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Nº 586 Periódico de Evangelización Integral Diócesis de San Juan de los Lagos, Jal. 29 de abril de 2012 $8. 00 Año XII Pág 5 Pág 2 Pág 4 Pág 8 Pág 8 18,19,20: Sagrada Familia (Lagos de Moreno) 19,20,21: El Rosario (Lagos de Moreno) 19,20,21: Señor de la Misericordia (Pirulito, Lagos de Moreno) 21,22,23: San Miguel (Lagos de Moreno) 22,23,24: Las Cruces (Lagos de Moreno) 25,26,27: Perpetuo Socorro (Lagos de Moreno) 27,28,29: Noviciado Lasallista y comunidades religiosas 29,30,31: Nuestra Señora de Guadalupe (Tlacuitapa) · Mes de Mayo 1, 2, 3: San Francisco Javier (Lagos de Moreno) 4, 5, 6: Inmaculada Concepción de Moya (Lagos de Moreno) 6, 7, 8: La Inmaculada Concepción (Yahualica) 7, 8, 9: Nuestra Señora del Refugio (Lagos de Moreno) 10,11,12: Nuestra Señora de San Juan (Lagos de Moreno) 13,14,15: San Juan Bautista de la Laguna (Lagos de Moreno) 16,17,18: Señor del Calvario (Lagos de Moreno) Jubileo Circular Te presentamos un interesante análisis de la Película fe ¿Cuestión de otro mundo? Mensaje a las familias mexicanas Toma de hábito EN EL MONASTERIO DE LA ORDEN DE SANTA CLARA

29 abril 2012

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mensajero 586

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Page 1: 29 abril 2012

Nº 586

Periódico de Evangelización IntegralDiócesis de San Juan de los Lagos, Jal.

29 de abril de 2012$8.00

Año XII

Pág 5

Pág 2

Pág 4

Pág 8

Pág 8

18,19,20: Sagrada Familia (Lagos de Moreno)19,20,21: El Rosario (Lagos de Moreno)19,20,21: Señor de la Misericordia (Pirulito, Lagos de Moreno)21,22,23: San Miguel (Lagos de Moreno)22,23,24: Las Cruces (Lagos de Moreno)25,26,27: Perpetuo Socorro (Lagos de Moreno)27,28,29: Noviciado Lasallista y comunidades religiosas 29,30,31: Nuestra Señora de Guadalupe (Tlacuitapa)

· Mes de Mayo

1, 2, 3: San Francisco Javier (Lagos de Moreno)4, 5, 6: Inmaculada Concepción de Moya (Lagos de Moreno)6, 7, 8: La Inmaculada Concepción (Yahualica)7, 8, 9: Nuestra Señora del Refugio (Lagos de Moreno)10,11,12: Nuestra Señora de San Juan (Lagos de Moreno)13,14,15: San Juan Bautista de la Laguna (Lagos de Moreno)16,17,18: Señor del Calvario (Lagos de Moreno)

Jubileo Circular

Te presentamos un interesante análisis de la Película

fe¿Cuestión de otro mundo?

Mensajea las familias mexicanas

Toma de hábito EN EL MONASTERIO DE LA ORDEN DE SANTA CLARA

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229 de abril de 2012

La Voz de Nuestro Obispo

Directorio Director y editor en jefe Pbro. Sergio Abel Mata León [email protected]

Subdirector Pbro. Ildefonso García Pérez

Sección Arandas Pbro. Álvaro íñiguez Barba [email protected]

Formato y edición Pbro. Sergio Abel Mata León Diác. Juan Manuel García Hernández

Distribución Salvador Martín Jiménez Juan Ramón Martín Jiménez Ma. de Jesús Navarro Victor Manuel Mata León

Impreso en Imprenta “Altosprint” S.A de C. V. www.altosprint.com, Allende N° 284. Arandas, Jal. Tel/Fax (348) 783 0999 y 783 1371.

En Internet www.mensajerodiocesano.com Correos: [email protected] Suplemento Arandas: [email protected]ón Hernández No. 20 Arandas, Jal. Tel./Fax (01) 34878 47083

Sr. Felipe Salazar VillagranaObispo de la Diócesis de San Juan de los Lagos

“Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar que Jesús es el Mesías” (Hch 5, 42)

 

1. Al concluir nuestra 93 Asam-blea Plenaria, con el tema “La mi-sión de la familia en la verdad y la esperanza en el México del tercer milenio”, los Obispos de México, sucesores de los Apóstoles, como promotores y animadores de la es-peranza, no cesamos de enseñar y proclamar a Cristo Resucitado a todos y ahora, de modo especial, a las familias mexicanas, llamadas por Dios a ocupar el lugar que les co-rresponde en la Iglesia y en la socie-dad. En la alegría de la Pascua, les dirigimos nuestro saludo, así como a toda persona de buena voluntad.

2. En esta Asamblea, iluminados por la Luz del Resucitado y guiados por su Espíritu, hemos profundi-zado como pastores en la realidad de la familia en México, buscando acercar esa realidad a la verdad y asumiendo una actitud pastoral de cercanía, diálogo y misericordia con todas las personas. Por una parte, constatamos que la familia es la ins-titución más importante en la vida social de los mexicanos y, por otra, reconocemos que se está dando un proceso de cambio en las llamadas estructuras familiares, entre las cua-les, la que más bienestar aporta a la población en nuestra sociedad de-mocrática, es la estructura formada por el esposo, la esposa y sus hijos, lo cual se demuestra históricamente y en los hechos.

3. Nos alientan las luces o va-lores de nuestras familias, entre los que podemos señalar: su  unidad y pertenencia, la solidaridad y gene-rosidad, el sentido de la fiesta y su dedicación al trabajo, la hospitali-dad y la alegría, el gran valor de su fe y confianza en Dios y el entusiasmo apostólico de muchas de ellas. Todo esto es una enorme contribución en relaciones y recursos que la familia aporta a la Iglesia y a la sociedad. Pero también observamos que estos valores han sido impactados por los cambios que se van dando y que ha-cen surgir sombras o circunstancias difíciles o dolorosas en la misma fa-

milia como, por ejemplo: el crecien-te número de uniones libres, padres solos, divorcios, abandono de los hi-jos, violencia intrafamiliar y social, una sexualidad vivida al margen del amor y la fecundidad, pobreza, trato injusto a la mujer que trabaja, trata de personas, el fenómeno de la mi-gración, el alcoholismo o las drogas. Todo esto propicia la desintegra-ción familiar, con un alto costo hu-mano y social.

4. Como el mismo Jesús, la Igle-sia anhela decir a cada familia: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19, 9). Él invita a cada familia a ser iglesia doméstica, pequeña co-munidad de vida y amor, en donde se haga realidad el proyecto origi-nal de Dios para el matrimonio y la familia (Mt 19, 4-6). Él mismo, que integró una familia con San José y la Virgen María (Lc. 2, 40-52), enseña y conduce a las familias a vivir el amor y la comunión, y las envía como sus testigos en medio del mundo, nutriéndolas con los sacramentos, especialmente la Eu-caristía, y con el pan de la Palabra. Toda la Sagrada Escritura es una revelación de las características del ser y la misión de la familia; es la fuente segura de su identidad. Invi-tamos a todos a conocerla y dejar-se conducir por ella. No tengamos miedo de  abrir nuestra libertad al proyecto original de Dios, que creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, diferentes para comple-mentarse, y les concedió la bendi-ción de la fecundidad.

