2 ERMEJO B ONFITERÍAS . C ALLORQUINA M A Lmuseodelcomercio.es/PDF/MCS_P_C02.pdfH ubo un tiempo en que en todas las ciudades de España se abrió al público una pastelería llamada

LA MALLORQUINA. CONFITERÍAS BERMEJOUna dulce competencia

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La Mallorquina__:Maquetaci n 1 02/07/2009 9:15 PÆgina 1

Edición y CopyrightMuseo del Comercio y la Industria de SalamancaLos Autores

CoordinaciónMiguel García-Figuerola

TextosMiguel García-Figuerola

IlustracionesFilmoteca de Castilla y León. Colección Enrique de Sena

Diseño y Maquetaciónja!diseño

ISBN Depósito Legal978-84-613-3341-7

ImprimeGlobalia Artes Gráficas

CUADERNOS DEL MUSEO DEL COMERCIO

1. Librería-Papelería Calón

2. La Mallorquina. Confiterías Bermejo


Hubo un tiempo en que en todas las ciudades de España se abrió al público una pastelería llamada

La Mallorquina. La Mallorquina de Salamanca fue fundada por Don Santiago Bermejo Pollo en

los albores del siglo XX.

La pequeña comunidad que era entonces nuestra ciudad permitía, quizás más que ahora, el despuntar de las

personas emprendedoras que llegaban a copar los puestos de responsabilidad y de gobierno de sus vecinos. Ber-

mejo Pollo tuvo hasta los años sesenta una calle con su nombre allí donde construyera su fábrica de carame-

los y levantara un barrio para gente humilde. Enrique de Sena escribió reiteradamente sobre él y en los ca-

llejeros de la ciudad de Salamanca es fácil encontrar referencias del fundador de La Mallorquina al repasar

la historia del Barrio Garrido.

Para la redacción de este Cuaderno del Museo del Comercio hemos contado con el testimonio directo de su

nieto Santiago Bermejo Escribano, tan protagonista si cabe como el emprendedor abuelo y que supo llevar las

riendas de los negocios iniciados por él hasta su cierre definitivo en la década de los ochenta del pasado siglo.

Museo del Comercio y la Industria de Salamanca

Presentación


Afinales del siglo XIX la repostería en Salamancano tiene nada que envidiar a la de otras ciu-dades del país. Sobre el fondo cultural pro-pio de los dulces artesanos: rosquillas, pe-

rrunillas o mantecados (a veces tan secos, como el caráctermeseteño), los escaparates se han llenado de pasteles decrema, de bollería fina, de pasteles con nombre francéssólo asequibles para los bolsillos más pudientes.

Del gusto por los dulces en la ciudad da buena prue-ba el número de confiterías situadas en el corazón de Sa-lamanca, como la regentada por Enrique Ralero, en SanPablo, o La Madrileña de Gómez y hermano, situada has-ta las postrimerías de aquel siglo en la calle Zamora. Lapastelería de Calama, la de El Recreo, situada en Doc-tor Riesco (calle Toro) o El Universo ubicada en la pla-za de la Verdura son otros ejemplos.

Entre los manjares que podían ofrecer las confite ríasestaban, por ejemplo, el huevo hilado y los moles (dul-ces de huevo muy populares en Portugal) o las cremasfinas. En los anuncios de la época sobre pastelerías pue-de leerse una variada oferta que parece extraída de un

4 H!Cuadernos del Museo del Comercio

Introducción.Una dulce competencia

LA MALLORQUINA EN SAN PABLO, 13(FOTO GONZÁLEZ DE LA HUEBRA)

texto literario modernista: dátiles de Berbería, galletas in-glesas, confituras extranjeras… Los salmantinos podían ad-quirir, entre otros productos exquisitos, licores, refrescosde Dijou, galletas, salchichón de Vich, confituras finas y ca-jas de lujo de París.

En este contexto de novedad, los dulces elaboradosen Mallorca se ponen de moda en la segunda mitad delsiglo XIX en toda España. Ilumina la aceptación que tie-nen los productos de aquella isla mediterránea unanuncio de 1887, ideado en forma de diálogo entre dos

señoras, en el que se comenta: no hay nada más perfec-to ni más exquisito que las ensaimadas y los bollos de casade Andrés Fraile, al verdadero estilo de Mallorca. La Ma-llorquina es, así, como La Parisina en el ramo de la per-fumería o La Suiza para indicar la precisión de un re-loj. Por eso encontramos tantas confiterías a finales delsiglo XIX con ese nombre. Salamanca no iba a ser me-nos: en este abigarrado panorama confitero que tiene suepicentro en la Plaza Mayor se abre, al alborear el sigloXX, una nueva tienda: La Mallorquina.


