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LA AUTORÍA Y EL GÉNERO DE CELESTINA COMENTADA ENRIQUE FERNÁNDEZ RIVERA Universidad de Manitoba Cuando publicamos la edición crítica del manuscrito anónimo Celestina co- mentada, los editores no pudimos establecer la identidad de este comentarista de la segunda mitad del XVI 1 . Ahora, a partir de un estudio pormenorizado de la biblioteca que permiten reconstruir las numerosísimas y prolijas citas del manuscrito, podemos probar con razonable certeza quién fue su autor: Bernar- dino Daza (1528-158?), profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad de Valladolid, conocido sobre todo por Los emblemas de Alciato traducidos en ri- mas castellanas (1549). PERFIL DEL ANÓNIMO COMENTARISTA El manuscrito 17631 de la Biblioteca Nacional, conocido como Celestina comentada por la anotación posterior de un bibliotecario en sus tapas, es el comentario extenso de La Celestina más antiguo que se conoce. Celestina co- mentada —abreviado a partir de ahora como Cc.— carece de los folios inicia- les, donde probablemente aparecía el nombre de su autor o algunos indicios de su identidad. De la procedencia de este manuscrito sólo se sabe que pertenecía a la colección particular de Pascual Gayangos, la cual pasó a formar parte de los fondos de la BN tras la muerte de éste en 1897. Aunque las muchas y ex- tensas glosas del manuscrito no contienen ninguna alusión directa a la identi- dad de su autor, han permitido inferir algunos de sus rasgos 2 . Ya Russell seña- 1 Celestina comentada, Louise Fothergill-Payne, Enrique Fernández Rivera y Peter Fother- gill-Payne, eds., Salamanca, Ediciones Univ. de Salamanca, 2002. 2 Para una descripción del manuscrito y su procedencia, vid. Cc., ed. cit., págs. xv-xviii. Vid. también Peter E. Russell, «El primer comentario crítico de La Celestina: Cómo un legista del REVISTA DE FILOLOGÍA ESPAÑOLA (RFE), LXXXVI, 2. o , 2006, págs. 259-276, ISSN: 0210-9174

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  • LA AUTORA Y EL GNERODE CELESTINA COMENTADA

    ENRIQUE FERNNDEZ RIVERAUniversidad de Manitoba

    Cuando publicamos la edicin crtica del manuscrito annimo Celestina co-mentada, los editores no pudimos establecer la identidad de este comentaristade la segunda mitad del XVI 1. Ahora, a partir de un estudio pormenorizado dela biblioteca que permiten reconstruir las numerossimas y prolijas citas delmanuscrito, podemos probar con razonable certeza quin fue su autor: Bernar-dino Daza (1528-158?), profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad deValladolid, conocido sobre todo por Los emblemas de Alciato traducidos en ri-mas castellanas (1549).

    PERFIL DEL ANNIMO COMENTARISTA

    El manuscrito 17631 de la Biblioteca Nacional, conocido como Celestinacomentada por la anotacin posterior de un bibliotecario en sus tapas, es elcomentario extenso de La Celestina ms antiguo que se conoce. Celestina co-mentada abreviado a partir de ahora como Cc. carece de los folios inicia-les, donde probablemente apareca el nombre de su autor o algunos indicios desu identidad. De la procedencia de este manuscrito slo se sabe que pertenecaa la coleccin particular de Pascual Gayangos, la cual pas a formar parte delos fondos de la BN tras la muerte de ste en 1897. Aunque las muchas y ex-tensas glosas del manuscrito no contienen ninguna alusin directa a la identi-dad de su autor, han permitido inferir algunos de sus rasgos 2. Ya Russell sea-

    1 Celestina comentada, Louise Fothergill-Payne, Enrique Fernndez Rivera y Peter Fother-gill-Payne, eds., Salamanca, Ediciones Univ. de Salamanca, 2002.

    2 Para una descripcin del manuscrito y su procedencia, vid. Cc., ed. cit., pgs. xv-xviii. Vid.tambin Peter E. Russell, El primer comentario crtico de La Celestina: Cmo un legista del

    REVISTA DE FILOLOGA ESPAOLA (RFE),LXXXVI, 2.o, 2006, pgs. 259-276, ISSN: 0210-9174

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    l que se trataba con seguridad de un profesional de las leyes. Confirman estahiptesis los centenares de citas legales del manuscrito, la forma de citar casisiempre por el mtodo abreviado en latn propio de este campo y el ttulo dedoctor de nuestro derecho con que se acompaa el nombre de muchos de losautores legales citados. Este annimo comentarista tena un profundo conoci-miento legal, que no se limitaba a obras generales sino que inclua publicacio-nes altamente especializadas, como fueros y pragmticas. Igualmente, no sloconoca las obras clsicas, sino que tambin estaba al da de los escritos msrecientes de los mejores juristas europeos.

    Otra caracterstica de este annimo comentarista es una aficin a la medici-na que se manifiesta en su gusto por glosar pasajes de La Celestina que conten-gan algn tipo de conexin mdica 3. A diferencia de las fuentes legales tan alda que aduce, sus referencias trilladas a Galeno o Avicena no reflejan la granrevolucin que la medicina estaba experimentando desde principios del XVI. Susconocimientos mdicos no corresponden a un profesional de la medicina sino auna persona de vasta cultura, un autntico humanista. Como a tal, le gusta la li-teratura, lo que prueba el que elija comentar una obra tan profundamente litera-ria como La Celestina con numerosas referencias a Mena, Jorge Manrique y aotros muchos literatos. Su gran erudicin, as como la riqueza de citas, apuntana un jurista e intelectual que tena acceso a una bien abastecida biblioteca.

    MARCO CRONOLGICO

    Ya en la edicin de Cc. sealamos que se redact en la segunda mitad delXVI. Su laboriosa redaccin comenz a finales de la dcada de 1550 o princi-pios de 1560 y, tras pasar por varias redacciones intermedias que no se hanconservado, alcanz el estado en que nos ha llegado hacia mediados o finalesde la dcada de 1570. Russell cree que fue escrito algunos aos despus de1550; quiz antes de la bula papal de 1571, y casi con seguridad antes de lapublicacin de la biografa [de San Juan de Dios] de 1585 4. Para esta data-cin Russell se basa en que el manuscrito no incluye la apelacin de beatoal mencionar a este benefactor de los pobres de Granada 5. Igualmente, la

    siglo XVI interpretaba la Tragicomedia, Temas de La Celestina, Barcelona, Ariel, 1978,pgs. 295-321 (traduccin espaola de Alejandro Prez de The Celestina comentada, Medie-val Hispanic Studies Presented to Rita Hamilton, A. D. Deyermond, ed., London, Tamesis, 1976,pgs. 175-193). Las dos primeras secciones de nuestro artculo resumen el perfil del autor de Cc.que aparece en estos dos estudios.

    3 Vid., por ejemplo, la glosa a las palabras de Sempronio a Calisto que el comienzo de lasalud es conocer el hombre la dolencia del enfermo (ed. cit., pg. 19).

