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maciones no fueron profundas desde el punto de vista cuanti- tativo pero sí desde consideraciones cualitativas (68). En la cumbre de la Haya no se reclamó un desplazamien- to progresivo de una política de mercado a una política de estructuras. El fracaso de las propuestas del Plan Mansholt era aún reciente y el coste político de la defensa de una PAC guiada por la modernización y no por la protección era demasiado elevado. La ausencia de tal política era lógica dentro del modelo agrario defendido mayoritariamente por los representantes de los Estados Miembros (69), pero no se aprovechó la importancia y proyección de la cumbre para entrar en el período definitivo con una nueva PAC. Si en un período transitorio tenían cierto sentido medidas claramente proteccionistas, la perpetuación de las mismas en el período definitivo, la perpetuación de las mismas en el período defi- nitivo, mucho menos defendible, se realizó por asentimiento de los máximos representantes de los países comunitarios guiados por consideraciones de corto plazo. 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la aparición de los MCM 2.3.1. La Unidad de cuenta y la PAC Aunque en el Tratado de Roma no se recogió la instaura- ción de una Política Monetaria Común (70), en los inicios de (68) Si bien hasta el Reglamento del 28 de abril de 1970 no se le atribuyó la financiación de las acciones comunes así consideradas por el Consejo. Con este reglamento desapareció la noción de medida par- ticular como objeto de financiación y sólo podrían ser financiadas las acciones comunes que así fueran calificadas por el Consejo. (69) Con la excepción de Holanda. No en vano ésta era la más competitiva y Sicco Mansholt era ex-Ministro de Agricultura de este Estado Miembro. (70) Las cuestiones monetarias se regulaban fundamentalmente en el capítulo II: La Balanza de Pagos (art. 103-109) dentro del Título II, 135

2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

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Page 1: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

maciones no fueron profundas desde el punto de vista cuanti-

tativo pero sí desde consideraciones cualitativas (68).En la cumbre de la Haya no se reclamó un desplazamien-

to progresivo de una política de mercado a una política de

estructuras. El fracaso de las propuestas del Plan Mansholtera aún reciente y el coste político de la defensa de una PACguiada por la modernización y no por la protección erademasiado elevado. La ausencia de tal política era lógicadentro del modelo agrario defendido mayoritariamente por

los representantes de los Estados Miembros (69), pero no seaprovechó la importancia y proyección de la cumbre paraentrar en el período definitivo con una nueva PAC. Si en unperíodo transitorio tenían cierto sentido medidas claramente

proteccionistas, la perpetuación de las mismas en el períododefinitivo, la perpetuación de las mismas en el período defi-

nitivo, mucho menos defendible, se realizó por asentimientode los máximos representantes de los países comunitarios

guiados por consideraciones de corto plazo.

2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria:la aparición de los MCM

2.3.1. La Unidad de cuenta y la PAC

Aunque en el Tratado de Roma no se recogió la instaura-

ción de una Política Monetaria Común (70), en los inicios de

(68) Si bien hasta el Reglamento del 28 de abril de 1970 no se leatribuyó la financiación de las acciones comunes así consideradas porel Consejo. Con este reglamento desapareció la noción de medida par-ticular como objeto de financiación y sólo podrían ser financiadas lasacciones comunes que así fueran calificadas por el Consejo.

(69) Con la excepción de Holanda. No en vano ésta era la máscompetitiva y Sicco Mansholt era ex-Ministro de Agricultura de esteEstado Miembro.

(70) Las cuestiones monetarias se regulaban fundamentalmente enel capítulo II: La Balanza de Pagos (art. 103-109) dentro del Título II,

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la PAC se evidenció que se precisaba una unidad común para

fijar los precios comunitarios de aquellos productos regula-

dos por Organizaciones Comunes de Mercado.

Si se quería construir una política de ámbito comunitarioera necesario que las medidas de apoyo se decidieran en una

unidad de cuenta común aunque después se convirtieran alas monedas nacionales correspondientes.

