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Cámara Séptima de Apelaciones Civil y Comercial
Protocolo de Sentencias
Tomo
N°:..........................................................................
Folio:............................................................................
......Secretaria: M. Silvina Villagra de Zabala
PEÑALOZA CRISTIAN
ALBERTO
C/
MAIPU S.A. - ABREVIADO -
CUMPLIMIENTO /
RESOLUCIÓN DE CONTRATO
SENTENCIA NÚMERO:58
En la Ciudad de Córdoba, a los 27
días del mes de Junio del año dos mil trece, siendo las 11.30
horas, se reúnen en acuerdo público los integrantes de la Excma. Cámara
Séptima de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Dres. Rubén Atilio Remigio,
María Rosa Molina de Caminal y Jorge Miguel Flores, bajo la presidencia del
primero de los nombrados y en presencia de la Secretaria autorizante a los fines
de dictar Sentencia en los autos caratulados: "PEÑALOZA CRISTIAN
ALBERTO C/ MAIPU S.A. - ABREVIADO - CUMPLIMIENTO /
RESOLUCIÓN DE CONTRATO - EXPTE. N° 2215344/36", venidos en
apelación del Juzgado de Primera Instancia y Cuadragésimo Tercera Nominación
en lo Civil y Comercial, en los que por Sentencia Número Doscientos Ochenta y
Seis, de fecha treina y uno de julio de dos mil doce (fs. 116/124), se resolvió: "I.
Desestimar la demanda promovida por el señor Cristian
Alberto Peñaloza en contra de Maipú S.A. II. Imponer las
costas a la parte actora vencida, a cuyo fin se regulan los
honorarios profesionales del Dr. Marcelo González Sueyro
en la suma de pesos dos mil ochocientos noventa y
cuatro con nueve centavos ($ 2.894,09), con más el
importe de pesos seiscientos siete con setenta y cinco
centavos ($ 607,75) en concepto de I.V.A. Se difiere la
regulación de los honorarios del letrado de la actora, Dr.
document.docF 7 - Dres. Flores - Molina - Remigio
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Martín Rodríguez Vega, para cuando lo solicite.Protocolícese,
(...)." Previa espera de ley, el Tribunal se planteó las siguientes cuestiones a
resolver: 1) ¿Procede el recurso de apelación? 2) ¿Qué corresponde decidir?
De acuerdo al sorteo de ley practicado el orden de emisión de los votos es el
siguiente: Dres. Jorge Miguel Flores, María Rosa Molina de Caminal y Rubén
Atilio Remigio.---------------------------------------------------------
A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA:-----------------------------------------
EL SR. VOCAL DR. JORGE MIGUEL FLORES DIJO:----------------------------
1.-La sentencia de primera instancia dispone el rechazo de la acción tendiente a
la devolución de la suma de dinero abonada para la adquisición de un vehículo a
través de un contrato de ahorro para fines determinados, relación contractual que
quedó resuelta por la falta de pago de tres cuotas consecutivas por el suscriptor
demandante. El fallo brinda validez a la cláusula contractual que determina que
en caso de rescisión anticipada del contrato por renuncia o falta de pago, el
importe abonado recién debe devolverse en el plazo de treinta días del
vencimiento de la última cuota mensual del plan. En esta sede de grado los
apoderados del actor dicen que la resolución contiene una errónea aplicación de
las normas de protección al consumidor (Ley 24.240), porque la cláusula
contractual en que se apoya la decisión resulta a todas luces abusiva. Indican que
la cláusula (nº 23) no contiene ningún mecanismo de ajuste al momento del
reintegro de lo abonado, lo que resulta inconcebible en esta sociedad en donde
los índices inflacionarios se incrementan con el paso del tiempo; que los
suscriptores del plan, a quien le fue rescindido el contrato por falta de pago,
quedan rehén de un sistema perverso sin posibilidad de reintegro hasta que se
cumpla el plazo allí fijado. Así, destacan que la rescisión contractual supone la
muerte del contrato y del vínculo que une a las partes, por lo que –dicen- resulta
alarmante ver como la cláusula deja involucrado a los caídos del plan hasta la
finalización del término establecido en aquél. De tal suerte, entienden que si el
contrato ha caído, sus cláusulas ya no surten efectos. Consideran que en caso de
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duda en cuanto a la legitimidad de una cláusula contractual, el juzgador debe
inclinar la balanza a favor del consumidor; situación en que se ubica la
estipulación prevista en el nº 23 del contrato de adhesión. Añaden que la realidad
económica del actor trajo aparejada la falta de pago y, por ende, resulta justo que
se le restituya lo abonado sin necesidad de esperar a la finalización del plan.
Denuncian la falta de fundamentación lógica y legal del fallo, y la omisión de
valorar la circunstancia atinente a la falta de información brindada al Sr.
