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Los otros mundos de J. J. Bentez
Casos extremos
RICKY B.
UNA HISTORIA OFICIALMENTE IMPOSIBLE J.J. BENTEZ
RICKY B.
UNA HISTORIA OFICIALMENTE IMPOSIBLE
NDICE
USA 13
Espaa 21
Egipto 65
Espaa 105
USA 131 Mxico, D. F. 165
USA 169 Mxico, D. F. 233
2
Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente,
sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos
reservados.
J. J. Bentez, 1997 Espaa 249
Editorial Planeta, S. A., 1997 Yucatn (Mxico) 285
Crcega, 273-279, 08008 Barcelona (Espaa)
Diseo de la coleccin: Compaa de Diseo
Ilustracin de la cubierta: foto de Ricky, por gentileza del
ingeniero. Procedencia de las ilustraciones: fotos Beatriz
Sandoval, Blanca Rodrguez, Eduardo Caizares, familia Aguilar,
familia Herrera, Iker Jimnez, el ingeniero, J. J. Bentez, Jimnez
del Oso, Jos Martnez, Lucy Lovick, Magdalena Godoy, Mara del
Carmen Aguilar, Manuel Coln, Satcha Bentez y Sebastin
Moreno.
Planeta Colombiana Editorial S. A. Carrera 68A No. 22-55 - Santa Fe de Bogot, D. C.
ISBN: 84-08-02296-2
Primera reimpresin (Colombia): abril de 1998 Impresin y
encuadernacin: Printer Colombiana S. A. Impreso en Colombia -
Printed in Colombia
3
Primera parte
Los heterodoxos piensan, hablan, escriben y actan para unos
pocos. Si usted pertenece a la gran masa, si jams mira al cielo o
hacia s mismo, no se moleste en leer esta investigacin. No
comprender...
J. J. BENTEZ
4
A Blanca, que me acompa hasta el final.
USA
Lunes, 2 de septiembre (1996).
05 horas.
Cruzo el Distrito Federal sin tropiezos. Contina lloviendo.
Aeropuerto internacional Benito Jurez.
Vaya por Dios!... Empezamos bien. El trfico areo es una
espesa tela de araa.
El vuelo de United Airlines despega con retraso. Segn mis
cuentas, con veintiocho minutos y treinta segundos.
Slo falta que llegue tarde a la cita con Ricky...! Y al miedo, a ese indeseable compaero de viaje, se une el
nerviosismo.
Bien... Ah voy!
El cronmetro seala las ocho horas, treinta y seis minutos y
diez segundos.
Adis..., Mxico!
Y por delante... dos mil millas!
Abro el cuaderno de bitcora. Y examino las imgenes de
Ricky, la supuesta aliengena... por ensima vez. Me la s de memoria...
Ser realmente uno de "ellos"?... No, me niego a pensar...
Ahora no...
5
Y me aferro al cuestionario. Y lo repaso. Y lo corrijo...
Caf? Claro, seorita... Todo el caf del mundo. Y la azafata observa de reojo las fotografas de la bella
gringa.
Y comenta, guindome el ojo:
Su novia es muy guapa... Sonro sin ganas.
Si t supieras...
10.30, hora local.
Aterrizaje impecable.
Aplausos para el capitn Khein. Y la gran metrpoli norteamericana resplandece altiva en el
horizonte.
Ha llegado el momento!
Y al abandonar el avin sucede algo...
Dnde est el "compaero"?... Qu ha sido del punzante e
implacable miedo?
Y con paso rpido, camino del control de pasaportes, me
respondo atnito:
S, me siento tranquilo... Extraamente en paz... Examino las manos.
Pulso normal.
Pero dnde ha ido a parar el familiar y penoso temblor de
hace unas horas?
Inspiro hondo y sonri para mis adentros... La "fuerza"!...
Ha regresado!...
Merdi vienne..., "Abuelo"!
Y busco... Busco en los interminables y funcionales pasillos...
Un telfono!... Necesito un telfono!... Ricky espera mi llamada!
Ms sorpresas...
Mierda!...
Cientos de orientales los inevitables y omnipresentes japoneses hacen cola frente a las cabinas de inmigracin.
10.40.
Inaudito!...
Uno de los aeropuertos ms concurridos del mundo y no veo un solo telfono...
Empujo con la mente. Intil. El funcionario no tiene prisa.
6
10.50.
Ya falta menos...
Una treintena de nipones me separa de la lnea verde.
Los nervios protestan... y yo tambin. Primer susto. Un inspector se acerca a la fila. Y me elige!...
No me extraa... Al lado de tanto "mini-japons debo de parecer el Michael Jordan ese...
Y exige los papeles.
Motivo de su visita a Estados Unidos?
Y dudo...
Qu respondo? Cmo le explico? Cmo le digo que
intento reunirme con una mujer que quizs es y no es humana"?
Podr entenderlo y entenderme? Ser capaz de admitir que una supuesta compatriota suya Ricky no es lo que parece? Cmo hablarle de extraterrestres... infiltrados entre nosotros?
Y me escurro con un lacnico y asptico... profesional...,
motivo profesional.
Pero el funcionario, insatisfecho, trata de desnudarme con la
mirada.
Y me digo:
Lo tienes crudo...
No s por qu quizs porque soy un malvado, pero estas situaciones me divierten...
Y desconfiado y minucioso, hojea de nuevo el pasaporte.
Calma insisto mentalmente. Sobre todo, calma... Y relVuelvo en el tico de las excusas, buscando un motivo (?)
medianamente creble. Pero, de momento, no aparece...
Y el lance dichoso Destino! se envenena. De pronto se detiene en una de las hojas. Lee y regresa a mis
ojos. Y adivino una incipiente y velada agresividad.
Seala uno de los sellos ovoide en rojo, para mayor desgracia y se arma hasta los dientes...
Vaya por Dios!... Tambin es mala pata!
Y montado en la sospecha, agrio por dentro y por fuera,
pregunta:
Profesin? Aquel sello estampado por la Repblica de Cuba enciende
al individuo.
Periodista replico al punto y con orgullo. Y el inspector aprieta...
Es usted comunista? Y fro como el mrmol me apunto a un juego divertido..., y
peligroso.
7
Currista... Soy currista. Pero el obtuso, obviamente, no capta la larga cambiada.
Cmo traducir al ingls una expresin tan taurina?
Caguista? Y sujetando la risa con dificultad repito desafiante:
Currista!... De Curro! Y el muy traidor se destapa: habla espaol! Menos mal que
no he mentado a su seor padre..., entre dientes.
Y exige de nuevo una explicacin.
Cuguista?... Qu es cuguista? Y me ensao... El rgimen poltico-social perfecto, amigo. Y atnito,
insiste...
En Espaa son cuguistas? Y me adorno a lo Curro Romero...
Slo los inteligentes... Y perplejo, se cierra en tablas. Pero, vamos a ver... eso es democrtico? Y lo descabello...
Dgame... es Dios democrtico? Oreja y vuelta al ruedo... Y con una estudiada y oportuna sonrisa pongo fin a la faena
Y el gringo, en las nubes, se suaviza. Gracias, Curro!
Est bien, seor cuguista..., pero a qu viene exactamente?
Y suelto otra verdad. Mejor dicho, media verdad...
Estoy citado con una estrella... Y el funcionario, temiendo una nueva fresca, se rinde.
De cine?... Qu suerte!... Que tenga un buen da! Y al recuperar el pasaporte redondeo la frase mentalmente:
S..., una "estrella" del firmamento... Nunca mejor dicho.
11.04.
Mi turno... Al fin! Y el polica repasa y verifica el impreso de entrada.
Contempla la fotografa de aquel descarado y levanta la vista,
examinndome.
Sostengo la escrutadora mirada.
Finalmente teclea aburrido en el diminuto ordenador.
Y leo con l:
No existe.
La clave equivalente a estar limpio de antecedentes me libera.
Y el sello, golpeando el pasaporte, suena a pistoletazo de
salida.
Autorizado el ingreso en USA... Ahora s... Ahora empieza la
8
gran carrera. Y Ricky es la meta
Y vuelo por los pasillos...
Reconocer la verdad?... Aceptar que no es de aqu?...
Admitir la aparentemente fantstica versin del ingeniero? ... O me mandar a paseo? Pronto saldr de dudas... Muy
pronto...
11.10.
Un telfono!... Pero qu pasa en este maldito aeropuerto?
Necesito un telfono!
Y el Destino (?) tensa la cuerda... Cun sabio es!
Y rebusco en los bolsillos. Y en la bolsa de mano que me
acompaa... Nada!... Ni un centavo!
Con los nervios y las prisas he olvidado lo ms importante:
moneda fraccionaria...
Pregunto. Subo. Vuelvo a bajar. Corro...
Y en la estpida caza de los coin procuro animarme:
Estoy cerca..., s... Ricky est ah fuera... Voy a conocerla!...
La verdad es ma! Pobre iluso!
Cmo imaginar en esa frentica carrera contra el reloj lo que
me deparaba el caprichoso Destino (?)?
11.15.
Desisto.
No hay forma de obtener monedas de veinticinco centavos...
Increble!
Dicen que por un clavo un coin se perdi una batalla... Pues bien, ste es mi caso.
Tres cuartos de hora de retraso!... Ricky pensar que he
fallado, que no he acudido a la cita... Y el Destino (?), impasible en su momento, destensa... Y lo hace por boca de un amable japons.
Las tarjetas de crdito... Cmo no se me ha ocurrido
antes?... Soy un intil!
Y la voz clida y acariciante de Ricky cmo no! responde al primer toque.
Por fin! Y el Destino (?) se explica...
Todo bien?... Ha hecho un buen viaje?... Estaba preocupada... He tenido que salir y acabo de regresar... Justo un
minuto antes de su llamada...
Asombroso!
9
La aparente prdida de tiempo no ha sido tal...
Qu hubiera ocurrido si telefoneo... y no contesta nadie?
Probablemente, nada... O s?
Pero "alguien" (?) me ha ahorrado cuarenta ycinco minutos de angustia. Una angustia de mayor calado...
Casualidad? Lo dudo... Sutilezas de mis primos? Es
posible...
Y compruebo que es cierto: el miedo a Ricky se ha quedado
en Mxico...
Me siento seguro. Decidido...
Y la mujer sugiere que aguarde en el exterior, en la puerta de
internacional.
Y me sorprende de nuevo... Estaremos ah en unos minutos... Estaremos?... Pero cuntos son? Oh, Dios!
Deb suponerlo...
Nunca trabajan en solitario... Pero qu tonteras estoy
pensando? Tranquilo!
Y el corazn me lleva al Distrito Federal mexicano... Blanca...
Deberas estar aqu! Y presuroso me encamino al punto
convenido. Estaremos?... No importa!... Hoy puedo con un
regimiento.
Pobre incauto! E ignorando lo que se preparaba, segu trepando por aquella
ilusin...
No me lo creo! Estoy a punto de conocerla!... Ser la
misma de las fotos? Y si fuera otra?
