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TIEMPO Y DISCIPLINA EN GERENTES DE EMPRESAS
TRANSNACIONALES EN BUENOS AIRES
TIME AND DISCIPLINE AMONG MANAGERS OF TRANSNATIONAL
ENTERPRISES IN BUENOS AIRES
Diego Szlechter*
RESUMEN
El presente trabajo analiza el modo de utilizacin y de concepcin del tiempo dealtos directivos de empresas transnacionales en la Argentina. Nos basaremos, por unlado, en un debate terico en torno a la nocin de tiempo desde diferentes disciplinas(antropologa, sociologa, historia de la vida cotidiana), cotejndolo con fuentes pri-marias y secundarias de las mismas empresas. El objetivo de este estudio radica enencontrar tendencias generales en la nocin y utilizacin del tiempo en altos directi-
vos y mandos medios dentro del capitalismo actual. Las prcticas cotidianas de estos
quedan, en gran medida, subordinados o subsumidos a los intereses corporativos.De esta manera, el eje alrededor del cual gira la temporalidad constituye la idea de laurgencia (de agregar valor al tiempo).
PALA BRAS CLAVE: ARGENTINA * EMPRESAS TRANSNACIONALES *CAPITALISMO *TRABAJO *GERENTES *MANDOS MEDIOS *ADMINISTRACIN DEL TIEMPO
ABSTR ACT
This work analyzes the way managers of transnational companies in Argentina useand conceive their time. We will focus, on one hand, on the theoretic debate of thenotion of time from different perspectives (anthropology, sociology and history ofeveryday life), comparing it with primary and secondary sources of those companies.The objective of this research relies upon finding general tendencies in the notionand use of time among high level executives and middle line managers in the currentcapitalism. The everyday practices of this people remain, in some way, subordinatedor subsumed to the corporate interests. Therefore, the idea of temporality is shapedby the notion of urgency (of adding value to time).
KEYWORDS: ARGENTINA *TRANSNATIONAL CORPORATIONS *CAPITALISM *LABOUR *MANAGERS *MIDDLE MANAGEMENT *TIME MANAGEMENT
Rev. Ciencias Sociales 125: 141-150 / 2009 (III)ISSN: 0482-5276
* Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina. [email protected]
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INTRODUCCIN Y PRESENTACIN DELA PROBLEMTICA
El presente trabajo pretende analizar
los modos a travs de los cuales los cuadros1de empresas transnacionales en Buenos Airesinternalizan y naturalizan cierta disciplina res-pecto a tiempos de trabajo y del tiempo libre, deforma que les impiden su clara diferenciacin.El camino que seguiremos en la siguiente expo-sicin ser caracterizar a la figura del managero mando medio, ampliamente trabajada desdela sociologa por Bouffartigue et l. (2001),Bouffartigue (2001), Brunel (2004), Gada(2003), Livian et l. (2006) y desde la antropo-
loga por Flament (2002), posteriormente pre-sentar un debate terico en torno a la nocin detiempo (de trabajo y de no trabajo) en el capita-lismo actual y por ltimo, indagar cules sonalgunas de las formas en que se manifiestanrasgos de introyeccin de una disciplina tempo-ral en los cuadros de empresas transnacionales.Por ltimo, presentaremos algunas interrogan-tes que se planteen a lo largo de la discusinterica que puedan llevar a una investigacin detipo emprica que logre responder de forma msacabada a dichas cuestiones. En esta instancia,slo dejar formuladas algunas preguntas quepueden allanar el camino para profundizar enestos temas.
Si bien la eleccin de los sujetos deestudio los mandos medios de las empresas
transnacionales se debe a la intencin decomprender tendencias de cambio globales, ladelimitacin geogrfica a la ciudad de Buenos
Aires, aunque resuma en s misma el conjunto
de transformaciones globales del capitalismo,evita la tendencia que poseen los enfoques glo-bales, los cuales suelen presentar a los factoresexplicativos del cambio como fuerzas ajenasa los seres humanos y a las naciones, que se
veran de esta forma obligadas a padecerlos delmismo modo que se soporta una tormenta(Boltanski y Chiapello, 2002: 34). La percepcinde inevitabilidad2puede terminar llevando a la
justificacin.La razn por la cual el trabajo emprico
que se pretende llevar a cabo se centra en empre-sas transnacionales (las cuales representan a su
vez, la mayor parte del comercio mundial en sutotalidad), se debe a que las justificaciones queencuentran sus actores muestran competenciasque son constantemente reproducidas a tra-
vs de los procesos de socializacin familiares yescolares (Boltanski y Chiapello, 2002: 47). Talcomo sostiene Lpez Ruiz (2004), la mutacinsufrida por el espritu capitalista a travs de lareformulacin neoliberal de la economa poltica,gener una explicacin de la realidad que toma ala figura del ejecutivo como una matriz de con-ducta a ser diseminada por la sociedad entera, lacual no se funda en la satisfaccin del deseo, sinoms bien en la inversinconstante y exclusiva dela voluntad en la produccin de riqueza abstrac-ta. La ganancia se torna no una obligacin sinoun imperativo vital, la lgica del capital pasa aser la razn de su existencia.