5. Ante todo esto y desde nues-tra fe y esperanza en Jesucristo, estamos convencidos de que este tiempo es la ocasión propicia para esforzarnos en comprender lo que realmente está sucediendo en tor-no a la familia. Vivimos en medio de cambios rápidos y pareciera que éstos son los que orientan el ser y la misión de la familia. Pero, ¿No sería ahora el momento de preguntarnos si corresponde a la familia cristia-na ser el factor decisivo que oriente esos cambios? El presupuesto nece-sario para este cambio profundo es la conversión personal y pastoral al Evangelio del matrimonio, la fami-lia y la vida.

6. La familia está llamada a ser un reflejo del amor y de la vida tri-

nitaria en Dios y, desde esta con-vicción, la reconocemos como cora-zón y rostro de la esperanza para la Iglesia y la sociedad en México. Ella no puede seguir siendo tan sólo un objeto de la acción de la Iglesia y de la sociedad, sino, sobre todo, ha de ser sujeto activo y protagonista de la evangelización y del desarro-llo social en todas sus dimensiones. Consideramos que esto es el centro de su ser y de la misión que Dios le encomienda hoy: ¡Es el tiempo de la familia! El futuro de la evangeli-zación, como de la humanidad mis-ma, depende mucho de ella. Por eso, haciendo nuestros el amor y la con-fianza del Papa Juan Pablo II en la familia le decimos: ¡Familia, cree en lo que eres! ¡Familia, sé lo que eres!

7. En la familia es muy impor-tante la presencia del padre y de la madre: los hijos, fruto y signo visi-ble de su amor, necesitan a ambos para forjar sanamente su persona-lidad, integrando armoniosamente sus diversas áreas. Esto requiere la estabilidad y la corresponsabilidad en el matrimonio. Invitamos a los esposos a luchar por ser fieles a su amor en un sí humano que se abre al sí incondicional de Dios, para sostenerse y madurar aun en los momentos difíciles. El matrimonio del que nace la familia, asumido y elevado por Cristo a la dignidad de sacramento, es signo de su entrega amorosa por todos nosotros. Invi-tamos especialmente a los jóvenes a no tener miedo a la vida matri-monial y familiar, y al compromiso maduro de un amor que es capaz de entregarse en la fidelidad para toda la vida. Ahí está el camino de su verdadera felicidad, de la que Dios es custodio y garante.

8. La familia se apoya subsidia-riamente en la escuela formal en donde los maestros tienen la mayor cercanía con los niños, adolescentes y jóvenes. ¿Cómo lograr que la es-cuela sea una verdadera extensión del hogar? Ella no puede pretender sustituir a los padres en sumisión educadora  y, a su vez, es necesario que los padres apoyen también a los maestros en su labor docente. La misma Iglesia tiene conciencia de su vocación de acompañar a los pa-pás en la educación en la fe de sus hijos. En resumen, familia, escuela

Mensaje a las familias mexicanas

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Pbro. José de Jesús Robelo

«En esos gritos de alegría constaté la tenaz

esperanza de los cristianos mexicanos»

Agenda Diocesana29 abril - visita pastoral Parroquia de Capilla de Milpillas; Convivencia de la Red de Amigos y Bienhechores del Seminario; Feria Vo-cacional Capilla de Guadalupe; Jornada Mundial de oración por la vocaciones.

30 abril - Día del Niño

1 mayo - San José Obrero

2 mayo - Reunión de Vicarios Decanales de Pastoral, Arandas.

3 mayo - Fiesta a la Santa Cruz

4 mayo - Jornada Cultural en el Seminario; Acto Académico 3° de Teología.

5 mayo - Reunión CODIPAPRO Santa Ana.

Compartimos el mensaje que el Papa dirigió en la Plaza de San Pedro du-rante la Audiencia General del pasa-do miércoles 4 de abril, donde expresa sus impresiones de su viaje a México y Cuba. En lo que aquí presentamos, hemos seleccionado aquellas palabras que se refieren a México.

Queridos hermanos y hermanas:

Siguen vivas en mí las emociones suscitadas por el reciente viaje apos-tólico a México y a Cuba, sobre el que quiero reflexionar hoy. Surge es-pontáneamente en mi alma la acción de gracias al Señor: en su providen-cia, quiso que fuera por primera vez como Sucesor de Pedro a esos dos países, que conservan un recuerdo indeleble de las visitas realizadas por el beato Juan Pablo II. El bicentena-rio de la independencia de México y de otros países latinoamericanos, el vigésimo aniversario de las rela-ciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, y el cuarto centenario del hallazgo de la imagen de la Vir-gen de la Caridad del Cobre en la República de Cuba fueron las oca-siones de mi peregrinación. Con ella quise abrazar idealmente a todo el continente, invitando a todos a vivir juntos en la esperanza y en el com-promiso concreto de caminar unidos hacia un futuro mejor. Expreso mi agradecimiento a los señores presi-dentes de México y de Cuba, que con deferencia y cortesía me dieron su bienvenida, así como a las demás autoridades. Doy las gracias de co-razón a los arzobispos de León, de

Santiago de Cuba y de La Habana, y a los demás venerados hermanos en el episcopado, que me acogieron con gran afecto, así como a sus cola-boradores y a todos los que se pro-digaron generosamente por mi visita pastoral. Fueron días inolvidables de alegría y de esperanza, que quedarán impresos en mi corazón.

La primera etapa fue León, en el Estado de Guanajuato, centro geo-gráfico de México. Allí una gran multitud en fiesta me dispensó una acogida extraordinaria y entusiasta, como signo del abrazo cordial de todo un pueblo. Desde la ceremo-nia de bienvenida pude apreciar la fe y el calor de los sacerdotes, de las personas consagradas y de los fieles laicos. En presencia de los exponen-tes de las instituciones, de numero-sos obispos y de representantes de la sociedad, recordé la necesidad del reconocimiento y de la tutela de los derechos fundamentales de la per-sona humana, entre los que destaca la libertad religiosa, asegurando mi cercanía a quienes sufren a causa de plagas sociales, de antiguos y nuevos

conflictos, de la corrupción y de la violencia. Recuerdo con profunda gratitud la fila interminable de gen-te a lo largo de las calles, que me acompañó con entusiasmo. En esas manos tendidas en señal de saludo y de afecto, en esos rostros alegres, en esos gritos de alegría constaté la tenaz esperanza de los cristianos mexicanos, esperanza que perma-neció encendida en los corazones a pesar de los difíciles momentos de violencia, que no dejé de deplorar y a cuyas víctimas dirigí un conmovi-do pensamiento; y pude confortar personalmente a algunas. Ese mis-mo día me encontré con muchísi-mos niños y adolescentes, que son el futuro de la nación y de la Iglesia. Su inagotable alegría, manifestada con ruidosos cantos y músicas, así como sus miradas y sus gestos, expresaban el fuerte deseo de todos los mucha-chos de México, de América Latina y del Caribe, de poder vivir en paz, con serenidad y armonía, en una so-ciedad más justa y reconciliada.

