2
A los cuatro vientos XXX Domingo ordinario 27 de octubre de 2013 Suplemento del Full Dominical Jaume Pujol Balcells Arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado CON LA MIRADA EN EL CIELO S on muchos los artistas que han plasmado con sus pinceles la más grande de las esperanzas cristianas: habitar un día en la gloria de Dios para toda la eternidad. Recuerdo la impresión que me produjo contemplar en Roma la Gloria de Bernini en San Pedro, y por supuesto, la pintura de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina. También en la Basílica del Pilar de Zaragoza, al levantar los ojos, uno se encuentra con el fresco de Goya titulado «La adoración del nombre de Dios», más conocido por «la Gloria». Pensar en la vida eterna, para un cristiano, no es un ejercicio de espiritismo, ni entregarse a la ilusión de lo irreal en busca de un fácil consuelo. Es meditar las palabras de Jesucristo acerca de la vida futura de cada persona. Es tener en cuenta que, junto a nuestra realidad visible y finita, hay otra invisible, pero no por ello menos cierta. Nos falta la experiencia de ese momento, pero tenemos la palabra de Dios, creador y redentor, que no puede fallar y es más verdadera que todas nuestras certezas, que sin El no serían. En los próximos días, de forma consecutiva, la Iglesia dedica dos celebraciones a esta creencia en la inmortalidad del alma: la fiesta de Todos Los Santos y el Día de Difuntos. La celebración de esta última festividad se remonta a mil años atrás. En aquella época la Abadía de Cluny había cobrado una importancia enorme. Se hallaba a la cabeza de más de 1.1000 monasterios benedictinos establecidos sobre todo en Europa Occidental. Recibía tantas peticiones de sufragios por los difuntos, costumbre de siempre en la Iglesia, que decidió establecer un Día de Difuntos en el que las misas y oraciones se ofrecerían por todos ellos en conjunto. El 2 de noviembre de 998 arrancó así una celebración que luego se extendió por toda la Iglesia. En ese día rezamos y ofrecemos sufragios por nuestros familiares difuntos, hacia los que tenemos sentimientos de amor y gratitud. Y también elevamos oraciones, uniéndonos al sacrificio de Cristo que se renueva en cada misa, por todos, también por aquellos de quienes nadie se acuerda. Para que pronto estén en el Cielo, gozando de la presencia de Dios. Antes, hemos celebrado la fiesta de Todos los Santos. Ahora levantamos nuestro pensamiento hacia quienes gozan ya de la gloria celestial. Algunos pocos son honrados públicamente por la Iglesia como beatos o como santos. La inmensa mayoría son santos anónimos, niños, jóvenes, personas maduras o ancianas, seglares, sacerdotes o religiosos que murieron, y en general vivieron, en gracia de Dios, fieles a su voluntad y haciendo de sus vidas un servicio a los demás. Es una buena ocasión para que nos preguntemos si pensamos con frecuencia en el Cielo, en el sentido más profundo de la vida, en la gran esperanza de una felicidad que no tendrá fin.

A los cuatro vientos - Arquebisbat de Tarragona · Todos Los Santos y el Día de Difuntos. La celebración de esta última festividad se remonta a mil años atrás. En aquella

  • Upload
    ngobao

  • View
    216

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: A los cuatro vientos - Arquebisbat de Tarragona · Todos Los Santos y el Día de Difuntos. La celebración de esta última festividad se remonta a mil años atrás. En aquella

A los cuatro vientosXXX Domingo ordinario 27 de octubre de 2013 Suplemento del Full Dominical

† Jaume Pujol BalcellsArzobispo metropolitanode Tarragona y Primado

CON LA MIRADA EN EL CIELO

Son muchos los artistas que han plasmado con sus pinceles la más

grande de las esperanzas cristianas: habitar un día en la gloria de Dios para toda la eternidad. Recuerdo la impresión que me produjo contemplar en Roma la Gloria de Bernini en San Pedro, y por supuesto, la pintura de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina. También en la Basílica del Pilar de Zaragoza, al levantar los ojos, uno se encuentra con el fresco de Goya titulado «La adoración del nombre de Dios», más conocido por «la Gloria».

Pensar en la vida eterna, para un cristiano, no es un ejercicio de espiritismo, ni entregarse a la ilusión de lo irreal en busca de un fácil consuelo. Es meditar las palabras de Jesucristo acerca de la vida futura de cada persona. Es tener en cuenta que, junto a nuestra realidad visible y finita, hay otra invisible, pero no por ello menos cierta. Nos falta la experiencia de ese momento, pero tenemos la palabra de Dios, creador y redentor, que no puede fallar y es más verdadera que todas nuestras certezas, que sin El no serían.

En los próximos días, de forma consecutiva, la Iglesia dedica dos celebraciones a esta creencia en la inmortalidad del alma: la fiesta de Todos Los Santos y el Día de Difuntos. La celebración de esta última festividad se remonta a mil años atrás. En aquella época la Abadía de Cluny había cobrado una importancia enorme. Se hallaba a la cabeza de más de 1.1000 monasterios benedictinos establecidos sobre todo en Europa Occidental. Recibía tantas peticiones de sufragios por los difuntos, costumbre de siempre en la Iglesia, que decidió establecer un Día de Difuntos en el que las misas y oraciones se ofrecerían por todos ellos en conjunto. El 2 de noviembre de 998 arrancó así una celebración que luego se extendió por toda la Iglesia.

