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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006- 07. Profesora: V. Fernández BLOQUE IV- ESPAÑA EN EL MUNDO DE ENTREGUERRAS. I- CRISIS Y DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN. I.1- EL REINADO DE ALFONSO XIII I.1.1 - PRIMERA ETAPA (1902-1917) 1- La Semana Trágica. 2- El gobierno de Canalejas y el último intento regeneracionista. I.1.2- SEGUNDA ETAPA (1917-1931) 1.-La Crisis de 1917 y sus consecuencias. 2.-La dictadura de Primo de Rivera II- ESPAÑA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX: SOCIEDAD Y ECONOMÍA: II.1- Sociedad II.2- El modelo económico español. España ante la creación de un mercado mundial. III- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930). III.1- CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO. III.1.1- Causas internacionales. III.1.2- Causas internas. III.2- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930) III.2.1- El Pronunciamiento. III.2.2- El Directorio Militar: su acción política. III.2.3- El Directorio Civil. III.3- ECONOMÍA Y SOCIEDAD DURANTE LA DICTADURA. III.3.1- Intervencionismo Económico. III.3.2- La Organización Corporativa del Trabajo. III.3.3- La educación y la cultura. III.4- OPOSICIÓN A LA DICTADURA Y LA CAIDA DE PRIMO DE RIVERA. IV- LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931. IV.1- La proclamación de la República. IV.2 Etapas, condicionamientos y conflictos de la república. IV.2.1- El gobierno provisional. La constitución de 1931 IV.2.2- El bienio progresista (14 abril 1931-19 noviembre 1933) A) - El Gobierno provisional. B) - El Bienio Progresista (1931-1933) IV.2.3- El bienio conservador (noviembre 1933-febrero 1936) A) - El Gobierno Radical (los inicios) 1933- 1934. B) - La revolución de Octubre de 1934. C) - El final del Bienio derechista (1934- 1936). 1

vicentaprofeblog.files.wordpress.com · Web viewA partir de los años 1925-1926 la oposición militar comenzó a coordinarse con la oposición política, que se hizo manifiesta, en

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernández

BLOQUE IV- ESPAÑA EN EL MUNDO DE ENTREGUERRAS.

I- CRISIS Y DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN.I.1- EL REINADO DE ALFONSO XIII

I.1.1 - PRIMERA ETAPA (1902-1917)1- La Semana Trágica.2- El gobierno de Canalejas y el último intento regeneracionista.

I.1.2- SEGUNDA ETAPA (1917-1931) 1.-La Crisis de 1917 y sus consecuencias. 2.-La dictadura de Primo de Rivera

II- ESPAÑA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX: SOCIEDAD Y ECONOMÍA: II.1- SociedadII.2- El modelo económico español. España ante la creación de un mercado

mundial. III- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930).

III.1- CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO.III.1.1- Causas internacionales.III.1.2- Causas internas.

III.2- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930) III.2.1- El Pronunciamiento.III.2.2- El Directorio Militar: su acción política.

III.2.3- El Directorio Civil. III.3- ECONOMÍA Y SOCIEDAD DURANTE LA DICTADURA.

III.3.1- Intervencionismo Económico.III.3.2- La Organización Corporativa del Trabajo.III.3.3- La educación y la cultura.

III.4- OPOSICIÓN A LA DICTADURA Y LA CAIDA DE PRIMO DE RIVERA.IV- LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931.

IV.1- La proclamación de la República.IV.2 Etapas, condicionamientos y conflictos de la república. IV.2.1- El gobierno provisional. La constitución de 1931 IV.2.2- El bienio progresista (14 abril 1931-19 noviembre 1933)

A) - El Gobierno provisional.B) - El Bienio Progresista (1931-1933)

IV.2.3- El bienio conservador (noviembre 1933-febrero 1936)A) - El Gobierno Radical (los inicios) 1933-1934.

B) - La revolución de Octubre de 1934. C) - El final del Bienio derechista (1934-1936).

IV.2.4- Las elecciones de 1936 y el Frente Popular

Como lectura complementaria

IV.3- Realizaciones políticas, sociales y educativas. V- ANDALUCÍA Y EL MOVIMIENTO POLÍTICO-CULTURAL REGIONALISTA:

BLAS INFANTE.

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I.-CRISIS Y DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN (1902 - 1931). Introducción:

El sistema del turnismo que articuló el andaluz Cánovas del Castillo, estuvo viciado desde sus comienzos debido a la manipulación electoral sistemáticamente practicada por los caciques. La falta de sensibilidad social del régimen propició el desarrollo del movimiento obrero vinculado a ideologías anarquistas y socialistas, que puso de manifiesto las contradicciones de una política encaminada a favorecer los intereses de los grupos y partidos oligárquicos.

La degradación del sistema político arrastró a la propia monarquía, que dejó paso a la segunda experiencia republicana, breve en el tiempo, pero muy densa en sus expectativas y acontecimientos. La polarización social de estos años desembocaría en una cruenta Guerra Civil que dividió y enfrentó a los españoles en dos bandos irreconciliables.

Para Andalucía esta etapa supuso el inicio de una clara marginación dentro de las estructuras del capitalismo financiero español; ello agudizó la pobreza y el atraso derivados de una economía básicamente agraria, poco modernizada y articulada entorno a los intereses de la oligarquía latifundista andaluza. La esperanza nacionalista que preconizó Blas Infante quedó truncada tras el estallido de la Guerra Civil.

I.1.-EL REINADO DE ALFONSO XIII (1902-1931):

I.1.1.-EL REINADO DE ALFONSO XIII (1902-1931): PRIMERA ETAPA (1902-1917)

La llegada a la Jefatura del Estado de Alfonso XIII se produce en una España todavía sacudida por las repercusiones de la crisis del 98. Su reinado (1902-1931) se desarrolla en un mundo que tiene como hechos más característicos:- Expansionismo e imperialismo económico y político. Las potencias europeas completan sus

imperios en África, Asia y Oceanía.- El desmembramiento del Imperio otomano en la Europa balcánica, da lugar a la creación de

nuevos países y el enfrentamiento de intereses entre las grandes potencias (Austria-Hungría, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania

- Un período de enfrentamiento y formación de bloques de las naciones, conocido como la Paz Armada, un bloque liderado por Reino Unido y Francia y otro por Alemania; que desembocará en la I Guerra Mundial.

- El triunfo de la revolución socialista en Rusia (1917).- Una etapa crítica, derivada de la reconversión de las economías nacionales, con fuertes

conflictos sociales en Alemania e Italia, salvada por el clima creado por el Plan Dawes (1924) y la Conferencia de Locarno (1925), que abren el camino a un período de expansión económica en los años veinte.

- Formas autoritarias de gobierno y la aparición de partidos ultranacionalistas y fascistas a lo largo de la década de 1920. En España al igual que en el resto de Europa el siglo XX en sus inicios se inicia con la

necesidad de encontrar una estabilidad en sus formas políticas en las que pueda participar la burguesía y los obreros, hecho que será aquí especialmente difícil, porque la Revolución Industrial había llegado con retraso.

La renovación del sistema político era necesaria por:1º- Las instituciones y partidos políticos del siglo anterior no responden a los problemas reales

del país. Esto es lo que propugnan los regeneracionistas, Joaquín Costa y los mismos escritores del 98.

2º- Un elemento político innovador, el catalanismo, que proclama la descentralización, lo que implica una renovación de los métodos políticos. Aún así, se seguía aceptando la Constitución canovista de 1876, y el turnismo, pero los grandes líderes han muerto (Cánovas, asesinado en 1897 y

Sagasta en 1903). Los hombres que siguen en el turnismo se apoyan en el caciquismo Silvela y Antonio Maura por el partido conservador y Moret y Canalejas por el partido liberal.

El rey Alfonso XIII podía jugar un arbitraje político como lo había hecho su padre, aunque no lo hizo, inclinándose cada vez más por el ejército, con el que se sentía vocacionalmente compenetrado.

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Pero el ejército que ha heredado del siglo anterior y la idea de intervenir en el quehacer político ahora se encuentra con una terrible guerra de desgaste en Marruecos.

3º- El obrerismo que pide participar en política a través de partidos, sindicatos o por medio del anarquismo.

Los hechos políticos más importantes de esta etapa son:- El fracaso de la política de Maura.- La Semana Trágica de Barcelona.- La actuación del catalanismo.- La actuación del obrerismo: PSOE parlamentario.

*Con respecto a la política de Maura éste pretendía eliminar el caciquismo y a ello obedeció su Proyecto de Ley de la Administración Local, donde reclamaba la colaboración de todos los ciudadanos conservadores para realizar una revolución desde arriba, fue criticado por los liberales.

En Barcelona, el asalto en 1905, a la redacción de la revista humorística Cut-Cut, por un grupo de oficiales del ejército; contribuyó a aumentar la tensión general a la que se suman los liberales, Moret consiguió que se publicara una Ley de Jurisdicciones por la cual algunas acciones consideradas como ofensa a España y al ejército pasaban a la competencia de jueces ordinarios. Los hechos provocaron un descontento que aprovechan los partidos catalanes uniéndose en una gran alianza Solidaridad Catalana, consiguiendo colocar en las Cortes y el Senado a una mayoría catalana.

Almirall un extraordinario continuador convirtió la cuestión catalana en un factor político con repercusiones en todo el Estado. En el Centro Catalá (1885) y en su obra “El catalanismo” sentaba las bases políticas del partido político que fundó Cambó – La Liga de Catalunya - . Este partido aceptaba como premisa el acuerdo de las Bases de Manresa (1892) fundamento teórico de una posible autonomía (la futura Generalitat), su presidente fue Prat de la Riba.

Con respecto a la actuación del obrerismo, el socialismo siguió un camino parlamentario con reivindicaciones políticas, al ser elegido diputado Pablo Iglesias en 1910, y aunque el partido socialista sigue siendo minoritario su organización sindical, la UGT aumenta considerablemente. Mientras los anarquistas orientan sus actuaciones hacia la huelga general que transformaría según ellos el orden socioeconómico.

Con respecto a la Semana Trágica su estudio merece un punto aparte.

1.-LA SEMANA TRÁGICA (1909).

Con el nombre de “Semana Trágica” o “Semana Roja” se denominan los violentos acontecimientos sucedidos en julio de 1909 en Barcelona y Cataluña, los mayores núcleos industriales de la Península.

Inicialmente se produjeron manifestaciones que desembocaron en una huelga general promovida por anarquistas, socialistas y republicanos radicales seguidores de Alejandro Lerroux (Lerroux financiado a pesar de su militancia política por el gobierno para oponerse al creciente catalanismo). La ciudad quedó paralizada, las masas ocuparon las calles, se levantaron barricadas, se volcaron tranvías, quedaron cortadas todas las comunicaciones con el resto de España y fueron incendiados más de 50 conventos e iglesias ante la indignación de los aterrorizados burgueses.

El Gobierno presidido por el conservador Antonio Maura proclamó el estado de guerra en Barcelona y envió al Ejército para sofocar la insurrección.

Los motivos que pueden explicar este estallido de violencia son:a) La protesta contra la guerra colonial de Marruecos. El gobierno de Maura decidió trasladar soldados para defender los intereses españoles, de los enclaves mineros cuyo principal accionista es el Conde de Romanones. Pero en vez de enviar a las tropas situadas en Andalucía, el gobierno cometió el error de aprovechar la ocasión para ensayar el plan de movilización de reservistas, y ordenó la incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. Las protestas ante lo irracional de la medida, especialmente en Cataluña, no fueron atendidas. El 18 de julio, cuando las tropas embarcaban en el puerto de Barcelona, hubo incidentes graves, mujeres y madres de los alistados invadieron las vías para intentar detener los convoyes.

La tensión fue en aumento en los días posteriores. Solidaridad Obrera convocó huelga general en Barcelona para el día 26 de julio, y la UGT se sumó de mala gana. Las noticias del desastre del Barranco del Lobo, coincidieron con el inicio del paro, que fue total en la ciudad. Por la tarde se declaró el estado de guerra, mientras la huelga se extendía a las ciudades industriales

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vecinas. Al día siguiente, cuando el Comité de huelga perdió el dominio de la situación, que derivó en el asalto y quema de conventos por parte de la población. Comités obreros se hicieron con el control de Sabadell, Granollers y alguna otra localidad, mientras los enfrentamientos entre huelguistas, policía y ejército se recrudecían. Durante tres días menudearon los incendios y las luchas callejeras en Barcelona, aislada del exterior, hasta que el jueves 29 la tensión comenzó a remitir, volviéndose a una cierta normalidad en la mañana del sábado.

b) El anticlericalismo irracional fuertemente arraigado en las clases populares y alimentadas por la propaganda de Alejandro Lerroux, el “comecuras” líder del Partido Radical. Para entender este anticlericalismo hay que considerar que los obreros en su vida cotidiana sólo veían a clérigos, policías y guardias civiles como integrantes del sistema explotador; jamás se tropezaban con ministros o propietarios de industrias.

*Por otra parte, las consecuencias más importantes fueron:a) La caída del gobierno conservador de Maura en octubre de 1909 y la vuelta del Partido

Liberal al gobierno.b) La repercusión sobre los grupos de oposición consistió en el acuerdo suscrito en

noviembre de 1909 entre los republicanos y los socialistas para hacer frente común contra el régimen monárquico. Este fue el primer paso de un proceso de colaboración que desembocará en la República de 1931.

c) La durísima represión gubernamental descargada contra el movimiento obrero, saldada con el encarcelamiento de más de 1 000 personas, la ejecución de cinco obreros y el fusilamiento tras un juicio irregular de Francisco Ferrer Guardia en octubre de 1909.Francisco Ferrer Guardia, pedagogo y anarquista, fundador de la Escuela Moderna, era inocente, pero murió ejecutado tras ser juzgado por un Tribunal Militar y acusado sin pruebas de organizar y liderar la rebelión. Con su condena se quería personificar el escarmiento, utilizándose su fama de luchador anarquista y las sospechas que existían de haber instigado el atentado fallido de Mateo Morral contra Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el día de su boda en 1906.

d) Desde el punto de vista internacional, el fusilamiento de Ferrer Guardia provocó fuertes protestas y manifestaciones en Portugal, Hungría, Bélgica, Gran Bretaña, Francia e Italia. Ferrer se había convertido, de forma exagerada, a los ojos de la opinión pública europea en un sabio mártir de la barbarie inquisitorial española.

2.-EL GOBIERNO DE CANALEJAS Y EL ÚLTIMO INTENTO REGENERACIONISTA.

Tras el breve gobierno de Segismundo Moret, Alfonso XIII encargó formar gobierno a José Canalejas en febrero de 1910. Líder del ala izquierdista del partido liberal, Canalejas era un hombre de prestigio que había ido fraguando un programa regenerador más abierto que el de Maura, pero con el idéntico fin de provocar la revolución desde arriba a través del ejercicio del poder.Su gobierno transcurre entre permanentes conflictos sociales, originados en zonas agrarias e industriales y dirigidas por el movimiento anarquista y republicano. De hecho, en las elecciones de 1910, y como consecuencia de los sucesos de 1909, republicanos y socialistas se presentaron unidos en la Conjunción republicano-socialista, que obtuvo en Madrid el primer escaño para el líder socialista, Pablo Iglesias. Otra consecuencia, en parte, de los sucesos de la Semana Trágica fue la creación en 1910 del sindicato anarquista, Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

Canalejas hubo de enfrentarse a las cuestiones que Maura había dejado pendientes: los problemas sociales, el tema religioso, la crisis marroquí y la presión nacionalista. Primero consiguió recuperar la disciplina en su partido, base necesaria para restablecer el funcionamiento del turnismo. Luego supo ganarse el respeto tanto del Rey, receloso al principio, por lo que él consideraba excesivo izquierdismo del dirigente liberal, como de la oposición, desde Maura hasta los republicanos, que aceptaron colaborar en algunas de las medidas propuestas en las Cortes por su gobierno.Entre ellas hay que destacar la reforma del impuesto de consumos y de las quintas. El primero fue sustituido por un impuesto sobre las rentas urbanas que causó bastante oposición en sectores de clase media. Respecto a las quintas, que resultaban sangrantes para una población que había sufrido las consecuencias del Desastre del 98, la reforma quedó frustrada porque el Ejército necesitaba los fondos que aportaban. Se estableció el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, y se fijó una escala de reducción del tiempo de servicio en tiempos de paz, en función del

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pago de dos niveles de redención bastante elevados. Otras medidas fueron la regulación de la jornada nocturna de las mujeres y el contrato de aprendizaje.

El anticlericalismo de Canalejas, católico practicante, que sólo pretendía una separación Iglesia - Estado, se suavizó al llegar al gobierno, intentó conseguir un acuerdo con la Santa Sede. Comenzó por permitir los signos externos de otras religiones en sus respectivos templos, lo que suscitó una dura campaña contra él, y llevó casi a una ruptura con el Vaticano. En diciembre, las Cortes, aprobaron la llamada Ley del Candado, que prohibía la instalación en España de nuevas órdenes en el plazo de dos años, hasta lograr una ley de asociaciones que regulara definitivamente el problema.

