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EDICIÓN ORIGINAL© 2016 Eben Weiss
ILUSTRACIONESAlex Merto y Eric Ku
CUBIERTAAlex Merto
DISEÑO DE INTERIORESElizabeth Van Itallie
Originally Published in English by Black Dog & Leventhal Publishers
EDICIÓN ESPAÑOLADIRECCIÓN EDITORIALJordi Induráin Pons
EDICIÓNCarlos Dotres Pelaz
TRADUCCIÓNJofre Homedes Beutnagel
ADAPTACIÓN DE CONTENIDOSRaúl Lozano
CORRECCIÓNMiguel Vándor
ADAPTACIÓN DE CUBIERTAEsther Rubio Alcoy
ADAPTACIÓN DE MAQUETA Y PREIMPRESIÓNOrmograf, S. A.
© LAROUSSE EDITORIAL, S. L.Rosa Sensat, 9-11, 3ª planta – 08005 Barcelonateléfono: 93 241 35 05 [email protected] facebook.com/larousse.es @Larousse_ESP
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes plagiaren, reprodujeren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte y en cualquier tipo de soporte o a través de cualquier medio, una obra literaria, artística o científica sin la preceptiva autorización.
Primera edición: 2017ISBN: 978-84-16641-87-1Depósito legal: B-1984-20171E1I
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A todos los que están a punto de descubrir la alegría, la belleza
y el valor práctico de ir en bicicleta.
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Sumario
Capítulo 1: Buscando bicicleta . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Capítulo 2: Entendiendo tu bicicleta. . . . . . . . . . . . 66
Capítulo 3: Protección y cuidados de tu bicicleta . . 104
Capítulo 4: Manejando tu bici. . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Capítulo 5: Tu lugar dentro de la sociedad . . . . . . 170
Capítulo 6: Subculturas del ciclismo . . . . . . . . . . . . 180
Capítulo 7: Convivir con los coches . . . . . . . . . . . . 188
Capítulo 8: Competir con tu bici . . . . . . . . . . . . . . . 200
Capítulo 9: Ir en bici con niños . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Capítulo 10: Qué nos reserva el futuro . . . . . . . . . . 224
Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
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Capítulo 1
BUSCANDO BICICLETA
Así que has decidido tener bici.
¡Enhorabuena!
Si te confunde o intimida lo vasto y laberíntico del
mercado de las dos ruedas, tranquilo, que el primer paso
para convertirte en ciclista es reconocer que necesitas
ayuda. Antes de seguir, no estará de más asimilar algunos esbozos de
la historia de la bicicleta.
LOS INICIOSEn la década de 1870 era fácil comprarse una bici. Ibas a Velocípedos
Vda. de Primitivo Pérez, elegías una bien bonita, con la rueda delan-
tera bien alta —lo que se conocía como Penny Farthing—, y de camino
a casa hasta podías tirarte de cabeza a un montón de estiércol de
caballo. Listo. Comprar era fácil. Lo difícil era montar. Para empezar,
había que darle un empujón a la parte trasera de la bicicleta.
Luego había que subir antes de que se parase, lo que debía de ser
como subirse al techo de un Volkswagen® escarabajo. Una vez mon-
tado, había que quedarse arriba, cosa nada fácil, habida cuenta de
que básicamente estabas sentado sobre una rueda gigante. No es fácil
mantenerse erguido en una bicicleta cuando el centro de gravedad del
que la monta está como en un tercer piso. Si conseguías montar y
conducir la bicicleta con decoro, aún te faltaba bajarte de ella al final
del trayecto.
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Cuánto trabajo, ¿no? A propósito, ¿por qué era tan enorme la rueda
delantera?
Pues porque el velocípedo recibía su impulso por transmisión
directa, es decir, que los pedales y las bielas estaban directamente
unidos a la rueda delantera; vaya, que lo que determinaba lo deprisa y
lejos que llegara la bici cuando tus piernas hicieran girar los pedales era
el diámetro de la rueda. Si era pequeña, tenías que pedalear como un
desesperado para ir a alguna parte. (Para hacerte una idea, imagínate
cuánto tardarías en recorrer un kilómetro en un triciclo infantil). Por eso
la rueda delantera adquirió unas dimensiones cómicas.
