1 Prefacio, Sidney Rosen

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Lista de los que participaron en las sesiones y comentariosSESION I. PRIMERA PARTEPresentes en 1945: doctor Milton H. Erickson, doctor Jerome Fink, seora Fink, la sujeto (seorita S o Jane) y su amiga Ann Dey.Presentes en los comentarios de 1979: doctor Milton H. Erickson, doctorErnest L. Rossi y doctor Marin Moore.SESION I. SEGUNDA PARTEPresentes en 1945: doctor Milton H. Erickson, doctor Jerome Fink, lasujeto (seorita S o Jane) y su amiga Ann Dey.Presentes en los comentarios de 1979: doctor Milton H. Erickson, doctorErnest L. Rossi, doctor Marion Moore, doctor Robert Pearson y un visitante no identificado.SESION IIPresentes en 1945: doctor Milton H. Erickson, doctor Jerome Fink, lasujeto (seorita S o Jane) y el seor Beatty.Presentes en los comentarios de 1979: doctor Milton H. Erickson, doctorErnest L. Rossi y doctor Marion Moore.SESION IIIPresentes en 1945: doctor Milton H. Erickson, doctor Jerome Fink, lasujeto (seorita S o Jane) y su amiga Ann Dey.Presentes en los comentarios de 1979: doctor Milton H. Erickson, doctorErnest L. Rossi y doctora Sandra Sylvester.SESION IVPresentes en 1945: doctor Milton H. Erickson, doctor Jerome Fink, lasujeto (seorita S o Jane) y su amiga Ann Dey.Presentes en los comentarios de 1979: doctor Milton H. Erickson, doctorErnest L. Rossi y doctora Sandra Sylvester.8PrefacioSidney Rosen, doctor en MedicinaQu bueno es volver a or la voz de Erickson! Y Ernest Rossi, nuestro gua firme y confiable, nos trae su comprensin madura, despus de haber estudiado y practicado las tcnicas de Erickson durante ms de quince aos, a la vez que nos hace presenciarel proceso que lo condujo a esa comprensin. Como lo consiguien sus anteriores libros en colaboracin, Rossi no se entrometeentre Erickson y el lector. Presenta una trascripcin que nos deja ver a Erickson en su trabajo en 1945. Tras esto, con su modestia habitual, acta al modo de un estudiante inquisitivo, lo mueve a explicar el pensamiento que sustenta sus tcnicas teraputicas. Adems, ambos discuten muchos otros temas interesantes;entre estos, la naturaleza de la terapia, la naturaleza humana, eldesarrollo de la conciencia de s y hasta la evolucin y la funcinde los lenguajes vulgar y obsceno.Rossi pudo obtener respuestas casi directas, para algunas desus preguntas, en lugar de las coloridas y metafricas que Erickson pareca preferir. Acaso fue porque este, un ao antes de morir, estaba ms dispuesto que antes a explicarse. No hay dudade que esas respuestas metafricas, a lo gur, han estimuladoel pensamiento y el desarrollo de centenares de discpulos, perono dejamos de dar la bienvenida a formulaciones ms simples,de aprehensin ms fcil. La propia Margaret Mead (1977) ha referido que ella y otros alumnos de Erickson pedan demostraciones ms simples, ms reiterativas, ms tediosas. Con su paciencia y perseverancia, Rossi pudo conseguir tales explicaciones mssencillas y claras, que nos ayudan a comprender la esencia deltrabajo de Erickson.En este libro podemos apreciar todo el esfuerzo desplegado porErickson en la preparacin de su paciente para el cambio. Aunque trabaj con ella de un modo juguetn y, a veces, repentinistajug con palabras, le hizo escribir con las letras invertidas ycon ambas manos a la vez, consigui que admitiera anticipaday absolutamente que se curara, se advierte que Erickson consideraba imprescindible esta preparacin. Al mismo tiempo sin9tonizaba con fineza la relacin teraputica, con un tono que eracuestionador pero inspiraba confianza. Como lo seala Rossi, loque ms le preocupaba era alentar y estimular los procesos quecapacitaran a la paciente para el cambio. La bsqueda de insightera slo uno de estos procesos, quizs uno de los menos importantes. Cuando vemos que guiaba a su paciente hacia insightsy conexiones con el pasado, podemos conjeturar que en gran medida responda as a la conviccin de ella de que necesitara comprender el pasado antes de poder ser curada.Erickson sola decirnos: El trabajo lo hace el paciente. El terapeuta se limita a proporcionar las condiciones en que este trabajo se pueda hacer. En cuanto a l, trabajaba concienzuda y cuidadosamente para proveer las condiciones necesarias. Con ese fin,exploraba y utilizaba todos los elementos imaginables en los campos de la comunicacin y la educacin. Insista, por ejemplo, enla importancia de usar el poder evocador y los significados mltiples de las palabras (las de la paciente y las de l mismo). Vemosuna hermosa muestra de su respeto por ellas cuando, al examinar la escritura automtica de la paciente, nota que una palabrapuede leerse indistintamente