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Iniciativa de Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense de la Materia de Banca y Finanzas Página 1 de 25 Managua, 03 de noviembre del 2016. Diputada ALBA PALACIOS BENAVIDES Primera Secretaría Asamblea Nacional Su Despacho. Estimada Diputada Palacios: En mi carácter de Diputada de la Asamblea Nacional y como Presidenta por la Ley, de conformidad con lo que establecen los Artículos 138, numeral 1 y 140 numeral 1 de la Constitución Política de la Republica de Nicaragua; Artículos 14 numeral 2), 102, 103 y 107 de la Ley número 606, “Ley Orgánica del Poder Legislativo de la Republica de Nicaragua”, cuyo texto íntegro con sus reformas incorporadas fue publicado en la Gaceta Diario Oficial número 21 del 2 de Febrero del 2015, y los Artículos 4 numeral 3) y 24 de la Ley número 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, presento la iniciativa de Ley denominada “LEY DEL DIGESTO JURIDICO NICARAGUENSE DE LA MATERIA DE BANCA Y FINANZAS”, para que sea considerada por la honorable Asamblea Nacional e incluida en la Agenda para su discusión y posterior aprobación. Adjunto Exposición de Motivos, Fundamentación, articulado de la Iniciativa de Ley y sus Anexos, con su respectivo respaldo electrónico. Atentamente, IRIS MONTENEGRO Presidenta por la Ley CC. Archivo

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Managua, 03 de noviembre del 2016. Diputada ALBA PALACIOS BENAVIDES Primera Secretaría Asamblea Nacional Su Despacho. Estimada Diputada Palacios: En mi carácter de Diputada de la Asamblea Nacional y como Presidenta por la Ley, de

conformidad con lo que establecen los Artículos 138, numeral 1 y 140 numeral 1 de la

Constitución Política de la Republica de Nicaragua; Artículos 14 numeral 2), 102, 103 y

107 de la Ley número 606, “Ley Orgánica del Poder Legislativo de la Republica de

Nicaragua”, cuyo texto íntegro con sus reformas incorporadas fue publicado en la Gaceta

Diario Oficial número 21 del 2 de Febrero del 2015, y los Artículos 4 numeral 3) y 24 de la

Ley número 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, presento la iniciativa de Ley

denominada “LEY DEL DIGESTO JURIDICO NICARAGUENSE DE LA MATERIA DE

BANCA Y FINANZAS”, para que sea considerada por la honorable Asamblea Nacional e

incluida en la Agenda para su discusión y posterior aprobación.

Adjunto Exposición de Motivos, Fundamentación, articulado de la Iniciativa de Ley y sus Anexos, con su respectivo respaldo electrónico. Atentamente,

IRIS MONTENEGRO Presidenta por la Ley

CC. Archivo

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EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Managua, 03 de noviembre del 2016. Diputada IRIS MONTENEGRO Presidenta por la Ley Asamblea Nacional Estimada Presidenta por la Ley: En mi carácter de Diputada de la Asamblea Nacional y como Presidenta por la Ley, de conformidad con lo que establecen los Artículos 138, numeral 1 y 140 numeral 1 de la Constitución Política de la República de Nicaragua; Artículos 14 numeral 2), 102 y 103 de la Ley Nº. 606, “Ley Orgánica del Poder Legislativo de la República de Nicaragua”, cuyo texto íntegro con sus reformas incorporadas fue publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 21 del 2 de febrero del 2015, y los Artículos 4 numeral 3) y 24 de la Ley Nº. 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, presento la iniciativa de Ley denominada “LEY DEL DIGESTO JURÍDICO NICARAGÜENSE DE LA MATERIA DE BANCA Y FINANZAS”, para que sea considerada por este Poder del Estado e incluida en la Agenda para su discusión y posterior aprobación. I. RESEÑA HISTÓRICA-JURÍDICA.

Se consideran como cimientos de la economía moderna de mercado, el dinero y el crédito. Ambos institutos son el resultado de una larga evolución, cuyos antecedentes remotos se ubican en el Templo Rojo de Uruk, en Mesopotamia, en los albores de la historia de la humanidad, en donde los sacerdotes prestaban parte de los dones y ofrendas a los esclavos y prisioneros. Por su parte, el Código de Hammurabi, en Babilonia, regulaba con un rico nivel de detalle, algunas actividades que podrían tildarse de bancarias (préstamo con interés, depósitos sobre mercancías y metales, entre otras). Posteriormente, en Atenas, se llegaron a reglamentar las actividades de los “trapezitas” (prestamistas), llamados así por que desarrollaban su actividad en una mesa denominada “trapeza”, y de los “colubitas” (cambistas). En estas negociaciones se realizaba un contrato muy similar al seguro marítimo, el denominado préstamo a la gruesa, por medio del cual el “banquero” entregaba al mutuatario una cantidad de dinero que este devolvía únicamente en los casos en que las mercancías llegasen sanas a puerto. Los Trapezitas fueron los primeros banqueros, mientras que los colubistas fueron los encargados de constatar la autenticidad y valor de cada moneda, función importante, toda vez que el uso de la moneda se había expandido ampliamente, al grado que cada ciudad acuñaba su propia moneda; de ahí la necesidad de contar con especialistas que garantizaran la autenticidad y validez de las monedas. En Roma, en una etapa intermedia, florecieron los “nummularii” (cambistas) y los “argentarii” (que desarrollaban actividades crediticias). Los romanos, al igual que los griegos, emprendían operaciones que guardaban una estrecha similitud con las actuales

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operaciones bancarias, entre otras: cobros y pagos por cuenta de sus clientes, entrega de dinero a interés, recepción de depósitos. A la vez que iniciaron los primeros pasos para el establecimiento de un sistema contable, organizando la llevanza de tres libros (Diario, Caja y Mayor) que servían como medio de prueba. El antecedente más inmediato del modelo económico actual se ubica en la baja Edad Media, con el renacer de la vida económica y comercial. En un primer momento, los mercados dominaban espacios económicos insignificantes; el uso del dinero, que comenzaba a superar la fase de intercambio por trueque, se limitaba a los metales acuñados o amonedados; y el crédito se desenvolvía con bastante dificultad, a través de las relaciones directas que establecían prestamistas y prestatarios, las que, en su gran mayoría, debían ser encubiertas bajo la forma de otros negocios jurídicos, en atención a la condena moral que la Iglesia hizo recaer sobre la percepción de intereses. En ese estadio histórico los primeros bancos llevaban a cabo funciones restringidas, básicamente, el cambio de moneda y su entrega distancia loci (cambio trayecticio) vinculado al uso de un documento o carta, instituyéndose como el precursor de la letra de cambio (cambio per litteras). Entre las instituciones de naturaleza financiera de esa época, se destaca el Banco fundado en Venecia en el siglo XII, durante la guerra contra Bizancio. Dicha entidad tenía como fin principal efectuar préstamos y admitir depósitos, aunque los empréstitos para financiar aquella guerra tuvieron la particularidad de haberse celebrado incluyendo en la deuda de capital, los intereses pactados, con lo que se logró burlar la prohibición Papal de prestar con interés. En 1397, Giovanni di Bicci de Médicis funda el Banco de Florencia, que con el tiempo llegaría a ser el más poderoso banco italiano, de hecho este llegó a constituirse en el soporte dinerario del renacimiento florentino. Por su parte, en 1409 se creó, en Génova, el Banco di san Giorgio, fundado en condiciones similares a las del Banco de Venecia, ya que sirvió para financiar la guerra de aquel Estado, justamente, contra Venecia. Ya en el siglo XIX, y con mayor regularidad en el siglo XX, los bancos se convierten en verdaderas “entidades de depósito”, que no sólo custodian el dinero sino que lo utilizan para prestarlo a terceros, de modo que, no se limitan a concentrar la concesión de crédito, sino que, de igual forma, intermedian recursos entre los deficitarios de los mismos y aquellos que los tienen de “sobra”, convirtiéndose así en “entidades de crédito” o entidades que desarrollan una “actividad crediticia”. Esta actividad creó un efecto multiplicador sobre el crédito mismo, que permitía la reutilización de los mismos fondos (“depósitos primarios”) que, luego de ser prestados, son “redepositados”, completa o parcialmente, en la misma entidad o en otra entidad crediticia (“depósitos derivados”), de tal forma que se reproducen o multiplican funcionalmente. Por tal razón, se afirma que las instituciones financieras bancarias se han venido a transformar en “creadoras de crédito”, y, a la vez, en modernos “medios de pago” (“dinero bancario”), ya que los depósitos bancarios o los cheques y demás instrumentos bancarios que permiten movilizarlos, suelen aceptarse, sin problemas, como sustitutos del dinero legal. Todo ello termina configurando a las “entidades de crédito” en pieza fundamental del sistema económico y de la política económica moderna, lo mismo que en el sistema general de pagos, donde cada vez menos se emplea el efectivo.