Peñaloza al suscribir el contrato, ya que el cliente fue atraído comercialmente por
Maipú S.A. para la compra de un automóvil en cuotas, pero jamás fue notificado
sobre el destino del dinero ni la persona que lo administraría, ni la solidaridad
económica o de grupos en la que se embarcaba. Afirman que nunca se le entregó
el contrato de adhesión que contiene las condiciones, ni siquiera en el año 2011
cuando acudió a solicitar el contrato que había firmado luego de rescindido el
mismo. Por último, solicitan que se modifique la imposición de costas, ya que el
actor nunca estuvo informado correctamente de las características del
contrato.----------------------------------------
2.- Ingresando en el tratamiento de los agravios he de señalar, tal como se
expone en la contestación a fs. 143, que la parte actora parece haber advertido
tardíamente la disposición contenida en la cláusula nº 23 del contrato de
adhesión; pues, de otra manera no se explica porqué no atacó desde un principio
la ilegitimidad de dicha estipulación antes de sostener que Maipú S.A. tenía la
obligación inmediata de “…reintegrar, lo efectivamente pagado, luego de
efectuadas las correspondientes deducciones” (v. fs. 1 vta. 3º párr.), sin esperar
el plazo de treinta días del vencimiento de la última cuota mensual del plan.
Desde una perspectiva estrictamente procesal, es claro que la apelación modifica
los términos de la litis ya que la demandada no ha podido rebatir en aquella
instancia la hipótesis de desequilibrio contractual denunciada por el reclamante al
document.docF 7 - Dres. Flores - Molina - Remigio
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momento de contestar sobre las excepciones (v. fs. 44). No obstante, he de
reconocer que la referida omisión del escrito introductivo no impide fundar la
decisión comprendiendo la cuestión atinente al supuesto “abuso” contractual,
pues, el carácter de orden público de las normas de protección del consumidor y
la misión del juez de aplicarla (aun de oficio), despeja la posibilidad de incurrir
en infracción al principio del contradictorio. Así entonces, corresponde
determinar si la sentencia de primera instancia resulta ajustada en tanto determina
la validez de la cláusula contractual nº 23, sin que quepa explayarse sobre la
afirmación de la parte actora al calificar de inconcebible que el vínculo
contractual persista luego de operada la rescisión; tal señalamiento importa
ignorar los efectos y consecuencias que nacen a partir de la resolución del
contrato, que nada tiene que ver con las prestaciones concernientes a su
ejecución que fenecen operada la extinción. La cuestión no merece mayores
comentarios; se trata de dos cuestiones distintas. Por otra parte inadmisible la
afirmación recursiva de la parte actora relativa a que nunca pudo imponerse del
contenido del contrato al no recibir copia del mismo (ni siquiera en el año 2011
luego de rescindido, según dice a fs. 140), ya que las propias constancias de
autos desmienten tal aseveración; téngase simplemente en cuenta que al presentar
la demanda se acompañó como prueba documental la copia del contrato. En lo
que respecto a la cláusula en sí, es conveniente dejar previamente aclarado que
no se encuentra en debate, y por ende fuera de la decisión, el alcance del
reintegro de las sumas recibidas por la empresa administradora de los fondos del
contrato de ahorro previo; es decir, no forma parte de la litis de este proceso
establecer el alcance cuantitativo de la devolución del monto originalmente
percibido. Sin embargo es conveniente destacar la falta a la verdad de la parte
actora cuando dice que el reintegro de lo abonado en Setiembre de 2014 ha de
ser “sin ajuste alguno” (v. fs. 44 in fine); basta leer la misiva de fs. 6
acompañada con la demanda para advertir que allí mismo se le hace saber como
se calculará la “variación del Haber Neto”. De todos modos, el eventual
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conflicto sobre ese punto no ha sido sometido a decisión en este proceso. En
rigor, el planteo contenido en el responde de las excepciones como en el escrito
de impugnación recursiva (expresión de agravios) gira en torno al momento en
que la Sociedad Administradora reintegrará los fondos efectuados por el
suscriptor rescindido. En esa dirección considero que la espera que establece la
cláusula 23ª resulta compatible con el sistema de ahorro para fines determinados.
