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Investigación documental sobre el papel de la Iglesia en la salvaguardia de la cultura en la Edad Media. Mi elaboratum para el título de Bachiller en Ciencias Religiosas.
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INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS RELIGIOSAS
REGINA APOSTOLORUM
La Iglesia, ¿promotora de
la ignorancia? Investigación documental sobre el papel de la
Iglesia en la salvaguardia de la cultura en la Edad
Media
Alumna: Alba Marina Zapata Morales
Asesora: Sasha Jurchak
28 de mayo de 2012
Monterrey, Nuevo León, México
1
I. INTRODUCCIÓN
Es relevante el papel de la Iglesia en el Medioevo, especialmente en lo que respecta
a la cultura, pues se sabe que para la sociedad europea occidental medieval, la religión
católica fue un factor de gran importancia para la configuración de la civilización. También
es conocida la afirmación originada a partir de la Ilustración, que acusa a la Iglesia de
contribuir a la ignorancia de la humanidad durante tantos siglos, por su excesivo
dogmatismo y por prohibir la libertad de pensamiento. Por ello, el objetivo de este
Elaboratum será, a través de la investigación, averiguar el rol de la Iglesia en la
salvaguardia de la cultura durante este período, y así confirmar o desmentir dicha
afirmación, que considera a la Iglesia como una de las principales causantes del retroceso
intelectual del pueblo durante esta época.
Para lograr este objetivo, se proponen los siguientes apartados. En primer lugar, se
expone el origen de la afirmación en cuestión dentro del contexto de la Ilustración, los
fundamentos de su continuidad hasta nuestros días y una recopilación de comentarios
recientes sobre el tema para avalarlo. Después se procede a analizar esta afirmación,
contrastándola con la evidencia encontrada en diferentes fuentes. En este apartado se habla
sobre el contexto histórico en general y sobre los datos referentes al desarrollo cultural,
intelectual y artístico. Asimismo, se incluye un comentario sobre la Inquisición. Por último,
se realizan las conclusiones, en donde se presenta el resultado de la investigación,
contraponiéndolo con la afirmación a tratar.
2
II. LA CUESTIÓN: ¿IGNORANCIA FOMENTADA POR LA
IGLESIA?
Para poder comenzar un análisis objetivo, se ha de recapitular la cuestión que
estamos considerando. Ésta es: ¿fue la Iglesia verdadera promotora de la ignorancia de la
gente en la Edad Media, con el fin de controlarla mejor? ¿O, por el contrario, contribuyó a
la conservación de la cultura? Inclusive, ¿cuándo y por qué se denominó a este período de
tiempo como «Edad Media»? Por tanto, como se estableció en la introducción, a
continuación se presentará el origen y los fundamentos de este pensamiento, su
conservación y evolución gracias al Positivismo y al Relativismo, principalmente; y una
recopilación de comentarios recientes relativos a la cuestión.
A. La Ilustración como origen y fundamento de esta afirmación
1. Rechazo de las imposiciones dogmáticas y exaltación de la libertad de la razón.
Antes del siglo XVII, tiempo de plenitud de la Edad Moderna y contexto de muchos
descubrimientos científicos y de novedosas corrientes filosóficas, era inconcebible el
ateísmo como tal. Sin embargo, a partir de la Ilustración, también conocida como el «Siglo
de las Luces», el hombre decidió «liberarse de la servidumbre espiritual [para incrementar
el] conocimiento».1 El rasgo fundamental de la ilustración era el siguiente:
1 Reale, G., & Antiseri, D. (1988). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico, Tomo II: Del Humanismo
a Kant. Barcelona, España: Editorial Herder, p. 563.
3
Una decidida —aunque no ingenua― confianza en la razón humana, un uso crítico y
desprejuiciado de ésta con el propósito de liberarse de los dogmas metafísicos, de los
prejuicios morales, de las supersticiones religiosas, de las relaciones deshumanizadas entre
los hombres, de las tiranías políticas.2
Para el ilustrado, la única fuente válida de la verdad era la razón humana.3 Por tanto,
cualquier persona o institución que pretendiera imponer un dogma para creer como
verdadero, sin posibilidad de cuestionarlo, estaría atentando contra la libertad de la razón.
Por supuesto, la Iglesia, que es proclamada custodia de la Verdad, entra dentro de esta
categoría de agresores de la razón. «La minoría de edad [de la razón] en cuestiones
religiosas es la que ofrece mayor peligro: también es la más deshonrosa».4
En cuanto a las creencias religiosas establecidas por cualquier religión positiva,
principalmente la católica, son consideradas «supersticiones, fruto del miedo y la
ignorancia».5 Aunque la Ilustración proponía una religión deísta, producto de la razón
humana, finalmente también se criticó cualquier creencia en Dios, por constituir
«obstáculos al progreso del conocimiento».6 La persona debería sentirse con el derecho de
cuestionar cualquier cosa, incluso dogmas, con tal de ejercer su libertad para razonar.
[…] Constituye algo absolutamente prohibido unirse por una constitución religiosa
inconmovible, que públicamente no debe ser puesta en duda por nadie, aunque más no fuese
2 Íbid.