living, giving o diving [vivir,dar o zambullirse, bucear] y utiliza esta observacin como basepara organizar la terapia en torno del miedo de la paciente a nadar, en la creencia de que, una vez superada esta fobia, quedarms libre para vivir y dar y se librar de su depresin. Suinterpretacin de esta palabra en particular, o de otras palabras,tal vez parezca arbitraria a algunos lectores. De hecho, el mismoRossi lo acusa en un momento determinado de hacer inferencias. Pero no puede dejar de impresionarnos la esmerada atencin que presta a cada expresin de la paciente y a cada una desus propias comunicaciones.Adems de ver su uso hbil y cuidadoso de las palabras, presenciamos muchas formas de sugestin indirecta (p.ej., expresarlas sugestiones como preguntas). Mientras efectuaba esta manipulacin con la paciente, constantemente le peda permiso para intervenir, y siempre estaba dispuesto a modificar sus intervenciones en respuesta a las reacciones de ella. As demostrabael respeto que caracteriz su trato con los pacientes. En este puntocabe apuntar que, si bien mucho de lo escrito acerca de las tcnicas ericksonianas pone de relieve el brillo y el ingenio del terapeuta, cuando observamos el trabajo personal del mismo Erickson nos impresiona ms, en verdad, la presencia y la creatividadsingular de sus pacientes.Qu valor tiene el uso de la regresin como caracterstica dol)minante de esta terapia? Mientras lea este libro, comprend conclaridad la razn por la cual Erickson tenda a tratar a casi todaslas personas como si fueran nios! De repente entend por qupareca tan enamorado de los chistes vulgares, los acertijos pueriles y los juegos, al menos en sus ltimos aos. Me parece ahoraque l apreciaba, probablemente por haberlo averiguado de su trabajo con pacientes adultos en estado de regresin hipntica, quees precisamente en este estado infantil cuando nos abrimos msal aprendizaje, cuando nuestra curiosidad y nuestra aptitud parael cambio alcanzan su punto mximo. A fin de intensificar la experiencia regresiva de la paciente, Erickson trabaj con ahncopor crear la ilusin notablemente convincente de que, en verdad,l era una persona mayor que hablaba a una nia de corta edad.Provoc en la nia la reescenificacin y la abreaccin de susexperiencias traumticas y, por medio de conversaciones aclaratorias, la gui a travs de un proceso de reeducacin. De este modo, la nia pudo aadir a sus recuerdos experiencias novedosasy positivas con un adulto solcito y comprensivo. Estas experiencias de regresin correctiva, como las he denominado, causaron un efecto duradero sobre la paciente aun despus de habervuelto a su self adulto.Entre las experiencias de reeducacin por las que pas la nia, en sus conversaciones con el Hombre de Febrero (ella haca regresin hipntica en su edad, y Erickson la visit variosaos en febrero), hubo algunas de las que se denominan reen-cuadradoras. Este libro contiene hermosos ejemplos de reencua-dramiento. Veamos uno. La paciente experimentaba un persistente sentimiento de culpa por haber tenido deseos de muerte hacia su hermana menor; se culpaba del accidente en que esta casise ahoga. Para reencuadrar esto, Erickson le dijo: En todosestos aos usted se ha condenado a s misma, no es as? (...)Por qu? Tal vez para poder mejorar y ampliar an ms su comprensin de s misma. (Se reencuadra la autocondena como unpaso hacia la autocomprensin.) Y reencuadr de este modo larivalidad entre las hermanas: Cuando usted era una bebita, estar celosa de Helen significaba una cosa. Ahora que es adulta,tiene un significado totalmente distinto. Se opondra usted a queuna bebita apreciara su propia vala, su propia personalidad ysus propias necesidades, tanto que las defendiera segn su entender?.En determinado momento, Rossi sugiere a Erickson que suhipnoterapia se basa en la catarsis y una reestructuracin delos procesos mentales del paciente. No es una reestructuracin11corrige Krickson. Usted da al paciente una visin ms completa. Entonces Rossi puede resumir su interpretacin con estecomentario: La hipnoterapia simplemente abre paso a un puntode vista ms amplio y completo, y nos libera de las limitacionesy la literalidad de la niez. Cun lejos estamos de la creenciade muchos terapeutas de que la hipnosis supone alguna reprogramacin!El tratamiento de este caso nos muestra los comienzos de unatcnica que Jay Haley denominara prescribir el sntoma: cuandola paciente pareca lista para intentar nadar, Erickson se lo prohibi. Yo dicto mi inhibicin a su accin de nadar, explica y,hecho esto, seala: Puedo cambiar mi dictado!. Por supuesto,retir su inhibicin en la siguiente sesin.Erickson ofrece asimismo una