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FTA-11. Esparcidores de sal Esparcidores de sal [Escribir el subtítulo del documento] Comprobación de dotación y esparcido Comprobación de (M+S). RD 2822/1998 de 23 de diciembre. La importancia de un esparcido correcto El mantenimiento de la vialidad invernal es una operación crítica, puesto que de su correcto cumplimiento dependen las condiciones de seguridad y confortabilidad de los usuarios de las carreteras cuando éstas se ven afectadas por fenómenos de nieve o hielo en época invernal. En invierno, las condiciones de conducción se pueden degradar por el estado de la superficie, que puede presentar humedad, barro, hielo, nieve… La presencia de esos últimos elementos sobre la superficie resulta especialmente peligrosa, por lo que su retirada y la prevención de su formación se encuentran entre las más importantes operaciones dentro de la conservación integral de carreteras. Una de las más fundamentales herramientas en la lucha contra la presencia de nieve y/o hielo es el tratamiento, ya sea preventivo o curativo, de la carretera mediante el esparcido de fundentes. Dichos fundentes, por norma general ClNa y (en menor medida) Cl 2 Ca, se distribuyen sobre la superficie de la carretera para disminuir la temperatura de fusión del agua, provocando así que se derrita o no se solidifique a temperaturas más bajas que en ausencia de aditivos. La correcta distribución de fundentes a lo largo de toda la calzada es, por tanto, de importancia capital en la lucha contra la formación de hielo. Una vez garantizado que se han llevado a cabo todas las actuaciones necesarias para facilitar a los usuarios las mejores condiciones de seguridad y confortabilidad posibles, mediante Esparcidores de sal 1 Figura 1- diagrama funcionamiento de maquinaria de esparcido de fundentes

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FTA-11. Esparcidores de sal

Esparcidores de sal[Escribir el subtítulo del documento]Comprobación de dotación y esparcido Comprobación de (M+S). RD 2822/1998 de 23 de diciembre.

La importancia de un esparcido correcto

El mantenimiento de la vialidad invernal es una operación crítica, puesto que de su correcto cumplimiento dependen las condiciones de seguridad y confortabilidad de los usuarios de las carreteras cuando éstas se ven afectadas por fenómenos de nieve o hielo en época invernal. En invierno, las condiciones de conducción se pueden degradar por el estado de la superficie, que puede presentar humedad, barro, hielo, nieve… La presencia de esos últimos elementos sobre la superficie resulta especialmente peligrosa, por lo que su retirada y la prevención de su formación se encuentran entre las más importantes operaciones dentro de la conservación integral de carreteras.

Una de las más fundamentales herramientas en la lucha contra la presencia de nieve y/o hielo es el tratamiento, ya sea preventivo o curativo, de la carretera mediante el esparcido de fundentes. Dichos fundentes, por norma general ClNa y (en menor medida) Cl2Ca, se distribuyen sobre la superficie de la carretera para disminuir la temperatura de fusión del agua, provocando así que se derrita o no se solidifique a temperaturas más bajas que en ausencia de aditivos.

La correcta distribución de fundentes a lo largo de toda la calzada es, por tanto, de importancia capital en la lucha contra la formación de hielo.

Una vez garantizado que se han llevado a cabo todas las actuaciones necesarias para facilitar a los usuarios las mejores condiciones de seguridad y confortabilidad posibles, mediante la distribución uniforme de una cantidad apropiada de fundente a lo largo y ancho de la vía, queda una segunda consideración: el impacto ambiental del uso de fundentes en los trabajos para el mantenimiento de la vialidad invernal. Un correcto esparcido permite garantizar que los fundentes que distribuimos por la carretera queden solamente en la carretera, y no vayan directamente a arcenes y márgenes. Este ahorro en cantidad de fundente esparcida redunda, además de un beneficio ambiental, en uno económico.

