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Miniatura de un calendario inglés; mes de noviembre: vareandoalcornoques (Monasteriode Canterbury,hacia 1280)

IndiceLOS CAMPESINOS MEDIEVALESPor Julio Valdeón BaruqueCatedráticode HistoriaMedieval.Universidadde Valladolid

La singularidad del campesinado. .El trabajo de la tierra. . . . . . . . . . . . .Otras actividades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .De la familia a la comunidad aldeana. . . . .Las comunidades aldeanas. . . . . . . . .. . . . . . .La estratificación del campesinado. . . . . : . .Aproximacionescuantitativas. . . . . . . . . . . : . .La vid~ diaria de los campesinos. . . . . . . : . .Alimentación. . . . . . . . . . . . . . . .. .............Usos y costumbres. . . . . . . . . . . . . . : . . . . . . . . .Etapasde la historia del campesinadome-

dieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32Textos. . . . . . . . .. I-VIII

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Los campesinosmedievalesJulioValdeónBaruque

Catedráticode HistoriaMedieval.Universidadde Valladolid

EL campo fue el gran protagonista de la aristócrata, la esperanza de la salvación eter-Edad Media europea. La agriculturay la nao

ganadería proporcionaban la mayor parte de A la escasa y parcial información que tene-los recursos de aquella época. La tierra era, mas sobre los campesinos se añade otro pro-por su parte, la plataforma en torno a la cual blema: la Edad Media es un período muy ex-se articulaban las relaciones sociales. Cierta- tenso y el occidente de Europa comprendemente, con posterioridad al siglo XIItuvo lugar territorios muy diferenciados. En estas condi-un notable desarrollo de las ciudades, y con ciones, ¿no resulta abusivo hablar, sin más,ellas de la artesanía y del comercio. Pero el de los campesinos medievales?predominio de lo rural siguió siendo irldiscuti-ble en la Europa medieval.

Hablar del campo es tanto como hablar de La singularidaddelcampesinadolos campesinos. Así los definían las Partidas:los que labran la tierra e fazen en ella aque-llas cosas por que los ames han de bivir e demantenerse. Eran, por tanto, la fuerza de tra-bajo esencialde aquellasociedad. Sinembar-go, los campesinos apenas están presentesen los trabajos de historia medieval. Por lascrónicas desfilan papas y emperadores, reyesy magnates, obispos y caballeros, inclusomercaderes y hombres de negocios, pero alos labriegos, que constituían la inmensa ma-yoríade la población, apenassi lesdedican al-gunas menciones genéricas. Los progresosexperimentadosen las últimas décadas por lahistoria rural tampoco han repercutido en unmejor conocimiento de los trabajadores de latierra. Los campesinos del Medievo, hablan-do en términos generales, siguen siendo ig-norados.

La historia del campesinado medieval, nolo olvidemos, ha sido escrita básicamente apartir de fuentes procedentes de los que lesexplotaban, es decir, los señores, pues losrústicos, analfabetos, no nos han dejado tes-timonios directos suyos. De ahí que se ges-tara una imagen negativa acerca de los su-fridos labriegos, presentados habitualmentecomo gentes ignorantes y groseras. El cam-pesino es en todo semejante al buey, sóloque no tiene cuernos, repetía un dicho muydifundido en la Edad Media. ¿y qué decir dela opinión del magnate castellano don JuanManuel, quien en su Libro de losestadosafir-maba de los campesinos que, puesto queeran menguadosde entendimiento...son susestados muy peligrosos para salvamento delas almas?Ni siquieracabíapara los labrie-gos, al decirdel brillanteescritory orgulloso

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El campesinado medieval, aunque no fue-ra un todo homogéneo, poseía unas especí-ficas señas de identidad, unos rasgos defi-nitorios comunes. Los pobres minifundistasy los campesinos ricos, a pesar de las dife-rencias en los niveles de sus ingresos, se-guían formando parte del mismo grupo so-cial, ha señalado certeramente el historiadoringlés R. Hilton. Eran la clase productora porexcelencia de !asociedad medieval. Si en losprimeros siglos de la Edad Media se habíanutilizado categorías jurídicas para referirse alos campesinos (Iiberi, servi...),a partir del si-glo XI, una vez que cristalizó la concepciónde los tres órdenes de la sociedad, los la-briegos fueron concebidos como uno deellos. Los campesinos eran los laboratores,es decir, los que trabajaban, expresión queen aquel momento aludía con carácter de ex-clusividad a las actividades agrarias. El de-sarrollo posterior de la artesanía y del comer-cio no impidió que siguiera considerándoseal campesinado como el estamento que de-sarrollaba la principal actividad laboral. Así,en las Cortes castellanas celebradas el año1387 en Briviesca se dijo, muy expresiva-mente, a propósito del origen de los ingre-sos de la hacienda regia, que todo salía decuestas e sudores de labradores.

Los campesinos eran los pecheros por an-tonomasia, pues sobre ellos recaía una fisca-lidad muy gravosa, que incluía los tributos se-ñoriales, el diezmo de la Iglesia y las rentasexigidas por el poder central.Una rígidabarre-ra jurídica los separaba de los estamentospri-vilegiados. La propia concepción ideológicade los tres órdenes (cada uno de ellos con

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Arriba: vareo de cubebas -cuyo fruto se utilizabaparacurar los dolores de cabeza y el reúma-. Abajo:

recogida de melones -para quebrar las piedras ylimpiar las pieles-. MiniaturasdelTacuinum Sanitas y

de Natura Rerum, libro 11,manuscrito del siglo xv(Biblioteca Universitariade Granada)

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una función y un status propio) contribuía aconsolidar la estructura social vigente, propi-ciando su reproducción sin la menor fisura.Por lo demás, puesto que el orden terrenal re-'flejaba el celestial, poner en cuestión esa es-tructura de la sociedad, ¿no equivalíaa rebe-larse contra la voluntad divina?

¿Qué aspectos deben tomarse en consi-deración para tipificar al campesinado me-dieval? ¿La posesión de facto de la tierra?¿Su situación de explotación? ¿Hay que in-cluir a los jornaleros agrícolas? Con respec-to a esta última pregunta, Enrique de Villenadaba una respuesta categórica en el siglo xv,al señalar que el mundo del campesinadoestaba constituido por villanos, cavadores elabradores, ortelanos e los que se alquilan ajornales. Nos quedaremos con la definicióndada recientemente por un estudioso de lahistoria del campesinado, A. Sevilla-Guz-mán, la cual, aunque no se refiere explícita-mente a la época medieval, reúne, desdenuestro punto de vista, los elementos funda-mentales de los labriegos del Medievo: aquelsector social integrado por unidades familia-res de producción y consumo cuya organi-zación social y económica se basa en la ex-plotación agraria del suelo, independiente-mente de que posean o no tierra y de la for-ma de tenencia que les vincule a ella y cuyacaracterística red de relaciones sociales sedesarrolla en comunidades rurales, las cua-les mantienen una relación asimétrica de de-pendencia, y en muchos casos explotación,con el resto de la sociedad en términos depoder político, cultural y económico.

El trabajodela tierra

Ahora bien, no es posible hablar del cam-pesinado medieval sin hacer referenciaa losseñores, la clase social bajo cuya dependen-cia se encontraba aquél. Oigamos, una vezmás, a R. Hilton: en la sociedad medieval ha-bía una clase gobernante que poseía los me-dios de coercióny que dependíapara su exis-tencia del trabajo de las clases a las que do-minaba, fundamentalmente los campesinos.La materialización de las relaciones socialesde producción entre los labriegos y los seño-res era la renta feudal, a la que podemos de-finir como el abigarrado conjunto de censos,tributos, prestaciones,diezmos,etcétera,que,bajo lás más diversas rúbricas y a través delos más variados cauces (realizaciónde tra-bajo gratuito, entrega de productos o pagos

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Ien moneda), transfería el campesinado de-pendiente a la clase señorial.

En términos estrictamente económicos, elcampesinado, por lo general, no necesitabade los señores para su subsistencia. La acti-vidad agraria del Medievo se desarrolló bási-camente a través de pequeñas unidades deproducción, en las que los campesinos, queposeían el dominio útil de la tierra, utilizabanante todo la fuerza de trabajo familiar. Nume-rosos labriegos, por otra parte, eran, asimis-mo, propietarios de sus instrumentos de pro-ducción (útiles de labor, bueyes, etcétera).¿Paraqué, entonces, el señor? Cuando Adánaraba y Eva hilaba, ¿dónde estaba el señor?Esta pregunta, aparentemente ingenua, perode intenciones radicales, había sido expresa-da en un sermón (o al menos así lo suponíala tradición popular) por el clérigo contestata-rio inglés John Ball en tiempos de furorescampesinos, con motivo de la revueltadel año1381. En realidad, la imposición de los seño-res a los campesinos se basaba en mediosextraeconómicosque incluían desde la fuerzamilitary las atribuciones jurisdiccionales hastala instrumentalizacióna su servicio de la ideo-logía dominante.

Hablar de señores y campesinos es, portanto, aludir a la contradicción fundamental dela sociedad medieval. ¿Cómo sorprenderse,en estas circunstancias, de los frecuentesconflictos entre unos y otros? Los movimien-tos de protesta de los campesinos contra losseñores,dijo M. Bloch, son tan naturalesal ré-gimen señorial como las huelgas obreras almundo capitalista. Los labriegos se quejabancon frecuencia de la actitud insolente de lospoderosos.

En este tiempo los sennorescorrian a Castiella,los mesquinos labradorespassavan grant mansiella...

Asíse expresaba el poemadeAlfonso XI,apropósito de la situación del reino de Castilladurante la minoridad de dicho monarca.Como se ve, el texto pone de manifiesto la di-cotomía señores-campesinos, siendo los se-gundos las víctimas de los desmanes de losprimeros.

¿Enfrentamientosocasionales? Una obra li-teraria castellana, de fines del siglo XIV,el Li-bro de miseria de omne, nos dirá que la rela-ción entre el campesino (el siervo en el texto)y el señor semeja a la que existe entre el po-bre y el rico o entre la oveja y el león:

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Roturado de la tierraen el siglo XI(miniaturade un códice de La Política, de Aristóteles, Biblioteca Nacional, París)

El sacerdote John Ball, dirigiendo la sublevación de los campesinos a final del siglo XIV

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Donde dice gran verdad el rey sabio Salomónel siervo con su señor non andan bien

[acompañónnin el pobre con el rico non partirán bien

[quiñónnin será bien segurada oveja con el león.

El trabajo de los campesinos de la Europamedieval se realizaba básicamente en pe-queñas unidades de producción de carácterfamiliar. Sin duda, muchos labriegos efectua-ban también prestaciones de trabajo gratui-to en las reservas señoriales, pero esa prác-

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tica, que no era en el fondo sino una de lasformas que adoptaba la renta feudal (renta-trabajo), experimentó un importante retroce-so con posterioridad al siglo XII.Pero, al mar-gen de esta cuestión, el objetivo fundamen-tal que perseguía el campesino con la activi-dad que desarrollaba en sus tierras era ase-gurar la subsistencia familiar. El campesinode aquella época no producía para el mer-cado, lo que no es óbice para señalar queen el transcurso del Medievo se observa unaparticipación creciente, aunque siempre mo-desta, de los labriegos en la comercializa-ción de sus excedentes. El cultivo de lastierras que se poseían absorbía la preocupa-ción de la familia campesina, que aportaba,lógicamente, sin retribución, el trabajo de to-dos los miembros que se hallaban en condi-ciones apropiadas. No importaba que losrendimientosfueran ínfimos.Todos los es- I

fuerzos se volcaban para garantizar la pervi-vencia de la economía doméstica.

Ahora bien, la economía campesina me-dieval, cuyo ideal se basaba en conseguir unequilibrio entre producción y consumo, noera un mundo autónomo, pues formaba par-te de una sociedad feudal, caracterizada porla generalización de las relaciones de depen-dencia a todos los niveles. Las unidades deproducción familiares de los campesinosmedievales estaban insertas, hablando entérminos generales, en las redes del señoríoterritorial. Como consecuencia de ello, unaparte importante de los excedentes produc-tivos de los labriegos pasaba a los señores,lo que suponía una gravosa carga para laeconomía de la familia campesina. Puedeafirmarse que cuanto más grande era la par-ticipación de los señores en ladetracción derentas al campesino, menor era la autonomíade éste, y viceversa.

