Upload
edgar-rosales
View
233
Download
11
Embed Size (px)
Citation preview
Enrique Congrains
Enrique Congrains
El escritor en 1957
Nombre completo Enrique Congrains Martin
Nacimiento 1932
Lima
Defunción 6 de julio de 2009
Ciudad de Cochabamba
Ocupación escritor, editor
Nacionalidad Peruana
Lengua de
producción
literaria
Castellano
Firma
Premios de literatura
Enrique Congrains Martin (Lima, Perú, 1932 - Cochabamba, Bolivia, 6 de julio de
2009),1 fue un escritor y editor peruano perteneciente a la llamada Generación del 50, de
la que forman también parte Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro y Carlos E.
Zavaleta.
Cuentista
Publicó en 1954 el libro de cuentos Lima, hora cero, inaugurando el realismo urbano en
el Perú, que sus compañeros de generación explorarían después, al igual que autores
posteriores, como Oswaldo Reynoso. Este libro describe la marginalidad de las
barriadas limeñas, sobre las que en esa década recayó la mirada de la sociedad, dada la
importancia de la ola migratoria andina hacia la capital del Perú en ese entonces.
Al año siguiente publicó su segundo libro, la colección de cuentos Kikuyo, que circuló
minoritariamente.
Ambos libros fueron editados por el mismo autor, quien también se encargó de su
distribución, la cual hacía personalmente, vendiendo los ejemplares, incluso a plazos, a
sus lectores.2
Novelista
En 1957, viviendo en Buenos Aires, autoeditó su novela No una sino muchas muertes
(Buenos Aires: Embajada Cultural Peruana), en la que relata, teniendo a una adolescente
de los extramuros de Lima como protagonista, los problemas de la marginación extrema
con singular agudeza y precisión en las descripciones. Vargas Llosa prologó una de las
ediciones, calificando la obra como una "novela salvaje".2 Esta obra, cen tral en la
literatura peruana del siglo XX, y con uno de los personajes femeninos más impactantes
de su medio,3 fue llevada al cine en 1983 por Francisco Lombardi, bajo el título de
Maruja en el infierno.
Hacia el final de su vida y después de cincuenta años de No una, sino muchas muertes,
publicó las novelas El narrador de historias (dedicada a Vargas Llosa)2 y 999 palabras
para el planeta Tierra, obras que denotan, tras tantas décadas de silencio literario, un
estilo más libre en la técnica y con temáticas bajo el interés por lo fantástico y lo
futurista.
Autor de manuales
Fue autor de los libros Así se desarrolla la inteligencia y Así es como se estudia. En
Venezuela, donde estuvo radicado muchos años, organizó el Centro Latinoamericano de
Capacitación Intelectual.
Obras
Sus obras más importantes son:
Lima, hora cero (cuentos, 1954, que incluye el relato «El niño de junto al cielo»)
Kikuyo (cuentos, 1955)
No una, sino muchas muertes (novela, 1957)
Domingo en jaula de esteras (cuento)
El narrador de historias (novela, 2008)
999 palabras para el planeta Tierra (novela, 2009)
Enrique Congrains (1932-2009)
El escritor peruano Enrique Congrains Martin falleció el último lunes en Cochabamba, a la edad
de 77 años. Nació en Lima, en 1932, y en los años cincuenta fue uno de los representantes de
la narrativa “realista urbana” limeña, junto con autores como Carlos Eduardo Zavaleta,
Oswaldo Reynoso o Julio Ramón Ribeyro. Su cuento "El niño de junto al cielo" (1954), que trata
de un niño que vive en uno de los cerros de la periferia limeña, es infaltable en los textos
escolares peruanos; y su novela No una sino muchas muertes (1958) sirvió de base a la película
Maruja en el infierno (1983) de Francisco Lombardi.
Alejado de Lima y de la literatura desde la década de 1950, hizo un entusiasta retorno a ambas
hace un par de años, con el libro El narrador de historias (2007) una novela futurista, irregular
y excéntrica. El propio Congrains era un persona bastante excéntrica. Mario Vargas Llosa lo
entrevistó en 1955 –para una columna de El Dominical de El Comercio– y rememora ese
episodio en El pez en el agua:
De todos mis entrevistados, el más pintoresco y original fue, de lejos, Enrique Congrains
Martín, quien estaba en ese momento en la cresta de la popularidad. Era un muchacho unos
años mayor que yo, rubio y deportivo, pero serísimo y creo que hasta impermeable al humor.
Tenía una mirada fija un poco inquietante y todo él transpiraba energía y acción.
Había llegado a la literatura por razones puramente prácticas, aunque parezca mentira. Era
vendedor de distintos productos desde muy joven, y se decía que, también, inventor de un
sapolio para lavar ollas y que uno de los fantásticos proyectos que concibió había sido
organizar un sindicato de cocineras de Lima, para exigir a través de esta entidad (que él
manipularía) a todas las amas de casa de la capital que sólo fregaran sus trastos domésticos
con el jabón de su invención. Todo el mundo concibe empresas delirantes; Enrique Congrains
Martín tenía la facultad —en el Perú, inusitada— de llevar siempre a la práctica las locuras que
se proponía. De vendedor de jabones pasó a serlo de libros, y, así, decidió un día escribir y
editar él mismo los libros que vendía, convencido de que nadie resistiría este argumento:
«Cómpreme este libro, del que soy autor. Pase un rato divertido y ayude a la literatura
peruana.»
Así escribió los cuentos de Lima, hora cero, Kikuyo, y, por último, la novela No una, sino
muchas muertes, con la que puso fin a su carrera de escritor. Editaba y vendía sus libros de
oficina en oficina, de domicilio en domicilio. Y nadie podía decirle que no, porque a quien le
decía que no tenía dinero, le replicaba que podía pagarle en cuotas semanales de pocos
centavos. Cuando lo entrevisté, Enrique tenía deslumbrados a todos los intelectuales peruanos
que no concebían que se pudiera ser, a la vez, todas esas cosas que era él.
Y eso que apenas estaba comenzando. Tan rápido como llegó a la literatura se fue de ella, y
pasó a ser diseñador y vendedor de extraños muebles de tres patas, cultivador y vendedor de
árboles enanos japoneses, y por fin trotskista clandestino y conspirador, por lo que lo metieron
a la cárcel. Salió y tuvo mellizos. Un día desapareció y no supe de él por mucho tiempo. Años
más tarde descubrí que vivía en Venezuela, donde era el próspero propietario de una Escuela
de Lectura Veloz, que ponía en práctica un método inventado, claro está, por él mismo.
OBRA LIMA, HORA CERO DE Enrrique Congrains Martín
RESUMEN DE LA OBRA LIMA HORA CERO
Enrique Congrains Martín introduce el tema de las barriadas limeñas en el relato peruano
contemporáneo, y es una figura paradigmática y esencial de la literatura urbana del Perú.
Literatura y documento urbano insertado en la encrucijada de retratar la Lima barrial. Fernando
Vidal lo ubica con holgada precisión: “se ha reprochado a Congrains diferencias técnicas, y de
estilo, sin embargo, ningún critico ha podido pasar por alto la fuerza, la conmoción inmediata, la
extenuante y sublevante vigencia de la realidad que presentan sus relatos”. En Lima Hora Cero
es la primera obra narrativa que retrata el drama de las barriadas, el provincianismo, formando
en los cerros, covachas y arenales, en una infrahumanidad que desgarra y desfallece.
Congrains pinta con hondura todo el escenario que desocupa el provinciano del campo, en la
capital. Lo ahorcan, asesina, excluye, revienta. Congrains es neorrealista porque revela el tema
de la urbe capitalina.
Practica la prosa psicológica, no concede a la técnica narrativa su tributo,
ni se preocupa por nombrar estilísticamente. En Lima Hora Cero, inserta el dialogo de diálogos
excesivos, pero es a través de ello que se comunica nuestra realidad. Vivir en departamentos
hacinados como ratas, provincianos que se prostituyen, reconocen a Lima como la “Bestia de
mil cabezas”. Esos provincianos que vienen del interior del Pais a Lima, en busca de nuevas
posibilidades, al enfrentarse con la ciudad no duran las ilusiones, dolo ellos saben cómo
sobreviven en su lucha interna; habría que decir que Congrains es el primero que también
enfoca estas escenas de la capital, ubicados en los 50 años, la edificación de la unidades
vecinales, donde no hay remedios y los casos de la promiscuidad sobre todo a Cuatro pasos,
mil esperanzas.
El cuento Lima, hora cero, es el relato fiel de los muchachos del Agustino, Piñonate,
Mendocita, Puerto Nuevo, San Cosme, etc. Quienes tienen que luchar en la multitud para
lograr tener un asentamiento humano, con chozas de esteras y palos se encaraman en los
cerros, “Los Palominos”, es la fuerza de una familia diezmada por el dolor, y el hombre que
tiene que hacer lo indecible para salvar de las garras de la muerte a su querida mujer. Y
Andrés Palomino y Carmen se conjugan la vida y comparten dramas intensos.
OBRA LIMA, HORA CERO
AUTOR: Enrrique Congraíns Martin
GENERO LITERARIO: Narrativo.
ESPECIE LITERARIA: Cuento.
Nacionalidad: Peruano
Generación del 50 (Perú)
Saltar a: navegación, búsqueda
Para otros usos de este término, véase Generación del 50 (España).
En el Perú, la modernización de la narrativa peruana comienza con la 'Generación del
50, enmarcada políticamente con el golpe del General Manuel A. Odría en 1948 y las
elecciones de 1950 en las que se autoelige Presidente de la República. Durante la
década anterior había comenzado un movimiento migratorio del campo a la ciudad
(preferentemente a la capital), que durante los años cincuenta se potencializa al máximo
y resulta en la formación de barriadas y pueblos jóvenes, la aparición de sujetos
marginales y desplazados socialmente. La literatura producida en este período estuvo
influida notablemente por las vanguardias europeas; en particular, el llamado
modernismo anglosajón de Joyce y en el ambiente norteamericano la obra novelística de
Faulkner y la Generación Perdida. También influyó notablemente la literatura fantástica
de Borges y Kafka. A esta generación pertenecen Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro
Vargas Vicuña, Mario Vargas Llosa, Enrique Congrains y Julio Ramón Ribeyro, entre
otros.
