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    Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado

    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLA

    Non praevalebunt

    Ao XLVII, nmero 15 (2.410) Ciudad del Vaticano 10 de abril d

    Durante las celebraciones pascuales la palabra del Pontfice ante las persecuciones de los cristianos

    No mirar hacia otro ladoLa persecucin de los cristianos, untema afrontado por el Papa Francis-co en el tradicional mensaje de Pas-cua a la ciudad y al mundo desde elbalcn central de la baslica vaticanael domingo de Pascua, 5 de abril.Desde all record que los cristianosson los brotes de otra humanidad.Y esta, reafirm inmediatamente,no es debilidad, sino autnticafuerza. Porque quien lleva en s elpoder de Dios, de su amor y su jus-ticia, no necesita usar violencia.

    De aqu la exhortacin a pedir alSeor resucitado la gracia de no ce-der al orgullo que fomenta la violen-

    cia y las guerras, sino de tener el va-lor humilde del perdn y de la pazy a rezar para que se alivien el su-frimiento de tantos hermanos nues-tros perseguidos a causa de su nom-bre, as como de todos los que pade-cen injustamente las consecuenciasde los conflictos que estn desarro-llndose.

    Los cristianos perseguidos estuvie-ron tambin presentes en la tradicio-nal oracin del Va crucis en el Coli-seo el Viernes santo. Los dems dasdel Triduo pascual el Santo Padrepresidi la misa crismal el Juevessanto por la maana en la baslicade San Pedro; la misa de la Cenadel Seor en el centro penitenciarioromano de Rebibbia, donde lav lospies a doce reclusos; la vigilia pas-

    cual en la baslica vaticana, y la misadel Domingo de Resurreccin en laplaza de San Pedro.

    TRIDUO PA S C UA L EN PGINAS 2 A 9

    Resurreccin y compasin

    Todo comenz en Galilea

    Monseor Carballo habla del congresode formadores celebrado Roma

    Desafo digital

    El desafo del mbito digital, la jus-ticia, la paz, la tutela de la creacin:son las nuevas fronteras de la forma-cin. Se debate sobre ello en el con-greso internacional convocado enRoma, en el marco del Ao de la vi-da consagrada, del 7 al 11 de abrilsobre el tema Formados para la vi-da consagrada en el corazn de laIglesia y del mundo.

    PGINA 15

    Del cenculo a la Pascua en san Efrn

    Hoy se exprimi el racimoque nos lleg de Mara

    MANUEL NIN EN PGINA 4

    ANTONELLA LUMINI

    Jess es la resurreccin precisamen-te mientras recorre la tierra. Lo tes-timonia el relato de la transfigura-cin donde muestra a los apstolessu cuerpo resplandeciente de luz. APedro, Santiago y Juan se les abrie-ron los ojos, como despus de la re-surreccin. Ven lo invisible. No

    (de p a t i o r, padecer), aceptacin delsufrimiento. Esto no es masoquis-mo, como a menudo se dice delcristianismo, sino un despertar quepermite afrontar la realidad tal ycomo es. Esto slo es posible parti-cipando en la resurreccin. El sufri-miento se ve, se acepta y se afrontaporque est sostenido por un nivelsuperior de vida. Se vive mientras

    pasa, pero tambin resurge culo intentas eliminar de tu vidade l o arrinconarlo. La redees ese proceso que hace momuerte en nosotros, el estadmuerte, la voluntad de muertefuerza contraria a la vida qudomina, ocupa espacio desvpensamientos y acciones, tramando gran parte de nuestr

    contis a nadie la visin hastaque el Hijo del hombre resuci-te de entre los muertos (Ma -teo 17, 9). La resurreccin semanifiesta en el tiempo, mien-tras Jess vive con sus discpu-los, encuentra a las multitudes,llegando a ser desde ese mo-

    mento en adelante una expe-riencia viva que comienza acircular, a arraigarse en las c-lulas de la humanidad, for-mando en ella el nivel msavanzado, el culmen. La resu-rreccin ante todo se hace visi-ble en la compasin: Jess su-fre con los que sufren, partici-pa en su dolor. Hay una estre-cha relacin entre resurrecciny redencin. La resurreccin esfuerza redentora. La humani-dad resucitada de Cristo puri-fica, libera, transfigura.

    La redencin requiere pasin

    tencialidad creadora endad destructora. La redebrota del poder de la rescin.

    Despus de mi resurros preceder en GalileaJess. Galilea representa cio de todo. Aqu toma v

    reino de los cielos. Cuandss comienza a manifestamundo, a revelar su hudad divina, sobre la tierrcia el nuevo reino. Ms forma, ms se expande yendo la humanidad hacestado nuevo de vida: ede gracia, estado de desy de resurreccin.

    Galilea es el lugar donprimeros discpulos, los los que luego sern envlos apstoles, son tocado

    SIGUE ENLA PTintoretto, La Resurreccin (1578-1581, detalle)

    Familiares de un fallecido en el atentado en la Universidad de Garissa, Kenia (Ansa)

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    LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ciudad del Vaticanoe d .es p a n o l a @ o s s rom .v a

    w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

    GI O VA N N I MARIA VIANd irecto r

    Giuseppe Fiorentinosubdirector

    Marta Lagoredactor jefe de la edicin

    Redaccinvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano

    telfono 39 06 698 99410

    TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICELOS S E R VAT O R E ROMANO

    don Sergio Pellini S.D.B.director general

    Servicio fotogrficoph o t o @ oss ro m .v a

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 10 de abril de 2015, nm

    El Papa Francisco en la misa crismal habla de la fatiga pastoral del sacerdote

    Santo cansancioCon olor a oveja y la sonrisa de un pap en medio de la gente

    Al cansancio de los sacerdotes elPapa dedic la homila de la misacrismal celebrada el 2 de abril, Jueves

    santo, por la maana, en la baslicavaticana. Pidamos la gracia deaprender a estar cansados recomenda los presentes, recordando quenuestro cansancio es como el inciensoque sube silenciosamente al cielo einvitndoles a evitar tres tentaciones: elcansancio de la gente, de los enemigos

    y de uno mismo.

    Lo sostendr mi mano y le darfortaleza mi brazo (Sal 88, 22). Aspiensa el Seor cuando dice para s:He encontrado a David mi servidory con mi aceite santo lo he ungido(v. 21). As piensa nuestro Padre ca-da vez que encuentra a un sacer-dote. Y agrega ms: Contar conmi amor y mi lealtad. l me podrdecir: T eres mi padre, el Dios queme protege y que me salva (v.25.27).

    Es muy hermoso entrar, con elSalmista, en este soliloquio de nues-tro Dios. l habla de nosotros, sussacerdotes, sus curas; pero no esrealmente un soliloquio, no hablasolo: es el Padre que le dice a Jess:Tus amigos, los que te aman, mepodrn decir de una manera espe-cial: T eres mi Padre (cf. Jn 14,21). Y, si el Seor piensa y se preo-cupa tanto en cmo podr ayudar-nos, es porque sabe que la tarea deungir al pueblo f iel no es fcil, esdura; nos lleva al cansancio y a lafatiga. Lo experimentamos en todassus formas: desde el cansancio habi-tual de la tarea apostlica cotidianahasta el de la enfermedad y la muer-te, e incluso la consumacin en elmartirio.

    El cansancio de los sacerdotes.Sabis cuntas veces pienso en esto:en el cansancio de todos vosotros?Pienso mucho y ruego a menudo,especialmente cuando el cansado soyyo. Rezo por los que trabajis enmedio del pueblo fiel de Dios queos fue confiado, y muchos en luga-res muy abandonados y peligrosos.Y nuestro cansancio, queridos sacer-dotes, es como el incienso que subesilenciosamente al cielo (cf. Sal 140,2; Ap 8, 3-4). Nuestro cansancio vadirecto al corazn del Padre.

    Estad seguros que la Virgen Marase da cuenta de este cansancio y selo hace notar enseguida al Seor.Ella, como Madre, sabe comprendercundo sus hijos estn cansados yno se fija en nada ms. Bienveni-do! Descansa, hijo mo. Despus ha-

    blaremos... No estoy yo aqu, quesoy tu Madre? nos dir siempreque nos acerquemos a Ella (cf.

    Evangelii gaudium, 286). Y a su Hijole dir, como en Can: No tienenvino (Jn 2, 3).

    Sucede tambin que, cuando sen-timos el peso del trabajo pastoral,nos puede venir la tentacin de des-cansar de cualquier manera, como siel descanso no fuera una cosa de

    Dios. No caigamos en esta tenta-cin. Nuestra fatiga es preciosa a losojos de Jess, que nos acoge y nospone de pie: Venid a m cuando es-tis cansados y agobiados, que yo osaliviar (Mt 11, 28). Cuando unosabe que, muerto de cansancio, pue-de postrarse en adoracin, decir:Basta por hoy, Seor, y rendirseante el Padre; uno sabe tambin queno se hunde sino que se renuevaporque, al que ha ungido con leode alegra al pueblo fiel de Dios, elSeor tambin lo unge, le cambiasu ceniza en diadema, sus lgrimasen aceite perfumado de alegra, suabatimiento en cnticos (Is 61, 3).

    Tengamos bien presente que unaclave de la fecundidad sacerdotal es-t en el modo como descansamos yen cmo sentimos que el Seor tratanuestro cansancio. Qu difcil esaprender a descansar! En esto se jue-ga nuestra confianza y nuestro recor-dar que tambin somos ovejas y ne-cesitamos que el Pastor nos ayude.

    Pueden ayudarnos algunas pregun-tas a este respecto.

    S descansar recibiendo el amor,la gratitud y todo el cario que meda el pueblo fiel de Dios? O, luego

    del trabajo pastoral, busco descan-sos ms refinados, no los de los po-bres sino los que ofrece el mundodel consumo? El Espritu Santo esverdaderamente para m descansoen el trabajo o slo aquel que meda trabajo? S pedir ayuda a algnsacerdote sabio? S descansar de mmismo, de mi auto-exigencia, de miauto-complacencia, de mi auto-refe-rencialidad? S conversar con Jess,con el Padre, con la Virgen y SanJos, con mis santos protectores ami-gos para reposarme en sus exigen-cias que son suaves y ligeras, ensus complacencias a ellos les agra-da estar en mi compaa, en susintereses y referencias a ellos sloles interesa la mayor gloria de Dios...? S descansar de mis enemigosbajo la proteccin del Seor? Argu-mento y maquino yo solo, rumiandouna y otra vez mi defensa, o meconfo al Espritu Santo que me en-sea lo que tengo que decir en cadaocasin? Me preocupo y me angus-tio excesivamente o, como Pablo,encuentro descanso diciendo: S enQuin me he confiado (2 Tm 1,12)?

    Repasemos un momento las tareasde los sacerdotes que hoy nos pro-clama la liturgia: llevar a los pobresla Buena Nueva, anunciar la libera-cin a los cautivos y la curacin alos ciegos, dar libertad a los oprimi-dos y proclamar el ao de gracia delSeor. E Isaas agrega: curar a losde corazn quebrantado y consolar alos afligidos.