La maquinaria de esparcido de fundentes sólidos (es decir, los esparcidores de sal seca y prehumidificada, no de salmuera) de más común uso suele consistir en una tolva que deposita sal en una cinta transportadora, la cual deja caer el fundente sobre un disco rotatorio que distribuye la sal por la carretera (ver figura 1). Las tres variables que afectan la cantidad de sal y la homogeneidad y amplitud de esparcido son, por tanto, la amplitud de la apertura de la tolva

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Figura 1- diagrama funcionamiento de maquinaria de esparcido de fundentes

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cargada de sal, la velocidad de la cinta y la velocidad del disco esparcidor. A mayor apertura y velocidad de cinta, mayor cantidad de sal. A mayor velocidad de disco, mayor amplitud de esparcido. El disco, adicionalmente, puede ser orientable, de manera que se prime el esparcido a un lado u otro de la maquinaria.

Un factor clave a la hora de conseguir esparcir las dotaciones de sal deseadas a la calzada es que

la velocidad de cinta transportadora y disco estén coordinadas con la del vehículo. Según se recorre más distancia por fracción de tiempo, es también necesario que llegue más sal al disco para aplicar un gramaje deseado por superficie.

Los más modernos esparcidores controlan esta correlación electrónicamente, ajustando la velocidad de un motor independiente en el salero a la velocidad del vehículo (tomada de un tacógrafo). Otros, en cambio, se propulsan con una rueda apoyada sobre el pavimento: cuanto más velozmente se mueve el vehículo, más rápido gira la rueda que propulsa disco y cinta transportadora.

¿Por qué obtengo un esparcido incorrecto?

En caso de obtener resultados que no sean satisfactorios, existen tres grupos de factores que podemos investigar: el estado del fundente, el error humano o la maquinaria en sí.

Estado del fundente: tan evolucionados son los esparcidores de sal de hoy en día, que uno de los factores que computan los mecanismos electrónicos con los que se regula la velocidad del disco es la granulometría de la sal empleada: a una misma velocidad, una sal fina no se distribuye igual que una más gruesa, ni una húmeda que una seca. El estado de la sal que empleemos es, por tanto, de importancia capital para obtener buenos esparcidos. La presencia de altos índices de humedad en la sal afectan a su peso, alterando la fuerza necesaria para esparcirla, además de favorecer que se apelmace o se formen pegotes de fundente que obturan las salidas de sal de la tolva o que, a pesar de caer, son de difícil esparcido.

Error humano: la creciente sofisticación de la maquinaria convierte en necesario una mayor especialización de los operarios. El mando electrónico de control de un salero es una herramienta de gran complejidad tecnológica desde la que se fijan parámetros que, de no ser precisamente transcritos, resultarán en un mal esparcido.

Ante un mal esparcido, por tanto, conviene comprobar que los dotaciones de sal a emplear están registradas correctamente, que el tipo de fundente empleado coincide con el que se ha fijado, que el ancho de esparcido es el deseado, que la conexión con el tacógrafo se ha realizado correctamente...

Avería o desajuste de maquinaria: la maquinaria de esparcido trabaja en ambientes muy hostiles en la que es frecuente la presencia de humedad, temperaturas extremas, vibraciones y golpes. Adicionalmente, la maquinaria se encuentra en constante contacto con sustancias muy corrosivas como la sal o el cloruro

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Figura 2- esparcidor de sal con rueda

Figura 3- consola de control de esparcido

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cálcico. La maquinaria de esparcido es susceptible, por tanto, de desarrollar herrumbre y averías electrónicas, así como de que la corrosión de piezas afecte su normal funcionamiento. Dada la precisión con la que todas las partes de la máquina han de funcionar correctamente para conseguir un resultado idóneo (ej. 20gr/m2 de cloruro sódico a lo ancho de una calzada de 7 metros), no es raro que la maquinaria requiera de ocasionales recalibraciones.

