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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012 5 a SECCION Me atendré a sus indicaciones: no apresurarse, escribir con calma, igual que una rana cuando es- pera tranquilamente a los insectos sobre la flor de loto. Una vez decidido, me pondré en marcha al instante, igual que una rana cuando salta a captu- rar insectos. (Fragmento de Rana, de Mo Yan) E l hecho, en sí mismo, es sobrecoge- dor. Pero desde el jueves, cuando el planeta conoció que había ganado el premio Nobel de Literatura (y cuando buena parte del mundo se enteró, de paso, que él existía) la “cuestión” de la dualidad de sus nombres se instaló en los medios, en la casi totalidad de los casos, con el equivocado tono de la anécdota. El mayor galardón de las letras fue, este año, para el versátil novelista chino Mo Yan, que no se llama así. Su nombre es Guan Moye y lo de Mo Yan no es un pseudónimo sino el nombre que él decidió darse a sí mismo. No es un “apodo”: Mo Yan es el Guan Moye que el propio Guan Moye ve... pero no escucha. Por- que Mo Yan significa “No hables”. Mo Yan es el Guan Moye que no habla porque le dijeron que guardara silencio durante dos décadas. Y es mucho más que eso. Pero la anécdota ha to- mado el camino del mito. Y, como enseñó Roland Barthes, el peaje a pagar en esa ruta es el del vacia- miento y sustitución del significante. Así que la cosa se ha reducido, más o menos, a que el padre de Guan Moye le pidió cuando niño que enmudeciera para evitar en la China comunista que cualquier di- cho del menor de sus cuatro hijos pudiera desatar una persecución política que perjudicara a la fami- lia, campesina pero acomodada. Entonces, le dieron el Nobel al escritor amordazado, que para alimentar la leyenda, dijo muchas veces, en muchas entrevis- tas, que la fuerza de su prosa se encuentra en ese si- lencio de 20 años y, por supuesto, en todo lo que le quedó por decir desde entonces. Pero el asunto es varias veces más serio que eso. Porque Guan Moye, cuando decidió darse otro nombre, otro signo, re-signarse, re-significarse, también estaba profetizando sobre lo que sería. Y sobre lo que iba a hacer. En los más diversos mo- dos y momentos. El que no habla, por caso, cuando escribe sobre China no habla de la China del imaginario occiden- tal vigente. Con perdón de los lectores versados so- bre el gigante asiático, y asumiendo el riesgo de ge- neralizar, lo cierto es que se lee “China” en la Argen- tina y muchos piensan en sus 1.344 millones de ha- bitantes, o en las tasas de crecimiento del PBI por arriba del 8% en un país comunista, o en esa poten- cia económica, militar e industrial a cuyos cocineros, por suerte, les gusta el sabor de la soja que se pro- duce en este país. Se escucha “China” en América y, para muchos más, las imágenes recurrentes refieren a postales de pagodas, de geishas o de la Gran Mu- ralla, o al anciano Mao flameando sobre una bande- ra roja. También, es cierto, están los que saben que ni Google escapa a la censura de los gobernantes chinos. Y los no tan jóvenes, se acuerdan de plaza Tiananmen y de la foto del estudiante que detiene un tanque con un puño. Pero prácticamente nadie, en este lado del mundo, evoca a China como él. Cuando Mo Yan refiere a su tierra, a los de estas latitudes les da la impresión de que está escribiendo sobre el África subsahariana. China es, en la mirada del flamante Nobel, el recuer- do de una infancia poblada de vecinitos hambreados y con sus vientres como globos. Una niñez con paísa- je de árboles blancos, porque la gente les ha comido hasta la corteza. Eran los tiempos del Gran Salto Adelante, el plan de industrialización de las zonas rurales de China que entre las décadas del 50 y el 60 derivó en una hambruna que, según los autores que se consulte, mató entre 20 millones y 30 millones de personas. Y es que, como enseña uno de los personajes de su última novela, la idea de la literatura también es la de una médica que fuma, con la ropa desor- denada por la prisa y el rostro desencajado por la angustia. La lengua y el ejército Es que Mo Yan significa “No hables” en mandarín. No en wú, cantonés, min, xiang, kèjia-, jin o gàn si- no en el dialecto que, tras la revolución maoísta, se convertiría en el idioma oficial de la naciente Repú- blica Popular China.Y, ya se sabe, toda lengua es un dialecto que tiene un ejército por detrás. A Guan Mo- ye, justamente, su padre le ordenó que aparentara ser mudo cuando los tiempos de la Revolución Cul- tural, que para él equivale al momento en que lo obligaron a dejar la educación primaria para vincu- larse con el ganado y no con las personas. Continúa en la página 3... El ganador del premio Nobel de Literatura se rebautizó a sí mismo -cuando era todavía un niño- con la expresión “No hables”. Con ello, no sólo estaba re- signándose, sino que además estaba profetizando acerca de lo que serían su vida y su obra. En los más diversos modos y momentos. Entrevista con Jean Echenoz, el célebre novelista francés que lee Borges, Arlt y Cortázar y no gusta del minimalismo. En Dinero para fantasmas , como si se tratara de cajas chinas, Edgardo Cozarinsky pone historias dentro de otras historias. 3 4 PERFIL Según argumentó el jurado de la Academia Sueca en Estocolmo, Mo Yan es capaz de unir con “un realismo alucinatorio leyendas populares, la historia y lo contemporáneo”. El narrador chino, de 57 años, nació en la provincia de Shandong y pertenece a la “generación perdida” de chinos que tuvo que dejar los estudios para trabajar (en su caso, en una fábrica durante y en la granja familiar) durante la Revolución Cultural (1966-76). Tras la muerte de Mao comenzaron a surgir las primeras obras sobre las pesadillas de ese período. Fue la llamada “literatura de los heridos”. En ese contexto de florecimiento de la escritura, que le da amplia cabida a los temas sociales, Mo Yan (cuyo nombre real es Guan Moye) publica su primera novela: Lluvia en una noche de primavera. Sorgo rojo es su novela más conocida en Occidente, gracias a la adaptación cinematográfica del director Zhang Yimou, que también rodó Happy times (sobre la novela Shifu, You’ll Do Anything for a Laugh). REUTERS/CHINA DAILY Y el ganador es... el que no habla Por Álvaro José Aurane PARA LA GACETA - TUCUMÁN

14-10-2012 LITERARIA

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Domingo 14 de octubre de 2012 Literaria LA GACETA

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SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012