    No son tareas fciles, exteriores,como por ejemplo los trabajos mate-

    riales construir un nuevo saln pa-rroquial, o delinear una cancha deftbol para los jvenes del Orato-rio...; las tareas mencionadas porJess implican nuestra capacidad decompasin, son tareas en las que

    nuestro corazn es movido ymovido. Nos alegramos con lovios que se casan, remos conb que traen a bautizar; acommos a los jvenes que se prepara el matrimonio y a las famnos apenamos con el que recuncin en la cama del hospitaramos con los que entierran a uquerido... Tantas emociones...nemos el corazn abierto, estacin y tanto afecto fatigan elzn del Pastor. Para nosotros dotes las historias de nuestra no son un noticiero: nosotros cemos a nuestro pueblo, podadivinar lo que les est pasansu corazn; y el nuestro, al cdecernos (al padecer con ellonos va deshilachando, se nosen mil pedacitos, se conmuhasta parece comido por la Tomad, comed. Esa es la pque musita constantemente el

    dote de Jess cuando va atenda su pueblo fiel: Tomad y ctomad y bebed.... Y as nuesda sacerdotal se va entregandoservicio, en la cercana al puebde Dios... que siempre, siemprsa.

    Quisiera ahora compartir cosotros algunos cansancios en lohe meditado.

    Est el que podemos llamacansancio de la gente, de las tudes: para el Seor, comonosotros, era agotador lo devangelio, pero es cansancibueno, cansancio lleno de frude alegra. La gente que lo slas familias que le traan sus para que los bendijera, los quban sido curados, que venasus amigos, los jvenes que se

    siasmaban con el Rab..., no leban tiempo ni para comer. PSeor no se hastiaba de estar gente. Al contrario, pareca qrenovaba (cf. Evangelii gaudiumEste cansancio en medio de nactividad suele ser una graciaest al alcance de la mano de nosotros, sacerdotes (cf. ibd.,iQu bueno es esto: la gentequiere y necesita a sus pastorpueblo fiel no nos deja sin tarrecta, salvo que uno se esconuna oficina o ande por la ccon vidrios polarizados. Y estsancio es bueno, es sano. Es esancio del sacerdote con olorja..., pero con sonrisa de papcontempla a sus hijos o a suspequeos. Nada que ver conque huelen a perfume caro y

    ran de lejos y desde arriba (cf97). Somos los amigos del Nesa es nuestra alegra. Si Jespastoreando en medio de no

    SIGUEEN LAP

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.osservatoreromano.va/mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.osservatoreromano.va/mailto:[email protected]
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    nmero 15, viernes 10 de abril de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pg

    En Rebibbia el Pontfice recuerda que Jess dio su vida por cada ser humano

    Con nombre y apellido

    Este jueves, Jess estaba en la mesacon los discpulos, celebrando lafiesta de la Pascua. Y el pasaje delEvangelio que hemos escuchadocontiene una frase que es precisa-mente el centro de lo que hizo Jesspor todos nosotros: Habiendoamado a los suyos que estaban en elmundo, los am hasta el extremo(Jn 13, 1). Jess nos am. Jess nosama. Sin lmites, siempre, hasta elextremo. El amor de Jess por noso-tros no tiene lmites: cada vez ms,cada vez ms. No se cansa de amar.

    A ninguno. Nos ama a todos noso-tros, hasta el punto de dar la vidapor nosotros. S, dar la vida por no-sotros; s, dar la vida por todos no-sotros, dar la vida por cada uno denosotros. Y cada uno puede decir:Dio la vida por m. Por cada uno.Ha dado la vida por ti, por ti, port i, por m, por l por cada uno,con nombre y apellido. Su amor esas: personal. El amor de Jess nun-ca defrauda, porque l no se cansade amar, como no se cansa de per -donar, no se cansa de abrazarnos.

    ders ms tarde (Jn 13, 7). Es tangrande el amor de Jess que se hizo

    esclavo para servirnos, para curar-nos, para limpiarnos.Y hoy, en esta misa, la Iglesia

    quiere que el sacerdote lave los piesde doce personas, en memoria de losdoce apstoles. Pero en nuestro co-razn debemos tener la certeza, de-bemos estar seguros de que el Seor,cuando nos lava los pies, nos lavatodo, nos purifica, nos hace sentirde nuevo su amor. En la Biblia hay

    una frase, del profeta Isaas, bella, que dice: Puede una m

    olvidar a su hijo? Aunque ella svidara de su hijo, yo nunca medar de ti (cf. 49, 15). As amor de Dios por nosotros.

    Y yo lavar hoy los pies dede vosotros, pero en estos hermy hermanas estis todos vosotrodos, todos. Todos los que vaqu. Vosotros los representellos. Y tambin yo necesito sevado por el Seor, y por eso rdurante esta misa para que el Slave tambin mis suciedades,que yo llegue a ser un mejor svuestro, un mejor siervo al serde la gente, como lo fue Jess.

    Ahora comenzaremos esta de la celebracin.

    El apstol decimoterceroBrotan lgrimas del rostro de unamujer detenida. Sus ojos se hancruzado con la mirada sonriente delPapa Francisco que le ha lavado el

    pie, lo ha acar iciado y lo ha besa-do, y luego ha levantado la miradapara hacerle comprender lo que ha-ba dicho en la homila: Jess teama. Siempre. Hasta el final. Ungesto repetido doce veces, como hi-zo Jess con los apstoles. Ceidocon una toalla, de rodillas, el Pont-fice lav los pies a seis mujeres yseis hombres de diversas nacionali-dades detenidos en la crcel roma-na de Rebibbia. Doce veces msuna. Una de las reclusas, en efecto,una joven nigeriana, llevaba en bra-zos a su nio: tambin l incons-cientemente el apstol decimoter-c e ro con su piececito descalzorecibi el gesto de amor del Papa.El abrazo conmovido de la madrepareca transmitir al pequeo todala esperanza de un futuro diferente.

    El jueves 2 de abril el Papa Fran-cisco quiso celebrar la misa in coe-na Domini en las nuevas instala-ciones de la crcel de Rebibbia.Con los detenidos, con esa Iglesiaque vive y ora detrs de las barras,a menudo ignorada por el resto delmundo. Un gesto importante paraquien se siente marginado.

    El Pontfice lleg a Rebibbia cer-ca de las 17.15, acogido por el salu-do de la gente que lo esperaba de-trs de los muros de contencin porla calle que lleva al nuevo edificio.El regente de la Prefectura de laCasa pontificia, monseor Leonar-

    do Sapienza, acompa al Papahasta llegar a la capilla dedicada alPadrenuestro: La llamamos asnos explic don Spriano, el cape-

    lln porque all acogemos a todos,incluso a quien es de otra religin.En la explanada le esperaban el di-rector de la crcel, el comandantede la misma y el capelln; con ellostambin el cardenal Agostino Valli-ni, vicario para la dicesis de Ro-ma, y el arzobispo sustituto de laSecretara de Estado, Angelo Bec-ciu.

    La zona ubicada enfrente de laiglesia, espacio verde donde los de-tenidos pueden recibir a sus fami-liares dos veces al mes, estaba aba-rrotada de gente. Por un lado losfamiliares de los empleados, porotro, cerca de trecientos detenidosmuy emocionados. El Papa Francis-co se detuvo a saludarlos: los abra-z, se dej besar por ellos, bendijolos rosarios. Asombrado por el gran

    afecto, antes de entrar en la iglesia,quiso saludar brevemente: Agra-dezco a todos vosotros la acogidatan clida, ferviente. Muchas gra-cias!. Con ocasin de la visita losdetenidos regalaron al Santo Padrealgunos productos de su trabajodiario. Y el Pontfice, como recuer-do, les dio a todos una imagen dela resurreccin y el texto del discur-so escrito con ocasin de su visita ala crcel de Poggioreale.

    Revestido con los ornamentos sa-grados, el Papa ingres en la capilladonde se encontraban otros deteni-dos, algunos con sus nios. Con l

    concelebraron el cardenal Vallini, elarzobispo Becciu, los capellanes yuna representacin de los sacerdo-tes voluntarios. Posteriormente, du-rante la homila, el Pontfice pro-nunci espontneamente un mensa-je claro y directo a cada personaque tena delante: t, precisamentet, tambin t eres amado. Despusdio inicio el lavatorio de los pies.Para cada uno el regalo de una mi-rada tierna y de una sonrisa. Unode los doce le tom las manos y laspuso sobre su cabeza pidiendo unabendicin especial, un gesto quequeda como una de las imgenesms intensas de este Jueves santo.

    Al trmino de la misa, el Pontfi-ce se detuvo en adoracin ante elsagrario, despus abraz nuevamen-te a los detenidos que al salir de laiglesia lo rodearon junto con el per-sonal de la polica penitenciaria ylos voluntarios. (Maurizio Fontana)

    Almorzandocon el Papa

    Un momento de comunin, el ves santo, entre el obispo de Rodiez sacerdotes de la dicesisprometidos en la pastoral: segtradicin que se est consolidatambin este ao, por tercera vePapa quiso compartir el almucon algunos sacerdotes. As, al de la maana del 2 de abril, dede la celebracin eucarst ica ebaslica vaticana, el Pontfice segi a la casa del arzobispo AnBecciu, sustituto de la SecretarEstado, donde estuvo cerca dehora y media con los sacerdote

    un clima sencillo y cordial, el obde Roma quiso as conocer mcerca la misin de nueve prrodel superior de una comunidareligiosos que viven en un depmento para compartir tambineste modo la vida de la gente. Epa escuch con gran atencintestimonios, animndoles en sunisterio. Fue, como sugiri el Francisco mismo en la homilamisa crismal, un tiempo comreposo espiritual para reflexionabre el servicio cotidiano a las pnas con las que tratan los sacerd

    Esta es la primera cosa quequera deciros: Jess nosam, a cada uno de noso-tros, hasta el extremo.

    Y luego, hizo lo que losdiscpulos no comprendie-

    ron: lavar los pies. En esetiempo era habitual, erauna costumbre, porquecuando la gente llegaba auna casa tena los pies su-cios por el polvo del cami-no; no existan los adoqui-nes en ese tiempo Habapolvo por el camino. Y enel ingreso de la casa se la-vaban los pies. Pero estono lo haca el dueo de ca-sa, lo hacan los esclavos.Era un trabajo de esclavos.Y Jess lava como esclavonuestros pies, los pies delos discpulos, y por eso di-ce: Lo que yo hago, t nolo entiendes ahora dice aPe d ro , pero lo compren-

    Cada uno de nosotros puede decir: dio su vida por m. Por cada uno. Dio lavida por ti, por ti, por ti, por m, por l, por cada uno, con nombre y apellido.Con estas palabras pronunciadas el 2 de abril, Jueves santo, por la tarde,durante la homila de la misa in coena Domini, el Papa Francisco quisoexplicar a los detenidos de la crcel romana de Rebibbia que el amor de Dios espersonal y que l no se cansa de amar, as como no se cansa de perdonar.

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    pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 10 de abril de 2015, nm

    El cenculo y la Pascua en los himnos de Efrn el sirio

    Hoy se exprimi el racimoque nos lleg de Mara

    ltima cena y crucifixin (siglo XVIII, iglesiade los Santos Sergio y Baco, Maalula, Siria)

    Homila de la misa crismalVIENEDE LAPGINA2

    a Dios, y Efrn menciona a todos losque alaban al Seor redentor, comen-zando por los que forman parte de la li-

    turgia de la tierra: He aqu la fiestagozosa que es todo bocas y lenguas.Mujeres y hombres castos fueron trom-bas y cuernos. Nios y nias fueron enella arpas y ctaras.

