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EDIC. NACIONAL SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 351-24-IV-2003 La semana próxima, dos regalos de Alfa y Omega con motivo de la visita del Papa: su magisterio y sus mejores fotos A la espera del Vicario de Cristo A la espera del Vicario de Cristo

A la espera del Vicario de Cristo - alfayomega.es · Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, de Juan Pablo II: La Iglesia vive de la Eucaristía 22-23 La vida Desde la fe 24-25

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EDIC. NACIONALSEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN Nº 351-24-IV-2003

La semana próxima,dos regalos de Alfa y Omega

con motivo de la visita del Papa:su magisterio

y sus mejores fotos

A la esperadel Vicario

de Cristo

A la esperadel Vicario

de Cristo

Sumario

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Etapa II - Número 351Edición Madrid

Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Calle de la Pasa, 3.

28005 Madrid. Téls: 913651813/913667864

Fax: 913651188

Dirección de Internet:http://www.alfayomega.es

E-Mail: [email protected]

Director: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez

Redactores: Anabel Llamas Palacios,Ricardo Benjumea Vega,

Carmen María Imbert Paredes,Jesús Colina Díez (Roma)

Secretaría de Redacción:Rut de los Silos Antón

Documentación:María Pazos Carretero

Elena de la Cueva TerrerInternet:

Beatriz Jaso Ollo

-Imprime y Distribuye: Diario ABC, S.L.-Depósito legal: M-41.048-1995.

Edita:Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Canonización de cinco santosespañoles: Para aprender de ellos, con ellos.

13 La Fundación +Familia y elMinisterio de Trabajo acuerdancrear un certificado de empresasfamiliarmente responsables:Las empresas, necesarias para la conciliación

Iglesia en Madrid

12 Canonización de cinco santosespañoles: Para aprender de ellos, con ellos.

13 La voz del cardenal arzobispo: La victoria del perdón y de la gracia

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Pedro Berruguete, en Paredes de Nava

18 España

Manos Unidas organiza un Foro sobre Asia: Rostros humanos en medio de la inmensidad

20-21 Mundo

Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, de Juan Pablo II:La Iglesia vive de la Eucaristía

22-23 La vida

Desde la fe

24-25 Dignidad de la persona e identidad de Europa:El impacto ético del cristianismo.Se celebra en Bruselas el Coloquio Dios y Europa:Cristianos por Europa.

27 Internet y Evangelio.

28-29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad.

Televisión

32 Contraportada

3/7El mensaje de Juan

Pablo II a España:Más cierto que la luz

del mediodía.

Testigo de esperanza

19Semana Santa

y Pascua en el Vaticano:El Papa pide la paz para las guerras olvidadas

26Escribemonseñor JoséÁngel Sáiz:«Los jóvenespiden referentespara su vida»

Juan Pablo II vuelve a España por quinta vez.Para algunos será la primera ocasión de encon-trarse con él. Muchos otros tendremos la opor-

tunidad de verle y escucharle de nuevo. Todos sa-bemos que viviremos un momento histórico. Hanpasado más de veinte años desde aquella memorablevisita de 1982. El mundo ya no es el mismo. Espa-ña tampoco. El Papa que nos visita ha sido, sin du-da, una de las personas que más ha contribuido alos grandes cambios experimentados por la Huma-nidad en los últimos decenios del siglo pasado. Pe-ro la marcha del mundo no se ha detenido: la Historiaparece estar lejos de haber llegado a su fin. Es ne-cesario seguir buscando el camino del futuro. Poreso esperamos con tanto interés la palabra del Papay agradecemos tan de corazón su presencia ilumi-nadora en estos primeros y titubeantes pasos del si-glo XXI, cargados de preguntas.

Entretanto, cuando faltan ya pocos días para queel avión papal tome tierra en Madrid, echamos lavista atrás para preguntarnos: ¿cuál ha sido el men-saje de Juan Pablo II a España en sus cuatro visi-tas? ¿Qué nos ha dicho el Papa?

El Papa nos ha dicho muchas cosas durante loscasi veinte días que, en total, ha vivido en suelo es-pañol en ocasiones anteriores. Fueron jornadas muyintensas que le dieron ocasión de hablar a muchosgrupos de personas y de muy diversos temas: se di-rigió específicamente a los obispos, a los sacerdotes,a los religiosos, a los misioneros, a los laicos con-sagrados, a los seminaristas, a los catequistas, a loseducadores cristianos y a los teólogos; a los profe-sores, a las gentes de la cultura, de la política, de ladiplomacia y de la milicia; a los trabajadores del

mar, del campo, de la industria y a los empresarios;a los enfermos, a los ancianos y a los jóvenes; a lasfamilias y a los emigrantes; a los judíos, a los mu-sulmanes y a los cristianos no católicos. La lista po-dría todavía completarse ¿Cómo resumir en pocoespacio lo que el Papa ha dicho a los españoles? Noes posible. No lo intentaré.

Pero he vuelto a leer y a meditar las muchas pá-ginas que registran las palabras del Papa y he trata-do de encontrar la palabra entre todas ellas; es decir:el hilo conductor de todas sus enseñanzas, la fuentede la que brotan los ríos de sus múltiples interven-ciones. Y creo haber hallado esa palabra, ese men-saje. Se trata, naturalmente –huelga decirlo–, de milectura y de mi recepción personal del mensaje delPapa. Pero he procurado ser lo más objetivo posi-ble, con la esperanza de que más de uno pueda re-conocerse también en lo que he encontrado.

Certeza de la fe

Juan Pablo II ha lanzado a la España católica unpaternal y fraternal desafío a la certeza de la fe. Des-de ahí la ha invitado, una y otra vez, a la fidelidad yla ha movilizado para la evangelización. El Papanos ha dicho: tenéis una roca sobre la que construir:la fe en Jesucristo; un criterio de vida que cultivar: lafidelidad; y una tarea urgente que afrontar: comunicara la vida vuestra fe. ¿Eso es todo? Creo que sí, quees todo lo fundamental. Es también, tal vez, todo loque el Papa ha venido proponiendo a la Iglesia uni-versal. Pero, como vamos a ver, dicho a España yen España, este mensaje tiene sus particulares yemocionantes resonancias.

Juan Pablo II ha venido y viene a España a con-firmar a los hermanos en la fe. Es la encomiendahecha por Jesucristo a Pedro. Pero viene también aencontrarse con una Iglesia en la que la fe católica hadado al mundo el esplendor maravilloso de sus másgrandes místicos y misioneros: Teresa de Jesús yFrancisco Javier; Juan de la Cruz e Ignacio de Lo-yola; la misma Iglesia que, en pleno siglo XX, haofrecido a Cristo el testimonio supremo de la sangrede una pléyade inumerable de sus hijos.

El Papa polaco deseaba encontrarse con esa Igle-sia a la que admiraba desde su juventud. Lo confe-saba en el mensaje dirigido a España antes de llegara pisar nuestro suelo por vez primera: las enseñanzasde esos santos –escribía– «conectan perfectamentecon los anhelos de nuestro siglo. Yo mismo lo pudecomprobar cuando, en las circunstancias difícilesde mis años juveniles, me acerqué al magisterio deTeresa y Juan de la Cruz».

Juan Pablo II es el Papa de las certezas. Es verdad.A veces se le etiqueta así con ánimo poco com-prensivo. En estos tiempos en los que la razón ilus-trada –tan segura ella– se ha vuelto con frecuenciauna razón desengañada, débil o relativista, no siem-pre resulta de buen tono hablar de certezas. Es com-prensible, si de lo que se trata es de certezas mera-mente ideológicas. La presunción irracional del ra-cionalismo y, no digamos, de las utopías terrenasque han excluido sistemáticamente a Dios de la vi-da de los pueblos, han dado paso al escepticismo.Los frutos de tal irracionalidad han sido y están sien-do muy amargos para la Humanidad. Juan Pablo IIexperimentó en su propia vida las oscuras conse-cuencias de tales proyectos.

En portada Alfa y Omega 24-IV-2003 3

El mensaje de Juan Pablo II a España

Más cierto que la luz del mediodía

Portadas de revistas y libros editados con motivo de la primera Visita apostólica del Papa a España

Pero el Papa no habla de certezas ideológicas,sino de la certeza de fe. Se lo decía a las religiosas yreligiosos en Madrid: «Cuando se trate de comuni-car a los otros vuestro mensaje, procurad transmitirsiempre las certidumbres de la fe y no ideologíashumanas que pasan». San Juan de la Cruz le habíaayudado a él a forjar en su alma tales certezas, ca-paces de brillar en la noche oscura del espíritu y dela cultura. En Segovia, junto al sepulcro del santo, serefería a la luz de la fe con los versos del poeta mís-tico: «Aquesta me guiaba / más cierto que la luz delmediodía». La emoción del Papa se palpa, cuandohabla allí mismo de su amigo y maestro, el de la lu-minosa certeza en la noche.

Pues bien, esa certeza de la fe que se refleja en laspalabras de Juan Pablo II y que constituye su fun-damental y amable desafío a la España de hoy, él lapresenta como radicada en Dios mismo, en su asom-brosa revelación en Jesucristo. No se trata, por ello,de un mero proyecto humano, sino de un don divino;no es fruto tanto de un discurso intelectual cuanto deun modo de vivir modelado en la virtud sostenidapor el Espíritu. Parece como si el Papa quisiera de-volverle a esta tierra de España las esencias de aquelmodo de vivir desde la fe que le habían llegado, be-néficas, hasta su propia tierra polaca: el ensimisma-miento de Teresa con Jesucristo, del que habló a lasmonjas contemplativas en el monasterio de la En-carnación de Ávila; el amor evangélico a Dios y alhombre, que constituyó el resorte del dinamismomisionero de Javier, el cual –dijo en el castillo natalde éste– «tiene clara conciencia de que la fe es donde Dios y funda su confianza en la oración»; y «elmisterio del los santuarios marianos», del que ha-bló en Covadonga, recordando cómo «la oracióncon la madre de Jesús prepara, de una manera par-ticular, los caminos de la venida del Espíritu».

Dios viene. La certeza de la fe se nutre en esos ca-minos por los que Dios mismo viene hacia noso-tros. Los cientos de miles de jóvenes españoles yde todo el mundo reunidos en Santiago de Com-postela en 1989, para la Jornada Mundial de la Ju-ventud, lo captaron en las palabras vibrantes del Pa-pa. El ser humano es incansable peregrino y busca-dor, pero al mismo tiempo es mendigo y es acogedor.No basta buscar la verdad, también es necesario y po-sible acogerla y amarla cuando ella se nos da. Y esoprecisamente es lo más típico del mensaje del Evan-gelio: que la Verdad se nos da, porque el Creadorno se ha quedado en su cielo, sino que nos ha salidoal encuentro para entregársenos como alimento en elcamino de nuestra peregrinación. La Verdad es Cris-to: «Más cierto que la luz del mediodía». El Papano ha traído otro mensaje sino ése: el de «Jesús, Hi-jo de Dios y de María», como les había anunciado alos jóvenes que desbordaban el estadio Bernabéude Madrid en 1982. En la Universidad Compluten-se les hablaba a los universitarios del anhelo de ple-nitud y de la añoranza de salvación que embarga elcorazón de los seres humanos; y añadía sin ambages:«Yo, servidor de Jesucristo, tengo la misión de afir-maros que esa salvación es cierta para quienescreen y confían en el nombre de Jesús».

Fidelidad

«Con ella (con Teresa de Jesús) os digo: ¡tenedánimo, vivid la esperanza, sed fieles a vuestra fe!»Esta invitación a la fidelidad era colofón del salu-do enviado por el Papa a España antes de venir en suprimer viaje. Al despedirse en el aeropuerto de La-bacolla, diría a los españoles: «Seréis fieles a voso-tros mismos y capaces de abriros con originalidad alporvenir» amando y purificando vuestro pasado cris-tiano. Tampoco en la despedida de 1989, en Cova-donga, faltaría una alusión a la fidelidad.

La llamada a la fidelidad, música de fondo de lasperegrinaciones apostólicas del Papa por España–en especial de la primera– resonó especialmente

ante algunos auditorios: los religiosos, los sacerdo-tes y los seminaristas. Ahí encontramos la claves desu exhortación permanente a la fidelildad, que nodebe ser entendida como mera llamada al orden, si-no más bien al despliegue generoso y decidido dela potencia creativa de la fe, cuyos frutos son la ca-ridad y la esperanza.

En efecto, a la fidelidad sólo se llama a quien sele puede remitir a un gran tesoro. Los consagradosa la causa del Evangelio han encontrado ese teso-ro: ellos son los amigos fieles del Amigo fiel –segúndenominaba el Papa a los seminaristas y sacerdotesen el Seminario de Valencia–. Es la fidelidad delDios-con-nosotros la que nos impele y obliga a la fi-delidad. «La fidelidad no es, pues, una actitud es-tática, sino un seguimiento amoroso que se concre-ta en donación personal a Cristo, para prolongarlo ensu Iglesia y en el mundo». Esta preciosa síntesis delo que el Papa entiende por fidelidad –plasmada enel mensaje autógrafo dejado a todos los seminaristasde España– se desglosa en una triple dirección, bienjerarquizada: fidelidad a Cristo, a la Iglesia y al ca-risma de la propia vocación y misión.

En primer lugar, como fuente de toda fidelidad:Cristo. Serle fieles exige más que un mero recuerdode sus enseñanzas; exige una vida en Él y para Él. Lafidelidad a Cristo pide hombres y mujeres de ora-ción vital, de Eucaristía en el corazón de la existen-cia y de sacramentos que marcan los hitos de su ca-minar. Es el único modo de poder ser testigos de laexperiencia de Dios en un mundo tan marcado por elmaterialismo teórico y práctico. La fidelidad a Cris-to pide también hombres y mujeres que no rehúsanla renuncia, la mortificación y la cruz que compor-ta su amistad: «No es el discípulo más que el maes-tro» (Mt 10, 24).

Fidelidad, en segundo lugar, a la Iglesia, porqueen ella vive Cristo, en ella se halla ya presente elreino de Dios en misterio, como enseña el ConcilioVaticano II. Les decía el Papa abiertamente a los es-

tudiantes de Madrid: «Acoged a Cristo en su Iglesia,que es su presencia permanente en la Historia. Por-que Cristo más la Iglesia no es más que Cristo solo».Ahora bien, «la fidelidad a la Iglesia equivale a acep-tarla en toda su integridad carismática e institucio-nal». Lo cual incluye, naturalmente, la fidelidad alMagisterio. Lo recordó en términos técnicos a losteólogos y a los obispos, pero también con audaciapaulina a las familias, a los jóvenes o a los empre-sarios y los obreros. No pasó por alto los aspectosmás exigentes y, sin duda, menos populares de ladoctrina de la Iglesia. No lo podía hacer quien esta-ba proclamando un mensaje de fidelidad a Cristo.«La fidelidad a la Iglesia entrena para una aperturaa toda la verdad», les dejó escrito el Papa a los se-minaristas. Sin tal entrenamiento acecha el peligro deperder la certeza de lo fundamental, de acomodar anuestros gustos la verdad que nos salva e incluso deacabar perdiendo a Cristo. Fidelidad y creatividadson inseparables.

En tercer lugar, fidelidad a la vocación y a la mi-sión. Por este medio la fidelidad a Cristo y a la Igle-sia se convierte «en la mayor fidelidad al hombre ya la sociedad de nuestros tiempos». Si cada cual amay cuida el don y la misión recibidas, ¡qué maravillosoconcierto de servicio religioso y humano! De ahíque a los religiosos y religiosas les insista el Papa enque la comunidad fiel necesita el testimonio de su fi-delidad a sus carismas propios «para calcar en ella supropia fidelidad»; a los futuros sacerdotes les re-cuerda que el ministerio sacerdotal es insustituiblepara obrar como en persona de Cristo Cabeza, ycomo lazo de unión de todas las vocaciones; a los es-posos cristianos les anima a la fidelidad a la mara-villosa gracia del sacramento del Matrimonio, que lespermitirá hacer de su familia realmente una «co-munidad en la que el hombre es amado por sí mismo,por lo que es y no por lo que tiene». ¡Qué bien nosviene recordar esta enseñanza de la fidelidad a lapropia vocación! La sociedad de las prisas, del usar

En portadaAlfa y Omega4 24-IV-2003

El Papa Juan Pablo II, a su llegada a la catedral de Santiago de Compostela, saluda a los Reyes de España. 1982

y tirar, y también las ideologías falsamente iguali-zadoras –desde la new age hasta el democratismo–nos hacen caer con frecuencia en trampas mortales:el cansancio de lo propio y la curiosidad por lo aje-no; la presunción de que todos podemos estar en to-do; o la minusvaloración del valor específico de losdiversos carismas. El Papa nos recuerda que de todoses, ciertamente, la vocación urgente a la santidad;y de cada uno, el camino propio para alcanzarla.

Evangelización

«¡Salid, pues, a la calle, vivid vuestra fe con ale-gría, aportad a los hombres la salvación de Cristo,que debe penetrar en la familia, en la escuela, en lacultura y en la vida política! Éste es el culto y el tes-timonio de fe a que nos invita también la presente ce-remonia de la dedicación de la catedral de Madrid».

Así sonaba la llamada urgente a la nueva evan-gelización que el Papa reiteraba con palabras vi-brantes en aquella memorable jornada de junio de1993. Algunos las interpretarían torcidamente comouna expresión de fundamentalismo y de intoleran-cia. Nada más lejano de la mente y de la enseñanzaconstante de Juan Pablo II. En realidad, la nuevaevangelización no es más que el fruto natural de lacerteza humilde de salvación que proporciona la fe vi-vida con fidelidad. Lo anormal es que la fe no salgaa la calle: sería un claro síntoma de que está mediomuerta. Quienes pretenden que la fe se quede en ca-sa, recluida en el ámbito de lo privado, o no cono-cen bien lo entrañada que se halla en la persona hu-mana, con su inevitable dinamismo social, o persi-guen, de uno u otro modo, acabar por asfixiarla. No.La fe viva se comunica; no puede dejar de impregnarde la caridad de Cristo todos los ámbitos de la vidahumana.

«Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia uni-versal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa ungrito lleno de amor: vuelve a encontrarte. Sé tu mis-

ma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces». Era en 1982, al concluir su primera visita, cuan-

do Juan Pablo II lanzaba a Europa desde Santiagode Compostela esta invitación desafiante. ¿Soñabael Papa? ¿Era un iluso incapaz de comprender lasituación del cristianismo en el nuevo orden de co-sas, tan radicalmente marcado por la seculariza-ción? ¿Pretendía acaso volver a una política con-fesional o a una confesión politizada? En modo al-guno. La nueva evangelización no puede ser con-fundida con ningún programa político-religioso, ymenos de corte integrista. Si el pontificado de JuanPablo no estuviera lleno de gestos y palabras enfavor de la libertad religiosa y de los demás dere-chos fundamentales del hombre, bastaría, para nocaer en tal confusión, no pasar por alto la afirmaciónhecha en Santiago a continuación de la que acaba-mos de citar: «Reconstruye (Europa) tu unidad es-piritual, en un clima de pleno respeto a las otrasreligiones y a las genuinas libertades. Da al Césarlo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Simiramos al pasado de este noble país –decía el Pa-pa a los diplomáticos en 1993– vemos que, «du-rante un cierto período de sus historia, convivie-ron en la península ibérica el cristianismo, el ju-daísmo y el islamismo. Aquella página tan enri-quecedora de la cultura española... podríarepresentar también en nuestros días un elocuentey aleccionador punto de referencia».

La nueva evangelización es respetuosa de la au-tonomía del orden temporal tal como la entiende elConcilio y como el Papa recordaba en 1982, en el Pa-lacio Real, ante los reyes y ante representantes delos distintos poderes del Estado. Por eso alababa enaquella ocasión la organización de la convivenciasocial en libertad y, por consiguiente, el pluralismodemocrático.

Presencia católica

Pero, naturalmente, el pluralismo no es un fin ensí mismo, ha de orientarse según el principio supe-rior de la dignidad de la persona, de la verdad delhombre. De ahí la exhortación del Papa en la cate-dral de Madrid: «En una sociedad pluralista como lavuestra se hace necesaria una mayor y más incisivapresencia católica, individual y asociada, en los di-

versos campos de la vida pública». ¿Con qué fin?Por supuesto, para que se respeten los derechos de loscreyentes y, en concreto, de la Iglesia católica. Pero,ante todo, para promover un modo de vida acordecon la dignidad de la persona humana en todos loscampos de su existencia, desde la familia, hasta el tra-bajo y las relaciones entre los diversos pueblos queconfiguran la nación española.

En la misa celebrada en el centro de Asturias en1989, dos meses y medio antes de la caída del Muro deBerlín, Juan Pablo II habló del trabajo y del progreso.El trabajo –dijo– es un acto de la persona, no un ele-mento anónimo más en la maquinaria de la produc-ción. El progreso puede ser entendido como expre-sión del mandato divino de dominar la tierra, es decir,como un modo del desarrollo de la persona. Pero el tra-bajo despersonalizado y el progreso desarraigado delsentido de la vida del hombre se convierten en reali-dades ambiguas y peligrosas para el ser humano. El Pa-pa identifica la causa de este desarrollo en la falsa au-tonomía de una cierta cultura moderna que «separael ora y el labora; se abandona a su voluntad de poder;y termina así por toparse con el hecho de que todasociedad que se construye sin Dios, se vuelve poste-riormente contra el mismo hombre, constructor de to-rres de Babel». Se trata –decía el Papa ya entonces– deun crecimiento cultural materialista que afecta no só-lo a las sociedades regidas por el marxismo, cuyo fra-caso se encontraba ya entonces a la vista de todos, si-no también a la sociedad neocapitalista.

En este contexto, la nueva evangelización tienecomo misión fundamental el anuncio del Dios vi-vo, revelado en Jesucristo. Sólo así se podrá con-formar el sujeto nuevo –del que hablaba el Papa enAsturias– que habrá de ser el portador de una nuevacultura no materialista, sino centrada en la persona.

Con esto volvemos al lugar por donde habíamoscomenzado. La certeza de la fe será la base de una vi-da fiel a Jesucristo y, por ello mismo, fiel al ser hu-mano, a cada persona concreta. Aquí radica la es-peranza cristiana, que, por ser trascendente, es tam-bién esperanza real para este mundo nuestro. Fe,amor y esperanza. He ahí el mensaje de Juan PabloII, testigo de Jesucristo. Una invitación urgente a lasantidad.

Juan Antonio Martínez Camino, S. J.

En portada Alfa y Omega 24-IV-2003 5

Juan Pablo II con los jóvenes españoles en el estadio Bernabéu. 1982

Por quinta vez visitará España elPapa Juan Pablo II. Concreta-mente, como sabéis, los días 3 y

4 de mayo, Dios mediante, vuelve denuevo en su infatigable servicio mi-sionero. ¡Qué alegría tan grande y quéagradecimiento tan vivo sentimos to-dos! En la fragilidad de sus fuerzasancianas y desgastadas generosamen-te en los duros trabajos del Evange-lio, y por el gran amor que le anima, seacerca a nosotros para darnos fortale-za y alentarnos en la esperanza, llenade juventud y vigor: la fortaleza deesa fe en el Dios vivo, que desbordaen él, y de aquella esperanza de la queél está siendo testigo singular para unmundo tan necesitado de ella.

Juan Pablo II, en su solicitud portodas las Iglesias como sucesor de Pe-dro, va a confirmar nuestra fe, a ve-ces débil y temerosa, y a reavivar nues-tra esperanza en la resurrección y en lavida eterna, tan amenazada por la cul-tura que nos envuelve y penetra. Comotestigo valiente de Jesucristo e incan-sable en la labor apostólica, nos va aanimar a que recobremos el vigor deuna fe vivida, nos comprometamos enel combate de la fe, recorramos el ca-mino sin retirarnos, con la miradapuesta en el Señor, crucificado y glo-rioso, y a que anunciemos sin com-plejos y sin echarnos atrás a Jesucris-to, Hijo del Dios vivo, el único Nom-bre que se nos ha dado para la salva-ción de los hombres, el que tienepalabras de vida eterna, la piedra an-gular sobre la que se puede edificaruna Humanidad nueva, la riqueza queha recibido la Iglesia para que la Hu-manidad caída se ponga en pie y ca-mine en su dignidad adquirida con susangre redentora.

Juan Pablo II viene de nuevo a Es-paña, a Madrid, como portador deCristo, paz y reconciliación de loshombres mediante la sangre de suCruz, la misma Cruz que el Papa aga-rra con sus manos abriendo paso y ha-ciendo camino hacia una Humanidadunida y reconciliada. ¡Qué hermososson los pies del mensajero que trae lapaz! Esa paz que sólo Cristo puededar, y que, sin embargo, tanto necesi-ta nuestro mundo convulso, violento yconflictivo, o que tan precisa le es anuestro país que vive bajo la amenaza,no superada aún, del terrorismo y sa-cudida además, en las últimas sema-nas, por una atmósfera de división yde oscuros, pero reales, enfrenta-mientos.