Los discípulos del Señor deben incrementar la alegría de ser cris-

tianos, la alegría de pertenecer

a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en las situaciones difíciles y de sufrimiento. Recordé esta verdad a la inmensa multitud que se reu-nió para la celebración eucarística dominical en el parque del Bicen-tenario de León. Exhorté a todos a confiar en la bondad de Dios om-nipotente que puede cambiar desde dentro, desde el corazón, las situa-ciones insoportables y oscuras. Los mexicanos respondieron con su fe ardiente; y en su adhesión conven-cida al Evangelio reconocí una vez más signos consoladores de espe-ranza para el continente. El último evento de mi visita a México fue, también en León, la celebración de las vísperas en la catedral de Nues-tra Señora de la Luz, con los obispos mexicanos y los representantes de los Episcopados de América. Mani-festé mi cercanía a su compromiso frente a los diversos desafíos y difi-cultades, y mi gratitud por los que siembran el Evangelio en situacio-nes complejas y a menudo con mu-chas limitaciones. Los animé a ser pastores celosos y guías seguros, sus-citando por doquier comunión sin-cera y adhesión cordial a la enseñan-za de la Iglesia. Luego dejé la amada tierra mexicana, donde experimenté una devoción y un afecto especiales al Vicario de Cristo. Antes de partir, estimulé al pueblo mexicano a per-manecer fiel al Señor y a su Iglesia, bien anclado en sus raíces cristianas.

Este viaje a México y a Cuba, gracias a Dios, logró el anhelado éxito pastoral. Que el pueblo mexi-cano y el cubano obtengan de él abundantes frutos para construir en la comunión eclesial y con valentía evangélica un futuro de paz y de fra-ternidad.

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Bere M.

fe, ¿Cuestión de otro mundo?

Margarita de la Torre López

Tuve la oportunidad de leer un artí-culo que me pareció interesante, se titula “Por qué pierden los jóvenes la fe” de Carlos Mantica. El autor compara la fe con una casa, y es donde menciona cuatro causas por las cuales se pierde: a) Porque se les desmorona o se les cae en la primera sacudida; la fe no es sólida, es muy superficial. b) Porque la cambian; ya sea porque no encuentran en la fe la respuesta adecuada a sus necesi-dades o la fe les resultó incomoda para su vida, por eso se busca otra creencia religiosa. c) Porque la ven-den; se renuncia a la fe por algo a cambio. d) Porque se la quitan; la fe es arrebata por otros. Es el punto en que se enfoca el autor.

Si seguimos con esa misma com-paración de la fe-casa, podríamos imaginarnos como es el panorama de una juventud que ha perdido su fe: una ciudad devastada; sí, como lo hemos visto en los noticieros cuando un huracán, un tornado, un tsunami, un temblor… golpea en un pueblo: reina el caos, la muerte, la

destrucción, el llanto, la soledad, el miedo, la desesperación, la impo-tencia, la desorientación, el descon-cierto, la pérdida, la tristeza, el dolor, la angustia, el desánimo; pareciera que en ese lugar no hay futuro, todo terminó.

Pero no es así, porque en esas mis-mas noticias nos damos cuenta de las cosas buenas que pasan: la ayu-da, la solidaridad, la compasión, la esperanza de vida, la confianza, la reorganización, el consuelo, el riesgo valiente, el reencuentro, la sanación, la lucha de dar el mayor esfuerzo, el no rendirse, el retirar escombros, el levantar una vez más, el hacer vida… Y se busca hacer, de nuevo, el espacio para poder vivir.

Ciertamente muchos jóvenes han perdido su fe, pero eso no quiere de-cir que no hay esperanza en ellos; al contrario, es donde la fe puede bri-llar más. Solo es cuestión de renovar esa fe recibida. El Papa Benedicto XVI, en su carta apostólica “Porta fidei” número 6, nos hace esa invi-

tación: “a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”; esa fe que puede estar “perdida”, pero que está presente, de forma latente, esperando ese soplo espiritual que haga arder nueva-mente ese fuego, don de Dios.

El Papa, en su misma carta, señala: “Hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido a favor de una nueva evangelización para re-descubrir la alegría de creer y vol-ver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” (Porta fidei, n° 7). ¿Y quién más que los jóvenes, que se caracterizan por su alegría y en-tusiasmo? ¿Quién, si no son ellos, para reactivar esa chispa divina, esa actitud de confianza en Dios, esa respuesta generosa que pide Dios? ¿Ellos que, como San Agustín, an-dan continuamente en búsqueda?Provoquemos que los jóvenes pon-gan su mirada en Jesucristo, nues-tro Señor, y lo acojan como María, la Virgen Madre, con un corazón abierto y dispuesto a Dios; como los apóstoles que atentos a la llamada

del Señor, respondieron dejándolo todo; como los mártires que, con-vencidos de su pertenencia a Dios, ofrecieron su vida para dar testimo-nio de su fe (Cfr. Porta Fidei, n° 13). Y después, vendrán los frutos de esa fe, envueltos de la caridad cristia-na, esa caridad solicitada por Jesús: “ámense los unos a los otros, como yo lo he amado” ( Jn 15,12).

Necesidad o adicción al

Trabajo

El día tiene 24 horas dicen los expertos que necesitamos 8 horas para dor-mir, 3 horas para las diferentes comidas 1 hora para el aseo y necesidades personales. Nos quedan 12 horas de las cuales 8 son dedicadas al trabajo y 4 horas quedan libres para hacer ejercicio, alimentar nuestro espíritu y re-lajarnos… ahí viene la pregunta ¿no hay tiempo para esto último? ¿Por qué razón? Y contestamos “porque tengo que trabajar”. El trabajo es una necesidad, es el tiempo dedicado en el cual se cen-tra nuestra vida, quizás haya jóvenes o adolescentes que no trabajen pero quizás estudian y le tienen que dedicar aproximadamente la misma o hasta más cantidad de horas. ¿Por qué trabajamos? Porque necesitamos una fuente de ingresos para cubrir nuestros gastos, alguien podría decir por gusto, placer de hacer lo que quiero, por éxito profesional, por obtener una libertad económica, por tener un estatus social, por tener una independencia. La Cuestión está, ¿en qué momento se centra nuestra vida solo en el trabajo?, ¿En qué momento se desatienden otros quehaceres y obligacio-nes por trabajar?, ¿En qué momento el trabajo nos absorbe todo nuestro tiempo?, ¿En qué momento se afecta la vida personal y familiar? Una persona se dice que es adicta al trabajo cuando pierde el interés por cualquier otra actividad. Las personas adictas al trabajo solo les interesa su mundo profesional, todo gira en torno al trabajo, no saben disfrutar las vacaciones, los fines de semana, relajarse, tener un tiempo libre; esperan con ansiedad la vuelta al trabajo y si no buscan algo en que ocupar su tiempo para mantenerse ocupados en todo momento.

¿Cuál es el trasfondo de esta actitud de trabajador dedicado?

- Busca el reconocimiento social y autoafirmarse con su trabajo, ne-cesitan sentir que tienen el control. - El perfeccionismo, es parte de su debilidad, y les cuesta trabajo tra-bajar en equipo. - Se sienten bien teniendo el mayor número posible de responsabili-dades, esto levanta su ego, los hace sentirse útiles. - Son las personas con mayor posibilidad de tener enfermedades car-diovasculares, gástricas, hipertensión, musculares y ansiedad. - Aunque sean personas reconocidas por su activismo y su capacidad de hacer muchas cosas a la vez, también hay una realidad sus vínculos afectivos con familiares y amigos son rotos.

