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Primeros auxilios y reanimación Directrices 2011 Dirigidas a los jefes de programa de primeros auxilios de las Sociedades Nacionales, grupos consultivos científicos, instructores de primeros auxilios y equipos de intervención inmediata www.ifrc.org Salvar vidas, cambiar mentalidades.

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Primeros auxilios y reanimación Directrices 2011Dirigidas a los jefes de programa de primeros auxilios de las Sociedades Nacionales, grupos consultivos científicos, instructores de primeros auxilios y equipos de intervención inmediata

www.ifrc.org Salvar vidas, cambiar mentalidades.

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Se autoriza citar total o parcialmente el contenido de este estudio con fines no comerciales, siempre y cuando se mencione la fuente. La Fede-ración Internacional apreciaría recibir detalles acerca de su utilización. Las solicitudes para la reproducción comercial deben dirigirse a la Fede-ración Internacional a la dirección [email protected].

Las opiniones y recomendaciones expresadas en este estudio no repre-sentan necesariamente la política oficial de la Federación Internacional ni de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Las designaciones y mapas utilizados no suponen la expresión de ninguna opinión por parte de la Federación Internacional ni de las Sociedades Nacionales con respecto a la condición jurídica de algún territorio o de sus autoridades. Todas las fotografías utilizadas en este estudio son propiedad de la Federación Internacional salvo indicación en contrario.

Foto de cubierta: IFRC

Apartado postal 372 CH-1211 Ginebra 19 Suiza Teléfono: +41 22 730 4222 Telefax: +41 22 733 0395 Correo electrónico: [email protected] web: www.ifrc.org

Directrices sobre primeros auxilios y reanimación 2011 1225500 S 10/2012

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Salud y cuidadosPrimeros auxilios

y reanimación Directrices 2011

La Estrategia 2020 expresa la determinación colectiva de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (la Federación Internacional) de avanzar en la solución de los grandes retos que la humanidad enfrentará en la próxima década. Orientada hacia las necesidades y vulnerabilidades particulares de las diversas comunidades en las que trabajamos y guiada por los derechos y las libertades inherentes a todas las personas, tiene por objeto beneficiar, en última instancia, a todas las personas que confían en la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y ayudarlas a construir un mundo más humando, digno y pacífico.

Durante los próximos diez años, la Federación Internacio-nal se centrará colectivamente en la consecución de los siguientes objetivos estratégicos:

1. Salvar vidas, proteger los medios de sustento y apoyar la recuperación de desastres y crisis

2. Posibilitar una vida sana y segura

3. Promover la inclusión social y una cultura de no violencia y la paz

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

ÍndiceDirectrices sobre primeros auxilios y reanimación de la Federación Internacional grupo de redacción 4

Agradecimientos 5

Prólogo 6

Introducción 8Acerca de este documento 9Vinculación con la Estrategia 2020 9Las directrices y la política de la Federación Internacional 9Elaboración de las directrices 9Adaptación a nivel local 11

La Federación Internacional, las Sociedades Nacionales 12Progreso y tendencias en primeros auxilios: salud y primeros auxilios comunitarios 12Importancia de la prevención en la educación sobre primeros auxilios 12Preparación de los ciudadanos para hacer frente a desastres y emergencias cotidianas 12Desarrollo futuro 13

Hechos y cifras sobre primeros auxilios 14Definición de primeros auxilios 14Número de personas formadas en primeros auxilios y beneficiarias de estos servicios 14

Fundamentos científicos y práctica 14Eficacia de las directrices y pruebas 15

Directrices sobre primeros auxilios 17Principios generales 17Autoprotección de los ciudadanos en emergencias cotidianas y desastres 19Principios generales en la atención de la víctima 20Administración de medicamentos 21Uso de oxígeno 22Posición del paciente 22

Emergencias médicas 24Reacciones alérgicas 24Problemas respiratorios 25

Asma 25Hiperventilación 26

Obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño 27Intoxicación 32

Monóxido de carbono 34Dolor torácico 34Accidente cerebrovascular 36Malestar gastrointestinal y deshidratación 37Complicaciones agudas de la diabetes 39Choque traumático 42Pérdida del conocimiento y alteración del estado mental 43Convulsiones y crisis convulsivas 43

Lesiones 45Quemaduras 45Hemorragias 46

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Lesiones craneoencefálicas y medulares 49Lesiones torácicas y abdominales 52Lesión en una extremidad 53Heridas y abrasiones 55Lesiones dentales 57Lesiones oculares 57

Problemas de salud relacionados con el medio ambiente 58Problemas de salud causados por el frío 58

Congelación 58Hipotermia 59

Problemas de salud causados por el calor 61Golpe de calor 61Agotamiento y desmayo (síncope) a causa del calor 62Calambres a causa del calor 62Administración de líquidos para el tratamiento de la deshidratación (de origen no ambiental, salvo la debida al calor) 63

Problemas de salud causados por la altitud 64

Problemas de salud relacionados con animales 66Mordeduras de animales 66Mordeduras de serpiente 67Medusas 69Insectos 71

Ahogamiento y síndrome de descompresión de los buceadores 72Proceso de reanimación de personas ahogadas 73Lesión cervical en personas ahogadas 75Enfermedad por descompresión (o del buceador) 76

Síndrome de descompresión 77

Reanimación 78Obstrucción de las vías respiratorias 79Paro cardíaco 79Reanimación de niños (y ahogados) 90Desfibrilación externa automática 91

Programas de acceso público a la desfibrilación 93Métodos para proporcionar ventilación 94

Apoyo psicosocial y de salud mental 95Técnicas para apaciguar los comportamientos violentos 98Ataque de pánico 100Estrés extremo y síndrome de estrés postraumático 102Ideas suicidas 103

Educación 105Introducción 105Efectividad de la formación en primeros auxilios sin reanimación destinada a personas legas 106Ejercicios de simulación 106Actualización de conocimientos 107Evaluación, seguimiento y retroalimentación 107Metodología 108Enfoque basado en las competencias 108Mensaje 108

Referencias 111

Anexo 151Datos de la encuesta sobre primeros auxilios y educación en primeros auxilios 151

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directrices sobre primeros auxilios y reanimación de la Federación Internacional grupo de redacciónDr. Pascal Cassan, jefe de equipo, Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios, Federación Internacional.

Dr. David Markenson, Cruz Roja Americana.

Sra. Grace Lo, Departamento de Salud, Federación Internacional.

Dr. Richard Bradley, Cruz Roja Americana.

Sr. Rick Caissie, Sociedad Canadiense de la Cruz Roja.

Dr. K.L. Chung, filial de la Cruz Roja de Hong Kong, Cruz Roja China.

Sr. Jonathan Epstein, Cruz Roja Americana.

Sr. Ferdinand Garoff, psicólogo, Centro de Información de Apoyo Psicosocial, Federación Internacional.

Dr. Gabor Gobl, Cruz Roja Húngara.

Dr. Mohamed Halbourni, Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia.

Dr. Shen Hong, Cruz Roja China.

Dra. Barbara Juen, Cruz Roja Austríaca.

Dra. Eugenia Lok, Hospital Castle Peak, Hong Kong.

Dr. Jeffery Pellegrino, Cruz Roja Americana.

Sra. Samantha Roberts, Cruz Roja de Granada.

Dra. Susanne Schunder-Tatzber, Cruz Roja Austríaca.

Dra. Bonnie Siu, Hospital Castle Peak, Hong Kong.

Sra. Nana Wiedemann, psicóloga, directora del Centro de Información sobre Apoyo Psicosocial, Federación Internacional.

Stijn Van de Velde, Cruz Roja de Bélgica - Flandes

Nota

La información médica cambia constantemente, por lo que nunca puede considerarse actualizada, completa y exhaustiva. No se debe tomar la información contenida en las directrices como base para prescribir un tratamiento, sea para sí mismo o para otra persona, y si alguien lo hace, será bajo su propia responsabilidad.

Las directrices aportan información general exclusivamente con fines educativos. No pretenden facilitar al lector o a otra persona asesoramiento médico, diagnóstico profesional, opinión, tratamiento o servicios, ni es ese su cometido. No son un sustituto de la atención médica o profesional, y la información que contienen no reemplaza la visita médica, consulta telefónica o asesoramiento de un médico u otro profesional sanitario. La Federación Internacional no asume responsabilidad alguna por el asesoramiento, el tratamiento, el diagnóstico o cualquier otro tipo de información, servicio o producto que el lector obtenga a través de estas directrices.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

AgradecimientosEl equipo de la Federación Internacional participante en el Consejo Consultivo Internacional sobre la Ciencia de los Primeros Auxilios, que elaboró el Consenso científico sobre primeros auxilios, estaba integrado por:•Sr. Olav Aasland, Cruz Roja Noruega;•Sr. Rick Caissie, Sociedad Canadiense de la Cruz Roja;•Dr. Pascal Cassan, jefe de equipo, Centro Europeo de Referencia para la Educa-

ción en Primeros Auxilios, Federación Internacional;•Dr. K.L. Chung, Cruz Roja de Hong Kong, filial de la Cruz Roja China;•Sr. Jonathan Epstein, Cruz Roja Americana;•Dr. Gabor Gobl, Cruz Roja Húngara;•Dr. Mohamed Halbourni, Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia;•Dr. Shen Hong, Cruz Roja China;•Dr. David Markenson, Cruz Roja Americana;•Dr. Jeffery Pellegrino, Cruz Roja Americana;•Sra. Samantha Roberts, Cruz Roja de Granada;•Dra. Susanne Schunder-Tatzber, Cruz Roja Austríaca.

En la elaboración de estas directrices han sido indispensables la participación y/o los trabajos empíricos, anteriores o actuales, de las siguientes organiza-ciones y organismos:•Consejo Consultivo de la Cruz Roja Americana sobre primeros auxilios, nata-

ción, seguridad y preparación (ACFASP);•Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios;•Red Europea de Educación sobre Primeros Auxilios de la Cruz Roja y de la

Media Luna Roja;•Consejo Europeo de Reanimación;•Centro de Información sobre Apoyo Psicosocial de la Federación Internacional;•Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros Auxilios;•Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación (ILCOR).

Agradecemos a la correctora de este manuscrito, Susan E. Aiello, por el ejem-plar esfuerzo que llevó a cabo de manera incansable, y que permitió la esencial incorporación de las evaluaciones científicas y demás consideraciones relativas a la aplicación.

Deseamos también agradecer a los jefes de primeros auxilios, instructores y voluntarios que aplicarán esta información en los importantes programas que elaboran y facilitan, así como a las innumerables personas que utilizarán la información y las destrezas aquí presentadas para salvar vidas.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

PrólogoLos miembros de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son los principales proveedores de cursos de primeros auxilios en el mundo. En 2009, las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja impartieron formación en primeros auxilios a más de 7 millones de personas en diversos países de todo el planeta. En la actualidad, más de 36.000 instructores y 770.000 voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja prestan servicio en sus comunidades en la enseñanza y la prestación de primeros auxilios, gracias a lo cual esta forma de asistencia está al alcance de todos.

Los primeros auxilios salvan vidas: la acción inmediata y la aplicación de las destrezas adecuadas por parte de las personas con formación en primeros auxilios pueden ser determinantes para salvar vidas humanas. Con referencia al horizonte 2020, la inversión en la investigación y el aprendizaje de las buenas prácticas son pasos clave para garantizar niveles de calidad y mejorar los cursos y servicios de primeros auxilios que brindan las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

En 2008, la Federación Internacional participó en un proceso de investigación para desarrollar el Consenso científico sobre primeros auxilios. Esta actividad incluyó una revisión exhaustiva de las publicaciones existentes, así como la evaluación y la clasificación del nivel de las pruebas científicas en temas espe-cíficos de primeros auxilios. El resultado permitió elaborar este primer conjunto de directrices internacionales de primeros auxilios.

Las directrices están dirigidas a los jefes de los diferentes programas de primeros auxilios de las Sociedades Nacionales, así como a sus órganos consul-tivos en la materia. Las Sociedades Nacionales pueden utilizar estas directrices para actualizar sus materiales, programas de capacitación y aptitudes en consonancia con las normas internacionales más recientes sobre una base empírica. Cada tema tratado en el documento incluye una introducción y un resumen de los fundamentos científicos, directrices sobre una base empírica y consideraciones relativas a su aplicación, para que las diferentes Sociedades Nacionales las adapten y modifiquen de acuerdo con las necesidades, la realidad y la legislación locales.

En la Estrategia 2020 de la Federación Internacional se pide a las Sociedades Nacionales miembros que intensifiquen su labor, la perfeccionen y obtengan mayores logros. Los primeros auxilios son un pilar fundamental exactamente en ese sentido, al trabajar con las poblaciones vulnerables para edificar comu-nidades más seguras y resistentes, que estén en mejores condiciones para prepararse ante eventuales desastres y reducir los riesgos para la salud.

Matthias SchmaleSubsecretario GeneralDivisión de Servicios a Programas, Federación Internacional

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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Los primeros auxilios siguen siendo un ámbito de actuación básico dentro de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. La Federación Internacional es la principal entidad del mundo dedicada a enseñar y prestar primeros auxilios, actividad que ocupa un lugar central en la inmensa mayoría de las 187 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

La Federación Internacional considera que los primeros auxilios son el primer paso vital para una intervención eficaz y rápida que ayude a mitigar las lesiones graves y mejorar las posibilidades de supervivencia. La actuación inmediata y la administración correcta y adecuada de los primeros auxilios son determinantes para salvar vidas humanas. La disponibilidad para la población mundial de una formación en primeros auxilios de calidad y basada en la experiencia permi-tirá edificar comunidades más seguras y sanas, ya que será posible prevenir y reducir los riesgos en casos de desastre y emergencias cotidianas.

La Federación Internacional aboga en favor de servicios de primeros auxilios que estén al alcance de todos, y que por lo menos una persona en cada hogar reciba capacitación en ese ámbito, independientemente del nivel socioeconó-mico u otros factores que podrían ser discriminatorios.

Acerca de este documentoEste documento evalúa y expone los fundamentos científicos de los primeros auxilios y la reanimación. Se trata de las primeras directrices internacionales de primeros auxilios (en adelante, “las directrices”) elaboradas por la Federación Internacional, y apuntan a promover la armonización de las prácticas en esta materia entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, así como a darles una base científica sólida. Forman parte de las medidas para garantizar la calidad y asegurar una capacitación adecuada en primeros auxilios para el público en general y los voluntarios, de acuerdo con las normas de la Federación Internacional. Nota: Estas directrices no pretenden sustituir a los manuales de primeros auxilios y el material pedagógico asociado. Su objetivo es ayudar a los jefes de programa y los órganos consultivos de las Sociedades Nacionales a elaborar materiales y programas de formación en primeros auxilios, tomando como punto de partida las conclusiones científicas más recientes con base empírica y las recomendaciones derivadas de las mismas. Las Sociedades Nacionales deben adaptar las directrices a sus entornos locales (véase adaptación a nivel local). Además, este análisis de las directrices y las pruebas ha de servir como referencia de calidad para los instructores de primeros auxilios, los equipos de intervención en caso de emergencia, y sus respectivas organizaciones.

01.

Introducción

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

01. Introducción

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Vinculación con la Estrategia 2020En la Estrategia 2020 se pide a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que hagan más, lo hagan mejor y logren más. Las presentes directrices proporcionan a las Sociedades Nacionales una base sólida para “hacerlo mejor” en el ámbito de los primeros auxilios.

La tendencia mundial hacia una mayor urbanización intensifica las consecuen-cias adversas para la salud, especialmente entre las comunidades vulnerables. La promoción de los primeros auxilios y el uso de técnicas preventivas de eficacia demostrada para abordar algunos de los retos que afronta la población mundial pueden fortalecer la capacidad de las comunidades locales y de las Sociedades Nacionales, tanto en la preparación como en la intervención en casos de desastre. Este esfuerzo, destinado en última instancia a salvar vidas, crea un nexo entre la intervención inicial de los voluntarios de primeros auxi-lios, y del público en general, y el sistema oficial de salud.

Las directrices y la política de la Federación InternacionalEn la política revisada de primeros auxilios que data de 2007 se pedía una mejora en la enseñanza y la prestación de primeros auxilios. La prestación de primeros auxilios debe fundamentarse en directrices actualizadas en base a la experiencia, y además en las mejores prácticas. La Federación Internacional apoya a las Sociedades Nacionales y participa en la armonización de las técnicas de primeros auxilios en consonancia con la investigación científica, las normas internacionales, las directrices sobre buenas prácticas y las medidas para garantizar servicios de calidad. Para ello, la Federación Internacional ha establecido alianzas con organismos científicos, expertos en salud pública y especialistas en pedagogía. La información resultante de este proceso incluye el análisis de la situación y de las tendencias, además de los últimos avances comprobados en la enseñanza de los primeros auxilios. La puesta en práctica de tales procesos ha dado lugar a estas directrices, así como al Consenso científico sobre primeros auxilios.

Elaboración de las directricesEn 2008, la Federación Internacional participó en un acuerdo de colaboración estratégica con el Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros Auxilios, copresidido por la Cruz Roja Americana. El Dr. Pascal Cassan, coordi-nador del Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios, dirigió el equipo de la Federación Internacional. Se designaron expertos de diferentes zonas. Se incorporaron al proceso representantes de la Cruz Roja Americana, la Cruz Roja Austríaca, la Sociedad Canadiense de la Cruz Roja, la Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia, la Cruz Roja de Granada, la Cruz Roja de Hong Kong, la Cruz Roja Húngara, la Cruz Roja Noruega y la Cruz Roja China.

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha situado a la vanguardia de las actividades vinculadas con el progreso científico, la educación y la práctica en materia de primeros auxilios y, por su parte, las Sociedades Nacionales han colaborado con los consejos locales de reanimación y sus organizaciones afines, como el Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación (ILCOR) , para profundizar los conocimientos científicos y la educación en ese ámbito. El documento resultante del proceso presenta los cono-cimientos y elementos científicos adquiridos por la Federación Internacional en

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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materia de primeros auxilios y reanimación, así como la educación del público en general, sobre los temas que se considera esenciales para salvar vidas; al mismo tiempo, se nutre del trabajo científico de otras organizaciones que lleven a cabo actividades en este campo, entre ellas la Red Europea de Educación sobre Primeros Auxilios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Consejo Consultivo de la Cruz Roja Americana sobre primeros auxilios, natación, seguridad y prepa-ración (ACFASP), el Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros Auxilios y el ILCOR. Sobre la base de estos esfuerzos, la Federación Internacional ha elaborado las primeras directrices internacionales para consolidar los fundamentos cientí-ficos de la práctica y la enseñanza de los primeros auxilios. El equipo realizó un examen cabal de las publicaciones científicas, y evaluó y calificó el nivel de los elementos comprobados en temas específicos de primeros auxilios. Este examen incluyó trabajos anteriores realizados por numerosos miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, entre ellos las directrices basadas en la experiencia de las Sociedades Nacionales y los trabajos del Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios y el Centro de Información sobre Apoyo Psicosocial.

Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y los asociados científicosEs importante distinguir entre “armonización” y “normalización”. La intención de este documento no es ofrecer una técnica para abordar cada situación, sino más bien establecer un consenso sobre los principios mínimos acordados y el análisis crítico de los elementos disponibles y la información aprendida de las experiencias del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, de manera que al final todos los socorristas puedan poner en práctica técnicas para salvar vidas cuya eficacia ha sido demostrada.

Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja deben tener en cuenta el contexto y la realidad de cada comunidad. Las técnicas de reanimación deben estar en consonancia con el entorno científico local, y es necesario entablar contactos con el consejo de reanimación y otras organi-zaciones científicas locales. En la mayoría de los casos, aunque las prácticas puedan ser diferentes, las técnicas aplicables para salvar vidas se basan en un conjunto de principios comunes. Este esfuerzo de armonización se guió por una serie de parámetros. Entre ellos, destacan los siguientes:• la promoción y la inclusión de los primeros auxilios y la reanimación basados

en pruebas; • la necesidad de una mayor difusión de técnicas, conocimientos y prácticas

coherentes de primeros auxilios y reanimación;• el enfoque educativo centrado en asimilar aptitudes e inculcar confianza para

actuar;• los constantes intercambios transfronterizos debidos a:

• las migraciones, que favorecen la mezcla de poblaciones;• el turismo y los viajes de negocios, que ponen a las personas en contacto

con diferentes entornos;• el uso de Internet, que puede favorecer el autoaprendizaje y la compa-

ración entre zonas;• las diferencias entre técnicas que no tienen un fundamento científico o basado

en la experiencia;• el necesario nexo entre el conocimiento científico y su aplicación en situa-

ciones diferentes del entorno de la investigación.

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

01. Introducción

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Además, las recomendaciones sobre técnicas que figuran en estas directrices son un complemento de los esfuerzos prioritarios de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para armonizar contenidos, métodos y certificaciones entre los países dentro de cada continente. El objetivo es el establecimiento de un certificado internacional de primeros auxilios.

Tipo de certificación y formación que pueden proporcionar las Sociedades NacionalesLos primeros auxilios constituyen un objetivo común y corresponden a una función clara y esencial que se comprende en todo el Movimiento. Son un componente fundamental de la razón de ser de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Los primeros auxilios son el alma de la organización, la fuerza unificadora que levanta la primera línea de frente de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, reforzando su universalidad. Los primeros auxilios reflejan una perspectiva única en el Movimiento, capaz de adoptar la diversidad a favor de la integración. Representa la energía necesaria para la cohesión y un incentivo para la unidad.

También se debe buscar la armonización mundial en la enseñanza de los primeros auxilios. Del mismo modo que las Sociedades Nacionales entregan un certificado europeo de primeros auxilios en Europa, cabría establecer un certificado internacional de primeros auxilios. Basándose en su experiencia como principal proveedor de formación de primeros auxilios, la Cruz Roja y la Media Luna Roja sugieren distintos puntos clave que deberían formar parte del programa mundial de estudios:• tomar medidas de seguridad, incluido pedir ayuda;•observar los principales signos de vida (desde una valoración inicial hasta una

situación de supervisión);• conceder prioridad a la víctima inconsciente;•atender a la víctima que tiene dificultades respiratorias;•atender a la víctima que tiene dificultades del sistema circulatorio;• controlar las hemorragias graves y tratar las quemaduras y las heridas.

Adaptación a nivel localAl utilizar estas directrices, las Sociedades Nacionales deben considerar las características epidemiológicas, la atención prehospitalaria y la legislación rela-cionada con los primeros auxilios en los países respectivos. Deben abordar los problemas de salud y lesiones más comunes identificados en las comunidades o grupos destinatarios específicos, prestando especial atención a sus convicciones culturales y religiosas, así como a los recursos disponibles. Se debe trabajar de forma conjunta con el grupo de asesoramiento científico de cada Sociedad Nacional. Tal como se concibe en este documento, un grupo de asesoramiento científico puede incluir científicos, expertos médicos, investigadores, instruc-tores y profesionales de primeros auxilios, educadores y representantes de la comunidad local. Esa composición puede lograrse estableciendo asociaciones con otros agentes, e incluso con otras Sociedades Nacionales.

Las directrices, incluidas las recomendaciones, deben ser suficientemente flexibles para que las distintas Sociedades Nacionales puedan adaptarlas a dife-rentes situaciones, entornos y contextos (por ejemplo, escuela, lugar de trabajo, hogar, viajes, acontecimientos deportivos, etc.) y a diferentes perfiles personales (edad, discapacidad, etc.), sin perder por ello su fundamento científico. Tales directrices dan indicaciones sobre la forma eficaz y segura de prestar primeros auxilios, teniendo en cuenta las prácticas alternativas y tradicionales existentes cuyos méritos hayan quedado demostrados.

Referencia: 1

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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La Federación Internacional, las Sociedades Nacionales

Progreso y tendencias en primeros auxilios: salud y primeros auxilios comunitariosLa inmensa mayoría de las 187 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja imparten cursos de primeros auxilios, que constituyen una parte esencial de su actividad. En 2009, las Sociedades Nacionales impartieron cursos certificados de primeros auxilios a más de 7 millones de personas, y ofre-cieron a otros 17 millones una enseñanza más breve de los principios básicos de los primeros auxilios. La gran red de voluntarios de la comunidad sienta una base sólida para expandir la enseñanza y la práctica de los primeros auxilios. La continua consolidación de conocimientos y aptitudes, junto con los recursos adicionales puestos a disposición común, fortalecen la capacidad interna de cada comunidad para hacer frente a las crisis cotidianas y a los desastres.

La Federación Internacional, además de abogar por la enseñanza y la aplicación de medidas básicas de primeros auxilios para salvar vidas, está convencida de que los primeros auxilios deben ser parte integrante de un enfoque más amplio de desarrollo. Este enfoque se centraría en la prevención para forjar comuni-dades más seguras y resistentes, y en lograr una mayor capacidad a largo plazo para mejorar los programas de salud y desarrollo comunitario. Los instrumentos de salud y primeros auxilios comunitarios incluyen una guía práctica, una guía para facilitadores, un manual para voluntarios y herramientas comunitarias que pueden utilizarse con facilidad sobre el terreno (www.ifrc.org).

Importancia de la prevención en la educación sobre primeros auxiliosUna mejor información preventiva y comunitaria en zonas propensas a desastres reduce el costo de las operaciones de emergencia. Por cada dólar estadounidense que se invierte en preparación frente a posibles desastres, se ahorra 4 dólares en la intervención en caso de emergencias. La prevención debe empezar con la educación y la capacitación en primeros auxilios, para sensibi-lizar más a las personas acerca de los riesgos.

En general, los patrones de los problemas de salud evolucionan hacia una mayor incidencia de las enfermedades no transmisibles. Se prevé que en 2020 las prin-cipales causas de muerte, enfermedad y discapacidad en todo el mundo sean las afecciones cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, los accidentes de tráfico, los traumatismos originados por la violencia y los conflictos, y las enfermedades diarreicas. El alcance de los programas de primeros auxilios de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja debe ser lo suficientemente amplio como para abordar los aspectos relacionados con la prevención de estos problemas de salud.

Preparación de los ciudadanos para hacer frente a desastres y emergencias cotidianasAlgunas encuestas muestran que los ciudadanos tienen a menudo un concepto amplio del riesgo, que incluye los riesgos sociales, ambientales y económicos. Se

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

01. Introducción

13

sienten amenazados por el desempleo, el alto costo de la vida, el envejecimiento y el cuidado que necesitarán, la contaminación, etc. No se pasan por alto ni se subestiman los riesgos naturales e industriales, pero se los separa del resto. Ciertamente, las diversas autoridades, profesionales y expertos tienen una perspectiva diferente al evaluar los riesgos y el grado de vulnerabilidad. Este importante aspecto pone de manifiesto que los ciudadanos, que son los benefi-ciarios o destinatarios de los programas de preparación y sensibilización frente a los riesgos, a menudo no son plenamente conscientes del carácter prioritario de dichos programas. Los ciudadanos deben preparse para protegerse a sí mismos antes, durante y después de situaciones de emergencia, del siguiente modo:• antes de una emergencia: obtener información e identificar los riesgos impor-

tantes, adoptar un comportamiento adecuado, tomar medidas preventivas, y si es necesario correctivas, buscar capacitación (por ejemplo, en técnicas de salvamento), comprender y respetar las instrucciones de seguridad y parti-cipar en los programas de gestión de situaciones de emergencia (como los relativos al análisis de riesgos, simulacros, etc.);

• durante una emergencia: protegerse de las consecuencias inmediatas y de cualquier riesgo o accidente, poner en práctica las técnicas adecuadas de primeros auxilios, seguir las instrucciones (por ejemplo, de evacuación), restablecer los vínculos sociales (por ejemplo, con la familia, amigos, vecinos, miembros de la comunidad local, etc.) y ofrecerse para colaborar con los servi-cios y organizaciones encargados del rescate y salvamento, la atención y la asistencia;

• después de una emergencia: obtener la asistencia adecuada (atención, agua, alimentos, vivienda, etc.), restablecerse psicológicamente y recabar compen-saciones materiales, ofrecerse para colaborar en las operaciones de asistencia dirigidas a la comunidad local y adaptar su conducta y equipo en función de la experiencia adquirida y las lecciones aprendidas.

Véase también autoprotección de los ciudadanos en casos de desastre y emergen-cias cotidianas.

Desarrollo futuroLa Federación Internacional está empeñada tanto en consolidar aptitudes de primeros auxilios dentro de los grupos vulnerables, como en favorecer el desarrollo de comunidades más seguras y sanas. La Federación Internacional continuará trabajando con sus asociados en lo que respecta a las técnicas de primeros auxilios y los factores que influyen en la disposición de cualquier ciuda-dano a prestar primeros auxilios. Por ejemplo, la Federación Internacional está interesada en aprender formas más eficaces de enseñar las técnicas de primeros auxilios a la población, así como mejores metodologías para generar un cambio de comportamiento destinado a prevenir lesiones y adoptar hábitos de vida saludables.

Esta información, que las Sociedades Nacionales asimilan continuamente, contribuirá a mejorar aún más el nivel y la calidad de los primeros auxilios que prestan. Ello puede suponer un avance hacia el establecimiento de una certificación internacional en primeros auxilios en el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Este paso sería la culminación lógica de los esfuerzos que se despliegan para ofrecer un certificado regional (como se ha hecho en Europa y se ha empezado a hacer en América del Norte).

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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Hechos y cifras sobre primeros auxilios

Definición de primeros auxiliosLos primeros auxilios se definen como la ayuda inmediata que se proporciona a una persona enferma o con lesiones hasta que llega la ayuda profesional. Abarca no solo las lesiones físicas o enfermedades, sino también otro tipo de atención inicial, como el apoyo psicosocial a las personas que sufren trastornos emocio-nales por haber experimentado o presenciado un acontecimiento traumático.

Número de personas formadas en primeros auxilios y beneficiarias de estos servicios•Entre 2006 y 2009, aumentó en un 90% el número de personas que recibieron

capacitación en primeros auxilios por parte de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

•En 2009, 21 Sociedades Nacionales europeas impartieron capacitación a más de 2,3 millones de personas, y 7 millones recibieron formación sobre primeros auxilios en todo el mundo en cursos validados con un certificado. Más de 36.000 instructores y 770.000 voluntarios participaron en actividades de primeros auxilios, y ofrecieron más de 4,8 millones de horas de enseñanza y prestación de primeros auxilios. Los mensajes sobre primeros auxilios y prevención llegaron a más de 46 millones de personas.

•El 12 de septiembre de 2009 se celebró el Día Mundial de los Primeros Auxilios bajo el lema “Primeros auxilios para la humanidad”. Más de 32 Sociedades Nacionales comunicaron mensajes a más de 20 millones de individuos en todo el mundo, y movilizaron a más de 760.000 personas, entre voluntarios y miembros del personal.

•Desde que se divulgó el material sobre salud y primeros auxilios basados en la comunidad, más de 300 funcionarios remunerados y voluntarios de 80 Socie-dades Nacionales han participado en nueve seminarios prácticos de maestros socorristas sobre el tema. Se han celebrado seminarios en varios idiomas, entre ellos árabe, chino, francés, inglés, portugués y ruso.

Véase también datos de la encuesta sobre primeros auxilios y educación en primeros auxilios (en el anexo).

Fundamentos científicos y prácticaEstas directrices presentan conclusiones basadas en el examen de los elementos científicos y el consenso desarrollado a partir de dicho examen. Las recomen-daciones se han formulado teniendo en cuenta el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre muchas Sociedades Nacionales de todo el mundo.

La Federación Internacional está convencida de que todo el mundo tiene la posi-bilidad de salvar vidas. Por ello, a la hora de desarrollar prácticas de primeros auxilios basadas en la experiencia, las técnicas deben ser tan sencillas y simples como sea posible, de modo que los miembros del público en diferentes contextos locales puedan aprenderlas y utilizarlas de manera eficaz.

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01. Introducción

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Clasificación del cumplimiento de las directrices y expresión empleada en el texto

Descripción y consistencia de las pruebas

Consecuencias

Obligatorio (***)Expresión: debe (o no debe)

• Recomendaciónfirmeavehemente.• Altogradodecertidumbrecientífica.• Pruebasdeapoyodeexcelentecalidad

(obtenidas a partir de estudios bien concebidos, prospectivos, aleatorios y controlados).

• Losbeneficiosesperadossuperansindudaalos inconvenientes.

Nota: En algunas circunstancias claramente identificadas es imposible obtener pruebas de alta calidad, pero las ventajas esperadas superan ampliamente los inconvenientes.

Se debe seguir a menos que exista una justificación clara y convincente para adoptar otro enfoque.

Recomendado (**)Expresión: debería (o no debería)

• Gradomoderadodecertidumbrecientífica.• Basadoenpruebasmenosconsistentes

(estudios no aleatorios de grupos, estudios de control de casos, estudios retrospectivos de observación y/u opiniones y consensos de expertos).

• Lasventajasesperadassuperanampliamentelos inconvenientes, pero la calidad de las pruebas no es tan sólida como en el caso anterior.

Nota: Una vez más, en algunas circunstancias claramente definidas puede ser imposible obtener pruebas de alta calidad, pero las ventajas esperadas superan ampliamente los inconvenientes.

Es prudente seguirla, pero hay que permanecer atentos a la aparición de nuevas informaciones.

Opcional (*)Expresión: puede, podría (o no se recomienda)

• Esresultadodeotraspruebas,publicaciones,opiniones de expertos, etc.

• Eslamenosconvincenteentérminosdepruebas científicas.

• Defineladirecciónquesepuedeseguircuando la calidad de las pruebas es dudosa, el nivel o el volumen de las pruebas es pequeño o estudios cuidadosamente realizados muestran una ventaja poco clara entre una opción y otra.

Puede tenerse en cuenta al adoptar decisiones, pero hay que permanecer atentos a la publicación de nuevas pruebas que aclaren el equilibrio entre ventajas e inconvenientes.

Eficacia de las directrices y pruebasLa eficacia de todas y cada una de las directrices y conclusiones tiene que ver con los elementos científicos que las sustentan. Por tanto, todas las directrices parten de un examen crítico de las publicaciones disponibles (lo que incluye también el análisis de la solidez de la concepción de los estudios), materiales de referencia normalizados, libros de texto y la opinión de los expertos.

En función de la fuente y la consistencia de las pruebas científicas, las diferentes directrices se clasifican como de cumplimiento obligatorio (***), recomendado (**) u opcional (*). La aplicación de una directriz puede suponer tanto la realiza-ción de una acción como una abstención de hacerlo.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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02. Directrices sobre primeros auxilios

02.

Directrices sobre primeros auxilios

Principios generalesPrevención

Si bien estas directrices se centran en la enseñanza y la prestación de primeros auxilios, desde una perspectiva de salud pública siempre es mejor prevenir una lesión o enfermedad que tratar a las víctimas. Por tanto, para proceder de forma adecuada, todos los programas de enseñanza de primeros auxilios deberían comenzar con información sobre cómo prevenir la enfermedad o lesión que se aborda. 

Seguridad personal

En la prestación de primeros auxilios, siempre hay que tener en cuenta la seguridad de quien los presta. Por eso, cuando se utilicen estas directrices para elaborar programas educativos sobre primeros auxilios, será imprescindible incluir información sobre seguridad personal. No se incluye una referencia a la seguridad personal en cada tema debido a que la información sobre este aspecto es general y se aplica a todas las situaciones, así como en aras de la brevedad y para centrarse mejor en la información específica pertinente a cada directriz.

Los dos aspectos más importantes de la seguridad personal son garantizar la seguridad general de los socorristas y prevenir la transmisión de enfermedades durante la atención. Las personas que prestan primeros auxilios deben recordar que, aunque deseen atender a las víctimas, no deben exponerse a peligros, pues de lo contrario podrían a su vez convertirse en víctimas. Estas personas solo deben aventurarse en zonas consideradas peligrosas (como las afectadas por el agua, el fuego, etc.) si están especialmente adiestradas para llevar a cabo rescates en esos contextos. Además, si inicialmente las condiciones del lugar son seguras, pero existe la posibilidad de que cambien, o si solo se puede pene-trar en el lugar con seguridad durante un breve período, los socorristas deben trasladar a la víctima (como se les haya enseñado a hacerlo) a una zona en que estén a salvo antes de dispensarle cuidados. El segundo aspecto relativo a la seguridad personal es la prevención de la transmisión de enfermedades mediante la observancia de las precauciones universales. Aunque estas medidas pueden variar de una sociedad a otra, en función del entorno y de los recursos disponibles, es necesario que estén normalizadas y sustentadas en las mejores pruebas disponibles. El aspecto más importante para controlar la infección es una buena higiene de las manos, que consiste en lavarlas con frecuencia, como mínimo antes y después de proporcionar los cuidados. Se puede utilizar agua y jabón, pero si no se dispone de ellos, los productos antisépticos a base de alcohol pueden ser útiles.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Relación con otros servicios de salud

Si bien los primeros auxilios son más accesibles y ofrecen la forma más inme-diata de atención a la víctima de una enfermedad o lesión, se trata apenas de una parte de una secuencia continua de atención. La enseñanza de primeros auxilios debe prever los casos en que la atención de primeros auxilios es sufi-ciente, o aquellos en que la prestación de primeros auxilios acaba en el momento en que la víctima pasa a manos de un profesional de la atención primaria (o el equivalente en el entorno de cada Sociedad Nacional) y/o la víctima es transpor-tada de forma inmediata al lugar en que recibirá una atención médica definitiva (o su equivalente en el entorno de cada Sociedad Nacional).

