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PEDAGOGÍA POR RAMÓN I. CARDOZO EX DIRECTOR DE LA ESCUELA NORMAL DE VILLARRICA Y EX PROFESOR DE PEDAGOGÍA EN LA MISMA SÓLO EN TI CONFÍA DESARROLLO DEL PROGRAMA OFICIAL CORRESPONDIENTE AL PRIMER CURSO 1926

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PEDAGOGÍA POR

RAMÓN I. CARDOZO EX DIRECTOR DE LA ESCUELA NORMAL DE VILLARRICA Y EX PROFESOR DE PEDAGOGÍA EN LA MISMA SÓLO EN TI CONFÍA DESARROLLO DEL PROGRAMA OFICIAL CORRESPONDIENTE AL PRIMER CURSO 1926

APUNTES DE PEDAGOGÍA I La Lección Lección (de lectio, lectionis, latín), dice el léxico, es instrucción o conjunto de conocimientos teóricos o prácticos que, en cada vez, da a los discípulos el maestro de una ciencia, arte, oficio o habilidad. Generalmente se toma como su sinónimo el vocablo clase, y así se dice, indistintamente, lección o clase. Sin embargo, la sinonimia no es absoluta. El mismo léxico define la palabra clase diciendo (del latín classis) que es la lección que da el maestro cada día. La lección se refiere al conjunto de conocimientos, y la clase, al acto o momento de dar el maestro la lección. El primer vocablo se refiere a la cantidad y el segundo, al tiempo. Así, por ejemplo: Un maestro da lección estando en clase y no da clase “estando en lección”. Preparación de la lección – Ningún catedrático, profesor o maestro dará la lección sin haberla preparado; es decir, sin pensar en lo que debe enseñar, porque de lo contrario, su enseñanza, por más práctico e ilustrado que sea el maestro, resultará vaga y sin finalidad determinada. Es necesario consultar libros y revistas para refrescar la mente, así como pensar en la extensión y manera de coordinar las ideas de modo que ellas puedan ser presentadas gradual y sistemáticamente. El primer trabajo se llama preparación científica; el segundo, pedagógica. La científica se adquiere en los libros: la pedagógica, con la reflexión y la aplicación de las reglas del arte de enseñar. Mediante la una se sabe lo que se ha de enseñar; mediante la otra, la manera de enseñar. También ellas se llaman preparación general y especial respectivamente.

---6--- Por ejemplo, Mañana daré una lección de historia en VI grado sobre el feudalismo. Mi preparación científica consistirá en conocer el origen, desenvolvimiento, caracteres y época del hecho histórico conocido por feudalismo, lo que obtendré leyendo libros de historia. Por más conocimientos que yo tenga del tema, por haberlo estudiado, necesitaré hacer una revisión para refrescar mi mente, única forma de dominar el asunto. La preparación pedagógica la haré calculando la extensión que debo dar a la lección en relación al tiempo disponible, extrayendo del conjunto de mis conocimientos los puntos fundamentales; trazando el plan a qué sujetarme en la enseñanza, indicando los pasos sucesivos que seguiré, el método, procedimientos, etc. Plan y bosquejo. – No son más que frutos de la preparación pedagógica. Una vez que el maestro haya pensado en la clase, formulará el plan y luego, el bosquejo. A – Plan es la ordenación de las partes de que debe constar una lección, así como la indicación de los métodos, procedimientos e ilustraciones que serán empleados en ella. Todo plan debe constar de dos partes principales: la primera, de referencia, y la segunda, de determinación de los pasos. En la primera se indicarán: 1. Materia 2. Tema 3. Grado 4. Método general 5. Método especial 6. Procedimiento general 7. Ilustraciones

inmediato 8. Objetos

mediato En la segunda parte, los tres momentos de la lección:

1. Introducción 2. Desarrollo 3. Resumen

---7--- La mayoría de las lecciones se comienza con una ligera recordación de ideas conocidas y relacionadas con el tema por desarrollar para arrancar de allí la nueva. Es bueno que las lecciones tengan introducción para que se enlacen los conocimientos en la mente del niño y para procederse de lo conocido a lo desconocido, condiciones importantes en el proceso mental. Cuando no se asocian los conocimientos, la operación de sintetización es difícil, las ideas no se coordinan en la mente y se produce entorpecimiento en la elaboración de los conocimientos. Los ejercicios empleados en la introducción deben durar el mínimo posible de tiempo (breves), de 3`a 4`, para no absorber ningún minuto correspondiente al desarrollo; despertar interés y predisponer favorablemente el espíritu de la clase para la recepción de los nuevos conocimientos (interesantes) y relacionarse con el tema de la lección para servir de base a la asociación de las ideas nuevas con las conocidas (básicos). Esta parte no es indispensable; hay algunas lecciones en las que se puede entrar directamente en el desarrollo. Este primer momento es llamado por algunos principio (Torres), y por otros, preámbulo, introducción, etc. El desarrollo es la segunda parte o momento de la lección, donde se enseña el tema. En él se hace constar los diversos ejercicios graduados necesarios para producir en la mente una impresión clara de la “cosa nueva”. Es la parte esencial de la lección en la que se educan las aptitudes mentales sistemática e intensamente. Don José María Torres lo llamó medio. Dura de 15`a 20`, según el tiempo total destinado a la clase y consta más o menos de los siguientes pasos: 1.º Presentación del objeto de la lección; 2.º Intuición (observación, análisis, síntesis); 3.º Generalización (abstracción y generalización); 4.º Denominación, y 5.º Aplicación.

El número de tópicos varía según: la materia, el grado, el tiempo disponible y la habilidad del maestro. ---8--- El resumen es la parte final de la lección. En él se hace una ligera repetición de lo enseñado para grabar mejor en la mente los conocimientos suministrados, para ordenar definitivamente las ideas o para examinar a la clase. Consta, por lo tanto, de dos clases de tópicos: de repetición y de examen. Torres llamó a esta parte fin, y otro, recapitulación. El resumen puede hacerse en dos momentos distintos: durante el mismo desarrollo, de trecho en trecho (resumen parcial), y al final de la clase o lección (resumen general). El primer género es más ventajoso porque la lección tiene siempre resumen por más que la hora sorprenda al practicante durante el desarrollo. Pero el segundo tiene, a su vez, la ventaja de que se presta mejor para la ordenación de las ideas. Plan de una lección Primera parte Materia. – Lectura – escritura. Tema. – La palabra mano. Grado. – Primer grado. Método general. – Sintético. Método especial. – Ecléctico. Procedimiento general. – Inductivo. Ilustraciones. – Real (la mano), pictóricas (dibujos) y verbales (ejemplos). Inmediato. – Conocimiento del tema. Objetos Mediato. – Cultivo de la memoria visiva, auditiva y muscular. Segunda parte

Introducción. – I. Lectura y escritura de la palabra mama (recordación). – II. Análisis de la misma palabra (recordación). – III. Ejercicios de lectura y escritura de los elementos de la misma (enlace). ---9--- Desarrollo. – I. Presentación del objeto mano. – II. Conversación sobre el objeto (análisis; intuición). – III. Pronunciación clara de la palabra mano (ejercicio oncológico). – IV. Escritura de la palabra mano (ejerc. gráfico). – V. Lectura y escritura de la palabra mano (ejercicios de fijación y de aplicación). Escritura. – I. Lectura de la palabra mano en carteles, pizarrones, hojas sueltas, etc. (ejerc. de fijación). – II. Escritura al dictado (examen). B. – Bosquejo de una lección es el mismo plan desarrollado por medio de preguntas y respuestas. Debe constar, por consiguiente, de las mismas partes y ajustarse estrictamente a los diversos pasos del plan. Los tópicos serán analizados mediante preguntas hasta una buena sistematización, y los complejos, subdivididos para vencer las dificultades. Las preguntas contenidas en el interrogatorio deben ir ordenadas y coordinadas de modo que las respuestas reconstruyan el todo o la idea enseñada. Los novicios suelen perder el hilo del interrogatorio por una afasia de origen emotivo o por una respuesta inesperada de la clase. Entonces, en vez de suspender la elaboración mental por el desconcierto producido, deben intercalar inmediatamente, una pregunta improvisada para volver el pensamiento al camino de donde se apartara. Hé aquí un modelo. Bosquejo de la misma lección de lectura. Primera parte Materia. – Lectura – escritura. Tema. – La palabra “mano”. Grado. – Primer grado. Método general. – Sintético. Método especial. – Ecléctico.

Procedimiento general. – Inductivo. ---10--- Ilustraciones. – Real (la mano), pictóricas (dibujos) y verbales (ejemplos). Inmediato. – Aprendizaje de la escritura y lectura de la palabra “mano” Objetos Mediato. – Cultivo de la memoria visiva, auditiva y muscular. Segunda parte Introducción. – Maestro. – Escriban en el pizarrón la palabra mama. Niños. – (Salen y escriben) – Lean las palabras escritas en el pizarrón, carteles, etc.

(Leen en coro o individualmente las palabras “mama” señaladas por el maestro) – Escriban las sílabas separadas – Lean la segunda sílaba.

Desarrollo. – (Presentando la mano). – ¿Qué es esto? – Esa es la mano. – (Señalando el dibujo) ¿Y esto? – Es la representación de la mano. – Van a atender cómo pronuncio la palabra mano (la pronuncia con claridad). Van a pronunciarla igualmente. – Pronuncian en la forma indicada. – Atención. Voy a escribir la palabra “mano”. (El maestro la escribe con lentitud, recalcando ex profeso el movimiento de la mano y diciendo simultáneamente el nombre). ¿Cómo se lee esta palabra que acabo de escribir? – Se lee “mano”.

(Se generaliza la lectura) – Escriban en sus cuadernos la palabra “mano” y salgan (el maestro los designará) a hacerlo en el pizarrón.

– Lean en los carteles, hojas sueltas, etc.

Resumen. – Lean todas las palabras escritas en el pizarrón. (El maestro irá designando a los niños). ---11--- – Las cosas están escritas en el cartel – Estas que escribo. – Saquen los cuadernos y escriban las palabras mama, mano, etc.

Resumen de una buena lección. – Para que una lección sea buena, es decir, pedagógica, debe reunir, según Patroscoiu, los siguientes requisitos didácticos, además de otros ya enumerados y por enunciarlos en el curso de los estudios: 1.º La lección o enseñanza debe ser adoptada a la capacidad mental de la clase. 2.º Debe ser animada e interesante. 3.º Debe ser instructiva y educativa. 4.º Debe ser intensa. 1.º El maestro debe enseñar según el grado a que pertenecen los alumnos, empleando lenguaje sencillo en los inferiores, y más selecto en los superiores. De la misma manera, los conocimientos deben ser relacionados con el desarrollo de la mente infantil. Así como sería impropio enseñar ideas elevadas en primer grado, también lo será dar conocimientos correspondientes a las clases ínfimas, a los alumnos de sexto grado. 2.º La animación de una clase depende del interés que el maestro consigue despertar en ella. Así, se observa en los niños la curiosidad de conocer lo nuevo, el deseo de contestar las preguntas del maestro. Cuando una clase no es interesante se vuelve fastidiosa. Los niños no prestan atención al trabajo docente. Se obtiene la atención de la clase explotando el interés de ella. El interés y la animación dependen del mismo profesor: de su preparación, habilidad, prestigio y simpatía. Maestro que enseña de todo corazón, con el alma, consigue indefectiblemente transmitir a sus alumnos igual entusiasmo. ¿Cuántas

lecciones buenas, dadas con ciencia, resultan inútiles por la indiferencia y frialdad del educador! ---12--- La animación de la clase depende, así mismo, de las buenas ilustraciones y de la metodización de la enseñanza. La animación de la clase debe nacer espontáneamente, sin imposición. La espontaneidad es la mejor prueba de que hay placer en la clase. El placer es factor biológico indispensable para la realización de los actos de la vida. 3.º En cada lección se debe instruir y educar. Instruir quiere decir suministrar conocimientos; educar, ejercitar, desarrollar, cultivar las aptitudes. Por ejemplo, en Aritmética, instruiré dando a conocer cómo se efectúa la operación de sumar; educaré enseñando a resolver problemas de sumar, dando habilidad para hacer, ejercitando la memoria, el juicio y el raciocinio. La gran deficiencia común de nuestras escuelas es el descuido de la educación y, por consiguiente, la preponderancia de la instrucción: la mayoría de los maestros se contenta con la mente infantil de definiciones y reglas sin preocuparse de las ejercitaciones. Se olvidan de aquel precepto tan antiguo: la mente del niño no es una bolsa que llenar sino un hogar que calentar. 4.º Un aguacero es una lluvia torrencial, intempestiva, que deposita en la superficie de la tierra gran cantidad de agua que corre formando raudales. Esta lluvia extensa no penetra mayormente en el interior de la tierra. No la beneficia suficientemente. En cambio, una lluvia fina, despaciosa, beneficia a la masa terrestre penetrando en su interior. Es intensiva. Una lección extensa, que abarca muchos puntos en poco tiempo, es superficial, no es aprovechada en debida forma por los niños. Cuando el maestro inexperto se propone enseñar muchos puntos a la vez, se ve obligado a pasar de un tema a otro rápidamente, sin producir impresión duradera, intensa, en la mente de los niños. Mientras si se esmera en dar poco pero bien, haciendo penetrar su

enseñanza hasta el alma de la clase, los conocimientos son asimilados y bien grabados. II LAS ILUSTRACIONES La pedagogía moderna reconoce la personalidad del niño cuya independencia respeta. En ese sentido el maestro debe hacer que el niño sea agente de su propia educación. Le presentará objetos para someterlos a la acción de sus sentidos a fin de que el niño descubra las verdades, las compruebe y reciba enseñanza correcta. Los objetos presentados para dar una lección se llaman ilustraciones. O, en otros términos: ilustraciones son los medios materiales y orales empleados por el maestro para hacer que su enseñanza resulte concreta e interesante. El pedagogo moravo, Juan Amos Komenski, llamado por otro nombre Comenio, fue el primero en usarlas en su libro Orbis Pictus (El Mundo en figuras) (1592-1671). Con el empleo de las ilustraciones no se hace otra cosa que seguir el ejemplo de la Naturaleza que presenta los objetos a la observación del hombre. Además, las ilustraciones facilitan la enseñanza, pues el aprendizaje se vuelve interesante y lleno de atractivos, así como las ideas son formadas de un modo luminoso mediante el claro despertar de la conciencia. Las clases abstractas, desprovistas de ilustraciones, ya son relegadas al dominio de maestros rutinarios, inconscientes y perezosos. Si nos propusiéramos enseñar un término geográfico cualquiera, como ser laguna, podríamos mostrar al niño el objeto mismo, o presentarle un buen dibujo

en colores, o simplemente, darle ejemplos verbales de modo que se forme la idea mediante la palabra hablada. En los tres casos habríamos empleado ilustraciones distintas: en el primero, una real; en el segundo, una pictórica, y en el tercero, una verbal. ---14--- Las ilustraciones reales u objetivas, como también se las denomina, pueden ser naturales o artificiales. Son del primer grupo los objetos mismos de la naturaleza, como una fruta, un caballo, una laguna, una piedra, etc.; y del segundo, los fabricados por el hombre, como una silla, mesa, libro, etc. En el grupo de las ilustraciones reales están incluidas las plásticas, o sean las representaciones hechas de cuerpos plásticos, como la arcilla, yeso, cera, etc. Las ilustraciones reales son las más abundantes, baratas y mejores. Están siempre al alcance del maestro diligente, a quien, para recogerlas del gran almacén de la Naturaleza, le bastará extender la mano o dar un paso. El maestro puede, en compañía de los alumnos, salir a excursiones donde podrá recoger colecciones variadas de mamíferos, aves, reptiles, peces, moluscos, madera, semillas, piedras con los que formará el Museo Escolar. Las ilustraciones pictóricas o gráficas son dibujos y pinturas de las cosas. Tales son los cuadros, fotografías, carteles, dibujos en el tablero, etc. Se las emplea con doble fin: para graduar la enseñanza yendo de lo concreto a lo menos concreto, de las cosas mismas a sus representaciones, y para suplir la falta de las reales. Así, si quisiéramos enseñar algo del animal camello, ¿cómo podríamos presentar el mismo si no se tiene en la localidad ningún jardín zoológico en cuya colección figure el camello? Forzosamente tendríamos que recurrir a la representación. Las ilustraciones verbales son la palabra misma empleada en forma de cuentos, fábulas, ejemplos, etc. Se las usa con los mismos o idénticos fines que las pictóricas: para graduar la enseñanza yendo de lo concreto (las cosas reales) a

lo menos concreto (los ejemplos); para suplir la falta de las ilustraciones reales y pictóricas. No hay que confundirlas con el empleo de “simples palabras” como generalmente se hace. Son los ejemplos, las anécdotas, los cuentos, etc. Se las emplea solas cuando la idea no es posible objetivarla, como las nociones abstractas de la ciencia o ciertas má- ---15--- ximas morales. Decimos ciertas máximas morales porque la mayor parte de ellas pueden ser representadas dramáticamente u objetivadas por medio de cuadros. Bien dice Patrascoiu: “Ilustrar un concepto no es lo mismo que explicar y viceversa”. Muchos maestros – aun profesores de enseñanza secundaria o normal – confunden en la práctica ambos términos. Tomemos la máxima: Ama a tus padres. Podemos presentarla al niño en dos formas: diciéndole que eso quiere decir que hay que querer, estimar, respetar a nuestros padres por ser mandato de la Moral, o bien poniendo el siguiente ejemplo: “El niño Juan, estaba en Asunción estudiando en el Colegio, mandaba siempre al padre su cariñoso recuerdo en cada oportunidad. Un día supo la enfermedad del padre; se afligió sobremanera, hasta el punto de obtener permiso para venir en el primer tren a estar al lado del padre y prestarle su solícito cuidado. El niño Juan amaba a su padre”. Como se ve en el primer caso, se ha explicado, y en el segundo, ilustrado. La explicación es abstracta; la ilustración (ejemplificación), concreta. El niño comprende mejor los conceptos ilustrados que explicados. El empleo de las ilustraciones está sujeto a las siguientes reglas establecidas por los distintos autores didácticos: 1.ª Las cosas antes que su representación. – Es decir, se debe preferir siempre emplear las cosas mismas a sus simples representaciones. Cuando se enseña la idea de aves daráse preferencia a una gallina, por ejemplo, que a un dibujo de la misma. 2.ª Lo real antes que su imitación. – Esta regla establece el orden de empleo de las ilustraciones: se presentará primero la real, por ser más concreta, y

después, la pictórica, menos concreta. Primero la gallina misma; después, el dibujo, tomando el ejemplo anterior. 3.ª La ilustración debe ser grande, completa y clara. – Presentar ejemplares diminutivos es como si no se los presentara, pues no servirán para la observación. Deben ser suficiente- ---16--- mente visibles, de tamaño natural, porque también hay que tener presente que las ilustraciones (pictóricas) de tamaño exagerado, provocan a risa. Deben contener todas las partes. Así, para enseñar la idea de aves no se presentará un ala sola, ni unos picos, ni unas plumas sueltas sino el animal completo para la intuición sintética. El dibujo debe ser suficientemente claro para despertar la conciencia exacta de las cosas. Se evitará presentar mamarrachos que no sirven sino para causar risa y depravar el gusto estético. 4.ª Debe ocupar un lugar conveniente. – Ni muy cerca de la clase ni muy lejos de ella; ni muy alto ni muy bajo. Estará en un lugar en donde pueda ser vista con facilidad, sin esfuerzo visual, por todos los niños de la clase. 5.ª Las ilustraciones deben asegurar la atención del asunto. – Deben contener los elementos propios para llamar la atención sobre la idea que se quiere enseñar o la característica de la noción por enseñar. Si queremos enseñar la idea de mamíferos, por ejemplo, inútil sería presentar un animal macho, puesto que carece de los elementos necesarios (el órgano mamario y la cría) para servir de base a la intuición. 6.ª Las ilustraciones deben ejercitar los cinco sentidos. – Es costumbre antipedagógica ejercitar sólo el sentido de la vista haciendo únicamente ver la ilustración presentada. De este modo no se cumple con las leyes pedagógicas de ejercitación sinérgica y se desarrolla más un sentido a expensas de los demás.

