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S i la caida del Imperio Romano en el año 476, marca el comienzo de la Edad Media, a finales del siglo XII se producirá un cambio en torno a las ideas y al pensamiento cien- tífico a causa de las influencias esco- lástica y árabe. Durante mil años la iglesia cristia- na dominó la cultura y la enseñanza, que aun conservando el pensamiento de los griegos clásicos, los reforzó de aspectos místicos en una mezcla entre ciencia y creencia trazando un puente hacia la vida cotidiana. Seguramente la Edad Media es el periodo de tiempo más oscuro que sufrieron las ciencias y las artes en la historia de la humanidad. Durante este espacio y en una sociedad que giraba en torno al hombre y la Tierra como pilares de la creación de Dios, las ideas de Ptolomeo perduraron bajo el manto protector de la Iglesia. Este periodo que abarca desde los años 500 al 1450 de nuestra era, fue estéril en aportaciones científicas de importancia, dominando las teorías geocentristas hasta que en el siglo XV comienzan a surgir dudas sobre la posi- ción central e inmovilidad de la Tierra. La información utilizada durante la Edad Media era básicamente aquella que se obtenía de los Compendios que trataban de reunir el conocimiento aportado por los griegos a modo de obras enciclopédicas aunque de bas- tante menor calidad que los textos ori- ginales, siendo en ocasiones confusos y contradictorios. Autores latinos como Macrobio situaban a la Luna y al Sol alrededor de la Tierra, después se encontraban Venus y Mercurio y más allá Marte, Júpiter y Saturno. Calcidio en cambio apostaba por una Luna que describía una trayectoria circular en torno a la Tierra, después Mercurio y Venus, luego el Sol, Marte, Júpiter, Saturno y la esfera de las estrellas fijas. La astrología en cambio, aglutinaba un amplio grupo de creencias y prácti- cas de la sociedad medieval, desde la cosmología a la alquimia pasando por la medicina o la agricultura. La Tierra anidaba en un mundo dentro de una serie concéntrica de esferas que estaba dividido en dos ámbitos distintos. Bajo la luna y hasta el centro de la Tierra, las esferas de los cuatro elementos en donde todos los cuerpos por ellos inte- grados eran corruptibles y cambiantes. Por encima estaban las siete esferas planetarias en la región del cielo inco- rruptible, la esfera de las estrellas fijas (octavo cielo), el noveno y el décimo cielo que iniciaba los movimientos de las demás. Más allá se encuentra una esfera inmóvil o cielo empíreo que contenía al mundo dentro de ella y era la morada de Dios, los ángeles y los bienaventurados. Aristóteles había defendido que las razones de decadencia de la Tierra eran causadas por cambios en los cielos; esto unido a algo evidente como la influencia del sol sobre las estaciones o la luna sobre las mareas, suponía un respaldo al lugar de la astrología dentro de la cosmología y la física aristotélica. La influencia de los planetas sobre el hombre era causa de cierto malestar en la Edad Media, pues los errores y aciertos de ellos parecían situarse bajo el dominio de las estrellas, mientras que el hombre luchaba por la indepen- dencia de sus actos como individuo. Los teólogos debatían acerca del papel de la astrología en el esquema cosmológico y circulaban textos que indicaban la relación entre los objetos celestiales y los cuerpos sublunares. Pero volvamos atrás en el tiempo. San Agustín (354-430 d.C.), por ejem- plo, aun no tratando a la ciencia griega con desprecio, sostiene que por encima del firmamento hay agua en forma de vapor de agua tal como dice el Géne- sis. A pesar de la labor de los compila- dores latinos, entre los siglos V y X la ciencia en Europa llega a sus niveles más bajos y el interés por el estudio del Universo es prácticamente nulo. En el siglo VI, el Monje Cosmas nativo de Alejandría y comerciante durante una parte de su vida, escribe su Luis Alonso ASTRONOMÍA Y ASTROLOGÍA EN EL MEDIEVO OCCIDENTAL 30 Neomenia Neomenia Tercer trimestre 2010

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Si la caida del Imperio Romano enel año 476, marca el comienzode la Edad Media, a finales del

siglo XII se producirá un cambio entorno a las ideas y al pensamiento cien-tífico a causa de las influencias esco-lástica y árabe. Durante mil años la iglesia cristia-

na dominó la cultura y la enseñanza,que aun conservando el pensamientode los griegos clásicos, los reforzó deaspectos místicos en una mezcla entreciencia y creencia trazando un puentehacia la vida cotidiana. Seguramente la Edad Media es el

periodo de tiempo más oscuro quesufrieron las ciencias y las artes en lahistoria de la humanidad. Durante esteespacio y en una sociedad que girabaen torno al hombre y la Tierra comopilares de la creación de Dios, las ideasde Ptolomeo perduraron bajo el mantoprotector de la Iglesia. Este periodo que abarca desde los

años 500 al 1450 de nuestra era, fueestéril en aportaciones científicas deimportancia, dominando las teoríasgeocentristas hasta que en el siglo XVcomienzan a surgir dudas sobre la posi-ción central e inmovilidad de la Tierra. La información utilizada durante la

