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pág 10 Dieciocho años y dos revoluciones Mil novecientos noventa es un año importante en España para nuestra disciplina. Con el cambio de década se inaugura una nueva etapa para la Contabilidad, al entrar en vigor (1 de enero de 1990) la Ley de Reforma del ordenamiento contable, con la que nos adaptamos a las Directivas de la Unión Europea en materia de Derecho de Sociedades. También en ese año se publica el Plan Gene- ral de Contabilidad, que desarrollaba reglamenta- riamente aquella Ley. Además, nace la revista Partida Doble. La Partida Doble y Partida Doble, dieciocho años después Jorge Tua Pereda Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid Presidente (junio 2004-junio 2008) de la Asociación Española de Profesores Universitarios de Contabilidad (ASEPUC) La andadura de la revista Partida Doble comenzó con la reforma contable de 1990, que supuso situar a la contabilidad española en otro nivel. Paradójicamente, su dieciocho cumpleaños coincide con otro cambio de calado en nuestra cultura contable y económica, el nuevo Plan General de Contabilidad ¿Qué ha cambiado y qué hemos aprendido desde que, en 1973, la Contabilidad en España alcanzó su mayoría de edad? FICHA RESUMEN Autor: Jorge Tua Pereda Título: La Partida Doble y Partida Doble, dieciocho años después Fuente: Partida Doble, núm. 200, páginas 10 a 19, junio 2008 Localización: PD 08.06.01 Resumen: El autor hace un balance de la evolución de los conceptos contables, tanto en las aulas como en la práctica profesional, en estos últimos dieciocho años. Plazo en el que coinciden dos reformas contables de calado, junto al recorrido de la revista Partida Doble como difusor del conocimiento. Descriptores ICALI: Plan general contable. Reforma contable. Profesión contable. Mayo, 1990 Noviembre, 1990 Junio, 1991 Diciembre, 1991 pd 200 números de Partida Doble 010-031 PD200 Tribuna.qxd 22/5/08 10:57 Página 10

200 números de Partida Doblepdfs.wke.es/2/3/3/5/pd0000022335.pdf · cimiento en dichas cuentas anuales o la pérdida del carácter preferencial del principio de pruden-cia.Y, también,

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Dieciocho años y dos revoluciones

Mil novecientos noventa es un año importanteen España para nuestra disciplina. Con el cambiode década se inaugura una nueva etapa para laContabilidad, al entrar en vigor (1 de enero de 1990)la Ley de Reforma del ordenamiento contable, conla que nos adaptamos a las Directivas de la UniónEuropea en materia de Derecho de Sociedades.

También en ese año se publica el Plan Gene-ral de Contabilidad, que desarrollaba reglamenta-riamente aquella Ley. Además, nace la revistaPartida Doble.

La Partida Doble y Partida Doble,dieciocho años después

Jorge Tua Pereda

Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de laUniversidad Autónoma de Madrid

Presidente (junio 2004-junio 2008) de la Asociación Española deProfesores Universitarios de Contabilidad (ASEPUC)

La andadura de la revista Partida Doble comenzó con la reforma contablede 1990, que supuso situar a la contabilidad española en otro nivel.

Paradójicamente, su dieciocho cumpleaños coincide con otro cambio decalado en nuestra cultura contable y económica, el nuevo Plan Generalde Contabilidad ¿Qué ha cambiado y qué hemos aprendido desde que,

en 1973, la Contabilidad en España alcanzó su mayoría de edad?

FICHA RESUMEN

Autor: Jorge Tua PeredaTítulo: La Partida Doble y Partida Doble, dieciocho años despuésFuente: Partida Doble, núm. 200, páginas 10 a 19, junio 2008Localización: PD 08.06.01Resumen: El autor hace un balance de la evolución de los conceptoscontables, tanto en las aulas como en la práctica profesional, enestos últimos dieciocho años. Plazo en el que coinciden dosreformas contables de calado, junto al recorrido de la revistaPartida Doble como difusor del conocimiento.Descriptores ICALI: Plan general contable. Reforma contable. Profesión contable.