Santiago Bermejo Pollo (1872-1948) era naturalde Castellanos de Moriscos, hijo de una familiahumilde dedicada al campo. Desde pequeño mos-tró habilidad manual haciendo con la azuela yu-

gos y otros utensilios para los bueyes en los meses de in-vierno, arte que había aprendido de su padre. En el am-biente de necesidad que rodea a la familia, su progeni-tor piensa en darle carrera como maestro o sacerdote pero,esa impaciencia juvenil tan proclive a hacerse con las rien-das de la propia vida le llevó a intentar ganarse un jor-nal desde muy temprana edad.

En Salamanca entra como meritorio en una tiendade paños, la de Manuel González, situada en la Plaza Ma-yor, esquina con la calle Toro (donde hoy está la cafe-tería Los Escudos). Cama y comida serán aquí su únicoemolumento, de ahí que decidiera emigrar a Madrid, qui-zás –según su nieto– con la idea de ingresar en el Ejér-cito, objetivo que finalmente no consigue.

Después de algún trabajo esporádico recalaría en lapastelería La Mallorquina, sita en una céntrica calle ma-drileña, cerca de la Puerta del Sol, donde entra como ofi-

cial confitero. Sobre las inquietudes de Bermejo Polloen ese momento escribe Enrique de Sena: «Son tiemposde lucha y preocupación social. Se siente atraído por los dis-cursos y escritos de Pablo Iglesias y llega a conocerlo perso-nalmente. Será un recuerdo que le acompañará toda la viday pese a cambios políticos y alternativas en su adscripcióna ideales, el recuerdo de Pablo Iglesias no le abandonará has-ta el final».

A últimos de siglo se casa con una joven armuñesa,Teresa Matías Cabezas, que le acompaña a Madrid y tra-bajará en la confección. Santiago Bermejo Pollo ya noabandonaría la labor de pastelero hasta su definitivo re-greso a Salamanca.

En 1900, con el oficio bien aprendido, abre su pri-mera tienda en esta ciudad, en la calle San Pablo nº 13,frente a la tienda de Rafael Huebra, allí donde durantemuchos años estuvo la tienda de armas Cárdenas. Pre-cisamente, gracias a su vecino, contamos con algunas fo-tografías que muestran la fachada de la confitería.

El anuncio más antiguo que hemos encontrado deesta tienda data del 6 de agosto (lunes) de 1900 y fue

5II. La Mallorquina. Confiterías Bermejo · Una dulce competencia H

Don Santiago Bermejo Pollo.Los comienzos de La MallorquinaI.

SANTIAGO BERMEJO POLLO EN 1908 (FOTO ARCHIVO V. GOMBÁU)

publicado en El Lábaro. El comercio de Santiago Ber-mejo se anuncia así en aquella fecha: «La Mallorquina.Pastelería y confitería. San Pablo 13. Pastas finas y dulces.Vinos generosos. Especialidad en ensaimadas. Se hacen todotipo de encargos. Pastel variado y copa de jerez 25 cénti-mos. Se sirve a domicilio».


Pero Don Santiago Bermejo Pollo parece haber sidomuy consciente de la importancia de la publicidad y sepromociona profusamente en la prensa local. En los si-guientes años encontramos una variedad de anuncios quemuestran la cada vez mayor acogida que tiene su nego-cio en la ciudad. A finales del 1906 El Lábaro publicael siguiente texto:

«No dejar de visitar esta casa. En ella encontrarán tu-rrones verdaderamente legítimos a precios convencionales,cajas y mazapanes surtidos, pastas finas y mantecados. Dul-ces secos y frutas variadas, peladillas de Alcoy y piñones, bom-bones y caramelos, almendras de todas clases. Ensaimadasy bollos para el chocolate. Vinos generosos y dulces de mar-cas acreditadas. Objetos de fantasía y porcelana para bo-das y bautizos.

Se hacen toda clase de encargos.Se asan carnes y pescados13, San Pablo, 13Teléfonos 124 y 125».