Los jueces, al dilucidar si las cláusulas del contrato implican una
desnaturalización de las obligaciones o una limitación a la responsabilidad por
daños, una renuncia o restricción de los derechos del consumidor o una
ampliación de los derechos de la otra parte, o una inversión de la carga de la
prueba en perjuicio del consumidor (art. 37 de la ley 24.240), deben llevar a cabo
una verificación del caso sin perder de vista el conjunto del contrato en análisis,
ya que podría suceder que una cláusula evaluada individualmente, aparente tener
carácter abusivo pero deje de serlo al entenderse de que manera armoniza con el
conjunto del acuerdo. Por ello es que el hecho de que el inc. b) del art. 37 de la
ley 24.240 establezca una directiva a favor del consumidor en cuanto a la
interpretación de las cláusulas contractuales, no puede llevar a la conclusión de
que todos los derechos de los consumidores son irrenunciables; “esto sería
excesivo y conduciría a imposibilitar toda negociación contractual, lo que
implicaría una traba para el comercio y también, en ciertos casos, una dificultad
para quien desea un producto en determinadas condiciones”. No se trata de que
el consumidor no pueda renunciar a nada (v. Farina, Juan M. “Defensa del
Consumidor y del Usuario”, pag. 360, ed. 2000). Como lo apunta el Sr. Fiscal de
Cámara, en el plan de ahorro previo el dinero forma parte de un fondo común
que ya no pertenece sólo al suscriptor incumplidor sino a todos los suscriptores
ahorristas que forman el grupo. Y si el ahorrista consintió que la resolución
quedase declarada por aplicación de la mecánica convencional del negocio
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(como lo reconoce en la demanda), con ello debe aceptar los efectos de la ruptura
ocurrida según la previsión contractual y soportar que sus desembolsos
pecuniarios sean restituidos en la oportunidad prevista en la misma convención
para no afectar el conjunto de suscriptores. La disposición contractual
impugnada, lejos de perjudicar el interés de quien pretende su invalidez,
garantiza la solvencia del sistema en defensa de los intereses colectivos. El
ahorrista al concertar el acuerdo quedó vinculado individual y colectivamente, ya
que el sistema de ahorro previo para fines determinados se apoya en la
reciprocidad de aportes que permite a todos los suscriptores acceder a la
adjudicación del automóvil. Dentro de tal operatoria resulta destacable la
estructura de coparticipación comunitaria en la distribución del fondo constituido
con el sacrificio común, donde los plazos estipulados en los planes juega un rol
fundamental; de ahí, parece muy difícil que el modo concebido para la
devolución de los fondos percibidos a raíz de la resolución contractual del
negocio, padezca de ilegitimidad, irregularidad o aprovechamiento en la
situación de nadie. Mucho más, si se tiene en cuenta que el contrato también
prevé alternativas para el caso de imposibilidad de cumplimiento, situaciones que
se encuentran al alcance del consumidor (v.gr.: la estipulación a favor del
suscriptor de ceder la solicitud de adhesión, v. cláusula
17ª).--------------------------------------------------------------------------------------------
3.- Por esas razones considero que la sentencia debe ser confirmada sin que
quepa eximir de costas al perdidoso; no hay ninguna razón para avalar la
argumentación recursiva del actor sobre la "falta de información correcta de las
características del contrato suscripto …, lo cual lo obligó a buscar en la justicia
una respuesta que la demandada no le quiso brindar por ningún medio” (v. fs.
140 vta.). Pues, como decía más arriba, las cláusulas del contrato y la naturaleza
del mismo no provocan perplejidad alguna (repárese en que el actor contaba con
una copia del contrato que trae al momento de entablar la acción, lo cual
desmerece su aseveración en contrario); la circunstancia de que se instrumente
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bajo la forma de un negocio de adhesión no significa que sea ilegal o inválido, es
decir, que el hecho de encontrarse previamente redactado no significa ignorancia
del aceptante con relación al contenido, mucho más si se tiene en cuenta que en
relación al modo u oportunidad de restitución de los aportes, el propio accionante
acompaña la notificación de la rescisión donde a su vez se le indica que “la
Administradora procedería a determinar su Haber Neto ajustado resultante …”
y el “inmediato reintegro de todo el saldo …dentro de los 30 (treinta días) de la
liquidación de su grupo” (v. fs. 6) . Es decir, que al momento de interponer la
acción, el culpable de la resolución contractual no podía aducir ignorancia sobre
las consecuencias de su incumplimiento invocando error por falta de
información, siendo –además- que por la naturaleza del vínculo colectivo que
implica la suscripción al sistema de ahorro -donde el plazo estipulado juega un
rol fundamental para la subsistencia del mismo según decía-, el plazo de espera
se infiere lógico. En todo caso el conocimiento se obtenía con una simple
diligencia
media.------------------------------------------------------------------------------------------
A LA PRIMERA CUESTIÓN PLANTEADA:-----------------------------------------
LA SRA. VOCAL DRA. MARÍA ROSA MOLINA DE CAMINAL DIJO:--------
1. Adhiero a las consideraciones efectuadas por el Dr. Jorge Miguel
Flores. Atento la disidencia efectuada por el Sr. Vocal Dr. Rubén Atilio Remigio,
y por el imperativo legal del art. 382 CPC, procedo a fundar mi voto.---------------
2. La cuestión finca en determinar la regularidad de las cláusulas 23 y 19
del contrato que uniera a las partes, en su correlación con lo establecido en
cláusula 18 ("Sanciones por incumplimiento"). Esta última prevé la posibilidad
de rescisión (resolución) contractual motivada en adeudar el suscriptor tres
cuotas mensuales, resultando un hecho no controvertido que el actor incurrió en
mora y por ende resultó procedente la aplicación de la cláusula en cuestión. Lo
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que se impugna por la accionante son los efectos que tal distracto produce, y allí
deben analizarse las dos cláusulas involucradas, supra mencionadas. La cláusula
19 regula el haber del suscriptor, estableciéndose al punto 3 que la determinación
y eventual reintegro del haber del suscriptor se efectuará al momento de la
liquidación del grupo. Ello resulta coherente con las cláusulas 8 y 9 de las