Vallejo, modernista en Los Heraldos Negros y vanguardista en Trilce
La generación del cincuenta es un momento en el que la narrativa se vincula de
sólidamente con el tema del desarrollo urbano y la experiencia de la migración andina
hacia Lima (un incremento drástico de la población a partir de finales de la década del
40). Por estar muy relacionada con el cine neorrealista italiano, presenta la realidad de la
urbe cambiante, la aparición de personajes marginales y problemáticos. Entre los
narradores más representativos resaltan Julio Ramón Ribeyro con Los gallinazos sin
plumas (1955), Enrique Congrains con el libro de cuentos Lima, hora cero (1954) y la
novela No una, sino muchas muertes (1957) y Luis Loayza. Junto a los narradores,
surge un grupo de poetas entre los que destacan Alejandro Romualdo, Washington
Delgado, Carlos Germán Belli, Francisco Bendezú, Juan Gonzalo Rose, Pablo Guevara.
Estos poetas comenzaron a publicar su obra a partir de fines del 40, tal es el caso de
Romualdo, luego lo harían Rose, Delgado, Bendezú, Belli. Guevara. Además, este
conjunto se vinculó entre sí no sólo por las relaciones interpersonales, sino que desde el
punto de vista ideológico se relacionaron por el marxismo y el existencialismo. Los
poemas, desde una visión general, que escribieron adoptaron un tono protestatario y de
compromiso social. Por ello, se reconoce al poema A otra cosa de Alejandro Romualdo
en el arte poética de la generación del cincuenta. Esta generación reivindicó a César
Vallejo como paradigma estético y asumió el pensamiento de José Carlos Mariátegui en
calidad de guía intelectual. Los poetas Javier Sologuren, Sebastián Salazar Bondy, Jorge
Eduardo Eielson, Antenor Samaniego, Blanca Varela, fueron conocidos como el grupo
neo vanguardista, que comenzó a publicar sus poemas a fines de los años treinta, tal es
el caso de Sologuren, luego vendrían los poemas de Salazar Bondy, Samaniego,
Eielson, Varela, quienes mantuvieron una relación interpersonal en la revista Mar del
Sur, dirigida por Aurelio Miró Quesada de clara tendencia conservadora; además, este
grupo de poetas designó a Emilio Adolfo Westphalen como guía poético. A esta
situación histórico - literaria, habría que añadir a los llamados Poetas del pueblo,
vinculados al partido aprista fundado por Victor Raúl Haya de la Torre. Estos poetas,
militantes del aprismo a inicio de los cuarenta, fueron Gustavo Valcárcel, Manuel
Scorza, Mario Florián, Ignacio Campos, Ricardo Tello, Julio Garrido Malaver, quienes
reivindicaron como paradigma poético a César Vallejo. En resumen, se podría decir,
que la Generación del 50, estuvo constituida por: Alejandro Romualdo, Washington
Delgado, Juan Gonzalo Rose, Carlos Germán Belli, Francisco Bendezú y Pablo
Guevara.
Durante ese decenio y el siguiente el teatro experimenta un período de renovación,
inicialmente con las piezas de Sebastián Salazar Bondy (generalmente comedias de
contenido social) y más tarde con Juan Rivera Saavedra, con obras con fuerte denuncia
social, influidas por el expresionismo y el teatro del absurdo. Durante estos años
penetrará fuertemente la influencia de Brecht entre los dramaturgos.
LA GENERACION DEL 50 EN EL PERU
Los años 50 son los posteriores a los de las primeras elecciones de este siglo. En 1945
resulta elegido Bustamante y Rivero que a la cabeza del frente democrático, inaugura
una etapa que prometía ser renovadora y prospera.
Pero en 1948 el general Manuel Odria da un golpe de estado y persigue a político e
libertades y de clima político autoritario, la literatura y las artes resulta un bastión en
donde las inquietudes revolucionarias de la juventud se refugian y desde donde poetas
intelectuales y artistas continúan su crítica al régimen.
El lenguaje de estos poetas se podría calificar de hermético y sofisticado, con imágenes
complejas.
Resultaría así, dirigido a una elite. Encontramos entre ellos a Javier Sologuren, Jorge
Eduardo Eielson, Blanca Varela y Francisco Bendezú.
Los poetas sociales presentan una marcada influencia de Vallejo, Neruda y varios de los
españoles del 27. Por su preocupación política y su acercamiento a la realidad,
intentaron una poesía de lenguaje claro e imágenes directas, de manera tal que pudiera
ser entendido por todos sin dificultad. Dentro de este grupo se puede mencionar a
Alejandro Romualdo y a Gustavo Valcárcel, principalmente.
Sin embargo, las líneas que dividen a ambos grupos son muy suaves y muchas veces se
confunden con facilidad. Muchos de los llamados poetas puros plasmaron en diversas
oportunidades en sus obras preocupaciones sociales, lo mismo varios de los ubicados
dentro del grupo de los sociales escribieron lo que se llama poesía pura.
Vemos entonces que esta falsa dicotomía se sustento principalmente en el tipo de poesía
que predominantemente escribieron los autores y no en rasgos absolutos.
Encontramos además otros poetas a los que no se les puede situar en ninguna de las dos
corrientes, puesto que en sus obras (en sus diferentes libros y hasta dentro de un mismo
poema) integran, con igual magnitud, elementos de ambas líneas. Entre estos últimos es
posible citar a Washington Delgado, Juan Gonzalo Rose, Sebastián Salazar Bondy y
Carlos Germán Belli.
Entre las características compartidas por todos los poetas del 50 se pueden mencionar
las siguientes:
• Valoración muy alta de la función del ritmo y la musicalidad en el poema.
• Ingreso de la cotidianidad en el lenguaje del poema
• Fuerte influencia de la tradición española
La generación del 50 en el Perú
- INTRODUCCIÓN -
- ¿Por qué “La palabra del mudo”?
- ¿Quién es el protagonista en la narrativa urbana?
- ¿Qué legados nos dejó la Generación del 50?
LECTURA MOTIVADORA:
LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS
(Fragmento)
A las seis de la mañana la ciudad se levanta de puntillas y comienza a dar sus
primeros pasos. Una fina niebla disuelve el perfil de los objetos y crea como una
atmósfera encantada. Las personas que recorren la ciudad a esta hora parece que
están hechas de otra sustancia, que pertenecen a un orden de vida fantasmal. Las
beatas se arrastran penosamente hasta desaparecer en los pórticos de las iglesias.
Los noctámbulos, macerados por la noche, regresan a sus casas envueltos en sus
bufandas y en su melancolía. Los basureros inician por la avenida Pardo su paso
siniestro, armados de escobas y de carretas, esta hora se ve también obreros
caminando hacia el tranvía, policías bostezando contra los árboles, canillitas
morados de frío, sirvientas sacando los cubos de basura. A esta hora, por último,
como a una especie de misteriosa consigna, aparecen los gallinazos sin plumas.
A esta hora el viejo don Santos se pone la pierna de palo y sentándose en el
colchón comienza a berrear:
-¡A levantarse! ¡Efraín, Enrique! ¡Ya es hora!
Los dos muchachos corren a la acequia del corralón frotándose los ojos legañosos.
Con la tranquilidad de la noche el agua se ha remansado y en su fondo transparente
se ven crecer yerbas y deslizarse ágiles infusorios. Luego de enjuagarse la cara,
coge cada cual su lata y se lanzan a la calle. Don Santos, mientras tanto, se
aproxima al chiquero y con su larga vara golpea el lomo de su cerdo que se revuelca
entre los desperdicios.
-Todavía te falta un poco, marrano! Pero aguarda no más, que ya llegará tu turno.
-Efraín y Enrique se demoran en el camino, trepándose a los árboles para arrancar
moras o recogiendo piedras, de aquellas filudas que cortan el aire y hieren por la
espalda. Siendo aún la hora celeste llegan a su dominio, una larga calle ornada de
casas elegantes que desemboca en el malecón.
Ellos no son los únicos. En otros corralones, en otros suburbios alguien ha dado la
voz de alarma y muchos se han levantado. Unos portan latas, otros cajas de cartón,
a veces sólo basta un periódico viejo. Sin conocerse forman una especie de
organización clandestina que tiene repartida toda la ciudad. Los hay que merodean
por los edificios públicos, otros han elegido los parques o los muladares. Hasta los
perros han adquirido sus hábitos, sus itinerarios, sabiamente aleccionados por la
miseria.
Efraín y Enrique, después de un breve descanso, empiezan su trabajo. Cada uno
escoge una acera de la calle. Los cubos de basura están alineados delante de las
puertas. Hay que vaciarlos íntegramente y luego comenzar la exploración. Un cubo
de basura es siempre una caja de sorpresas. Se encuentran latas de sardinas,
zapatos viejos, pedazos de pan, pericotes muertos, algodones inmundos. A ellos
solo les interesa los restos de comida. En el fondo del chiquero, Pascual recibe
cualquier cosa y tiene predilección por las verduras ligeramente descompuestas. La
pequeña lata de cada uno se va llenando de tomates podridos, pedazo de sebo,
extrañas salsas que no figuran en ningún manual de cocina. No es raro, sin embargo
hace un hallazgo valioso. Un día Efraín encontró unos tirantes con los que fabricó
una honda. Otra vez una pera casi buena que devoró en el acto. Enrique, en cambio,
tiene suerte para las cajitas de remedios, los pomos brillantes, las escobillas de
dientes usadas y otras cosas semejantes que colecciona con avidez.