    El poeta introduce tambin en estaalabanza litrgica la imagen del arca yla que se podra casi l lamar la liturgiade los animales, recogidos por parejascon sus voces acordes: En el arca reso-naron de forma similar las voces de to-das las bocas. Fuera olas terribles, den-tro de ella voces deliciosas. Las lenguas,de dos en dos, modulaban en ella si-multneamente, con pureza, y eran pre-figuracin de nuestra fiesta donde hom-bres y mujeres vrgenes cantaron el glo-ria al Seor del arca. Esta dimensinde alabanza litrgica procede en el him-no con una descripcin de la liturgia ce-lebrada en la Semana santa.

    Aqu Efrn presenta toda la jerarqua,

    de la tierra y del cielo: Que el granpastor entrelace como sus flores paravosotros sus interpretaciones, los presb-teros sus buenas obras, los diconos sus

    MANUEL NIN

    Dos himnos de Efrn el sirio, sobre la

    crucifixin y el segundo sobre la resu-rreccin de Cristo, nos ayudan a entraren los misterios que celebramos en losdas santos. El primero contempla el ce-nculo, lugar que se convierte en prefi-guracin de la Iglesia misma en la cele-bracin de los misterios, y el segundopresenta a la Iglesia de la tierra y delcielo unidas en la alabanza al Seor.

    El cenculo, lugar de la ltima Cenade Cristo con los discpulos, se presentacasi personificado y el poeta lo ve yacomo autntica Iglesia que celebra lossacramentos, lugar del servicio: Biena-vanturado eres t, lugar, porque fueronenviados dos de sus discpulos y te pre-pararon para su cena. Se haba elegidola pureza, y en ti la vio, se haba elegidola santidad, y dentro de ti la encontr.A tu fidelidad dio abundantemente subendicin, don para tu servicio. Biena-vanturado eres t, lugar del justo, por-que en ti nuestro Seor reparti su cuer-po. Un pequeo lugar fue espejo de to-da la creacin colmada por l. La granalianza sali de una pequea morada ycolm la tierra.

    Lugar de la entrega del cuerpo y lasangre de Cristo, el cenculo es el lugardonde Jess mismo se convierte en sa-cerdote y vctima: Bienavanturado erest, lugar. De todo l o que en ti sucedeest llena toda la creacin, y es demasia-do pequea. Bienaventurada tu morada,en la cual fue repartido aquel pan de labendecida gavilla. En ti fue exprimidoel racimo que nos lleg de Mara, clizde la salvacin, nuestro Seor, que en tise convirti en verdadero altar, sacerdo-te, pan y cliz de la salvacin, altar ycordero, sacrificio y sacrificador, sacer-dote y alimento.

    Ms adelante se presenta el cenculo

    como lugar del lavatorio de los pies, yEfrn lo relaciona con la acogida deAbrahn a los tres personajes (llamadospor Efrn vigilantes, que en siracosignifica tambin ngeles) bajo la en-cina de Mambr. La grandeza de la teo-fana veterotestamentaria se equipara ala del Hijo que lava los pies, y los lavatambin al traidor: Como en ti, apare-ca tambin a Abrahn mientras condu-ca el carnero a los vigilantes. Los serafi-nes exultaron al ver al Hijo que, llevan-do atado a la cintura un lino, lavaba enla jofaina los pies, la suciedad del la-drn que lo entregara. Lavatorio queEfrn presenta como una nueva crea-cin, el bautismo de los doce: NuestroSeor purific el cuerpo de los herma-nos en la jofaina que es smbolo de laconcordia. En el seno de las aguas Cris-to nos form nuevamente. No somos

    miembros divididos que no se dan cuen-ta de luchar contra el amor propio.En el segundo himno sobre la resu-

    rreccin, Efrn describe la alegra pas-cual, presentada como una gran liturgiade toda la creacin, que une el cielo y latierra. E inicia con una referencia alpuesto central de la cruz que vuelveabrir el paraso, del cual brota la ala-banza de toda la creacin: Y la llavepara m fue tu cruz, fue ella quien abriel paraso. Del jardn saqu, recog y lle-v al paraso flores derramadas durantetu fiesta, en los himnos, sobre la huma-nidad. Toda la creacin, por lo tanto,en la fiesta de Pascua, eleva la alabanza

    lecturas, los jvenes su aleluya, los niossus salmos, las mujeres castas sus him-nos, los fieles su conducta. En esta es-trofa se describe el papel de cada uno:el obispo (gran pastor) que explica laEscritura, los sacerdotes con su obrar,los diconos que proclaman la Palabra,los jvenes como cantores y salmistas,los fieles viviendo como cristianos, aquienes se suman mrtires, apstoles yprofetas, cuyas flores son como ellos ycoronan nuestra bella fiesta.

    El himno concluye con una oracinpor los cristianos dondequiera persegui-dos y martirizados, entonces y hoy:Acepta, nuestro rey, nuestra entrega ydanos a cambio la salvacin. Pacifica lastierras devastadas, edifica las iglesias in-cendiadas para que, cuando tenga lugaruna gran paz, podamos tejerte una grancorona con flores provenientes de todaslas partes, para que sea coronado el Se-or de la paz. Bendito quien obr ypuede obrar!.

    no podemos ser pastores concara de vinagre, quejosos ni, loque es peor, pastores aburridos.Olor a oveja y sonrisa de pa-dres... S, bien cansados, perocon la alegra de los que escu-chan a su Seor decir: Venid am, benditos de mi Padre (Mt25, 34).

    Tambin se da lo que pode-mos llamar el cansancio de losenemigos. El demonio y sussecuaces no duermen y, comosus odos no soportan la Pala-bra de Dios, trabajan incansa-blemente para acallarla o tergi-versarla. Aqu el cansancio deenfrentarlos es ms arduo. Noslo se trata de hacer el bien,con toda la fatiga que conlleva,sino que hay que defender alrebao y defenderse uno mismocontra el mal (cf. Evangelii gau-dium, 83). El maligno es msastuto que nosotros y es capazde tirar abajo en un momentolo que construimos con pacien-cia durante largo tiempo. Aqunecesitamos pedir la gracia deaprender a neutralizar es unhbito importante: aprender aneutralizar: neutralizar el mal,no arrancar la cizaa, no pre-

    tender defender como super-hombres lo que slo el Seortiene que defender. Todo estoayuda a no bajar los brazos an-te la espesura de la iniquidad,ante la burla de los malvados.La palabra del Seor para estassituaciones de cansancio es:No temis, yo he vencido almundo (Jn 16, 33). Y esta pa-labra nos dar fuerza.

    Y por ltimo para que estahomila no os canse demasia-do est tambin el cansanciode uno mismo (cf. Evangeliigaudium, 277). Es quizs el mspeligroso. Porque los otros dosprovienen de estar expuestos,de salir de nosotros mismos aungir y a trabajar (somos losque cuidamos). Este cansancio,

    en cambio, es ms auto-referen-cial; es la desilusin de unomismo pero no mirada de fren-te, con la serena alegra del quese descubre pecador y necesita-do de perdn, de ayuda: estepide ayuda y va adelante. Setrata del cansancio que da elquerer y no querer, el haber-se jugado todo y despus ao-rar los ajos y las cebollas deEgipto, el jugar con la ilusinde ser otra cosa. A este cansan-cio, me gusta llamarlo coque-tear con la mundanidad espiri-tual. Y, cuando uno se queda

    solo, se da cuenta de quedes sectores de la vida qron impregnados por estadanidad y hasta nos da presin de que ningn bapuede limpiar. Aqu shaber cansancio malo. Labra del Apocalipsis nos la causa de este cansHas sufrido, has sido perante, has trabajado ardute por amor de mi nombrhas desmayado. Pero contra ti que has dejado tmer amor (2, 3-4). Samor descansa. Lo queama cansa y, a la larga,mal.

    La imagen ms honda yteriosa de cmo trata el nuestro cansancio pastoraquella del que habamado a los suyos, loshasta el extremo (Jn 13, escena del lavatorio de loMe gusta contemplarla colavatorio del seguimientSeor purifica el seguimmismo, l se involucranosotros (cf. Evangelii gau24), se encarga en persolimpiar toda mancha, ese dano smog untuoso que speg en el camino que h

    hecho en su nombre.Sabemos que en los ppuede ver cmo anda nuestro cuerpo. En el moseguir al Seor se expresa anda nuestro corazn. Lagas de los pies, las torcedel cansancio son signo de lo hemos seguido, por quminos nos metimos buscasus ovejas perdidas, tratanllevar el rebao a las vpraderas y a las fuentes tralas (cf. ibd. 270). El Seolava y purifica de todo lse ha acumulado en nupies por seguirlo. Eso esdo. No permite que manchado. As como lasdas de guerra l las besa,ciedad del trabajo l la lav

    El seguimiento de Jeslavado por el mismo Sera que nos sintamos concho a estar alegres, plesin temores ni culpasanimemos as a salir e ir los confines del mundo, a las periferias, a llevar estana noticia a los ms abandos, sabiendo que l estnosotros, todos los das, el fin del mundo. Y, porpidamos la gracia de aprenestar cansados, pero biensados!

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    nmero 15, viernes 10 de abril de 2015 LOSSERVATORE ROMANO p

    Del Ecce homo a los cristianos perseguidos an hoy en el mundo

    Los mrtires perfectosEl Viernes santo por la tarde, 3 deabril, el Papa Francisco presidi la ce-lebracin de la Pasin del Seor en labaslica de San Pedro. Publicamos lahomila del predicador de la Casa pon-tificia.

    RANIERO CA N TA L A M E S S A

    Acabamos de escuchar la historia delproceso de Jess frente a Pilato.Hay un momento en el que debe-mos detenernos.

    Entonces Pilato tom a Jess ylo mand azotar. Y los soldadostrenzaron una corona de espinas, sela pusieron en la cabeza y le echaronpor encima un manto color prpura;y, acercndose a l, le decan: Sal-ve, rey de los judos!. Y le dabanbofetadas... Y sali Jess afuera, lle-vando la corona de espinas y elmanto color prpura. Pilato les dijo:He aqu al hombre (Jn 19, 1-5).

    Entre las numerosas pinturas quetienen por tema el Ecce Homo, hayuna que siempre me ha impresiona-

    do. Es del pintor flamenco del sigloXVI, Jan Mostaert. Trato de descri-birla. Servir para que se nos impri-ma mejor en la mente el episodio, yaque el pintor describe fielmente concolores los datos del relato evangli-co, sobre todo el de Marcos (Mc 15,16-20).

    Jess tiene en la cabeza una coro-na de espinas. Un ramo de arbustosespinosos que se encontraba en elpatio, preparado quiz para encen-der el fuego, dio a los soldados laidea de esta cruel parodia de su rea-leza. De la cabeza de Jess descien-den gotas de sangre. Tiene la bocamedio abierta, como quien tiene di-ficultades para respirar. Sobre loshombros ya tiene puesto el mantopesado y desgastado, ms parecidoal papel de estao que a una tela. Yson hombros surcados recientementepor los golpes de la flagelacin! Tie-ne las muecas unidas por una cuer-da gruesa; en una mano le han pues-to una caa en forma de cetro y enla otra un haz de varas, burlndosede los smbolos de su realeza. Jessya no puede ni mover un dedo, es elhombre reducido a la impotenciams total, el prototipo de todos losesposados de la historia.