3 Cfr. Íbid.
4 Kant, I. (s.f.). ¿Qué es la Ilustración? Recuperado el 24 de Mayo de 2012, de Universidad Católica Santa
María la Antigua:
http://www.usma.ac.pa/web/DI/images/Eticos/Kant.%20Qu%C3%A9%20es%20la%20Ilustraci
%C3%B3n.pdf , p. 5. 5 Reale, G., & Antiseri, D. (1988). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico, Tomo II: Del Humanismo
a Kant. Barcelona, España: Editorial Herder, p. 568 6 Íbid.
4
durante lo que dura la vida de un hombre, y que aniquila y torna infecundo un período del
progreso de la humanidad hacia su perfeccionamiento, tornándose, incluso, nociva para la
posteridad.7
Con la Ilustración llegó finalmente el ansiado día de la emancipación de la razón, a
partir del cual se vería libre por fin del yugo del dogmatismo de la Iglesia. Después de
tantos siglos de opresión, entre los cuales destaca la Edad Media, le había llegado su
momento a la razón de ser independiente y de lanzarse a descubrir la verdad por sí misma.
A partir de entonces, la religión católica dejó de ser tomada en serio, para ser considerada
propia de los ignorantes.
2. Origen del término «Edad Media»
Desde el origen del concepto «Edad Media», éste se asociaba a un significado
despectivo. El término como tal fue acuñado por Juan Andrea de Bussi, obispo de Alería,
en 1469, es decir, durante el Renacimiento.8 Al inicio fue utilizado con una connotación
peyorativa, para referirse al período que sólo sirvió de transición entre la grandiosa
Antigüedad y el esplendoroso Renacimiento. Giorgio Vasari, en su obra Vida de los más
excelentes pintores, escultores y arquitectos, acuñó el término Renacimiento, para hacer
notar el contraste con la Edad Media, época de decadencia cultural y artística.9
7 Kant, I. (s.f.) o.c., p. 4.
8 Cfr. Saranyana, J. I. (1989). Historia de la Filosofía Medieval. Pamplona, España: Ediciones Universidad de
Navarra, S.A., p. 22 9 Cfr. Vasari, G. (s.f.). Vida de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos. Recuperado el 2012 de
Mayo de 25, de Webnode:
http://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=vida%20de%20los%20m%C3%A1s%20excelentes%20pintores%
2C%20escultores%20y%20arquitectos&source=web&cd=3&ved=0CFgQFjAC&url=http%3A%2F%2Ffiles.j
osegcardoso.webnode.es%2F200000598-e6431e73d0%2FVasariGiorgio%2520Vida%2520de
5
[…] Los humanistas utilizaron expresamente, de manera insistente y con plena conciencia,
términos como […] «hacer renacer el mundo antiguo» […], contraponiendo la nueva época
en la que vivían a la medieval, como la época de luz en comparación con la época de la
oscuridad y de las tinieblas.10
Estas referencias negativas de los humanistas del Renacimiento respecto a la Edad
Media fueron heredadas por los historiadores del siglo XIX, lo que explica que, durante la
Ilustración, todavía eran vigentes.11
B. El Positivismo y el Relativismo como conservadores de este
pensamiento
Existe, sin embargo, un período de tiempo largo entre la Ilustración y la actualidad.
¿Cómo fue que ese pensamiento Ilustrado, que acusa a la Iglesia de mantener ignorantes a
sus fieles por tanto tiempo, llegó hasta nuestros días? Surgieron muchas nuevas corrientes
de pensamiento en la Edad Contemporánea que no sólo negaban a priori cualquier
tendencia a la religión, sino también toda base metafísica. Se hará hincapié en dos etapas
principalmente: el Positivismo y el Relativismo.
El estadio positivo, estadio de la humanidad al que Comte califica de «adulto», estadio
autocéntrico, prometeico, se caracteriza porque el ser humano, renunciando a buscar las
realidades ocultas y misteriosas, se olvida de Dios y de los dioses y, al mismo tiempo, en
lugar de pretender buscar el porqué de las cosas, concentra su actividad científica en buscar
el cómo.12
10
Reale, G., & Antiseri, D. (1988). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico, Tomo II: Del
Humanismo a Kant. Barcelona, España: Editorial Herder, p. 34. 11
Reale, G., & Antiseri, D. (1988). o.c., p. 35. 12
Abad Pascual, J. J., & Díaz Hernández, C. (1996). Historia de la Filosofía. Madrid, España: McGraw
Hill/Interamericana de España, S. A. U., p. 323.
6
Según la cita anterior, el Positivismo se puede definir como una corriente de
pensamiento que no busca explicar razones, sino el funcionamiento de las cosas, por lo que
confía sólo en la evidencia encontrada por las ciencias positivas. Todo lo que no se puede
conocer por este medio sería mera especulación y, por tanto, pérdida de tiempo.13
Si el
verdadero conocimiento, el único que vale, es el positivo, entonces «el cultivo de la religión
vendría a ser resultado de la ignorancia de las gentes»14
y un obstáculo para el verdadero
progreso de la humanidad,15
por indagar respecto a realidades fuera del alcance de la razón
humana.