Tratamiento:

- Lo primero una vez que se ha reconocido esta adicción, es aprender a separar el mundo laboral del personal, ¿Cómo se logra esto? Esta-bleciendo las prioridades en su vida.- Segundo retomar el vínculo afectivo con la familia y los amigos, - Tercero. Tomar conciencia que el trabajo no es algo personal sino que es un medio para vivir. - Cuarto. Si tu trabajo depende de celular e Internet cuando estés en tu casa apaga el celular y la computadora. - Quinto. Evita llevar el trabajo a tu casa. - Sexto. Planifica tu tiempo libre y disfrútalo como ir al cine, al de-porte; haciendo una actividad diferente al trabajo.

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P. Modesto Lule msp

La CRISTIADA narra la época de la persecución a la Iglesia católica entre los años 1926 y 1929, a cargo del presidente Plutarco Elías calles. La película es dirigida por el estadounidense Dean Wright. Y entre los actores reconocidos que aparecen en la cinta están: Andy Garcia, Rubén Blades, Peter O’toole, Santiago Cabrera, Eva Longoría, Catalina Sandino Moreno, Eduardo Verástegui, Karime Lozano, Oscar Isaac y muchos más. La casa productora es dos corazones films, misma que anteriormente sacó en dibujos animados y en 3D, EL GRAN MILAGRO. La película llega en un momento fuerte para México, ya que recientemente se tuvo la visita del Papa Benedicto XVI, y también fue aceptada la reforma al artículo 24 de la Constitución política mexicana donde concede libertad de culto. Recordando que no se tenía propiamente dicho y también recordar que hasta hace algunos años los sacerdotes no podían andar por la calle con camisa clerical y mucho menos con sotana, ya que eran acreedores de una multa. La película a mi manera de ver desvela las vidas del presidente Plutarco Elías Calles, interpretado por el cantante y también actor Rubén Blades, el general Enrique Gorostieta, interpretado por Andy Garcia, el beato José Luis Sanchez del Río, interpretado por el niño Mauricio Kuri y claro está el pueblo mexicano católico que se levantó en armas cuando las tropas del gobierno expatriaron a los sacerdotes extranjeros, obispos y cuando comenzaron a quemar, cerrar y a saquear iglesias.

LO BUENOLa película tiene un buen guión que lleva a conocer como se fueron dando los acontecimientos de la llamada guerra cristera. Y no se puede decir nada negativo con respecto al vestuario, la fotografía y escenarios, son de la mejor calidad. Claro está que todo esto fue posible ya que hasta el 2011 Cristiada era la película mexicana en la que más dinero se había invertido para la producción. Se menciona que fueron 110 millones invertidos en el proyecto. Simplemente podemos decir que en cuestión técnica supero las expectativas. Lo bueno que también puedo rescatar, es que la película presenta la vida virtuosa de los grandes hombres que tomaron las armas para defender su fe. Podemos ver algunos rasgos de la vida de los beatos Anacleto González Flores y el niño José Luis Sánchez del Río y que gracias a la entrega de este último y la entrega del padre Jorge Reyes Vega que es interpretado por el chileno Santiago Cabrera, al final el general Enrique Gorostieta pide la confesión después de que solamente participaba de la guerra por pura conveniencia personal.

LO RAROLa película no goza de muchos efectos especiales, muy a pesar de haber sido dirigida por el muchas veces nominado a premios y ganador de un Oscar en el 2004 por efectos especiales y visuales Dean Wright. Al no gozar de tantos efectos le hace ver más realismo. Aunque por ahí en algunas partes se vea la mano Holywoodense en escenas donde hay disparos, como en la que el Cristero Victoriano Ramírez interpretado por el guatemalteco Oscar Isaac, se gana el apodo del 14 por matar a estos mismos él sólo. Pero estos tintes de acción le hacen también entretenida y a la vez ilustrativa sobre aquel acontecimiento. Lo raro es que también muchas personas esperan ver particularmente de forma detallada la vida de muchos cristeros que ahora son santos y otros beatos, pero la película no se basa totalmente en ellos. Por ahí se ve algo de la forma como torturaron a los dos beatos interpretados por Verástegui y Kuri pero son los únicos que salen.

LO MALOEn la actualidad se pide tolerancia para muchos aspectos que van en contra de la moral cristiana, pero cuando se trata hablar de religión y de derechos humanos se le calla la boca a los consagrados. En México todavía se tienen leyes que prohíben a la Iglesia tener concesiones de radio o de televisión y eso demuestra que vivimos sometidos a algunas partes de esas leyes que se promulgaron en contra de la fe católica. Lo malo será que mucha gente vea esta película y no levante la voz contra los que son opresores y odian a Dios y a la Iglesia. El gobierno de aquel entonces sigue aun con las

LA CRISTIADA

mismas ideas, pero con diferente nombre; de nosotros depende si queremos que realmente se lleve a cabo la tolerancia y que nos otorguen la libertad de religión y no simplemente derecho de culto. No veamos esta película solamente para entretenernos, sino para hacer conciencia y exigir libertad de religión.

Podemos decir con toda seguridad que lo que gozamos ahora con respecto a la religión se debe a los miles de cristeros que dieron su vida por amor a la Virgen María y a Cristo Rey.

Viva Cristo Rey !!!

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629 de abril de 2012

PABLO VALDEZ NO. 3574 HERMOSA PROVINCIA. GUADALAJARA, JAL. TELS. (33) 3698 2862 Y 3698-2864

HIDALGO NO.182 ARANDAS, JAL. TELS. (348) 783-0416 Y 7830132

MATRIZ: PASEO DEGOLLADO NO. 123 GUADALAJARA, JAL. TELS.(33) 3613-9431, 3614 9876

A la memoria de Miguel Arias

P. Juan José Saldaña Valadez. Miguel Arias Gutiérrez murió, mejor dicho, se nos murió. Así son las cosas: el pan-teón está lleno de gente indispensable. Miguel, “el Pina”, era de esos. Aprendió todo en la vida a punta de garrotazos que él transformó en pal-madas cálidas y tiernas para todos los demás. “Los demás” somos los que lo conocimos, los privilegiados. Escribía Giovanni Papini que al morir nuestros padres nos quedamos huérfanos, al morir la esposa quedamos viudos, pero que al morir un hijo no existe nombre para eso. Un padre que pierde un hijo no adquiere un nombre que lo defina: es tan grande el dolor que no hay siquiera con qué nombrarlo. ¿Y los que perdemos a un amigo cómo nos llamamos? Tampoco hay nombre, el sentimiento y la tristeza lo son todo.

Me gustaría escribir un manual que po-dría llevar por título “Cómo aprender a vivir y no morir en el intento”. Lo escribiría, lo publicaría y lo regalaría a todos mis seres queridos. Se lo hu-biera dedicado a Miguel Arias. Pero sería inútil. De todos modos se hubiera muerto Miguel y de todos modos me voy a morir yo.

Todos sabemos que nos vamos a morir, con excepción de los niños y los tontos. Los locos saben que morirán por eso se cuidan mucho. No hay locos temerarios. Los “loquitos” de nuestros pueblos duraban mucho.