Edad Media era básicamente aquellaque se obtenía de los Compendios quetrataban de reunir el conocimientoaportado por los griegos a modo deobras enciclopédicas aunque de bas-tante menor calidad que los textos ori-ginales, siendo en ocasiones confusosy contradictorios. Autores latinoscomo Macrobio situaban a la Luna y alSol alrededor de la Tierra, después seencontraban Venus y Mercurio y más

allá Marte, Júpiter y Saturno. Calcidioen cambio apostaba por una Luna quedescribía una trayectoria circular entorno a la Tierra, después Mercurio yVenus, luego el Sol, Marte, Júpiter,Saturno y la esfera de las estrellasfijas. La astrología en cambio, aglutinaba

un amplio grupo de creencias y prácti-cas de la sociedad medieval, desde lacosmología a la alquimia pasando porla medicina o la agricultura. La Tierraanidaba en un mundo dentro de unaserie concéntrica de esferas que estabadividido en dos ámbitos distintos. Bajola luna y hasta el centro de la Tierra, lasesferas de los cuatro elementos endonde todos los cuerpos por ellos inte-grados eran corruptibles y cambiantes.Por encima estaban las siete esferasplanetarias en la región del cielo inco-rruptible, la esfera de las estrellas fijas(octavo cielo), el noveno y el décimocielo que iniciaba los movimientos delas demás. Más allá se encuentra unaesfera inmóvil o cielo empíreo quecontenía al mundo dentro de ella y erala morada de Dios, los ángeles y losbienaventurados.Aristóteles había defendido que las

razones de decadencia de la Tierra erancausadas por cambios en los cielos;esto unido a algo evidente como lainfluencia del sol sobre las estaciones ola luna sobre las mareas, suponía unrespaldo al lugar de la astrología dentrode la cosmología y la física aristotélica.La influencia de los planetas sobre elhombre era causa de cierto malestar enla Edad Media, pues los errores yaciertos de ellos parecían situarse bajoel dominio de las estrellas, mientras

que el hombre luchaba por la indepen-dencia de sus actos como individuo. Los teólogos debatían acerca del

papel de la astrología en el esquemacosmológico y circulaban textos queindicaban la relación entre los objetoscelestiales y los cuerpos sublunares.Pero volvamos atrás en el tiempo.

San Agustín (354-430 d.C.), por ejem-plo, aun no tratando a la ciencia griegacon desprecio, sostiene que por encimadel firmamento hay agua en forma devapor de agua tal como dice el Géne-sis. A pesar de la labor de los compila-dores latinos, entre los siglos V y X laciencia en Europa llega a sus nivelesmás bajos y el interés por el estudio delUniverso es prácticamente nulo. En el siglo VI, el Monje Cosmas

nativo de Alejandría y comerciantedurante una parte de su vida, escribe su

Luis Alonso

ASTRONOMÍA Y ASTROLOGÍA EN EL MEDIEVO OCCIDENTAL

30 NeomeniaNeomenia TTeerrcceerr ttrriimmeessttrree 22001100

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libro Topografía Cristiana dedicandouno de los libros de su obra a atacar laidea de aquellos que piensan que elcielo es esférico. Cuestiona, como unaTierra esférica en el centro del Univer-so podría haber emergido de las aguasel tercer día de la Creación. Opina ade-más, que es imposible que la Tierra seael centro, ya que con su gran peso solopuede permanecer en reposo si esta enla parte más baja de él. Para él, elmundo es rectangular (dos veces máslargo que ancho), con una Tierra planarodeada de agua con una segunda Tie-rra donde esta el Paraíso. El Universoesta rodeado de grandes paredes verti-cales y techo abovedado. Para Cosmas,el Sol, la Luna y las estrellas son movi-dos por los ángeles y la Tierra tienemás elevación en sentido Norte yOeste, siendo por tal motivo por el quelos barcos que navegan en esas direc-ciones tardan más que si navegan endirección contraria. No se le puede,desde luego, negar originalidad a susafirmaciones aunque sean del todoabsurdas. Como había dicho antes, la ciencia

y el interés por la astronomía fueronescasos durante muchos siglos, perolos trabajos de San Isidoro de Sevilla(aprox. 560-636) fueron tal vez unaexcepción en este desierto. Entre susobras redactó una enciclopedia deveinte tomos a la que llamó Etimologí-as. En el tercer libro, escribió sobrearitmética, música, geometría y astro-nomía (“que estudia las leyes de losastros”). En este texto, la ciencia astro-nómica es la más extensa.Escribe sobre el mundo, la esfera

celeste, los planetas, sus movimientos,el zodiaco y las estrellas. Diferenciaentre astronomía y astrología, conside-rando a la primera como ciencia y a lasegunda como superstición. Cree queel Sol esta hecho de fuego, que es másgrande que la Tierra y que la Luna. Losplanetas tienen su movimiento propio através de sus correspondientes esferasgirando en sentido contrario a la esferade las estrellas fijas, llamando a la VíaLáctea “circulo cándido”.

