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Resumen

Las guerras internas y entre Estados, pero también lassequías y la falta de perspectivas económicas y socialesempujan a miles de personas a migrar al país vecino. La his-toria de la República de Yibuti es el reflejo tanto de un movi-miento migratorio por la constitución de su población desdefinales del siglo XIX como la situación sociopolítica queviven sus vecinos, Etiopía y Somalia desde las décadas de lossesenta hasta hoy en día. La estabilidad política relativa deeste pequeño país del Cuerno de África ha atraído las perso-nas que huyeron las guerras y otras hambrunas, pero tam-bién a gente que buscaban trabajo. Pero desde los atentadosdel 11-S, la inmigración ocupa la agenda del gobierno. Uncierto discurso gubernamental y de la prensa gubernamentalpone énfasis sobre la clandestinidad de las personas queviven y trabajan este país desde décadas lo cual confunde laopinión pública sobre un tema tan importante. La lucha con-tra contre el terrorismo internacional, que lleva a cabo elgobierno de Bush, ha tenido una cierta influencia en la acti-tud del gobierno yibutiense hacia lo que ha calificado deinmigrantes clandestinos y su expulsión en 2003.

Palabras clave

Expulsión, Clandestino, Inmigración, Refugiado, Terrorismo

MIGRATION AND COMBATING TERRORISM IN THEREPUBLIC OF DJIBOUTI

Abstract

Like other regions of the world, the African continent issimultaneously origin and destiny of migratory movements.There is a confusion between economic refugees and immi-grants in the countries of sub-Sahara Africa. The internal warsand between States, but also the droughts and the lack of eco-nomic and social perspective push thousands of people tomigrate to the neighboring country. The history of theRepublic of Yibuti is the reflection as much of a migratorymovement by the constitution of its population from end ofcentury XIX like the the socio-political situation that livestheir neighbours, Ethiopia and Somalia from the Sixties tonowadays. Relative the political stability of this small countryof the Horn of Africa has attracted the people who fled thewars and others ravenous hunger, but also people that lookedfor work. But from the attacks of 11-S, immigration occupiesthe agenda of the government. A certain governmental speechand of the governmental press puts emphasis on the secrecy ofthe people who live and work this country from decadeswhich confuses the public opinion on a so important subject.The fight against the international terrorism, that carries outthe government of Bush, has had a certain influence in the atti-tude of the yibutiense government towards which it has des-cribed as clandestine immigrants and his expulsion in 2003.

Key Words

Expulsion, clandestin, Immigration, Refugee, Terrorism

Migración y lucha contra el terrorismo internacional en la República de Yibuti

Mohamed Abdillahi Bahdon Universidad de Murcia

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AREAS. Revista Internacional de Ciencias SocialesNº 28 / 2009Migraciones internacionales, contextos y dinámicas territoriales(pp. 157-168)

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1. Introducción

Es tautológico decir que la migración1 humana es una delas cuestiones económicas, políticas y sociales más relevantesdel siglo XXI. Hubo desplazamiento y migración en todoslos tiempos. Pero en la actualidad la inmigración es másmediatizada y politizada que nunca en unas sociedades cadavez más complejas, social, económica y políticamente. No esen vano que ésta ocupe un lugar destacado en el orden del díapolítico de los gobiernos y actores sociopolíticos como delos partidos políticos y los líderes de la sociedad civil tantoen los países del Norte (Unión Europea, América del Norte,Australia, Japón…) como los del Sur. Con las crisis socioeco-nómicas, la percepción de los movimientos migratorios cam-bia en los países receptores; la seguridad nacional vuelve a seruna gran preocupación. Pero desde el famoso 11 de septiem-bre de 2001, y al “descubrir” el terrorismo – un fenómenoque no es nuevo en el mundo -, la seguridad de su territorioy la identidad de sus sociedades vuelve a ser la primera prio-ridad de los Estados del Norte. La seguridad es una preocu-pación tal que se instauró, en palabras de Didier Bigo (1998),una “gobernabilidad por la inquietud”.

Se habla y se estudia muy poco sobre la migración entrelos países del Sur, que sea del mismo continente o de paísesde diferentes continentes por ejemplo el caso de trabajadoreschinos2 en sector de la construcción en África. En el casoafricano, se habla mucho más de desplazados y refugiadosque inmigrantes económicos. Las guerras entre los Estadosocultan otra realidad: la diferencia de oportunidad económi-ca que existe entre un país en guerra o en crisis comoZimbabwe y Suráfrica3; el último recoge miles de ciudadanoszimbabowanos. Sin embargo desde muy poco tiempo apare-

cen estudios y libros sobre las migraciones intra-africanas ysus planteamientos tanto entre los países africanos (Sindjoun,2005 y Vincent Staub, 2006) como entre éstos y la UniónEuropea (Khachani, 2006). Muchas de las actuales sociedadesafricanas (formadas con las fronteras heredadas del colonia-lismo europeo) fueron y son a la vez emisoras y receptorasde flujos migratorios. En las sociedades emisoras se observano solamente un aumento de las candidatas y los candidatosa la emigración (jóvenes, mujeres), sino también hay una ver-dadera toma de conciencia de la importancia que representaeste hecho para el desarrollo socioeconómico como la crea-ción de ministerios4 cuyo objetivo oficial es apoyar los ciu-dadanos que viven en el extranjero y la elección de diputadosque les representan.

En el continente africano las migraciones de poblacionesson un hecho constitutivo del pasado, del presente y del futu-ro de las sociedades africanas. Los movimientos migratoriosinternacionales originarios de este continente han aumentadolas tres últimas décadas del siglo XX, y siguen creciendo. Ycomo otras partes del mundo, en África el tema es de interéssociopolítico. La región del Cuerno de África5 está en estosprecisos momentos marcada por “la aparición” de la proble-mática de la inmigración en el discurso político y de losmedios de información. Como otras sociedades del Sur, lassociedades eritrea, etíope, somalí e yibutiense están en unaparadoja; por un lado, una parte de sus ciudadanos decideninstalarse cada vez más en el extranjero, en Europa (Bélgica,Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia…) o enAmérica del Norte: se trata de una migración política, consti-tuida por opositores y sus familiares y económica; y en elmundo árabe (particularmente en los países del Golfo

Migración y lucha contra el terrorismo internacional en la República de Yibuti

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1 Javier de Lucas y Sami Naïr hablan en vez de inmigración de “desplazamiento”(en De Lucas y Naïr, 1999)2 Las empresas chinas, que construyen “estadios de pueblo” o que invierten en elsector de las energías actualmente en muchos países africanos, traen sus trabajado-res, se trata de una inmigración laboral.3 En África austral, Suráfrica constituye un Eldorado para los ciudadanos deLesotho, de Mozambique, de Zimbabwe,… es una inmigración ignorada en loscentros de investigación de los países del Norte. Como Costa de Marfil fue paramuchos países de África occidental, y particularmente para los ciudadanos deBurkina Faso, de Malí, de Senegal.