Y me corrijo...
No... Eso sera... cruel?... Imposible? Milagroso?
Despejar la incgnita?...Es Ricky uno de ellos?
10
1
ESPAA
Esta gran incgnita una de las ms irritantes en mis veinticinco aos de investigacin del fenmeno OVNI hizo acto de presencia diez aos atrs. En realidad, todo empez con una
carta de mi buen amigo y veterano investigador Ignacio
Darnaude RojasMarcos. La misiva apareca fechada el 6 de julio de 1986. En esencia, deca as (1):
ROMANCE CON UNA UMMITA EN...
ORIGEN DE LA INFORMACIN: Lyana... Es amiga personal
del ingeniero...
Nos relat esta historia en nuestra visita a su casa el 4-7-86.
Lyana est casada con un ingeniero norteamericano, y
normalmente vive en Estados Unidos...
Tiene cuatro hijos y es profesora de Universal History en un
high school norteamericano, y tambin es autora de guiones cinematogrficos.
EL PROTAGONISTA: Unos cincuenta aos, ingeniero, buen
aspecto fsico, atractivo, xito con las mujeres, se dedica a
11
negocios de construccin y gana mucho dinero. Vive
normalmente en..., y veranea en...
SINOPSIS DE LOS HECHOS: Este ingeniero fue una noche a
cenar a un restaurante de... Vio a una chica joven cenando sola, entabl conversacin con ella, comieron juntos, y luego la llev a
su casa, donde estuvo varios das como invitada. All hicieron el
amor y vivieron como amantes.
(1) Por elementales razones de seguridad, y espero que el lector vaya
comprendindolas paulatinamente, he silenciado la identidad de algunos de los Principales protagonistas de esta desconcertante historia, evitando igualmente la localizacin geogrfica de determinados escenarios. La gravedad de lo que aqu se plantea as lo exige.
En la chica todo era normal, aunque pareca "algo rara" por
ciertos detalles extraos en su comportamiento. Sola comer slo
alimentos vegetarianos. El ingeniero se fue a... a hacer unos
trabajos, y cuando volvi le dijeron que su amiga se haba pasado
da y medio en un monte cercano, sin probar alimento.
Ella le cont que haba habido un accidente de autobs en
Mxico, y que por este motivo muri una mujer, que tena por
cierto una cicatriz en una pierna. La invitada aprovech esta
circunstancia para tomar posesin del cuerpo de la fallecida, resucitarlo y vivir de ah en adelante usurpando su personalidad.
Pudo realizar tan extraordinaria operacin por ser extraterrestre y
provenir de un planeta denominado "UMMO". La singular husped
le relat a su amigo numerosos pormenores de la vida y
costumbres en su planeta natal.
El ingeniero, intrigado por tan anmalos acontecimientos, se
desplaz a..., y en una biblioteca localiz libros que trataban del
planeta UMMO y comprob que los datos proporcionados por su
"romance" aliengena coincidan con la informacin consultada en esos textos.
La mujer exhiba una cicatriz en una pierna, en
correspondencia con su relato de su entrada en el cadver de la
accidentada mexicana.
A lo largo de sus conversaciones, la chica le asegur que sus
paisanos planetarios iban a venir a buscarla y se la iban a llevar
con ellos.
Una noche se acercaron los dos a... Al volver, una luz muy
potente se acerc, y el ingeniero perdi el control del coche. Ella se puso muy excitada y le coment: "Son ellos. Vienen a por
12
m!" Al rato, el objeto luminoso se alej, desapareciendo en el
horizonte, y el ingeniero pudo conducir de nuevo el automvil.
Volvieron a la casa y se acostaron. A la maana siguiente el
propietario comprob que su amiga haba desaparecido. Y no ha vuelto a tener ms noticias de ella.
INVESTIGACIN SUBSIGUIENTE: Esta informacin, como se
ve, proviene de una conversacin "de segunda mano", nada
rigurosa y sin las necesarias precisiones. Procede ahora
entrevistar en profundidad al ingeniero, recabar de l todos los
datos pertinentes sobre acontecimientos tan llamativos,
someterlos a los imprescindibles chequeos y comprobaciones, y
redactar un informe sobre los hechos ya verificados. Recuerdo que, tras la lectura de esta carta, convencido de que
aquello slo poda ser fruto de alguna mente calenturienta,
proced a archivarla, olvidando el, aparentemente, fantstico su-
ceso. Grave error por mi parte? O es que no haba llegado el
momento? Ahora, con la perspectiva del tiempo a mi favor, me
inclino por lo segundo. Y antes de proseguir con los pormenores
de esta ascinante investigacin, el corazn pide que me desnude.
Ser justo y saludable que el lector sepa a qu atenerse desde el
principio. Como deca, en mayo de este ao (1997) se han cumplido
mis bodas de plata con la investigacin de los no
identificados. He dado ms de cien veces la vuelta al mundo.
He interrogado personalmente a ms de diez mil testigos. He
visto estas naves no humanas en cuatro oportunidades. Y
dispongo, en in, de una gruesa y privilegiada documentacin que
demuestra cmo infinidad de civilizaciones ajenas a la Tierra nos
visitan, observan y controlan desde hace miles de aos. Pues
bien, este impresionante bagaje informativo ha supuesto, entre otros beneficios, media docena de certezas y un ocano de
dudas. En mi caso resulta rigurosamente cierto que, cuanto ms
investigo, menos s. Pero, como digo, hay algo que s tengo muy
claro: amn de la realidad fsica de estas humanidades, estoy
convencido de su poderosa, sutil e inexorable influencia sobre
el comportamiento del hombre. Al menos, sobre los actos y la
conciencia de determinados individuos. Ser ms preciso. Hace
tiempo mucho tiempo que sospecho (que s) que algunas de estas civilizaciones controlan o dirigen (me fallan las palabras) las vidas de muchos seres humanos. Muchos ms de lo
que podamos imaginar...
Investigar a los investigadores. Una frase que he repetido
13
sin cesar. He aqu una de las claves para comprender lo que
afirmo. Y es en base a ese cmulo de increbles coincidencias
vividas, por ejemplo, por los autnticos investigadores, los de campo por lo que me atrevo a creer e insinuar que la historia rescatada por Ignacio Darnaude empez a ser investigada en su
momento. Antes, servidor deba conocer y penetrar el fenmeno
OVNI con mayor profundidad. Y durante casi diez aos, en efecto,
he sido intensamente entrenado para encajar y aceptar lo que,
a primera vista, puede parecer un escalofriante relato de la ms
pura ciencia ficcin. Hoy s que la historia que me dispongo a
narrar es perfectamente posible. Pero, tambin lo s, slo unos
pocos llegarn a aceptarla. No importa. Tambin lo he dicho en
pblico y en privado: los investigadores ovni estamos haciendo Historia. Investigamos y difundimos para el presente, s, pero,
sobre todo, para los historiadores y la sociedad del futuro.
Y desnudado mi corazn, proseguir con los acontecimientos,
procurando respetar el orden cronolgico en que se registraron.
Un orden, con su propio orden interno, que ratifica esa
aparentemente audaz afirmacin: Ellos saben, controlan y
dirigen.
Ignacio Darnaude Rojas-Marcos, el investigador que levant
la liebre. (Foto J. J. Benitez.)
Coincidencia? Lo dudo...
Todo en esta historia, insisto, parece mgicamente trabado.
Mgicamente planificado. Mgicamente diseado para que, en
su momento, un investigador, aparentemente por azar, se
hiciera cargo del asunto. Cun ajeno me encontraba en aquel
ao de 1988 a lo que me reservaba el Destino! A primera vista, al iniciar la construccin de mi definitivo cuartel general en el sur
de Espaa, slo estaba haciendo realidad un viejo y acariciado
sueo. Pero ahora lo s, en ese traslado se ocultaba algo ms... Porque, ante mi sorpresa, Ab-ba, mi nueva casa, sera
levantada a doscientos metros escasos de la residencia de verano
de uno de los protagonistas capitales del que podramos
denominar caso Ricky.
Coincidencia? Lo dudo...
De los 87 268 kilmetros cuadrados de Andaluca, servidor haba ido a elegir un remoto paraje en el que, casualmente,
se alzaba el chalet del ingeniero mencionado por Darnaude. De
los siete millones largos de andaluces casualmente, uno en
14
particular, slo uno, el clebre ingeniero, iba a ser mi vecino...
(1).
Y a partir de aquel ao clave 1988, los sucesos se
desencadenaron. Por razones de buena vecindad, Blanca, mi mujer, y yo terminamos conectando igualmente por aparente casualidad con dicho vecino. Por supuesto, en esas fechas servidor ignoraba quin era en realidad aquel ingeniero. Apenas
saba nada de l. Quizs lo justo en una incipiente y tmida
amistad: se dedicaba a los negocios, era abierto, sin doblez, con
un envidiable sentido del humor y, a pesar de sus sesenta aos,
posea una excelente forma fsica y mental.
(1) Quizs en otra oportunidad me anime a relatar las curiosas coincidencias
que confluyeron en ese ao de 1988, as como en 1994, para que se hiciera realidad el aorado sueo de vivir en el sur.
Y lleg 1995. Y con nuestro definitivo traslado a Ab-ba, las
visitas a una y otra casa menudearon. Y fue en una de esas
plcidas tertulias cuando, en el momento justo, surgi la sorpresa. Como ya es habitual en m pura deformacin profesional, en una de aquellas conversaciones le interrogu sobre uno de mis temas favoritos: los ovnis.
El ingeniero sonri. Y percib que se tomaba el asunto muy en
serio.
S, los he visto coment, sealando hacia el mar. Aqu mismo y en compaa de otras personas...
Le vi dudar. Y al poco, adoptando cierta precaucin, lanz una
frase que me puso en guardia. Pero tengo una historia mejor... E invocando nuestra discrecin pas a relatar muy por
encima la increble aventura con Ricky. A los dos minutos, conforme avanzaba en la exposicin, me
qued pegado al asiento. Pero no dije nada. Aquella historia me
resultaba familiar. Y al regresar a Ab-ba me apresur a
consultar los archivos. No me haba equivocado. Estaba frente al
suceso y al protagonista descritos por Ignacio Darnaude en julio de 1986. Qu casualidad!
Y durante meses hasta octubre de 1995 altern otras investigaciones con una serie de interrogatorios previos en los
que, honradamente, trat de pillar en algn renuncio al paciente
y siempre cordial ingeniero. En total, sostuve seis largas
conversaciones. Cuatro de ellas grabadas. Y siguiendo una ele-
mental tctica psicolgica procur que cada uno de los
interrogatorios se desarrollara lo suficientemente distanciado del
15
anterior como para que, en caso de fabulacin, el supuesto
testigo cayera irremisiblemente en contradiccin. Pero, ante mi
desconcierto, las sucesivas versiones fueron siempre impecables,
exactas, rigurosamente iguales. En ningn momento acert a atraparle en mentira alguna. Y una punzante duda me acos sin
contemplaciones.
