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IV. La cultura de la legalidad en México . . . . . 73 1. Socialización jurídica general . . . . . . . 73 A. Contexto . . . . . . . . . . . . . . . 73 B. Marco legal . . . . . . . . . . . . . . 78 C. Educación formal: la escuela . . . . . . . 83 D. Educación no formal . . . . . . . . . . 86 E. Educación informal: los medios de comuni- cación . . . . . . . . . . . . . . . . 90 2. Socialización jurídica específica . . . . . . . 94 A. La enseñanza formal del derecho: la univer- sidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 B. Informática y derecho . . . . . . . . . . 99

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  • IV. La cultura de la legalidad en Mxico . . . . . 73

    1. Socializacin jurdica general . . . . . . . 73

    A. Contexto . . . . . . . . . . . . . . . 73

    B. Marco legal . . . . . . . . . . . . . . 78

    C. Educacin formal: la escuela . . . . . . . 83

    D. Educacin no formal . . . . . . . . . . 86

    E. Educacin informal: los medios de comuni-cacin . . . . . . . . . . . . . . . . 90

    2. Socializacin jurdica especfica . . . . . . . 94

    A. La enseanza formal del derecho: la univer-sidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

    B. Informtica y derecho . . . . . . . . . . 99

    NDICE 11

  • IV. LA CULTURA DE LA LEGALIDAD EN MXICO

    1. Socializacin jurdica general

    A. Contexto

    El Consejo Consultivo del Programa Nacional de Solidaridadpublic en 1990 un Informe sobre la pobreza en Mxico,108

    donde llegaba, entre otras, a las siguientes conclusiones: En1987, la poblacin del pas ascenda a 81.2 millones de ha-bitantes, de los cuales 9.1 perteneca al estrato alto; 30.8 alestrato mediano; 24.0 a la pobreza y 17.3 a la pobrezaextrema. Sumando estas dos ltimas categoras, se contaban41.3 millones de pobres: ms del 50% de la poblacin total.En su libro Qu hacemos con los pobres?, Julieta Camposactualiza estas cifras y aclara que en la base de la pirmidemexicana hay cerca de 50 millones de pobres: el 60% delpas. Explica que la pobreza extrema se sita en los lmitesde un salario mnimo o menos y, partiendo del Informe delPrograma Nacional de Solidaridad, se refiere al primer crculode la miseria urbana quince millones de personas que ga-nan entre dos y cinco salarios mnimos, a los diez millonesde personas que ganan ms de cinco salarios mnimos, a losseis millones que estn entre los cinco y nueve y a los cuatroque se ubican en un estrato bastante acomodado, recibiendoentre 10 y 19 mnimos. Slo 4 millones y medio de personasganan ms de 20 salarios mnimos.109 Los resultados del l-timo Censo de Poblacin y Vivienda, realizado por el Instituto

    73

    108 El combate a la pobreza, p. 20.109 Campos, Julieta, Qu hacemos con los pobres?, Mxico, Aguilar, 1995,

    p. 88.

  • Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica ( INEGI) , re-velan que en 1995 haba en Mxico 93 millones de habitan-tes. Los porcentajes sobre riqueza y pobreza, sin embargo, nohan variado mucho.

    El concepto de pobreza, ciertamente, es discutible. Los so-cilogos afirman que la pobreza absoluta se da cuando lagente no tiene los recursos suficientes para garantizar condi-ciones mnimas de existencia condiciones expresadas a tra-vs de caloras y niveles de nutricin, y que la pobrezarelativa se da comparando los niveles de vida promedio deuna determinada comunidad con otra.110 Las que no parecendiscutibles son las profundas desigualdades que existen enMxico. En Suecia, la distancia entre los ms ricos y los mspobres es de 4 a 1. En Mxico, los ms ricos ganan por lomenos 38 veces ms, consumen el 68% de los bienes indus-triales en el mercado y el 80% de los automviles.111 En suEncuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (1996) ,el INEGI concluye que el 10% de la poblacin concentra el41% de la riqueza nacional, mientras que el 50% de staapenas disfruta del 16% de esta riqueza.112

    Estas desigualdades, acentuadas por el hecho de que, entrelos pobres, se cuentan ms de 50 grupos indgenas que hablanlenguas y dialectos distintos al espaol,113 se ven reflejadasen la alimentacin, la salud y la educacin de cada estratosocial y de cada grupo tnico. La encuesta del INEGI precisaque de los 34 millones de mexicanos que integran la pobla-cin econmicamente activa, ms de 4 millones no tieneninstruccin alguna; 7.4 millones empezaron la educacin pri-

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    110 Abercrombie, Nicholas et al., Dictionary of Sociology, Londres, Penguin,1988, p. 191.

    111 Qu hacemos con los pobres?, loc. cit.112 Reforma, 27.03.96.113 Si se consideran las lenguas sin variante, el Instituto Nacional Indi-

    genista ( INI) ha enumerado 59. En el censo de 1990, el Instituto Nacionalde Estadstica, Geografa e Informtica ( INEGI) public que en el territorionacional se contaban 5282,347 personas que hablaban una lengua indgenadistribuidas en 55 grupos tnicos. Cfr. Informe del Instituto Nacional Indige-nista 1989-1994, publicado por el propio Instituto y por SEDESOL en 1994.

  • maria pero no la concluyeron. De los 7.16 millones que ter-minaron la educacin primaria, 2 millones comenzaron laeducacin secundaria pero no la concluyeron. De los 6.5 mi-llones que completaron la educacin secundaria, un millncomenz la educacin preparatoria pero no la concluy. Delos 2.24 millones que s la finalizaron, un milln 462 milpersonas comenzaron a estudiar una carrera pero no la con-cluyeron. En el perodo que comprende la encuesta, slo 2millones 182 mil personas consiguieron titularse despus determinar una carrera profesional.114 El promedio de escolari-dad es de primero de secundaria.

    Las cifras anteriores explican, de algn modo, por qu losvalores de las clases altas y medias altas que viven en lasciudades ms ricas del pas, tienen que ver muy poco con losde las clases medias y medias bajas que habitan en las zonasrurales, y prcticamente nada con los grupos indgenas de laselva lacandona o del desierto tarahumara. La socializacina cargo del gobierno mexicano, por lo tanto, ha empezadocreando y manteniendo valores comunes para todos estos gru-pos. Con diferencias tan pronunciadas, el concepto de mexi-canidad parece ambiguo y los esfuerzos que se han hechopara definirlo, entre los que destacan los de Samuel Ramos,los de Octavio Paz y los de Carlos Fuentes,115 han resultadoinsuficientes.

    A ltimas fechas se han efectuado novedosos estudios sobrela mexicanidad y la axiologa de los mexicanos. Uno de estosestudios nos explica que los objetivos de los mexicanos son,por orden de importancia, educar a sus hijos, ayudar a sufamilia y conseguir una buena educacin personal; que losfactores que, segn ellos, les permiten triunfar en la vida,son una educacin esmerada, inteligencia y trabajo duro; quelas caractersticas que ms admiran en una persona son lahonradez, el respeto y la dignidad; que las personas que ms

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    114 Exclsior, 03.04.96.115 Cfr. Ramos, Samuel, El perfil del hombre y la cultura en Mxico ( 1934) ;

    Paz, Octavio, El laberinto de la soledad ( 1950) y Fuentes, Carlos, El espejoenterrado ( 1992) .