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Dieciocho años es poco tiempo (veinte añosno es nada, dice el tango), o bastante, según semire. A mí ahora me parece un suspiro. Pero mu-chos de los profesionales actualmente en ejerci-cio eran entonces estudiantes, tal vez todavía encursos de enseñanza media. Un buen porcentajede ellos se ha incorporado a la práctica profesio-nal después de aquella fecha, por lo que es lógicoque quizás no sean excesivamente conscientesdel paso de gigante que aquella reforma supusopara la Contabilidad en España.

El plan de 1973 había significado, sin duda, ungran avance. Pero la reforma de 1990 supuso si-tuar la Contabilidad española en otro nivel. As-pectos que tal vez les parezcan ahora normales aaquellos estudiantes de entonces, supusieronuna auténtica revolución. Basta con citar, comobotón de muestra, la separación entre contabili-dad y fiscalidad definitivamente reconocida por laley, la implantación de la auditoría y de las cuen-tas consolidadas con carácter general o el depó-sito obligatorio de la información financiera en elRegistro Mercantil. A ello se unen otras muchascuestiones, de entre las que al menos debo men-cionar el aumento de la información exigida a lasempresas, el incremento, en extensión y en pro-fundidad, de las normas de valoración o la alinea-ción de nuestra práctica contable no sólo con lasdirectivas comunitarias sino, también, en buenamedida, con la normativa internacional de aquelmomento (me refiero a las Normas Internaciona-les de Información Financiera, NIIF).

Por encima de todo ello, destaca la introduc-ción, en el Código de Comercio, de un términoque nos hizo cavilar y discutir mucho: la imagenfiel. Al margen de que todavía no tengamos muyclaro su significado (yo al menos), la novedad nos

concienció con ciertas cualidades o requisitos (re-levancia, fiabilidad, en términos actuales) que de-ben de tener las cifras contables en el cumpli-miento del objetivo de suministrar una informa-ción útil para la toma de decisiones.

Dieciocho años después (1 de enero de2008), a partir de la Ley de Reforma de 4 de juliode 2007, y del nuevo Plan General de Contabili-dad, que la desarrolla, emprendemos una nuevasingladura. Seguro que los lectores de PartidaDoble, que ya conocen ampliamente el contenidode esta nueva reforma, estarán de acuerdo con-migo si afirmo que también esta vez estamos an-te una auténtica revolución, caracterizada espe-cialmente por la orientación más decidida de lainformación financiera a la toma de decisioneseconómicas de inversión y financiación y, conello, por el auge de los aspectos sustantivos, teó-ricos y conceptuales de nuestra disciplina.

Y, si se trata de poner también aquí algúnejemplo como muestra, el que me parece más“revolucionario” es, sin duda, la necesidad deatender no sólo a la forma jurídica sino también alfondo económico de las operaciones. ¿Se ha da-do cuenta el lector de que, por su situación en elCódigo de Comercio, al lado del objetivo de ima-gen fiel, se convierte en uno de los principios rec-tores de nuestro ordenamiento contable? Sin du-da este precepto también nos hará cavilar ydiscutir mucho.

Pero no es el único ejemplo digno de mención.A él se unen otras cuestiones, no menos novedo-sas, como es la definición, al más alto nivel legis-lativo posible (de nuevo, en el Código de Comer-cio) de los elementos -activos, pasivos, patri-monio, gastos e ingresos- de las cuentas anuales,el establecimiento de los criterios para su recono-

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cimiento en dichas cuentas anuales o la pérdidadel carácter preferencial del principio de pruden-cia.Y, también, la formulación de diferentes crite-rios de valoración, en los que el tradicional costehistórico ya no es el protagonista único.

Desde que empezamos a pensar en las Nor-mas Internacionales vengo diciendo que no setrata de un mero cambio en el Plan General deContabilidad. Esta última reforma constituye, másbien, un cambio de calado en nuestra cultura con-table y económica.

Balance a vuelapluma de casi dosdécadas

Ambas reformas, con un intervalo de diecio-cho años entre la puesta en vigor de una y otra,han introducido muy notables cambios en nuestradisciplina o han potenciando una tendencia queestaba latente y que se configuraba ya en etapasanteriores.