El término manso, o sus correspondientes(hute en el mundo alemán; hide en el anglo-sajón), designaba la dotación normal de una

Porquero con su piara de cerdos (izquierda) miniaturadel siglo XVIII, procedente del libro de horas del duquede Berry, Museo Condé, Chantilly). Derecha: tresescenas campesinas: la trilla a mano, la siembra y lavendimia (las dos de arriba decoran el salterio de SantaIsabel, siglo XIII, Museo de Cividale del Friuli, la de abajopertenece a los frescos del Panteón Real de San Isidorode León)

familia campesina en la Edad Media. El man-so incluía, además de las tierras de cultivo,los medios de producción y los derechos deusufructo sobre los campos comunales.También servía como unidad de medida a

.efectos fiscales y militares. Sus dimensiones,

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no obstante, variaban mucho, dependiendode diversos factores, como la calidad delterreno, la rT)ayoro menor dependencia dellabriego hacia el señor y la época de suconstitución. En todo caso, puede indicarseque, a raíz de la expansión demográfica eu-ropea de los siglos XI al XIII,tuvo lugar unaprogresiva parcelación de los mansos, apa-reciendo en algunas regiones el medioman-so y el cuarto de manso.

La vida de los campesinos era, en gene-ral, muy dura. El nivel tecnológico era muypobre, la productividad muy baja y el pesode los tributos, por el contrario, muy grande.La última clase es aquella de los que vivenen aldeas y granjas, a los que se llama cam-pesinos, decía Johannes Boemus a comien-zos del siglo XVI.Boemus continuaba: su si-tuación es muy despreciable y dura. Suelenvivir aislados, sólo con sus familiares y susanimales. Nunca tienen sosiego, siempre tra-bajando en condiciones malsanas... Peromás dura era aún su condición debido a que,como no poseían la mayor parte de sustierras, que pertenecían al señor, tenían queentregarle todos los años una determinadaparte de la cosecha.

No obstante, el trabajo en el campo expe-rimentó importantes transformaciones en eltranscurso de la Edad Media, particularmen-te entre los siglosXI YXIII, testigosde gran-des innovaciones tanto en los instrumentosde labor como en los sistemas de cultivo.Desde el siglo XIse difundió por diversas re-giones europeas unnuevo tipo de arado, de-nominado de ruedas y vertedera. Tenía unareja, que permitíacortarel suelopor debajode la superficie, un juego delantero con rue-das y una vertedera fija para voltear la tierra.El nuevo arado se extendió particularmentepor las zonas al norte del Loira y de los Al-pes. En cambio, en el mundo mediterráneosiguió teniendo vigencia el viejo arado roma-no. Importante fue, asimismo, el paso dadoen orden a una mejor utilización de la fuerzaanimal: el yugo frontal en los bueyes, el co-llar rígido en los caballos, el herraje.

El caballo irrumpió en las faenas agrícolas,aunque en muchas regiones seguía siendoel buey el animal de labor por excelencia. Porsu parte, la difusión de los molinos movidospor energía natural permitió ahorrar graneantidad de trabajo humano. Primerotuvo lu-gar el progreso de los molinos hidráulicos,conocidos desde antes, pero generalizadossólo después del siglo XI; más tarde, el delos molinos de viento. Añadamos los progre-

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sos en el rastrilleo o el trillo, así como la apa-rición, hacia el siglo XII,de un nuevo tipo dehoz con la que podía trabajar el campesinoestando en posición erguida. En general, .es-tos avances tecnológicos están ligados a unincremento del hierro en los útiles agrarios. '

Por lo que se refiere a los sistemas de cul-tivo, la gran novedad fue la rotación trienal.Frente al sistema de año y vez, en el que latierra daba fruto un año y al siguiente des-cansaba, la rotación trienal suponía la divi-sión de los campos en tres hojas, una dedi-cada a cultivo de invierno, otra a cultivo deprimavera y la tercera a barbecho. La pro-ducción, con ese sistema, aumentaba a lavez que podía diversificarse. La rotación trie-nal era conocida en época carolingia, perosu difusión fue más tardía, alcanzando sumáximo esplendor en los campos del nortede Francia, los Países Bajos y el oeste deAlemania. En aquellos lugares en que elterrazgo se organizó en hojas de cultivo fuepreciso establecer normas para la coordina-ción de las labores agrícolas. La rotación trie-nal, por tanto, contribuyó a fortalecer el espí-ritu de solidaridad de las comunidades al-deanas. Pero al mismo tiempo redujo el ries-go de crisis alimenticias.

Otrasactividades

El renglónmás significativo de la econo-mía campesina medieval estaba ocupado,sin lugar a dudas, por la cerealicultura. Deahí que el centro de las labores agrarias fue-ra la preparación primero y el cuidado des-pués de los campos destinados a la produc-ción de granos. Los cereales que se cultiva-ban en la Europa medieval eran muy diver-sos, variando de unas regiones a otras, enfunción principalmente de las condicionesnaturales: trigo, centeno, cebada, avena,mijo, escanda... Muy importante fue también,particularmente en el mundo mediterráneo,el cultivo de la vid. Con la expansión agrariaeuropea posterior al siglo XI algunas regio-nes iniciaron su especialización en el viñedo.Así aconteció, por ejemplo, en Burdeos, cu-yos vinos ya tenían gran fama en la Edad Me-dia. En las parcelas que 'los aldeanos po-seían contiguas a sus viviendas, de trabajointensivo, predominaban los cultivos dehuerta o las leguminosas. También ganaronterreno en el transcurso del Medievo las plan-tas industriales, como el lino o el cáñamo, ylas tintóreas, como el pastel.

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Tuvoasimismo gran importancia en laeco-nomía campesina medieval la cría de gana-do, aunque, por lo general, siempre estuvosubordinada a la primacía de la agricultura.La necesidad de alimento para el ganado ex-plica el interés prestado por todas las colec-tividades aldeanas a los prados de uso co-

muna!. En cuanto al ganado del campesino,la nota dominante era la diversidad. Los bó-vidas, además de su función como animalesde labor, proporcionaban queso y mantequi-lla. El cerdo jugaba un papel capital en laeconomía familiar del labriego de la EdadMedia, principalmente en el terreno alimenti-

Pastor medieval (detalle de los fres-cos del PanteónReal de San Isidorode León)

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cio. La oveja, por su parte, interesaba bási-camente por la lana. Añadamos, con una im-portancia variable según las regiones, los ca-ballos y las cabras, así como las aves decorral (gallinas, ocas...) y la apicultura, basede la obtención de la miel.

El trabajo de los labriegos sobre la tierratenía su plasmación en una determinada for-ma de organización del paisaje. Ciertamen-te, la Europa medieval era muy diversa, porlo que diversos eran también los paisajesagrarios de aquella época. No obstante, hayun modelo muy difundido, correspondiente ala aldea concentrada, que podemos tomarcomo ejemplo. En ella se observan con todaclaridad tres anillos. En el primero figurabael núcleo de población, con las viviendas delos aldeanos y los edificios anejos a la explo-tación agraria, así como los huertos de ex-plotación individual por los vecinos de la lo-calidad. Rodeando al anterior figura un se-gundo anillo, integrado por campos de labory el prado comunal. El trabajo de la tierra erade carácter individual, por lo que lo normalera que un labriego para ir a sus parcelas tu-viera que atravesar campos ajenos. Pero almismo tiempo había disposiciones de tipocolectivo, destinadas a la regularización delas faenas del campo (época de la siembra,época de la recolección, etcétera). Finalmen-te, nos encontramos con el tercer anillo, ex-terno al segundo. Era la zona de bosques ypastos, de aprovechamiento, asimismo, co-lectivo. El bosque era una zona que ofrecíaamplias posibilidades (madera, caza, frutossilvestres, etcétera).

La agricultura medieval europea, pese alos progresos notables que experimentó, vi-vió siempre en la precariedad, pues a los ba-jos rendimientos había que añadir la brutaldependencia de las condiciones naturales,lo que se traducía frecuentemente en malosaños, en los que prácticamente se perdíanlas cosechas. No obstante, los rendimientosmedios en el cultivo de los cereales, consi-derados en época carolingia de 2,5/1 (rela-ción entre lo recolectado y lo sembrado), ha-bían ascendido en el siglo XIIIa 4/1, según laopinión de G. Duby. Datos de 1156, proce-dentes de unas posesiones de la abadía deCluny en Borgoña, nos hablan de unos ren-dimientos de 3/1 para el trigo, 5/1 para elcenteno y 2,5/1 para la cebada. En la Ingla-terra del siglo XIII,los rendimientos del trigooscilaban entre 2,4 y 3,9/1, los de la cebadaentre 3,8 y 4,2/1 Y los de la avena entre 1,9Y 2,7/1.

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Un ejemplode la PenínsulaIbéricanos loproporcionael trabajode A. Collantes,rela-tivo a unahaciendasituadaentierrassevilla-nas entre los años 1358y 1366.Los rendi-mientosmediosdel trigo en ese períodosesitúanen 5/1. Hay,no obstante,grandesos-cilaciones,puesmientrasen unañosereco-gió 8,8 veces lo sembrado,en otro sólo sellegó a unos rendimientosde 0,9/1, lo quequiere decir que se perdió la cosecha. Enocasionesexcepcionalesseconseguíanren-dimientos altísimos. Eso sucedió en unagranja conventualdel Artois,que en el año1335 obtuvo unos rendimientosde tipo 15veces superioresa lo sembrado. En cual-quier caso, y a manerade conclusión,sepuede aceptar la opinión de W. Rbsener,quienafirmaque la mayoríade los campesi-nosmedievalespodíanconsiderarsesatisfe-chos con unascosechasquefuerande tresa cuatrovecessuperioresa lo sembrado.

De la familiaa la comunidadaldeana

El campesino medieval no vivía aislado,antes al contrario estaba integrado en diver-sos engranajes de articulación social. Comomiembro de la comunidad de los creyentesera feligrés de una parroquia. A través de ellaentraba en contacto con uno de los estamen-tos privilegiados, el de los eclesiásticos. Asi-mismo, el campesino de la Europa medievalcultivaba una explotación familiar que, salvoen casos muy concretos, no era más que unapequeña pieza de ese gran mosaico que de-nominamos el señorío territorial. En el seño-río, el labriego se relacionaba también, aun-que desde una posición subordinada, conlos estamentos privilegiados (be//atores uoratores, según fueran .Iosseñores de quie-nes dependía miembros de la nobleza ograndes dignatarios de la Iglesia). Ahorabien, tanto la parroquia como el señorío eransistemas de encuadramiento gestados des-de fuera del mundo campesino. De ahí que,para nuestro propósito, tenga mucho más in-terés analizar el significado de la familia cam-pesina y de la comunidad aldeana, célulassociales ambas internas al ámbito específi-co de los trabajadores de la tierra.

La familia campesina tradicional ha sidoidealizada, sin duda, desde las posicionesdel conservadurismo contemporáneo. As-pectos tales como su cohesión o la autori-dad indiscutible que en ella ejercía el padre,suelen presentarse como el paradigma de

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Arriba: la caza del jabalí. Izquierda: un campesino siegael trigo con la hoz bajo la atenta mirada del señor(detalle del tríptico de San Esteban, siglos XIV-XV, Museode Arte de Cataluña). Abajo: un campesino lleva unsaco de grano sobre su borrico (esta miniatura y laprimera proceden del manuscrito delTacuinun Sanitas yde Natura Rerum, conocido como Codex Granatensis,copia del siglo xv de un manuscrito más antiguo,Biblioteca Universitaria de Granada)

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una familia ejemplar, fundamento a su vez deuna sociedad bien organizada. Por su parte,la cohesión de la familia campesina medie-val se ha explicado, en numerosas ocasio-nes, como una herencia del papel desempe-ñado por la estirpe entre los pueblos germá-nicos. ¿No fue la venganza de sangre una delas manifestaciones más estruendosas de laestrecha solidaridad que existía entre lospertenecientes a una determinada estirpe?Hoy se piensa, no obstante, que la imagende solidez que presenta la familia campesi-na tradicional y, por tanto, la de la Edad Me-dia, obedece fundamentalmente a que era laprotagonista de una actividad económicaque se desarrollaba en el seno de sus explo-taciones. La familia campesina se caracteri-za, en primer lugar, por ser una comunidadde produccióny de consumo,dice Rósener,que más adelante añade: La esencia de lacomunidad familiar medieval no procede tan-to del parentesco de sangre como de vivir yde trabajar conjuntamente.

