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    L

    A BIOTICA:

    FUNDAMENTOS FILOSFICOS

    Y APLICACIN

    Hans-Martn Sasd

    Tmdicbnalmente, la tica de la medkina se ha orientado por prkipios

    arraigados en wnce@osilos@as&5iws que contemplahnel lugar del hombreen la

    naturalezi7, su relacin con la DivinW, la salud y la

    enferme&, y los

    conceptos

    epistemolgiws y metod&giws ae diagnstico, evaluac& ale riesgos y tratamiento. Del

    medicoseespwabanvirhrdestalescomonouzllsardao,hacerelbienyabsfenersede

    empkzr su peri& en actos manipulatiws o coercitivos. El paciente virb.wso akbtiz tener

    wnfiam en el mdiw y acatar el tratamiento. Hoy d, los adelantos tec&giws y el

    advenimiento de una sociedadpluralista que hace hincapi en la autommz del paciente

    instruido, conmn una situacibn mucho ms compleja y cambiante. Sin embargo, en

    los argumentos biohkos e encuentran algunos prkcipios pragmticos que pueden ayudar

    a resolver los dilemas momks. Sass propone basarseen jnincipibs nwrales intermedios

    que han ha1120 respaldo en distintas iakologis y en la apl& complementaria de

    7xzrbs moaklos de hermekutica y wmuniracin mdiw-paciente. La respmsabilidad

    de la salud debeser compartida p3r mt?dti y paciente y fundamentada en el wnobmiento,

    el respeto mutuo, y en la wmbinacin de la pericia y la tica.

    Interaccin tradicional

    de la medicina con la filosofa,

    y de la tica con la pericia

    La medicina y la filosofa no se

    excluyen mutuamente. De los ciclos del na-

    cimiento, la vida, el sufrimiento, el dolor, la

    felicidad y la muerte surgen interrogantes

    esenciales sobre la existencia

    h umana.

    En el

    mbito profesional, estas cuestiones se abor-

    dan de acuerdo con los distintos mtodos de

    la fosofa, la tica y la medicina.

    En Occidente, el pensamiento pi-

    tagrico y en Oriente, las enseanzas

    taostas

    de hace casi 2 500 aos sentaron las bases de

    una filosofa mdica que acentuaba los prin-

    Instituto Kennedy de

    hca.

    Dire&&, postal Kennedy In-

    shtute of Ethm, Georgetown University, Washmgton, DC

    20057, Estados Umdos de Amrica.

    cipios de armona y equilibrio: se consideraba

    que la salud y la felicidad representaban un

    equilibrio csmico o una meta de armona en

    la vida. La enfermedad era el resultado de

    algn desequibrio, y la funcin de la me-

    dicina era restituir el equilibrio 0 la armona,

    1ucha1 ontra el desequilibrio y la desarmona,

    y aceptar y entender las limitaciones de la

    pericia mdica como confines naturales de

    la intervencin humana. Tanto el corpls

    Hippocraticum como las antiguas autoridades

    mdicas de Asia, por ejemplo, Sun Simiao en

    la China CI), recalcan la importancia de los

    estudios filosficos para el dominio de la

    medicina.

    El ejercicio de la medicina est

    orientado por principios ticos arraigados en

    conceptos

    fiIosficos, tales

    como

    los

    de

    ni1

    mcere, no causar dao, y hmum @ere, %acer

    el bien (al paciente). La mayor parte de los

    textos clsicos de medicina tambin estable-

    cen limitaciones en cuanto al empleo de los

    conocimientos mdicos para ciertos objetivos.

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    Actos como la eutanasia, el aborto, la tortura,

    el ejercicio del poder o la manipulacin de las

    personas por medio de la intervencin m-

    dica pueden ser excluidas de la prctica id-

    nea y hbii de la medicina por esas restric-

    ciones de la conducta profesional. Por

    tradicin, la tica y la pericia se aunan en el

    campo de la medicina: la tica sin pericia

    nunca puede ser eficaz; la pericia sin tica

    nunca redundar en el bien del paciente.