Los cambios recientes –y el número 200 dePartida Doble– son una buena ocasión para reca-pitular, comentando brevemente los rasgos queconfiguran la situación actual de la Contabilidad y,con ello, las diferencias con el punto de partida.Dicho de otro modo, es ésta una buena ocasiónpara preguntarnos ¿qué ha cambiado y, especial-mente, qué hemos aprendido en estos dieciochoaños? Aunque tal vez debería ampliar el plazo ypreguntarme: ¿qué hemos aprendido desde que,en 1973, la Contabilidad alcanza en España sumayoría de edad?

Paso revista a continuación a cinco de esosrasgos, los que considero más importantes en es-ta evolución, en un balance apretado, a vuelaplu-ma, que necesariamente ha de ser subjetivo y,

por tanto, incompleto, con lo que seguramente sequedan en el tintero (tal vez ahora haya que deciren el disco duro del portátil) algunas otras cues-tiones que, sin duda, son también relevantes.

Y, desde luego, y al hilo de lo que más adelan-te afirmaré sobre el crecimiento de la vertiente ló-gica de nuestra disciplina, se trata de un balancede la evolución de los conceptos, y no de los cam-bios en la técnica contable. Aquellos me parecen,sin duda, mucho más importantes para nuestroquehacer diario, no sólo en las aulas sino, tam-bién, en la práctica profesional. Dicho de otra ma-nera, seguro que el lector está de acuerdo conmi-go en que es más importante señalar, porejemplo, por qué han cambiado las reglas parareconocer como activo un bien en leasing (o enrenting), que poner de manifiesto los cambios enla manera de contabilizar este hecho.

La Contabilidad, disciplina cambiante al servicio del entorno

La globalización económica y, con ella, la ne-cesaria armonización contable (que son la causay el motor de estas dos reformas) han tenido mu-chas y muy importantes consecuencias en nues-tra disciplina. De entre ellas, me parece especial-mente notable el que nos ha hecho comprender yaceptar que existen diferencias relativamente im-portantes entre los sistemas contables que ope-ran en el mundo.

Es lógico que, a partir del comienzo de la se-gunda mitad del siglo pasado, en que empieza abuscarse la homogeneidad en los sistemas conta-bles, se detecten las diferencias entre ellos y, loque es más importante, nos preguntemos por lascausas de esas diferencias. La década de los se-

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senta presencia el nacimiento de la llamada “Con-tabilidad Internacional”, una de cuyos cometidoses el estudio de tales diferencias y de sus causas.

Como le digo a mis alumnos, en todos los paí-ses el debe está a la izquierda y el haber a la de-recha, con lo que, mientras la mecánica es igualen todo el mundo, las diferencias se originan en lavertiente sustantiva, de fondo, de criterio, de nues-tra disciplina; es decir, por lo que respecta espe-cialmente a conceptos y normas de valoración.

Tras descubrir estas diferencias, el paso si-guiente es aceptar una idea ciertamente impor-tante y enriquecedora: existe una relación mutua,de causa-efecto y de efecto-causa, entre siste-mas contables y sistemas económicos, de mane-ra que aquellos se generan en el seno de éstos y,a la vez, contribuyen a su configuración. El siste-ma económico impone los objetivos del sistemacontable y éste contribuye al funcionamiento delsistema económico al satisfacer esos objetivos.

Con ello, la Contabilidad es una disciplinacambiante en el espacio, es decir, entre los dife-rentes países o sistemas económicos, y en eltiempo, o sea, en la medida en que evolucionacon el sistema económico en el que opera.

Sin duda, nuestra adaptación a las directivaseuropeas nos hizo darnos cuenta de estas cues-tiones. Al incorporar aquellas normas foráneas,fue necesario comprender que sus “rarezas” sedebían a su vinculación con un sistema económi-co que impone unos objetivos relativamente dife-rentes a los habituales entre nosotros: no se trataya de satisfacer requerimientos fiscales, ni tan si-quiera de dar preferencia a la protección patrimo-nial, sino de orientar la información financiera ha-cia la toma de decisiones económicas.

El cambio es notable porque, cuando yo es-tudiaba en la Universidad (más o menos cuaren-ta años, es decir, según el tango, dos veces na-da) no era extraño referirse a “las leyes de laContabilidad”, o afirmar que nuestra disciplinaera “el Álgebra del Derecho”, lo cual sugería suvinculación a la perspectiva jurídica de la pro-tección patrimonial o de la determinación de labase imponible y, por otro lado, parecía aceptarsu inmutabilidad o, incluso, su carácter de “cien-cia exacta”.

