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ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO GLOBAL

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ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO GLOBAL

Dedicado a las Hermanas de Grandchamp y a todas

las comunidades de base y los grupos consagrados

a trabajar con los problemas populares, que

alimentan la esperanza de que la solidaridad

y una economía sustentadora de vida son posibles

ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO GLOBAL

extraídas de la historia bíblica y diseñadas para la acción política

Ulrich Duchrow

Aya-Yala

1998

ALTERNATIVAS AL CAPITALISMO GLOBALextraídas de la historia bíblica y diseñadas para la acción políticaUlrich Duchrow

Edición: Ediciones ABYA-YALA12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla 17-12-719Teléfono: 562-633 / 506-247Fax (593-2) 506-255E-mail: [email protected]@abyayala.org.ecQuito-Ecuador

Autoedición Abya-Yala EditingQuito-Ecuador

Traducido por María Teresa Jiménez de: Alternative to global capitalism. Drawn frombiblical history, designed for political action. International Books with Kairos Europa,Utrecht and Heidel berg, 1994

© Traducción: Ediciones Abya-Yala

ISBN: 9978-04-445-0

Impresión Digital: DocutechU.P.S. / XEROXQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, 1998

Contenido

Introducción 9

Primera ParteAntecedentes de la situación actual:El empobrecimiento y la dominación financiera global 17

Capítulo IEl nacimiento de la economía de mercado, sus estructuras y desarrollo 181. Principios básicos 182. Principios y consecuencias de una economía capitalista de

mercado en la cual el trabajo, la tierra y el dinero considerancomo mercancías 282.1. el trabajo 302.2. la tierra 332.3. el dinero 34

3. Las condiciones políticas necesarias para una economía capitalista de mercado 423.1. la propiedad y la legislación contractual 433.2. el sistema de dinero 473.3. la política exterior (comercial) 48

4. La ideología del hombre con mentalidad de mercado (homo economicus) 50

Capítulo IILa resistencia de las víctimas y de las sociedades 591. La resistencia fuera de Europa 592. La resistencia dentro de Europa 61

2.1. El mercado y su regulación 632.2. Socialismo, fascismo y keynesianismo 67

Capítulo IIILa situación actual en el sistema global capitalista neoliberal 731. La transnacionalización de los mercados y los actores de mercado 732. El dominio de las finanzas globales y sus efectos en el Sur,

el Este y Occidente 822.1. En el Sur: la crisis de la deuda; la punta del iceberg 822.2. Europa Oriental: la industrialización y la

desindustrialización: trampas gemelas de endeudamiento 862.3. En el Norte (Occidente): capitalismo de casino,

crecimiento sin empleo, el abismo entre ricos y pobres, y la impotencia de la nación-estado 88

2.4. Alrededor del globo: la destrucción de las bases de la vida para esta generación y las que vienen, en favor de la economía de acumulación de dinero 97

3. Las instituciones internacionales involucradas en la dominación financiera global: el sistema Bretton Woods y su metamorfosis 1003.1. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el

Banco Mundial 1003.2. El Acuerdo General de Tarifas y Comercio

(GATT por sus siglas en inglés) 1073.3. G7: las siete naciones industrializadas líderes y la

“Cumbre Económica Mundial” 1094. El papel de los militares es asegurar la dominación

financiera global 1105. El papel de los medios de comunicación de extender la

ideología de la dominación financiera global 116

Segunda ParteRecolección bíblica del futuro de la vidaConsideraciones preliminares 129

Capítulo IVEl contexto socioeconómico y político ideológico de las tradiciones bíblicas 1351. La economía en el antiguo Cercano Oriente 1352. Política e ideología 143

Capítulo VUna economía para la vida; enfoques bíblicos 1511. El surgimiento de Israel como una “sociedad de contraste” 1522. El intento de “domar” el sistema monárquico a través de la

profecía y la ley 1573. Alternativas tras el colapso de la monarquía y de la sociedad

transformada situada en un rincón del Imperio Persa 1684. La resistencia a los imperios totalitarios Romano y Heleno y

las alternativas en pequeña escala de los escritos apocalípticos 1835. El movimiento de Jesús y las primeras comunidades

cristianas mesiánicas como la sal, la luz y la levadura del Reino de Dios en Israel y entre pueblos 188

Capítulo VILa resistencia a los reinos del mundo y las alternativas para la vida. ¿Qué significa hoy esto? 2161. Cinco reglas bíblicas para recordar el pasado 2162. Falsos senderos: la “teología estatal” y la “teología eclesial” 2203. Tres enfoques legítimos de ser Iglesia y de dar los pasos

hacia una economía sustentadora de la vida 221

Tercera ParteAlternativas económicas dadoras de vida - En la actualidad 225

Capítulo VIIDe los imperios a la economía global 2261. ¿Cómo comparar las configuraciones sociales de los antiguos

imperios con el sistema capitalista global? 2272. ¿Las iglesias realmente tienen el derecho hacerse oír, en vista

de su historia bimilenaria? 228

Capítulo VIIIEl rechazo a la estructura totalitaria de la economía mundial 246

Capítulo IXAlternativas interconectadas y en pequeña escala en base a una 257nueva visión1. La visión de una economía para la vida 2592. Una economía (concuerda con el título posteriormente)

para la vida comunitaria 263

3. Alternativas microeconómicas 2693.1. las empresas alternativas y las redes empresariales 2703.2. alternativas tecnologías 2723.3. uso alternativo de la tierra 2733.4. sistemas microfinancieros alternativos 2763.5. comercio alternativo 284

4. Consumo alternativo 2855. Una distribución más justa del ingreso 2886. La intercomunicación de las alternativas a pequeña escala 291

Capítulo XUna política económica alternativa para la vida 2981. Las oportunidades para la acción política bajo un sistema

totalitario o la relación entre los escritos proféticos y apocalípticos 298

2. Las alternativas al actual (des)orden financiero y económico mundial 3092.1. Las instituciones de Bretton Woods y las Naciones

Unidas (FMI, Banco Mundial y GATT) 3092.2. Acabar con la moderna esclavitud de la deuda 3152.3. Combatir la fuga de capitales e impuestos y todos los

demás delitos económicos 3182.4. “Montar al tigre” o ¿pueden domarse las transnacionales? 320

3 Las estrategias para la vida a nivel local, nacional y europeo 3233.1. el nivel local 3233.2. el nivel nacional 3253.3. el nivel europeo 328

Conclusión 341

Bibliografía 343

INTRODUCCIÓN

El orden económico occidental actual, nacido en 1944 en la con-ferencia de las potencias mundiales, en Bretton Woods, EE.UU., tienemedio siglo de experiencia. Por largo tiempo hemos sabido que bajo es-te sistema “los pobres se vuelven más pobres y los ricos más ricos”; pe-ro hasta ahora el problema ha sido asociado normalmente con la dico-tomía existente entre los países más pobres de África, Asia y Latinoa-mérica, y las sociedades industriales del Norte rico. También se ha vis-to como un asunto concerniente a los idealistas interesados en ayudaral “Tercer Mundo”. Pero ahora un número cada vez mayor de personasen el este, y aún en el rico oeste, se hunden en la pobreza. En la UniónEuropea esta figura ha alcanzado los 50 millones1. Se define como po-bre a quien recibe menos del 50 por ciento del ingreso promedio. Sinembargo, el ingreso es sólo uno de los aspectos de la pobreza, aunquees su factor decisivo. Las investigaciones sobre la pobreza nos enseñanque además del ingreso, deben tomarse en cuenta otros factores2 comoel trabajo, la educación, la vivienda, la salud y las relaciones sociales, asícomo las consideraciones personales de satisfacción emocional, sole-dad, depresión y ansiedad. La cuestión es la incertidumbre de ser capazde satisfacer las propias necesidades humanas básicas. Esto quiere deciruniversalmente el alimento y el vestido, aunque en Europa Oriental lospobres reciben asistencia al menos para estas escuetas necesidades.

En Europa Oriental muchos creen que tenemos una economía so-cial de mercado, y que por tanto, estos problemas sólo nos afectan mí-nimamente, y esto, si es que nos afectan realmente. Quizá estemosconscientes del empobrecimiento de los Estados Unidos con Reagan yBush y en Gran Bretaña con Thatcher, ¿pero puede pasar esto en Ale-mania? Claro que los problemas pasajeros de la reunificación y la rece-sión económica deben ser superados, pero el sistema alemán es básica-mente bueno y puede aplicarse con éxito a otros países; al menos éste

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era el sentimiento de un informe de la Iglesia Protestante Alemana so-bre la economía. De hecho, desde los años ochentas el empobrecimien-to en Alemania se ha incrementado de manera acelerada: especialmen-te desde que la coalición liberal-conservadora llegó al poder en 1983.Desde entonces los salarios promedio en términos reales de aquellosque conservaron sus empleos han sido apenas mantenidos y sólo re-cientemente, han decrecido hasta alcanzar niveles bajo cero; paralela-mente ha habido un drástico aumento del número de desempleados, yun veloz deterioro de sus niveles de vida3. El número de personas sinempleo en Alemania occidental está ya en 3 millones, sin mencionar lasituación en la anterior Alemania Oriental, donde el paro real es másdel 50 por ciento. La vivienda escasea su oferta progresivamente y la fal-ta de ésta es un problema creciente. Los servicios de salud se han redu-cido. Las familias pobres se hunden cada vez más en las deudas, lo mis-mo que las autoridades locales y otros organismos públicos. Estos sonsimplemente algunos ejemplos de lo que sucede: la tendencia es evi-dente.

Al mismo tiempo, el empobrecimiento a gran escala de los “otrosdos tercios” de la Humanidad ha llegado a extremos de una terrible mi-seria. Cada vez más gente se encuentra con que no obtiene lo suficien-te para comer. Los millones de niños y adultos hambrientos se han con-vertido para nosotros en una simple estadística. En América Latina sehabla acerca de la descomposición de las sociedades que significa sufragmentación en facciones ingobernables en constante disputa. A ve-ces se las denomina “sociedades post-catastróficas”.4 Occidente pareceinteresarse en África sólo para usarla como vertedero y/o terreno de en-trenamiento para ejercicios militares neoimperialistas. En Asia la situa-ción es más compleja, como veremos más adelante. En conjunto, he-mos visto lo contrario de “desarrollo”: una palabra que se invoca endiscursos piadosos para tratar de ofrecernos una conciencia clara.

Y el Este entra actualmente asimismo en consideración, pues le si-gue al Sur en el empobrecimiento masivo. El socialismo tal como se lopracticaba en el bloque del Este, intentaba efectuar una distribuciónmás justa de los recursos existentes bajo el capitalismo occidental; y tu-vo éxito en cierta medida. Ahora ha fracasado, en parte porque la gen-te quería con razón tener poder político y no sólo justicia social; y enparte, porque un capitalismo manejado desde el estado no funciona entérminos económicos. Hoy estos países tienen el problema contrario:

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en muchos casos, sus gobiernos ponen sus esperanzas en las fuerzas demercado antes de poner en marcha las estructuras políticas, legales yculturales necesarias, para no mencionar los hasta ahora desconocidosefectos del mercado mundial en la política occidental. El resultado esun “capitalismo manchesteriano” y una criminalidad mafiosa de guan-te blanco. Las consecuencias sociales están a la vista de todos, empeo-rando diariamente, y mucho más donde hay situaciones de guerra. EnChina tampoco es clara la dirección que toma la transición hacia unaeconomía de mercado (en todo caso, diferente de la evolución que to-mó en la antigua Unión Soviética).5 Todo esto resulta en la extensiónmundial actual del sistema occidental, aunque se den marcadas varia-ciones regionales. El empobrecimiento progresivo (en grados diversos),acelerado por el fracaso del socialismo en el bloque del Este, ha sidouna faceta recurrente de este desarrollo desde los años 80.

El aumento de la pobreza y la destrucción del medio ambiente haestado acompañado de un horrendo incremento en la concentraciónde la riqueza. En Alemania, el ingreso disponible de los trabajadoresindependientes, no agricultores (5,9% de todas las familias), se elevó en47 por ciento entre 1979 y 1989.6

El ingreso bruto proveniente de negocios creció en 65,9 por cien-to, es decir, en 75 por ciento neto. De particular importancia es el in-greso en aumento de las inversiones financieras, y volveremos sobreello más adelante. El actual gobierno alemán estimula esta tendenciacon concesiones fiscales para los ricos y cargas fiscales para los pobres.En el momento en que escribo esto, el gobierno ha aprobado cortes delorden de los 20 millones de marcos alemanes, la mayor parte consisten-tes en la reducción de los beneficios de desempleo y de los pagos de laseguridad social. También ha anunciado cortes en las tributaciones másaltas.

Lo que significa que en Alemania la distribución social es más desigualque nunca. Con su 57 por ciento de todo el ingreso familiar nacional, eltercio más rico de las unidades familiares privadas tiene más que losotros dos tercios juntos (sólo 43 por ciento). Asimismo, hay una gran di-ferencia entre estos dos grupos inferiores: el tercio más pobre de todaslas familias recibe el 16 por ciento del total del ingreso por unidades fa-miliares, es decir, sólo la mitad de la parte que le corresponde. Pero el ter-cio intermedio, que obtiene el 27 por ciento, también se mantiene por

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debajo del 33 por ciento que le correspondería si el ingreso fuera equi-tativamente distribuido.7

Esta dicotomía se muestra más drástica al revisar la relación glo-bal Norte-Sur o la desigual distribución dentro de la mayoría de lospaíses del hemisferio sur. Desde 1990 las NN.UU. ha venido desarro-llando un instrumento para aclarar este asunto: el Informe de Desarro-llo Humano.8

El reporte de 1992 señala (p.48) que los bancos y países acreedo-res extraen de los países deudores una cifra anual de 50.000 millones dedólares americanos de una deuda que se autogenera. Y es más: median-te las actuales reglas que gobiernan el mercado mundial, los países po-bres pierden anualmente en favor de los países ricos al menos 500.000millones de dólares americanos, diez veces más de lo que reciben enayudas. Y esto sin considerar siquiera la carga que significa para la eco-nomía de estos países dependientes.

Heinz-Werner Hetmeier, de la Oficina Federal de Estadísticas de Wiesba-den, ha investigado cómo afecta esto en términos prácticos al alemán pro-medio.9

Desde 1980 las deterioradas condiciones mercantiles para los países produc-tores de materias primas, han resultado para Alemania en un excedente co-mercial de al menos 30.900 millones de marcos alemanes.

Es difícil conseguir estadísticas confiables de los países del Este eu-ropeo, pero la tendencia es la misma que en los del Sur.

De todas formas, en términos globales este “desarrollo” ha llevadoa una distribución sesgada del ingreso, como muestra la figura del Dia-grama 1, tomado del Informe de Desarrollo Humano de 1992

Esto significa que, en términos globales, tenemos una situación de“apartheid” (segregación) con una proporción entre los “tener” y los“no tener” de aproximadamente 1 a 4.

Añadiendo a esto el consumo global de energía, las emisiones deCO2, los desechos que se producen, la contaminación y otros factoresmedioambientales, se hace evidente que este mismo 20 por ciento de lapoblación global es también responsable por el 80 por ciento de la des-trucción de nuestro planeta. Vemos que hay varias razones para hacerun cuidadoso examen inicial del estado actual del mundo.

Alternativas al capitalismo global 13

El dibujo muestra la distribución global POBLACION INGRESOdel ingreso. El 20% más rico de la pobla- MUNDIAL MUNDIALción mundial recibe el 82,7% del ingreso Los más ricos 20% 82,7%mundial, mientras que el 20% más pobre Los segundos 20% 11,7%recibe el 1,4%. El crecimiento económico Los terceros 20% 2,3%global apenas se filtra hacia abajo. La Los cuartos 20% 1,9%distribución del ingreso global por Los más pobres 20% 1,4%quintos se muestra al lado:

Diagrama 1: La distribución global del ingreso Fuente : UNDP, 1992

Losmásricos

Distribución del ingreso

la quinta parte más rica recibeel 82,7% del ingreso

total mundial

cada banda horizontalrepresenta una quintaparte de la poblaciónmundial

Losmás

pobres

Poblaciónmundialsegúnel ingreso

La quinta parte más pobre recibe el 1,4% del ingreso mundial total

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1. Mucha gente experimenta y comprende pequeñas partes deltodo, lo que ocurre en su localidad. Por ejemplo, se les despide del tra-bajo, o reciben apenas una gota, en términos reales, de su seguridad so-cial o sus salarios; no pueden encontrar un lugar en donde vivir sinendeudarse; migran para escapar de la pobreza en nuestra sociedad re-lativamente rica, y al hacerlo se encuentran con prejuicios raciales;oyen acerca de las guerras y conflictos que ocurren en algún lugar delmundo y se les dice que se van a enviar tropas; o se enteran de las ham-brunas y de que se les requiere para que donen dinero para la asisten-cia a estos desastres, etc. ¿Capta alguien las conexiones entre estos acon-tecimientos? Los economistas no hacen publicidad de estos vínculosque existen. Muchos políticos no los conocen o no les preocupa el men-cionarlos. Los medios de comunicación, con unas pocas excepciones,comentan sobre el asunto. De hecho, se pone a las víctimas unas con-tra otras. Pero raramente se les cuenta que son víctimas de todo un sis-tema interconectado que se extiende a todo el globo y varía en grado so-lamente. ¡Deberían unir sus fuerzas!

2. No sólo podrían unir sus fuerzas las víctimas evidentes. Las víc-timas futuras, o las víctimas inconscientes actuales, podrían darse cuen-ta de esta situación. Hasta ahora la “cuestión del Tercer Mundo” no pa-rece haber tenido mucho que ver con nosotros. En el Norte, la solida-ridad también podría crecer si se volviera claro que los mismos meca-nismos globales que causan el empobrecimiento y la devastación hu-mana en África, Asia y Latinoamérica también, son responsables de loscortes en nuestros servicios sociales y de la destrucción de nuestro me-dio ambiente. El apoyo para las víctimas evidentes aumentaría, y lasvíctimas y los solidarios con ellas podrían trabajar juntos en alternati-vas que produzcan un cambio político de dirección, antes de que la ca-tástrofe hacia la cual se encamina la humanidad crezca en importancia.

3. Las iglesias son particularmente importantes en este asunto.Las culturas responsables de la situación que nos ocupa tienen sus raí-ces en la Cristiandad occidental (esencialmente los Estados Unidos yEuropa, exceptuando aquí al Japón). Por ello, las iglesias tienen una res-ponsabilidad especial de enfrentar los hechos, no sólo los de orden ex-terno económico, social y político, sino también todo lo que esto signi-fica en términos de su propia responsabilidad ideológica, política y eco-nómica. Hasta ahora muchas de las principales iglesias se han negado ahacerlo, argumentando la complejidad de la situación. Hoy las cone-

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xiones (globales) son más evidentes que nunca antes, y deben hacersepúblicas. Además, no se ha recurrido generalmente a los enfoques bí-blicos, pero serán de gran valor al observar críticamente la importanciapolítica de la economía.

4. Por último, no es posible trabajar en dar alternativas sin enten-der qué parte del todo se está abordando, qué posibilidades hay abier-tas y cómo relacionarse con quienes están abordando otras partes. Enconcreto, para trabajar en dar alternativas hay que entender las estrate-gias y mecanismos del sistema económico actual y de sus actores, a finde conocer las fuerzas que están en contra. Saber cuáles son, a nivel lo-cal, nacional, europeo y global, las opciones para eliminar la desilusióny la decepción.

Naturalmente que ningún libro de un solo autor (aun tratándosede un trabajo interdisciplinario basado en un contacto cercano con lasvíctimas de muchas partes del mundo) puede dar una descripcióncompleta del actual sistema económico, ni explicar las críticas bíblicas,teológicas y éticas y luego sugerir propuestas prácticas para una econo-mía que realce la vida. Pero sí puede ofrecer un marco teórico y algu-nas ideas útiles para que los grupos, las comunidades, las iglesias y losmovimientos sociales continúen trabajando en dar alternativas econó-micas tanto localmente como en conjunto con otros grupos.

Este libro se escribió en razón de que el año 1994 fue una oportu-nidad única de profundizar nuestra comprensión de los vínculos entrelos acontecimientos globales, nacionales y locales, y también de ejercerinfluencia política. Como mencioné anteriormente, en 1994 se cumplióel quincuagésimo aniversario del actual orden económico mundial: enjulio de 1944, las potencias mundiales dominadas por los EE.UU. (ven-cedor de la Segunda Guerra Mundial), determinaron cuál sería el nue-vo orden económico mundial en la Conferencia de Bretton Woods. De-cidieron establecer el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Ban-co Mundial para regular el sistema financiero internacional, y más tar-de, el Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT por sus siglasen inglés) para regular el comercio mundial. Las economías nacionalesy las reglas que gobiernan su función a menudo se contemplan comoalgo natural o incluso dado por Dios. Sin embargo, podría ser útil exa-minar cuidadosamente las evoluciones históricas que llevaron a esteorden económico mundial, cuáles fueron sus consecuencias y qué alter-nativas viables habría.

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Por otra parte, 1994 fue un año maratónico de elecciones locales,nacionales y europeas, al menos en Alemania y en Europa Occidental.El aire se llenó de propaganda electoral para persuadir a la gente de vo-tar contra sus propios intereses. La derecha política podía obtener de lasituación una gran ventaja política, intentando conquistarse a las vícti-mas y a los que temían perder puntos. Esto requiere explicación e in-formación, pero también que los afectados se organicen desde las polí-ticas populares en alza, para influenciar en los partidos políticos y ga-nar aliados de ser posible. Así que 1994, al marcar 50 años de economíaglobal como “economía de estilo occidental” y al ser un año de eleccio-nes en Europa Occidental, era una oportunidad de fortalecer las coali-ciones a pequeña escala que trabajaban contra la destrucción económi-ca, social y ecológica, y a favor de alternativas económicas a todo nivel.Hay mucha gente activa en varios lugares, como “Kairos Europa; y ha-cia una Europa para la justicia”, una red de organizaciones indepen-dientes de víctimas, grupos solidarios, iglesias y organizaciones eclesia-les. Además, las iglesias europeas planean realizar en 1997 una segundaAsamblea Ecuménica para la justicia, la paz y la integridad de la crea-ción, tras la primera llevada a cabo en 1989 en Basilea. Este libro deseacontribuir a estos y a otros esfuerzos, por el bien de nuestra vida ame-nazada.

Notas

1 Ver el informe aparecido en el Frankfurter Rundschau, 20.I.1993, de la Confe-rencia Nacional Alemana sobre la Pobreza (Nationale Armutskonferenz).

2 Ver el enfoque metódico de informar sobre la pobreza en D. Döring et al., 1990,pp. 18ss.

3 Ver ibíd. y R. Hickel et al., 1993, y E.-U Huster en el Frankfurter Rundschau.19.1.1993

4 R. Kurz, 1991.5 Ver I. Kollin-Hüssen, en: M. Massarrat et al. (eds.), 1993, pp. 103ss.6 E.-U. Huster, op. cit.7 Ibíd.8 PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), 1990-1994.9 Ver el Frankfurter Rundschau, 28.6.93 (resumido por R. Bunzenthal).

I PARTE

ANTECEDENTES DE LA SITUACIÓN ACTUAL

El empobrecimiento y la dominación financiera global

El trabajo y la tierra no son más que los mismos seres humanos que conforman cada sociedad y los alrededores naturales en los que existen. Incluirlosen el mecanismo de mercado significa subordinar la sustancia de la sociedad misma a las leyes de mercado.

Karl Polanyi1

Nuestro punto de partida y referencia son los seres humanos, mu-chos de los cuales viven hoy en una miseria creciente, y la naturaleza, labase de toda la vida en nuestro planeta, está ahora en peligro. Podemosdescribir en detalle el sufrimiento y hacer una lista de los hechos. Perolos “hechos en bruto” los conoce todo aquel que quiera saber. Asimismoestos hechos funcionan en la profundidad de las mentes de los que aúnno están conscientes de ellos, o no quieren estarlo. El hecho es que másy más gente dice actualmente que: “sentimos que algo está muy mal”.Los niños se preocupan más que nadie, y mucho, acerca del futuro.

Esto no concuerda bien con la exclamación victoriosa de: “¡la eco-nomía de mercado ha llegado a la cumbre!”, o “no hay más alternativaque la economía de mercado”. Sin embargo, estas dos afirmaciones tie-nen algo de verdadero: tras el fracaso del socialismo burocrático comoun proyecto alternativo, ahora la economía de mercado capitalista glo-bal tiene que hacerse responsable del desarrollo estructural mundial(algo ya obvio para los que procuraban ver). Por lo tanto, si vamos a de-sarrollar alternativas económicas dadoras de vida, debemos entendercuál es la forma dominante de la economía de mercado, cómo opera yqué tiene que ver con el empobrecimiento, la reducción los serviciossociales y la destrucción del medio ambiente.

