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EL ALCANCE DE LA EXPIACION I. LA PREGUNTA La expiación limitada, o redención particular, apenas podría calificarse de doctrina fundamental. Sin embargo, es obviamenteunaqueavecessedebatecalurosamente.Berkhofestípico delosquemantienenelpuntodevistayexpresalacuestión de esta manera: “Al enviar el Padre a Cristo, y al venir Cristo al mundo para hacer expiación por el pecado, y al hacerla; ¿tuvo el designio o el propósito de salvar de entre todos los hombres únicamente a los elegidos? esta es la pregunta, y únicamente ésta” (Teología sistemática [Editorial T.E.L.L.], p. 468). Si de esta manera la pregunta está adecuadamente formulada, entonces la respuesta es clara: La expiación fue limitada, porque Cristo no vino al mundo para salvar a todos los hombres. Nuestro entendimiento de la elección respalda esa respuesta. Pero ¿es la pregunta de Berkhof la correcta? La respuesta es no. Es falso decir que “esta es la pregunta, y únicamente ésta”. Más bien, la pregunta real es: ¿Se propuso Cristo al venir al mundo hacer provisión para la salvación de todas las personas, consciente de que el Padre misteriosamente atraería hacia El a los elegidos y permitiría a otros rechazar la provisión hecha? El hecho de que algunos la rechazan no invalida la provisión ni significa que no se haya hecho provisión para ellos. Si decimos que un padre provee suficiente comida para su familia, no excluimos la posibilidad de que algunos miembros de esa familia puedan rehusar comer lo que se ha provisto. Pero ese rechazamiento de ellos no significa que la provisión se hizo sólo para aquellos que efectivamente comen la comida. De igual manera, la muerte de Cristo proveyó el pago por los pecados de todas las personas—los que aceptan el pago y los que no —. El rehusar aceptarla no limita la provisión hecha. No es lo mismo proveer que poseer. II. LOS PUNTOS DE VISTA 141 Los arminianos aceptan la redención universal o expiación ilimitada (juntocon la idea de que gracia suficiente es suplida a todos para que puedan creer). Entre los calvinistas hay algunos que se adhieren a la redención universal (los llamados calvinistas de los cuatro puntos o Amyraldianos, de Moisés Amyraldo, 1596–1664), y algunos que

Alcance de La Expiación

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EL ALCANCE DE LA EXPIACION I. LA PREGUNTA La expiación limitada, o redención particular, apenas podría calificarse de doctrina fundamental. Sin embargo, es obviamenteunaqueavecessedebatecalurosamente.Berkhofestípicodelosquemantienenelpuntodevistayexpresalacuestión de esta manera: “Al enviar el Padre a Cristo, y al venir Cristo al mundo para hacer expiación por el pecado, y al hacerla;¿tuvo el designio o el propósito de salvar de entre todos los hombres únicamente a los elegidos? esta es la pregunta, y únicamente ésta” (Teología sistemática [Editorial T.E.L.L.], p. 468). Si de esta manera la pregunta está adecuadamente formulada, entonces la respuesta es clara: La expiación fue limitada, porque Cristo no vino al mundo para salvar a todos los hombres. Nuestro entendimiento de la elección respalda esa respuesta. Pero ¿es la pregunta de Berkhof la correcta? La respuesta es no. Es falso decir que “esta es la pregunta, y únicamente ésta”. Más bien, la pregunta real es: ¿Se propuso Cristo al venir al mundo hacer provisión para la salvación de todas las personas, consciente de que el Padre misteriosamente atraería hacia El a los elegidos y permitiría a otros rechazar la provisión hecha? El hecho de que algunos la rechazan no invalida la provisión ni significa que no se haya hecho provisión para ellos. Si decimos que un padre provee suficiente comida para su familia, no excluimos la posibilidad de que algunos miembros de esa familia puedan rehusar comer lo que se ha provisto. Pero ese rechazamiento de ellos no significa que la provisión se hizo sólo para aquellos que efectivamente comen la comida. De igual manera, la muerte de Cristo proveyó el pago por los pecados de todas las personas—los que aceptan el pago y los que no—. El rehusar aceptarla no limita la provisión hecha. No es lo mismo proveer que poseer. II. LOS PUNTOS DE VISTA

141 Los arminianos aceptan la redención universal o expiación ilimitada (juntocon la idea de que gracia suficiente es suplida a todos para que puedan creer). Entre los calvinistas hay algunos que se adhieren a la redención universal (los llamados calvinistas de los cuatro puntos o Amyraldianos, de Moisés Amyraldo, 1596–1664), y algunos que enseñan la redención particular (los llamados hipercalvinistas o calvinistas de los cinco puntos). Este último grupo sostiene que Cristo murió para obtener la salvación de los elegidos; así Su muerte se limitó en su alcance a los elegidos. Los calvinistas moderados creen que el propósito de la muerte de Cristo fue proveer una sustitución por todos; por lo tanto, fue ilimitada en su alcance. Estos puntos de vista tienen que ver con la cuestión del orden de los decretos de Dios. Esta discusión concierne más a la lógica que a la revelación, y solamente sirve para destacar las diferentes perspectivas con la mira de situar en orden las partes del simple decreto de Dios, especialmente concentrándose en la relación que existe entre la elección y la caída (lapso = caída). El supralapsarianismo coloca la elección primero (supra = encima de) seguida por los decretos para crear, permitir la caída, y entonces hacer provisión para la salvación de los elegidos. El infralapsarianismo (infra = después) enumera la creación,lacaída,laelección,yentonceslaprovisiónparalasalvacióndeloselegidos.ELsublapsarianismo(sub=debajo) contempla este orden: creación, caída, provisión para la salvación de todos, elección de algunos para ser salvos. Algunos teólogos no reconocen la distinción entre infra y sub, y yo tengo que decir que ninguno de estos esquemas en realidad confirman nada. La cuestión que se discute concierne al alcance de la expiación, y no será resuelta ni aun aclarada mucho por determinar el supuesto orden de los decretos. III. ALGUNAS AFIRMACIONES IMPORTANTES Al discutir esta

