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7/24/2019 105112060008
1/12
Nmadas (Col)
ISSN: 0121-7550
Universidad Central
Colombia
Gallini, Stefania
Historia, ambiente, poltica: el camino de la historia ambiental en Amrica Latina
Nmadas (Col), nm. 30, abril, 2009, pp. 92-102
Universidad Central
Bogot, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105112060008
Cmo citar el artculo
Nmero completo
Ms informacin del artculo
Pgina de la revista en redalyc.org
Sistema de Informacin Cientfica
Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal
Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=1051&numero=12060http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/revista.oa?id=1051http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=1051http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=1051&numero=12060http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105112060008http://www.redalyc.org/revista.oa?id=10517/24/2019 105112060008
2/12NO. 30. ABRIL2009. UNIVERSIDADCENTRAL COLOMBNMADAS92
Historia, ambiente, poltica:el camino de la historiaambiental en Amrica Latina*
Stefania Gallini**
Despus de unos aos de gestacin, la historia ambiental en muchos pases de Amrica Latina es actualmente un campocon legitimidad acadmica y al cual se le reconoce relevancia como espacio de investigacin y formacin. El artculo hace unlectura sobre la marcha de este campo en la regin e individualiza tres aristas que han caracterizado la literatura publicada enAmrica Latina: las teoras y los mtodos de la historia ambiental latinoamericana; la lectura cultural de la historia ambientay el estudio de las interrelaciones entre expansin territorial, bienes de exportacin y nuevos conocimientos entre 1870 y 1930
Palabras clave: historia ambiental, agrocombustibles, economa de agroexportacin, historia de Amrica Latina (siglXIX), naturaleza y cultura.
Depois de uns anos de gestao, a histria ambiental em muitos pases da Amrica Latina atualmente um campcom legitimidade acadmica e ao qual se reconhece relevncia como espao de pesquisa e formao. O artigo faz um
leitura sobre o caminhar deste campo na regio e individualiza trs artistas que tm caracterizado a literatura publicada nAmrica Latina: as teorias e os mtodos da histria ambiental latinoamericana, a leitura cultural da histria ambiental, o estudo das interrelaes entre expanso territorial, bens de exportao e novos conhecimentos entre 1870 e 1930.
Palavras-chaves: histria ambiental, agrocombustveis, economia de agroexportao, histria da Amrica Latina (sculo XIX), natureza e cultura.
After several years of gestation the environmental history is currently an academic field with recognized relevance as ainvestigation and education area in many Latin American countries. The article makes a reading about the development of thfield in the region and identifies three aspects which have characterized the literature published in Latin America: first, ththeories and methods of Latin American environmental history; second, the cultural reading of the environmental historyfinally, the analysis of the relationship between territorial expansion, exported goods, and new learning from 1870 to 1930.
Key words: environmental history, biofuels, agroexport economy, Latin American history (19th century) nature, cultura
* El artculo es producto de las reflexiones desarrolladas en el marco de loproyectos HACAL I I y La construccin histrica del medio ambiente: historia ambiental urbana, apoyados por la Universidad Nacional de Colombia parcialmente por Colciencias; y del Seminario de la lnea de Historia Ambiental. Agradezco a los integrantes de la lnea y a los estudiantes de mis cursoen Historia Ambiental dictados en los ltimos tres aos en la UniversidaNacional, por haber estimulado algunas de las reflexiones que presento aqu
** Doctora en Historia de Amrica. Profesora asociada y coordinadora de lnea Historia Ambiental del Departamento de Historia, Universidad Nacional de Colombia, Bogot. E-mail: [email protected]
ORIGINAL RECIBIDO: 02-III-2009 ACEPTADO: 16-III-20
[email protected] PGS.: 92-10
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3/12GALLINI, S.: HISTORIA, AMBIENTE, POLTICA: ELCAMINODELAHISTORIAAMBIENTALENAMRICALATINA NMADAS
Ludwig Zeller ( Chile 1927) , Conciencia del ojo,1976, del libro 50 collages, Canad1981.
En el 2005, la invitacin a losaspirantes autores para el nmero 22
de NMADAS prometa reivindi-car, con esta publicacin,
la importancia de rescatar una
perspectiva histrica a la hora de
estudiar no solamente los cam-
bios ambientales, sino tambin la
forma y los mtodos que se han
utilizado para estudiar e inter-
pretar los fenmenos ambienta-
les y la naturaleza (es decir la
construccin histrica de las
ciencias ambientales), las ideasy representaciones de la
naturaleza, las respuestas
sociales y culturales que
cada sociedad y grupo
humano han dado a los
ecosistemas que se trans-
forman. Nuestra apuesta []
consiste en encontrar formas
transdisciplinarias, no unilineales,
de investigar y entender al medio
ambiente en su relacin con la
sociedad [] Esta, nos parece,puede tambin ser la va para en-
focar de manera distinta y quiz
ms efectiva los graves problemas
ambientales que aquejan las regio-
nes latinoamericanas1.