Este compromiso asumido por estos
empleados capitalistas debe lograrse pormedios pacficos y no por coaccin. Durand(2006) llama a este compromiso servilismo
1 Es necesario aclarar a qu nos referimos concuadros: Boltanski y Chiapello (2002) sostienenque el trmino cuadro, a partir de la dcada de
los 90, pasa a constituir un trmino obsoleto,debido a que sugiere jerarqua y burocracia, trmi-nos rechazados por el discurso del managementdebido a que es la autonoma y la horizontalidadlo que prima en el discurso actual. Incluso, segnsostienen los autores, la literatura de los 90 reem-plazan a los cuadros por el personal intermedio ysubalterno. Por lo tanto, al hablar de cuadro, esta-mos haciendo referencia a lo que en la jerga empre-sarial suele llamarse manageren su acepcin msgeneral, lo cual incluye a aquellos que tienen lacapacidad de animar equipos, manejar personas,etc. Como sostienen los autores, el manager, en el
capitalismo actual, es el hombre de las redes queen lugar de hacer carrera, construye relaciones enbase a sus competencias y carisma.
2 Bessin (1998) considera que lo que diferenciaal posfordismo del taylorismo o fordismo es ladependencia del entorno. A la aceleracin de lasoperaciones de produccin tayloristas se sumaotra forma de aceleracin producto de los cambiosen el entorno, que a su vez obliga a las empresasa modificar la esquematizacin del tiempo. De laorganizacin secuencial, se pasa a la organizacin
de la simultaneidad de operaciones. Este nuevotipo de aceleracin en las empresas, aumenta ladisposicin a la irreversibilidad.
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voluntario. Debe lograrse una adhesin plena
y conciente a los objetivos de la empresa, que
requiere de sacrificios (idealmente, consentidos
libremente) y de iniciativas que lleven a la esta-
bilizacin del sistema en pos de su producciny reproduccin. Estos empleados deben encon-
trar maneras dejustificarideolgicamente esta
adhesin: las personas necesitan poderosas
razones morales para adherirse al capitalismo
(Boltanski y Chiapello, 2002: 43).
En orden de mantener vivo su espritu
y poder de movilizacin3, el capitalismo debe
apropiarse de recursos discursivos ajenos al
mismo e incluso que le son hostiles. As surgen,
por ejemplo, los programas de responsabilidad
social empresarial, las fundaciones empresarias
caritativas y filantrpicas o las mismas declara-
ciones de principios de las empresas (llamadas
por Estas misin o visin). Para atraer a las
elites al mundo de los negocios y hacer de ellos
sujetos productivos, es necesario que las empre-
sas les ofrezcan los aportes que esta le hace a la
sociedad en su conjunto y hacerles creer que el
objetivo de los negocios no es slo ganar dinero
(Boltanski y Chiapello, 2002: 106). De Gaulejac
(2005) define a esta movilizacin como ideo-
loga de la gestin. Es necesario aclarar que el
capitalismo no est regido por normas de justi-
cia (no es intrnsecamente injusto, sino que la
justicia no es pertinente dentro de sus reglas de
juego)4, debido a que la norma de acumulacin
de capital es amoral, lo que obliga al capitalis-
mo (a las empresas y a sus cuadros) a justifi-
carse y autocontrolarse (Boltanski y Chiapello,
2002: 82 y 83).
Por otro lado, Lpez Ruiz, en lugar dehablar de las justificaciones que debe encontrar
el capitalismo para lograr su objetivo, sostiene
que este obliga al trabajador a adoptar deter-
minadas estrategias de superviviencia dentro
de un ambiente que constantemente lo pone
a prueba (en trminos de los resultados de sus
inversiones). El trabajador debe convertirse en
un trabajador-empresario. El autor caracteriza
al capitalismo moderno como la masificacin
del afn de lucro en todos los niveles jerrqui-
cos. Cada uno debe internalizar el afn de lucro
y hacerlo su principal motivo, tal que cada uno
se convierta en empresario de s mismo.