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cuestión es esencial que mantengamos claro en la mente algunas verdades. (1) Los que se adhieren a la redención ilimitada no son universalistas. Ellos no creen que a la larga todos serán salvos. Ni tampoco este punto de vista requiere, ni conduce lógicamente a tal conclusión herética. El afirmar esto es crear un muñeco de paja. (2) Todas las personas están perdidas, aun los elegidos. El hecho de que uno sea elegido no le hace en manera alguna menos perdido que el no elegido. (3) Cualquiera que ha de ser salvo tiene que creer. El Padre le atraerá a Sí mismo, pero aun así necesita venir (Juan 6:37, 44). (4) Algunos pasajes de las Escrituras relacionan la expiación particularmente con los elegidos. Véase Juan 10:15 y Efesios 5:25 para ejemplos claros. Los que creen en la expiación ilimitada de buena gana reconocen esto. Pero no es esta la cuestión. El asunto es: ¿Hay pasajes bíblicos que extienden el alcance de la expiación más allá de los elegidos? Los que proponen la expiación limitada dicen que no, e intentan explicar los pasajes que parecen extender la expiación de forma que no lo hagan. En otras palabras, los que abogan por la expiación ilimitada reconocen que ésta es a la vez limitada e ilimitada; los proponentes de la limitación insisten en que es estrictamente limitada y no aceptan que haya pasajes que enseñen lo opuesto. IV. CONSIDERACIONES EXEGETICAS A. 2 Pedro 2:1 Generalmente se acepta que el versículo más difícil de armonizar con el punto de vista de la expiación limitada es 2 Pedro 2:1. Aparentemente dice que por los maestros falsos (que no están entre los elegidos) el Señor pagó el precio de la redención, puesto que en su enseñanza ellos niegan al Señor que los rescató (agorazo). En otras palabras, Pedro parece estar diciendo que el Señor en Su sacrificio pagó el precio para la redención de estas personas no elegidas. Algunos que creen en la redención particular dicen que Pedro está solamente repitiendo lo que alegan los maestros falsos. Ellos decían que el Señor los compró, pero en realidad El no lo hizo, porque El sólo murió por los elegidos. Así que Pedro simplemente reconoció lo que ellos estaban diciendo, sin afirmar la verdad de aquello; y, ciertamente, no es una declaraciónverazdesdeelpuntodevistadelaredenciónlimitada.Pero,porsupuesto,aunsiéstafueseunaexpresióndelo que los falsos maestros estaban diciendo, todavía puede ser una declaración veraz, así que no se puede asegurar que sea falsa simplemente porque viene de sus bocas. Pero lo más probable es que Pedro estuviera enfatizando la profundidad de su defección al señalar que ellos negaron al Señor que los compró. Algunas veces se le llama a éste el punto de vista de la “caridad cristiana”. Otros entienden que esto significa que el Señor (como Creador) “compró” a estas personas no elegidas en el sentido de que El como Creador los poseyó. Asíagorazo (comprar, redimir) llega a significar ktizo(crear). El Señor los poseyó como poseyó a Israel cuando El efectuó una liberación temporal de Egipto (Deuteronomio 32:6). En su intento de reforzar esta interpretación, los redencionistas particulares citan tres supuestas líneas de apoyo. (1) La palabra Señor (despotes) cuando se usa en el Nuevo Testamento se refiere a Dios, no a Cristo, y debe de referirse a Cristo en este versículo si es que enseña un rescate soteriológico (véase, por ejemplo, Hechos 4:24; Apocalipsis 6:10). Mientras que la palabra se refiere usualmente al Padre cuando se aplica a la Deidad, ¿no la usa Judas 4 con referencia a Cristo? Parece que sí, y si es así en ese lugar, entonces no hay ninguna razón para que no se refiera también a Cristo en 2 Pedro 2:1. (2) Ellos también señalan que en otros lugares en que aparece agorazo, referente a laredención soteriológica en el Nuevo Testamento, se menciona en el contexto el precio pagado. Por lo tanto, puesto que no se menciona precio en 2 Pedro 2:1, esto no se puede referir a una redención soteriológica real, sino más bien a una “posesión” de Creador-criatura. Sin embargo, en

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Apocalipsis 14:4 no se menciona precio en el contexto al relacionar la redención soteriológica a los 144.000. Al igual, 2 Pedro 2:1 pudiera referirse a la redención soteriológica sin mencionar un precio específico.