Con esas palabras se quiso expre-
sar la apuesta investigativa y episte-
molgica de aquellos campos que,
desde los aos noventa, se vienen
consolidando en Colombia y en el
plano internacional, bajo las etique-tas de historia ambiental y ecologa
poltica, y que el grupo de investi-
gacin Historia-Ambiente-Poltica
ha hecho propios desde su consti-
tucin en 20012. Fue toda una ex-
periencia cientfica, personal,
laboral y un inolvidable aprendiza-
je, encargarse de una edicin de
NMADASy convencer, primero alos colegas, luego a los autores, y
finalmente a los lectores, que el
medio ambiente no es un tema del
territorio exclusivo de las cienciasnaturales, y que estudiar los pro-
blemas ambientales no necesaria-
mente es una prctica depresiva.
Cuando se me encarg la prepara-
cin de una propuesta para la publi-
cacin, llevaba pocos meses como
investigadora de planta del entonces
Departamento de Investigaciones de
la Universidad Central (DIUC, hoy
IESCO) y fue una grata sorpresa
para alguien que vena de las rgidas
jerarquas de la academia del viejo
mundo constatar con cunta con-
fianza la directora, Mara Cristina
Laverde, y los colegas depositaban
la hija consentida del Instituto, la
revista NMADAS, en las manosde una recin integrada, para que
la vistiera, adems, de un tema
no apareca en la agenda trad
nal de la investigacin en el DI
1. Lecturas sobrela marcha de lahistoria ambientallatinoamericana
Algunos aos han pasado y
nmero de NMADAS ha retado un aporte para la conso
cin del campo de la hist
ambiental en el pas, y probamente en Amrica Latina,
cias a la accesibilidad d
la consulta en la red
comunidad cientfica
a este campo del sabe
dedica en la regin
crecido en profundidad
anlisis, variedad temtica, es
tro geogrfico y rigor metodolg
Cuando los chilenos Gligo y Mo
publicaron sus Notas sobre la
toria ecolgica de Amrica Laten 1980 un trabajo a men
considerado como pionero e
historiografa ambiental latinoa
ricana, el mismo significado
historia ecolgica era enten
de manera ambigua (Gligo y Mor
1980). Dos dcadas despus,
embargo, los historiadores amb
tales latinoamericanos y latinoa
ricanistas se han reunido con c
periodicidad en encuentros exit
y entusiastas, y se han aglutinaduna Sociedad Latinoamerican
Caribea de Historia Ambiental
un par de centenares de miembr
cinco simposios regionales en su
tivo3. Aunque evidentemente
campo enfrenta ms futuro que
sado, es acertado sostener que la
toria ambiental en muchos pase
Amrica Latina es un campo co
gitimidad acadmica y al cual
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Ludwig Zeller ( Chile 1927), La mujer y el len,1970, del libro 50 collages, Canad1981.
reconoce relevancia como espacio
de investigacin y formacin. Sus-
tentan esta afirmacin algunos indi-cadores acadmicos. Desde hace
siete aos, varios cursos sobre tem-
ticas de historia ambiental se han
dictado en universidades mexicanas,
cubanas, colombianas, panameas,
costarricenses, brasileas, argentinas
y chilenas. No obstante, ninguna uni-
versidad latinoamericana, segn mi
conocimiento, ofrece actualmente un
programa de posgrado especfica-
mente dedicado a esta materia; mu-
chas de ellas aceptan, promueven eintegran en sus programas espe-
cialmente de maestras (en gene-
ral, en estudios ambientales,
historia, geografa o ecolo-
ga) proyectos de tesis y cur-
sos sobre temticas de historia
ambiental4.
Igualmente, en los l-
timos aos han salido a la
luz un nmero remarcable
de publicaciones en historiaambiental latinoamericana,
bien sea como dosieres de re-
vistas acadmicas (Horta,
2002, 2005 y 2008; Galafassi
y Zarrilli, 2004; Gallini, 2005;
Leal, 2006;)5, bien sea como li-
bros editados (Garca y Gonzlez,
1999; Garca y Prieto, 2002; Branns-
trom, 2004a; Funes, 2008), o mono-
grafas, generalmente originadas de
tesis doctorales defendidas en uni-
versidades europeas o norteamerica-nas (Funes, 2004 y Soluri, 2006, para
limitarse a dos monografas pre-
miadas)6. A pesar de las crnicas di-
ficultades de circulacin editorial,
estas contribuciones en su conjunto
proveen la base bibliogrfica necesa-
ria, cientficamente slida y disponi-
ble en espaol, para poder desarrollar
la docencia y la investigacin en la
materia en Amrica Latina.