4 En Senegal hay un Ministerio de los Senegaleses del Exterior, tiene otras compe-tencias como la Artesanía y el Turismo. En cuanto a Malí existe un Ministerio delos Malienses del Exterior y de la Integración africana. La experiencia de Malí sir-vió a Senegal para crear su ministerio. En los discursos de la o del primer respon-sable de estos ministerios se observa un interés notable para el peso que tienen susconciudadanos que viven en el exterior. Delegaciones gubernamentales los visitanen los países de residencia. 5 Actualmente 4 países componen esta región africana: la Republica de Eritrea(antigua provincia Etiopía, independiente desde 1993), la República FederalDemocrática de Etiopía, la República de Yibuti y la República Democrática deSomalia, país que no tiene un gobierno central desde enero de 1991, después de lacaída del régimen militar del General Syaad Barré.

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Arábigo-Pérsico), es principalmente económica6. Y al mismotiempo ciudadanos de países vecinos emigran hacia otros porvarias razones: guerras civiles y entre Estados, la sequía o porrazones socioeconómicas. La República de Yibuti es, desdelos años noventa, un país receptor y emisor de flujos migra-torios. Los noventa es un periodo de grave crisis política ysocioeconómica7. Por otra parte, como los países del Magreb,este pequeño país es también un lugar de salida de ciudadanosetíopes y somalíes hacia los países europeos y el mundo árabe.Un caso particularmente llamativo es el de las prostitutas etí-opes y somalíes, para ellas la presencia militar francesa cons-tituye un recurso para emigrar hacia Europa8. La migracióncomo hecho social no es un hecho sociopolítico nuevo, sinohistórico, que resulta del movimiento natural de los pueblos.Es también un hecho de actualidad y de futuro para ese paíssi consideramos su situación geográfica particular entre dosmundos: el mundo africano y el mundo árabe, productor depetróleo, pero también un lugar del conservadurismo y delfundamentalismo religioso musulmán. Es un tema social ypolítico muy importante hacia el cual los gobiernos yibuiten-ses poscoloniales mostraron poco interés tanto por su percep-ción sociopolítica como por su tratamiento legislativo.

Más allá de una reflexión general sobre la migración y susconsecuencias socioeconómicas en la República de Yibuti, elpropósito de este artículo es analizar las razones o justifica-ciones internas y externas de una medida adoptada por elgobierno yibutiense en julio de 2003, con el objetivo declara-do de “luchar contra la inmigración clandestina”. Esta medi-da administrativa plantea cuestiones relevantes: ¿por qué lacuestión de la inmigración surge de repente como una preo-cupación política y social en la vida política yibutiense en2003? ¿Se puede establecer una relación entre la presencia dela superpotencia mundial, Estados Unidos, en este país, y lainmigración como asunto altamente político y “securitario”?Dicho de otro modo, ¿cuál es el impacto de la lucha contre elterrorismo internacional de la coalición creada y liderada porEstados Unidos sobre la decisión del gobierno de Yibuti del26 de julio de 2003?

Para comprender mejor tal decisión, conviene proceder,en el primer lugar, a la historicidad de los movimientos depoblación en estos espacios sociopolíticos pluridentitarios enconstitución en el Cuerno de África (apartado 2), para pos-teriormente analizar la cuestión de la inmigración en la socie-dad yibutiense (apartado 3), y finalmente, tratar la relaciónentre inmigración y lucha contra el terrorismo internacionalislámico en esta región africana (apartado 4).

2. Desplazamientos “naturales” en el Cuerno de África

Retomando la expresión braudeliana de “larga duración”y desde un enfoque sociohistórico, se puede observar, aligual que otras regiones del mundo, un doble movimientonatural de las poblaciones en el espacio geográfico, llamadoCuerno de África: desplazamiento e inmigración. Son dosmovimientos poblacionales que intervienen en diferentesperiodos históricos de estas sociedades. En este apartadoopondremos brevemente sin que sea el objetivo del artículodos términos que a veces generan ambigüedades: desplaza-miento y migración. Simplificando podemos decir que haydesplazamiento de poblaciones cuando un grupo de personasse traslada momentaneámiento a otra región; este desplaza-miento puede dar lugar a conflictos entre grupos locales y losque llegan. Respecto al otro término, migración, tiene unafuerte connotación económica, bien por búsqueda de traba-jo (calificado o no), bien por la jubilación (porque las condi-ciones climáticas son buenas y la vida es barata). Pues si lamigración no es un hecho nuevo para la humanidad, en lossiglos XIX, XX y XXI interviene en contextos sociales ypolíticos, marcados por el desarrollo de la urbanización, defronteras administrativas y políticas, de cambio social, delincremento de los cambios económicos y comerciales, y laafirmación de poderes estatales centrales cuyo objetivo escontrolar sus ciudadanos. El movimiento migratorio es a lavez individual (una persona decide emigrar) y colectivo (rea-grupamiento familiar). Sus causas pueden generar conflictospolíticos, sociales, de discriminaciones hacía las minorías enla sociedad de acogida...

Los dos puntos que nos van a servir de guión en esta sec-ción son por una parte las poblaciones y migración y porotro los conflictos y el desplazamiento de poblaciones.

1º) Poblaciones y migración en el Cuerno de ÁfricaDe los relatos de viajeros árabes, historiadores, religiosos

y antropólogos europeos en los siglos XIX y XX se observael desplazamiento de grupos de poblaciones de un punto aotro del Cuerno de África. En los tiempos modernos losdatos y estudios históricos confirman una evolución naturalde la composición humana de esta región. No es exageradodecir que lo que se llama hoy en día migración, en los siglosanteriores a la aparición de un poder central representadoteóricamente por un Estado y la constitución de fronteraspolíticas, era meramente un desplazamiento de grupos depersonas o familias de un sitio a otro. Pero no se puede des-cartar totalmente la idea de fronteras que tenían algunos gru-pos de esta región africana, dotados de estructuras de podermilitar para defender un espacio de vida, pero también cultu-ral y religioso. Los hechos históricos han demostrado ydemuestran que la cohabitación en un mismo espacio no essiempre fácil, hay conflictos sociopolíticos entre los diferen-tes grupos. Cualquier que sea su desarrollo sociopolítico,muchos países del Norte y del Sur traviesan una contradic-

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6 Los opositores al régimen no tienen la posibilidad de residir por la sencillarazón que en muchos países árabes no existe el estatuto de refugiado político.7 En otoño de 1991 estalló una guerra civil. Para hacer frente, el gobierno instau-ró un impuesto especial, la ayuda ha disminuyendo muchísimo tanto por parte deFrancia como del mundo árabe. Es también la firma del primer mal llamadoAcuerdo de Ajuste Estructural (ASE) con el FMI, con el empuje del gobierno.8 Las relaciones o servicios sexuales se transforman en relaciones sentimentalesentre una mujer de esta región y un militar francés, las cuales terminan con la for-mación de parejas mixtas que se instalan en Francia, que es uno de los objetivos dela candidata a la emigración.

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ción histórica: la construcción de un Estado-nación, en elque todos sus ciudadanos gozan los mismos derechos políti-cos, sociales y económicos, y la tentación de autonomíasregionalistas y demandas de separación-independencia deciertas regiones como el caso angoleño, español, belga, boli-viano, etíope... Pero es una situación que tiene otro funda-mento en algunos países del Sur: la falta de legitimidad delpoder estatal, acentuada por las crisis socioeconómicas queazotan a sus poblaciones. Las poblaciones que se instalan enotra parte de este espacio se mezclan con las poblacioneslocales, no sin dificultades9.

