260910 - Union Cristo-Cristiano - Cimiento de La Santidad - Ro 6 vs 1 Al 14

Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos Charla Nro. 12

Unión Cristo-cristiano: Cimiento de la Santidad

Ro.6:1-14

Carlos Rocha – [email protected]

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La Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos Unión Cristo-cristiano: cimiento de la santidad

Romanos 6:1-14 ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? Con estas dos preguntas, el apóstol Pablo sigue presentando las súper abundantes bendiciones y resultados de la justificación lograda por nuestro Salvador Jesucristo en la cruz Son preguntas que nos hacen cuestionarnos sobre la sinceridad de nuestra fe en Jesucristo, sobre lo genuino de nuestra conversión, son preguntas que nos llevan a la cruz de Cristo, a su obra y es de esa obra y mucho mas, que estará hablando en los siguientes versículos. Tras explicarnos detalladamente la doctrina de la justificación por fe en Jesucristo, ahora nos está introduciendo en los resultados de la justificación, uno de ellos, la santificación del creyente, esa amorosa y permanente obra de Dios, por la cual el creyente es llamado a vivir una vida santa para su Creador, a apartarse de manera práctica y efectiva del pecado. Un claro ejemplo santificación en el creyente, lo tenemos en el NT, es evidente que la persona de quien se habla allí, fue testimonio de la obra redentora de Cristo y de cómo Dios tomó a uno que se refugiaba en sus propias obras y en sus conocimientos y en su poder y le trajo a sus caminos y le regeneró y le convirtió y le santificó para dar gloria a su propio nombre, al de Dios y hacerle testimonio al mundo, en Gálatas 1:13-15, Pablo afirma:

Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia . . .

Y mas adelante en Gálatas 1:22-24, muestra la gloriosa obra redentora de Cristo en él:



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y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo; solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí.1

El fundamento, el origen de nuestra santidad, es la gracia de Dios mediante la redención de Cristo en la cruz, redención suficiente y sobreabundante para que el llamado a ser santo sea realidad en la vida de cada creyente, llamado que solo es posible por nuestra “unión con Cristo”, de la cual Pablo habla en este pasaje. Sobre la unión Cristo-cristiano dice en Hebreos 2:14:

Así que, por cuanto los hijos

participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo,

para destruir por medio de la muerte

al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

Según Hebreos 2:14 nuestra unión con Cristo es la de parientes consanguíneos, estamos unidos a Cristo, por lazos de sangre, podemos decir que Jesucristo es nuestro hermano, por esa razón Jesucristo “compartió nuestra naturaleza humana y, aunque no tenía pecado, vivió una vida plena, con todas sus debilidades, deseos, necesidades y tentaciones”2. Pero hay mucha mas gracia de Dios al creyente, si, estamos unidos a Cristo como hermanos, pero la unión Cristo-cristiano es mucho mas profunda, es una unión íntima, mística, una unión espiritual, eso es lo que Pablo nos muestra –entre otras enseñanzas- en Romanos 6, tu, hermano creyente eres objeto de grandes e inimaginables bendiciones espirituales, cada una de ellas fluye desde Cristo hacia ti, en esa extraordinaria unión mística, Cristo-creyente. El teólogo Luis Berkhof dice:

1 En nuestra iglesia, el próximos días –octubre de 2010- se bautizarán nuevos creyentes, la numerosa familia de uno de ellos –incrédula- asistirá al bautismo porque no puede creer la obra que Dios ha hecho en él. He ahí la gloria para Dios, incrédulos están viendo la obra redentora de Cristo y los frutos de dicha obra, en este bienaventurado hombre. 2 Kistemaker Simón J.; Hebreos –Comentario al Nuevo Testamento; Libros Desafío; EU; 1991, pag. 94.



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“La unión de que tratamos puede definirse como aquella unión espiritual íntima y vital entre Cristo y su pueblo, en virtud de la cual, El es la fuente de la vida y de la fuerza de ese pueblo, de su bienaventuranza y de su salvación . . . Es una unión que sobrepasa al entendimiento”3.

Si eres creyente, tu y yo estamos unidos de manera personal y directa con Cristo:

Ga.2:20 Con Cristo estoy

juntamente crucificado, y ya no vivo yo,

mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne,

lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó

y se entregó a sí mismo por mí. Y por lo tanto, por esa incomprensible pero gloriosa unión, tu yo somos transformados cada día, mas y mas a la imagen de Jesucristo, de ahí que el Espíritu Santo en Romanos 6:1 pregunte:

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado

para que la gracia abunde? Y de inmediato responde:

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,

¿cómo viviremos aún en él? En Romanos 6:1 al 14 Pablo expone nuestra unión con Cristo en la obra redentora en la cruz, nos muestra que toda la obra es de Dios y que tras esa obra, vienen -por gracia-, santos resultados en la vida del creyente. La Biblia nos presentará los hechos, los explicará y los aplicará.