En ese día rezamos y ofrecemos sufragios por nuestros familiares difuntos, hacia los que tenemos sentimientos de amor y gratitud. Y también elevamos oraciones, uniéndonos al sacrificio de Cristo que se renueva en cada misa, por todos, también por aquellos de quienes nadie se acuerda. Para que pronto estén

en el Cielo, gozando de la presencia de Dios.

Antes, hemos celebrado la fiesta de Todos los Santos. Ahora levantamos nuestro pensamiento hacia quienes gozan ya de la gloria celestial. Algunos pocos son honrados públicamente por la Iglesia como beatos o como santos. La inmensa mayoría son santos anónimos, niños, jóvenes, personas maduras o ancianas, seglares, sacerdotes o religiosos que murieron, y en general vivieron, en gracia de Dios, fieles a su voluntad y haciendo de sus vidas un servicio a los demás.

Es una buena ocasión para que nos preguntemos si pensamos con frecuencia en el Cielo, en el sentido más profundo de la vida, en la gran esperanza de una felicidad que no tendrá fin.

Page 2: A los cuatro vientos - Arquebisbat de Tarragona · Todos Los Santos y el Día de Difuntos. La celebración de esta última festividad se remonta a mil años atrás. En aquella

(27 de octubre de 2013) (Ciclo C)Liturgia

de la semanaDos estilos de rezarDios escucha la súplica humilde y sincera del pobre (1 Lect.) y rechaza al que se vanagloria y desprecia a los demás (Ev.). Pablo, antes de su muerte, hace un balance de su vida y observa que el Señor le ha protegido y espera el premio del reino del cielo (2 Lect.).

Domingo, 27: XXX Domingo del tiempo ordinario [Sab 35, 12-14.16-18; Salmo 33; 2Tim 4, 6-8.16-18; Lc 18, 9-14 (LE/LH propias)]

Lunes, 28: San Simón y San Judás, apóstoles, (F) [Ef 2, 19-22; Salmo 18; Lc 6, 12-19 (LE/LH propias)]

Martes, 29: [Rom 8, 18-25; Salmo 125; Lc 13, 18-21]

Miércoles, 30: [Rom 8, 26-30; Salmo 12; Lc 13, 22-30]

Jueves, 31: [Rom 8, 31b-39; Salmo 108; Lc 13, 31-35]

Viernes, 1: Todos los Santos (Sol) [Ap 7, 2-4.9-14; Salmo 23; 1Jn 3, 1-3; Mt 5, 1-12a (LE/LH propias)]

Sábado, 2: Conmemoración de todos los fieles difuntos [No se permiten otras misas que no sean las de difuntos. Las lecturas se pueden escoger entre las que se proponen en el Leccionario de difuntos, como son: Job 19, 1.23-27 a; Salmo 114; 1Cor 15,20-24a.25-28; Mt 11,25-30 (LE/LH propias)]

Domingo, 3: XXXI Domingo del tiempo ordinario [Sab 11, 22-12, 2; Salmo 144; 2Tes 1, 11-2, 2; Lc 19, 1-10 (LE/LH propias)]

Las lecturas pertenecen al ciclo C.

Liturgia de las Horas: Salmodia de la semana II.

Lectura del libro del Eclesiastés (Ec 35, 12-14.16-18)

El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.

Salmo responsorial (Sal 33, 2-3.17-18. 19 y 23 (R.: 7a))

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

R. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escuchay lo libra de sus angustias. R.

El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R.

Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo (2Tim 4, 6-8.16-18)

Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mi, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de

modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (Lc 18, 9-14)

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Un servicio del Departamento diocesano de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Tarragona

XXX Domingo del tiempo ordinario

29 de octubre- Conferencia pronunciada por el vicario general de San Sebastián, Mn. Juan Kruz Mendizabal, titulada «La actualidad de la parroquia, un modelo pastoral no superado.» Lugar y hora: local parroquial de San Fructuoso de Tarragona (pl. Castellers 1, bajos), a las 20.00 h. Acto programado con motivo del XXV aniversario de la consagración de dicho templo parroquial.

AGENDA

Palabras del Santo Padre a los catequistas en Roma A finales de septiembre tuvo lugar en Roma la Jornada Mundial de los

catequistas con motivo del Año de la Fe. Destacamos algunos mensajes que el Santo Padro hizo llegar a los catequistas allí congregados: «El catequista es un cristiano que lleva consigo la memoria de Dios, se deja guiar por la memoria de Dios en toda su vida, y la sabe despertar en el corazón de los otros. Esto requiere esfuerzo. Compromete toda la vida» (de la homilía de la Misa del 29 de diciembre).

«Ayudar a niños, muchachos, jóvenes y adultos a conocer y amar cada vez más al Señor, es una de las más bellas aventuras educativas: se construye la Iglesia» (del discurso durante el Congreso internacional sobre la catequesis del 27 de diciembre).