A lo largo de la historia de los pueblos del Cuerno deÁfrica se han mezclado tanto a nivel cultural como sociopo-lítico. Sin embargo esta mezcla no ha creado una unidadnacional que trascienda los conflictos étnicos o clanicos, quemarcan la vida sociopolítica de los países surgidos del colo-nialismo (Somalia, Yibuti) o de un proceso histórico endóge-no para el caso de Etiopía. Desde finales de los años 1940,Etiopía atraviesa graves crisis sociales y políticas. Y para solu-cionar los conflictos permanentes, la constitución vigente, lade 1994, reconoce las nacionalidades en un sentido étnico, queconforman el país y su derecho a la separación del conjunto(art.39). El grupo somalí está dividido en subgrupos denomi-nados con el término clan. La oposición entre los clanes queconforma la población de Somalia ha dificultado la constitu-

ción de un poder central (o como llaman los analistas políti-cos la “fidelidad” de los miembros de clanes a un poder en elque participan todos los miembros de la sociedad) 10.

El desplazamiento “natural” de poblaciones observadoantes de los siglos XIX y XX va a ser sustituido por unamigración forzada y provocada por varías causas, y a vecesimpuesta por la política de un gobierno. Para ilustrar el des-plazamiento y la anterior migración de los grupos étnicos delCuerno de África, expondremos en las líneas siguientes lasituación socio-histórica de dos países: la actual RepúblicaFederal Democrática de Etiopía y la República de Yibuti,representan más que otros países del “Cuerno de sangre” -según la expresión del novelista yibutiense, AbdourahmanWaberi (1996) – ejemplos de países pluriétnicos.

El país llamado hoy en día República FederalDemocrática de Etiopía (desde 1994), el más extenso y máspoblado- tercero en términos demográficos de África - ,“resulta” de una historia místico-religiosa y de permanentesconflictos internos y externos. Todo empieza en una peque-ña aldea, Aksum en la región de Tigre al Norte del país conla constitución de un pequeño reinado, lo que se podría con-siderar como una estructura rudimentaria de Estado. Susdirigentes se convierten al cristianismo ortodoxo aproxima-damente al siglo IV, conversión que los permite entrar encontacto con el mundo exterior, islámico u occidental, nosolamente en términos religiosos, pero también políticos y

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9 Es el caso de las poblaciones nómadas, que buscan pastos para su ganado o pozosde agua, lo que origina conflictos con las poblaciones sedentarias de la zona paraquienes es importante tener tierra para hacer agricultura, pero también en las rela-ciones sociopolíticas; la tierra está controlada por el grupo dominante o un jefe.

10 Es la gran paradoja de la difunta República Somalí postcolonial teniendo encuenta la unidad de su población y de los valores culturales y religiosos que com-parten sus miembros.

KAMBALA

UGANDAKENIA

ETIOPÍA

SUDÁN

JARTUM

Mar R

ojo

YIBUTIGolfo de Aden

SOMALIA

MOGADICISHU

OCÉA

NO ÍN

DIC

O

ERITREA

ADDIS ABABA

DJBOUTI

LEYENDACapital

Frontera Internacional

Frontera no definida

Frontera administrativa

Movimiento de refujiados

Mapa de las migraciones en el Cuerno de África, documento de ACNUR.

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militares. Los Tigre, y después los Amhara –convertidostambién al cristianismo ortodoxo, dotados de una fuerzamilitar y religiosa, extienden sus territorios, dicho de otromodo conquistan y someten a otros pueblos pequeños y másdébiles militarmente. Con estas conquistas hay un desplaza-miento de poblaciones, no las que son conquistadas, sino delos vencedores que llevan a cabo una verdadera “ocupaciónpoblacional” de nuevos territorios; así extienden su domina-ción militar y económica porque al fin y al cabo los conquis-tadores cristianos controlan la tierra, que era y es hoy en díala principal riqueza del país. No hay que olvidar que lapoblación etíope es en la actualidad más del 80% rural. A lolargo de los siglos XIV- XVIII, el reino de Aksum experi-menta cambios tanto de sus poblaciones como su constitu-ción geográfica; se incorpora al conjunto un gran pueblo, losOromos, que constituyen hoy el grupo más numeroso delpaís. El pequeño reinado desaparece por absorción de otrosterritorios y para dar nombre a la nueva configuración terri-torial, pero también poblacional se habla de Abysina. Pero apesar de la potencia conquistadora, no hay una sede perma-nente de la Corona, al contrario es una Corona “nómada”. Elsistema político es complejo, dos fuerzas se enfrentan: elEmperador o Negus11 y los reyes o príncipes de las provin-cias; es un sistema con una cierta descentralización, estosúltimos disponen de ejércitos. El Negus debe marca su domi-nación política y sobre todo militar para hacer frente a larebelión de los reyes provinciales. Otro actor importante esla Iglesia ortodoxa, desempeña un papel importante en laconstitución del país12.

Al principio de la colonización europea en la costa orien-tal de África por las potencias europeas – Francia, Inglaterrae Italia- , el Emperador, Menelik II (1889-1913), extiende lasoberanía del país hacia al Sur en un territorio habitado pornómadas somalíes cuyo fin era protegerse contra la ocupa-ción europea13. Este territorio es la región Ogaden, habitadapor nómadas somalíes, que no disponen de estructuras mili-tares, ni un poder central como los Tigré o Amahra y unaIglesia que les apoya. Las conquistas continuas generarondesplazamientos de poblaciones de regiones del Norte – afi-nes al poder cristiano - hacia el Sur, para exportar el exceden-te de agricultores de las regiones cristianas a las tierras14 delCentro y del Sur.

El resultado de este relato histórico es la constitución deun país cosmopolita; se estima que 80 pueblos constituyen su

población. Como cualquier país africano, una gran parte deéstos están presentes en los países vecinos. La lengua francaes el Amáhrico, idioma del pueblo del Emperador MenelikII. En el siglo XX, y particularmente las décadas 1970 y 1980la convulsa política de este país lleva a un cambio de régimen.Un golpe de Estado en 1974 pone fin al régimen imperial.Después de una depuración en el seno del grupo golpista, en1977 el Coronel Miriam instaura un régimen marxista-leni-nista. Aparecen nuevos grupos rebeldes, además de la rebe-lión eritrea que opera desde principio de la década de lossesenta. Para hacer frente a éstos, recorre a una técnica de loscomunistas chinos: buscar el enemigo dentro de la población,y por ello hay que desplazar las poblaciones. Se pone en mar-cha una política de constitución de una comunidad nacionalunificada (un pueblo). Las autoridades gubernamentalestrasladan centeneras de miles de personas en condicionesinfrahumanas del Norte al Centro y al Sur, lo que provocóuna grave crisis humanitaria. Como se podía esperar estosdesplazamientos generaron una oposición y conflictos entrelos desplazados y la población local; esto provocó una emi-gración de las poblaciones hacia los países vecinos comoKenya, Somalia, Sudán, la República de Yibuti… Pero másque inmigrantes son refugiados, pero un refugiado emigra.Etiopía recibe también emigrantes de Sudán y de Somalia.