    La filosofa clsica de la medicina

    comprende los siguientes conceptos metaf-

    sicos: el lugar que ocupa el hombre en la na-

    turaleza; su relacin con lo Divino; la salud y

    la enfermedad, y los conceptos epistemol-

    gicos y metodolgicos de diagnstico, clasi-

    ficacin, evaluacin de riesgos y tratamiento.

    La tica mdica clsica establece criterios para

    la relacin entre paciente y mdico, lo que

    es mejor para el paciente y el conjunto de

    virtudes que debe reunir el buen mdico.

    Los adelantos de la tecnologa

    mdica y el surgimiento de la sociedad plu-

    ralista han producido una combinacin de

    factores que determinan el conjunto particu-

    lar de prioridades de la filosofa y la tica

    mdicas en los umbrales del sigIo XXI. La

    medicina moderna nos permite, mediante el

    cuidado intensivo, prolongar la vida de al-

    gunos pacientes hasta tal punto que debemos

    preguntarnos si ese acto es exigido o no por

    el efhosmdico y su gloriosa tradicin. El tras-

    plante de rganos, la fecundacin in tituo, los

    cuidados intensivos, la reanimacin y la

    52

    psicofarmacologa son nuevos trminos que

    z

    indican la mayor responsabilidad moral ema-

    i

    nada de la expansin de la capacidad tcnica.

    s

    El trabajo en equipo, los especialistas mdi-

    8

    cos, el trabajo por turnos, los seguros de salud

    r-4

    y los sistemas de atencin de salud son ex-

    s

    presiones que denotan los cambios orgnicos

    s

    que ha sufrido la relacin tradicional mdico-

    22

    paciente. Otros trminos, tales como la au-

    &

    s

    tonona del paciente y el consentimiento

    informado, se derivan de cambios emanci-

    s

    patorios en el estilo de vida y de la compren-

    sin que tiene de s mismo cada ciudadano

    instruido de fines del siglo XX.

    Aun el nuevo trmino biotica in-

    392 dica que los aspectos epistemolgicos y mo-

    rales de la prestacin de asistencia sanitaria

    ya no se pueden describir en funcin de los

    parmetros tradicionales de la relacin

    mdico-paciente. La biotica abarca un campo

    mucho mayor que el de la estricta relacin

    entre el mdico y el paciente, e incluye la

    responsabilidad profesional por todas las for-

    mas de vida y por el ethosparticular que debe

    prevalecer en las formas modernas de la me-

    dicina institucionalizada y organizada (2).

    En el presente documento se ana-

    lizarn las siguientes cuestiones filosficas re-

    lacionadas con la biotica: el concepto de

    salud y enfermedad; los principios de la bio-

    tica; la relacin mdico-paciente, y la medi-

    calizacin de valores relacionados con el estilo

    de vida.

    La incertidumbre mdica y moral

    y los modelos de explicacin

    mdicos

    En los das de auge del raciona-

    lismo, Descartes formul el postulado de que

    solo poda ser verdadero lo que se percibiera

    de manera clara y distintaz lllud orrzneesse

    verum quod valde che et distincte percipio (3). Si

    se exigiera esa percepcin clara y distinta

    antes de cualquier intervencin mdica, los

    mdicos podran actuar solo en contadas oca-

    siones. Los crfticos de Descartes formularon

    la teorfa neokantiana de la ciencia, en la que

    se hace una distincin entre la nomottica (las

    ciencias naturales) y las ciencias idiogrtkas

    (las humanidades) (4). En ese caso, el arries-

    gado asunto de diagnosticar, pronosticar y

    aplicar terapia no se ajusta a los modelos que

    se imitan a establecer eyes o a describir ideas.