LA GACETA DEL PUEBLO, DICIEMBRE DE 1900

LA TERTULIA, ENERO DE 1902

EL INDEPENDIENTE, ENERO DE 1902

NIÑOS COMIENDO DULCES A LA PUERTA DE LA MALLORQUINA(FOTO GONZÁLEZ DE LA HUEBRA)



Salamanca prepara una gran exposición agrícola,ganadera e industrial que complete el programade las fiestas patronales de 1907. La parte agrí-cola y ganadera se expondrá en La Alamedilla y,

en el Mercado Central, aún por rematar, se dispone laparte industrial de la muestra.

Los principales comercios salmantinos se apuntan alevento y preparan sus stands en el mercado nuevo.La Mallorquina no fue menos. El Adelanto anota su ins-talación el domingo, 8 de septiembre, recordando susméritos: «Casa premiada con medalla de plata en la ex-posición de Industrias de 1901 y Proveedora de la Real Casade Baviera», a la que, en efecto, suele enviar azucarillosde fresa. La Mallorquina todavía está ubicada en San Pa-blo nº 13.

La exposición de 1907 será una oportunidad para de-mostrar la calidad de sus productos. El 19 de septiem-bre se otorgan los galardones de Industria:

El premio extraordinario, el del Diputado a Cortes

Señor Olleros, será para Isidro López, dueño de la Ta-hona del Bretón. Las distintas medallas de oro se las re-partirán Demetrio Sánchez, (por sus capotes de mon-te), el constructor de coches Félix Bomati, los harine-ros Bernardo Olivera, Moneo e Hijo y Calderón y Se-villano. Hipólito y Pinilla serán premiados por sus aguasminerales y Santiago Bermejo por sus «chocolates». Laciudad alabó también su stand en el que se podían veralgunos monumentos salmantinos elaborados en azúcarglass. Así lo reflejó El Adelanto del día 21: «Don SantiagoBermejo, dueño de la acreditada confitería La Mallorquina,expone una copia de monumentos salmantinos, hecha deazúcar, que por su perfección merecería figurar en la sec-ción de Bellas Artes».

Aquella disposición innata hacia las manualidadesmostrada en los largos inviernos de La Armuña fabricandoazuelas le sirve ahora para hacer «caprichos», esculturas,obras de arte en mazapán y en pastillaje de azúcar de-corado con glasé real que son la admiración de Salamanca.

Salamancaa finales del siglo XXII.

CAPRICHO PREMIADO EN LA EXPOSICIÓN DE 1907

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La tienda de la calle San Pablo, a pesar de su ubi-cación céntrica, presentaba algunos inconve-nientes. No tiene horno lo que obliga al ma-trimonio Bermejo a hornear los pasteles y dul-

ces en el existente en Los Corrales (hoy calle Felipe Espino),con los problemas que tal situación acarrea. Además, elinterior pronto se queda pequeño. Por todo ello, Santiagodecide trasladar el negocio a un edificio levantado re-cientemente en la esquina que forman la plaza Poeta Igle-sias con la calle Quintana (el lugar donde se ubicará conposterioridad Modas Carretero). El local, muy próximoal antiguo de San Pablo, se abre en chaflán en la cons-trucción promovida por Luis García Romo.

La zona no puede ser más comercial pues, ademásde haberse acercado a la Plaza Mayor, el local se encuentrapróximo a los viejos juzgados (donde estará más tardeel Gran Hotel, construido por la familia Trocóniz).

Allí, en la plaza Poeta Iglesias nº 1, Santiago Bermejofunda en 1907 la nueva Mallorquina. El local es lo su-

ficientemente amplio como para disponer de una zonade mesas donde la clientela pueda sentarse a distintas ho-ras del día para degustar los productos de la pastelería.Los hombres lo harán sobre todo por la mañana y las mu-jeres se sentarán allí a media tarde para tomar el té o unchocolate.

La confitería ofrecerá ahora una amplia sala, con «seismesas con tablero de mármol y cómodas sillas y butacas ylanza la moda de servir antes del almuerzo, algunas espe-cialidades de su repostería con vinos olorosos, jerez, vinosselectos. Por la tarde, a media tarde, ofrece bandejas de pas-teles variados, pastas, canapés, empanadas (...) leche o cho-colate».

