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Renovación nº 50 RENOVA CIÓN EDITORIAL: De tradiciones y apologías / OPINIÓN: La nueva hermenéutica (y VII) / 5ºCENTENARIO: La Reforma hoy y el acuerdo-desacuerdo... / TEOLOGÍA, CIENCIA Y FILOSOFÍA: Errores sobre el mundo que... · Filosofía política y religión #11 / SOCIOLOGÍA Y CRISTIANISMO: Las iglesias protestantes y el expansionismo norteamericano / HISTORIA Y LITERATURA: Hugonotes #1 · La tolerancia religiosa... #3 · Cioran, nostalgia del ángel caído · Cuento corto: El accidente · Soy una enfermera llena de cicatrices · La Biblia en el Quijote / CIENCIAS BÍBLICAS Y APOLOGÍA: El caso de Onán: masturbación y... · Rut y Noemí · La mujer en el cristianismo primitivo / ESPIRITUALIDAD: El sueño de la sulamita · La moda..., #2 · El placer de leer Marcos · Presionar e incomodar · Los sueños, ¿canal de... ? · A los pobres siempre los..., El sentido de la comunidad · Poesía: Regazo · Signos de fariseísmo evangélico · El abuso espiritual · Teologizaciones / MISCELÁNEAS: Naturaleza plural: El pangolín · Humor · Astronomía científica · Libros Nº 51 R E V I S T A M E N S U A L R E L I G I O S A Y D E O P I N I Ó N

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Renovación nº 50

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RENOVACIÓN

EDITORIAL: De tradiciones y apologías / OPINIÓN: La nueva hermenéutica (y VII) /5ºCENTENARIO: La Reforma hoy y el acuerdo-desacuerdo... / TEOLOGÍA, CIENCIA YFILOSOFÍA: Errores sobre el mundo que... · Filosofía política y religión #11 /SOCIOLOGÍA Y CRISTIANISMO: Las iglesias protestantes y el expansionismonorteamericano / HISTORIA Y LITERATURA: Hugonotes #1 · La tolerancia religiosa...#3 · Cioran, nostalgia del ángel caído · Cuento corto: El accidente · Soy una enfermerallena de cicatrices · La Biblia en el Quijote / CIENCIAS BÍBLICAS Y APOLOGÍA: El casode Onán: masturbación y... · Rut y Noemí · La mujer en el cristianismo primitivo /ESPIRITUALIDAD: El sueño de la sulamita · La moda..., #2 · El placer de leer Marcos ·Presionar e incomodar · Los sueños, ¿canal de... ? · A los pobres siempre los..., El sentidode la comunidad · Poesía: Regazo · Signos de fariseísmo evangélico · El abuso espiritual· Teologizaciones / MISCELÁNEAS: Naturaleza plural: El pangolín · Humor · Astronomíacientífica · Libros

Nº 51R E V I S T A M E N S U A L R E L I G I O S A Y D E O P I N I Ó N

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R E N O V A C I Ó N

Nº 51 – Noviembre – 2017

S U M A R I O P A R T I C I P A NEditorial: De tradiciones y apologías .....................................................3Opinión: La nueva hermenéutica (y VII), J. Alberto Montejo ..................4La Reforma hoy y el acuerdo-desacuerdo..., Alfonso Ropero .............10TEOLOGÍA, CIENCIA Y FILOSOFÍA:

Errores sobre el mundo que..., José María Vigil.............................18Filosofía política y Religión #11, Jorge A. Montejo .........................26

SOCIOLOGÍA Y CRISTIANISMO:Las iglesias protestantes y el...#2, Rafael Cepeda ........................32

HISTORIA Y LITERATURA:Hugonotes, #1 Felix Benlliure.........................................................36La tolerancia religiosas..., #3. Manuel de León ..............................38Cioran, nostalgia del ángel caido, Rafael Narbona ........................42Cuento Corto: El accidente.............................................................45Soy una enfermera llena de cicatrices, Ana Mª Medina .................46La Biblia en el Quijote, Juan A. Monroy..........................................48

CIENCIAS BÍBLICAS Y APOLOGÍA:El caso de Onán, masturbación y..., Héctor B.O. Cordero .............50Ruth y Noemí, # 2. Renato Lings ...................................................52La mujer en el cristianismo primitivo, #1, Rafael Aguirre................54

ESPIRITUALIDAD:El sueño de la Sulamita #23, José M. Glez. Campa ......................63La Moda #2, Yo te bendigo, Plutarco Bonilla A...............................66El placer de leer Marcos, Julian Mellado ........................................68Presionar e incomodar, Isabel Pavón .............................................71Los sueños, ¿canal de revelación?, Máximo García......................72A los pobres siempre los tendréis..., Esteban López......................77El sentido de la comunidad, Juan Ramón Junqueras ....................80Poesía: Regazo, Charo Rodríguez.................................................81Signos de fariseísmo evangélico, Pedro Álamo .............................82El abuso espiritual, Alfonso Ranchal ..............................................85Teologizaciones , Emilio Lospitao...................................................88

MISCELÁNEAS:Naturaleza plural: El pangolín..., ....................................................94•Humor.............................................................................................95•Universo: Astronomía científica (I)..................................................96•Libros..............................................................................................98•

Jorge Alberto Montejo

Alfonso Ropero Berzosa

José María Vigil

Rafael Narbona

Rafael Cepeda

Felix Benlliure

Juan A. Monroy

Manuel de Léon

Héctor B. O. Cordero

Renato Lings

Rafael Aguirre

José Manuel Glez. Campa

Plutarco Bonilla A.

Julian Mellado

Isabel Pavón

Máximo García

Esteban López

Juan Ramón Junqueras

Charo Rodríguez

Pedro Álamo

Alfonso Ranchal

Emilio Lospitao–––––––––––

Las opiniones de los autores sonestríctamente personales y no representannecesariamente la línea editorial de estarevista.

Responsable de la edición: Web de la revista: Correspondencia:

Emilio Lospitaohttp://revistarenovacion.es/[email protected]

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La iglesia que surgió en Jerusalénen las primeras décadas del sigloprimero, se formó primera y

esencialmente por personas judías que,no obstante, continuaron practicando lapiedad religiosa de sus ancestros (Pablomismo no dejó las costumbres religiosasjudías – Hechos 18:18, 21; 20:16). Nofue hasta la predicación del evangelioen Antioquía, por parte de judíos hele-nistas convertidos que huyeron de Je-rusalén por la persecución desatada conocasión de la provocación de Esteban(Hechos 7; 11:19-20), que los gentilesvinieron a formar parte de la Iglesia.Este encuentro religioso-cultural, entrejudíos y gentiles que habían obedecidoa la fe, provocó el llamado “concilio”de Jerusalén (Hechos 15). En aparienciatodo quedó resuelto, pero solo en apa-riencia. La historia posterior así lo ates-tigua. Jean-Pierre Lémonon, profesoremérito de la Facultad de Teología dela Universidad Católica de Lyon, espe-cialista en Nuevo Testamento, en untrabajo titulado “Los judeocristianos,testigos olvidados”, nuestra que aquelmovimiento religioso que llamamos“cristianismo primitivo” (el que hallamosen los primeros capítulos del libro delos Hechos) fue rechazado muy prontopor el cristianismo helenista que se ex-pandía por el continente europeo graciasa la misión de Pablo. El mal llamado“concilio” de Jerusalén (año 49 aprox.)marcó el antes y el después de esta his-toria.

Cuatro hitos cronológicos señalan elinicio de los lentos pero efectivos cam-bios que sufrió el cristianismo primitivodesde las primeras comunidades a loque luego devino en la “Gran Iglesia”(con sus concilios, sus dogmas, sus ri-tos...):

Primer hito (años 40/50). Desde laperspectiva del autor de Hechos, a estosjudeocristianos se les llama “los fielesde la circuncisión” (Hechos 10:45), que

eran uña y carne con Santiago, una co-lumna de la iglesia en Jerusalén (Gálatas2:11-12). La iglesia de Jerusalén, sobrelos años 58-59, estaba constituida porestos “fieles de la circuncisión” (Hechos21:20).

Segundo hito (finales del primer siglo –época de las Pastorales). Posiblementetengan razón los críticos al afirmar queestas cartas no salieron de la pluma dePablo). Para estas fechas, a estos mismos“fieles” ya se les llama “contumaces…de la circuncisión” (Tito 1:10). Latensión entre judeocristianos y gentilescristianos ha subido de tono, a pesar dela concordia alcanzada en el “concilio”(Hechos 15:28-31; 21:25).

Tercer hito (sobre el año 110). Ignaciode Antioquía escribía a los magnesios:“Es absurdo apelar al nombre de Jesu-cristo y después vivir a lo judío; no esel cristianismo el que creyó en el ju-daísmo, sino el judaísmo el que creyóen el cristianismo, donde se han reunidocuantos creen en Dios” (“El primersiglo cristiano”, Ignacio ErrandoneaS.J.). El mensaje en esta época es abier-tamente apologético y excluyente res-pecto a los judeocristianos.

Cuarto hito (mediados del siglo II).Melitón de Sardes, obispo de AsiaMenor, emite en un sermón esta condenacontra “los de la circuncisión”: “Oídlotodas las estirpes de los pueblos, yvedlo: Un asesinato jamás sucedidoantes tuvo lugar en Jerusalén, el Reyde Israel fue eliminado mediante ladiestra de Israel” [#94-96].(*) Ya no setrata de evangelizarlos, sino de conde-narlos. De la apología y la exclusión sepasó a un declarado enfrentamiento:¡Había comenzado la persecución contralos judíos! (Judeofobia, Gustavo D. Pe-rednik).

¿Qué nos enseña esta sintética histo-ria?

Que el desarrollo teológico, como lahistoria misma, se va construyendo conlas piedras de las tradiciones. Somos loque somos y hemos llegado adonde he-mos llegado gracias a un conglomeradode tradiciones. Los apologistas de la“sana doctrina” deberían recapacitaracerca de lo que llaman “doctrina sana”.Ignorar la historia de la iglesia, los dog-mas que esta ha ido levantando durantelos siglos, las liturgias y los ritos quehan configurado su identidad, puedellevarnos a reduccionismos que opacanel personaje central y la esencia delEvangelio: Jesús de Nazaret y el “reinadode Dios” que este predicó y vivió.

Nos enseña también que la apología esimportante, pero debemos cuidar elfondo y la forma de la misma. El fondo,porque la apología misma es un cons-tructo histórico-teológico siempre pen-diente de revisión: no contiene absolutos.La forma, porque cualquier autoritarismodogmático la desacredita. El pensamientoúnico (¿la sana doctrina?) ha originadomuchas guerras, muchos sufrimientosy muchas exclusiones innecesarias.

¿Puede ser buena apología aquella dela cual se desconoce su historia? ¿Puedeser buena apología aquella que, aun co-nociéndola, no hace una autocríticaseria? La apología cristiana, si queremosque sea escuchada hoy, debemos dejarde mirarnos el ombligo, y echar un vis-tazo atrás, revisar la progresión teológicay dogmática de la que procedemos yponernos al día. Quienes nos precedieronmerecen ser recordados y reconocidos,por supuesto, pero en ninguna manerapueden constituirse en una hipoteca las-trante. Es nuestra responsabilidad mirarhacia el futuro empedrando bien el ca-mino del presente, aunque para ello ne-cesitemos primero desempedrarlo. R

DE TRADICIONESY APOLOGÍAS

editorial

(*) http://www.kerux.com/doc/0401A1.asp (eninglés)

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El personalismo como movimientopolítico-religioso desarrolladoprincipalmente por medio de un

grupo de filósofos y pensadores francesesen la primera mitad del pasado sigloXX supuso todo un auténtico desafío ala conciencia de muchos que vivieroncon angustia y pasión el surgimientodel nazismo alemán que condujo a losdesastres originados por la SegundaGuerra Mundial.

El movimiento personalista como talsería propio analizarlo, en mi opinión,más desde una vertiente sociopolíticaque religiosa puesto que no todo el mo-vimiento tuvo connotaciones religiosasni mucho menos. La vertiente religiosaes una más, determinante en algunoscasos bien es verdad (como la visióndel mismo esbozada y desarrollada porEmmanuel Mounier), pero con clarasimplicaciones sociopolíticas que sondignas de análisis y consideración. Aello me referí en mi libro sobre el pen-samiento filosófico personalista de Em-manuel Mounier y al cual remito allector interesado. Pues bien, dicho esto, cabe añadir que

en todo el entramado de la filosofíapersonalista de signo cristiano (que esel que nos interesa analizar aquí aunquesea de manera sucinta) los enfoque sontambién distintos aun apoyándose enlas perspectivas del cristianismo. Noanalizo aquí las cuestiones sociopolíticasdel movimiento personalista desarrolladopor Mounier puesto que las mismas yafueron realizadas en mi libro mencionadoanteriormente, sino que lo que pretendoes hacer ver que desde las referenciasde unos textos escriturísticos conside-rados sagrados desde la antigüedad sepretenda dar una visión social, religiosay política determinada dentro de uncontexto tan distinto al desarrollado enla revelación. La dimensión que expresaMounier de su enfoque del personalismoen el ámbito religioso es desde su cato-licidad, pero otros, como Paul Ricoeur,por ejemplo, lo hicieron desde la tradi-ción protestante. ¿Qué queremos dar aentender con esto? Pues algo muy sen-cillo de comprender: que la cuestióninterpretativa, sustentada en la expre-sión socio-lingüística de unos textosde contenido religioso en algunos casospredetermina una forma de interpretar

ÁGORA FILOSÓFICAOpinión

Jorge Alberto Montejo

Licenciado en Pedagogía y Filosofía yC.C. de la Educación.

Estudioso de las ReligionesComparadas.

LA NUEVA

HERMENÉUTICA: (VII)

Una aproximación a la

interpretación de los

textos literarios

Toda interpretación, para producir comprensión,debe tener ya comprendido lo que va a interpretar.

Martin Heidegger. Being and time.

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la sociedad, el entorno social, paratratar de cambiarlo o mejorarlo.

La impronta religiosa en la mayoría delas concepciones sociopolíticas siemprefueron determinantes, incluso en lasideologías de sustrato ateo, como elcaso del marxismo, aunque no lo parezcaa primera vista. Unas llevadas por suinclinación religiosa y otras, como elcaso del marxismo, por su empeño eneliminar todo atisbo de religiosidad ensus tesis.

Si el obispo Spong y el laico Légautfueron hombres que intentaron cambiarla dimensión socio-religiosa de la personapor medio de un cambio, de una reno-vación en toda regla, el movimientopersonalista encabezado por Mounierfue también un vivo ejemplo de búsquedade alternativas para producir una personanueva en medio de un mundo caóticodonde los valores del cristianismo ne-cesitaban ser reinventados y reinterpre-tados de nuevo desde una dimensiónsocio-política y religiosa que condujeraal establecimiento de un mundo másjusto y humanitario.

La socialización a través de la herme-néutica

El concepto de socialización es, enrealidad, muy amplio. Podemos definirlocomo el proceso por medio del cual elindividuo aprehende los comporta-mientos del colectivo grupal o socialdel entorno en el que vive adaptándosea las normas del comportamiento social.Pero esto que parece fácil de asumirpara el individuo no lo es tal, segúnTalcott Parsons, el conocido sociólogoestadounidense. En efecto, para Parsonsla acción social siempre representa unproblema para el individuo si bien en-cuentra resolución al mismo por mediode los valores del grupo o colectivosocial al que pertenece. Por eso la her-menéutica, la interpretación que el in-dividuo hace del entorno social, va amarcar indefectiblemente su devenir enla vida. Y es también por lo mismo queel proceso de socialización comienzadesde la más tierna infancia por mediode la educación.

La interpretación de los diversos textos(considerados sagrados o no) siempreha generado gran polémica y controversiay ello ha dado lugar a que a partir delos mismos se hayan venido sustentandoideas y teorías muy dispares. Y es quesi los textos profanos, exentos en muchoscasos de un contenido religioso, hanoriginado ya por sí mismos abundante

Opinión

Al referirnos al rol delmito en lasrevelaciones hemos detener claro que elconcepto de mito (auncon sus distintasvariantesinterpretativas sobre eltérmino lingüístico)hay que referirlodentro del contexto dela época en que dichosrelatos orales primeroy escriturísticosdespués fuerontransmitidos.

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controversia cuánto no más los estipu-lados como sagrados.

Pudiera parecer un tema baladí el asuntode la hermenéutica de los textos perohemos de decir que apenas hay nada enesta vida que no sea digno de interpre-tación. Los mismos recursos lingüísticosy semánticos que utilizamos en la vidacomún dan muestra de ello. Grandesmovimientos ideológicos surgidos a lolargo de la historia, como hemos visto,se sustentan en interpretaciones sobreel acontecer del mundo y su diversidad.Así que la hermenéutica es una he-rramienta intelectual de primer ordenque nos permite situarnos cognosciti-vamente ante la realidad que nos en-vuelve y que configura nuestra formade ver, comprender y entender esarealidad.

Y es que en el seno de la práctica tota-lidad de las distintas revelaciones subyaceun estrato ideológico bien evidente. Ne-garlo sería de ilusos. Y ese componenteideológico lleva implícito, a su vez, elelemento sociológico correspondiente,tal y como hemos analizado y explicado.

Centrándonos en el ámbito del entornosociológico e ideológico de la cristian-dad, que es el marco en el que nos de-senvolvemos habitualmente en el mundooccidental, muchas fueron las ideologíassurgidas dentro de la cristiandad que

dejaron su huella, su impronta, en lasdistintas estructuras sociales y todo ellofruto de las variadas interpretacionessurgidas de la revelación bíblica porexcelencia. Sin embargo, no deja desorprendernos continuamente que entorno a una revelación que para los cre-yentes judeocristianos –aun con susclara diferencias y enemistades– es cartade ley hayan surgido variables de inter-pretación tan dispares hasta el punto deconvertirse en auténticos elementos desocialización a lo largo de generacionesenteras. Y esa ideologización ha dadolugar a distintas y hasta dispares inter-pretaciones sobre cuestiones de índoleno solo religiosas –como parece ser lomás lógico– sino incluso políticas, cul-turales, económicas, etc. Todo esto de-bido al proceso que se conoce por so-cialización. Es en el entorno ideológico religiosodonde se lleva a cabo el proceso de so-cialización por medio del adoctrina-miento manipulador tendente a crearun ámbito predispuesto a reafirmar unaserie de determinadas creencias im-puestas por el aparato religioso deturno. Esto es bastante común en losámbitos religiosos de corte fundamen-talista donde el adoctrinamiento desdela más tierna infancia desempeña unrol determinante. Y es que la influenciasocializante es tan intensa que puedemuy fácilmente coartar el sentir religiosoen libertad de todos los individuos so-

Opinión

En efecto, sirealizamos unaradiografía, valga laexpresión, somera peroprecisa del contenidoholístico, global, de lasrevelaciones porextensión, nosencontramos con unaserie inequívoca desinsentidos ycontradicciones desdeuna lectura puramenteliteral de los textos.Esto no implica queneguemos el posiblesentido teleológico oúltimo de larevelación, sino querealicemossimplemente unaadecuación más lógicay racional de la misma.

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7metidos a las estructuras fundamenta-listas. En ocasiones manifestacionesaparentemente políticas tienen un sustratoideológico religioso fundamentalista.Política y religión se funden para“crear”, en apariencia, un “hombre nue-vo”, sometido, claro está, a “la voluntadde lo divino”. Pero, todo este entramadoes tratado suficientemente en mi Ensayosobre Filosofía política y Religión, alcual remito al lector interesado.

Del mito a la realidad

Que la hermenéutica de los textos con-siderados sagrados y, en consecuencia,revelados por la divinidad, deben serinterpretado de una manera lógica, for-mal, razonada y coherente, no cabe lamenos duda. El problema está en cómohacerlo de manera adecuada. Y es queentre los relatos considerados reveladosy la realidad del acontecer humanodista, en ocasiones, un abismo insalvable.El único puente de enlace y posiblecomunicación entre ambos es recu-rriendo al mito contenido en muchosrelatos e incluso en el contenido globalde la misma revelación en su conjunto.Y me explico.

Es preciso considerar lo qué es y lo quéimplica el sustrato mitológico en lasrevelaciones de contenido sagrado y re-ligioso.

Al referirnos al rol del mito en las re-velaciones hemos de tener claro que elconcepto de mito (aun con sus distintasvariantes interpretativas sobre el términolingüístico) hay que referirlo dentro delcontexto de la época en que dichos re-latos orales primero y escriturísticosdespués fueron transmitidos. En primerlugar el mito refiere a un acontecer nonecesariamente histórico sobre un sucesoo sucesos que se han sobrevaloradocon la expresa finalidad de dar un mayorempaque y solvencia a los relatos. Lomás probable es que en su tiempo fuerantomados por relatos realmente históricos,pero examinados con detenimiento desdenuestra óptica más realista y coherenteno podemos admitirlos como tales (almenos en muchos aspectos tal y comoestán narrados).

En efecto, si realizamos una radiografía,

valga la expresión, somera pero precisadel contenido holístico, global, de lasrevelaciones por extensión, nos encon-tramos con una serie inequívoca de sin-sentidos y contradicciones desde unalectura puramente literal de los textos.Esto no implica que neguemos el posiblesentido teleológico o último de la reve-lación, sino que realicemos simplementeuna adecuación más lógica y racionalde la misma.

En el caso de la revelación bíblica seimponen distintas y variadas formas in-terpretativas que van desde un literalismopuro y duro hasta la interpretación pu-ramente simbólica de la práctica totalidadde sus relatos aun admitiendo algúncomponente o sustrato histórico, perocarente de significación este último sila pretensión es la de extraer una ense-ñanza simplemente moral de los relatosreseñados que sirvan de edificación per-sonal.

Sería Lévi-Strauss, el padre de la an-tropología estructural (junto con otrosinvestigadores), quien afirmaría que enlas distintas culturas de los seres humanossubyacen costumbres, tradiciones, con-ductas, mitos y esquemas lingüísticosque vienen a revelar y resaltar la pre-sencia de patrones comunes a todos loshumanos. ¿Qué viene a decirnos esto?Pues que los distintos relatos supuesta-mente revelados son una forma narrativade expresión propia de una cultura oculturas determinadas y que deben serinterpretados dentro del contexto espe-cífico de esa/s cultura/s. No hacerloasí, como hace el literalismo bíblico ode otra índole, implicaría estar expuestosa errores hermenéuticos de bulto conla consiguiente distorsión del mensajeque pudieran transmitir internamente

los relatos en cuestión.

Es precisamente el mito el que puedeotorgar un cierto sentido al contenidoen sí de las revelaciones desde nuestraconcepción mental y cognoscitiva másevolucionada. Corbí hablará, a tal efecto,en relación con el contenido e interpre-tación de las revelaciones, de dos etapashermenéuticas bien diferenciadas: lapreindustrial y la posindustrial. La se-gunda, la etapa posindustrial en la cualnos encontramos ahora, como conti-nuación de la primera, viene a suponeruna forma de hacer hermenéutica desdeuna concepción más actualizada a nues-tros esquemas mentales actuales querefieren inequívocamente a una manerade interpretación de los símbolos queencierran las revelaciones o relatos su-puestamente revelados. Esto conducenecesariamente a efectuar una relecturay posterior reinterpretación de los textosliterarios y saber encuadrarlos ade-cuadamente dentro de unos parámetrossostenidos por la racionalidad y elsimple sentido común, lamentablementetan poco común, dicho sea de paso, enel homo religiosus.

Una percepción realista de las distintasrevelaciones nos hace ver que es precisouna adecuación, lectura y reinterpretaciónde los textos que envuelven las mismasy poder llegar así a realizar una captaciónmás coherente y sensata de la realidadde nuestro mundo actual. Resulta in-concebible a la racionalidad humana,por ejemplo, un supuesto plan de sal-vación tal y como se deduce de la inter-pretación literalista de los textos bíblicosen los que, efectuando un corolario delos mismos, se viene a decir que Diosmismo estableció un meditado plan quepartiendo de la elección de un pueblo,

OpiniónEl proceso de la socialización se ha encargadode transmitir el mito a la realidad por medio dela expresión simbólica y ha venidopredeterminando, en la mayoría de losindividuos y en función de su estrato cultural,una forma concreta de dimensionar el mundo yla realidad que lo envuelve.

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8el judío, y después de un sinfín de peri-pecias, se habría de levantar el libertadordel mismo, un Mesías que habría deconducirles a la liberación tras muchosaños de sufrimiento como consecuenciadel enfrentamiento con otros pueblospaganos vecinos y que llegado el tiempodel advenimiento del ansiado Mesíasuna parte considerable del pueblo lorechazase y lo enviara al patíbulo mien-tras que otra lo admitiese como el ver-dadero Mesías redentor que da su vidano solo por sus acólitos sino tambiénpor la humanidad entera. En realidad,la imagen del sacrificio subyace enbuena parte del mensaje bíblico. Muchospasajes bíblicos (en especial del AntiguoTestamento) llevan el sello de la violenciay la muerte. La misma función redentorallevada a cabo por Jesús de Nazaret,tal y como se representa en el Evangelio,viene representada por un episodio deextrema violencia. Esta concepción tansolo puede admitirse desde un ejerciciode fe, ciertamente, pero resulta totalmenteincomprensible a la racionalidad humana.Incluso el mismo san Pablo en su pri-mera epístola a la iglesia de Corinto re-conoce que la palabra, el kerigma, de lacruz es locura..., si bien añade “a losque se pierden” (1ª Corintios 1, 18).Esta aseveración del apóstol deja entreverdos cosas bien reveladoras: que la razónse opone a la fe y a la creencia y queestas excluyen a la razón en sus argu-mentaciones. Intentar conciliar fe conracionalidad parece tarea imposible.Esto no debe excluir, a mi juicio, admitiruna cierta armonización entre ambas.Pero esto pertenece a la esfera personalde cada uno.

Lo que queremos dar a entender conesto es que efectuando una reinterpre-tación de lo inasumible por la razónhumana cabría argumentar que lo queel Creador realmente demanda a suscriaturas es la aceptación de su propiacondición humana, fluctuante entre elbien y el mal, y que transfiere su deseoa la criatura de que siga el camino delbien y del amor como realidades su-premas y existenciales de su vida eneste mundo caótico. Han sido los grandesmaestros de la Humanidad (sin dudaJesús de Nazaret el más determinantede todos ellos, al menos para los inmersosen la cultura judeocristiana) los encar-

gados de transmitir las sabias enseñanzasconducentes a la redención y liberaciónespiritual en distintas etapas del devenirde la humanidad. Esta posible realidades perfectamente asumible por las dis-tintas revelaciones consideradas sagradasmás allá del maestro o maestros quedesde su inspiración hayan sido capacesde captarla y transmitirla. Esta percepciónes capaz de dar un sentido y un contenidoal devenir de la humanidad donde eldolor y el sufrimiento humanos sepueden ubicar en la condición de im-perfectibilidad del ser humano. Pero esprecisamente desde esta imperfectibilidaddesde donde la criatura humana puedellegar a captar, a percibir, el llamamientoa una “nueva vida” en armonía con elCreador, más allá de la percepción quese tenga del mismo. Las vías o caminoshan sido múltiples a lo largo de lahistoria humana, pero podemos circuns-cribirlas sustancialmente a dos: la reli-gión natural y las religiones reveladas.Dos vías, dos caminos que, observán-dolos con detenimiento conducen almismo final: la captación y percepciónde un ente divino que se nos escapa anuestra limitada racionalidad y enten-dimiento.

El proceso de la socialización se ha en-cargado de transmitir el mito a la realidadpor medio de la expresión simbólica yha venido predeterminando, en la ma-yoría de los individuos y en función desu estrato cultural, una forma concretade dimensionar el mundo y la realidadque lo envuelve. Las distintas revela-ciones han dejado su importante improntaa la hora de interpretar esa realidad,pero al mismo tiempo han condicionadola visión que podemos tener del mundoy sus otras realidades (el bien y el maly otras dualidades que nos acompañanen nuestro transitar por la existencia).Pienso que tan solo desde la serena re-flexión y análisis de nuestra propia con-dición humana podemos llegar a ir des-cubriendo realidades más profundas quelas que afloran en la superficialidad hu-mana. Tengo al menos esa sensación.En todo caso es obvio que nos movemosa cada paso en el enigma, en el misteriode una existencia incomprensible enmuchos aspectos.

Conclusiones finales

A lo largo de los sigloslos textos literariossagrados -en especiallos distintos relatosque aparecen en laBiblia judeocristiana yel Corán musulmán- sibien han sido motivode análisis einterpretacionesdiversas fuerecientemente, a partirdel advenimiento de laIlustración haciamediados del sigloXVIII, cuando losmodernosinvestigadores hantratado de ver más alládel simple mensajeliteral de los relatosque aparecen en lostextos para tratar deadecuarlos a unasituación nueva, másevolucionada en elpensar de las nuevassociedades surgidas araíz, en especial, de laRevolución francesa ydel surgimiento de losgrandes movimientossociales y políticosproducto también de laRevolución industrial...

Opinión

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Llegados ya al final de este ensayosobre una nueva forma de ver, de captary de percibir la interpretación de textosconsiderados revelados desde tiemposinmemoriales, no podemos por menosque efectuar unas reflexiones finales alrespecto.

Efectivamente, es indudable que la in-fluencia que han tenido –y continúanteniendo– los textos literarios a lo largode la historia desde la práctica apariciónde los primeros textos escritos de maneramuy rudimentaria, claro está, allá porla Edad de Bronce hacia finales delcuarto milenio a. C., vinieron a significartoda una revolución en la manera decomunicarse los humanos además de lacomunicación verbal. La escritura cu-neiforme primero inventada por el pueblosumerio con la utilización de sistemassimbólicos en forma de figuras o dibujosvinieron a representar una protoescrituraque sirvió de puente de comunicaciónescrita en aquellos lejanos tiempos hastaque con el correr de los siglos laescritura se fue perfeccionando llegandoasí a la difusión de la misma de maneraextensiva por medio del descubrimientode la imprenta hacia mediados del sigloXV por obra del alemán Gutenberg. Los textos literarios y escriturísticosdesde siempre han interesado al serhumano, no solamente los textos pro-fanos sino, sobremanera, los textosatribuidos a la revelación de un serdivino superior que supuestamentetransmitía su sobrenatural mensaje alos seres humanos para comunicarlesus designios.

A lo largo de este ensayo hemos pre-tendido resaltar la importancia que lostextos literarios tienen, en especial, losde contenido considerados revelados, y

que han marcado el devenir de la criaturahumana. Estos textos han sido motivode controversia y fuerte polémica a lolargo de los siglos como consecuenciade la diversidad de interpretacionesque sobre los mismos se han vertido.Es a día de hoy, en los albores del sigloXXI, en la era de la alta tecnología ydel desarrollo de las ciencias en toda suextensión como nunca antes se habíaconocido que siguen levantando encen-didas pasiones. Ante la imperturbabilidadde los textos en sus distintas variantesel homo religiosus continúa enfrentadoentre sí por cuestiones de interpretaciónde esos mismos textos, comunes a todoslos creyentes, tanto en el caso de lostextos sagrados de La Biblia para elmundo judeocristiano, el Corán, paratodo el pueblo musulmán, o el Bhaga-vad-Gita, los upanishads y los librosvédicos para los pueblos del LejanoOriente.

A lo largo de los siglos los textos litera-rios sagrados –en especial los distintosrelatos que aparecen en la Biblia ju-deocristiana y el Corán musulmán– sibien han sido motivo de análisis e in-terpretaciones diversas fue recientemente,a partir del advenimiento de la Ilustra-ción hacia mediados del siglo XVIII,cuando los modernos investigadoreshan tratado de ver más allá del simplemensaje literal de los relatos que aparecenen los textos para tratar de adecuarlos auna situación nueva, más evolucionadaen el pensar de las nuevas sociedadessurgidas a raíz, en especial, de la Revo-lución francesa y del surgimiento delos grandes movimientos sociales y po-líticos producto también de la Revoluciónindustrial, y que vinieron a trastocar elmundo del pensamiento religioso.

Y así surgió la conocida como NuevaHermenéutica aplicada no solo a lostextos literarios de contenido sagradosino también a los profanos pero ten-dentes a expandir el mundo interior, es-piritual, del ser humano, en un mundoconflictivo y caótico.

A lo largo de los diversos capítulos he-mos pretendido dar una visión lo sufi-cientemente amplia y desarrollada quepudiera servir de reflexión y análisis allector interesado en estas cuestiones.Con todo, en este ensayo se ha tratadosimplemente de efectuar una aproxi-mación a esta compleja temática y es apartir de aquí donde el lector encontrará,a buen seguro, materia suficiente paraprofundizar en el estudio del tema. Nopodemos hablar de ninguna de las ma-neras de una hermenéutica completay absoluta porque, ente otras razones,no existe. Tan solo podemos dar indi-caciones y observaciones fruto del aná-lisis investigativo que nos permita tran-sitar por el sendero de la lógica y de laracionalidad como seres humanos pen-santes.

Cuando guiados por esa curiosidadcomo seres inteligibles que somos pre-tendemos un acercamiento, una apro-ximación a los enigmas de esta vida,descubrimos que muchos de ellos seencuentran, precisamente, detrás de unostextos considerados revelación divinay que sirven como camino, guía o sen-dero en nuestra compleja y azarosaexistencia. Existencia, al fin y al cabo,que busca un asentamiento en esta vidaplagada de obstáculos circunstanciales,que diría Krishnamurti, pero donde loesencial es encontrar el verdadero ca-mino, es decir, el sendero que nos con-duzca a la liberación interior y que noes otro que el camino del bien y de laverdad. Y esta aventura, realmente, duratoda una vida. R

Nota del autor

La extensa bibliografía de este ensayoaparece referenciada en el libro delautor que lleva el mismo nombre, ac-tualmente en proceso de elaboración, yque por razones de espacio se omiteaquí intencionadamente.

Opinión

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La Reforma nació en Alemania ycambió la historia de Europa y,por extensión la de América, la

América española y la América inglesa. La Reforma marcó el devenir de España,que se convirtió en abanderada de laContrarreforma. “España martillo deherejes”. España —como decía Orte-ga—apostó todo su futuro a una carta,la de la Contrarreforma, y la perdió.Para Francisco de Quevedo, la sectaprotestante era una de las pestes queasolaban el mundo, enemiga del Imperioespañol. España trasplantó a sus posesiones deultramar en América ese catolicismocombativo contra todo lo que se apartasedel dogma romano, considerado ademásde un delito de herejía, de una traicióna la “sangre” española. La penetracióndel protestantismo en tierras hispanoa-mericanas fue tardía y combatida portodos los medios. La memoria de esoshechos de intolerancia y persecuciónaún perdura en la conciencia de muchosevangélicos latinoamericanos, para loscuales, todo lo que tiene que ver con laIglesia católica levanta sospechas y re-chazo. Del ecumenismo ni hablar.La Reforma es el antecedente necesariode la Ilustración y el comienzo delmundo moderno, mundo moderno de-nostado por el mundo católico tradicio-nal, que ha visto en él, desde la Reforma

y su “hijastro” la Revolución francesa,un proceso de decadencia y corrupcióndebido al asalto contra la autoridad re-ligiosa y la unidad cristiana defendidapor el catolicismo.En lo que a nosotros respecta, nos inte-resa destacar el aspecto religioso, quefue su causa y su fin, pues la Reforma,como escribe el teólogo católico XavierPikaza, puede y debe entenderse comoun acontecimiento muy valioso para elconjunto de la cristiandad, pues ha per-mitido poner de relieve elementos antesmenos desarrollados del evangelio,abriendo un camino de autonomía per-sonal y de libertad que responden alevangelio y que han sido básicos en lahistoria posterior de Europa y de la hu-manidad. Al lado de Erasmo y Descartes,de Galileo y Newton, de Vitoria y Rous-seau, Lutero ha sido uno de los inicia-dores del mundo occidental (de la culturade Europa). Más aún, en esa línea, enconjunto, el protestantismo ha sido unabendición para el conjunto de la Iglesia(y en especial para el catolicismo). Enesa línea pueden y deben interpretarsegran parte de los pensadores protestantes,desde Calvino a Barth, de Schleierma-cher a Bultmann, de Pannenberg a Molt-mann, por poner algunos ejemplos”[1].

Alfonso Ropero

Director Editorial deCLIE. Doctor enFilosofía (2005) en laSaint Alcuin House,College, Seminary,University, OxfordTerm (Inglaterra);Máster en Teología porel CEIBI (Centro de In-vestigaciones Bíblicas)de Santa Cruz deTenerife (España); ygraduado por la Wel-wyn School of Evange-lis (Herts, Inglaterra).Es profesor de Historiade la Filosofía en elmencionado Centro deInvestigaciones Bíbli-cas (CEIBI); Durantecasi veinte años ejercióel pastorado hasta sudedicación completa ala investigación teológ-ica y a la escritura.

LA REFORMA HOY

Y EL ACUERDO-DESACUERDO

SOBRE LA JUSTIFICACIÓN

5º Centenario

[1] Xavier Pikaza, “Lutero, Martín”, enDiccionario de pensadores cristianos, p.573. Ed. Verbo Divino, Estella 2010.

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11Nueva apreciación de la Reforma porparte de RomaPersonalmente confieso mi perplejidadante el devenir de los acontecimientosen estos últimos años, especialmenteen la Iglesia católica, en lo que se refierea su enjuiciamiento de Lutero y la Re-forma. Hemos pasado del Lutero como “elpeor de los herejes” y “engendró deldiablo”, al Lutero “testigo del Evange-lio”, y testimonio de Cristo y su Palabra.Hay que reconocer que “Lutero es unade las figuras que han sido juzgadas deforma diametralmente opuesta; mientrasel mundo protestante siempre vio en elun genio religioso y restaurador de lafe cristiana, para el mundo catolico elreformador aleman era la personificacionde todas las herejias y de los males re-ligiosos y morales de la epoca. Hastano hace mucho, la vision tradicionalcatolica de Lutero era la de un monjecorrupto y hereje, culpable de la divisionde la Iglesia en Occidente”[2].

En una entrevista concedida al periódicoLa Civiltá Cattolica el 24 de septiembredel 2016, el Papa Francisco dijo que latradición luterana puede aportarnos doselementos que nos puede enriquecer:Reforma y Biblia.

Alberto Gata Tocón, miembro de la De-legación para el Ecumenismo de la dió-cesis de Mérida-Badajoz (España), de-sarrolla la idea del papa al referirse aesos dos conceptos: Reforma y Biblia.“Respecto al primero, hay que tener enconsideración que Lutero vivió en unaépoca en la que la Iglesia estaba pro-fundamente corrompida y necesitadade una profunda reforma desde el Cismade Occidente (siglo XIV). Además poraquel entonces surgía en toda Europauna clara inquietud por reformar laIglesia y la vida cristiana. En ese mo-mento tan difícil, Lutero quiso dar unasolución a través de sus tesis pero la si-tuación de la Iglesia Romana y deEuropa en aquel momento se lo impidióy provocó esa división.

”En cuanto a la Biblia, Martín Luterodio un gran paso para hacer la Bibliamás accesible al pueblo. En la época deLutero la lectura e interpretación de laBiblia estaba bajo el control de la jerar-quía eclesiástica de Roma. De hecho laBiblia solo se leía y escribía en latín, locual dificultaba mucho la transmisiónde la Palabra de Dios a los fieles. Altraducir la Biblia al alemán, Lutero per-mitió que las Sagradas Escrituras tuvieranmás acceso al pueblo y que el pueblopudiera leerlas e interpretarlas libre-mente”[3]. Roma pide perdón por sus pecadosMuchos que creíamos que Roma nuncaha pedido perdón ni lo iba a hacer,hemos vivido lo suficiente para vernuestro error. La cosa no empezó con Francisco, sinocon un papa mucho más tradicional;me refiero a Juan Pablo II, un papa queapoyó al Opus Dei y a los Legionariosde Cristo, el cual sorprendió al mundoentero, según lo recogen los titularesde la prensa de principios del tercer mi-lenio:

“Histórico: la Iglesia pide perdón porsus pecados”. Sí, histórico, inaudito, sorprende, lainmovilista Iglesia católica, la quenunca cambia, la una, santa, católica,apostólica y romana, pedía perdónpor boca de sus máximo representan-te.“El papa polaco que derrotó al comu-nismo –y luego criticó al “capitalismosalvaje”–, el papa que más viajó, elpapa que peregrina pese a estar en-fermo, el papa que festeja el AñoSanto como siempre soñó, volverá a

dejar una marca en la historia. En unaceremonia inédita en dos mil años decristianismo, Juan Pablo II dará hoy,primer domingo de Cuaresma, unode los pasos quizá más osados e im-portantes de su pontificado: pedirápúblicamente perdón por siete erroreshistóricos de la Iglesia” (La Nación,Buenos Aires 12 de Marzo de 2000).

En una celebración litúrgica sin prece-dente en la historia de la Iglesia, quetuvo lugar en la basílica de San Pedro,siete los cardenales de la curia romanaleyeron las siete imputaciones que elPapa quiso reconocer ante todo el mundo,con el objetivo de la reconciliación. ElPontífice confesó primero los pecadosen general, para “purificar la memoria”y para comprometerse a un camino deconversión. Después hizo la siguientesecuencia:

Los pecados cometidos al servicio dela verdad, la intolerancia y la violenciaen contra de los disidentes, guerrasde religión, violencias y abusos enlas Cruzadas, y métodos coactivos enla Inquisición.

Las faltas que han afectado la unidaddel Cuerpo de Cristo: excomuniones,persecuciones, divisiones.Los pecados cometidos en el ámbito delas relaciones con “el pueblo de la pri-mera Alianza”, Israel: desprecio, actosde hostilidad, silencios.Pecados en contra del amor, la paz, losderechos de los pueblos, el respeto delas culturas y de otras religiones, enconcomitancia con la evangelización.Faltas en contra de la dignidad humanay la unidad del género humano: hacialas mujeres, las razas, las etnias.Pecados en el campo de los derechos

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El papa Juan Pablo II

[2] Carmen Marquez, “Lutero y el iniciode la Reforma protestante”, conferenciapronunciada en la Universidad de Cantabria,21 de marzo de 2017.

[3] El cambio de apreciaciones y valora-ciones que en los últimos han venidodándose dentro del catolicismo respecto ala Reforma y el protestantismo ha sido tanbrutal e inesperado, y tan contrario a la tra-dición católica, firme en su convicción deser la Iglesia verdadera, asistida sobrena-turalmente por Dios mediante el Magisterioy la dirección infalible del papa, que notiene nada que aprender de los “herejes”,ni que pedir perdón por sus actos, que mu-chos elementos y grupos del catolicismotradicional arremeten contra el papa Fran-cisco, al que califican de infiel y le culpande estar llevando la Iglesia católica a laruina.

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fundamentales de las personas y encontra de la justicia social: los últimos,los pobres, los que están por nacer, in-justicias económicas y sociales, margi-nación.

Es una lista que años atrás nadie se hu-biera imaginado, que abarca veintesiglos y que resume en grandes capítulosculpas de la Iglesia por las que JuanPablo II ya había pedido perdón, peroque nunca había reconocido como haráhoy, de forma audaz y contundente.

Se trata de un acto de coraje, comodestacaron muchos vaticanistas, porqueJuan Pablo II pidió perdón pese a que,entre teólogos, cardenales y colabora-dores, hubo muchas reservas y opinionescontrarias: no pocos temen que su va-liente actitud corra el riesgo de ser malaprovechada por los “enemigos” de laIglesia Católica y de ser mal interpretadapor los mismos fieles, que pueden noentenderla.

La nueva perspectiva de Roma sobreLutero En un discurso en el encuentro con losobispos de la Iglesia nacional danesa,en la residencia del obispo luterano deRoskilde, martes 6 de junio 1989, JuanPablo II razonaba:

“Los esfuerzos científicos de los in-vestigadores evangélicos y de los ca-tólicos, que han logrado resultadosexcelentes, han conducido a un pano-rama pleno y diferenciado de la per-sonalidad de Lutero y a una complicadaconexión de los acontecimientos his-tóricos en la sociedad, en la política yen la Iglesia de la primera mitad delsiglo XVI. De todos modos, lo queha salido a la luz de modo convincentees la profunda religiosidad de Lutero

que ardía de ansia abrasadora por elproblema de la salvación eterna” (Cartaal cardenal Willebrands, 31 de octubre,1983).

Otro tanto hizo su sucesor Benedicto,en su visita a Erfurt en 2011. “ComoObispo de Roma, es para mí un momentoemocionante encontrarme en el antiguoconvento agustino de Erfurt con los re-presentantes del Consejo de la IglesiaEvangélica de Alemania. Aquí, Luteroestudió teología. Aquí, en 1507, fue or-denado sacerdote. Contra los deseos desu padre, no continuó los estudios dederecho, sino que estudió teología y seencaminó hacia el sacerdocio en laOrden de San Agustín. En este camino,no le interesaba esto o aquello. Lo quele quitaba la paz era la cuestión deDios, que fue la pasión profunda y elcentro de su vida y de su camino.‘¿Cómo puedo tener un Dios miseri-cordioso?’: Esta pregunta le penetrabael corazón y estaba detrás de toda suinvestigación teológica y de toda sulucha interior. Para él, la teología noera una cuestión académica, sino unalucha interior consigo mismo, y luegoesto se convertía en una lucha sobreDios y con Dios.

”¿Cómo puedo tener un Dios miseri-cordioso? No deja de sorprenderme queesta pregunta haya sido la fuerza motorade su camino. ¿Quién se ocupa actual-mente de esta cuestión, incluso entrelos cristianos? ¿Qué significa la cuestiónde Dios en nuestra vida, en nuestroanuncio? (…) La pregunta: ¿Cómo sesitúa Dios respecto a mí, cómo me po-siciono yo ante Dios? Esta preguntacandente de Martín Lutero debe con-vertirse otra vez, y ciertamente de unmodo nuevo, también en una pregunta

nuestra. Pienso que esto sea la primeracuestión que nos interpela al encontrarnoscon Martín Lutero” (29 de septiembrede 2011).Por este motivo, Benedicto XVI notuvo repararo en poner en poner a Luterocomo un modelo para los católicos.Además que “el pensamiento de Luteroy su entera espiritualidad eran cristo-céntricas” y “Cristo fue el corazón desu espiritualidad y que el amor por Él,viviendo en comunión con Él, fue loque guió su vida”. Afirmaciones valientesy totalmente correctas histórica y teo-lógicamente, pero que molestaron a mu-chos de sus fieles.El cardenal Walter Kasper, uno de losteólogos vivos más prestigiosos de laIglesia católica, el pasado 18 de enerode 2016 dictó una conferencia la Uni-versidad Humboldt de Berlín sobre lafigura de Lutero, al que sitúa en unalista de padres, santos y doctores de laIglesia[4]. Con esta valoración —¡Luteroentre los santos padres de la Iglesia!—,Kasper se atrajo las iras de los conser-vadores, y más por tratarse de un teólogomuy próximo al actual papa Francisco,que está en el centro de la diana detodos los ataques del catolicismo inte-grista. “Lutero no estaba equivocado”El papa Bergoglio, durante su vuelo deretorno de Armenia a Roma (domingo26 de junio de 2016), dio una conferenciade prensa a los periodistas que iban abordo del avión, que levantó grandesampollas en los medios tradicionalistas.A la pregunta sobre Martín Lutero y loque representó la Reforma, el papa res-pondió:

“Yo creo que las intenciones de MartínLutero no eran equivocadas, era unreformador (...) En ese tiempo laIglesia no era un modelo de imitar,había corrupción en la Iglesia, habíamundanidad, el apego al dinero, alpoder, y por esto él protestó. Él erainteligente, ha dado un paso adelantejustificando por qué lo hacía, y hoyluteranos y católicos, protestantes, to-dos, estamos de acuerdo con la doctrina

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El papa Francisco y una ilustración de Lutero

[4] W. Kasper, Martín Lutero. Una pers-pectiva ecuménica. Sal Terrae. Santander2016.

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13de la justificación, en este punto tanimportante él no se estaba equivoca-do”[5].

Al decir que Lutero no se estaba equi-vocado sobre el gran caballo de batallade Roma y la Reforma, la doctrina dela justificación por fe sola, Franciscohacía referencia a la Declaración Con-junta sobre la Doctrina de la Justifica-ción, documento que recoge el acuerdoal que se llegó sobre este tema entre losrepresentantes oficiales de la IglesiaCatólica y de la Federación LuteranaMundial, que agrupa a 74 millones defieles. Esta declaración fue firmada1999 en Augsburgo, precisamente porqueen esta ciudad fue escrita una páginadecisiva de la reforma luterana, la Con-fesión de Augsburgo, la última tentativaverdaderamente seria que, después dela ruptura, tuvo lugar para intentar llegara un acuerdo entre luteranos y católicos.En esta Declaración Conjunta las dosIglesias reconocen un acuerdo funda-mental en la doctrina de la justificación.“Ahora podemos confesar conjuntamenteuna doctrina que fue causa de separación:Sólo Dios justifica al pecador, sólo Diossalva”.Los católicos tradicionalistas, integristas,o como se les quiera llamar protestaronenérgicamente, ¿cómo es eso de queLutero tenía razón en una doctrina tanpropia del catolicismo como la salvaciónpor fe y obras? ¿Cómo se puede decirque el hereje que provocó la ruptura dela Iglesia, el cismático que dividió laIglesia, el monje soberbio que no quisosometerse a la autoridad eclesiásticatenía razón? ¿Acaso la Iglesia que esuna, santa católica y apostólica, guiadapor el mismísimo vicario de Cristo,cuya infalibilidad garantiza todos susdogmas, se equivocó en este punto tanimportante? Demasiado para todos aque-llos que, de un modo u otro, siguen cre-yendo que fuera de la Iglesia no haysalvación, o al menos, no otras iglesiasverdaderas.

“El hecho de que el Antipapa Franciscohaya declarado que Lutero “no se haequivocado” sobre la justificación, yque él está de acuerdo con los protes-tantes en este asunto, es del tipo deherejía más notoria e indignante. Élmismo es un protestante. Aquellos queobstinadamente consideren al AntipapaFrancisco como siendo un católico a laluz de estos hechos, definitivamenteson unos herejes. (…) La Declaraciónconjunta con los luteranos sobre la Jus-tificación fue aprobada completamentepor los Antipapas Juan Pablo II y Be-nedicto XVI. Benedicto XVI inclusodijo que fue “firmado por la Iglesia Ca-tólica”. (…). Entonces, al estar de acuer-do con Lutero y aceptar la herejía pro-testante, Francisco está siendo un fielhijo de la Gran Ramera, la secta del Va-ticano II. Esta es la razón por la cual nosólo se debe rechazar al declarado após-tata Antipapa Francisco. Uno debe tam-bién rechazar a todos los Antipapas delVaticano II (a toda la falsa Iglesia) yabrazar la fe católica, íntegra e inmacu-lada”[6].