    Toulmm subraya que el modelo

    de historia propuesto por Vico ofrece un

    marco mucho mejor que el modelo geom-

    trico cartesiano para analizar la ciencia mdica

    (5). Despus de todo, el cuerpo humano, su

    salud, el deterioro de esta y los accidentes

    que representan riesgos para la salud tienen

    una historia. Esta se reconstruye en la anam-

    nesis mdica y proporciona informacin para

    pronosticar futuros acontecimientos con in-

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    tervencin mdica o sin ella. Los adelantos

    alcanzados en la medicina desde la poca de

    Sydenham hasta Ia del diagnstico compu-

    tadorizado y los sistemas especializados pue-

    den explicarse como un proceso de dismi-

    nucin o aun de desaparicin del concepto

    substancializado de la enfermedad, species

    morbosae, de orientacin hacia la nocin de

    flexibilidad en la recoleccin de datos y su

    interpretacin. El diagnstico no establece

    leyes ni explica ideas; es una singular decla-

    racin temporal (6). Entre los elementos

    esenciales de todo acto mdico estn la res-

    ponsabilidad, la confianza, la orientacin en

    materia de decisiones y la etiologa; sin em-

    bargo, ninguno de estos elementos en s de-

    termina el acto mdico (7). La verdad en la

    medicina no es ni la explicacin precisa de

    ideas ni la interpretacin de leyes naturales,

    sino mas bien el xito de la terapia y el con-

    suelo. Hay un antiguo dicho alemn que

    contesta la mayor parte de los interrogantes

    epistemolgicos que surgen en la biomedicina

    y la biotica: El verdadero curandero siem-

    pre tiene razn.

    Al examinar los diversos par-

    metros que ofrece la teorfa de la ciencia, es

    evidente que la medicina no es una ciencia

    en el sentido estricto de las ciencias naturales

    ni tampoco un arte de discernimiento. De-

    bemos reconocer que la medicina es ms bien

    un mtodo idneo para evaluar riesgos, re-

    solver la incertidumbre y emitir un pronstico

    basndose en la experiencia, en un para-

    digma y en la responsabilidad personal y pro-

    fesional.

    La aplicacin de la tica a la me-

    dicina sigue las mismas reglas que la de la

    pericia tcnica: diagnstico cuidadoso y di-

    ferencial, ponderacin de las posibilidades de

    intervencin y eleccin de la ms beneficiosa.

    El diagnstico mdico sigue las reglas de la

    hermenutica y lleva a investigar y valorar el

    relato que hace cada paciente de su bienestar

    objetivo y subjetivo. As como la vida es un

    cuento que se puede narrar, tambin lo son

    los cambios, las mejoras y el deterioro de la

    vida. Pero al contrario de la hermenutica en

    el campo de las humanidades, la medicina no

    solo interpreta sino que obra segn los re-

    sultados de los procedimientos hermenuti-

    cos, entrelazando de forma dialctica la in-

    terpretacin con la interaccin, la cuan-

    tificacin con la manipufacin y la teora con

    la prctica.

    En definitiva, la medicina no se

    puede reducir a los parmetros de una simple

    ciencia natural. La responsabilidad profesio-

    nal de curar y consolar no puede depender

    exclusivamente de exmenes de sangre ni de

    otros datos de carcter cientfico. El estado

    de los valores del paciente es tan importante

    como su estado seroIgico, para los fines de

    diagnstico, pronstico e indicacin terapu-

    tica. En forma anloga, el estado de los va-

    lores del mdico y los que se incorporen en

    el medio en que se presta la atencin de salud

    son tan importantes como la capacidad tc-

    nica individual de cada profesional, el marco

    del sistema de atencin de salud y la calidad

    de sus instituciones. Es de particular inters

    la funcin que desempean las organkacio-

    nes profesionales para conformar, proteger y

    establecer los principios de tica profesional,

    W

    orientando en sentido paternalista tanto a sus

    miembros como a los clientes de estos. Las

    ls

    organizaciones profesionales desempean un s

    papel de importancia, todava no evaluado

    cabalmente desde el punto de vista filosfico,

    8

    como mediadoras de la interaccin de las per-

    sonas en su funcin de proveedoras y recep-

    g

    toras de servicios profesionales.