La cuestión marroquí continúa agravándose. A la precariedad de la posición española, vino a sumarse la crisis de 1911, cuando los franceses iniciaron la ocupación de hecho del territorio que tenían asignado como simple protectorado. El gobierno español advirtió primero y emprendió después la ocupación militar de su zona, desembarcando tropas en Arcilla y Larache. En 1911 se llegó a un nuevo acuerdo de reparto, que dejó a España las zonas norte y suroeste del Protectorado. Pero la guerra se había generalizado y amenazaba con enquistar el problema marroquí.

Por último, Canalejas continuó la línea abierta años antes por Maura para otorgar al catalanismo sus reivindicaciones. En 1912 el Congreso aprobó la Ley de Mancomunidades, pero Canalejas no llegó a verla aprobada en el Senado, como tampoco la firma del tratado sobre Marruecos: el 12 de noviembre de 1912, en un atentado inicialmente preparado contra el Rey, caía asesinado por los disparos del anarquista Manuel Pardinas, mientras contemplaba el escaparate de una librería de la Puerta del Sol. Con el magnicidio terminaba el último intento de regenerar al país desde la óptica del regeneracionismo, al tiempo que la división volvía a estallar en el seno del Partido Liberal.

I.1.2.-SEGUNDA ETAPA DEL REINADO DE ALFONSO XIII (1917-1931)El gobierno estará en estas fechas en manos de Dato (conservador) y del Conde de

Romanones (liberal). En el orden socioeconómico y por influjo de la Iª Guerra Mundial, en la que España es

neutral, la burguesía catalana y vasca conoce una etapa de esplendor al atender a los pedidos de las naciones beligerantes, lo que lleva a que se acentúe más el desequilibrio económico español del norte y del sur. Además, esto lleva a un recrudecimiento del terrorismo anarquista.

Los hechos más destacados de este período son:1º- La creación de las Juntas Militares de Defensa, que tenían como finalidad

evitar las arbitrariedades internas: ascensos, destinos, etc. Respondían a la búsqueda del prestigio que se estaba deteriorando por la guerra de Marruecos.

2º- La renovación parlamentaria, se intentó en 1917 para acabar con el bipartidismo y dar una nueva Constitución. Así se celebraron reuniones en Barcelona (Asamblea de Parlamentarios).

3º- Los movimientos huelguistas a raíz del agrupamiento militar y las inquietudes de los políticos la UGT y la CNT pactaron una huelga general revolucionaria y la implantación de una República socialista (como estaba pasando en Rusia).

4º- El fin de la guerra de Marruecos. Esta guerra de desgaste terminó con la maniobra marítimo-terrestre dirigida por Primo de Rivera tras el desembarco en el Peñón de Alhucemas (1925) que obligó a Abd el-Krim a rendirse y puso fin al problema marroquí.

1.-.LA CRISIS DE 1917 Y SUS CONSECUENCIAS. La llamada crisis del verano de 1917 puso de golpe sobre la mesa todas las cuestiones grandes y pequeñas que se habían manifestado a lo largo de unos años de esfuerzos por conseguir la aproximación entre la España “oficial” y la “real”. Fueron en realidad tres revoluciones las que coincidieron de forma consecutiva entre los meses de junio y agosto, aunque no conectaron entre sí. Comenzó todo con una revolución” de los militares, siguió con otra de la burguesía y acabó con la del proletariado. Tras la crisis de 1917, la monarquía queda en pie pero quebrantada, despierta la opinión pública y el proletariado agudiza su conciencia de clase y su fracaso táctico en ese año se convertirá en el preludio de una unión de izquierdas que culminará en 1931.

A) - Las Juntas de Defensa.La oficialidad se estaba organizando para reforzar su presencia en el Estado y mejorar sus

ingresos. Por eso, en el origen de las llamadas Juntas de Defensa existió una mentalidad

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sindicalista de unidad para ejercer presión. Lo que de forma directa influyó en su organización, aparte de la cuestión de los sueldos, fue la reintroducción en 1910 de los ascensos por méritos de guerra. Tal cuestión había quedado suprimida a raíz de la guerra de Filipinas y Cuba por los grandes abusos a que había dado lugar. Ahora las posibilidades de ascenso estaban en Marruecos.

En enero de 1917 se habían formado Juntas de oficiales de Infantería y de Caballería. Sus objetivos eran: oponerse al ascenso por méritos de guerra; solicitar una subida de los sueldos – máxime cuando eran evidentes las diferencias con los de Marruecos –, enfrentándose a los políticos, quienes aparecían como responsables; exigir que los Gobiernos y el pueblo tuvieran más respeto al ejército, cuya misión era ser la columna vertebral del país.

A la vista de tantos frentes, la solución desde el poder fue intentar atraerse al ejército como fórmula para sostener la monarquía. Y el resultado fue la Ley del Ejército de junio de 1918, que trajo la subida de los sueldos y la regulación de los ascensos, por una Junta de Clasificación que, evidentemente, frenaba los ascensos espectaculares. Lograda la pretensión, el ejército volvió a convertirse en pilar de la Monarquía y del Gobierno frente al problema social; pero con una matización, ahora dominaba al Gobierno porque éste lo necesitaba.

B) La Asamblea de Parlamentarios.El segundo acto de la crisis de 1917, fue la Asamblea de Parlamentarios. Básicamente, resultó

un intento de la burguesía de hacer su revolución contra el sistema político. Acabó en un fracaso.Desde febrero de 1917 las Cortes estaban cerradas, no por incompetencia, si no por miedo a que

se plantearan los problemas. Y había tantas cuestiones que solucionar que Cambó, jefe de la Lliga y de la burguesía política catalana, decidió intervenir. La insurrección de las Juntas de Defensa daba suficientes motivos para abrir las Cortes; en caso de recibir respuesta negativa del Gobierno de Eduardo Dato, había que proceder a convocar una asamblea de parlamentarios para imponer un Gobierno de concentración con las fuerzas más representativas, y así salvar al país.

El Gobierno no atendió a la petición de que se abrieran las Cortes, y el 5 de julio se reunieron en Barcelona 59 diputados y senadores catalanes para señalar que la situación no podía continuar así. Cambó proponía que, a la vista del desorden, era voluntad de Cataluña, la obtención de un régimen de amplia autonomía; y que era de gran conveniencia para España transformar la organización del Estado, sustentándola en un régimen de autonomías más de acuerdo con la realidad de la vida española. Era, en definitiva, la rebelión de las clases y grupos progresistas contra la oligarquía que ostentaba el poder, buscando un Gobierno de amplio consenso representativo de las fuerzas del país.

Pese a las dificultades, la Asamblea de Parlamentarios, se celebró en Barcelona el 19 de julio. Para entonces los contactos con los partidos de izquierda habían fracasado, porque, mientras la Lliga Regionalista quería acabar con el sistema de turno de los partidos para iniciar una regeneración por cauces monárquicos, las izquierdas pretendían hacer una revolución contra el Estado oligárquico.

De nuevo, el contraataque del Gobierno disolviendo la Asamblea – que, como en el caso de las Juntas militares, había sido muy bien aceptada por la opinión pública – y tachándola de separatista, en los meses siguientes su fuerza se fue diluyendo. C) La huelga general de 1917.

Esta huelga desde el principio, más que beneficiarse, se resintió de los dos movimientos anteriores. Para cuando empezó, los militares ya estaban dispuestos a impedir toda subversión social o política, y los catalanes ya no pretendían llegar más allá de donde habían llegado.

Los motivos profundos de la huelga fueron: 1) España era uno de los pueblos más atrasados de Europa 2) La clase obrera había comprendido que los gobernantes no harían nada por salir de la

atonía, luego había que sacudir al mundo político.En mayo de 1916 el Congreso de la UGT propuso una huelga general, para alcanzar con la

unión de los partidos republicanos la salida del rey y la formación de un Gobierno Provisional. En ese mes UGT y CNT, iniciaron sus contactos para pedir al Gobierno asuntos concretos, entre los cuales el principal era el abaratamiento de las subsistencias.

Romanones prometió resolver el problema de las subsistencias y las demás peticiones obreras, pero dejó de ser Presidente del Gobierno, y cuando Dato llegó al poder, en junio de 1917, no se consideró en la obligación de cumplir las promesas de su predecesor. Fue entonces cuando se formalizó la decisión de las izquierdas de llevar a cabo una huelga general que sería

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pacífica, extendida por todo el país y que se prolongaría lo que fuera necesario. El momento parecía propicio porque entonces los militares y la burguesía catalana estaban en contra del Gobierno; sin embargo, aparecieron divergencias entre los organizadores: el PSOE y UGT preferían esperar hasta que se pudiera tener seguridad del éxito y la CNT quería entrar en acción cuanto antes.

Todo se precipitó y a los organizadores se les fue de las manos. El mismo día en que se reunió la Asamblea de Parlamentarios, 19 de julio, se produjo en Valencia una huelga de ferroviarios y tranviarios que acabó en despidos por parte de la Compañía del Norte, sin posibilidad de readmisión. A partir de ese momento empezaron las consecuencias en cadena. Desde entonces, y durante agosto, hubo huelgas en las principales poblaciones industriales; los huelguistas se enfrentaron al ejército y hubo muertos y heridos en Madrid, Barcelona y en las regiones industriales de Vizcaya y Asturias.

En principio, parecía que la huelga tendría un carácter estrictamente sindical, pero pronto se vio que su sentido era político. El proletariado demandaba “un cambio fundamental de régimen político” y se alineaba con los mismos propósitos de las Juntas de Defensa y la Asamblea de Parlamentarios.

Pese a la durísima actitud del ejército, (de parte del Gobierno) la huelga tardó en ser dominada

D) Consecuencias de la crisis del 17.Los sucesos de 1917 marcaron el principio del fin del régimen nacido con la Restauración

que siguió vigente, al menos sobre el papel, hasta 1923. Y es que en esos años se registraron trece crisis totales y treinta parciales de Gobierno, un Gobierno que dejó de ser patrimonio exclusivo de liberales y conservadores, en el que entraron gentes de otros partidos, como los regionalistas, y en donde fue cada vez mayor la intervención personal de Alfonso XIII.

Por su parte, el movimiento obrero retomó nuevos bríos y entre 1918 y 1920 se vivieron conflictos sociales de enorme intensidad en una etapa que Díaz del Moral definió, por su coincidencia cronológica con la revolución rusa, como el Trienio Bolchevista; la afiliación creció espectacularmente: la C.N.T. tenía en 1920 más de 700.000 militantes, 200.000 la U.G.T. y más de 50.000 el P.S.O.E.; y lo mismo pasó con la presencia política de los socialistas en las instituciones: de 144 concejales que tenía en 1918 se pasó a 578 en 1920 y de un diputado a 6 tras los sucesos de agosto de 1917. Sin embargo, a partir de 1921 la represión hizo mella en las organizaciones obreras y la fortaleza de años anteriores desapareció, sobre todo en los anarquistas.

En definitiva, 1917 fue la gran ocasión perdida para que España pudiera desembarazarse de las ataduras de un régimen, el de la Restauración, que encorsetaban su vida política y social.

Entre 1917 y 1919 los gobiernos de concentración (nacional o liberal) hicieron renacer en los partidos esperanzas democratizadoras con el Partido Reformista. No fue posible esta democratización por los enfrentamientos entre dos ministros del Gobierno de Maura: el de Fomento,

Francesc Cambó, defensor de los intereses catalanes, y el de Instrucción Pública Santiago Alba, defensor de los intereses castellanos. Entre 1919 y 1921 hubo una reacción conservadora por el miedo de la burguesía, tras las violentas huelgas de 1919, el problema de Marruecos y el desorden y el terrorismo. Entre 1919 y 1923 los movimientos obreros llegarán a su apogeo, sobre todo en Barcelona: los enfrentamientos entre patronos y obreros, desordenes callejeros, atentados terroristas, pistoletarismo, huelgas obreras y cierre de las empresas.

Dato volvió al poder en 1920 y apoyó al general Martínez Anido contra el terrorismo en Cataluña, con la aprobación de la “Ley de Fugas”, siendo asesinado en 1921. Entre 1921 y 1923 se añade el problema del desastre de Annual. Se abrió una investigación y el rey dio el beneplácito al golpe de Estado de Primo de Rivera.

2.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

II.- ESPAÑA EN EL RIMER TERCIO DEL S. XX. ECONOMÍA Y SOCIEDAD.

II.1.-ESPAÑA ANTE LA CREACIÓN DE UN MERCADO MUNDIAL. EL MODELO ESPAÑOL DE DESARROLLO. LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES. LOS NÚCLEOS INDUSTRIALES DEL NORTE Y LA ESPAÑA RURAL.

España ante la creación de un mercado mundial. El modelo español de desarrollo. Los desequilibrios regionales.

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La España rural. Evolución de la economía.

ESPAÑA ANTE LA CREACIÓN DE UN MERCADO MUNDIAL.A partir de 1870, los países industrializados occidentales entraron en la segunda fase de la

Revolución Industrial. Las innovaciones técnicas y las grandes inversiones de capital posibilitan la instalación de grandes complejos industriales y el surgimiento del capitalismo financiero. En España la tranquilidad política de la Restauración propició un importante avance demográfico, económico y cultural, aunque resultó insuficiente. Las causas de dicho atraso económico son:

- La situación marginal de la Península respecto a los grandes centros industriales europeos.

- La imperiosa necesidad de recibir ayuda financiera y técnica del exterior.- La carencia de un mercado interior capaz de absorber la producción industrial y

favorecer las inversiones.El desarrollo industrial español no puede desvincularse del desarrollo financiero. Por eso,

la mayor parte de los bancos españoles tendrán un carácter mixto y actuarán simultáneamente como bancos comerciales e industriales.

En los inicios el capital extranjero será predominante pero, poco a poco, la banca española irá ganando posiciones y experimentará un gran avance hacia finales de siglo y sobre todo después de la Primera Guerra Mundial (1917-1920).

La banca vasca estará íntimamente relacionada con los beneficios de la exportación del hierro y con el desarrollo de la siderurgia. El Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya.

En la fachada cantábrica nace también una pujante banca en Santander y Asturias.La banca madrileña nace a principios de siglo XX con la creación de dos grandes bancos:

el Banco Hispano-Americano, con capitales provenientes de Cuba y Méjico, y el Banco Español de Crédito, de capital mayoritariamente francés.

Al mismo tiempo, el Banco de España deja de ser exclusivamente el depositario del tesoro del Estado, para diversificar sus funciones por toda la geografía española.

La banca catalana, pese a su importancia inicial – Banco de Barcelona o Banco Hispano Colonial –, entrará a principios del siglo XX en una grave crisis de la que no se recuperará, entre otras causas, por la atomización, la equivocada política de inversiones en valores mobiliarios y obras públicas y la mayor presencia de capital extranjero. Tampoco se puede hablar con propiedad de una banca andaluza, ya que solamente la Banca Rodríguez-Acosta de Granada tuvo una importante entidad en el panorama bancario español.

Después de la Iª Guerra Mundial, la banca española entra en una nueva fase expansiva creándose en Madrid el Banco Urquijo (1918) y el Banco Central (1919). La Ley de Ordenación Bancaria, del 28 de diciembre de 1921, significaría la consolidación definitiva de la banca privada nacional.

EL MODELO ESPAÑOL DE DESARROLLO. LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES.

Durante la Restauración quedaron fijadas las bases económicas de la España actual y sus diferencias regionales: el centro de gravedad económico se traslada desde el sur, esencialmente agrícola y atrasado, hasta el norte peninsular – País Vasco y Cataluña –, más industrializado y desarrollado. En el centro, Madrid, aglutina una importante actividad administrativa, comercial y financiera, configurándose como el tercer núcleo económico.

A) LOS NÚCLEOS INDUSTRIALES .1-El núcleo siderúrgico del País Vasco: Se desarrolla en torno a Bilbao y a la ría de

Nervión, basado en la riqueza de sus minas de hierro que, aunque explotadas con capital inglés. Todo ello posibilita la creación de una industria siderúrgica, alimentada con el carbón de Asturias y León y el inglés – fletes de retorno –. Las primeras empresas siderúrgicas vascas aparecen a finales del s. XIX en Vizcaya y en Guipúzcoa, unidas a los nombres de Chávarri, Urquijo, Ibarra, etc.

Este dinamismo impulsa otros sectores como el químico (Unión Española de Explosivos, 1896), el eléctrico (Hidroeléctrica Ibérica, luego Iberduero) y, sobre todo el naval (astilleros de Nervión y empresa naviera Ibarra).

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Ya en el siglo XX, los efectos positivos de la neutralidad española en la Iª Guerra Mundial y los aranceles proteccionistas consolidarían la siderurgia vasca, creándose la empresa Altos Hornos de Vizcaya, además, surge el núcleo asturiano y, en Santander, otras acererías en 1917.