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El primer Banco Central se fundó en Inglaterra y tuvo la autorización para emitir promesas de pagos que empezaron a circular con endoso y después al portador, dando origen a la primera institución con la prerrogativa para emitir papel moneda.

Hitos históricos en Nicaragua sobre el Derecho de Banca y Finanzas.

Para una mejor comprensión de la evolución histórica del fenómeno de la banca y finanzas en Nicaragua, conviene dividir su estudio en cuatro períodos perfectamente diferenciados: 1. Período de 1821 a 1939. Luego de la independencia de España, la historia patria se caracterizó por las disputas hegemónicas entre liberales y conservadores. En ese contexto histórico inicia e l desarrollo de la actividad crediticia y monetaria en nuestro país. En primer lugar, por Decreto del 14 de mayo de 1870, se fijó la equivalencia de las abundantes monedas extranjeras que circulaban, la cual fue extensiva y obligatoria al comercio por otro Decreto Ejecutivo, emitido el 7 de julio del mismo año. Tal equivalencia en pesos abarcaba las monedas inglesa (libra esterlina, chelín), costarricense (onza de oro, escudo, medio escudo de oro), colombiana (cóndor), chilena (idem) y peruana (medio sol, sol de plata y moneda de oro de 20 soles). El primer intento por fundar un Banco en nuestro país se emprendió el 6 de abril de 1871, fecha en que el Gobierno de la República suscribió un contrato con D. Jesús L. Costigliolo, representante de su hermano César Costigliolo, para fundar el Banco de Nicaragua, el cual podría emitir billetes por menos del duplo de su capital. No obstante, el negocio jurídico no fue consumado ya que el banco no llegó a fundarse en el término de seis meses concedidos por el Congreso Nacional para tal efecto. Por Decreto Legislativo del 21 de marzo de 1873, se autorizó al Ejecutivo a celebrar un contrato preliminar “de banco y cuño” con el General Héctor Galinier, quien actuaba en calidad de representante de la Compañía General de Centroamérica, con sede en París, sin embargo el banco no se estableció. A través de un Decreto Ejecutivo publicado en Gaceta Oficial N°. 49 del 23 de noviembre de 1878, se creó el centavo nacional, a pesar de que varias décadas atrás se había venido usando el centavo de los Estados Unidos. Este centavo debía llevar grabado en una de sus caras el Escudo y el nombre de la República, así como el año en que se acuñó; y en la otra, expresión de su valor. Sin embargo, lo más significativo fue su circulación forzosa, no obstante, nadie estaba obligado a recibir en cada transacción más de veinte centavos. Esta se considera la primera moneda nacional, precedida por el centavo de cobre del Mercado de León, emitido en 1859, de carácter local. El centavo de 1878, cuya emisión alcanzó a quinientas mil piezas, dejó de circular por disposición de la “Ley que dispone el tipo de cambio oficial para la conversión de moneda nacional con el Córdoba”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 67 del 26 de marzo de 1913, cuando fue sustituido por el centavo de córdoba.

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En cuanto a la emisión de billetes, durante el Gobierno del Presidente de la República Joaquín Zavala, se ordenó la emisión de los primeros billetes nacionales a través del Decreto Ejecutivo, “Emitiendo documentos de crédito público de circulación voluntaria en la República”, publicado en Gaceta Oficial N°. 16 del 9 de abril de 1879, cuya cantidad fue de cien mil pesos, “con el objeto de facilitar las traslaciones de dinero de o para las cajas nacionales”, siendo muy bien recibidos. Un año después, se aprobó una segunda emisión con valor de doscientos cincuenta mil pesos, a través del Decreto Ejecutivo publicado en Gaceta Oficial N°. 48 del 6 de noviembre de 1880. En 1882 el Congreso aprobó lo que podemos considerar como la primera ley bancaria, a través del Decreto Legislativo del 4 de marzo, “Sobre establecimiento de Bancos de la República”, publicado en el Código de la Legislación, la que autorizaba la creación de “Bancos de Emisión”, bajo las condiciones enunciadas en dicha Ley, con el objetivo de regular la incipiente actividad bancaria y la emisión de billetes pagaderos a la vista y al portador, cualquiera que fuera la forma en que estaban extendidos. Todos los bancos podían ser emisores, pues no existía un monopolio para la emisión de la moneda nacional. El 19 de enero de 1887, fue creado el Banco de Nicaragua, primer banco comercial del país, aprobado mediante Ley publicada en la Gaceta Oficial N°. 29 del 2 de julio de 1887 y modificado posteriormente por el contrato que fue publicado en la Gaceta Oficial N°. 13 del 28 de febrero de 1893. En 1888, el Gobierno autorizó la constitución del Banco Agrícola Mercantil, mediante acuerdo publicado en la Gaceta Oficial N°. 71 del 20 de octubre de ese año. Este Banco tuvo su sede en León, un capital inicial de un millón de dólares, cerrando operaciones con déficit por falta de pago de sus deudores. En los años siguientes se proyectó la creación de otros bancos, entre los que destacan el Banco Nacional de Nicaragua o British Bank of Central America (1890) y el Banco Hipotecario (1890). Las actividades del Banco de Nicaragua sufrieron importantes cambios, cuando el Gobierno del Partido Liberal dispuso emitir billetes del Tesoro Nacional. De esta forma, el primero de enero de 1894, se modificó la naturaleza de dicho Banco, adquiriendo la Sucursal del Bank of Nicaragua Limited, con sede central en Londres, la que luego se incorporó al London Bank of Central America Limited, el 20 de enero de 1895. Es importante destacar que aparte de las emisiones de moneda tanto en metálico como en billetes, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, circularon las “contraseñas”, llamadas también “fichas” o monedas particulares que los hacendados mandaban acuñar para pagar con ellas a sus jornaleros. Estos no podían usarlas fuera de los límites de la hacienda, pues sólo eran válidas para comprar en el comisariato de la propiedad. A finales de 1894, la circulación de billetes en el país ascendía tan sólo a 8,538, debido al compromiso con el Banco de Nicaragua, de incinerar mensualmente cierta cantidad; pero los conflictos del momento: dos guerras civiles y una contra Honduras, sumado a la insolvencia del Tesoro, indujeron al gobierno a emitir la cantidad de quinientos mil pesos ($500,000), en Billetes del Tesoro Nacional, siendo estos billetes de circulación forzosa y