Además de los dulces y los productos que expendíaen la calle San Pablo, ahora anuncia «artículos de fanta-sía para regalos». También «fiambres, vinos generosos y li-cores finos», costumbre ya arraigada en la ciudad, tal comomuestra la publicidad en verso de 1883 de otra confi-tería salmantina:

En la plazaPoeta IglesiasIII.

LA MALLORQUINA EN POETA IGLESIAS Nº1 (FOTO COLECCIÓNENRIQUE DE SENA)

CAJITA DE BOMBONES FABRICADA EN CONZA(ITALIA). ART DÉCO, HACIA 1920


En los anuncios de la época La Mallorquina se au-toproclama «Primera casa en su género». Parte importantedel negocio está en fabricar dulces para fechas señala-das como son los roscones de Reyes o los típicos pa-necillos por San Antón. En la época, el prestigio de unnegocio aparece fundamentado en dos pilares: uno esla consecución de premios y medallas en las distintas fe-rias y exposiciones nacionales e internacionales y el otro,ser proveedor de las casas reales. Ambos méritos acom-pañan los anuncios de La Mallorquina en 1907.

En la segunda década del si-glo XX, La Mallorquina será el salón de moda de Sala-manca, el lugar preferido por la burguesía salmantina.Toda la ciudad pasaba por su establecimiento. Miguelde Unamuno y Antonio García Boiza fueron algunosde sus egregios clientes, y así Santiago Bermejo Escri-bano, nieto del fundador, nos cuenta con orgullo: «Eranclientes habituales don Miguel de Unamuno, a quien re-cuerdo siempre vestido de azul, con el pelo muy cortado,blanco y García Boiza, un hombre muy rezongón; don Emi-lio de la Riva, don ‘Fili’… Nunca será tarde para erigir-le a este hombre una estatua en Salamanca...».


EL FOMENTO, JUNIO DE 1883

INTERIOR DE LA CONFITERÍASITUADA EN POETA IGLESIAS (1912)

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La ciencia consideraSelecto y gran licor

Aquel que tiene famaPor su aroma y sabor

Y por sus propiedadesQue se aseguran son

Contra los flatos histéricosY la mala digestión

Cual ese líquidoQue ofrece tanto bienPues es el aguardienteRenombrado de Ojén

Que de Barceló y de TorresFabrícase ¡chipen!

En Málaga, la perlaDel Andaluz edén



«Escribo Garrido y Bermejo y así debiéramosdecir y escribir los salmantinos cuando nosrefiramos al barrio nuevo que le salió a laciudad, al Norte, más allá de la vía fe-

rroviaria a Portugal, a continuación de los Salesianos. Por-que los pioneros, los iniciadores de ese barrio que pareciónacer para que en él vivieran los empleados de la Compa-ñía de los Ferrocarriles del Oeste de España y jubilados deartesanías y profesiones liberales de escala modesta, fuerondos, los señores Garrido y Bermejo» (Enrique de Sena).

Quizás muchos salmantinos no sepan que el cono-cido barrio Garrido fue, durante muchos años, barriode Garrido y Bermejo. Hubo una calle que así se de-nominaba y que hoy es la actual Alfonso VI. Se llama-ría así hasta 1968 cuando se tomó la decisión munici-pal de quitar las placas donde figura el apellido Berme-jo. Uno de estos antiguos rótulos con el nombre com-pleto de la calle hasta ese momento se encuentra entrelos fondos del Museo de la Ciudad.

El apellido Garrido hace referencia a Don Manuel

Garrido Pardo y, si se ha mantenido es, posiblemente,porque llegó a ser alcalde de la ciudad, aunque por bre-ve espacio de tiempo, cargo al que no accedió su cole-ga de toponimia urbana.

El Bermejo que daba nombre al barrio no era otroque Santiago Bermejo Pollo, el dueño de La Mallorquina.Su relación con esta zona –descampado en el momen-to que nos ocupa– comienza en 1912, cuando decideconstruirse una segunda vivienda más allá de la vía fé-rrea de Portugal que delimita entonces Salamanca porel norte. La residencia de verano, a las afueras de la ciu-dad, ha sido aspiración consuetudinaria de muchos sal-mantinos. Santiago Bermejo no es una excepción y de-cide construirla en aquella zona, encomendándole la ta-rea a Manuel Garrido, quien le acompañará, desde en-tonces, en sus empresas urbanísticas.