2-El núcleo textil de Cataluña se asienta en torno a Barcelona y al valle del Bajo Llobregat, aquí la iniciativa se debe a capital catalán, estrechamente vinculado a apellidos como Güell, Muntadas, Ferrer y Vidal. Se trata de pequeñas y medianas empresas, de estructura familiar, dedicadas a la industria textil y a otros bienes de consumo.

También se operó una expansión en los sectores eléctrico, químico y metalúrgico.3- El fracaso del desarrollo industrial de Andalucía.Andalucía paradójicamente se adelantó en el proceso de industrialización de España, con

núcleos como el foco siderúrgico de El Pedroso y, sobre todo, de Málaga, favorecido por la familia Heredia; pero el agotamiento del carbón vegetal de la zona y el desarrollo de los altos hornos vizcaínos, que producían un hierro de mayor calidad al estar alimentados con carbón mineral, la llevaron a desaparecer.

La importante riqueza minera andaluza, – plomo, hierro y cobre – tampoco produjo grandes beneficios, al estar en manos de capital extranjero en su mayor parte, caso de las minas de cobre de Riotinto, que pasaron a ser propiedad inglesa en 1873.

La caída de la producción de seda en Granada facilitó la concentración textil en Málaga, tomando como base el algodón. La familia Larios creó fábricas de mayores dimensiones que las catalanas, pero su desarrollo tropezó con un problema básico: el escaso poder adquisitivo de la masa campesina andaluza. Incapaces de competir, terminaron cayendo bajo dominio del capital catalán, que no desmanteló de inmediato la industria, pero la sometió a una lenta agonía.

El ferrocarril se extendió por Andalucía, pero de forma desigual. Mientras que la parte occidental estuvo bien comunicada, no será el caso de la oriental, que sería la última región de España en ver el ferrocarril. B) LA ESPAÑA RURAL.

Hasta mediados del siglo XX España seguía siendo un país eminentemente agrario.La agricultura tradicional cerealística y ganadera se extendía por toda la nación,

principalmente por ambas Castilla, Andalucía y Galicia. En estas últimas regiones todo se agravaba por el mal reparto de la propiedad: latifundismo y minifundismo. Representaba un mundo rural incapaz de renovarse y aumentar su producción, lo que obligó a emigrar a muchos de sus habitantes a las grandes ciudades o núcleos industriales; tenía una nula capacidad adquisitiva, y no se decantaba como mercado sólido capaz de absorber los productos industriales catalanes y vascos. Además, en la segunda mitad del siglo XIX atravesó una profunda crisis por la llegada de trigo procedente de los EE.UU. y de otros países, lo que llevó a solicitar al gobierno aranceles proteccionistas, medida que coincidió con los intereses catalanes y vascos. Por eso, se dice que el eje Barcelona (textil), Bilbao (metalurgia) y Valladolid-Madrid (trigo) establecería el proteccionismo en España, plasmado en los aranceles de 1891 y 1906.

Al lado de la agricultura tradicional, surge una nueve agricultura en la fachada mediterránea, altamente productiva y que destina sus productos a la exportación: avellanas, frutas, legumbres y naranjas. A ella se unen, a finales de siglo, la industria harinera de Castilla, la del vino en Andalucía y La Rioja, la conservera en Logroño y la remolachera y caña de azúcar extendida por Aranjuez, Aragón y Granada respectivamente.

LA EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA.Una vez superadas las crisis de 1876 y 1886, se inicia una expansión económica a partir de

1896 que se superpone a la Iª Guerra Mundial, se viven los llamados <<felices años veinte>>, que tienen su final en la depresión de 1929. No obstante, la tranquilidad política de la primera fase de la Restauración, el desastre de 1898 y la neutralidad durante la guerra, hicieron que la economía española adquiriera un sesgo peculiar.

En líneas generales, se pueden distinguir varias etapas en la evolución económica:- Primera fase de la Restauración (1875-1898). España supera la crisis de 1876 con un gran

dinamismo económico, basado en la reanudación de las construcciones ferroviarias, en la reactivación minera y en la aportación de capitales extranjeros.

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La economía española de la época de la Regencia se acompasa totalmente al ritmo internacional y tiene que luchar contra la inflación y contra el reducido valor de la peseta.

- Recuperación económica (1898-1913). La crisis subsiguiente a la pérdida de Cuba y Filipinas hacía presagiar un desastre económico; sin embargo, no fue así, sino que en estas fechas tuvo lugar el reajuste financiero y la regeneración económica.La agricultura mejoró los rendimientos, tanto por la incorporación de maquinaria y de abonos químicos como por la ampliación limitada de los regadíos (Plan Gasset, en 1902). La producción cerealística permitió satisfacer casi por completo el consumo nacional, la vid se recuperó de la filoxera y la productividad del olivo mejoró sensiblemente. Por otra parte, la naranja de las huertas levantinas conquistó los mercados exteriores y el cultivo de la remolacha y la caña de azúcar, favorecido por la pérdida del azúcar cubano, se extendió por la vega de Granada, y por los valles del Ebro y del Duero. La recuperación afectó también a la industria, favorecida por la expatriación de capitales procedentes de las colonias

- El <<boom>> de la neutralidad (1914-1918). La gran demanda de los países beligerantes en la Iª Guerra Mundial hizo que la industria y el comercio se vieran muy favorecidos. Por primera vez en mucho tiempo la balanza de pagos fue positiva, permitiendo a España liberarse de la vieja angustia de la deuda exterior. Es el momento de los grandes negocios y del nacimiento de << nuevos ricos>>, pero también del aumento de la tensión social debido al alza desmesurada de los precios y a la carestía de la vida.

- Crisis de la postguerra (1919-1923). Europa centró sus esfuerzos en recuperarse de los destrozos de la guerra, por lo que restringe sus compras al exterior. El comercio español se resiente de la nueva situación y las industrias se ven obligadas a bajar su producción.Pero, a pesar de los esfuerzos realizados, la España de la Restauración seguía siendo un país

atrasado. Así, en 1910, la población activa estaba integrada por poco más de siete millones de personas, de las cuales trabajaban en el campo el 66%, un 15% en la industria y las actividades terciarias sólo llegaban al 18,2% de los trabajadores.

II.2- SOCIEDAD: ESTRUCTURAS Y LOS DESEQUILIBRIOS SOCIALES.

La España de la Restauración fue un país esencialmente rural, donde la población campesina predominaba sobre la urbana, en esta época se produce un importante crecimiento de la población, que pasa de 18,6 millones de habitantes en 1900, a algo más de 23 millones a finales del reinado de Alfonso XIII. Esto se debió a una progresiva disminución de las tasas de mortalidad, las de natalidad disminuirán a partir de la Iª Guerra Mundial.

La emigración fue muy importante y se dirigió, sobre todo, a América, desde Galicia, Asturias y Canarias; y a Argelia, desde el Levante y Almería. Se estima que, entre 1880 a 1914 más de un millón de personas cruzaron el Atlántico. También es importante el flujo migratorio desde el campo a la ciudad; éste éxodo rural se dirigió a las capitales de provincia, a los núcleos industriales de Cataluña y del País Vasco o a las grandes ciudades.

También la España de la Restauración ofrece grandes desigualdades sociales, donde contrastaba la miseria de muchos con la opulencia de pocos. En esta situación de desequilibrio social se asientan los dos conflictos más importantes del reinado de Alfonso XIII: La Semana Trágica y la Crisis del 17.

La estructura de la sociedad era la siguiente:1º- La alta sociedad: la aristocracia que se ha incorporado al mundo de los negocios y la alta burguesía rigen la vida social: organizan suntuosas fiestas en sus palacios, asisten complacidos a la Ópera de Madrid y llenan el deslumbrante Teatro del Liceo de Barcelona, donde triunfan las obras de Giuseppe Verdi y de Richard Wagner.La burguesía de los negocios catalana constituye una especie de distinguida aristocracia y otro tanto se puede decir de la burguesía vasca, que de industrial pasa a ser también banquera y envía a estudiar a sus hijos a Inglaterra.Esta burguesía establece su domicilio en los ensanches de la ciudad (Plan Cerdá en Barcelona o Ciudad Lineal en Madrid ideado por Arturo Soria) o en los barrios residenciales alejados de los complejos industriales.

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2º- La pequeña burguesía o clase media: esta burguesía estuvo integrada por pequeños empresarios, comerciantes, agricultores medios, funcionarios y profesionales liberales; desea vivir bien y llena los cafés, las plazas de toros y asiste con frecuencia a la zarzuela, además preocupada por la salud y las apariencias veranea en balnearios, casas de campo y playas, imitando a la alta burguesía que viaja a San Sebastián siguiendo a la Casa Real. Los lugares de reunión de este grupo social eran los centros culturales y artísticos, como los Liceos y Ateneos, pero sobre todo los casinos. Allí se leía la prensa, se criticaba, se conspiraba o se discutía sobre diversos temas. Unos eran casticistas, defendían los valores de España como esenciales y los otros europeístas, consideraban imperiosa la necesidad de abrirse a Europa para modernizar España. Igual hubo un choque entre clericales y anticlericales.3º- La situación de los campesinos. El mantenimiento de las formas anacrónicas de propiedad – latifundio, minifundio – hizo que la cuestión social por antonomasia de la sociedad española fuera el problema campesino.El latifundio extendido en Extremadura y Andalucía originaba una mala explotación de las fincas y una gran masa de campesinos, jornaleros, que no eran dueños de la tierra y que sólo recibían salario el día que trabajaban. El hambre, la miseria, la escasez, las enfermedades y el analfabetismo eran sus aliados.Buena parte de ellos vivía en los barrios más humildes de los pueblos, desocupados, esperando ser contratados por el capataz del “señorito”. Estas condiciones explican el por qué el cacique o señorito podía coaccionarlos a la hora de emitir su voto en las elecciones. La falta de expectativas sociales obligó a muchos de ellos a emigrar.4º- El obrero urbano e industrial. La vida del obrero industrial no era mejor que la de los campesinos. Tenía que soportar una jornada laboral de más de 10 horas, no tenía derechos sociales y su vivienda se hallaba en barrios marginales e insalubres.El analfabetismo estaba muy extendido entre ellos pero no tanto como en el campesinado; en conjunto a finales del siglo XIX los analfabetos representaban el 70% de la población española.

III.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930).

En la década de los años 20 el mundo sigue condicionado por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. La República alemana de Weimar se muestra impotente ante las condiciones impuestas del Tratado de Versalles. La Francia de Clemenceau, máximo exponente de la política de dureza con los alemanes, se enfrenta a importantes protestas populares en plena reestructuración de su economía. El incumplimiento de Alemania de los pagos previstos determina la ocupación de la zona del Rhur por el ejército francés, lo que aumenta la tensión entre los dos países. El Reino Unido conoce el primer Gobierno laborista-moderado de su historia en 1924. El rey Víctor Manuel de Italia, tras la amenazante <<marcha sobre Roma>>, confía el Gobierno a Mussolini en 1922. Tras este agitado período, a partir de 1924 se abre una etapa de distensión caracterizada por la bonanza económica (<<felices años veinte>>), el Plan Dawes y los Acuerdos de Locarno.

III.1- LAS CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO.

Para entender este golpe militar que dio paso a la primera dictadura del siglo XX en España, hay que situarlo en las circunstancias políticas que lo hicieron posible, tanto las internacionales como españolas. I.1.1- Causas internacionales. Giran en torno a los acontecimientos europeos surgidos tras la Primera Guerra Mundial: 1-El triunfo de la revolución bolchevique en Rusia, que generó temor entre las clases burguesas a que el contagio revolucionario se propagara a sus propios países. 2- El surgimiento del fascismo italiano, contrarrevolución preventiva surgida en Italia para conjugar el peligro de la revolución marxista. En 1923 ya se había producido la Marcha sobre Roma, que instauró el fascismo en aquel país.En Europa Central, Japón y los Balcanes se instauraban también regímenes autoritarios y en Alemania ya planeaba la sombra de Hitler, fracasando su intento golpista sobre la República de Weimar Solo Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos apostaban por el mantenimiento de la democracia.

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Sin ser fascista, Primo de Rivera era admirador de Mussolini, a quien vio como un defensor en la lucha contra la corrupción y la anarquía que afectaban a Italia. El mismo rey Alfonso XIII llegó a denominar a Primo de Rivera como “mi Mussolini”.

3-La crisis de las democracias se va a acentuar en esta década, tras la crisis económica del capitalismo (crack de Wall Street de 1929), que harían necesario en adelante la intervención del Estado para la resolución de los problemas económicos, y también necesitó de la intervención de Estados Unidos.I.1.2- Causas internas. Se inscriben en el marco de las internacionales, sin que entren en contradicción con ninguna de las que se mencionan. Pero destacamos las siguientes:

1-El agotamiento del sistema de la Restauración y la crisis de la monarquía parlamentaria, de la cual la fragmentación e inoperancia de los partidos políticos era el síntoma más que la causa.En la parte de las izquierdas, la radicalización del socialismo, especialmente después de la entrevista entre Lenin y Fernando de los Ríos, y la fundación casi inmediata del Partido Comunista de España, a partir del sector más extremista del PSOE, llegó a suponer que un gobierno autoritario podría frenar el movimiento obrero y la agitación social.

2-El creciente protagonismo del ejército en la vida política del país, ya que se había manifestado en la crisis del 17, y que andaba paralelo con su ineficacia como cuerpo armado, puesta en evidencia en el problema de Marruecos: el desastre de Annual

3-La grave situación del orden público, y la corrupción política, el alza de los precios y la sangría permanente de los precios reclamaba según algunos una solución drástica al problema; una política “quirúrgica” que hundiera el bisturí en los males que aquejaban a la Nación.

4-El auge de los nacionalismos periféricos. El nacionalismo catalán y vasco era mal visto tanto por el ejército como por los grupos de ideología derechista, a pesar de que el catalanismo era en aquel momento muy moderado, a excepción de algunos grupos como Acció Catalana, escindido de la Lliga, contribuyó a aumentar la inquietud de las fuerzas nacionalistas españoles. Más extremas eran las reivindicaciones del PNV, aunque en aquel momento el partido vasco era todavía muy débil. El problema era, en consecuencia, casi exclusivamente catalán.

III. 2- ETAPAS DE LA DICTADURA (1923-1930)

III.2.1- EL PRONUNCIAMIENTO.El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña,

encabezó el Golpe de Estado que triunfó en todo el país y que fue visto con buenos ojos por el rey Alfonso XIII. El destino de la monarquía española quedaba así ligado al del Dictador, y su caída arrastraba un año después a Alfonso XIII.

No ha podido demostrarse que el Rey promoviese el Golpe de Estado, pero no cabe duda de que estaba enterado de lo que se tramaba en los cuarteles; además Alfonso XIII se sentía ahogado por una Constitución (la de 1876) que le dejaba poca libertad de acción, llegando a afirmar que sería capaz de gobernar “con la Constitución o sin ella”. El monarca llegó a consultarle a Antonio Maura sobre la conveniencia de encabezar él mismo un régimen de dictadura, pero el exdirigente conservador le hizo ver que era tarea propia de los militares.

Primo de Rivera, militar de prestigio en las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos, contó para hacer triunfar el Golpe de Estado con el apoyo de algunos generales, como Sanjurjo en Zaragoza y, especialmente, la del gobernador militar de Madrid, Duque de Tetuán. El Presidente del Gobierno, García Prieto, solicitó al Rey que destituyese a los militares sublevados; al negarse éste, el gobierno no tuvo más remedio que dimitir. Entonces el Rey llamó al General Primo de Rivera para que se hiciese cargo del Gobierno, y por Real Decreto de 15 de septiembre de 1923, tomó el “cargo de Presidente del Directorio Militar encargado de la gobernación del Estado”.

Ese mismo día dio a conocer un “Manifiesto al País y al Ejército”, donde expresaba su decidido propósito de liberar a España de los profesionales de la vieja política y de emprender urgentes reformas económicas, sociales y políticas. Iniciaba así una política personalista y paternalista, en la que sus relaciones con el Rey fueron a veces difíciles; es conocida su frase de “a mí no me borbonea nadie”.

No pretendió establecer un régimen definitivo; ésta contradicción entre la liquidación política de la Restauración y la provisionalidad del sistema dictatorial se volvería contra él.

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El Golpe de Estado fue posible, sobre todo, por la actitud de dos fuerzas: la burguesía y el movimiento obrero. Aquélla se puso sin disimulos del lado de la Dictadura, y la que marcó la pauta fue la catalana; así frenaba a la clase obrera y a los políticos de los antiguos partidos. Pero a abandonará al dictador en 1930 cuando juzgó que su sistema no le servía para mantener y salvar la estructura económica base de su influencia.

El movimiento obrero al carecer de una firme conciencia política, no dio lugar a protestas; los obreros se mantuvieron tranquilos. Anarcosindicalistas y Comunistas, considerando la instauración de la Dictadura como un movimiento de profunda reacción social que amenazaba a los grupos de vanguardia del proletariado español y a la propia vida de los sindicatos, se prepararon para defender su existencia. En cambio, el Partido Socialista y la UGT pasaron de una actitud expectante, que era ya asentimiento, a la aceptación y colaboración a lo largo de los casi siete años.