142 (3) Además, se alega queagorazo siempre se usa en contextos donde hay una compra real, de tomar posesión. Puesto que los falsos maestros en 2 Pedro 2:1 no eran realmente salvos, agorazo no se puede referir a una compra salvífica puesto que no ocurrió una posesión real. Pero nótese Lucas 14:18–19, donde se hizo una compra real de una propiedad y aun así el comprador ni siquiera la había visto. De igual modo, sostienen los que creen en la redención ilimitada, los falsos maestros fueron realmente comprados (es decir, Cristo sí murió por ellos) aunque nunca fueron poseídos (es decir, no fueron salvos). (Véanse John Owen,The Death of Death in the Death of Christ [London: Banner of Truth Trust, 1959]; y Gary Long, Definite Atonement [Nutley, N.J., Presbyterian and Reformed, 1976], pp. 67–82). B. 1 Juan 2:2 Este versículo también parece decir bien claramente que la muerte de Cristo fue por el mundo entero, puesto que El es la propiciación no sólo por nuestros pecados sino también por los de todo el mundo. “Nuestros” parece referirse a aquellos que son (o serán) salvos, mientras que “todo el mundo” incluye a aquellos que no son salvos. ¿Cómo explican los de la redención limitada este versículo para que sea compatible con su punto de vista? En realidad se hacen tres sugerencias. En las tres, “nosotros” y “el mundo entero” llegan a ser la suma total de todos los elegidos; por lo tanto, “nuestros” se refiere a algunos de los elegidos y “el mundo entero” a otros de los elegidos. (1) Algunos entienden que “nuestros” se refiere a los elegidos que vivían en Asia Menor donde estaba el apóstol Juan; “el mundo entero”, entonces, se refiere a los elegidos que residían fuera de Asia Menor. Esta es una distinción geográfica. (2) Otros ven una distinción racial; es decir, “nuestros” se refiere a los elegidos de entre el pueblo judío, y “el mundo entero”, a los elegidos de entre los gentiles. (3) Aun otros hacen una distinción cronológica. “Nuestros” designa a los elegidos que vivían en el primer siglo, mientras que “el mundo entero” contempla a los elegidos de los siglos subsecuentes. En otras palabras, los de la expiación limitada ven la expiación en este versículo geográfica, étnica, o cronológicamente universal, pero sólo con relación a los elegidos, no a todas las personas (véase John Murray, Redemption-AccomplishedandApplied [Grand Rapids: Eerdmans, 1961], pp. 82–5). Por cierto, la palabra “mundo” no siempre se refiere a todas las personas (véase Juan 12:19), pero ningún diccionario le da el significado de solamente los elegidos. Y los que abogan por la expiación limitada le están asignando el significado de solamente parte de los elegidos en este versículo. Además, la única otra vez que aparece la frase “el mundo entero” en los escritos de Juan es en 1 Juan 5:19, y allí indiscutiblemente incluye a todas las personas. Así que se da por sentado que también se refiere a todas las personas en 2:2. Y esto significa que Cristo murió por todos los humanos aunque todos no son finalmente salvos. C. 1 Timoteo 2:4-6; 4:10 Generalmente, los proponentes de la redención limitada entienden que “todos” en 1 Timoteo 2 se refiere a toda clase de personas. Es decir, Cristo murió por toda clase de pecadores (entre los elegidos), y Dios desea que sean salvas personas de toda clase (entre los elegidos). Sin embargo, en 4:10 algunos entienden que Salvador significa que Cristo provee los beneficios generales de la providencia a todos y especialmente a los creyentes. “Salvador”, entonces, no tiene connotación soteriológica, según esta interpretación. La lógica que hay detrás de estas interpretaciones es que si Cristo es el

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Salvador de todas las personas absolutamente, entonces todos tienen que ser salvos, y puesto que todos no son salvos, entonces El no puede ser el Salvador de todos en algún sentido soteriológico. Pero ¿no es Dios el Padre de todas las personas absolutamente (Hechos 17:29) y, sin embargo, no todos están en la familia redimida? (Gálatas 3:26). De modo similar, se puede decir que Cristo es el Salvador de todos sin que todos sean salvos (véase Owen, p. 235). D. Hebreos 2:9 Además, parece estar claro que la expiación fue universal. ¿De qué otra manera pudiera el escritor decir que El gustó la muerte por todos? Nótese que los versículos que preceden usan la palabra “hombré” también, y claramente significa todas las personas, no sólo los elegidos. E. Juan 3:16 Los que abogan por la redención limitada se ven forzados a decir que este versículo significa que Dios amó solamente al mundo de los elegidos. Un proponente de la redención limitada entiende que este versículo enfatiza la intensidad del amor de Dios; es decir, Dios amó al mundo de pecadores. Pero todavía se limita a los pecadores elegidos. Ahora bien, si Juan 3:16 es tan restringido, entonces ninguno de los de la redención limitada pudiera decirle a sus pequeños hijos, por ejemplo, que Dios los ama, puesto que él no podría saber a esa edad si pertenecen o no a los elegidos. El Señor, sin embargo, expresó Su amor por un hombre no salvo (y evidentemente no elegido) (Marcos 10:21). F. Hechos 17:30 Este versículo declara el asunto en la forma más amplia posible. Dios manda a hombres en todos los lugares que se arrepientan. Atribuirle el sentido de todos los hombres sin distinción de raza o rango en todos los lugares del mundo pero sólo entre los elegidos (lo cual es la forma que tuviera que entenderse para respaldar la expiación limitada) no parece ser la exégesis más segura. V. CONSIDERACIONES TEOLOGICAS A. Predicación universal del Evangelio Proponentes de la expiación ilimitada alegan que para poder predicarles el Evangelio a todos, Cristo tuvo que morir por todos. Parece tener más sentido decir que la redención ilimitada es más compatible con la predicación universal del Evangelio. Sin embargo, hay que reconocer que creer en la expiación limitada no apaga necesariamente los esfuerzos evangelís

143 ticos de uno. Algunos grandes evangelistas, como Spurgeon, mantenían la expiación limitada. Y otros que creen en la expiación ilimitada fallan en su responsabilidad de testificar. B. El valor de la muertede Cristo ¿Se pierde algo del valor de la muerte de Cristo si todos aquellos por los cuales El murió no se salvan realmente? Los de la expiación limitada dicen que sí; por lo tanto, concluyen, Cristo solamente murió por los elegidos. Pero si Dios dispuso que hubiese valor en un sacrificio universal en el que hizo al mundo entero salvable, además del valor salvífico para aquellos que positivamente creen, entonces el valor se realiza, aunque en diferentes maneras. C. ¿Se pagan dos veces los pecados de los no elegidos? AlgunosproponentesdelalimitaciónsostienenquesiCristomurióportodos,entonceslospecadosdelosnoelegidos fueron pagados en la cruz con la muerte de Cristo, y se pagarán de nuevo en el juicio al condenarse a los no elegidos al lago de fuego. Así que, en efecto, sus pecados se pagan dos veces. Lógicamente, entonces, o la muerte de Cristo no debe incluir a los no elegidos, o los no elegidos no deben ser condenados al lago de fuego. Una pregunta análoga se pudiera hacer. ¿Se pagó dos veces por los pecados del israelita que rehusó aplicar la sangre de la Pascua a la puerta de su casa? Cuando se mató el cordero pascual, sus pecados fueron cubiertos. Pero si él no aplicaba la sangre a su puerta, moría. ¿Constituía esto un segundo pago por sus pecados? Por supuesto que no.

