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    Revista Accin Crtica, # 5. Abril 1979. Lima - Per

    Publicacin del Centro Latinoamericano de Trabajo Socialy de la Asociacin Latinoamericana de Trabajo Social

    Tres aprox imacio nes al anlis is de la poltica so cial1

    Jorge Parodi.

    Este trabajo da cuenta de un intento de exploracin de una perspectiva tericapara el anlisis de la Poltica Social. Ms que con ideas acabadas, quedemandara un esfuerzo ms vasto del que se ha realizado, se ha pretendido

    contribuir en el proceso de elaboracin de un modo de aproximacin al tema.

    El resultado de esta primera exploracin ha sido la identificacin de tres ngulos

    desde los cuales pueden elaborarse algunos problemas a nuestro juicio validos:Proceso poltico, produccin capitalista (en especial la reproduccin de la fuerza

    de trabajo) y la reproduccin de relaciones sociales. Para ello se ha utilizado comoreferencia los servicios sociales (en especial Salud y Educacin) en el Per.

    Pero si bien se presenta tres aproximaciones, no puede decirse de ellos quecarecen de congruencia terica. Los enlaza al menos, la aspiracin de creer, de

    pensar el tema en el terreno de la problemtica de las clases sociales. Podemosestar equivocados o no en cuanto a las ideas que nos parecen pertinentes para

    adecuar esta perspectiva al anlisis de la Poltica Social como otra cosa queinstrumento organizador de la produccin de bienestar para la poblacin y

    diferente a aquella que solo concibe una crtica terica a cada interpretacinsealando que las Polticas Sociales legitiman ideolgicamente el sistema2. Laelaboracin del presente artculo cont con la valiosa colaboracin de Leila Lima,

    quien aparte de sugerir el tema discuti con nosotros el planteamiento y losavances del trabajo.

    Prim era apro xim acin: luc has po lticas, y Poltic as Soc iales en el pro cesodel Es tado oligrqu ico.

    La evolucin poltica de los Estados Latinoamericanos de los ltimos 50 aos hasido frecuentemente descrita como un proceso de irrupcin de las masas

    populares (obreros, campesinos, sectores pequeo- burgueses y semi-proletariourbano) en busca de participacin econmica y poltica, y de exclusin de las

    demandas de estos sectores sociales, tanto por las limitaciones de la estructura

    1 Documento presentado en el Simposio sobre Trabajo Social y Poltica Social, realizado en

    Playas (Guayaquil), Ecuador, del 5 al 13 de Octubre de 1978.2 No desarrollaremos aqu sistemticamente la confrontacin de nuestro punto de vista con

    estas dos concepciones. Al respecto ver nuestro: Significado del Trabajo Social en elcapitalismo y la Reconceptualizacin en accin de crtica No. 4, CELATS, Lima 1978, p. 33.

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    econmica como por la accin de las clases dominantes a travs del sistemapoltico. Esta imagen es bastante simple, pero no carece de sentido, si se laaprecia en cuento a su valor descriptivo antes que explicativo 3. Sin embargo, a

    este nivel corra el peligro de sugerir la existencia de una situacin demasiadoesquemtica: clases dominantes, inflexiblemente excluyentes y represivas, y

    sectores populares homognea y decididamente ofensivas. El esquema noconsiderara ciertas funciones en que las clases dominantes se ven forzadas aaceptar reivindicaciones populares, ni cierta fluidez del sistema poltico para

    modificarse y establecer bases ms amplias de legitimacin del poder, dandocabida en la poltica estatal a ciertas aspiraciones de segmentos de los sectores

    populares y medios urbanos (Cotler) que es lo que ocurri al menos en el Per alo largo del curso y descomposicin de la dominacin oligrquica. Esta ltimaatingencia, sin embargo ms que cuestionar el esquema lo complementa, si se

    considera que la tendencia dominante sigue siendo la exclusin.

    Esta primera parte del presente documento intenta moverse en este niveldescriptivo. Reiteramos que el esquema, an tal como ha sido completado, ascomo la nocin misma de Estado Oligrquico, es insuficiente desde el punto de

    vista explicativo. Sin embargo su uso se justifica porque constituye un punto departida o primera aproximacin en la intencin de elaborar una perspectiva de

    anlisis de la poltica social. Ms explcitamente, nuestra intencin sera

    despertar una inquietud sobre la relacin entre las Polticas Estatales y la dinmicade clases, visualizando el proceso de movilizacin social ocurrido en los pases de