    4 Op. cit., pg. 300.5 Ed. cit., pg. 210.

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    muerte en 1550 de Juan de Dios, del que el manuscrito habla claramente comoya fallecido, ofrece un buen trmino post quem. Otro trmino post quem sepuede inferir de una glosa que trata de la clemencia con el vencido: Puedesetanbien dezir aqu lo que hizo el emperador Carlos 5 con el rey de FranciaFrancisco en las guerras que en el [sic] tuvo. Y despues de preso, lo perdo-no 6. Aunque no se menciona expresamente a Carlos V como ya fallecido(1558), o apartado del poder por decisin propia (1556), el hecho de no referir-se a l como Nuestro Emperador, la frmula comn en la poca, permitepensar que estas palabras se estn escribiendo ya en el reinado de Felipe II.Finalmente, tambin ayudan a datar Cc. los libros citados de los que podemosestablecer con certeza la edicin que est usando el comentarista. El libro msmoderno que usa en sus glosas es la edicin de Lyon, 1575, de un compendiode sentencias de Cicern y otros autores clsicos recopilado por Petrus Lagne-rius, un abogado francs de la primera mitad del siglo XVI. La forma en queaparecen las citas de esta obra siempre en adiciones marginales de ltimahora permite conjeturar que el comentarista utiliz este manual en las sesio-nes finales de la redaccin de su manuscrito 7.

    NUEVOS DATOS: LA CIUDAD DE VALLADOLID

    La referencias a nmero de pgina o folio incluidas en muchas citas deCc., as como las variantes textuales en las citas mismas, nos permitieron en suda a los editores identificar la fecha y lugar de edicin de una veintena de li-bros que el comentarista usaba 8. Al revisar esta lista, nos llama ahora la aten-cin que obras impresas en Valladolid estn presentes con una frecuencia queno se corresponde a la categora de centro impresor de segundo orden de estaciudad en el siglo XVI 9. Las obras impresas en Valladolid que con seguridadson usadas para la redaccin de Cc. son:

    6 Ed. cit., pg. 263.7 Marciales estima que el comentarista naci hacia 1520, por lo que en las fases finales de la

    redaccin del manuscrito, hacia 1580, tendra unos sesenta aos (Celestina: Tragicomedia de Ca-listo y Melibea, al cuidado de Brian Dutton y Joseph T. Snow, Urbana, University of IllinoisPress, 1985, vol. 1, pg. 263).

    8 Ed. cit., pgs. xxv-xlii.9 Aunque albergaba algunos impresores notables, Valladolid no era un centro de produccin

    comparable en variedad de ttulos y tirada a Alcal de Henares, Salamanca o Sevilla, y no diga-mos a los grandes centros impresores de Francia, Alemania o Italia. En la primera mitad del XVIhubo sin embargo algunos impresores notables en Valladolid, como los hermanos Diego y Fran-cisco Fernndez de Crdoba, y su hijo Diego, o Sebastin Martnez, cuya imprenta fue luegocomprada por su antiguo empleado, Bernardino de Santo Domingo. Slo bastante despus y demanera breve, durante la presencia entre 1600 y 1607 de la corte de Felipe III en esta ciudad,

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    Pero Mexa, Silva de varia leccin, Juan de Villaquirn, 1550-1551 10.Francisco de Castrillo de Onielo, Coloquio breve y compendioso sobre lamateria de la dentadura y maravillosa obra de la boca, Sebastin Martnez,1557.Juan Matienzo, Dialogus relatoris et advocati Pintiani Senatus, LuisSnchez, 1558.

    A estas tres hay que aadir otra muy probable:

    Luis de Escobar, Las quatrocientas respuestas a otras tantas preguntas delillustrissimo seor D. Fadrique Enriquez, Almirante de Castilla, F. de Cor-doba, 1545.

    Por ltimo, aunque no fuera publicada en la ciudad de Valladolid misma, hayque aadir una obra impresa en la cercana Medina del Campo:

    Las obras de Boscan y algunas de Garcilaso de la Vega repartidas en qua-tro libros, Pedro de Castro, 1544.

    Estos cinco libros impresos en Valladolid y sus cercanas suponen casi lacuarta parte de la veintena de obras citadas en Cc. cuya edicin se puede esta-blecer con certeza. Esta proporcin de obras impresas en Valladolid resalta anms si la comparamos con la moderada presencia de obras impresas en losgrandes centros impresores de Espaa en la poca entre la veintena de obrasidentificadas en Cc.: dos obras impresas en Salamanca, una en Alcal de Hena-res y una en Sevilla. Centros menos importantes, como Granada y Logroo,aparecen representados por una sola obra cada uno. Valladolid, un centro deimpresin comparable a estas dos ciudades, debiera haber estado representadoigualmente por una o dos obras, no por cinco. Esta nutrida presencia de obrasimpresas en Valladolid en la biblioteca del comentarista no se puede descartarachacndola a que sean libros de edicin nica, lo que obligara a que el ejem-plar usado por el comentarista fuera necesariamente el impreso en Valladolid.Con la excepcin del Dialogus relatoris et advocati Pintiani Senatus, los otroscuatro libros existan en ediciones impresas en otras ciudades. Por ejemplo, deLa silva de varia leccin hay ms de diez ediciones desde su primera publica-cin, Sevilla 1540, hasta 1585, el trmino ante quem para la redaccin de Cc.

    De esta abundancia de obras impresas en Valladolid cabe pues concluir queel autor de Cc. viva en esta ciudad o sus proximidades 11. En esta direccin

    hubo un cierto auge de la imprenta. Para una visin general de la imprenta en Valladolid,vid. Mara Mars, La imprenta en los Siglos de Oro, Madrid, Ediciones del Laberinto, 2001,pgs. 120-123.

    10 Sobre esta edicin, la primera en incluir la cuarta parte, vid. la introduccin de AntonioCastro a su edicin crtica de la Silva de varia leccin, Madrid, Ctedra, 1989, vol. 1, pgs. 14-15, nota 90.

    11 Marciales considera que el autor de Cc. es un abogado de Castilla la Nueva, de la zona deToledo, pero no aporta razones para ello ms all del lenguaje que usa, algo difcil de probar en