interesante fundamentacin dela presencia de otras personas durante la terapia: . . Este miedo, esta angustia en torno de la natacin se observa en relacincon otras personas (...) Usted necesita superar algunos de estosmiedos y angustias que se manifiestan en relacin con otraspersonas a quienes usted se los oculta sacndolos a la luz parapoder darse cuenta de que uno puede vivir aun cuando otros estn al tanto de ellos. Las personas nos agradan ms cuando lassabemos de carne y hueso en un sinnmero de pequeas cosas.Los terapeutas grupales saben esto desde hace largo tiempo, pero debemos recordar que la terapia de grupo no se practicaba mucho en 1945.Admito que cuando le por primera vez el caso del Hombrede Febrero, tal como se lo presenta en Hypnotherapy (Ericksony Rossi, 1979) y Uncommon Therapy (Haley, 1973), me entusiasm como a muchos otros la idea de que pareca ser la primeravez que un terapeuta haba modificado realmente la historia deun paciente. Ahora comprendo que este cambio, como muchosotros cambios producidos en terapia, consiste en realidad en ampliar el cuadro o expandir la percatacin en el presente, y noen el pasado. De hecho, recuerdo que Erickson sola comentar:La comprensin del pasado no lo cambiar. Se ha cuestionadojustificadamente la realidad de la regresin de edad. Creo queadems de una apertura a recuerdos reales, hay en ella una parteconsiderable de fantasa. Empero, la regresin no necesita serreal para resultar provechosa. La simple sensacin subjetivade ser joven puede permitirle a un paciente ver las cosas desdeperspectivas diferentes, as como intensificar el contacto entrel y su terapeuta y conducir a abreacciones teraputicas.Antes de terminar el tratamiento, Erickson ayud a la paciente12a exteriorizar su hostilidad hacia l. Argument que esto era importante porque, a menudo, los pacientes se enojan con el terapeuta por haberles quitado sus sntomas y puede ocurrir que expresen su ira destruyendo su trabajo teraputico. Con esto dabaotra prueba de su extremo cuidado en mantener todos los beneficios obtenidos con la terapia.Se acerca el tiempo en que veremos ms reseas crticas deErickson y su obra. Aun aquellos de nosotros que fuimos hipnotizados por l evaluaremos nuestras experiencias de manera distinta con el paso del tiempo. Sin embargo, en el momento actual,cuando pienso en l lo hago con cario aunque no fue una persona particularmente afectuosa en el sentido habitual del trmino. Nos trasmita su amor y su respeto a m y a muchsimosotros diciendo las cosas como son. Por ejemplo, una vez ledije que deseaba ms experimentar que intelectualizar, y l respondi: Su conducta indica otra cosa. Usted prefiere ms comprender que experimentar. Y, en una actitud caracterstica aadi esta sugerencia a su comentario incisivo: Pero puede intelectualizar de diversos modos. Por ltimo, me introdujo, en trance,en una experiencia que combinaba el pensar y el sentir, partiendode una induccin hipntica que empez as: Por mi estilo de vida, me gusta escalar una montaa. . . y siempre me pregunto quhabr del otro lado. De esta manera, present un modelo de rolque expresaba un modo diferente de intelectualizar: por mediodel preguntarse. Y slo ahora, ocho aos despus, al escribir este prefacio, me he dado cuenta de que hizo eso!Para quienes hemos trabajado con Erickson, siempre habrmucho ms que aprender de l con el repaso y estudio de su obra,en especial las trascripciones textuales de sus trabajos y pensamientos tal como se presentan aqu. A la gran mayora de loslectores para quienes este es, quizs, el primer libro, o el segundo, que leen acerca de Erickson les resultar muy til leerlosea rpidamente o con detenimiento. Una lectura rpida les harpalpables las razones por las que se le ha dedicado recientementetanto inters. Un estudio despacioso sugerir ideas enriquecedo-ras para el trabajo de un terapeuta. Gracias, Ernest Rossi, porofrecernos este don.Sidney Rosen, doctor en Medicina, PresidenteSociedad Milton H. Ericksonde Psicoterapia e Hipnosis, de Nueva YorkAutor de My Voice Will Go With You:The Teaching Tales of Milton H. Erickson13IntroduccinErnest Lawrence Rossi, doctor en FilosofiaEste libro sobre el Hombre de Febrero va ms all del tpico informe de caso que encontramos en las publicaciones de psicoterapia. Sobrepasa las formas habituales de anlisis y psicoterapia para centrarse en la posibilidad de facilitar la apertura denuevos desarrollos de la conciencia de s y la identidad. El extinto Milton II Erickson, a quien muchos consideran el hipnotera-peuta ms creativo de su generacin, ide los singulares enfoquesy tcnicas documentados en este libro. La caracterstica ms notable y valiosa