El problema no es mi muerte, sino la muerte de aquellos a quienes yo amo. El proble-ma no es mi muerte silenciosa, sino el silencio que dejan mis muertos. El problema no es lo que ha sido, sino aquello ya no será más: sus pasos, sus voces, sus risas, sus llantos, sus fastidios, sus hábi-tos, sus manías, su ausencia por un tiempito fren-te a su ausencia para siempre. El problema es la muerte de Miguel, de Miguel Arias. Y la muerte de su teléfono celular, de su correo electrónico, de sus cartas impecables, de su prosa exacta, de sus poemas esenciales…la muerte de su voz po-derosa, de su sonrisa fiel donde asomaba todo el corazón, todo el corazón de su corazón.

“Vente a Chicago”-, me dijo un día Mi-guel cuando ya no le quedaba mucha esperanza a mis zapatos. Miguel tenía la “mala” costumbre de dar la vida por sus amigos. Y me fui a Chicago.

Eché en mis maletas esas cosas que a Miguel le causaban tanta risa: mis jabones y mi alma en perpetua fuga. “Vente, cuando llegues ya vere-mos”-, sentenció con la extraña autoridad de los limpios de corazón. Y llegué a Chicago.

Al llegar al aeropuerto descubrí que Mi-guel no estaba. Me había prometido alfombra roja, (sin duda para que no se notara que yo lle-gaba desangrando mi alma sacerdotal). Sólo apa-reció Martín Atilano, quien 19 años atrás había recibido a Miguel, quien 19 años atrás le había conseguido a Miguel sus primeros empleos y le había obsequiado una bicicleta para ir a trabajar. Martín me dijo: “Miguel está en el hospital”. Le pedí entonces que fuéramos de inmediato a ver a Miguel, pero que antes debía ir al baño. Frente al espejo contemplé mi rostro y recordé algo leído por mí no hacía mucho: “Su cara (en este caso mi cara) era como el de una fiesta de la cual ya se han ido todos”.

La penúltima vez que hablé con Miguel me dijo: “Juanjo, llévate mi bicicleta, está en la cochera”. Hablaba con dificultad y ya sólo le que-daba un resto de alma pegada a los huesos. La tarde (¡siempre esas tardes!) caía detrás de la ven-tana de la casa de Miguel. Tarde sin sol y sin sal. Sin color, sin sabor. Yo le contesté: “Miguel, tú quieres que me dé en la madre, porque cada que me suba a la bicicleta no voy a parar de llorar”. Miguel Arias sonrió en cámara lenta.

El día que Miguel se nos murió, yo lo vi-sité una vez más por la tarde. Entré a su habita-ción con sigilo sacramental. Sintió mi presencia y abrió lentamente los pocos ojos que le quedaban. Dos ángeles, uno de cada lado, le estiraron con ternura los extremos de sus labios para regalarme una sonrisa. Él ya no tenía fuerzas, para todo ne-cesitaba ayuda.

De quién sabe dónde sacó unas palabras y me preguntó su pregunta recurrente de las últi-mas semanas: la pregunta acerca de mi futuro. Yo le consté: “Todo está bien, las cosas ha sucedido

como esperaba, la vida me sonríe, soy feliz, tengo ánimos, dos más dos ya dan cuatro en mi cerebro, y ya amueblé mi corazón”. No sé si me creyó, no lo sé, pero tampoco creo que sea pecado echarles algunas mentirillas bonitas a los moribundos.

Lo bendije. Cerró sus ojos con piedad y devoción. Me dio su mano. La sujeté con temblor. Lo miré (sabía que era la última vez). En silencio le hice algunos encargos: saludos a tu mamá, al Cardenal Bernardin, al padre Oscar Alejandro, a mi abuelo Juan, a mi tío Jorge. Giró su cabeza y fue entonces que le dije: “Adiós Miguel”.

Me dirigí a la puerta de su habitación y poco antes de salir me dijo: “Diles que me traigan agua”. Abrió sus ojos y me miró. El tiempo y el espacio se fueron para dejarnos a Miguel y a mí solos. Frente a frente, con la última mirada soste-nida, lo pude ver en su escuelita rural, los últimos años de su vida, dando clases a niños pobres. Ese era su sueño. Hay sueños que se cumplen, otros no. No me pregunten por qué. Así esto de vivir.

A media noche me avisaron que había muerto Miguel. Pensé entonces: él ya despertó, yo seguiré soñando.

Por cierto, Miguel me enseñó que sólo es válido apoyar causas perdidas. “A mí sólo me atrae lo imposible”- solía decir Miguel Arias. Tal vez se refería a ese asunto de la felicidad.

A la memoria de Miguel Arias, Apóstol de la amistad.

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729 de abril de 2012

EN SUS DOS DOMICILIOS: Km. 2 Carr. Arandas-León Y Km. 3 Carr. Arandas-Guadalajara.

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Loyola Press Recuerda a Miguel Arias

ORDEN FRANCISCANA SEGLAR En la alegría del Resucitado, la Orden Franciscana Seglar del Distrito III de San Juan de los Lagos, Jalisco realizó un retiro de la Zona IV en Ayotlán, Jalisco en la Parroquia de San Agustín al cual asistieron hermanos de Degolla-do, Atotonilco y por supuesto de Ayotlán.

Iniciamos a las 10 de la mañana con el rezo de laudes, presidiendo el Padre Fray Fede-rico Topete Rodríguez de Guadalajara Asistente Espiritual de la O.F.S. Se continuó con el tema sobre la pertenencia a la Orden Franciscana, su importancia y los deberes que se adquieren; se tuvo una importante participación de los herma-nos contestando algunas preguntas, aclarando dudas, y con ejemplos que enriquecieron el mo-mento. Luego de un receso, Marichuy Picazo Ministra del Distrito III, habló del interés de la Comisión Episcopal para los Laicos hacien-do una reflexión de la dimensión social y el for-

talecimiento de la democracia en nuestro país. Compartió las palabras del Padre Ramón Mata en la reunión de los OLE, en Lagos de Moreno el jueves 19 de abril del presente año, con moti-vo de las próximas elecciones, “como agentes de pastoral debemos de concientizar a nuestras co-munidades de que para fortalecer la democracia en nuestra patria es necesaria la participación ciudadana y el compromiso cristiano, para la construcción de una mejor sociedad.Hubo varias opiniones sobre este punto, pues se tiene la idea de que los gobiernos son corruptos y deshonestos, pero el P. Federico nos motivó a asistir a votar, de lo contrario se incurre en un pe-cado social, si queremos cambiar el país debemos primero cambiar nuestra mentalidad.

Continuaron invitándonos a mostrar el interés por conocer las diferentes ideologías y su

entorno, sus valores humanos, sociales y políticos, dejemos a un lado el derrotismo y pesimismo.Concluyó insistiendo en que como católicos hay que tomar las siguientes actitudes: participación, compromiso, fe, esperanza, presencia activa y oración para construir la patria que todos que-remos.

Para finalizar el encuentro pasamos al templo para la celebración de la Eucaristía celebrada por el P. Fray Federico Topete, al terminar el Padre Juan Casillas y los hermanos de Ayotlán nos in-vitaron a compartir una deliciosa comida, y nos despedimos a las 3:30pm no sin antes agradecer las atenciones recibidas.

Paz y Bien

Hoy es un día triste en Loyola Press. Hoy lloramos la pérdida de Miguel Arias, nuestro asesor nacional para ministerios hispanos, quien trabajó en Loyola Press desde el año 2003 hasta el 2011.

