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UNIVERSIDAD SANTO TOMAS
VICERECTORIA GENERAL DE UNIVERSIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA
HERMES UN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN EN LA EXPERIENCIA DE VIDA
Elaborado por:
Romel Alexander Santamaría Benavidez
Esperanza Miranda Barrios
Ruby Duarte
Bernardita Cortés Chávez
Sandra Liliana Bolívar Malaver
Eider Humberto García
GRUPO SG1
DOCENTES
NESTOR NOREÑA
BEATRIZ MEJÍA
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
FACULTAD DE EDUCACIÓN
BOGOTÁ, JULIO 2016
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Hermes Un Proceso De Transformación En La Experiencia De Vida
Resumen
El conflicto es inherente a la naturaleza humana y nace de la interacción con el otro, generando tensiones pero también podría verse también como una oportunidad de crecimiento según la visión y como se asume el mismo. En las instituciones educativas no se reconocía el conflicto ni la corresponsabilidad para su manejo y mucho menos la posibilidad de abordarlo a partir de la intervención de un tercero. A partir de esta problemática social y educativa la presente propuesta investigativa busca evidenciar e interpretar críticamente un proyecto de impacto social como es el proyecto Hermes, el cual responde a los fundamentos y objetivos de la línea de investigación en Derechos Humanos, Política y Ciudadanía ya que guarda similitud con postulados de esta línea de profundización como la preocupación por la realidad del país en el contexto de los derechos humanos y la reflexión sobre la formación ciudadana y política en los procesos educativos. Al reflexionar como equipo de investigación llegamos a la postura que la sistematización de esta experiencia es la alternativa más apropiada para reflexionar, reconstruir, describir e interpretar procesos, recuperar memorias, reconocer actores, resignificar experiencias, mejorar y valorar creativamente la vivencia, posibilitar nuevo conocimiento de la realidad, comparar y socializar la experiencia además de acceder a la posibilidad de dar respuesta a los cuestionamientos que dirigen este proyecto tales como: ¿Cuáles son las acciones, relaciones e interacciones entre los actores que se han suscitado a partir de la implementación del proyecto Hermes en el del Colegio I.E.D. Carlos Pizarro Leongómez?, ¿Cuál es la valoración que hacen los actores de la experiencia del proyecto Hermes en el contexto de la Institución Educativa?, ¿Cuál es el saber pedagógico que se puede evidenciar e inferir en la experiencia vivida en el Proyecto Hermes?. Para sistematizar esta propuesta nos basaremos en diferentes autores con enfoques multidisciplinares que nos amplíen el panorama acerca del Conflicto Escolar, Educación en Derechos Humanos y mecanismos alternativos de resolución de conflictos.
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Sala Doc. Maestria� 25/7/16 15:16Comentario [1]: Palabras claves.
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Hermes Un Proceso De Transformación En La Experiencia De Vida
El presente documento refleja sintéticamente la investigación que hemos venido
realizando en el transcurso de este periodo acerca de la implementación del proyecto
Hermes llevado a cabo en el I.E.D. Carlos Pizarro Leongómez, como un mecanismo
alternativo de resolución de conflictos dentro del aula escolar, por ende, trabajaremos
ciertos aspectos que nos permitirán tener un acercamiento a la realidad vivenciada a través
de la recolección de conocimientos pedagógicos. Por tanto, iniciaremos el desarrollo de la
temática con una reflexión sobre las implicaciones del conflicto en el ámbito educativo, lo
cual da un punto de partida sobre los avances del proyecto en la convivencia escolar, en
segunda instancia observaremos el conflicto inherente de las interacciones que viven los
niños y jóvenes, en tercera, visualizaremos la historia y reconstrucción socio-cultural de la
institución educativa; por último, proporcionaremos una pequeña muestra del rastreo que se
ha venido realizando en el estado de la cuestión y las preguntas que servirán de base para
llevar a buen término la sistematización de nuestra experiencia investigativa.