de este material es que constituye la nica trascripcin textual completa de un caso de hipnoterapia tratado porErickson ni promediar su carrera, cuando su genio innovador haba alcanzado su plenitud.Ademn, tenemos la fortuna de poder aadir los comentariosdetallados del propio Erickson acerca de este caso. Las quincehoras de debates grabados proporcionan una comprensin nicade su pensamiento y sus mtodos./// llomhrc de Febrero es un fascinante estudio de caso quemuestra el uso de una profunda regresin de edad en el tratamiento ti* una joven afectada de depresin crnica y una fobiagrave y disluncional: un miedo al agua derivado del recuerdo trau-malico, profundamente reprimido, de haber sido responsable deun accidente en el que su hermana menor, una beba, estuvo a punto de morir ahogada. Al tratar su caso, Erickson le presta apoyoasumiendo el papel de Hombre de Febrero, quien visita muchas veces n la mujer en el curso de cuatro sesiones psicoterapu-tims prolongadas. En ellas, Erickson utiliza fenmenos hipnticos c l s i c o N (p.ej., la regresin de edad, la distorsin del tiempo,In escritura aut omtica, la amnesia, etc.) para indagar toda la infinida y adolescencia de la paciente. En el papel de Hombre dei ebiero, li- proporciona las simientes de nuevas expansiones desu personalidad adulta.En improbable que alguna vez salgan a luz otras trascripcio-i i i * m textual' ms completas de lo hecho por Erickson en esa poca Aun cuando se encontraran de algn modo, no tendramos15los comentarios detallados del propio Erickson acerca de sus actos; y sin ellos es casi imposible comprender su trabajo. Este volumen es, pues, la ltima vendimia de la cepa Erickson. Ya no podremos tener ms sus comentarios en grado sumo esclarecedoressobre la naturaleza humana, la apertura hacia la conciencia des, la esencia del trabajo psicoteraputico y los aspectos medulares de sus originales e innovadoras tcnicas hipnoteraputicas.La historia de este volumenEs una larga historia, ya que el libro fue desarrollndose lentamente durante ms de cuarenta aos. Todo empez all por 1945,cuando Erickson hizo una demostracin informal de su singularenfoque de la hipnoterapia ante un pequeo grupo de colegas terapeutas y de estudiantes,1 utilizando como sujeto a una enfermera (la seorita S o Jane), Slo mantuvo con ella cuatrosesiones hipnoteraputicas, registradas taquigrficamente y enforma completa por la seorita Cameron y mecanografiadas conapenas unas pocas omisiones insignificantes. Muchos aos despus, en 1986, pude comunicarme con la seorita Cameron y preguntarle por sus recuerdos sobre Erickson de aquella poca. Respondi con la siguiente carta.Recuerdos de una secretaria, la seorita CameronMientras se registra taquigrficamente una reunin, una debe concentrarse casi con exclusividad en su trabajo. No obstante, recuerdo haber sentido una tensin casi intolerable en el consultorio del doctor Erickson, en Eloise, cuando la sujeto afront sus sentimientos de hostilidadextrema hacia su familia. En ese momento pens que aquello era cirugaemocional. La ltima sesin a la que asist fue ciertamente alegre; la sujeto rea mucho y se la vea relajada y feliz.El doctor Erickson fue en verdad un gran jefe. Comprenda las limitaciones de los dems mejor que ellos y, naturalmente, esto se traducaen un trato considerado. Mis primeros das en su consultorio fueron memorables. Al parecer, no haba tenido secretaria por un tiempo. En un1 Jerome Fink, doctor en Medicina; la seora Mary Fink; el seor Beatty yla seorita Ann Dey. amiga de la sujeto.16rincn haba una mesa llena de libros, papeles y objetos de uso personal.El escritorio de la taqugrafa estaba cubierto de separatas, cartas y todaclase de materiales por contestar o archivar. Empec a leerlos y clasificarlos.Durante los dos primeros das, el doctor Erickson slo me dict unacarta. Yo lea, apilaba y procuraba reducir mis preguntas sil mnimo. Unpensamiento volva una y otra vez a mi mente: quiz me est metiendoen camisa de once vEiras. Pero al retirarse del consultorio al trmino delsegundo da, el doctor Erickson coment que disfrutara con mi colaboracin. Fue un momento de orgullo; me ergu en todo mi metro y mediode estatura.Pocos das despus me pregunt si saba dibujar. Le respond confranqueza que ni siquiera era capaz de trazar una recta con una regla.Me hizo copiar una ilustracin que usaba en las disertaciones para susestudiantes de medicina. El resultado fue un esperpento, pero l dijo queera adecuado y de ah en adelante utiliz ese dibujo. Cada vez que selo llevaba del consultorio, me ruborizaba hasta las orejas.El doctor Erickson me enviaba con frecuencia a tomar taquigrficamente las expresiones verbales de un paciente, que luego utilizaba paraensear a sus estudiantes de medicina a distinguir los diferentes tipos deproblemas mentales. Una mujer, que haba sido tratada en Eloise durante muchos aos, hablaba sin parar con palabras sueltas o frases brevesque parecan totalmente inconexas. Era una dama menuda y encantadora; me habl durante varios minutos y en ese lapso pronunci tan slouna oracin completa: Chase e hijo es el nombre.