    Meditando sobre la Pasin, el fil-sofo Blaise Pascal escribi un da es-tas palabras: Cristo agoniza hastael fin del mundo: no hay que dormirdurante este tiempo (Pensamientos,El mistero de Jess, n. 553). Hayun sentido en el que estas palabrasse aplican a la persona misma de Je-ss, es decir a la cabeza del cuerpo

    mstico, no slo a sus miembros. Noa pesar de que ahora est resucitadoy vivo, sino precisamente p o rq u e estresucitado y vivo. Pero dejemos a unlado este significado demasiado mis-terioso para nosotros y hablemos delsentido ms seguro de estas pala-bras. Jess agoniza hasta el fin delmundo en cada hombre y mujer so-metido a sus mismos tormentos.Conmigo lo hicisteis! (Mt 25,40): esta palabra suya, no la ha di-cho slo por los que creen en l; laha dicho por cada hombre y mujerhambriento, desnudo, maltratado,en c arc e l ad o .

    11, 42), debemos creer que hachado tambin esta ltima ode la cruz, y que, por lo tantque crucificaron a Cristo fuerodonados por Dios (por supuessin antes estar, de alguna m

    arrepentidos) y estn con l paraso, testimoniando por la edad hasta dnde ha sido capllegar el amor de Dios.

    La ignorancia se verificaba, ds, exclusivamente en los soldPero la oracin de Jess no se a ellos. La grandeza divinaperdn consiste en que lotambin a sus ms encarnizadomigos. Justamente en favor deaduce la disculpa de la ignorAunque hayan obrado con astmaldad, en realidad no sabque hacan, no pensaban queban poniendo en la cruz a unbre que era realmente el MeHijo de Dios! En lugar de acusus adversarios o de perdonarfiando al Padre celestial la tarvengarlo, l los defiende.

    Su ejemplo propone a los dilos una generosidad infinita. Pnar con su misma grandeza dmo no puede comportar simplte una actitud negativa, con lse renuncia a querer el malquien obra el mal; tiene que ederse en cambio como una volpositiva de hacerles el bien, mnimo con una oracin haciaen favor de ellos. Rezad porllos que os persiguen (Mt 5Este perdn no puede encontsiquiera una consolacin en laranza de un castigo divino. que estar inspirado por una c

    SIGUEEN LAP

    Dios (Jn 16, 2). Quiz es-tas palabras nunca encon-traron, en la historia, uncumplimiento tan puntualcomo hoy.

    Un obispo del siglo III,

    Dionisio de Alejandra, nosdej el testimonio de unaPascua celebrada por loscristianos durante la ferozpersecucin del emperadorromano Decio: Nos exilia-ron y, solos entre todos, fui-mos perseguidos y asesina-dos. Pero tambin entoncescelebramos la Pascua. Todolugar donde se sufra seconverta para nosotros enun lugar para celebrar lafiesta: ya fuera un campo,un desierto, un barco, unaposada, una prisin. Losmrtires perfectos celebra-ron las fiestas pascuales msesplndidas, al ser admiti-dos a la fiesta celestial (enEusebio, Historia eclesistica,

    VII, 22, 4). Ser as paramuchos cristianos tambinPor una vez no pensemos en las

    llagas sociales, colectivas: el hambre,la pobreza, la injusticia, la explota-cin de los dbiles. De estas se ha-bla a menudo aunque si nunca su-ficiente, pero existe el riesgo deque se conviertan en abstracto. Cate-goras, no personas. Pensemos msbien en el sufrimiento de los indivi-duos, de las personas con un nom-bre y una identidad precisas; en lastorturas decididas a sangre fra yrealizadas voluntariamente, en estemismo momento, por seres humanosa otros seres humanos, incluso a ni-os.

    Cuntos Ecce homo en elmundo! Dios mo, cuntos Eccehomo! Cuntos prisioneros que se

    encuentran en las mismas condicio-nes de Jess en el pretorio de Pilato:solos, esposados, torturados, a mer-ced de militares violentos y llenos deodios, que se abandonan a todo tipode crueldad fsica y psicolgica, di-virtindose al ver sufrir. No hayque dormir, no hay que dejarles so-los!.

    La exclamacin Ecce homo!no se aplica slo a las vctimas, sinotambin a los verdugos. Quiere de-cir: de esto es capaz el hombre!Con temor y temblor, decimos tam-bin: de esto somos capaces loshombres! Qu lejos estamos de lamarcha inagotable del homo sapiens

    sapiens, el hombre que, segn algu-nos, deba nacer de la muerte deDios y tomar su lugar (cf. FriedrichNietzsche, La gaya ciencia, III, 125).

    Ciertamente, los cristianos no sonlas nicas vctimas de la violenciahomicida que hay en el mundo, perono se puede ignorar que en muchospases ellos son las vctimas designa-das y ms frecuentes. Ayer nos llegla noticia de 147 cristianos masacra-dos por la furia yihadista de los ex-tremistas somales en un campusuniversitario de Kenia. A quien leimporta la suerte de la propia reli-gin, no puede permanecer indife-rente ante todo esto. Jess dijo unda a sus discpulos: Llegar inclu-so una hora cuando el que os dmuerte pensar que da culto a

    personas del mundo occidental, el

    Pilato que se lava las manos.A nosotros, sin embargo, en esteda no se nos consiente hacer ningu-na denuncia. Traicionaramos el mis-terio que estamos celebrando. Jessmuri gritando: Padre, perdnalosporque no saben lo que hacen (Lc23, 34). Esta oracin no es simple-mente murmurada en voz baja; segrita para que se oiga bien. Es ms,no es ni siquiera una oracin, es unapeticin perentoria, hecha con la au-toridad que le viene de ser el Hijo:Padre, perdnalos!. Y ya que lmismo ha dicho que el Padre escu-chaba cada una de sus oraciones (Jn

    que perdona al prjimo, sin

    los ojos ante la verdad, sino tando detener a los malvados dnera que no hagan mayor maldems y a s mismos.

    Nos vienen ganas de decir:or, nos pides lo imposible!respondera: Lo s, pero ymuerto para poder dar lo quedo. No os he dado slo el mmiento de perdonar y tampocoun ejemplo heroico de perdnmi muerte os he procurado laque os hace capaces de perdonno he dejado al mundo slo un

    la Pascua de este ao, el 2015 des-pus de Cristo.

    Ha habido alguno que ha tenidola valenta de denunciar, en la pren-sa secular, la inquietante indiferenciade las instituciones mundiales y dela opinin pblica frente a todo es-to, recordando a qu ha llevado talindiferencia en el pasado (cf. Ernes-to Galli della Loggia, La indiferenciaque mata, en Corriere della sera28 de julio de 2014, p. 1). Corremosel riesgo de ser todos, instituciones y

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    pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 10 de abril de 2015, nme

    seanza sobre la misericordia, comohan hecho muchos otros. Yo soytambin Dios y con mi muerte hehecho brotar para vosotros ros demisericordia. De ellos pueden llenar-se las manos en el ao jubilar de lamisericordia que est a punto deabrirse.

    y poniendo al desnudo toda su in-justicia y su inutilidad. Ha inaugura-do un nuevo gnero de victoria quesan Agustn recogi en tres palabras:Victor quia victima Vencedor por-que vctima (Agustn, Confesiones,x, 43). Fue vindolo morir as,que el centurin romano exclam:Verdaderamente este hombre eraHijo de Dios! (Mc 15, 39). Los de-

    ms se preguntaban qu significabael fuerte grito que Jess emiti almorir (Mc 15, 37). l que era expertoen combatientes y combates, recono-ci enseguida que era un grito devictoria (cf. Frank Topping, An im-

    possible God).El problema de la violencia nos

    acecha, nos escandaliza, hoy que es-

    ta ha inventado formas nuevas y ho-rribles de crueldad y de barbarie.Nosotros los cristianos reaccionamoshorrorizados ante la idea de que sepueda matar en nombre de Dios. Al-guno entre tanto objeta: pero la Bi-blia no est ella misma llena de his-torias de violencia? A Dios no se lellama el Seor de los ejrcitos?.No se le atribuye la orden de enviaral exterminio ciudades enteras? Noes l quien ordena en la Ley mosaicanumerosos casos de pena de muerte?

    Si hubieran dirigido a Jess, du-rante su vida, la misma objecin lhabra respondido lo que respondisobre el divorcio: Por la dureza devuestro corazn os permiti Moissrepudiar a vuestras mujeres; pero alprincipio no era as (Mt 19, 8).

    Tambin a propsito de la violenciaal principio no era as. El primercaptulo del Gnesis nos presenta unmundo en el que no es ni siquieraposible pensar en la violencia, ni en-tre los humanos ni entre los hom-bres y los animales. Ni siquiera paravengar la muerte de Abel, o sea nipara castigar a un asesino es lcitoasesinar (Gn 4, 15).

    El genuino pensamiento deest expresado por el mandamNo matar, ms que por las exciones hechas a esto en la Leyson concesiones a la dureza derazn y a las costumbres dehombres. La violencia, despuspecado, lamentablemente formate de la vida, y el Antiguo Testa

    to, que refleja la vida y queque servir a la vida, busca al mcon su legislacin y con la penmuerte, canalizar y contener lalencia para que no degenere en trio personal y no se destruyan tuamente (cf. Ren Girard,Acerlas cosas ocultas desde la fundacimundo, 1978).

    Pablo habla de un tiempo carrizado por la paciencia de (Rm 3, 25). Dios tolera la violcomo tolera la poligamia, el divy otras cosas, pero va educandpueblo hacia un tiempo en el qplan originario ser recapituladpuesto nuevamente en su esplecomo para una nueva creacin.tiempo ha llegado con Jess quel monte proclama: Habisque se dijo: Ojo por ojo, dient

    diente; pero yo os digo no hfrente al que os agravia; al contsi uno te abofetea en la mejilla cha presntale tambin la otrabis odo que se dijo: Amarsprjimo y aborrecers a tu engo; pero yo os digo: amad atros enemigos y rezad por los qpersiguen (Mt5, 38-39; 43-44).

    El verdadero Sermn de la taa que ha cambiado el mundes, sin embargo, el que Jess nunci un da en una colina delilea, sino aquel que proclama asilenciosamente desde la cruz. ECalvario l pronuncia un definno! a la violencia, oponienella no simplemente la no-violesino an ms, el perdn, la mdumbre y el amor. Si existir aviolencia esta no podr, ni siq

    remotamente, invocar a Dios y vse de su autoridad. Hacerlo signhacer retroceder la idea de Diostuaciones primitivas y groserasperadas por la conciencia religicivil de la humanidad.

    Los verdaderos mrtires de Cno mueren con los puos cerrsino con las manos juntas. Cmos con numerosos ejemplos retes. Es Dios quien a los 21 cristcoptos asesinados por el EI en el 22 de febrero pasado, les hala fuerza de morir bajo los gomurmurando el nombre de Jestambin nosotros recemos: SJesucristo te pedimos por nuehermanos en la fe perseguidos, ytodos los Ecce homo que hay enmomento en la faz de la tierra,tianos y no cristianos. Mara, a

    de la cruz t te has unido al Hhas murmurado detrs de l:dre perdnalos!: aydanos a vel mal con el bien, n o slo en ecenario grande del mundo, sino bin en la vida cotidiana, dentrlas paredes mismas de nuestraT que sufriendo con tu Hijomora en la cruz, has cooperadmanera muy especial a la obraSalvador con la obediencia, la esperanza y la ardiente caridadmen gentium, 61), inspira a los bres y a las mujeres de nuestro po pensamientos de paz, de mcordia y de perdn. Que as sea

    Misa en el Santo Sepulcro celebrada por el patriarca Twal

    Los mrtires testigos de la resurreccinCada da, en Oriente Medio, so-mos testigos de hechos trgicos quenos hacen an ms contemporneos

    del Calvario. Pero nuestra alegra ynuestra fe en el Resucitado nadienos la puede quitar, porque el Se-or nos invita desde hoy, aunqueen medio de las dificultades, a gus-tar las primicias de su Resurrec-cin. Lo afirm el patriarca de Je-rusaln de los latinos, monseorFouad Twal, durante la misa delDomingo de Pascua que celebr enel Santo Sepulcro.