Iniciamos este proceso mencionando que la Educación en uno de sus postulados nos
enseña que el quehacer del docente no es una realidad estática, sino que por su misma
naturaleza está soportando y proporcionando nuevas líneas problemáticas, en efecto, en
toda la historia de la educación la reflexión de la misma ha dejado al descubierto una
cantidad innumerable de complejidades, vistas como las interacciones y relaciones que
surgen entre los sujetos y el contexto, es decir, el arte educativo en sí es un problema que
necesita de constante creación y, por qué no, de nuevas alternativas que le permitan
problematizar a partir de perspectivas reflexivas, no solo del fenómeno educativo sino
también, su influencia en las relaciones que surgen en el ámbito de la vivencia y
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cumplimiento de los derechos humanos y el ejercicio de la ciudadanía en espacios
escolares.
Comprendiendo lo anterior, se hace necesario indagar y profundizar para responder
al condicionamiento de los conflictos escolares, en nuestro caso, buscamos reflexionar cuál
es el saber pedagógico que se puede evidenciar e inferir en la experiencia vivida con el
Proyecto Hermes del I.E.D. Carlos Pizarro Leongómez, a partir de su desarrollo e
implementación, y para ello, se han seleccionado referencias bibliográficas, web gráficas,
entrevistas, videos, documentos y conversatorios que proporcionan elementos para analizar
y reflexionar sobre aspectos relacionados con el conflicto escolar, sus posibles formas de
resolución y el papel que desempeña el maestro en este ámbito. Para ello, la recopilación
proviene de todos los espacios posibles de lectura legitimada desde lo académico y vista
desde contextos latinoamericanos y europeos, sin olvidar lo más importante, la realidad de
nuestro país, esa diversidad abre un panorama completo de la problemática con el ánimo
de lograr reflexionar y tener más elementos de argumentación sobre el proyecto desde
diferentes perspectivas para comprender la manera en que continúa desarrollándose la
experiencia hasta la actualidad.
Por tanto, para alcanzar nuestros objetivos iniciales comprendemos la necesidad de
sistematizar la experiencia como el mejor método de investigación para relatar y reflexionar
la vivencia emprendida, así pues, en este sentido la sistematización es una alternativa de
investigación social que, en este caso busca rescatar a los sujetos de la experiencia desde su
realidad histórica y experiencia humana. Como lo refiere Ghiso (2004) “el método
investigativo debe permitir construir, organizar y recrear conocimientos para la vida,
desafiando los modos de entender lo social, retardando las lógicas impuestas y exigiendo un
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discernimiento crítico constante” (p. 12). Asimismo, la sistematización como lo expresa
Oscar Jara (2006)
Es la interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su
ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido en
ellas: los factores que intervinieron, cómo se relacionaron entre sí, y por qué lo
hicieron de ese modo (p. 5).
Comprendemos que dicha sistematización está inmersa en todos los conceptos que
desprendamos de la experiencia, además de la significación que posee su funcionalidad en
el contexto. Al concepto anterior expresado por Borja (2003) se puede añadir otros factores
importantes que hacen más viable el proceso de sistematización como es la identificación,
clasificación y reordenamiento de sus elementos que ayudan a objetivar la experiencia,
construir conocimientos y darle un significado a la experiencia (p. 16).
Así pues, esto significa que la sistematización como método de legitimización debe
validar la construcción de conocimiento centrado en los actores en contraposición al
paradigma positivista que no toma en cuenta al sujeto, lo despersonaliza, no mira el rostro
atentando contra una cultura popular participativa e inclusiva; no obstante, dicho modelo
permite que aquel que es observado te observe, entre en dialogo con el investigador,
empodere al sujeto y le dote de palabra en concordancia con la pedagogía liberadora de
Paulo Freire. Dentro de esta lógica del conocimiento, Ghiso (2004) nos aporta que “los
sujetos son capaces de constituirse en actores sociales, reflexivos y constructores de
preguntas y respuestas… desarrollando ambientes caracterizados por interactuaciones
dialógicas y transformadoras de nuestras vivencias y prácticas” (p.18).
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Desde nuestro punto de vista, hay que problematizar los paradigmas radicalistas que
encasillan y cosifican el pensamiento investigativo para desafiar los modos tradicionales de
entender las prácticas sociales y lleven a la transformación y la solución social de las
problemáticas micro y macro del sujeto, dando respuesta a una realidad actual que exige
nuevas formas de pensar y de entender desde la reflexión crítica y propositiva nuestro
contexto.