La naturaleza, en su sabiduría, ha dotado al hombre de cinco sentidos de los cuales necesita para la realización de los actos biológicos que constituyen la vida animal y social; por lo tanto, no hay por qué dejar inactivos, sin preparación los demás, fuera del de la vista. Sin temor de ningún género hay que hacer tocar, oler, gustar, oír y ver para que se desarrollen armónicamente los sentidos. Hay que tener presente: los sentidos son las ventanas del alma por donde penetra la ---17--- luz. ¿Qué cantidad de luz se hará infiltrar en el alma del niño si se dejara abierta únicamente una ventana, la vista? (1) 7.ª La variedad es un descanso y el abuso de ella, un fastidio. – Cuando vemos u oímos constantemente una sola cosa, cansa la monotonía; mientras que la variedad de impresiones nos interesa, atrae al espíritu para contemplarla. Así es en una lección. Cuando el maestro no emplea sino una sola ilustración, fastidia; pero si varía, atrae y entusiasma. La novedad despierta siempre curiosidad. Pero no hay que abusar de ellas. Cuando se presenta una cantidad excesiva, el niño puede reconcentrar su atención sobre el punto determinado y no asegura la atención de la clase. 8.ª Debe usarse oportunamente. – Es decir, emplear en el momento preciso, cuando se va a tratar de la idea por enseñar, y no después. 9.ª Debe consultar el estetismo. – Las ilustraciones deben ser artísticas y o grotescas: estas clases de ilustraciones más bien mueven a risa y corrompen el gusto.

(1) “Cuando más órganos de los sentidos empleamos para investigar la naturaleza o las cualidades de un objeto, más exacto es el conocimiento que tenemos de ese objeto”. – (Pestalozzi. – “Cómo educa Gertrudis a sus hijos”, pág. 120). III EL INTERROGATORIO Interrogatorio es el conjunto de preguntas y respuestas de que consta el bosquejo de una lección. Al mismo bosquejo algunos llaman interrogatorio de la clase. El interrogatorio constituye un arte bastante difícil que exige del maestro conocimiento de la técnica, habilidad y práctica. El éxito de toda clase depende, no sólo de la ilustración y erudición del educador, sino del arte de preguntar. Algunos pedagogos han debido sus triunfos magistrales a su sistema de interrogar, como en la República Argentina, el Dr. don Pedro Sealabrini. Él no enseñaba en forma discursiva aun en los cursos superiores, sino preguntando. El interrogatorio consta de dos elementos orgánicos: las preguntas y las respuestas. La pregunta puede compararse con el bisturí del cirujano: es medio espiritual con que el maestro hace la diseción de la mente del niño para penetrar en lo más recóndito de su alma. Saber preguntar es saber enseñar. ¿Muchos eruditos fracasan en sus lecciones por no poseer el arte de preguntar!. El hábil preguntador reune condiciones excepcionales para dirigir con acierto cualquier enseñanza. Preguntando se somete a la inteligencia ajena a una buena gimnasia. Y ¿cómo se aprende a preguntar? Preguntando.

Las preguntas tienen distintas clasificaciones. En primer término, según la parte de la lección en que se las emplea así como el propósito de ellas, pueden ser inquisitivas, instructivas y examinatorias. Las inquisitivas (de inquirir, averiguar) se emplean en la primera parte de la lección con el objeto de averiguar la preparación del niño en un punto dado o supuesto conocido, así ---19--- como para preparar la mente para la recepción de los nuevos conocimientos. Se les denomina igualmente preliminares. Don José María Torres atribuye al filósofo ateniense Sócrates el empleo de esta clase de pregunta como medio de “purificación del alumno” a fin de prepararle para recibir con provecho la enseñanza. Formalmente ellas se confunden con las examinatorias. Ejemplo: presentando una gallina se interroga: ¿Qué clase de animal es la gallina? ¿Por el número de patas?... Las instructivas o sugerentes se emplean en el desarrollo para dar nuevos conocimientos. Su objeto es hacer que el niño busque, halle o compare por sí mismo la verdad, que se quiere enseñar. Son instructivas porque con ellas se suministran nuevos conocimientos; sugerentes porque hacen pensar e inspirar al niño, estimulan el esfuerzo mental y la investigación personal. Son inconfundibles con las otras clases de preguntas. Ejemplos: para desarrollar la idea de reptil, después de las preguntas preliminares sobre la gallina ya indicadas, se formularán más o menos las siguientes: “Observen y digan cómo la iguana tiene las patas”. “¿Cómo es la extensión de ellas?” “Comparen con las de la gallina y digan si son como las de ésta verticales”. “Vean y digan, cómo camina la iguana”. “¿Por qué arrastra (repta) el cuerpo al caminar?...” Finalmente, las preguntas examinatorias se las emplea en el resumen con el propósito doble de hacer repetir lo enseñado a fin de grabar mejor lo enseñado, y

averiguar o comprobar si los niños han aprendido el tema. Ellas versarán sobre las ideas fundamentales de modo que se concreten los conocimientos. Serán presentadas ordenada y coordinadamente de modo que el todo sistemático constituya una unidad de conocimientos a que se debe aspirar siempre al enseñar, pues las ideas dispersas no tienen mayor valor pedagógico. Como ya dijimos, formalmente, ellas son idénticas con las inquisitivas. Estas preguntas se usan igualmente en los repasos y en los exámenes. ---20--- Según su forma se clasifican en simultáneas, individuales, completas, elípticas y literales. Son simultáneas las dirigidas a toda la clase considerada como un solo alumno. Ejemplo: “Digan ¿qué es esto? Usted Juan”. Las individuales son las dirigidas a un niño de la clase designado previamente por el maestro. Así: “Juan, ¿cómo se llama esto?” La pedagogía moderna recomienda el empleo de las preguntas simultáneas en las clases numerosas, porque las hacen trabajar colectivamente fomentando la actividad, base de toda disciplina; economizan tiempo y maestros, como se verá al tratarse de las formas de enseñanza. Son completas las preguntas que constan de conceptos completos, como por ejemplo: “Cuál es el sujeto de la proposición?” En cambio, las elípticas son incompletas: en ellas se emplea la figura llamada elipsis, suprimiendo una parte de la proposición, generalmente el atributo. Así: “Cómo se llama este objeto? ¿Y este?” La segunda es elíptica. Se emplea esta clase de pregunta para imprimir movilidad, agilidad y entusiasmo a la clase. El maestro, con ella, da impulso inicial para que el alumno complete el pensamiento. Sólo puede ser empleada por el maestro simpático que mantiene en actividad e interés a la clase, pues así puede producirse la respuesta del niño en forma de continuación del pensamiento del educador. Significa una identificación completa del espíritu del maestro con el del niño para que no haya

ninguna solución de continuidad espiritual, base del éxito de este género de pregunta. Las literales no tienen mayor importancia pedagógica, pues su empleo es excepcional. Consisten en adaptarse a la letra del texto. Por esta razón, como dice Torres, son más bien defectuosas. Para que las preguntas sean buenas, deben ser: ---21--- a) Breves, cuando se emplean en ellas únicamente las palabras muy necesarias; ej.: “¿Quién fue el descubridor de América?”. b) Claras, cuando expresan de modo comprensible su significado; ej.: “¿Qué diferencia longitud y latitud geográficas?” c) Precisas, cuando encierran un concepto bien definido como: “¿El animal que nace de huevo, ¿cómo se llama?” d) Sencillas, cuando envuelven un solo concepto, como: “¿Qué es el verbo?” e) Correctas, cuando están formuladas en lenguaje gramatical y con buena pronunciación, como: “¿Cuál es el sujeto de la Pedagogía?”

Estas condiciones son para las preguntas consideradas aisladamente. Para toda serie hay que tener presentes las siguientes: a) Las preguntas deben ser ordenadas; es decir, seguir el orden natural de las cosas, de modo que el conjunto construya la imagen tal cual debe ser. Si se describe un animal se comenzará de la cabeza para ir a las extremidades. b) Coordinadas, relacionadas y enlazadas entre sí, de modo que la anterior sirva de base a la siguiente. “Así habrá unidad e integridad de la enseñanza, y lo aprendido tendrá una razonable probabilidad de permanecer en la memoria; pues debemos tener siempre presente que lo que desordenadamente se aprende, confusamente se recuerda, y que sistema y continuidad son condiciones características de toda enseñanza

eficiente.” (Torres). Ejemplo: “De qué se alimenta la gallina?”. “Las aves que se alimentan de granos, ¿cómo se llaman?” c) Graduadas, es decir, ir de las fáciles a las difíciles. d) Adecuadas a la capacidad media de la clase. Las preguntas no deben ser ni muy fáciles ni muy difíciles, de modo que toda la clase pueda recapacitarse del signi-

---22--- ficado y estar en condiciones de contestar. Si no reunen esta condición, hacen trabajar solamente a los más adelantados e inteligentes (preguntas difíciles), o a los muy atrasados (preguntas fáciles). Se expone a la inacción a una parte de la clase. e) Animadas. Esta es una condición muy importante por influír poderosamente sobre el éxito de la lección. Las preguntas lentas, frías, sin gracia, ni espíritu, dice Torres, fastidian a los niños y les hacen perder su interés en la lección. Al contrario, las formuladas con entusiasmo, espontaneidad, transmiten a los niños igual entusiasmo preparándose a recibir sin sentir la lección.

El buen maestro es un orador que se enardece delante de su auditorio, expresa sus ideas con vehemencia arrebatadora, con verdadera elocuencia, porque sabe que debe convencer. Cuando las preguntas no reúnen condiciones anteriores, son defectuosas: a) Ampulosas, las que no son breves como: “¿Quién fue aquel oscuro navegante que después de vencer múltiples dificultades consiguió hallar entre las olas del Atlántico un mundo nuevo?” b) Confusas, las que no son claras, como: “¿Qué es la existencia?” c) Vagas o ambiguas, las imprecisas y que, por consiguiente, admiten dos o más respuestas, como “¿Qué es la gallina?” d) Complejas, las que no son sencillas, como: “¿Cuál es la capital de Paraguay, qué superficie tiene y cuántos habitantes?”

e) Incorrectas, las que no reunen las condiciones de corrección; ejemplo: “¿Qué es el vaca? f) Preguntas que encierran respuestas, como: “El oro es mineral, ¿no es verdad? g) Preguntas que encierran alternativas, como: “El oro ¿es mineral o vegetal?”

---23--- h) Desordenadas, las que no siguen el orden natural de las cosas. i) Las elípticas empleadas solas sin coordinación con una pregunta compuesta.

Las respuestas son la contestación de los alumnos a las preguntas del maestro. Pueden ser igualmente de varias clases: a) Individuales, las dadas por un alumno solo. b) Simultáneas, las dadas en coro por un grupo de niños o toda la clase. Esta clase de respuesta se emplea en los grados inferiores para ejercitar a los tímidos o para corregir defectos de pronunciación. c) Completas, cuando constan de sujeto y atributo. En muchos países no se exige del niño sino contestaciones incompletas, por considerarse la repetición de la pregunta del maestro, pérdida de tiempo. En nuestras escuelas son muy útiles por cuanto sirven para cultivar el lenguaje ejercitando a hablar. d) Incompletas, cuando el alumno no repite la pregunta del maestro. Ejemplos: “¿Qué color tiene el oro?” “El oro tiene color amarillo” (respuesta completa) o “amarillo” (incompleta).

Las respuestas de los alumnos, tanto en su forma como en su fondo, deben sujetarse a ciertas reglas para que el interrogatorio tenga las condiciones didácticas necesarias. El arte técnico del maestro no depende sólo de su habilidad

para formular las preguntas, sino igualmente de la manera cómo recibe las respuestas de la clase. En primer término, debe tener en cuenta si ellas son: reflexivas, es decir, formuladas por el niño como fruto de su esfuerzo mental, elaboradas por él mismo; concisas, expresadas con palabras necesarias y no superfluas; correctas desde el punto de vista gramatical, y claras de modo que sean comprensibles. Al dar al niño la respuesta se puede notar fácilmente, sea por la precipitación, sea por la vacilación, si la contestación es consciente y personal; porque ocurren con frecuencia res- ---24--- puestas hijas del azar, dadas para salirse del apuro de la interrogación y del soplo del compañero de al lado. Estas clases de respuestas son perjudiciales porque impiden la formación de conocimientos sólidos. La concisión no debe degenerar en imprecisión del lenguaje. Se evitará la redundancia y se procurará a formar el lenguaje preciso y probo. En segundo lugar cuidará el fondo de las respuestas, pues no todas serán exactas. Puede ocurrir que: a) la respuesta dada sea totalmente errónea; b) contenga parte de verdad; c) sea toda exacta. En el primer caso, el maestro debe manifestar su disconformidad y repetir la pregunta al mismo alumno o pasar a otro cuando vea que no puede contestar. En el segundo, rechazará la parte errónea y pedirá otra correcta. En el tercero, recibirá con aprobación. Es necesario que las malas respuestas sean rechazadas incontinenti para no dejar ningún germen de duda en la mente infantil y ser corregidas por el mismo alumno que dio la contestación. Algunos maestros acostumbran pasar la palabra bruscamente a otro alumno sin manifestar su aprobación o desaprobación. El rechazo lo hará con benevolencia, según como haya sido concebida por el niño la contestación, para estimular el esfuerzo y no matar la animación. Del mismo modo el maestro no será exclusivista: no exigirá una sola forma de contestación para dar prueba de respeto a la libertad de criterio, de expresión y a

la espontaneidad. El absolutismo en la recepción de las respuestas es contrario al ideal pedagógico de formar hombres de sentir y pensar libres. IV TACTICA ESCOLAR Táctico (gr. taktiké) es, según el léxico, el conjunto de medios empleados para conseguir un fin o intento. El general que dirige un ejército debe tener conocimiento de la táctica militar. Del mismo modo, el maestro, para manejar su clase y obtener la educación del niño, confiado a su cuidado, debe conocer, o por lo menos poseer, una táctica que no puede ser otra que la escolar. De este modo: táctica escolar es el conjunto de medios empleados para obtener la uniformidad en el funcionamiento interno de la clase, la aplicación de los alumnos, la educación de los mismo y la economía a de tiempo y esfuerzo. Con la aplicación de la táctica escolar se persiguen dos fines: el orden y la disciplina. El primero es la regularidad de movimientos, de ejercicios, la aplicación y trabajo de los niños; en una palabra, el conjunto armonioso de la actividad de la clase. El orden escolar debe compararse con el que reina en una colmena donde el trabajo común produce un zumbido armonioso, como expresión de existencia, de vida. O con un taller donde las distintas secciones de máquinas trabajan sin salir de su órbita ni de la unidad del conjunto.

De este modo el orden escolar consiste en el trabajo libre y armonioso de los alumnos sin realizar otros hechos distintos que contraríen el fin común de la educación. La disciplina (del latín discere, aprender, y plena, que todo debe saber) es el gobierno de la escuela que asegura el orden, la obediencia consentida y la buena conducta de los alumnos. Y, concretándola al alumno, al niño, sujeto de la disciplina, diremos que ella significa adaptación personal al medio ambiente escolar. ---26--- La disciplina y el orden se complementan: si no hay disciplina no hay orden; sin orden no puede haber trabajo escolar con resultado, ni enseñanza, ni educación. La disciplina escolar de ninguna manera se debe confundir con la militar en la que la obediencia es pasiva. La escolar debe basarse en la libertad, en la obediencia consciente y consentida. Ni tampoco con la inmovilidad, sino con el trabajo ordenado. La disciplina, según la doctora María Montessori, “debe ser un camino que conduce al niño a adquirir el concepto de bondad, haciéndole gustar los supremos goces que resultan del orden interior”. (Montessori: Pedagogía Científica). Sistemas – Sistemas disciplinarios son el conjunto de medios que se emplean para lograr la disciplina. Se conocen tres: 1.º sistema autoritario; 2.º sistema anárquico, libertario o de Tolstoi, y 3.º sistema racional. El primero históricamente precede a los demás. Se basaba en la supresión completa de la libertad del niño por considerársele de tendencia innatamente mala (1). Como los niños no pueden tener conciencia de sus actos había que enderezarles hacia el bien, suprema aspiración de la educación, para salvarles de la perdición, empleando el látigo si fuera necesario. De aquí la fórmula de la teoría autoritaria: “La letra con sangre entra”.