Acuerdo y desacuerdo sobre la De-claración conjunta

Los protestantes también recibieron ne-gativamente la Declaración conjunta.La Iglesia Evangélica Luterana Argentina(no afiliada a dicha Federación LuteranaMundial) manifestó abiertamente su re-chazo argumentando que «la alternativaque la Declaración conjunta presentacomo propuesta para concretar la unifi-cación de la iglesia que se dividió en elsiglo XVI, no es buena por más de unarazón, pero la más importante es quepretende dar una alternativa de consensopor la vía más peligrosa para el evangeliomismo. Porque una verdad distorsionadaes una falsedad, pero una verdad aguadano puede ser ni verdad ni falsedad. (…) Jesús lo dice: “o están conmigo ocontra mí”; términos medios para laverdad de Dios no hay”[7].

También la Iglesia evangélica de Dina-

marca (luterana), rechazó dicha decla-ración argumentando que es un textoque el propio Lutero habría rechazado,pues se acerca a la doctrina católicasobre la justificación y se aparta delsola fide reformada, pese que a que eltexto de la Declaración Conjunta sobrela Doctrina de la Justificación es bastanteclaro al respecto. Entre otras cosasafirma que «sólo por gracia mediantela fe en Cristo y su obra salvífica y nopor algún mérito nuestro, somos acep-tados por Dios y recibimos el EspírituSanto que renueva nuestros corazones,capacitándonos y llamándonos a buenasobras».

Todos los seres humanos somos llamadospor Dios a la salvación en Cristo. «Sóloa través de Él somos justificados cuandorecibimos esta salvación en fe».

Algunos pueden pensar que la FederaciónLuterana Mundial es liberal y que buscamás el compromiso religioso que laverdad de Dios, lo cual es aprovechadopor Roma para llevar a cabo su tácticay maniobra de neutralizar del mensaje

5º Centenario

Algunos pueden pensarque la FederaciónLuterana Mundial esliberal y que buscamás el compromisoreligioso que la verdadde Dios, lo cual esaprovechado por Romapara llevar a cabo sutáctica y maniobra deneutralizar del mensajede la Reforma.

[5] “¿Qué dijo el Papa Francisco sobre Lu-tero y la corrupción en la Iglesia?”,https://www.aciprensa.com/noticias/que-dijo-el-papa-francisco-sobre-lutero-y-la-cor-rupcion-en-la-iglesia-18302 Texto completode la conferencia: https://w2.vatican.va/con-tent/francesco/es/speeches/2016/june/docu-ments/papa-francesco_20160626_armenia-conferenza-stampa.html

[6] http://www.vaticanocatolico.com/igle-siacatolica/francisco-martin-lutero-justifi-cacion/#.Wa-07rEryi5[7] Rechazo a la Declaración Conjuntasobre la Doctrina de la Justificación,http://www.sanlucas.org/portal/node/3

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de la Reforma. Pero no ha sido solo la Federación Lu-terana Mundial, sino que el ConsejoMetodista Mundial, que comprende la

mayor parte de las denominacionesmundiales wesleyanas con cerca de 75millones de fieles, también se unió a laDeclaración Conjunta sobre la Doctrinade la Justificación en julio de 2006,después de siete años de deliberaciones.Por si fuera poco, recientemente, el pa-sado día 5 de julio 2017, las IglesiasReformadas representadas por la Co-munión Mundial de las Iglesias Refor-madas (con unos 80 millones de fielesen 108 países), se sumaban, en Witten-berg (Alemania), precisamente dondeLutero impulsó la reforma, a la Decla-ración Conjunta[8], lo cual “quieredecir prácticamente, según monseñorBrian Farrell, secretario del ConsejoPontificio para la Unidad Cristiana(PCPUC), que la Iglesia católica y todaslas Iglesias históricas protestantes tienenla misma visión teológica de cómo sehace real la salvación. Y, por lo tanto,tenemos una base común para una grancolaboración, no sólo espiritual, sinotambién eclesial: es decir que ahora lasIglesias tienen una base para poder co-laborar más intensamente”[9].

En el borrador preparado para la ocasiónpor Comunión Mundial de las IglesiasReformadas, podemos leer: “Afirmamosnuestro acuerdo doctrinal fundamental

con la ensenanza expresada en la DCDJ,y expresamos profunda gratitud por elgran avance que se ha logrado en esteconsenso ecumenico. Nos regocijamosjuntos y juntas en que las diferenciasdoctrinales historicas sobre la doctrinade la justificacion ya no nos dividan, yexperimentamos esto como un momentode auto-examen, de conversion y denuevo compromiso mutuo, manifestandouna nueva unidad y avances en nuestrotestimonio comun por la paz y la justicia.De acuerdo con el principio reformado,“ecclesia reformata semper reformandasecundum verbum dei”, abrazamos lanueva realidad que este acuerdo com-partido promete”[10]. Los redactoresde este borrador, como buenos refor-mados, al tiempo que afirman su acuerdo,añaden la contribución que pueden haceral mismo. “Esperamos no solo afirmar,sino tambien enriquecer y ampliar elactual grado de consenso. Abrazamosel modelo de consenso diferenciado yla apertura, la diversidad y la riquezadel lenguaje teologico que hacen quesea posible. Aqui tambien deseamosanadir nuestros enfasis distintivos a losque ya fueron compartidos porotros”[11]. El documento sigue con di-versos subrayados y aportaciones.¿Se equivocó Trento?Luteranos, metodistas, reformados[12]y católicos, pues, reconocen estar deacuerdo sobre la doctrina de la justifi-cación. Algo sorprendente e inaudito.¿Cómo explicar, pues, los 500 años deenfrentamiento y polémica habido sobreeste punto? ¿Se equivocó el concilio deTrento cuando condenó claramente la

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Firma del acuerdo sobre la justificación entre católicos y luteranos durante la celebra-ción de la Asamblea General de la CMIR en Wittenberg. / CMIR

[8] La Comunión Reformada se sumó alacuerdo Luterano – Católico sobre la Justi-ficación, https://americalatinacaribe.luther-anworld.org/es/content/la-comunion-refor-mada-se-sumo-al-acuerdo-luterano-catoli-co-sobre-la-justificacion-4

[9] “Nuevo paso ecuménico sobre la Doc-trina de la Justificación”, http://es.radio-vaticana.va/news/2017/07/04/nuevo_paso_ecuménico_sobre_la_doctrina_de_la_justifi-cación/1323026

[10]http://wcrc.ch/wp-content/uploads/2016/07/JDDJ-Revised-DraftOnAssociation-Espanol.pdf[11] Id.[12] Leonardo De Chirico critica que estasiglesias están altamente influenciadas portendencias liberales y postliberales, por loque no son capaces de entender las dife-rencias entre la “sola gracia” reformada yla “gracia sacramental” católica. Is the Ro-man Catholic Church Now Committed to“GraceAlone”?http://wrfnet.org/articles/2017/07/wrf-mem-ber-leonardo-de-chirico-responds-warc-state-ment-justification#.Wc0GSLEryi5Próximamente dedicaremos un estudio a alanálisis al documento de la Declaraciónconjunta para disipar tergiversaciones.

“Esperamos no soloafirmar, sino tambienenriquecer y ampliar elactual grado deconsenso. Abrazamosel modelo de consensodiferenciado y laapertura, la diversidady la riqueza dellenguaje teologico quehacen que sea posible.Aqui tambiendeseamos anadirnuestros enfasisdistintivos a los que yafueron compartidospor otros”

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15doctrina reformada de la justificación.En el canon IX sobre la justificacióndice:

“Si alguno dijere, que el pecador sejustifica con sola la fe, entendiendoque no se requiere otra cosa algunaque coopere a conseguir la gracia dela justificación; y que de ningún modoes necesario que se prepare y dispongacon el movimiento de su voluntad;sea anatema”.

¿Ha cedido Roma o ha cedido la Refor-ma?

José Grau escribió en su día: “Así comoen Trento la iglesia romana descafeinóa Agustín, ahora estos luteranos delbrazo de los católicos descafeinan aLutero”[13]. Afirmación que me pareceuna frivolidad[14]. ¿Quién se equivoca, o quién engaña aquién?Hans Küng sorprendió al mismo KarlBarth cuando aquel demostró que ladoctrina de la justificación creída porla Iglesia católica y las Iglesias refor-madas no era incompatible, sino muysemejantes en contenido, aunque dife-rentes en la manera de explicarla. Pre-cisamente este año se cumplen 60 añosde la publicación de Hans Küng sobreLa justificación en la teología de KarlBarth, una interpretación católica [15],que una década después fue publicadael español[16].Otro teólogo católico alemán, Otto Her-mann Pesch, varios años después publicóun importante estudio sobre la teologíade Tomás de Aquino[17], en la quemuestra la compatibilidad de la teologíade la salvación y la gracia de este granteólogo medieval con la teología deLutero[18].Para Pesch los decretos del Concilio deTrento no atanen realmente a Lutero,ni tampoco Lutero esta realmente enoposicion al Concilio. ¿Cómo es esto posible?Para Pesch, ciertamente Lutero puedehablar con propiedad de la fe sola, querecibe de Dios la justicia, y no falta

nada entonces, y menos que nada la“cooperacion” del hombre mediante susméritos que vendria a completar laaccion de Dios en beneficio del pecador.Trento si habla de la necesaria “coope-ración” del hombre en su justificación,pero, según Pesch, la “cooperacion”que afirma el Concilio es siempre yaun obrar del hombre literalmente “sus-citado” por la gracia de Dios. “Paraque hubiera una oposicion real, hariafalta que Lutero hubiera dicho: la querecibe la justificacion es una gracia queno tiene necesidad de «la gracia deDios que despierta y que llama». Ahorabien: esto seria absurdo para Lutero.Para el, la gracia que justifica es ente-ramente don de la gracia de Dios”. “Lafe que justifica es un don de la graciade Dios, y como lo muestran numerosasafirmaciones de Lutero, el amor a Diosy al projimo forma parte de la fe, comoel fruto forma parte del arbol”[19].

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[13] José Grau, “Declaración Católico-Lu-terana acerca de la Justificación”,http://www.conocereislaverdad.org/Declar-catlutergrau.htm. Por el contrario, CésarVidal considera que la Declaración conjuntaasume de manera absoluta y clara las posi-ciones reformadas en lo que a la justificaciónpor fe se refiere. Así que él la considera untriunfo de la Reforma (El caso Lutero, p.196. Edad Madrid 2008.[14] A la pregunta “¿Se ha alcanzado porvía de compromiso: a base de callar lasdivergencias y pactando unas fórmulas am-biguas sin apenas contenido?”, el preladoy teólogo católico español Pedro Rodríguez,responde con conocimiento de causa: “Elriesgo de la fórmula ambigua está siemprepresente en este tipo de trabajos y no es in-frecuente que un teólogo encuentre el con-senso de una comisión mixta no suficien-temente fundado. De ahí la naturalezapropia de esos documentos, que son, encuanto tales, documentos de trabajo. Ahoraestamos, en cambio, ante un documentoque pasa más allá. Es una declaracióncomún. Pero una declaración que, al teneresa estructura un tanto complicada de “De-claración” más “Anexo”, ha de ser leídacon mucha atención y con una cierta prácticaen este tipo de cuestiones. No olvidemosque en este Acuerdo se abordan cuestionesque se han hecho célebres en la historia dela cultura europea y casi han cristalizadoen fórmulas explosivas… Quien lea consencillez y “todo seguido” la Declaraciónconjunta, advertirá, por ejemplo, al llegaral cap. III (La interpretación común de lajustificación) qué patrimonio tan grandede fe cristiana en materia de justificacióntenemos, un patrimonio que permite “avan-zar” —y tratar de comprender a su luznueva— las divergencias, que puede resultarque no lo sean tanto... Siempre he pensadoque la unidad la da de Dios sólo Dios, peroque nosotros hemos de luchar por buscarlas convergencias”. Primer acuerdo «oficial»entre católicos y luteranos.http://www.conoze.com/doc.php?doc=1417

[15] Original: Rechtfertigung. Die LehreKarl Barths und eine katholische Besinnung.Johannes Verlarg, Einsiedeln 1957.[16] Hans Küng sobre La justificación porla fe según Karl Barth. Estela, Barcelona1967.[17] Thomas von Aquin. Grenze und Grossemittelalterlicher Theologie. Mainz en 1988.[18] Otto Hermann Pesch, Tomas de Aquino.Límite y grandeza de una teología medieval.Herder, Barcelona 1992. Comentando eldicho paulino “la letra mata, pero el Espírituda la vida” (2 Cor 3:6), Tomás de Aquinoescribe que por “letra” se entienden tambiénlos preceptos morales del Evangelio, porlo cual “también la letra del Evangelio ma-taría, si no se añadiera, dentro, la gracia dela fe que sana” (Summa Theologiae, I-IIae,q.106, a.2).

Para Pesch,ciertamente Luteropuede hablar conpropiedad de la fe sola,que recibe de Dios lajusticia, y no faltanada entonces, ymenos que nada la“cooperacion” delhombre mediante susméritos que vendria acompletar la accion deDios en beneficio delpecador.

[19] Otto Hermann Pesch, “La respuestadel Concilio de Trento. Decisiones doctri-nales antireformatorias y sus consecuencias”,http://www.seleccionesdeteologia.net/selec-ciones/llib/vol41/164/164_pesch.pdf

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“Lutero rechazo la representacion de lagracia misma como realidad interioral hombre. Por eso el distingue entre lajustificacion y la santificacion que leesta ligada o que la sigue, entre el favorde Dios y nuestra renovacion, entre laimputacion de la justicia de Cristo ysus efectos en una vida nueva. A la in-versa, los Padres de Trento, eran pri-sioneros de un temor: quien rechazaesta idea de la gracia como realidad in-terior al hombre declara que Dios esimpotente: es aparentemente incapazde cambiar al hombre interiormente porsu gracia”[20].No vamos a entrar ahora en las aguasprofundas de la teología, pero valgan

estás notas para que nos demos cuentaque la cuestión en más compleja de loque a primera vista parece.Entonces, ¿fue la Reforma protestanteun caso de «mucho ruido paranada»? ¿Fruto de un equívoco?, comose pregunta Raniero Cantalamessa. No,lo que ocurre es que en los días deLutero, como reconoce Cantalamessa,la situación de la Iglesia,  desde hacíatiempo, no reflejaba realmente las con-vicciones de los grandes teólogos cató-licos sobre la gracia — Agustín, Gre-gorio, Bernardo, Tomás de Aquino—.La vida, la catequesis, la piedad cristiana,la dirección espiritual, por no hablar dela predicación popular: todo parecíaafirmar lo contrario, es decir que lo quecuenta son las obras, el esfuerzo humano.“El fenómeno tenía raíces lejanas co-munes a toda la cristiandad y no sólo ala latina. Después de que elcristianismo se convirtió en religión deestado, la fe era algo que se absorbía es-pontáneamente a través de la familia,la escuela, la sociedad. No era tan im-portante insistir sobre el momento enque se llega a la fe y sobre la decisiónpersonal con la que se llega a ser cre-yente, cuanto insistir en las exigenciasprácticas de la fe, en otras palabras,sobre la moral, sobre las costumbres”. ”Gracias a Lutero, la doctrina de la jus-tificación gratuita por la fe tuvo porefecto una indudable mejora de la calidadde vida cristiana, debido a la circulaciónde la palabra de Dios en lengua vulgary a los numerosos himnos y cantos ins-pirados”[21]. 

Muchos no admiten la observación delsacerdote Cantalamessa, cuando diceque Lutero tuvo el mérito de traer a laluz esta verdad —la salvación comopura gracia—, después de que durantesiglos, al menos en la predicación cris-tiana, se había perdido el sentido, y esesto sobre todo lo que la cristiandad ledebe a la Reforma. “¿Realmente sepuede afirmar con justicia que los santos,doctores, predicadores y maestros es-

pirituales desconocieron  en sus predi-caciones la gratuidad de justificacióndel hombre por la gracia que en la fetiene su inicio?”[22]

Por experiencia personal, puedo afirmarque sí. Y esto durante siglos, casi hastanuestros días. Se partía de la base quetodos los bautizados éramos cristianosy la mayoría de las homilías consistíanen hacer llamamientos al buen com-portamiento, a las buenas obras, a lapenitencia, al sacrificio, a adquirir méritospara la eternidad. Hasta la misma palabragriega utilizada por el Nuevo Testamentopara “conversión”, metanoia, se traducíapor “penitencia”, con todas las conno-taciones de esfuerzo y dolor que estapalabra evocaba y sigue evocando.

La fe parecía consistir en aprender dememoria el credo, las oraciones y laconfesión del yo pecador. Cada domingose cantaba la misma canción tomadadel Salmo 85:2: “Perdona a tu pueblo,perdónalo Señor, no estés para siempreenojado”. Y así una vez tras otra. Yorecuerdo que, en mente infantil, me en-tristecía y me enfadaba con Dios, casireconveniéndole: “Pero ¿cuándo nosperdonarás de una vez? ¿Cuándo dejarásde estar enfadado?”

Ciertamente la doctrina de la gracia es-taba ahí[23], en los manuales de teología,pero no llegaba al pueblo, quizá porquemuchos sacerdotes eran los primerosque carecían experiencia de la misma.El mismo Lutero dijo, cuando se le re-criminó que también los doctores cató-licos creían y enseñaban la gracia deDios en la salvación, que podía admitirque esto es verdad, pero lo que le preo-cupa es que esta enseñanza no llegabaal pueblo.

La Biblia, al ser un libro cerrado parala mayoría de los fieles, poco podíaayudarles. Aquí la Biblia tiene un papel

Ciertamente ladoctrina de la graciaestaba ahí, en losmanuales de teología,pero no llegaba alpueblo, quizá porquemuchos sacerdoteseran los primeros quecarecían experienciade la misma. El mismoLutero dijo, cuando sele recriminó quetambién los doctorescatólicos creían yenseñaban la gracia deDios en la salvación,que podía admitir queesto es verdad, pero loque le preocupa es queesta enseñanza nollegaba al pueblo.

[21] R. Cantalamessa, «Se ha manifestadola justicia de Dios». El V centenario de laReforma protestante, una ocasión de graciay de reconciliación para toda la Iglesia,https://es.zenit.org/articles/quinta-predica-cion-de-cuaresma-2017-del-padre-canta-lamessa-con-la-presencia-del-papa/

[22] José Miguel Arráiz, “¿Martín Luterotenía razón?”, http://www.apologeticaca-tolica.org/Protestantismo/Protestantes/protes23.html[23] Desde el mismo inicio del Catecismoque se impartía a la infancia y que comen-zaba con la pregunta: “¿Eres cristiano?”, alo que se respondía: “Soy cristiano por lagracia de Dios”.[20] Id.

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17principal. Como ocurrió con Lutero yel resto de reformadores. Se puede decirque en este punto se dejaron instruirpor Dios, y aunque en otros muchospuntos discreparon, todos fueron uná-nimes en resaltar el mensaje de la sal-vación por gracia de Dios, recibida me-diante la fe, la fe sola, desnuda deméritos y pretensiones, pero rebosantede amor y gratitud a un Salvador tangrande.

Ocurre que siempre que se “descubre”la Biblia se produce una renovación re-ligiosa. No por sí misma, sino por loque ella transmite: el mensaje de Dios.Esto lo comprendió con honestidad ylo dijo con valentía el papa Franciscoen su viaje a Suecia, el 31 octubre de2016, “con gratitud, reconocemos quela Reforma ha contribuido a dar mayorcentralidad a la Sagrada Escritura en lavida de la Iglesia”[24]. Y prosiguió:

“La experiencia espiritual de MartínLutero nos interpela y nos recuerdaque no podemos hacer nada sin Dios.‘¿Cómo puedo tener un Dios miseri-cordioso?’. Esta es la pregunta que per-seguía constantemente a Lutero. Enefecto, la cuestión de la justa relacióncon Dios es la cuestión decisiva de lavida. Como se sabe, Lutero encontró aese Dios misericordioso en la BuenaNueva de Jesucristo encarnado, muertoy resucitado. Con el concepto de ‘solopor la gracia divina’, se nos recuerdaque Dios tiene siempre la iniciativa yque precede cualquier respuesta humana,al mismo tiempo que busca suscitar esa

respuesta. La doctrina de la justificación,por tanto, expresa la esencia de la exis-tencia humana delante de Dios”[25].

El nuevo tipo de cristiano, lector de laBiblia, iniciado por la reforma, ensanchóla experiencia del creyente común, elcual pasó de ser un mero sujeto pasivoa un sujeto activo. Alguien que no soloconoce su fe como conjunto de creencias,sino que las vive como experiencia per-sonal. La experiencia le lleva a aumentarel conocimiento, y a la vez el conoci-miento le lleva a nuevas experiencias;lo cual contribuye a ahondar en la con-ciencia de su ser como persona, comoportador de sentido, y no solo como re-ceptos de dogmas que ni comprende nihace suyos. La lectura de la Biblia acos-tumbra al creyente a hacer suyo el men-saje evangélico, a enriquecer su ser per-sonal, su subjetividad, su capacidad deresponder e intervenir en aquello quemás le concierne, su relación con Diosy con su prójimo. Confiado en Dios,que eso es la fe, confía en sí mismo encuando amado por Dios, y es capaz deaceptar por sí mismo la responsabilidadde la vida eterna fiado en la gracia delDios que ha dado su vida para que élviva.

Creo que esto va a dar origen a la con-ciencia del hombre, que luego se va asecularizar, pero que comenzó siendouna experiencia de gracia. Lutero decía,no te conformes con creer que Jesúsnació en un pesebre de Belén, lo queimporta y salva es que Jesús nazca entu corazón.

El hombre antiguo —que todavía perviveen el moderno— pensaba en términosde “sangre”, de genes, diríamos hoy.Uno es lo que es por su “buena” o“mala” sangre. Esto es algo que no sepuede modificar. La pertenencia a lafamilia determinaba el carácter y el des-tino de cada cual. Los hijos de losnobles serían nobles, y lo de los plebeyos,plebeyos. Lo mismo tocante a los oficiosy ocupaciones. A partir de la Reforma,y sobre de John Locke, se empezó aver que la naturaleza humana no está

determinada por la sangre (sin negar laherencia biológica de cada uno), sinoque puede cambiarse se introducen cam-bios en la economía, la cultura, lapolítica, la familia[26]. El futuro se me-jora y determina por la mejora y deter-minación de cada cual de cambiar en lasociedad todo aquello que impide elbuen desarrollo de la persona, indepen-dientemente de su “sangre”, familia,rango, poder, riqueza, o abolengo. R

[24] Hay quien considera que las palabrasde encomio de Bergoglio sobre Lutero, sonsolo un guiño para contentar a sus ilustresanfitriones protestantes, diplomacia vaticana.“Lutero no fue reivindicado por el papaFrancisco. La ceremonia en Lund se res-tringió a expresar consideraciones generales,que dejaron intocado el entramado ecle-siástico del siglo XVI que condenó al exmonje agustino, llamado por León X elpeor de los herejes y bestia salvaje” (CarlosMartínez García, ¿Reivindicó el papaFrancisco a Lutero?http://www.jornada.unam.mx/2016/11/09/opinion/023a2pol). Sinceramente, me pareceun juicio equivocado e injusto que no tieneen cuenta los acontecimientos de los últimosaños ni la nueva apreciación romana de laReforma, a los que ya hemos aludido.

[25] “Roma y Lutero se abrazan en Suecia”,http://www.vidanuevadigital.com/2016/11/13/roma-y-lutero-se-abrazan-al-fin-en-sue-cia-2/

El nuevo tipo decristiano, lector de laBiblia... que no soloconoce su fe comoconjunto de creencias,sino que las vive comoexperiencia personal.La experiencia le llevaa aumentar elconocimiento, y a lavez el conocimiento lelleva a nuevasexperiencias; lo cualcontribuye a ahondaren la conciencia de suser como persona,como portador desentido, y no solo comoreceptos de dogmasque ni comprende nihace suyos.

[26] Véase Manuel Durán, Diario de un aprendizde filósofo, p. 226. Editorial Renacimiento,Sevilla 2007.

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Una famosa frase de Santo Tomás,que él repite varias veces a lolargo de su obra como un prin-

cipio al que siente la necesidad de re-currir, dice que «un error sobre el mundoredunda en un error sobre Dios»[1]...Es decir, por ejemplo: si pienso que elmundo es eterno, increado, divino, pro-fano... cualquiera de esas afirmacionesque yo haga sobre el mundo afecta porimplicación a lo que habré de pensarsobre Dios. Si acertada o erróneamentepienso, por ejemplo, que una realidadde este mundo es voluntad de Dios, enese pensamiento estoy implicando, deuna manera u otra, mi propia imagende Dios, cuya voluntad estaría yo vin-culando a esa realidad.

No tiene que parecernos algo extraño,pues, que en la realidad global, tancompleja como es, todo está implicado,todo hace relación a todo, y no se puede«tocar» algo sin dejar de implicar aotras partes de la realidad, que están

vinculadas con aquella, implicando asíquizá incluso al conjunto de la realidad.Todas las piezas del mosaico entretejidode la realidad forman parte de y afectanal conjunto. Y por tanto, de una manerau otra, afectan también a Dios, la «di-mensión» más profunda de la comple-jidad de la realidad. Por eso podemosdecir con Tomás de Aquino que, a lainversa, cada vez que descubrimos unerror en lo que pensábamos sobre elmundo, de alguna manera nos libramosde un error que empañaba la imagenque teníamos de Dios.

La historia de las religiones es pródigaen ejemplos de la implicación de estasdos dimensiones, Dios y mundo. Po-dríase decir que la historia de las reli-giones es la historia de un conocimientohumano en continuo crecimiento, y deuna religión cuyas afirmaciones sobreDios van retrocediendo paralelamentea aquel avance de aquel conocimientohumano creciente. En los tiempos an-cestrales, el homo sapiens, recién ho-minizado, hizo lo que pudo. Como sabíamuy pocas cosas y todavía no existía la

Teología, Ciencia y Filosofía

ERRORES SOBRE EL MUNDO

QUE REDUNDAN EN ERRORES

SOBRE DIOSLos desafíos de la nueva cosmología como tareas para la teología y laespiritualidad.

José María Vigil

Teólogo latinoameri-cano que se ha signi-ficado en los camposde la teología y la es-piritualidad de la libe-ración, la teología delpluralismo religioso ylos nuevos paradig-mas.

Publicado originalmente enRevista «Fe y Pueblo» 25 (agosto 2014) 137-146,ISEAT, Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología,La Paz, Bolivia.

[1] Summa contra Gentiles, 1,2, c.3. Tam-bién: «Una concepción equivocada acercade las criaturas lleva a un falso conocimientode Dios», ibid., II, 10.

Procedencia para esta edición: servicioskoinonia.org. Ilustraciones de esta edición: Editor.

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ciencia, confió en su intuición y su ima-ginación religiosa para «imaginar» todolo que necesitaba «saber» para podercomponer una comprensión inteligibley con sentido de la realidad. Echó manodel comodín «Dios», apelando a sus«arcanos designios», para explicar deun modo satisfactorio lo inexplicable,o incluso lo ininteligible. Con el avancedel tiempo los descubrimientos cientí-ficos han ido conquistando, una a una,nuevas zonas de la realidad, chocandouna y otra vez con aquellas creenciasreligiosas de la antigua imagen del mun-do. Cada error que se descubría, permitíao incluso exigía cambiar algo de la ima-gen de Dios sobre cuya base se habíaimaginado y justificado aquella cosmo-visión. Santo Tomás lo notó, y lo expresóclaramente, a pesar de vivir en unaépoca todavía «pre-científica», el sigloXIII.

Pues bien, en los últimos tres siglos, elavance científico ha sido espectacular,y la antigua cosmovisión religiosa, abase de retroceder y retroceder, ha aca-bado saltando hecha pedazos. MuchasIglesias y muchos creyentes han tratadode obviar el problema de una forma untanto «esquizofrénica»: dividiendo lamente, es decir, poniendo a un lado lavida religiosa, y poniendo al otro lossaberes nuevos que sin cesar ha idoaportando la ciencia. En la calle y en launiversidad comulgan con la ciencia,sin vacilar; pero en la vida religiosa yespiritual prefieren seguir instalados enlas cosmovisiones míticas heredadas,elaboradas hace milenios, salvaguar-dando así su poder religioso ritual, sim-bólico, sacramental... Así, cada día, convelocidad acelerada, se agranda el abismoque separa la ciencia y la fe, la cultura

y la religión, la cosmovisión ancestralreligiosa, doctrinal y moral por unaparte, y las convicciones científicas mo-dernas de sus miembros por otra.

Este continuo descubrir «errores sobreel mundo» en las creencias religiosas,por parte de las ciencias, detecta «erroressobre Dios» en la religión, en cualquierade sus dimensiones: la teología, la es-piritualidad, el dogma, la moral, las tra-diciones... En este estudio sólo queremosabordar los «errores sobre Dios» (en elsentido amplio de errores religiosos,teológicos, espirituales, morales...) des-tapados por los avances de la que sole-mos llamar «nueva cosmología», o tam-bién «nuevo paradigma ecológico».

El primero, el geocentrismo

El conflicto con Galileo Galilei fue unconflicto emblemático entre la cienciay la fe. Galileo, con el telescopio que élperfeccionó, observó un «error sobre elmundo» en la creencia religiosa queera habitual hasta entonces: no estábamosen el centro de la realidad, como afirmabaindubitablemente la religión, sino queera el Sol el que estaba en el centro.Nosotros, sobre la Tierra, estaríamosdando vueltas alrededor del Sol. LaTierra dejaba de ser el centro del cosmos,el centro en torno al cual giraba toda larealidad. El ser humano, la niña de losojos de Dios, la razón de la creaciónmisma y de la historia, no estaba en elcentro del mundo, sino montado sobreuna roca errante vagando por el espaciocósmico...

Hoy nos parece casi evidente, pero en-tonces no pudieron aceptarlo muchoscientíficos compañeros de Galileo, ni

tampoco las Iglesias (el conflicto consu Iglesia Católica fue el más sonado,pero Lutero y otros Reformadores dijeronsobre Galileo iguales o peores cosasque las que dijeron la Inquisición y losjesuitas de su tiempo). Las Iglesias nose oponían propiamente a una verdadmeramente científica, sino a un cambiode perspectiva que ponía gravementeen tela de juicio lo que desde siemprese había pensado sobre Dios. Ellos tam-bién se oponían –desde su punto devista– a «un error sobre el mundo, queimplicaría un error sobre Dios». Hastaentonces era tenido por evidente que elser humano era la razón por la que Dioscreó el mundo, y que por tanto todo elcosmos giraba en torno a este ser hu-mano, y en torno a su hogar, la Tierra.Decir que ésta no era el centro de larealidad, sino que era un planeta erran-te[2] en torno a otro centro... venía adecir que los planes de Dios no eran

Teología, Ciencia y Filosofía

Pues bien, la superacióndel «error» delgeocentrismo puedehacerse sin demasiadasreelaboracionesteológicas y espirituales,pero la superación deotros muchos «erroressobre el mundo» que laciencia ha idodenunciando uno trasotro, sí exigereinterpretacionesradicales, verdaderasreelaboraciones, desdela raíz, que son lo quellamamos «cambios deparadigma», en elsentido más fuerte de laexpresión.

[2] Planetés en griego significa errante,precisamente, aunque ese nombre se lesdio a los planetas por otra razón.

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como los pensábamos, o que el ser hu-mano no parecería ser la razón centraldel cosmos, o que la Palabra de Dios,que hasta entonces había parecido quedeclaraba paladinamente el geocentrismoen el libro de Josué[3], en los Salmos yhasta en la boca misma de Jesús[4], es-taba equivocada. Lo cual, más que un«error sobre Dios», venía a ser un «errordel mismo Dios», un error en su Palabra.Aquel «error sobre el mundo» que la

ciencia acababa de descubrir, el geo-centrismo, evidenciaba un «error acercade Dios» que las Iglesias, en aquel mo-mento, no estaban en condiciones dereconocer.La Católica necesitó casi tres siglospara aceptarlo. Los cristianos acabaronpensando que, efectivamente, la Tierragira alrededor del Sol, y que no es elcentro geométrico del sistema solarpero... que sigue siendo el centro enotro sentido: el centro salvífico de larealidad cósmica, porque allí, en eseplaneta pequeño y marginal, tuvo lugarel misterio realmente central de todoslos tiempos, cuando Jesucristo muriópor los seres humanos y salvó a toda lahumanidad y al cosmos, a todas lascriaturas, que gimen en dolores de parto.Ésa sería una centralidad nueva, rein-terpretada, más profunda. Con el tiempo,toda la teología se desprendió de aquellasafirmaciones teóricas y aquellas repre-sentaciones plásticas de Dios comocreador del ser humano en el centro delmundo, como unos errores sobre Diosque, hasta entonces, habían sido consi-derados como verdades sobre Dios.Pues bien, la superación del «error» delgeocentrismo puede hacerse sin dema-siadas reelaboraciones teológicas y es-pirituales, pero la superación de otrosmuchos «errores sobre el mundo» quela ciencia ha ido denunciando uno trasotro, sí exige reinterpretaciones radicales,verdaderas reelaboraciones, desde laraíz, que son lo que llamamos «cambiosde paradigma», en el sentido más fuertede la expresión.Y a partir de aquí esto es lo que quisié-ramos hacer: un elenco de los principalesconflictos que el continuo avance de laciencia (la «nueva cosmología», en sen-tido amplio) ha provocado al denunciar«errores sobre el mundo». No preten-demos más que evocarlos y plantearlos.No queremos ahora resolverlos, teoló-gicamente hablando. Nos situamos másbien –metodológicamente– fuera de lateología, tomando la palabra como ob-servadores neutrales del conflicto entrela ciencia y la fe. Estos desafíos aquíelencados son, precisamente, nuestrarespuesta a la pregunta por las tareasque la teología y la espiritualidad debenacometer en el inmediato futuro.

Otro gran error sobre el mundo: el an-tropocentrismo

Más difícil que la del geocentrismo ibaa ser la superación del antropocentrismo,superación que, en realidad, todavía nose ha dado; apenas se está iniciando.Podemos decir que, desde hace tiempo,éste es un descubrimiento claro de lanueva cosmología: el ser humano (noya la Tierra) no es el centro del cosmos,como casi todas las religiones han pen-sado –o como han creído escucharlo ensus respectivas revelaciones divinas–.Eso ha sido –nos dice la nueva cosmo-logía– un «error sobre el mundo». Elmundo no es antropocéntrico. Nosotrosno somos su centro. Ni ha sido «creadopara nosotros». Y esto, la nueva visióncosmológica lo puede desglosar envarias perspectivas, aplicadas, más de-talladas:

• La nueva cosmología nos dice que nosomos, por naturaleza de origen, unarealidad totalmente diferente y superiora los demás seres vivos que nos rodean.No tenemos un origen diferente o su-perior. Somos más bien una rama másdel enormemente diverso árbol de lavida. Somos una rama de primates enla que, gracias a un salto cualitativo dela vida, se ha dado una mutación en el«eje de acumulación evolutivo», queha pasado, de ser genético y físico, acultural y espiritual. Es un paso más dela evolución de la vida. Hasta ahora he-mos cambiado de especie por mutacióngenética (hardware); ahora mutamospor recreación interna, cultural y/o es-piritual (software).

No es verdad que fuimos creados «aimagen y semejanza de Dios», a dife-rencia de los demás seres vivos, quehabrían sido creados sin esa pretensiónde ser «hijos de Dios» (algo más quesimples creaturas). No fuimos creadosaparte, en un «sexto día»; no hubo untal sexto día, sólo para nosotros. Porqueen realidad ni siquiera fuimos creados,un día, y de la nada. Somos una especieque, como todas, proviene de otras, quea su vez provienen de otras más anti-guas... que empalman con los primerosseres vivos en esta Tierra, las bacterias,de hace unos 3.500 millones de años.La nueva cosmología piensa que todas

Teología, Ciencia y Filosofía

Tradicionalmente, lateología se apoyó enesos «errores», que loeran tanto sobre elmundo como sobre Dios.Los computó comoverdades indubitables,porque las juzgóreveladas. Más de unavez justificó castigos ypenas mayores sobrequienes se atrevieran aponerlas en duda. Puesbien, hoy día, lateología, si quierehablar a la sociedadactual, tan marcada porla ciencia, debereedificarse sobre otrasbases, desde esta nuevavisión, sin aquellosviejos errores queimplicaban a Dios.

[3] Jos 10,12-14.[4] Mt 5,45: «el Padre del cielo, quehace salir su sol sobre malos y bue-nos».

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21las formas de vida de este planeta, enrealidad forman una unidad: son la mis-ma Vida, una única realidad biótica –enormemente diversificada y crecien-temente compleja, eso sí–. La nuestraes una forma de vida que parecería serla que más lejos ha llegado. Aunque esverdad que, hoy por hoy, ocupamos elúltimo/primer puesto en el árbol de lavida –pues somos unos recién venidos,los últimos en llegar–, no somos sinouna forma más de vida. En ese sentido,no somos «otra cosa».

Pensar lo contrario fue «un error sobreel mundo que implicó a Dios»: fue unerror también sobre Dios. A la luz de laciencia actual, no parece que podamoscontinuar atribuyendo a Dios lo que lehemos venido atribuyendo durante mi-lenios, a este respecto: Dios no pudodecir lo que nosotros hemos dicho quedijo. Lo dijimos nosotros, y se lo atri-buimos a Dios.

Tradicionalmente, la teología se apoyóen esos «errores», que lo eran tantosobre el mundo como sobre Dios. Loscomputó como verdades indubitables,porque las juzgó reveladas. Más de unavez justificó castigos y penas mayoressobre quienes se atrevieran a ponerlasen duda. Pues bien, hoy día, la teología,si quiere hablar a la sociedad actual,tan marcada por la ciencia, debe reedi-ficarse sobre otras bases, desde estanueva visión, sin aquellos viejos erroresque implicaban a Dios.

• La nueva cosmología cree ya saberque no somos descendientes de una pri-mera pareja, de los llamados nuestrosprimeros padres. No hubo tal pareja.La idea de una pareja primordial es unaimagen mítica, muy sugerente, que ve-hicula la idea de la creación divina delser humano, pero no se corresponde enabsoluto con las evidencias de la cienciaactual. Aunque desde siempre nos haparecido un dato esencial de la fe ju-deocristiana (todavía Pío XII advertía alos científicos que no podían poner enduda el monogenismo, porque, por lafe, el judeocristianismo «sabía» queprocedemos de una única primera pareja),la ciencia sabe que la evolución biológicade la que somos resultado todos losseres vivos de este planeta no procede

de ese modo. La ciencia actual habla,simbólicamente, de otra Eva, «Lucy»,y de otro Adán, «Toumaï», australopi-tecus afarensis ambos, cuyos fósiles hadescubierto apenas hace 40 años, queserían, hoy por hoy, los especímenesmás antiguos del género homo que mar-can para nosotros un estado de homini-zación suficientemente avanzado.

No son históricas las figuras de nuestros«primeros padres». No hubo Adán nihubo Eva. Fue «un error sobre el mun-do», un error que ha durado hasta ayer.Y también fue un error sobre Dios, encuanto que nos hizo atribuirle algo quehoy nos parece saber que no hizo. Tam-bién carece de la más mínima verosi-militud histórica toda aquella descripción–que ha llegado hasta ayer mismo, yque ha desaparecido prácticamente sinresistencia, literalmente evaporada– delestado de nuestros primeros padres enel Paraíso terrenal: los llamados «donespreternaturales» de que habrían gozado,su equilibro moral, sus pláticas tú a túcon Yavé, su inmortalidad incluso...

Mención especial merece el llamado«pecado original» que habrían cometidoesos primeros padres nuestros que noexistieron, y que, por tanto, difícilmenteha podido contaminarnos tan gravementecomo se pensó, ni expulsarnos del su-puesto Paraíso, ni condenarnos al trabajoy a la muerte, entre otros castigos.

También aquí, fue «un error sobre elmundo» que implicó a Dios. Desde

hace ya bastante tiempo la ciencia notiene dudas a este respecto. Una teologíaresponsable debiera asumir esta situacióny dejar de una vez de contar con aquelrelato mítico, erróneamente consideradocomo «histórico» durante milenios,sobre el que se construyó un imponentefardo de creencias que ha gravado sobrela humanidad con una sobredosis enormede sufrimiento y culpabilidad.

Este punto es especialmente importante;tal vez es uno de los desafíos más gravesque la teología tiene que abordar: si nohubo primeros padres, si consecuente-mente no hubo un pecado primordialcontaminante de toda la humanidad, sino fuimos nunca esa massa damnata,esa «humanidad caída» que a san Agustínle pareció vislumbrar, si tampoco hizofalta expiar un pecado original que noexistió, si hay que pronunciarse sobreuna redención divina que tal vez tampocose dio más que en la imaginación reli-giosa... una teología responsable nopuede mirar para otro lado, sino que hade agarrar el toro por los cuernos, pro-nunciarse, y rehacerse a sí misma.

• La nueva cosmología y las cienciasde la vida en general denuncian el lla-mado especismo, el abuso de poder per-petrado por la especie homo sapiens,sobre la base de una ideología construidapor el mismo homo sapiens, según lacual esa especie, la especie humana, seautoproclama la dueña del mundo, el«fin de la creación», con derecho a uti-lizar todo el cosmos como «recursos» a

Teología, Ciencia y Filosofía

Creación de Adán, obra de Miguel Ángel. Capilla Sixtina, Roma.(Wikipedia).

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su servicio. (Y todo este error se ha ela-borado y defendido con argumentos re-ligiosos...).

El movimiento llamado de la «ecologíaprofunda» ha dado expresión a la intui-ción que cobra fuerza incontenible antela observación de los datos científicos:el homo sapiens no tiene derecho a so-meter cruelmente a las otras especies, aintervenir y degradar ambientes queson el nicho ecológico de infinidad deotras especies, simplemente por su afánminero extractivista, por ejemplo. LynnWhite, en un texto que se hizo célebrepara perpetua memoria, denunció muyrazonadamente que «el judeocristianismo

es la religión más antropocéntrica delmundo»[5].

Esto, que hoy a la ciencia le parece cla-ramente un error sobre el mundo, elhomo sapiens lo ha racionalizado en lamayor parte de las culturas medianteuna ideología religiosa: serían los diosesmismos quienes habrían creado la na-turaleza para servicio del ser humano,confiándosela bajo su autoridad absoluta.El ser humano sería el rey de la creación,dueño del mundo, por ser lugartenientede Dios y haber recibido el mandato dedominarlo. Todavía, el actual Compendiode la Doctrina Social de la Iglesia (¡de2004![6]) afirma que el ser humano esel Rey de la creación. Sin duda, se daen todo ello un «error sobre Dios», porimplicación, por su desequilibrada par-cialidad en favor de esa especie. También,sin duda, es el error de un Dios clara-mente antropomórfico, construido a lamedida de nuestros pensamientos, anuestra imagen y semejanza.

La teología tradicional ha sido inge-nuamente connivente con este antropo-centrismo inmisericorde y este especismociego. Ha tenido ojos solamente paramirar la realidad desde los intereses dela especie humana. Los temas relevantespara la teología han sido sólo los temas«humanos», nuestros intereses, enalte-cidos como si fueran los intereses mismosde Dios. Una teología responsable, quequiera estar a la altura de la cienciaactual, debe apearse de una vez de eseantropocentrismo, y entrar por los nuevoscaminos del biocentrismo –centrarlotodo en la vida–, y abogar por una de-mocracia verdaderamente universal, esdecir por una «biocracia planetaria»,como correspondería al Dios de la Vida,al Dios de todas las formas de vida.

• La nueva cosmología subraya nuestrocarácter radicalmente terrestre, telúrico:somos Tierra. No somos espíritus in-materiales, o almas (entelequias meta-físicas o sobrenaturales), «venidos aeste mundo», como desde fuera, o desde

la mente de Dios, al margen de la Tierra.No hemos sido puestos en el mundopor una mano ajena al mundo. Hemossurgido de él. Somos la flor (tal vez)del proceso evolutivo de la vida que seha dado en este planeta. Por eso... somostierra, ¡la Tierra!, que en nosotros hallegado a tener conciencia, a reflexionar,a amar, a contemplar...

Desde esta nueva visión cosmológica,la religión y la espiritualidad puedendescubrir un «error sobre el mundo»que ellas compartieron con muchas otrasfilosofías y cosmovisiones: interpretaronnuestra «superioridad» de recién venidosen el proceso evolutivo, como si se de-biera a una superioridad de origen. Losseres humanos no seríamos en realidadde este mundo, sino de otro, del mundosuperior, del de los dioses... Seríamos«hijos del cielo», no de la Tierra, caídosaccidentalmente en este mundo, perodebiéndonos sentir siempre como ciu-dadanos del cielo, peregrinos en patriaextraña, siempre ansiando liberarnos delas ataduras de este mundo para llegarun día a nuestro destino celestial. Esteerror sobre el mundo repercutió en unerror sobre Dios: se lo percibió comollamándonos siempre a la renuncia res-pecto a todo lo material, a la superaciónde los afanes mundanos (fuga mundi,contemptus mundi, agere contra), a unaespiritualización y una divinización en-tendidas como huida de la materia, delmundo, de la carne, de las preocupa-ciones materiales, demasiado huma-nas...

Una espiritualidad y una teología a laaltura de estos tiempos deben rompercon ese error sobre el mundo y sobreDios, para elaborar una nueva visión, yabrirse a una experiencia espiritual re-conciliada con la Tierra y con el Mundo.Somos Tierra, orgullosamente telúricos,y con la Tierra, vibrando en éxtasis consu propio cuerpo, hacemos nuestra ex-periencia espiritual. Podemos aceptarcon gozo esta buena noticia de la ciencia,que nos libra de viejos errores: no ve-nimos de arriba, no descendemos delcielo, sino que surgimos de la Tierra.No hemos sido puestos aquí por alguiendesde fuera, como si fuéramos extrate-rrestres, o paracaidistas, sino que hemosnacido en este hogar, estamos en nuestro

Teología, Ciencia y Filosofía

La nueva cosmología –incluyendo en ella lanueva física– nosdescubre que estábamosequivocados en lacomprensión misma deeste mundo. La materiano es esa realidad sinvalor, merapotencialidad informe,estéril, incapaz... quepensábamos. Lamateria, en realidad noexiste, porque nisiquiera es propiamentemateria: es más bienuno de los estados de laenergía en la que todoconsiste.

[5] Raíces históricas de nuestra crisis eco-lógica, enhttp://latinoamericana.org/2010/info/; ori-

ginal en la revista «Science» 155 (1967)1203-1207.[6] Número 460.

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23propio nido y éste es nuestro hábitatnatural. Después de varios milenios pre-tendiendo pasar de puntillas sobre latierra camino del cielo, necesitamos unlavado mental para reconciliarnos conella. Debemos ¡volver a casa!, volver anuestro hogar, del que nunca debimoshabernos marchado. Nada nos podríaayudar tanto en este deseo cuanto unanueva teología y una espiritualidad oiko-centradas, reconciliadas con la Tierra,con el mundo, con la materia, con elcuerpo, liberadas de aquellos erroressobre el mundo y sobre Dios.

El espejismo de la unicidad

• Durante milenios, los humanos, en lamayor parte de nuestras culturas y reli-giones, hemos pensado no sólo que éra-mos el centro, sino que éramos únicos.Este mundo, nuestro mundo, era «la»creación de Dios, la niña de sus ojos, laobra de sus manos, y no había más. Porsuponer que había otros mundos, y talvez otros universos, la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe (entonces lla-mada Sagrada Inquisición) quemó vivoa Giordano Bruno, en la Piazza deiFiori de Roma, y arrojó sus cenizas alTíber. La unicidad del mundo, del serhumano, de ese plan de Dios que noscreó y nos redimió, fue un supuesto bá-sico, aparentemente evidente, e impuestoa sangre y fuego.

La nueva cosmología ha superado launicidad del mundo humano. Ha des-cubierto que fue uno más de los erroressobre el mundo. El mundo no es así.Nuestra Tierra no es sino un planetamás del sistema solar, y el Sol no esmás que una de tantos millones de mi-llones de estrellas. El uni–verso quizáno es tal; hace tiempo que hay científicosque intuyen que tal vez sea un multi–verso. Apenas hace veinte años, laciencia ha comenzado a descubrir los«exoplanetas». En estos pocos años he-mos podido todos ir llevando la cuentade los exoplanetas que iban siendo pau-latinamente catalogados. Poco a poco,conforme hemos encontrado nuevas téc-nicas de detección y hemos podido enórbita algunos satélites dedicados sóloa ello, hemos visto incrementarse elnúmero de exoplanetas: en 2014 ya es-tamos llegando a los 1500. Sabemos

que tal vez serán trillones. Muchos deellos capaces de albergar la vida. ¿Seráuna vida como la de nuestro planeta?¿Habrá en ellos vida animal, vida hu-mana, vida inteligente, vida espiritual...?Aun antes de tener las pruebas en lamano, la ciencia está convencida: esteplaneta nuestro no es «el plan de Dios»concreto que siempre estuvimos pen-sando que era. Eso ha sido un «errorsobre Dios», basado en el «error sobreel mundo» del que fuimos víctimas...simplemente por nuestra falta de mediosde observación.Hoy nos damos cuenta de ambos errores,y la resistencia de la religión a recono-cerlo no puede negarnos el derecho aaceptar la verdad y a poner entre parén-tesis provisionalmente (hasta una nuevareinterpretación plausible) todas aquellas«verdades» religiosas, espirituales yteológicas en las que creímos durantemilenios. Una teología responsable debereelaborarse a sí misma desde este nuevopunto de vista más amplio, no tantouniversal cuanto «multi-versal», supraterrestre, desprendido de esa creenciaprovinciana de que lo que acontecióaquí en este planeta en los 3500 añosúltimos es el centro de la historia, loúnico importante que ha ocurrido en elmundo, el cosmos y la eternidad. Ésaes sólo una referencia pequeñita, unade las muchas con las que una teologíanueva deberá contar.El dualismo de los dos pisos• La nueva cosmología denuncia el«error sobre el mundo» en el que tantasculturas y religiones han caído, de pensarque la realidad estaba radicalmente es-cindida en dos –toda ella, de arriba aabajo, hasta la profundidad de su mismasustancia óntica–. Un dualismo que sehacía presente en todos los planos: elcósmico (tierra/cielo), físico (materia/es-píritu), humano (cuerpo/alma), hilemór-fico (materia/forma), religioso(natural/sobrenatural)... Dos mundos ra-dicalmente diferentes, axiológicamenteantagónicos. Un mundo todo él divididoen dos pisos, una visión esquizo–fréni-ca.

La nueva cosmología –incluyendo enella la nueva física– nos descubre queestábamos equivocados en la compren-

sión misma de este mundo. La materiano es esa realidad sin valor[7], merapotencialidad informe, estéril, incapaz...que pensábamos. La materia, en realidadno existe[8], porque ni siquiera es pro-piamente materia: es más bien uno delos estados de la energía en la que todoconsiste. La materia es energía, y sólonecesita las condiciones adecuadas paraauto-organizarse (autopoiesis) y trans-formarse. Todo está relacionado contodo, en un juego de sinergias e inextri-cables influencias mutuas. Y todo no essino una misma realidad cuántica que

Teología, Ciencia y Filosofía

Ya desde los inicios delpensamiento filosóficode la humanidad, en elmundo griego delmilenio anterior anuestra era, aparecieronenseguida losdualismos, que elcristianismo, porejemplo, rápidamenteasimiló. Materia yforma, cuerpo y alma,este mundo y el otromundo, el mundo de lamateria y el mundo delas ideas platónicas...constituyeron lascoordinadas filosóficasen las que quedóexpresada y apresada lavivencia espiritual.