5aSECCION

Me atendré a sus indicaciones: no apresurarse,escribir con calma, igual que una rana cuando es-pera tranquilamente a los insectos sobre la flor de

loto. Una vez decidido, me pondré en marcha alinstante, igual que una rana cuando salta a captu-

rar insectos. (Fragmento de Rana, de Mo Yan)

El hecho, en sí mismo, es sobrecoge-dor. Pero desde el jueves, cuando elplaneta conoció que había ganadoel premio Nobel de Literatura (ycuando buena parte del mundo seenteró, de paso, que él existía) la“cuestión” de la dualidad de sus

nombres se instaló en los medios, en la casi totalidadde los casos, con el equivocado tono de la anécdota.El mayor galardón de las letras fue, este año, para elversátil novelista chino Mo Yan, que no se llama así.Su nombre es Guan Moye y lo de Mo Yan no es unpseudónimo sino el nombre que él decidió darse a símismo. No es un “apodo”: Mo Yan es el Guan Moyeque el propio Guan Moye ve... pero no escucha. Por-que Mo Yan significa “No hables”. Mo Yan es el GuanMoye que no habla porque le dijeron que guardarasilencio durante dos décadas.

Y es mucho más que eso. Pero la anécdota ha to-mado el camino del mito. Y, como enseñó RolandBarthes, el peaje a pagar en esa ruta es el del vacia-miento y sustitución del significante. Así que la cosase ha reducido, más o menos, a que el padre deGuan Moye le pidió cuando niño que enmudecierapara evitar en la China comunista que cualquier di-cho del menor de sus cuatro hijos pudiera desatar

una persecución política que perjudicara a la fami-lia, campesina pero acomodada. Entonces, le dieronel Nobel al escritor amordazado, que para alimentarla leyenda, dijo muchas veces, en muchas entrevis-tas, que la fuerza de su prosa se encuentra en ese si-lencio de 20 años y, por supuesto, en todo lo que lequedó por decir desde entonces.

Pero el asunto es varias veces más serio que eso.Porque Guan Moye, cuando decidió darse otronombre, otro signo, re-signarse, re-significarse,también estaba profetizando sobre lo que sería. Ysobre lo que iba a hacer. En los más diversos mo-dos y momentos.

El que no habla, por caso, cuando escribe sobreChina no habla de la China del imaginario occiden-tal vigente. Con perdón de los lectores versados so-

bre el gigante asiático, y asumiendo el riesgo de ge-neralizar, lo cierto es que se lee “China” en la Argen-tina y muchos piensan en sus 1.344 millones de ha-bitantes, o en las tasas de crecimiento del PBI porarriba del 8% en un país comunista, o en esa poten-cia económica, militar e industrial a cuyos cocineros,por suerte, les gusta el sabor de la soja que se pro-duce en este país. Se escucha “China” en América y,para muchos más, las imágenes recurrentes refierena postales de pagodas, de geishas o de la Gran Mu-ralla, o al anciano Mao flameando sobre una bande-ra roja. También, es cierto, están los que saben queni Google escapa a la censura de los gobernanteschinos. Y los no tan jóvenes, se acuerdan de plazaTiananmen y de la foto del estudiante que detiene untanque con un puño.

Pero prácticamente nadie, en este lado del mundo,evoca a China como él. Cuando Mo Yan refiere a sutierra, a los de estas latitudes les da la impresión deque está escribiendo sobre el África subsahariana.China es, en la mirada del flamante Nobel, el recuer-do de una infancia poblada de vecinitos hambreadosy con sus vientres como globos. Una niñez con paísa-je de árboles blancos, porque la gente les ha comidohasta la corteza. Eran los tiempos del Gran SaltoAdelante, el plan de industrialización de las zonasrurales de China que entre las décadas del 50 y el 60derivó en una hambruna que, según los autores quese consulte, mató entre 20 millones y 30 millones depersonas.

Y es que, como enseña uno de los personajes desu última novela, la idea de la literatura tambiénes la de una médica que fuma, con la ropa desor-denada por la prisa y el rostro desencajado por laangustia.

La lengua y el ejércitoEs que Mo Yan significa “No hables” en mandarín.

No en wú, cantonés, min, xiang, kèjia-, jin o gàn si-no en el dialecto que, tras la revolución maoísta, seconvertiría en el idioma oficial de la naciente Repú-blica Popular China. Y, ya se sabe, toda lengua es undialecto que tiene un ejército por detrás. A Guan Mo-ye, justamente, su padre le ordenó que aparentaraser mudo cuando los tiempos de la Revolución Cul-tural, que para él equivale al momento en que loobligaron a dejar la educación primaria para vincu-larse con el ganado y no con las personas.

Continúa en la página 3...

El ganador del premio Nobel de Literatura se rebautizó a sí mismo -cuando eratodavía un niño- con la expresión “No hables”. Con ello, no sólo estaba re-signándose, sino que además estaba profetizando acerca de lo que serían su

vida y su obra. En los más diversos modos y momentos.

Entrevista con Jean Echenoz, el célebrenovelista francés que lee Borges, Arlt yCortázar y no gusta del minimalismo.

En Dinero para fantasmas, como si setratara de cajas chinas, Edgardo Cozarinsky

pone historias dentro de otras historias.

3 4

PERFILSegún argumentó el jurado de la Academia Sueca en Estocolmo, Mo Yan es capaz de unir con “un realismoalucinatorio leyendas populares, la historia y lo contemporáneo”. El narrador chino, de 57 años, nació en la

provincia de Shandong y pertenece a la “generación perdida” de chinos que tuvo que dejar los estudios paratrabajar (en su caso, en una fábrica durante y en la granja familiar) durante la Revolución Cultural (1966-76).

Tras la muerte de Mao comenzaron a surgir las primeras obras sobre las pesadillas de ese período. Fue lallamada “literatura de los heridos”. En ese contexto de florecimiento de la escritura, que le da amplia cabida alos temas sociales, Mo Yan (cuyo nombre real es Guan Moye) publica su primera novela: Lluvia en una noche

de primavera. Sorgo rojo es su novela más conocida en Occidente, gracias a la adaptación cinematográfica deldirector Zhang Yimou, que también rodó Happy times (sobre la novela Shifu, You’ll Do Anything for a Laugh).