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El primer y suficiente pago simplemente no fue aplicado a aquella casa en particular. La muerte después de no aplicar la sangre era solamente retribución por no apropiarse del sacrificio eficaz. La expiación que Cristo hizo pagó por los pecados de todo el mundo, pero el individuo tiene que apropiarse de ese pago por fe. El mundo fue reconciliado con Dios (2 Corintios 5:19), pero esas personas reconciliadas necesitan reconciliarse con Dios (v. 20). Una ilustración: En una escuela donde yo heenseñado, la ayuda al estudiante se manejaba de esta manera: Las personas hacen donaciones al fondo de ayuda estudiantil. Los estudiantes solicitan ayuda de ese fondo. Un comité decide quién recibirá ayuda y qué cantidad. Pero la distribución del dinero, se hace por expedir un cheque al estudiante, de quien a su vez se espera que lo endose de nuevo a la escuela, la cual entonces colocará el crédito en la cuenta de él. El dinero no se movía directamente del fondo de ayuda a la cuenta individual del estudiante. El estudiante lo tenía que recibir personalmente y colocarlo en su cuenta. Supongamos que usted haga una donación para pagar la cuota de enseñanza de un estudiante por un año. Usted pudiera decir propiamente que su cuota de enseñanza estaba pagada. Pero ésta no está paga hasta que el comité haga una selección, y el estudiante reciba la donación y la coloque en su cuenta. Si él no endosara el cheque, nunca estaría pagada aunque se efectúo un pago por ella. La muerte de Cristo paga por los pecados de todas las personas. Pero ningún individuo tiene arreglada su propia cuenta hasta que crea. Si nunca cree, entonces, aunque se haya pagado completamente el precio, sus pecados no serán perdonados. La muerte de Cristo es como si algún benefactor pagara las cuotasdeenseñanzadetodoslosestudiantesentodaslasescuelasentodosloslugares.Siesofueracierto,¿quédebemos estar diciéndoles a los estudiantes? Las buenas noticias de que sus cuotas están pagadas. Cristo murió por todos. ¿Qué debemos estar diciéndole al mundo? CAPITULO 56 LA APLICACION DE LA SALVACION En este capítulo consideraremos los ministerios que tienen que ver con la aplicación de la salvación. Históricamente, esta consideración ha sido llamada el ordo salutis o el camino de la salvación, e intenta arreglar en orden lógico (no temporal) estas actividades implicadas en la aplicación de la salvación al individuo. Pero como la cuestión del orden de los decretos en el lapsarianismo, el ordo salutis en realidad contribuye poco en sustancia. El punto más discutido es la relación que existe entre la regeneración y la fe, de lo cual trataremos después. En vez de intentar establecer un orden, es más útil notar qué ministerios son solamente de Dios (llamamiento, regeneración), y cuáles involucran también al hombre (convicción, conversión). I. CONVICCION A. ¿Qué es la convicción? Como hallamos en Juan 16:8–11, el Señor prometió que después del Pentecostés el Espíritu Santo convencería al mundo de pecado, de justicia, y de juicio. ¿Qué es la convicción?No es lo mismo que la conversión. Es convencer o refutar a un oponente de modo que se le haga ver el asunto claramente, ya acepte o rechace la evidencia. “La idea de ‘convicción’ es compleja. Implica los conceptos de examen autorizado, de prueba incuestionable, de juicio decisivo, de poder punitivo. Sea cual fuere la cuestión final, el que ‘convence’ a otro pone la verdad del caso disputado en una luz clara delante de él, de modo que tenga que verla y reconocerla como verdad. Quien, entonces, rechaza la conclusión que viene con la exposición, la rechaza con los ojos abiertos y a riesgo suyo. La verdad vista como verdad lleva consigo la condenación a todos los que rehúsan darle la bienvenida” (B.F. Westcott,The Gospel according to St. John [London: Murray, 1908], 2:219). Note el uso de la palabra en Mateo 18:15. El hombre reprendido o convencido puede aceptar la evidencia y arrepentirse o no

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hacerlo,locualentoncesresultaráenmásconfrontación.Laconvicción,pues,ofreceprueba,peronogarantizaquela verdad se acepte, lo cual es necesario para la conversión. B. ¿Quiénes son convencidos? El mundo. ¿Se refiere esto solamente a los elegidos? No, puesto que el ministerio de convencimiento espera que algunos no acepten la verdad. ¿Se refiere a todos en el mundo? Probablemente no, puesto que incluye las especificaciones del pe