En cuanto a la situación de la República de Yibuti, escompletamente diferente de su vecino tanto por la constitu-ción de su territorio como por la composición de su pobla-ción. Es un territorio, creado por la colonización francesa yhabitado en el Norte y el Sur Oeste por un pueblo seminómadas, los Afar15, y otro pueblo los nómadas somalíes, alos que hay añadir un grupo árabe. Los somalíes, y particu-larmente el subgrupo dominante en la República de Yibuti,los Issa, son nómadas, aunque en la costa hay una ciertasedentarización en la zona sur, próxima a la actualSomalilandia. Pero a pesar de dicha sedentarización no hayun poder central16. Los dos pueblos confiesan la religiónmusulmana, se convirtieron en el siglo IX.

Después de haber firmado famosos tratados de “amistady protección” con los jefes tribales locales a finales del sigloXIX, la potencia colonial decide explotar comercialmente lacolonia. Por ello necesita infraestructuras que no existían porlo que se requería para su construcción de obreros cualifica-dos, pero es una mano de obra no disponible en el territoriodebido a que sus habitantes son nómadas. Según los historia-dores Phillipe Oberlé y Pierre Hugo (1985), las autoridadescoloniales tenían que hacer frente a una oposición hacia la

11 Es un término amharico, significa el Rey de los Reyes.12 El Emperador se apoya sobre ella en sus conquistas territoriales, y en cambioéste le da tierra y el monopolio para la enseña. Hasta los años 1940 no había un sis-tema educativo público.13 Etiopía es uno de los dos países africanos que no ha sufrido la colonización,salvo un corto periodo de 5 años de ocupación del fascismo italiano de 1936 hasta1941 cuando levantó el efímero imperio italiano de África oriental.14 La tierra es una propiedad del Estado; es el emperador y su consejo el que dis-tribuye las porciones de tierra que los agricultores pueden cultivar. En intercambioestos últimos pagaban impuestos y alimentaban a los militares del ejército imperial.De este modo, el poder imperial buscaba una lealtad de los terratenientes.

15 El pueblo afar tiene estructuras de poder central; se divide en dos grandes gru-pos repartidos entre 3 países: Etiopía, ocupan la Región Nº2, Eritrea (en el Sur) yla República de Yibuti (Norte y Sur Oeste). Su territorio está divido en zonas deli-mitadas bajo control de un jefe y de un vizir con un poder de recaudar impuestosa los habitantes.16 Es un pueblo segmentado en clanes, es decir, constituido por grupo más omenos “autónomos” cuyo lazo constituye un descendiente común: somaal. Estánpresentes también en tres países: Etiopía (en Oganden y Dire Dawa), Kenya (elNoreste) y la República de Yibuti.

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construcción de una vía del ferrocarril que une el puerto dela nueva ciudad, Yibuti a Addis Abeba, la capital de Etiopía,con el fin de exportar los productos etíopes e introducir pro-ductos extranjeros en el mercado etíope. Para construir elpuerto y el ferrocarril y ante la falta de una mano de obralocal o por la negación de los nómadas para trabajar en unafutura ciudad – éstos preferían las rutas comerciales antiguasde caravanas de camellos -, las autoridades coloniales france-sas hicieron venir obreros de los países vecinos, en particular,el Norte de Somalia y Yemen. La inmigración de los trabaja-dores yemenitas es facilitada tanto por la demanda del mer-cado como por la existencia de redes que controlan la saliday la llegada a destino, según Alain Rouand (1997). Su núme-ro ha crecido no solamente por la migración sino por la evo-lución natural (tasa de natalidad), y por que algunos de ellosresidentes en el país antes de la colonización europea nuncahan sido censados. Las grandes obras empiezan en 1898, lapresencia de los trabajadores extranjeros inaugura una nuevaforma de inmigración en el Cuerno de África: la inmigraciónlaboral, limitada en la ciudad portuaria de Yibuti. Al finalizarlas obras, éstos se instalan definitivamente en el país. Así lapoblación de la ciudad de Yibuti es cosmopolitita.Actualmente la población de Yibuti está formada por tresgrupos, dos de poblaciones africanas: afar y somalis, y una depoblación asiática, compuesta esencialmente de yemenitas.

Con el desarrollo de estructuras económicas y políticasen los años cincuenta y sesenta, se produce un éxodo de losnómadas hacia la gran ciudad con la constitución de barriossegregados, habitados en función de su grupo o clan.Pequeñas aldeas se transforman en ciudades, capitales de dis-tritos del interior. Es un éxodo manipulado por los políticoslocales, que ven una estrategia para posicionarse y controlarla vida política. En esta época no había censo ni estadísticasde población. En su libro sobre la historia de Yibuti, PhillipeOberlé y Pierre Hugo (1985) ponen énfasis en las políticas delos dirigentes afar y somalíes en materia de migración o derepoblación de la ex colonia; éstos favorecen la entrada en elterritorio de nómadas de sus respectivas regiones y así impo-ner la “dominación” de su grupo en las elecciones siempremanipuladas. Las autoridades coloniales recurren a la famo-sa política colonial “de dividir para reinar”, dividir pueblosque siempre han cohabitado con una cierta armonía, pero sinolvidar los conflictos que existían y existen entre vecinos. Enfunción de los intereses de la ex metrópolis, las estadísticassobre la población del territorio favorecían a los Afar o losSomalíes-Issa en la víspera de las elecciones para formar elgobierno del territorio. Hassan Gouled, uno dirigente políti-co somalí, expresa una postura anti-inmigrantes hablando dela expulsión de los trabajadores extranjeros. En su estudiosobre el oro blanco (sal) de la ex colonia, Colette Dubois(2003) analiza el desarrollo de una nueva etapa en las relacio-nes económicas, políticas y sociales en la década de los cin-cuenta. Con una economía extravertida desde el principio dela constitución del territorio, ésta está a merced de las crisisexteriores. El cierre del Canal de Suez, posterior a su nacio-

nalización por parte del presidente egipcio Nasser, afectó a laeconomía de la colonia; está en crisis; y de ahí la aparición deconflictos políticos, sindicales y sociales. La situación derivaal conflicto étnico con la manipulación de la composición delas poblaciones, las autoridades deciden expulsar los trabaja-dores extranjeros, así el 25% de la plantilla de las Salinas, unade las grandes empresas de la capital, son licenciados. Pero lacrisis económica no justifica del todo la decisión de expulsar-les; había que dejar sitio, en un mercado laboral que no podíaabsorberles, a centenares de trabajadores y sobre todo la lle-gada de trabajadores afar sin calificación. Los nuevos inmi-grantes entran en competición con los locales y los trabaja-dores extranjeros ya presentes en el mercado laboral.

No es exagerado decir que la historia de la República deYibuti se confunde con las migraciones provenientes de laregión por razones socioeconómicas y de un proceso desedentarización forzada de nómadas por las sequías sucesivasy por el éxodo rural. A diferencia de la época colonial de cie-rre de las fronteras y control de las personas extranjeras, elEstado poscolonial optó un lema de abertura: “Yibuti, tierrade cambio y de encuentros”, fue una frase celebre del discur-so del primer Presidente, Hassan Gouled Aptidon17. No hayque destacar que estas migraciones son también consecuenciade conflictos políticos internos o regionales de las décadas de1960, 1970 y 1980. La ex colonia accede a la independencia el27 de junio de 1977, se extiende sobre una superficie de 23.000km2, siendo uno de los pequeños países africanos. Su situa-ción poscolonial fue objeto de codicia de sus gigantes vecinos;Etiopía y Somalia18. Pero a partir de esta fecha hay por unaparte la entrada de personas huyendo de las guerras interétni-cas y las guerras civiles en los países limítrofes, Etiopía ySomalia, y por otra parte la llegada y la instalación de gruposde familias, procedentes en su mayoría del Norte de Somaliay de la Región del Sur-Oeste de Etiopía (desde la caída delrégimen de Mengistu en mayo de 1991 y la adopción de unaconstitución liberal que reconoce las etnias que componen lapoblación etíope, esta región se llama Región Somalí Nº5, loque era antes Ogaden, poblada en su mayoría por somalíes, yen los que hay clanes issa, subgrupo del pueblo somalí).