Más adelante, sin embargo, el sueño positivista y confianza ciega en el progreso se
derrumbó, para dar lugar a una crisis en el hombre. El relativismo actual, referente a la
incapacidad del hombre por la verdad absoluta, viene siendo parte de esta crisis.
La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy se encuentra frente al gran desafío
del relativismo, que parece completar el concepto de libertad pero en realidad la pone en
riesgo de destruirla proponiéndose como una verdadera «dictadura».16
Hoy en día la sociedad se encuentra con la necesitad de confirmarse en su libertad,
muchas veces en detrimento de la verdad, pues ésta vendría siendo un obstáculo para el
13
Cfr. Íbid. 14
Íbid. 15
Cfr. Abad Pascual, J. J., & Díaz Hernández, C. (1996). o.c., p. 326. 16
El Papa al inicio del consistorio: el relativismo amenaza la libertad. (19 de Noviembre de 2010).
Recuperado el 22 de Mayo de 2012, de Zenit: El mundo visto desde Roma: http://www.zenit.org/article-
37331?l=spanish
7
ejercicio pleno de aquélla.17
Esto afecta gravemente el concepto de verdad, pues se reduce a
la verdad «de cada quién», a meras opiniones y percepciones subjetivas. Por tanto,
cualquier persona o institución, como la Iglesia, que pretendiera imponer algo absoluto para
creer, estaría atentando contra la libertad humana.
El concepto de verdad es arrinconado en la región de la intolerancia y de lo
antidemocrático. […] [El Relativismo] se presenta como la verdadera garantía de la
libertad, especialmente de la libertad esencial: la religiosa y de conciencia.18
C. Recopilación de comentarios recientes sobre el tema
En este apartado se citarán algunos de los comentarios encontrados en trabajos
académicos o libros, en donde se asegura la culpabilidad de la Iglesia como promotora de la
ignorancia de la humanidad. Éstos son sólo un reflejo del pensamiento tan difundido a
partir de la Edad Moderna y a lo largo de la Edad Contemporánea.
Como en la Edad Media, la religión limita al ser humano, lo idiotiza, lo manipula y se
aprovecha de él gracias a su ignorancia.19
La Iglesia Católica, proclamada «árbitro entre Dios y los hombres» (no por Dios, sino por
los hombres) […] maldice y tira al lodo de la calumnia con la asquerosa excomunión [a los
que se consideren] apóstoles de la verdad, del progreso y del libre pensamiento, que
engrandece el nombre del hombre y llena las conciencias de conocimientos útiles. Esa
Iglesia sabe que se basa en la mentira y que sólo la ignorancia puede hacer que su vida se
17
Cfr, Ratzinger, J. (1998). Verdad, Valores, Poder: Piedras de toque de la sociedad pluralista. Madrid,
España: Ediciones RIALP, S.A., p. 84. 18
Íbid. 19
León, A. (24 de Octubre de 2007). El poder de la iglesia se basa en la ignorancia del pueblo. Recuperado
el 19 de Mayo de 2012, de Aporrea.org: http://www.aporrea.org/ideologia/a43144.html
8
alargue algún tiempo más, [por ello] se apodera de la educación del niño, donde [llenará de
prejuicios] el alma del joven y lo hará inútil al progreso […].20
La Inquisición se opuso sistemáticamente a la libertad de investigación, de publicación, de
discusión y de enseñanza en las cátedras y Universidades. Anatematizaba si lo investigado,
publicado o enseñado, no estaba de acuerdo con su ortodoxia, con sus dogmas, tabúes y
prejuicios, sostenidos por los Santos Padres, por los Concilios y por las leyes que en cada
momento histórico creaba el establishment eclesial. Todo en defensa de sus posiciones
ideológicas y de su clase social dominante, ante pueblos totalmente ignorantes e indefensos.
Eran conscientes del inmenso poder que tiene el conocimiento, del que proveían a sus
cuadros sacerdotales y del que privaban a sus fieles.21
Se podrían citar innumerables comentarios más, pero ya se ha comprobado la
actualidad de la afirmación comenzada en la Ilustración. A continuación se procederá a
contraponer este pensamiento con la evidencia encontrada tras la investigación.
20
Trincado, J. (1931). «Buscando a Dios» y asiento del Dios Amor. Buenos Aires, Argentina: Talleres
Gráficos Gasperini & Cía, p. 75 21
Martínez Fernández, P. (2008). La Inquisición, el lado oscuro de la Iglesia. Bogotá, Colombia:
Panamericana Formas e Impresiones, S. A., p. 234
9
III. LA INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS DE LA EVIDENCIA
Como concluyó el apartado anterior, fue durante la Ilustración cuando por primera
vez se afirmó que la Iglesia ha sido una de las principales promotoras de la ignorancia de la
humanidad. A lo largo de los siglos posteriores, especialmente a través del positivismo y
relativismo propios de la Edad Contemporánea, esta afirmación fue echando raíces, no sólo
entre los pensadores, sino también en la sociedad. Tras haber expuesto la primera parte del
análisis, se presentará la evidencia encontrada a través de la investigación, con el fin de
comprobar la veracidad, o bien, la falacia de aquella afirmación.