144 cado, la justicia, y el juicio, no solamente la convicción general que viene de la revelación natural. Tiene que significar una gran cantidad de personas, más que los elegidos, pero no todas (cf. Juan 12:19). C. ¿De qué son convencidos? La convicción viene en las áreas específicas de pecado, justicia, y juicio. El hotis puede significar: a causa de, o: a saber, o una mezcla en las tres cláusulas. Por ejemplo, si a causa de, entonces el mundo es convencido del pecado de no creer. La justicia es aquella que Cristo proveyó en la cruz, vindicada por Su ascensión al Padre. El juicio, bien puede ser el juicio futuro del pecador, garantizado por el ya consumado juicio de Satanás, o referirse al juicio de Satanás en la cruz (v. 31). El orden es lógico. El hombre tiene que ver su estado de pecado, tener prueba de la justicia que el Salvador provee, y que se le recuerde que si rehúsa recibir a ese Salvador, encara condenación segura. D. ¿Cómo se efectúa la convicción? Es muy probable que haya varias maneras en el asunto. El Espíritu puede hablar directamente a la conciencia del hombre, la cual, aunque capaz de cauterizarse, todavía se puede convencer. El puede hablar a través de la Palabra escrita. También puede que El use el testimonio hablado o la palabra predicada. Pero ya sea que haya personas involucradas en efectuar este ministerio de convicción, si la convicción ha de llegar a un individuo, el Espíritu tiene que realizarlo. Estamos prestos a reconocerquelaregeneracióneslaobradelEspíritu,peroalgunasvecesllegamosapensarquenuestraspresentaciones ingeniosas o convincentes pueden crear convicción. No es así. Aun esto lo tiene que hacer Dios. II. LLAMAMIENTO A. El llamamiento general SolamenteunaodosreferenciasenelNuevoTestamentousanlapalabra“llamar”paracomunicarlaideadeunallamada general igualmente a loselegidos y no elegidos. Mateo 22:14 respalda claramente el concepto, mientras que 9:13 puede que también lo haga. Sin embargo, la idea se expresa claramente en pasajes como Lucas 14:16–24 y Juan 7:37. Esta es la invitación general de Dios a los hombres a que vengan a El. B. El Llamamiento efectivo Este es el llamado al cual solamente responden los elegidos, por fe, y que resulta en la salvación de ellos (Romanos 8:30; 1 Corintios 1:2). Esta es la obra de Dios, aunque El usa la proclamación de Su Palabra (Romanos 10:17). El llamamiento es a la comunión (1 Corintios 1:9), la luz (1 Pedro 2:9), la libertad (Gálatas 5:13), la santidad (1 Tesalonicenses 4:7), y a Su reino (2:12). III. REGENERACION A. El significado de la regeneración La palabra, usada solamente dos veces en el Nuevo Testamento (Mateo 19:28; Tito 3:5), significa nacer de nuevo. El nacer de lo alto (anothen) ocurre en Juan 3:3 y probablemente también incluya la idea de nacer de nuevo (véase el uso deanothen en Gálatas 4:9). Es la obra de Dios que da nueva vida al que cree. B. los mediosde la regeneración Dios regenera (Juan 1:13) de acuerdo a Su voluntad (Santiago 1:18) a través del Espíritu Santo (Juan 3:5) cuando una persona cree (1:12) el Evangelio como se revela en la Palabra de Dios (1 Pedro 1:23). C. La relación entre la regeneración y la fe En la declaración reformada del ordo salutis, la regeneración precede a la fe, porque, se argumenta, un pecador ha de recibir nueva vida para poder creer. Mientras se admite que esto se declara solamente como un orden

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lógico, no es sabio insistir aun en esto; porque bien se pudiera sostener que si un pecador tiene nueva vida mediante la regeneración, ¿por qué necesita creer? Por supuesto, no puede haber ningún orden cronológico; tanto la regeneración como la fe tienen que ocurrir al mismo tiempo. Indiscutiblemente, la fe también es parte del conjunto total de beneficios de la salvación que es el regalo de Dios (Efesios 2:9); sin embargo, se manda tener fe a fin de ser salvo (Hechos 16:31). Ambas afirmaciones son ciertas. D. El fruto de la regeneración La nueva vida producirá nuevo fruto. En 1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 5:1, 4 y 18, algunos de los resultados de la nueva vida incluyen la justicia, no cometer pecado, amarse el uno al otro, y vencer al mundo. IV. LA FE A. El signiricado de la fe La fe significa confianza, certidumbre, contar con que algo es verdad. Por supuesto, la fe debe tener contenido; tiene que haber confianza o certidumbre acerca de algo. Tener fe en Cristo para salvación significa confiar en que El puede remover la culpabilidad del pecado y dar vida eterna. B. La necesidad de la fe La salvación es siempre por la fe, no a causa de la fe (Efesios 2:8). La fe es el canal por el cual recibimos la dádiva de Dios de la vida eterna; no es la causa. Esto es para que el hombre nunca pueda gloriarse, ni aun de su fe. Pero la fe es el único y necesario canal (Juan 5:24; 17:3). Generalmente la palabra neotestamentaria para creer (pisteuo) se usa con la preposición eis (Juan 3:16), indicando confianza o esperanza confiada en el objeto. Algunas veces es seguida por epi, que enfatiza la confianza como el asirse del

145 objeto de la fe (Romanos 9:33; 10:11). A veces le sigue una cláusula que presenta el contenido de la fe (10:9). El verbo se usa con un dativo en Romanos 4:3. Pero sea cual fuere la forma, indica confianza en algo o alguien. C. Las clases de fe Las Escrituras parecen distinguir cuatro clases diferentes de fe. 1. Fe intelectual o histórica. Esto comprende la verdad intelectualmente como resultado de la educación, la tradición, la crianza, etcétera. Es humana y no salva (Mateo 7:26; Hechos 26:27–28; Santiago 2:19). 2. Fe milagrosa. Esta es la fe de hacer o lograr que un milagro, y puede o no estar acompañada por la salvación (Mateo 8:10–13;17:20;Hechos14:9). 3. Fe transitoria. Lucas 8:13 ilustra esta clase de fe. Parece ser similar a la fe intelectual excepto que es posible que incluya más interés personal. 4. Fe salvífica. Esta es la confianza en la verdad del Evangelio como se revela en la Palabra de Dios. D. Los aspectos de la fe 1. El aspecto intelectual. Esto implica un reconocimiento factual y positivo de la verdad del Evangelio y la persona de Cristo. 2. El aspecto emocional. La verdad y la persona de Cristo ahora se ven en un marco de interés y fascinación. 3. El aspecto volitivo.Ahora el individuo se apropia personalmente de la verdad y de la persona de Jesucristo y pone su confianza en El. Mientras que se distinguen estos tres aspectos, ellos tienen que integrarse cuando ocurre la fe salvífica. La persona cree en Cristo con todo su ser, no sólo con su intelecto, sus emociones, o su voluntad. Posiblemente una de las afirmaciones más claras del contenido necesario de le fe salvífica se encuentra en las palabras del Señor a la mujer pecaminosa samaritana. El dijo: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Juan 4:10). Conoce acerca del don y de la Persona, y entonces pide y recibe la vida eterna. CAPITULO 57 LA SEGURIDAD DEL CREYENTE I. DEFINICIONES Y DISTINCIONES El título de este capítulo no se escogió indistintamente. En algunas teologías o diccionarios se hubiera titulado certidumbre; en otras perseverancia; en unas pocas, preservación. ¿Cuáles son las diferencias y por qué escoger seguridad? La seguridad eterna es obra de Dios que garantiza que el don de Dios, la salvación, una vez