A finales de los años setenta y principio de los ochentahay nuevos movimientos migratorios. Centenares de milesde ancianos, hombres, mujeres y niños cruzan las fronterasdel nuevo Estado para huir de los conflictos armados. Sonrefugiados de guerra, no son considerados como inmigranteseconómicos.

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17 Se interpretó como una política de libre entrada. Pero en realidad perseguía unapolítica no tan clara sobre la composición étnica de la población del país. Sinembargo, en un corto periodo esta “apertura” ha permitido la entrada de ciudada-nos etíopes (de etnia somalí) y somalíes de Somalia con o sin formación para apo-yar el desarrollo socioeconómico del país.18 Su independencia interviene en un contexto político caracterizado por conflic-tos internos y guerras regionales y la rivalidad entre los Estados Unidos y la exUnión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas para controlar la posición estratégi-ca del Cuerno de África dada la proximidad del Golfo Árabe-Pérsico, vital para laseguridad del abastecimiento del petróleo a Occidente.

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2º) Conflictos políticos y desplazamiento de poblacionesLos conflictos políticos violentos, sean las guerras civiles

o enfrentamientos étnicos, tienen siempre consecuenciassobre las poblaciones civiles como objetivos militares y polí-ticos como en el caso de la ex Yugoslavia o en la actualidaden Darfur en Sudán donde tiene lugar una limpieza étnica.Pueden ser también víctimas de la lucha política entre losactores políticos como en Etiopía y Somalia... Desde los añossesenta, el Cuerno de África es una región convulsa en cuan-to a conflictos bélicos: guerras civiles en Etiopía – después dela constitución como provincia la ex colonia italiana: Eritreaen 1962. Las dos ex colonias, británica (Somalidand) e italia-na acceden a la independencia en 1960, meses después se reu-nifican para formar la República de Somalia. Los primerosdirigentes de este joven país son nacionalistas (formados enlas juventudes nacionalistas de la época colonial). Ese nacio-nalismo irredentista persigue uno objetivo político: la reuni-ficación de los territorios ocupados por grupos somalíes, queestán bajo soberanía etíope (Ogaden), yibutiense y keniano(el Norte Este). Una primera guerra se estalla entre laRepública de Somalia y el imperio de Etiopía en 1964. Lasegunda guerra tiene lugar en los años setenta, justo un añodespués de la independencia del ex territorio francés de losAfar e Issa (TFAI). Como siempre la principal consecuenciade estas guerras entre Etiopía y la República Democrática deSomalia es la huida de los civiles. La República de Yibuti seenfrenta a la llegada y la instalación de familias procedentesesencialmente del Norte de Somalia y de la Región delSuroeste de Etiopía, Ogaden. Son refugiados étnicamentehomogéneos; compuestos principalmente por subgrupos delpueblo somalí. Se instalan en los campos de refugiados cons-truidos por los organismos de las Naciones Unidas comoANCUR y UNICEF, que colaboran con una oficina creadapor el gobierno yibutiense la Oficina Nacional de Ayuda alos Refugiados y Sinistriados (ONARS) en 1978 par decretopresidencial. L’ONARS es una institución de carácter huma-nitario cuya vocación es la asistencia y la gestión de los refu-giados establecidos en el suelo nacional, el asesoramiento deasilo y de la hospitalidad a las victimas de calamidades natu-rales; está encargada de asegurar la coordinación entre elGobierno, las agencias onusianas especializadas (HCR,PAM, UNICEF, UNESCO, etc.) y las organizaciones sociasde socorro y de asistencia humanitaria.

Con el tiempo los campos de refugiados se transforma-ron en “ciudades” en la periferia de las urbes yibutienses. Nose tiene cifras, hay salidas y nuevas llegadas de refugiados.Pocos de sus residentes han vuelto a su país, las y los quedecidieron retrasar su retorno o quedarse en la Repúblicaemprendieron actividades económicas y comerciales.Algunas de estas personas consiguen la nacionalidad; sonciudadanos yibutienses. Otros esperan ser naturalizadoshasta el día de hoy. A partir de los años noventa, los organis-mos internacionales en colaboración con los gobiernos etío-pe y yibutiense emprenden programas de retorno voluntariode los refugiados a sus pueblos de origen, reciben ayudas

para reinsertarse. Alrededor del 20% de la población deYibuti es de origen extranjero; sus dirigentes han nacidofuera como el actual presidente de la República y el famosoministro del Interior, nacidos en Etiopía. Una gran partenació en el extranjero o tienen padres nacidos en el extranje-ro, y, en particular, en Somalia, Etiopía, Yemen, en Sudán,Madagascar… Es decir que la población de Yibuti es cosmo-polita. Sin embargo, el cosmopolitismo se nota más en lacapital, ciudad portuaria, que en el resto del país.

Desde 1977 – fecha de la independencia del país - hasta lamitad de la década de los noventa, no había socialmente refe-rencia alguna al término inmigración o al calificativo deinmigrante. Los discursos dominantes: político y mediático,pusieron el acento sobre personas calificadas de refugiadas, yla gestión política y administrativa ha ignorado otra figura: laentrada en el territorio de personas que vienen a trabajar otransitar hacia horizontes lejanos (Europa, Mundo árabe,América del Norte). La cuestión es cómo calificar los refu-giados que no retornaron a sus países de origen. Éstos traba-jan y han hecho sus vidas en la sociedad donde viven desdeunas décadas. ¿Son inmigrantes o ciudadanos de segundacategoría? Eso plantea a la sociedad yibutiense y sus princi-pales autoridades políticas la cuestión.

3. El surgimiento de la cuestión de la inmigración en la socie-dad yibutiense

Como hemos visto en la primera parte del artículo, salvodurante un corto periodo coyuntural que coincide con laconstrucción del puerto de Yibuti y de los ferrocarriles, sehabla de trabajadores extranjeros (durante el periodo colo-nial), y de refugiados (después de la independencia), es decir,una personas que se han desplazado para escapar de unasituación conflictiva política o étnica. Los términos “inmi-gración” e “inmigrantes” se usan muy poco en el discursopolítico. En las lenguas locales, el afar y el somalí no existentérminos parecidos a inmigrantes, sus hablantes hablan deextranjeros a la comunidad.

Sin embargo, su uso se afianza primero en el discursomediático, y después en el de la clase política y una parte dela opinión integra en el suyo a partir de la década de losnoventa. Se puede observar primero una ausencia de debatepolítico y social y la focalización del discurso sobre lo queparece una nueva cuestión social: la inmigración. Su apari-ción refleja un cambio social y político tanto interno comoexterno como veremos más adelante.