A. El contexto histórico de Europa Occidental en la Edad Media
La Edad Media es el período de casi un milenio que comenzó con la caída del
Imperio Romano de Occidente en el año 476 a manos de los pueblos barbáricos germanos.
Sobre su término, existen diversas opiniones entre los historiadores, pero para esta ocasión
se tomará como referencia la caída del Imperio Romano de Oriente en 1453, por la
conquista turco otomana.22
El Medioevo se divide, a su vez, en dos etapas: la Alta Edad
Media (que comprende del siglo V al siglo X) y la Baja Edad Media (que abarca del siglo
XI al siglo XV). Enseguida se hará mención de las características principales de esta época
histórica, principalmente en torno a Europa Occidental.
22
Cfr. Valverde, C. (1996). Génesis, Estructura y Crisis de la Modernidad. Madrid, España: Biblioteca de
Autores Cristianos, p. XIII.
10
A nivel social, político y económico, este período se caracterizó por la influencia de
los pueblos germanos en su formación inicial, a pesar de haber romanos todavía insertos en
la sociedad de aquel entonces. La estructura social se vio muy afectada tras la invasión de
los bárbaros, quienes se organizaron de modo muy distinto al determinado por el derecho y
política romanos. Eso sí, los germanos «respetaron las estructuras administrativas de
ámbito regional y territorial heredadas de Roma»,23
es decir, la distribución en provincias y
las ciudades capitales de cada una. La sociedad se configuró en feudos (del latín foedus),
muchos originados desde los tiempos del Imperio Romano.24
Esto sucedió porque ya
había territorios que, pertenecientes a algún patricio romano, fueron encomendados a
bárbaros para su producción, lo que dio origen a la relación señor-vasallo. En algunas
regiones el sistema feudal se centralizó, lo que dio origen a la monarquía.
La Monarquía constituyó el fundamento de la organización política de los reinos barbáricos
de Occidente. Esta institución tenía profundo arraigo en tradiciones ancestrales de los
distintos pueblos germánicos, aun cuando las vicisitudes de la historia y los cambios
experimentados por la organización social hubieran condicionado las características que
presentaba la Realeza, a la hora de iniciarse las grandes migraciones.25
En cuanto a la religión, fue sólo cuestión de tiempo para que los diferentes pueblos
de bárbaros fueran abrazando la fe cristiana, gracias a la acción misionera de tantos
religiosos y sacerdotes.26
Por eso la Edad Media se considera un período eminentemente
católico, pues fue precisamente la fe en Cristo lo que dio cohesión y unidad a tan distintos
23
Orlandis, J. (1984). Historia Universal, tomo III: Del mundo antigüo al medieval. Pamplona, España:
Ediciones Universidad de Navarra, S. A., p. 109. 24
Cfr. Orlandis, J. (1984). o.c., p. 101. 25
Orlandis, J. (1984). o.c., p. 104. 26
Cfr. Orlandis, J. (1984). o.c., p. 208
11
grupos. «Las fronteras cristianas se extendieron más allá de los antiguos límites de la
romanidad y alcanzaron el corazón de Germania».27
También relativo a la religión, es importante mencionar que el nacimiento y la
expansión del Islam se sitúan en este período. Debido a la rápida consolidación de los
grupos árabes como una sola cultura, a su veloz crecimiento demográfico y a su belicosidad
en la guerra, pudieron esparcirse a lo largo y ancho del mundo conocido de entonces. Por
este asentamiento musulmán es considerable su influencia cultural,28
sobre todo en España.
Este expansionismo fue el que los llevó a la conquista de Tierra Santa, lo cual fue la
motivación para las cruzadas, tan representativas de esta época histórica.
Digno de especial atención es el desarrollo cultural y filosófico. La Edad Media es
conocida como la «Época Oscura» o «Edad de las Tinieblas», por el retroceso intelectual y
cultural que caracterizó a la sociedad, en su mayoría analfabeta. Se sabe que los bárbaros
apreciaban poco la literatura,29
el arte, y la filosofía clásicos, por lo que para ellos no era
importante el conocimiento de las fuentes de la antigüedad. Además, debido a la
devastación durante las invasiones, gran parte del legado grecorromano se perdió en esta
época.
El idioma oficial, hasta entonces, había sido el latín, debido a que casi todos los
territorios invadidos habían pertenecido al Imperio Romano. Sin embargo, por la división
27
Orlandis, J. (1984). o.c., p. 207 28
Cfr. Martín Duque, Á. (1984). Historia Universal, tomo IV: Fundamentos de la Civilización Europea.
Pamplona, España: Ediciones Universidad de Navarra, S. A, p. 231. 29
Cfr. Orlandis, J. (1984) Historia Universal, tomo III: Del mundo antigüo al medieval. Pamplona, España:
Ediciones Universidad de Navarra, S. A., p. 85
12
de éste en pequeños feudos o reinos, cada región fue modificando el idioma, adaptándolo a
su cultura y mezclándolo con su propia lengua, hasta desarrollar lo que hoy se conoce como
las lenguas romances.30
Al relegarse el latín como lengua vernácula, se perdió contacto con
las fuentes primarias del conocimiento. El estudio del latín estaba reservado para unos
cuantos eruditos, casi todos sacerdotes o religiosos. Hoy en día, y a través de esa época, el
latín fue conservado a través de la liturgia, la filosofía, el derecho y las ciencias.