En consonancia a lo anterior, estamos llamados entonces a cuestionarnos,
interrogarnos y apropiarnos de la realidad cultural, investigando a través del relato, del
argumento y la explicación para establecer múltiples articulaciones de sentido que
enriquezcan nuestra realidad, moviendo intencionalidades, intereses, comprensiones y
conciencias que conlleven a generar propuestas innovadoras y transformadoras de
realidades sociales.
En consecuencia, nuestro equipo de investigación está orientado hacia el trabajo
participativo y cooperativo fundamentado en la comunicación y la interlocución clara,
crítica, objetiva y consolidada desde la experiencia, los intereses, emociones y
conocimientos de cada integrante, además de reconstruir la experiencia desde el dialogo y
el debate como lo sugiere este proceso de producción del saber, con fines de transformar
nuestra práctica educativa.
Por ende, al reflexionar como equipo llegamos a la postura que la sistematización de
experiencias se puede considerar como la alternativa más apropiada para evidenciar e
interpretar críticamente un proyecto de impacto social como es el proyecto Hermes, ya que
permite reflexionar, reconstruir y describir procesos, recuperar memorias, reconocer
actores, resignificar experiencias, mejorar y valorar creativamente la vivencia, posibilitar
nuevo conocimiento de la realidad, comparar y socializar la experiencia entre muchas otras
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fortalezas de esta propuesta de investigación. Por consiguiente, desde la visión de la
sistematización podemos abordar la reconstrucción de las experiencias que nacen de una de
las múltiples problemáticas que posee Colombia relacionada con la convivencia escolar y
que se ha convertido en uno de los temas de investigación de las ciencias sociales y
obviamente de la educación, ya que es precisamente en el ámbito escolar donde se refleja la
pluriculturalidad y multiplicidad de historias y correlaciones, además de diferentes
intereses, criterios y opiniones que propician tensiones y producen diversas problemáticas.
Por ello, en la actualidad, se considera que una de las más relevantes
situaciones problémicas es el conflicto escolar, visto como un fenómeno que
últimamente parece apreciarse con más frecuencia, que justifica la creciente
preocupación de entes gubernamentales, las comunidades educativas y la sociedad
en general y en consecuencia ha producido un considerable despliegue de
intervenciones dirigidas básicamente a modificar las conductas agresivas de los
estudiantes, mediante diversos programas que facilitan el desarrollo de
competencias ciudadanas y la mediación del conflicto. Rodrigo, García, Márquez y
Triana (2005) definen el conflicto como “sucesos interpersonales diádicos que
implican una oposición, más o menos abierta, plasmada en desacuerdos,
discusiones o peleas sobre valores, intereses o puntos de vista sobre las cosas” (p.
22). En el mismo sentido, se puede entender el conflicto escolar como una alerta
con respecto a una disfuncionalidad que a su vez se manifiesta como una
posibilidad de cambio, que favorezca el consenso y la buena convivencia
democrática en las instituciones educativas (Ceballos, y otros, 2010).
Aunque el conflicto es inherente a la naturaleza humana y nace de la interacción con
el otro, existen diversas causalidades por lo que se presenta distintos intereses,
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percepciones, pensamientos, culturas entre otros, que generan tensiones en las relaciones
interpersonales, pero también podría verse como una oportunidad de crecimiento según la
visión y como se asume el mismo, y si bien para algunos la realidad es crítica,
especialmente en espacios donde la pobreza económica y la inercia mental han sido los
principales contribuyentes del forjamiento de las relaciones interpersonales, y además si
tenemos en cuenta que la sociedad de la mitad del siglo pasado y los presentes
pertenecemos a un contexto donde el conflicto bélico y los traumatismos psicológicos nos
han sido impuestos como si fuera el pan de cada día, es decir, parece ser que nos hemos
encargado de reproducir patrones de comportamiento que en lugar de propiciar un
acelerado desarrollo económico, político e intercultural, han sido una yuxtaposición.
Ahora bien, en Colombia el tema de conflicto escolar, si bien se sabía que estaba
presente en muchas de las escuelas, no era parte de la agenda pública y la información y el
conocimiento del fenómeno eran muy escasos. En las instituciones educativas no se
hablaba del conflicto, de la corresponsabilidad para su manejo y mucho menos de la
posibilidad de abordarlo a partir de la intervención de un tercero.