1º) Ausencia de un debate político y social sobre la inmigraciónLa inmigración es un hecho natural y permanente en la

sociedad yibutiense. Los dirigentes del Estado poscolonialno debaten sobre la misma. No existen datos y cifras o publi-caciones oficiales sobre los extranjeros residentes en el país…En las calles las ciudadanas y los ciudadanos discuten sobreuna cuestión tan trascendental para la sociedad, pero sonreacciones primarias relacionadas con la diferencia del otro,

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que entra en un espacio ajeno, que pide ayuda en las calles delas ciudades porque crea “molestias”.

Pero paradójicamente hay un desarrollo legislativo enesta materia. La cuestión es porqué adoptan leyes sin debate.Por decreto presidencial se adoptó una ley en 1981 sobre unareglamentación de los trabajadores en el mercado laboral, elDecreto Ley nº81-130/PR/TP sobre legislación laboral delos trabajadores extranjeros. Es una modificación de leyesanteriores adoptadas en la época colonial, los años cincuentay sesenta. Es una norma muy restrictiva y nacionalista, esti-pula en su artículo 3 que “la contratación está reservada a lostrabajadores nacionales para cualquier trabajado renumera-do”. No se contempla la contratación de trabajadores extran-jeros por las empresas nacionales. En 1982, el Parlamentoadopta la Ley nº240 del 20 abril 1982, que modifica leyesanteriores como un decreto de 1935 legislando sobre las con-diciones de admisión y de estancia de los franceses y de losextranjeros en la Costa Francesa de los Somalíes. 14 añosdespués de esta última ley, los diputados adoptan la terceraley sobre la inmigración en 1996 en un contexto marcado porlas crisis económicas (recensión), políticas (conflictos para lasucesión del primer presidente) y sociales: la leynº115/AN/96 E sobre la admisión y la estancia de los extran-jeros en el territorio de la República de Yibuti. Aunqueparezca paradójica, esta ley contiene solo 3 artículos, lo másimportante está en un anexo a la ley. Contempla los siguien-tes puntos: Documentos exigidos para franquear la frontera,controles transfronterizos, estancia de los extranjeros enRepública de Yibuti, medidas administrativa de alejamiento,normas penales. Se da una tarjeta de residente extranjero a laspersonas extrajeras. La gestión de la inmigración no obedecea normas legales sino que más bien se deriva de un funciona-rio que somete una presión a estas personas como explicabaun inmigrante senegalés que residió durante 15 años – viveahora en Portugal. Pagó el primer año una tasa alta para con-seguir el permiso sin más condiciones, y los años siguientesla tasa bajó.

La última ley data del año 2007 (Ley n°201/AN/07/5ème L) relativa a las condiciones de entrada yde estancia en República de Yibuti. Recoge el mismo títuloque leyes anteriores, pero su filosofía es un poco diferente.No aparece la palabra inmigrante en su primer capítulo, sinouna definición de extranjero oponiéndola a ciudadano. Elartículo 3 estipula la obligación de tener una tarjeta de resi-dente o una tarjeta de estancia temporaria y en el artículo 4indica la amenaza al orden público como causa para prohi-bir la entrada en el territorio a quienes se les negó anterior-mente una tarjeta de residencia, a personas que no tienenrecursos suficientes para vivir, personas que sufran de defi-ciencias mentales, personas condenadas por crímenes... Elcapítulo III establece una lista de tarjetas de residencia y lascondiciones para conseguirlas. En primer lugar, y por pri-mera vez, hay un marco jurídico para los trabajadoresextranjeros que contempla la creación de dos tipos de tarje-ta: la tarjeta asalariado Z.F. (zona franca) y la tarjeta de

empleos vacantes19, porque la ocupación de los puestos detrabajo es todavía una prioridad para los nacionales (art.34).Se reconoce derechos sociales de trabajador. Pero la mismaley recoge el caso de las personas que obtienen el estatuto derefugiados. En segundo lugar, hay sanciones penales y finan-cieras tanto para los extranjeros (expulsión) en situaciónirregular como para los empresarios (art.60) que les contra-tan ilegalmente. Hay también sanciones financieras a lostransportistas que facilitan, según esta ley, la entrada ilegalde extranjeros indocumentados (art.52).

La legislación yibutiense nunca se refiere al inmigrantesino al extranjero; eso denota una cierta concepción de loslegisladores de este país. El migrante puede ser un ciudada-no yibutiense que emigra de una región a otra (según eldecreto ley de 1981, es “una persona que tiene la naciona-lidad yibutiense”), mientras que un extranjero es un forá-neo. Insistiendo sobre extranjero, la legislación marca unadiferencia clara en cuanto a los derechos sociales entre untrabajador nacional y un extranjero. El uso recurrente de lapalabra “extranjero” recuerda la legislación francesa sobreinmigración, que tampoco habla de inmigrantes sino deextranjeros desde la famosa ley orgánica de noviembre de1945.

La existencia de un marco legislativo no significaque haya una política migratoria. Pero uno de los cambiosque la sociedad yibutiense ha experimentado en las últimasdécadas en relación al tema es la aparición de discurso, quepodemos calificar de anti-inmigrante.

2º) Discursos e inmigraciónLos especialistas en las teorías de la comunicación social

han demostrado el impacto que tiene la producción discursi-va de la élite política y de los medios de información sobre lapoblación. En palabras de Calsamiglia y Tusón (1999), unade las características del discurso periodístico es la narración,pero no es neutra sino que persigue un objetivo: influir en lapercepción de la opinión de los lectores y de la población engeneral sobre temas que los creadores de opinión ponenencima de la mesa; lo que tiene consecuencias sociales. Lamanera y la forma en la que describen o presentan los hechosrelacionados con la extranjería tienen implicaciones en lasociedad de acogida, y generan reacciones políticas y socialesdiversas hacia los grupos minoritarios.

En el caso del discurso periodístico yibutiense hay quedistinguir dos periodos. En primer lugar antes de 2000, eltema está ausente en la agenda del único periódico del país enla época, La Nation. En ese momento la inmigración, simple-mente, no “existía»”. En segundo lugar, después de aquel añoemerge como una presencia “estruendosa”. Artículos y opi-niones sobre la inmigración son publicados, aunque no regu-larmente, pero a partir de esta fecha, la palabra es siempre

19 Según esta ley, es un decreto adoptado en Consejo de Ministro que fijará unalista exhaustiva de empleos vacantes no susceptibles de ser ocupados por trabaja-dores yibutienses por su alta calificación, dixit art. 35.

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acompañada del adjetivo “clandestino” y vinculada a la inse-guridad en algunos barrios de la capital. Hay una asociaciónentre el aumento de la criminalidad ordinaria y la presenciacada vez más numerosa de ciudadanos de países limítrofes,de otras regiones africanas y de otros continentes.