Actualización de conocimientos y formación continua

La última sección de estas directrices trata de la educación y de los elementos de la pedagogía vigentes en el momento de redaccíón de estas directrices. Si bien la formación inicial es un primer paso importante para atender a las víctimas y salvar vidas, se debe insistir en la necesidad de mantener las aptitudes al día, sobre la base de la información más reciente y mediante actividades periódicas de formación continua. La forma que adopte esta actualización y capacitación variarán según el tipo de educación de primeros auxilios que se imparta, el entorno, las aptitudes aprendidas y los recursos de cada Sociedad Nacional. El nivel y tipo de formación continua necesarios variará en función de la profundidad y la amplitud de la enseñanza de primeros auxilios. Además, tal como se explica en las secciones que tratan de las repercusiones de las direc-trices, ciertas aptitudes deben usarse o promoverse solo si se ha recibido una capacitación específica al respecto. Estas aptitudes requieren no solo de una capacitación inicial, sino también de una atención específica en cuanto a la formación continua y la actualización de conocimientos.

Grupos de población especiales

Junto con todos los esfuerzos destinados a enseñar los primeros auxilios, prevenir las lesiones y enfermedades y fomentar la salud pública, se debe tener en cuenta las necesidades de grupos de población especiales y vulnerables, en particular de quienes tienen problemas de acceso y necesidades funcionales. Las necesidades y problemas de estos grupos deben considerarse desde una doble perspectiva, como destinatarios de la enseñanza y de la capacitación de primeros auxilios y como beneficiarios de medidas de primeros auxilios. Como las Sociedades Nacionales utilizarán estas directrices para elaborar programas de enseñanza de primeros auxilios, es importante ayudarlas a diseñar programas específicos dirigidos a los grupos de población a los que generalmente no llega esa capacita-ción. Algunos ejemplos son los grupos con limitaciones por motivos lingüísticos, socioeconómicos o educativos, así como aquellos con discapacidades físicas u otros impedimentos. Además, los cursos deben contemplar información sobre necesidades especiales y personas vulnerables. Si los recursos lo permiten, también se pueden concebir cursos específicamente dirigidos a esos grupos.

Ética

Si bien en este examen científico no se ha abordado el tema de la ética, cuando se conciben programas de capacitación siempre es importante tener en cuenta las cuestiones éticas relacionadas con los primeros auxilios. En los casos en que las necesidades superan los recursos disponibles, como por ejemplo en desastres, actos de terrorismo, emergencias de salud pública y emergencias humanitarias, los socorristas pueden enfrentarse a disyuntivas éticas como por ejemplo, con respecto a la selección y la asignación de recursos limitados.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Autoprotección de los ciudadanos en emergencias cotidianas y desastresIntroducción

Los incendios, inundaciones, tormentas, terremotos, aludes, olas de calor, acci-dentes industriales, etc. tienen consecuencias desastrosas para la población. Estos desastres naturales y riesgos tecnológicos a menudo afectan a un gran número de víctimas (al causar lesiones o muertes) y por lo tanto tienden a concentrar la atención de la comunidad. Sin embargo, existen muchas situa-ciones peligrosas que afectan de forma cotidiana a los individuos, las familias y las comunidades. Estas incluyen desvanecimientos, quemaduras, caídas, intoxi-caciones, ahogamientos, accidentes de tránsito, etc., que ocurren en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, los comercios, las carreteras, etc. Sus consecuencias sobre las víctimas y las personas cercanas (familiares, amigos, vecinos, colegas de trabajo, etc.) a menudo son tanto físicas como psicológicas; esto también se aplica a los testigos de las emergencias, autoridades locales y miembros de organizaciones que ofrecen atención y cuidados.

Resumen de los fundamentos científicos

La mayoría de datos sobre la mejor manera de evaluar y supervisar la prepa-ración ciudadana ante las emergencias cotidianas o el riesgo de desastres provienen de informes u opiniones de expertos. Los estudios con grupos de población bien definidos que investigaron la evaluación durante los cursos de reanimación se basaron en métodos diversos, por lo que no es posible extraer conclusiones.

Directrices

No hay datos suficientes que permitan recomendar oficialmente una capacita-ción o una información determinada para preparar a los ciudadanos, pero se puede destacar algunos aspectos fundamentales para la educación del público en general. En primer lugar, es necesario reconocer que los propios ciuda-danos son el centro de los sistemas de prevención y reacción en situaciones de emergencia. Por lo tanto, esos ciudadanos deben participar activamente en estos sistemas, junto con las autoridades y organizaciones de rescate, atención y asistencia. Pueden inicialmente contribuir a su propia protección mediante la expresión y la identificación de los riesgos a los que están expuestos y las aptitudes con las que cuentan para controlar esos riesgos y comportarse en situaciones de emergencia.

Consideraciones relativas a la aplicación

Para evaluar la eficacia del nivel de autoprotección de los ciudadanos se necesitan estudios bien concebidos que determinen el grado de capacitación mediante ejercicios de simulación u otros métodos pedagógicos, en concreto los que se emplean especialmente para adiestrar al ciudadano de la calle. También se necesitan estudios bien concebidos para determinar si esa capa-citación contribuye eficazmente a atenuar los efectos del desastre dentro de la comunidad. Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja podrían utilizar estos estudios para evaluar la eficacia de la educación en la preparación para afrontar casos de desastre y emergencias cotidianas en todo el mundo.

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Principios generales en la atención de la víctimaCiertos elementos de primeros auxilios son comunes en la atención de cual-quier víctima. Aunque pueden existir pruebas que justifiquen el uso de esos elementos, estas directrices no abordan específicamente dichas pruebas. Cuando se usen estas directrices en la elaboración de programas de educación, será importante incluir los siguientes elementos comunes (que se analizan a continuación con más detalle) en la atención a todas las víctimas:• evaluación:

• inspección del lugar;•protección personal;• vías respiratorias, respiración, circulación;•diferentes niveles, según los diferentes programas de primeros auxilios,

desde preguntas sencillas hasta una muestra del historial y signos vitales;

•posición del paciente;• solicitud de ayuda, servicio médico de urgencia o ayuda adicional:

•primera llamada - para pedir ayuda;• llamada rápida - a un servicio de urgencias, tras realizar una evaluación.

Evaluación

Se debe proceder con todas las víctimas a una evaluación cuidadosa que permita determinar correctamente todas las necesidades de primeros auxilios. Para que la evaluación sea eficaz, es importante seguir un esquema establecido que sea fácil de recordar y que se ajuste a las prioridades de identificación y tratamiento.

En todos los cuidados de emergencia, incluidos los primeros auxilios, los socorristas deben realizar primero una inspección del lugar para evaluar los mecanismos de la lesión y determinar si es seguro mantener a las víctimas en su ubicación actual o es preferible trasladarlas para prestar efectivamente la atención. Al mismo tiempo, los socorristas deben ser conscientes de su segu-ridad personal y tomar las precauciones universales, que pueden variar en función de cada Sociedad Nacional y su entorno. Es posible que también intro-duzcan otros cambios cuando se ocupen de familiares o amigos. La precaución universal más importante es la atención a la higiene de las manos. Las manos deben lavarse con agua y jabón, antes y después de tratar a la víctima, y si no se dispone de ellos, puede ser útil emplear productos antisépticos a base de alcohol.

A continuación (ya al lado de la víctima), los socorristas deben adoptar un enfoque establecido sobre la base de dos principios: ocuparse en primer lugar del problema más urgente y ofrecer atención cuando se hayan identificado los problemas. El orden a seguir es lo que en inglés se denomina nemotécni-camente “ABCDE” (por “assessment, airway, breathing, circulation, disability and expose”), es decir, evaluación de la situación, liberación de una vía de ingreso de aire, respiración, circulación, discapacidad (estado mental y sistema nervioso periférico) y luego exposición de la víctima a una evaluación más detallada y a un tratamiento. En muchos casos, cuando se detecta un problema en el examen ABCDE, la aplicación de un tratamiento puede impedir la realización de nuevas evaluaciones. Pero si los recursos lo permiten, se debe realizar un reconocimiento a fondo de la víctima sobre la base de un historial y un examen físico completo y exhaustivo.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Posición de la víctima

En ciertas circunstancias, las víctimas deben permanecer en la posición en la que se encontraban, mientras que en otras situaciones puede ser preciso cambiarlas de posición. Esto último se aplica cuando es necesario trasladar a la víctima, o el socorrista tiene que llamar para obtener ayuda adicional, proveerse del equipo o evaluar mejor y/o tratar a la víctima. Véase también posición del paciente.

Llamada para pedir ayuda, servicio médico de urgencia o ayuda adicional

Como se mencionó anteriormente, aunque los primeros auxilios son de vital importancia, se trata solo de parte de una secuencia continua de atención. En la enseñanza de primeros auxilios se deben incluir los siguientes dos puntos importantes:•determinar cómo obtener ayuda adicional en el contexto en que se prestará la

atención. En algunas zonas puede bastar con llamar a uno o varios números locales predeterminados, mientras que en otras la forma de obtener ayuda adicional puede estar menos estructurada;

•decidir qué hacer primero, si llamar para obtener ayuda adicional u ocuparse de la atención a la víctima. Esto puede variar en función de la Sociedad Nacional, el contexto, el nivel de formación en primeros auxilios y la afección específica que se deba tratar.

Administración de medicamentosPor lo general, una persona no especializada, e incluso un socorrista preparado, no están autorizados a prescribir o administrar medicamentos. Sin embargo, la administración de medicamentos puede ser pertinente y se puede llevar a cabo en situaciones concretas de primeros auxilios, en función del tipo de práctica, del público destinatario y del alcance y la profundidad del programa de formación, y dependiendo también de si la información necesaria para la administración de medicamentos se puede impartir y asimilar durante el curso.

En algunos lugares, no obstante, es posible que se permita a personas no espe-cialistas administrar ciertos medicamentos para determinadas afecciones, como por ejemplo una jeringa autoinyectable de epinefrina. Hay que tener en cuenta que los medicamentos que requieren prescripción médica o que pueden ser administrados por un socorrista varían de un país a otro. Por ejemplo, en algunos países, cualquier socorrista puede administrar una aspirina, entre otros medicamentos, mientras que en otros países eso está prohibido. Por lo tanto, es fundamental comprobar las normas del país para estar seguros de actuar según la ley antes de emprender cualquiera de estas actividades.

A continuación figuran ejemplos de casos en los que un socorrista puede administrar medicamentos, dependiendo del país, de las consideraciones regla-mentarias, del protocolo médico local, del contexto y de las responsabilidades, así como de la capacidad de la Sociedad Nacional:• la situación está bien definida (por ejemplo, síndrome de descompresión rápida

en un buceador, dolor torácico agudo, etc.), la necesidad de medicamentos es urgente y el tiempo cuenta, y el socorrista dispone de los conocimientos necesarios para:

• reconocer la índole de la situación;• comprender las contraindicaciones y los peligros que supone la admi-

nistración de determinados medicamentos;•administrar los medicamentos exactamente como esté prescrito;

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

• la víctima sufre el deterioro de una enfermedad crónica conocida (por ejemplo, una alergia) y un médico ha ordenado la administración de un medicamento determinado para esa situación, y además el medicamento está disponible y la víctima desea administrárselo (o se supone que lo desea) pero necesita ayuda para hacerlo;

Uso de oxígenoIntroducción

Generalmente se acepta y se practica la administración de oxígeno a una persona con una enfermedad aguda o lesiones, aunque su utilidad no está universalmente demostrada. La administración de oxígeno está indicada prin-cipalmente en pacientes que padecen insuficiencia respiratoria o en situaciones especiales, como el síndrome de descompresión en buceadores.

Resumen de los fundamentos científicos

No se han realizado estudios aleatorios controlados para evaluar la eficacia de la terapia con oxígeno en víctimas con insuficiencia respiratoria o dolor torá-cico. La administración de oxígeno por los socorristas se apoya en un estudio sobre víctimas del síndrome de descompresión rápida y en tres estudios (dos de ellos realizados en animales) sobre víctimas de infarto agudo de miocardio. En un examen crítico no se encontraron estudios a favor o en contra del uso de oxígeno en víctimas de infarto agudo de miocardio, y dos estudios que no encontraron pruebas a favor de su uso sugieren incluso la posibilidad de efectos perjudiciales. Otro examen a fondo no arrojó pruebas de beneficio o perjuicio cuando se administró oxígeno a víctimas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica con insuficiencia respiratoria.

Referencias: 2-10

Directrices

• Los socorristas pueden administrar oxígeno a las víctimas que experimentan insuficiencia respiratoria o dolor torácico (opcional*).

•El oxígeno puede ser beneficioso en los primeros auxilios a buceadores que sufren síndrome de descompresión rápida (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

La aplicación de estas directrices depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protec-ción en materia de responsabilidad civil, la capacidad jurídica de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional. Asimismo, se debe tener en cuenta el mantenimiento del equipo, el almacenamiento y el cuidado de los cilindros de gas comprimido, así como los ensayos e inspecciones que establezca la norma-tiva local.

Posición del pacienteIntroducción

Una de las acciones más sencillas, y a menudo más convenientes, que puede llevar a cabo un socorrista es colocar a una persona que tenga una enfermedad o lesión grave en una determinada posición.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Resumen de los fundamentos científicos

No hay estudios que demuestren que colocar a una víctima inconsciente que respira en una posición de recuperación (es decir, la posición de decúbito lateral o la posición HAINES) disminuya las complicaciones en comparación con la colocación de la víctima en decúbito supino o acostada. La mayoría de los estudios se han realizado en voluntarios conscientes y solo comparaban los diferentes tipos de colocación lateral. Un estudio serio e imparcial reco-mienda la posición HAINES para las víctimas inconscientes con un probable traumatismo de la médula espinal. Sin embargo, otros dos estudios muestran que en la posición de HAINES hay más posibilidades de daño en los nervios del brazo. Cuatro estudios apoyan la posición de recuperación en decúbito lateral por considerar que es más cómoda para la víctima y es más fácil de enseñar. Por último, dos estudios que compararon la posición supina con la colocación de la víctima en una posición lateral consideran que no hay diferencia entre ambas posiciones en lo que respecta a dos factores a menudo citados como justificativos de la colocación, a saber, la variabilidad de la frecuencia cardíaca y el riesgo de aspiración.

Referencias: 11-20

Directrices

•Cuando una persona está inconsciente y con respiración espontánea se la puede colocar en un posición de recuperación lateral, más que en la posición supina o acostada (opcional*).

•Si se sospecha que una persona tiene una lesión cervical y se la debe poner de costado, la posición HAINES parece más segura que la de decúbito lateral; por lo tanto, se puede colocar a la víctima en la posición HAINES (opcional*).

•Si la víctima está embarazada y se la debe colocar en decúbito lateral o en la posición HAINES, es preferible recostarla sobre el lado izquierdo (opcional*).

•En casos de insuficiencia respiratoria (uso de oxígeno), dolor torácico y choque traumático o desmayos, véase las secciones correspondientes.

Consideraciones relativas a la aplicación

La posición específica que se debe usar, y la capacitación al respecto, dependen de los protocolos locales y lo que es más importante para las víctimas de trau-matismos, de la prescripción médica. Por otra parte, se debe valorar la situación específica de las víctimas embarazadas, para las cuales es preferible la posición decúbito lateral.

Como regla general, no se debe mover a la víctima. Sin embargo, en determi-nadas situaciones resulta imprescindible hacerlo. A continuación se enumeran algunas reglas generales:• si la zona es insegura para el socorrista o la víctima, se debe trasladar a la

víctima a un lugar en que esté a salvo;• si la víctima está boca abajo e inconsciente, se la debe girar boca arriba para

verificar la respiración (véase reanimación);• si la víctima está inconsciente pero tiene una vía respiratoria libre y respira

de forma espontánea, y se sospecha que podría tener una lesión medular, conviene no moverla;

• si la víctima herida está inconsciente y tiene dificultades para respirar debido a hemorragias, secreciones abundantes o vómitos, o si el socorrista está solo y tiene que abandonar a la víctima para ir a pedir ayuda, se la debe colocar en una posición de recuperación lateral.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Emergencias médicas

Reacciones alérgicas

Introducción

Las alergias son algo relativamente común, pero en una pequeña proporción de personas se pueden producir situaciones de emergencia, cuando sufren reacciones anafilácticas. La reacción anafiláctica se caracteriza por inflamación (especialmente en la cara), dificultad para respirar y choque traumático, y puede incluso producir la muerte.

Resumen de los fundamentos científicos

Muchas personas con antecedentes de anafilaxia llevan consigo una jeringa autoinyectable de epinefrina para protegerse ante una emergencia. Los estu-dios han demostrado que, con el adiestramiento adecuado, los padres pueden aprender a utilizar correctamente una jeringa autoinyectable de epinefrina para administrársela a su hijo. Por desgracia, con demasiada frecuencia ni la víctima ni los miembros de su familia saben cómo usar correctamente una jeringa autoinyectable.

Para saber cuándo utilizar una jeringa autoinyectable es preciso reconocer y evaluar los indicios y síntomas de la anafilaxia. Las pruebas resultantes de siete estudios demuestran que esto es difícil incluso para los profesionales de los servicios médicos. No obstante, un estudio demuestra que los padres de niños que han tenido múltiples reacciones anafilácticas pueden empezar a reconocer con precisión los indicios y síntomas (que imponen la utilización de una jeringa autoinyectable), aunque necesitan capacitación y experiencia. Las pruebas resultantes de un pequeño estudio retrospectivo de gráficos, una encuesta a pacientes y la opinión de los expertos sugieren que algunos pacientes que sufren reacciones anafilácticas pueden necesitar una segunda dosis de epinefrina si la primera no logra aliviar los síntomas. En respaldo de esta posi-ción, un estudio retrospectivo demostró que las reacciones anafilácticas son bifásicas en un 20% de los casos, con una media de 10 horas desde el inicio de los síntomas. Otros cuatro estudios han documentado reacciones adversas, e incluso la muerte, debido a un mal diagnóstico de la reacción anafiláctica, o bien a una administración de epinefrina por una vía inapropiada o en una dosis excesiva.

Referencias: 21-35

Directrices

•No se puede esperar que los socorristas reconozcan los indicios y síntomas de la anafilaxia sin capacitación y experiencia (recomendado**).

•Se debe facilitar a los socorristas capacitación y posibilidades de adquirir experiencia para que sepan reconocer los indicios y síntomas de la anafilaxia (recomendado**).

•Debe utilizarse la epinefrina para tratar la anafilaxis cuando existe un riesgo para la vida de la víctima (obligatorio***).

• Los socorristas deben familiarizarse con el uso de la jeringa autoinyectable para poder ayudar a autoadministrarse la epinefrina a una persona que sufra una reacción anafiláctica (recomendado**).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

• La epinefrina debe administrarse solo cuando hay síntomas de anafilaxia (recomendado**).

•Se puede permitir a los socorristas que usen una jeringa autoinyectable si la víctima es incapaz de hacerlo, siempre que el medicamento haya sido pres-crito por un médico y la ley nacional lo permita.

•Si el socorrista cuenta con la capacitación adecuada, se puede considerar el uso de una jeringa autoinyectable de epinefrina en un paciente al cual no se le ha prescrito (opcional*).

•No se recomienda, como medida de primeros auxilios para tratar una reacción alérgica anafiláctica, administrar una segunda dosis de epinefrina de forma empírica (opcional*).

•En caso de dificultades para respirar y de choque traumático, véase los capí-tulos correspondientes.

Consideraciones relativas a la aplicación

El uso de epinefrina para el tratamiento de la anafilaxia depende de la regla-mentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad jurídica de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.

Problemas respiratoriosLas dificultades para respirar pueden ser solo un padecimiento subjetivo o ir acompañadas de una frecuencia respiratoria muy alta (>29/minuto en adultos) o muy baja (<10/minuto en adultos), y/o de esfuerzos visibles para respirar y/o de respiración ruidosa. Las causas más comunes son obstrucción de las vías respiratorias superiores (véase reanimación), lesión torácica, insuficiencia cardíaca y asma (bronquial).

Asma

Introducción

La incidencia del asma agudo es cada vez mayor, especialmente en las pobla-ciones urbanas y en los países industrializados. A muchas personas con asma se les receta medicamentos broncodilatadores que pueden administrarse ellas mismas. Se ha demostrado que los medicamentos broncodilatadores por inha-lación son seguros y tienen pocos efectos adversos.

Resumen de los fundamentos científicos

Los broncodilatadores mejoran la función respiratoria y el flujo máximo de aire, y reducen los problemas respiratorios. Hay muchos estudios sobre el uso de broncodilatadores, pero un estudio aleatorizado y doble ciego ha demostrado que los broncodilatadores mejoran significativamente la función de paso de aire, y otro estudio en niños ha indicado que la administración temprana en situaciones de emergencia reduce la severidad de los ataques y la consiguiente necesidad de hospitalización. Además, los estudios han demostrado que las personas que han recibido una formación básica pueden reconocer los síntomas y administrar eficazmente albuterol a pacientes con asma agudo. La mejora de la tasa máxima del flujo respiratorio destaca la eficacia del tratamiento con albuterol en el asma bronquial en condiciones prehospitalarias.

Referencias: 36-40

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directrices

•Aunque no es de esperar que un socorrista pueda sistemáticamente realizar un diagnóstico de asma, si una persona experimenta dificultades para respirar y se dan las condiciones siguientes debe ayudarla con un broncodilatador (obligatorio***):

• la víctima afirma que está teniendo un ataque de asma y tiene medica-mentos (por ejemplo, un broncodilatador prescrito) o un inhalador;

• la víctima identifica el medicamento pero es incapaz de administrárselo sin ayuda.

•Se puede capacitar a los socorristas para que administren un broncodilatador a una persona que experimente dificultades para respirar (opcional*).

•Se puede mejorar la comodidad de las personas con dificultades para respirar aflojando la ropa que les presione el cuerpo (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

El uso de un broncodilatador o de un inhalador para el asma depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.

Para la administración de broncodilatadores o el uso de inhaladores, los socorristas deben estar formados y tener competencias específicas en el recono-cimiento de la broncoconstricción y el uso del nebulizador, y disponer del equipo necesario. Una de las referencias citadas (supra) describe la capacitación que necesitan los socorristas para administrar tratamiento con un broncodilatador.

Hiperventilación

Introducción

La hiperventilación puede presentarse como una dificultad respiratoria grave, a menudo causada por un accidente, una vivencia traumática o estrés psicológico.

Resumen de los fundamentos científicos

Para la hiperventilación se utiliza tradicionalmente una bolsa de reinhalación, y su uso se ha visto refrendado por informes de casos, series de casos y opiniones de expertos, así como por unos cuantos ensayos controlados en voluntarios sanos o en personas con hiperventilación autoinducida. No obstante, su utilidad no ha sido reconocida por los ensayos aleatorios controlados. De hecho, se demostró que el uso de una bolsa de reinhalación para hiperventilación es un método poco fiable, por producir niveles elevados de dióxido de carbono. Además, algunas series de casos pusieron de manifiesto que la utilización de una bolsa de reinhalación podía provocar un deterioro repentino y la muerte, si por error se aplicaba en personas con hipoxemia o isquemia miocárdica.

Referencias: 41-46

Directrices

•Si no está claro si la persona sufre hiperventilación u otro problema respi-ratorio urgente, los socorristas deben tratarla como si fuera lo segundo (recomendado**).

•Si se confirma que la persona sufre hiperventilación, se puede utilizar una bolsa de reinhalación (opcional*).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

Se debe partir de la base de que todas las emergencias por problemas respi-ratorios requieren atención médica. Solo se debe considerar que se trata de hiperventilación después de descartar otros diagnósticos.

Obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extrañoIntroducción

La obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño es una de las emergencias vitales más comunes observadas, y puede ser tratada por cual-quier persona no profesional.

Resumen de los fundamentos científicos

No está claro qué método se debe utilizar en primer lugar para suprimir la obstrucción respiratoria. Se carece de estudios bien controlados sobre la cuestión, por lo que la mayoría de datos provienen de informes de casos y series de casos.

En víctimas conscientes, los informes de casos han demostrado que se pueden obtener buenos resultados en el alivio de la obstrucción de las vías respiratorias con diversas técnicas, entre ellas golpes o palmadas en la espalda, compre-siones abdominales y compresiones torácicas. Con frecuencia se necesita más de una técnica para aliviar la obstrucción. No obstante, se ha informado de complicaciones potencialmente mortales asociadas con el uso de compresiones abdominales. Rosen et al. citan informes de casos con lesiones por compresión abdominal, pero no aportan pruebas que indiquen si estas lesiones fueron causadas por la aplicación incorrecta de la maniobra de Heimlich. Wolf, citando el trabajo de Haynes y Yong, y Agia y Hurst señalan que la aplicación correcta de la maniobra de Heimlich puede dar lugar a lesiones intraabdominales. Se observó con preocupación que la incidencia de complicaciones puede ser mayor en personas ahogadas inconscientes que en personas conscientes que se han atragantado. La maniobra de Heimlich y las compresiones abdominales han demostrado su eficacia en la eliminación de obstrucciones documentadas de las vías respiratorias por cuerpos sólidos. No obstante, la repetición de la maniobra hasta que el agua o el líquido deje de fluir por la boca de la víctima puede aumentar la posibilidad de efectos paradójicos a nivel visceral o vascular. En las publicaciones médicas se citan complicaciones graves derivadas de la utilización de esta técnica. Desai et al. informaron de un caso de disección trau-mática y ruptura de la aorta abdominal después de una maniobra de Heimlich practicada con demasiada energía. Además de esta complicación, estos autores citan informes de otras complicaciones derivadas del uso de la maniobra de Heimlich. Entre ellas, se mencionan el desprendimiento de retina, fractura de costillas y rotura de órganos abdominales. Otras lesiones citadas son rotura del diafragma, yeyuno, hígado, esófago y estómago. Se informó también de lesiones en las estructuras vasculares, como desplazamientos de endoprótesis aórtica, rotura de la válvula aórtica, regurgitación aórtica aguda, laceración de un vaso mesentérico y trombosis aguda de la aorta, tanto en aortas aneurismá-ticas como no aneurismáticas. Además, otros estudios han demostrado que a menudo se necesita más de una técnica, y que cuando falla una hay que probar con otra que pueda funcionar.

En víctimas inconscientes, los informes de casos han demostrado que se pueden obtener resultados exitosos en el alivio de la obstrucción de las vías respiratorias

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

por cuerpos extraños con dos enfoques: compresiones en el tórax y compresiones en el abdomen. En un ensayo aleatorio en cadáveres, a los que se consideró con características similares a una víctima inconsciente, y en dos estudios prospec-tivos en voluntarios anestesiados, la presión en la vía de aire obtenida mediante la compresión torácica fue mayor que con la compresión abdominal. Esta mayor presión del flujo de aire presumiblemente despejaría mejor la vía obstruida por el cuerpo extraño. En dos estudios, las compresiones torácicas normales demos-traron su eficacia para eliminar obstrucciones por objetos sólidos. Skulberg, en un estudio de caso único, citó una situación en que se retiró a una persona un cuerpo extraño de la tráquea con una sola compresión torácica, después de que no se lograra extraerlo con 3 o 4 maniobras de Heimlich en el epigastrio. Este autor enunció la teoría de que, como una compresión torácica normal creaba una mayor presión torácica, podía funcionar como alternativa a la maniobra de Heimlich. Lanhelle et al. llevaron a cabo un estudio sobre la presión del flujo de aire generada por compresiones torácicas y compresiones abdominales en 12 personas recién fallecidas, simulando la obstrucción completa de la vía respira-toria. En este estudio, las compresiones torácicas crearon una presión media en el flujo de aire mayor a la conseguida con las compresiones subdiafragmáticas. La presión en el paso de aire obtenida por las compresiones torácicas fue de 40,8 <> 16,4 cm H2O, mientras las compresiones abdominales produjeron presiones de 26,4 <> 19,8 cm H2O. Estos valores tenían un intervalo de confianza del 95% con una diferencia media de 5,3 a 23,4 cm H2O. Del caso clínico aportado por Skulberg y del estudio de Lanhelle se puede deducir que las compresiones torácicas en un paciente hipóxico generan una mayor fuerza que las compre-siones subdiafragmáticas para eliminar las obstrucciones con cuerpos sólidos. Lanhelle planteó además que si fuera posible eliminar una obstrucción sólida mediante compresiones torácicas se reduciría el tiempo sin circulación en un paciente con paro cardíaco. Estos pacientes recibirán el mismo tratamiento, con independencia de que exista o no una obstrucción del paso del aire causada por un cuerpo extraño.

Algunas series de casos han informado de que la introducción del dedo es eficaz para eliminar el cuerpo que provoca la obstrucción en adultos inconscientes y niños menores de un año, pero en cuatro informes de casos se documentaron daños en la boca de la víctima o mordeduras en el dedo del socorrista.

Referencias: 47-61

Directrices

• Para eliminar una obstrucción de las vías respiratorias causada por un cuerpo extraño en lactantes conscientes e inconscientes de un año o menos se debe combinar palmadas en la espalda con compresión torácica (recomendado**).

• Las compresiones torácicas, las palmadas en la espalda y las compresiones abdominales son igualmente eficaces para el alivio de la obstrucción del flujo de aire en adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).

•Aunque se ha informado de lesiones derivadas de la compresión abdominal, no hay elementos suficientes para determinar si es preferible usar primero las compresiones torácicas, las palmadas en la espalda o las compresiones abdo-minales en adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).

•Estas técnicas deben aplicarse en una secuencia rápida hasta que se despeje la obstrucción, y puede ser necesaria la combinación de varias técnicas en adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).

•Cuando se trata de víctimas inconscientes, adultos o niños mayores de un año, se debe aplicar compresiones torácicas para eliminar el cuerpo extraño (obligatorio***).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

•Cuando se trata de víctimas inconscientes de menos de un año, se debe aplicar una combinación de palmadas en la espalda seguida de compresión torácica, o únicamente compresiones torácicas, para aliviar la obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño (recomendado**).

•El barrido con el dedo se puede utilizar en adultos inconscientes y niños menores de un año con una vía respiratoria obstruida si el material sólido es visible en el conducto (opcional*).

•No hay pruebas suficientes para aplicar un tratamiento diferencial en víctimas obesas o embarazadas afectadas por una obstrucción de las vías respiratorias (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

En todos los materiales de capacitación se deben contemplar los siguientes indicios de obstrucción en las vías respiratorias por un cuerpo extraño. Entre los indicios de asfixia se incluyen los siguientes:• toser con fuerza o débilmente;•agarrarse la garganta con una o ambas manos;• ser incapaz de toser, hablar, llorar o respirar;•proferir sonidos agudos o silbidos al inhalar o respirar de forma ruidosa;•mostrar pánico;• tener la piel de color azulado;• sufrir pérdida de conocimiento si no se elimina la obstrucción.

En este sentido, aunque el socorrista observe indicios de asfixia no debe inter-ferir a menos que la vía respiratoria esté completamente obstruida, ya que el mecanismo del cuerpo para eliminar la obstrucción puede ser más eficaz que cualquier técnica.

La persona que tiene las vías respiratorias completamente bloqueadas no puede toser, hablar o respirar. A veces, la víctima puede toser débilmente o proferir sonidos agudos, lo que indica que no está recibiendo suficiente aire para mante-nerse con vida. En ese caso, los socorristas deben actuar inmediatamente. Si hay algún testigo en el lugar, el socorrista debe pedirle que llame al servicio médico de urgencia mientras empieza a atender a la víctima.

La obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño puede provocar muerte accidental, aunque es una causa poco común y tratable. A menudo es posible intervenir rápidamente mientras la víctima sigue consciente. La causa más común de asfixia en adultos es la obstrucción de las vías respiratorias causada por los alimentos. En los bebés y niños, los casos de asfixia se producen cuando ingieren comida o artículos no alimentarios como monedas o juguetes.

En todos los casos, la clave del éxito de la intervención es reconocer que hay una obstrucción de las vías respiratorias. Es importante no confundir esta emergencia con un desmayo, ataque al corazón, crisis, reacción alérgica anafiláctica u otras afecciones que pueden causar angustia respiratoria repen-tina, cianosis o pérdida del conocimiento. Los cuerpos extraños pueden causar obstrucciones leves o graves de las vías respiratorias. Es importante preguntar a la víctima consciente si se “está asfixiando”.

Para adultos y niños mayores de un año

Si la víctima muestra indicios de una obstrucción leve de las vías respiratoriasEl socorrista debe animar a la persona a que siga tosiendo, pero nada más. El tratamiento agresivo, con golpes en la espalda, compresiones abdominales y compresión torácica puede causar complicaciones que podrían ser más graves

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

e incluso empeorar la obstrucción de la vía respiratoria. Las víctimas de una obstrucción leve deben permanecer bajo observación hasta que mejoren, ya que pueden desarrollar una obstrucción severa.Si la víctima muestra indicios de una obstrucción completa de las vías respiratorias y está conscienteEl socorrista puede aplicar hasta cinco golpes en la espalda haciendo lo siguiente:1. colocarse a un lado y ligeramente detrás de la víctima;2. sostener el pecho de la víctima con una mano e inclinar a la víctima hacia

delante, de modo que cuando se desatasque, el objeto salga por la boca en lugar de penetrar más adentro;

3. propinar hasta cinco golpes secos entre los omóplatos con la palma de la otra mano;

4. tras cada golpe en la espalda, comprobar si se ha eliminado la obstrucción; el objetivo es aliviar la obstrucción con un golpe o palmada, por lo que no es forzosamente necesario llegar a hacerlos cinco veces.

Si tras cinco golpes en la espalda el cuerpo que obstruye la vía respiratoria no ha salido, el socorrista debe practicar hasta cinco compresiones abdominales de la siguiente forma1. Colocarse detrás de la víctima y rodearla con los brazos a la altura de la

parte superior del abdomen.2. Inclinar a la víctima hacia adelante.3. Apretar un puño y colocarlo entre el ombligo y el esternón de la víctima.4. Tomar la mano cerrada con la otra y tirar con fuerza hacia adentro y hacia

arriba.5. Repetir hasta cinco veces.6. Si la obstrucción no desaparece, seguir alternando cinco golpes en la espalda

con cinco compresiones abdominales.

Si la víctima pierde el conocimiento1. Sostener a la víctima, mientras se la coloca con cuidado sobre el suelo.2. Llamar inmediatamente al servicio médico de urgencias.3. Iniciar la reanimación cardiopulmonar en la parte de la secuencia corres-

pondiente a la compresión.

Introducción del dedoHay que evitar introducir el dedo a ciegas. Solo se debe intentar retirar manual-mente el material sólido en la vía respiratoria si es visible.

Para los bebés (de menos de un año)

Si la víctima muestra signos de una leve obstrucción de las vías respiratoriasObservar al bebé sin tomar ninguna otra medida. Una reacción agresiva que suponga dar golpes en la espalda y comprimir el pecho podría provocar compli-caciones graves y empeorar la obstrucción de las vías respiratorias. Las víctimas que sufran una leve obstrucción de las vías respiratorias deberán permanecer en continua observación hasta que mejoren, ya que su estado podría degenerar en una grave obstrucción de las vías respiratorias.

Si la víctima muestra signos de obstrucción total de las vías respiratorias y está conscienteDar hasta cinco golpes en la espalda siguiendo estas instrucciones:1. coloque al bebé boca abajo a lo largo de sus brazos, con la cabeza más baja

que el cuerpo. Sujete al bebé con la cabeza hacia abajo, en posición decúbito

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02. Directrices sobre primeros auxilios

prono, de forma que la gravedad pueda contribuir a expulsar el cuerpo extraño;

2 si está sentado o arrodillado, podría sostener al bebé sin peligro sobre sus rodillas;

3. sostenga la cabeza del bebé colocando el pulgar de una mano en el ángulo de la mandíbula inferior y uno o dos dedos de la misma mano en el mismo punto del otro lado de la mandíbula. No comprima los tejidos blandos que se encuentran bajo la barbilla;

4. dé hasta cinco golpes secos entre los dos omoplatos con la palma de la mano que le queda libre;

5. cada vez que dé un golpe, compruebe si la obstrucción de las vías respirato-rias se ha aliviado. El objetivo es aliviar la obstrucción con el menor número de golpes posibles, sin tener que dar los cinco necesariamente.

Si cinco golpes en la espalda no bastan para aliviar la obstrucción, realice hasta cinco presiones en el pecho siguiendo estas instrucciones1. Gire al bebé con la cabeza hacia abajo, en posición supina. Se puede realizar

esta maniobra de forma segura colocando el brazo a lo largo de la espalda del bebé y rodeando la parte baja de su cabeza con la mano. Sostenga al bebé a lo largo de su brazo, que podrá apoyar sobre su muslo.

2. Localice su punto de referencia, dos dedos por debajo de la línea de los pezones.

3. Realice presiones en el pecho (comprima aproximadamente 1/3 de la profun-didad del pecho). Estas presiones son parecidas a las compresiones de pecho pero más secas y se realizan a menor velocidad.

4. Repita hasta cinco veces.5. Si la obstrucción persiste, alterne cinco golpes en la espalda con cinco

presiones en el pecho.

Si encuentra a la víctima inconsciente o ésta pierde el conocimiento1. Sostenga a la víctima mientras la tumba con cuidado sobre una superficie

firme. 2. Si los servicios médicos de urgencia no han llegado o no han sido prevenidos,

alértelos de inmediato. 3. Despeje la vía respiratoria.4. Realice entre dos y cinco respiraciones artificiales de rescate. Durante los

primeros intentos de respiración artificial de rescate, si una respiración no hace que el pecho se eleve, vuelva a posicionar la cabeza antes de volver a intentarlo.

