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“Con los jóvenes debemos volvernos mentores digitales”, afirma Karla 52 E&N edición Noviembre - Diciembre 2014 UNA “TECHIE” DE PURO CORAZóN Empresaria, mentora, fuente de inspiración para emprendedores y una apasionada del ser humano, en una era configurada por la tecnología TEXTOS GABRIELA ORIGLIA K arla Ruiz Cofiño –empresaria, experta en comunicación digital, artista, confe- rencista y mentora guatemalteca– ha- bla con Estrategia & Negocios desde Estambul, donde participó del Internet Goverment Forum, un debate mundial sobre la Red que dan cada año representantes del sector público y privado para definir estrategias de transparencia y analizar hacia dónde va el mundo digital. Para Karla, la diferencia ho- raria y la agenda cargada no son obstáculos para dialo- gar, sin prisa, sobre lo que su experiencia puede aportar a los emprendedores de la región. Arranca contando que la ciudad turca es “cosmo- polita, exótica; uno la piensa como más tradicional y está bueno este contraste porque es como un regreso a las raíces, para demostrar que la tecnología no se trata de bits y bytes sino de seres humanos” . Creadora, junto a sus hermanos, de la empresa MILKnCOOKIES –reconocida por el World Summit Award de Naciones Unidas, como uno de los mejores cinco desarrollos de entretenimiento digital del mun- do, y por la Unesco como uno de los más destacados de la década–, Ruiz Cofiño ya tiene otros proyectos, piensa en otras iniciativas y, mientras tanto, hace un programa de radio para impulsar a emprendedores, se compromete con redes de mujeres para ayudar a KARLA RUIZ COFIñO Gente. ANTES LAS TRI- BUS PASABAN SUS SABERES A TRAVéS DE CAN- CIONES, AHORA LO HACEMOS A TRAVéS DE TWEETS”

Karla Ruiz Cofiño en Estrategia y Negocios edición Noviembre - Diciembre 2014

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“Con los jóvenes debemos volvernos

mentores digitales”, afirma Karla

52 E&N edición Noviembre - Diciembre 2014

Una “techie”

de pUro corazón

Empresaria, mentora, fuente de inspiración para emprendedores y una apasionada del ser humano, en una era configurada por la tecnologíaTEXTOS GABRIELA ORIGLIA

Karla Ruiz Cofiño –empresaria, experta en comunicación digital, artista, confe-rencista y mentora guatemalteca– ha-bla con Estrategia & Negocios desde Estambul, donde participó del Internet

Goverment Forum, un debate mundial sobre la Red que dan cada año representantes del sector público y privado para definir estrategias de transparencia y analizar hacia dónde va el mundo digital. Para Karla, la diferencia ho-raria y la agenda cargada no son obstáculos para dialo-gar, sin prisa, sobre lo que su experiencia puede aportar a los emprendedores de la región.

Arranca contando que la ciudad turca es “cosmo-

polita, exótica; uno la piensa como más tradicional y está bueno este contraste porque es como un regreso a las raíces, para demostrar que la tecnología no se trata de bits y bytes sino de seres humanos” .

Creadora, junto a sus hermanos, de la empresa MILKnCOOKIES –reconocida por el World Summit Award de Naciones Unidas, como uno de los mejores cinco desarrollos de entretenimiento digital del mun-do, y por la Unesco como uno de los más destacados de la década–, Ruiz Cofiño ya tiene otros proyectos, piensa en otras iniciativas y, mientras tanto, hace un programa de radio para impulsar a emprendedores, se compromete con redes de mujeres para ayudar a

K a r l a r U i z c o f i ñ o

Gente.

antes las tri-bus pasaban sus saberes a través de can-ciones, ahora lo haceMos a través de tweets”

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su empoderamiento y se entusiasma con su tarea de mentora, área en la que está logrando alto impacto.

De joven dejó Guatemala para estudiar en la Es-cuela de Arte de Valais (Suiza). Fue a aprender pin-tura, pero salió con una formación más integral. “Me enseñaron a unir puntos”, dice con franqueza. Hacer esas conexiones es, a su criterio, una clave para cre-cer. Después de la etapa educativa trabajó en agencias de publicidad en Suiza y regresó a Guatemala hace ya una década para sumarse al Grupo Tecno, la empresa familiar. Fue la responsable del área social media; por entonces, una pionera.