Para la empresa transnacional, dentro
de un marco de economa neoliberal, el salario
de sus managers es una renta, el producto o
el rendimiento de un capital. Si esta mqui-
na llamada trabajador, debe producir flujos de
renta, entonces este debe convertirse en una
especie de empresa: la base de la sociedad ya
no es el individuo, sino el trabajador-empresa(Lpez Ruiz, 2004).
EL TIEMPO EN LA EMPRESA
El tiempo es pensado y experimentado
de diversas maneras de acuerdo con el grupo
social al cual un individuo pertenece. Esta
diversidad no slo proviene de criterios inter-
nos de la estructura simblica de los grupos
sociales, sino que adems es producto de lasrelaciones jerrquicas de una sociedad basada
en las clases.
La utilizacin del tiempo es expresiva de
la forma que toman los diferentes tipos de
relaciones sociales. As, las definiciones
sociales de tiempo o temporalidades son
fuertemente marcadas por la experien-
cia de clase social, gnero y grupo etario
(Heilborn, citado por Delfino, 2004).
La percepcin del tiempo est condicio-
nada por el lugar que ocupa la nocin de trabajo
3 El poder de movilizacin que intenta producir
el capitalismo est dirigido en un doble sentido:
por un lado, se hace necesario movilizar a los
cuadros de las empresas, pero por otro, se hace no
menos perentorio aplicar dispositivos de control
desmovilizadores para contrarrestar los intentosde movilizacin de la clase trabajadora, a veces
con xito y otras veces no, pero el objetivo se
encamina, en todos los niveles jerrquicos, a una
individualizacin de la relacin del trabajador (o de
los cuadros) para con su empresa.
4 Tal como veremos al tratar el tema de la temporali-
dad en el capitalismo actual, esta falta de necesidad
de imaginar un orden justo (o ms justo), se rela-
ciona con un determinado modelo temporal, en el
cual se profundiza la brecha entre la experiencia
acumulada y el futuro incierto, sobredimensionn-
dose el tiempo presente. De esta manera, se llegaa naturalizar el orden social dominante y poco se
hace por imaginarse un orden social deseado.
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en la vida de las personas y por las expectativas
depositadas en torno a este. De esta forma, se
jerarquizan las actividades de la vida cotidiana.
Thompson (1967) sostena que, en las
sociedades campesinas5, la percepcin del tiem-po se relacionaba con la orientacin a las tareas.
El autor propone tres explicaciones a esta forma
de comportamiento: 1) es ms comprensible,
en trminos humanos, que el trabajo pautado,
ya que el campesino parece atender lo que son
necesidades observadas y explcitas; 2) dentro
de una comunidad en la cual la orientacin a
la tarea es comn, parece haber una menor
demarcacin entre trabajo y vida. Las rela-
ciones sociales y el trabajo se entrecruzan (el
da de trabajo se prolonga o acorta de acuerdo
con la tarea realizada), por lo que no existe con-
flicto entre trabajo y pasar del da y 3) para
los hombres acostumbrados al trabajo pautado
por el reloj, esta actitud hacia el trabajo apa-
rece como derrochadora y falto de urgencia
(Thompson, 1967: 60).
Si el capitalismo actual muestra una
caracterstica propia de las sociedades campesi-
nas la turbia escisin entre trabajo y tiempo
libre no se debe a una vuelta al pasado, sino
precisamente a una evolucin en el proceso de
disciplinamiento del tiempo: si en el capitalismo
en red (Boltanski y Chiapello, 2002), trabajo y
vida se entrecruzan, se debe a que los cuadros
de las empresas internalizan una cierta nocin
de tiempo que abarca el tiempo laboral y el de
fuera del trabajo: las redes se construyen en
cualquier momento y en cualquier lugar. Toda
accin, va a estar sometida a las leyes del mer-
cado, incluso la misma divisin entre tiempo de
trabajo y tiempo libre. El tiempo libre y el de tra-bajo tienen una conexin y un orden, que impo-
ne el trabajo, siendo este ltimo el que controla
y establece la forma en que el tiempo libre deba
ser utilizado de la mejor manera para reproducir
la vida y servir a que los trabajadores rindan ms
en el mbito de trabajo (Sgrazzutti, 2004). Es
preciso que el tiempo de los hombres se ajusteal aparato de produccin, que este pueda utilizar
el tiempo de vida, el tiempo de existencia de los
hombres (Foucault, 1991: 130).