    Amrica Latina en el presente siglo y ciertas acciones del Estado que constituyenuna respuesta poltica de las clases dominantes a ese proceso. La primera ideasera, pues, que las llamadas Poltica Sociales han sido instrumentos (ciertamente

    no los nicos) a travs de los cuales e ha buscado satisfacer las demandas oaspiraciones de segmentos de unas clases populares y medias en proceso de

    movilizacin, ya sea como una forma de buscar estabilizar la dominacinoligrquica, prolongando la exclusin, ya sea como una forma a travs de la cuallos partidos reformistas han intentado ganar el apoyo de sectores medios y

    populares con vista a un proyecto de integracin nacional. Ciertamente tambin.Las Polticas Sociales no han tenido solo ese papel. Como se ver ms adelante,

    ciertas Polticas Sociales expresan los acuerdos a que llegan las clasescapitalistas y trabajadoras sobre las relaciones de trabajo dada una cierta relacinentre las respectivas fuerzas; otras, expresan intentos de proyectos de integracin

    nacional. Pero hemos escogido detenernos en el aspecto de la incorporacin 4

    3

    En efecto, es insuficiente desde el punto de vista explicativo porque se mueve en un planomecnico de accin-reaccin, presin-exclusin, y a nivel del comportamiento de los actores,pero nada nos dice sobre las determinaciones estructurales que operan haciendo posible ynecesario al funcionamiento de la sociedad el empobrecimiento de las masas. As por ejemplo,

    la llamada marginalidad urbana al contener una oferta sper abundante de fuerza de trabajo,incide sobre un cierto nivel de los salarios, y as, de las utilidades.

    4 Incorporacin de intereses y aspiraciones de segmentos de los sectores populares en las

    consideraciones de la Poltica Estatal. Cotler, Julio: La mecnica de la dominacin tradicional ydel Cambio Social en el Per en: Per- Problema No 1; IEP, Lima. Tambin ver: Bourricand,Francoise: (Poder y Sociedad en el Per Contemporneo ) Editorial Sur, Buenos Aires, 1967.

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    por varias razones: ha sido una tendencia muy importante en la evolucin elEstado Oligrquico Peruano; alude a temas (Educacin, Seguridad Social, etc.)que normalmente son percibidos despolitizadamente, y porque se refiere a un

    ejercicio profesional de los Trabajadores Sociales.

    Algunos episodios de la historia Peruana de este siglo pueden permitirnos ilustrarlas ideas sealadas lneas arriba.

    La llamada Legislacin Social tiene su origen en el Per ciertamente antes delperiodo al que nos estamos refiriendo. As, para dedicarnos slo al presente siglo,

    antes de la dcada del 30 se dan disposiciones que reglamentan el despido de lostrabajadores (1902); que prohbe la intervencin de autoridades polticas en lacontratacin de peones u operarios (enganche) (1909); que reglamentan los

    accidentes de trabajo (1911), las huelgas (1913), el salario mnimo de lostrabajadores indgenas (1916), el descanso semanal y feriados (1918), la jornada

    de 8 horas (1919) y los trmites para conflictos de trabajo (1920) entre otras.

    La poca es una de un cierto crecimiento capitalista en la que se da unan

    penetracin de capital extranjero a travs de enclaves extractivo-exportadores enla agro y en la minera. As mismo, en las ciudades hay una expansin industrial

    por efecto de algunas inversiones extranjeras y otras de inmigrantes y financistaslocales. En los enclaves, este proceso se desarrolla reclutando fuerza de trabajocampesina a la que se busca afincar forzando la a travs de diversos mecanismo;

    en general los trabajadores dominados por el capital viven una etapa en la cual laexplotacin capitalista se caracteriza por prolongar la jornada de trabajo eintensificar el ritmo de trabajo a parte de mantener un bajo nivel de la

    remuneraciones5. La lucha obrera asumi caractersticas acorde con este proceso.Un primer tipo de lucha desarrollado en los enclaves, expreso a travs de motinessumamente violentos y duramente reprimidos, la resistencia de los trabajadores a

    proletarizarse. Sin embargo, en cuanto al movimiento logr organizarse yorientarse en torno a objetivos precisos, la lucha se dirigi a transformar distintos

    aspectos de la relacin entre capitalistas y trabajadores, destacando entre estos lajornada de trabajo, cuyo acortamiento en 8 horas se consigui en 1919. Esta

    conquista es importante tanto porque ncleo y moviliz a amplios sectores detrabajadores, porque triunf, trayendo por consecuencia la modificacin de lascondiciones de la produccin capitalista. Con posterioridad a esta lucha e

    movimiento obrero busc articularse para combatir el abaratamiento de lassubsistencias, pero sin mayores xitos.

    Puede decirse sin lugar a dudas que la disposicin que acort la jornada detrabajo, as como otras semejantes del perodo, fueron concesiones arrancadaspor los trabajadores a los capitalistas tras una lucha larga y decidida. La

    legislacin social resultante no es pues producto de la iniciativa de las clasesdominantes (en 1905 el Congreso haba rechazado un paquete de leyes sobre

    5Sulmont Denis: El movimiento obrero en el Per 1900-1956; PUC, fondo editorial, Lima, 1975,

    p.76

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    regulacin de horarios, higiene, etc.), sino que expresa una situacin en la cualesta ha sido doblegada por la fuerza de la clase dominada.

    A lo ms, va el Estado se tratar de institucionalizar ciertos procedimientos a los

    cuales debern ceirse los conflictos laborales. Puede decidirse lo mismo deotras medidas de Poltica Social?. Veamos.