Las pruebas realizadas por Alvac en los pasados meses coinciden con literatura en la materia en que no es inusual encontrar maquinaria con una desviación en la cantidad de sal esparcida de hasta el ±50%. Tanto por exceso como por defecto, una desviación de ese calibre es ya de cierta gravedad y puede generar serios problemas. Es, por tanto, de crucial importancia evaluar el rendimiento de la maquinaria con cierta asiduidad: como mínimo una vez al año, con comprobaciones adicionales durante la temporada si la maquinaria sufre averías graves o accidentes, si se cambia el proveedor de fundentes (o el tipo en uso) o si se observan problemas de esparcido en el día a día.

Comprobación de dotaciones

La manera más sencilla y fiable de comprobar si un esparcidor distribuye la cantidad de fundente apropiada es mediante el pesaje de las cantidades esparcidas. Una vez averiguado empíricamente el peso del fundente distribuido a lo largo de un tramo, este dato se coteja con el ideal o teórico, calculado en función de la distancia recorrida y de la dotación anchura de esparcido fijados en los mandos.

Cantidad objetivo(gr)= dotación(gr/m2) x ancho de esparcido(m) x distancia recorrida(m)

Con un rápido cálculo, podremos saber si la cantidad esparcida entra dentro de los límites de tolerancia recomendados (ver siguiente sección). Ante una desviación del ideal elevada, se deberá proceder a una calibración de la máquina según las instrucciones del fabricante o, en caso último, mandarla a ser reparada.

Existen dos primeras aproximaciones posibles a la cuestión de la comprobación de la cantidad de fundente empleada: o bien recoger el fundente esparcido y pesarlo, o registrar el peso inicial de una máquina quitanieves cargada, y luego compararlo con el que queda tras esparcir sal en un periodo definido.

Método 1: pesaje diferencialPara este método, el más recomendable de los tres que se contemplan en este documento por simular la situación real de esparcido con mayor precisión, se ha de tener acceso a una báscula para vehículos pesados. Concretamente, se comprueba el peso del vehículo una vez cargado el esparcidor de sal. Se procede entonces a operar- con una dotación y ancho de esparcido fijo (el que

corresponda con la calzada en el tramo)- durante un número pre-establecido de kilómetros. Acabado el periodo de esparcido, el vehículo regresa a la báscula, comprobándose la diferencia de peso.

La única complicación del método es que el peso calculado no corresponderá solamente al fundente distribuido, sino que incluirá también el del combustible consumido. Se convierte en

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Figura 4-báscula de vehículos pesados en uso

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necesario, por tanto, registrar la cantidad de combustible en el vehículo durante el primer pesaje, e igualarla antes del segundo (depósito lleno).

Dada la facilidad y rapidez del proceso de medición, este método es especialmente útil para comprobar, en situaciones reales, si la maquinaria funciona correctamente. Ubicando la balanza en la zona de carga de fundente, se podrían registrar funcionamiento de la maquinaria a lo largo de un periodo prolongado de meteorología adversa.

Método 2: recogida estática Si no es posible pesar la maquinaria al completo, entonces se ha de recoger la sal en exclusivo para su pesaje. En el caso de los esparcidores con motor auxiliar, se puede simular una velocidad en estático de dos formas. Para ambos casos, si es posible, conviene levantar el brazo y disco esparcidor de sal, para recoger directamente lo que caiga desde la cinta.

a) Los esparcidores más modernos disponen de opciones de simulación y descarga que permiten al quitanieves esparcir sal aún sin estar en movimiento: es decir, pueden simular una velocidad fija del camión. En el caso de estos esparcidores, no hay más que ubicar un contenedor bajo la salida de fundentes, operar la maquinaria un periodo fijo de tiempo, y pesar la cantidad resultante. La “velocidad de simulación” puede

variar en función del fabricante, por lo que habría de consultar en la documentación técnica de la maquinaria. Conocida esta velocidad, se opera la máquina tanto tiempo como hubiese tomado

recorrer la distancia pre-establecida.

b) Otros esparcidores, a pesar de funcionar con un motor auxiliar, no permiten simulaciones, y regulan la cantidad de sal necesaria para obtener la dotación solicitada por el usuario calculando la velocidad en función de la registrada en el tacógrafo. En el caso de estos vehículos, una solución sencilla consiste en levantar las ruedas motoras del camión con unos gatos hasta que no estén en contacto con el suelo, ubicar un contenedor de recogida bajo la salida de sal, y hacer que un operario acelere hasta conseguir la velocidad

requerida para la prueba. Pasado el tiempo en el que se hubiese recorrido la distancia objetivo, se deja de recoger fundente y se pesa.