B. Argumentos que desmienten la afirmación
A continuación, tras exponer el contexto de la Edad Media en Europa Occidental, se
presentarán datos referentes al desarrollo cultural durante dicho período. Conforme se vaya
mencionando cada aspecto, se destacará su relevancia, contrastándolo con la afirmación ya
aludida.
1. Origen verdadero de la ignorancia: las invasiones barbáricas
Como se mencionó anteriormente, la sociedad Europea occidental durante la Edad
Media se configuró a partir de las invasiones de las diferentes tribus germanas. Las
personas pertenecientes a estos grupos eran denominados «bárbaros» (del griego βαρβαροι,
que significa extranjero), término que cobró la connotación peyorativa de no civilizados.
30
Cfr. Íbid.
13
Estos bárbaros saquearon y devastaron varias ciudades romanas,31
en donde se conservaba
parte del legado de la antigüedad clásica. Ya establecidas las poblaciones y definido el
dominio germano, continuaba el abismo que separaba a los romanos de los bárbaros, sobre
todo por la «diversidad de cultura y educación».32
Varios de los que habían sido aristócratas
romanos despreciaban a los germanos por su rusticidad.33
Todo esto parece indicar que el factor más decisivo para el retroceso cultural no fue
la fe católica, como se dice en ocasiones, sino la presencia dominante de los bárbaros. «La
convivencia prolongada con los bárbaros fue un fenómeno que contribuyó de modo
indudable a la barbarización de la sociedad occidental».34
A esto se añade la falta de
aprecio por la literatura clásica, la decadencia del latín y el renacimiento indigenista,
manifestado en la reaparición del Derecho Romano vulgar y de las artes y denominaciones
prerromanas para territorios o grupos populares.35
2. Conservación del legado grecorromano en bibliotecas monásticas
Contrapuesto al factor de la invasión barbárica se encuentra el papel de la Iglesia.
Contrario a lo que muchos afirman, la Iglesia sí tuvo una gran participación en el desarrollo
de la civilización europea occidental medieval, lo que incluye también el progreso de la
cultura y el pensamiento. Basta simplemente comentar que, a lo largo de todo el período,
los monasterios fueron focos de conservación del saber, pues varias órdenes de monjes
31
Cfr. Orlandis, J. (1984), o.c. p. 83. 32
Orlandis, J. (1984), o.c. p. 84. 33
Cfr. Íbid. 34
Íbid. 35
Cfr. Orlandis, J. (1984), o.c. p. 85.
14
dedicaban mucho tiempo a perfeccionar el latín, a copiar textos del legado grecorromano36
y a escribir obras propias, también en latín. «Los benedictinos contribuyeron a la difusión
de las filosofías árabes y, a través de ellas, de Aristóteles».37
Todo esto era conservado en
sus bibliotecas.
Los monasterios son también los únicos oasis de vida intelectual que había en aquel tiempo.
Nunca faltaba en ellos una biblioteca, pequeña o grande, que se aumentaba con el esfuerzo
de los monjes copistas e iluminadores, cuyas obras ―biblias, comentarios del Apocalipsis
de Beato, códices conciliares, como el Albeldense y el Emilianense— son joyas de nuestros
archivos.38
De no haber sido por estos monjes copistas, quizás la herencia de la antigüedad
clásica no hubiera tenido su auge en el Renacimiento y tampoco se hubiera podido
preservar hasta nuestros días.
3. La creación de la primera escuela palatina por Carlomagno, emperador cristiano
Es también digno de mención que, bajo el impulso de Carlomagno y su dinastía de
emperadores cristianos, se potenció enormemente la educación.39
Carlomagno, con el
apoyo del monje Alcuino de York, instituyó la primera escuela palatina en Aquisgrán. Ésta
y las que fueron creadas más adelante se hallaban bajo la tutela de eclesiásticos y recibían
gran influencia de la doctrina cristiana.
36
Cfr. Fliche, A. & Martin, V. (1976). Historia de la Iglesia, volumen XII: La Iglesia Medieval. Valencia,
España: EDICEP, p. 546. 37
Íbid. 38
Fliche, A. & Martin, V. (1976). o.c., p. 666. 39
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). Historial Universal, tomo V: La cristiandad medieval. Pamplona, España:
Ediciones Universidad de Navarra, S. A., p. 270.
15
La fundamentación religiosa de la realeza franca, alumbrada con Pipino el Breve, se afirma
y desarrolla ampliamente bajo Carlomagno en una compleja síntesis de tradiciones que, sin
perjuicio de las reminiscencias y el marco operativo de extracción germana, fluyen en
abundancia de las Sagradas Escrituras y las obras de los Padres de la Iglesia.40
Más adelante se instituyeron las escuelas monásticas y episcopales, no sólo para la
instrucción de clérigos y religiosos, sino también para laicos. Ejemplos de esto son las
escuelas de Chartres y San Víctor. «Se puede comprobar en qué medida la cultura
transmitida por esta enseñanza, además de la clerical —aspecto ya apuntado— es una
cultura erudita […]».41
Además, estas instancias no eran centros de enseñanza puramente
religiosa, sino que en ellas se impartían las ciencias incluidas en el trivium (gramática,
retórica y dialéctica) y quadrivium (aritmética, astronomía, geometría y música),42
por lo
que se deduce que los eclesiásticos también eran bastante cultos en estas áreas del saber.