España y sus raíces cristianas

La presencia del Papa entre noso-tros, testimonio de la presencia deAquel que estará con nosotros hasta

el fin de los siglos, reavivará las raí-ces cristianas de nuestro pueblo. Comoél mismo nos dijo en la madrileña Pla-za de Colón, en la que de nuevo pro-clamará la santidad de otros cinco hi-jos de España, «en nuestros días, paraafrontar con decisión y esperanza elreto del futuro, este país necesita vol-ver a sus raíces cristianas». Cuandonos advierte de esta necesidad, no de-bemos ignorar que, como también nosdijo él en su primera visita, «la fe cris-tiana y católica constituye la identi-dad del pueblo español». No podemosentender su historia sin el cristianis-

mo, ni podremos avanzar hacia un fu-turo cargado de esperanza al margende él, excluyendo a Cristo de ella o,menos todavía, tratando de edificarlacontra Él.

Esperamos anhelantes, pues, suspalabras, llenas de afecto y del vigordel Espíritu, que nos repitan a noso-tros las que dirigió a toda Europa des-de Compostela en 1982 : «Vuelve aencontrarte. Sé tú misma; aviva tus ra-íces; reconstruye tu unidad espiritual.Amando vuestro pasado y purificán-dolo seréis fieles a vosotros mismosy capaces de abriros con originalidadal porvenir». Esperamos esas palabrassuyas, que, sin duda, serán palabrasllenas de luz e iluminadoras en estahora crucial para el futuro de la fe yde la misma sociedad en España. Enlas palabras del Papa, en el gesto desu presencia, en el encuentro con losjóvenes o en la proclamación de cincosantos, podremos escuchar y ver eltestimonio del Dios vivo, en quien no

da lo mismo creer que no creer parasuperar la quiebra moral y de huma-nidad que hoy tanto y tan hondamen-te nos hiere.

Nos animará a la esperanza, por-que nos hablará desde Dios. En sumensaje de esperanza, que oímos yvemos a lo largo de todo su dilatadopontificado, toma la palabra la reali-dad misma incontrastable de Dios:Dios, que para la conciencia secula-rizada de nuestra sociedad es algo le-jano, evanescente e inactivo, en el tes-timonio del Papa pasa al primer planode toda la realidad, como quien con

su palabra y sus promesas la determi-na decisivamente. Por ello, deseamosque venga a nosotros, confiamos ensu testimonio y su palabra que, de nue-vo, nos diga: «La hora presente debeser la hora del anuncio gozoso delEvangelio, la hora del renacimientomoral y espiritual. La nueva evangeli-zación necesita nuevos testigos, per-sonas que hayan experimentado latransformación real de su vida en con-tacto con Jesucristo y sean capaces detransmitir esa experiencia a otros. És-ta es la hora de Dios, la hora de la es-peranza que no defrauda».

En el Evangelio se muestra la fuer-za salvadora de Dios; es Dios mismoquien nos sale al encuentro de loshombres de hoy, en nuestra quiebrade humanidad y moral, en nuestra mi-seria, en los retos que nos desafían enlo más profundo de nuestro ser perso-nal y social. El Evangelio tiene así to-do el futuro por delante. Ahí está enjuego la vida y la muerte, ya que está

en juego el futuro y la esperanza.No es casual que, en esta Visita a

España, el Papa venga, de maneraprincipal y especialmente significati-va, a canonizar y proponer a toda laIglesia como modelos de santidad alos Beatos Pedro Poveda, José MaríaRubio, Genoveva Torres, Ángela dela Cruz y Maravillas de Jesús. Los san-tos son, de manera eminente, testigosdel Dios vivo, presencia testificantede Jesucristo entre los hombres, ma-nifestación de su rostro y de la vidanueva de las Bienaventuranzas, testi-monio real y cercano de la esperanzaa la que estamos llamados, hechurade Dios y de su gracia, obra acabadaen quienes podemos palpar y ver laHumanidad nueva obra del Espíritu.La santidad, que es seguimiento fielde Jesucristo, no merma en nada laplenitud de nuestras vidas, al contrario,la multiplica, la ensancha hasta abra-zar con nuestro amor los confines delmundo. Los santos son así luz de vida

En portadaAlfa y Omega6 24-IV-2003

Testigo de esperanzaCon ocasión de la próxima Visita del Papa Juan Pablo II a España, el arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor AntonioCañizares Llovera, y su obispo auxiliar y Secretario de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Juan José Asenjo Pelegrina,

han hecho pública una Carta a la archidiócesis de Toledo. Por su interés, publicamos el texto íntegro:

En portada Alfa y Omega 24-IV-2003 7

y esperanza para la sociedad. Éste es el camino, el único y ver-

dadero camino que se nos abre antenosotros en estos años con los que co-menzamos un nuevo milenio. Los san-tos, por ser testigos singulares de Dios,son por lo mismo testigos de la caridadque no tiene límites y de la entregaservicial a los hombres recorriendo elcamino que Cristo recorrió: el caminode las Bienaventuranzas, retrato queJesús nos dejó de sí mismo, dibujo desu rostro y descripción concreta de suinfinita caridad, obra acabada de ver-dadera humanidad. Los santos reflejanla vida que Jesucristo mismo encarnóy vivió históricamente, aquella que losdiscípulos vieron con sus propios ojosy palparon con sus manos.

La Iglesia santa, hecha de santos,dará a conocer a Jesucristo, origen ymeta de una Humanidad nueva y ver-dadera. Sólo la vida santa conduce a laexperiencia viva del Evangelio del rei-no de Dios; sólo con santos será creí-ble, visible y seguible el Evangelio.Una Iglesia de santos podrá renovarel mundo, reavivará la vitalidad de loscristianos y sus comunidades, con ca-pacidad para meter dentro de nuestraHistoria la semilla del Evangelio, quehace surgir una Humanidad nueva he-cha de hombres y mujeres nuevos; unaIglesia de santos podrá dar esperanzaa esta Humanidad tan necesitada deella. Como recuerdan los obispos es-pañoles con ocasión de esta Visita, «lafloración de santos ha sido siempre lamejor respuesta de la Iglesia a lostiempos difíciles, pues sólo una Iglesiade santos aparece nítidamente comofuente de esperanza para el mundo».Así también la Iglesia aparece con surostro más atrayente, hermoso y jo-ven, capaz de entusiasmar, porque semuestra como lo que es: testimoniovivo de Jesucristo, esperanza para loshombres, lleno de vida y de verdad.

Los jóvenes y el Papa

No es tampoco casual que en esteViaje, tan rápido en duración pero tanexpresivo y cargado de significado, elPapa vaya a reunirse, por voluntad su-ya, con los jóvenes, esperanza real,para la Iglesia y para nuestra socie-dad. La voz del Pastor, anciano perocon corazón joven, va a resonar, unavez más, con la fuerza siempre nuevadel Evangelio, para recordar también,para recordaros también a vosotros,los jóvenes del tercer milenio, el man-dato de Jesús: «Seréis mis testigos».

Es una propuesta ante la cual no sepuede pasar de largo. Los jóvenes deToledo, que habéis recibido tantas ben-diciones del Señor, tenéis una espe-cial responsabilidad: Cristo os envía,como testigos suyos, Él confía en vo-sotros. El Señor y la Iglesia espera delos jóvenes que seáis, como os dijo elPapa en la inolvidable vigilia de TorVergata, los centinelas del mañana,testigos de la paz, de la justicia, delamor. Son muchos los hombres y mu-jeres que, quizás inconscientemente,esperan que les anunciéis a Jesucristoy que les mostréis a la Iglesia como

regazo materno y cálido hogar, mesafamiliar y manantial purísimo que res-taura nuestras fuerzas. Éste ha sido elestilo de los santos de todas las épocas.A eso sois convocados también voso-tros, a ser santos. Como el Papa os hadicho en más de una ocasión: «¡Notengáis miedo a ser santos!»

Esta Visita, queridos hermanos yhermanas, va a ser, sin duda alguna,un acontecimiento de gracia, un rega-lo de Dios, al comenzar el nuevo mi-lenio, para fortalecer el testimoniocristiano de nuestras comunidades, ungran don de Dios que no podemos de-jar pasar. No desaprovechemos esteacontecimiento de salvación, estaoportunidad que el Señor nos ofrece

para renovar nuestra vida cristiana ynuestro compromiso apostólico, paraser testigos de Jesucristo, testigos va-lientes de su Evangelio. Abrámonosa esta venida del que se acerca a no-sotros, en el nombre del Señor, paraconfirmarnos y alentarnos. Acojamosal Papa con el corazón abierto de paren par, decididos con toda determina-ción a escuchar su palabra y ponerla enpráctica sin reserva alguna, dispues-tos a mostrarle todo nuestro afecto: loqueremos de verdad, lo necesitamosy lo esperamos.

El fruto de la Visita dependerá tam-bién, en buena medida, de la prepara-ción de todos, que hemos de fortaleceren los días que nos quedan: la cele-bración de la Semana Santa y de laPascua puede ser una ocasión esplén-dida para intensificar y avivar esta pre-paración. Sabemos que, en muchoslugares, habéis hecho catequesis y te-nido predicaciones encaminadas a pre-parar la visita del Papa ayudándoos

de los instrumentos que ha propor-cionado la Conferencia Episcopal. Sa-bemos, asimismo, que habéis rezado yrezáis por esta intención. Os exhorta-mos a que no ceséis en la oración, aque oréis insistentemente por los fru-tos de esta Visita del Santo Padre anosotros. Haced vigilias de oración enlas parroquias; en la catedral, la ten-dremos el día 26, sábado, a las 7:30de la tarde, abierta a toda la diócesis, ya todos, jóvenes o adultos, ancianos yniños, hombres y mujeres, sacerdotes,personas consagradas y laicos. Pre-sentad súplicas al Señor en la oraciónde los fieles de cada Eucaristía, rezadel santo Rosario en familia, en comu-nidad o solos –pero rezadlo–, también

por esta intención. Ofrezcamos sacri-ficios que le sean agradables a Diospor el Santo Padre, por sus intencio-nes, por esta Visita tan gozosa para to-dos. Aún nos quedan unos días paradisponernos a este encuentro; no losdesperdiciemos.

Todos quedamos invitados y con-vocados a participar en Madrid en elencuentro con el Papa. A los jóveneslos convocamos a que participen en elencuentro que tendrá lugar en el ae-ródromo de Cuatro Vientos, en Ma-drid, el día 3 de mayo, así como a losotros actos organizados por el Secre-tariado Diocesano de Juventud. A to-dos, de cualquier edad o condición,os invitamos y os pedimos que osunáis a la celebración de la Eucaris-tía del día 4, en la plaza de Colón deMadrid, donde tendrá lugar la cano-nización de los cinco Beatos españo-les. Haced todo lo posible por venir.Somos conscientes de los sacrificiosque comporta. Pero no es lo mismo

estar presente que verlo a través de latelevisión.

Exhortamos a los sacerdotes queanimen y alienten a los fieles de suscomunidades a que se unan y vayan aMadrid para participar directamenteen la celebración. Les rogamos asi-mismo que aumenten el número demisas el sábado por la tarde y el do-mingo por la tarde, y supriman, encambio, el mayor número posible eldomingo por la mañana, con el objetode favorecer el que los fieles que nopuedan desplazarse a Madrid puedanseguir la celebración del Papa re-transmitida en directo por televisión.

¡Está tan cerca Toledo de Madrid!,que sería algo extraño el que la pre-

sencia toledana no fuese muy amplia,como se merece este acontecimiento,como se merece el Papa que, sin esca-timar sacrificio ni fatiga, viene a noso-tros. Queridos hermanos y hermanas,informaos por vuestros sacerdotes.

Ponemos todo en manos de Nues-tra Señora, la Santísima Virgen Ma-ría, que nos fue dada por madre porsu Hijo único junto a la Cruz en prue-ba de ese amor infinito con que nosha amado, y que nos muestra y entre-ga al fruto bendito de su bendito vien-tre, Jesucristo. Que Ella nos ayude pa-ra que seamos testigos de su Hijo eneste mundo que nos ha tocado vivir,para que seamos santos como Ella, to-da santa y llena de gracia. Que prote-ja y defienda a la Iglesia. Que velesiempre por el Papa, que le cuide yproteja, que le auxilie en todo a él queha querido tener como lema suyo To-tus tuus, todo de María.

El Papa saluda a los madrileños desde la Nunciatura Apostólica, en 1982

En un solo día están mu-riendo en África diez vecesmás personas que todaslas que han muerto en laguerra de Iraq. Es muy jus-to que los medios de co-municación social protes-ten por la muerte de un so-lo ser humano, sea dondesea; pero no es fácil enten-der por qué nadie se acuer-da de la permanente trage-dia que asola a varios paí-ses africanos.

Si hubiera una justa y ra-cional distribución de la ri-queza, no habría hambre;pero lo que sucede es queuna mejor distribución delos recursos nos obligaríaa nosotros a consumir me-nos, y el egoísmo no nosdeja ser justos.

Toda la ternura que en-cierra el gesto de esta ma-dre africana de la foto, quealza del suelo a su hijo en-vuelto en una mortaja, ha-bla de desolación e injusti-cia, pero también de in-mensa dignidad; no menorque la del rostro de la niñairaquí de la otra foto, queasiste, impotente, a la in-comprensible espiral deuna guerra absurda

La fotoAlfa y Omega8 24-IV-2003

Dignidad humana pisoteada

Ala Semana Santa algunos la llaman vacaciones, yeso se termina. Todo parece indicar que, inclusopara muchos que han asistido a las procesiones, y

hasta a los actos litúrgicos en las iglesias, estos días hansido un paréntesis, y, ahora, otra vez a la normalidad, a lavida cotidiana, más o menos dura, con más o menos ali-cientes, todos ellos efímeros y que dejan sin saciar el al-ma, a la espera de otras vacaciones, es decir, de otra huidamás de la dura realidad.

Entre tanto, en la Plaza de San Pedro, este domingo dela Pascua, con toda la impresionante fuerza de su debili-dad, el Papa Juan Pablo II proclamaba las palabras de laliturgia, como ya las adelantara, con todo el vigor de sucuerpo anciano y dolorido, al final del Via Crucis, el Vier-nes Santo, junto al Coliseo:«¡Ha resucitado del sepulcroel Señor, que por nosotros fuecolgado del madero!» En es-tas palabras no hay vacacio-nes. No hay vanas y raquíti-cas ilusiones cuando se anun-cia «el fundamento de la es-peranza de la Humanidad».

En su Mensaje Pascual,Juan Pablo II no cierra losojos a la tragedia del mundo,en este «alba del tercer mile-nio, tristemente oscurecidopor violencias y conflictos»,pero lo hace con la misma luzcon la que el Beato Papa JuanXXIII, al comienzo de su en-cíclica Pacem in terris, cua-renta años atrás, en momen-tos igualmente de gran ten-sión mundial, proclamaba:«La paz en la tierra, supremaaspiración de toda la Huma-nidad a través de la Historia,es indudable que no puede es-tablecerse ni consolidarse sino se respeta fielmente el or-den establecido por Dios». Enla tierra, en cada uno de lospaíses, en cada una de nues-tras casas y en cada uno denuestros corazones. ¿Se pien-sa en este orden establecidopor Dios a la hora de hablar, una y otra vez, de nuevo ordeninternacional? El orden de Dios, la paz, que es la supre-ma aspiración de toda la Humanidad a través de la Histo-ria, se llama ¡Misericordia! La guerra, el hambre, la en-fermedad y la muerte no tienen ya la última palabra; y me-nos aún la tiene la siempre penúltima –¿no es acaso incapazde vencer a la muerte, inapelable consecuencia del pecado?–de los poderes de este mundo, que ya vemos lo que dan desí cuando, por añadidura, dan la espalda al único bien ver-dadero del hombre.

«Buenos sentimientos y mala conciencia»: así lo aca-ba de definir certeramente Philippe Bouvard en Le FigaroMagazine. Esos grandes sentimientos –escribe–, tan ma-sivamente manifestados por todo el mundo estos últimosmeses, tras innumerables pancartas llenas de hermosas pa-labras, pero de «tristes poetas de la condición humana, de-sesperados de constatar que la vida no llena a nadie», esosgrandes sentimientos –añade– «me dan vergüenza, puesatestiguan que si el hombre genérico no es profundamentemalvado, yo no soy verdaderamente bueno a título indivi-

dual». Cuando, en lugar de ser fieles al orden establecidopor Dios, es decir, a la realidad, se pretende suplantarlo,necesariamente se termina cayendo en el mismo ridículo deaquellos escribas y fariseos acusadores de la mujer adúlte-ra, a quienes Aquel que era la Misericordia misma tuvoque decirles: «El que esté libre de pecado, que tire la primerapiedra». Se tuvieron que ir, «uno tras otro –escribe san Juanen su evangelio–, comenzando por los más ancianos».

«Espero con ilusión este viaje»: así le ha dicho el PapaJuan Pablo II, en vísperas de su ya inmediata Visita apos-tólica a nuestra patria, al arzobispo de Toledo y Primado deEspaña. El sucesor de Pedro viene a visitarnos, por quintavez, con el mismo gozo, si no mayor, de su primer viajehace ya más de veinte años; vuelve en una hora de la His-

toria especialmente dramáti-ca, pero que no resta a este an-siado encuentro con sus hijosde España ni un ápice de ale-gría verdadera. La preocupa-ción grande ante la situacióninternacional, y no sólo enIraq, que ha llenado estos úl-timos meses, y sigue llenan-do, su corazón, sus palabras,sus actuaciones y sus gestos,no le impide en absoluto alSanto Padre –más bien al con-trario– ansiar ilusionado esteya inminente Visita apostóli-ca a España. La preocupaciónpor la hora presente de la Hu-manidad, ¿no es acaso preo-cupación por cada uno de sushijos?

En momentos de tensión,la familia se siente más uni-da, y el deseo de estar juntos,de experimentar la máximacercanía, la del amor, se haceespecialmente apremiante. Alos hijos de la Iglesia en Es-paña –nobleza obliga– no me-nos nos apremia ese ilusiona-do deseo de encontrarnos conaquel que responde al másprofundo y verdadero anhelodel corazón, es decir, que nosconfirma en la fe y en la es-

peranza verdaderas, porque es, y se sabe, Vicario de Cris-to.

El Papa Juan Pablo II vuelve para fortalecernos en la fey en la esperanza, con más fuerza y energía si cabe que laprimera vez, porque el tiempo, desde el hecho de la Resu-rrección, no sólo ya no nos destruye, sino que nos cons-truye, como a su Cuerpo glorioso, como a los cinco com-patriotas nuestros que va a canonizar dentro de diez díasen la madrileña Plaza de Colón, hasta la plenitud de la vi-da eterna. Viene a decirnos, como acaba de proclamar en suMensaje de esta Pascua de 2003, como auténtico Vicario deCristo: «¡Paz a vosotros! ¡Paz en Iraq! ¡Paz en las otras re-giones del mundo! ¡Que se trunque la cadena del odio queamenaza el desarrollo ordenado de la familia humana! ¡Quela fe y el amor a Dios inaugure una era nueva de justicia yde paz! ¡Si Él está con nosotros, ¿por qué tener miedo?!Aunque parezca muy oscuro el horizonte de la Humani-dad, celebramos el triunfo esplendoroso de la alegría pas-cual. ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo está vivo entre noso-tros!» Y la Vida, ¡cómo va a ser un paréntesis!

Criterios Alfa y Omega 9

La Historia,como es

La Historia hay que aceptarlatal como es, y no cabe ni mis-

tificarla ni mentirla. Así, la familia,en la que se encierra el procesomás inmediato de la tradición, esmuchas veces no como nosotroshubiéramos querido que fuese, si-no como la realidad nos la presen-ta. No elegimos los abuelos, ni lospadres, ni los hermanos; no pode-mos tampoco elegir la patria, y,por esto, hemos de aceptarla conel corazón en alto, tal como es. Elespañol puede sentirse orgullosode su historia, mas es pueril queintente inmovilizarla en un mo-mento, en un período, en un siglo.La Historia se nos ofrece, como lavida, en un curso, y ni podemosretener la corriente, ni nos pode-mos engañar a la sombra de los ár-boles, en un soto o en una vega,pensando que aquello tan hermosoque comtemplamos es todo el río.

Ni los pueblos pueden volveratrás en su historia, ni pueden in-movilizar en el tiempo el fenóme-no que más les agrade de ella. Aveces, los errores, los desvíos, losdesastres y aun las catástrofes pre-paran las grandes reacciones. Todorenacimiento implica una deca-dencia. Los pueblos no se han mantenido nunca en una actitudalerta; a veces se duermen, se con-fían, se enervan, y es un aconteci-miento desgraciado el que, de nue-vo, los pone en pie. No podemos,pues, renunciar a los defectos, yaque la Historia se nos ofrece así,en ciclos de prosperidad y deca-dencia, entre luces y sombras, queya marcan el cenit, como la noche.Los pueblos hallan siempre el re-medio de sus males en un impul-so de renacimiento. A España mu-chas veces se la creyó muerta, per-dida, y renació en un punto, conun impulso poderoso de reinte-gración. Es como si los muertosenpujaran a los vivos en la co-rriente del tiempo para que la His-toria continuase.Si quisiéramossintetizar la historia de España enuna palabra, diríamos simplemen-te: reconquista. La actitud máseminente del español es recon-quistar lo perdido. Unas veces losterritorios, otras las costumbres,las ideas, los modos de ser. Todala historia nacional se mueve enesta disyuntiva de acción perma-nente, perder y ganar. Lo que sepierde hoy se gana mañana.

Francisco de Cossíoen Meditaciones españolas

ΑΩ

24-IV-2003

La Vida, ¡cómo va a ser un paréntesis!

Padres misioneros

Amenudo oímos el repetido lamento de quehay poca fe en nuestros días, que las igle-

sias están vacías, que los jóvenes apenas vana misa… Incluso en familias tradicionalmentecatólicas, los hijos van abandonando paulati-namente la Iglesia y sólo van a los templos pa-ra acontecimientos puntuales: bodas, funera-les… A cualquier padre le desalienta que, tras

haber educado a los hijos de manera exquisi-tamente católica, al llegar la adolescencia, ¡si tehe visto no me acuerdo!, y acaben por dejar laIglesia. Lejos de culpabilizar a nadie, animo apadres y abuelos a que no se desalienten nise dejen vencer por un complejo de culpabili-dad, puesto que la ocasión puede ser un acicatepara afianzar más su testimonio caritativo enla fe, siempre con respeto a la libertad de sus hi-jos. Pasados unos años, si se sembró buenasemilla en la infancia y en la adolescencia, re-cogeremos fruto, aunque a veces no sea el quetodos desearíamos. Si a esta misión añadimosun fuerte ingrediente oracional, la pedagogíaserá perfecta.

Jesús EspinosaMadrid

Más telebasura

El pasado 13 de abril se emitió en el primercanal de TVE la película, del director inglés

Stanley Kubrick, Eyes wide shut. Con inde-pendencia de que la película sea un perfecto

bodrio desde el punto de vista argumental, eldía que el ente público eligió para emitirla esde una falta de respeto hacia la mayoría de losciudadanos alarmante. Escoger una franja ho-raria de máxima audiencia, diez de la noche, yen vacaciones de Semana Santa, cuando mi-llones de niños pueden, por ser esas fechas, es-tar pegados al televisor, es una auténtica faltade respeto hacia los ciudadanos que, con nues-tros impuestos, sufragamos los sueldos y losempleos de estos supuestos servidores públi-cos. Si bien todas las encuestas nos dicen quela familia es la institución más valorada por losespañoles, eso, a TVE y a mi Gobierno, pare-cen importarle un pimiento, y siguen progra-mando basuras que ensucian los hogares, mo-viéndose únicamente por los intereses mer-cantilistas o publicistas de las grandes multi-nacionales; o bien –cosa que me parece aúnmás grave–, por supuestos complejos dere-chistas que les hacen claudicar ante la pro-gresía rancia que cree que, poniendo esas ba-zofias, se es más moderno.

José Manuel Gómez CoboÚbeda (Jaén)

CartasAlfa y Omega10 24-IV-2003

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Mónica, seguimos en la Red...

Querida Mónica,hoy habrías su-

mado un año más entu vida. El Señor hapreferido contar a sumanera. Luchaste he-roicamente por supe-rar la enfermedad.Han sido muchos me-ses de incertidumbrey de esperanza. Entus largos años comoprofesora de Religiónhabías enseñado ytambién aprendido.¡Excelente pedagogía!Fuiste feliz con tusalumnos y compañeros profesores. ¡Admirable metodología! Estabas llena de una vitalidadque manifestabas incluso entre cada ingreso hospitalario. ¡Qué bien te han acompañado tufamilia y las personas más queridas! Tienen razón los que dicen que «supiste querer y hassido querida». Tú sabes que el amor es lo que nos hace inmortales y, por esto, en esa órbi-ta, no existe el adiós, sino el recuerdo vivo y permanente.