Después de una rigurosa selección regresan la basura al cubo y se lanzan sobre el
próximo. No conviene demorarse mucho porque el enemigo siempre está al acecho.
A veces son sorprendidos por las sirvientas y tienen que huir dejando regado su
botín. Pero, con más frecuencia, es el carro de la Baja Policía el que aparece y
entonces la jornada está perdida.
Cuando el sol asoma sobre las lomas, la hora celeste llega a su fin. La niebla se ha
disuelto, las beatas están sumidas en éxtasis, los noctámbulos duermen, los
canillitas han repartido los diarios, los obreros trepan a los andamios. La luz
desvanece el mundo mágico del alba. Los gallinazos sin plumas han regresado a su
nido.
NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 50
I. CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL
Sucediendo a la Literatura indigenista, tras la decadencia de la agricultura
descuidada por los gobiernos de turno, emerge apartir de los años 50 la narrativa
urbana. Los narradores de la Generación del 50 registraron personajes y
problemas visibles en esa época producto de las grandes migraciones campesinas y
el crecimiento vertiginoso y desordenado de Lima.
El gobierno militar del general Odría inicia una abultada labor de construcciones
(Grandes Unidades Escolares, hospitales, etc) valiéndose de grandes préstamos. La
oferta laboral y la supuesta posibilidad de una vida mejor «con salud, educación y
trabajo» atraer ingentes cantidades de provincianos, gente de campo que además
de emplearse en albañilería, irá a engrosar las filas del proletariado fabril de Lima.
El migrante se convierte en mano de obra barata para el comercio y la industria. La
ciudad que no había sido preparada para un crecimiento tan vertiginoso se tuguriza
e inicia su expansión por efecto de las urbanizadoras por un lado y las invasiones,
por el otro. Los tenemos de cultivo son sembrados con fierro y cemento, los
arenales y las faldas de los cerros cobijan a quienes no pueden acceder al mercado
inmobiliario. La fisonomía de la ciudad se altera dando lugar a la formación un
gigantesco sector suburbano: barríadas, asentamientos humanos o
eufemísticamente pueblos jóvenes.
II. CARACTERÍSTICAS
1. El escenario foco de la narración es la ciudad.
2. En fatiza el tema urbano: privilegiando la visión de las barriadas
3. El personaje principal es el migrante provinciano
4. Estudia los problemas de la clase media.
5. Favorece el psicologismo como punto de vista del autor.
III. REPRESENTANTES
Eleodoro Vargas Vicuña Taita Cristo
Eduardo Zavaleta Los Ingar
Oswaldo Reynoso Los Inocentes
Enrique Congrains Lima, Hora cero
Julio Ramón Ribeyros La palabra del mudo
Alejandro Romualdo Edición extraordinaria
Washintong Delgado Un mundo divino
Blanca Varela Canto Villano
Enrique Solari Swayne Collacocha
Salazar Bondy El fabricante de deudas
JULIO RAMÓN RIBEYRO
(Lima 1929 - Lima 1994)
Es nuestro más notable cuentista. Hombre de vida sobría, sencilla, pero a la vez
sensible a los aconteceres sacrificados y de angustía del ciudadano común en un
medio pauperrizado como el nuestro, y también atento a las luchas reinvindicativas
del trabajador peruano.
Se dedica desde el comienzo su obra literaria a la renovación de los géneros
narrativos en el Perú. Como Congrains, es un narrador eminentemente urbano. Se
diferencia de sus coetáneos por la elaboración de una tenaz obra, amplia y continua
que crece incesantemente, y por el uso de unas técnicas lógicas, diáfanas y exactas
que permiten la fluidez justa del relato y también la penetración en diversos planos
psicológicos sociales e imaginativos.
En sus primeras narraciones, publicados en revistas a partir de 1951, Ribeyro
muestra preferencia por los cuentos fantásticos. Posteriormente, a partir de su
primer libro, “Los gallinazos sin plumas” (1955) Ribeyro se dedica al realismo
urbano y a la descripción de diversos tipos psicológicos y clases sociales de la
ciudad de Lima principalmente de su clase media y del lumpen marginal de las
barriadas. Posteriormente agrega a su obra numerosos libros de cuentos que luego
ha reunido en cuatro tomos bajo el título general de “La Palabra del Mudo”. Julio
Ramón Ribeyro es un gran narrador, pero principalmente es un cuentista
extraordinario por su dedicación a este género. En sus últimos relatos demuestra
un dominio total de su lenguaje literario y de sus procedimientos narrativos.
Su obra novelística no es desdeñable aunque no inguale la perfección estilística y el
punzante contenido de sus cuentos. Su primera novela “Crónica de San Gabriel”
(1960) exhibe un gamonalismo decadente, muy distinto al de los señores de horca y
cuchillo que aparecen a “El Mundo es ancho y ajeno”. Las siguientes novelas de Julio
Ramón Ribeyro “Los Geniecillos Dominicales” (1965) y “Cambio de Guardia” (1976)
son de temática netamente urbano y se mueven en diversos ambientes: casas
modestas, casas ricas, iglesias y burdeles, la vieja universidad, calles, plazas,
bares y cafés del Centro de Lima o de Miraflores.
Julio Ramón Ribeyro no sólo acierta con su descripción general de la realidad
urbana, sino demuestra, sobre todo, su maestría en la acumulación de pequeños
detalles que le prestan al relato rápidez, luz y armonía. Otro género por el cual
Julio Ramón Ribeyro se siente atraído es el teatro. Su primera obra teatral es
“Santiago, el pajarero”, donde muestra influencia del teatro de Bertolt Brecht.
En 1994 se le otorgó el premio “Juan Rulfo”. En ese mismo año fallece en Lima.
OBRAS:
• Crónica de San Gabriel (1960)
1. Novelas • Los geniecillos dominicales (1965)
• Cambio de guardia (1976)
2. Cuentos • La palabra del mudo
(Colección de cuentos de IV
volúmenes, 1955)
• Sólo para fumadores (1985)
3. Ensayos • La caza sutil (1975)
• Prosas apátridas (1975)
• Santiago, el pajarero (1965)
4. Teatro • Confusión en la prefectura (1968)
• Atusparia
ESTILO
• Linealidad en el relato.
• Sencillez, fluidez, vivencias de fino humor.
• Su inverso narrativo es la ciudad mostrando angustias y frustraciones de sus
personajes.
• Destacan dos mundos: la oficialidad versus la marginalidad.
“LA PALABRA DEL MUDO”
¿Por qué la palabra del Mudo?
“Porque en la mayoría de mis cuentos se expresan aquellos que en la vida están
privados de la palabra, los marginales, los olvidados, los condenados a una
existencia sin sintonía y sin voz. Yo les he restituido ese hálito negado y les he
permitido modular sus anhelos y sus arrebatos y sus angustias”.
(De una carta de J.R. Ribeyro al
Editor,
15 de Febrero de 1973)
“La palabra del mudo” es la obra de mayor envergadura de Ribeyro, es una
colección de cuentos en cuatro volúmenes: Vol I: “Los gallinazos sin plumas” (1955)
“Cuentos de circunstancias” (1958); “Las botellas y los hombres” (1964). Vol II:
“Tres históricos sublevantes” (1964); “Los cautivos” (1972); “El próximo mes me
nivelo” (1992). Vol III: “Silvia en el rosedal”. Vol IV: “Cuentos santacrucianos”
(1992).
Tanto la fantasía como la marginalidad y la fustración son las constantes por donde
van a discurrir sus innumerables historías. Todo esto nos está demostrando que las
historías de Ribeyro se sostienen internamente por medio de un correlato tenue
pero coherente; su estructura cuentista sería semejante a una deslumbrante y
prodigiosa telaraña en la cual se percibe el secreto talento, la misteriosa sabiduría
de un artífice que con paciente conocimiento ha sabido anudar cada uno de los hilos
sin que nada, absolutamente nada, quede al azar.
La obra de Ribeyro trasunta una actitud escéptica; según Antonio Cornejo Polar,
este escepticismo deriva del examen del entorno, examen que demuestra la
intrascendencia de las acciones de los hombres y el sin sentido de la historia.
En el mundo representado observamos una dicotomía fundamental: oficialidad,
marginalidad. Donde el mundo oficial agrede insistentemente al mundo marginal. La
opciones son solamente individuales o particulares. No hay acciones colectivas.
“La palabra del mudo” reúne en una sola colección los cuentos que se publican en los
siguientes libros:
1. Los gallinazos sin plumas (1955) (Conjunto de cuentos urbanos y marginales)
2. Cuentos de circunstancias (1958) (Libro de cuentos fantásticos)
3. Tres historias sublevantes (1964) (Simbolizan la Costa, Sierra y Selva)
4. Las botellas y los hombres (1964) (Habla de la fustración y soledad de la clase
media capitalina)
5. Los cautivos (Relatos de escenarios europeizantes)
6. El próximo mes me nivelo (1972) (Temas didácticos nacionales)
7. Silvia en el rosedal (1977) (De notable perfección estilística)
• Algunos de sus cuentos más celebres son: Alienación, La Insignia, La botella de
chicha, El jefe, El profesor suplente, etc.
LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS
Don Santos, un anciano cojo, y sus dos nietos: Efraín y Enrique, habitan el mismo
corralón, junto a un cerdo (Pascual), al cual Efraín y Enrique tienen que conseguir
comida a como dé lugar. Todo el cariño de Don Santos está dirigido al cerdo en
quien ve su fortuna, es por ello que obliga a los niños a trabajar aun estando
enfermos. Cuando Efraín enferma y no se puede levantar a cumplir su diario
martirio, el despiadado abuelo envió a Enrique a los muladores. Cuando dos
muchachos enfermos y cansados no pudieron cumplir con los cada vez más
exigentes requerimientos del abuelo, éste sin ningún miramiento cogió a Pedro, el
perro de los niños y los arrojó al chiquero.