1 K. Polanyi (1994) 1957, p. 71.2 Ver Daly y Cobb, 1989.

Capítulo 1

EL NACIMIENTO DE LA ECONOMÍA DE MERCADO,SUS ESTRUCTURAS Y DESARROLLO

1. Principios básicos

Una causa importante del sentimiento popular de impotenciafrente a lo que hoy trae sufrimiento y destrucción, es la creencia gene-ralizada de que la economía marcha de acuerdo a ciertas “leyes” natu-rales. A todos se nos enseña que esta compleja situación tiene su propia“lógica”. Sólo a los expertos les es posible saber de qué se trata todo es-to y cómo se desenvolverán las cosas en el futuro. Dicen que sólo sepuede discutir de estos asuntos “objetivamente”, y no “emocionalmen-te”, lo que es decir, desde la perspectiva de los afectados. Quien desee sertomado seriamente en cuenta debe sujetarse a los argumentos pura-mente económicos. Los puntos de vista éticos, teológicos y de otra na-turaleza “externa” se califican como “moralizadores” y por eso no se to-man seriamente en cuenta; incluso pueden ser objeto de burla.

En este punto, es útil mirar hacia atrás en la historia y ver que laeconomía que hoy prevalece no es bajo ningún sentido la única formade mercado desarrollada y practicada por los seres humanos. Más in-formación básica al respecto la da el libro de Karl Polanyi The GreatTransformation (la gran transformación).1 Aquí él demuestra que latransición hacia la moderna economía capitalista de mercado emergióde condiciones históricas muy específicas, que a su vez tienen su pro-pia historia. Las diferencias entre los mercados precapitalistas y el ac-tual mercado capitalista se ven muy fácilmente en referencia a las bri-llantes y proféticas intuiciones del filósofo griego Aristóteles.2

Aristóteles analizó la diferencia entre la economía de necesidadesorientadas a las unidades familiares y la economía de acumulación de di-nero.3 El punto básico es que él veía a la “oikonomia”, la economía deunidades familiares, como diseñada para proveer las necesidades bási-cas de los miembros de la unidad familiar y de la comunidad como untodo (koinonia, polis). Lo que significa que la prioridad de una econo-

Alternativas al capitalismo global 19

mía natural es satisfacer las necesidades humanas básicas. En otras pa-labras, las propiedades y los bienes pueden contemplarse estrictamen-te como medios de sustentar la vida, es decir, para fines prácticos.

Otra importante distinción es la que hay entre dos tipos de ganan-cia y sus correspondientes formas de utilizar el dinero. Por una parte,en el tipo natural de adquisición (ktetiké kata physin) ocurre natural-mente que las substancias y los bienes elaborados de ellas pueden jun-tarse, procesarse e intercambiarse en el uso en cualquier lugar (y parael comercio de larga distancia el dinero puede utilizarse como medio deintercambio). Aristóteles llamó metabletiké a este comercio tempranode trueque entre las unidades familiares. Por otra parte, el sistema detrueque puede utilizarse para acumular tanta riqueza como sea posibleen forma de dinero por su propio interés (chrematistiké). Aristótelesllamó kapeliké (de kapelos: comerciante o mercader), es decir, comerciode acumulación de dinero, a este tipo de adquisición; que se desarrollóimperceptiblemente a partir del sistema de trueque, el momento enque el dinero se introdujo como un medio práctico de intercambio. Lagente quería vivir cómodamente para siempre y creía que el dinero ha-ría posible tener una infinita provisión de sustento. Aristóteles recono-ció dos formas de esta economía de acumulación de dinero: el comer-cio por el interés del beneficio (opuesto al trueque, que también puedeocurrir utilizando dinero, pero que no se dirige a hacer ganancias sinoa satisfacer las necesidades básicas); y el negocio para ganar intereses,que para Aristóteles era dinero que genera más dinero (la palabra grie-ga tokos significa tanto “interés” como “el recién nacido”). El objetivodel primero es la creación de monopolios y especulación de precios, yel del segundo, la usura. Aristóteles los consideró a ambos como no na-turales y extremadamente peligrosos para las unidades familiares y lacomunidad en general. La razón para ello era que bajo la economía deacumulación de dinero algunos privan a otros de su parte de las ganan-cias provenientes del comercio (p. 1258b); y esto lleva a la destrucciónde la sociedad (gente que vive dentro de ciertos límites). Quienes de-sean vivir para siempre con una riqueza siempre creciente en forma dedinero, no han entendido lo que es una “buena vida”: esto es una vidaen comunidad (koinonia ); y al final se destruyen a sí mismos. En estepunto, Aristóteles señala al rey Midas, que deseaba que todo lo que to-cara se convirtiera en oro; ésa fue su ruina, pues hasta sus alimentos seconvertían en oro y sufrió de hambre hasta morirse.

20 Ulrich Duchrow

¿Cómo influye esto en nuestra comprensión de las diferentes for-mas de mercado? Polanyi escribe:

Aristóteles insiste en que la producción para uso opuesto a la producciónpara la ganancia como la esencia de lo que hace las verdaderas unidadesfamiliares; pero argumenta, sin embargo, que la producción accesoriapara el mercado no tendría por qué destruir la autosuficiencia de la uni-dad familiar si la cosecha de dinero constante se produjera en el campopara el sustento, como ganado o grano; la venta de los excedentes no ten-dría por qué destruir la base del sistema de unidades familiares. Sólo ungenio del sentido común podía haber mantenido, como él lo hizo, que laganancia era un motivo peculiar para la producción de mercado, y queel factor dinero introducía un nuevo elemento a la situación; sin embar-go, mientras los mercados y el dinero permanecieran como meros acce-sorios a una unidad familiar autosuficiente, el principio de producciónpara uso funcionaría (p.54).

Este forma de mercado puede fácilmente imaginarse como unmercado local en una “economía de subsistencia”. Las comunidades deunidades familiares ocupadas en la agricultura y la artesanía producenbienes para satisfacer sus propias necesidades, e intercambian parte desus productos con otros bienes o con dinero, como un medio de circu-lación, para mejorar y extender su provisión de bienes para su propiouso. Además, Aristóteles concebía la existencia de los mercados de lospueblos para servir a una comunidad más amplia (polis). Tales merca-dos existían no solamente en las llamadas “sociedades primitivas”, sinotambién en la sociedad europea ya bien entrado el siglo XVIII, paraentonces, altamente desarrolladas. Pueden denominarse mercados devecindario. Polanyi describe claramente cómo estaban enclavados den-tro de las sociedades.4 Se los protegía de los abusos y se los regulaba conritos, ceremonias y leyes.

El tipo de mercado contra el que Aristóteles advierte inicialmenteestá asociado con el comercio a larga distancia y el negocio de préstamos.Originalmente, las relaciones de comercio exterior no tomaron cierta-mente la forma de un mercado, sino más bien la de conquista y pirate-ría.5 Los mercados para el comercio de larga distancia surgieron “natu-ralmente de esas relaciones cuando los trajinantes tenían que detener-se en los vados, puertos, las cabeceras fluviales o en el lugar de encuen-tro de dos expediciones terrestres”.6 Este comercio exterior proveía de

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bienes producidos externamente a comunidades específicas. Se dirigíaprioritariamente a proveer de productos de lujo y prestigio y del mate-rial necesario para que las ciudades o estados libraran guerras. Hastabien entrada la Edad Media, los mercados locales permanecían estric-tamente separados de los mercados de comercio de larga distancia.

Naturalmente, Aristóteles podía reconocer los problemas, porque en eseentonces la economía griega ya era dependiente en cierta medida del co-mercio a larga escala y del capital de crédito. “Al denunciar el principiode producción para ganancia ‘como no natural para el hombre’, como ili-mitado, Aristóteles efectivamente se dirigía al punto crucial, literalmen-te la “divorciabilidad” de un móvil económico separado de las relacionessociales a las que pertenecen estas limitaciones.7

Polanyi señala que, aparte de las economías de unidades familia-res orientadas a la autosuficiencia, de los consecuentes mercados se-cundarios de trueque local y de los mercados de larga distancia, hanexistido también otras formas económicas sin elementos de mercado.8

En ellas, la economía se ajustaba al comportamiento social de recipro-cidad ; en este caso la gente no hacía trueque sino que se satisfacían en-tre sí de varias maneras. La familia extendida de las sociedades tribaleses el mejor ejemplo de una economía ajustada dentro de un comporta-miento social simétrico. Otro modelo que no se basa en el mercado esla redistribución, donde una gran parte de la cosecha es almacenada porel jefe hasta que haya un gran festival y se la distribuya como obsequios.El intercambio que allí ocurre no es parte de un mercado, sino que re-fleja un conjunto bastante diferente de la experiencia y las relacionessociales.

Resumiendo, podemos decir que organizar una economía en forma demercado no es tan viejo como la humanidad. Muchas sociedades tem-pranas se administraban sin ningún tipo de mercado. Cuando un merca-do local surgía, se lo asignaba a la economía de las unidades familiares,y se lo ajustaba a las relaciones sociales. Cuando surgía un lugar de mer-cado para el comercio de larga distancia, no era esencialmente para pro-veer a las necesidades básicas de la población, sino que se concentrabaen bienes de lujo y en los artículos de primera necesidad para empren-der guerras. Este mercado se localizaba fuera de las relaciones socialesnormales. Hasta la Edad Media (y más tarde), las economías locales seprotegían expresamente del comercio exterior.9

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Entonces, ¿cómo surgió y se desarrolló la economía de mercado capitalista?

La teoría más sofisticada que conozco la elaboró Giovanni Arrighien su reciente libro El largo Siglo XX: Dinero, Poder y los Orígenes denuestro Tiempo (1994). El autor hace una distinción entre gobiernosorientados al poder y empresas de negocios orientadas a la ganancia(p. 85). Entender la relación entre ambos es crucial para la compren-sión de la historia capitalista. Siempre hay un “espacio-de-lugares” quedefine el proceso de la formación territorial del estado (o formación desistemas interestatales) y un “espacio-de-flujos-de-capital” que defineel proceso de acumulación de capital (p. 84).

Esta es la razón por la cual la historia capitalista puede escribirsecomo una sucesión de hegemonías mundiales: la española-genovesa, laholandesa, la británica y la estadounidense. O como una sucesión de ci-clos sistémicos de acumulación. Ambas sucesiones vistas juntas formanlos “siglos largos”. El libro de Arrighi muestra la interacción entre dine-ro y poder y la secuencia de los ciclos; pero no sólo eso: también anali-za la dinámica interna y las subfases de los ciclos largos que explican latransformación de uno a otro. Estas subfases también explican el pun-to de partida del capitalismo como un sistema social histórico.

El “punto cero” se dio al final de una impresionante acumulaciónde capital por las elites de mercaderes de las ciudades-estado del nortede Italia. Estas, con Venecia a la cabeza, se hicieron con el control de laruta comercial oriental hacia la India en los siglos XII y XIII, durantelas Cruzadas. Pero en ese sistema de división del trabajo, tanto Floren-cia como Milán y Génova ocupaban cada cual un nicho particular delmercado. Hacia principios del siglo XIV se estancó la acumulación através del comercio; esto creó una “competencia intensa” entre las ciu-dades-estado de la Italia renacentista, una “guerra de todos contra to-dos” (pp. 90ss.) Marx llamó a este fenómeno la “crisis de la sobreacu-mulación”. El capital se invirtió primero en hacer la guerra, en vez deinvertirlo en producción y comercio, que no darían los réditos espera-dos en ese particular modelo de desarrollo. La otra faceta de esta situa-ción es que los intereses en dinero invadieron las ciudades-estado. Enesta temprana fase ya podían verse tres efectos: la deuda pública, la pér-dida de empleos y las reducciones de salarios. El capital excedente no sereinvertía en producción y comercio sino en especulación y préstamosfinancieros, en vistas a un mayor beneficio.

Alternativas al capitalismo global 23

Algunas elites adineradas de las ciudades-estado desarrollaron porprimera vez en toda Europa una red de banca y diplomacia más allá desu propio territorio, que más tarde se llamó “altas finanzas”. En su ori-gen, fue una invención florentina durante el mecenazgo de los Médicis.Pero fracasó cuando tuvieron que juntar todos sus recursos para ayu-dar a Inglaterra a luchar contra Francia en la Guerra de los Cien Años;e Inglaterra no pudo devolver ese préstamo. No pasó lo mismo con lasaltas finanzas de Génova, que invirtió en la formación del estado en Es-paña, en guerras y en la conquista de Sudamérica. Al hacerlo, podíancontrolar el primer “siglo largo”, el primer ciclo de acumulación desdemediados del siglo XV hasta mediados del siglo XVII.

Este ciclo, que por vez primera dejaba ver la estructura de acumu-lación capitalista, tuvo tres subfases distintas: desde la mitad del sigloXIV hasta la mitad del siglo XV se dio la expansión financiera; desde lamitad del siglo XV hasta la mitad del XVI, un nuevo periodo de expan-sión material (a través de la producción y del comercio, y luego bajo lahegemonía de España); y siguió otra vez una expansión financiera enuna época de competencia y guerras en la cual emergió el nuevo poderhegemónico de las Provincias Unidas de Holanda (los Países Bajos*).

Su “siglo largo” se enraizaba en la crisis del anterior sistema hege-mónico de acumulación de capital (p. 127ss.). Los banqueros de todaEuropa se habían organizado en “naciones” y ganaban mucho dinero através del intercambio de ese gran número de monedas nacionales.Además, los genoveses habían financiado la guerra de España contra losrebeldes holandeses. Cuando España salió derrotada, el centro finan-ciero se trasladó de Amberes y Sevilla a Amsterdam. Los holandesesconstruyeron su riqueza y poder alrededor del “control sobre las exis-tencias de grano y las provisiones navales provenientes del Báltico”(p.132).

La faceta clave de su régimen era la combinación de dinero y po-der en la forma conocida como mercantilismo; una mezcla de las estra-tegias de Génova y de Venecia se caracterizaba por tres cosas: “transfor-mar a Amsterdam en el principal centro de distribución del comercioeuropeo y mundial” (p. 137) y “el mercado central de dinero y capitalde la economía mundial europea” (p. 138) así como “crear sociedadesanónimas en gran escala estatuidas por el gobierno holandés para ejer-cer derechos de comercio exclusivos sobre enormes áreas comercialesde ultramar”. Estas sociedades eran empresas de las que se esperaban

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réditos y dividendos, y asimismo que se hicieran cargo de la prepara-ción bélica y de las actividades de la formación del estado en nombredel gobierno holandés” (139).

Cuando otras naciones crearon economías nacionales autosufi-cientes con sociedades de ultramar, imitando así ese exitoso modeloholandés, empezó la competencia y los holandeses se concentraron ena la expansión financiera. Pero acabaron perdiendo al ponerse al ladode Francia en las guerras franco-británicas; y el centro mundial finan-ciero se trasladó de Amsterdam a Londres.

Así que el tercer ciclo de acumulación de capital, el británico, em-pezó nuevamente durante la fase final de la expansión financiera delanterior poder hegemónico (p. 159 ss.). El capital británico creció me-diante la deuda contraída por el gobierno británico en su guerra con-tra Francia. Este capital se invirtió junto a los beneficios provenientesdel comercio de esclavos, en la industria férrea (ferrocarriles y barcos),y en la mecanización de la industria textil. Al mismo tiempo, el dinerose acoplaba con el Imperio Británico como imperialismo de libre co-mercio. Las casas financieras, especialmente los Rothschild, se convir-tieron en “los reguladores de la máquina imperial”.

Cuando este modelo de acumulación de capital a través de la ex-pansión material empezó nuevamente a estancarse, y la competenciacomenzó a crecer (esta vez era con Alemania), las finanzas se concen-traron otra vez en la especulación y el crédito. La Gran Depresión, de1873 a 1896, marcó esta expansión financiera; la época en que losEE.UU. iniciaban su poder hegemónico del siguiente ciclo de acumula-ción de capital. Pero dejemos este periodo, que nos conduce a la actua-lidad, para una fase posterior de nuestro análisis.

Este modelo de interpretar la historia capitalista, expuesto brillan-te y detalladamente por Arrighi, se ocupa de la capa superior de la di-námica capitalista: la interacción entre dinero y poder, las altas finan-zas y las instituciones políticas; esta interacción es invisible para losojos de muchas personas. Arrighi distingue dos formas de la misma alexaminar los cuatro largos ciclos de acumulación de capital: el capita-lismo estatal (monopolios) y el capitalismo cosmopolita (finanzas). Elcapital utiliza las instituciones políticas, sea directa o indirectamente,con el fin de la acumulación. Lo que demuestra ya que la tesis de AdamSmith sobre la “mano invisible” que gobierna el mercado, es realmenteuna interpretación confusa de las manos visibles que giran la rueda

Alternativas al capitalismo global 25

hacia las ganancias. Sacar ganancias para la acumulación capitalista esla única lógica que lleva a los propietarios de capital a la expansión ma-terial o financiera.

Sin embargo, Arrighi afirma que esta esfera del capital financieroy poder político no es el único nivel de la economía capitalista. El mer-cado y la vida material son dos capas subyacentes a esta esfera clave quemerecerán una cuidadosa consideración cuando indaguemos en las es-trategias para nuestra situación actual. Así que regresemos a la cuestióndel mercado y sus componentes.

Después de la Edad Media, el naciente capitalismo no condujo enabsoluto directamente a un mercado total (que abarca de todo), aun-que eso era lo que querían los mercaderes capitalistas.10 De hecho, laintervención directa del estado trajo el establecimiento de mercados do-mésticos que cubrían el territorio del estado, a lo largo de los mercadoslocales y los centros municipales de comercio exterior (particularmen-te en las naciones-estado emergentes). Este mercantilismo “destruyó elgastado particularismo del comercio local e intermunicipal, rompien-do las barreras que separaban estos dos tipos de comercio no competi-tivo, y despejando así el camino para un mercado nacional que ignora-ba progresivamente la distinción entre pueblo y campo, así como aque-lla entre pueblos diversos y provincias.”11 Estas medidas posibilitaron alos estados a ganar el control de todos los recursos para aumentar supoder en el extranjero. En casa, tenía que superarse la independenciafeudal y cívica. El instrumento para hacerlo era el capital, la riquezaprivada acumulada, que debía ser entonces invertida en el comercio endesarrollo.

Un claro modelo mercantilista teórico fue propuesto primero porThomas Hobbes (1588-1679). Fue él quien dijo que el hombre es el lobodel hombre. Al decirlo, simplemente proyectaba en la naturaleza huma-na algo que históricamente sólo surgía cuando las normas sociales se ba-saban en los propietarios privados en lucha por aumentar su poder so-bre otros propietarios. Esto llevó a una inseguridad general que reque-ría la mano de un estado fuerte. “el modelo de mercado posesivo nece-sita un marco legal compulsivo.

Por lo menos, la vida y la propiedad deben asegurarse, y los con-tratos definirse y reforzarse.”12 El estado adquiere así características ab-solutistas. A este tipo de estado, Hobbes lo llama Leviatán, la bestia delApocalipsis, cuya esencia sería el dinero.

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John Locke continúa en este periodo la indagación con su segun-do Tratado de Gobierno (1690). Volveremos sobre sus argumentos bá-sicos al considerar la propiedad, el dinero y el papel de las institucionespolíticas. En este punto, es importante recordar (con Polanyi) que in-cluso en su tiempo el sistema económico del mercado doméstico seguíaintroducido en el marco global de relaciones sociales. El estado contro-laba hasta el comercio exterior, a través de las sociedades de comerciobajo su protección; de éstas las más conocidas eran la Compañía Ho-landesa de las Indias Orientales y la Compañía Inglesa de las IndiasOrientales. Nos ocuparemos más adelante de su triple comercio enproductos terminados europeos, esclavos africanos y materias primaslatinoamericanas y caribeñas.

¿Cómo surgió la idea de un mercado total (que abarca de todo) yautorregulador, y cómo surtió efecto? ¿Y cómo resultó que el mercadoya no era un apéndice de la sociedad, sino que ésta era un apéndice deun mercado diseñado para hacer ganancias y acumular dinero?

Bibliotecas enteras podrían llenarse de lo escrito sobre este asun-to. Claro está que tales cambios revolucionarios no los trae un solo fac-tor, sino una combinación de factores. Pero algunos siguen siendo másimportantes que otros. Polanyi describe así el punto central:

Aducimos que todos estos [expansión del mercado, carbón, hierro, algo-dón, gente desahuciada por cercamientos, máquinas, etc.] eran sólo deimportancia secundaria para el único cambio básico, el establecimientode la economía de mercado, y que la naturaleza de esta institución nopuede captarse completamente a menos que se tome conciencia del im-pacto que tuvo la máquina en una sociedad comercial. No tratamos dedecir que la máquina fue la causa de lo que pasó, pero insistimos en queuna vez que se utilizaron en una sociedad comercial máquinas y equiposcomplejos para la producción, la idea de un mercado autorregulador te-nía que tomar forma.13

El vínculo entre maquinaria compleja y fábrica, de una parte, ysociedad comercial, de la otra, es simplemente otra manera de definirel capitalismo industrial como una sociedad de mercado. Sólo tenemosque recordar lo que significa “sociedad comercial” en este contexto. Al-guien que comercia para hacer ganancias (en comercio exterior origi-nalmente, y luego en los mercados rurales y urbanos), compra un pro-ducto terminado y lo vende nuevamente con un margen de beneficio.Lo cual expresa la fórmula de Marx:

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D - M - D’ (dinero - mercancía - (más) dinero)Pero si además hay producción que utiliza maquinaria compleja y

cara, todos los factores deben estar al alcance de venderse y comprarse;si no, las pérdidas no pueden evitarse y las ganancias no pueden calcu-larse. ¿Qué significa esto en términos prácticos? El comerciante conver-tido en empresario tiene que comprar los factores de producción, prin-cipalmente el trabajo y las materias primas. Sigue adelante y elabora elproducto utilizando maquinaria, energía (que juntas constituyen lafuerza de máquina, frente a la fuerza de trabajo)14 y su concepto de pro-ducto (sea propio o adquirido). El tiempo que transcurre entre la inver-sión y la producción se calcula como el costo del dinero (interés). Lo quealtera la fórmula para calcular la ganancia proveniente del comercio:

dinero - factores de producción comprables (trabajo, materias pri-mas, capital de préstamo) - producción con fuerza de máquina -mercancías - (más) dinero.Sin embargo, los efectos de este cambio no se limitan a actuar so-

bre una parte de la sociedad, concretamente la producción. De hecho,una sociedad en la cual los mercados jugaban un papel menor se con-vierte en una sociedad definida por un sistema de mercados entrelaza-dos, en una sociedad de mercado, dicho de otra forma.15 Los preciosestablecidos por la ley de oferta y demanda no determinan sólo la pro-ducción, sino también los ingresos que a su vez son la base de la distri-bución y el consumo. El interés es el costo del dinero y constituye ingre-so para aquellos que proporcionan el dinero; el alquiler del terreno es elprecio del uso de la tierra (incluyendo las materias primas que contie-ne) y conforma el ingreso para los terratenientes; el salario es el preciodel trabajo y forma el ingreso para los trabajadores; el precio de los bie-nes producidos menos el costo de producción constituye la gananciapara los empresarios que llevan el negocio.

Este modelo de mercados entrelazados y autorreguladores presu-pone varias condiciones previas y expectativas diferentes:– los seres humanos actúan para lograr el máximo beneficio (raciona-

lidad);– los seres humanos, como suministradores de uno (o más) factores

de producción, deberían ser vistos principalmente como dueños depropiedades;

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– si todos los seres humanos actuaran en esta forma económicamenteracional, habría el máximo bienestar posible: como si lo controlarauna “mano invisible” (Adam Smith);

– de ahí que el estado, como la organización de los seres humanos ensociedad, sólo tiene que asegurar la autorregulación de los mercados.

Esto puede resumirse así: Aristóteles advirtió contra la sustitución de unaeconomía de acumulación de dinero en lugar de una economía de unida-des familiares y mercados de trueque (locales) relacionados con la sub-sistencia. El Capitalismo trastocó este enfoque, con drásticas consecuen-cias sociales, en su forma liberal e industrial; y puso las bases de los ci-clos previos del edificio imperial genovés-español y del mercantilismoholandés. El móvil económico de subsistencia fue reemplazado por elmóvil de ganancia. Todas las transacciones se expresaron en términosmonetarios a través de los precios. El trabajo y las materias primas, esdecir, los seres humanos y la naturaleza, se volvieron mercancías (así co-mo el dinero).

2. Principios y consecuencias de una economía capitalista demercado en la que el trabajo, la tierra y el dinero se conside-ran mercancía

La alternativa no es “tener o no tener un mercado”, o en términosconvencionales, escoger entre una economía libre de mercado o unaeconomía planificada. Sea que se comience por los principios básicos opor una perspectiva histórica, es posible concebir mercados en los quelos bienes de utilidad práctica se intercambian en los intereses de todala comunidad. Asimismo, los precios de los bienes (y servicios) puedenfuncionar como indicadores de la demanda y de lo que, por tanto, de-bería producirse y ofrecerse a la venta. Esto se llama “función de asig-nación del mercado”, es decir, adaptar el uso de los recursos a las nece-sidades que deben satisfacerse.

Las economías de socialismo burocrático, planificadas hasta elmás mínimo detalle, han demostrado las consecuencias absurdas dedespreciar los problemas de asignación.16 El asunto tiene mucho másque ver con el mercado total, cuyo éxito se mide por la acumulación dedinero, como en los modelos liberales clásicos y neoclásicos. ¿Qué quie-re decir esto realmente?