Estas ideas supusieron importantes aportacio-nes al conocimiento contable de la época, por loque son muy respetables en cuanto han contribui-do al aumento del nivel científico de la Contabili-dad. Pero deben ser matizadas en la actualidad,vinculando las reglas contables a objetivos im-puestos por el sistema económico, relativizandoen buena medida el concepto de “ley”, supeditan-do protección patrimonial y orientación fiscal alobjetivo de utilidad para la toma de decisiones y,con todo ello, aceptando para la Contabilidad suvinculación y su capacidad de servicio al entornoeconómico y, por tanto, su carácter cambiante enla vertiente sustantiva de la misma.

Contabilidad y Desarrollo económico

Otra lección que hemos aprendido es la vincu-lación entre Contabilidad y Desarrollo económico.Una vez “descubierta” la relación entre sistemaseconómicos y sistemas contables, el paso si-guiente es obvio: si la Contabilidad trabaja al ser-vicio del sistema económico, está claro que con-tribuye a su adecuado funcionamiento e, incluso,a su perfeccionamiento; y, con ello, colabora conel Desarrollo económico.

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La idea de la vinculación entre Contabilidad yDesarrollo no es nueva, pero creo que irrumpecon fuerza en el panorama contable español al hi-lo de la reforma de 1990. Aunque hemos tardadoen darnos cuenta, no podía ser de otra manera.La Contabilidad genera información y la informa-ción es necesaria para el correcto desempeño delas funciones del sistema económico y, en con-creto, para que se generen niveles adecuados deinversión y, por tanto, de renta y riqueza. La acu-mulación de capitales es uno de los signos denuestros tiempos, y tal acumulación sólo es posi-ble con una información relevante y fiable. Porqueno es ni frecuente ni recomendable invertir a cie-gas. La orientación de las NIIF a los mercados decapitales creo que tiene mucho que ver con estascuestiones. Me ocuparé de ello más abajo.

Con ello, la información financiera (y, por tan-to, la Contabilidad) es una infraestructura inmate-rial para el Desarrollo económico. Creo que estaes la principal lección que nos ha dejado la evolu-ción de nuestra disciplina en las últimas décadasy, al mismo tiempo, la más importante que puedotransmitir a mis alumnos.

Lógica y criterio versus mecánica

En los últimos tiempos, desde que empezó agestarse la reforma de 2007, he puesto de mani-fiesto que el extremo que me parece más impor-tante de la misma es el auge de los conceptos defondo, de la lógica, de las cuestiones sustantivas,de lo que tradicionalmente hemos llamado princi-pios contables, sobre la otra vertiente de nuestradisciplina, la mecánica. Con la implantación delos nuevos textos legales (Código de Comercio yLey de Sociedades Anónimas) y reglamentarios(Plan General de Contabilidad), la vertiente lógica

cobra una importancia bastante mayor de la quetenía.

En alguno de mis escritos he afirmado que es-te cambio no debe extrañarnos. El auge de la ló-gica sobre la mecánica tiene mucho que ver conla relación entre Contabilidad y Desarrollo econó-mico. Cuando sólo se trata de reflejar la situacióndeudora o acreedora de un mercader, por ejem-plo, en la Venecia del Renacimiento, bastan re-glas del tipo “no hay deudor sin acreedor”. Perocuando la actividad económica alcanza la com-plejidad que la caracteriza en nuestros días, lamecánica no es suficiente y la lógica se hace im-prescindible. Sin duda, la información al serviciode las decisiones de inversión y financiación re-quiere de un bagaje conceptual bien cimentado yconstruido.

El Marco Conceptual, primera parte del nuevoPlan General de Contabilidad, es el mejor expo-nente del crecimiento de la lógica contable. Perono se trata de un ejercicio meramente teórico o deun adorno intelectual colocado en el Plan comouna guinda. Un repaso a las Normas de Registroy Valoración (enormes, si se compara su dimen-sión con las del Plan del 90) pone claramente demanifiesto que el Marco Conceptual está presen-te a lo largo y a lo ancho de todas sus páginas;atención al fondo económico y no sólo a la formajurídica, definición de los elementos de las cuen-tas anuales, criterios de reconocimiento y criteriosalternativos de valoración son algunos de losmimbres, seguramente los principales, con losque ahora se hace el cesto, es decir, las reglascontables y su aplicación práctica a hechos eco-nómicos concretos.