[7] «La Santa Materia», decía Teilhard deChardin.[8] L. BOFF,La materia no existe, en laPágina de Boff en Koinonía

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24bulle en una efervescencia incesante decambio de formas, una «sopa cuántica»en el nivel subatómico más profundo,que reviste formas continuamente mu-tantes en los planos superiores de unarealidad multinivel.

Ya desde los inicios del pensamientofilosófico de la humanidad, en el mundogriego del milenio anterior a nuestraera, aparecieron enseguida los dualismos,que el cristianismo, por ejemplo, rápi-damente asimiló. Materia y forma, cuer-po y alma, este mundo y el otro mundo,el mundo de la materia y el mundo delas ideas platónicas... constituyeron lascoordinadas filosóficas en las que quedóexpresada y apresada la vivencia espi-ritual. Fue un error filosófico sobre larealidad, un «error sobre el mundo» endefinitiva, que redundó igualmente enun error sobre Dios, al marcar de unmodo tan profundamente equivocadonuestras relaciones con el Misterio sobrela base del espejismo de esos dualis-mos.

La nueva cosmología –incluyendo enella la biología y la física cuántica, lasciencias de la Naturaleza y de la Vida–es quien ha tenido uno de los méritosmayores en la recuperación de unavisión integrada, «holística», unida, sindualismos. La religión, la teología, laespiritualidad misma, deben confrontarsecon esta nueva visión no dualista. Lostradicionales planteamientos de cuerpoy alma, natural/sobrenatural,naturaleza/gracia, tierra/cielo... que soncomo el único alfabeto que la teologíaclásica ha sabido utilizar hasta el pre-sente, deberá sencillamente ser aban-donado, siendo sustituido por una teo-logía de nuevo diseño. La reelaboraciónha de ser tan profunda que no cabenarreglos, correcciones laterales: es todoun gran error sobre la realidad y sobreDios lo que ha de ser subsanado desdela raíz.

Concluyendo

Hasta aquí hemos elencado unos cuantos«errores sobre el mundo», mayores, de-tectados por la nueva cosmología, quehan implicado «errores sobre Dios» alo largo de la historia, y que, hoy, en unmundo marcado tan profundamente por

la ciencia, ya no hacen sino lastrar irre-mediablemente a la religión y la espiri-tualidad que no tengan la ayuda de unanueva teología crítica que las saque detales errores y les ayude a replantearlotodo. Son las tareas pendientes de lateología que quiera seguir haciendo ca-mino en la sociedad actual. Destacaresas tareas era el objeto de este artículo.Queremos concluir con unas conside-raciones finales.

• Una primera es la del daño que laepistemología fixista hace a la religión.Las instituciones religiosas parecen in-capaces de modificar sus creencias, apesar de que está tan claro que esa ina-movilidad no existe más que en su ima-ginación, pues la historia demuestra laconstante evolución-ebullición de lasreligiones, su sincretismo, sus cambios,sus acomodaciones a los cambios filo-sóficos e históricos... En el corto plazolas religiones se resisten a los cambios,tienen pánico a reelaborar el patrimoniosimbólico que heredaron. Están cautivasde una epistemología fixista, agravadapor la convicción de ser «depositariasde la Revelación»... El nuevo paradigmaecológico les está desafiando mucho,pero el gran cambio que tienen queafrontar, el que más posibilitará su ca-pacidad de transformación, es el epis-temológico. Mientras sigan siendo deu-doras de su epistemología tradicionalfixista, dogmática, parmenídea... no po-drán cambiar. Una ceguera insuperable,¡simplemente por no cambiar de lentes(epistemológicas)!

• Otra consideración importante es ladel reconocimiento del «valor revela-torio» de la ciencia, y en concreto de lanueva cosmología. Es un tema que haplanteado muy bien Thomas Berry[9],y que merece la atención de la teología.Esta perspectiva complementa la intui-ción ya citada de Tomás de Aquino, ex-presada en ese principio negativo quedenuncia los «errores sobre el mundoque redundan en errores sobre Dios»;Thomas Berry complementa con el ladopositivo: la nueva cosmología nos ca-pacita también para percibir la mani-

Teología, Ciencia y Filosofía

En la cosmovisión quela nueva cosmologíaestá extendiendoirreversiblemente sobrela sociedad humana –conocida ya hasta porlos niños en edadescolar y por lapoblación más alejadade los mediosacadémicos, gracias alos medios decomunicacióndivulgadores de laciencia– el viejo relatode las religiones y deljudeocristianismo enconcreto ya no resultaaceptable para lasociedad culta de hoy.

[9] Thomas BERRY, Lo divino y nuestroactual momento revelador, en la RELaT:ser-vicioskoinonia.org/relat/390.htm(acceso per-manente).

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25festación del misterio sagrado que lateen el seno mismo de la realidad: laciencia tiene un valor «revelatorio»,epifánico... No es una idea enteramentenueva: ya san Agustín dijo aquello deque Dios escribió dos libros, y que elprimero de ellos era el de la realidad, elmundo, la creación. La ciencia, al acer-carnos al misterio de la realidad, haceque la realidad misma del cosmos vengaa ser reveladora, la capacita para fungirpara nosotros como otra Palabra deDios... (No entramos ahora en el temade la jerarquía de valor[10] de esas dospalabras de Dios... pero no sería erradopensar que el primer libro es también laprincipal[11] revelación de Dios, porqueel segundo no es palabra de Dios, sino«palabra humana sobre Dios»[12], enrealidad un simple «comentario» alprimer libro...).

• En la cosmovisión que la nueva cos-mología está extendiendo irreversible-mente sobre la sociedad humana –co-nocida ya hasta por los niños en edadescolar y por la población más alejadade los medios académicos, gracias alos medios de comunicación divulga-dores de la ciencia– el viejo relato delas religiones y del judeocristianismoen concreto ya no resulta aceptable parala sociedad culta de hoy. Sólo puedepervivir en creyentes atrasados en suformación, o creyentes cultos que aceptanvivir escindidos esquizofrénicamenteen su espiritualidad. Mirado desde lasociedad, podríamos decir que hoy sólopueden «creer» el relato bíblico-ecle-siástico los desinformados. Es urgentehacer algo. Pero, tal vez no se trata sinmás de traducir el viejo relato al nuevocontexto, ni de ponernos a crear unrelato nuevo; probablemente se tratamás bien de asumir el relato que elmismo cosmos evolutivo está revelandoa la ciencia actual, a la nueva cosmología(sin idolatrarlo ahora, sin convertirloen un dogma, sin dejar de reconocer laprovisionalidad permanente de nuestra

percepción del mismo...), y dejar fluirante él nuestro sentimiento religiosoante el misterio, nuestra experiencia es-piritual cósmica... Sin duda –son muchoslos que lo constatan– el nuevo relatocosmológico es lo que más está trans-formando actualmente la conciencia dela humanidad[13]. Probablemente va aocurrir otro tanto en lo religioso y loteológico, pero en los ámbitos teológicosy espirituales, hoy por hoy, no se percibeel potencial revolucionario de este nuevoparadigma ecológico; como un resabiode la vieja mentalidad, se piensa queeste tema «no es religioso ni espiritual,sino científico».

• Uno de los temas pendientes que másasustan es el de recolocar a Jesús en elnuevo relato cosmológico... La cristo-logía clásica de la redención no tienemucho futuro en una situación culturalmarcada por la nueva cosmología. NiTeilhard de Chardin logró hacerlo, aun-que hizo propuestas bien interesantes.Tal vez estaba demasiado condicionadopor su condición de hijo fiel de laIglesia, ante la Inquisición (que entoncesse llamaba Santo Oficio) y por su con-dición de jesuita... y no podía ni siquierapensar en planteamientos que todavíahoy apenas parecen plausibles. Fue muymoderno, se adelantó a su tiempo enmuchos campos, se abrazó a la ciencia...pero continuó deudor de la epistemologíamítica bíblica y de la dogmática clásica.Ni por un momento sugirió una pro-fundización-replanteamiento de Calce-donia, ni como buen jesuita dejó de verla devoción al Corazón de Jesús comola forma suprema espiritual para lostiempos modernos... En 2015 se hancumplido 60 años de la muerte de Teil-hard. No se puede dejar de lado susaportaciones en este campo de los de-safíos de la nueva cosmología, pero elgran grueso de la relectura de Jesús[14]a partir del nuevo relato cosmológicoactual, está sin hacer. Será una de las

más importantes tareas críticas para lateología y la espiritualidad que vienen,tareas sobre las que hemos querido re-flexionar en este estudio. R

Teología, Ciencia y Filosofía

[10] Se tiene que poder aplicar aquí tambiénel principio de la «jerarquía de verdades»que reconoció el Concilio Vaticano II (UR11).[11] Bryan SWIMME, El Cosmos comoRevelación primordial.[12] Edward SCHILLEBEECKX, Soy unteólogo feliz, Sociedad de Educación Atenas,Madrid 1994, p. 72.

[13]Diarmuid O’MURCHU, ConsecratedReligious Life, Claretian Publications, Ma-nila 2006, p. 81.[14] Por ejemplo la relectura en la que tra-baja su compañero de orden, el jesuitaRoger Haight –que por cierto, cuando eranovicio en Nueva York asistió presencial-mente al funeral de Teilhard, en mayo de1955–; cfr. Jesus, Symbol of God, OrbisBooks, New York 2000.

Hasta aquí hemoselencado unos cuantos«errores sobre elmundo», mayores,detectados por la nuevacosmología, que hanimplicado «erroressobre Dios» a lo largode la historia, y que,hoy, en un mundomarcado tanprofundamente por laciencia, ya no hacensino lastrarirremediablemente a lareligión y laespiritualidad que notengan la ayuda de unanueva teología críticaque las saque de taleserrores y les ayude areplantearlo todo.

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No cabe la menor duda que entrela izquierda y la derecha polí-ticas existe una clara oposición

y confrontación de ideas donde subyacetodo un proceso ideológico bien definidoy concretado política y socialmente ha-blando que tuvo un principio y unosorígenes bien determinados en el marcode la historia social.

En el presente capítulo analizaremos eindagaremos sobre esos orígenes delconcepto de derecha e izquierda políticasy sus vinculaciones con el mundo reli-gioso, cuestión esta nada baladí sinotodo lo contrario. Existe, a veces, laidea equivocada de que el mundo políticoy religioso son dos realidades opuestasy, en mi criterio, creo que esto no es asíen absoluto, como iremos viendo y des-granando a lo largo del capítulo.

No es cuestión intrascendente, comodecía, que la política y la religión seencuentren muchas veces en el camino.

Es por eso que tiene su interés saberposicionar convenientemente el senderopolítico que entraña determinados plan-teamientos religiosos, condicionándolo,y al revés, el sentir religioso de deter-minados esquemas políticos.

Centrándonos ahora en el ámbito políticoestrictamente convendría determinar ydefinir los conceptos de derecha e iz-quierda política, así como su origen ylas implicaciones que conlleva una uotra opción o camino político para eldevenir de las sociedades. Se parte delpresupuesto ideológico de que ambasopciones pretenden lo mejor para la so-ciedad, para su mejora y progreso; sinembargo, son dos caminos bastante dis-tintos para la consecución de tal logro,como veremos.

Según el sociólogo británico RobertM. Maclver la derecha política tradi-cionalmente siempre ha sido el sectordel partido asociado a los intereses de

Teología, Ciencia y Filosofía

Jorge Alberto Montejo

Licenciado enPedagogía y Filosofía yC.C. de la Educación.Estudioso de lasReligiones Comparadas.

FILOSOFÍA

POLÍTICA

Y RELIGIÓN#11

La vraie naissance de la droite et de la gauche date dela Restauration.

(El verdadero nacimiento de la derecha y de la izquier-da en política data del período de la Restauración).

Marcel Gauchet.

IZQUIERDA versus DERECHA Y SUS CONNOTA-CIONES RELIGIOSAS

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27las clases altas o dominantes mientrasque a la izquierda se le ha atribuido alsector de las clases más bajas tanto enlo económico como en lo social (…).La derecha siempre ha sido más favo-rable a la clase aristocrática y a la je-rarquía de nacimiento o de riqueza; laizquierda, en cambio, ha luchado parala igualación de ventajas y oportuni-dades, y las demandas de los menos fa-vorecidos (The Web of de Government.1947 / Traducido del inglés). Creo queesta aseveración de Maclver se ajustaperfectamente a ambos idearios, el dela derecha y el de la izquierda política.Los medios para la consecución de loslogros sociales son, ciertamente, biendistintos. Pero esto lo iremos desgra-nando, como decía, a lo largo de estecapítulo.

Origen terminológico de ambos con-ceptos

Es curioso e interesante saber que elorigen de los términos derecha e iz-quierda surgieron en el marco constitu-yente de la Asamblea francesa despuésde la Revolución de 1789 donde lasdistintas facciones políticas se situabansegún su ideología y en función del po-sicionamiento del Presidente de la cámaraa su derecha o a su izquierda. Los de-fensores de la continuidad del AntiguoRégimen se situaron a la derecha delPresidente de la cámara y aquellos quedemandaban la abolición del AntiguoRégimen absolutista a su izquierda. Losprimeros, los situados a la derecha, eranconservadores del sistema conocidohasta entonces, el régimen autoritario yabsolutista. Los segundos, situados a laizquierda, los progresistas, abogaronpor un orden constitucional completa-mente nuevo y democrático. Obviamenteesto ha cambiado sustancialmente conel correr del tiempo puesto que las fuer-zas de la derecha conservadora se de-sempeñan en gobiernos claramente de-finidos como democráticos, aceptandosu juego y su rol sociopolítico. Hoy endía en la práctica totalidad de los parla-mentos europeos conviven pacíficamentefuerzas políticas de la derecha conser-vadora con las fuerzas de la izquierdaprogresista, encuadradas estas últimasdentro del espacio político de la social-democracia. Entre ambas tendencias

políticas, la derecha y la izquierda, sealza otra tendencia intermedia, el centropolítico, pero, a decir verdad, este cuentaactualmente con poca credibilidad dadasu indefinición política carente de cla-ridad en sus argumentaciones.

Es cierto que tanto la derecha como laizquierda política transmiten una seriede valores que desde sus orígenes hansabido perpetuar, si bien con ciertosmatices diferenciadores a lo largo deltiempo y más allá de ellos existen otrosvalores que bien podríamos definircomo transversales, tales como la soli-daridad, la justicia y el trabajo, entreotros.

El espectro político

Hablamos de espectro político para re-ferirnos al lugar de ubicación o visuali-zación de las distintas fuerzas políticas.

En efecto, no nos pasa desapercibido elhecho de que las distintas fuerzas opartidos políticos calificados tanto de“derechas” como de “izquierdas” tengansus propias señas de identidad, comono podía ser de otra manera. La conni-vencia entre ambas fuerzas siempre hasido de tirantez cuando no de claro en-frentamiento. Y esto por una sencillarazón de principios así como de objetivosen sus distintos programas políticos.Pero analicemos esto con cierto deteni-miento.

Si la derecha política tiende a propiciarlos intereses de la clase alta o aristocráticaen detrimento, claro está, de las clasessociales más desfavorecidas, como bienapuntaba Maclver en su análisis, en-tonces nos topamos con una concepcióngenérica que desde siempre ha acom-pañado a la derecha política y es elhecho de considerar como algo normaly natural la diferencia de clases. Esdecir, que existen para la derecha políticaciudadanos de primera y ciudadanos desegunda. Lo ve como algo consustancial,insuperable y natural; y lo admite sinconcesiones. Es cierto que la derechapolítica moderada se mueve dentro delos parámetros democráticos pero lohace desde la percepción de que pocose puede cambiar en las diferentes es-tructuras sociales ya que la propia con-

dición humana tiende a esa diferenciacióny al clasismo.

Dicho en otras palabras: no cabe esperarque la política de derechas esté verda-deramente dispuesta a luchar por unasociedad sin clases, donde no haya niricos ni pobres y donde la igualdadsocial sea el eje de todas sus actividades.Según este esquema todo intento de su-primir el clasismo no deja de ser unautopía. Al tener un enfoque estatista dela sociedad tiende al conservadurismode sus principios, los cuales considerainmutables. El conservadurismo de laderecha política llevada al extremo con-duce al fascismo.

Teología, Ciencia y Filosofía

En cuestión dederechos sociales laideología de derechasparte del presupuestoequivocado de que notodos los humanossomos iguales, delmismo modo queexisten diferenciasentre las razas, y deahí su clasismo ydiferenciación social.Asimismo ven lahomosexualidad y laideología de génerocomo algo contranatura, si bien estocondicionado, comoveremos yanalizaremos condetenimiento másadelante, porimplicaciones decontenido religioso.

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28La izquierda política, en cambio, serige por otros patrones de actuación. Alestatismo del conservadurismo de laderecha política, la izquierda aboga porel cambio social al considerar que todoslos ciudadanos tenemos los mismos de-rechos y que las tremendas brechas dedesigualdad en las sociedades son de-bidas a la injusta situación que propiciael clasismo. No hay ciudadanos de pri-mera ni de segunda. Por propia definiciónlas fuerzas de la izquierda política sonprogresistas ya que tienden, por princi-pio, al avance social y al cambio de lasestructuras sociales tratando de lograruna sociedad más justa y equilibradadonde las injusticias y desigualdadesen los colectivos sociales vayan desa-pareciendo. El radicalismo de la izquierdapolítica lleva al socialismo de Estadode carácter totalitario.

Pero sería muy simple realizar una cla-sificación tan solo hablando de “políticade derechas” y “política de izquierdas”.En realidad existe todo un amplio abanicode opciones políticas que se muevendentro del propio espectro político enambas posturas. En cualquier caso exis-ten unas diferencias bien notables enlos enfoques entre la derecha y la iz-quierda política que hacen que ambasopciones políticas estén enfrentadasen lo que respecta a la consecución delos logros y objetivos sociales.Apunta-mos aquí algunos de los enfoques másrelevante o significativos así como lasdiferencias más sustanciales a la horade analizar la problemática social ycómo afrontarla.

Si la derecha política opta por la ten-dencia a la privatización de los serviciospúblicos, tales como sanidad, educación,transporte, etc., en cambio, la ideologíapolítica de izquierdas se inclina poruna constante ampliación de los derechossociales así como de los servicios pú-blicos. En consecuencia el pago de im-puestos es imprescindible para sufragarlos gastos que generan los servicios so-ciales pero en proporcionalidad a losingresos de los ciudadanos. Debe pagarmás quienes más ingresos tienen.

En materia medioambiental la ideologíaconservadora de derechas no parecetener mayor preocupación por el medio

ambiente, si bien en los últimos deceniosestá mostrando, ante la evidencia delcambio climático, un mayor interés porla preservación y conservación del medioambiente. La izquierda muestra unahonda preocupación por el deterioromedioambiental y en los últimos añospor al maltrato animal, algo que estásensibilizando cada vez más a ampliossectores de la sociedad, indistintamentede su ideología política.

Desde la Revolución industrial, surgidaen la segunda mitad del siglo XVIII –yque movilizó a cientos de miles deobreros en toda Europa como conse-cuencia de las deplorables condicionesde vida en la que vivían inmersos losproletarios de la época y que el marxismodenunció con fuerza–, la preocupaciónpor las desigualdades sociales hizo quese movilizaran sectores de la izquierdano dispuestos a consentir la opresiónque sufrían los trabajadores por partede los patronos. Es por eso que lasfuerzas políticas de la izquierda siemprehan apoyado a los sindicatos en susjustas reivindicaciones ante los empre-sarios inmersos en el proceso del desa-rrollo capitalista. Siguiendo las tesismarxistas, el trabajador siempre está endesventaja con respecto al patrono. Laderecha, obviamente, siempre ha estadodel lado del patrono y empresario alconsiderar que él es el verdadero gene-rador de la mano de obra y al mismotiempo el productor de riqueza. El plan-teamiento sería correcto siempre y cuan-do hubiera una justa redistribución delas ganancias fruto del trabajo, pero larealidad es bien distinta. El empresariosiempre ha recibido un trato de favorpor parte de la derecha política. Es poreso también que encontramos la ideo-logía política de izquierdas como ver-daderamente progresista y más tendentea buscar siempre la justa redistribuciónde la riqueza. No es lícito que unospocos (los empresarios) se lucren endetrimento de unos muchos (los prole-tarios) y que a cambio de su trabajo, lamayoría de las veces fatigoso y excesivo,perciban unos salarios de miseria, yaque eso establece diferencias socialestotalmente injustas así como tremendasdesigualdades que en su momento pue-den desencadenar conflicto social, to-talmente justificado además.

Teología, Ciencia y Filosofía

En materia religiosa laderecha es partidariadel apoyo financiero alas iglesias (en Españapreferentemente a laIglesia católica que esampliamentemayoritaria), ya queconsidera que laIglesia aporta más delo que recibe. Laizquierda política, encambio, piensa que entodo estadoaconfesional (como esel caso de España yotros muchos paísesdel entorno europeo)es la propia Iglesia, laque fuere, la quedeberíaautofinanciarse.

Robert Morrinson Maclver

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En cuestión de derechos sociales laideología de derechas parte del presu-puesto equivocado de que no todos loshumanos somos iguales, del mismomodo que existen diferencias entre lasrazas, y de ahí su clasismo y diferen-ciación social. Asimismo ven la homo-sexualidad y la ideología de génerocomo algo contra natura, si bien estocondicionado, como veremos y anali-zaremos con detenimiento más adelante,por implicaciones de contenido religioso.No obstante, justo es decir que en losúltimos años ha habido una mayor sen-sibilización hacia el colectivo LGTBIpor parte de los sectores de derechasmás abiertos y liberales, algunos deellos incluso apoyando al mencionadocolectivo por medio de campañas a sufavor o bien en los parlamentos abogandopor las justas reivindicaciones del grupoLGTBI. La ideología de izquierdas tienemuy claro que no debe existir discrimi-nación alguna por cuestión de orientaciónsexual, considerando esta, la que sea,como algo que se da en la naturaleza yque como tal no se debe reprimir, almismo tiempo que reconoce, avala yampara las justas reivindicaciones delcolectivo LGTBI. Lo mismo sucedecon los derechos de la mujer y de losniños, los cuales deben ser reconocidosa nivel social.

En materia religiosa la derecha es par-tidaria del apoyo financiero a las iglesias(en España preferentemente a la Iglesiacatólica que es ampliamente mayoritaria),ya que considera que la Iglesia aportamás de lo que recibe. La izquierda po-lítica, en cambio, piensa que en todoestado aconfesional (como es el casode España y otros muchos países delentorno europeo) es la propia Iglesia,la que fuere, la que debería autofinan-ciarse. Tradicionalmente en España laIglesia católica siempre estuvo ligada a

la derecha conservadora y particular-mente en su forma más radical en ellargo período del régimen franquista.Actualmente la derecha política y con-servadora en España mantiene una es-trecha relación de colaboración con lasIglesias y justo es reconocer también laamplia labor social que las Iglesias, ensu conjunto, prestan a la sociedad. Enun régimen de libertades democráticas,como las que disfrutamos actualmente,la colaboración entre las distintas iglesiasy el Estado, sabiendo delimitar las fun-ciones de ambos, es importante.

En la parcela económica el enfoque deambas ideologías también es discrepante.Mientras que la derecha aboga por ellibre comercio y la no intervención delEstado en materia económica dejandohacer al sector empresarial, la izquierda,en cambio, considera que el Estadodebe intervenir en la economía con laexpresa finalidad de controlarla y evitarasí posibles desmanes financieros quepudieran resultar perjudiciales para elcolectivo social, en especial los asala-riados. La derecha es partidaria de laprivatización de las empresas públicas,como ya comentábamos antes, y la iz-quierda, sin embargo, cree que se debepotenciar el sector público ya que deesta manera se controlaría las posiblessubidas, por ejemplo, en el servicioeléctrico, de gas o de otra índole.

Y por último, el Estado, desde la visiónde la izquierda política, ha de descen-tralizarse transfiriendo competenciasadministrativas a las distintas comuni-dades autónomas. La derecha más bientiende a un control del Estado sin bienreconoce la importancia de la descen-tralización estatal pero siempre bajo es-tricto control.

El corolario que podemos extraer de

ambos planteamientos, el de la derechay el de la izquierda política, es el deque la derecha, desde su dimensiónconservadora, prefiere mantener el“statu quo” en la sociedad ya que estasituación considera que le es más fácilde manejar políticamente, mientrasque la izquierda apuesta por una mayorigualdad social que sirva de protecciónen especial a las clases sociales másdébiles y desfavorecidas.

Interacción entre política y religión

Comentábamos antes que la relaciónentre la política y la religión era unhecho incuestionable en lo que respecta

Teología, Ciencia y Filosofía

Elvira Roca Barea

En la parcelaeconómica el enfoquede ambas ideologíastambién es discrepante.Mientras que laderecha aboga por ellibre comercio y la nointervención delEstado en materiaeconómica dejandohacer al sectorempresarial, laizquierda, en cambio,considera que elEstado debe interveniren la economía con laexpresa finalidad decontrolarla y evitar asíposibles desmanesfinancieros quepudieran resultarperjudiciales para elcolectivo social, enespecial losasalariados.

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a la interpretación política y a su inter-ferencia en algunos casos. Así ha sido alo largo de la historia y en las sociedadesmodernas y posmodernas de régimendemocrático también el factor ético-re-ligioso viene desempeñando un rol biendeterminante y significativo.

En efecto, si bajo el Antiguo Régimenabsolutista las dos autoridades, la te-rrenal, representada por la monarquía,y la divina, por el poder eclesial –en-frentadas en algunos casos y coaligadasen otros muchos–, siempre han disfrutadodel poder y del control de la ciudadanía,

en las posmodermas sociedades regidaspor la autoridad del parlamento, biensea en forma de monarquía parlamentariao república, la interacción entre políticay religión es también muy importante,incluso en los estados consideradosaconfesionales. También en el caso delos regímenes totalitaristas, autoritariosy dictatoriales el rol de la religión hasido muy importante, incluso negandola intervención religiosa o coartando sulibertad de culto (como ha sido el casode los países bajo el gobierno comunistaen Europa y otros lugares). Por activoo por pasivo el rol de la religión siempreha sido determinante en la configuraciónética y moral de muchos pueblos, másallá del tipo de régimen político que tu-vieran.

Pero es indudable que a lo largo de lahistoria la religión (y más concretamentelos colectivos religiosos dependientesde la cristiandad en Europa) siemprehan estado coaligados con el poder ab-solutista preconizado por las monarquíasde la época.

Desde la institucionalización de la Iglesiaa principios del siglo IV, promulgadapor los emperadores Constantino I ElGrande en Occidente y Licinio enOriente, la religión cristiana adquiriólibertad de culto dentro del Imperio ro-mano y la historia de la cristiandad hamarchado pareja con el poder terrenalde las monarquías posteriores.

Todas las monarquías dentro del AntiguoRégimen tenían el carácter de absolutistasy, en consecuencia, su poder no conocíalímites. La tierra, durante toda la EdadMedia, estuvo en manos de los noblesy del clero, gozando este último de losfavores de la monarquía. Mientras quela monarquía gozaba de los favores te-rrenales, el clero hizo lo propio con losdivinos y celestiales. Y así fue prácti-camente durante toda la época feudal.Los abusos y atropellos contra la clasesocial más depauperada, como era laformada por los agricultores y campe-sinos, fueron continuos, alcanzando elcenit, el máximo apogeo y desarrollo,en Alemania en el primer cuarto delsiglo XVI en plena expansión del mo-vimiento de la Reforma religiosa pro-testante en Alemania, el cual se alzó

contra los excesos y abusos de la religiónimperante.

Pero el campesinado alemán en sus re-vueltas contra el poder abusivo y abso-lutista de los príncipes no contó al finalcon el apoyo de los reformadores lute-ranos. Más bien fue todo lo contrario.Sería el alma mater de la Reforma pro-testante, el monje y teólogo agustinoMartin Lutero, un personaje altivo ycontradictorio, quien conocedor de quenecesitaba a los nobles y príncipes paraque su causa triunfara no dudó en aliarsecon los poderosos en contra de los cam-pesinos, no teniendo ningún tipo de es-crúpulos en instigar a los nobles y prín-cipes para que el campesinado alemánfuera exterminado, cosa que, lamenta-blemente, así sucedió. El triste episodiofue conocido como la guerra del cam-pesinado. La escritora y filóloga ElviraRoca Barea, consejera del CSIC (CentroSuperior de Investigaciones Científicas)y profesora de la prestigiosa Universidadde Harvard (EE UU), viene a desmiti-ficar la figura del reformador alemándesde la base de su nefasta y controver-tida actuación política, interfiriendo enlas justas reivindicaciones del campe-sinado alemán ante el poder omnímodoy abusivo de los nobles y príncipes dela época.

En el terreno religioso ya sabemos eltremendo cisma originado dentro delestamento eclesial de la época que de-sencadenaría poco tiempo después lasconocidas como guerras de religión.Es posible que los primeros reformadoresno fueran realmente conscientes (o sí)del paso que estaban dando y las con-secuencias en forma de conflicto, rupturay separación que originarían en el marcosocial y religioso de la cristiandad, másallá de que sus interpretaciones teológicastuvieran razones de peso, lo cual, ob-viamente es discutible, como todo en elcomplejo mundo de la hermenéuticateológico-bíblica y religiosa.

Algo que si intuyó el gran humanista,filólogo y teólogo holandés Erasmo deRotterdam, lo cual le costó el rechazodel colectivo protestante primero, perodel católico después por no manteneruna postura clara con respecto a uno delos dos bandos. Erasmo era un hombre

Teología, Ciencia y Filosofía

Da la sensación quelos distintos colectivosreligiosos no seencuentran, en algunoscasos, del todo a gustocon el nuevo rolsecundario que tienenen las sociedadesdemocráticas actuales.Con frecuencia susintereses religiososchocan con losplanteamientospolíticos de losdistintos gobiernos,especialmente sipertenecen al colectivopolítico de laizquierda. Esto sucede,por ejemplo, con temastan sensibles alcolectivo social comoel aborto, la eutanasia,la ideología de géneroy los derechos delcolectivo LGTBI.

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de talante tolerante y pacificador y en-tendía que su función era no la deromper la unidad de la Iglesia sino enreformar desde dentro aquello que pre-cisaba ser cambiado pero sin ocasionarnunca un cisma de las proporcionesque pretendía el luteranismo. Si bien laIglesia oficial precisaba urgentementeuna reforma a fondo dado el nivel decorrupción que había alcanzado, la so-lución propuesta por el luteranismo ydemás colectivos reformados, a la largase vieron las lamentables consecuenciasde la misma: conflicto, enfrentamiento,radicalidad, intolerancia, separación,violencia, etc..., y todo ello, por supuesto,en el “nombre de Dios”. En fin, lamen-table pero no menos cierto.

Pero, retomando de nuevo el asuntocentral del capítulo, como ya comenta-mos anteriormente el concepto de de-recha e izquierda políticas si bien nofue acuñado hasta época bien reciente,a raíz de la Revolución francesa delsiglo XVIII, la historia, la triste historiade la humanidad, siempre se ha carac-terizado por el aplastamiento de los in-tereses de los más desfavorecidos porparte de las clases dirigentes poderosasque gozaron de privilegios y favores.Así ha sido prácticamente a lo largo dela historia de la humanidad. Conflictos,luchas, enfrentamientos, desórdenes detodo tipo, violación de los derechos hu-manos más elementales, etc. Todo uncúmulo de irracionalidad y sinsentido.Y muchos de estos conflictos amparadospor el sentir religioso, como decíamosantes. El caso es que pudiendo ser lareligión un valioso instrumento depaz y concordia entre los pueblos, la-mentablemente se ha convertido a lo

largo de los tiempos en un vehículosocial desestabilizador en muchos as-pectos extrayendo lo peor de la condi-ción humana.

En las sociedades modernas y posmo-dernas el factor religioso ha dejado deocupar un lugar relevante, afortunada-mente, viendo los antecedentes. La re-ligión y la política, no obstante, caminanjuntas en la consecución de sus logrosy objetivos, en mutuo respeto, tal ycomo amparan las distintas constitu-ciones de los países democráticos másavanzados y desarrollados. Del mismomodo que la derecha y la izquierda po-líticas caminan, desde sus respectivasideologías, en la búsqueda del bien co-mún en respeto a la convivencia pacífica,igualdad y libertad de todos los ciuda-danos.

Pero, da la sensación que los distintoscolectivos religiosos no se encuentran,en algunos casos, del todo a gusto conel nuevo rol secundario que tienen enlas sociedades democráticas actuales.Con frecuencia sus intereses religiososchocan con los planteamientos políticosde los distintos gobiernos, especialmentesi pertenecen al colectivo político de laizquierda. Esto sucede, por ejemplo,con temas tan sensibles al colectivosocial como el aborto, la eutanasia, laideología de género y los derechos delcolectivo LGTBI.

Parece que las distintas comunidadesreligiosas no han terminado de asimilarque lo religioso, fundamentalmente,pertenece a la esfera de lo privado y node lo público, si bien esto no deberíaser impedimento (que no lo es en los

estados democráticos) para que expu-sieran sus ideas al respecto, pero sinexigencias de ningún tipo, por supuesto.Fue el gran filósofo holandés del sigloXVII Baruch Spinoza uno de los pio-nero en percatarse de que lo religiosodebe estar supeditado al interés de lopolítico y no al revés (Tractatus theo-logico-politicus). Su planteamiento po-lítico se basa en que la ley, el derecho yla moralidad existen por el Estado. Lareligión, en última instancia, ha de su-peditarse al Estado.

Concluimos este capítulo reafirmándonosen la idea central de que la derecha yla izquierda políticas, dentro del marcoestructural de las sociedades posmo-dernas, han de convivir en armoníaen la búsqueda del bien común másallá de intereses partidistas que actúana modo de desestabilizadores del sistemapolítico-social de las democracias ac-tuales y que las religiones deben de-sempeñar una acción coadyuvante enla misma pretensión que los estados,que no ha de ser otra que la de cola-borar al establecimiento de la paz y launidad entre los distintos colectivossociales. (Continuará). R

Teología, Ciencia y Filosofía

Parece que lasdistintas comunidadesreligiosas no hanterminado de asimilarque lo religioso,fundamentalmente,pertenece a la esferade lo privado y no delo público, si bien estono debería serimpedimento (que nolo es en los estadosdemocráticos) paraque expusieran susideas al respecto, perosin exigencias deningún tipo.

Erasmo de Rotterdam

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La reacción de los periódicos ca-tólicos a los pronunciamientos pro-testantes

Aunque este es asunto de otro estudio,no podemos eludir mencionar breve-mente la respuesta de los católicos nor-teamericanos a los planteamientos pro-testantes.

La mayor parte de la población de lasislas perdidas por España era católica,aunque a decir verdad practicaban uncatolicismo bastante nominal y ocasional.El entusiasmo misionero de los protes-tantes norteamericanos, que no desco-nocían este hecho, estaba fundamentadoen un proyectado asalto a las ciudadelasdel catolicismo en las tierras conquis-tadas, con un afán “evangelístico”, esdecir, proselitizador.

Ya observamos cómo algunas publica-ciones católicas criticaron a los clérigosprotestantes por su espíritu guerrero.También lo hicieron cuando se tratabade la “ganancia de almas”. El ya men-cionado periódico Ave María alertó alos filipinos acerca de la inminente in-vasión de los misioneros protestantes:“El infortunado pueblo de Manila re-cordará los bombardeos de Dewey comoun día de fiesta en comparación con lostiempos que vendrán si los predicadores[protestantes] invaden las Filipinas, in-troduciendo el divorcio y muchos otrosmales de ellos”.[49]

Sin embargo, sería un error generalizary dar por sentado que los católicos engeneral se opusieron a la política ex-pansionista. Por ejemplo, el periódicoThe Catholic World, aunque preveía unteórico peligro en “nuestra ansiedad deconquistas globales”, se definió por lopráctico: “es imperativo que los EstadosUnidos tengan una estación carbonera,una bahía de refugio y un almacén demuniciones en medio de estas activida-des”. Ridiculizaba el parloteo protestanteacerca de la “evangelización de las Fi-lipinas”, preguntándose si la “religiónpura” que allí se pretendía introducirno produciría los mismos “resultadosfatales” que en otros lugares. Pero noera cuestión de preocuparse: “los intentospor proselitizar los católicos de Cuba yde las Filipinas serán tan inútiles comolos anteriores similares en los paíseslatinos de Europa y en la América delSur”:

La América hispana puede que sea mal-vada e irreligiosa, pero nunca será pro-testante. Los esfuerzos de las sociedadesmisioneras por enviar una bandada desus representantes a nuestras recién ad-quiridas posesiones sólo resultarán enel descrédito del americanismo entreesas gentes. Lo mejor sería enviar bienacreditados sacerdotes americanos.[50]

Algunos clérigos católicos rivalizaroncon los protestantes en aquello de ver

Sociología y Cristianismo

LAS IGLESIAS

PROTESTANTES Y EL

EXPANSIONISMO

NORTEAMERICANO

Rafael Cepeda

Publicado originalmente en: CAMINOS. Revista cubana de es-

tudios socioteológicos.

Enlace:https://revista.ecaminos.org/arti-cle/las-iglesias-protestantes-y-el-

expansionismo-norte/

Documentos para la historia

Segunda parte

49—The Ave María, Boston, 2 de juliode 1898.

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33la mano de la Providencia en la guerra:las gentes de las nuevas tierras adquiridasno sólo serían beneficiadas espiritual-mente, sino también por la introducciónde las instituciones políticas de los Es-tados Unidos.

Así pensaba el reverendo H. E. O’Keere:“No podemos dejar las Antillas y lasFilipinas para que sean engullidas porlos reinos europeos. Nuestro amor porciertas realidades históricas –libertad,progreso, democracia– no lo permitirá”. Y no temía este sacerdote a la influenciade las juntas misioneras protestantes enlas islas, porque la riqueza es el podermás débil en la táctica del trabajo mi-sionero. El entusiasmo, la vehemenciay la fuerza interna del catolicismo, tancorrectamente representados en los Es-tados Unidos, conquistarán fácilmenteno sólo a los que son católicos hasta lamédula de sus huesos, sino también alos mongoles, a los negros y a los ma-layos.[51]

El reverendo A. P. Doyle pensaba quela llegada de los norteamericanos a Fi-lipinas sería providencial, pero los re-sultados dependerían de cómo se ma-nejara la situación. Había que persuadira los misioneros protestantes para quese mantuvieran alejados de las islas. Elseleccionaría los más “completamenteamericanos” entre los sacerdotes cató-licos del país y los enviaría a estableceruna entente cordiale con las autoridadesciviles.

El gobernador general, aunque no fueraun católico, debería mostrar simpatíaspor la Iglesia. Y debería establecer cortesde justicia, introducir medidas modernasde sanidad, suprimir el vicio, y “nomolestar a los religiosos”. Con talestácticas, aseguraba el padre Doyle, “ga-naremos las Filipinas a nuestro lado, yantes de muchos años habremos plantadoentre los orientales las semillas del máslibre y perfecto gobierno sobre la fazde la tierra”.[52]

De este modo, los católicos coincidieroncon los protestantes –aunque en una at-mósfera de mutua sospecha– en resaltarla “misión civilizadora” de los EstadosUnidos. Aun el Ave María, periódicoque mostraba fuertes dudas sobre lapolítica imperialista de aquella hora,veía posibles beneficios. Si Cuba yPuerto Rico habrían de ser parte de losEstados Unidos, se añadirían tres mi-llones de católicos al censo de este país,y tres nuevos obispados. “Uno de ellos,el de Santiago de Cuba, el más antiguodel hemisferio occidental, estará pro-bablemente –aunque no necesariamen-te– adscrito a la jerarquía de los EstadosUnidos”.[53]

Por su parte, el Catholic Herald previóbeneficios para los católicos si los nor-teamericanos controlaban las Filipinas.Recordaba las “atrocidades” cometidascontra los dominicos en tiempos del ré-gimen español, aseguraba que la Iglesiasería respetada como en los propios Es-tados Unidos, y que la religión [católica]florecería. Es más: las leyes norteame-ricanas reinarían en las Filipinas…¡hasta que Inglaterra consintiera en per-mutar estas islas por el territorio de Ca-nadá![54]

Las honrosas excepciones

Todas las informaciones que hemos lo-grado hacen aparecer que los únicoscuerpos eclesiásticos que ofrecieron unaoposición seria al expansionismo fueronlos mismos que se opusieron a la guerra:los cuáqueros (Sociedad de los Amigos)y los unitarios (American Unitarian As-sociation).

El periódico The Friend deploró el alzade las ideas imperialistas y del DestinoManifiesto, y manifestaba el temor deque la guerra había trastornado la men-talidad norteamericana hacia la glorifi-cación de una tarea mesiánica en asuntosinternacionales.[55] El Christian Register

se lamentó de la proyectada “explota-ción” de los pueblos de Cuba, Hawai ylas Filipinas “para beneficiar a nuestrosindustriales y a nuestro comercio. Esaconcepción es antiamericana, porquepertenece a la idea de un gobierno fuer-te”.

Nada hay que ennoblecería más a nuestropueblo, nada que aumentaría más suinfluencia entre las naciones, que el do-minio propio. De la misma manera queWashington rehusó el convertirse enmonarca, así debe América rehusar lacompañía de los gigantes que se estándividiendo entre ellos los gajes del mun-do.[56]

Los cubanos patriotas y misione-ros

El masivo éxodo de cubanos a los Es-tados Unidos como exiliados por razoneseconómicas, a mediados del siglo XIX,facilitó el contacto con las iglesias pro-

Sociología y Cristianismo

50—The Catholic World, Nueva York,septiembre de 1898.51—H. E. O’Keere: “A World of theChurch in the New Possessions”, TheCatholic World, Nueva York, diciembrede 1898, pp. 318-322.

52—A. P. Doyle, “Religious Problemin the Philippines”, The Catholic Word,Nueva York, octubre de 1898, pp. 119-124.53—The Ave María, Boston, 6 de agostode 1898.54—The Catholic Herald, Nueva York,28 de noviembre de 1898.

55—The Friend, Philadelphia, 17 dediciembre de 1898.

Nada hay queennoblecería más anuestro pueblo, nadaque aumentaría más suinfluencia entre lasnaciones, que eldominio propio. De lamisma manera queWashington rehusó elconvertirse enmonarca, así debeAmérica rehusar lacompañía de losgigantes que se estándividiendo entre elloslos gajes del mundo

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testantes y el conocimiento de sus doc-trinas. Mientras se desarrollaba la guerrade 1868-1878 de los insurgentes cubanoscontra España, los de la emigraciónapoyaron decididamente el movimientolibertario y lo ayudaron eficazmentecon sus óbolos. Además, comenzaron asurgir líderes que unían en sus personasno sólo la fe cristiana, sino también unintenso patriotismo. Quisiera mencionar

preferentemente los que fueron pastoresde iglesias de distintas denominaciones:Joaquín de Palma (episcopal), EnriqueSomeillán (metodista), Manuel Deulofeu(metodista), Alberto J. Díaz (bautista),Evaristo Collazo (presbiteriano) y PedroDuarte (episcopal). Todos estos hombresestuvieron después solidarizados con elapóstol José Martí y su instrumento delucha, el Partido Revolucionario Cubano,el que llevó la guerra a Cuba en el pe-ríodo 1895-1898.

Joaquín de Palma siempre vivió (comopastor) en Jamaica y en los EstadosUnidos, pero su iglesia era un viverode celebraciones y recolecciones defondos para la adquisición de armas ypertrechos de guerra. Evaristo Collazosiempre vivió en Cuba, y al comenzarla guerra en 1895 se unió a los soldadoscubanos y llegó a ser subteniente delEjército Libertador. Los demás viajabandesde los Estados Unidos y por brevesperíodos residieron en Cuba, estable-ciendo iglesias al estilo protestante y ala vez participando en la lucha clandes-tina de trasiego de municiones, pólvoray medicinas. Pedro Duarte fue el másconocido representativo del Partido Re-volucionario Cubano en Matanzas, yen el sótano de su iglesia se celebraronlas reuniones clandestinas del grupo di-rector de aquella provincia. Alberto J.Díaz fue gran amigo y colaborador delgeneral Antonio Maceo. Manuel Deu-lofeu trató íntimamente a Martí en KeyWest y fue vocero de los emigrados re-volucionarios. Por lo tanto, los primeroscubanos que establecieron iglesias pro-testantes cubanas fueron –al mismotiempo que predicadores– revoluciona-rios comprometidos. Al producirse lallamarada del alzamiento nacional el24 de febrero de 1895, se produjo ladispersión de pastores y feligreses, sim-patizantes y colaboradores del movi-miento de liberación nacional. De aquíque ninguna iglesia protestante conti-nuara funcionando regularmente hasta1898, ya invadida militarmente la Islapor los norteamericanos e iniciado eltrabajo misionero de las “juntas”.

Los misioneros norteamericanosen Cuba

Un capitán de artillería del ejército nor-teamericano, asignado para las tropasdel general cubano Calixto García, denombre Carlos Muecke, escribió desdeGibara a su comandante, G. GreightonWebb:

Los cubanos son un pueblo hambrientode educación y progreso. Otra cosa queellos anhelan es la libertad religiosa, esdecir, la oportunidad de ir a una iglesiadiferente si continúan, como años atrás,la opresión financiera y el chantaje dela Iglesia Católica. Los misioneros nor-teamericanos encontrarán aquí en Cubaun campo magnífico que les espera. Lagente no tiene que ser activada y con-quistada, porque ellos mismos están enla búsqueda del evangelista que ofrezcadarles justicia, derechos y privilegios,y no venderles estos beneficios.[57]

Impulsados por las muy diversas razonesque ya hemos leído en revistas y perió-dicos de las iglesias norteamericanas,en 1898 comenzaron a arribar misionerosde los Estados Unidos a las costas deCuba. Es necesario consignar aquí losprimeros nombres, los de aquellos quereorganizaron el trabajo disperso de loscubanos que los precedieron y estruc-turaron los primeros intentos de evan-gelización, extensión y consolidaciónde sus respectivas iglesias en territoriocubano:

Iglesia Metodista: Warren A. Cand-•ler.Iglesia Bautista del Sur: C. D.•Daniel. Iglesia Bautista del Norte: H. R.•Moseley. Iglesia Presbiteriana del Sur: Juan•G. Hall. Iglesia Presbiteriana del Norte: J.•M. Greene. Iglesia Episcopal: Albion W. Knight. •Iglesia Congregacional: L. C. Eric.•Sociedad de los Amigos (Cuáque-•ros): Silvester Jones.Discípulos de Cristo: L. C. MacP-•herson.

Los misioneros norteamericanos, y losque los siguieron, implantaron modelos

57—Carta de Carlos Muecke a G.Creighton Webb, fechada el 3 de sep-tiembre de 1898 en Gibara, Cuba, NewYork Historical Society.

56—The Christian Register, Boston,23 de marzo de 1899.

Para la realización desu trabajo, losmisioneros utilizaronun instrumentoentonces muy eficaz: laescuela parroquial. Lacostumbre se hizo ley:al lado de cada iglesia,una escuela. En unpaís arruinado, con unaltísimo porcentaje deanalfabetismo y ungran afán de progreso,las escuelas de losmisioneros vinieron allenar una necesidadapremiante, y a travésde ellas se realizabauna diaria ypersistente tarea deevangelización.Muchos cubanosllegaron a conocer lashistorias bíblicas yvinieron a serfeligreses de lasiglesias por medio delas escuelas.

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35eclesiásticos prácticamente calcados delas iglesias norteamericanas, tales como:1) el denominacionalismo, es decir, laescandalosa división en compartimientossectarios; 2) el pietismo (en su formamás absurda e ineficaz), con sus deri-vaciones más frecuentes: el literalismobíblico y el moralismo religioso.

Para la realización de su trabajo, losmisioneros utilizaron un instrumentoentonces muy eficaz: la escuela parro-quial. La costumbre se hizo ley: al ladode cada iglesia, una escuela. En un paísarruinado, con un altísimo porcentajede analfabetismo y un gran afán de pro-greso, las escuelas de los misionerosvinieron a llenar una necesidad apre-miante, y a través de ellas se realizabauna diaria y persistente tarea de evan-gelización. Muchos cubanos llegaron aconocer las historias bíblicas y vinierona ser feligreses de las iglesias por mediode las escuelas.

En realidad, la enseñanza era muy su-perior a la de la entonces incipiente es-cuela pública. Muchas de estas escuelasmisioneras pervirtieron más tarde supropósito inicial y se transformaron encentros educativos para las clases medias,olvidando a los pobres y desheredados.El autor de este trabajo ha observadodos corrientes de opinión en lo que serefiere a las escuelas fundadas y soste-nidas por los misioneros. La primera,anterior a 1959, cuando miles de cubanoselogiaban el trabajo realizado por aque-llos extranjeros, se enorgullecían dehaber estudiado en sus escuelas, y des-deñaban toda posibilidad de análisis.La inmensa mayoría de los que así pen-saban abandonaron el país en 1961,cuando dos hechos impactantes los ate-rraron: la declaración oficial de Cubacomo Estado socialista y la nacionali-zación de las escuelas privadas, en unmismo mes.

La otra corriente de pensamiento, quese mostraba tan extremista como la pri-mera, fue la del iconoclastismo: al pro-ducirse el vuelco revolucionario de1959, y más agudamente después de1961, muchos de los que habían recibidobeneficios evidentes de tales escuelas,las maldijeron, juntamente con sus di-rectores y maestros, los misioneros. En

algunos, sin duda, por convicción re-volucionaria; en otros por oportunismo.Todavía queda por realizar un estudioserio, objetivo, con una base científicade análisis, para llegar a conclusionesvalederas sobre las escuelas parroquialesprotestantes en Cuba.

En lo que se refiere a los misioneroscomo ciudadanos de un país que man-tenía injustamente un ejército de ocu-pación en Cuba, hemos escuchado latesis –discutida y sostenida en innume-rables reuniones donde se ha debatidola cuestión– de que los misioneros –muy inconscientemente y muy cando-rosamente– no eran más que “agentes”,“puntas de lanza”, “coberturas inocentes”del proteccionismo o del anexionismo;en fin, del neocolonialismo y la expan-sión imperialista.

Es necesario decir, por pura honestidad,que el autor de este trabajo conoció amuchos de estos misioneros cuandoeran ya muy ancianos, los tuvo pormaestros primeramente, y después porcompañeros de trabajo, y que jamás –aun siendo muy sensible a todo lo quefuere desconocimiento o irrespeto a sucubanía– se sintió menospreciado omaltratado por ellos, ni pudo asociarlosa encubiertos manejos del imperialismo,por mucho que ya se dolía de la rapacidadpolítica y económica de los EstadosUnidos en Cuba.