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recibidos en las oficinas fiscales como moneda de curso legal. Esta disposición fue publicada en el Diario de Nicaragua N°. 7 del 8 de noviembre de 1894. Mientras tanto, para evitar la circulación de los billetes del Banco de Nicaragua, fortalecer los propios del Tesoro y controlar el tipo de cambio, fue dictada la “Disposición relativa a los billetes del Tesoro”, publicada en el Diario Oficial N°. 333 del 11 de septiembre de 1897, por la cual se establecía que los impuestos fiscales debían ser recaudados en moneda de oro y plata o en billetes del Tesoro Nacional. Esta disposición se hacía, según el Ministro de Hacienda Coronel Félix P. Zelaya, “en justa represalia por la hostilidad que los administradores del Banco de Nicaragua, ya transformado en London Bank of Central America Limited, empleaban ya contra la moneda nacional”. El Banco de Nicaragua, como sucursal del Bank of Nicaragua Limited, parte del London Bank of Central American Limited, continuó sus operaciones hasta 1898, fecha en que este último se fusionó con el London Bank of South American Limited. En 1911 el Gobierno de Nicaragua, siendo Presidente de la República Adolfo Díaz Recinos, autorizó una concesión a favor de los banqueros norteamericanos Brown Brothers & Company, de Nueva York, dentro de la que se constituiría una Corporación Bancaria con participación accionaria nicaragüense, que funcionaría bajo las leyes de Estados Unidos. Este banco surgió con el nombre de “Banco Nacional de Nicaragua, Incorporado”, o “National Bank of Nicaragua, Incorporated”, aprobándose dicha concesión por la Asamblea Nacional Constituyente mediante Decreto publicado en Gaceta Oficial N°. 371 del 31 de octubre de 1911. Dicho Banco inició sus operaciones el 19 de agosto de 1912, con sede principal en la ciudad de Managua. Además de realizar las actividades propias de una institución bancaria, el “National Bank of Nicaragua, Incorporated” contaba con los derechos de franquicias y concesiones especiales y exclusivas, incluyendo la de Agente Fiscal y Pagador del Gobierno de Nicaragua, además de ser el depositario de sus fondos, encargado de poner en práctica el Plan Monetario Nacional y el emisor de billetes de bancos. Es decir, desarrolló funciones de banco central pero bajo la administración directa de los Estados Unidos. El 20 de marzo de 1912, durante el gobierno del Presidente de la República Adolfo Díaz Recinos, se decretó la Ley de Conversión Monetaria a través del Decreto emitido por la Asamblea Constituyente, publicado en Gaceta Oficial N°. 74 del 30 de marzo de 1912, que adopta como unidad de cambio el Córdoba en honor al conquistador español Francisco Hernández de Córdoba, siendo ésta la moneda circulante en la actualidad. La responsabilidad de la emisión monetaria recayó en el Banco Nacional de Nicaragua mediante su Departamento de Emisión y Acuñación de monedas hasta 1961. En 1924, bajo la administración del Presidente de la República Bartolomé Martínez González, el capital del Banco Nacional de Nicaragua Incorporado pasa a ser enteramente nicaragüense. Años más tarde, en 1933, se procede a nacionalizar el banco en cuestión, acción impulsada por el entonces Ministro de Hacienda y Crédito Público, Dr. Salvador Guerrero Montalván, quien presentó una memoria en tal sentido ante el Congreso Nacional. A su vez, en 1930 se crea el Banco Hipotecario, mediante ley publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 221 del 6 de octubre de 1930, como una Institución del Estado destinada

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a facilitar préstamos garantizados con hipotecas de inmuebles, reembolsables a largos plazos por el pago de cuotas periódicas que comprendieren los intereses y una cuota de amortización. 2. Período de 1940 a 1979. El Estado de Nicaragua, en octubre de 1940, ya durante la presidencia de Anastasio Somoza, llevó a cabo un proceso integral de reforma bancaria y monetaria, bajo la asesoría del economista alemán Dr. Hermann Max, con el que se aprobó un paquete de leyes dirigidas a:

Liquidar el “Banco Nacional de Nicaragua Incorporado” y crear el “Banco Nacional de Nicaragua”, a través de la “Ley del Banco Nacional de Nicaragua”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 244 del 31 de octubre de 1940, que en esta etapa tuvo funciones de banco central y comercial;

Aprobar una nueva “Ley Monetaria” a través del Decreto-Ley publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 246 del 4 de noviembre de 1940;

Aprobar la primera “Ley General de Instituciones Bancarias”, a través del Decreto-Ley, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 245 del 2 de noviembre de 1940;

Reorganizar el Banco Hipotecario de Nicaragua, mediante el Decreto-Ley publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 247 del 5 de noviembre de 1940;

Crear la “Caja Nacional de Crédito Popular”, mediante el Decreto-Ley N°. 5-L, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 248 del 8 de noviembre de 1940;

Reformar el sistema de control de cambios internacionales, a través del Decreto-Ley publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 246 del 4 de noviembre de 1940; y

Aprobar una nueva Ley de Intereses, a través del Decreto-Ley publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 246 del 4 de noviembre de 1940.

Con la Ley General de Instituciones Bancarias de 1940, se crea por primera vez la Superintendencia de Bancos, como un Departamento adscrito a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cargo de la vigilancia de todas las instituciones bancarias nacionales o extranjeras que operaban en el país, garantizando la correcta aplicación de la nueva ley bancaria. En 1952, se consolida el Banco de América (BANAMÉRICA), conocido como “Banco Conservador”, fundado en julio de ese mismo año, que representaba los intereses de la oligarquía conservadora, ganadera y comercial, y de los productores de azúcar y bebidas alcohólicas. Alrededor de dicha institución se creó un complejo grupo de instituciones “auxiliares”, que dotaron de fortaleza al grupo, siendo estas instituciones las siguientes: Financiera Industrial Agropecuaria (FIA) (configurada como instrumento de inversión y gestión de variadas operaciones financieras); Bienes y Raíces, S.A. (BIRSA) (participa en el negocio inmobiliario); Inmobiliaria de Ahorro y Préstamos, S.A. (financia los proyectos

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inmobiliarios de BIRSA); e Inmobiliaria de Seguros (que incursionó en la actividad aseguradora). En 1953 un grupo de algodoneros de occidente, junto con sectores industriales de la capital, crearon el Banco Nicaragüense (BANIC), conocido popularmente como el “Banco Liberal”. Teniendo como núcleo central a dicho banco, se logra articular el denominado “Grupo BANIC”, que también gira en torno a otras cuatro instituciones financieras: INDESA (especializada en inversiones industriales); FINANSA (inmersa en el negocio de bienes raíces); Financiera de la Vivienda (capta ahorro de manos de los particulares e invierte en la construcción de viviendas) y Compañía de Seguros La Protectora (dedicada a la actividad aseguradora). En abril de 1956, la Superintendencia de Bancos asumió la inspección, vigilancia y fiscalización de las organizaciones o instituciones dedicadas a operaciones de capitalización, de ahorro y préstamo para la vivienda; ahora dentro de la estructura del Ministerio de Economía, esto según el Decreto Ejecutivo N°. 23, “Ley de vigilancia e inspección de las Instituciones de Crédito y demás instituciones u organizaciones”, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 81 del 14 de abril de 1956. Con la evolución del sector bancario y financiero del país, la Superintendencia de Bancos fue ampliando de forma progresiva su ámbito de competencias. En 1960, se creó el Banco Central de Nicaragua a través del Decreto Legislativo N°. 525, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 211 de 16 de septiembre de 1960, asumiendo la responsabilidad de la emisión monetaria que hasta ese momento desempeñaba el Departamento de Emisión del Banco Nacional de Nicaragua, absorbiendo todos sus activos y pasivos. En esta misma Ley, aparece la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones, que pasa a integrarse como un Departamento del Banco Central a cargo de la vigilancia y fiscalización permanente de bancos y de las instituciones financieras que operaban en el país. En 1963 se aprueba una nueva Ley General de Bancos y de Otras Instituciones mediante el Decreto Legislativo N°. 828 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 102 de 10 de mayo de 1963, que derogó a la anterior de 1940. En abril de 1969, la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones, se convierte en un órgano con funciones específicas, a cargo de un funcionario denominado “Superintendente de Bancos y de Otras Instituciones” nombrado directamente por el Presidente de la República. Este órgano, sin embargo, estaba bajo la vigilancia de la Comisión de Superintendencia, y operaba siempre como un Departamento dentro del Banco Central de Nicaragua. Esto estaba contenido en el Decreto Ejecutivo N°. 9-L, “Reformas y Modificaciones a Ley Orgánica del Banco Central de Nicaragua”, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 81 de 15 de abril de 1969. Es importante destacar que ya a finales de los años 70, la familia Somoza y sus allegados que ostentaban el poder político y el económico también, eran propietarios o tenían participación accionaria en más de 80 empresas nacionales y extranjeras, llegando a acumular una fortuna que se ha estimado entre mil y cinco mil millones de dólares, sin contar las numerosas propiedades y haciendas en Nicaragua y en todo el mundo. Dentro de esta actividad económica, existía también una alta participación en las actividades bancarias y financieras del país, ejemplo de esto fue la “Nicaragüense de Ahorro y