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Un mercado de bienes y servicios tiende a destruir sus propias ba-ses si se lo deja operar solo según el principio de extremar la acumula-ción de dinero, pues lo hace de acuerdo a la teoría de la competencia.Adam Smith, el fundador del liberalismo, afirma que este tipo de mer-cado funciona porque las diversas fuerzas conductoras se mantienenmutuamente en jaque. Lo cual, sin embargo, da por sentado que los so-cios de mercado que compiten tienen igual poder.

Este puede expresarse de diferentes maneras, como mediante elcontrol de los recursos y la información. Pero la consecuencia necesariade la competencia es que algunos pierden mientras otros ganan. Este de-sequilibrio inicial lleva inexorablemente a una acumulación de los efec-tos: los fuertes se vuelven más fuertes y los débiles más débiles. Aristóte-les identificó este fenómeno y lo describió como “monopolio”.17

Como ya mencionamos, este problema recibió mucha atenciónhasta el advenimiento del mercantilismo. Despreciarlo es la primeragran debilidad de la teoría liberal, que postula algo no corroborado porla realidad.

El factor decisivo en la transición a la economía de mercadofue, como hemos visto, que no sólo los bienes sino también el trabajo,la tierra y el dinero se organizaron para ajustarse al mercado; es decir,se convierten en productos comerciales.18 Pero esto es o bien una enor-me abstracción19 o bien una enorme ficción.20 Evidentemente, el tra-bajo, la tierra y el dinero no son mercancías físicas producidas paravenderse y comprarse.

El trabajo es solamente otra manera de llamar a una actividad humanaque va con la vida misma, la que a su vez no se produce para la venta si-no para otra cosa completamente diferente; ni tampoco puede separarsea esa actividad del resto de la vida, ni almacenarse ni movilizarse. La tie-rra es solamente otro nombre para la naturaleza, la cual no es produci-da por el hombre. Finalmente, el dinero en sí mismo es simplemente unaseñal de poder de compra, el cual, como regla general, no se produce enabsoluto sino que toma existencia mediante el mecanismo de las finan-zas de estado o bancarias. Ninguno de ellos se produce para la venta. Ladescripción de artículo de consumo para el trabajo, la tierra y el dineroes totalmente ficticia. Sin embargo, los mercados del trabajo, la tierra yel dinero propiamente dichos se organizan con la ayuda de esta fic-ción.21

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Todo esto apunta hacia el problema fundamental de la economía capita-lista de mercado: es muy abstracta, no se basa en la vida real, sino quela fuerza a entrar en el molde de hierro del mecanismo de acumulaciónde dinero.

2.1. El trabajo

Los efectos históricos de esta ficción sobre el trabajo son bien co-nocidos y han sido objeto de muchos estudios. Tras la organización dela tierra y el capital alineados con el mercado, la introducción del mer-cado de trabajo se pospuso por la experiencia de los brutales mecanis-mos de empobrecimiento que acompañaron al trabajo industrial asala-riado.

En Inglaterra en 1795, se intentó rectificar estos efectos, con la introduc-ción del Sistema Speenhamland, diseñado para asegurar un ingreso mí-nimo a los pobres, el “derecho a vivir”. Sin embargo, ese intento tuvo elefecto opuesto, pues causó un empobrecimiento y una desmoralizacióngenerales, y favoreció indirectamente a los patronos, que se aprovecha-ron de este salario mínimo garantizado por el estado para reducir los sa-larios. Por lo cual, el “derecho de un medio de vida” se reemplazó en1834 por la Ley de Reforma de la Ley de los Pobres. La legislación de losPobres vio la introducción del mercado libre de trabajo. “Quizá nuncaantes en toda la historia moderna se había perpetrado un acto más des-piadado de reforma social; aplastó multitud de vidas...”.22

Los alemanes conocen estos procesos como “Manchesterismo”. Elproblema del mercado libre de trabajo no era solamente económico.Parte de la población trabajadora tenía una situación financiera aco-modada. Los factores decisivos fueron la destrucción social, la vulnera-bilidad y la exclusión.

La ficción del mercado, aplicada a la población trabajadora, trajoconsigo la destrucción del medio ambiente social de la gente. ¿Se debióesto a una falta de conciencia histórica, a accidente o designio? Paracontestar esta pregunta, volvamos a Adam Smith quien es, un testigoimparcial. En su famoso libro Inquiry into the Nature and Causes of theWealth of Nations (Indagación sobre la Naturaleza y las Causas de la Ri-queza de las Naciones), comienza averiguando la composición del pre-cio de un producto.23 Al respecto, se da cuenta que aunque el trabajoque éste conlleva es la única razón real del valor excedente de un pro-

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ducto, es decir, del beneficio neto, hay tres grupos que comparten estevalor añadido o beneficio: los trabajadores reciben un salario, los pro-pietarios capitalistas reciben una ganancia de capital y los terratenien-tes reciben su ingreso a través del alquiler. Aquí, Smith admite que lostrabajadores se encuentran en la peor posición en la lucha por su par-te. (I. VIII):

La ley permitía sólo la asociación de amos, no la de trabajadores; los pro-pietarios de tierra y ganado pueden alargar mucho más las disputas; losamos llegan secretamente a acuerdos entre ellos, incluso con el apoyo delgobierno; se oye mucho acerca de las asociaciones de trabajadores; pro-claman mucho pero terminan en nada, y se aprueban leyes para castigar-los.

A pesar del mayor poder de los patronos, Smith parece pensar quelos salarios de los trabajadores y sus familias no pueden mantenersepor debajo de la línea de pobreza por un periodo prolongado (¡en cu-yo cálculo incluye una tasa de mortalidad infantil del 50 por ciento!).Sólo en circunstancias excepcionalmente favorables espera efectiva-mente que los salarios estén “por encima de esta tasa; evidentemente, lamás baja es compatible con el sentido de humanidad” (léase sobre estoacerca del nivel de subsistencia) (I. VIII). Estas condiciones económicasfavorables llevan al crecimiento de la población entre las clases trabaja-doras. Si acontece un descenso en la economía, la demanda de trabajocae y los trabajadores tratan de bajar los precios para competir entre síofreciendo sus servicios más baratos. Lo cual a su vez lleva al trabajoexcesivo y al deterioro de su salud, y a fin de cuentas, a una alta morta-lidad infantil. En época de estancamiento económico, el salario míni-mo es lo más que pagará un patrón. Cuando la economía de un país secontrae, los estratos inferiores de la sociedad sufrirán de hambre ymuerte hasta que la demanda de trabajo se recupere.“Así es cómo la de-manda de hombres, como la de cualquier otra mercancía, regula nece-sariamente la producción de hombres” (I.VIII, el énfasis es mío). Smithno investiga si la expectativa de vida de los propietarios de tierra y ca-pital también se reduce en las épocas de escaso empleo.

Luego lleva su atención a las ventajas de estos propietarios, y ter-mina aseverando que los intereses de los propietarios de capital se opo-nen esencialmente a los de la comunidad en general, porque toda su ac-tividad se dirige a generar beneficios, es decir, a expandir el mercado y

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reducir la competencia. Por lo tanto, ningún gobierno debería confiaren los propietarios de capital al aprobar las leyes, ya que los patronostratan de engañar y oprimir al público (I.XI).

Esto quiere decir que aun Adam Smith opina que el crecimiento econó-mico no conduce automáticamente al crecimiento estable del bienestarde todos; para no mencionar las condiciones vitalmente amenazadorasque se dan durante el estancamiento y la recesión. De hecho, los propie-tarios de capital y tierra tienen el mayor poder y pueden sacar un benefi-cio (a través del trabajo de otros) proveniente de la distribución del valorañadido, y, en principio, pueden dejar a los trabajadores solamente lo ne-cesario para que éstos se reproduzcan; es decir, para mantener la exis-tencia de la fuerza de trabajo. Cualquier cosa encima o debajo de esto sedebe a raras circunstancias favorables. Los trabajadores y sus familiasson una mercancía cuya existencia depende de la oferta y demanda delmercado de trabajo.

Margaret Alice Fay en su libro The influence of Adam Smith onMarx’s Theory of Alienation (La Influencia de Adam Smith en la Teoríade la Alienación de Marx ), expone que Marx utilizó el trabajo de Smithcomo la base de su primera crítica dialecta fundamental de la econo-mía política capitalista.24 Enfoca más agudamente los conflictos entrelos tres participantes comerciales que “comparten” el beneficio neto (elvalor añadido). Según Marx, este mecanismo, propuesto previamentepor Smith, lleva a la alienación de la fuerza laboral y su trabajo, porquelos propietarios de capital y tierra siempre son los dueños de los facto-res de producción (Smith ya lo había mencionado, aunque no había re-flexionado sobre ello). No sólo que aquellos que sí encuentran trabajoestán obligados a aceptar los salarios más bajos posibles, sino que lasconsecuencias para los que no tienen trabajo son la miseria, el hambrey la muerte. Ese es el efecto sistemático de la economía capitalista demercado, y no la pura casualidad ni la depravación moral de un patrónen particular. Así que no sólo hay una desigualdad social entre los tra-bajadores y los capitalistas cuando se trata de intercambiar y de distri-buir los productos o su valor comercial. En el proceso de producciónmismo hay una gran desigualdad entre quienes tienen la propiedad delos medios de producción y quienes están empleados. Volveremos so-bre esto más adelante.

Alternativas al capitalismo global 33

2.2. La tierra

Llamar “mercancías utilizables para la acumulación de riqueza” alsuelo, la tierra y todos sus recursos sostenedores de la vida, es una abs-tracción, una ficción cuyas serias consecuencias sólo hoy estamos em-pezando a comprender en todo su sentido.25 Los orígenes de esta fic-ción se remontan a Descartes (1596-1650) y a su dualismo de la mentehumana (sujeto) y de la materia mecánica (objeto), que ha determina-do el pensamiento “moderno” directamente hasta nuestros días. La tie-rra es materia y los animales en ella son pequeñas máquinas. Todo pen-samiento basado en una abstracción matemática apunta a lograr unadominación física de la materia.

John Locke prosigue este enfoque en su segundo Treatise of Go-vernment (Tratado de Gobierno) (1690); en él atribuye valor a la tierraen cuanto la trabajan los seres humanos. Se da cuenta de que lo quepermite que alguien adquiera más tierra de la que puede trabajar, es so-lamente la aparición del dinero. En realidad, para Locke esta acumula-ción era parte del mandamiento contenido en el libro del Génesis(I:28): “...sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla...”También aquí la noción de propiedad juega un papel esencial. Vale lapena señalar que en siglo XVII, Sir William Petty (1623-1687) afirmóque detrás de esta interpretación había puntos de vista masculinos muyarraigados. Llamó trabajo al principio activo de la riqueza y tierra alprincipio pasivo.

Los teóricos liberales, desde Adam Smith, han puesto su interésprincipal mucho más allá de la tierra (incluso como factor de produc-ción, una opinión que es en sí misma una abstracción): en la cuestióndel alquiler del terreno. Para ellos, el dinero es el común denominadordel trabajo y de la tierra, y la acumulación de dinero es el objetivo de laactividad económica mediante mecanismos de mercado.

Es notable que también Karl Marx comprendiera claramente lasconsecuencias de subordinar la tierra a la ficción de ser una mercancíaen el capitalismo industrial:26

En la agricultura moderna, como en las industrias urbanas, la producti-vidad creciente y la cantidad del trabajo puestas en acción se compran alcosto de dejar desechos y consumir por enfermedad a la fuerza de traba-jo misma. Es más, todo progreso en la agricultura capitalista es un pro-greso en el arte de robar al trabajador tanto como al suelo; todo progre-

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so en aumentar la fertilidad del suelo por un tiempo dado es un progre-so hacia estropear las últimas fuentes de esa fertilidad. Cuanto más em-piece un país a desarrollarse en base a la industria moderna, como porejemplo, los Estados Unidos, más rápido se da este proceso de destruc-ción. Por tanto, la producción capitalista desarrolla la tecnología y lacombinación de varios procesos juntos dentro de un todo social, sóloque a costa de agotar las fuentes originales de toda riqueza; del suelo ydel trabajador.

El resultado es que el terreno, los recursos naturales y el medio ambien-te sólo interesan a la economía capitalista de mercado en términos delvalor monetario que tengan; o, para ser más precisos, en su capacidadpotencial de acumular dinero. Lo cual es precisamente lo que lleva a sudestrucción.

Así que, ¿qué significa decir que el dinero, este “común denomi-nador” del trabajo y de la tierra, también se subordina a la ficción abs-tracta de ser una mercancía?

2.3. El dinero

Hay una polémica considerable acerca de los orígenes del dinero.En la segunda parte de esta obra estudiaremos la importancia que tuvoel dinero desde muy temprano para la imposición de tributos y para laeconomía del templo en relación a la tradición bíblica. En este punto,nos interesan las relaciones entre mercancías y dinero. Nuevamente hayque referirse a Aristóteles aquí, pues él se ocupó de este asunto.27 Co-mo antes vimos, él distinguía entre dos tipos de economía: la que exis-te para suministrar los bienes de primera necesidad de las unidades fa-miliares y la comunidad en general (oikonomiké), y la que servía paraaumentar la riqueza acumulando dinero por su propio interés (kapeli-ké , comprar y vender como parte del arte artificial de adquirir, chrema-tistiké). Esta última surge de la anterior en cuanto que se utiliza el di-nero como el medio de intercambio de bienes esenciales, inicialmentecomo metales preciosos (plata, oro), y luego como monedas. Por estollegó el día en el cual surgió el deseo humano (epithymia) de superar laslimitaciones de la vida y sus necesidades básicas, acumulando dinero alinfinito para lograr suministros infinitos de las necesidades vitales y

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placer excesivo “...pues todos los que obtienen riqueza aumentan su su-ministro de monedas sin límite alguno” (1257b).

Con este análisis, Aristóteles también determina dos funciones deldinero:1. Dinero como un medio de intercambio y circulación;2. Dinero como el medio de acumulación de riqueza a través de las ga-

nancias.La tradición europea posterior dio forma a esta distinción. Hasta

bien entrada la Reforma, se continuó siguiendo a Aristóteles en su con-dena a la economía de acumulación de dinero; luchando contra ella eimpidiendo su extensión por medios tanto morales como legislativos.Estas medidas incluían la proscripción del pago de intereses, la exigen-cia de precios justos no manipulados por algún monopolio, y la limita-ción del derecho de propiedad

El gran cambio ocurrió en el siglo XVII, con el advenimiento delmercantilismo. Nuevamente, John Locke ofreció la filosofía básica de laemergente sociedad burguesa. El dio la vuelta completa a los principiosde Aristóteles.28 Su objetivo precisamente era justificar y extender elderecho individual a la propiedad con fines de acaparar riqueza a tra-vés de la acumulación. En su segundo Tratado de Gobierno (1690),Locke dice, en resumen que Dios no solamente dio la tierra a los hom-bres, sino que les mandó someterla, es decir, tomar posesión de ella yutilizarla (según el Génesis I:28-29). Esto debía lograrse mediante eltrabajo duro y el consumo. En un principio, las existencias excedían loque podía procesarse y consumirse. Igualmente, lo que cada personapodía procesar y consumir era su propiedad privada. Todos estuvieronde acuerdo en que la introducción del dinero sería beneficiosa para to-dos. Algunos individuos podrían adquirir más tierra utilizando dinerono perecible, a condición de que se permitiera que nada de lo que se hi-ciera pueda perderse, sino que lo pasaran a otros mediante el comercio.Lo cual sólo podría llevar a aumentar el rendimiento para todos.

Y así llegó el uso del dinero, algo duradero que los hombres debían con-servar sin deterioro, y que por mutuo consentimiento tomarían en inter-cambio de los verdaderamente útiles, pero perecibles Sostenes Vitales.(Libro II, Capítulo 5, §47)

Binswanger resume acertadamente las tesis de Locke:

36 Ulrich Duchrow

El dinero del cual estamos hablando evidentemente no es el mismo di-nero que se usa simplemente para el intercambio mutuo de excedentes(en el sentido de oikonomiké), sino el dinero con el cual se puede hacerla compra de la tierra y otros factores de producción (en el sentido de ka-peliké), transformando así la tierra y los otros factores de producción enun valor de dinero (capital), que puede usarse para generar una suma dedinero (beneficio). Este valor de dinero (de la tierra y otros factores deproducción) es entonces el rédito del dinero capitalizado. El ascenso eco-nómico basado en el dinero lleva a una revaluación de la propiedad, porsu transformación en capital. A su vez, esto lleva a un cambio en las le-yes que rigen el valor de las cosas, que en último término se basan en laregulación de la propiedad. Como consecuencia, hay una concentraciónde la propiedad de los recursos no multiplicables, tales como la tierra.Sin embargo, si se proyectan correctamente las opiniones de Locke sobreel desarrollo económico de la revolución industrial, se tiene también laapropiación creciente de materias primas y energía, cuyo consumo pue-de aumentarse anualmente mientras existan los suministros. Así queademás de la concentración de la propiedad, hay un aumento general dela cantidad de propiedad. Esto significa que el dinero influye tanto en ladistribución como en el crecimiento del producto nacional. Aquí el fac-tor decisivo es que esta tendencia hacia la concentración y el aumento dela propiedad puede continuar indefinidamente.29

Locke explica el interés en términos de la distribución desigual deldinero:

Locke escribió que el dinero es capaz de dar al prestatario de crédito, silo invierte apropiadamente, más de seis veces su valor original, en la mis-ma forma en que la tierra, junto con el trabajo del arrendatario, puedeproducir una cosecha mayor en valor que el dividendo que se paga alarrendador.30

Binswanger resume: Se vuelve claro que el interés es por tanto simple-mente la porción del beneficio que corresponde al arrendador o al co-merciante. Sin embargo, este beneficio se explica ... en términos de las ca-racterísticas básicas de una economía que mira a la adquisición, en elcual Locke basa sus consideraciones. Lo que significa que el interés, co-mo el beneficio, es un factor monetario. Presupone la capitalización debienes comerciales y de tierra cultivable; es decir, los almacenes, como atierra misma, se ven ante todo en términos de su valor de dinero o capi-tal y sólo secundariamente en términos de su utilidad o potencial pro-ductivo natural.31

Alternativas al capitalismo global 37

Binswanger muestra cómo John Law desarrolló en dos formas lateoría de Locke en su obra principal Money and Trade (Dinero y Co-mercio) (1705), a saber, “en referencia al razonamiento económico trasel poder productivo del dinero, o crédito.”32 La idea básica era que laintroducción del papel moneda (y luego del sistema de cuentas, es de-cir, de los depósitos bancarios disponibles o a la vista) hace posible au-mentar el suministro de dinero sobre el valor de las reservas de oro oplata. El banco se convierte así en un banco emisor (es decir, puedeemitir más crédito que lo que mantiene en depósitos). Bajo el sistemade Law, la deuda pública y los beneficios de los monopolios comercia-les cubren los billetes de banco. Si ahora una cantidad mayor de dine-ro se invierte productivamente en comercio, se pone en marcha un me-canismo de extensión de la producción y el comercio, lo que estimulael crecimiento económico a través del crédito.

Law deseaba que este mecanismo abriera nuevas rutas comercia-les, se utilizara en la colonización del Nuevo Mundo y explotara nuevasfuentes de materas primas. Compara el dinero con la sangre (como lohizo Hobbes anteriormente). Para Law, la importancia de esa imagen esque la circulación de dinero a lo largo del estado es vital para la econo-mía. “Sin embargo, el banco emisor es el corazón del estado económi-camente hablando. Law utilizó esta imagen para introducir el concep-to de circulación en la economía nacional.”33

Aunque el sistema establecido en Francia en 1717 fracasara debi-do a la creciente fiebre especulativa, el Banco de Inglaterra adoptó unapolítica similar y como la hegemonía inglesa aumentó, evolucionó ha-cia un tipo de banco mundial, un banco de bancos, ofreciendo la basedel posterior desarrollo del actual sistema de bancos comerciales y cen-trales y de las instituciones internacionales de moneda.

En resumen, el mercantilismo vinculó tanto una revisión de los valoresen vista de la positiva actitud de la acumulación de dinero por su propiointerés, como cambios de largo alcance en el sistema monetario. Este sis-tema fue entonces capaz de fomentar el crecimiento económico con elpropósito de acumular riqueza.

Esta revolución de las actitudes hacia y en la forma de la econo-mía de acumulación de dinero bajo el mercantilismo de los siglos XVIal XVIII, tal como expresan los escritos de John Locke y John Law, es elterreno fértil que nutrió la economía capitalista de mercado en floreci-

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miento durante la época de la industrialización. Polanyi habla de la “so-ciedad comercial” –de la cual surgió la economía de mercado cuandolas máquinas complejas empezaron a hacerse sentir– en cuanto a que,además de la tierra y el dinero (como bajo el mercantilismo), tambiénel trabajo fue completamente convertido en una mercancía en el “mer-cado libre”.

Solamente Karl Marx desarrolla la línea crítica de Aristóteles. Me-diante el reconocimiento de tres aspectos fundamentales, devela el me-canismo de acumulación del dinero, el “secreto de hacer un plus (unaganancia*)”, como lo llama él, en la evolución económica hasta el adve-nimiento del capitalismo industrial. En primer lugar, con un análisis delos fetichismos (idolatrías*) de la mercancía y al capital, explica la dis-torsión de la realidad debida a lo abstracto del mecanismo de la acu-mulación del dinero. Todas las reglas e instituciones de este sistema quepermanecen invisibles pero que tienen el poder de la vida y de la muer-te sobre los seres humanos y la Tierra, en el fondo prestan servicio a laacumulación de capital y por tanto se los ve como algo sacrosanto (enel sentido de tabú). En segundo lugar, afina al mismo tiempo la distin-ción de Aristóteles entre dinero como dinero (que se intercambia porbienes útiles necesarios para satisfacer las necesidades humanas, es de-cir, para ser consumidos), y dinero como capital (en el sentido de unailimitada y excesiva acumulación de dinero por su propio interés). Entercer lugar, también propone un análisis básico para algo comprendi-do anteriormente por Lutero; a saber, que la acumulación de dinero co-mo capital comercial, o como capital industrial o devengador de inte-rés, es decir, como valor de excedente, se logra por la explotación deltrabajo. (Hoy habría que añadir la explotación del medio ambiente, delo cual Marx también hizo alusión). Como Adam Smith, él vio que so-lamente alcanzaban la fuerza de trabajo, los beneficios necesarios paramantenerla en un mínimo nivel. Al capital autoexpansivo no le intere-san para nada ni la Tierra ni los seres humanos con sus necesidades quevan más allá de la reproducción de la fuerza laboral. Esta es la raíz de lamiseria humana y de la destrucción del medio ambiente.

Un recuento detallado del análisis del fetichismo en el Capital deMarx está más allá del alcance de la presente obra. La referencia para ellector es el excelente ensayo “las armas ideológicas de la muerte: unacrítica teológica del capitalismo” de Franz Hinkelammert,34 que desa-rrolla el tema desde una perspectiva actual. ¿Qué es lo que Marx anali-

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za en su teoría del fetichismo? Las reglas, instituciones y relaciones depoder que rigen la división del trabajo y la distribución de los bienesdentro de la sociedad. Estas reglas en particular se mantienen en secre-to en la sociedad capitalista porque se esconden en los términos aplica-dos a las mercancías.

Cuanta más presión ponga la sociedad en la fuerza de trabajo, más se veel valor de un artículo en términos de su valor de dinero y no de su uti-lidad para satisfacer necesidades humanas. (Aristóteles lo expresó en ladistorsión de la economía natural de la adquisición, ktetiké, en la econo-mía de acumulación de dinero, chrematistiké; efectivamente, el vocablogriego chrema significa tanto “cosa” como “dinero”). Así que este feti-chismo se ha desarrollado en varias épocas de la historia.35

No hay ningún misterio acerca de la utilidad de un objeto. El trigo estápara comerlo, las ropas para ponérselas. Sin embargo, bajo un sistema dedivisión del trabajo basado en la propiedad privada, el trigo se convierteen un medio de intercambio para obtener zapatos, y viceversa. (A pro-pósito, Hinkelammert también muestra que en las relaciones en el socia-lismo burocrático todavía se expresaban a través de las mercancías, algoque debemos dejar fuera en esta etapa).36 Sin embargo, mediante el sis-tema de intercambio los bienes mismos empiezan a desarrollar una redde relaciones propias que reflejan las relaciones sociales.Este proceso se exacerba si el dinero mercancía se vuelve un común de-nominador para el valor de intercambio de todos los otros bienes. En-tonces el dinero es la mercancía, con una valor propio. El dinero, simbo-lizado por la plata y el oro, es el depositario del valor. A esta etapa del fe-tiche corresponde el atesoramiento; lo cual describió Aristóteles comoavaricia de una ilimitada acumulación de dinero.

En el capitalismo el fetichismo alcanza su cumbre de desarrollo yadquiere su carácter de todo incluyente. Pues todo se convierte en unamercancía para la acumulación de dinero. Claro que esto quiere decir eldinero mismo, pero también incluye a la tierra (y progresivamente a losmedios de producción industrial) y, más importante aún, al trabajo co-mo trabajo asalariado.37 En otras palabras, todo se transforma en capi-tal; así pues, ¿qué es capital?