Cuando se apoderó de ti el sueño de la muerte, yo me encontraba lejos en la geografía,pero me sentí muy cercano en el sentimiento. Hoy las comunicaciones permiten conocer lasnoticias al instante. Lo que no podíamos imaginar es que también, a través de la Red, pudieracomunicarse conmigo el Maestro que nunca conociste, del curso que deseaste pero nuncapusiste comenzar. Por esto, Mónica, te digo que seguimos en la Red. Queda sobre mi me-sa un proyecto que comenzaste para incorporar la informática a la enseñanza de la Religión.No olvidaré aquella visita al hospital. En tu aislamiento físico estabas conectada intelec-tualmente. De repente saltaste de la cama y te sentaste ante tu ordenador. Habías instala-do allí mismo un tinglado para tu portátil. Y seguías en la Red. Sabe que esto tendrá su se-guimiento; tu semilla/inquietud pedagógica fructificará. Quiero transcender también la meratecnología. Aunque sea de ultimísima generación. Desde la fe que te ha animado en tu iti-nerario entre nosotros, compartimos la clave de la vida: «No conocerás lo que es morir pa-ra siempre». Has dado el salto a la verdadera libertad, has conquistado la vida en plenitud.

Ahora estamos en el corazón de la Pascua: permíteme que, más allá del dolor que sen-timos, te diga, en nombre de todos: ¡Felicidades, Mónica! Hasta Dios... seguimos en la RED.

Paco Puértolas Delegación Diocesana de Enseñanza.

Madrid

Un gran corazón

Aveces nos escandalizamos cuandovemos en otros manifestaciones tan

claras y patentes de egoísmo, como sonel afán de poseer, el culto al cuerpo, laqueja ante cualquier dolor o contrarie-dad, o la simple falta de solidaridad o depensar en los demás. El que nos pro-duzcan cierta violencia interior puedeestar originado porque esas conductasde otros sean fiel reflejo de las nuestras.A poco que nos conozcamos, veremosque tenemos una gran capacidad de dary un corazón muy grande para abrirlo alas necesidades ajenas; pero, al mismotiempo, la sociedad y el mundo en el quenos movemos nos hacen ir por otros de-rroteros. No es que digamos expresa-mente: Me trae al fresco el sufrimientoajeno, sino que nuestra cabeza y nues-tro corazón están llenos de nuestras pro-pias –digamos– necesidades, y no ve-mos las del resto del planeta. El SantoPadre nos lo ha recordado en su Men-saje para esta Cuaresma, pero tambiénnos ha hecho presente unas palabrasdel Señor recogidas en los Hechos delos Apóstoles: «Hay mayor felicidad endar que en recibir». Nuestro corazón noes pequeño, ¡ensanchémoslo!

Candi Chicacorreo electrónico

José Francisco [email protected]

Immanuel Kant, en su contienda entre las Fa-cultades de Filosofía y Teología, escribió: «Nosdicen que debemos aceptar a los hombres tal y

como son, y no como fantasean que deberían ser lospedantes que no saben nada del mundo o los soña-dores bondadosos. Pero tal como son debería leersetal como los hemos hecho (...) En este sentido, laprofecía de los hombres de Estado supuestamente in-teligentes se ha cumplido».

¡Qué lejos está de las profecías sobre el nuevohombre y los nuevos hombres la novedad de la Re-surrección de Cristo, el Señor de la Historia y denuestra historia! Vicente Verdú, el pasado domingo,en El País, bajo la rúbrica de un titular que anticipabaLa muchedumbre inteligente, escribía que «los nue-vos artefactos de comunicación son medios que es-tán configurando aceleradamente una nueva natu-raleza de la multitud, aparentemente aborregada y,sin embargo, despierta para berrear en mil casos eidiomas distintos (...) Multitudes tangibles, medi-bles, audibles, que si hasta hace poco parecían sóloirracionales o pasionales, vienen hoy a dar muchoque pensar. Dan tanto que pensar que bien podríanconfigurar un pensamiento nuevo. ¿Profético? ¿Re-dentor? Esperanzador y humano, por lo menos».

Muchas viejas preguntas y la misma y única res-puesta a los anhelos del hombre viejo y nuevo de laHistoria. La homilía del predicador de la Casa Pon-tificia, padre Raniero Cantalamessa, el ViernesSanto, en la ceremonia pontificia de la Pasión delSeñor, nos orienta en este ímpetu de novedades ca-ducas. He aquí sus párrafos principales: «Imaginaque no existe el paraíso,/ es fácil si lo intentas./ Nin-gún infierno bajo nosotros/ y sólo el cielo encimade nosotros./ Imagina a toda la gente/ viviendo pa-ra hoy./ Imagina que no hay países,/ no es difícilhacerlo./ Nada por qué matar o por qué morir/ ytampoco religión alguna./ Imagina a toda la gente/viviendo la vida en paz./ Puede que digas que soy unsoñador./ Pero no soy el único./ Espero que un día teunas a nosotros/ y que el mundo viva como una so-la cosa (John Lennon, Imagine).

Me parece que es de Platón la máxima: Para losancianos son maestros los filósofos; para los jóve-nes, los poetas. En la actualidad ya no lo son los po-etas, sino los cantautores; no es la poesía, sino lamúsica. Hay millones de jóvenes cuya visión de la vi-da es un calco de la del cantautor preferido. Las pa-

labras que he citado, acompañadas de una músicapersuasiva, constituyen para muchos una especie deevangelio. En los días de desilusión y de turbaciónque hemos vivido, esa canción, escrita por uno de losgrandes ídolos de la música ligera moderna, ha vuel-to a sonar con frecuencia en los entierros y en losprogramas de radio. No podemos dejarla sin unarespuesta. Jesús, en una ocasión, se basó en lo quecantaban los niños de su tiempo en las plazas (Oshemos tocado la flauta y no habéis bailado, os hemosentonado endechas y no os habéis lamentado) parasacar una enseñanza.

La primera cuestión que nos planteamos es la si-guiente: ¿por qué esforzarse en imaginar algo quehemos tenido ante los ojos hasta ayer? Un mundo sinparaíso ni infierno, sin religión, sin patrias, with nopossessions, sin propiedad privada, donde se ense-ñaba a la gente a vivir sólo para las cosas de estemundo: ¿no es exactamente la sociedad que se pro-pusieron realizar los regímenes totalitarios comu-nistas? El sueño por lo tanto no es nuevo, pero des-pertar de éste no ha sido alegre...

También aquí se nos presenta un mundo en elque se vive en paz, donde todos viven como una so-la cosa; pero el camino para llevarlo a cabo es biendistinto. Hizo la paz destruyendo en sí mismo la ene-mistad. Destruyendo la enemistad, no al enemigo;¡destruyéndola en sí mismo, no en los otros! En lamisma época hubo un gran hombre que proclamóal mundo la paz que se había alcanzado. En AsiaMenor se halló entre las ruinas de una mezquita lacopia del famoso Índice de las propias empresasdel emperador Augusto. En éste, celebra la pax Ro-mana que él estableció en el mundo, definiéndolaparta victoriis pax, una paz obtenida a través de vic-torias militares.

Jesús se pone a analizar esta paz, pero revela queexiste otra distinta. Dice: Os dejo la paz, os doy mipaz; no os la doy como la da el mundo (Jn 14, 27).También la suya es una paz, fruto de victorias. Perovictorias sobre sí mismo, no sobre los demás; vic-torias espirituales, no militares.

El camino evangélico hacia la paz tiene sentidono sólo en el ámbito de la fe, sino también en el con-texto político y social. Y el actual orden mundial exi-ge que se cambie el método de Augusto por el deCristo. Vemos claramente en la actualidad que la úni-ca vía de la paz es destruir la enemistad, no al enemigo(¿destruiríamos a la mitad de la población del mundo,descontenta de cómo van las cosas? ¿Y cómo identi-ficamos al enemigo cuando está implicado el terro-

rismo?) En una ocasión, alguien reprochó a Abra-ham Lincoln que era demasiado cortés con sus pro-pios enemigos y le recordó que su deber como Presi-dente era destruirlos. Lincoln le respondió: ¿No des-truyo a mis enemigos cuando los hago mis amigos?

¿Qué sentido tiene manifestarse por las callesgritando ¡Paz!, si se levanta el puño amenazador y serompen escaparates? Exhibir la bandera de la pazen nuestra propia ventana es una iniciativa loable.¿Pero qué sentido tendría si dentro de casa se le-vanta la voz, se impone tiránicamente la propia vo-luntad y se alzan muros de hostilidad o de silencio?¿No sería mejor, en este caso, retirar la bandera yponerla dentro de casa?

También nosotros, que estamos aquí reunidos,tenemos algo que hacer. Jesús vino a anunciar paz alos que estaban lejos y paz a los que estaban cerca.La paz con los cercanos es a menudo más difícilque la paz con los lejanos... Dijo Jesús: Si, pues, alpresentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entoncesde que un hermano tuyo tiene algo contra ti, dejatu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero areconciliarte con tu hermano; luego vuelve y pre-senta tu ofrenda (Mt 5, 23-24).

Si no queremos que, desde lo alto de su Cruz,Cristo nos repita: Ve primero a reconciliarte con tuhermano, entonces que nuestro beso sea no sólo pa-ra Él, nuestra cabeza, sino también para todo sucuerpo... He aquí la respuesta evangélica al sueñode la canción: y el mundo vivirá como una sola co-sa, and the world will live as one. Conocemos laobjeción: Han pasado dos mil años desde entoncesy, ¿qué ha cambiado? No nos equivoquemos: elmundo reconciliado, transformado en una sola cosaen Cristo, ya existe. Es el mundo que Dios ve cuan-do observa nuestro atormentado planeta, Él, queabraza con su mirada el pasado, el presente y el fu-turo en su totalidad.

El 13 de abril de 1997, en el estadio de Sarajevo,el Santo Padre Juan Pablo II elevó a Dios una ora-ción de paz. Nos unimos a su grito apremiante, tanactual hoy como entonces, después de una guerraque acaba de consumarse y con otras que siguen ol-vidadas:

Yo, obispo de Roma, me arrodillo ante ti, Señor,para gritar: Líbranos del flagelo de la guerra. Ven-ga tu Reino; Reino de justicia, de paz, de perdón y deamor. Tú no amas la violencia ni el odio, tú rechazasla injusticia y el egoísmo. Tú quieres que los hombressean hermanos entre sí y te reconozcan como a supadre. Tu voluntad es la paz».

Aquí y ahora Alfa y Omega 24-IV-2003 11

y contarlooír...Ver

Muchas preguntas,y una sola respuestaMuchas preguntas,

y una sola respuesta

Seguir a Cristo

Un estuche con doscintas de música es

el formato con el que laeditorial Edibesa ha publicado las canciones del pa-dre jesuita Javier Sagüés. Adaptando su música alas palabras que, en su día, escribiera la madre Ge-noveva Torres, el padre Sagüés ha compuesto brevescanciones de música tranquila y que ayuda a la me-ditación.

Además de las canciones, el padre Javier Sagüéstambién ha elaborado un audiolibro, que consisteen un doble casette donde un narrador explica, deuna forma muy amena, la biografía de la santa quecanonizará Juan Pablo II en su próximo Viaje a Es-paña. El audiolibro viene acompañado de un pe-queño librito con los textos de las cintas.

Pedro Poveda. El grito y el silencio

Pedro Poveda. El grito y elsilencio es el título de esta

cinta de vídeo, de 34 minutosde duración, producida por Es-tudio Uno para la InstituciónTeresiana. En ella, doña Fran-cisca Rosique, autora del guión,explica la maduración humana

y cristiana del sacerdote Pedro Poveda, fundador dela Institución Teresiana, recorriendo los lugares porlos que transcurrió la vida de este santo que cano-nizará Juan Pablo II el día 4 de mayo, en Madrid.

Mansedumbre y provocación

Marisa Rodríguez Aban-céns, periodista y actual-

mente profesora en la Univer-sidad Pontificia Comillas, es laautora del libro Pedro Poveda.Mansedumbre y provocación,de la editorial Narcea. En él, serecorren de manera sencilla loslugares y episodios de la vidadel padre Poveda, para que el

lector comprenda los sueños, los trabajos y los epi-sodios del fundador de la Institución Teresiana, unavida llena de atractivo y coherencia.

Siguiendo las huellas de Pedro Poveda

Al final de su vida, en ple-na guerra civil española,

Pedro Poveda respondía porsu identidad diciendo: «Yosoy sacerdote de Jesucristo».Precisamente una de las ca-racterísticas de la vida de estesanto fue su aprecio a su vo-cación sacerdotal, y esta di-mensión fundamental es laque ha estudiado a fondomonseñor Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo, enesta obra publicada por la editorial Narcea. Una obradedicada especialmente a sacerdotes y seminaris-

tas, y que guarda un recuerdo especial a la Santina deCovadonga, ante la que tanto oró el Padre Poveda.

Exposición y película del padre Rubio

La Compañía de Jesús ha organizado una expo-sición bajo el título El padre Rubio y su tiem-

po, que se abrirá al público el próximo día 29 deabril y que permanecerá hasta el 15 de julio. La ex-posición, que se podrá visitar en el claustro supe-rior de la iglesia de los jesuitas San Francisco deBorja (calle Serrano, 104, Madrid), templo dondeestá enterrado, cuenta con seis salas. En ellas se re-corre, de forma cronológica, la vida de este jesuita,desde las calles de su pueblo natal de Almería, has-ta el Madrid antiguo, así como el testimonio del pa-dre José Luis Gómez Muntán, entre recuerdos y ob-jetos personales del santo.

Al mismo tiempo que la exposición, se proyec-tará, en la sala contigua al claustro, la película Comolámpara encendida: José María Rubio, sj.

Estreno en la catedral de Sevillaen honor de sor Ángela de la Cruz

Los seises de la catedral de Sevilla estrenaránnuevas coplas el próximo 11 de mayo, domingo,

ante el Santísimo Sacramento y ante el cuerpo in-corrupto de la nueva santa Sor Ángela de la Cruz. Es-tas coplas, tituladas Esplendor de los santos, tienencomo autor de sus letras al canónigo de la catedral deSevilla don Francisco Gil. La música ha sido com-puesta por don Manuel Castillo Navarro-Aguilera.Ambos autores han dedicado su obra al arzobispode Sevilla y a la congregación de las Hermanas de laCruz.

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 24-IV-2003

El domingo, fiesta de la Divina Misericordia

El próximo 27 de abril, II Domingo de Pascua, se celebra la fiesta de laDivina Misericordia: así lo propuso el Papa Juan Pablo II en el Año Ju-

bilar 2000, con el fin de recordar con especial devoción los dones de lagracia de la Misericordia divina. Quedó instituida como fiesta para laIglesia universal, como se refleja en el Decreto de 5 de mayo de 2000, dela Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos,en El segundo Domingo de Pascua o de la Misericordia Divina. Con es-te motivo, se celebrará con especial solemnidad en Madrid, en la catedralde la Almudena, esta fiesta en la que se puede ganar indulgencia plenaria.La ceremonia comenzará a las cuatro de la tarde con el rezo del Rosa-rio de la Divina de la Misericordia, seguido de la misa oficiada por el pa-dre Ángel Moreno, del monasterio de Buena Fuente del Sistal.

La devoción a la Misericordia divina tiene su origen en los mismos pa-sajes de la Sagrada Escritura, y se desarrolla en la historia de la Igle-

sia mediante los sacramentos, la liturgia y el culto que se ha practica-do a la Misericordia de Dios. En 1980 Juan Pablo II publicó la encícli-ca Dives in misericordia (Rico en misericordia), sobre la misericordia deDios, dando una especial relevancia a este culto. En la Iglesia son va-rios los santos que recuerdan este culto y devoción: san Juan Eudes,presbítero, santa Margarita María de Alacoque, salesa, santa Teresa delNiño Jesús, carmelita, y otros santos que, además de su ejemplo de vi-da, nos han dado testimonio de su experiencia, por revelación, de la mi-sericordia de Dios.

Jesús, en Ti confío es la invocación que enseñaba la joven místicapolaca sor Faustina Kowalska, que el Papa canonizó en mayo de 2000.El 17 de agosto pasado, en su último viaje a Polonia, Juan Pablo II en-comendó el mundo a la Divina Misericordia, al dedicar el nuevo santuariode Lagiewnikie, en un barrio de Cracovia.

Día 4 de mayo: canonización de cinco santos españoles

Para aprender de ellos, con ellos

El próximo domingo, 4 de mayo, durante su Visita pastoral a España, Juan Pablo II presidirá una celebración en la madrileña plaza de Colón. En ella, canonizará a cinco santos españoles: el padre Rubio, la madre Maravillas, la madre Genoveva Torres, el padre

Poveda y sor Ángela de la Cruz. Especialistas, religiosos y sacerdotes, han estudiado a fondo las vidas de estos cinco santos para acercárselas a todo el mundo. Hoy damos noticia de algunos trabajos (vídeos, libros, cintas) publicados hasta ahora, así como

de algunos actos que las diferentes familias religiosas de los canonizados llevarán a cabo, los días previos a la canonización

Ha vencido la Vida! Éste es el mensaje que laIglesia proclama ante el mundo, al amanecerdel luminoso y gozoso Domingo de Pascua

de Resurrección del año 2003. La victoria de la Vi-da es el resultado, divino y humano a la vez, de lo queella ha conocido y experimentado un año más en lacelebración de la Semana Santa. Lo ocurrido en Je-rusalén con Jesús de Nazaret en aquellas fechas de laPascua judía de hace dos mil años, que se nos han he-cho actualidad para nosotros en estos días, no ad-mite otra interpretación última que la que la mismaIglesia ofrece en el canto de la Secuencia de su li-turgia del Domingo pascual: «Lucharon vida y muer-te/ en singular batalla,/ y, muerto el que es la Vida,/triunfante se levanta».

Esa lucha final entre la muerte y la vida, el peca-do y la gracia, la hemos podido vivir y comprobarcon renovado realismo sacramental en las celebra-ciones litúrgicas de estos días santos. Con la claridadde la fe hemos ido viendo cómo el poder del Ma-ligno iba cerrando la trama mortal de la conspira-ción de los enemigos de Jesús hasta llevarle, en po-co más de cuarenta y ocho horas, desde el Cenácu-lo de su Última Cena con los suyos, los Doce, has-ta la Cruz, hasta su crucifixión; valiéndose para ellode las más insospechadas e inesperadas coopera-ciones –todas cobardes– de los que le traicionan,niegan y abandonan. Son casi todos. La única que nole falla es su Madre, María, y Juan, el discípulo ama-do, que no la deja sola al pie de la Cruz. La balanzade la Historia parecía haberse inclinado definitiva-mente del lado del poder del pecado y de la muerte.¿No venía a confirmarlo incluso aquel último gritode Jesús crucificado, el del «Dios mío, Dios mío,¿por qué me has abandonado?» Y, luego, seguiríanla sepultura y las horas tensas y oscuras de un Sábadodesolador, dramáticamente vacío y triste.

Y, sin embargo, desde los planes del amor mise-ricordioso del Padre, a los que había obedecido coninfinita y tierna piedad el Hijo, estaba sucediendojustamente todo lo contrario: acababa de consumarsela victoria del perdón y de la gracia divinas; que-daban irreversiblemente abiertas las puertas para eltriunfo de quien es La Vida. Aquella noche que va delSábado, el de la fiesta anual de la Pascua judía, al Do-mingo, el primer día de la semana, con el que se ibaa inaugurar el nuevo tiempo de la Vida, resucitaba delsepulcro Jesús, Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador.Era su triunfo, un triunfo total y radical sobre lamuerte y sobre su causa primigenia, el pecado, ysobre su máximo instigador, el diablo, derrotado pa-ra siempre. La Iglesia se veía inundada con su Luz,la Luz nacida y encendida en el fuego del amor de suCorazón divino. ¡La Vida había triunfado! Su vic-toria será eterna.

El triunfo de la Vida

También lo percibía así, a lo largo de estos días,el pueblo cristiano en sus devociones, entretejidas desentimientos y de convicciones surgidas de una fesencilla, a lo largo de una honda y rica tradicióncristiana multisecular, que acercaba de nuevo en pla-

zas y calles a sus hijos, a los más pequeños, a losniños, de forma espectacularmente bella, el drama dela Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, quese celebraba en la Liturgia. Un drama que le con-movía hasta lo más hondo de sus entrañas y del quepresagiaba un final como no había conocido ningúnotro drama de la historia humana: el del triunfo de laresurrección de Jesucristo, «el primero entre los her-manos»: prenda y promesa de nuestra propia resu-rrección.

Y, en la sublime Noche de la Vigilia Pascual, lavictoria de la Vida se plasmaría en el bautismo detantos adultos, que, en nuestra santa iglesia catedraly en muchas otras iglesias de nuestra archidiócesis,recibían el sacramento del Bautismo y los otros dossacramentos de la iniciación cristiana, la Confirma-ción y la Eucaristía, pasando así de la muerte a lavida.

Y no dudo de que dentro de poco más de una se-mana, cuando el Santo Padre nos visite en Ma-drid, poniendo delante de nuestros ojos a cinco

nuevos santos de la España contemporánea y nosconvoque para ir de nuevo al mundo –al de casa,aquí entre nosotros, y al de fuera de nuestras fron-teras, el de la misión– a anunciar el Evangelio delResucitado, se mostrará de nuevo con una singularatracción y fuerza histórica el triunfo de la Vida. Enel vigor pastoral de Juan Pablo II, inaccesible alcansancio, y en su especial amor a España, vibra-rá el envío –el del Seréis mis testigos– con losecos inconfundibles de la victoria pascual de Jesús:de su amor, de su gracia y de su ley, con sus frutosmaduros de la santidad y de la Vida. Y con Ma-ría, la Reina del Rosario y de la Paz, podremos yquerremos ser sus testigos, y amanecerá para losjóvenes de España una nueva alborada de luz glo-riosa, de vida radiante, de amor auténtico, más fi-no que el oro, y de la paz: paz sin trampas ni fron-teras. Y ellos serán sus nuevos e intrépidos centi-nelas.

+ Antonio Mª Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 24-IV-2003 13

La voz del cardenal arzobispo

La victoria del perdóny de la gracia

Ha vencido la Vida es el título de la exhortación pastoral que, con ocasión del Domingo de Pascua del año 2003,ha escrito nuestro cardenal arzobispo, y en la que dice:

El retorno del hijo pródigo, de Rembrandt (Biblioteca Pierpont Morgan, Nueva York)

Seguir a Cristo

Un estuche con doscintas de música es

el formato con el que laeditorial Edibesa ha publicado las canciones del pa-dre jesuita Javier Sagüés. Adaptando su música alas palabras que, en su día, escribiera la madre Ge-noveva Torres, el padre Sagüés ha compuesto brevescanciones de música tranquila y que ayuda a la me-ditación.

Además de las canciones, el padre Javier Sagüéstambién ha elaborado un audiolibro, que consisteen un doble casette donde un narrador explica, deuna forma muy amena, la biografía de la santa quecanonizará Juan Pablo II en su próximo Viaje a Es-paña. El audiolibro viene acompañado de un pe-queño librito con los textos de las cintas.

Pedro Poveda. El grito y el silencio

Pedro Poveda. El grito y elsilencio es el título de esta

cinta de vídeo, de 34 minutosde duración, producida por Es-tudio Uno para la InstituciónTeresiana. En ella, doña Fran-cisca Rosique, autora del guión,explica la maduración humana

y cristiana del sacerdote Pedro Poveda, fundador dela Institución Teresiana, recorriendo los lugares porlos que transcurrió la vida de este santo que cano-nizará Juan Pablo II el día 4 de mayo, en Madrid.

Mansedumbre y provocación

Marisa Rodríguez Aban-céns, periodista y actual-

mente profesora en la Univer-sidad Pontificia Comillas, es laautora del libro Pedro Poveda.Mansedumbre y provocación,de la editorial Narcea. En él, serecorren de manera sencilla loslugares y episodios de la vidadel padre Poveda, para que el

lector comprenda los sueños, los trabajos y los epi-sodios del fundador de la Institución Teresiana, unavida llena de atractivo y coherencia.

Siguiendo las huellas de Pedro Poveda

Al final de su vida, en ple-na guerra civil española,

Pedro Poveda respondía porsu identidad diciendo: «Yosoy sacerdote de Jesucristo».Precisamente una de las ca-racterísticas de la vida de estesanto fue su aprecio a su vo-cación sacerdotal, y esta di-mensión fundamental es laque ha estudiado a fondomonseñor Carlos Osoro, arzobispo de Oviedo, enesta obra publicada por la editorial Narcea. Una obradedicada especialmente a sacerdotes y seminaris-

tas, y que guarda un recuerdo especial a la Santina deCovadonga, ante la que tanto oró el Padre Poveda.