La inexistencia de una moneda común hacía de la cons-

trucción de la PAC una experiencia totalmente nueva y por

lo tanto destinada a enfrentarse a problemas nunca plantea-dos con anterioridad (71).

La utilización de una Unidad de Cuenta (UC) (72) en laagricultura no empezó a plantear problemas mientras no se

aplicaron precios únicos para los productos agrarios.

El acuerdo de que a partir del 1 de julio de 1967 (73) loscereales tendrían un precio único determinado en UC, en

aunque no constituían más que recomendaciones. La poca relevanciade los aspectos monetarios en el Tratado de Roma respondía a que enel mismo la cuestión esencial era el establecimiento de un MercadoComún. Viau, C.: «Politique agricole commune et Politique Monetai-re», en Politique Agricole Commune et construction Communautaire. Ed. Eco-nómica, 1985, pág. 151.

(71) La PAC se diferenciaba así en este factor esencial de los pro-gramas agrarios de USA, Canadá y Australia y que se suele subestimarcuando se analizan las complejidades inherentes en la construcción deuna política agraria común en una zona de integración económica.

(72) Instrumento, en el inicio, puramente contable creado ante laausencia de una moneda única en la Comunidad y utilizado fundamen-talmente en las operaciones del FEOGA regulado en el Reglamenton.° 129 del Consejo del 23 de octubre de 1962 con una equivalencia de0,8867088 gr. de oro fino. La U.C. (también denominado dólar verde),se consideraba como «uno de los arbotantes de la trilogía compuestapor los tres principios de la PAC: unidad de mercado, preferenciacomunitaria, solidaridad financiera». Baudin, P.: «Crisis monetaires etpolitique agricole Commune d'aout 1969 a Juillet 1973». RMC. 1973,pág. 309.

(73) De ahí que los Acuerdos Agrícolas de 15 de diciembre de1964, ya analizados en el capítulo I, vinieran a tener claras incidenciasmonetarias, como nos recuerda Gozard, op. cit., pág. 176.

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Page 3: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

ausencia de una política monetaria europea, hacía dependerde la estabilidad monetaria el mantenimiento de la relaciónunidad de cuenta-monedas nacionales.

Progresivamente las distintas OCM aprobadas tambiénestablecieron los precios de protección en UC. La traducciónde estos precios en monedas nacionales se realizaría sobre labase de la paridad oro de cada moneda nacional, así declara-da y reconocida en el FMI. En un contexto de estabilidadmonetaria, sin modificar los estados miembros la paridad oroen el seno del FMI, se podía garantizar la unidad de merca-do. Principio que exigía que los precios agrícolas fueran úni-cos en la Comunidad y que el comercio intracomunitario deproductos agrarios no tuviera impedimentos.

Desde 1962 hasta agosto de 1969 los estados miembros dela Comunidad disfrutaron de una época excepcional (74) deestabilidad monetaria.

2.3.2. La ruptura de la estabilidad monetaria y los MCM

En el verano de 1969, la situación económica francesa

exigía una devaluación de su moneda (75), rompiéndose asíel clima de estabilidad monetaria reinante hasta el momento

(76). Esta devaluación del franco francés no podía ser neu-

(74) Cormegna, G., Domenico, C.: Lo SMI Lo SME e L'agricolturaEuropea. Ed. Antonio Milano. Padova, 1982, pág. 145.

(75) Para un estudio de las relaciones entre inflación y tipo decambio aplicado a la PAC ver Josling, T., Pearson, S.: «Developments inthe Common Agricultural Policy of the European Community». Interna-tional Economirs division of USDA. Report, 1982.