* Habra sido fcilsuponer que la mujer haba escuchado la propaganda radial del caf Chase and Sanborn, una marca muy publicitada por entonces, pero el doctorErickson fue al meollo de la cuestin: una asistente social averigu quela paciente, que era soltera, haba tenido un hijo muchos aos atrs, ensu juventud, cuando eso se juzgaba deplorable. Fue caracterstico delestilo de Erickson para comprender las crisis en la vida de aquellos conquienes trabajaba y a quienes trataba.Las personas que venan a estudiar y trabajar con l hacan que miempleo resultara especialmente gratificante. Los doctores y estudiantesde medicina que lo visitaban por entonces parecan interesarse muchsimo por la hipnosis y los mtodos de tratamiento del doctor Erickson,en especial con pacientes que haban manifestado recientemente algnproblema. Cada vez que se anunciaba que dara una conferencia, el lugardesignado se colmaba de gente. Siempre que les deca a sus estudiantesque se reunira con ellos a tal hora de la tarde o la noche, pareca correrla voz por todo Eloise con una rapidez que aventajaba de lejos a las seales de humo o los tambores de la jungla. Era asombroso. A la hora prevista, la seila se llenaba no slo de estudiantes y gente de Eloise, sinotambin de una buena cuota de desconocidos. El doctor Erickson siem* En ingls: Chase and son is the ame. (N . de la T.)17pre ejerca un dominio increble sobre el gento. Como aficionada fantica del teatro y ex empleada teatral, me maravillo cada vez que lo recuerdo. Si lo hubiesen visto, la mayora de los actores se habran puesto completamente verdes de envidia.Uno de los pasatiempos favoritos del doctor Erickson pareca atraerel inters de muchos visitantes. Sobre el alfizar de la ventana situadadetrs de su escritorio haba un grupo de vasijas de diversas formas ytamaos, hechas por l, cada una de las cuales contena diferentes variedades de cactus. Segn explicaba l, eran excelentes plantas de interiorporque los nios no las toqueteaban.Una cena ocasional con los Erickson siempre era un acontecimientograto. La seora Erickson era una anfitriona encantadora y cada hijoposea un estilo netamente individual. Tal vez usted est al tanto de esto; de ser as, sea indulgente conmigo. Los estimulaban a trabajar y ahorrar. Cuando estuve en Eloise, Bert y Lance cuidaban la huerta y la familia compraba sus productos; cada chico reciba una paga por sus tareas domsticas y, a fin de ao, un aguinaldo equivalente a lo depositadoen su cuenta de ahorros, fuera cual fuese su monto. Esta idea me haparecido siempre tan estupenda, que la trasmito constantemente a lospadres jvenes que conozco.Trabajar como secretaria del doctor Erickson fue una oportunidadprivilegiada de observar y aprender. En verdad, marc el cnit de miexperiencia en oficinas. Me alegra saber que su obra recibe un reconocimiento tan difundido sin duda que esto se debe en mucho a los esfuerzos de usted y se convertir en una parte importante del mundo delmaana.La trascripcin del estudio del caso de la seorita S, mecanografiada por la seorita Cameron, descans en paz en los archivos de Erickson durante unos treinta aos, hasta que l me ladio para que la estudiara en privado cuando empec a trabajarcon l, a comienzos de la dcada de 1970. Empero, en esos primeros aos simplemente fui incapaz de comprender la importancia del caso y por qu Erickson se refera constantemente a lpara ejemplificar tal o cual caracterstica exclusiva de su labor.Mi perplejidad frente a este caso se comprender fcilmente ala luz de las opiniones de Jerome Fink, doctor en Medicina, quefue el verdadero responsable del encuentro inicial entre Ericksony la paciente.El trabajo de Erickson, visto por el doctor Jerome FinkEl doctor Fink fue otro integrante del pequeo grupo originalque presenci este caso de terapia; por entonces era mdico resi18dente. El que sigue es un informe sobre el desarrollo de la situacin teraputica:2Fink: La paciente, la seorita S, era una estudiante de enfermera de diecinueve aos, dotada de una inteligencia y un talento extraordinarios.Originalmente la invit a mi casa en atencin a su inters por la psiquiatra. El propsito de esa visita vespertina fue presenciar el comportamiento hipntico y participar