Ideas posteriores han controvertido el fundamento de este sistema. Filósofos filántropos lo han combatido tenazmente. Entre ellos, Juan Jacobo Rousseau, pensando reaccionariamente, llevó su doctrina sobre educación al terreno opuesto: proclamó a la faz de la humanidad la necesidad imperiosa de respetar la libertad del niño. En su famoso libro sobre educación, “Emilio”, comenzó el primer capítulo así: “Todo es bueno (1) “El diablo se apodera del alma del niño cuando aún está éste en el vientre de la madre”. “Hay que rogar siempre por las almas y vigilar siempre, haciendo guardias como en una fortaleza. El diablo ronda por fuera…” (Pesimismo, moral de los jansenistas. – Historia de la Pedagogía por Compayré). “Cuando el alumno haya sido corregido (recibido el azote) irá a ponerse modestamente de rodillas en medio de la clase, delante del maestro, con los brazos abiertos para darle gracias…” (Historia de la Pedagogía, por Campayré).

---27--- al salir de mano del Creador; todo es malo al volver a mano del hombre”. Así proclamó, en contraposición a la fórmula autoritaria de que el niño es poco menos que un diablo, la bondad innata del mismo; le consideró como “ángel”. La maldad es enseñada por el hombre, luego para educar al niño en su estado natural, hay que respetar su libertad y apartarle del contacto de los hombres. La teoría rousseauniana fué llevada a fronteras más avanzadas por el conde León de Tolstoi, quien en su escuela de Iasnaia Poliana proclamó la absoluta libertad del niño, dando origen a la escuela filosófica-disciplinaria denominada en la historia de la Pedagogía, anárquica. En su escuela los niños gozaban de entera y absoluta libertad, hasta el extremo de que hacían lo que querían: si les agradaba entrar a clase podían hacerlo o no, etc. El filósofo inglés Herbert Spéncer, en su libro: “Educación física, intelectual y moral del hombre” sostuvo una doctrina intermedia entre ambos extremos: pensó que el niño “no es diablo ni ángel” pero que para su educación necesita la dirección de otro, el gobierno del hombre, pero de “acuerdo con la razón”. Este sistema se llama racional por su fundamento en la razón. Es también denominado, por su creador, sistema de reacciones naturales por emplear como únicas penas, “las reacciones o consecuencias inevitables de los actos del niño”. En él se suprimen los castigos corporales y morales que no sean de los impuestos por la naturaleza misma como consecuencia de los actos. Un

niño toca un cuerpo caliente y se quema, ya no repetirá otro día; ensucia su vestido, no se le cambia; rompe su cuaderno, no se le compra en el acto, etc. El padre o maestro debe hacerse amigo del niño y no su enemigo, lo que se consigue con este sistema, tratando al niño con dulzura por aquello de que “la dulzura engendra la dulzura y el salvajismo engendra el salvajismo”. Hay casos de consecuencias muy graves en que la intervención enérgica del maestro es imprescindible. ---28--- El objeto de la disciplina, dice Spéncer, es “formar seres que puedan gobernarse a sí mismos y no seres que hayan de someterse al gobierno ajeno”. (Spéncer, Educación, pág. 182). Este es el sistema predominante en la escuela moderna; pero con conceptos más evolucionados. Se educa al niño respetando su libertad e independencia como preciosos dones que hay que acrecentarlos más bien, sin emplear los castigos materiales ni morales, ni los premios materiales de que tanto uso hacen los autoritarios. Sólo hay que conducirle en los casos necesarios por el buen sendero para habituarse en las buenas maneras, a obrar conforme el bien haciéndole siempre comprender las faltas. “En nuestro sistema, dice la doctora Montessori, tenemos ciertamente un concepto de la disciplina. Si la disciplina se funda sobre la libertad, decimos que la disciplina debe ser necesariamente activa. No se puede decir que un individuo es disciplinado si se le ha convertido artificialmente en un sér silencioso como un mudo o inmóvil, como un paralítico. Este es un individuo reducido a la nada; no es un individuo disciplinado. “Nosotros llamamos disciplinado a un individuo que es dueño de sí y que puede, por lo tanto, disponer de sí mismo cuando sea preciso, seguir una línea de conducta. “La libertad del niño debe tener como límite el interés colectivo; como forma de lo que llamamos la educación de las buenas maneras y de los actos. Debemos, pues,

impedir al niño todo aquello que pueda ofender o perjudicar a los otros y todo lo que significa un acto indecoroso o grosero”. “Hay que evitar rigurosamente el detener los movimientos espontáneos y renunciar a nuestra costumbre de obligar a los niños a realizar actos por la imposición de la propia voluntad; a menos que se trate de actos inútiles o perjudiciales, pues éstos deben ser sofocados y destruídos”. (Pedagogía Científica por Montessori). Estas ideas de la doctora Montessori sobre la disciplina son sostenidas brillante y prácticamente por el doctor Dewey, de Norte América. El doctor Dewey dice en uno de sus inte- ---29--- resantes libros de pedagogía: “Una educación verdaderamente científica nunca puede desarrollarse en tanto que los niños son tratados al por mayor, meramente como una clase. Cada niño tiene una fuerte personalidad, y toda ciencia debe recoger todos los hechos en su material. Todo alumno debe tener ocasión de mostrar lo que él es verdaderamente, de modo que el maestro pueda descubrir lo que necesita para hacer de él un ser humano completo”. Para hacer uso de esta disciplina de la libertad es menester que el maestro cambie de papel: en vez de ser recitador debe ser explorador. Es decir, el maestro debe hacer y decir lo menos posible; el niño no debe ser simple oyente, sino obrero, investigador de sus propios conocimientos. “En una clase donde el maestro hace todo el trabajo y los niños escuchan y contestan preguntas, sería, dice el doctor Dewey, absurdo permitir a los niños colocarse donde les plazca, moverse libremente o hablar. Cuando el papel de maestro se ha cambiado en el de auxiliador y observador; cuando el desarrollo del niño es el objetivo, tal libertad llega a ser una necesidad al trabajo tanto como lo es la quietud cuando los niños no hacen más que dar lecciones de memoria”. (“Las Escuales de Mañana”, por J. Dewey).

Algunas reglas para el manejo de una escuela y de una clase – Para el mejor gobierno de la escuela y de la clase, el maestro debe tener un conjunto de prácticas que le asegure el orden y la disciplina, o sea la economía de tiempo y de esfuerzo. La mejor regla sería aquella que le dé mejor resultado. No obstante, es bueno tener presentes algunas reglas, unas correspondientes a los alumnos y otras, a los maestros. I. – Reglas correspondientes a los alumnos. 1.ª Cada escuela debe tener su hora fija de entrada y salida, y el maestro debe ser tolerante en cuanto a exigir la puntualidad y exactitud. ---30--- Se tocará con la campana un aviso para que los niños dejen sus casas para dirigirse a la escuela. Llegada la hora de entrar a clase se dará la señal convenida, toques de campana, por ejemplo, para que los niños pasen, sin atropellarse, a formar filas en el sitio designádoles, donde les estará esperando el maestro. Formarán por orden de estatura. Llevarán en la mano derecha el sombrero o la sombrilla, según el sexo, y en la izquierda los útiles. Es el momento en que el maestro pasará rápidamente revista de limpieza. Para evitar pérdida de tiempo a las lecciones, la buena economía requiere que haya un tiempo de 10`, antes de comenzar las clases, disponible para esta revista, recepción de deberes y la anotación de las inasistencias. En esta posición y a una voz convenida, se hará el saludo a la bandera o el canto del Himno Nacional, para luego, pasar en perfecta fila a ocupar el aula correspondiente. Del mismo modo marcharán a ocupar nuevamente la formación en el patio para los recreos y el desfile general a la conclusión de la tarea diaria. Antes de comenzar la retirada es conveniente que los niños, reunidos, hagan una despedida general, simultánea, para evitar las individualidades, que son monótonas.

Para prevenir atropellos que puedan producirse entre los niños al correr para la formación de filas, se les dará una señal preventiva para interrumpir sus juegos. En tal caso quedarán parados en el sitio donde fueren sorprendidos y luego, al otro toque, pasarán solenciosa y ordenadamente a ocupar sus puestos respectivos. (1) 2.ª Las marchas se efectuarán ordenadamente, con paso natural, aire marcial y silenciosamente. (1) Una práctica seguida en algunas escuelas públicas de la capital con buen resultado es la siguiente: Se suprimen las formaciones en filas de los niños para la salida a los recreos, salida de la escuela y entrada a clase de los recreos. Los niños, ordinariamente, como se sale de una reunión, se retiran con una venia del maestro. Para la entrada, se da un aviso (toque de campana o de timbre). Los niños suspenden el juego en el sitio donde estaban y quedan firmes y silenciosos. Luego, a otro aviso se dirigen, cada uno a su clase. Este procedimiento está de acuerdo con la disciplina de la libertad: acostumbra al niño a gobernarse en la vida colectiva.

---31--- No se debe percibir sino el compás de los pasos. Pueden hacerlo al son de cantos entonados por ellos mismos o de marchas ejecutadas por la profesora de música en el piano. 3.ª Los niños tendrán asientos fijos, que los ocuparán por orden de estatura. Los niños de más baja estatura ocuparán el frente para que no se estorben a la vista. Si en la clase existiere algún niño de órganos sensoriales deficientes (sordo o miope) se le colocará adelante para facilitarle la asimilación de lo enseñado. En ningún caso cambiará de asiento para jugar, pero sí para consultar al compañero o para ver algo interesante y referente a la clase. Cada niño se responsabilizará del aseo y conservación del asiento que le corresponde. Se le prohibirá rayar o escribir sus nombres en la mesa. El cuidado de los muebles y del edificio escolar debe ser rigurosamente impuesto. 4.ª Todos los movimientos serán ejecutados uniformemente a la voz de mando del maestro. Al entrar los alumnos a clase en la forma indicada, irán a pararse de pie al lado de sus respectivos asientos. Entonces el maestro dará la voz de: Clase; sentarse. Guardar útiles. Posición.

A la primera voz (preventiva) los niños darán un cuarto giro colocándose de espalda al asiento y sentaránse a la segunda voz en posición normal manteniendo los útiles sobre la mesa. Para hacerlos salir al patio, ordenará: Clase, de pie; fila. A la primera voz los alumnos darán un cuarto giro, sentados; a la segunda se pondrán de pie, y a la última voz marcharán en orden a ocupar su puesto de formación en el patio. 5.ª Ningún niño podrá abandonar su asiento, hablar, etc., sin previa venia. En una clase bien organizada, sin embargo, puede permitirse que, para trabajar mejor, o para consultar con el compañero, el niño cambie de asiento momentáneamente. En todo caso, el maestro distinguirá la oportunidad. Para el efecto podrá solicitar la palabra, levantando la mano derecha, sin agitar los dedos. ---32--- La cuarta regla será modificada si se aplica la innovación indicada más arriba, es decir, ejercitando a los niños en el manejo libre de sus propios movimientos. II. – Referentes al maestro 6.ª El maestro debe ser modelo de puntualidad y asiduidad. Debe estar en la escuela antes de la entrada a clase de los niños para que pueda ejercer la vigilancia, preparar las leccio0nes del día y dominar con el ejemplo más que con los preceptos. El maestro que llega tarde se desprestigia. 7.ª Es preferible que dé la lección de pie que sentado porque así conserva más libertad de acción. 8.ª Debe dominar y manejar la clase con la vista. 9.ª Debe trata con urbanidad a los educandos, respetar su libertad y dignidad. Su misión es formar hombres y no esclavos. 10. No debe gritar ni golpear muebles para imponer el orden: éste debe ser sugerido y no impuesto. 11. Debe abstenerse de ordenar poseído de cólera. Esta es mala consejera: sin mengua de su autoridad esperará calmarse para obrar con justicia.

12. No impondrá penitencias afrentosas ni ofrecerá premios corruptores. 13. El mejor medio de obtener el orden es tener ocupados a los niños: la disciplina debe ser activa. V DIDÁCTICA Principios fundamentales La Pedagogía es ciencia y arte. Como ciencia se basa en verdades fundamentales. Como arte da reglas. La parte de la Pedagogía que se ocupa de los principios fundamentales del arte de enseñar y de la aplicación de ellos en la transmisión de conocimientos se llama didáctica, que deriva de didaskein (enseñar). Las verdades fundamentales o principios son generales y axiomáticos porque abarcan todos los demás y son evidentes por sí mismos. En la didáctica argentina son conocidos algunos de ellos con el nombre de principios pestolozzianos, publicados por don José María Torres. De allí se nos han pasado. Indudablemente esa denominación no corresponde a la mayoría por la sencilla razón de que el pedagogo suizo no los ha enunciado en su totalidad ni en la

forma conocida. El pedagogo moravo Comenio enunció muchos de ellos dos siglos antes (1592-1671). Como por ejemplo: 1. – Que las facultades se desarrollen en su orden natural: en primer lugar, los sentidos, la memoria, la imaginación y después el entendimiento y la razón. 2. – La base de la ciencia consiste en representarnos bien los objetos sensibles, de modo que puedan ser comprendidos fácilmente. 3. – Hay que ofrecer a la juventud, no las sombras de las cosas sino las cosas mismas que causan impresión en la imaginación y en los sentidos. 4. – La instrucción debe empezar por una observación real de las cosas y no por una descripción verbal.

(Historia de la Pedagogía, por Campayré). ---34--- Sin embargo, de la atenta lectura de los escritos dejados por el insigne reformador suizo, se deducen esas verdades como proclamadas por él (1746-1827). Hé aquí cómo enunció Pestalozzi sus ideas fundamentales en “Cómo educa Gertrudis a sus hijos” (traducción de J. B. Zubiaur, 1888): 1. – El pensamiento y la acción deben ser, el uno para con el otro, como la fuente y el arroyo. Las leyes de la naturaleza obran sobre nosotros al permitirnos adquirir las aptitudes físicas cuya necesidad nuestro instinto siente y reconoce nuestra inteligencia y cuya persecución nos impone nuestra voluntad (CXII) “debe pensar y obrar para satisfacer sus necesidades”. 2. – La enseñanza es el arte de ayudar el desarrollo gradual de las fuerzas del niño.

4. – La intuición más compleja se compone de elementos simples que la constituyen: desde que se les posee, se hace sencillo el estudio más complicado. 5. – Encontró la primera en el principio que consiste por empezar por la noción más simple, en perfeccionar ésta antes de pasar adelante y en caminar en seguida, paso a paso, agregando constantemente un pequeño conocimiento a aquellos de los cuales el niño está en plena posesión. - Inspírate en los procedimientos de la naturaleza. Ella, para formar el árbol más elevado, comienza por hacer salir su germen imperceptible de la semilla: después, por medio de adiciones insensibles, pero renovadas días tras día y hora tras hora, desarrolla primero los elementos del tronco: los de la rama… - Toda enseñanza debe grabar en la sustancia de la inteligencia humana, con caracteres profundos e indelebles, la parte esencial, después la secundaria.

7. – Es necesario que graben profundamente en la inteligencia de los niños las formas esenciales de todas las cosas; que les den las palabras y el lenguaje que convengan a todo el conjunto de lo que han aprendido por la intuición y la experiencia. - Dar al espíritu una cultura más intensiva que extensiva, fortificarlo y no llenarlo simplemente de conocimiento. - Pasar de las cualidades perfectamente adquiridas al conocimiento de las reglas: de la misma manera que el procedimiento de cultura para la inteligencia consiste en pasar de las intuiciones perfectas a las nociones precisas y de éstas a su expresión por medio de la palabra, es decir, a las definiciones.

8. – Es necesario partir de los elementos más simples. ---35--- 10. – La intuición es la base absoluta de todo conocimiento, o en otros términos, que todo conocimiento debe provenir de la intuición y debe poder referirse a ella. Principios pestalozzianos Según Morf las máximas principales de la pedagogía de Pestalozzi se reducen a las siguientes, que vendrían a equivaler a las conocidas actualmente: (1). – Al saber es necesario unir el poder; a los conocimientos teóricos la habilidad práctica. (2). – El principal objeto de la enseñanza elemental no es el de hacer que el niño adquiera conocimientos y talentos; es el desarrollar y acrecer las fuerzas de su inteligencia. (3). – La intuición es el fundamento de la instrucción. (4). – En cada ramo debe comenzar la enseñanza por los elementos más sencillos y continuar gradualmente siguiendo el desarrollo del niño, es decir, por series psicológicamente encadenadas. (5). – Debe insistirse bastante tiempo sobre cada parte de la enseñanza para que adquiera el niño su completa posesión. (6). – La instrucción propiamente dicha debe subordinarse al fin superior de la educación. (7). – El lenguaje debe ligarse a la intuición. (8). – (La misma máxima 4.ª). (9). – La enseñanza debe seguir el orden del desarrollo natural y no el de la exposición sintética. (10). – (La misma máxima 3.ª).

Los principios fundamentales tal cual como se los conoce en la didáctica, son los siguientes: 1.º La actividad es una ley de la niñez: acostumbrar al niño a hacer; educar la mano. 2.º Cultivar las facultades en su orden natural: primero, formar la mente; luego, proveerla. 3.º Principiar por los sentidos y no decir al niño lo que él puede descubrir por sí solo. 4.º Dividir cada asunto en sus elementos: una sola dificultad es suficiente para el niño. ---36--- 5.º Proceder paso a paso y acabadamente: la medida de la instrucción no es lo que el maestro puede dar sino lo que el niño puede aprender. 6.º Que cada lección tenga un objetivo inmediato y otro mediato. 7.º Desarrollar la idea, dar la palabra que la representa; cultivar el lenguaje. 8.º Pasar de lo conocido a lo desconocido: de lo simple a lo compuesto; de lo concreto a lo abstracto; de lo particular a lo general. 9.º Primero, la síntesis; luego, el análisis: no seguir el orden del asunto sino el de la naturaleza. 10. La intuición es la base de la instrucción: enseñar las cosas por las cosas mismas.

VI Primer principio Al saber es necesario unir el poder; a los conocimientos teóricos la habilidad práctica. Pestalozzi.

I. – Enunciado – La actividad es una ley de la niñez; acostumbrar al niño a hacer; educar la mano.

Interpretación: El primer principio del decálogo didáctico enseña a aprovechar la actividad natural del niño para su propia educación. II. – Concepto de la actividad – Los seres vivos se mueven. El movimiento es una ley biológica a la que están sujetos los seres vivientes. Siendo el niño un ser vivo, está igualmente sujeto a la misma: la actividad.