Es en este marco social donde las problemáticas estudiantiles del I.E.D. Colegio
Carlos Pizarro Leongómez se hicieron evidentes con fenómenos tales como la
intolerancia, la discriminación e irrespeto entre compañeros, la agresión
física, verbal y psicológica, el consumo de sustancias psicoactivas
(SPA), el pandillismo, el abandono, el conflicto entre diferentes
miembros de la comunidad educativa (estudiantes, padres de familia,
docentes y directivos) entre otras muchas situaciones que afectaban la convivencia escolar
y exacerbaban la generación de conflictos en el aula; de allí surge la necesidad latente de
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adoptar propuestas masivas e institucionales que permitiesen nuevas formas de solucionar
los conflictos. Pero es imposible desconocer la historia del surgimiento de la institución ya
que pasó de ser una pequeña escuela llamada “La Libertad” a un Mega-colegio como
respuesta al desarrollo e inversión social donde obras como Metro-vivienda marcaron la
expansión educativa y con ello que muchas de las instituciones asumieran nuevos retos
tanto en cobertura como en calidad.
Este es el caso de la escuela la Libertad, donde la apremiante demanda de cupos
llevó a que en el año 2004, se asignara un terreno para la construcción de la planta física
propia; lo que hizo que en el año 2005, se adecuaran unas aulas prefabricadas con servicios
y se iniciaran labores, lo que permitió la ampliación de la cobertura hasta el grado noveno
pese a las dificultades de un terreno aún en construcción; pero con todas las expectativas de
la construcción de un futuro en común, como un proyecto de vida que se traduciría en
asegurar un proyecto educativo.
Así nació la institución que a partir del 21 de junio del año 2007 se denomina
Colegio Carlos Pizarro Leongómez, quien se encuentra ubicada en el sector de la localidad
7 de Bosa en la Calle 72 sur con Carrera 100ª se inaugura el 26 de junio del 2007, dentro
del programa del Alcalde Luis Eduardo Garzón de construir Colegios dignos para los
sectores menos favorecidos, siendo Rectora la Licenciada Nubia Stella Lancheros Roldán
debido al alto crecimiento de la población infantil de la escuela la Libertad. Es entonces un
colegio de los denominados Mega-colegios de Bogotá, con una infraestructura que cuenta
con biblioteca, comedor, canchas de baloncesto y microfútbol, tres salas de informática, dos
salas de profesores, cincuenta salones de clase y jardines interiores. En la actualidad presta
servicio de educación a 4.100 estudiantes aproximadamente en las dos jornadas, por lo que
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se hizo necesario desde el año 2013 tomar en arriendo el edificio cercano a las instalaciones
donde funciona actualmente la básica primaria a partir de grado segundo hasta grado quinto
y los cinco grupos de aceleración (otro de los pilares de la institución). La Institución
educativa toma el nombre de Carlos Pizarro Leongómez, “personaje polémico, seminarista,
estudiante de derecho de la Pontificia Universidad Javeriana, comprometido en buscar
cambios y disminuir desigualdades, militante del M19, candidato presidencial” (Cipriano
Díaz 2009). De acuerdo a lo anterior se formula un PEI institucional que responde a su
pensamiento e ideales “Educación participativa y democrática para mejorar la calidad de
vida”.
Es desde este contexto social y
debido a las problemáticas vividas en la
institución que se buscaba dar solución y
respuestas a las necesidades de este entorno
escolar, por tal razón en el año 2008 desde
la rectoría nace la iniciativa de unirse a la
propuesta de corresponsabilidad
comunitaria liderada por la Cámara de Comercio de Bogotá y acogida por la Secretaría de
Educación de Bogotá denominado Programa para la Gestión del Conflicto Escolar Hermes,
como solución dialógica a la problemática de la violencia escolar.