  • respeto les merecen son el padre, la madre, el maestro y elsacerdote.116 Otro de estos estudios, a partir de una sofisti-cada tcnica de estadsticas, evala las preferencias sexuales,los prejuicios religiosos, las simpatas polticas y muchos otrosaspectos de los mexicanos.117 A pesar de las aportaciones quecada uno de estos estudios hace al conocimiento de la socie-dad mexicana, en ambos se reconocen las limitaciones y laimpresionante variedad de significados que pueden tener tr-minos como educacin, ayuda a la familia o revolucin mexi-cana de un grupo social a otro.

    Existen aspectos comunes entre los distintos grupos socia-les, desde luego, pero no queda ms remedio que admitir queexisten ms similitudes entre dos adolescentes de la clase me-dia urbana que viven en la Ciudad de Mxico, en Bogot oen Buenos Aires que entre un nio purpecha que pesca enPtzcuaro y otro que estudia ingls o francs en cualquierade los institutos especializados de Guadalajara o Monterrey.En su afn por construir un concepto de identidad nacionalentre quienes hablan espaol y quienes no lo hablan, de crearreferentes que vinculen a quienes ganan ms de 20 salariosmnimos con aqullos que ganan menos de uno, los distintosgobiernos de Mxico han concentrado sus esfuerzos en la en-seanza de una lengua comn y en algunas acciones, entrelas que destacan:

    Difusin de una historia patria, en la que se acentanlos contrastes entre los grupos que han buscado el bie-nestar de Mxico y los que han buscado satisfacer suspropios intereses a costa de este bienestar. A ltimasfechas, no obstante, se ha dado cierto proceso de aper-tura en la televisin, el cual ha permitido que los pr-ceres aparezcan como hombres de carne y hueso y sin

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    116 Cfr. Alduncin, Rafael, Los valores de los mexicanos, Mxico, FomentoCultural Banamex, A.C., 1986.

    117 Cfr. Beltrn, Ulises, Los mexicanos de los noventa, Mxico, UNAM, Ins-tituto de Investigaciones Sociales, 1996.

  • un proyecto poltico tan definido como parecan tenerloen la historia oficial. Por otra parte, cada vez es mspatente el esfuerzo de los partidos de oposicin por res-catar de esta historia a sus propios hroes.

    Difusin de la bandera y del escudo nacional, pintndo-los, imprimindolos, grabndolos y transmitindolos endiversos medios escritos. A ambos, adems, se les rindenhonores en incontables ceremonias cvicas.

    Difusin del Himno Nacional, no slo en las ceremoniascvicas y escolares sino a travs de los distintos mediosde comunicacin. Los intentos por cambiar la letra alHimno, en su mayora, han sido respetuosos y no hanido ms all de adecuarlo a las corrientes internaciona-les que promueven la tolerancia y la solidaridad.

    Estas acciones de naturaleza poltica han sido convertidasen derecho118 como resultado del acuerdo tcito entre lasdiversas facciones que integran el Estado mexicano. Otro ele-mento integrador de enorme relevancia ha sido la religincatlica, la cual ha sido tolerada y hasta fomentada por losdistintos gobiernos de Mxico, en la medida en que la iglesiacatlica ha contribuido a promover la obediencia y la confor-midad ante la autoridad. El grado de esta contribucin puedeadvertirse en los diversos ordenamientos jurdicos del pas.La Constitucin de 1824 prohiba el ejercicio de cualquier otrareligin en su artculo 3; las Bases Constitucionales de 1836establecan en su artculo primero que la nacin mexicana noprofesaba ni protega otra religin que la catlica, apostlica,romana, ni tolera el ejercicio de otra alguna; en la Consti-tucin de 1857 ya no aparecen precisiones tan estrictas, sibien no se logra garantizar la libertad de cultos. No fue sino

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    118 Adems de las sanciones que establece el Cdigo Penal en su captulorelativo al Ultraje a las insignias nacionales, y que alcanzan hasta 4 aosde prisin, la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, imponeotras multas y arresto hasta de 36 horas por cualquier acto que impliquedesacato o falta de respeto a los smbolos patrios.

  • hasta 1917 cuando la Constitucin, en su artculo 24, deter-min que cada hombre era libre para profesar la creenciareligiosa que ms le agrade. En fechas ms recientes, lostericos de la iglesia catlica se han esforzado por asimilarlos pecados a los delitos y, a principios de 1999, despus deinaugurar el Snodo de la Amricas, el Papa Juan Pablo IIenlist algunos de los pecados sociales que no son otrosque el narcotrfico, el lavado de dinero, la corrupcin, elterrorismo y hasta los delitos ecolgicos.

    B. Marco legal

    Los valores jurdicos que promueve o debe promoverMxico como Estado se encuentran enumerados en la Cons-titucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos y, desde elpunto de vista de la socializacin jurdica general, puedendividirse en cuatro rubros:

    Valores de identidad: las perspectivas y aspiraciones quecaracterizan o deben caracterizar a los integrantesdel pueblo mexicano. Estn enlistados en el artculo ter-cero de la Constitucin y, entre ellos, destacan el amora la Patria, la conciencia de la solidaridad internacio-nal, en la independencia y en la justicia, el apreciopara la dignidad de la persona y la integridad de lafamilia y la conviccin del inters general de la socie-dad, expresada en los ideales de fraternidad e igualdadde derechos de todos los hombres. La ambigedad deestos trminos permite que el grupo o los grupos domi-nantes vayan dndole a estos valores contenidos dife-rentes, segn las circunstancias. Los valores de identidadtambin sealan cmo se adquiere la nacionalidad me-xicana ( artculo 34) ; cmo se pierde ( artculo 37-B) ; porqu se suspenden los derechos ciudadanos ( artculo 38)y qu ventajas tienen los mexicanos con respecto a losextranjeros ( artculos 32 y 33) . La difusin de estos va-lores permite establecer diferencias ante los integrantes

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  • de otros pueblos y refuerza el concepto de pertenenciaa un Estado.

    Valores que implican un derecho: Estos valores, expresa-dos a lo largo de la Constitucin y de las leyes mexica-nas, tienen su origen principal en el I captulo del TtuloPrimero de la Constitucin, a travs de las garantas in-dividuales que otorga el propio ordenamiento. Entreellas sobresalen el derecho a la libertad fsica la pro-hibicin de la esclavitud, el derecho a la educacin,el derecho a decidir de manera libre, responsable e in-formada el nmero de hijos que se desea tener, el de-recho a la proteccin de la salud, el derecho a manifes-tar libremente las ideas y el derecho de poseer armasen el domicilio, con excepcin de la prohibidas por laley federal y de las reservadas para uso exclusivo delEjrcito, Armada, Fuerza Area y Guardia Nacional. Losvalores que implican un derecho tambin estn plasmadosen el captulo IV del Ttulo Primero de la Constitucin,donde se apunta que los ciudadanos pueden votar enlas elecciones populares, ser votados en los cargos deeleccin popular, asociarse libre y pacficamente paratomar parte en los asuntos polticos del pas y ejerceren toda clase de negocios el derecho de peticin (artculo35) . La difusin de estos valores supone que se promue-va en la sociedad civil un espritu crtico y, en ocasiones,combativo. Por ello, son ms bien los opositores al go-bierno quienes estn interesados en su promocin. Cuan-do un gobierno garantiza el cumplimiento de estos de-rechos, sin embargo, fortalece sus posiciones y logramayores ndices de apoyo popular y legitimacin. El gra-do de consenso que exista en la creacin del derecho,la forma equitativa en que se aplique la ley y los nivelesde accesibilidad a la justicia son, de nuevo, condicionespara determinar la eficacia de la divulgacin, de la cul-tura de la legalidad que promueva un gobierno.