5. Comience la reanimación cardiopulmonar (RCP) en el momento de la secuencia en que hay que realizar las compresiones.

Introducción del dedoPor lo general no se introduce el dedo en la boca del bebé. Las sustancias sólidas se pueden extraer de las vías respiratorias únicamente si están visibles.

Tratamiento posterior y derivación para un examen médicoTras haber tratado satisfactoriamente una obstrucción, puede quedar material extraño en el tracto respiratorio superior o inferior y causar complicaciones posteriores. Si las personas tienen una tos persistente, dificultad para tragar o sensación de que un objeto sigue atascado en la garganta, se las debe derivar a un médico para que las examine. Otra razón para el examen médico es la posibilidad de que haya graves lesiones internas como resultado de las compre-siones abdominales o lesiones en las vías respiratorias causadas por el objeto alojado y retirado.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

IntoxicaciónIntroducción

Tanto en el hogar como en el lugar de trabajo se encuentran presentes un gran número de sustancias tóxicas. Es importante conocer la naturaleza tóxica de las sustancias químicas que hay en el entorno, así como el equipo de protec-ción adecuado y los procedimientos de emergencia en caso de exposición a sustancias tóxicas. La intoxicación tiene lugar con frecuencia por inhalación o ingestión de sustancias tóxicas. La mayoría de países cuenta con un servicio de información toxicológica (o institución equivalente), que actúa como un valioso referente para asesorar sobre el tratamiento en caso de ingestión de una sustancia potencialmente tóxica o de exposición a la misma. Es importante informar al servicio de toxicología de la naturaleza y el tiempo de exposición, así como del nombre del producto o sustancia tóxica; se debe seguir todas las instrucciones que indique ese centro.

Resumen de los fundamentos científicos

Contacto externoAplicación de agua: la aplicación de agua en la piel y los ojos después de la expo-sición a agentes cáusticos puede reducir la gravedad de los daños en los tejidos y constituye un pilar del tratamiento de primeros auxilios. Múltiples estudios que analizan la exposición de los ojos y la piel a bases y ácidos demuestran que los resultados de los primeros auxilios son mejores cuando se aplica agua inmediatamente. En una serie de pruebas no aleatorias se comprobó que si se aplica agua en la piel de forma inmediata y abundante (primeros auxilios) en lugar de esperar (proveedor de atención médica), la incidencia de las quema-duras de tercer grado es menor y la duración de la hospitalización se reduce en un 50%. Algunas pruebas realizadas en animales también avalan la aplicación de agua como método para reducir la exposición de la piel y los ojos al ácido. En un estudio en ratas con quemaduras de ácido en la piel, la irrigación con agua dentro del primer minuto posterior a la quemadura evitó un descenso del pH del tejido, mientras que la aplicación tardía dio lugar una disminución cada vez más significativa del pH del tejido.

Contacto internoDilución con agua o leche: no hay estudios en seres humanos sobre el efecto del tratamiento oral con terapia de dilución en caso de contacto con sustancias cáusticas. Cinco buenos estudios en animales mostraron un beneficio histoló-gico en los tejidos animales representativos del esófago cuando se administró un diluyente después de la exposición a ácidos o bases. Un estudio químico in vitro fiable no pudo demostrar que añadir grandes cantidades de diluyente a una base fuerte o un ácido fuerte diera buenos resultados.

Referencias: 62-67

Jarabe de ipecacuana: los estudios con resultados clínicamente pertinentes no denotaron ventajas en la administración de jarabe de ipecacuana a una víctima presumiblemente intoxicada. Otros estudios mostraron que al administrarse jarabe de ipecacuana se producían efectos como vómitos persistentes y retraso en la administración de carbón activado. Un estudio no clínico, pero epidemio-lógico, mostró que la administración de jarabe de ipecacuana no produce una disminución del uso de los recursos de la atención sanitaria.

Referencias: 68-73

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Carbón activado: no hay pruebas que indiquen que el carbón activado es eficaz como medida de primeros auxilios, aunque dos pequeños estudios sugieren que su administración no presenta riesgos. Hay pocos datos publicados sobre la experiencia con carbón activado administrado por socorristas a las víctimas de supuesta intoxicación. También es destacable un estudio que demostró que la mayoría de los niños no toman la dosis recomendada de carbón activado.

Referencias: 74-76

Directrices

•A la hora de prestar primeros auxilios a una víctima de intoxicación, la primera prioridad es garantizar la seguridad del reanimador o socorrista, que debe evitar cualquier contacto directo con los gases, líquidos o cualquier otro material que presumiblemente contenga sustancias tóxicas (recomendado**).

•No se recomienda que el socorrista administre un diluyente a las personas que han ingerido una sustancia cáustica (opcional*). Sin embargo, en zonas remotas donde la atención médica puede tardar en llegar, o cuando lo acon-seje un centro de información toxicológica, un servicio médico de urgencias o su equivalente local, puede ser apropiado administrar un diluyente (agua o leche) (opcional*).

•El carbón activado se debe utilizar como medida de primeros auxilios solo bajo la dirección de un centro de información toxicológica u organismo equi-valente (recomendado**).

• Las personas no capacitadas no deben utilizar el jarabe de ipecacuana como tratamiento de primeros auxilios en casos de intoxicación aguda (obligatorio***).

• Para tratar la exposición de la piel o los ojos a un ácido o una base, los soco-rristas deben aplicar inmediatamente sobre la piel o los ojos una cantidad abundante de agua del grifo (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Lo más conveniente ante una exposición a sustancias tóxicas es llamar a un centro de información toxicológica o un servicio médico de urgencia, si se dispone de estos recursos, y seguir sus instrucciones.

En general, el primer paso es frenar o limitar los efectos de la sustancia tóxica, deteniendo la exposición a la misma.•En el caso de una inhalación de gas tóxico, se debe retirar a la víctima de la

zona, aunque solo se procederá así si la seguridad del socorrista está garan-tizada.

•En caso de contacto externo o interno con un material tóxico, se debe proceder de la siguiente forma:

• si se trata de sustancias químicas secas o en polvo, se los debe eliminar antes de lavar a la víctima;

• se debe lavar todo el cuerpo;• se debe diluir la sustancia tóxica (cáustica);• se deben retirar o expulsar las sustancias tóxicas del estómago o intes-

tino (intervención generalmente a cargo de profesionales de la salud).

Es preciso usar equipo de protección personal (es decir, guantes, gafas) durante la eliminación de las sustancias tóxicas.

Se debe evitar la reanimación boca a boca cuando pueda haber sustancias tóxicas como cianuro, sulfuro de hidrógeno, sustancias corrosivas o fosfatos orgánicos.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Monóxido de carbono

Introducción

Las fuentes más comunes de monóxido de carbono (CO) son los motores de gas, estufas, calderas y calefactores, especialmente en espacios mal ventilados. Los síntomas típicos de intoxicación por CO son dolor de cabeza, náuseas, vómitos, debilidad muscular (especialmente en las extremidades inferiores), pérdida del conocimiento y convulsiones.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, a pesar de su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

• Los socorristas pueden acometer los casos de intoxicación con esta sustancia si están adiestrados y pueden hacerlo de forma segura (opcional*).

•Se deben abrir todas las puertas y ventanas (recomendado**).•Hay que trasladar a la víctima fuera de la zona donde esté el gas, pero solo si

puede hacerse sin riesgo para los socorristas (opcional*).• Los socorristas, si están adiestrados para hacerlo, deben suministrar oxígeno

a las víctimas de intoxicación por CO (recomendado**).•Si la víctima está inconsciente, hay que mantener una vía de aire abierta y

realizar la respiración boca a boca si es necesario (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

Las Sociedades Nacionales deberán determinar si en la enseñanza para prac-ticar la asistencia respiratoria se debe incluir el uso de un dispositivo de barrera y/o de una máscara de ventilación para reanimación (con bolsa y válvula). Esta decisión debe basarse en el nivel de conocimientos del socorrista al que se imparte capacitación, los recursos, la dirección médica, las normas de control de infecciones, los puntos de vista de los servicios locales de emergencia, las consideraciones sobre salud pública y las circunstancias de cada país (es decir, consideraciones éticas, costumbres y prácticas locales, etc.).

Dolor torácicoIntroducción

El dolor torácico puede ser síntoma de una amplia variedad de afecciones (del corazón, pulmones, pecho, etc.). Para el socorrista, la más importante es el ataque al corazón, por lo general causado por la arteriosclerosis. El tabaquismo, la presión arterial alta, la diabetes y el sobrepeso son factores de riesgo impor-tantes. Entre las complicaciones destacadas figuran el paro cardíaco, el choque traumático y la dificultad para respirar.

Resumen de los fundamentos científicos

Las pruebas obtenidas a partir de dos grandes ensayos aleatorios muestran claramente que la administración de aspirina en las primeras 24 horas luego del inicio del dolor torácico en pacientes con síndromes coronarios agudos reduce la mortalidad. Los elementos derivados de un registro retrospectivo muestran un nexo entre la administración temprana prehospitalaria de la aspirina y la reduc-ción de la mortalidad en pacientes con infarto agudo de miocardio. Un estudio

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02. Directrices sobre primeros auxilios

retrospectivo demuestra la inocuidad de la administración de aspirina antes del traslado al hospital; este estudio sugiere que la aspirina administrada antes del ingreso al hospital podría facilitar la reperfusión rápida e indica la conveniencia de la administración inmediata de aspirina en el infarto agudo de miocardio.

No hay estudios que analicen la eficacia y la inocuidad de la administración de aspirina por los socorristas o cualquier persona a pacientes con dolor torácico. Según las opiniones de los expertos, esta práctica parece ser segura y eficaz.

Referencias: 77-80

Directrices

•Cuando se asista a víctimas de dolor torácico se les debe administrar la aspi-rina prescrita (obligatorio***).

•Si se considera que el dolor torácico es de origen cardíaco y la víctima no ha tomado una aspirina, el socorrista se la deberá suministrar en forma de comprimido para adultos (325 mg) sin recubrimiento entérico, o de aspirina “infantil” en dos dosis bajas (81 mg), a menos que exista una contraindicación, como un cuadro alérgico o sangrado (recomendado**).

•Si el paciente tiene prescrito nitrato, el socorrista debe ayudar a su adminis-tración (recomendado**).

•Si está capacitado, el socorrista puede administrar nitrato a la víctima de dolor torácico (opcional*).

•El socorrista puede colocar a una víctima de dolor torácico en una posición cómoda (normalmente en una posición sentada semireclinada, según los protocolos locales) y pedir a la víctima que se abstenga de cualquier actividad física (opcional*).

•El socorrista puede administrar oxígeno a una víctima de dolor torácico si está capacitado para hacerlo y dispone de oxígeno, pero esta operación no debe retrasar otras medidas (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

La administración de aspirina para el dolor torácico depende de la reglamen-tación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.

La siguiente información puede ser útil para evaluar y reconocer el dolor torá-cico.

Entre las señales de advertencia de un ataque al corazón pueden darse las siguientes.•Molestias en el pecho La mayoría de los ataques al corazón presentan molestias en el centro del

pecho que duran más de unos pocos minutos o que desaparecen y vuelven a aparecer. Se pueden sentir en forma de presión incómoda, opresión, sensación de pecho cargado o dolor.

•Molestias en otras zonas de la parte superior del cuerpo Los síntomas pueden incluir dolor o molestias en uno o ambos brazos, espalda,

cuello, mandíbula o estómago.•Dificultad para respirar Con o sin molestias en el pecho.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

•Otros posibles indicios Entre ellos palidez, inicio de sudor frío, náuseas o mareo.

Algunos ataques al corazón son repentinos e intensos, pero muchos comienzan lentamente, con un ligero dolor o malestar. A menudo, las personas afectadas no están seguras de qué sucede y esperan demasiado antes de buscar ayuda. Un socorrista, incluso si no está seguro de que se trata de un ataque al corazón, no debe esperar más de 5 minutos antes de llamar al número local de emergencias para solicitar tratamiento y un transporte rápido al servicio de urgencias. El personal de los servicios médicos de urgencias está capacitado para reanimar a una persona que ha tenido un paro cardíaco.

Accidente cerebrovascularIntroducción

El accidente cerebrovascular es un trastorno agudo de la circulación de sangre en el cerebro (generalmente un bloqueo de la circulación, y con menos frecuencia una hemorragia). El ingreso rápido de la víctima en un centro de tratamiento de accidentes cerebrovasculares mejora en gran medida el pronóstico, de ahí la necesidad de que los socorristas y el público en general sean capaces de reconocer los primeros síntomas de un accidente de este tipo. El objetivo es que la víctima reciba un tratamiento definitivo a tiempo y se beneficie de las terapias más recientes. En la mayoría de casos se trata de un tratamiento anticoagulante dentro de las tres horas posteriores a la aparición de los síntomas del accidente cerebrovascular, o bien, cuando se trate de una hemorragia cerebral, de una intervención quirúrgica lo antes posible.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

• Los socorristas deberían ser capaces de reconocer los primeros indicios de un accidente cerebrovascular y llamar a los servicios médicos de urgencia lo antes posible (recomendado**).

•El socorrista puede colocar a la persona que experimenta síntomas de un acci-dente cerebrovascular en una posición cómoda (normalmente en una posición sentada semireclinada según los protocolos locales), pedirle que se abstenga de cualquier actividad física y comprobar periódicamente si sigue consciente y respira (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

La posibilidad o probabilidad de un accidente cerebrovascular se puede reco-nocer fácilmente atendiendo a los siguientes síntomas:• entumecimiento o flacidez repentina de la cara, un brazo o una pierna, espe-

cialmente en un lado del cuerpo;• confusión repentina, dificultad para hablar o entender;•dificultad repentina para ver, en uno o ambos ojos;• dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación;•dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Cuando los síntomas son similares a los del accidente cerebrovascular pero más leves y temporales indican un ataque isquémico transitorio, que es un aviso de accidente o un accidente cerebrovascular pequeño que no causa ninguna lesión cerebral permanente. Las principales diferencias entre el ataque isquémico transitorio y el accidente cerebrovascular son la corta duración de los síntomas y la ausencia de un daño cerebral permanente. No obstante, es importante reconocer la posibilidad de un ataque isquémico transitorio, ya que permite un tratamiento inmediato para reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular grave.

La probabilidad de que se trate de un accidente cerebrovascular es alta si la víctima presenta alguno de los síntomas siguientes cuando se le pide que realice una acción determinada:• cuando muestra los dientes, se le descuelga un lado de la boca;• cuando levanta ambos brazos con las palmas hacia arriba mientras mantiene

los ojos cerrados, uno de los brazos se tuerce o cae;• cuando al repetir una oración simple, habla de forma confusa o arrastra las

palabras, o bien tiene dificultad para encontrar las palabras.

En términos de primeros auxilios, lo primero que se debe hacer es:• reconocer los indicios que advierten del accidente cerebrovascular;• consignar el momento de su aparición;• llamar inmediatamente para solicitar ayuda experta (una ambulancia, a ser

posible con una unidad de mantenimiento de las funciones vitales).

Véase también pérdida de consciencia y ataques, que pueden ser complicaciones asociadas a un accidente cerebrovascular.

Malestar gastrointestinal y deshidrataciónIntroducción

La deshidratación puede ser consecuencia de una amplia variedad de enferme-dades (vómitos y diarrea, insolación o agotamiento, fiebre, etc.). Los síntomas más comunes del malestar gastrointestinal son dolor abdominal, náuseas y/o vómitos, y/o diarrea y a veces fiebre. Puede dar lugar a deshidratación, especial-mente en situaciones de vómitos o diarrea prolongados o severos, o en niños o adultos de edad avanzada.

Resumen de los fundamentos científicos

Muchos artículos publicados sobre la deshidratación causada por el ejercicio o inducida por el medio ambiente carecen en general de rigor científico sufi-ciente. Sin embargo, existen estudios bien documentados sobre la formación y el tratamiento de la deshidratación causada por el malestar gastrointestinal. La mayoría de los estudios se realizaron con un número reducido de partici-pantes, normalmente de seis a ocho hombres adultos. Un ejercicio modelo en un ambiente con temperatura elevada da lugar generalmente a deshidratación, con un nivel fijado en <2%. Este nivel de deshidratación suele ser menor que el que alcanza una persona con síntomas.

Dos estudios han demostrado que las estrategias de reanimación con líquidos por vía oral son tan eficaces como por vía intravenosa en las personas con deshidratación. En un modelo de deshidratación causada por un ejercicio suave e inducida por el calor, diez estudios han demostrado que, tras una deshidra-tación experimental de ese tipo, las soluciones con carbohidratos o electrolitos son más eficaces que el agua en la restauración del volumen intravascular.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Un estudio mostró que una solución con carbohidratos al 12,5%, que contenía glucosa y fructosa, permitió una recuperación de líquidos más rápida que las soluciones que contenían solo glucosa. Un estudio demostró que las soluciones hipertónicas de glucosa pueden ser más eficaces para mantener el nivel de hidratación tras la pérdida de líquidos por sudoración. En un estudio, el conte-nido de sodio resultó más importante que el contenido osmótico total para aumentar el volumen de plasma en reposo. En otro estudio, la leche fue más eficaz que el agua para reponer los líquidos en una persona deshidratada. El volumen de líquido administrado debe exceder el volumen de la pérdida de sudor u otras pérdidas estimadas en un 150%. Según una reciente monografía de la Organización Mundial de la Salud sobre la terapia de rehidratación oral, “la deshidratación causada por la diarrea puede prevenirse mediante la admi-nistración de un suplemento de líquidos en casa, o se puede tratar de forma simple, eficaz y económica en personas de cualquier edad, menos en los casos más graves, en que es preciso dar a los pacientes por vía oral una solución de electrolitos de glucosa adecuada denominada sales de rehidratación oral”.

Las publicaciones también han mostrado diferencias en la composición entre los preparados comerciales de soluciones electrolíticas para la práctica del deporte y las soluciones de rehidratación oral.

Acerca de los compuestos líquidos:• la administración de soluciones de electrolitos rehidrata con un menor incre-

mento en la producción de orina que el agua, lo que indica que se retiene un mayor volumen a nivel intravascular;

• las soluciones hipertónicas de glucosa y de electrolitos son más eficaces que el agua en el restablecimiento y mantenimiento del volumen de agua intra-vascular;

•una concentración de carbohidratos superior al 6% puede tener un papel limi-tado en el aumento de la retención de líquidos; sin embargo, el aumento de la concentración de electrolitos todavía puede ser beneficioso;

• los compuestos líquidos orales son tan eficaces como los intravenosos cuando se complementan con electrolitos o carbohidratos;

• la proporción de los líquidos administrados por vía oral que se retiene en el espacio intravascular está directamente relacionada con su nivel de concen-tración de sodio;

• el volumen de líquidos ingeridos por vía oral normalmente debe superar el volumen del sudor y otras pérdidas de fluidos. Si la concentración de sodio del líquido no es lo suficientemente elevada, los líquidos no permanecen a nivel intravascular.

Referencias: 81-93

Directrices

•En caso de deshidratación, los socorristas deben rehidratar con una solución de rehidratación oral (recomendado**).

•Es posible usar tanto un preparado comercial de una solución de rehidra-tación oral, como un paquete de sales de rehidratación oral ya preparadas con antelación y que cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para las soluciones de rehidratación oral (recomendado**). En ausencia de soluciones prepreparadas, se puede usar una solución casera (opcional*).

•En caso de enfermedades diarreicas, los socorristas pueden colocar a la víctima en posición horizontal. Si la víctima sufre dolor abdominal de consi-deración, le puede ser de ayuda flexionar las caderas y las rodillas (opcional*).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

Es útil conocer los síntomas de la deshidratación y del malestar gastrointestinal.

Los síntomas de deshidratación incluyen:•piel pálida y seca;•boca y lengua secas;•debilidad.

Los síntomas de malestar gastrointestinal incluyen:•náuseas o vómitos;•diarrea;•dolor abdominal;• en última instancia, indicios de deshidratación y/o fiebre.

Si los síntomas aparecen de repente, son serios o se acompañan de deshi-dratación (o esta última aparece sola), puede ser necesario un tratamiento de emergencia. Incluso los casos leves de malestar gastrointestinal pueden requerir un examen médico, aunque no necesariamente urgente. El socorrista debe preparar una solución con sales de rehidratación oral de la siguiente forma:• lavarse las manos con agua y jabón antes de preparar la solución o pedir a

quien la prepare que lo haga;• seguir las indicaciones que figuran en el paquete de sales de rehidratación

oral;•poner un litro de agua potable en un recipiente limpio;• vaciar el paquete de sales de rehidratación oral en el agua mientras remueve.

Si no se dispone de uno de estos paquetes ya preparados, se puede elaborar una solución casera con los siguientes ingredientes (aunque existen muchas formulaciones alternativas):• 1/2 cucharadita de sal;• 6 cucharaditas de azúcar;• 1 litro de agua. Véase también choque traumático.

Complicaciones agudas de la diabetesIntroducción

La diabetes se complica frecuentemente con sucesos graves como infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares (véase los capítulos correspondientes), pero las alteraciones significativas o extremas del nivel de azúcar en sangre (híper o hipoglucemia) también son importantes. 

Resumen de los fundamentos científicos

Las publicaciones, que se centran principalmente en pacientes adultos con diabetes, indican una norma de práctica del tratamiento de la hipoglucemia, bien establecida y generalmente aceptada, que consiste en administrar tabletas de glucosa o de un alimento o bebida que contenga carbohidratos, o inyectar glucosa por vía intravenosa para tratar la hipoglucemia severa cuando la admi-nistración oral no es posible. El hecho de que siempre se haya administrado glucosa para el tratamiento de la hipoglucemia probablemente ha contribuido a la falta de investigación clínica sobre esta materia. En 2008, una declaración

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

consensuada de la American Diabetes Association (ADA) recomendaba la admi-nistración preferente de glucosa en individuos conscientes con hipoglucemia y afirmaba que se podía utilizar cualquier forma de carbohidratos que contuviera glucosa. No obstante, esta recomendación, así como las instrucciones para recetar glucagón a todos los individuos con riesgo elevado de padecer hipoglu-cemia severa, se basa en “el consenso de expertos o la experiencia clínica” en lugar de en estudios bien estructurados. La ADA también señaló que, aunque se prefiere la glucosa pura, cualquier carbohidrato que contenga glucosa elevará el nivel de glucosa en sangre, y hasta recomendó que se utilizara el glucagón de los botiquines de emergencias en casos de hipoglucemia grave que no pudieran ser tratados por vía oral debido a confusión o pérdida del conocimiento.

Una vez más, no se aportaron pruebas idóneas ni referencias que justificaran estas recomendaciones. Un examen anterior (2003) publicado por la ADA había recomendado también la glucosa intravenosa como tratamiento preferido para la hipoglucemia severa, aunque dentro del núcleo de la familia el glucagón era útil. La ADA también declaró que el propio paciente puede tratar efectivamente la mayoría de los episodios de hipoglucemia sintomática mediante la ingestión de tabletas de glucosa o carbohidratos. Se sugirió una dosis inicial de glucosa de 20 g en base a un pequeño estudio con 17 pacientes (con diabetes mellitus dependiente de la insulina y sin diabetes) en el que la glucosa oral (a dosis de 10 y 20 g) se comparó con el glucagón (administrado por vía subcutánea) y un placebo. La dosis de 10 g de glucosa oral provocó un aumento más rápido (30 minutos) de la glucosa, pero con un punto máximo más bajo, que la dosis de 20 g. Ambas dosis mantuvieron la glucosa sérica alrededor de una hora. En los pacientes tratados con glucagón, la concentración de glucosa tardó más en alcanzar su punto máximo, pero también se prolongó el tiempo de descenso de los niveles de glucosa, dando lugar a hiperglucemia. Este estudio no pretendía identificar la dosis ideal de glucosa y no indicó si la diferencia en el resultado entre la dosis de 10 g y la de 20 g era significativa. La alanina y la terbutalina también se han estudiado como tratamientos potenciales para la hipoglucemia, pero no se han comparado directamente con la glucosa oral o el glucagón.

En un estudio con 41 pacientes con diabetes mellitus tipo 1, se indujo la hipo-glucemia con insulina intravenosa hasta alcanzar el nivel deseado de azúcar en sangre. Los pacientes informaron de síntomas de hipoglucemia y pidieron tratamiento, que se les facilitó, y puso de manifiesto que la administración de 15 g de glucosa era eficaz.

Se comparó el tratamiento con siete carbohidratos diferentes. Los siete carbo-hidratos (tabletas de glucosa, sacarosa [terrones de azúcar], comprimidos de glucosa disueltos en 150 ml de agua, sacarosa disuelta en 150 ml de agua, gel de dextrosa, almidón de maíz y zumo de naranja) eran equivalentes a 15 g de glucosa. El gel de dextrosa y el zumo de naranja fueron los menos efectivos en lograr un rápido aumento de glucosa en los primeros 10 minutos, un resultado que fue estadísticamente significativo. La sacarosa alcanzó un nivel de glucosa estadísticamente superior a la sacarosa disuelta en agua a los 15 y 20 minutos. No hubo diferencia entre los comprimidos de glucosa y los comprimidos de glucosa disueltos en agua. Una dosis de 20 g corrigió la hipoglucemia sin que se produjera hiperglucemia de rebote, por lo que los autores indican que 20 g es la dosis efectiva.

Otro estudio comparó una ingesta de 20 g de carbohidratos de leche, zumo de naranja o D-glucosa, así como de 40 g de zumo de naranja, para corregir la hipo-glucemia inducida con insulina en un entorno hospitalario. Los comprimidos de D-glucosa produjeron una respuesta más rápida y superior a la hipoglucemia

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02. Directrices sobre primeros auxilios

que la leche o los 20 g de zumo de naranja, pero 40 g de zumo de naranja produjeron una respuesta similar en lo que respecta al punto máximo, con un retraso en el logro del punto máximo de glucosa. (Cabe observar que el conte-nido de glucosa de 40 g de zumo de naranja es igual al de 20 g de D-glucosa). Independientemente de la respuesta similar en términos de punto máximo, el tratamiento con zumo de naranja es menos deseable que el tratamiento con D-glucosa debido al retraso en alcanzar el punto máximo. Este estudio también analizó casos aislados de hipoglucemia espontánea y trató pacientes con D-glucosa; se apreció en todos los pacientes un aumento de la concentración de glucosa de al menos 20 mg/dl en 20 minutos.

Referencias: 94-98

Directrices

•Se debe recomendar a la persona con diabetes que experimenta una emer-gencia diabética que compruebe su nivel de glucosa en sangre (obligatorio***).

•Si han recibido la formación necesaria, los socorristas pueden comprobar el nivel de glucosa en sangre de la víctima de una emergencia diabética (opcional*).

•Se debe alentar a la persona víctima de una emergencia diabética debida a una hipoglucemia, o de una emergencia que pueda ser debida a una hipo o a una hiperglucemia, a que por sí misma ingiera alimentos o bebidas que contengan azúcar (obligatorio***).

•En una emergencia diabética, se deben suministrar a la víctima 20 gramos de glucosa, de preferencia utilizando un comprimido de glucosa oral (20 g); si no se dispone de dicho comprimido, hay otros métodos menos eficaces (por orden de menor a mayor efectividad) como el gel de glucosa, el zumo de naranja (aproximadamente 400 ml) o azúcar de mesa granulado (20 g) (obligatorio***).

• Los socorristas deben administrar glucosa (en forma de alimento o bebida que contenga azúcar) a una persona con diabetes que experimenta una hipo-glucemia, aun cuando no sepan si la emergencia se debe a una hipo o una hiperglucemia (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

La hiperglucemia se desarrolla gradualmente y puede ser asintomática durante un período más largo (incluso días), pero la hipoglucemia es generalmente un fenómeno súbito y potencialmente mortal con un cuadro sintomatológico característico (que a menudo aparece en este orden):•hambre, dolor de cabeza;•agitación, temblor;• comportamiento psicótico (a menudo similar a la embriaguez);•pérdida del conocimiento;•ataques (al final).

Es sumamente importante reconocer la posibilidad de una hipoglucemia, ya que en ese caso la víctima necesita un tratamiento rápido. Si la persona está consciente y puede comer y beber, es posible que pueda tratarse a sí misma (ingiriendo alimentos o bebidas que contengan azúcar), quizá con la ayuda de un socorrista. Si la víctima se altera mucho o pierde el conocimiento, y le resulta peligroso comer o beber debido a la posibilidad de aspiración, es imperioso llamar al número local de emergencias para que reciba tratamiento de inmediato. Véase también pérdida del conocimiento y alteración del estado mental y ataques.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Choque traumáticoIntroducción

El choque traumático es un proceso espontáneo de deterioro que afecta princi-palmente a la circulación periférica y con frecuencia está causado por la pérdida repentina de fluidos corporales (sangre), lesiones graves, infarto cardíaco, embolia pulmonar, etc. Si bien el tratamiento primordial generalmente se dirige a la causa del choque traumático, es importante atender a la circulación. Los que prestan servicios avanzados de mantenimiento de las funciones vitales tienen a su disposición muchos medios para ayudar a la circulación, mientras que si los servicios son básicos, se cuenta con menos opciones. El tratamiento que se ha enseñado desde siempre es levantar las piernas de la víctima en estado de choque traumático. Cuando se atiende un caso de choque traumático también se considera importante mantener la temperatura corporal.

Resumen de los fundamentos científicos

Las pruebas de cinco estudios demuestran que levantar las piernas de forma pasiva (posición horizontal estirada con las piernas apoyadas en posición elevada) y/o la posición modificada de Trendelenburg (piernas arriba - cabeza abajo) no aumentan significativamente la presión arterial media y/o el producto cardíaco. Sin embargo, las pruebas de dos estudios no controlados y dos estu-dios realizados en animales han demostrado que levantar las piernas con ayuda puede aumentar el producto cardíaco y/o el volumen de la respuesta. Además, un estudio no controlado y limitado indicó posibles daños a raíz de la posición Trendelenburg. De todos estos estudios, ninguno mostró mejoras en los resultados del paciente. En resumen, las pruebas sobre levantamiento de las piernas son poco consistentes, y los resultados de los diversos estudios son contradictorios, ya que algunos muestran beneficios, otros no muestran ningún efecto y ninguno muestra un resultado mejorado, aparte de uno que posiblemente muestra daños en una posición.

Los fundamentos científicos relacionados con el mantenimiento de la tempe-ratura en el choque traumático no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Referencias: 99-108

Directrices

•Si las víctimas que presentan indicios y síntomas de un choque traumático lo toleran, se deben colocar en posición supina (recomendado**).

•Se debe mantener la temperatura corporal en las víctimas de un choque traumático, evitando la pérdida de calor (recomendado**).

•Cuando las víctimas de un choque traumático no muestren signos evidentes de lesión medular, es posible alzarles las piernas entre 15 y 30 centímetros (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

El choque traumático es una situación de emergencia compleja que requiere tratamiento médico inmediato. Las principales tareas del socorrista en este caso son pedir asistencia médica y:• colocar a la víctima en una posición adecuada y mantener la temperatura

corporal;

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02. Directrices sobre primeros auxilios

• eliminar la causa, si es posible (por ejemplo, detener la hemorragia);• evitar el enfriamiento, si procede (por ejemplo, si la víctima está en la calle).

Pérdida del conocimiento y alteración del estado mentalIntroducción

Se entiende por pérdida del conocimiento que la víctima no responda a estí-mulos verbales ni físicos.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

•Si la víctima está inconsciente, los socorristas deben mantener despejada una vía de aire, determinar si la persona respira, cambiarla de posición si procede y llamar al servicio médico de urgencia (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

La pérdida del conocimiento puede producirse repentinamente (como conse-cuencia de un paro cardíaco, accidente cerebrovascular, lesión en la cabeza, electrocución, etc.) o gradualmente (como consecuencia de una intoxicación, hiperglucemia, también accidente cerebrovascular, etc.). Junto con una pérdida gradual del conocimiento, la víctima puede mostrar un estado mental alterado, aunque este también puede durar mucho tiempo sin que haya pérdida del cono-cimiento en ningún momento. La pérdida súbita del conocimiento puede causar una caída y lesiones. Si el estado de inconsciencia se prolonga, puede suceder que las vías respiratorias se obstruyan; en esta situación, se debe despejar una vía de aire y mantenerla abierta colocando a la víctima en posición de recuperación (véase posición del paciente). La alteración del estado mental por lo general sugiere una enfermedad mental, pero es más frecuente que la víctima tenga otra enfermedad más grave, por ejemplo, hipoglucemia, accidente cerebrovascular, lesión en la cabeza, intoxica-ción, etc. (véase los capítulos correspondientes).

Más allá de las intervenciones bastante limitadas que se mencionan supra, es imprescindible llamar inmediatamente al servicio médico de urgencia.

Convulsiones y crisis convulsivasIntroducción

Cuando las funciones normales del cerebro se ven afectadas por una lesión, enfermedad, fiebre, intoxicación o infección, la actividad eléctrica del cerebro se vuelve irregular. Esta irregularidad puede causar una pérdida de control del cuerpo que se conoce como crisis convulsiva. Estas crisis pueden tener en su origen una afección llamada epilepsia, que generalmente se puede controlar con

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

medicamentos. Algunos niños y lactantes tienen crisis causadas por una subida repentina de la fiebre. 

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos. 

Directrices

• Los socorristas pueden colocar a la víctima de una crisis convulsiva en el suelo y evitar así que se lesione (opcional*).

•Una vez finalizada la crisis convulsiva, los socorristas deben evaluar las vías respiratorias y la respiración, y actuar en consecuencia (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Cuando evalúe a la víctima, el socorrista debe buscar los siguientes indicios:• sensación o sentimiento inusual, como una alucinación visual (el paciente

experimenta un aura);• respiración irregular o ausencia de respiración;•babeo;•ojos en blanco;• rigidez corporal;• contracciones musculares rítmicas e incontrolables (por ejemplo, convul-

siones);•disminución del nivel de reacción;•pérdida del control de la vejiga o de los intestinos. Cuando atienda a la víctima, el socorrista debe:• tranquilizar a la víctima diciéndole que va a recibir ayuda;• retirar los objetos cercanos que puedan causar lesiones;•proteger la cabeza de la víctima colocando debajo una toalla fina o ropa

doblada, con cuidado de que al hacerlo no se restrinja el paso de aire;•no abrazar o contener al paciente;•no colocar ningún objeto entre los dientes de la víctima ni ponerle nada en la

boca; la víctima no se tragará la lengua;• si la crisis se desencadenó a causa de un aumento repentino de la temperatura

corporal, aflojar la presión de la ropa sobre el cuerpo y abanicar a la víctima para darle aire, no sumergirla en agua fría ni frotarla con alcohol para que se enfríe;

•una vez que finalice la crisis, asegurarse de que la vía de aire sigue abierta, y evaluar la respiración y las lesiones;

•ocuparse de la víctima y permanecer con ella hasta que recobre totalmente el conocimiento.

El socorrista debe llamar inmediatamente al servicio médico de urgencia (número nacional o local de emergencias) si: •una crisis convulsiva dura más de 5 minutos o se repite;• se trata de un niño, y la crisis convulsiva va seguida de un rápido aumento de

la temperatura;• la víctima no recupera el conocimiento;• la víctima sufre diabetes o está lesionada;• la víctima nunca ha sufrido una crisis convulsiva antes;• se detecta cualquier afección que amenace la vida de la víctima.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

En general se debe llamar al médico si:•un niño experimenta fiebre con convulsiones;• la víctima tiene un trastorno convulsivo conocido, pero la crisis es de una

naturaleza diferente o se está dando con mayor frecuencia de la habitual.

Lesiones

QuemadurasIntroducción

La técnica de enfriamiento inmediato de las quemaduras térmicas (químicas, eléctricas, etc.) con agua fría del grifo, que ha sido un remedio común durante muchos años, está respaldada también por un gran número de estudios clínicos basados en la observación y por experimentos controlados en animales. 

Resumen de los fundamentos científicos

El enfriamiento puede aliviar el dolor y reducir el edema, las tasas de infección, la profundidad de la lesión y la necesidad de injertos. También puede contri-buir a una curación más rápida. Un estudio pequeño y controlado realizado con voluntarios humanos, varios estudios grandes retrospectivos con humanos y múltiples estudios con animales documentan una consistente mejora en la cicatrización de heridas y la reducción del dolor cuando las quemaduras se tratan con agua fría (entre 10° y 25°C [50° y 77° F]). Varios estudios indican que se debe comenzar a enfriar la quemadura lo antes posible y continuar al menos hasta que se alivie el dolor. No hay un consenso claro y basado en pruebas sobre el tratamiento de las ampo-llas resultantes de las quemaduras. Muchas de las recomendaciones se basan en estudios de poco nivel y en la práctica común. Aunque muchas guías de primeros auxilios recomiendan dejar intactas las ampollas de las quemaduras, algunos investigadores sugieren que el líquido de la ampolla puede retrasar la curación, sobre todo cuando las ampollas son grandes (>2,5 cm) y de paredes finas. En un estudio control de casos en que se investigó la tasa de cicatrización de las heridas por ampollas de quemaduras, se determinó que las ampollas en las que se drenó el líquido cicatrizaron mejor que las que se dejaron intactas. En contraste, la mayoría de datos de experiencias en animales documentan que, cuando las ampollas de las quemaduras se dejaron intactas, la tasa de curación fue más rápida, los índices de infección descendieron significativamente y hubo menor formación de tejido cicatricial que en los casos en que se reventaron.