Condiciones Generales, en cuanto a la finalidad de los aportes y destino de los
fondos, que ingresan al fondo de adjudicación y reintegros de cada grupo y solo
podrán ser afectados al cumplimiento de los planes enunciados en cláusula 3 y al
reintegro del haber de los suscriptores. La oportunidad de tal reintegro está
regulada en cláusula 23, conforme a la cual el primer orden lo tienen los
suscriptores cumplidores, porque se consagra que "Dentro de los 30 (treinta) días
del vencimiento de la última Cuota Mensual correspondiente al plan, o de
realizarse la última adjudicación en el Grupo por no existir más Suscriptores en
condiciones de resultar adjudicados antes de la finalización de la vigencia del
plan, o de la fecha de suspensión definitiva de las adjudicaciones, la que resulte
anterior, la Administradora confeccionará el Balance de Liquidación final o
provisorio, según corresponda, que será puesto a disposición de todos los
integrantes del Grupo liquidado..." Esta cláusula es cuestionada por abusiva por
la parte actora, fundada en que no se abonan los importes aportados con intereses
-parece desconocer que la cláusula de ajuste que se estipula es con relación al
valor del bien tipo, lo que en estas épocas inflacionarias (como señala la
apelación), sin lugar a dudas presenta permanente actualización- y se cuestiona
que por tratarse de un contrato por adhesión a cláusulas predispuestas, al haber
una parte fuerte en la contratación debe dejarse sin efecto la misma. Al respecto,
procede formular la siguiente observación: el que se trate de un contrato por
adhesión no permite, lisa y llanamente, dejar sin efecto toda cláusula que pueda
percibirse por el adherente como "abusiva" sino que es menester analizar su
razonabilidad analizando el contexto contractual. En esa dirección, el a quo
efectúa una transcripción de doctrina conforme la cual deja sentado el modo de
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funcionamiento de contratos como el que nos ocupa, analizando luego el
principio de solidaridad económica basamento de este modo de contratación,
reafirmando su posición con cita jurisprudencial, concluyendo que la cláusula no
puede calificarse de abusiva (v. fs. 123/124). Y nada respecto de ello ha
mencionado el apelante que pudiera permitir ingresar al análisis del punto
eficazmente, se ha limitado a repetir argumentos formulados en la primera
instancia, que ya no fueran de recibo por el Juez. Solo se afirma, en defensa de
su posición, en el estatuto consumeril, incumpliendo la carga de "expresar
agravios". Resulta oportuno advertir que la de apelación es una instancia de
revisión crítica, donde lo que se ataca o defiende es el pronunciamiento del Juez,
en función de sus impropiedades o desaciertos. Tiene por requisito el realizar
crítica concreta y razonada del fallo que se impugna, de modo tal que se rebatan
los fundamentos esenciales que le sirven de apoyo. Sin embargo, puede verse que
el apelante no ha efectuado un razonamiento superador preciso de las
motivaciones básicas del fallo que rechaza su demanda. Además de la notoria
insuficiencia apuntada, hago propios los argumentos expresados por el Sr. Fiscal
de Cámaras Civiles en su meduloso dictamen de fs. 147/156, a los que remito en
aras de la
concisión.--------------------------------------------------------------------------
3. Igualmente, en un modo novedoso de interpretación de los contratos
refiere que frente al fin de la vigencia del contrato sus cláusulas ya no surten
efectos y en un razonamiento contradictorio alude al art. 1197 Cód. Civil -que
precisamente erige en ley para las partes a las convenciones hechas en los
contratos- aludiendo a que por la LDC es abusiva la cláusula contractual que
cuestiona -aunque, reitero, ninguna mención formula de la razonabilidad
señalada por el a quo, que debió ser el objeto de su apelación- reiterando lo que
ha sido, en definitiva, el único argumento de su recurso, que la LDC exige una
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interpretación que lo favorezca, en su carácter de consumidor, parte débil en la
contratación, y adherente. La Ley 24.240 es aplicable en la especie, a tenor de lo
dispuesto en su art. 1°, siendo el actor el consumidor y la demandada el
proveedor, enmarcado en una relación de consumo. Por ende, son totalmente
aplicables a la causa los principios tuitivos de los consumidores establecidos en
tal ley. Ahora bien, que la interpretación de los hechos y el derecho se haga a la
luz de tales principios no implica modificar o soslayar totalmente lo establecido
por el contrato, o desentenderse del modo en que opera este modo de
contratación y de que hay otros suscriptores -igualmente consumidores- que
merecen también debida protección jurídica, que se obtiene del respeto de las
cláusulas contractuales, que no se advierten abusivas, no habiendo sido
cuestionadas en forma las menciones formuladas al respecto por el Magistrado,
las que por ende han adquirido firmeza (art. 128 CPC). El art. 3° Ley 24.240 reza
"...En caso de duda, se estará siempre a la interpretación más favorable para el
consumidor." La norma impone pautas interpretativas a considerar cuando exista
duda sobre la cuestión, mas el caso no plantea dudas sino certezas sobre la
improcedencia del recurso -e improcedencia de la demanda. No admite análisis
la mención de que la cláusula contractual en cuestión no puede producir efectos
luego de la rescisión del vínculo contractual. Muchos son los contratos que
establecen diversos efectos para luego de producido el distracto: en la locación,
fenecido el contrato la retención indebida del inmueble puede traer aparejada una
cláusula penal, o el débito de mercedes locativas -obviamente por "fuera" de la
contratación, en los términos alegados por el apelante-, la resolución de una
compraventa trae consecuencias para ambas partes, la declaración de nulidad de
un contrato también (arts. 1050 y 1052 Cód. Civil). No se comprende como
argumento jurídico serio el que rescindida o resuelta la contratación, no pueda
regularse el modo en que se cierre definitivamente la misma. Con similar
criterio, no estaría regulado, entonces, qué debe devolverse, no obstante lo cual
la propia parte actora acepta que se le debiten importes en concepto de multa, la
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cual, en su particular razonamiento, ya no regiría (v. demanda, fs. 1 vta.).