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    tambin apunta una obra de la biblioteca del autor de Cc., por ms que estimpresa en otra ciudad, el De nobilitatis & immunitatis Hispaniae causis quaehidalguia apellant (Granada, Sancho de Lebrija, 1553). Su autor es el valli-soletano Juan de Arce de Otlora (c. 1515-1561), que se licenci en leyes enSalamanca y fue primero catedrtico de Instituta en la Universidad de Vallado-lid y ms tarde en Salamanca. De ah pas a la Chancillera de Granada en1540, con los cargos de fiscal y oidor; en ltimo trmino, fue oidor en Vallado-lid en 1559, donde falleci en 1561. Esta conexin de Arce de Otlora conValladolid se ve reforzada en otra obra suya, Coloquios de Palatino y Pinciano,escrita hacia 1555, pero que no se public hasta mucho despus. Contiene losdilogos entre dos estudiantes de leyes, uno civilista y otro canonista, que vande camino a Valladolid a pasar las vacaciones. Al igual que Cc., estos dilogosdejan que en sus pginas el latn y el romance se entrelacen sin transicin entodo tipo de temas y con gran aporte de erudicin, que coincide en multitud dereferencias legales, religiosas y literarias con Cc. Algunas de estas coincidenciasson muy significativas, como las repetidas menciones a Chasseneux, Tiraqueau,Alciato y Nevizzano, los autores legales ms citados en Cc. 12. Arce de Otlora,que practicaba un humanismo que usaba tanto de la literatura como de las leyespara generar erudicin y comentarios, era un buen conocedor de La Celestina,obra que cita varias veces en sus Coloquios de Palatino y Pinciano 13. Sera unbuen candidato a la autora de Cc. si no fuera porque su muerte en 1561 lodescarta. De todas formas, es evidente que se mova en los mismos crculosprofesionales e intelectuales que el autor de Cc., y es muy probable que ambos

    esta poca y para el lenguaje formal de Cc. (loc. cit.). Russell infiere que Cc. se escribi en Gra-nada por la referencia en una de la glosas a esta ciudad de Granada (op. cit., pg. 300). Se haargido que este uso del dectico esta es textual y no espacial (Modesto Fernndez Vzquez,Estudio filolgico del Ms. 17.631 de la Biblioteca Nacional de Madrid, tesis doctoral indita,Univ. Complutense, 1983, pg. 18). Coincidimos en que el uso de esta es aqu textual, porms que en el texto no aparezca una referencia previa a la ciudad que justifique el uso de undectico textual. Se trata de un error del comentarista, quien, ntese, no recuerda el nombre deeste buen hombre hasta que lo aade despus en anotacin interlineal. Cuando est escribiendo,tiene en mente un nombre compuesto que incluye de Granada, como el del muy popular en lapoca Fray Luis de Granada. Cuando luego introduce el nombre verdadero, Luis de Dios, no seda cuenta de corregir el esta ciudad. Igualmente va en contra de localizar la composicin deCc. en Granada el que las palabras de Sempronio en el mismo acto, ganada es Granada, nosean comentadas en una glosa, algo esperable si el autor estuviera efectivamente escribiendo enGranada.

    12 Las citas a Chasseneux y a Alciato estn en vol. 1, pgs. 257, 302, 371, 447, 512; vol. 2,pg. 769 (Coloquios de Palatino y Pinciano, 2 vols., Jos Luis Ocsar Ariza, ed., Madrid, Fun-dacin Jos Antonio Castro, 1995).

    13 Una lista de las referencias a La Celestina en la obra de Arce de Otlora est en JosephSnow, Historia de la recepcin de Celestina: 1499-1822, Celestinesca, 21, 1997, pg. 132, eHistoria de la recepcin de Celestina: 1499-1822 II, 1499-1600, Celestinesca, 25, 2001,pgs. 238-239.

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    hubieran sido compaeros de estudios en la universidad de Valladolid y de tra-bajo en la Real Chancillera. Tambin son vallisoletanos los autores de dos delos libros de la biblioteca del autor de Cc. impresos en Valladolid y ya mencio-nados: Francisco de Castrillo de Onielo, autor del Coloquio breve y compendio-so sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca, y Juan Ma-tienzo, autor del Dialogus relatoris et advocati Pintiani Senatus. Ms adelantetrataremos de su importancia para establecer la autora de Cc.

    DOCTOR UTRIUSQUE IURIS Y ABOGADO PROFESIONAL

    Otro rasgo del jurista que compuso Cc. es que conoce en profundidad noslo el derecho civil, sino tambin el cannico, i.e., que es tanto un canonistacomo un civilista, un doctor utriusque iuris. Su conocimiento del derecho civiles ms que evidente en el abundante y especializado uso del derecho romanoen las glosas de Cc. Su conocimiento del Derecho Cannico es tambin mani-fiesto. Ya en nuestra edicin de Cc. sealamos que el comentarista, adems decitar en infinidad de ocasiones las Sagradas Escrituras y los Padres de la Igle-sia, demuestra un profundo conocimiento de colecciones de leyes cannicas,como las Decretales Gratiani o las Decretales Gregorii Papae, que utiliza paracomentar pasajes de La Celestina desde el punto de vista especfico del dere-cho cannico. Por ejemplo, al glosar las palabras de Celestina: un solo actono hace habito [...] un testigo solo no haze entera fee, aduce autoridades ca-nnicas para especificar cuntos testigos son necesarios para inculpar a obisposy prelados 14.

    Otra caracterstica del jurista autor de Cc. que se puede deducir de su bi-blioteca de trabajo es que se dedicaba a la jurisprudencia en su aspecto profe-sional, i.e., que ejerca ante los tribunales. Su biblioteca de trabajo contiene noslo los manuales propios de un estudioso o un erudito de las leyes (Institu-tiones, Digestum, etc.), sino tambin las obras ms especficas y recientes quesirven para la prctica legal. A esta categora pertenecen el ya antes citado li-bro de procedimientos de Valladolid (Dialogus relatoris et advocati PintianiSenatus), o el tambin citado sobre las probanzas de hidalgua (De nobilitatis& immunitatis Hispaniae causis quae hidalguia apellant). Igualmente especfi-cos son otros libros que cita, como Las leyes de Toro glosadas, de Diego delCastillo (1527) o el Repertorio de todas las prematicas y capitulos de Corteshechos por su majestad desde el ao de mil quinientos y veinte y tres hasta elao de mil quinientos y cincuenta y uno (1551). Estos y otros ttulos recuerdanla lista de libros legales que Fernando de Rojas dej en su testamento, muchos

    14 Ed. cit., pg. 295.

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    de ellos libros especializados y propios de quien se dedicaba a la prctica delDerecho 15.

    Esta dedicacin profesional a las leyes del autor de Cc. encaja perfecta-mente con las circunstancias de Valladolid en este periodo. Por la existencia dela Facultad de Leyes y de la Real Chancillera, Valladolid daba albergue a mu-chos y notables juristas que combinaban la teora y la prctica del Derecho. Enlos mencionados Coloquios de Palatino y Pinciano, Arce de Otlora describeas esta situacin: En la universidad y terica, yo doy a la de Salamanca lapreeminencia entre todas las del mundo. Pero en la prctica y ejercicio, granventaja hace Valladolid, porque la Chancillera mantiene y sostiene muchos yexcelentes letrados 16.

    Nos encontramos pues ante una persona que combina la aplicacin prcticade las leyes con un conocimiento muy profundo de sus bases tericas. Esta fa-ceta del comentarista de docto estudioso de las leyes se refleja tambin en unabiblioteca muy puesta al da y bien provista, que contiene tanto las obras clsi-cas del Derecho Civil y cannico como las muy eruditas versiones glosadas delos comentaristas medievales. Igualmente, en su biblioteca hay muchas obrasrepresentativas de lo que ha sido denominado el siglo de oro de la jurispruden-cia, i.e., un periodo de auge sin precedentes en la publicacin de libros jurdi-cos a partir del segundo decenio del siglo XVI. En la bien abastecida bibliotecadel autor de Cc. estn presentes muchos de estos nuevos textos legales que es-taban causando furor en toda Europa, como los de Tiraqueau o Alciato.