Le gusta hablar de “tecnología con corazón”, ¿por qué?

Muchas veces escucho a la gente decir “no soy te-chie” o señalar que no le gustan los dispositivos; se ale-jan pensando que la tecnología tiene que ver con un co-nocimiento de circuitos y no es así. Tiene que ver con entender cómo funcionamos como seres humanos. La tecnología nos lo facilita, nos abre ventanas. Todos los que estamos en el mundo pasamos por diferentes etapas, desde la niñez, cuando amamos a mamá, a la adolescencia, cuando creemos que siempre se equivo-ca… Todos lo vivimos, ahora es lo mismo pero va más rápido, hay mucha más información. Hoy un niño de tres años tiene la misma información que nosotros a los 27, cuando ya habíamos pasado por la universidad. La tecnología debería de servir para entendernos me-jor a nosotros mismos y al prójimo.

Tecnología e innovación van siempre de la mano; a veces se las menciona tanto que terminan un poco desvirtuadas, ¿es así?

Hay mucha gente que cree que la innovación tiene que ver con el futuro, pero simplemente es hacer algo diferente que cambia lo que ya se venía haciendo. A la sopa de pollo de toda la vida se le agrega crema y eso es innovar. Hay que tratar de entenderlo así: antes las tribus pasaban sus saberes a través de canciones, y ahora son los tweets. Los adultos debería-mos entender estos cambios, no cerrarnos, porque podemos aportar en los contenidos, en lo que debe haber adentro de los disposi-tivos. Quienes tenemos más de 40 y somos los hacedores deberíamos vivir un despertar digital; lo decisores de políticas deberían vivir ese despertar. Eso nos permitiría estar de-trás de los jóvenes para guiarlos; tenemos que volvernos mentores digitales.

En los adultos parece dominar la idea de que ellos (los jóvenes) tienen los equipos pero no sa-ben para qué ¿Cómo enseñar a usar la tecnología de modo que cree valor al ser humano?

Tengo la conciencia de que toda la tecnología debe servir para tres cosas. La primera es que nos permite, nos vuelve capaces de tomar decisiones informadas.

Es como darle un smartphone a un adolescente y que viaje a Nueva York; llega y se mete en el metro y no importa dónde salga, siempre ha-brá algo interesante porque es Nueva York. Pero sería mejor si tuviera el mapa. Lo mis-mo nos pasa con la tecnología: nos permite pasar de un link a otro, todos interesantes,

pero lo mejor es tener mapa para ser más productivos. Con ese contexto precisado,

la tecnología –sin duda– ayuda a tomar decisiones más conscientes. La segun-da meta es saber que cada acción tiene una consecuencia, y eso la tecnología lo facilita, me permite saber desde la huella carbono que dejo cuando com-pro un zapato hasta a qué grupo estoy ayudando. Y lo tercero es que colabora

con tomar decisiones más sostenibles, con impacto a largo plazo. Deberíamos

enfocarnos en esos tres objetivos cuando usamos la tecnología.

“Los hacedores de políticas deben vivir un despertar digital”

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los emprendedores. Complementan la educación; no hay ninguna universidad que te deje preparado para la vida. El mentor da consejos, networking, de su prueba y error ayuda a los otros. Es un deber para un emprende-dor; todos deberían buscarse un mentor y ser muy ac-tivos en esa búsqueda. La mentoría es en dos vías, para el joven es positivo y para el que la da es estratégica. Quien busque una mentoría debería elegir de distintos sectores, porque así podrá conectar puntos. Es una ex-periencia muy valiosa.

¿La inspiran experiencias o personas; cuáles son sus líderes inspiradores?

Simon Sineck me inspira, me encantan sus libros, su filosofía de vida (NR: autor y motivador inglés, crea-dor del concepto “el círculo dorado”, popularizado en las pláticas de TED como “Grandes líderes que inspi-ran acción”). Silvina Moschini (NR: CEO de la agencia Intuic) es otro caso; la admiro mucho por su trabajo, la sigo por las redes sociales y así nos empezamos a co-nocer y ahora somos amigas. Eso nos permite la tecno-logía. Admiras a las personas y, gracias a la tecnología, te apropias de sus experiencias. Salvador Paiz (NR: empresario guatemalteco) es otro caso, un joven bien posicionado que se preocupa y se involucra en el desa-rrollo de la educación, tiene iniciativa, hace esfuerzos, no se da por vencido y cree que se puede hacer la di-ferencia. Todos tenemos en común el ser positivos, no nos cruzamos de brazos. Tenemos que creer que sí se puede, no decir que no porque en Centroamérica hay corrupción o porque no entendemos los sistemas pú-blicos, debemos estudiarlos y actuar.