El niño nunca está quieto, porque en él el movimiento, la actividad es una necesidad fisiológica como la de comer, beber, dormir, etc. Al menos el niño sano es todo movimiento, trajín, charla, canto, grito. Sólo el enfermo permanece triste, porque siente pereza en sus miembros, le falta energía, vida. Movimiento es sinónimo de vida. La actividad del niño no se debe tomar en sentido limitado. Ella no se refiere únicamente a saltos y gritos sino también a trabajos intelectuales. Por

más de que el movimiento sea la expresión externa de la actividad infantil, también el niño aparentemente quieto puede estar activo mentalmente, haciendo trabajar el pensamiento. De modo que la actividad del niño puede ser física e intelectual. La actividad física infantil puede obedecer a tres causas: física, intelectual y refleja. Cuando el niño, obligado por las exigencias de la disciplina, ha estado sentado mucho tiempo, entregado a una quietud más o menos completa, la energía emanada de su sangre, ---38--- se acumula en sus músculos, como el vapor en la caldera en las horas inactivas. Esa fuerza busca constantemente medio de escaparse. Al abandonar la quietud forzada o al dejar la clase, forzosamente, el niño grita, brinca, es decir, da escape a su energía en un torrente de movimiento. Otras veces quiere exteriorizar una idea, una concepción cualquiera que se le ocurre, o reproducir algo que ha visto y le ha llamado la atención, entonces su actividad se traduce en juego: hace casita de arena; dibuja y juega a las visitas. De modo que las causas de su actividad vienen a ser energías intelectuales. Muchas veces, estando en clase, los niños dan gritos y saltos repentinos obedeciendo a impulsos y reflejos e inconscientes de su sistema nervioso. El educador debe respetar estos movimientos y no recibirlos con enojo. El juego. – El animal joven juega. Véase sino el gatito que no puede estar quieto, el potro que relincha, el cachorro que juega. Obedecen a necesidades orgánicas inviolables, porque la violencia significa muerte. El juego, además, es un medio de que se vale la naturaleza para hacer que el niño, el animal joven, adquiera la experiencia de la especie. El juego es un instinto.

La mejor aplicación natural de la actividad infantil es el juego, que no es otra cosa que la combinación de movimientos en la realización de alguna idea. El juego es una aplicación útil de la actividad natural del niño; el que más desgaste de energía requiere y el que también sirve para desarrollar los músculos, el organismo y la personalidad naciente. El niño juega porque encuentra placer en la descarga de energía. Ese placer es un artificio de la naturaleza que estimula al trabajo. El juego educa e instruye: educa porque con él el niño cultiva sus aptitudes físicas, intelectuales y morales, así como aprende la experiencia de la especie humana, descubre constantemente nuevas verdades que enriquecen su conocimiento. El niño que trepa a un árbol desarrolla su energía física dando ---39--- vigor a sus músculos; adquiere la noción de la altura; educa su serenidad y valor personal. ¿Cuántas cosas aprenden las niñas con sus muñecas! Aplicación del principio. – La actividad abarca toda la vida del niño y significa para él cuestión de vida o muerte. El movimiento, traducido en juego, es decir, en actividad ordenada, le sirve de válvula para dar escape al exceso de fuerza de la especie y las necesidades ontológicas a los efectos del desarrollo. La aplicación no se puede restringir. En la escuela, el maestro debe saber explotar esa ley natural, utilizándola en provecho del niño. Mantener al niño inactivo es violentarle. Hay que darle constante ocupación. Comenzará esa ocupación práctica con juegos instructivos para luego darles aplicaciones más útiles hasta convertirlos en trabajos manuales. Además, de conformidad con este principio se debe hacer dibujar, jugar, cantar en las clases infantiles. En el primer grado el maestro no impondrá jamás la quietud, el silencio, sino hará trabajar, poner en constante movimiento, de modo que por allí se gaste la energía acumulada en provecho del niño y la especie. En la clase de esta edad escolar debe reinar

toda la libertad posible, de modo que el niño halle placer en su iniciación a la vida escolar. Acostumbrando al niño a hacer se le acostumbrará a obrar, es decir, a gobernar su energía, su fuerza, en provecho de sí mismo. Todo lo que pueda hacer el niño debe ejecutar en clase: manejar instrumentos y aparatos, dibujar, construír, etc. De este modo se educa la mano, la que adquiere habilidad para obedecer dócilmente a la inteligencia. El gran pedagogo Fröebel fundó su sistema en esta ley para dar preponderancia en su Kindergarten al juego, al canto y al trabajo manual. La insigne doctora Montessori, en sus case dei bambini, igualmente da capital importancia, como medio disciplinario, a la “ocupación del niño”. El doctor Dewey hace descansar la educación escolar sobre la enseñanza de las manualidades para sacar de ellas el desarrollo de la vocación del niño y la teoría. VII Segundo principio La enseñanza es el arte de ayudar el desarrollo gradual de las fuerzas del niño. Pestalozzi.

I. – Enunciado. – Cultivar las aptitudes en su orden natural: primero, formar la mente; luego, proveerla.

Interpretación. – Enseña el trabajo de la mente en la adquisición de las ideas, o, que antes de llenar la cabeza del niño de conocimientos hay que prepararle la mente ejercitando sus potencias innatas y latentes. II. – Dualidad humana. – La naturaleza humana se compone de dos partes bien distintas: una parte tangible, orgánica, limitada por el espacio, el cuerpo, y otra, intangible que no se aprecia sino por sus manifestaciones, el alma, espíritu o psiquis. Denominaciones estas últimas conservadas para distinguir a la reunión de fenómenos operados en las intimidades del ser humano (1).

La parte anímica se compone de tres grupos de poderes: intelectuales, sensitivos y volitivos, o sean inteligencia, sensibilidad y voluntad. La

inteligencia da el conocimiento de las cosas, la sensibilidad hace amar u odiar y la voluntad permite querer y obrar. Este principio se refiere a los poderes intelectuales o mentales: sensación, percepción, concepción, juicio, raciocinio, memoria, atención, imaginación, abstracción y generalización. III. – Sensación. – Al tocar una naranja, sentimos la forma, el tamaño, la temperatura, etc.; al aproximarla a la lengua, el gusto, el sabor; a la nariz, el olor; al echarla, el ruido, y al mirarla, el color, la forma, etc. Es decir, mediante los sen-

(1) Aprovechando la ocasión el profesor puede dar una suscinta idea de las teorías espiritualistas y monista.

---41--- tidos nos damos cuenta de la existencia de la naranja: la impresión de las cosas externas que llega al cerebro mediante los sentidos se llama sensación. La sensación es el conocimiento inicial de las cosas; por eso se llama umbral de la conciencia. Hay tantas clases de sensaciones como sentidos tenemos: sensación táctil, la proporcionada por el tacto; gustativa, por el gusto; olfativa, por el olfato; auditiva, por el oído, y visual, por la vista. Problema: Determinar el número de sensaciones que puede ocasionar un excitante cualquiera o determinado. Percepción. – Cada propiedad del objeto excitante impresiona los sentidos, es decir, produce sensación. Las sensaciones sintetizadas en la conciencia dan cuenta exacta de los objetos externos. Así las sensaciones táctiles de forma, tamaño, peso y aspereza de la naranja se sintetizan formando una sensación más clara y consciente del objeto. Este fenómeno es lo que se llama percepción. La percepción va acompañada de conocimiento

del excitante. La percepción puede ser táctil, visual, gustativa, auditiva, etc. según el origen sensitivo. La sensación es fenómeno fisiológico; la percepción, psicológico. Aquélla se opera en la subconciencia y ésta, en la conciencia. Concepción. – La mente sintetiza igualmente las percepciones. Veamos el ejemplo de la misma naranja. (Ver Fig. 1) Las sensaciones reunidas e intensificadas constituyen las percepciones y éstas organizadas, la representación mental de la cosa o sea la idea. La función sintética de las percepciones se llama concepción y la imagen o representación, idea o concepto. La idea se exterioriza por medio de la palabra, que es su nombre o símbolo. ---42---

Juicio. – “La naranja es dulce”; en esta expresión hay la sintetización de las ideas de “naranja” y “dulzura” unidas mediante el verbo es para formar una afirmación. Es un juicio. El juicio es una síntesis de ideas o, como se dice, la función de juzgar. Juzgar es afirmar o negar una cosa de otra cosa. El juicio se exterioriza por medio de la preposición. Ésta consta de sujeto y atributo. En el ejemplo anterior el atributo (es dulce) afirma, mientras que en “La ignorancia no es útil”, niega. En el primer caso el juicio es afirmativo, y en el segundo, negativo. ---43--- Raciocinio. – “Todo hombre es animal;

Juan es hombre; Luego, Juan es animal”. En este ejemplo hay una serie de juicios (tres) que forman, enlazados entre sí, un razonamiento que es el producto del raciocinio. El raciocinio es la función de razonar. Razonar es hallar el por qué de las cosas. En el ejemplo: El libro abandonado en el espacio, cae; El sombrero, la piedra, la fruta, etc., caen; El libro, el sombrero, la piedra, etc., son cuerpos; Luego, los cuerpos abandonados en el espacio, caen. En este razonamiento se procede de lo particular (el libro cae) a lo general (los cuerpos caen). Mientras que en el primer ejemplo, al revés: de lo general (Todo hombre es animal) se va a lo particular (Juan es animal). En el primer caso el raciocinio es inductivo y en el segundo, deductivo. Memoria. – Las impresiones recibidas suficientemente intensas, conscientes; las ideas, los pensamientos, etc., quedan en mi mente y puedo reproducirlos en un momento dado mediante la cual se puede retener y recordar los diversos estados de conciencia. Se compone de dos operaciones: la retención y la recordación (1). Atención. – Mi mente puede fijar su potencia sobre una sensación o grupo de sensaciones o sobre cualquier fenómeno y cosa para conocerlos analíticamente mediante la atención. Imaginación. – En este momento puedo reconstruír en mi mente mediante la imaginación, la batalla de Curupaity, cosa que no he visto pero sugerídame por las lecturas. Del mismo modo puedo realizar viajes mentalmente. Todo esto no viene a ser sino una serie de imágenes. (1) Todas estas aptitudes mentales serán estudiadas detenidamente en el segundo curso.

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La aptitud mediante la cual la mente forma o construye imágenes se llama imaginación. Abstracción. – Puedo separar con la mano los pétalos de una flor, pero no puedo hacer igual cosa con la forma y la hermosura que son inseparables materialmente. Sin embargo, es posible mentalmente con la abstracción. Generalización. – La idea de hombre que tengo no se refiere en particular a ninguno de ustedes sino a todos. Las ideas individuales, referentes a cada uno, he reunido en una sola entidad abstracta que se refiere a todos los individuos humanos. He generalizado. Primera cláusula: a) Lo que se entiende por “cultivar las aptitudes”. – Quiere decir dar vigor, fuerza a la sensación, percepción, concepción, juicio, etc., para que funcionen mejor. Se las cultiva mediante ejercicios adecuados, dando a la mente facilidades. El que se ejercita en ver las cosas verá mejor que aquel que no ha sometido a cultura su visión. Así pasa con las demás aptitudes.

De modo que para cultivar las sensaciones hay que ejercitar los sentidos. Cultivadas las sensaciones se cultivan la percepción y la concepción. Haciendo que el niño se ejercite a formar concepto claro y cierto, formará también juicio claro y exacto; sabiendo juzgar sabrá razonar. b) Lo que debe entenderse por “orden natural”. – El orden natural de las aptitudes es en la forma estudiada, excepto la atención, la imaginación, la abstracción y generalización que se desarrollan paralela y simultáneamente con las otras. La primera aptitud que se presenta en el niño es la sensación en la cual van basándose las otras. Cultivar en su orden natural significa comenzar en el niño con la educación de los sentidos, punto de partida de todos los conocimientos. Sería, pues, un error ejercitar primero el

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juicio descuidando las funciones perceptivas. No se puede juzgar sin tener antes preceptos y mucho menos, ideas. Segunda cláusula: a) Lo que se entiende por “primero formar la mente; luego, proveerla”. – Quiere decir que para que la mente esté habilitada para adquirir conocimientos se tiene que desarrollarla previamente, cultivando las funciones adquisitivas, constructivas y reflexivas. Si la mente no está formada, es decir, desarrollada, es inútil obligarla a atesorar ideas y conocimientos. b) ¿Cómo se forma la mente y se la provee?. – Se forma ejercitando las diversas aptitudes y muy especialmente la sensación y la percepción como fundamento de todas las demás.

El cultivo de los sentidos prepara el espíritu para su función. Se ejercitan los sentidos por medio de unas lecciones especiales llamadas: a) Ejercicios intuitivos;

b) Lecciones de cosas.

En los primeros no se persigue otro fin que el cultivo de los sentidos (como la distinción de los olores de los cuerpos materiales; la descripción de un cuadro); mientras que en las segundas, además se proporcionan conocimientos (descripción de la vida de la abeja, por ejemplo). Se provee la mente, proporcionándole conocimientos.

VIII Tercer principio La vida nueva no es más que la facultad de recibir im- presiones. Pestalozzi.

a) Enunciado. – “Principiar por los sentidos y no decir al niño lo que él puede descubrir por sí mismo. b) Interpretación. – El tercer principio enseña a suministrar los primeros conocimientos al niño valiéndose de sus sentidos. c) Valor de los sentidos. –La inteligencia del niño recién nacido es comparable, según Locke (1632-1704), con una tabla rasa en la que nada hay escrito (Intellectus tabula rasa est in qua nihil est scriptum); porque los niños antes de nacer no reciben ninguna sensación de las cosas externas. Para que éstas impresiones el cerebro hay necesidad del funcionamiento normal de los sentidos corporales, porque nada hay en la inteligencia que no haya pasado por los sentidos (Nihil is in intelectu quiod non Prius fuerit in sensu).

Los órganos de los sentidos son las puertas del alma por donde las impresiones entran y van a grabarse en el cerebro. El ciego de nacimiento no tiene conocimiento de los colores, ni el sordo, de los sonidos, porque carecen de los sentidos en donde la impresión de color y sonido pueda producirse. El sordo de nacimiento es siempre mudo porque no percibe ningún sonido que imitar. d) Ejemplo imitable. – Nuestra gran maestra es la Naturaleza. Ella es la primera en enseñar al niño desplegando ante sus ávidos sentidos, su gala y esplendor, para impresionarlos. Imitando a la Naturaleza debemos enseñar al niño por medio de los sentidos, es decir, presentándole las cosas para impresionarle.

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e) Principiar por los sentidos. – “La vida nueva no es más que la facultad de recibir impresiones”, lo dijo el maestro. El niño, desde que nace, no hace otra cosa que ponerse en contacto con la Naturaleza. Todo le es nuevo. Lo que para nosotros es común y corriente, para él es novedad. La infancia es para recibir conocimiento concreto de la naturaleza, de todo lo que le rodea.

Las primeras lecciones que recibe el niño deben ser intuitivas. Las ciencias y las artes deben tener forma puramente sensible. El maestro debe presentar objetos que hieran, que exciten los sentidos antes de dar los nombres y los conceptos abstractos que serán obtenidos de aquéllos. Los sentidos son los dones primeros que se despiertan en el niño, porque ellos le sirven para cumplir con uno de sus fines biológicos de adaptación al medio ambiente para vivir. Recibir sensaciones, soportar las impresiones y conocer el mundo: esa es la vida del niño. Y el educador debe ajustar su método de enseñanza procediendo como procede la Naturaleza: presentando al dominio de los sentidos del niño los objetos y las cosas. ¿Qué clases de conocimientos proporcionan los sentidos? Variados y múltiples, todos los que de inmediato pueden proporcionar. Dan los conocimientos intuitivos de las cosas que son los materiales para los superiores, de cuya elaboración se encargarán, más tarde, las funciones elevadas de la mente. La Naturaleza se presenta ante el niño en aspectos múltiples: en forma de luz, color, sonido, forma, calor, frío, olor, sabor, etc. De aquí la distribución de trabajos del sistema nervioso que ofrece órganos distintos de adaptación a cada uno de los aspectos cósmicos. Hay un sentido para cada grupo o clase de manifestación de la Naturaleza: por lo tanto los sentidos desempeñan funciones especiales y distintas. Hay el encargado de recibir las impresiones de luz; otros, de forma, gusto, olor y sonido. La multiplicidad de la acción del ambiente ha desarrollado órganos múltiples. Cultivo de los sentidos. – Siendo los sentidos los encargados de proporcionar los primeros conocimientos de la reali- ---48---

dad del mundo, es propio pensar en que la Pedagogía debe velar porque ellos reciban, en primer término, una esmerada educación. Educar los sentidos significa darles poder suficiente para que cumplan con mayor eficacia su fin biológico. Se los educa ejercitándolos. Un músico tiene más educado el oído porque lo tiene más ejercitado. Pero, en la escuela, la educación de los sentidos debe ser armónica, uniforme. Todos los sentidos deben ser ejercitados con igual intensidad. Para la educación de los sentidos hay lecciones especiales que se llaman lecciones de cosas o lecciones sobre objetos y ejercicios intuitivos. En los primeros grados de la enseñanza primaria, y, sobre todo, en la enseñanza preescolar, todas las lecciones deben ser eminentemente intuitivas. Pero los ejercicios deben abarcar no solamente la vista, sino que deben afectar a los sentidos en su conjunto. “No decir al niño lo que él pueda descubrir por sí mismo”. – Dijimos al comenzar el capítulo que el maestro debe tomar a la Naturaleza como modelo en su enseñanza. La Naturaleza enseña múltiples y variados fenómenos al niño sin pronunciar palabra alguna. Este toca el fuego y se quema; juega con el gato y le araña. Y el niño adquiere por sí mismo, espontáneamente, el conocimiento del efecto del fuego y de las uñas del gato. Este aprendizaje por el propio esfuerzo y la experiencia personal debe ser modelo. Hay que poner al niño ante las cosas y para que él descubra su secreto, por su propio esfuerzo. El niño no debe ser “una bolsa que llenar, sino un hogar que calentar”. La misión del maestro es conducir al niño ante los fenómenos para que él los descubra, diga su nombre, su causa, su uso. Aplicación y alcance del principio. – De lo que llevamos dicho se deduce que la enseñanza debe ser dada mediante los sentidos, es decir, por medio de objetos; que las primeras enseñanzas deben ser con propósito de educar los sentidos, y que esta forma de enseñanza debe aplicarse desde los primeros grados con mayor intensidad en éstos que en los superiores. ---49---

Pero no debe llevarse a la exageración la aplicación de la segunda máxima, que dice: “no decir al niño lo que él pueda descubrir por sí solo”, hasta el extremo de torturar la mente infantil para sacar de ella cosa que no puede descubrir, decir o comprender. IX

Cuarto Principio La intuición más completa se compone de elementos simples que la constituyen; desde que se les posee, se hace sencillo el estudio más complicado. Pestalozzi