De Coster (1996) sostiene que, en el capi-
talismo actual, la dilucin de la frontera entre
tiempo de trabajo y de no trabajo se debe a la
bsqueda de optimizacin de las condiciones de
uso del factor trabajo. El trabajo invade al tiem-
po libre y (con menor frecuencia) viceversa. La
razn de esta invasin yace en que es necesario
sumar a las horas de trabajo los tiempos de
informacin y de formacin necesarios para
las funciones ejercidas y los tiempos que deben
estar disponibles, los cuales reducen la autono-
ma temporal del empleado6.
Siguiendo la tesis de la evolucin del dis-
ciplinamiento del tiempo de Thompson (1967),
la medicin del tiempo de trabajo, encierra una
relacin simple: los empleados experimentan
una distincin entre el tiempo perteneciente
a sus empleadores y su propio tiempo. El
empleador debe usar el tiempo de su trabajo
y procurar que este no sea derrochado: no la
tarea sino el valor del tiempo es lo dominante,
cuando se reduce a dinero (Thompson, 1967:
5 En general, al referirse a las sociedades pre-indus-
triales, Thompson sostiene que el patrn que des-
criba la forma de trabajo de estas, era la alter-
nancia de momentos de trabajo intenso y de ocio
y en la cual los hombres estaban en control de
sus propias vidas laborales. Como este patrn de
trabajo subsiste entre algunos artistas, escritores,
pequeos agricultores e incluso estudiantes, el
autor eleva la provocadora pregunta acerca de sien realidad esto sera un ritmo de trabajo humano
natural (Thompson, 1967: 73).
6 A diferencia del modelo temporal de la sociedad
industrial, en la sociedad red, los tiempos de tra-
bajo se transforman en su naturaleza (condicio-
nes de trabajo, tecnologa, gestin del personal...),
en su administracin (horarios...), sus ritmos (neo-taylorizacin), su duracin (reduccin del tiem-
po de trabajo, jubilacin avanzada, desempleo).
Adems, se precariza (debido a una multiplicidad
de estatus, y a la segmentacin...) y se diversifica
(tercer sector, economa subterrnea, trabajo en
negro, economa domstica...). El paradigma del
empleo definido por el trabajo asalariado, nico y
estable, con una perspectiva de carrera continua y
progresiva y un vnculo salarial cerrado se modifi-
ca; ponindose al servicio de la optimizacin tem-
poral de la movilizacin de factores productivos, la
extensin de la duracin de funcionamiento de los
equipamientos, y la produccin de riqueza concen-trada aunque producida a partir de la deslocaliza-
cin (Gaullier, citado por Luongo, 2005).
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61). El autor se preocupa por el sentido del
tiempo condicionado por la tecnologa y por la
medicin del tiempo como medio de explota-
cin en el trabajo.
Lo que Thompson analiza no es el pro-
ceso de disciplinamiento del tiempo en la tran-
sicin hacia el industrialismo, sino hacia el
capitalismo industrial, el cual posee sus propias
caractersticas definidas. En esta transicin, las
luchas se definen principalmente por luchas
alrededor del tiempo: finalmente los trabajado-
res aprenden la leccin y comienzan a luchar no
contra el reloj sino por alcanzar mayores nive-
les de autonoma temporal (lucha por menos
horas de trabajo, por pago de horas extras, etc.):estos han aprendido que el tiempo es dinero
(Thompson, 1967: 86). Este proceso se asemeja
a una internalizacin o interiorizacin de la
disciplina, pero el autor se pregunta hasta qu
punto fue impuesta y hasta cunto fue asumida
voluntariamente por los trabajadores. En las
sociedades capitalistas maduras, todo tiempo
debe ser consumido, comercializado, utilizado:
pasar el tiempo constituye una ofensa para
la fuerza laboral. La disciplina fue finalmente
internalizada (Thompson, 1967: 91).La gran narrativa de la Modernidad supo-
na la insercin de los agentes en la historia
como poseedores de un pasado definitivo y un
futuro predecible (Giddens, 1991: 12). La pers-
pectiva de largo plazo supona logros acumulati-
vos. Esta gran narrativa de la historia, se disuel-
ve una vez que se produce una prdida de la
creencia en el progreso. En el nuevo capitalismo,
la experiencia personal se encuentra a la deriva:
La consigna nada a largo plazo desorienta
la accin planificada, disuelve los vnculos deconfianza y compromiso y separa la voluntad del
comportamiento (Sennet, 1998: 31). El tiempo
histrico es expropiado de la vida de los sujetos,
imponindose prcticas ligadas slo al presente.