Se puede concluir, entonces, que la presencia y apoyo de eclesiásticos en la
educación, más que un estorbo, fue una de sus principales impulsos. Los cristianos,
empezando por Carlomagno y siguiendo con los misioneros, eran los primeros interesados
en la instrucción de las gentes.
4. Creación de Universidades bajo la tutela de las autoridades eclesiásticas
De gran relevancia es también el comienzo de las universidades en esta época.
Algunas, como la de Toulouse, Palencia o Salamanca, fueron fundadas por iniciativa
40
Martín Duque, Á. (1984). Historia Universal, tomo IV: Fundamentos de la Civilización Europea.
Pamplona, España: Ediciones Universidad de Navarra, S. A, p. 203. 41
Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 271. 42
Cfr. Íbid.
16
papal.43
Otras, como la de París, nacen por iniciativa de profesores seculares, pero con el
apoyo de obispos.44
Al inicio, el cuerpo de profesores en estas universidades estaba
constituido por seculares exclusivamente. Más adelante, algunos frailes de las órdenes
mendicantes comenzaron a participar como profesores también, primero en las facultades
de teología, aunque después igualmente en otros departamentos.45
A través de las universidades se puso al alcance de la gente de cualquier
procedencia geográfica y social46
el estudio de las ciencias sagradas y profanas.47
Sobra
mencionar que los más doctos, inclusive en ciencias profanas, solían ser los religiosos,
dedicados por largo tiempo, como se comentó anteriormente, al estudio. Además, junto con
el nacimiento de las universidades, por primera vez se consideró válida la búsqueda de la
verdad por caminos paralelos a los de la fe, aunque sin prescindir totalmente de ésta.48
Para
ello se desarrolló en las aulas el método escolástico, cuyas partes eran las siguientes: lectio,
quæstio, disputatio y la disputa quodlibet.49
Este método seguía las leyes de la dialéctica y
buscaba el rigor en el pensamiento.
Tras haber referido esta evidencia, parece quedar claro que los eclesiásticos no sólo
impulsaron la educación, sino que además se preocuparon por formar el pensamiento de sus
alumnos, para hacer de ellos personas razonables.
43
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 290. 44
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 287. 45
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 291. 46
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 295. 47
Cfr. Íbid. 48
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 286. 49
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 296.
17
5. Surgimiento de la filosofía escolástica: armonía entre razón y fe
La creación de las universidades fue un factor decisivo para el surgimiento de la
escolástica. Esta filosofía constituyó un nuevo paso en la evolución del pensamiento, pues
sirvió de puente entre la filosofía clásica y el humanismo moderno. Además fue prueba de
la presencia de personas sabias en esta época.
Puesto que la cultura medieval florece junto a estas instituciones, primero las scholæ y
luego la universitas, entendemos por «escolástica» aquel cuerpo doctrinal que fue elaborado
—primero, de un modo bastante desorganizado y, después, de forma cada vez más
sistemática― en estos centros de estudio. En ellos encontramos a hombres creativos y a
menudo poseedores de grandes capacidades críticas y de agudeza lógica, dedicados a
escribir y enseñar.50
Representantes de esta nueva oleada del pensamiento filosófico son ilustres
personajes como San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura. Estas
célebres personas, además de ser grandes santos, fueron magnos pensadores de su tiempo,
tanto en teología como en filosofía. Se lanzaron a la aventura de volver a poner sobre la
mesa sistemas del legado grecorromano, demostrando así que puede existir una perfecta
armonía entre fe y razón, pues ambas buscan la verdad, siendo esto contrario a lo que
comúnmente se cree, de que la razón fue relegada para una exaltación de la fe. Un ejemplo
clarísimo de esta síntesis es la Summa Theologiæ de Santo Tomás de Aquino.
La razón es de forma predominante función de la fe. […] Se utilizan los principios
racionales […] para demostrar que las verdades de la fe cristiana no son algo disconforme
con las exigencias de la razón humana o algo contrario a ésta. Por lo contrario, la plena
realización de la razón humana se halla precisamente en estas verdades.51
50
Reale, G., & Antiseri, D. (1988). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico, Tomo I: Antigüedad y
Edad Media. Barcelona, España: Editorial Herder, p. 419. 51
Íbid.
18
Gracias, en gran medida, a la contribución de los pensadores escolásticos, que
retomaron el legado de la antigüedad clásica y lo adaptaron a su época, se pudo dar el paso
al humanismo renacentista,52
cuya característica principal es justamente el protagonismo
concedido al patrimonio grecorromano.
La escolástica, sobre todo en ambientes universitarios, fue también motor para el
retorno de los estudios científicos, sobre todo en relación con la astronomía, física y
medicina.53
El surgimiento y desarrollo de la escolástica es una muestra de que había personas
en la Edad Media con gran capacidad intelectual y gusto por el conocimiento. No sobra
destacar, además, que los grandes pensadores de este tiempo eran cristianos.