Además de improcedente por su contenido, ello es un razonamiento novedoso,
vedado de ser introducido en esta Sede (art. 332
CPC).-------------------------------------------------------------------------------------
4. La "cuestión constitucional" introducida tampoco es de recibo. El fallo
opugnado obra debidamente fundado: lo que ocurre es que la apelación no se ha
hecho cargo de los argumentos del Magistrado ni los ha rebatido en forma, mas
ello no porque no hayan existido, sino porque no se ha cumplido eficazmente la
carga de expresar agravios.-----------------------------------------------------------------
5. El deber de información supuestamente violado, resulta también un
argumento novedoso que no debe ponderarse por ello (art. 332 CPC), ya que en
la primera instancia no dijo que no se le entregara copia del contrato sino que,
por el contrario, se acompaña (documental, fs. 2 vta.) "Copia del contrato
celebrado entre el compareciente y Maipú S.A., en la parte pertinente (cláusulas
18 y 19)", lo que implica lisa y llanamente que el contrato estaba en poder del
actor, y la única supuesta falta de información que denuncia -al contestar la
excepción opuesta- fue la relativa al carácter de Chevrolet S.A. en la contratación
(fs. 42 vta.). Así las cosas, la reflexión tardía traída a Cámara no puede ser
atendida, por aplicación del principio de
congruencia.--------------------------------------------------
6. Finalmente, no hay razón alguna para imponer las costas por el orden
causado, la regla es el principio objetivo de la derrota, y quien resulta perdidoso
debe soportar el coste de la justicia, no advirtiéndose mérito para liberarlo del
mismo, ya que si la sola supuesta buena fe y tardía reflexión de una supuesta
falta de información habilitara a liberarse de las costas, el principio general
establecido en art. 130 CPC pasaría a ser la "excepción", lo que resulta
inadmisible, además de contra legem, por lo que el agravio subsidiario -por
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demás escueto e insuficiente- tampoco es de
recibo.--------------------------------------------------------
A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA: -----------------------------------------
EL SR. VOCAL DR. RUBÉN ATILIO REMIGIO
DIJO:----------------------------
Las cláusulas contractuales que establecen el tiempo y modo de
restitución del dinero aportado por el actor al plan de ahorro previo resultan -a
todas luces- abusivas y leoninas. La Cl. 23 del contrato suscripto entre las partes
resulta abusiva, desde que, luego de rescindido (rectius: resuelto) el contrato,
impide la inmediata restitución del dinero del actor, permaneciendo el mismo, sin
causa alguna, jurídica y econonómicamente suficiente, en poder de la
demandada, hasta la finalización del término allí establecido (finalización o
liquidación del plan – a los 30 días del vencimiento de la última cuota mensual
del plan), el que resulta notoriamente excesivo, quedando así el suscriptor
atrapado en un sistema perverso, impuesto por la demandada, a través del
contrato por adhesión, sin posibilidad de recupero del dinero de su propiedad,
protegida constitucionalmente (arts. 14, 17, C.N.), sino hasta la finalización de
aquél extenso y, por ende, irrazonable período, a cuyo término percibirá -en el
mejor de los casos- el “haber neto” que calculará el propio demandado, en base
a la variación que haya experimentado el “Bien Tipo”, previa deducción de las
medidas y rubros dispuestos en la Cl. 19.4. (fs. 6); esto es, el capital aportado,
menos las pérdidas, menos los gastos, menos los pagos que se hubiesen de
efectuar, menos la multa impuesta, sin ningún tipo de interés por todo el período,
porque recién se prevé que se abonarán intereses vencidos los 30 días de la
última cuota del plan, lo que constituye un mecanismo insuficiente de
preservación del poder adquisitivo, por lo que el capital originario se verá
inexorablemente licuado por el inequitativo sistema así pergeñado por la
demandada, con evidente perjuicio patrimonial para el actor. De resultas de lo
dicho, existe una doble abusividad en las cláusulas convencionales de autos:
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por un lado, al imponer una irrazonable y arbitraria espera para la restitución de
los aportes y en segundo término, en cuanto establece, luego de transcurrido
aquél desmesurado y extenso período, la percepción de los aportes disminuidos
en forma tal, a través del procedimiento ya descripto, realizado en forma
unilateral y discrecional por el propio administrador del plan, que aquéllos se
verán absolutamente licuados por el proceso inflacionario, a punto tal que hasta
resulta dudoso que con el leonino procedimiento instaurado vaya a quedar algún
remanente a cobrar por el suscriptor. De tal guisa, se ve desequilibrada la Justicia
conmutativa del contrato.----------------------------------------------------------
Es que como enseña la doctrina (Juan M. Farina, “Contratos comerciales
modernos. Modalidades de contratación empresaria”, Astrea, 2° ed., pág. 578 –