En 1920, Bermejo y Garrido se encuentran inmer-sos en el negocio inmobiliario: adquieren grandes su-perficies de terreno para construir al norte de la ciudadcasas para gente humilde.

La Mallorquina-Santiago Bermejo.Fábrica de DulcesIV.

MOLINO MEZCLADOR PARA CHOCOLATE



La ciudad hacia 1920

«Salamanca, ciudad que tenía 25.690 habitantes al co-menzar el siglo, ha pasado a contar con 32.414 en 1920.Algo más del crecimiento vegetativo. Le vienen gentes dela provincia que huyen de la angustiosa pobreza que en-vuelve el campo y aumenta el número de funcionarios.Incluso la Universidad cuenta con más profesores y alum-nos. Los salmantinos salen a tomar el sol en otoño y en

los días claros de invierno, al Paseo de San Vicente, porlas afueras de San Bernardo, donde desde hace muchosaños se despide a los muertos. Hay gentes de poco an-dar que van a tomar el sol a la Acera del Jesús. Un tra-mo corto del hoy Paseo de Canalejas, entre la calle deHortaleza y la Casa de los Locos. Fuera del Paseo de cir-cunvalación, carretera de Villacastín a Vigo desde elPuente Romano a la Puerta de Zamora y Carmelitas,San Vicente, Desengaño y San Gregorio hasta el Puen-te romano; fuera de este redondel están el campo, los tri-

gos y las cebadas. Hay unas casas de labradores en laPuerta de Zamora, con una posada, donde hoy se le-vanta la caja Rural de tan inciertos destinos. La puer-ta de Toro, hacia el norte, por la calzada, ve nacer unaespecie de arrabal, más distinguido que el transtor-mesino.

La línea del ferrocarril a Portugal ha creado un cin-turón periférico. Los Salesianos, que no se atrevierona cruzar la vía, tienen ya su colegio y al norte una huer-ta. Las buenas gentes de Salamanca llevan a los fo-rasteros a admirar la “impresionante prestancia” del

colegio que han levantado los discípulos de Juan Bosco…En la noche, en la Ronda de Labradores ladran los pe-rros. Cuando termina la guerra europea (1918) Sala-manca sueña con tener al fin cuarteles dignos (…) Y naceel barrio cuando el fermento del ansia de tener cuarteles,cuaja con la ayuda de don Diego Martín Veloz, que en-tra en los despachos del Ministerio de la Guerra comoDiego en su casa, los cuarteles serán pronto una reali-dad. En el barrio de Garrido y Bermejo, allí donde co-mienza La Armuña.» (Enrique de Sena).

PLACA DE LA CALLE DEGARRIDO Y BERMEJO

FÁBRICA DE DULCESLA MALLORQUINA,SITUADA FRENTE AL CUARTELDE CABALLERÍA(FOTO ARCHIVO V. GOMBÁU)


Por aquellas fechas decide Bermejo levantar una fá-brica en la calzada de Toro con horno, obrador y alma-cenes que sirviera para atender las necesidades de su con-fitería. La fábrica se construirá frente al lugar donde hoyse levanta El Corte Inglés. El Cuartel de Caballería es aúnun proyecto.

En el mandato del alcalde Jacinto Elena y de su su-cesor, Ignacio Villoria, Santiago une a su prosperidad co-mercial varios cargos de gobierno en la ciudad: fue de-legado del Mercado de Abastos, concejal municipal y tam-bién teniente alcalde.

La fábrica de dulces se construyó en la confluenciade las calles Sánchez Ruano (Federico Anaya) y Bolívary se denominó La Mallorquina-Santiago Bermejo. Co-menzará a funcionar en torno a 1920. Es un edificio devarios cuerpos con gruesos paredones de adobe. Para sufuncionamiento, Bermejo compró la mejor maquina-ria del mercado, distribuida por los concesionarios deCataluña, concretamente de Sabadell. Más tarde, jun-to a la fábrica, Santiago construirá su vivienda, una casade dos pisos, insólita en el barrio, donde vivirá con sufamilia.

La fábrica de caramelos La Mallorquina-Santiago Ber-mejo ilumina los envases de los productos y las facturas,como es común en la época. Más tarde Santiago Bermejoampliará el espacio fabril transformando unas naves ane-jas al complejo en viviendas para sus trabajadores y enalmacenes para los productos con que se elaboran los dul-ces (harina, azúcar), así como los envases: latas, botellería,cartonaje, etc. También se despeja el obrador colocan-do una gran mesa central para la elaboración de las ma-sas, pastas y complementos de dulcería y pastelería.