    El patriarca, dirigindose a losnumerosos fieles, sugiri sepultaren la tumba de Cristo las inclina-ciones mundanas, las incoherencias,las divisiones religiosas, la violen-cia, la falta de fe y los miedos. Deesta tumba salieron la luz y la paz.Y an hoy, desde aqu, desde estaTierra Santa tan atormentada, de-ben brotar de nuevo la luz y lapaz.

    Monseor Twal exhort a todosa dotarse de la fe, la valenta y laalegra de nuestro encuentro conJess, para anunciar a todos nues-tros hermanos su resurreccin y suvictoria. Como cristianos estamosllamados, en el corazn de esta re-gin de Oriente Medio, turbadapor las guerras y ensangrentada porla violencia, a ser signos de contra-diccin, signos de esperanza a pe-sar de todo. Nuestro futuro en estaregin y en este mundo es inciertoe incluso ms oscuro, pero nosotros

    no tenemos miedo, Cristo nos haprecedido y est con nosotros todoslos das, hasta el fin del mundo.

    Luego, el patriarca record que lospolticos y la comunidad internacio-nal se preocupan muy poco denuestra libertad y de nuestra suerte.Los intereses personales aplastan labuena voluntad de quien busca lapaz y la justicia. Pero los mrtirescontemporneos no dejan de testi-moniar la resurreccin de Cristo:todo, desde las procesiones y laspiedras de Jerusaln a los refugia-dos iraques y sirios, que han perdi-do todo por su fe, a quienes sonprisioneros en el nombre de Cristo,todo testimonia que nuestro Seorest vivo. Siguindoles a ellos, con

    las beatas Mariam y Mara Alfonsi-na que interceden por nosotros, nosconvertimos en autnticos testigos.

    Por ltimo, el patriarca recordel gran nmero de los que visitanTierra Santa para buscar a Cristo,tratando al mismo t iempo de en-contrar o reencontrar las propiasraces. Nuestras races estn aqu,en el seno de la Iglesia madre, en elMonte Glgota y en esta tumba va-ca. Por eso concluy monseorTw a l nuestra responsabilidad esgrande y, a pesar de todas las difi-cultades y desventuras que nos gol-pean, seguimos manteniendo firmenuestra esperanza y viva nuestraalegra. Cristo vivo triunfa de todosmodos sobre el mal.

    Homila del Viernes santo

    Jan Mostaert, Ecce homo (1525)

    VIENEDE LAPGINA

    5

    Entonces, dir alguno:seguir a Cristo es unvolverse pasivo hacia laderrota y la muerte? Alcontrario! Tened valor,l le dijo a sus apstolesantes de ir hacia la Pa-sin: Yo he vencido almundo (Jn 16, 33).

    Cristo ha vencido almundo, venciendo el maldel mundo. La victoriadefinitiva del bien sobreel mal, que se manifesta-r al final de los tiempos,ya vino, de hecho y dederecho, con la cruz deCristo. Ahora decava a ser juzgado el mun-do (Jn 12, 31). Desdeaquel da el mal pierde; yms pierde cuanto msparece triunfar. Est yajuzgado y condenado enltima instancia, con unasentencia inapelable.

    Jess le ha ganado a laviolencia no oponiendo aesa una violencia msgrande, sino sufrindola

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    nmero 15, viernes 10 de abril de 2015 LOSSERVATORE ROMANO p

    Al trmino del Va crucis en el Coliseo el Papa reza por los cristianos perseguidos ante la mirada indiferente del mundo

    Silencio cmplice

    Con los pobres de RomA la misma hora en la que el Papa Francisc

    sida el Va crucis en el Coliseo, el limosnevaba a los pobres de Roma un signo de cpor parte del Pontfice. Por segundo ao cutivo, el Viernes santo por la noche, el arzKrajewski, acompaado por el jefe demonseor Ravelli, visit las principales estade trenes de la ciudad, los refugios y dormde los numerosos pobres en las inmediaciola plaza de San Pedro, para entregarles el del Papa: Una pequea caricia la defindistribuyendo sobres que contenan una tarjfelicitacin pascual, la imagen del Papa y uma de dinero a casi trescientos entre mujhombres. Muchos, visiblemente conmovidosaron la fotografa de Francisco, pidiendo acerle personalmente.

    El Viernes santo, 3 de abril, por la noche,el Papa presidi el Va crucis en el Coliseo.Publicamos las palabras pronunciadas al trminode las catorce estaciones.

    Oh Cristo crucificado y victorioso, tu Va Crucises la sntesis de tu vida; es el icono de tu obe-

    diencia a la voluntad del Padre; es la realizacinde tu infinito amor por nosotros pecadores; es laprueba de tu misin; es la realizacin definitivade la revelacin y la historia de la salvacin. Elpeso de tu cruz nos libera de todos nuestras car-gas.

    En tu obediencia a la voluntad del Padre, cae-mos en la cuenta de nuestra rebelin y desobe-diencia. En ti vendido, traicionado y crucificadopor tu gente y por tus seres queridos, vemosnuestras traiciones cotidianas y nuestras usualesinfidelidades. En tu inocencia, Cordero inmacula-do, vemos nuestra culpa. En tu rostro azotado, es-cupido y desfigurado, vemos toda la brutalidadde nuestros pecados. En la crueldad de tu Pasin,vemos la crueldad de nuestro corazn y de nues-tras acciones. En tu sentirte abandonado, ve-mos a todos los abandonados por los familiares,la sociedad, la atencin y la solidaridad. En tucuerpo destrozado, desgarrado y lacerado, vemoslos cuerpos de nuestros hermanos abandonados a

    lo largo de las calles, desfigurados por nuestra ne-gligencia y nuestra indiferencia. En tu sed, Seor,vemos la sed de Tu Padre misericordioso que en

    Ti quiso abrazar, perdonar y salvar a toda la hu-manidad. En Ti, divino amor, vemos tambin hoya nuestros hermanos perseguidos, decapitados ycrucificados por su fe en Ti, ante nuestros ojos oa menudo con nuestro silencio cmplice.

    Imprime en nuestro corazn, Seor, sentimien-tos de fe, esperanza, caridad, de dolor por nues-tros pecados y condcenos a arrepentirnos de

    nuestros pecados que te han crucificado. Llvanosa transformar nuestra conversin hecha de pala-bras, en conversin de vida y de obras. Llvanos

    cordia. Pero ensanos tambin a no cannunca de pedir perdn y creer en la misersin lmites del Padre.

    Alma de Cristo, santifcanos.

    Cuerpo de Cristo, slvanos.

    Sangre de Cristo, embriganos.

    Agua del costado de Cristo,

    lvanos.Pasin de Cristo, confrtanos.

    O buen Jess, yenos.

    Dentro de tus llagas, escndenos.

    No permitas que nos separemos de ti.

    Del maligno enemigo defindenos.

    En la hora de nuestra muerte

    llmanos.

    Y manda que vengamos a Ti

    para que te alabemos con tus santos,

    por los siglos de los siglos. Amn.

    a custodiar en nosotros un rdo vivo de tu Rostro desfigpara no olvidar nunca el gracio que has pagado para lnos. Jess crucificado, refuenosotros la fe para que no dante las tentaciones; reaviva sotros la esperanza, que no

    el camino siguiendo las sednes del mundo; custodia entros la caridad para que no engaar por la corrupcinmundanidad. Ensanos qCruz es el camino hacia larreccin. Ensanos que el Vsanto es camino hacia la Pasla luz; ensanos que Dios olvida a ninguno de sus hnunca se cansa de perdonaabrazarnos con su infinita

    Una luz que apela a nuestra indiferencia

    cisco desde la terraza de la colina del Palatino,en uno de los pasos ms significativos de la ora-cin pronunciada al trmino del rito. Una invo-cacin retomada tambin en una de las medi-taciones propuestas este ao por el obispo Re-nato Corti que se convirti en una denuncia denuestras traiciones cotidianas y de nuestrashabituales infidelidades; de la brutalidad de

    nuestros pecados, de la crueldad de nuestrocorazn y de nuestras acciones. Una oracinque al mismo tiempo se transform en peticinde ayuda para todos los abandonados por losfamiliares, la sociedad, la atencin y la solidari-dad, y por nuestros hermanos abandonados alo largo de las calles, desfigurados por nuestranegligencia y por nuestra indiferencia.

    Viernes santo de oracin por loscristianos perseguidos en el mun-do. Primero en la baslica vatica-na, donde por la tarde el Papapresidi la celebracin de la Pa-sin del Seor, y despus en elsugestivo escenario del Coliseo,donde por la noche se rez el tra-dicional Va crucis, reson la in-vocacin por todos los creyentesvctimas de la violencia en diver-

    sas partes del mundo.En Ti, divino amor, vemostambin hoy a nuestros hermanosperseguidos, decapitados y cruci-ficados por su fe en Ti, antenuestros ojos o a menudo connuestro silencio cmplice, recal-c con voz severa el Papa Fran-

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    nmero 15, viernes 10 de abril de 2015

    Durante la vigilia pascual la reflexin sobre cmo entrar en el misterio

    Lo que nos ensean las mujeres

    La

    W. Bouguereau, Las santas mujeres en la tumba (1890)

    La Pascua de FranciscoLos dramas que afligen al mundo en especial Siria, Irak, Libia,Yemen, Ucrania, Nigeria, Sudn del Sur y la Repblica democrti-ca del Congo estuvieron presentes en el mensaje Urbi et orbidel Papa Francisco que dirigi a medioda del domingo 5 de abril

    desde el balcn central de la baslica vaticana. Un recuerdo especialdedic a los cristianos perseguidos que tambin en el da de la resu-rreccin de Jess sufren y son objeto de discriminaciones; recordadems a los jvenes asesinados en Kenia. Este momento estuvoprecedido por la celebracin de la misa del da de Pascua. Tras lle-gar al altar, ubicado en el atrio de la baslica de San Pedro, el Papase acerc al icono del Santsimo Redentor para realizar el rito delR e s u r re x i t: antiguo canto que anuncia la resurreccin.

    La celebracin de la vigilia pascual tuvo lugar en la baslica e ini-ci a las 20.30 con la solemne ceremonia de la bendicin del fuego.Sigui la procesin hasta el altar de la confesin. Durante el rito elPontfice administr a diez catecmenos procedentes de Kenia,Camboya, Portugal, Albania e Italia los sacramentos de la inicia-cin cristiana. Concelebraron con el Papa treinta y tres cardenales,numerosos prelados y trecientos cincuenta sacerdotes.

    Publicamos el texto deciudad y al mundo qupronunci desde el balbendiciones de San Pemisa de Pascua, el doen el atrio de la basli

    Queridos hermanoFeliz Pascua!

    Jesucristo ha resucitEl amor ha derrot

    ha vencido a la mupado la oscuridad.

    Jesucristo, por amdespoj de su glorias mismo, asumi lase humill hasta la mcruz. Por esto Dios ha hecho Seor delel Seor.

    Con su muerte y muestra a todos la felicidad: esta va ecomporta la humillamino que conducequien se humilla pued

    nes de all arriba, a4). El orgulloso miracia abajo, el humhacia arriba.