3 Berkhof L.; Teología Sistemática; Libros Desafío; E.U.;2002, pag.536



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1er, hecho, en Romanos 6:3:

¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

Lo explica, en los Vs. 4-5:

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

2do, hecho, Romanos 6:6:

sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Lo explica en los Vs. 7 y 8:

Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;

3er hecho, en Romanos 6:9:

sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

Explicado en Vs. 10:

Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

Y finalmente los aplica, Vs. 11-13:

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis



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vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Para terminar con una tremenda gran conclusión, Vs.14:

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Desde el Vs.3, Pablo llama la atención a nuestro conocimiento de esos hechos redentores, notemos el impresionante uso que Pablo está dando en este pasaje al verbo “saber”, Pablo quiere asegurarse de que podemos gozarnos en esas bendiciones y lo hace afirmando que tu y yo tenemos pleno conocimiento de todo lo que él está escribiendo, no deja abierta la menor posibilidad de excusa alguna para que alguien se atreva a decir, fundamentado en la sobreabundante gracia de Dios, que puede perseverar en el pecado.

Vs. 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en su muerte?

Vs. 6 sabiendo esto,

que nuestro viejo hombre fue crucificado

juntamente con él . . .

Vs. 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado

de los muertos, ya no muere;

la muerte no se enseñorea más de él.

En Romanos 6:3 pregunta: ¿o no sabéis?, que se traduce al español como: ¿ignoráis?, ¿ignoráis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, -he ahí la unión Cristo-cristiano-, hemos sido bautizados en su muerte? a primera vista podría parecer una sencilla “falta de conocimiento”, parecería que Pablo está diciendo ¿acaso no tienen el conocimiento de esto o aquello?, pero no, no es eso lo que está



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preguntando, Pablo hace una pregunta mas profunda, la ignorancia que refiere Pablo, es una ignorancia o falta de información que no se puede pasar por alto, es pecaminosa, requiere perdón. ¿ ¡¡ habla Pablo de que el creyente requiere perdón por ignorar algo !!? En este caso sí, porque es una ignorancia derivada de la desobediencia, de la rebeldía, como por ejemplo en Romanos 2:4 la “ignorancia” que conduce a menospreciar las riquezas de la benignidad, paciencia, y longanimidad de Dios y que guía al arrepentimiento, Pablo dice a aquellos que se encuentran en ese estado de “rebeldía” que son “inexcusables”4, que no escaparán del juicio de Dios5 y que atesoran ira para el día de la ira6, porque en su rebeldía voluntariamente “ignoran” algo que realmente conocen: las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad y su benignidad que guía al arrepentimiento. Entonces, cuando el apóstol advierte:

Vs. 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en su muerte?

Nos está advirtiendo: no te rebeles contra Dios, no ignores que cuando fuiste bautizado en Cristo Jesús, lo fuiste también en su muerte, cuando Dios, por gracia, te concedió el don7 de la fe y creíste en Cristo Jesús como tu Salvador estabas entrando en una íntima comunión espiritual con tu Salvador. No ignores que quien ha sido bautizado en Cristo y por lo tanto en su muerte, ha recibido perdón de sus pecados.

Así que regresando a la pregunta de Pablo en Romanos 6:1

¿Qué, pues, diremos?

¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

Pablo responde: En ninguna manera, no entres en un estado de rebeldía ignorando que cuando fuiste bautizado en Cristo Jesús tus pecados fueron perdonados.

4 Romanos 2:1 5 Romanos 2:3 6 Romanos 2:5 7 Hechos 11:18; Juan 16:8; Romanos 2:4.



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Ahora, en los versículos 4 y 5 explica el versículo 3, y presenta otro hecho originado en la unión Cristo-Cristiano, nuestra íntima comunión con Cristo tanto en su muerte como en su resurrección; es asombroso como en estos versículos el apóstol insiste y repite la idea, son dos versículos paralelos, Romanos 6:4-5: 4 Porque

somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo

resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque

si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos

en la de su resurrección;

El Vs. 4 en el original griego dice: “fuimos sepultados juntamente con él” y en el Vs. 5: “Porque si fuimos plantados juntamente con él” la idea en los dos versículos es sinónima, “sepultados”: denota una unión muy estrecha con aquel con quien se es “sepultado”, es decir, con Cristo, la Biblia solo usa ese término aquí en Romanos y en Colosenses 2:12 donde dice: “sepultados con él en el bautismo”.