Exposición y película del padre Rubio

La Compañía de Jesús ha organizado una expo-sición bajo el título El padre Rubio y su tiem-

po, que se abrirá al público el próximo día 29 deabril y que permanecerá hasta el 15 de julio. La ex-posición, que se podrá visitar en el claustro supe-rior de la iglesia de los jesuitas San Francisco deBorja (calle Serrano, 104, Madrid), templo dondeestá enterrado, cuenta con seis salas. En ellas se re-corre, de forma cronológica, la vida de este jesuita,desde las calles de su pueblo natal de Almería, has-ta el Madrid antiguo, así como el testimonio del pa-dre José Luis Gómez Muntán, entre recuerdos y ob-jetos personales del santo.

Al mismo tiempo que la exposición, se proyec-tará, en la sala contigua al claustro, la película Comolámpara encendida: José María Rubio, sj.

Estreno en la catedral de Sevilla enhonor de sor Ángela de la Cruz

Los seises de la catedral de Sevilla estrenaránnuevas coplas el próximo 11 de mayo, domingo,

ante el Santísimo Sacramento y ante el cuerpo in-corrupto de la nueva santa Sor Ángela de la Cruz. Es-tas coplas, tituladas Esplendor de los santos, tienencomo autor de sus letras al canónigo de la catedral deSevilla don Francisco Gil. La música ha sido com-puesta por don Manuel Castillo Navarro-Aguilera.Ambos autores han dedicado su obra al arzobispode Sevilla y a la congregación de las Hermanas de laCruz.

Día 4 de mayo: canonización de cinco santos españoles

Para aprender de ellos, con ellos

El próximo domingo, 4 de mayo, durante su Visita pastoral a España, Juan Pablo II presidirá una celebración en la madrileña plaza de Colón. En ella, canonizará a cinco santos españoles: el padre Rubio, la madre Maravillas, la madre Genoveva Torres, el padre

Poveda y sor Ángela de la Cruz. Especialistas, religiosos y sacerdotes, han estudiado a fondo las vidas de estos cinco santos para acercárselas a todo el mundo. Hoy damos noticia de algunos trabajos (vídeos, libros, cintas) publicados hasta ahora, así como

de algunos actos que las diferentes familias religiosas de los canonizados llevarán a cabo, los días previos a la canonización

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 24-IV-2003

El domingo, fiesta de la Divina Misericordia

El próximo 27 de abril, segundo Domingo de Pascua, se celebra lafiesta de la Divina Misericordia: así lo propuso el Papa Juan Pa-

blo II en el Año Jubilar 2000 con el fin de recordar con especial de-voción los dones de la gracia de la Misericordia divina. Quedó insti-tuida como fiesta para la Iglesia universal como se refleja en el De-creto de 5 de mayo de 2000, de la Congregación para el Culto divi-no y la disciplina de los sacramentos, en El segundo Domingo dePascua o de la Misericordia Divina.

La devoción a la Misericordia divina tiene su origen en los mismospasajes de la Sagrada Escritura, y se desarrolla en la historia de laIglesia mediante los sacramentos, la liturgia y el culto que se hapracticado a la Misericordia de Dios. En 1980 Juan Pablo II publicó

la encíclica Dives in misericordia (Rico en misericordia), sobre lamisericordia de Dios, dando una especial relevancia a este culto.En la Iglesia son varios los santos que recuerdan este culto y de-voción: san Juan Eudes, presbítero, santa Margarita María de Ala-coque, salesa, santa Teresa del Niño Jesús, carmelita, y otros san-tos que, además de su ejemplo de vida, nos han dado testimonio desu experiencia, por revelación, de la misericordia de Dios.

Jesús, en Ti confío es la invocación que enseñaba la joven místi-ca polaca sor Faustina Kowalska, que el Papa canonizó en mayode 2000. El 17 de agosto pasado, en su último viaje a Polonia, JuanPablo II encomendó el mundo a la Divina Misericordia, al dedicar elnuevo santuario de Lagiewniki, en un barrio de Cracovia.

R.B.

Don José Ramón Losana, Pre-sidente de la Fundación +Fa-milia, nacida en el seno de la

Federación Española de Familias Nu-merosas, reconoce a Alfa y Omega que«ninguna iniciativa nuestra había te-nido una respuesta tan rápida comoésta». En los últimos meses, las aso-ciaciones para la defensa de la fami-lia han criticado con cierta frecuencialas insuficiencias de la política familiar–y la propia concepción de familia–del Partido Popular y del Partido So-cialista, y éste ha sido el principal re-clamo del nuevo partido Familia y Vi-da, que amenaza con arañar algunosvotos a las principales formacionespolíticas. Pero Losana quiere perma-necer al margen de ese tipo de juegosy consideraciones, e insiste en que eraimprescindible abrir este frente, el delas empresas, para que se alcance enEspaña una conciliación eficaz.

Existe una importante ventaja: conesta iniciativa, podrían obtenerse im-portantes avances, sin que costaraprácticamente un solo euro a nadie.Todos ganan, empezando por las pro-pias empresas que se suman. «Los es-tudios demuestran que las empresasque aplican este tipo de políticas cuen-tan con trabajadores más motivados ymás contentos, más productivos –diceLosana–. Además, los consumidorestendrían una percepción mejor de es-tas empresas que de sus competido-ras. Y lo mismo, como se ha visto enlos Estados Unidos, ocurre con la co-tización bursátil».

El requisito, para que la ecuaciónse cumpla, es «inducir un cambio dementalidad. Cada vez más empresasimplementan políticas socialmenteresponsables, porque han descubiertoque, a la larga, esto resulta más ren-table. Se trata de dar ahora el paso ha-cia políticas familiares». No es otracosa que actuar en consecuencia conla realidad social, que tiene su núcleoen la familia, y lidiar de una vez portodas con los efectos producidos porla incorporación masiva de la mujer

al trabajo remunerado. Pero no sólolos empresarios deben sentirse inter-pelados. «Los empleados también te-nemos que cambiar de mentalidad. Silas empresas avanzan en políticas deconciliación, pero nosotros conside-ramos que el trabajo es lo más im-portante en nuestra vida, y que esta-mos dispuestos a sacrificar cualquiercosa por triunfar en él, no servirá denada».

Treinta empresas, que cuentan concerca de medio millón de trabajado-res, han apoyado ya esta iniciativa.Entre ellas, están el Grupo Correo,Telefónica, BBVA, Iberdrola, Plane-ta, Air Europa, Renfe o Recoletos.Quienes deseen participar deberánsometerse a algún tipo de auditoríabajo los criterios que diseñen la Fun-dación +Familia y el IESE, y la Fun-

dación propondrá después al Minis-terio de Trabajo y Asuntos Sociales,llegado el caso, que otorgue la dis-tinción de empresa familiarmente res-ponsable. Aún no están perfilados losmecanismos concretos. Lo que sequiere medir, según una nota del Mi-nisterio de Trabajo, son «las políti-cas de flexibilidad en el tiempo quepermitan al empleado disponer, enfunción de las necesidades de la fa-milia, de un horario flexible de cara ala formación, atención de emergen-cias familiares, excedencias para cui-dar hijos pequeños, enfermos o dis-capacitados, trabajo a tiempo parcialy jornadas reducidas», además de«los beneficios sociales que conce-da la empresa, como seguros de vi-da, planes de jubilación y segurosmédicos para el cónyuge y los hijos».

También se tendrá en cuenta que laempresa ofrezca algún tipo de «ase-soramiento y formación de cara aadaptar el trabajo a las necesidadesde la familia», y «políticas de servi-cios», como, por ejemplo, «la crea-ción de guarderías en las empresas».Ahora bien, dice don José Ramón Lo-sana: «Estas medidas no pueden ser-vir para que los padres puedan traba-jar más, porque las empresas se ocu-pan de sus hijos. De lo que se trataes de que los padres puedan pasarmás tiempo con sus hijos».

Y en cuanto al certificado, la Fun-dación +Familia quiere «que no seaun diploma, sino que tenga conteni-do, que sea eficaz». En concreto, a donJosé Ramón Losana le gustaría «quellegue a tener quizá algún tipo de in-centivo económico o fiscal».

Aquí y ahora Alfa y Omega 24-IV-2003 13

La Fundación +Familia y el Ministerio de Trabajo acuerdan crear un certificado de empresasfamiliarmente responsables

Las empresas, necesariaspara la conciliación

La responsabilidad de facilitar la conciliación de vida laboral y familiar quiere extenderse a las empresas. La Fundación+Familia y la Escuela de negocios IESE, de la Universidad de Navarra, han impulsado la creación de un certificado

que distinga a las empresas familiarmente responsables. La propuesta fue bien acogida por la Presidencia del Gobiernoy el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. El Presidente Aznar fue el anfitrión, el pasado 11 de abril, de la firmade un acuerdo de intenciones entre el Ministerio de Trabajo y la Fundación +Familia. Aunque aún no se ha definido

en qué consistirá ese certificado, ni cómo se obtendrá, treinta importantes empresas, que suman cerca del medio millón de empleados, se han sumado a la iniciativa y constituyen un importante aval

En 1953, cuando había llegado a los 70 de edad,el padre Santiago Alberione escribe: «Si pa-ra condescender con vosotros, quisiera na-

rraros algo de lo que todavía recuerdo y consideráisútil para la Familia Paulina, tendría que relatar unadoble historia: la de las divinas misericordias, paracantar un vibrante Gloria in excelsis Deo et in te-rra pax hominibus; y también la humillante historiade la falta de correspondencia al exceso de la divinacaridad, y componer un nuevo y doloroso Misererepor mis innumerables pecados y ofensas».

La doble historia comienza en San Lorenzo diFossano (Cúneo), donde Santiago Alberione naceel 4 de abril de 1884, en la alquería Nuove Peschie-re. Recibe el Bautismo al día siguiente, 5 de abril, enla capilla dedicada a san Lorenzo. El proyecto deDios sobre Santiago empieza a manifestarse bienpronto: en el primer año de escuela, interrogado porla maestra Rosa acerca de qué quiere ser cuando seamayor, responde con claridad: «Quiero ser cura».

Al final del Año Santo de 1900, siendo aún se-minarista, sintiéndose fuertemente interpelado por laencíclica del papa León XIII Tametsi futura, San-tiago secunda la invitación potente de la gracia di-vina: la noche del 31 de diciembre de 1900, que di-vide los dos siglos, pasa cuatro horas en adoraciónante el Santísimo Sacramento, solemnemente ex-puesto en la catedral de Alba. Una luz especial, co-mo atestigua él mismo, le viene de la Hostia; y des-de aquel día se siente «profundamente obligado ahacer algo por el Señor y por los hombres del nuevosiglo», con los medios nuevos brindados por el in-genio humano. El itinerario del joven Alberione pro-sigue con gran intensidad en los años de la Filosofíay de la Teología. El 29 de junio de 1907 recibe laordenación sacerdotal.

Siempre en camino, como Pablo

El jovencísimo sacerdote reza mucho, reflexiona,se da a la predicación, la catequesis, conferenciasen las parroquias de la diócesis. Dedica también mu-cho tiempo al estudio, profundizando particular-mente textos que le iluminan y le actualizan sobre lasituación de la sociedad civil y eclesial de su tiempo,y sobre las necesidades del hombre de hoy. Por ello,el Señor le guía en una misión nueva, multiformeen cuanto a medios y estructuras, para predicar elEvangelio a todos los pueblos, en el espíritu delapóstol san Pablo: llevar a los hombres a Dios yDios a los hombres, utilizando los medios modernosde comunicación. Así, el 20 de agosto de 1914, mien-tras en Roma muere el Santo Pontífice Pío X, en laciudad de Alba el padre Alberione da comienzo ala Familia Paulina, con la fundación de la Pía So-ciedad de San Pablo.

En 1926 se hace realidad la fundación de la pri-mera Casa en Roma, seguida, en los años sucesi-vos, por muchas fundaciones en Italia y en el ex-tranjero. Mientras tanto, al mismo tiempo que au-menta el número de publicaciones lanzadas por la Fa-milia Paulina, crece el edificio espiritual: la metaque el fundador indica a todos como primer com-promiso es la conformación plena con Cristo: acogera Cristo Camino y Verdad y Vida en toda la persona–mente, voluntad, corazón y fuerzas físicas–.

La segunda guerra mundial marca un compás deespera; pero el padre Alberione, obligado a perma-necer en Roma, no se detiene en su itinerario espi-ritual. Mientras aguarda condiciones mejores para ac-tuar, va acogiendo, de modo cada vez más radical, laluz de Dios en un clima de adoración y contempla-ción crecientes.

La actividad a pleno ritmo comienza de nuevo afinales de 1945, con grandes viajes alrededor delmundo, con el fin de visitar y confirmar a herma-nos y hermanas. Queda deslumbrado por Oriente(India, China, Filipinas...): las muchedumbres, losmillones de personas..., ¿cuántos conocen a Jesu-cristo? «¡Me lanzo adelante! No hay que pensar encuanto se ha hecho, sino más bien en cuanto quedapor hacer», recuerda con san Pablo.

La década de los años cincuenta es el período deoro en la consolidación de la Familia Paulina: todoflorece en vocaciones, fundaciones, ediciones, ini-ciativas múltiples, empeño en la formación, en elestudio, en la pobreza. El padre Alberione se halla ala cabeza de unas diez mil personas, unidas todasentre ellas por el mismo ideal de santidad y de apos-tolado: la llegada de Cristo, Camino, Verdad, Vida,a las almas y al mundo, mediante los instrumentos dela comunicación social.

De la Iglesia del Concilio a la Iglesia del cielo

En los años 1962-1965, don Santiago es prota-gonista silencioso, pero muy atento, del ConcilioVaticano II, en cuyas sesiones participa diariamen-te con vivo compromiso. Un día de particular júbi-lo es el 4 de diciembre de 1963, cuando se promul-ga el Decreto conciliar Inter mirifica, sobre los ins-trumentos de la comunicación social como mediosde evangelización. Así lo comentó él: «Ahora ya no

podéis tener dudas. La Iglesia ha hablado». Y añadió:«Os he dado lo mejor. Si hubiera encontrado algomejor, os lo daría ahora, pero no lo he encontrado».

Puesto ya en el tramo final del camino terreno,puede afirmarse que el secreto de tanta multiformeactividad fue su vida interior, con la que él realizó laadhesión total a la voluntad de Dios, y cumplió en síla palabra del apóstol san Pablo: «Mi vida es Cristo».El Venerable padre Santiago Alberione permanecióen esta tierra 87 años. Cumplida la obra que el Padreceleste le había encomendado, el 26 de noviembre de1971, dejó la tierra para ocupar su sitio en la Casa delPadre. Las últimas horas del padre Alberione tuvie-ron el consuelo de la visita y la bendición del PapaPablo VI, que nunca ocultó su admiración y vene-ración por el padre Alberione. Para todos los miem-bros de la Familia Paulina es sobremanera aprecia-do el testimonio que quiso dejar el Papa Pablo VI, enla memorable audiencia concedida al fundador y auna nutrida representación de miembros de la Fa-milia Paulina, el 28 de junio de 1969:

«Miradlo: humilde, silencioso, incansable, siem-pre alerta, siempre ensimismado en sus pensamien-tos, que van de la oración a la acción, siempre aten-to a escrutar los signos de los tiempos, es decir, lasformas más geniales de llegar a las almas... Nuestropadre Alberione ha dado a la Iglesia nuevos instru-mentos para expresarse, nuevos medios para vigo-rizar y ampliar su apostolado, nueva capacidad ynueva conciencia de la validez y de la posibilidadde su misión en el mundo moderno y con los me-dios modernos. Deje, querido padre Alberione, queel Papa goce de esta prolongada, fiel e incansablefatiga y de los frutos por ella producidos para gloriade Dios y bien de la Iglesia».

Luigi ValtortaPostulador General de la Familia Paulina

TestimonioAlfa y Omega14 24-IV-2003

Será beatificado este domingo 27 de abril por Juan Pablo II, en la Plaza de San Pedro:

Santiago Alberione:altavoz de Dios

El Día del Señor Alfa y Omega 24-IV-2003 15

La experiencia de la cruz había sido muy du-ra, y los discípulos, recluidos en una casa, te-nían miedo. Es-

tando las puertas cerra-das, inesperadamente,entró Jesús resucitadoofreciéndoles su paz, nola que da el mundo; yellos, al reconocerle trasmostrarles sus manos yel costado como signode ser el mismo que ha-bía sido crucificado, nosólo recuperaron la paz,sino que se llenaron dealegría.

La historia de Jesúsno acaba con su muerte,sino que ésta es recono-cida en su valor salva-dor precisamente en laexperiencia de la resu-rrección. El aconteci-miento pascual de laglorificación de Jesúscomo hecho real y ex-perimentable, con estasapariciones que se im-ponen desde fuera deuna manera objetiva, lesconfirma en el verdadero sentido de la vida de Je-sús y en el de su camino mesiánico de Siervo, fren-te a las otras expectativas mesiánicas de poder y do-minación.

Es el momento propicio para que puedan intuirlo que les espera a ellos mismos: «Como el Padreme ha enviado, así también os envío yo». Comienzael tiempo de la misión de sus testigos, de los quetienen que anunciar el reino de Dios para la con-versión, que no es otra cosa que la Buena Noticia,

el poder salvador del misterio pascual de la muer-te y resurrección de Jesucristo. Poder conferido a

los discípulos con la in-fusión del Espíritu San-to, que no es sólo anun-cio del perdón sino tam-bién gracia eficaz delmismo perdón que elResucitado deja a laIglesia por la acción delEspíritu Santo. San Juanno explica aquí cómo seha de ejercer ese poderde reconciliación y deperdón. La tradición dela Iglesia y los concilioscon su magisterio lo hanido aclarando en susaplicaciones. Tomás no estaba en esaaparición pascual y seresistió a creer. Pero alos ocho días, encon-trándose esta vez conellos, se volvió a apare-cer Jesús, y Tomás, con-vertido por haber visto,creyó y confesó a Jesúscomo Señor y Dios. Larespuesta de Jesús es

consoladora para todos nosotros: «Dichosos lo quecrean sin haber visto». Por el Espíritu Santo, loscreyentes cristianos de las generaciones ya del ter-cer milenio están tan cerca de Jesús como sus mis-mos contemporáneos, y más todavía si éstos nofueran dóciles al Espíritu Santo como verdaderoscreyentes.

+ José Delicadoarzobispo emérito de Valladolid

II Domingo de Pascua, o de la Divina Misericordia

La experiencia de la Resurrección

Solamente con la luz de la fe y con la meditación de la palabra divina es posible reconocer siempre y entodo lugar a Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos; buscar su voluntad en todos los acon-

tecimientos, contemplar a Cristo en todos los hombres, próximos o extraños, y juzgar con rectitud sobreel verdadero sentido y valor de las realidades temporales, tanto en sí mismas como en orden al fin del hom-bre. Quienes poseen esta fe viven con la esperanza de la revelación de los hijos de Dios, acordándose dela cruz y de la resurrección del Señor. Escondidos con Cristo en Dios y libres de la esclavitud de las riquezas,durante la peregrinación de esta vida, a la vez que aspiran a los bienes eternos, se entregan generosamentey por entero a dilatar el reino de Dios y a informar y perfeccionar el orden de las cosas temporales por elespíritu cristiano. En medio de las adversidades de esta vida, hallan fortaleza en la esperanza, pensan-do que los padecimientos del tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que ha de ma-nifestarse en nosotros. Movidos por la caridad que procede de Dios, hacen el bien a todos, muy espe-cialmente a sus hermanos en la fe, despojándose de toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, en-vidias y maledicencias, atrayendo así a los hombres a Cristo.

El modelo perfecto de esta espiritualidad apostólica es la Santísima Virgen María, Reina de los Após-toles, la cual, mientras vivió en este mundo una vida igual a la de los demás, llena de preocupaciones fa-miliares y de trabajos, estaba constantemente unida con su Hijo y cooperó de modo singularísimo a la obradel Salvador; y ahora, asunta a los cielos, «cuida con amor materno de los hermanos de su Hijo que pe-regrinan todavía y se ven en peligros y angustias hasta que lleguen a la patria feliz». Hónrenla todos consuma devoción y encomienden su vida apostólica a la solicitud materna de María.

Decreto Apostolicam actuositatem, 4

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Evangelio

Al anochecer de aquel día, el día primero dela semana, estaban los discípulos en una

casa con las puertas cerradas, por miedo a losjudíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medioy les dijo: «Paz a vosotros». Y diciendo esto,les enseñó las manos y el costado. Y los discí-pulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Je-sús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padreme ha enviado, así también os envío yo». Ydicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y lesdijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes lesperdonéis los pecados les quedan perdonados;a quienes se los retengáis les quedan reteni-dos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Melli-zo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y losotros discípulos le decían: «Hemos visto al Se-ñor». Pero él les contestó: «Si no veo en susmanos la señal de los clavos, si no meto el de-do en el agujero de los clavos y no meto la ma-no en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro losdiscípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, es-tando cerradas las puertas, se puso en medio ydijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás:«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tumano y métela en mi costado; y no seas incré-dulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Se-ñor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porqueme has visto has creído? Dichosos los que cre-an sin haber visto».

Muchos otros signos, que no están escritosen este libro, hizo Jesús a la vista de los discí-pulos. Éstos se han escrito para que creáis queJesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que,creyendo, tengáis vida en su Nombre.

El incrédulo Tomás. Evangeliario de Colonia (siglo XIII).Biblioteca Real, Bruselas

Me comprometí, hace unos meses,en nombre y representación de ladiócesis, a que nuestra Iglesia dio-cesana de Palencia estuviera pre-sente en esta magna exposición,

conmemorativa del V Centenario de la muerte dePedro Berruguete, y aquí estamos en el momentode su inauguración, más que contentos, felices.

En Paredes de Nava, cuna de tan ilustre artista,uno de los más grandes pintores españoles. Sin du-da alguna, con esta magna exposición, con el con-greso a celebrar próximamente y con las publica-ciones que sigan, se acrecentará la figura de estemaestro paredeño. Y se conocerá más y mejor has-ta proyectar su nombre de modo más universal. Ex-posición a inaugurar en el iglesia parroquial de San-ta Eulalia, que conserva como reliquia la pila en quefue regenerado. Con su nave central, presidida por elRetablo Mayor, obra de Inocencio Berruguete y deEsteban Jordán en el siglo XVI. Recolocadas en éllas tablas que Pedro Berruguete pintara para un re-tablo anterior. Con la esplendorosa predela de pro-fetas, que presenta como figura estrella al rey David.Formando un conjunto que muestra toda una sínte-sis significativa y espléndida de la Historia de laSalvación.

Aquí nos encontramos con 40 obras del primerpintor renacentista de la Corona de Castilla, proce-dentes de los Museos Diocesano y Catedralicio dePalencia, del Museo Parroquial de Becerril de Cam-pos, y con todas las tablas de Pedro Berruguete ysu escuela que conserva la parroquia-museo de San-ta Eulalia de Paredes de Nava. Otra treintenta de

RaícesAlfa y Omega16 24-IV-2003

Asunción de la Virgen. Oviedo, Museo de Bellas Artes de Asturias

Anunciación. Burgos, Cartuja de Miraflores

El primer pintor renacentista de la Corona de Castilla:

Pedro Berruguete,en Paredes de Nava

on motivo del V Centenario de la muerte de PedroBerruguete, pintorrenacentista durante el reinado de Isabel la Católica, la Junta de Castilla y Leóndecidió organizar,

desde el pasado 4 de abril y hasta el 8 de junio, una gran exposiciónmonográfica donde se recogieran lasobras más representativas del autor. El lugar asignado para acoger la exposición ha sido la villa palentinade Paredes de Nava, cuna del ilustrepintor, y dentro de ella, la iglesia de Santa Eulalia, cuyo altar mayorconserva doce tablas de Berruguete,que constituyen el conjunto másfamoso de las obras realizadas por Pedro Berruguete en Castilla.Como explica en el Catálogo de la exposición don Juan VicenteHerrera, Presidente de la Junta de Castilla y León, «la muestra haconseguido reunir un númerorepresentativo de las obras de PedroBerruguete. De entre ellas quierodestacar la excepcionalidad que tienenlos préstamos de las pinturasrealizadas por Berruguete en Italia, y en particular el Retrato de Federicode Montefeltro y de su hijo Guidobaldo,que no había salido del palacio de Urbino para ninguna exposición, y que ahora, con motivo del VCentenario de la muerte de PedroBerruguete, se exhibirá en el mismoespacio que las otras obras del pintorpalentino. De este modo, cuantosacudan a visitar la muestra a Paredesde Nava, podrán confrontar todas laspinturas expuestas y conocer mejor la evolución de Berruguete y la originalidad de su estilo, en el que se funden elementosprocedentes de Flandes, de Italia y de Castilla en unas obras que, en ocasiones, se convierten en verdaderas estampas de la vida cotidiana del reino castellano en tiempo de Isabel la Católica, como sucede con Los Pretendientes de la Virgen, del retablo mayor de Paredes de Nava»

C

Raíces Alfa y Omega 24-IV-2003 17

piezas, importantísimas también, han viajado para elacontecimiento desde Cleveland (Estados Unidos),Milán y Urbino (Italia), Santa María del Campo,Cartuja de Miraflores y Covarrubias (Burgos), Mont-serrat (Barcelona), Museo de la catedral y DiputaciónProvincial de Segovia, Museo Nacional de Escul-tura de Valladolid, Museo Nacional del Prado, Co-lección Abelló, Museo Lázaro Galdiano (Madrid),Capilla Real de Granada, Fundación Godia, Colec-ción Várez Fisa y Diputación Provincial de Palencia.