Las condiciones son, pues, pro-
picias, no tanto para un exhaustivo
estado del arte, que excede los pro-psitos de este artculo y probable-
mente las capacidades de quien lo
escribe, sino para un razonamiento
interpretativo acerca de las directri-
ces hacia las cuales est encaminada
la historia ambiental latinoame-
ricana, y en particular, la que se
desarrolla desde Amrica Latina,
siguiendo en esta distincin a
Guillermo Castro (1997) y a ReginaHorta (2005). Me parece que son
tres los caminos que la mayora de
estudiosos han seguido. Una lnea
de evidente desarrollo en la litera-
tura reciente de historia ambiental
latinoamericana ha sido la interro-
gacin terica y metodolgica acer-
ca de este campo. La segunda
temtica ha intentado investigar
cmo la cultura entendida como
los mltiples modos en los cuales la
sociedades se expresan y el medi
ambiente estn interrelacionados se transforman mutuamente. Est
historia ambiental cultural (para de
cirlo con McNeill, 2003) no est en
deudada (o contaminada, dira
algunos) con el giro lingstico
sino ms bien est influenciada po
la ola (o el tsunami, segn los crti
cos) de la nueva historia cultura
Por ltimo, es detectable la tercer
va, que rene tal vez la mayora d
las investigaciones y publicacione
Esta es la historia de cmo los ecosistemas latinoamericanos (si e
oxmoron es aceptable, al junta
un adjetivo cultural-poltic
con una categora conceptua
bio-geogrfica) han sido trans
formados profundamente por la
fuerzas de la economa mundia
durante los siglos XIX y XX
Tratar de discutir las tre
vertientes con base sobr
todo en la reciente pro
duccin colombiana.
2.Sobre las teoras ylos mtodos de lahistoria ambientallatinoamericana
Los estudiosos latinoamericano
han prestado continua y crecient
atencin a la definicin de historiambiental, a la justificacin de sexistencia y a presentar propuestapara su desarrollo. Los chilenos Pa
blo Camus (2001), Mauricio Folch
y Fernando Ramrez (2000); los co
lombianos Alberto Flrez (2000)
Germn Palacio (2001); Guillerm
Castro en Panam (2000); Paul
Enrique Martnez (2005) en Brasi
Miguel Aguilar y Mara Gabriel
Torres-Montero (2006) en Mxico
Christian Brannstrom (2004b) y y
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5/12GALLINI, S.: HISTORIA, AMBIENTE, POLTICA: ELCAMINODELAHISTORIAAMBIENTALENAMRICALATINA NMADAS
misma (Gallini, 2002), entre otros,
hemos ofrecido contribuciones a este
respecto. Emergen de esta literatu-ra algunos puntos: en primer lugar,
razones tena John McNeill (2003)
al avisar que la historia ambiental
latinoamericana haba crecido y pa-
rece lista para despegar. En segun-
do lugar, estos ejercicios van a
alimentar una reflexin general
agregndole un ingrediente cultu-
ralmente especfico. Se trata de un
logro importante porque contribuye
a la diversificacin de la literatura
predominantemente anglosajona,dedicada a la naturaleza y las impli-
caciones conceptuales de la perspec-
tiva eco-histrica7. Finalmente, ello
representa un fenmeno tentativo,
relevante para identificar peculia-
ridades y objetivos especficos de la
historia ambiental para Amrica
Latina.
Cules son estos objetivos? y en
qu sentido son especficos para
Amrica Latina? Ms all de pers-pectivas divergentes y distinciones
de nfasis, existe un consenso sobre
algunos aspectos. Uno de ellos es la
deuda gentica con la crisis ecol-
gica y el movimiento ambiental en-
tre los aos setenta y noventa. No
hay peculiaridad aqu, solo que
Amrica Latina seguira un camino
comn a la experiencia nor-atlnti-
ca. Es decir que tambin en esta
regin la historia ambiental surgi
como respuesta tica para aquellosintelectuales latinoamericanos que
observaron con preocupacin y mu-
chas preguntas las emergencias y
distorsiones ambientales de nuestra
contemporaneidad. Pero es muy
poco lo que conocemos, ms all de
esta consideracin generalsima.
Bajo cules condiciones y circuns-
tancias especficas la conciencia
ecolgica y los movimientos ambien-
tales constituyeron un humus de fer-
tilidad para el surgimiento de la his-
toria ambiental? En Amrica Latina,el medio ambiente asumi el estatus
de tema de poltica pblica sola-
mente en los aos ochenta, ms
como consecuencia de las presiones
de las agencias internacionales,
como la Comisin Econmica para
Amrica Latina (CEPAL), el Progra-
ma de Naciones Unidas para el De-
sarrollo (PNUD), el Banco Mundial
y el Banco Interamericano de Desa-
rrollo (BID), que por las acciones de
los gobiernos nacionales o los acto-res locales, aunque esta es una hi-
ptesis de trabajo que necesita
investigacin. A este respecto, de-
beramos indagar acerca de si la vi-
sin del desarrollo generalmente la
doctrina del desarrollo sostenible
de estas agencias internacionales,
influy tambin en la agenda inves-
tigativa de la historia ambiental la-
tinoamericana y cmo lo hizo. Y
tambin, haciendo memoria de cmo
la publicacin de los ensayos crti-cos sobre el lugar de los seres huma-
nos en la naturaleza que William
Cronon edit en el libro UncommonGround en 1996, impact a muchosambientalistas e historiadores am-
bientales en Estados Unidos, preocu-
pados porque este repensar la relacin
sociedad-naturaleza fortaleciera los
argumentos anti-ambientalistas que
justo en ese momento tomaban gran
vigor en Estados Unidos8, podramos
indagar si los hallazgos de la historio-grafa ambiental latinoamericana
han influido en alguna de las ideas
acerca de las prioridades o los pro-
blemas ambientales de la regin y
cunto. E igualmente, cul ha sido
el impacto, si lo ha habido, de estos
resultados en historia ambiental en
la definicin de la agenda de la po-
ltica ambiental nacional o regional?