    Valores que implican una obligacin: Al igual que los an-teriores, estos valores estn enlistados a lo largo de todala Constitucin y de las leyes mexicanas. Su origen prin-

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  • cipal son los artculos 31 y 36, que establecen, entreotras, las siguientes obligaciones para los mexicanos ypara todo ciudadano de la Repblica respectivamente:Hacer que sus hijos concurran a las escuelas pblicas oprivadas; recibir instruccin militar; alistarse y servir enla Guardia Nacional; contribuir para los gastos pblicos,as de la federacin, como del Distrito Federal o delEstado y municipio en que residan, de la manera pro-porcional y equitativa que dispongan las leyes; votar enlas elecciones populares y desempear los cargos de elec-cin popular de la Federacin, de los Estados o de losmunicipios. Cuando se difunden estos valores los msfomentados por los gobiernos mexicanos y extranjeros,se facilita enormemente la consecucin de los patronesde conformidad y obediencia, que permiten la goberna-bilidad. Paradjicamente, su difusin es la ms delicaday, para que resulte eficaz, es conveniente asociarla conel amor a la patria, el desarrollo y otros fines socialesvinculados a la identidad y al destino comn.

    Valores de organizacin poltica: Son aquellos cuya pro-mocin y difusin alientan a la participacin social enun Estado. En Mxico, estn recogidos en el captulo Idel Ttulo Segundo de la Constitucin artculos 39, 40y 41, el cual establece que la soberana nacional resi-de en el pueblo; que el pueblo mexicano se ha consti-tuido en una Repblica representativa, democrtica y fe-deral y que ejerce su soberana por medio de los Poderesde la Unin y los partidos polticos, cuyo fin principales promover la participacin del pueblo en la vida de-mocrtica. Estn concebidos para hacer posible el accesode los ciudadanos al ejercicio del poder pblico, deacuerdo con los requisitos que establezcan las leyes res-pectivas. Sin importar los alcances de trminos comosoberana, representatividad, federalismo o poder pblico,sin importar que otros Estados se organicen de formasimilar,119 son estos conceptos los que describen los princi-

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    119 La Constitucin Argentina precisa que este pas adopta para su go-

  • pios del orden poltico y, por ende, los de Mxico como Es-tado. Su difusin exige que los cuadros interesados en estemodelo fortalezcan, a la par, los valores de identidad, losque implican una obligacin y los que implican un derecho.

    Las leyes y los dems ordenamientos derivados de la Cons-titucin contienen un sinnmero de disposiciones que supo-nen otros muchos valores. Todos ellos tienen su fundamentojurdico en la Constitucin. A veces, los valores expresadosen la norma resultan sumamente abstractos o complejos. Obe-decer las normas se dificulta enormemente y la necesidad decontratar abogados para interpretarlas y sostener posicionesencontradas ante los tribunales suele propiciar la prolonga-cin indefinida de los asuntos y la corrupcin. La actual Leyde Amparo (Diario Oficial del 1o. de octubre de 1936) cons-tituye un ejemplo de ley confusa, cuya puesta en prcticaexige de abogados experimentados y costosos, lo cual vaen detrimento de los sectores menos favorecidos de la socie-dad.120 En estos casos, los cuerpos legislativos deberan es-merarse en elaborar las leyes con un lenguaje ms accesibley abreviar los procedimientos. Otras veces, los valores expre-sados en las normas no se divulgan de manera adecuada.Obedecer la norma podra resultar muy sencillo si se le co-nociera. La gran cantidad de inmuebles que dejan de ser ren-

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    bierno la forma representativa republicana federal; la de Bolivia, que staes una Repblica unitaria... democrtica representativa; la de Brasil, queel Estado constituye una Repblica unitaria, descentralizada... democrtica,participativa y pluralista; la de Alemania, que este pas es un Estado Fe-deral, democrtico y social; la de Espaa, que esta nacin se constituyeen un Estado social y democrtico de derecho; la de Francia, que sta esuna Repblica indivisible, laica, democrtica y social... y ad infinitum.

    120 Philip Howard public en 1994 un libro titulado The Death of CommonSense (Random House) , donde enumera los mltiples excesos que se cometenen Estados Unidos debido a la confusin legal que an existe en muchosmbitos. Los casos que describe el abogado de Nueva York ponen en evi-dencia la corrupcin de abogados y jueces, que aprovechan la ambigedady la oscuridad del derecho.

  • tables debido a prolongados litigios derivados de un intestadoson un ejemplo de las ganancias que se obtendran si se fo-mentara en Mxico una cultura del testamento. Asimismo,las disposiciones contenidas en el Reglamento Gubernativo deJusticia Cvica para el Distrito Federal (Diario Oficial del 27de julio de 1993) podran ser ms respetadas si el gobiernocapitalino las diera a conocer y explicara, a travs de diversosmtodos didcticos, que lo mismo comete una infraccin c-vica quien solicita con falsa alarma los servicios de un esta-blecimiento mdico que quien desperdicia el agua o quienpropicia la venta de boletos de espectculos pblicos con pre-cios superiores a los autorizados.121

    Finalmente, existen casos donde la simplicidad en la queest expresada la norma y la difusin que se hace de staincluso a travs de los mtodos didcticos ms originalesinfluye muy poco o no influye en absoluto sobre la con-ducta de los individuos. El derecho penal aporta diversosejemplos al respecto: Las penas que se establecen para ciertosdelitos casi nunca son conocidas por quienes los cometen. Laintencin de disminuir los ndices delictivos de una comuni-dad aumentando las penas slo ha tenido buen xito comobandera de campaa electoral. Nada ms. La experiencia ylos estudios al respecto nos demuestran que quien no temea cuatro aos de prisin, tampoco teme a seis. Adems, ladifusin de esta informacin no causa impacto intimidatorioentre los delincuentes, quienes actan convencidos de que nosern atrapados y de que, en caso de que lo sean, tendrnmltiples oportunidades para evadir el castigo. Por otro lado,quienes no cometen delitos, difcilmente podran explicar suconducta socialmente aceptable en virtud de la mayor o me-nor amenaza que supone la pena. De esta categora habraque excluir al narcotrfico, puesto que quienes lo practican

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    121 En nuestros das, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, ha reali-zado un notable ejercicio para civilizar a la ciudadana. A principios de1998, no slo difundi reglamentos y disposiciones, sino que coloc rejasen las banquetas para que los ciudadanos slo pudieran cruzar las calles enlos sitios permitidos.