En esta materia, el discurso gubernamental marca unapostura claramente entre dos periodos: antes y después de2003, un discurso anti-inmigrante. En sus intervencionestelevisivas o radiofónicas, el ministro del Interior y de laDescentralización expresa unas inquietudes insistiendomucho sobre el aspecto clandestino y de ilegalidad. Así enjulio de 2003 afirmaba que “el problema que nos preocupahoy (…) es la inmigración clandestina. La encontramos entodos las ciudades, pueblos y campamentos nómadas, entodo el suelo nacional20.” De repente para el gobierno lainmigración o presencia de personas originarias de paísesvecinos, principalmente de Etiopía y de Somalia constituyeun tema político y social importante. Siguiendo el discursoperiodístico, el ministro reproduce literalmente los argumen-tos de la prensa gubernamental para justificar su postura enesta materia. Hay como una resonancia entre los dos discur-sos dominantes. En 2002, el Ministro del Interior de laDescentralización hacía la diferencia entre dos tipos de inmi-grantes: los que tienen la residencia y los otros, afirmandoque “la segunda categoría está compuesta de gente que sepuede calificar de inmigrantes económicos. Trabajan más omenos. Se dedican a actividades ilícitas. Crean problemas deinseguridad...”, concluyendo que “de toda manera esta gentedebe volver a su país”21. En 2003, para justificar la medidaque ha adoptado el consejo de ministros, el responsable delInterior explicaba “para que estas personas (inmigrantes)puedan sobrevivir, se dedican a todos tipos de actividades sinexcepción (robo, violencia, robo con efracción, droga, pros-titución) y contaminan todo, la mayoría no tiene domiciliofijo. Además, los flujos continúan sin tregua en todo el terri-torio. Nos es prácticamente imposible contenerlos22.”Propone un método para este “problema”: “podemos conse-guir a erradicar el flujo tan peligroso que constituye hoy lainmigración clandestina para nuestro jóven país”23.

Es un discurso del miedo, que presenta las y los inmigran-tes como una amenaza al país, a la ciudadanía, un discursoracista. En su medida de julio de 2003, el ministro pidió laayuda de la población para “deshacerse” de las trabajadorasdomésticas y ayudar las fuerzas de seguridad en la búsqueda delas clandestinas y los clandestinos. Eso sería provocar brotes dexenofobia hacia las ciudadanas extranjeros y los ciudadanosextranjeros. Pero la población no ‘se hizo eco de tal petición.

Con la nueva postura de estos discursos, las y los inmi-grantes – que viven desde décadas en la República de Yibutio que han entrado desde la década de los noventa - han vuel-

to a ser chivo expiatorio y constituyen uno de los males de lasociedad yibutiense: el aumento de la delincuencia, de la cri-minalidad, la salubridad publica, el paro endémico… Peroademás son considerados una amenaza para los dirigentes deEstados Unidos después del 11 de septiembre de 2001 en sulucha contra el terrorismo internacional. En julio de 2003, elgobierno adopta una decisión de expulsión de los inmigran-tes calificados de clandestinos. Según él, éstos son 100. 000personas. Hubo arrestos y expulsión de extranjeras y extran-jeros. Las autoridades políticas hablaban de salidas volunta-rias de las y los inmigrantes.

4. Inmigración y lucha contra el terrorismo internacional

El fin del siglo XX es marcado por tres hechos transcen-dentales en las relaciones sociales y humanas: el aumento demovimientos migratorios24, al auge del fundamentalismoreligioso y la debilidad de muchos Estados de los países delSur. No es el momento para explicar las causas, pero pode-mos decir que es una situación que resulta de factores políti-cos y socioeconómicos tanto internos25 como externos26.

Por un lado, en el contexto subregional, la desaparicióndel Estado somalí y la caída del régimen comunista deEtiopía en 1991, y por otro lado, en el nuevo contexto inter-nacional posterior al 11 de septiembre de 2001, que tambiénha tenido repercusiones en la vida política y social de laRépublique de Djibouti.

En este apartado, vamos a enfatizar las implicaciones dela lucha contra el terrorismo internacional de EstadosUnidos en los movimientos migratorios en el Cuerno deÁfrica y particularmente en la República de Yibuti.

1º) La lucha contra el terrorismo en el Cuerno de África y enel Golfo de Adén

¿Cómo la lucha contra el terrorismo internacional lide-rada por la administración Bush puede tener consecuenciasen las migraciones de dos regiones de África y de Asia? Lapregunta puede parecer paradójica para muchos. Peroobservando la situación sociopolítica de los países de estasregiones y la política del imperio herido por los ataques del11-S, no sería exagerado relacionar la supuesta lucha contralos movimientos terroristas globales (surgidos en el sigloXXI) y las migraciones internacionales, y particularmentelas reacciones de los gobiernos en uno de los temas cadentesdel siglo XXI.

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20 Discurso del 26 de julio de 2003, La Nation del 28 de julio de 2003.21 La Nation Edición Digital del 22 de abril de 200222 La Nation Edición Digital del 28 de julio de 200323 Discurso, en La Nation del 31 de julio de 2003.

24 Según publicaciones de las Naciones Unidas en el año 2004, el número de inmi-grantes ha pasado de los 175 millones à 190 millones de personas. Sin lugar a duda,en la actualidad, esta cifra ha sido superada.25 Los países del Sur, y de África en particular, están enfrentados a crisis de legiti-midad política; el autoritarismo de los regimenes poscoloniales, el estallido de con-flictos armados internos, las crisis socioeconómicas.26 La caída de los precios de las materias primas, que se inició a fines de los 70, laimposición del liberalismo a países y economías en construcción, la reducción dela ayuda al desarrollo, la marginalización económica de los países africanos supu-sieron en conjunto un golpe duro para la construcción de un Estado central.

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Después de los ataques terroristas que los EstadosUnidos sufrieron en su propio territorio, la primera priori-dad de la política exterior de la administración Bush es lalucha contra el terrorismo internacional. Esta necesita alia-dos, un despliegue de fuerzas anti-terroristas, la constituciónde bases militares y vigilancia de ciertas zonas del mundoconsideradas como bases del terrorismo y del fundamentalis-mo religioso islámico. La República de Yibuti, por su situa-ción geoestratégica constituye un lugar privilegiado paracontrolar los movimientos de personas sospechadas de per-tenencia a grupos terroristas, y especialmente de árabes ymusulmanes. En efecto, este pequeño país está a caballo entredos regiones de las más inestables en el mundo después de lacaída del comunismo: el Cuerno de África, pieza importantede la guerra fría, y el mundo árabe-pérsico con sus reservasde petróleo y de gas, recursos estratégicos para las economí-as occidentales.

La caída del régimen militar-étnico a principios de 1990pone la República Democrática de Somalia en una anarquíatotal, sin poder central y la aparición de movimientos arma-dos islamistas. Se encuentra también a unos miles de kilóme-tros de la península arábiga, y particularmente de Yemen yArabia Saudita, donde el fundamentalismo tras el fin delcomunismo deja de estar controlado, y encuentra un terrenode expresión aprovechando el vacío dejado por la guerra fría.

Desde principios de 2002, hay soldados estadounidensesen el Mar Rojo en buques de guerra. Al mismo año, el exSecretario de Defensa, Ronald Rumsfeld visitó al país yfirmó un acuerdo para la apertura de una base militar esta-dounidense. Para concretizar su política de seguridad enestas dos regiones, los Estados Unidos crean una fuerzadenominada: Fuerza Militar Combinada para el Cuerno deÁfrica - CJTF-HOA para sus siglas inglesas -. Es un grupode trabajo conjunto; que integran militares alemanes, italia-nos y españoles. En efecto desde su fracaso en Somalia en1995, los Estados Unidos intentaban controlar los movi-mientos musulmanes en el primer Estado fallido en África,pero también el Bal el-Mandab la puerta meridional del MarRojo, que es un punto estratégico de la ruta del petróleo. Laprincipal preocupación de Estados Unidos es la seguridad desus intereses en estas regiones. El ex Secretario de Estadoadjunto a los Asuntos Africanos, Sr. Charles Snyder, afirma-ba en una conferencia de prensa organizada por el AmericanEnterprise Institute que “Los Estados-Unidos tienen enÁfrica intereses reales en materia de seguridad e ignorarlos,sería exponerse a sus riesgos y peligros27. Palabras que van ensintonía con lo que Bush decía en esos mismos momentos:“No dejaremos los terroristas amenazar los pueblos africa-nos ni utilizar África como base para amenazar el mundo”28.Este tipo de discurso no se focaliza solamente sobre unaamenaza sino que incluye a los movimientos migratorioscomo un foco de inseguridad.