Cuando una corriente eléctrica atraviesa el cuerpo, pueden aparecer las quema-duras térmicas en los puntos de entrada y de salida, así como a lo largo de su recorrido interno. El paro cardiorrespiratorio es la causa principal de la muerte inmediata por electrocución. La exposición a la corriente, aunque sea de bajo voltaje, también puede dar lugar a arritmias cardíacas, entre ellas la fibrilación ventricular, asistolia ventricular y taquicardia ventricular que evoluciona hacia fibrilación ventricular. El paro respiratorio puede ser resultado de los efectos sobre los centros del cerebro que controlan la respiración o bien de contrac-ciones seguidas de la parálisis de los músculos respiratorios.

La irrigación de la piel y los ojos después de la exposición a agentes cáusticos puede reducir la gravedad de la lesión de los tejidos. Las pruebas obtenidas a partir de varios estudios que evaluaron la exposición de los ojos y la piel a

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

ácidos y bases demuestran que los resultados son mejores cuando se aplica rápidamente agua durante el tratamiento de primeros auxilios. En una serie de casos no aleatorios que comparaba la aplicación inmediata de agua en la piel (primeros auxilios) en relación con la aplicación tardía (atención médica), la incidencia de quemaduras de tercer grado resultó menor y la duración de la estancia hospitalaria se redujo en un 50% en los casos en que se aplicó agua de forma inmediata y abundante en la piel con quemaduras químicas. Las pruebas obtenidas a partir de estudios con animales también reafirmaron los beneficios de la irrigación con agua para reducir la exposición de la piel y los ojos al ácido. En un estudio en ratas con quemaduras de ácido en la piel, la aplicación de agua en el primer minuto de la quemadura evitó cualquier caída en el pH del tejido, mientras que la irrigación tardía causó un descenso cada vez más pronunciado en el pH del tejido.

Directrices

• Los socorristas deben enfriar las quemaduras con agua fría (entre 15 y 25° C [59 y 77° F]) tan pronto como sea posible, y continuar enfriándolas hasta que desaparezca el dolor (obligatorio***).

• Los socorristas deben evitar enfriar las quemaduras con agua helada durante más de 10 minutos, especialmente si las quemaduras son de gran tamaño (>20% de la superficie corporal total). No se debe aplicar hielo a una quema-dura (recomendado**).

•Como resulta controvertido si se deben reventar o no las ampollas, y ello requiere de equipo y aptitudes que no están siempre en la formación sobre primeros auxilios, los socorristas deben dejar intactas las ampollas de las quemaduras y cubrirlas sin presionar (recomendado**).

•En caso de exposición de la piel o los ojos a ácidos o bases, los socorristas deben aplicar de inmediato una abundante cantidad de agua del grifo en las zonas afectadas (obligatorio***).

•Todas las quemaduras por corrientes eléctricas deben ser objeto de una evaluación médica (recomendado**).

Referencias: 109-166

Consideraciones relativas a la aplicación

Ninguna.

HemorragiasIntroducción

El control de una hemorragia es una aptitud básica de primeros auxilios.

Resumen de los fundamentos científicos

Presión directaAunque la hemorragia es una emergencia común de primeros auxilios y el control de una hemorragia puede salvar la vida de una persona, solo hay dos estudios que se refieran a la eficacia de aplicar presión directa para controlar la hemorragia antes del traslado al hospital o en hospitales de campaña, y en ambos estudios la técnica fue utilizada por personal médico capacitado. Una serie de casos describió una técnica de control de la hemorragia practicada por trabajadores de ambulancias altamente capacitados. El control de la hemo-rragia se logró mediante la colocación de una venda elástica adhesiva aplicada directamente sobre varias gasas de 10×10 centímetros superpuestas sobre la

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02. Directrices sobre primeros auxilios

superficie de la herida. La venda se colocó alrededor del cuerpo en el sitio del sangrado hasta que la hemorragia cesó. La presión detuvo de forma eficaz la hemorragia en todos los casos sin complicaciones. En una segunda serie de casos, tomados de un hospital de campaña, se comparó la eficacia de la aplica-ción de presión directa por parte de personal capacitado con una venda elástica para controlar la hemorragia en 50 víctimas consecutivas de amputaciones traumáticas, con la eficacia de los torniquetes utilizados con anterioridad para 18 víctimas con amputaciones traumáticas por la explosión de minas. En las 50 primeras víctimas, tratadas con presión directa, se observó una menor duración del episodio de sangrado, una mayor tasa de supervivencia y unos niveles más altos de hemoglobina en el ingreso hospitalario que en las 18 víctimas tratadas con un torniquete.

Cuatro estudios sobre experiencias con cateterización cardíaca, un estudio en animales y documentos elaborados a partir de la experiencia clínica demues-tran que la presión directa es un método eficaz y seguro para controlar una hemorragia.

Elevación y puntos de presiónNunca se ha publicado un estudio sobre la eficacia, la viabilidad y la seguridad del uso de los puntos de presión para controlar una hemorragia, ni tampoco un estudio que determine si la elevación de una extremidad con una herida sangrante ayuda a controlar la hemorragia o causa algún tipo de daño. Cuando se utilizó la técnica de los puntos de presión en voluntarios no se descubrió ningún efecto sobre los pulsos distales. Sobre todo, es importante tener en cuenta que el empleo de estos procedimientos no comprobados puede afectar negativamente a la intervención mediante presión directa, al desviar la aten-ción y el esfuerzo que requiere esta técnica.

Referencias: 167-181

TorniquetesEl uso de torniquetes por los socorristas para controlar la hemorragia es motivo de controversia, por lo que esta técnica ha caído en desuso en los programas de primeros auxilios. A pesar de esto, los torniquetes se siguen utilizando de forma sistemática y segura para la hemostasia en los procedimientos quirúrgicos en quirófanos, en que se miden y controlan estrictamente la presión y el tiempo de oclusión, así como en el campo de batalla, donde el tiempo de oclusión está cuidadosamente documentado. No obstante, estos resultados no pueden extrapolarse a las situaciones de primeros auxilios. Además, en los últimos años, el uso de torniquetes en los entornos militares se ha incrementado. Se desconoce la eficacia, la viabilidad y la seguridad del uso de los torniquetes por los socorristas para controlar el sangrado. Los torniquetes se utilizan habi-tualmente en los quirófanos bajo condiciones controladas, y se han mostrado eficaces para controlar la hemorragia de una extremidad, pero pueden tener efectos no deseados, como una lesión temporal o permanente de los nervios y los músculos subyacentes, así como complicaciones sistémicas resultado de la isquemia de las extremidades, entre ellas acidemia, hipercalemia, arritmias, choque traumático, pérdida de extremidades y muerte. Las complicaciones están relacionadas con la presión del torniquete y el tiempo de oclusión. Se ha determinado que para el control de la hemorragia es mejor la presión que el torniquete, aunque se admite que el torniquete puede ser útil en circunstancias excepcionales (por ejemplo, en el campo de batalla, cuando se requiere una rápida evacuación y se supervisa cuidadosamente el tiempo de isquemia). El método de aplicación y el diseño óptimo de los torniquetes están siendo some-tidos a investigación.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

En estudios militares más recientes, entre ellos una serie retrospectiva de casos en el ejército, personal médico (47%) y no médico (53%) aplicó 110 torniquetes a 91 soldados. Los torniquetes controlaron la hemorragia en la mayoría (78%) de las víctimas, por lo general dentro de los primeros 15 minutos. El mecanismo más común de lesión era el traumatismo por penetración, y el tiempo de isquemia era de 83 ± 52 minutos (rango: 1 a 305 minutos). La tasa de buenos resultados fue mayor entre el personal médico que entre el personal no médico, y en las extremidades superiores (94%) que en las inferiores (71%, P<0.01). Se informó de complicaciones neurológicas producidas por el torniquete en siete extremidades de cinco víctimas (5,5%) que tuvieron un tiempo de isquemia de 109 a 187 minutos. Las complicaciones más destacadas fueron la parálisis del nervio peroneal bilateral y del nervio radial, tres casos de daño en los nervios periféricos del antebrazo y un caso de parestesia y debilidad en las zonas distales del pie.

En el informe no aleatorizado de las víctimas de una amputación traumática a causa de la explosión de minas citado en el apartado anterior, se observó que con el uso del torniquete hubo más hemorragias, menores tasas de supervi-vencia y una reducción de los niveles de hemoglobina al ingreso en el hospital, en comparación con los casos en que se usó la presión directa con una venda elástica.

Las complicaciones derivadas del torniquete pueden ser leves y remitir espon-táneamente, o evolucionar hasta la incapacidad de larga duración e incluso la muerte. Tales complicaciones pueden derivar de una lesión por aplastamiento de los nervios y los músculos subyacentes. En un estudio en animales se observó que el grado de afección muscular estaba directamente relacionado con la presión aplicada. La afectación muscular puede ser reversible o permanente. Además de estos efectos locales, pueden darse complicaciones sistémicas a raíz de la isquemia de las extremidades. Dichas complicaciones parecen estar relacionadas con el tiempo de oclusión y la presión. Los límites de seguridad en cuanto a la duración, la presión y la conveniencia de una liberación intermitente del torniquete son objeto de controversia. La mayoría de los expertos coinciden en que una oclusión de <2 horas es segura. La experiencia quirúrgica indica que es indispensable no retirar el torniquete para la amputación de la extremidad si este ha estado colocado ≥ 6 horas. Los períodos prolongados de isquemia pueden dar lugar a una gangrena gaseosa y a efectos sistémicos que pueden resultar fatales. No obstante, ninguno de los estudios abordó la disyuntiva entre las complicaciones concentradas en un foco y la pérdida de la vida por hemorragia no controlada, lo que en definitiva puede respaldar el uso de torniquetes cuando otros métodos para controlar una hemorragia potencialmente mortal fallan o no son viables.

Referencias: 182-199

Agentes hemostáticos

Un examen científico indica que los agentes hemostáticos son eficaces para controlar las hemorragias que no se pueden detener únicamente con la presión directa. Su aplicación por miembros capacitados de los servicios médicos de urgencia, tanto militares como civiles, mostró una eficacia variable en función de cómo se los aplicó. Se encontraron pocas opiniones y ningún estudio sobre el uso de agentes hemostáticos por parte de personal civil sin formación al respecto. Las pruebas de cuatro estudios en adultos demostraron que, en el caso de víctimas con una hemorragia potencialmente mortal que no se había controlado con las técnicas habituales en un entorno no hospitalario, el uso

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02. Directrices sobre primeros auxilios

de agentes hemostáticos tópicos por personas capacitadas permitía mejorar sensiblemente el control de la hemorragia. Este resultado positivo está respal-dado por 20 estudios en animales. La eficacia varió significativamente entre los diferentes agentes. Entre los efectos adversos de ciertos agentes se observó la destrucción de tejido con inducción de un estado proembólico y lesión térmica potencial. Además, informes recientes de casos en entornos militares han mostrado la posibilidad de una embolia pulmonar asociada al uso de algunos agentes. Hay varios agentes hemostáticos en el mercado, y algunos de ellos se han mostrado eficaces.

Referencias: 200-224

Directrices

•El socorrista debe controlar la hemorragia externa mediante la aplicación de presión directa (obligatorio***).

•El uso de los puntos de presión y la elevación de una parte del cuerpo no están recomendados (opcional*).

•En caso de una hemorragia potencialmente mortal, cuando el sangrado no se pueda controlar mediante presión directa (por ejemplo, en lesiones múltiples, heridas de difícil acceso, múltiples víctimas) y en circunstancias especiales (tales como desastres, situación de guerra, lugares remotos o socorristas espe-cialmente capacitados), conviene usar el torniquete (recomendado**).

•Si un torniquete debe permanecer colocado por un tiempo prolongado, se debe considerar el enfriamiento de las zonas distales de la extremidad (recomen-dado**).

•Si se cuenta con personal especializado, se puede considerar la aplicación de un agente hemostático tópico fuera del ámbito hospitalario para controlar una hemorragia potencialmente mortal no controlada por las técnicas habituales, (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

El método de aplicación y el diseño óptimo de los torniquetes siguen sometidos a investigación. Los torniquetes pueden ser útiles en circunstancias excep-cionales (por ejemplo, en el campo de batalla, cuando se requiere una rápida evacuación y se realiza un seguimiento cuidadoso del tiempo de isquemia). No hay elementos suficientes para determinar por cuánto tiempo se puede dejar colocado un torniquete en forma segura, por lo que deben seguirse los proto-colos locales y la dirección médica. Si un torniquete debe permanecer colocado por un tiempo prolongado, se debe considerar el enfriamiento de las zonas distales de la extremidad.

Existen diferentes agentes hemostáticos tópicos; es necesario conocer la utilidad y los riesgos de cada uno para saber cuál usar. En este sentido, los socorristas necesitarían recibir capacitación en el uso de agentes hemostáticos tópicos para poder usarlos adecuadamente.

Lesiones craneoencefálicas y medularesIntroducción

Las lesiones craneoencefálicas y conmociones leves son comunes en niños, jóvenes y adultos. La conmoción cerebral tiene muchos indicios y síntomas, algunos de los cuales se superponen con otras afecciones. En la mayoría de las lesiones craneoencefálicas no hay pérdida del conocimiento, pero si se produce y

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

dura más de 30 segundos puede indicar una lesión intracraneal más importante. Aunque es cuestionable que los socorristas tengan o no la capacidad para iden-tificar una lesión medular, sí pueden tener un alto índice de sospecha basado en sucesos previos, y tratar la lesión como si efectivamente existiera lesión medular.

Resumen de los fundamentos científicos

Las publicaciones sobre el trauma craneoencefálico leve no dan una base científica suficiente para tomar decisiones certeras sobre su gestión clínica. Este ámbito permanece confuso debido a la poca consistencia observada en las definiciones relativas a la severidad del caso, la especificación inadecuada de la base de la población, y la definición variada e incompleta de los resultados. No obstante, los datos publicados indican que 1) una pequeña proporción de niños con lesiones mínimas y leves en la cabeza desarrollará una lesión intracraneal de consideración; 2) en muchos estudios, aunque no en todos, se afirma que la pérdida del conocimiento o amnesia aumenta la probabilidad de que haya lesión; y 3) los resultados a largo plazo para niños con lesión mínima o leve en la cabeza, sin hemorragia intracraneal significativa, son en general muy buenos, aunque sugieren un pequeño incremento del riesgo de déficits sutiles y específicos en determinadas aptitudes cognitivas.

Aproximadamente el 2% de los adultos víctimas de traumatismos por golpes contundentes que se atienden en los servicios de urgencias sufren una lesión en la columna vertebral; este riesgo se triplica en pacientes con traumatismo craneofacial o una puntuación de <8 en la escala de coma de Glasgow. El personal de los servicios médicos de urgencia y del departamento de emer-gencias puede identificar correctamente los mecanismos que pueden producir una lesión medular en niños y adultos. En esas circunstancias, el personal de los servicios médicos puede aplicar correctamente los dispositivos de inmo-vilización espinal, aunque no detectar con precisión indicios y síntomas de una lesión medular real. Los resultados de estos estudios sobre la actuación de profesionales de la salud son solo pruebas extrapoladas para las medidas de primeros auxilios. Ningún estudio demuestra que los socorristas puedan reconocer lesiones medulares, reales o potenciales. Tampoco hay pruebas de que los socorristas puedan emplear correctamente los dispositivos de inmovilización espinal. Aunque en los pacientes hospitali-zados el hecho que no se detecte una lesión cervical y en consecuencia se los inmovilice se asocia con un nivel de riesgo de daño neurológico secundario de 7 a 10, antes de la llegada al hospital no está claro que las lesiones secundarias que se produzcan se puedan prevenir mediante dispositivos de inmovilización espinal. En el análisis de un diagrama retrospectivo de 5 años, con un análisis de variables múltiples, se compararon los pacientes con lesiones traumáticas en la columna vertebral o en la médula espinal ingresados en un hospital de traumatología en Malasia, con pacientes con lesiones similares ingresados en un hospital de traumatología de los Estados Unidos. Los médicos, que descono-cían el hospital de origen, hallaron menos pruebas de discapacidad neurológica en los pacientes de Malasia, que fueron transportados sin inmovilización de la columna, que en los pacientes de los Estados Unidos, a los que sí se aplicaron dispositivos de inmovilización espinal.

Algunos elementos mostrarían que los dispositivos de inmovilización espinal pueden incluso ser perjudiciales. Un análisis de un diagrama retrospectivo determinó que los dispositivos de inmovilización espinal enmascaraban lesiones que podían ser mortales. Además, la inmovilización espinal sobre una tabla restringía la función pulmonar en adultos y niños sanos. La aplicación de

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02. Directrices sobre primeros auxilios

un collarín cervical aumentaba la presión intracraneal en individuos sanos y en víctimas con lesiones cerebrales traumáticas.

Referencias: 225-283

Directrices

Conmoción cerebral• Las personas con una conmoción cerebral deben descansar, tanto física como

cognitivamente, hasta que sus síntomas hayan desaparecido, tanto en reposo como en esfuerzo (recomendado**).

•Cualquier persona que sufra una conmoción cerebral debe someterse a la evaluación por parte de un profesional de la salud, de ser posible con expe-riencia en el tratamiento de ese tipo de afección, y no hacer deporte o realizar otra actividad física hasta que reciba autorización médica (recomendado**).

• Las personas con conmoción cerebral no deben hacer deporte o realizar una actividad física mientras persistan los síntomas, tanto en reposo como en esfuerzo (recomendado**).

• Los deportistas tampoco deben volver a practicar deporte el mismo día que han sufrido una conmoción cerebral, incluso si no presentan síntomas (reco-mendado**).

Traumatismo craneoencefálico•Cualquier traumatismo craneoencefálico con pérdida del conocimiento supe-

rior a 1 minuto debe ser examinado de urgencia por un profesional médico y recibir atención (obligatorio***).

• Las víctimas de una lesión cerrada leve en la cabeza, con breve pérdida del conocimiento (1 minuto) deben ser examinadas por un profesional médico y permanecer en observación (recomendado**).

•El periodo de observación deberá llevarse a cabo en la oficina, clínica, servicio de urgencias, hospital o casa, bajo el cuidado de una persona competente (recomendado**).

• Las víctimas de una lesión craneoencefálica cerrada leve sin pérdida del cono-cimiento pueden permanecer en observación en casa bajo el cuidado de una persona competente (opcional*).

Lesión medular•Teniendo en cuenta las graves consecuencias de una lesión de médula espinal,

la mayoría de los expertos coinciden en que el objetivo en el tratamiento precoz debe ser restringir los movimientos de la columna. Si existe una posibilidad de lesión medular, los socorristas deben inmovilizar la columna vertebral mediante la estabilización manual (recomendado**).

•Ante la ausencia de pruebas que apoyen el uso de dispositivos de inmovili-zación en los primeros auxilios, y la existencia de elementos que indican un daño potencial en caso de usarlos, incluso por parte de profesionales de la salud, los socorristas deben abstenerse de emplear dispositivos de inmoviliza-ción espinal a menos que estén específicamente capacitados (recomendado**).

• Los dispositivos de inmovilización espinal solo deben ser utilizados por personal especialmente capacitado, o en lugares remotos donde sea necesario rescatar a la víctima en condiciones muy difíciles (opcional*).

• Los socorristas no están en condiciones de identificar de forma concluyente una lesión medular, pero pueden sospechar su existencia si la víctima lesio-nada presenta alguno de los siguientes factores de riesgo: (recomendado**)

• edad ≥ 65 años;• conductor, pasajero o peatón en un accidente con vehículos a motor,

ciclomotores o bicicletas;

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

• caída de una altura superior a la estatura de la persona;•hormigueo en las extremidades;•dolor o sensibilidad en el cuello o la espalda;•déficit sensorial o debilidad muscular en la parte superior del torso o las

extremidades;• falta de lucidez o intoxicación;•otras lesiones dolorosas, sobre todo en la cabeza y el cuello;•niños <3 años de edad con muestras de traumatismos en el cuello o la

cabeza.• Los socorristas deben partir del supuesto de que todas las víctimas con una

lesión craneoencefálica pueden tener una lesión en la médula espinal (reco-mendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Ante la sospecha de una lesión medular, es importante tener en cuenta los protocolos locales, la dirección médica, la respuesta de los servicios médicos de urgencia y la distancia con respecto al centro hospitalario al que se vaya a transportar a la víctima, que pueden condicionar las medidas específicas a tomar.

Las lesiones craneoencefálicas presentan varios niveles, desde lesiones leves, en que no hay pérdida del conocimiento, a lesiones graves. A este respecto, los socorristas deben tener en cuenta que todas las lesiones de este tipo son graves hasta que se demuestre lo contrario, y actuar en consecuencia. Además, todas las lesiones en la cabeza deben ser objeto de un examen médico especializado. Es importante tener en cuenta, y aclararlo en los programas de capacitación (cuando se considere apropiado), que no todas las lesiones craneoencefálicas requieren de la atención de los servicios médicos de urgencia y el transporte inmediato de la víctima al centro de urgencias. La evaluación puede realizarse mediante comunicación con el profesional de atención primaria de la víctima, con posibilidad de llevar a cabo la observación en casa.

Lesiones torácicas y abdominalesIntroducción

En las lesiones traumáticas es común que resulten afectados el tórax y el abdomen. Es importante que los socorristas reconozcan estas lesiones, que pueden ser mortales. Además de tratar las lesiones, se debe atender el choque traumático (véase choque traumático). 

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, a pesar de su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

•En caso de heridas abiertas en el tórax, los socorristas pueden aplicar un apósito simple o un vendaje oclusivo de tres lados (opcional*).

•En las lesiones en el tórax y el abdomen, los socorristas deben controlar el choque traumático de la víctima y colocarla en una posición cómoda (reco-mendado**).

•En caso de lesiones abdominales abiertas, los socorristas pueden colocar vendajes húmedos sobre la herida y mantener la temperatura corporal

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02. Directrices sobre primeros auxilios

para evitar la pérdida de calor (opcional*). No se debe presionar las vísceras (recomendado**).

• Los socorristas deben estabilizar los objetos atravesados (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

Es importante tener en cuenta los protocolos locales y la dirección médica, ya que el tratamiento de las lesiones en el abdomen y el tórax puede variar según los países.

Lesión en una extremidadIntroducción

Este tipo de lesión, aunque no siempre es mortal, acarrea la posibilidad de pérdida de una extremidad. Además, las fracturas de las extremidades son a menudo dolorosas, y pueden ir acompañadas de hemorragias. Estas hemorra-gias pueden ser internas, en el lugar de la fractura, o externas en el caso de fracturas abiertas; si se trata de huesos grandes, como el fémur o la pelvis, la hemorragia causada puede ser potencialmente mortal. Por último, según la posición de la extremidad y la índole de la lesión, puede haber dificultad para mover a la víctima. El objetivo en el tratamiento de las fracturas de extremi-dades es preservar la extremidad, limitar el dolor y la hemorragia y buscar asistencia médica adicional.

Resumen de los fundamentos científicos

Existen numerosos informes sobre los beneficios de la estabilización de lesiones en las extremidades por parte de profesionales de la salud capacitados, pero es imposible extrapolar estos datos a los socorristas. A esto hay que añadir que, aunque no es una práctica común, en ocasiones también es necesario que profesionales de la salud capacitados enderecen el hueso cuando hay fractura angulada (medida que, además, reviste urgencia cuando están en peligro algunas funciones neurológicas y/o circulatorias), pero no hay pruebas que demuestren o desmientan que esa operación, practicada por un socorrista, haya sido segura, eficaz o viable. Un estudio realizado antes del traslado al hospital y seis estudios y revisiones realizados en hospitales no aportaron pruebas concluyentes de que el enderezamiento (reducción) de un hueso largo en caso de posible fractura angulada acorte el tiempo de curación o disminuya el dolor antes de la fijación permanente. No obstante, en estos estudios, varios autores comentaron que solo se trataron las fracturas que necesitaban alguna técnica de fijación (frente a las fracturas que después del enderezamiento se escayolaron y se dejaron cicatrizar). Un estudio demostró una reducción del dolor con un entablillado de la fractura sin enderezar el hueso. Un estudio sobre cadáveres sugirió que el enderezamiento de las fracturas anguladas disminuye el tamaño del espacio creado en la zona afectada, lo que podría aumentar la presión en la misma, pero la pertinencia de esta afirmación es cuestionable en personas vivas. En un único estudio sobre entablillado por adherencia en niños con fracturas apartadas de huesos largos, el entablillado no impidió que en ocasiones aparecieran problemas hemodinámicos.

No hay pruebas que apoyen la supuesta inocuidad, eficacia o viabilidad de la compresión practicada por un socorrista en una extremidad lesionada. Aunque se acepta ampliamente que esa operación disminuye el edema, la cuestión no se ha sometido a ensayos aleatorios. Un pequeño estudio con análisis Doppler del f lujo sanguíneo en los dedos de los pies realizado sobre diez mujeres voluntarias sanas sugirió que la compresión circunferencial moderada puede

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

afectar negativamente el flujo de sangre distal (de los dedos del pie), pero esta información debe extrapolarse al ámbito de los primeros auxilios. Además, no se realizaron estudios sobre los efectos de la compresión en una fractura sin diagnosticar; con todo, los expertos opinaron que esa compresión, como mínimo, aumentaría el dolor.

El principio básico en primeros auxilios para las lesiones en los tejidos blandos es reducir la hemorragia, el edema y el dolor. Se ha demostrado que la terapia con frío es eficaz para reducir el edema, tanto en estudios con animales como con humanos; de forma experimental, también se ha reducido la temperatura de varios tejidos, incluyendo músculos y articulaciones en personas sanas y en postoperatorio. La terapia con hielo también contribuye a reducir el flujo sanguíneo arterial y de los tejidos blandos junto con el metabolismo óseo, como se desprende de los estudios de diagnóstico por imagen de medicina nuclear; además, al parecer dependería del momento de aplicación. Estos efectos también se han observado en lesiones de tejidos blandos asociados con fracturas.

La aplicación de hielo atenúa eficazmente el dolor, la hinchazón y la duración de la discapacidad después de una lesión en tejidos blandos. Hay pruebas feha-cientes de que la terapia con frío reduce el edema. Un estudio postoperatorio de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior indicó que la terapia con frío no aportaba ningún beneficio objetivo en el período postoperatorio en términos de duración de la estancia hospitalaria, movilidad, uso de medicamentos contra el dolor y drenaje. No obstante, en el grupo de pacientes tratados con bolsas de hielo se observó una tendencia de disminución de los medicamentos orales contra el dolor. También pueden ser eficaces otros tipos de terapia con frío, como el gel frío, bolsas de guisantes congelados y otros sistemas de aplicación de frío con fines terapéuticos. Algunos estudios demostraron que los paquetes de gel recongelables no son eficientes. Las modalidades de tratamiento con frío en que la temperatura varía gradualmente parecen ser más eficaces para disminuir el calor del tejido.

Referencias: 284-304

Directrices

• Los socorristas deben tener en cuenta que cualquier lesión en una extremidad puede consistir en una posible fractura ósea, y estabilizar manualmente la extremidad lesionada en la posición en que la encontraron (recomendado**).

•Cuando la víctima se encuentre en lugares distantes, zonas poco habitadas o circunstancias especiales, y presente una extremidad fría y pálida, los soco-rristas capacitados pueden considerar enderezar el hueso en caso de fractura angulada (opcional*).

•En caso de esguince en las articulaciones y una lesión en tejidos blandos, conviene aplicar frío, de preferencia mediante una terapia con frío en que la variación de la temperatura sea gradual (recomendado**).

•El frío no se debe aplicar >20 minutos (recomendado**).•No hay suficiente información para realizar recomendaciones sobre la

frecuencia, la duración y el momento inicial óptimos de la crioterapia después de una lesión aguda (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

No hay suficiente información para realizar recomendaciones sobre la frecuencia, la duración y el momento inicial óptimos de la crioterapia después de una lesión aguda. Muchos libros de texto no son coherentes en sus recomendaciones rela-tivas a la duración, la frecuencia y la duración del tratamiento con hielo.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Es importante comprender el significado de cambio de fase. Para evitar lesiones a causa del frío en la piel y los nervios superficiales, es mejor limitar la aplica-ción de hielo a períodos de ≤20 minutos, y emplear una barrera protectora. Un trapo húmedo o una bolsa de plástico a modo de protección pueden resultar ideales, pues el frío no se transmite con la misma eficacia a través de vendas elásticas acolchadas. Se debe actuar con precaución cuando se aplique hielo a una lesión en una víctima con poca grasa subcutánea, especialmente en las zonas de los nervios periféricos superficiales.

La reducción de las fracturas anguladas requiere una capacitación específica, y los socorristas deben ser conscientes de las condiciones específicas de los servicios médicos de urgencia y de la distancia que separa a la víctima de una atención médica adicional, así como del cumplimiento con los protocolos locales y la dirección médica.

Heridas y abrasiones

Introducción

Una de las lesiones más comunes con que se encuentran los socorristas, sobre todo en el entorno familiar, son las heridas y abrasiones. A menudo no es nece-sario acudir a un servicio de urgencias, y los socorristas pueden atenderlas en el mismo hogar, pero siempre en contacto con un profesional de la salud. Se pueden aplicar tratamientos sencillos basados en la experiencia.

Resumen de los fundamentos científicos

En la atención prehospitalaria y hospitalaria frecuentemente se utiliza líquido para limpiar las heridas. Hay pruebas concluyentes de estudios en humanos y animales que demuestran que la aplicación de agua corriente y limpia del grifo en la herida es al menos tan eficaz como la aplicación de una solución salina normal, e incluso puede ser mejor. En un metaanálisis de Cochrane, un pequeño estudio aleatorio en humanos y una serie de casos también en humanos, la aplicación de agua corriente del grifo resultó más eficaz que la irrigación con una solución salina para la cicatrización de heridas y la reducción de las tasas de infección. En un pequeño estudio aleatorio en humanos, la aplicación de agua del grifo dio como resultado una tasa de infección de las heridas igual a la observada después de la aplicación de una solución salina normal. Aunque muchos de estos estudios se realizaron en centros de salud, los socorristas suelen tener fácil acceso al agua del grifo fuera de un hospital.

Las pruebas de siete ensayos clínicos, un metaanálisis de laceraciones traumá-ticas simples atendidas en el servicio de urgencias y seis estudios en animales demostraron los beneficios de la irrigación; los factores determinantes parecen ser el volumen (superior a 1.000 ml) y la presión. En un pequeño estudio adicional, la aplicación de agua a la temperatura del cuerpo se toleró mejor que las solu-ciones frías. Además, estos estudios mostraron que el agua del grifo es igual a otras fuentes de irrigación en lo que respecta a la aparición de infecciones.

En este sentido, un estudio clínico no mostró ninguna ventaja de la aplicación de agua y jabón a una herida abierta. Igualmente, varios estudios y un expe-rimento con células aisladas evidenciaron una posible toxicidad de las células cuando se exponen directamente a agua y jabón. Esto puede tener relación con la aplicación directa de jabón en una herida abierta. No obstante, hay abundante literatura que apoya el uso de agua y jabón para reducir el recuento bacteriano de la piel cuando se aplica en heridas cerradas.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Dos estudios prospectivos aleatorios controlados compararon la eficacia de una pomada antibiótica triple con la de una pomada antibiótica sencilla o con la no aplicación de pomada en condiciones comparables a las observadas en casos de primeros auxilios. En un estudio con voluntarios humanos en que la pomada se aplicó a las ampollas químicas intradérmicas inoculadas con Staphylococcus aureus, las ampollas contaminadas tratadas con una pomada antibiótica triple se curaron mucho más rápido y con una menor tasa de infección que las tratadas con una pomada antibiótica sencilla o sin pomada. La aplicación de la pomada antibiótica triple o la sencilla dieron mejores resultados que la ausencia de tratamiento en la cicatrización de las ampollas infectadas. Varios de estos estudios se vieron complicados por la limpieza inicial con soluciones antisépticas, lo que pudo sesgar los resultados de la pomada antibiótica, aunque también apoyar, por otro lado, la utilidad de las soluciones antisépticas. En un estudio con 59 niños en una guardería rural, la aplicación de pomada antibiótica triple en zonas de la piel con lesiones leves (por ejemplo, picaduras de mosquito o abrasiones) dio lugar a tasas más bajas de pioderma estreptocócico (una infección de la piel) que la aplicación de una pomada placebo (15% versus 47%). La aplicación de la pomada antibiótica puede eliminar los estafilococos coagulasa-negativos que subyacen bajo la superficie de la piel, pero estos estudios no permiten extrapolar sus efectos a la infección de la herida y la curación.

Los resultados de tres estudios en humanos y dos en animales mostraron un tiempo de curación menor en aquellas abrasiones tratadas con cualquier tipo de vendaje oclusivo o antibiótico de uso tópico que en aquellas en que no hubo vendaje ni antibiótico. Diversos estudios sobre heridas creadas por intervenciones quirúrgicas también apoyaron el uso de agentes tópicos, aunque podría ser cuestionable con las heridas producidas de otra manera. Dos de estos estudios demostraron que la aplicación de antibióticos triples da un mejor resultado en la cicatrización y los cambios de pigmentación que la no aplicación de pomada. Sin embargo, habría que preguntarse si en condiciones de esteri-lización se obtendrían resultados similares en las heridas espontáneas y las heridas creadas quirúrgicamente.

Referencias: 305-333

Directrices

•Se debe aplicar agua limpia, de preferencia agua del grifo, que tiene la ventaja de salir a presión, sobre las heridas superficiales y las abrasiones (recomen-dado**).

• Los socorristas deben aplicar una pomada antibiótica sobre las abrasiones de la piel y las heridas para promover una curación más rápida y reducir el riesgo de infección (recomendado**).

• Los socorristas deben aplicar un vendaje oclusivo a las heridas y abrasiones, con o sin pomada antibiótica (recomendado**).

• Puede ser preferible usar una pomada antibiótica de triple agente que una pomada o crema antibiótica doble o sencilla (opcional*).

•En caso de no usar antibióticos, se podría utilizar un antiséptico (opcional*).•Existen algunas pruebas de que los enfoques tradicionales, entre ellos la miel,

son beneficiosos, por lo que los socorristas pueden utilizarlos en las heridas (opcional*).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

La aplicación de estas directrices sobre el uso de una pomada antibiótica tópica depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de respon-sabilidad civil, la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional. En los programas de capacitación deben examinarse otras soluciones sustitutivas del vendaje oclusivo.

Lesiones dentalesIntroducción

Las lesiones dentales, especialmente en niños, son problemas comunes para los socorristas.

Resumen de los fundamentos científicos

Un artículo sobre la opinión de expertos y las pruebas extrapoladas de un estudio publicado en varios medios sobre la supervivencia de fibroblastos labiales preconizan la colocación de los dientes fracturados en leche hasta su reimplantación o hasta que se pueda ofrecer a la víctima otra solución defini-tiva. El consenso de los expertos es que el posible daño que encierra el intento de reimplantar un diente fracturado es mayor que el eventual beneficio.

Referencias: 334-337

Directrices

No se recomienda a los socorristas reimplantar un diente fracturado (opcional*).Se puede guardar el diente fracturado en leche y llevarlo encima mientras se transporta a la víctima lesionada al dentista, lo que debe hacerse cuanto antes (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

El tratamiento de primeros auxilios para un diente fracturado incluye:• limpiar la herida (o heridas) sangrante con una solución salina o agua del grifo;•detener la hemorragia aplicando presión con una gasa o algodón;•manipular el diente por la corona, no por la raíz, es decir, no manipular la

parte que está debajo de la línea de las encías;• colocar el diente en leche, o si no se dispone de leche, en agua;• tratar de que un dentista examine a la víctima tan pronto como sea posible.

Lesiones ocularesIntroducción

Las lesiones oculares no son frecuentes, pero los socorristas pueden encontrarse con algunos casos. Si se trata de lesiones oculares por productos químicos, véase el apartado quemaduras (productos químicos).

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; la siguiente directriz se basa en opiniones de expertos.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directriz

•Si hay un objeto clavado en un ojo, conviene dejarlo en su lugar y reducir al mínimo la movilidad del ojo (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

La directriz que recomienda minimizar el movimiento del ojo (por ejemplo, cubriendo un solo ojo en lugar de los dos) se aplicará con arreglo a la regla-mentación local, lo que incluye la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.

Problemas de salud relacionados con el medio ambienteEl medio ambiente puede tener repercusiones drásticas sobre la salud y la vida, especialmente en los jóvenes, ancianos y personas con enfermedades crónicas. Los cursos de primeros auxilios deben guiar a los participantes en el manejo de los factores ambientales y la necesidad de incorporar las consideraciones y adaptaciones locales que sean necesarias cuando se trata de lugares remotos y zonas no habitadas.

Problemas de salud causados por el fríoLa exposición del cuerpo al frío puede causar daños directos a los tejidos, como congelación, o provocar una hipotermia general.

Congelación

Introducción

En la congelación, se producen daños locales en la piel y otros tejidos debido al frío extremo. Las probabilidades de congelación son mayores en las partes del cuerpo más alejadas del corazón y en las grandes zonas expuestas. Cuando la temperatura es de 0º C (32º F) o inferior, los vasos sanguíneos cercanos a la piel comienzan a contraerse. Esa misma reacción puede producirse también por la exposición a fuertes vientos. La constricción de los vasos ayuda a conservar la temperatura básica del cuerpo. En situaciones de frío extremo, o cuando el cuerpo permanece expuesto al frío durante largos períodos, esta estrategia de protección puede reducir el flujo sanguíneo en algunas zonas del cuerpo hasta niveles peligrosamente bajos.