La familia campesina comprendía variasgeneraciones (tres habitualmente), teniendoa su vez ramificaciones laterales (hermanoso hermanas no casados del cabeza de fami-lia, parientes lejanos que han encontrado allíhospitalidad, etcétera). Encualquier caso, enla época medieval (algunos autores lo sitúanen los siglos IX-X) se impuso el modelo de fa-milia nuclear, consolidado al calor de la ex-pansión agraria. El puesto principal en la fa-milia correspondía al padre, cuyas misionesbásicas eran proteger a sus miembros y ga-rantizar la segl,!ridad de la casa. El matrimo-nio, considerado en la Alta Edad Media es-trictamente como un negocio jurídico, en elque había intereses económicos sustancia-les (la dote de la esposa), adquirió posterior-mente un carácter religioso, al dar la Iglesiasu bendición y convertirlo finalmente en unsacramento. El fin del matrimonio era la pro-creación. En general, las familias campesi-nas del Medievo tenían numerosos hijos,aunque la elevada mortalidad infantil impi-diera que muchos de ellos llegaran a la edadadulta. La importancia que se daba a la des-cendencia explica que hubiera una especialconsideración hacia la mujer encinta.

La situación de la mujer en la familia cam-pesina medieval, al margen de esa situaciónespecífica, era de rotunda inferioridad. Parti-cularmente era dura la etapa de su vida com-prendida entre los veinte y los cuarenta años,es decir, su etapa fértil. Muchas morían departo. Por lo demás, debían trabajar en mu-

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chos frentes: las labores domésticas, la edu-cación de sus ~.10S,actividades artesanalesdomiciliarias (textil...), incluso en el campo.Si percibían un salario, siempre era inferior aldel hombre. No obstante, desde los siglos XIIYXIIImejoró algo la condición de la mujer enla familia campesina, debido, ante todo, alsignificado del matrimonio cristiano, perotambién al progreso de la devoción marianae incluso a la influencia del amor cortés. Porlo que se refiere a los hijos, se les valorabapor lo que suponían de aportación de fuerzade trabajo, pero también porgue representa-ban la garantía de la sucesion. Llegados aeste punto, se plantea un problema arduo:¿qué sistema regía en la herencia? ¿la divi-sión o la indivisión del patrimonio familiar? Larespuestaá estás preguntas variaba de unasregiones a otras. De todos modos, hay queseñalar que los señores eran partidarios dela transmisión indivisa de los mansos. La rea-lidad histórica, en cambio, registra un impor-tante proceso de parcelación de las tierrascampesinas en el transcurso de la Edad Me-dia.

Todo lo indicado acerca de la familia cam-pesina no pasa de tener un carácter genera-lizador. En la práctica nos encontramos conuna gran diversidad de situaciones. Pense-mos, a título de ejemplo, en las limitacionesque se observaban en el campesinado decondición servil, tanto por lo que respecta asu matrimonio, como en general a su vida fa-miliar. El año 1067, los siervos deViry, suble-vados contra el preboste y los canónigos deNuestra Señora de París, reclamaron el de-recho a poder casarse con las mujeres quequisieran. Unavez sofocada la revuelta, que-dó bien claro que en adelante no podríancontraer matrimonio sin la autorización de losmencionados preboste y canónigos.

Las comunidadesaldeanas

Si la familia campesina tradicional ha sidomitificada, no ha sucedido menos con lascomunidades aldeanas. Desde hace tiempocircula una literatura pseudohistoriográficaque ha pintado un cuadro verdaderamenteidílico de los viejos núcleos de población ru-ral, presentados como baluartes de la soli-daridad intervecinal y de la preferencia delos intereses comunitarios sobre los indivi-duales. Pero, eliminados los aspectos emo-tivos que suelen acompañar al concepto decomunidad, no cabe duda de que se trata

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de una institución de capital importanciapara la comprensión del campesinado me-dieval.

Las comunidades aldeanas eran asocia-ciones de tipo horizontal, integradas por to-dos los campesinos que vivían en un deter-minado núcleo de población rural. Su origenes mal conocido. Algunos autores afirmanque los grupos iniciales de las comunidadesaldeanas pudieron constituirse en torno a lasparroquias. En otras ocasiones se crearoncomunidades aldeanas al calor del procesorepoblador, como sucedió en la cuenca del

Duero en los siglos IXy x. La comunidad sur-gía al establecerse diversas familias nuclea-res, desgajadas de sus primitivos gruposgentilicios, en zonas de aprovechamientoagrícola. Brañosera, localidad situada al nor-te de la actual provincia de Palencia, y de laque se conserva una temprana carta de po-blación, es un ejemplo típico. Con posterio-ridad al siglo XI, las comunidades aldeanas,hablando en términos generales, tendieron afortalecerse en toda Europa, debido tanto alas necesidades de articulación colectiva de-rivadas de la expansión agraria como al re-

Labrando los campos. Dos representaciones contemporáneas del mismo trabajo, la de arriba en Inglaterra, la de aba-jo, en Italia (respectivamente, miniatura de un calendario, siglo XI, Museo Britanico; y miniatura de los siglos XI-XIIdelcódice Civitas Dei, Biblioteca de Lorenzo de Médicis, Florencia)

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vulsivo que para ellas supuso la presión cre-ciente de los señores.

Las comunidades aldeanas desempeña-ban funciones muy variadas, entre las cua-les ocupaban un lugar destacado las de ca-rácter económico. Era preciso regular la uti-lización de los espacios de aprovechamien-to colectivo (terrenos de pasto, bosques,aguas, etcétera). Las comunidades aldea-nas tuvieron mucho que ver, asimismo, en laorganización de los campos de los labriegosen hojas de cultivo, allí donde triunfó la rota-ción trienal. Incluso los ritmos de los diferen-tes trabajos agrícolas solían depender de de-cisiones de carácter comunal. En otro ordende cosas, la comunidad aldeana contribuyóa potenciar las relaciones de solidaridad ve-cinal. En numerosos casos (muertes, bodas,partos, incendios, etcétera), se prestabaayuda al que la necesitaba. ¿No era tambiénasunto de la comunidad aldeana organizarlas fiestas de la localidad?

Pero las comunidades de aldea fueronmás allá de estos aspectos citados, termi-nando por ejercer funciones de naturalezapolítica y jurídica. Por de pronto se encarga-ban de mantener, en el término de la aldea,la paz, castigando a todo aquel que la rom-piera. Erauna especie de delegación del banseñorial a la comunidad, que lo ejercía den-tro de un espacio delimitado por cruces oempalizadas. El órgano de autogobierno dela comunidad aldeana era la asamblea ge-neral, que se reunía al menos una vez al año,en la plaza central de la localidad o en lasproximidades _de la iglesia. En esas reunio-nes se tomaban las decisiones oportunaspara resolver los problemas pendientes y seelegía a 10$oficiales de la aldea. Esa asam-blea de los vecinos de la aldea, o concilium,también actuaba como órgano de defensade la comunidad ante el exterior, particular-mente frente a las exigencias señoriales. Porotra parte, en las aldeas funcionaba un tribu-nal de justicia, que actuaba en primera ins-tancia, y del que formaban parte los oficialeselegidos en la asamblea vecinal.

Pero no se agotaban con lo expuesto lasfunciones de las comunidades aldeanas. Re-cordemos sus actuaciones en materia poli-cial, procurando mantener el orden en la al-dea y decretando, cuando se creía conve-niente, la expulsión de mendigos y vagabun-dos. Incluso en el terreno eclesiástico inter-venían a veces las comunidades aldeanas,por ejemplo, para tomar decisiones acercade la erección de la iglesia o del manteni-

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miento del párroco o de la organización dela caridad con los pobres y los enfermos.

Ahora bien, en el transcursode la Edad Me-dia las comunidades aldeanas sufrieroncam-bios importantes.Poruna parte,la condicióndevecino se fue restringiendo.En algunascomar-cas sólo eran consideradosvecinos, lo que asu vezdaba derechoa participaren plenitudenla comunidad aldeana, los que teníanheredita-tes en la localidad,excluyéndosea los que notuvierantierras propias. Por otra parte, las co-munidadesaldeanasfueron poco a poco sien-do dominadas por los campesinos de mayor'poder y riqueza, lo que a su vez testimoniabael creciente proceso de diversificacióneconó-mica y social que se estaba desarrollandoenel seno del campesinadoeuropeo.

Al igual que las comunas urbanas, tambiénlas comunidades campesinas arrancaron delos señores, en determinadas ocasiones, car-tas de franquicias, por lo general después detenaces luchas. Famosas fueron la carta deLorris-en-Gatinais,de principios del siglo XII,que recogía por escrito una disminución delos derechos señoriales,y la de Beaumont,delaño 1182,que preveía incluso la participaciónde la comunidad campesina en la administra-ción del señorío. En Alemania son muy cono-cidas las Weistümer,consideradas la principalfuente legislativa de las aldeas medievales yque, al fijar por escrito los derechos que lecorrespondían al señor, ponían coto a su po-sible arbitrariedad.

De todas formas, más allá de las líneasge-nerales señaladas, había una gran diversidadregional de comunidades aldeanas en la Eu-ropa medieval. Quizá las zonas en donde flo-recieroncomunidades campesinas más libresy con mayorcapacidad de autoadministraciónfueron el obispado de Verdún, el condado deLuxemburgo,el valle del Moselay, de maneramuy destacada, la región de Renania.

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lA estratificacióndelcampesinado

En una sociedad en la que funcionaba lateoría descendente del poder, las comunida-des aldeanas constituíanun poder ascenden-te, pues habíansurgido desde la base. Sinha-ber sido creadas por el rey ni por otra autori-dad subordinada, las comunidades de aldeadesarrollaban en su ámbito propio funcionessimilares a las que ejercía en la ciudad la co-muna urbana o, en otros ámbitos superiores,el rey y su aparato de poder, ha señaladoC. Buchda. Ciertamente, las comunidades al-

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I~\)JTrabajos hortícolas, Arriba: cultivo de puerros; abajo: recolección de hierbas aromáticas (miniaturas del Codex Grana-tensis, siglo xv, Biblioteca Universitaria de Granada)

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deanas son una de las creaciones más origi-nales de la historiasocial de la Europamedie-val.

De acuerdo con la concepción de la socie-dad elaborada por los intelectualesdel Medie-vo, los campesinos se identificabancon el es-tamento de los laboratores. Desde perspecti-vas sociológicas contemporáneasse conside-ra al campesinado medieval como una clasesocial bien definida, tanto por lo que se refie-re a su papel en el proceso productivo comoa su participación en el reparto de la renta.Las comunidades aldeanas, por su parte, alponer especial énfasis en la defensa de losaspectos colectivos, contribuían a dar unaimagen homogénea de los cultivadores de latierra. Asimismo, cuando entraban en pugnacon sus oponentes en la estructurasocial, losseñores, los labriegos parecíanformar un blo-que sin fisuras. Ahora bien, si a partir de es-tas ideas llegáramos a la conclusión de queel campesinado medievalera uniforme,come-teríamos un grave error. En realidad, el mun-do campesino de la Europa medieval se ha-llaba fuertementeestratificado, tanto desde elpunto de vista jurídico como desde el econó-mico.

En el campesinado medievalhabía, hablan-do en términos jurídicos, dos grupos clara-mente diferenciados, los libres y los siervos.El término servus,cuando se empleaba en losprimeros slglos de la Edad Media, significabaesclavo. En los textos de la época carolingia,la distinción entre libresy esclavos era muy ní-tida. Así, mientras Arnulfo, colono de la aba-día de Saint-Germain-des-Prés,tenía un man-so ingenuo, es decir, libre,Adalgario, esclavo,poseía un manso servil. Pero posteriormentecambió el significado de esos términos, alcompás de los cambios experimentadosen lasociedad medieval. Losesclavos subsistieron,pero como un grupo marginal, integrado porprisionerosde guerrade las luchas con los in-fieles, gentes de origen eslavo o negro, etcé-tera. El término servidumbrey, por tanto, el desiervos, aludía a una situación específica deun importantesector del campesinado, carac-terizada por las fuertes limitaciones a la liber-tad personal de los labriegos.