Enunciado. – Dividir cada asunto en sus elementos; una sola dificultad es suficiente para el niño. Interpretación. – Este principio indica cómo deben ser presentados los temas para que puedan ser comprendidos y fijados en la mente, esto es, para que ésta pueda asimilárselos. Asunto o tema (temha) es parte del programa que el maestro se propone enseñar. Así, por ejemplo, el tema de la presente lección es el cuarto principio. Es generalmente lo nuevo. Por eso se da en el desarrollo de la lección. División del asunto. – Un alimento cualquiera para ser digerido y aprovechado, para que el organismo se lo asimile, debe ser ingerido por partes; es decir, debe ser dividido, fraccionado, triturado previamente. Cuanto más se desmenuzan los alimentos mejor se los digiere, dicen los fisiólogos. Para conocer bien una cosa, un objeto, se lo debe examinar, ver sus partes, cualidades, caracteres, etc. Cuando más se examina una cosa mejor se la conoce. Así también pasa con el alimento intelectual, el tema o asunto de la lección. Para poder comprender, para asimilárselo, hay que fraccionarlo, dividirlo en partes. Cada una de esas partes se llama tópico y las partes de éste, subtópicos. La división del tema en tópicos y subtópicos tiene doble fin: 1.º sirve para tener un conocimiento acabado del asunto, y 2.º para asimilarse con más facilidad los nuevos conocimientos. ---51---

Ejemplo de división en tópicos y subtópicos de un tema: I. Pericarpio [ a) epicarpio La naranja: [ b) endocarpio II. Semilla [ c) mesocarpio [ d) periscarpio [ e) embrión Y no sólo son divisibles los temas que representan cosas materiales o corpóreas como el anterior, sino también los conceptos abstractos y los hechos como un tema de historia. Ejemplo: I. Último periodo [ a) El Paraguay colonial colonial ……. [ b) Último gobernador español [ c) Conducta de Velasco La Revolución II. Estado del espíritu [ d) Ideas separatistas de Mayo de los paraguayos [ e) Conspiraciones descubiertas después de la [ f) Reuniones nocturnas invasión porteña … [ g) Prohombres [ h) Plan de los Próceres [ i) Caballero ocupa el cuartel III. Instalación del [ j) Intimación a Velasco Gobierno Provisional … [ k) Actitud de Velasco [ l) Instalación del Gobierno Provisional Una sola dificultad es suficiente para el niño. – Si se ordenara a un niño a llevar de una sola vez una docena de sillas, o, a un peón a acarrear en un solo tiempo cien ladrillos, sería pedirles lo imposible porque la fuerza individual no permitiría semejante hazaña. ¿Qué harían entonces para transportar los objetos indicados? Llevárselos uno a uno, o por partida pequeña. De la misma manera, imponer al niño o a la clase que se asimile el tema en globo sería una insensatez: hay que fraccionarlo en sus elementos para ir presentándolo parte por parte de modo que el niño o la clase lo vaya conociendo poco a poco. Cada parte es una dificultad. Dividiendo el tema y presentando punto por punto se haría que vaya venciendo dificultad por dificultad. Por lo tanto, los temas se dividen para que la mente se los asimile, porque así se fraccionan las dificultades. Hay que presentar una sola dificultad o un solo tópico para pasar a ---52---

otra, vencida aquélla y seguir de este modo, hasta agotar el tema. Aplicación y alcance del principio. – El tema de cada lección debe ser presentado dividido en tópicos y los tópicos complejos y difíciles en subtópicos, para que el niño se vaya asimilando parte por parte. No otro objeto tienen los programas y los planes de las clases donde se indican esos pasos. En la división del tema hay que proceder con mucha circunspección para no abusar y dividir con exceso, dando importancia a las ideas secundarias que no sirven sino para llenar la mente. Los tópicos deben ser ideas fundamentales; pues, ellas son las importantes, las que deben contituír la urdimbre de los conocimientos. “Toda enseñanza debe grabar en la sustancia de la inteligencia humana, con caracteres profundos e indelebles, la parte esencial, después la secundaria.” (Pestalozzi). X

Quinto principio Inspírate en los procedimientos de la Naturaleza. Ella, para formar el árbol más elevado, comienza por hacer salir en germen imperceptible de la semilla; después, por medio de adiciones insensibles, pero renovadas día tras día y hora tras hora, desarrolla primero los elementos del tronco; los de la rama… Pestalozzi Enunciado. – Proceder paso a paso y acabadamente; la medida de la instrucción no es lo que el maestro puede enseñar sino lo que el niño puede aprender. Interpretación. – Este principio enseña la graduación y extensión de la enseñanza. Ordenación y coordinación. – Sabemos que los asuntos o temas deben ser presentados divididos en tópicos para que la mente se los asimile. Pero no basta la división en tópicos; es necesario también la ordenación y coordinación de las distintas partes de modo que sean el orden natural de las cosas, pasando de lo fácil a lo difícil, de los simple a lo compuesto, y que ellas se encadenen entre sí, presentando conexión, es decir, que un tópico debe servir de base al tópico siguiente. Las ideas ordenadas y relacionadas son más fácilmente asimiladas ayudadas por las leyes de la asociación. La labor del maestro, al formular el plan de la lección o al desarrollar ésta, debe, pues, ser graduar las dificultades al mismo tiempo que fraccionarlas. La graduación consiste en la ordenación y coordinación antedichas. Así, por ejemplo. Si se tuviera que dar una clase de Geometría y Lenguaje, se haría la división en las siguientes partes: líneas bosque Triángulos ángulos Descripción de un cuadro cielo triángulos agua persona ---54---

En el primer caso existe una ordenación coordinada mientras que en el segundo una simple graduación por no permitir la naturaleza del tema. Proceder paso a paso y acabadamente. – “Proceder paso a paso” significa ir poco a poco, siguiendo la graduación de los tópicos sin dar saltos exabruptos. La Naturaleza nos presenta el modelo acabado de este procedimiento, porque ella nunca hace saltos (Natura non fisut saltus). En efecto, vemos en la Naturaleza la sucesión gradual de los fenómenos biológicos tales como: sembrada una semilla aparecen en orden, unas tras otras, las diversas partes que constituyen la planta: raíz, tallo, hojas, flores y frutos, y nunca, salvo casos teratológicos, después de la raíz y el tallo, aparecen los frutos sin las flores. Así también se debe proceder en la enseñanza yendo paso a paso, poco a poco, avanzando de un tópico a otro, de uno fácil a otro menos fácil, hasta llegar al más difícil, sin dar saltos de un tópico fácil a otro muy difícil o de una idea a otra lejana y complicada. Por ejemplo, en Aritmética del número 1 al 5 ó de la adición a la elevación a potencia, sino del 1 al 2 y de la adición a la multiplicación. Acabadamente significa enseñar bien: no pasar de un tópico a otro, o de un tema a otro, o de una lección a otra sin que el niño comprenda y se asimile bien el punto. Entonces la enseñanza resulta sólida y acabada. Alcance de la segunda cláusula. – a) Enunciado: La medida de la instrucción no es lo que el maestro puede dar sino lo que el niño puede aprender. b). – Interpretación: La segunda cláusula del quinto principio enseña la extensión que se debe dar a la enseñanza en cada lección o clase; es decir, la cantidad de tópicos de que debe constar el bosquejo de ella. El maestro podría abarcar en su lección muchos puntos porque a él no le cuesta trabajo ni la recordación ni la exposición. Pero el maestro no predica en el desierto; delante de él está el niño, la clase que no tiene la misma preparación ---55---

mental que él. Debe, pues, colocarse al nivel de ella para medir su enseñanza. La medida no es ni debe ser lo que él puede repetir o decir sino lo que la clase puede aprender. La cantidad de tópicos de una lección depende: del tiempo disponible; de la capacidad mental de la clase; y de la asignatura o materia. Si el tiempo lectivo es de 25`o 30`, la extensión de la enseñanza será también así de 25`o 30`. Cuando el término medio de la clase está suficientemente preparado igualmente se puede dar mayor extensión a la lección. Hay materiales, como Historia, Geografía, etc., en las cuales los tópicos de la enseñanza pueden ser más; mientras que otras, como Aritmética, Química, etc., menos. Aplicación. – Los maestros inhábiles suelen cometer el error de querer enseñar en una sola lección muchos puntos a la vez. Por esta causa ni enseñan bien, acabadamente, ni dejan que los niños se asimilen lo enseñado. Se olvidan de que no con ir ligero se llega pronto. En la aplicación de este principio debe enseñar poco en cada vez, pero bien, de modo que se grabe e la conciencia de la clase la lección. Evitará escribir sobre arena movediza y procurará cincelar en granito. “Empezar por la moción más simple, perfeccionar ésta antes de pasar adelante y caminar en seguida, paso a paso, agregando constantemente un pequeño conocimiento a aquellos de los cuales el niño está en plena posesión”. (Pestalozzi)

XI Sexto principio “La instrucción propiamente dicha debe subordinarse al fin superior de la educación”. Pestalozzi. Enunciado. – Que cada lección tenga un objeto inmediato y otro mediato. Interpretación. – El sexto principio establece el carácter educativo que debe tener cada lección; es decir: en ella se debe instruír y educar a la vez. Los dos objetos. – En cada lección el maestro debe perseguir dos fines u objetos o resultados a que llegar: uno, inmediato y otro, mediato. Lexicológicamente inmediato quiere decir cerca, al lado, próximo, contiguo, muy cercano. Ejemplos: un banco que está al lado de otro; una casa respecto de otra; el dedo mayor y el índice; el número 2 y el 1; el día lunes y el domingo, etc. Mientras que mediato significa lo contrario: que está en relación o contacto con otra cosa por medio de un intermediario: estar cerca una cosa de otra mediante un tercero. Así el tercer banco respecto al primero; el dedo índice y el anular; el 3 y el 1; etc. Pedagógicamente, inmediato significa objeto primario, propósito cercano, fin próximo; o sea: el primero objeto que se persigue al enseñar; el resultado que se propone conseguir en la misma clase. Y mediato viene a ser el objeto secundario, el propósito remoto o fin lejano; o sea: el intento que se persigue alcanzar después; la consecuencia que se obtendría luego, no en la misma clase precisamente, sino en clases sucesivas. Se dice objeto secundario no para significar graduación de importancia o calidad sino para expresar prioridad en el

---57--- tiempo; puesto que el objeto inmediato se obtiene siempre en la misma clase, mientras que el mediato, después, acaso, de meses. Para poder comprender bien el valor pedagógico de ambos vocablos, hay que considerar los diversos aspectos de las lecciones; es decir, la educación que se persigue con ellas. Ellos pueden ser: intelectual, moral y físico. Con la enseñanza de la Aritmética se persigue la educación intelectual (aspecto intelectual); de la Moral, la educación moral (aspecto moral), y de la Gimnasia, la educación física (aspecto físico). Determinemos, pues, los objetos de una lección según su correspondiente aspecto. ¿Cuál debe ser el “objeto inmediato” de una clase de Aritmética? Proporcionar conocimientos de las reglas, definiciones, fórmulas ¿Y el mediato? El cultivo de las funciones intelectuales, memoria, juicio y raciocinio. ¿De una clase de Moral? El conocimiento de las reglas, de los ejemplos, del bien, del mal, de lo justo e injusto, etc., constituirá el objeto inmediato, y el mediato, el desarrollo del sentimiento, de hábitos saludables, etc. ¿De una clase de Gimnasia? El objeto inmediato es el conocimiento de las diversas clases de movimientos, juegos, etc., y el mediato, el desarrollo del cuerpo, la agilidad, la salud, etc. Aplicación. – En toda lección se debe perseguir ambos fines paralelamente, de modo que el inmediato sirva para obtener el mediato; es decir, la mera instrucción debe servir como medio para la educación puesto que instruyendo se educa. Sin embargo, es bueno considerar que la instrucción proporcionada en cualquier forma no es suficientemente educativa; para el efecto hay que sujetarse a las reglas del arte de enseñar. Si yo me esmero en mis clases, en llenar simplemente la cabeza infantil de teorías, reglas, definiciones y exposiciones, sin ejercitar a pensar, juzgar, reflexionar, ni siquiera cultivar los sentidos, no haría otra cosa que ejercitar en forma impropia la memoria (educación de la memoria), pero de una manera condenada por la Pedagogía moderna, pues no sería otra cosa

---58--- que el memorismo o el lorismo antiguo. ¡Bien lejos debe dejar el maestro moderno el papel de criador de loros! En algunas clases, sin embargo, puede faltar el objeto inmediato, como en una de lenguaje en que se haga la descripción de un cuadro para enriquecer el vocabulario del niño. En este caso el maestro no se propondrá hacer saber al niño el dibujo, la pintura, la técnica del artista, sino sencillamente se vale del cuadro como un medio para hacer hablar al niño. Este fin de cultivar la aptitud expresiva, constituye el propósito mediato de la enseñanza.

XII Séptimo principio “Es necesario que graben profundamente en la inteligencia del niño las formas esenciales de todas las cosas; que les den palabras y el lenguaje que convengan a todo el conjunto de lo que han aprendido por la intuición y la experiencia” Pestalozzi Enunciado. – Desarrollar la idea, dar la palabra que la representa; cultivar el lenguaje. Interpretación. – Este principio enseña no dar al niño ninguna palabra cuyo significado ignore. Lo que se entiende por idea, palabra y lenguaje. – La representación intelectual de un objeto o de una cosa se llama idea (del griego imagen). El conjunto de ideas en la mente constituye el conocimiento. Pensar es la actividad de la mente para conocer, y pensamiento, el poder de pensar. El signo con que se exterioriza la idea se llama palabra, y el conjunto de palabras, lenguaje. Desarrollar la idea. – Significa hacer que el niño tenga conciencia clara de la cosa o, en otros términos, producir en su mente impresión exacta de lo que se le enseña a fin de que conozca el significado de las palabras. La representación intelectual se forma con la síntesis de las percepciones. De modo que para obtenerla hay que producir sensaciones y percepciones. La concepción es un acto intelectual consciente. Así, por ejemplo. El maestro quiere desarrollar la idea de arroyo. Para el efecto conducirá a sus alumnos ante el objeto mismo para hacerle ver la corriente de agua, su cauce, la vegetación de sus márgenes; oír el murmullo; sentir la frescura del agua. Entonces obtendrán diversas percepciones, las cuales fusionadas, formarán el concepto del arroyo.

---60--- Es el mismo método empleado por la Naturaleza. El niño, antes de hablar y aún después, recibe variadas e interesantes impresionantes de la Naturaleza. Todo lo que ve, lo que oye, en fin, lo que siente, le impresiona y deja en la mente imágenes. La vida del niño no es más que la del turista que recoge impresiones del país recién visitado. Después el pensamiento busca forma de exteriorizar esas impresiones por medio de signos. Muchas veces, las ideas formadas de este modo natural y espontáneo, quedan sin nombre. Dar la palabra que lo representa. – Una vez formada en la mente del niño la representación, es decir, “desarrollada la idea”, hay que dar en seguida la palabra que la nombre, la frase que la designe o la oración u oraciones que la definan. En nuestro ejemplo anterior una vez suministrado el conocimiento exacto del arroyo, se dará la palabra con que será designada la corriente de agua vista y de otras idénticas. En qué momento debe darse el signo o la denominación. – Inmediatamente después de desarrollada la idea de la primera manera, no antes ni más tarde. Cuando se procede de la primera manera, no se sigue el método natural y se suministra al niño “palabras sin alma”. La idea es el alma de la palabra, la que le da valor, vida y animación. Las palabras sin significado cognoscible para nosotros, son huecas y no pueden servir de vehículo al pensamiento. Si se provee al niño de palabras sin significado se fomenta el “memorismo” o “lorismo”, que consiste en llenar la cabeza infantil de hojarasca. Cuando no se da el nombre a la idea inmediatamente de desarrollada, puede dar lugar a errores de concepto, que consiste en tomar una idea por otra, o mejor, en expresar una idea con símbolo distinto. El error de concepto se debe a la mala asociación del signo con la cosa significada. Si después de hacer ver el arroyo y haber desarrollado la idea, pasar el maestro a llevar al niño ante una laguna para desarrollar esta nueva idea y después dar los dos nombres,

---61--- correría el inminente riesgo de que el niño confunda ambas cosas, tomando una idea por otra. ¿Por qué dar primero la idea y luego, la palabra que la representa?. – Tanto la Psicología como la Historia nos enseñan que ése es el orden natural. La primera enseña que presentado un objeto al dominio de los sentidos, produce las diversas sensaciones, percepciones y éstas dejan en la conciencia la imagen del excitante; que el pensamiento preexiste a la palabra como la cosa significada al signo con que se exterioriza. Por lo tanto, la idea es anterior a la palabra, puesto que es el pensamiento que crea la palabra para exteriorizarse. La Historia indica que la Humanidad sigue la misma marcha. La historia prueba cómo poco a poco el hombre fue enriqueciendo su vocabulario a trueque de evoluciones. Primero ha recibido impresiones, ha tenido ideas y luego las ha dado nombre. Hoy mismo en esta época, a medida que el hombre multiplica inventos y descubrimientos, va creando nuevos vocablos. ¿Por qué desarrollar la idea? – El objeto de la enseñanza es la educación que significa cultivo de las aptitudes. Al desarrollar la idea se ejercita a pensar, a reflexionar, en fin, a capacitar la mente. De este modo el desarrollo tiene por propósito grabar lo enseñado de modo indeleble en forma de vigorización mental. “Dar al espíritu una cultura más intensiva que extensiva, fortificarlo y no llenarlo simplemente de conocimientos”. (Pestalozzi) Cultivo del lenguaje. – Esta tercera parte del principio significa “enriquecimiento del vocabulario infantil y adquisición de aptitud expresiva”. En los primeros años de la infancia hay que dar al niño palabras para la exteriorización de las ideas y ejercitarle a expresar su pensamiento con propiedad y corrección. El lenguaje debe ser hablado y escrito. Los distintos medios para el cultivo del lenguaje son:

---62--- 1.º Las lecciones de cosas. – En ellas se suministran nuevas ideas y se dan las palabras que las simbolizan. Buenos modelos presenta el libro de Sheldon. 2.º Descripción de cuadros, juegos y leyendas nacionales. – En estas lecciones se asocian la amenidad y variedad con el enriquecimiento del vocabulario infantil. 3.º Recitación de trozos. – Este es otro medio, como la lectura para cultivar el lenguaje del niño. Con ella se provee al educando de términos selectos y se le acostumbra a la flexibilidad del decir y expresar. La recitación debe ser consciente y no puramente mecánica. 4.º Lectura de trozos castizos. – La lectura inteligente y artística de los buenos escritores habitúa al niño a emplear un buen lenguaje. 5.º Recitación de las lecciones. – Ejercitando al niño a recitar su lección se le educan igualmente sus órganos vocales. 6.º Modelo del maestro. – Los niños son grandes imitadores. El maestro debe emplear un lenguaje correcto para que pueda servir de modelo. El niño aprende mucho oyendo. 7.º La corrección del maestro. – El maestro no debe perdonar un solo error del lenguaje: todo debe pasar por el tamiz de la crítica y de la corrección. Algunos maestros no se esmeran en la corrección del lenguaje del educando, es decir, no cultivan suficientemente el lenguaje del niño, si se trata de otra clase que no sea la de idioma nacional. Eso no significa sino una violación del séptimo principio. 8.º La expresión oral del niño. – El niño debe hablar más que el maestro para ejercitarse suficientemente. Se aprende a hablar, hablando. El lenguaje escrito debe ser ejercitado paralelamente. Como su proceso mental es más complejo, su aprendizaje lleva más tiempo y requiere mejor dirección educativa. Son buenos ejercicios las escrituras frecuentes al dictado en la pizarra, los resúmenes escritos y las paráfrasis, las copias, etc.

