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\ t\ después, tras lo cual musulmanes y cristianos lanzaron sucesivas invasiones en las que impusieron sus creen- y fundó su doctrina en Bodhgaya. En la región norte de lndia, sikhs y jainíes hicieron lo mismo muchos siglos nantes en este país cuya superficie es de 3'200,000 kiló- metros cuadrados, un territorio que equivale a una vez de sus regiones, han prevalecido formas muyvariadas de expresar los cultos; el hinduismo carece de un jefe y una de adoratorios en su honor. 67 >
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lndia
Este país tiene suficientes
podría saciar las necesidades espirituales del mundo entero. La lndia
colmar los sueños del buscador más comprometido.
Los ritos, las riquezas materiales y las técnicas artísticasmás finas y variadas que se puedan imaginar son prota-gonistas de las construcciones espirituales indias. Sólocon los templos hindúes tenemos para ir de sorpresa en
sorpresa, porque se trata de una religión elástica con mi-les de dioses principales que han merecido la creaciónde adoratorios en su honor.
Entre el sur y el norte de lndia, así como en cada unade sus regiones, han prevalecido formas muyvariadas deexpresar los cultos; el hinduismo carece de un jefe y unajerarquÍa únicos, y cada grupo de fieles ha tenido la li-bertad de desarrollar una manera propia de celebrar a sudios. Los templos de Kali o Vishnú en una misma ciudadpueden ser tan distintos -en su diseño, ornamentacióny rituales- como una catedral brasileña de una mezquita
su riqueza mística
tiene templos para
POR TEMORIS GRECKO
indonesia. La razón se debe a que el tiempo, esa pode-rosa huella, permite ver que los indios de hoy son muydiferentes, o tal vez opuestos, a quienes los precedieronhace 500, 2,000 o 4,000 años.
Además se tiene la presencia de otras religiones:Buda condujo la primera gran escisión del hinduismoy fundó su doctrina en Bodhgaya. En la región norte delndia, sikhs y jainíes hicieron lo mismo muchos siglosdespués, tras lo cual musulmanes y cristianos lanzaronsucesivas invasiones en las que impusieron sus creen-cias. Todo esto dejó representaciones poderosas y fasci-nantes en este país cuya superficie es de 3'200,000 kiló-metros cuadrados, un territorio que equivale a una vezy media el que tiene México, pero que por su diversidadparece inabarcable e inmenso. >
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D saber
La herencia franciscanaUna introducción suave al mundo religioso indio podría
empezar en el estado de Goa, localizada a 400 kilómetrosal sur de Mumbai (antes Bombay), que hasta hace sólo 45
años fue una posesión portuguesa (el gobierno indio or-ganizó una breve guerra en 1961 en la que echó a balazosa los colonizadores). Cuatro siglos y medio de dominiocatólico se reflejan en numerosas iglesias y festividadesen un ambiente que parece de estampa caribeña: palme-
ras, lánguidas residencias con porches para ver pasar la
vida, comercios nombrados "Dias" y "Fernandes", proce-
siones de personas morenas que pasean al santo local yfiestas de los Reyes Magos.
Aunque casi en cada pueblo hay templos católicos, el
más relevante es la Basílica del Buen Jesús, en Vieja Goa,
que guarda los restos mortales (o lo que los cazadores de
reliquias dejaron de ellos) de San Francisco Javier, un mi-sionero dedicado a expandir su religión por las coloniasportuguesas de Oriente. Supuestamente, su cadáver se
preservaba en excelente estado sin haber sido embalsa-mado, pero el saqueo de varios de sus miembros y órganos
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por parte de sus compañeros f ranciscanos, que los dise-
minaron por toda Asia, parece haber echado a perder
el milagro y ahora el ataúd de cristal con lo que quedó es
exhibido cada 10 años (la próxima fecha es 2014).
Los demás templos católicos importantes se pueden
encontrar en otras antiguas posesiones portuguesas (Diu
y Damán, enclavados en el estado de Gujarat) y francesas(Pondicherry y otras menores).