Para tipificar esta aseveración (quizássingular y excepcional), hemos de refe-rirnos a uno de estos misioneros: elpresbiteriano Robert L. Wharton. Des-pués de 1959 salió a flote una acusaciónque se proponía degradar a un hombrede radiante personalidad, reconocido yamado por miles de cubanos. Se dijoentonces que Wharton era un discrimi-nador, un racista, un antinegro, porqueen su escuela no admitía alumnos depiel oscura. (En lo que se refiere a loscubanos, la mayor parte de ascendenciaafricana, cabría preguntar, como NicolásGuillén: “¿Y tu abuela, dónde está?”).En verdad, yo no recuerdo haber visto“negros realmente negros” en la épocacuando él era director. Si esto es algopara imputarle un pecado, desconociendopor completo su procedencia y su for-mación, bien está. Pero, a la vez, hemos

de reconocer que cuando enviaba in-formes de su trabajo en Cuba a los di-rectivos de su iglesia en Nashville, Ten-nessee, insistía en que los cubanos es-taban perfectamente capacitados paragobernarse por sí mismos, y que la ideade la anexión era completamente absurda.Por sostener esta última tesis contra loscubanos, Wharton atacó públicamentea un colega, el reverendo Samuel W.Small, un evangelista por su propiacuenta que en sus sermones trataba deconvencer a los cubanos de que pidieranla anexión a los Estados Unidos. Frentea un error de procedimientos, un aciertoideológico. Y valga lo uno por lootro.[58]

Tampoco podemos ignorar que estosmisioneros eran de algún modo repre-sentativos de una nación que, por unaparte, provocaba el malestar de su pre-sencia impuesta, pero a la vez deslum-braba con sus adelantos científicos ytécnicos, desconocidos tanto por espa-ñoles como por cubanos. El afán de sa-neamiento en Cuba como medida pre-ventiva para no contaminar a los EstadosUnidos; la construcción de calles, ca-rreteras, puentes, líneas férreas, aunquebeneficiando a empresarios norteame-ricanos; la organización de correos yde aduanas; la extensión de nuevasredes telefónicas y telegráficas bajo ad-ministración norteamericana; la impo-sición de disciplinas administrativas; elcumplimiento exacto del horario de tra-bajo, nuevos métodos estadísticos y dearchivo, utilización de máquinas de es-cribir y reproducir, etc. En otro sentido,una más amplia libertad de prensa y decultos. Todo ello creaba en los más in-genuos la impresión de que los inter-ventores eran gentes de una raza superior,dignos por lo menos de permanecer enCuba durante muchos años, instruyendoa los cubanos en el ejercicio de la “de-mocracia” y la “civilización”. De es-merada educación académica, y de con-ducta irreprochable, los misioneros nor-teamericanos contribuían –aun sin pre-tenderlo– a la formación de una imagenatrayente de la dominación yanqui enCuba. (Continuará) R

58—The Missionary, Nashville, mayode 1901, p. 210.

Sociología y Cristianismo

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Apesar de las páginas que vas a leer, lahistoria del protestantismo en Franciacontinuará siendo incompleta, porque

sus ciclos históricos siguen. Por esta razón yporque el campo de las investigaciones es inmensoy quedan muchos documentos por analizar, sólose pueden escribir, a pesar de su importancia, al-gunos fragmentos de esa epopeya que vivieronlos hugonotes y duró cerca de doscientos ochentaaños.

Los que han escrito sobre la historia, relatan loque han encontrado en libros y documentos fi-dedignos y añaden y clasifican la descripción delas etapas de un largo peregrinaje realizado. Sinembargo hay poquísimos documentos originalesy casi todo lo que se encuentra son copias, máso menos veraces. Las páginas que siguen sonuna pequeña contribución al desarrollo de esahistoria, llena de sangre y lágrimas. Todo lo quevan a leer parece tan increíble que algunos diránque no es cierto, que todo es pura invención,pero es pura realidad.

En su redacción se han usado textos que otrosmuchos escritores sobre el tema encontraron ydejaron escrito, porque sobre el pasado históricono se puede inventar nada. Este libro es pues,una recopilación-transcripción de muchos datos,acompañados de observaciones del autor en suexposición de los hechos.

Dos motivos me han impulsado a narrar algunosde los terribles acontecimientos que sucedieronen aquella triste etapa de la contrarreforma. Elprimero es ser descendiente de hugonotes en ladecimoquinta generación y desde siempre saberque mis antepasados aceptaron y se involucraronen una fe denostada y perseguida, celebrandoreuniones prohibidas en sus casas.

“El día 8 de agosto de 1687, dos años despuésde haber sido revocado el Edicto, los nuevosconvertidos de Calmont se congregaron cercade la carretera que va a Gibel para con toda se-

guridad, cantar los salmos de Marot, oír la lecturade la Biblia y hacer algunas plegarias litúrgicas.El cura de Calmont que estaba al corriente de loque hacían los religionarios, fue al alcalde aquejarse de la reunión e indicarle el lugar ypedirle que fuera a ver lo que sucedía. El alcaldeobedeció la orden del cura y alrededor de lasonce de la noche se presentó donde estaban con-gregados y encontró a unas doscientas personasa las que obligó a dispersarse y les prohibió todaclase de encuentros religiosos. Al día siguienteel cura pasó por varias casas donde vivían hugo-notes, entre ellas la de Isaac Guichou, herrero,para ver si cumplían la prohibición y las encontrótodas vacías”. (Archives Départamentales del´Herault, C. 168).

Cincuenta y siete años más tarde y en plena re-vocación del Edicto de Nantes, “se convocó unaAsamblea el 8 de noviembre de 1744, en casa deAntonio Guichou, bodeguero, de Calmont, Con-dado de Foix, que empezó a la una de la tardepara terminar a medianoche. Casi todos los do-mingos los nuevos convertidos se reunían encasa de Antonio Guichou”. (Archives Départa-mentales de l´Herault, C: 211).

“Los ancianos de Calmont parece que fueron losque tomaron la iniciativa de reunir en la casa deoración del lugar, a todos los niños que lospadres querían confiarles” (22 - T II –pg. 482).

“El día 5 de agosto de 1745 hubo una reunión enun caserío donde no cabía la audiencia. El predi-cador era el dueño de la casa. Todos los domingoslos nuevos convertidos se reunían en Calmontpara asistir a los cultos”. Archives de Hérault C:225

“En 1755 se celebraban cultos todos los domingosen casa de Guichou donde había un esconditepara el predicador”. Resumé de l´histoire pro-testante de Calmont. Pg. 5

Soy descendiente directo por línea materna de

HUGONOTESMártires por la fe

Felix Benlliure Andrieux

Diplomado en Teologíaen el Instituto BíblicoEuropeo de París. Insta-lado en España dividiósu tiempo entre el pasto-rado, la enseñanza y laliteratura.

INTRODUCCIÓN

#1

Historia y Literatura

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37esa familia llamada Guichou residentesen la villa de Calmont, que en nuestrosdías tiene 2.188 habitantes y en la actua-lidad ya no pertenece al Condado de Foix.

Quisiera precisar algunos detalles histó-rico-religiosos sobre Calmont.

Francisco de Chateau-Verdun, barón deCalmont y sus dos hermanos, Señores deFrezens se adhieren a la nueva religión ylos habitantes constreñidos o convertidos,siguen en mayoría el ejemplo de su señory construyen un primer templo en los te-rrenos del presbiterio actual. Calmont yotros pueblos muy cercanos fueron uncentro importante de la Reforma ya en elsiglo XVI.

A partir de entonces va a comenzar unalucha abierta y fratricida entre católicosy protestantes que perdurará durante casitres siglos.

El Edicto de Nantes acordado por HenriIV en 1598 favorecerá la reconciliación,pero en 1610, Luis XIII hijo de EnriqueIV y Catalina de Médicis, anula la tole-rancia para los protestantes, lo que provocala ira de todos los reformados. (No fueronllamados protestantes hasta finales delsiglo XVII).

En 1625, Calmont se subleva al duque deRohan, por lo que el mariscal Temine,jefe católico, se acerca al pueblo y apro-vecha para atacar la villa el 21 de agostoy se dedica al pillaje y al incendio y entremuchas otras cosas, sus tropas destruyenun puente romano y el templo protestante.Cuatro ancianos que no pudieron huirfueron ahorcados.

Un año más tarde (1626), construirán unsegundo templo en el mismo lugar que elanterior y será utilizado hasta el año 1668.A mediados del siglo XVII, la mitad dela población es hugonote, pero con laRevocación del Edicto de Nantes, en 1685el rey Luis XIV pone fin a los cultos reli-giosos protestantes y expulsa a los pastoresdel país. A los reformados les obligan adestruir su templo y forzados a reconver-tirse a la religión católica.

La feligresía de Calmont estaba compuestapor trescientos antiguos católicos y otrostantos nuevos conversos que no se acer-caban a participar de los sacramentos. Apartir de 1688, se reúnen por la noche enlos bosques de los alrededores, con re-

formados de los pueblos cercanos, (Ma-zeres y Saverdun) para celebrar el culto ycomo no tenían pastor, uno de los fielesllamado Tournier hace de predicador yun invidente hace de chantre. Ambos fue-ron ahorcados en la plaza de la villa.

En 1755 los creyentes de Calmont siguencelebrando sus cultos todos los domingosen casas particulares y en algún cortijo,pero se ven obligados a dejar de congre-garse y muchos de ellos son arrestados.Las jóvenes van a los conventos; las mu-jeres son internadas en la prisión de laciudad de Carcasona y los varones enviadoslas galeras.

En 1819 el ministerio Público ordena acincuenta y tres habitantes de Calmont,entre ellos seis de la familia Guihou, “acomparecer el jueves once de Junio a lasocho de la mañana delante de la Audienciadel Tribunal para responder sobre la in-culpación que se les ha hecho de adornarla casa de reuniones, desobedeciendo asíla orden de policía, por lo que se les con-dena solidariamente”. Ibid. Pg. 9

Napoleón I (1769-1821) intentará recon-ciliar a los franceses y acuerda el estadode Tolerancia en 1803. A partir de aquelmomento el culto protestante se celebraen un nuevo templo que será el tercero ysubsistirá hasta el año 1847, al ser destruidopor una riada de agua. Dos años antes deesa fecha y a causa de la poca capacidaddel local para congregarse, como en Cal-mont había unos ochocientos protestantesy solo unos ciento veinte católicos y eltemplo solo tenía cabida para trescientaspersonas se vieron obligados agrandarsey comienzan la construcción del cuartotemplo en los jardines de Massat, queinauguran en 1846, con ayuda del Estado,Ayuntamiento, de los fondos que el pastorFelipe Falle recaudara en Inglaterra, delos fieles y de la venta del antiguo edificio,que el Ayuntamiento convertirá en escuela.Debajo de la campana hay una inscripciónen la que se puede leer: “Donativo de loscristianos de LONDRES a los PROTES-TANTES DE CALMONT.

El tema de los hugonotes siempre mecautivó, hasta el punto de haber recorridovarias veces las montañas Cevenas y delAlto Lenguadoc donde ocurrieron los he-chos, visitando museos, buscando en losarchivos de los templos, comprando librosy preguntando a las personas. Mi deseoes que la lista de libros consultados, que

se encuentran en la bibliografía, lleve alos lectores de este trabajo a documentarsesobre tan apasionante tema y lean a losautores.

El segundo motivo ha sido la falta de li-teratura en castellano sobre los hugonotes,debido a que en el pasado un solo autorprotestante, D. Enrique Fliedner, se atrevióa abordar el tema en el año 1944 y porlas dificultades religiosas y la censura, ellibro se publicó en la editorial La Aurorade Buenos Aires, por lo que no tuvomucho recorrido en España.

No quisiera que nadie buscara en estetrabajo un espíritu sectario para sublimarun sistema. Me propuse ser narrador antesque juez y dar a conocer una historiaantes que hacerla hablar a favor de unateoría. De todas formas algunos encon-traran un sentimiento maniqueista del quesólo ve un aspecto de los acontecimientosque le es favorable, aunque solamenteme remito a documentos escritos que sehan publicado y a otros que están en losarchivos.

Los objetivos que desearía alcanzar sonuna aversión profunda contra toda perse-cución religiosa, sin importar el nombre,ni el pretexto perseguido y unas máximaspara todos como son: Libertad de pensa-miento, libertad de creencias dentro delos límites del derecho común, igualdadde todas las confesiones religiosas y porencima de esa igualdad, la caridad y elamor fraternal que respeta al equivocadoe intenta enderezar el error. Estos debieranser nuestros objetivos.

He procurado en todo momento seguirun orden cronológico de los numerososhechos ocurridos durante los 278 años dehistoria Reformada que cubre el relato, apesar de la diversidad de los aconteci-mientos y lo simultáneo de los eventos.El lector no debe extrañarse de pequeñasirregularidades que pueden aparecer, ade-más he omitido bastantes nombres depersonas y lugares para hacer más fácilla lectura.

Unas palabras de agradecimiento a miesposa por su estimable ayuda en las co-rrecciones. No puedo olvidar al Dr. JuanA. Monroy, viejo amigo, conferenciantey viajero incansable, escritor prolijo muyvaliente, que se ha dignado redactar elPrólogo de este trabajo. Gracias. R

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La tolerancia en los cenáculos dehumanistas españoles en Lovaina

1. Fadrique Furió Ceriol.

Mucha de la información para este artí-culo sobre Furió Ceriol y otros hetero-doxos lovainenses nos la aporta el pro-fesor Carlos Gilly de la Universidad deBasilea, hombre que ha trabajado condocumentación original en diversas bi-bliotecas de Europa sobre los protestantesespañoles y la Reforma radical. En suensayo “El influjo de Sébastien Caste-llion sobre los heterodoxos españolesdel siglo XVI”, destaca la importanciade algunos humanistas protestantes es-pañoles. Gilly usa la palabra “hetero-doxos”, a mi entender, por la variedadde posiciones teológicas dentro de laReforma radical, sin entrar en los por-menores, pero reflejando el espíritu delibertad, tolerancia y respeto que estoshumanistas tenían al trabajo y credosde los demás. Algunos autores han con-siderado este grupo de humanistas deposiciones irénicas, (especie de ecume-nismo) por no tomar partido por ningunode los dos bandos confesionales, laiglesia de Roma y la iglesia de la Re-forma, heterodoxos estos, quienes bus-caban siempre una tercera vía, resumidaesta, en la voluntad de concordia, tole-rancia y de vuelta a la Iglesia antigua.

Unos datos biográficos nos pueden ayu-dar a comprender la figura del valencianoFurió Ceriol. Agudo y original pensadorpolítico, –dirá David Lagomarsino–atrevido tratadista religioso, historiador,jurisconsulto y filósofo, este hombrede intereses universales fue justamentecaracterizado por Menéndez y Pelayocomo “una de las individualidades másenérgicas y uno de los espíritus másfrancos y desembarazados de nuestrosiglo XVI. Fadrique Furió Ceriol aban-donó la Universidad de Valencia, sulugar de nacimiento, siendo joven dedieciséis años en 1546, pasando porParís para estudiar bajo Talón, Turnèbey Petrus Ramus destacados hombresdel protestantismo francés. Si no aceptóel aristotelismo de Ramus, sí que esteprofesor despertó en él, una inclinaciónreligiosa y cierta simpatía por el pro-testantismo. Al estallar la guerra entreCarlos V y Enrique II en 1551, Furióabandona los estudios en París y encompañía de un grupo de estudiantesespañoles también inclinados hacia laReforma protestante, se trasladan a Lo-vaina, una universidad que en aquellaépoca era un campo de batalla entrefuerzas liberales y reaccionarias. El tes-timonio del fraile dominico BaltasarPérez ante la Inquisición de Sevilla, lodescribe como uno de los más revoltososestudiantes y disidente religioso entodos los sentidos: “Onbre de mal nom-

Historia y Literatura

Manuel de León

Historiador y Escritor

años de Reforma en España500

La tolerancia religiosa, la gran lucha de nuestrosprotestantes españoles en Europa (3)

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39bre” “muy ynpío”, “muy amigo de no-vedades”, autor de un pasquín contralos religiosos, constante compañero dealemanes sospechosos.

Añade David Lagomarsino[1]: “Lejosde influencias restringentes, Furió Cerioly sus amigos salieron como los másapasionados partidarios de las altamentecontenciosas y cuasi luteranas proposi-ciones que Michel Baius articulaba poraquel entonces. Mayormente debido ala influencia radicalizante que ejercióeste grupo de estudiantes españoles, elsutil debate teológico que provocaba elnacimiento del bayanismo se transformóen una furiosa batalla que dividió a laUniversidad en dos partidos opuestos,los cuales “se dezían los unos a losotros hereges, y los otros bárbaros ysofistas, etc. …». Y no paraban en esto.Además de su entusiasta intervenciónen la controversia bayana, estos españoles(y Furió Ceriol en especial) se envol-vieron en una encendida disputa a favorde las traducciones bíblicas al vernáculo.En su celebrado tratado Bononia, sivede libris sacris in vernaculam linguamconvertendis, libri duo (Basilea, 1556),Furió Ceriol, en efecto, relata el cursode un debate que tuvo hacia 1554 conel Rector de Lovaina, el teólogo sicilianoJuan de Bononia. Demostrando la evi-dente influencia de Erasmo y de Caste-llion, este audaz ataque contra la crecienteoposición oficial a las traducciones bí-blicas ha sido reconocido con razóncomo “la defensa más atrevida que unapluma española haya escrito jamás enfavor de estas traducciones”.

En cuanto al tema que nos ocupa de lasaportaciones a la tolerancia y libertadde conciencia Furió Ceriol fue uno delos que alzó su voz para exigir tolerancia,universalizar una monarquía que sehacía cada vez más hispano-céntrica yflexibilizar las rigideces espirituales.Furió Ceriol fue un hombre de acciónsiendo un humanista que aportó al Siglode Oro frescura y audacia a su riquezaintelectual. No dejaría de enfrentarse auna concertada oposición político-reli-giosa a principios del reinado de FelipeII, sino que fue uno de los destacados

pacificadores de los Países Bajos, em-pleando su más fina expresión de su li-beralismo religioso y su profunda com-pasión hacia las tierras periféricas delimperio de Felipe II.

Es necesario destacar que también estoshombres, que gozaron de una amplialibertad de pensamiento, envueltos enpolémicas fraternales y desavenenciasen los campos abiertos en la Europa re-nacentista a mediados del Siglo XVI,experimentaron un claro cambio de am-biente. Mientras Furio Ceriol, antes decumplir los treinta años, ya había cursadoestudios en tres grandes universidades,obteniendo títulos en teología y ambosderechos, habiendo publicado dos obrasimportantes, pronto empezaría a sentirla persecución “para quitarle la gran li-bertad que él tenía para hablar y escribir”.El mundo que él conocía comenzaba acerrarse en medio de una crisis queabarcaba la depresión económica, labancarrota real, el ocaso del imperialismode Carlos V y el avance del protestan-tismo dibujado como el enemigo de lamonarquía española. Comenzaron a pro-hibir a los españoles formarse en el ex-tranjero, llegaron los autos de fe de Va-lladolid y Sevilla, a prohibirse las tra-ducciones bíblicas y hasta la lectura dela Biblia. La Regla V de la “Orden deprocesar” era clara: “Como la experienciahaya enseñado que, de permitirse la Sa-grada Biblia en lengua vulgar, se sigue,por la tenacidad, ignorancia o maliciade los hombres, más daño que provecho,SE PROHIBE LA BIBLIA con todassus partes impresas o de mano en lenguavulgar, pero no las cláusulas o sentenciaso capítulos que de ella anduvieren in-sertos en libros de católicos que los ex-plican y alegan”. Esto último tambiénsería prohibido al incluir doctrinas pro-testantes en libros católicos que se im-primían y enviaban desde Amberes, porlo que no podemos hablar ya más de“evangelismo” en el catolicismo Romanohasta no hace mucho tiempo, porqueera casi herejía la misma palabra. Elmismo encarcelamiento del arzobispoCarranza en 1556 era la advertenciamás clara de que no se permitiría lamás mínima expresión arrancando asíel espíritu contrarreformador de vigi-lancia y disciplina.

El libro de Fadrique Furió Ceriol “Bo-nonia, sive de Libris sacris in vernaculamlinguam conuertendis. Libri duo (Bo-nonia o sobre la traducción de la Bibliaa las lenguas vernáculas) de 1556, ex-presa la necesidad del conocimiento delas Escrituras. Carlos Gilly nos diceque Furió Ceriol además de mostraruna admiración sin límites por la tra-ducción de la Biblia de Sebastian Cas-telio, recoge también alguna terminologíade este calvinista de raíces valdenses,como «Iova» en lugar de «dominus»,«vates» en lugar de «propheta», «genius»en lugar de «angelus», «lotio» en lugarde «baptismus», «patefactio» en lugarde «apocalypsis». Más aún: junto alestilo latino, Furió hizo propia buenaparte del espiritualismo y antiintelec-tualismo de Castellio, llegando a afirmarrepetidamente en el Bononia que la Sa-grada Escritura no sólo podía ser en-tendida por los simples e iletrados, sinoque eran éstos precisamente quienespodían comprender su contenido con

Historia y Literatura

[1] Furio Ceriol y sus « Avisos acerca delos Estados Bajos » David Lagomarsino.Bulletin Hispanique, tome 80, n°1-2, 1978

Aunque al autor lapublicación de laBononia le costó el serencarcelado variasveces por sospechas deherejía y por orden deFelipe II para hacerlocallar, el libro tuvo susdefensores entre ellosel arzobispo Carranza,consciente de lanecesidad de latraducción y difusiónde la Biblia en lenguavulgar y también de latraducción latina deCastelio que cuatroaños atrás habíacensuradoseveramente.

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mayor congruencia y perfección quelos así llamados teólogos de profesión”.Es esta la razón – dirá en su libro FurióCeriol– por la cual los «homines illiteratiet idiotae» reconocieron el Evangeliocon anterioridad a los letrados. Mientrasque, por el contrario, nadie ha perseguidotan feroz y cruelmente a los seguidoresdel Evangelio como esos mismos letra-

dos, fueran de la profesión que fuesen,«scribae, pharisaei, pontifices, sacerdotes,reliquique […] doctores…»

Aunque al autor la publicación de laBononia le costó el ser encarceladovarias veces por sospechas de herejía ypor orden de Felipe II para hacerlocallar, el libro tuvo sus defensores entreellos el arzobispo Carranza, conscientede la necesidad de la traducción y difu-sión de la Biblia en lengua vulgar ytambién de la traducción latina de Cas-telio que cuatro años atrás había censu-rado severamente. La Inquisición deSicilia recogerá el pensamiento del ar-zobispo Carranza: “Preguntado qué op-piniones eran las que dezía el dicho Fe-derico que tenía en su libro con las queles dezía que estava bien el dicho fraiBartholomé de Miranda: dixo que nolo declaró; pero en el dicho libro avíaalgunas oppiniones malsonantes al juiziode este testigo; en particular avía una,la qual dezía que no solamente erabueno, mas necessario e conforme a laLey de Dios que la ley estuviese escriptaen bulgar en todas lenguas; que assícomo era necessario el comer y el Papano lo podía prohivir, assí no podía pro-hivir que la ley no estuviese escripta entodas lenguas bulgares, por seer también,como era, mantenimiento de el ánima”.

2. Pedro Jiménez

Otro de los hombres libres y tolerantesque se movía en el filo de la espada deuna tercera vía entre la iglesia de la Re-forma y la iglesia de Roma, era PedroJiménez. El deseo de vuelta a la iglesiaprimitiva y su reclamación de concordiay tolerancia, no era solo un inocentedeseo humanista irénico o bayanista(ecuménico) como se pretende encasillara estos humanistas heterodoxos, sinouna llamada a la “concordia cristiana”en la que “se mantiene y restituye laantigua y perpetua religión”. Servethabía señalado la puerta hacia este“Christianismi Restitutio” o restitucióndel cristianismo que se había llenadode dogmas, sofismas y teologías espe-culativas. Estos humanistas no se atre-vieron a examinar y restituir el cristia-nismo bíblico como lo hizo Servet, peroera claro que no comulgaban con la or-todoxia católica romana.

El pacifista español Pedro Jiménez habíanacido en 1524 (otros dicen en 1504 oen 1514) en Middelburg (Medialburqueen Zelandia) en el seno de una familiade comerciantes andaluces de origenconverso. Todavía niño fue enviadocomo paje a la corte del obispo de Sa-lamanca. Tras estudios de humanidades,derecho y algo de teología en París,Bolonia y Pavía, el joven Ximénez, he-cho todo un «buen latino y griego y he-breo y buen filósofo», parece haber tra-bajado como secretario de los embaja-dores españoles Juan de Vega y DiegoHurtado de Mendoza, antes de volver aLovaina, donde solía impartir en sucasa lecciones privadas a un circulo deestudiantes. En 1557 fue propuesto pororden de Felipe II para una cátedra dederecho, orden que Ximénez logró ob-viar, por no comprometer la «grande li-bertad en el discurso» de que le acusabansus enemigos – dice Carlos Gilly–.

Según el denunciante Baltasar Pérez.“Jiménez era “un gran heresiarca [que]haze mucho mal a todos quantos espa-ñoles van a aquellas partes” El otroacusador, Villavicencio se ufanaría dehaberlo hecho volver a la verdaderaiglesia y Baltasar Pérez ponía en dudaya que le había oído decir a Jiménez:“No está la dificultad en eso, sino enqual es la Yglesia a quien emos de oyr,sy la de Roma o la de Ubitemberga”.También Baltasar Pérez denuncia “larazón que dize el señor Pero Giménez,que en las cosas de la religión no a deaver ninguna fuerça, sino que se a dedexar a la libertad de cada uno que sigalo que entendiere». Este fraile teníaclara su apariencia religiosa “de ser pú-blico fautor de los hereges y ha[ber] te-nido en su casa a Cassandro herege, yes de parecer que los hereges no ayande ser castigados, sino que con suauidadse aya tratar con ellos. I en todo eltiempo que estuuo en el magistrado nose hiço justicia de herege ninguno».

El primer libro de Pedro Jiménez seríasobre la tolerancia con los herejes De-liberationes de modis reducendi haere-ticos ad meliora mitioribus remediisquibus praefigitur nomen P. Ximenii.Algunos historiadores como Paul Haubencreyeron que el libro de “Sanctae In-quisitionis Hispanicae artes” aparecido

El pacifista españolPedro Jiménez habíanacido 1524 (otrosdicen en 1504 o en1514) en Middelburg(Medialburque enZelandia) en el seno deuna familia decomerciantesandaluces de origenconverso. Todavía niñofue enviado como pajea la corte del obispo deSalamanca. Trasestudios dehumanidades, derechoy algo de teología enParís, Bolonia y Pavía,el joven Ximénez,hecho todo un «buenlatino y griego yhebreo y buenfilósofo», parece habertrabajado comosecretario de losembajadores españolesJuan de Vega y DiegoHurtado de Mendoza,antes de volver aLovaina

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41en Heidelberg en 1567, era de Pedro Ji-ménez, al tener información de la go-bernadora de los Países Bajos, Margaritade Parma, de haber entendido que elmaestro español Pedro Jiménez quevivía en Amberes en casa de MarcosPérez, había hecho imprimir un librocontra las rigurosas penas que sufríanlos sectarios. Parece que Jiménez quieresolucionar el problema religioso en losPaíses Bajos y propone como solucióngeneral mantener las iglesias de las con-fesiones minoritarias tanto en las zonasde mayoría protestante como en las demayoría católica, e invita al rey y a susconsejeros a no precipitarse en declararherejes a tanta buena gente, honrada ymoderada que, aún en sus mismos erro-res, continúan siendo hijos de Dios yherederos de la vida eterna, bastandoque retengan el símbolo de los apóstolesy los credos de Nicea y Atanasio.Sepuede afirmar, pues, que el influjo pro-selitista de Petrus Ramus y otros inte-lectuales protestantes españoles, habíainclinado la balanza en aquellos cená-culos europeos hacia la Reforma.

El mismo embajador en París Franciscode Álava decía: “El Pedro Ramos, queera el oráculo de los españoles que aquívivían, se ha ido. Sin embargo, no todoslos oyentes de estos cenáculos aceptaronlas doctrinas protestantes. Martín Corderoacabaría de párroco en Valencia y elmaestro Miguel Venegas sería profesoren Salamanca. Dice Antonio MestreSanchís:[2] “Pero algunos tomaron unaactitud más cercana a la Reforma. Esees el caso de Furió Ceriol y, sobre todo,del grupo de valencianos y aragonesesque, después de la prisión de JuliánHernández, fueron procesados por laInquisición (Jaime Sánchez, Pedro LuisBerga). Aunque en estos casos, convieneresaltar que aparecen unidos a la cate-quesis realizada en la capital francesapor Pérez de Pineda. Así consta, porejemplo, en el caso de Berga que, dis-cípulo de Ramos en 1554 y 1555, segúndeclaraba al Santo Oficio el aragonésJaime Sánchez, «el qual dicho Bergatravó amistad con el dicho Joan Pérez

y le dixo a este testigo que el dichoJoan Pérez le havía enseñado ciertascosas, las quales no puede decir quécosas eran porque no se las recitó, ydixo que quando venía de Paris havíadado buelta por Genevra y que allíhavía estado no sé tantos días y havíahablado, visto y comunicado con algunosde aquella ciudad, luteranos, y que des-seava tener possibilidad para yrse aFrancia y bivir en libertad)) . Estamos,por tanto, ante el modelo ordinario deconversión a las nuevas ideas: docenciade un profesor protestante, catequesispersonal de un español ya reformado,contacto con centros de difusión hete-rodoxa. Fue el camino de Juan Díaz, delos hermanos Enzinas y de Berga. IgnacioTelechea añade algunos nombres máscomo protestantes de este grupo AgustínCabeza de Vaca, Sebastián Fox Morcillo,Felipe de la Torre y Fr. Julián de Tudela,el humanista Páez de Castro, capellánreal y cercano al círculo de Carranza y,sobre todo, Furió Ceriol, se acercaron aPedro Jiménez. Uno de los captadospor Pedro Jiménez –dirá Telechea[3]–fue Fr. Cristóbal de Santotis que, sibien al principio se escandalizó, acabócreyendo normal semejantes ideas. Lasdeclaraciones posteriores de Fr. BaltasarPérez son muy expresivas y esclarece-doras: «Pero después al cabo le bolvierona llevar a este fray Clzristóval a lasconcluisiones, y con el acostumbrar eloydo a oyr las cosas que de primero élse espantaba, se asosegó e comenzó acomprar y leer libros ruynes como laBiblia de Castellón y la Ystoria de Es-leydano; y este adbiento pasado predi-caba en Amberes y tenía unas homelíasde un luterano ... También tenía en su

cámara los libros que Brencio a escriptocontra el padre frcry Pedro de Soto laGlosa hordinaria que a hecho RobertoEstepliarzo de las esposiciones de esoshereges. Estas disputas se continuaronhasta que salió ympreso el libro de unvalenciano que se llama Federico FurióSeriolano, el qual escandalizó mucho yhicieron preso al autor dél».

3. Conclusión

Los cenáculos de protestantes españolesque habían sido convertidos en Europaprincipalmente, siempre defendieron latolerancia ante la herejía. En la primeramitad del siglo XVI sobresalen dos fi-guras protestantes Juan de Valdés y Mi-guel Servet. Juan de Valdés ya llegó aItalia con su teología reformada conherencia alumbrado y Miguel Servetdesarrollaría sus ideas habiendo conocidoy aceptado el luteranismo. Ambos tienenuna visión distinta y especialmente enlo relativo a la tolerancia y libertad deconciencia tanto de Roma como de laReforma luterana, por lo que se han in-cluido en la Reforma radical. En con-traste, los protestantes de la segundamitad del siglo salen huyendo de la In-quisición ya convertidos. La actitud delos monjes de san Isidoro del Campo,conocen el endurecimiento de la políticarepresiva inquisitorial que plasmaránen el libro “Las artes de la Santa Inqui-sición española”. Aunque el libro hasido usado para desacreditar a la mo-narquía hispánica, los autores (quizásCorro y Reina) siempre defendieron lasideas de tolerancia y flexibilidad doctrinalbasadas en los escritos de Castelio yAconcio. R

El mismo embajador en París Francisco deÁlava decía: “El Pedro Ramos, que era eloráculo de los españoles que aquí vivían, se haido. Sin embargo, no todos los oyentes de estoscenáculos aceptaron las doctrinas protestantes.

[2] La heterodoxia religiosa: los exiliadosprotestantes. Antonio Mestre Sanchís. Actasde la IV Reunión Científica de la AsociaciónEspañola de Historia Moderna Alicante,27-30 de mayo de 1996

[3] TELLECHEA, Españoles en Lovainaen 1551-8. Primeras noticias sobre el ba-yanismo

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El ardiente ateísmo de Cioranevoca el fervor místico de lossantos, pero con una importante

diferencia. Su nihilismo rinde culto a unabsoluto negativo, exento de cualquierforma de ternura o esperanza. Frente almartirio de santos como la fenomenó-loga, mística y carmelita descalza deorigen judío Edith Stein (canonizadacomo Santa Teresa Benedicta de laCruz), que inmoló su vida en Auschwitzpor amor a Cristo y a las víctimas de laShoah, Cioran exalta el suicidio comoun gesto de rebeldía contra el ab-surdo de existir. Para Edith Stein, laascensión al sentido del ser culmina enDios, “amor desbordante, sin límites;amor que se inclina misericordiosohacia toda necesidad, amor que sana alenfermo y resucita lo que estabamuerto; […] amor dispuesto a servir atodos”. Para Cioran, “el ser, reconozcá-moslo, no ha satisfecho nunca a nadie.Consentir en procrear es un verdaderoatentado contra el saber, contra el cono-cimiento, una empresa que parece in-concebible cuando se piensa en lasventajas de la inexistencia, en el mila-

gro de una virtualidad no degradada enacto. El nacimiento no es el signo de ladecadencia, sino la decadencia misma”.Todo es insustancial, fútil, inane. Nadapermanece. Todo es irremediablementeperecedero. Suicidarse es la única ma-nera de abortar esta insufrible miseria.

El pensamiento de Cioran es delibera-damente reiterativo. De lágrimas y desantos, publicado en 1937, cuando el fi-lósofo rumano sólo contaba veintiséisaños, ya contiene los aspectos esencia-les de una interpretación trágica del ser,sin espacio para la celebración de lavida. Cioran repudia indistintamente elplatonismo, el cristianismo y el amorfati de Nietzsche. No hay ningún argu-mento para decir sí a la vida, pues lairreversible finitud de las cosas aniquilala noción de valor. Soportamos la ex-pectativa del no-ser inventando qui-meras, pero ninguna ilusión puedeabolir el imperio de la nada, quehunde en el olvido tanto lo sublimecomo lo insignificante. La concienciano es un chispazo de luz, sino una he-rida en la materia. El ser humano es una

Historia y Literatura

Rafael Narbona

Escritor y crítico literario

CIORAN,

NOSTALGIA

DEL ÁNGEL CAIDOELCULTURAL.COMblog: Entreclásicos

http://elcultural.com/blogs/entre-clasicos/2017/09/cioran-nostalgia-del-angel-caido/

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43especie maldita. El conocimiento nos haseparado de los animales, que disfrutande la inmortalidad proporcionada pordesconocer el significado de la muerte.Saber que moriremos, sólo nos hacedesgraciados. Exaltar el instante cons-tituye un triste consuelo, pues la perfec-ción de un momento pesa infinitamentemenos que una totalidad dominada porel tedio, el fracaso, el desengaño y elmiedo. Desde esta perspectiva, el júbilode los santos produce un dulce estupor:“¿Cómo no sentirse cercano a Santa Te-resa, quien, tras habérsele aparecidoJesús un día, salió de su celda corriendoy se puso a bailar en medio del con-vento, en un arrebato frenético, ba-tiendo el tambor para llamar a sushermanas a fin de que compartieran sualegría?”.

Cioran afirma que “la mística españolaes un momento sublime en la historiahumana”, pues ha reunido en la mismasecuencia temporal a Santa Teresa deJesús y a San Juan de la Cruz. Al leersus obras, notamos la proximidad delaliento divino y descubrimos el pesar devivir lejos de Dios, abrasados por las lá-grimas estériles del escepticismo. Apesar de su nihilismo, Cioran admiteque jamás dejará de merodear “enlas inmediaciones de los santos”, sibien ofrecerá una tenaz resistencia ala tentación de imitarlos. La santidadconspira contra el instinto, reduciendonuestro querer al “cero vital”. Nosobliga a cultivar la renuncia para alcan-zar una inexistente plenitud. Sin em-bargo, esa plenitud imaginariaimpregna toda la música Bach, transfor-mándola en un prodigio “divino”.Cuando escuchamos sus obras, “vemosgerminar a Dios”. La obra de otroscompositores –como – sólo es “he-roica”, pues es “de aquí abajo”, no delas alturas. Al igual que las lamentacio-nes de Job, Bach nos hace temblar consus “éxtasis sonoros”. Sus notas causanembriaguez. No es una simple metá-fora, sino un fenómeno espiritual, pues“el vino ha hecho más por acercar a loshombres a Dios que la teología”. Des-pués de oír una obertura o un aria, nosconvertimos en “borrachos tristes”, conuna sabiduría superior a la de cualquiereremita.

Cioran sostiene que “Dios se aprovechade las periferias de la lógica” para infil-trarse en nuestra conciencia. “¿Por quélos santos escriben tan bien?”, se pre-gunta, asombrado. Sus palabras parecen“susurros divinos”. En cambio, los filó-sofos suelen escribir con un estilo fríoy árido. “Los filósofos tienen la sangrefría. Sólo existe calor en las inmediacio-nes de Dios”. Fascinado por España,sus reyes y sus místicos, Cioranafirma que sólo en sus conventos hagerminado esa familiaridad con lo so-brenatural capaz de borrar la distan-cia entre el cielo y la tierra. Ese logrono implica paz interior, sino una tensiónpermanente: “El mérito de España haconsistido no sólo en haber cultivado loexcesivo y lo insensato, sino también enhaber demostrado que el vértigo es elclima normal del hombre”. Sólo Rusiaha alumbrado una atmósfera espiritualsemejante: “Rusia y España: dos nacio-nes embarazadas de Dios. Otros paísesse conforman con conocerlo, sin lle-varlo en su seno”. España ha engen-drado grandes místicos y santos, peroninguno se ha aproximado tanto aCristo como San Francisco de Asís:“No le encuentro ningún punto débilque me permita acercarme a él y com-prenderlo. Su perfección es difícilmenteperdonable”. Al final de su vida, sequedó casi ciego. Los médicos atribu-yeron su mal al “exceso de lágrimas”.La perplejidad que le produce il pove-rello d’Assisi se extiende al conjunto delos cristianos, capaces de “amar a sussemejantes de cerca”.

Cioran se rebela contra el Dios omnipo-tente que alimenta el miedo de la huma-

nidad, amenazándola la perspectiva delJuicio Final. No obstante, su hostilidaddecrece significativamente cuando seplantea la posibilidad de un Dios que talvez no lo puede todo. Un Dios que creóel universo por “miedo a la soledad”.Un Dios que es una Persona y no unmonarca todopoderoso, cuyo nombreno se puede pronunciar y cuyo rostro nopuede ser contemplado sin morir.“¿Hacia quién volvernos si ha dejado deser una persona que pueda comprender-nos y respondernos? […] Atribuyéndolemayores dimensiones, lo hemos alejadode nosotros en la misma proporción”.La síntesis teológica de Santo Tomás deAquino nos ha distanciado de Dios.¿Podemos percibir como Padre a un seromnipotente, todopoderoso, absoluta-mente simple y perfectamente en acto?¿Nos acercan a Dios las cinco vías, queintentan probar su existencia como elprincipio y el fin de todas las cadenascausales? ¿Es posible amar a un Diossemejante? “La teología es la negaciónde Dios. ¡Qué idea descabellada po-nerse a buscar argumentos para pro-bar su existencia! Todos sus tratadosvalen menos que una exclamación deSanta Teresa”. Cioran considera que elsentimiento religioso sucumbe cuandose canaliza mediante conceptos e insti-tuciones: “El mínimo balbuceo místicoestá más cerca de Dios que la Summateológica. Todo lo que es institución yteoría deja de estar vivo. La Iglesia y lateología han asegurado a Dios una ago-nía duradera. Sólo la mística le ha re-animado de vez en cuando”.

Cioran sitúa la pintura del Greco y Zur-barán a la misma altura que la música

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de Bach: “¿Alguien se ha acercado a Élmás que el Greco mediante las líneas ylos colores? ¿Ha sido Dios alguna vezasediado por figuras humanas con unainsistencia más agresiva? […] Todo elclaroscuro de la pintura holandesa noiguala en intensidad dramática la som-bra de un Greco o un Zurbarán”. Denuevo, España destaca por su templemístico, que inunda todas las ramas dela expresión artística y literaria: “Para

nosotros, España es una llama, paraDios un incendio. El fuego ha acercadolos desiertos de la tierra y del firma-mento. Rusia con Siberia entera arde almismo tiempo que España y que el pro-pio cielo”. A pesar de estos comenta-rios, Cioran no abandona en ningúnmomento su irreductible nihilismo,augurando que el hombre y su civili-zación desaparecerán algún día. Nadaes eterno. La inmortalidad es una enso-ñación. Dios es una fantasía dañina,enemistada con la vida: “En realidad,un alma indomable sólo reconoce unEnemigo: el Ser Supremo. Él es quiendebe ser liquidado, el último baluarteque hay que conquistar”. Creo que estasfrases resultan más convincentes comorecusación del totalitarismo que comoimpugnación de Dios.

En su juventud, Cioran sucumbió a laseducción totalitaria, afiliándose a laLegión del Arcángel San Miguel (mástarde, Guardia de Hierro), un movi-miento fascista, nacionalista y antise-mita, fundado por Corneliu ZeleaCodrenau (“el Capitán)”, donde tam-bién militará Mircea Eliade. “Antes dela aparición de Codrenau –escribirá en-tonces Cioran-, Rumanía era como unSáhara poblado. La existencia de quie-nes vivían allí entre el cielo y la tierrano tenía más sentido que la espera. Al-guien tenía que llegar. El Capitán haproporcionado un rostro al hombre ru-mano. La juventud de nuestra época yano puede esperar encontrar la salvaciónen las bibliotecas”. Con los años, se jus-tificará alegando que “el orgullo de unhombre nacido en una pequeña culturasiempre está herido”. Se dejó cautivarpor la posibilidad de invertir el sentidode la historia con un proyecto mesiá-nico, que presumía de responder a undestino ineluctable: “El hitlerismo llegóa trastornarme por su dimensión inexo-rablemente colectiva. Era como sitodos, fanatizados hasta la estupidez,nos convirtiéramos en los instrumentosde un devenir demoníaco. Se cae en elhitlerismo como se cae en cualquiermovimiento de masas de tendencia dic-tatorial”. Cioran no soportaba la indo-lencia de sus compatriotas, resignadosa transitar por la puerta pequeña de lahistoria: “Rumanía sólo se mantendráen la historia si es capaz de insuflar un

espíritu espartano en este país de liber-tinos, escépticos y resignados”. Susposteriores imprecaciones contra elDios cristiano no parecen un discursocrítico contra la fe, sino vigorosas ob-jeciones contra el totalitarismo. Es in-negable que las iglesias cristianas hanelaborado una imagen de Dios inspiradapor los césares romanos, subrayando supresunto poder sin límites, pero esa des-cripción perdió fuerza tras la SegundaGuerra Mundial y el aggiornamentoimpulsado por Juan XXIII. Auschwitz,Hiroshima y, más tarde, el Gulag, ins-piraron una teología diferente, que yano presentó a Jesús como Rey deReyes, sino como un judío condenadopor blasfemia y sedición, “verdaderoDios y verdadero Hombre”. DietrichBonnhoeffer, Johann Baptist Metz, Jür-gen Moltmann y Karl Rahner, entreotros, destacaron la solidaridad de Dioscon el mundo, implicándose en su su-frimiento y aceptando compartir el des-tino de las víctimas de cualquier formade opresión.

De lágrimas y de santos es un librobreve, pero sus apuntes y aforismospueden leerse como una suma de susalegaciones contra Dios. Su prosa afie-brada e insomne pretende ser un gritoque despierte a una humanidad aletar-gada por dos mil años de sueños ymitos. Su ateísmo no se conforma connegar a Dios. Su intención es ajusti-ciarlo, defenestrarlo, borrarlo de la me-moria colectiva. Su vehemencia noexcluye el humor, pero en su tono yo noreconozco la elegancia de los libertinos,ni la furia de un bárbaro, sino el dolordel ángel caído, que se consuela escu-chando a Bach, donde advierte un ecodel paraíso. R

Nota bibliográfica:

He manejado la traducción realizada delfrancés por Rafael Panizo para Tusquets en1988, pero recomiendo la versión de Chris-tian Santacroce (Hermida Editores, 2017),que ha recuperado el texto íntegro y ha tra-ducido directamente del rumano.

Auschwitz, Hiroshimay, más tarde, el Gulag,inspiraron unateología diferente, queya no presentó a Jesúscomo Rey de Reyes,sino como un judíocondenado porblasfemia y sedición,“verdadero Dios yverdadero Hombre”.Dietrich Bonnhoeffer,Johann Baptist Metz,Jürgen Moltmann yKarl Rahner, entreotros, destacaron lasolidaridad de Dioscon el mundo,implicándose en susufrimiento yaceptando compartir eldestino de las víctimasde cualquier forma deopresión.

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Los domingos por la tarde suelomirar viejas fotos junto a la lámparaque me regaló Marieta. Es una lám-

para oriental decorada con flequitos rojosde tela y cristales amarillos. Luego, cuandome canso, deambulo por el salón obser-vándome los pies durante un rato, o entroa oscuras en la cocina, abro la puerta de lanevera y me quedo allí. Parado. Me gustala luz blanca que sale de dentro. Hoy solohabía un tomate con moho, un trozo decarne demasiado oscura y una lubina sobreun plato de cristal. He sentido frío. Comoel día que me caí del caballo.

He cogido el pez con las manos y lo hecolocado despacio sobre la encimera.Luego he deslizado la punta de un cuchillosobre su tripa, desde la cabeza hasta lacola, mientras las vísceras se desparramabana ambos lados ensangrentando el már-mol.

Marieta también tenía sangre en las manoscuando trató de incorporarme. A mí ellano me gustaba mucho pero un día que es-tábamos discutiendo le picó una avispaen el ojo. Nadie que tenga algo de corazónpuede dejar a una mujer en esas circuns-tancias. Recuerdo que, antes de salir dis-parado sobre la cabeza de Jareño tambiénhabíamos regañado.

Al principio yo iba despacio, pero aquelprado me pareció tan apetecible, allí, entrelos árboles, que no pude evitar picar es-puelas y ponerme al galope. Marieta megritó, pero no le hice caso. Apenas habíarecorrido cien metros cuando vi acercarse

una bolsa de plástico mecida por el viento.Todo sucedió en un instante. Apenas tuvetiempo de sacar los pies de los estribos.Ascendí lentamente y me quedé allí, sus-pendido en el aire.

Me dio tiempo a pensar en muchas cosas.Hasta pude entretenerme viendo los rayosde sol colándose entre las ramas de los pi-nos, y escuchar el sonido de los cascosalejándose. Cuando todo está perdido unopuede fijarse en los detalles.

Al principio, cuando salí del hospital, Ma-rieta venía a visitarme y preparaba la cena.Quizás ella solo sentía pena, como mepasó a mí el día que le picó la avispa en elojo. Ahora que veo la lubina desangradasobre el frío mármol me pregunto cómodiablos se cocinaba este pescado. A vecesse me olvidan las cosas, como si el tiempose parase en seco.

Hay que meter el cuchillo entre la carne,con cuidado, pegándose bien a la espina,para abrirla por la mitad. Lo importantees que el aceite esté bien caliente, nopasarse con la sal, y poner un poco de panrallado, para que no se pegue en la sartén.Las lubinas muertas tienen un tacto muyfrío

Cuando uno recuerda las cosas es másfácil poder olvidarlas. Meto el pez denuevo en la nevera, cierro la puerta, y mevuelvo al salón a comerme una bolsa decacahuetes. Los domingos son días terri-blemente aburridos. R

EL ACCIDENTE

CUENTO

CORTOcuentocorto.es

http://cuentocorto.es/cuento-corto-accidente/

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Las aguas del mar que rodean SriLanka, la antigua Ceilán, moldea-ron la isla durante un tiempo sin

memoria ni ancestros. Los dioses deci-dieron su destino al darle la forma deuna lágrima grande de tierra. En el oeste,a muchos días y controles militares, seencuentra otra isla dentro de la lágrimagrande. Se llama Mannar. Es una islaque lo intenta con ahínco. Sobrevivir ysepararse de su hermana mayor. Se ex-tiende alargada para abrazar la India enun intento por escapar de la guerra. Perolas aguas espesas y negras lo impiden.También el ejército singalés. Hace veinteaños, existía un istmo delgado que uníaambas islas como una arteria viva. Sellenaba de un flujo rico de color lleno dealimentos, telas, bullicio y personas queandaban despreocupadas de un extremoal otro del puente natural. Ahora el vínculose ha vestido de camuflaje y es un lugardonde se olisquea sospecha y mucha ven-ganza.

En Mannar, soy una enfermera cooperante.Ando entre los pabellones bajos del hos-pital, llena de cicatrices. Al final de lanoche, antes de amanecer, sumo un turnoa mi vida con el alma y el uniforme enblanco. Saludo al día sintiendo esa nuevaluz que ha nacido en tus ojos: hoy hasconocido a tu hijo. Te libero de electrodosy el estruendo del encuentro de tu pielcon la del pequeño, me sacude por dentro.La única enfermedad que existe aquí yahora es la del amor.

Los cristales del paritorio aún tiemblanpor las bombas que estallaban entre pujoy pujo, pero el llanto de tu hijo nosprotege. Algo dentro de mí se abre y pa-

lidece por esa nueva marca que hasdejado. La vida atrae la vida, me digopara conjurar vuestro futuro.Llega el día a la isla, y la música delcanto de los Vedas se mezcla con elsonido del credo y los minaretes cantoresque llaman a la oración. Ganesha, el dioselefante, sonríe a los enemigos con unaguirnalda de flores de plástico. Las floresde verdad no son capaces de crecer si seriegan con sangre. Los caminos de tierraque cruzan la isla están llenas de burrossin rumbo ni trabajo, cuervos ladrones ymurciélagos que suplen las hojas de losárboles muertos. Paso la tarde curandotu piel quemada de mujer. Quisiste huirde la violencia purificando tu vergüenzacon el fuego. Nunca más, dijiste. Nuncamás su aliento de alcohol y sus manos deazufre. Ahora tus cicatrices te señalancomo una pecadora merecedora de todotu dolor y sufrimiento. Y yo me empeñoen lavar tus heridas día tras día, encubrirlas con pomadas que te protejan.Te vendo de arriba abajo para intentarimpedir las miradas de la gente sobre ti.Tus ojos me dicen que ya no existe eselugar al descubierto en el que puedasandar bajo el cielo sin una tela que tecubra la cabeza gacha. El domingo lavétu pelo largo y espeso. Es el recuerdo de

LA VENTANA INDISCRETAde Nightingale

nightingaleandco.es

Soy una enfermera llena de cicatrices

Ana Mª Medina Reina

Enfermera vocacional ylicenciada en Humanidades. Enbúsqueda de una vida consentido.

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lo que fuiste antes de él. La mujer másbella del mundo.