REUTERS/CHINA DAILY

Y el ganador es...el que no habla ◆ Por Álvaro José Aurane

PARA LA GACETA - TUCUMÁN

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LITERARIA2 LA GACETA

DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012

AVISO CLASIFICADOPOR OSCAR BARRIONUEVO

se llama a las interesadasa cubrir un puesto de ausenciaque dejó una mujerque se fue con el díaes indispensablehablar el idioma de la ternurabuena presencia de corazónescribir con las manossobre los cuerpospero por sobre todas las cosascuando crezca el verboy se revolucione la sangredeberá decirque tentada por el mundootra vezpartirá con la mañana.

L A N Z A M I E N T O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / L O S M A S L E Í D O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N T R E V I S T A S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

No v e d a d e s

ATLAS PORTÁTIL DE AMÉRICA LATINAGraciela SperanzaANAGRAMA (260 PÁGINAS)Este Atlas portátil de imágenes busca respuestas a laspreguntas por el lugar de América Latina en obras deartistas y escritores que crean cartografías imaginarias,registran nuevos recorridos urbanos y revelansupervivencias fantasmales de otras tradiciones.

BIOGRAFÍA FUTURA DE LATINOAMÉRICACarlos LopreteLETEMENDIA (128 PÁGINAS)Latinoamérica es única y múltiple, pero la uniformidadno es condición necesaria para una identidad común. Esun crisol de razas, que seguirá enriqueciéndose mientrasel mundo vaya logrando su lento equilibrio, altamentedinámico a través de nuestro tiempo.

DEMOCRACIAGherardo ColomboADRIANA HIDALGO (104 PÁGINAS)Colombo, que como magistrado en Italia contribuyó ala investigación de casos resonantes como la Logia P2 yManos Limpias, explica el carácter imperfecto y frágilde la democracia. Pero destaca que es un irremplazablepara buscar el bienestar individual y social.

DEL FASCISMOPascal OryNUEVA VISIÓN (224 PÁGINAS)Concebido como una seria de doce “lecciones”, estelibro responde a preguntas sencillas, y por lo tantotemibles, tales como: ¿Qué es el fascismo? ¿De dóndeviene? ¿Por qué tuvo tanto éxito? ¿Está muerto? Lasrespuestas son sintéticas y políticamente incorrectas.

NACÍGeorges PerecETERNA CADENCIA EDITORA (112 PÁGINAS)Escritos entre 1959 y 1981, y de naturaleza muydiversa, estos textos narran la vida del autor desde elnacimiento hasta la muerte, así como el intento porrecuperar la memoria que la historia silenció. Búsquedade identidad y una nueva estrategia autobiográfica.

PANTALONES LARGOSJuan Carlos MolinaLUCIO PIÉROLA EDICIONES (80 PÁGINAS)El libro introduce en la mirada de un niño temerarioque incursiona por mundos de misterio y fantasía. Eldel lustrín y sus amigos, o el policía a caballo. Y el de laaventura inconmensurable de la pesca, que incluye elmisterio de un éxito inesperado...

UN EPISODIO CONFUSODiego SasturainMARDULCE (224 PÁGINAS)La Buenos Aires de los 80 se despega de los años de ladictadura para entrar en la transición democrática. Ytambién unos adolescentes van hacia la juventud y dansus primeros pasos en el amor, la desavenencia con lospadres, el sexo y la incipiente violencia de la libertad.

LAS TETAS DE PERÓNRoberto GárrizLIBROS DEL ZORZAL (160 PÁGINAS)Alemania sabe que Perón posee un dispositivo paramanejar el tiempo, lo que le permite vivir replicando elpasado. La fórmula estaría tatuada en el pecho del“general”, así que envían un agente a copiar la fórmula.Pero el espía descubrirá el secreto peor guardado.

EL SOL AJENOJorge LomutoEDITORIAL DUNKEN (96 PÁGINAS)Este poemario intimista, como bien dice en el prólogoAntonio Soletic, “contiene un mundo de aventuras delespíritu, que debe servir para refugiarnos por algunosinstantes, sobre todo en estos tiempos de mediocridad ymaterialismo, en el silencio de la lectura”.

FELICES FIESTAS, LEÓN Y OTRAS OBRASKado KostzerCOLIHUE (208 PÁGINAS)El dramaturgo y director Kado Kostzer es reconocidocomo uno de los más destacados cultores del teatrocómico nacional. Este volumen reúne dos obras quemanifiestan ese dominio de la comicidad. El libro seenriquece con un estudio crítico y una entrevista.

HOJAS DE RUTA - DE LA GUERRA EN LASISLAS A LA GUERRA EN EL CONTINENTEGustavo PirichEDITORIAL DUNKEN (320 PÁGINAS)El autor pregunta si la guerra de Malvinas terminó paralos combatientes en 1982. Tras investigar el abandonode los soldados por parte del Estado, la actividad de los“servicios” sobre sus organizaciones y los muertos de lapos-guerra, concluye: la guerra sigue en el continente.

CUESTION MALVINAS: A 30 AÑOSDE LA GUERRA EN EL ATLÁNTICO SURCarlos Alberto Biangardi DelgadoEDITORIAL DUNKEN (400 PÁGINAS)El libro es el fruto de 20 años de investigación delautor, letrado, ex juez y especialista en relacionesinternacionales. La obra aborda las distintas vertientesteóricas que giran en torno a la posible recuperación deMalvinas por parte de la Argentina.

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FICCIÓNEL INVIERNO DEL MUNDOKen Follet

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADASE. L. James

EL ÁNGEL ROTOGloria V. Casañas

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE. L. James

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NO FICCIÓNÁGILMENTEEstanislao Bachrach

ENCUENTROSGabriel Rolón

26 PERSONAS PARA SALVAR EL MUNDOJorge Lanata

SARMIENTO PERIODISTAD. Valenzuela y M. Sanguinetti

EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDARafael Santandreu

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FICCIÓNEL INVIERNO DEL MUNDOKen Follet

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS LIBERADASE. L. James

CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURASE. L. James

LO QUE NO SE DICEViviana Rivero

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NO FICCIÓNÁGILMENTEEstanislao Bachrach

ENCUENTROSGabriel Rolón

AMADOFederico Mayol

SARMIENTO PERIODISTAD. Valenzuela y M. Sanguinetti

EVITA, JIRONES DE SU VIDAFelipe Pigna

12345

T U C U M A N

FUEN

TE:R

EVIS

TAAD

N

“Buenos escritores no tienenla posibilidad de publicar”

E N T R E V I S T A A O S C A R B A R R I O N U E V O

- Usted posee una larga trayectoria. ¿Cuándo comienza su carrera de escritor y cómo evolucio-na? ¿La escritura es una militancia en su vida?