6. El impulso de la producción literaria
También relacionado con el progreso del pensamiento se encuentra la producción
literaria de la época. La historiografía fue la base para todas las demás expresiones
literarias. Ésta fue posible gracias a dos fuentes principales: Roma y la Iglesia.54
Sólo estas
dos tenían la visión suficientemente amplia para comprender el desarrollo paulatino de la
sociedad, pues llevaban existiendo muchos siglos más que cualquier otra institución.
52
Cfr. Reale, G., & Antiseri, D. (1988). Historia del Pensamiento Filosófico y Científico, Tomo II: Del
Humanismo a Kant. Barcelona, España: Editorial Herder, p. 27 53
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). Historial Universal, tomo V: La cristiandad medieval. Pamplona, España:
Ediciones Universidad de Navarra, S. A., p. 295. 54
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 279.
19
Fue también abundante la escritura de poesía latina. «Es fundamentalmente una
producción que nace en los medios clericales, cuyas raíces en la vida cultural medieval se
remontan a la época carolingia».55
El contenido de los poemas podía ser religioso,
didáctico, épico o lírico.56
También hacen su aparición en la Edad Media producciones en lengua vulgar, casi
siempre destinados a su interpretación y transmisión oral. Entre éstas destacan los cantares
de gesta,57
por ejemplo el Cantar del Mío Cid o la Canción de los Nibelungos.
Es importante considerar que, en relación a la producción literaria, la Iglesia fungió
como la principal fuente informativa y una de las inspiraciones primordiales. Por ejemplo,
son todavía valoradas composiciones como el Salve Regina o el Pange Lingua, de Santo
Tomás de Aquino.
7. La belleza del arte puesta al servicio de la fe
Relacionado con el punto anterior está toda la producción artística en general.
Aunque gran parte de las obras de la antigüedad clásica se perdieron por las invasiones
barbáricas, esto no fue un impedimento para seguir creando obras maestras a lo largo de la
Edad Media.
De nuevo se le debe mención a la contribución de Carlomagno, el emperador
cristiano. « […] El Renacimiento Carolingio puede considerarse como la primera fase ―y,
55
Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 280. 56
Cfr. Íbid. 57
Cfr. Adao da Fonseca, L. (1984). o.c., p. 281.
20
en cierto modo, la más importante— de una genuina fusión del espíritu celta-germánico con
el del mundo mediterráneo».58
Carlomagno potenció enormemente el desarrollo de las
Bellas Artes, al menos en torno a su Palacio en Aquisgrán.59
Entre las principales
producciones artísticas se encuentran pinturas (mosaicos, sobre todo), esculturas
(principalmente relieves y orfebrería) y arquitectura. Cabe destacar que, en general, las
expresiones artísticas medievales recibieron gran inspiración de la fe cristiana;60
de hecho
la mayor parte del arte de la época estaba dedicado al culto divino y a la instrucción del
pueblo en la doctrina católica. Ejemplo de esto son las bellas construcciones románicas y
góticas, como lo son la catedral de Notre-Dame de París y la iglesia de St. Sernin de
Toulouse.61
Asimismo, dentro de la historia del arte se encuentra el desarrollo de la música. Fue
justo durante la Edad Media cuando se implementó la primera forma de notación musical,
utilizando tetragramas y neumas.62
Este tipo de notación es el que se usa para el canto
gregoriano, una forma de oración típicamente litúrgica. «El perfeccionamiento del sistema
tonal y la creación de una teoría musical fue tarea de monjes y clérigos instruidos».63
Esta
teoría musical sentó las bases para las polifonías y armonías.
58
Janson, H. W., & Janson, A. F. (1988). Historia del Arte para jóvenes. Madrid, España: Ediciones Akal,
S.A., p. 111. 59
Cfr. Janson, H. W., & Janson, A. F. (1988). o.c., p. 113. 60
Cfr. Malo, P., Díez, N., Carbo, E., & Durà, N. (1998). Gran Historia del Arte, Volumen 3: La Edad Media.
Barcelona, España: Editorial Planeta-De Agostini, S. A., p. 141. 61
Cfr. Íbid. 62
Cfr. Honolka, K., Ritcher, L., Nettl, P., Stäblein, B., Reinhard, K., & Engel, H. (1974). Historia de la
Música. Madrid, España: EDAF Ediciones y Distribuciones, S.A., p. 83. 63
Honolka, K., Ritcher, L., Nettl, P., Stäblein, B., Reinhard, K., & Engel, H. (1974). o.c., p. 84
21
De nuevo, en cuanto al arte, la Iglesia no ha sido indiferente ni mucho menos hostil
ante su desarrollo. Al contrario, impulsó enormemente su producción, pues agradecía su
servicio al culto divino y a la catequesis del pueblo.