Al regresar Enrique con los cubos llenos de comida se da cuenta que el perro está
siendo devorado, indignado, se acerca al abuelo y le golpea el rostro con una vara,
el viejo retrocede y cae de espaldas al chiquero. Luego fugará junto con su
hermano.
CRÍTICA
Es un excelente cuento que refleja la miserable existencia del provinciano
(migrante) que está obligado a vivir en medio de los lupanares por su paupérrimas
situación económica, naturalmente como consecuencia de un orden social injusto e
inhumano; donde existen clases sociales, viviendo el rico a costa del trabajo y
sufrimiento del pobre.
como extendía la insignia de plata por todos los confines del continente. Cuando
regresé, después de un año de intensa experiencia humana, estaba tan
desconcertado como cuando ingresé a la librería de Martín. Han pasado diez años.
Por mis propios méritos he sido designado Presidente. Uso una toga oriada de
púrpura con la que aparezco en las grandes ceremoniales. Los afiliados me tratan
de Vuecencia. Tengo una renta de cinco mil dólares, casas en los balnearios,
sirvientes con librea que me respetan y me temen, y hasta una mujer encantadora
que viene a mi por las n oches sin que yo la llame. Y a pesar de todo esto, ahora,
como el primer día y como siempre, vivo en la más absoluta ignorancia, y si alguien
me pregunta cuál es el sentido de nuestra organizacón, yo no sabría que
responderle. A lo más me limitaría a pintar rayas rojas en una pizarra negra,
esperando confiado los resultados que produce en la mente humana toda
explicación que se funda inexorablemente en la cábala.
BLANCA VARELA
Nació en Lima en 1926 en el seno de una familia de escritores y artistas. En 1943
ingresó a la UNMSM para estudiar letras y educación. Conoció entonces al poeta
Sebastián Salazar Bondy, quien condujo sus lecturas hacia los clásicos españoles,
los románticos franceses, las vanguardias y la poesía peruana contemporánea sobre
todo la de Adolfo Wesphalen (1911).
En 1959 mientras vivía en Washington de hacer periodismo y traducciones, Varela
terminó su primer libro, Ese puerto existe que reunía su obra escrita desde 1949.
Luego vino Luz del día (1960 - 1963) Valser y otras confesiones (1971). Más tarde
en 1978, realiza la primera recopilación de su escritura en Canto Villano, mismo que
el fondo de Cultura Económica editaría en 1986. En 1999 aparece su «Concierto
animal». El 30 de Marzo del 2001 fue galardona con el premio Octavo Paz de
Poesía y Ensayo. El reconocimiento consistía en un diploma y la suma de cien mil
dólares.
Varela es una poeta perteneciente a la Generación del 50 que entre otros cuenta
con destacadores escritores con Javier Sologuren, Jorge Eielson y Carlos Germán
Belli.
CANTO VILLANO: Poesía reunida, 1949 - 1983, es una poesía que no hace
concesiones al lector, no habla de la pureza y esplendor de la rosa como es el caso
de otros poetas sino, que al contrario, protesta por su «detestable perfección».
Blanca Varela afila las palabras como si se trataran de una navaja y rasga la piel de
la realidad para mostrarnos su carne viva. Lo oscuro, lo negro, la sombra, la noche
y la muerte son expresiones que se repiten continuamente. Una visión inquietante
y trágica de la existencia está coherentemente delineada a lo largo de los cuatro
poemarios que conforman el volumen: Ese puerto existe, Luz del día, Valses y otras falsas confesiones y Canto Villanos.
El espíritu existencialista impregna su obra con una carga de escepticismo y
desesperanza. Una profunda amargura se advierte en poemas como «Camino a
Babel» una de sus piezas mas intensas y reveladoras que pertenece a la colección
que da título al volumen:
“Si golpeas infinitas veces tu cabeza
contra lo imposible
eres el imposible
el otro lado
el que llega
el que parte
el que entiende lo indecible
el santo del desierto que se traga su lengua
el que vuelve a nacer forzando a la madre
de su madre
el nadador contra la corriente
el que asciende de mar a rio
de río a cielo
de cielo a luz
de luz a nada”.
1. ¿Cómo describe Ribeyro a la ciudad cuando ella se levanta?
Rpta.: ..............................................................
2. ¿Por qué se les llama a Efraín y Enrique Los gallinazos sin plumas?
Rpta.: ..............................................................
3. ¿Qué simboliza Pascual en el cuento Los gallinazos sin plumas?
Rpta.: ..............................................................
4. ¿Cuál es el contexto del Perú en la década del 50?
Rpta.: ..............................................................
5. ¿Quiénes son los representantes de la poesía en la generación del 50?
Rpta.: ..............................................................
6. ¿Cuáles son las características de la narrativa en la Generación del 50?
Rpta.: ..............................................................
7. ¿Qué es La palabra del mudo?
Rpta.: ..............................................................
8. ¿Por qué la obra de Ribeyro se llama La palabra del mudo?
Rpta.: ..............................................................
9. ¿Qué importancia tiene la insignia en La insignia?
Rpta.: ..............................................................
10. ¿Quién es Blanca Varela?
Rpta.: ..............................................................
1. ¿Qué personaje no pertenece a Los gallinazos sin plumas?
A) Pascual B) Efrain
C) Enrique D) Don Santos
E) Roberto López
2. Simboliza la esperanza de superación en Los gallinazos sin plumas.
A) Pascual B) Efraín
C) Don Santos D) Enrique
E) Martín
3. ¿Qué hecho no pertenece a la Generación del 50?
A) El Ochenio de Odría.
B) Construcción de grandes ciudades escolares.
C) Migración del campo a la ciudad.
D) Crecimiento de Lima.
E) Beneficio de la clase baja.
4. ¿Qué autor no pertenece a la Generación del 50?
A) Eleodoro Vargas Vicuña
B) Carlos E. Zavaleta
C) Oswaldo Reynoso
D) Clemente Palma
E) Enrique Congrains
5. Marque la alternativa incorrecta sobre Julio Ramón Ribeyro.
A) Es uno de los mejores cuentistas del Perú.
B) Su obra es tenaz, amplia y continua.
C) Los gallinazos sin plumas es una muestra del realismo urbano.
D) Su primera novela fue Cambio de guardia.
E) Ganó el premio "Juan Rulfo" en 1994.
6. ¿Qué obra forma parte de la producción teatral de Ribeyro?
A) La palabra del mudo
B) Los geniecillos dominicales
C) Cambio de guardia
D) Atusparia
E) Crónica de San Gabriel
7. No forma parte del estilo de Ribeyro.
A) Linealidad en el relato.
B) Sencillo, fluidez, vivencias de fino humor.
C) Su inverso narrativo es la ciudad.
D) Uso constante del absurdo.
E) Destaca la oficialidad versus la marginalidad
8. ¿Qué cuento no pertenece a Julio Ramón Ribeyro?
A) La insignia
B) Los gallinazos sin plumas
C) Al pie del acantilado
D) Alienación
E) El niño de junto al cielo
9. Es el personaje principal de Alienación.
A) Efraín
B) Enrique
C) Don Santos
D) Roberto López
E) Pascual
10. No es característico de la narrativa de Ribeyro.
A) Sencillo y sobrio B) Fluido
C) Social D) Lineal
E) Aristocrático
11. ¿Qué cuento no pertenece a Julio Ramón Ribeyro?
A) Silvio en el rosedal
B) Sólo para fumadores
C) Entre dos orillas corre el río
D) El próximo mes me nivelo
E) La insignia
12. Sencillez, lenguaje coloquial y linealidad en el relato son características de
A) Mario Vargas Llosa
B) José Diez Canseco
C) Julio Ramón Ribeyro
D) Alfredo Bryce Echenique
E) Alejandro Romualdo
13. De lo anterior, señale cuál es obra dramática de Ribeyro.
A) Santiago, el pajarero
B) La palabra del mudo
C) Crónica de San Gabriel
D) Por las azoteas
E) El profesor suplente
14. El siguiente poema pertenece a:
"Vino el pájaro
y devoró al gusano
vino el hombre
y devoró al pájaro
vino el gusano
y devoró al hombre"
A) Washintong Delgado
B) Blanca Varela
C) Alejandro Romualdo
D) Enrique Solari Swayne
E) Salazar Bondy
15. Ganó el premio "Juan Rulfo" en 1994. Escritor peruano.
A) Alfredo Bryce Echenique
B) Mario Vargas Llosa
C) Julio Ramón Ribeyro
D) Eleodoro Vargas Vic
Migración interna: el caso de la sierra piurana
Por Isabel Berganza
Departamento Pastoral de Movilidad Humana - Conferencia Episcopal Peruana
Desde los años 40 hasta la actualidad, la sociedad peruana ha vivido una intensa
transformación poblacional debido al fenómeno migratorio. Diferentes causas, tales como el
deterioro de la actividad rural, especialmente en la sierra, asociado a la concentración o
escasez de tierras agrícolas, la desigual relación y situación del campo-ciudad y, en los años
1980 al 2000, la violencia interna, condicionaron una tendencia masiva de despoblamiento
rural . De una población mayoritariamente rural en 1940 (65%), el país pasó a tener una
población predominantemente urbana en 1972 (60%), tendencia que sigue en aumento. Para
el año 2007 el 76% de los peruanos y peruanas residían en área urbana.
Por una parte, hay una tendencia migratoria hacia las grandes ciudades, especialmente hacia
la capital del país. Igualmente, se da un proceso de litorización, o tendencia a una alta
concentración de la población en la Costa. En el año 2007, según el Censo, la Costa alberga el
54,6% de la población del país.
Un ejemplo de estos procesos es la Región de Piura y el fenómeno migratorio que ha vivido (y
vive). Según datos del INEI, el 20% de la población de la región Piura no reside en el mismo
distrito de su nacimiento, y el 6% afirma no haber vivido hace cinco años en el distrito en el
que reside actualmente. Esto se debe, sobre todo, a una migración interna dentro de la misma
región y la principal causa es la falta de trabajo y oportunidades de desarrollo en la zona de
origen.