en l, con miras a una mejor comprensinde la psicodinmica elemental.Durante la conversacin preliminar sobre la hipnosis, en cuya oportunidad se discutieron las pautas de conducta comunes en estado detrance, la seorita S dio muestras de prestar suma atencin. Advert alpunto que estaba desarrollando una trasferencia intensa y que sentaun vivo deseo de ser puesta en trance. Se le dijo entonces que tendrael honor de ser la primera sujeto.Se le indujo fcilmente un trance profundo por el mtodo de levita-cin de la mano y, como disponamos de poco tiempo, se la introdujocon presteza en los diversos fenmenos hipnticos. A menudo, los sujetos menos capaces se rehsan a cooperar cuando no se les asigna el tiempo adecuado. Si el sujeto era novato, yo acostumbraba permitirle escribir algo durante su primera experiencia de trance. La mayora de lossujetos se abstienen de escribir cualquier cosa que pueda revelar un antiguo conflicto; por ejemplo, suelen escribir su nombre. En cambio, la seorita S escribi Esta maldita guerra. Para evitar una confrontacinpsicodinmica prematura, se le retir el papel y se la despert con lasugestin de que olvidara lo ocurrido durante ese trance. Tambin qued demostrado, para asombro de la sujeto, que era capaz de escribir automticamente. Este ltimo hecho pronto habra de adquirir un valor adicional para la paciente.Algunos das despus me encontr con la seorita S en una sala delhospital y ella me interrog al instante acerca de lo acontecido en superodo de amnesia. Me limit a responderle con evasivas y frases indefinidas. Ella insisti en su interrogatorio, al que aadi una declaracinaparentemente inconciente de su miedo al agua, por lo que sospechque este era un ruego indirecto de su inconciente que as solicitaba tratamiento psicoteraputico. Le hice varias preguntas, expresadas de manera tal que slo resultaran comprensibles para su personalidad inconciente, y sus respuestas confirmaron mi sospecha. Poco despus me abordsu amiga, Ann Dey, quien me trasmiti su pedido de una segunda experiencia hipntica vespertina.Convinimos la cita e introduje en la situacin al doctor Erickson porque yo no perteneca al cuerpo mdico estable del hospital, sino que eraun facultativo residente, y esta joven se me haba presentado inopinada2 Estos cdmentarios resumen lo dicho por el doctor Fink en varias conversaciones mantenidas con Ernest Rossi y Margaret Ryan.19mente con un caso de fobia. Yo haba trabajado con Milton todos losaos desde que curs el segundo ao en la Facultad de Medicina. Bajosus auspicios, haba dado clases de hipnosis a estudiantes del ltimo aocuando era slo un estudiante del penltimo ao. Milton y yo ramosmuy, pero muy unidos.Siempre experiment cierta necesidad de ser aceptado y adquir unapericia excepcional en hipnosis, probablemente por sus caractersticastan impresionantes, Luego, los dems empezaron a apodarme Svengaliy a temerme mucho, pues pensaban que en mi roce con Erickson l meestaba trasmitiendo su intuicin y yo poda adivinarles el pensamiento. Hubo una gran agitacin dentro de nuestro grupo psicoanaltico yel mensaje fue: Si quieres ser psicoanalista, ms te valdra rechazar aErickson. No tengo tiempo para entrar en detalles, pero el conflicto acarre finalmente la disolucin de la sociedad psicoanaltica de Detroit.Ryan: Se oponan a la personalidad de Erickson o al tipo de trabajoque haca?Fink: Creo que se oponan a su modo de trabajar. Era tan intuitivo. . .Recuerdo que con ocasin de una visita que hice a la Clnica Menningerpara disertar ante un grupo de estudiantes de medicina, el jefe del cuerpo mdico me dijo que Erickson era detestablemente intuitivo. Me contque l se haba pasado tres meses estudiando un caso; lleg a la conclusin de que la paciente sufra de esquizofrenia catatnica. Durante unavisita a la clnica, Erickson la examin treinta segundos y dijo: Y bien,esta muchacha es una esquizofrnica catatnica. Le pregunt cmo haba llegado Erickson a esta conclusin y l me respondi citando la explicacin de aquel: Tal vez hayan advertido que esta muchacha mova inconcientemente su pulgar desde la palma de la mano hasta la punta desus dedos. No saba dnde estaban los lmites de su yo. No saba si ellaterminaba en sus codos o fuera de su cuerpo.Durante la Segunda Guerra Mundial, trabaj con Erickson como miembro del cuerpo de examinadores psiquitricos de la junta de enrolamiento del Ejrcito y vi muchsimos casos como ese. Su intuicin era esplndida pero, para ser sincero, no creo que en esa etapa de su carrera estuviera tan organizado en su vida profesional que fuera conciente de todoslos detalles que se examinan en la presentacin de este caso, tal comolos discute con