Se deben elegir estrategias da a da.
El desarrollo del tiempo libre ha acen-
tuado la oposicin tiempo de trabajo-tiempo
de no trabajo, pero como el tiempo de trabajo
es el vector que contamina al resto del tiempo,
la rentabilizacin del tiempo se ha acentuado(Boisard, 1984). En el mismo sentido, Bessin
(1998) sostiene que en el modelo capitalista
actual, la lentitud se encuentra estigmatiza-
da, ya que nos encontramos en un paradigma
epistemolgico dentro del cual la racionalidad
econmica reposa sobre la rentabilidad tempo-
ral y en el cual las innovaciones tecnolgicas sederraman en la sociedad por medio de la veloci-
dad de los modelos difusionistas delmarketing.
El tiempo es dinero en el sentido de que su
inversin debe generar un retorno en metlico.
Jurczyk (1991) formula la tesis segn
la cual la vida cotidiana toma el carcter del
trabajo, lo que traera como consecuencia un
abuso temporal, fenmeno cada vez ms expan-
dido en las sociedades occidentales. Los indivi-
duos se ven obligados a reorganizar sus vidas
da a da, o semana a semana. Esto ocurre con
mayor acento en las empresas transnacionales.
Cuanto mayor es la flexibilidad e incertidumbre
exterior, agrega Jurczyk, mayor es la tendencia
hacia la bsqueda de estabilidad y flexibilidad
interior. La estabilidad interna va acompaada
de una capacidad de actuar de manera flexible.
De esta manera, el sujeto se repliega ms hacia
s mismo, buscando la salvacin individual7.
Schehr (1999) prefiere hablar de una
temporalidad social dominante, en la cual la
temporalidad laboral juega un papel preponde-
rante. El horizonte temporal de nuestras socie-
dades parece ms que nunca caracterizarse por
la incertidumbre y lo efmero sobre un fondo de
crisis de legitimidad de la temporalidad social
dominante. El autor presenta el ejemplo de los
jvenes fuertemente influidos por una tica de
trabajo en la cual el presente queda suspendido
en detrimento de sus posibilidades a una
insercin definitiva aunque indeterminada en
el mercado de trabajo: se podra hablar de unaheterodeterminacin cultural del tiempo en
funcin de un exterior no manejable.
La gestin de la carrera de losmanagers,
tan bien analizada por Luci (2007), se presen-
ta en trminos de una extrema movilidad, la
cual genera una hipervalorizacin del tiempo
presente: si en un momento, el diploma asegu-
raba oportunidades de promocin dentro de la
7 Laidi acua el concepto de presente autrquico, en
el cual este se desaferra del pasado y del futuro ycuyos ejes pasan a ser la autorreferencia y la auto-
suficiencia (Laidi, citado por Luongo, 2005).
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empresa, las cuales llevaban al desarrollo de
una carrera, al hacerse evidente un alto por-
centaje de desempleo entre este grupo social,
si bien diferente en magnitud respecto a los
sectores menos favorecidos, comenz a mostrar
una realidad diferente a la de los ltimos aos:
si bien las empresas continan ofreciendo pers-
pectivas de promocin a los elementos conside-
rados provistos de mayor talento, la seguridad
a largo plazo no est garantizada (Boltanski y
Chiapello, 2002: 27).
Este sobredimensionamiento del tiempo
presente se produce a travs de un acelera-
miento del tiempo, se debilita la capacidad de
insertar un momento dado en una perspectivahistrica y se desvanece tanto el pasado como
el futuro, emergiendo un presente omnipotente
(Lechner, citado por Luongo, 2005). Este pre-
sente omnipotente se asemeja al de la sociedad
informacionaldescrita por Castells (1998), la
que se caracteriza por ser una cultura on-line,
instantnea, atemporal y global. La contrapar-
tida se presenta como la cultura de la urgencia,
una cultura del fin inmediato de la vida, sin
ninguna proyeccin de largo plazo, los proyec-
tos mutan de forma desenfrenada: Las culturaslocales de urgencia son la expresin invertida
de la atemporalidad global (Castells, 1998: 87).
Prima lo contingente, el sentido de la vida es la
vivencia inmediatamente perceptible.
Dubar (2002) sostiene que al estar la
organizacin centrada en la eficacia inmediata,
buscando la flexibilidad mxima para hacer
frente a la incertidumbre, el empleado que
entra a trabajar en la empresa busca estabili-
zarse y adquirir competencias profesionales.