El Universo tiene para él unadimensión espacial limitada y despuésde la ultima esfera esta el cielo supe-rior, el más allá. No aportaba ideasnuevas y solamente describía fenóme-

nos celestes evidentes, pero su obramantuvo con latido el casi nulo pensa-miento de occidente. Durante esta primera etapa de la

Edad Media se asentó en el pensamien-to europeo una estructura del Universobasada en una interpretación literal dela Biblia. La inmovilidad terrestreimplicaba que el Sol se movía en tornoa la Tierra, además de dar por ciertosdogmas como que la Tierra era plana yque el océano que rodeaba la mismaterminaba en un abismo sin límite. A parte de San Isidoro de Sevilla

pocos fueron los que tuvieron curiosi-dad durante la baja Edad Media por laestructura del Universo, con contadasexcepciones como Casiodoro o elVenerable Beda. Este ultimo, Beda elVenerable (673-735), nació en el nortede Inglaterra y su Universo consta decausas y efectos que se puedan identi-ficar. Su cielo es esférico y la Tierra esestática. Esta dividida en cinco zonas,dos de ellas templadas que son habita-bles. Alrededor de la Tierra se encuen-tran los siete cielos: el aire, el éter, elolimpo, el espacio ígneo, el firmamen-to con los cuerpos celestes, el cielo delos ángeles y el cielo de la Trinidad. El

mundo material esta formado por loscuatro elementos de la tradición grie-ga: tierra, agua, aire y fuego, que juntocon el alma de los hombres y la luzfueron creados por Dios de la nada.Las estrellas giran alrededor de la Tie-rra, pero interpreta bien que las causasde las mareas son debidas a las fases dela Luna y a la atracción de ésta sobre elagua del mar. Los horóscopos más antiguos con

predicciones para la vida de una perso-na se remontan a la Babilonia y el anti-guo Egipto. Tras el fin del mundoromano y la llegada del cristianismo ala Europa occidental, la astrologíallega por un lado con libros poco sofis-ticados y popularmente con la adivina-ción a pesar de las condenas de la Igle-sia. A principios de la Edad Media eranfrecuentes las doctrinas astrológicasrelacionadas con la influencia de losplanetas y los signos del zodiaco quese plasmaron en obras de astronomía,filosofía natural y cosmología. Losescritores empleaban indistintamente“astronomía” y “astrología”. El interéspor la astronomía estaba localizado encentros monásticos en donde se con-feccionaban medidas de tiempo ycalendarios cristianos. Como no existí-an tablas ni instrumentos de precisiónpara la confección de horóscopos, seextendieron formas más sencillas deadivinación que se basaban en lostreinta días del ciclo lunar y en lasposiciones del Sol y la Luna en elzodiaco. Un tipo de adivinación se denomi-

naba “esfera de la vida y de la muerte”,llamada así por su forma circular. Lausaban indistintamente médicos ocuras para conocer el desenlace de unaenfermedad. El valor numérico total delas letras de un paciente (la a vale 1, lab vale 2, etc) se sumaba al número deldía lunar en que cayó enfermo. El totalse dividía entonces entre treinta y si elresultado se encontraba en la parte dela tabla regida por la figura Cristo-Vidael paciente viviría. Si estaba en la parteSatán-Muerte el paciente moriría. También se prestaba atención a la

Luna (creciente o menguante). Así,para curar de epilepsia con asterion seindica que hay que masticar el frutomientras la Luna este decreciendo y seencuentre en el signo de Virgo.

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Aunque el objeto de este artículo esel medievo occidental, no se puedepasar por alto la contribución árabe a laastronomía. Ellos continuaron los tra-bajos de observación iniciados por losgriegos intentando establecer lasdimensiones y estructura del cosmosademás de anotar sus observacionesdurante un periodo de más de 900 añosplasmados por ejemplo en las tablastoledanas, que fueron aprovechadaspor los astrónomos del Renacimientopara con sus descubrimientos cambiarnuestra visión del Universo. Perfeccio-naron el astrolabio e incorporaron anuestro lenguaje términos como cenit,

almanaque o el nombre de estrellas bri-llantes como Albireo, Aldebarán,Altair. Mizar, el Nath, etc.Los astrónomos árabes realizaron

nuevos catálogos de estrellas en lossiglos IX y X que fueron recopiladosen las Tablas Toledanas siendo el astró-nomo árabe Azarquiel la máxima figu-ra de aquella escuela astronómica delsiglo XI responsable de las mismas. Enel año 1085 con la conquista de la ciu-dad de Toledo por el rey Alfonso VI secomenzó la traducción del árabe allatín de estos textos, despertando entoda Europa el interés por las cienciasy la astronomía. En 1272 se elaboranlas tablas alfonsíes bajo la tutela deAlfonso X el Sabio sustituyendo a lasde Azarquiel en los centros científicoseuropeos. Se realizan correccionesbasadas en las observaciones realiza-das en Toledo entre los años 1262 y1272. Alfonso X el Sabio detectó fallose inconsistencia en el modelo tolemai-co en donde la situación central de la