La migración interna, en esta región, se manifiesta de dos formas: temporal “por campaña”,
cuando la gente de la sierra, característicamente agricultora, baja a trabajar a la costa en
campañas de arroz y de otros productos, pero retornan a sus lugares de origen; y otra
definitiva, en la que se asientan en los lugares de trabajo a los que se dirigen.
En las provincias serranas de Piura: Morropón, Ayabaca y Huancambaba existe una migración
interna muy fuerte. La causa fundamental es la situación de pobreza que existe en esta zona
del país. Es una zona agrícola, donde la mayoría de las personas vive de lo que cultiva. Existen
dos carencias muy importantes y que son causa de las migraciones en la zona: la búsqueda de
fuentes de trabajo que permitan una mejora de la calidad de vida y el deseo de recibir una
educación de calidad. Las personas no encuentran el espacio ni las oportunidades necesarias
para desarrollarse. Frente a esto optan por la migración a pueblos más grandes o a las
ciudades.
Además se añade, a esta situación de pobreza, una valoración baja de lo agrícola, pues se
percibe que no es fácil progresar dedicándose a este tipo de trabajo y por ello los jóvenes no
quieren dedicarse al campo. Si se quiere mejorar la calidad de vida hay que migrar,
especialmente, hacia las ciudades grandes de la costa. El imaginario colectivo existente sobre
la migración es que ésta es igual a superación. El que migra puede lograr mejorar su situación,
el que no lo hace, se queda estancado, aunque la realidad confirma que no siempre es así.
Los migrantes internos son jóvenes de ambos sexos, entre 15 y 30 años. Estos, por lo general,
dejan sus chacras y migran en busca de trabajo, se asientan en un determinado destino y
empiezan a “jalar” al resto de su familia. Las mujeres se desplazan para trabajar como
empleadas del hogar.
Como se ha mencionado, una parte de la migración de la sierra piurana tiene su causa en los
estudios. En muchos caseríos sólo hay educación primaria, y para acceder a secundaria tienen
que movilizarse hasta las ciudades cercanas. Igualmente, cuando terminan este nivel, en la
zona sólo existen institutos superiores. Por esta razón, si aspiran a estudiar en la universidad,
los jóvenes tienen obligatoriamente que migrar a ciudades más grandes, fundamentalmente
de la cosa (Piura, Chiclayo, Trujillo e incluso Lima). Pero el ir a estudiar fuera supone un
desembolso económico muy fuerte, que no todas las familias pueden permitírselo. Por este
motivo sólo salen aquellos que tienen recursos económicos para hacerlo. También influye si ya
tienen familia residiendo en la ciudad de destino y el joven tiene un lugar donde llegar.
En estos casos, los padres viven la migración con un doble sentimiento. Por una parte, desean
que sus hijos progresen y tienen la conciencia de que la migración será la única manera. Por
otra, saben que eso supone que los hijos no continuarán con su trabajo en el campo. Por ese
motivo, también hay padres que no permiten que sus hijos sigan estudiando. Los jóvenes, por
su parte, viven de manera natural el tener que migrar para estudiar, es algo normal. Incluso las
instituciones públicas de la zona fomentan la migración como una manera de seguir
estudiando y mejorar la situación económica de la zona.
Una vez que los jóvenes han migrado no suelen regresar más que de visita, ya que no existen
las condiciones necesarias para que lo hagan, ya que no encuentran fuentes de trabajo. Incluso
aquellos jóvenes que han estudiado en la zona, tienen que salir a trabajar fuera.
Otro fenómeno muy característico de la sierra, fundamentalmente de los caseríos de la
provincia de Huancabamba, es la migración hacia la selva para trabajar en la agricultura, sobre
todo en la cosecha del arroz y del café. La causa de esta migración también es la falta de
oportunidades en la zona. Las personas cultivan sus campos, se van a trabajar a la selva y
regresan a sus caseríos de origen para la cosecha. Es una realidad que se viene produciendo
hace tiempo y que es fundamentalmente de hombres. Las mujeres se quedan a cargo de la
chacra y de los niños.
En la mayoría de los casos es una migración de ida y vuelta, aunque a veces también consiguen
terrenos y se van para asentarse ahí con toda la familia.
Las personas van en grupo, se juntan y viajan a una ciudad de la selva. Allá acuden a los lugares
que ya conocen, donde el patrón contrata a personas para los trabajos de temporada. El
patrón les da alojamiento y comida, y un pequeño sueldo. Normalmente las condiciones de
trabajo que encuentran no son las mejores, lo que muchas veces tiene consecuencias en su
salud. Debido a estas condiciones que encuentran y al dinero que consiguen reunir, no está
muy claro que les merezca la pena ir, aunque afirman que no hay otra posibilidad en su zona,
así que siguen viajando.
Esta realidad de la sierra “exportadora de personas” ha producido en ocasiones un
despoblamiento fuerte en algunas zonas, lo que a su vez ha llevado a un aumento de la
pobreza, pues no hay personas para poder sembrar las tierras y estas se van perdiendo. Por lo
tanto, no podemos romper el fuerte vínculo existente entre las migraciones y el desarrollo,
especialmente un desarrollo humano, sostenible y equitativo.
Publicado en Revista Intercambio Nº 14 (Octubre 2010)
Publicado por Jesuitas Migraciones Peru en 11:38
MIGRACIÓN NACIONAL INTERNA
1. MIGRACIÓN INTERNA:
Las migraciones internas constituyen procesos sociales que tienen un carácter histórico
estructural, las mismas que adquieren características significativas por su intensidad a
partir de la década del 50, contribuyendo a acelerar el proceso de urbanización y
litorización en el Perú, con el crecimiento inicial de las ciudades de la costa,
posteriormente algunas ciudades de la sierra y más recientemente, otras menores que
abren un proceso de selvatización, urbano-rural.
La contribución de las migraciones en la redistribución de la población en nuestro
territorio, se evidencia en la aparición de nuevos focos de atracción de población. En el
periodo 1981-1993, puede observarse cómo se acentúan y expanden estas tendencias en
especial en ciertas reas de la selva alta (San Martín y Ucayali) y en algunas ciudades
que corresponden al Trapecio Andino. De otro lado, aunque se aprecia un descenso
relativo de las migraciones a Lima Metropolitana; en términos absolutos el incremento
es significativo. La capital sigue siendo la principal receptora de población a nivel
nacional.
Las migraciones están articuladas y condicionadas por otros procesos socio-económicos
que giran en torno a la estructura productiva, especialmente la agropecuaria, la
violencia, el narcotráfico, etc. a los cuales hacemos referencia pero no con la
rigurosidad del caso. Hablar de las migraciones internas en el Perú conlleva riesgos
como caer en generalidades o eludir aspectos sin duda importantes. Sin embargo,
haremos el esfuerzo de abordar las tendencias más relevantes de este proceso.
2. CONDICIONANTES ECONÓMICO-SOCIALES ASOCIADOS:
En el capítulo anterior estudiamos las causas por las cuales la gente tendía a migrar.
Eso, de un punto de vista general, que se puede aplicar a las diferentes realidades de
distintos países. En el caso del Perú, también se dio la migración condicionado por
distintos factores singulares, entre ellas, la producción cocalera y la violencia por el
terrorismo.
1. En la década del 80, a la escasez de tierras de cultivo, la concentración de la
propiedad, el predominio de tierras de secano, la presión demográfica sobre la
tierra, la falta de apoyo técnico y crediticio, además de oportunidades de empleo,
educación y recreación, como condicionantes de la migración, se añade un
nuevo elemento: la espiral de violencia, índole a la migración interna un carácter
compulsivo y masivo. La violencia terrorista se focalizó en la sierra central del
país. Se estima que aproximadamente 200 mil familias (alrededor de 1 millón de
personas) han sido desplazadas por la violencia entre 1980 y 1992. Los 5
primeros años de la década del 80, los atentados violentistas estuvieron
focalizados principalmente en el departamento de Ayacucho y en menor medida
Junín, Huancavelica, Cusco, Arequipa y Apurímac. Entre 1983-85 se habrían
producido el 23% del total de desplazados, esencialmente de procedencia
ayacuchana. A partir de 1985 las acciones subversivas se incrementan de manera
alarmante en Lima y Callao, pasando de 16.6% en 1984 a alrededor de 30% en
los años 1985, 1986 y 1987. Declina ligeramente los años siguientes y adquiere
características dramáticas a partir de 1991, registrando casi la mitad de todos los
atentados del país. Entre 1986 y 1989 los desplazamientos se elevan al 45%.
La escalada de violencia originada en Ayacucho, se extiende a la Sierra Central
(Junín, Huancavelica), Sierra Norte (Ancash) y posteriormente hacia el resto y
del país. Entre 1989 y 1993, el promedio anual de atentados subversivos fue de
2,725, significativamente mayor al registrado entre 1981-88, con una media de
1749. El incremento de las últimas acciones subversivas, además de Lima, se
opera en Junín, Ayacucho, Ancash, Huancavelica y en menor medida Huánuco.
Son precisamente estos 4 últimos departamentos que en el quinquenio (1988-93)
expulsan mayor volumen de población. Entre 1990-92 se producen el 27% de
desplazados por la violencia.
Según regiones naturales, se observa que desde el inicio de las acciones
subversivas más del 50% de las mismas tuvieron lugar en la sierra, llegando
incluso al 72% en los años 1983 y 1984. A partir de 1990 declinan, ubicándose
alrededor de 40%, pasando la capital de la República a concentrar la mayoría de
los atentados. Las áreas de recepción más importantes de los desplazados
después de Lima son Junín, Cusco, Ica, y los mismos departamentos de
Huancavelica, Apurímac y Ayacucho. La inmigración se orienta principalmente
hacia el área urbana especialmente a sus capitales departamentales.