Rossi en el libro.Ryan: Usted cree que Erickson estaba haciendo algo que saba hacer enun nivel intuitivo. Despus se puede discutir el hecho a posteriori desdecualquier punto de vista terico, pero eso no significa que Erickson lohaya visto as en aquel momento.Fink: Exactamente. Eso es exactamente lo que sucedi.Ryan: En suma, Erickson hizo mucho de lo que dijo haber hecho, sloque no obr as por las razones que todos imaginan post hoc.Fink: Exactamente! Retrospectivamente, todos parecen tener una visin perfecta. La dificultad que sent al leer la trascripcin de este librofue que en muchos, muchsimos momentos, el doctor Rossi preguntaba:Usted hizo tal y tal cosa?. Y Erickson responda: Aj. A mi modode ver, es muy posible que Erickson nunca hubiera considerado las cosas desde cierto punto de vista hasta que Rossi se lo pregunt y entonces contest que s.Erickson me dio esta pila de trascripciones entre el Io de julio de1945 y el Io de mayo de 1946. (Se refiere a los originales en que se basese libro.)Ryan: Le parecieron representativas de lo ocurrido en las sesiones? Ole parecen falseadas?Fink: An no estoy del todo seguro. Hay un pasaje al comienzo de latrascripcin en que el doctor Rossi pregunta: Realmente hizo estas cosas con un propsito preconcebido? Por qu?! No puedo creer que haya hecho realmente esto! Llevo ya siete aos estudiando con usted, ytodava me cuesta creer que no se est burlando de m con toda clasede intrincadas intelectualizaciones post hoc acerca de un caso como este.Sin embargo, tenemos aqu, frente a nosotros, esta evidencia que datade hace ms de treinta aos. Por qu me cuesta tanto creer en ella?.Pienso que el doctor Rossi hizo bien al atreverse casi a cuestionaral Maestro. Creo que Erickson siempre experiment esta necesidad detener razn en todo momento y, en mi opinin, Rossi daba en el blanco* con su sentimiento de duda. Muchas de las psicodinmicas discutidas eran intelectualizaciones post hoc. Erickson era un tipo excepcionalmente intuitivo y no cabe duda de que cur a esta muchacha. Lo quecuestiono es que lo previera de verdad todo.Conoc muy bien a Erickson cuando l era ms joven. El y Betty vinieron a nuestra casa infinidad de veces, en visita social. Fui su protegido durante unos cuatro aos. En 1942, siendo yo un estudiante de segundo ao de la Facultad de Medicina, Erickson empez a dictarnos clases sobre hipnosis. Llegamos a conocernos muy bien y, por decirlo as,l me tom bajo su ala.Siempre me ha sido imposible entrar en un trance hipntico; tengoun bloqueo absoluto. Erickson hizo varios intentos muy serios, incluidosuno o dos con mi consentimiento, pero por alguna razn nunca pude entrar en trance con l. Ignoro por qu. Supongo que tena mucha resistencia, mucho descreimiento. Llegu a ser un buen operador, pese al hechode no poder entrar en trance para nadie.Este libro me parece muy meritorio, pero es preciso tomar con unapizca de sal algunos de los conceptos desarrollados en l. Como ya dije,Erickson era excepcionalmente intuitivo pero no pudo haber imaginadotodas las psicodinmicas en ese momento y en forma conciente. Nuncahaba visto a la sujeto antes de la primera sesin prolongada.Ryan: Es posible que a pesar de ello algunos de los conceptos desarrollados en este libro tengan validez? Dejando a un lado que tuviera conciencia de ellos o no, an queda la posibilidad de que los pusiera en prctica en un nivel intuitivo.* Fink hace aqu un juego de palabras intraducibie con to be right (tenerrazn) y to be right on (ir derecho a, apuntar directamente a). (TV. de la T.)21Fink: Oh, de eso no hay duda! Operaba de ese modo, pero creo queera el nico hombre, en todo el pas, capaz de operar as!Esta entrevista franca y atractiva con el doctor Fink pone derelieve las limitaciones de cualquier anlisis post hoc de un caso.Simplemente no sabemos hasta qu punto el compromiso teraputico altamente intuitivo de un clnico brillante se puede comprender a la luz de un anlisis cognitivo posterior. De hecho, muchas investigaciones de reciente data indican con firmeza que lasposteriores explicaciones racionales de hemisferio izquierdo sonsimplemente historias tendientes a darle un sentido confortadorsea cual fuere a los procesos no concientes de hemisferio derecho (Gazzaniga, 1985). Aun teniendo presentes estas limitaciones, he persistido en mis esfuerzos por comprender el enfoqueericksoniano.La tcnica del Hombre de FebreroEntre 1973 y 1981 fui coautor, junto con Erickson, de variosartculos (Erickson y Rossi, 1974, 1975, 1976, 1977, 1980) y treslibros (Erickson, Rossi y Rossi, 1976; Erickson y Rossi, 1979,1981) sobre hipnoterapia. Asimismo, edit cuatro volmenes desus artculos