cita del Sr. Fiscal de Cámaras C.C., fs. 149 vta.), el contrato entre cada
ahorrista y la administradora constituye un adelanto financiero para la
empresa de fábrica, por cuyo motivo debería existir una contraprestación de
intereses que es la renta habitual; pero el ahorrista no lo recibe, pues su
contribución es calificada como aporte para la formación de un capital común
(fondo común) de libre disponibilidad futura por parte del adjudicatario, o
como adelanto de precio de un bien o servicio determinado, con lo cual se pone
de resalto, así, la verdadera finalidad del círculo, que es financiar la
producción de bienes y servicios a las empresas sin costo
financiero.------------------------------------------
A poco que se advierta esta verdadera finalidad, que las empresas
mantienen oculta, surge -asimismo- evidente la abusividad del mecanismo
implementado, pues el financiamiento del sistema de producción de los bienes de
que se trata (en el caso: automóviles) pesa -en definitiva- sobre los suscriptores,
en vez de recaer sobre el fabricante; esto es, sobre la parte más débil de la
contratación, sin costo financiero alguno para las empresas, que obtienen luego
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eso sí pingües ganancias con las ventas de los automotores. En rigor, todos estos
sistemas descansan sobre la falsa idea, que no obstante se ha erigido como un
dogma de fe, y se debe dejar de lado, en el sentido que todos estos fondos
recaudados así por el administrador (que insistimos, se hace de fondos sin costo
financiero alguno), pasan a integrar una especie de fondo diferenciado e
intangible en la caja de aquél (fondo común). Esta idea es -como decíamos-
puramente ilusoria, ello puede ser así en la teoría, pues la realidad económica –
financiera de estas grandes empresas, dista mucho de ser así. So pretexto de ello
o de la solidaridad económica que rige estos sistemas, no puede expoliarse a los
ilusos suscriptores que persiguiendo el sueño del 0 Km., firman de buena fe, este
tipo de contratos leoninos.------------------------------------------------------------------
Es -precisamente- en estos casos, en que atento la abismal diferencia de
poder económico, jurídico y de contratación existente entre las partes, y donde la
demandada, haciendo abuso de su posición dominante en el mercado, explotando
la necesidad, la ilusión de la gente de ver realizado el sueño del tan ansiado 0
Km., hace suscribir contratos predispuestos con cláusulas leoninas, como las de
referencia, lo que constituye un aprovechamiento de la situación de inferioridad
del suscriptor; -es precisamente- en estos casos -decía- en que se activan
plenamente las facultades de los Jueces para impedir el abuso del Derecho,
debiendo interpretarse el ordenamiento jurídico en su conjunto, para impedir la
explotación del débil por el poderoso. La enorme desigualdad habida en la
realidad fáctica entre las partes debe ser equiparada y equilibrada por los Jueces,
interpretando -como decía- todo el ordenamiento jurídico, haciendo prevalecer
las Cartas Magnas Federal y Provincial, los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos o no, con jerarquía constitucional o no, las leyes que en
su consecuencia se dicten y los principios fundamentales que de ellos
emanan, protegiendo los derechos esenciales y fundamentales de las
personas.--------------------------------------------------------------------------------------
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En esa faena, cualquier tipo de duda debe resolverse en beneficio o a favor
del consumidor, por expreso mandato del ordenamiento consumeril, con
protección constitucional (art. 42, C.N., Ley N° 24.240 y modif., arts. 3, 37,
concs. y corrs.).------------------------------------------------------------------------------
Como decíamos, debe tenerse presente la enorme diferencia en relación al
poderío de contratación de las partes, lo que nos coloca en presencia de un
contrato por adhesión, resultando aplicable el art. 3, “in fine”, Ley Nº 24.240
y modif.: “En caso de duda sobre la interpretación de los principios que
establece esta ley prevalecerá la más favorable al consumidor”. “El principio
será, pues, que las situaciones dudosas se interpretan de manera favorable al
consumidor. Este ha sido además un criterio jurisprudencial reiterado para los
contratos por adhesión o contratos tipo, que decidió que la interpretación se hace
en contra de quien lo redactó (C.N.Civ., Sala D, 5.12.83, “Jeronsky c/ Edificio
Colonial”, Rep. LL, XLIV, A-I-454)...Por nuestra parte, coincidimos con la
doctrina indicada por Pizarro y Vallespinos, que reconoce directamente la
existencia de un principio nuevo, enunciado como favor consommatorios, y que
integra los tres aspectos principales del in dubio pro damnato: en la apreciación
de los hechos, desde las tratativas hasta la ejecución del contrato; en la aplicación
del Derecho -en ausencia de certeza dar el encuadre normativo más conveniente
al consumidor-, y en la doctrina de las cargas probatorias dinámicas, que
determinan que la carga de la prueba recae en quien se encuentre en mejores
