efectúan diferentes acciones usando un programa informático especializado. Pri-mero se gira la posición de ambas tomas hacia la derecha y se coloca la primera so-bre la segunda; a continuación se separa en dos capas la pared del zócalo de la pri-mera imagen; luego, se someten las paredes a ajustes de intensidad cromática, lumi-nosidad, desaturación y añadido de cromatismo amarillo y algo de rojo; por último, se aplica a la primera una fusión de color más oscuro.

3. El piso se realiza creando un da-mero. Para ello, se genera pri-mero un cuadrado con las medi-das oportunas y se rellena de ne-gro, luego se genera otro y se rellena de blanco; posteriormen-te, se reproduce la pareja 5 ve-ces y se va desplazado cada una hasta conformar una hilera; lue-go, se reproduce la hilera 4 ve-ces y se va desplazando cada una hacia abajo; para concluir, se combinan todas las capas producidas.

4. Con la intención de envejecer y manchar algo el suelo, se emplea una fotografía propia de una lose-ta de pavimento.

5. Se continúa la ejecución del piso colocando la foto del damero (imagen 3.) encima de la loseta de pavimento (imagen 4.) y se fusionan ambas capas, aplicando superposición a la primera y opa-cidad del 60% a la segunda.

6. La elaboración del suelo se finali-za ajustando la perspectiva a conveniencia y recortándolo por el fondo hasta que desaparezca bajo el zócalo de la pared.

7. Para enmarcar una marina que se colgará de la pared de la composición, se aprovecha el marco de una foto de un espejo utilizada en otra construcción fotográfica (“Relación patológica”), pero con diferentes resultados.

8. Sirviéndonos de unas reglas se corrige su perspectiva y el pequeño abombamiento. A continuación, con uno de los procedimientos disponibles en el programa se deja libre el marco, suavizando sus bordes. Se concluye es-te apartado mejorando el enfoque y retocando la ima-gen dándole más luz, brillo, saturación y modificando el tono.

9. La imagen de la marina se confecciona haciendo uso de dos tomas propias. La primera configurará todo el paisaje ma-rino, incluyendo las olas que se saldrán lateralmente del enmarque, y la segunda el detalle rocoso que se desbordará hacia abajo.

10. El trabajo de la marina se inicia mejorando su enfoque e independizando el cielo del mar en capas distintas, de forma que se puedan someter a distintos tratamientos de luminosidad, brillo y contraste. Posteriormente se hace una copia del mar, se coloca sobre la capa del marco y se recortan las olas que se salen del marco, efectuando algunas clonacio-nes; después se hace lo propio con la roca, se ajusta su tamaño y se ubica en el lugar deseado. Finalmente se activa el marco y se eliminan las zonas del cielo y del mar que quedan fuera y bajo él.

11. Escenario que resulta después de haber creado la pared, el suelo y el cuadro y de haber situado en capas convenien-temente estos componentes. Sólo faltaría crear las sobras de la marina tridimensional.

12. La creación de la torre del faro se acomete usando esta foto propia del ábside mudéjar de una iglesia toledana.

13. Se comienza recortando el ábside -sin el lucernario-, suavizando sus bordes y mejorando el enfoque. Luego se elimina la papelera y se retocan algunas zo-nas mediante clonación. Después se recrea la puertecita en uno de los arcos inferiores, llevándolo clonando hasta abajo y pintándola con una gama de gri-ses. Para acabar, se reproducen los dos cuerpos superiores por separado, se modifica la perspectiva y se gira su posición hacia la derecha 90º.

14.1 y 2 La ejecución de la linterna del faro se hace a partir de una foto tomada de Inter-net; como no conservo la original presento una parecida. Para mejorar la luminaria se emplea esta toma propia.

15. Se someten a una profun-da transformación consis-tente en recortar, enfocar, suavizar bordes y modifi-car sus cromatismos e intensidad. Posteriormen-te, se eliminan brillos clo-nando y se resta luz en algunas zonas. Luego, se quita el azul de la cristale-ra colocando encima una copia recortada de la pared, del zócalo y del suelo y transparentándolas dándoles distinta opacidad. Para finalizar, se transparenta también la luminaria, reduciendo su opacidad, y se coloca en el interior de la bóveda recortando en una copia de ella el barrote y colocándolo encima.

16. Resultado del escenario de la imagen nº 11 con la incorporación del faro tumbado, sombreados ya los distintos compo-nentes materiales de la escena y con la torre sometida a ajustes de color, brillo, contraste, intensidad cromática y satu-ración.