    LIBROS IMPRESOS EN LYON

    Como ya sealamos en nuestra edicin de Cc., en esta tan al da bibliotecalegal del comentarista ocupan lugar importante los autores franceses, especial-mente en ediciones impresas en Lyon. Aunque Lyon es sin duda uno de loscentros de impresin ms importantes de la poca, el nmero de libros impresosen esta ciudad presente en la biblioteca del autor de Cc. es claramente despro-porcionado si lo comparamos con el mucho menor de otros centros de impre-sin igualmente importantes en la poca, como Venecia, Francfort, Amberes oLeipzig. Dos libros de autores franceses impresos en Lyon son frecuentementecitados en Cc.: el Catalogus gloriae mundi (1546) de Barthlemy de Chasse-neux (Bartholomaeus a Chasseneus, Bartholomeus Cassanaeus, 1480-1541) y elDe legibus connubialibus et de jure mariti (1515) de Andr Tiraqueau (Andreas

    15 Vid. el listado en Fernando del Valle Lersundi, Testamento de Fernando de Rojas, autorde La Celestina, Revista de Filologa Espaola, 16, 1929, pgs. 381-382.

    16 Op. cit., vol. 2, pg. 619.

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    Tiraquellus, 1480-1558). Igualmente impresos en Lin son los tambin muy ci-tados De iusta haereticorum punitione de Alfonso Castro (1556), y el ya men-cionado compendio M.T. Ciceronis sententiae insigniores, apophthegmata(1575) de Petrus Lagnerius. Adems de estos cuatro ttulos que sin duda algunason citados por su edicin de Lyon, la biblioteca del autor de Cc. contiene unaveintena de ttulos que tienen ediciones en Lyon que, con mucha probabilidad,son las que est usando el comentarista. Para mencionar un par de ejemplos, elcomentarista cita con mucha frecuencia otra obra de Chasseneux, Consuetudi-nes duc. Burgundiae, probablemente por la edicin de Lyon, 1543 17. Igualmen-te muy citado por el comentarista y casi con total seguridad por alguna de lasediciones de Lyon es Repetitio in capit. Raynutius de testamentis de GuilelimusBenedictus.

    LA INFLUENCIA FRANCESA: EL MOS GALLICUS EN CC.

    La fuerte influencia francesa en Cc. no se limita a los autores y libros quese citan. Tambin el comentario en s est marcado por el mos gallicus, unnuevo mtodo de estudio y comentario de las leyes que se origin en Franciaen la primera mitad del XVI. Este mtodo surgi en oposicin a la escuela mstradicional y escolstica de interpretacin legal, que se denominaba el mos ita-licus, cuyos seguidores eran llamados bartolistas por su adhesin al juriscon-sulto y comentarista italiano Bartolo de Saxoferrato. Mientras que los bartolis-tas interpretaban las leyes recurriendo a numerosas citas de autoridades ycomentarios antiguos, los seguidores del mos gallicus preferan acudir a la ra-zn subyacente. Los ya citados Coloquios de Palatino y Pinciano de Arce deOtlora describen esta prctica: [L]o principal de la ley es la razn, que es elnima y espritu de ella y por eso dice Baldo que en Francia no alegan losletrados la ley sino la razn, porque lo tienen por falta de entendimiento 18.Otra diferencia era que el mos italicus prefera estudiar las leyes de manerauniversal, omitiendo consideraciones histricas y geogrficas. El mos gallicus,en cambio, se interesaba por las leyes consuetudinarias de un pas o regin,una prctica que responda a una visin de las leyes como producto de unapoca y lugar determinados. Un ejemplo paradigmtico de este inters por le-yes especficas son algunas de las obras ms citadas en Cc., como las Consue-tudines duc. Burgundiae de Chasseneux. Esta atencin a las leyes concretas sereflejaba tambin en que los seguidores del mos gallicus preferan combinar elestudio de las leyes con la prctica de la profesin legal. Por ltimo, era tam-

    17 Existe una edicin anterior de Jehan Petit, Paris, 1528.18 Ed. cit., vol. 1, pg. 259.

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    bin propio de los seguidores del mos gallicus un inters por restablecer el tex-to original del Corpus iuris de Justiniano separndolo de los comentarios me-dievales que se le haban ido aadiendo de manera indiscriminada. El mos ga-llicus supona pues una aproximacin de los mtodos de trabajo intelectual delos jurisconsultos a los de otras disciplinas, como la filologa o la historia 19.

    Es fcil ver la influencia del mos gallicus en Cc. As es el caso en la mul-titud de ocasiones en que se analizan las acciones de los personajes de La Ce-lestina aplicando leyes muy especficas, partidas, pragmticas o reglamentoslocales. Sus glosas tratan a menudo del origen de las leyes, su evolucin hist-rica y sus variantes nacionales, y se interesan tambin por el significado de laspalabras como productos histricos de tradiciones nacionales. As se comentala palabra legua en una de las glosas:

    Esta palabra legua en latin se llama lecua y dize Alciato en la l. mille passusff. de verbo. signi. que es palabra mas francesa que latina. Y lo mesmo dizeJacobo Espegiel en su Vocabulario juris en la palabra milliariem. Y porque(ilegible) avra algun curioso que quiera saber que tanto espacio propiamenteaya de tener una legua de camino y en derecho se trata comunmente diremosaqui alguna cosa aunque parece que propia ni regla cierta en esto se puededar porque como dize el Abbad en el c. ex parte b., n.o 10 de foro competen.en unas partes las leguas son mas grandes como en Francia y en Burgundiay en otras partes son mas pequeas etc. 20

    En esta glosa se menciona el De verborum significatione, obra seera en laque Alciato aplica los mtodos filolgicos e histricos a la explicacin del vo-cabulario legal. Alciato es una figura capital en el desarrollo del mos gallicus,tanto por esta y otras obras como por sus aos de enseaza en Francia en laprimera mitad del XVI 21. Hacia la mitad del XVI, sus discpulos, los desprecia-tivamente llamados alciatei, se haban asentado en las facultades de Derechoms importantes de Francia, como Bourges, Orleans o Toulouse, con la excep-cin de Pars, que segua fiel a los antiguos mtodos legales. Se debe, sinembargo, evitar una divisin tajante entre los practicantes del mos gallicus ylos del mos italicus. Ms que producto de una autntica divisin metodolgica,

    19 Un buen resumen de las caractersticas del mos gallicus es Donald R. Kelley, CivilScience in the Renaissance: Jurisprudence in the French Manner, History, Law and the HumanSciences, London, Variorum Reprints, 1984, pgs. 262-276. Vid. tambin Ian MacLean, Inter-pretation and Meaning in the Renaissance, the Case of Law, Cambridge, Cambridge UniversityPress, 1992, pgs. 15 y ss.