Estaba ante una historia real? Durante mucho De hecho, as
me consta, al margen de unas vatiempo, a pesar de la solidez del
relato del ingeniero, liossimas fotografas tomadas por mi amigo,
jams me negu a creerlo. Era demasiado fantstico... guard un
solo recuerdo de su aventura amorosa. Ni papeles, ni direccin, ni
nombre... Y ste, precisamente, fue el segundo gran obstculo en
la investigacin. Pero una fuerza extraa e inflexible fue tirando de m hasta
que, finalmente, me embarqu en la investigacin. Sin duda lo adelanto ya, una de las ms difciles, complejas, laboriosas y delicadas en las que me he visto envuelto. Una investigacin que,
por su naturaleza, no he sido capaz de cerrar. Lo reconozco
humildemente. Aunque, pensndolo mejor, no he sido capaz o
no he querido?
Aunque parezca increble, el ingeniero no recordaba el nombre
ni el apellido de la norteamericana. Para eso soy un desastre reconoci una y otra vez.
Adems, el nombre era raro...
Y de dnde sacaste lo de Ricky? Fue la primera vez que la vi. Unos obreros me haban
hablado de ella, de una forastera muy guapa que paseaba
solitaria por el pueblo. Se alojaba en unos ex-apartamentos de
una amiga ma y, me interes por dicha extranjera en cuanto
tuve oca sin,. Marta, la duea de los apartamentos, me confirm
la noticia. Era norteamericana, muy rara, de una belleza que llamaba la atencin y, en efecto, se hallaba sola. Total, que le
ped que me la presentara. Y as fue. A los pocos das, en esta
misma casa, mientras jugaba a las cartas con unos amigos,
apareci Marta con una de sus hijas pequeas y la bella
extranjera. Y recuerdo que puse a la nia sobre mis rodillas y le
ped que eligiera las cartas. Aquello, al parecer, molest a la
norteamericana y me acus de estar corrompiendo a un nio.
Cuando le pregunt por qu se limit a responder que no deba
ensear juegos de azar a los nios porque eso perturbaba su desarrollo mental. Aquella brusquedad, aquel genio, aquel
carcter fuerte no s por qu me recordaron al protagonista de
una pelcula: el sargento Ricky. Y se qued con el apodo. Desde
16
entonces, siempre la llam as. Y a ella le hizo gracia.
Pero ya es hora de pasar a la historia propiamente dicha.
Buceando en aquellos interrogatorios procurar hacer una
reconstruccin general de la misma, poniendo de momento algunos de los hechos y circunstancias claves. El resto de los
detalles, en beneficio de una mejor comprensin, ir apareciendo
paulatinamente.
La verdad es que en aquel perodo de conversaciones previas
no todo fue bien. A pesar de los esfuerzos de mi amigo, las
fechas del incidente aparecan borradas en su memoria. Y por
ms empeo que puse, que pusimos, por ms referencias que
buscamos, lo nico que termin sacando en claro es que la breve
convivencia con Ricky haba tenido lugar despus de la muerte de Franco. No era mucho, pero no me desanim. Ahora, a los
dos aos de iniciada la investigacin, intuyo que esa laguna
mental tambin encerraba su porqu. De una forma sutil, el
lapsus me obligara a desplegar toda la artillera pesada,
poniendo a prueba, una vez ms, lo que, sin duda, distingue al
autntico investigador: la tenacidad, la constancia y la paciencia.
Pero nunca supiste su verdadero nombre?
S, me lo dijeron... Pero no consigo recordarlo. Como te he
dicho, era raro... Ten en cuenta se cans de repetir el ingeniero a lo largo de
aquellos interrogatorios que mi relacin con ella fue un simple ligue. Nada serio. Algo puramente circunstancial. Yo estaba
divorciado hace muchos aos y, sencillamente, aquella extranjera
era espectacular...
Bien, y qu ocurri? Esa misma tarde hice un aparte con ella. Le expliqu que
regresara el siguiente fin de semana y
que, si le pareca bien, poda venir a mi casa. La verdad es que me qued prendado...
Cmo era fsicamente? Rondaba los treinta aos. Alta, espigada, cabello largo y
negro. Ojos azules, profundos y preciosos. Cara de nia y una
figura aparentemente frgil y deslumbrante.
Y al viernes siguiente, entrada ya la tarde, lleg caminando
por la playa. Y poco falt para que se malograra la cita. Yo me
encontraba en la planta baja y no la o llamar. Ricky entr por la
parte de atrs de la casa y se dirigi directamente al piso superior. Menos mal que la vi cuando se diriga de nuevo a la
playa... (1).
Y ah empec a cortejarla. Salimos a cenar y la aventura se
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prolong por espacio de unos dos meses.
En ese tiempo, mi amigo, el ingeniero, empez a notar algo
extrao. Al parecer, el comportamiento de su novia no
resultaba muy normal... Al principio, si te soy sincero, pens que era una gringa
loca. Una extravagante. Slo tomaba leche y verduras. Mucha
leche. Y con la leche, todo un surtido de pastillas. En su
apartamento, en un maletn, guardaba ms de veinte frascos con
medicamentos. Pero no eran convencionales. En cada bote, de
color negro, apareca una etiqueta con algo as como una frmula
qumica. Ahora me arrepiento de no haberlos examinado con
detenimiento.
A la hora de las comidas siempre tenamos problemas. Cuando me vea devorar un filete la recriminacin era fulminante:
Te ests suicidando, lo sabes?
Y aada con una seguridad que me dejaba perplejo: T
tienes un organismo que puede vivir doscientos veinte aos.
Cuando te comes eso, te ests quitando posibilidades de vida...
Ests loco!
(1) La localidad en la que se encontraban dichos apartamentos y a la que,
desde ahora, me referir como poblacin A dista unos cuatro kilmetros de la casa del ingeniero.
La supuesta aliengena, en una de las excursiones por
Andaluca. (Gentileza del ingeniero.)
Ricky, la bella norteamericana.
Imagen tomada por el ingeniero. (Gentileza de mi amigo.)
Que fuera vegetariana no implica rareza... Es que haba ms, mucho ms. Su comportamiento, en
general, era esquivo. Sala a comprar su leche y se encerraba en
el apartamento. Y all escriba y escriba. Creo que llegu a ver
alrededor de cuarenta o cincuenta pequeas libretas de tapas
negras, repletas de una escritura muy menuda. Cuando le pre-gunt qu haca respondi que lo apuntaba todo. La verdad es
18
que su curiosidad era insaciable y sus preguntas muy extraas.
Por qu? Pareca una nia de doce aos. De pronto se quedaba
mirando a un pino y preguntaba qu edad tena. Por qu unas personas se dan la mano y otras se besan? Qu sistema poltico
tenis en este pas? ... Eran cuestiones absurdas. De un
infantilismo tal que llegu a pensar que aquella mujer haba
vivido recluida durante mucho tiempo. Le fascinaba, por ejemplo,
que la paseara en automvil y que la llevara a los pueblos cer-
canos. Se quedaba absorta frente a un puesto de pescado. En
cierta ocasin, al descubrir en mi casa unas cabezas de mero
disecadas volvi a recriminarme, argumentando que aquella
costumbre era horrible. En Sevilla, durante una visita turstica, se qued asombrada
al ver el gran nmero de botellas almacenadas en el
supermercado de El Corte Ingls.
Por qu dices que su comportamiento era esquivo? Era una observadora, pero a distancia. En los restaurantes,
cuando salamos a comer o a cenar, siempre elega el rincn ms
apartado. Y se colocaba de espaldas a la pared, de forma que
pudiera contemplar a los comensales.
Generalmente, yo vena a visitarla los fines de semana. Pues bien, el resto lo pasaba en su apartamento. Daba largos paseos al
atardecer, pero no hablaba con nadie. Tampoco tomaba el sol.
Como te digo, se encerraba y escriba.
Llegaste a leer el contenido de esas libretas? Tampoco. Y fue una lstima. Yo le preguntaba qu era lo
que escriba y contestaba: Escribo todo lo que veo, todo lo que
pienso...
El problema es que, como te deca, yo la consideraba una
loca. Y no la tomaba en serio. Hasta que, cierto da, avanzada la relacin, el ingeniero fue a
descubrir algo que le intrig.
Francamente, me asust. Al verla desnuda repar en un gran boquete que presentaba en la parte posterior de su pierna
derecha. Concretamente, en la regin de los msculos gemelos.
Era enorme. Casi se le vea el hueso. La verdad es que
impresionaba. Caba un puo. Y pregunt qu le haba sucedido.
Sus palabras me dejaron de piedra, pero llova sobre mojado y no
la cre. Respondi que, en realidad, era un ser extraterrestre, que
haba tomado el cuerpo de una mujer, fallecida en un accidente
de autobs, en Mxico.
19
Qu bien! repliqu, pensando que me tomaba el pelo. As que eres una extraterrestre...
Y Ricky, en tono grave, sin asomo de broma, explic que se
haba metido en el cadver de una mujer que muri desangrada. Y aadi que, entre los fallecidos en ese autocar,
ste era el cuerpo menos daado.
Como comprenders, le segu la corriente, sospechando que
no estaba bien de la cabeza. Pero, era tan hermosa que me dio lo
mismo...
Durante horas, a lo largo de aquellos meses, insist en el
asunto del supuesto accidente. Pero el ingeniero lgica consecuencia de su escepticismo no pudo ampliar la informacin. Todo aquello se le antoj tan fantstico que no se preocup de profundizar en la revelacin de su amiga. Recordaba,
a lo sumo, dos o tres detalles ms.
Me dijo que el autobs se despe y que la mujer desangrada permaneci varias horas atrapada bajo los hierros.
Eso fue todo. Por no saber, mi amigo no saba ni la fecha ni el
lugar del siniestro. Otro grave obstculo a la hora de emprender
la investigacin. Mxico es un pas inmenso y, lamentablemente,
cada ao, los casos de camionazos como all denominan a los accidentes de autobs se cuentan por decenas. Pero sigamos paso a paso...
Y comprend puntualiz el ingeniero por qu siempre utilizaba pantalones.
Por cierto, se maquillaba? Nunca. Era todo menos femenina. Jams he visto una mujer
que se cuide menos. No se perfumaba. No se pintaba. Y te dir
ms: careca del sentido del pudor. Cuando entraba al retrete,
jams cerraba la puerta. Le daba igual.
En mi afn por reunir un mximo de documentacin sobre la personalidad y costumbres de Ricky, me vi obligado,
naturalmente, a interrogar al ingeniero sobre sus relaciones
sexuales con la supuesta aliengena. Y poco a poco, mi amigo fue
revelndome detalles que, posteriormente, resultaran altamente
esclarecedores. Por ejemplo: Ricky era una mujer fra. Nunca
experiment un orgasmo. Se limitaba a complacer a su amante.
Haba aspectos sexuales que dominaba. En otros, en cambio, era
una completa ignorante.