Hay niños que marchan inmaculadoscon sus uniformes de escuela escon-diendo estómagos vacíos y ausenciasen las esterillas de la cocina. Los sareesde colores que visten sus madres, ondeana su paso de reinas. Ellas son el colorde la existencia. Andan al ritmo delgrito de un mercado casi vacío, a vecescon la esperanza de su vientre lleno. EnMannar se come, se orina, se limpia yse duerme con la misma indiferenciadel que vive en Tokio. Con la mentellena de olvido. Las pistolas y las bombasbien guardadas en una pequeña zonadel lóbulo frontal. Por la noche, lapuerta del lóbulo se abre para poderestar bien atento. Cuando la tierra batidade la casa tiembla y los cristales seagrietan, las madres sacan a los niñosde la casa para arrojarse a las fosas detierra que han cavado en el fondo deljardín. Se tapan con una puerta vieja yesperan que los aviones se vayan consus bombas y sus ideas a otro pueblo.De esta forma, los habitantes de Mannarse unen en la tierra a sus antepasadosdos noches si y alguna no. En ocasiones,la metralla logra que se transformen en

carne y huesos, agregando unos centí-metros más de tierra al brazo de la islaque quiere llegar desesperadamente ala India.

El crepúsculo trae tu recuerdo. Te co-nozco. Cuidé de ti durante meses. Séque tienes un lunar junto al ombligo yque te gusta dormir sin almohada. Túme miras con la sombra de la duda delque reconoce la fuerza de amigo con laque mis brazos te envuelven cuandovienes de visita. En otro tiempo fuisteun niño-soldado. Me apuntaste con tufusil. Bendito regalo el del olvido. Ahorami cicatriz guarda tu memoria.

Llegan las horas sin tiempo de la noche.La oscuridad llega a la sala, sólo brillala línea luminosa que sigue el ritmo detu vida. Tus alas se han batido unaúltima vez y el telón cae. Hablé contigoayer, miramos las primeras lluvias delmonzón y decidimos que a los dos nosgustaba el té caliente con guindilla. No

hablábamos siquiera el mismo idioma,pero nos entendíamos con un lenguajeque iba más allá de las palabras.

Y así quedamos, tú como viajero fríode lo insondable y yo como la sagradasacerdotisa que vela y prepara tu cuerpo.En mi muñeca brilla una cicatriz más,donde late el reflejo de los que amo.

Cuando la luz del día llega y el silenciobaña las lagunas que ha dejado el mon-zón, el calor lo arrasa todo. No haynadie. Mannar es una isla invisible. Miscolores se han marchado también hasta

dejarme transparente. Sólo brillan miscicatrices. Desde el cielo puede verseagua, tierra, burros, cuervos y murcié-lagos. Las reencarnaciones de los queya partieron. Yo soy una de ellas. En laagencia de viajes, en Europa, se ofertavisitar Sri Lanka para pisar las planta-ciones de té y dar paseos en elefante. R

(Las fotos en blanco y negro fueronrealizadas por el periodista GiovanniPorta).

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CAPÍTULO XXI

¡No, sino ponedla tacha en el brío y enel talle, y no la comparéis a una palmaque se mueve cargada de racimos dedátiles!

Estas imágenes que emplea el escuderopara alabar la hermosura de Quiteriapertenecen al Cantar de los Cantares,de Salomón. El rey sabio las pone enboca del esposo, quien pondera y exaltalas gracias de su amada usando de eselenguaje hiperbólico y parabólico quetanto abunda en este antiguo y bello ro-mance de amor: “Esbelto es tu tallecomo la palmera y son tus senos sus ra-cimos” (Cantares 7:8).

***

Bien sabes, desconocida Quiteria, queconforme a la santa ley que profesamos,que viviendo yo, tú no puedes tomaresposo.

Basilio habla aquí como si de hechoQuiteria fuese su legítima esposa, auncuando no se habían celebrado los es-ponsales. El enamorado creía que laeventual novia de Camacho estaba obli-gada a su “buen deseo”, igual que élhabía procurado “guardar el decoro”que convenía a la honra de la mucha-cha.

La santa ley a que se refiere acerca delas obligaciones matrimoniales se en-cuentra en su génesis en el AntiguoTestamento, y San Pablo la resume enun pasaje donde al mismo tiempo tratade la libertad cristiana. “¿O ignoráis,hermanos - habla con los que saben lasleyes -, que la ley domina al hombretodo el tiempo que éste vive? Por tanto,la mujer casada está ligada al maridomientras éste vive; pero muerto el ma-rido, queda desligada de la ley del ma-rido. Por consiguiente, viviendo el ma-rido será tenida por adúltera si se unierea otro marido, pero si el marido muerequeda libre de la ley, y no será adúlterasi se une a otro marido” (Romanos 7:1-3).

***

Basilio no tiene más desta oveja, y nose la ha de quitar alguno, por poderosoque sea; que a los dos que Dios juntano podrá separar el hombre.

En este pasaje quijotesco hay dos clarasreferencias a la Biblia. La primera serefiere a la parábola con que el profetaNatán reconvino al rey David por supecado, ya comentada en el capítuloXXVII de la primera parte.

La segunda referencia se encuentra enSan Mateo. El Señor Jesús, tratando de

Juan A. Monroy

Periodista y Pastor Evangélico.

SEGUNDA PARTEde El Quijote

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49la indisolubilidad del matrimonio y delorigen divino del mismo, dice: “De ma-nera que ya no son dos, sino una solacarne. Por tanto, lo que Dios unió no losepare el hombre” (San Mateo 19:6).

CAPÍTULO XXII

Sí, sería –respondió el primo–, porqueAdán no hay duda sino que tuvo cabezay cabellos, y siendo esto así, y siendo elprimer hombre del mundo, alguna vezse rascaría.

Efectivamente, la revelación de Diosnos dice que Adán es el progenitor ycabeza representante de la raza humana,y esta verdad permanece inconmoviblefrente a los ataques de la ciencia racio-nalista e ingrata, que se envuelve yquiere envolvernos inútilmente en suspropios extravíos de incredulidad.

El nombre de Adán fue tomado delcolor rojo de la tierra que Dios empleópara su formación, viniendo a ser unalma viviente desde el mismo instanteque el Creador le transmitió su alientode vida, según consta en el relato inspi-rado: “Formó Yavé Dios al hombre delpolvo de la tierra, y le inspiró en elrostro aliento de vida, y fue así elhombre ser animado” (Génesis 2:7). Detodos los seres de la Creación, Adánfue el único hecho a imagen y semejanzade su Creador: “Y creó Dios al hombrea imagen suya, a imagen de Dios locreó, y los creó macho y hembra” (Gé-nesis 1:27).

***

Sepa que el primer volteador del mundofue Lucifer, cuando le echaron o arro-jaron del cielo, que vino volteando hastalos abismos.

En el capítulo V de la primera parte deEl Quijote nos hemos referido a Satanás,al comentar el discurso con que el amade nuestro hidalgo se lamentaba ante elcura y el barbero por la primera salidadel caballero. Ahora, es Sancho quienvuelve a citar al diablo, y lo hace con elnombre por el cual se le conoce comoel príncipe de los ángeles rebeldes. Dicede él que fue el primer volteador delmundo, y está en lo cierto.

Estas volteretas o caídas se describenen el libro de Isaías, a modo de parábola,ilustrando al mismo tiempo la arrogancia,altivez y soberbias pretensiones del reyde Babilonia. Así escribe el profeta:“¿Cómo caíste del cielo, lucero brillante,hijo de la aurora? ¿Echado por tierra eldominador de las naciones? Tú, quedecías en tu corazón: Subiré a los cielos;en lo alto, sobre las estrellas de Dios,elevaré mi trono; me instalaré en elmonte santo, en las profundidades delaquilón. Subiré sobre la cumbre de lasnubes y seré igual al Altísimo. Puesbien, al sepulcro has bajado, a las pro-fundidades del abismo” (Isaías 14:12-15).

***

Ahora acabo de conocer que todos loscontentos desta vida pasan como sombray sueño, o se marchitan como la flordel campo.

Algo hemos dicho en la primera partede este libro sobre el concepto de Cer-vantes acerca de la vanidad, brevedady fragilidad de la vida humana. En estepasaje de “El Quijote” hay referenciasa tres libros diferentes de la Biblia. EnJob se lee: “Nosotros somos de ayer yno sabemos nada, porque son una sombranuestros días sobre la tierra” (Job 8:9);Moisés agrega: “Son como sueño ma-ñanero” (Salmo 90:5), e Isaías: “Unavoz dice: Grita. Y yo respondo: ¿Qué

he de gritar? Toda carne es como hierba,y toda su gloria como flor del campo.Sécase la hierba, marchítase la flor,cuando sobre ellas pasan el soplo deYavé” (Isaías 40:6-7). R

Sancho Panza y Don Quijote.Honoré-Victorin Daumier (1808-1879) Wikipedia.

Efectivamente, larevelación de Dios nosdice que Adán es elprogenitor y cabezarepresentante de laraza humana, y estaverdad permaneceinconmovible frente alos ataques de laciencia racionalista eingrata, que seenvuelve y quiereenvolvernosinútilmente en suspropios extravíos deincredulidad.

Historia y Literatura

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Renovación nº 50

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Uno de los personajes bíblicos alrededordel cual se han tejido algunos malos en-tendidos es Onán; pero ¿quién fue Onán?

Onán es un personaje del cual la Biblia habla muypoco, pero muy poco; sin embargo, es posiblementemucho más conocido que otros que sobresalenmás que él en la Biblia, y por mucho. En la Biblia,y nada más en el Antiguo Testamento, se hacemención de Onán, el cual era hijo de Judá, hijo deJacob. En efecto, a Onán se hace referencia en elAntiguo Testamento sólo en ocho ocasiones, enseis versículos bíblicos, en cuatro capítulos, ynada más en tres diferentes libros: Génesis 38. 4,8, 9; 46.12 (dos veces); Números 26.19 (dosveces); 2 Crónicas 2.3.

Pues bien, el núcleo central del relato de la vidade Onán lo encontramos en la narración de Génesis38.1-10. Dentro de esta sección podemos leer lasiguiente afirmación: “…Y Er, el primogénito deJudá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitóJehová la vida. Entonces Judá dijo a Onán: Llégatea la mujer de tu hermano, y despósate con ella, ylevanta descendencia a tu hermano. Y sabiendoOnán que la descendencia no había de ser suya,sucedía que cuando se llegaba a la mujer de suhermano, vertía en tierra, por no dar descendenciaa su hermano. Y desagradó en ojos de Jehová loque hacía, y a él también le quitó la vida.”

Ahora, cabe la pregunta: ¿Por qué muere Onán?Onán muere por no querer levantarle descendenciaa su hermano “Er”, en el contexto de la llamada“ley del levirato”. ¿Qué establecía la “ley del levi-rato”? La palabra levirato viene de una palabralatina, levir, que significa: cuñado[1], el hermanodel esposo o marido. La ley del levirato[2], cuyoorigen parece hallarse antes de la existencia delcódigo mosaico o ley de Moisés, establecía que siun hombre moría sin dejar descendencia, unhermano suyo que viviera con él, debía tomar pormujer a la viuda y así levantarle descendencia a suhermano fallecido. Como la sociedad israelita erapatriarcal, la ley del levirato establecía que elprimer hijo varón que le naciera a la nueva pareja

representaba la descendencia del hermano muertoy no le pertenecía al real y verdadero progenitor.Pero, ¿por qué podría negarse un hombre a cumplircon lo estipulado por esta ley? En primer lugarhay que dejar bien claro que el cumplimiento deesta ley suponía un alto grado de altruismo, soli-daridad y autonegación, pues existía la posibilidadde que habiendo levantado descendencia a su her-mano ocurriera que él mismo muriera sin dejardescendencia propia. En segundo lugar, ante elhecho de que la descendencia real y segura era laque cada hombre podía levantar por sí mismo, eracomprensible que muchos no estuvieran dispuestosa cumplir con lo que estipulaba la ley del levirato.Además, había que considerar si realmente elcuñado se sentía a gusto con su cuñada tanto en lorelativo a su apariencia física como en lo quetenía que ver con sus virtudes y cualidades perso-nales[3]. Ahora bien, para los que entiendan queexagero este último aspecto y que olvido que laantigua sociedad israelita era muy diferente a lanuestra, les recuerdo que aunque Jacob conoció ytuvo por esposas a las dos hijas de Labán, prefería,sin embargo, a la menor, que fue a la que realmenteamó (Considérese a Génesis 29.16-30).

Ciencias bíblicas y Apología

Héctor Benjamín Olea Cordero

Biblista y teólogoprotestante. Profesoruniversitario de he-breo, griego, estudiosbíblicos y teológicos.También es el presi-dente y fundador delInstituto Dominicanode Ciencias BíblicasIDCB, Inc. El Profe-sor Olea Cordero fuemiembro del equipode estudiosos de laslenguas bíblicas quetrabajó en la versiónde la Biblia llamadaLa Nueva TraducciónViviente.

EL CASO DE ONÁN,la masturbación y los métodos anticonceptivos

[1]La palabra que en la Biblia (sólo el Antiguo Testamento)se traduce “cuñado” es yabám; y “cuñada” es yebamáh.De ahí que el tratado rabínico sobre “las cuñadas”, en elcontexto de la ley del levirato, se conoce con el nombrehebreo de yebamot, plural de yebamáh.

[2]En cuanto a su origen, se acepta generalmente que hayque buscarlo en épocas tempranas, mucho antes de laentrada en vigencia del código mosaico. Sin embargo, enlos tiempos bíblicos ésta estuvo supeditada a la forma enque fue concebida y regulada por el código mosaico. Porotro lado, se discute si el caso de Onán, el de Rut y elmencionado en Mateo 22. 23-28 tengan que ver con laconcepción de la ley del levirato según la regulaciónmosaica. Posteriormente los sabios judíos le dieron maticespropios. Para conocer la formulación rabínica de la ley dellevirato hay que consultar la Misná y la Tosefta. La palabraMisná significa “repetición”, consiste en la primeracolección oficial de la ley del judaísmo posbíblico, cuyarecopilación se remonta a principios del siglo III d. C. enGalilea. La palabra Tosefta significa “adición”, y consisteen el tratado rabínico sobre las mujeres. Puede considerarsetanto un suplemento como una obra paralela a la Misná.[3]De la misma forma, si un hombre de antemano sesentía atraído por la mujer de su hermano, este sería unfactor que estimularía a darle cumplimiento a lo estipuladopor la ley del levirato. En tales situaciones el problema dela descendencia podría pasar a un segundo plano. Que loscasos en que un hombre se sintiera atraído por su cuñada yviceversa, no fueran extraños, lo demuestra la legislaciónque había al respecto. El código mosaico consideraba estarelación como incestuosa, la incluía entre las relacionesprohibidas e imponía la pena capital (Considérese Levítico18. 16; 20.21).

Blog del autor:benjaminoleac.blogspot.com.es

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51Lo curioso es que, quizás, lo que hayahecho famoso a Onán fue el método queusó para no levantarle descendencia a suhermano. El método empleado por Onánes lo que técnicamente se conoce hoycon el nombre de “coitus interruptus”(interrupción del coito, retirar el pene dela vagina antes de eyacular). Lo interesantees que de manera errónea se ha tomadoel caso de Onán para levantar un discursode oposición a la masturbación y a losmétodos anticonceptivos[4].Con relación a la masturbación, objetiva-mente hablando, hay que reconocer queno existe ninguna relación esencial entreésta y el “coito interruptus” (lo que hacíaOnán). Lo penoso es que el diccionariodel idioma español de la Real AcademiaEspañola y otros ha confundido la mas-turbación con el “coitus interrruptus”.Sirva de ejemplo la definición de Onanismoque frece el diccionario de la Real Aca-demia Española: Onanismo. (De Onán,personaje bíblico). 1. m. masturbación).Al margen de lo que diga el diccionariode la Real Academia Española[5], en nin-guna parte del relato bíblico se dice queOnán prefería masturbarse (obtener placersexual por sí mismo) antes que tener re-laciones sexuales con la que había sido laesposa de su hermano Er (la mujer llamabaTamar).Lo que sí afirma claramente el relato bí-blico es que Onán tenía relaciones sexualescon Tamar (y esta evidencia hace imposibleque sea igual a la masturbación), no obs-tante, evitaba eyacular en su vagina y asíprocuraba impedir que hubiera embarazo.La única conexión que podemos establecerentre la masturbación y el “coitus inte-rrruptus” (el practicado por Onán) es queel hombre no eyacula dentro de unavagina. Pero el hecho de que tanto en lamasturbación como en el “coitus inte-rrruptus” no se eyacule dentro de unavagina, no permite decir que sean lamisma cosa.

Por otro lado, sí es cierto que Onán usóel llamado “coitus interrruptus” como

método anticonceptivo, no obstante, en-tendiendo el relato de Onán en su contexto,no es correcto tomarlo como base y fun-damento para formular un discurso deoposición en contra de los métodos anti-conceptivos. Onán no muere por usar el“coitus interrruptus” como método anti-conceptivo, sino por el egoísmo mostrado(quizás más bien, la falta de autonegación),y no ajustarse a lo estipulado por lallamada “ley del levirato”. Onán no muerepor usar un método anticonceptivo, o porviolar una ley que prohibiera el uso demétodos anticonceptivos[6], sino por noacatar lo que estipulaba y establecía lallamada “ley del levirato”. Finalmente, no podemos concluir esteanálisis sin considerar el cambio que seefectuó en la ley de Moisés, con relacióna la pena que se le impondría al hombreque no quisiera cumplir con las demandasde la ley del levirato. Considérese al res-pecto lo que dice Deuteronomio 25.5-10:

“Cuando hermanos habitaren juntos, ymuriere alguno de ellos, y no tuviere hijo,la mujer del muerto no se casará fueracon hombre extraño; su cuñado se llegaráa ella, y la tomará por su mujer, y harácon ella parentesco. Y el primogénito queella diere a luz sucederá en el nombre desu hermano muerto, para que el nombrede éste no sea borrado de Israel. Y si elhombre no quisiere tomar a su cuñada,irá entonces su cuñada a la puerta, a losancianos, y dirá: Mi cuñado no quieresuscitar nombre en Israel a su hermano;no quiere emparentar conmigo. Entonceslos ancianos de aquella ciudad lo haránvenir, y hablarán con él; y si él se levantarey dijere: No quiero tomarla, se acercaráentonces su cuñada a él delante de losancianos, y le quitará el calzado del pie,y le escupirá en el rostro, y hablará ydirá: Así será hecho al varón que noquiere edificar la casa de su hermano. Yse le dará este nombre en Israel: La casadel descalzado”.

Como se ve aquí, mientras que a Onán(cuya existencia se ubica antes del esta-blecimiento de la ley de Moisés, en laépoca patriarcal), por no estar dispuestoa acatar lo estipulado por la ley del leviratose le impuso la pena de muerte (según elrelato bíblico), en la ley de Moisés, encambio, se flexibilizó la pena. En elcódigo mosaico, el cuñado que no estuvieradispuesto, o simplemente no quisieratomar por esposa a la mujer de su hermanoque hubiere muerto, mediante un ritualse liberaba de dicha responsabilidad, sintener que exponerse a sufrir agresiónfísica alguna[7]. Si Onán hubiera vividodespués de la norma mosaica para la leydel levirato, sencillamente Onán no habríamuerto por negarse a levantarle descen-dencia a su hermano.

En conclusión, el final de la existenciade Onán, entendiendo el relato en sudebido contexto, no tuvo que ver con lamasturbación ni con la aplicación dealgún método anticonceptivo[8]. Estarealidad dificulta satanizar tanto la mas-turbación como el uso de métodos anti-conceptivos apelando al triste final deOnán. R

Ciencias bíblicas y Apología

[4]No discuto que se pueda optar por una posturacondenatoria frente a la masturbación y los mé-todos anticonceptivos, de hecho hay quienes lohan hecho. Sencillamente lo que sostengo esque dicha actitud no puede justificarse ni legiti-marse apelando al caso de Onán.[5]También la Enciclopedia de prácticas sexuales,dirigida por Brenda Love, parcialmente manifiestael mismo error: “Onanismo: masturbación o re-tirada del pene de la vagina antes de la eyacula-ción” (pagina 424).

[6]Sin embargo, hay los que afirman que enuna sociedad y cultura donde se privilegiaba laprocreación los métodos anticonceptivos noeran bien vistos. No obstante, el judaísmo comotal favoreció, aunque bajo ciertas regulaciones,el uso de métodos anticonceptivos. El judaísmohacía hincapié en el deber de todo matrimoniode procrear. La escuela de Sammay, generalmentela más estricta, entendía que se cumplía con elmandato de ser fecundos (Génesis 1.28) con laprocreación de dos hijos, un varón y una hembra.La escuela de Hillel, la más flexible, considerabaque el mandato de ser fecundos se cumplía unavez que la pareja lograra procrear un hijo, varóno hembra.

[7]El ritual se conoce con el nombre de “halizáh”(el ritual de quitar el calzado). Algunos estudiososafirman que esta era una opción en ningún casorecomendable, pues suponía una deshonra yhumillación pública, además de que era lacuñada misma quien la realizaba. Otros sostienenque implicaba también la pronunciación de unamaldición para el cuñado y su familia. Pensemosen lo terrible que era para un hombre sometersea este tipo de humillación pública en medio deuna sociedad y cultura patriarcal.[8]Otro pasaje bíblico usado erróneamente paraoponerse a los métodos anticonceptivos, inclu-yendo la ligadura o corte de las trompas de Fa-lopio, es 1 Timoteo 2.15 que la versión ReinaValera de 1960 traduce: “Pero se salvará engen-drando hijos, si permaneciere en fe, amor ysantificación, con modestia”. Aquí la expresión“engendrando hijos” en el griego es más bien“por medio de la maternidad o el tener hijos”.Sin duda este pasaje ha sido un tormento paralos intérpretes, sin embargo, no puede ser usadopara impedir el uso de los métodos anticoncep-tivos ya sean los temporales o la anticoncepciónpermanente (esterilización permanente). Elbiblista Rymond E. Brown habla de la interpre-tación de este texto con las siguientes palabras:“La salvación de las mujeres por la crianzas delos hijos, un eco de lo cual es la invitación a lasviudas jóvenes a que se casen de nuevo y tenganhijos en 1 Timoteo 5.14, pudo haber sido unainvocación de la autoridad de Génesis 3.16,para contradecir a los maestros que prohibían elmatrimonio (véase 1 Timoteo 4.3)”, Introducciónal NT, tomo II, página 853.

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Un matrimonio útil Tras su llegada a Belén, la joven Rut sevuelve a casar y da a luz a un hijo varón.Por esta razón algunos lectores opinan quesu relación con Noemí es secundaria. Noobstante, el narrador deja claro que la uniónentre las dos mujeres es primaria. La ideadel nuevo casamiento no la concibe Rutsino su suegra. En la comunidad donde resi-den, Noemí tiene más experiencia y sabeque las mujeres necesitan una especie de se-guro de vida, cosa que se consigue buscandoel amparo de un hombre bien posicionadosocialmente. De ahí que Noemí esté con-vencida de que a Rut le conviene contraermatrimonio con un vecino de Belén, espe-rando así poder establecer un compromisofirme que les sea útil en lo legal y deprovecho en lo económico. Es la única solu-ción a su alcance para salir de la precariedaden que viven sumidas.

Booz, propietario de tierras, es un señor ma-duro. Ya de entrada se ha pronunciado entérminos de elogio sobre Rut bendiciéndolapor su valentía y arrojo y por el gran cariñoque siente por Noemí. Es él quien intervienepersonalmente para que la joven puedaespigar en paz por sus parcelas (cap. 2).Añádase a esta situación favorable el hechodel parentesco lejano entre Booz y el difuntomarido de Noemí llamado Elimélec (3,2;4,9-10). Este detalle resulta ventajoso en elplano jurídico a la luz del llamado levirato,antigua institución israelita que anima a unfamiliar o pariente varón del difunto a asumirla responsabilidad de proveer a la viuda deun hijo (cf. Deut 25,5). Por tanto, Noemíentiende muy pronto que ella y Rut debenintentar ganarse la solidaridad del hacendado(3,1-4).

Sobre esta base Noemí presenta a Rut unplan ingenioso. La joven moabita lo aceptasin titubear y lo ejecuta al pie de la letra apesar de los riesgos que conlleva para ella.Tras lavarse, perfumarse y ponerse su mejorropa se vale de la oscuridad para dirigirsedesapercibida a la era donde Booz se preparapara pasar la noche (3,3). Manteniéndoseprimero a una distancia prudencial, y unavez acostado el dueño del lugar, Rut seacerca sigilosamente en el momento oportunoy se acomoda a sus pies. Hacia la medianocheBooz se despierta sobresaltado al sentir quehay una mujer tumbada muy cerca de él.Preguntada sobre su identidad, Rut respondecon palabras humildes pidiendo al hombreque la ampare. En seguida él comprende lasituación y se declara conforme (3,10).

A los pies de Booz Muchos exegetas han opinado que Rut yBooz hacen el amor durante la noche quepasan juntos en la era. Algunos afirman queRut va directamente “al grano” invitando albetlemita a que tengan sexo. Esta lecturadel texto nos obliga a pensar que ella sesiente con la libertad suficiente para acostarseal lado del terrateniente a fin de seducirlo,razonamiento a todas luces dudoso (véaseabajo). La noción de un coito ocurrido en laoscuridad se basa en la muy difundida ideadel supuesto doble significado de la palabra“pies”. Según el pensamiento vigente en al-gunos ambientes académicos, “pies” se utilizaaquí a manera de eufemismo en el sentidode “genitales”. A continuación veremos hastaqué punto el texto hebreo avala o no talplanteamiento.

En primer lugar, el episodio nocturno que seproduce en la era se diferencia de tantosotros textos del Testamento Hebreo donde

DICCIONARIO

BÍBLICO

CRÍTICO

RUT Y NOEMÍ

Renato Lings

Doctor en teología, traductor,intérprete y escritor. Fue pro-fesor en la Universidad BíblicaLatinoamericana (Costa Rica)e investigador en la Queen’sFoundation for EcumenicalTheological Education (ReinoUnido). Es miembro de variasasociaciones internacionalesdedicadas a la investigaciónacadémica de la Biblia.

2ª parte

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53los narradores describen las relacionessexuales sin rodeos. Las dos frases ver-bales que comúnmente indican el coito,ambas ausentes de esta escena, son: (1)“acostarse” (shákhab) seguido de algunade las preposiciones eth o <im, quesignifican “con”; (2) “entrar” (bō) acom-pañado por la preposición “a” (el). Ensegundo lugar, por muy difundida y ci-tada que esté, la lectura de la palabra“pies” en el sentido de “órganos repro-ductores masculinos” es difícil de sos-tener si nos atenemos a los datos queaporta la misma Biblia. Resulta que lapalabra ”pies” aparece con frecuenciaa lo largo de las escrituras. Concreta-mente en el Testamento Hebreo, el vo-cablo réguel, “pie”, se halla 252 veces.En algunas ocasiones corresponde a“pierna”. Es decir, el término se refieregeneralmente a las partes inferiores delcuerpo humano.

Ahora bien, el hebreo sería un idiomamuy impreciso si recurriera a la mismapalabra para incluir los órganos sexuales,que pertenecen al bajo vientre. Al igualque tantos otros idiomas, el hebreo clá-sico dispone de términos específicospara señalar la zona genital. La palabramás frecuente es <érwah, cuyo signifi-cado literal es “desnudez”. Intervienerepetidamente en el capítulo 18 del Le-vítico donde el legislador prohíbe a losisraelitas varones descubrir la desnudez,es decir, las partes pudendas, de cual-quiera de sus familiares. Dicho de otromodo, se trata de un término eufemísticocon una función específica utilizado enun contexto que resalta el carácter ilícitode las relaciones incestuosas. Por otraparte, en el Deuteronomio 25,11, losgenitales del varón reciben el nombrede mebushīm. Sobre esta base podemossugerir que se mueven en terreno res-baladizo los exegetas que insinúan, oafirman con certeza, que Rut se lanza amanipular el órgano reproductor deBooz. Según el texto de base, ella se li-mita a descubrir una cosa concreta in-dicada como marguelothaw, “sus pies”,vocablo plural derivado de réguel, “pie”. De hecho, existen varias razones adi-cionales para poner en tela de juicio lapopular interpretación sexual de la ac-tuación de Rut en este instante. La hi-pótesis de una moabita aventurera en elámbito erótico es posible que se deba a

otra creencia errónea. Muchos parecenpensar que para la joven viuda seríaventajoso seducir a Booz durante la no-che en la era. Sin embargo, no han to-mado en cuenta las normas culturalesde la época que más bien establecen laconveniencia de la conducta contraria.Si Rut se hubiera tomado la libertad deacomodarse al lado de Booz y no a suspies, su actitud se podría interpretar dedos maneras: (1) ella se considerabacon derecho a posicionarse en una si-tuación de igualdad social con el pro-pietario; (2) se prostituía. Ambos esce-narios son especulativos ya que encajanmal en el argumento general del relato.En primer lugar, de ninguna manera sepuede hablar de igualdad social entreella y él. Booz pertenece a la clase adi-nerada de la comunidad mientras queella como viuda extranjera queda rele-gada al escalón inferior de la jerarquíavigente. La misma Rut tiene plena con-ciencia de ello en el campo donde sepostra humildemente ante el terrateniente(2,10). En segundo lugar, si a la jovense le ocurre arrimarse físicamente alvientre del otro la tomarán por prostituta.Sucede que tal idea choca frontalmentecon la imagen de rectitud y noblezaque el narrador va trazando de Rut a lolargo del libro. El mismo Booz declaraen 3,11 que la extranjera merece el ca-lificativo de éshet jáyil, voz hebrea quesignifica ”mujer de valía”.

Más adelante es obvio que surge unarelación sexual entre Rut y Booz puestoque ella queda embarazada. Sin embargo,el texto indica que este hecho se produceuna vez legalizada la unión entre ambos.

El dato aparece en 4,13 donde Boozprimero “tomó” a Rut, expresión antiguaque indica casamiento formal, para dardespués el segundo paso “entrando” aella. Cuando un hombre entra a unamujer, la connotación es siempre sexual.Aquí no cabe duda alguna.

A la luz del horizonte cultural en que semueve la historia de Rut y Noemí, elepisodio nocturno que transcurre en laera debe, por tanto, interpretarse desdeotra óptica. Si tenemos en cuenta losdatos que aporta el texto hebreo, el queRut acepte acostarse a los pies del ha-cendado revela varios detalles de interés.En primer lugar, se ve que es una mujervaliente. No se acobarda ante la idea dellevar a cabo un experimento arriesgadoque podría, en el peor de los casos,salir mal y, en el mejor de los casos,asegurar el futuro económico y jurídicode ambas mujeres. En segundo lugar, ycomo antes hemos visto, Rut recalca suhumilde posición social al colocarsejustamente a los pies del patrón. Entercer lugar, este gesto contiene una sú-plica de amparo. En cuarto lugar, Rutindica que está dispuesta a contraer ma-trimonio con Booz si él lo desea. Todosestos elementos tienen un claro signifi-cado simbólico que el hombre entiendede forma inmediata.

Afortunadamente el proyecto llega abuen puerto. Booz acepta la propuestade Rut y se dispone ese mismo día adar los pasos necesarios para analizar yresolver cualquier obstáculo formal quese pueda interponer. Emplea una tácticainteligente y bien pensada que resultaser eficaz, secuencia descrita en los ver-sículos 4,1-10. Al cabo de las negocia-ciones que requiere la ley, el terratenientesale como ganador y recibe la bendiciónde la asamblea de vecinos (4,11-12). Alpoco tiempo se casan Booz y Rut y lesnace un hijo (4,13), señal de vitalidad yde esperanza. El plan que trazó Noemíha tenido éxito ya que ella y su nueraviven ahora bajo la protección de unimportante miembro de la comunidad.Y el futuro ya no es motivo de preocu-pación. Cuando crezca el niño Obed seconvertirá en garante de una vejez có-moda para ambas mujeres (4,15). (con-tinuará). R

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I – HERMENÉUTICA FEMINISTA YCRISTIANISMO PRIMITIVO

La consideración del papel de la mujeres una perspectiva singularmente fruc-tífera y sugerente para estudiar el cris-tianismo primitivo. De ahí laimportancia y oportunidad de este úl-timo capítulo. En buena medida nosservirá para justificar y complementarel eje fundamental de este libro(*). Peroobviamente nos servirá, además, paraintervenir en un debate crucial en laIglesia y en la sociedad de nuestrosdías: el que se desarrolla en torno alpapel de la mujer.

El tema requiere unas explicacionesprevias que muestren su trascendenciateológica y hermenéutica y lo planteencon rigor. Porque no sería raro que sus-cite una sonrisa, entre condescendientey escéptica, de quien piense que se tratade otra moda; como tampoco sería raroque alguien espere la apologética obli-gada del teólogo ante las críticas quebuena parte del feminismo dirige alcristianismo como legitimador ideoló-gico y moral de la opresión que la mujersufre en nuestra sociedad.

1. En buena medida el feminismo estáintroduciendo un nuevo paradigmacientífico y, por lo que afecta a nuestrotema, puede hablarse de una hermenéu-tica feminista de la historia cristiana yde los textos bíblicos. No es una afir-mación exagerada. En la actualidad hayuna enorme proliferación de estudios

sobre la mujer procedentes de todas lasciencias humanas y sociales. Tambiénse producen muchos trabajos teológicosy exegéticos, sobre todo en Centroeu-ropa y Estados Unidos, con frecuenciade auténtico nivel científico y expresio-nes tales como «teología feminista» y«hermenéutica feminista» están alcan-zando reconocimiento incluso acadé-mico.[1]

LA MUJER EN ELCRISTIANISMOPRIMITIVO

Publicado en:evangelizadorasdelosapostoles.word-press.com

Rafael Aguirre Monasterio

Sacerdote, profesor deTeología en Deusto, con-ferenciante, experto enética... y, también, coor-dinador de “Así empezóel cristianismo”.

Ciencias bíblicas y Apología

1de 2

(*) “Del movimiento de Jesús a la iglesiacristiana”. Rafael Aguirre. EditorialVervo Divino. 2009.

[1] Dos obras en colaboración con trabajosvaliosos: AY. COLLINS (ed.), FeministPerspectives in Biblical Scholarship, (So-ciety of Biblical Literature) Chico-Califor-nia 1985: L.M RUSSELL (cf. FeministInterpretation of me Bible, Philadelphia1985. Hay que destacar los trabajos de E.SCHUSSLER FIORENZA, sobre todo InMemory of the Feminist Reconstruction ofChristian Origins, New York 1984. dondese dedican las págs. 1-95 a la hermenéuticafeminista. Esta autora ha publicado muchosartículos sobre esta cuestión y el aspectohermenéutico aparece tocado en: You arenot to be called Father Early Christian His-tory in a Feminist Perspective, Cross Cu-rrents 29(19791301-323: The Study ofWomen in Early Christianity. Some Metho-dological Considerations, en Critical His-tory and Biblical Faith New TestamentPerspectives, (cf.) T.J. Ryan, Villanova1979, 30-58; Der Beitrag der Frau zur ur-christlicher Bewegung, en Traditionen derBefreiung. 2 Frauen in der Bibel, (eds.)W.Schottroff-W. Stegemann München 1980,60-90; en el primitivo movimiento cris-tiano, Concilium n.° 111, 1976, 8-24; Re-membering the past óirie the future:historical-critical scholarship and feministbiblical interpretation en la obra citada di-rigida por A.Y. Collins.B.J. BROOTEN,Methodenfrage zur Rekonstruktion urchris-tlicher Frauengeschichte, en Bibel und Kir-che 1984, 157-164.

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55Una hermenéutica feminista es la queplantea a los textos y a la historia laspreguntas por la condición de la mujer,por su papel, por su situación como re-alidad oculta y ocultada. Una herme-néutica feminista no es una empresateórica -para conocer mejor la historiareal de las mujeres-, sino esencialmentepráctica, porque está movida por la vo-luntad emancipadora en el presente.

Lo que está en juego no es sólo recupe-rar la historia de las mujeres, sino recu-perar el cristianismo primitivo en suconjunto. Lo que se ventila siempre enla emancipación de la mujer es la causade la integridad de la humanidad.Pienso que el estudio del papel de lamujer ofrece una perspectiva particular-mente rica para conocer la naturaleza yevolución de todo el cristianismo primi-tivo.

Y esto debe interesar no sólo a los quese acercan al fenómeno cristiano comocreyentes, sino también a los grupos fe-ministas como tales. No deben éstos re-nunciar a la importante historia de lasmujeres, que se encuentra en las comu-nidades cristianas de los siglos I-III.Seria un error por su parte aceptar la vi-sión del cristianismo proporcionada porla mentalidad patriarcal y no recuperarlas posibilidades liberadoras de tan in-fluyente fenómeno social.

2. Pero este propósito encuentra unaprimera y grave dificultad. Las fuentesa nuestro alcance -fundamentalmentelos textos escritos- transmiten una vi-sión androcéntrica de la historia. Es unahistoria hecha por varones desde su pro-pio punto de vista, y que consideran contoda naturalidad que el varón es el pro-totipo de la humanidad y la mujer es «lootro», lo que se define por relación alhombre. Como dice Simone de Beau-voir, «el hombre se piensa sin la mujer,pero la mujer no se piensa sin el hom-bre… Ella se determina y se diferenciapor relación al hombre y no éste por surelación a ella; la mujer es lo inesencialante lo esencial. El es el Sujeto, él es elAbsoluto; ella es lo Otro»[2]

Es curioso que esta relación entre lossexos se refleja en el calendario ecle-

siástico, que define a los santos varonespor su función propia (obispo, pastor,confesor, mártir…), pero en cambio, alas mujeres las define, con frecuencia,por su relación al sexo y al hombre (vir-gen, viuda); es decir, define la relaciónde la mujer con Dios por su relación se-xual con el hombre y a través de las es-tructuras patriarcales de la familia y dela Iglesia.

Dice Gustavo Gutiérrez que «la historiahumana ha sido escrita por una manoblanca por una mano de varón por laclase social dominante La perspectivade las víctimas de la historia es dife-rente. Se han hecho intentos para borrarde su memoria el recuerdo de sus lu-chas. Esto sería privarles de una fuentede energía, de una voluntad histórica derebelión»[3]

El hacer la historia de las mujeres es ira contrapelo de la historia oficial. Lafalta de fuentes sobre las mujeres esparte de la historia de las mujeres. Serequiere una «hermenéutica de la sos-pecha» que descubra la cara oculta dela historia, la historia escrita por manonegra, por mano de mujer, por las clasesdominadas, la historia de las víctimas.Mary Daly[4] dice que las mujeres tie-nen «prehistoria», con lo que da a en-tender la diferencia entre la historia delos hombres y la de las mujeres. El es-tudio de los períodos prehistóricos esdifícil, porque conocemos menos cosasque de los períodos de los que se con-servan recuerdos escritos. Por eso,hacer la historia de las mujeres requiereunos métodos diferentes. Hay que fi-jarse en indicios humildes, medio ente-nados, que nos ponen en la pista delpapel de las mujeres y que son como uniceberg que señala su historia escon-dida.

Si las mujeres, la mitad del género hu-mano, están ausentes de unas fuentes,podemos pensar que no nos proporcio-nan una pintura adecuada deja historiahumana[5] La hermenéutica feministaes una hermenéutica crítica y de la sos-pecha.

3. ¿Pero una hermenéutica feministano será poco objetiva? Esta objeciónsurge mientras se acepta tranquila-mente, como la objetiva, la visión de lahistoria hecha por los varones y desdesu punto de vista. Son, quizá, estos pre-supuesto los que le traicionan al evan-gelista cuando dice que está hablandode hombres «sin contar a las mujeres ya los niños» (Mt 14:21; 15:38).

En realidad, la historia no es nunca neu-tra. Bultmann nos ha enseñado que esimposible la comprensión de un fenó-meno si no partimos de una cierta pre-comprensión de él. En la percepción

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Y esto debe interesarno sólo a los que seacercan al fenómenocristiano comocreyentes, sino tambiéna los grupos feministascomo tales. No debenéstos renunciar a laimportante historia delas mujeres, que seencuentra en lascomunidadescristianas de los siglosI-III. Seria un errorpor su parte aceptar lavisión del cristianismoproporcionada por lamentalidad patriarcaly no recuperar lasposibilidadesliberadoras de taninfluyente fenómenosocial.

[2] Le deuxiéme sexe, París 1949, 15.

[3] Where Hunger is, God is Not, The Wit-ness, abril 1977, 6.[4] Gin/Ecology: The Met ethics of RadicalFeminism, Boston 1978. 24.

[5] B.J. BROOTEN, Early ChristianWomen and their Cultural Context: Issuesof method in historical Reconstruction, enA.Y. Collins (cd.), oc., en la nota 1, pág. 67

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histórica siempre interviene la subjeti-vidad humana y jamás es mero reflejode hechos brutos. Toda labor historio-gráfica es una selección de datos del pa-sado, realizada desde el horizonte delpresente y con unos intereses determi-nados.

El historiador al seleccionar unos datos,los que le parecen relevantes, les estáadscribiendo significado histórico deacuerdo con el modelo teorético que or-dena- su información.

J. Blank ha observado acertadamenteque en los estudios sobre el cristianismoprimitivo son palpables las preocupa-ciones actuales de los investigadores.Dice: «El interés para legitimar y tam-bién para criticar y reformar el cristia-nismo contemporáneo en todas susformas y expresiones es probablementeun motivo esencial. Incluso el más fun-damental para el estudio de la historiadel cristianismo primitivo»[6]

El conocimiento histórico, como re-construcción del pasado, es inseparablede la anticipación del futuro. La visióndel futuro que se posee alerta sen paradescubrir dimensiones del pasado; y lasposibilidades del pasado que no prospe-raron invitan a crear caminos nuevos enel futuro.

La hermenéutica feminista se interesapor recuperar el pasado de las mujeres,ignorado por la historia hegemónica,con el deseo de enriquecer las posibili-dades de las mujeres en el presente y enel futuro. Los actuales estudios feminis-tas están cuestionando la objetividad ypretendida neutralidad de muchos delos esquemas intelectuales vigentes.

Una hermenéutica feminista es una her-menéutica liberadora porque está mo-vida por el interés emancipador de lamitad del género humano. Y -como lateología de la liberación procedente delTercer Mundo- reclama las ventajasgnoseológicas y la mayor coherenciaevangélica de su peculiar punto devista.

4. Que la exégesis habitual es normal-mente androcéntrica se pone de mani-fiesto en muchas ocasiones por la formacomo se suelen interpretar, por autoresmuy acreditados, afirmaciones sobre lasmujeres que aparecen en el N.T. Se po-dría presentar una auténtica colecciónde perlas cultivadas, pero prefiero noalargar más esta primera parte y reser-var algunos ejemplos para cuando, a lolargo de la exposición, nos encontremoscon los textos concretos.

5. Pero el problema radical o que seden interpretaciones actuales androcén-tricas de los textos sino que los mismostextos del N.T., en buena medida, sonya producto de una mentalidad y de unaredacción androcéntrica.

El que un texto sea canónico y que se leconsidere inspirado no elimina el quesea un producto humano y como talcondicionado histórica y culturalmente.Responde a la naturaleza específica dela revelación cristiana, que se da en lahistoria y a través de la historia. La her-menéutica feminista plantea un cuestio-namiento muy radical, porque desvelacondicionamientos culturales y antro-pológicos tan profundos que resultabaninvisibles.

Pero hay que decir más. La misma de-limitación del Canon, el reconocimientode unos libros como oficiales e inspira-dos, fue una operación condicionadapor una mentalidad androcéntrica. Es-pero que esta afirmación se entiendamejor a lo largo de mi trabajo. Quierodecir que la canonización de los librosdel N.T. fue realizada por la Iglesiacuando se estaba consolidando su pro-ceso de institucionalización, y se mar-ginaron escritos provenientes de gruposen los que el protagonismo de las mu-jeres era mayor y que reflejaban esteprotagonismo.

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Africa de la Cruz en la iglesia Cilleruelos de San Mamés en la provincia de Segovia.BERNARDO PÉREZ (El País).

«El proceso decanonización del N.T.se hizo en medio defuertes polémicassobre el papel de lamujer en la Iglesia. ElCanon refleja unproceso patriarcal deselección y hafuncionado paraexcluir a las mujeresdel liderazgo eclesial»La vida eclesial de lossiglos II y III estárecorrida por fuertespolémicas, en las quese muestran muyactivos grupos con ungran protagonismo delas mujeres.

[6] Vom Urchistentum zur Kirche, Man-chen 1982, 16.

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57«El proceso de canonización del N.T. sehizo en medio de fuertes polémicassobre el papel de la mujer en la Iglesia.El Canon refleja un proceso patriarcalde selección y ha funcionado para ex-cluir a las mujeres del liderazgo ecle-sial»[7] La vida eclesial de los siglos IIy III está recorrida por fuertes polémi-cas, en las que se muestran muy activosgrupos con un gran protagonismo de lasmujeres. «Debemos a estas polémicasel que hayan sobrevivido unos pocostrocitos de informaciones históricas -aunque sean transmitidas en medio deprejuicios y discusiones- sobre el lide-razgo de mujeres en varios grupos delcristianismo primitivo»[8]

Los grupos subalternos suelen estar pre-sentes en literaturas marginadas másque en la hegemónica y oficializada.Por eso una hermenéutica feminista nopuede limitarse al canon del N.T., sinoque tiene que considerar la literaturaproveniente de los grupos cristianosmarginados; una literatura que se co-noce poco, porque precisamente por sermarginal tuvo siempre dificultades paraeditarse y difundirse.

«El estudio histórico de las mujeres nopuede limitarse al cuerpo de literaturacanonizado por hombres o elevado alnivel de normatividad por hombres…Esto significa que quienes deseen estu-diar la historia de las mujeres en el cris-tianismo primitivo no pueden limitarseal canon del N.T. y no pueden excluir alas iglesias cristianas primitivas consi-dera das heréticas por otras ramas delcristiamismo primitivo»[9] Asimismo,no hay que confundir lo que piensan

sobre las mujeres los varones que hanredactado los textos[10] – el papel efec-tivo que las mujeres desempeñaron.

Bultmann habló de las desmitologiza-ción del N.T., entendida como la inter-pretación actualizada y aceptable parauna mentalidad racional y científica dellenguaje mítico de la Biblia. Hoy hayque hablar de una interpretación despa-triarcalizadora, que recupere el genuinomensaje bíblico más allá de sus condi-cionamientos patriarca- les. «Si estamoshoy al final de la cultura patriarcal, en-tonces es razonable que se planteen crí-ticamente cosas que hasta ahoraparecían evidentes e indiscutidas»[11]

II – LA MUJER EN EL MOVI-MIENTO DE JESÚS

¿Cómo se ha llegado a la patriarcaliza-ción de las estructuras eclesiales y a lalegitimación cristiana de la sociedad pa-triarcal? ¿Es un proceso necesario eirreversible? ¿Se realizó sin tensiones?¿No hay otros modelos y otras posibili-dades en la primitiva tradición cris-tiana?

1. ¿Cuál era la situación de la mujer enel movimiento de Jesús? Es necesaria-mente el primer paso de nuestro reco-rrido histórico.

Hay que notar que me pregunto por elmovimiento de Jesús y no por el Jesúshistórico. Es un planteamiento más co-rrecto del asunto, que no puedo justifi-car ahora en toda su extensión. Esmucho más difícil e hipotético conse-

guir la precisión histórica sobre una per-sonalidad concreta, que no describir so-ciológicamente un movimiento social.Ciertamente son mucho más precisableslos rasgos genéricos del comporta-miento de un grupo social, que no laspalabras concretas de una personalidaddel pasado. Más aún, será el comporta-miento del grupo lo que más nos puedaenseñar sobre la persona que está en suorigen. Metodológicamente es éste el

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[7] E. SCHUSSLER FIORENZA, en deCross Currents (dr. nota 1), 310.[8] E. SCHUSSLER FIORENZA. en id.,311.[9] B J. BROOTEN, art, e. (cfr. nota 5), 85.[10] Es posible que se considere con dema-siada facilidad que todos los autores de lasprimitivas obras cristianas son varones.Harnack apuntó en varias ocasiones de quePriscila fuera la autora de la especial-mente.Probabilia über dic Adresse und denVerfasser des Hebráerbriefes, ZNW 1(1900) 16-41. S. DAVIES. The Revolt ofthe Windows: The Social World of the Apo-cryphal Acts, London-Amsterdam 1980,considera que los 1-lechos Apócrifos pro-ceden de un grupo de mujeres. [11] J. MOLTMANN. Dic Bibel und das

Patriarchat, EvTh 42 (1982), 481.

Liderazgo de mujeres en la Iglesia primitiva (Religión Digital).

Desde un punto devista sociológico, elmovimiento de Jesús esun movimiento derenovación intrajudío,contracultural, quecuestiona las dosinstituciones sociales yreligiosas centrales, laLey y el Templo. Ahorabien, el movimiento deJesús, a diferencia deotros fenómenossimilarescontemporáneos -porejemplo los esenios delQumrán- no es decarácter exclusivo,sino inclusivo.

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camino más adecuado, cuando se cono-cen las enormes disparidades y el es-cepticismo final a que llegó la ingenteinvestigación sobre el Jesús históricodel siglo XIX y primera parte del XX.

Por movimiento de Jesús entendemos algrupo formado por Jesús y sus discípu-los en Palestina antes de su muerte yque continúa hasta la destrucción de Je-rusalén del año 70.

Desde un punto de vista sociológico, elmovimiento de Jesús es un movimientode renovación intrajudío, contracultu-ral, que cuestiona las dos institucionessociales y religiosas centrales, la Ley yel Templo. Ahora bien, el movimientode Jesús, a diferencia de otros fenóme-nos similares contemporáneos -porejemplo los esenios del Qumrán- no esde carácter exclusivo, sino inclusivo. Esdecir, no se restringe a una élite depuros, que se margina de los demás,sino que convoca a todos, de manera es-pecial a los excluidos, por el sistema vi-gente de la Ley y del Templo. Los Queveían confirmada religiosamente su dis-criminación social -es decir, «los peca-dores»-, los publicanos, los niños, «losleprosos», los pobres, las mujeres, en-cuentran acogida y se reconocen en elmovimiento de Jesús.

Así se explica el papel central desem-peñado por las mujeres en el movi-miento de Jesús. La misma disposiciónmaterial del templo reflejaba un sistemareligioso discriminatorio. Había un

patio al que podían acceder los paganos,pero no podían ir más allá. En otro atriose permitía la entrada a las mujeres ju-días, que, sin embargo, no tenían accesoal recinto de los varones. Podríamos ha-blar aún de la separación entre laicos ysacerdotes e, incluso, de la existenteentre Dios -en su Santo de los Santos-y el pueblo en general. Con una termi-nología moderna se diría que el sistemareligioso del templo era racista (separa-ción judíos-paganos), sexista (hombres-mujeres) y clasista (clero-laicos).

También es evidente la marginación dela mujer en la Ley: en principio, el di-vorcio es un prerrogativa del hom-bre[12] la circuncisión, señal depertenencia al pueblo judío, es un ritoabsolutamente machista e imposiblepara las mujeres; las normas de purezalegal controlaban la vida de las mujeresmás que la de los hombres y determina-ban restrictivamente su acceso a Dios.