Tierra no coincidía con los datos que elmanejaba; pero la tradición, las creen-cias y el miedo vencieron a la razón ya la observación. A pesar de todo seatrevió a comentar: “si yo hubiera esta-do presente en la creación, le hubieradado algunas sugerencias al Creadorpara que el Universo estuviese mejorconcebido”.Los trabajos de investigación y tra-

ducción de esta escuela hicieron posi-ble que obras fundamentales de la cul-tura griega fueran rescatadas del olvi-do. España transmitió a Europaconocimientos en áreas tan diversascomo la geografía, la filosofía, lamedicina, la botánica o la astronomía. Hasta que en siglo XII empiezan a

llegar las traducciones de las obrasgriegas y árabes, una de las recopila-ciones que sobreviven durante los pri-meros siglos de la Edad Media es laHistoria Natural de Plinio. Asimismo,la matemática y la lógica de occidentese basaban en la obra de Boecio delsiglo VI que hizo una recopilaciónsimilar a la de Plinio con tratados degeometría, astronomía y música. Así pues, la traducción al latín de

los textos griegos que se habían con-servado en obras árabes fueron aprove-chados por eruditos de toda Europapara recopilar numerosos conocimien-tos científicos, astrológicos y mágicos.Con la transmisión del Almagesto y de

las tablas árabes, los astrólogos pudie-ron producir horóscopos más precisosy una nueva visión para la interpreta-ción de las configuraciones celestiales.Ya con anterioridad incluso Gui-

llermo el Conquistador encargó a supropio astrólogo que estableciese elmomento de su coronación (navidad de1066), fecha de nacimiento paramuchos de Inglaterra. La astrología sedifundió tanto en el ámbito del horós-copo personal como en el de las pre-dicciones generales. Uno de los prime-ros eruditos en introducir en occidentetablas astronómicas precisas fue Ade-lardo de Bath. Elaboró horóscopospolíticos y relacionados con accionesde diferentes contendientes en la gue-rra civil que surgió a la muerte del reyEnrique I, reflejando la asociación dela astrología y la cultura cortesana.Escribió también un tratado sobre elastrolabio. Pero el primer astrólogoimportante del siglo XII en la Corte fueMiguel Escoto, que falleció en 1230.Investigó entre otras cosas la influenciade la Luna en la menstruación o suinfluencia en el momento de la concep-ción. Así, por ejemplo, la hermana delrey Enrique III de Inglaterra se negó aconsumar el matrimonio hasta que nollegara “la hora adecuada” que habíacalculado Escoto. Pero el más grande astrólogo de la

Corte fue Guido Bonatti. Profesor de la

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Astrolabio

Astrónomos en Monte Athos

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Universidad de Bolonia asesoraba anumerosos Príncipes de Europa. Faltocompletamente de toda modestia ase-guraba que “el astrólogo conoce todaslas cosas: lo que ha sucedido en elpasado y todo lo que sucederá en elfuturo; todo le es revelado pues conocela influencia de los movimientos celes-tes que han sido, que son y que serán,y sabe en que momento actuarán y quéefectos producirán”. En septiembre de 1186 se produce

una conjunción de todos los planetasen el signo de Libra. La aparición delos planetas en el mismo grado de lon-gitud eran indicios y causas de losgrandes acontecimientos históricos. Secreía que las conjunciones de Júpiter,Saturno y Marte eran muy importantes,pero esta lo fue especialmente por elnúmero de planetas implicados. Se pre-sagiaron muchos males, como el esta-llido de una tormenta violenta de vapo-res venenosos, pero a pesar del pánicogeneralizado que vivió Inglaterramientras se aproximaba la fecha lo másviolento que ocurrió según las crónicasfue una granizada en Kent y algunainundación en Gales.El futuro astrólogo de finales de la