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Préstamo, S.A. NIAPSA”, especializada en préstamos para viviendas o la “INTERFINANCIERA” que ofrecía financiamiento diverso, así mismo el Banco de Centro América. Somoza tenía además, acciones en grandes empresas bancarias y financieras internacionales, tales como el Bank of America y el Chase Manhattan Bank, entre otras. 3. Período de 1979 a 1990. Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el Frente Sandinista de Liberación Nacional planteó como objetivos centrales de su política económica, la realización de un proceso de profundas transformaciones internas, principalmente en el agro, en el sistema financiero y en el comercio exterior, paralelamente al objetivo de lograr la reactivación y estabilización de la economía. El Gobierno revolucionario pretendía reducir los desequilibrios internos, especialmente la inflación, y externos, déficits de la balanza de pagos, todo ello dentro del marco del avance gradual hacia la conformación de un modelo económico con una fuerte influencia estatal, en la cual, en línea de principio, coexistirían las diversas formas de propiedad. El mejor reflejo de dicho modelo económico lo encontramos en la Constitución Política de 1987, que en la redacción original de su Artículo 99 establecía que “La Banca Central, el Sistema Financiero Nacional, los Seguros y Reaseguros, y el Comercio Exterior, como instrumentos de la dirección económica, corresponden al área estatal de manera irrenunciable”. Por todo lo anterior, a partir de julio de 1979, se inician una serie de transformaciones que incidieron de manera trascendental en el sistema financiero nicaragüense durante todo el periodo. A través del Decreto de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) N°. 22, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 3 del 24 de agosto de 1979, el Banco Nacional de Nicaragua se constituye en Banco Nacional de Desarrollo. De igual forma se procede a Nacionalizar el Sistema Financiero, a través del Decreto JGRN N°. 25, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 3 del 24 de agosto de 1979, con el que el Estado adquiere por ministerio de la Ley, el total de las acciones de todas las instituciones bancarias privadas nacionales, así como también estableció regulaciones a las sucursales de bancos privados extranjeros. Mediante el Decreto JGRN N°. 55, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 12 del 18 de septiembre de 1979 se aprueba la Ley de Defensa de la Moneda Nacional, que tenía por objeto evitar el surgimiento de un mercado negro en base a la moneda nacional que fue extraída por los allegados al régimen somocista al momento del triunfo de la revolución, así como la salida masiva del mismo al exterior. En esta línea se aprobó la desmonetización de los billetes de C$1,000 y C$500. Con el Decreto JGRN N°. 136, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 48 del 3 de noviembre de 1979, se organizó el Sistema Financiero Nacional (SFN), estableciendo a su Consejo Superior como el órgano rector de la actividad financiera del país. En 1980, se constituye el Gabinete Financiero a través del Decreto JGRN N°. 262, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 28 del 2 de febrero de 1980, que fungió como “organismo de dirección superior de la política financiera y económica del país”.

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Una nueva transformación se da con el Decreto JGRN N°. 463, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 153 del 7 de julio de 1980, que crea la Corporación Financiera de Nicaragua (CORFIN), que extinguió al Consejo Superior del Sistema Financiero Nacional (SFN), organismo que a su vez estuvo subordinado al Gabinete Financiero, con la finalidad de representar los intereses del Estado en todas las instituciones del sistema; señalar las directrices y formas de operación de las mismas y procurar la homogenización de sus estructuras administrativas y legales. No obstante, en 1981, a través del Decreto JGRN N°. 755, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 154 del 13 de julio de 1981, se aprueba la Ley de Consolidación del Sistema Bancario, por medio de la cual el CORFIN se adscribe al Banco Central. Para obtener una mayor racionalización de los recursos financieros y humanos, así como una mayor cobertura de los servicios bancarios en el país, se estructuró el sistema financiero de la siguiente manera:

a. Banco Nacional de Desarrollo (BND), como la principal entidad bancaria del país.

b. Banco de Crédito Popular (BCP), para atender financiamiento para la pequeña industria, corporativa, trabajadores, entre otros.

c. Banco Nicaragüense (BANIC), el cual operaba con servicios de captaciones de recursos en cuentas corrientes, de ahorro y certificado a plazo, y otorgamiento de créditos para el sector industrial, comercial, agropecuario y otros.

d. Banco de América (BANAMERICA), que operaba con servicios similares a los del BANIC.

e. Banco Inmobiliario (BIN), que operaba con servicios de captación de recursos en cuentas de ahorro y certificados a plazo, orientando sus créditos al financiamiento de viviendas.

El Banco de América, ya en 1980 había adquirido otras cuatro empresas financieras, de forma que el BANIC se conformaba por la absorción de la Corporación Franco Americana de Finanzas (Francofin), la Compañía Interfinanciera Nicaragüense S.A. (Interfinanciera), Inversiones Nicaragüenses de Desarrollo S.A. (Indesa), Corporación Nicaragüense de Inversiones (CNI), el Banco de Centroamérica S.A., Financiera del Norte S.A. (Finsa), Financiera de Occidente S.A. (Fidosa), Financiera Industrial Agropecuaria S.A. (FIA) y el Banco del Exterior S.A. En 1983, a través del Decreto JGRN N°. 1360, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 280 del 13 de diciembre de 1983, se crea el Fondo Nicaragüense de Inversiones (FNI), con el objetivo de financiar proyectos de inversión y reinversión, desapareciendo así el Fondo Especial de Desarrollo (FED), creado en 1972. En 1985, el Banco Nicaragüense S.A. absorbió el Banco de América S.A. a través del Acuerdo Presidencial N°. 46, “Aprobación de Fusión del Banco Nicaragüense y el Banco de América y de Reformas a Escritura de Constitución del Banco Nicaragüense”, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 199 del 17 de octubre de 1985 y a partir de ese momento pasó a llamarse Banco Nicaragüense de Industria y Comercio S.A., nombre con el que se le denominó hasta el día de su cierre en agosto del 2001.

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Todo este proceso de reorganización y nacionalización bancaria conllevó a una compactación de las instituciones bancarias del país, siendo éstas las siguientes: el Banco Nacional de Desarrollo (BND); el Banco Nicaragüense de Industria y Comercio (BANIC); el Banco de Crédito Popular y el Banco Inmobiliario. En 1988, el Estado Revolucionario sostenía una economía de guerra producida por la política de agresión organizada y financiada por el entonces Gobierno de los Estados Unidos en contra de Nicaragua, lo que entre muchos otros efectos, produjo graves repercusiones en la economía nacional, con una cadena de costos y precios altamente desarticulada, la hiperinflación que llegó a superar el 33,000% y el elevado endeudamiento externo. El Gobierno aprobó un paquete de leyes, dirigidas a realizar ajustes económicos que permitieran enfrentar la crisis de dicha etapa, lo que se conoció como “Operación Berta”. En este contexto se aprobó la Ley de Conversión Monetaria a través del Decreto N°. 306, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 43 del 2 de marzo de 1988, con la que se organizaba la salida de circulación de los billetes y monedas de córdobas emitidas hasta entonces y se ordenaba la emisión de nuevos billetes, a una tasa de cambio equivalente a 1,000 córdobas “viejos” por 1 córdoba “nuevo”, fijando además un techo máximo por cabeza de familia de 10,000,000 de córdobas viejos a ser canjeados.