Los límitesentre la libertady la servidumbrese fueron desdibujando en el transcurso de laEdad Media. De hecho, la mayor parte de loscampesinos terminaron por caer bajo la de-pendencia de los señores, ya fuera por la víaterritorial, personal o jurisdiccional. Regionesque en un momento dado tuvieronmuchos la-briegos plenamentelibres y dueños absolutos

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de sus predios, como el valle del Dueroen lossiglos IX YX, al decir de Sánchez Albornoz,presentaban siglos después un panorama ra-dicalmente distinto. El Becerro de las Behe-trías,que data de mediados del siglo XIV,nosmuestra cómo en esas fechas la mayor partede los campesinos de Castilla la Vieja se ha-llaban bajo la dependencia de señores laicoso eclesiásticos. De los hipotéticos pequeñospropietarios libres se había pasado al predo-minio indiscutible de los solariegas. Más aún,la situación de los hombres de behetría, su-puestamentemás libres,se asemejaen las fe-chas citadas a la de los solariegas.

Ciertamente hubo en la Europa medievalgrupos reducidos de labriegos que se mantu-vieron libres, al margen de cualquier tipo dedependencia. Pero el rasgo más característi-co de la historia social del campesinado me-dieval fue la aproximación entre los antiguoscolonos libres y los siervos. Mientras los pri-meros veían degradarse su situación, los se-gundos la mejoraban. Así las cosas, comodice García de Valdeavellano, el colono y elsiervo quedaron casi equiparados en su con-dición. No obstante, la condición servilaún seindividualizaba en la Europa de los siglos XIYXII.En esas fechas, el campesinado someti-do a servidumbreascendíapor lo menos al 50por 100 en las comarcas sajonas de Ingla-terra, en la región pirenáica y en una franjaterritorial extendida desde Poitou hasta Bohe-mia (incluyendoChampagne, Lorena, Franco-nia y Baviera).Los campesinos siervos oscila-ban en torno al 20 por 100 en regiones comoFlandes,Toscana, Aquitania, Borgoña o el va-lle del Ródano. En cambio, regiones comoLombardía, Normandía o Sajonia, en dondelos labriegos de esa condición no llegaban al10 por 100,se consideraban libresde la servi-dumbre.

La expansión agrariá de la PlenaEdad Me-dia contribuyónotablementeal retrocesode laservidumbre. Muchas cargas serviles fuerondesapareciendo (pensemos en la frecuentesustitución de las viejas corveas por tributosen dinero), pero al mismo tiempo los señoresse mostraban favorables a la concesión decartas de manumisión, individuales o colecti-vas. No obstante, a fines de la Edad Media al-gunas regiones, particularmentede la Europaoriental, conocieron una nueva caída de ex-tensos sectores del campesinado en la servi-dumbre. Algunos autores han hablado, refi-riéndose a ese proceso, de la segunda feuda-lización.

La estratificación del campesinado medie-

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val se debió más a factores económicos quejurídicos. Causas de muy diversa índole, comola acumulación de heredades por el juego delas herencias, el aprovechamiento de coyun-turas propicias, sobre todo en épocas de cri-sis, acaso una excepcionalcalidadde lastierras propias, que permitía obtener cosechasmás abundantes y comercializar un mayorporcentaje de excedentes, incidieron en la es-tratificación económica del campesinado. Laconclusión fue la existencia de situaciones

muy diversas en cuanto a la disponibilidad detierras de cultivo por las familias campesinas.

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Aproximaciones cuantitativas

Las fuentesbajomedievales,más numero-sasy con unapreocupaciónincipientepor elnúmeroy la medida,nos permitenalgunasaproximacionescuantitativas.Pastan,refirién-dose a la Inglaterrade finesdel sigloXIII,hacalculadoque habíaalrededorde un 22 por100decampesinosmuymodestos,un33 por100de rangomedioy un45 por 100situadosenunestratoelevado.Esepanorama,noobs-tante,prontose modificó,como consecuen-ciadel impactode lacrisisenla InglaterradelsigloXIV,lo quederivó,sin duda,en el creci-mientode los labriegosmodestos.Genicot,por su parte,ha demostradocómo los cam-pesinosqueposeíanmenosde cuatrohectá-reas,entresaldeaspróximasa Namur,el año1289,eran,respectivamente,el 38, el 54 y el72por100.Engeneral,sepiensaqueenFlan-des,en la BajaEdadMedia,del 50 al 75 por100de los labriegosposeíanmenosde treshectáreas.

Algunas regionesofrecían un panoramamásfavorableparael campesinado.En la al-deabrandeburguesadeAltmark,segúnunari-gurosainvestigacióncondatosdel año1375,el 70 por 100de loscampesinosteníanentre5 y 20 hectáreas;un 24 por 100,entre20 y40,siendosolamenteun6 por 100los labrie-gos que poseíanmenosde cinco hectáreas.Comose ve, allí predominabaun amplioes-tratode campesinosde nivelmedio.Perocontodo,habíaigualmenteunagrandiversidadencuantoal accesoa la tierrade losaldeanos.

A medidaque las diferenciasjurídicasseborrabanaumentabanlaseconómicas,loquea su vezse traducíaen el incrementode lasdiferenciassocialesentreunosgruposy otrosde labriegos.Engeneral,puededecirsequeel campesinadode la Europabajomedievalestabacompartimentadoentrescapas.Enel

nivel superior se hallaba un grupo al que lasfuentes designan con nombres diversos: me-liores, preudhommes. No sólo disponían demás tierras, y eran dueños de sus instrumen-tos de labor, sino que con frecuenciaarrenda-ban asimismo, para su explotación, prediosajenos, particularmente de las institucioneseclesiásticas. En ocasiones lograban acumu-lar importantes fortunas, convirtiéndose inclu-so en prestamistas. En otro orden de cosas,los campesinos de este estrato solían ocuparlos puestos dirigentesen sus comunidades al-deanas, formando parte de los tribunales lo-cales y desempeñando, con frecuencia, fun-ciones encomendadasdirectamentepor el se-ñor. Pero esta capa era, en general, reducidaen términos estadísticos.

Venía a continuación un grupo intermedio,que quizá oscilaba entre el 25 y el 30 por 100del campesinado europeo. Esteestrato dispo-nía de terrenos modestos, pero suficientespara sus necesidades. En algunas regionesrecibían nombres específicos: erben, meier,etcétera. En cuanto a la capa inferior consti-tuía, sin duda, una amplia masa. Son los cot-ters ingleses, los manouvriers franceses, kat-ter alemanes,etcétera. Sus predios solían serinsuficientes para el mantenimiento familiar,por lo que debían buscar ingresos suplemen-tarios, trabajando como asalariadosen la agri-cultura o en actividades artesanales.

La estratificacióin del campesinado se ob-serva asimismo, con toda claridad, en la Pe-nínsula Ibérica. Refiriéndose a la corona deCastilla, Moxó señaló la existencia, en la cús-pide, de un grupo de campesinos hacenda-dos, localizados preferentementeen tierras derealengo,y de las cuales emergíaa su vez unsector, más reducido, de labradores enrique-cidos. Pero la mayoría de los labriegos po-seían unos predios mucho más modestos.Con todo, las diferencias entre las tierras deunos y otros eran notables.Veamos un ejem-plo, tomado del Becerro de las Behetrías. Alespecificar las rentas que pagaban los cam-pesinos de los Olivares,lugar situado en el In-fantazgo de Valladolid,dice:

Más que pagan cada año al abbat por yan-tar todo aquel que ha doze obradas de tierrae dende arriva que le da una fanega de pan...

Se distinguía, por tanto, al labriego que te-nía doce obradas y al que poseía tierras porencima de esos límites.

También se diferenciaban los campesinossegún poseyerano no animalesde labor.Acu-diremos, una vez más, al Becerro de Behe-trías,en el que leemos lo siguiente a propósi-

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to del lugar de Castellanos,en la merindad deCarrión:

El que tiene ganado que faze una serna asu señor e el que non tiene que le sirve consu cuerpo...

Podemos tener en cuenta otro criterio paraanalizar la estratificación del campesinadomedieval, su adscripción o no, con carácterde estabilidad, a la tierra que trabajaban.Cuando hablamos de los campesinos de laEdad Media pensamos en aquellos cultivado-res de la tierra que tenían una ligazón firmecon sus predios, independientemente de lasdimensiones de éstos y de su propia condi-ción personal. Pero en el transcurso de laEdad Mediaapareció otro grupo de labriegos,integrado por aquellosque se veíanobligadosa vender su fuerza de trabajo, es decir, los jor-naleros del campo. Aun dentro de este grupocabe distinguir dos sectores: por una parte,los cultivadores de la tierra que se contrata-ban para trabajar una explotación agraria du-rante una temporada (por lo general un año),y por otra, los que vendían su fuerza de tra-bajo por cortas temporadas, normalmente enlos períodos de intensaactividad agrícola. Delos primeroserantípicos en CastillalaVieja losyugueros, similaresa los quinterosde otras re-giones meridionales,aunque quizá, debido alhecho de no ser propietarios de la yunta debueyes, se contrataban en condiciones me-nos favorables. Los segundos, denominadosen los textos castellanosde maneras muy va-riadas (peones, mancebos, mesegueros, et-cétera), eran los auténticos jornaleros delcampo. La pre~enciade estos últimos, dentrode la corona de Castilla,fue más acusada enel reino de Toledo y Andalucía Bética que enla meseta septentrional.

La vidadiariade loscampesinos

Hemos hablado del campesinado a propó-sito de su actividad productiva y de su encua-dramiento en los diversos engranajes socia-les. Pero ¿cómo se desenvolvíasu vida coti-diana? ¿Qué aspecto tenía la vivienda en laque se alojaba con su familia?¿Cómovestía?¿En qué consistía su alimentación? ¿Cuáleseran sus diversiones preferidas? Respondercabalmentea estas preguntases poco menosque imposible, pues nuestros conocimientossobre la vida diaria del campesinado medie-val son muy escasos. Pero quizá es aún másarriesgado generalizar,dada la gran variedadde situacionesen que se encontraban los cul-

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tivadores de la tierra en la Europa medieval.Pese a todo, unas cuantas pinceladas resul-tan imprescindibles.

Comenzaremos por referimos a la vivienda.Durante mucho tiempo, el estudio de la casaaldeana ha atraído básicamente a los investi-gadores de las tradiciones populares.No obs-tante, en los últimos años la arqueología me-dieval ha proporcionado abundante informa-ción sobre la vivienda rural. Pero antes de se-guir adelante es preciso hacerse una pregun-ta: ¿habíaen la Edad Media una casa campe-sina, diferente de la de otros grupos sociales,por ejemplo los artesanos?Sin lugar a dudas.La vivienda aldeana no era sólo el lugar en elque encontraba cobijo la familia del labriego,sino que al mismo tiempo desempeñaba fun-ciones directamente relacionadascon la agri-cultura y la ganadería.Ahora bien, la viviendacampesina de la Europa medieval no era, nimucho menos, uniforme. Dependía, entreotros factores, de lascondiciones naturalesdela región (de ahí que haya viviendas de pie-dra, de adobe, de madera, etcétera),de la ac-tividad económica preferente del labriego(agrícola o ganadera) e incluso de la condi-ción social del campesino (la vivienda de unmanouvrierpor ejemplo,eramuchomásmo-desta que la de un labrador del círculo de losmeliores). Porotra parte, la vivienda campesi-na no permaneció inmutable en el transcursode la Edad Media.

La vivienda campesina era en la Edad Me-dia a la vez habitación familiar, establo para elganado y granero. Una casa era, en aquellaépoca, principalmente un lugar en el que sehacía fuego; de ahí que el hogar fuera quizásu principal elemento definidor, y la chimeneasu signo externo más visible. Al fin y al cabo,el término fuego, entendido como hogar, y portanto como familia, se utilizaba también conun sentido fiscal, como sujeto tributario.

En los primeros siglos de la Edad Media, lavivienda campesina era, en general, muyen-deble, tanto por la ligereza de los materialesque solían emplearse para su construcción(eranfrecuentes los techos de paja) como porel sistema de sostenimiento de la misma. Enel interior, los humos eran permanentes. Lasinfiltraciones de agua y las inundaciones, porsu parte, estaban a la orden del día. ¿y quédecir de los incendios, auténtica pesadilla

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Siembray recolección del trigo (miniaturadel SpeculumVirginum, Museo de Bonn)

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Vendimiadoritaliano delsiglo XIII(Catedral deFerrara)

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paralas gentes de aquella época? Sin duda,aquéllaera unaviviendaefímera,que ni siquie-ra se consideraba como un bien inmueble. Elcampesino que se marchaba de una aldeapodía llevarseparte de su casa. Enel fuero deSan Llorentedel Páramo, localidad situada entierras leonesas, se establecía que el que sefuera del lugar, si no había conseguido ven-der su vivienda en nuevedías, tome todo sumueble et las puertas e la meetat de la te-chumbre de sus casas...