    En la dcada del 30 el movimiento popular cobra otra dinmica. En primer lugar elmovimiento se ensancha involucrando a amplios sectores del pas. La penetracin

    imperialista auspiciada por Gobierno de Legua entre 1919-1930, de un lado aampliado la masa de asalariados de otro a desplazado a sectores pequeos

    burgueses, empobrecindolos y despertando en ellos un sentimientoantiimperialista (KLAREN) (HAYA). Legua a hecho un gobierno modernizante.Ha ampliado la burocracia, renovado el ejrcito y emprendido una basta obra

    pblica que comprende la construccin de carreteras. Para ello se ha apoyado enla expansin capitalista del pas principalmente de las exportaciones, con amplia

    presencia del capital extranjero y endeudamiento externo. El pas, al final de sugobierno est estrechamente articulado a la dinmica del capital internacional, demodo que al hacer crisis dicha articulacin, amplios sectores sociales se ven

    arrastrados por sus consecuencias, en efecto, en 1929 se produce el crackcapitalista mundial y ello repercute severamente en el pas. Se reducen

    drsticamente las exportaciones y se genera un fuerte desempleo.

    Las clases obrera y media, desarrolladas por la expansin capitalista se movilizan

    alcanzando, como en la revolucin de Trujillo, de 1932, expresionesrevolucionarias. Este es un segundo elemento importante a tener en cuenta. Entercer lugar, se trata de sectores medios y obreros en rpido proceso de

    integracin y diferenciacin poltica de las clases dominantes. Maritegui funda elPartido Comunista y la Central General de Trabajadores del Per, y Haya de la

    Torre el Partido Aprista, siendo este ltimo el que por esa poca vertebrapolticamente a los sectores populares, frente a unas clases dominantesfragmentadas y sin respaldo popular.

    La solucin poltica de las clases dominantes se orienta entonces a forzar una

    alianza con las Fuerzas Armadas, a fin de producir la exclusin de os vehculos demovilizacin y Poltica de los actores populares. El Apra y le Partido Comunistason duramente reprimidos pero adems el general Benavides que gobierna el pas

    entre 1933 y 1936, desarrolla una poltica destinada ha considerar en el Estado lasdemandas y aspiraciones de los sectores populares, como una forma de prevenir

    su movilizacin revolucionaria, que es el significado que concretamente tienen lasPolticas Sociales en el perodo. La frmula que se dibuja es pues, la de represinde la representacin Poltica (y tambin sindical) de los sectores populares, con la

    incorporacin en las consideraciones del Estado de algunos de sus documentos.

    Concretamente, Benavides avanza en la reglamentacin de las relacioneslaborales. As legisla sobre las horas extras, enfermedades profesionales,contratos de trabajo, higiene y seguridad industrial. As mismo, construy vivienda

    y comedores populares, cre el Ministerio de Salud, Trabajo y Prevencin Social y

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    es estableci el Seguro Social Obrero. Algunas de estas medidas son parte delPrograma mnimo de Apra.

    No se trata en este caso, como en el anterior (la lucha de 8 horas), deconcesiones arrancadas por la lucha popular. La lucha popular fue intensa y

    ciertamente con una perspectiva ms claustrofbica para el Estado Oligrquicotanto por su fuerza revolucionaria como por su canalizacin poltica. Peroprecisamente por ello, el movimiento tuvo aspiraciones superiores a la Poltica

    Social de Benavides. Indudablemente, las medidas satisfacen algunasnecesidades o aspiraciones de sectores populares. Incluso, como hemos

    sealado, algunas de ellas estaban en el Programa mnimo de Apra. Sin embargoHasta que punto el Seguro Social por ejemplo fue una reivindicacin queconcretamente enarbol el movimiento popular y no un punto programtico

    levantado por el Partido Aprista para ganar su apoyo?. La poltica Social es deBenavides no fue una concesin obligada por la presin reivindicativa. Fue, ms

    bien un ingrediente dentro de la estabilidad poltica del Estado.

    Ahora bien esta ampliacin es recortada. La incorporacin de intereses de

    sectores populares fue parcial; as por ejemplo, la ley del Seguro SocialObligatorio.

    El 12 de agosto de 1936 se promulga la Ley No 8433 que se crea la Caja Nacionalde Seguro Social. Con anterioridad el Estado haba desarrollado en materia deSeguro Social una poltica de fomento de las instituciones de previsin y

    solidaridad social (Art. 56 de la constitucin de 1919) de -ndole privada-,formadas por el aporte de los propios trabajadores y el apoyo ocasional del

    Estado. Los empresarios no contribuan a la formacin de los fondos privados deprecisin de los trabajadores, lo que seguramente contribuye a explicar la simpata

    que desarrollaron por el mutualismo (Tesch p.4). La ley de 1936 significabaincorporar el aporte de los patrones (4.5% del salario) L formacin del fondo deprovisin, estableciendo prestaciones para enfermedad, maternidad invalidez,

    vejez y muerte.