Cul ha sido finalmente la historia
del ambientalismo y de la pol
ambiental en Amrica Latina?
obstante, podemos contar ahoraalgunas contribuciones releva
en este sentido (Padua 2002 y 2
Rodrguez, 1998; Rodrguez y E
noza, 2002). Sabemos muy poc
esta arista.
Otro punto de acuerdo ac
de los elementos caracterstico
la historia ambiental latinoame
na, tiene que ver con la in
disciplinaridad. En Am
Latina, la historia ambiental suy se ha fortalecido por fuera d
batallas por el disciplinamient
este campo. Es la historia amb
tal similar o distinta de la ecol
histrica? Podra ms bien ser
prima cercana de la geografa
trica? Es ms una hermana o
ta de la ecologa poltica? Va
publicaciones acadmicas y sem
rios cientficos del mundo no
americano y europeo han soste
hondos debates acerca del luexacto de la historia ambienta
el escenario disciplinar, un de
que por cierto tiene sentido so
contribuye a esclarecer las ra
culturales de la historia ambie
Tentaciones adnicas la idea
gn la cual la historia ambie
sera la primera en la Tierra en
clamar una agencia de la nat
leza en la historia huma
encuentran un freno natural a
cordar, por ejemplo, que la geofa histrica indag por
relaciones entre cambios biofs
y prcticas humanas antes de
la historia ambiental siquiera e
tiera (Sauer, 1967; Van Aus
2006; Mathewson y Seema
2008) o que la Escuela de los A
les y Fernand Braudel escribie
sobre ros, tierras y montaas c
actores histricos mucho ante
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que la historia ambiental lo hiciera
(Braudel, 1953). De manera sor-
prende y con sabidura, la historiaambiental latinoamericana ha sido
capaz de evitar involucrarse en el
debate disciplinar, en cambio, ha
surgido muy pronto un consenso
natural acerca del carcter intrn-
secamente inter(o in)disciplinar de
este campo: sin importar a cul
disciplina pertenezca. Practicar la
historia ambiental requiere de un
trabajo en equipo cuyos expertos
provienen de distintos campos, y de
ninguna forma es un terreno ex-clusivo de los historiadores. De he-
cho, una mirada cercana a quienes
a esto se dedican en Amrica Lati-
na, muestra que ellos/as se encuen-
tran ubicados en departamentos de
distintas reas disciplinares: ecolo-
ga, historia, geografa, antropolo-
ga, geologa, hidrologa, estudios
ambientales.
No dejan, sin embargo, de sur-
gir preguntas acerca de la procla-mada interdisciplinaridad: existe
un mtodo dominante en el que-
hacer de la historia ambiental tal y
como se practica en Amrica Lati-
na? La participacin de eclogos y
gegrafos en muchos proyectos de
lectura diacrnica de la relacin
sociedad-naturaleza que se llevan
a cabo, influye sin duda en las for-
mas y el lenguaje de las investiga-
ciones (por ejemplo, Guevara,
Laborde y Snchez-Ros, 2004). Sinembargo, a menudo la historiografa
ambiental latinoamericana sigue
siendo pensada y escrita en su ma-
yora en trminos poltico-estatales
y con herramientas clsicas del ofi-
cio de la historia: Estados-naciones,
en vez de ecosistemas, tienden a
prevalecer como unidades de an-
lisis, y archivos nacionales, en vez
del trabajo de campo, son las fuen-
tes pilares de la mayora de las pu-
blicaciones en este mbito del sa-
ber (Gallini, 2004). Existen, porsupuesto, justificaciones muy prc-
ticas para este resultado: por un
lado, las fuentes histricas escritas
en su mayora estn organizadas por
los Estados y sus entidades, y tien-
den, por lo tanto, a colonizar con
estas mismas categoras el esque-
ma organizacional del conoci-
miento sobre el pasado. Por otro
lado, se debe recordar que la in-
vestigacin transnacional implica
costos de traslado y de acceso afuentes que, en regiones a menu-
do enormes como las que pueden
constituir pertinentes unidades de
anlisis ecohistricas (por ejemplo,
la Amazona, o las regiones de bos-
que alto-andino), resultan difcil-
mente sostenibles.