    20 Ed. cit., pg. 425.21 El mos gallicus haba empezado a fraguarse a principios XVI en Francia con obras de le-

    yes y costumbres locales. Para el importante papel de Alciato en el mos gallicus, vid. ColemanPhillipson, Andreas Alciati and his Predecessors, Journal of the Society of Comparative Le-gislature, 13, 1913, pgs. 245-264. Otro autor fundamental del mos gallicus es el alemnUdalricus Zasius, amigo de Alciato, que aparece tambin citado en Cc. como Razio (ed. cit.,pg. 194).

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    muchos de sus enfrentamientos eran simplemente disputas entre profesores ouniversidades por cuestiones de prestigio. De hecho, rasgos de una escuelaaparecen en los practicantes de la otra, pues, en el fondo, ambas compartenuna clara unidad profesional establecida desde antiguo. El mos gallicus se debeentender como una manifestacin del humanismo en las facultades de Derecho,que haca que muchos jurisconsultos escribiesen obras eruditas de temas nopropiamente legales, como los tratados tan citados en Cc., el De legibus con-nubiliabus (1513) de Tiraqueau, o la Silva nuptialis (1521) de Nevizzanno. Lasfacultades espaolas de Derecho de la primera mitad del XVI reflejaban estaebullicin de los estudios legales en toda Europa y en ellas convivan los se-guidores del mos italicus y del mos gallicus 22. Al igual que sus colegas euro-peos, algunos jurisconsultos espaoles escribieron libros de miscelneas que,adems de temas legales, acumulaban informaciones eruditas y curiosas detodo tipo, como es el caso ya citado de Arce de Otlora y sus Coloquios dePalatino y Pinciano. El autor de Cc. pertenece claramente a este grupo de ju-risconsultos espaoles muy al da en los avances legales de Europa y que apli-can sus vastos conocimientos legales a empresas humansticas.

    BERNARDINO DAZA

    De Bernardino Daza sabemos que fue bautizado en Valladolid el 19 de di-ciembre de 1528. Era miembro de una familia vallisoletana distinguida, aunqueno cristiana vieja. Estudi leyes en la Universidad de Valladolid, en la que ob-tuvo el ttulo de bachiller en leyes en 1547 y se gradu en cnones en 1551.Por sus propias palabras en el prlogo a Los emblemas de Alciato traducidosen rimas castellanas, consta que ampli sus estudios de leyes en Francia entre1549 y 1551, donde, adems de esta traduccin, public otros dos libros detema legal. Regres a Valladolid y all obtuvo el ttulo de licenciado en leyesen 1555, y un ao despus el de doctor utriusque iuris, i.e., de Derecho Civily Cannico. En 1568 se present a la ctedra del Digesto Viejo en la Univer-sidad de Valladolid pero no obtuvo la posicin. Sin embargo, sabemos por do-cumentacin de la universidad que lleg a ser catedrtico antes de 1576. Ade-

    22 A partir de 1559, la prohibicin de que los estudiantes espaoles estudiaran en universida-des extranjeras fue mermando este internacionalismo de los debates jurdicos universitarios. Parala influencia del humanismo en el estudio del derecho en la Universidad de Salamanca, vid. Ca-therine Elliot Van Liere, Humanism and Scholasticism in Sixteenth-Century Academe: FiveStudent Orations from the University of Salamanca, Renaissance Quarterly, 53, 2000, pgs. 57-107, y Mara Paz Alonso Romero, Ius commune y derecho patrio en la Universidad de Sala-manca, El derecho y los juristas en Salamanca (siglos XVI-XX): En memoria de FranciscoToms y Valiente, Javier Infantes y Eugenia Torrijano, eds., Salamanca, Ediciones Univ. de Sa-lamanca, 2004, pgs. 72-81.

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    ms de su desempeo en la universidad, ejerci de abogado en la Real Chanci-llera de Valladolid y viaj con frecuencia, sobre todo a Extremadura, donde suesposa, Isabel de valos, tena propiedades. El documento referente a su posi-cin como catedrtico en Valladolid en 1576, junto con el de bautizo de unhijo suyo en 1575, son los dos ltimos datos que tenemos de l como anvivo. Cuatro versos encomisticos en latn de su autora aparecen en la intro-duccin al libro Prctica y terica de la ciruga, publicado en 1584 por suhermano mayor, el famoso cirujano Dionisio Daza Chacn (1510-1596) 23.Como se puede ver de estos datos, tanto fechas, como estudios, profesin yviajes encajan con el perfil del autor de Cc. Refuerzan esta identificacin otrascoincidencias que iremos sealando.

    LA MEDICINA Y LA ODONTOLOGA

    El inters por la medicina que se trasluce en glosas de Cc. corresponde alinters que Bernardino Daza deba de sentir por la disciplina a la que su her-mano mayor se dedicaba con tanto xito. En concreto, el inters que algunasde las glosas de Cc. muestran por la curacin de llagas y apostemas parece re-flejar la influencia de este hermano, que haba sido cirujano militar en numero-sas campaas de Carlos V y que en su Prctica y terica de la ciruga trata deestos temas 24. Tambin puede proceder de su hermano una ancdota sobreCarlos V ya mencionada que, contra lo que es usual en Cc., se narra sin atri-buirla a ningn autor o libro: Puedese tanbien dezir aqui lo que hizo el empe-rador Carlos 5 con el rey de Francia Francisco en las guerras que en el tuvo. Ydespues de preso lo perdono y lo que tanbien hizo con el duque de Saxoniaque lo perdono y bolvio su estado despues de preso a pedimiento y supplica-cion de su mujer 25.

    23 Los datos biogrficos de Bernardino Daza se pueden ver en Narciso Alonso Corts, Mis-celnea vallisoletana, Valladolid, Imprenta del Colegio de Santiago, 1912-1944, 3, pgs. 64 y ss.

    24 Ed. cit., pgs. 13, 35. La razn por la que en Cc. no se cita la obra de Dionisio DazaChacn Prctica y terica de la ciruga en romance y latn es porque sta no se public hasta1584, fecha en que la redaccin de Cc., tal y como se ha conservado, ya estaba prcticamenteconcluida.

    25 Ed. cit., pg. 262. Otra referencia inusualmente vaga de Cc. parece proceder no de unafuente impresa sino de los frecuentes viajes que Bernardino Daza haca a Extremadura, donde suesposa tena propiedades (Alonso Corts, op. cit., pg. 64). Las palabras de Celestina como eloro muy fino labrado por la mano del sutil artfice, la obra sobrepuja a la materia son comen-tadas as en una lnea de Cc., luego tachada probablemente por no poder el comentarista encon-trar una fuente donde autorizar sus recuerdos de uno de sus viajes: Dizese comunmente: Opussuperat ipsam materiam (La obra y hechura vale mas que todo lo que de ello), se haze comoen muchas cosas de oro y plata acontece que mas vale la hechura que todo su valor. Y [tachado]en la puente de Alcantara estan unos versos que dizen lo mismo para encarecer mas el artificioy hechura que el [ilegible] de ellas (ed. cit., pg. 123).