III.2.2- EL DIRECTORIO MILITAR: SU ACCIÓN POLÍTICA.Se denominó así al gobierno formado por encargo del Rey, inmediatamente después del

Golpe de Estado, formado exclusivamente por oficiales de alta graduación. Su implantación fue aceptada por la mayoría del país, más los políticos recibieron el Golpe de Estado con recelo y vacilación.

Las medidas políticas que se tomaron fueron las siguientes:a) La publicación de un Manifiesto a los españoles, en donde de una manera poco

concreta se exponían las directrices de su política, siendo las más importantes la lucha contra el caciquismo, la Restauración del orden público y el regeneracionismo.

b) El control por parte del ejército de todos los resortes de la vida del país, porque el Directorio era un organismo consultivo. Nada más tomar el poder se declaró el estado de guerra en todo el territorio nacional y se sustituyeron los antiguos gobernadores civiles por militares, lo que sería el instrumento principal de la lucha contra el caciquismo.

c) Disolución del Congreso y la parte electiva del Senado, la suspensión de las garantías constitucionales relativas al habeas corpus y otras libertades o garantías como el derecho de asociación y de reunión, y censura de prensa, quedando prohibida cualquier crítica a la dictadura. La política del Directorio Militar.

La Dictadura se propuso solucionar con autoridad y orden los conflictos más graves del país, causa del fracaso del sistema político de la Restauración: el caciquismo, el nacionalismo, el problema de Marruecos y el orden público.

La promulgación del Estatuto Municipal de 1924, inspirado por José Calvo Sotelo, era el arma fundamental para la lucha contra el caciquismo. Este pretendía la autonomía de los Ayuntamientos y la descentralización de la Administración, resultó inoperante al otorgarse a los gobernadores civiles, que eran militares, demasiadas atribuciones sobre los municipios, y entre ellas la investigación de los posibles casos de corrupción.

El hecho de que los Gobernadores Civiles continuaran nombrando alcaldes y diputados provinciales acredita que había surgido un nuevo caciquismo, sin haber sido eliminado el viejo.

La actuación contra los desordenes públicos produjo efectos inmediatos. El deterioro del orden público se corrigió. La delincuencia común retrocedió. Pero su error fue confundir con delincuencia lo que era simplemente protesta o reivindicación política del movimiento obrero. La prohibición de manifestaciones y la censura de prensa fueron los dos instrumentos utilizados para reprimir “la delincuencia”. Tras la detención o encarcelamiento de algunos responsables obreros las protestas desaparecieron, continuó la represión sobre los nacionalismos, intelectuales y la CNT.

Para auxiliar a las fuerzas del orden público, intentó extender a toda España la institución catalana del Somatén, resultó poco operativa, y en realidad era un cuerpo paramilitar contrarrevolucionario y adicto al régimen.

Primo de Rivera se mostró torpe y remiso para reconocer el hecho diferencial catalán. Llegó a confundir el sentimiento regionalista con el separatismo, prevención que le llevó a suprimir casi inmediatamente la bandera catalana, el himno catalán y a decretar medidas contra el uso de la lengua catalana, incluso a clausurar el Fútbol Club Barcelona y el Orfeó Catalá. Con estas actitudes, la Lliga, que era un firme apoyo monárquico en Cataluña se fue debilitando mientras crecían otras formas más radicales: el catalanismo insurreccional del Estat Catalá, cuyo líder era

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezFrancés Maciá. Así la burguesía catalana retira su apoyo a la dictadura y algunos sectores se radicalizan en una dirección más nacionalista y se manifiestan a favor de la República.

En el País Vasco la actitud de la dictadura fue muy similar, llegándose incluso a clausurar Aberri, el periódico del PNV. De esto deducimos que la política primoriverista respecto al problema nacionalista fue torpe, y en vez de eliminar el nacionalismo, lo enfrentó a la Monarquía.

III.2.3-EL DIRECTORIO CIVIL (1925-1930)Después del éxito militar del desembarco de Alhucemas, Primo de Rivera creó el

Directorio Civil, esto significa que la dictadura parecía querer estabilizarse como un régimen permanente. Al desembarco de Alhucemas y a la resolución victoriosa del problema de Marruecos se suman los éxitos económicos obtenidos durante los dos años del Directorio Militar. Los elementos clave para la ejecución de la política de la Dictadura eran la Unión Patriótica y la Asamblea Nacional Consultiva.

1-La Unión Patriótica, creada por el dictador en 1924. Era un movimiento más que un partido, que intentaba agrupar a gentes de lo más heterogéneo entorno a un ideario monárquico y democrático, siempre que acataran la Constitución de 1876. Su origen convergente y la heterogeneidad de las fuerzas que la componían hicieron que en algún momento, al no atender la Dictadura sus planteamientos, también rompieran con el régimen. Entre estas Acción Católica Nacional de Propagandistas de Ángel Herrera Oria. No obstante, de ella saldrían los representantes de la Asamblea Nacional que debía elaborar una nueva Constitución, con lo cual quedaba roto definitivamente el pilar fundamental del sistema de la Restauración: la Constitución de 1876.

2-La Asamblea Nacional Consultiva. Los éxitos de la dictadura en el terreno militar, económico y educativo llevaron a la idea de institucionalizarla, y crear un régimen nuevo. Con el plebiscito de 1926 se abrió paso a la Asamblea Nacional Consultiva, cuyo cometido era la elaboración de una nueva Constitución de la dictadura. El anteproyecto fue muy laborioso (dos años y medio) y tuvo serias dificultades, finalmente no prosperó por dos causas fundamentales:

a) Su carácter legítimo. El anteproyecto estaba viciado de raíz, ya que no venía precedido de elecciones constituyentes para la formación de la Asamblea Nacional Consultiva, además de no ser representativa su composición (400 de sus miembros eran de la Unión Patriótica).

b) Tenía importantes carencias democráticas. No contemplaba la Soberanía Nacional sino la cosoberanía, o soberanía compartida por el Rey y las Cortes, ni la división de poderes. Así la representación se realizaba a través de una Cámara única en donde sólo la mitad de sus representantes eran elegidos por sufragio universal. Pero otorgaba tanto poder al Rey que incluso disgustó a Primo de Rivera.

Eran tantas las dificultades y divergencias que no llegó a entrar en vigor. Siendo esto muy grave para la dictadura porque ponía de manifiesto su incapacidad para crear algo original y distinto al sistema de la Restauración.

III.3- ECONOMÍA Y SOCIEDAD DURANTE LA DICTADURA.

Practicó una política económica intervencionista, prueba de ello: a) El control de todos los sectores productivos y la supervisión de las actividades

económicas hasta en los menores detalles: precios, volumen de producción. Así, se creó un Comité Regulador de la Producción Industrial y cualquier empresa necesitaba permiso gubernamental para instalarse, ampliarse o trasladarse de localidad.

b) Las ayudas y subvenciones, con dinero público a empresas nacionales.c) El reforzamiento del proteccionismo arancelario para salvaguardar los productos

agrarios e industriales nacionales de la competencia exterior. d) El incremento de las inversiones públicas para financiar las redes de carreteras, obras

hidráulicas y regadíos.e) La creación de los monopolios de Telefónica y CAMPSA. Esta última compañía

(concebida por el ministro de Hacienda José Calvo Sotelo) controlaba en exclusiva la importación, refinado, distribución y venta de petróleo en nuestro país. el 30% del capital de CAMPSA era estatal y el resto de las acciones quedaron en manos de grandes bancos privados (Banesto, Vizcaya, Hispano y Urquijo).

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezLos resultados fueron la disminución espectacular del número de huelgas, la finalización de

modernas obras públicas y el aumento de la producción (especialmente de hierro, acero y cemento). Por contraste, el Estado se endeudó en exceso y, en definitiva, los principales beneficiados

resultaron ser los grandes grupos capitalistas españoles. El mundo de la producción y el trabajo fue configurado por Eduardo Aunós, ministro de

Trabajo según el modelo del Estado corporativo, a imitación de la Carta del Lavoro de la Italia fascista. A tal efecto se creó el Consejo Nacional del Trabajo (1924), que reemplazaba al anterior Instituto de Reformas Sociales, como paso previo a la creación de la Organización Corporativa del Trabajo en 1926. Esta tenía una composición mixta para la regulación de los problemas laborales, estructura que se organizaba en Comités Paritarios (igual representación de patronos y de obreros), que se hallaban bajo la tutela del Estado, y contó con el silencio expectante del PSOE y la colaboración de la UGT. El mismo líder socialista Francisco Largo Caballero pasó a formar parte del Consejo Nacional del Trabajo.

III.4- LA OPOSICIÓN A LA DICTADURA Y LA CAÍDA DE PRIMO DE RIVERA.

Lo que explica claramente la larga duración de la Dictadura es, sin duda, la impotencia de la oposición. 1- Los políticos de la vieja guardia: al principio su postura fue de expectativa, creían que el

Golpe de Estado era inevitable y que el régimen resultaría poco duradero. 2- Los republicanos, que estaban desunidos, y aunque en febrero de 1926 firmaran una especie de

pacto – Alianza Republicana -, la realidad es que cada grupo actuaba por su cuenta. 3- La oposición militar. A partir de los años 1925-1926 la oposición militar comenzó a

coordinarse con la oposición política, que se hizo manifiesta, en junio de 1926, en los sucesos de la noche de San Juan “la sanjuanada”. Aunque no pasó de ser un conato, fue la primera manifestación de una protesta que ya reunía a importantes sectores del país, militares y políticos. Fueron detenidos y multados personajes influyentes, como los Generales Aguilera o Weyler, y políticos, como el Conde de Romanones y el líder del Partido Reformista, Melquíades Álvarez,Esta actitud reticente se explica por algunas de las reformas militares llevadas a cabo. Fue partidario de los ascensos por méritos de guerra, que favorecían a los militares africanistas frente a los de la Península. Pero el conflicto más grave fue con el arma de artillería, en el que la oficialidad se había negado siempre a aceptar cualquier ascenso que no fuera por estricta antigüedad. Cuando se quiso imponer el nuevo criterio, se encontró con una oposición cerrada, se produjeron incidentes sangrientos y hubo de disolver el cuerpo de artillería. Incluso Miguel Primo de Rivera forzó al Rey, bajo amenaza de dimisión, a firmar un decreto por el que se obligaba a los artilleros a prometer fidelidad al Gobierno para lograr el reingreso. A partir de entonces una parte importante del ejército rompió las relaciones con el Rey y adoptó una actitud marcadamente prorrepublicana.

4- Los intelectuales y la Dictadura. El primer choque significativo se produjo en 1924 cuando Miguel de Unamuno fue suspendido de empleo y sueldo de su cátedra y desterrado a la isla de Fuerteventura, luego se exilió voluntariamente a Francia.

Su postura traducía no sólo la oposición al sistema, sino también un enfrentamiento personal con el Rey y el Dictador. Otro choque tuvo lugar con la clausura del Ateneo de Madrid , se decía, que estaba derivando al republicanismo, y con el Proyecto de Reforma Universitaria, en el que se otorgaba la expedición de títulos con valor universitario a los Jesuitas de Deusto y a los Agustinos de El Escorial. Los graves incidentes estudiantiles de marzo de 1928 provocaron el cierre de las Universidades de Madrid y Barcelona, la sustitución de sus rectorados y la pérdida de matrícula por parte de los alumnos. El asunto se fue politizando, y los estudiantes llegaron a poner en el Palacio Real un cartel que decía “Se alquila”.Por otra parte, las críticas del Dictador contra la universidad provocaron la indignación del estamento docente y catedráticos de talla de José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos y Luis Jiménez de Asúa, abandonaron la docencia. Esta agresión hizo que la clase intelectual, en su totalidad, coincidiera en el objetivo de librar al país del régimen de Primo de Rivera.

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernández Los intelectuales y el ejército de la Península, serán las dos fuerzas que contribuyan más directamente en la caída de Primo de Rivera. Pero junto a estas, hubo otros problemas, tales como la cuestión catalana. Pero, además, tampoco supo frenar a un movimiento obrero que, a medida que pasaba el tiempo, iba tomando posiciones. A partir de 1928 el PSOE empezó a pensar que, puesto que no había un auténtico régimen parlamentario, la única salida debería ser la república; y lo mismo propusieron el partido comunista y los anarquistas de la CNT.

En los últimos meses de 1929, y a la vista de la utilización por parte de la Dictadura de nuevos procedimientos caciquiles para sostener al régimen (aprobar una nueva Constitución), arreciaron las protestas y se precipitaron todos los acontecimientos que llevaron a su dimisión, motivada sobre todo por la desaparición del apoyo a su derecha – el Ejército, la Corona –, y no tanto por los ataques de la izquierda. Las clases conservadoras optaron por considerarse amenazadas por un Estado corporativo gobernado en interés de los trabajadores. La Iglesia desconfiaba del regalismo benigno de Primo de Rivera; los banqueros, de su interferencia en la autonomía de los grandes bancos, y los industriales no favorecidos de su intervencionismo.

Finalmente, Miguel Primo de Rivera, después de meditar distintas formas de salir de la Dictadura, hizo una consulta a los altos mandos militares; al ver el escaso entusiasmo de éstos por el régimen, presentó la dimisión el 28 de enero de 1930. El Rey mostró su desagrado, ya que en el procedimiento utilizado no sólo se le ignoraba por completo a él, sino también a la opinión pública y a la totalidad del ejército. Inmediatamente marchó a París, donde moriría al poco tiempo.

III. 5-EL GOBIERNO BERENGUER: LA TRANSICIÓN A LA REPÚBLICA.

El Rey encargó al General Berenguer que se hiciera cargo del gobierno y condujera al país a la normalidad constitucional de 1876, sin hacer peligrar al Rey. Pero la lentitud que imprimió a su acción de gobierno en su vuelta a la normalidad, fue perjudicial para su solución; pues después de un año, muchos políticos habían perdido confianza en el futuro de la monarquía, y la popularidad del rey había quedado deshecha por una constante campaña contra él.

Además el pueblo español había experimentado un cambio profundo. Había un republicanismo histórico presidido por Alejandro Lerroux, surgió también un republicanismo nuevo procedente de la monarquía, representado por Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, o el de los sectores intelectuales liderados por Manuel Azaña. Por primera vez los españoles se interesaban por la política En agosto de 1930 se llegó al Pacto de San Sebastián, que reunió a tres fuerzas principales para tratar un futuro cambio hacia la república, a las que se añadieron los regionalistas y los constitucionalistas, que reunía a algunos políticos monárquicos reticentes con el monarca y dispuestos a deslizarse hacia un aún indefinido republicanismo; a los republicanos históricos, y al Partido Socialista. De dicho Pacto se derivaron dos complementarias líneas de acción:

una revolucionaria, que llevó al fracasado pronunciamiento militar de Jaca de diciembre de 1930,

y otra política que, con una gran campaña de prensa y mítines, lograría arruinar el prestigio de la Monarquía.

A partir de este momento existió un gobierno provisional republicano presidido por Alcalá Zamora y que se reunía en el Ateneo de Madrid. Los intelectuales acudieron a la llamada de una “Agrupación al Servicio de la República” inspirada por José Ortega y Gasset, en la que colaboraban también Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala.

El gobierno Berenguer continuó ignorando el cambio producido en la sociedad española. La crisis del gobierno surgió a finales de 1930 cuando quiso convocar unas elecciones generales, a lo que los partidos monárquicos protestaron anunciando que no acudirían a las urnas y alegando la necesidad de que primero fueran las municipales, única manera de garantizar la imparcialidad electoral. Berenguer se vio precisado a presentar la dimisión al rey.A mediados de febrero del 31 le sustituyó el gobierno del Almirante Aznar, estando representados todos los políticos de los partidos del turno que seguían fieles a la monarquía. Pero el gobierno no logró calmar la agitación pública: continuaron los desórdenes universitarios, sin adoptar una

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernándezpolítica coherente debido a las tensiones entre los miembros del gabinete. Aznar prometió la convocatoria de las elecciones municipales y se apresuró a llevarla a cabo. Se celebrarían el 12 de abril de 1931.

Una nota característica de estas elecciones fue la incertidumbre acerca de los resultados, ya que, al no haberse celebrado elecciones desde el año 1922, resultaba imprevisible el comportamiento del censo electoral que, además, había aumentado de una manera considerable. También constituyó una novedad el que no interviniera el poder público, como sucedía con anterioridad, y la apatía de los monárquicos que apenas si hicieron campaña y acudieron desunidos a las elecciones. La jornada electoral fue concebida como un plebiscito en que las posturas se simplificaban a favor o en contra de la Monarquía. La victoria de las izquierdas en las capitales de provincia tuvo como resultado el cambio de Régimen.