Quizs lo que ms me llam la atencin redonde mi amigo fue su extraa forma de disfrutar del sexo. Cuando hacamos el amor se tiraba de los cabellos. Al preguntarle por qu
haca aquello respondi que en el cuero cabelludo se halla una de
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las zonas ergenas de la mujer. Y pens: Est como una cabra.
Crees que se enamor? No. Lo nuestro, como ya te mencion, fue una relacin
superficial y distante. Te utiliz? Es posible. Pero, si lo hizo, fue con algn objetivo absurdo o
que no termino de ver claro. Yo responda a sus increbles
preguntas, la paseaba y, en definitiva, la pona en contacto con
algo que, al parecer, le interesaba mucho. Pero no hubo amor.
Es ms: tuve la sensacin de que careca de sentimientos.
Ricky, por supuesto, sigui insistiendo en su origen no
humano. Y le explic a su amante que ellos procedan de lo que
nosotros llamamos la constelacin de Orin. Concretamente, de un mundo que recibe el nombre de "Acrn".
Y el ingeniero comenz a dudar.
Cuando me habl de Acrn consult una enciclopedia. Y vi
que la temperatura de ese lugar rondaba los seiscientos grados
centgrados. Ya te pill!, me dije. Y al volver a verla, convencido
de que todo era una broma, pregunt con cierta sorna: y qu
temperatura tenis en vuestro mundo?
Setecientos grados, replic al instante. Me qued perplejo.
Entonces, como lo ms natural, aadi que ellos vivan bajo la superficie, protegidos por una corteza calcrea. Como podrs
suponer, yo no sala de mi asombro. Y me explic que carecan de
cielo.
Supongo que no te interesaste por el verdadero aspecto fsico de esos supuestos seres...
Para nada. Por qu hacerlo si no daba crdito a sus palabras? Ella continuaba asegurando que era extraterrestre y a
m, la verdad, por un odo me entraba y por otro me sala. La
seora era guapsima y eso era lo nico que importaba. Pero, poco a poco, fui presenciando actitudes que me confundieron. Por
ejemplo: cuando se quedaba a dormir en mi casa, a las tantas de
la madrugada la vea desaparecer de la cama y, casi desnuda,
bajaba a la terraza y comenzaba a practicar una especie de
extraa danza. Algo as como el tandava de Shivanataraja. Y
as permaneca durante horas... A la maana siguiente, al
interrogarla sobre el porqu de tan singular comportamiento,
Ricky responda que aquello era una forma de ponerse en ar-
mona con el cosmos. Naturalmente, el cada vez ms confuso ingeniero, medio en
broma medio en serio, termin preguntndole la razn de su
visita a la Tierra.
21
He venido, me dijo, para investigar. Investigar? S aadi, entre otras cosas, a un viejo maya que
conserva la memoria gentica y puede leer los jeroglficos... Y me cont cmo, tras meterse en el cuerpo de la mujer,
vivi un tiempo en Mxico, investigando el asunto de los mayas.
All, al parecer, tuvo otro novio. Un mexicano...
Ricky, en efecto, hablaba castellano, aunque segn el ingeniero con un notable acento mexicano.
Al interesarme por el grado de inteligencia del extrao
personaje, mi amigo fue rotundo:
Brillante. Y recurri a un nuevo ejemplo. Yo presumo de ser un excelente jugador de ajedrez. Pues
bien, en cierta ocasin le mostr un juego realmente diablico: el
Otelo. Llevo practicndolo ms de veinte aos y jams me ha
ganado nadie. Le ense a jugar y en la primera partida, a los
pocos minutos, me destroz. Aquello me lleg al alma. Cmo era
posible?
Cuestin de gentica argument Ricky. Y volv a intentarlo. Pero fue una derrota tras otra.
Y ya nunca podrs ganarme... remat la muy condenada. Y as fue.
La relacin entre el ingeniero y la bella norteamericana se
prolongara, al parecer, por espacio de unos tres meses. Tampoco
este vital dato apareca con claridad en la memoria de mi amigo.
Slo recordaba que la visitaba cada fin de semana y que, de vez
en cuando, hacan viajes cortos a lugares como Faro, en Portugal,
Sevilla y Marbella. En esta ltima ciudad sucedi algo que el
ingeniero, lgicamente, no ha podido olvidar...
Acudimos a una cena con otros amigos. Recuerdo muy bien a dos de ellos: Tulio y Enrique. Y ahora vers por qu. La cuestin
es que Tulio, millonario y algo prepotente, empez a pontificar,
afirmando que l se encontraba por encima del bien y del mal.
Aquella actitud irrit a Ricky y, tras calificarlo de imbcil, me
hizo la siguiente confidencia:
Este amigo tuyo morir pronto... Despus Enrique y, por ltimo, t...
Cuando le pregunt cmo poda saberlo se limit a replicar
que vea el aura de las personas y que se era el orden de las muertes.
Algn tiempo despus me lleg la noticia del fallecimiento de
Tulio. Y Enrique, efectivamente, fue el segundo...
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Tratando de buscar una explicacin racional al anmalo
comportamiento de Ricky, me interes tambin por la posibilidad
de que consumiera drogas. El ingeniero lo neg.
Yo, al menos, en el tiempo que la conoc, jams tuve esa impresin. Ni siquiera fumaba. En cuanto a beber, como te he
repetido muchas veces, slo tomaba leche. Hasta tal punto que,
cuando la besaba, saba a leche... Pareca que estaba besando a
una vaca. Y te dir ms: Ricky se mostraba abiertamente en
contra de las drogas. Una noche fuimos a cenar y vimos a unos
borrachos. Estaban cantando. Nunca he olvidado su comentario:
Cmo es posible que una droga pueda provocar esos sentimientos?
Y el romance continu. Ricky jams se retract de sus desconcertantes afirmaciones y el ingeniero, por su parte, aunque
sumido en la duda, prefiri ignorar el supuesto origen no
humano de su amiga. En realidad, y en eso llevaba razn, la
supuesta extraterrestre nunca aport una prueba slida e
irrefutable. Pero lleg el ltimo da...
Salimos a cenar, como tantas otras noches. Y fuimos a un pueblecito cercano. Y, como siempre, leche y verduras...
Y a eso de la una de la madrugada decidimos regresar. La
noche era oscura. Sin luna y bastante desapacible. Y a pocos kilmetros de la localidad A, en una larga recta, aceler. Yo
conduca entonces un Citron GS Palas.
Ricky, a mi lado, continuaba tranquila y silenciosa. Pero de
pronto la o gemir. Y en dcimas de segundo se encogi. Y
colocndose en postura fetal me dio la espalda, deslizndose
hacia el suelo del automvil. Y los gemidos arreciaron.
Qu te pasa! balbuce asustado. Qu te pasa!... No respondi. Y sigui en el piso, hecha un ovillo y
aterrorizada. Levant el pie del acelerador y, en ese instante, una extraa
luz me envolvi.
Ricky gema y gema, cada vez con mayor desesperacin.
Qu es esto? exclam desconcertado. Mis manos brillaban!... Mejor dicho, reflejaban una luz
blanca y lechosa.
Esto qu es!... Y par el coche. Y al abrir la puerta y echar pie a tierra,
comprob atnito que la luz proceda de lo alto. Era un gran foco, con una luz rarsima y muy potente. Me deslumbr. Jams he
visto cosa igual... Aquella luz era espesa, casi slida... Iluminaba
la totalidad del automvil y parte de la carretera y el campo.
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Y en cuestin de segundos escuch un ruido. Algo parecido a
un sordo y prolongado toooong... Y aquello desapareci tan
sbitamente como haba aparecido.
Qued paralizado. Y cuando reaccion, me introduje de nuevo en el vehculo. Ricky continuaba encogida y en el fondo del
piso. Sus gemidos eran ms suaves y espaciados.
Dios santo!... Ricky!... Qu es todo esto?... Trat de calmarla y de calmarme.
Y al fin, con voz temblorosa, sumida en un gran pnico,
acert a pronunciar una frase que jams olvidar:
Es una astronave..., y viene a buscarme. La interrogu.
Una astronave?... Pero la mujer, dominada por el miedo, ni siquiera pareca
escucharme. Y repeta una y otra vez:
Llvame a casa!... Llvame a casa!... Fue intil. No logr sacarle una sola palabra ms. Y con el
susto en el cuerpo reanud la marcha, dejndola en su
apartamento. Yo continu hacia mi residencia, intentando ordenar
los pensamientos. Qu era todo aquello? Qu haba ocurrido?
Una astronave?
Y esa noche comprend que Ricky poda tener razn. Pero ya era demasiado tarde...
A la maana siguiente, cuando me person en su
apartamento, la bella norteamericana haba desaparecido sin
dejar rastro. Pregunt a la duea, a la criada y a todo el mundo...
Nadie saba nada. Ricky, sencillamente, se haba esfumado.
Entramos en su apartamento. Su pequea mochila y los
maletines desaparecieron con ella. Pregunt en el pueblo. Nadie
supo darme razn. Nadie la vio partir. En el apartamento, pagado
al parecer por adelantado, no descubrimos seal alguna de desorden o de marcha precipitada. Todo apareca normal. Por
supuesto, Ricky no dej nota alguna. Slo la llave.
Y jams volv a verla. Jams tuve noticias suyas... y lamento
mi torpeza. Lamento no haberla credo. Hoy, quizs, sera ms
sabio...
Afortunadamente, el ingeniero conservaba una serie de
valiosas fotografas de Ricky, tomada durante su breve romance.
(Gentileza del ingeniero.)
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No era muy amante de las fotografas coment el ingeniero, pero, inexplicablemente, me permiti tomar unas cuantas. (Gentileza del ingeniero.)
Imagen captada en la casa del ingeniero. Junto a la norteamericana, Petru y Enrique. Este ltimo fallecido. (Gentileza
del ingeniero.)
El ingeniero cuya identidad no estoy autorizado a revelar, abrazando a Ricky. Con ellos, Petru y Enrique en las proximidades
de la localidad A. (Gentileza del ingeniero.)
Por ltimo, a ttulo de hiptesis de trabajo, aceptando que
todo fuera real, un ro de interrogantes termin ahogndome.
Hasta aqu, en esencia, la historia del romance entre el
ingeniero y la misteriosa Ricky y del no menos enigmtico final. Y
antes de proseguir me resisto a pasar por alto las reflexiones
que provocaron en m estos relatos. Y, como siempre, ser
absolutamente sincero y transparente.
Por qu fue escogido un paraje tan remoto y apartado
como la poblacin A? En aquellas imprecisas fechas entre 1975 y 1986 el lugar apenas contaba setecientos habitantes. Por supuesto, si todo obedeca a un plan, la zona era ideal: apar-
tada de grandes ncleos urbanos, de carreteras nacionales, de
aeropuertos, de medios de comunicacin y, sobre todo, de
investigadores...
Y por qu este ingeniero? Quizs por la ubicacin de su
casa? Por las caractersticas fsicas y psquicas del personaje?