A pesar de todo, la gente estaba loca por las bicicletas de rueda alta,
y el mundo vivió el primer boom de las bicicletas.
Sucedieron después dos grandes cosas.
Las dos grandes cosas1. En 1885, John Kemp Starley empezó a fabricar una bicicleta con
tracción por cadena en la rueda trasera y ruedas aproximadamente
simétricas.
2. John Boyd Dunlop fundó la Dunlop Pneumatic Tire Co. en 1889.
¿Ruedas del mismo tamaño? ¿Neumáticos llenos de aire? Fue, para la
historia del ciclismo, una revelación como el encuentro del pan de
molde y la Nocilla®. Poniéndole tracción por cadena a una bicicleta, ya
Bicicleta de rueda alta. Caída de una bicicleta de rueda alta.
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no había que cambiar el diámetro de la rueda para optimizar la transmi-
sión, ya que la relación de cambio la determinaban el tamaño del plato
y los piñones, montados en el eje de la rueda trasera. ¡Abracadabra! Ya
se podía diseñar una bicicleta con tracción en la rueda trasera con el
objetivo de que fuera cómoda. La de Starley, con su cuadro romboidal y
sus ruedas simétricas, era mucho más estable que el velocípedo, y
mucho más fácil de montar y conducir. Una bici con ruedas simétricas
envueltas en cojines de aire, como te imaginarás, constituía una pro-
puesta mucho más atractiva que dar brincos sobre ruedas macizas muy
por encima de las calles alfombradas de estiércol. También era mucho
más seguro, por la sencilla razón de que se reducían mucho las posibili-
dades de caerse de la bicicleta; tanto es así, que el nuevo diseño se
vendió con el lema de «la bicicleta de seguridad». A finales del siglo xix,
prácticamente todas las bicicletas ya eran de seguridad, con tracción en
la rueda trasera y ruedas con neumáticos. Fue tal la popularidad de este
vehículo que los ayuntamientos empezaron a pavimentar con macadán
las carreteras para adaptarlas al número creciente de ciclistas.
Total, que puedes dar gracias a las bicis por que estén asfaltados los
caminos. Y a los conductores impacientes que digan que «las carreteras
son para los coches», no dudes en decirles que es a ti a quien deberían
dar las gracias por el asfalto sobre el que conducen.
HOY EN DÍAEn fin, que aquí estamos, bien entrado el siglo xxi, y tú buscando bici. La
buena noticia es que desde principios del siglo pasado no han experi-
mentado cambios esenciales. Seguimos montando (casi siempre) en
bicicletas de seguridad con cuadro romboidal y neumáticos. (Bueno,
vale, están las reclinadas, y otros replanteamientos de la bicicleta vertical,
pero de eso hablaremos más tarde). Por supuesto que se han aligerado
mucho, y llevan cambios de marchas y sistemas de frenado mucho más
sofisticados, pero si un ciclista de finales del siglo xix cruzara un agujero
de gusano y apareciera en el momento actual, no tendría dificultades en
montar ninguna de mis bicis. (Sí las tendría a la hora de esquivar los
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coches, por supuesto, pero de eso también hablaremos más tarde).
La mala noticia es que después de un siglo de constantes perfeccio-
namientos, inmisericorde marketing y permanente hiperespecialización,
comprarse una bici puede ser tan frustrante como buscar el ovni en esos
cuadros en 3D de los noventa de Magic Eye®. De hecho, puedes acabar
tan desquiciado que te entren ganas de decir: «Que les den. Me busco
un Hyundai® en leasing». No te rindas. Es más un problema del siglo xxi
que del ciclismo en sí. Las bicis son máquinas sencillas y, por desgracia,
cuanto más sencillo es algo, más fácil es asignarle todo tipo de atributos
místicos. Por eso la gente se apunta a cursillos para aprender a beber
vino, pero a la hora de buscarse un Hyundai® basa su decisión en dónde
lleva puesto el posavasos.
LO QUE HAY QUE HACER, Y LO QUE NO, AL ELEGIR UNA BICIEn última instancia, el secreto de escoger una bici es no desorientarse.
Aquí tienes, pues, unos consejos básicos para que no te pierdas.