Marx contrasta dos fórmulas para explicar lo que es el capital. Enun sistema de trueque el dinero facilita el intercambio de dos mercan-cías que los seres humanos requieren para satisfacer sus necesidades bá-sicas. La primera fórmula dice: Mercancía 1 - Dinero - Mercancía 2

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(M - D - M’). El dinero se vuelve capital si se convierte el punto de par-tida y la meta del proceso económico, mientras que la mercancía se re-duce a un medio de aumentar la cantidad de dinero. Así resulta la fór-mula Dinero - Mercancía - (más) Dinero (D-M-D’). Como antes se de-mostró, uno o más ciclos idénticos de este tipo están ocultos en el pro-ceso de producción de la mercancía.

Comprar con el fin de vender, o más precisamente, comprar con el fin devender más caro, D-M-D’ parece ser ciertamente una forma peculiar deun tipo de capital solo, a saber, el capital mercantil. Pero también el ca-pital industrial es dinero, que se cambia por mercancías, y por la ventade estas mercancías se reconvierte en más dinero. Los acontecimientosque tienen lugar fuera de la esfera de circulación, en el intervalo entre lacompra y la venta, no afectan la forma de este movimiento. Por último,en el caso del capital portador de intereses, la circulación D-M-D’ se pre-senta abreviada. Tenemos su resultado sin la etapa intermedia, como D-D’, “en estilo lapidario”, por decirlo así, dinero que vale más dinero, valorque es mayor a sí mismo. Por tanto, D-M-D’ es en realidad la fórmula ge-neral de capital...38

Marx utiliza esta aseveración para recalcar que en la moderna eco-nomía burguesa de acumulación de dinero, el valor añadido en la tran-sacción de dinero proveniente de las mercancías a más dinero, es traba-jo que sufre de explotación. El trabajador asalariado ya no puede llevarsu trabajo al mercado como un producto concreto que él ha hecho, si-no que debe vender su trabajo, es decir, a él mismo. El dueño del capi-tal tiene el control de los factores de producción, la maquinaria, etc. Pe-ro también es dueño de los productos, esto es, de los medios de sobre-vivencia de todos los dueños no capitalistas; es decir, los desempleadosy otros grupos marginado, y por tanto, también de los agricultores queno poseen tierra.

El consumo de fuerza laboral es a la vez la producción de mercancías yla de valor excedente.39

Sin embargo, el capital –por su propia naturaleza, acumulación dedinero por su propio interés– “asegura el sustento solamente a aquellostrabajadores que necesita para su sobrevivencia (de capital)”.40 La mi-seria del desempleo, por ejemplo, no entra en los cálculos de capital–tal como ocurrió en alguna época con el trabajo infantil– mientras las

Alternativas al capitalismo global 41

fuerzas opuestas no sean lo suficientemente fuertes. Así es cómo se pre-senta el capital para un propietario no capitalista. El capital en sí mis-mo da la impresión de ser la fuente de todo lo productivo. Su mecanis-mo destructivo de autogeneración aparece como la fuente de vida.

Las relaciones de capital toman su forma más externa y fetichista en elcapital portador de intereses ... El capital se presenta como una misterio-sa y autocreadora fuente de intereses: la fuente de su propio aumento. Elobjeto (dinero, mercancía, valor) ahora es capital incluso como un sim-ple objeto, y el capital aparece como un simple objeto. El resultado delproceso de reproducción se presenta como una propiedad inherente alobjeto mismo. Depende del dueño del dinero, es decir, de la mercancíaen su forma continuamente intercambiable, si quiere gastarlo como di-nero o darlo prestado como capital. Por lo tanto, en el capital portadorde intereses salen a relucir en su estado puro este fetiche automático, va-lor autoexpansivo, dinero generador de dinero, y así ya no sigue portan-do las marcas de nacimiento de su origen... Pero también esto se defor-ma. Aunque el interés es sólo una porción del beneficio, es decir, del va-lor excedente, que el capitalista en función extrae del trabajador, se pre-senta, por el contrario, como si fuera (el interés) el típico producto delcapital, la materia principal; y el beneficio, en la forma de beneficio deempresa, como un mero accesorio y un derivado del proceso de repro-ducción. Así obtenemos la forma fectiche del capital y la concepción delcapital fetiche.41

Las dos fórmulas utilizadas por Marx, D-M-D’ y D-D’ son las ex-presiones teóricas de lo que Arrighi ha descrito como acumulación decapital a través de la expansión material y de la expansión financiera.Esta última golpea a los trabajadores incluso más duramente que la pri-mera. El capital móvil puede llegar ahí hasta donde obtiene el más altorendimiento. Si la producción y el comercio no dan suficiente benefi-cio, entran en la especulación y el préstamo hasta que se halle un nue-vo y ventajoso modo de producción y comercio.

No fue nadie más que Goethe quien realmente desarrolló el asun-to de la explotación del medio ambiente natural por el mecanismo deldinero, pues Marx sólo lo sugirió. Binswanger expone en su libro Mo-ney and Magic (Dinero y Magia) que Fausto, en la Parte II, precisamen-te se ocupa de este tópico.42 Afirma que el papel moneda tiene la mis-ma función que la alquimia: convertir la escoria en material valioso. Es-to significa que sólo está garantizado si “la Tierra” se transforma para

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este propósito. Se trata del gran proyecto, con la ayuda de la tecnología,del Fausto ya bastante viejo. La concentración en la acumulación de di-nero causa la destrucción de todas las otras economías y de la gente quevive en ellas, como pasaba con Philemon y Baucis con su economía desubsistencia. También Fausto se autodestruye: se queda ciego. Al cavar,lo que él considera una parte de su gran proyecto, está cavando su pro-pia tumba.

De esto resulta que bajo el mercantilismo se pusieron en su lugar impor-tantes elementos de la revolución del capitalismo industrial. Locke con-tribuyó con la legitimación teológica y filosófica de la acumulación de ri-queza y propiedad, mientras que Law inventó un nuevo sistema de papelmoneda y así dio la base económica para la extensión de la economíamonetaria. La transformación de los trabajadores, la tierra y el dinero, co-mo medios de intercambio, en la ficción de ser mercancías, dejó a la so-ciedad a merced del mercado capitalista; la dividió, destruyó la naturale-za y permitió que el dinero se volviera un fetiche, tal como mostró KarlMarx.

La introducción del papel moneda demuestra nuevamente que elestado también tiene funciones que cumplir en una economía de acu-mulación de capital. Al principio tiene que garantizar la calidad de lasmonedas, y luego cubrir los billetes que emite. A continuación nos ocu-pamos de estas funciones.

3. Las condiciones políticas necesarias para una economíacapitalista de mercado

Según los teóricos liberales puristas, todos los asuntos sociales seregulan mejor por los mercados mismos. Así que el estado sólo tieneque asegurar que los mercados realmente lo hagan sin ninguna interfe-rencia externa. Este enfoque asume que hay una estricta dualidad, has-ta una separación, entre la sociedad burguesa y la esfera política. Co-rresponde a la distinción entre el ciudadano como miembro social(bourgeois) y el ciudadano como fuerza política (citoyen). Las posicio-nes tradicionales están aquí nuevamente revertidas por completo, co-mo lo describió Aristóteles. Según él, esas funciones económicas ejecu-tivas en la comunidad (koinonia) o la unidad familiar (oikos), y los po-líticos responsables de la sociedad (politikos) deben impedir el desarro-

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llo de la economía de acumulación de dinero y sus efectos destructivosen las unidades familiares y las estructura social.

Entonces, ¿de qué forma favorece el estado al tranquilo funciona-miento de la economía capitalista de mercado, que apunta a la acumu-lación de dinero? Los factores principales son la propiedad, la legisla-ción contractual, la organización de dinero y la política exterior (co-mercial).

3.1. Propiedad y legislación contractual

Nuevamente debemos a John Locke la coyuntura crítica de esteasunto. En su segundo Tratado de Gobierno, este pionero, filósofo de lasociedad burguesa, define al ser humano como un propietario natu-ral.43 Su definición de propiedad incluye:– la propia vida, la propia persona, sobre todo el propio potencial de

trabajo;– los bienes (prioritariamente la tierra y el dinero); y,– ciertas libertades.44

Por tanto, en el sistema de Locke, los esclavos no tenían que concebirsecomo seres humanos con derechos de ciudadanía, sino como presas le-gítimas; capturadas en una guerra justa y sujetas a los caprichos de susamos.

Los esclavos, siendo Cautivos tomados en una Guerra justa, están por De-recho Natural sujetos al Dominio Absoluto y al Poder Arbitrario de susAmos. Estos hombres han perdido el derecho a su Vida, y con ello, a susLibertades, y han perdido sus Bienes y Heredades; y al estar en el Estadode Esclavitud, sin capacidad de tener ninguna Propiedad, no pueden serconsiderados en ese estado como parte de la Sociedad Civil; pues el prin-cipal fin de la misma es la conservación de la Propiedad.45

Sorprendentemente, Locke sí resulta ser favorable de alguna ma-nera a la filosofía de Aristóteles. Su justificación de la esclavitud provie-ne en gran medida del mismo libro de Política, cuyo capítulo final con-tiene las mismas advertencias proféticas sobre la economía de la acu-mulación de riqueza que Locke vuelve al revés. Aquí convendría echaruna mirada palabra por palabra a algunos pasajes de Aristóteles, por-que aclaran la continuidad entre la cultura imperialista, patriarcal, xe-nofóbica y nociva para el medio ambiente de los antiguos imperios y de

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la Edad Moderna europea (que serán objeto de nuestra atención másadelante). Así se expresa Aristóteles:

... podemos observar primeramente en los seres vivientes una regenciatanto despótica como constitucional; pues el alma rige al cuerpo despó-ticamente, mientras que el intelecto rige los apetitos desde su constitu-ción y realeza. Y es claro que estas regencias del alma sobre el cuerpo, yde la mente y lo racional sobre lo pasional, son naturales y convenientes;mientras que la igualdad de los dos o la regencia de lo inferior siemprecausa daño. Esto mismo se aplica también a los animales con respecto alhombre; pues los animales domésticos siempre tienen una mejor natu-raleza que los animales salvajes, y todos los animales domésticos van me-jor cuando los rige el hombre; pues entonces están protegidos. Asimis-mo, el macho es superior por naturaleza, y la hembra, inferior; y el pri-mero rige, y la segunda es regida; este principio se extiende necesaria-mente a toda la humanidad. Entonces, donde haya una diferencia tal co-mo la del alma con el cuerpo, o la del hombre con los animales (comoen el caso de aquellos cuyo negocio consiste en usar su cuerpo, sin poderhacer nada mejor), la clase inferior es esclava por naturaleza; y sería me-jor para ellos y para todos los de naturaleza inferior estar bajo la regen-cia de un amo. ...A la naturaleza le gustaría distinguir entre los cuerposde hombres libres y de los de los esclavos, y hacer a éstos fuertes para eltrabajo servil, y a los otros rectos, y aunque sin capacidad para tales ser-vicios, útiles para la vida política en las artes de la guerra y de la paz(1254b).Así, pues, por una parte, el arte de la guerra es un arte natural de adqui-sición, pues el arte de adquisición incluye la caza, un arte que deberíapracticarse contra las bestias salvajes, y contra los hombres que no se so-metan, a pesar de que por naturaleza tiendan a ser regidos; pues unaguerra de esta clase es naturalmente justa (1256b).

La analogía entre las emociones, los animales domésticos y lasmujeres, de un lado, y el cuerpo, los animales salvajes y los seres huma-nos destinados por su misma naturaleza a volverse esclavos, por el otro,junto con la predestinación de ambos grupos a ser regidos, pertenece alos legados más persistentes que nos dejaron los antiguos griegos y ro-manos, fundadores de la tradición europea. En realidad, de alguna ma-nera, las horrendas consecuencias de esta idea se han vuelto inclusopeores desde el comienzo de la era moderna, es decir, el siglo XVI; to-do lo que Aristóteles definió como algo que necesita ser regido, ahora

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se subordina a la racionalidad inmisericorde del mecanismo de acumu-lación de dinero, que Aristóteles condenó de hecho.

Eso se expresa en la noción de propiedad, definida en distinta for-ma por Locke y Aristóteles. Este último también define a los esclavoscomo posesiones (Ktesis), pero atribuye dicha propiedad a la oikono-mia, la economía de la unidad familiar. Toda propiedad de una unidadfamiliar se caracteriza porque es limitada, y su única función es satisfa-cer las necesidades humanas. Por otra parte, Locke se interesa en la acu-mulación sin restricción realmente justificadora, que acumula posesio-nes por el mecanismo de acumulación de dinero sin restricción, y estoes precisamente lo que Aristóteles rechazó por no natural y destructivo.

Detrás del concepto de propiedad de Locke está el concepto de“dominium” del Derecho Romano. Considerado equivalente al poderabsoluto, da al propietario el derecho de hacer lo que desee con su pro-piedad: “La propiedad es el derecho de usar y consumir la propiedad,mientras eso esté dentro de la ley”.46 Sin embargo, esta referencia a lacompatibilidad legal no se entiende como aceptabilidad, sino más biencomo conformidad con la legislación contractual. Como se declara enla cita anterior sobre la esclavitud, en la sociedad burguesa, el propósi-to central del estado es la protección de la propiedad privada, y por ello,su acumulación ilimitada, tanto en casa como en el extranjero:

...así, la República viene a consignar, por el poder que tiene, qué castigo,según su criterio, merecerán las varias transgresiones cometidas entre losMiembros de esa Sociedad, (lo cual constituye el poder de hacer Leyes);y asimismo tiene el poder de castigar cualquier Perjuicio contra cual-quiera de sus Miembros por quienquiera que no lo sea, (lo cual consti-tuye el poder de la Guerra y de la Paz); y todo para la conservación de lapropiedad de todos los Miembros de esa Sociedad...47

Locke se interesa prioritariamente en la tierra y el dinero –aunque eltrabajo potencial, como propiedad se menciona expresamente, comouno de los tres tipos de propiedad– al justificar la propiedad, su ilimi-tado aumento a través del mecanismo del dinero, y la definición de laley y del estado como sus protectores. Pero entonces tratamos con unadisimulación sin par, cuyas consecuencias salen a la luz, sólo cuando eltrabajo asalariado dentro del capitalismo industrial se convierte en laforma principal del trabajo que exigen las leyes de mercado. Al consi-derar en igualdad las formas de propiedad con el potencial de trabajo,

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la tierra, el dinero y los bienes (como factores de producción y comomercancías), sin mencionar a las libertades, la teoría económica liberalde Locke y sus sucesores sugieren que todos los hombres son por esoiguales con respecto a la propiedad. Robert Heilbronner da un análisispreciso de esta impresión en su libro Behind the Veil of Economics (De-trás del Velo de la Economía); remite al lector a diferentes valores liga-dos a las diversas formas de propiedad:

...se da una desigual acepción al significado de ‘propiedad’ cuando la re-ferencia es a los medios de producción (la tierra y el capital) y cuando loes a la fuerza de trabajo; la propiedad del individuo de su capacidad detrabajo, incluyendo el precioso derecho a retener esa capacidad si se de-sea [por ejemplo, en una huelga]. Aunque parezca que estas propiedadesreclaman lo mismo, no es así. Pues el derecho de reclamar el producto delos medios de producción en conjunto con la fuerza de trabajo, se con-fiere totalmente al primer propietario, no al segundo. El agricultor capi-talista es dueño de la cosecha plantada en su tierra, y el fabricante capi-talista es dueño del producto que sale de su fábrica. El trabajador cedetodo reclamo a este producto, a cambio de su pago asalariado, aunquepudiera parecer –y así lo pretenden muchos economistas convenciona-les– que, como ‘factores de producción’, el trabajo y el capital están enuna posición conceptual completamente igual, uno junto al otro. De es-ta manera, la indiscutida propiedad por capital, de todo valor añadido,es una evidencia de que el sistema de mercado incorpora un sistema dedisposición asimétrica de su producto; una disposición que refleja lapresencia de dominación social dentro de su funcionamiento, aunqueno se la reconozca.48

Lo cual tiene consecuencias de largo alcance para el papel que jue-gan la ley y el estado en una sociedad burguesa de mercado. Un sistemalegal y un estado que se autorrestringen a establecimiento de las condi-ciones básicas para la protección de la propiedad y la autorregulacióndel mercado, necesariamente deben proteger la desigualdad, a pesar dela igualdad formal de todos ante la ley. Los dueños de la tierra y el capi-tal como medios de producción poseen una propiedad más poderosaque aquellos que sólo pueden llevar su propio trabajo (potencial) almercado, esto sin mencionar el caso de los esclavos bajo el mercantilis-mo, que no tienen ningún derecho. Y no se trata de un efecto paralelofortuito, sino de algo conscientemente buscado, como se ve en los escri-tos de Locke. Ahí él da una base lógica para explicar los efectos reales de

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la economía de mercado, esto es, la acumulación de la tierra y el capitalen las manos de un número limitado de gente que posee estos factoresde producción. En realidad, Locke lo justifica teológicamente por seruna respuesta racional y diligente al mandamiento divino de someter laTierra.

Y esta percepción de la realidad no es simplemente cosa del pasa-do. La Constitución de los Estados Unidos de 1776 y las constitucionesburguesas desde la Revolución Francesa, hasta la Constitución de pos-guerra (1949) de Alemania Occidental, se basan todas en las ideas fun-damentales de John Locke.49 El que Napoleón incorporase en la legis-lación la ley sobre la propiedad expuesta por Locke tuvo efectos parti-cularmente extensos, ya que dicha legislación se utilizó desde entoncescomo la base de todos los siguientes códigos civiles. Binswanger dicesobre el asunto que:

En el Código Napoleónico, el código civil creado por Napoleón, el artículo544 declara que: ‘La propiedad es el derecho de gozar y usar cosas de lamanera más absoluta’ (La propiété est le droit de jouir et de disposer deschoses de la manière la plus absolue), con la única condición de que elpropietario no pueda usar esta propiedad de ninguna manera que contra-venga el resto de la legislación civil y criminal. El Código Napoleónico seconvertiría en el modelo de los códigos civiles en todo el mundo. Esta nue-va ley de propiedad –el dominium del Derecho Romano– difiere en esen-cia de las concepciones originales sobre propiedad, basadas todas de algu-na forma en la idea de patrimonium: el deber de cuidar la naturaleza.50

No nos conciernen en este punto las correcciones sociales a duraspenas ganadas a las constituciones occidentales, sino cómo se enfocaoriginalmente la definición del papel de la ley y del estado en la inci-piente sociedad burguesa de mercado. Igual que al definir la tierra, eldinero y el trabajo como mercancías, los conceptos, que se desea intro-ducir en los contratos, de propiedad y libertad, y su protección, tam-bién son abstracciones que no toman en cuenta las relaciones del po-der real y las concomitantes desigualdades y restricciones a la libertaden el mundo real.

3.2. El sistema de dinero

Binswanger enfatiza que en Fausto, Goethe presenta la introduc-ción del papel moneda como una sugerencia que hacen Fausto y Mefis-

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tófeles al “Emperador”.51 Con la emisión de esos billetes, el emperadordebe sentirse liberado de sus preocupaciones financieras, pues estáncubiertos tanto por los depósitos de oro material como endosados conla firma del emperador. Lo cual significa que éste al mismo tiempo au-toriza que el papel moneda sea como un cheque en blanco. Entonces sesupone que Fausto va a extraer a gran escala el oro de los depósitos. To-do el proceso se presenta como una alquimia, pues algo de menor va-lor se transforma en algo más valioso. Goethe hace alusión aquí al Du-que de Orleans, quien ocupó los servicios de John Law, el inventor delpapel moneda, y luego despidió a los alquimistas de la Corte diciendoque había encontrado una mejor manera de adquirir dinero.52 Goethepuso en su obra a un emperador, en lugar de a un duque, porque pen-saba en Napoleón.

Esto también tiene un profundo sentido simbólico, que discutire-mos más detalladamente en la segunda parte de este libro; esto es, có-mo la Edad Moderna europea vino después de los imperios de la Anti-güedad.53 Incluso el Emperador Carlos V había tratado de unir a Eu-ropa en un solo imperio. Se alzó con el poder mediante el capital finan-ciero y comercial de los Fugger y los mercaderes genoveses, y buscó fi-nanciar la creación de su imperio con el saqueo del oro y la plata de Su-damérica. Después de fracasar en esto, se dio forma a los estados terri-toriales mercantiles, que practicaron la acumulación de capital, con laayuda de sus propias sociedades comerciales y en un triángulo de inter-cambio de productos terminados europeos, esclavos y materias primas.Durante la clásica fase liberal del siglo XIX, el capital financiero priva-do asumió el liderazgo. En otras palabras, el imperio se había viradocompletamente hacia el poder anónimo del capital desde la esfera de lapolítica, y Goethe podía tratar la creación del papel moneda como lafundación real de un imperio. Binswanger lo resume así:

Conforme avanzaba el siglo XIX, la creación del papel moneda y el dine-ro bancario se combinaron con la extensión de la nueva legislación so-bre la propiedad, para apoyar la Revolución Industrial y el crecimientodel comercio consecuente. La empresa de Fausto se ha convertido en elplan global de la economía. Es la moderna economía.54

3.3. Política exterior (comercial)

Los orígenes de la política comercial europea se remontan a lasCruzadas. Generalmente asociamos las Cruzadas con la Alianza de la

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Cruz y la Espada, y olvidamos el papel que también jugó el dinero. Losbancos y las instituciones mercantiles de Italia septentrional tenían unmotivo oculto. Se volvieron ricos, particularmente en Venecia, no sola-mente mediante las enormes sumas de dinero recogidas por el Papa ypor sus préstamos de alto interés para ayudar a las Cruzadas; sino tam-bién al proporcionar el equipo a los que partían a esa causa. Másimportante aún fue que, con la expansión militar hacia Palestina, obtu-vieron el control de las rutas comerciales hacia el Este, principalmentea la India, la meta más importante del comercio exterior.

La Conquista genovesa-española de América se basó en la Recon-quista, de reclamación de Tierra Santa (y de toda España). (Irónica-mente, Colón llegó a América en su búsqueda de una segunda ruta co-mercial a la India; con la intención de encontrar todo el oro posible pa-ra financiar otra Cruzada).55 Las relaciones exteriores de las ciudadesestado europeas y luego de los reinos de España y Portugal, y del impe-rio de los Habsburgo hasta bien entrado el siglo XVI, consistieron ini-cialmente de expediciones de saqueo con desastrosos efectos para lospaíses y las gentes que las sufrieron. Durante los primeros 70 años de laregencia española, murieron aproximadamente 70 millones de nativos,es decir, 90 por ciento de la población indígena. Esto conllevó el tem-prano desarrollo del igualmente asesino comercio de esclavos; se “im-portaban” esclavos desde África a Sudamérica y el Caribe, para reem-plazar el menguante número de trabajadores de las minas y haciendas.Los estados mercantilistas de los siglos XVII y XVIII, primero bajo el li-derazgo holandés y luego, el inglés (en competencia con Francia), sebasaron precisamente en esta combinación de factores para ese comer-cio triangular antes mencionado, que proporcionó la fuente más im-portante de acumulación de capital en Europa. (Casualmente, JohnLocke también ganaba su dinero del comercio de esclavos.) Durante es-ta etapa, los monopolios comerciales estatales eran los actores princi-pales de las relaciones económicas extranjeras entre los estados, apoya-das por sus fuerzas armadas y las administraciones coloniales.

Esta etapa se asocia con el uso de la fuerza militar, mientras queen la era liberal del siglo XIX el capital dominaba el mundo indirecta-mente. Si un país en particular no quería participar en el mercado libremundial, el capital (inglés) financiaba guerras de poder. Por ejemplo,Londres financió la guerra de Argentina, Brasil y Uruguay contra Para-guay, para poner freno a la autosuficiencia de éste último país. Los efec-

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tos paralelos eran las deudas de esos estados, esto es, la siguiente depen-dencia de los estados en guerra del capital inglés.56

Una pregunta fundamental surge una vez que se tiene una visión gene-ral de las transformaciones (a) de las sociedades con mercados en las so-ciedades de mercado, (b) de la tierra, el capital y el trabajo en mercancías,y (c) de las instituciones legales y políticas a servicio del mercado de lospropietarios; ¿qué sucedió con la gente durante esta metamorfosis histó-rica?

4. La ideología del hombre con mentalidad de mercado(homo oeconomicus)57

Macpherson caracteriza la visión de los seres humanos (antropo-logía) como “individualismo posesivo”; en la incipiente sociedad demercado.58 Más precisamente, se diría “individualismo de acumula-ción de propiedad”, y más exactamente aún, “individualismo de acu-mulación de dinero”.