    Sin embargo la Poltica de Seguridad Social excluy al ao siguiente a lostrabajadores independientes (campesinos y domsticos). As mismo la leyestableci la posibilidad de una futura incorporacin de la familia del trabajador,

    pero sta no se llego a producir. Adicionalmente, el Seguro solo se aplic en losaos siguientes unas pocas provincias de la poblacin mayormente urbana. Es

    decir, si bien el Per es uno de los pocos pases latinoamericanos que estableceel Seguro Social Obligatorio, no quedan dudas sobre su carcter segmentario ylimitado. Se orienta a los obreros de las principales reas urbanas, con exclusin

    de otro tipo de trabajadores.

    Como se puede ver, se trata de una parte de los trabajadores con una levadacapacidad de movilizacin y presin poltica, y ello constituye un elemento aconsiderar para explicar que la poltica de Seguridad Social se haya orientado

    selectivamente a este segmento. El intento de desactivacin del movimiento

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    popular escogi su mejor objetivo negndose al mismo tiempo a afectar losintereses de las clases dominantes, y su Estado oligrquico, para ampliar ms allde dicho segmento los beneficios de la Poltica de Seguridad Social. As, mediante

    el proyecto de reducir la beligerancia reivindicativa de una parte de la clasetrabajadora se buscaba debilitar las posibilidades de re-articulacin de movimiento

    popular. Como hemos al comienzo a partir de este momento la historia peruanaque hemos caracterizado de irrupcin del movimiento popular, es posibleobservar la evolucin del Estado, una tendencia bsica a la exclusin y represin y

    otra a la Incorporacin segmentaria. A la convulsin poltica de los aos treintasigui un perodo de pacificacin implementado por la alianza entre la oligarqua y

    las Fuerzas Armadas, que va conduciendo a una redefinicin de las funciones delEstado. La poltica social plasma, a nivel institucional, este proceso decristalizacin de nuevas relaciones polticas de clase. A medida que va

    profundizndose el desarrollo capitalista del pas, a lo largo del presente siglo, quecon ello se van incorporando sectores cada vez ms amplios al dominio del

    capital, y que la lucha popular alcanza nuevos hitos revolucionarios, el perfilinstitucional del Estado sigue redisendose en el esfuerzo por ensayar distintasformas de estabilizar.

    As por ejemplo, en el perodo posterior a Benavides, Prado (1939-45) hizo una

    poltica Social de ampliacin del empleo a travs del crecimiento de la burocraciaestatal (los empleos pblicos pasaron de 12 000 a 25 000), de la inversin pblicaen la infraestructura y de estmulo de la industria, la misma de sector exportador6

    de Bustamante y Rivero. Este, elegido con el apoyo del APRA hizo por la presinintermedia de dicho partido que busco ganarse as el apoyo popular, una polticade incremento salarial fuertemente reclamada por los sectores obreros urbanos, y

    de incremento del empleo burocrtico. A la vez, en ese perodo se dio una rpida yconsiderable sindicalizacin de los asalariados, aceptada por el propio gobierno, a

    travs de la cual los sectores populares hicieron nuevamente un importanteproceso de movilizacin alrededor del reclamo por un mejor nivel salarial, elmismo que haba sido fuertemente erosionado durante el gobierno de Prado. El

    desenlace de este proceso, es un nuevo gobierno militar dictatorial propugnadopor el sector agro-exportador de la Oligarqua, que repite el esquema de

    represin-incorporacin. En efecto, persigue al Apra y la Partido Comunista yreprime a los sindicatos, pero a la vez decret incrementos salariales, implementel Seguro Social Obligatorio del Empleado, increment los servicios estatales de

    Salud, Educacin y Vivienda, e intent con relativo xito, una alianza con sectorespopulares urbanos alentando la ocupacin de tierra aledaa a la ciudad.

    En fin, no es objeto de presente trabajo describir todo el curso de este proceso.Nuestra intencin es para comenzar, ilustrar la posibilidad y necesidad de un

    primer acercamiento al anlisis de la Poltica Social, considerando el movimientode las confrontaciones que hacen las clases sociales. Al margen de este

    movimiento, no es posible comprender la gnesis de dicha poltica. Luego, esplanear que la idea de la incorporacin segmentaria constituye una nocin

    6Cotler, Julio: Clases, Estado y Nacin en el Per; IEP, Lima, 1978; p. 254-257.

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    sumamente til para describir una tendencia bsica de la evolucin del estadooligrquico, al interior de la cual encuentra su lugar una parte muy importante de laPoltica Social.

    Pero nos parece pertinente, antes de pasar a proponer una segunda perspectiva

    de anlisis simplemente mencionar que si bien la evolucin del Estado peruanopuede ser descrita en trminos de cristalizacin institucional de Poltica, a la vezdicha estabilidad nunca fue cabalmente conseguida, resurgiendo nuevas

    expresiones del movimiento popular. Ms an, en ocasiones, el esfuerzo deincorporacin requerido por el Estado desabord su propia capacidad para

    sustentarlo, siendo fuente de mayor inestabilidad.