- He estado vinculado a la escritura desde miadolescencia. Redescubrir ese yo, es una expe-riencia abrazadora. Quizás sea porque en aquelmomento estaba partiendo y, ahora, estoy co-menzando a regresar. Después llegaron las publi-caciones, los encuentros de escritores, las feriasde libros, los viajes. Un todo, que vuelve en escri-tos. La escritura para mí es un vehículo de mili-tancia. Soy una persona formada políticamenteen el campo nacional; desde muy joven he tenidouna participación activa.

-¿Se considera un escritor comprometido? ¿Cómo influyeron en su obra los viajes por el mundo?

- Soy alguien que se compromete con lo quepiensa. Tengo un sentimiento individual que in-tento transformarlo en colectivo. Lo reflejo, siem-pre proponiendo una visión estética, en mi poe-sía, en mis relatos, en las actividades sociales yculturales en las que participo y otras veces gene-ro. En el año 88 llevé adelante el proyecto Nave-gante de Tierra Firme y recorrí la Patagonia, re-copilando poesía. Otras experiencias que me lle-naron fueron la marcha con los poetas por la ave-nida Corrientes, pidiendo por la vuelta de JuanGelman al país; la noche que participé en PuntaArenas en el encuentro argentino-chileno por lavuelta a la democracia en Chile; el encuentro conescritores y artistas en París en el Marché de lapoesie, en place Saint Sulpice; la participación enel encuentro de Escritores Jóvenes en Alcalá de

Henares, España. Hace poco estuve en la Casa delos Escritores Uruguayos, en Montevideo.

- ¿Cómo nace el Octubre Literario y Cultural? - El Octubre Literario y Cultural de la Facultad

de Filosofía y Letras es “una metáfora que organi-za el interior de la tucumanidad”. El Octubre lite-rario viene a sumarse como una propuesta más alas múltiples ofertas que realizan las distintas ins-tituciones que trabajan en este sentido en nuestraprovincia. La Feria de la Literatura Tucumana,una de las actividades del Octubre Literario, es unespacio en donde se reúnen todas las publicacio-nes de los escritores de nuestra provincia.

- ¿Es la poesía un punto de encuentro para los jóvenes? ¿La leen, los conmueve? Y si no lo ha-cen, ¿acaso tiene que ver, entre otras cosas, con los actuales programas de estudio?

- El tema de la lectura de poesía es algo que es-tá relacionado con otros temas. Voy a centrarmeen la literatura tucumana para contestarle. Es ne-cesario que los profesores lean a los escritores tu-cumanos. La Feria de la Literatura Tucumana esun espacio que permite la posibilidad de armarun corpus. Pero hay otro tema importante, la pu-blicación de las obras. Conozco a buenos escrito-res que no tienen la posibilidad de publicar. Esimportante que haya una política destinada aayudar a los escritores a que publiquen. En estemomento estoy trabajando con colegas del Centrode Graduados de Filosofía y Letras en un impor-tante proyecto editorial para escritores tucuma-nos en el marco del Bicentenario.

© LA GACETA

◆ Por Mónica CazónPARA LA GACETA - TUCUMÁN PERFIL

Oscar Alfredo Barrionuevo enFamaillá, en 1963. Es Profesor enLetras, escritor y periodista. Dirigió larevista La Alameda y en la actualidaddirige el periódico online Filo digitalde la Facultad de Filosofía y Letras(www.filodigital.com). Es el creadordel proyecto Octubre Literario yCultural, de la Facultad de Filosofía yLetras de la UNT. Actualmente sedesempeña como Secretario deAsuntos Estudiantiles y Graduados deesa facultad. Entre sus libros, puedenmencionarse Primeros Fuegos,Gramática de Ausencia yDesencuentro y Famaillá, el siglo.

El secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT afirma que son necesarias una

política editorial y la lectura de los autores tucumanos por parte de los profesores para que la literatura local pueda

llegar a los jóvenes. También se refiere al Octubre Literario, que se llevó a cabo esta semana, y a su obra.

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LITERARIA 3LA GACETA

DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012

C R I T I C A S D E L I B R O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / A N T I C I P O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A / E N S A Y O S / L A G A C E T A L I T E R A R I A

Las historias de Dinero parafantasmas, de Edgardo Coza-rinsky, se suceden en Buenos Ai-res y en Berlín, una dentro deotra, como en una caja china, ycon un título un tanto rebuscadoen relación al espíritu de la no-vela.

La primera parte transcurreen Buenos Aires: un joven estu-diante de cine llamado Martínbusca hacer una película y en-cuentra, de manera casual en elreflejo de un espejo de bar, a unviejo director de cine. AndrésOribe es un artista cansado delmundo que decidió ocultarse.Elisa, compañera de estudiosde Martín y futura novia, lepropone que la búsqueda de

Oribe puede ser la trama de lapelícula.

Ese pensamiento los regresaal bar, pero Oribe ya no está,desparece, pero deja en el barseis cuadernos Éxito, como si laescritura a mano fuese un ha-llazgo arqueológico, un posibletestamento destinado a jóvenescineastas.

Esos manuscritos cuentanotra historia que sucede en Ber-lín y en Buenos Aires, la de Ce-leste e Ignacio. Ella es una chicade la villa que busca ser famosa,actúa de manera casual en unapelícula de Oribe, y también, demanera casual llega a Alemania,puesto que este director de cultocree más en la gente común queen los actores. Celeste viaja enbusca de sus ideales, no protago-nizará jamás una película deFassbinder, a lo sumo llegará aser estrella de películas condi-cionadas o amante de un mafio-so ruso. Hay algo en común en-tre la ostentación de un ruso ma-fioso y las piedras y el oro falso

de un mercado villero. De cabe-cita negra a objeto de lujo de tie-rras exóticas pampeanas.

Ignacio, ante la desapariciónde su novia Celeste, recurre aOribe, quien viaja a Berlín y laencuentra descendiendo de una

limusina con chofer. Desde allíhasta el final del cuaderno todoserá hollywoodense. Lo que nun-ca sucederá en la realidad es loque acontece hacia el final de lasanotaciones de Oribe: Ignacioviaja a Europa, rescata a Celestey la regresa.