En los siglos centralesde la Edad Media seregistraronimportantesprogresos en lavivien-da del labriego. Mejoró, por de pronto, suconsistencia,desde el momento en que se le-vantaba sobre pilastras. Pero la principal no-vedad consistió en la creación, dentro de lacasa, de un espacio de habitabilidad autóno-mo, de una estancia que, caldeada en las es-taciones frías, permitía desarrollar en ella lavida. Paralelamente se conseguía alejar deesa estancia los humos. En otro orden de co-sas, se incrementaron los espacios destina-dos a conservar los cereales. En definitiva, laviviendacampesina progresó al unísonode laexpansión agraria europea de los siglos XIal XIII.

Respecto al mobiliario de la vivienda delcampesino del Medievo estamos muy mal in-formados. Sabemos, no obstante, que losmuebleseran muy pocos y, en todo caso, muytoscos. En la práctica se reducían a una:granmesa,con capacidad para que en torno a ellase sentasentodos los miembros de la familia,y los bancos. En las paredes había rudimen-tarios estantes en los que se colocaban obje-tos domésticos. También había ganchos demadera en los que se colgaban los vestidos.Tímidamentefueron apareciendo primitivosar-marios. Para dormir, lo normal era la utiliza-ción de jergones embutidos en paja, cuandono se dormía sobre simples montonesde pajaextendida en el suelo.

Alimentación

El segundo aspecto a considerar en la vidacotidiana del campesino medieval es la ali-mentación. Por de pronto, está muy arraigadala idea de que la comida de los cultivadoresde la tierra se caracteriza por su monotonía,tendiendo a reproducirse invariablemente enel transcurso de la Edad Media y siendo prác-ticamente idéntica de unas comarcas a otras.Hay algo de verdad en esta opinión, pero a lavez mucha imprecisión.

Acudamos a un texto de la Edad Media, elfuero de San Llorentedel Páramo,ya mencio-nado antes. En él se especifica la alimenta-ción que el señor (en ese caso el monasteriobenedictino de Sahagún) debía dar a suscampesinos dependientes cuando efectua-ban prestaciones de trabajo gratuito en la re-serva (es decir, hacían sernas):

Et que nos den a comer: las primeras dossernas,pan et vino et carne; ennas segundasdos sernas, pan et vino et conducho...

Como se ve, hay tres elementos fundamen-tales en la alimentación, según ese texto: elprimero es el pan, alimento de origen vegetal;el segundo es la bebida, en este caso el vino;el tercero se cita de forma diferenteen las dosocasiones mencionadas, carne al principio,conducho (alusión genérica a alimentos noespecificados) después. En definitiva, y almargen de la bebida, tenemosel pan y elcompanagium(esdecir, lo que acompaña alpan).

Parecidasconclusiones pueden sacarse dela afirmación hecha por J. Boemus bastantetiempo después (en los primeros años del si-glo XVIy referida a un territorio diferente (Ale-mania):

Pan, avena y verdura cocida son el alimen-to del campesino, agua y suero su bebida.

Nos encontramos con un alimento basadoen el cereal, un complemento, aunque en estaocasión sea de origen vegetal y no animal(verdura)y la bebida.

Durante varios siglos de la Edad Media, labase de la alimentación de los labriegos con-sistió en un amasijo de cereales prensados(generalmente,mijo y avena), cocidos en unaolla con agua o leche, a los que se echabasal. Cuando esa masa se aplastaba y se po-nía al fuego se obtenía una hogaza. El pan,en sentido estricto, se incorporó más tarde ala alimentación del hombre medieval, cuandose pudo añadir algo que hiciera las veces delevadura.

El companagium, aunque en general tuvie-ra una presencia secundaria, era, no obstan-te, de gran variedad. El renglón más significa-tivo lo integraba lacarne. Destacabaante todola carne de cerdo, la más apreciada del Me-dievo. Dedicho animalse hacíanasimismo losembutidos. Estimadísimaseran, por su parte,las tripas.Añadamos la aportación de las avesde corral, así como de la carne procedente dela caza. Ahora bien, la carne que comían loscampesinos más pobres solía consistir en len-gua, cabeza, patas, hígado, etcétera.

Los alimentos de origen animal tenían un

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peso muy importante entre los pastores, quebásicamente se nutrían de leche, queso ymantequilla. No olvidemos, asimismo, el sig-nificado alcanzado en buena parte de Europapor las grasas de origen animal, aunque en elmundo mediterráneo se utilizaba preferente-mente el aceite vegetal.

Otro renglón notable del companagium es-taba constituido por las verduras, las legum-bres y las frutas. Judías, lentejas, guisantes,nabos y coles figuraban entre los más consu-midos. Por lo que respecta a las frutas, lasmás frecuentes en la comida aldeana de laEdad Media eran las manzanas, peras, cere-zas, ciruelas y fresas. El pescado no tenía unpapel muy importanteen la dieta de los labrie-gos, aunque en determinadasépocas del añosu consumo resultaba imprescindible, por ra-zones de tipo religioso.

En el capítulo de la bebida se observandosáreas bien diferenciadasen la Europamedie-val: la del vino (predominante en los paísesmediterráneos, aunque también présente enzonas más septentrionales,como el valle delRhin) y la de la cerveza (desde los Alpes ha-cia el norte). También se bebían hidromiel ymosto de manzana,aparte, naturalmente,delagua y la leche.

Como idea genérica puede afirmarseque eltriunfo de la cerealicultura,en la Europade lossiglos XIIy XIII,se tradujo en el terreno alimen-ticio por la primacía de los productos de ori-gen vegetal, y ante todo, del pan. No obstan-te, simultáneamenteasistimos a una diversifi-cación de los restantesalimentos. Diversasin-vestigaciones han comprobado cómo en losúltimos siglos de la Edad Media era más ricoy variado el companagium de los grupos demayor posición social. En Provenza, segúndatos de los siglos XIVy xv aportados porL. Stouff, el pan representaba para los jorna-lerosdel 55 al 70 por 100 de su ración alimen-ticia, en tanto que para personas de más re-lieve (por ejemplo, el praeceptor de un hospi-tal) sólo suponía el 25 por 100. Este panora-ma, no obstante, se ensombreció con motivode las crisis alimenticiasde fines del Medievo(recordemos las de 1314-1317y 1437-1438).

Usosy costumbres

Toda la familia campesina comía alrededorde una misma mesa, en una sopera común,utilizandocucharas de madera. Entre las prin-cipales innovaciones registradas en la EdadMedia cabe mencionar la sopera de barro co-

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cido, los vasos de cristal verde y los cuchillosde hierro, útiles todos ellos que comienzan ausar, desde el siglo XIII,las familias campesi-nas más holgadas.

¿Cómovestían los campesinos? Una cróni-ca alemana del siglo XIInos da unas indica-ciones muy significativas al respecto:

Quiero contartealgo sobre los campesinos,qué deben llevarpuesto, según la ley:algo que sea negro o gris, pues otra cosa noles está permitido... .calzado de cuero es suficiente.Siete brazos de tela bastapara la camisa y los pantalones.

El texto añadla que los labriegos no debíanllevar espada, sino sólo un bastón.

Lo primero que llama la atención es la refe-rencia a una normativa legal acerca del vesti-do de los campesinos. Ello indica que en lasociedad medieval el vestido era un símbolode clase. Se vestía de acuerdo con el gruposocial al que se pertenecía,y esto lo corrobo-raban las leyes, garantes del orden social vi-gente.

El campesino vestía de negro o de gris. Entodo caso, se huye de los colores vistosos,predominando los tonos oscuros. Los tejidoseran bastos. Al fin y al cabo, lo normalera quelos vestidos de los labriegos no fueran adqui-ridos en el mercado, sino confeccionados ensus propias casas. La tosquedad del atuendose extiende asimismo al calzado, hecho decuero.

Veamos cómo era el prototipo del vestidocampesino de la Europamedieval: una túnicade lana o lino con mangas; un par de calzo-nes con cinto; calzado atado sobre el tobillo;en el invierno,además, una capa de piel, cue-ro o lanagruesa; la cabeza, particularmenteenlos días fríos o lluviosos, se protegía con unsombrero en forma de capucha. Las mujeresusaban unatúnica larga que llegaba hasta lostobillos, sujeta generalmente con un cinturóndecorado. El paso del invierno al verano ibaacompañado por el cambio de las mangaslargas a las cortas. Por lo demás, en los pe-ríodos cálidos, predominaban los tejidos mássuaves, básicamente de lino.

Lo indicadoes simplementeun modelo,quevariabade unas a otras regiones,y que sufriótransformacionesen el transcursode la EdadMedia. El contactocon Oriente,a travésde lasCruzadas (o en la España medievalgracias ala relación con los musulmanes),ejerció unanotable influenciaen el vestido. Perofue sobretodo la crecienteestratificaciónoperada en elinteriordel campesinado la causa principal de

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Arriba: recolección de coles (miniaturadel Códex Granatensis,siglo XV,Universidadde Granada).Abajo: roturación delos campos. Los arados prácticamente no habían evolucionado desde la época romana

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los cambios, pues los campesinos hacendadosprocuraban imitar en el vestir a los burgueses.Así nos encontramos con novedades como latúnica que llegaba hasta las rodillas, las hebi-llas en los zapatos, la presencia creciente delcolor en los vestidos, etcétera. Pero estas inno-vaciones siempre tropezaron con obstáculos dela más variada índole. Las leyes seguían sien-do inflexibles(recordemos, como anecdótica, la

decisión tomada por la paz territorial bá-vara del año 1244 de prohibir que los

campesinos llevaran el cabellolargo). Los escritores del Medie-vo criticaban con frecuencia loque ellos denominaban, con evi-dente exageración, lujo en elatuendo de los labriegos (pen-semos, a título de ejemplo, enlos cantos del caballero germa-no del siglo XIIINeidhart van Re-vental). Los predicadores, des-

de sus púlpitos, brama-ban contra los excesosen el comer, el bebero el vestir de los al-deanos.

¿y las diversio-nes? Elcampo es

escenario de fiestas de muy diversa naturale-za, generalmente relacionadas con el ritmodeltrabajoagrarioy de lejanasraíces paganas,aunque posteriormentecristianizadas.Pero enla vida cotidiana de los labriegos, el tiempodel ocio solía significarla estancia en la taber- .na, lugar de bebida y acaso de juego, perotambién de conversación, y por ello núcleofundamental en la formación de la mentalidadde los rústicos.

Etapasdelahistoriadelcampesinadomedieval

Puedenseñalarse,grossomodo,tres gran-des etapas en la historiadel campesinado me-dieval, cada una de las cuales coinCideconun período relativamente bien caracterizadode la propia historiade Europaen la Edad Me-dia: el repliegue (siglosv al x), la expansión(siglos XIal XIII)y la gran depresión (siglos XIVy xv).

a) Los tiempososcuros(siglosv-x)Enel períodoque siguióa la desaparición

del Imperio Romano de Occidente y al esta-blecimientoen su lugar de los reinos germá-nicos, lavida urbana y el comercio experimen-taron un espectacular retroceso. La sociedad,fuertemente ruralizada, vivía, salvo contadasexcepciones, en un régimen de autoconsumo.Laagriculturade esos siglos, no obstante, era

Campesinoen su carro tiradopor bueyes(miniatura de Las Cantigas de Alfonso X el Sabio,monasterio de El Escorial)

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muy rudimentaria. Tanto los útiles de laborcomo lastécnicas de cultivo eran arcaicos, delo que se deducía que los rendimientos eranmuy bajos. Por lo demás, el predominio delbosque sobre las tierras cultivadas (es decir,del saltussobre el ager)era francamenteabru-mador.

En esos siglos se constituyeron grandespropiedades territoriales,que estaban en ma-nos de los reyes,de los nobles o de los esta-blecimientos eclesiásticos. Gracias a los Po-lípticos y a la capitular de villis, que data detiempos carolingios, conocemos bien la es-tructura de los grandes dominios territorialesde esa época, también denominados villas.En ellos había dos partes bien diferenciadas,la reserva,zonaque el propietarioexplotabadirectamente, y los mansos, tierras concedi-das a los colonos. En la reserva,aparte de lastierrasde cultivo, laszonas de pasto y los bos-ques, se hallaba la casa central, con sus edi-ficios anejos y los instrumentos necesariospara el trabajo agrícola (como los molinos).También se localizabaen la reserva la iglesia.Los mansos eran las parcelas entregadaspara su explotación a los campesinos, libresunos, de condición servil otros. Los labriegosque recibían estas tierras entregaban al pro-pietario rentas, en especie y en dinero, traba-jaban gratuitamente en la reserva y efectua-ban corveas (prestaciones diversas exigidaspor el señor del dominio).