La inseguridad no es solo la presencia y la actuación demovimientos armados terroristas, sino que también losmigrantes pueden ser una amenaza.

2º) La visión del migrante como terrorista potencialLos eventos del 11 de septiembre de 2001 han puesto

encima de la mesa la seguridad de los países. Pero, la preocu-pación de la seguridad no es nueva, ocupaba un lugar de pri-mer orden en las diferentes agendas políticas, sociales y eco-nómicas de los grandes países occidentales antes del 11-S.Tanto para la élite política como la población, la seguridadfue una preocupación real o imaginaria en relación con lainmigración. Ya a finales de década de los noventa, DidierBigo (1998) escribía que “la inmigración es vista a través delprisma de la seguridad para ciertos dirigentes políticos, parala policía y ciertos servicios sociales, para algunos periodistasy una parte de la opinión pública”. Los atentados de NuevaYork de septiembre de 2001 han dado una dimensión impor-tante a la cuestión en las políticas internas y externas detodos los países.

En la República de Yibuti, la seguridad parece ser tambiénuna prioridad del gobierno. Y como en Estados Unidos, serelaciona esta cuestión con la de la inmigración. El ministrode Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional,Mohamed Ali Youssouf, expresa de manera clara la posturade su país afirmando que “desde el 11 de septiembre de 2001,nos hemos comprometidos en esta guerra mundial contra elterrorismo, y hemos dado a los estadounidenses todo lo quequerían”29. En un artículo del periódico gubernamental,Chehem Hassan aboga por un cambio de la política del paísafirmando que “el refuerzo de la seguridad interior y exteriordel Estado en relación con los organismos anti terroristasexige una política de inmigración que no puede hacer deYibuti como el pasado una tierra de asilo y de encuentro,puesto que el contexto ha cambiado”30. Retomando el análi-sis de Didier Bigo31, se puede afirmar que la inmigración es“problematizada”, no como un tema de la agenda política,sino como una cuestión de seguridad para los intereses deOccidente y particularmente de los Estados Unidos y algunosde sus aliados europeos en estas dos regiones.

La decisión de julio de 2003 de expulsar alrededor de100.000 inmigrantes, considerados clandestinos está oficial-mente motivada, según fuentes gubernamentales, por razo-nes económicas y de seguridad. Sin embargo, el elemento“disparador” de ésta parece ser la presión ejercida por elgobierno de Estados Unidos, que avisó a las autoridadesyibutienses de posibles ataques terroristas dirigidos contrasus intereses en el país. Estas expulsiones constituirán, pues,una medida de prevención contre eventuales ataques.

27 Réalité Nº 94 du mercredi 28 avril 2004.28 Abramovici (2004).

29 Citación recogida por Abramovici Pierre de una entrevista del ministro alperiódico estadounidense, The Angeles Times del 23 de diciembre de 2002,“Improverish Djiboutians see no Pay off for US presence”.30 La Nation, Edición digital del 14 agosto de 2003.31 Op. Cit.

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Muchos observadores nacionales e internacionales de lasituación política y social del Cuerno de África acusaron algobierno yibutiense de ser presionado por el gobierno deEstados Unidos en su lucha contra el terrorismo. Pero comose esperaba nunca ha reconocido haber ejercido una presiónsobre las autoridades yibutienses. En un comunicado, laembajada de Estados Unidos en Yibuti afirma que “recono-ce a la República de Yibuti, como a cualquier otro Estado, elderecho de controlar sus fronteras, de exigir que las personasque entren y se instalen en su territorio lo hagan legalmen-te.32” En el mismo comunicado, valora las actuaciones delgobierno yibutiense diciendo que “las operaciones de expul-sión (se han hecho) en el respecto a los más estrictos deberesfundamentales”.

Es normal que el gobierno estadounidense no reconocie-ra haber realizado presión sobre el gobierno de un país cuyosdirigentes se mostraron aliados desde el 11 de septiembre de2001. Por otro, éstos ganan mucho con la presencia de losGI’s, Estados Unidos paga un alquiler alto por la base abier-ta en 2002 (30 millones de $ por año, más ayudas financierasy técnicas en sectores como la educación, la salud…). Lafecha de adopción de la medida de expulsión de los inmi-grantes no es una pura coincidencia. ¿Porqué el gobiernoyibutiense no adoptó esta medida antes del 2003? El contex-to pos 11-S y la supuesta política de lucha contra el terroris-mo internacional emprendida por el gobierno estadouniden-se explican en parte la medida de expulsar a 100. 000 inmi-grantes.

5. Conclusión

Las migraciones de poblaciones en África negra ocupanmenos protagonismo que las que se dirijan hacia otras partesdel mundo, y particularmente a la Unión Europea.Analizando las migraciones africanas, Marc-AntoinePérouse de Montclos (1999) hablaba de rechazo de susmigrantes por parte de África. Las expulsiones de migrantesno son hechos nuevos en el continente africano. Desde lasdécadas de los setenta, muchos gobiernos como Libia,Nigeria, Camerún, Gabón, Costa de Marfil… adoptaronmedidas similares puntualmente– porque no se puede hablarde política de inmigración - contra ciudadanos extranjerosresidentes legalmente o sin documentos desatando actosxenófobos y racistas y provocando guerras civiles como en laque está sumergida Costa de Marfil desde 1999. La cuestiónde la presencia de las personas calificadas de extranjeras plan-tea en los países otra cuestión importante: la ciudadanía y elcontrol de la población (es el caso de Costa de Marfil despuésde la muerte del primer presidente de aquel país).Ciudadanos nacidos en el país, pero de parientes lejanos de

Burkina Faso, o de Malí son rechazados por los grupos quecontrolan la política y la economía del país. Las sociedadesafricanas actuales son jóvenes, multiculturales y marcadaspor la división arbitraria del colonialismo y la ausencia delEstado sobre todo en las zonas alejadas de las grandes urbes.Para muchos grupos, no hay un reconocimiento leal a unpoder político, a un Estado, sino más bien al grupo al quepertenece su familia.

El discurso del inmigrante como delincuente potencialactiva los supuestos símbolos de la soberanía que subrayan lacapacidad legítima del Estado a elegir sus ciudadanas y ciu-dadanos, a velar a la seguridad exterior e interior del territo-rio. El nuevo discurso político yibutiense refleja el cambio dela idea fundadora del nuevo país: tierra de acogida y deencuentro, que deviene ahora en tierra de exclusión. Por otraparte, en la región del Cuerno de África, el Estado no es laúnica instancia capaz de ejecutar la violencia y la represión...

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32 Declaración de la Embajada de los La Nation del 9 septiembre de 2003.

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