La lógica ha acompañado siempre a nuestradisciplina. Desde la década de los setenta, mane-

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jábamos unos principios contables. En la reformadel Código de Comercio de 1973 conseguimosuna línea y media de un artículo, dedicada a estacuestión, en medio de un mar de disposicionesque sólo se ocupaban de aspectos formales de lallevanza de los libros, requerimientos necesarios,pero claramente insuficientes si no se contemplatambién el fondo. Al mismo tiempo, en el Plan de1973, se formularon, tal vez con timidez, algunosprincipios contables, enumeración que fue nota-blemente ampliada en el Plan de 1990, que cen-tró una buena parte de nuestra atención en estosaspectos sustantivos de nuestra disciplina. Peroahora, insisto, con la reforma de 2007, la lógicacobra una importancia que antes no tenía, acordecon el nivel y complejidad de los hechos que bus-ca representar y con el nivel de Desarrollo econó-mico que hemos alcanzado.

Pero aún hay más. Los planteamientos con-ceptuales de la Contabilidad, su instrumentalepistemológico, no sólo han cobrado una nuevadimensión sino que, también, se han reorientado.En esta reorientación, seguramente lo más impor-tante es la aceptación definitiva de dos ideas a lasque ya he aludido: una, la vinculación de los sis-temas contables a una finalidad predeterminada,que hay que elegir entre todas las posibles; y,otra, en paralelo, que si se cambian los objetivosque el sistema económico impone a la Contabili-dad, cambian también necesariamente las reglascontables.

El “hallazgo” se origina cuando, al compás delDesarrollo económico, la disciplina contable em-pieza a preocuparse por los usuarios de la infor-mación financiera y por la manera más oportunade satisfacer sus necesidades o, lo que es lo mis-mo, de dotar de la adecuada utilidad a la informa-

ción financiera. Descubrimos que puede haberusuarios diferentes y que el sistema contablepuede reorientar sus reglas según los usuarios alos que sirva y las necesidades de los mismosque se plantee satisfacer. Evidentemente, esta úl-tima cuestión enlaza con el asunto del caráctercambiante de la Contabilidad, al que me referíamás arriba. Y, también, con el tipo de plantea-mientos epistemológicos que utilizamos en la ac-tualidad.

Al resolver el interrogante de los objetivos delsistema contable, las Normas Internacionalesapuestan (según dice la Carta Constitutiva delIASB y según queda claramente puesto de mani-fiesto en el contenido de sus pronunciamientos)por suministrar información útil a los mercados decapitales. Se trata de una vuelta de tuerca más aldenominado “paradigma de utilidad”. Ya no es só-lo utilidad para la toma de decisiones, sino utilidadpara la toma de decisiones en los mercados decapitales, por los inversores y por sus asesores,los analistas especializados.

¿Es extraña esta orientación, a la luz de la im-portancia de los mercados de capitales en la acti-vidad económica actual? ¿Puede decirse que lasNIIF apuestan por la vinculación entre Contabili-dad y Desarrollo económico, al dar preferencia ala orientación a los mercados de capitales de lainformación financiera? Todo está enlazado. Creoque todo casa. Me parece que la respuesta a es-ta última pregunta es afirmativa.

En cualquier caso, nuestro ordenamiento con-table, tras la reforma de 2007, está ahora muchomás impregnado de esta orientación hacia la to-ma de decisiones de inversión y financiación. Conello, entramos en lo que en ocasiones he denomi-nado Contabilidad “de predicción”, que busca no

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sólo un control a posteriori de los hechos econó-micos sino, también, y preferentemente, “evaluarlas posibilidades de generación de rendimientos yflujos de caja futuros” por la unidad económica (laexpresión entre comillas es del Marco Conceptualdel IASB).