Método 3: recogida en movimientoCiertos esparcidores no están dotados de un motor auxiliar para mover cinta transportadora sino que una rueda tracciona sobre la superficie moviendo un eje que impulsa cinta y disco. La velocidad del vehículo tiene un impacto directo sobre la velocidad de tracción y, por tanto, sobre la cantidad esparcida. Esto plantea el problema adicional de que sea imposible operar esta maquinaria, a la que llamaremos “esparcidores de rueda”, en estático. Por ello, si no se dispone de una báscula de vehículos pesados, se convierte en necesario fijar un contenedor móvil al disco de esparcido, para recoger la sal en movimiento. Una opción sencilla y económica consiste en emplear

las sacas de sal marina (sal para salmuera) que son de común uso en las conservaciones. Estas sacas, también conocidas como Big-Bag, se emplean habitualmente tanto para la recogida de

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Figura 6- Big-Bag

Figura 5- test de recogida estática

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escombros como para el transporte de piensos y otros productos. Su elevada resistencia y reducido peso y precio las convierten en ideales para la recogida de sal directamente del esparcidor en movimiento.

Amarrando una de estas sacas a la maquinaria, de manera que quede todo el disco esparcidor dentro de ella, conseguimos un receptáculo ligero y móvil que nos permitirá recoger una cantidad razonable de fundente.

Deberemos amarrar el big-bag con suficiente holgura como para que no roce con el disco y se rasgue, pero no tanta como para que se arrastre por la calzada, que también produciría agujeros por los que escaparía la sal.

Dado que la cantidad de sal que esparcen los saleros de rueda está muy directamente relacionada con la velocidad de circulación, es especialmente importante que las pruebas se hagan a una velocidad similar a la de empleo habitual (que suele ser elevada). Para poder hacer toda la prueba a velocidad constante, se seleccionará un tramo recto y largo, que permita al camión alcanzar la velocidad de crucero antes de bajar la rueda y empezar a esparcir sal. Una vez recorrida la distancia predeterminada, se levantará la rueda motriz (parando el esparcido), y se retornará al punto de pesaje, asegurándose de vaciar bien la saca antes de pesar. Es recomendable también, para facilitar la labor del operario, colocar marcas visuales en el punto en el que debe empezar a esparcir y en el que debe parar de hacerlo.

Consideraciones adicionales

El primer punto que hemos de tener en cuenta para obtener resultados fiables es la resolución de la balanza que empleemos. Cuanto más precisa sea la báscula, menos prolongada necesitamos que sea la prueba, y menos fundente será necesario para evaluar una muestra con cierta exactitud. En el ejemplo siguiente, si una báscula tiene una resolución de 1kg (es decir, que redondea al kg más cercano), y la muestra a pesar es de 10kg, tenemos un margen de error en la prueba del 10%. Si nuestra muestra, en cambio, es de 100kg, nuestro margen de error se reduce dramáticamente, hasta el 1%. Para pruebas de este tipo, consideramos aceptable un margen de error hasta 5%.