(76) El viernes 8 de agosto se anunció que el gobierno francéshabía aprobado los principios de una modificación de la paridad delfranco francés. El mismo día, después de que el Banco de España hubie-ra informado de este hecho a la Comisión Europea, el valor de la UCrespecto al franco francés se suspendió (1 UC = 4,93 FF). El domingo 10de agosto el Ministerio de Economía y Hacienda anunciaba la fijación

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Page 4: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

tral para el sector agrario galo al estar fijados algunos precios

agrarios en UC y tener que convertirse en francos.

La decisión del Gobierno francés de devaluar su moneda

en un 11,11% provocó una reunión del Consejo de Ministros

de la Comunidad para tomar medidas encaminadas a aislar

al sector agrario de este accidente monetario (77).

El Consejo optó (78) por no permitir que los precios

agrarios franceses establecidos en UC recogieran la devalua-

ción del franco francés (79) con la finalidad de preservar la

unidad de mercado (80). De esta forma eliminaba las posi-

bles tensiones inflacionistas que supondría un incremento de

un 11,11% de los productos agrarios sujetos a OCM. Se evita-

ba además que un sector económico pudiera beneficiarse de

las oscilaciones monetarias (81). Simultáneamente se impe-

día favorecer el aumento de la oferta francesa de productos

sujetos a la OCM consiguiéndose también un freno a la eleva-

ción de los gastos comunitarios.

nueva paridad a partir de las 10 de la noche. Teniendo en cuenta suanterior paridad oro, la nueva paridad significaba una devaluación de11,11%. Este hecho perturbador incrementó los argumentos a favor deuna mayor coordinación monetaria entre los estados miembros.

(77) Baudin, P. op. cit., 1973, pág. 311.(78) Reglamento 653/68 y 1134/68.(79) EI Ministro de Agricultura Jaques Chirac obtuvo de la Comu-

nidad la autorización de no repercutir a los productos franceses el alzade 11,11% de los precios agrarios que resultaría de una aplicación nor-mal de la conversión UC/francos franceses.

(80) Buscando aislar al sector agrario de los inconvenientes quegenerarían las inestabilidades monetarias, la Comunidad introdujo obs-táculos al comercio intracomunitario con la finalidad de estabilizar losprecios nacionales frente a las oscilaciones monetarias. Josling, T. Lang-worthy, M.: Options for farm policy in the Euroriean Community. TradePolicy research centre. London, 1981, pág. 4.

(81) Si se hubiera permitido un incremento de 11,1% de los preciosagrarios franceses, los agricultores franceses se hubieran encontradocon más dinero que otros grupos de consumidores lo que podría haberdificultado el control de la inflación. Baudin, P. op. cit., 1973, pág. 312.

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Page 5: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

La opción del Consejo se concretó en mantener los pre-

cios institucionales agrarios franceses al mismo nivel que

antes de la devaluación utilizando una paridad ficticia delfranco francés (tipo verde) a efectos agrarios pero con carác-

ter transitorio (82).La posición por parte del Consejo, compartida por el

gobierno francés, de aumentar los precios franceses, debía

necesariamente contrarrestarse con otras medidas para evitaruna modificación de los fijos exportadores e importadores

de productos agrarios exclusivamente por razones moneta-rias (83). Una devaluación incrementaría las exportaciones

de productos agrarios franceses y penalizaría las importacio-nes. Para evitar lo anterior se pusieron en práctica los Mon-

tantes Compensatorios Monetarios (MCM) (84) cuya elimi-nación pasaba a depender de la desaparición de las inestabi-

lidades monetarias.Con los MCM se pretendió que los OCM funcionaran a

pesar de las perturbaciones monetarias, corrigiendo de forma

automática los efectos de las variaciones monetarias sin modi-ficar la situación de los operadores económicos (85) .

Su objetivo inicial era neutralizar las posibles consecuen-cias derivadas de las fluctuaciones de los tipos de cambio de

los Estados Miembros en su sector exterior. No perseguíaninicialmente proteger los intereses individuales de los opera-

dores económicos.