Al atardecer del 12 de abril empezaron a llegar los resultados de las elecciones municipales en las capitales de provincia: el bloque republicano-socialista había triunfado. Este resultado sorprendió a la oposición casi tanto como al Gobierno. Por la mañana Berenguer, como ministro de la Guerra, sin consultar al Rey ni a sus colegas, envió una circular telegráfica al Ejército reconociendo la derrota y aconsejando orden y sumisión a la voluntad nacional.

El día 13, Cambó, enfermo y angustiado por el triunfo de la izquierda catalana sobre la Lliga, citó a Romanones en el Hotel Ritz de Madrid: Romanones tenía que aconsejar al Rey que llegara a un acuerdo con el comité revolucionario de Alcalá Zamora. El Rey estuvo conforme con esto, decisión que significaba el fin de la Monarquía. Por la tarde, sin revelar al gabinete sus gestiones de la mañana, Romanones, contra la opinión de La Cierva, persuadió al gobierno de que debía dimitir. Aún más decisivo fue que Sanjurjo, como Director General de la Guardia Civil, señalara con claridad que no podía sacar la Guardia Civil contra de la revolución.

En la mañana del 14 de abril, Romanones envió una nota al Rey aconsejándole que abandonara España, en tanto que Bugallal y La Cierva le recomendaban resistir con su ayuda, siendo convencido por los argumentos de Romanones. Entre tanto, al mediodía, en casa de Marañón, Romanones había negociado con Alcalá Zamora que el Rey saliera inmediatamente de España y que el Comité Revolucionario asumiera el poder como Gobierno Provisional. Ahora el comité tenía apoyo en las calles y a las tres en punto se izó la bandera republicana en el edificio de la Telefónica, al llegar noticias de que en Barcelona se había proclamado la República. En la tarde se celebró el último Consejo de Ministros de la Monarquía en el Palacio de Oriente, sólo de La Cierva, Ministro de Fomento, se resistió a que Alfonso XIII abandonase el poder. A las 9,15 de la noche, saliendo en automóvil del Jardín del Moro, el Rey emprendió viaje a Cartagena, para desde allí embarcar a Marsella. A las 9 de la noche desde el despacho del Ministro de la Gobernación, Alcalá Zamora proclamó la República a todo el país, a través de las ondas de radio. De este modo, el nuevo régimen quedó instaurado sin derramamiento de sangre.

IV- LA II REPÚBLICA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931:

IV.1- LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA.

La Segunda República es uno de los momentos clave de la historia contemporánea española. El proyecto de democratización y modernización que se abre en 1931, y que tantas esperanzas despertó en amplias capas de la población española, concluyó con una cruenta guerra civil. El debate sobre las razones de ese fracaso histórico sigue siendo uno de los elementos clave de la historiografía española.

En su transcurso, la tensión social fue en continuo aumento hasta acabar en julio de 1936, en la sublevación militar que dio origen a la Guerra Civil, una tragedia que ha marcado de manera rotunda el devenir histórico de España.

La II República coincide en el tiempo con las repercusiones internacionales del crack de Wall Street de 1929 y con la formación de políticas extremistas en Francia e Italia y, de frentes populares de izquierdas en Francia.

Las elecciones municipales celebradas el 12 de abril habían supuesto un giro en la situación política. El voto urbano, significaba un rotundo rechazo de la Monarquía.

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Aunque en las primeras horas parecía que el Gobierno encajaría el golpe y esperaría a las futuras elecciones legislativas a partir de la tarde del día siguiente, 13 de abril, los acontecimientos se precipitaron. Las calles de las principales ciudades se llenaban de manifestantes, mientras el Comité Revolucionario permanecía a la expectativa sin saber cuál sería la actitud del Gobierno. En éste ya se habían producido las primeras reacciones: Berenguer, ministro de la Guerra, ordenaba a los Gobernadores Militares, aceptar el resultado de las elecciones <<la suprema voluntad nacional>>, Romanones convencía a sus colegas de que la caída de la Monarquía era irreversible, y De La Cierva proponía resistir, pero ningún otro Ministro le apoyaba.

A las siete de la mañana del 14 de abril, la República era proclamada en Eibar (Guipúzcoa). En las horas siguientes, la población comenzó a salir a las calles, y la República fue proclamándose en Valencia, Sevilla, Oviedo y Zaragoza. También a primera hora de la mañana Romanones recomendó al Rey la salida del país, aceptada por Alfonso XIII. Mientras se hacían los preparativos para partir, el general Sanjurjo, Director General de la Guardia Civil, se puso a las órdenes del Comité republicano. Al atardecer, cuando ya L. Companys había proclamado la República en Barcelona, los miembros del Comité llegaron a la Puerta del Sol, donde tomaron posesión del Gobierno del país y proclamaron la República. Alfonso XIII partió hacia Cartagena, donde embarcó rumbo a Marsella. Su familia lo haría al día siguiente, bajo protección del recién formado Gobierno republicano.

IV.2 ETAPAS, CONDICIONAMIENTOS Y CONFLICTOS DE LA REPÚBLICA

IV.2.1- EL GOBIERNO PROVISIONAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1931.

El 14 de abril de 1931, constituido el Comité Revolucionario en Gobierno Provisional, se proclama la II República, en medio de grandes manifestaciones populares de adhesión, con una prensa mayoritariamente republicana, en la que ABC y El Debate constituyen la excepción. La composición del Ejecutivo responde a la unión de fuerzas políticas del Pacto de San Sebastián. Es un Gobierno de concentración republicana con la presidencia de Niceto Alcalá Zamora (Derecha liberal Republicana) e integrado por Fernando de los Ríos (PSOE), Justicia; Alejandro Lerroux (Partido Republicano Radical), Estado; Manuel Azaña (Acción Republicana), Guerra; Francisco Largo Caballero (PSOE), Trabajo; Marcelino Domingo (Partido Republicano Radical-Socialista), Instrucción Pública; e Indalecio Prieto (PSOE), Hacienda. Fuera de la coalición quedaban la derecha monárquica, los nacionalistas vascos y el obrerismo más radical (comunistas y anarquistas).

No era un gobierno revolucionario; la mayoría eran hombres de clase media conscientes de la necesidad de modernizar el país, pero partidarios de hacerlo por la vía democrática y legal. Todos asumieron como función prioritaria asentar República hasta el momento de poder convocar Cortes Constituyentes.

El Gobierno Provisional era consciente de:a) Al asumir el poder sin haber mediado elecciones legislativas previas, desconocía el

respaldo real del pueblo a cada una de las fuerzas que lo componías. Para hacer frente a este problema se tuvieron que convocar Elecciones Constituyentes.

b) Que era necesario consolidar urgentemente la naciente República, ante la presión social que demandaba soluciones inmediatas a los problemas. Estos problemas graves eran, además, estructurales e históricos, y generados durante siglos (el religioso, el de la propiedad agraria y el regional).

Siguiendo lo acordado en el Pacto de San Sebastián, el Gobierno Provisional convocó Elecciones a Cortes Constituyentes para el día 28 de junio. Paralelamente emprendió con premura reformas cuyo inicio no podía esperar al debate constitucional. Una serie de Decretos Ministeriales pusieron en marcha un proyecto de reforma agraria, la reforma del ejército y el inicio de negociaciones con catalanes y vascos para pactar una solución autonómica.

La nueva República tuvo que enfrentarse pronto a una serie de conflictos sociales (huelgas en Sevilla, Asturias, Barcelona,...), a la creciente animadversión de empresarios y propietarios agrícolas y a la oposición de parte de la jerarquía católica.

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LA CONSTITUCIÓN DE 1931.Finalmente, en junio de 1931, tuvieron lugar las elecciones a Cortes Constituyentes en un ambiente de relativa tranquilidad. Las urnas dieron una clara mayoría de la coalición republicano-socialista. La nueva Constitución, aprobada en diciembre de 1931, reflejó las ideas de esta mayoría. Estos son sus principales rasgos:

Abiertas las Cortes el 14 de julio de 1931 bajo la presidencia del socialista Julián Besteiro, se encomendó a una comisión de juristas encabezada por Ossorio Gallardo que elaborase un anteproyecto de Constitución. En poco tiempo ese anteproyecto estuvo ultimado y se pasó a una Comisión Constitucional de las Cortes compuesta por representantes de todos los grupos parlamentarios: 5 del P.S.O.E.; 3 del Partido Radical; 2 del Partido Radical-Socialista, Acción República y Esquerra Republicana de Cataluña; y 1 de ORGA, Asociación al Servicio de la República y Partidos Federal, Nacionalista Vasco, Progresista y Agrario. Al frente de ellos estuvo otro ilustre jurista, el profesor Jiménez de Asúa, perteneciente al grupo socialista.

Si en la elaboración del proyecto constitucional había reinado la concordia, no fue así en los debates en el plenario, donde los votos particulares de las minorías generaron encendidas discusiones. Quizás la más importante y virulenta de todas fue la relativa a la cuestión de libertad religiosa que, al no ser aceptada por las fuerzas conservadoras, provocó la retirada de las mismas del debate constituyente e incluso la dimisión del Presidente Alcalá Zamora, un hombre de profundas convicciones religiosas.

Así, con la ausencia de los diputados de la derecha más conservadora –89 en total –, con 368 votos a favor y ninguno en contra, la Constitución republicana fue aprobada el 9 de diciembre de 1931.

El texto constitucional reflejó los avances políticos que se habían realizado tras la Primera Guerra Mundial, tiene influencia de la Constitución alemana, la austriaca, mexicana y otras.En el artículo 1º se da la definición de España como una “República democrática de trabajadores”, donde se aprecia claramente la influencia del Partido Socialista, pero que se matizó con la expresión “de toda clase”, introducida posteriormente por Alcalá Zamora en el debate y que fue aceptada con el propósito de alcanzar el máximo consenso en algo tan importante como la definición del Estado.

Otro concepto clave de la Constitución es el de la soberanía, apenas mencionada en el brevísimo preámbulo al texto constitucional, acaso por no poner el adjetivo nacional que podría incomodar a los catalanistas. En cambio en el propio Artículo Primero se dice que todos los poderes de la República “emanan del pueblo”, en lo que sí se puede interpretar como una manera de entender que esa soberanía reside en el pueblo.

La mayor novedad consistió en la solución del problema “regional”, así el Artículo 1º definía a España como un “Estado integral”, elaborando un concepto nuevo que en realidad era un compromiso entre los partidarios del federalismo y del unitarismo. El título primero de la Constitución dibuja la posibilidad de que varias provincias se constituyan en región autónoma, con un sistema de competencias propias, otras compartidas con el gobierno central y otras exclusivas de éste. El tema de las Autonomías y sus Estatutos fue, después del religioso el más debatido. Más a su vez, debe observarse que en ningún momento aparece el término nacionalidad, sino provincias o regiones y que, reconociéndose la oficialidad del castellano para todo el Estado, se contempla la variedad lingüística como una realidad que deberá ser regulada por leyes posteriores. Cuando la Constitución fue aprobada ya se había elaborado y aprobado por Referéndum masivo el Estatuto Catalán, que preveía una autonomía superior a la que después permitió la Constitución. También se habían iniciado los procesos para la aprobación de los Estatutos de Euskadi y Galicia, que no tendrán vigencia hasta iniciada la Guerra Civil.

La declaración de derechos. Es más amplia que cualquiera de las anteriores Constituciones. Se recogen también las libertades de asociación política y sindical y la mayoría de edad a los veintitrés años, tanto para los hombres como para mujeres; la república se convertía así en uno de los primeros países en reconocer el sufragio universal femenino.

En la parte relativa a familia, economía y cultura se recogían los principios más modernos y democráticos. El matrimonio basado en la igualdad de los cónyuges y la aprobación del divorcio, obligaciones de los padres hacia los hijos, lo mismo que con los hijos ilegítimos, cuya distinción discriminatoria desaparecía, etc.

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La cultura aparece como función primordial del Estado, que debe extenderla a toda la población por encima de las diferencias económicas de los individuos, respetando la libertad total de los enseñantes.

En toda la regulación de derechos es evidente la influencia socialista.Las Instituciones:El poder principal se otorga a las Cortes, que se eligen según principios democráticos

(sufragio universal directo y secreto), y que serán Unicamerales.El Presidente de la República será elegido mediante un sistema intermedio entre el

sufragio universal y la designación por el Parlamento, y establece la posibilidad de que éste fuera reelegido, pero en mandatos alternativos, personifica a la nación en sus funciones representativas. Nombra al Presidente del Gobierno y a los ministros a propuesta de éste. El gobierno así nombrado debe recibir el beneplácito de las Cortes.

Aparece también un Tribunal de Garantías Constitucionales, que tiene competencia para juzgar la constitucionalidad de las leyes.

Otros derechos reconocidos será el de la nacionalidad española para personas de origen español residentes en el extranjero, en una clara alusión a los sefardíes y, en régimen de doble nacionalidad, para los países iberoamericanos.

Hemos de señalar otras Disposiciones generales, tales como la marcada orientación pacifista del nuevo Estado, que “renuncia a la guerra como instrumento de política nacional” (Artículo 6) y la aceptación de las normas de Derecho internacional (Artículo 7). Ambas declaraciones están en la línea del idealismo que se vivió desde la mitad de los años veinte, cuando la guerra fue declarada fuera de la ley en algunos países y cuando se revalorizó el papel de la Sociedad de Naciones como salvaguarda de la paz y del Derecho de gentes. Y también está en clara oposición con el fascismo que ya empezaba a ser una amenaza para las democracias europeas y que rechazaba el pacifismo y el imperio de la ley. Se modifican los colores de la bandera como un símbolo del deseo de profunda transformación a que aspiraba el Estado republicano.

La Constitución fue promulgada el 27 de noviembre de 1931.

IV.2.2- EL BIENIO PROGRESISTA O REFORMISTA (1931-1933)

Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, Manuel Azaña presidió un gobierno republicano-socialista que impulsó un programa de ampliación y profundización de las reformas iniciadas durante el período constituyente, destacamos:

1- La reforma del ejército . El ejército español padecía, además, una grave situación de <<macrocefalia>> . Esto

originaba que la mayor parte del presupuesto militar fuera destinado a pagar los salarios, en detrimento de las nuevas tecnologías armamentísticas.

Azaña, impulsó una reforma que pretendía crear un ejército profesional y democrático, para lo cual adoptó las siguientes medidas:

Exigió a los militares fidelidad a la República y al ordenamiento constitucional. Para reducir el problema de la <<macrocefalia>> ofreció el retiro a todos los jefes y

oficiales que voluntariamente lo desearan, conservando íntegramente el sueldo. Para hacerlo más operativo suprimió la mitad de las regiones militares y se eliminaron

los grados de teniente general y capitán general. Para asegurar la eficacia de las medidas de eliminación de la macrocefalia se,

clausuró la Academia General Militar de Zaragoza, en cuya dirección tenía el general Francisco Franco Bahamonde, quien lo aceptó por disciplina. En la reforma militar se unificaron escalafones y se suprimió el <<sistema africano>> de ascensos.

El balance de las medidas de Azaña fue contradictorio, pues si bien es cierto que introdujo la racionalidad en la composición de las fuerzas armadas, que redujo los gastos militares, y que sometió al ejército al poder civil, no por ello mejoró su eficacia ni se le pudo dotar del material que necesitaba, y el cierre de la Academia Militar de Zaragoza, perjudicó notablemente su capacidad operativa.

La reacción fue inmediata por una parte importante del ejército, llegando algunos militares a calificar la obra de Azaña como <<campaña de trituración del ejército>>. La muestra más

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernándezsignificativa de esta actitud fue la <<sanjurjada>> o levantamiento armado de Sanjurjo, ocurrido el 10 de agosto de 1932, un pronunciamiento clásico, a la usanza de los del siglo XIX.

2- El problema religioso.Los intentos de la República para limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y

secularizar la vida social, quedaron plasmadas en la Constitución (La separación de la Iglesia y el Estado, y su conformación como Estado laico, divorcio…).

Estas medidas no iban encaminadas directamente contra la las creencias y prácticas católicas, sino a neutralizar el poder económico de la Iglesia, todavía considerable, y su influencia social a través de la enseñanza, donde se reproducían y transmitían los esquemas sociales que se trataba de superar.

La Iglesia, se mostró reacia a su separación del Estado y a admitir la legislación laica de la República sobre matrimonios, cementerios, etc. Pero fue el problema de la enseñanza el que suscitó las más enconadas reacciones al suprimirse la obligatoriedad de la enseñanza de la religión y decretarse la retirada de los crucifijos de las escuelas.

Las sucesivas cartas pastorales del cardenal Segura ponían en guardia a los ciudadanos contra la República y denotaban una progresiva hostilidad hacia el nuevo régimen, así como actitudes de alabanza hacia la Monarquía. Esto, junto con la creación de un Club Monárquico, hizo que grupos de republicanos asaltaran el diario monárquico ABC. Inmediatamente se iniciaron los incendios de iglesias y conventos en casi toda España –sólo en Madrid fueron quemados casi dos centenares– ante la pasividad del Gobierno y la indiferencia de las fuerzas de orden público, que apenas intervinieron. Ante la actitud hostil de parte de la jerarquía eclesiástica, el gobierno optó por una medida de fuerza y expulsó de España al cardenal Segura y al obispo de Vitoria.