Todo el contenido de la reforma, desde lascuestiones generales hasta los criterios específi-cos, se entiende –y se explica en las aulas- mu-cho mejor si se contempla desde este punto devista de una información cuyo objetivo prioritarioes la determinación del futuro de la unidad econó-mica. Así, el principio de preeminencia del fondosobre la forma, o la definición de los elementos delos estados financieros, contribuyen a la elabora-ción de una información más relevante. Por ejem-plo, el concepto de activo, apoyado en el control yno en la propiedad, contribuye a poner de mani-fiesto de manera más relevante los rendimientosy flujos de caja futuros que puede obtener la em-presa.

Me parece, además, ineludible, por importan-te para nuestro desempeño profesional, una con-sideración final sobre el papel del experto conta-ble en este contexto caracterizado por el auge dela vertiente conceptual de nuestra disciplina. Talauge (y, en especial, la preeminencia del fondosobre la forma) sitúa al profesional en un mayornivel de compromiso y de responsabilidad, en lamedida en que tiene que utilizar el criterio conmás frecuencia y con más profundidad que antes.Debe decidir, por poner tan sólo unos pocosejemplos, si un contrato de renting genera o no unactivo; si concurren los indicios necesarios parareconocer el deterioro de un inmovilizado; si exis-te probabilidad suficiente para que un pasivo seaincluido en el balance o si, por el contrario, basta

con informar de la contingencia en la memoria; siun tercero ejerce influencia de tal grado sobre laempresa como para calificarlo de tercero vincula-do; si una venta con pacto de recompra debe con-siderarse más bien como una operación financie-ra; o si, al existir control sobre una inversión, seha generado la obligación de consolidar.

Y tantos y tantos otros interrogantes (es decir,retos) que nos plantea el Plan General de Conta-bilidad. Su texto ya no es sólo un manual de me-cánica con alguna concesión a la lógica. Es, másbien, un manual de “pistas” (de criterios) para en-contrar soluciones. Pero éstas no están preesta-blecidas. Es el experto el que tiene que decidir so-bre ellas.

Nuevos derroteros de la investigaciónen Contabilidad

También hemos aprendido, como consecuen-cia de las cuestiones anteriores, que la Contabili-dad es una disciplina social que, además, cuentacon unos contenidos y con un instrumental quepueden calificarse de científicos, tanto en cuanto alos conocimientos en que se apoya como en la ma-nera en que se impulsan y amplían a través de lainvestigación. Creo que estos años nos han hechoolvidar el viejo y tal vez estéril debate (a mi siem-pre me lo ha parecido) de si la Contabilidad es o nouna ciencia, y nos han centrado en algo más pro-ductivo: la discusión de cuál es la mejor manera(es decir, la manera más científica) en que debe-mos formular y contrastar nuestras hipótesis, for-mular teorías y, con ello, perfeccionar nuestrosplanteamientos conceptuales y prácticos.

Si tuviera que calificar con un único adjetivo lainvestigación actual en Contabilidad lo haría con

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el término “interdisciplinar”. Las razones por lasque hemos llegado a esta característica paranuestra investigación me parecen, también en es-te punto, meridianamente claras: si la Contabili-dad se vincula a objetivos de utilidad para la tomade decisiones, cobran especial importancia cues-tiones tales como la comunicación de los datoscontables y el efecto que producen en el usuariodan cabida a planteamientos propios de otras dis-ciplinas, en principio ajenas a la Contabilidad, ta-les como teoría de la información, teoría del com-portamiento y teoría de la decisión.. Incluso lasociología y la ciencia política aportan teoríasaplicables a los procesos de regulación contable.Todo ello con un instrumental metodológico quese apoya cada vez más en modelos estadísticos yeconométricos.

Y es que si aceptamos que la Contabilidad esuna disciplina social, no podemos sino aplicarlemétodos y técnicas de investigación propios deeste ámbito del conocimiento. La investigaciónempírica que, en lógica concatenación con loscambios acaecidos en este período, cobra un de-cidido impulso en España a partir de la década delos noventa, estudia cuestiones como las aludi-das más arriba, que se pueden resumir en la bús-queda de evidencia que permita la construcciónde teorías acerca del comportamiento de los pro-tagonistas de la información financiera: empre-sas, usuarios, mercado de valores, auditores, re-guladores...o cualquier otro estamento que puedaincluirse en el muy amplio espectro de los intere-sados en los datos contables.