(82) En el artículo 1.3 del Reglamento 1586/69 se declaraba que,en toda hipótesis, la adaptación de los precios agrarios a los precioscomunes debería realizarse a más tardar al comienzo de la campaña1971/72.

(83) Yasí lo recogió el Reglamento 1586/69, artículo 3.(84) Aunque se utilizaron en agosto de 1969 no se regularon hasta

el Reglamento 974/71. Para una comprensión global de su funciona-miento ver Barceló Vila, L., García Coque, J.: El Futuro de la PAC y laEconomía Española. Mundi-Prensa, 1987. Cap. 4, págs. 89-119.

(85) Como después defendería la jurisprudencia. Druesne, op. cit.,1979, pág. 33.

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Page 6: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

Impedir el falseamiento del comercio intracomunitario

no iba a constituir una cuestión de fácil solución. Pronto los

distintos gobiernos intentarían externalizar los aspectos nega-

tivos de los mismos a la vez que internalizaban los positivos,

hasta convertirlos en otro medio de conseguir una mayor pro-

tección para sus agriculturas.

Estos temores habrían desaparecido rápidamente si se

hubiera vuelto a la estabilidad monetaria o se hubiera avan-

zado en la cooperación monetaria. Sin embargo, las dispari-

dades entre las distintas políticas económicas de los estados

miembros no lo facilitaban.

La utilización de los MCM como una vía para mantener

o incrementar la protección agraria nacional era inevitable

al introducirse elementos objeto de decisión política en su

cálculo (86).

El optimismo inicial respecto a la capacidad que tenían a

los MCM para neutralizar los efectos de las perturbaciones

monetarias en los precios agrarios y en el comercio intraco-

munitario pronto daría paso a la utilización de los MCM para

la defensa de los intereses nacionales a corto plazo en el

momento de las negociaciones anuales de los precios comu-

nitarios. El mantenimiento de los MCM podía convertirse en

un reforzamiento de la política de precios comunitarios. Sólo

hacía falta que la necesidad de los MCM se extendiera a

otros países. Muy poco tardó en ocurrir y ahora al amparo de

una revaluación, lo que generaba ya dos grupos de intereses

enfrentados: los países de moneda débil y los países de

moneda fuerte.

A lo largo de 1969, la mayor competitividad de la indus-

tria alemana había generado una crecimiento importante de

las exportaciones y por consiguiente se había incrementado

(86) El tipo verde o tipo que posibilitaba la conversión de cada pre-cio agrícola fijado en unidades de cuenta a unidades de cada monedanacional, se negociaba en la práctica entre la Comisión y el Gobiernodel Estado Miembro afectado.

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Page 7: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

la demanda de marcos alemanes. Las condiciones para unarevaluación del marco estaban servidas (87). Una vez supera-das determinadas tensiones con la Comisión, el gobierno ale-mán obtuvo MCM que actuaban como tasas a la importación ysubvenciones a las exportaciones y se mantuvieron los preciosnacionales al mismo nivel que antes de la revaluación evitandoasí una disminución de la renta de los agricultores alemanes.

Igual que en el caso francés estas medidas se considera-ban transitorias hasta que los incrementos de los preciosseñalados en UC eliminaran la necesidad de disminuir los

(87) El 28 de septiembre el Bundesbank suspendió sus intervencio-nes en el mercado de cambios, conservando la paridad oficial delmarco. Esta medida no evitó que el marco siguiera evaluándose, provo-cando que el gobierno alemán estableciera tasas compensatorias a laimportación y subvenciones a la exportación de determinados produc-tos agrarios. El 1 de octubre de 1969 la Comisión rechazó el manteni-miento de estas medidas salvo que el gobierno alemán adoptara la flo-tación de la divisa alemana que se contemplaria como una medida decorta duración. Incluso advirtió la Comisión que las medidas adoptadaspor el gobierno alemán no prejuzgaban las actuaciones que emprende-ría la Comisión en el caso de que el marco continuara revaluándose.En unos momentos de tensión entre el gobierno alemán y la Comisiónéste vio rechazado en el Tribunal de Justicia de las Comunidades unrecurso contra la decisión de la Comisión de impedir el establecimien-to de tasas a la importación o subvenciones a las exportaciones. Sólodías después, el 8 de octubre, la Comisión aceptó que el gobierno ale-mán percibiera una tasa a la importación de determinados productosagrarios siempre que no sobrepasaran el 5% del precio de intervencióno compra. También transigió la Comisión finalmente y permitió que sesubvencionaran las exportaciones de productos agrarios aunque sóloexcepcionalmente.