Con el fin de ajustarse a estos márgenes y de obtener muestras representativas con las que observar desviaciones y defectos reales sobre la dotación objetivo, es conveniente que la maquinaria funcione durante periodos relativamente elevados de tiempo, recorriendo o simulando distancias de varios kilómetros (mínimo 2) por cada prueba, para así recoger muestras considerables. Esto resulta relativamente sencillo en los esparcidores con motor auxiliar, pero es más complejo en los esparcidores de rueda. Con el método diseñado por Alvac la cantidad de fundente que se puede recoger no es muy elevada, y no se recomienda recoger el esparcido de distancias mayores de 500m (aunque puede darse el caso de que haya que recortar esa distancia con esparcidores que repartan dotaciones muy excesivas). Para compensar este problema, se recomienda hacer 2 pruebas, más una tercera si la diferencia entre la 1ª y 2ª es muy sustancial.

Otro punto a tener en cuenta es que la carga de la tolva puede tener un impacto sobre la cantidad esparcida, en especial si ésta se encuentra cerca de estar vacía, aunque esto puede variar en función de la edad, marca o tipo de maquinaria. Las pruebas deberían realizarse en las condiciones más desfavorables- es decir, cuando menos fundente esparce la maquinaria- para poder así asegurarnos que SIEMPRE estaremos esparciendo, como mínimo, la dotación requerida en el plan operativo. Antes de medir, por tanto, puede resultar necesario comprobar con qué carga esparce

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Figura 7-montaje de big-bag para recogida en movimiento

Figura 8- pesaje con báscula de resolución ±100gr para test de recogida en movimiento

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menos la maquinaria, por lo que se deberían realizar pruebas a carga completa, a media carga, y al 15%. Una vez identificada qué carga es la que da dotaciones más escasas, se calibrará siempre con esa misma.

Por último, no hay que olvidar que- para que los datos de las pruebas sean homologables con la realidad- el estado del fundente que se prueba debe corresponder con el habitual. La prueba no

tendría ninguna validez si se emplea sal con un nivel de humedad muy elevado cuando, habitualmente, se emplea muy seca (o viceversa). Por facilidad de control, se recomienda siempre usar sal que esté lo más seca posible para las pruebas.

Desviaciones o tolerancias admisibles en pruebas de cantidad

Dado que, en España, se emplean por defecto dotaciones bastante elevadas tanto para tratamientos curativos como preventivos, consideramos que una desviación de ±10% es aceptable y no representaría ningún riesgo a la seguridad. Recomendamos, eso sí, que- especialmente en maquinaria más moderna y con sistema de circuito cerrado- se proceda a revisar y calibrar la máquina en cuanto aparezcan desviaciones mayores o en el entorno de ese 10%.

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Comprobación de distribución de esparcido

Aunque obtengamos las cantidades deseadas de esparcido, cabe la posibilidad de que la distribución de esparcido no sea la correcta y, por tanto, queden tramos de la calzada con grandes cantidades de fundente, mientras que a otras no llegue en absoluto. A fin de evitar este problema, resulta conveniente realizar una comprobación de amplitud y orientación de esparcido de los vehículos. Es evidente que la amplitud y orientación correctos son los que nos permiten distribuir fundentes por toda la calzada desde la sección de carretera por la que circulamos. Esta distribución variará en función de la carretera que mantengamos. No será igual el esparcido necesario para una carretera de una calzada con un carril por sentido que dos calzadas con dos carriles por sentido.

Dicho esto, a efectos de esta explicación, asumiremos dos carriles por dirección, en el que se circula desde el carril derecho, que suele ser la situación más habitual.

Esparcido correcto

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arcén

interior

arcén

exterior

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Amplitud incorrecta

Orientación incorrecta

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arcén

exterior

arcén

interior

arcén

interior

arcén

exterior

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Método de comprobación 1: pista de pruebas

El método, a grandes rasgos, consiste en delimitar una zona de pruebas análoga a la carretera, pero que permita un rápido y fácil esparcido y recogida de sal. Se delimitan secciones a lo ancho de la zona de pruebas, se operan los esparcidores en ella (simulando condiciones reales) y se comparan las cantidades de sal que se han depositado en las distintas secciones con el objetivo ideal.