En el movimiento de Jesús se resitúa aDios, caen las discriminaciones, se abreel acceso a Dios a todos los miembrosdel pueblo, y especialmente a aquellos

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Así se explica el papelcentral desempeñadopor las mujeres en elmovimiento de Jesús.La misma disposiciónmaterial del temploreflejaba un sistemareligiosodiscriminatorio. Habíaun patio al que podíanacceder los paganos,pero no podían ir másallá. En otro atrio sepermitía la entrada alas mujeres judías, que,sin embargo, no teníanacceso al recinto de losvarones. Podríamoshablar aún de laseparación entre laicosy sacerdotes e, incluso,de la existente entreDios -en su Santo delos Santos- y el puebloen general. Con unaterminología modernase diría que el sistemareligioso del temploera racista (separaciónjudíos-paganos),sexista (hombres-mujeres) y clasista(clero-laicos).

[12] Esta es la opinión más común. De-fiende que también la mujer podía tomarlainiciativa en el judaísmo para divorciarse laautora B. BROOTEN, Konnten Frauen imalten Judentum dic Scheidungbetreiben?Uberlegungen zu Mk 10:11-12und Kor 7:10-II, EvTh 42 (1982) 65-80.Conviene ver la respuesta de E. SCHWEI-ZER, Scheidungsrecht der jüdischen Frau?Weibliche Jünger Jesu?. EvTh 42 (1982)294-300.

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59que a causa de su situación, teníanmenos posibilidades de experimentar aDios en el Templo y en la Ley.[13]

La participación de las mujeres en elmovimiento de Jesús no se puede redu-cir al eco que encuentra entre los po-bres. La superación de las estructuraspatriarcales está presente en el anunciodel Reino de Dios y, por eso, la mujerse siente interpelada en cuantomujer.[14]

El Dios de Jesús restituye su dignidad alas mujeres, igual que a los hombres. Aesta luz hay que entender la prohibiciónabsoluta del divorcio. La misma pre-gunta -«¿puede el marido repudiar a sumujer?»- muestra ya la ventaja delhombre. La ley antigua permitía el di-vorcio «por la dureza de vuestra cora-zón», por lo arraigado de vuestramentalidad patriarcal. Pero para Jesúslas cosas tienen que ser de otra manera.«Dios los hizo varón y hembra. Por esodejará el hombre a su padre y a sumadre, y los dos se harán una solacarne. Lo que Dios unió, no lo separe elhombre». La intención última de las pa-labras de Jesús no es establecer una leyni menos, una casuística, sino denunciaruna ley injusta, que discriminaba a lamujer, y promover la relación entre per-sonas iguales. De ahí que la falta delhombre que abandona su mujer se unecon otra no consista en la ofensa contrael propietario de la que ha tomado, sinoen la injusticia contra la que ha abando-nado, que no es un mero objeto de po-sesión, sino un sujeto personal, conquien se establecen relaciones recípro-cas (Mc 10:11: Mt 19:9: 5:32; Lc16:18).

Así se explica la reacción absoluta-mente machista de los discípulos anteestas palabras tan nuevas de Jesús: «Sital es la condición del hombre respectode la mujer. no trae cuenta casarse» (Mt19:10).

La reciprocidad total de las relacionesentre el hombre y la mujer, basada en laigualdad de su condición personal yante Dios, es una novedad que Jesús in-troduce y que estaba llamada a tenerhondas repercusiones históricas.

2. Una consideración, que podríamosllamar de mínimos según los más exi-gentes criterios de crítica histórica y,por e mucho valor: los evangelios estánescritos en un momento en que el pro-ceso de patriarcalización está decidida-mente en marcha en la Iglesia, pero, sinembargo, jamás se atribuya Jesús nadaque pueda resultar lesivo o marginadorde la mujer. La Iglesia no puede basarseen Jesús para justificar sus comporta-mientos patriarcales y recurre a la Toráo a pasajes del A.T. (Gen 2-3), lo que esnotable porque normalmente intentabajustificar sus comportamientos recu-rriendo a sentencias de Jesús.

«Es un contraste instructivo que Jesúsnunca pinta a la mujer como algo malo,ni en ninguna parábola se la ve con luznegativa, ni se advierte nunca a sus dis-cípulos de la tentación que pueda supo-nerles una mujer. Dicho brevemente,Jesús se diferencia de sus colegas judíosy de la mayoría de los maestros religio-sos de antes y de después de él, tantoorientales como occidentales. Y ac-tuando así, Jesús ignora incluso afirma-ciones despectivas para la mujer, que seencuentran en las propias Escrituras,como Ecl 7:25-30; Sab 19:2; 22:3, y42:l4»[15]

3. El anuncio del Reino de Dios rompelas estructuras patriarcales e implicauna forma nueva de valorar a la mujer,que no la restringe a la maternidad y alas tareas del hogar.

Le dicen a Jesús: «Tu madre y tus her-manos están fuera y te buscan. El lesresponde: ¿quién es mi madre y mishermanos?… Quien cumpla la voluntadde Dios ése es mi hermano y hermanay madre» (Mc 3:31-35; Mt 12:46-50;Lc 8:19-21). Es notable que prevea nosólo la vinculación de los hombrescomo hermanos, sino las de las mujerescomo hermanas, lo que no venía exi-gido por la afirmación de los circuns-tantes. El movimiento de Jesús creaunas vinculaciones alternativas a las vi-gentes, una «fratría» de iguales en quelas mujeres tienen las mismas posibili-dades que los hombres.

Se confirma por otro pasaje: «Jesús res-pondió: yo os aseguro: nadie que hayadejado casa, hermanos, hermanas,madre, padre, hijos o hacienda por mí ypor el Evangelio quedará sin recibir elciento por uno: ahora, al presente,casas, hermanos, hermanas, madres,hijos y hacienda, con persecuciones; yen el tiempo venidero, vida eterna» (Mc10:20-30). Los discípulos de Jesús rom-pen sus vinculaciones anteriores[16] yencuentran en la comunidad cristianauna nueva familia, en la cual, sin em-bargo, no se menciona la existencia delp La comunidad de Jesús no reproducelas T patriarcales vigentes, sino q unaalternativa fraterna ante ellas.

El fundamento último radica en que laaceptación de Dios como el único Padrees la subversión crítica de todas las es-tructuras de dominación, incluidas laspatriarcales: «…vosotros sois todosherma nos. No llaméis a nadie Padrevuestro en la tierra, porque uno sólo esvuestro Padre… El mayor entre voso-tros sea vuestro servidor. Pues el que seensalce, será humillado, y el que se hu-

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[13] E.S. SCHLSSLER FIORENZA, InMemory of Her. (cfr. nota 1) 141.[14] L. SCHOTTROFF piensa que, desdela perspectiva del movimiento de Jesús, laopresión de la mujer era reducible a la ge-neral que sufrían los pobres: Women as Fo-llowers of Jesus in New Testament Times:An Exercise in Social-Historical Exegesisof the Bible. en N,K. Gottwald (cd.). TheBible and Liberation. Po/ideal and SocialHermeneutics, New York 1983, 4 18-427:ID., Frauen in der Nachfoige Jesu iri neu-testamentlicher Zeit. e W. Schottrotf-W.Stegemann (cd.). Traditionen der Be-freiung. 2 írauen in der Bihe/, München1980, 91-133.

[15] W. KLASSEN, Mussonius Rufus,Jesus and Paul: Three First-Century Femi-nists, en P. Richardson and J.C. Hurd (cd.),From Jesus to Paul.Studies in Honor 0fF.Wright Beare. Ontario 1984, 199.

[16] El seguimiento de Jesús supone la rup-tura de las anteriores vinculaciones socia-les, entre ellas las de carácter patriarcal,pero no de la vinculación entre el hombrey la mujer. Cfr. Mc 10:29-30; Mt 19:29. Encambio, Le, que es el posterior entre los si-nópticos, también habla de la ruptura de lavinculación entre el hombre y la mujer:14:26 (diferente Mt 10:37) y 18:29. Contralo que se suele pensar con frecuencia, Le esel sinóptico más hipotecado por una redac-ción androcéntrica. Cfr. E. SCHUSSLERFIORENZA, art, en de Cross Currents (cfr.nota 1) 307 s.

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mille será ensalzado» (Mt 23:8-12). El«padre» Dios de Jesús hace posible lafraternidad o, quizá mejor, la herman-dad negando el derecho a la existenciaa otro «padre» y a todo patriarcado. Nilos «hermanos» ni las «hermanas» pue-den reclamar la «autoridad del padre»en la comunidad cristiana, porque sig-nificaría reivindicar un poder que sóloa Dios pertenece.[17]

Y esto, lejos de ser periférico o margi-nal, pertenece a lo más específico delproyecto de Jesús. El Reino de Dios in-vierte los valores y las estructuras hege-mónicas en el mundo. Las palabras deJesús al respecto son tan importantesque se han transmitido bajo siete formasdiferentes en la tradición sinóptica (Mc10:42-45; Mt 20:26-27; Lc 22:24-27;Mac 9:35-37; Mt 18:1-4; Lc 9:48; Mt23:8-1 1). «Sabéis que los que son teni-dos como jefes de las naciones, las go-biernan como señores absolutos y losgrandes las oprimen con su poder. Perono ha de ser así entre vosotros; sino queel que quiera llegar a ser grande entrevosotros, será vuestro servidor, y el quequiera ser el primero entre vosotros,será esclavo de todos» (Mc 10:42-44).Por eso en el movimiento de Jesús -mo-vimiento contracultural y alternativo ra-dical- se reconocían los pobres, losmarginados de varias clases y. entreellos, las mujeres. Encontraban allí es-peranza y acogida.

4. En efecto, la participación y el pro-tagonismo de la mujer en el movi-

miento de Jesús fue notable, aunquepara detectarlo tengamos que rastrearlos indicios textuales que se han sal-vado de la censura patriarcal de la igle-sia posterior. He aquí dos datos deinterés, aunque no son los más decisi-vos.

a) Cuando los textos hablan genérica-mente de «los discípulos» o de la genteque sigue a Jesús, hay que incluir, almenos en muchos casos, a mujeres. Esun reflejo androcéntrico pensar sólo envarones. De hecho, en varias ocasionessurge de entre la gente el gesto o la pa-labra de unas mujeres (Mc 5:25-34; Lc11:27), cuya presencia -como la deotras muchas- se presupone como algoobvio.

b) Lucas informa que en un momentodeterminado Jesús designó «a otros 72discípulos y los envió de dos en dos de-lante de sí» (10:1). ¿Por qué pensar quetodos estos discípulos eran varones?Nos traicionaría, otra vez, el presu-puesto androcéntrico de nuestra cultura.Parece lógico que entre estos 72 discí-pulos hubiera mujeres e, incluso, matri-monios No conocemos con certeza laexistencia de parejas de esposos, ambosactivos misioneros, en las primeras igle-sias de Asia Menor y Roma? Recorde-mos a Priscila y Aquila, a Andrónico yJunia (Roma 16:7) o lo que Pablo dicede los apóstoles, los hermanos delSeñor y Cefas, que iban acompañadosde una mujer creyente -su mujer- du-rante sus itinerarios apostólicos (1 Cor9:5).

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UN Photo/Isaac Alebe Avoro Lu'ub/Onu.edu.

Un gran estudioso delos evangelios, muyconocido y acreditadoen el mundo exegético,Schürmann, dice lassiguientes palabras:«Que Jesús admitiesemujeres en suseguimiento, esciertamente uncomportamiento muyescandaloso en elcontexto palestino, quedebía dar un estímuloinicial para lasituación social yreligiosa de la mujeren la iglesia y fuera deella… Con sucomportamiento sinprejuicios Jesús liberafundamentalmente a lamujer para unaconsideración social…Las mujeres estánpresentes con todanaturalidad en lasreuniones de losdiscípulos de Jesús;tienen en la vida de lacomunidad tareasimportantes»

[17] E. SCHUSSLER FIORENZA, In Me-mory of Her. (cfr. nota 1)151.

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615. Pero el testimonio decisivo sobre elseguimiento de Jesús por parte de ungrupo de mujeres lo encontramos en lostextos de la muerte de Jesús y de losacontecimientos pascuales. Aquí hay unrecuerdo tan importante e insólito queno ha podido ser borrado.

Los evangelios coinciden en decir quea los pies de la cruz de Jesús se encuen-tra un grupo de mujeres, mientras quelos varones se han escapado. Y los si-nópticos afirman «que eran muchas yque le habían seguido desde Galilea»(Mc 15:40; Mt 27:55; Le 23:49). Sondiscípulas, porque «seguir» a Jesús(akolouqein = acoluzein) es el compor-tamiento típico de los discípulos. Estasmujeres han roto con su situación ante-rior, se han entregado a la causa delReino de Dios y llevan la vida itinerantey desinstalada del grupo de Jesús. Lenos lo dice explícitamente en un mo-mento del ministerio de Jesús y nos dael nombre de varias de estas mujeres,entre las cuales sobresale María Mag-dalena (8:1-3).

Un gran estudioso de los evangelios,muy conocido y acreditado en el mundoexegético, Schürmann, dice las siguien-tes palabras: «Que Jesús admitiese mu-jeres en su seguimiento, es ciertamenteun comportamiento muy escandalosoen el contexto palestino, que debía darun estímulo inicial para la situación so-cial y religiosa de la mujer en la iglesiay fuera de ella… Con su comporta-miento sin prejuicios Jesús libera fun-damentalmente a la mujer para unaconsideración social… Las mujeresestán presentes con toda naturalidad enlas reuniones de los discípulos de Jesús;tienen en la vida de la comunidad tareasimportantes»[18]

Son un grupo de mujeres los testigos dela muerte de Jesús y de su sepultura(«se fijaban donde era puesto»: Mc15:47; Mt 27:61; Lc 23:55); son ellastambién quienes primero descubren latumba vacía y reciben el anuncio pas-cual (Mc 16:1-8; Mt 28:1-8; Lc 24:1-8);e incluso, en los evangelios de Mt y Jn,el Resucitado se aparece en primerlugar a estas mujeres. Y hay que notar

que son precisamente estos hechos -lamuerte de Jesús, la sepultura, la resu-rrección y su aparición- los que se con-fiesan en el credo cristiano másprimitivo (1 Cor 15:3-5). De ellos sontestigos un grupo de mujeres.

Este protagonismo de las mujeres esimposible que haya sido inventado yresponde a los requisitos de los más exi-gentes criterios de crítica histórica. Enprimer lugar, al criterio de atestaciónmúltiple, pues, como hemos visto, setransmite en todas las fuentes evangéli-cas. Y, en segundo lugar, al criterio dediscontinuidad, porque este protago-nismo de la mujer choca con la menta-lidad judía, para la cual el testimonio dela mujer no tenía valor jurídico alguno,pero tampoco se explica como proyec-ción de la iglesia posterior, que tiende areducir su papel en beneficio del de losapóstoles varones.

Hay ciertas fluctuaciones en los nom-bres de las mujeres en las diversas listasde los evangelios, pero siempre se men-ciona a María Magdalena. Ella es tes-tigo de la muerte de Jesús y de susepultura, la que descubre la tumbavacía y recibe el anuncio pascual, la queprimero proclama la buena nueva de laresurrección y la que primero se en-cuentra con el Señor resucitado. Sinduda, esta mujer, María Magdalena,tuvo en los orígenes del cristianismouna importancia tan grande cornoPedro, si no mayor[19]Es significativoy elocuente que los textos canónicos -la literatura oficial- hable mucho dePedro y muy poco de María Magdalena,mientras que la literatura cristiana mar-ginal -apócrifos- mantiene muy vivo elrecuerdo de esta mujer.

Si María Magadalena hubiese vivido enel seno de una familia judía, lo normales que se la hubiera designado por laadición del nombre de un parientevarón (cfr. María la de Santiago, Maríala de José). Por el contrario, se la co-noce por su origen, Magdala, localidaden la ribera occidental del lago Tibería-des. El nombre indica que había aban-

donado su pueblo, que no vivía ya en él,pues difícilmente los habitantes deMagdala la hubieran llamado Magda-lena. Era así conocida por judíos dedentro y de fuera del movimiento deJesús. Es decir, se trata de una mujerque participa de la vida itinerante delgrupo de Jesús que no estaba, en aquelmomento, vinculada a un marido.[20]

Ahora bien, muy pronto comienza unproceso de relegación del papel deci-sivo de las mujeres en el origen, para fa-vorecer el protagonismo de losapóstoles varones y, especialmente, elde Pedro. La institucionalización ecle-siástica fue de la mano de un androcen-trismo creciente.

Voy a señalar algunos detalles de cómo

Ciencias bíblicas y Apología

[18] H. SCHÜRMANN, Das Lukas Evan-gelium. Ersier Teil, Freiburg 1969, 446 s.

[19] L. SCHOTTROFF, Women as Follo-wers of Jesus in New Testament Times: AnExercise in Social-Historical Exegesis ofthe Bible. (cfr. nota 14) 419.

María Magdalena, a suVez, se queja y apenasse atreve a hablar,porque Pedro, que«odia a las mujeres»(72), la intimida. PeroJesús dice que quienrecibe la revelación yla gnosis debe hablar yda lo mismo que seahombre o mujer. Másaún, Jesús la declarabienaventurada yafirma que Maríapuede hablarfrancamente, porque sucorazón está dirigidoal cielo más que el delos otros discípulos

[20] En las fuentes clásicas se conoce elcaso de una mujer que fue filósofa cínicaitinerante. Su nombre era Hippardria, joveny de rica familia, recorrió. en plan mendi-cante, Grecia junto con Krates (Diog. L. VI,69s.).Cfr. L. Schorttroff art. c. en la nota an-terior, 420.

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62se presentan las cosas en los textos ca-nónicos. En los evangelios sinópticoslas mujeres reciben el anuncio pascualy son las encargadas de darlo a conocera los demás discípulos. En el evangeliode Lc, el sinóptico más tardío, se diceque anunciaron «a los once y a todos losdemás» (24:9), que no creen a las mu-jeres «porque todas estas palabras le pa-recían desatinos» (y. 11; cfr. y. 24); elmismo Lc presupone una aparición aSimón -que suplanta la más antigua alas mujeres (Mt 28:9-10; Jn 20:1l-l8).-y que, además, sí tiene valor y es dignade crédito (24:34). En el evangelio deJuan, posterior a los sinópticos, las mu-jeres no reciben el anuncio pascual enla tumba y no se atreven a entrar en ella;van respetuosas a dar la noticia a Pedroy al discípulo amado, para que seanellos los primeros que testifiquen del se-pulcro vacío. Por fin, Pablo transmiteuna fórmula oficial del credo y en ellase dice que «Cristo murió… fue sepul-tado… resucitó… se apareció a Cefas yluego a los Doce…» (1 Cor 15:3-5).Aquí ya han desaparecido totalmentelas mujeres que, sin embargo, habíansido las primeras testigos de todos loshechos confesados.[21] Pero su testi-monio no tenía valor, podía ser hastacontraproducente, y su puesto ha sidoocupado por «Cefas y los Doce».

6. Es muy interesante seguir este pro-ceso a través de la literatura apócrifa.Lo señalo a grandes rasgos.

En varios apócrifos María Magdalenaocupa un lugar muy importante, en al-guna ocasión en compañía de los após-toles.[22] En el famoso Evangelio de

Tomás (no posterior a mediados delsiglo II) está presente el antagonismoentre Pedro y María Magdalena. Hay unmomento en que Pedro llega a decir:«se aleje María de nosotros, pues lasmujeres no merecen la vida!» (114)[23]En Pistis Sofia (= Pistis Sophía), escritognóstico del siglo III, María Magdalenatiene un puesto preeminente entre losdiscípulos. Ella pregunta 39 de las 46cuestiones que se dirigen a Jesús y tienetambién un papel destacado a la hora dedar interpretaciones. La hostilidad quele tiene Pedro es patente (36:146), elcual llega a exclamar: «Señor mío, nopodemos soportar a esta mujer, porquehabla todo el tiempo y no nos deja ha-blar a nosotros». María Magdalena, a suVez, se queja y apenas se atreve a ha-blar, porque Pedro, que «odia a las mu-jeres» (72), la intimida. Pero Jesús diceque quien recibe la revelación y la gno-sis debe hablar y da lo mismo que seahombre o mujer. Más aún, Jesús la de-clara bienaventurada y afirma queMaría puede hablar francamente, por-que su corazón está dirigido al cielomás que el de los otros discípulos (17).Es claro que esta discusión entre Pedroy la Magdalena refleja el debate exis-tente en la primitiva iglesia sobre elpapel de las mujeres en la transmisiónde la revelación y la tradición.[24]

Pero es quizá el Evangelio de María

(que se refiere evidentemente a la Mag-dalena) el te mejor refleja la polémicaexistente en la iglesia primitiva en tomoal papel de las mujeres.[25] Es una obrabreve, que no se conserva en su totali-dad, procedente del siglo II. La primeraparte consiste en una revelación deCristo resucitado que pronto desapa-rece. En la segunda, María Magdalenase presta a descubrir la verdad. Lomejor es que leamos el texto que sigue.Después de haber escuchado a estamujer, Andrés dice: «Decid lo que pen-sáis sobre lo que ella ha dicho. Yo, pormi parte, no creo que el Salvador hayaproferido cosas semejantes» (15). Pedroigualmente se interroga: « Salvador hahablado con una mujer a escondidas denosotros? ¿Pero es que debemos pone-mos a la escucha de ella, como si fuerapreferida a todos nosotros?» (16). Maríase echó a llorar y se dirigió a Pedro:«Hermano mío, Pedro, ¿qué piensas?¿Crees, quizá, que me he inventadoestas cosas o que digo mentiras en loque respecta al Salvador?» (17). Enton-ces Leví, tomando la palabra, respondea Pedro: Pedro, tú siempre eres colé-rico. Observo que tratas a las mujerescomo si fuesen enemigos. Si el Señor laha hecho digna, ¿quién eres tú para re-chazarla? Ciertamente el Salvador laconoce muy bien. Por eso la ama másque a nosotros. Es mejor que nos aver-goncemos, nos revistamos del hombreperfecto, nos formemos (o ¿nos separe-mos?) como él nos ha mandado y pre-diquemos el evangelio, sin imponermás mandato o ley que lo dicho por elSalvador» (18).

Evidentemente para nada importa sabersi se dio alguna vez históricamente undiálogo de este estilo entre Pedro yMaría Magdalena. Lo que está claro esque en el siglo había un sector de laiglesia que reclamaba la autoridad dePedro y que marginaba el papel de lamujer, mientras que otros grupos cris-tianos reinvidicaban su protagonismo ypensaban ser así más fieles al Señor. (Continuará) R

Ciencias bíblicas y Apología

[21] L. SCHOTTROFF, Maria Magdalenaund dic Frauen am Grabe Jesu, EvTh 42(1982) 13. M. HENGEL, Maria Magdalenaund di Frauen als Zeugen, en Abrahamunser Valer (Fest. für O. Michel), Tübingen1963, 246. E. SCHUSSLER FIORENZA,art. e. de Cross Currents (cfr. nota 1) 308.[22] Sophia Jesu C’hrzsti Diálogo del Sal-vador: sobre todo el Evangelio de Felipe.Se trata de textos gnósticos. Una magníficaedición, cómoda y con notas de estos textosy de los que después menciono: M. ERBE-TRA, Gli Apocriji del Nuovo Testamento.1/1 Vangeli, Testi giudeo-cristiani e gnos-tici, Casale Monferrato 1982 (los númerosde los párrafos que cito se refieren a estaedición). También J.M. ROBINSON, TheNag Hamrnadj Librar:, San Francisco 1981

[23] A lo que Jesús responde: «He aquí queyo la atraeré para hacerla hombre. Así tam-bién ella se convertirá en Espíritu viviente,semejante a vosotros hombres. Toda mujerque se hace hombre entrará en el Reino delos cielos» (114). Evidentemente esta res-puesta de Jesús plantea problemas sobre laconsideración de la mujer, en que no puedoentrar ahora. Se parte de una dualidad entreel principio masculino y el femenino, entreel pneuma (=pneuma) y el nous (=nous),pero ambos principios se dan tanto en lamujer como en el varón. MW. MEYER,Making Mary Male: The Categories«Male» and «Female» in the Gospel ofThomas. NTS 31 (1985) 554-570 piensaque no hay subordinación de la mujer. Enel fondo existe el ideal del andrógino conla reconciliación y superación de lo mascu-lino y de lo femenino y da realmente la im-presión de que la mujer está más lejos deél. Cfr. E. PAGELS, Los Evangelios Gnós-ticos, Barcelona 1982, 91-115.[24] A. HARNACK, Uber das gnostischeBuch Pistis-Sophia, TU 7, 1891.

[25] Además de las obras citadas en la nota22, puede verse L’Evangile selon Marie(Bibliotheque copte de Nag Hammadi. Sec-tion “Textes” 10), editado por a. Pasquier,Québec 1983, que tiene una introducciónmuy valiosa.

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Siguiendo con el capitulo siete deCantares, nos encontramos conla descripcion de otras partes del

cuerpo de la esposa que su amado nospresenta –con una gran delicadeza–plasmada en hermosa composicionpoetica:

Los ojos: “Tus ojos, como los estanquesde Hesbon junto a la puerta de Bat-ra-bim”.

La expresion “puerta de Bat-rabim” si-gnifica “hija de muchos”. Es precisovolver al capitulo cuatro de esta joyaliteraria para encontrarnos con la pre-sentacion que en aquel lugar realiza elesposo de los ojos de su amada: “Pren-diste mi corazon (Fray Luis de Leontraduce: “herido has”), hermana, esposamia. Has apresado mi corazon con unode tus ojos” Can- tares 4:9. Podemosafirmar que fueron especialmente losojos de la esposa los que encendieronel fuego amoroso y pasional del esposo.Los ojos son una parte de la cara de es-pecial relevancia y son los organos pri-mordiales de expresion afectiva, emo-cional y noetica de los pensamientos y

sentimientos de una persona. En ellosse reflejan los estados de animo talescomo la alegria, la tristeza y las emo-ciones mas sublimes, que se emiten enun lenguaje envuelto en sentimientosque alcanzan las regiones mas profundasde la esfera de nuestra intimidad. Losojos son el espejo en el que se mirannuestros interlocutores para captar losaspectos mas escondidos de “nuestrohombre interior”. Los ojos nos hablande nuestros sentimientos mas nobles(bondad, misericordia, paz, mansedum-bre, amistad, amor...) y de aquellosotros que expresan las pasiones masdeletereas (rabia, odio, venganza, celos,deseos homicidas...). Los ojos son losorganos de los sentidos que expresan,por antonomasia, ese mundo “interior”que todos llevamos dentro de nuestroser, en los arcanos mas reconditos denuestra personalidad. Los que se hanenamorado alguna vez, conocen y en-tienden el lenguaje trascendental de losojos. El amor contiene las claves esen-ciales para saber interpretar dicho len-guaje.

Hay que tener en cuenta un detalle,

José M. González Campa

Licenciado en Medicina yCirugía. Especialista enPsiquiatría Comunitaria.Psicoterapeuta. Especialistaen alcoholismo ytoxicomanías. Conferenciantede temas científicos,paracientíficos y teológicos, anivel nacional e internacional.Teólogo y Escritorevangélico.

EL SUEÑO

DE LA SULAMITAUn estudio lingüístico-literario y una singular interpretación de

El Cantar de los Cantares

COMENTARIO A CANTAR DE LOS CANTARESCAPÍTULO 23

Blog del autor:josemanuelgonzalezcampa.es

Espiritualidad

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mas que significativo, cuando es la es-posa la que describe a su amado enCantares 5:12:

“Sus ojos como palomas junto a losarroyos de las aguas, que se lavan conleche y a la perfección colocados”.

Es cierto que desde el punto de vistaorganoleptico (organos de los sentidos)

los ojos sirven para ver, pero tambienpara que nos vean los otros. Si los ojostienen imperfecciones o sufren altera-ciones patologicas ya no nos permitenver la realidad del entorno tal y comoes. Las alteraciones escotomicas (laaparicion de determinadas zonas oscurasen nuestro campo visual) impiden lavision clara e integral de nuestro peri-mundo y la posibilidad de integrarlo ennuestra conciencia yoica. Los ojos tienenque estar limpios, libres de trastornos,para que podamos percibir con claridadtoda la panoramica que abarca nuestrocampo visual. Se dice que “la cara es elespejo del alma”, pero en realidad sonlos ojos los que nos hablan, de unaforma mas clara, de la realidad internade una persona. En definitiva, los ojoshablan de la esfera de nuestra intimidad,de lo que somos por dentro. La proyec-cion de nuestros pensamientos y senti-mientos mas intimos, a traves de nuestrosojos, transciende lo anatomico, lofisiologico, lo psico-emocional cons-ciente y alcanza hasta los estratos massubliminales de nuestra realidad psico-somatica mas inaccesible. Los ojos ha-blan de la bondad de nuestro co- razono de la perversion de nuestras entranas.Podemos enganar con palabras, peronuestro engano sera descubierto cuandose refleje en el espejo de nuestros ojos.Es dificil que alguien nos engane cuandole mi- ramos a los ojos abiertamente.Cuando no se puede mantener firme,di- recta y abierta la mirada, algo seesta ocultando: sentimientos de culpa,de verguenza, de animadversion, o quizasentimientos amorosos que tenemos re-primidos en los estratos mas profundos

de nuestro corazon y que sentimosmiedo a que se hagan manifiestos. Elgran poeta del Romanticismo GustavoAdolfo Bécquer comparaba el amor conla poesía y descubría la verdadera co-municación de los enamorados, en estasublime composición:

¿Que es poesia, dices, mientras clavasen mi pupila tu pupila azul?¿Que es poesia? ¿Y tu me lo preguntas?Poesia eres tu.

El que no es sincero no mira a los ojos.Muchas personas ocultan su mirada de-tras de unas gafas oscuras para que suinterlocutor/a no pueda apreciar los sen-timientos y la verdad que se refleja enellos; pero no podemos huir de la realidadque anida en lo más profundo de nuestroser y que se manifestará más tarde omás temprano en el espejo de nuestrosojos.

Prosigamos con la descripcion de losojos en este capitulo siete de Cantar delos cantares:

“Tus ojos, como los estanques de Hesbonjunto a la puerta de Bat-rabim”.

La puerta de la que aquí se habla estabaen la muralla este de Jerusalén, en frentedel Monte de los Olivos y del torrentede Cedron que atravesaba el estrechovalle de Josafat. La puerta de Bat-rabimsignificaba, como ya dijimos, “hija demuchos”, y al entrar por ella se accediaa una plaza que, en realidad, era la quele daba nombre a la puerta: la plaza deBat-rabim. Mucha gente entraba por

Espiritualidad

Si la esposa deCantares es una figurade la Iglesia (segun lainterpretacionalegorica deOrigenes), esta tendriaque tener unos ojosgrandes, hermosos,sinceros, limpios ytransparentes. Esosojos, seriamos cadauno de los miembrosdel Cuerpo organico (yno mistico) de Cristo.

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65esa puerta para llegar a esta plaza que,a la sazon, estaba llena de grandes es-tanques de agua pura y cristalina. Laexperiencia del que llegaba a ser lugary se acercaba alguno de sus estanques,límpidos y transparentes, era la de verreflejada en el agua, de los mismos, supropia imagen.

Si la esposa de Cantares es una figurade la Iglesia (segun la interpretacionalegorica de Origenes), esta tendria quetener unos ojos grandes, hermosos, sin-ceros, limpios y transparentes. Esosojos, seriamos cada uno de los miembrosdel Cuerpo organico (y no mistico) deCristo. Ahora bien, ¿como nos presen-tamos ante nuestros hermanos/as, y engeneral, ante los hombres? ¿Lo hacemoscon la cara descubierta, mirando defrente, sin ocultar la realidad cristologicaque se deberia reflejar en nuestros ojos;o por el contrario, cubrimos los espejosdel alma con unas gafas oscuras, paraque los demas no puedan descubrirnuestra verdadera realidad fraudulentay sigan considerandonos cristianos cuan-do en realidad solo somos seres religiososy pseudocristianos? Alguien muy co-nocido en la historia del pensamientohumano dijo que la religión es el “opiodel pueblo”, y desde mi punto de vista,creo que tenía toda la razón. Los sistemasreligiosos alienan las conciencias y con-ducen a los seres humanos a devenir suexistencia sin una esperanza que les

aboque a una verdadera realizacion me-tafisica. Jesus de Nazaret no vino afundar religion alguna, sino a mostrar alos hombres (antropos) la posibilidadde alcanzar una realizacion inmanentey trascendente. Se posiciono, belige-rantemente, ante el sistema que esclavizaa los cuerpos y desestructura las con-ciencias. Su critica mas incisiva sedirigio a las superestructuras de poderpolitico-religiosas. La religion verdaderaes impracticable conforme a las deman-das biblicas, por consiguiente, cualquiersistema religioso es espurio y conducea los seres humanos a la mas lamentable

miseria y a la frustracion, empujandolesa buscar en el estercolero del pluralismoreligioso una limosna, a fin de alcanzaralguna posibilidad de realizacionmetafisica. Solo la “gracia cara” deDietrich Bonhoeffer puede ser un puntode referencia para un cristianismopractico, eficaz y eficiente. Como co-menta al principio de su obra “El preciode la gracia”, la gracia barata constituyeel gran mal de nuestras iglesias. Si losojos de la esposa fueran limpios, purosy transparentes, se diría lo mismo deellos que lo que la esposa asevera delos ojos de su amado en Cantares 5:12

“Sus ojos como palomas Junto a los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y a la perfeccion colocados”.

Aqui se habla de unas palomas especialesque no eran muy grandes pero quetenian unos ojos muy grandes y precio-sos, y que bajaban a bañarse a los ríos.Al bañarse sus ojos parecían cristaleslimpios y trasparentes, donde las personasal mirarse en ellos veían su propia ima-gen. En “Cantares” parece que cuandola esposa se acercaba al esposo, al mirarsus ojos se veia en ellos y asimismo, el

esposo tambien se veia en los ojos desu amada. Es inevitable preguntarse:cuando el Senor (esposo) se asoma amirarnos fijamente a nuestros ojos, ¿quees lo que ve? En la historia de la Iglesia,existe una experiencia muy a tener enconsideracion. Cuando Jesus ya noestaba en esta tierra ¿que ojos tenia laIglesia? Las gentes de la primera mitaddel siglo primero escrutaban la vida delos creyentes, sus hechos y dichos y les“reconocian que habian estado conJesus”. En la epistola a los Romanosse nos insta a que vayamostransformandonos para que las gentespuedan ver a Jesus en nuestra manerade vivir. Y para que esto ocurra los ojosde la Iglesia deben proyectar su imagen.Los ojos de la Iglesia, nuestra manerade pensar, de ser y estar en el mundo,deben de reflejar la Imagen de Cristoesculpida en nuestro propio corazon.En Romanos 8:29 leemos: “Porque alos que antes conocio, tambien los pre-destino para que fuesen hechos conformea la imagen de su Hijo”. Y el autor dela primera carta a los Corintios 15:49afirma: “Asi como hemos traido la Ima-gen del terrenal, asi tambien traeremosla Imagen del celestial”. La lectura deeste texto parece hablarnos del pasadoy del futuro. Hay que tener en cuentaque tanto el pasado como el futuro sonvinculantes a los terminos que se em-plean. No obstante la version Hispa-noamericana del Nuevo Testamento,traduce muy correctamente asi:

“Asi como hemos llevado la imagendel terreno, llevemos (ahora) la imagendel celestial”. R

Espiritualidad

En “Cantares” pareceque cuando la esposase acercaba al esposo,al mirar sus ojos seveia en ellos yasimismo, el esposotambien se veia en losojos de su amada

Los sistemas religiosos alienan las concienciasy conducen a los seres humanos a devenir suexistencia sin una esperanza que les aboquea una verdadera realizacion metafisica.

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Hace ya unos años, quien entoncesera el pastor de la iglesia de laque soy miembro (o sea, se tra-

taba de mi pastor) me envió un mensajeelectrónico cuando yo andaba de viaje.En él, ya casi como despedida, me decíalo siguiente (que copio al pie de laletra): “Como pastor, los bendigo en elNombre de Cristo, y declaro toda clasede bien  sobre sus familias, trabajo, yministerios”.

Cuando escribí mi respuesta, la mostré,antes de enviarla, al querido amigo encuya casa me hospedaba, y le pedí suconsejo, pues de ningún modo queríaser ofensivo o herir susceptibilidades.Me dijo que la consideraba respetuosa.Tal respuesta, y en el párrafo pertinente,la envié en estos términos: “En efecto,dice usted: ‘Como pastor, los bendigoen el Nombre de Cristo, y declaro todaclase de bien sobre sus familias, trabajo,y ministerios’. Yo preferiría, y perdonemi franqueza, que usted no me bendiga,sino que, más bien, haga como solíahacer el apóstol Pablo: que intercedaante el Señor para que él me bendiga,para que sea él quien derrame sobremí, en abundancia, su gracia. Creo queese lenguaje (‘yo te bendigo’, ‘yo de-claro’) es una moda que no tiene sustentoen la enseñanza del Nuevo Testamento,sino que ha sido impuesta por algunosque  han querido mostrar su autoridad(¿y superioridad?) sobre la grey del Se-ñor, porque el que bendice es superioral bendecido (Hebreos 7.7). / Pastor,

no me mal interprete. No creo, en ab-soluto, que esa sea su actitud. Ya me loha demostrado. Creo, humildemente,que usted se ha dejado llevar por lacostumbre. Por eso me atrevo a decirque no concuerdo con esa costumbre. /Quizás usted no concuerde conmigo.Si es así, tenga la seguridad de que se-guirá contando con todo mi respeto”.

Como seguidores de Jesús estamos lla-mados, ciertamente, a ser de bendiciónpara cuantos estén a nuestro alrededor.Pero..., como también afirma otro refrán:“Del dicho al hecho hay un gran tre-cho”.

En efecto, hay un inmenso trecho entredecir: “Yo te bendigo” y ser en realidadde bendición para la persona a quien sele dirijan tales palabras. Uno es verda-deramente de bendición para otros (cris-tianos o no), no porque les diga que losbendice, sino por las acciones que realiceen sus relaciones personales con ellos.No es del todo extraño que a “las pala-bras” de bendición les sigan hechosque las contradigan. Una de las formasmás dolorosas de esa contradicción esla total indiferencia hacia el supuesta-mente bendecido.

Nos preguntamos de dónde se habráoriginado esa moda del “Yo te bendigo”.Y nos imaginamos que se ha tomadode la tradición patriarcal de la que dantestimonio las Escrituras hebreas, es-pecialmente en el libro de Génesis. Allí

Plutarco Bonilla A.

Fue profesor de laUniversidad de CostaRica y consultor detraducciones deSociedades BíblicasUnidas (Región de lasAméricas). Jubilado,vive en Costa Rica.

LA MODA...,

¿NO INCOMODA?

Espiritualidad

#2

Yo te bendigo

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67se nos dice, por ejemplo, que Isaac, pormedio de un engaño urdido por supropia esposa, le dio la bendición de laprimogenitura a Jacob, cuando en re-alidad le correspondía a Esaú (27.1-29), aunque este se la había vendido asu hermano por un plato de lentejas(25.29-34)..., sin que su padre, Isaac, losupiera.También se nos informa que Jacob ben-dijo a los hijos de José al bendecir pri-mero a este (48.15-16) y luego directa-mente a ellos (48.20). Y bendijo asímismo a sus doce hijos (capítulo 49).

¿Será ese el origen de la práctica actualque comentamos?Si es así, tres observaciones, de muydiversa naturaleza, son de rigor.La primera observación es que, comoparte de esa bendición que da el patriarca,se pide que sea Dios quien bendiga:“Que te proteja el Dios de tus padres,que el Todopoderoso te bendiga conbendiciones arriba en el cielo, con ben-diciones abajo en el abismo, con bendi-ciones que colmen pechos y senos ma-ternos” (49.25). La fuente última detoda bendición es Dios: él es quienrealmente bendice, no la persona quedice: “Yo te bendigo”.La segunda observación cae por su pro-pio peso: bendice el padre a los hijos,el patriarca a sus descendientes. O sea,el superior a quienes de alguna manerason sus subordinados, especialmente enlas tradiciones patriarcales de las culturasde la Biblia. Dicho con otras palabras:Esta práctica actual no deja de ser másque una burda manifestación de “la vo-luntad de poder”, de las ansias de do-minio, del deseo de sentirse superiores.Y lo malo, lo pésimo, es que muchos selo creen. Baste observar con atenciónla cierta arrogancia de algunos predica-dores (sobre todo, telepredicadores) quetienen esa costumbre. Algunos hastatienen la soberbiosa arrogancia de im-pedir que los demás los toquen, porque,

dicen, están “ungidos”. ¡Y pensar queel verdaderamente ungido del Señor nosolo tocaba a los intocables de la sociedadde su tiempo sino que, además, se dejabatocar por ellos!

La tercera observación está vinculadacon esto que acabamos de decir, y ma-nifiesta, sin máscaras, ese deseo demostrarse como superiores (o sea, deser los que bendicen). Nos referimos aese afán de arrogarse títulos como “após-tol” o “profeta”. Es el equivalente, enotro orden, a lo que ha sucedido, triste-mente, con algunos predicadores en

América Latina: hubo una época en laque mostraban desprecio hacia las ins-tituciones de educación bíblico-teológicaque tomaban muy en serio tanto el nivelacadémico de sus profesores y programade estudios como el que alcanzaban susestudiantes y, muy especialmente, susgraduados. “No tienen celo evangelís-tico”…, solían pontificar.

He aquí un testimonio que duele. Lohemos tomado de las redes sociales, deuna revista electrónica evangélica. Porrazones obvias, omitimos cualquier iden-tificación personal o institucional. Dijoasí el autor: “A Dios gracias ya superado,hace años experimenté la denigracióndel conocimiento y la formación aca-démica en una comunidad […] de miciudad. Querer estudiar y formarse eramal visto porque suponía un espíritu deintelectualismo contrario a la voluntadde Dios, luego comprendí que posible-mente el pastor, ahora ya Apóstol, en elfondo sufría cierto complejo de infe-rioridad e intentaba justificar su analfa-betismo (no sólo teológico) mediantela imposición del ‘no toques al ungidode Dios’”. (Fue publicado el 27 de abrildel corriente año).

Pasó el tiempo y aquellos que despre-ciaban la formación académica termi-naron anhelando títulos de “doctor”, tí-tulos que luego casi enarbolaban comotarjetas de presentación.

No hace demasiado tiempo, en el paísen que resido, en una reunión de pastoresle dieron a uno de ellos el título de “pa-triarca”. De hecho, ya había ostentadolos de “profeta” y “apóstol”. (Por cierto,y esto es demostrable, tal “profeta” hahecho profecías que han sido rotundosfracasos, por resultar falsas. ¿Y lo quedicen las Escrituras acerca de quienesprofetizan falsamente…? Pero esa esotra historia..., que se ha repetido enotros países).

¿Cuál será el título siguiente al que as-pirarán? ¿El de querubín?, ¿o será el deserafín? (Bueno, ojalá “sea el fin” detanto despropósito) ¿O será, acaso, comose atrevió a afirmar un predicador puer-torriqueño, de triste memoria, el de serJesucristo mismo?

¿Profetas?, ¿apóstoles?, ¿patriarcas?

Quizás de personas así es de quienesalgunos han aprendido esta moda desentirse tan superiores a otros comopara asumir la autoridad de decirlesque ellos los bendicen...

Ítem más: Nunca he escuchado que nin-guno de ellos les haya pedido a quienes“bendicen”… ¡que los bendiga a ellos!¿O estaré desinformado…? (Bueno, qui-zás en cierto sentido lo hayan pedido,cuando… ¡les solicitan sus ofrendas,hasta con artimañas!).

Notas finales: (1) Los profetas bíblicosno querían ser profetas del Dios altísimo.Consideraban que era un honor y unaresponsabilidad demasiado grandes, yno se tenían por dignos de tal privile-gio… ni de tanta carga. Y lo dijeron ex-plícitamente. (2) Los profetas de antaño,en su gran mayoría (si no todos) sufríancuando ejercían con fidelidad su funciónprofética. Hubo quienes pagaron consus vidas. Y (3), ¡qué de los apóstolesdel Nuevo Testamento? ¿Cuáles eransus credenciales? Para quienes los hayanolvidado, recomendamos leer el testi-monio de ¡nada menos que el apóstolPablo!: 2 Corintios 11.16-21, 23-30.

¿Y los credenciales de los apóstoles deahora? R

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Nos preguntamos de dónde se habráoriginado esa moda del “Yo te ben-digo”

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El hombre estaba sentado en el fondode la sala. Era su lugar, pues según lascostumbres sólo aquellos que eran “apro-piados” podían tomar un lugar central,el de honor. Era una pequeña sinagogadonde se reunían unos pocos judíos enbusca de paz, de dirección, quizás deconsuelo. Este hombre era de los queno contaban, pues era un tullido, teníaalgo que le descalificaba, una manoseca, que le hacía ser sospechoso de al-gún pecado según cierta casuística ela-borada por los que sabían de estas cosas.Ese día había alguien más. Un extrañovisitante, precedido por una cierta famade hacer cosas extrañas. Este hombrede pronto se dirige a él, al que no cuentay le dice: Levántate y ponte en medio.¿Qué era lo extraño que se dirigiera aél o que le dijera que se pusiera en me-dio?

El extraño hombre es capaz de ver laimportancia de la dignidad perdidafrente a los requisitos religiosos queprometen libertad y solo traen esclavitud.Confrontando el dogmatismo de losasistentes, estas cosas no se hacen enuna sinagoga, el Visitante le dice: Ex-tiende tu mano. ¿Qué querrá, para qué?El lisiado la extiende y se produce “esacosa extraña” que acompañaba a eseMaestro, su mano fue restaurada. ¿Lamano? El encuentro de este hombrecon el Visitante nos habla de restauraciónde su dignidad. Se acabó de sentarse

aparte, de ser tratado como inútil, y decargar con la sospecha de alguna culpaoculta.

El impacto fue enorme, no sólo para elhombre de las manos sanas, sino paraaquellos “custodios de Dios” dispuestossiempre a eliminar a aquel que contradigasus doctrinas, pues sólo ellos son los“autorizados” por la divinidad. El ex-traño, Jesús de Nazaret, mostraba queno era así. La divinidad y la vida noestán separadas. No se trata de la sanadoctrina sino de la doctrina que sana.

¿Dónde viene esta historia? En esebreve librito que se llama El Evangeliosegún Marcos.

Un librito que pretende presentarnos aun personaje singular. El más influyenteposiblemente en la historia del mundooccidental.

Un campesino galileo que desveló lomás profundo del hombre y nos invitóa pensar en Dios de otra manera, acreer y a vivir sabiendo que lo importanteestá en restaurar a los caídos. Jesús en-señó que “el hombre no estaba hechopara el sábado sino que era al revés”.Lo sagrado es el ser humano. Por ellocuando inventemos nuestras manerasde expresar nuestra fe, nuestros princi-pios, nunca debemos violentar esa sa-cralidad. Por eso este libro se llama:Evangelio.

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EL PLACER

DE LEER

MARCOS

Julián Mellado

El Leó

n de

San

Marcos. Wikipe

dia.

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69El Evangelio era en principio “las buenasnoticias” de la Pax romana. Se anunciabael bienestar que aportaba el César a lospueblos.

Sin embargo en un oscuro rincón deGalilea, aparece uno que mostrará queexiste una “Pax” más profunda, másreal, que la del César. El Evangelio esuna buena noticia, la de Jesús de Nazaret,que todavía hoy impresiona a aquel oaquella que se pone a su escucha. Nose trata de una biografía al estilo mo-derno, no busca informar, sino más bienformar el alma, desvelar la Vida. Jesúsen su contexto histórico fue capaz decaptar lo más esencial, lo que realmentehumaniza. Lo que dijo e hizo, traspasalos contextos, las limitaciones, y se con-vierte en un fermento que dará fruto alo largo de los siglos. Bueno, siempreque se vuelva a esa fuente original,pues las más de las veces, el Visitanteha sido traicionado, manipulado e inclusodomesticado.

¿De qué habla ese Evangelio? La buenanoticia concierne a una persona, unmensaje y un destino.La persona obviamente es el propio Je-sús. El autor recoge “los recuerdos”que se tiene sobre él y va configurandoun retrato. Si las biografías pretendenser una especie de fotografía (reproducirasépticamente lo real), el evangelio pre-tende retratar lo real, es decir profundizaren su significado. Los que amamos elarte pictórico sabemos que es así. Frentea un cuadro, vemos los detalles, lossignos dejado por el pintor, que nosayuda a comprender. Marcos (así llamanal autor) basándose en un sustrato his-tórico real, nos va introduciendo notanto en la "historia" sino en comprensiónde una historia. Poco tiempo despuésotros verán la necesidad de ampliar esacomprensión, buscar otros significados.Pero siempre dentro del marco de lavida de ese Hombre, de esa singularidad,en lo hondo de una vida humana. Esavida que encontramos en la lectura delevangelio se convirtió en el paradigmade la Bondad.¿Pero qué dijo? El autor nos refiere apalabras y gestos que convulsionaronla sociedad de aquel Israel del siglo I.La conmoción fue tan grande que todavía

hoy tratamos de entender lo que real-mente supuso.

Aunque podemos encontrar diferentesmensajes, quiero resaltar lo que paramí supuso la “gran noticia”.

En una ocasión, un hombre se le acercóy le dijo:

"Maestro bueno, ¿qué haré para heredarla vida eterna?Jesús le dijo: ¿Por qué me llamasbueno? Ninguna hay bueno, sino sólouno, Dios" (Marcos 10,17-18)

¿Es esa la gran noticia? ¿Realmentehemos creído en esa Bondad divina?¿El Dios que se ha transmitido a travésde la historia ha sido realmente bueno?¿Es bueno tu Dios? ¿Cuánto de bueno?¿Con quiénes?

Jesús nunca filosofó sobre el que llamaba"Abba", nunca lo demostró, pero sí lomostró. En su forma de ver al hombre,la religión, el poder, la situación delniño, de la mujer, de los marginados,de los que tienen, de los que saben ocreen saber. Se comportó de manerasospechosa, se reunían con gente de“mal testimonio”, no buscaba el aplauso,ni acercarse al poder. Los que se creíanprimero los puso al final, los que eranúltimos (o nada) los puso delante. Paraél, el reino de Dios tenía otra lógica.Marcos nos refiere que muchas vecesni sus propios discípulos lo entendían.No se cambia de un día para el otro losviejos esquemas mentales. Me preguntosi después de 20 siglos, los hemos cam-biado nosotros. Jesús no pertenece alos creyentes, ni siquiera a los cristianos.Él nunca lo fue.Es el gran Maestro de la Vida. El impactofue tan grande, que en sólo unos meses,despertó las esperanzas de muchos, yle fueron otorgando títulos cada vezmás elevados, que expresaban ese anheloprofundo de aquellos que no se confor-maban con un mundo tan cruel, dondeparece que el Mal es imparable. Jesúses para todos, en él cabemos todos.¿Los ateos y agnósticos también?