Adicionalmente, se aprobó la Ley que Regula el Ingreso y Salida de Moneda Nacional, mediante el Decreto N°. 307, publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 43 del 2 de marzo de 1988, que tenía por objeto prohibir la salida e ingreso de los córdobas “desmonetizados”, y el Decreto N°. 312 que contenía Disposiciones relativas a la Moneda Extranjera, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 44 del 3 de marzo de 1988, que limitaba la tenencia de cantidades de dinero superiores a $500, debiéndose informar por escrito al Banco Central de dicha situación. Finalmente, en ese mismo año, la Asamblea Nacional aprobó la Ley N°. 45, “Ley que prohíbe la internación, uso y distribución de Fondos provenientes, del Congreso de los Estados Unidos de América”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 202 del 25 de octubre de 1988, con la que se tipificaba como delito de traición el ingreso a Nicaragua de fondos, bienes o valores que provengan directa o indirectamente del presupuesto de los Estados Unidos, esto en la lógica de la guerra de agresión financiada por dicho Gobierno en contra de nuestro país. 4. Período de 1990 a la actualidad. En 1990, con la nueva administración de la Presidenta Violeta Barrios de Chamorro, se inicia el cambio radical de modelo económico. En marzo de 1991 se puso en marcha el programa que se denominó de “Estabilización y Ajuste Estructural” conocido por sus siglas en inglés como ESAF, que debían implementar los Gobiernos en los países subdesarrollados solicitado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), para poder ser tomados en cuenta en caso que desearen renegociar la deuda externa de su país. Se trataba de una estrategia de ganancias financieras para el FMI y el BM, destinado a cobrarle al país los intereses de su deuda en un período extendido. Sin embargo, el ajuste estructural fue para Nicaragua extremadamente recesivo por basarse

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exclusivamente en el recorte del gasto del gobierno, generando 13 mil desempleados, lo cual desembocó en una contracción extrema del gasto público y del crédito bancario. A inicios de los años noventa, el bajo nivel de exportaciones, de actividad económica y de inversiones, lo mismo que el balance en cuenta corriente, se explicaba dado el abrupto cambio de régimen de política económica, pasando de un modelo de economía estatal, que se implementó a lo largo de los años ochenta, a uno de ajuste ortodoxo y de economía de mercado en 1990. En este período se procede a autorizar nuevamente la creación de bancos privados, al saneamiento y reestructuración de la banca estatal, a la liberalización de las tasas de interés y al establecimiento de una bolsa de valores, todo esto a pesar de la limitante constitucional que representaba el Artículo 99 de la Constitución Política de 1987. Una de las primeras medidas tomadas por el Gobierno fue poner en circulación el “Córdoba Oro”, que entró en vigor a partir de mayo de 1990, a través de la aprobación del Decreto-Ley N°. 23-90 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 127 del 3 de julio de 1990. Esta emisión tenía paridad igual al Dólar estadounidense, aunque antes de un año, la paridad anunciada tomó su curso real y se devaluó seis veces a su valor de emisión. En agosto de 1991 fue autorizado el primer banco privado, el Banco Mercantil (BAMER), siguiéndole el Banco de la Producción (BANPRO), el Banco de Crédito Centroamericano (BANCENTRO) y el Banco de América Central (BAC), estos dos últimos autorizados en diciembre de 1991. Banco de Finanzas S.A (BDF), Banco de la Exportación S.A (BANEXPO) y Banco Caley Dagnal, S.A (CALEY), estos tres Bancos autorizados en el año 1992. Ya en el año 1995 se habían autorizado un total de doce bancos. El nuevo modelo, requirió de un marco jurídico que se ajustara a las realidades del sector, por lo que en 1991, se aprobó la Ley Creadora de la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), Ley N°. 125, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 64 del 10 de abril de 1991, donde se le reconoce como órgano con autonomía funcional, independiente del Banco Central y de la Contraloría General de la República. La Superintendencia asume las funciones que tenían en esta materia el Banco Central y la Contraloría General de la República durante los años 80. A inicios de 1992, se aprobó una nueva Ley Monetaria, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 2 del 7 de enero de 1992, que fija nuevamente como moneda nacional el Córdoba, subdividido en cien partes iguales denominadas centavos. Con la nueva Ley Orgánica del Banco Central, de julio de 1992, se fijó como principal función de este, el mantenimiento de la estabilidad de la moneda nacional, prohibiéndose, salvo excepciones justificadas, el financiamiento del Gobierno Central. En razón de lo anterior, el Banco Central dejó de ser el motor del crédito de la economía, a la vez que se inició un proceso de eliminación de las líneas de redescuento de los bancos comerciales, la cual era una forma de crédito que brindaba el Banco Central a los bancos comerciales con el fin de evitar situaciones de iliquidez ante los depositantes. En 1999 se aprobaron normas que pueden ser consideradas como las bases sobre las que se encuentra establecido el sistema financiero actual, tales como la Ley N°. 314, “Ley

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General de Bancos, Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros” (derogada); la Ley N°. 316, “Ley de la Superintendencia de Bancos y de otras Instituciones Financieras” (todavía vigente) y la Ley N°. 317, “Ley Orgánica del Banco Central” (derogada). No obstante estos marcos jurídicos, a finales del Gobierno del Presidente Arnoldo Alemán, entre los años 2000 y 2001, Nicaragua sufrió la crisis bancaria y financiera más devastadora de su historia. De los 12 Bancos que operaban en el país, el Banco de Crédito Popular cerró operaciones y cinco entraron en procesos de quiebra, culminando con su intervención y liquidación forzosa:

Banco Intercontinental, S.A. INTERBANK (agosto 2000),

Primer Banco Inmobiliario de Nicaragua, S.A. PRIBANCO (septiembre 2000),

Banco del Café de Nicaragua, S.A. BANCAFÉ (noviembre 2000),

Banco Mercantil, S.A. BAMER (marzo 2001),

Banco Nicaragüense de Industria y Comercio, S.A. BANIC (agosto 2001). Los Bancos que continuaron funcionando fueron:

Banco de la Producción S.A BANPRO;

Banco de Crédito Centroamericano S.A. BANCENTRO;

Banco de América Central S.A. BAC;

Banco de Finanzas S.A BDF;

Banco de la Exportación S.A BANEXPO; y

Banco Calley Dagnall, S.A. BANCALEY. En el proceso de liquidación de los bancos quebrados, el BANPRO adquirió al INTERBANK y al PRIBANCO, el BDF al BANCAFE y el BANCENTRO al BAMER. Respecto al BANIC, en 2001 fue suspendida definitivamente la autorización para continuar operando debido a su estado de iliquidez grave e insuperable por el Consejo Directivo de la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras. El Estado, a través del Banco Central, la Superintendencia de Bancos y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, asumió como deuda pública la garantía de las carteras que fueron adquiridas por dichos Bancos, lo que generó la emisión de Certificados Negociables de Inversión (CENI) por un monto superior a los trescientos treinta millones de dólares (U$ 330 millones). Además, la asistencia financiera del Banco Central de Nicaragua para los rescates bancarios y atender los problemas de iliquidez de los bancos compradores de los bancos quebrados sumó, al 31 de diciembre de 2000, un monto equivalente a US$139 millones de dólares y contribuyó a la caída de US$116 millones de las reservas internacionales netas ajustadas. Esta crisis, motivó a la Asamblea Nacional a aprobar la Ley N°. 371, “Ley de Garantía de Depósitos en Instituciones del Sistema Financiero”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 21 del 30 de enero de 2001, como mecanismo financiero que garantizara a los cuenta habientes de todo el sistema bancario la restitución de sus depósitos, previendo cualquier escenario futuro de quiebras bancarias.

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En el año 2005, se promulgó la vigente Ley N°. 561, “Ley General de Bancos, Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 232 del 30 de noviembre de 2005; así mismo se aprobaron importantes reformas a la Ley de la Superintendencia de Bancos y de otras Instituciones Financieras; se aprobó una nueva Ley que derogó a la Ley N°. 371, la vigente Ley N°. 551, “Ley del Sistema de Garantía de Depósitos”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 168 del 30 de agosto de 2005. En la actualidad, los esfuerzos estatales se han dirigido principalmente a fortalecer los mecanismos de vigilancia y estabilidad de la actividad bancaria y financiera privada. De igual forma, la producción legislativa, ha impulsado un proceso de modernización de los marcos normativos de las instituciones públicas vinculadas con la autorización, fiscalización, supervisión y control de los mercados financieros del país, tales como la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras, Banco Central de Nicaragua, Comisión Nacional de Microfinanzas, Fondo de Garantía de Depósitos, además de la creación de la Unidad de Análisis Financiero (UAF) como pieza clave fundamental en la sanidad del sistema financiero nacional, frente al fenómeno del lavado de dinero, bienes o activos. Para tal fin la UAF designa a un Oficial de Cumplimiento en cada entidad bancaria, como la persona responsable para que administre, vigile adecuadamente la implementación y funcionamiento del Sistema de Prevención del Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo. Además de ello, podemos destacar que Nicaragua al cumplir con las Recomendaciones Claves y Esenciales establecidas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), mejoró la posición del país en el ámbito económico mundial, la competitividad y la consolidación de dicho Sistema, lo que permitió que en el año 2015 el GAFI eliminara a Nicaragua de la lista gris, que contiene el listado de las naciones no cooperantes contra el lavado de dinero y de alto riesgo para el financiamiento al terrorismo.