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que se recibe, es para siempre y no se puede perder. El concepto de la seguridad eterna enfatiza la actividad de Dios en garantizar la posesión eterna del don de la vida eterna. Tiene que ver con aquellos a quienes el Espíritu Santo regenera, y su veracidad no se funda en las emociones o las experiencias. La preservación es muy similar a la seguridad eterna en que enfatiza la obra de Dios en preservar al creyente en su salvación. La perseverancia, el término generalmente usado en el calvinismo, designa el quinto punto en la teología de Calvino, la “perseverancia final” de los santos. Significa que los creyentes “no pueden ni total ni finalmente caer del estado de la gracia, sino que ciertamente perseveranrán en ella hasta el fin, y serán salvos eternamente” (ConfesióndeWestminsterXII, I). Parece centrarse en el creyente—es el creyente quien persevera (aunque por el decreto y el poder de Dios)—. La seguridad se centra en Dios —esDiosquienaseguranuestrasalvación—.Noniegaquepuedahabertiemposderecaída,pero enfatiza la necesidad de fruto demostrable a través de la vida cristiana. Algunas veces los que enfocan esta doctrina desde el punto de vista de la perseverancia niegan la posibilidad de que el cristiano pueda ser carnal. Aunque la seguridad eterna, lapreservación, y la perseverancia, en realidad enseñan la misma conclusión fundamental (a saber, que el creyente verdadero no perderá la salvación), la certidumbre es una doctrina diferente. “Es la comprensión de la verdad de la eterna seguridad ó perseverancia. Una salvación segura es un hecho real, independiente de que uno lo entienda así o no. De modo que, el creyente posee seguridad, goce o no de certidumbre. II. LA DOCTRINA DE LA CERTIDUMBRE La certidumbre es la comprensión de que uno posee la vida eterna. La falta de certidumbre a menudo trae trauma innecesario pero terrible a la vida de una persona. ¿Por qué carecen algunos de certidumbre? Se pueden sugerir cuatro razones. (1) Hay quienes dudan de la realidad de su entrega a Cristo. A veces esto puede estar conectado con la imposibilidad de determinar la ocasión en que uno recibió a Cristo. La regeneración ocurre en un punto específico de tiempo. Las personas o están salvas o perdidas en cualquier momento determinado. Nadie se convierte gradualmente. Pero todos si avanzamos, gradualmente, en nuestra comprensión de la conversión. Así que, mientras que a los ojos de Dios y en nuestra experiencia hubo un punto en el tiempo cuando fuimos salvos, en nuestra memoria o entendimiento puede que no podamos especificarlo. Algunas veces esta duda es más fundamental que simplemente un asunto de tiempo. ¿Confié en Cristo verdaderamente? Semejante duda se puede disipar por invocar de nuevo el nombre del Señor (y una y otra vez, si fuere necesario). Nadie puede nacer denuevo más de una vez, pero uno puede sinceramente contarle al Señor su duda y clamar a El de nuevo por la salvación.

146 (2) Algunos carecen de certidumbre porque dudan de que el procedimiento que emplearon cuando expresaron su fe en Cristo fuera el correcto. “Yo no pasé al frente cuando hicieron el llamamiento. ¿Estoy verdaderamente salvo?” “¿Habré hecho la oración correcta?” “Recibí a Cristo privadamente. ¿Es esto suficiente, o necesito hacer alguna clase de demostración pública?” Este problema, que es muy real en más personas de lo que debiera ser, ha sido agravado por haberse elevado cierto método de invitación hasta el punto en que casi se convierte en el medio de la salvación. (3) Si uno no cree en la seguridad del creyente, entonces indudablemente carecerá de la certidumbre más de una vez en su vida. (4) Cuando el pecado entra en la vida del creyente, especialmente un pecado serio, entonces la duda acompaña a tal experiencia. La seguridad no concede una licencia para pecar, pero para tener la certidumbre necesitamos darnos cuenta de

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que los cristianos pecan, y que el pecado no hace que perdamos nuestra salvación. La experiencia normal cristiana nunca incluye la erradicación del pecado, porque “todos ofendemos en muchas cosas” (Santiago 3:2, VRVA). Esto nunca excusa el pecado, porque el cristiano también ha de crecer en santidad. Pero la experiencia del pecado no hace que perdamos la salvación. III. EL PUNTO DE VISTA ARMINIANO DE LA SEGURIDAD Jacobo Ariffinio (1560–1609) recibió su entrenamiento en la teología estricta reformada. Cuando se le pidió que defendiera el supralapsarianismo contra el sublapsarianismo, él se halló cautelosamente defendiendo la posición sublapsaria. Sus escritos, compilados en tres volúmenes, son mayormente tratados ocasionales que surgieron de las controversias en las cuales él se encontraba. El sistema conocido como el arminianismo llevó sus puntos de vista mucho más allá y fue forjado por Simón Episcopio (1583–1643). Entre las enseñanzas principales del arminismo están las siguientes. 1. Preconocimiento. Los decretos de Dios se basan en Su preconocimiento (que significa previsión). La elección se debió a la fe prevista y a la resistencia a la gracia prevista. Aunque Arminio también veía el preconocimiento como previsión, él afirmó que “Dios decretó salvar a algunos y condenar a ciertas y determinadas personas” (The Works of James Arminius, traducido por James Nichols [Auburn: Derby and Miller, 1853], 1:248). 2. Contaminación, no culpa.El hombre heredó la contaminación de Adán, pero no la culpabilidad imputada. La depravación no es total, porque el hombre puede inclinar su voluntad hacia obras buenas. 3. Perfección.Es posible que un creyente viva en tal conformidad a la voluntad de Dios que se pueda llamar perfecto. 4. Pérdida de la salvación. El arminianismo enseña claramente que un creyente puede perder su salvación. Arminio dijo: “Yo nunca he enseñado que un creyente verdadero pueda total o finalmente apostatar de la fe y perecer; pero no niego que me parece que hay pasajes de la Escritura que presentan este aspecto” (Works,1:254). A un nivel más popular, los arminianos algunas veces equiparan la posición de la seguridad eterna con una licencia para pecar. Por supuesto, los calvinistas sí pecan y lo excusan, pero lo mismo hacen los arminianos. Nuestra vida debe adornar nuestra doctrina, pero nuestra vida, sea buena o mala, no hace a la doctrina ni verdadera ni falsa. Como asunto práctico, el punto de vista Arminiano de la posibilidad y la realidad de perder uno la salvación algunas veces conduce a la clasificación de los pecados. En una categoría están los pecados que pueden causar que uno pierda su salvación; en otra, los que no puedenlograrlo. Por supuesto, algunos pecados son peores que otros (Mateo 7:1–5; Juan 19:11), pero si un pecado puede causar la pérdida de la salvación, entonces lo puede hacer cualquier pecado. La resistencia a esta conclusión puede que explique la enseñanza del perfeccionismo en el arminianismo. IV. LAS RAZONES PARA LA SEGURIDAD ETERNA Fundamentalmente, la seguridad se basa en la gracia de Dios y en el hecho de que la vida eterna es una dádiva y que es eterna. Cuando una persona cree en Cristo, es traído a una relación con la Deidad que asegura que su salvación está garantizada. Por supuesto, esto solamente es verdad en cuanto a las personas que han nacido de nuevo. Hay quienes profesan pero no poseen vida. Algunas veces podemos hacer un juicio razonablemente seguro tocante a si un individuo solamente profesa sin realmente poseer la vida eterna. En otros casos no nos es posible. Pero la salvación de la persona regenerada es segura debido a la relación con Dios que ésta tiene por la fe. A. Razones relacionadas con el Padre 1. Su propósito. Dios se propuso glorificar al mismo grupo que El predestinó, llamó, y justificó (Romanos 8:30). Esta declaración audaz sería imposible de hacerse si cualquiera de aquel grupo