    3

    Cuando se trata del cuidado de

    los pacientes, debemos tener presente el am-

    $

    biente cargado de valores en que se realiza la

    intervencin mdica. Es por esta razn que

    2

    se han elaborado listas de verificacin de Ei

    datos no cientficos con objeto de abordar las w

    cuestiones personales y de valores en la re-

    3

    lacin mdico-paciente y determinar lo que

    es mejoi para el paciente (8, 9). La interven-

    s

    cin mdica no se puede basar nicamente

    k

    .

    en datos cientficos, por la compleja natura-

    22

    leza de la explicacin mdica, por la incerti- 3

    dumbre inherente al diagnstico y aI prons-

    tico, y porque el ethcs de la medicina es tratar

    al paciente como un todo y no los sntomas

    393

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    o enfermedades aislados. Especialmente en

    esta era de alta tecnologa en el campo de la

    medicina, la historia de la ciencia mdica avala

    la exigencia de una nueva apreciacin de 10s

    valores tradicionales humanistas y ticos que

    solan ser parte del arte y ciencia de curar:

    en el buen ejercicio de la medicina el axio-

    grama del paciente tiene tanta importancia

    como su hemograma. Los conceptos de

    salud, bienestar objetivo y subjetivo y felici-

    dad, al igual que sus opuestos, son mucho

    ms inclusivos que los datos de laboratorio.

    La biotica es, pues, el complemento nece-

    sano de la biociencia; mientras que esta se

    basa en los principios de las ciencias naturales

    y la evaluacin de riesgos, la biotica descansa

    en los principios morales formulados durante

    el curso de la historia de la tica general y

    profesional, y en su aplicacin tradicional.

    Principios de biotica

    en el mundo moderno

    El mundo contemporneo no se

    caracteriza solamente por un incremento del

    numero de tecnologas que permiten inter-

    venir en casos que en el pasado no daban

    lugar a luchar contra el sufrimiento 0 la en-

    fermedad. En el mundo moderno, los cam-

    bios tecnolgicos se acompaan de nuevas

    actitudes sociales y culturales que hacen hin-

    capi en el individuo como principal autori-

    dad decisoria sobre cuestiones relacionadas

    con valores referentes a estilos de vida y

    metas personales. Adems de la nueva ri-

    queza tecnolgica, el mundo moderno ha ge-

    nerado un caudal de posibilidades individua-

    les en cuanto a los valores que puede

    considerar prioritarios. La sociedad moderna

    se ha llamado pluralista porque emancipa al

    ciudadano instruido de las antiguas fuerzas

    ideacionales dominantes que a menudo te-

    man carcter de adoctrinamiento. Los ciu-

    dadanos instruidos, clientes y proveedores de

    servicios, tienen que entablar un dialogo

    sobre los riesgos y beneficios que proporcio-

    nan ciertos servicios, porque en una sociedad

    pluralista las personas instruidas pueden di-

    ferir en su evaluacin cultural y moral de los

    riesgos.

    Esta nueva situacin social con su

    abundancia de opciones de diversos valores

    exige concentrarse en los principios morales

    intermedios tradicionales en la tica mdica,

    tales como beneficencia, nil nwere, justicia,

    responsabilidad profesional y respeto por la

    autonoma del paciente, bien individual y

    bien comn, alivio del dolor y abstencin de

    prolongar la agona (10). Estos principios

    de biotica han sido y sern reconocidos por

    una amplia variedad de posturas religiosas,

    filosficas e ideolgicas. La actitud de Jess

    hacia el Buen Samaritano (Lucas, 1025 sqq.)

    es un caso en el cual se destaca que el prin-

    cipio intermedio de ayudar al vecino puede

    apoyarse en distintas tradiciones metafsicas

    o religiosas. En lo que respecta al principio

    tradicional de la beneficencia mdica, es

    alentador sealar que dicho concepto puede

    encontrar apoyo y, de hecho, ha sido res-

    paldado por tradiciones tan diversas como la

    tica cristiana de distintas denominaciones, la

    tradicin humanista no religiosa, la filosofa

    utilitarista britnica, los rigorismos kantianos

    del imperativo categrico, el concepto mar-

    xista de solidaridad y aun la posicin anar-

    quista de ayuda mutua propuesta por Kro-

    potkin. Otros principios de biotica que

    pueden encontrar amplio apoyo en las di-

    versas tradiciones de una sociedad pluralista

    son el respeto por la autonoma del paciente,

    el principio de no causar dao y la prioridad

    del paciente por encima de cualquier consi-

    deracin general de ndole poltica o econ-

    mica. Independientemente de los distintos

    parmetros culturales 0 histricos en que se

    presten los servicios mdicos, hay ciertos

    principios intermedios que parecen ser esen-

    ciales para el buen ejercicio de la medicina.