Finalmente, en este periodo, se aprobaron marcos regulatorios novedosos para fortalecer las micro, pequeñas y medianas empresas, los almacenes generales de depósito, la factura cambiaria, el factoraje, el fideicomiso y las sociedades de inversión, por mencionar algunos temas puntuales. Según el Informe del Sistema Financiero Nacional de mayo 2016, de la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), el sector bancario y financiero del país está estructurado de la siguiente forma:

Industria bancaria:

7 Bancos comerciales: Banco de la Producción, S.A. (BANPRO) Banco Lafise Bancentro, S.A. (BANCENTRO) Banco de América Central, S.A. (BAC) Banco de Finanzas, S.A., (BDF) Banco Procredit, S.A. (PROCREDIT) Banco FICOHSA Nicaragua, S.A. (FICOHSA) Banco Corporativo, S.A. (BANCORP)

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1 Banco de fomento: Banco de Fomento a la Producción (PRODUZCAMOS) 4 Sociedades Financieras: Financiera Fondo de Desarrollo Local, S.A. (FDL) Financiera FUNDESER, Sociedad Anónima Financiera Finca Nicaragua, S.A. (FINCANICARAGUA) Financiera Fama, S.A. (FAMA) 4 Oficinas de Representación de Bancos extranjeros: Banco DAVIVIENDA Salvadoreño, S. A. Towerbank International Inc. (TOWERBANK) Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES) Banco Internacional de Costa Rica, S.A. (BICSA) Oficina de Representación, S.A. (BANITSMO)

Industria de valores:

1 Bolsa de Valores: Bolsa de Valores de Nicaragua 1 Central de Custodia: Central de Valores de Nicaragua 3 Calificadoras de Riesgos Internacionales: Fitch Ratings Pacific Credit Rating SCRiesgo Rating Agency 1 Sociedad Administradora de Fondos de Inversión: Sociedad Administradora de los Riesgos de Inversión (INVERCASA) 5 Puestos de Bolsa: BAC VALORES INVERCASA INVERNIC LAFISE VALORES PROVALORES

Industria de Almacenes Generales de Depósito: 4 almacenadoras que operan como Almacén General de Depósito, institución auxiliar de crédito, 3 de las cuales pertenecen a bancos que son parte de grupos financieros;

Almacén Financiero BAC, S.A. (ALFIBAC) Almacenadora Lafise, S.A. (ALAFISE) Almacenadora de Exportaciones, S.A. (ALMEXSA) Almacenadora Financiera de Nicaragua, S.A. (ALFINSA)

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Industria de Seguros:

1 Compañía aseguradora estatal: Instituto Nicaragüense de Seguros y Reaseguros (INISER) 4 Compañías aseguradoras privadas, dos de las cuales están ligadas a grupos financieros: Assa Compañía de Seguros, S.A. Mapfre Seguros Nicaragua, S.A. (MAPFRE) Seguros América S.A. (AMÉRICA) Seguros Lafise, S.A.

II. CRITERIOS DE DELIMITACIÓN DEL DIGESTO JURÍDICO NICARAGÜENSE DE LA MATERIA DE BANCA Y FINANZAS. El Digesto Jurídico Nicaragüense como herramienta de recopilación, compilación, ordenamiento, depuración, simplificación normativa, está diseñado bajo una metodología progresiva de trabajo, que conlleva a su elaboración y aprobación por Materias, es decir, ordenar todo el sistema normativo vigente del país por temáticas, lo que le da mayor coherencia y lógica. La Ley Nº. 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense”, en su Artículo 4, establece las Materias a ser elaboradas, las que en su totalidad contendrían a todo el derecho positivo del país. Se incluye en el numeral 3, la Materia de “Banca y Finanzas”. Para definir adecuadamente las temáticas que deben ser incluidas en el “Digesto Jurídico Nicaragüense de la Materia de Banca y Finanzas”, es indispensable, en primer lugar, brindar una noción adecuada de lo que debe de entenderse por Banca y Finanzas. La noción de Banca, la encontramos en el Artículo 2 de la Ley Nº. 561, Ley General de Bancos, Instituciones Financieras no Bancarias y Grupos Financieros cuando señala: “son Bancos las instituciones financieras autorizadas como tales, dedicadas habitualmente a realizar operaciones de intermediación con recursos obtenidos del público en forma de depósitos o a cualquier otro título, y a prestar otros servicios financieros”. La norma fija su atención en tres elementos que caracterizan a los Bancos:

a) Los bancos deben constituirse como una sociedad anónima especial.

b) El ejercicio de la labor de intermediación financiera con recursos del público, principalmente, los que percibe en forma de depósito.

c) La facultad conferida a dichas instituciones para prestar otros servicios financieros

distintos a la mera labor de intermediación financiera. El concepto de “banca” incluye a todas aquellas normas que regulan el quehacer de los bancos y de las instituciones financieras que son análogas a estos, entre las cuales destacan, las denominadas sociedades financieras.

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Las finanzas por su parte, consisten en las actividades vinculadas al intercambio de distintos bienes de capital entre individuos, empresas o Estados, tomando en cuenta la incertidumbre y el riesgo que estas actividades conllevan. En ese marco se estudia la obtención y gestión, por parte de una compañía, un individuo, o del propio Estado, de los fondos que necesita para cumplir sus objetivos, y de los criterios con que dispone de sus activos. Es decir, lo relativo a la obtención y gestión del dinero, así como de otros valores o sucedáneos del dinero, como lo son los títulos valores, los bonos, entre otros. En consecuencia, el Digesto Jurídico Nicaragüense de la Materia de Banca y Finanzas incluye las normas que, en general, contienen regulación sobre los distintos mercados financieros nicaragüenses que han sido definidos por nuestra legislación: la banca, el mercado del crédito, bolsa de valores, seguros, almacenes generales de depósitos y política monetaria del país. Criterios específicos de delimitación de la Materia de Banca y Finanzas. Se incluyeron las normas jurídicas que tienen por objeto la regulación de los distintos mercados financieros nicaragüenses, en concreto las normas que regulan: 1. El mercado de crédito. Dentro de esta clasificación, encontramos:

a) Bancos y otras instituciones financieras, especialmente las sociedades financieras, que desarrollan una actividad de intermediación financiera y de prestación de servicios financieros, con recursos propios y del público.

b) Banco Central de Nicaragua, institución estatal que regula la política monetaria

y cambiaria del Estado.

c) Instituciones de Microfinanzas, que tienen por objeto estimular el fomento y desarrollo económico de los sectores de más bajo ingreso, financiando actividades en pequeña escala de producción, comercio, vivienda y servicios.

d) Almacenes Generales de Depósito o Instituciones auxiliares del crédito.

e) Instituciones reguladoras y entes vinculados al quehacer de los bancos y de las finanzas.

f) Entidades del mercado de crédito no reguladas por la SIBOIF ni por la CONAMI, como la Ley de Préstamos entre Particulares de 1994.

g) Empresas Financieras de Régimen Especial, que comprenden operaciones de factoraje; arrendamiento financiero; administradoras de fondos de pensiones; servicios de transferencia de dinero; tarjetas de crédito, tarjetas de débito, cheques de viajero, giros bancarios, cheque de cajero, cheque de gerencia; y casas de cambio, entre otras.