Volvamos una vez más nuestra atención a Aristóteles: también élasume que la humanidad necesita posesiones (ktesis) para vivir. Peroasocia esta propiedad con la unidad familiar (oikos), la comunidad(koinonia) y la comunidad política que la rodea (polis), y por esto defi-ne a las personas como seres políticos (zoon politikon). Que sólo pue-den vivir, sobrevivir y satisfacer sus necesidades básicas si aceptan quela comunidad es finita. Cualquier persona que desee acumular indivi-dualmente los medios de una vida eterna con dinero destruirá no sola-mente a la comunidad, sino también a sí mismo. Esa es la moraleja dela historia del rey Midas, que se moría de hambre en medio de monta-ñas de oro; y por eso Aristóteles repetidamente define como una “ilu-sión” a la avaricia por la acumulación de riqueza (epithymia) y su me-canismo; esta “ilusión” se opone a la verdad, es decir, a lo que perdurahasta el fin. Cuando contrasta la “vida buena” con la lucha ciega y des-tructiva por la vida sin fin lograda mediante la ilimitada acumulaciónde riqueza, no se refiere a una categoría moral en el sentido de la “éti-ca” abstracta moderna, sino a una categoría política y ontológica. La vi-da sólo puede vivirse y mantenerse dentro de los límites de una comu-nidad humana concreta.

Alternativas al capitalismo global 51

Esta porción de sabiduría se ha conservado en lo que queda de lasculturas no occidentales de África, Asia y la India. En Europa occiden-tal, tambaleó y desapareció hacia mediados del siglo XIV, en una épocaque ahora celebramos como los comienzos del Renacimiento. Hay mu-chas teorías acerca de las razones de esta quiebra. Se considera al doctopoeta Francesco Petrarca como el “primer hombre moderno”. Siguien-do el pensamiento de San Agustín, quien por casualidad ha sido acusa-do equivocadamente de reducir su teología a “Dios y el alma”, y el deCicerón, Petrarca quien describe con himnos la nueva relación indivi-dual con la naturaleza y la historia. Pero al hacer referencia a la conti-nuación de las tradiciones teológicas y filosóficas, debe explicarse porqué sucedió este “descubrimiento” de lo individual en ese tiempo con-creto.

K.G. Zinn señala dos factores de la historia económica en particu-lar: las plagas y la invención de las armas de fuego.59 Ambos hacen quela gente se mantenga apartada de los demás. La Gran Plaga de 1348-1352 arrasó con la mitad de la población de Europa. La gente no que-ría tener contacto con otros por miedo a contagiarse, por el síndromede ser cabeza de turco60 y una creciente mentalidad de “sálvese el quepueda” o de “cada cual mira a lo suyo”. La invención de las armas defuego, además de reducir la necesidad de inmediatez para matar, tuvoun extraordinario efecto económico. Reforzó el alejamiento de un muyproductivo periodo agrícola que también fue ventajoso para el nivel devida general, y la siguiente hegemonía de los pueblos y las ciudades, cu-yo desarrollo adquirió poder por la industria de las armas.

Un cambio tan dramático se originó por la interacción de muchosfactores. Así que no puede sorprender que el cambio drástico comen-zara principalmente en esas ciudades que ya se habían enriquecido alfinanciar las Cruzadas; en concreto, las ciudades estado septentrionalesde Italia, incluyendo a Venecia, Florencia, Milán y Génova. Maquiave-lo, testigo de la intensa competencia entre ellas, fue el primero en de-clarar que el poder, y la lucha por el poder, era la raíz de cualquier po-lítica.61

Sin embargo, son Thomas Hobbes y John Locke los padres funda-dores de la teoría económica que considera a los seres humanos comouna propiedad, y a los seres acumuladores de riqueza en competenciamutua.62 Debemos tener claro la manera en que Hobbes llega a su ase-veración de que el hombre es “por naturaleza” un sistema mecánico en

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lucha por el poder sobre los otros, y que por tanto, debe sobrevenir unconflicto violento si no interviene un gobierno fuerte. Este argumentode que la naturaleza de los seres humanos es simplemente así, lo hanutilizado hasta nuestros días los ideólogos de la economía capitalista demercado; esto justifica la opinión de que la economía de mercado esnatural. El que declare lo contrario debe ser un idealista, a lo mucho unidealista que no debe tomarse en serio. Pero Macpherson expone con-vincentemente la forma en que Hobbes argumenta.63

Parte de la condición de la incipiente sociedad de mercado, deter-minada por la competencia, y la proyecta hacia atrás, a un estado su-puestamente natural, volviéndola a aplicar a la sociedad y luego sacaconclusiones políticas.

¿Cómo es su modelo artificial de la condición humana? De la abs-tracción de la sociedad burguesa, recoge las tres causas importantes, su-puestamente naturales, del conflicto de la gente que lucha por una vi-da buena y confortable. Estas causas son la competencia, la desconfian-za y el deseo de gloria. Así que la gente necesita al estado y sus leyes pa-ra protegerse ellos mismos de los demás.

Las Pasiones que inclinan a los hombres a la Paz y al Temor de la Muer-te; el Deseo de tales cosas en cuanto son necesarias para una vida holga-da; y la Esperanza de que las obtendrán por su Industria.64

En los primeros capítulos del Leviatán, Hobbes justifica este argumentotanto fisiológica como sicológicamente. Un ser humano es muy similara una máquina automática, un intento autómata de continuar su movi-miento. Moverse “hacia” es avaricia, mientras que hacerlo “en direccióncontraria” (para alejarse), es aversión. ... “porque la Vida misma no es si-no Movimiento, y nunca puede existir sin Deseo, ni sin Miedo, ni sinSentido”, cada hombre debe buscar un éxito continuado en obtener esascosas que desea y deseará de tiempo en tiempo.”65Así que alcanza la de-finición de poder y el postulado que todos los seres humanos luchan porun poder siempre nuevo sobre los demás: “El Poder de un Hombre ...sonsus medios actuales para obtener un aparente Bien futuro.”66 Comoejemplo de poder menciona las características del mercado: la riqueza,grandes logros, bienes y funciones importantes. “Cada hombre está en elmercado para tener poder.”67

La posesiva sociedad de mercado, pues, sí satisface los requerimientos deHobbes. Es una sociedad en la cual los hombres que quieren más puedenbuscar (y lo hacen) continuamente para que se les transfiera a ellos mis-mos algo del poder de los demás, de manera que obligan a todo el mun-

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do a competir por más poder, y todo esto por métodos pacíficos y lega-les que no destruyen la sociedad con la violencia.68

Lo cual sigue siendo aún simplemente el modelo mercantilista dela sociedad de mercado, en la que corresponde al estado la importantefunción de la regulación. También Locke desarrolla su teoría similar so-bre este fondo. Pero concibe al estado con base en el acuerdo, o contra-to, de la comunidad, en lugar de impuesto por un solo gobernante.Además, añade a los puntos de vista básicos de Hobbes, la importanciadel dinero para un continuado aumento en la propiedad. Aunque haceuso prioritariamente del mandamiento divino al homo sapiens de so-meter la Tierra para legitimar el mecanismo de la acumulación de ri-queza. Así pues, la razón se interpreta en el sentido de la acumulaciónracional de dinero.

Lo que nos conecta con otros dos filósofos que jugaron un decisi-vo papel en el nacimiento de la Edad Moderna europea: Francis Bacony René Descartes.69 En su New Organon of the Sciences (Nuevo Orga-non* de las Ciencias) (1620), Bacon describe tres estados de la lucha delhombre por el poder. El primero es “reclamar el propio poder en el pro-pio país”; el segundo, “aumentar la consideración y el poder del propiopaís”; y el tercero tiene que ver con “el poder y dominio de la raza hu-mana sobre toda la naturaleza”. La toma del poder se hace posible pormedio de la ciencia y la tecnología (Novum Organum I, párrafo 129).70

El aparentemente inocuo proverbio “el conocimiento mismo es el po-der” viene de Bacon, y en este caso, ese “poder” puede interpretarse co-mo un poder que puede utilizarse contra los miembros de la misma so-ciedad, contra otras razas –razas primitivas , como se les dice a los ha-bitantes nativos de América y África– y contra la naturaleza misma. Asíque no fue por casualidad que el Canciller Lord Bacon fuera el respon-sable de los juicios de las así llamadas “brujas”. Es absolutamente obvioque, al decir que la naturaleza debe ser torturada para extraer sus secre-tos, su lenguaje brota de la violencia contra las mujeres.

También aquí puede mencionarse otra vez a Descartes. Se sabebien que él define a la humanidad como “ama y señora de la naturale-za” (maître et posseseur de la nature). El pensamiento de los seres hu-manos transforma su propia corporalidad, y el mundo entero; por esoestos se vuelven mecánicamente objetos de observación del violentométodo científico y la manipulación técnica. Para nosotros es especial-

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mente importante notar que este conocimiento puro es de una natura-leza matemática. El mundo entero se contemplaba en los abstractostérminos de las matemáticas.

Es revelador que Descartes desarrollase su teoría de la probabili-dad asociada al cálculo de interés. Se subordinaba el futuro de la razahumana a las matemáticas de la acumulación de dinero.

Desde este punto hay un vínculo directo con Adam Smith, el fun-dador de la economía nacional moderna. Se veía a sí mismo como elNewton de la economía; lo que simplemente significa que la teoría dela economía y la actividad económica humana se representa en formasimilar a la física clásica. Como hizo Hobbes antes, Smith veía a los se-res humanos como autómatas que luchan por hacer ganancias. Pero ladiferencia es que ya no se necesita al estado para regular el mercado; enla concepción liberal del capitalismo industrial el mercado se regula asímismo. En justicia, deberíamos añadir que Smith se veía genuinamen-te a sí mismo como un filósofo de la moral y como tal, introdujo doscondiciones para sus cálculos, que son generalmente ignorados por losexponentes del neoliberalismo. En primer lugar, en forma muy pareci-da a cómo Descartes partió de una visión de Dios como el sabio relo-jero que hizo la Tierra y la puso a funcionar, Smith utiliza el conceptode la “mano invisible” que mantiene el mercado armoniosamente enmarcha para el mayor bien común. En segundo lugar, asume que lagente, bendecida con la razón, también lo está con la solidaridad haciasus congéneres, y eso mantiene todo el sistema bajo control. Smith sí vede hecho la necesidad de que el estado actúe cuando esta solidaridadnatural se viene abajo, como en el párrafo citado arriba sobre los patro-nes egoístas.

Sin embargo, la filosofía de Smith y las tradiciones mecánicas enlas que se basa, esparcieron las semillas de la opinión de que la econo-mía tiene leyes autónomas, y por tanto, también la creencia de que laeconomía científica y sus técnicas son esenciales para reconocer y con-trolar los procesos económicos e interpretar el comportamiento huma-no en la economía (“sólo los expertos ...”).

Resumamos las abstracciones sin precedentes y las reevaluaciones aso-ciadas con el punto de vista económico de los seres humanos como gen-te con mentalidad de mercado; esto es, acumuladores de dinero y consu-midores:

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– Las personas con mentalidad de mercado no se esfuerzan por satisfa-cer sus necesidades limitadas de sobrevivencia, sino que, por miedoa la muerte, buscan llenar sus deseos ilimitados y artificiales, y adqui-rir más y más dinero y bienes; son consumidores sin límites y acumu-ladores de capital.

– La gente con mentalidad de mercado tiene por naturaleza una menta-lidad de poder. Luchan egoístamente para aumentar sus propiedadesa expensas de los demás, ya que, según se afirma, eso garantiza laacumulación de riqueza de toda la economía national.

– La gente con mentalidad de mercado es dueña de su propio trabajo,que tiene valor en tanto en cuanto lo venden por dinero en el merca-do.

– La gente con mentalidad de mercado, por ser negociantes, hacen cál-culos racional e imaginativamente y apuntan al máximo beneficio.

– La gente con mentalidad de mercado, por ser pensadores, son mate-máticos en tanto en cuanto perciben ciertos modelos en la realidad(humana y natural), que aprenden a manipular mediante la tecnolo-gía.

– La gente con mentalidad de mercado son individuos que luchan porescapar a las limitaciones del tiempo, el espacio y la comunidad conla ayuda de tecnologías artificiales. El hecho de que se destruyan a símismos y al mundo no se da a conocer.

A la luz de estas afirmaciones, debería ser evidente que la econo-mía y la antropología de este tipo son altamente ideológicas, si es queno, un mero reflejo de sus propias suposiciones y limitaciones. En pri-mer lugar, se basan en la abstracción de los procesos económicos y hu-manos.71 A propósito, prestaremos atención en la Tercera Parte a loscriterios, aún no revisados, para medir el éxito económico. También esuna abstracción la forma en que ven al ser humano. Lo sacan comple-tamente de sus relaciones y limitaciones sociales y naturales. Las prue-bas que aporta otra disciplina, la sicología profunda, bastan para con-trarrestar el punto de vista de que el ser humano sólo está lleno de ava-ricia por poseer cada vez más y por tener poder personal; esto es insos-tenible, pues la naturaleza humana tiene asimismo un lado comple-mentario positivo, al menos tan fuerte como el otro: desde la primerainfancia las emociones positivas rigen las relaciones y el comporta-miento cooperativo.72 El punto más importante que dejan de lado loseconomistas clásicos y mercantilistas con su teoría de la naturaleza hu-mana, es que sus suposiciones, que extraen de la incipiente sociedad de

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mercado y luego declaran universales, se entremezclan en gran medidacon su simpatía por los imponentes intereses del poder de las clases so-ciales ganadoras. Y como la economía presenta esta combinación delreconocimiento parcial del verdadero estado de cosas y de los interesesdel poder como una verdad científica universal, a ella misma le intere-sa ganar poder en el mercado y estabilizar las relaciones de mercadoexistentes.

NOTAS

1 K. Polanyi (1994) 1957.2 Aristóteles, La Política, Libro I, capítulos 8-13; ver para esto K. Polanyi, op. cit.,

p. 53ss.; Altvater, 19922, p. 74; H. Chr. Binswanger, 1991, pp. 113-117, 125-135 ydemás; Daly y Cobb, op. cit., pp. 138s. y pp. 191ss.

3 Polanyi, op. cit., pp. 53s., califica discutiblemente a esta distinción como afirma-ción más profética nunca antes hecha en las ciencias sociales: “... ciertamente, si-gue siendo el mejor análisis existente sobre la materia”.

4 Ibíd., pp. 61ss.5 Ibíd., pp. 58s.6 Ibíd., p. 60.7 Ibíd., p. 54.8 Ibíd., pp. 47ss.9 El hecho de que incluso en los tiempos de las Antiguas Grecia y Roma el comer-

cio exterior creara un grado de dependencia asociado con la disparidad entreciudades y países, llevó a Aristóteles a emitir sus advertencias, y entrará en nues-tra consideración al tratar la historia bíblica.

10 Sobre esta materia como un todo ver Polanyi, ibíd., pp. 62ss.11 Ibíd., p. 65.12 C. B. Macpherson, 1962, p. 57(9ss.).13 Polanyi, op. cit., p. 40; para lo que sigue, pp. 41ss.14 Ver Binswanger, 1982, p. 34.15 Ver Polanyi, op. cit., pp. 68s.16 R. Kurz, 1991, da un detallado y convincente análisis de esta flaqueza de la eco-

nomía totalmente planificada.17 Ver el reciente trabajo de Daly y Cobb, op. cit., pp. 49s.18 Además de Polanyi, op. cit., ver también E. Altvater, 19922, pp. 70ss.19 Ver Daly y Cobb, op. cit., pp. 25-117, sobre el análisis de la “inoportuna concre-

ción” en la economía.

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20 Polanyi, op. cit., pp. 72ss.21 Ibíd., p. 7222 Ibíd., p. 82 23 A.Smith, 1776, Cap. 124 M. A. Fay, 1980.25 Ver Daly y Cobb, 1989, pp. 97ss.; E. Altvater, 1987, 1992 y 19922; H. Chr. Bins-

wanger, 1991; L. Mayer, 1992.26 K. MARX, MEGA Vol. II/9, pp.442s.; ver también E. Altvater, 19922, p. 268.27 Ver arriba pp. 10s.28 Ver el trabajo original de Binswanger (1982).29 Ibíd., p. 100 (tr.).30 Cita del libro Binswanger, op. cit., p. 11.31 Ibíd. (tr.).32 Ibíd., p. 116 (tr.).33 Ibíd., p. 123 (tr.).34 F. J. Hinkelammert, 1986, pp. 5-61.35 Ibíd., p. 16.36 Ver el reciente trabajo de R. Kurz, 1991.37 Cf. Hinkelammert, op. cit., pp. 27s. con referencia a K. Marx, y Polanyi, op. cit.38 K. MARX. MEGA, Vol II/9, p. 135.39 K. MARX. MEGA, Vol II/9, p. 152; ver también Hinkelammert, op. cit. pp. 28s.40 Hinkelammert, loc. cit., p. 3041 K. MARX, 1974, Vol. III pp. 391s. Ver también Hinkelammert, op. cit., 32.42 H. Chr. Binswanger, 1994. Ver también 1990 y su extenso trabajo sobre los pro-

blemas ecológicos actuales, 1991. El vínculo entre la dinámica del sistema capi-talista de dinero y los problemas del medio ambiente se enfatizan en la escuelade Silvio Gesell y acaban de ser abordados en detalle por H. Creutz, 1993,pp. 295ss.

43 J. Locke (1690), 1988, Libro II, Cap. 544 E.g. Ibíd., Libro I, Cap. 945 Libro II, Cap. 7 §85.46 “Dominium est ius utendi et abutendi re sua quterus iuris ratio patitur.”Ver Loc-

ke, loc. cit., Libro II. Cap. 5, y Binswanger, 1982a, p. 33.47 Locke, op. cit. Libro II, Cap. 7, §88.48 R. Heilbronner, 1988, p. 30.49 Ver C. B. Macpherson, 1962, pp. 194ss.; M. Beaud, 1981, pp. 33ss. Para una valo-

ración de la importancia de esta tradición en la constitución alemana verA. Krölls, 1988. G. Lantz, 1997 aporta una historia crítica y un juicio ético de lalegislación de la propiedad desde Aristóteles hasta las enseñanzas sociales de laIglesia Católica en nuestros días

50 Binswanger, 1994. p. 32.51 Ibíd., pp. 10ss.52 Ibíd., p. 31.53 Ver Duchrow, 1992, Parte I.54 Binswanger, 1994, p. 33.

58 Ulrich Duchrow

55 Ver U. Duchrow, 1992, con sugerencias para lecturas posteriores. Ver también LeGoff, 1988. Según él, la doctrina del Purgatorio y la búsqueda de indulgencias sedesarrolló para que los banqueros, quienes, con su capitalización de las Cruza-das no habían respetado la prohibición de no cobrar interés, pudiesen entrar enel Cielo; y a la vez se desviaba una parte de los intereses ganados hacia los cofreseclesiales.

56 Ver Ibíd., p. 26 y Galeano, 1985, pp. 221.57 Ver también Daly y Cobb, op. cit., pp. 85ss.58 C. B. Macpherson, 1962.59 K. G. Zinn, 1989.60 Esta era la época de los primeros pogramos sistemáticos contra la minoría judía,

justificados por el reclamo de que los judíos habían envenenado los pozos.61 Ver la interesante biografía ilustrada de E. Barincou, Niccollò Macchiavelli,

(1958), 1988, pub. por rororo.62 Ver el extenso tratamiento de Macpherson sobre este punto, op. cit.63 Ibíd., pp. 17ss.64 Hobbes, Leviatán, Cap. 13; ver también Macpherson, loc. cit., p. 29: “el hombre

natural es el hombre civilizado sólo si se elimina la restricción de la ley”.65 Ibíd., p. 33 en Leviatán, Cap. 666 Capítulos 10-11 y también Macpherson, op. cit., pp. 35ss.67 Ibíd., pp. 38s.68 Ibíd., p. 5969 Ver también U. Duchrow y G. Liedke, (1986) 1989, pp. 69ss.70 Al respecto, es interesante recordar que una de las formas en que Aristóteles dis-

tingue la economía de acumulación de riqueza y la economía de la unidad fami-liar es el uso por la primera de métodos artificiales.

71 Ver la crítica fundamental de la economía como ciencia de Daly y Cobb, en cuan-to a la falta de reflexión en la metodología y los efectos catastróficos correspon-dientes de las abstracciones en la vida real (1989). pp. 25ss.

72 Ver entre otros B. Heilbronner, 1988, p. 20 y demás.

Capítulo II

LA RESISTENCIA DE LAS VÍCTIMAS Y DE LAS SOCIEDADES

1. Resistencia fuera de Europa

Desde tiempos remotos son los ganadores los que han escrito lahistoria. Por ejemplo, en la versión de la historia que se enseña en Eu-ropa Occidental, sólo las pequeñas minorías conocen acerca de los pe-riodos de sufrimiento y resistencia de las víctimas de la gradual exten-sión del mercado capitalista global. ¿Quién de nosotros está familiari-zado con la perspectiva musulmana de las Cruzadas?1 ¿O de la lucha delos indios americanos o la de los africanos deportados como esclavos aAmérica?2

Al respecto, 1992 trajo un grato progreso.3 Fuimos testigos de lascampañas europea e internacional contra las celebraciones del 500 ani-versario del “descubrimiento” de América por Colón, bajo consignascomo “500 años de opresión y resistencia”; además presenciamos cómola población indígena creó grupos de autoayuda en América Latina y elCaribe, de grupos que en algunos casos abarcaron todo el continente, ytambién a proyectos de gran escala formados para reescribir la histo-ria.4 La concesión a Rigoberta Menchú del Premio Nobel de la Paz tam-bién atrajo más atención hacia la lucha de los nativos americanos.

Una forma más profunda de esta lucha de resistencia y sobrevi-vencia ni siquiera se expresa con palabras, ni tiene una organización vi-sible. Las palabras son demasiado peligrosas en la situación de opresióntotal que ejercieron los europeos. Una manera de expresión es la litur-gia que se utiliza en los cultos, sean los afrobrasileños (como Ubanda),o los espirituales afroamericanos.

Otra figura son las maravillosas danzas como el Capoeira, que to-davía hoy se practica en Brasil. Son formas de autodefensa. Lo mismoque el lenguaje de los tambores, que permite a la gente comunicarse através de grandes distancias. Otra imagen de resistencia contra la cul-tura de mercado conquistadora era la solidaridad dentro de la familia

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extendida; en breve, múltiples formas culturales han prometido a losescasos sobrevivientes una sobrevivencia en resistencia.

Recordemos algunos ejemplos. Fue precisamente, durante la yamencionada primera fase de la expansión financiera, cuando el capitalpasó de la producción y el comercio al financiamiento de la deuda in-terna y externa, que los trabajadores de Florencia se empobrecieron y,por ello, se rebelaron. La así llamada revuelta de los Ciompi de 1378 in-cluso tuvo éxito en tomarse el poder del estado. Pero, como hoy, los pa-tronos devolvieron la jugada dividiendo a esa fuerza laboral, dejandosin trabajo a los trabajadores de bajo nivel y cooperando con los máscalificados. También transfirieron los excedentes de dinero líquido des-de la esfera productiva a la monetaria.

En segundo lugar, Bartolomé de Las Casas merece ser reconocidocomo la figura más importante de la resistencia al imperialismo espa-ñol y portugués en el siglo XVI, caracterizados por el saqueo y el asesi-nato. Hay que reconocer que él era tan solo uno de la gran minoría delos miembros de las órdenes sagradas que se unieron a la población na-tiva en su lucha. Sin embargo, la estrategia de resistencia de Las Casases importante porque incluye aspectos que dan claves para las accionesque pueden tomarse hoy, como veremos en la Tercera Parte.5 Por ejem-plo, él condena al crimen sistemático de guerra contra la población in-dia y la esclavitud capitalista de las “encomiendas”6 en las minas yplantaciones.

En cuanto al periodo de transición del mercantilismo al liberalis-mo en el tiempo de la Revolución Francesa, debe mencionarse particu-larmente a Toussaint Louverture en la isla francesa de Santo Domingo(hoy Haití), el único caso (conocido) de liberación de esclavos por suspropios esfuerzos.7

Toussaint Louverture era un esclavo que vivía en la zona donde Colónfundó su primer asentamiento y también donde Las Casas desarrolló susasentamientos con los indios nativos. Se le permitía utilizar la bibliotecadel sacerdote, y allí leía no solamente acerca de las Buenas Nuevas de li-beración y la tradición de Las Casas, sino que también leía acerca de lasestrategias militares que Julio César describe en sus crónicas. Los escla-vos empezaron a usar tácticas de guerrillas cuando las noticias de la Re-volución Francesa y sus nuevos principios de “libertad, igualdad y frater-nidad” llegaron a sus receptivos oídos, y bajo el mando de Toussaint de-rrotaron a los atacantes ingleses y franceses.8 Aunque Napoleón capturó

Alternativas al capitalismo global 61

mañosamente a Toussaint y lo dejó morir miserablemente, sus soldadosfueron abatidos por los ejércitos de esclavos; y éstos, a pesar de todas lasmedidas que los europeos tomaron en su contra, pudieron conservar suindependencia hasta entrado el siglo XX, cuando los Estados Unidosocupó la isla y luego instaló la dictadura de Duvalier.

Paraguay también se ingenió por mantener su independencia portiempo considerable antes se ser obligado a entrar en la “economía a li-bre mercado”.