Miguel fue un hombre de entre-ga total, una persona que irradiaba el amor de Dios a todo aquel con quien se comuni-caba, desde sus colegas en Loyola Press has-ta aquellos con quienes trabajaba a nivel na-cional. Lo extrañaremos profundamente. “Miguel fue un hombre noble. Tenía el corazón más generoso de todas las personas que he co-nocido”, expresó Tom McGrath, vice presiden-te (New product development) de Loyola Press. Desde Fresno hasta Miami, Miguel compartió su amor por Dios con grupos pequeños y con multitudes.

Aún en sus últimos y dolorosos días, Miguel recopiló todas sus fuerzas y les habló, con cariñoso celo, humor y afecto a sus minis-

tros de pastoral en el Congreso de educación religiosa que se celebró en Los Angeles. Te-rry Locke, presidente de Loyola Press, afirmó: “Todos los que sabíamos lo enfermo que es-taba, no podíamos dejar de admirar la manera en que compartió su visión con la audiencia”. Miguel era un motor impulsor de ideas y pro-yectos, logrando obtener de Loyola Press un compromiso profundo a nivel de organización para servir a los hispanos en la Iglesia. Trabajaba incansablemente para llevar la misión y los pro-ductos de Loyola Press a los mercados bilingües hispanos, y ha de destacarse su invaluable con-tribución en el desarrollo de nuestro primer pro-grama bilingüe Don de Dios.

Miguel pasó noches ente-ras traduciendo páginas y páginas, do-nándonos generosamente su tiempo. “Miguel amaba a Dios, amaba a su esposa y a su hija. En general, amaba a todos, pero especialmen-te a los hispanos que participan en la iglesia en los

Estados Unidos, aquellos que no estaban siendo bien recibidos al llegar al Cuerpo de Cristo. Y a enmendar eso, dedicó su vida”, afirmó McGrath.

Pero, quizás, el legado más profun-do que deja Miguel en Loyola Press fue el im-pacto, la huella que dejó en quienes tuvieron el privilegio de trabajar con él. Cuando Miguel regresó a Loyola Press, hace unos meses, para celebrar la culminación de un proyecto cla-ve de currículo, fue recibido con una ovación. “Todo el mundo—y digo todo el mundo—que-ría a Miguel”, reconoce Terry Locke, presidente de Loyola Press.

“Amábamos su pasión por el Evangelio, su sentido del humor, su dedicación a su familia; amábamos la manera que él tenía de interesarse y cuidar a todo aquel que se encontraba en su camino”. Miguel, gracias por mostrarnos el espíritu de Dios.

Descansa en paz.

En nuEstras dirEccionEs:Capilla de Guadalupe: Vicente Guerrero 21 Tels. 01 378 7121110 Fax: 01 378 7120187Tepatitlán: Plaza Los Altos local D-4 Tels. 01 378 7125060 Tel. 7155060Arandas: Gral. Arteaga 370 Tel. 01 348 7847850

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En el Monasterio de San Francisco y Santa Clara en Tepatitlán de Morelos, Jal, 2 de las hermanas toman el hábito al medio día del domingo 23 de marzo. Es interesante presenciar la ceremonia de toma de hábito de las monjitas de clausura: desde la entrada, un canto bellísimo interpretado por los hermanos Franciscanos, en la procesión vimos a dos jovencitas Luz Elia y María Guadalupe, como las novias enamoradas que se van a unir en matrimonio vestidas de blanco con cauda, su velo, su tocado, su ramo…, hasta llegar al reclinatorio en la Capilla del Convento. Fue presidida la concelebración Eucarística por los Sacerdotes Franciscanos Fray Luis Humberto Ríos y Fray Marco Antonio Ballesteros, OFM. Inició la homilía recordando que hace 800 años que Santa Clara salió de su casa a escondidas con sus mejores galas, cruzó el bosque e ingresó en la capillita de Santa María de los Ángeles en Asís, ahí le esperaban los hermanos franciscanos y Francisco (San Francisco). En medio del secreto de la noche cortó el cabello de Clara, ella pronunció su consagración a Dios y San Francisco y sus hermanos le pusieron el hábito que ellos usaban, así inició la orden de Santa Clara un 18 de marzo de 1212, litúrgicamente fue el domingo de Ramos y hoy curiosamente nosotros estamos a 800 años en que la fecha cronológica 7 días después y la fecha litúrgica 7 días antes. Como Santa Clara, estas 2 hermanas tuvieron que trasladarse de estados vecinos, es un camino que hoy emprenden en la vida religiosa, así como Clara ellas se han engalanado al iniciar la vida del noviciado, dice el Evangelio que para dar fruto hay que morir y así ustedes, por voluntad propia en lo secreto mueren para el mundo para dar fruto con la oración frecuente, con una vida nueva proclamen a Cristo que es la Verdad y la Vida. El Señor Jesús que las ha llamado como a cada uno de nosotros lo hizo porque quiso, decía Santa Clara unos momentos antes de morir “Gracias Señor porque me pensaste, gracias porque me creaste”, así es, a ustedes el Señor desde la eternidad las pensó, las creó, las

llamó, pero el Señor no las obligó, ni las forzó. Se hizo el encontradizo, en algún momento ustedes vieron a alguna hermana, algún hábito, alguna persona, la Palabra de Dios, el Sacramento de la Eucaristía, algo que la fe les ayudó a descubrir su vocación, vocación bella de damas pobres vivir en pobreza, en castidad, en obediencia en esta clausura.

Estos votos que van a hacer una forma significativa y creativa: por ejemplo se entiende que la castidad es no tener hijos, no tener una familia, que la obediencia es seguirlo a Él, que la pobreza es no tener nada, que la clausura es estar encerradas, saben qué que no es cierto; que la castidad no es no tener una familia, al contrario, la castidad es “Amar” y amar no solo a un esposo y a unos hijos, sino amar a la humanidad, entonces la castidad es la mayor fuerza de Amor como Cristo lo hizo al estar en la Cruz, se darán cuenta que con el tiempo sus familias y amigos no estarán físicamente cercanos a ustedes, estarán conectados con el corazón.

La castidad es amar, la pobreza no es no tener cosas, es un privilegio no aferrándose a las cosas, a las personas, vivir la obediencia es la manera de usar tu libertad haciendo lo que queremos y en este caso hacen lo que quieren: vivir con el Señor.

La clausura. Estarán encerradas físicamente, borrarán las fronteras del apostolado, de un lugar, al estar en el Sagrario y en el trabajo perfumarán e iluminarán a la Iglesia con el aroma de la castidad, con su vida pobre, a sostener a la Iglesia en todo lo que sucede frente al Sagrario viviendo el Evangelio

en pobreza, castidad y obediencia, sepan hermanas que no están solas que afuera hay mucha gente que las quiere, que las apoya y que nuestro Padre San Francisco las apoya. Déjense guiar por las hermanas que ya han caminado y dejado guiar por el Espíritu de Clara y de San Francisco de Asís. “Gracias Señor porque me pensaste, gracias Señor porque me creaste”

TOMA DE HáBITO EN EL MONASTERIO DE LA ORDEN DE SANTA CLARA“Ama totalmente a quien totalmente se entregó por tu Amor” (Santa Clara)

Acto seguido ante el Sacerdote y la comunidad hacen su profesión de fe, renuncia al mundo, con el coro de fondo entonando los cánticos de San Francisco y Santa Clara, se hace la bendición de hábitos, velos… Posteriormente, con ayuda de 2 monjitas, les corta el pelo (tradición en las Clarisas Franciscanas en la consagración al Señor), les reviste con el hábito, el cordón de San Francisco, el velo y sobre él una corona de flores; hace la entrega del Cristo y vela recibiendo la luz de Cristo. Como nacen a una vida nueva a su nombre se le cambia o agrega: “de hoy en adelante te llamarás Sor Luz Elia de Jesús Crucificado y María Guadalupe de Santiago de Jesús”, continuando con la Liturgia de la Eucaristía.