Quizs porque, aos ms tarde, un investigador terminara
residiendo en el escenario de los hechos? Y qu pensar del supuesto accidente de autobs? Ocurri
realmente? Existi la mujer desangrada? Qu clase de
civilizacin est en condiciones de resucitar cadveres?
Si Ricky era uno de ellos, por qu sinti miedo? Fue todo
una magistral representacin teatral? Desde hace mucho tiempo,
los investigadores sospechamos que el fenmeno ovni podra
encerrar un ntido objetivo de concienciacin colectiva.
Nada, por tanto, sera casual. Al contrario. Cada avistamiento,
cada aterrizaje o cada encuentro cercano con los tripulantes de estas naves podra hallarse minuciosamente programado. De ser
as, fue el caso Ricky preparado para que alguien, en el
momento oportuno, se preocupara de investigarlo y difundirlo?
25
En primer lugar, de no haber sido por ese extraordinario
final, lo ms probable es que Ricky hubiera seguido dormida en
mis archivos. Fue la coherencia, la milimtrica exactitud, la
aplastante sinceridad del ingeniero y su rotunda negativa a aparecer en este libro con su verdadera identidad lo que, en
verdad, me movi a profundizar en semejante laberinto. La
descripcin de lo acaecido la ltima noche encaja perfectamente
con lo que sabemos del fenmeno ovni. Un caso tpico, me atrevo
a remachar. Tpico en lo referente a la nave, en la luz proyectada
y en la aproximacin a un automvil. No ya tan tpico, por
supuesto, en el resto de la historia.
En segundo lugar, la versin original de primera mano poco tena que ver con lo detallado por Darnaude. La palabra UMMO jams apareci en mis largas y mltiples
conversaciones con el ingeniero (1). En principio, como iremos
viendo, el asunto es mucho ms complejo y trascendental.
Ignacio Darnaude tena razn cuando, al final de su misiva,
sugiere a los investigadores que se proceda a un minucioso y
riguroso anlisis de los hechos. Efectivamente, las sorpresas me
dejaran sin aliento.
(1) Los clebres ummitas supuestos extraterrestres descendieron a la
Tierra en 1950, mezclndose, al parecer, con la raza humana. Llevo muchos aos investigando este asunto y estoy en condiciones de asegurar que, en contra de lo que afirman algunos, el fenmeno es real. Lamentablemente, nadie lo ha investigado con un mnimo de rigor y seriedad. Es posible que en un futuro no muy lejano me decida a revelar cuanto he descubierto.
Cmo entender la sbita desaparicin de Ricky? Se la haba
llevado la astronave? Ms an: si la historia era autntica, cmo
entr en Espaa? Era ste el nico caso de infiltrados en la
sociedad humana?
La verdad es que, en el mgico fenmeno ovni, ya no me sorprende nada..., y me sigue sorprendiendo todo.
Y a partir de 1995, con mi definitivo asentamiento en
Andaluca, lenta y casi involuntariamente, fui implicndome en la
investigacin. Los casos de transformacin por llamarlos de alguna manera me atraan especialmente. En 1980 tuve la oportunidad de indagar el primero. Y me desconcert. Un guardia
civil de trfico, en las proximidades de Jerez de la Frontera, haba sido testigo de excepcin de unos hechos sorprendentes (1). En
sntesis, nuestro hombre, tras perseguir con su moto a un objeto
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volante no identificado, comprob atnito cmo la nave se
converta primero en un silencioso camin de mudanzas y,
posteriormente, en dos lujosos automviles, perfectamente
orillados en la carretera de Trebujena. Y lleg a ver a los ocupantes del primer turismo, conversando, incluso, con el
conductor. Aquellos individuos eran o parecan seres humanos normales y corrientes.
Aos despus, en septiembre de 1989, en la playa de Los
Bateles, en Conil (Cdiz), cinco jvenes de dicha localidad y una
patrulla de la Guardia Civil fueron igualmente testigos de otro
suceso de parecido corte (2). Dos extraos y gigantescos seres sin rostro se acostaron sobre la arena. Y en cuestin de se-gundos, tras intercambiarse una pequea esfera azul, se alzaron y caminaron en direccin al pueblo. La sorpresa y el desconcierto
de los testigos no tuvieron lmite: aquellos seres haban
modificado su aspecto fsico. Ahora aparecan como un hombre y
una mujer, vestidos con ropas normales. Y la pareja, como digo,
penetr tranquilamente en Conil, inscribindose en un hotel. Las
identidades alemanas resultaron falsas... (1) El minucioso relato fue publicado en mi libro La punta del iceberg (pp. 129 y
ss.). (2) Amplia informacin sobre el particular en La quinta columna (pp. 258 y ss.).
Una luz lechosa, casi slida, envolvi el automvil del
ingeniero. (Ilustracin de J. J. Bentez.)
0
Monforte de Lemos (Galicia). De la esfera blanca sali un
avin de pasajeros. (Ilustracin de J. J. Bentez.)
Curiosamente, cuatro aos despus del caso de Jerez, en julio
de 1978, dos muchachas norteamericanas protagonizaban una historia muy similar. La informacin, procedente de Ignacio
Darnaude, deca as:
Conduciendo a lo largo de un tramo de carretera despejado y
solitario, al sur de Wyoming, Mickie Eckert y su amiga, Kathy
Eckard, de unos veinte aos, fueron a vivir lo que el prestigioso
investigador de ovnis Timothy Green Beckley ha denominado "el
encuentro ovni ms extrao que se ha visto jams" (1).
Las mujeres se dirigan hacia el este, hacia Nebraska, y se
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detuvieron en la orilla de la carretera para interesarse por lo que
pareca un accidente. Dirigiendo las luces hacia el lugar en
cuestin, se quedaron de piedra al ver tres objetos circulares que
se hallaban suspendidos en; el aire, a varios pies del suelo. Y de pronto, aquellos objetos se transformaron en dos
coches deportivos. Y avanzaron hacia nosotras.
Aterradas, las jvenes saltaron a su automvil, alejndose a
gran velocidad. Pero, sbitamente, por detrs, brillaron unas
luces. Eran dos camiones... Dos camiones que, al parecer,
surgieron de la nada.
Las mujeres optaron entonces por dar la vuelta, dirigindose a
Salt Lake City. Pero los misteriosos camiones hicieron lo propio,
reanudando la persecucin. Al cabo de muchas millas lograron distanciarse, entrando finalmente en la ciudad. Y respiraron ali-
viadas. Entraron en un gran almacn y terminaron rindose de lo
ocurrido. Pero, al regresar al aparcamiento, Mickie descubri una
pequea luz, del tamao de un baln de baloncesto, inmvil
sobre la zona. Se precipitaron de nuevo hacia el coche y huyeron.
Y durante varios cientos de millas todo discurri con normalidad.
Pero, al cruzar una silenciosa y pequea localidad del centro de
Wyoming, dos enormes objetos se situaron a la altura del
turismo, acompandolo. Mickie aceler, pero el vehculo no responda, como si una extraa fuerza lo manejara.
(1) El singular caso fue investigado, entre otros, por el
referido Beckley y por John D. Herrera.
Finalmente, en un paraje solitario, el coche se detuvo
misteriosamente. Y en ese instante, una bola de luz penetr en el
interior del turismo, alcanzando a Kathy. Acto seguido, esfera y
ovnis se desvanecieron.
Desconcertadas y muertas de miedo, las mujeres vieron aparecer entonces dos largas caravanas de camiones que
circulaban en ambos sentidos. Y antes de que acertaran a
reaccionar, se convirtieron en ovnis triangulares, provistos de
sendas cpulas y volando a seis pies del suelo. Y tras
experimentar una sacudida, el coche fue elevado a unos seis
metros de la carretera.
Pero la pesadilla no haba terminado.
Al ser devueltas a tierra apareci frente a ellas otro automvil.
Kathy, sin imaginar lo que se les avecinaba, salt del coche, corriendo hacia el conductor. Al poco, su compaera la vio
regresar con el rostro demudado.
Vulvete! le grit a Mickie.
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Y sta descubri la presencia de un enorme perro negro con
los ojos incandescentes. Y en ese instante, en el interior del
vehculo de las norteamericanas, sentado en el asiento trasero,
apareci un extrao individuo. Las mujeres huyeron aterradas y coche, perro e individuo se extinguieron.
Y en el silencio de la noche surgi un ruido sordo y lejano.
Se nos pusieron los pelos de punta. Y un grupo de luces apareci en el horizonte. Y aquel ruido
se hizo cada vez ms intenso. Y de pronto, las luces se reunieron,
transformndose en una gigantesca nave. Y una potentsima luz
naranja nos ceg.
Era increble coment Mickie. La carretera se llen de gente. Eran decenas, quizs cientos de personas, transportando tubos...
Pero, sbitamente, todo se desvaneci. El coche se neg a
arrancar y, al poco, se aproxim un vehculo. El conductor dijo
que se diriga a Chicago y se ofreci a trasladar a las confundidas
y aterrorizadas mujeres.
Nos detuvimos en un motel y alquilamos una habitacin.
Pero nada ms cerrar la puerta las luces se apagaron y se
encendi el televisor. Y una tenue iluminacin se filtr por las
paredes. Entonces comprendimos que no habamos escapado. Tras una noche en vela, Mickie y Kathy telefonearon a la
polica. Y al acompaarlas al paraje donde haba quedado el
coche, todo apareca cambiado: la barandilla de proteccin de la
carretera era diferente, as como las seales y la totalidad del
entorno. En un campo cercano fueron encontrados los restos de
una vaca y de una oveja. De la primera slo quedaba el es-
queleto. La segunda apareci despellejada...
En este mismo ao de 1997, investigando la reciente oleada
ovni sobre Galicia en compaa del excelente investigador de campo Marcelino Requejo, tuve oportunidad de conocer e
interrogar a otro testigo de un no menos sorprendente caso de
transformacin. En sntesis, el joven, vecino de Monforte de
Lemos y cuya identidad no estoy autorizado a revelar, nos explic
lo siguiente:
En agosto de 1995, en plenas fiestas patronales, acud con
mi novia al parque situado al pie del castillo. La noche era
esplndida. Y poco antes de las doce, por el oeste, observamos
una luz. Era como una pelota de tenis, con una especie de halo o bruma alrededor. El color era blanco. Un blanco mate, muy raro...
Y fue aproximndose. Pero lo haca con extraas oscilaciones.
Algo as como un movimiento en zigzag, pero en vertical... Y en
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silencio, sin ruido alguno, termin por situarse casi sobre nuestras
cabezas.
Nos quedamos mudos...
Y, de pronto, no s cmo explicarlo, aquella esfera luminosa se "aniquil"... Y al mismo tiempo (?) vimos aparecer un avin de
pasajeros... Fue asombroso!... Era un avin normal, con sus
luces y con el sonido tpico... Un sonido que llegaba en oleadas,
como en los aparatos de hlice.