    Sin embargo, hay otros principios

    que son mas difciles de aplicar a casos con-

    cretos debido al desacuerdo que provocan en

    las sociedades pluralistas. Hay muchas po-

    lmicas, por ejemplo, en tomo al tratamiento

    de pacientes comatosos o con diagnstico de

    muerte cerebral y de recin nacidos con gra-

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    ves discapacidades, as como en tomo al de- que se persigue. El consentimiento infor-

    recho de practicar la anticoncepcin o el mado, por ejemplo, ha de ser microasignado

    aborto. Cabe recalcar que el hecho de cen- segn diversas posibilidades: consentimiento

    trarse en esos principios intermedios en lugar

    por poder, presunto, con conocimiento de

    de luchar contra las creencias bsicas de otros

    causa, con dolor, con persuasin o por medio

    contribuir a establecer una sociedad pacfica,

    del testamento sobre la propia vida. El mdico

    rica en diversos valores. En los argumentos

    benefactor debe miu-oasignar sus buenas in-

    bioticos se han establecido algunos princi-

    tenciones al decidir entre posibiidades con-

    pios pragmticos para la reduccin del riesgo flictivas; si ha de aliviar el dolor o iniciar un

    moral que ayudaran a reducir o aun a re-

    tratamiento enrgico, prolongar la vida o con-

    solver algunos de los problemas que suscitan

    solar al paciente, o prestar cuidados intensi-

    las divergencias de opinin (ll J:

    vos 0 paliativos.

    q En biotica y en los otros campos

    de la tica aplicada, el primer principio adap-

    table a una sociedad pluralista es la necesidad

    de respetar el marco de prioridades de cada

    ciudadano y abstenerse de inducir a cualquier

    persona a actuar de una forma que no pueda

    justicar moralmente. Ello entraara no so-

    licitar nunca a persona alguna que practique

    un aborto o que done rganos o sangre, si l

    o ella cree que el hecho de abortar un feto o

    de donar sangre u rganos no se puede jus-

    tificar por razones religiosas, metafsicas o de

    otra ndole.

    0

    A veces es preciso asignar a un

    mismo caso vanos principios opuestos; por

    ejemplo, respeto a la autonoma del paciente

    junto con una responsabilidad mdica de tipo

    paternalista, o bien aliviar el dolor con me-

    dicamentos que podran representar un grave

    riesgo para la salud o la vida.

    0 El centenario principio tomista de

    subsidiaridad afirma que los servicios que se

    puedan proporcionar de forma descentrali-

    zada y voluntaria no deben organizarse en el

    plano central del gobierno ni de la sociedad.

    La aplicacin de este principio podra redu-

    cir la presin ejercida sobre las instituciones

    polticas centrales para que se hagan respon-

    sables de asuntos controversiales y, al mismo

    tiempo, permitira actuar a los grupos des-

    centralizados y de voluntarios de acuerdo con

    sus propias prioridades morales.

    q Por ltimo, la asignacin de prio-

    ridad a las necesidades urgentes de cada pa-

    ciente, por encima de las consideraciones ge-

    nerales de justicia para todos o de la

    estructura del sistema general de atencin de

    salud, permite que el mdico pueda distinguir

    sus obligaciones mdicas como profesional

    de sus deberes cvicos como ciudadano.