La riqueza de un imperio breveHampi, rodeado por las ruinas de Vijayanagar, es uno de
los sitios de lndia donde el misticismo lo invade a uno por
completo mientras se observa el entorno de grandes rocas
que parecen depositadas por un gigante. Se trata de la ca-
pital de un viejo imperio que existió al mismo tiempo que
los aztecas: fue fundada en 1336 (Tenochtitlán en i325) y
brilló hasta que una confederación de sultanatos enemigos
la destruyó en 1565 ilos espanoles y las naciones indígenas
aliadas tornaron la c udad mexica 44 años antes).
Durante sus dos s g os de gloria, sin embargo, los se-
ñores de Vijayanagar ed ircaron un mágico conjunto de
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templos. En Hampi Bazaar destaca el de Virupaksha, dedi-
cado a una reencarnación del dios Shiva, desde donde se
va al templo de Vittala, una maravilla de principios del si-
glo XVI considerada Patrimonio de la Humanidad por la
o¡lu. Tiene un trabajo escultórico de gran calidad y una
serie de pilares musicales que reverberan al ser tocados,aunque los afanes armónicos de los visitantes del lugarestán dañando el monumento.
Siguiendo hacia el norte, se cruza el río Tungabhadra
en un bote de mimbre para llegar a Anegondi, una fortaleza
cuya muralla defensiva sigue intacta. Pero no se puede
dejar de ir hacia el sur de Hampi Bazaar, al Centro Real,
guardado por bellos muros de piedra donde se hallan el
Templo del Loto (Lotus Mahal), una gran estructura de cá-
maras abovedadas que servía como establo de elefantes, y
un templo subterráneo también dedicado a Virupaksha.
Colorido dravídicoTanto las c¿'2.:.'silcas étnicas como los idiomas del
sur de la -:: s:- d stintos de los del resto del país.
Por elennp: : ^ ^li, e marathi y el gujarati del norte
están emparentados lingüísticamente con el español y
otros idiomas occidentales que forman parte del troncoindoeuropeo. En cambio, el tamil, el urdu, y otras lenguas
meridionales, pertenecen a la familia dravídica. Esto, na-
turalmente, se refleja en templos mucho más coloridosque los del norte, tanto, que a algunos les recuerdan va-
gamente las tiras cómicas y la cultura pop de Occidente.Hay diversos ejemplos de la cultura dravídica, pero sin
duda el más imponente está en Madurai, en el estado de
Tamil Nadu. Y justo en el centro de la ciudad, rodeadode edificios modernos de los años setenta, está el gran
conjunto de templos Sri Meenakshi, construido en el sigloXVl, con sus 12 gopuroms (torres) que miden de 45 a 50
metros, en una superficie de seis hectáreas.Toda la extensión de las gopuroms está adornada con
miles de estatuas que representan a dioses, monstruos,héroes y soberanos, asícomo escenas de la vida cotidianay numerosas mujeres de senos tan poderosos, cinturastan esbeltas y caderas tan redondeadas que recuerdanIas películas de rumberas de los cincuenta, pero con mu-cha mayor finura y elegancia.
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Esta fortaleza construida en un gran crestón, es quizás eltemplo del Fuerte de la Roca en Tiruchirappalli, lndia.
El complejo tiene cuatro entradas orientadas a los pun-tos cardinales y marcadas por las gopuroms más altas. En
los pasillos cubiertos hay un mercado de flores, artesaníasy objetos decorativos y, al final, un interesante aunquepoco informativo museo de arte con bellas esculturas.
Un poco más al norte, en dirección a Chennai (antes
Madrás), la capital del estado, se encuentra Tiruchirappalli,donde se pueden visitar el santuario del Fuerte de la Roca
-que cuelga de un afloramiento rocoso a 83 metros de
altura- y el complejo de Sri Ranganathaswamy (60 hectá-reas). con 21 gopuroms, siete círculos concéntricos amu-rallados y mil años de historia.
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Aunque la ciudad de Chennai también tiene templosinteresantes, vale más la pena por sus monumentos civi-les y por tener un aeropuerto desde el que salen vuelos a
todas las ciudades del norte.