    La maana de Pasadvertidos por las msepulcro y lo encontco. Entonces, se acen a ro n para entrar entrar en el misteriose, abajarse. Slo qprende la glorificacide seguirlo en su cam

    El mundo proponcosta, competir, hacecristianos, por la grato y resucitado, son lmanidad, en la cualservicio de los demsino disponibles y re

    Una invitacin a entrar en el misteriocon humildad, siguiendo el ejemplo de lasmujeres discpulas de Jess que nopermanecieron prisioneras del miedo y deldolor, dirigi el Papa Francisco a todoslos cristianos durante la vigilia pascualcelebrada el Sbado santo, 4 de abril,

    por la tarde, en la baslica vaticana.Esta noche es noche de vigilia.

    El Seor no duerme, vela el guar-din de su pueblo (cf. Sal 121, 4), parasacarlo de la esclavitud y para abrirleel camino de la libertad.

    El Seor vela y, con la fuerza de suamor, hace pasar al pueblo a travs delMar Rojo; y hace pasar a Jess a tra-vs del abismo de la muerte y de losinfiernos.

    Esta fue una noche de vela para losdiscpulos y las discpulas de Jess.Noche de dolor y de temor. Los hom-bres permanecieron cerrados en el Ce-nculo. Las mujeres, sin embargo, alalba del da siguiente al sbado, fue-ron al sepulcro para ungir el cuerpode Jess. Sus corazones estaban llenosde emocin y se preguntaban: C-

    mo haremos para entrar?, quin nosremover la piedra de la tumba?....

    Pero he aqu el primer signo del Acon-tecimiento: la gran piedra ya haba si-do removida, y la tumba estaba abier-ta.

    Entraron en el sepulcro y vieron aun joven sentado a la derecha, vestidode blanco (Mc 16, 5). Las mujeres

    fueron las primeras que vieron estegran signo: el sepulcro vaco; y fueronlas primeras en entrar.

    Entraron en el sepulcro. En estanoche de vigilia, nos viene bien dete-nernos a reflexionar sobre la experien-cia de las discpulas de Jess, quetambin nos interpela a nosotros.Efectivamente, para eso estamos aqu:para e n t ra r, para e n t ra r en el misterioque Dios ha realizado con su vigilia dea m o r.

    No se puede vivir la Pascua sin en-trar en el misterio. No es un hecho in-telectual, no es slo conocer, leer... Esms, es mucho ms.

    Entrar en el misterio significa ca-pacidad de asombro, de contempla-cin; capacidad de escuchar el silencioy sentir el susurro de ese hilo de silen-

    cio sonoro en el que Dios nos habla(cf. 1 Re 19, 12).

    Entrar en el misterio significa ir msall de las cmodas certezas, ms allde la pereza y la indiferencia que nosfrenan, y ponerse en busca de la ver-dad, la belleza y el amor, buscar unsentido no ya descontado, una res-puesta no trivial a las cuestiones que

    ponen en crisis nuestra fe, nuestra fi-delidad y nuestra razn.

    Para entrar en el misterio se necesitahumildad, la humildad de abajarse, deapearse del pedestal de nuestro yo, tanorgulloso, de nuestra presuncin; lahumildad para redimensionar la pro-pia estima, reconociendo lo que real-mente somos: criaturas con virtudes ydefectos, pecadores necesitados deperdn. Para entrar en el misterio hacefalta este abajamiento, que es impo-tencia, vaciamiento de las propias ido-latras... adoracin. Sin adorar no sepuede entrar en el misterio.

    Todo esto nos ensean las mujeresdiscpulas de Jess. Velaron aquellanoche, junto a la Madre. Y ella, laVirgen Madre, les ayud a no perderla fe y la esperanza. As, no permane-cieron prisioneras del miedo y del do-lor, sino que salieron con las primerasluces del alba, llevando en las manossus ungentos y con el corazn ungi-do de amor. Salieron y encontraron latumba abierta. Y entraron. Velaron,salieron y entraron en el misterio.Aprendamos de ellas a velar con Diosy con Mara, nuestra Madre, para en-trar en el misterio que nos hace pasarde la muerte a la vida.

    Entrar en el misterio nosexige no tener miedo de larealidad: no cerrarse en smismos, no huir ante lo queno entendemos, no cerrar losojos frente a los problemas,no negarlos, no eliminar losi n t e r ro g a n t e s . . .

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    E ROMANO

    ensaje a la ciudad y al mundo el Papa recuerda a quienes sufren injustamente las consecuencias de los conflictos

    de Dios no tiene necesidad de violenciaEsto no es debi lidad, sino autntica

    fuerza. Quien lleva en s el poder deDios, de su amor y su justicia, no nece-sita usar violencia, sino que habla y ac-ta con la fuerza de la verdad, de labelleza y del amor.

    Imploremos hoy al Seor resucitadola gracia de no ceder al orgullo que fo-

    menta la violencia y las guerras, sino detener el valor humilde del perdn y dela paz. Pedimos a Jess victorioso quealivie el sufrimiento de tantos hermanosnuestros perseguidos a causa de su

    nombre, as como de todos los que pa-decen injustamente las consecuenciasde los conflictos y las violencias que se

    estn produciendo, y queson tantas.

    Pidamos paz ante todopor la amada Siria e Irak,para que cese el fragor de

    las armas y se restablezcauna buena convivencia entrelos diferentes grupos queconforman estos amadospases. Que la comunidadinternacional no permanez-ca inerte ante la inmensatragedia humanitaria dentrode estos pases y el dramade tantos refugiados.

    Imploremos la paz paratodos los habitantes de Tie-rra Santa. Que crezca entreisraeles y palestinos la cul-tura del encuentro y se rea-nude el proceso de paz, pa-ra poner fin a aos de sufri-mientos y divisiones.

    Pidamos la paz para Li-bia, para que se acabe conel absurdo derramamiento

    de sangre por el que estpasando, as como toda br-bara violencia, y para quecuantos se preocupan por eldestino del pas se esfuercenen favorecer la reconcilia-cin y edificar una sociedadfraterna que respete la dig-nidad de la persona. Y es-peremos que tambin en Ye-men prevalezca una voluntad comn depacificacin, por el bien de toda la po-blacin.

    Al mismo tiempo, encomendemoscon esperanza al Seor, que es tan mi-sericordioso, el acuerdo alcanzado enestos das en Lausana, para que sea unpaso definitivo hacia un mundo ms se-guro y fraterno.

    Supliquemos al Seor redon de la paz en Nigeria,Sur y diversas regiones del Sla Repblica Democrtica de

    Que todas las personas deluntad eleven una oracinpor aquellos que perdieropienso en particular en lasesinados el pasado juevesversidad de Garissa, en Kenique han sido secuestrados, ltenido que abandonar sus hoseres queridos.

    Que la resurreccin del Sllegar la luz a la amada Ucrcialmente a los que han sufrlencia del conflicto de los ses. Que el pas reencuentre esperanza gracias al compromdas las partes implicadas.

    Pidamos paz y libertad phombres y mujeres sometidoy antiguas formas de esclparte de personas y organizminales. Paz y libertad parmas de los traficantes de drogveces aliados con los poderesran defender la paz y la armfamilia humana. E implorempara este mundo sometidocantes de armas, que se enri

    la sangre de hombres y mujeY que a los marginados,los pobres y los emigrantes,nudo rechazados, maltratadchados; a los enfermos y lfren; a los nios, especialmllos sometidos a la violenciahoy estn de luto; y a todobres y mujeres de buena vogue la voz consoladora y cSeor Jess: Paz a vosotro36). No temis, he resucitapre estar con vosotros (cf.mano, Antfona de entradaPa s c u a ) .SIGUEEN LAPGINA 10

    Saludo del Pontfice

    Justicia y respetoAl trmino de la misa, el Papa quiso agradecer a los presentes y, en especial,a los viveristas holandeses por el regalo floral. A continuacin su saludo.

    Queridos hermanos y hermanas:

    Quiero dirigir mis deseos de feliz Pascua a todos vosotros que habis venidoa esta plaza desde diversos pases, como tambin a cuantos estn conectados atravs de los medios de comunicacin social. Llevad a vuestras casas y a cuan-tos encontris el alegre anuncio de que el Seor ha resucitado de la vida, tra-yendo consigo amor, justicia, respeto y perdn.

    Gracias por vuestra presencia, por vuestra oracin y por el entusiasmo devuestra fe. Un recuerdo especial y agradecido por el regalo de las flores, quetambin este ao provienen de los Pases Bajos. Feliz Pascua a todos!

    El Papa Francisco, al trmino del Regina caeli del 6 deabril, lunes de Pascua, que rez con los fieles presentes en la

    plaza de San Pedro, lanz un llamamiento para que lacomunidad internacional no permanezca muda e inerte anteel inaceptable crimen de la persecucin de los cristianos.

    Queridos hermanos y hermanas, buenos das y de nuevoFeliz Pascua!

    Hoy lunes despus de la Pascua, el Evangelio (cf. Mt28,8-15) nos presenta la narracin de las mujeres que, tras ir alsepulcro de Jess, lo encuentran vaco y ven a un ngelque les anuncia que l ha resucitado. Y mientras ellas co-rren para transmitir la noticia a los discpulos, encuentran aJess mismo que les dice: Id a comunicar a mis hermanosque vayan a Galilea; all me vern (v. 10). Galilea es laperiferia donde Jess haba iniciado su predicacin; y deall volver a partir el Evangelio de la Resurreccin, paraque sea anunciado a todos, y para que cada uno le puedaencontrar a l, al Resucitado, presente y operante en lahistoria. Tambin hoy l est con nosotros aqu en la pla-za.

    Por lo tanto, ste es el anuncio que la Iglesia repite des-de el primer da: Cristo ha resucitado!. Y, en l, por elBautismo, tambin nosotros hemos resucitado, hemos pasa-do de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a lalibertad del amor. sta es la buena noticia que estamos lla-mados a anunciar a los dems y en todo ambiente, anima-dos por el Espritu Santo. La fe en la resurreccin de Jessy la esperanza que l nos ha trado es el don ms bonito

    que el cristiano puede y debe ofrecer a sus hermanos. A to-dos y cada uno, entonces, no nos cansemos de repetir:Cristo ha resucitado! Repitmoslo todos juntos, hoy aquen la plaza: Cristo ha resucitado! Repitmoslo con las pa-labras, pero sobre todo con el testimonio de nuestra vida.La alegre noticia de la Resurreccin debera transparentarseen nuestro rostro, en nuestros sentimientos y actitudes, enel modo con el cual tratamos a los dems.

    Nosotros anunciamos la resurreccin de Cristo cuandosu luz ilumina los momentos oscuros de nuestra existenciay podemos compartirla con los dems; cuando sabemossonrer con quien sonre y llorar con quien llora; cuandocaminamos junto a quien est triste y corre el riesgo deperder la esperanza; cuando transmitimos nuestra experien-cia de fe a quien est en bsqueda de sentido y felicidad.Con nuestra actitud, con nuestro testimonio, con nuestravida decimos: Jess ha resucitado! Lo decimos con todo elalma.