Edad Media tenía que dominar diver-sas técnicas como la astronomía o lasmatemáticas. También tenia que domi-nar un complicado número de reglas

para la interpretación de las configura-ciones celestiales. Después del sigloXII los estudiantes adquirían las técni-cas astronómicas estudiando el quadri-vium, las matemáticas y estudios uni-versitarios de humanidades. Resulta curioso comprobar que las

técnicas astrológicas eran esencialespara los estudiantes de medicina yparte destacada del currículo (en elsiglo XV la Universidad de Boloniatenia su propio profesor de astrologíaque impartía un curso de cuatro añosde duración).El astrólogo tenía como base prin-

cipal el horóscopo o carta astral o unmapa de los cielos en un momento ylugar determinados. En este dibujo setrazaba la posición de los siete planetasconocidos (la Luna, Mercurio, Venus,el Sol, Marte, Júpiter y Saturno) segúnaparecían en el zodiaco (en la zonacentrada según la eclíptica). El zodiacoquedaba dividido en doce partes igua-les de treinta grados que recibían elnombre de las Constelaciones (Aries,Tauro, Géminis, etc). Se denominabanormalmente división en casas o espa-cios y el método más común para cal-cular esta división comenzaba con elgrado donde la eclíptica se cruzaba conel horizonte, llamado “ascendente”. Elastrólogo construía las seis divisiones ocasas bajo el horizonte siguiendo el

orden de la salida de cada signo y lascasas sobre el horizonte ordenadas deoriente a occidente, en dirección alocaso. Los astrolabios y cuadrantes serví-

an para calcular la posición y distanciade los planetas. Estos instrumentos seenfocaban al Sol durante el día y a unaestrella importante durante la noche,para así poder interpretar el año encurso. Las “doce casas” se encuentran en

sentido contrario al de las agujas delreloj desde la izquierda y se indican loslimites de cada casa en cuanto al gradodel signo del zodiaco, así como las posi-ciones de todos los planetas y de“caput” y “cauda draconis” (puntosdonde la Luna se cruza con la eclíptica). En un cuadrado central de la figura

se usaba frecuentemente para escribirla fecha, el nombre del cliente y la pre-gunta que necesitaba ser contestada.Cada planeta del horóscopo tenia pro-piedades naturales, siendo masculino ofemenino, diurno o nocturno, seco ohúmedo, cálido o frío, benéfico omaléfico, etc.

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Horóscopo atribuido a Adelardo de Bath

Predicciones sobre la conjunción en libra en 1186

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Los signos del zodiaco se clasificansegún los sexos, estaciones, elementos(fuego, tierra, aire o agua) y los signoscardinales (fijos y mutables). Todos losplanetas gobiernan sobre dos signos(sus casas), excepto el Sol y la Lunaque gobiernan solo uno. Cuando unplaneta estaba presente en un signosobre el que gobernaba, su influenciaera más poderosa, pero si se encontra-ba en los signos opuestos en el horós-copo su influencia era más débil. Lainfluencia de un planeta en el horósco-po dependía de las “dignidades” queadquiría al ser situado en su propiacasa: exaltación, triplicidad, cara o tér-mino. El número de puntos que cadadignidad otorgaba queda reflejadoencima de un práctico diagrama. En laparte superior del diagrama se aprecianlas propiedades de cada signo. Piscis,por ejemplo, pertenece al grupo de lossignos clasificados como de agua,fríos, húmedos, septentrionales yfemeninos. Así por ejemplo la conjun-ción de planetas de 1186 de la que hehablado anteriormente situados enLibra (signo del aire) despertó el temora terribles vientos y la de 1524 en elsigno de Piscis (signo de agua) motivópredicciones de inundaciones. Otrocaso curioso se produjo cuando lapeste de mediados del siglo XIV

devastó Eurasia matando a millones depersonas, el monarca Felipe VI pidió ala Universidad de Paris que diera suopinión sobre los motivos de la misma.Aunque numerosos astrólogos culpa-ban al eclipse lunar total del 18 demarzo de 1347, la facultad opinó que latriple conjunción de Marte, Júpiter ySaturno en Acuario en marzo de 1345era la responsable de “la perniciosacorrupción del aire”. Existía una típica descripción de

los asuntos que trata cada casa:

I. La forma y figura de la perso-na (nativo) y las cualidades desu alma.

II. PosesionesIII. HermanosIV PadresV. HijosVI. EnfermedadesVII. MatrimonioVIII. MuerteIX. Viajes y fe religiosaX. AmistadXI. AmigosXII. Enemigos

Las casas primera, cuarta, séptimay décima se denominaban casas cardi-nales o angulares; la segunda, quinta,octava y undécima sucedentes; y la ter-cera, sexta, novena y duodécima,cadentes. Los planetas situados en elprimer grupo tenían una influencia ele-vada y los situados en el ultimo suinfluencia era reducida. En principio,lo más importante en la predicciónastrológica dependía de la posición delos planetas unos respecto a los otros;lo más importante eran las relacionesangulares entre planetas (aspectos).Una conjunción tenía lugar cuando losplanetas parecían ocupar el mismoespacio en el cielo (0º), en oposiciónestaban separados (180º), en cuadratu-ra (90º), en sextil (60º) y en trino(120º). Cada aspecto tiene un signifi-cado concreto negativo o positivo den-tro del horóscopo y destacaban espe-cialmente las conjunciones y oposicio-nes entre planetas.También eran importantes las rela-

ciones entre el Sol y los planetas. Si unplaneta se encontraba a menos de 17minutos del Sol (cada grado del horós-copo tenia 60 minutos), estaba en el