Por aquel entonces, el negocio de los caramelos es-taba en manos de los catalanes quienes distribuían susproductos por toda la Península. Bien es cierto que enMadrid existían algunas fábricas importantes, como lade El Escorial de Abajo regentada por el gallego Ma tíasLópez. Pero existía esa carencia en la Meseta y el abue-lo Bermejo entendió que hacer dulces iba a ser un buennegocio y no se equivocó. Con el tiempo llegó a tenerdelegaciones en Extremadura y Galicia, distribuyendosus productos por todo el ámbito nacional.

En la fábrica se hacían varios tipos de caramelos: nor-males, pastillas de café con leche... Los mayores recor-


EL SEMBRADOR, JULIO DE 1918LA SEMANA,REVISTA DE SALAMANCA.FEBRERO DE 1924

LATA DE CARAMELOS LA MALLORQUINA (DETALLE)

VIVIENDA DE LA FAMILIA BERMEJO EN EL BARRIO GARRIDO



darán los «rusos», a los que hubo que cambiar el nom-bre durante la guerra, los «gajos» de naranja y limón ylos «chupetes», caramelos alargados. También existíanotros denominados «adoquines» que solían venir de losmercados más orientales, de Aragón y Valencia, y cuyapresencia ha quedado reflejada en algún libro centradoen la vida cotidiana de Salamanca durante la guerra:

[Era la época] «De las patatas asadas, a ‘perra chica’,en un horno portátil con forma de locomotora, llena debrillantes dorados, ruedas de madera barnizadas y lim-pia como una patena, que un buen hombre preparabay vendía en los soportales inferiores de la Plaza, frenteal mercado de Abastos, cerca de un puesto que vendía‘adoquines’, unos caramelos rectangulares enormes, queno cabían en la boca…» (del libro de E. Madruga Co-rral, ¡Hola, Chaval!, Mirando desde abajo con asombro).

Chochos típicos

Entre los anuncios que más sor-prenden a los turistas que visi-tan Salamanca se encuentra el delos «chochos típicos de Sala-manca» que puede verse en al-gunos establecimientos de lazona turística de la ciudad. Es-tos caramelos son unos dulcesduros de color lechoso y de for-ma ovalada cuyo aspecto puederecordar las peladillas de gran ta-maño. Existían hasta cinco cali-bres diferentes. Hoy los hace ca-ramelos Cela, en Béjar. En rea-lidad muchos salmantinos no loshan probado nunca.

TIENDA DE FEDERICO ANAYA, N.º 10(CONCURSO DE ESCAPARATES

DE LA CÁMARA DE COMERCIO.AÑOS CUARENTA)



Los caramelos se transportaban en grandes cestos oen latas de varios tamaños que acercaba una berlina has-ta los puntos de venta.

La Mallorquina fue, durante muchos años, el úni-co fabricante de chochos típicos de Salamanca, unos dul-ces duros, meseteños, que se hacían lentamente en enor-mes bombos (de 120 kgr) donde el caramelo iba en-volviéndose lentamente en sucesivas capas durante cieno ciento veinte horas. Había chochos grandes que lle-gaban a pesar 75 gr.

También se fabricaba turrón, un turrón artesanal (deAlicante), que se cocinaba mezclando en grandes pero-las miel, y luego merengue, para blanquear la pasta, a la

que se añadían luego almendras enteras, peladas y tos-tadas. La pasta resultante se ponía en cajas con un man-to de oblea. Santiago Bermejo vendía también dulce demembrillo en latas de seis kgr.

En la fábrica llegaron a trabajar cerca de veinte ope-rarios, en jornadas de 6 a 14 horas. Al personal fijo dela fábrica –que llamaban «maestro» al abuelo– había quesumar los dependientes que despachaban en las confi-terías que, entonces, en la década de los cuarenta, eranya dos: al establecimiento abierto en Poeta Iglesias sesumó, en 1939, otro en la confluencia entre las calles Ar-güelles y Vasco de Gama, muy cerca del cine abierto porDon José Taramona.