La fuelz.a de AláEs muy posible que los turistas cristianos encuentren al-gún consuelo en los modestos templos protestantes que
hay en Delhi, pero quien en verdad quiera emocionarsecon la magnificencia religiosa deberá ir a Jama Masjid, la
mezquita más grande de lndia, construida en el sigloXVll y en uno de los momentos cumbre del dominio mon-gol sobre el subcontinente. Desde sus minaretes de 40
metros de altura es posible tener amplias vistas de laciudad, incluido el imponente Fuerte Rojo, mientras que
en la gran explanada, en la que caben 25,000 personas,
los fieles suelen reunirse en grupos pequeños a escu-char las palabras del profeta.
Por fortuna, los dominadores musulmanes dejarondiversas muestras de belleza arquitectónica en la ciudadde Delhi. tales como la mezquita Sunehri Masjid -desdecuyo tejado Sha Nadir, el rey persa que destruyó la ca-pital en 1739, contempló la masacre que cometían sustropas-, el santuario de Nizam al-Din -un santo musul-mán sufí que murió en 1325- y la tumba de Humayun
-construida por la esposa del emperador de ese nombrea mediados del siglo XVI-.
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El Templo de OroAmritsat al noroeste de Delhi, casi en los límites con Pakistán,
es la ciudad sagrada de los seguidores de la religión sikh.
El Templo de Oro, un edificio bellísimo con una arquitec-tura que mezcla estilos hindúes y musulmanes. tiene una
cúpula hecha con 750 kilos de metal precioso y que repre-
senta una flor de loto invertida. Se une a tierra por una calza-
da atestada de peregrinos. todos con el cabello cubierto (los
sikhs son parejos: hombres y mujeres se tapan la cabeza).
A pesar de que el complejo ha sido escenario de nu-merosas batallas, es concebido como un lugar abierto a
toda la humanidad y su atmósfera es muy amistosa y re-
lajante, auxiliada por la lectura musical del Guru GranthSahib, el libro sagrado de los sikhs, que ejecutan cuatrosacerdotes día y noche, sin pausas.
El sikhismo tiene un fuerte sentido comunitario y, aun-que no se puede esperar una comida de gran calidad, es
una experiencia interesante acudir al comedor, donde to-dos son atendidos gratuitamente por un enorme grupo de
voluntar¡os que se distribuyen las tareas, desde el peladode ajos y cebollas hasta el lavado de los trastes. Tambiénse otorga alojamiento sin pago a los peregrinos.
Bajorrelieves del KamosutraA Khajuraho se I ega después de un agotador camino en
el que se combi^an tren y autobús, a menos que se apro-veche el transporte aéreo al aeropuerto local.
En la zona hay tres conjuntos de templos. Constan degrandes construcciones con paredes decoradas y multi-tud de estatuas de gran valor artístico. En la mayoría. losdetalles reproducen las relaciones íntimas entre hembray varón. Se trata de adelantos del Komasutro y muestrasde una sexualidad tan abierta que resulta difícil conec-tarla con la sociedad india actual, considerada una de lasmás conservadoras y estrlctas del mundo en cuanto a laexpresión sexual de sus miembros.
En otros templos. las escenas erótlcas están ausen-tes, aunque no dejan de ser instructivas. En su lugar haysituaciones de la época, reproducciones de ceremonias, >
Templo Lakshman en Khajuraho.
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batallas y divinidades que por sí mismas justifican con cre-
ces la visita a este lugar a pesar de todas las dificultades.
Funerales en el GangesMás adelante y mejor comunicada está Varanasi (antes
Benaresl. una de las ciudades más sagradas de lndia.Se encuentra en la ribera del gran río Ganges, lugar a
donde todo hindú debe acudir a bañarse cuando menosuna vez en la vida. Y mucho mejor si lo hace en la muer-te. pues no hay camino más seguro a la santidad que
ser cremado en este lugar.Naturalmente, la ciudad está llena de templos, san-
tuarios, adoratorios y sadhus, hombres supuestamentesantos que buscan (y obtienen) el dinero de la gente cré-dula. En las riberas del río abundan los ghots, o sitiosde baño, de los que hay dos con carácter funerario: el
Manikarnika y el Harischandra.Un grupo de una casta de intocables, los doms, re-
corre la ciudad cargando el cuerpo de la persona que
ha muerto y repite un cántico que invoca al dios Rama.