Empezaremos por lo que no hay que hacer.
No…8 … PIDAS CONSEJO A NINGÚN VECINO, CONOCIDO O
COMPAÑERO DE TRABAJO QUE VAYA MUCHO EN BICI
Para empezar, por muy bonachones que parezcan, todos los ciclistas
creen saberlo todo. De ahí que les irrite la idea de que sea posible
verter su océano de conocimientos en un recipiente tan pequeño —un
dedal, prácticamente— como tu cerebro.
En segundo lugar, aunque crean saberlo todo, lo que saben de
verdad se limita a su experiencia personal. Pongamos que le preguntas
a un ciclista de competición qué tipo de bici te conviene. Tendrás que
apechugar con un sermón sobre los materiales del cuadro y el peso de
la rueda en rotación que te dará ganas de perforarte los tímpanos, y al
final, o asientes con educación mientras te alejas, o te quedas dormido
sobre la mesa, en un charco de tu propia saliva.
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Hablar con un ciclista es como La balada del viejo marinero de
Coleridge: todas las respuestas de un ciclista empiezan en la noche de
los tiempos, y a menos que le des un golpe en la cabeza, no se acaba-
rán hasta la implosión del astro rey.
8 … HAGAS CONSULTAS EN INTERNET
La red va bien para buscar fotos de bicis, precios de bicis, ubicaciones
de tiendas de bicis y hasta información básica sobre los pros y contras de
los distintos tipos de bicis, ¡pero por el amor de [inserta tu divinidad
preferida], ni se te ocurra entablar conversación con nadie! Al menos el
ciclista competitivo de la oficina es una sola persona. Cuando pides
consejo en internet, recibes las opiniones de una sola persona multipli-
cadas por un millón. En lo que a opiniones sobre bicis respecta, hacer
consultas en internet es tratar de informarse en el vacío de la estupidez.
8 … CONSULTES REVISTAS DE CICLISMO EN PAPEL CUCHÉ
«O sea, que internet es una gran fuente gratuita de sandeces —te
estarás diciendo—. Pues me quedo con la letra impresa de toda la vida,
que al menos es fiable».
Por desgracia, no. ¿Aún no te has enterado de que el papel ha
muerto? Por eso las revistas que aún se editan dependen más que
nunca de los anunciantes para sobrevivir. No digo que sea nada malo.
Las revistas contienen artículos interesantes y fotos bonitas, todo gracias
a la publicidad. A fin de cuentas, los articulistas no trabajan gratis
(aunque puedan tener esa sensación).
Lo único que digo es que nunca hay que fiarse de un análisis técnico
de una revista (ni en papel ni online, dicho sea de paso). Disfruta de su
lectura, pero no te fíes. Es como creerse un estudio sobre el cambio
climático financiado por el lobby energético.
Sí…4 … ADOPTA, EN LO POSIBLE
Las bicis son como los animales domésticos. Una con pedigrí te puede
salir por una fortuna. Es más: si solo basas tu decisión de compra en la
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estética o el caché, el purasangre puede acabar siendo una enorme y
costosa equivocación. Tan buena idea como parecía el border collie, y
luego te das cuenta de que sin ovejas que guardar excava el suelo del
salón hasta salir al sótano… Con la bici de carretera nueva y reluciente
de la que te has encaprichado, tres cuartos de lo mismo. ¿Qué pasará
cuando descubras que no sirve para llevar nada, y que después de
montar se te queda dormida la entrepierna durante seis horas?
Justamente por la gran cantidad de personas que cometen este
error de novato al adquirir su primera bici son innumerables las que se
han quedado sin hogar y buscan uno urgentemente. Lo habitual es que
las bicicletas abandonadas se puedan conseguir gratis, o casi.
Habla con tus amigos y vecinos. Consulta al administrador de tu finca
por si en el parking hay alguna abandonada. Pregúntales a tus tíos si
sigue en el garaje la bicicleta de montaña de tu primo, que nunca ha
usado. Tal vez no sea perfecta. De hecho, es posible que sea pura
chatarra, pero es mucho mejor no gastar nada en chatarra que gastar
mucho en una bici que al final no es lo que necesitas y que también tú
acabarás abandonando.