    2

    El mdico benefactory el bien del paciente :

    Tanto las modifkaciones en la

    8

    prestacin social e institucional de servicios

    de atencin de salud como los cambios so-

    6

    u

    0 El principio de solidaridad hu-

    mana exige que se preste asistencia y se pro-

    teja del sufrimiento al prjimo, aun cuando

    existan profundas diferencias ideolgicas o re-

    ligiosas entre individuos.

    ciales y culturales hacia una sociedad mas plu-

    dista han influido en la relacin del mdico

    con el paciente. Desde la poca de Hipcrates

    hasta el siglo pasado, la eficacia de la medicina

    era bastante marginal y el mdico deti lo

    que era bueno para el paciente. Hoy en da,

    la definicin de bonum fme -beneficencia,

    Cl En ciertos casos concretos, la eva-

    luacin moral exige la microasignacin de

    principios intermedios con el fin de centrarse

    con precisin en el objetivo moral y mdico

    hacer el bien al paciente- no puede ser for-

    mulada exclusivamente por el mdico, por

    $

    dos razones. La primera radica en que la mm-

    tiplicidad de opciones que tiene el facultativo

    2

    k

    exige determinar el propsito de su interven- l

    cin. Para decidir si debe aplicar quimio-

    terapia 0 radioterapia posoperatoria intensiva

    3

    0 atencin paliativa, tiene que preguntarse:

    pz&l es el bien que le conviene ms al pa- 395

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    6/8

    396

    ciente? La segunda razn es que diferentes

    personas tienen distintos conceptos de 10 que

    desean de la vida y de lo que estn dispuestos

    a sacrificar para obtenerlo: el nocivo y estre-

    sante hbito de trabajar en exceso o el con-

    sumo recreativo de drogas a cambio de la

    salud; el gasto en las cosas placenteras de

    la vida a cambio de los ahorros para el seguro

    de salud o la vejez.

    Segn el diagnstico de Pelle-

    grino y Thomasma, la biotica contempor-

    nea lleva la importancia de la autonoma a

    extremos morbosos. Estos autores piden que

    se restituya el principio de la beneficencia en

    forma de beneficencia fiduciaria; es decir,

    que los mdicos y los pacientes mantengan

    en confianza (fiducia, en latn) la meta de

    actuar en pro de los mejores intereses mutuos

    (12). Sostienen que tanto los pacientes como

    los mdicos deben orientarse de conformidad

    con un determinado conjunto de virtudes, y

    proponen un juramento post-hipocrtico

    que adapte los principios hipocrticos bsicos

    al mundo moderno de pacientes instruidos y

    que lleve al mdico y al paciente a compartir

    la adopcin de decisiones. La funcin del m-

    dico en la era post-hipocrtica tiene por lo

    menos tres aspectos distintos:

    cl

    EI modelo hipocrtico representa

    la situacin antropolgica y existencial de la

    ayuda urgente y de la necesidad apremiante;

    ese es el modelo tradicional que no admite

    reemplazo mientras haya seres humanos que

    sufren y necesiten atencin mdica y moral.

    0 El modelo contractual asigna al

    mdico la funcin de proveedor y al paciente

    la de receptor de servicios especializados,

    como los de diagnstico o tratamiento, de

    laboratorio, anestesia o intervenciones qui-

    rrgicas especializadas. En este caso el pa-

    ciente esta en pleno control de su autonoma

    y su relacin con el mdico no es distinta de

    la que existe entre otros proveedores y sus

    clientes.

    0 Por ltimo, el modelo de asocia-

    cin convierte al mdico en consultor, en el

    socio que maneja a largo plazo los riesgos para

    la salud o las enfermedades crnicas como la

    diabetes, la hipertensin o la enfermedad de

    Alzheimer. El paciente participa como prin-

    cipal centinela del equilibrio de su salud y

    bienestar objetivo o subjetivo. La funcin del

    mdico es ayudar al paciente a ayudarse a s

    mismo. Este modelo en particular exige un

    paciente instruido y dispuesto a aceptar una

    gran parte de la responsabilidad (13).

    Los tres modelos describen dife-

    rentes situaciones hermenuticas y formas de

    manejar la comunicacin entre el mdico y el

    paciente, y hay ciertos casos en que se com-

    binan.