As, pueden suscitarse malentendidos, ya quesi el cuadro ha depositado todo en su desarrollo
profesional dentro de la empresa, la ruptura
puede llegar a ser dramtica. La carrera deviene
aleatoria e incierta. Si esta tensin entre el cua-
dro y la empresa es difcil de resolver, Cmo
es posible que los managers internalicen la
disciplina de la empresa, an incluso cuando
pueden llegar a mantener, de forma paralela,
visiones instrumentales acerca de su trabajo en
la organizacin?Es necesario aclarar que en los mbitos
empresariales, actualmente se hace hincapi
en valorar el tiempo fuera del trabajo de los
cuadros, tiempo dedicado a la afectividad. Este
tiempo involucra a las empresas debido a que
la afectividad es un rasgo fundamental de la
empresa red (Boltanski y Chiapello, 2002). Eltiempo libre es tiempo en el cual es posible des-
plegar libremente la creatividad para desarro-
llar redes. La literatura de gestin empresarial
se rebela contra la separacin entre tiempo de
trabajo y fuera de trabajo, ya que esta divisin
separa aspectos indisociables de la vida (la afec-
tividad familiar y de las redes) y va en contra de
la flexibilidad requerida en el trabajo en red.
Cada manager debe comportarse como
si fuera un empresario (o en otros trminos, un
inversor: invirtiendo en redes, en aprendizaje,
en la carrera y tambin en amistades e incluso
en las relaciones ms ntimas), corriendo con
los riesgos, la autonoma, la carga de trabajo
y la escisin de la frontera de los tiempos de
trabajo y de no trabajo que esto implica indefec-
tiblemente. El cuadro debe comportarse como
capitalista, llevando consigo mismo el capital
llamado humano8: lo humano pasa a cons-
tituir un conjunto de habilidades, destrezas y
aptitudes propias de los hombres que adquieren
valor de mercado. El nuevo emprendedor inte-
rioriza la contraposicin capital/trabajo (Lpez
Ruiz, 2004). A diferencia de lo que sostiene el
autor, la realidad muestra que el nuevo empren-
dedor diluye, borra y solapa ms que interioriza
dicha contraposicin.
8 Lpez Ruiz (2004) presenta dos momentos signi-
ficativos del espritu capitalista: por un lado, los
primeros aos del siglo XX , en la cual la figuraarquetpica del emprendedor adquiere significan-
cia, y por otro, a partir de los aos 50, durante los
cuales se produce una crisis de dicha figura y de la
tica del trabajo protestante, pasando a prevalecer
la tica del trabajo empresarial el trabajo pasa
a constituir un emprendimiento individual. El
autor utiliza la teora del capital humano, ideada
por economistas de la Universidad de Chicago en
los aos 50, para sustentar su tesis. Este sostiene
que dicha teora fue adoptada por las doctrinas de
la gestin empresarial en las dcadas de los 90 y
2000, las cuales definen al capital humano como
un conjunto de capacidades, habilidades y destre-zas de los seres humanos que deben ser valorizados
y gestionados.
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11 Para controlar lo incontrolable (el mercado, los
clientes, los cuadros), la nica solucin es que las
personas se autocontrolen, desplazando la coac-
cin de la exterioridad de los dispositivos organi-
zacionales a la interioridad de las personas, con-
cediendo capital importancia a la implicacin del
personal, relacionado con la motivacin y movi-lizacin del personal y con el placer de trabajar
(Boltanski y Chiapello, 2002: 127).
DISPOSITIVOS DISCIPLINARIOS Y DE CONTROL
Si la acumulacin se produce en un
contexto de determinadas relaciones sociales,
entonces est directamente relacionada con ladisciplina. Para que exista un cierto patrn de
acumulacin, adems de un disciplinamiento
de la clase trabajadora, es necesario que los
mandos medios se encuadren dentro de deter-
minada relacin social9.
El objetivo de la disciplina es reproducir
un orden (en este caso un orden productivo)
y una estructura jerrquica. Productividad y
disciplina no pueden estar planteadas de forma
separada. As pues, las tcnicas de gestin de la
fuerza laboral (de gestin del personal y de los
recursos humanos en la jerga empresarial), si
bien se muestran bajo el manto de la inevita-
bilidad de cambios globales, por lo que se hace
necesario adaptarse a reglas de juego impuestas
desde afuera, lo que queda oculto es la gestin
del poder y la naturaleza poltica de la tcnica10.