    Segunda Apro xim acin: Poltica Social y Reproducc in de laFuerza de Trab ajo.Acabamos de sealar una relacin entre lucha poltica y poltica social indicando

    que en el curso del Estado Oligrquico esta constituye un tipo de poltica de

    partidos reformistas en el contexto de procesos de movilizacin popular.Al hacerlo nos hemos movido a nivel de un aspecto de la forma poltica que asume

    la lucha de clases: la incorporacin en las consideraciones del Estado, deintereses y aspiraciones de segmentos de sectores populares. Sin embargo, es

    necesario interrogarse ahora por la relacin existente entre dicho aspecto polticoy la naturaleza de la estructura de clases que formndose en el Per y quepresenta un semblante cada vez ms capitalista. La incorporacin que ocurre vala poltica de servicios sociales es no slo segmentaria sino selectiva a favorde los Sectores ms directamente ligados al despliegue histrico del

    capitalismo en el pas.An durante las ltimas dcadas, cuando estos servicios

    estatales (Educacin, por ejemplo) abandonan su marcado eclecticismo de

    comienzos del siglo7

    incorporando a sectores populares urbanos8

    ; no se revierte latendencia a la exclusin de la vasta poblacin campesina.

    Esta concentracin de los Servicios Sociales en el rea urbana, es unacaracterstica de la Poltica Social a lo largo del presente siglo. As en el gobierno

    7En el Per, como en casi todos los pases de Amrica Latina, la orientacin fue, en las primeras

    dcadas del presente siglo, la de tener una educacin secundaria dividida entre los colegiosnacionales cuyo nmero fue reducido y a los que iban ciertos sectores de las clases mediasmientras en la mayor parte de la poblacin estudiantil acuda a colegios particulares que tendan a

    la proliferacin y en su mayora eran costosos o medianamente caros. Todo el sistema era delite. Basadre, Jorge: Historia de la Repblica del Per. Ed. Universitaria; Lima, 1970; Tomo XI p.

    98: en las ltimas dcadas el sistema educativo se masific, aumentaron los colegios nacionales ya ellos ingresaron los sectores populares mientras los sectores medios migraron a los colegiosprivados.8Los gastos en educacin aumentaron su participacin en el gasto pblico del 3.3% en 1945 al

    29.4% en 1965. los gastos en salud siguieron un curso irregular: 7.7% del gasto pblico en 1945:5.2% en 1950; 9.5% en 1955, descendiendo a 6.4% en 1965. sin embargo, en todo perodo elGasto Pblico en su conjunto, experiment notables incrementos. As por ejemplo, en 1949 Odra

    inaugur su gobierno con el presupuesto 49% ms elevado que el del ao anterior. Entre 1963-1968 Balande duplic el gasto pblico; etc.Ver: Cotler.

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    de Benavides haba cinco restaurantes populares ubicados as: 3 en Lima, 1 enel Callao y 1 en la Oroya, que son reas donde se estaba generando un desarrolloindustrial se estaba generando un desarrollo industrial9.

    De los 16 Centros Asistenciales de propiedad de la ex-Caja Nacional del Seguro

    Social, once estn vinculados directamente al eje costero que dinamiz el modeloeconmico nacional, uno ubicado en el conglomerado urbano que despus deLima es el ms importante y los otros tres situados en funcin de lo que hasta ha

    ce muy poco fueron enclaves mineros 10.

    Ms an, las cifras ms recientes con que se cuenta en el Per, indican que losRecursos Pblicos dedicados a la Salud y a la Educacin siguen orientndosemeramente de acuerdo al patrn sealad, lo que se manifest en que las regiones

    administrativas del pas con mayor porcin de los recursos, obteniendo mejoresniveles de salud y educacin. As por ejemplo, como se observa en el cuadro

    anterior, las de camas hospitalarias y de personal mdico y paramdico por10.000 habitantes favorecen ampliamente a la poblacin urbana. Al interior de lapoblacin urbana, la distribucin de recursos tampoco es homognea,

    9 Fonseca, Lady y Lima, Boris: Poltica de Asistencia Social: Junta de Asistencia Nacional

    (mimeo). Cuadernos CELATS, No 9, p. 20, Lima 1977.

    10Comisin Global de Seguridad Social: Lineamientos para el Plan Global de Seguridad Social;

    Plan a mediano plazo 1975-1978; Lima, abril de 1974, p. 1-4.

    Cuadro No 1Tasas de camas hospitalarias y fr personal mdico y paramdico

    segn distribucin rural urbana de la poblacin (1975)Regiones Poblacin(en miles)

    % %PoblacinRural (1)

    TASA 10.000Pers. Md. ypara-md. (2)

    Hab.Camas

    Hospitalarias.

    Con Alta poblacinUrbana (60% o

    ms)

    `731.4 30 7 29.31 38

    Intermedios (entre0% de y 60% dePoblacin Rural y

    Urbana)

    `307.1 54 50 4.52 12

    Con AltaPoblacin Rural

    (60% o ms)

    2.576.4 16 70 2.02 8

    (1) Se ha obtenido estos porcentajes utilizando el Censo de 1972.(2) Incluye Mdicos, odontlogos y Enfermeras.

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    beneficindose principalmente a los asalariados estables de empresa privada y elEstado. Solo este tipo de trabajadores pertenecen al Seguro Social, con exclusinde los independientes (artesanos, vendedores ambulantes, etc.) que constituyen

    el 45 % de la Poblacin Econmicamente Activa. Considrese que los recursos sedestinan anualmente a la poblacin asegurada, son bastante superiores a los que

    se dedica al resto de la poblacin.