1) Zona de pruebasResulta indispensable, para estas pruebas, localizar un lugar en el que no encontremos tráfico pero, a la par, podamos operar un quitanieves a velocidades y en condiciones análogas a las de uso normal. Un aparcamiento de vialidad invernal amplio, por ejemplo, puede resultar ideal, así como un tramo de carretera abandonado

2) La superficie de pruebas.Dada la dificultad para recoger o ver sal vertida sobre una calzada, es conveniente realizar las pruebas sobre una superficie que facilite nuestra labor. Una sencilla manera de conseguirlo es mediante la colocación de un geotextil que simule el ancho de la calzada. No solo es un material de escaso coste y gran resistencia, si no que se puede adquirir en colores oscuros que faciliten la visibilidad de la sal sobre él. Adquiridos los geotextiles, cubrimos una superficie de 10x15m. El geotextil se puede fijar al suelo mediante el uso de remaches, empleando cinta americana para terminar de fijarlo al firme y que no entre aire que lo pueda levantar por debajo

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FTA-11. Esparcidores de sal

3) Marcados sobre la superficie de pruebasExtendido y sujeto el geotextil, marcaremos la superficie de pruebas, a fin de simular los carriles de una carretera.

y delimitaremos, con dos líneas longitudinales, dos zonas de toma de muestras por carril.

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arcén

exterior

arcén

interior

arcén

exterior

arcén

interior

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4) Simulación de esparcido Acto seguido, se hace circular, por el “carril” de empleo habitual (normalmente el derecho) y a una velocidad análoga a la de uso habitual (60 a 80 km/h) un esparcidor accionado, en cuyos mandos habremos fijado el esparcido al ancho de la carretera y la orientación que empleemos habitualmente. Conviene, por tanto, tener accionado el esparcidor desde que el camión comience a circular, de manera que lleve en funcionamiento un rato antes de que alcance la velocidad de crucero y entre en la superficie de pruebas

5) Observaciones inicialesEn algunos casos, la simple observación nos puede indicar un esparcido incorrecto. En el caso de la foto que sigue, resulta evidente a primera vista que la mayoría de la sal queda en carril derecho y arcén, y que solo una pequeña cantidad llega al carril izquierdo. Se está, por tanto, malgastando gran cantidad de sal, que queda en el arcén, y habría que cambiar la orientación del esparcido para que cubra más del carril izquierdo.

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FTA-11. Esparcidores de sal

6) Manipulación de sal y medición de esparcidoEn otros casos, en cambio, el resultado no será tan claro, y habremos de manipular la sal.

Si acumulamos (con la ayuda de una escoba limpia) el fundente de cada franja hasta que forme una línea longitudinal por cada zona de pruebas, podremos ver con más facilidad cuánta sal tenemos por segmento. Las seis líneas de sal (1 del arcén interior, dos en el carril derecho, dos en el izquierdo y una en el arcén exterior) permitirán distinguir cantidades con más facilidad que estando esparcidas. Habremos de tener en cuenta, eso sí, que los arcenes y los carriles no tienen la misma superficie, y no son directamente comparables entre sí. Dicho esto, puede llegar a permitir, mediante simple observación, ver si un esparcido está muy desequilibrado.

Pero el sistema más fiable sería el pesaje de la sal por zonas. Barreríamos la sal de las 6 zonas longitudinales que hemos delimitado (1 del arcén interior, dos en el carril derecho, dos en el izquierdo y una en el arcén exterior) hasta tener 6 montones de sal que pesaríamos. Este sistema tiene el beneficio adicional de que, como conocemos la superficie, podremos calcular la dotación real que esparce nuestro equipo, simplemente dividiendo el peso total por la superficie.

Por ejemplo, si hemos recogido 1 kg. de sal a lo largo del arcén exterior, la dotación que hemos esparcido en él será: 1000gr/2x15m= 33gr/m2

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Método de comprobación 2: empleo de sensor portátil de salinidad

Si se dispusiese de un sensor portátil de salinidad, como el Boschung SOBO20, la prueba se puede realizar directamente sobre asfalto u hormigón sin necesidad de extender un geotextil que recoja el fundente. El método es, por tanto, mucho más sencillo, puesto que simplemente implica delimitar una superficie de pruebas y tomar muestras directamente con el medidor.