2. VIOLENCIA Y DESPLAZAMIENTO DE POBLACIÓN
3. PRODUCCIÓN DE COCA Y MIGRACIONES
En la década del 80 y los primeros años del 90 varias actividades económicas de la
Selva, especialmente de la parte alta, se encuentran influenciadas por el narcotráfico, el
mismo que ha contribuido significativamente a un mayor crecimiento demográfico
especialmente de sus ciudades. En esta década de 20 importantes productos tropicales,
la coca ocupaba formalmente el sexto lugar con 26,000 hectáreas de cultivo. Los
primeros lugares se reservaban para el café, maíz y arroz con 249 mil, 163 mil y 127 mil
hectáreas de cultivo respectivamente. Sin embargo, por estos años la superficie cocalera
era realmente mayor. Según la ENACO los cultivos de coca en 1980 se estimaron en
35,000 hectáreas, aumentando en 1986 a 135,000. Según fuentes de la DINANDRO la
superficie cultivada de coca se estima que decrece de 129 mil a 108 mil hectáreas entre
1992 y 1994 respectivamente. En el primer año más del 55% de la superficie cultivada
se concentraba en el valle del Huallaga, ubicado mayormente en el departamento de San
Martín, descendiendo al 47 y 41 por ciento en los años 1993 y 1994 debido a la
erradicación y represión de estos cultivos especialmente en el Alto Huallaga.
Entre 1993 y 1994 la producción de coca evoluciona favorablemente de 55,500 a más
de 163,000 toneladas métricas. En el primer año el 58% de esta producción corresponde
al valle del Huallaga, descendiendo después al 51%. La misma fuente afirma que 200
mil familias se dedican al cultivo de la coca o a la producción de droga, quiere decir que
un millón de personas vivirían de este negocio ilícito. Muchas de las cuales
anteriormente se dedicaban a cultivos legales pero no encontraron canales adecuados de
comercialización y precios razonables para sus productos. Además conspiraba contra
esta población su aislamiento por la ausencia de vías secundarias de comunicación. A
esto habría que agregar la degradación de la capacidad productiva del suelo, la baja
productividad, la baja capitalización y baja rentabilidad. Para estos agricultores, muchos
de ellos inmigrantes serranos, la coca resuelve los problemas de rentabilidad, estabilidad
y adaptabilidad que no tienen otros productos tropicales.
En 1993, San Martín es el quinto departamento del país con mayor volumen de
inmigrantes. Entre 1981 y 1993‚estos se incrementaron rápidamente en 100,000
personas, el más numeroso después de Lima-Callao. Sólo entre 1988 y 1993 llegaron
70,000. Ucayali es otro departamento cuya población inmigrante aumenta
significativamente (55,000) entre 1981 y 1993. En estos departamentos se opera un
proceso de selvatización que implica un crecimiento demográfico urbano-rural.
2. Los movimientos migratorios se explican por el desarrollo desigual de las áreas.
Sin la comprensión de la estructura desigual del desarrollo en el orden espacial
no pueden ser comprendidas, las causas de los cambios de población en la
ocupación del territorio. Las áreas de mayor atraso expulsan población hacia
otras que presentan mejores condiciones. Por tanto los desequilibrios regionales
asociados a la existencia de una sobrepoblación relativa regional, constituyen el
punto de partida en la explicación de los flujos poblacionales desde las reas
rurales a las urbanas y de la Sierra a la Costa y la Selva.
1. Durante las últimas seis décadas la sociedad peruana ha estado marcada
por una clara tendencia a la urbanización, expresada en la redistribución
poblacional en el territorio. Los flujos migratorios se evidencian,
primero, a través de un acelerado crecimiento de la población de las reas
urbanas, así como de un lento crecimiento y una pérdida relativa de
población de las áreas rurales.
Los cambios en la composición de la población peruana entre 1940 y
1993, son significativos. De una población mayoritariamente rural en
1940 (65%) pasa a una población predominantemente urbana en 1972
(60%), aumentando su participación en 1993 a 70%. La población
urbana ha crecido mucho más rápidamente que la rural. As¡, las tasas de
crecimiento de la primera en los períodos 1940-61 y 1981-93 fueron de
3.7 y 2.8 por ciento respectivamente. Mientras que la segunda en los
mismos periodos creció a un promedio de 1.3 y 0.9 por ciento
respectivamente. Se aprecia en el último periodo un descenso relativo de
la velocidad de la urbanización.
De 1940 a 1993, la población urbana ha crecido 6 veces, mientras la
población nacional casi 3 veces, la rural apenas en 0.6. Dada la
intensidad del crecimiento demográfico urbano en 4 departamentos
(Ucayali, Ica, Loreto y Piura), casi duplican su participación relativa
entre 1940 y 1993. En otros 4 departamentos (Tumbes, Ancash, La
Libertad y Madre de Dios) se incrementan en más del doble y un
departamento (Moquegua) más que triplica su aporte porcentual urbano.
Por el volumen de población urbana destacan los departamentos de
Lima, Piura, La Libertad, Arequipa, Lambayeque, Junín y Ancash.
Todos los departamentos de la Costa, así como los de la Selva, tienen
poblaciones predominantemente urbanas. Hacia estos confluyen los
principales desplazamientos poblacionales, teniendo como punto de
origen la región andina.
El predominio de la población urbana, expresión del proceso de
urbanización de la sociedad peruana, cobra especial interés en la década
de 1980. El crecimiento desigual entre las áreas urbana y rural, debido al
flujo de migrantes orientado a las ciudades de mayor tamaño, se ha
ampliado a otras intermedias y menores, configurando un proceso de
urbanización secundaria.
2. CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN URBANO-RURAL:
La población de las ciudades evidencia un rápido crecimiento. Se
advierte la presencia de 32 ciudades que en 1940 representaban más del
18% de la población nacional y en 1993, superan el 50%. Es decir, más
de la mitad de la población del país se distribuye en apenas 32
localidades urbanas.
Para 1940, sólo una ciudad con más de 100 mil hab., albergaba al 10%
de la población del país. Para 1993, existen 17 ciudades con más de
100,000 hab. que concentran más del 45 por ciento de la población del
país. En este contexto, la participación de Lima Metropolitana
evoluciona del 10 por ciento en 1940 a cerca del 29 por ciento en 1993,
es decir, casi, uno de cada tres peruanos vive en la capital de la
República. Esta concentración de población tiene que ver con la débil
existencia de ciudades secundarias.
La población de las 32 localidades urbanas, incluidas las capitales de
departamento, poseen altas tasas de crecimiento demográfico, entre
1981-93. Pero varias son decrecientes respecto a períodos anteriores
(1961-72 y 1972-81) especialmente aquellas superiores a 100,000
habitantes como Lima Metropolitana, Arequipa, Trujillo, Chiclayo,
Piura, Iquitos, Sullana, Ica y Cusco, entre otros.
En el mismo periodo (81-93) se advierte el acelerado crecimiento
demográfico de otro grupo de ciudades, con tasas ascendentes, como
Pucallpa (5.6%), Huánuco (5.6%), Tarapoto (6.9%), Abancay (7.4)%),
Huancavelica (3.3%), Moyobamba (4.6%), Chachapoyas (2.4%),
Tocache (15.4%), Moquegua (4.8%) y Huancayo (3.8%). La mayor parte
de estas ciudades corresponden a la Selva y algunas a la Sierra que
secundariamente configuran nuevos focos de atracción y concentración
de población en el conjunto de conglomerados urbanos del país.Esta
redistribución de la población especialmente en los espacios urbanos
andinos y selváticos, responde en la última década a una dinámica
influida por la violencia y por actividades vinculadas al narcotráfico. De
todas formas, las ciudades de la costa siguen constituyendo los
principales focos de atracción de población.
3. EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES:
4. LITORIZACIÓN Y SELVATIZACIÓN:
3. LA REDISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN EN EL PERÚ:
La distribución de la población según Regiones Naturales se ha transformado
significativamente en los últimos 50 años, como consecuencia de las migraciones
internas, generándose un doble y simultáneo proceso de litorización y urbanización
acelerado, o lo que es lo mismo una alta concentración de la población en la Costa y en
las principales ciudades del país. Siendo los más importantes desplazamientos de
población los rural urbanos y Sierra-Costa, puede advertirse en estas dos últimas
décadas una moderada reorientación de los movimientos migratorios hacia la Región de
la Selva, especialmente a su parte alta. Por el interés que adquieren estos últimos
desplazamientos podría hablarse de un proceso de selvatización, que incluye no sólo el
poblamiento de las principales ciudades, sino también de las áreas rurales.
La Región de la Costa, principal receptor de los flujos migratorios andinos, concentra la
mayor población. Entre 1940 y 1993 eleva su participación del 28 al 52 por ciento de la
población total del país. La Costa es una estrecha franja de cerca de 130,000 km2 donde
residen más de 15'500,000 habitantes generando una densidad de 120 personas por km2.
Esta región posee las ciudades m s importantes del país, las tierras m s ricas, casi en su
totalidad irrigadas, permitiendo desarrollar una agricultura de alta productividad
(algodón, azúcar, arroz). La tasa de crecimiento demográfica entre 1981 y 1993 es de
2.6 por ciento. Contiene además el conglomerado urbano más importante del país: El
Área Metropolitana de Lima y Callao con una población 10 veces mayor respecto al año
1940.
La Selva, a partir de 1,940 comienza a crecer significativamente. En ese año
representaba cerca del 7% de la población nacional; en 1,972 aumenta al 10%, llegando
en 1993 al 12.1%. Su dinámica demográfica se expresa también en tasas de crecimiento,
muy superiores a las del país y en evidente detrimento de la región serrana. La Selva
tiene dos subregiones: Alta y Baja, que es la más extensa. Hasta 1961 la Selva baja tenía
una población superior. En 1972, la población de la Selva Alta es mayor, tendencia que
se acentúa entre 1981-1993, con una tasa de crecimiento que alcanza a 3.5 por ciento
mientras que la selva Baja llega a 3.1 por ciento.