En tercer lugar, y tal vez como
reflejo de las razones del ambien-
talismo latinoamericano para el cual
el conservacionismo est ntima-mente asociado con la lucha contra
la pobreza y la inequidad social
(Carrizosa, 2003)9, la historia am-
biental latinoamericana no ha esta-
do ajena a cierta tica de cambio y
de respuesta constructiva de mejo-
res relaciones sociales. Aunque no
deja de tener facetas de utopa co-
lectiva, la idea de la historia am-
biental como medio para impulsar el
cambio y perseguir una nueva cul-
tura de la naturaleza ha servidocomo aglutinadora para darle cohe-
sin a la comunidad cientfica, que
si bien no es ajena a los vicios pro-
pios de cualquier asociacin acad-
mica, retiene un sentido de causa
superior, que por ejemplo ha impul-
sado a los investigadores a ocuparse
de temas lgidos de las historias de
la regin (el imperialismo ecolgico
del azcar en Cuba, los costos
ambientales de la extraccin d
cobre en Chile, la marginalizaci
histrica de la Amazona, las implicaciones de larga duracin de
canal de Panam son algunos ejem
plos), evitando aquellos tpicos qui
z intelectualmente divertidos
pero social o ecolgicamente poc
relevantes.
3. Historia cultural ehistoria ambiental
La veterana revista History anTheory, en un nmero de 2003 dedicado a la historia ambiental, propus
varios artculos que empezaban a ex
plorar la teora de la historia ambien
tal y escarbaban en las entraas d
su relacin o no-relacin con pers
pectivas postestructuralistas como la
de Donna Harraway y Bruno Latou
(Asdal, 2003). El tema de fondo e
la dicotoma entre naturaleza y cul
tura, donde la primera sera el re
no de las ciencias naturales y lsegunda el campo de las ciencia
humanas. Sobre el desvelamient
del dualismo naturaleza/cultur
como construccin social e histr
ca, descansa la propia existencia d
la historia ambiental. Su pilar te
rico bsico es precisamente l
nocin de naturaleza como co-participe de la historia humana y el re
chazo de la primera como teln d
fondo de las gloriosas gestas de la
sociedades en su lucha por distanciarse de la naturaleza y alcanza
la civilizacin. Nada de esto e
nuevo para la antropologa, pero s
lo fue o lo sigue siendo para mu
chos historiadores. Por consiguien
te, tambin en la historiograf
ambiental latinoamericana se h
abierto campo a la exploracin d
cmo las culturas han participad
en la construccin de la relaci
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7/12GALLINI, S.: HISTORIA, AMBIENTE, POLTICA: ELCAMINODELAHISTORIAAMBIENTALENAMRICALATINA NMADAS
Ludwig Zeller ( Chil e 1927) , en el libro del poeta H umberto Daz-Cassanueva,Sol de lenguas, Editorial N ascimento, C hile 1970.
de las sociedades con el medio am-
biente, y de cmo el medio ambien-
te y su relacin con las sociedadesha sido transformada a partir de co-
dificaciones culturales acerca de la
naturaleza que han cambiado en el
tiempo. En una visin minimalista,
este es el espacio de una historia
ambiental cultural (McNeill, 2003)
orientada a encontrar una relacin,
ojal directa, entre una cultura es-
pecfica y un impacto ambiental de-
terminado. Cabran en este grupo
las contribuciones acerca de la
inocencia ecolgica de las cul-turas nativas americanas (discu-
tidas crticamente por Ulloa,
2004) y las discusiones sobre las
visiones hegemnicas de los
europeos o de las elites latino-
americanas sobre la naturaleza
americana (Coates, 1998;
Jaramillo, 2005; Rivera, Na-
ranjo y Duque, 2007). In-
sino que pensar en este
tipo de esfuerzos pura-
mente como historias in-telectuales es un acto de
minimalismo historiogr-
fico, porque de lo que se
trata es de aprovechar las
ocasiones de fructfera
interseccin entre los es-
tudios culturales y la his-
toria ambiental. Lo trata
de hacer el reciente libro
El poder de la carne, don-de buscamos construir
una comprensin de lahistoria del consumo y la produc-
cin de la carne en Colombia, a par-
tir de la funcin poltica de la
cultura, lo cual llev a redactar un
estudio constructivista en donde
se exploran los contenidos polticos,
culturales y ambientales del desa-
rrollo de una cultura ganadera en
Colombia en la primera mitad del
siglo XX (Flrez, 2008: 18).
4. Territorios-mercancas-saberes:
de lasagroexportacionesdecimonnicas a losagrocombustiblesdel siglo XX
En la introduccin que a cuatro
manos escribimos en 2003 con
Christian Brannstrom (Brannstrom
y Gallini, 2004), sugeramos que la
trada relacional territorios-mer-
cancas-saberes era un marco
interpretativo pertinente para des-
cribir el grueso de la literatura pro-
ducida, enfocada en entender las
interrelaciones entre expansin te-
rritorial, bienes de exportacin y
nuevos conocimientos en esas dca-
das de profunda transformacin que
fueron los aos comprendidos e
1870 y 1930. La apropiacin ter
rial y de recursos, las implicaciambientales de los bienes prod
dos y exportados desde Am
Latina y el papel de los nuevos
nocimientos capaces de estimul
expansin territorial y la produc
de nuevos bienes se configura
sostenamos en tres vectores
ciales para entender los cambio
paisajes naturales y culturales
determinaron la fisonoma con
pornea de la regin.