VENDEDORA DE CARAMELOS. (FOTO J. NÚÑEZ LARRAZ)

LISTADO DE PRECIOS HACIA 1934FOTO DE FAMILIA. SANTIAGO BERMEJO POLLO CON SU MUJERY SUS NIETOS


Al terminar la guerra, no obstante, Santiago Ber-mejo abre otra tienda en la avenida Federico Ana-ya nº 10.

Eran los años del hambre, en la posguerra, y el ne-gocio pasó por serias dificultades de subsistencia. Se lle-gó incluso a pensar en cerrar la fábrica y hubo que to-mar severas medidas restrictivas, como rebajar la jorna-da laboral, para abaratar costes. Una crónica de la épo-ca recoge así la visión de la ciudad a finales de la guerra:

«A los comercios semi-vacíos siguieron las tiendas decomestibles y los puestos del Mercado de Abastos congrandes huecos en sus estanterías. Enseguida des-aparecieron los embutidos, la carne, el pescado, loshuevos, las patatas, los garbanzos, las alubias, las len-tejas, el aceite, la leche; ¡el pan! Y empezaron las co-las para adquirir leche, colas para comprar pan. (…)Los finos bollos populares de cinco o de diez cénti-mos para desayunos, bocadillos o meriendas, no vol-vieron a verse. Solo unos panes uniformes, toscos, ás-

peros y obscuros eran lo que expendían las tahonas»(del libro de E. Madruga Corral, ¡Hola, Chaval!,Mirando desde abajo con asombro).

El abuelo murió el 24 de abril de 1948 a la edad desetenta y cuatro años. El dulce negocio quedaría en ma-nos de su mujer, Teresa Matías Cabezas, y el mayor desus nietos, bautizado como él, Santiago.

Santiago Bermejo Escribano, el mayor de los nietos,tiene por entonces veinticuatro años y, aunque se ha cria-do con los abuelos y trabaja en la fábrica de caramelosdesde hace doce, nunca había imaginado que pudierallegar a tener el negocio familiar bajo su responsabilidad.

Su pasión en aquel momento es el fútbol. Milita enel Hércules y en el Imperio (Salmantino) como defen-sa compartiendo colores con Pablo Beltrán de Herediay con Julián Vaquero, promesa deportiva entonces quellegaría a jugar en el Valladolid. A pesar de su éxito enlos negocios nunca abandonará el fútbol al que seguiráligado, tras acabar su etapa de jugador; Santiago ha sido


Santiago Bermejo Escribano, el nieto,se hace cargo del negocio familiarV.

MAQUINAPARA HACERCARAMELOS

(HACIA 1911)



presidente del Salmantino y vicepresidente de la UniónDeportiva Salamanca, formando parte del equipo di-rectivo con Francisco Cosme.

No es raro que Santiago tuviera esa querencia por elfútbol ya que en el barrio, frente a los cuarteles, estabael estadio de «Los Luises», el Stadium salmantino, que fuedemolido en la década de los treinta.

La confitería de la plaza Poeta Iglesias cierra en 1954por cuestiones de herencia. Santiago será el propietariode la tienda de Federico Anaya nº 10 y de la fábrica. Mástarde, ya en 1960, abriría una tercera repostería en el pa-

seo de San Antonio, frente a los Jesuitas, que regentó has-ta su jubilación en 1989. El negocio dejó entonces dedenominarse así y sigue su andadura en estos comien-zos del siglo XXI.

Santiago Bermejo Escribano llegó a ser presidente deCastilla y León de la Federación Nacional de Empresa-rios de Pastelería (FNEP). Incluso se planteó su candi-datura a la presidencia nacional de dicha organización,recayendo al final el cargo en Salvador Santos Campa-no, presidente por entonces del Atlético de Madrid y ac-tual presidente de la Cámara de Comercio de Madrid.

Como vemos, la relación dulce/fútbol que acompañósiempre a Santiago, está aquí también presente.