Esta rápida expansión selvática en el curso de medio siglo, es resultado del
desplazamiento de amplios sectores de población serrana, generando mayormente las
denominadas colonizaciones espontáneas y en menor medida las colonizaciones
dirigidas. Al igual que en otras regiones del país, la selva, experimenta un rápido
proceso de concentración urbana, pero que no hace perder la importancia de las reas
rurales. La presencia significativa de la población urbana sería mayor, si no estuviera la
rural nutriéndose continuamente con el arribo de cientos de nuevos colonizadores. El
proceso de selvatización involucra el crecimiento de la población urbana y rural. Esta
última sigue creciendo en términos absolutos contribuyendo a expandir la frontera
agrícola. La población rural de los departamentos de San Martín y Ucayali configuran
altas tasas de crecimiento llegando a 3.8% y 5.1% respectivamente. La inserción de los
inmigrantes en las ciudades selváticas, en general, es precaria y desordenada, la barriada
resulta siendo el inevitable lugar de asentamiento poblacional.
CAPÍTULO III
LAS MIGRACIONES EN EL SUR DEL PERÚ
1. Para una mejor comprensión de la migración interna, se abordarán los
desplazamientos poblacionales en el marco de la Región Sur, con su principal
centro, la ciudad de Arequipa y otras importantes como: Cusco, Puno y Juliaca
en la Sierra; Tacna en la Costa, importantes ejes comerciales y de servicios.
Desde el oncenio de Leguía hasta el gobierno de Bustamante, Arequipa se ve
favorecida por algunas inversiones en infraestructura vial y una política
proteccionista, especialmente industrial. Sobre esta base, se amplía el mercado
interno y surge una incipiente industria de corte regional, asentado en Arequipa,
que estimula las migraciones internas campo-ciudad.
La crisis de la exportación lanar, en la década del 40, posibilita la expansión
industrial y la conversión de comerciantes y capitalistas agrarios en industriales.
Nuevas fábricas emergen en este periodo, como Clisa, Lanificio, Leche Gloria y
otros, que van configurando el mercado de trabajo arequipeño, sobre la base de
la disponibilidad de mano de obra local y la fuerza de trabajo inmigrante que
sale expulsada del agro por la crisis de la lana. En esta década se da el primer
gran flujo migratorio interno campo-ciudad de importancia del siglo XX,
teniendo como destino la ciudad de Arequipa y Lima Metropolitana.
Posterior a la II Guerra Mundial, una nueva etapa se inaugura en la región Sur,
como en el resto del país. El patrón de acumulación ya no se concentran en la
explotación de las actividades primarias extractivas; sino, se diversifican hacia la
agroindustria, la pesca industrial, la industria liviana, los sectores financieros,
comerciales y de servicios. Estas actividades se asientan principalmente en
Lima, Arequipa y en menor medida Trujillo.
Este cambio, en el sur, se expresó mediante:
- Sustitución del desarrollo industrial orientado hacia la región por una relativa
industrialización sustitutiva de carácter dependiente asentada en la ciudad de
Arequipa.
- La emergencia de un dinámico sector exportador sobre la base del cobre de
Moquegua y Tacna, de harina y aceite de pescado de Mollendo, Matarani, Ilo, y
- El estancamiento del sector agrario andino.
Este proceso se da al tiempo que el Estado interviene en respuesta a la iniciativa
de los sectores industriales que proponen un programa de desarrollo regional,
creando en 1964 en la ciudad de Arequipa el Parque Industrial. A la par que
continúa la ampliación de la infraestructura vial, se expande la burocracia estatal
creando oficinas públicas de varios sectores. Todo esto configura la ampliación
del mercado interno regional que abre las posibilidades de una segunda oleada
migratoria hacia la ciudad de Arequipa y a las principales ciudades de la región
y Lima Metropolitana.
En la década del 70, la tendencia del desarrollo desigual de la región no varió
antes bien se complicó a partir de 1975, con la crisis económica del país, que
impactó sobre la estructura productiva y por consiguiente en el empleo, los
niveles de ingresos agravando las condiciones de vida de amplios sectores de la
población. Esta crisis, se acentúa por la espiral de violencia que tiene su punto
culminante el año 1986, con 589 acciones subversivas, mayormente
concentradas en el departamento de Puno (47%), seguido por Apurímac (24%),
Arequipa (17%) y Cusco (12%). En los años posteriores hasta 1992, existen un
promedio de 287 atentados anuales, con la misma tendencia anterior, excepto
1987 y 1988, con acciones concentradas en el departamento de Apurímac. Este
fenómeno y la pobreza, asociada o generada por la crisis económica,
desencadenó desplazamientos poblacionales de carácter compulsivo y orientadas
preferentemente hacia las capitales de provincia, departamento o ejes de
desarrollo regional, reales o potenciales: Arequipa, Cusco, Juliaca y Abancay en
la sierra; Moquegua y Tacna, en la Costa, y Puerto Maldonado en ceja de selva,
como se ver más adelante.
2. ANTECEDENTES Y MARCO CONTEXTUAL:
La participación de los 7 departamentos de la región sur en el PBI nacional,
muestra variaciones significativas en los años 1985 y 2005, 14.0% y 30.3% para
cada año. Estas cifras constituyen casi la tercera parte del aporte de Lima y
Callao. Al interior de la Región, Arequipa contribuye m s al PBI nacional, aún
cuando este es significativamente menor, comparado con Lima ( 5.6% frente a
42.6%). Sin embargo, respecto del PBI regional, Arequipa ocupa un lugar de
privilegio, interviene con más de un tercio, seguido de lejos por el departamento
de Cusco, que recupera el segundo lugar, desplazando al tercer lugar a
Moquegua. Este departamento tuvo un importante cambio en su estructura
productiva después de 1975, debido al dinamismo alcanzado por la producción
minero metalúrgica; antes, su producción se sustentaba en las actividades
agrícola y pesquera. Los departamentos que menos contribuyen al PBI son:
Apurímac en la sierra (0.5%) y Madre de Dios en la selva (0.4%). El examen de
las colocaciones de la banca comercial hace más evidente el rol de Arequipa en
la economía regional. En los últimos años más de tres cuartos de las
colocaciones de la banca comercial de la región se orientan a Arequipa, seguido
de lejos por Cusco.
El ritmo de crecimiento del PBI de los Departamentos de la Región Sur, muestra
tendencias similares a la observada en el nivel nacional. Es decir, declinación del
ritmo de crecimiento posterior al quinquenio 1970-75, hasta llegar a niveles muy
bajos entre 1985-90, sobretodo en Moquegua y Tacna que registran -7.6 y -5.7
respectivamente. El caso de Tacna es particular, pues en los tres quinquenios de
1970 a 1985, presenta un ritmo ascendente (1.4%, 2.0% y 3.2%), descendiendo
abruptamente de 3.2% a -5.7% entre 1985-90.
La recuperación comienza en el periodo 1990-92 alcanzando Moquegua el
crecimiento más alto (11.3%), seguido por Tacna (8.1%) y Madre de Dios
(6.0%). En el mismo periodo los departamentos de Arequipa y Cusco con
mayores niveles de participación en la estructura del PBI. de la región, crecen a
tasas relativamente bajas, 0.1% y 1.5% respectivamente, en el mismo periodo.
Según actividades económicas es sorprendente que el departamento de
Moquegua tenga una Industria Manufacturera que aporta más de la mitad (51%)
al PBI Industrial de la Región; Arequipa por su parte, contribuye con 26%, y
Cusco 10%. En minería, Arequipa y Moquegua comparten el mismo nivel de
participación (24.7% y 25.5%), seguido de Tacna que aporta el 24% del PBI del
sector. En agricultura y ganadería, destaca Arequipa con el 32.5% del PBI
agropecuario regional, seguido por Cusco (30%) y Puno (16%).
3. Indicadores ECONÓMICOS Departamentales de la REGIÓN Sur
La base del proceso de redistribución espacial de la población y por consiguiente
de la concentración urbana, se halla en el intenso e importante desplazamiento
poblacional, que sigue una tendencia creciente y en las postrimerías de la década
del 80 adquiere carácter compulsivo y masivo, en muchas áreas del país;
originado por los atentados terroristas. Las acciones subversivas desde su origen
(1980), han estado focalizadas en las áreas rurales de la sierra, para luego
desplazarse hacia la selva o ceja de selva y posteriormente, las reas urbanas,
preferentemente, Lima. Los departamentos más afectados en el Sur son: Puno,
Apurímac, Arequipa y Cusco.
Según datos del último Censo Nacional, las ciudades de tradición inmigratoria,
como Arequipa, Tacna y Cusco no muestran variaciones significativas. El único
departamento que crece significativamente es Madre de Dios.
En términos absolutos, Arequipa recepción hasta 1993 a 246.5 mil personas,
27% de la población departamental. Junto con Cusco y Tacna cubren el 75.7%
(431 mil personas) de la migración regional.
Arequipa, muestra la proporción más baja de migrantes (36%), respecto del resto
de departamentos de la región como Puno, 84% y Apurímac, 72%. Comparando
con el quinquenio 1976-81, casi todos los departamentos tienen un ligero
incremento de migrantes recientes, respecto de la migración de toda la vida;
excepto Madre de Dios, que presenta un leve descenso. Puno y Apurímac,
participan con más emigrantes recientes. El primero, denota un intenso flujo
migratorio en las últimas décadas, la proporción de inmigrantes está encima del
75% debido a que Puno, en especial Juliaca, constituye un área de tránsito hacia
Arequipa, u otras ciudades de la costa. Apurímac, tiene una importancia
reciente, sobretodo a raíz del incremento de los atentados terroristas, que
repercute negativamente en el campo orientándose la población expulsada a
ciudades como Abancay. Los migrantes recientes, aumentan ligeramente en los
distintos departamentos de la región, a excepción de Madre de Dios. Este último,
sin embargo junto con Tacna participan con migrantes recientes más numerosos
(18% y 19% respectivamente). En cambio departamentos serranos
demográficamente grandes, tienen proporciones menores, Arequipa, 10% y
Cusco, 4%.