Sí, aquí estaremos, con la puerta grande de estaiglesia parroquial abierta de par en par, y queriendoagradecer, como se merece, a la Junta de Castilla yLeón, con su Presidente don Juan Vicente Herrera ala cabeza, la ayuda prestada para rehabilitar y acon-

dicionar el tempo. Sin la inversión que se ha hechohubiera sido impensable exhibir adecuadamente lamejor obra de tan insigne pintor. Estamos recor-dando a España, a toda Europa y al mundo entero,que Paredes de Nava, cuna de los Berruguete, de losManrique y de tantos otros personajes de su historia,

está aquí. Sigue en pie. Vive y pervive, porque re-cordar es actualizar. Y sólo lo que se actualiza estállamado a perdurar…

+ Rafael Palmeroobispo de Palencia

Rey David

Abrazo ante la puerta dorada. Alejo de Vahía. Paredes de Nava, Museo de la iglesia de Santa Eulalia

Nacimiento de Cristo. Becerril de Campos (Palencia), Museode Santa María El Salvador bendiciendo

Sagrada Familia. Barcelona, Fundación Francisco Godia

EspañaAlfa y Omega18 24-IV-2003

Ricardo Benjumea

Dos de cada tres seres humanos viven en Asia…Para un europeo, Asia es la inmensidad, loexótico y desconocido. Fue y es su otro, la

extensión sin fin de tierra que, por una serie de moti-vos, consideró extraña, y frente a la que trazó unagran frontera cultural y política… Europa era señoracolonial hasta hace muy poco de casi todo Asia, peroexpoliar nunca fue sinónimo de comprender, segúnexpuso Ivon Ambroise, Director de Caritas Asia.

La barrera de la incomprensión sigue aún en pie,pese a que, en los últimos siglos, los europeos lle-varon sus ideologías políticas y económicas a paísesde los que, antes, habían tomado sistemas de valores,filosofías, materias primas y religiones. Porque elmundo, pese a todo, siempre fue uno y no varios.Monseñor Enrique Figaredo, que ejerce su minis-terio en Camboya, deja caer estas palabras: «El mun-do está interrelacionado. Debemos dejarnos impac-tar por sus heridas: por las guerras, los refugiados, losinmigrantes… Hasta que no creamos que los pro-blemas de esta gente son nuestros problemas, no ha-brá paz en el mundo».

El potencial destructivo asiático es terrorífico.Además de Rusia y China, tienen armas atómicasCorea del Norte, India, Pakistán e Israel. Y, natu-ralmente, Estados Unidos, que, especialmente des-pués de sus recientes campañas en Afganistán e Iraq,está instalada como gran potencia en Asia, ya sin elcontrapoder soviético. Y amenaza –según advierte eldiplomático Juan Manuel López Nadal–, con su po-lítica exterior irresponsable, con hacer saltar el pol-vorín por los aires.

«Europa será pronto sólo el 10% de la poblaciónmundial», dice Jaume Giné, Secretario General de laCasa Asia. Será –es ya– una pequeña minoría en elmundo, pero probablemente seguirá conformando,con Norteamérica y algún otro socio capitalista, laaristocracia planetaria. A nadie, pues –dice Giné–,debe interesarle más procurar «la gobernabilidad yla sostenibilidad de la globalización, y promover laayuda al desarrollo».

Pero esto puede hacerse de múltiples formas. Elcatólico debe ser, a la vez, consciente de la univer-salidad de su mensaje y de la pluralidad de cultu-ras, de formas y matices de comprender al hombre,su relación con la naturaleza y con Dios. El jesuitaIgnacio Galdós llegó a la India con 20 años. Ahoratiene 72, y su casa está entre los adivasi, una tribuaborigen de la India que, hace siglos, se retiró a losbosques para no ser dominada por los arios, peroque ahora está sucumbiendo a la sociedad de con-sumo y a su ideología, positivada en forma de leyes–las leyes nunca son ideológicamente neutras–, que

«eliminan de un plumazo tradiciones y formas devida de siglos». Recurre a un proverbio, como tan-tos asiáticos, para explicar lo que está sucediendo:«Los elefantes siempre pisan y destruyen la hierba,la matan».

Es el amor por lo pequeño lo que quizá distin-gue a la cooperación católica que se mostró en elForo sobre Asia. Sin perder de vista la dimensión«histórica, social, económica...» de cada cual –dijoel cardenal Rouco en la clausura–, el reto es «cen-trarse en cada persona, como parábola del Buen Sa-maritano». Para eso, «el primer paso es caer en lacuenta de que hay alguien maltrado. Y el segundo pa-so es conocerlo bien».

Lo grande empieza por lo pequeño

La dignidad de la persona y los derechos huma-nos, se dice en la Declaración Final de este congre-so, deben garantizarse «con independencia de raza,sexo, creencias, ideología y religión». Contraponera esos valores universales otros de carácter pura-mente asiático, chino o bengalí, no es más que unapatraña para implantar alguna tiranía. «En este mo-mento tumultuoso y gravemente conflictivo de lahistoria del mundo, miramos hacia Asia guiados porel lema El desarrollo, camino para la paz.

Sobran en el continente recursos materiales, cul-turales y espirituales. Manos Unidas anima a cons-truir sobre ellos entornos favorables para la persona.Y eso significa, entre otras cosas, promover «la igual-dad de oportunidades para el acceso a los recursos fi-

nancieros que permitan el desarrollo de pequeñaseconomías; la generalización de la educación; elfortalecimiento de la sociedad civil a través de lacreación de organizaciones de mujeres, comités ciu-dadanos de derechos humanos y otras estructurasde participación del pueblo»; proteger el medio am-biente y evitar las empresas e industrias contami-nantes, respetando «los derechos laborales, socia-les, educativos y familiares de todos los trabajado-res»; defender «la cultura de la paz, la tolerancia y eldiálogo interreligioso»…

Lo grande siempre empieza por lo pequeño, co-mo recordó más de un ponente. El hermano James,de la Salle, sabe que, cuando recoge a algún chico dela calle, se las ve con cuestiones que, inevitable-mente, le vienen demasiado grandes: la margina-ción de la mujer; la división de castas; los abusosde todo tipo cometidos sobre unos niños, que a na-die importa si van al colegio o ejercen la prostitu-ción... Ante eso, él se niega siquiera a «intentar com-prender racionalmente ciertas cosas». Una de susmáximas es «hacer sólo las preguntas imprescindi-bles». Lo más grande que puede ofrecer –dice– esamistad. «Indirectamente les animamos a que seconciencien de que están dotados de dignidad. Y esahí cuando cambia radicalmente todo. Todo lo hu-mano, que para ellos no tenía ningún valor, empie-za a ser respetado. No olvidan cosas que les han he-cho, pero aprenden a vivir con ello. Se dan cuenta deque, si abusaron de ellos, no fue su culpa, y es en-tonces cuando pueden empezar a perdonar y a mirarhacia el futuro», dice a Alfa y Omega.

Foro sobre Asia, de Manos Unidas

Rostros humanos en mediode la inmensidad

Confianza en el prójimo es lo que podría desactivar la amenaza de una guerra atómica entre India y Pakistán, cuyas consecuenciasafectarían a todo el planeta. Un voto de confianza es también lo que necesita un pequeño agricultor camboyano, un crédito de apenas

quizá 100 euros, para remontar su situación de pobreza y marginación, extendida en un país en el que, después del régimende los jemeres rojos, muchos no se atreven aún a mirar a los ojos del vecino. Confianza es lo que el hermano James y otros religiosos

en la India llevan a los niños de calle, transformando en ellos el futuro... Manos Unidas, que apoya proyectos de desarrollo desdehace más de 40 años en Asia, puso rostros, los pasados días 3, 4 y 5 de abril, a la cooperación al desarrollo con este continente.

Se trataba de «dar a conocer la realidad del coninente asiático, portador de enormes ambigüedades y signos de esperanza»,y de «crear un espacio para el intercambio Europa-Asia a través de Manos Unidas y de las organizaciones locales»

Mundo Alfa y Omega 24-IV-2003 19

El Papa Juan Pablo II ha participado, comootros años, en las celebraciones de los oficiosdel Triduo pascual, y la Vigilia y misa de Re-

surrección, pero este año se le ha notado con másfuerza y más entereza que los pasados. Una SemanaSanta en que han resonado las palabras paz y espe-ranza, y que comenzaba el Jueves Santo en la cele-bración y conmemoración de la Última Cena. ElSanto Padre se reservaba una sorpresa: «Precisa-mente para subrayar la importancia de este sacra-mento –comentaba dirigiéndose a los peregrinos du-rante el rezo del Ángelus del miércoles– he escrito laCarta encíclica Ecclesia de Eucharistia, que tendréla alegría de firmar durante la misa en la Cena del Se-ñor».

Durante los oficios del Jueves Santo, recordó lainstitución por Cristo del sacerdocio en la ÚltimaCena, así como el mandamiento nuevo del amor y laenseñanza de Jesús, mediante el lavatorio de lospies, de este amor que se traduce en servicio humil-de y desinteresado al prójimo.

El Viernes Santo, como es costumbre en el Vati-cano, el Papa administró el sacramento de la Re-conciliación a diez personas de las que esperabanen la basílica de San Pedro. El Santo Padre confesó,esta vez, en seis idiomas: italiano, francés, inglés,polaco, ucraniano y portugués. De entre las diez per-sonas que se confesaron este año con el Santo Padre,

seis mujeres y cuatro hombres, se encontraban undeportista, una mujer policía vestida con su unifor-me y dos madres de familia acompañadas de sus hi-jos, que durante la confesión no dejaron de corre-tear alrededor del confesionario del Papa. Cuandoterminó de atender a los penitentes, y mientras se-guían llenos el resto de los confesionarios de la ba-sílica, el Papa se despidió en italiano: «Os deseo a to-dos una feliz fiesta de Pascua».

El mismo viernes, en el Coliseo de Roma, serezó el tradicional Vía Crucis, que el Papa, que losiguió desde el monte Palatino, introdujo con unareflexión: «Estamos aquí, como todos los años –co-menzó Juan Pablo II, dejando el texto preparadoaparte y prefiriendo expresarse de manera espon-tánea–, en torno al Coliseo, símbolo que nos ha-bla de tiempos pasados, de ese gran imperio ro-mano, que se derrumbó, así como de esos márti-res cristianos que dieron testimonio con su vida ycon su muerte. Es difícil encontrar otro lugar en elque el misterio de la Cruz hable de manera máselocuente». Las personas que acudieron al Vía Cru-cis formaban una gran cruz de luz, que dividía elColiseo en cuatro partes. «¡Cuántos hermanos yhermanas nuestros –prosiguió diciendo el Papa–están reviviendo en su carne el drama del Calvario!¡Qué numerosos son los vía crucis olvidados! Pien-so en las trágicas imágenes de violencia, de guerras

y de conflictos, que diariamente nos llegan desdetantos lugares; en la angustia y el dolor de indivi-duos y de pueblos de todo continente; en la muer-te por hambre y por privaciones de miles de adul-tos y de niños inocentes; en la afrenta a la dignidadhumana...» En el Vía Crucis participaron, en dis-tintas estaciones, una familia cristiana de Iraq, unalaica colombiana de la diócesis de Bogotá y un fran-ciscano como recuerdo de esta Orden encargada dela Custodia de Tierra Santa. El Papa terminó conuna pregunta: «¿Podemos quedar indiferentes anteeste desgarrador grito de dolor que se eleva desdetantas partes del planeta?»

La Vigilia Pascual se celebró en la basílica deSan Pedro, donde el Santo Padre bautizó a siete adul-tos, cuatro mujeres y tres hombres de cuatro conti-nentes: Rebecca (de Túnez), Damiano (de Italia),Mariam (de Burkina Faso), Elisabeth (de Nigeria),Baron (de Estados Unidos), Jean-Pierre (de Burun-di) e Hiromi (de Japón). A los catecúmenos el San-to Padre se dirigió exhortándoles: «Sostenidos por lafuerza del Espíritu Santo, perseverad en vuestra fi-delidad a Cristo y proclamad con valentía su Evan-gelio». Durante la homilía recordó que el Bautismo«debe llevar a todos los cristianos a un compromisomás fuerte de vida evangélica».

Las celebraciones de esta intensa Semana cul-minaron el Domingo de Resurrección con la misa yel mensaje pascual que Juan Pablo II pronunció almediodía. En el Mensaje recordó el padecimiento deCristo hasta la muerte y la alegría de la Resurrec-ción, «fundamento de la esperanza de la Humani-dad». Citando la encíclica del Beato Juan XXIIIPacem in terris, habló de la paz en la tierra, recor-dando que «es indudable que no puede establecer-se ni consolidarse si no se respeta fielmente el ordenestablecido por Dios». Y siguió diciendo: «Son pa-labras actuales como nunca al alba del tercer mile-nio, tristemente oscurecido por violencias y con-flictos». Con la exclamación «¡Paz en Iraq!», el Pa-pa pidió la ayuda internacional para que «los ira-quíes se conviertan en protagonistas de unareconstrucción solidaria de su país». Al tiempo pi-dió «paz en las otras regiones del mundo, dondeguerras olvidadas y conflictos solapados provocanmuertos y heridos entre el silencio y el olvido deno poca parte de la opinión pública. Con profundatristeza pienso en las huellas de violencia y de san-gre que no parecen tener fin en Tierra Santa. Pien-so en la trágica situación de no pocos países delcontinente africano, que no puede ser abandonadoa su suerte. Tengo bien presentes los focos de ten-sión y los atentados a la libertad del hombre en elCáucaso, en Asia y en América Latina, regionesdel mundo queridas igualmente por mí». Con fuer-za el Santo Padre pidió que «se trunque la cadena delodio que amenaza el desarrollo ordenado de la fa-milia humana».

Terminó su mensaje con palabras de esperanza:«Si un viento contrario obstaculiza el camino de lospueblos, si se hace borrascoso el mar de la Histo-ria, ¡que nadie ceda al desaliento y a la desconfian-za! Ha resucitado Cristo, nuestra paz y nuestra es-peranza».

Alfa y Omega

Celebración de la Semana Santa y de la Pascua en el Vaticano

El Papa pide la paz para las guerras olvidadas

Esta Semana Santa los oficios del Triduo pascual y las celebraciones de Resurrecciónen el Vaticano han destacado por la entereza física del Papa y por la contundencia de su mensaje, cargado de llamamientos a la paz en todo el mundo, recordando esas«otras regiones del mundo donde guerras olvidadas y conflictos solapados provocanmuertos y heridos entre el silencio y el olvido de no poca parte de la opinión pública»,así como el claro llamamiento a la esperanza para toda la Humanidad, fundamentada en la misma resurrección de Jesús

El Papa, durante la bendición Ubi et Orbi, del Domingo de Resurrección

La Iglesia vive de la Eucaristía.Esta verdad no expresa sola-mente una experiencia cotidia-

na de fe, sino que encierra en síntesisel núcleo del misterio de la Iglesia.Desde que, en Pentecostés, la Iglesia,Pueblo de la Nueva Alianza, ha em-pezado su peregrinación hacia la patriaceleste, este divino Sacramento hamarcado sus días, llenándolos de con-fiada esperanza. Con razón ha procla-mado el Concilio Vaticano II que elSacrificio eucarístico es «fuente y ci-ma de toda la vida cristiana».

Con la presente Carta encíclica, de-seo suscitar este asombro eucarístico,en continuidad con la herencia jubi-lar que he querido dejar a la Iglesiacon la Carta apostólica Novo millennioineunte, y con su coronamiento ma-riano Rosarium Virginis Mariae. Con-templar el rostro de Cristo, y contem-plarlo con María, es el programa quehe indicado a la Iglesia en el alba deltercer milenio, invitándola a remarmar adentro en las aguas de la Histo-ria con el entusiasmo de la nueva evan-gelización.

Desde que inicié mi ministerio deSucesor de Pedro, he reservado siem-pre para el Jueves Santo, día de la Eu-caristía y del Sacerdocio, un signo departicular atención, dirigiendo unaCarta a todos los sacerdotes del mun-do. Este año, para mí el vigésimo quin-to de pontificado, deseo involucrarmás plenamente a toda la Iglesia enesta reflexión eucarística. De ella vivela Iglesia. De este Pan vivo se ali-menta. He podido celebrar la SantaMisa en capillas situadas en senderosde montaña, a orillas de los lagos, enlas riberas del mar; la he celebrado so-bre altares construidos en estadios, enlas plazas de las ciudades... Estos es-cenarios tan variados de mis celebra-ciones eucarísticas me hacen experi-mentar intensamente su carácter uni-versal y, por así decir, cósmico. ¡Sí,cósmico! Porque también cuando secelebra sobre el pequeño altar de unaiglesia en el campo, la Eucaristía secelebra, en cierto sentido, sobre el al-tar del mundo.

No hay duda de que la reforma li-túrgica del Concilio ha tenido gran-des ventajas para una participaciónmás consciente, activa y fructuosa delos fieles en el Santo Sacrificio del al-tar. Desgraciadamente, junto a estasluces, no faltan sombras. En efecto,hay sitios donde se constata un aban-dono casi total del culto de adoracióneucarística. A esto se añaden, en di-versos contextos eclesiales, ciertosabusos que contribuyen a oscurecer larecta fe y la doctrina católica sobre es-te admirable Sacramento. Se nota a

veces una comprensión muy limitadadel Misterio eucarístico. Privado desu valor sacrificial, se vive como si notuviera otro significado y valor que elde un encuentro convival fraterno.Aquí y allá, surgen iniciativas ecumé-nicas que, aun siendo generosas en suintención, transigen con prácticas eu-carísticas contrarias a la disciplina conla cual la Iglesia expresa su fe. ¿Cómono manifestar profundo dolor por todoesto? La Eucaristía es un don dema-siado grande para admitir ambigüe-dades y reducciones.

Por su íntima relación con el sacri-ficio del Gólgota, la Eucaristía es sa-crificio en sentido propio y no sólo ensentido genérico.

Se comprende cómo, a lo largo delos siglos, esta verdad haya obligado ala teología a hacer arduos esfuerzospara entenderla. Son esfuerzos loa-bles, tanto más útiles y penetrantescuanto mejor consiguen conjugar elejercicio crítico del pensamiento con lafe vivida de la Iglesia, percibida espe-cialmente en el carisma de la verdaddel Magisterio y en la comprensióninterna de los misterios, a la que llegansobre todo los santos. Quien se ali-menta de Cristo en la Eucaristía notiene que esperar el más allá para re-cibir la vida eterna: la posee ya en latierra como primicia.

Muchos son los problemas que os-curecen el horizonte de nuestro tiem-po. Baste pensar en la urgencia de tra-bajar por la paz, de poner premisas só-lidas de justicia y solidaridad en las

relaciones entre los pueblos, de de-fender la vida humana desde su con-cepción hasta su término natural. Eneste mundo es donde tiene que brillarla esperanza cristiana. También poreso el Señor ha querido quedarse connosotros en la Eucaristía. La Eucaris-tía es la fuente y, al mismo tiempo, lacumbre de toda la evangelización. Conla comunión eucarística la Iglesia con-solida también su unidad como cuer-po de Cristo.

El culto que se da a la Eucaristíafuera de la Misa es de un valor inesti-mable. Si el cristianismo ha de distin-guirse en nuestro tiempo, sobre todo,por el arte de la oración, ¿cómo nosentir una renovada necesidad de estarlargos ratos en conversación espiri-tual, en adoración silenciosa, en acti-tud de amor, ante Cristo presente enel Santísimo Sacramento?

La asamblea que se reúne para ce-lebrar la Eucaristía necesita absoluta-mente, para que sea realmente asam-blea eucarística, un sacerdote ordena-do que la presida. Los fieles católicos,por tanto, aun respetando las convic-ciones religiosas de estos hermanosseparados, deben abstenerse de parti-cipar en la comunión distribuida ensus celebraciones, para no avalar unaambigüedad sobre la naturaleza de laEucaristía y, por consiguiente, faltaral deber de dar un testimonio claro dela verdad. Eso retardaría el camino ha-cia la plena unidad visible. De mane-ra parecida, no se puede pensar enreemplazar la Santa Misa dominical

con celebraciones ecuménicas de laPalabra, o con encuentros de oraciónen común con cristianos miembros dedichas Comunidades eclesiales, o biencon la participación en su servicio li-túrgico.

La parroquia es una comunidad debautizados que expresan y confirmansu identidad, principalmente, por lacelebración del Sacrificio eucarístico.No es casualidad que el término co-munión se haya convertido en uno delos nombres específicos de este subli-me Sacramento.

Reconciliación y Comunión

El Catecismo de la Iglesia católicaestablece: «Quien tiene conciencia deestar en pecado grave debe recibir elsacramento de la Reconciliación an-tes de acercarse a comulgar». Deseo,por tanto, reiterar que está vigente, y loestará siempre en la Iglesia, la normacon la cual el Concilio de Trento haconcretado la severa exhortación delapóstol Pablo, al afirmar que, para re-cibir dignamente la Eucaristía, «debepreceder la confesión de los pecados,cuando uno es consciente de pecadomortal».

La Eucaristía y la Penitencia sondos sacramentos estrechamente vin-culados entre sí. El juicio sobre el es-tado de gracia, obviamente, corres-ponde solamente al interesado, tra-tándose de una valoración de con-ciencia. No obstante, en los casos deun comportamiento externo grave,

MundoAlfa y Omega20 24-IV-2003

Celebración del Corpus Christi en San Juan de Letrán, Roma, el 14 de junio de 2001

Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, de Juan Pablo II

La Iglesia vive de la EucaristíaEl pasado Jueves Santo, el Papa hizo pública la encíclica Ecclesia de Eucaristía, cuando va a cumplir 25 años de su pontificado.

Alfa y Omega publicará más adelante el texto íntegro, del que ofrecemos ahora un extracto:

Mundo Alfa y Omega 24-IV-2003 21

abierta y establemente contrario a lanorma moral, la Iglesia, en su cuidadopastoral por el buen orden comunitarioy por respeto al Sacramento, no puedemostrarse indiferente.

La comunión eclesial de la asam-blea eucarística es comunión con elpropio obispo y con el Romano Pon-tífice. En efecto, el obispo es el prin-cipio visible y el fundamento de launidad en su Iglesia particular. Sería,por tanto, una gran incongruencia queel Sacramento por excelencia de launidad de la Iglesia fuera celebradosin una verdadera comunión con elobispo.

La aspiración a la meta de la unidadnos impulsa a dirigir la mirada a laEucaristía, que es el supremo Sacra-mento de la unidad del pueblo de Dios.Precisamente porque la unidad de laIglesia, que la Eucaristía realiza me-diante el sacrificio y la comunión en elcuerpo y la sangre del Señor. El ca-mino hacia la plena unidad no puedehacerse si no es en la verdad.

Los orientales, encontrándose debuena fe separados de la Iglesia cató-lica, están bien dispuestos y piden es-pontáneamente recibir la Eucaristíadel ministro católico. Este modo deactuar ha sido ratificado después porambos Códigos, en los que tambiénse contempla, con las oportunas adap-taciones, el caso de los otros cristia-nos no orientales que no están en ple-na comunión con la Iglesia católica.Recíprocamente –citando la encícli-ca Ut unum sint–, en determinados ca-sos y por circunstancias particulares,también los católicos pueden solici-tar los mismos sacramentos a los mi-nistros de aquellas Iglesias en que se-an válidos».