Como continuó viva en él la tradición iniciada porsu abuelo de fabricar «caprichos», edificios monumen-tales construidos con azúcar, por los que ha sido galar-donado en múltiples ocasiones. En 1982 recibió en Ma-drid la medalla de oro de la federación de confiteros enel Concurso Nacional de Confitería Artística. En esta oca-sión presentó, según sus palabras: «un chalet, reproduc-ción exacta, a escala, de un edificio proyectado para ser cons-truido. Está sacado de las láminas editadas por una casa

SANTIAGO BERMEJO ESCRIBANO EN SU ÉPOCA DE JUGADOR DEFÚTBOL. DE IZQUIERDA A DERECHA, ARRIBA: ISAÍAS, PABLOBELTRÁN, AVELINO, LILI, VAQUERO, PRIMO. ABAJO: QUIQUE,FUERTES, BERMEJO, PAQUITO Y PEÑA)

LA MALLORQUINA EN EL PASEO DE SAN ANTONIO (HACIA 1960) DIRECTIVA DE LA COOPERATIVA SAN LORENZO QUE PRESIDIERASANTIAGO BERMEJO DURANTE 12 AÑOS. ARRIBA DE PIE: TOBÍAS,TITO, PACO, BENITO, ANTONIO DE ARCOS, SANTIAGO FRAILE.SENTADOS: SANTIAGO BERMEJO, FRANCISCO Y ANTONIO TORRES


17II. La Mallorquina. Confiterias Bermejo · Más de un siglo junto a la cultura de Salamanca H

dedicada al diseño de viviendas». El material utilizado enesta obra fue azúcar glass, clara de huevo, cola de pes-cado, chocolate, caramelo, glucosa y colorantes vegeta-les autorizados. Cinco años después recibiría en Valen-cia un galardón semejante.

En su activa vida, a Santiago le ha tocado realizar mu-chos oficios, la mayor parte relacionados con la paste-lería y la repostería. De entre todos ellos a él le gusta co-mentar con orgullo su actividad como conferenciante enla Universidad de la Experiencia, donde ha disertado re-petidamente sobre la elaboración del producto culina-rio charro por excelencia: el hornazo. ANGUILAS

CAPRICHOS DE SANTIAGO. (SANTIAGO BERMEJO CON PABLOTORRES Y MANOLO)

Las llamadas anguilas, típicas de Toledo, no sonmás que mazapán modelado en forma de angui-la, pero con relleno de fruta, batata, yema y cabellode ángel, y decoradas en la superficie con frutasconfitadas y clara de huevo.

Las anguilas se elaboran envolviendo el relleno deyema confitada con una lámina de masa de maza-pán, aún crudo. El rollo obtenido se modela ma-nualmente para darle los rasgos de una anguila: na-riz, boca, lengua, etc. y se dora después en el horno.

Una vez enfriado el pastel, se procede a la deco-ración final remarcando los rasgos trazados y re-alizando dibujos en la parte dorsal con clara de hue-vo y azúcar batido a punto de nieve. La decoraciónculmina con unas perlitas de caramelo y colo-cándole los ojos a la anguila.

Culminada la decoración, se coloca en una ban-deja y se deja enfriar. A veces se acompaña de fru-tas escarchadas que le aportan colorido.

PLATO DE CONZA, ITALIA. LOS ESTUDIANTES SOLÍANREGALÁRSELOS, LLENOS DE YEMAS, A LOS PROFESORES,AL TERMINAR EL CURSO



Paseo ahora por el barrio Garrido. En la calle Fe-derico Anaya, antiguo camino en dirección aToro, apenas quedan tres casas de estilo racio-nalista construidas en los años treinta del pa-

sado siglo. La antigua fábrica de dulces se demolió hacedécadas y el solar hoy lo ocupa un resuelto edificio devarios pisos levantado durante la transición. Reco-rriendo el barrio encuentro una pequeña casa donde quie-ro ver una de las viviendas con jardín que construyeranGarrido y Bermejo para los humildes operarios del fe-rrocarril.

En la calle San Pablo, donde se estableciera la pri-mera confitería de Don Santiago Bermejo Pollo hay, másprosaico aún que el banco citado en la canción de LosSecretos retocada por Sabina, un bazar chino. Y más arri-ba, caminando hacia la Plaza Mayor, donde se ubicaraen 1907 la nueva confitería La Mallorquina, una tien-da de regalos nos recuerda la vocación turística que im-pulsa los aires comerciales de la ciudad. Los tiempos hancambiado ¡Vaya si han cambiado!

Final

TIENDA ABIERTA EN EL PASEO DE SAN ANTONIO EN 1960




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2 ERMEJO B ONFITERÍAS . C ALLORQUINA M A Lmuseodelcomercio.es/PDF/MCS_P_C02.pdfH ubo un tiempo en que en todas las ciudades de España se abrió al público una pastelería llamada