Al igual que la anterior prueba, delimitaremos una superficie de pruebas que sea análoga a la carretera, dejando una zona de toma de muestras por cada arcén y dos por cada carril. Dado que la toma de medidas es especialmente sencilla, delimitaremos dos bandas de medida, separadas por 10 metros para ver si existen diferencias notables. Las zonas de toma de muestra se pueden delimitar sencillamente con pintura sobre la superficie de pruebas.

Una vez haya pasado la máquina quitanieves esparciendo (siempre en condiciones que se asemejen a las reales, tanto de ancho de esparcido, como de dotación, como velocidad y de orientación de esparcidor), procederemos a tomar muestras de cada cuadro con el SOBO20.

El SOBO 20 mide la salinidad por conductividad. Desgraciadamente, tiene una superficie de medición muy reducida (apenas 3cm2), por lo que la presencia de un grano de sal más o menos en la zona de medida altera mucho las lecturas. Por esa razón, deberemos tomar varias medidas por cada cuadro de medida, al menos cuatro, para ver si hay alguna que se escape de los parámetros normales y descartarla. Habremos de recordar también que nunca debemos tomar una medida sobre el mismo lugar de la anterior, puesto que la mezcla de amoniaco y agua destilada que se emplea para medir y que luego permanece en la calzada alteraría una segunda medida.

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arcén

exterior

arcén

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Método de comprobación 3: método estático

Cuando accionamos un esparcidor de fundentes estando estacionado, podemos observar que el fundente se acumula en unos óvalos que corresponden al esparcido del equipo. Aprovechando este fenómeno, para los esparcidores con motor auxiliar que puedan ser operados en parada, podemos realizar una rápida comprobación visual de esparcido.

Al igual que en la prueba de esparcido en movimiento, extenderemos el geotextil para simular la calzada por la que habremos de trabajar. Dado que no llegaremos a circular con camiones sobre él, podemos simplemente fijarlo mediante el uso de pesas, para así levantarlas y recuperar el fundente esparcido tras la prueba. El largo, además, puede reducirse a 15 metros (dejando un área de prueba de 15 x ancho de calzada). Trazaremos sobre él los carriles y arcenes, para que concuerden con la carretera en la que trabajamos.

Estacionaremos entonces el esparcidor en un extremo, con el disco orientado hacia el geotextil, y lo pondremos en funcionamiento, simulando la velocidad de crucero. Operaremos el esparcidor durante unos treinta segundos, que deberían ser suficientes para que se acumulase una cantidad razonable de sal sobre el geotextil. Esa cantidad de sal, sobre el fondo negro nos puede permitir observar si el esparcido no tiene la amplitud correcta, o si está excesivamente desviado hacia un lado u otro.

Observado el esparcido, se puede proceder a recoger la sal por secciones (arcén exterior, carril exterior, carril interior y arcén interior) y pesar cada una de ellas, para verificar si las dotaciones (tanto popr cada sección como en conjunto) son las correctas. Sabiendo la velocidad de simulación podemos calcular la cantidad que debería haber en cada una de las secciones. Por ejemplo, si la velocidad de simulación fuese de 50 km/h (13,89 m/s), un vehículo recorrería 416,7m en los 30 segundos de prueba. La superficie a tratar por cada carril es, por tanto, de 416,7m x 3,5m = 1458,45 m2. La cantidad de sal que deberíamos encontrar en cada carril, a una dotación de 20gr/m2, sería de 29,16kg.

Este método tiene la ventaja de la agilidad de comprobación, dado que con una prueba comprobamos tanto dotaciones como esparcido, empleando unos 5-10 minutos por equipo.

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Esparcido correcto

Esparcido con orientación de disco desviada

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interior

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arcén

exterior

arcén

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Esparcido con amplitud insuficiente

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arcén

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exterior