    El paciente virtuoso y los riesgos

    derivados del estilo de vida

    Las discusiones sobre biotica se

    han centrado generalmente en las nuevas

    funciones y responsabilidades del mdico,

    pero no han ahondado lo suficiente en el

    papel que desempea el ciudadano instruido

    como paciente 0 como centinela en la protec-

    cin de su salud y en la prevencin de riesgos.

    Las dos virtudes que se han exigido siempre

    al paciente son el cumplimiento y la con-

    fianza. En pocas pasadas, el ciudadano

    comn era menos educado y contaba con

    pocos medios para asegurarse de su buena

    salud, lo que dificultaba su participacin en

    la toma de decisiones mdicas, prevencin de

    riesgos y aceptacin de la responsabilidad

    principal en materia de salud. Sin embargo,

    exista un conocimiento general de la diet-

    tica, la regla de oro que imparta la sabidurfa

    de evitar los extremos en la vida, reduciendo

    as la exposicin individual a los riesgos. La

    tradicin diettica ha sido reemplazada por el

    concepto de la medicina como intervencin

    y reparacin del deterioro que podra haberse

    evitado desde un principio.

    En nuestros das, hay cada vez

    ms enfermedades y riesgos para la salud que

    se relacionan con el estilo de vida; se ha aban-

    donado la sabiduk diettica. No obstante,

    desde el punto de vista moral hay que con-

    siderar el derecho de cada ciudadano a la

    salud tanto como su deber y responsabilidad

  • 7/26/2019 1.1LA BOIOETICA FUNDAMENTOS FILOSOFICOS Y APLICACION.pdf

    7/8

    de velar por ella. Sobre todo, esto significa la

    obligacin o el deber de proteger la propia

    salud por medio de la nutricin, el ejercicio

    y el solaz, y de evitar los riesgos ocupacio-

    nales o recreativos que la puedan perjudicar.

    Rn sentido moral, es difcil aceptar que los

    frutos que rinden los estilos de vida nocivos

    son para el consumo individual, mientras que

    los costos de salud que de ello se derivan

    tienen que ser compartidos por la sociedad.

    Adems, se contrapone a la pro-

    clamada autonoma del ciudadano y del pa-

    ciente que los asuntos relativos a la atencin

    de la salud no se resuelvan de forma razonada

    en el plano individual.

    Cuando los servicios pblicos de

    atencin de salud son fcilmente asequibles,

    algunos de los conflictos personales sobre va-

    lores se suelen abordar indirectamente por

    medio de la medicalizacin de la felicidad o

    la tristeza, las sensaciones de malestar, frus-

    tracin, y desilusin, o la muerte o prdida

    de un ser querido. Esta medicalizacin de

    problemas no mdicos relacionados con el es-

    tilo de vida representa un abuso de la prctica

    de la medicina y es contraproducente como

    forma de afrontar y dominar las crisis exis-

    tencialistas o las dificultades de la vida.

    Los principios ticos del paciente

    y del mdico as como cualquiera otra forma

    de tica profesional, pueden basarse ya sea

    en el concepto de virtudes (7) o bien en el de

    deberes contractuales que en una sociedad

    pluralista implican una compleja trama de

    obligaciones entre sus miembros (24). Por tra-

    dicin, la tica personal y profesional siempre

    se basaba en una teora de virtudes cuyo fun-

    damento epistemolgico era la verdad reve-

    lada, como en el Antiguo o el Nuevo Testa-

    mento, o la verdad basada en ciertas formas

    de ley natural. La influencia de las teoras del

    racionalismo y del criticismo ha socavado las

    de la verdad revelada y de ley natural y estas

    han sido reprochadas de apoyar la tica he-

    ternoma y explotadora. El modelo contrac-

    tual entre personas instruidas y conscientes

    de los riesgos reemplaz los modelos basados

    en la ontologa; esto se observa ya en Mon-

    tesquieu, Locke y Althusius. Recientemente,

    McWyre ha presentado razones decisivas en

    apoyo de la tica contractual (15J Los escritos

    de Engelhardt tambin influyen en su favor

    (14),

    en tanto que otros eruditos se inclinan

    a reafirmar los principios de los deberes fi-

    duciarios profesionales basados en la virtud

    (12).