La tercera parte sucede enBuenos Aires. Los cuadernos deMartín y Elisa, sus herederos,

quedaron en su mesa de luz co-mo si fuesen extraños visitantesdel pasado, al lado de la Mac, deDVD’s y un teléfono celular, dosmundos aparentemente disími-les que se observan a distancia.Elisa no quiere que el pasado al-cance a la juventud, como si eltiempo estuviese sometido a lainvocación de una amenaza, en-tonces quema un billete paraexorcizar todo lo que arrastra lafigura de Oribe en los cuader-nos, quema un billete para exor-cizar a los fantasmas.

Sin embargo, en algún lugardel tiempo, el pasado se cruzará,puede que cuando ellos encuen-tren la madurez, y tal vez, en esemomento, regresen al viejomundo de Oribe y consigan ha-cer suyas las historias de unhombre, que de una u otra ma-nera, necesitó dejar en esos cua-dernos una huella que redima supaso por el mundo.

© LA GACETA

MARCOS ROSENZVAIG ◆

CLARIN.COM

una urdimbre de personajes que se mueven (y son movidos) en Buenos Aires y en Berlín

NOVELADINERO PARAFANTASMASEDGARDO COZARINSKY(Tusquets – Buenos Aires)

“... Pero deja en el barseis cuadernos Éxito,como si la escritura amano fuese un hallazgoarqueológico...”

UNA HISTORIA DE AMOR LOCO. Cozarinsky arrastra a los personajesmarginales desde la geografía porteña hasta el otro extremo del mundo.

Historias dentro de historias,ciudades dentro de ciudades

... Viene de la página I.

Así que la mayoría de edad lo en-contró en la doble condición decampesino y de obrero de fábrica,cuando él había decidido que sermilitar era lo único que le permitíaavizorar un futuro sin privaciones.Ingresar en la vida castrense lecostó una certeza fundacional: co-mo ya tenía 18 años, estaba excedi-do de la edad límite, así que sus pa-dres le adulteraron la partida denacimiento, y donde decía 1955anotaron 1956. Porque la literatu-ra, escribió Mo Yan en Rana, tam-bién puede ser la imagen de unadoctora con los pantalones arre-mangados, que se abre camino en-tre miles de batracios, munida deun paraguas y de un bolso con me-dicamentos.

La historia y la mordazaDespués moríría Mao Tsé-Tung

(1976), lo sucedería Deng Xiaoping(1979) y los tiempos del “mejor nohablar de ciertas cosas” se relaja-rían un poco. Con ello, Mo Yan re-cuperaría la palabra. Lluvia en unanoche de primavera, su primeranovela, data de 1981. Pero, otravez, la mordaza sólo se relajaría“un poco” y él lo comprobó en1996, cuando alumbró la satíricaPechos grandes y caderas amplias.

La historia de una mujer que enlos últimos tiempos de la dinastíaQing (depuesta en 1911) da a luzocho niñas antes de tener al tanbuscado varón (todos fuera del ma-trimonio) fue censurada. Las razo-

nes oficiales, según revelaría des-pués el propio autor, eran las for-mas atrevidas en las que describíael cuerpo humano. Los motivosreales consistían en que la obraque sería retirada de circulación nose ajustaba al canon oficial. A sa-ber: el Kuomitang (el partido nacio-nalista fundado por el varias vecesexiliado Sun Yat-Sen y con el cualse quedaría el anticomunista ChianKai-Chek) era demoníaco; mien-

tras que el Partido Comunista (conel que Mao terminó ganando la fe-roz guerra civil) era una bendición.

La guerra y el periodismoGuan Moye volvía a ser Mo Yan.

Pudo, sin embargo, escribir sobreotros momentos de su sufrido país.Uno de los títulos más logrados(posterior al exitoso El rábanotransparente) será Sorgo rojo (lle-vada al cine por el director chinoZhang Yimou), que cuenta la histo-ria de tres generaciones de una fa-milia, a lo largo de 40 años. Estacreación, que lo lanzó a la fama en1987, remonta su inicio hasta la

segunda guerra Chino-Japonesa,cuando los nipones, desde las pose-siones que ocupaban en la Man-churia (antes en manos de los ale-manes), deciden en 1937 encararla invasión a gran escala de China.

En 1989 publicó Las baladas delajo y con posterioridad la censura-da Pechos grandes y caderas am-plias. Un año después, en 1997,dejaría el Ejército (se había gra-duado en su Academia de Arte en

1986) para incursionar en el perio-dismo. Pero siguió escribiendo no-velas mientras se desempeñaba co-mo editor de un diario. Lo testimo-nian La tórtura del sándalo, en2001; y Rana, en 2009. En esta úl-tima manifestó que la idea de la li-teratura también puede referir a laimagen de una médica montandoen bicicleta, a toda prisa, por unvasto y congelado río.

El tono y el desentonoEs que el realismo y la magia, o

sea, Wiliam Faulkner y GabrielGarcía Márquez, influyen de ma-nera notoria, notable y confesa en

este hijo de granjeros. Él mismoreconoce que también gravitan ensu inspiración Ernest He-mingway, Günter Grass y Yasuna-ri Kawabata, aunque asegura quehace un par de décadas ha encon-trado finalmente su estilo y ha co-menzado a purgar de extranjeris-mos su obra.

Para sus críticos, sin embargo, elproblema no radica en que no de-sentone con la literatura occiden-tal, sino en que suene tan a tonocon el régimen comunista. En que,desde hace un tiempo, también esel que no habla de la persecuciónque sufren los escritores disidentespor parte del régimen. En que callasobre los intelectuales que revistenestatus de presos políticos.

Guan Moye podría responderque La república del vino, de 1992,satirizó de tal modo la corrupcióngubernamental y la obsesión de supaís por la comida y el alcohol, quellegó a ser calificada como subver-siva. Pero por estos días nada dice.Es, ahora y siempre, Mo Yan .

Porque la idea de la literatura,advirtió en Rana por boca de unode sus personajes, también puedeconsistir en la imagen de una mé-dica con las mangas manchadas desangre y un bebé entre las manos,riéndose a carcajadas.

© LA GACETA

Alvaro José Aurane - Licenciadoen Comunicación Social,prosecretario de Redacción deLA GACETA, profesor de HistoriaContemporánea en la Unsta.

Y el ganador es... el que no habla

En Sorgo rojo, la novelaque lo lanzó a la fama, MoYan relata la historia de tresgeneraciones de una familia,a lo largo de 40 años, desdela invasión nipona de 1937.