El campesinado que cultivaba tierras sinningún tipo de sujeciónfue disminuyendo en eltranscurso de la EdadMedia. La mayor partede los labriegos, por elcontrario, por uno u otrocauce, terminaban porcaer bajo la dependen-cia de los grandes pro-pietariosterritoriales.Si-multáneamente seacortaban las distan-cias que separaban alos colonos libres de lossiervos. Pero quizá lomás significativo fue elhecho de que los pro-pietarios de la tierraconsiguieron acumularpaulatinamente en susdominios atribucionesjurisdiccionales, lo queles llevó a convertirseen señores, empleando

este término en su sentido más preciso. Losdominios se habían convertido en señoríosterritoriales desde el momento en que sus ti-tulares, además de percibir rentas proceden-tes de los colonos establecidos en sus tierras,desarrollaban funciones políticas, militares yfiscales, gozaban de monopolios diversos yadministraban justicia. Así pues, el campesi-nado había sido atrapado en las tupidas re-des de la sociedad feudal.

En otro orden de cosas, es preciso señalarque en el períodocomprendido entre las inva-siones de los bárbaros y la formación del Im-perio carolingio se produjo un intenso proce-so de cristianizaciónen el medio rural del Oc-cidente de Europa. Simultáneamente, los nu-merosos vestigios paganos, que aún subsis-tían en los campos, se batíanen retirada. Perono es menos cierto que la progresiva militari-zación de la sociedad europea hizode los rús-ticos un grupo despreciado, un monstruo ape-nas humano, el prototipo de la ignorancia y elvicio.

Pero los rústicos no siempre se sometierona las exigencias de los señores bajo cuya de-pendencia se encontraban. Las fuentes con-servadas nos ilustranacerca de diversos con-flictos entre señores y campesinos en la Eu-ropa anterior al año 1000. Así, por ejemplo,entre los años 882 y 957 se desarrolló una lar-ga disputa entre los colonos de condición ser-vil de diversas aldeas situadas a orillas dellago Como y el abad del monasterio de SanAmbrosio de Milán. Los rústicos se quejabande las elevadas cargas que les pedía el cita-do abad. Otro conflicto notorio se produjo enNormandía en el año 996. Según un testimo-nio literarioalusivo a esa pugna, el Roman deRou, el espíritu comunitario de los labriegosfue muy fuerte:

Los campesinos... reunidos por cientos, tu-vieron variasasambleas. Su lema era: «Nues-tro enemigo es nuestro señor». Muchos deellos han jurado que, por su voluntad, nuncatendrán señor... y que se defenderán todosjuntos.

Ni qué decir tiene que, una vez sofocada larevuelta, la represión,ejercida en esa ocasiónpor el conde de EvreuxRaul, tío del duque deNormandía, fue severísima.

b) La época de la expansión agraria (si-glos XI-XIIi)

La expansióneuropea posterior al año 1000tuvo su fundamento en el campo. No es ésteel momento de discutir si el motor de la mis-ma fueron las innovacionestecnológicas apli-

LOS CAMPESINOSMEDIEVALES/27

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cadas al trabajo de la tierra o si, por el con-trario, fue el crecimiento demográfico su pun-to de partida.Locierto es que laagriculturaex-perimentó notables progresos, los cuales, asu vez, impulsaron una creciente división deltrabajo, con el consiguiente desarrollo de losburgos, centros de especializaciónde la pro-ducción de manufacturasy del comercio.

La expansión agrariase manifestó en mu-chos terrenos, pero quizá el más llamativofuela conquista de nuevos espacios para el cul-tivo, al tiempo que retrocedían las zonas fo-restales.Lasroturacionesfueron muy intensasen el período comprendido entre los siglos XIYXIII,aunque su momento culminante pareceque fue la segunda mitad del siglo XII.En rea-lidad, roturacioneshubo en toda Europa, peroquizá las regiones en donde el proceso fuemás significativo fueron el suroeste de Fran-cia, los Países Bajos y las comarcas al estedel río Elba.

En el suroeste de Franciase desarrolló unalucha tenaz contra el bosque, surgiendo nu-merosas aldeas de colonización (las sauvetésy las bastidas). Por lo que respecta a los Paí-ses Bajos, la batalla para ganar tierras de cul-tivo se libró contra los pantanos del litoral. Enese proceso, alentadopor los condes de Flan-des, se encuentra,ni más ni menos, el origende los famosos polders. En cuanto a la colo-nización al este del Elba fue una empresa di-rigida por la nobleza germana y protagoniza-da particularmentepor campesinos que emi-graron desde el oeste (PaísesBajos, Westfa-lia, etcétera).Los labriegosdel este de Alema-nia tuvieron que luchar básicamente contrados obstáculos, la población eslava y lastierras pantanosas.

La expansiónagraria propiciÓel nacimientode nuevos núcleos de población, concentra-dos unos, dispersos otros. Sólo en Norman-día se crearon 43 nuevos pueblos en el si-glo XI,46 en el XIIy otros 47 con posterioridadal año 1200.Pero la expansión no sólo se tra-dujo en la ampliación del espacio cultivado yen la fundación de aldeas. Suponía tambiénel incremento y la diversificación de la pro-duccción agraria, la elevación de los rendi-mientos y, en general, una organización másracional de los trabajos del campo. El símbo-lo de los nuevos tiempos fue el triunfo de la ro-tación trienal.

Los progresos en el campo beneficiaron,ló-gicamente, a los señores territoriales, perotambiéna loscampesinos.Ciertamente,la li-teratura seguía tratando a los rústicos con undesprecio inaudito, pero ello quizá obedecía

28/LOS CAMPESINOS MEDIEVALES

exclusivamente a la existencia de un tópicoarraigado. De hecho, las condiciones de vidade los labriegos (empezando por su vivienda,su alimentación, su vestido, etcétera) mejora-ron en los siglos de la expansión agraria.

Pero sobre todo en la Europa de los si-glos XI al XIIIasistimos a una creciente con-quista de libertadespor partede los aldeanos.Los campesinos que acudían a las tierras derecientecolonizaciónobtenían,habitualmente,importantesfranquicias, al menos en compa-ración con las condiciones que habían impe-rado en el pasado en las villascarolingias. Loscolonos de las llanurasaluvialesdel Elbao losque poblaron las sauvetésy bastidas del su-roeste de Franciase encuentranentre los pio-neros de las libertades campesinas.Peroalmismo tiempo muchos labriegos dependien-tes participaron en actividades roturadoras,adquiriendo parcelas (pensemos en las here-dadesde afuera de la documentación del rei-no de Castilla)de las que podían disponer li-bremente.

Paralelamente,la viejaservidumbreruralseencontraba en franco retroceso. Sin duda, elgran instrumentode canalizaciónde las reivin-dicaciones de los labriegos fueron las comu-nidades aldeanas, considerablemente robus-tecidas en la época de la expansión agraria.El nacimiento o la afirmación de las comuni-dades rurales proporcionó a los campesinosun sentimientode unidad que no habían teni-do nunca en semejantegrado, afirma G. Four-quin. En los siglos XIIYXIII,particularmentelascomunidades aldeanas arrancaron importan-tes cartas de libertades (los buenos fueros deque se habla en tierras de la corona de Casti-lIa).

Pero la expansión contribuyó asimismo aahondar las diferencias económicas, y porende sociales, en el seno del campesinado.Mientras por la cumbre se perfilaba un redu-cido grupo de labradoresricos, por la base seensanchaba el sector de los labriegos queapenas podían subsistir con la explotación desus tierras.Paralelamentecrecía el númerodelos rústicos sin relación establecon una tierra,los jornaleros del campo.

Enestos siglos no hubo grandes conmocio-nes en los campos, quizá porque la expansiónfue un factor amortiguador de las tensiones.Pero conflictos hubo, y a veces de gran vio-

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Elaboración del carbón vegetal (arriba)y recogida deespárragos (abajo) (ambas miniaturasprovienen del

Códex Granatensis, siglo xv,Universidadde Granada)

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lencia, como el que protagonizóen tierrasger-manas la CommunitasterraeStedingorum, si-tuada en el valle del Weser, contra los obis-pos de Bremeny los condes de Oldeburgo, yque se desarrolló en la primera mitad del si-glo XIII.

c) La crisis y los furores campesinos (si-glosXIV-XV)

Desde las últimas décadas del siglo XIIIco-mienzan a apreciarse los primeros síntomasde crisis en el mundo rural europeo.A la horade encontrar una explicación a la misma, al-gunos autores han puesto especial énfasis enseñalar el desequilibrio que se produjo entrela población, que no dejaba de crecer, y laproducción agraria, que habíaentrado en unafase de estancamiento. Para otros autores, lagénesis de la crisis hay que verla en la pugnaentre los labriegos, que deseaban sacudirsela explotación que soportaban, y los señores,abocados a incrementar la presión sobre elcampesinado dependiente para mantener suposición hegemónica. En cualquier caso, ladepresión, una vez puesta en marcha, se viofavorecida por la concurrencia de diversosfactores de carácter negativo, como los ma-los años, las pestes y las guerras.

Desde comienzos del siglo XIVse anunciancrisis agrarias, debidas quizá a circunstanciasmeteorológicas adversas, cuyo resultado in-mediato fue el hambre generalizaday, en de-finitiva, la mortandad. La más grave se produ-jo entre los años 1314y 1317,afectando des-de los Pirineoshasta las llanurasrusas y des-de Escocia hasta Italia.Por lo que se refierealas epidemias de mortandad que se abatieronsobre Europaen esaépoca, la más terriblefuesin duda la peste negra. Traída al Occidentepor unos marinos genoveses procedentes deCrimea, la peste negra se difundió a partir dela primaverade 1348, causando la muerte decerca de un 25 por 100 de la población de laCristiandad occidental. En cuanto a lasguerras,y en particulara la más intensade rasque se desarrollaronen ese período, la de losCien Años, causaron en los campos devasta-ciones sin cuento.

Como consecuencia de la conjunción deesos elementos se produjeron numerososdespoblados, al tiempo que dejaban de culti-varse muchas tierras, las cuales retornabanala vegetación natural. En algunas regiones,como el Artois o la Alemania central, se ob-serva en esos siglos un importante progresodel bosque. En otros casos, los campos quedejaban de aprovecharse para la producción

30/LOS CAMPESINOSMEDIEVALES

agraria podían dedicarse a pastizales. Enotroorden de cosas cabe consignar la dislocaciónde los precios y de los salarios. En líneasge-neralesse observa en el período que analiza-mos una tendencia a la caída de los preciosde los productos agrarios. Todo conducía, enúltima instancia,al descenso de las rentasse-ñoriales. Se ha estimado que en Inglaterralasrentas señoriales se debilitaron por lo menosen un tercio de su valor entre mediados del si-glo XIVy mediados del xv. Un testimonio, delaño 1383, decía a propósito de las rentas dela catedral de Oviedo:

de las mortandades acá han menguado lasrentas de nuestra Eglesiacerca la meatad de-Ilas, ca en laprimera mortandad fueronabaxa-das las rentas de tercia parte, e después acálo otro por despoblamiento de la tierra.

Ese contexto depresivo propició una acen-tuación de la conflictividad social, que en lostiempos de la bonanza habia estado suaviza-da. Las revueltasde los labriegos contra susseñores alcanzaronen el transcurso de los si-glos XIVYxv unavirulenciainusitada.Por lo ge-neral, los furores campesinos estallaban coin-cidiendo con coyunturas críticas de carácterdemográfico o económico. Recordemos lasmás significativas: revueltaen Flandes maríti-mo entre los años 1323 y 1328, Jacquerie delas llanurasdel centro de Franciaen 1358, su-blevación del campesinado del sur de Ingla-terra en 1381, todas ellas desarrolladas en elsiglo XIV.En la centuria siguiente, la conflictivi-dad se propagó hacia el centro y el norte deEuropa, registrándose movimientos de rústi-cos en Bohemia (en conexión con la revueltahussita) y en los países escandinavos.