  • estn casi siempre advertidos del nmero de aos de prisina los que se exponen.122

    C. Educacin formal: la escuela

    Antes de los aos setenta, el trmino educacin se identi-ficaba con el de escolarizacin e, incluso, se determinaba laeducacin de una persona segn su grado de escolaridad.Hoy en da, el concepto se ha ampliado y se identifica conel aprendizaje, el cual supone un proceso que dura toda lavida y abarca desde la primera infancia hasta el final dela vida.123 A partir del Informe de la UNESCO titulado Lear-ning to be,124 se establecieron tres modalidades de la educa-cin que han sido internacionalmente aceptadas:

    Educacin formal. Abarca el sistema escolarizado como tal. Educacin no formal. Comprende toda actividad educa-

    tiva organizada, sistemtica, impartida fuera del marcodel sistema formal, para suministrar determinados tiposde aprendizaje a subgrupos concretos de la poblacin,tanto adultos como nios.125

    Educacin informal. Supone un proceso permanente porel que cada persona adquiere y acumula conocimientos,habilidades, actitudes y criterio a travs de las experien-cias cotidianas y de su realizacin con el medio.126

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    122 Acerca de este tema, prcticamente agotado por la penologa, se su-giere revisar los mltiples documentos emitidos en los Congresos Internacio-nales de Prevencin del Delito que, desde 1955, son convocados cada 5 aospor la ONU.

    123 Coombs, Philip H., La crisis mundial de la educacin, Madrid, Santi-llana, Siglo XXI, 1985, p. 43.

    124 Informe de la Comisin Internacional para el Desarrollo de la Edu-cacin.

    125 Coombs, op. cit., p. 46.126 Ibidem, p. 47.

  • En Mxico, dentro de la educacin formal, la socializacinjurdica general se lleva al cabo tanto en la educacin bsicacomo en la media bsica superior. Dentro del sistema educa-tivo nacional hay inscritos 14994,600 nios en la escuelaprimaria y 4294,600 en la secundaria.127 Cada uno de elloses educado o debera ser educado de acuerdo con losplanes y programas de estudio que, al efecto, publica la Se-cretara de Educacin Pblica. Para los estudiantes de prima-ria, la educacin cvica se concibe como el proceso a travsdel cual se promueve el conocimiento y la comprensin delconjunto de normas que regulan la vida social y la formacinde valores y actitudes que permiten al individuo integrarse ala sociedad y participar en su mejoramiento.128 Est divididaen seis cursos que comprenden, entre otros, los siguientestemas:

    Primer grado: Los nios, la familia y la casa, la escuela,la localidad, el campo y la ciudad.

    Segundo grado: Normas de convivencia escolar, el mu-nicipio y la delegacin.

    Tercer grado: La divisin de Mxico en estados y muni-cipios, el municipio como forma de organizacin y susautoridades, la divisin de los poderes en la entidad, laigualdad de derechos y los smbolos patrios.

    Cuarto grado: La Constitucin Poltica de los EstadosUnidos Mexicanos, los derechos de los mexicanos alvoto y a ser electos en los cargos de representacin po-pular, el artculo 27 constitucional y el patrimonio na-cional.

    Quinto grado: La importancia de las leyes para determi-nar derechos y obligaciones, las garantas individuales,los derechos sociales salud, educacin y trabajo y losprincipios de las relaciones internacionales.

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    127 Anuario estadstico 1997, Mxico, editado por la ANUIES, 1997.128 Cfr. Plan y programas de estudio de primaria, editados por la Secretara

    de Educacin Pblica.

  • Sexto grado: Los componentes del Estado territorio,poblacin y gobierno, la soberana, la democracia, laSuprema Corte de Justicia, la Procuradura General dela Repblica, el amparo, la pluralidad de ideas, religio-nes y posiciones polticas.

    Para los estudiantes de secundaria, desde 1993 a 1999, seimpartieron dos cursos de civismo, cuyo propsito era ofre-cer... las bases de informacin y orientacin sobre sus dere-chos y sus responsabilidades, relacionados con su condicinactual de adolescentes y tambin con su futura actuacin ciu-dadana. El programa explicaba que la educacin cvica nopodra circunscribirse a algunos cursos formales ni a la en-seanza de contenidos aislados, pues la sistematizacin dela informacin y su organizacin en programas es indispen-sable, pero slo ser eficaz si los valores que son objeto dela enseanza se corresponden con las formas de relacin ycon las prcticas que caracterizan la actividad de la escuelay del grupo escolar.129 Los temarios incluan las leyes comofundamento de derechos y deberes; el derecho a la educacin;el derecho a la salud; el derecho a la seguridad personaldelitos contra menores y menores infractores; las liber-tades de pensamiento, expresin, asociacin y creencias;la igualdad de derechos y obligaciones; las caractersticas deMxico como Repblica representativa, democrtica y federal;el municipio; los derechos polticos y el sistema democrticoderecho a elegir y a ser electo; el derecho de asociacin,el derecho de peticin; las autoridades; el voto; las eleccionesy la soberana, entre otros.

    A partir del ciclo escolar 1999-2000, estos cursos se deno-minan Formacin cvica y tica. En el ciclo 2000-2001 se in-cluye un tercer curso de orientacin educativa. Los dos pri-meros ampliarn los contenidos de los programas anterioresy se enfocarn al estudio de la organizacin social, demo-

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    129 Cfr. Plan y programas de estudios de secundaria, editados por la Se-cretara de Educacin Pblica, 1993, p. 122.

  • cracia, participacin ciudadana y forma de gobierno en M-xico, mientras que el ltimo ir de temas como la Constitu-cin, el ejercicio de la autoridad y el ejercicio de las liberta-des ciudadanas hasta la implicacin de la sexualidad en lasrelaciones humanas y la dignidad del trabajo.130

    En lo que a la educacin media superior se refiere, la so-cializacin jurdica se imparte de manera distinta en los di-versos subsistemas que la conforman131 y, por ende, no existeuniformidad. Al igual que la educacin bsica, la socializacinjurdica de la educacin media superior est limitada por lainsuficiente cobertura de la educacin, por la dispersin po-blacional, por la insuficiente articulacin institucional y porotros de los desafos que, de manera general, admite el Pro-grama de Desarrollo Educativo 1995-2000.132 A pesar de estascarencias, es la educacin formal la que proporciona a la ma-yora de los mexicanos los elementos ms importantes de lasocializacin jurdica general, elementos que le permitirnaproximarse al mundo jurdico a lo largo de su vida. Es estaeducacin, por lo tanto, la que debe estar sujeta al ms es-tricto control de calidad.

    D. Educacin no formal

    La socializacin jurdica general no slo se adquiere en laescuela. Las actividades educativas organizadas y sistemti-cas, impartidas fuera del marco del sistema formal, concebi-das para suministrar determinados tipos de aprendizaje a sub-grupos concretos de la poblacin la educacin no formal,

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    130 Diario Oficial, 03.02.99.131 En Mxico, la educacin media superior est dividida de acuerdo con

    los programas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico EscuelaNacional Preparatoria y Colegios de Ciencias y Humanidades, del InstitutoPolitcnico Nacional vocacionales y de la propia Secretara de EducacinPblica Colegios de Bachilleres y Colegio Nacional Tcnico Profesional,adems de las opciones de educacin media y media terminal que ofrecendiversas instituciones privadas.

    132 Cfr. Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000, publicado dentro delos lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000.