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pudiera perder su salvación. De ser así, entonces los que El justificó no serían el mismo número de los que El glorificó. Pero el texto dice que serán los mismos. 2. Su poder. La mayoría estaría de acuerdo en que el poder de Dios puede guardar al creyente (y así es, Judas 24), pero algunos sostienen que puede ser anulado por una persona que renuncia a su fe. Pero el Señor dijo que estamos seguros en Su mano y en la mano del Padre y que nadie puede arrebatar al creyente de la posición segura (Juan 10:28–29). Ahora bien, “nadie” significa nadie, incluyendo al individuo mismo. La promesa no dice que nadie, excepto uno mismo, puede arrebatar al creyente de la mano de Dios: dice, simplemente, nadie. B. Razones relacionadas con el Hijo 1. Su muerte.Pablo hace dos preguntas en Romanos 8:33–34: ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?, y: ¿Quién los condenará? Su respuesta de que nadie puede hacerlo se fundamenta en la muerte, resurrección, intercesión, y abogacía de Cristo (v. 34). Si algún pecado pudiera deshacer la salvación de un creyente, y si, de hecho, éste puede perder esa salva

147 ción, entonces la muerte de Cristo no pagó por ese pecado. Pero sí lo hizo, afirmaPablo. Nuestro Señor mismo también declaró que El no perdería nada de lo que el Padre le diere (Juan 6:39–40)—todos los que creen en El serán resucitados en el día postrero, no todos los que creen y perseveran. 2. Sus oraciones. El ministerio actual de Cristo en el cielo de orar por los Suyos consta de dos aspectos: un ministerio preventivo (intercesión) y un ministerio curativo (abogacía). Su oración en el capítulo 17 de San Juan ilustra el aspecto preventivo. Allí El oró que fuéramos guardados del maligno (v. 15), santificados (v. 17), y unidos (v. 21), que estuviéramos en el cielo con El (v. 24), y que pudiéramos contemplar Su gloria (v. 24). Debido a Su intercesión continua por nosotros El puede salvarnos completa y eternamente (Hebreos 7:25). La abogacía entra en acción cuando pecamos (1 Juan 2:1). Además, si algún pecado pudiera deshacer nuestra salvación (y cualquier pecado bastaría), entonces Satanás tendría un argumento sólido contra cualquier creyente siempre que pecare (Apocalipsis 12:10). El pudiera demandar justamente la condenación eterna del cristiano, y si no fuese por nuestro Abogado, seríamos condenados. Pero el Señor señala hacia Su obra en el Calvario que quita la culpa de todos nuestros pecados, los cometidos antes y después de la salvación, y esto es suficiente para responder a la acusación de Satanás. Yo pequé. Y pronto, a toda velocidad, Satanás voló a la presencia del Altísimo Dios, e hizo una acusación injuriosa allí. El dijo: “Esta alma, esta cosa de arcilla y lodo, ha pecado. Es cierto que ha invocado Tu nombre, pero yo demando su muerte, porque Tú has dicho: ‘El alma que pecare, esa morirá’. ¿No será cumplida Tu sentencia? ¿Ha muerto la justicia? Manda ahora a este miserable pecador a su perdición ¿Qué otra cosa puede el Rey justohacer? Y así me acusaba de día y de noche. Y cada palabra suya, oh Dios, ¡era cierta! Entonces presto se levantó Uno de la diestra de Dios, ante Cuya gloria los ángeles velaron sus ojos, y dijo: “Cada jota y tilde de la ley se tiene que cumplir; el pecador culpable ¡muere! Pero espere —supongaquetodasuculpafuesetransferida a Mí, ¡y Yo pague por su falta! ¡Contempla Mis manos, Mi costado, Mis pies! Un día Yo fui hecho pecado por él, y morí para que él pudiese ser presentado sin culpa, ante Tu trono!” Y Satanás huyó. Pues muy bien sabía que contra ese amor nada él podía, ¡porque era verdad cuanto dijo mi Señor querido! —MarthaSnellNicholson C. Razones relacionadas con el Espíritu 1. El regenera. Si nacemos de nuevo por el Espíritu cuando creemos, entonces, si pudiéramos renunciar a nuestra fe para perder nuestra salvación, tendrían que quitarnos también el nuevo nacimiento. 2. El mora dentro. Si la salvación pudiera perderse,