17. Como intérpretes se emplean ocho fotografías de desnudos femeninos tomadas de Internet, cu-yas autorías desconozco, salvo la mujer tumbada que es de Fabricio Caballeri.

18. Con todas ellas se procede recortándolas, pero el resto de tratamientos: suavizado de bordes, enfoque y todo tipo de ajustes, parciales o al conjunto del cada cuerpo, se hacen de manera es-pecífica para cada personaje, buscando una homogeneización suficiente.

19. Una vez organizadas en capas debidamente todas las fotografías modificadas y colocadas las mujeres en los lugares oportunos, se realizan sus sombras adecuadamente en sintonía con las del resto de componentes de la escena.

TÍTULO: “Falocracia vencida”.

MEDIDAS: Variables. FECHA DE REALIZACIÓN: Octubre de 2014. MATERIALES: Diecisiete fotografías: dos de paredes, una de suelo fusionada con un suelo creado, una de marco, dos de marinas, una de un ábside de iglesia, una de linterna de faro, otra de luminaria y ocho de desnudos femeninos tomados de Internet. TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales. COMENTARIO:

“Falocracia vencida” viene a encarnar, mediante una simu-lación fotográfica, una escenificación teatral en la que se repre-senta la caída de la dominación ejercida por el hombre sobre la mujer en la sociedad occidental. El término falocracia es tre-mendamente literal: el prefijo se refiere explícitamente a falo o pene, y el sufijo alude a poder o forma de gobierno. Etimológi-camente sería, pues, el gobierno de los falos, pero se circuns-cribe al dominio masculino, a la consideración de que el hom-bre es, por naturaleza, superior a la mujer, al predominio de él sobre ella en el plano social, político, sexual… cultural, en defi-nitiva; se refiere al machismo. El vocablo posee una carga des-pectiva, que en la obra se recoge, porque sugiere que ese do-minio no se sustenta en la superioridad del pensamiento, la moral, o la competencia para ejercer la autoridad, sino en el órgano sexual y, por extensión, en el cuerpo y su superior fuer-za. En este trabajo el falo está diáfanamente simbolizado por el faro, palabras llamativamente parecidas morfológicamente. Por ello, el elemento central de la escena es un faro triplemen-te descontextualizado, dado que no está junto al mar (aunque caricaturescamente se haya situado junto a una representa-ción marina), se encuentra ubicado en una habitación (el esce-nario), y no está en posición vertical, sino tumbada, como “flácidamente vencido”. Se halla tanto fuera de su contexto que ha perdiendo completamente su sentido. Este faro evidencia

otro par de extrañezas: su escala está diezmada, y ha sido rea-lizado empleando el ábside de una iglesia mudéjar toledana. No solamente se le suprime a este faro la función para la que fue creado, alejándolo de la costa y recluyéndolo en un habitá-culo, y se le tumba, sino que, además, se le minimiza y meta-morfosea en arquitectura de iglesia cristiana construida bajo influencias del estilo hispano-musulmán debidas a la albañilería de tradición andalusí. Es decir, relaciona materialmente el faro, la falocracia, con las instituciones eclesiásticas musulmana y cristiana, responsables de la transmisión y mantenimiento de una cultura falocrática, con su correspondiente dominación y sometimiento, a las sociedades que colonizaban (coranizaban o evangelizaban); o curiosamente, los líderes espirituales de ambas religiones (Mahoma y Cristo) son considerados por la tradición, y actualmente por sus seguidores, faros que guían con su luz en las tinieblas. Existe un parangón entre el culto al falo en antiguas cultu-ras, alimentado por el mito de Príapo y sustentado en la erec-ción masculina como símbolo del macho procreador y del pla-cer (como si ello fuera cosa de uno y el sexo sólo viviera de erección) y la superación del mismo, y el uso del faro desde la antigüedad y su decadencia con el uso de los modernos siste-mas de navegación por satélite. Falo y faro han venido a me-nos, pues (el rey es vencido en nuestro tablero-suelo de aje-drez); sin embargo, igual que algunos faros conservan su utili-dad, persisten comportamientos y situaciones aún machistas, por ello aquí la marina se desborda amenazante. Aunque algunas versiones presentan menos mujeres, en ésta, la relativa abundancia de las mismas hasta saturar casi la composición, se justifica para representar la presión que han ejercido las mujeres en diferentes lugares, y que ha conducido a las sociedades occidentales a la actual situación de falocracia vencida, aunque no plenamente, de reconocimiento de sus de-rechos y de su protagonismo como agentes de cambio de la historia.