En resumen, hay tres fases de la conquista europea global hasta la Pri-mera Guerra Mundial: (1) el imperialismo saqueador y asesino del sigloXVI; (2) el sutil comercio mercantilista triangular de los siglos XVII y XVIII;y, (3) el sistema liberal global bajo el control inglés hasta el apogeo delcolonialismo del siglo XIX. El resultado fue el subdesarrollo y la subyu-gación de aquellos países que a veces llamamos el Tercer Mundo. Estono quiere decir que la historia de la resistencia fue inútil: es el potencialque hoy tenemos que aprovechar (ver la Tercera Parte). Pero ninguna delas estrategias de oposición de los pueblos no europeos han podido re-sistir o domar realmente el poder mortífero de la sociedad de mercadocapitalista, primero europea y, más tarde, norteamericana; salvo el Ja-pón, que copió a Occidente y ahora funciona con los mismos métodos.En Europa occidental y en los mismos Estados Unidos, el desarrollo to-mó un curso algo diferente.

2. La Resistencia dentro de Europa

Polanyi ha recalcado que es pura ficción asumir que el mercadocapitalista autorregulador es de alguna manera esencial por naturaleza,que surgió de una necesidad histórica, o que hasta se dio en alguna par-te en forma pura.

Ninguna sociedad podría soportar los efectos de un sistema tal de cru-das ficciones, ni aunque fuera por la menor extensión de tiempo posible,a menos que su sustancia humana y natural, tanto como su organizaciónde negocios, estuviera protegida contra los estragos de esta máquina sa-tánica.9

Es decir, aunque el liberalismo y el neoliberalismo proclaman queel mercado se regula a sí mismo, fue en realidad introducido y regula-

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do por un estado mercantilista, e igualmente produjo de manera inme-diata acciones proteccionistas; que obligaron al mercado a aceptar me-didas regulatorias diversas, según el grado de resistencia. El ejemplomás conocido es el nacimiento del movimiento laboral en el siglo XIX.Luego del fracaso del Sistema Speenhamland tras la introducción deltrabajo asalariado en la industria, y la creación del mercado libre de tra-bajo por la abolición en 1834 del “derecho a vivir”, “a los pobres quetrabajaban eran obligados a entrar en ... una clase por la presión de unmecanismo insensible.”10 Al mismo tiempo, empezaba la autoprotec-ción de la sociedad, con la aprobación de legislaciones que regían las fá-bricas y las condiciones sociales. A pesar de que las clases gobernantesdel país no eran activas en cuanto a aprobar leyes a través del procesolegislativo para promover sus propios fines, sí se preocupaban lo sufi-ciente acerca de la actitud progresivamente radical de la fuerza de tra-bajo, y más tarde, de la victoria del socialismo, como para comprome-terse efectivamente. Un ejemplo clásico es la combinación de leyes queBismarck hizo para regir las condiciones sociales y para controlar a lossocialistas.

Claro está que las opiniones sobre estas leyes y otras medidas deregulación del mercado varían hasta el punto de oponerse directamen-te. La perspectiva de los economistas liberales es diametralmenteopuesta a la de los economistas institucionales como Polanyi:11

Es claro que el movimiento liberal, empeñado en la extensión el sistemade mercado, fue enfrentado por un movimiento proteccionista opuestoque tendía hacia su restricción; esta oposición está en realidad implícitaen nuestra propia tesis del doble movimiento.Pero mientras que nosotros afirmamos que el absurdo inherente a la ideadel sistema de mercado autorregulador habría destruido eventualmentea la sociedad, los liberales acusan a los más diversos elementos de haberdado al trasto con su gran iniciativa. Como son incapaces de presentarevidencias de tal esfuerzo concertado para frustrar el movimiento libe-ral, caen de nuevo en la hipótesis prácticamente irrefutable de una ac-ción disimulada. Este es el mito de la conspiración antiliberal ...

Se reconoce esta resistencia únicamente en términos de interesesde clase, porque la sociedad entera sufre oposición en varias maneras,incluyendo la expresión cultural; y por tanto, esta oposición le concier-ne.12 Pero, no se puede negar el hecho de que la dependencia en el tra-

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bajo de los capitalistas industriales dio a la fuerza de oposición, al mo-vimiento laboral su fortaleza, y obligó a pactar compromisos socialesdentro del sistema de mercado. Además, Polanyi interpreta el fracasodel patrón oro en el comercio internacional de bienes y cambio de mo-neda, como el fracaso de la economía de mercado pura.13 Finalmente,también interpreta la crisis económica global de 1929 y los primerosaños 30 como un fracaso del intento de introducir una economía demercado pura según las líneas del liberalismo clásico.

Lo que exige que demos una mirada larga y esforzada a la formaen que el mercado se “empotra” en la sociedad, y a las condiciones po-líticas para ello.

2.1. El mercado y la regulación

Como la sociedad no puede verse en abstracto como un conjuntode mercados entrelazados y autorreguladores –independientes de lasesferas de la política y la cultura y bien separados de ellos–, debemosdar otra mirada a los elementos que intervienen, a fin de captar los pro-cesos históricos y también las posibles opciones de acción. La teoríaeconómica neoliberal predominante no ofrece ninguna ayuda para en-tender la manera en que la economía se introduce y ajusta en el con-junto de la sociedad y la naturaleza. No pasa lo mismo con esa rama dela economía conocida como economía institucional (en el más ampliosentido de la palabra).14 De los autores antes citados, se han interesadoen estas cuestiones prioritariamente economistas como Polanyi, Heil-bronner y Daly. Una rama paralela de la economía es la teoría de la re-gulación. En esta línea y tradición, J. Hirsch, con su libro Kapitalismusohne Alternative? (¿El capitalismo no tiene alternativas?),15 ha intenta-do analizar e interpretar el significado del capitalismo teniendo comofondo todas las diversas formas de sociedades que han existido. Identi-fica tres categorías básicas cuyas diferentes formas físicas determinan laforma del capitalismo predominante en cualquier tiempo concreto dela historia:

1. La relación de producción capitalista misma.2. El modo de acumulación.3. El modo de regulación.

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La relación de producción capitalista es un modo de socialización, deter-minado en gran medida por la producción privada de bienes (que el in-tercambio hace posible), por la separación de los productores y los me-dios de producción, y por el trabajo asalariado. Esta es la base de la divi-sión capitalista de clases y de la dinámica social dispuesta por la produc-ción del valor añadido; la “maximización” y acumulación del beneficio,que la competencia hace posible. Este modo de socialización es la base delas formas sociales ‘objetivas’ (valor, dinero y capital), que surgen en lasespaldas de los individuos mientras al mismo tiempo determinan sus ac-ciones (pp.32s., tr.).

Este es un corto resumen de la introducción del tipo especial deeconomía de mercado vinculado con el capitalismo industrial. Muestranuevamente que hasta el área productiva no presenta una estructuraeconómica pura, sino que tiene consecuencias sociales de largo alcan-ce. Contiene una relación social de producción, esto es, la separación delos trabajadores de los factores de producción, sobornándolos con sa-larios, y la maximización de beneficios para los inversionistas. Estascondiciones abrieron una brecha entre las diferentes clases sociales. Sinembargo, me uniría a Binswanger, Altvater, Daly, Cobb y otros paraañadir que la relación de producción capitalista está determinada porla transformación del trabajo asalariado de otros, y asimismo por la delos recursos naturales (cuando sea posible sin pagar por ellos) en valorde dinero. Esto tiene un efecto duradero en el conjunto de la sociedadcon sus sistemas naturales de apoyo a la vida, no sólo en una clase so-cial particular (los trabajadores asalariados).

Lo que Hirsch quiere decir con “la acumulación que la competen-cia hace posible” se aplica a ambas áreas de la sociedad; esto es, a la re-lación entre los dueños del capital y los trabajadores asalariados, y latransformación económica de la naturaleza (la tierra) en valor de dine-ro. Lo cual significa que cuando la sociedad en principio ha aceptado larelación de producción capitalista, los individuos no pueden cambiarpor ellos mismos nada sobre este mecanismo básico, y tanto la produc-ción del valor añadido como la maximización del beneficio y la acumu-lación suceden “a sus espaldas”; y de esto se desprenden consecuenciasde largo alcance para la ética, la teología y las estrategias de oposición,que veremos más tarde.

Sin embargo, como hemos visto, esta producción capitalista nun-ca ha existido en forma pura. La primera observación importante que

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Hirsch hace al respecto es que aunque la relación de producción capi-talista ha sido dominante todo el tiempo desde su aparición, otras rela-ciones de producción siempre han existido junto con ella; por ejemplo,la economía de subsistencia de los agricultores, la producción paramercados locales y el trabajo doméstico. Debe notarse que dichas for-mas no son independientes de la relación de producción capitalista do-minante. Las familias afectadas siempre participan en el intercambio debienes, o en el trabajo doméstico (las mujeres), lo cual utiliza el capita-lismo como un factor de reproducción para el trabajo asalariado. Perola pregunta es, sin embargo, si hay grados de libertad para tomar accio-nes o no. Volveremos sobre ello más adelante.

La relación de producción capitalista se expresa a sí misma no só-lo en los procesos históricos concretos sino también en varios modos deacumulación.

Por el proceso de acumulación entendemos las condiciones generales, téc-nicas y de organización, del valor social, su distribución y su redistribu-ción. Esto incluye el método de producir un beneficio neto (organiza-ción del trabajo, calificaciones laborales, tecnología de producción: lasfuerzas productivas), el volumen del capital invertido y su distribuciónentre las industrias y sectores, la duración de los ciclos de utilidad, la dis-tribución del producto social entre las diversas clases sociales, las formasde consumo (específicas para cada clase) individuales y colectivas, y lasnormas de consumo (p.34, tr.).

La acumulación debe ocurrir en las relaciones capitalistas de pro-ducción y reproducción. Pero cómo ocurre no se ha predeterminadoexactamente. Por ejemplo, en el caso de la producción, pueden em-plearse tecnologías de trabajo intensivo o de capital intensivo, o puedevariar la relación entre la producción capitalista y no capitalista. En lalucha por la distribución, la organización de la fuerza de trabajo puedeser buena o no tan buena. En cuanto al consumo, los individuos y laspoblaciones pueden seguir diferentes tradiciones o hábitos culturales.Lo cual significa que el método, o “régimen”, de acumulación (comollama Hirsch al método predominante en una situación dada) no estácompletamente determinado por la relación abstracta de produccióncapitalista y la ley de valores, ni es tampoco totalmente libre, pues tie-ne que permanecer dentro de la estructura de esta relación de produc-ción y por tanto, está continuamente determinada por ella.

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Como la relación de producción capitalista necesariamente con-lleva intereses de clases opuestos (y ocasiona la destrucción de la natu-raleza, en la cual ella misma confía), si llega a estar en equilibrio, éstedebe ser un equilibrio dinámico con conflictos y crisis continuas. Poreso necesita regularse para permanecer estable. A través de la historiaesta regulación ha tomado diversas formas.

En su forma más general y abstracta, el sistema capitalista de regulaciónse basa en una forma de socialización de la relación de producción capi-talista: producción privada, intercambio de bienes, separación del capi-tal y el trabajo asalariado. Esto lleva a la aparición del dinero, de la ley ci-vil, de la competencia entre los trabajadores capitalistas y asalariados, aldesarrollo de los sujetos legales como participantes legalmente libres enel mercado y ciudadanos del estado, los valores sociales de la subjetivi-dad, la libertad, la igualdad y el progreso. Factores éstos que proporcio-nan la base para la forma y la estructura general de las instituciones re-guladoras: el negocio como una expresión de la propiedad privada de losmedios de producción, la familia como la localización social de la repro-ducción de la fuerza de trabajo, (que se separa de la producción capita-lista), el mercado (incluyendo el mercado de trabajo), la libertad para ce-lebrar contratos, el sistema de ley pública y privada, la libertad de asocia-ción para que las personas protejan sus intereses comunes (sociedades,organizaciones de patronos y sindicatos) y el estado ...Estos factores influyen en la configuración física de la relación entre losdeterminantes de la regulación institucional y normativa; pero esta con-figuración históricamente ha tomado una variedad de formas diferentes:los modos específicos de regulación, que dependen del grado de imple-mentación de la relación de producción capitalista, así como de las tra-diciones nacionales políticas y culturales y del equilibrio entre el poderpolítico y social (pp. 36s,tr.).

Una vez más se ve que en las diferentes formas de organizar el sis-tema regulador hay lugar para la flexibilidad (reconociéndola sólo den-tro del marco básico de la relación de producción capitalista y su com-pulsiva acumulación de dinero. Esta teoría de la regulación vuelve ob-soleta la alternativa del “mercado puro” o del “plan puro”, así como ladistinción entre economía y política. Pero también contradice la supo-sición de que el proceso social entero es el resultado de acciones cons-cientes, intencionadas. A todo el proceso le falta una mano guía. Sinembargo, dentro de la interacción de la relación de producción y los

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métodos de acumulación y regulación hay actores sociales en un pro-ceso de desarrollo altamente contradictorio, amenazado por las crisis,y las relaciones de poder entre estos actores determinan la forma físicadel proceso social en cualquier momento dado. Así que, en principio, elproceso no está garantizado. “La reproducción de la sociedad capitalis-ta posiblemente podría fracasar” (p. 40,tr.).

2.2. Socialismo, Fascismo y Keynesianismo

Con estas herramientas teóricas, ahora nos será más fácil entendercómo funcionan los diversos y opuestos movimientos e intentos de re-frenar la economía capitalista de mercado.

El socialismo no llegó de la manera prevista por Marx. Sin embar-go, el socialismo, tal como se lo practica en el bloque del Este se basó enel principio básico de que la relación de producción era la estructurasubyacente decisiva. La propiedad privada de los medios de producciónya no existía, para que ninguna clase de propietarios de dinero y tierrapudiera tener el poder exclusivo sobre ellos, sobre lo producido, o so-bre el producto excedente. E incluso tras el fracaso de este intento delsocialismo, es indiscutible que se tuvo cierto éxito. Cuando se conside-ra algo como la satisfacción de las necesidades básicas, o la justicia enla distribución de la propiedad en China, es decir entre un quinto de lapoblación mundial, antes y después de la revolución, o la diferencia en-tre la China y la India, o entre Cuba y otros países de América Latina,no puede cuestionarse quién tuvo más éxito al ser juzgado bajo estoscriterios.

Ahora es claro para todos que también hubo razones internas pa-ra el derrumbe de este sistema, bien alejadas de las estrategias conscien-tes que el mundo capitalista occidental pretendía al impedir el éxito deeste modelo alternativo. Razones que, por ejemplo, llevaron al surgi-miento de una nueva clase de “polit-burócratas”, que a su vez redujerongradualmente el valor excedente y se comprometieron con la opresiónpolítica. Pero también es claro que el enfoque económico mismo tuvoserias imperfecciones. Incluso antes de la caída del bloque socialista delEste, ya se había apuntado que también esas economías se organizabanen términos de mercancías. Robert Kurz ha demostrado en su libro,Der Kollaps der Modernisierung -Vom Zusamenbruch des Kasernensozia-lismus zur Krise der Weltökonomie (El colapso de la modernización; de

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la descomposición del socialismo de cuartel a la crisis de la economíamundial) que los factores decisivos seguían siendo la forma abstractadel trabajo y la acumulación de dinero. La diferencia era que en lugardel mercado había un plan central según las directrices de la economíaprusiana de guerra: una estrategia condenada al fracaso en una situa-ción económica compleja, por razones que aquí no podemos detallar.En cualquier caso, el término “Capitalismo de estado” es más apropia-do que Socialismo marxista. En cuanto a las consecuencias medioam-bientales del Socialismo del bloque del Este, debería señalarse que “lapropiedad del estado” aún presupone el concepto de propiedad en elsentido de la palabra tanto del Derecho Romano como de la teoría deLocke, esto es, el poder total sobre el objeto. Además, el modelo de de-sarrollo capitalista se adoptó en consideración a las expectativas de losconsumidores. En el capitalismo de estado, el industrialismo fue másdevastador para el medio ambiente que el mismo capitalismo privado.Y cuando se mantienen las expectativas del consumidor, con medios deproducción menos eficientes, no es extraño que se atraiga a la gente ha-cia los centros capitalistas (mientras se corre un velo sobre la crecientemiseria de la periferia).

Igualmente, la protección practicada en la Alemania Nazi contrael mercado mundial era también un tipo de capitalismo de estado; aun-que se reconoce que se basaba en la lógica de acumulación de capitalincluso más claramente que el experimento socialista en Europa Orien-tal.16 La prueba le da el apoyo incondicional a Hitler por parte de losdueños de capital alemanes, con el Deutsche Bank y I.G. Farben en supapel especialmente criminal, como bien se sabe.17 Más aún, es impor-tante estar conscientes en nuestro estudio de que el Nazismo tenía lacapacidad de tomar ventaja de esa representación de sí mismo como laprotección de la gente contra un propósito de explotación del mercadoglobal (bajo la hegemonía británica). Aparte de esto, movilizaba los va-lores no económicos, es decir, sociales y culturales, que la economía li-beral de mercado suprimía. Y también utilizaba para sus propios finesa las víctimas del sistema liberal, particularmente los desempleados; loque es un verdadero escarmiento para nosotros a la luz de nuestra ac-tual situación de finales de una fase neoliberal.

El Fordismo y el Keynesianismo también son pertinentes en esterespecto. Después de que la Unión Soviética volviese la espalda en 1917al “laissez-faire”, no sólo Alemania, sino también los Estados Unidos,

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que por razones relacionadas con la dos guerras mundiales empezaba aimponerse a Gran Bretaña como la potencia líder en el mundo, utiliza-ron el colapso del mercado mundial liberal capitalista para hacer lomismo; y en su New Deal, Roosevelt lo expuso por primera vez. Hayque observar más de cerca la constelación de fuerzas que salió de allí yse mantuvo como la característica hasta bien entrados los años 60; asi-mismo, es un ejemplo muy importante de la interacción entre unatransformación simultánea de los modos de acumulación y los de re-gulación dentro de la relación de producción capitalista.

El cambio en el modo de acumulación se asocia con el términoFordismo. Así se llamó al siguiente régimen de acumulación:18 en razónde la racionalización de los procesos de producción mediante la intro-ducción de la línea de producción (Taylorismo); se pagaban relativa-mente altos salarios a esa sección de la fuerza de trabajo que estaba pre-parada para aceptar ese tipo de disciplina, con la esperanza de que en-tonces se dividiría y se podría desviar la atención a los requerimientospolíticos y económicos de largo alcance. El hecho de que los salarios al-tos tomasen la forma de un creciente poder adquisitivo general condu-jo a un mayor beneficio, y al mismo tiempo, a través del consumo ma-sivo, traspasó una parte de la fuerza de trabajo a la clase media.

Los nuevos métodos de regulación del estado que contenía el NewDeal tomaron las formas correspondientes, aunque débiles en esa épo-ca.19 Incluían nuevas regulaciones para los bancos, el comercio y la in-dustria y medidas fortalecedoras de infraestructura; pero prioritaria-mente, un compromiso histórico fresco entre los dueños del capital ylas secciones conformistas de la fuerza de trabajo. El estado en este sis-tema interviene aprobando la legislación diseñada para que dé protec-ción y seguridad a los trabajadores en el proceso de producción, así co-mo también –especialmente en tiempos de recesión– mediante una po-lítica de empleo, para frenar el desempleo y apoyar la economía a tra-vés de la inversión pública. Entre otras, con una política de tasas de ba-jo interés en el sector del dinero. Este método de regulación lo desarro-lló en detalle primeramente el economista inglés John Maynard Key-nes, y aún lleva su nombre.20

En Alemania, la socialdemocracia en particular ha adoptado estemodelo. Pero algunos elementos importantes del mismo, junto con elasí llamado Ordoliberalismo de Eucken, se han canalizado en el con-cepto de la economía social de mercado. Alfred Müller-Armack es el clá-

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sico defensor de esta posición21 al proponer que: “El objeto de la eco-nomía social de mercado es combinar el principio de libertad de mer-cado con el de igualación social”. Aquí el punto de partida es la percep-ción de “que como medio de organizar sociedades extensas, el princi-pio de competencia sólo es viable si se presenta un conjunto claro decondiciones para asegurar la competencia” (ibíd.).

Müller-Armack nombra cuatro factores que otorgan, en su opi-nión, “un sistema variado y completo [¡sic!] de protección social” en la“economía social de mercado”. Primeramente, “los consumidores pue-den ... controlar la economía según sus necesidades” mediante el siste-ma de fijar los precios (ibíd.); en segundo lugar, “un necesario incre-mento en la productividad asegurada por el sistema de competenciatiene por efecto un progreso en las condiciones sociales”. (Aquí, el cre-cimiento se identifica nuevamente con una mejoría del bienestar, o almenos paralelo a éste, como en los escritos de Adam Smith). En tercerlugar, se implementa “una garantía institucional de la competencia” pa-ra manejar los “monopolios, oligopolios y carteles”; y finalmente, “elproceso de la renta en la política social de una economía de mercadoofrece una base viable para una política estatal de ingresos, la cual co-rrige la distribución de los mismos mediante la seguridad social, pen-siones y subvenciones, otorgamientos de construcción, subsidios, etc.”(p.391, tr.). Es importante estar conscientes de lo que implican estasmedidas sociales: “La competencia debe entenderse ante todo comouna forma que debería hacer realidad, de preferencia con la menor di-ficultad posible, el progreso tecnológico y económico, por tanto, se jus-tifica con el continuo aumento de la producción. Una política que im-plemente una economía social de mercado demanda una política deli-berada de crecimiento económico” (ibíd.) Lo cual significa que en esteconcepto de crecimiento se olvidan las consecuencias medioambienta-les de hacer funcionar una economía, como también las condicionesprevias económicas globales de aumentar la producción (por ejemplo,las materias primas baratas y el trabajo en las dos terceras partes delmundo).

En resumen, vemos que tras el rompimiento y salida de la Unión Sovié-tica del mercado global liberal en 1917 bajo la hegemonía británica, lasotras potencias mundiales también intentaron desarrollar, después delcolapso del mercado global en 1929, una forma (nacionalmente) regula-

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da de capitalismo. Alemania y otros países optaron por la forma fascista,y las naciones occidentales industrializadas por la propuesta del Keyne-sianismo. Este último, junto con algunos elementos “ordoliberales”, de-terminó asimismo la introducción de la “economía social de mercado”en Alemania Occidental tras la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, mucha gente, al menos de los que viven en Alemania, creenque el concepto de economía social de mercado describe la realidad yla política en Alemania y Europa Occidental tal y como lo hizo en el pa-sado; que de hecho, sólo hay que aplicar este modelo exitoso al resto delmundo, y todas nuestras dificultades presentes desaparecerán. ¿Pero,coincide esta opinión con la situación real?

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NOTAS

1 Ver A. Maalouf, 1983, o K. Armstrong, 1988, y otros.2 Ver F. Fanon, 1981 para trabajos más antiguos de no ficción; E. Galeano, 1976 y

1983-1988; W. Rodney, 1972; T. Todorov, 1985; E. Williams, 1967 y 1971; E. R.Wolf, 1982. Para trabajos de ficción, R. Schneider, (1952) 1990. A. Seghers (1976)1981.

3 Ver U. Duchrow, 1992, con la bibliografía. También, entre numerosas obras so-bre la materia: D. N. Hopkins y G. Cummings (eds.), 1991; H. Gründer, 1992.

4 Aquí merece mención el actual proyecto CEHILA para escribir una nueva histo-ria comprensible de la iglesia en América Latina.

5 Ver también U. Duchrow, 1992, pp. 10s. y especialmente, Mires, 1989, y Gutié-rrez, 1990.

6 “Commenda”, del latín “commendo”, confiar, conceder la (propia) confianza. Elrey “confiaba” a los colonos conquistadores nativos indios para que los cuidarany los convirtieran al Cristianismo. Los conquistadores abusaron de este arreglo yobligaron a los nativos a trabajar como esclavos.

7 U. Duchrow, 1992, p. 19 y bibliografía8 Philip Potter opina que los europeos no han perdonado jamás a los esclavos por

haber conducido fuera de Haití sus orgullosos “ejércitos”; y por eso nunca se re-fieren a este periodo de la resistencia.

9 Polanyi, op. cit., p. 73.10 Ibíd., p. 83.11 Ibíd., pp. 144ss.12 Ibíd., pp. 151ss.13 Ibíd., pp. 192ss.14 Ver U. Duchrow, 1987, pp. 151ss.15 J. Hirsch, 199016 Ver R. Kurz, 1991, pp. 63ss.; Polanyi, op. cit., pp. 243ss.17 Ver R. Gordiano, 1989, y los informes de las investigaciones OMGUS del Deuts-

che Bank y I. G. Farben, 1985 y 1986.18 Ver Beau, 1981, p.156; J. Hirsch y R. Roth, 1986; J. Hirsch, 1990.19 Ver J. Hippler, 1985; W. Greider, 1987, pp. 304ss.; G. Arrighi, 1994, pp. 274-280,

319ss.20 J. M. Keynes, 1936.21 A. Müller-Armack, 1956 (p. 390, tr.).

Capítulo III

LA SITUACIÓN ACTUAL EN EL SISTEMA GLOBALCAPITALISTA NEOLIBERAL

1. La transnacionalización de los mercados y los actores demercado

El colapso del sistema liberal internacional, financiero y económi-co en 1929, había llevado a las naciones estado a expandir sus funcio-nes de control; lo que abrió la puerta a los abusos del imperialismo na-cional, como pasó en la Alemania nazi. Pero tuvo un efecto positivo enlos mecanismos de protección social y redistribución: debido a los cre-cientes movimientos laborales y también a la presión de la competen-cia del sistema comunista.