¿Usted tuvo alguna vez la oportuni-dad de salir de la Argentina?¿De conocer a la gente de otropaís, más allá de los atractivosnaturales o turísticos del lugar(como las playas, la nieve, las vi-drieras o los parques de diver-siones)? Para mí, una de las co-sas más sorprendentes de cono-

cer otras sociedades fue que no encontré ninguna en la cuallas personas hablaran tan mal de su propio país como en la Ar-gentina. Y tan cotidianamente. Tampoco es frecuente el pánicoque se percibe aquí entre los sectores medios progresistas asentirse parte de una nación, la Argentina.

Estos dos aspectos me impulsaron a pensar en diversas di-recciones, y este libro es una síntesis de esas reflexiones, quepodrían resumirse en una frase: cuán profundamente argenti-no es insultar diariamente a la Argentina. En otras palabras,me propongo explorar en qué sentido gran parte de nuestra“cultura nacional”, gran parte de los rituales cotidianos que lle-vamos a cabo involucran escuchar o enunciar la expresión“que país de mierda”. Aveces la trocamos pornuestra “argentinidad alpalo” y somos los mejo-res del mundo. Pero en-tre la soberbia y el des-precio, casi no encontra-mos matices.

Así como no es fácilencontrar culturas quese caractericen por elhábito de autodenostar-se, tampoco es sencilloencontrar países cuyo ri-tual cotidiano sea soste-ner que la maldad se en-cuentra encarnada ensus propios gobiernos.

Los argentinos que novotaron a un determina-do gobierno y, además, una buena parte de los que sí lo vota-ron, presuponen que si alguien ocupa el sillón de Rivadavia ne-cesariamente tiene malas intenciones. Por algo será: sospe-char que los gobernantes tienen intenciones ocultas es carac-terístico del análisis político nacional. Y no me refiero sólo almás elemental que hacemos los ignorantes en cualquier esqui-na o café. Periodistas sagaces, intelectuales lúcidos e integran-tes de la fila en el supermercado a menudo insultan por iguala sus gobernantes de modos muy extraños.

La intención más frecuente y democráticamente distribuidaque se les atribuye sería la de “robarse el país”. Otra acusa-ción, también muy habitual, es que quieren terminar con el“capitalismo” o con la “democracia”, según alguna vaga defini-ción de esas palabras. Esto les sucedió a Yrigoyen, a Alfonsín ya Perón tanto como a los Kirchner.

Este tipo de presunciones hace que la discusión de ideas seauno de los capítulos menos transitados del debate político. Re-cordemos cuando los periodistas progresistas hacían hincapiéen la tonada del noroeste de Carlos Saúl I, o en su afirmaciónerrónea de haber leído a Sócrates y las novelas de Borges, enla presunta avispa o tonterías por el estilo (la peor y la más pa-triótica de las cuales es el acento riojano: ¡la intolerancia pro-gre puede ser muy potente!). Sobre los Kirchner se dijo otrotanto: el doble comando, la habitación matrimonial, cómo sevestía él, cómo se viste ella.

Analizar un gobierno es considerar un listado extenso demedidas y procesos. En este país tan apasionado o encegueci-do, son muy pocos los que pueden tomar ese listado y poner-les colores diferentes a las medidas que les gustan mucho, po-co o nada. Si detestan al gobierno, las buenas medidas dejande serlo automáticamente, ya que son consideradas siemprebajo el signo del oportunismo, el negocio o la venganza, el ro-bo de banderas de otro, o lo que fuera. Si los malos gobiernosjamás hacen algo bueno, los buenos jamás hacen algo malo.Aunque la segunda sentencia sería difícil de aceptar, salvo porlos fanáticos, la primera está muy extendida entre nosotros.Somos fanáticos del “todo mal”. Ese fanatismo es parte crucialde nuestra cultura política y nos impide analizar con mayorobjetividad los aspectos positivos o negativos de diferentes go-biernos nacionales, provinciales, municipales. Y nos impide,por eso, entender a las personas que votan a esos gobiernos.

Este libro no busca analizar las cosas buenas o malas de ungobierno determinado. Busca proponer un debate acerca de sino deberíamos cambiar esa particularidad de nuestra cultura.Y esto por un motivo: es imposible construir un país sin quepodamos analizar aquello que es positivo y aquello que es ne-gativo. Invito al lector a realizar el siguiente ejercicio: coloqueal kirchnerista menos fanático al lado del antikirchnerista me-nos fanático. Después de un buen rato percibirá que en reali-dad hay muchos aspectos en los que están de acuerdo, aunqueno estén dispuestos a admitirlo ni siquiera en su fuero interno.

* Siglo XXI Editores.

Acerca dela argentinidad

Adelanto de Mitomanías argentinas *

Invito al lector a realizar el siguiente ejercicio:coloque al kirchnerista menos fanático al lado

del antikirchnerista menos fanático. Después deun buen rato percibirá que en realidad hay

muchos aspectos en los que están de acuerdo,aunque no estén dispuestos a admitirlo ni

siquiera en su fuero interno.

◆ Por Alejandro Grimson

Page 4: 14-10-2012 LITERARIA

LITERARIA4 LA GACETA

DOMINGO 14 DE OCTUBRE DE 2012

A Marta SoberónIn memoriam

- ¿Por qué escribió novelas que parten de hechos de la realidad?

- Todos mis libros se fundan más o me-nos en hechos reales, o algo así, pero laparte de ficción es la parte mayor. Yo tuveganas de cambiar este movimiento, y deintroducir los elementos de ficción en unproyecto más próximo a la biografía. Peroestos tres últimos libros (Ravel, Correr yRelámpagos) no son evidentemente bio-grafías.

- ¿Por qué eligió, de la miríada de perso-najes posibles, a Ravel, a Zátopek y a Niko-la Tesla?

- Todo esto partió de Ravel, en efecto. Yoquería escribir una ficción en la que Mau-rice Ravel hiciera una breve aparición -además de los otros personajes imagina-rios-, aunque yo ya me había interesado enél. Yo conocía bien su música, pero no co-nocía de manera acabada su vida. A pesarde eso encontré todo lo que pude sobre ély es finalmente esta vida la que ha tomadoel lugar en el proyecto inicial de ficción.Luego, tuve el deseo de retomar ese pro-yecto de “vida” con otros dos personajesque yo quería que estuvieran muy alejadosdel mundo de la creación musical, y másgeneralmente de la creación artística. Unaleyenda deportiva (Zátopek), en principio, yun sabio mítico (Nikola Tesla), después. Es-to es lo que ha producido la serie.

- ¿Hubo algún programa previo, algún borrador, a la hora de diagramar la suite?

