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L eslie Linares es una de las vo- ces más autorizadas sobre la flora en Gibraltar. Profesor de física y matemáticas, se inició en el mundo de la fotografía por afición y ha terminado por conseguir el regis- tro completo de especies de plantas que existen en el Peñón gracias a su cons- tancia y afición por la naturaleza. Fue el primer autor del libro Las flores de Gi- braltar y tiene un papel fundamental a la hora de asesorar tanto al Ministerio de Medio Ambiente gibraltareño como al Jardín Botánico gibraltareño para la conservación y el mantenimiento de la diversidad de la flora autóctona. Leslie comenzó a fotografíar plantas silvestres a principios de los años se- tenta. “Un familiar me regaló una cáma- ra y empecé a interesarme por la foto- grafía. Mis primeros trabajos consistían en hacerles fotos a las plantas silves- tres; a partir de ese momento empecé a querer conocer las especies que fotogra- fiaba y a clasificarlas. Así he conseguido tener imágenes de todas las especies existentes en Gibraltar”, afirma Leslie en una entrevista con este diario. “Una de las cosas que más me llamó la atención al principio fue, por ejem- plo, la presencia de dos especies de or- quídeas silvestres en Gibraltar. Enton- ces aprendí a identificar las plantas y a saber dónde están”, asegura Leslie. Por eso es la memoria viva y uno de los ma- yores conservadores de la fauna silves- tre del Peñón. La flora gibraltareña tiene nume- rosas particularidades con respecto al entorno del Campo de Gibraltar. “Es distinta, porque la base del suelo del Peñón es caliza y eso hace que las plan- tas aquí sean más parecidas a las de Casares, Grazalema o el Monte Abila en el norte de África -segunda columna de Hércules- que a nuestro entorno más cercano”, dice Leslie. Él mismo ha encontrado especies autóctonas gibraltareñas, como la Ibe- ris gibraltarica, una planta símbolo de la Reserva Natural del Peñón realmente original del norte e África. Gibraltar es el único lugar en Europa donde se en- cuentra cada vez más en el medio sil- vestre. Crece en las grietas de la piedra caliza y se ve cada vez más en abundan- cia de la cara norte del Peñón. Sus flores van desde el color violeta pálido a casi blanco, y pueden alcanzar hasta ocho centímetros de ancho. “También hay una especie endémica de tomillo y otra de hinojo”, explica Leslie. La historia de Gibraltar ha afectado también a su vegetación. Según este ex- perto, durante el Gran Asedio “se corta- ron muchos árboles para usarlos como combustible y por eso faltan especies que deberían darse aquí, como el Celtis australis (del que ya solo quedan ejem- plos en Mount) o el algarrobo”. La his- toria colonial de Gibraltar ha provoca- do que, además de la flora mediterránea y la típica de su configuración caliza, en el Peñón se vean plantas y árboles de puntos lejanos del mundo, gracias a quienes vinieron de otras tierras para comerciar o instalarse aquí, desde Su- dáfrica a la India o América del Sur. Otras veces es la propia naturaleza la que acaba imponiendo su ley. “Cuan- do la vegetación crece demasiado, se pierden especies por la densidad de las plantas que más se desarrollan”, afirma. Quizá una de las plantas que más le gustó encontrar a Leslie fue la Saxisfra- ga globulifera, una especie de las más protegidas del Peñón que crece entre las rocas calizas. Pero, sin duda, la más exclusiva para él es la Silene tormento- sa, una especie muy rara y endémica de Gibraltar, descubierta por un botánico. La planta se creía extinguida, “pero yo la encontré en 1979, le hice fotos y las guardé. Volví a verla de nuevo en 1985, en el mismo lugar. Entonces me fui a la biblioteca y busqué referencias. Y me encontré con que se había considerado extinguida”, recuerda Leslie, que puso el hallazgo en conocimiento de las auto- ridades gibraltareñas. Tras confirmar el hallazgo, el Jardín Botánico de La Ala- meda “ha propagado semillas” para evi- tar que la especie vuelva a considerarse extinguida, ya que forma parte del pa- trimonio natural gibraltareño. La contribución de Leslie Linares al conocimiento, difusión y conservación de la flora gibraltareña le ha valido im- portantes condecoraciones, entre ellas la Medalla del Imperio británico. Orquídeas en Gibraltar 4 LA CONTRA / Botánica POR MARÍA JESÚS CORRALES/F OTO: LA V ERDAD Ejemplares de Iberis gibraltarica , variedad endémica del Peñón que crece en la caliza, en la Reserva Natural de Gibraltar. Leslie Linares ha catalogado las plantas del Peñón. Ejemplares de Saxisfraga globulifera . Silene tormentosa , especie única en Gibraltar.