Tal como sostiene Palomino (2000), las
nuevas formas de organizacin del trabajo indu-
cen a una sujecin no ya directa sino indirecta de
la fuerza de trabajo, en las cuales la relacin labo-
ral est mediada por las reglas del mercado ms
que por la misma organizacin. Cada empleado
se transforma en inversor, que comparte el ries-
go del capital puesto en juego.
Boltanski y Chiapello sostienen que la
historia de la gestin empresarial es una historiade la sofisticacin permanente de los medios de
dominacin de cuanto ocurre en la empresa y en
su entorno. El control incluye a los mercados, la
competencia, los clientes, la cadena de distribu-
cin, el comportamiento de los consumidores, la
prensa, los poderes polticos y hasta a los mismos
directores de las grandes empresas. Por lo tanto,
una pregunta central que debe formularse en
una investigacin emprica acerca de la cuestin
del control en los cuadros es Cmo funciona
el proceso de internalizacin de la disciplina?,
Cules son las nuevas modalidades de control
de la nueva gestin empresarial? Si la exigencia
hacia los cuadros es la del autocontrol De qu
manera se manifiesta dicho control?11
Como hemos visto hasta ahora, el obje-
tivo de las empresas no es que sus empleados
acaten los lineamientos de su direccin por
medio de la coaccin fsica, sino que es nece-
sario movilizar a los cuadros con el objetivo de
que estos interioricen ciertos valores y creen-
cias y que logren hacer propios los objetivos
primarios de las empresas. La interiorizacin
debe ser dulcificada como para que parezca lo
ms voluntaria posible. El objetivo del involu-
cramiento es la fidelizacin para con la misin
de la empresa, o en otras palabras, extraer plus-
valor con la menor dificultad posible.
Una clara caracterizacin que hace tanto
la literatura sobremanagamentcomo las gran-
des empresas transnacionales acerca de las
nuevas formas de gestin es la aparente eli-minacin o reduccin al mnimo de las jerar-
quas. Esta oda a lahorizontalidaddiferencia al
discurso de los cuadros desde los aos 90 frente
9 () el estudio de la disciplina y de forma articula-
da, la del control, permite evidenciar las complejas
relaciones sociales que constituyen y conforman el
proceso de trabajo como instancia de valorizacin;
y de tal manera explican los especficos supuestos
que subyacen al diseo de su estructura y funcio-
namiento. La disciplina comprende una estrategia
reguladora de su configuracin y operatividad,
estrategia mltiple y compleja dirigida a conseguir
la adecuacin productiva del comportamiento delos trabajadores (Gaudemar, citado por Montes
Cat, 2004: 53).
10 De este modo, las formas de produccin y disci-
plina se articulan gestionando un adecuado equi-
librio entre la materialidad del orden y la eficacia
social de sus representaciones simblicas, a fin de
adecuar la tecnicidad de los medios de produccin,
las funciones de los trabajadores y las combinacio-
nes sociales del trabajo a las necesidades del capi-
tal expresadas en una cudruple exigencia: permi-
tir la continuidad del poder, obtener los mximos
resultados productivos, facilitar la minoracin delos costes y lograr un control efectivo del trabajo
(Gaudemar, citado por Montes Cat, 2004: 54).
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a lo que anteriormente se caracterizaba comouna gestin verticalista y burocrtica. La hori-zontalidad logra eliminar (al menos en el planosimblico) el carcter conflictual de la relacin
laboral, para reemplazarlo por una relacinarmoniosa en el espacio de trabajo12.
El discurso de la horizontalidad y lademocracia en la gestin, tiene como contra-cara la evaluacin del rendimiento de formaindividual, tomando en cuenta las opinionesde jefes y pares. Ahora la presin, la jerarqua
y el control provienen del exterior: El clientey El mercado. De esta manera, el mercadodecidir si las decisiones de un cuadro son eva-luadas positiva o negativamente al final de unperodo, por lo que es el mercado quien deci-de sobre la continuidad o no del cuadro en laempresa. As, las decisiones que estn tomandoalgunas empresas en cuanto a la reduccin dela semana laboral de sus cuadros (no as de losobreros) est estrechamente relacionado conel llamado a la eliminacin de la autoridad porparte de las empresas y la exigencia de estasde que sus cuadros deben autoorganizarse13 yautodisciplinarse, tomando en cuenta las exi-gencias del cliente y del mercado.