Estimamos su altitud en unos tres mil metros,
aproximadamente. Y el "avin", al "salir" (?) de la esfera, cambi
de rumbo, desapareciendo hacia el sur.
Cuando sugerimos la posibilidad de una confusin es decir, que un ovni y un avin de pasajeros hubieran coincidido en el tiempo y en el espacio el testigo movi la cabeza negativamente. Y aadi: El cielo estaba despejado y, en esos
momentos, no vimos avin alguno. La aproximacin de la esfera
blanca dur alrededor de tres minutos. En ese tiempo, de haber
coincidido con un trfico normal, lo habramos detectado.
Lo que ya no s concretar es si dicha esfera se convirti en el
aparato o si ste "sali" de la bola luminosa... Todo fue
instantneo. La "pelota" de luz desapareci y, en su lugar, insisto,
surgi el avin... Y lo hizo cuando aqulla se hallaba inmvil. En otras palabras segn el testigo, el supuesto avin
comenz a volar en el aire y partiendo de velocidad cero!
Evidentemente, si todo esto es cierto y no dudo de la credibilidad de las personas interrogadas, nos encontramos frente a una tecnologa (?) que puede llevarnos miles, quizs
millones, de aos de ventaja. En consecuencia, a la vista de lo
narrado, por qu rechazar a priori la historia del ingeniero? En
cierto modo, el caso Ricky poda ser considerado igualmente
como un fenmeno de transformacin. Y en octubre del referido ao de 1995, como deca, puse
manos a la obra. Al principio, sinceramente, con muy escaso
entusiasmo. El panorama como ya apunt no era para lanzar cohetes.
Qu tena en realidad? Por dnde poda arrancar? Mi
objetivo en aquellos momentos se centr en Ricky. Entend que
era una de las claves. Si consegua llegar hasta ella, quizs
lograse despejar la incgnita. Pero cmo hacerlo?
El ingeniero no recordaba su nombre y, mucho menos, su apellido. No dispona de direccin o telfono. Para colmo de
males, las fechas del suceso navegaban en una oscura laguna de
once aos...
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Y durante un tiempo, ante la imposibilidad fsica de avanzar,
opt por embarcarme en otras investigaciones, manteniendo la
de Ricky al ralent. Algo
En definitiva, salvo la coleccin de fotografas, me deca que las piezas iran encajando..., en su momento. Y aprovech las
breves estancias en Ab-ba para reanudar las conversaciones
con mi desmemoriado amigo y establecer unos primeros
contactos con Marta. Y las llamadas telefnicas a USA fueron
dando fruto. La duea se mostr encantada ante mi solicitud de
colaboracin. Tambin recordaba a Ricky, aunque vagamente.
Sus recuerdos eran tan difusos que fue imposible sacar a flote el
verdadero nombre de la extranjera. Tuve que resignarme.
Naturalmente, estas imgenes algunas en color fueron exploradas hasta el agotamiento. Pero tampoco aportaron gran
cosa. En el revs no figuraban fechas o anotaciones de ningn
tipo. Y me aferr a lo nico disponible: las personas que
aparecan en dichas fotos y las que, como el ingeniero, podan
haber establecido algn contacto o relacin con la
norteamericana.
Uno de los amigos Enrique, fallecido de infarto fue obviamente descartado. Y ped al ingeniero que localizara a Petru.
Al parecer, la nica superviviente.
En la Semana Santa del ao siguiente (1996), Marta visitara
la poblacin A y, quin sabe, quizs entonces se obrara el
milagro.
Francamente, no sala de mi asombro. Cmo era posible que
nadie, absolutamente nadie, recordara la identidad de Ricky?
Ahora comprendo y sonro. Cada investigacin debe guardar un
ritmo, un suspense y una determinada dificultad, en beneficio,
sobre todo, del propio investigador. Al mismo tiempo emprend la bsqueda de Marta, la duea de
los apartamentos en los que se aloj Ricky, de sus hijos y del
ama de llaves que segn el ingeniero tambin alcanzaron a conocer a la supuesta aliengena.
Nuevo jarro de agua fra...
Marta resida desde haca aos en Estados Unidos. En cuanto
a los hijos, todos se hallaban ausentes. Victoria, ama de llaves y
responsable de dichos apartamentos durante las largas ausencias
de la propietaria, me recibi inicialmente con recelo. Por supuesto, salvo el ingeniero, nadie supo de mis verdaderas
intenciones. En principio y as se lo expuse a Victoria se trataba de localizar a una norteamericana. Pero, como digo, el
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ama de llaves me esquiv. Recordaba, s, a la bella joven que
haba mantenido el romance con el ingeniero. Eso fue todo.
Probablemente con razn, no quiso comprometerse a facilitar
dato alguno mientras no fuera expresamente autorizada por Marta. Y aunque el ingeniero intervino, mediando en mi favor, se
mostr inflexible.
Y el 12 de abril de 1996, al fin, pude conocer a Marta y a sus
hijas. Y durante varios das, en sucesivos interrogatorios, trat de
indagar y de establecer un mnimo de orden en aquella pesadilla.
Lamentablemente, ni Ana, ni Alina, las hijas, supieron aclarar
lo que ms me obsesionaba en aquellos momentos. Ninguna
saba el verdadero nombre de la misteriosa forastera. La primera, nacida en 1968, era una nia cuando Ricky visit el lugar. La
segunda, nacida en 1975, poda ser casi un beb. De hecho, sus
recuerdos eran muy borrosos.
En cuanto al ama de llaves, informada puntualmente por la
duea sobre mis inofensivas intenciones, se prest a colaborar
aunque inicialmente tampoco fue de gran ayuda.
Era una chica muy triste aclar Victoria. Sala poco. Siempre estaba sola...
En cierta ocasin, la anciana criada entr en el apartamento de Ricky, pero no observ nada extrao.
Todo apareca perfectamente ordenado... Para Victoria, en definitiva, slo fue una turista ms, aunque
algo rara y retrada. Y como si de una maldicin se tratara, la
identidad de la norteamericana sigui en el aire. Por ms vueltas
que le dieron, ni Marta ni sus hijas ni tampoco el ama de llaves
lograron poner en pie el irritante nombre.
Con las fechas corrimos la misma y psima suerte. No hubo
forma de centrar ni siquiera el ao. Para aquellas mujeres, el romance del ingeniero con Ricky careci de importancia. Y,
lgicamente, al ignorar el supuesto origen no humano de la
inquilina y lo ocurrido en la carretera la ltima noche, el paso de
la gringa por los apartamentos qued rpidamente difuminado.
Sin embargo, no todo fue fracaso en aquellas conversaciones.
De pronto, en una de ellas, Ana aport un esperanzador rayo de
luz.
Ricky no haba llegado sola a la poblacin A... El hallazgo,
despus de tantos meses de intiles tanteos, me hizo vibrar. Y Ana habl de un mdico, tambin norteamericano, que, al
parecer, acompa a la escurridiza Ricky durante los primeros
das de su estancia en los apartamentos de su madre.
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Dijo llamarse Spain. Era muy simptico. Slo hablaba ingls. Y creo recordar que estudi en la Universidad de Madison...
Marta, la duea de los apartamentos donde se aloj Ricky.
(Foto J. J. Bentez.)
Ana, la hija de Marta, que me puso tras la pista del misterioso
acompaante de Ricky. (Foto J. J. Bentez.)
Victoria, que tambin conoci a la bella y extraa
norteamericana. (Foto J. J. Bentez.)
Trat de que afinara. Pero eran muchos aos y la joven no pudo satisfacer mi rabiosa curiosidad.
No muy alto. Con gafas. Pelo castao y rizado... Ms o menos de la misma edad que Ricky. Quizs algo mayor...
La oportuna informacin fue ratificada por Marta y Victoria
que, en efecto, recordaron sbitamente al tal Spain. Pero ninguna
de las dos pudo ir ms all en sus recuerdos de la valiosa
aportacin de Ana.
Crean recordar, eso s, que el no menos enigmtico
compaero de Ricky abandon los apartamentos y la poblacin A mucho antes que la bella norteamericana. Pero tampoco
estaban muy seguras.
Respecto al medio de locomocin utilizado por la pareja para
llegar hasta el lugar, ni idea. Lo que s estaba claro es que no
disponan de coche ni de motocicleta.
Y con la flamante pista entre las manos abord otro asunto
crucial: el libro de registro de huspedes. Si el supuesto mdico
ingres con Ricky en los apartamentos, caba la posibilidad de que
su apellido Spain figurase en alguna de las pginas. Marta interrog a Victoria y sta, a su vez, se encogi de
hombros.
Quin sabe dnde pueden estar esos libros!... Han pasado
33
muchos aos...
La respuesta del ama de llaves volvi a sumirme en la
decepcin. Pero reaccion. Si era menester apunt con un entusiasmo contagioso, y contando con la autorizacin de Marta, yo mismo ayudara en la bsqueda. Sinceramente, estaba
dispuesto a poner la casa patas arriba. Lo que yo no saba en
esos momentos es que, en aquellas lejanas fechas, la obligato-
riedad de presentar las fichas de cada cliente en la polica o en la
Guardia Civil era algo muy elstico y relativo. Poco despus, al
consultar en el cuartel de la Benemrita al que perteneca la
poblacin A, el teniente dej las cosas claras:
En esos aos, muchos apartamentos eran poco menos que ilegales. Las entradas de huspedes se llevaban en plan compadre... Raras veces disponan de un registro... Y dudo que lo
conserven.
ste, efectivamente, era el caso de los apartamentos de
Marta. Pero me aferr a la frgil esperanza como un nufrago a
una tabla. E insist, intentando convencerles de lo que ya saban.
De existir esos libros, quizs, en alguna parte, pudiera aparecer el
nombre, la direccin, un telfono o el nmero de pasaporte del
providencial Spain.
Pero la bsqueda, al parecer, era tan laboriosa que mi splica debi de sonar a chino. Y por espacio de varios meses, la
paciente ama de llaves me vio llamar a la puerta de los
apartamentos, siempre con la misma pregunta y con idntico
anhelo.
No..., los libros no han aparecido. Y sistemticamente, Victoria prometa continuar en la
aparentemente imposible caza y captura de los dichosos
registros.
Es curioso. De no haber sido por aquella casi absurda tenacidad, lo ms probable es que esta investigacin hubiera
quedado abortada o gravemente demorada. Pero ellos saben...
Y simultneamente a estos fallidos abordajes decid abrir una
segunda lnea de investigacin que me permitiera llegar a Spain.
Blanca sigui aquellos pasos con preocupacin. El tema Ricky se
haba convertido en un desafo personal. No hablaba de otra cosa,
no pensaba en nada ms... Todos mis esfuerzos y mi corto
conocimiento fueron hipotecados en pro de lo que, sin duda, se
estaba convirtiendo en una obsesin: encontrar a Ricky. Y mi mujer, conocindome como me conoce, se mantuvo a una
prudente distancia, sabiendo que, en mi caso, a mayor dificultad,
mayor coraje...