Cuando hayas encontrado una bici, es importante que la pruebes.
Tardarás poco tiempo en averiguar qué tiene de bueno y de malo.
Quizá puedas convertirla en la que te conviene solo con cambiar
algunas piezas. Como mínimo, te darás cuenta del tipo de bici que
necesitas, y así, cuando te compres una nueva, podrás sacarle más
provecho a tu dinero.
Es muy importante no encapricharse demasiado del aspecto de una
bici. La única manera de quedar guapo en bici es aprender a montar
bien.
4 … BUSCA TIENDAS, NO BICIS
Si no puedes (o no quieres) gorronear una bici de segunda mano, no lo
dudes y ve a una tienda. Puestos a buscar una bici, parecería lógico que
fuera la primera opción, «ir a una tienda», pero hoy en día ya no es tan
sencillo. Para empezar, hay tantos tipos de tiendas de bicis (pronto
llegaremos a eso, a los tipos) que no es fácil saber por dónde empezar,
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lo cual puede dar ganas de desistir sin haber siquiera empezado. En
segundo lugar, en las tiendas de bicis pueden asustar los precios, y con
el shock puedes tener la tentación de comprar por internet. No lo
hagas. Encontrar una tienda de bicis de confianza, y entablar relación
con las personas que la llevan, es tan importante como encontrar una
bici en la que montes a gusto.
Elige algunas en tu zona, respira hondo y entra. Curiosea. Conversa.
Si te da buen rollo el personal, deja que te vendan una bici. No te
obsesiones con la posibilidad de encontrar un precio algo más bajo en
otro sitio, o con que en la otra punta de la ciudad te incluyan por el
mismo precio el cambio de marchas de último modelo Chachitronik SL.
Son cosas sin importancia. Lo importante es que estés a gusto en la
tienda y con el personal, porque será adonde vayas cuando empiece a
fallar el Chachitronik SL.
La bici es casi lo de menos, siempre y cuando aciertes con la tienda
en la que pueda basarse toda tu futura existencia de ciclista.
4 … APRIETA EL GATILLO DE UNA VEZ
Tampoco es que te vayas a casar, ni a tener un hijo, ni a firmar la
hipoteca del piso donde deberás vivir los próximos cincuenta años.
¡Que te estás comprando una bici, hombre! Si es la primera, lo más
seguro es que el año que viene quieras otra. No pasa nada. No
caigas en la indecisión o la parálisis del comprador. Ponte una bici
entre las piernas y a rodar.
ESTILOS DE BICICLETASLos fabricantes de bicis son tan rápidos en sacar nuevos tipos como la
gente en encontrar nuevos lugares por donde llevarlas. Hay bicis que
pasan de moda, y otras que vuelven a estarlo. También hay bicis
antiguas con un nombre nuevo, y dibujitos molones.
Empecemos por las de carretera.
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Bicis de carretera
¿Sabes esos ciclistas que se deslizan sin esfuerzo como si formaran parte
de la bici, mientras gira inmaculado el tren de transmisión, como una
batidora dando vueltas a la masa?
Pues llevan bicis de carretera.
¿Sabes esos ciclistas con las pantorrillas manchadas de aceite, que
van lanzados por el carril bici gritando «¡ponte a la izquierda!», y luego,
al llegar al semáforo, se caen por no poder desenredar sus zapatos
especiales de sus pedales especiales?
Pues también llevan bicis de carretera.
No hay ningún tipo de bici que se pueda manejar con más soltura o
más torpeza que las de carretera. Es como un cuchillo de cocinero de alta
calidad: en buenas manos, hace sushi; en malas manos, sushi de dedos.
¿Por qué se distinguen las bicis de carretera? Lo que más salta a la
vista es el manillar de tipo drop-bar, cuya principal función es que el
cuerpo adopte una postura de carrera. Con las manos en este manillar,
bajas la espalda y adoptas un perfil aerodinámico, aunque muchos
dueños de bicis de carretera carecen de la flexibilidad necesaria, y
acaban pareciendo el típico taxista que busca calderilla debajo del
asiento en el semáforo.
Estas bicis también suelen tener ruedas estrechas, más aerodinámi-
cas, y una resistencia a la rodadura mínima, así como sillines que más
Bici de carretera.