  • tambin juegan un papel decisivo. Estas actividades se orga-nizan de acuerdo con los tiempos y las circunstancias, ascomo con las necesidades e intereses de sus promotores.Abarcan conferencias, seminarios, mesas redondas y, particu-larmente, cursos de capacitacin. A pesar de la enorme va-riedad que se presenta en Mxico, tres son los temas que msparecen preocupar al gobierno y a los principales grupos depoder del pas. Los tres han contribuido a aumentar los n-dices de obediencia, de conformidad y de participacin de lasociedad civil:

    Cultura electoral. Promovida principalmente por los par-tidos polticos y las asociaciones polticas aunque tam-bin por distintas instituciones acadmicas interesadasen situarse ante la opinin pblica como promotoras deldesarrollo poltico del pas, su objetivo es ensear alas personas mayores de 18 aos que tienen el derechode elegir a sus representantes y en los casos de lospartidos de oposicin a no obedecer a quienes hayansido impuestos en cargos de eleccin popular. La pro-mocin de la cultura electoral est circunscrita a losprincipios que establece el Cdigo Federal de Institucionesy Procedimientos Electorales en su artculo 25, y son: laobligacin de observar la Constitucin Poltica, la obli-gacin de que el partido poltico al que se pertenezcano acepte pacto o acuerdo que lo subordine a una or-ganizacin internacional y la obligacin de conducir susactividades por medios pacficos y por la va democr-tica. El Cdigo tambin seala que para que una orga-nizacin pueda ser registrada como partido poltico na-cional, deber formular una declaracin de principios,un programa de accin que determine las medidas paraformar ideolgica y polticamente a sus afiliados, infun-diendo en ellos el respeto al adversario y a sus derechosen la lucha poltica y los estatutos que normen sus ac-tividades. Bajo estos postulados, el artculo 36 del mis-mo ordenamiento concede a los partidos polticos el de-

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  • recho de recibir el financiamiento pblico para garan-tizar que... promuevan la participacin del pueblo en lavida democrtica. Para facilitar el ejercicio de estos de-rechos, el Cdigo les da acceso en forma permanente ala radio y televisin. Entre las obligaciones de los par-tidos est tambin la de editar por lo menos una pu-blicacin mensual de divulgacin, y otra de carcter te-rico, trimestral.

    Cultura para la defensa de los derechos humanos. Promo-vida por el gobierno federal y los gobiernos locales enrespuesta a las presiones nacionales e internacionales,as como por mltiples organizaciones no gubernamen-tales, la difusin de esta cultura ha permitido legitimarla imagen del propio gobierno y canalizar la indignacinpopular ante los abusos de la autoridad. El apartado Bdel artculo 102 de la Constitucin seala que el Con-greso de la Unin y las legislaturas de los Estados enel mbito de sus respectivas competencias establecernorganismos de proteccin de los derechos humanos queotorga el orden jurdico mexicano. Entre las obligacio-nes de estos rganos se cuentan, invariablemente, las depromover esta cultura. El artculo 6 de la Ley de la Co-misin Nacional de Derechos Humanos establece, comouna de sus atribuciones, la de promover el estudio, laenseanza y divulgacin de los derechos humanos en elmbito nacional e internacional. La Ley fue publicadaen el Diario Oficial del 29 de junio de 1992, pero la pro-mocin de estos derechos a cargo de diversas ONGs ve-na de mucho tiempo atrs.

    Cultura de prevencin del delito. Promovida por el go-bierno federal y los gobiernos de cada entidad federati-va, a propuesta de la Organizacin de las Naciones Uni-das, tiene un doble propsito: instruir a la sociedad civilsobre las formas en las que puede dificultar la labor delos posibles delincuentes y reducir sus ganancias, ascomo corresponsabilizarla del delito y reducir su gradode inconformidad ante la insuficiencia del gobierno paracombatirlo. La primera Comisin para la Prevencin del

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  • Delito fue creada en abril de 1993, por Acuerdo del Pro-curador General de Justicia del Distrito Federal. Entresus atribuciones estaba: Organizar las conferencias, cur-sos, mdulos de informacin y mecanismos de colabo-racin ciudadana para desarrollar en la poblacin unacultura preventiva del delito. De entonces a la fecha,en toda la Repblica han proliferado las unidades admi-nistrativas encargadas de dictar cursos y conferencias,de producir mensajes de radio y televisin, de editar ma-nuales, videos y folletos, as como de formar personal queinstruya a la sociedad civil sobre las medidas bsicasque debe adoptar el ciudadano para su autoproteccin.Algunas instituciones privadas que desde tiempo atrsofrecan servicios de seguridad, se han involucrado msen la difusin de esta cultura. Si bien ha habido quieneshan sealado este ejercicio como una claudicacin gu-bernamental, la experiencia internacional demuestraque, en la medida en que la cultura de la prevencindel delito abarque tambin la cultura de la denuncia yla cultura jurdica necesaria para que los ciudadanos se-pan activar correctamente el aparato de procuracin dejusticia, esta corresponsabilidad, lejos de ser inadecua-da, se traducir en la consolidacin de una comunidadms segura, y, por lo tanto, ms cohesionada.

    No son estos rubros los nicos que constituyen la educa-cin no formal del derecho, pero s tres de los ms observa-bles y medibles. A diferencia de los cursos de orientacinjurdica, que incluimos dentro de la socializacin jurdica es-pecfica, estos temas estn comprendidos dentro del gnerode la socializacin jurdica general en virtud de que su difu-sin no est destinada a un sector especfico de la sociedadsino a toda ella, en su conjunto. Tambin vale la pena recor-dar que an hay campos donde parece existir cierto abandonopor parte del gobierno y de los rganos que deberan estarinteresados en difundir la cultura de la legalidad. El funcio-namiento del sistema judicial de Mxico, por ejemplo, nos

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  • muestra la distancia que puede existir entre pueblo y gobier-no cuando no se conocen los mecanismos para la solucinde un conflicto judicial o el modo en que los tribunalesadoptan sus decisiones y cuando el primero, a falta de unacultura de la legalidad adecuada, es incapaz de hacer valersus derechos a travs de las instituciones creadas para talefecto.133

    E. Educacin informal: los medios de comunicacin

    Con las prerrogativas y las limitaciones que suponen, la li-bertad de expresin, la libertad de prensa y el derecho a lainformacin constituyen el marco jurdico al que estn sujetoslos medios de comunicacin. En Mxico, estos tres principiosestn consagrados en los artculos 6 y 7 de la Constituciny fundamentados en diversos ordenamientos. Cada uno deellos hace alusin al deber que tienen los medios prensa,radio, televisin y cinematografa de promover la integra-cin social.

    La Ley de imprenta enumera los casos que constituyen ata-ques a la vida privada, los que implican un ataque a la moraly los que suponen un ataque al orden o la paz pblica. ElReglamento sobre publicaciones y revistas ilustradas especificalo que se considera contrario a la moral pblica. La Ley Fe-deral de Radio y Televisin seala que la radio y la televisintienen la funcin social de contribuir al fortalecimiento de laintegracin nacional y el mejoramiento de las formas de con-vivencia humana y, ms adelante, precisa que las transmi-siones contrarias a la seguridad del Estado, a la integridadnacional, a la paz y al orden pblicos se considerarn una

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    133 Si bien es cierto que un Poder Judicial se expresa, generalmente, atravs de sus sentencias, la aparicin de nuevas fuerzas sociales lo obliga aromper esta tradicin en casos excepcionales. En Mxico, entre algunosmiembros del Poder Judicial de la Federacin, an existe la percepcin deque cualquier intento de difundir entre la sociedad civil los mecanismosjurdicos a travs de los cuales opera, afecta la dignidad de este poder. Losmedios de comunicacin, no obstante, estn logrando que esta percepcinse deje atrs.