Es el paradigma de utilidad –la orientación ha-cia la toma de decisiones- el causante del impul-so de la investigación en Contabilidad hacia de-rroteros diferentes, desbordando de manera abru-

madora sus límites clásicos. Qué lejos quedan yael registro y la mecánica, como únicos ámbitos dela información financiera. Habrá quien se pregun-te ¿pero esto es Contabilidad? Claro que sí. Hacetiempo que todas las disciplinas científicas han di-fuminado sus límites clásicos como consecuenciade la interdisciplinariedad.

Y también puede haber quien piense que setrata de un esfuerzo desmedido en relación consus logros y, a veces, alejado de la práctica profe-sional. Respetando esta postura, parece conve-niente recordar que las NIIF recogen (en el marcoconceptual y en el desarrollo y aplicación del mis-mo que se hace en todas y cada una de las Nor-mas Internacionales) conceptos epistemológicosprocedentes de la edad de oro de la investigacióna priori (década de los sesenta), junto con teoríasprocedentes de hipótesis formuladas y contrasta-das por la investigación empírica en el últimocuarto del siglo XX. Con lo que también hemosaprendido que la investigación aporta frutos, pe-ro, desde luego, no de inmediato. Pero no esta-mos solos: ocurre lo mismo en cualquier discipli-na científica y no sólo en la nuestra.

Capacidades versus conocimientos en la enseñanza de la Contabilidad

Finalmente, entro en el ámbito docente, en elque también se han producido cambios importan-tes. Me parece un escenario especialmente im-portante, porque cuando hablamos de docenciaen cualquier disciplina estamos hablando del fu-turo de esta última. Los que nos dedicamos pre-ferentemente a estos menesteres tenemos ennuestras manos un importante instrumento de di-namización y reorientación de la práctica…o, porel contrario, podemos ser elementos retardadores

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de los cambios que se producen a nuestro alre-dedor.

Para no caer en esto último, creo que -con ca-rácter general, y no sólo en la disciplina contable-los docentes, estamos siendo cada vez másconscientes de que lo importante no es que nues-tros alumnos aprendan unos conocimientos, sinoque aprendan a aprender (o, incluso, a aprehen-der); al mismo tiempo, lo importante ya no es tan-to saber –el conocimiento actual no cabe en unamente humana- como saber buscar.

Ante un mundo en cambio constante, la gene-ración en el alumno de una actitud vital hacia elaprendizaje continuado es la única manera de tra-tar de asegurar el mantenimiento del good will delexperto a lo largo de toda su carrera profesional.Otra cuestión de índole general (y no sólo en laContabilidad) es la inducción al razonamiento.Tampoco es fácil. "Razonar y convencer. ¡Qué di-fícil, largo y laborioso!". Son las palabras con lasque Santiago Ramón y Cajal comienza sus me-morias. El dogmatismo a veces es más cómodo.Pero una dosis adecuada de relativismo contribu-ye mucho mejor a la formación, al desarrollar enmejor manera el juicio profesional.

Son principios obvios, señalados ya hacetiempo por la pedagogía contemporánea, peroposiblemente, entrando ya en nuestro ámbito, enContabilidad no nos hemos concienciado deellos, al menos en toda su dimensión, hasta quehemos sufrido unas cuantas reformas en variasdécadas.

Tal vez hemos tardado en darnos cuenta deque el Plan General de Contabilidad no es teoríade la Contabilidad. Es tan sólo (lo cual no es po-co) un conjunto de reglas, de lógica y de mecáni-

ca, que plasman el estado, aquí y ahora, de unade las ramas de nuestra disciplina, la Contabili-dad financiera.

En síntesis, hemos aprendido, especialmentecon ocasión de las últimas reformas, que es pre-ferible formar expertos con criterio y no sólo me-cánicos. Lo importante no es hacer, sino saberporqué se hace y cómo se podría hacer en cir-cunstancias diferentes. Quizás por ello creo queahora enseñamos menos técnica y más funda-mentos que capacitan para entender y aplicar co-rrectamente esa técnica. El conocimiento de lasrazones de fondo de un determinado tratamientocontable, de su conexión con la lógica contable,de sus posibles efectos económicos, de sus alter-nativas y, por qué no, también de sus avatareshistóricos, es un buen camino para desarrollar elcriterio de nuestros alumnos.