3-La reforma agraria .

El problema agrario era, estructural, y sumamente grave en un país que, a pesar del proceso de industrialización y terciarización que se había operado durante las tres primeras décadas del siglo, el país era todavía predominantemente agrario.

En ello se jugaba la República su prestigio y credibilidad, cuando no su pervivencia. Ante el aumento de la presión pública, se forzó a las autoridades a realizar algunas reformas utilizando la vía del decreto-ley, antes incluso de ser aprobada la Constitución, sin la necesaria discusión.

El líder ugetista Francisco Largo Caballero, ministro de Trabajo durante todo el bienio, fue el verdadero impulsor de estas medidas de urgencia para mejorar las condiciones de los campesinos, aunque antes de abordar el problema de la tierra se tomaron medidas para mejorar de inmediato las condiciones de trabajo de los asalariados, especialmente de los temporeros. Así pues, se adoptaron inmediatamente varias medidas legales:

a) Decreto de Términos Municipales, del 20 de abril de 1931. En virtud de esta disposición se obligaba a los patronos a contratar a jornaleros del propio término municipal, según el orden de inscripción en el registro del desempleo. Esta medida era en realidad una disposición tendente a evitar la contratación de esquiroles por parte de la patronal, que era la estrategia más utilizada para romper las huelgas reivindicativas. b) En marzo de 1932 empezó a discutirse en las Cortes el proyecto de Ley de Reforma Agraria, aprobada en septiembre de 1932.Los aspectos más importantes fueron los siguientes: Creación del Instituto de Reforma Agraria (IRA) como el instrumento que debería impulsar el programa de reformas. Expropiación sin indemnización de las tierras de los grandes de España, es decir, de la alta nobleza. Declarar expropiables las tierras adjudicadas al Estado, región, provincia o municipio por razón de débito, herencia o legado, o cualesquiera otras que se tuvieran con carácter de propiedad privada.Los resultados prácticos de la Ley de Reforma Agraria fueron decepcionantes para

todos, pues si bien encrespó a la derecha terrateniente, que veía amenazadas sus posesiones y la posición social predominante, tampoco contentó a los campesinos y a las organizaciones de

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernándezizquierda, que se fueron radicalizando hacia posiciones extremas y revolucionarias, y además las tierras expropiadas fueron mínimas.

4-La reforma del Estado centralista. Las autonomías.

La configuración de un Estado que permitiera a las regiones con sentimientos nacionalistas tener una organización propia y acceder a la autonomía era una cuestión pendiente en la vida política española y un derecho que había quedado reconocido por la Constitución de 1931.

Los nacionalismos de Cataluña y el País Vasco, principalmente, eran los que manifestaban el rechazo más radical al viejo modelo de Estado.

En Cataluña, tras celebrarse previamente un plebiscito, el proyecto de Estatuto de Autonomía fue aprobado por las Cortes el 9 de septiembre de 1932. El plebiscito, corroboraba los resultados de las elecciones de 1931 que habían dado el triunfo a la Esquerra Republicana de F. Maciá.

Las pretensiones federalistas del llamado Estatuto de Nuria (anterior al definitivo Estatuto de Autonomía) suscitaron la oposición de las fuerzas de derecha estatal, así como la reticencia de los socialistas y la desaprobación de algunos intelectuales de relieve, como Unamuno y Ortega.

El régimen autonómico catalán contaba con un gobierno y un parlamento propios, con competencias en materia económica, social, educativa y cultural, y se reconocía la cooficialidad del catalán.

En el País Vasco el proceso autonómico siguió un camino diferente. Aquí, el fenómeno tenía una raíz popular, más que burguesa, y rural, más que urbana. Además, el nacionalismo y el foralismo vascos presentaban vínculos muy fuertes con lo religioso, de lo cual el propio carlismo había sido la manifestación más extrema. De ahí que los nacionalistas, agrupados en torno al Partido Nacionalista Vasco (PNV), y los carlistas se reunieran en el Pacto de Estella (Navarra) en el año 1931 para acordar y redactar un anteproyecto de Estatuto de Autonomía, similar al catalán. Este contó con la oposición del republicanismo de izquierda y de los socialistas por considerarlo en exceso confesional, escasamente democrático e incompatible con la constitución republicana, con lo cual su aprobación se retrasó indefinidamente. A partir de 1934, los carlistas se alinearon con las fuerzas monárquicas antiautonomistas, mientras la nueva dirección del PNV propició un acercamiento a las fuerzas republicanas. Esto facilitó que en octubre de 1936, ya iniciada la guerra, se aprobara un estatuto, fruto de un consenso político entre nacionalistas, republicanos y socialistas y con un carácter claramente democrático. José Antonio Aguirre, principal dirigente del PNV, fue elegido Lendakari.

En Galicia, la conciencia nacionalista era menos acusada y el nacionalismo gallego distaba mucho de ser hegemónico. Así el proceso estatutario fue mucho más lento y el 28 de junio de 1936 se plebiscitó un proyecto de estatuto que no llegó nunca a ser aprobado por las Cortes debido al estallido de la guerra civil.

5-Reformas sociales y educativas.

Largo Caballero propició desde el Ministerio de Trabajo una serie de reformas destinadas a mejorar las condiciones laborales. Se aprobó la Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba la negociación colectiva, y la de Jurados Mixtos, a los que reconocía el poder de arbitraje vinculante en caso de desacuerdo. También promovió la creación de seguros sociales, redujo la jornada laboral de los trabajadores del campo…. Todas estas medidas provocaron la irritación de las organizaciones patronales, que se opusieron a su promulgación y consiguieron frenar algunos proyectos.

Otra reforma importante fue la de la enseñanza, cuyo objetivo primordial era promover una educación liberal y laica, y hacer del Estado el garante del derecho a la educación extendido a toda la población. El centro de su actividad fue, sobre todo, la enseñanza primaria, y así se crearon 10 000 nuevas escuelas y 7 000 nuevas plazas de maestros, y se aumentó el presupuesto de educación en un 50%. El interés por promover el desarrollo cultural de la población, sobre todo entre los sectores sociales con menores ingresos, llevó a la creación de las Misiones Pedagógicas, encaminadas a difundir la cultura en las zonas rurales (bibliotecas, cine, coros, conferencias....).La reacción fue muy fuerte por parte de la jerarquía eclesiástica. Los obispos se negaron a aceptar el cierre de los colegios e instaron a los padres a no matricular a sus hijos en las escuelas públicas.

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezLas reformas polarizaron la vida política y el régimen político republicano topó con la

resistencia y la oposición de los sectores más directamente afectados (Iglesia, Ejército, propietarios de tierras, organizaciones patronales....) que poco a poco fueron reorganizando la derecha monárquica, mientras los sectores más intransigentes crearon organizaciones de talante autoritario.

1- La reorganización de las derechas .El reformismo de Azaña, provocó una fuerte alarma entre la derecha. De entre ellas,

destacan tres medidas legales: Ley de Congregaciones Religiosas, la Reforma militar y la Ley de Reforma Agraria. Ello generó un profundo malestar entre muchos católicos, muchos de ellos sinceramente republicanos.

Los viejos monárquicos fueron derivando progresivamente hacia posiciones antidemocráticas. Se crearon nuevas organizaciones como Acción Española, un núcleo intelectual (José Mª Pemán, Ramiro de Maeztu), cuya misión era armar ideológicamente a la derecha y, además, presentar a la monarquía tradicional como la única defensa frente a la revolución social. A finales de 1932 se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), el partido de la derecha católica tradicional, dirigido por José Mª Gil Robles. Al año siguiente los alfonsinos fundaron Renovación Española, partido liderado por Calvo Sotelo, que defendía abiertamente la necesidad de un golpe de Estado. Por su lado, los carlistas se agrupaban en la Comunión Tradicionalista y llegaron a un acuerdo electoral con los alfonsinos con el propósito de unir las fuerzas monárquicas.

Grupúsculos de corte nacionalsocialista y fascista crearon en 1931 las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), unidas más adelante a Falange Española, partido fundado en 1933 y dirigido por José Antonio Primo de Rivera, que destacaba por su ideología antidemocrática, defensa a ultranza del nacionalismo español.

Algunos sectores del ejército pretendieron recoger el descontento generado entre los grupos más conservadores por la concesión de la Autonomía a Cataluña, la reforma religiosa y del ejército, así como la alarma creada por las huelgas y desordenes públicos. Haciéndose eco de este malestar, el general Sanjurjo protagonizó un golpe de Estado (la sanjurjada) con la pretensión de forzar el viraje de la República a la derecha (agosto 1932), pero fracasó estrepitosamente.

2- Obrerismo y conflictividad social .Los conflictos sociales fueron continuos desde el mismo momento de la proclamación de la

República. La resistencia opuesta a las reformas por parte de la patronal, agraria o industrial, por la Iglesia y otras fuerzas políticas y sociales, llevaron a una polarización o posicionamiento extremista de algunas organizaciones de izquierda, especialmente la CNT (Confederación Nacional del Trabajo, anarquista) y de la UGT (Unión General de Trabajadores, socialista).

El Partido Comunista de España, empezó a arraigar en el campo extremeño y andaluz, así como en las cuencas mineras de Asturias y en las zonas mineras e industriales de Cataluña-

La polarización extremista de la izquierda llevó inmediatamente al enfrentamiento armado, sangriento en muchas ocasiones, entre las masas obreras y campesinas y las fuerzas de orden público (Guardia Civil y Guardia de Asalto), impacientes las primeras ante lo que consideraban ineficacia o falta de decisión del Gobierno de la República a la hora de hacer efectivas las medidas que ella misma había decretado – los terratenientes incumplían las medidas sobre laboreo forzoso y la Ley de Términos –. Los acontecimientos de Castilblanco, Arnedo y Alto Llobregat, en 1932, produjeron una decena de muertos y ocasionaron la deportación a Guinea de 104 anarquistas. Estas revueltas consistían en tomar el ayuntamiento, quemar el registro de la propiedad, ocupaciones de fincas y colectivización de la propiedad, robos de cosechas, declarar el comunismo libertario, y destrucciones de todo tipo en Andalucía, Extremadura y en La Mancha. La posterior represión solía ser muy cruenta y en algunas ocasiones provocaba la muerte de algunos campesinos, como la masacre perpetrada en el pueblo gaditano de Casas Viejas, cuya responsabilidad política recaía plenamente en el Gobierno, lo que dejó herido de muerte al Bienio Reformista.

A lo largo de 1933 se fue haciendo cada vez más evidente la crisis de la coalición republicano-socialista y el desgaste del gobierno, que fue perdiendo la confianza de una parte de las clases medias y se vio desacreditado como consecuencia de las duras medidas policiales adoptadas para controlar el orden público y mantener la legalidad vigente. En estas condiciones, Azaña dimitió y el presidente de la República disolvió las Cortes, y convocó elecciones para noviembre de 1933.

IV.2.3- EL BIENIO CONSERVADOR (Noviembre 1933-Febrero 1936)

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Las elecciones generales de noviembre de 1933 dieron la victoria a los partidos de centro-derecha y marcaron un punto de inflexión en la política republicana. Los gobiernos se estructuraron alrededor de dos fuerzas políticas, el Partido Radical de Lerroux que había virado hacia posiciones más conservadoras, y la CEDA, un partido aglutinador de la derecha y liderado por Gil Robles, con un programa que proponía la revisión de la Constitución y de la legislación social.

Durante todo el período gobernará el Partido Radical, vagamente centrista – los jefes de Gobierno fueron siempre radicales–, y no la CEDA, formación que había obtenido el mayor número de votos en las elecciones de 1933, su papel quedaba reducido al apoyo parlamentario. Este reparto, dependía de las facultades que tenía el Presidente de la República, don Niceto Alcalá Zamora, para nombrar Presidente del Gobierno, que además lo hacía para tranquilizar a la izquierda, que amenazaba con alzarse, en armas incluso, si se permitía que la CEDA accediera al poder, a pesar de ser la formación política más votada en las elecciones.

Este reparto de papeles llevó a situaciones de tensión, dentro del Partido Radical y en la propia CEDA, y también entre esta última y el Presidente de la República. Al final, esta desunión propició el triunfo de la izquierda, compactada en torno al Frente Popular, en las elecciones de 1936.

Esta etapa se puede dividir en dos períodos: hasta octubre de 1934, de gobierno radical; y desde entonces y hasta febrero de 1936, con un gobierno radical-cedista. La revolución socialista de octubre de 1934 marca un punto de inflexión clave en el desarrollo de la II República.

A) - El Gobierno radical (los inicios) 1933-1934.

El 16 de diciembre Lerroux formó un Gobierno con sólo miembros de su partido. El apoyo parlamentario de la CEDA se obtuvo con la condición rectificar de la obra legislativa del bienio anterior.

El problema religioso se abordó con bastante moderación, para captar el voto del descontento. Para ello tomó dos medidas: normalizar la relación de la República con la Santa Sede con la firma de un Concordato, y dotar económicamente al clero más desfavorecido, que era el clero rural.

Las dos medidas se frustraron total o parcialmente. La primera porque la Santa Sede se mostró remisa a la firma del Concordato con los radicales, en espera de que la CEDA, que era una formación predominantemente católica, llegara al Gobierno, y la segunda por insuficiencia económica.

El problema agrario se abordó igualmente con moderación, sin llegar a abolir la Ley de Reforma Agraria. Para irritación de las oligarquías, Lerroux confirmó los decretos sobre la intensificación de cultivos y prosiguió con el asentamiento de campesinos sin tierra , pero recortando drásticamente el presupuesto estatal destinado a este fin. También se derogó la Ley de Términos Municipales.

El problema regional se enconó considerablemente, siendo Cataluña y el País Vasco los escenarios del enfrentamiento con el Gobierno de la República.

El conflicto con el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, tuvo como causa la llamada cuestión de los rabassaires o cultivadores de tierras ajenas en régimen de arrendamiento. En Cataluña se imponía, por tanto, el problema agrario sobre el problema regional.

El Gobierno Central también se enemistó con los nacionalistas vascos al paralizar la discusión en el Parlamento del Proyecto de Estatuto impulsado por el PNV.

Las divergencias entre el Partido Radical y la CEDA no tardarían en llegar. Las bases más extremistas de la formación de derechas acusaban a los radicales de debilidad frente a la herencia del período azañista, que querían abolir en su mayor parte. Incluso dentro del propio Partido Radical existían posturas diversas. Como consecuencia de estas tensiones el Partido Radical se dividió en dos facciones: la liderada por Lerroux y la de Martínez Barrios. Esta escisión provocó una debilidad extrema en la coalición gubernamental, que, tras el <<intermedio Samper>> propiciaría la entrada de algunos ministros de la CEDA en el Gobierno.

(El <<intermedio Samper>>, fue un breve período de gobierno exclusivamente radical, encabezado por Ricardo Samper. Este Gobierno se formó apresuradamente a raíz de la retirada temporal de Lerroux por causa de su enfrentamiento con el Presidente de la República con motivo de la amnistía a los sublevados de la <<sanjurjada>>. A raíz del cese, tres ministros de la CEDA ocuparon sendas carteras ministeriales: Giménez Fernández, demócrata cristiano, la de

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Agricultura; Anguera de Sojo, la de Justicia, y Aizpún la de Trabajo. Giménez Fernández y Anguera, además, se declararon explícitamente republicanos.

Aprobación de una Ley de Amnistía que favoreció a los militares y monárquicos encarcelados por participar en el fallido golpe de Estado antirrepublicano de agosto de 1932, encabezado por el general Sanjurjo.

1934 en el año en que las posiciones se decantan y el país se polariza definitivamente entre <<las derechas>> y las <<izquierdas>>, como entonces se llamaban. En la derecha se forman tres grupos básicos: Falange Española y de las JONS, con un millar de afiliados que campaban por sus respetos en las calles y en la Universidad, con provocaciones y violencia incluidos; Renovación Española, partido de los monárquicos formado básicamente por sectores de la alta burguesía y de la nobleza, claramente antirrepublicano y extremista; y, sobre todo, la CEDA, que aglutinaba casi todo el apoyo de las clases medias y populares de la derecha católica. Sus Juventudes de Acción Popular (JAP) actuaban ya como una “milicia fascista”: aclamaban a su líder como el <<Jefe>>, a imitación del modelo italiano a alemán, y participaban activamente en manifestaciones violentas contra los movimientos obreros.

En el centro quedaba el Partido Radical, desprestigiado ante sus votantes por el apoyo que le prestaba la CEDA.

La Izquierda Republicana se reconstruye a lo largo de 1934, tras el fracaso electoral de abril nace Izquierda Republicana, liderada por Azaña. En septiembre, por su parte, Martínez Barrios funda la Unión Republicana, algo más moderada, pero de tendencia progresista.