. Y el término “plantados” del vs.5 nos presenta nuevamente la preciosa unión Cristo-cristiano: “plantados juntamente con el”, indica una unión estrecha, todos los cristianos, en un sentido espiritual hemos sido sumergidos en la persona de Cristo, aquí el apóstol, mas que a la ceremonia del bautismo, se refiere al concepto del bautismo, Pablo presenta el sentido en el cual el creyente es íntimamente unido a Cristo, dice en el Vs. 4: “para muerte por el bautismo”, y en el 5: “en la semejanza de su muerte”. En el bautismo se evidencia que por la gracia de Dios y por la obra de Cristo nuestra vida ha cambiado radicalmente, es un cambio tan drástico, como la relación entre muerte y vida, hemos nacido de nuevo8. Dios nos ha unido con el Cristo crucificado y resucitado y por tanto nos ha dado remisión de pecados9, perdón10; nos ha concedido salvación eterna y purificación moral de nuestro corazón. Estamos unidos con Cristo y en consecuencia estamos

8 Lc.1:1-17; Jn.1:20-30 9 Ef.1:7 10 Hc.22:16; Mr.1:4; Hc.2:38



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unidos con todos los hechos de su amorosa obra redentora, muerte, sepultura y resurrección. Así como Cristo resucitó a una nueva vida, una vida de exaltación, así también nosotros, tras morir en Cristo resucitamos a una nueva vida en la que el pecado ya no es nuestro señor, es una unión tan íntima que ahora nos identificamos y nos sometemos a las demandas de nuestro Señor11, plenamente identificados con él “hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aun en él? Antes vivíamos y nos complacíamos practicando el pecado, ahora no, ahora, por cuanto fuimos sepultados con Cristo, así como él resucitó de los muertos, nosotros hemos recibido la capacidad de andar en vida nueva, andar en santidad, somos nuevas criaturas12, nueva creación13; nuevos hombres14; el pecado no tiene poder sobre nosotros, unidos a Cristo, morimos y fuimos sepultados, por lo tanto el pecado ya no será nuestro estilo de vida, el pecado ha sido derrotado, ya no es nuestro rey, ahora nuestro rey es Cristo. Ahí está la unión con Cristo, Pablo nos está diciendo que no ignoremos que en esa preciosa unión mística con Cristo fuimos sepultados juntamente con El y por cuanto fuimos sepultados, de la misma manera hemos resucitado con El, Cristo resucitó de los muertos, en un cuerpo glorificado, nosotros resucitaremos en un nuevo cuerpo, pero entre tanto que llega ese glorioso momento, también hemos resucitado a una nueva vida, para que como dice al final del versículo 4, andemos en vida nueva. ¿Quién murió? ¡¡Cristo!! ¿En quién fuimos bautizados? ¡¡ en Cristo!! ¿Quién resucitó de los muertos? ¡¡ Cristo!! ¿Por quien podemos andar en vida nueva? ¡¡por Cristo!! ¿A quién y solo a quién pertenece la gloria? ¡¡ a Cristo !! Ahora en los versículos 6 al 8 nos hará notar hechos que conocemos plenamente, el punto que debemos tener en mente es nuestra unión con Cristo, Pablo está llamando la atención a hechos reales originados en nuestra unión mística con Cristo, Pablo parte de que el creyente, por fe, conoce esos hechos, le es claro y por lo tanto debe conducir a un cierto modo de vivir, apartado del pecado: Romanos 6:6:

11 Mt.28:19, 1Co.10:2; 1:13-16 12 2Co.5:17 13 Ga.6:15 14 Ef.4:24



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sabiendo esto, que nuestro viejo hombre

fue crucificado juntamente con él,

para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que

no sirvamos más al pecado.

Pablo acaba de decirnos no ignores rebeldemente, ahora utiliza el término "sabiendo" para decirnos: tu tienes conocimiento y además lo comprendes, ¿puedes comprender hermano cómo es que cuando Cristo fue crucificado, tu también lo fuiste con El? ¿puedes comprender hermano como es que en la crucifixión de Jesucristo tu cuerpo de pecado fue destruido? Sin embargo Pablo afirma que tu y yo lo sabemos y lo entendemos y tenemos conciencia de ese hecho, y así es, lo sabemos y lo entendemos por fe, quizá no podamos explicarlo, pero comprendemos que por nuestra unión mística con Cristo, nuestro viejo hombre fue crucificado, el cuerpo del pecado destruido y en consecuencia ya no servimos mas al pecado, nuestro viejo hombre murió, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros, ya no nos puede decir cual ha de ser nuestro estilo de vida, no es que ya no cometamos pecado, sino que ya no estamos esclavisados por él, ahora vivimos unidos a Cristo, fuimos unidos a El en la obra redentora, permaneceremos unidos a él por el resto de nuestra vida, tanto acá en la tierra, como en la eternidad de su gloria. Gálatas 2:20 nos aclara el pensamiento:

Con Cristo estoy juntamente crucificado,

y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;

y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe

del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó

a sí mismo por mí. Ahora lo explica, Vs.7 - 8:

Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.