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    Dionisio Daza y su profesin mdica permiten establecer otra conexin en-tre Cc. y Bernardino Daza. Se trata de la ya mencionada cita en Cc. al libro deCastrillo de Onielo Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la den-tadura y maravillosa obra de la boca (Valladolid, 1557). Este libro tan espe-cializado es una verdadera rareza bibliogrfica, especialmente su primera edi-cin, que es por la que se cita en Cc. La conexin que se puede establecerentre Bernardino Daza y Castrillo de Onielo va ms all de que ambos fueranvallisoletanos. Castrillo era el dentista de cmara de Felipe II, al que acompaprimero en sus viajes por Europa y luego sirvi con idntico empleo hasta1585, fecha de su muerte. Por este cargo, Castrillo tena que ser amigo de Dio-nisio Chacn, que era el cirujano de cmara de Felipe II durante los mismosaos. Esta conexin entre los Daza y Castrillo puede explicar la presencia en labiblioteca del autor de Cc., o sea, de Bernardino Daza, de esta obra tan espe-cializada, tan reciente y escrita en romance, que tanto desentona con las otrasauctoritates mdicas clsicas que se citan 26.

    LA BIBLIOTECA DE BERNARDINO DAZA

    Aunque no se ha conservado una lista de los libros que Bernardino Dazaposea, varios ttulos que se manejan en Cc. se pueden conectar con l. Asocurre con algunos libros muy especficos citados en Cc., como el ya mencio-nado Dialogus relatoris et advocati Pintiani Senatus (1558) de Juan Matienzo,que apunta simultneamente a la Facultad de Leyes de la Universidad de Va-lladolid y a la Real Chancillera. Matienzo naci en 1520 en Valladolid, dondeestudi leyes diez aos en la universidad, y luego trabaj diecisiete aos en laReal Chancillera, donde alcanz el grado de relator, por lo que tuvo que sercompaero de profesin de Bernardino Daza, que trabajaba all 27. Otro librocitado en Cc. que apunta tambin a la Real Chancillera de Valladolid es el ci-tado De nobilitatis & immunitatis Hispaniae causis quae hidalguia apellant(Granada, 1553) de Arce de Otlora. Como vimos, no slo su autor vivi ytrabaj en Valladolid y su mundillo legal, sino que el tema de la probanza denobleza de linaje est especialmente conectado con la Real Chancillera de Va-

    26 El nico estudio detallado sobre Castrillo y su obra es Francisco Gins Carmona Arroyo,La literatura odontolgica en el Renacimiento espaol: contribucin al estudio de la vida y obrade Francisco Martnez de Castrillo y su poca, Medicina Espaola, Revista Nacional de Medi-cina, Ciruga y Especialidades, 68, 1972, pgs. 39-48.

    27 Matienzo era tambin latinista y escribi tres estudios de materias jurdicas en esa lengua.En 1558 se le extiende el nombramiento de oidor en el recin creado tribunal altiplnico, dondecompuso su obra ms conocida Gobierno del Per. Una biografa de Matienzo se puede ver enLohmann, Estudio preliminar de la edicin sevillana de 1966 del Gobierno del Per, Sevilla, Es-cuela de Estudios Hispanoamericanos, 1966, pgs. 37 y ss.

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    lladolid, donde exista la Sala de Vizcaya y la de Hijosdalgo, dedicadas exclu-sivamente a estos pleitos 28.

    Muchos libros impresos en Lyon citados en Cc. son probablemente los li-bros que Daza debi de adquirir entre 1549 y 1551, los aos que pas am-pliando estudios en Francia. Tambin en Cc. hay varios libros impresos enFrancia de fecha posterior a 1551, cuando Daza haba regresado a Valladolid.Influido por sus aos de formacin all, debi de seguir adquiriendo ttulos im-presos en Francia durante el resto de su vida. Adquirir libros extranjeros le re-sultara fcil dada la cercana a Valladolid de Medina del Campo, el ms im-portante centro de importacin de libros para toda la pennsula en la poca 29.El endurecimiento de las leyes sobre la importacin de libros a medida queavanza la segunda mitad del XVI debi de obstaculizar su adquisicin. Sin em-bargo, Daza probablemente tendra contactos personales con los libreros e im-presores franceses dado que haba publicado tres libros con ellos. En este as-pecto es ilustrativo que el libro ms moderno que se puede fechar, el yamencionado compendio M. T. Ciceronis sententiae insigniores, apophthegma-ta, est impreso en Lyon en 1575 precisamente por Gullielmus Rovillius, elmismo impresor con quien Daza haba publicado en 1549 Los emblemas deAlciato traducidos en rimas castellanas.

    LIBROS ESCRITOS POR BERNARDINO DAZA

    Adems de Los emblemas de Alciato traducidos en rimas castellanas, du-rante su estancia en Francia, Bernardino Daza public dos libros de tema legal,ambos en Toulouse en 1551. Uno es bsicamente un manifiesto a favor delmos gallicus en forma de un breve tratado titulado Querimoniae iurispruden-tiae, que imita el Querimoniae pacis de Erasmo (1517). Al igual que en estaobra de Erasmo la personificacin de la paz, cubierta de harapos, se queja delmaltrato que la humanidad le ha dado, en la de Daza la jurisprudencia lo hacede los que siguen componiendo comentarios legales al estilo medieval, i.e., es-critos en mal latn, repletos de citas de autores antiguos y sin verdadero conte-nido. El otro libro que Daza public en Toulouse responde a un propsito si-

    28 Granada era la nica ciudad, adems de Valladolid, que posea una sala de Hijosdalgo(Javier Burrieza, coord., Una historia de Valladolid, Valladolid, Ayuntamiento de Valladolid,2004, pg. 258).

    29 Sobre la importancia de Medina del Campo como distribuidor de libros extranjeros en laEspaa de la poca, vid. Anastasio Rojo Vega, Impresores, libreros y papeleros en Medina delCampo y Valladolid en el siglo XVII, Salamanca, Junta de Castilla y Len, 1994, pg. 47. Losimpresores de Lyon consideraban Medina del Campo un lugar muy importante para su comercio,a tal punto que era frecuente que hicieran residir all a un sobrino u otro pariente como agenteexportador (R. Chartier et alii, Nouvelles tudes lyonnaises, Ginebra, Droz, 1969, pg. 10).

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    milar y es una traduccin al castellano de las Insitutiones imperiales de Jus-tiniano. En el prlogo Daza se queja de que muchos estudiantes de leyes enEspaa desconozcan conceptos bsicos del Derecho Civil, una carencia que lest intentando subsanar con su traduccin al castellano de este libro funda-mental. Esta empresa responde tambin al afn de los seguidores del mos galli-cus por restituir los textos fundacionales del Derecho Civil a su forma original.A un similar inters pedaggico se puede atribuir una obra de Daza de la queslo sabemos por una referencia en su prlogo a las Instituciones imperiales.All Daza habla de poner en limpio y hacer imprimir un thesaurus latino-his-panicus que das ha coleg del Thesaurus linguae latinae de Roberto Stepha-nos, aunque con ms brevedad porque le reduje en un volumen 30. Parece queDaza nunca lleg a poner en limpio este diccionario, del que no existe ningunaotra referencia.