La liturgia cristiana ha nacido encontinuidad con las palabras y gestosde Jesús y desarrollando la herenciaritual del judaísmo. Y nada será bas-tante para expresar de modo adecuadola acogida del don de sí mismo que el

Esposo divino hace continuamente a laIglesia Esposa. Aunque la lógica delconvite inspire familiaridad, la Igle-sia no ha cedido nunca a la tentaciónde banalizar esta cordialidad con suEsposo. Es preciso prestar suma aten-ción a las normas que regulan la cons-trucción y decoración de los edificiossagrados. Ésta es una consideraciónque vale tanto para las artes figurativascomo para la música sacra. En mis nu-merosos viajes pastorales he tenidooportunidad de observar, en todas laspartes del mundo, cuánta vitalidadpuede despertar la celebración euca-rística. Es necesario que este impor-tante trabajo de adaptación se lleve acabo siendo conscientes siempre delinefable Misterio, con el cual cada ge-neración está llamada a confrontarse.

Es grande la responsabilidad queen la celebración eucarística tienenprincipalmente los sacerdotes, a quie-nes compete presidirla in persona Christi. Es de lamentar que, sobre to-do a partir de los años de la reforma li-

túrgica postconciliar, por un malen-tendido sentido de creatividad y deadaptación, no hayan faltado abusos,que para muchos han sido causa demalestar. Una cierta reacción al for-malismo ha llevado a algunos, espe-cialmente en ciertas regiones, a con-siderar como no obligatorias las for-mas adoptadas por la gran tradiciónlitúrgica de la Iglesia y su Magisterio,y a introducir innovaciones no auto-rizadas y, con frecuencia, del todo in-convenientes. Siento el deber de ha-cer una acuciante llamada de atenciónpara que se observen con gran fideli-dad las normas litúrgicas en la cele-bración eucarística. Son una expre-sión concreta de la auténtica eclesia-lidad de la Eucaristía.

Escuela de María

María está en la primera comuni-dad reunida después de la Ascensión

en espera de Pentecostés. Esta pre-sencia suya no pudo faltar, cierta-mente, en las celebraciones eucarísti-cas de los fieles de la primera genera-ción cristiana, asiduos en la fraccióndel pan. Nadie como María puede serapoyo y guía en una actitud como és-ta. Repetir el gesto de Cristo en la Últi-ma Cena, en cumplimiento de su man-dato: ¡Haced esto en conmemoraciónmía! «Haced lo que Él os diga». Encierto sentido, María ha practicado sufe eucarística antes incluso de que és-ta fuera instituida. María ha anticipa-do también en el misterio de la En-carnación la fe eucarística de la Iglesia.Cuando, en la Visitación, lleva en suseno el Verbo hecho carne, se con-vierte de algún modo en tabernáculo.Preparándose día a día para el Calva-rio, María vive una especie de Euca-ristía anticipada, se podría decir, unacomunión espiritual de deseo y ofre-cimiento. Así como Iglesia y Eucaris-tía son un binomio inseparable, lo mis-mo se puede decir del binomio María

y Eucaristía. Con íntima emoción, en vuestra

compañía y para confortar vuestra fe,os doy testimonio de fe en la santísimaEucaristía. Todo compromiso de san-tidad, toda acción orientada a realizarla misión de la Iglesia, toda puesta enpráctica de planes pastorales, ha desacar del Misterio eucarístico la fuer-za necesaria y se ha de ordenar a élcomo a su culmen. Si descuidáramosla Eucaristía, ¿cómo podríamos re-mediar nuestra indigencia?

Impulsada por el amor, la Iglesiase preocupa de transmitir a las si-guientes generaciones cristianas, sinperder ni un solo detalle, la fe y la doc-trina sobre el Misterio eucarístico. Nohay peligro de exagerar en la consi-deración de este Misterio, porque «eneste Sacramento se resume todo elmisterio de nuestra salvación». Pon-gámonos, sobre todo, a la escucha deMaría Santísima.

El Papa Juan Pablo II firma la nueva Carta encíclica Ecclesia de Eucharistia

La Encíclicaen 10 puntos

Verdaderamente la Eu-caristía es misterio que

supera nuestro pensamien-to y puede ser acogido sóloen la fe».

«Es verdadero ban-quete, en el cual Cristo seofrece como alimento».

«Es tensión hacia lameta, pregustar el gozo ple-no prometido por Cristo».

«Es anticipación delParaíso y prenda de la glo-ria futura».

«Es verdaderamenteun resquicio del cielo quese abre sobre la tierra».

«Es un rayo de gloriade la Jerusalén celestial,que penetra en las nubesde nuestra historia y pro-yecta luz sobre nuestro ca-mino».

«Es la fuente y la cum-bre de toda la evangeliza-ción, puesto que su objetivoes la comunión de los hom-bres con Cristo y, en Él, conel Padre y con el EspírituSanto».

«Es un tesoro inesti-mable; nos da la posibilidadde llegar al manantial mis-mo de la gracia».

«Si es centro y cum-bre de la vida de la Iglesia,también lo es del ministeriosacerdotal. Es la principal ycentral razón de ser del sa-cramento del sacerdocio».

«Es misterio de fe quesupera de tal manera nues-tro entendimiento, que nosobliga al más puro abando-no a la palabra de Dios, ynadie como María puedeser apoyo y guía en una ac-titud como ésta».

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La vidaAlfa y Omega22 24-IV-2003

La dirección de la semanaEl Movimiento de Santa María, con el estilo de vida que el Espíritu

Santo infundió a su fundador, el jesuita Tomás Morales, estrenasu nueva página web. Dedicada a la cultura y a la fe desde susdistintas secciones, esta página es, además, un ejemplo decomunicación. Cada uno de los distintos grupos que integran elMovimiento tienen a disposición su propio espacio, medianteestamentos restringidos para comunicarse y organizar susactividades, además de chats para todos los que quieran compartirinteresantes conversaciones en la Red. De diseño sencillo ypráctico, la web contiene enlaces a otras páginas de interés.

http://www.movimientosm.org

Internethttp://www.movimientosm.org

Nombres propios

Ante los rumores de una posible escala del Papa Juan Pablo IIen Rusia durante su anunciado próximo Viaje a Mongolia, el pró-

ximo mes de agosto, el director de la Sala de Prensa de la Santa Se-de, Joaquín Navarro-Valls, ha declarado: «Es sabido el deseodel Santo Padre de entregar al pueblo ruso y al Patriarcado ortodoxode Moscú, el sagrado icono de Nuestra Señora de Kazán, custo-diado desde hace años en el Vaticano. La ocasión apropiada y laforma de entrega se evaluarán en el momento más oportuno». Es-te icono se perdió en 1918,cuando los bolcheviques llegaron alpoder. Durante años pasó por manos privadas hasta que fue en-tregado al Papa en 1993. Desde entonces, lo custodia en su apar-tamento privado.

Dos catedráticos valencianos, don José Delfín Villalaín y doñaMargarita Ordeig Corsini, especialistas del Centro Español deSindonología, han detectado, por primera vez, en la Sábana San-ta que se venera en Turín, huellas de las vértebras del cuerpo queenvolvía y que quedó marcado en la tela. Han calificado el hallaz-go como muy sorprendente y esperanzador: la huella de las vér-tebras aparece en la parte superior de la tela que se encontraba so-bre el cuerpo, y no en la dorsal que estaba debajo. El hallazgoconfirmaría, por primera vez, con huellas óseas la teoría del físicode la NASA John Jackson, máximo experto mundial en la mate-ria, de que el cuerpo que aparece en la Sábana Santa pudo tras-pasar la tela en que quedó grabada la imagen.

2003 es el año de renovación del Museo de Arte Sacro, de ar-chidiócesis de Bilbao, cuyo director técnico es Juan Manuel Gon-zález Zembellín. Vizcaya atesora algunas obras religiosas con-temporáneas de verdadera calidad, y este Museo, en vísperas deSemana Santa, ha abierto una Sala de Arte religioso contemporá-neo, con visitas guiadas gratuitas; asimismo, se van a introducircambios en la exposición permanente: algunas piezas incorpora-das a los fondos del Museo después de su inauguración, en 1995,y guardadas a la espera de una adecuada restauración, pasaránpronto a las salas abiertas al público: en total 35 nuevas obras queabarcan desde el siglo XII hasta el XIX.

La plataforma Hay Alternativas ha presentado en el registrodel Congreso de los diputados, acogiéndose al derecho de petición,regulado por Ley Orgánica, 300.000 firmas contra la investigacióncon embriones. La plataforma agrupa a más de tres mil expertosinteresados en impulsar la investigación científica y desarrollar te-rapias y tratamientos médicos que no impliquen la destrucción deembriones humanos.

Monseñor Livio Melina, Vicepresidente del Instituto PontificioJuan Pablo II, ha pronunciado una conferencia, en la UniversidadSan Pablo-CEU, sobre el tema La cultura de la familia: profecía ysigno. «Vivimos –dijo– una situación dramática debido a la crisis defidelidad y de paternidad ocasionada por la falta de una cultura dela familia en la sociedad. Tenemos que considerar la fe como elprincipio de esperanza para construir, todos juntos, una cultura dela familia».

Los días 1, 2 y 3 de mayo próximo se celebrarán unas Jornadasde oración y Lectio divina, en el monasterio cisterciense de Ca-rrizo de la Rivera (León). Más información: Tel. 987 35 70 55.

Un médico, jefe del servicio de TAC y resonancia magnética delHospital General de Valencia, don Vicente Martínez de 46 años, se-rá ordenado próximamente sacerdote, así como el profesor deHistoria Medieval de la Universidad de Valencia don Vicente Pons,de 44 años, y el abogado, de 35 años, don José Miguel Peris.

Don Pascual Chávez, Rector Mayor de los salesianos, ha re-cibido, de manos del Alcalde de la ciudad, la Medalla de Oro de laciudad de Guadalajara «por la labor educativa realizada durante los50 años de presencia de los salesianos en la capital alcarreña».

El Colegio de consultores de la diócesis de Plasencia ha elegi-do al sacerdote don Juan Bautista Lobato Fernández Adminis-trador diocesano de Plasencia, tras la toma de posesión de mon-señor Carlos López Hernández, hasta hace poco obispo de Pla-sencia, como obispo de Salamanca.

María, signo de esperanza cierta para el pueblo de Dios en mar-cha es el título de la conferencia que pronunciará monseñor Mullër,obispo de Ratisbona, el próximo 7 de mayo, a las 12 horas, en el Se-minario Conciliar de Madrid (calle San Buenaventura, 9).

Los días 1, 2 y 3 de mayo próximo se celebrarán unas Jornadasde oración y Lectio divina en el monasterio cisterciense de Ca-rrizo de la Rivera (León). Más información: Tel. 987 35 70 55.

50 años de la Universidad de Navarra

La Universidadde Navarra

siempre se ha es-forzado en dar res-puesta positiva alos imperativos denuestro tiempo,porque la más al-ta misión de laUniversidad es elservicio a los hom-bres: estas pala-bras de san Jose-maría Escrivá, en-tresacadas de unode los discursos que pronunció durante los 23 años en que fue nuestroGran Canciller, dan la clave de la trayectoria de la Universidad de Nava-rra». Así escribe don José María Bastero, Rector de la Universidad de Na-varra, en el prólogo a este magnífico libro que, fundamentalmente a ba-se de fotografías, quiere ser una aproximación a esa trayectoria. Sonpáginas que contienen entrañables retazos de una historia en la que hanintervenido muchas personas. José Antonio Vidal Cuadras, coordinadorde la obra, reconoce que, para una Universidad, 50 años son muy pocos,pero que, al preparar este libro, a él le han parecido siglos; sobre todo ala hora de repasar las más de doscientas mil fotografías que se conser-van en el archivo de la Universidad. Una de ellas es la que aquí ofrecemos,en la que el entonces Gran Canciller, y hoy santo, saluda a la madre deuna alumna.

El Día del niño por nacer

Una Vida, una Esperanza es una entidad nacida el pasado diciem-bre y que estudia constituirse en asociación civil. De ella y de su co-

ordinador, don Fernando García Payán, ha surgido la iniciativa lideradapor un grupo de laicos, desde Barcelona, para pedir a los obispos es-pañoles que, en la próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia Epis-copal, instituyan el Día del niño por nacer, en coincidencia con la fiestaanual de la Anunciación del Señor, el 25 de marzo, como ya sucede enalgunos países hispanoamericanos.

Los cristianos en Iraq

Los responsables de las Iglesias cristianas, junto a nuestros hermanosmusulmanes de Iraq, donde vivimos juntos en amor y caridad frater-

na desde hace siglos, agradecemos a todos los que trabajan para que ter-minen las agresiones contra nosotros, y pedimos que sigan adelantecon la oración y la acción asiduas para influir en aquellos en cuyas ma-nos está decidir el cese de esta agresión injusta a nuestro martirizado pue-blo». Éste es uno de los párrafos del llamamiento que, ante la guerra, loslíderes de las Iglesias cristianas en Iraq han hecho conjuntamente.

La vida Alfa y Omega 24-IV-2003 23

El director de la BAC había prometido aJosé María Cabodevilla que éste su li-

bro –trístemente pós-tumo–, florecería tam-bién en primavera. Y loha cumplido. Nunca esmás adecuado el ver-bo florecer, porque sitodos los libros de Ca-bodevilla son una flora-ción espléndida, éste loes de manera especial.Escribe Joaquín LuisOrtega: «No me constaque el autor hubiera

concebido esta obra como su testamentoespiritual. Sí la tengo, en cambio, como lalección magistral que cierra su docencia dela sola y única asignatura que impartió a lolargo de toda su obra. Una asignatura quepodría titularse: Sobre Dios, el hombre, ylas cosas». Estas páginas espléndidas noson otra cosa que una larga, incansable ypreciosa oración, la de un cura escritor, que,evidentemente, rezaba mucho y bien. Nopensaría quizás Cabodevilla en un testa-mento, pero es el más precioso de los tes-tamentos que un sacerdote escritor puededejar a su parroquia de papel. Cualquierade sus páginas es una bocanada de oxíge-no espiritual, convencido como estaba elautor de que saber orar consiste principal-mente en saber escuchar, y de que Dios es-tá siempre allí donde hay una necesidadhumana. Renunciar a la oración no sería unpecado, sino un error; porque orar no es undeber, sino una necesidad; no es el proble-ma, sino la solución.

Hacía mucho tiempo que no leía un aná-lisis de los grandes de nuestra literatura

tan espléndido como el que María Zambra-no hace en estas pá-ginas sobre Unamu-no, con edición e in-troducción de Merce-des Gómez Blesa yeditado por Debate.En ellas está cierta-mente el gran don Mi-guel, pero tambiénestá Ortega, y Que-vedo y Cervantes, yGanivet. Como se leeen el espléndido pró-logo, «concitar en una misma obra dos gran-des nombres del pensamiento, como sonUnamuno y Zambrano, constituye, de porsí, un hecho tan importante para nuestracultura que obvia la necesidad de justificarla trascendencia del presente libro». Se tra-ta de un libro inédito sobre Unamuno, du-rante 62 años perdido entre las cientos decarpetas de escritos que configuran el le-gado zambraniano. Cabe situar la redac-ción del original en el bienio 1940-42. El fi-nísimo bisturí de María Zambrano entra conamor en la entraña de don Miguel. Dos in-quietos e inquietantes pensadores con nos-talgia de Dios quedan reflejados en estaspáginas que no se escriben desde la obje-tividad, sino desde la participación.

M.A.V.

El chiste de lasemana

Libros de interés

Idígoras y Pachi, en El Mundo

¿Estados Unidos del Sur?

El futuro de Iberoaméricadepende de su capaci-

dad para avanzar en el pro-ceso de integración, inclu-yendo la posibilidad de unaConfederación Sudameri-cana al modo de unos Es-tados Unidos del Sur». Loha afirmado don GuzmánCarriquiry, Subsecretario delConsejo Pontificio para losLaicos, al presentar su libroUna scommessa per l’Ame-rica Latina (Un desafío paraAmérica Latina). Editado porLe Lettere, el libro fue pre-sentado en el Senado de larepública italiana. Hasta ahora, en lengua castellana sólo ha sido editado en México con el tí-tulo Globalización e identidad católica de América Latina (Plaza y Janés). Este laico urugua-yo, que trabaja estrechamente con el Papa, está convencido de que la construcción de los Es-tados Unidos de Sudamérica se ha convertido en una exigencia primaria. Sería muy de de-sear que este libro se publicase cuanto antes también en España.

RTVE-Música

El sello RTVE-Música acaba de editar tres novedades de inte-rés: en colaboración con la orquesta sinfónica de RTVE, un ho-

menaje de admiración al gran Carmelo Bernaola, sin duda uno delos nombres que representan lo mejor que ha dado España enmateria de creación musical en la segunda mitad del siglo XX; encolaboración con el coro de RTVE, bajo la dirección de MarianoAlfonso, la obra coral de Antonio José (1902-1936): se trata de laobra coral A capella, de este compositor burgalés, del que se re-cogen 15 obras compuestas desde 1917 a 1935; y Desolación dela quimera, que es una selección de poemas flamencos para Luis Cernuda, adaptados por Anto-nio Parra, con Antonio Ayala como cantaor y con Rosendo Fernández a la guitarra.

Páginas de amistad

Páginas de amistad es el retrato de Encarnita Ortega (1920-1995),que fue una de las primeras mujeres del Opus Dei y que, durante

algunos años, colaboró con san Josemaría Escrivá en la dirección yexpansión de la Obra por todo el mundo. La galería de personajesentrevistados en este libro, que recoge testimonios de quienes la co-nocieron, es muy variada. Estas páginas, escritas por Mayte del Rie-go Ganuza y editadas por Rialp, dibujan la personalidad de una mu-jer que supo ser una cristiana excepcional. Lo sintetiza esta frase su-ya: «Al final de mi vida podré decir: viví en esta tierra y muy vivido loque viví».

Sin reducir el cristianismo a ética,no cabe duda de que, cultural-mente, uno de los elementos más

valiosos y duraderos de este mensajeuniversal de salvación lo constituye lanueva vida moral por él potenciada.Es posible hablar, sin entrar en con-tenidos específicamente religiosos, deuna cultura moral cristiana, que du-rante siglos impregnó el continenteeuropeo (viajando, por así decir, consan Pedro y san Pablo, desde Jerusalénhasta Roma, pasando por Atenas, lastres ciudades paradigmáticas de la cul-tura occidental). Y desde Roma se ex-tendió el Evangelio a otros continentesy zonas remotas del mundo.

El cristianismo constituye uno delos factores de identidad de Europa,no el único, aunque sí el más durade-ro y unificador de los restantes, por loque cabe, aún hoy –dada su vigenciasocial en numerosos países de nues-tro entorno–, tenerlo en cuenta a la ho-ra de señalar las raíces culturales dela Unión Europea; mas también conel fin de aunar esfuerzos morales entorno a lo que puede ser el porvenir dela Unión. El concepto de identidadabarca tres tiempos: pasado, presentey futuro. El cristianismo ha sido en elorigen histórico, es en el presente so-cial y seguirá siendo en el futuro in-mediato parte sustancial de Europa.¿Por qué? Porque los principios éti-cos y los valores morales por él origi-nados, o fecundados en su devenir his-tórico, pueden ofrecer un proyecto desentido unificador para Europa, en me-dio del fenómeno complejo del mul-ticulturalismo al que, ineludiblemen-te, se están dirigiendo no pocos paí-ses de nuestro entorno. Por ejemplo,los significados ético, jurídico y polí-tico de lo que implica ser persona, o laconciencia de la libertad, tanto Kantcomo Hegel, respectivamente, los con-sideraron aportaciones antropológi-cas y éticas del cristianismo. Y másrecientemente, J. Rawls recalcó en suTeoría de la justicia que el valor mo-ral y político de la fraternidad, pre-sente en las primeras declaraciones delos derechos del hombre que consti-tuyen el marco jurídico y ético de Eu-ropa (junto a los valores ilustrados delibertad e igualdad), supone una no-vedad ética introducida en la culturaoccidental por el cristianismo. Por ello,cabe afirmar que el principio ético dela dignidad de la persona, que subya-ce a la Declaración de los DerechosHumanos (1948) y que estructura elprimer capítulo de la Carta de los De-rechos Fundamentales de la Unión Eu-ropea (2000), siendo, además, reco-nocido por todas las Constitucionesdemocráticas, ha sido una aportaciónde primer orden de la cultura moralcristiana. Desde sus orígenes, el cris-tianismo subrayó el valor absoluto de

cada hombre ante Dios y, por ello mis-mo, la exigencia ética del amor al pró-jimo tanto como la búsqueda de la jus-ticia social.

Las raíces: logos, lex y ágape

Si penetramos en la raíces cultu-rales de Europa, sin miedo a equivo-carnos podemos afirmar que es el es-píritu griego, de Atenas, un elementoconstituyente de la cultura europea.Claro es que, tanto la filosofía (en elsentido amplio, es decir, búsqueda desaber racional) como la democracia(a pesar de la variación histórica delconcepto), perduran aún hoy comocreaciones originales de los griegos.Lo valioso de la filosofía griega paranuestra Europa es el poder de la ra-zón, e igualmente, a pesar de las in-justicias sobre las que se levantaba laorganización de la polis, nos resultaválido el afán griego por dejarse orien-tar en la vida política a través del lo-gos, de la palabra, del diá-logo en la

plaza pública, en el ámbito donde sehabla, se parlamenta. Tanto la razónlógica como la política dia-lógica nosorientan aún hoy en el modo de pensary en el modo de actuar en el ámbitopúblico europeo y occidental.

Por otra parte, de la cultura romanapodemos destacar el esmero por la ela-boración y aplicación de la lex, del de-recho, que ha de dirimir en los con-flictos entre los particulares y orien-tar el ejercicio del poder. El cuerpo ju-rídico occidental tiene su base en lacivilización que desplegó Roma.

Y si nos fijamos en la religión ju-deo-cristiana, cabe destacar la afir-mación del hombre en tanto que crea-do por Dios, y el supuesto de que lafelicidad y plenitud humanas depen-den de la relación de amor con el pró-jimo. La Torá, los profetas y Jesucris-to, en esencia, nos han transmitido quela dignificación del hombre se en-cuentra en el servicio, la solidaridady la fraternidad. Al ser el hombre fru-to de un acto creador de Dios, su dig-

nidad no está sometida a intereses eco-nómicos, políticos o condiciones dediversa índole: es un dato ontológico-antropológico que implica exigenciasmorales, según las cuales matar, en-gañar, robar, constituyen atentadoscontra el designio de Dios para la vidahumana y contra la libertad del hom-bre. Y de igual modo, el mandato deamar al prójimo, cuya objetivaciónmoral mínima se encuentra en el De-cálogo, vino a ser la fuente de toda re-lación fraternal, solidaria y justa que senos pide a todos los hombres, a fin dealcanzar la felicidad personal y la pazsocial. La moral cristiana impulsó du-rante siglos en Europa instituciones ycongregaciones caritativas (hospita-les, orfanatos, asilos, asistencia a viu-das y pobres, colegios para niños aban-donados, acogida a peregrinos, inmi-grantes, refugiados…), e institucio-nes y congregaciones evangelizadoras(conventos, escuelas catedralicias, co-legios, universidades…), que han sidoel germen de todo un sistema socialque Europa, al cabo de los siglos, haintegrado como tarea ética ineludibleque el Estado y las Administracionespúblicas han de promover y financiar.Sin olvidar que la cultura cristiana, através de los monasterios (que fueroncentros de oración, estudio y trabajomanual) y, posteriormente, de las cá-tedras en las que se transmitían losconocimientos humanísticos y teoló-gicos, recogió y fecundó lo más va-lioso de la cultura clásica (literatura,ciencia, filosofía, medicina, arte, de-recho…), construyendo así, de formasorprendente, una síntesis entre la sa-biduría greco-romana, ensalzadora dela humanitas, y la savia bíblica abier-ta a la trascendencia.

Modernidad y derechos de la persona

La cuarta dimensión de la heren-cia que Europa ha recibido de la his-toria de la cultura no es otra que lamodernidad. Sin embargo, qué es lamodernidad constituye en sí mismoun grave problema filosófico. Creoque se podrá estar fácilmente de acuer-do en que dos relevantes aportacionesde la Ilustración y el proyecto moder-no sobresalen y quedan asumidas en laUnión Europea: por un lado, la sepa-ración Iglesia-Estado, y, por otro, ladefensa de los derechos del hombrecomo instancia ético-jurídica que hade regir y regular los divisibles pode-res legítimos del sistema democráti-co (legislativo, ejecutivo y judicial).Es cierto que las raíces de estas apor-taciones de la modernidad se encuen-tran en el seno del cristianismo origi-nario, que acentuó la conveniencia deno mezclar lo que es del César y loque es de Dios, por un lado, y resaltó,

Desde la feAlfa y Omega24 24-IV-2003

Dignidad de la persona e identidad de Europa

El impacto ético del cristianismo

Un peregrino ante el Pórtico de la Gloria, en la catedral compostelana

Desde la fe Alfa y Omega 24-IV-2003 25

por otro, la igual dignidad de todo serhumano en cuanto creado a imagen ysemejanza de Dios. No obstante, fue elmovimiento social ilustrado y moder-no el que favoreció, de forma más efi-caz, que estos postulados cristianos(uno político: separación Iglesia-Es-tado; el otro antropológico: derechosde la persona) pudiesen ser llevadosrealmente a la vida social sirviéndo-se de estructurados mecanismos jurí-dicos e institucionales.