Asimismo, ése fue el telón de fondo para la primera fase de la re-cuperación de la economía global capitalista después de la SegundaGuerra Mundial. Los mecanismos reguladores nacionales e internacio-nales se idearon para combinar, entre otras cosas, el interés de acumu-lación del capital con los intereses sociales, en una mezcla de los méto-dos del Fordismo y del Keynesianismo (sin prestar mucha atención enesta etapa a las cuestiones ecológicas). Se trataba de crear las condicio-nes políticas necesarias para la economía, aunque con las severas res-tricciones impuestas por la relación de producción capitalista. En cier-to sentido, también esto se aplicaba a los países de Africa, Asia y Amé-rica Latina que obtuvieron su independencia tras la guerra.

Volvamos en este punto al libro The Long Twentieth Century (Ellargo siglo XX) de Giovanni Arrighi, pues nos ocupamos de la etapacentral del cuarto ciclo sistémico de acumulación de capital en la his-toria del capitalismo, dominado por los EE.UU. Como se dijo en el pri-mer capítulo, la Gran Depresión de 1873 a 1896, vinculada con la ex-pansión financiera y la creciente competencia entre las antiguas poten-cias capitalistas, marcó el punto de despegue para la subida del poderfinanciero y económico de los EE.UU. (pp. 269ss.). Las dos guerras

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mundiales dieron a los EE.UU. la oportunidad de aumentar su indus-tria para proporcionar a Inglaterra el equipo necesario para hacer laguerra. Además, prestó dinero al gobierno británico, lo que ocasionóun vuelco gradual del poder financiero desde Londres a Nueva York.

Sin embargo, tal como, tras el primer ciclo genovés español de ca-pitalismo financiero cosmopolita, los Países Bajos se cambiaron al ca-pitalismo de estado (monopolio), el péndulo también regresó despuésdel imperialismo de libre comercio del ciclo de acumulación británico.“la Nueva Política” de Roosevelt trataba de gobernar más a favor delcontrol del estado y la redistribución social. En la Ley Glass-Steagall de1933 incluso se separaba la banca comercial y la de inversiones: un “gol-pe fatal para el dominio de la Casa de Morgan de los mercados finan-cieros estadounidenses” (p.279). Los banqueros y los financieros tam-poco estuvieron presentes en 1944 en Bretton Woods. Y el Banco Fede-ral de la Reserva no estaba en Nueva York, cerca de Wall Street, sino enWashington, próximo a la sede del gobierno.

La faceta clave del modelo estadounidense de acumulación eranlas enormes sociedades anónimas. El secreto de su fortaleza era la inte-gración vertical de todos los elementos de la producción, el comercio ylas finanzas. El comienzo del mercado mundial después de la SegundaGuerra Mundial les dio la oportunidad única de expandirse a escalaglobal penetrando las otras economías nacionales mediante la inver-sión privada extranjera (“la internacionalización del mercado mun-dial”). Lo cual dio lugar a veinte años de expansión material en los 50y los 60. Pero su inter-nacionalización (todavía regulada, al menos enparte, por las instituciones políticas nacionales e internacionales) llevóa la transnacionalización. Lo que a su vez dio a las altas finanzas unaoportunidad de restablecerse, y vino un nuevo periodo de expansión fi-nanciera, que señalaba al mismo tiempo la decadencia del ciclo esta-dounidense de acumulación. Veamos más en detalle esta cuestión paraentenderla.

Durante los últimos años 60 y los 70, la relación de fuerzas entreel poder político y el económico cambió completamente. Esa situacióncontinuó en los 80, y ahora es determinante para la humanidad y el me-dio ambiente en todo el mundo: es la economía la que dicta las políti-cas gubernamentales. “La desregulación del mercado” se ha vuelto lagran consigna. ¿Cómo se llegó a esto? ¿Qué mecanismos entran en fun-cionamiento? ¿Cuáles son las consecuencias y cómo se conectan?

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Es evidente que un proceso tan global y trascendental, está deter-minado por multitud de factores individuales, a menudo confusos. Co-mo concierne a cuestiones de vida o muerte de la mayoría de la gentehoy viva, y de las generaciones futuras, es vital que se comprenda laesencia de esta evolución. Y se puede demostrar que los mismos meca-nismos causan el empobrecimiento de la mayor parte de los seres hu-manos y la destrucción del medio ambiente, y al mismo tiempo traenmás riqueza a una minoría. No son individuos avariciosos los causan-tes del cambio, sino un nuevo modo de acumulación de capital y dedes-regulación.

Lo fundamental del cambio es que el capital productivo, mercan-til y monetario puede transnacionalizarse (globalizarse), mientras losinstrumentos políticos de regulación siguen siendo bien nacionales obien internacionales.

La selección de este término trata de ilustrar que el mercado mundial decapital tenía la capacidad de establecerse más allá de la regulación nacio-nal, es decir, transnacionalmente. Incluso cuando los gobiernos naciona-les se juntan y establecen instituciones internacionales entre las nacio-nes, éstas no pueden intervenir en los mercados transnacionales, en lamedida en que no se asocian con ningún territorio nacional; a continua-ción se explica este asunto.

Además, el capital financiero asumió el liderazgo, con el resultadode que la acumulación de los activos de dinero es ahora el criterio ab-soluto e inmutable para todas las decisiones económicas, sociales, eco-lógicas y políticas. Ya no es sólo una meta, sino un mecanismo concre-to. La economía capitalista de mercado, con los mercados financierosinternacionales como los agentes de los poseedores de los activos de di-nero, ha hecho progresos significativos hacia su objetivo de manejar lasociedad mundial como un apéndice de los mercados autorregulado-res. Cualquiera que busque alternativas sustentadoras de la vida prime-ro debe comprender bien esta realidad. Perpetuar la ilusión y la igno-rancia solamente sirve para dificultar las estrategias de oposición.

Los principales actores de los mercados transnacionales son lasempresas transnacionales y los bancos comerciales. Como hemos visto,los negocios son parte del sistema de regulación de la economía demercado, y como tales, una expresión de la propiedad privada de losfactores de producción. Procesan el aspecto práctico del creciente valor

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del dinero. Los bancos son los actores del lado monetario de la acumu-lación de riqueza, entendiendo el dinero como un medio de pago parael flujo de bienes y como crédito portador de intereses. En la primerafase tras la Segunda Guerra Mundial, las grandes empresas nacionalesque seguían el modelo de los EE.UU. (que reemplazó a la Gran Breta-ña en su poder de liderazgo) eran todavía determinantes.

Robert B. Reich, el influyente economista asesor de Bill Clinton y su ac-tual Secretario de Estado, ha descrito muy claramente la situación pre-sente en su libro The Work of Nations (El trabajo de las naciones).1 Apro-ximadamente 500 empresas importantes fueron responsables de la mi-tad de la producción industrial de los Estados Unidos. La mayor de to-das, General Motors fabricó el 3 por ciento del producto nacional brutode los EE.UU. en 1995. Debido a su importancia, estas empresas se con-sideraron las “campeonas nacionales”. En la posguerra su importanciaaumentó drásticamente, acorde con la expansión de Norteamérica. Larecuperación europea y la ayuda al desarrollo que Truman fomentómuestran que los negocios y los intereses nacionales marchaban juntos(pp. 63ss.).

M. Gück, K. Heidel y U. Kleinert han descrito las diversas fases dela internacionalización2 en la más reciente publicación sobre esta ma-teria: Multis, Markt und Krise (Multinacionales, mercado y crisis). Venla primera fase –todavía en la llamada “antigua división internacionaldel trabajo”–3 representada por un comercio exterior intensificado, conel expreso propósito de salvaguardar los mercados y las materias pri-mas (pp. 244ss.). Es decir, en esta fase hay una estructura económica in-ternacional en la que las economías nacionales se relacionan con el sis-tema internacional mediante el comercio exterior. La primera fase delGATT (siglas en inglés para el Acuerdo General de Tarifas y Comercio)proporcionó el marco político, que más adelante discutiremos. Si biensus condiciones mercantiles ciertamente desfavorecían a los llamadospaíses en desarrollo, a los industrializados les daban la posibilidad dedesregular y expandir el comercio para su mutuo beneficio.

Y se aplica lo mismo al aspecto del dinero durante esta fase. Lamoneda de los Estados Unidos, la más fuerte potencia económica, seconvirtió en la “moneda global”; esto es, el dólar, vinculado con el oro(el patrón dólar-oro). Pero los países individuales tienen sus monedaspropias, controladas y vinculadas con el dólar por tasas fijas de cambio.

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Igualmente, pueden utilizar los métodos del Keynesianismo para adap-tar hasta cierto punto su política monetaria a los requisitos de sus eco-nomías nacionales al controlar la oferta de dinero y también las tasasde interés. Lo que significa, por ejemplo, reducir las tasas de interés pa-ra estimular la economía y crear empleo.4 En los últimos años 60 y du-rante los 70 hubo una transformación significativa desde la internacio-nalización a la transnacionalización del mercado mundial. En lo quetiene que ver con la producción y el comercio, surgió algo que Fröbel,Heinrichs y Kreye han denominado la “nueva división internacionaldel trabajo”.5 Los antecedentes de esta nueva ola de globalización eranuna serie de cambios en ciertos elementos de la estructura económicaglobal:– En primer lugar, el dominio de los Estados Unidos en el comercio y

la inversión directa se debilitó mundialmente por la creciente forta-leza del Japón y los países europeos occidentales, así como de unoscuantos “países recientemente industrializados” (NICs por sus siglasen inglés) (con su mayoritaria producción de trabajo intensivo queutiliza tecnología estandarizada). Esto significa un aumento en lacompetencia, y también en la monopolización.

– En segundo lugar, llegó a su fin la prosperidad repentina de la pos-guerra, los índices de crecimiento sufrieron un bajón y aumentó elexceso de capacidad productiva y de los servicios en relación con lademanda. Luego, en los primeros años 70 la crisis del petróleo em-pujó para arriba también el precio de la energía.

– En tercer lugar, las industrias y regiones desfavorecidas de los paísesindustrializados se sintieron amenazados por la liberalización delmercado mundial, y reclamaron nuevas medidas proteccionistas.

Las sociedades anónimas ya no podían aplicar las antiguas estra-tegias. Ya no bastaba aumentar la producción y el volumen de negociosy transacciones. La pregunta entonces no era: “¿cómo podemos satisfa-cer la demanda mediante el creciente poder adquisitivo?”, sino “¿cómopodemos reducir costos?”. La respuesta era la trasnacionalización de laproducción. Grupos completos de productos se trasladaron físicamen-te a las zonas de mano de obra barata y materias primas, y una baja tri-butación (especialización horizontal) o etapas individuales de produc-ción se llevaron a los países en desarrollo (integración vertical). La con-signa de las incipientes sociedades anónimas transnacionales es fuenteoglobal*, que quiere decir registrar el globo en busca de las localizacio-

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nes (las fuentes de recursos*) más eficaces en costos de factores de pro-ducción.

Esta es la fase que Rudolf Strahm hizo pública en los diagramas de am-plia circulación del libro, aparecido en varias ediciones, Warum sie soarm sind? (¿por qué son tan pobres ellos?).6 He aquí algunos ejemplos:los países en desarrollo, como las localizaciones de producción que uti-lizan mano de obra barata (p. 144); el dominio del mercado por las so-ciedades anónimas extranjeras (p.150); los acuerdos de los cárteles entrelas sociedades anónimas (p. 152);7 Los beneficios que el Norte obtienede las transnacionales (p. 158); la manipulación del precio de transferen-cia (1975, p. 103). Pero aparte de beneficiarse con esta manipulación, porla que las sociedades anónimas fijan un precio arbitrario con el fin dedisfrazar sus ganancias y obtener ventajas fiscales, también lo hacen conla creación de las llamadas zonas de libre comercio. Con estos métodos,los precios pueden reajustarse, a través de falsas empresas, sin que losbienes hayan estado nunca en ese sitio. En otras áreas, las grandes socie-dades anónimas controlan el comercio asignando costos de flete más al-tos para las materias primas de los países en desarrollo que para los pro-ductos terminados de los países industrializados.8

En principio, más grave y con consecuencias de más largo alcance–en realidad, revolucionaria para los métodos de acumulación y regu-lación en la economía capitalista de mercado–, fue la transnacionaliza-ción de los mercados financieros durante este periodo. El libro de Ale-xander Schubert Die internationale Verschuldung (“La deuda interna-cional”) es básico para entender este proceso. El proceso de transnacio-nalización de la producción y el comercio llevó a un aumento en la ne-cesidad de dinero para los pagos internacionales y los préstamos coninterés. El procedimiento que se implementó efectivamente para estatransacción en dinero fue que los bancos comerciales de los diferentespaíses manejaran las transferencias internacionales bajo la vigilancia,dirección y control de sus bancos nacionales, utilizando dólares esta-dounidenses como moneda corriente, es decir, a través del mercado dedinero de los EE.UU. En fecha tan temprana como 1957, cuando el go-bierno británico introdujo restricciones a las monedas extranjeras, al-gunos bancos británicos empezaron a comerciar en dólares entre sí; es-to es, a efectuar préstamos en dólares sin cambiarlos en absoluto a li-bras esterlinas. Con ello se crearon las llamadas “zonas de banca libre”,o también banca “off-shore”“euro” o “xeno”. Esto no debe malinterpre-

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tarse como una localización geográfica particular. En términos prácti-cos significa que un banco, digamos en Londres o Frankfur, dividirá endos secciones su contabilidad, para reflejar la división del mercado glo-bal de dinero. Una sección se ocupa de las transacciones sujetas al con-trol nacional, y la otra de las transacciones trans-nacionales no sujetasa control. Por supuesto que los bancos entonces establecen filiales enlos llamados refugios fiscales como Luxemburgo o las Bahamas, paraevitar tener que pagar impuestos nacionales en los depósitos que man-tienen a cuenta.

Respecto a la concesión transnacional de préstamos en dólares, losmercados de banca libre dan las siguientes ventajas a los bancos y losposeedores de activos financieros:– los bancos gozan de concesiones fiscales;– para esos préstamos (transnacionales), los bancos no necesitan de-

positar una cierta reserva mínima con su banco central, con la con-secuencia de que ganan más interés;

– el requisito de equidad financiera es más bajo, lo que lleva a un re-lativo aumento en el volumen de transacciones;

– los bancos pueden especializarse en negocios a gran escala.La consecuencia de la expansión de los mercados de banca “libres”

fue un rápido incremento en el volumen de dinero de los ahora cono-cidos como mercados financieros transnacionales:– dinero no sujeto al control político y generalmente no sometido a

tributación, que sólo buscaba una cosa: una forma de ganarse el ma-yor rédito en inversiones en el menor tiempo posible. Esta tenden-cia se hizo más fuerte con la superabundancia de petrodólares pro-venientes del alza en los precios del petróleo en 1972, aunque real-mente no fue causada por ello.

Entonces se dieron dos resultados inmediatos:– La corriente transnacional de dólares fortaleció la evolución infla-

cionista del dólar producida por la financiación que hizo el gobier-no de los EE.UU. de la guerra de Vietnam. Así pues, fue obligado adesamparar todos los riesgos que cubría el oro (se hizo provisional-mente en 1971, y finalmente en 1973). Simultáneamente, se puso fina las tasas fijas de cambio entre el dólar y otras monedas. La llama-da flotación del dólar, o sea, la desregulación de los mercados decambio, llevó a que se utilizara más dinero transnacional en la espe-culación cambiaria.

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– Además de esto, y como una manera de canalizar la corriente de di-nero, los bancos trataban de persuadir, a todos los países posiblespara que solicitaran préstamos para su industrialización, con tasasde interés ventajosas. En contraste con la primera industrialización,estos países ahora canalizaban solamente parte de estas inversionesen la llamada sustitución de importación, es decir, la producción debienes industriales para sus mercados internos con la meta de inde-pendizarse de las importaciones externas caras. En lugar de ello, seutilizaba el dinero principalmente para proyectos que dieran presti-gio, como la construcción de presas, plantas atómicas, etc., o tam-bién para producir bienes de exportación, escasamente competiti-vos en el mercado mundial. Muchos países del sur y del este de Eu-ropa (por ejemplo, Polonia) cayeron en la trampa de la deuda. Perolo más importante es que algo pasó en 1979 que produjo el estalli-do de la crisis de la deuda; que hizo imposible encontrar una solu-ción dentro del sistema, tal como éste se presentaba; y que determi-na hasta ahora la situación global económica, social y políticamen-te. Ese algo fue la introducción del monetarismo.

2. El dominio de las finanzas globales y sus efectos en el Sur, elEste y el Oeste

Si en los primeros años 70 la transnacionalización de los merca-dos financieros había influido en la desregulación de los mercados decambio, en 1979 también contribuyó a los cambios en la política de losEE.UU. de la oferta de dinero y las tasas de interés. William Greider, ensu trabajo best-séller Secrets of the Temple. How the Federal Reserve Runsthe Country (Los secretos del Templo. Cómo dirige al país la ReservaFederal) cuyas 800 páginas eran tan excitantes como cualquier noveladetectivesca, publicado en el New York Times, describe cómo el Presi-dente Carter fue obligado a permitir cambios dramáticos en la políticamonetaria estadounidense. Señala a Paul Volcker como el director delBanco Federal de Reserva, en quien podía confiarse para implementaruna política económica monetarista. En este caso, ello significaba quedicho banco sólo garantizaba una oferta de dinero estable (es decir, res-tringido), pero ya no las tasas controladas de interés. De hecho, el ban-co hizo una decisión consciente de dejar a merced del mercado libre las

Alternativas al capitalismo global 81

tasas de interés, lo que causó su vertiginosa subida debido a la restric-ción en la oferta de dinero, (así que en el neoliberalismo de la “econo-mía de libre mercado” siempre hay un elemento político presente quegeneralmente se minimiza). Los mercados financieros quedaron enton-ces en la posición de poder llevar a las tasas de interés a límites históri-cos, hasta el 20 por ciento o más. La política de las altas tasas de interésfue reforzada nuevamente por la mayor acumulación de armamentosnunca visto en tiempo de paz. La Administración Reagan financió conpréstamos su programa de armamentos, y por tanto, se obligó a atraerel capital internacional a los EE.UU. subiendo lo más posible las tasasde interés.

Entonces, hay una variedad de intereses detrás de esta situación:– Los intereses de los poseedores de los activos financieros, que con-

sideraban insuficientemente atractivas las bajas tasas de interés delos primeros años 70, y veían una oportunidad de ganar un mejorrédito con tasas de interés más altas.

– Los intereses de los bancos, que podían aprovechar esta oportuni-dad de utilizar su poder sobre el mercado para aumentar la diferen-cia en las tasas entre dar y pedir préstamos.

– Los intereses políticos de las fuerzas que llevaron a la Administra-ción Reagan.

– Además, el cambio a la doctrina del monetarismo cobraba veloci-dad tras ser puesto en marcha por la evolución inflacionista existen-te desde la guerra de Vietnam.

Por esta época, el clima político estaba tan influenciado por el mo-netarismo que el Congreso mismo, dominado por los demócratas Key-nesianos, revocaba simultáneamente las leyes presentadas para impedirla usura.10 Así que el camino para el “triunfo del dinero”, como Greiderllama a este último capítulo, estaba despejado.

¿Que conlleva la regencia del dinero? Este asunto merece ser exa-minado. En términos sencillos, significa que mantener la estabilidad dela acumulación de riqueza es la prioridad máxima en todas las decisio-nes económicas. En otras palabras, que los mercados financieros ten-gan una influencia decisiva sobre el factor no variable –esto es, las tasasde interés, el “precio del dinero”–, al cual tienen que adaptarse todas lasdecisiones económicas, sociales y medioambientales, como variablesque son. Pero como todas las decisiones se hacen con tasas de interésrestringidas por los mercados financieros, depende de la fuerza o debi-

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lidad relativa de los afectados el espacio de maniobra que pueden ob-tener para sus negociaciones. Los bancos centrales han adoptado unaposición en cierto modo ambivalente, sobre la que más adelante volve-remos. Respecto a la clase social, la regencia del dinero significa que losposeedores de los activos financieros tienen prioridad sobre los traba-jadores; internacionalmente, quiere decir que las monedas duras tienenprioridad sobre las “suaves”.

Veamos ahora las consecuencias del paso al monetarismo o neoli-beralismo:

2.1. En el Sur: la crisis de la deuda; la punta del iceberg11

Las primeras víctimas fueron naturalmente los eslabones más dé-biles de la cadena: los países en deuda, en cualquier caso, explotados ydesfavorecidos por 500 años, y sus elites corruptas, instaladas y/o apo-yadas por Occidente, y que habían hecho tratos con los bancos y las so-ciedades anónimas. Las deudas de estos países se dispararon debido alaumento de las tasas de interés. Habían firmado acuerdos de crédito,llamados contratos roll-over , en los que los cambios de las tasas de in-terés en algunos casos podrían tener un efecto retroactivo. En 1982,México se convirtió en el primero de estos países en llegar al umbral dela bancarrota. Se ha escrito mucho sobre la crisis de la deuda.12 Aquísólo nos concierne la evolución de su mecanismo subyacente.13

La crisis de la deuda no es un ciclo convencional de deuda (crédi-to - inversión en producción - creación de valor añadido - pago de in-terés y reembolso de la deuda). Es la crisis del modelo de desarrollo delFordismo y sus métodos de regulación, a escala global. Las metáforassiguientes demuestran que las deudas no se liquidan en la forma nor-mal, sino que siguen aumentando:

El paciente no se cura; al contrario, su condición se deteriora. El alcancede esto se hace evidente en cuanto que en el periodo que va desde la apa-rición de la deuda en 1982 hasta el final en 1989, los países pobres delTercer Mundo han pagado a los países ricos del ‘Primer Mundo’$ 236.200 millones de dólares estadounidenses netos (cuadros estadísti-cos de la deuda mundial 1989/1990, p.9); es decir, la ayuda al desarrollose ha dado la vuelta. Aún más dramáticas son las cifras para los paísesfuertemente endeudados. De 1982 a 1989 han transferido $ 124.790 mi-llones de dólares estadounidenses netos a los países acreedores, y aún así,

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su deuda aumentó de $ 433.519 millones de dólares estadounidenses en1982 a $ 624,984 millones de dólares estadounidenses (cuadros estadísti-cos de la deuda mundial 1989/90, Vol. I, p.122ss.).14 Hoy los países deu-dores de los dos tercios más pobres del mundo deben aproximadamente$ 1.500000 millones de dólares estadounidenses. Según las estadísticas de1992, ellos transfieren anualmente $ 50.000 millones de dólares estadou-nidenses netos de capital a los bancos y naciones acreedoras.15

¿Qué cambios estructurales han tenido lugar? Los poseedores delos activos financieros y sus agencias, los bancos, no podían encontraroportunidades suficientemente rentables para invertir en los países in-dustrializados. Así que una parte de esos activos buscó oportunidadesapropiadas en los mercados financieros transnacionales. Los bancosencontraron para una sección (de otra nos ocuparemos en referencia ala especulación en las finanzas) a las clases gobernantes de los países endesarrollo, que sacaron préstamos con el fin de poder disfrutar ellosmismos de los beneficios de los bienes de consumo producidos en ma-sa (incluyendo armas), además de para “modernizar” sus países (en elsentido de la industrialización del Fordismo). El interés que debe pa-garse a los poseedores de los activos financieros es un hecho irrebatiblefijado por el mercado global de crédito. Los pagos de interés al mercadoglobal de dinero obligan a todas las diferentes naciones a adaptarse al úni-co e idéntico sistema.

