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Adicción a los fármacos
Introducción
La mayoría de las personas que toman
medicamentos por prescripción médica, lo hacen
de manera responsable.
Sin embargo, el uso o abuso de drogas de
prescripción sin razón médica continúa siendo
una preocupación seria dentro del área de la
salud pública.
Introducción
En 1999 alrededor de 9 millones de personas de
12 años y mayores, utilizaron medicamentos de
prescripción sin razones médicas.
Hay fármacos de uso común que pueden
producir adicción. Los más importantes son los
que se utilizan para tratar la ansiedad y el
insomnio.
Fármaco-dependencia
Como el uso y abuso de sustancias químicas
y/o psicoactivas que alteran –entre otras
cosas- el metabolismo, la percepción
sensorial y la actividad motriz del
consumidor, provocando en éste serios
problemas en diferentes áreas de su vida
social, laboral, afectiva, además de generarle
un progresivo deterioro en su salud que le
puede llevar a la propia muerte.
Fármaco-dependencia
Puede generar dependencia física y psíquica y
se puede observar en el individuo, en base a
su consumo, diferentes niveles de adicción:
Nivel Experimental.
Usuarios que toman la droga con un
propósito específico en una situación pasajera
como no dormir para preparar un examen;
generalmente este tipo de consumo no provoca
dependencia física ni psíquica y cesa cuando
desaparece la situación que lo originó.
Nivel Social Ocasional
Usuarios que consumen droga en compañía
de grupos con el objetivo de facilitar la
integración e interacción social. En este nivel hay
dependencia psíquica y pueden aparecer indicios
de una incipiente dependencia física. Es decir, el
consumidor puede empezar a manifestar
síndromes de tolerancia y/o de abstinencia
Nivel Funcional
Son aquellos usuarios que necesitan usar la
droga para tener un “adecuado” funcionamiento
en sociedad, se trata de consumidores que no
pueden “empezar su día” sin antes haber
consumido algún tipo de drogas.
Nivel Disfuncional
Son usuarios que por su deterioro físico y/o
psíquico generado por este nivel de
dependencia, han dejado de funcionar en la gran
mayoría o en la totalidad de las diferentes áreas
de su vida, requieren de tratamiento médico y
terapéutico así como de cuidados de personas
allegadas como familiares, amigos, vecinos, etc.
Fármacos
Opioides, que se recetan mayormente para tratar
el dolor.
Depresores del sistema nervioso central (SNC),
que se utilizan para tratar la ansiedad y los
trastornos del sueño
Estimulantes, que se recetan para tratar el
trastorno del sueño llamado narcolepsia, el
trastorno de hiperactividad con déficit de atención
(ADHD) y la obesidad.
Síntomas de abstinencia
Generalmente caracterizados por una gran
ansiedad, agitación, preocupación, taquicardias,
palpitaciones, insomnio, falta de apetito, visión
borrosa, miedo a “volverse loco”, temor indefinido
a que le vaya a pasar algo grave, pesadillas,
confusión, espasmos musculares, obsesividad,
hipersensibilidad a la luz y los ruidos y variadas
sensaciones desagradables.
¿Como detectar la adicción a
tranquilizantes?
El paciente adicto a los fármacos se queja continuamente de ansiedad, malestar psicológico o tensiones musculares. Necesita sus pastillas como cualquier otro adicto “su droga”.
Inicialmente seguramente fue recetada por el médico para tratar un estado de ansiedad o de insomnio.
Poco a poco el paciente va aumentando la dosis de ansiolíticos que toma.
Llega un momento en que necesita tomar cada vez más y más. Cuando en su farmacia no se lo dispensan sin receta, cambia de farmacia o va a varias farmacias para conseguir más cantidad.
Frecuencia los toma un poco “a escondidas” y
cuando el resto de la familia no está en casa.
En general la familia es consciente de su
dependencia de las pastillas, pero no sospechan
las cantidades que pueden llegar a tomar.
Ansiolíticos y alcohol: la adicción
oculta
Son sustancias que se potencian y multiplican su
efecto al mezclarse.
Cuando se toman tranquilizantes y se bebe
alcohol, el efecto es equivalente a beber el triple
de lo que se ha bebido o a tomar el triple de los
fármacos que se han tomado.
Son adictos graves, pero difíciles de detectar en
las familias.
Otras adicciones
farmacológicas
Derivados del opio como metadona, morfina,
codeína y diversos analgésicos y anestésicos.
que pueden generar un trastorno de adicción.
Barbitúricos, Anfetaminas y sus múltiples
derivados legales e ilegales, también pueden
desarrollar trastornos de adicción.
¿COMO ACTUAR?
Cuando se sospecha que una persona tiene
problemas con los fármacos, lo urgente es
diagnosticar al paciente y, si es necesario, iniciar
un tratamiento efectivo que la resuelva.