«Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de

los años».(Abraham Lincoln)

LUIS GONZALO PORRAS ROJAS

Nací un viernes 27 de junio de 1991, en el municipio de San Antonio de Calarma (Tolima) la tormenta no cesaba y los dolores de mi madre cada vez eran más fuertes, hasta el momento en que un viejo reloj blanco colgado en una pared de hospital marco las 10:40 P.M. El llanto de un recién nacido, traspaso los pasillos de este lugar y los corazones de una familia que anhelaba ansiosa la llegada de un nuevo miembro.

Nací en un hogar católico que un día Luis Gonzalo Porras y Luz Melida Rojas, decidieron conformar, ocupo el segundo lugar de tres hermanos, nuestra crianza fue estricta en todos los ámbitos, mis padres nos han brindado todos sus valores y saberes , para ser personas de bien y para el bien.

Mi abuela fue forjadora de mi educación y en gran medida la persona que soy se lo debo a ella; mis años escolares los disfrute al lado de mis compañeros, en recochas, chistes, juegos, apuestas y mis primeros amores....

En el año 2008 me gradué y di pasos agigantados a mi proyecto de vida, en mi pueblo no existía ninguna forma de estudio, así que decidí dejar mi familia e ir a buscar mi profesión a otro lugar (Chaparral Tolima), llegue con una maleta liviana pero un corazón cargado de esperanzas reflejadas en sueños de salir adelante, de ayudar a mis hermanos y mis viejos, que un día sacrificaron su felicidad por la de nosotros tres.

Este nuevo municipio me abrió las puertas de una manera inimaginable, me puso al lado de personas que han dejado huella en mi formación y en mi corazón, como lo es mi novia, la mujer que sin importar la distancia, las dificultades, las tristezas ha estado siempre a mi lado, brindándome su apoyo.

Decido estudiar lengua

castellana, gracias a mi

profesora de lenguaje del

colegio, ella me enseño el

mundo de la literatura de

una manera totalmente

distinta, me demostró que

a través de un libro, una

historia, un personaje, un

movimiento y una época ,

puedo evocar

pensamientos más rápidos

que la luz y más extensos

que el universo mismo.

A través de mi carrera he aprendido a conocer personas maravillosas que me han llenado de saberes tan sagrados que hoy me hacen sentir orgulloso de ser docente.