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entonces la presencia del Espíritu dentro de la vida del creyente tuviera que ser quitada. El cristiano quedaría deshabitado. 3. El bautiza. El Espíritu une al creyente al cuerpo de Cristo cuando éste cree (1 Corintios 12:12); por lo tanto, si la salvación se perdiera, el cristiano tendría que ser separado del cuerpo de Cristo. 4. El sella. El Espíritu sella al creyente hasta el día de redención (Efesios 4:30). Si la salvación se puede perder, entonces Su sellamiento no sería hasta el día de la redención sino sólo hasta el día de pecado, apostasía, o incredulidad. Por supuesto, las Escrituras en ninguna parte dan a entender que un cristiano puede perder el nuevo nacimiento, quedar deshabitado, ser separado del cuerpo de Cristo (mutilando así Su cuerpo), o ser “dessellado”. La salvación es eterna y completamente segura para todo aquelque cree. Ciertamente, los creyentes pecan y se les amonesta en contra de profesiones falsas e inmadurez cristiana, pero Dios nunca quita Su dádiva de la salvación una vez que se haya recibido. Los creyentes no siempre perseveran en la piedad. Pedro no lo hizo (Gálatas 2:11). Muchos creyentes efesios no lo hicieron (Hechos 19:18). Lot no lo hizo (2 Pedro 2:7). En el tribunal de Cristo habrá algunos cuyas obras serán quemadas y serán salvos así como por fuego (1 Corintios 3:15). Aun

148 que todo creyente producirá algún fruto (4:5), es difícil, si no imposible, determinar cuánto o de qué clase cada uno ha de llevarlo y así juzgar la condición espiritual de un individuo. V. ALGUNOS PASAJES “PROBLEMATICOS” Ciertos pasajes a veces se han entendido en el sentido de que invalidan la doctrina de la eterna seguridad. Examinaremos algunos de éstos para a lo menos demostrar que hay una interpretación razonable que no contradice la doctrina de la seguridad. A. Pasajes que amonestan en contra de suplantar la gracia con la ley Dos pasajes severamente advierten contra el intento de reemplazar la vía de la gracia con la vía antigua de la ley. En Gálatas 5:4 Pablo claramente declara que aquellos que intentan ser justificados por la ley han “caído de la gracia” Es decir, el tratar de usar la ley como base para la justificación es caer de la gracia, la cual provee la única manera de ser justificado. La misma clase de advertencia aparece en Hebreos 10:26–31. Aquí el escritor advierte que si una persona rechaza la verdad de la muerte de Cristo por el pecado, ya no queda ningún otro sacrificio para el pecado disponible y ninguna otra manera de llegar a Dios. Tal incredulidad trae consigo el triple veredicto que se expresa en el versículo 29. B. Pasajes que advierten contra la pérdida de premios (pero no de la salvación) Pablo habla muy claramente de esta posibilidad en el pasaje de la “carrera”, 1 Corintios 9:24–27. Las carreras se corren para obtener premios, y el mismo Pablo sintió la necesidad de vivir una vida disciplinada para no ser finalmente desaprobado, no eliminado de la carrera, ni privado de sus coronas. La ilustración de nuestro Señor de la Vid y los pámpanos enseña la misma verdad básica (Juan 15:1–17). Estos pámpanos están en El, de ese modo refiriéndose a creyentes. A los creyentes, pues, se les exhorta a permanecer en El para poder llevar fruto. Permanecer significa cumplir los mandamientos de Cristo (v. 10 y 1 Juan 3:24). El creyente que no permanece, aunque todavía está en Cristo y, por lo tanto, salvo, pierde sus premios y oportunidades, tanto en esta vida como ante el tribunal de Cristo. El ser echado fuera, el secarse y el quemarse no se refieren a la pérdida de salvación sino a la del testimonio presente y la recompensa futura. C. Hebreos 6:1-8 Este muy debatido pasajeha sido interpretado de varias maneras. (1) El punto de vista arminiano ve a las personas descritas como creyentes que realmente pueden perder su salvación (“y recayeron”). Pero, por supuesto, si el pasaje enseña eso,

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también enseña que esa persona que ha perdido su salvación nunca puede ser salva por segunda vez, porque es imposible renovarlos de nuevo para el arrepentimiento. (2) Otros ven esto como una referencia a creyentes profesantes que solamente recaen del conocimiento de la verdad a la cual han estado expuestos pero que nunca han aceptado personalmente. Según este punto de vista no se trata de la seguridad, puesto que los meros profesantes no son salvos. (3) Yo personalmente entiendo que el pasaje describe a personas nacidas de nuevo. Las frases enlos versículos 4 y 5 claramente se refieren a la experiencia de la conversión (cf. “iluminados” en 10:32, “gustar” en 2:9, y “participantes” en 12:8). Pero son creyentes inmaduros por su propia voluntad (cf. 5:11–14). Ahora bien, el escritor advierte, puesto que es imposible retroceder en la vida cristiana para empezar de nuevo (pero si se pudiera sería necesario recaer primero para poder regresar al principio), solamente quedan dos opciones: quedarse donde uno está en el estado de inmadurez, o ir adelante a la madurez (6:1). Puesto que el estado en que se hallaban no era deseable, este pasaje constituyó una fuerte amonestación a seguir adelante en la vida cristiana. Esta advertencia es similar a aquella que un maestro le pudiera dar a una clase: “Es imposible que ustedes, estudiantes, una vez matriculados en este curso, den marcha atrás al calendario (lo cual es irrealizable, pero que tendría que hacerse si uno fuera a volver al comienzo) para empezar este curso de nuevo. Por lo tanto, progresen en la adquisición de conocimientos”. Las advertencias contra la inmadurez e infructuosidad son severas y las consecuencias significativas. Pero esas consecuencias no incluyen el infierno debido a haber perdido la vida eterna. Pablo se regocijó en la confianza de que nada, lo que indica cualquier cosa creada (y tiene que incluir a uno mismo), puede separamos del amor de Dios que es en Cristo (Romanos 8:38–39). Y otra vez declaró: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel, él no puede negarse a sí Mismo” (2 Timoteo 2:13). La inmutabilidad del carácter de Dios garantiza una salvación segura.