“corazón”. A menos de 8,5º estaba en“combusto” y a menos de 17º “bajo losrayos” y todos tenían un significadodiferente.Los trabajos y estudios de Aristóte-

les comienzan a ser conocidos por loseuropeos durante los siglos XII y XIII.Gerardo de Cramona (1114-1187), fueun estudioso que tradujo cerca de 70libros, entre ellos el Almagesto de Pto-lomeo y muchas obras de Aristótelesdesconocidas hasta entonces. La visiónde Aristóteles era la de un mundo orde-nado y claramente diferenciado en par-tes, una región sublunar cambiante ycorruptible y una región celeste inmu-table. Para Aristóteles el mundo eraeterno, como no había principio nopodía tener fin. Esto suponía unenfrentamiento teológico en cuanto ala creación del mundo, ya fuese lavisión cristiana o musulmana. Por elloSanto Tomas de Aquino (1225-1274) oMaimónides (1135-1204) resolvieronesta situación rechazando este postula-do bajo la base de la fe. Durante gran parte de la Edad

Media el Universo estaba configuradopor esferas sólidas y cristalinas quetransportaban a los cuerpos celestes,ocupando el lugar natural que lecorrespondía ya que según el modeloaristotélico no podían estar en otrositio. En el siglo XIII, para muchosexistían tres esferas exteriores a las queocupaban los planetas. La externa era

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Piscis. Siglo XI

Representación del Universo en la Edad Media

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invisible e inmóvil morada de los ánge-les y bienaventurados, la esfera centralera transparente y cristalina (llamadaprimium mobile y origen de todos losmovimientos del Universo y motor detodas las demás esferas), mientras quela tercera que era la más interna eraconsiderada como el firmamentodonde se situaban las estrellas fijas.Los ajustes efectuados sobre el

modelo de Aristóteles para adaptarlo alos preceptos de la fe permitió un largoreinado de estas ideas geocentricas a lolargo de este periodo. Ya desde mediados del siglo XII,

las escuelas del norte de Francia juntocon las escuelas de traductores de Tole-do y del sur de Italia, proyectan estasideas conjuntamente con la astronomíade Ptolomeo. El sistema de Ptolomeoresultaba complejo y hasta inverosímiles cierto; pero era esta misma dificul-tad lo que para muchos resultaba“garantía de veracidad”. El artificiogeométrico creado por el, resultabaconveniente para explicar las observa-ciones, pero poseía dos problemas deimportancia. El primero era que el sis-tema de los epiciclos y deferentes esta-ban en contradicción con el principioaristotélico según el cual, todo movi-miento circular exige un centro fijosólido alrededor del cual girar. Elsegundo problema era la explicaciónque ofrecía Ptolomeo al tema de la pre-cesión, que requería que la esfera deestrellas estuviera animada por dosmovimientos diferentes al mismo tiem-po, cosa no permitida por el esquemade Aristóteles quien argumentaba que“dos atributos contradictorios no pue-den pertenecer a la misma sustancia ala vez”. A pesar de todo, el sistema dePtolomeo era más preciso a la hora depredecir observaciones, lo que supusoun distanciamiento del sistema de esfe-ras concéntricas.Además de todo esto y como ya he

comentado en páginas anteriores, en1252 Alfonso X el Sabio ordena elabo-rar a astrónomos árabes, hebreos ycristianos en Toledo, las que serian lascartas estelares más precisas de sutiempo difundiéndose por toda Europacon gran rapidez. Pero volvamos a la astrología. El

arte de la astrología estaba dividido endos ramas principales: la mundana y la

judicial. La primera se ocupaba de lasinfluencias celestes sobre aconteci-mientos naturales (clima, horóscoposdeterminados, conjunciones, eclipses yoposiciones). En muchas Cortes de laEuropa Medieval, los gobernantes reci-bían consejo astrológico de los médi-cos y los clérigos. Esta practica solíaser condenada por gran parte de loscortesanos y teólogos, pero solía seruna practica generalizada. Aun se con-servan numerosos documentos exqui-sitamente decorados de la época. Esuna realidad evidente, que la astrologíase impregna en todas las clases socia-les, aventurando desde la muerte delrey o una guerra o vaticinando epide-mias o cualquier otro desastre. Por otro lado, la astrología judicial

se centraba en el individuo y propor-cionaba datos sobre la vida de una per-sona. Esto era una clara amenaza alconcepto de libertad individual, perolos astrólogos argumentaban que el“conocimiento de antemano de aquelloque iba a ocurrir mitigaba su impacto ypermitía a los hombres prepararse parael desastre”.Se daban datos sobre el transcurso

de su vida y lo más terrible, el momen-to y forma de su muerte. En cada apar-tado de la vida del nativo destaca unplaneta diferente. Por ejemplo, en elmatrimonio destaca Venus mientrasque sobre la fe hay que observar a Mer-curio. Sobre los descendentes, el astró-logo era capaz de predecir el número,sexo y fallecimiento.