34
Y encomend unas primeras gestiones de bsqueda a un
matrimonio amigo de Estados Unidos. Y Lona y Tom Woods, de
Wisconsin, recibieron el arduo encargo con entusiasmo. No era
mucho lo que pude ofrecerles: un apellido, una profesin y una universidad en la que, al parecer, haba cursado los estudios de
Medicina. Pero segu confiando en mi buena estrella...
Por supuesto, al saber del tal Spain, me falt tiempo para
visitar de nuevo al ingeniero. Y s, el hecho le sonaba... pero
ah concluy el asunto.
Ahora que lo mencionas se debati entre las, brumas de los recuerdos, s me hablaron de ese individuo... Pero nunca lo conoc. Cuando empec a salir con Ricky, ya se haba marchado...
El ingeniero no supo aclarar si estaba ante un familiar, un novio o un amigo. Es ms: jams habl con Ricky de este
personaje. Y me vi asaltado por esa inevitable compaera de
viaje: la duda. Otra ms...
Si la norteamericana era lo que deca ser, qu papel jugaba
en todo aquello el enigmtico compaero? Se trataba de otro
supuesto aliengena? Cmo y por qu haba desaparecido? Por
qu dej sola a Ricky?
Tuve que poner freno a las especulaciones. As no iba a
ninguna parte. Y Marta regres a Estados Unidos, prometiendo que me
mantendra al tanto de cualquier nueva pista. Quizs su ex
marido, ahora retirado en USA y que regent los apartamentos
durante aos, pudiera recordar algn otro detalle sobre la pareja
en cuestin.
Y antes de partir, la duea me sorprendi con una revelacin
que no s por qu tambin me resisto a pasar por alto. Quizs no tenga relacin con el caso. Quizs s...
La cuestin es que, hablando de otros temas, como suele ser muy habitual en mis conversaciones, el fenmeno de los no
identificados termin por hacer acto de presencia. Y Marta cont
algo que me dej intranquilo.
Fue una madrugada. Yo estaba dando el pecho al ms pequeo de mis hijos... Entonces vivamos aqu, en los
apartamentos... Recuerdo que estaba sentada frente a la
ventana. Y de pronto, por la colina situada junto al pueblo,
apareci una extraa, potente y silenciosa luz...
Lona y Tom Woods, el providencial matrimonio de Wisconsin
que me auxili en la difcil bsqueda de los Spain. (Foto Satcha
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Bentez.)
El hecho tendra lugar en el verano de 1970. Y digo que las
palabras de Marta me dejaron intranquilo porque, insisto, de ser
cierta la historia de Ricky, era verosmil que estos seres hubieran preparado el terreno, llevando a cabo un exhaustivo examen
del lugar y de las personas que, directa o indirectamente, podan
entrar en contacto con los infiltrados. S que la teora es
aventurada, pero, en la impresionante casustica ovni, slo lo
fantstico es real...
Y me pregunto: qu haca ese objeto frente a los
apartamentos que, aos despus, ocuparan Ricky y Spain?
Y forzado a un nuevo comps de espera, me lanc por
ensima vez a las carreteras, intentando alejarme de Ricky. No lo consegu. Las imgenes de la norteamericana se mezclaban con
las otras investigaciones, despertndome, incluso, en la
madrugada. Aquello no era normal. Jams un tema ovni suponiendo que lo fuera se haba introducido en mi mente con tanta violencia. Qu estaba pasando? Pareca como si una
fuerza invisible me empujara sin piedad hacia Ricky.
Y mi resistencia, efectivamente, dur poco.
El 11 de junio, encontrndome en Barcelona, reciba una
llamada que me situ de nuevo en el ojo del huracn de la embrollada investigacin.
Era Lona, mi querida amiga de Wisconsin. El matrimonio, ante
mi sorpresa, haba localizado a dos Spain que, al parecer,
coincidan con los datos facilitados por Ana. Posteriormente, en
una larga carta, tras detallar las mltiples gestiones desplegadas
y que nunca podr agradecerles suficientemente, Tom y
Lona Woods pasaban a informarme de las posibles direcciones
de ambos. Uno de los Spain resida en el este de Estados Unidos.
El otro, en el norte. En total, segn sus averiguaciones, el nmero de Spain existentes en USA se aproximaba al centenar. El proble-
ma es que los dos figuraban como mdicos. Cul de ellos era el
acompaante de Ricky?
Y empec a contemplar la posibilidad de viajar a Norteamrica
y de interrogarlos personalmente. Pero qu poda decirles? Les
preguntaba por su hipottico origen extraterrestre? Cmo
contarles la historia de su atractiva compatriota?
No, aquello era de locos. Y trat de serenarme. Tena que
buscar otra frmula. Tena que empezar por el principio. Cul de los Spain haba visitado la poblacin A? Una vez concretada
esta importante premisa, ya se me ocurrira algo...
Y como primera medida redact sendas cartas en ingls, con
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idntico texto. Las misivas rezaban textualmente:
Estimado seor:
Supongo que esta carta le sorprender. Soy escritor. Resido
en el pequeo pueblo costero de... y el motivo de dirigirme a usted es el siguiente: preparo un libro sobre dicho pueblo y estoy
entrevistando a numerosos extranjeros que residen en l o que lo
han visitado en alguna ocasin. Pues bien, conversando con los
lugareos, varias personas me hablaron de... Spain, un mdico
norteamericano que visit... hacia la dcada de los aos setenta.
Estas personas elogiaron a dicho mdico y, sinceramente, me
gustara localizarlo y preguntarle sus impresiones sobre dicho
pueblo. Despus de consultar a varios centros slo he podido
obtener el nombre y direccin de dos Spain mdicos. Uno de ellos, usted. Pero tengo dudas. Es usted el que visit... en dichas
fechas?
Le quedara muy agradecido si pudiera aclararme dicho
punto. En caso afirmativo, si le parece oportuno, le enviara un
pequeo cuestionario o me pondra en contacto con usted.
Disculpe las molestias. Y un milln de gracias por
adelantado.
Espero que los cielos, y los respectivos Spain, sepan perdonar
esta pequea mentira. Pero, sinceramente, no me atrev a presentarme con la verdad. Todava no...
Y en esas mismas fechas junio de 1996, el ingeniero, al fin, me colocaba tras la pista de Petru, la amiga que apareca en
las fotografas, en compaa del fallecido Enrique y de Ricky. Das
ms tarde, de regreso de unas pesquisas por Extremadura, me
detuve en Sevilla, sosteniendo una larga entrevista con la amable
y sorprendida Petru.
La aportacin de esta testigo en aquellos difciles momentos
resultara de suma importancia. Y no porque supiera el nombre de la norteamericana de nuevo la maldicin sino por su precisin a la hora de fijar fechas. Al contemplar las fotos en las
que apareca con Enrique, Petru me proporcion un dato que
centraba la poca en la que Ricky sostuvo el romance con el
ingeniero. Supongo que debi de percibir mi alegra.
Enrique fue operado de una grave dolencia hacia 1980.
Pues bien, en opinin de Petru, aquellas imgenes fueron
tomadas por el ingeniero en un fin de semana, poco antes o
poco despus de dicha intervencin quirrgica. 1980!
No poda creerlo... A pesar de la imprecisin, aquello era todo
un triunfo. Dios santo!, con qu poco puede elevarse el nimo
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del investigador...
Hacia 1980, n efecto, Ana, la nia que se sent en las
rodillas del ingeniero cuando jugaba a las cartas, poda contar
unos once o doce aos. En principio, encajaba. Ahora tena que perfilar ese poco antes o poco despus.
Respecto a Ricky, Petru no supo qu decirme. Slo la conoci
ese fin de semana y no hubo nada que llamara su atencin.
En todo caso matiz, sus ojos... Eran muy azules y hermosos.
Y, pletrico, fui a reunirme de nuevo con el ingeniero. Esta vez s tuve suerte. Al mencionar la fecha de la operacin, mi
amigo, examinando las fotografas, asinti en silencio. Y aadi
convencido: Aquella visita a m casa fue posterior a la operacin de
Enrique... Lo recuerdo porque todava estaba delicado.
Posterior a 1980... Pero cundo? El dato era vital para
intentar ordenar el rompecabezas. El problema es que las vas de
acceso a dicha fecha empezaban a agotarse. Y el instinto me
empuj nuevamente hacia Victoria.
Los libros?... Imposible... Probablemente los tir Tom, el entonces marido de la seora...
Y de la euforia, en minutos, pas a la desesperacin. El escopetazo del ama de llaves me dej inservible. Sin fuerzas y sin
ganas de proseguir.
Blanca lo advirti y, al contarle lo sucedido, su fino olfato la
hizo exclamar:
No te fes... Estoy segura que ni siquiera se ha molestado en buscar.
Y remat, tratando de compensar:
Adems, te quedan los Spain... Cierto, pero aquellos libros, de existir, podan ahorrarme
tiempo y esfuerzo.
Y como si todo estuviera meticulosa y finamente planificado,
justo en aquellos das llegaron hasta nosotros unos rumores que
le daban la razn a mi mujer y explicaban (?) el refractario
comportamiento de la anciana ama de llaves. Por razones ajenas
a esta investigacin, Victoria, al parecer, no nos miraba con
buena cara. Motivo?: nuestra amistad con el contratista que
haba levantado Ab-ba. Este seor, vecino, como Victoria, de la
poblacin A, se hallaba enemistado con la guardesa de los apartamentos. Y mire usted por dnde, Blanca y yo vinimos a
sufrir las consecuencias de ese contencioso...
Es curioso cmo, a veces, una investigacin puede truncarse o
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peligrar por razones que nada tienen que ver con la referida
investigacin.
Pero, a juzgar por lo ocurrido en las semanas siguientes,
todo se hallaba medido y bien medido A raz de una serie de desperfectos detectados en nuestra
casa fruto de la negligencia o de algo peor, la amistad con el contratista termin enfrindose. Y la noticia, lgicamente, circul
por el pequeo pueblo.
Mano de santo. A partir de ese instante, la actitud de Victoria
experiment un notable cambio. Y al volver a verla me
desconcert. Sbitamente (?) y me guard muy mucho de preguntar por qu caba la posibilidad de que los libros de registro se hallaran todava en los apartamentos.
Santo Dios!...
Y ahora me pregunto: qu habra sucedido si esos defectos
de construccin, en lugar de aparecer causalmente en esas
fechas, hubiesen sido detectados al ao siguiente o,
sencillamente, nunca?
Casualidad? Lo dudo...
La cuestin es que de la noche a la maana, merced a la
buena disposicin del ama de llaves, servidor recuperara el
castigado nimo. Los libros estaban en la casa. La intuicin jams engaa. Pero
algo (?) me deca igualmente que siguiera conservando la
paciencia. Tarde o temprano apareceran. Mejor dicho, en su
momento. Y es que, en esta desconcertante aventura, an
tenan que suceder algunas cosas... Unos hechos de especial
significacin en el conjunto de la historia.