En términos absolutos, sin embargo, Arequipa es el departamento con mayor
volumen de inmigrantes recientes, constituyendo 35 % de los migrantes de la
región; seguido por Cusco, y Tacna.
4. LA MIGRACIÓN INTERNA EN LA REGIÓN SUR:
La mayoría de provincias del sur fronterizo, especialmente andino, tienen saldos
migratorios negativos, destacando por su magnitud Chuchito (-11,277),
Huancan‚ (-7,804), y en menor medida, Yunguyo (-4,200). La pérdida de
población nativa es significativa en provincias como Tarata (28%), Tahuamané
(19%), Huancan‚ (17%), Chucuito (16%) y Moho (14%).
La población mayormente afectada es campesina que emigra por las condiciones
desfavorables que tiene en sus lugares de origen. Esta salida de población deja
preocupantes espacios vacíos, precisamente en áreas que deben estar habitadas a
fin de garantizar una viva presencia nacional.
5. LA MIGRACIÓN EN EL SUR FRONTERIZO :
6. TACNA:
Esta ciudad en 1961tenía una población de 28 mil personas, a partir de ese año mantiene
el tercer lugar en la escala de jerarquización urbana, registrando en el último censo una
población de 200 mil personas. El ritmo de crecimiento (4.9%) está por encima del
regional y de las ciudades mayores (Arequipa y Cusco). Tacna se halla articulada al eje
costeño, con Moquegua y en menor medida con la Zona Aymara de Puno (Chucuito).
Las actividades de Tacna, Ilo y Moquegua, están condicionadas por el mercado exterior
y el capital presente en las explotaciones de Toquepala y Cuajone. La infraestructura
económica, productiva y de circulación, soporte de las actividades indicadas, se hallan
concentradas en las ciudades de Ilo y Tacna.
El rápido crecimiento poblacional de la ciudad de Tacna, es resultado primero de la
implementación de proyectos mineros en Toquepala que dinamizó la actividad
económica del sur, y de otro lado, del intenso comercio. Tacna por su situación
fronteriza presenta una alta incidencia de comercio ilegal, que tiende a expandirse hacia
Moquegua, Ilo y Arequipa. Este tipo de actividad muy extendida en la ciudad de Tacna,
expende productos procedentes de Taiwán, Hong-Kong, Singapur y últimamente de
China. El contrabando está prácticamente legitimado, no sólo en Tacna, también en
Juliaca y Puno, lo cual permite la incorporación de un contingente importante de fuerza
de trabajo en la actividad del comercio al por menor, 23.4%, de la PEA de Tacna, sólo
superado por Juliaca.
El Comercio es la actividad económica más destacada de la ciudad de Tacna. Ésta
provincia de Tacna recibió, hasta 1993, de Lima y Callao una inmigración equivalente a
6,200 personas y de Arequipa 3,500. Pero más intensas, son los aportes de 3 provincias
altiplánicas: Puno (4,800), Chucuito (4,700) y el Collao (3,800), hacen un total 13,300
inmigrantes procedentes de Puno; que sumados con todos los demás inmigrantes
hicieron un total 39,000. Esta cantidad de inmigrantes frente a los 15,500 emigrantes,
hace que Tacna tenga un saldo migratorio positivo o bueno.
CONCLUSIÓN
Desde hace 60 años la sociedad peruana muestra un acelerado proceso de urbanización.
Esto se profundiza en las décadas de los 70 y 80 cuando el PBI de la actividad agrícola
y manufacturera disminuyen considerablemente. Grandes cantidades de pobladores,
mayormente de la región andina y las zonas rurales de las costas, emigran a las ciudades
más atractivas económicamente, como Lima metropolitana, Arequipa, San Martín,
Cusco, entre otros; creyendo así encontrar más posibilidades de desarrollo y una mejor
calidad de vida. No obstante, esto no siempre sucede como lo esperan. Las altas tasas de
inmigración llevan consigo, en el Perú, altas tasas de desempleo en las ciudades o
regiones a donde se emigra. La mejor calidad de vida esperada en algunos casos
empeora; esto se evidencia respecto a las tasas de desempleo, si hay más desempleo, el
valor de la mano de obra (que es a lo que más se dedican) disminuye. Nuestros antiguos
antecesores se aferraron en la ganadería y en la agricultura para satisfacer sus
necesidades. El Estado debe intervenir con una política de desarrollo económico que
vaya de acuerdo a las regiones del País. Una política que aproveche las riquezas de cada
piso altitudinal, de cada provincia, si se quiere de cada distrito. Sólo así, quizás,
podamos detener la emigración y los huecos que ésta deja en las zonas abandonadas
(valga decir las zonas rurales); y así también reducir las tasas de desempleo en las
ciudades o al menos mantenerla mas nunca aumentarla, porque esto, sin duda, no
favorecerá al progreso de nosotros y de nuestro país que deseamos desde tiempos
inmemorables
Migraciones
LAS MIGRACIONES DEL CAMPO A LA CIUDAD
Las migraciones.
Los movimientos migratorios ocurridos en el Perú desde 1940 y que se extendieron
hasta la presente década cambiaron para siempre el rostro de la nación. Estos
movimientos se dieron en distintas épocas y con distintos motivos, cambiando a la
sociedad peruana de una sociedad predominantemente rural a una sociedad rural a una
sociedad predominantemente urbana. Para entender mejor los efectos de las
migraciones, podemos ayudarnos en la información de los censos nacionales desde
1940 hasta el 2007, lo cual se resume en el cuadro que se presenta a continuación:
En el cuadro presentado, se puede apreciar cómo en 1940 la población rural llegaba al
65% y disminuye hasta un 255 en el 2007. Por el contrario, la población urbana crece
de 35% en 1940 hasta 75% en el 2007.
Si bien es cierto, las migraciones se dan de todas partes de Perú hacia Lima, es
necesario recalcar que las mayores migraciones se dan de los pueblos de la sierra hacia
las grandes ciudades de la costa peruana, principalmente a la ciudad de Lima. En el
siguiente cuadro podemos apreciar como ha evolucionado la población por región desde
1940 hasta el 2007:
Causas de las migraciones
Como en la mayor{ia de laos fenómenos sociales, existen muchas causas causas
concurrentes para las migraciones:
1. Construcción de carreteras. Luego de la Guerra del Pacífico, se dio en el Perú
un proceso de reordenamiento a gran escala, que entre otras medidas adoptadas,
involucró la construcción de carreteras, lo cual posibilitó la llegada de los
migrantes, principalmente de la sierra.
2. Desarrollo de los medios de comunicación. Las comodidades de la vida
urbana se dieron a conocer por todos los medios, principalmente por la radio, la
cual generó una variedad de reacciones entusiastas, especialmente aquellas de
lograr un consumo e ingresos cada vez más elevados.
3. La crisis que afectó al agro entre 1940 y 1945. Como consecuencia de la
Segunda Guerra Mundial, las haciendas tradicionales serranas y las grandes
explotaciones agroindustriales de la costa comenzaron a despedir en forma
masiva a los peones, debido a la poca seguridad en la venta del azúcar y el
algodón. A esto se sumó el problema de los derechos de propiedad del campo,
pues muchas personas no encontraban la posibilidad de tener propiedad.
4. La menor mortalidad infantil en Lima. En 1940 en Lima fallecían 160 de
cada mil niños, mientras que en el resto del país, la mortalidad era de 181 por
cada mil nacidos vivos. Conforme fueron aumentando los servicios médicos en
el Perú y principalmente en la capital, la diferencia se hizo mayor en 1981. En
Lima morían 44 de cada mil niños, mientras que en el resto del país, la cifra era
de 98 por cada mil.
5. La posibilidad de una mejor remuneración. En 1970, una persona que
abandonaba el campo podía conseguir en Lima un trabajo como obrero por tres
veces el sueldo que lograba en el campo. Si trabajaba como empleado el sueldo
era cuatro veces mayor, mientras que si se empleaba como profesional o técnico,
podía ganar hasta seis veces más.
6. El crecimiento de la administración pública y la posibilidad de acceder a
niveles educativos más altos. El centralismo de la administración pública en
torno a las ciudades, permitía a los migrantes la sensación de cercanía con las
decisiones políticas, mayor rapidez en los trámites burocráticos y la posibilidad
de encontrar una fuente de trabajo en el creciente sector público propició el
ambiente propicio para dejar el campo.
7. Los movimientos terroristas iniciados en la década de 1980. Los dos grandes
movimientos subversivos que causaron tanto daño al país en las décadas de 1980
y 1990, obligaron a muchos pobladores del campo a abandonar sus tierras en
busca de la sensación de seguridad que les ofrecía la capital.
8. La explosión tecnológica de las décadas de 1990 y el 2000. La tecnología
avanza a pasos cada vez más grandes, lo cual ha permitido que en los últimos 20
años, los avances tecnológicos en comunicaciones e informática han ¨aplanado¨
el mundo según la visión del periodista Tom Friedman. Vivimos en un mundo
globalizado con fronteras cada vez más tenues. Con los avances en las
comunicaciones vía satélite y el desarrollo de la internet, los pobladores de los
sitios más alejados tienen acceso a conocer los adelantos científicos y
tecnológicos de un mundo del que son parte y del cual quieren reclamar su parte.
Las migraciones y los conos
Los migrantes se agruparon en torno a tres grandes ejes de comunicación: la Carretera
Panamericana norte, la Carretera Panamericana Sur y la Carretera Central, cubriendo los
tres valles de Lima: Valles de los ríos Chillon, Lurín y Rimac.
El poblamiento del cono norte se inició en la década de 1960, el del cono sur
corresponde a la década de 1970, mientras que el del cono este a la década de 1980.
Este último, principalmente por los migrantes que huyeron de la violencia terrorista
desatada en la sierra peruana.