Aunque practicar astrología no eraun delito, a veces esta se relacionabacon la magia (como la necromanciaque implica a espíritus o demonios).Otra práctica peligrosa era predecir lamuerte de un Rey, pues no debía cono-cerse ni la fecha ni la forma de lamisma. Por ejemplo, la duquesa deGloucester junto a otros dos clérigosfueron acusados de conspiración porusar la astrología con el fin de provocarla muerte del monarca. Thomas South-well, uno de los clérigos, murió en pri-sión. El otro, Roger Bolingbroke, fueejecutado. La duquesa fue condenada acadena perpetua.Pero volvamos al aspecto astronó-

mico. Muchos fueron los pensadores ylas ideas que se divulgaron en el sigloXIII. Roger Bacon (aprox. 1214-1294),se revela contra los pensamientos esta-blecidos y contra Aristóteles, defen-diendo la necesidad de experimentar yde aplicar razonamientos matemáticospara cuestiones científicas. Coincideen su visión sobre el Universo, peroaporta algo diferente: “la Tierra es unpunto insignificante en el centro de unvasto cielo”. Basándose en el astróno-mo árabe Al-Fargani (siglo IX), afirmaque la estrella más pequeña es mayorque la Tierra, relacionando su tamañocon su magnitud.En este mismo siglo, Pietro d’Aba-

no (1250-1316), propone que las estre-

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Horóscopo de Thomas Norton. Siglo XV

Texto astrológico para el rey Enrique VII

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llas no están sujetas a una esfera sino“que vagan libremente por el espacio”.El hecho de que personas cultas de

la época conociesen las ideas de Ptolo-meo, no significa en absoluto, que per-sonas con cierta influencia las conocie-ran. Por ejemplo Dante Alighieri(1265-1321), describe en la DivinaComedia la visión del mundo queimperaba en la época. El infierno esuna cavidad cónica que llega al centrode la Tierra, el purgatorio en una granmontaña que sale del océano en unpunto opuesto a Jerusalén (centro de latierra sólida) o que hay diez esferasdesde la Luna hasta el “empireo inmo-bile”, morada de la divinidad. Pero surgen otras ideas interesantes

en el siglo XIV, impulsadas por JeanBuridian (1300-1358) y Nicolás deOresme (1323-1382), que sugieren laposibilidad de la rotación de la Tierraalrededor de su eje como contrapartidaa la rotación de la esfera de estrellasfijas; aunque para ser justos las prime-ras referencias a esta posibilidad apare-cen a finales del siglo XIII de la manodel franciscano Francisco de Meyron-nes. De todas formas, Buridian afirmaque “las observaciones directas al cielono pueden servir para saber si son loscielos los que se mueven o es la Tierrala que rota”. Su fe hizo (así se lo exi-gía) que ambos, a pesar de todo, sostu-vieran la inmovilidad de la Tierra. Perofue una pena, pues su razonamientoplanteaba un Universo más armoniosoy evitaba la esfera exterior de las estre-llas. Buridian argumenta que una fle-cha lanzada hacia arriba cae en elmismo lugar, aunque los múltiplescambios que se producen en la Tierrahacen variar el centro de gravedadterrestre. Como ese centro debe coinci-dir con el del Universo, eso no es posi-ble “si la Tierra es capaz de moverse”.Oresme, discípulo de Buridian y

obispo de Lisieux, explica que el equi-librio y movimiento de las esferas esdebido al impulso inicial que Dioscomunicó a las mismas. Defiende quees imposible argumentar que no sea laTierra la que gire solamente por laobservación (pero si girase de Oeste aEste ¿no debería existir un fuerte vien-to en sentido contrario?). Oresme pro-pone la idea “que tanto el aire como elagua son arrastrados en la rotación de

la Tierra”. Estos argumentos racionalesa favor de la rotación terrestre serianutilizados más tarde por Tycho Brahecontra Copérnico, según el cual “uncuerpo material puede tener únicamen-te un movimiento, que para la Tierra esrectilíneo y hacia abajo”.La idea de rotación terrestre tenía

la ventaja de la sencillez, del movi-miento celeste de este a oeste y permi-tía eliminar la novena esfera; peroOresme vuelve como ya he comentadoantes, de forma sorprendente a la cos-mología geocéntrica, pues ante todo es

obispo. Oresme defiende su rechazo ala rotación terrestre pues piensa que“sus razonamientos no prueban sumovimiento sino que demuestran quees imposible probar lo contrario”.Y mientras vemos sorprendente-

mente un aparente estancamiento en laastronomía, la astrología aumenta supopularidad gracias a las cartas nata-les, llegando hasta nuestros días distin-tos tipos de horóscopos, como las car-tas horarias. Las cartas horarias alcan-zaron gran popularidad entre losastrólogos árabes, los cuales se inspira-ron en fuentes hindúes. Este tipo de astrología se basaba en

dar respuestas a preguntas concretas.Para ello se trazaba una figura para elmomento en que la pregunta era for-mulada. Otro tipo de astrología era laelectiva, mediante la cual se analizabany estudiaban las posiciones planetariasy se determinaba el momento propicioy adecuado para emprender una activi-dad o tomar una decisión. Los clientes visitaban al astrólogo

en su casa, en donde se sinceraban conel. Sus problemas, sus dudas, sus ope-raciones comerciales, la búsqueda de