Después de muchas tensiones en los mercados de divisas el 24 deoctubre de 1969, el gobierno alemán decidió revaluar el marco alemánen un 9,295 con relación a su antigua paridad con el oro. Esta decisiónse hubiera transmitido directamente al sector agrario si no se hubierantomado medidas para preservar la unidad de mercado. Esta revaluaciónhubiera significado una disminución de los precios de los productosagrarios alemanes objeto de una OCM en el plano interior, una pérdi-da de competitividad de las exportaciones agrarias alemanas y una ava-lancha de importaciones agrarias de otros países.

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Page 8: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

precios nacionales en marcos pero a diferencia del caso galo,el interés aquí protegido era evitar la disminución de la renta

de los agricultores germanos, interés capaz de complicar elposterior desmantelamiento de los MCM (88) .

2.3.3. Los MCM y la protección a la agricultura

La pretendida transitoriedad de los MCM aplicados a Fran-

cia y a la RFA se fundamentaba en una pronta vuelta a la esta-bilidad monetaria y por lo tanto en un acercamiento de lostipos verdes a los tipos reales de cambio. En el caso de que los

tipos reales se desviaran cada vez más de los tipos verdes, lainexistencia de precios comunes sería clara y se tendrían quemantener los MCM. Los tipos verdes y su complemento, los

MCM, proporcionaban (89) posibilidades de convertirse ennuevos instrumentos proteccionistas (90) . La importancia delas soluciones ideadas para que las inestabilidades monetarias

(88) La transitoria desaparición de los mismos se conseguiría a cam-bio de ayudas directas a los agricultores alemanes, siguiendo la tradicióncomenzada en 1964 en el momento de comprometerse a establecerunos precios únicos para los cereales. En 1964 el canciller germano-0cci-dental Erhard sólo consintió una disminución de los precios alemanesde los cereales, como consecuencia del establecimiento de los preciosúnicos en 1967, a cambio de recibir del presupuesto comunitario 1.120millones de marcos repartidos entre 1967 y 1970. Sólo así se pudo con-vencer a la DBV como nos relata Von der Groeben, H.: The EurópeanCommunity: The jmmative years. Ed. Comission of the EC. 1985, pág. 158.

Tanto en 1964 como en 1969 las exigencias de compensacioneseconómicas provenientes de la Comunidad no dejaban ninguna dudade la posición que el gobierno alemán esgrimió a cualquier modifica-ción de la PAC que atacara sus intereses aunque a largo plazo benefi-ciara a la Comunidad globalmente.

(89) MCM positivos a diferencia de los MCM negativos que son losagrícolas en el caso de devaluación.

(90) Experiencias posteriores avalarían que el sistema agromoneta-rio de la PAC suministrara un elemento adicional de proteccionismo.Tangerman, S.: «What is different about European Agricultura Prote-cionism?». WE, Marzo 1983, pág. 43.

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Page 9: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

no se transmitieran al sector agrario como posibles elementos

protectores de la agricultura comunitaria, pasaban a estar enfunción del peso de las monedas fuertes y débiles en la Comu-nidad. Cualquier futura revaluación o devaluación, si no que-

ría ser transmitida como tal al sector agrario, podía generar laaparición de nuevos MCM. Se facilitaba así que los tipos verdesy los MCM constituyeran elementos importantes en las nego-ciaciones encaminadas a determinar los precios comunitarios.