Según lo dicho, estas cuatro he-rencias (griega, romana, cristiana eilustrada) han de ser vinculantes, enel sentido de que, prescindir de ellashoy, significa despedirse de Europa,inventar un proyecto desde la nada,desde el vacío, o mejor dicho, desdemeros intereses económicos y comer-ciales. Marginar socialmente en laUnión de Europa la tradición religio-sa cristiana, gracias a la cual nos hallegado el saber clásico y se ha poten-ciado su originalidad, e, igualmente,arrinconar la cultura moral cristianaque está en la base de diversas di-mensiones éticas de la modernidad,constituye una miopía histórica queafectará posiblemente al porvenir cul-tural y moral de la Unión.

A pesar de la complejidad del de-venir histórico en el seno de Europa, sise tuviera que señalar un fundamen-to ético de nuestra civilización, creoque no sería erróneo afirmar que es ladefensa de la persona, de sus derechosy de su dignidad ante Dios y ante losdemás lo que ha caracterizado el nú-cleo de la cultura moral europea. Enotras culturas, el centro ha recaído enla totalidad cósmica, en la naturaleza,en la colectividad, mas no en la per-sona individual. Gracias a la moral yteología cristianas, la relevancia de lapersona y su superioridad sobre cual-quier otro factor económico o político,constituye una constante que llega in-cluso a los derechos naturales ilustra-dos, el liberalismo y el socialismo de-mocrático de los siglos XIX y XX,

hasta ser recogida tanto en el Preám-bulo de la Carta de los Derechos Fun-damentales como en el contenidoesencial del capítulo I de dicha Car-ta, que se articula en torno a la digni-dad de la persona. Esta dignidad y losderechos a ella vinculados, tal como haargumentado la tradición cristiana, noson invención o creación del legisla-dor, ni son concedidos graciosamentea los ciudadanos por un soberano ouna asamblea de parlamentarios, sinoque más bien la dignidad y los dere-chos corresponden a los hombres porel hecho de ser humanos; es decir, hande ser respetados por el propio legis-lador y por todo poder político esta-blecido democráticamente.

La raíz cristiana de la dignidad hu-mana y de los valores de libertad,igualdad y solidaridad, mencionadosen el Preámbulo de la Carta como fun-damento de la Unión Europea, puedeseguir siendo en la práctica uno de losimpulsos válidos y de mayor eficaciapara que se haga realidad el deseomarcado en el final de la segunda fra-se del Preámbulo: «La Unión sitúa a lapersona en el centro de su actuación».Lo cual justificaría que la futura Cons-titución europea, que se está elabo-rando en estos momentos, reconocie-se explícitamente la contribución delas diversas Iglesias cristianas a laidentidad moral y cultural de Europa.Si hoy nadie niega la preeminencia dela dignidad humana y de los derechosdel hombre sobre cualquier decisiónjurídica, económica o política, es, en-tre otras razones, por la influencia que,a pesar de las deficientes concrecio-nes institucionales de las Iglesias ycomunidades religiosas, la cultura mo-ral cristiana ha ejercido durante siglosen Europa y en gran parte de la Hu-manidad, y que, por supuesto, puedeseguir ejerciendo en millones de cre-yentes y no creyentes en el futuro.

Enrique Bonete Perales

Se celebra en Bruselas el Coloquio Dios y Europa

Cristianospor Europa

Hace aproximadamente un año, y como respuesta a la inquietud de ungrupo de personas vinculadas a movimientos y organizaciones laicas, na-

ció en Barcelona la Convención de Cristianos por Europa. Su objetivo era es-tudiar y seguir de cerca el tratamiento que las instituciones europeas, y en par-ticular la Convención europea, daba al hecho religioso y a las raíces cristia-nas de Europa.

Hoy la Convención de Cristianos por Europa se ha extendido a cristianosde distintos países de la Unión, y se ha configurado como un lugar de en-cuentro, de carácter permanente y de acción conjunta, para aportar un pun-to de vista cristiano a la construcción europea. El pasado día 3 de abril, celebróun coloquio que lle-vaba por título Diosy Europa, en la Saladel Parlamento euro-peo, en Bruselas. Es-te coloquio, que serealizó coincidiendocon la apertura de lanueva sesión de laConvención europea,contó con la colabo-ración de 11 eurodi-putados cristianos, yestuvo formado pormás de 180 asisten-tes. Al finalizar lajornada, se firmó elllamado Manifiestode Bruselas, elabora-do gracias a la con-tribución de políti-cos, académicos, his-toriadores y juristasde varios paísesmiembros. En estemanifiesto, se reco-gen las peticiones delos cristianos paraEuropa: por un lado,el reconocimientodel hecho religiosoen la futura Constitución europea, que incluye la libertad religiosa, no sólo in-dividual, sino también social; el diálogo entre las instituciones comunita-rias y las Iglesias; el respeto del estatuto jurídico de las Iglesias y de sus ins-tituciones religiosas.

El Papa Juan Pablo II apoyó explícitamente estas peticiones, a través de untelegrama que envió a los participantes en el Coloquio; en él expresaba su sa-tisfacción por la iniciativa que permitiría comprender el valor de la herenciareligiosa, y el patrimonio cristiano que impregna la cultura y las institucioneseuropeas.

Otra de las peticiones que recoge el Manifiesto de Bruselas es que la fu-tura Constitución europea asuma los valores de la herencia cristiana, puestoque constituyen elementos básicos de identidad europea, y que son: el respetoa la dignidad humana como derecho a la vida, desde la concepción hasta lamuerte; la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer, como cé-lula fundamental de la sociedad; el principio de subsidiariedad, que reconoceel papel de las organizaciones territoriales y sectoriales de la sociedad; elprincipio de solidaridad y la lucha contra la pobreza, como condición indis-pensable para garantizar la paz en Europa y el mundo; el progreso económicoy la justicia social.

Según algunos de los expertos y políticos reunidos, estas peticiones tienenpocas posibilidades de ser acogidas por la Convención europea. La preocu-pación por este posible hecho se manifestó durante el coloquio, pero quedó cla-ro que dependería en buena medida de la opinión pública de los europeos, yésta, de la movilización y el trabajo que los laicos realicen en la sociedad.

Mosaico del abside de la basílica de Santa Práxedes, Roma (siglo IX)

Monasterio de San Benito en Subiaco, Italia

cristianismo

La Vigilia del Papa con los jóvenes, en su yainmediata Visita a España, es una cita de-seada. ¿Cómo se está preparando?

Con mucha ilusión y esperanza, en un trabajo decolaboración entre el Departamento de Juventud dela Conferencia Episcopal Española y la Delegacióndiocesana de Pastoral de Juventud de la archidióce-sis de Madrid. Hemos intentado la máxima partici-pación de los jóvenes de todas las diócesis españo-las. No sólo en cuanto a la asistencia al encuentro ya la Vigilia de oración, sino también en la realizaciónde los distintos actos. Hay muchos jóvenes involu-crados en la preparación y en las intervenciones delos distintos momentos del encuentro.

¿En qué consistirá exactamente la Vigi-lia? Será una meditación sobre los misterios de lavida de Jesucristo, de la mano de María, Ma-dre y Maestra, según la distribución que nosofrece la plegaria del Rosario: gozo, luz, do-lor y gloria. Después vendrá la entrega de ro-sarios a los jóvenes y el envío para que seantestigos de Cristo resucitado. Pero los actosdel encuentro comenzarán a las doce del me-diodía, con el rezo del Angelus. De doce delmediodía a seis de la tarde, tendrá lugar lapreparación próxima (seis horas de música,reportajes visuales, dinámicas varias, repre-sentaciones, testimonios...) También se ofre-cerán puntos de reflexión y contenidos sobrela vida de los cinco Beatos. En esta prepara-ción participan las distintas diócesis y movi-mientos, y se convertirá en un gran acto deacogida de los jóvenes que van llegando y sevan integrando en el clima adecuado. Desdelas 6 de la tarde hasta las 6:45 se produce uncambio de ritmo y de intensidad espiritual yapostólica. La cruz que el Santo Padre regalóa los jóvenes el año 1984, y que preside lasJornadas Mundiales de Juventud, hará una en-trada solemne portada por jóvenes. De 6:45a 8:15 la Vigilia de oración con el Santo Padre,y de las 8:15 hasta las 10 de la noche, un finalfestivo que también tendrá elementos de con-tenido, y que culminará con un castillo de fue-gos artificiales.

¿En qué se diferencian los jóvenes españoles delos del resto de Europa?

Cada vez hay menos diferencias entre los jóvenesde los distintos países de Europa, porque vivimosen la era de la globalización y, con tantas posibili-dades de comunicación y de desplazamientos, todoes accesible con suma facilidad. Quizá podríamosencontrar algunos matices de diferencia con los jó-venes de los países del Este. Deberíamos pregun-tarnos qué es lo que estos jóvenes piden a la Iglesiay a la sociedad europea. Y la respuesta que he en-contrado, en la relación personal con muchos deellos, es mucho más profunda de lo que puede pa-recer a primera vista. Los jóvenes piden cada vezmás referentes para su vida y para la vivencia desu fe. Y, sobre todo, últimamente lo piden sin com-plejos: a la Iglesia, a los pastores, a los cristianosadultos. Quieren hacer camino juntos, poder com-

partir en el interior de la Iglesia sus alegrías, dolores,dificultades y éxitos. Hoy piden más que nunca unaformación profunda y consistente. Y, a la vez, quie-ren asumir responsabilidades en la Iglesia y en la so-ciedad.

Las encuestas dicen que la familia es la insti-tución más valorada por los jóvenes. ¿Entonces,por qué se encuentra hoy en crisis?

La familia es la célula primera y vital de la so-ciedad. En la familia el ser humano puede encon-trar su realización integral. A través de la familiasomos engendrados e introducidos en la sociedad

humana, y en la Iglesia por el bautismo y la educa-ción en la fe. La familia es una comunidad de amor,donde se vive una experiencia de comunión y departicipación, de diálogo. Pero la familia, entendidahumana y cristianamente en su sentido profundo,no lo tiene fácil en el momento actual. Se han perdidoo minusvalorado las virtudes domésticas. El secu-larismo y la sociedad de consumo dificultan la prác-tica y transmisión de esas virtudes. Hasta las vi-viendas actuales dificultan el desarrollo integral dela familia. Responsabilidad de los poderes públicossería facilitar los medios que fortalezcan esta es-tructura básica de la sociedad y de la Iglesia. Se es-tán dando pasos positivos, pero convendría incre-mentar el número de ayudas y facilitarlas con mayorrapidez. Es importante que los jóvenes lo valoren,porque el bien de la sociedad y de la Iglesia estánmuy vinculados al bien de la familia. Los jóvenes se

dan cuenta de que en la familia están las raíces, losfundamentos de su futuro, de su crecimiento perso-nal.... En cuanto a la Iglesia, siempre será un signode contradiccion, como Cristo. Siempre será incó-moda para los poderes de este mundo. Pero siem-pre será luz de las gentes, sacramento de salvación.La presencia de Cristo resucitado hasta el final de lostiempos, la presencia del Espíritu que le da la fuer-za, la luz, son la garantía más allá de las limitacionesde las personas que la formamos.

¿Podría hacer una gradación de los proble-mas y de las virtudes que tienen los jóvenes hoy?

Podríamos destacar entre los problemas:la precariedad laboral, las dificultades paraformar una familia y la superficialidad a la quenos invita muchas veces el ambiente actual.Parece que la sociedad de consumo nos lleva alhombre light, sin sustancia, sin firmeza, ca-rente de sentido de la vida y de referencias.En cuanto a las virtudes de un sector amplísi-mo de los jóvenes de hoy, destacaría su in-quietud y su lucha por la paz, la solidaridad, laecología..., también su vivencia y valoración dela amistad. Por otra parte, se despierta su pre-ocupación por la justicia y por los problemasconcretos. Los jóvenes mantienen las carac-terísticas propias del espíritu joven, que com-porta ser idealista, utópico, profético, incon-formista e insatisfecho.

¿Cuál es la situación actual de las vocacio-nes religiosas de los jóvenes?En la Iglesia universal, mejor que nunca. En laIglesia en España, se va rehaciendo poco a po-co. Aunque en cada diócesis tiene sus carac-terísticas y pasa por momentos concretos y di-ferenciados. De todas formas, no se trata dellenar los seminarios y noviciados a base deunas campañas vocacionales caracterizadaspor un proselitismo agresivo y sin discerni-miento, como tampoco hay que caer en un ex-ceso de respeto mal entendido que lleva a unabandono y a una especie de dejación en laresponsabilidad de presentar a los jóvenes elcamino de una vida consagrada. Se trata depropiciar en el joven una maduración en su vi-da cristiana, en su fe, esperanza y amor, y que

en esa trayectoria esté siempre abierto a la llamadade Dios.

El Santo Padre le dijo a monseñor Cañizaresque «tenía mucha ilusión por este viaje». ¿Porqué cree usted que es así?

Porque el Santo Padre pone una gran ilusión entodos sus viajes. Es el quinto de sus viajes a Espa-ña. Él viene siempre con gran ilusión a este paísnuestro, al que admira por su obra evangelizadora,por su gran devoción mariana y por ser la patria dedos grandes figuras que han influido en su espiri-tualidad: santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.Es conocido de todos que el Santo Padre valora mu-cho el mensaje de los santos y santas a todo el pue-blo de Dios. Por eso creo que un motivo no peque-ño de gozo para el Papa será canonizar a cinco gran-des figuras de nuestra historia religiosa.

Desde la feAlfa y Omega26 24-IV-2003

Habla monseñor José Ángel Sáiz, responsable del Departamento de Juventud, de la CEE

«Los jóvenes pidenreferentes para su vida»

Desde la fe Alfa y Omega 24-IV-2003 27

Internet, es, ante todo, un reflejo de la sociedad yla cultura actual, una especie de radiografía quenos muestra lo más profundo de nuestro entorno,

de nuestros pensamientos, de nuestra vida. Si la Iglesia quiere evangelizar esta nueva civili-

zación con la que se encuentra, debe presentarse sincomplejos en los ámbitos donde se forma e infor-ma, y un medio privilegiado es Internet. Es más queevidente que Dios y Jesucristo no están ausentes deInternet.

En la Revelación divina hay una continua refe-rencia al valor de la persona humana. Y ésta es laconvicción que hace del cristiano el más tolerante,porque el cristiano no sólo tolera al prójimo, sinoque lo ama tal y como es, aunque luego pueda dia-logar sobre la verdad o falsedad de sus ideas. Sinembargo, la tolerancia relativista hace al ser huma-no indiferente hacia los demás, y eso, en el mundo deInternet, es muy fácil, porque el prójimo es el que es-tá al otro lado del monitor.

Las páginas de meditación trascendental cuen-tan sus entradas por millones, mientras que las deoración cristiana, en las que se busca el diálogo conDios para encontrar Su Voluntad y no el simple re-lax interior, no pasan de decenas de miles. Se apre-cia un cambio en la búsqueda espiritual de y para elego. Son innumerables los sitios de Internet que pro-meten alcanzar abisales estados de quietud del es-píritu y de autocontrol.

La web se convierte en una cómoda autopista ha-cia el absoluto, con el que se logra fácilmente uncontacto rápido y directo, sin molestas normas mo-rales ni aburridos ejercicios de piedad. En el mer-cado de las religiones on line no importan tanto la in-cómoda verdad, sino la apariencia agradable y lasatisfacción del cliente. Poco a poco se llega a una di-vinización del individuo, que acaba prescindiendo deDios.

Internet es como el altar en el que se rinde cultoal concepto de libertad nacido en los albores de la úl-tima modernidad. En nuestras sociedades, la libertades concebida frecuentemente de manera anárquica,convirtiéndose en un ídolo. Pero la libertad humanasólo puede ser la libertad de la justa relación recí-proca, la libertad en la justicia; de lo contrario, seconvierte en mentira y lleva a la esclavitud.

La libertad humana es mucho más que una sim-ple ausencia de trabas que degenera en rebeldía ydesacato a toda autoridad. Es un compromiso porconstruir y construirse, una capacidad de decisión pa-ra determinar el propio comportamiento y tendersiempre a lo mejor.

La fe, más que una cultura

La evangelización de la era digital debe ir dirigi-da a todo hombre. Hay que llegar al hombre y a lamujer que viven en y de Internet.

La Iglesia, sin miedo ni falsas humildades, tam-bién a través de Internet, debe presentarse ante losnuevos modelos culturales como la gran alternati-va para el futuro del hombre, y el punto de referen-cia para una renovación fundamental de la socie-dad. Sólo ella está en condiciones de resolver losenigmas recónditos de la condición humana que,ayer como hoy, conmueven íntimamente su cora-zón: ¿qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido y el fin

de nuestra vida? ¿Qué es el bien y qué es el pecado?¿Cuál es el origen y el fin del dolor?

A la hora de plantear la evangelización en Inter-net, no hay que perder de vista que la fe católica y lapertenencia a la Iglesia es algo más que una culturao que una historia; es una relación con el Salvador,el único Salvador del hombre. Ésta es la clave: elcristianismo no es sólo una tradición cultural, ni só-lo una doctrina, ni siquiera se reduce a una filosofíade vida. El cristianismo es un encuentro vital y per-sonal con Cristo, en la Iglesia y a través de la Iglesia.

Abrir la puerta de la fe para que Cristo, el Re-dentor, entre en nuestras vidas: nuestra puerta es la fe.Por esta puerta entra Cristo. Internet es un medio enel que, con un número indefinido de personas, sepueden dar los primeros pasos de una evangeliza-ción presentando a Cristo para abrir la puerta de la fe.

Hay una verdad indiscutible: la Iglesia está pre-sente en Internet. El aspecto sacramental de la Igle-sia está fuera de Internet, y es muy difícil llevar ala Red algunos aspectos de la vida de la Iglesia. Pe-ro, «aunque la realiad virtual del ciberespacio nopuede sustituir a la comunidad real e interpersonal,o a la realidad encarnada de los sacramentos y la li-turgia, o la proclamación inmediata y directa delEvangelio, puede complementarlas, atraer a la gen-te hacia una experiencia más plena de la vida de fey enriquecer la vida religiosa de los usuarios, a lavez que les brinda sus experiencias religiosas», tal ycomo señala el Consejo Pontificio para las Comu-nicaciones Sociales.

La realidad virtual no sustituye la presencia realde Cristo en la Eucaristía, ni la realidad sacramentalde los otros sacramentos. No existen los sacramen-tos en Internet. E incluso las experiencias religio-sas posibles ahí por la gracia de Dios son insufi-cientes, si están separadas de la interacción del mun-

do real con otras personas de fe. Al mismo tiempo,la programación pastoral debería considerar cómollevar a las personas desde el ciberespacio hasta unaauténtica comunidad, y cómo podría luego usarseInternet, mediante la enseñanza y la catequesis, pa-ra apoyarlas y enriquecerlas en su compromiso cris-tiano. Un don que posee una estructura.

Evangelizar al hombre implica también evange-lizar su cultura. Evangelizar las culturas es proponermodelos de sociedad inspirados en la Revelación,transformar desde dentro la sociedad, los criterios dejuicio y los valores determinantes, hasta elevarlos aun nivel más acorde con la dignidad del ser humano.Pero el Evangelio no es una cultura más. Anunciar elEvangelio en su integridad es para la Iglesia unacuestión de fidelidad a Dios y un servicio al hombre.Lo propio del progreso es el crecimiento de una mis-ma realidad en su identidad propia, y no el cambio deesta realidad en otra diferente. En el centro de estaidentidad está la fe en Cristo vivo, recogida por la tra-dición de la Iglesia.

En la Red desemboca una infinidad de culturas.Es más, Internet se convierte en un escaparate deculturas, o en una especie de meta-cultura univer-sal en la que todas las culturas pueden expresarse.

Se trata de emplear los hallazgos de las diversasculturas para difundir y explicar el mensaje de Cris-to.Una verdadera inculturación de la Buena Nuevadebe superar la tentación de adaptar el Evangelio ala cultura actual, destilando la religión católica através de un alambique que elimine los elementosdogmáticos para dejar pasar únicamente unos va-gos valores que puedan ser compartidos por todos.

La Iglesia tiene el deber de aprender los nuevosprotocolos comunicativos y los nuevos lenguajes te-lemáticos para poder continuar su diálogo con laHumanidad.

La fe en la sociedad de las nuevas tecnologías: conferencia del cardenal Castrillón

Internet y Evangelio El reto de la evangelización en la sociedad de las nuevas tecnologías fue el tema central abordado en el Congreso continental

sobre Iglesia e Informática, que acaba de celebrarse en la ciudad mexicana de Monterrey. Extraemos los aspectos más destacados de la intervención del cardenal Darío Castrillón Hoyos, bajo el título El fenómeno religioso: La evangelización en la era digital

Desde la feAlfa y Omega28 24-IV-2003

De la prueba por eldeseo a la prueba

por el amor. Tal es el iti-nerario del pensamien-to de Alfonso Pérez deLaborda, que, en Tiem-po e Historia: una filo-sofía del cuerpo (Edi-ciones Encuentro), mi-ra más allá del ser, pa-ra recalar en la belleza,identificada como Per-sona que nos seduce.

Filosofía del cuerpo

José Antonio Galerapresenta, en Since-

ridad y fortaleza (ed.Patmos), el ejercicio delas virtudes como el ca-mino más seguro paraalcanzar la santidad.Con un marcado tonoascético, ofrece al lec-tor una vida identifica-da con Cristo en la ver-dad, la humildad, la for-taleza y la alegría.

Virtudes y santidad

La calidad en el siste-ma educativo y su

relación con la promo-ción de los valores hu-manos es el tema cen-tral del libro Calidadeducativa y justicia so-cial (ed. PPC), escritopor Agustín DomingoMoratalla, que defien-de la calidad educativafrente a la simplificaciónburocrática.

Enseñanza y valores

Anselm Grün es bienconocido por sus li-

bros acerca de psico-logía y espiritualidad.En Benito de Nursia(ed. Herder) ofrece unacompleta semblanzasobre el fundador delos benedictinos y so-bre el estilo de vida delos monjes, junto conalgunos fragmentos desu Regla.

San Benito

El padre CeferinoSantos, jesuita,

contribuye, con Plega-rias de mar adentro(ed. Desclée De Bro-wer), que es una intro-ducción a diferentesformas de orar en latradición cristiana, aldeseo del Papa de «uncristianismo que se dis-tinga, ante todo, en elarte de la oración».

El camino de la oración

La paz: actitudes ycreencias (ed. Espi-

gas) es el nuevo librode Francisco MartínezFresneda, en el que de-fiende la paz como undon divino, que ofreceal hombre la posibilidadde recuperar su digni-dad. Al final de cada ca-pítulo, Juan Carlos Gar-cía Domene ofrece undesarrollo práctico.

El camino de la paz

La Universidad Pon-tificia de Salamanca

ha editado las confe-rencias de las XXI Jor-nadas de la AsociaciónEspañola de Canonis-tas, en las que se tra-tan temas como la re-producción asistida, losderechos humanos, lasfamilias monoparenta-les o los bienes tempo-rales de la Iglesia.

Derecho Canónico

Nadie es más impor-tante que el educa-

dor, porque tiene la po-sibilidad de despertarlo mejor del educando,así como depositar ensu corazón la semillade la bondad y elbien». Así introduceBernabé Tierno su últi-mo libro La educacióninteligente (ed. Temasde hoy).

Educación inteligente

Unión Editorial ofre-ce, en Globaliza-

ción y persona, las po-nencias del IX Cursosobre Valores huma-nos, organizado enabril de 2002 por laAsociación de Estudiosde Axiología, y que tra-tó temas como la glo-balización, la promo-ción de la persona, lafamilia y la educación.

Valores humanos

El sida y los cristia-nos (ed. Grafite) es

una colección de textosy testimonios persona-les, recogidos por laasociación Médicoscristianos de Cataluña,que abordan la activi-dad de la Iglesia contrael sida, desde el puntode vista de aquellosque han hecho de estalucha un apostolado.

Sobre el sida

Dos nuevos librossobre la Madre Te-

resa: Orar con Teresade Calcuta (ed. DecléeDe Brower), de JoséPedro Manglano y Pa-tricia de Castro; y Loscinco minutos de la Ma-dre Teresa (ed. Clare-tiana), de Angelo Sco-lozzi, nos acercan a lafigura de esta mujer,mística en la acción.

Teresa de Calcuta

La editorial San Pa-blo ha publicado Un

mes con María, de Jo-sé Fernández del Ca-cho, que hace una re-copilación de poemasy pensamientos de au-tores consagrados yanónimos sobre la Vir-gen María, muy indica-dos para el mes de ma-yo, dedicado a la Ma-dre de Dios.