- Numerosos borradores. Pero en reali-dad yo no planifiqué nada: los proyectos sefueron encadenando sin premeditación.Esto no significa que retrospectivamenteyo no pueda hablar de una serie.

- Percibo una diferencia de tono y de procedimiento en la construcción de los narradores de la suite. A pesar de que los tres narradores simulan ser narradores omniscientes, creo que hay diferencias en-tre ellos. ¿Esto fue decidido previamente o surgió espontáneamente?

- Uno no puede hablar de la misma ma-nera de un compositor que de un atleta.Esto requiere ángulos y ritmos diferentes.Esto quiere decir que tratarlos de maneradiferente se impone espontáneamente.

- El personaje de Zátopek corre en la no-vela (y en la vida) muchas carreras. Esto es, para alguien que no sigue el deporte, una actividad en cierta medida monótona.

Algo impactante en la escritura de Correr es que usted ha logrado narrar hechos si-milares (las carreras) de manera diferente. ¿Se había propuesto esa meta?

- Nada es más fastidioso, en efecto, quela descripción de una carrera pedestre(aunque esta sea la razón más fuerte demuchas carreras). La idea era la de tratarde hacer con cada una de estas carrerasuna aventura particular.

- Sólo en Correr la política tiene un lugar clave. En las otras novelas de la serie no aparece de modo visible. ¿Por qué?

- En Correr, la relación del personaje conla política era esencial. Emil Zátopek tuvoun rol político. En los dos otros libros esmucho menos el caso -aunque el períodohistórico en el que se desarrolla Ravel (en-tre las dos guerras) sea un momento muyimportante y políticamente muy oscuro. Yaunque el mismo Ravel haya tenido ideaspolíticas precisas-.

- Percibo una sutileza en la prosa de Ra-vel, una búsqueda de encantar al lector con un lenguaje que se detiene en los objetos, preciso, medido. ¿Podría comentar algo sobre esto?

- Hubo sin duda en Ravel una preocupa-ción por la precisión que tentaba -no ver-daderamente de forma consciente al prin-cipio- de parecerse a la música de MauriceRavel. Esperanza insensata, por supuesto.

- Relámpagos es una novela basada en la vida de Nikola Tesla. Un cambio funda-mental (aunque aparentemente baladí) es el cambio de nombre del personaje. En la novela se llama Gregor. ¿Cree que este cambio es una marca de un progresivo ale-jamiento de la realidad? ¿Una marca de un proceso de mayor ficcionalización?

- Este cambio no es impuesto aunque laparte de ficción es un núcleo más impor-tante en Relámpagos que en Correr y Ra-vel. Es también el signo de volver a la fic-ción, que es de lo que intento ocuparme eneste momento.

- Para un lector que no haya leído a Mar-cel Schwob (ni a Borges, discípulo díscolo de Schwob), ¿qué es una “vida imaginaria” para Jean Echenoz?

- Una construcción libre a partir de unconjunto de hechos. Este ensamble es unacontienda, una lucha, aunque en cierta ma-nera es productora de libertad.

- Antonio Tabucchi dice en su libro sobre viajes que, como dijo el poeta, “la literatu-ra es una demostración de que la vida no nos basta”. ¿Está de acuerdo con esta afir-mación? ¿Qué es la ficción para Jean Eche-noz?

- Sí, por supuesto, pero yo no creo que laliteratura sea la única prueba de que la vi-da no alcanza.

- ¿Podría mencionar a autores contem-poráneos con los cuales siente afinidades estéticas?

- Una afinidad, no. Yo no la veo. Pero lomás cercano a eso es que yo estuve mal in-fluenciado al principio por las novelas deJean Patrick Manchette.

- Los lectores de sus libros percibimos que su prosa está hecha de frases breves, sentenciosas, con un uso cuidadoso del rit-mo. Se ha dicho que su escritura está pró-xima al minimalismo. ¿Se siente represen-tado con ese rótulo?

- A mí no me gusta mucho la idea del mi-nimalismo. Yo no la encuentro pertinenteen lo que a mí me concierne. Pero es ver-dad que la estética barroca no es mi domi-nio. Por otra parte yo estoy muy ligado a ladimensión rítmica, ya sea que esté en elmarco de la frase o en la organización ge-neral del relato.

- ¿Qué autores latinoamericanos ha leí-do? ¿Qué autores argentinos ha leído? ¿Piensa que alguno le ha influido especial-mente?

- Yo he leído mucho a Borges. Luego, aCortázar, Roberto Arlt y a otros. Algunostextos de Cortázar me han golpeado mu-cho en mi juventud. Pienso particularmen-te en los cuentos de Las armas secretas.

- En su novela Un año he sentido el rit-mo avasallante de un thriller. ¿Cree que el cine influye en su manera de narrar?

- La gramática del cine -el montaje, el en-cuadre, etcétera- ha contado mucho en mitrabajo, sobre todo en los primeros libros.Con frecuencia intenté utilizar y transpo-ner los elementos de esta retórica en misnovelas. En este sentido Un año fue conce-bida como un plano secuencia, con un solocontracampo.

- ¿Desea retomar la serie de las “vidas imaginarias”?

- No por el momento. Y quizás nunca.© LA GACETA

Nota: la traducción directa del francés fuerealizada por Liberal Hostier y Giselle León.

◆ Por Fabián SoberónPARA LA GACETA - SAN FRANISCO (EE.UU.)

En Relámpagos, la tercera de lasuite de “vidas imaginarias”,Jean Echenoz despliega conprosa ágil, segura y vibrante laturbia y delirante vida de Nikola

Tesla, el ingeniero austriaco que inventó lacorriente alterna y que vivió, nervioso, en-tre las raras vibraciones del arco eléctrico.

La novela no es una biografía estudiosani una no ficción documentada y fiel. Alcontrario, Echenoz le pierde el respeto a lahistoria. Echenoz es infiel.Y esa infidelidades una felicidad para el lector. El libro, co-mo los otros dos de la serie –Ravel (2007)y Correr (2010)–, sigue la curiosa estela deesa tradición que se inicia, insospechada-mente, con Vidas de filósofos, de DiógenesLaercio y que continúa con MarcelSchwob, Borges (el discípulo díscolo deSchwob) y que hoy sigue, vital, con TomásEloy Martínez (el mejor T. E. Martínez es elde Lugar común la muerte), Luis Chitarro-ni y Javier Marías.