Llega al ghat, baña el cadáver y lo coloca sobre la pira en
la que ha de arder, a la vista del que desee mirar, con ex-
cepción de las mujeres hindúes (las extranjeras sí tienen
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permitido estar ahí), pues se les considera más débilesy el llanto de una persona durante el funeral puede dis-traer al alma e impedir que llegue a su destino.
Está prohibido tomarfotografías, aunque en los alrede-
dores sí se pueden captar imágenes de los preparativos
relacionados con los eventos: los familiares que se afeitanla cabeza en honor del fallecido, los hombres que cortan la
madera para las piras, las chicas que venden velas sobreflores para que naveguen encendidas por el Ganges.
Durante las festividades es posible ver el espectáculode miles de personas que buscan turno para remojarseen el río: sin duda es una de las expresiones más palpa-
bles de la masificación india.
Buda, árboles y pazAunque el budismo fue casi barrido de lndia por hindúesy musulmanes, conserva numerosos lugares representati-vos, varios de ellos ligados a la presencia de los tibetanosque se exiliaron cuando China invadió su país en los cin-
cuenta. El Dalai Lama tiene su corte en la ciudad himalá-yica de Dharamsala, en el noreste de lndia.
Sin embargo, el lugar de peregrinación más ¡mportantepara los budistas de todo el mundo está al oriente de >
D sab
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El Taj MahalAunque no es un destino eminentemente religioso,
un recorrido por el norte de lndia debe incluirAgra,la capital mongola de la guerra y el romance. Aorillas del río Yamuna está el potente y deterioradoFuerte Rojo. con celdas en donde el constructor del
Taj Mahal (que lo edificó para albergar el cadáver
de su esposa, muerta después de 14 partos). vivió y
murió encerrado por su hijo -desde ahí admiraba
el gran mausoleo en la distancia-.El Taj Mahal es imponente. Lo curioso es que
siempre lo hemos visto en fotos que lo aíslan de su
contexto, mientras que al apreciarlo integrado luce
mucho más soberbio. Para llegar hay que pasar por
una hermosa construcción de piedra roja con una
gran puerta decorada en medio: ahí se ve al fondo,
más blanco y luminiscente. A ambos lados del edificioy sus cuatro esbeltos minaretes, hay dos hermosas
mezquitas, también de piedra roja, decoradas con
inscripciones en árabe. Cada una de estas
construcciones merecería fama y visitas individuales,pero en conjunto son grandiosas y perdemos mucho
cuando vemos el Taj Mahal en solitario.Cuando conquistaron Agra, los ingleses
tuvieron la "brillante" idea de poner a la venta el
Taj Mahal como montón de piedra, desguazarlopara rematar el mármol por kilo. Por fortuna, el
atentado no se consumó y hoy lo tenemoscompleto, aunque ligeramente manchado por
la contaminación ambiental.
Varanasi, en Bodhgaya, donde hace 2,500 años GautamaSidharta, el Buda, se sentó debajo de un árbol a meditar so-bre los excesos de la vida y formuló su doctrina filosófica.
El árbol murió hace siglos, pero Sanghamitta, hija delpoderoso emperador Asoka que gobernó en el siglo llla.C.. plantó un vástago que todavía crece en el mismo lu-gar. Se cree que la losa de arenisca roja que hay debajo deél es el Vajrasan, el trono en el que se sentó el Buda.
A un lado del árbol está el templo de Mahabodhi. edi-ficado originalmente por Asoka, restaurado en el sigloXl, y de nuevo en 1882, valorado como Patrimonio Mun-dial de la Humanidad.
Bodhgaya es, además, toda una exposición del budis-mo mundial, pues casi todos los países que cuentan conuna población budista importante han construido tem-plos. Destacan los de Tailandia, Tibet, Birmania (Myan-
mar) y Japón. Una visita a esta agradable ciudad de sólo30,000 habitantes es la oportunidad de convivir con pere-grinos budistas de todo el mundo y de tener, como epílo-go. otra visión distinta de lndia y completar el panoramaamplio de sus visiones religiosas. E
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