Como es notorio, desd
segunda mitad del siglo XIX, A
rica Latina se insert en el m
cado mundial a travs d
exportacin de materias pr
de origen agrcola o mineral
el estudio de este proceso
importancia vertebral par
conformacin de la ac
Amrica Latina, el medio
biente raras veces ha
entendido como un actortrico importante por der
propio. En cambio, ha
usualmente integrado c
un teln de fondo o escen
en el cual ocurrieron aco
cimientos histricos de
social o econmico, com
definicin de modelos de
sarrollo, la conformacin
identidades poltico-cult
les a partir de la agro
portacin, o el re-diserelaciones sociales y de clase
escasa atencin a la lectura amb
tal de la historia del progr
decimonnico es sorprendente
tiene en cuenta que los recu
naturales son los protagonistas
trales de dichas historias. Qu
abierta, pues, una veta riqusima
la investigacin histrico-ambie
latinoamericana: caf, cacao, pe
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8/12NO. 30. ABRIL2009. UNIVERSIDADCENTRAL COLOMBNMADAS98
Ludwig Zeller, E l poeta suea, 1970,del li bro 50 collages, Canad1981.
leo, cobre, oro, madera, trigo y los
dems bienes primarios de exporta-
cin tuvieron su propia historia, yestamos apenas entendindola
(Guhl, 2008).
Hay otra razn para querer co-
nocer la historia ambiental de la
exportacin extractiva y agrcola del
siglo XIX, y es su llamativa simili-
tud con la historia de los agrocom-
bustibles producidos en la regin
que apenas est comenzan-
do. De alguna manera, pal-
ma africana, soya, maz, caade azcar, que son las mate-
rias primas a partir de las cuales
varios pases latinoamericanos
producen energa (Uribe,
2008), se pueden entender
como las versiones modernas
de aquellos productos agr-
colas o minerales que lide-
raron el boom exportador enel siglo XIX: pltano, caf, az-
car, guano, caucho, trigo, etc. En
ese entonces, como hoy, las re-giones equinocciales, como acos-
tumbraba llamar al trpico el
agrlogo humanista colombiano
Vctor Manuel Patio (1990-93 y
2003), responden a la demanda vi-
gorosa de un mercado mundial que
reconoce en ellas las ms aptas pro-
ductoras de materias primas estra-
tgicas. Desde luego, es cierto que
los agrocombustibles10 son tambin
producidos en regiones templadas
(Alemania, por ejemplo), pero lasventajas comparativas de las reas tro-
picales en trminos de disponibilidad
de tierra y condiciones climticas
aptas para estos cultivos en gran es-
cala son grandes, y hacen de ellas las
proveedoras potenciales de energa
a partir de biomasa11 en el futuro.
En cuanto a mercado de desti-
no, tambin en este campo aplican
llamativas similitudes: tal como en
el caso de las exportaciones del si-
glo XIX, los agrocombustibles delsiglo XXI estn dirigidos esencial-
mente a unos destinos especficos:
en aquel entonces, las ms pujantes
reas del mundo industrializado (Es-
tados Unidos, Gran Bretaa, Ale-
mania, Francia), y en el presente, los
ms voraces consumidores de ener-
gas, requeridas en particular para
mover automviles y camiones (Es-
tados Unidos, Europa occidental,
China, Brasil es una excepcin por
su alto autoconsumo).
La retrica de las oportunidades
histricas abiertas para un merca-
do que una vez ms se apostilla como
mundial, pero que en cambio est
circunscrito a una seccin ms bie
limitada del planeta, fue y es un
bandera importante de la propaganda gubernamental favorable al fo
mento de los agrocombustibles
Voces crticas existieron tanto e
pleno auge agroexportador como e
pleno despegue de los agrocom
bustibles, y en ambos casos se las h
tildado bajo el estigma de anti
patriticas. Al responder posi
tivamente a aquel llamado de l
economa internacional proclama
en cambio los gobiernos nacionales
de variados colores polticos, distintos sectores empresariales y no po
cos cientficos en el siglo XIX com
en el XXI se esperan el fomento de
desarrollo rural, la aceleracin d
una siempre ansiada y nunc
alcanzada transformacin de
campesino tradicional en mo
derno proletario rural, o si aca
so en pequeo empresari
agrcola, el aprovechamiento
va sector exportador de un gra
motor para las economas nacionales en su conjunto.
Las similitudes entre los dos pro
cesos histricos pasan tambin po
los impactos sociales y agrarios qu
una abundante historiografa par
el caso del siglo XIX y una crecien
te literatura crtica para el caso de
siglo XXI estara mostrando: exten
sin del monocultivo y del gran la
tifundio, escasa distribucin de lo
beneficios econmicos que el sectoproduce, inicuas relaciones labora
les, fortalecimiento de grupo
oligrquicos, y, en definitiva, resu
tados de poca monta en trminos d
desarrollo rural integral de las zo
nas donde estos preciados recurso
se obtienen (Worldwatch Institute
2006; Royal Society, 2008; Pimente
y Patzek , 2005; Fargione, 2008
Altieri y Bravo, 2007).