Relámpagos es un cruce deliberado derealidad y ficción. Se podría decir que esuna crónica larga, ininterrumpida, una de-liciosa crónica falsa, eso que he llamado(emulando la jocosa técnica enunciativadel gran Cabrera Infante) crónica fusión, ocrónica ficción, o crónica invención.

Echenoz es un inventor, acaso como elpropio Tesla, ya que en Relámpagos, Tesla

se llama Gregor y ese cambio no es casualni baladí. Al contrario, es una decisión cla-ve a la hora de pensar las relaciones entrerealidad y ficción. A propósito de este dile-ma, Echenoz hecha mano a su invencióncon más soltura en Relámpagos que en Ra-vel y Correr. No es que en las otras novelasno haya invención. No. Lo que sucede esque en Relámpagos, la invención es delibe-rada y crucial, es intensa y estructural.

¿Quién conoce los meandros de la an-gustiante vida de Tesla? ¿Quién puede co-nocer los laberintos de la pasión de ese in-geniero que dijo escuchar las voces de losmarcianos en una noche fría y lejana en losmontes de Colorado Springs? Nadie. Ni si-quiera el propio Tesla. Y Echenoz sabe eso.Y se aprovecha. Por eso inventa instantesnimios e hilarantes, escenas imposibles yreales, encuentros fortuitos y brillantes.

La silla eléctricaEn la novela, desfilan Mark Twain, Edi-

son y John Pierpont Morgan (con nombrefalso), el famoso empresario que lo ayudócon las finanzas en su proyecto más ambi-cioso y que después le soltó el brazo (comoocurre en los fríos y trágicos “biopics” deHollywood).

Edison no solo es el famoso inventor quecompite con Tesla sino también el inhuma-no empresario que sacrifica todo con el ob-

jetivo de desacreditar a Tesla, de humillar-lo. Por eso Edison busca probar la corrien-te alterna con un ser humano. Y lo hacecon un despreciable condenado a muerte.El episodio, escalofriante, truculento, poneen escena los efectos de la novedosa y des-conocida corriente en el cuerpo. El conde-nado gime con la primera prueba. Peroaún no lo mata. En la sala circula un putre-facto olor a carne quemada. Nadie soportael olor. Con el segundo intento, los brazosdel condenado lanzan chispas. Nadie havisto eso antes. Es la primera vez. Así lodescribe Echenoz. Y es una invención y ellector le cree.

El condenado lanza chispas y el olor escada vez más intenso. “Su copioso sudor setransforma progresivamente en sangre,una densa columna comienza a alzarse desu cabeza, y sus ojos intentan con éxito sa-lirse de sus órbitas hasta que su defunción,certificada por un forense, no deja lugar adudas”. La novela narra la invención ca-sual de la silla eléctrica.

La síntesis episódica y las elipsis cru-ciales convierten a la novela en un relatoque avanza con un ritmo sostenido. Re-lámpagos atrapa como un thriller, comoun plano secuencia interminable quepuede narrar la vida de un hombre soli-tario y huraño, antipático y frenético, enunas pocas páginas. ¿Cuántos hoy pue-den arrogarse de contar sin respiro la vi-da de un hombre? Pocos. Y Echenoz lohace, como lo ha hecho en una novelacorta llamada Un año.

Relámpagos cautiva y emociona con lasdescripciones rápidas de un hombre quelogra que construyan una alta torre de hie-rro cerca de Long Island (con el vanidosopropósito de transmitir ondas eléctricaspor todo el mundo) y que al poco tiempo elejército ordena derribar, luego de que Gre-gor se entere, con desilusión, que el italia-no Marconi ha inventado la radio.

Hay una escena que sintetiza el espíritutrágico, irónico y especulativo de la nove-la. En el inicio del ocaso, Gregor, hastiadodel mundo, huraño, despreciado por suspares, decide criar y curar palomas. Des-pués de un tiempo, se da cuenta de quehay una paloma que prefiere. Sin pudor,Gregor advierte que se ha enamorado deella. Como si fuera el ejemplo perfecto delideal de Schopenhauer, Gregor y la palo-ma conviven como una pareja infeliz, co-

mo una extraña pareja hasta que él nopuede seguir.

Solitario utópicoComo Ravel y Zápotek, los protagonistas

de Ravel y Correr, Gregor es un solitario utó-pico, alguien que prefiere mirarse en los di-fíciles espejos del yo a convivir con la pluralsombra de las otros. Dice Echenoz: “…quedaclaro que prefiere estar solo y vivir solo engeneral, y repararse a sí mismo en los espe-jos antes que mirar a los demás…”

Lejos del estereotipo, lejos del lugar vér-tigo cinematográfico (recordemos que Da-vid Bowie hizo de Tesla en El gran truco),Echenoz desmenuza la incomparable vidade Tesla y hace de ella lo que no es: una fic-ción. Una ficción lúcida, atrapante, irrever-sible, frenética.

Aunque el final es previsible para los queconocen la biografía de Tesla, no desento-na, no desilusiona. En modo menor, el finales tenue, leve, como si tocara una músicaapacible y triste: Tesla sigue hasta las últi-mas horas con su afición menos pública ymás íntima, acaso ese amor que le ha ayu-dado a sobrevivir a los hombres.

El final no contradice el fervor ni el ritmode la novela. Al contrario: la eleva, la com-plementa, la serena.

© LA GACETA

PERFILJean Echenoz nació en Orange

(Francia), en 1947. Actualmente viveen París. Su obra ha sido traducida aveinte idiomas, incluido el castellano.

Publicó 14 libros y recibió lospremios más importantes de su país.Entre otros, el Premio Médici por su

novela Cherokee y, el PremioGoncourt por Je m´en vais.

Es uno de los novelistas franceses más reconocidos en la actualidad, tanto en su país como en el exterior. Aquí habla sobre

Relámpagos, Correr y Ravel, tres novelas en las que aborda las vidas de Nikola Tesla, el inventor de la corriente alterna; Emil Zátopek,

corredor checo ganador de cuatro medallas de oro olímpicas en pruebas de fondo; y Maurice Ravel, el célebre compositor francés.

ENTREVISTA A JEAN ECHENOZ

“No creo que la literaturasea la única prueba de que la

vida no alcanza”

LA NOVELA DE ECHENOZ RECIÉN LLEGADA A LA ARGENTINANOVELARELÁMPAGOSJEAN ECHENOZ(Anagrama – Barcelona)

FABIÁN SOBERÓN ◆

FOTO DE JOSEP ECHABURU / ANAGRAMA-ED.ES