Karla Ruiz Cofiño no duda, cuando se le pregunta por algún punto de quiebre en su vida que la haya ayudado a crecer, en recordar cuando a los 20 años, recién llegada a Suiza, empezó a caérsele el pelo. “Yo pensaba que valía porque me sentía bonita con la cabellera castaña que te-nía”, dice. Fueron meses difíciles, sentía que había per-dido su femineidad y que estaba como cuando alguien “quiebra; fue un fracaso personal muy grande”. Todo duró hasta que descubrió que lo que importa es “lo que se lleva adentro, lo que eres”. Empezó a practicar monta-ñismo. “En la punta de la montaña, la adrenalina y endor-fina que segrega el cuerpo demuestran que, como seres humanos, estamos preparados para salir adelante. El de-porte fue clave, me hizo enfocar en las cosas importantes de la vida”, asegura. “Me di cuenta de que la gente no ve lo que tú miras en el espejo, sino lo que reflejas. La inte-ligencia, la pasión por la vida, los intereses. Lo que hace al cómo me veo es cómo me siento por dentro, por eso vivo desde adentro hacia afuera”, confiesa

Pero la tecnología no alcanza para sobrevivir en un mundo tan competitivo ¿Dónde radica lo esencial?

Cualquiera de las profesiones que se eligen son bienvenidas, lo que necesitamos es que la base se mez-cle con la tecnología. Si hago música a nivel digital, tengo que estar en Spotify ,o si hago arte, en BeHands. Hay que estar dispuestos a estar con un pie en el nuevo mundo, a tener una compresión de las herramientas que se nos dan. Hoy todo tiene un ala tecnológica. Ade-más, hay un punto importante: es cierto que hoy las profesiones son más en equipo, están más multiplica-das y requieren de más colaboración.

¿Innovar pasa por una cuestión de actitud o de educación?

El talento más grande es la curiosidad, probar di-ferentes cosas sin que importe para qué. Cada día de-bería levantarme y tener como meta qué voy a probar, aunque no use la palabra innovar, y a la noche debería pensar qué leí o qué persona conocí o qué cosa nueva descubrí y después conectar los puntos. Esa cultura general más amplia es la que falta. Muchos se especia-lizan en un solo tema, y creo que hay que salir de la caja. Por ejemplo, hoy lo que descubren los médicos puede servir para la cocina molecular.

¿Cómo fue su proceso de aprendizaje para sa-ber cómo “conectar los puntos”?

En la escuela de Bellas Artes, en Suiza, aprendí a unirlos. Fue una de las oportunidades más grandes que tuve. Cuando llegué, tenía la idea romántica de pin-tar todo el día y fue lo que menos hice. Nos obligaban a leer, a investigar, a andar olfateando. Hoy observo, escucho mucho. Creo que hay que regresar a la base, utilizar los cinco sentidos. Me siento y pienso por qué esta silla me gusta más que la otra, aplico los sentidos, los tengo muy despiertos… Entender qué le hace reír o qué llorar a una persona hace que la relación sea más fácil. Me gusta preguntar como un chico.

Preguntar suele ser inhibitorio porque algu-nos creen que es revelar puntos débiles.

Es cierto, lo veo mucho en el trabajo de empodera-miento de mujeres en los que participo. Los hombres tienen menos miedo de preguntar, no piensan que los van a ver como ignorantes. Después de una conferen-cia, el 80% de los que levantan la mano son hombres; las mujeres están más pendientes de qué van a pensar, y eso es un error.

¿Qué valor tienen las mentorías, cuando lo académico está en plena transformación?

Las mentorías son claves, fundamentalmente para

Gente. K A R L A R U I Z C O F I Ñ O

Necesitamos que más geNte que hace cosas valiosas Y PoR los Demáslas haga Públicas”

se PueDe, No imPoRta la PosicióN ecoNómica, haY que seR Positivos, evolucio-NaR Y sabeR aDaPtaRse”