CONCLUSIONES PRELIMINARES (INCLUYENDOINTERROGANTES QUE ENMARQUEN UNAESTRATEGIA DE INVESTIGACIN EMPRICA)
Con el objetivo de sensibilizar a laaudiencia a la cual se dirige, el discurso degestin empresarial manifestado de la formams clara en los textos de management, debeser capaz de brindar herramientasmoralesparadesenvolverse en la vida cotidiana. Este tipo dediscurso dirigido a los cuadros, demuestra laimperiosa necesidad de que estos adhieran a labuena marcha de las empresas donde trabajan
y se comprometan a la obtencin de beneficios(ganancias) de las mismas. Esta necesidad se
debe a que, al estar menos sometidos a la nece-sidad de las clases obreras, la posibilidad decontraponerse al rgimen capitalista aumenta(incluso por medio de una resistencia pasiva oun comportamiento indiferente en relacin conlos objetivos empresarios).
Los cuadros, especialmente los ms jve-nes, necesitan encontrar motivos personalespara el compromiso, por lo que las oportunida-des que se les presentan adquieren el carcterde excitantes, plenas de pasin, portadoras de
posibilidades de autonoma y autorrealizacin.Sin embargo, paralelamente con los anhelosde libertad, el capitalismo (o en su defecto, laempresa) debe proporcionar seguridad para loscuadros, demanda que en la actualidad es msdifcil de satisfacer14.
Si tal como sostienen Boltanski yChiapello (2002), en tanto que la justificacincompagina simultneamente las justificacionesindividuales (motivos personales para adherirseal capitalismo) como las generales (en las cualesel compromiso para con el capitalismo sirve al
14 Boltanski y Chiapello (2002) establecen tres inte-rrogantes a los cuales el capitalismo debe propor-cionar una respuesta adecuada e histricamentesituada a sus cuadros, de las cuales nos interesaplantear una que se relaciona con la cuestin dela justificacin: De qu manera puede el compro-miso con el proceso de acumulacin capitalista seruna fuente de entusiasmo incluso para aquellosque no sern los primeros en aprovecharse de losbeneficios realizados? Cmo responden los cua-
dros a esta cuestin? Es lo que un futuro trabajoemprico, basado en el debate terico planteadoaqu, debiera indagar.
12 En los eventos empresarios organizados fuera delhorario de trabajo, dedicados principalmente ala recreacin, todos participan de las diferentesactividades en igualdad de condiciones, consumenlos mismos alimentos, se tratan de igual a igual. Elobjetivo es constituir a la empresa como punto dereferencia en la constitucin de grupos y relacionessociales. Se hace sumo hincapi (especialmente enestos eventos) en la constitucin de un nosotrosfrente a un otro (competidor), el cual constituye
la amenaza. El objetivo de la alta dirigencia es quelos cuadros se sientan orgullosos de trabajar en laempresa.
13 El trabajo del capitalismo conexionista, caracteri-zado por Boltanski y Chiapello (2002), implica eltrabajo en equipos pequeos pluridisciplinarios,flexibles y autnomos. El equipo es el lugar de laautoorganizacin y el autocontrol. La direccin o,mejor dicho, la coordinacin, orientacin y evalua-cin del rendimiento de estos equipos es realizadapor unos pocos, llamados lderes con visin. Estoslderes visionarios logran que el compromiso, fide-
lidad y adhesin de los cuadros a las empresas enlas que trabajan, no necesite de la fuerza. Por otrolado, stos otorgan sentido al trabajo.
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bien comn), entonces se allana el camino parapresentar un interrogante que no podr serresuelta en este trabajo, debido a que requierede un anclaje emprico: Cmo manifiestan los
cuadros las diferentes formas de justificacindentro de las mismas empresas?15. La litera-tura relacionada al management (gestin deorganizaciones en general y de empresas enparticular) provee a los cuadros de suficientesherramientas de justificacin de la forma deobtencin de beneficios y con el objeto de resis-tir a las crticas (por parte de los subordinados
y de contextos sociales ajenos a las empresas)a la hora de llevar a cabo las recomendacionesque hacen los textos (generalmente en forma decasos de estudio) para tal propsito.
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15 Estas justificaciones deben apoyarse en argu-mentos lo suficientemente robustos como paraser aceptados como evidentes por un nmero losuficientemente grande de gente, de manera quepueda contenerse o superarse la desesperanza o elnihilismo que el orden capitalista no deja de inspi-rar igualmente, no slo entre quienes oprime, sino
tambin, a veces, entre quienes tienen la tarea demantenerlo y, a travs de la educacin, transmitirsus valores (Boltanski y Chiapello, 2002: 46).
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