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2. El mercado bursátil. Normas vinculadas con la Ley de Mercado de Capitales de 2006, y con el quehacer de los entes que participan de dicho mercado, como la Bolsa de Valores, Puestos de Bolsa, Entidades Calificadoras de Riesgo, entre otras. 3. Las Instituciones de seguros y similares. En esta clase se ingresaron normas como la Ley Nº. 733, Ley General de Seguros, Reaseguros y Fianzas de 2010. 4. Otras normas que afectan a los mercados financieros. En este apartado, se ingresaron normas jurídicas que regulan los requisitos, procedimientos de emisión y otros aspectos relevantes a los instrumentos financieros emitidos por los particulares, tales como la Ley General de Títulos Valores de 1971 y la Ley de Factura Cambiaria de 2010. III. PROCESO DE ELABORACIÓN. Etapa de Recopilación, Compilación y Ordenamiento. En noviembre de 2013, el Presidente de la Asamblea Nacional instruyó a la Directora General del Digesto Jurídico Nicaragüense proceder a elaborar el Digesto Jurídico de la Materia de “Banca y Finanzas”, de conformidad con el Artículo 4, numeral 3, de la Ley Nº. 826, Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense. De esta forma, la Directora General, orientó a la Responsable de la Dirección de Ordenamiento Jurídico, proceder a la Etapa de Recopilación, Compilación y Ordenamiento, de todas las normas jurídicas que forman el Universo Normativo de esta Materia, cumpliendo con el Artículo 2 de la Ley Nº. 826 y los criterios de delimitación previamente establecidos. La Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense, elaboró el cronograma de visitas interinstitucionales con la finalidad de obtener el apoyo y los aportes de cada una las instituciones abajo descritas, en base a las competencias establecidas en sus marcos regulatorios, lográndose aportes que fueron de gran importancia en el proceso de delimitación y recopilación de normas jurídicas pertenecientes a esta Materia; entre las Instituciones consultadas están:

a) Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), b) Banco Central de Nicaragua (BCN), c) Comisión Nacional de Microfinanzas (CONAMI), d) Fondo de Garantía de Depósitos de Instituciones Financieras (FOGADE), y e) Unidad de Análisis Financiero (UAF).

Con la información obtenida de dichas Instituciones y de la revisión del Repositorio Documental Digital del Digesto, la Dirección de Ordenamiento Jurídico, compiló el marco normativo nicaragüense vigente y sin vigencia, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, Boletines Judiciales, Diarios de Circulación Nacional y Códigos de la Legislación. La revisión abarcó desde 1821 a 2016. Se compilaron también todos los Instrumentos Internacionales aprobados por el Estado de Nicaragua a través de: tratados, convenios, acuerdos, protocolos y adéndum, debidamente aprobados y ratificados de conformidad a los procedimientos establecidos en la Constitución Política de la República de Nicaragua, acompañados de sus respectivos textos.

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Merece un especial reconocimiento la colaboración de los funcionarios del Banco Central de Nicaragua, como ente estatal regulador del sistema monetario, en el marco del Acuerdo de Colaboración y Cooperación suscrito con la Asamblea Nacional el día 25 de noviembre de 2013, en base al cual se lograron obtener fondos históricos importantes vinculados con esta temática. Cabe señalar que la Dirección General del Digesto Jurídico durante la elaboración de este Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas, hizo una exhaustiva investigación en los Boletines Judiciales, y no se identificó ninguna sentencia dictada por la máxima instancia del Poder Judicial, Corte Suprema de Justicia, que declarare inaplicable por inconstitucionalidad alguna de las normas incluidas en la materia. Como resultado de esta primera Etapa, la Dirección de Ordenamiento Jurídico, había recopilado y conformado una Base de Datos de normas jurídicas integrada por 557 registros, divididos en 277 normas vigentes, 209 sin vigencia o derecho histórico, 44 instrumentos internacionales y 27 normas a consolidarse. Etapa de Análisis, Depuración y Consolidación Normativa. La Directora General del Digesto Jurídico, orientó al Responsable de la Dirección de Análisis Normativo, el inicio de la Etapa de Análisis, Depuración y Consolidación Normativa de la Materia. Se procedió a realizar en una primera etapa, el control de calidad de la Base de Datos remitida, proceso mediante el cual se constató que la recopilación se había realizado conforme a los criterios de delimitación establecidos para el Digesto Jurídico de la Materia de “Banca y Finanzas”. Posteriormente, se procedió al análisis de vigencia de cada norma fundamentado en el Artículo 15 de la Ley Nº. 826, Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, que son los siguientes:

a. Que haya sido derogada de forma expresa o explícita por otra norma posterior; b. Que sea inaplicable por haber sido declarada inconstitucional por resolución de la

máxima instancia del Poder Judicial; c. Que tenga plazo vencido; d. Que haya cumplido su objeto; y e. Que haya sido derogada de forma tácita o implícita por otra norma posterior.

En base a estos criterios, se realizó el estudio jurídico individualizado de cada norma, contrastando en la historia normativa del país, las normas antiguas con las normas más recientes, detectando así contradicciones e incompatibilidades en las regulaciones sobre una misma materia.

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De acuerdo a la Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense de la Asamblea Nacional, producto del análisis normativo realizado se alcanzó el siguiente resultado global:

Registros Cantidad

Registro de Normas Vigentes 15

Registro de Instrumentos Internacionales 23

Registro de Normas Sin Vigencia o Derecho Histórico

558

Registro de Normas Consolidadas 15

TOTAL 611

Este resultado nos indica que en la Materia de Banca y Finanzas únicamente 30 normas (vigentes y consolidadas), que equivalen a un 5% del universo normativo de la Materia, están vigentes a la fecha y plenamente aplicables, logrando de esta forma una limpieza normativa general de 558 normas (91%), cuya situación de vigencia antes de este Digesto Jurídico no estaba claramente definida. Normas Sin Vigencia

Causal de pérdida de vigencia Cantidad

Derogada expresamente 170

Objeto cumplido 331

Plazo vencido 36

Derogada tácitamente 21

TOTAL 558

Es importante señalar que de las 558 normas sin vigencia o derecho histórico, únicamente 170 normas fueron derogadas de forma expresa, 21 perdieron su vigencia por derogaciones tácitas, 331 por objeto cumplido y 36 por plazo vencido, por lo cual concluimos que 388 normas sin vigencia o derecho histórico se mantenían en el sistema jurídico, contaminando el resto del ordenamiento normativo del país, planteando regulaciones desfasadas, anacrónicas y contradictorias con las legislaciones y regulaciones modernas, obstaculizando una correcta aplicación de las normas vigentes. Consolidación Normativa. La Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, establece la obligación de identificar aquellas normas vigentes cuyo articulado ha sido modificado mediante reformas, adiciones, derogaciones expresas y tácitas, o cualquiera de las modalidades indicadas en el Artículo 17 de la referida Ley, para proceder posteriormente con la consolidación normativa, siendo el producto de la misma, la elaboración de textos únicos y actualizados de estas normas, los que de acuerdo a la legislación vigente, se denominan Textos Consolidados. En esta Materia, se identificaron un total de quince (15) normas jurídicas consolidables: doce (12) Leyes, y tres (3) Reglamentos.

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Las quince (15) normas consolidadas contienen un total de 1,109 artículos, que fueron estudiados, analizados y actualizados, incorporándose a los Textos Consolidados, las afectaciones producidas por las disposiciones de cuarenta y seis (46) normas en ciento sesenta y cuatro (163) artículos. De conformidad con los Artículos 20 y 21 de la Ley Nº. 826 Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, se efectuaron correcciones ortográficas, gramaticales y de estilo a los Textos Consolidados de la materia, uniformando el uso de puntos, acentos, mayúsculas, viñetas, márgenes y negritas, en más de 372 artículos. El Ing. René Núñez Téllez (q.e.p.d.), Presidente de la Asamblea Nacional, envió comunicación escrita a los diferentes Ministros, Presidentes y Directores de los organismos públicos vinculados con la aplicación de las normas de la Materia de Banca y Finanzas, con el objetivo de revisar de forma conjunta los aspectos más complejos de dichas normas. Las instituciones que participaron en este proceso fueron: Banco Central de Nicaragua BCN, Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras SIBOIF, Instituto Nicaragüense de Seguros y Reaseguros INISER, Comisión Nacional de Microfinanzas CONAMI y Fondo de Garantía de Depósitos de Instituciones Financieras FOGADE. Fue decisivo el valioso apoyo recibido por parte de los titulares y delegados de cada Institución respaldando la labor realizada por la Asamblea Nacional a través de la Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense, reconociendo la gran importancia que tendrá no sólo para el ordenamiento del marco normativo del país, sino para la solución de problemas normativos derivados de la contaminación legislativa, que dificultan su labor institucional cotidiana.

FUNDAMENTACIÓN.