Resumen de los fundamentos científicos

La investigación científica muestra que el rápido recalentamiento con baños de agua entre 37º y 42º C [98,6º y 107,6º F] durante 20-30 minutos mejora el resultado. Confirman esta práctica muchos modelos elaborados en el caso de animales y varias series de casos en que el resultado fue una reducción de la pérdida de tejido. Cabe destacar que, según una serie de estudios modelo, el uso de dispositivos químicos de calor para calentar pies y manos generó tempe-raturas muy por encima de la gama mencionada (69º-74º C [156º-165º F]). Por último, dos series de casos aconsejan precaución ante el riesgo de recalentar esos dispositivos cuando ya se los ha calentado una vez.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Varios estudios en los que se administró un antiinflamatorio tópico o un trata-miento general con fármacos no aportaron pruebas claras de los beneficios de estos tratamientos.

Referencias: 338-357

Directrices

•Cuando se prestan primeros auxilios a una víctima de congelación solo se deben recalentar las partes del cuerpo congeladas si no hay riesgo de una nueva congelación (recomendado**).

•En una congelación severa, el recalentamiento debe realizarse dentro de las primeras 24 horas (recomendado**).

•El recalentamiento debe lograrse mediante la inmersión de la parte afectada en agua entre 37º C (es decir, la temperatura del cuerpo) y 40º C (98,6º F y 104º F) durante 20-30 minutos (recomendado**).

•No se deben colocar calentadores químicos directamente sobre el tejido conge-lado, ya que pueden alcanzar temperaturas que ocasionarían quemaduras y sobrepasarían las temperaturas deseables (recomendado**).

•Después del recalentamiento, los esfuerzos se pueden orientar a proteger las partes congeladas para evitar una nueva congelación, y a transportar rápida-mente a la víctima para que reciba cuidados adicionales (opcional*).

• Las partes del cuerpo afectadas pueden cubrirse con una gasa estéril o una gasa colocada entre los dedos hasta que la víctima pueda recibir atención médica (opcional*).

•No se recomienda el uso de antiinflamatorios no esteroideos para el trata-miento de la congelación como parte de los primeros auxilios debido a los posibles efectos secundarios de estos medicamentos (por ejemplo, alergias o sangrado de úlcera gástrica) (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

Se deben mostrar fotos de casos de congelación con fines didácticos, ya que la congelación no es frecuente, ni siquiera en las regiones alpinas.

Hipotermia

Introducción

La hipotermia es un fenómeno que puede darse cuando todo cuerpo se expone al frío, y se define como el estado en que la temperatura básica desciende por debajo de la requerida para la actividad normal del metabolismo y de las funciones corporales, es decir, por debajo de 35º C (95º F).

Resumen de los fundamentos científicos

Un estudio apoya el recalentamiento activo en víctimas de hipotermia sin temblores mediante el uso de una manta calefactora en vez de una manta metá-lica. Igualmente, un estudio apoya el uso de dispositivos de recalentamiento activo frente al recalentamiento pasivo cuando se trata de víctimas de hipo-termia sin temblores. No obstante, cuando se trata de víctimas de hipotermia leve, otro estudio muestra poca diferencia en la velocidad de recalentamiento entre el uso de una manta o de alguno de los dos dispositivos activos mencio-nados.

Referencias: 358-360

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directrices

• Las víctimas de hipotermia que reaccionan y muestran fuertes temblores se deben recalentar pasivamente con una manta de fibra de poliéster (recomen-dado**).

•En las víctimas de hipotermia sin temblores, se debe empezar con el calenta-miento activo con una manta calefactora, si se dispone de ella (recomendado**).

•Si la víctima reacciona y muestra temblores, pero no se dispone de una manta de fibra de poliéster para el recalentamiento pasivo, existen otras opciones como cualquier manta seca, ropa seca y caliente o una manta reflectante o metálica (opcional*).

•Si la víctima no presenta temblores y no se dispone de una manta calefactora, existen otras opciones, entre ellas una botella de agua caliente, almohadillas térmicas o piedras calientes. Estas no se deben aplicar directamente sobre la piel para no provocar quemaduras (opcional*).

•En todos los casos, se debe tratar a las víctimas con cuidado, alejándolas del frío y quitándoles la ropa mojada; si sufren una hipotermia entre moderada y severa, se les debe cortar la ropa para limitar al mínimo sus movimientos (recomendado**).

•Se debe procurar entonces aislar a la víctima y proporcionarle si es posible una barrera de vapor para minimizar la pérdida de calor por conducción o convección y por evaporación, respectivamente (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

En los cursos de primeros auxilios podría ser conveniente incorporar informa-ción sobre las siguientes cuestiones:• comportamiento seguro en la montaña y durante la práctica de deportes de

invierno para prevenir la hipotermia y la congelación;• seguridad para reducir el riesgo de ser víctima de una avalancha mediante

la educación de los participantes sobre las señales locales de advertencia de avalanchas y sobre comportamientos seguros (por ejemplo, no utilizar las pistas de esquí cerradas);

• formas de llamar para pedir ayuda de emergencia en la montaña.

La hipotermia es un fenómeno que puede darse cuando todo el cuerpo se expone al frío, y se define como el estado en que la temperatura básica desciende por debajo de la requerida para la actividad normal del metabo-lismo y de las funciones corporales, es decir, por debajo de 35º C (95º F). Si el cuerpo se expone al frío y sus mecanismos internos no son capaces de reponer la pérdida de calor, la temperatura corporal baja. Cuando la temperatura del cuerpo disminuye, se producen síntomas característicos como temblores, taquicardia y taquipnea, todas ellas respuestas fisiológicas para conservar el calor. También puede aparecer confusión mental. Más tarde, se hace evidente una falta de coordinación, los movimientos se vuelven lentos y costosos y la persona muestra un caminar vacilante y un leve estado de confusión. La víctima palidece y es posible que sus labios, orejas y dedos de las manos y de los pies adquieran un tono azulado. En etapas posteriores puede comenzar a manifestarse la amnesia, así como la imposibilidad de utilizar las manos. La piel expuesta de la víctima se vuelve azul y se hincha, la coordinación muscular se debilita considerablemente, le es casi imposible caminar y empieza a exhibir un comportamiento incoherente o irracional, como hacerse un ovillo o mostrar estupor.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Problemas de salud causados por el calorSi el cuerpo se expone al calor, o el cuerpo genera calor y es incapaz de liberarlo, pueden desarrollarse varios problemas relacionados con la salud, por ejemplo cambios en la actividad mental, pérdida de electrolitos causada por la sudo-ración intensa, calambres debidos al calor o por la influencia directa del sol, y deshidratación debida a la pérdida de líquidos.

Golpe de calor

Introducción

El golpe de calor es una forma de hipertermia, una temperatura corporal anormalmente alta y pérdida de la capacidad para regular la temperatura, todo acompañado de síntomas físicos y neurológicos. El cuerpo no es capaz de disipar el calor, y la temperatura del cuerpo sube, a veces hasta 41,1ºC (106º F) e incluso más.

Resumen de los fundamentos científicos

Las pruebas obtenidas a partir de ensayos clínicos confirman que la interven-ción adecuada ante un golpe de calor es aplicar frío a la víctima. Los elementos aportados por varios estudios aconsejan la inmersión de la víctima en agua, independientemente de la temperatura, como tratamiento de un golpe de calor. No se consideran tan eficaces otros métodos de enfriamiento (aire, bolsas de hielo, pulverización con agua), como revelan diversos estudios en los que las tasas de enfriamiento conseguidas con esos métodos son significativamente inferiores a las de la inmersión en agua. Algunos de estos estudios aconsejan actuar con precaución para no enfriar el cuerpo por debajo de la temperatura corporal normal.

Referencias: 361-375

Directrices

•Se debe enfriar inmediatamente a las víctimas de un golpe de calor por todos los medios al alcance (obligatorio***).

• Los socorristas deben sumergir a la víctima hasta la barbilla en agua lo más fría posible (recomendado**).

•Es preferible usar agua en circulación que agua estancada (recomendado**).•Si no es posible sumergir inmediatamente en agua a la víctima de un golpe de

calor, hay que mojarla con grandes cantidades de agua fría, rociarla con agua, enfriarla con un ventilador, cubrirla con toallas congeladas o ponerle bolsas de hielo sobre el cuerpo (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

La deshidratación puede empeorar las emergencias causadas por el calor y acelerar la progresión a un golpe de calor. Una persona deshidratada no puede sudar lo suficientemente rápido como para disipar el calor, lo que hace que se eleve la temperatura corporal.

Los indicios y síntomas del golpe de calor abarcan:• comportamiento extraño, dolor de cabeza, mareos, alucinaciones, confusión,

agitación, desorientación, coma;•alta temperatura corporal;•ausencia de sudoración, con la piel reseca al rojo vivo o enrojecida;•pulso rápido, dificultad para respirar;•náuseas, vómitos, fatiga, debilidad.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Agotamiento y desmayo (síncope) a causa del calor

Introducción

El agotamiento por calor es una forma leve de enfermedad producida por el calor que se puede desarrollar tras una exposición a altas temperaturas y una inadecuada o insuficiente reposición de líquidos.

Resumen de los fundamentos científicos

Las pruebas de cinco ensayos controlados apoyan la práctica de la rehidratación oral. Diez estudios de observación de casos y la opinión de los expertos apoyan la rehidratación con una solución salina para tratar la pérdida de agua y sodio cuando se sufre un golpe de calor. Diez estudios de observación de casos y la opinión de los expertos también apoyan el enfriamiento por evaporación, así como acostar al paciente y ponerle los pies en alto para mejorar a las insuficien-cias circulatorias. Aunque no se han evaluado estos tratamientos en estudios controlados, son de naturaleza benigna y se pueden aplicar con seguridad en caso de desmayo o agotamiento a causa del calor.

Referencias: 376-395

Directrices

•El agotamiento a causa del calor se debe tratar mediante la rehidratación oral con una bebida que contenga sal (recomendado**).

•Si es posible, se debe sacar a las víctimas de agotamiento del ambiente calu-roso y/o enfriarlas con un ventilador, aplicando bolsas de hielo, o rociándolas con agua (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Las soluciones de rehidratación oral para la pérdida de líquidos a causa del calor o del ejercicio pueden tener composiciones diferentes a las soluciones utilizadas para las pérdidas a causa de la diarrea.

Los signos del agotamiento a causa del calor son los siguientes:• sudoración intensa;•palidez;• calambres musculares;• cansancio, debilidad;•mareos;•dolor de cabeza;•náuseas o vómitos; •desvanecimiento;•piel fría y húmeda;•pulso débil, acelerado.

Si el agotamiento por calor no se trata puede convertirse en un golpe de calor.

Calambres a causa del calor

Introducción

Los calambres causados por el calor son calambres musculares dolorosos e invo-luntarios que pueden darse durante y después del ejercicio físico o del trabajo en un ambiente caluroso. Los músculos más frecuentemente afectados son los

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02. Directrices sobre primeros auxilios

de las pantorrillas, brazos, pared abdominal y espalda, aunque estos calambres pueden afectar a cualquier grupo de músculos que participe en el ejercicio. Los calambres por calor dan como resultado la pérdida de una gran cantidad de sal y agua debido a la sudoración intensa causada por el ejercicio físico o el trabajo, sobre todo cuando se reemplaza el agua pero no la sal o el potasio.

Resumen de los fundamentos científicos

Las pruebas de tres ensayos controlados y ocho series de casos demuestran que los calambres se alivian mediante la rehidratación con bebidas que contienen sal. Seis estudios sin controles adecuados demostraron que los calambres también se pueden aliviar con estiramientos y aplicación de hielo.

Referencias: 396-410

Directrices

•Se debe alentar a las víctimas de calambres producidos por el calor a que ingieran una bebida que contenga sal (recomendado**).

•Mientras las víctimas de estos calambres ingieren líquidos se les pueden estirar los músculos afectados. La aplicación de hielo y el masaje de los músculos durante el estiramiento también pueden ser útiles (opcional*).

Administración de líquidos para el tratamiento de la deshidratación (de origen no ambiental, salvo la debida al calor)

Introducción

La deshidratación puede producirse por el calor y/o el ejercicio; el tratamiento de la deshidratación producida por estas causas es un asunto importante para los socorristas.

Resumen de los fundamentos científicos

Los estudios revisados incluyeron exámenes retrospectivos y ejercicios con voluntarios sanos en los que se indujo una deshidratación leve mediante ejercicio. Varios estudios, entre ellos 12 estudios controlados, apoyaron el uso de bebidas con carbohidratos. Estos y otros estudios indican que el volumen requerido debe ser por lo menos igual al volumen perdido, si no mayor. Estudios adicionales han demostrado que las bebidas con carbohidratos y electrolitos dan mejores resultados que el agua en términos de volumen intravascular y alteración de la producción de orina. No obstante, el agua sigue siendo eficaz en la rehidratación. Otros estudios han demostrado que la deshidratación inducida por el ejercicio necesita una composición ligeramente diferente de electrolitos de carbohidratos que la que precisan las pérdidas diarreicas. Además, en cinco estudios la vía oral se reveló tan eficaz como la vía intravenosa.

Referencias: 411-428

Directrices

•El mejor tratamiento para la rehidratación después de la deshidratación indu-cida por el ejercicio es la ingesta de líquidos por vía oral (obligatorio***).

•El mejor líquido para la rehidratación es una bebida con electrolitos de carbo-hidratos, pero si no se dispone de una se debe emplear agua (recomendado**).

• La cantidad de líquido suministrado por vía oral para la rehidratación debe ser superior a la cantidad de líquido perdido (recomendado**).

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Consideraciones relativas a la aplicación

Los tipos de líquidos para rehidratación oral varían de un país a otro. Por lo tanto, es importante que los materiales educativos informen de las soluciones preparadas disponibles a nivel local y de la forma de crear soluciones cuando no se dispone de líquidos prepreparados. Además, es importante saber que los líquidos de rehidratación oral se elaboran normalmente pensando en las pérdidas diarreicas y son diferentes de las “bebidas deportivas”, que están dise-ñadas principalmente para combatir la transpiración y la pérdida insensible de agua durante el ejercicio.•Dar consejos para prevenir la deshidratación, por ejemplo, no exponer la

cabeza ni el cuerpo a un calor excesivo, especialmente si no se está habituado a un clima cálido (por ejemplo, un turista procedente de un país con tempera-turas moderadas que va de vacaciones al trópico).

•Usar un sombrero (especialmente los niños pequeños y bebés).•Usar ropa fresca que permita la circulación del aire.•Beber lo suficiente durante el día, aumentar la ingesta habitual de líquido por

lo menos en 1-2 litros.•Evitar las actividades deportivas de larga duración alrededor del mediodía o

las horas de la siesta.•Aplicar a la piel filtros solares de alta protección.•Dar tiempo al cuerpo para adaptarse al medio ambiente, especialmente las

personas no acostumbradas a un clima cálido y húmedo.

Problemas de salud causados por la altitudIntroducción

Si bien comúnmente no se la percibe como un peligro, la altitud puede causar problemas de salud. El grupo de problemas se conoce como mal de altura, e incluye el mal agudo de montaña, el edema pulmonar por altura y el edema cerebral por altura. Estas afecciones representan el efecto patológico de la altitud causado por la exposición aguda a una baja presión parcial de oxígeno a gran altura.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

• Las víctimas del mal agudo de montaña deben descender o detener el ascenso y esperar a que mejoren los síntomas. No se recomienda continuar el ascenso con síntomas (recomendado**).

• Las víctimas de edema pulmonar por altura y edema cerebral por altura deben descender lo antes posible (recomendado**).

• Los escaladores u otras personas con experiencia pueden, después de que desaparezcan los síntomas, continuar el ascenso si para salir es preciso ascender antes de descender, pero si la enfermedad progresa el descenso es obligatorio (opcional*).

• Los socorristas adestrados en el uso del oxígeno pueden administrarlo a las víctimas de mal agudo de montaña, edema pulmonar por altura y el edema cerebral por altura (opcional*).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

• Los socorristas pueden ayudar a las víctimas administrándoles sus medicamentos recetados para el mal de altura, como la acetazolamida o dexametasona, en base a las instrucciones del prospecto (opcional*).

• Los socorristas deben proteger a las víctimas del mal de altura del frío o calor excesivos (recomendado**). Esto es especialmente importante para las víctimas del edema pulmonar por altura.

Referencia: 429

Consideraciones relativas a la aplicación

Los turistas, especialmente aquellos con afecciones médicas anteriores, que ascienden a una gran altitud rápidamente (por ejemplo, cuando usan funicu-lares para llegar a las cimas de las altas montañas), pueden desarrollar el mal agudo de montaña o de altura. También se pueden observar los síntomas en los deportistas de montaña adiestrados y experimentados al llegar a grandes alturas, como las que hay en la región del Himalaya. El esfuerzo físico o las afecciones médicas crónicas concurrentes aumentan el riesgo de sufrir el mal agudo de montaña o de altura.

Las afecciones relacionadas con la altura se producen cuando las personas que se encuentran a gran altitud no tienen suficiente oxígeno en la sangre (hipoxia), porque la presión barométrica del aire es demasiado baja. A medida que aumenta la altitud, el aire se hace más “delgado” y se inhala menos oxígeno con cada respiración. El problema de altura más común es el mal agudo de montaña. Esta afección se produce comúnmente en una persona que acaba de llegar reciente-mente a una altitud de 6.500-8.000 pies (aproximadamente 1.980-2.440 metros). Si los signos y síntomas del mal agudo de montaña aparecen en altitudes más bajas, pueden ser el resultado de otras afecciones, tales como deshidratación o golpe de calor. Si no se trata, el mal agudo de montaña puede evolucionar a afec-ciones más severas, como el edema pulmonar o el edema cerebral por altura. Este último es causado por la acumulación de líquido en el tejido cerebral. Si no se trata, puede causar la muerte. El edema pulmonar por altura es causado por la acumulación de líquido en los espacios de aire de los pulmones. Si se acumula mucho líquido, la persona no puede respirar adecuadamente y puede morir.

En la mayoría de los casos de mal de altura, los síntomas son leves y pueden incluir los siguientes:•mareos o sensación de vahído, cansancio, dolor de cabeza;•náuseas o vómitos;•pulso acelerado, aumento del ritmo cardíaco;•dificultad para respirar, que empeora con el agotamiento.

En los casos más severos del mal de altura se acumula líquido en los pulmones (edema pulmonar) y se produce una dificultad extrema para respirar. También puede observarse una inflamación del cerebro (edema cerebral). Esto puede causar estado de confusión, coma y, si no se trata, la muerte. Los síntomas gene-ralmente asociados con una afección más severa de altitud son los siguientes:• coloración azulada de la piel (cianosis);•opresión en el pecho o congestión;• tos y tos con sangre;• confusión; •disminución de la conciencia o retraimiento de la interacción social.

Al evaluar a la víctima, es preciso observar, escuchar y sentir si se dan los siguientes signos y síntomas.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Los signos y síntomas del mal agudo de montaña incluyen:• reciente llegada a una altitud de unos 6.500-8.000 pies (aproximadamente

1.980-2.440 metros) o más;•dolor de cabeza;•pérdida del apetito;•náuseas con o sin vómitos;• insomnio;• lasitud (cansancio inusual o agotamiento).

Los signos y síntomas del edema cerebral agudo son: •pérdida de coordinación, o ataxia (una persona atáxica no puede caminar en

línea recta o estar de pie erguida con los pies juntos y los ojos cerrados);•dolor de cabeza fuerte, que no se alivia con reposo y medicación;• cambios extraños en la personalidad;•posibles convulsiones o coma.

Los signos y síntomas del edema pulmonar agudo incluyen:• tos seca al principio, con dificultad para respirar, incluso en reposo;•dificultad para respirar que se vuelve más pronunciada;•posible dolor en el pecho;• tos que se vuelve más productiva, y que produce en primer lugar un esputo

espumoso, y después un esputo de color rojizo.

Las personas afectadas por edema pulmonar o cerebral agudos pueden nece-sitar terapia hiperbárica, que es un tratamiento y no debe ser utilizado por quienes escalan una cima como método para continuar su ascención.

En todo mal de altura la mejor terapia es el descenso. Incluso en afecciones severas, tales como edema pulmonar o cerebral agudos, el descenso de incluso 1.000-1.500 pies (aproximadamente 305 a 460 metros) puede aliviar la enfer-medad o producir una mejoría espectacular.

Problemas de salud relacionados con animalesLos animales pueden causar múltiples problemas de salud, y en los cursos de primeros auxilios se debe considerar este tema de acuerdo a los aspectos epidemiológicos de la zona. Por ejemplo, es necesario impartir formación sobre las garrapatas y la encefalitis y la borreliosis transmitidas por garrapatas solo si estas enfermedades tienen un impacto real en el lugar. Sin embargo, como hay muchos mitos acerca de las mordeduras de serpiente, la enseñanza de un trata-miento adecuado de primeros auxilios puede ser útil para evitar intervenciones de primeros auxilios que sean potencialmente perjudiciales e innecesarias, incluso si las serpientes peligrosas no son comunes en la zona.

Mordeduras de animalesIntroducción

La gestión de las mordeduras de animales incluye la prevención, el tratamiento local de la herida y la consideración de la introducción de agentes infecciosos en la herida (por ejemplo, Clostridium tetani, la bacteria que causa el tétanos, y la Staphylococcus aureus, que es responsable de la mayoría de las infecciones de la piel).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Resumen de los fundamentos científicos

La aplicación de agua en las heridas causadas por mordedura se basa en los estu-dios en animales para la prevención de la rabia y un estudio en humanos para la prevención de la infección bacteriana. Aplicar agua del grifo, una solución salina o agua y jabón fueron algunas soluciones de irrigación que mostraron buenos resultados, aunque no se han hecho comparaciones directas entre estas intervenciones. A pesar de las múltiples recomendaciones que figuran en las publicaciones sobre el tema y la práctica clínica común, no se encon-traron pruebas sobre los efectos del uso de povidona yodada en las mordeduras. Además, las publicaciones estudiadas en la sección anterior relativa a las heridas también apoyan la aplicación de agua en la herida para evitar infecciones.

Referencias: 430-432

Directrices

•Se debe aplicar agua abundante en las heridas por mordedura humana y animal para minimizar el riesgo de infecciones bacterianas y de rabia (reco-mendado**).

•Se debe poner a la víctima bajo atención médica adicional tan pronto como sea posible para una intervención quirúrgica, vacunación o terapia con medi-camentos, según sea necesario (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Un elemento esencial del tratamiento de las mordeduras de animales es la profilaxis de la rabia. La necesidad depende del animal de que se trata, así como de la prevalencia local de la rabia en las poblaciones de diferentes animales. El material pedagógico debe reflejar las deliberaciones mantenidas con las autori-dades locales de salud pública sobre la necesidad de profilaxis de la rabia.

Mordeduras de serpienteIntroducción

En muchos países, las mordeduras de serpientes venenosas constituyen un grave problema de salud. Además, muchas personas muestran un temor extremo a las serpientes y las mordeduras de serpientes. Incluso en los países donde solo hay serpientes inofensivas, a menudo las personas sienten pánico después de una mordedura del animal y es posible que se le apliquen medidas de primeros auxilios que sean más perjudiciales que beneficiosas.

Resumen de los fundamentos científicos

SucciónLa mayoría de los datos han demostrado que la succión no ofrece ningún beneficio o incluso puede causar daño cuando se trata de neutralizar el envene-namiento por mordedura de serpiente. Si bien antes se pensaba que la succión podía servir para extraer el veneno, los estudios han demostrado que no es cierto; como mucho, y solo en un estudio, sirvió para retirar un volumen insig-nificante (0,04%). Las series de casos y los estudios en animales han demostrado su poca utilidad, y un estudio adicional en animales demostró que las víctimas a las que se había practicado la succión murieron antes que las demás. Otros estudios con uso de dispositivos han demostrado evidencia visual de daños en los tejidos o la posibilidad de daños.

Referencias: 433-437

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

CompresiónSe ha enseñado comúnmente el uso de la compresión asistida por la inmo-vilización de la extremidad con la mordedura de serpiente para prevenir la diseminación sistémica o una mayor difusión sistémica del veneno. Desafortunadamente, dos estudios con voluntarios demostraron que la capa-cidad de retención de esta técnica es pobre.

Este método de compresión e inmovilización se apoya en dos estudios en animales y uno en seres humanos. Uno de los estudios demostró la conveniencia de un vendaje de compresión con una presión aproximada de 55 mmHg, y uno de los modelos animales y un estudio sobre seres humanos usando veneno de simulacro demostró que la compresión reducía el flujo linfático y la absorción del veneno. En varios de estos estudios la compresión estaba combinada con la inmovilización de la extremidad, y de hecho, en un estudio se puso de mani-fiesto que la compresión o la inmovilización utilizadas por separado no eran útiles. Un estudio no indicó ningún resultado adverso cuando las presiones se mantuvieron entre 40 y 70 mmHg, lo que puede determinarse de forma aproxi-mada mediante la introducción de un dedo debajo del vendaje compresor. Una posible preocupación acerca del uso del vendaje compresor es que el veneno puede provocar solo efectos locales, o efectos locales que son mayores que los efectos sistémicos, lo que en teoría agravaría la lesión local. Con todo, al menos dos estudios en animales no corroboraron esta premisa.

Referencias: 438-443

Levantamiento de la extremidadNo hay estudios controlados, ya sea en personas o animales, para evaluar la práctica de alzar una extremidad después del envenenamiento por mordedura de serpiente. La única prueba que pudo encontrarse fueron estudios retrospec-tivos no sujetos a control sobre las maneras de atender a las personas mordidas por una serpiente con utilización de diferentes técnicas, entre ellas la elevación de una parte del cuerpo. Todos los estudios determinaron que las víctimas respondieron bien a cuidados sencillos de apoyo (en lugar de antídotos), pero ninguno en concreto se centró en la técnica de alzar la extremidad, por sí sola o en comparación con otras intervenciones.

Referencias: 444-447

Directrices

•En caso de envenenamiento por mordedura de serpiente no conviene emplear la succión, porque es ineficaz y puede ser perjudicial (recomendado**).

•En los primeros auxilios, después de una mordedura de serpiente se debe neutralizar el veneno mediante la compresión y la inmovilización de las extremidades, realizadas correctamente (recomendado**).

•Cuando se aplica compresión en caso de mordedura de serpiente, la presión aplicada debe estar entre 40 y 70 mmHg (recomendado**). Esto se puede verificar comprobando que hay espacio para introducir un dedo debajo del vendaje de compresión (opcional*).

•No hay estudios que permitan formular recomendaciones a favor o en contra de la técnica de levantar la extremidad después del envenenamiento por mordedura de serpiente.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

Los socorristas deben comunicarse con los centros biológicos locales para recabar asesoramiento sobre los tipos de serpientes que viven en la zona y la potencia de su veneno. La mayoría de las personas tienen muy poco conoci-miento sobre las serpientes y los riesgos que conllevan. Puede ser útil mostrar fotos de las serpientes más comunes en las diferentes regiones, tanto de serpientes inofensivas como peligrosas.

En las regiones en que hay serpientes muy venenosas:•Es preciso ponerse en contacto con el centro biológico local para averiguar

dónde y cómo conseguir un antídoto para las víctimas de mordeduras de serpientes venenosas, y los tratamientos específicos que son necesarios.

•En el curso de primeros auxilios conviene incluir información sobre cómo llegar a estos centros y/o las líneas telefónicas disponibles, así como dónde obtener información y asesoramiento adicional.

MedusasIntroducción

El contacto con medusas puede provocar punzadas dolorosas y reacciones alérgicas. Este problema es común en muchas playas en todo el mundo, donde las personas que practican deportes acuáticos pueden tener contacto con medusas. En la mayoría de los casos, se producen reacciones de picor (que a menudo parecen quemaduras) de importancia menor, pero en algunas partes del mundo hay especies muy peligrosas, por ejemplo, la carabela portuguesa (Physalia physalis), la medusa de la caja o avispa de mar (Carybdea alata) y la ortiga del mar (Chrysaora quinqecirrha).

Resumen de los fundamentos científicos

Agentes tópicos: se han evaluado agentes tópicos en general para prevenir nuevas descargas de nematocistos y reducir el escozor agudo provocado por el contacto con las medusas. La experiencia ha demostrado que ciertos agentes tópicos, en especial de vinagre, en dos estudios realizados en animales, y una purina de bicarbonato de sodio, en otro estudio, previenen o disminuyen la descarga de más nematocistos. El vinagre (con ingrediente activo de 4,6% de ácido acético) diluido en agua también ha demostrado ser un inhibidor eficaz de nematocistos para la medusa de caja y el grupo de animales irukandji, que pueden tener efectos letales. Otros estudios han señalado que los aerosoles comerciales, el ablandador de carne y el agua dulce no reducían el dolor, y un estudio indicó que la papaína, el ablandador de carne (por lo general papaína o bromelaína) o el vinagre son menos eficaces que el calor para aliviar el dolor. Otros estudios han demostrado que en el caso de la medusa azul (Physalia utriculus), el vinagre acentúa el envenenamiento de los nematocistos.

Inmersión en agua caliente o fría: la conveniencia del agua caliente para reducir el dolor después del contacto con una medusa se apoya en cuatro estudios. Un solo estudio se refirió a los beneficios del agua fría, pero dos estudios no informaron sobre un alivio significativo por acción del frío.

Inmovilización por presión: los elementos aconsejan que se evite usar la presión, que según se ha demostrado en los dos estudios en animales, provoca una mayor liberación de veneno, incluso en los nematocistos ya quemados.

Referencias: 448-473

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directrices

•En las zonas donde hay medusas mortales, los socorristas deben llamar de inmediato a los servicios médicos de urgencia y, al mismo tiempo que se proporcionan otros tratamientos, deben evaluar y tratar las vías respiratorias, la respiración y la circulación (recomendado**).

•Todas las zonas en contacto con medusas se deben lavar con mucho vinagre (solución de ácido acético al 4,6%) para impedir que siga el envenenamiento y neutralizar a los nematocistos. Si no se dispone de vinagre, se puede utilizar en su lugar y para los mismos fines una purina de bicarbonato de sodio (recomendado**). Esta aplicación debe hacerse tan pronto como sea posible, y durante al menos 30 segundos. Si se identifica inequívocamente a la medusa como medusa azul (Physalia utriculus), no se debe utilizar vinagre, ya que provoca un mayor envenenamiento (recomendado**).

•No se recomienda la aplicación tópica de sulfato de aluminio, ablandador de carne o agua para aliviar el dolor (recomendado**).

•Si después de un contacto con una medusa no se dispone de vinagre, los soco-rristas pueden retirar los tentáculos adheridos con los dedos debidamente protegidos, y enjuagar con agua de mar la zona con escozor para eliminar las células urticantes que sean visibles (opcional*).

•Después del tratamiento para retirar y/o neutralizar los nematocistos, conviene una inmersión en agua caliente para reducir el dolor (recomen-dado**). La inmersión en agua caliente debe durar hasta que el dolor se calme, o por lo menos 20 a 30 minutos (recomendado**).

•Si no hay agua caliente, se puede utilizar calor seco o compresas frías para calmar el dolor (opcional*).

•En ciertas regiones, según la especie de medusas de que se trate, se puede recurrir a la terapia de frío, en lugar de la inmersión en agua caliente, para aliviar el dolor (opcional*).

• Para la inmersión en agua caliente, la víctima debe seguir las siguientes instrucciones:

• tomar una ducha caliente o sumergir la parte afectada en agua caliente, tan pronto como sea posible;

•usar el agua tan caliente como se pueda tolerar, o a 45º C (113º F) si se puede regular la temperatura del agua;

• el tratamiento deberá durar por lo menos 20-30 minutos, o mientras dure el dolor.

•Si no se dispone de agua caliente, puede también ser útil aplicar compresas calientes secas, o como segunda opción, bolsas de hielo seco para disminuir el dolor (opcional*).

•No se recomiendan vendajes de compresión para el tratamiento de las quema-duras por contacto con medusas (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

El escozor intenso provocado por el contacto con medusas, hidroides urticantes y corales urticantes es causado por la descarga simultánea de varios miles de cápsulas urticantes microscópicas llamadas nematocistos. Cada nematocisto contiene una pequeña dosis de veneno, y en contacto con la piel de la víctima provoca una sensación de quemadura. Los efectos del veneno pueden variar de un dolor agudo a complicaciones potencialmente mortales, cuando se trata de contacto con especies que se encuentran en ciertos lugares del mundo, como Australia tropical.

Dos especies de medusas pueden provocar envenenamiento que podría ser mortal:

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02. Directrices sobre primeros auxilios

• la medusa de caja grande (Chironex fleckeri), un animal grande que habita en estuarios y costas y produce una zona de escozor de gran tamaño, con un intenso dolor inmediato en la piel, y que puede causar un paro cardíaco en pocos minutos;

• la medusa irukandji (que incluye las especies Carukia barnesi, Malo, Alatina, Gerongia y Morbakka) produce una sensación de escozor menos intensa en la piel, seguida en 5-40 minutos por un dolor generalizado severo, náuseas y vómitos, dificultad para respirar, sudoración, inquietud, y una sensación de “final inminente”, así como posible insuficiencia cardiaca, edema pulmonar y derrame cerebral hipertenso.

Debido a las variedades de medusas, incluso dentro del mismo género de medusas, es difícil desarrollar un algoritmo de tratamiento sencillo que se pueda aplicar de forma general. En muchos casos, el socorrista no será capaz de identificar la medusa responsable de la quemadura, lo que complica aún más el proceso de tratamiento. Sería conveniente que cada socorrista conociera la fauna marina de la región. Por lo tanto, cuando utilicen las directrices, las Sociedades Nacionales deben aplicarlas sobre la base de los tipos de medusas locales, e incluso pueden ser necesarias varias opciones para las diferentes regiones del país. En las zonas donde son frecuentes las medusas tropicales peligrosas (por ejemplo, medusa de caja o irukanji), o si no se puede determinar claramente que la especie causante de la quemadura es inofensiva, lo más seguro es tratar a la víctima con vinagre. A los fines pedagógicos, es útil ponerse en contacto con las organizaciones locales de seguridad marina o recursos hídricos, para obtener:• fotos de las medusas locales e información biológica básica, por ejemplo,

dónde se encuentran las medusas en la región, qué tipos son más comunes, información específica sobre su potencial alérgico, etc.;

• fotos de zonas del cuerpo afectadas por contacto con las medusas.

InsectosIntroducción

Algunos insectos no son dañinos en sí mismos, pero funcionan como vectores para la transmisión de enfermedades como el paludismo o la encefalitis trans-mitida por garrapatas.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.

Directrices

• Para eliminar una garrapata, se debe agarrar la garrapata tan cerca de la piel como sea posible, con una pinza o tenaza muy fina, y extraerla de la piel gradualmente, pero con firmeza. El sitio de la picadura se debe desinfectar cuidadosamente con alcohol u otra solución antiséptica de la piel. Se debe evitar apretar la garrapata durante la extracción, pues debido a la compresión se puede inyectar material infeccioso en la piel (opcional*).

•Se debe evitar el uso de gasolina, petróleo y otros solventes orgánicos para sofocar las garrapatas, o quemar la garrapata con una cerilla (recomendado**).

•Si el paciente desarrolla una erupción, debe consultar a un médico para ver si está indicado el uso de antibióticos o vacunas (opcional*).

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Consideraciones relativas a la aplicación

Los socorristas deben estar coordinados con sus centros médicos locales para averiguar qué enfermedades relacionadas con insectos son comunes en la región, así como las medidas preventivas a tomar, tales como:•utilizar repelentes;•utilizar mosquiteros;•usar camisas de manga larga y pantalones largos, especialmente al amanecer,

cuando estos insectos están activos;•ponerse en contacto con el personal médico para determinar cómo prevenir

estas enfermedades, por ejemplo, mediante la vacunación contra la encefalitis transmitida por garrapatas o productos farmacéuticos para la prevención del paludismo;

•obtener imágenes de estos insectos y de los problemas médicos que pueden causar, por ejemplo la borreliosis, así como información sobre dónde se dan estos problemas.

En el material educativo puede ser útil incorporar información adicional sobre enfermedades transmitidas por garrapatas. En Europa y América del Norte, varias especies de garrapatas ixodes son vectores de infecciones transmitidas por ese insecto. Una infección grave es la borreliosis de Lyme, o enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi. Entre los síntomas típicos pueden mencionarse fiebre, dolor de cabeza, fatiga y una erupción cutánea característica llamada eritema migrans. Si no se trata, la infección puede propa-garse a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso. En la mayoría de los casos la enfermedad de Lyme se puede tratar eficazmente con antibióticos.

Las medidas para prevenir la enfermedad de Lyme consisten en utilizar repelente de insectos, extraer rápidamente las garrapatas, y mantener una ordenación integrada del paisaje y las plagas.

Las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme ocasionalmente pueden comunicar otras enfermedades de las que son vectores, como la encefalitis transmitida por garrapatas.

Ahogamiento y síndrome de descompresión de los buceadoresEn muchas playas y centros deportivos son comunes los problemas de salud derivados de la práctica de deportes acuáticos. Por lo tanto, los socorristas deben tener conocimientos en este ámbito.