XIII Octavo principio “Es necesario partir de los elementos más simples”. Pestalozzi Enunciado. – Pasar de lo conocido a lo desconocido; de lo simple a lo compuesto; de lo concreto a lo abstracto; de lo particular a lo general. Interpretación. – Este principio enseña la marcha gradual que se debe seguir en la enseñanza: Se compone de cuatro máximas: a) Pasar de lo conocido a lo desconocido;

b) Pasar de lo simple a lo compuesto;

c) Pasar de lo concreto a lo abstracto;

d) Pasar de lo particular a lo general.

1.ª máxima. – Pasar de lo conocido a lo desconocido. – Lo conocido es lo que el niño sabe, ha estudiado, ha visto, ha aprendido; lo enseñado. Lo desconocido, lo que no sabe, no ha estudiado, no ha visto, no ha aprendido; lo no enseñado. El niño, al ingresar en la escuela, viene con muchas cosas aprendidas en el hogar, en la calle, en los periódicos, en los libros y en el ambiente general. No se presenta enteramente ignorante. El buen maestro debe saber apreciar el caudal de conocimientos del alumno para que pueda basar sus nuevas enseñanzas y ordenarlas. Enséñase gradualmente estableciendo eslabón entre las ideas de modo que formen un conjunto, un todo en la mente.

---64--- Los diversos puntos de las ciencias están estrechamente relacionados entre sí, coordinados: es imposible enseñar con provecho si no se siente el mismo orden de graduación y coordinación. Así en Aritmética, enseñado el número 1, se pasará a enseñar el 2. El 2 está encadenado con el 1: éste es lo conocido y aquél, lo desconocido. Lo conocido, lo que el niño sabe, tiene límites. Lo desconocido, no. Por eso hay que tener presente, para la buena aplicación de la máxima, a qué desconocido hay que pasar. Lo desconocido lejano, apartado, remoto, mediato, por lo mismo que no está visiblemente enlazado con lo desconocido, no entusiasme. Al contrario, aniquila, anonada, desinteresa. Si de la operación de restar pasáramos a enseñar la elevación a potencia, por ejemplo, el paso sería un salto exabrupto que dejaría perplejo al niño, y por lo tanto, no podría aprender por falta de inmediato enlace y de interés pedagógico. Representaremos gráficamente. Supongamos que las rayas superiores a A B representen “lo conocido”, que A B sea el límite de ello; todas las demás de la parte inferior, serían “lo desconocido” (Figura 2). Hay desconocido inmediato al límite A B de lo conocido: eso constituye lo nuevo; es decir lo que está cerca de lo conocido. Por ejemplo, en Pedagogía, lo conocido llega en el momento presente para nosotros, hasta la primera máxima del octavo principio y lo nuevo (parte de “lo desconocido”), la segunda máxima.

---65--- Lo nuevo siempre produce curiosidad y despierta interés. Por eso, para explorar el interés pedagógico no se debe dar saltos exabruptos, sino pasar de lo conocido a lo desconocido, pero por lo nuevo. Este debe servir de puente para llegar a otro dominio intelectual, para penetrar dentro de lo misterioso, lo desconocido. Lo nuevo es lo que guarda relación con lo conocido, que está cerca de ello. En Aritmética lo nuevo después de la suma o adición es la multiplicación; en Geometría, de los ángulos, los triángulos; en Historia, de la independencia, el gobierno de la Junta Gubernativa, etc. Las lecciones, pues, deben ir encadenadas entre sí de modo que una sirva de base a la siguiente de acuerdo a esta máxima. Pasar de lo simple a lo compuesto. – Lo simple es lo que no se compone de partes como el número 1 y las líneas rectas y curvas. Lo compuesto, lo que se compone de partes, tales como el número 2, el ángulo, las palabras, las frases, etc. Lo simple equivale igualmente a lo sencillo, a lo fácil, a lo que no tiene combinación o complicación. Lo compuesto, a su vez, significa lo complejo, lo difícil. Así, lo sencillo y lo fácil en Gramática es la proposición; lo complexo y difícil, la estructura de los diversos modificativos. En Aritmética, es fácil el problema de un solo paso y difícil el de varios pasos; es fácil escribir una palabra y difícil una frase, una composición; es fácil la lectura y comprensión de frases sueltas y difícil, de trozos. En la enseñanza se seguirá esta marcha yendo de lo simple a lo compuesto, o sea de lo sencillo y fácil a lo complexo y difícil, de lo que no tiene complicación a lo que tiene. De esta manera se establece graduación de dificultades. Con la aplicación de la primera máxima, coordinación, y con la de la segunda, ordenación. Para establecer esta graduación en Aritmética, por ejemplo, en la resolución de problemas, se comenzará la clase con cálculos mentales para adiestrar las aptitudes matemáticas, des-

---66--- pués se presentará un problema de una sola operación para ir aumentando el número de ésta hasta el límite deseable. Algunos maestros olvidan este sabio precepto; presentan de pronto problemas complejos que matan todo entusiasmo. Pasar de lo concreto a lo abstracto. – Lo concreto es todo lo que puede caer bajo el dominio de los sentidos, todo lo que tiene existencia real, todo lo que representa cosa o se refiere a ella. Lo abstracto, lo separado mentalmente de las cosas como operación de la mente. Este libro, esta clase, esta escuela, la guerra del 65, son cosas concretas; mientras que la negrura, la virtud, la belleza, una definición, una regla, son abstractas. Por extensión, todo resultado del razonamiento como las teorías y las fórmulas es igualmente abstracto. De ese modo que la máxima indica que antes de dar reglas, definiciones, teorías, leyes, etc., se debe presentar ejemplos, cosas, hechos para inducir aquéllas. Primero, lo concreto; luego, lo abstracto. Lo concreto es más fácil, no requiere gran esfuerzo mental puesto que al presentarlo ilumina la mente y se impone a la conciencia; lo abstracto es difícil, necesita de esfuerzos mentales de abstracción, comparación, generalización, en una palabra, de razonamiento para concebirlo. Pasar de lo particular a lo general. - Lo particular es lo que se refiere a una cosa determinada, a un individuo propio. Lo general, a varias cosas, es común a un grupo de individuos u objetos y por extensión, un concepto común. Así “esta mesa”, “esta flor”, “este problema”, el acento de la palabra “razón”, la escritura con b de “blanco”, etc., son cosas particulares porque se refieren a este objeto mesa, a esta flor que tenemos a la vista, al problema que tenemos en el encerado, al acento de la palabra “razón”, a la ortografía de la palabra “blanco”. Pero las palabras mesa, flor, problema, refiriéndose como sustantivo genérico a todas las mesas, flores y problemas; la regla de la acentuación de las palabras agudas terminadas en n; la ortografía de las sílabas bla, ble, bli, blo, blu, eso constituye lo general.

---67--- Las ideas generales extienden la esfera de nuestros conocimientos, constituyen los fundamentos de las ciencias. Las ideas particulares son productos de nuestras sensaciones y percepciones; las generales, de las aptitudes superiores de la mente, de la concepción, del juicio y del raciocinio. Si nuestros conocimientos se redujeran a las ideas particulares, nuestro lenguaje sería tan complicado, pues habría necesidad de una palabra para cada concepto particular que es ilimitado. Pero mediante el entendimiento podemos expresar y nombrar con un solo vocablo muchos conceptos. El sustantivo genérico caballo es suficiente para nombrar los millones de caballos existentes sobre la tierra. De la misma manera, mediante la concepción de conjunto de los fenómenos expresada en forma de principio y leyes, también podemos abarcar a todos los que reunen cualidades comunes. Son ellos los que constituyen las ciencias. Aplicación pedagógica. – Veamos en síntesis la aplicación de estas máximas en la enseñanza: 1.ª máxima. – Para que haya encadenamiento lógico entre las ideas no se dará en la enseñanza ninguna transición brusca no salto exabrupto. En Aritmética, enseñado el número 1 se enseñará el 2, lo nuevo, y no el 4, lo desconocido remoto; la multiplicación después de la adición. En Historia, de la expedición de Mendoza se pasará a las exploraciones de Ayolas, de éstas al viaje de Salazar y fundación de la Asunción. En Geometría, de las líneas al ángulo y de éste al triángulo. En Geografía, de la localidad donde reside el niño al departamento y de éste a la República. 2.ª máxima. – Para establecer la graduación hay que ir de lo fácil a lo difícil. En Lectura elemental se comenzará con la palabra para luego pasar a la frase, proposición y trozo. En Aritmética, de la escritura de los números a la numeración donde se presentan más complicaciones, pues deben conocer los valores relativos a las cifras; después de las operaciones fundamentales, las derivadas. En la resolución de problemas se presentarán cálculos siempre y Lugo, combinados. En len-

---68--- guaje se estudiarán las palabras designando objetos y sus cualidades, luego la estructura del pensamiento. En Geografía, primero los términos geográficos y luego, los lugares. 3.ª máxima. – En Lectura inicial se presentarán objetos y luego se darán los nombres escritos. En Aritmética se presentarán objetos, dibujos, problemas; se medirán y pesarán objetos para dar números, definiciones, reglas, fórmulas. En lenguaje, objetos, cuadros, profesiones para describirlos. En Historia, estampas, mapas, croquis, cuadros para inducir hechos y costumbres. En Geografía, mapas, paisajes, fotografías y tarjetas para hacer inducciones y formular definiciones. En Moral, cuadros, representaciones dramáticas, ejemplos prácticos para inducir las definiciones y reglas éticas. 4.ª máxima. – En Gramática, del estudio de varios ejemplos se inducirán las reglas y definiciones. En Física, del estudio y observación de fenómenos de la misma naturaleza se inducirán leyes y principios; en Ciencias Naturales, de la observación y estudio de ejemplos tipo, la clasificación.

XIV Noveno principio Enunciado. – Primero, la síntesis: luego el análisis. No seguir el orden del asunto sino el de la naturaleza. Interpretación. – Enseña la manera de presentar los temas, y el método de la Naturaleza. Partes. – Este principio se compone de dos partes que son: a) Primero, la síntesis; luego, el análisis.

b) No seguir el orden del asunto sino el de la naturaleza.

La primera parte. – Enunciado: Primero, la síntesis; luego el análisis. La palabra síntesis tiene un doble significado: a) composición de un todo por la reunión de sus partes; b) conjunto, suma, compendio o todo. Igualmente, la palabra análisis significa: a) descomposición de un todo en sus partes; b) las partes de un todo. En la interpretación de este principio hay que tomar ambos vocablos en su segunda acepción. En la Naturaleza las cosas, los objetos, los fenómenos se presentan ante los sentidos, a la primera impresión, en conjunto, compendio, suma o el todo, es decir, en síntesis. Nunca se presentan con las partes separadas unas de otras ni fragmentariamente; ni se nota la presencia de una parte aislada, sino del compendio, de la síntesis. El análisis, la percepción de las partes es trabajo posterior de la mente. Así, a la primera vista de un árbol, de un animal, de una casa, de cualquier cosa, se recibe la impresión del conjunto como una unidad. Al ver una flor no se percibe primero los sépalos, o los pétalos o los estambres, sino el conjunto, la síntesis que es la que llega primero a la conciencia.

---70--- Este conocimiento del todo es más fácil y menos expuesto a juicios contradictorios. Cuando digo “aquel en un libro”, ¿quién puede desmentir si en realidad el objeto percibido es un libro? Pero si llegase a efectuar el análisis y decir que es de Geografía, puede que resulte mi afirmación equivocada a la distancia. La Naturaleza, pues, enseña que primero se presentará el todo de la cosa para hacer lo mismo con las partes. Para enseñar las partes de un animal no presentaré por separado la cabeza, las orejas, las extremidades, sino todo el animal, para luego describirlo, analizarlo, dar a conocer las partes. Para enseñar el fenómeno químico de la producción del gas hidrógeno, presentaré el conjunto, el aparato de Woolff en el que se produce el hecho para que el niño observe, analice e induzca. Para enseñar en Moral la idea del bien, presentaré un ejemplo práctico, una anécdota, una historieta, el todo, el conjunto para que se lo analice y se induzca. Para dar a conocer la idea de arroyo, en lugar, presentaré el todo, el arroyo mismo, para que se lo examine, observe y explique lo que es. Antinomia. – Parece existir una contradicción entre este principio y la segunda máxima del octavo principio, que dice: “ir de lo simple a lo compuesto”. La contradicción es aparente. El octavo principio se refiere a la graduación de la enseñanza y el noveno, a la presentación del tema para su estudio. Aquél que hay que ir de lo sencillo a lo complejo, de lo fácil a lo difícil, y éste, del todo a las partes, del conjunto a la determinación de sus elementos. En su fondo coinciden: el todo es lo fácil para comprender mientras que las partes, los elementos, requiere más esfuerzo mental, constituyen lo difícil. Es más fácil comprender el cuerpo químico agua (H2O) que su constitución por la combinación de sus elementos, el hidrógeno y oxígeno.

---71--- Aplicación en la enseñanza. – Al enseñar las cosas materiales como animales, plantas, minerales, lugares geográficos, etcétera, se debe presentar el todo para describirlo, examinarlo y analizarlo. Si se trata de concepto, el concepto mismo, en su conjunto para examinarlo. Lo primordial que se debe dar a conocer al niño es la idea de conjunto para luego descender en detalles. El conjunto es lo fundamental y las partes, lo secundario. Sin embargo, para tener un conocimiento más o menos exacto de las cosas, es necesario analizarlas: así se penetra el misterio, su naturaleza íntima. Pero al estudiar las partes no se perderá el tiempo dando minuciosidades insustanciales que no sirven sino para fastidiar la mente con excesivo análisis. Se dará a conocer las partes esenciales, principales, características. Lo que importa conocer, en primer término, de un objeto para clasificarlo en el grupo correspondiente, es la cualidad específica. Luego se concluirá con una síntesis lógica para determinar el conocimiento, sistematizarlo. El análisis forma de los materiales de la ciencia y la síntesis, la ciencia misma, dice la filosofía. En la iniciación del niño en el estudio de la ciencia, es preferible enseñarle los conceptos fundamentales, las ideas primordiales, madres, como la naturaleza les da para después con los progresos de la edad y del estudio, proporcionarle la ciencia misma. Suele ser una deficiencia muy común en la enseñanza la de ocupar la atención del niño dándole a conocer los detalles como el número de orejas, ojos, patas de un animal, en tercer grado por ejemplo, cuando de que esos detalles son, además de accesorios, vulgares para esos niños y de conocimientos generales. Las partes que deben ser estudiadas, en primer término, son las características del animal a los fines de la clasificación. ¿Para qué hablar del pelo, cola, patas, orejas y nariz de los rumiantes cuando de que la cualidad genérica se encuentra en los estómagos?.

---72--- Estudio de la segunda cláusula. – Enunciado: “No seguir el orden del asunto, sino el de la naturaleza”. Los asuntos de enseñanza o materias de estudio del niño constituyen fundamentos de las diversas ciencias del saber humano. La ciencia en su origen no fue sino hechos y fenómenos aislados sorprendidos por el hombre. A fuerza de investigaciones, comparaciones y generalizaciones se ha llegado a la agrupación de esos hechos por semejanzas y a establecer relaciones de naturaleza entre las leyes y los principios para organizar cuerpos de doctrina, o sea la ciencia. La humanidad ha procedido en este trabajo inductivamente. La ciencia constituída está organizada de un modo fácil y comprensible, pero generalmente escrita en los libros en forma deductiva. En el estudio de la ciencia hay, pues, dos marchas que seguir: la empleada por la humanidad (orden de la naturaleza u orden natural) y la indicada por los libros científicos (orden dogmático, artificial o del asunto). Según la primera marcha (orden natural) la enseñanza de la ciencia o la instrucción de los niños se hará comenzando con la observación de las cosas, hechos aislados y fenómenos particulares para inducir leyes y principios y luego, agrupar o clasificarlos. Según la segunda (orden del asunto), sujetándose a la clasificación preestablecida por la ciencia constituída. El principio recomienda el primer orden, el seguido por la humanidad en su largo esfuerzo de elaboración de los conocimientos la que ha costado sacrificios y tiempo; es decir, que se debe presentar al niño hechos y fenómenos aislados para que él induzca las verdades. Sin embargo, no debe tomarse tan al pie de la letra esta indicación para hacer que el niño reconstruya la ciencia siguiendo paso a paso el proceso empleado por la humanidad. En tal caso la vida escolar del niño apenas bastaría para saludar a la ciencia desde los umbrales.

---73--- El espíritu del principio es: antes de comenzar la enseñanza siguiendo las clasificaciones artificiales debe iniciarse al estudio y observación de cosas y hechos fundamentales, pero de hechos sencillos, claros, evidentes, de modo que se proceda de lo sencillo a lo complejo, de lo fácil a lo difícil. El orden del asunto queda reservado para los grados superiores donde la sistematización de los asuntos se ajustará a la clasificación de los textos.