Cuando Jesús dice que Dios es bueno,eleva la Bondad como el criterio exis-tencial por excelencia. Quizás se prefiera

decir que la Bondad es divina, o que laBondad es el gran criterio para la hu-manidad. Pues "bondad" es siempre unaacción compasiva, no una reflexión teo-lógica o filosófica. Si alguien piensaasí, está en el contexto del Nazareno.Él no sólo lo predicó sino que lo vivióy se jugó la vida por los demás.

Leyendo este librito vamos recorriendoesta increíble aventura que nos desvelael misterio del Bien.

Espiritualidad

El texto nos lleva a unaresolución inesperada.¿Qué pasa con unhombre que hace elbien? El extrañomaestro habíaremovido demasiadascosas. De una formapacífica habíasuscitado unatremenda hostilidad.De pasar a seraclamado, en pocosdías pasó a serdespreciado, acusado,enjuiciado y ejecutado.Se unieron contra él elpoder religioso ypolítico de entonces.Lo ejecutan en unacruz romana, máximoexponente de lacrueldad de la época.Una escena tantasveces repetidas en elcine, y pocas vecescaptadas en suintensidad

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El texto nos lleva a una resolución ines-perada. ¿Qué pasa con un hombre quehace el bien? El extraño maestro habíaremovido demasiadas cosas. De unaforma pacífica había suscitado una tre-menda hostilidad. De pasar a ser acla-mado, en pocos días pasó a ser despre-ciado, acusado, enjuiciado y ejecutado.Se unieron contra él el poder religiosoy político de entonces. Lo ejecutan enuna cruz romana, máximo exponentede la crueldad de la época. Una escenatantas veces repetidas en el cine, ypocas veces captadas en su intensidad.No le quieren. ¿Dónde están las multi-tudes que le seguían? Al final Jesúscayó mal. Nadie salió en su defensa,excepto un pequeño alegato de uno desus discípulos que trató de emplear laviolencia en aquella lejana noche en elhuerto de Getsemaní. Aparece un enig-mático personaje que sigue el procesodel arresto y que cuando es increpadopor los soldados, huye desnudo. ¿Quiénera? ¿Qué hace en ese relato? ¿Somosnosotros los que huimos?

Dejémonos envolver por la atmósferade esa noche terrible, que fue precedidapor una cena de despedida del Maestrocon sus amigos.

El final es triste. Será traicionado porel famoso beso de uno de los suyos.¿Hemos perdido la capacidad de dejarnosatrapar en lo más profundo por estosrelatos? En esas horas extrañas, aparecen

personajes inesperados. Simón de Cirene,al que obligan a llevar el travesaño dela cruz, para que Jesús llegue vivo alcadalso. O ese personaje que parece sa-lido de la nada, José de Arimatea, quedesea sepultar con algo de dignidad alCampesino de Galilea. Son horas muyoscuras. Parece que el escritor del relatoy el lector se estremecen a la vez.Ocurren “cosas enigmáticas”. Y Jesúsmuere tras lanzar un gran grito. ¡Ungrito!

Se siente sólo, hasta abandonado porsu Dios bueno, un grito de humanidad.Ahí no está el héroe griego, ahí no estáel héroe moderno.

Ahí se encuentra el hombre para losdemás, abandonado, y como tantos a lolargo de la historia, frente al silenciodel cielo, lanza un grito.

El Evangelio es una osadía. No se con-forma con ese final. Unas mujeres, se-guidoras, no pueden dejar las cosas así.Deben honrar al que aman. Y el Amorsiempre madruga. Ellas van al sepulcro,a rendir los homenajes debidos segúnlas costumbres judías. Y entonces todocambia. El relato tiene la osadía dedecir que en esa mañana temprana lamuerte murió.

Ya no se puede buscar a Jesús entre losmuertos. Y me pregunto a la vez sicuando sólo buscamos al personaje his-

tórico, ¿lo estamos buscando entre losmuertos? El sepulcro está vacío, el enig-ma está servido. ¿Dónde está Jesús deNazaret? Cada lector de este evangeliodeberá encontrar la respuesta.

Asustados con las mujeres, oímos alextraño mensajero decirnos: id a Galilea...allí le veréis.

¿Galilea? ¿Qué quiere decir? ¿Allí dondeempezó todo? ¿Allí donde dignificó alser humano y nos habló de una Divinidaddiferente?

¿Recorrer el camino buscando sus hue-llas? ¿Hacer de la Bondad nuestrocriterio de vida?

Sea como entendamos la resurrecciónde Jesús, lo cierto es que el evangeliode Marcos nos llama a re-suscitarlo ennuestro contexto, en nuestro siglo, ennuestra historia, en nuestra vida.

Marcos termina de repente, con las mu-jeres huyendo del sepulcro abierto. Yparece decirnos a los que leemos:

"Ahora os toca a vosotros, id a bus-carle".

Ya sé que estoy hablando de lo invero-símil, ¿pero acaso no es de eso de loque están hechos los sueños y las espe-ranzas? R

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La fe ha de mostrarse con la propiavida, no obligando a extraños a co-mulgar con nuestras maneras.

Cuando los que compartimos la misma feinvitamos a personas que consideramos nocreyentes —¡ojo!, su estado interior sólolo conoce Dios— a actos convenidos yaceptan, suelen sentirse perturbados alverse obligados a participar de la idiosin-crasia que nos caracteriza.

Para nosotros es normal alzar la voz enoración, cantar, bailar, agarrar de la manoa un desconocido ya sea del mismo o di-ferente sexo, levantar los brazos, dar vocesde júbilo. Pero si se trata de un evento pre-parado para que asistan los que no son dela misma confesión, eso de constituirseparte de lo nuestro les provoca tal estrésque no desean volver a probar. Por cierto,tampoco les agrada que se les cuente al en-trar y al salir del sitio. Para quienes no losepan todavía, este es uno de los motivosprincipales por los que los amigos y cono-cidos de fuera de la iglesia, además de noquerer acompañarnos, nos huyen. Les doyla razón a todos ellos.

De ahí viene que la vez que nos dan elgusto, ya sea por cariño, respeto o compa-sión —a veces suelen ser más compasivosque nosotros, menos obsesivos, más pa-

cientes y menos rencorosos—, aceptan lainvitación y acuden al reclamo, no repitanmás y pongan pies en polvorosa con cual-quier excusa para no verse metidos ennada que se le parezca. En realidad noestán obligados a compartir lo que tantodeseamos. Somos nosotros los que debe-mos procurar que no se sientan molestospues, en ocasiones, se les invita sin adver-tirles siquiera del tema en cuestión, o seles disfraza. Esto hace que sientan que hancaído en una trampa. ¿Necesita el evange-lio camuflarse en trampa? Lo convertimosen un proyecto humano.

No vale disculparse y decir que otras con-fesiones actúan así. Hay ejemplos que nohemos de copiar. Excusarse diciendo queno hay que ocultar la fe es una falacia. Lafe ha de mostrarse con la propia vida, noobligando a extraños a comulgar con nues-tras maneras, porque son las nuestras, nolas suyas.

Alejamos a las personas y además las en-fadamos. El efecto final no es dar buentestimonio sino todo lo contrario. Laforma de presionar e incomodar, de sentir-nos con la fuerza suficiente de poder cam-biar sus vidas no es más que falta derespeto y orgullo espiritual, orgullo delmás gordo. R

PRESIONAR E INCOMODAR

Isabel Pavón

Escritora y parte de laJunta de ADECE(Alianza de Escritores yComunicadores Evangé-licos).

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PROTESTANTEDIGITAL.COM

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La presencia de los sueños en laBiblia, como canal de revelaciónes uno de los hechos más enig-

máticos de la Escrituras. Son muy di-versas las situaciones en las que seindica que el rey, juez o profeta deturno recibe la revelación de Dios através de un sueño. Un sueño que es in-terpretado o bien por el propio soñadoro por un intermediario adivino o mago,algo en sí mismo contradictorio ya queen Israel estaba prohibida toda adivina-ción o magia (Lev. 19:26, Deu. 18:10).Veamos algunos casos y algunas ad-vertencias que se hacen en la Biblia entorno a los sueños:

Abimelec, rey de Gerar, engañado porAbraham, pretende tomar a Sara su mu-jer, apoyándose en la mentira de Abra-ham. “Dios vino a Abimelec en sueñosde noche, y le dijo: He aquí, muertoeres, a causa de la mujer que has tomado,la cual es casada con marido” (Gén.20:1-3).

“·Cuando haya entre vosotros profetade Jehová, le apareceré en visión, ensueños hablaré con él” (Núm. 12:6).Mensaje transmitido por Jehová a Aaróny María.

Jehová se manifiesta igualmente a Jacoby a su suegro Labán, en torno a la rela-ción tramposa que se establece entreambos. Uno y otro reciben en sueñoslas indicaciones pertinentes a cada uno(Gén. capítulos 30 y 31.

Los emblemáticos sueños de José, tantoel que le produjo los conflictos con sushermanos (Gén. 37:5) como los que le

dieron prestigio y ganancias, actuandocomo intérprete de los sueños de Faraón(Gén. 40 y 41).

En los diálogos de Job con sus amigosse registra una curiosa afirmación acercade dos maneras que tiene Dios de hablar;una de ellas es “por sueño, en visiónnocturna, cuando el sueño cae sobrelos hombres” (Job 33:15).

Bien es cierto que el autor de Eclesiastés,preocupado por la deriva que del usode los sueños hacen algunos, alertaacerca del peligro que encierran: “Dondeabundan los sueños, también abundanlas vanidades y las muchas palabras”(Ecl. 5:7)

Por su parte, Jeremías, en su denunciade los falsos profetas, que ya los habíaentonces y sigue habiéndolos en nuestrosdías, advierte lo siguiente: “El profetaque tuviere un sueño, cuente el sueño;y aquél a quien fue mi palabra, cuentemi palabra verdadera. ¿Qué tiene quever la paja con el trigo, dice Jehová?”(Jer. 23:28). Y aún insiste, ya que elproblema parecía ser grave: “He aquí,dice Jehová, yo estoy contra los queprofetizan sueños mentirosos, y loscuentan y hacen errar a mi pueblo…·(Jer. 23:32).

El libro de Daniel refiere los sueños deNabucodonosor, que no era precisamenteun devoto de Jehová. Narra cómo des-pués del fracaso de los magos y de losastrólogos, será Daniel el que se encarguede interpretarlos. Una experiencia enparalelo con la vivida anteriormentepor José en Egipto; el caso de Daniel

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Máximo García

Licenciado en teología, licen-ciado en sociologia y doctoren teología. Profesor de soci-ología y religiones compara-das en el seminario UEBE yprofesor invitado en otras in-stituciones académicas. Pormuchos años fue Presidentedel Consejo Evangélico deMadrid y es miembro de laAsociación de teólogos JuanXXIIIdedicación completa ala investigación teológica y ala escritura.

LOS SUEÑOS.

¿CANAL

DE REVELACIÓN?LUPAPROTESTANTE.COM

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está envuelto en un tipo de literaturaapocalíptica que hace más compleja sucomprensión. (cfr. Daniel cap. 2),

En el Nuevo Testamento únicamenteMateo, cuyo evangelio va destinadoprecisamente a los judíos, menciona eltema de los sueños, y lo hace en tresocasiones. La primera, para que unángel informe a José en sueños queMaría está en cinta (1:20); la segunda,para alertar a los magos que eviten aHerodes, dadas sus aviesas intenciones(2:12); y, la tercera, a la mujer de Pilatos,para que previniera a su marido contrael crimen que estaba a punto de senten-ciar, aunque no se trata propiamente deuna relación sino más bien de una pre-monición: “No tengas nada que ver coneste justo, porque hoy he padecidomucho en sueños por causa de él”(27:19).

La lectura y análisis de estos textos bí-blicos nos sugiere algunas preguntas.¿Por qué el tema de los sueños comomedio de comunicarse con Dios, seproduce en el ámbito y cultura judía yno se proyecta posteriormente, en elámbito cristiano? ¿Es fiable y fidedignoel mensaje que podemos percibir através de un sueño? ¿Es razonable, com-prensible y teológicamente admisibleque Dios mantenga diálogos más o me-nos coloquiales con los humanos? ¿Porqué ese medio de revelación no es re-conocible en nuestros días como tal,salvo en casos aislados?

Según investigaciones recientes, unadoceava parte de la vida de una personase pasa soñando; y esto aparte de lossueños mientras permanecemos des-piertos y de las ensoñaciones diurnas.

El sueño es una experiencia alojada enla intimidad de una persona, que escapaa su propio control y que le traslada almundo onírico de lo simbólico. En unamisma noche se pueden mezclan unossueños con otros, sin que al día siguienteseamos capaces de establecer una rela-ción entre ellos ni podamos, frecuente-mente. Conectarlos entre sí, recordarlose interpretarlos de forma coherente.Para los psicoanalistas, los sueños sonuna de las fuentes principales del materialsimbólico; otras veces adquieren unvalor premonitorio. Por lo regular, so-ñamos con lo que nos preocupa, con loque nos ha impresionado de maneraexcepcional, con los deseos o ambicio-nes, amores y desamores.

Sobre el tema de los sueños se han ocu-pado en profundidad etnólogos, parap-sicólogos, médicos psiquiatras, teólogosy todo tipo de investigadores. SigmundFreud (1856-1939) hizo de la interpre-tación de los sueños no sólo un oficiosino una ciencia (Psicoanálisis), comoun medio para llegar al conocimientodel alma. Lo que se atribuía en la anti-güedad a los magos hoy se ha convertidoen una herramienta de la ciencia, sibien existen muchas discrepancias entrelos neurólogos y psicólogos que se ocu-pan del tema. No hay nada más que es-tudiar a Freud y a Carl Gustav Jung(1875-1961) para darse cuenta de lodistantes y contradictorias que puedenllegar a ser tanto la metodología comolas conclusiones a las que ambos podríanllegar sobre el tema partiendo de idén-ticos datos. El hecho de tener que con-vertir en símbolos las diferentes imágenesde los sueños complica en gran medidael análisis y lo convierte en un ejercicioextremadamente confuso. Una de las

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Ciertamente en laantigüedad, y no sóloentre los egipcios o losjudíos, se aceptabacomo un hecho normalque los sueños poníana los seres humanos encontacto con el mundode los dioses y de losespíritus y, por ello,son tenidos a menudocomo revelación delfuturo o manifestaciónde cosas ocultas. Esacreencia, como yahemos apuntado, llegóa hacerse común entrelos israelitas. Ademásde los textosmencionadosanteriormente,podemos hacerreferencia al propioSamuel y algunosotros casos queconfirman estapráctica.

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conclusiones a las que llegan los espe-cialistas es que el sueño escapa a la vo-luntad y a la responsabilidad del sujeto,si bien expresa algunas de las aspira-ciones más profundas del ser.

Desde el punto de vista histórico sesabe que en el Egipto antiguo se prestabaa los sueños un valor sobre todo pre-monitorio, de lo cual tenemos constanciaen la Biblia. Era misión de los sacerdotes,escribas sagrados, adivinos o magos, elinterpretarlos, según claves transmitidasde generación en generación. No es,sin embargo, el único lugar ni la únicacultura donde los sueños se percibencomo una forma de comunicarse losdioses con los seres humanos. Algunasculturas africanas como los bantú, man-tienen que los sueños son producto deuna especie de transmigración de lasalmas que se separan del cuerpo mientrasse duerme. En lo que a los hebreos li-berados de la esclavitud se refiere, nodebemos olvidar que participan activa-mente de la cultura egipcia, con la quehan convivido durante varios siglos, locual justifica suficientemente que enlos tiempos en los que se escribe laTorá siga siendo para ellos un medioimportante de comunicación entre Diosy los seres humanos.

Ciertamente en la antigüedad, y no sóloentre los egipcios o los judíos, se acep-taba como un hecho normal que lossueños ponían a los seres humanos encontacto con el mundo de los dioses yde los espíritus y, por ello, son tenidosa menudo como revelación del futuro omanifestación de cosas ocultas. Esacreencia, como ya hemos apuntado,llegó a hacerse común entre los israelitas.Además de los textos mencionados an-teriormente, podemos hacer referencia

al propio Samuel (1Sam.28:6, 15) y al-gunos otros casos que confirman estapráctica. Con todo, reiteramos que eltema de proyectar las palabras de Diosa través de los sueños era contempladocon bastante reticencia por ser motivofrecuente de fraude, confundiendo sueñoscon ensoñaciones humanas que eran in-debidamente atribuidas a Jehová.

Por supuesto que no ponemos en dudani la soberanía ni la capacidad de Diospara comunicarse con los seres humanosen la forma, en la medida y en el tiempoque se ajuste a su voluntad omnímoda.Por otra parte, no dudamos en aceptarel testimonio de algunas personas queafirman haber recibido con nitidez men-sajes específicos a través de los sueñosque no les cabe la menor duda de queproceden de Dios o bien que Dios se haservido de ellos para transmitirles unmensaje; es éste un terreno que respe-tamos, pero poniendo mucho cuidadoen evitar elevarlo a una categoría nor-mativa de carácter universal, la mismareserva que el autor de Eclesiastés seplanteaba. El sueño en sí será indudablee indiscutible; la simbología o premo-nición que encierre puede resultar muyinstructiva o admonitoria; la deducciónque de él se extraiga puede resultareficaz y servir, incluso, para que la per-sona afiance su fe y confianza en Diosya que “para los que aman a Dios, todaslas cosas les ayudan a bien” (Rom.8:28). De todas las experiencias puedesacarse una enseñanza. Sin embargo,ninguna de esas razones autoriza a decirque haya sido Dios mismo, de unaforma personal, quien haya establecidouna conversación con la persona queha tenido el sueño. No debemos perderde vista que el “así dice Jehová”, quecon tanta frecuencia se utiliza en el An-tiguo Testamento, es una forma de ex-presión literaria para manifestar el con-vencimiento del profeta o autor bíblicode que está siendo intérprete de la vo-luntad divina.

La presencia de los sueños en la Biblia,como canal de revelación es uno de loshechos más enigmáticos de la Escrituras.Son muy diversas las situaciones en lasque se indica que el rey, juez o profetade turno recibe la revelación de Dios através de un sueño. Un sueño que es in-

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Por otra parte, nodudamos en aceptar eltestimonio de algunaspersonas que afirmanhaber recibido connitidez mensajesespecíficos a través delos sueños que no lescabe la menor duda deque proceden de Dioso bien que Dios se haservido de ellos paratransmitirles unmensaje; es éste unterreno querespetamos, peroponiendo muchocuidado en evitarelevarlo a unacategoría normativa decarácter universal, lamisma reserva que elautor de Eclesiastés seplanteaba

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75terpretado o bien por el propio soñadoro por un intermediario adivino o mago,algo en sí mismo contradictorio ya queen Israel estaba prohibida toda adivina-ción o magia (Lev. 19:26, Deu. 18:10).Veamos algunos casos y algunas ad-vertencias que se hacen en la Biblia entorno a los sueños: Abimelec, rey deGerar, engañado por Abraham, pretendetomar a Sara su mujer, apoyándose enla mentira de Abraham. “Dios vino aAbimelec en sueños de noche, y le dijo:He aquí, muerto eres, a causa de lamujer que has tomado, la cual es casadacon marido” (Gén. 20:1-3). “·Cuandohaya entre vosotros profeta de Jehová,le apareceré en visión, en sueños hablarécon él” (Núm. 12:6). Mensaje transmitidopor Jehová a Aarón y María. Jehová semanifiesta igualmente a Jacob y a susuegro Labán, en torno a la relacióntramposa que se establece entre ambos.Uno y otro reciben en sueños las indi-caciones pertinentes a cada uno (Gén.capítulos 30 y 31. Los emblemáticossueños de José, tanto el que le produjolos conflictos con sus hermanos (Gén.37:5) como los que le dieron prestigioy ganancias, actuando como intérpretede los sueños de Faraón (Gén. 40 y 41).En los diálogos de Job con sus amigosse registra una curiosa afirmación acercade dos maneras que tiene Dios de hablar;una de ellas es “por sueño, en visiónnocturna, cuando el sueño cae sobrelos hombres” (Job 33:15). Bien es ciertoque el autor de Eclesiastés, preocupadopor la deriva que del uso de los sueñoshacen algunos, alerta acerca del peligroque encierran: “Donde abundan los sue-ños, también abundan las vanidades ylas muchas palabras” (Ecl. 5:7) Por suparte, Jeremías, en su denuncia de losfalsos profetas, que ya los había entoncesy sigue habiéndolos en nuestros días,advierte lo siguiente: “El profeta quetuviere un sueño, cuente el sueño; yaquél a quien fue mi palabra, cuente mipalabra verdadera. ¿Qué tiene que verla paja con el trigo, dice Jehová?” (Jer.23:28). Y aún insiste, ya que el problemaparecía ser grave: “He aquí, dice Jehová,yo estoy contra los que profetizan sueñosmentirosos, y los cuentan y hacen errara mi pueblo…· (Jer. 23:32). El libro deDaniel refiere los sueños de Nabuco-donosor, que no era precisamente undevoto de Jehová. Narra cómo después

del fracaso de los magos y de los astró-logos, será Daniel el que se encarguede interpretarlos. Una experiencia enparalelo con la vivida anteriormentepor José en Egipto; el caso de Danielestá envuelto en un tipo de literaturaapocalíptica que hace más compleja sucomprensión. (cfr. Daniel cap. 2), En elNuevo Testamento únicamente Mateo,cuyo evangelio va destinado precisa-mente a los judíos, menciona el temade los sueños, y lo hace en tres ocasiones.La primera, para que un ángel informea José en sueños que María está encinta (1:20); la segunda, para alertar alos magos que eviten a Herodes, dadassus aviesas intenciones (2:12); y, la ter-cera, a la mujer de Pilatos, para quepreviniera a su marido contra el crimenque estaba a punto de sentenciar, aunqueno se trata propiamente de una relaciónsino más bien de una premonición: “Notengas nada que ver con este justo, por-que hoy he padecido mucho en sueñospor causa de él” (27:19). La lectura y

análisis de estos textos bíblicos nos su-giere algunas preguntas. ¿Por qué eltema de los sueños como medio de co-municarse con Dios, se produce en elámbito y cultura judía y no se proyectaposteriormente, en el ámbito cristiano?¿Es fiable y fidedigno el mensaje quepodemos percibir a través de un sueño?¿Es razonable, comprensible y teológi-camente admisible que Dios mantengadiálogos más o menos coloquiales conlos humanos? ¿Por qué ese medio derevelación no es reconocible en nuestrosdías como tal, salvo en casos aislados?Según investigaciones recientes, unadoceava parte de la vida de una personase pasa soñando; y esto aparte de lossueños mientras permanecemos des-piertos y de las ensoñaciones diurnas.El sueño es una experiencia alojada enla intimidad de una persona, que escapaa su propio control y que le traslada almundo onírico de lo simbólico. En unamisma noche se pueden mezclan unossueños con otros, sin que al día siguiente

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seamos capaces de establecer una rela-ción entre ellos ni podamos, frecuente-mente. Conectarlos entre sí, recordarlose interpretarlos de forma coherente.Para los psicoanalistas, los sueños sonuna de las fuentes principales del materialsimbólico; otras veces adquieren unvalor premonitorio. Por lo regular, so-ñamos con lo que nos preocupa, con loque nos ha impresionado de maneraexcepcional, con los deseos o ambicio-nes, amores y desamores. Sobre el temade los sueños se han ocupado en pro-fundidad etnólogos, parapsicólogos, mé-

dicos psiquiatras, teólogos y todo tipode investigadores. Sigmund Freud (1856-1939) hizo de la interpretación de lossueños no sólo un oficio sino una ciencia(Psicoanálisis), como un medio parallegar al conocimiento del alma. Lo quese atribuía en la antigüedad a los magoshoy se ha convertido en una herramientade la ciencia, si bien existen muchasdiscrepancias entre los neurólogos ypsicólogos que se ocupan del tema. Nohay nada más que estudiar a Freud y aCarl Gustav Jung (1875-1961) paradarse cuenta de lo distantes y contra-dictorias que pueden llegar a ser tantola metodología como las conclusionesa las que ambos podrían llegar sobre eltema partiendo de idénticos datos. Elhecho de tener que convertir en símboloslas diferentes imágenes de los sueñoscomplica en gran medida el análisis ylo convierte en un ejercicio extremada-mente confuso. Una de las conclusionesa las que llegan los especialistas es queel sueño escapa a la voluntad y a la res-ponsabilidad del sujeto, si bien expresaalgunas de las aspiraciones más pro-fundas del ser. Desde el punto de vistahistórico se sabe que en el Egipto antiguose prestaba a los sueños un valor sobretodo premonitorio, de lo cual tenemosconstancia en la Biblia. Era misión delos sacerdotes, escribas sagrados, adi-vinos o magos, el interpretarlos, segúnclaves transmitidas de generación engeneración. No es, sin embargo, el únicolugar ni la única cultura donde lossueños se perciben como una forma decomunicarse los dioses con los sereshumanos. Algunas culturas africanascomo los bantú, mantienen que los sue-ños son producto de una especie detransmigración de las almas que se se-paran del cuerpo mientras se duerme.En lo que a los hebreos liberados de laesclavitud se refiere, no debemos olvidarque participan activamente de la culturaegipcia, con la que han convivido durantevarios siglos, lo cual justifica suficien-temente que en los tiempos en los quese escribe la Torá siga siendo para ellosun medio importante de comunicaciónentre Dios y los seres humanos. Cierta-mente en la antigüedad, y no sólo entrelos egipcios o los judíos, se aceptabacomo un hecho normal que los sueñosponían a los seres humanos en contactocon el mundo de los dioses y de los es-

píritus y, por ello, son tenidos a menudocomo revelación del futuro o manifes-tación de cosas ocultas. Esa creencia,como ya hemos apuntado, llegó a hacersecomún entre los israelitas. Además delos textos mencionados anteriormente,podemos hacer referencia al propio Sa-muel (1Sam.28:6, 15) y algunos otroscasos que confirman esta práctica. Contodo, reiteramos que el tema de proyectarlas palabras de Dios a través de los sue-ños era contemplado con bastante reti-cencia por ser motivo frecuente defraude, confundiendo sueños con enso-ñaciones humanas que eran indebida-mente atribuidas a Jehová. Por supuestoque no ponemos en duda ni la soberaníani la capacidad de Dios para comunicarsecon los seres humanos en la forma, enla medida y en el tiempo que se ajuste asu voluntad omnímoda. Por otra parte,no dudamos en aceptar el testimoniode algunas personas que afirman haberrecibido con nitidez mensajes específicosa través de los sueños que no les cabela menor duda de que proceden de Dioso bien que Dios se ha servido de ellospara transmitirles un mensaje; es ésteun terreno que respetamos, pero poniendomucho cuidado en evitar elevarlo a unacategoría normativa de carácter universal,la misma reserva que el autor de Ecle-siastés se planteaba. El sueño en sí seráindudable e indiscutible; la simbologíao premonición que encierre puede re-sultar muy instructiva o admonitoria;la deducción que de él se extraiga puederesultar eficaz y servir, incluso, paraque la persona afiance su fe y confianzaen Dios ya que “para los que aman aDios, todas las cosas les ayudan a bien”(Rom. 8:28). De todas las experienciaspuede sacarse una enseñanza. Sin em-bargo, ninguna de esas razones autorizaa decir que haya sido Dios mismo, deuna forma personal, quien haya esta-blecido una conversación con la personaque ha tenido el sueño. No debemosperder de vista que el “así dice Jehová”,que con tanta frecuencia se utiliza en elAntiguo Testamento, es una forma deexpresión literaria para manifestar elconvencimiento del profeta o autor bí-blico de que está siendo intérprete de lavoluntad divina. R

Espiritualidad

Lo que se atribuía enla antigüedad a losmagos hoy se haconvertido en unaherramienta de laciencia, si bien existenmuchas discrepanciasentre los neurólogos ypsicólogos que seocupan del tema. Nohay nada más queestudiar a Freud y aCarl Gustav Jung(1875-1961) paradarse cuenta de lodistantes ycontradictorias quepueden llegar a sertanto la metodologíacomo las conclusionesa las que ambospodrían llegar sobre eltema partiendo deidénticos datos

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Esteban López González

estebanlopezgonzalez.com

A LOS POBRES

SIEMPRE LOS

TENDRÉIS CON VOSOTROS

Aunque según todos los estudios nuestroplaneta tiene la potencialidad de cubrirlas necesidades básicas de toda la po-blación mundial, la triste realidad esque la pobreza sigue formando parte dela vida diaria de la mayoría de personasen el mundo.

Por ejemplo, no hace mucho tiempo, laONG Intermón Oxfam[1] presentó uninforme en el que “denuncia que elaumento de la concentración de podergenera una riqueza extrema que per-petúa la desigualdad”. Las conclusionesde dicho informe son simplemente de-vastadoras y ponen de manifiesto algoque ya sabíamos: la riqueza está ex-traordinariamente mal repartida en elmundo:

Casi la mitad de la riqueza mundial•está en manos de sólo el 1 % de lapoblación.La riqueza del 1% de la población•más rica del mundo asciende a 110billones de dólares, una cifra 65veces mayor que el total de lariqueza que posee la mitad más po-bre de la población mundial.La mitad más pobre de la población•mundial (3.750 millones de perso-nas) posee la misma riqueza que

las 85 personas más ricas del mun-do.El 1 % más rico de la población ha•visto cómo se incrementaba su for-tuna entre 1980 y 2012 en 24 delos 26 países de los que tienen da-tos.

Según otro informe[2], se indicaba que“en México, un país en el que cuatrode cada diez personas vive por debajodel umbral de la pobreza y ocho decada 10 están en situación de carestíaextrema, cobrar el salario mínimo (el5% de los trabajadores) o entre uno ydos salarios mínimos (uno de cada tres)no es sinónimo de una vida digna en lomaterial. ‘Es dramático que el lugaren el que nazca una persona condicionetanto su futuro‘, se queja Enrique Cár-denas, ex rector de la Universidad delas Américas-Puebla, México”.

Norman MailerAnte una situación así,no es de extrañar que Norman Mailer(1923-2007), escritor y periodista dije-ra:

“Considero la pobreza como algo obs-ceno. Y creo que la teoría de que elmercado libre se encargará de todo esun absurdo y una obscenidad más. Elllamado mercado libre de lo que se

Espiritualidad

[1]https://www.elblogsalmon.com/economia/ri-queza-y-desigualdad-intermon-oxfam-le-saca-los-colores-a-los-ricos

[2]https://elpais.com/internacional/2017/09/04/mexico/1504478553_013575.html

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preocupa es de enriquecer a las corpo-raciones más poderosas. Creo que laúltima tendencia del mercado libre esque los pobres sean aún más pobres“.-Agustin Rodríguez Martín, La meta-morfosis global, pág. 218, Editorial Se-leer.

Reflexión ética

No, el mundo que hemos hecho entretodos no es el “mejor de los mundosposibles” como decía hace tiempo ciertofilósofo ilustrado; de hecho podría sermucho mejor, o por lo menos más ha-bitable para la mayoría de todos nosotros.Pero parece que de poco sirven las di-ferentes y sesudas teorías económicascuando lo que siempre prima es la ava-ricia en lugar de la solidaridad y lacompasión. Como escribe la Adela Cor-tina:

“Si no hay compasión, si los demás nonos importan ni forman parte de nuestroproyecto de vida feliz, las cosas notienen arreglo. Aunque se promulgaranleyes espléndidas, no se cumplirían,porque no es el miedo al castigo lo queguarda la viña, como se echa de ver to-dos los días, sino la vivencia de la fra-ternidad”. – Adela Cortina, “La políticasin ética es ilegítima“.

Y comentando sobre el llamado “pro-blema” de la inmigración, Cortina es-cribe:

“Lo que molesta, primero de los inmi-grantes, y luego de los refugiados, noes que sean extranjeros, sino que seanpobres… Observé que la xenofobia, elrechazo a los extranjeros, ocupaba elcentro del discurso político, pero eraevidente que no todos los extranjerosmolestaban por igual. A los que llegabancargados de petrodólares, por muy di-ferentes que fueran, se les ponía alfombraroja, igual que a los turistas… La aver-sión es hacia todos los pobres, incluidoslos de la propia familia… El rechazo alpobre implica siempre una actitud desuperioridad y suele incluir la culpabi-lización de la víctima”. – El País, 10 demayo de 2017.[3]

Con la mejor voluntad de ayudar en esesentido, John Rawls (1921-2002), fi-lósofo estadounidense y profesor de launiversidad de Harvard, autor de la ce-lebrada “Teoría de la justicia” y “Elderecho como equidad“, escribe:

“Los recursos limitados de una sociedaddeben ser distribuidos de forma quelos menos favorecidos puedan vivir deuna forma aceptable. No se trata sim-plemente de distribuir una serie de re-cursos limitados de una forma justa,sino que dicha distribución permita quela sociedad en su conjunto sea productivay basada en la cooperación. Así, lasdesigualdades solamente pueden tenersentido una vez esas necesidades míni-mas han sido cubiertas para todos, ysolamente en tanto que funcionen afavor de la sociedad, especialmente de

los más desfavorecidos”.- John Rawls,A Theory of Justice, 1971.

Perspectiva cristiana

Gustavo Gutierrez (1928), teólogo pe-ruano y uno de los principales repre-sentantes de la teología de la liberación,escribió:

“La pobreza no es una fatalidad, la po-breza no es un destino, es una condición,no es una desgracia, es una injusti-cia… Ser cristiano es ser testigo de laresurrección de Jesús, y significa tambiénsuperar la pobreza, que es muerte, algoinhumano, contrario a la voluntad deDios. Si la pobreza es contraria a lavoluntad de vida de Dios, luchar contrala pobreza es una forma de decirle sí alreino de Dios“. – Gustavo Gutierrez,para un libro en homenaje a AloysiusPieris, Encounter with the Word.[4]

No es extraño que sea ese su sentir, yaque llama mucho la atención observarcómo en las Escrituras es sobresalientela consideración por los más pobres ydesfavorecidos. Por ejemplo, esta esuna porción que aparece en la mismaLey Mosaica:

“Cuando estés juntando la cosecha yolvides un atado de grano en el campo,no regreses a buscarlo. Déjalo allí paralos extranjeros, los huérfanos y las viu-das. Entonces el Señor tu Dios te ben-decirá en todo lo que hagas. Cuandosacudas los olivos para que caigan lasaceitunas, no pases por las mismas ra-mas dos veces. Deja las aceitunas quequedan en el árbol para los extranjeros,los huérfanos y las viudas. Cuando co-seches las uvas de tu viñedo, no repaseslas vides. Deja los racimos que quedanpara los extranjeros, los huérfanos ylas viudas. Recuerda que fuiste esclavoen la tierra de Egipto. Es por eso que

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[3]https://elpais.com/cultura/2017/05/08/ac-tualidad/1494264276_545094.html

[4]http://www.reflexionyliberacion.cl/ryl/2016/04/22/comprender-la-pobreza-gustavo-gutierrez-op/

Norman Mailer

Adela Cortina

No es extraño que seaese su sentir, ya quellama mucho laatención observarcómo en las Escriturases sobresaliente laconsideración por losmás pobres ydesfavorecidos.

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79te doy este mandato“. – Deuteronomio24:19-22, NTV.

Como actitud perniciosa por parte dealgunos, el profeta Isaías escribió:

“Privan de sus derechos a los pobres,y no les hacen justicia a los oprimidosde mi pueblo; hacen de las viudas supresa y saquean a los huérfanos“.-Isaías 10:2, NVI.

También profetizando sobre cual seríala voluntad del Mesías, Isaías escribió:

“El Espíritu del Señor omnipotente estásobre mí, por cuanto me ha ungidopara anunciar buenas nuevas a los po-bres. Me ha enviado a sanar los cora-zones heridos, a proclamar liberacióna los cautivos y libertad a los prisione-ros“. -Isaías 61:1-5, NVI.

Jesús de Nazaret sabía que “a los pobressiempre los tenéis con vosotros” (Marcos14:7, RVR1977), pero también tuvomuy claro que éstos deberían ser causade extrema preocupación por cualquieraque afirmara ser su seguidor:

“Si quieres ser perfecto, anda, vendelo que tienes y dáselo a los pobres, ytendrás tesoro en el cielo. Luego ven ysígueme” (Mat.19:21, NVI). “Cuandodes un banquete, invita a los pobres, alos inválidos, a los cojos y a los ciegos”(Lucas 14:13, NVI).

La parábola del Buen Samaritano [5],como meollo del cristianismo, ilustra

cuánto bien puede lograrse cuando sepone en primer lugar al ser humano.-Lucas 10:25-37.Los primeros cristianos, como comuni-dad, siempre tenían en cuenta a los máspobres y desfavorecidos:

“Había en Jope una discípula llamadaTabita (que traducido es Dorcas). Estase esmeraba en hacer buenas obras yen ayudar a los pobres“.- Hechos 9:36,NVI.

“Ya que Macedonia y Acaya tuvieron abien hacer una colecta para los her-manos pobres de Jerusalén.- Rom.15:26, NVI.

“Solo nos pidieron que nos acordáramosde los pobres, y eso es precisamente loque he venido haciendo con esmero.-Pablo de Tarso, Gálatas 2:10, NVI.

“Reconoce debidamente a las viudasque de veras están desamparadas“.- 1Tim. 5:3, NVI.

“La religión pura y sin mancha delantede Dios nuestro Padre es esta: atendera los huérfanos y a las viudas en susaflicciones, y conservarse limpio de lacorrupción del mundo”.- Santiago 1:27,NVI.

Desde una perspectiva cristiana, no hayque llamarse a engaño: El reino de Dioshay que hacerlo también ahora teniendoen cuenta a los más desfavorecidos,porque si no es así nuestro cristianismoes profundamente débil, incluso falso.Jesús de Nazaret no solo predicó y pro-fetizó la venida futura del reino de Dioscomo bendición para toda la humani-dad:

“Jesús recorría todas las ciudades yaldeas, enseñando en las sinagogas deellos, proclamando el evangelio delreino y sanando toda enfermedad ytoda dolencia” (Mat. 9:35, LBLA). YPedro dice que “para este propósitohabéis sido llamados, pues tambiénCristo sufrió por vosotros, dejándoosejemplo para que sigáis sus pisadascon sumo cuidado y atención“. – 1Ped. 2:21, TNM.

Todos vivimos en el mismo planeta,

nuestro único hogar terrestre, y es nuestraobligación moral ayudarnos los unos alos otros. Como dice Gustavo Gutie-rrez,

“Hoy –y este hoy lleva ya un buentiempo– la inhumanidad e injusticia dela pobreza, la ignorancia de sus causasy la percepción de su complejidad, ex-tensión y hondura, tengamos o no unaexperiencia directa de ella, no puedeser disculpada. Es un conocimiento quese constituye en pauta importante paraapreciar la calidad –y la eficacia– hu-mana y cristiana de la solidaridad conel pobre”. R

[5]https://estebanlopezgonzalez.com/2014/12/06/la-parabola-del-buen-samaritano/

John Rawls

Gustavo GutierrezDesde una perspectivacristiana, no hay quellamarse a engaño: Elreino de Dios hay quehacerlo también ahorateniendo en cuenta alos másdesfavorecidos, porquesi no es así nuestrocristianismo esprofundamente débil,incluso falso. Jesús deNazaret no solopredicó y profetizó lavenida futura del reinode Dios comobendición para toda lahumanidad

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El sentido de comunidad es algoque me ha costado mucho ad-quirir. Saber que perteneces a

algo. Durante muchos años viví el hechode disentir como una confrontación: yocontra los otros. Mis ideas contra lasde los demás. Y lo que es lo mismo, oquizá peor, las ideas de los demás contralas mías. Aún más, contra mí. Es difícilvivir así. Te enroca, te aísla. Sientes,incluso, la necesidad de abandonar elbarco porque ya no es una nave queavanza sino una mazmorra que te apri-siona. No merece la pena luchar…

Estaba absolutamente equivocado. Di-sentir se convirtió en mi prioridad vital,en disidencia irracional. Y la crítica,que al principio era ilusionante y cons-tructiva, se fue haciendo amarga y de-sesperanzada. Es cierto que, a veces, lacomunidad no ayuda y retroalimenta,quizá sin querer, la rebeldía. Tanta ce-rrazón, tanto miedo ante una nuevaperspectiva, ante la diferente forma dever las cosas; y esa lucha constantepara que todo siga como hasta ahora.

No disculpo esa aversión comunitaria acuestionarse a sí misma, a dejar que unviento nuevo, por incómodo que sea,entre por la puerta y circule entre losbancos. Muchos mártires hemos creadoactuando así, e infinidad de cadáveresse han ido quedando por el camino.

Pero la actitud personal es vital en estoscasos. Preguntarse por qué haces lo quehaces, cuestionarse las intenciones másíntimas, qué quieres lograr, a dóndequieres llegar, de la mano de quién vasen todo esto que te pasa…

Lo importante son las personas. No acualquier precio, es cierto. No a costade mis ideas, ni de mi silencio. Pero sía costa de mí mismo. Descubrir dedónde provengo, con quién estoy, adónde quiero llegar, y en compañía dequiénes quiero hacerlo. No me refieroa aceptar ser miembro de una manada,asumiendo las órdenes de un macho —o hembra— alfa que lidera. Es, másbien, descubrir el sentido de comunidad.Un espacio en el que todos buscan, y aveces encuentran. En ocasiones de formaamable y, de vez en cuando, haciéndosedaño los unos a los otros, seguramentesin querer.

Es, en definitiva, aceptar vivir tu fe —o tu carencia de ella— en su compañía.Aprovechar su crítica —a veces su in-comprensión— para cuestionar de formaíntima tus certezas. Y esperar que tuspropuestas de aires nuevos hagan elmenor daño posible, con la pretensiónde que ayuden a construir algo mejorde lo que tenemos. Es decir, vivir encomunidad…R

Juan R. Junqueras

Licenciado en Teología,especializado en mediosde comunicación. Escritor.

EL SENTIDO

DE LA COMUNIDAD

Blog del autor:espiritualidad-divergente.com

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REGAZO

Hoy deseo un regazoo quizás una cuna,que recoja mi cuerpo en las noches sin luna,que me meza en inviernoy en los días sin sol.

Acurrucar mi cuerpoen el nido de un brazoy dejarme, dormida,reposar, descansando.

Hoy deseo unos brazos que señalen mi nido,que me unan al mundoy que vuelen conmigo.

Hoy deseo un abrazo.Un simple y tierno abrazo que me diga quién soy.

Por Charo Rodríguez

DONDE L NO LLEGA...

PROSA

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La iglesia evangélica de nuestrosdías se enfrenta a uno de los pe-ligros más importantes de los

últimos tiempos, peligro que va siendocíclico a lo largo de la historia y queafecta a las instituciones religiosas: elfariseísmo implacable y arrogante detiempos de Jesús. No hay nada nuevobajo el sol; como ocurrió con el antiguoIsrael, cuyas estructuras religiosas sefueron haciendo cada vez más rígidas,la Iglesia se ha ido anquilosando y,lejos de renovarse (o reformarse conti-nuamente para ser fiel al ideario de laReforma protestante), se ha atrincheradoen las formas y en las ideas de antañosin ser capaz de dar respuesta a los pro-blemas con los que el pueblo de Diosse enfrenta hoy y, mucho menos, deiluminar el camino a seguir para unmundo que va a la deriva.

Enrocada en la “sana doctrina”, la iglesiacamina hacia la descomposición espi-ritual porque, mientras que los profetasantiguos y los apóstoles del Nuevo Tes-tamento fueron capaces de presentaruna mensaje inspirado en el Dios mise-ricordioso, la iglesia está levantandomuros de intolerancia hacia los que nopiensan de la misma manera, señalán-dolos y percibiéndolos como un peligrodel que hay que protegerse, igual quelos fariseos de tiempos de Jesús. Mientrasque el Dios de la Iglesia derriba murosde separación entre el judío y el diferente(Efesios 2.14, “de ambos pueblos hizouno, derribando la pared intermedia de

separación”), la iglesia intolerante loslevanta señalándolo por no pensar de lamisma manera, por no ajustarse alpatrón, por cuestionar la “línea inspirada”en no sé qué tipo de dogmatismo.

Jesús vivió en sus carnes lo que estosignificó y se enfrentó abiertamente alos escribas y fariseos, a los expertosen la letra de la ley. A partir de esa con-frontación podemos ver algunos signosidentificativos de la iglesia de nuestrosdías o, para ser más precisos, signosidentificativos de algunos sectores dentrode las comunidades cristianas donde laintolerancia se ha instalado para formarparte de su “ADN”. Recordemos quelos evangelios fueron escritos en el senode comunidades que pusieron el énfasisen algunos temas trascendentales quehabían vivido o estaban experimentandoy el fariseísmo era uno de los peligrosque las acechaban siendo conscientesde que no estaban exentos del tropiezo,y el “abismo” estaba solo a un paso.

Uno de los signos del fariseísmo evan-gélico de nuestros días es el lenguajeadornado, las frases grandilocuentescon resquicio religioso, el discurso exi-gente; en definitiva, la palabrería. Jesúsdijo a sus seguidores: “Todo lo que osdigan que guardéis, guardadlo y hacedlo;mas no hagáis conforme a sus obras,porque dicen y no hacen” (Mat 23.3).Y añade que los fariseos ponían cargasen los demás que ellos mismos no erancapaces de mover con un dedo.

SIGNOS

DE FARISEÍSMO

EVANGÉLICO

Pedro Álamo

Bachiller en Teología,Licenciado en Psicolo-gía, Pastor y Profesor deTeología hasta el año2001. Actualmenteejerce como delegadocomercial en una Com-pañía de servicios tecno-lógicos para editoriales.Autor de "La iglesiacomo comunidad tera-péutica" y "Consejeríade la persona. Restaurardesde la comunidadcristiana", publicadospor la Editorial Clie.Miembro de la IglesiaBetel, en L'Hospitalet deLlobregat, Barcelona.Ha participado en tertu-lias radiofónicas sobretemas especializados deTeología en Onda Ram-bla, Barcelona.

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El fariseísmo evangélico se ha encargadode poner cargas insoportables a diferentestipos de personas. Exigen que se cumplanlas normas. Vigilan incansablementeque todos se sometan a la “ley”. Peroeste fariseísmo evangélico no se dacuenta de la humana debilidad que ate-naza al ser humano y se hace intransi-gente, intolerante, perseguidor de herejes,apedreador de los que se desvían, sa-queador de mentes, opresor de los quebuscan libertad… Cuando el pueblo deDios está más pendiente de señalar al“perdido” que de mostrarle misericordia,es que está siguiendo la línea farisaicaque Jesús denunció. Este pueblo fariseoexige santidad, pero su intimidad dejamucho que desear. Es más, aquellosque son más estrictos e intransigentescon el prójimo, son los que más debilidadmuestran en su vida privada. El mássevero es el que más tiene que callar.El más inflexible es el que más se saltala “ley”. Y Jesús denuncia eso y adviertepara que el pueblo de Dios no caiga ensemejante despropósito.

Otro signo del fariseísmo evangélicode nuestros días es la imagen de reli-giosidad vacía de realidad. El propioJesús denuncia que los fariseos “hacentodas sus obras para ser vistos por loshombres” (Mat 23.5). Observamos ennuestros días a personas a las que se lesllena la boca de misericordia cuandooran públicamente en las iglesias, y semaravillan de la gracia de Dios, y leagradecen su amor…, pero son incapacesde saludar al hermano que piensa deotra manera en algún punto de la “sanadoctrina”, mientras hacen “campaña”en su contra usando las viejas armas dela murmuración y el descrédito. Dicenque aman a Dios, pero solo es una ima-gen de religiosidad que quieren proyectara los demás de santidad y espiritualidad.Pura apariencia, rancio fariseísmo; esuna vivencia vacía de realidad; apuntaa lo espiritual pero, en el fondo, es dia-bólica porque se aleja de la esencia delevangelio: amar a Dios sobre todas lascosas y al prójimo como a uno mismo(Mat 22.37-39).

Otro signo de fariseísmo evangélico denuestros días es el deseo de poder. Haypersonas a las que les gusta el prestigio,

aman tener un puesto de responsabilidaden la Comunidad, les encanta ser escu-chados, y que se les de una palmada enla espalda por todo aquello que hacenpensando que sirven a Dios; se encargande dar a conocer sus ministerios de unaforma sutil para que los demás sepan lobuenas que son. Todo su ego se hincha,se ensancha su vanidad, se engrosa sucorazón pero no para lo bueno, sinopara buscar el reconocimiento y el poder.Es fariseísmo. Se sientan en los primerosbancos de las iglesias, y dicen “amén”de una manera muy pronunciada paraque los demás les oigan, cantan a plenopulmón, están aquí y allí para que sevea que son muy activos en la obra deDios, que siempre están haciendo algo…, pero cuando aparece el diferente, lemiran desde la distancia, desde la sos-pecha, desde el miedo a que las cosascambien y no solo le menosprecian,sino que le desprecian. En el fondo esel típico temor del que se aferra alpoder porque su estatus se ve amenazado.Pero viene Jesús y les dice a sus discí-pulos, a los que no están exentos decaer en este signo farisaico, que tengancuidado, que el que “es el mayor de vo-sotros, sea vuestro siervo” (Mat 23.11).

Otro signo más de fariseísmo evangélicoes el poner palos a las ruedas; algunosson especialistas en esto. Es como elperro del hortelano que ni come, nideja comer. Jesús lo dice así: “cerráisel reino de los cielos delante de loshombres; pues ni entráis vosotros, nidejáis entrar a los que están entrando”(Mat 23.13). El Reino de los cielostiene que ver con una transformaciónsocial y religiosa en la Comunidad cris-tiana; es lo opuesto al fariseísmo. En elReino de Dios, la libertad impera; en elfariseísmo evangélico todos tienen que

estar hechos del mismo molde y unono se puede mostrar tal y como es. Enel Reino de Dios, la gracia y la miseri-cordia son sus señas de identidad; en elfariseísmo evangélico, impera la letrade la ley y el ánimo justiciero. En elReino de los cielos, el perdón es la

Otro signo deidentidad delfariseísmo evangélicoes que se daimportancia a loinsignificante:“Diezmáis la menta yel eneldo y el comino, ydejáis lo másimportante de la ley: lajusticia, lamisericordia y la fe”(Mat 23.23). Yo mepongo a temblar cadavez que un creyenteemite estas palabras:“la Biblia dice que…”.Normalmente se usaesta expresión paraexigir a los demás loque deben hacer, nopara redargüirse oenmendarse uno mismo

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práctica más habitual; en el fariseísmoevangélico, se señala al que tropieza yse le aparta para que no contamine.Además, cuando alguien quiere cambiaralgo porque ve que la comunidad cris-tiana se aleja del evangelio de Jesús alprimar la norma por encima de la mise-ricordia, se le censura y se le hace elvacío.

Otro signo de identidad del fariseísmoevangélico es que se da importancia alo insignificante: “Diezmáis la menta yel eneldo y el comino, y dejáis lo másimportante de la ley: la justicia, la mi-sericordia y la fe” (Mat 23.23). Yo mepongo a temblar cada vez que un creyenteemite estas palabras: “la Biblia diceque…”. Normalmente se usa esta ex-presión para exigir a los demás lo quedeben hacer, no para redargüirse o en-mendarse uno mismo. La mirada estáen el otro, en el prójimo, pero no paraamarlo, sino para “machacarlo” con pa-labras evangélicas en aras de la religio-sidad más fundamentalista. Aquellosque ponen el acento en la “ley”, devienenen fariseísmo puro y duro; afortunada-

mente, todavía quedan cristianos queprefieren concentrarse en la graciaporque son muy conscientes de su de-bilidad, de que todos estamos hechosde la misma humanidad, como Elías,que era un hombre sujeto a pasionessemejantes a las nuestras (Sant 5.17).