condiciones de aportarla, poniendo la prueba en cabeza de quien le resulta más
fácil, más cómodo, o más barato, atendiendo siempre a las circunstancias del
caso y al desequilibrio de fuerzas que generan situaciones fácticas o económicas
(Pizarro, Ramón D. – Vallespinos, Carlos G., “Instituciones de derecho
privado. Obligaciones, t. 1, Bs. As., Hammurabi, 1.999, p. 113)” (Tinti,
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Guillermo Pedro, “Derecho del consumidor”, 2º ed., Ed. Alveroni, Cba., 2.001,
pág. 30).---------------------------------------------------------------------------------------
De tal guisa, corresponde escoger la interpretación más favorable al
consumidor, tal como se decide en cualquier hipótesis de duda respecto de los
contratos con condiciones predispuestas, y específicamente lo prevé el art. 3,
segundo párrafo, Ley Nº 24.240 y modif.: “En caso de duda, se estará siempre
a la interpretación más favorable al consumidor” (Matilde Zavala de González,
“Doctrina Judicial – Solución de Casos – 5”, pág. 350).-------------------------------
Resulta así imperioso la efectivización de los principios anteriormente
esbozados, a favor de determinadas personas, en el caso, el consumidor, atento la
absoluta necesidad de mantener el equilibrio en el mundo social, que impida que
la disparidad entre los sujetos, permita o posibilite que en las relaciones sociales
algunos abusen de otros. La finalidad de estos postulados se orientan en el
sentido que la Ciencia Jurídica debe tener por horizonte garantizar la paz social,
la armonía de las relaciones humanas, que todos los que estén en igual situación
fáctico – jurídica sean objeto de trato idéntico e igualitario, la equidad que debe
regir en el ámbito de las relaciones jurídicas (Guillermo Tinti, “Derecho del
consumidor”, págs. 30 y sgtes.; Horacio Bernstein, “Facultades de los entes
para resolver conflictos”, págs. 54 y
stes.).-----------------------------------------------------
Lo contrario implica la violación del principio de igualdad (art. 16, C.N.)
y un enriquecimiento sin causa para la demandada, lo que resulta -a todas luces-
inadmisible y repudiado por nuestro derecho positivo (doctrina de los arts. 728,
907, 1.165, 2.301, 2.302, concs. y corrs., Cód. Civ.), con la correlativa lesión al
derecho de propiedad del accionante (arts. 14, 17, concs. y corrs., C.N.). La
Judicatura no puede permanecer indiferente ante dicha circunstancia, por un
elemental principio de Justicia y Equidad (cfr. Andruet, A.; “Equidad y sistema
normativo en Estudios de Filosofía del Derecho”, Córdoba, Alveroni, 1.993, pág.
23 y ss). La circunstancia que así lo hayan pactado las partes, no es dirimente,
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porque cláusula semejante viola la moral, las buenas costumbres, el orden
público, el principio de buena fe y el ordenamiento consumeril (arts. 21, 953,
1.071, 1.198, Cód. Civ.; 37, L.D.C. N° 24.240 y modif. concs. y corrs.) y debe
ser declarada inválida, aún de oficio, sin que la voluntad expresada en un
contrato por adhesión o la aquiescencia de las partes tenga un valor decisivo, ya
que ello resulta inane ante el orden público comprometido. No empece lo dicho
que la autoridad de aplicación haya autorizado dicha cláusula, porque este
proceder administrativo no tiene “per se” la virtualidad de tornarla legítima,
cuyo contralor final lo tiene el Poder Judicial. En particular, ello es así, desde la
atalaya del ordenamiento consumeril, desde que cláusulas semejantes, bien
entendida la verdadera esencia económica – financiera del sistema,
desnaturalizan las obligaciones de las partes, limitan la responsabilidad por
daños, e importan renuncia o restricción de los derechos del consumidor y
amplían (indebidamente y desmesuradamente) los derechos de la otra parte (art.
37, incs. a y b, L.D.C.), rompiendo el equilibrio y el sinalagma
contractual.-------------------------------------
Parafraseando a Orgaz, quién al justificar la creación pretoriana de la
acción de amparo (casos “Siri” y “Kot”), decía: “Todavía me ha de ser
perdonada una referencia personal: en los casos “Siri” y “Kot”, una vez
advertida la flagrante violación de los derechos individuales y la gravedad del
daño que en cada caso ellas producían en el orden institucional y en los
intereses de los afectados, el aspecto propiamente técnico pasó a segundo plano
y quedó enteramente subordinado a la solución justa. No me preocupaba, en
absoluto, la posibilidad de equivocarme técnicamente en beneficio de los
derechos constitucionales, sino, al contrario, de acertar -si esto fuera posible- en
contra de ellos. Estaba persuadido de que el país no le agradecería a la Corte
Suprema, después de lo sucedido en la última década, una sentencia erudita o
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formalmente irreprochable que mantuviera el desamparo de las libertades
esenciales y que, al contrario, le agradecería que introdujera, de una vez por
todas, en el ámbito de la jurisprudencia, los remedios eficaces para el ejercicio y
plenitud de esas libertades” (“El recurso de amparo”, Depalma, Bs. As., pág.