Por último, los grupos obreros se radicalizan claramente. El PSOE giró a la izquierda: Prieto y Largo Caballero se aliaron frente a Besteiro, iniciaron la preparación de una revolución para el caso de que la CEDA llegase al Gobierno, y se hicieron con el control de la UGT. Mientras, en las Juventudes Socialistas (JS) se convirtió en secretario general Santiago Carrillo, quien inició un acercamiento a las Juventudes Comunistas. El PCE también abandonó el enfrentamiento con el PSOE: después del verano se impuso la necesidad de crear un Frente Antifascista, tal como le dictaba la Komintern; en septiembre, los comunistas entran en las Alianzas Obreras socialistas, comenzando a preparar en conjunto la revolución. Sólo la CNT se mantuvo al margen.

Ante la serie de medidas contra la política agraria anterior, la UGT organizó una huelga general de campesinos, que arrastró a 300 000 jornaleros en 500 pueblos repartidos en 38 provincias, a partir del 5 de junio y duró doce días, El movimiento campesino quedó derrotado y tardaría algunos meses en recuperarse.

B) - La revolución de octubre de 1934.

En este contexto se produjo la revolución de octubre de 1934. El clima de enfrentamiento en las Cortes, los conflictos continuos en el campo, los incidentes en la Universidad entre la FUE y los falangistas (incluidos dos asesinatos de dirigentes juveniles) y la tensión política existente entre el Gobierno y los nacionalistas, además de la radicalización de la opinión pública, generaron una situación explosiva que llevó a la izquierda obrera a preparar la insurrección armada.

La entrada de tres ministros de la CEDA en el Gobierno Radical (4 de octubre) provocó inmediatamente la reacción de algunos sectores de la izquierda, los cuales consideraban que con esta medida se traicionaba a la República. Esa misma tarde los dirigentes socialistas dieron la orden de huelga.

El día 5 de octubre el paro fue general en todas las ciudades del país. Esto daría paso a otros sucesos más graves como fueron los alzamientos armados en Madrid y en la mayor parte del país, aunque estos revistieron mayor gravedad en Asturias y en Cataluña.

En Cataluña, el conflicto tuvo características políticas más que sociales. Por esta causa contó con tan escasa simpatía entre los medios obreros.

El presidente Lluis Companys llegó a proclamar la República catalana, el Estat Catalá, dentro de la República Federal Española. La República catalana fue disuelta rápidamente, aunque de manera poco cruenta, si se tiene en cuenta la gravedad de los hechos. Bastaron solamente unos cuantos cañonazos del ejército, dirigido por el general Batet, sobre la sede de la Generalitat de Cataluña para acabar con la intentona de Companys, quien fue detenido junto con el resto del Gobierno de la Generalitat.

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En Asturias, por el contrario, el movimiento armado tuvo un carácter eminentemente social y revolucionario. El movimiento asturiano pretendía superar los esquemas de la República burguesa, para sustituirla por un Estado proletario, similar al modelo instalado en la Rusia de Stalin. Esto es al menos lo que daba a entender el pacto entre la CNT y la UGT <<para abolir el régimen burgués>>. Ambos grupos participaron unidos bajo las siglas UHP (Unión de Hermanos Proletarios) que incluía también a comunistas y trotskistas.

La insurrección asturiana constituyó el primer episodio de la Guerra Civil, para algunos autores, y para otros el primer intento armado en nuestro país para realizar la revolución social. Lo específico del alzamiento armado asturiano es la lucha de elementos civiles, equipados con las armas tomadas al ejército o a las fuerzas del orden y con la dinamita tomada de las minas, contra un cuerpo de ejército traído desde Africa para sofocar la rebelión.

El Gobierno entregó plenos poderes militares al general Franco, que hizo traer tropas de la Legión. El día 10 los legionarios desembarcaron en Asturias y tomaron la ciudad de Oviedo, frente a una resistencia obrera feroz. La misma resistencia se produjo en toda la cuenca minera, hasta que, finalmente, el día 19 se pactó una rendición. Cuatrocientos guardias civiles se encargarían en los días siguientes de la limpieza y represión posteriores. El balance fue aterrador al no tratarse de una guerra convencional declarada: cerca de 1 500 muertos, un número muy superior de heridos, que superaba en cualquier caso los 2 000 y 30 000 detenciones, incluidos Companys, Azaña (que no había participado en la revolución) y los principales dirigentes socialistas.

C) El final del Bienio Derechista (1934-1936).

La experiencia de la República de derechas, el <<Bienio negro>> para la izquierda, se caracterizó por su inestabilidad. Las presiones externas, eran extremas: la extrema derecha le acusaba de tibieza, cuando no de complicidad frente a la izquierda; y la izquierda y extrema izquierda de reaccionarismo, cuando no de fascismo. Sin embargo la causa inmediata del agotamiento del Bienio radical-cedista está en las consecuencias de la revolución de Asturias y los escándalos de corrupción política, especialmente el << estraperlo>>.

1- Las consecuencias de la revolución de Asturias.

La insurrección de Asturias, y en menor medida los hechos sucedidos en Cataluña, pesaron en la descomposición del Gobierno radical-cedista, dividido ante el tratamiento que había que dar a los vencidos en la sublevación armada. Ante este problema, la CEDA era partidaria de aplicar todo el rigor de la Ley, a lo que se oponían los radicales, más inclinados hacia medidas de clemencia. El presidente Alcalá Zamora recordaba la benevolencia con que habían sido tratados Sanjurjo y los sublevados contra la República en 1932 y el agravio que supondría el extremar ahora el rigor de la Ley. Al final, las medidas fueron verdaderamente clementes, lo que fue interpretado como un gesto de debilidad por las fuerzas de la derecha y de la extrema derecha, y la CEDA abandonara el Gobierno. Sin embargo, volvió un mes más tarde ante la debilidad de los radicales, y ahora con Gil Robles como ministro de la Guerra. Este hecho es sumamente importante y grave, por dos razones:

a) Porque genera un sentimiento de impunidad ante la comisión de hechos tan graves como la rebelión armada.

b) Porque se fueron exacerbando, por esta misma causa, sentimientos de temor ante un posible levantamiento victorioso del contrario.

A lo largo de 1935 se fueron gestando las dos grandes coaliciones que se enfrentarían en las elecciones del año siguiente. La derecha antirrepublicana se unió en el llamado Bloque Nacional, formado en diciembre de 1934 por sectores monárquicos y oligárquicos, encabezados por Calvo Sotelo, Goicoechea y Alba y con el apoyo de personajes como Maeztu, Sainz Rodríguez o Rodezno, de ideología ultraconservadora. Defendía un Estado autoritario y corporativo, similar al fascista, y era la única alternativa a la CEDA en la derecha.

También se produjo un acercamiento entre las fuerzas de la izquierda, burguesa y obrera. Las campañas proamnistía para los presos de octubre unieron a todos los grupos, desde la Unión Republicana hasta la CNT, a través de los Comités de Ayuda a los presos y, en el caso de socialistas y comunistas, a través de las Alianzas Obreras, que sobrevivieron a la revolución. Reclamaban la disolución de las Cortes y nuevas elecciones que permitieran salvar a la República.

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Azaña, recuperó de nuevo su papel de gran líder. El gobierno radical-cedista continuó con su política de rectificación. Se decretó la

suspensión del Estatuto de Cataluña, en represalia por la participación en la revolución de octubre del gobierno de Companys. El 1 de agosto se aprobó la nueva Ley de Reforma Agraria, auténtica contrarreforma: paralización definitiva de la reforma. Además la nueva Ley de arrendamientos, impedía que los arrendatarios pudieran acceder a la propiedad.

Por otra parte, el Gobierno permanecía en continua crisis. Los cambios de ministros fueron frecuentes a lo largo de 1935, y la actitud del Presidente Alcalá Zamora cada vez más crítica con el Gobierno, por su alejamiento de la Constitución.

2- Los escándalos políticos. El estraperlo. A raíz de 1935, la situación del Gobierno radical-cedista presidido por Lerroux era ya

insostenible. Las divergencias internas y los escándalos de corrupción habían acabado con su credibilidad política.

Al presidente Alcalá Zamora no le quedaban muchas alternativas. Y tal se dice porque por una parte deseaba desembarazarse de Lerroux, implicado en el escándalo de corrupción política conocido como estraperlo (que todavía no era de conocimiento público); aunque, por otra, también se resistía a nombrar un Presidente de Gobierno de la CEDA, por temor a una nueva reacción violenta de la izquierda.

Al final optó por nombrar a Chapaprieta, en cuyo mandato estallaron los escándalos de corrupción política, protagonizados exclusivamente por los radicales. En el mes de octubre salió a la luz el escándalo del estraperlo Se trataba de una autorización hecha por algunos de los principales altos cargos radicales del Gobierno, a cambio de sobornos, a un fabricante holandés, Strauss, para introducir en casinos españoles una máquina de juego. Este tráfico de influencias obligó a dimitir a varios miembros del Gobierno, y del Partido Radical, incluyendo al propio Lerroux y a su hijo. Ante la magnitud del escándalo, el propio Gobierno, en pleno, dimitió. Nuevos escándalos acabaron en una crisis continua, con varios intentos de gobierno de concentración. Finalmente, el 30 de diciembre, Portela Valladares formó su segundo gabinete consecutivo, un gobierno puente con el compromiso de Alcalá Zamora de disolver las Cortes y convocar elecciones, decreto que firmó el 7 de enero de 1936.

IV.2.3- LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL FRENTE POPULAR.

En febrero de 1936 la candidatura del Frente Popular ganó las elecciones legislativas. Ahora se invertía el proceso: la izquierda, aleccionada por causa de su anterior fracaso electoral y escarmentada por las consecuencias de aquella derrota, se presentaba unida en una misma coalición electoral. En 1936 era la derecha, por el contrario, la que se encontraba dividida, desmoralizada y minada por los escándalos de corrupción del Gobierno Lerroux.

El 15 de enero se firmó el Pacto del Frente Popular. Tras rápidas negociaciones, no exentas de tensión, se firmó el acuerdo sobre un programa mínimo, cuyas medidas básicas significaban volver a poner en marcha toda la legislación del primer bienio (educación, obras públicas, reforma agraria...) ahora sin dilación, decretar una amnistía, anular todas las represalias por la revolución de octubre, y restablecer las garantías constitucionales, suspendidas desde entonces.

Al pacto se unieron Izquierda Republicana, Unión Republicana, el PSOE, el PCE y el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), recién fundado y de tendencia trotskista. Fue el ultimátum de Largo Caballero, que amenazó con sacar de la coalición al PSOE, lo que forzó a los republicanos de izquierda a aceptar la entrada de partidos comunistas. Se unieron también otros grupos de la izquierda y los sindicatos comunistas, además de la UGT. La CNT no participó, pero esta vez, y ante el hecho de que una buena parte de sus dirigentes estaba en prisión y podía beneficiarse de la victoria de la izquierda, no pidieron expresamente la abstención, lo que significó de hecho apoyar indirectamente al Frente Popular.

La otra gran coalición se formó entre el Bloque Nacional, de predominio monárquico, y la CEDA. Pero los dirigentes cedistas, en muchas circunscripciones, llegaron también a acuerdos parciales con radicales y grupos republicanos, lo que produjo bastante confusión y la concurrencia de dos candidaturas de derecha en muchas provincias. Además la coalición no fue capaz de hacer un programa sólido y coherente: fundamentó su alianza en la negación de la revolución, el rechazo al marxismo y la amenaza que para el país significaría la victoria del Frente Popular. Ese talante negativo le restó, probablemente, muchos votos de centro. El mismo José Antonio Primo de Rivera

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criticó la falta de programa y mantuvo a la Falange fuera de la coalición. También el PNV se presentó por su cuenta.

La campaña y las elecciones se celebraron con bastante orden, pese a la violencia verbal y al clima de enfrentamiento latente. Votó el 72% del censo electoral. El Frente Popular obtuvo 263 escaños, por 210 de la coalición de centro-derecha; la victoria de la izquierda tuvo lugar en las grandes ciudades y en las provincias del Sur y de la periferia, mientras que las candidaturas de derecha se impusieron en las provincias del Norte y del interior.

El impacto fue fulminante. En los días siguientes, sin esperar a la proclamación de resultados, los grupos de izquierda abrieron las cárceles. Portela Valladares se negó a continuar al frente del Gobierno, y hubo que convencer a Azaña, para que formara Gobierno, que estará compuesto únicamente por republicanos de izquierda, sin participación del PSOE.

El Gobierno puso en marcha el programa del Frente Popular de inmediato. Decretó una amplia amnistía, restablecieron el Estatuto Catalán y el Parlament, y se iniciaban las negociaciones para la aprobación de un estatuto para el País Vasco y Galicia. Decidió enviar a los generales sospechosos de conspiración a puestos alejados de Madrid y distantes entre sí: Franco a Canarias, Goded a Barcelona, Mola a Pamplona, para frenar los rumores golpistas. Se ocuparon fincas , hasta el punto de que el 20 de marzo de 1936 el Gobierno autorizaba al IRA a expropiar cualquier finca, reteniendo no obstante el propietario la propiedad jurídica de la misma hasta el momento de su indemnización. El 15 de junio se restablecía la Ley de Bases para la Reforma Agraria de 1932 con lo que se decretaban las medidas legales para las ocupaciones de las fincas. Y se obligó a las empresas a readmitir a muchos obreros despedidos a raíz de la huelga de 1934.

Las izquierdas acuerdan la sustitución de Alcalá Zamora en la presidencia de la República y Manuel Azaña es elegido el 10 de mayo de 1936 nuevo presidente de la República por abrumadora mayoría. Tres días más tarde, y ante la negativa de Largo Caballero a que Indalecio Prieto, y por lo tanto el PSOE, encabece la presidencia del Gobierno, es designado para ello Santiago Casares Quiroga, que forma un Gobierno republicano.

El triunfo de las izquierdas trajo consigo una intensa movilización popular que creó un clima de tensión social. En las ciudades se convocaron huelgas; en el campo, los jornaleros se adelantaban a la legislación y ocupaban las tierras, mientras el desorden público y la violencia se extendían por buena parte de España, a excepción de zonas del Norte de España y Cataluña. Los sindicatos y partidos de izquierda radicalizaron sus posiciones: los anarquistas defendían la revolución, mientras un sector del socialismo, encabezado por Largo Caballero, también se orientaba hacia soluciones radicales, aproximando sus posturas a las del Partido Comunista.

Entre la derecha, se produce una radicalización cada vez más cerca de la insurrección, y emerge como líder indiscutible José Calvo Sotelo. La extrema derecha, formada por carlistas y falangistas, ve aumentado el número de sus afiliaciones, procedentes, en general, de las juventudes cedistas, que consideran blanda la oposición de Gil Robles a las nuevas autoridades republicanas. La encarcelación de José Antonio Primo de Rivera, justificada por su tenencia ilegal de armas, aumenta la crispación de los falangistas. Falange Española asumió un fuerte protagonismo y fomentó un clima de enfrentamiento civil y de crispación política, y recurrió de manera más decisiva a la violencia callejera. Y entre los sectores más conservadores de la sociedad empezó a tomar cuerpo la idea de que el recurso al golpe de Estado militar era la única solución.

En el PSOE se acentúa el enfrentamiento entre la línea de Prieto, partidaria de la colaboración con la burguesía republicana, y la doctrina de Largo Caballero, según la cual, el desgaste del republicanismo burgués favorecería la toma del poder por parte de las masas proletarias.

Las juventudes socialistas se unifican con las comunistas en el mes de abril en Madrid y en junio en el resto del Estado, formando las Juventudes Socialistas Unificadas, dirigidas por Santiago Carrillo, que apoya las tesis radicales de Largo Caballero.

El PCE, siguiendo las directrices de la Internacional Comunista, procura abandonar los objetivos revolucionarios que obstaculicen la alianza con la izquierda burguesa republicana y formar un frente común contra el fascismo.

En este marco se produce, durante los meses que preceden a la Guerra Civil, un clima de violencia en ciudades y pueblos, con asesinatos, huelgas y enfrentamientos entre las distintas milicias de los partidos.

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezDesde el momento mismo de las elecciones, importantes sectores de la derecha llegaron a

la conclusión de que sólo un golpe militar podía evitar lo que consideraban una inminente revolución socialista. Los principales líderes políticos (Gil Robles, Calvo Sotelo, Goicoechea... y el

mismo José Antonio Primo de Rivera), los representantes de la oligarquía económica (Gamazo, Juan March) y los generales antirrepublicanos (Mola, Varela, Goded, Fanjul, Franco, Saliquet entre otros), iniciaron contactos para preparar el golpe. Un primer intento, previsto para el 20 de abril, no llega a producirse por descoordinación entre los golpistas. Es entonces cuando Mola, destinado por Azaña en Pamplona, toma el mando de la conspiración, bajo el nombre de El Director, y comienza a preparar minuciosamente el golpe militar.