Se inicia así en el 2008 la implementación institucional del programa, en la primera
etapa se realiza capacitación a tres docentes del colegio entre los cuales se encuentra el
Licenciado Giovanny Tapiero quien para el año 2016 se desempeña como coordinador en
encargo de la jornada tarde, el docente Alonso Aldana jefe de área de Sociales de la
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jornada mañana y el coordinador Jimmy Hernández de la misma jornada, recibiendo en el
2009 el reconocimiento y distintivo de conciliadores y docentes tutores por parte de la
CCB. En el 2010, se realiza la primera capacitación a estudiantes de grado octavo
convirtiéndose en los primeros gestores de paz y en replicadores del programa para los
estudiantes de la institución, este grupo permanece desde el año 2011 hasta el año 2013 en
que se gradúan. En el 2014 bajo el liderazgo de la consultora Jacqueline Ríos de Cámara y
Comercio se adelantan un total de doce talleres de sensibilización y empoderamiento del
proyecto en la institución, así como cuatro jornadas de conciliación entre estudiantes,
atendiendo un total de 191 casos, se encuentran para este año involucrados 24 estudiantes
del grado 803. Se retoman las capacitaciones en el 2015 y empieza el proceso con el
segundo grupo gestor quienes actualmente replican y continúan el proceso en la institución
y buscan prolongar la transformación de los conflictos a través del reencuentro con el
diálogo y la concertación en un ambiente de respeto por el otro, donde la tolerancia sea una
realidad.
Una de las propuestas que desde la Cámara de Comercio se sugiere al Colegio
consiste en implementar las herramientas de conciliación que propone el programa Hermes
en el proyecto de convivencia y orientación de la institución, introduciéndolo en el debido
proceso disciplinario consignado en el manual de convivencia con acompañamiento por
parte del comité de convivencia, para así lograr más rápidamente el empoderamiento del
mismo en la comunidad educativa. De esta manera corresponde al equipo de investigación
establecer las acciones, relaciones e interacciones que se han suscitado a partir de este
acuerdo interinstitucional.
Así pues, nuestra investigación, se rige bajo metodologías de tinte cualitativas, con
énfasis en perspectivas epistemológicas- hermenéuticas, además de que pretende adentrarse
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en la reflexión sobre la resolución de conflictos, específicamente en los parámetros
establecidos por el Proyecto Hermes y su enfoque multidisciplinar. Los cuales no tienen
otra función que la de fortalecer los procesos de desarrollo dialógico y la potenciación
dignitaria de sus miembros.
Es decir, son muchos los autores que han teorizado sobre el fenómeno del conflicto,
intentado definirlo y caracterizarlo. Para iniciar debemos aclarar que como docentes
investigadores sabemos que las personas conocen el término “conflicto”, aunque, definirlo
con precisión es tarea ardua, dada su enorme complejidad.
No obstante, autores especialistas en la materia ofrecen diversas definiciones en
función del distinto enfoque desde el que puede concebirse y analizarse el conflicto y en
este sentido, Hernández (2002), expresa que “cuando hablamos de conflictos se ha de
entender que él en sí mismo no daña gravemente la convivencia escolar ya que no siempre
conlleva la intención de herir o dañar a alguien, no es necesariamente negativo. Pero el
conflicto entendido como enfrentamiento de ideas, opiniones, intereses, creencias, entre dos
o más personas, puede derivar en conductas violentas” (pp. 214-215). En una misma línea
argumentativa, Viñas (2004), nos dice que “los conflictos en los centros educativos no son
únicamente de un tipo, según las personas que intervengan en el mismo podemos
diferenciar cuatro grandes categorías: conflictos de poder, conflictos de relación, conflictos
de rendimiento y los conflictos interpersonales”. Asimismo, expresa Bueno, Díaz, Corredor
y Rojas:
Los conflictos se suscitan fundamentalmente entre compañeros de curso, ya que con ellos
pasan la mayor parte del tiempo, comparten un mismo espacio, estableciendo relaciones
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personales de diferente índole donde se pueden enfrentar a los intereses, necesidades y
posturas de cada uno de sus integrantes (2007, p. 65).
En este sentido, lo anterior nos invita a plantear que la Educación escolar a
diferencia de otros espacios sociales se caracteriza por un aspecto vivencial de las
emociones que se aglomeran en los niños, dicho factor convierte la institución educativa en
un lugar de libertad para la expresión de sentimientos y actitudes, pero a la vez en un
espacio en el que se originan y manifiestan conflictos con más facilidad, dada la interacción
que se produce en el continuo contacto del estudiante y la historia de quienes se encuentran
a su alrededor; es por esto que surge la necesidad de investigar aspectos que posibiliten
desde ámbitos teóricos y reflexivos las anteriores problemáticas nombradas.