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Lo bueno de las bicis de carretera• Probablemente vivas al lado o cerca de una calle o carretera, es decir,
que le sacarás mucho partido a tu bici de… carretera.
• Como vienen a ser la bicicleta deportiva por defecto, es poco probable que caigas en una tienda donde no las entiendan.
• ¡Ganga$! El mercado de segunda mano va lleno de estas bicis, lo cual significa encontrar muchos chollos.
• Son bastante versátiles y están diseñadas para montar todo el día, lo cual facilita los viajes largos. Aun así, con pocas modificaciones son perfectas para la ciudad. (Quizá no sea buena idea llevar al perro de paquete, pero no hay ninguna razón para no ir al trabajo con una bici así, o al bar).
• Al ser máquinas sensibles, te enseñan mucho sobre cómo montar. Si eres capaz de llevar una bici de carretera en una amplia gama de situaciones, sabrás montar prácticamente en cualquier bici. Si te interesa el ciclismo como actividad de ocio, y solo puedes tener una bici, que sea de carretera.
• Son ligeras y desnudas, cosa que, si bien está pensada sobre todo para que rindan más, también es práctica para quien vive en un piso y tiene que subir y bajar por la escalera con la bici, o guardarla en el recibidor. (Suponiendo que seas de esos a lo Rockefeller que se pueden permitir un piso con recibidor).
Lo malo de las bicis de carretera• No son «cómodas», al menos en el mismo sentido que los pantalones
de chándal para ver la tele. Montarlas requiere una postura muy concreta que tal vez no sea la ideal para acercarse a la tienda de la esquina.
• Su versatilidad tiene un límite, como descubrirás si necesitas llevar pesos.
• Son relativamente fáciles de robar. Una bici de carretera se puede desmontar en cuestión de minutos con tres o cuatro herramientas que caben juntas en un llavero. Eso al mecánico de un equipo de carreras le va de perlas, pero a ti no tanto cuando sales de la tienda y ves que te han robado el manillar, el sillín y las ruedas.
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que para aguantar el peso del cuerpo son para recordarte dónde debes
colocar el trasero. En los sillines de estas bicis, más que sentarte te
apoyas, como en un banco de ratán de cuya resistencia no te fías. De
hecho, la clave de ir en bici de carretera es distribuir el peso de manera
homogénea. Si lo haces bien, te quedas como despatarrado encima de
Mitos sobre las bicis de carretera«Son delicadas» No es verdad. Las bicis de carretera están hechas para resistir la severa torsión y la potencia tuercetubos generada por algunos de los más poderosos atletas de la Tierra. De acuerdo que en la práctica lo que más sufren es el peso aplastasillines de personas sedentarias que se echan a la carretera en plena crisis de la madurez, pero aun así suelen ser máquinas robustas.
«No son versátiles» Intentar bajar por una cuesta de un circuito de montaña en una bici de carretera destroza las ruedas, y puede que hasta el cuadro, por no hablar de los huesos de tu pobre esqueleto, pero al margen de estos casos extremos, es posible hacer muchas cosas con ella. Hasta se puede llevar por caminos de tierra, pese al nombre de «bici de carretera». La mayoría de los fabricantes preferirían venderte otra bici solo para esta función, pero no hace ninguna falta. Las de carretera van tan bien por la ciudad como por el campo, y si quieres ponerles un manillar recto y convertirlas en un vehículo más informal, tú mismo, nada te lo impide.
«Son caras» Nunca ha habido bicis de carretera tan caras, pero tampoco tan baratas.
En honor a la verdad, caras no son. Es cierto que pueden alcanzar precios absurdos: gracias a la fibra de carbono, la electrónica, un co-branding ingenioso y los veleidosos caprichos del 1 % de la población, los fabricantes de bicis de carretera están logrando hacerle cosquillas al tren de aterrizaje de la barrera de los 20 000 euros.
Pero al mismo tiempo es posible comprar una bici de carretera más que correcta por menos de 1 000 euros.
Lo mejor de todo es que las bicis se deprecian en cuanto se monta alguien en ellas, lo cual quiere decir que los veleidosos caprichos del 1 % se convierten a menudo en las mejores rebajas del 99 % restante, después de que se aburra el primer dueño, y se pase al golf o a volar con wingsuit.