Las dificultades fueron muchas, no tanto para organizar la sublevación militar, puesto que había suficientes apoyos entre el generalato, sino para poner de acuerdo a los apoyos civiles, porque cada sector de la derecha aspiraba a un modelo distinto de gobierno tras el golpe. Fue el común rechazo hacia el Frente Popular y hacia la revolución lo que unió a grupos tan dispares como la CEDA, que seguía siendo republicana, los monárquicos o los falangistas.

El golpe militar, ya muy avanzados los preparativos al inicio del verano, se precipitará a raíz del asesinato, el 12 de julio, de un oficial de la Guardia de Asalto, el teniente Castillo, que fue respondido de madrugada por sus compañeros radicales con el secuestro y asesinato del líder del Bloque Nacional, José Calvo Sotelo. Al parecer, este hecho acabó por decidir a Franco, hasta entonces dubitativo, a participar en la sublevación, y que era clave en los planes de Mola. En medio de los rumores de golpe, el Jefe de Gobierno Casares Quiroga se mantuvo inactivo, pese a las advertencias que le hacían los líderes obreros sobre la inminencia del mismo. Cuando el 17 de julio por la tarde se produjo la rebelión en Marruecos, el Gobierno permaneció inoperante, creyendo durante muchas horas que se trataba de un intento limitado y condenado al fracaso. Dos días después, la Guerra Civil era un hecho.

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Sólo leer

IV.3-REALIZACIONES POLÍTICAS, SOCIALES Y EDUCATIVAS EN LA II REPÚBLICA (leer)

La proclamación de la República en 1931 trajo consigo una movilización de los intelectuales y de la vida cultural del país.

En los meses anteriores al 14 de abril fueron muchos los personajes del mundo de la cultura que se declararon favorables al movimiento republicano. José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala publicaron el manifiesto constituyente de la Agrupación al Servicio de la República, una plataforma de escritores cuyo objetivo era apoyar la implantación de la República, y en la que días después se integraron Antonio Machado y otros intelectuales. Más tarde surgieron las divergencias. Una parte respaldó la trayectoria del Gobierno izquierdista, e incluso desde el Ateneo se presionó para conseguir que se profundizara la reforma del Ejército y la política anticlerical de Azaña. Pero fueron muchos los que se distanciaron ante la acción gubernamental. Unamuno criticó duramente la organización del Estado en regiones y defendió con acritud en las Cortes la lengua castellana frente al bilingüismo que establecía el Estatuto catalán. Ortega y Gasset fue muy crítico a partir de la aprobación de la Constitución. Por el contrario, y con diversos matices, hombres como Valle-Inclán o Antonio Machado apoyaron la acción de las izquierdas. La Agrupación se disolvería finalmente en octubre de 1932, ante la división de sus integrantes sobre la dirección que llevaba la República.

Mientras, el Gobierno había puesto en marcha sus programas de reforma educativa, y una política de extensión cultural, mediante subvenciones a iniciativas de cultura popular y la fundación de las Misiones Pedagógicas. Entre las primeras destacan algunas compañías teatrales que, integradas por actores profesionales y estudiantes, se dedicaron a representar obras clásicas y del momento de forma ambulante por los pueblos. La más conocida de ellas fue, sin duda, La Barraca, proyecto personal dirigido por Federico García Lorca. Por su parte, las Misiones Pedagógicas fueron encargadas de una labor similar; tenían bibliotecas ambulantes, daban conferencias, charlas y recitales de poesía, proyectaban películas por los pueblos, y organizaban conciertos y exposiciones con reproducciones de obras del Prado. Presididas por Manuel Bartolomé Cossío, en ellas participaron Pedro Salinas, Luis Cernuda, Antonio Machado, Alejandro Casona y Oscar Esplá, entre otros.

A partir de 1933 los intelectuales perdieron protagonismo. En las Cortes del Bienio Derechista fue mucho menor su participación. Muchos de ellos abandonaron sus preocupaciones políticas, al tiempo que otros se alineaban en apoyo de las diferentes tendencias políticas. Las múltiples revistas de aquellos años van desde el fascismo, que representan escritores como Ramiro Ledesma o Ernesto Giménez Caballero, hasta la izquierda revolucionaria del PSOE, con escritores como Luis Araquistain. Se produce también un cierto desengaño colectivo sobre el papel que hasta entonces habían representado los hombres de cultura en la República.

En todos los campos del saber, la actividad siguió estando, en aquellos cinco años, en manos de los hombres de las generaciones del 98 y del 14, cuyos más insignes representantes continuaban aún en la plenitud de su labor científica y literaria. Pero la etapa republicana fue también la del paso al primer plano de la vida cultural de una nueva pléyade de escritores, artistas y pensadores, nacidos en los primeros años del siglo, y que tienen en el grupo llamado generación de 1927 a sus principales exponentes. En esos años publican sus primeras obras literarias Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca. También hay que destacar la obra de otros autores como José Bergamín, el autor teatral Alejandro Casona, el poeta Miguel Hernández o el novelista Ramón J.Sender, que inician por entonces su producción. A ellos hay que sumar la plenitud de figuras como los pintores Picasso, Miró y Dalí, y las primeras producciones cinematográficas de Luis Buñuel.

La llegada de la II República supuso para la mujer española el logro de una de las metas que otros países europeos habían alcanzado pocos años antes: el derecho al voto. Así se reconocía

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. Fernándezexpresamente en la Constitución de 1931, en el artículo 36: “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes”.

También se le reconoció el derecho a la plena participación en las actividades públicas (notarías y registro de la propiedad) en igualdad de oportunidades con los hombres.

Mujeres como Clara Compoamor, Dolores Ibárruri, Margarita Nelken o Federica Montseny, tuvieron un papel político importante, dentro de los partidos políticos y organizaciones de izquierdas, aunque adoptaron siempre papeles masculinos. Sólo la organización anarquista << Mujeres Libres>> tuvo como objetivo la total igualdad y autonomía de la mujer.

Los gobiernos de izquierdas de la II República, además de abrir las puertas de la Universidad a la mujer, completaron su clara decisión política de igualdad social de hombre y mujer con medidas legislativas tales como el establecimiento del divorcio o la implantación del matrimonio civil, lo que supuso para España un importante avance social.

A pesar de lo avanzado de las medidas muchas veces chocaban con la mentalidad y la falta de comprensión de las propias mujeres, que en su mayoría seguían bajo la influencia de la educación patriarcal y religiosa que había recibido. Así el socialista Largo Caballero sufre la sorpresa amarga de que muchas trabajadoras se niegan al seguro de maternidad porque no quieren pagar la cotización o porque siendo solteras lo consideran inútil.

Pero durante la República, también se organizaron las mujeres de derechas. La derecha vio un importante potencial en sus mujeres orientando su actuación hacia sus intereses ideológicos. Se le pide a las mujeres una actividad política que se ejercerá principalmente en dos campos: la lucha contra la secularización del Estado y de la escuela. Y por otra parte, el combate electoral: la derecha está decidida a utilizar el voto femenino en su beneficio. Se renuevan o se crean nuevas asociaciones femeninas, como la Acción Católica Femenina. Estas mujeres luchan contra los artículos de la Constitución que instaura el Estado laico y las leyes posteriores que retiran a los religiosos la autorización de enseñar y disuelven la Compañía de Jesús.

Destaca la personalidad y la fuerza luchadora de mujeres de la izquierda comunista Dolores Ibárruri “La Pasionaria” o Federica Montseny que llegó a ser Ministra de Sanidad. En 1933 las mujeres comunistas españolas participan en el Congreso Antifascista de París y organizan manifestaciones antifascistas en España. También intervienen en los acontecimientos revolucionarios de verano y otoño de 1934 en las movilizaciones anarquistas y socialistas de Cataluña y Asturias, que participan incluso empuñando las armas. Tras las elecciones de 1936, prosigue la organización y nace una nueva revista – Mujeres anarquistas–, y cuando estalló la Guerra también participaron en la lucha y en la resistencia, aunque su papel aún no ha sido suficientemente estudiado.

V-ANDALUCÍA Y EL MOVIMIENTO POLÍTICO CULTURAL REGIONALISTA: BLAS INFANTE.V.1- LAS RAÍCES DEL ANDALUCISMO.

Al igual que los demás regionalismos españoles, el andaluz hunde sus raíces en el S. XIX, ligado a la ideología republicano-federal. Algunos historiadores consideran que las primeras manifestaciones andalucistas, de claro matiz regionalista y federalista, aparecieron con el movimiento revolucionario juntero de 1835 , la Junta Suprema de la ciudad de Andujar –instrumento para la defensa de los campesinos andaluces frente a los abusos a que se veían sometidos por el poder central–, considerada por Blas Infante el antecedente del sentimiento nacionalista.

A partir de 1880, tras los fracasos revolucionarios de la República Federal y el movimiento cantonalista de 1873, se produjo un resurgimiento de las ideas federalistas que alcanzó eco considerable en Andalucía, de lo que es un claro reflejo la Constitución Federalista de Antequera de 1883.Esta Constitución proporcionó al andalucismo un programa político y una doctrina eco de raíz fisiocrática.

En estos años se desarrolló también una importante tarea intelectual en la búsqueda de la identidad y etnicidad andaluza. Frutos de esta labor cultural fueron numerosas revistas y asociaciones –Revista de Filosofía, Literatura y Ciencias (1869), la Sociedad del Flok-lore andaluz (1881) – destinadas al estudio del folclore, la antropología, la sociología y la historia andaluzas. Pero los resultados de este movimiento de investigación y estudio quedaron vinculados a determinados sectores de la intelectualidad burguesa, sin llegar a conectar con la masa social ni con los políticos federalistas andaluces.

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezV.2-ETAPAS DEL ANDALUCISMO HISTÓRICO:

1. El Andalucismo Culturalista (1907-1915): Los Juegos Florales de Sevilla, a imitación de los catalanes, inician en 1908 la conciencia regional. El Ateneo de Sevilla, era el punto de reunión de hombres de ideas sobre el andalucismo y el regeneracionismo andaluz, y Blas Infante será el personaje que recoja y de cuerpo a este impulso.En 1913 acontecen una serie de hechos que darán impulso al andalucismo:

Las tertulias y los artículos donde se discute en torno al ideal andaluz y las ventajas sobre la Mancomunidad para fortalecer el espíritu andaluz.

La presencia de Cambó en Sevilla donde pronunció un discurso en los Juegos Florales y planteó el “amor a España a través de nuestras regiones”, lo que venia a significar una concepción regional del país

La creación de la Revista Bética: órgano de expresión del Ateneo Sevillano, para difundir la cultura andaluza. Esta Revista fue pieza clave en el desarrollo del regionalismo andaluz.

I Congreso Juerguista de Ronda (del economista defensor del fisiocratismo Henry George) reunido en mayo de 1913: Durante su trabajo como Notario en Cantillana Blas Infante leyó Progreso y Miseria de H. George, que fue para él una especie de Biblia, dada la dramática situación agraria andaluza.

2. El Andalucismo Regionalista (1915-30): Esta etapa se inicia con la publicación de “El Ideal Andaluz” de Blas Infante en 1815, en ella se entiende a Andalucía como una comunidad histórica y psicológicamente diferenciada, con usos y costumbres propios, que se expresan en su modo de vivir y convivir. En 1916 se crean los primeros Centros Andaluces para dar a conocer el nacionalismo andaluz.La Asamblea de Ronda (1918) hecha a instancias de Blas Infante, debatió y fijó las directrices políticas e ideológicas a seguir .Se decidirán símbolos: escudo, bandera y aunque no está totalmente constatado, el himno.En esta asamblea se llega a los siguientes acuerdos:

-Reconocimiento de Andalucía como patria, nacionalidad y democracia autónoma, que fundamenta su origen político en la Constitución de Antequera de 1883. -Política exterior pro-africanista y de estrechamiento de relaciones con Hispanoamérica.-Apoyo a la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona y Madrid de 1917.-Dignificación e independencia social y civil de la mujer.3. El Andalucismo liberalista (1931-36): Durante la Dictadura de Primo de Rivera, el andalucismo sufrió un repliegue.

Sin embargo resurge con la Republica, en 1933 culmina la larga etapa de lucha por la autonomía andaluza, ya que se concreta un Anteproyecto de Bases para el Estatuto de Autonomía. En él

se diseña una Andalucía Autónoma muy alejada del separatismo o del federalismo, su contenido sigue la línea marcada por el estatuto Catalán y por el Proyecto Gallego de 1932.Concluida la Asamblea, la cuestión del estatuto cae en un silencio casi total, que se mantendrá hasta el triunfo del Frente Popular en 1936.En Andalucía, el 2 de abril, la Junta Liberalista decidió publicar y difundir por todo el “país andaluz” el Anteproyecto de Córdoba. Para septiembre estaba prevista una Asamblea que aprobase definitivamente el Estatuto. El estallido de la Guerra Civil dio al traste con todo.

V.3 - LA OBRA ANDALUCISTA DE BLAS INFANTE.Blas Infante nació en el pueblo malagueño de Casares el 5 de julio de 1885, en el seno de

una familia de pequeños labradores acomodados. En Casares pasó su niñez y conoció la dramática realidad del campo andaluz. Estudió la carrera de Derecho (1906) en Granada, se hizo notario y obtuvo plaza en Cantillana (Sevilla). La ciudad hispalense era en aquellos momentos un foco cultural de gran importancia, y su Ateneo se había convertido en foro de debate sobre los temas del regionalismo andaluz. Blas Infante participó como contertuliano en esos debates y publicó artículos en la revista Bética, que entre los años 1913 y 1917 incluyó colaboraciones de los principales inspiradores del movimiento regionalista andaluz.

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Historia de España Contemporánea 2º de Bachillerato. Curso académico 2006-07. Profesora: V. FernándezBlas Infante se fue distanciando del ambiente aburguesado y escasamente comprometido de

ese foro intelectual y, en 1913, participó en el I Congreso Mundial Fisiócrata, celebrado en Ronda. Las ideas fisiócratas estaban estrechamente vinculadas al problema de la propiedad de la tierra, de tanta importancia en Andalucía. En 1915, publicó su obra El Ideal andaluz, con la que pretendía despertar la conciencia histórica del pueblo andaluz, como colectivo regional, y orientarlo hacia su liberación y emancipación. Entendía el regionalismo como un movimiento social, cuya lucha debía servir para la transformación de un pueblo atrasado sobre el que pesaba la losa de la cuestión agraria. En 1916, fundó en Sevilla el Centro Andaluz, una institución destinada a la difusión del pensamiento andalucista. Las bases del Centro quedaron reflejadas en un Manifiesto fundacional que redactó el propio Blas Infante.

La actividad de los andalucistas de principios de siglo quedó recogida en las Asambleas regionalistas, como la que se celebró en Ronda (1918); en ella fueron aprobados los símbolos andaluces: la bandera, el escudo y el lema –ideados por Blas Infante–, y se defendió una concepción federal del Estado que conllevara amplia autonomía regional y municipal, junto a objetivos de progreso económico y educativo. En otra Asamblea regionalista (Córdoba, 1919) se produjo la transición del regionalismo al nacionalismo.Con la llegada al poder de Primo de Rivera en 1923, hubo un repliegue de los regionalismos y nacionalismos, e Infante se <<exilió>> voluntariamente en Isla Cristina, abandonando toda actividad pública de carácter andalucista. Tras la caída de la dictadura, en 1930, se puso de nuevo en marcha el movimiento andalucista: Blas Infante reapareció en conferencias y publicaciones y se decidió a participar en la actividad pública dentro del Partido Republicano Federal.

Con la Segunda República, el andalucismo entró en la etapa decisiva de la lucha por la autonomía. Los centros andaluces se transformaron en la Junta liberalista de Andalucía, organismo que trató de concienciar a los políticos e intelectuales y conseguir la elaboración de un proyecto de Estatuto. En 1932, una reunión de las Diputaciones andaluzas en Sevilla, elaboró las Bases para un Anteproyecto de Estatuto de Andalucía, que un año después –en la Asamblea de Córdoba– se concretó en el Anteproyecto de Estatuto. Según éste, Andalucía sería una región autónoma dentro del Estado español; el organismo político-administrativo de gobierno se denominaría Cabildo regional, y estaría formado por el presidente de la Región, la Junta ejecutiva y el Consejo legislativo regional. La llegada de un Gobierno conservador, en noviembre de 1933, bloqueó el impulso autonomista hasta la victoria del Frente Popular. En junio del mismo año, la Junta liberalista tomó la iniciativa para elaborar del Proyecto de Estatuto definitivo que, una vez sometido a plebiscito por todos los andaluces, sería presentado a las Cortes. El día 15, Blas Infante publicó su manifiesto A todos los andaluces dentro de un ambiente propicio para la consecución definitiva del Estatuto. El estallido de la Guerra Civil, el 18 de julio, pondría fin a las esperanzas de una Andalucía autónoma. Blas Infante fue detenido el 2 de agosto en su casa de Coria del Río por fuerzas falangistas; en la noche del 10 al 11, acusado de oponerse al Movimiento Nacional y de haber fundado un partido político andalucista, fue fusilado.

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