La información que tenemos acerca deesos movimientos campesinos procede, unavez más, de gentes próximasa sus enemigos,es decir, a los señores territoriales.De ahí quese presente a los labriegos bajo los más ne-gros tintes.Veamosalgunos ejemplos relacio-nados con la revueltainglesa del año 1381.Elcronista Th. Walsingham señalaba que los re-beldes eran no sólo campesinos, sino los másabyectos de los campesinos. Otro escritor dela época, J. Gower,afirmaba que los amotina-dos eran groseros, libertinos y pícaros holga-zanes. Porsu parte,el cronista de Bury St. Ed-mons hablará de una abominable banda decampesinos y gente del campo.

Parecidas opiniones merecían al cronistafrancés Froissart los rústicos que habían pro-tagonizado la Jacquerie de mediados del si-glo XIV:

Estasdespreciablesgentes robaban e ince-

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Representación de los conflictos campesinosmedievales, aprovechando la parábola evangélica de

los vendimiadores homicidas (miniatura del evangelariode San Bernulfo, siglo XI,Museo Arzobispal de Utrecht)

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diaban todo, mataban a cuantos nobles en-contraban y violaban a las damas y a las don-cellascomoperrosrabiosos. I

Esas revueltas,no obstante, no parece quefueran sin más estallidos de cólera de los al-deanos de condición miserable.Enocasionesfueron los campesinos más acomodados losque protagonizaron las sublevaciones. Porotra parte, fue frecuenteque recibieranel apo-yo de otros grupos sociales (artesanos,algu-nos clérigos, etcétera).Pesea todo las revuel-tas fueron sofocadas.

Los furores campesinos también hicieronacto de presencia en los reinos hispánicos.Las sublevacionescampesinasmás importan-tes fueron el alzamiento remensa de Catalu-ña y el movimiento irmandiño de Galicia. Lafrase pronunciada el año 1388, el temp de laservitudesja passat, fueelgritodeguerraqueanunciaba el comienzo de la revuelta de lospayeses de remensa.El conflicto, que atrave-só alternativasdiversas,duró un siglo, ponién-dose fin al mismo en la sentencia arbitral deGuadalupe del año 1486. Por lo que respectaa Galicia, hubo dos guerras irmandiñas en eltranscurso del siglo xv. La primera estalló en

el año 1431, consistiendo en una sublevaciónde labriegos dependientes del señor de ElFerro!. La segunda, más grave, se inició en1467 y duró dos años. Fue la guerra irmandi-ña por excelencia, conflicto que tuvo en elcampesinado su principal base de apoyo, sibien se propagó también a los núcleos urba-nos. Al final la alta nobleza y la pequeña no-bleza, unidas, dieron con los... villanos en elsuelo, según la expresión de García de Sala-zar.

La crisis, no obstante, pasó y sus heridaspudieron ser curadas. Losfurorescampesinostambién remitieron.Sin duda desde mediadosdel siglo xv se observa en Europa un procesode reconstrucción agraria. Sus consecuen-cias, sin embargo, rebasan el ámbito cronoló-gico de la Edad Media.

I,1,1Representaciónde seis de los meses del año según un

calendario del siglo XIII;de izquierda a derecha y dearriba abajo: plantando árboles, sembrando cereales,segando el trigo con hoz y con guadaña, podando ypisando la uva (Manuscrito de Canterbury,siglo XIII)

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111

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Roluración y siembra de la tierra en el siglo xv (miniatura de unacapitular 4e Lqs Geórgias, de Virgilio, manuscrito 1450,

Universidad de Valencia)

Loscampesinosmedievales

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Los grandesdominiosterritoriales en épocacarolingia(tomadodelPolípticode Saint-Ger-main-des-Pres,sigloIX)

Campesinos del sigloxsegando trigo ypodando las viñas(miniatura del Beato deValcavado, BibliotecaUniversitariadeValladolid,siglo x)

1. La reserva:

LA abadía posee en Celle-Yvelineun manso señorial, con casay otros edificios rurales. Posee allí ocho parcelas, con 65 bo-narias, en las que es posible sembrar 300modios de trigo: Po-

see una arpenta y media de viña, más otras 13 arpentas dedicadastambién a viñas y 38 arpentas de prado. Tiene un bosque de cincoleguas en tomo en el que se pueden alimentar 1.000puercos. Po-see asimismo dos molinos harineros, cuyo censo supone 27 modiosde trigo y un sueldo de plata.

Posee también dos iglesias enteramente equipadas y cuidadosa-mente construidas. Tienen adscritas en tierra cultivable 10bonarias,de viña, media arpenta; de prado, dos arpentas. Además posee dosmandos ingenuos, con 10bonarias de tierra cultivable, una arpentay cuarto de viña, dos arpentas de prado.

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2. Los mansos:

Arnulfo, colono, y su mujer, colona, llamada Farberta, hombresde Saint-Germain, tienen seis hijos, llamados Guntbertus, Farbertus,Elianta, Gerburc, Alboelt, Gerlaus; Gausbertus, colono de Saint-Ger-main, tiene cuatro hijos, llamados Gunsoinus, Ernoldus, Guntfredus,Gunsoildis. Los dos tienen, conjuntamente, un mando ingenuo, con11 bonarias de tierra cultivable, media arpenta de viña, dos arpen-tas de prado. Pagan, por la hueste, dos sueldos en dinero y al añosiguiente un sueldo. Para poder enviar sus puercos al bosque de lareserva pagan cuatro denarios. Trabajan cuatro pérticas para el in-vierno, dos para el trigo de marzo. Dan por Navidad tres pollos y 15huevos. Hacen corveas, acarreos, cortan árboles y proporcionanmano de obra siempre que se les pide. (CH.DELARONCIERE,R. DE-LORT, M. ROUCHE, «L'Europe au Moyen Age», t. I.)

Equivalencias: 1 bonaria: 1 Ha., 28 áreas. 1 arpenta: 12 áreas, 64 centiáreas. 1pér-tica: 3 áreas, 46 centiáreas. 1 modio: 52 litros y 2/10.

II/Textos LOS CAMPESINOSMEDIEVALES

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E N el nombre de Dios. Yo, Pedro, abad por la gracia de Dios,con toda la congregación del monasterio de San Martínde Ca-nigó, a ti, Raimundo Gauzfredo, por esta escritura de dona-

ción hacemos este convenio, esto es, del manso que tenemos en Vi-lla Marianasy en el lugar llamado Mirles,que fue de Seniofredo Adol-fo.

Te damos el citado manso con las tierras y viñas que a él perte-necen, para que lo trabajes bien y construyas todo esto, y por cadaaño dones de las viñas la cuarta parte y de las tierras la tasca. Y tedamos por esto, para que de tu propio alodio dones a San Martín,de tus viñas, donde estén, siete somatas sin ningún engaño. Ysi tu-vieres hijo varón de legítimo matrimonio, lo tenga igualmente comotú, de tal modo que de las citadas viñas que tú donas, dé el cuartodespués de tu muerte. Y tú en cada año hagas el reconocimiento;esto es, que des albergue al señor abad con un monje y dos caba-lleros, y les des un cuartario de cebada y un corroentre cebada y ave-na.

y yo, Raimundo, por este convenio, dono a San Martínun muloque vale tres onzas. Además a mi muerte dono mi cuerpo a San Mar-tín con mi parte de mis bienes muebles. (A. GARClAGALLO,«Anto-logía de fuentes del antiguo derecho».)

Tasca: de «taxa, taxare» (equivale, aproximadamente, a 1111de los frutos). 50-mata: lrelación con «somatejaf» = cargar? Corr.:(así figuraba en el original latino yGarcía Gallo 10 transcribe tal cual).

ARNULFO,abad,y todo el conventode Ferrieresliberana per-. petuidad a todos sus hombres, tanto varones como hembras,

que viven actualmente en la parroquia de San Eloyy en todoel arrabal de Ferrieres, tanto los sirvientes como los demás, sus mu-jeres, sus hijos e hijas, nacidos o por nacer. Asimismo conceden queéstos y sus huéspedes que viven en la mencionada parroquia ten-gan plena libertad para ir a donde les plazca y cuando lo deseen yde disponer de sus bienes como huéspedes libres.

Todos los que viven en los límites de dicho arrabal o que en elfuturo vayan a vivir allí, quedan absueltos y liberados por la iglesiade toda demanda, exacción y talla. En recompensa de este enfran-que cimiento cada casa que posea un hogar deberá anualmente a laiglesia cinco sueldos de censo. Si sucede que alguien posee variascasas podrá tener una en calidad de granja, con un censo de seisdenarios; por cada una de las restantes pagará cinco sueldos. Perosi una granja, por división entre herederos o por cualquier otra cau-sa, se convierte en una casa de vivienda volverá a satisfacer el cen-so de cinco sueldos, y el que ocupe esta granja tendrá licencia paraconstruir otra sobre la tierra de la iglesia y tenerla bajo el censo deseis denarios.

Todos los que viven en los límites del arrabal pagarán el teloneosolamente el martes, como tenían por costumbre de pagarlo los fe-ligreses de San Eloy. En la fiesta de San Pedro en junio, cualquieraque sea el día en que caiga, pagarán igualmente el teloneo.(G. FOURQUlN,«Le paysan d'Occident au Moyen Age».)

SEPA la comunidad de fieles, presentes y futuros, cómo yo,Wichmann, por el favor y la clemencia divinas arzobispo deMagdeburgo, atento a los intereses de la iglesia que me ha

Concesiónde tierrasparacultivo(Cataluña,finesdelsiglo xI)

Cartade liberacióndecampesinos siervos(Ferrieres-en-Gatinais,1185)

La colonizaciónagra-ria al estedel río Elba(finesdelsigloXII)

Textos LOS CAMPESINOSMEDIEVALES/III

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Campesino trillandotrigo (pintura al frescodel siglo XI/,PanteónReal de San Isidoro,León)

El campesinadodepen-diente: Fuero de SanL/orente del Páramo

(1262)

sido confiada, he adquirido, a todos los que parecían tener allí underecho de posesión a título de beneficio, un lugar vulgarmente lla-mado Popendhorpstide, situado cerca de los muros de la ciudad, alotro lado del río Elba, con los prados y pantanos circundantes. Yestelugar, con todo lo que de él depende, se lo he dado a un tal Wer-ner, llamado de Paderborn, y a un tal Gottfried, con la condición deque establezcan allí nuevos habitantes, para que la tierra sea sanea-da, trabajada, sembrada y convertida en fecunda, pues hoyes pan-tanosa y herbácea, impropia para todo lo que no sea hierba y heno.Un censo anual, procedente de los cultivos, será pagado en fechafija y puesto a disposición del arzobispo. He aquí las condicionespara los que vayan a trabajar esas tierras: cada año pagarán de cadamanso dos sueldos de censo, dos modios de centeno y dos de ave-na por aquello que la costumbre de toda la provincia de más alládel Elba llama wozzop, más el diezmo. completo de todos los frutosy cereales. Además yo les he concedido que, sobre estas plantacio-nes nuevas, ningún conde, procurador o juez secular tenga derechoalguno, antes al contrario toda la justicia la ejercerá el citado Wer-ner. En lo que concierne a litigios,sediciones, robos, etc., todo serásometido al tribunal y de las multas dos tercios serán para el arzo-bispo y un tercio para Werner. Este tendrá a su disposición las ren-tas de dos mansos, tanto en censo como en grano. Los habitantesserán juzgados según el derecho y la costumbre de Magdeburgo ynadie les obligará a ningún otro servicio, pero ellos y sus campos se-rán protegidos contra las inundaciones de las aguas. (CH.DE LARONCIERE, PH. CONTAMINE, R. DELORT, M.ROUCHE, «L'Europe auMoyen Age», t. II.)

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(1) E N el nombre de Dios, amén. Connos<;udacosa sea a todoslos ombres que agora son et a los que serán adelantre,cómmo nos, don Nicholás, por la gracia de Diosabbat de

Sant Fagunt et el conviento dese mismo lagar, damos a vos, el Con-ceyo de Sant Lorente del Páramo, nuestros vassallos, fuero por quevivades vos, et a los que vernán después de vos, para siempre jamás.

(2) Enno primero, mandamos que todos los ombres moradoresen Sant Lorente del Páramo por cada uno de los sueldos que tene-des, que dedes cada anno, a la fiesta de sant Martin, 11soldas e dosquartas de pan por enfforciones.