  • infraccin. El Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televi-sin y de la Ley de la Industria Cinematogrfica, relativo alcontenido de las transmisiones en radio y televisin explica quela radio y la televisin deben constituir vehculos de inte-gracin nacional y de enaltecimiento de la vida comn, atravs de sus actividades culturales, de recreacin y de fo-mento econmico, aadiendo que, tanto la radio como la te-levisin, debern orientar sus actividades preferentementea algunos mbitos entre los que se cuenta la propalacin delas ideas que fortalezcan nuestros principios y tradiciones.Por ltimo, la Ley Federal de Cinematografa establece que laSecretara de Educacin Pblica, a travs del Consejo Nacio-nal para la Cultura y las Artes, est obligada a fortalecer,estimular y promover, por medio de las actividades de cine-matografa, la identidad y la cultura nacionales, considerandoel carcter plural de la sociedad mexicana.

    La educacin jurdica informal, por lo tanto, queda ceida,en primer lugar, a los principios generales a los que se esperaque se apeguen los medios de comunicacin; en segundo, alas prohibiciones que establecen los ordenamientos mencio-nados. No siempre es posible garantizar el cumplimiento deestas disposiciones, como lo advertimos en los casos en quelos medios, adelantndose a la sentencia de un juez, deter-minan o dan voz a quienes determinan la culpabilidad oinocencia de una persona ante la opinin pblica, cuando elproceso penal ni siquiera ha comenzado. La relacin entrelos medios, la democracia y el Poder Judicial se vuelve cadada ms importante y los recientes congresos internacionales,donde el tema es obligado, o libros como Decisions and Ima-ges, de Richard Davis (Nueva Jersey, 1994) , o Le gardien despromesses, de Antoine Garapon (Paris, 1996) , dan cuenta deello. En Mxico, se espera que todos los medios contribuyana la unidad nacional, si bien los programas de radio y tele-visin dan prioridad a fomentar la obediencia y la conformi-dad, mientras que la prensa y la cinematografa privilegianla participacin social. Una nueva paradoja en este campo laconstituye el hecho de que el gobierno, a cambio del apoyoque le brindan algunos medios para defender sus polticas y

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  • consolidar su legitimidad, les permita la transmisin indiscri-minada de programas que, contrariamente al espritu de nues-tro derecho, presentan el uso de las armas de fuego y engeneral de la violencia como el mejor camino para dirimircontroversias. Esto ocurre, particularmente, con la televisin.

    La complicidad, por supuesto, no es un rasgo exclusivo deMxico, pero resulta pertinente llamar la atencin sobre lasreacciones jurdicas que se dan para equilibrar o compen-sar las acciones derivadas de un ilcito tolerado por quienest obligado a castigarlo.134 Ms an cuando se trata de unmedio como la televisin, que, segn estudios recientes, in-fluye en la conducta de la gente ms de lo que se habaimaginado. En una encuesta se lleg a la conclusin de queel 71.6% de los habitantes de la Ciudad de Mxico se infor-man de los asuntos polticos por medio de la televisin.135 Siconsideramos que la forma en la que se selecciona y presentaesta informacin genera actitudes de conformidad, obedienciay participacin, este 71.6% explica, de algn modo, la in-fluencia del medio. La Universidad Nacional Autnoma deMxico, por su parte, ha establecido que un nio mexicanoinvierte al ao ms de 2 mil horas frente al televisor, mientrasque slo acude a la escuela 600 horas en el mismo lapso. Alos 15 aos habr ya visto un promedio de 7 mil 300 crme-nes, tan slo por ese medio.136

    Un da antes de su muerte, Karl Popper escribi:

    La televisin produce la violencia y la lleva a los hogares endonde no se dara de otra manera... En una democracia nodebera existir ningn poder no controlado. Ahora bien, sucedeque la televisin se ha convertido en un poder poltico colosal,

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    134 Mientras en los Estados Unidos el Congreso de la Unin ha aprobadouna ley para que, a partir de 1998, todos los aparatos de televisin que secomercialicen estn dotados del Chip V, un adminculo que permitir a lospadres de familia bloquear los programas que consideren excesivamente vio-lentos para sus hijos, el presidente mexicano Ernesto Zedillo ha hecho unexhorto para que los medios de comunicacin se auto regulen (Exclsior,08.06.96)

    135 Cfr. Este Pas, diciembre, 1996.136 El Nacional, 06.01.96.

  • se podra decir que, potencialmente, el ms importante de to-dos, como si fuera Dios mismo quien habla. Y as ser si con-tinuamos consintiendo el abuso. Se ha convertido en un poderdemasiado grande para la democracia. Ninguna democracia so-brevivir si no pone fin al abuso de este poder.137

    A este debate se han sumado Pierre Bourdieu quien, enSobre la televisin ( 1997) , critica el hecho de que los mediosse hayan convertido, tambin, en jueces de la filosofa, delarte y hasta de la ciencia un proceso de heteronoma quedestruye la autonoma de estas ramas del saber humano yGiovanni Sartori quien, en Homo videns ( 1998) , denunciacmo los medios teledirigen al hombre moderno, provocandoque se atrofie su capacidad para pensar, pues slo se guapor imgenes y no por smbolos. Puede, pues, defendersela libertad de expresin por un lado mientras, por el otro,esta libertad se traduce en la desintegracin familiar, en laviolencia y en la apata que provoca la televisin? El anlisisde costos y beneficios debe ser riguroso.

    En un pas como Mxico, donde Ignorantia Legis NeminemExcusat,138 es necesario tomar en cuenta este anlisis, ascomo el hecho de que se presente en la televisin una seriede problemas cuyas soluciones jurdicas no corresponden, enmodo alguno, a las que se dan en Mxico sino a las que sedan en los pases donde se producen los programas transmi-tidos. En los Estados Unidos, principalmente. Incluso, los pro-gramas que se producen en Mxico entre ellos las teleno-velas y los documentales policiacos, a menudo desorientanen materia jurdica y hacen que las personas de ms bajosniveles culturales, en el mejor de los casos, acudan a los r-ganos de procuracin e imparticin de justicia, solicitandointervenciones que stos no estn facultados para realizar.

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    137 El artculo se public en la revista italiana Reset (16.09.94) y en M-xico fue traducido por la revista Nexos en su nmero de abril de 1996. ElFondo de Cultura Econmica hizo una nueva edicin de este artculo y deotros de Juan Pablo II, John Condry y Charles S. Clark en La televisin esmala maestra.

    138 Cdigo Civil para el Distrito Federal, art. 21: La ignorancia de las leyesno excusa su cumplimiento.

  • Los esfuerzos que han emprendido algunos medios en estesentido no parecen sinceros, puesto que siguen empeadosen aumentar los ratings a cualquier costo.139 Si, por lo tanto,se busca elevar el nivel de cohesin social en Mxico, con-vendra que los medios de comunicacin se cieran a los va-lores polticos establecidos en nuestra Constitucin. Mantenerlos ratings con esta limitante exige audacia e imaginacin.La preservacin del orden social de un Estado no est reidoni con una ni con la otra.