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Representación de Saturno

Los planetas gobiernan los días de la semana. Siglo XIV

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algún objeto valioso o sus temores antealguna guerra, eran representados enlos cielos de donde el astrólogo extraíasu respuesta. Un excelente ejemplo de lo anterior-

mente expuesto sería Richard Trewy-thian. Era médico y prestamista ademásde astrólogo, teniendo entre sus clientesa numerosos artesanos y hasta a un abad.Por ejemplo predijo para el año 1448sangre, guerra, peste, muerte y terror, locual no causó mucha sorpresa en el tur-bulento siglo XV. Construyó igualmenteun horóscopo para un eclipse y lo queocurriría antes de que el Sol entrara enAries. Como podéis imaginar las cróni-cas medievales solían presagiar catástro-fes ante estos acontecimientos o la llega-da de cometas. Pero dos horóscoposencontrados, construidos para un Abad,llaman especialmente la atención. Estoshoróscopos estaban relacionados con unrobo de una capa de oro. Por increíbleque parezca Trewythian fue capaz dedescribir las características físicas delladrón: “es de complexión rolliza, conpelo castaño y grasiento y a menudotiene granos en la cara. Tiene la barbarala y los ojos pequeños; su cuerpo estosco y encorvado. Es un sembrador demalas hierbas y de discordia entre loshombres”. Por supuesto el astrólogo noconfía en que la pieza se recupere. Y asíserá, a pesar de su sorprendente “cáma-ra de vigilancia medieval”.Los herbarios y lapidarios astroló-

gicos describían plantas y piedras querecibían su forma y su naturaleza delos planetas, de los signos zodiacales ya veces de estrellas fijas. Tanto las pie-dras como las plantas deben ser usadasen momentos precisos para intensificarsu poder natural, coincidiendo con lainfluencia de un planeta o una conste-lación. La astrología natural y otras artes

ocultistas tuvieron una gran difusión através del popular e influyente Secre-tum Secretorum, texto que pretendíaser una carta del filosofo Aristóteles aAlejandro Magno y que abogaba porser una astrología erudita. Las plantasque carecen de luz son gobernadas porSaturno, pero aquellas que florecenpero que no dan fruto están dominadaspor Marte; también existían formulaspara vencer la voluntad de las personas(con semillas de androsman).

Los practicantes de medicina sevieron atraídos por el prestigio de unirsu profesión al estudio de los cielos. Elhombre se componía de cuatro cualida-des: caliente, frío, húmedo y seco quese combinaban con los cuatro elemen-tos primarios: aire, tierra, fuego y agua.Estos dotaban al carácter de un tempe-ramento sanguíneo, colérico, flemáticoo melancólico.La salud dependía del equilibrio de

los humores y la enfermedad era elresultado de la diferencia de uno deellos. Como todos conocemos, uno delos métodos que se usaba para cual-quier trastorno en el equilibrio de loshumores era la sangría, para la que seaconsejaban ciertos días lunares. LaLuna también tiene influencia en lasplantas, la labranza y el clima. En este oscuro mundo de extraña

mezcla entre lo esotérico y la siembrade las primeras semillas astronómicas,el filosofo Nicolás de Cusa (1401-1464), asegura que cada estrella delfirmamento tiene sus habitantes comolos tiene la Tierra. Asegura que el Uni-verso sin ser infinito no tiene fronterasy al ser así, ningún cuerpo puede ser elcentro.

Este fue seguramente, el principiodel fin. Otros llagarían más tarde,como Copernico, que dotaría a la Tie-rra y a los planetas movimientos detraslación alrededor del Sol en movi-mientos circulares, que Kepler trans-formó en elípticos gracias a las anota-ciones del excéntrico Tycho, mientrasGalileo observaba impaciente a travésde su telescopio, quien sabe si tal vez,lo que siglos más tarde acaecería. Peroesa fue otra historia y este no es elmomento de contarla.

BBiibblliiooggrraaffííaa::

— Historias del Universo. Telmo Fer-nández de Castro.

— Astrología Medieval. Sophie Page.— Astronomía y tradición medieval.

George Saliba.— ¿Qué sabemos del Universo? Juan

Pérez Mercader.— Horóscopos e historia. J. North.— Astrología, ciencia y sociedad.

P. Curry.— Guía visual de astrología. Varios

autores. País Aguilar.Visión medieval del mundo. Bibliotecadigital ILCE.

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Signos del zodiaco