(3) Et por las heredades que tenedes mandamos que dedes sie-te sernas cada anno con vuestros cuerpos los que non oviérdes bués,et los que ovierdes bués, con los bués et un ombre que vaya conellos, que sea conveniente para la serna. (4) Estas sernas sean da-das en este guisa: las dos sean al trillar, et denlas en quinze dias; etlas otras dos al segar, et denlas en otros quinze días, e la otra sernasea a barvechar, e la otra a sembrar, et la otra serna sea a traer elpan a Sant Fagunt. (5) Et que vos den a comer: las primeras dos ser-nas, pan et vino et carne; ennas segundas dos sernas, pan et vinoet conducho, assí como lo usaste s fasta aquí, e se fuer, meyorado,si non, que non sea empeorado; enna serna que fizierdes quantotroxierdes el pan a Sant Fagunt, quando tornades a vuestras casasde Sant Fagunt, que les dé el nuestro casero pan et vino et condu-cho, segund las otras sernas.

(6) Si d'alguno se ir quisier de la villa,venda las casas e la here"dat a otro nuestro vasallo de Sant Lorente del Páramo: las casas ven-da fasta nueve días, e la heredat fasta cabo de un anno. En este annofaga los fueros por ella. (7) Et si en este anno no lo vendier a nues-

¡

IV/Textos LOS CAMPESINOSMEDIEVALES

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tro vassallo, finque la heredat en palacio. Et si ennos nueve días queá de vender las casas non las vendier, tome todo so mueble et las

. puertas e la meetat de la techumbre de las casas, e la otra meetatfinque en palacio. Pero si la so meetat quisier comprar el nuestro ca-sero, tanto por tanto, delo ante al nuestro casero que a otro, e fin-que todo en palacio.

(8) Todo ombre que venier morar a Sant Lorent e fizier casa denuevo, en es'anno non dé la enforción.

Fecha la carta en Sant Fagunt enna cámara del Abbat, en el mesde novembrio enna era de mili e trezientos annos. (A. GARClAGA-LLO, «Antologíade fuentes del antiguo derecho».)

«

Nos somos labradores

Del mundo desenparados,De los vuestros tutores

Muymal somos estragados.Corrennos de cada dia,Que paresc;er non podemos,A Dios pesar deviaDel mal que padec;emos.Tomannos los averesE fasen nos mal pesar,Los fijos e las mujeresPiensan de los cativar.Puercos e vacas e ovejasTodos roban fieros,Non nos valen eglesiasMas que fuessemos puercos.Mucho mal ffuemos sofriendoE pasando mucha guerra,Por vos sennor atendiendoQue cobrasedes la tierra.E nos diesedes derechoQue pasamos grand rrancura,Sennor, ved este fechoPor Dios e vuestra mesura.Non suframos mas mansiellaDe quanta ya padec;emos,O dexaremos CastiellaPues y venir non podemos.Non podemos padec;er,Cada dia tantas penas,Nyn nos hemos a perderPor estas tierras agenas.»

(Poema de Alfonso Onceno.)

Los labriegosdeCasti-lla sequejanal reyAl-fonsoXI de los atrope-llosdequehansidovíc-timas(primerterciodelsigloXlV)

Poda de la vid (pinturaal fresco del siglo XII,

Panteón Real de San/sidoro, León)

eaV/ELLASde Santa Marta.En el obispado de Palencia.Este logar es behetría de don Iohan Alfonso.

Derechos del rey:

Tributos del campesi-nadoal reyya losseño-res(segúnElBecerrodelas Behetríasde Casti-lla,1352)

Dan al Rey cada anno por martiniga .............. CXXmrs.

Textos LOS CAMPESINOS MEDIEVALES/v

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La sublevación, del

campesinado en Ingla-terra en 1381 (según el

cronista Froissart)

VI/Textos LOS CAMPESINOSMEDIEVALES

Pagan al Reyserivic;;iose monedas e non pagan fon-sadera que son behemetría nin pagan yantar.

Derechos del sennor:

Dan cada anno por martiniga a su sennor . . . . . . . . .Dan mas a su sennor por el Sant lohan cada anno .Dan mas de cada anno de cada fumo por fumadgac;;incodineros.Dan al meryno del Rey cada anno de entrada. . . . .

Villa Moriel.

LXmrs.XIImrs.

VImrs.

En el obispado de Palencia.Este logar es del obispo de Palencia.

Derechos del rey:

Dan cada anno al Rey de martiniga de I mil LXXXmaravedis que pagan lieva el Rey la meytad queson .........e el obispo la otra meytad.Pagan al Rey servic;;iose monedas e fonsadera e non le pagan

yantar.

Derechos del sennor:

DXLmrs.

Danle de martiniga cada anno DXLmrs.Danlede yantarcadaanno.. .. . .. .. .. .. . .. .. . .. ... CXXIIImrs.Otrosi por otra yantar que llaman forc;;ada L mrs.Danle de cada casa por fumalga ocho dineros. «<LibroBecerro

de las BehetYÍas»,edición de G. Martínez.)

E N este tiempo hubo en Inglaterra grandes rebeliones y movi-mientos del pueblo menudo, a consecuencia de lo cual elpaís estuvo a punto de perderse totalmente...

Era costumbre en ese país que los nobles tuvieran grandesprerrogativas sobre sus hombres y los mantuvieran en servidumbre,es decir, que tanto por derecho como por costumbre debían traba-jar las tierras de los caballeros, recoger los granos y llevarlos a losgraneros... Esto sucedía especialmente en los condados de Kent, Es-sex, Sussex y Bedford.

Estas desgraciadas gentes que acabo de mencionar comenzarona inquietarse, diciendo que se les tenía en gran servidumbre y queal comienzo del mundo no había siervos...

En estas maquinaciones fueron empujados por un sacerdote, delcondado de Kent, que por sus locas palabras había estado varias ve-ces en prisión y que se llamaba John Ball, el cual todos los domin-gos, después de misa, reunía al pueblo en asamblea y le decía: Bue-nas gentes, las cosas no irán bien en Inglaterra hasta que no desa-parezcan los villanos y los nobles y seamos todos iguales. ¿Porquénos tienen en servidumbre? ¿Nosomos todos descendientes del mis-mo padre y de la misma madre, Adán y Eva? Ellos visten paños lu-josísimos; nosotros, tejidos miserables. Ellos tienen vino, especias,pan bueno; nosotros, el trabajo, la lluvia y el viento en los campos...

Elmalestar llegó a Londres, en donde la gente menuda tenía granenvidia de los ricos y de los nobles...

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Pronto comenzaron a rebelarse los elementos populares de Lon-dres. Campesinos de los condados de Kent, Essex, Sussex y Bed-ford, y otras comarcas vecinas, se pusieron en camino. Probable-mente eran unos 60.000, dirigidos por un capitán que se llamabaWat Tyler.Este Wat era un mal muchacho, lleno de veneno. (J. GLE-NISSON,J. DAY, «Textes et documents d'histoire du Moyen Age, XIV-xV' siécles».)

CON motivo de una encuesta realizada en la diócesis de Ca-horspor losdelegadospontificios,entre losaños 1387y 1395,un sacerdote declaró lo que sigue.

El testigo declaró que durante toda su vida no ha visto más quela guerra en el país y diócesis de Cahors. Hasta tal extremo llegabala situación que la gente no se atrevía a salir de Cahors sin un sal-voconducto de los ingleses o sin la protección de los soldados fran-ceses...

Añadió que las tierras que rodean a la ciudad de Cahors habíansido ocupadas, y luego destruidas, por los ingleses, de forma que yano se escucha ni el canto del gallo ni el de la gallina. Produce unagran tristeza ver ahora esos lugares, teniendo en cuenta que fue unahermosa región, con tierras buenas y fértiles, hoy abandonadas...

El testigo vio, unos veinte años atrás, cómo el inglés Adhemar deJussel hacía una guerra mortal a la ciudad y diócesis de Cahors, ma-tando a los labradores y a otros habitantes en sus viñas o en sustierras, cortándoles la cabeza y abandonando luego los cadáveres...

A otra pregunta respondió que todas las iglesias de dicha dióce-sis han perdido en los últimos años dos tercios de sus rentas... De-bido a las guerras, las epidemias y otras plagas que se han abatidosobre esta región, los beneficios son muy pequeños, por lo que re-sulta difícil pagar las rentas... Concluyó el testigo diciendo que nohay un beneficio en la diócesis de Cahors que alcance la mitad desu valor de hace veinte años. (J. GLENISSON,1. DAY, «Textes et do-cuments d'histoire du Moyen Age, XIV-XV'siécles».)

TODOS los jornaleros, así como todos los campesinos obliga-dos a realizar prestaciones de trabajo, y los siervos, deben re-cibir todos los días dos veces carne, guarnición y media jarra

de vino, a excepción de los días de ayuno, en los cuales tendrán pes-cado y otros alimentos sustanciosos. Además el domingo y los díasde fiesta, después de la misa y la predicación, todos aquellos quehan trabajado durante la semana deben ser tratados bien. Deberántener pan, carne en cantidad suficiente y media jarra de vino. (Pres-crip<;ionesde Erasmus van Erbach, 1483.)

D ON Fernando e doña Isabel a vos el bachiller Diego Lopez deViIlalpando,alcalde en la nuestra corte, e Garcia Ruvionues-tro alguasil, salud e gracia. Sepades que por parte del abad,

prior e monjes e convento del monasterio de Santa Maria de Valpa-raiso de la horden de Cistel nos fue fecha relac;ion por su peticionque en el nuestro consejo fue presentada disiendo que a cabsa queellos se ovieron querellado de c;iertosvezinos del lugar de la Fuentedel Camero porque quisieron matar al prior del dicho monesterio e

Devastaciones en elcampo a causa de laguerra (Francia, finesdel siglo xw)

La alimentación de los

campesinos sujetos acorveas

Una revuelta campesi-na a fmes de la EdadMedia (Fuentelcamero,Zamora, 1491)

Textos LOS CAMPESINOSMEDIEVALES/VII

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Recogida de bellotas dehaya -'dulces, aunquemuy indigestos- de lasque se extraía aceitepara las lámparas(miniatura delTacuitmum Sanitas y DeNatura Rerum,LibrosX-XII,manuscritodel sigloxv, BibliotecaUniversitariadeGranada)

les tomaron e segaron e llevaron ~iertos panes con mano annada,e les fisieron otras fuer~as e injurias,que nos enviamos a vos el di-cho Garcia Ruvio nuestro alguasil a faser pesquisas sobre ello...

E agora diz que como los vezinos del dicho logar de Fuente elCamero sopieron que se avian enbiado a querellar ante los del nues-tro consejo diz que en un dia de este mes de julio que agora paso,estando ~iertos religiosos del dicho monesterio vestidos sus abitossin annas algunas, seguros e pa~ificos, faziendo segar ~iertos panesdel dicho monesterio que tenian sembrados en el tennino que sedize Val de Maria Lopez, en tierras propias del dicho monesterio,que las han avido e tienen en pa~ifica poses ion de diez e veinte etreinta e quarenta e sesenta años continuadamente e más tiempo,e tanto que memoria de onbres non es en contrario, y estando asisegando los dichos panes, diz que los vezinos del dicho logar deFuente el Camero, non contentos de la fuer~a y injurias que les avianfecho, pospuesto el temor de Dios y nuestro, y en grand menospre-cio de nuestra justi~ia real, movidos diz que por diabolica persua-sion, fizieron repicar las canpanas en el dicho lugar, e que salierontodos a un repique de canpana, o la mayor parte de ellos, que po-drian ser fasta ~iento e veinte onbres poco más o menos, armadosde lan~as e dardos y espadas y vallestas annadas y puestos en ellaspasadores, e dandose favor e ayuda los unos a los otros, faziendomuy gran alvoroto e sedi~ion, recodieron asi annados con grandesgritos a donde estaban los dichos religiosos con los dichos segado-res diz que con inten~ion e proposito de los matar, diziendo mue-ran, mueran los traidores, putos, erejes, e otras palabras muy feas einjuriosas. E que como los dichos religiosos los vieron venir con tanmalo y dañado proposito, los que eran man~ebos e los que sega-ban echaron a fuir, e que fueron en pos de ellos tirandoles saetas epiedras e dardos, e los corrieron fasta que se acogieron al dicho mo-nesterio. (J. PEREZ-EMBID,«Una revuelta campesina bajomedieval:Fuentelcarnero, Zamora, 1491».)