El ahogamiento es el proceso por el que se sufren dificultades respiratorias debido a la inmersión en un líquido, generalmente agua. Las consecuencias para la víctima pueden ser la muerte, la morbilidad o la ausencia de morbilidad. Se entiende por “proceso de ahogamiento” la secuencia continua que comienza cuando las vías respiratorias de la persona se encuentran por debajo de la super-ficie del líquido y la víctima intenta voluntariamente sostener su respiración. Esto puede ir seguido de un período involuntario de espasmo de laringe a raíz de la presencia de un elemento irritante (es decir, que no sea aire) en la orofaringe o la laringe. El proceso desencadena una cascada de hipoxia en que, en la mayoría de los casos, la víctima aspira activamente líquido e ingiere grandes cantidades de líquido en el sistema gastrointestinal. Si no se la socorre y/o no se invierte esta cascada, la hipoxia aumenta y sobreviene una falla multisistémica.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Proceso de reanimación de personas ahogadasIntroducción

La reanimación da mejores resultados si se mantiene despejada una vía de aire para permitir que el oxígeno llegue a algunos tejidos funcionales de los pulmones y reducir al mínimo la obstrucción de la aspiración. Con el tiempo se han introducido, examinado e incluido en los protocolos del proceso de reanimación de personas ahogadas varios métodos para eliminar el agua, los desechos y el vómito desde el sistema respiratorio superior (orofaringe). En el proceso de reanimación, la compresión de la parte abdominal superior supone un mayor riesgo de precipitar el reflujo del contenido gastroesofágico y su poste-rior aspiración. Esta compresión no ayuda a expulsar suficiente agua de las vías respiratorias o los pulmones para contribuir a la reanimación. Además, dicha técnica puede retrasar y complicar el inicio de la reanimación cardiopulmonar efectiva. Durante el proceso de asfixia, la prioridad es establecer una vía de aire y dar ventilación. Aunque desde el punto de vista fisiológico se sabe de forma intuitiva que se necesita oxígeno en el aire inspirado, no se sabe en cambio si se necesita oxígeno suplementario y si la administración de oxígeno suple-mentario producirá algún efecto perjudicial durante el proceso de reanimación de los ahogados. A pesar de que no hay pruebas derivadas de la investigación, algunos expertos han consignado que las víctimas de asfixia por inmersión pueden necesitar una concentración de oxígeno superior al 16% y al 21% que se suministra en general durante la respiración asistida o cuando se utiliza para la reanimación la mascarilla de ventilación de bolsa y válvula, sin oxígeno suplementario.

Resumen de los fundamentos científicos

Gestión del paso de aireLos elementos extraídos de nueve series de casos retrospectivos por observación y estudios de casos y 11 trabajos examinados por pares por consenso apoyan la afirmación de que la gestión del paso de aire por las vías superiores es una cuestión importante en el proceso de reanimación de las personas ahogadas. La eliminación de cualquier obstrucción de las vías superiores puede ser el paso más importante para revertir la cascada de hipoxia, que a menudo se complica con la regurgitación y el vómito, ya sean espontáneos o provocados por el proceso de rescate, reanimación y transporte. Las publicaciones apoyan la tesis de despejar la vía respiratoria y comenzar la ventilación tan pronto como sea posible.

SucciónNo se ha estudiado bien la eficacia de la succión en las víctimas de asfixia por inmersión. Existe un consenso general de que la cantidad de fluido que se puede expulsar de los pulmones por medio de técnicas de drenaje, como la succión, la compresión del abdomen o el drenaje postural, es escasa o nula; ello se debe a que después de unos minutos de inmersión, el agua se absorbe en la circula-ción. El consenso general es que la reanimación debe iniciarse antes de intentar retirar los fluidos de las vías respiratorias o los pulmones; incluso es posible “oxigenar y ventilar eficazmente a las víctimas a través del líquido abundante de un edema pulmonar”. Si la vía respiratoria está completamente obstruida, las publicaciones indican que el caso se debe tratar como una obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño.

Compresiones abdominalesUn examen de las pruebas determinó que ningún estudio ha demostrado que la maniobra de Heimlich ayude a extraer el líquido de los pulmones de las

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

personas ahogadas. Como el agua en las vías respiratorias o los pulmones de los ahogados no se considera una obstrucción de las vías por un objeto sólido, la primera persona que socorra a una persona ahogada no debe realizar compre-siones abdominales subdiafragmáticas sobre la víctima. Varios investigadores han citado la preocupación de que una compresión abdominal pueda causar regurgitación.

Posición de la víctimaVarios estudios y opiniones de consenso han apoyado las siguientes afirma-ciones acerca de la posición de la víctima.• La víctima debería estar colocada, en la medida de lo posible, en una verda-

dera posición lateral, con la cabeza relajada para permitir el drenaje libre de líquidos.

• La posición debe ser estable, y se debe evitar cualquier presión en el pecho que dificulte la respiración.

•Debe ser posible voltear a la víctima hacia el lado y volverla a poner sobre la espalda con facilidad y seguridad, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de una lesión cervical.

Reanimación en el agua Las publicaciones han mostrado que la reanimación en el agua ofrece a la víctima una posibilidad 4,4 veces mayor de sobrevivir. La prioridad es practicar rápidamente una respiración asistida para revertir la cascada de la hipoxia y prevenir un paro cardíaco. Practicar la respiración asistida en aguas poco profundas es un método seguro y eficaz. Este método puede ser útil también en aguas profundas, si las condiciones son seguras; por ejemplo, si hay un reanimador adiestrado, con ayuda de un dispositivo de flotación, o dos o más socorristas adiestrados. Un estudio modelo realizado con un pequeño maniquí mostró que era posible practicar la reanimación en el agua utilizando una versión modificada de la segunda etapa (boquilla) de un regulador de buceo estándar para permitir una ventilación con presión positiva intermitente mediante una máscara o una vía de aire del obturador esofágico.

OxígenoLos mecanismos fisiológicos y los elementos empíricos apoyan la afirmación de que durante el proceso de asfixia por inmersión se necesitan niveles fisiológicos de oxígeno para reanimar a las víctimas; sin embargo, ninguna investigación indica que para alcanzar los niveles de oxígeno normales en la reanimación se necesite oxígeno suplementario. Algunos estudios publicados han demostrado que el uso del aire espirado (16% de oxígeno) o el aire ambiente (21% de oxígeno) en la reanimación permite alcanzar niveles de oxígeno fisiológicamente normales en el paciente. Estos estudios, sin embargo, abarcan a muchos tipos de pacientes de reanimación, no exclusivamente a ahogados. Además, algunos estudios sobre el uso de oxígeno suplementario en la reanimación han demos-trado que los pacientes logran niveles de oxígeno en la sangre superiores a los fisiológicos. Estos y otros estudios indican que esos niveles suprafisiológicos de oxígeno se asocian con peores resultados desde el punto de vista neuroló-gico. Aunque no hay estudios sobre el uso de oxígeno suplementario por parte de socorristas en el proceso de reanimación de ahogados, se han publicado opiniones de expertos y declaraciones de políticas y directrices de organiza-ciones profesionales que recomiendan el uso de oxígeno suplementario en ese proceso.

CompresiónLos pocos estudios existentes sobre la técnica de compresión en el agua han demostrado que no es eficaz emplear esta técnica. Hubo un estudio con

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02. Directrices sobre primeros auxilios

utilización de un maniquí y un pequeño informe de prácticas de compresión realizadas por buzos o salvavidas entrenados en operaciones de socorro, en los que se rodeaba a la víctima con los brazos y se le comprimía el tórax mante-niendo las manos sobre el pecho. Aunque teóricamente posible, esta técnica no se puede extrapolar a otros contextos, ya que el reanimador disponía de la ayuda del equipo de buceo, en particular de un dispositivo de control de la flota-bilidad u otro dispositivo de sustentación, y la víctima podía recibir ventilación con un regulador de presión positiva y de adherencia hermética.

Referencias: 474-539

Directrices

•En la formación de socorristas para el rescate y la reanimación de personas ahogadas se les deben impartir conocimientos para liberar una vía de aire (obligatorio***).

•En la reanimación de ahogados, la prioridad será despejar una vía para el paso del aire en las vías respiratorias superiores y practicar rápidamente la respiración asistida (obligatorio***).

•Se recomienda la reanimación en el agua con el fin de despejar una vía de aire y gestionar la ventilación en las siguientes circunstancias: aguas poco profundas, un reanimador adiestrado con dispositivos de flotación en aguas profundas y tranquilas, o dos o más reanimadores adiestrados (recomen-dado**).

•No se recomienda intentar esta técnica de reanimación en aguas profundas si hay un solo socorrista sin dispositivo de flotación. En este caso, la prioridad debe ser rescatar a la víctima y llevarla a la costa (recomendado**).

•Se pueden practicar ventilaciones en el agua utilizando un regulador de buceo o una válvula de demanda modificada para su uso en el agua (opcional*).

•No conviene aplicar en el agua la técnica de compresión (obligatorio***).•Se puede practicar la compresión en el camino de la costa, y si es posible

colocar a la víctima sobre un objeto sólido, como una tabla de salvamento (opcional*).

•En caso de una víctima inconscientes o en proceso de recuperación, o durante el transporte de una víctima de ahogamiento, se la debe colocar de la forma más parecida posible a una posición verdaderamente lateral, con la cabeza relajada para permitir el libre drenaje de líquidos (opcional*).

•En el proceso de reanimación de una persona ahogada no se recomienda la succión orofaríngea de rutina (recomendado**).

•Si la víctima ha estado sumergida, se deben utilizar la succión y métodos manuales para despejar la orofaringe obstruida por el vómito u otras partí-culas que impidan la ventilación (recomendado**).

•En el proceso de reanimación de una persona ahogada se puede aplicar un suplemento de oxígeno, siempre que ello no retrase las otras tareas de reani-mación, por ejemplo, despejar la vía respiratoria y proporcionar ventilación, y practicar la compresión, según sea necesario (opcional*).

Lesión cervical en personas ahogadasIntroducción

En esta sección se incluye, como evidencia extrapolada, información sobre la lesión cervical en personas ahogadas, para poder reconocer la lesión y restringir los movimientos de la víctima en caso de sospecha de lesión, con citación de las limitaciones. Véase también riesgo de lesión cervical en las víctimas de trauma-tismos en general.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Resumen de los fundamentos científicos

La mayor parte de las pruebas de inmovilización de la columna se extrapolan de todas las lesiones medulares, no solo las relacionadas con la asfixia por inmersión. Las lesiones de la médula a causa de actividades acuáticas son poco frecuentes. A menos que la persona tenga un historial de actividad de gran impacto y riesgo elevado (por ejemplo, buceo, esquí acuático, asalto, uso de un vehículo a motor o permanencia en una playa en que la acción de las olas es de moderada a intensa) y haya signos clínicos de la lesión o déficit neurológico evidente, es poco probable que una persona ahogada presente una lesión medular. En cambio, las víctimas que presentan un cuadro de activi-dades de gran impacto y riesgo elevado, así como características poco fiables (como intoxicación), o signos evidentes de lesión, son las más propensas a una lesión medular, y se las puede ser identificar con cierta seguridad a los fines de restringir los movimientos de la columna y proceder a la inmovilización. No se observaron lesiones cervicales en los ahogados por sumersión que se dedicaban presuntamente a actividades de poco impacto y bajo riesgo, como nadar, bañarse, caminar en el agua, pescar y bucear. Aunque un solo estudio de caso sujeto a control no demostró la eficacia de la inmovilización de primeros auxilios para los pacientes con lesión medular, en ausencia de un estudio pros-pectivo y controlado, la opinión de consenso es recomendar que se restrinjan los movimientos de la columna y se inmovilice a determinadas víctimas de asfixia por sumersión.

Referencias: 540-549

Directrices

•Si es necesario practicar la reanimación y no es posible hacerlo eficazmente en el agua, se debe sacar al ahogado del agua y tratar de reanimarlo por el medio más rápido disponible (recomendado**).

•Se restringirán los movimientos de la columna y se inmovilizará a la víctima durante el transporte solo cuando se haya lesionado debido a una actividad de gran impacto y riesgo elevado (por ejemplo, buceo, esquí acuático, surf o permanencia en playas en que la acción de las olas es moderada a intensa) y la persona presente un estado poco fiable (como intoxicación) o lesión (reco-mendado**).

•Si no se puede despejar las vías respiratorias ni crear ventilación eficazmente en el agua, debe ser retirar rápidamente a la víctima del agua, incluso cuando pudiera haber lesión cervical (recomendado**).

•Si la víctima está en riesgo de lesión cervical, los socorristas deben restringir manualmente los movimientos de la columna durante la evaluación inicial, siempre que dicha restricción no impida la creación de una vía de aire y una ventilación eficaz (recomendado**).

•Si están adecuadamente formados, los socorristas puede utilizar la inmovili-zación de la columna (opcional*).

Enfermedad por descompresión (o del buceador)Introducción

El buceo se ha convertido en un deporte muy difundido en los últimos veinte años en muchos lugares del mundo. Como sucede con la mayoría de las activi-dades deportivas, este deporte puede tener repercusiones en la salud.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Resumen de los fundamentos científicos

Un amplio estudio de casos retrospectivos demostró que los buceadores que experimentan problemas por descompresión requieren menos recompresiones y tienen una mayor probabilidad de recuperación completa si los primeros auxi-lios incluyen oxígeno normobárico.

Referencia: 550

Directrices

•En los casos de descompresión (véase infra), los socorristas deben administrar oxígeno (si está disponible), lo que puede reducir sustancialmente los síntomas (recomendado **).

• Los socorristas deben llamar a los servicios médicos de urgencia de inmediato e indicar la probabilidad de descompresión para que se pueda arreglar el tras-lado de la víctima a una cámara de descompresión lo antes posible, ya que la recompresión es el único tratamiento real para las víctimas de esta afección (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Los socorristas deben tener información sobre los recursos locales para emer-gencias de buceo y el acceso a la terapia hiperbárica si está indicado. El servicio Diver Alert Network (DAN), o red de alertas de buceo, está accesible los 365 días del año, las 24 horas del día, tel. +1-919-684-9111.

Síndrome de descompresión

El malestar provocado por la descompresión resulta de una reducción de la presión circundante a un cuerpo. Abarca dos afecciones: el accidente de descompresión y la embolia gaseosa. Se cree que el primero está causado por la formación de burbujas de gas en los tejidos y produce daños locales, mientras que la embolia gaseosa aparece cuando las burbujas entran en la circulación, viajan a través de las arterias y causan daño a los tejidos a distancia al bloquear el flujo sanguíneo a nivel de los capilares.

El principal factor de riesgo para el síndrome de descompresión es una reduc-ción en la presión ambiental, pero entre otros factores pueden mencionarse el buceo en profundidad o por una duración prolongada, el agua fría, el ejercicio intenso en profundidad y el ascenso rápido.

Accidente de descompresiónEl accidente de descompresión es el resultado de una descompresión inade-cuada después de la exposición a una mayor presión. Durante la inmersión, los tejidos del cuerpo absorben el nitrógeno del gas que se respira en proporción a la presión del entorno. En la medida en que el buceador permanece expuesto a la presión, el gas no presenta ningún problema. Pero si la presión se reduce demasiado rápido, el nitrógeno sale del líquido y forma burbujas en los tejidos y el torrente sanguíneo. Esto suele ocurrir cuando la persona infringe o se acerca demasiado a los límites de la tabla de buceo, pero también puede ocurrir aunque se hayan seguido las reglas aceptadas.

Los signos y síntomas suelen aparecer entre 15 minutos y 12 horas después de salir a la superficie, pero en casos graves los síntomas pueden aparecer antes de salir a la superficie o inmediatamente después. Los síntomas incluyen:

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

• fatiga inusual;• comezón en la piel; •dolor en las articulaciones y/o los músculos de los brazos, piernas o tronco;•mareo, vértigo, zumbido en los oídos;• entumecimiento, hormigueo, parálisis;•dificultad para respirar.

Embolia gaseosaSi la persona que práctica buceo sale a la superficie sin espirar, el aire atra-pado en los pulmones se expande durante el ascenso y puede romper el tejido pulmonar (el llamado barotrauma pulmonar), lo que libera burbujas de gas en la circulación arterial. Las burbujas se distribuyen por todos los tejidos del cuerpo en proporción al flujo sanguíneo. Como el cerebro recibe la mayor proporción de flujo de la sangre, es el principal órgano en que las burbujas alojadas en las arterias pequeñas pueden interferir en la circulación.

Los síntomas de la embolia gaseosa son los siguientes:•mareo; •dolor en el pecho;•desorientación;• espuma sanguinolenta en la boca o nariz;•parálisis o debilidad;• convulsiones;• inconsciencia.

La mayoría de las asociaciones de buceo en todo el mundo recomiendan el oxígeno como medida de primeros auxilios en caso de accidente de descom-presión, y la ley en algunos países exige que los establecimientos de buceo profesional (por ejemplo, las instituciones de formación de buceo, los agentes de buceo profesional) dispongan de reservas de oxígeno, por lo que hay muchas probabilidades de que esté disponible en los sitios de buceo. Por lo tanto, los socorristas deben solicitarlo por propia iniciativa.

Con respecto a los contactos con los proveedores locales de cursos de buceo y/o servicios de cámara de descompresión, se debe informar a los participantes del curso de socorrismo sobre las directrices nacionales aplicables a la embolia gaseosa, incluyendo los procedimientos locales para la atención de ese problema.

ReanimaciónIntroducción

El Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación (ILCOR) se formó en 1993 como un foro de enlace entre las principales organizaciones de reanimación de todo el mundo. En la actualidad, el ILCOR está integrado por representantes de la American Heart Association, el European Resuscitation Council, la Heart and Stroke Foundation del Canadá, el Australian and New Zealand Committee on Resuscitation, los Resuscitation Councils of Southern Africa, la Fundación Interamericana del Corazón y el Consejo de Reanimación de Asia. Un proceso riguroso de evaluación de pruebas mediante hojas de cálculo, la divulgación y gestión completa de posibles conflictos de intereses, y un enfoque centrado en la ciencia en vez de en directrices de tratamiento, permitieron a los parti-cipantes internacionales en la Conferencia de Consenso celebrada en enero de 2010 en Dallas (Estados Unidos de América) alcanzar finalmente un consenso de

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02. Directrices sobre primeros auxilios

manera constructiva y transparente. Los expertos de todo el mundo, entre ellos de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, aportaron su contribución para obtener un consenso óptimo en materia de reanimación y de primeros auxilios.

Estas recomendaciones son propuestas desarrolladas metódicamente que ayudan a definir la armonización de las medidas de salvamento, al proporcionar una síntesis de los actuales elementos científicos demostrados, las experiencias de comunidades sobre el terreno y el dictamen de expertos. Estas directrices de reanimación cubren un número limitado de situaciones. Esta limitación fue deliberada y respondió al fin de asegurar un entendimiento común y un consenso, así como de validar un enfoque de armonización internacional. Sin embargo, para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y de la Media Luna Roja, la reanimación forma claramente parte de los primeros auxilios. Estas recomendaciones se refieren a determinadas situaciones de emergencia que se plantean a los socorristas cuando prestan auxilio a una víctima adulta. En otras situaciones será necesario ajustar el enfoque: cuando las características sean diferentes (por ejemplo, el caso de un niño), haya un desequilibrio entre las necesidades (por ejemplo, el número de víctimas) y la intervención (por ejemplo, el número de socorristas), o se trate de una situación en que los recursos habituales o el entorno han variado (por ejemplo, un sistema de salud desbordado durante una crisis).

Resumen de los fundamentos científicos

Los expertos de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja participan en el ILCOR desde el inicio del proceso en 2010. Fue necesario adaptar el entorno de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, teniendo en cuenta la tarea inmensa que asume el Movimiento, de impartir formación a personas en todo el mundo sin conocimientos en la materia. La Estrategia de 2020 transmite la determinación colectiva de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de avanzar en la lucha contra los principales desafíos que enfrenta la humanidad en la próxima década y prestar primeros auxilios a todo el mundo. Nuestro patrimonio está compuesto por una serie de prácticas y conocimientos eficaces y diversificados de primeros auxilios, desarrollados en el servicio de las comunidades locales.

Directrices

En la formación en primeros auxilios para no expertos en la materia están incluidos el apoyo básico a la vida y ese apoyo a nivel pediátrico, estas direc-trices también incluyen la perspectiva pediátrica para cada situación.

Obstrucción de las vías respiratorias

Véase obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño.

Paro cardíaco

Introducción

La verificación del pulso de la carótida es un método poco preciso para confirmar la presencia o ausencia de circulación. En los primeros minutos de un paro cardíaco, son comunes las respiraciones agónicas (se presentan hasta en un 40% de las víctimas), que pueden contribuir a una mayor supervivencia

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

si se reconoce en ellas el signo de un paro cardíaco (y se inicia el tratamiento). Las respiraciones agónicas son una indicación para comenzar la reanimación cardiopulmonar inmediatamente. Por lo tanto, los socorristas deben comenzar esa reanimación si la víctima está inconsciente (no reacciona) y no respira normalmente.

Resumen de los fundamentos científicos

Se ha procedido a una prueba prospectiva y aleatorizada en que se escogieron al azar recepcionistas de llamadas al teléfono 911 para pedir instrucciones sobre la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones (n = 241) o en compresiones más ventilación (n = 279) en caso de paro cardíaco manifiesto. El resultado primordial fue la supervivencia de la víctima al alta hospitalaria, indicador que fue similar en los dos grupos (reanimación solo con compresión [14,6%] y compresión más ventilación [10,4%]) (p = 0,18). El estudio tenía por objeto detectar una mejora absoluta del 3,5% en la supervivencia, que quedó demostrada; sin embargo, esta mejora no fue significativa estadísticamente en el análisis definitivo.

Ocho estudios de observación también apoyaron el concepto de la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones. En un estudio retrospectivo de todos los casos de paro cardíaco no traumático en Oslo (Noruega) entre 2003 y 2006, la supervivencia fue similar en los pacientes reanimados solo con compre-siones (n = 145; 10% de supervivencia) y pacientes que recibieron la reanimación cardiopulmonar estándar (n = 281; 13% de supervivencia). No hubo diferencias en el subgrupo que había sido testigo de paro por taquicardia ventricular o por fibrilación ventricular. Sin embargo, la falta de diferencia en los resultados clínicos en este grupo no supone necesariamente que no haya diferencia esta-dística en los resultados. El estudio no incluyó ningún cálculo de la potencia en el número de eventos que serían necesarios para concluir fehacientemente que la diferencia de tratamiento no da resultados diferentes. Por ejemplo, un cálculo de potencia rápido sobre la base de una supervivencia del 15% con la reanimación estándar, y dirigido a determinar si las compresiones torácicas continuas estaban asociadas a una peor supervivencia (10%) con una potencia de 0,8 y un valor p de 0,05 requerirían 726 pacientes en cada grupo (1.452 en total). Se trataba de un estudio de observación, no un ensayo, pero el principio es el mismo. Esta limitación se aplica a prácticamente todos los estudios de observación que se describen a continuación, en que no se encontró ninguna diferencia en los resultados.

En un estudio de observación prospectivo realizado en Singapur entre 2001 y 2004, la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones (n = 154) dio resultados similares a los de la reanimación estándar (n = 287) en lo que respecta al retorno de la circulación espontánea (17,5% en relación con 16,7%), la supervivencia hasta el ingreso en el hospital (7,8% en relación con 10,5%) y la supervivencia hasta el alta hospitalaria (2,6% en relación con 2,8%) (p = 1,0). Entre los pacientes con taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, la reani-mación basada solo en compresión producía un mayor retorno de la circulación espontánea inicial, pero no se observaron diferencias en la supervivencia al alta hospitalaria. Los pacientes que recibieron reanimación cardiopulmonar estándar (OR 5,4, IC 95% 2,1-14,0) o reanimación por compresiones torácicas continuas (OR 5,0, IC 95% 1,5-16,4) presentaban más probabilidades de sobrevivir hasta el alta hospitalaria que aquellos que no tuvieron ningún tipo de reanimación.

El estudio SOS-KANTO, un estudio de observación prospectivo en la región de Kanto del Japón (2002-2003), describió el caso de una supervivencia con

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02. Directrices sobre primeros auxilios

resultados neurológicos favorables (categoría de rendimiento cerebral 1 o 2 a 30 días después del paro), y los beneficios de la reanimación basada solo en compresiones (n = 439) en relación con la reanimación estándar (n = 718) entre los pacientes con apnea del sueño, ritmo desfibrilable y reanimación que comenzaron 10 minutos después del paro. Las ventilaciones no mostraron beneficio en ninguno de los subgrupos. La frecuencia de los resultados neuro-lógicos favorables a los 30 días no fue diferente entre el grupo sometido solo a reanimación cardíaca (6%) y el grupo sujeto a reanimación convencional (4%) para toda la cohorte en el análisis univariado (p = 0,15). Sin embargo, la razón de posibilidades ajustada para obtener un resultado neurológico favorable después de la reanimación solo cardíaca fue de 2,2 (IC 95%: 1,2-4,2) en pacientes que recibieron reanimación practicada por pasantes. En la misma región, se informó de una supervivencia de un año, con resultados neurológicos favora-bles para los paros cardíacos ocurridos entre 1998 y 2003. En esta cohorte, la supervivencia de un año con resultados neurológicos favorables fue similar para los que recibieron reanimación basada solo en compresiones (n = 544 y supervivencia de 3,5%) y los que recibieron reanimación con ventilación (n = 783; supervivencia de 3,6%), y mejor que los que no recibieron ningún tipo de reanimación (n = 4902; supervivencia de 2,1%). Para los paros > 15 minutos, la reanimación cardiopulmonar con ventilación había mejorado la supervivencia (2,2%) en relación con la reanimación basada solo en compresiones (0%) y la ausencia de reanimación (0,3%).

En un estudio de observación prospectivo realizado en Ámsterdam de 1995 a 1997, en los 41 pacientes que recibieron reanimación basada solo en compre-siones realizadas por pasantes, la supervivencia hasta el alta hospitalaria fue similar a la de los que recibieron compresiones (15%) y ventilaciones (14%). Una vez más, se determinó que la reanimación cardiopulmonar era mejor que la ausencia de reanimación (6%) en términos de supervivencia al alta hospita-laria. Otro gran estudio de observación prospectivo efectuado en Suecia entre 1983 y 1995 determinó que de 9.877 casos de paro cardíaco, un 3% (n = 228) recibió reanimación basada solo en compresiones practicadas por pasantes. En este estudio, a los fines del análisis se combinó la reanimación solo con compresión con la reanimación solo con ventilación (n = 620), y se determinó que la reanimación cardiopulmonar completa (compresiones y ventilaciones) daba mejores resultados. Sin embargo, la reanimación cardiopulmonar solo con compresión no se evaluó como un grupo separado. Hay dos estudios de observación prospectivos realizados en Bélgica, uno de 1983 a 1987 y otro de 1983 a 1989. El primero determinó que la reanimación cardiopulmonar con o sin ventilación (n = 998) era mejor que la ausencia de reanimación (n = 2005). La reanimación basada solo en compresiones (n = 258) mostró a los 14 días después del paro una supervivencia global de un 9%, y 15% si las compresiones eran de calidad elevada. Sin embargo, la reanimación cardiopulmonar solo por compre-sión no mostró beneficio en la supervivencia, si la calidad de la reanimación era deficiente. El segundo estudio concluyó que la reanimación basada solo en compresión (n = 263) mostraba a los 14 días una supervivencia (10%) similar a la de la reanimación estándar (16%), que era mejor que la ausencia de cualquier tipo de reanimación (7%).

Hay tres estudios de casos de control antes y después de la aplicación de un protocolo para los que prestan auxilios en casos de emergencia prehospita-laria, que utilizaron con un paciente compresiones torácicas continuas sin ventilación. Estos estudios no evaluaron las compresiones torácicas continuas practicadas por pasantes, sino más bien el uso de esas compresiones como parte del protocolo de reanimación practicado por profesionales. En Wisconsin, un protocolo para la reanimación instituido en 2004 requiere que el personal de

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

los servicios médicos de urgencia realice 200 compresiones seguidas de análisis del ritmo, con o sin desfibrilación. Las compresiones torácicas continuas se reanudaron inmediatamente después de un análisis del ritmo y desfibrila-ción. Se difirió hasta la llegada de un segundo socorrista el despeje de la vía respiratoria, que consistía en asegurar un paso de aire patente oral-faríngeo y administrar oxígeno por mascarilla de válvulas unidireccionales. Si se está ante un paro cardíaco y el tiempo de inactividad es de menos de doce minutos, no se procede a la respiración asistida y la ventilación asistida hasta que se haya recuperado la circulación espontánea o que se hayan completado tres ciclos de compresiones cardíacas, seguidas de análisis del ritmo y desfibrilación. El primer estudio evaluó la supervivencia de las víctimas el primer año después de establecerse este protocolo (2004 a 2005), en el que hubo 33 paros cardíacos con ritmo desfibrilable, en relación con la supervivencia de víctimas en los dos años antes de que el protocolo se instituyera (2001-2003), periodo en que hubo 92 paros con ritmo desfibrilable, y el personal de los servicios médicos de urgencia siguió las directrices de la American Heart Association de 2000. En los pacientes que tuvieron un paro cardíaco con testigos y ritmo desfibrilable, la supervivencia (20% en relación con 57%) y la supervivencia neurológica intacta (rendimiento cerebral de categoría 1) (15% en relación con 48%) mejoraron en el grupo sometido a compresiones torácicas continuas. El mismo grupo fue evaluado nuevamente durante el período 2004-2007 y, de nuevo, en aquellos pacientes que tenían un paro con testigos y ritmo desfibrilable (n = 89), la super-vivencia era mayor en el grupo que recibió compresiones torácicas continuas (39% en relación con 15% de supervivencia neurológica intacta). Es importante señalar que estos estudios no evaluaron la reanimación cardiopulmonar reali-zada por socorristas ocasionales o profanos, y no incluyeron todos los casos de paro cardíaco.

Un protocolo similar se utilizó en Arizona. En este estudio, se evaluaron los casos de paro cardíaco en dos ciudades metropolitanas. Se realizaron análisis adicionales sobre el cumplimiento del protocolo, que incluyeron a 60 depar-tamentos adicionales de bomberos. El personal prehospitalario practicó 200 compresiones ininterrumpidas seguido de un análisis del ritmo, con o sin desfibrilación, seguido de 200 compresiones torácica y luego una verificación del pulso y análisis del ritmo. La intubación y el suministro de oxígeno de alto flujo se difirieron hasta que se practicaron tres ciclos de compresiones. La supervivencia global hasta el alta hospitalaria mejoró después de establecerse el protocolo (36/668, 5,4% en relación con 4/218, 1,8%) y la fibrilación ventricular con testigo (23/131, 17,6% en relación con 2/43, 4,7%). En el análisis de cumpli-miento, se determinó que 1.799 de 2.460 (73%) no cumplían con el protocolo, si bien 50 de 62 (81%) departamentos de bomberos no habían recibido capacitación acerca de ese protocolo. La supervivencia también fue mayor cuando el personal de los servicios médicos de urgencia cumplía con el protocolo.

Se identificaron 17 estudios con animales en que se evaluaron los resultados de la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones. La mayoría de estos estudios se realizaron en un grupo, y se utilizó un modelo de paro por fibrilación ventricular en porcinos. No se trató la fibrilación ventricular en periodos de diferente duración; se distribuyó a los animales al azar entre el grupo que recibió reanimación cardiopulmonar consistente en compre-siones torácicas continuas y el que recibió compresiones con ventilaciones de duración variable, seguido de apoyo vital cardiaco avanzado. Los resultados en los grupos sometidos a compresiones torácicas continuas fueron similares, de una supervivencia de 24 horas y supervivencia con rendimiento neuroló-gico normal. En un estudio, la compresión torácica continua durante cuatro minutos, seguida por una compresión-ventilación, en una relación de 100:2,

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02. Directrices sobre primeros auxilios

mostró una mayor supervivencia con el sistema neurológico intacto que si se empleaban solamente las compresiones torácicas continuas. En otro estudio con el mismo modelo de paro por fibrilación ventricular en porcinos, concebido para simular la intervención de un solo socorrista, en que las compresiones se inte-rrumpían durante dieciseis segundos para proceder a ventilaciones en el grupo de reanimación cardiopulmonar estándar, la supervivencia con el sistema neurológico intacto mejoró en los animales que recibieron doce minutos de compresiones torácicas continuas. La supervivencia con rendimiento neuro-lógico intacto también mejoró en los animales que recibieron compresiones torácicas continuas, seguidas por una combinación de compresión-ventilación en una relación de 30:2. También se evaluaron los resultados de las compre-siones torácicas continuas en presencia de un tubo endotraqueal ocluido. La supervivencia con sistema neurológico intacto seguía siendo similar a la de la reanimación cardiopulmonar estándar. Se alteró el modelo, para incluir la oclusión de la arteria coronaria izquierda descendente anterior, seguida de fibrilación ventricular. En este estudio, la supervivencia fue similar entre los animales que recibieron compresiones torácicas continuas y compresiones con ventilaciones. Ambos grupos obtuvieron mejores resultados que los animales que no recibieron ninguna reanimación cardiopulmonar durante diez minutos. En un modelo diferente con perros, se evaluó el intercambio gaseoso que se produce durante veinte minutos de compresiones torácicas continuas y la admi-nistración de oxígeno a través del canal de la faringe de una vía respiratoria faríngea traqueal intubada. Los valores de PCO2 y de PO2 fueron similares a los valores antes del paro, y el 73% de los animales fueron reanimados con éxito. En un modelo de paro cardíaco por asfixia, realizado con porcinos por el mismo laboratorio, se determinó que cuando la reanimación cardiopulmonar se inició con presión aórtica de <2 mm Hg, la supervivencia de 24 horas y la supervivencia con sistema neurológico normal fue mayor en el grupo sometido a compresión y ventilación que en el grupo que recibió compresiones torácicas continuas. Sin embargo, cuando la reanimación cardiopulmonar se inició con la presión aórtica mayor (<50 mmHg), la supervivencia de 24 horas fue similar en los casos en que se emplearon compresiones torácicas continuas, compresión y ventilación, y ventilación únicamente. Estos tres grupos mostraron mejores resultados que aquellos en que no se practicó ningún tipo de reanimación.

Entre los estudios adicionales con animales figura un modelo de paro por fibrilación ventricular en porcinos, en que se compararon las compresiones torácicas continuas con la técnica de compresión y ventilación, en una relación de 30:2. Se observó que, aunque un mayor número de cerdos del grupo de 30:2 regresaron a la circulación espontánea en dos minutos, en general no hubo dife-rencias en el retorno de la circulación espontánea. Los datos hemodinámicos fueron similares entre los grupos, pero la oxigenación fue mayor en el grupo de 30:2. Los resultados inmediatos en un modelo con porcinos, en que no se trató la fibrilación ventricular durante diez minutos, y luego se practicaron compre-siones torácicas continuas (100 compresiones por minuto), en comparación con la reanimación cardiopulmonar por compresión-ventilación, con una relación de 30:2, mostraron que el grupo sometido a compresiones torácicas continuas había mejorado en términos de terminación de la fibrilación ventricular (0,5 frente a 0,8), retorno de la circulación espontánea (0,3 frente a 0,59) y supervi-vencia de 20 minutos (0,19 frente a 0,4). También a partir de un modelo porcino de paro por fibrilación ventricular, con 8 minutos de fibrilación ventricular sin tratamiento, seguido de 8 minutos de compresiones torácicas continuas o 10 ventilaciones por minuto, otro laboratorio alcanzó un resultado diferente. A las 24 horas, el grupo que recibió ventilación mostró una mejor supervivencia con sistema neurológico intacto que el grupo al que se practicaron compre-siones torácicas continuas (71% en relación con 44%). Otro modelo pediátrico

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

de paro por asfixia en porcinos determinó un pH más alto y un menor PCO2 en los animales sometidos a ventilación en relación con los que recibieron compre-siones torácicas continuas.

Además, hay varios estudios de ejercicios de simulación sobre reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones, por ejemplo, un estudio de simu-lación por ordenador de cuatro situaciones diferentes (compresiones torácicas continuas, y compresión-ventilación en proporciones de 5:1, 15:2, y 50:5). En el grupo que recibió compresiones torácicas continuas, el resultado cardíaco fue mayor, el PO2 más bajo y el PCO2 más alto. El suministro de oxígeno fue mayor con las compresiones torácicas continuas a los 2 minutos, pero más bajo en las compresiones torácicas continuas a los 6 minutos. El suministro de oxígeno fue más o menos igual para las relaciones de 15:2 y 50:5, que se mantuvo a lo largo de los 6 minutos. Los otros estudios sobre ejercicios de simulación consistían en voluntarios que practicaron la reanimación cardiopulmonar en maniquíes. Estos incluyen un estudio de adultos mayores, asignados al azar en grupos que recibieron compresiones torácicas continuas o compresión-ventilación en una relación de 15:2. Todos podían practicar la reanimación cardiopulmonar durante 10 minutos a los 5 a 7 meses después de la instrucción. Los que reali-zaron las compresiones torácicas continuas hicieron un menor número pausas y uno mayor de compresiones. Un estudio similar evaluó la utilización de compresiones torácicas continuas frente a la técnica de compresión-ventilación, en relaciones de 15:2 y 30:2 por 5 minutos de reanimación cardiopulmonar. La profundidad de las compresiones disminuyó significativamente con el tiempo en el grupo que recibía compresiones torácicas continuas (media <30 mm en 5 minutos). El número de compresiones que se practicaron fue significativamente mayor en el grupo que recibió las compresiones torácicas continuas. La mitad de los intentos de utilizar ventilación no tuvieron éxito. En el grupo de la relación 15:2 se dedicó la mitad del tiempo a la ventilación, y en el grupo de la relación de 30:2 se utilizó el 38% del tiempo. Un estudio del Japón evaluó las competencias en reanima-ción cardiopulmonar un mes después de haberse impartido la formación, y se compararon las aptitudes en reanimación cardiopulmonar estándar con las de compresiones torácicas continuas. Los sujetos en el segundo grupo realizaron un mayor número total de compresiones torácicas, las compresiones eran adecuadas y el tiempo sin compresiones fue menor. Dos estudios con estu-diantes de medicina determinaron que el grupo que practicaba compresiones torácicas continuas lo hacía de forma más adecuada en los primeros 2 minutos, de los 9 minutos de reanimación cardiopulmonar, y que cuando se dieron cursos a los estudiantes en reanimación por compresiones torácicas continuas o reanimación cardiopulmonar estándar, el grupo que realizaba el primer tipo era capaz de hacer las compresiones de manera más adecuada después de 18 meses. En un estudio cruzado de paramédicos, la aplicación de compresiones torácicas continuas contribuyó a aumentar el número de compresiones por minuto. Un ensayo aleatorio de reanimación cardiopulmonar realizado con ayuda de los recepcionistas de llamadas de ayuda entre los voluntarios que practicaban compresiones torácicas continuas o reanimación cardiopulmonar estándar en maniquíes permitió determinar que los que utilizaban la primera técnica completaron cuatro ciclos de reanimación cardiopulmonar antes y con menos pausas. Solo en el 9% de las ventilaciones se suministró el volumen de corriente correcto (entre 800-1.200 cc) en el grupo de compresiones torácicas continuas, y solo el 21% (500-1.200 cc) en el grupo que practicaba reanimación cardiopulmonar estándar; la profundidad de las compresiones fue deficiente en ambos grupos. Otro estudio aleatorio de instrucciones telefónicas para prac-ticar reanimación cardiopulmonar estándar en comparación con la técnica de compresiones torácicas continuas determinó que el segundo grupo realizó más compresiones en diez minutos, con un porcentaje similar de compresiones

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02. Directrices sobre primeros auxilios

a la profundidad adecuada. En el grupo que realizó la reanimación estándar, el volumen de corr iente de ventilación fue adecuado solo en pocos casos.