    Estamos en los das de la octava de Pascua, durante loscuales nos acompaa el clima gozoso de la Resurreccin.Es curioso, la liturgia considera toda la octava como unnico da, para ayudarnos a entrar en el misterio, para quesu gracia se imprima en nuestro corazn y en nuestra vida.La Pascua es el acontecimiento que ha trado la novedadradical para todo ser humano, para la historia y para elmundo: es el triunfo de la vida sobre la muerte; es la fiestadel renacer y de la regeneracin. Dejemos que nuestra

    Denuncia de las persecuciones contra los cristianos en el Regina caeli del lunes de Pascua

    Crimen inaceptable

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    pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 10 de abril de 2015, n

    En la cruz

    Antes el perdn

    ANTONIO PE L AY O

    P

    adre, perdnales porqueno saben lo que hacen(Lc 23, 34) Son sus pri-

    meras palabras desde la cruz. Sonpalabras de perdn, no de venganzani de odio o rencor, ni siquiera pi-den a Dios, juez supremo, que hagajusticia ante la tamaa injusticia dela muerte de un inocente. Jess cla-vado en la cruz se dirige a Dios co-mo Padre para pedirle que no des-cargue su ltigo castigador sobreesos insensatos que le han crucifica-do.

    No saben lo que hacen escrib eHans Urs von Balthasar, uno de losgrandes telogos del siglo XX loclavan al leo para deshacerse de ldefinitivamente y as lo clavan parasiempre con esta tierra, firmemente.Lo clavan de tal manera que ya nopueda moverse y as ejecutan su vo-luntad de permanecer siempre connosotros. Ni la Resurreccin ni laAscensin cambian nada a esto. No

    es el hombre quien le fuerza a serfiel a la tierra; es l mismo el que,con su divina libertad, permanececon nosotros hasta el final y msall (Va crucis en el Vaticano,1988).

    No saben lo que hacen, suspiraJess mientras sus ojos, oscurecidospor la sangre que a borbotones bro-

    Quizs, quizs, quizs. Pero Jessse deshace de todos esos quizs y pi-de al Padre que perdone a todos sinexcepcin. Para eso vino al mundo,para perdonar y ese quiere que seasu testamento. El perdn de Jess es

    ilimitado y recorre todos los tiemposhasta llegar a nuestros das. Tampo-co le impide perdonar la magnitud yla gravedad de nuestros pecadosporque tambin los hombres y muje-res de hoy no saben lo que hacen,no sabemos lo que estamos hacien-do.

    No, no saben lo que hacen esos

    que se entregan a la ms cobarde delas fugas refugindose en las redesdel alcohol o de las drogas que ma-tan; jvenes que han perdido la br-jula de su existencia y desconfan deun amor que nunca han conocido y

    por eso lo minusvaloran; jvenes deambos sexos que parecen haber arro-jado la toalla antes de comenzar abatallar por sus vidas.

    No saben lo que hacen y esto sque es an ms alarmante, los cl-rigos (y yo el primero), cegados porla ambicin, la bsqueda del podery la avaricia del dinero; los que seatreven a violar las conciencias y loscuerpos de nios y adolescentes; losque cargan los hombros de los de-

    ms con yugos que ellos mismson capaces de soportar y se ode la misericordia que debenica norma de comportamien

    Pero Jess perdona porque

    dn es una forma muy espprivilegiada del amor que es ltaesencia de su Evangelio. Udn que mana de la cruz cosangre que resbala por el cuecrucificado y empapa estequerido mundo terrible. Dios no ha enviado a su Hmundo dice el Evangelio depara condenar al mundo sinque el mundo se salve por l17).

    Como nos recordaba reciente el Papa Francisco, nos aceptar la lgica de Dios qsu misericordia abraza y acogtegrando y transfigurando elbien, la condena en salvaciexclusin en anuncio. Encuencia aada en su discursnuevos cardenales del pasadof eb re ro, el camino de la Ig

    el de no condenar a nadisiempre y difundir la misericoDios a todas las personas queden con corazn sincero. El Papa acaba de anunciar uSanto extraordinario. Ao sala misericordia porque, comosin cesar Bergoglio, Dios psiempre, Dios perdona todono se cansa de perdonar. Somsotros los que nos cansamosdir perdn.

    Francisco del Rincn, La elevacin de (1604, Valladolid, Colegio de San G

    Museo nacional de escultura)

    Pregn de las siete palabrasPublicamos amplios pasajes del largo Pregnsobre las siete palabras de Cristo en la cruzque el Viernes santo pronunci en la PlazaMayor de Valladolid (Espaa) don AntonioPelayo, corresponsal en el Vaticanode Vida Nueva y de Antena 3,consejero eclesistico de la embajadade Espaa ante la Santa Sede.

    Nacido en Valladolid, el predicador de esteao recuerda en las palabras iniciales haberescuchado en el pasado el tradicionalPregn pronunciado por los cardenalesMarcelo Gonzlez y Antonio Mara Javierrey por Jos Luis Martn Descalzo, sacerdote,periodista y poeta.

    cientficos que juegan conla vida humana como sifuera un objeto, un pro-ducto que se puede mani-pular, transformar, vendero alquilar; esos sabios queen sus laboratorios ya pue-den clonar al ser humanoprivndole de su verdaderanaturaleza de hombre librey de criatura nacida delamor entre un hombre y

    una mujer.No, no saben segura-mente lo que hacen los quetrafican con los seres hu-manos, incluso con los ni-os; los que les arrojan enmiserables pateras al mar,expuestos a todos los peli-gros con la nica esperanzade dejar atrs un pasado de

    ta de su cabeza coronada de espinas,apenas divisan la horrenda turbaque asiste a su ejecucin. Quizs nosaban lo que hacan los soldados ro-manos simples ejecutores materialesdel ms horrendo crimen de la histo-ria de la humanidad. Quizs Ans yCaifs, y con ellos la casta de sacer-dotes y escribas corrompidos y co-rrompedores, eran incapaces de com-prender la magnitud del error que

    estaban cometiendo. Quizs el go-bernador Poncio Pilato, asaltado porsus miedos y su cobarda, pens quehaba tomado la decisin poltica-mente correcta, aunque estuvieseconvencido de la inocencia del Na-zareno. Quizs Judas poda justificarsu traicin por la decepcin que ha-ban sufrido sus ansias de lideraruna revuelta contra los invasores ro-manos. Quizs en aquella multitudvociferante y blasfema no haba msque sdicos deseos de divertirse conla desgracia ajena y de matar la tar-de con un espectculo que no sevea todos los das.

    hambre, de violencia y de muerte;muchos de ellos, demasiados, acaba-rn en el fondo del mar, convertidoas en el ms cruel de todos los ce-menterios.

    No, Seor Jess, no saben lo quehacen esos polticos corruptos y co-rruptores que anteponen su codiciaa la bsqueda del bien comn; losque halagan los ms bajos instintoscon la demagogia y el populismo ol-vidndose de que la verdad no pue-

    de ser ni tergiversada ni camuflada;los que slo buscan el poder paraservirse de l y no para servir al pue-blo del que provienen.

    No saben tampoco lo que hacenquienes explotan la tierra como sifuera su propiedad y no un don quehemos recibido en prstamo paratransmitrselo mejorado a las futurasgeneraciones; esos desalmados egos-tas que no respetan las leyes de lanaturaleza y que ignoran que no sepuede jugar impunemente con lasalvaguardia del planeta. No sabentampoco, por desgracia, lo que ha-cen esos jvenes desesperanzados

    Regina caeli del 6 de abril

    existencia sea conquistada y trans-

    formada por la Resurreccin!Pidamos a la Virgen Madre, tes-tigo silenciosa de la muerte y de laresurreccin de su Hijo, que au-mente en nosotros el gozo pascual.Lo haremos ahora con la oracindel Regina caeli, que durante eltiempo pascual sustituye la oracindel ngelus. En esta oracin, mar-cada por elAl e l u y a, nos dirigimos aMara invitndola a alegrarse, por-que a quien llev en su vientre haresucitado como haba prometido,y nos encomendamos a su interce-sin. En realidad, nuestra alegra esun reflejo de la alegra de Mara,porque es Ella quien ha custodiadoy custodia con fe los eventos de Je-ss. Recitemos pues esta oracincon los sentimientos de los hijosque estn felices porque su Madre

    est feliz.A continuacin, al saludar a losgrupos de fieles reunidos, record alos cristianos perseguidos en elmundo.

    En este bonito clima pascual, salu-do cordialmente a todos vosotros,queridos peregrinos llegados deItalia y de varias partes del mundopara participar en este momento deoracin. En especial, estoy encanta-do de recibir a la delegacin delMovimiento Shalom, que ha llega-do a la ltima etapa de la difusin

    solidaria para sensibilizar anin pblica sobre las persnes de los cristianos en el m

    Vuestro itinerario en las caterminado, pero debe copor parte de todos el caminritual de oracin intensa, decipacin concreta y ayuda ten defensa y proteccin de nhermanos y hermanas, perseexiliados, asesinados, decappor el solo hecho de ser criEllos son nuestros mrtires dy son muchos, podemos deson ms numerosos que en meros siglos. Pido que la cdad internacional no permmuda e inerte frente a tales tables crmenes, que consuna preocupante violacin derechos humanos fundamePido verdaderamente que lanidad internacional no mirotro lado.

    A cada uno de vosotros oque vivis en el gozo y la seresta Semana en la cual se prla alegra de la ResurreccCristo. Para vivir ms intenseste periodo y vuelvo siembre el mismo tema nos haleer cada da un pasaje del Elio en el cual se habla del acmiento de la Resurreccinda, un pequeo pasaje.

    Buena y santa Pascua aPor favor, no os olvidis dpor m. Buen almuerzo y hvista!

    VIENEDE LAPGINA 9

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    nmero 15, viernes 10 de abril de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pg

    Firma del Acuerdo entre la Santa Sede y el gobiernode la Repblica italiana en materia fiscal

    El da 1 de abril de 2015, a las 9.45,en la Secretara de Estado, se firmel Acuerdo entre la Santa Sede y elgobierno de la Repblica italiana enmateria fiscal.

    Han firmado, por la Santa Sede,monseor Paul Richard Gallagher,secretario para las Relaciones con losEstados y, por la Repblica italiana,su excelencia Pier Carlo Padoan, mi-nistro de economa y hacienda, dota-do de plenos poderes.

    Al solemne acto han asistido: porparte de la Santa Sede, monseorPeter B. Wells, asesor para los Asun-tos generales, monseor Lucio Bo-nora, oficial de la Seccin para losAsuntos generales, monseor CarloAlberto Capella, consejero de nun-ciatura en la Seccin para las Rela-ciones con los Estados, don PieroGallo, oficial de la Seccin para lasRelaciones con los Estados, donCarlos Fernando Daz Paniagua, ofi-cial de la Seccin para las Relacio-nes con los Estados, monseor Lu-ciano Alimandi, oficial de la Seccinpara las Relaciones con los Estadosy monseor Walter Erb, consejerode nunciatura en la representacinpontificia en Italia. Por parte de la

    Repblica italiana, Amb. DanieleMancini, embajador de Italia; Ro-berto Garofoli, jefe de gabinete;Dra. Fabrizia Lapecorella, jefe dedepartamento de Hacienda; ministroplenipotenciario Michele Quaroni,

    consejero diplomtico del ministro;Cons. Francesca Quadri, jefe de laoficina legislativa finanzas; dr.Marco Iuvinale, director de relacio-nes internacionales departamentode Hacienda; y primer Secretario

    Raffaella Campanati, embajadItalia.Las reformas introducidas a p

    del 2010 y la creacin en la SSede de Instituciones con especcompetencias en materia econy financiera, consienten hoy la pcooperacin administrativa tamcon fines fiscales. En el marcoespecial relevancia de las relacbilaterales, Italia es el primer con el cual la Santa Sede firmacuerdo que regula el intercade informaciones.

    En lnea con el proceso en hacia la afirmacin a escala gde la transparencia en el camplas relaciones financieras, el Acurecoge el ms actualizado staninternacional en materia de icambio de informaciones (art26 del Modelo O CSE) para regucooperacin entre las autoridcompetentes de las dos partes trayentes. El intercambio de imaciones concierne a los peride impuesto a partir del 1 de ede 2009.