completos (Erickson, 1980). A lo largo de este perodo fui penetrando cada vez ms en sus formas de pensar y, pocoa poco, pude comprender parte de los vastos alcances de lo quel llamaba la tcnica del Hombre de Febrero. En 1979 publicamos una versin abreviada del caso como captulo final de nuestro libro Hypnotherapy: An Exploratory Casebook. En ese ejemplo, puse de relieve el modo en que Erickson haba utilizado alHombre de Febrero para abrir el camino hacia la creacin de unanueva identidad y conciencia de s en pacientes que, en su temprana infancia, haban experimentado varios niveles de destitucin. Este enfoque implic un rebasamiento significativo de todas las formas de terapia precedentes, centradas en el anlisisy la reelaboracin de problemas psicolgicos a partir del pasado.Con estos antecedentes preparatorios, estuve finalmente encondiciones de explorar con mayor detenimiento las cuatro sesiones presentadas en este volumen. Erickson y yo grabamos unasquince horas de comentarios sobre estas cuatro sesiones,3 exa3 Estas cintas magnetofnicas estn disponibles, para su investigacin y estudio, en la Milton H. Erickson Foundation, :60f> N. 24th St., Phoenix, Arizona,85016 - Estados Unidos de Nortuamricu.22minando cada palabra, cada frase, cada oracin, con una minuciosidad reiterativa y tediosa, a fin de asegurar una comprensinadecuada de las sutilezas de sus mtodos. Otros profesionales formados por Erickson (Marin Moore, Robert Pearson, Sandy Silvester) participaron de manera casual e intermitente en tal o cualsesin de comentario; hacan preguntas y aportaban sus puntosde vista a nuestro proceso de comprensin creciente. Correg estos comentarios y, en una segunda serie de sesiones de comentario, le la mayora de ellos a Erickson para que l formulara lasaclaraciones finales y diera su aprobacin definitiva.Esta versin del texto original se complet entre la primavera y el otoo de 1979, o sea, el ao anterior al fallecimiento deErickson. Habra sido nuestro cuarto libro escrito en colaboracin. Slo necesitaba una introduccin para darle una forma adecuada, como requisito previo a su publicacin, pero la muerte deErickson en la primavera de 1980 me sumi en un estado de duelo y no pude mirar el original por otros ocho aos. Durante esclapso estuve ocupado en lo exterior en la sosegada tarea de coeditar una serie de volmenes sobre los seminarios, talleres y conferencias de Erickson (Rossi y Ryan, 1985, 1986; Rossi, liyan ySharp, 1984) y en hacer unas pocas incursiones independientesen la psicobiologa de lo que Erickson denomin la base psico-neurofisiolgica de la hipnosis teraputica (Rossi, 19866; Rossiy Cheek, 1988).Pero, en lo interior, tuve una serie de sueos en los que Erickson siempre se me apareca como un maestro de unos cuarentao cincuenta aos. Esto era sorprendente, por cuanto slo lo conoc cuando ya era septuagenario, pero aquella era la edad que tena Erickson en la poca en que cre la tcnica del Hombre deFebrero y ofreci las conferencias, seminarios y talleres que yoeditaba a la sazn. Al parecer, lo ms recndito de mi mente asimilaba las enseanzas de Erickson que databan de esa etapa mstemprana de su carrera, Antes de que yo lo conociera.En 1987 pude retornar finalmente a este texto original conuna perspectiva renovada, vido de averiguar si an tena sentido y contena algo de valor para una nueva generacin de estudiantes abrumada por el cmulo de libros y artculos publicadosrecientemente sobre Erickson. A medida que repasaba este testimonio de su pensamiento cuidadoso y matizado, me di cuentade que este volumen podra ser un correctivo importante paraquienes describen el trabajo de Erickson como algo totalmenteintuitivo e idiosincrsico. Sin duda, fue intuitivo en el sentido deque confiaba a menudo en sus asociaciones inconcientes espont23neas para iniciar la exploracin psicodinmica de un caso nuevo.Hasta podra dar la impresin de haber sido idiosincrsico en algunos de sus mtodos poco ortodoxos de disponer experimentos de campo con el fin de evaluar la realidad fenomenolgicade la experiencia hipntica. Pero Erickson siempre insisti en quesus procedimientos verbales y no verbales destinados a facilitarexperiencias hipnticas, preparados con esmero, eran esencialmente racionales en tanto recurran a la individualidad y a los potenciales singulares del paciente. Los comentarios de Erickson contenidos en este volumen son un testamento de la profundidad yla naturaleza innovadora de su pensamiento y su prctica teraputica, con esta tcnica especfica que procura expandir la conciencia de s y abrir el camino hacia el desarrollo de una nuevaidentidad en hipnoterapia.24Sesin I. Primera parte 1