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9/12GALLINI, S.: HISTORIA, AMBIENTE, POLTICA: ELCAMINODELAHISTORIAAMBIENTALENAMRICALATINA NMADAS
Aunque es una quimera esperar
que la historia se repita igual a s
misma, los parecidos entre estas dosdinmicas fundamentales para la
regin parecen motivo suficiente
para querer conocer mejor la mane-
ra como territorios, materias primas
y saberes se articularon para abrir
paso a la llamada insercin de
Amrica Latina en el mercado mun-
dial, y de paso a su re-configuracin
ambiental, econmica y social. Esto
no solamente para saber cmo evi-
tar los errores, sino tambin para
apreciar las divergencias.
Una diferencia es igual de lla-
mativa que las similitudes: distinto
del siglo XIX, el debate sobre los
agrocombustibles es vivaz, plural y
global12. En ello, un lugar fundamen-
tal, quizs el principal de la discu-
sin tanto tcnica como poltica, lo
ocupa la preocupacin sobre las
implicaciones ambientales de la pro-
duccin de agrocombustibles, cuya
misma razn de ser radica en el be-neficio ambiental que representa-
ran. Su impulso particularmente
fuerte en pases como Brasil que
desde comienzo de los aos setenta
del siglo XX sostiene una poltica
coherente de apoyo a su produccin
y comercializacin deriva de la
conviccin, segn la cual, las emi-
siones de gases de efecto inverna-
dero de los agrocombustibles son
bastante menores comparadas con
los combustibles fsiles (petrleo ycarbn). Frente al escenario alar-
mante del calentamiento global, los
agrocombustibles representaran
desde luego la respuesta ambiental
correcta.
Sin embargo, la literatura crti-
ca reciente sostiene que la energa
que logran producir los agrocom-
bustibles no sera significativamente
mayor de la que consume su ciclo
de vida completo, desde la adquisi-
cin de la semilla hasta el transpor-te en los mercados de destino
(Crutzen et al., 2008). En palabrasms tcnicas, su balance energti-
co no sera tan positivo como se pre-
tende. A esta preocupacin por la
eficiencia energtica se aaden otras
alarmas ambientales: la defores-
tacin para abrir campo a monocul-
tivos extensivos de soya, caa, palma
de aceite; la alta demanda de agua
que los cultivos destinados a la pro-
duccin de energa requieren; y laprdida de biodiversidad que los
monocultivos como opcin agrcola
representan.
La relevancia de la perspectiva
ambiental, aunque sea a menudo
slo retrica, en el debate acerca de
los agrocombustibles marca una di-
ferencia que merece ser resaltada
con respecto al proceso de formacin
de economas y agroecosistemas
exportadores del siglo XIX. El me-dio ambiente ha alcanzado estatus
de variable de la poltica institu-
cional y empresarial, tanto nacional
tambin en Amrica Latina como
internacional, y este es un logro de
los ltimos treinta aos que las ge-
neraciones venideras debern defen-
der. Voces disonantes se levantaron
tambin durante el siglo XIX y co-
mienzos del XX, sealando el ago-
tamiento de los recursos naturales,
cuestionando con el vocabulariode la poca la sustentabilidad en
el tiempo del modo de uso de los
recursos que se estaba imponiendo,
y advirtiendo sobre los cambios im-
previstos y no planeados que este
modo de producir riqueza estaba
generando en el rgimen climtico,
el estado o la extensin de los
boques, la diversidad biolgica o la
disponibilidad energtica futura. Sin
embargo, su capacidad para mo
zar audiencias y modificar de fo
importante el rumbo de las ecomas de su poca fue muy limit
La capacidad arrasadora del b
mio orden y progreso, por su
te, result imbatible.
Conclusiones
Existen razones para cierto o
mismo si se mira la capacidad d
que se ha venido llamando h
ria ambiental para dar pasos firen Amrica Latina. Quien la p
como una pincelada verde efm
aunque seductora, como las mo
habr quedado frustrado en sus
pectativas. Sin embargo, qui
creyeron en que esta no poda
sencillamente una especializa
ms de la historia, o quiz,
profundizacin accesoria de lo
tudios ambientales, deben tod
trabajar. Como lo adverta de fo
provocadora John Soluri en su en 2005 con ocasin del aniver
de la revista Environmental Hissomos inconscientes de los rie
derivados de lo que nos volvimos
increblemente profesionalizad
disciplinado subcampo de la h
ria (par.1). Aunque en Am
Latina quizs estemos lejos d
profesionalizacin y el disc
namiento de la historia ambienta
advertencia de Soluri no puede
un canto de Casandra. En su cudeclogo sugiere rasgos definito
para los historiadores ambiental
- intelectuales, mas no spre acadmicos, en pernente actitud de escuchideas atractivas proventes de otras disciplinasparticular de las cienciaslgicas, sin que esto nu
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10/12NO. 30. ABRIL2009. UNIVERSIDADCENTRAL COLOMBNMADAS100
quiera decir hipotecar la le-gitimidad de los resultados
dependiendo de la intimidadde las relaciones estableci-das con la ciencia dura.