    As, el Ministerio de Salud recibe un menor porcentaje de los fondos pblicos que

    el Seguro, sin embargo tiene responsabilidad sobre casi 7 veces ms poblacin.

    Algo semejante ocurre con la Educacin. En 1976, la tasa de analfabetismo de lasregiones administrativas ms rurales como la 5ta (Cuzco, Apurimac), 7ma.

    (Puno) y 3ra. (Junn), (Ayacucho), fue 51.1% y 38.3% respectivamente, mientrasesta tasa fue de 3.2% en Lima Metropolitana.

    Debe sealarse que obviamente, existe un nivel adicional de concentracin de losrecursos destinados a la satisfaccin de los Servicios Sociales estatales: en el que

    opera al que est integrado exclusivamente, el estrato con ingresos ms elevadosy donde se puede encontrar los servicios de ms elevada calidad. Sin embargo,

    no basta indicar la condicin social de los principales beneficiarios inmediatos dela Poltica de Servicios Sociales sino que es necesario sealar la racionalidadsocial genrica a la que ellos responden: reproducir la fuerza de trabajo para

    servicio del capital.

    Asignar dicha racionalidad a los servicios sociales, nos coloca automticamente

    frente a las explicaciones (ms bien, justificaciones) comnmente oficiales sobrelos servicios Sociales especialmente en los gubernamentales. La idea corriente, es

    que los servicios sociales expresan ms directamente la preocupacin oficial porel bienestar de la poblacin afirmando as implcitamente que la utilidad que

    tienen los servicios para los trabajadores es el elemento que define por s mismo

    el sentido de la produccin de servicios sociales. Sin embargo, no es esto quepuede afirmarse para sociedades organizadas con relaciones de tipo capitalista,

    en los cuales las relaciones de explotacin y la produccin de plusvala, es decir,la ley fundamental que las gobierna, tambin determina la naturaleza delconsumo, del cual forman parte dichos servicios.

    As, cuando un obrero consume un servicio de salud por ejemplo, no slo est

    disfrutando de l individualmente, sino que objetivamente est ponindose encondiciones de participar en el proceso de produccin. Pero este proceso deproduccin no es algo abstracto e indeterminado; es un proceso gobernado por el

    capital en funcin de su lgica, al interior de la cual el trabajador es simplementeun elemento para la produccin de plusvala y su consumo, un medio a travs del

    cual ste repone las condiciones de su fuerza de trabajo que permite utilizarlo paradicha produccin de plusvala. Es decir la compra de fuerza de trabajo por partedel capitalista beneficia a ste por un doble motivo: de un lado porque el

    trabajador produce mercancas, valoriza su capital y crea plusvala; del otro lado,

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    porque a cambio de la venta de su fuerza de trabajo, el obrero recibe los mediosde subsistencia que le permiten reponer el gasto de trabajo realizado, ponindolonuevamente en condiciones de ser utilizado en el proceso de produccin. Como

    seala el propio Marx, que el consumo del trabajador se realiza fuera de la fbrica,en nada contradice que sea un elemento de la reproduccin del capital lo

    mismo que la limpieza de las mquinas se hace durante el proceso de trabajo o enlos intervalos de interrupcin.

    Es decir que el obrero hace su consumo individual para su propia satisfaccin, yno para el capitalista, pero los animales de labor tambin gustan de comer y

    quin a pretendido que su alimentacin sea por ello menos importante para elarrendatario?. El capitalista no necesita ocuparse de ello, puede confiar en losinstintos de conservacin y propagacin del trabajador libre su nica

    preocupacin consiste en limitar el consumo individual de los obreros a los que leses necesario en trminos estrictos 11.

    Ahora bien, el consumo de fuerza de trabajo que es necesario para el capital,vara histricamente de acuerdo con las variaciones tcnicas de la produccin, las

    mismas que a su vez buscan reducir la participacin de la fuerza de trabajo en elvalor de la produccin (precisamente frente a las demandas de los trabajadores

    por ampliar su consumo). La introduccin de variaciones tcnicas en el proceso deproduccin exige un cambio en las funciones y aptitudes de los trabajadores, paralo cual es necesario que el capital considere dentro de sus costos de produccin,la educacin de los trabajadores. Estos costos integran el total de las mercancas

    necesarias para la reproduccin de la fuerza de trabajo.

    As, por ejemplo, en el Per, en la dcada del 50, ante una baja de precios en elmercado internacional, las empresas mineras buscaron reducir sus costos deproduccin incrementando el rendimiento de los trabajadores. Las empresas

    frenaron el incremento de personal y a la vez buscaron darle la mejor calificacinque se torne capaz de utilizar un equipamiento abundante y costoso12. Es

    interesante observar que las empresas no optaron por otra solucin implementadaen anteriores ocasiones histricas: reducir el consumo de los trabajadores para

    capear una situacin crtica. Ello no quiere decir que dicha reduccin sea no seaen lo sucesivo un elemento de erosin de los salarios reales ante el incremento deprecios. Pero el momento de la fuerza desplegada por el movimiento popular

    desde los aos finales de la dictadura Odrsta que finaliza en 1956, no permiteimponer una solucin en lo que la reduccin de los salarios, sea lo medular,

    menos an en el sector minero donde el movimiento sindical se fortalece a lo largode la dcada alrededor de la lucha por el incremento de salario. La alternativaempresarial est condicionada a apuntar ms bien en sentido inverso. Calificar a

    la mano de obra produce un incremento de sus costos de reproduccin.