    El Acuerdo, a partir de lade entrada en vigor, permitir eno cumplimiento, con modalidsimplificadas, de las obligacionecales relativas a las actividades ficieras llevadas a cabo en los orgmos que realizan actividades fcieras en la Santa Sede, y de algpersonas fsicas y jurdicas fiscalte residentes en Italia. Los misujetos podrn acceder a un promiento de regularizacin de lasmas actividades, con iguales ef

    de los establecidos por la le186/2014.El Acuerdo acta, adems, cu

    previsto por el Tratado de Letrlativo a la exencin de los impupara los inmuebles de la Santaindicados en el mismo tratado.

    Por ltimo, se integra en lavencin el intercambio de ndesde julio de 2007, entre el Mterio de Asuntos exteriores y lcretara de Estado, que prev la ficacin por va diplomtica dactos tributarios en organismosSanta Sede.

    An ms cercanosPAU L RICHARD GALLAGHER *

    Con la firma del Acuerdo en mate-ria fiscal la Santa Sede e Italia es-tn an ms cercanas. Al vnculohistrico se suman siempre vnculosinstitucionales y jurdicos ms esta-bles que, tras la quiescencia en los

    aos sucesivos al 1870, han conoci-do desde los Pactos Lateranense enadelante un crecimiento constantecon recprocos beneficios. La metarepresentada por este Tratado es enbuena parte fruto del amplio com-promiso internacional de la SantaSede en los mbitos de la transpa-rencia, la vigilancia y la informa-cin financiera que, desde el ao2010 en adelante, ha consentido larealizacin de significativas refor-mas, acogidas por un amplio con-senso por parte de los agentes in-ternacionales.

    Sobre la base de esta introduc-cin la colaboracin entre la SantaSede e Italia se extiende hoy a lamateria fiscal. Este mbito puedeparecer ms bien sorprendente a laluz de las que son las Partes contra-yentes, ya que ni la Santa Sede ni

    el Estado de la Ciudad del Vatica-no tienen una legislacin fiscal ensentido estricto o un sistema tribu-tario que pueda justificar los conte-nidos tradicionales de los acuerdosfiscales estipulados entre los Esta-dos.

    Esta disciplina convencional, enefecto, se justifica precisamente a laluz de la especificidad de las rela-ciones entre la Santa Sede (y el Es-tado de la Ciudad del Vaticano, enel cual la Santa Sede ejerce la sobe-rana) y la Repblica italiana, querequieren ante todo una simplifica-cin en el pago de los impuestos

    sobre los beneficios producidos porlas actividades financieras realizadasen el Estado de la Ciudad del Vati-cano. De este modo la Santa Sedey las Instituciones que actan en elEstado de la Ciudad del Vaticanopodrn, por un lado, agilizar las ac-tividades de recaudacin de las au-

    toridades fiscales italianas y, porotro, ofrecer un importante servicioa todas las personas (fsicas y jur-dicas) residentes en Italia y que pormotivos de naturaleza eclesial tie-nen actividades financieras en el te-rritorio vaticano.

    Este mbito incluye el complejouniverso de los institutos de vidaconsagrada, las sociedades de vidaapostlica, as como a todos los de-ms entes con personalidad jurdicacannica y que atienden obras depiedad, apostolado o caridad, espi-ritual o temporal (ex can 114 CIC).Un mbito no menos importante serefiere luego a la pluralidad de losempleados de la Santa Sede y delEstado de la Ciudad del Vaticano,as como a todos los jubilados deestas instituciones, que reciben enel Instituto para las Obras de reli-

    gin el pago de las respectivas retri-buciones o pensiones. Tambin pa-ra ellos est previsto el acceso a laantes mencionada simplificacin tri-butaria.

    La parte tal vez ms relevante delTratado consiste en el acuerdo rela-tivo al intercambio de informacio-nes por peticin con fines fiscales,cuya disciplina introduce el com-plejo articulado del Tratado. Contal acuerdo se establece que la San-ta Sede comunicar al Estado italia-no las informaciones verosmil-mente relevantes para la adminis-tracin o la aplicacin del derecho

    interno relativo a los impuestos decualquier naturaleza o denomina-cin, sin posibilidad de oponeren sentido contrario algn vnculode secreto en materia financiera.Las disposiciones se presentan msbien amplias en cuanto que corres-ponden al standard internacional

    ms acreditado y reciente, como elaprobado por la Organizacin parala cooperacin y el desarrollo eco-nmico (O CSE) y adoptado por Ita-lia incluso en los recientes acuerdoscon Suiza, Liechtenstein y el Princi-pado de Mnaco.

    Tambin este contenido, al igualque el precedente, actuar en senti-do unilateral, es decir, en funcindel solo derecho fiscal italiano, con-siderando que la Santa Sede (y elEstado de la Ciudad del Vaticano)no tienen motivo para pedir infor-maciones en ausencia de un sistematributario que pueda justificar lapeticin. Al respecto hay que evi-denciar cmo el acuerdo sobre elintercambio de informaciones reali-za un significativo paso de la SantaSede hacia el objetivo de la mximatransparencia en el campo de las re-

    laciones financieras, demostrando almismo tiempo la idoneidad en suconjunto del propio sistema institu-cional y jurdico para sostener demodo eficaz la confrontacin conlos ms altos parmetros internacio-nales en la materia.

    Del Acuerdo, por ltimo, se hande apreciar las referencias, brevespero tcnicamente puntuales yoportunas, a las disposiciones delos Pactos lateranenses que pueden,en cierto modo, verse afectadas porlos contenidos del Acuerdo. En es-

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    pgina 12 LOSSERVATORE ROMANO viernes 10 de abril de 2015, nm

    Colegio episcopal Iglesias orientales catlicas

    Audiencias pontificiasEL SANTO PADREHA RECIBID O EN AU D I E N C I A:

    Jueves 9 de abril

    Al presidente de la Repbli-ca Eslovaca, Andrej Kiska, con elsquito.

    Al cardenal George Pell, pre-fecto de la Secretara de asuntoseconmicos.

    Al cardenal Gualtiero Basset-ti, arzobispo de Perugia-Citt de-lla Pieve (Italia).

    A monseor Adolfo TitoYllana, arzobispo titular deMontecorvino, nuncio apostlicoen Australia.

    A monseor Giovanni PietroDal Toso, secretario del Consejopontificio Cor Unum.

    Lutos en el episcopCuria romanaEl Papa ha nombrado miembrode la administracin del Patrimo-nio de la Sede apostlica al car-denal RAINER MARIA WOELKI,arzobispo de Colonia (Alema-nia).

    COMUNICACIONES

    Mons. Ernesto Romero, vicario apostlico de Tucupita (Venezuela)

    RENUNCIAS:

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la dicesis deMakurdi (Nigeria) que monseorATHANASIUS ATULE USUH le habapresentado en conformidad con elcanon 401 2 del Cdigo de dere-cho cannico.

    Le sucede en el gobierno pastoralde la dicesis el coadjutor, monse-or WILFRED CH I K PA ANAGBE,C.M.F.

    Athanasius Atule Usuh naci enMbagen, dicesis de Makurdi, el 2de mayo de 1942. Recibi la orde-nacin sacerdotal el 19 de diciembrede 1971. Juan Pablo II le nombrobispo coadjutor de Makurdi el 18de noviembre de 1987; recibi la or-denacin episcopal el 6 de enero de

    1988. Pas a ser obispo residencialde dicha sede el 2 de junio de 1989.

    Wilfred Chikpa Anagbe, C.M.F.,naci en Aondona Village, estadode Benue, dicesis de Makurdi, el 2de abr il de 1965. Ingres con losMisioneros Hijos del Corazn In-maculado de Mara (claretianos),donde recibi la ordenacin sacer-dotal el 6 de agosto de 1994. El Pa-pa Francisco le nombr obispocoadjutor de Makurdi el 8 de juliode 2014; recibi la ordenacin epis-copal el 4 de octubre sucesivo.

    El Papa ha aceptado la renuncia ala funcin de auxiliar de Morelia(Mxico) que monseor OC TAV I OVILLEGAS AGUILAR, obispo titularde Cissita, le haba presentado enconformidad con los cnones 411 y401 1 del Cdigo de derecho ca-nnico.

    Octavio Villegas Aguilar naci enCopndaro, arquidicesis de More-lia, el 26 de enero de 1940. Recibila ordenacin sacerdotal el 5 demarzo de 1966. Juan Pablo II lenombr obispo de Tula el 27 deabril de 1994; recibi la ordenacinepiscopal el 25 de mayo sucesivo.Benedicto XVI le nombr obispo ti-tular de Cissita y auxiliar de More-lia el 29 de diciembre de 2005.

    El Santo Padre ha aceptado la re-nuncia a la funcin de administra-dor apostlico del Ordinariato paralos armenios catlicos residentes enGrecia que le haba presentadomonseor NECHAN KA R A K H YA Nen conformidad con el canon 210 1 del Cdigo de cnones de la Igle-sias orientales.

    Nechan Karakhyan naci en elPireo, Ordinariato de Grecia paralos armenios, el 17 de abril de 1932.Recibi la ordenacin sacerdotal el2 de julio de 1960, como miembrodel Instituto del clero patriarcal deBzommar. Juan Pablo II dio suasentimiento a la eleccin cannica,realizada por el Snodo de los obis-pos de la Iglesia armenia, reunidoen Roma del 19 al 27 de septiembrede 2000, del arcipreste mitrado Ne-

    chan Karakhyan como obispo deIspahan de los armenios (Irn) elda 27 de dicho mes; recibi la or-denacin episcopal el 28 de enerode 2001. Adems, el 7 de enero de2003, fue nombrado administradorapostlico del Ordinariato para loscatlicos de rito armenio residentesen Grecia. El 2 de abril de 2005 fuenombrado tambin Ordinario paralos armenios catlicos de Europaoriental, asignndole la sede titularde Adana de los armenios con ttu-lo personal de arzobispo ad perso-

    SIGUE ENLA P

    El Santo Padre Francisco ha reorga-nizado la Iglesia greco-catlica deHungra y la ha elevado a Iglesiametropolitana sui iuris, adoptan-do las siguientes disposiciones:

    ha elevado la eparqua de Ha-jddorog para los catlicos de ritobizantino a Iglesia metropolitana,con sede en Debrecen, y ha nom-brado primer metropolita a monse-or FLP KO CSIS, hasta ahoraobispo eparquial de Hajddorog.

    ha elevado el exarcado de Mis-kolc para los catlicos de rito bizan-tino a eparqua, hacindola sufrag-nea de la sede metropolitana deHajddorog; y ha nombrado primerobispo eparquial a monseor ATA-NZ OROSZ, hasta ahora exarcaapostlico de Miskolc, transfirin-dole de la sede episcopal titular dePa n i o .

    ha eregido la eparqua de Ny-regyhza para los catlicos de ritobizantino, con territorio desmebra-do de la eparqua de Hajddorog,hacindola sufragnea de la sedemetropolitana de Hajddorog; y hanombrado administrador apostlicosede vacante de dicha eparqua amonseor ATA N Z OROSZ.

    Flp Kocsis naci en Szeged,eparqua de Hajddorog, el 13 deenero de 1963. Recibi la ordena-cin sacerdotal el 2 de agosto de1989. Benedicto XVI le nombr obis-po de la eparqua de Hajddorog y

    administra