- En franca lucha para superarlas geografas imperiales atravs de la lectura y el pen-samiento en marcos compa-rativos y transregionales.
- Defensores de la idea segnla cual, las personas y la vidano humana tienen valor,pero no son mercancas, y
por lo tanto, opositores dela imposicin de etiquetassin vida como capital hu-mano o capital natural.
- En tensin para lograr estu-diar tierra, mar y cielo jun-tos, siguiendo los flujos.
- Capaces de utilizar metodo-logas y tcnicas de investiga-cin modernas, sin renunciarnunca a las tradicionales lec-turas de archivos o a la escu-
cha de los ancianos.- Reacios a comprometerse
con una particular agendapoltica o un paradigma in-telectual ms all de cuestio-nar todas las agendas yoponer resistencia frente aprogramas que tratan de go-bernar en vez de respetarla diversidad (Soluri, 2005).
La cruda reflexin de este autor
y animador importante de la histo-ria ambiental latinoamericana, tra-
za lneas para el camino futuro de
este campo y, de manera indirecta,
indica tarea especficas y modos de
conducta: la interdisciplinaridad, la
cercana con las ciencias naturales,
la superacin de escalas espaciales
normalizadas por la tradicin del
pensamiento histrico occidental, y
quiz y sobre todo, la indisciplina
a la cual tambin Germn Palacio
hacia frecuente referencia. Habr
que hacerles caso, si de este esfuer-zo se ha de esperar no (solo) un ejer-
cicio intelectual, sino un acto de
defensa de la vida en el planeta.
Citas
1 La cita es del documento de convocato-ria para contribuir con artculos en laNMADAS22. La convocatoria circu-l en medios electrnicos durante el pe-riodo mayo-octubre de 2005.
2 Informacin sobre la constitucin y elquehacer del grupo se encuentra dispo-nible en: , consul-tado el 8 de febrero de 2009.
3 Los simposios latinoamericanos ycaribeos de historia ambiental comen-zaron en Santiago (Chile) en el 2003.El segundo encuentro tuvo lugar en LaHabana (Cuba) en 2004, el tercero enCarmona (Espaa) en 2006, el cuartoen Belo Horizonte (Brasil) y el quinto seencuentra en preparacin en La Paz, BajaCalifornia (Mxico) para junio de 2010.
El sexto est previsto en Colombia. LaSociedad Latinoamericana y Caribea deHistoria Ambiental (SOLCHA) fue for-malmente creada en 2006.
4 En Colombia lo hacen, por ejemplo, laUniversidad Nacional de Colombia(Maestra en Historia; Maestra en Me-dio A mbiente y Desarrollo, sede Bogoty sede Caribe; Maestra en EstudiosAmaznicos, sede Amazona), la Univer-sidad de Los Andes (Maestra en Histo-ria y Maestra en Geografa).
5 Se debe mencionar tambin la seccinsobre historia ambiental de la revista cu-
bana I l: Anuario de Ecologia, C ultura ySociedad, director Armando Fernndez,publicada en La Habana por la Funda-cin Antonio Nez Jimnez.
6 El ms exitoso esfuerzo de coordinacinbibliogrfica es laOnline Bibliography onLatin American Environmental H istory,editada por Lise Sdrez y disponible en:.
7 Las referencias van desde el clsico ARoundtable: Environmental History(1990) hasta What is EnvironmentalHistory (2006).
8 Como lo explica Cronon en el prefacde la edicin de bolsillo de 1996 del bro, ste apareci en las libreras cuando el asalto anti-ambientalista parecpoder ser horriblemente exitoso (19Algunos lectores interpretaron las vsiones crticas de Cronon y dems autores del libro como parte de esta arremetida, cuando en la realidad su intencin era impulsar una mayor reflexiacerca de las formas complicadas y contradictorias en las cuales los seres humanos modernos conciben su lugar ela naturaleza (20).
9 Agradezco a Elsy Castillo por recordame este importante punto.
10 Agrocombustibleses a menudo sinnim
de biocombustiblespara definir aquellocombustibles liquidos o gaseosos producidos a partir de biomasa (bioetanol biodiesel), en oposicin a los combustbles fsiles. Prefiero utilizar aqu el trmno agrocombustiblesen reconocimientdel hecho que, en la actualidad productiva, los combustibles de este tipo soderivados de cultivos agrcolas.
11 Biomasa es todo tipo de materia orgnca generada en las plantas por el procesde fotosntesis en donde se acumula energa capturada de las radiaciones desol y se almacena en forma de energqumica. (uribe, 2008: 107).
12 Ver, por ejemplo, CLAES, disponible en.
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