Dejando de lado la evolución de los tipos verdes y de losr,rrr^ i r.. .^,. • • a.. i:_.,.:^..,.:,-^ivivi i y ĉ i iiaCaSv uc SiiS p^StĉriorĉS intĉntv5 uc ĉ iiiiiiiiaa,i^ii

(91), lo más destacado a efectos de nuestro estudio es su con-sideración como un elemento más del cuadro protector de la

PAC con vocación de acompañar a cualquier intento de modi-ficación de la misma.

La utilización de este instrumento podía ser diferentesegún se tratara de un país con moneda devaluada o revalua-da (92) pero el objetivo era el mismo: incrementar la protec-

ción de la propia agricultura.Una vez instaurados los MCM (93) su revisión o elimina-

ción recordaría los efectos y limitaciones que produce en laagricultura comunitaria la inexistencia de una moneda

común. Además, y esto es lo que queremos resaltar aquí, esta-ban llamados a constituir un elemento paralizador de unaposible reforma para aminorar el grado de protección (94) e

(91) Cuyo análisis tendrá lugar en los próximos capítulos.(92) Un estudio sobre su utilización para incrementar las exporta-

ciones de productos agrarios germanos puede consultarse en Von Car-mon-Taubadel, S.: «The agrimonetary system and agriculture trade-flows within the EC», EI^AE, n.° 16, 1989, págs. 37-57.

(93) Aunque los MCM se crearon transitoriamente para mantenerla unidad de precios en la Comunidad, acabaron sacrificando al consti-tuir de hecho obstáculos a la libre circulación de productos agrarios.

(94) Una vez establecidos los MCM ningún agricultor podía serexcluido de los efectos de los mismos y por lo tanto generaba un inte-rés común. Como la desaparición de los MCM negativos era más fácilque la de los MCM positivos, el sistema tendería a mantener los MCMpositivos y a eliminar los negativos generándose así unos precios comu-nitarios más elevados.

143

Page 10: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

incluso cumplían las condiciones necesarias para que se utili-

zaran con la finalidad de elevar los precios nacionales de losproductos agrarios.

No todo eran desventajas con la instauración de losMCM y el permiso concedido a los Estados Miembros de un

cierto control sobre sus tipos verdes. Aún considerando quela aplicación del sistema de MCM fue un cambio de carácterdefensivo (95) y una opción tomada por la importancia que

se le otorgaba al principio de unidad de mercado en la PAC,es innegable que podía facilitar acuerdos. La fijación de los

precios agrarios comunitarios podía verse favorecida por laflexibilidad que introducía el sistema agromonetario. Desdeeste ángulo los MCM podían ayudar en la toma de decisio-

nes al proporcionar a los estados miembros la posibilidad deintegrar parcialmente sus posibles inestabilidades moneta-rias en una fijación favorable de los tipos verdes y MCM. Elpeligro era que nada garantizaba que el interés comunitarioprevaleciera.

Los MCM aplicables a los productos nacionales facilita-ban el incremento de las discrepancias entre los distintos

intereses nacionales y ayudaba a que se tomaran acuerdosfavorables a corto plazo para todos los Estados Miembros lo

que necesariamente llevaría a un aumento de la protección.Las negociaciones de los precios comunitarios con inestabili-dad monetaria se podían convertir en la práctica en un man-tenimiento de la protección de las agriculturas nacionales si

se utilizaban los MCM generados como una parte de la fun-ción de maximización de beneficios nacionales en el seno

del Consejo de Agricultura de la Comunidad (96).

(95) Harvey: «The progress so far in CAP reform». Reforna of the CAPand restructuring of the EEC Budget. Ed. Viles. Secretarial King•'s College.London, 1983, pág. 44.

(96) Las negociaciones de precios de las dos décadas siguienteshubieran sido posiblemente mucho más difíciles sin esta vía de escapeque proporcionara una cierta satisfacción de los intereses a los produc-tores agrarios.