150903 La Verdad CG- Orquídeas en Gibraltar p.16

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Orquídeas en Gibraltar

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Leslie Linares es una de las vo-ces más autorizadas sobre la flora en Gibraltar. Profesor de física y matemáticas, se inició

en el mundo de la fotografía por afición y ha terminado por conseguir el regis-tro completo de especies de plantas que existen en el Peñón gracias a su cons-tancia y afición por la naturaleza. Fue el primer autor del libro Las flores de Gi-braltar y tiene un papel fundamental a la hora de asesorar tanto al Ministerio de Medio Ambiente gibraltareño como al Jardín Botánico gibraltareño para la conservación y el mantenimiento de la diversidad de la flora autóctona.

Leslie comenzó a fotografíar plantas silvestres a principios de los años se-tenta. “Un familiar me regaló una cáma-ra y empecé a interesarme por la foto-grafía. Mis primeros trabajos consistían en hacerles fotos a las plantas silves-tres; a partir de ese momento empecé a querer conocer las especies que fotogra-fiaba y a clasificarlas. Así he conseguido tener imágenes de todas las especies existentes en Gibraltar”, afirma Leslie en una entrevista con este diario.

“Una de las cosas que más me llamó la atención al principio fue, por ejem-plo, la presencia de dos especies de or-quídeas silvestres en Gibraltar. Enton-ces aprendí a identificar las plantas y a saber dónde están”, asegura Leslie. Por eso es la memoria viva y uno de los ma-yores conservadores de la fauna silves-tre del Peñón.

La flora gibraltareña tiene nume-rosas particularidades con respecto al entorno del Campo de Gibraltar. “Es distinta, porque la base del suelo del Peñón es caliza y eso hace que las plan-tas aquí sean más parecidas a las de Casares, Grazalema o el Monte Abila en el norte de África -segunda columna de Hércules- que a nuestro entorno más cercano”, dice Leslie.

Él mismo ha encontrado especies autóctonas gibraltareñas, como la Ibe-ris gibraltarica, una planta símbolo de la Reserva Natural del Peñón realmente original del norte e África. Gibraltar es el único lugar en Europa donde se en-cuentra cada vez más en el medio sil-vestre. Crece en las grietas de la piedra caliza y se ve cada vez más en abundan-cia de la cara norte del Peñón. Sus flores van desde el color violeta pálido a casi blanco, y pueden alcanzar hasta ocho centímetros de ancho. “También hay una especie endémica de tomillo y otra de hinojo”, explica Leslie.

La historia de Gibraltar ha afectado también a su vegetación. Según este ex-perto, durante el Gran Asedio “se corta-

ron muchos árboles para usarlos como combustible y por eso faltan especies que deberían darse aquí, como el Celtis australis (del que ya solo quedan ejem-plos en Mount) o el algarrobo”. La his-toria colonial de Gibraltar ha provoca-do que, además de la flora mediterránea y la típica de su configuración caliza, en el Peñón se vean plantas y árboles de puntos lejanos del mundo, gracias a quienes vinieron de otras tierras para comerciar o instalarse aquí, desde Su-dáfrica a la India o América del Sur.

Otras veces es la propia naturaleza la que acaba imponiendo su ley. “Cuan-

do la vegetación crece demasiado, se pierden especies por la densidad de las plantas que más se desarrollan”, afirma.

Quizá una de las plantas que más le gustó encontrar a Leslie fue la Saxisfra-ga globulifera, una especie de las más protegidas del Peñón que crece entre las rocas calizas. Pero, sin duda, la más exclusiva para él es la Silene tormento-sa, una especie muy rara y endémica de Gibraltar, descubierta por un botánico. La planta se creía extinguida, “pero yo la encontré en 1979, le hice fotos y las guardé. Volví a verla de nuevo en 1985, en el mismo lugar. Entonces me fui a la

biblioteca y busqué referencias. Y me encontré con que se había considerado extinguida”, recuerda Leslie, que puso el hallazgo en conocimiento de las auto-ridades gibraltareñas. Tras confirmar el hallazgo, el Jardín Botánico de La Ala-meda “ha propagado semillas” para evi-tar que la especie vuelva a considerarse extinguida, ya que forma parte del pa-trimonio natural gibraltareño.

La contribución de Leslie Linares al conocimiento, difusión y conservación de la flora gibraltareña le ha valido im-portantes condecoraciones, entre ellas la Medalla del Imperio británico.

Orquídeas en Gibraltar4 la contra / Botánica Por María Jesús Corrales/Foto: la Verdad

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Ejemplares de Iberis gibraltarica, variedad endémica del Peñón que crece en la caliza, en la Reserva Natural de Gibraltar.

Leslie Linares ha catalogado las plantas del Peñón.Ejemplares de Saxisfraga globulifera. Silene tormentosa, especie única en Gibraltar.