De acuerdo a lo anterior, en la presente investigación se propone inicialmente un
acercamiento teórico y reflexivo al tema del conflicto del aula, desde el análisis documental
del Programa de Conciliación Escolar Ariadna y del Proyecto para la Gestión del Conflicto
Hermes, propuestas creadas por la Cámara de Comercio de Bogotá, que acorde con los
autores su interés es aportar a la educación colombiana herramientas pedagógicas que
desarrollen en los estudiantes habilidades y competencias en beneficio de una convivencia
armónica en todos los contextos. Se presume que al intervenir desde muy temprana edad y
en la juventud en el manejo conveniente y pacifico del conflicto, en donde se oriente la
educación hacia un cambio de punto de vista, se genera un elemento que mejora los
comportamientos centrados en el respeto a la diferencia y el diálogo, así se crean semilleros
o gestores de paz (Bueno, G., Corredor C., Díaz, A., Rojas, M., 2007).
En consonancia con lo escrito, en el año 2001 se generó el proyecto Hermes, su
nombre hace alusión al dios griego quien era reconocido por sus habilidades de mediador y
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mensajero, así como una figura preponderante del comercio y las comunicaciones, capaz de
intermediar entre el hombre y los dioses, precisamente esta imagen va a ser uno de los
vectores que ayudará a desarrollar en el docente todo un plan de preparación y de diálogo,
que le permite así compartir sus conocimientos con los estudiantes, acompañarlos,
formarlos y hacer de ellos auténticos mensajeros de paz en medio de aspectos compulsivos
que acaecen frecuentemente en el aula.
A su vez, en atención a la Ley de Infancia y Adolescencia el proyecto Hermes se
fundamenta en ejes conceptuales claros, los cuales se convierten en un completo ideal para
la educación de las nuevas generaciones, en los aspectos sociales, afectivos y morales, tal
como lo contempla la ley general de educación 115 de 1994. Sus ejes conceptuales son los
siguientes “Valoración de la diferencia por el otro como ser humano, la paz frente a la
violencia, la reconciliación, el perdón y la justicia” (Suárez, 2013, p.43). El reto educativo
del proyecto Hermes es formar individuos que promuevan la valoración de la diferencia y
respeto por el otro, como ser humano con mecanismos dialógicos de mediación y
conciliación en las problemáticas internas de las instituciones educativas.
Esta es la razón por la cual nuestro equipo de investigación pretende reconocer,
recuperar, analizar, comprender, reconstruir e interpretar las experiencias que surgen de los
sujetos que participan de la implementación del modelo Hermes en esta institución, para
reformular nuevas acciones que surjan de procesos de autorreflexión, que se validen al
ponerse en práctica a través de la construcción y generación de nuevo conocimiento, que
posibilite la transformación positiva y el mejoramiento de los ambientes escolares y
particularmente desde los métodos alternativos de resolución de conflictos.
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Por otra parte, es necesario aclarar que la sistematización de experiencias del
programa Hermes en el Colegio Carlos Pizarro Leongómez responde a los fundamentos y
objetivos de la línea de investigación de Derechos Humanos, Política y Ciudadanía, que se
orienta por los principios humanistas de Tomás de Aquino y Francisco de Vitoria porque se
evidencian en la experiencia, particularidades y características que guardan similitud con
postulados de esta línea de profundización como la preocupación por la realidad del país en
el contexto de los derechos humanos y la reflexión sobre la formación ciudadana y política
en los procesos educativos.
Finalmente, y después de una profunda reflexión de la temática a desarrollar,
nuestro equipo de investigación se guiará con las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las acciones, relaciones e interacciones entre los actores que se han
suscitado a partir de la implementación del proyecto Hermes en el del Colegio I.E.D.
Carlos Pizarro Leongómez?
¿Cuál es la valoración que hacen los actores de la experiencia del proyecto Hermes
en el contexto del Colegio I.E.D. Carlos Pizarro Leongómez?
¿Cuál es el saber pedagógico que se puede evidenciar e inferir en la experiencia
vivida en el Proyecto Hermes?
Dichas cuestiones servirán de base para reconstruir la experiencia del proyecto
Hermes vivenciado en la institución donde se desarrolla el proyecto.
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Referencias
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ciudades de Ítalo Calvino. Caracas: Federación Internacional de Fe y Alegría.
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