    2. Socializacin jurdica especfica

    A. La enseanza formal del derecho: la universidad

    De acuerdo con los Anuarios Estadsticos publicados por laAsociacin Nacional de Universidades e Instituciones de Edu-cacin Superior (ANUIES) , en 1995 concluyeron la carrerade derecho 18,878 personas en la Repblica Mexicana y serecibieron 10,083. Si consideramos que, ese mismo ao, con-cluyeron sus estudios universitarios 173,693 personas, estoconvierte a la carrera de derecho en la tercera ms pobladadel pas, superada por contadura pblica se recibieron16,572 personas y por administracin, en la que se reci-bieron 10,674.140 Un ao despus, concluyeron sus estudiosuniversitarios 191,024 personas y se titularon 10,995 en de-recho, 11,510 en administracin y 21,767 en contadura.141

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    139 A mediados de 1997, ante la insistente solicitud del presidente de laRepblica, las dos televisoras privadas ms importantes del pas, Televisa yTV Azteca, sacaron del aire sus programas policiacos. Las notas de estosprogramas, sin embargo, se incluyeron ms tarde en otros. Por su parte, laCmara Nacional de la Industria de Radio y Televisin (CIRT) , convoc enjulio de 1998 al primer Simposium Internacional sobre la Libertad de Expresiny Responsabilidad Social. No obstante el nombre del evento y las ponenciascrticas de algunos participantes, pocos parecieron interesarse en la respon-sabilidad social y casi todos exigieron ms libertad a la hora de transmitir.

    140 Cfr. Anuario Estadstico 1996, Mxico, ANUIES, 1996.141 Cfr. Anuario Estadstico 1997, Mxico, ANUIES, 1997.

  • Ms all de las cifras, la enseanza formal del derecho ycasi la de cualquier otra disciplina, tanto en Mxico como enel resto del mundo enfrenta tres problemas relacionadoscon el orden social de un Estado:

    Calidad de la enseanza. Relacin entre los conocimientos adquiridos y su aplica-

    cin. Objetivos sociales.

    El primero est directamente vinculado con los programasde estudio, con sus objetivos acadmicos y con la eficienciacon la que se cumplen. En otras palabras, con el capital hu-mano, al cual Paul Samuelson define como la cantidad deconocimientos tcnicos y cualificaciones que posee la pobla-cin trabajadora de un pas, procedente de la educacin for-mal y de la formacin en el trabajo.142 Qu es lo que sabenlos abogados que se forman en las escuelas y en las univer-sidades de Mxico? Qu tan preparados estn para resolverlos desafos que supone el orden social de su pas? Es similarel grado de habilidades que posee uno de los 1,768 egresadosde la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Aut-noma de Mxico al que posee uno de los 81 que se titularonese mismo ao en la Escuela Libre de Derecho?143

    El segundo problema la relacin entre los conocimientosadquiridos y su aplicacin tiene que ver con lo que loseconomistas denominan input y output educativos; es decir,con las contribuciones concretas que ese capital humano haceal desarrollo econmico de una regin o de un pas, de acuer-do a lo que se haya invertido en su obtencin. TheodoreSchultz, Gary Becker y otros economistas han realizado nu-merosos estudios para averiguar si la inversin en la mejorade las cualificaciones humanas puede beneficiar a la sociedad,

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    142 Samuelson, Paul, Economa, 13a. ed., Mxico, McGraw Hill.143 Cfr. Anuario Estadstico 1997 de la ANUIES.

  • tanto como lo hara un nuevo ferrocarril o una nueva fbricade calzado. Recuperar la inversin educativa es uno de losplanteamientos ms inquietantes que formulan estos econo-mistas. Una de las mejores formas de evaluar esta recupera-cin es, sin lugar a dudas, precisar el modo en que se aplicanlos conocimientos adquiridos. El nmero de profesionistasque no encuentran empleo o el de los que encuentran unempleo desvinculado de sus conocimientos, por ejemplo, sir-ven para determinar la eficiencia o la ineficiencia de unaeducacin formal y de lo que se invirti en ella. No son stoslos nicos indicadores, por supuesto, pero todos ellos debenaportar elementos que ayuden a establecer la relacin entreel input y el output.

    En su libro La fiebre de los diplomas, Ronald Dore nos hablade la inflacin educativa, un fenmeno que se presenta conmayor frecuencia en los pases de desarrollo tardo y quesupone la necesidad de obtener cada vez ms ttulos acad-micos para ocupar posiciones laborales cada vez menos atrac-tivas.144 Esto acaba por provocar desequilibrios importantes.Dore refiere cmo, en cierta poca, Sri-Lanka registr la exis-tencia de cuatro mdicos por cada enfermera. Dadas las ca-ractersticas socioeconmicas de Mxico, la inflacin educati-va alcanza proporciones inmensas en la carrera de derecho.Cuntos de los abogados formados en Mxico se dedican apracticar su profesin? De ellos, cuntos aplican la mayorade los conocimientos adquiridos y cuntos slo aplican unporcentaje mnimo? Si en su currculum se hubieran suprimi-do algunas asignaturas, se habran disminuido los costos yaumentado los beneficios? Cules conocimientos contribuyenal orden poltico y cules no? Hasta dnde se justifica im-partir cuatro cursos de derecho romano y dos de filosofa delderecho en una Universidad? An no se cuenta con estudiosal respecto, pero estas preguntas dan una pauta para explorarlas opciones que deberan generarse dentro de la educacinformal del derecho.

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    144 Cfr. Dore, Ronald, La fiebre de los diplomas, Mxico, FCE, 1976.

  • Dore y otros educadores proponen que los pasantes decualquier carrera no puedan recibirse sin haber alternado suformacin acadmica con la prctica. En lo que toca a laenseanza formal del derecho, una reforma universitaria se-mejante garantizara que todos los estudiantes contaran conun trabajo seguro en el momento de recibirse ( aunque dis-minuira considerablemente el nmero de titulados) y, porotra parte, que Mxico no alcanzara los niveles de frustracinque se alcanzaron a mediados de los aos setenta en Sri-Lan-ka, en la India y en otros pases de desarrollo tardo antelos ndices de desempleo y subempleo. La alternancia entreestudio y trabajo tendra que disearse a partir de un curri-culum ms flexible y mejor adaptado a las distintas necesi-dades de cada centro de trabajo, de acuerdo con los interesesespecficos de cada alumno. Aunque una formacin ampliasiempre es deseable, la especializacin que exigen los tiemposmodernos nos obliga a preguntarnos hasta dnde es pertinen-te mantener los cursos de derecho romano a los que aluda-mos, mismos que an se imparten en muchas institucionesde educacin superior, y hasta dnde vale la pena que unjoven que desea dedicarse al derecho penal tenga que aprobarcursos exhaustivos de derecho mercantil.

    Proponer cualquier esquema cuyo enfoque principal sea laeficiencia ( obtener los mayores beneficios al menor costo po-sible) , significara ignorar el tercer problema que entraa laeducacin formal del derecho: los objetivos sociales de losestudiantes. Qu pretenden cuando se inscriben a la carrerade derecho en Mxico? Satisfacer las expectativas familia-res? Contribuir al desarrollo econmico del pas? Las aspi-raciones, como es de suponerse, varan de un grupo socioe-conmico al otro y difcilmente podra creerse que, al inscribirseen la carrera, estn buscando lo mismo los jvenes de lasclases altas que los de las clases medias. Como lo han des-tacado Pierre Bourdieu, Henry A. Giroux y Michael Apple,145

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    145 Bourdieu, Giroux y Apple, entre otros, han abordado el tema de laeducacin, cuestionando su funcin social y estableciendo los vnculos quetiene el proceso educativo con la poltica y la economa. La corriente de

  • el capital social con el que cuenta cada estudiante antes deingresar en la escuela ser determinante para pronosticar sudesempeo y su contribucin al desarrollo de un pas. Aunen igualdad de circunstancias acadmicas, sera ingenuo es-perar un output idntico entre el hijo de un abogado clebreque ya cuenta con un despacho, una cartera de clientes,una visin amplia de la profesin, relaciones con funcionariosdel gobierno y con los miembros del Poder Judicial y elhijo de un obrero cuyo objetivo es adquirir un documentoque, a los ojos de su familia, eleve su prestigio social y, enel mejor de los casos, le acredite una serie de conocimientosque lo hagan atractivo en el mercado laboral.