    LA TRADUCCIN DEL LIBER EMBLEMATUM DE ALCIATO

    La obra ms conocida de Bernardino Daza, Los emblemas de Alciato tra-ducidos en rimas castellanas (Lyon, 1549), es producto de su probado interspor ofrecer textos tiles en traduccin castellana y de unas aficiones humans-ticas que comparta con muchos jurisconsultos de la poca. Esta traduccin, laprimera al espaol del Liber emblematum de Alciato, es muy desigual en la ca-lidad de sus rimas. Aunque es fiel al original, los versos resultantes son medio-cres, lo que puede ayudar a explicar que no se reeditara hasta el siglo XX 31. Latraduccin no contiene ningn material adicional en forma de glosas o comen-tarios, pero sabemos que Daza haba escrito un comentario por lo que el mis-mo dice en el prlogo: Los emblemas que antes os hemos declarado en Latny ahora damos en castellano... 32. El vocablo declarar est usado en el sen-tido tcnico, comn en la poca, de declaratio como comentario 33. Una ideade cul era el contenido de este comentario de Daza, hoy perdido, nos la puededar el Commentarium in Andr. Alciati Emblemata (Lin, 1573) de Francisco

    30 Op. cit., fol. A5.31 Dos ediciones modernas se basan en la traduccin de Bernardino Daza: Emblemas, Mario

    Soria, ed., prlogo de M. Montero Vallejo, Madrid, Editora Nacional, 1975, y Rafael Zafra, ed.,Los emblemas de Alciato traducidos en rimas espaolas, Lin 1549, Barcelona, Medio Marave-d, Universitat de les Illes Balears, 2003.

    32 Pg. 12. Tambin en el prlogo a su Querimoniae iurisprudentae antes citada, Daza hacereferencia a este comentario suyo no conservado, al que se refiere como enarrandis Alciati Em-blematis (pg. 5).

    33 Los libros de interpretaciones y comentarios legales solan llevar ttulos como repetitiones,declarationes, comentaria o glossae, ttulos que abundan entre las obras citadas en Cc. Para unadescripcin de estos tratados, vid. MacLean, op. cit., pgs. 30-31.

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    Snchez de las Brozas, o el libro mucho ms tardo de Diego Lpez Declara-cin magistral sobre los emblemas de Alciato, con todas las historias, antige-dades, moralidad y doctrina tocante a las buenas costumbres (Valencia, 1655).Estos dos libros contienen el original latino de Alciato, que es reproducido ensu totalidad, interrumpido por largas glosas que explican los emblemas recu-rriendo a todo tipo de auctoritates en un formato muy similar al usado en Cc.

    Como ya vimos, Cc. cita las obras jurdica de Alciato, en especial su Deverborum significatione. Sin embargo, el Liber emblematum es la obra de Al-ciato ms citada, con un total de quince menciones 34. Tanto este considerablenmero de menciones, como la forma en que se citan los emblemas indicanque el autor de Cc. conoca bien este libro de Alciato. El comentarista citasiempre los emblemas por su nmero de orden y a veces incluye parte del tex-to latino del lema o el epigrama, al que le aade una traduccin literal al cas-tellano. En otras ocasiones, no incluye el texto latino del emblema, sino nica-mente una somera descripcin del grabado y su significado, en lo que tienetoda la apariencia de ser citas de memoria. Es muy significativo que en Cc. losemblemas sean siempre citados por la misma numeracin en que aparecen enla traduccin rimada de Daza. Esta coincidencia es importante porque en lapoca circulaban numerosas ediciones del Liber emblematum de Alciato quepresentaban gran disparidad en la numeracin de los emblemas. Si, como de-fendemos, Daza es el autor de Cc., es lgico que est citando por la edicinlatina que le era ms familiar, i.e., la misma que us de base para su traduc-cin 35. Se puede plantear la objecin de que, en las ocasiones en que el textolatino de los emblemas de Alciato est traducido al castellano en Cc., estas tra-ducciones no sean las mismas que aparecen en Los emblemas de Alciato tradu-cidos en rimas castellanas de Daza, sino que son traducciones literales en pro-sa. Esta discrepancia se explica porque el haber dado una versin castellana enverso junto al texto latino de los emblemas hubiera ido contra el mtodo detraduccin que se emplea en Cc., que responde a uno de los dos modos de en-tender la traduccin en la poca. Por un lado se practicaba una forma de tradu-cir ms o menos libre, similar a la de nuestros das, que se preocupaba de queel texto resultante fuera agradable en la lengua de llegada. Este tipo de traduc-

    34 Ed. cit., pgs. 41, 65, 74 (dos citas), 79, 85, 92, 150, 161, 162, 215, 337 (tres citas), 494.35 La disparidad de la numeracin de los emblemas en las diversas ediciones de Alciato en

    el siglo XVI es consecuencia de que tanto Alciato como luego los editores fueron aadiendo osuprimiendo emblemas en las ediciones, as como cambiando su orden. La obra clsica de lahistoria textual de los Emblemas de Alciato es Henry A. Green, Andrea Alciati and His Books ofEmblems, a Biographical and Bibliographical Study, Nueva York, Burt Franklin, 1965. La nu-meracin que sigue Daza en su traduccin rimada al castellano y la que se sigue en Cc. corres-ponden ambas a una numeracin que se encuentra slo en algunas ediciones, como la de Lyonde Ioannes Tornesisus y Gullielmus Gazeius, 1549, o las ms antiguas de 1534 y reimpresionesposteriores de Christianus Wechelus, Pars.

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    cin se utilizaba sobre todo para finalidades artsticas o de entretenimiento. Porotro lado, era frecuente una forma de traduccin literal, que segua su originaltanto en las estructuras como en el orden de palabras. Este tipo de traduccin,cuyo resultado era inevitablemente un texto malsonante en la lengua de llega-da, se entenda como una ayuda para la comprensin del texto latino, con elque deba leerse en paralelo. Mientras que Los emblemas de Alciato traducidosen rimas castellanas de Daza responde al primer tipo de traduccin, Cc. res-ponde claramente al segundo 36. Haber acompaado los emblemas de Alciatoque se citan en Cc. de la traduccin castellana rimada hubiera sido contrario almtodo sistemticamente usado en todas las glosas de Cc., que es transcribir eltexto en latn y colocar la traduccin castellana literal tras ste entre parntesis,como ayuda para aquellos que no manejen bien el latn.

    LA CONEXIN DE HERNN NEZ PINCIANO

    La figura y obra de Hernn Nez permite establecer otra conexin entreBernardino Daza y Cc. En la introduccin a Los emblemas de Alciato traduci-dos en rimas castellanas, Daza compara as su obra con la glosa a las obras deJuan de Mena que compuso Hernn Nez:

    Aunque no espero que ser tanto mi aumento en las letras ni ellos tan sinarte traducidos que me acaecere lo que a nuestro nico restituidor de la anti-gedad (que tal nombre le damos en nuestros reinos) con aquellos sus doc-tsimos comentarios sobre las Trescientas de Mena, que con no se poder me-jorar, le o decir muchas veces que diera una gran cosa por poderlos todosellos quemar de tal manera que no sonara en ellos su nombre 37.