Del Banquete celestial pasamos al banquete y convivencia que nos tenían preparado, continuando así con esta fiesta, amenizada con el grupo musical de la Capilla de Guadalupe, yal final no podía faltar el delicioso pastel. ¡Felicidades Luz Elia y Lupita!

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¨VIERNES SANTO, VIACRUCIS DE NIÑOS ¨

Tere Campos, Graciela Valle Los niños de la comunidad de San Pedro Esqueda escenificaron las estaciones del viacrucis. Fue sorprendente su seriedadad, cada uno escogio su personaje se les motivo diciendoles que de ellos dependia que a los presentes les llegara el mensaje y la importancia de vivir con Jesus en su PASION, MUER-TE Y RESURRECCION. Al terminar la reprecentasion algunas per-sonas conmovidas los felicitaron. El Padre Miguel Vicario del Templo de San Pedro Esqueda les diri-gio unas palabras de agradecimiento y felicito en especial a Ruben que reprecento a Jesus, Diciendo que a la edad de la adolescencia ya los jovenes no querian saber nada de la Iglesia, animando a todos a que siguieran serca de Jesus En los ensayos se les pregunto a los niños ¿Que creen resibir a cambio de su trabajo?ellos contestaron la satisfaccion de transmitir el mensaje de Cuaresma y tambien la alegria de una ¨SONRISA DE JESUS¨

¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCION!

a madurar en tu fe, y a experimentar la alegría de educar y transmitir esa fe como discípula misionera de Cristo.

14. Como pastores, reafirmamos nuestro compromiso permanente con la familia y reasumimos el Mensaje Final de nuestra 75 Asamblea Plenaria: “¡Basta! a toda destrucción de nuestras familias. Nos comprometemos a atender esmeradamente a la familia desde nuestro ministerio. Con toda la fuerza de la Nueva Evangelización, llamamos hoy a nuestros sacerdotes, a los consagrados y a los laicos a establecer un compromiso firme y audaz por anunciar, celebrar y servir el Evangelio del matrimonio, de la familia y de la vida en un espíritu de comunión” (n. 15).

15. Finalmente, invitamos a todos a unirse espiritualmente al próximo VIII Congreso Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Milán del 30 de mayo al 3 de junio, a recoger sus frutos y a iluminar con el Evangelio las realidades humanizadoras del trabajo y la fiesta, especialmente el Domin-go, Día del Señor y día de la familia. Invitamos también a cada familia a que se disponga a vivir intensamente, a partir del próximo 11 de octubre, el Año de la Fe, al que nos ha convocado el Papa Benedicto XVI. En este tiempo de gracia, la familia, célula viva de la Iglesia y de la sociedad, se verá fortalecida en la esperanza y nutrida en su vocación al amor.

Confiamos a la maternal intercesión de la Virgen de Guadalupe el cui-dado y protección de todas las familias mexicanas.

e Iglesia, así como el Estado y otras instituciones de carácter social, de-ben colaborar entre sí para la reali-zación de la tarea educativa.

9. ¿Y cómo lograr que los me-dios de comunicación social ayuden a la familia a experimentar la ver-dad y la belleza de un amor estable, responsable y abierto a la vida? Re-conocemos en estos medios la ca-pacidad de apoyar a la familia y de fortalecer su identidad, pero tam-bién de perturbarla y hacerle dudar del ser y misión que Dios le confió. Invitamos a quienes sirven a la co-munidad a través de ellos a tomar su responsabilidad ante Dios y la so-ciedad, respecto al matrimonio y la familia, que es santuario de la vida.

10. El Papa Benedicto XVI, en su reciente Visita Pastoral a México, ha tenido palabras de reconocimien-to y estímulo a la familia, comen-zando por los niños, a quienes dijo: “Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mun-do. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de trabajar uni-dos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones”; les aconsejó tener a Jesús como el mejor de sus amigos y a encontrarse con Él en la oración: “Los invito, pues, a rezar continuamente, también en casa; así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia”.

11. De la misma manera, los Obispos de México dirigimos una palabra de aliento a las familias que se mantienen fieles a su amor, que viven su vocación a la luz de la fe y que van encontrando en ella el sentido de su esfuerzo y de sus su-frimientos cotidianos. Así mismo, junto con el Santo Padre, les ma-nifestamos nuestra cercanía y so-

lidaridad a tantas familias que se encuentran divididas o forzadas a la migración y a muchas más que padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad. Nuestro com-promiso pastoral nos impulsa a ir al encuentro de todos los matrimo-nios y familias en sus más variadas circunstancias. Con toda la Iglesia, queremos mostrarles el rostro mise-ricordioso de Dios, manifestado en Cristo Jesús, y compartir su dolor, en la fe, la esperanza y el amor.

12. ¡Familia, sé lo que eres! De tu ser mismo se desprende tu mi-sión. Y tu primera obra misionera es ser educadora. Tú eres la primera escuela en donde la persona se abre a la vida y donde se forja el hombre y el futuro de la Iglesia y de la socie-dad. Tú eres la primera que transmi-te a las nuevas generaciones la ale-gría de creer en Dios; la que enseña el abc del amor de Dios y del amor humano que se transforman en va-lores y virtudes para la vida cotidia-na. Eres escuela de paz; tú enseñas el camino de la paz mediante la jus-ticia basada en la reconciliación y el perdón (cfr. Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra Paz México tenga Vida Digna”). ¡Familia, toda la Nación mexicana necesita de ti!

13. Admiramos la grandeza de la vocación y misión que has recibi-do de Dios. Queremos animarte a vivirlas, queremos impulsarte a rea-lizarlas y queremos llamar a todas las demás instituciones, religiosas y civiles, a ayudarte a ser lo que Dios quiere que seas, y a consolidarte, promoviendo todo aquello que ne-cesitas para cumplir tu misión, y evitando lo que pueda perturbarte, dañarte o hacerte sufrir. Te invita-mos a creer en el proyecto de Dios,

continuación Mensaje a las familias mexicanas

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Sección Infantil

9.- Somos dos hermanitas muy inseparables, estamos en la credencia listas para servir agua y vino. ¿Cómo crees que nos llaman?

10.- Es un objeto metálico hermoso, alto de diversas for-mas que se utiliza para expo-ner el Santísimo Sacramento. ¿Con qué nombre me conoces?

11.- Soy como un mantel individual de lino a la hora de la consagración, en mí coloca el sacerdote el ccaliz, copón y patena. Tambíen estoy dis-puesto a recibir la custodia en la hora de adoración. ¿Puedes decir quién soy?

12.- Canasta no soy, chime-nea tampoco soy hecho humo y pipa tampoco soy, traigo bra-zas y ardiendo estoy. ¿Adivina qué soy?