    Dentro de la riqueza de la historia de la

    tica ambos modelos hallan slido respaldo

    como formas de orientar el establecimiento

    de una tica biomdica; aunque diferentes en

    su estilo de argumentacin, en la prctica bien

    podran funcionar juntos y fomentarse mu-

    tuamente, ya que en la medicina lo que

    cuenta es la practica, no la teora.

    En su modelo tradicional de las

    virtudes, Aristteles seal los tres conjuntos

    de cualidades que conforman a la persona

    virtuosa (educacin e informacin; eleccin

    razonada y con conciencia del riesgo; cohe-

    rencia, consecuencia y fiabilidad): En primer

    lugar, debe tener conocimientos; en segun-

    do lugar, debe escoger los actos y escogerlos

    por su valor intrnseco; y en tercer lugar, sus

    obras deben proceder de un carcter fkrne e

    3

    invariable

    (Efica a NicGmaco,

    1105, 3lsqq).

    i=

    r-4

    El futuro de la medicina -y de

    la salud y la felicidad- depender del desa-

    8

    rrollo de una pericia moral relacionada con la s

    salud y el bienestar, basada en la capacidad

    prudente y juiciosa de anakar, evaluar y apli-

    u

    car principios filosficos, de la misma manera

    que la medicina buena y eficaz de los tltimos

    g

    100 anos se fundament en el anlisis cui-

    3

    dadoso, evaluacin y aplicacin de la pericia

    tcnica. Sin embargo, el futuro de la biotica

    $

    ser determinado por el xito que se pueda

    b

    lograr en reintroducir y reafirmar no solo la

    8

    tica del mdico sino la del paciente; es decir, 2

    del

    efhs

    que siguen los seres humanos ir-w

    w

    truidos y responsables que, segn Aristte-

    3

    les, son los elementos esenciales de una so-

    ciedad pacfica, feliz y rica en cultura. El

    8

    u,

    destino de las personas y las sociedades sanas .

    del futuro depender de la medida en que se

    w

    aprovechen los tesoros que encierran los li-

    s

    bros de filosofa y tica; ante todo, por parte

    del ciudadano instruido y luego por los pro-

    veedores profesionales de servicios de pre-

    397

  • 7/26/2019 1.1LA BOIOETICA FUNDAMENTOS FILOSOFICOS Y APLICACION.pdf

    8/8

    vencin y tratamiento de los riesgos para la

    salud, o sea, la comunidad mdica. Esta ser

    la prueba definitiva que determinar si au-

    tonoma, responsabilidad y beneficencia son

    solo palabras en los libros de filosofa, jura-

    mentos y declaraciones o si son parte de nues-

    tra naturaleza humana que, cabe reconocer,

    requiere perfeccionamiento y cultivo, incluso

    en los actos de beneficencia, consuelo, cura

    y apoyo. J-a pericia y la tica deben ir de

    la mano: la tica sin pericia es desatinada; la

    pericia sin tica, ciega.

    RE

    ERENCIAS

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    PHILOSOPHIC BASES

    AND APPLICATION

    Medical ethics have tradition-

    ally been guided by principies based on

    classical philosophical ideas about the

    place of man in nature, his relation to God,

    health, and disease, and on the episte-

    mological and methodological concepts of

    diagnosis, risk evaluation, and treatment.

    The virtues

    expected of

    a

    physician were

    to

    cause no harm, to make patients better,

    and to refrain from using his skills forma-

    nipulation or coercion. The good patient

    was supposed to trust the physician and

    follow the treatment. Today, technological

    progress and the advent of a pluralistic

    society that emphasizes the autonomy of

    informed patients make for a much more

    complex and changing situation. How-

    ever, some pragmatic principles found in

    bioethical arguments may assist in resol-

    ving moral dilemmas. Sass proposes that

    a basis be sought in intermediate moral

    principies that have found support in

    various ideologies and in complementary

    application of severa1 models of doctor-

    patient hermeneutics and communication.

    Responsibility for health should be shared

    by physician and patient and founded on

    knowledge, mutual respect, and a com-

    bination of skill and ethics.