En resumen, se trata de un ensayo prospectivo y aleatorizado de recepcionistas de llamadas al 911 que dan instrucciones telefónicas, ya sea para la reanima-ción basada solo en compresión o la basada en compresiones con ventilaciones, y la supervivencia hasta el alta hospitalaria fue similar en ambos grupos. Hay ocho ensayos de observación en los que la reanimación fue realizada por un pasante, y en que uno de los grupos practicó la reanimación cardio-pulmonar solo con compresiones. Un estudio demostró que la reanimación cardiopulmonar con compresiones y ventilación dio mejores resultados que la reanimación sin ventilación o sin compresiones; sin embargo, no se evaluó la reanimación basada solo en compresión. En los demás estudios de observación, la reanimación solo con compresiones no dio peores resultados que la reani-mación cardiopulmonar estándar con ventilaciones. Uno de estos estudios no encontró diferencias en los resultados en el análisis univariado; sin embargo, en el análisis multivariado se determinó que la supervivencia había mejorado con la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones, en compara-ción con la reanimación cardiopulmonar estándar. Hay tres estudios de “antes y después” de la aplicación de un protocolo por parte de los servicios médicos de urgencia, en los que figuraban las compresiones torácicas continuas como parte de la reanimación inicial para los paros cardíacos. Dos de estos estudios solo comunicaron los resultados de los paros con un ritmo desfibrilable inicial. El otro estudio incluía todos los paros cardíacos, pero el cumplimiento del protocolo era limitado. La supervivencia mejoró en el grupo después de que se aplicó el protocolo. Varios de los estudios con animales, aunque no todos, que en su mayoría eran por fibrilación ventricular, comunicaron resultados equivalentes o mejorados con las compresiones torácicas continuas. Es impor-tante destacar que los pocos estudios pediátricos en los modelos de asfixia han puesto de manifiesto preocupación por las compresiones torácicas continuas. Una conclusión constante es que cualquier tipo de reanimación cardiopul-monar es mejor que ninguno. En estudios sobre ejercicios de simulación se determinó que las compresiones torácicas continuas son una técnica fácil de recordar y que los sujetos realizan un mayor número de compresiones, aunque el cansancio es mayor. Las ventilaciones no se realizan adecuadamente e insumen una cantidad significativa de tiempo que podría aprovecharse para hacer compresiones.

Recientemente, se publicaron dos estudios basados en la comunidad y un edito-rial conexo en que se abordaba específicamente la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones practicada de forma controlada. En un estudio, de carácter prospectivo, no se observaron diferencias significativas con respecto a la supervivencia a los 30 días entre las instrucciones dadas por un recep-cionista de llamadas de emergencias médicas antes de la llegada del personal de los servicios médicos de urgencia para la reanimación cardiopulmonar con solo compresiones, y las instrucciones para la reanimación cardiopulmonar estándar en pacientes con sospecha atestiguada de paro cardíaco fuera de hospital. El otro estudio también mostró resultados similares en la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones realizadas bajo la dirección de un recepcionista de la llamada de urgencia, en comparación con la reanimación cardiopulmonar estándar, con una tendencia a mejores resultados en algunos subgrupos, aunque sin significación estadística. Las principales conclusiones de los artículos fueron que la reanimación cardiopulmonar basada exclusivamente en compresión, y dirigida por un recepcionista telefónico, tuvo un resultado igual a la de la reanimación cardiopulmonar estándar, y que puede haber una

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

tendencia a mejores resultados en ciertos tipos de víctimas de paro cardíaco (insuficiencia cardiaca, por ejemplo). Ambos artículos a continuación afirman que, ante los mismos resultados y la creencia (aunque no se haya estudiado) de que la reanimación cardiopulmonar basada exclusivamente en la compresión es más fácil de enseñar y más probable de realizar, se debe defender esa técnica en ciertas situaciones. El editorial explica que no existe un estudio definitivo que demuestre el beneficio de la reanimación cardiopulmonar realizada por el personal de los servicios médicos de urgencia con solo compresiones, y si el éxito de la reanimación cardiopulmonar con solo compresiones se limita a la taquicardia ventricular y al paro por fibrilación en adultos.

La reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones es aceptable para un adulto que sufre paros cardiacos fuera del hospital. Las pruebas disponibles no apoyan de forma terminante que ese tipo de reanimación proporcione una ventaja de supervivencia sobre la reanimación cardiopulmonar estándar reali-zada por socorristas ocasionales. Teniendo en cuenta que es más probable que los profanos practiquen la reanimación cardiopulmonar solo con compresiones y sin ventilación, que las ventilaciones en general no se realizan bien, y pueden causar retrasos importantes, y que las instrucciones sobre reanimación cardio-pulmonar con solo compresiones que aconsejan los recepcionista de llamadas de urgencia al 911 toman menos tiempo, se puede decir que esa técnica es la preferida para los socorristas sin experiencia. Los socorristas adiestrados, en cambio, deben practicar la reanimación cardiopulmonar solo con compresiones si no pueden o no quieren realizar la reanimación estándar. Además, después de un período prolongado de reanimación cardiopulmonar es evidente que el socorrista necesita respirar.

Referencias: 551-595

Directrices

• Los socorristas no adiestrados o que han recibido una capacitación mínima y atienden a una víctima adulta deben utilizar la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresión (recomendado**).

• Los socorristas que han recibido una capacitación oficial (y los profesionales) y atienden a una víctima adulta deben utilizar siempre la reanimación cardiopulmonar basada en compresiones combinadas con respiraciones (recomendado**).

•Se debe hacer todo lo posible para comenzar las compresiones cuanto antes y reducir al mínimo las interrupciones entre compresiones (recomendado**).

• Los socorristas que han recibido una capacitación oficial (y los profesionales) y atienden a una víctima adulta, y no quieren o no pueden practicar debido a circunstancias especiales la reanimación cardiopulmonar basada exclusiva-mente en compresiones, pueden reemplazarla por la basada en la compresión con respiraciones (opcional*).

•En el caso de lactantes y niños con paro cardíaco, el método preferido de reanimación cardiopulmonar es el de compresiones con respiraciones (reco-mendado**).

•En el caso de lactantes y niños con paro cardíaco, si los socorristas no quieren, no pueden o no están capacitados para practicar la reanimación con respira-ciones, pueden realizar la basada solo en compresiones (recomendado**).

•En el caso de lactantes, niños y ahogados que no reaccionan y no respiran, se deben practicar respiraciones antes de las compresiones (recomendado**). Conviene practicar dos o cinco respiraciones (opcional*).

•Se puede enseñar a los socorristas profesionales a controlar el pulso, pero sin

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02. Directrices sobre primeros auxilios

que eso suponga prolongar el tiempo de evaluación, e indicar que es preferible hacerlo junto con el control de respiración (opcional*).

• Los socorristas profesionales deben controlar el pulso, y si no están seguros de que haya pulso, deben actuar como si no lo hubiera (recomendado**).

•En el caso de los adultos, el ritmo de compresión puede ser de 100 compre-siones por minuto, sin exceder 120 compresiones por minuto (opcional*).

•En el caso de los adultos, la profundidad de compresión puede ser como mínimo de 5 a 6 centímetros (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

A los efectos de las directrices de reanimación cardiopulmonar, se utilizan las siguientes definiciones de edad:• se entiende por lactante al niño desde el nacimiento hasta 1 año de edad;• se entiende por niño el que tiene más de 1 año de edad hasta el inicio de la

pubertad (se acepta generalmente los 12 años de edad, la presencia de vello axilar o el desarrollo de los senos en las mujeres);

• se entiende por adulto toda persona que ha superado el inicio de la pubertad;• en el caso de los desfibriladores externos automáticos (AED por sus siglas

en inglés, véase más adelante), se debería ampliar las recomendaciones de los fabricantes, que se basan actualmente en niños de 8 años de edad o más jóvenes.

Cada Sociedad Nacional tendrá que determinar las formas de la reanimación cardiopulmonar que se adaptan mejor a sus poblaciones de estudiantes. Entre los factores que deben tenerse en cuenta figuran los recursos de cada Sociedad Nacional, la formación, los programas educativos que se ofrecen, la legislación y reglamentación, la responsabilidad civil y las contribuciones de expertos cien-tíficos, especialmente los servicios médicos de urgencia con la cadena nacional de supervivencia.

Al llamar a los servicios médicos de urgencia, es fundamental proporcionar una descripción adecuada de la víctima.Para las víctimas inconscientes1. Cerciorarse de que el socorrista (y los otros socorristas), la víctima y los

pasantes están en condiciones de seguridad. 2. Tratar de obtener una respuesta de la víctima, sacudiendo suavemente sus

hombros, y preguntarle en voz alta: “¿Está bien?”.

Si la víctima responde1. Dejar a la víctima en la posición en que se la encontró, siempre que ello no

constituya un peligro todavía mayor.2. Tratar de determinar cuál es el problema de la víctima.3. Pedir ayuda si es necesario.4. Evaluar el estado de la víctima con regularidad.

Si la víctima no responde1. Pedir ayuda a gritos, acostar a la víctima sobre la espalda y despejar una

vía de aire utilizando la maniobra frente-mentón (como se describe en los siguientes pasos).

2. Colocar la mano en la frente de la víctima e inclinar suavemente su cabeza hacia atrás, procurando mantener los dedos pulgar e índice libres para cerrar la nariz de la víctima en caso de que requiera respiración asistida (este último paso puede variar según la Sociedad Nacional).

3. Con los dedos en el punto de la barbilla de la víctima, levantar la barbilla para abrir la vía de aire.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

4. Mantener abierta la vía de aire, y mirar, escuchar y sentir si la respiración es normal.

5. Observar el movimiento del pecho y/o el abdomen. 6. Escuchar en la boca de la víctima si hay ruido de respiración. 7. Sentir el aire en la mejilla. 8. Los reanimadores profesionales podrán hacer simultáneamente un control

del pulso.

Nota: en los primeros minutos tras el paro cardíaco, puede suceder que la víctima apenas respire o tome bocanadas de aire poco frecuentes y ruidosas. Esto no debe confundirse con una respiración normal. Conviene observar, escuchar y sentir la respiración de la víctima durante no más de diez segundos para determinar si es normal. Si se tiene alguna duda sobre si respira o no, se debe asumir que no. Del mismo modo, si los socorristas profesionales no están seguros de que haya pulso, deben asumir que no lo hay.

Si la víctima respira1. Colocar a la víctima en posición de recuperación, o HAINES, si se sospecha

que hay lesión cervical. 2. Enviar o ir en busca de ayuda o llamar a los servicios médicos de urgencia. 3. Seguir verificando que la víctima respira normalmente.

Si la víctima no respira (en caso de socorristas ocasionales) y no tiene pulso (en caso de socorristas profesionales)1. Enviar a alguien para pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo auto-

mático (véase abajo) o, si el socorrista está solo, dejar a la víctima y alertar a los servicios médicos de urgencia; luego regresar y comenzar a practicar la compresión torácica (como se describe en los siguientes pasos [puede variar según la Sociedad Nacional]).

2. Arrodillarse al lado de la víctima. 3. Colocar la palma de una mano en el centro del pecho de la víctima. 4. Situar la palma de la otra mano sobre la primera mano, y asegurarse de que

no se hace presión sobre las costillas de la víctima. No se aplicará ningún tipo de presión sobre la parte superior del abdomen o el extremo inferior del esternón óseo (hueso del pecho).

5. Colocarse en posición vertical sobre el pecho de la víctima y, con los brazos rectos, presionar hacia abajo sobre el esternón por lo menos 2 pulgadas (6 a 5 cm) a una velocidad de al menos 100 por minuto (casi dos compresiones por segundo), pero no más de 120 por minuto. Después de cada compre-sión, aflojar totalmente la presión en el pecho sin perder el contacto entre las manos y el esternón; la compresión y la descompresión deben durar la misma cantidad de tiempo.

Combinación de las compresiones torácicas con la respiración asistida1. Después de 30 compresiones, despejar la vía de aire utilizando de nuevo la

maniobra frente-mentón. 2. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de

la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).

3. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado. 4. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia

hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar la mascarilla respiratoria si se utiliza este dispositivo) mientras se observa si el pecho se eleva, durante aproximadamente 1 segundo, como en una respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

5. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca lejos de la víctima (o permitir la exhalación, si se utiliza mascarilla) y verificar que el pecho desciende a medida que el aire sale.

6. Hacer otra inspiración normal, y una vez más espirar el aire en la boca de la víctima, para un total de dos respiraciones asistidas eficaces. No intentar más de dos respiraciones por vez antes de volver a las compresiones torácicas.

7. Sin demora, volver a poner las manos en la posición correcta en el pecho de la víctima y practicar 30 compresiones torácicas más. Contar en voz alta.

8. Continuar con las compresiones torácicas y la respiración asistida en una proporción de 30:2.

9. Parar para reevaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y se aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la reanimación.

Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento examinar la boca de la víctima y retirar cualquier obstrucción y verificar que la inclinación de la cabeza y elevación de la barbilla son adecuadas (como se describe en la sección sobre la atención de la obstrucción de las vías respirato-rias por un cuerpo extraño).

Si hay más de un reanimador presente, los socorristas deben turnarse para practicar la reanimación cardiopulmonar cada 1-2 minutos, para evitar la fatiga. Asegurarse de que las compresiones torácicas no se interrumpan durante el cambio de los reanimadores.

Para la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresión1. Si no se puede o no se quiere practicar respiración asistida, realizar sola-

mente compresiones torácicas. 2. Si solo se practican compresiones torácicas, estas deben ser continuas, a una

velocidad de al menos 100 por minuto. 3. Parar para evaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y se

aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la reanimación.

4. Continuar la reanimación sin interrupción hasta que llegue asistencia médica calificada y se haga cargo de la situación, o hasta que la víctima comience a respirar normalmente.

Si la víctima no respira y tiene pulso (para reanimadores profesionales)1. Enviar a alguien para pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo

automático (véase más abajo).2. Arrodillarse al lado de la víctima. 3. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de

la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).

4. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado. 5. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia

hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar la mascarilla respiratoria si se utiliza este dispositivo) mientras se comprueba que el pecho se eleva, durante aproximadamente 1 segundo, como en una respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.

6. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y observar si el pecho desciende a medida que el aire sale.

7. Continuar practicando las respiraciones a un ritmo de una respiración cada 5 segundos.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

8. Verificar periódicamente el pulso, y si la víctima comienza a respirar y/o moverse llevar a cabo una nueva evaluación exhaustiva.

Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento se debe prestar atención a la posible obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño.

Reanimación de niños (y ahogados)Después de reconocer un paro cardíaco (una víctima que no reacciona y no respira), los socorristas deben:1. practicar de dos a cinco respiraciones asistidas iniciales antes de comenzar

las compresiones torácicas; hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar la mascarilla respiratoria, si se utiliza este dispositivo) mientras se observa si el pecho se eleva, durante aproximada-mente 1 segundo, como en una respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida;

2. mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y observar si el pecho desciende a medida que el aire sale;

3. si el socorrista está solo (socorrista único), practicar la reanimación cardio-pulmonar durante aproximadamente 1 minuto antes de ir en busca de ayuda;

4. comprimir el pecho aproximadamente un tercio de su profundidad. Para un niño <1 año de edad, utilizar dos dedos; para un niño> 1 año de edad, utilizar una o dos manos, según sea necesario para lograr una compresión de la profundidad adecuada;

5. continuar practicando 30 compresiones seguidas de 2 respiraciones;6. parar para evaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y se

aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la reanimación.

Si hay más de un reanimador presente, los socorristas deben turnarse para practicar la reanimación cardiopulmonar cada 1-2 minutos, para evitar la fatiga y utilizar una proporción de 15 compresiones por dos respiraciones. Es preciso asegurarse de que las compresiones torácicas no se interrumpan durante el cambio de los reanimadores.

En caso de un reanimador único, los mismos pasos, o sea, las cinco respira-ciones iniciales y 1 minuto de reanimación cardiopulmonar antes de ir a buscar ayuda, pueden mejorar los resultados para las personas ahogadas. Esta forma modificada de reanimación cardiopulmonar se debe enseñar solo a los que tienen la función específica de atender a potencia les ahogados o a los soco-rristas profesionales (por ejemplo, los salvavidas).

Si la víctima no respira y tiene pulso (para socorristas profesionales)1. Enviar a alguien a pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo automá-

tico (véase abajo) 2. Arrodillarse al lado de la víctima. 3. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de

la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).

4. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

5. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar la mascarilla respiratoria, si se utiliza este dispositivo) mientras se observa si el pecho se eleva, durante aproximadamente un segundo, como en una respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.

6. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y verificar que el pecho desciende a medida que el aire sale.

7. Continuar practicando respiraciones a un ritmo de una respiración cada 3 segundos.

8. Verificar periódicamente el pulso, y si la víctima comienza a respirar y/o moverse, llevar a cabo una nueva evaluación exhaustiva.

Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento se debe prestar atención a la posible obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño.

Desfibrilación externa automáticaIntroducción

Los desfibriladores externos automáticos han demostrado ser seguros y eficaces y permiten la desfibrilación muchos minutos antes de que lleguen los servicios médicos de urgencia con un desfibrilador manual. Los socorristas que utilicen un desfibrilador externo deben continuar la reanimación cardiopulmonar con la interrupción mínima, mientras apliquen el dispositivo, así como durante y después de su uso. Una vez que se ha detectado un ritmo desfibrilable, el desfibrilador automático enviará una descarga sin más intervención del soco-rrista. Los que intervienen deben centrarse en ejecutar las medidas de forma inmediata, siguiendo las instrucciones de las indicaciones de voz.

Resumen de los fundamentos científicos

La desfibrilación inmediata, tan pronto como se disponga de un desfibrilador externo automático, siempre ha sido un elemento clave en las directrices y la enseñanza, y se considera de suma importancia para la supervivencia tras una fibrilación ventricular. Este concepto ha sido cuestionado porque la evidencia sugiere que un período de compresión torácica antes de la desfibrilación puede mejorar la supervivencia cuando el tiempo entre la llamada a los servicios médicos de urgencia y su llegada supera los cinco minutos. Dicho esto, la reco-mendación actual es utilizar un desfibrilador externo automático en cuanto esté disponible, y conectarlo al paciente. Los informes publicados indican que el 42% de los pacientes tratados con desfibrilación de acceso público sobreviven hasta el alta hospitalaria en entornos cuidadosamente controlados. El ensayo de esta desfibrilación, que es una intervención experimental amplia y controlada, demostró una reducción estadísticamente significativa del 11% del riesgo de muerte antes del alta hospitalaria para pacientes que sufren un paro cardíaco de una presunta causa cardíaca en zonas con un programa de desfibrilación de acceso público, en comparación con las zonas en que solo se imparte capacita-ción para la reanimación cardiopulmonar. Esto demuestra que la desfibrilación por testigos mínimamente capacitados mejora la supervivencia hasta el alta hospitalaria de un paro cardiaco, presenciado fuera del hospital, debido a fibri-lación ventricular o taquicardia ventricular.

Los datos también han demostrado que en esta estrategia puede ser necesario un desfibrilador externo automático adecuado para utilizar en pacientes

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

pediátricos, y en su defecto, es aceptable el uso de un desfibrilador para adultos, incluso en lactantes. La fibrilación ventricular no tratada o taquicardia ventri-cular sin pulso causará la muerte si no se practica una desfibrilación inmediata. El desfibrilador externo automático mejora el tiempo para practicar la descarga en muchos lugares fuera del hospital, y ese dispositivo se ha utilizado eficaz-mente en los bebés. Los algoritmos utilizados por el desfibrilador tienen un perfil de seguridad y eficacia aceptable en los bebés. El dispositivo suministra una dosis de energía mayor que la actualmente recomendada, de 02.04 J / kg; sin embargo, se conoce la dosis de energía que es segura. Los limitados datos disponibles sugieren que se pueden utilizar eficazmente altas dosis de energía en niños. Teniendo en cuenta los malos resultados obtenidos si no se procede a tratamiento de la fibrilación ventricular (o si se retrasa el tratamiento), la descarga de alta dosis de energía es aceptable. La energía bifásica probable-mente produce menos daños miocárdicos, sobre la base de datos muy limitados, y sin datos en niños. Los datos no apoyan el uso de un modelo u otro de desfibri-lador externo automático para los niños.

No hay datos en las personas para determinar la superioridad del desfibrilador externo completamente automático o semiautomático en el uso clínico.

Referencias: 596-625

Directrices

•El desfibrilador externo automático estándar se debe utilizar en adultos y niños >8 años de edad (obligatorio***).

• Para los niños entre 1 y 8 años de edad, se deben utilizar, si están disponibles, almohadillas, un adaptador pediátrico o un modo pediátrico (obligatorio***); si estos no están disponibles, el dispositivo deberá utilizarse tal como está en niños entre 1 y 8 años de edad (recomendado**).

•El desfibrilador se puede utilizar para niños <1 año de edad (opcional*).

Consideraciones relativas a la aplicación

Es importante señalar, durante la formación, la importancia de seguir las reco-mendaciones de los fabricantes y las indicaciones de los dispositivos.

Secuencia de uso de un desfibrilador externo automático1. Cerciorarse de que el socorrista (y los otros socorristas), la víctima y los

pasantes están en condiciones de seguridad. 2. Si la víctima está inconsciente y no respira normalmente, enviar a alguien a

buscar el desfibrilador externo y llamar a los servicios médicos de urgencia. 3. Iniciar reanimación cardiopulmonar de acuerdo con las directrices para

paro cardíaco. 4. Tan pronto como llegue el desfibrilador, encenderlo y fijar los electrodos. Si

hay más de un reanimador presente, se debe continuar al mismo tiempo la reanimación cardiopulmonar. Seguir las indicaciones de voz y visuales.

5. Asegurarse de que nadie toque a la víctima mientras el desfibrilador analiza el ritmo.

Si se indica una descarga1. Asegurarse de que nadie toque a la víctima. 2. Pulsar el botón de descarga como se indica (el desfibrilador completamente

automático emitirá la descarga de forma automática). 3. Continuar según las indicaciones de voz y visuales.

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Si no se indica una descarga1. Reanudar inmediatamente la reanimación cardiopulmonar, usando una

relación de 30 compresiones y 2 respiraciones asistidas. 2. Continuar según las indicaciones de voz o visuales. 3. Seguir las instrucciones del dispositivo hasta que llegue ayuda especializada

y se haga cargo de la situación, o que la víctima comience a respirar normal-mente.

Programas de acceso público a la desfibrilación

Todavía no se ha aprovechado plenamente todas las posibilidades del desfibri-lador externo automático, porque se utiliza sobre todo en entornos públicos, mientras que el 60% a 80% de los paros cardíacos ocurren en casas particulares. Los programas de desfibrilación de acceso público y de primera intervención con desfibrilador externo pueden aumentar el número de personas que reciben reanimación cardiopulmonar y desfibrilación precoz, mejorando así la supervi-vencia de las víctimas de un paro cardíaco fuera del hospital. Estos programas requieren una respuesta organizada y practicada, con reanimadores adiestrados y equipados para reconocer emergencias, y servicios médicos de urgencia que practiquen la reanimación cardiopulmonar y utilicen un desfibrilador externo.

El problema logístico para los programas de primera intervención es que el socorrista tiene que llegar antes de los servicios médicos de urgencia tradicio-nales, y, además, dentro de los 5-6 minutos de la llamada inicial, para intentar la desfibrilación en la fase eléctrica o del sistema circulatorio de un paro cardíaco. Sin embargo, las pequeñas ganancias de tiempo que se puedan lograr mediante los programas de primeros auxilios en favor de muchas víctimas residenciales pueden ser más eficaces que las grandes reducciones de tiempo de intervención que se logran con los programas de desfibrilación de acceso público, que tienen un impacto en un número menor de víctimas de paro cardiaco.

Los elementos recomendados para los programas de de desfibrilación de acceso público son una intervención planificada y practicada (evaluación previa de los lugares y mejores lugares para colocar un desfibrilador externo), adiestra-miento de una comunidad y/o de una persona seleccionada en reanimación cardiopulmonar y uso de un desfibrilador externo, un enlace sólido con los servicios médicos de urgencia locales y un programa de mejoramiento continuo de la calidad. Los programas de desfibrilación de acceso público tienen más posibilidades de mejorar la supervivencia de un paro cardíaco si se colocan desfibriladores externos en los lugares donde es probable que se produzcan paros cardiacos delante de testigos. Los lugares adecuados son aquellos en los que haya probabilidad de que ocurra un paro cardiaco por lo menos una vez cada 2 años (por ejemplo, aeropuertos, casinos, instalaciones deportivas). Como aproximadamente del 60% al 80% de los paros cardiacos ocurren fuera del hospital en ámbitos privados o residenciales, la repercusión global de los programas de desfibrilación de acceso público en las tasas de supervivencia es inevitablemente limitada. Aún no se han evaluado programas para poner desfibriladores externos automáticos a disposición del público en las zonas resi-denciales. No se ha demostrado la eficacia de adquirir un desfibrilador externo para uso en el hogar en caso de personas consideradas en alto riesgo de paro cardiaco repentino, por lo que no es recomendable.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Métodos para proporcionar ventilaciónIntroducción

Si bien el suministro de ventilación se ha reducido al mínimo en ciertos proce-dimientos de reanimación, como la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones, esa técnica sigue siendo una aptitud muy importante y forma parte de la secuencia de la atención de los socorristas profesionales y no profe-sionales en la reanimación de lactantes, niños y determinadas víctimas adultas.

Resumen de los fundamentos científicos

El primer estudio del método de boca a máscara determinó que la técnica permitía ofrecer una ventilación efectiva a nueve pacientes adultos en el posto-peratorio. Los operadores podían mantener niveles aceptables de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre en los pacientes sin que experimentaran fatiga, dificultad para respirar o mareos. Los autores indicaron que la técnica presen-taba varias ventajas y podría ser útil en situaciones de emergencia.

Un examen de la bibliografía disponible en que se compara el método de boca a máscara y ventilación con bolsa de reanimación mascarilla-válvula revela que hay muchas preguntas sin respuesta con respecto a estas técnicas que poten-cialmente salvan vidas. Por ejemplo, se desconoce el riesgo real de infección durante el uso de cualquiera de estos métodos. Se necesita más investigación, pero aún así, pueden extraerse algunas conclusiones.

El método de boca a máscara puede ser eficaz para crear un volumen suficiente de corrientes, aunque con mayores picos de presión de las vías de aire y mayor riesgo de ventilación excesiva y de insuflación gástrica que si se utiliza bolsa de reanimación mascarilla-válvula a cargo de dos reanimadores. Esta técnica también puede ser más agotadora para el socorrista que la ejecuta.

El método boca a máscara de ventilación puede ser más fácil de aprender y ejecutar que la técnica de la bolsa de reanimación. Cuando solo hay un soco-rrista para realizar las ventilaciones y las compresiones durante la reanimación cardiopulmonar, la técnica de boca a máscara es más sencilla y rápida, y produce menos interrupciones de las compresiones torácicas.

La mayoría de las marcas de las máscaras de reanimación están disponibles en un tamaño estándar para adultos. Este tamaño es particularmente inadaptado para los niños. En cambio, los dispositivos de reanimación mascarilla-válvula están disponibles en versiones para adultos y niños, con una gama completa de tamaños de máscara.

La ventilación por mascarilla-válvula a cargo de un socorrista es una aptitud compleja, que es más difícil de aprender y ejecutar. Para utilizar esta técnica, el socorrista debe, en primer lugar, seleccionar la máscara y la bolsa de tamaño apropiado. Con una sola mano, debe despejar una vía de aire para la víctima y establecer un cierre hermético adecuado entre la máscara y la cara. Luego, con la otra mano, el reanimador debe enviar el volumen de corriente de aire necesario, presionando la bolsa con una mano, mientras observa a la víctima para comprobar si el pecho se eleva visiblemente. Muchos equipos de reanima-ción tienen dificultades para ejecutar esta operación, sobre todo en adultos. El diseño de la máscara y las variaciones en la técnica influyen en los resultados.

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

02. Directrices sobre primeros auxilios

Con el método de ventilación por mascarilla-válvula a cargo de dos socorristas se puede facilitar el cierre hermético adecuado y el suministro del volumen de corriente de aire necesario, con menos picos de presión de la vía de aire y un menor riesgo de ventilación excesiva y de insuflación gástrica que la técnica de boca a máscara. También permite una mayor concentración de oxígeno suple-mentario y facilita el transporte de la víctima. Puede ser una aptitud más fácil de aprender y ejecutar que la técnica con un solo socorrista.

Referencias: 626-652

Directrices

•Si la ventilación está a cargo de un solo socorrista, se debe utilizar la técnica de boca a máscara, en lugar de la técnica de bolsa de reanimación por masca-rilla-válvula (recomendado**).

•Si hay varios reanimadores, y al menos dos están disponibles para proporcionar ventilación, conviene utilizar la técnica de ventilación por mascarilla-válvula a cargo de dos socorristas, siempre que estén bien adiestrados y tengan expe-riencia en este método (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Sobre la base de los socorristas a los que imparten formación, las Sociedades Nacionales deben determinar si conviene abordar solo los dispositivos de barrera o incluir también el uso de la bolsa de reanimación mascarilla-válvula. Además, sobre la base de creencias y prácticas locales, algunas Sociedades Nacionales pueden optar por permitir en su material el suministro de ventilación sin un dispositivo de barrera, si bien esto no sería coherente con las prácticas actuales de control de la infección.

Apoyo psicosocial y de salud mentalIntroducción

El apoyo psicosocial, como se define en el Centro de Información de la Federación Internacional sobre Apoyo Psicosocial, hace referencia a las medidas dirigidas a las necesidades psicológicas y sociales de los individuos, familias y comu-nidades, después de vivencias críticas, y que tienen como objetivo aumentar la capacidad de recuperación de las personas, grupos y comunidades afec-tados. Esta definición se corresponde con las Directrices sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencia del Comité Permanente entre Organismos (IASC) y está ampliamente aceptada. Las directrices del Comité Permanente indican que en caso de emergencia, las personas se ven afectadas de maneras diferentes y requieren diferentes tipos de apoyo. Una de las claves para organizar el apoyo psicosocial y de salud mental es desarrollar un sistema estratificado de apoyos complementarios que satisfagan las necesidades de los diferentes grupos; estas capas incluyen los servicios básicos y apoyo a la seguridad, la comunidad y la familia, apoyos selectivos no especializados y servicios especializados.

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Los aspectos más básicos de las intervenciones psicosociales de este enfoque en varias capas se integran en la prestación de servicios básicos y de seguridad. Un enfoque psicosocial garantiza la prestación de estos servicios, y siempre de una manera que sea respetuosa y socialmente adecuada. Tales intervenciones pueden consistir en pedir a los agentes responsables que establezcan estos servicios básicos, documentar sus repercusiones en la salud mental y bienestar psicosocial y ejercer influencia en los agentes humanitarios para que los presten de una manera que promueva la salud mental y el bienestar psicosocial. A nivel de la comunidad o la familia, las intervenciones psicosociales apuntan a promover el apoyo social mediante el restablecimiento de los vínculos fami-liares y las redes de apoyo social. Los voluntarios capacitados también pueden ofrecer primeros auxilios psicológicos y ejecutar actividades de apoyo a la capa-cidad de recuperación inherente de los grupos afectados. Los primeros auxilios psicológicos que se describen en The Psychological First Aid Field Operations Guide, 2nd Edition (2006) constituyen un ejemplo de este aspecto tan fundamental del apoyo psicosocial. Un número más reducido de personas puede requerir apoyo centrado en cuestiones y problemas específicos. Esta asistencia puede tomar la forma de intervenciones individuales, familiares o de grupo y debe estar a cargo de personal capacitado y supervisado. En los casos en que las intervenciones más selectivas son insuficientes o se sospecha que hay graves trastornos de salud mental, es importante disponer el envío del paciente a profesionales de la salud mental.

Resumen de los fundamentos científicos

Existe un sólido consenso entre las autoridades reconocidas en cuanto a la defi-nición de apoyo psicosocial y los objetivos que lo sustentan. El objetivo principal es mejorar la capacidad de recuperación y el bienestar psicosocial a través de la prestación de apoyo psicosocial estructurado, que puede mitigar el desa-rrollo de reacciones psicológicas adversas. Diversos expertos y las directrices recomiendan categóricamente, en situaciones de emergencia, intervenciones de apoyo psicosocial que ofrezcan apoyo informativo, práctico y emocional, como los primeros auxilios psicológicos (véanse las directrices NICE, 2005, Guía del IASC, 2009). Tras 30 años de investigación hay pruebas concluyentes de que el apoyo social es un importante factor de protección después de los acontecimientos adversos de la vida y las vivencias traumáticas. Durante este proceso se ha comunicado reiteradamente la gran utilidad de algunos aspectos del apoyo psicosocial como la seguridad y la protección, la promoción dela auto-nomía, el sentimiento de vinculación social, la calma y la esperanza. Se encargó a la Red Europea de Estrés Postraumático (www.tentsproject.eu) que elaborara directrices para la atención psicosocial después de los desastres, que pudieran difundirse a través de Europa y, potencialmente, más allá de ese continente. Dada la limitada base empírica, se decidió que las directrices se elaboraran por consenso entre expertos. Las recomendaciones proponen que se establezca un grupo de múltiples instituciones de planificación de la atención psicosocial para cada ámbito, con intervenciones dirigidas a prestar apoyo general, acceso al apoyo social, físico y psicológico; se ofrecerán intervenciones específicas de salud mental solo si así lo aconseja una evaluación completa.

The Psychological First Aid Field Operations Guide, 2nd Edition (2006), publicado por la Red Nacional de estrés traumático infantil y el Centro Nacional para el síndrome de estrés postraumático caracteriza a los primeros auxilios psicológicos como “de base empírica”. Esta evidencia es suficiente para demostrar que esa asis-tencia es una intervención aceptable, que puede ser prestada por voluntarios adiestrados sin especialización profesional en salud mental, a las personas que han experimentado una vivencia traumática. La citada publicación, y el curso

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02. Directrices sobre primeros auxilios

impartido por los Servicios de Desastres de la Cruz Roja Americana, titulado “Primeros auxilios psicológicos” (DSCLS206A), destinado a los voluntarios que intervienen en casos de desastre, ofrecen un sustento sólido a la credibilidad de esta intervención.

Referencias: 653-663

Directrices

• Los principios básicos del apoyo psicosocial (como lo indican el Centro de Información de la Federación Internacional para el apoyo psicosocial, las directrices del Comité Permanente, así como la publicación Psychological First Aid: Field Operations Guide recomiendan que se incluyan los primeros auxilios psicológicos en todos los programas de capacitación en primeros auxilios (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

El apoyo psicosocial, así como los primeros auxilios psicológicos, deben pres-tarse en colaboración con los servicios de urgencia y junto con conocimientos de primeros auxilios. El apoyo y la supervisión pueden estar a cargo de profesio-nales de salud mental y expertos en apoyo psicosocial. También es importante determinar el tipo de intervención, cuando proceda y sea necesario, e identi-ficar qué proveedor de apoyo psicosocial es el más adecuado para la tarea, con arreglo a los recursos disponibles. Por último, es importante incluir información para las víctimas y los socorristas.

Principios de los primeros auxilios psicológicos

Diferentes profesionales de la salud han estudiado medidas para mejorar la capacidad de recuperación y el bienestar psicosocial tras una vivencia traumá-tica. Los socorristas deben usar las siguientes estrategias de intervención para una persona que ha vivido un suceso traumático. La formación en primeros auxilios psicológicos u otras intervenciones similares de apoyo psicosocial será la plataforma para su aplicación.•Protección y seguridad: garantizar la seguridad y mejorar la protección

inmediata y continua, y favorecer el bienestar físico y emocional. Permitir que la persona tenga un período de descanso y darle la oportunidad de hablar de sus sentimientos y experiencias, si así lo desea. Si la persona comunica pensamientos, sentimientos o emociones en relación con el caso, de forma voluntaria, escuchar con calma y sin prejuicios.