19).---------------------------------------------------------------------------------------------
No es otra la función de los Jueces. Sobre éstos señalaba Calamandrei:
“…esta orden de ascetas civiles, condenados, en una sociedad cada vez más
displicente con los valores morales, a la soledad, al aislamiento, en algunos
períodos también a la miseria y al hambre, y sin embargo capaces de permanecer
con dignidad y discreción en su puesto aun en tiempos de cataclismo general,
para tratar de introducir en las fórmulas despiadadas de las leyes la
comprensión humana de la razón iluminada por la piedad” (Piero
Calamandrei, Prólogo del autor a la tercera edición de “Elogio de los Jueces”,
pág. 47).---------------------------------------------------------------------------------------
Porque parafraseando a Piero Calamandrei: Justicia es comprensión, es
decir, considerar a la vez, y armonizarlos, los intereses opuestos: la sociedad de
hoy y las esperanzas del mañana; las razones de quien la defiende y las de quien
la acusa…Es conveniente a veces que el Juez no se percate de que la función
que nuestra sociedad asigna a la Justicia, es a menudo la de conservar las
injusticias consagradas en los códigos (Piero Calamandrei, “Elogio de los
Jueces escrito por un Abogado”, pág. 219/220).-----------------------------------------
De resultas de lo dicho, deberá acogerse la apelación, revocar el fallo
opugnado, hacer lugar a la demanda, mandando a la demandada a abonar al
actor, en el plazo de diez (10) días, la suma que resulte del capital
oportunamente aportado, menos la multa impuesta (4 %, Cl. 19), más los
intereses pactados para el caso de mora (Cl. 21.3. – tasa activa del Banco de la
Nación Argentina para operaciones comerciales), desde que la suma es debida y
hasta el efectivo pago. El sentido y alcance del voto mayoritario, me exime de
mayores consideraciones.-
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Voto por la afirmativa, con costas a la demandada (art. 130, C.P.C.).------
A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA:-----------------------------------------
EL SR. VOCAL DR. JORGE MIGUEL FLORES DIJO:----------------------------
Corresponde: Rechazar el recurso de apelación y confirmar la sentencia en
aquello que ha sido motivo de agravio, con costas. Fijar los honorarios por los
trabajos en la alzada a favor del Dr. Marcelo González Sueyro en el 36% del
punto medio de la escala del art. 36 de la ley arancelaria vigente (sin perjuicio –
en su caso- del mínimo legal) con mas el porcentaje de ley correspondiente al
I.V.A.------------------------------------------------------------------------------------------
A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA:-----------------------------------------
LA SRA. VOCAL DRA. MARÍA ROSA MOLINA DE CAMINAL DIJO:--------
Corresponde: Rechazar el recurso de apelación y confirmar la sentencia en
aquello que ha sido motivo de agravio, con costas. Fijar los honorarios por los
trabajos en la alzada a favor del Dr. Marcelo González Sueyro en el 36% del
punto medio de la escala del art. 36 de la ley arancelaria vigente (sin perjuicio –
en su caso- del mínimo legal) con mas el porcentaje de ley correspondiente al
I.V.A.------------------------------------------------------------------------------------------
A LA SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA:-----------------------------------------
EL SR. VOCAL DR. RUBÉN ATILIO REMIGIO
DIJO:----------------------------
Dejando a salvo mi criterio expuesto al responder a la anterior cuestión,
queda conformada la parte resolutiva, según mayoría (art. 382, C.P.C.).-----------
Así voto.-------------------------------------------------------------------------------
Por el resultado de la votación que antecede y por
mayoría,.........................
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SE RESUELVE:-----------------------------------------------------------------------------
Rechazar el recurso de apelación y confirmar la sentencia en aquello que
ha sido motivo de agravio, con costas. Fijar los honorarios por los trabajos en la
alzada a favor del Dr. Marcelo González Sueyro en el 36% del punto medio de la
escala del art. 36 de la ley arancelaria vigente (sin perjuicio –en su caso- del
mínimo legal) con mas el porcentaje de ley correspondiente al I.V.A.---------------
Protocolícese y bajen. Con lo que terminó el acto que previa lectura y
ratificación firman los Sres. Vocales.----------------------------------------------------
Certifico: Que la presente carece de la firma de la Sra. Vocal Dra. María Rosa Molina de Caminal, quien emitiera oportunamente su voto, por encontrarse en uso de licencia (art. 120 C.P.C.). Of.: 27/06/2013.-
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