    Al ponderar los objetivos sociales de la educacin jurdicaformal, debe considerarse, asimismo, que la falta de estruc-turas educativas que fomentan en los jvenes mexicanos suinters por las ciencias exactas146 convierte a la carrera dederecho en la ltima opcin para los menos dotados intelec-tualmente. Los mejor dotados suelen mirarla como un meca-nismo de ascenso social y, sobre todo, como una sustanciosafuente de ingresos. Las tarifas por hora de ciertos despachos,as como los altsimos honorarios de algunos litigantes, sonuna muestra de ello.147 Es cierto que la profesin jurdicaincluyendo jueces, agentes del Ministerio Pblico, catedr-

    98 GERARDO LAVEAGA

    pedagoga crtica que ellos encabezan ha servido de base para que, desdemediados de los aos setenta, se busque un nuevo sentido a la escuela y a laeducacin en general.

    146 Jean Piaget tuvo como una de sus preocupaciones el hecho de que,en todo el mundo, la proporcin de vocaciones cientficas fuera notablementeinferior a la de vocaciones humanistas. En ensayos como A dnde va laeducacin? ( 1972) , sostuvo que la mayora de los jvenes estn dotados,igualmente, para el campo cientfico que para el campo humanista; que todose reduce a saber despertar estas aptitudes, lo cual no hace la escuela comodebera hacerlo.

    147 Segn The Economist ( 25.11.95) que cita, a su vez, a Forbes laocupacin mejor remunerada en 1994 fue la de director de cine y quien msaltos ingresos obtuvo fue Steven Spielberg, quien lleg a los 165 millonesde dlares. La segunda fue la de abogado litigante y quien ms altos ingresosobtuvo fue Joseph Jammil, que ese mismo ao gan 90 millones de dlares.

  • ticos e investigadores ha dejado de ser la ms atractiva entrminos polticos desde 1988 empez a ser desplazada porlos economistas pero quienes se dedican al litigio o al de-recho corporativo continan hallndola como una de las msatractivas en trminos econmicos.148 No obstante lo anterior,la profesin jurdica an representa ms que esto: Es, a lafecha, la que proporciona los conocimientos tcnicos de lamayora de aquellos que crean, aplican e interpretan las le-yes; es decir, de quienes constituyen y vigilan o se esperaque lo hagan nuestro Estado de derecho.

    B. Informtica y derecho

    Los sistemas informticos son tambin un instrumento parapromover la socializacin jurdica especfica. El derecho noes, de ningn modo, ajeno a los avances en materia inform-tica, la cual ha contribuido a su sistematizacin y divulgacin.Trminos como derecho informtico o informtica jurdica re-sultan cada da ms comunes. El primero comprende las dis-posiciones legales y las sentencias de los tribunales que tienenque ver con la libertad informtica, con el flujo internacio-nal de datos y con el control de estas nuevas tecnologas. Lainformtica jurdica, por su parte, supone la aplicacin deestas tecnologas al campo del derecho. Antonio Prez Luodistingue tres aplicaciones fundamentales:149

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    148 Cul es la profesin en la que parece que se gana ms dinero?,pregunta Paul Samuelson: En los ltimos aos ha sido, sin duda alguna, lade mdico. Los que trabajan en sociedades mdicas en Estados Unidos per-cibieron en 1988 unos ingresos medianos de 155,000 dlares. Los mdicoshan dejado atrs a los abogados, cuyos ingresos medios fueron de 52,000dlares ese mismo ao. A pesar de este promedio, el mismo Samuelsonaclara que en 1988, los mejores graduados de las escuelas de derecho msimportantes empezaron ganando en los grandes bufetes de Nueva York80,000 dlares al ao. Cfr. Economa, p. 753.

    149 Cfr. Prez Luo, Antonio Enrique, Manual de informtica y derecho,Barcelona, Ariel, 1996.

  • Informtica jurdica documental: Tiene por objeto laautomatizacin de los sistemas de informacin relativosa la legislacin, la jurisprudencia, la doctrina y, en ge-neral, a las fuentes del conocimiento jurdico.

    Informtica jurdica de gestin: Consiste en sistematizarlas tareas rutinarias que se llevan a cabo en oficinas ydespachos jurdicos. Su realizacin supone soportes in-formticos de operaciones destinadas a recibir y trans-mitir comunicaciones, organizar y actualizar archivos,etctera.

    Informtica jurdica decisional: Incluye los procedimien-tos dirigidos a la sustitucin o reproduccin de las ac-tividades del jurista: a proporcionar decisiones y dict-menes, a procesar informacin y, en suma, a establecerinferencias lgicas.

    La aplicacin de estas tecnologas, como es de suponerse,depende de los recursos humanos y materiales con los quecuente un gobierno o cualquier otro grupo que participe enla vida jurdica de un Estado. Hay mbitos, como la univer-sidad, donde estas tecnologas pueden tener usos educativosy otros, como el litigio, donde la complejidad social las hacemenos atractivas: Qu sabe el software ms sofisticado acer-ca de la propensin al cohecho que tendr determinado juez,de las convicciones polticas del magistrado que revisar elcaso o de la preparacin de los ministros que analizarn unacontradiccin de tesis?

    En Mxico ha empezado a proliferar la informtica jurdicadocumental y existen centros de informtica que han empe-zado a recopilar leyes, jurisprudencia y otras disposicionesjurdicas en CD-roms. Esto no slo facilita el almacenamientodel material jurdico sino su consulta a travs de ndices te-mticos que ahorra un tiempo considerable al investigador.El Diario Oficial, las leyes federales, la jurisprudencia hist-rica (1871 a 1914) , la jurisprudencia emitida de 1917 a lafecha, los tratados celebrados por Mxico de 1823 a nuestrosdas y diversas colecciones de legislacin estatal ya estn dis-

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  • ponibles en esta forma. Tambin habra que mencionar losservicios de informacin jurdica que algunas compaas pri-vadas ofrecen a sus clientes, va Internet.

    En cuanto a la informtica jurdica de gestin, se est in-crementando substancialmente el nmero de ordenadorespersonales y de programas de cmputo adquiridos no slopor los grandes y pequeos despachos sino por la SupremaCorte de Justicia de la Nacin y el Consejo de la JudicaturaFederal, la Procuradura General de la Repblica, la Procura-dura General de Justicia del Distrito Federal, las procuradu-ras de los Estados y los tribunales del fuero comn. Por losrezagos que an se registran en cada uno de estos rganosy por la lentitud con la que se trabaja en muchos de ellos,es posible determinar que an queda un largo camino porrecorrer para que la automatizacin sea completa. La auto-matizacin, por s misma, no contribuir a fortalecer la cul-tura de la legalidad en Mxico pero, ciertamente, es una he-rramienta de utilidad en todos los campos donde puedafomentarse esta cultura.

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