Pero procurar no quebrar el orden cronolgico de los
acontecimientos. Slo as podremos adentrarnos con la cabeza
fra en el sutil e increble fondo del caso Ricky. La tensa espera, sin embargo, pas factura...
La falta de noticias de los Spain y la premiosa bsqueda de los
libros de registro me intranquilizaron. Y el nerviosismo peligroso enemigo del investigador estuvo a punto de arruinar todo el proceso.
Estaba decidido: saltara a Estados Unidos. La montaa ira a
Mahoma...
Blanca me pidi calma. No era el momento. Ni siquiera
conoca la identidad de Ricky. Y me propuso una tregua. En agosto causalmente deba viajar a USA para preparar el mster de mi hijo Satcha. Si para entonces no haba respuesta,
podra lanzarme a la bsqueda de los Spain. Y acert,
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naturalmente...
Y el Destino (?), implacable, activ la siguiente fase de la
operacin.
EGIPTO Casualidad? Lo dudo...
Una noche son el telfono. Era Manuel Delgado, gran experto
en Egipto. Preparaba un nuevo viaje al mtico pas y nos pidi que
le acomparamos.
Aquel mes de julio de 1996, como vena diciendo, fue quizs
el ms crtico. A pesar de las sensatas y tranquilizadoras palabras
de mi mujer, mi mente no dejaba de funcionar. Pasaba las horas
construyendo y derribando hiptesis, contemplando las
fotografas de la supuesta aliengena y visitando los apartamentos un da s y al otro tambin. Y la imaginacin se desbord,
sumindome en peregrinas especulaciones...
Si Ricky no era humana y se haba "introducido" (?) en el
cuerpo de la mujer accidentada, qu suerte corri el cadver?
Fue sepultado?... No, eso no era posible... Y qu poda ocurrir si
terminaba encontrando a Ricky?... Y qu decir de su familia?...
Estaba enterada de la hipottica suplantacin de personalidad?...
Cmo reaccionaran si les mostraba las fotos de su hija "viva"?...
Porque la verdadera Ricky, la primera, tena que haber sido declarada oficialmente muerta... O no?...
Estas y otras muchas conjeturas terminaron arrastrndome a
un preocupante estado de ansiedad. Y Blanca, gil y con gran
tino, cort de raz, aceptando la invitacin de Manolo Delgado. Y
por primera vez en aos nos dispusimos a disfrutar de quince das
de vacaciones. Creo recordar que acept a regaadientes. Pero,
en el fondo, reconoc que llevaba razn. Mi obsesin por Ricky
aconsejaba un fulminante distanciamiento del caso.
Y el 16 de julio, martes, a las diecisis horas, quince minutos y cincuenta segundos, un MS-888 de la compaa Egypt Air
despegaba de Madrid-Barajas, rumbo a El Cairo. Pocas horas
antes a las doce, en una pequea localidad de Jan, tena lugar un suceso que enredara an ms el confuso asunto de la
bella norteamericana. Pero de lo ocurrido en Los Villares no tuve
conocimiento hasta nuestro retorno a Espaa. Y menos mal...!
Esto es una locura Fue intil. Los argumentos se desmoronaban frente a la repentina, grantica y, aparentemente,
ridcula idea. Hoy, todava, me sigo preguntando: de dnde lleg aquella idea? Fue realmente ma?
Y qu pierdo con plantearlo?... Nadie tiene por qu saberlo.
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Y tmidamente, alzando la vista, busqu la constelacin de
Orin. E hice mo aquel pensamiento (?), probablemente
catapultado desde muy lejos:
Si estoy en el buen camino, si el caso Ricky es autntico, si la hiptesis de los "infiltrados" tiene alguna base, "ellos" me
darn una seal.
La excursin, en compaa de viejos y entraables amigos, se
present prometedora. Lo que no poda imaginar en aquellos
instantes es que el grupo, integrado por sesenta y cuatro
personas, iba a ser testigo de una serie de fenmenos y de un
hallazgo, a cual ms extrao. Unos acontecimientos que, si
no estoy equivocado, guardaban una estrecha relacin con Ricky.
Para ser exactos, con los seres que movan los hilos de ese monumental y descarado teatro.
Y formulada la singular peticin, una benfica placidez sec
los restos de tensin.
Sospecho que, para el lector no avisado, esta actitud puede
resultar chocante e, incluso, mover a una cierta y burlona sonrisa.
Es lgico. Para m, en cambio, despus de veinticinco aos de
brega con el fenmeno de los no identificados, la postura es
casi natural. En ese dilatado perodo de tiempo he visto,
escuchado y sentido tantos suce sos anmalos que no dispongo de otra explicacin.
Efectivamente y lo confieso sin rubor, esos seres saben,
vigilan y controlan. S que la afirmacin no es cientfica, pero no
todo es ciencia en el complejo alambique del espritu humano. Y
aado: afortunadamente. Tambin la intuicin circula por esos
circuitos. Y con qu fuerza!
Pues bien, ese sexto sentido, de la mano de la experiencia,
me dice que todo estprogramado.
Esas civilizaciones no humanas saben quines somos, qu hacemos y por qu nos movemos. , Ms an: en muchos casos,
ellos son los que dise an nuestra lnea de conducta y
nuestros supuestamente libres movimientos. Pero este convencimiento personal podra arrastrarnos muy lejos y no es
se mi propsito.
Ocurri la misma noche de nuestra llegada al hotel Mena
House, en El Cairo. Pero, obviamente, nadie lo supo. Ni siquiera
Blanca. Fue algo muy ntimo.
Hacia las dos de esa madrugada todava no s muy bien por qu aparec en la terraza de la habitacin. En un primer momento lo atribu al calor: veintisiete grados centgrados. Ahora
ya no estoy tan seguro...
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Al fondo, entre la bruma y la oscuridad, se recortaba una de
las pirmides. Y mis ojos y mi corazn se deslizaron sin querer
(?) hacia aquel firmamento vivo blanco y pulsante. Y muy a mi pesar, la familiar imagen de Ricky se instal entre las estrellas. Y
cansado, no tuve fuerzas para desterrarla. Y un sbito pensa-
miento, implacable y arrollador, me inund. Trat de disolverlo.
Imposible. Y sigui torturndome...
Lo cierto es que, fiel a mis convicciones, aquella madrugada
del 17 de julio formul la mencionada peticin. Pero, humano a
fin de cuentas, comet un error. Eso creo, al menos...
En lugar de esperar la seal la que fuera me adelant a los acontecimientos, estableciendo un rgido y particular santo y sea:
Dos luces en el cielo... Una al encuentro de la otra y en
rumbo de colisin... Y al reunirse, un fogonazo.
Torpe de m... Cundo aprender?
Y en mi estpida soberbia me atrev a fijar un plazo inexorable
para la materializacin de dicha respuesta. La seal debera
producirse durante mi estancia en Egipto.
Ni que decir tiene que a partir de ese 17 de julio mis ojos
vivieron ms pendientes del cielo que de los tesoros y maravillas egipcios. Pero nadie lo not.
Aquel mircoles, y el jueves, 18, todo discurri con
normalidad. Es decir, sin novedad respecto a mi secreto pacto.
Eso fue lo que supuse...
Tras las visitas a la meseta de Gizeh y al obelisco inacabado
de Asun permanec largo tiempo pendiente del firmamento.
Segundo y lamentable error. Inconscientemente, asoci la seal
con la noche.
Blanca, extraada, percibi algo. Pero supo respetar aquel enigmtico aislamiento. Y no pregunt... de momento.
No s explicarlo, pero saba que aquellos seres estaban
cerca. Muy cerca... Y los hechos, como iremos viendo, me daran
la razn.
Viernes, 19.
Siguiendo el programa, el grupo se dirigi a los templos de
Abu Simbel. Jornada intensa. Asistimos al espectacular despegue
del sol en el desierto, llenamos los bolsillos de meteoritos, contemplamos la colosal obra de Ramss II y, al atardecer,
navegamos por el ro Nilo, desembarcando en la isla de File.
En mi cuaderno de campo, entre dibujos y anotaciones de
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todo tipo, puede leerse:
...Negativo. Otro da "en blanco". La seal sigue sin
producirse... Me habr equivocado?...
S y no. Aparentemente, slo aparentemente, las luces en rumbo de
colisin no haban hecho acto de presencia. Y continu
esperando.
El 20 de julio, sbado, ingresamos en el Oberoi Shehrayar,
uno de los buques que recorre el Nilo.
Y ocurri algo que llam la atencin de algunos de los
expedicionarios. No muchos. Sin embargo, considerando el
asunto como fortuito, guardaron silencio.
Visita a la isla deElefantina y a la cantera de Sehel. Y en mi cuaderno otra anotacin negativa:
... Ojo!, siguen sin aparecer...
Domingo, 21.
Primer sobresalto.
Recorrimos Kom Ombo y a las 15.30 horas el grupo se reuni
en el saln del barco. Aquella era una costumbre casi diaria. Al
finalizar la jornada, generalmente al anochecer, aprovechbamos
para conversar e intercambiar ancdotas y experiencias. En esta ocasin, la presencia del doctor Jimnez del Oso, recin
incorporado a la expedicin, alter parcialmente los hbitos. Y la
tertulia de la noche fue adelantada. Ahora, con la beneficiosa
perspectiva que proporciona el tiempo, hasta ese pequeo detalle
me parece mgico. Y me explico. Lo que iba a suceder en aquel
saln exiga un mximo de testigos. Ms an: resultaba vital que
estuviera presente la prctica totalidad de los viajeros. Y nada
mejor para lograrlo que organizar un amigable y relajado coloquio
con una de las personalidades ms carismticas del mundo del misterio. Y Fernando Jimnez del Oso, con su tradicional bondad,
se prest encantado a la rueda de preguntas.
Casualidad? Lo dudo...
Dudo que el impacto hubiese sido el mismo de haberse
registrado en otras circunstancias. Todo, insisto, pareca atado y
bien atado...
Y en ello estbamos cuando, de pronto, a las diecisis horas,
Emilio Bourgn prendi la mecha, alertndonos. Y se hizo un
silencio sepulcral. Y todos, instintivamente, consultamos nuestros respectivos relojes.
Cmo era posible?
El anuncio de Emilio slo fue el detonante. Su reloj mejor
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dicho, su calendario no sealaba el da 21. Marcaba el 20. Y, extraado, formul la pregunta clave:
Alguien ms haba notado una anomala similar? Y estall el escndalo.
El de Emilio no era el nico retrasado. Y los que advirtieron la
extraa alteracin el da anterior se atrevieron a manifestarlo.
En total, en un primer recuento, contabilizamos trece relojes
con los calendarios desplazados!
Qu demonios estaba sucediendo?
La mayora indicaba el 19, viernes. Otros, como el de
Bourgn, permanecan detenidos en el 20 y algunos, incluso,
en el jueves, 18. El de Antonio Caizares, en cambio, haba
saltado al 22. El de Bla