    Estas palabras dejan claro que Bernardino Daza fue discpulo, y probable-mente amigo, del tambin vallisoletano Hernn Nez, que sabemos vivi va-rios aos en Valladolid, probablemente en la dcada de 1540, coincidiendo ascon los aos de formacin y estudio de Daza 38. Esta admiracin por Todas lasobras del famossimo poeta Juan de Mena con la glosa del Comendador Her-nn Nez es especialmente interesante para conectar a Daza con Cc. Es evi-dente que quien escribi Cc. era un gran admirador y conocedor de las glosasde Hernn Nez a Mena, obra que no slo cita en ms de cuarenta ocasiones

    36 Un buen resumen de estas dos formas de traducir y sus diferentes aplicaciones en Espaaes Roxana Recio, ed., La traduccin en Espaa (ss. XIV-XV), Len, Univ. de Len, 1995.

    37 Op. cit., pg. 12.38 Narciso Alonso Corts, op. cit., pg. 109, nota 3. Una detallada biografa de Hernn N-

    ez est en Mara Dolores de Ass Garrote, Hernn Nez en la historia de los estudios clsicos,Madrid, Ass Garrote, 1977. Vid. tambin Teresa Jimnez Calvente, Los comentarios a lasTrescientas de Juan de Mena, Revista de Filologa Espaola, 82, 2002, pgs. 27-39.

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    sino que tambin est intentando reproducir en su comentario. Por otra parte,la relacin entre Mena y La Celestina es tan sabida que no necesita explica-cin 39. Estamos pues ante un crculo intelectual interesado en el comentario yque tiene una fuerte conexin con Valladolid. A su cabeza est el vallisoletanoHernn Nez, que crea escuela con sus glosas a Mena. Pertenece tambin aeste crculo uno de sus discpulos, Snchez de la Brozas, autor tambin de unaedicin comentada de las Trescientas de Mena (Salamanca, 1582). ste estudicon Hernn Nez en Salamanca y se gradu en Valladolid como Bachiller enArtes en 1551 y por tanto fue posiblemente compaero de Bernadino Daza,quien fue tambin un miembro de este crculo. As las cosas, Cc. ser su apor-tacin inconclusa al campo de los comentarios humansticos 40.

    CONCLUSIN

    Existen muchas conexiones entre Bernardino Daza y Cc.: la ciudad de Va-lladolid, la influencia del mos gallicus en la forma de entender el comentario einterpretacin de textos, Alciato, Hernn Nez, el hermano mdico, el interspedaggico por ofrecer en castellano textos latinos, la aficin al gnero delcomentario, la dificultad para poner en limpio grandes proyectos, etc. Evi-dentemente, estas son pruebas circunstanciales, pero todas juntas sustentan unapropuesta plausible: la de que Bernardino Daza es el autor de Cc. Sin embar-go, si apareciera otro candidato con este perfil, habra que tomarlo en cuenta 41.Podemos conjeturar que, con Cc., Daza intentaba componer un magnum opus ala altura de los comentarios de su maestro, Hernn Nez, o de su condiscpu-

    39 Vid., por ejemplo, la seccin que Florentino Castro Guisasola dedica a Mena en sus Ob-servaciones sobre las fuentes literarias de La Celestina, Revista de Filologa Espaola, Madrid,Anejos 5, 1924, pg. 159.

    40 Otro posible miembro de este grupo es el protonotario de Valladolid Luis Prez, autor dela Glosa famosa sobre las coplas de Jorge Manrique, con otra obra a la Virgen Nuestra Seora,Valladolid, Sebastin Martnez, 1561.

    41 Una prueba definitiva de que Bernardino Daza es el autor de Cc. la proporcionara encon-trar un documento escrito de su puo para compararlo con el puo en que est escrita Cc. En elArchivo de la Real Chancillera de Valladolid hemos localizado varios documentos en que apa-rece Bernardino Daza, pero son pleitos en los que es una de las partes y no estn escritos de sumano. Estos documentos son: Pleito de Bernardino Daza, de Valladolid y Isabel Rueda, deValladolid (Pl. Civiles Zarandona y Balboa, OLV, Caja 0933.0007); Pleito de Daza Chacn(Doctor), de Valladolid Concejo, justicia y regimiento de Arvalo (vila) sobre pedir el pago desalarios que le deban a Daza Chacn del tiempo que se ocup de los pleitos del concejo deArvalo en Valladolid. Se adjunta otra pleito entre Daza Chacn, abogado de la Chancillera deValladolid y Pedro Cachapero Procurador general de la villa de Arvalo, sobre pedir ejecucinde bienes por valor de 25.000 maravedes que le deban durante el tiempo que defendi al con-cejo de Arvalo en Valladolid (Pl. Civiles Prez Alonso (F). Caja 0469.0006). Agradezco aJos Luis Martn haberme ayudado a localizar esta informacin.

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    lo, el Brocense. Las diferentes redacciones que, se puede probar, estn detrsde Cc. tal y como nos ha llegado ocuparon gran parte de los aos en que elhasta entonces prolfico Daza no public nada, i.e., de 1551 hasta su muerte(158?). Cc. es su intento inconcluso de un forma de comentario que amalga-mase su identidad de jurisconsulto con la de humanista, para lo cual combinalas tcnicas del comentario legal con las del humanstico-literario. La Celestinaera un candidato ideal para este tratamiento pues, por un lado, estaba relacio-nada con Mena, y por tanto con el comentario de su maestro Hernn Nez.Por otro lado, haba sido compuesta, al menos en parte, por Rojas, otro estu-dioso de las leyes, lo que aseguraba la presencia de elementos que se prestabanal comentario legal. Cc. no es pues el frrago de citas de que Menndez Pe-layo la acusa 42. Es el intento por aplicar a una obra literaria los nuevos mto-dos de interpretacin que se estaban imponiendo en la profesin legal. Si ensus mtodos y en sus obras citadas Cc. refleja este internacionalismo y huma-nismo imperante en las facultades de Derecho espaolas, al mismo tiempo si-gue la ms indudable ortodoxia catlica, que se evidencia en numerosas refe-rencias al Derecho Cannico y a textos religiosos. El peculiar resultado de esteexperimento, que no tuvo continuidad, es algo que hoy nos resulta extrao: uncomentario hbrido, a medio camino entre el comentario legal y el literario, loque representa bien la doble personalidad de un jurisconsulto-humanista.

    42 [Celestina comentada es un] [c]entn de reflexiones morales [...] que no conceptuamosdigno de salir del olvido en que yace, puesto que ninguna luz proporciona para la inteligencia dela Tragicomedia, a lo menos en la parte hasta ahora donde ha alcanzado nuestra paciencia (Me-nndez y Pelayo, Orgenes de la novela, Santander, CSIC, 1943, vol. 3, pg. 241).