13.- Parece rebozo y no lo es, sobre los hombros del sa-cerdote lo ves, abraza a Jesús y no se cree. ¿Quién crees que es?

14.- Parece capa, pero está cerrada y siempre va muy bien acompañada, pues con el sa-cerdote es con quien siempre va, se pinta de algunos colores verde, morado, blanca, rojo y hasta azul y rosa podría estar. ¿Sabes qué es?

15.- Soy libro que en el al-tar siempre estoy, oraciones , lecturas, salmos, bendiciones, el poder de las palabras de Je-sús que lee el sacerdote para transformar el pan y vino en el cuerpo y sangre de Jesús, gracias y bendiciones si me dices quién soy.

16.- Apaciento y pastor del rebaño soy, de la mano de Jesús voy, hijo del Padre soy, con el Espíritu Santo voy y con la Madre estoy ¿Quién crees que soy?

adivinanzas

PAÑO DE HOMBROS O HUMERAL

INCENSARIO

CORPORAL

CUSTODIA

1.- Soy blanca como la nieve, redonda sin principio ni fin, parezco luna y mas bien soy como el sol, doy luz y vida, aunque soy cuerpo no me ves, adivíname qué es.

2.- Soy copa mas no de bar y me regocijo tanto, cuando en mi el vino van a consagrar.

3.- Platillo metálico y no platillo volador, en mí depo-sita la hostia, tanto antes como despues de ser consa-grada. ¿Cómo me llamo yo?

4.- Es todo de frente que tu ves, en el templo donde estés, desde el primer es-calón, toda el área del altar, sede presidencial, ambón, credencia, todo lo tiene y muy buen cristiano vas a ser , si me dices qué es.

5.- De diferentes formas puedo ser, de metal o de madera, con imágenes o lisa, guardo celosamente a Jesús Sacramentado, para que sea adorado, en esta sagrada cajita. ¿Cómo lo ves, qué es?

6.- Vivo en el Sagrario guardando las hostias que comerán a diario.

7.- Soy de lienzo apoyado en un cartón, sirvo para cu-brir el cáliz durante la cele-bració. ¿Cómo me llamo yo?

8.- Canto de alegría cuan-do llega Jesús, aviso que su presencia merece nuestra atención, tilín, tilán, incate y adorémosle que aquí está en el pan, tilín, talán, en el cáliz está, tres veces canta-mos cuando llega el rey y en las procesiones también me oyen cantar.

tomadas de: http://www.es.catholic.net/catequistasyevangelizadores/818/2823/articulo.php?id=18149

para niños y niñas

Respuestas: 1.- HOSTIA, 2.- CALIZ3.- PATENA, 4.- PRESBITERIO, 5.- SA-GRARIO, 6.- COPÓN, 7.- PALIA, 8.- CAM-PANAS, 9.- VINAJERAS, 10.- CUSTO-DIA, 11.- CORPORAL, 12.- INCENSARIO, 13.- PAÑO DE HOMBROS O HUMERAL, 14.- CASULLA, 15.- MISAL ROMANO. 16.- EL PAPA

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Liturgia de la Palabra del domingo

Primera LecturaLectura del libro de los Hechos de los Apóstoles(4, 8-12)En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu San-to, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue cu-rado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos.Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra perso-

no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ove-jas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y ha-brá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar.Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he re-cibido de mi Padre”.Palabra del Señor.Gloria a ti, Señor Jesús.

na a quien Dios haya constituido como salvador nuestro”.Palabra de Dios.Te alabamos, Señor Salmo Responsorial Salmo 117La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza.

Te doy gracias, Señor, pues me escuchas-te y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente.

Bendito el que viene en nombre del Se-ñor. Que Dios desde su templo nos bendiga.Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericor-dia es eterna.

Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 1-2)

Queridos hijos:Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.Palabra de Dios.Te alabamos, Señor. Evangelio† Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 11-18)Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos:“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que

Jesús sigue teniendo enfrente a los fari-seos. Ellos son los falsos pastores que no han sabido guiar al pueblo, han actuado mal, han echado fuera y excomulgado al ciego ( Jn 9,34). Por el contrario Jesús, el buen pastor busca a la oveja perdida, la encuentra y la recibe.

Jesús es el buen pastor, es decir, su auto-ridad y misión son auténticas y se realizan en el servicio hasta la entrega de la propia vida en la cruz para dar vida eterna a los que son de Dios.

Esta parábola deja en claro que los fa-riseos, más que guías religiosos del pueblo, son “ladrones y bandidos”, jornaleros que sólo traba-jan por el sueldo.

La imagen del buen pastor, que tan hon-damente ha calado en la tradición cristiana, tiene un largo sustrato bíblico. La metáfora del pastor y de las ovejas se emplea abundantemente en el Antiguo Testamento para referirse a Dios y a su pueblo, haciéndose extensiva también a los jefes religioso-políticos como pastores del rebaño. Un lugar ya clásico a este respecto y que subyace en la parábola del buen pastor es el capítulo 34,1s del profeta Ezequiel: Dios se compromete a ser él mismo el pastor de su pueblo, arruinado por los malos pastores.

A la luz del texto de Ezequiel, el evange-lio presenta a Jesús de Nazaret como el “pastor” por excelencia esperado desde antiguo.

Por otra parte si Jesús dice que si el Padre lo conoce y Él al Padre, es porque si en el Anti-guo Testamento Dios era el verdadero Pastor de su pueblo, y si Jesús aquí reclama este papel para sí mismo, es porque él y el Padre son uno.

En contraste con los lobos, que sólo vienen a matar; Jesús tiene para con todos una relación íntima, personal y recíproca, sólo com-parable con la relación entre él y el Padre hasta el punto que está dispuesto incluso a dar su vida para salvarnos. “Jesús, al aceptar en su corazón humano el amor de Padre hacia los hombres, “los amó hasta el extremo” porque “nadie tie-ne mayor amor que el que da su vida por sus amigos”. Tanto en el sufrimiento como en la

muerte, su humanidad se hizo el instrumento libre y perfecto de su amor divino que quiere la salvación de los hombres. En efecto, aceptó libremente su pasión y su muerte por amor a su Padre y a los hombres que el Padre quiere salvar: por eso dice “nadie me quita la vida; yo la doy voluntariamente. De aquí la soberana libertad del Hijo de Dios cuando El mismo se encamina hacia la muerte” (CATIC No. 609).

Es, Jesús, el pastor que no busca la oveja para trazquilarla, para aprovecharse de ella, sino que se hace el servidor del rebaño. No viene a quitar la vida sino que ofreciendo su propia vida, viene a devolverle al hombre la vida que había perdido por el pecado.

En contraste con los mercenarios que extravían y dispersan las mentes y los corazo-nes humanos con diferentes ideales, Jesús quiere traerlos a uno solo rebaño, el del amor al único Dios, para conseguir por medio de este amor la unión entre los seres humanos dispersos entre sí y por la visión equivoca que tienen de Dios, separados también de él, siendo presas de asa-lariados.

Te bendecimos Padre, por Cristo, nues-tro Pastor. Él ha venido para que tengamos vida en abundancia. Él es la puerta mediante la cual nosotros entramos a tu rebaño. Él nos hace ca-minar por pastos verdes. Consérvanos el don de distinguir su voz, en medio de tantas que se nos presentan en la vida. Amén.

Meditación

Oración

IV Domingo de Pascua

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