    11Marx, Karl; El capital, Ed. Cartago, Buenos Aires 1973, T. I, p. 179, Buenos Aires.

    12Bourricaud, Francois; Poder y sociedad en el Per Contemporneo, Ed. SURSA, 1977.

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    El capital, desarrolla pues las aptitudes de la fuerza de trabajo a su servicio; perono lo hace exclusivamente a travs de las Polticas Sociales que implementa anivel empresarial. Las empresas encuentran en el mercado una fuerza de trabajo

    ya valorizada hasta determinado nivel y en determinado sentido gracias a laPoltica Social que implementa centralizadamente desde el Estado. Las empresas

    buscan adaptar la fuerza de trabajo a las condiciones tcnicas especiales queintroducen en el proceso productivo, pero a la vez el Estado a travs del sistemaforma determinadas condiciones generales de la fuerza de trabajo que la hacen

    adaptable en un sentido especial. Estas condiciones generales pueden consistiren determinadas aptitudes y conocimientos bsicos que demanden el proceso

    productivo de la fuerza de trabajo, pero el sistema educativo tambin haceadaptables la fuerza de trabajo al capital en un sentido ideolgico: haciendoaceptable para ella las reglas de juego que propone la sociedad capitalista,

    especialmente a travs de la valorizacin ms o menos implcita del esfuerzo yxito individuales13. Incluso el Estado va ms lejos que eso y en ocasiones

    desarrolla las aptitudes ms o menos especficas que requiere la produccincapitalista a travs de instituciones especficas de formacin tcnica.

    Educacin, salud, etc. Son naturalmente servicios que anhelen los trabajadores yque consumen para su propio disfrute, pero otra vez, ello no significa que no sean

    medios a travs de los cuales se hacen elementos tiles a la explotacin delcapital. Y ello es as an cuando son los propios trabajadores quienes luchan poresos servicios frecuentemente en contra de la disposicin de unos empresarios y

    un Estado que acta con criterios de corto plazo. Sin embargo, una vez que vadesarrollndose una fuerza de trabajo ms apta para el capital, este no vacila enaprovecharla. Es ms, el Estado, una vez que acepta producir y distribuir entre la

    clase trabajadora servicios sociales, las modela y los adapta a las exigencias de lasociedad capitalista. Haciendo as que los objetos de disfrute de la fuerza de

    trabajo hagan de esta un medio ms perfecto para la reproduccin del capital.

    En sntesis, es posible afirmar que Poltica Social, cuando menos en el campo delos servicios sociales que hemos sealado, puede ser visualizada como unaforma de organizar las condiciones de reproduccin de la fuerza de trabajo

    requeridas por el proceso de reproduccin del capital.

    Concretamente que condiciones de reproduccin de la fuerza de trabajo ha

    requerido y requiere el capital en nuestros pases latinoamericanos, y como laPoltica Social se ha adecuado a estas exigencias? Cmo se van determinando

    las exigencias del proceso de produccin del capital frente a la reproduccin de lafuerza de trabajo? Qu papel ha jugado la lucha obrera o popular en el desarrollode las distintas Polticas Sociales? Al interior de que concepcin ideolgica y

    proyecto poltico estas han sido concebidas?. Nos parece que estas tendran que

    13 El estado se ocupa as no tanto de los trabajadores de las empresas como de sus

    reemplazantes, de la prole de los trabajadores, de la parte de la clase que se prepara aincorporarse a la produccin.

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    ser las preguntas claves a hacerse para desarrollar la investigacin de lasPolticas Sociales en el continente.

    Tercera apro xim acin: Poltica Soc ial y repro du cc in deRelacion es Soc iales.

    Decimos que la poltica de servicios sociales se orienta a servicios sociales se

    orienta a determinados sectores sociales y agregamos que en ella visualizbamosun contenido social determinado, una cierta racionalidad de reproduccin de lafuerza de trabajo que se descubra con alguna claridad, al observar que los

    contenidos de la educacin, por ejemplo, modelan determinadas condiciones de lafuerza de trabajo adecuadas al proceso capitalista.