Un mes con María

P A R A L E E R

Desde la fe Alfa y Omega 24-IV-2002 29

Esperanza pascual

Escribo cuando los cristianos nos preparamos, lo mejor que sabe-mos, a participar en la muerte y resurrección de Quien creó el

mundo, que son la mayor cosa ocurrida sobre la faz de la tierra, se-gún la palabra de López de Gómara, gran cronista de Indias. Lo ha-cemos, muchos españoles, con una preocupación que seguramenteno nos asaltaba uno o dos años atrás. La reflejan muchos testimonios.Para muestra bastan tres botones: en un solo número del diario ABCse pueden leer estas frases de distinguidos periodistas, buenos ob-servadores del entorno: «Hemos vuelto a las dos Españas y al ga-rrotazo y tente tieso» (M. Martín Ferrand); o se ha producido «la quie-bra, confiemos en que efímera, de la convivencia democrática espa-ñola» (Ignacio Sánchez Cámara); y «debería preocuparnos muy se-riamente que la política española haya descendido a tales niveles debajeza» (Miguel Ángel Gozalo). Deliberadamente, no queremos iden-tificar a los responsables que mencionan o sugieren algunos de estosautores u otros muchos que podrían ser citados. Incluso, la muy pru-dente CEOE que reúne a los empresarios españoles ha condenadoeste deterioro de la convivencia, que no se queda en palabras pues-to que produce «agresiones, insultos y ataques al Gobierno y al PP».No es el único lugar, pero es simbólico: en la hermosa tierra asturia-na, cabeza histórica de la Patria, la nueva barbarie irrumpió primeroen la catedral y destruyó luego, con llamas y explosivos, una sededel partido político al que los españoles dimos la mayoría absoluta pa-ra gobernarnos durante cuatro años.

Los ancianos de la tribu tenemos un privilegio, a menudo doloroso:podemos olvidarnos de lo que sucedió ayer, pero recordamos, quizádemasiado bien, lo que vivimos en nuestra infancia, aquella que nues-tros mayores nos robaron con su guerra. Por eso, nos preocupanmucho algunos síntomas que otra vez vemos a nuestro alrededor y delos que dan testimonio las palabras y los hechos antes citados. Unode nosotros, hombre de paz, participó de buena fe en la última mani-festación contra la guerra, en el corazón de Madrid. Se retiró prontoporque lo que vio y oyó a su alrededor –ciertas banderas, las pan-cartas, los alaridos, los insultos, los rostros del odio incluso en ni-ños– era todo menos pacífico. No es un buen camino.

Un hispanista norteamericano, Stanley G. Payne, ha prologadoun excelente libro con el que la Agencia EFE da a conocer su ex-cepcional archivo fotográfico de nuestra guerra civil (o incivil). Muchosejemplares se han vendido, lo que prueba que el problema nos pre-ocupa. El título de su introducción no puede ser más claro: Una Españafratricida y heroica. Y su última frase lo es, más todavía: «Cuando fi-nalmente los españoles obtuvieron una segunda oportunidad para lademocracia, casi todo el mundo estaba de acuerdo en que no sequería para nada repetir los errores que tuvieron lugar entre 1933 y1936». Es una expresiva elección de fechas, porque Payne no hablade los años 36/39, los de la sangrienta lucha, sino de los anteriores,los 33/36, que contemplaron la victoria en las urnas de la CEDA y lapetición por sus adversarios derrotados de «la anulación de los re-sultados…, porque la oposición había ganado». Vinieron, antes oluego, la quema de conventos en Madrid, las «tres insurrecciones re-volucionarias» de la CNT contra la República, la revolución de Astu-rias, la intentona separatista de Barcelona y otras lindezas, como és-ta que citamos en las palabras de Payne: «Expropiación ilegal de es-cuelas y otros edificios católicos». Menos de tres años antes, un co-mentarista poco republicano, José Antonio Primo de Rivera, habíaalabado la alegría del Catorce de abril.

De aquella efímera alegría han pasado 72 años y algunos días. Y,con ellos, mucha agua y no poca sangre bajo los puentes. Muchos de-seamos una democracia sin ira en la que la alegría, más serena y mássólida, de la Constitución de 1978 nacida del consenso no entre enuna triste bancarrota; pero algunos la fomentan con ardor digno de másnoble causa.

Volvamos, por ello, a nuestro tiempo litúrgico. Cerramos la Cua-resma con la alegría de la Resurrección. Cristo hizo suyos los pro-blemas de los hombres, hasta pedir que, si fuera posible, apartaran deSus labios el Cáliz. Pidámosle hoy que nos permita evitar los erroresdel pasado y vuelva una concordia que nos ha dado, no sin sufri-mientos, más paz, mayor bienestar y nueva libertad desde un acuer-do difícil e imperfecto, logrado hace un cuarto de siglo. Es tambiénnuestra esperanza pascual.

Carlos Robles Piquer

Punto de vistaL I B R O SAhora que estamos empeñados en la reconstrucción de Europa, y que al-

gunos legitimistas del nuevo orden –no sólo de las incorporaciones sinode los fundamentos– no hacen más que cacarear las raíces ilustradas y de

modernidad, como fuente de sen-tido para eso y esto que llamamosEuropa, no está de más acercarnosa la historiografía más novedosa, ypor ende polémica, sobre la Revo-lución Francesa; es decir, sobre lasideas ilustradas, modernas a la par,que cristalizaron en un amplio y de-sigual proceso histórico que, paramuchos, sigue siendo, aun hoy, elantecedente inmediato de nuestrosregímenes, sistemas de vivencia yconvivencia, y de los fundamentosde este orden prescrito y, probable-mente, proscrito, nacional y supra-nacional.

¿Sobre qué principios se cons-truyó la Revolución Francesa?¿Cuáles fueron los motores de esecambio político y social? ¿Cuálessus corrientes internas y externas?La caída del muro de Berlín delpredominio marxista en la inter-pretación de los orígenes de la Re-volución Francesa –la de los prin-cipos universales de igualdad, li-bertad y fraternidad– nos ha per-mitido en los últimos años, tambiénen la historiografía en lengua es-pañola, un nuevo horizonte decomprensión a partir de los estu-dios de varios historiadores, entrelos que obligatoriamente hay quecitar a Francois Furet. Muchos deellos, superada la etapa en la que

se pensaba que todo lo que pasó se había interpretado como una victoria de laburguesía capitalista en ciernes sobre la nobleza neofeudal que presentaba yrepresentaba al Antiguo Régimen, no tuvieron otro remedio que recordar loque Alexis de Tocqueville escribió en El Antiguo Régimen y la RevoluciónFrancesa sobre los antecedentes y efectos de la citada revolución. Rota la mio-pía economicista, pasaron a primer plano la lupa religiosa, social y cultural.

El análisis de los motores del cambio histórico, que hizo posible el cambiopolítico y social francés, se amplió, por tanto, con la paleta de lo religioso y losocial. Es en este contexto en el que hay que dar el valor que tiene a la discu-tible y apasionante a aportación de Dale K. Van Kley, en la que nos explica cuá-les fueron los actores religiosos y los caldos de cultivo más adecuados para lasideas ilustradas, y los procesos políticos que desarrollaron esas ideas. Si bienes cierto que el problema con el que nos encontramos, después de aceptar la te-sis de que en la génesis de la Revolución Francesa existe un origen religioso,incluso cristiano, es definir de qué religión estamos hablando y de qué cris-tianismo. El autor, de formación y confesión calvinista, no obvia este hecho,a la hora de interpretar el rol que habían jugado, en los períodos previos al es-tallido revolucionario, tanto la monarquía católica francesa –con sus peculia-ridades–, como el episcopado, los jesuitas, los jansenistas, los protestantescalvinistas, y un sinfín de partidos, denominaciones y agrupaciones que com-plicaban los movimientos en el tablero pre y post revolcuionario. Si bien es cier-to que hay que destacar el análisis que hace de la influencia de la fe cristianaen la conformación de las facciones y los partidos revolucionarios, incluso enla influencia positiva y negativa en el pensamiento de los nuevos filósofos.

Hay que agradecer a Ediciones Encuentro esta contribución a la clarificaciónde este período, así como la presentación, que firma el profesor Gallego, en laque aclara no sólo el sentido y valor de este libro, además de interpretar, orien-tar y proyectar algunas ideas que facilitan una lectura crítica del texto: como re-cuerda el profesor Gallego, en el contexto de las relaciones entre el cristianis-mo y la democracia moderna, fueron «los teólogos católicos del siglo XVI losque se habían adelantado a definir la naturaleza pactista de la sociedad política».Hecho que olvidamos con demasiada frecuencia...

José Francisco Serrano

Religión y Revolución

Título: Los orígenes religiosos de la Revolución Francesa

Autor: Dale K. Van KleyEditorial: Ediciones Encuentro

Desde la feAlfa y Omega30 24-IV-2003

Gentes

Mercedes Salisachs, escritora

«Hago examen de conciencia todos los días. Me autocritico. La verdadduele, pero conforta. Así tengo más noción de mí misma. Sé que no es-toy en posesión de la verdad, que no odio a nada ni a nadie, que sientoque los demás odien... Algunos gritan contra la guerra con odio. Es terrible.Hay quien busca otra guerra en nombre de la paz. Hay que hablar con-tra la guerra con cara de paz, no con cara de odio».

César Franco, obispo auxiliar de Madrid

«A mí me parece que este Papa es un don muy grande de Dios. Es un gi-gante de lo humano y un testigo muy cualificado de Cristo. Yo creo que haaportado una gran dosis de humanidad para toda la Iglesia con el testi-monio de su vida, su talante misionero, su capacidad de magisterio y laforma en que ha asumido su ministerio. A mí me da la impresión de quetanto creyentes como no creyentes, y al margen de las diferencias decredo, de religión y de ideología, reconocen en él a un verdadero maes-tro con autoridad moral, capaz de impulsar a la Humanidad por unos ca-minos nuevos de fe en el hombre».

Emilio Aragón, actor y empresario

«Tengo una tendencia natural a hacer programas para toda la familia,aunque eso no significa que no esté abierto a otro tipo de cosas. Como pa-dre y como educador me preocupa la televisión que se hace. Creo que losdirectores de programación deberían intentar recuperar la franja familiaren la televisión... Soy un idealista, pero habría que intentarlo.

Reivindico un esfuerzo de las cadenas para evitar la contraprogra-mación que busca sólo la audiencia. Bastaría con que dos o tres perso-nas se sentaran a hablar del tema. Lo educativo vende, ¿por qué no?,siempre que se haga con inteligencia y profesionalidad. Jamás haría un

Mamá, ¿cuándo le desclavan?

Incógnitas de la paz

De las mil y una preguntas que se plan-tean después de la guerra de Iraq, so-

bresale una: ¿se podrá construir la paz so-bre los escombros físicos y morales de unpueblo que ha desconocido la libertad du-rante décadas, si no siglos? De esta pre-gunta derivan otras muchas por la novedadde una aparente guerra de liberación de unpueblo islámico por parte de una fuerza cris-tiana que no tiene vocación (no puede te-nerla, pues de lo contrario, esta guerra ade-más de insensata, sería una afrenta a la Hu-manidad) de quedarse allí, como ocurría enlas guerras coloniales. Tocamos aquí la mé-dula de una cultura secular, la islámica, quesólo admite a Dios como fuente de autoridady, por lo tanto, ha rechazado, por corrupto, elesquema democrático occidental basadoen las urnas como única fuente de sobera-nía. Esto nos lleva a preguntarnos hastaqué punto los iraquíes pueden aceptar unademocracia liberal sin contar siquiera conese supuesto poder moderador –es decir,el miedo– que se atribuye al Ejército comopilar en el que se asientan todos los regí-menes árabes. Porque la situación es és-ta: en ningún país confesionalmente islá-mico existe una auténtica democracia, esdecir, pleno reconocimiento de libertadesincluida la de conciencia. Ningún musulmánpuede convertirse a otra confesión, dentrode un país islámico, sin incurrir en delito.Tampoco existe la libertad de predicacióny, todo lo más, se tolera la existencia detemplos no islámicos para los extranjeros.Iraq era un raro ejemplo de tolerancia porla existencia de una fuerte minoría cristiana,plenamente integrada en el espíritu nacio-nalista y dentro de un cruel equilibrio de po-der que había convertido al régimen revo-lucionario en una feroz dictadura.

¿Será Iraq un laboratorio de democraciaárabe e islámica? Uno de los aspectos másdramáticos de la guerra ha sido el de las lá-grimas de algunos bagdadíes ante el vacíode poder y la indiferencia inicial de las tropasaliadas frente a los saqueos de la ciudad.«Nos están robando el alma», gritaba antelas cámaras de televisión un padre de fa-milia. Sadam era un asesino corrupto y odia-do, pero también él se había inventado unparentesco con el profeta Mahoma para le-gitimar su poder omnímodo contra el quenadie osaba rebelarse. ¿Aceptará ese pue-blo una democracia impuesta y opuesta alas leyes coránicas? Y, ¿qué ocurrirá en losdemás países islámicos, gobernados pordictaduras más o menos aparentes y aliadasa un Occidente que rechaza la conciencia is-lámica por su corrupción moral?

Las preguntas pueden alargarse porquetodo está por ver, incluido el futuro de unEstado palestino, pero me angustio ante elpensamiento de que, para imponer una de-mocracia, sea necesario antes destruir todauna cultura secular que, a su vez, está co-rrompida por los poderes establecidos… ElIslam está ante la prueba de la modernidad,pero Occidente se enfrenta a la prueba delreconocimiento del otro, el oriental hastaahora humillado y desconocido.

Manuel Cruz

Punto de vista

En medio de una sociedad que esconde la soledad, el dolor y la enfermedad, esta SemanaSanta ha sido vivificante. El día de Jueves Santo es, para mi hijo, un día grande. Enfrente de

casa de su abuela sale una procesión. Desde bebé ha visto salir de la Colegiata al Cristo, la Vir-gen, los penitentes y la música… «Tachunda, tachunda, vene Jesú», repite exultante con su –yamás de media– lengua, al paso de los tambores.

Recuerdo con nostalgia cuando mi abuela me llevaba de la mano a los oficios de SemanaSanta; y, un poco mayor, me subyugaba el olor de las flores cuando mi madre me paseaba de mo-numento en monumento para hacer las Visitas al Santísimo, del Viernes Santo; durante cincoaños gozosos viví la Semana Santa de la mano de una muy buena amiga que me ayudó a ver másallá de mi educación sobria y castellana; y, de recién casada, un vasco –mi marido– me hizodescubrir las procesiones del viejo Madrid.

Ahora, ya madre, mi hijo Fernando, a sus tres años, me ha dado su particular visión de la Se-mana Santa: «¡Mamá!, dile a la Virgen que desclave a Jesús», ha exclamado ante el Cristo Cru-cificado, para seguir preguntando si el que está con la Virgen es su amigo. «Pues dile a san Juanque le ayude a desclavarlo con el martillo». Al cabo de un rato, impaciente, me interpela: «¡Peromamá!, ¿cuándo le desclavan?» –«El Domingo, hijo mío».

Carla Díez de Rivera

Desde la fe Alfa y Omega 24-IV-2003 31

Con feroz, pero realísima ironía, algu-no de los grandes periódicos norteame-ricanos ha definido la guerra en Iraq conuna sola palabra: Bushiness. Si de lo quese trataba era de acabar con el alucinan-te régimen de un tirano con grifería deoro en su baño, ¿la CIA y el FBI no tienenlos medios suficientes para conseguirlosin que tenga que pagar el pato ningunavíctima civil inocente? El Director Ge-neral de la UNESCO ha denunciado queel brutal saqueo indiscriminado y tolera-do que se ha producido en los museos deBagdad, que guardan las reliquias de lasprimeras letras de la Humanidad, puedehaber afectado a unas 170.000 piezas,por supuesto, únicas e irrepetibles. ¿Deverdad que los marines, que tan eficaz-mente han protegido los pozos de petró-leo del bushiness, no podían haber pro-tegido los museos y la biblioteca de Bag-dad? Cuatro carros armados, uno en cada esquina, hubieran evitado el pillaje,y la primera memoria de veinte siglos de cultura no se hubiera perdido. De ma-nera que todas las excusas y pretextos que se quieran buscar para tratar dejustificar lo injustificable, no son verdad.

Hay algunos sujetos que, como Umbral, tienen una curiosa manera de ce-lebrar la Pascua: tratando de hacérsela a los demás, aunque no lo consigan. EnEl Mundo ha escrito recientemente: «Cristo no era más que un palestino pa-letoide (se ve que de eso él entiende mucho), pero sus palabras, sus mentiras,a las que llamó parábolas, hicieron perdurable todo su orbe». Ya saben uste-des la idea que Umbral tiene de la perdurabilidad. «El cristianismo no tiene másfuerza que una gran fuerza poética (¡ah, pues menos mal! Porque otras ve-ces Umbral dice que la poesía es lo que mueve el mundo), y por eso el Papa loestropea cada vez que sale, casi centenario, a transformar esa poesía de la pa-labra en la Historia, en una prosa meramente política». ¡Pues váyanselo a

contar Umbral, y los del club de la papa-ya que ya han constatado que ante la visitadel Papa «no es palpable la euforia», alos jóvenes, dentro de unos días en Ma-drid!

Recordarán ustedes, sin duda, a esa pa-reja inglesa que decidieron su propiamuerte porque no eran capaces de hacerfrente a enfermedades normales y co-rrientes. Se fueron a Zurich, la ciudaddonde mejor se vive del mundo, por lovisto. ¿Saben ustedes cómo se llamaba elaséptico centro de exterminio suizo al queconfiaron su muerte rápida?: Dignitas.Para que vean: hasta para los asesinatosselectivos las civilizadísimas ciudades oc-cidentales en las que mejor se vive nece-sitan buscar caretas. «¿Qué le parece austed la civilización occidental?», le pre-guntaron a Ghandi. Y Ghandi respondió:

«¡Hombre, no sería una mala idea!»

¿Y qué me cuentan ustedes de los empeñados a toda costa en volver a resu-citar el nefasto fantasma de la guerra civil española en plazas y medios de co-municación, dale que te pego, contra viento y marea? ¿Quién y por qué tiene in-terés en tratar de ganar lo que perdieron, cuando lo único digno, responsable ysensato que hay que ganar hoy no es ningún tipo de guerra, sino la paz en Iraq,en Costa de Marfil, en Sudán, en La Habana, en Israel, en el País Vasco, aquí, ennuestra casa de cada uno, con normalidad, con sentido común, sin Diccionariosde Pastoral, que no son pastorales, sino otra cosa, y sin turiferarios de dichos dic-cionarios, camuflados de información religiosa que ni tiene nada ver con la re-ligión, ni mucho menos con el periodismo profesional, serio y decente?

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Queda ya muy poco para que el Papa vengaa nuestro país, y la verdad es que, mediá-

ticamente, las noticias sobre el Santo Padresiempre han dejado mucho que desear. No só-lo han sido las operaciones siniestras de losregímenes dictatoriales las que han arrojadoneblina de distracción sobre el Papa, sino queha sido el desconocimiento de los periodistas dea pie, que es el maestro de las desgracias, elque ha ocasionado más estragos en la calidaddel tratamiento informativo. Un ejemplo: ahoraestá de moda entre los especialistas en arterománico hablar de rastros pre-surrealistas enesos ojos que aparecen en las alas de las es-culturas y pinturas de ángeles que se mues-tran en el reguero de ermitas repartidas por elnorte de España. ¡Rastros pre-surrealistas! Silos presuntos especialistas hubieran atendido alas narraciones del Apocalipsis o al libro de Eze-quiel, habrían advertido la fuente de inspiraciónreligiosa de aquellas representaciones. Lo mis-mo ocurre con el Papa; a fin de hacer encajar supensamiento en alguna corriente ideológica opolítica, se han arrojado titulares asimétricos y

caprichosos, que en nada aciertan con su mi-sión de Pastor de la Iglesia universal. En su pri-mera Visita a España, y para minimizar la po-sible influencia de su mensaje, muchos perio-distas hablaron del tour del Papa polaco, de sucarisma incorregible de actor y de su pasiónpor las multitudes. Sin embargo, el periodistaLuis Ignacio Seco, responsable de las transmi-siones que aquel año se hicieron desde TVE,llegó a una conclusión muy diferente. Duranteuno de los actos públicos en los que la gente noparaba de vitorear a Juan Pablo II, el periodis-ta observó que el Papa pronunciaba unas bre-ves palabras al micrófono. Evidentemente lasdecía para él, en bajito, en el foro privado delo que jamás debe trascender. Guiado por suinstinto profesional, el periodista quiso saberqué diantres estaba diciendo el Papa a cadauna de las aclamaciones del enfervorizado pú-blico. Subió el volumen de sus auriculares pa-ra advertir con claridad las palabras del SantoPadre y asistió a la clave de interpretación deese pontificado ante la multitud y ante la cá-mara. A cada aclamación él respondía: «Ala-

bado sea Jesucristo». ¡El Papa estaba rezando,sin que nadie pudiera advertirlo, delante de mi-les de fieles y de millones de telespectadores!Pero los medios de comunicación siguieron ha-blando de aquel protagonista mediático que secomplacía en los halagos.

Algo así pasó en su primer viaje a los EstadosUnidos. En el Madison Square Garden de NewYork, las cámaras de televisión no sabían si eraBruce Springsteen o el Santo Padre quien en-traba por la puerta del recinto, porque fue acogidopor los miles de jóvenes presentes al ritmo dela banda sonora de Rocky y de La Guerra de lasGalaxias. Sin embargo, el Papa, al que la revis-ta Time había denominado Juan Pablo Supers-tar, supo dirigirse a los jóvenes norteamerica-nos en un tono marcadamente profundo, ha-blándoles de la esperanza que la Iglesia teníadepositada en ellos y de que jamás renunciarana las exigencias de su condición de cristianos. ElPapa vuelve a España. ¿Estarán los periodis-tas preparados para saber contarlo?

Javier Alonso Sandoica

El Papa, ante la cámara

Martínmorales, en ABC

El próximo jueves, día 1 de mayo, en lasmismas vísperas de la quinta Visita apos-

tólica del Papa Juan Pablo II a España, jun-to al número correspondiente de Alfa y Ome-ga, entregaremos a nuestros lectores, comoDocumentos Alfa y Omega 18, en papel es-pecial y a todo color, el Album de Juan Pa-blo II, que recoge algunas de las mejores fo-tos que sus hijos deseamos conservar comorecuerdo entrañable. Como ocurre en todaslas familias, a los hijos nos gusta repasar,de vez en cuando, el album fotográfico denuestros seres más queridos.

Adrede no hay un hilo conductor, ni or-den cronológico: son, sin más, un puñadode recuerdos, la mayoría de ellos poco co-nocidos, cuando no inéditos. De todas lasfotos de Juan Pablo II de que disponemosen Alfa y Omega, ¿cuáles les gustaría tenerconsigo en su casa a nuestros lectores? Larespuesta son estas 32 páginas, que son cier-tamente un regalo para toda la familia, ytambién, de un modo especial, un agradeci-do homenaje al Santo Padre, el Papa JuanPablo II.

Con el título ¡No tengáis miedo!, se inicia la colección de Libros Alfa y Omega, la cual «no po-día encontrar mejor ocasión de lanzamiento que la presencia del Santo Padre entre nosotros»,como afirma el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, en el prólogo

del libro. «La próxima Visita del Papa a España –añade– será un encuentro de rica síntesis de loque ha significado, y significa, el magisterio y ministerio de Juan Pablo II para la Iglesia en Españay para España misma». El libro se entregará gratuitamente con el ABC del domingo 4 de mayo.

Se han seleccionado los textos más esenciales del largo y fecundo pontificado de Juan Pablo II, laquintaesencia de sus enseñanzas sobre todo lo que importa verdaderamente en la vida, expresadas es-pecialmente en sus numerosas encíclicas, cartas y exhortaciones apostólicas. Textos breves, accesi-bles a todos, que iluminan la vida: la familia, el trabajo, la educación, la economía y la política, la emi-gración y los derechos humanos..., que nos hablan del hombre, de Jesucristo, de Dios Padre y del Es-píritu Santo, de María y la Iglesia, de la oración, del sacerdocio y la Eucaristía, de la vida consagra-da y los laicos..., de la felicidad, del sufrimiento y la muerte, del pecado, de la penitencia y el perdón,de la justicia, de la libertad, de la paz..., de España y de Europa... En definitiva, un auténtico regalo,para hoy y para todos los días, que permite encontrar toda la razón de ser del grito constante de JuanPablo II : ¡No tengáis miedo!

AAllffaa yy OOmmeeggaa

Dos regalos de Alfa y Omega

con motivo de la quinta Visita apostólica de Juan Pablo II a España:

Su magisterio y sus mejores fotos

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