Otro signo de identidad del fariseísmoevangélico es que se cree en posesiónde la verdad. Jesús les dice que son cie-gos, guías de ciegos (Mat23.17,19,24,26). No hay nada peor queuna persona que no quiera ver, porqueestá convencida de que tiene la verdad,que la razón le respalda, que actúa ennombre de Dios. Eso hacía que los fari-seos se volvieran intransigentes, into-lerantes y que decidieran eliminar alque era la verdad y la vida, Jesús deNazaret. Pero lo peor de todo no es queel fariseo caiga en el hoyo, sino quehará caer a otros con él porque se erigeen guía de los demás, acarreando mayorresponsabilidad. El fariseo pierde devista que “Dios es verdad” y que laverdad, la diga quien la diga, vienesiempre de Dios, aunque el mensajerosea un pobre desnutrido, un ateo o unhijo del Altísimo. Creerse en posesiónde la verdad lleva al fanatismo, una delas peores drogas ideológicas de nuestrosdías; de ahí el peligro que entraña. Elcristiano, por ser cristiano, no está enposesión de la verdad; es la Verdadquien nos posee a nosotros para darnosuna mente nueva orientada a la miseri-cordia, a la justicia y a la libertad ytodo lo que se aleje de esto, es manipu-lación farisaica.

Otro signo de identidad del fariseísmoevangélico es hacer una lectura literalistade la Escritura perdiendo de vista el en-torno cultural en el que fue escrita. Pero

es curioso que, normalmente, el fariseosolo levante la vista alrededor mirandoa quien devorar con la literalidad de laEscritura y, en nombre de no sé quéDios, dogmatiza para crucificar al quedifiere de su pensamiento. Jesús, dandorespuesta a los saduceos les dijo: “Erráis,ignorando las Escrituras y el poder deDios” (Mat 22.29). Si hoy se tuvieraque escribir la Biblia se usaría otra ter-minología, otros conceptos que expre-saran el amor de Dios hacia la humani-dad. Por eso, es tarea del exégeta des-cubrir los principios bíblicos (que sonpermanentes) y separarlos del “ropaje”en el que están envueltos (lo circuns-tancial, temporal, accesorio). Sin em-bargo, el fariseísmo evangélico se aferraa lo accesorio (el ropaje) y deja a unlado lo permanente (los principios eter-nos).

Esto son solo algunas reflexiones de uncristiano que intenta seguir a Jesús, consus limitaciones, con sus incongruencias,con sus conflictos personales, sujeto alas mismas pasiones de Elías; por eso,conforme pasa el tiempo me voy ha-ciendo cada vez más comprensivo conel prójimo y más intolerante con aquellosque exigen a los demás lo que no estándispuestos a hacer.

El fariseísmo evangélico se ha atrin-cherado en la iglesia y se ha camufladobajo el paraguas de la santidad. En elfondo es una manifestación más delprincipio de aversión a la pérdida queanida en el corazón humano (ver mi ar-tículo “Aversión a la pérdida” publicadoen 2016 en Lupa Protestante). Es res-ponsabilidad de todos identificarlo yerradicarlo para volver a la esencia delevangelio: el amor, la misericordia, lajusticia, la libertad… Los signos fari-saicos fueron descubiertos y denunciadospor Jesús de Nazaret; es tarea de todosdesmarcarse de ellos, pero desde la hu-mildad, porque nadie está exento decaer en sus garras, ya que sus tentáculosson muy sutiles y poderosos. Ojaláavancemos por esa senda, aunque noscueste el rechazo y la incomprensión.Ojalá aspiremos a ser sencillos seguidoresy seguidoras de Jesús, huyendo del fa-riseísmo evangélico de nuestros días.Seguro que merece la pena. R

Esto son solo algunasreflexiones de uncristiano que intentaseguir a Jesús, con suslimitaciones, con susincongruencias, consus conflictospersonales, sujeto a lasmismas pasiones deElías

Espiritualidad

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Hablar de abuso en el contextode la iglesia es casi como entraren un territorio virgen o inex-

plorado y no debido a que se desconoz-can casos sino porque los mismos pa-recen silenciarse siendo consideradoeste tema una especie de tabú. Enor-memente significativo es, además, quedeterminadas clases de pensamiento, oestructuras eclesiales, se basan precisa-mente en algún tipo de abuso haciendodel mismo una forma de vivir la fe in-curriendo de esta manera en su norma-lización. Con esto último quiero signi-ficar que lejos de ser detectados, y con-secuentemente denunciados, lo que ocu-rre es que esta forma de proceder sepresenta como cristiana. El desastreestá servido.

“Después de trabajar cuarenta añoscomo guía espiritual, me aterrorizanlos enormes sufrimientos que causanlos dictadores espirituales a personas,grupos y congregaciones cristianas. Almismo tiempo, me causa consternaciónel hecho de que rara vez se habla conclaridad acerca de esto, aún entre loscristianos y los especialistas en estecampo”. (Edin Lövas)[1].

Cuando hablamos de abuso podemos

tener en mente el de tipo sexual oincluso el maltrato psicológico seriopero los hay enormemente variados yel que se puede dar en el seno de unadeterminada congregación no necesa-riamente puede parecer escandalosopero produce un daño de la misma in-tensidad y repercusiones para la personacomo los dos anteriores. Por tanto, po-demos hablar sin duda de abuso espiri-tual y que sutilmente se puede estardando, de forma consciente o no, en nopocas congregaciones y que suponepara la persona que lo padece un gransufrimiento.

El abuso espiritual consiste precisamenteen maltratar a una persona que necesitaayuda, apoyo o mayor crecimiento es-piritual, lo cual debilita, sabotea o dis-minuye el desarrollo espiritual de esapersona. (David Johnson y Jeff VanVonderen)[2].

Uno de los casos más llamativos y co-munes es el que se basa en la supuestaautoridad de un pastor o cuerpo dirigentey en donde no se está permitida la dis-crepancia. Algunos creyentes son si-lenciados o ignorados sistemáticamentecuando tienen una opinión diferente en

Espiritualidad

Alfonso P. Ranchal

Diplomado en Teología(Ceibi). Vive en Cádiz.También es articulista

habitual en LupaProtestante.

EL ABUSO

ESPIRITUAL

[1] Lövas, E. (1991). Dictador espiritual.Terrasa: Clie, p. 11.

[2] Johnson, D. y Van Vonderen, J. (1995).El poder sutil del abuso espiritual. Miami:Editorial Unilit, p. 22.

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temas doctrinales, de organización o deorientación para la iglesia.

Sostenidos en esta supuesta autoridaddivina que él o ellos representan semira con desdén, se pone en tela dejuicio la espiritualidad del creyente, osencillamente se le llama al orden. Estecreyente, que puede tener una sensibi-lidad diferente o tal vez ha leído otrasposturas posibles frente a determinadostemas o pasajes bíblicos, será consideradocomo molesto, poco espiritual y muyposiblemente tachado de pretender estarpor encima de lo que Dios dice y queequivale exactamente a lo que ellos en-señan. Es un tipo de abuso que se puede

llamar de posición ya que son ellos losescogidos divinamente y se ven legiti-mados para actuar de esta forma.

Con esto no pretendo decir que no seden casos en donde un cristiano por sucuenta y riesgo quiere imponer algoque puede estar claramente equivocadoo tener una mala actitud o incluso so-berbia. Estoy hablando de otra cosa.

Es sobre esta posición elevada que losdirigentes, supuestamente espirituales,coaccionan, presionan e incluso colocanun interrogante a la integridad moraldel que se ha atrevido a mostrar su dis-conformidad. Al creyente sensible estasituación le producirá un profundo ma-lestar, podrá confundirlo e incluso puedeque se calle de allí en adelante y queviva sus dudas y preguntas en su interior.

Es importante tener presente que pode-mos hablar de abuso espiritual cuandouna persona que necesita orientación,comprensión o tener claras determinadascuestiones de fe es silenciada. Para ellose puede recurrir a la manipulación,como ya hemos apuntado, y así es de-bilitada como persona, como creyente,y disminuido su desarrollo. Los queestán en posiciones de autoridad podránincluso hablar de él como alguien pro-blemático y que debe abandonar el mi-nisterio que puede estar desarrollandoo, sencillamente, dejarlo de lado paraque así produzca la menor molestia po-sible en el futuro y, por supuesto, ex-cluirlo de cara a una futura labor eclesial.

Otro tipo de abuso muy común es elbasado en el legalismo. Al creyente se

le coacciona de diferentes formas paraque se comporte siguiendo un patrónestablecido que puede llegar incluso alcómo vestirse ya que de lo contrario esconsiderado como pecador o mundano.Es una manera de entender el cristia-nismo fijado en lo externo y descuidandosobremanera lo interno.

Realizan una rígida división entre loque pertenece “al mundo” y lo relacio-nado con Dios. Así se podría considerarcarnal ir al cine, al teatro, a determinadosespectáculos, escuchar un tipo de músicao a reunirse con una serie de personasno creyentes. En claro contraste, lobueno y aceptable por Dios sería todoaquello relacionado con la congrega-ción.

Se hace hincapié en la continuada lecturade la Biblia, en la oración sin cesar, enla asistencia a los cultos, a las reunionesde grupo, etc. Para esta mentalidad tienetoda la preeminencia las actividades deiglesia frente a cualquier otra aunqueésta última sea familiar, entre amigos olaboral. Si el creyente no se atiene aestas normas, muchas de ellas tácitas,se le considera en pecado, descarriado,y llegará el momento en el que se lellame al orden.

Esto suele crear una conciencia de cul-pabilidad que se traducirá en no saberreconocer la libertad a que Cristo nosllamó. Es una manipulación en todaregla que quiere hacerse con el controlde la vida y de la alegría de esa persona.Acabarán concibiendo a Dios como unjuez cruel que siempre está atento acualquier falta para castigarla. Un Padrecelestial que ante todo es vengativo yapático y que para defender su santidadcoarta las vidas de sus hijos.

Parece que el creyente que sabe que hasido salvado por gracia ahora tiene quehacer tal cantidad de méritos que acabaahogado en el intento. Sí, la salvaciónfue gratuita pero ahora su vida cristianase sostiene en un hacer y en un evitarpara no despertar la desaprobación di-vina. Dios los liberó pero este tipo deiglesias los vuelve a atar con cargasmás pesadas.

Cuando una persona ha sufrido este

Espiritualidad

Se hace hincapié en lacontinuada lectura dela Biblia, en la oraciónsin cesar, en laasistencia a los cultos,a las reuniones degrupo, etc. Para estamentalidad tiene todala preeminencia lasactividades de iglesiafrente a cualquier otraaunque ésta última seafamiliar, entre amigoso laboral. Si elcreyente no se atiene aestas normas, muchasde ellas tácitas, se leconsidera en pecado,descarriado, y llegaráel momento en el quese le llame al orden.

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tipo de abuso espiritual las consecuenciasque aparecen en ella son comunes aotros tipos de abusos. De hecho, sillegan a salir de esta clase de congrega-ciones quedan marcadas y casi incapacesde confiar en otras personas que síposeen una genuina autoridad que noes otra que la sostenida en el servicioentregado y desinteresado. También seacercarán a las Escrituras sin poder en-tender qué significa la gracia de Dios.Llegan a experimentar una profundasoledad y desilusión ante lo que ellospensaban que era la vida de fe.

Si la persona no es tratada puede quedaratrapada en una mentalidad propia delas abusadas tomando característicasenfermizas lo que la predispone paranuevos abusos en el futuro, sean deltipo que sean.

Puede llegar incluso a creer que el pro-blema es ella misma y que si Dios estáairado es por culpa suya, a eso se debesu infelicidad, su tristeza interior, jamásestá a la altura.

A la persona atrapada en el abuso le esmuy difícil salir del mismo. Las razonesson variadas y así es frecuente la ver-güenza, esto es ser señalada en el senode esa comunidad e identificada comoconflictiva e incluso destinada a la per-dición; el miedo, ya que ha pertenecidoal grupo por un considerable espaciode años y no sabe qué hacer fuera delmismo, a lo que se le une el temor adejar familiares y amigos de toda una

vida o incluso pánico a que algunas fa-cetas de su vida se conozcan al habersesincerado con alguien, en momentosconcretos, buscando orientación.

Son cadenas que la persona abusadaarrastra y que la hacen sentirse cansada,triste y exhausta y es posible que ni si-quiera lo aparente al vivirlo todo elloen secreto.

Otro tipo de abuso se da cuando seutiliza la Biblia para silenciar, apartar oincluso como una especie de garrotecon el que se golpea al creyente. Asílos líderes que creen tener la última pa-labra pueden usar una serie de versículospara apoyar su posición y mantenersepor encima del creyente común. El le-galismo, del que ya hemos hablado másarriba, puede ser defendido de acuerdoa otra serie de versículos tomados fuerade contexto y usados como si Dios mis-mo estuviera manteniendo lo que ellosenseñan. El Antiguo Testamento es es-pecialmente usado para este fin. Allí,gracias a una mezcla de ignorancia ymala fe, se pueden encontrar textos queapoyen casi cualquier idea. Por supuestoesconden lo que Jesús podría haberdicho al respecto y así algo ya superadopor el Maestro se trae a otro contexto ytiempo defendiendo su plena actualidad.

Un caso especialmente hiriente paracon las mujeres es la idea de que éstasdeben estar sometidas a sus espososaun cuando los mismos se equivoqueny sean, de esta forma, obligadas a acatar

los deseos y directrices de ellos. Inclusopuede darse un maltrato psicológico yfísico y aún así haber líderes que leaconsejen, en nombre de Dios, que re-gresen a su hogar, que oren y que so-porten todo aquello como una ocasiónpara crecer. Frases como poner la otramejilla, respetar en todo al marido, queél es la cabeza del hogar creyente o queDios tiene un propósito en todo, sonusadas para perpetuar el sufrimiento dela esposa.

Esto, digámoslo claro, es una aberraciónde lo que Dios desea para todos sushijos. Nadie tiene el derecho de condenara estas mujeres a un sufrimiento de talcalado, muy al contrario deben ser es-cuchadas, sostenidas e incluso aconse-jadas a que denuncien a sus maridos enlos casos de gravedad. No es cierto quelas mujeres deban aceptar y acatar estocomo proveniente de Dios sino todo locontrario. Es más, deberían plantearsesi sus esposos son realmente cristianosy si la situación es muy seria pensar endisolver el matrimonio. Ellas estaríanen perfecto derecho de rehacer sus vidasa todos los niveles.

El abuso espiritual es un hecho que seda en no pocas congregaciones. Nosirve de nada mirar para otro lado comosi no ocurriera. Se trata de poner enevidencia a los lobos que han sido co-locados para cuidar del rebaño. Jesúsfue muy duro con aquellos religiososde su tiempo que habían ahogado laverdadera fe en un mar de legalismo,que usaban las Escrituras para su propiofin, que creían estar por sobre todos olos que consideraban a la mujer comopersonas de tercera fila. Fue él el quedijo:

“El Espíritu del Señor está sobre mí,porque me ha ungido para anunciarbuenas nuevas a los pobres. Me ha en-viado para proclamar libertad a lospresos y dar vista a los ciegos, paraponer en libertad a los oprimidos, paraproclamar el año del favor del Señor.”Lucas 4:18-19. R

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1. UNA INTRODUCCIÓN NECESA-RIALas instituciones, tanto políticas comoreligiosas, guardan una coherencia conlas cosmogonías que las sustentan. Lacosmogonía aporta el orden, el estatusy el honor debidos a los colectivos o alos individuos en el ámbito político,social, familiar y religioso de un pueblo.Este orden cósmico jerárquico vienerepresentado simbólicamente de manerapiramidal, en cuyo vértice está situadoDios y en la base el estatus más bajo:los esclavos. Sintéticamente, para elpropósito que nos incumbe, el ordensería así: Dios-Ángeles-Hombre-Mu-jer-Hijos-Esclavos.

Orden políticoNingún orden social se entiende al mar-gen de su respectiva cosmogonía. Lasdiferencias y las similitudes entre lascivilizaciones tienen su origen en susdiferentes cosmogonías. Una similitudcosmogónica en cualquier civilizaciónes la jerarquía que origina, tanto en elcielo como en la tierra.[1] La jerarquíaterrestre es una evocación de la celeste,que sirve como modelo. Por ello, en elámbito terrícola, el vértice de la pirámide

imaginaria de esta jerarquía está siempreocupado por el rey, el emperador... quees elegido por el dios, que en algunascosmogonías adquirían incluso el títulode “hijo de dios” (cuando no se aseme-jaban a los dioses mismos). Esta sim-biosis entre el dios y su ungido (eleccióndivina) es común a todo el antiguoOriente. En Mesopotamia antigua, aunen el caso del hijo que sucede a supadre, que era la ley ordinaria, y entodas las épocas, el rey es consideradoelegido por el dios. Desde Gudea, quees el “pastor notado por Ninguirsu ensu corazón”, hasta Nabonido, al que“Sin y Nergal determinaron para quereinase, cuando todavía estaba en elseno de su madre”, y hasta Ciro, delque una composición babilónica diceque Marduk designó su nombre para larealeza sobre el universo.[2] De esteCiro, en relación con el Dios de Israel,leemos en el deuteroisaías: “El quellama a Ciro: Pastor mío… Así dice elSeñor de su ungido, de Ciro, a quienllevo de la mano.” (Isaías 44:28; 45:1BTI). Esta idea de elección divina selleva al extremo en Egipto, donde acada faraón se le considera hijo de Ra,el dios solar. En los reinos arameos deSiria, Zakir, rey de Hamat y de La'as,dice: “Baal Samain me ha llamado yha estado conmigo, y Baal Samain meha hecho reinar”. Este Zakir era unusurpador, pero Bar-Rekub, rey de Sen-yirli, es sucesor legítimo y dice: “Mi

Caer en la cuenta...

Emilio Lospitao

Caer en la cuenta no cuestiona la fe, escribe desdeella. Cuestiona las imágenes falsas de Dios y una

teología caducada.

Espiritualidad

“Por lo cual la mujer debetener señal de autoridad sobresu cabeza”“Siervos, obedeced a vuestrosamos”“Porque no permito a la mujerenseñar, ni ejercer dominiosobre el hombre, sino estar ensilencio”

[1] En la cosmogonía bíblica esta jerarquíacomienza en el cielo, encabezado por Diosy los Ángeles (Job 1-2; Daniel 10:13, 12:1;Judas 9; Apoc. 12:7). En la esfera terrenalle sigue siempre el rey o los gobernantespolíticos (1 Sam. 24:10; 2 Sam.12:7; Sal.2:2; Rom. 13:1; etc.).

¿Legitima la Biblia hoy alguna “señal” (velo) de “autoridad” (tutela) haciala mujer; la institución de la esclavitud; y el impedimento de que la mujerenseñe o tenga algún dominio sobre el hombre? ¿Por qué dice la Bibliaeso? ¿En qué contexto lo dice?

TEOLOGIZACIONESVelo, esclavitud y tutela de la mujer

[2] R. de Vaux, Instituciones del AntiguoTestamento.

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señor Rekub-el me ha hecho sentar enel trono de mi padre”. [3]

En la monarquía israelita el rey era “elungido de Dios” (2Samuel 12:7). Engeneral, los gobernantes, los magistrados,etc., se consideraban puestos por Diosmismo y ocupaban el lugar jerárquicoinmediato después de Dios y sus Ángeles.Esta idea de que el rey y los gobernantesson puestos por Dios mismo ha perdu-rado hasta entrada la Edad moderna,cuando en Europa empezaron a erradi-carse las monarquías, pero persiste enel mundo cristiano fundamentalista, quesigue orando por los gobernantes deacuerdo a Romanos 13:1 y 1 Timoteo2:2 como “puestos por Dios”. En lossistemas políticos modernos, donderigen las democracias, quienes gobiernanson elegidos por el pueblo, no son“puestos por Dios”. El centro de grave-dad de este orden político-social se de-rivaba de la jerarquía cosmogónica re-presentada por la pirámide imaginariaantes citada. En el Nuevo Testamento,con la figura del Cristo ya presente, elrango jerárquico adquiere este orden:Dios-Cristo-Varón-Mujer-(esclavo), quesirve para la “teologización” del estatusde la mujer. (1Cor. 11:3).

Orden social y familiar

En el orden social (códigos domésticos),el estatus del varón libre primaba encalidad de esposo, padre y amo; elestatus de la esposa superaba solo al delos hijos y los esclavos, independiente-mente del sexo de estos.

Estos códigos domésticos que hallamosen el NT ya los consideraba Aristótelesen La Política como los elementos bá-

sicos de la casa: “Una vez que hemos puesto de ma-nifiesto de qué partes consta la ciu-dad, tenemos que hablar en primerlugar, de la administración doméstica(oikonomia), ya que toda ciudad secompone de casas. Las partes de laadministración doméstica corres-ponden a aquellas de que consta asu vez la casa, y la casa perfectaconsta de esclavos y libres. Ahorabien, como todo se debe examinarpor lo pronto en sus menores ele-mentos, y las partes primeras y mí-nimas de la casa son el esclavo y elamo, el marido y la mujer, el padrey los hijos, habrá que considerarrespecto de estas tres relaciones quées y cómo debe ser cada una, asaber: la servil (despotiké), la con-yugal (gamiké) (pues la unión delhombre y la mujer carece de nombre)y la procreadora (teknopoietike), quetampoco tiene nombre adecuado”(I, 1253 b 6-8) [4]

En el Nuevo Testamento encontramosestos códigos domésticos (sumisión dela mujer, la esclavitud...) sobre los cualesse exhorta a cumplir fielmente comouna expresión de obediencia a Diosmismo, lo que significa que no solo seaceptan dichos códigos domésticos, sinoque se “teologizan”, se les otorgan uncarácter sagrado.

2. TEOLOGIZACIÓN DEL USO DELVELO

“Por lo cual la mujer debe tener señalde autoridad (1Cor. 11)

En la época del Nuevo Testamento,además de un símbolo de pudor, el veloera también un símbolo de subordinaciónal varón, según las reglas del estatus ydel honor. Pero por razones que solopodemos especular, a la luz del 1Cor.11, algunas mujeres cristianas de Corintohabían prescindido de la “señal” (velo)[5] que mostraba su sujeción al maridoademás de su recato en aquella cultura.Esta actitud por parte de aquellas mu-jeres originó un problema no solo enel hogar y en la iglesia, sino en el testi-monio hacia “los de afuera” (los nocristianos). Por ello, y ante el escándaloque suponía en todos los órdenes, elApóstol intervino de manera fulminante.La proposición apologética de Pablo esla siguiente: “Porque si la mujer no secubre, que se corte también el cabello;y si le es vergonzoso a la mujer cortarseel cabello o raparse, que se cubra”(v.6). El Apóstol razona su proposición me-diante tres argumentos, dos teológicosy uno estético.Primer argumento teológico:

“Porque el varón no debe cubrirsela cabeza, pues él es imagen y gloriade Dios; pero la mujer es gloria delvarón” (v. 7).

Pablo apela al orden cósmico de los es-tatus sobre los que está organizado elmundo simbólico de su época: en elrango Dios-Hombre-Mujer, el más pró-ximo a Dios es el hombre, por ello él esla gloria de Dios, y la mujer es la gloriadel hombre porque le sigue en rango.Segundo argumento teológico:

“Porque el varón no procede de lamujer, sino la mujer del varón ytampoco el varón fue creado porcausa de la mujer, sino la mujerpor causa del varón” (vs.8-9).

El Apóstol evoca el segundo relato dela creación de Adán y Eva (el sacerdotal),donde la mujer es creada en últimolugar, después incluso que los animales(Gn. 2:4 sig.). Sin embargo, en el relato“yavista”, ambos son creados a la vez:”Y creó Dios al hombre a su imagen, a

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[3] Ibídem

[4]Aristóteles, La política, 1260 b 12-21,en: Rafael Aguirre, Del movimiento deJesús a la iglesia cristiana – Verbo Divino,pág. 120.

[5]Ver “Señal de autoridad”. https://revis-tarenovacion.files.wordpress.com/2014/01/senal-de-autoridad.pdf

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imagen de Dios lo creó; varón y hembralos creó” (Gn 1:27).Argumento estético:

“Juzgad vosotros mismos: ¿Es propioque la mujer ore a Dios sin cubrirsela cabeza? La naturaleza misma¿no os enseña que al varón le esdeshonroso dejarse crecer el cabello?Por el contrario, a la mujer dejarsecrecer el cabello le es honroso; por-que en lugar de velo le es dado elcabello” (vs.13-15).

Aquí, naturaleza, se refiere a la “cos-tumbre”. Aunque parezca lo contrario,“en lugar de velo le es dado el cabello”no significa que el cabello largo sustituyeal velo, sino que la costumbre (natura-leza) del cabello largo confirma quedebe cubrirse con el velo. ¿Qué sentidotendría, si no, su apología?

Conclusión: “Por lo cual la mujer debe

tener señal de autoridad sobre su ca-beza…” (v.10).

Desde una exégesis literalista (hablardonde la Biblia habla…), hoy la mujercristiana debería cubrir su cabeza conun velo (¡porque lo dice la Biblia!). Noobstante, el hecho de que “cubrirse” lamujer con un velo fuera en aquellaépoca una “costumbre” (relacionadacon el pudor y la sumisión), significaque la “teologización” de dicha cos-tumbre no conlleva la obligación atem-poral de la misma. Analizada esta teo-logización en su contexto nos indicaque la misma no tiene un carácter abso-luto, sino local y circunstancial en elcontexto donde y cuando se formalizó.Nos vale el principio (cuando tengaque ver con la estética y la ética), perono la norma cosificada en el velo.

3. TEOLOGIZACIÓN DE LA ESCLA-VITUD

“Siervos, obedeced a vuestros amos…Como a Cristo” (Efesios 6:5-7)

La institución de la esclavitud –comola costumbre del velo– no quedó fuerade esta “teologización” de la que venimoshablando. El perfil social de las personasque integraban las iglesias del cristia-nismo primitivo era muy heterogéneo,pero la mayoría pertenecía a un perfilhumilde, entre ellos muchos esclavos yesclavas. En un estatus superior se en-contraban aquellos que se permitíanprecisamente tener esclavos, los amos.El hecho de que se insista tanto en lasrelaciones entre amos y esclavos (fueranlos amos creyentes o no), y se lesexhorte a los amos creyentes a ser con-descendientes con sus esclavos –pero

Jerarquía social de la Edad Media en Europa

Alto clero: cardenales,obispos, etc.

Clero medio: abades y abadesas,miembros de los cabildos, curas

de parroquias ricas, etc.

Bajo clero: curas, frailesy monjas

Niveles modestos:artesanos,

profesionesliberales

con tierras, etc.

Alta nobleza: príncipes,duques, condes,marqueses, etc.

Media nobleza:caballeros y noblezade toga

Baja nobleza:hidalgos

Ricos: comerciantes,banqueros, dueñosde tierras, de títulos dehacienda, etc.

Pobres:campesinos,jornaleros,trabajadores,urbanos, etc.

Rey

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más a los esclavos creyentes a que seanobedientes a sus amos–, indica que erafrecuente la rebeldía de estos y el abusode aquellos (cf. Efe. 6:5-6; Col. 3:22;1Tim. 6:1-2; Tit. 2:9-10;1Pe. 2:18) conel consiguiente castigo, incluso físico,por parte de los amos (1Pe. 2:19-20).

En cualquier caso, porque la sociedadde aquella época se sustentaba en lamano de obra y el servicio de los escla-vos, los líderes cristianos tomaron partidoconsolidando aquel orden social, primeropor el testimonio hacia “los de afuera”(que señalaban a los cristianos de “sub-vertir” dicho orden), pero, sobre todo,para no ser acusados de sublevación orebeldía contra el Imperio (Conf. Es-partacus, Guerra de los esclavos, 73aC.). El entusiasmo de la primera ge-neración de cristianos, y el aire delibertad que el evangelio abanderaba(“libres en Cristo”), debió suscitar acti-tudes “libertarias” aisladas entre los es-clavos cristianos, como ocurrió entrelas mujeres de Corinto respecto al usodel velo. Así pues, los dirigentes cris-tianos debieron sopesar el precio quetendrían que pagar de continuar condicho entusiasmo, por las sospechasque originaba en “los de afuera”. Ypara mostrar a estos que la vida cristianano suponía un peligro contra las cos-

tumbres sociales, se reafirmaron en loscódigos domésticos referentes al estatusde la mujer y al estatus de los esclavos.

De ahí que “teologizaran” tambiénesta institución: “Siervos, obedeced avuestros amos… como a Cristo… comosiervos de Cristo… como al Señor”...“Y todo lo que hagáis, hacedlo de co-razón… como para el Señor” (Efe. 6:5-7; Col. 3:22-24). En relación con loscastigos físicos que podrían recibir desus amos “difíciles de soportar”, sedice: “Pues ¿qué gloria es, si pecandosois abofeteados, y lo soportáis? Massi haciendo lo bueno sufrís, y lo sopor-táis, esto ciertamente es aprobado de-lante de Dios. Pues para esto fuisteisllamados; porque también Cristo padeciópor nosotros, dejándonos ejemplo…”(1Pe. 2:18-21). La “teologización” quedaexpresada en los términos “como a Cris-to”, “como siervos de Cristo”, “comoal Señor”, “dejándonos (Cristo) ejemplo”,etc.

¡Pero casi 19 siglos después, por lainercia de la historia (¡la era industrial!)muchos líderes cristianos se opusierona esta institución, aunque otros –tambiéncristianos– defendieron la esclavitudapelando a la Escritura, como fue elcaso de uno de los padres del Movi-

miento de Restauración: Thomas Camp-bell (Apología sobre la esclavitud entreThomas Campbell y un tal Cyrus dondeCampbell la defendía apelando a nu-merosos textos bíblicos, tanto del Antiguocomo del Nuevo Testamento)[6]. Lainstitución de la esclavitud en la épocade Pablo era generalizada. La únicamanera de salir de ella era mediante elpago de su libertad. No tenemos cons-tancia de que ninguna iglesia en el sigloprimero comprara la libertad de ningúnesclavo. Las exhortaciones neotesta-mentarias están en los antípodas decualquier liberación. El regreso de Oné-simo, a instancia de Pablo (pues habíahuido de su amo), es un ejemplo (Cartaa Filemón). Validar la esclavitud me-diante su “teologización” era coherentedada la aceptación generalizada de estainstitución. Hoy, cuando la esclavituden todas sus formas está prohibida entodo el mundo civilizado, no procedeningún tipo de validación al estilo delNuevo Testamento. Es decir, el hechode que el autor bíblico “teologizara” lainstitución de la esclavitud no significaque hoy podamos prolongarla en eltiempo. Ese tipo de exhortación no tienecabida en la sociedad y el pensamientomodernos.[6] Millennial Harbinger Third SeriesBETHANY, VA. JANUARY, 1845. No. I.

Jerarquía social de los vikingos

Rey (Konungr) y nobleza (jarl): La riquezaestaba dada por la cantidd de tierrra acumuladapor casa miembro de la aristocracia.

Guerreros (jarl): clase social con bastantesprivilegios y de la cual dependían el éxito delas campañas bélicas.

Campesinos (karl): hombres libres que poseíanalgunos derechos como el uso de armas, y elprivilegio de integrar la asamblea local por sucondición de propietarios de tierras.

Comerciantes y artesanos (karl):hombres libres que solo poseíanderechos si eran propietarios.

Esclavos (thrall):prisioneros tomados ensaqueos.

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4. TEOLOGIZACIÓN DE LA TUTELADE LA MUJER

“Porque no permito a la mujer enseñar,ni ejercer dominio sobre el hombre,sino estar en silencio” (1 Tim. 2:12)

Tal como los hagiógrafos hicieron conel convencionalismo del velo y la insti-tución de la esclavitud, así hacen con elestatus de la mujer en la sociedad pa-triarcal donde viven: la “teologizan”.

“Como…”, “Porque…”, son las expre-siones típicas que los hagiógrafosusan para “teologizar” la proposiciónrelacionada con el estatus de la mujeren la época del Nuevo Testamento.

La sumisión de la mujer al varón erauna institución política milenaria delorden social patriarcal en el judaísmo yen el mundo greco-romano. Esta mile-naria institución ha estado encuadradaen el orden cósmico del patriarcalismode Oriente Medio y de toda la cuencadel Mediterráneo hasta prácticamentela Edad Moderna. En la antigüedad(también en el Israel bíblico) la mujerpasaba de la tutela del padre a la tuteladel marido. De hecho, en general, lamujer pasaba del padre al marido me-diante un contrato de compra (Ver Gé-nesis 29).

Basado en el orden cósmico, en la je-rarquía patriarcal, el varón libre (marido,padre y amo), ocupaba la cúspide dedicho orden (por encima de él se hallabael ungido del dios: el rey (y el sacerdote).Al varón le seguía en rango la mujerlibre en calidad de esposa y madre. Poreso el marido era “la gloria de Dios” yla esposa era “la gloria del marido” yen este orden (ver 1Cor. 11:7). Leseguían en un rango inferior los hijos ylas hijas (y las concubinas cuando lashabía). Al último rango pertenecían losque no tenían ningún estatus (honor):los esclavos y las esclavas. Esta era lacosmovisión que se tenía del mundo ysu ordenación según los rangos del es-tatus y el honor en la época de los es-critores bíblicos.

Los líderes cristianos, especialmente dela segunda y tercera generación, paraganarse un estatus como organizaciónreligiosa en el mundo greco-romano(como lo había ganado, mucho antes,la sinagoga judía), aceptaron y “teolo-gizaron” los códigos domésticos mun-danos de la época.

Como Sara… Como la iglesia (1Ped.3:1-7; Efesios 5:24)

(Textos afines: Efesios 5:21-6:9; Colo-senses 3:18-4:1;1Timoteo 2:11-14).

La iglesia de 1Pedro está pasando poruna crisis de identidad (finales del sigloprimero)[7], y está siendo objeto decensura por parte de “los de afuera”(3:1,16; 4:4,14). Si bien Pablo ofrecíaapoyo moral a los cristianos cuyasparejas les estaban abandonando porcausa de su fe (1Cor. 7:15-16), Pedroquiere más bien que las mujeres nosolo eviten dicho abandono, sino queganen a sus maridos incrédulos para lafe mediante el silencio testificante yuna conducta irreprochable: que susmaridos no tengan ninguna ocasión dereproche contra ellas.

Para ello, el autor de 1Pedro recurre ala “teologización”: “Como Sara obedecíaa Abraham, llamándole señor; de lacual vosotras habéis venido a ser hijas,si hacéis el bien, sin temer ningunaamenaza” (1Pedro 3:3,6). El hagiógrafove una correspondencia entre el estatusde la mujer de su época y el estatus dela mujer de la época veterotestamentaria.Nada había cambiado en cuanto a esteestatus femenino. Teologizar este estatusera normal, coherente y necesario desdeel punto de vista pastoral y por causade la situación que atravesaba la igle-sia.

Jerarquía social egipcia en la época de los faraones

[7] Una crisis acentuada por la frustraciónde que la “parusia” (2ª venida de Cristo) noacababa de realizarse, y muchos estabanabandonando la iglesia (2Ped. 3).

Pirámidesocialegipcia

FARAÓN

Nobles, sacerdotesy altos funcionarios

Soldados

Escribas

Comerciantes ymercaderes

Artesanos

Campesinos

Esclavos

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93“Como la Iglesia…” (Efesios 5:24)

La iglesia de las Pastorales está en elproceso de institucionalización. Estádejando atrás la censura de “los de afue-ra” por causa del protagonismo que ha-bían ejercido las mujeres del primermovimiento de Jesús, que era contra-cultural y ofendía a las gentes. Por ello,la exhortación hacia las mujeres es muyfuerte: se les insta a aceptar el estatusque su estado requiere y que impera enla sociedad: la sumisión al marido. Elautor no ve otra figura mejor que seadapte a la sumisión de la mujer al ma-rido que aquella que vincula la Iglesiacon Cristo, la cual (la Iglesia) es sucuerpo y él (Cristo) su cabeza. La ana-logía entre el estatus de la mujer en elorden social patriarcal de la época y elvínculo entre la Iglesia y Cristo eraperfecta. Teologizar este estatus de su-misión y tutela de la mujer al varón norequería pensar mucho ni rebuscar figurascomplejas:

“Así que, como la iglesia está sujetaa Cristo, así también las casadas loestén a sus maridos en todo” (Efesios5:24).

¡Pero el estatus de la mujer en el ordensocial del mundo occidental ha cam-biado!

“Porque Adán…” (1 Tim. 2:13)

Una característica de la sociedad de laépoca del Nuevo Testamento (que per-sistió en el tiempo) era distinguir y va-lorar a las personas de forma heterogéneay heterónoma (dependiente): el libre,el esclavo, el artesano, la mujer… Elcristianismo primitivo (primeros escritosde Pablo), sin embargo, inauguró unasingular fraternidad basada en la igual-dad, lo cual desconcertaba bastante a“los de afuera”. La declaración de Pablo:“Ya no hay judío ni griego; no hay es-clavo ni libre; no hay varón ni mujer;porque todos vosotros sois uno en CristoJesús” (Gálatas 3:28) es una magnificaexpresión del entusiasmo del rito deiniciación que pronosticaba un nuevoorden social. Pero esta expresión entu-siasta del Apóstol se enfrentaba al dichogriego atribuido a Platón: “Porque henacido ser humano y no bestia, hombrey no mujer, griego y no bárbaro”.

Obviamente, el prístino enfoque cristianode la vida chocaba frontalmente conlos valores dominantes de la época yrompía los consensos sociales. La rupturade los consensos sociales siempre originamucha desconfianza entre las gentes.Esto es un fenómeno social universal.Los cristianos, al principio, por eso mis-mo, estaban bajo sospechas. El hechode que los autores de las Pastorales in-sistan tanto en el estatus de la mujer se-gún los códigos domésticos de la época(sumisión al hombre) es un indicadorde que dicho estatus había sido ante-riormente “subvertido”. Es decir, la im-posición del silencio a la mujer en elentorno cúltico y la prohibición de queesta enseñe a los varones (1 Timoteo2:11-12), implica que la mujer ha estadohablando (profetizando) y enseñandoantes libremente (1Cor.11:5). Pero esasprácticas innovadoras resquebrajabanel consenso social que imponían loscódigos domésticos. De ahí, las fuertesexhortaciones para adaptarse al estatusestablecido según el orden social pa-triarcal. Y como en otros casos, esteorden se “teologiza”. ¿Cómo teologizael autor el estatus de la mujer? En estecaso recurriendo a un midrash judíodel Génesis:

Proposición: “Porque no permito a lamujer enseñar, ni ejercer dominio sobreel hombre, sino estar en silencio”

Explicación teológica: “Porque Adánfue formado primero, después Eva; yAdán no fue engañado, sino que lamujer, siendo engañada, incurrió entransgresión” (1Timoteo 2:13-14). Aña-dir que, de los dos relatos de la creaciónde Adán y Eva en Génesis, el autor usael segundo, Gén. 2:18-23. El primero,Gén. 1:27, no le hubiera valido.

5. A MODO DE CONCLUSIÓN

Para entender cualquier realidad presentedebemos mirar al retrovisor de la cos-mogonía de la que derivamos, que esel referente que da sentido a nuestracivilización, a nuestras creencias y alorden social y político establecido.Piense el lector en el cambio de para-digma que supuso la Revolución fran-cesa, cuando al rey se le despojó desu patronazgo divino: ¡era una personacomún como las demás!

Los autores bíblicos en general, y losdel Nuevo Testamento en particular,dependieron de su personal cosmovisiónpara entenderse a sí mismos y emitir suvisión del mundo tanto desde un puntode vista cosmológico como político,social y religioso.

Soteriológicamente, los hagiógrafoscreían en un cielo allá arriba, donde es-taba Dios (y adonde fue el Cristo resu-citado), y creían en un inframundo,abajo (el infierno), lugar gobernado porel príncipe de las tinieblas. Y creíanque la historia de los hombres estabaabocada a dirimir su realidad frentea esos dos contingentes: el cielo y el in-fierno.

Políticamente, asumieron el orden cós-mico piramidal donde la jerarquía terrenalseguía el modelo celestial como voluntaddivina (Rom. 13:1). A pesar de queJesús de Nazaret cuestionó este modelocósmico (“... los que son tenidos porgobernantes... Pero no será así entrevosotros...” - Mar. 10:42-44), los líderescristianos lo aceptaron.

Socialmente, a pesar de que Jesús deNazaret también cuestionó el modelosocio-familiar (¿quién es mi madre ymis hermanos?), y no hizo diferenciaentre hombre y mujer, los líderes cris-tianos de la segunda generación en par-ticular, para abrirse un espacio institu-cional en la sociedad greco-romana, nosolo aceptaron el orden social vigente(el orden cósmico tradicional y los có-digos domésticos), sino que lo “teolo-gizaron”; es decir, lo fundamentaronsobre paradigmas religiosos de la Es-critura a la que se remitían. Así legiti-maron la esclavitud, la tutela de la mujere incluso el uso del velo.

La pregunta pertinente es: ¿Tenemosque seguir manteniendo aquella antiguay obsoleta comosvisión del mundo yde la realidad?

Sugerimos la lectura de un artículo desumo interés publicado en el presentenúmero de la revista: “Errores sobre elmundo que redundan sobre erroressobre Dios”. R

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El pangolín es un mamífero cu-bierto de escamas, y el únicocon esa característica. Es de los

animales más raros y fascinantes queexisten debido a su capacidad de enro-llarse y tener apariencia redondeada.

El lugar donde habita el pangolín gene-ralmente es de clima tropical, en regionesde África y Asia. Por su rara aparienciaes un animal muy demandado que ac-tualmente se encuentra en peligro deextinción. Llega a tener una altura su-perior al metro.

Como en la mayoría de animales, lahembra es de menor tamaño. Sus piernasson cortas y una gran proporción de sucuerpo está cubierto por escamas dequeratina, el estómago es blando a di-ferencia del resto del cuerpo. Al nocontar con una dentadura no le es posiblemasticar, por lo que está provisto deuna larga lengua que es cubierta por sa-liva pegajosa, donde se pegan los insectosque normalmente come; las termitas yhormigas. Su lengua puede extenderseuna buena distancia.

La capacidad de enrollarse les ayuda aescapar de alguna situación de peligro,y al estar en esta forma sus escamascrean una superficie rugosa y afiladapara una mayor seguridad y defensa, aun nivel donde duerme enrollado sinmiedo al peligro. La excavación es algoque también se les da, haciendo uso delas filosas garras. Se dice que sus garrasson tan potentes y afiladas que tienenla capacidad de romper una pierna obrazo humano.

Los pangolines suelenvivir en bosques y sa-banas de África, y en elcontinente asiático habitaentre Borneo y Pakistán.Desafortunadamente esconsiderado el mamíferoque más se trafica en elmundo, especialmenteen la China, donde sevende tanto vivo comomuerto.

Es un animal en peligro de extinción,que además de ser muy propensos a lacaza, tienen la pobre capacidad de so-brevivir en cautiverio. Los que hanvivido en zoológicos han llegado a teneruna esperanza de vida de 2 años y hoyen día solo están presentes en 6 zooló-gicos de todo el mundo.

La esperanza media de vida del pangolínen libertad no se conoce con exactitud.Sin embargo, hay programas para laconservación de este animal en cautivi-dad que intentan conseguir su viabilidaden zoológicos, ya que la mayoría depangolines en zoológicos mueren alcabo de un año de vida y muchos lo ha-cen a los 2 años. El pangolín máslongevo en cautividad vivió 13 años enOrissa. Es un animal que alcanza sumadurez sexual a los 2 años de vida. R

https://www.dondevive.org/pangolin/

NaturalezaPlural

EL

PANGOLIN

Miscelanea

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Alguien solicitó delobispo el “imprimatur”para un libro dirigido alos niños que contenía

las parábolas deJesús, unas cuantasilustraciones y unaserie de sentencias evangélicas. Ni una

palabra más.

El “mprimatur” fueconcedido con la

acostumbrada reserva:“El "imprimatur” no

implicanecesariamente que el

obispo comparta lasopiniones expresadas

en el libro.

La oración de la rana IAnthony de Mello

HUM RY ALGO MÁS...

Miscelanea

Un pecador públicofue excomulgado y sele prohibió entrar enla iglesia.

Entonces le presentósus quejas a Dios:“No quieren dejarmeentrar, Señor, porquesoy un pecador...”

“¿Y de qué te que-jas?”, le dijo Dios.“Tampoco a mí medejan entrar”.

La oración de la rana IAnthony de Mello

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El siglo XVI supuso un giro drás-tico en todas las áreas del cono-cimiento, la literatura y el arte.

Después de un milenio oscuro y bastanteinculto, Europa volvió su mirada hacialos clásicos, sobre todo, de la antiguaGrecia. Es el Renacimiento.

En 1492 se descubrió América y se am-plió de gran forma la navegación, loque empezó a requerir mejores instru-mentos navales, así como una mejoría

en las técnicas de cartografía terrestrey estelar, lo que significo un importanteestimulo para el estudio de la geografía,la astronomía y las matemáticas.

En astronomía, las aportaciones de Ni-colás Copérnico supusieron un cambioradical y un nuevo impulso para unaciencia que estaba dormida. Copernicoanalizó críticamente la teoría de Tolomeode un Universo geocéntrico y demostróque los movimientos planetarios se pue-den explicar mejor atribuyendo una po-

sición central al Sol, más que a la Tie-rra.

En principio no se prestó mucha atenciónal sistema de Copérnico (heliocéntrico)hasta que Galileo descubrió pruebas so-bre el movimiento de la Tierra cuandose inventó el telescopio en Holanda. En1609 construyó un pequeño telescopiode refracción, lo dirigió hacia el cielo ydescubrió las fases de Venus, lo que in-dicaba que este planeta gira alrededordel Sol. También descubrió cuatro lunas

UNIVERSOastromia.com

Astronomía científica (I)

Miscelanea

Apartir del siglo XV Europa des-pierta de su letargo medieval.Empieza la época que conoce-

mos como "El Renacimiento".

En astronomía, Nicolás Copérnico re-chazó el universo geocéntrico y pro-puso la teoría heliocéntrica, con el Solen el centro del Sistema Solar y la Tie-

rra, al igual que el resto de los planetas,girando en torno a él. Seguía utilizandocircunferencias y simplificaba los cál-culos de las anteriores teorías.

Por su parte, Tycho Brahe pasó su vidarecopilando datos referentes al movi-miento de los planetas en el mayor la-boratorio astronómico de aquel tiempo.

Sus medidas eran de una precisión ex-traordinaria a pesar de no contar con laayuda del telescopio.

Johannes Kepler fue ayudante de Brahey utilizó sus datos, junto con la teoríade Copérnico, para enunciar las leyesque llevan su nombre y que describencinemáticamente el movimiento de losplanetas.

Galileo Galilei, al mismo tiempo queKepler desarrollaba sus leyes, estudiólos astros con telescopio. Descubrió loscráteres y montañas de la Luna, los cua-tro grandes satélites de Júpiter y defen-dió el sistema copernicano. Habíacomenzado la astronomía científica.

A partir de entonces, los descubrimien-tos se han ido sucediendo de maneracontinuada y a un ritmo cada vezmayor. Cuatro siglos después, con lallegada de los ordenadores, los viajesespaciales, Internet y las nuevas tecno-logías, se ha logrado un conocimientoprofundo sobre el Universo que crecedía a día.

La Astronomía en el Renacimiento

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girando alrededor de Júpiter.

Convencido de que estos planetas nogiraban alrededor de la Tierra, comenzóa defender el sistema de Copérnico, loque le llevó ante un tribunal eclesiástico.Aunque se le obligó a renegar de suscreencias y de sus escritos, esta teoríano pudo ser suprimida.

Desde el punto de vista científico lateoría de Copérnico sólo era una adap-tación de las órbitas planetarias, talcomo las concebía Tolomeo. La antiguateoría griega de que los planetas girabanen círculos a velocidades fijas se mantuvoen el sistema de Copérnico.

El observador mas importante del sigloXVI fue Ticho Brahe, quien tenía eldon de la observación y el dinero para

construir los equipos mas avanzados yprecisos de su época. Desde 1580 hasta1597, Tycho observó el Sol, la Luna ylos planetas en su observatorio situadoen una isla cercana a Copenhague ydespués en Alemania.

Sus observaciones, que eran las masexactas disponibles, darían después defallecido las herramientas para que sepudieran determinar las leyes del mo-vimiento celeste, dadas por su ayudantey uno de los mas grandes científicos dela historia: Johannes Kepler.

Pero el hecho más trascendente del Re-nacimiento no fueron estos descubri-mientos, sinó el cambio de actitud ymentalidad en los científicos. La expe-rimentación empezó a hacerse filosófi-camente respetable en Europa, y fueGalileo quien acabó con la teoría de losgriegos y efectuó la revolución.

Galileo era un lógico convincente y ge-nial publicista. Describía sus experi-mentos y sus puntos de vista de formatan clara y espectacular, que conquistóa la comunidad erudita europea. Y susmétodos fueron aceptados, junto consus resultados.

Galileo fue el primero en realizar expe-rimentos cronometrados y en utilizar lamedición de una forma sistemática. Surevolución consistió en situar la induc-ción por encima de la deducción, comoel método lógico de la Ciencia. Galileopuede considerarse, por tanto, el padrede las ciencias modernas ya que susideas se basaban en experimentos. R

Miscelanea

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Considero que este libro es altamenterecomendable como un abrir de bocapara que todos los cristianos evangélicos

o protestantes españoles tomen interés en co-nocer los orígenes del protestantismo español.Es más, estoy seguro que tras la lectura deeste tratado, muchos descubrirán el valor queconlleva ser evangélico en España. Diría queeste libro puede considerarse un tributo a losmártires españoles, a la historia y a la verdaderaespiritualidad que, por más represión o mar-ginación que sufra, siempre se abrirá pasopor el mero hecho de que lo que procede deDios siempre prevalece y jamás será sofoca-do.

El propósito de este libro es dejar constanciaque los propósitos de Dios siguen vigentes yque la Reforma continúa, a pesar de que lostiempos han cambiado. Y que posiblemente,la Conmemoración del 500º Aniversario de laReforma coincida con uno de los momentosmás críticos de la historia de la Iglesia. Enconcreto, pienso que Europa necesita unanueva Reforma que nos permita frenar elavance del clima anti Dios que sufre nuestrasociedad y que está calando en la política,afectando al ámbito jurídico y dañando seve-ramente a la educación».

Se completa con una BIBLIOGRAFIA y dosAPENDICES: con las «Conclusiones delForo Evangelización España» y otro con unconjunto de «Gráficos y estadísticas situaciónde la Iglesia en España».

LA REFORMA y sus efectosEN LA ESPAÑA DE AYER Y DE HOY

Por Jesús Londoño

Para analizar el Índice y leer el primer capítulo, seguir el enlace de abajo:https://www.clie.es/wp-content/uploads/vistas_previas/9788416845965.pdf