    Sin embargo, el hecho de que los servicios sociales producen nuevas condicionesde una fuerza de trabajo al servicio del capital (educacin), o repone las existentes

    (salud) no es el nico aspecto a considerar en cuanto a la racionalidad de clase de

    estos servicios. Una determinacin ms general que contienen, la de formar partede un consumo que mantiene una determinada condicin de clase; la

    condicin de proletaria, que es una carencia de otros medios producidos que nosea la propia fuerza de trabajo. Lo que se quiere decir ms precisamente es que

    la propiedad de los medios de produccin de los servicios sociales, como delos dems medios productivos tampoco corresponde a la clase trabajadora,

    sino a un Estado que se comporte en consonancia con los intereses de las clases

    que la dominan. Este Estado, con la caracterstica de clase sealada. es el queorganiza, planifica y administra los servicios sociales: determina sus orientaciones,

    establece sus procedimientos, centraliza recursos que provienen de las empresaspero tambin en buena medida de los trabajadores, decide sobre la forma de

    utilizacin, fija las calificaciones que debe exigirse al personal, as como suremuneracin y las normas a las que se debe ceirse; en fin establece yadministra todo el aparato institucional en el que se produce el servicio que

    consumen los trabajadores, a fin de adecuarlo a determinadas concepciones yrequerimientos de clase, as como a la lgica de conjunto del Estado14. Lostrabajadores no pueden manejar este proceso que es el de produccin de las

    condiciones de reproduccin de su propia fuerza de trabajo.No pueden, por

    ejemplo determinar el contenido de los programas educativos, ni aprobar el tipo de

    vivienda que ofrecen los programas habitacionales ni decidir las modalidades deatencin de salud ms adaptables a su necesidad. An cuando, en el caso de lasaportaciones de los trabajadores al Seguro Social por ejemplo, es el propio salario

    de los trabajadores el que financia en sistema, tales aportaciones una vezrealizadas, pasan a ser considerados como recursos pblicos. Es decir como

    recursos del Estado de las clases dominantes, que esta utilizan incluso (como es

    14Los servicios que maneja directamente el Estado son por lo comn accesibles a los trabajadores

    y adems stas tambin estn normados y fiscalizados por el Estado, de manera que la decisin

    sobre las modalidades de produccin de los servicios est monopolizada por el Estado de lasclases dominantes.

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    en el Per) para financiar otros proyectos del Estado, dejando insuficientementeatendida la necesidad de la poblacin trabajadora.

    Todo esto, tiene su expresin a nivel de la vida cotidiana. La realidad de unaparato institucional que se nos impone colectivamente, produce una experiencia

    enajenado. El sistema se presenta como ya dado, como algo verdaderamenteajeno a nosotros, donde todo est establecido y frente a lo cual quizs quepa a loms, alguna posibilidad de queja y opinin, pero no de real decisin y

    administracin a cargo de los usuarios que son los trabajadores. Otra vez, loscriterios tcnicos aparecen legitimando desde su aparente neutralidad, una

    forma de expropiacin de las masas de gestionar la produccin de suspropias condiciones de vida, sin admitir ms alternativa para estas que

    someterse a lo protegido. Y a la vez, quienes encarnen y defiendan esa

    racionalidad de semblante neutro en la administracin de los servicios, son losinstrumentos de una racionalidad de clase que operativiza su poder, en el poder

    de los tcnicos y administrativos y en su capacidad de comportarseburocrticamente sin la participacin de las masas los reglamentos, losprocedimientos, horarios, por ms irritantes que sean, no pueden ser sino

    pasivamente aceptados como parte de una racionalidad burocrtica, que escapaal control y fiscalizacin populares. La fuerza de trabajo que participa en el

    proceso de produccin de los servicios sociales (mdicos, maestros, enfermeras,trabajadores sociales), si bien est forzada a encuadrarse en la jerarqua yrepresentar en parte a los usuarios, la racionalidad clasista, alienada y coercitiva

    del sistema, a su vez participa en el como pieza subordinada. Tambin para esostrabajadores, la lgica de los servicios aparecen pre -fijada, sin su participacindemocrtica, a la vez que a ellos se impone la decisin del nivel que mejor se

    adecue a la lgica del conjunto del Estado. En el Per por ejemplo, ello ha dadolugar a que el Estado expanda los servicios sociales sobre la base del

    empobrecimiento de diversas categoras profesionales: maestros, mdicos, etc. 15.En cualquier caso lo sealado permite percibir que los trabajadores estatales delos servicios sociales vivan una doble condicin desde el punto de vista social:

    como representantes de una racionalidad burocrtica y como trabajadores. Comolo primero son instrumentos de poder y portadores de poder ellos mismos frente a

    la clase trabajadora; como lo segundo, comparten la condicin oprimida del puebloy aspiran a una vida democrtica.

    Es esa falta de democracia, por otra parte, lo que a la vez impide liberarpoderosas fuerzas productoras de servicios sociales. El carcter dictatorial del

    Estado no es congruente con la ms amplia movilizacin de las masas en funcinde generar recursos para dar solucin a problemas como el analfabetismo porejemplo, que podra erradicados con la participacin popular voluntaria. Dicha

    participacin voluntaria no podra ser suficientemente suscitada por un Estado

    15 Entre 1968 y 1978, el profesional permanente del Gobierno Central de los sectores Salud,

    Educacin pas de 39.212 a 165.507 mientras en dicho perodo se produjo un deterioro del 35 porciento en el nivel de remuneracin mensual por trabajadores del Gobierno Central

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    antidemocrtico, y a la vez ese Estado difcilmente podra aceptar vas noburocrticas de solucin de problemas sociales.