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Y si morimos con Cristo, creemos que

también viviremos con él. Hemos muerto al pecado, porque por Cristo en la cruz hemos sido justificados, así como Cristo, en su muerte venció al pecado, venció la muerte y unidos a él, nosotros también somos vencedores, por fe, tenemos la certeza de que aquí en la tierra, mientras esperamos gozarnos con El en la eternidad, viviremos unidos a él, es mucho mas que vivir en la presencia de Cristo, es una vida santa, es una comunión espiritual con Cristo, que le honre, porque es coherente con su propia santidad, por el poder y la gracia del E. S. tu yo podemos vivir así. ¿Quién fue crucificado? ¡¡Cristo!! ¿Quién murió? ¡¡Cristo!! ¿Con quien viviremos aquí en la tierra? ¡¡ con Cristo!! ¿Con quien viviremos en la eternidad? ¡¡ con Cristo!! ¿A quién y solo a quién pertenece la gloria? ¡¡ a Cristo !! Finalmente en los versículos 9 y 10 el Espíritu Santo, inspirando a Pablo, nos conduce a otros hechos históricos de los cuales los creyentes, por fe, tenemos pleno conocimiento:

sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos,

ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

Una razón mas por la estamos llamados a vivir una vida santa para Dios es porque Cristo venció el pecado, jamás peco, pero pagó por los pecados de los que el Padre le dio; así como Cristo, aquí en la tierra glorificó a su Padre, nosotros estamos llamados a glorificarle, viviendo en el poder de Cristo, una vida santa. La muerte no tiene poder sobre Cristo, Cristo selló su victoria resucitando de los muertos, murió una vez por todas, su obra redentora solo fue necesaria por una sola vez, ya está consumada y aplicada a los escogidos de Dios; así como la muerte no tiene poder sobre Cristo, tampoco lo tiene sobre nosotros.



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¿Quién resucitó de los muertos? ¡¡Cristo!! ¿Quién murió al pecado? ¡¡Cristo!! ¿Quién murió una vez por todas? ¡¡Cristo!! ¿A quién y solo a quién pertenece la gloria? ¡¡ a Cristo !! En la obra de salvación nosotros estuvimos pasivos, no hicimos nada, fue Dios, quien realizó toda la acción, podríamos decir que Dios nos sepultó, nos plantó, y lo hizo en unión con Cristo, juntamente con Cristo, espiritualmente unidos a Jesucristo. Así mismo toda la obra de santificación es de Dios, dice en 1Ts.5:23:

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo;

y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,

sea guardado irreprensible para la venida

de nuestro Señor Jesucristo. Y en Hebreos 13:20-21:

Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas,

por la sangre del pacto eterno, os haga aptos

en toda obra buena para que hagáis su voluntad,

haciendo él en vosotros lo que es agradable

delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria

por los siglos de los siglos. Amén. Es tal la gracia de Dios, que Dios mismo, por el nuevo nacimiento concedido al creyente, le llevará a someterse y obedecer a su voluntad “permaneced en mi”15 manda nuestro Salvador; ¿Cómo crecerá el hombre en su santificación? porque por la bendita gracia divina, usará adecuadamente los medios que Dios le ha dado para tal

15 Juan 15:4



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fin y que son el resultado de la unión Cristo-creyente. Todo tu actuar, hermano siempre vendrá después de la acción de Dios en ti, es El quien produce en ti, tanto el querer como el hacer. Es Dios quien preparó de antemano las buenas obras y es Dios quien te mantiene en ellas. Nuestra obediencia viene como resultado de la obediencia de Cristo, es su obediencia perfecta delante de su Padre Celestial la que produce en nosotros (al recibirlo por fe), una obediencia que se une a “temor y temblor”, nuestra vida santa siempre fluye de la obra de Dios que le precede. Dios preparó las buenas obras, Jesucristo ya hizo todo el trabajo y tu estuviste unido a El, tu ya lo sabes y por cuanto eres cristiano lo crees. Con semejante fundamento, es apenas lógico las Escrituras hagan un llamado a la santidad, hermano querido, este llamado se fundamenta en la obra de Cristo en la cruz, Ro.6:11-14:

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

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