8. Comentario sobre la Inquisición
Se consideró necesario aludir a este tema, porque no sólo se acusa a la Iglesia de
mantener ignorante a la gente durante la Edad Media, sino también de censurar y castigar
duramente a quien osara buscar la verdad más allá de los límites que su Magisterio hubiese
establecido, a través de la tan difamada Inquisición. Las críticas hacia dicha institución
normalmente se abordan desde dos perspectivas: por la barbarie a la que se llegó para
infligir los castigos y por la exagerada restricción en la libertad de pensamiento. Sin
embargo, sólo se investigará lo que atañe a la segunda crítica, por su relevancia en relación
con el tema de la cultura y progreso del pensamiento.
Antes que nada, hay que distinguir entre la Inquisición medieval (creada en los
comienzos del siglo XIII y cuya actividad duró hasta el siglo XV) y la Inquisición Española
(propia de esta nación, instituida por los Reyes Católicos a finales del siglo XV). En este
apartado la atención se dirigirá principalmente a la primera, pues la segunda no entra dentro
del contexto delimitado al inicio.64
La Inquisición fue instaurada como organismo pontificio en 1232, por el papa
Gregorio IX. Su misión era combatir la herejía para defender la ortodoxia de la fe. La
64
Cfr. Fliche, A., & Martin, V. (1976). Historia de la Iglesia, volumen XVII: El Renacimiento. Valencia,
España: EDICEP, p. 93.
22
Inquisición estaba a cargo de los dominicos, quienes eran apoyados por las autoridades
civiles para la ejecución de las penas.65
Para la gente de aquel entonces la fe era lo más importante, por lo que cualquiera
que atentase contra ella era un peligro.66
Por la ignorancia del pópulo, es verosímil creer
que para ellos cualquiera que pensara de manera novedosa, podría entrar dentro de esta
categoría de herejes. Sin embargo, si los dominicos eran quienes fungían de jueces en los
tribunales de la Inquisición, se puede tener la certeza de que no condenaron a nadie
inocente, al menos en materia de fe. La Orden de los Predicadores se ha destacado por
recibir una excelente instrucción en todos los campos y eran los más confiables de su
tiempo en cuanto sana doctrina, tanto para las ciencias sagradas como las profanas. Por
tanto, es lógico pensar que, en el tribunal de la Inquisición, fueran justos jueces.
65
Cfr. Orlandis, J. (1998). Historia de la Iglesia: I. La Iglesia Antigua y Medieval. Madrid, España:
Colección Pelícano, Ediciones Palabra, S.A., p. 380. 66
Cfr. Orlandis, J. (1998). o.c., p. 381.
23
IV. CONCLUSIONES
Como se ha visto a lo largo de esta investigación, es evidente que la Iglesia, más
que promover la ignorancia de la gente durante la Edad Media en Europa Occidental, fue
uno de los principales agentes que contribuyeron a salvaguardar la cultura, tanto de la
antigüedad clásica como lo propio de la civilización medieval. La Iglesia contribuyó a
través de los monjes copistas de textos, instruyendo a la gente en las escuelas y
universidades, impulsando el desarrollo del pensamiento filosófico y científico y
promoviendo la producción artística. Por tanto, también se comprueba la falsedad de la
afirmación originada en la Ilustración.
Además se puede prácticamente asegurar que la Iglesia no quiere y no ha querido la
ignorancia de la gente (como se pensó a partir de la Ilustración, el Positivismo y el
Relativismo), principalmente por dos razones. La primera, porque a la Iglesia no le interesa
el dominio de las masas, pues no busca poder temporal. Y segundo, porque le interesa la
adhesión libre de la inteligencia a la fe, porque la fe, más que una atadura para ésta, es su
plenitud.
24
CONTENIDO
I. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1
II. LA CUESTIÓN: ¿IGNORANCIA FOMENTADA POR LA IGLESIA?...................... 2
A. La Ilustración como origen y fundamento de esta afirmación ................................... 2
1. Rechazo de las imposiciones dogmáticas y exaltación de la libertad de la razón. . 2
2. Origen del término «Edad Media» .......................................................................... 4
B. El Positivismo y el Relativismo como conservadores de este pensamiento ................ 5
C. Recopilación de comentarios recientes sobre el tema ................................................ 7
III. LA INVESTIGACIÓN: ANÁLISIS DE LA EVIDENCIA ....................................... 9
A. El contexto histórico de Europa Occidental en la Edad Media ................................. 9
B. Argumentos que desmienten la afirmación ............................................................... 12
1. Origen verdadero de la ignorancia: las invasiones barbáricas ........................... 12
2. Conservación del legado grecorromano en bibliotecas monásticas ..................... 13
3. La creación de la primera escuela palatina por Carlomagno, emperador cristiano
14
4. Creación de Universidades bajo la tutela de las autoridades eclesiásticas ......... 15
5. Surgimiento de la filosofía escolástica: armonía entre razón y fe ........................ 17
6. El impulso de la producción literaria ................................................................... 18
7. La belleza del arte puesta al servicio de la fe ....................................................... 19
8. Comentario sobre la Inquisición ........................................................................... 21
IV. CONCLUSIONES .................................................................................................... 23
TRABAJOS CITADOS ....................................................................................................... 25
25
TRABAJOS CITADOS
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=3&ved=0CFgQFjAC&url=http%3A%2F%2Ffiles.josegcardoso.webnode.es%2F2
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