XV Décimo principio “La instrucción debe comenzar por una observación real de las cosas y no por una descripción verbal” Comenio “La intuición es la base absoluta de todo conocimiento, o en otros términos, todo conocimiento debe provenir de la intuición y debe referirse a ella” Pestalozzi Enunciado. – La intuición es la base de la instrucción; enseñar las cosas por las cosas mismas. Origen. – Comenio (1592-1671) indicó la necesidad de que el maestro “abra el gran libro de la naturaleza ante la vista atónita del niño para conocer las cosas por las cosas mismas y no por su sombra”. Con razón se le considera como el padre de la enseñanza intuitiva. Pero es innegable que el pedagogo de Stanz, Enrique Pestalozzi (1746-1827) confesó públicamente que él fue quien sentó el principio de que “la intuición es la base de todo conocimiento”. En efecto, en su carta IX a su amigo Gesner, dijo: “Si arrojo una mirada retrospectiva y pregunto ¿qué he hecho para la ciencia pedagógica, que sea mi obra personal? Me respondo: he sentado el principio superior que la domina el día en que he reconocido en la intuición la base absoluta de todo conocimiento”. (Cómo educa Gertrudis a sus hijos). De donde se deduce que ambos maestros de la pedagogía moderna pueden disputarse la paternidad del enunciado de este principio que domina la enseñanza moderna. Si bien Comenio fue anterior (un siglo) a Pestalozzi, no es concebible que un sabio tan honesto como el pedagogo suizo, haya querido, por lo menos con conocimiento de causa, usurpar los derechos ajenos para atribuirse “como obra personal” una verdad científica de otro.

---75--- El enunciado del décimo principio debe ser de la siguiente forma: La intuición es la base absoluta de todo conocimiento. – La instrucción tiene por objeto el conocimiento de la verdad. Ella es la que se busca en el conocimiento, del que viene a ser su cualidad. La verdad es la conformidad del conocimiento con la realidad misma de las cosas. La verdad no depende del sujeto o de la inteligencia que ve las cosas, sino de la esencia de éstas. De modo que la adquisición de la verdad consiste en la exacta representación de las cosas. Esta representación interior de la verdad en el sujeto que conoce se llama conocimiento. El conocimiento, como la verdad, su cualidad, no se crea ni se funda; es formado en razón de lo cognoscible. El espíritu, la mente o el sujeto conociente debe estar en contacto con lo cognoscible que constituye el mundo. De esta relación o penetración en la materia o en el objeto de la fuerza receptiva se origina el conocimiento. De donde, conocer (cognoscere) es, según los filósofos, estar en relación de receptividad el sujeto conociente con el objeto cognoscible. O bien también, conocer es la vista interior que discierne y distingue, une y conexiona los objetos que nos rodean; o es adquirir conciencia de la realidad en cuanto presente. De aquí proviene la palabra conciencia (cum, con y scientia, ciencia, conocimiento). ¿De qué manera, pues, se adquiere la verdad, el conocimiento? Relacionando el sujeto con el objeto, o sea poniendo presente lo cognoscible. De esta relación inmediata surge la verdad en forma clara y radiante, como si se iluminara lo interno del pensante y penetrara el objeto dentro de su ser. A esto

---76--- llamamos intuición. Pestalozzi la definió diciendo que es “el despertar de la conciencia en presencia de las cosas”. Alcance del principio. – Este principio rige la enseñanza intuitiva; es decir, la formación del conocimiento del niño en presencia de las cosas por ser éstas las que revelan la verdad. “A partir del momento en que la madre lleva al niño en sus brazos, le instruye; le instruye aproximando a sus sentidos los objetos que la naturaleza le presenta diseminados, lejanos y confusos, haciéndole fácil, agradable y atrayente la práctica de la intuición y, por consecuencia, el conocimiento que resulta de ella”. (Cómo educa, etc., pág. 220). Esta madre no hace otra cosa que poner a su hijo en contacto con la naturaleza como la humanidad ha procedido en el aprendizaje de la ciencia. Es el método natural apartado del formulismo artificial tan repugnante al niño. Cuando éste se haya desprendido de los brazos maternos, emprende, guiado por su instinto y atraído por la misma Naturaleza, su autoinstrucción. Adquiere conocimiento de los objetos, de la casa, del jardín; de los fenómenos que se desarrollan en su presencia y a al producción de los cuales, muchas veces contribuye inconscientemente como el primer hombre que, tratando de agujerear una madera seca con un palo puntiagudo, hizo brotar la primera llamarada de fuego a fuerza de rozamiento. Y si tiene a su lado a la madre cariñosa que constantemente satisface su creciente e insaciable curiosidad, más rápidamente se desarrolla su inteligencia infantil y enriquece su vocabulario. En la escuela, el maestro seguirá los mismos pasos, haciendo que las verdades y demás conocimientos se impongan a la conciencia del niño, no por su sombra, es decir por la palabrería, por la simple explicación o descripción abstracta, sino por los objetos mismos sometidos a la acción de los sentidos. Nada de verbalismo ni de dogmatismo. No hay que llenar la cabeza infantil de definiciones y reglas inconscientes y abstractamente adquiridas. Este medio no hace sino convertir al niño en una máquina parlante.

---77--- La intuición será el medio empleado. Así: Aritmética. – Las nociones fundamentales y elementales de ella deben ser suministradas intuitivamente. Los niños contarán los objetos de la clase y otros proporcionados por el maestro como flores, estampas, juguetes, lápices, etc.; representarán los números de objetos presentes con signos; aprenderán a sumar y restar como operaciones correlativas de la formación de los números, partiendo del principio pestalozziano de que un objeto es igual a dos objetos y que de dos objetos sacando un objeto queda un objeto para ir a la abstracción de que 1 + 1 = 2 y 2 – 1 = 1. Lenguaje. – Antes de comenzar el estudio de la Gramática, o sea la teoría del idioma, se preparará la mente y se enriquecerá el vocabulario infantil. Se hará que diga el niño lo que ve, oye, gusta, etc.; se le presentará cosas, para que vaya dando las palabras que las designan. La humanidad procedió en esa forma. El hombre vió, oyó, gustó y luego, exteriorizó las ideas, las representaciones mentales, llamando las cosas imitativamente. Dio los signos en presencia de las cosas significadas. El pensamiento creó la palabra. El niño actual, repite este proceso ideo-lingüístico de la humanidad: oye ladrar el perro, aún innominado para él, y lo llama guau-guau; maullar el gato y lo denomina miau; etc., etc. Lectura. – Va estrechamente enlazada con la anterior enseñanza. A medida que forma el vocabulario intuitivamente, el maestro irá dando los nombres escritos, las frases y trozos. Las láminas de los libros desempeñan papel importante en la intuición de la enseñanza. Geografía y ciencias físico-naturales. – Se enseñará presentando objetos geográficos, dibujos, láminas, vistas; se harán excursiones, se efectuarán experimentos, se proporcionarán ejemplares de la naturaleza para obtener intuiciones. Sin embargo, hay que notar que este principio de que la intuición es base absoluta de la instrucción, tiene su límite y alcance: el niño no debe adquirir sólo conocimientos intuitivos, sino también discursivos por ser insuficiente el testi-

---78--- monio de los sentidos para hallar las verdades que están más allá del alcance de nuestras sensaciones. Se debe guiar al niño hacia la especulación que completará su educación. Los conocimientos que directamente pueden proporcionarnos los sentidos son limitados, dice Janet; pero la inteligencia humana multiplica su poder comprendiendo cosas excluídas del dominio de sus sentidos.

XVI INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN Educación física e intelectual La misión de la escuela es instruír y educar. El maestro, al suministrar a sus alumnos conocimientos en alguna ciencia o arte, instruye y si ejercita, forma hábitos, educa. Instruir es suministrar conocimientos, e instruirse, adquirirlos. Educar es ejercitar, desarrollar, vigorizar, dar incremento, en una palabra, cultivar las aptitudes humanas. El producto o resultado de instruír se llama instrucción, y el producto de educar, educación. El niño que acude a la escuela recibe de su maestro instrucción y educación. En el lenguaje corriente la educación es sinónima de buenas maneras, buena crianza y oralidad. Así se dice que un niño o una persona es educada si tiene buenas maneras. La instrucción y la educación juntas se llaman enseñanza. Enseñar es término genérico: se enseña la ciencia dando a conocer sus principios y verdades; se enseña un arte ejercitando, habituando en la aplicación de sus reglas. El fin mediato pero principal de toda enseñanza debe ser la educación. Por más que la instrucción y la educación se complementan en la obra del perfeccionamiento humano, aquélla debe ser uno de los medios de ésta. Instruyendo se educan las aptitudes, se graban en la mente ideas directrices (ideas-fuerzas) que obrarán sobre la vida del hombre como energías surgidas de las profundidades del ser para encaminarla, como el fluido magnético sobre la barra imantada para dirigirla constantemente hacia el polo. Pero la instrucción sola no basta si no va acompañada por el ejercicio, la práctica, para

---80--- formar hábitos engendradores de costumbres a través del tiempo y del espacio. Sin embargo, comúnmente se toma la parte por el todo diciendo instrucción o educación por enseñanza. Fin de la educación (1). – La educación, al decir de Spéncer, tiene por fin la preparación del hombre para la vida completa, es decir, para la vida física, intelectual y moral. Para la vida física se desarrolla el organismo a fin de que pueda ser un buen animal, sano, robusto y fuerte, única manera para salir airoso en la lucha por la existencia. Para la vida intelectual se cultiva la inteligencia haciendo adquirir conocimientos útiles, ejercitando a pensar para poder hacer uso del entendimiento en la lucha por la vida. Para la vida moral se cultiva el sentimiento y la voluntad a fin de que domine a la bestia que dormita en él. Pedagogía; su definición y división. – Una vez estudiado el concepto de la educación veamos la ciencia que se ocupa de ella: la Pedagogía. La Pedagogía es la ciencia de la educación (2). Es la definición generalmente aceptada por los pedagogos. La Pedagogía comprende dos partes que son: teoría y práctica. La teoría se ocupa de los principios fundamentales de la enseñanza y de la psicología aplicada a la educación, y la práctica, de la aplicación de los principios a la enseñanza. Aptitudes humanas. – Todos los seres de la naturaleza son susceptibles de perfeccionamiento y, por consiguiente, de educación, tomada ésta en su significado de mejoramiento o perfeccionamiento. Pero en un sentido limitado se dice que únicamente el hombre es capaz de ser educado o que es educable. Para ello se lleva en sí fuerzas innatas que se llaman aptitudes. Estas son de tres clases: físicas, intelectuales, y morales. (1) En el segundo curso se ampliarán los conceptos.

(2) La definición de la Pedagogía se ampliará en el segundo curso.

---81--- Las primeras se manifiestan en el hombre en forma de instintos y movimientos; las segundas, de capacidad mental para conocer las cosas, y la tercera, de sentimientos, de placer y de dolor. El maestro actúa sobre ellas para educar al niño. Según el grupo o clase de aptitudes objetos de perfeccionamiento, la educación es física, intelectual o moral. La educación física tiene por objeto el cultivo de las aptitudes físicas, y por fin, el perfeccionamiento plástico del hombre; la educación intelectual, el cultivo de las aptitudes intelectuales y por fin el perfeccionamiento mental, de la capacidad cognoscitiva; y la educación moral, el cultivo de las aptitudes morales, y por fin, la perfección moral del hombre.

XVII EDUCACIÓN FÍSICA Consiste en el cultivo de las aptitudes físicas para dar al hombre salud, belleza y destreza. O en otros términos, ella se propone dar y conservar la salud, perfeccionar la parte plástica del hombre y dotarle de destreza necesaria para la lucha por la vida. O, como dice Spéncer, hacer del hombre, en primer término, un buen animal. La lucha por la vida es una ley biológica universal a la que están sujetos todos los seres y, por consiguiente, el hombre. En la lucha triunfa solamente el individuo mejor dotado de cualidades sobresalientes. No sólo el más inteligente sino el más sano, el más robusto, el más bello y el más fuerte. Por esta razón la cultura de la parte física del hombre es un complemento necesario de la educación general y de suma importancia. El poeta latino Juvenal dejó la siguiente máxima sobre la influencia de la salud del cuerpo sobre la salud del espíritu: Mens sana in corpore sano. Así han comprendido todos los pueblos civilizados del globo para prestar atención preferente a este género de educación. Estados Unidos de Norte América, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, etc., naciones que marchan a la cabeza de las demás por la virilidad y energía de sus hijos, cuidan la educación física. Las razas se regeneran con buena alimentación, con buenas costumbres, con la salud y el desarrollo del cuerpo. Historia de la educación física. – Entre los pueblos antiguos que más preferente atención prestaron a la educación corporal, debe ser citado, en primer término, el griego. Atenas y Esparta debieron sus caracteres sobresalientes y su hegemonía al desarrollo físico de sus hijos. La juventud se ejer-

---83--- citaba constantemente en los campos olímpicos y disputaban premios otorgados a la belleza, destreza y fuerza. Los romanos heredaron la convicción griega y prepararon a la juventud a la resistencia corporal; se diferenciaron de los griegos por el predominio de la gimnasia militar. Los romanos hacían hombres fuertes para las conquistas y dominio del imperio. Después de la edad media, en que quedó relegado este género de cultura al completo olvido, los pueblos modernos han reaccionado y prestado a ella, como cuestión vital para las nacionalidades, la atención requerida. Gimnasia. – La cultura física se consigue mediante unas clases especiales llamadas de gimnasia. Ella realiza sus fines por medio de los ejercicios físicos, que son de tres géneros: a) Juegos físicos;

b) Ejercicios metodizados;

c) Ejercicios de deporte.

Los juegos son gimnasia libre, espontánea, a los que generalmente se entregan con gusto los niños, porque ellos ponen en acción su personalidad independientemente de toda imposición de tercero. En los ejercicios metodizados, en cambio el individuo se sujeta a la disciplina bajo la dirección de otra persona. Los juegos de deporte participan algo de las condiciones de los ejercicios anteriores: son ejercicios espontáneos sujetos a reglas.

XVIII Educación intelectual La educación intelectual es el cultivo de las aptitudes intelectuales. Consiste en la adquisición de conocimientos y el desarrollo de la inteligencia. Inteligencia es la facultad de penetrar con el pensamiento en la complejidad de lo real que es presente y conocerlo. La mente es potencia intelectual que comprende toda la vida psíquica emocional, representativa y volitiva. Entendimiento es poder del espíritu en cuanto concibe, juzga y razona. La mente tomada como sinónima de la inteligencia es un conjunto de aptitudes propias para la adquisición de los conocimientos. Estas aptitudes son de tres clases: funciones, operaciones y propiedades. Las primeras son grupo de aptitudes mediante las cuales obtenemos la representación intelectual de las cosas, juzgamos, inferimos, es decir, conocemos las cosas. Conocemos las plantas, los animales, las personas, etc., mediante las funciones intelectuales. Ellas son, según hemos visto al tratar del segundo principio: sensación, percepción, concepción, juicio y raciocinio. Para conocer una cosa la mente la examina, la compara, la aprehende mediante las operaciones intelectuales, que son medios de las funciones. Ellas son: análisis, síntesis, abstracción y generalización. El análisis descompone y la síntesis compone; la abstracción aisla cualidades inseparables de un objeto y las considera como existentes independientemente de la materia; la generalización comprende bajo una sola denominación varias cosas. Ejemplos. La forma “cuadrada” de la mesa no puede separarse materialmente de la cosa, pero la mente lo puede. El nombre “hierba” es común a todas las plantas menores.

---85--- Las propiedades intelectuales son cualidades características de todas las funciones, operaciones y de sí mismas. Ellas son la memoria, la atención y la imaginación. La memoria conserva y recuerda; la atención fija la energía mental en una cosa, y la imaginación construye imágenes (1). Cultivo de las aptitudes. – Cultivar las aptitudes es educarlas. Se las cultiva por medio de ejercicios. Para ello se comenzará con el ejercicio de los sentidos para la preparación a la vida intelectual, por ser las sensaciones fundamento de las funciones, operaciones y propiedades intelectuales. En todas las lecciones se ejercitará al niño a comparar, juzgar, razonar, abstraer, generalizar, a hallar diferencia y semejanza, a encontrar el por qué de todo lo que ve y distingue. De este modo se desarrolla la inteligencia y adquiere flexibilidad el entendimiento. Hay que tener siempre presente que la mente del niño no es una bolsa que llenar sino un hogar que calentar para que adquiera vigor y fuerza en el pensar. (1) Estos puntos serán ampliados en el segundo curso.

XIX EDUCACIÓN MORAL Concepto. – Educar moralmente al niño es desarrollar en él buenas costumbres, tanto personales como sociales. O en otros términos, la educación moral es el desarrollo de la personalidad individual y social del hombre. No solamente hay que instruír, desarrollar las potencias intelectuales del hombre, vigorizar el cuerpo, sino también debe hacérsele apto para obrar ajustada en conducta al bien, a ser útil a la sociedad, a gobernarse a sí mismo, a gobernar su personalidad hacia un fin determinado de acuerdo con su criterio, en una palabra: a tener afecciones, virtudes, energía y carácter. Esto es, por cierto, el fin más noble de la educación. El aforismo de Víctor Hugo: “Por cada escuela que se abre se cierra una cárcel”, se ha tratado de desmentirlo en repetidas ocasiones presentándolo como fracasado en la práctica por llenarse las cárceles de individuos de alguna instrucción, obras de la escuela; pero no se ha figurado que el pensamiento del gran poeta se refería a la escuela en su completa función de educadora moral del hombre y que esos presidiarios eran frutos deformes de multitud de causas, siendo una de ellas la educación intelectual no equilibrada por la moral. El hombre educado moralmente, el que ha conseguido ilustrar su conciencia, trazado la norma moral de su conducta, hecho del trabajo su culto y disciplinado su voluntad y educado su carácter, poco ha de ocupar las cárceles. Obstáculos que se oponen. – Si a la altura en que está actualmente la ciencia de la educación, se puede afirmar que con los métodos y procedimientos existentes, la educación intelectual y física del niño está bien encaminada y se obtiene

---87--- en ella éxito más o menos lisonjero, porque sigue adaptándose al progreso de la humanidad, no podemos decir igual cosa de la educación moral. Cada vez se tropieza con dificultades que obstaculizan su progreso, sobre todo en los países de origen latino y de reciente formación como el nuestro. Las principales dificultades son: 1.ª Inexistencia de un procedimiento exacto; 2.ª Falta de suficiente abnegación en ciertos elementos del cuerpo enseñante del profesorado oficial, quienes consultando más sus intereses y conveniencias particulares, miran con indiferencia esta faz primordial de su función pública. La formación de la personalidad moral del niño y la adaptación de la sustancia plástica de la individualidad del educando, requieren acción constante del educador como la de la corriente pluvial para abrir su cauce en la superficie de la tierra. 3.ª El escaso tiempo que permanece el niño en la escuela pública donde vive en un ambiente propicio y distinto del de la mayoría de los hogares. 4.ª La eliminación de entre los medios de educación moral escolar de “las creencias sobrenaturales que durante muchos siglos han gobernado a la humanidad” y la falta de sustitutivos capaces de llenar la laguna dejada. 5.ª La libertad de las costumbres privadas y públicas que sirve de escuela refleja. 6.ª El abuso del derecho de libertad garantizado por la Constitución Nacional y por la forma republicana de gobierno, que origina la falta de respeto del niño y del joven a los educadores a los extraños y aun a los mismos padres; y la errónea condescendencia de éstos. 7.ª La falta de preparación de la mujer para desempeñar el papel de educadora de la infancia en el hogar, por

---88--- la circunstancia creada por la lucha por la existencia que obliga al hombre, al padre de familia, a delegar esa alta función en aquélla. Elementos de la personalidad moral del niño. – En la educación del niño hay que obrar sobre las aptitudes propias que son: el sentimiento y la voluntad, y las resultantes: el carácter y la conciencia.