•Evaluación de las necesidades: prestar apoyo práctico y emocional a la persona afectada de acuerdo a las necesidades (por ejemplo, vivienda, asis-tencia financiera, red social, asistencia médica y jurídica).

•Estabilización: en algunos casos, la persona puede tener un estado inicial de “embotamiento”, en el que se estrecha su campo de conciencia y se reduce la atención, con una pérdida de la capacidad para comprender los estímulos (síntomas de la “reacción de estrés agudo”, es decir, una respuesta inmediata y breve a un factor estresante intenso y repentino). Calmar y orientar a las personas abrumadas emocionalmente. Dar a la persona afectada la opor-tunidad de tomar distancia con el suceso traumático. Brindar a los niños la oportunidad de jugar.

• Información: proporcionar a la persona información útil sobre el aconteci-miento, incluido el estado y la localización de los desaparecidos, los recursos en la comunidad y el lugar en que la persona puede buscar ayuda en caso de que los problemas emocionales o anímicos se desarrollen en el futuro, según corresponda. Proporcionar apoyo psicoeducativo en el proceso de curación,

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

explicando que las reacciones normales a situaciones anormales pueden ayudar a preparar a la persona para las reacciones que puedan surgir en los próximos días y semanas, y cómo hacerles frente mejor y de una manera sana.

•Establecer un vínculo con los servicios de apoyo social y de colaboración: se ha determinado que el apoyo social y de otras personas en la misma situación es útil, y debería facilitarse, así como los comportamientos de búsqueda de ayuda. Ayudar a establecer contacto con los principales encargados de prestar apoyo social u otras fuentes de apoyo, como familiares o amigos. Establecer enlaces con los servicios disponibles en el momento o en el futuro.

•Potenciar la autonomía y dar esperanza: ayudar a la persona a asumir una actitud activa y que tome sus propias decisiones siempre que sea posible. Apoyarla en la planificación de pequeños pasos en el futuro cercano.

•Facilitar los rituales apropiados desde el punto de vista cultural: los rituales de duelo y despedida tienen una función importante para promover la capa-cidad de recuperación de un individuo, así como a nivel cultural y social.

Técnicas para apaciguar los comportamientos violentosIntroducción

Los socorristas pueden encontrarse ocasionalmente con una persona propensa a un comportamiento violento.

Resumen de los fundamentos científicos

No hay datos de ensayos aleatorios controlados que evalúen los efectos y la utilidad de las técnicas para apaciguar los comportamientos violentos, como medidas a corto plazo en la prevención de una conducta violenta. La evidencia de la eficacia de las técnicas de neutralización de los comportamientos violentos deriva de los informes de casos, series de casos, cohortes y opiniones y el consenso de expertos.

Sin embargo, tampoco se han encontrado pruebas que desmientan la utilidad de las técnicas de apaciguamiento como forma de prevenir la violencia, o que demuestren que esas técnicas causan daño a una persona propensa a un comportamiento violento.

Referencias: 664-684

Directrices

• Los socorristas deben tener las aptitudes básicas en el manejo de una persona en riesgo de comportamiento violento hasta que se disponga de la ayuda de un profesional de la salud (recomendado**).

• Los profesionales de atención de la salud especializados deben llevar a cabo una evaluación minuciosa e integral del riesgo de violencia y la posibilidad de una enfermedad mental subyacente que favorezca la propensión a la violencia (recomendado**).

•Si se considera que hay riesgo de que una persona pueda cometer actos de violencia, los socorristas adiestrados pueden adoptar técnicas de apaci-guamiento como medidas a corto plazo para prevenir un comportamiento violento (opcional*).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

El riesgo de violencia se evalúa en función de los factores de riesgo de violencia y de la naturaleza del acto violento, si la evaluación se realiza después que el acto se ha perpetrado. Los factores de riesgo de violencia incluyen los siguientes:• edad (mayor riesgo si <30 años);• el sexo (mayor riesgo si es hombre);• relación inestable;• empleo inestable;•historia de comportamientos impulsivos repetidos y problemas con la auto-

ridad;•historia previa de violencia;• trastornos de la personalidad (por ejemplo, de tipo antisocial, de tipo impul-

sivo);•otros trastornos mentales (por ejemplo, esquizofrenia con síntomas psicóticos

relacionados con la violencia, celos morbosos);•historia de problemas en la infancia (por ejemplo, problemas de comporta-

miento y conducta);• consumo de alcohol y otras sustancias;• lesión cerebral;•dolor;• falta de apoyo social.

La naturaleza y las circunstancias de un acto violento que sugieren un mayor riesgo son los siguientes:•acto violento sin que haya habido provocación;•acto violento extraño;• falta de remordimiento y de arrepentimiento;•negación continua en lo esencial;•amenazas de repetición de la violencia;•actitudes negativas hacia el tratamiento si se determina que hay enferme-

dades físicas o mentales;•probabilidad de que se vuelva a producir la provocación o factor desencade-

nante (si se identificó una provocación propicia o desencadenante de la acción violenta);

•abuso de alcohol o de otras sustancias;•dificultades sociales y falta de apoyo social.

Si se considera que hay riesgo de que una persona adopte un comportamiento violento, lo esencial es prevenir la conducta.

Se entiende por “apaciguamiento” la resolución gradual de una situación poten-cialmente violenta o agresiva mediante el establecimiento de límites con el uso de expresiones verbales y físicas de empatía, alianza y no enfrentamiento, basadas en el respeto. Se trata de diluir, negociar y resolver el conflicto, con el objetivo final de reconocer los signos de violencia inminente, para evitarla antes de que suceda. Los socorristas pueden utilizar las técnicas de apaciguamiento que figuran a continucación para acercarse a una persona en riesgo de adoptar conductas violentas.•Adoptar una actitud serena y sincera; mostrar una preocupación auténtica.•Velar por la propia seguridad y la de otras personas presentes en el lugar. Estar

preparado ante la posibilidad de que la persona pueda tener un arma; si es necesario, evacuar a las demás personas a un lugar seguro.

•Mantenerse a una distancia segura de la persona propensa a la violencia.•Situarse en un “ángulo de confianza” en relación con la persona (por ejemplo,

45°).

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

•Mantener una “postura abierta” (por ejemplo, las manos a los lados y las palmas hacia afuera).

•Evitar tocar a la persona propensa a un acto de violencia.•Vigilar los signos de violencia (por ejemplo, observar la expresión facial y la

postura).•Hablar con la persona proclive a la violencia en un tono tranquilo y rela-

jante y no de forma provocativa o de enfrentamiento (por ejemplo, asentir con la cabeza para mostrar que se le está escuchando, utilización de frases “abiertas”).

•Hacer declaraciones de empatía como: “Entiendo que pasa por un momento difícil y me gustaría entender por qué está tan enfadado”, pero tratar de mantener una postura objetiva y no demasiado emocional ni hablar dema-siado acerca de las emociones.

•Animar a la persona a que exponga sus razones para estar triste o agitada (centrarse en la situación y su problema, no en su intención de actuar).

•Sostener el contacto con la persona y mantenerla hablando hasta que tenga tiempo para calmarse.

•Escuchar a la persona sin una actitud crítica.•Mantenerse firme y transmitirle a la persona con decisión y empatía que no se

le permitirá que se haga daño a sí misma o a otros. En su caso, proporcionar refuerzos positivos e indicar otras formas para resolver las dificultades o problemas sin necesidad de la violencia.

• Preguntar sobre el apoyo social y los recursos de la persona.• Llamar pronto para pedir ayuda, especialmente si la persona parece muy alte-

rada emocionalmente y no se calma (por ejemplo, llamar al equipo de crisis, una ambulancia o la policía).

•Enviar a la persona al hospital a los fines de evaluación y tratamiento, si es necesario.

Ataque de pánicoIntroducción

Un ataque de pánico es un episodio peculiar de ansiedad durante el cual una persona experimenta miedo y aprensión, y la ansiedad llega a su punto máximo en 10-15 minutos. Durante el ataque, la persona puede tener múltiples síntomas somáticos como palpitaciones, dificultad para respirar con hiperventilación, dolor en el pecho, sudoración abundante, mareos y desvanecimiento y náuseas, miedo a morir, miedo a perder el control y miedo a desmayarse. Un accidente o una vivencia traumática pueden desencadenar un ataque de pánico. Es impor-tante que los socorristas sepan cómo tratar a una persona afectada por una crisis.

Resumen de los fundamentos científicos

Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; la siguiente directriz se basa en opiniones de expertos.

Directriz

• La persona que experimenta un ataque de pánico debe ser evaluada y tratada por un profesional de la salud mental (recomendado**).

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02. Directrices sobre primeros auxilios

Consideraciones relativas a la aplicación

Puede ser difícil para los socorristas reconocer o distinguir entre los síntomas más comunes de mucha ansiedad y los “ataques de pánico” en situaciones de emergencia. Sin embargo, los socorristas capacitados pueden utilizar los siguientes métodos para ayudar a una persona que pueda estar teniendo un ataque de pánico:• ser consciente de que las molestias en el pecho y la falta de aliento pueden ser

causadas por problemas físicos como un ataque al corazón o asma; en caso de duda, enviar a la persona a un hospital para que reciba tratamiento;

•hablar con la persona de una manera tranquila y sin prisas. Expresarse lenta-mente, con frases claras y cortas;

•preguntar a la persona si sabe si sus síntomas son causados por un ataque de pánico;

•animar a la persona a inspirar por la nariz y espirar por la boca lentamente;• tranquilizar a la persona explicándole que su ansiedad y el malestar somá-

tico se reducirán gradualmente y que la enfermedad no pone su vida en peligro.

Explicar a la persona que los síntomas somáticos son causados por la ansiedad y que desaparecerán una vez que se calme. Sin embargo, si inter-preta erróneamente que los síntomas somáticos tienen su origen en graves problemas físicos, su ansiedad aumentará, y se acentuará aún más la inten-sidad de los síntomas somáticos, con lo que se creará un círculo vicioso ( véase la figura 1):

Figura 1: Círculo vicioso en el ataque de pánico

Ansiedad

Síntomas somáticos

Ansiedad

Interpretación errónea

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Estrés extremo y síndrome de estrés postraumáticoIntroducción

Los acontecimientos importantes no pertenecientes a la experiencia cotidiana y que plantean una amenaza grave, real o percibida o imaginada, acompañada de sentimientos de impotencia, horror o terror, pueden causar un estrés extremo o traumático.

Las reacciones comunes al estrés extremo pueden ser ansiedad y miedo, vigilia constante y reacciones de sobresalto; falta de concentración y memoria; imágenes intrusivas e intrusiones sensoriales, trastornos del sueño como pesadillas; sentimientos de culpa, tristeza e ira; entumecimiento emocional y disminución del interés, así como evasión mental y comportamental. Estas reacciones pueden estar acompañadas de síntomas físicos como tensión muscular y temblores o sacudidas; dolores y malestares; náuseas, vómitos o diarrea, alteraciones del ciclo menstrual o pérdida de interés en el sexo.

Es importante tener en cuenta que estas reacciones y síntomas son una respuesta normal a un acontecimiento anormal. Es el mensaje que se debe transmitir a las personas afectadas, ya que las reacciones pueden ser inter-pretadas como signos de enfermedad o trastorno mental. Por lo general, las personas tienen capacidad de recuperación y estas reacciones poco a poco se desvanecen, y con el tiempo desaparecen. Se puede promover esa capacidad de recuperación prestando diferentes formas de apoyo psicosocial, incluidos los primeros auxilios psicológicos. Sin embargo, en algunas personas estas reacciones pueden ser muy acentuadas o persistir durante un largo periodo o empeorar. En tales casos, es importante intervenir, ya que se pueden producir graves problemas de salud mental que requieren ayuda profesional.

El síndrome de estrés postraumático es una respuesta patológica prolongada a una vivencia traumática; en algunos casos, esta respuesta se puede retrasar. En general, este síndrome no es un trastorno muy común (las tasas de prevalencia son más bien bajas). Hoy en día el enfoque de la psicotraumatología se centra más en la capacidad de recuperación y menos en los trastornos.

Los síntomas básicos del síndrome de estrés postraumático son similares a las reacciones agudas al estrés extremo, pero de larga duración. Incluyen:•hiperexcitabilidad, por ejemplo, ansiedad persistente, irritabilidad, insomnio,

falta de concentración;• intrusiones, por ejemplo, imágenes, olores o sonidos intrusivos intensos

(intrusión sensorial), sueños angustiosos recurrentes;• evasión, por ejemplo, dificultad para recordar los acontecimientos estresantes

a voluntad, evasión de los elementos que recuerdan esos acontecimientos, desapego, incapacidad para sentir emociones (insensibilidad), disminución del interés en las actividades.

Al ser testigos de acontecimientos traumáticos, los socorristas también están expuestos al riesgo de desarrollar reacciones de estrés y síndrome de estrés postraumático. Es importante que sean conscientes de esta circunstancia, y busquen ayuda si es necesario.

Resumen de los fundamentos científicos

El apoyo social es uno de los principales factores de protección después de una vivencia traumática (véase supra). El apoyo psicosocial, incluidos los primeros

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02. Directrices sobre primeros auxilios

auxilios psicológicos y el apoyo informativo, práctico y emocional, son muy recomendables después de un trauma.

Referencias: 685-698

Directrices

• Para las personas o grupos que han experimentado una vivencia traumática, es muy recomendable el apoyo psicosocial prestado por profesionales de la salud mental capacitados durante el primer mes después de la exposición al acontecimiento traumático (recomendado**).

•No es de esperar que los socorristas puedan hacer un diagnóstico de síndrome de estrés postraumático. Sin embargo, en caso de reacciones o síntomas de estrés especialmente acentuadas o persistentes, los socorristas deben recabar la ayuda de profesionales de la salud, como un psicólogo clínico o un psiquiatra (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

Aunque el síndrome de estrés postraumático no es muy común, algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar esa afección después de un acontecimiento traumático. Los factores de riesgo para el síndrome de estrés postraumático son:•antecedentes de exposición a un acontecimiento traumático anterior;•amenaza subjetiva a la vida (la persona cree que se va a morir);• falta de apoyo social positivo;•antecedentes de trastornos psiquiátricos;• sensación intensa de pérdida del control;•proximidad del acontecimiento;•alto grado de disociación durante el hecho traumático;•alto grado de excitación psicofisiológica inmediatamente después de la

vivencia traumática;•pérdida de recursos.

Ideas suicidasIntroducción

No es raro que los socorristas encuentren a una persona que expresa ideas de suicidio. Sin duda, es necesario que profesionales de la salud capacitados procedan a una evaluación exhaustiva e integral del riesgo de suicidio. No obstante, hasta que se disponga de la ayuda de un profesional de la salud, es importante que los socorristas tengan conocimientos básicos de cómo tratar a una persona en riesgo de suicidio.

Resumen de los fundamentos científicos

Los comentaristas han calificado de mito la creencia de que preguntar a alguien directamente sobre el suicidio puede “inducir” a un intento de suicidio. No hay estudios que avalen que el hecho de interrogar sobre pensamientos o inclina-ciones suicidas aumenta el riesgo de suicidio. Por el contrario, un experimento aleatorio controlado mostró que ello no aumenta el riesgo de suicidio. Las opiniones de los expertos apoyan la creencia de que esas preguntas en general no intensifican la angustia de la persona, ni precipitan un intento de suicidio. Cuando la pregunta se formula adecuadamente, la persona se siente más comprendida y atendida.

References: 699-707

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Directriz

•Si se considera que una persona tiene ideas de suicidio, los socorristas entre-nados le deben preguntar directamente sobre esos pensamientos suicidas. Esas preguntas no precipitarán un intento de suicidio. En cambio, si se le formulan de manera adecuada, la persona se sentirá atendida (recomendado**).

Consideraciones relativas a la aplicación

La profundidad y el nivel de evaluación y de intervención deben basarse en el nivel de formación y apoyo del socorrista. Esto puede variar entre los diferentes países y los programas de enseñanza de primeros auxilios.

El riesgo de suicidio se evalúa sobre la base de los factores de riesgo para el suicidio y las circunstancias del intento de suicidio, si la persona ha hecho la tentativa. Los factores de riesgo para el suicidio son:•depresión;•psicosis;• sexo (el cociente de riesgo entre el hombre y la mujer es de 2:1);• edad (a mayor edad, mayor es el riesgo);• ser soltero, separado, divorciado o viudo;•abuso de alcohol o de sustancias;•antecedentes de intentos de suicidio;•plan de suicidio;• falta de apoyo social;• enfermedades crónicas (por ejemplo, dolor crónico).

Las circunstancias de un intento de suicidio fallido que indican un mayor riesgo son:•planificación por adelantado;•precauciones para evitar que se descubra;•ningún intento de obtener ayuda después;•actos finales (por ejemplo, escribir una nota de suicidio o hacer un testamento,

transferir ahorros a la cuenta de un pariente cercano, pedir a alguien que ayude a cuidar de hijos pequeños);

•método peligroso (por ejemplo, una dosis letal de medicamentos, un método violento); también se debe considerar la percepción de la persona de la leta-lidad del método utilizado.

Los socorristas pueden utilizar los siguientes enfoques para una persona con ideas suicidas:•hablar con calma y sin prisas;• expresar empatía;• tener en cuenta de la propia seguridad y la de otras personas en la zona (una

persona con pensamientos suicidas puede tener elementos como objetos punzantes con intención de hacerse daño a sí mismo);

•animar a la persona a hablar sobre sus pensamientos y planes de suicidio, y los problemas que conducen al suicidio, como forma de supervivencia, incluida la ambivalencia entre el deseo de vivir y la voluntad de morir, si persiste;

• escuchar sin una actitud crítica;•preguntar sobre el apoyo social y los recursos de la persona;•animar a la persona a buscar ayuda profesional;•asegurarse que la persona suicida no se queda sola; pedir a familiares o

amigos de la persona que la acompañen en el hospital u otro centro médico;

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02. Directrices sobre primeros auxilios

• si la persona parece exaltada y no se la puede calmar, pedir ayuda (por ejemplo, llamar al equipo de crisis, una ambulancia o la policía).

La evaluación minuciosa e integral del riesgo de suicidio y la posibilidad de una enfermedad mental subyacente para el riesgo de suicidio debe estar a cargo de profesionales capacitados en atención de salud.

Educación

IntroducciónLas Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son la prin-cipal fuerza en todo el mundo para impartir formación en primeros auxilios a personas sin preparación en la materia. Con todo, la cantidad no basta, y es preciso también centrarse en la calidad. Las prácticas de formación actuales de la Cruz Roja se pueden mejorar. Es esencial impartir formación continuada de primeros auxilios para mantener los conocimientos y aptitudes de los soco-rristas, sobre todo cuando esos conocimientos no se utilizan con frecuencia. Esta es la razón de ser de las clases de reciclaje en primeros auxilios. Todas las aptitudes deben practicarse y mejorarse.

Una manera de mejorar la formación es aumentando el nivel de condiciones apegadas a la realidad. Una cosa es estar en una sesión de capacitación, y otra muy distinta es aplicar lo aprendido en el aula en una situación real. Para aprender a abordar los factores que pueden afectar la eficacia de la prestación de primeros auxilios, por ejemplo, hacer frente a la presencia aterradora de sangre o de una persona con paro cardíaco, es importante llevar a cabo ejerci-cios de simulación. Los socorristas deben estar preparados para hacer frente a ese tipo de estrés.

Otro paso importante de la enseñanza es la evaluación. El propósito de la evaluación basada en la competencia es reunir pruebas suficientes para demos-trar que los individuos pueden cumplir o ajustarse a las normas especificadas en una función especificada. Debemos tener en cuenta algunas diferencias clave en el enfoque de la evaluación basada en la competencia: el enfoque se centra en los “resultados”, la evaluación es individualizada, no hay clasificación en porcentajes, no hay comparación con otros resultados individuales, se deben cumplir todas las normas (requisitos), el proceso es permanente (lleva a mayor desarrollo y evaluación) y los juicios que se formulan solo son “competente” o “aún no competente”.

Lamentablemente, la educación en primeros auxilios y reanimación continúa estando insuficientemente documentada, y quedan muchas preguntas sin respuestas basadas en pruebas. ¿Cuál es la mejor manera de impartir cono-cimientos de primeros auxilios? La experiencia muestra que las aptitudes comienzan a deteriorarse casi desde el momento en que un curso ha finali-zado. ¿Cómo se puede garantizar que, una vez aprendidas, las competencias se conserven para poderlas aplicar cuando sea necesario? Los avances en la tecnología proponen un creciente número de atractivas técnicas de simula-ción. El análisis de la bibliografía genera más preguntas y no proporciona una respuesta definitiva.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

Efectividad de la formación en primeros auxilios sin reanimación destinada a personas legasIntroducción

En caso de accidente, lesión o dolencia repentina, los primeros auxilios propor-cionados por transeúntes pueden salvar vidas y limitar las lesiones mientras se espera la llegada de ayuda por parte de profesionales. Se publican muchos informes acerca de la efectividad de la formación en primeros auxilios en una amplia selección de de revistas biomédicas, en diferentes idiomas, y en perió-dicos asociados con distintas prácticas especializadas, razón por la cual es difícil obtener una estimación válida del conocimiento en ese ámbito. Habida cuenta de la importancia cada vez mayor de las destrezas en materia de primeros auxi-lios de las personas civiles en condiciones de desastre y la probabilidad de un aumento considerable de los recursos dedicados a los esfuerzos de formación, la valoración de la efectividad de esta cobra importancia primordial. Mediante estas valoraciones cabrá evaluar si los participantes en curso adquieren acti-tudes, competencias y comportamientos apropiados para administrar primeros auxilios. Así, los participantes en curso deberán demostrar una actitud positiva y reacciones de auxiliadoras en situaciones de emergencia, y además deberán ser capaces de evaluar la situación, garantizar la seguridad, evaluar la condición de las víctimas, pedir ayuda si es necesario, administrar los primeros auxilios y brindar apoyo emocional a las víctimas.

Resumen de fundamentos científicos

Una revista científica afirma que después de un curso de primeros auxilios, las personas están mejor informadas acerca del modo correcto de manejar situa-ciones de emergencia. Así, existe mayor probabilidad de que conozcan el número de teléfono correcto del centro de control de intoxicaciones, o sepan detener una hemorragia, etc. Otro hallazgo denota que la formación en primeros auxilios debe vencer obstáculos que impidan la acción: incluso las personas entrenadas dudan en intervenir en situaciones ambiguas y en presencia de transeúntes. La formación específica aumenta la probabilidad de que las personas legas inter-vengan en tales casos.

Directrices

• Los programas de formación en primeros auxilios deben incluir enfoques que permitan superar las barreras susceptibles de impedir la acción, centrándose en la confianza en sí mismo y en los inhibidores del comportamiento de ayuda en situaciones de emergencia.

Consideraciones de aplicación

Ninguna.

Ejercicios de simulaciónNo hay estudios sobre la evaluación de los ejercicios de simulación en la enseñanza de los primeros auxilios. En otros centros educativos médicos y de reanimación, estos ejercicios se han utilizado con éxito en la enseñanza y las pruebas. Los estudios han demostrado la conveniencia de utilizar las simula-ciones como herramienta educativa y de evaluación.

En la formación en primeros auxilios y reanimación, los ejercicios de simulación parecen mejorar el aprendizaje de los participantes, si están acompañados de

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02. Directrices sobre primeros auxilios

otros métodos didácticos eficaces, como el aprendizaje tradicional, basado en clases y estudios clínicos adaptados al nivel de la instrucción de los partici-pantes.

Para investigar la eficacia de esta técnica, se necesitan estudios bien diseñados que permitan comparar la formación con ejercicios de simulación y las clases didácticas y otros métodos pedagógicos, especialmente cuando se trata de formar a un público no preparado. Se necesitan también estudios bien diseñados sobre la eficiencia de los socorristas a los que se ha capacitado con ejercicios de simulación y con otros métodos pedagógicos.

Actualización de conocimientosNo hay datos sobre la frecuencia recomendada para impartir formación ulterior o contínua en primeros auxilios. Algunos estudios demostraron una pérdida de aptitudes entre los 3 y 6 meses después del curso de apoyo vital básico. Un estudio sugirió que la formación en primeros auxilios impartido por vídeo 1 semana, 1 mes y 13 meses después de la formación inicial demuestra que las aptitudes se retienen mejor que si no se repite la formación durante este período.

No hay datos suficientes para recomendar formalmente una frecuencia especí-fica para el reciclaje en primeros auxilios con el fin de mantener las aptitudes y los conocimientos. Sin embargo, a partir de los cursos de reanimación se puede extrapolar una recomendación de una actualización periódica, especialmente para el público no preparado que no aplica las medidas de primeros auxilios a menudo. Un intervalo realista para la formación ulterior podría ser de 6 a 12 meses. Para proponer los métodos y el intervalo entre los cursos de actualiza-ción, se necesitan estudios bien concebidos que ayuden a definir la estrategia óptima de actualización de conocimientos (tiempo, duración, etc.) y evaluar el autoaprendizaje en relación con la participación en un curso tradicional de actualización en primeros auxilios.

Evaluación, seguimiento y retroalimentaciónNo hay datos sobre la mejor manera de evaluar y supervisar el progreso en la enseñanza de los primeros auxilios. Los estudios con poblaciones bien definidas investigaron la evaluación durante el adiestramiento para la reanimación, pero no se pudieron sacar conclusiones debido a la variedad de métodos utilizados.

No hay datos a favor o en contra de un método para evaluar o hacer un segui-miento de los progresos educativos de los participantes en un curso de primeros auxilios o reanimación. Para evaluar la estrategia de evaluación óptima (método, tiempo, duración) de esos cursos, se necesitan estudios bien diseñados.

En un sistema de evaluación basado en la competencia, el propósito de la evaluación es recoger pruebas suficientes de que las personas pueden cumplir o ajustarse a normas especificadas en una función específica. Si esta evaluación también está unida a un sistema de recompensas, un objetivo adicional es el reconocimiento formal de un buen desempeño.

Así pues, el “proceso de evaluación” es una serie de acciones o acontecimientos, o una secuencia de operaciones. Se puede afirmar que todas las formas de evaluación suponen la siguiente secuencia de operaciones: definición de los requisitos u objetivos de la evaluación, recopilación de pruebas, correlación de las pruebas con las necesidades u objetivos, y elaboración de juicios sobre la base de esta operación de correlación.

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MetodologíaSe entiende por “autoeficacia” la confianza de una persona en su propia capacidad para desempeñar una actividad en un nivel determinado. En las publicaciones médicas se ha utilizado en repetidas ocasiones un “informe de la comodidad con su función” del propio proveedor de atención de salud como forma de evaluar la confianza de este proveedor en su capacidad para recordar o aplicar aptitudes durante un encuentro real o simulado con el paciente. Este método también se ha utilizado para evaluar la confianza de los profesionales de la medicina prehospitalaria en el desempeño de las funciones de su empleo y sus aptitudes clínicas. En estudios anteriores se ha establecido un nexo entre el informe de comodidad de los proveedores de atención de salud y diversas variables que influyen en la capacidad de prestar atención médica. Algunas de estas variables antes asociadas con la comodidad son las horas de educación médica continua, el método de formación, el nivel de los proveedores, el nivel de formación y los años de experiencia.

Enfoque basado en las competenciasEl enfoque basado en competencias es un nivel de logro, no un método de capacitación. Los estudiantes pueden obtener los conocimientos y aptitudes que necesitan para demostrar su competencia en una variedad de maneras diferentes. Por ejemplo, las opciones podrían incluir estudio en el hogar, eventos públicos, concursos, formación continua, asignaciones de conjunto, CD-ROM interactivo, etc. Si se utiliza la técnica de impartir un curso, es importante que los estudiantes participen activamente. Un programa de capacitación y evaluación debe ser lo suficientemente flexible para abarcar las necesidades de los estudiantes en el grupo.

MensajeUn concepto clave en el formato del diseño de la capacitación es la flexibi-lidad. Las nuevas tendencias hacia normas, evaluación y formación basadas en las competencias han acentuado el enfoque del aprendizaje centrado en el alumno. A medida que se expande el uso de los nuevos sistemas basados en las competencias, la formación de profesionales tendrá que responder rápida y eficazmente ante la creciente participación de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje. Los instructores deberán trabajar en un contexto de capaci-tación y desarrollo, en que habrá una estructura modular de formación, un mayor acceso y demanda de aprendizaje y evaluación, vínculos más estrechos entre la educación y la formación, un enfoque más centrado en el diseño de la capacitación, y exigencias más amplias y más generales respecto al instructor.

Referencias: 708-711

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02. Directrices sobre primeros auxilios

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back to table of contents

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01. Referencias

03.

ReferenciasNota: las numerosas referencias de este documento, se han agrupado bajo las secciones correspondientes. Las referencias bibliográficas en estos grupos se han numerado, y se enuncian a continuación bajo los epígrafes o subepígrafes que corresponden a los mismos epígrafes (o subepígrafes) que se encuentran en el cuerpo principal del documento.

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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

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04. Anexo

Datos de la encuesta sobre primeros auxilios y educación en primeros auxiliosEn 2010, se llevó a cabo una encuesta mundial de primeros auxilios cuyas principales conclusiones figuran a continuación:

•En Europa, más del 50% de las Sociedades Nacionales que respondieron tienen datos sobre el porcentaje de la población que está recibiendo capacitación en primeros auxilios en sus países. En Asia y el Pacífico, menos del 13% de las Sociedades Nacionales poseen estos datos, y en la región del Oriente Medio y Norte de África, el 33% disponen de tales datos.

•En 2009, 52 Sociedades Nacionales en todo el mundo impartieron cursos de primeros auxilios certificados a más de 7 millones de personas, lo que repre-senta un aumento del 20% desde 2006.

• Las Sociedades Nacionales además de dictar cursos de primeros auxilios certificados, utilizan otros medios para que los primeros auxilios sean más accesibles. En 2009, se organizaron cursos de primeros auxilios de una dura-ción inferior a 6 horas para 17 millones de personas en todo el mundo, y la Cruz Roja hizo llegar sus mensajes sobre primeros auxilios y prevención a 46 millones de personas en diferentes eventos y por diversos medios.

•En 2009, más de 36.000 instructores de primeros auxilios y 770.000 voluntarios activos contribuyeron en sus comunidades en la enseñanza y la prestación de servicios de primeros auxilios.

•Solo 7 de las 52 (13,5%) Sociedades Nacionales se encuentran en países cuyas leyes imponen la enseñanza obligatoria de primeros auxilios en las escuelas, y en sólo 12 de las 52 (23%) se requiere que los maestros sigan cursos de primeros auxilios. Sin embargo, en los 52 países casi el 58% impone obligatoriamente los primeros auxilios en el lugar de trabajo, y el 42% en el caso de los conductores de vehículos.

•Solo 8 de las 52 Sociedades Nacionales se encuentran en países que tienen leyes para proteger a las personas que prestan primeros auxilios, cuya respon-sabilidad civil en general está limitada al 15%. Nuestra investigación muestra que el temor a problemas de responsabilidad civil es uno de los principales obstáculos para que las personas presten servicios de primeros auxilios.

•El tiempo medio en que llegan los servicios de urgencia es de 45 minutos, lo que destaca la gran necesidad de que los ciudadanos de una comunidad estén preparados para prestar primeros auxilios en casos de desastres y emergen-cias cotidianas.

04.

Anexo

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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Primeros auxilios y reanimación directrices 2011

• La población más vulnerable y rural recibe primeros auxilios a través del programa de estudios de primeros auxilios y salud basados en la comunidad, que imparte capacitación en la prevención de enfermedades y lesiones, así como en primeros auxilios.

• Las Sociedades Nacionales están adaptando los cursos y la enseñanza de los primeros auxilios a sus necesidades a nivel local y a las poblaciones más vulnerables. Por ejemplo, la Cruz Roja de Filipinas ofrece 19 tipos diferentes de cursos de enseñanza de primeros auxilios.

•Se ha llevado a cabo investigaciones para analizar la metodología para mejorar la enseñanza de los primeros auxilios y la retención de las aptitudes en 13 Sociedades Nacionales, principalmente en la región de Oriente Medio y Norte de África, Asia y el Pacífico y Europa. También se ha emprendido una inves-tigación para identificar las barreras que impiden que las personas presten primeros auxilios.

ORIENTE MEDIO Y NORTE DE ÁFRICA

•Entre 2008 y 2009, el número de cursos certificados impartidos por las Socie-dades Nacionales aumentó en alrededor del 10%. El número total de personas capacitadas en esos cursos certificados fue 586.423.

•El número total de voluntarios con conocimientos en primeros auxilios aumentó un 62% entre 2006 y 2009, para llegar a 51.000.

•Solo 2 de los 12 países tienen leyes que imponen de forma obligatoria los primeros auxilios para estudiantes y profesores. Sin embargo, 7 de los 12 (58%) tienen leyes que imponen con carácter obligatorio los primeros auxilios para los empleados de líneas aéreas y otros lugares de trabajo, por ejemplo, hoteles y transporte público.

•El tiempo promedio antes de la llegada de un servicio de ambulancia es muy variable entre las ciudades capitales y las zonas rurales. En las capitales, la media puede ser 14,5 minutos, mientras que en las zonas rurales y en tiempos de crisis y alta demanda, el tiempo de llegada de los servicios de urgencia es muy difícil de estimar.

EUROPA•Entre las 21 Sociedades Nacionales que respondieron, el porcentaje medio de

la población capacitada en primeros auxilios era de un 27%. Sin embargo, el porcentaje varía mucho según los países, llegando hasta un 80% en Austria, y solo a un 0,15% en Turquía. En algunos países, la mayor parte de cursos certi-ficados de primeros auxilios son impartidos por las Sociedades Nacionales, por ejemplo, la Cruz Roja Danesa ofrece el 46% de estos cursos a la población.

•Entre 2006 y 2009, el número de cursos de primeros auxilios impartidos aumentó en más del 90%. El número total de personas capacitadas en 2009 fue de más de 2,3 millones. En Francia, la Cruz Roja Francesa impartió formación a más de un millón de personas en 2009.

•Desde el año 2006, entre estas 21 Sociedades Nacionales, el número de volun-tarios activos de primeros auxilios se duplicó, llegando a 366.000 en 2009.

•Solo 3 de los 21 países tienen leyes que imponen de forma obligatoria los primeros auxilios en las escuelas. Solo 6 de las 21 tienen leyes para asegurar que los maestros reciban formación en primeros auxilios. Sin embargo, en Europa, el 62% de esos 21 países han promulgado leyes que aseguran la forma-ción en primeros auxilios para los empleados de aerolíneas, hoteles y otros lugares de trabajo, así como leyes que imponen obligatoriamente la capacita-ción de primeros auxilios para los conductores de vehículos y los solicitantes de licencia de conducir a la espera de pasar su examen.

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04. Anexo

•Casi el 50% de estos países tienen leyes que exigen que se instalen botiquines de primeros auxilios en los automóviles.

•El tiempo medio para que lleguen los servicios de urgencia es de 15 minutos.

ASIA Y EL PACÍFICO•Entre 2006 y 2009, el número de cursos de primeros auxilios certificados

impartidos por las 15 Sociedades Nacionales que respondieron aumentó en un 75%. En 2009, la Cruz Roja China por sí sola duplicó el número de personas capacitadas desde 2006. En 2009, las 15 Sociedades Nacionales que respon-dieron formaron a más de 4,15 millones de personas.

• Las Sociedades Nacionales de India y China impartieron por primera vez conjuntamente los cursos de capacitación en primeros auxilios certificados a cerca de 4 millones de personas en 2009.

•En 2009, el número de voluntarios activos de primeros auxilios era de 350.945, lo que representa un incremento de más del 50% desde 2006. Sin embargo, solo el 8% del total de personas capacitadas (4,15 millones) optaron por ser voluntarios de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja.

•Solo 2 de las 15 Sociedades Nacionales que respondieron se encuentran en países cuyas leyes imponen como obligatoria la educación en primeros auxilios en las escuelas, y solo 4 de las 15 tienen leyes que requieren que los maestros tomen cursos de primeros auxilios. Sin embargo, ocho de los 15 (53%) tienen este tipo de leyes aplicables para los empleados que trabajan para compañías aéreas, hoteles, empresas de transporte, etc.

•El tiempo que tardan los servicios de urgencia en llegar es muy variable, de 10 minutos en Singapur a 3 horas en Nepal. Las Sociedades Nacionales han adaptado sus cursos de primeros auxilios para que sean más accesibles a las comunidades rurales, mediante el ajuste de los contenidos y el enfoque del medio ambiente (por ejemplo, salud y primeros auxilios basados en la comu-nidad).

•En Asia y el Pacífico también se imparten cursos de enseñanza y formación en primeros auxilios de duración inferior a 6 horas para diferentes grupos de población; en 2009, se impartió capacitación a través de estos cursos a casi 16 millones de personas.

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Los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja

Humanidad El Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento la preocupación de prestar auxilio, sin discri-minación, a todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacional y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favorece la com-prensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.

Imparcialidad No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los individuos en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes.

Neutralidad Con el fin de conservar la confianza de todos, el Movimiento se abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las

controversias de orden político, racial, religioso o ideológico.

Independencia El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos en sus acti-vidades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los países respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios del Movimiento.

Voluntariado Es un movimiento de socorro voluntario y de carácter desinteresado.

Unidad En cada país sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su acción humanitaria a la totalidad del territorio.

Universalidad El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente, es universal.

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Para más información, póngase en contacto con:

En GinebraDr Ayham Alomari Senior Officer in Community Health, Health [email protected]

www.ifrc.orgSalvar vidas, cambiar mentalidades.