La Asamblea Nacional de Nicaragua ha venido desarrollando acciones concretas con el objeto de ofrecer a la ciudadanía, no sólo la aprobación de leyes que conformen un marco jurídico adecuado a los planes de desarrollo del país, sino también contribuir con el fortalecimiento de la seguridad y certeza jurídica del mismo, implementando herramientas que permitan ordenar y consolidar todo el sistema jurídico vigente. En este sentido, este Poder Legislativo a través de la aprobación de la Ley Nº. 826, Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense, asumió el reto, el compromiso y la deuda histórica con los y las nicaragüenses, de garantizar a mediano plazo, un sistema de normas coherente y seguro, mediante el cual se tenga la suficiente certeza de cuáles son las normas jurídicas vigentes y por tanto aplicables y exigibles ante el Estado y ante los mismos ciudadanos; y cuáles son las normas sin vigencia o derecho histórico y los instrumentos internacionales que son los compromisos adquiridos con otros Estados. A la fecha la Asamblea Nacional, ha aprobado dos Digestos Jurídicos: Sector Energético, que incluye lo relativo a energía eléctrica, hidrocarburos y minería; y Materia de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN). Adicionalmente, se encuentra en proceso

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de consulta y dictamen el Digesto Jurídico de la Materia de Propiedad Inmueble ante los miembros de la Comisión de Justicia y Asuntos Jurídicos. En este contexto, se presenta ante este Honorable Poder Legislativo, el Digesto Jurídico Nicaragüense de la Materia de Banca y Finanzas, de conformidad con el Artículo 4 numeral 3) de la Ley Nº. 826, Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense. La aprobación de este Digesto Jurídico será de suma importancia para simplificar, depurar y ordenar con claridad y certeza el marco jurídico vigente y sin vigencia o derecho histórico de la Materia de Banca y Finanzas del país, eliminando normas que no han sido derogadas de forma expresa y que constituyen un elemento contaminante que interfieren en la correcta aplicación de la legislación vigente. También en este Digesto Jurídico se están consolidando quince (15) normas vigentes con sus reformas incorporadas de forma lógica y coherente, entregando a la ciudadanía textos únicos actualizados de cada norma con valor legal. Finalmente certifica la vigencia de las quince (15) normas de la materia y la referencia a sus veintitrés (23) Instrumentos Internacionales.

De acuerdo al Artículo 24 de la Ley Nº. 826, adjunto a la presente Iniciativa de ley, los anexos siguientes, que son parte integral de la misma: Anexo I Registro de Normas Vigentes. Anexo II Registro de Instrumentos Internacionales. Anexo III Registro de Normas Sin Vigencia o Derecho Histórico. Anexo IV Registro de Normas Consolidadas. Por todo lo antes expuesto, solicito que la presente Iniciativa de Ley sea sometida al conocimiento de la Junta Directiva, e incluida en Agenda para su presentación ante el Plenario y su correspondiente trámite de Ley.

IRIS MONTENEGRO Presidenta por la Ley

**HASTA AQUÍ LA EXPOSICIÓN DE MOTIVOS**

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LEY N°.___

LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA

Considerando I

Que la Constitución Política establece que el Poder Legislativo del Estado lo ejerce la Asamblea Nacional por delegación y mandato del pueblo, siendo su atribución primordial la elaboración y aprobación de leyes y decretos, así como reformar, derogar e interpretar los existentes;

II Que la Banca y las Finanzas son pilares fundamentales del Estado de Nicaragua, en base al Artículo 99 de la Constitución Política, que establece que el Banco Central y las otras Instituciones Financieras del Estado son instrumentos de fomento, inversión y desarrollo, y diversificarán sus créditos con énfasis en los pequeños y medianos productores.

III Que la Asamblea Nacional de Nicaragua, a través de la aprobación de la Ley N°. 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense”, establece los principios y procedimientos para la elaboración, aprobación, publicación y actualización del Digesto Jurídico Nicaragüense, garantizando así el ordenamiento del marco normativo vigente del país, para fortalecer la seguridad jurídica y el desarrollo económico, social, político y cultural del Estado nicaragüense.

IV Que se considera necesario ordenar el marco normativo de esta Materia de Banca y Finanzas para conocer y aplicar la estrategia futura para poder contar con un sistema bancario y financiero ágil, seguro y eficaz que fortalezca el desarrollo de nuestra nación.

POR TANTO,

En uso de sus facultades;

HA ORDENADO

La siguiente:

Ley Nº. ___

LEY DEL DIGESTO JURÍDICO NICARAGÜENSE DE LA MATERIA DE BANCA Y FINANZAS

Artículo 1. Objeto.

El Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas, tiene como objeto recopilar, ordenar, depurar y consolidar el marco jurídico vigente de esta materia, de conformidad con la Ley N°. 826, “Ley del Digesto Jurídico

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Nicaragüense”, publicada en La Gaceta, Diario Oficial N°. 245 del 21 de diciembre del 2012. Este Digesto contiene los Registros de las normas jurídicas vigentes; los Instrumentos Internacionales vigentes aprobados y ratificados por el Estado de Nicaragua; las normas jurídicas sin vigencia o derecho histórico; y las normas jurídicas consolidadas, vinculadas a la materia bancaria y financiera del país.

Artículo 2. Registro de Normas Vigentes. Declárense vigentes las normas jurídicas que integran el Registro de Normas Vigentes y que se encuentran detalladas en el Anexo I.

Artículo 3. Registro de Instrumentos Internacionales. Apruébese la referencia a los instrumentos internacionales que integran el Registro de Instrumentos Internacionales y que se encuentran detalladas en el Anexo II.

Artículo 4. Registro de Normas Sin Vigencia o Derecho Histórico. Declárense sin vigencia las normas jurídicas que integran el Registro de Normas sin Vigencia o Derecho Histórico y que se encuentran detalladas en el Anexo III.

Artículo 5. Registro de Normas Consolidadas.

Declárense vigentes las normas jurídicas que integran el Registro de Normas Consolidadas y que se encuentran detalladas en el Anexo IV.

Artículo 6. Publicación.

Se ordena la publicación en La Gaceta, Diario Oficial, de: Anexo I, Registro de Normas Vigentes; Anexo II, Registro de Instrumentos Internacionales; Anexo III, Registro de Normas sin Vigencia o Derecho Histórico; y Anexo IV, Registro de Normas Consolidadas, conteniendo los listado de los Registros que integran el Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas, así como la publicación de los textos de las normas consolidadas.

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Artículo 7. Autorización para reproducción. La reproducción comercial del Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas, debe contar previamente con la autorización escrita del Presidente de la Asamblea Nacional.

Artículo 8. Adecuación institucional.

Las instituciones públicas a cargo de la aplicación de las normas jurídicas contenidas en el presente Digesto Jurídico, deberán revisar y adecuar sus marcos regulatorios al mismo, sin perjuicio de sus facultades legales para emitir, reformar o derogar las normas que estén dentro del ámbito de sus competencias.

Cuando las instituciones públicas competentes realicen modificaciones a las normas contenidas en este Digesto Jurídico, deberán informar a la Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense, suministrando la documentación correspondiente.

Artículo 9. Actualización de los registros del Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas.

La Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense de la Asamblea Nacional, de conformidad con el artículo 18 de la Ley No. 826, “Ley del Digesto Jurídico Nicaragüense”, actualizará de forma permanente y sistemática el contenido del Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas, conforme la aprobación y publicación de nuevas normas jurídicas relacionadas con esta materia.

Las instituciones públicas que tengan competencias sobre las normas contenidas en el Digesto Jurídico de la Materia de Banca y Finanzas cuando realicen modificaciones a las mismas, deberán informar a la Dirección General del Digesto Jurídico Nicaragüense de la Asamblea Nacional, suministrando la documentación correspondiente, con el objetivo de actualizar el presente digesto jurídico.

Artículo 10. Vigencia.

La presente Ley entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta, Diario Oficial.

Dado en la Sala de Sesiones de la Asamblea Nacional a los ___ días del mes de ____ del año dos mil ___________.

Lic. Iris Montenegro Blandón Presidenta por la Ley de la Asamblea

Nacional

Lic. Alba Palacios Benavidez Secretaria de la Asamblea Nacional