Al mismo tiempo que la docencia de la Conta-bilidad deriva desde la mecánica hacia la lógica,hay también otro rasgo importante en su evolu-ción, propiciado también por los factores comen-tados más arriba: los constantes cambios en laactividad económica, el carácter interdisciplinarioy, a la vez, desbordante, del conocimiento conta-ble y la necesidad del ejercicio constante del cri-terio profesional. Me refiero a un nuevo “descubri-miento” no menos importante que los ante-riormente aludidos: las capacidades son tan im-portantes, o incluso más, que el conocimiento.

En la medida en que el conocimiento contablerequiere superar cada vez más sus fronteras pri-mitivas, las materias a incluir en un plan de estu-dios son progresivamente más numerosas y am-plias. Buena prueba de ello es que la FederaciónInternacional de Expertos Contables (IFAC) cadavez que publicaba una nueva versión de sus Nor-

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mas de Formación, a la vez que ampliaba los con-tenidos de las materias clásicas, añadía tres ocuatro nuevas al bagaje deseable para el expertocontable, haciendo que la lista resultara intermi-nable e, incluso, inabarcable.

Pero hace ya bastante tiempo, en octubre de1996, se publica una nueva versión, en la que secambia completamente el planteamiento: más queañadir materias, tenemos que fijarnos especial-mente en las capacidades intelectuales, interper-sonales y de comunicación del experto contable:resolver problemas no estructurados ni habituales;trabajar en grupo y en ambientes interculturales;negociar soluciones aceptables y acuerdos via-bles en situaciones profesionales; motivar y desa-rrollar personas; liderar grupos de trabajo; comuni-carse adecuadamente a través de cualquiermedio, clásico o moderno... y un largo etcétera.

La Norma de la IFAC es, sin duda, un motivoimportante de meditación para docentes en nues-tra disciplina, a la vez que pone de manifiesto lastendencias actuales en la misma.

Epílogo: La Partida Doble y Partida Doble

La Partida Doble es la técnica en la nos apo-yamos desde hace más de cinco siglos. Puede pa-recer arcaica, pero constituye un imprescindibleinstrumento de captación, representación y análi-sis de la realidad económica, para el que no se haencontrado alternativa que mejore su potencial.

La técnica se ha mantenido, pero ha variadosustancialmente el objeto material al que se apli-ca y la manera en la que, a partir de ella, se ge-nera la información financiera. Cambios constan-tes en el entorno económico, complejidad cre-

ciente de los hechos económicos, auge de los as-pectos sustantivos sobre los mecánicos, naturale-za de disciplina social vinculada al sistema eco-nómico, nuevos derroteros en la investigación yen la docencia y, especialmente, vinculación alDesarrollo económico son algunos, quizás losmás importantes, de los rasgos característicos dela situación actual, que giran en torno a la PartidaDoble, y que configuran la Contabilidad como unadisciplina formalizada, científica y al servicio delentorno económico y, con ello, de la maximizaciónde los niveles de bienestar social.

Por otro lado, una revista es, siempre, un im-portante mecanismo multiplicador del conoci-miento. Difunde el saber, impulsa innovaciones,alienta la generación de ideas, recoge en sus pá-ginas teorías que suponen avances, favorece eldebate y el contraste de opiniones, ilustra y apoyaa la práctica aportando soluciones inmediatamen-te aplicables y, en definitiva, eleva el nivel de unadisciplina. Partida Doble ha desempeñado am-pliamente, en sus primeros doscientos números,este papel de mecanismo multiplicador del cono-cimiento contable.

Felicito a la revista con ocasión de su deci-moctavo “cumpleaños”, agradezco que, a travésde su directora, mi querida compañera Clara Mu-ñoz Colominas, me haya abierto su Tribuna en es-te número especial y le deseo una larga y fecun-da trayectoria futura, lo cual redunda en beneficiode nuestra sociedad. Porque si una revista es unmecanismo multiplicador del conocimiento conta-ble y si la Contabilidad opera al servicio de la ade-cuada generación y distribución de la renta y de lariqueza, no me cabe ninguna duda de que PartidaDoble contribuye, de la mano de la Partida Doble,al Desarrollo económico. ✒

www.partidadoble.es

Marzo, 2007 Diciembre, 2007 Enero, 2008 Junio, 2008

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