XX SENTIMIENTO La sensibilidad tiene dos formas de manifestarse: sensación y sentimiento. La primera es la modificación del estado de equilibrio del organismo originada por excitaciones producidas por objetos externos en los sentidos (sensación visual, olfativa, etc.), o en los órganos internos determinados (hambre, sed, etc.). El segundo es la modificación del equilibrio de la sensibilidad originada por estímulos internos con acompañamiento de representaciones mentales. La sensación se localiza y los sentimientos, no. La vista de un cuadro de Rafael puede producir ambos géneros de fenómenos sensitivos: los rayos de luz coloreados originan sensaciones; la belleza, la idea estética despertada por aquel cuadro, produce una sensación agradable en mi espíritu, sentimiento. La causa del primer fenómeno es material, objetiva, y la del segundo, intelectual, subjetiva. Clases. – El cambio en la sensibilidad originado por representaciones y que va acompañado de atracciones (placer, fenómeno placentero) o repulsiones (desplacer, dolor, fenómeno doloroso) se llama emoción. Al saber la muerte de un ser querido o al estrechar la mano de un amigo a su vuelta de una larga ausencia, me emociono. Un estudiante se emociona al presentarse ante la mesa examinadora. Un hombre, al recibir una ofensa. El estado emocional intenso convertido en hábito y por consiguiente, de carácter permanente, recibe el nombre de pasión. Todo fenómeno emocional va acompañado de un cambio de los movimientos de los órganos de la circulación en el sen-

---90--- tido de aumentar o de disminuirlos (efecto fisiológico) y de modificaciones psíquicas de atracción o de repulsión. Atendiendo a los efectos de reacción, las emociones son clasificadas en exaltantes y deprimentes. Las primeras hacen que las funciones de respiración, circulación y locomoción se aceleren, como el amor, el odio, la cólera, y las segundas ocasionan inhibiciones en esas funciones, como el miedo, la vergüenza, el susto, el pudor, el dolor (1). Desde el punto de vista moral los sentimientos pueden ser también nobles e innobles. Son nobles: el cariño y amor de los padres, hermanos y amigos, el respeto a los mayores, la solidaridad y la confraternidad; la modestia, la amistad, la emulación, etc.; innobles: el odio, el rencor, el orgullo, la necesidad, la soberbia, etc. Fin de la educación moral en relación al sentimiento. – ¿Cuál es el fin de la educación moral en lo tocante al sentimiento? Es hacer germinar en el corazón del niño los nobles sentimientos, estimular el desarrollo de los existentes dándoles incremento a fin de que formen una segunda naturaleza en el hombre y puedan servirle como fuerzas propulsoras de sus acciones, y, en cambio, combatir las malas pasiones, los sentimientos innobles para que no echen raíces en el alma del niño, sentimiento y pasiones provenientes de malas semillas depositadas en el corazón por las criadas incultas, por los padres ignorantes y por el medio ambiente, el arroyo tan pernicioso para la recta educación del sentimiento. Para esta recta educación del sentimiento es importante el conocimiento de las condiciones hereditarias del niño, porque las propensiones naturales son factores de la acción educadora del maestro. Educación del sentimiento. – De lo dicho se desprende la inmensa importancia que tiene la educación del sentimiento, puesto que éste constituye uno de los grandes motores que (1) Los fisiólogos atribuyen estos fenómenos a la acción de centros cerebrales determinados sobre los nervios del gran simpático, el neumogástrico, los nervios motores.

---91--- con la inteligencia y la voluntad concurren sinérgicamente en las acciones humanas, hasta el extremo de hacer afirmar a algunos filósofos que “no son las ideas las que gobiernan el mundo, sino los sentimiento” (Compayré, Educación moral, pág. 229) y “la influencia de los estados afectivos sobre nuestra voluntad es superior a toda ponderación: todo lo puede hasta hacernos afrontar, sin vacilar, el tormento y la muerte” (Payot, Educ. de la voluntad, pág. 65). Para el efecto se puede tener presentes algunas reglas: 1.ª Evitar al niño los malos ejemplos en el hogar, de reyerta de los padres y de los miembros de la familia, odio de los mismos a personas extrañas, a la servidumbre; de enemistades, de rencores, de chismes, etc. 2.ª Evitar las “lecciones de egoísmo” tan usuales como ésta: “si no quieres comer voy a dar al hijo de la sirvienta”. 3.ª Evitar el cultivo del miedo invocando existencia de fantasmas. 4.ª Evitar las malas compañías. 5.ª Evitar la vagancia del niño por calles y suburbios donde reciben tantos ejemplos malos. 6.ª Evitar las malas lecturas y las conversaciones deshonestas en presencia del niño, porque ellas pervierten el corazón. 7.ª Reconocer y aplaudir los actos buenos, los sentimientos nobles manifestados por el niño y animarle a repetirlos. 8.ª Estimular el desarrollo del cariño y respeto a sus padres hermanos y semejantes. 9.ª Combatir el odio y el rencor que puedan nacer en el corazón del niño reprimiéndolos con energía si fuere necesario. 10. Ejercer en lo posible la sugestión, porque como dice Guyau “en materia de sentimiento, es preciso sugerir más que censurar”. (La educ. y la herencia, por Guayau, pág. 38)

XXI VOLUNTAD No es suficiente tener afecto, desear una cosa ni conocerla; sino también, es necesario poseer fuerza para obrar, poder para alcanzar el objeto de nuestro afecto y deseo. Nada valen los sentimientos sin la voluntad; los afectos sin la energía; el pensamiento sin la acción. La voluntad es el poder psíquico de hacer o no hacer una cosa; una fuerza interior que puede exteriorizarse; una tendencia que puede realizarse. Mediante ella escribo, hablo, estudio, salgo de casa o me quedo en ella, realizo un acto cualquiera o me niego a ponerlo en práctica. Decimos que puede porque varias causas pueden impedir su ejecución por más que el acto de querer exista. Su génesis. – El origen del acto voluntario o del fenómeno volitivo se encuentra en la propiedad de las substancia viva de irritarse y de reaccionar sobre los excitantes. Su esquema simplificado es el arco reflejo que se compone de las tres fases siguientes: excitación exterior, recepción del estímulo en un centro y reacción que contesta a la excitación (Fig. 3). El simple reflejo es involuntario, es decir se verifica sin la intervención de la voluntad; pero el acto contiene proceso más complicado fruto de la evolución de los seres y, por consiguiente, se opera con la intervención de la conciencia. Como un reflejo, consta de un estímulo subjetivo o motivo externo u objetivo, de la recepción y la acción o simplemente,

---93--- reacción. Pero en el fenómeno psíquico volitivo al acto voluntario precede siempre en el sujeto una representación o deseo o tendencia a ejecutarlo y el “sujeto del fenómeno es a la vez coautor, coagente e impulsor de su propio mecanismo”. “La voluntad se traduce, dice Wundt, por una irritabilidad interna que después de dar su primer impulso al movimiento, abandona su proceso ulterior a la regularidad espontánea del mecanismo fisiológico”. Los centros nerviosos son dinámicos; este dinamismo fisiológico es consecuencia de la impulsión vital y de los residuos que dejan en nuestro organismo excitaciones anteriores. Faces del acto volitivo. – El fenómeno inicial del acto volitivo es la excitación externa (motivo objetivo) o el estímulo subjetivo. La variedad de estos excitantes o de los estímulos da origen a la multiplicidad de las representaciones y deseos, los cuales se contrapesan. En esta situación el juicio (juicio práctico o razón práctica) decide después de haber deliberado o comparado los móviles o motivos entre sí, eligiendo un a de las representaciones y deseos. Al elegir se determina motivando la reacción y operando sobre el mecanismo motor del cerebro para convertirse en acción o ejecutar el acto. Hoy es domingo, día propicio para salir a pasear; pero tengo lecciones que escribir. El paseo y el trabajo son dos representaciones, dos fuerzas, dos razones que me solicitan a obrar. Comparo ambas representaciones para ver la mejor, la más conveniente, la más propia para hacer. Así delibero. Encuentro mejor quedarme a trabajar, sea porque me es de más utilidad o porque en esa acción voy a encontrar más placer, más satisfacción. Elijo y me determino. Luego, realizo el acto, ejecuto. Los dos primeros momentos son puramente representativos o intelectuales puros (juicio y raciocinio); el tercero, mixto, intelecto-afectivo (conocimiento de lo mejor acompañado para la elección, de estados afectivos tales como el interés, la sim-

---94--- patía, el altruísmo, el egoísmo, la satisfacción, etc.), y el cuarto, volitivo puro (reacción, impulsión, acción). Educación de la voluntad. – La voluntad no se educa con preceptos sino con actos. Para su educación se puede tener presentes las reglas siguientes: 1.ª Combatir la pereza obligando al niño a levantarse temprano y a trabajar con tesón. 2.ª Combatir la volubilidad en la acción: joven que emprende un trabajo para abandonarlo en seguida por otro demuestra flaqueza de voluntad. 3.ª Combatir la volubilidad en las lectura: joven que lee poco de todo sin detenerse en nada, prueba flaqueza de voluntad. 4.ª Habituar al niño a reflexionar antes de obrar. 5.ª Habituarse a decidirse en todas las circunstancias de su vida escolar, porque la indecisión es vicio de la voluntad. La decisión puede ser positiva o negativa. 6.ª Habituarle a ejecutar lo determinado toda vez que sea fruto éste de la reflexión y esté ajustado a la razón. 7.ª Habituarle a coordinar sus esfuerzos, hacia un fin hasta conseguirlo. 8.ª Habituarle a cumplir las reglas escolares establecidas. 9.ª Habituarle a la puntualidad y exactitud. 10. Inculcarle el “placer de la acción” muy contrario del placer de la inactividad y de la inercia. 11. Habituarle a dominar sus pasiones. “La pasión es la animalidad victoriosa”. 12. Establecer reglas a qué sujetarse la conducta. 13. Combatir el sentimentalismo vago, padre de la voluptuosidad y del abandono perezoso. 14. Impedir la compañía de jóvenes abandonados y despreocupados que son estimuladores del desaliento en la lucha por la vida. 15. Presentarle ejemplos de los grandes caracteres.

XXII EL CARACTER El carácter es el modo de ser de una persona. Es el reflejo de su personalidad moral; la síntesis, producto complejo de la inteligencia, los sentimientos, la voluntad, de la herencia, de la influencia del medio, del temperamento individual y de causas patológicas. Como tal puede ser hereditario o innato y adquirido, fruto este último de la educación directa y refleja y de cambio en la salud. El carácter innato es cambiable mediante la educación. Temperamento. – Siendo de gran influencia en la génesis del carácter, el temperamento individual es necesario conocerlo suscintamente. Dicen los fisiólogos que se entiende por temperamento la condición individual resultante del predominio de uno de los sistemas y aparatos orgánicos tales como el sistema nervioso, sanguíneo, linfático, órgano gástrico, genital, etc. El temperamento es general o parcial según predomine un sistema o un órgano. El individuo en que prepondera el sistema nervioso es de temperamento nervioso que se caracteriza por su impresionabilidad exagerada, su volubilidad extrema. Reacción lenta pero intensa. Aquel en que predomina el sistema sanguíneo es de temperamento sanguíneo y se caracteriza por sus pasiones violentas, inteligencia desarrollada e imaginación viva. Reacción rápida. En el temperamento linfático predomina el sistema del mismo nombre y el individuo se distingue por su inteligencia pesada. Reacción muy lenta.

---96--- Cuando predomine la bilis el temperamento es bilioso. El individuo de este temperamento se caracteriza por el predominio del juicio y la razón; es meditativo y reflexivo; proyectista, firme, constante, dominador y revolucionario. Además, un individuo puede participar de un temperamento mixto según la preponderancia de dos o más sistemas u órganos. Puede haber también individuos sin carácter propio, sin el sello individual de su personalidad moral. Son los amorfos (Senet). División de los individuos según su carácter. – Siendo el carácter resaltante de múltiples factores, según el predominio de uno de éstos o de varios, puede dividirse, según Malapert en: Afectivo cuando predomina el sentimiento. El niño de este carácter es bondadoso, risueño, sensible en extremo; sufre ante el dolor ajeno; la observación del maestro le produce pesadumbre y pena; llora con facilidad; se ríe por cualquier gracia. En él predomina el corazón, cuyas cuerdas sensibles vibran a la menor excitación. Algunos son emotivos y otros apasionados. De este grupo nacen los egoístas, altruistas, artistas, etc. Para educar a los afectivos se debe fortalecer en ellos la razón y la voluntad a fin de que moderen los impulsos generosos guiados por los actos reflexivos y dominen sus pasiones con la fortaleza de su espíritu. Aquel en que la fuente de los sentimientos está cerrada, forma el tipo apático que se distingue por su indiferencia ante el dolor, la amistad, la felicidad ajena. Los individuos de este grupo carecen generalmente de grandes pasiones; nunca se preocupan mayormente del cumplimiento de sus deberes. Se los educará provocando en ellos los estados afectivos, el entusiasmo por las causas ajenas, etc. Para ellos principalmente está escrito “Corazón”, de Amici. Cuando predomina la inteligencia, el carácter es intelectual. El intelectual obra por especulación. Hasta sus pasiones se anima movido por el interés, por alguna utilidad vislumbrada.

---97--- Se les educará cultivando en ellos el sentimiento; despertando los estados afectivos. Cuando prepondera la voluntad perseverante guiada por la razón, el carácter es enérgico, propio de los grandes hombres de acción y de lucha que realizan a fuerza de empeños sus pensamientos. Pero cuando predomina la voluntad irreflexiva el carácter caprichoso o voluntarioso. En los individuos de este grupo hay que cultivar la razón, la reflexión, para que se dominen y sujeten sus actos al dictado de la inteligencia. Educación del carácter. – Para la educación del carácter se obrará sobre sus componentes: los sentimientos, las ideas y la voluntad; se desarrollarán afecciones nobles, inculcarán ideas morales, fortificará el entendimiento y se vigorizará la voluntad. Si los caracteres innatos, frutos de las causas hereditarias y patológicas no son extirpables, por lo menos pueden ser reformados corrigiendo sus vicios, dando relieve a sentimientos moderadores, a la razón equilibradora y a la voluntad profesora e inhibidora a la vez. La conciencia moral. – La conciencia moral es un estado psíquico derivado de los distintos fenómenos intelectuales, una resultante del entendimiento. La conciencia ilustra y aconseja, el sentimiento agrada o desagrada y la voluntad conduce a la acción, objeto de la vida. La acción es fruto de la sinergia funcional. Por eso, en la educación moral ejerce un papel importante la conciencia ilustrada. El predominio de cierto estado de conciencia en forma de idea encarnada hondamente en el cerebro, puede influir en la determinación de la voluntad (idea-fuerza, de Fouillée) De la misma manera, para que las ideas puedan ejercer atracción y guiar a la voluntad, es necesario que estén unidas con un estado afectivo; es decir, deber ser sentidas (idea-sentida, de Payot, Psicología de la voluntad, pág. 59).

---98--- El arte del educador está en saber asociar las ideas con los sentimientos, haciéndolas ser amadas a fin de dar al hombre un faro que guiará sus pasos y le determinará el derrotero que seguir. No tienen otra virtud ni otro origen los ideales a cuyo servicio se sacrifican voluntades y afecciones. Bibliografía. – La Educación, por Spéncer. – La Educación, por Campayré. – La Educación y la Herencia, por Guyau. – La Educación de la voluntad, por Payot. – Educación Primaria, por Senete. – Pedagogía, por Pastracoiu. – Filosofía, por Lahr. – Principios de Educación, por J. M. Torres. – Arte de Enseñar, por J. M. Torres. – Cómo educa Gertrudis, por Pestalozzi. – Historia de la Pedagogía, por Campayré. – Evolución Creadora, por Bergson. – Pedagogía científica, por Montessori. – Los Principios Pestalozzianos, por Angel C. Bassi. – Pedagogía General, por Aguayo.

I N D I C E I. – La lección …………………………………………………………… pág. 5 II. – Las ilustraciones …………………………………………………… “ 13 III. – El interrogatorio …………………………………………………… “ 18 IV. – Táctica escolar …………………………………………………….. “ 25 V. – Didáctica: principios fundamentales y

principios pestalozzianos ……………………………………………. “ 33 VI. – Primer principio …………………………………………………… “ 37 VII. – Segundo principio ……………………………………………….. “ 40 VIII. – Tercer principio …………………………………………………. “ 46 IX. – Cuarto principio …………………………………………………… “ 50 X. – Quinto principio …………………………………………………… “ 53 XI. – Sexto principio …………………………………………………….. “ 56 XII. – Séptimo principio ………………………………………………… “ 59 XIII. – Octavo principio …………………………………………………. “ 63 XIV. – Noveno principio ………………………………………………… “ 69 XV. – Décimo principio ………………………………………………… “ 74 XVI. – Instrucción y educación …………………………………………... “ 79 XVII. – Educación física ………………………………………………… “ 82 XVIII. – Educación intelectual …………………………………………… “ 84 XIX. – Educación moral …………………………………………………. “ 86 XX. – Sentimiento ………………………………………………………. “ 89 XXI. – Voluntad ………………………………………………………….. “ 92 XXII. – El carácter ………………………………………………………. “ 95