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la bici, como si intentaras deslizarte por un estanque helado sin resque-
brajar el hielo.
No es que suene muy práctico, y la verdad es que no lo es, pero si
el principal motivo de que quieras ir en bici es el placer y la velocidad,
no la utilidad, no es mala idea empezar con una de carretera. Me
explico.
P O R TO D AS P A RT ES H AY C A R RET E R ASNo sirve de nada tener una bici si no puedes montarla en ningún sitio, y
a menos que vivas en una choza de la selva, probablemente tengas a tu
alcance algún tipo de vía pública. Aunque no esté asfaltada, probable-
mente se pueda recorrer en bici. En la mayoría de los casos solo hace
falta cambiar los neumáticos.
L AS B IC I S D E C A R RET E R A SO N E F IC A C ESCuando le pillas el truco a una bici de carretera, puedes montarla mucho
tiempo. De hecho, no tendrás problemas en pasarte casi todo un día
encima de ella. A simple vista parece que no hagas mucho más que
darle a los pedales, pero en realidad tu cuerpo interactúa con la bici de
una forma extraordinariamente matizada. Vas muy atento al firme,
descargando lo justo para compensar las irregularidades del pavimento.
Inclinas el cuerpo hacia delante o hacia atrás en función de si subes o
bajas. Te inclinas en las curvas, contraviras y pones en práctica sin darte
cuenta toda clase de fenómenos físicos complejos, durante horas
seguidas.
Al mismo tiempo, como los trayectos se vuelven cada vez más
largos, ganas fuerza y resistencia. También aprendes a conocer tu
cuerpo: cómo y cuándo darle de comer y de beber, cómo reacciona a
diversos combustibles y cómo se reconocen las primeras señales de
agotamiento y avería.
En todo eso consiste montar bien. Es verdad que lo haces en
cualquier tipo de bici, pero en las que están más orientadas a la comodi-
dad, más que ser uno solo con la carretera, lo que haces es rebañarla
como si fuera salsa de tomate, y la bici un buen trozo de pan.
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Otros tipos de bici con manillar drop-barB IC I S D E C IC LOC ROSSEl deporte del ciclocross está en pleno auge, y las bicis también. Son, a
grandes rasgos, bicis de carretera optimizadas para ir por la hierba, la
tierra, la arena y el barro, lo cual las hace especialmente versátiles.
Para el novato puede ser difícil diferenciar entre una bici de
ciclocross y una de carretera, porque ambas tienen manillar drop-bar y
muchos componentes en común. Por eso ofrezco una guía rápida.
Si tiene los neumáticos con tacos, y frenos cantilever o de disco,
probablemente sea de ciclocross.
Si tiene los neumáticos lisos, frenos cáliper de tiro lateral y un
ciclista más tieso que una escoba, probablemente sea una bici de
carretera.
Ojo: la reciente aparición de frenos de disco en bicis de carretera
dificulta el diagnóstico visual. Para salir de dudas, restriega un poco de
tierra en la bici. Si al dueño le da un yuyu, es que es una bici de
carretera. Si el dueño no se fija (o la bici ya está sucia), probablemente
sea de ciclocross.
Puede ser que a estas alturas te estés diciendo: «Yo soy un guarro.
¿Quiere decir que tengo que comprarme una bici de ciclocross?».
Pues depende.
Con una de ciclocross no puedes equivocarte mucho, pero también
es posible que no la necesites. Bien está que tenga más paso de
rueda, y que pueda ir por terrenos más accidentados, pero quizá la
geometría y las marchas no sean idóneas para la carretera. Total, que si
vas a ir casi siempre por asfalto probablemente sea mejor que optes
por una bici de carretera. Ten en cuenta, además, que las auténticas
bicis de competición de ciclocross prescinden de extras como ojales
en el guardabarros, y a veces hasta del portabidones, lo cual puede
quitarles gran parte de la versatilidad que te daría una de carretera.
Por último, los frenos de las de carretera suelen ser algo más fáciles de
ajustar.
Ahora bien, si prevés que irás casi siempre por tierra, pero quieres
una bici rápida, no dudes en probar una de ciclocross.
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