144

Page 11: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

La opción para intentar neutralizar en el sector agrario

las inestabilidades que provenían del sector monetario fue

tomada también en función de los intereses de Francia y

RFA, estados miembros claves en la construcción comunita-

ria, aunque asumiendo que debería de tener carácter transi-

torio. Inicialmente sólo se buscó frenar los efectos negativos

de accidentes monetarios (97) para el sector agrario.

La provisionalidad de las medidas adoptadas para Francia

y la RFA; efectivas al menos en los primeros momentos, no

dejdi•ou indiferentes a ios otros Estados miembros. Sólo se

precisaban alteraciones monetarias en el resto de los Estados

miembros para que los MCM se incrementaran y adquirieran

más vitalidad creándose así más intereses en el mantenimien-

to de los MCM cuando estos fueran favorables.

La agonía del Sistema Monetario Internacional (SMI)

establecido en Bretton Woods tenía garantizada su transmi-

sión al agro comunitario. En el caso de que el SMI se desmo-

ronara las dificultades para modificar la PAC se incrementarían

al incorporarse elementos ajenos a la agricultura relaciona-

dos con opciones monetarios nacionales.

Los grupos de productores agrarios, en cambio, veían

ampliados sus instrumentos paralizadores de futuras 'refor-

mas a la vez que conseguían que su consentimiento en la eli-

minación de los MCM pudiera estar condicionado a medidas

que propiciaran la renacionalización de la PAC (98).

Concluyendo, las inestabilidades monetarias de 1989 y su

neutralización en el sector agrario, provocaron un incremen-

to de los intereses en juego a la hora de reformar la PAC. La

Comunidad optó por seguir adelante en la construcción de

la PAC en lugar de aceptar que el sector agrario debería

(97) Baudin, P. op. cit., 1973, pág. 311.(98) Por ejemplo, permitiendo que desaparecieran los MCM positi-

vos a cambio de ayudas directas, a cargo del país miembro, para com-pensar las pérdidas de renta. «Trade-off» más fácilmente realizable enlos países ricos de la Comunidad.

145

Page 12: 2.3. Inestabilidades monetarias y protección agraria: la

soportar las devaluaciones o revaluaciones como los otros

sectores. Fue una elección guiada por el significado que

tenía la PAC para la Comunidad. Esta opción pronto desple-

garía una variedad de efectos no queridos pero que fueron

inmediatamente incorporados por los grupos interesados en

frenar cualquier reforma de la PAC en una perspectiva de

largo plazo.

Con las experiencias monetarias de 1969 se ponía de

manifiesto que, si bien el desarrollo de la PAC debía consti-

tuir una etapa previa y necesaria a la realización de la Unión

Económica y Monetaria (UEM), no se llegaría a conseguir

una PAC verdaderamente común sin una UEM previa (99).

La historia posterior de la CEE corroboraría la aprecia-

ción anterior. Incluso la cercanía de los acontecimientos

monetarios dejaron sentir su peso en la cumbre de la Haya

de 1969. En ella se recogía la propuesta de crear una UEM a

escala comunitaria. Mientras esta propuesta no se hiciera rea-

lidad la PAC iba a verse afectada por las inestabilidades

monetarias, incrementándose la utilización proteccionista de

los instrumentos creados para evitar la ruptura de la primera

y más importante política comunitaria.

2.4. Conclusiones

1) En 1968 era indiscutible para la Comisión que el

esquema proteccionista de la PAC era inviable ante

los costes económicos que aparejaba. El Plan Mans-

holt recogía la necesidad de transformar radicalmen-

te la agricultura europea pero no ponderaba correcta-

mente el grado de aceptación social del mismo.

2) La falta de apoyo de los gobiernos de los estados miem-

bros derivada del excesivo coste político de su aproba-

(99) Viau, C. op. cit., 1984, pág. 155.

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