Los diversos niveles económicos alrededor del mundo, la diversidad delos métodos de producción y estilos de vida en las distintas regiones delmundo, y la multitud de actitudes respecto al tiempo en las diversas so-ciedades están sujetos a la única e idéntica restricción: la ‘dura’ restric-ción del presupuesto monetario, que requiere e impone una eficienciaespecífica monetaria y concreta (la cual solamente es la rentabilidad dela inversión del capital), junto con la ‘sistematización’ mediante la crea-ción -correspondiente a la dura restricción del presupuesto- de institu-ciones sociales.16

¿Qué significa esto en la práctica? Los países afectados no tienentiempo de desarrollar industrias globalmente competitivas, sistemasbancarios, planes de tributación estatal, programas para calificar a lamano de obra, etc. En lugar de ello, están obligados a alcanzar una mo-neda fuerte para atender al pago de sus deudas dentro del plazo esta-blecido; lo que por supuesto es imposible. Esto se aplica tanto a los paí-

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ses del Sur como a los de Europa central y oriental, que están sufrien-do ahora el trauma de ser dejados a merced de los mecanismos de losduros criterios de rentabilidad (a la medida de los países industrializa-dos) del mercado mundial productivo y monetario, los resultados sondevastadores. En razón de que no pueden generarse las monedas durasnecesarias para “atender” las deudas, las elites gobernantes exprimen eldinero de las naciones que se vuelven siempre más pobres, reducen laseguridad social y los servicios públicos, y a su vez, regresan sus activosfinancieros a los mercados transnacionales, agotando así el capital delos países deudores. Entonces, los efectos económicos del intento demodernización sufren un vuelco. Países como Chile, Argentina y Brasilvuelven al estatus de proveedores de materias primas, o si no, aseguranque hasta en Navidad los consumidores de las grandes ciudades puedantener espárragos y otros vegetales frescos en la mesa, con flores reciéncortadas. El desempleo llega a subir hasta el 80 por ciento; y más y másgente se ve abocada a salir de la economía oficial y entrar en la econo-mía oculta, donde predominan los métodos estilo mafia. Pues la mo-dernización destruyó las economías tradicionales de subsistencia y lasredes sociales. Esta pendiente hacia el caos puesta en marcha por elmercado global de dinero se completa con la creciente violencia y cri-minalidad. Como ya se mencionó, en América Latina se habla de “des-composición”, esto es, de la destrucción de las sociedades hasta sus másmínimos componentes.17

La ‘lógica’ del Fordismo es implacable cuando emplea las relaciones mo-netarias como un ‘vehículo’ ...Las sociedades (de igual manera que lasempresas individuales) que no son capaces de conseguir el dinero parapagar los intereses son un fracaso, pues éste es el único criterio válido. Larestricción del presupuesto monetario debe tomarse en cuenta antes deque las normas de un régimen puedan tener cualquier efecto.18

El desarrollo del poder productivo se sacrifica en el altar de la ‘dolariza-ción’ de los sistemas nacionales de moneda, junto con el futuro de todauna generación de africanos, asiáticos y latinoamericanos, para mante-ner un hipertrófico sistema internacional de préstamos. La racionalidaddel mercado formal destruye las condiciones de vida de la población decontinentes enteros....19

Esta lógica inmisericorde del mercado financiero transnacionalalcanza su clímax de perversidad al leer las estadísticas de la NN.UU. y

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descubrir que en los años 80 “las tasas de interés efectivo promediaronel 17 por ciento en los países en desarrollo y el 4 por ciento en los in-dustrializados”.20 Dicha relación concierne a las tasas más altas de inte-rés para los préstamos de mayor riesgo, así como a la caída de los pre-cios de los productos de los países en desarrollo en el mercado mun-dial, en contraste con los precios en alza de los países industrializados.La caída de los ingresos de los productos del Tercer Mundo manufac-turados con ayuda de crédito produce la subida de la tasas de interésefectivo. Así tenemos que, por ejemplo, mientras una empresa alemanapuede aumentar los precios de los productos industriales elaboradoscon dinero prestado, cae el precio del café de una plantación estableci-da de esa misma manera. Los procesos productivos y monetarios demercado se entrelazan mediante estas injustas condiciones mercantiles,que debemos investigar a continuación.

“Desde 1975 (con una corta interrupción en 1979), los precios delas materias primas cayeron en un 40 por ciento en relación a los pre-cios de los bienes industrializados; una tendencia que debería durarhasta que termine el siglo”.21 Una razón obvia para la creciente grave-dad del problema de las injustas condiciones mercantiles es, paradóji-camente, la forma en la cual los países en desarrollo están obligados asaldar sus deudas: adaptar sus economías nacionales a la exportaciónpara obtener la moneda dura que necesitan para pagar los intereses.Cuanto más café, soya y materias primas entren en el mercado, más ba-jan los precios, según la ley de la oferta y la demanda. Así, mientras lassociedades anónimas industriales del Norte se acercan a ser monopo-lios, y empujan los precios hacia arriba continuamente, los países ex-portadores de materias primas son llevados a una situación de compe-tencia que empuja continuamente los precios hacia abajo. Este meca-nismo se refuerza con otra táctica de los poseedores y acumuladores delcapital financiero: la especulación de las materias primas (adquiridas abajos precios y vendidas nuevamente cuando suben los precios; porejemplo, despuyés de los ciclos de cosecha agrícolas).22

Las raíces de este mecanismo se remontan a la distribución de poder en-tre las naciones conquistadoras de Occidente y las naciones conquistadasdel Sur desde los tiempos de la asesina explotación hispánica y el comer-cio mercantilista triangular. Con estas bases, las naciones industrializa-das tuvieron éxito al utilizar diversos mecanismos para convertir su de-

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pendencia de las materias primas en la dependencia de los países que selas exportaban. Estos países tuvieron que transformarse en “economíasde extracción” cuyos productos de uso práctico se subvaloran en el co-mercio controlado por el capital.23

Otra razón fundamental para la brecha siempre mayor entre lospaíses industrializados y los llamados países en desarrollo causada porla caída en el precio de los bienes, son las condiciones del comercio in-ternacional. Los países industrializados predican el libre comerciocuando se trata de penetrar en las economías de los países más débiles.Pero también son indulgentes con la práctica contraria del proteccionis-mo, sea abierta o secretamente. Por ejemplo, los bienes no procesadosdeben pagar menos derechos aduaneros que los productos semitermi-nados; la transferencia de tecnología se dificulta, se limita o si no, se en-carece tanto que está fuera del alcance de los países en desarrollo; en elcaso de los textiles y la agricultura, el mercado interno se encuentracompletamente aislado de la influencia foránea, etc. Pero también seimponen restricciones en el mercado libre de trabajo y la inmigracióndesde los países en desarrollo.

Las NN.UU. calcularon en 1992 que, en total, los países en desa-rrollo perdían $ 500.000 millones de dólares estadounidenses al tenerque atender sus deudas y por las restricciones y la manipulación delmercado.24 Cuando se cae en la cuenta de que sólo se han incluidounos cuantos factores en este cálculo, y que una institución como lasNN.UU. tiene que utilizar la menor cantidad posible de estadísticas pa-ra evitar que se le demuestre que está equivocada, los pagos de la deu-da del orden de $ 17.000 a 53.000 millones de dólares estadounidensesque el Sur hizo a los países del Norte en el período 1956-1990 no sonnada irreales, como podrían parecerlo a primera vista; y esto sin tomarni siquiera en cuenta los 500 años de explotación.25 He aquí quién es-tá en deuda con quién.

2.2. Europa Oriental: la industrialización y la desindustrialización,trampas gemelas

Ya en 1988, Ton Veerkamp atrajo la atención al hecho de que “lasdeudas devoran al socialismo”.26 Altvater presenta cuadros estadísticosdel incremento neto de las deudas de Europa Oriental y la Unión So-

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viética: de $ 68.800 millones de dólares estadounidenses en 1983 a$ 92.200 millones de dólares estadounidenses en 1989. Estas estadísti-cas incluyen $ 35.22 millones de dólares estadounidenses solamentepara Polonia y $ 11.000 millones de dólares estadounidenses para la an-terior República Democrática Alemana.27 Pero, como él apunta direc-tamente, sería demasiado simplificar el decir que el colapso del socia-lismo del bloque del Este solamente se debió a la carga de las deudas ex-ternas. En realidad, el problema era que las economías socialistas semetieron en el mercado mundial y su nivel de producción y competen-cia, el cual era demasiado alto para esas economías.

Además, por supuesto que las potencias económicas occidentalespodían usar su poder de mercado para manipular el mercado mundial,como demuestra el siguiente ejemplo.

En un tiempo en el cual un comerciante mayorista podía adquirir, por16,42 marcos alemanes, un par de pantalones vaqueros hechos en Coreadel Norte y con las partes metálicas, como botones y cremalleras, prove-nientes de (la anterior) Alemania Oriental. El mayorista vendía por 60marcos alemanes a un comerciante al por menor los pantalones etique-tados y reembalados, y éste los vendía en High Street por 120 marcos ale-manes.

R. Kurz28 lleva este análisis aún más lejos al llamar la atención so-bre el hecho de que el socialismo del bloque del Este –en contraste conla crítica fundamental de Marx a la producción para la acumulación deriqueza (contraria al valor práctico)– se organizaba en el sentido estric-to del capitalismo estatal, y seguía los mismos principios básicos del ca-pitalismo privado (la única diferencia era la inefectiva planificacióncentral); por tanto, no podía tener éxito en el mercado mundial. El in-tento de revitalizar estas economías mediante la economía occidentalestá condenada al fracaso.29 Según Kurz, el sistema occidental, queahora se extiende a todo el globo, se parece a una pirámide, con sólodos enemigos victoriosos (Alemania y Japón) en el vértice de arriba.Los demás caen atrás, aunque los Estados Unidos también logra man-tener una posición puntera.30 Las “sociedades poscatastróficas” del“Tercer Mundo” y el bloque del Este, que se han unido al grupo, sim-plemente carecen de las estructuras necesarias para alcanzar el nivel deproducción del mercado mundial. Solamente las unidades de produc-ción que logran alcanzarlo con la concentración de capital requerida

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pueden producir aún un rédito genuino, mientras que todas las demásunidades de producción están siendo destruidas. A veces pueden man-tenerse a flote artificialmente, a base de préstamos, pero una vez expri-midos por los pagos de interés exponencial, la catástrofe es inminente.Hay cada vez menos recursos para explotar, lo que elimina la produc-ción no competitiva, y el poder adquisitivo depende de ello, junto conlos mercados de los bienes producidos internamente en más y más par-tes del mundo.

Debido a esta incapacidad para ser competitivos al nivel de pro-ductividad que el mercado mundial exige, la desindustrialización de laEuropa del Este es ya evidente. Occidente estimula esta tendencia, enespecial por la concentración de sus transferencias financieras en la ad-quisición de materas primas. En este caso, las inversiones se hacen porel obvio motivo de obtener simultáneamente el control internacionalsobre la explotación industrial. Aquí los trofeos más codiciados son elpetróleo y el gas natural que se encuentran en la Mancomunidad de Es-tados Independientes.

Entonces, al haber cada vez menos que “devorar” en el sur y en elEste, ¿adónde vuelve sus ojos el capital para la autoacumulación?

2.3. En el Norte (Occidente): capitalismo de casino, crecimiento sinempleo, el abismo entre ricos y pobres, y la impotencia de la na-ción estado

Actualmente, hay dos formas de analizar las repercusiones delmercado mundial dominado por Occidente en los mismos países occi-dentales industrializados. En primer lugar, la pregunta es: “Cuáles sonlas repercusiones de la destrucción que sucede en las grandes ciudadesdel Sur y el Este?”; la segunda pregunta es: “¿cuáles son los efectos delmercado mundial transnacional, esto es, el Fordismo monetarista, enlas sociedades del Norte?” Ambos enfoques son importantes, especial-mente porque juntos pueden proporcionarnos un importante impulsopara que tomemos más conciencia.

Susan George sigue el primer enfoque en su libro The Debt Boo-merang: How Third World Debt Harms Us All, 31 (El efecto bumerán dela Deuda: cómo la Deuda del Tercer Mundo nos hace daño a todos),que ha sido la base de la campaña del mismo nombre para que el Ins-tituto Transnacional, establecido en Amsterdam (TNI por sus siglas en

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inglés), condone estas deudas. La autora describe las repercusiones dela crisis de la deuda del Sur en los centros del capitalismo respecto almedioambiente, la droga, la imposición fiscal, el desempleo, la migra-ción y la inestabilidad:– Los efectos medioambientales de la crisis de la deuda incluyen la cre-

ciente destrucción de los bosques húmedos, con desastrosas conse-cuencias, tanto para la atmósfera terrestre como para la extinción deespecies esenciales para nuestras existencias futuras de alimento ymedicinas.

– La destrucción de la vida humana y del tejido social por la drogacontinuará aumentando mientras se impida al Sur la producción debienes alternativos a precios justos y mientras sus sociedades seanforzadas hacia la pobreza a causa de la extracción de los pagos de in-terés por los acreedores occidentales.

– Los contribuyentes occidentales pagan enormes sumas a los bancoscomerciales, que regulan el valor de sus deudas mediante las depre-ciaciones fiscales, y así atraen subsidios públicos indirectos; mien-tras, en otros casos el dinero desviado fuera del país evita los im-puestos porque pertenece a ciudadanos extranjeros. Estas dos medi-das juntas generan anualmente al menos de $ 26.000 a $ 30.000 mi-llones de dólares estadounidenses.

– Se pierden empleos en las industrias y la agricultura occiden-tales porque los países en deuda ya no pueden comprar productos delNorte; en lugar de ello, tienen que usar su dinero para el pago de inte-reses a los bancos (pérdida de poder adquisitivo y de mercados).

– La destrucción de las economías endeudadas priva a la pobla-ción local de sus recursos básicos, con el resultado de que muchos deellos buscan su camino en los pocos centros de prosperidad que aúnquedan, como refugiados o trabajadores itinerantes. La migración cau-sada por la economía global y el sistema financiero actuales seguirásiendo uno de los temas candentes en el futuro inmediato. Este “bume-rán” alimenta el extremismo de derecha en Occidente, en especialcuando los partidos políticos irresponsables desvían la atención de losque están atrapados en la pobreza, lejos de las causas originales de ella,y dirigen su agresividad hacia los inmigrantes.

– La inestabilidad social y política es otra consecuencia de lasdeudas y origina cada vez más conflictos militares con crecientes reper-cusiones para todos nosotros.

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Sin embargo, estos efectos sueltos del bumerán proveniente de lospaíses agobiados por la deuda se vuelven insignificantes, cuando secontrastan con los efectos directos sobre la población de los países in-dustrializados y sus instituciones políticas y socioeconómicas del For-dismo transnacional, monetarista y neoliberal. De este asunto se ocupala segunda modalidad de análisis.

La disociación de los mercados financieros (esto es el aspecto mone-tario) del aspecto económico concreto ha tenido probablemente lasconsecuencias de más largo alcance que cualquier otro cambio desdelos años 80. Los mercados financieros no sólo han contribuido al desa-rrollo de la crisis de la deuda, sino que tienen tremendos efectos tantoglobalmente como en regiones particulares:

– Como la inversión en los mercados financieros transnacionalesdesregulados da mayor rédito al dueño de los activos financieros –a tra-vés de los pagos de interés y la especulación– que la inversión en unaempresa manufacturera, las inversiones se están yendo del área produc-tiva a la del dinero en sí. En 1981, año de la política monetarista delBanco Federal de Reserva de los Estados Unidos bajo las órdenes dePaul Volcker, subieron los pagos de interés promedio al 14,2% para lospréstamos a corto plazo, y al 13,2% para los de largo plazo, que se pa-gan a los países industrializados. Para el periodo 1980-1987, la tasa deinterés promedio prácticamente dobló a la tasa de crecimiento del pro-ducto interno bruto.

Hoy en día, de los entre 1 a 2 billones de dólares estadounidensesque circulan diariamente por los mercados cambiarios transnacionales,solamente el 5% se asocia con una genuina producción de bienes (¡!).El resto cae en la especulación. Y abundando en este asunto, están lasllamadas “innovaciones financieras”, como los futuros, las opciones ylos canjes; es decir, los “derivados” para proteger de riesgos y para larealización especulativa de plusvalías, que ahora incluso preocupan alos bancos centrales nacionales porque causan cada vez más inestabili-dad en los mercados financieros, al punto de que el colapso amenaza.32

La especulación financiera principalmente aleja el dinero disponible delos proyectos de producción que dan ingresos a muchos, hacia el casi-no de los poseedores de los activos financieros acumuladores de rique-za; de ahí la denominación de “capitalismo de casino”.33

– Pero esta situación ejerce una influencia directa en el compor-tamiento de las empresas. Entre 1980 y 1987, los pagos de interés exce-

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dieron los márgenes de beneficio. Hoy las empresas devuelven a losbancos en pagos de interés la mitad de sus beneficios. Así que las em-presas mismas empiezan a canalizar su dinero hacia los mercados finan-cieros en lugar de invertirlo en proyectos concretos.34 Además, las empre-sas ya no están interesadas en la inversión a largo plazo sino en tratosque produzcan el rédito financiero más rápido. Esta evolución tuvo suclímax en los Estados Unidos con la moda de utilizar prácticas finan-cieras dudosas para acaparar las grandes empresas, sacar de ellas todolo posible y liquidarlas con ganancia (la llamada “compra apalancadade una parte” con bonos chatarra, esto es, destructivas absorciones deempresas por préstamos especulativos).

Las restricciones de intereses también son un instrumento que ha-ce que las empresas reduzcan costos racionalizando donde sea posible.El resultado es una magra producción y una administración igual demagra.35 Estas estrategias de reducción de costos tienen efectos nocivosen los proveedores y también en los trabajadores; y sobre todo, expri-men los salarios y crean desempleo.

– El desempleo no es simplemente la necesaria consecuencia de laracionalización, como a menudo se afirma. El pleno empleo es un pa-rámetro dentro del llamado cuadrado o triángulo mágico de la políti-ca económica; siendo los otros, la estabilidad, el equilibrio en la balan-za de pagos y un “crecimiento adecuado”. Un enfoque del Keynesianis-mo daba prioridad al pleno empleo y mantenía un equilibrio de la ba-lanza de pagos con el fin de alcanzar la demanda para la “apropiada”creciente producción en serie y una economía global equilibrada. Peroesto presupone que en una política económica de emergencia, las deci-siones pueden mantener a la baja las tasas de interés anticíclicamente.Por el contrario, en el enfoque monetarista neoliberal la prioridad má-xima se concede al valor monetario. Los bancos centrales mantienen unrígido control de la oferta de dinero, y los mercados transnacionalesdesregulados pueden impulsar hacia arriba las tasas de interés como unprimer paso. Lo cual relega a un segundo plano el pleno empleo y elequilibrio de la balanza comercial. Los poseedores de los activos finan-cieros y los países con ventaja de monedas fuertes, y los trabajadores ypaíses con monedas blandas salen perdiendo, porque los estados indi-viduales no tienen poder ante las restricciones monetarias que imponeel mercado mundial.36 Aquí el modelo americano y germano occiden-tal predomina cada vez más, por lo que los bancos centrales práctica-

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mente equivalen a un gobierno paralelo (no electo) en lo que respectaa la política económica, social y laboral.

– También los patronos utilizan la presión externa (y los ingre-sos provenientes de los mercados de dinero) para aumentar sus ganan-cias y mantener bajos los salarios reales. Este hecho originaría una tor-menta de protestas sociales, si el público común lo viera a través de unaóptica política. Desde los años 80 ha habido un proceso gigantesco deredistribución, desde los trabajadores dependientes hacia los poseedo-res de los activos financieros, bajo la presión de los mercados financie-ros transnacionales desregulados. Altvater lo resume así:

Los efectos de esta falta de regulación están a la vista de todos: en todoslos países industrializados los ingresos monetarios (el rédito por el inte-rés) crecen en importancia en comparación a los ingresos ‘reales’ del tra-bajo asalariado y el capital productivo. El la década de los 80 a 90, el al-za anual promedio en los ingresos brutos de las empresas manufacture-ras subió en un 6,3% ...; el rédito promedio de los bonos de interés fijodel gobierno aún vigentes por al menos tres años (el índice para las tasasde interés a largo plazo) durante el mismo periodo fue del 7,65% ... [es-to] significa una tasa de interés por encima de todas las otras tasas decrecimiento, [y] dicho interés no puede ser cubierto enteramente por elcrecimiento en los ingresos, sino solamente si éstos se redistribuyen enfavor de los poseedores de los activos financieros.37

– Los mayores perdedores en este proceso son los que están endeu-dados, no sólo en el Sur y el Este sino también en el Norte. En los Esta-dos Unidos, las deudas de los consumidores sumaron $756.000 millo-nes de dólares estadounidenses a fines de 1987, es decir, un 24% de losingresos personales disponibles, con hipotecas del 60% . Las deudas to-tales de las unidades familiares en los Estados Unidos llegaron al 97%de la renta.38 H. Creutz ha presentado con una serie de diagramas y ex-plicaciones la evolución de la deuda en Alemania.39 Aunque por largotiempo se desaprobó la deuda personal de los consumidores (al contra-rio que en los Estados Unidos), en los últimos tiempos ha crecido rápi-damente y ahora es 300 veces mayor que en 1950; constituye el 6% detodas las deudas en Alemania, comparada con el 46% de la producción,el 23% de la vivienda y el 24% del sector público, pero la carga más pe-sada la soportan los miembros más débiles de la sociedad.40 El desem-pleo fue la causa en el 60% de los casos para poner fin a un préstamoporque el endeudamiento era excesivo. Muchas unidades familiares tie-

Alternativas al capitalismo global 93

nen unos ingresos muy pequeños o variables para hacer frente a cir-cunstancias imprevistas. La publicidad y los nuevos sistemas de pagoelectrónicos son las principales razones para endeudarse excesivamente.

– Las deudas públicas crecientes de los países ricos desde la Admi-nistración Reagan, que ahora crece drásticamente en Alemania, se hanmanifestado en destructivas formas sociales. Actualmente, el 15% delos impuestos que paga Alemania van a parar como pagos de interesesa los poseedores del capital financiero. Unas pocas estadísticas daránuna idea más clara de lo que esto significa: en 1992, la población activapagaba un promedio de 3.55 marcos alemanes por cabeza a los posee-dores de los activos financieros a través del estado; lo que equivaldría alo que gana mensualmente un empleado. En otras palabras, el estadopaga en intereses cada día del año 317 millones de marcos alemanes.Con esta cantidad de dinero se podrían construir, por ejemplo, 1.000casas familiares o 1.500 apartamentos.

– En cambio, en Alemania la coalición Conservadora Demócratalibre sigue a Reagan y Thatcher con su política de recortes sociales bajola presión de la deuda gubernamental (cuyo nivel también lo marcanindirectamente los mecanismos de los mercados financieros transna-cionales). U. Schneider tiene razón entonces al titular su nuevo librosobre esta materia Solidarpakt gegen die Shwachen - der Rückzug desStaates aus der Sozialpolitik (El pacto de solidaridad contra los débiles -la retirada del estado de la política social).41

– Este proceso es incluso más irresponsable en cuanto que los po-seedores de los activos financieros disfrutan reducciones fiscales, y a lavez también pueden evitar legalmente los impuestos transfiriendo dine-ro fuera del país (una práctica que el estado tolera). Una persona enAlemania puede invertir su dinero en cualquier momento, a través deun banco, en los mercados financieros transnacionales (en Luxembur-go, por ejemplo); así que eso no cuenta para la concesión de unos in-gresos libre de impuestos de 6.000 marcos alemanes de interés. El go-bierno rechaza la demanda de los socialdemócratas de comprobacionesen el acto, que son una práctica normal en prácticamente todos los paí-ses industrializados, en base al secreto bancario.42 Los pocos chequessobre empresas que fueron verificados de hecho por las autoridades fis-cales alemanas produjeron demandas fiscales suplementarias y por ello,ingresos extras para el estado de más de 115.000 millones de marcosalemanes.43 Pero como nuestros bancos siguen sin ser controlados, y en

94 Ulrich Duchrow

cualquier caso, las ganancias provenientes de la especulación en losmercados transnacionales no pueden calcularse, el estado pierde unagran cantidad de entradas fiscales provenientes de los poseedores deactivos financieros, mientras que a los trabajadores dependientes seles deducen sus impuestos automáticamente de sus salarios. Para teneruna idea de las cifras aludidas –pues la ley alemana no permite el cálcu-lo de estadísticas exactas–, Huster hace la siguiente comparación:44

En 1986, el Deutsches Institut für Wirtrschaftsforschung (Instituto ale-mán de Investigaciones Económicas) registró activos financieros por unvalor de 22.336.000 billones de marcos alemanes brutos y 2.113.000 bi-llones de marcos alemanes netos. Sin embargo, sólo 375.000 millones demarcos alemanes tenían imposición fiscal. Eso significa un mínimo de31.600 millones de marcos alemanes de entradas fiscales perdidas, supo-niendo un interés del 6% y una tasa de impositiva del 30% (es decir, sintomar en cuenta los intereses más altos en 1986). Dichos activos finan-cieros ahora son de más o menos el doble (aproximadamente 4.000 mi-llones de marcos alemanes), lo que da un correspondiente regalo fiscalde al menos 60.000 millones de marcos alemanes (además de todos losdemás beneficios fiscales). La enormidad de esta suma puede visualizar-se al ver en la tabla de distribución impositiva que en 1990 sólo 6.300 mi-llones de marcos alemanes de los activos financieros se pagó al estado co-mo impuestos sobre las ganancias, esto es, el 1,1% de todas las entradasde la imposición fiscal; en contraste, los empleados dependientes paga-ron 177.600 millones de marcos alemanes, el 35,1% de los ingresos im-positivos. Algo totalmente aparte de lo que además luego tuvieron quepagar en impuestos como consumidores, sin mencionar ni toda la seriede prácticas dudosas y evasiones fiscales que utilizan los trabajadores acuenta propia y los poseedores de activos financieros, sancionadas por elestado mediante la legislación protectora del “secreto bancario”, ni la fal-ta de recursos para la investigación fiscal.45

– Esta misma razón causa la desaparición progresiva de la líneadivisoria entre lo legal y lo ilegal en un sistema tan competitivo comoel sistema monetarista neoliberal de los años 80 y 90. El mejor ejemploconocido de delito económico de cuello blanco es el lavado de dineroproveniente de la droga o de la evasión fiscal.46 Hans See llama a estaárea “crimen capital” al titular su libro Kapital-Verbrechen. Die Verwirts-chaftung der Moral (Crimen capital: la comercialización de la moral).47

Uno de los más impresionantes ejemplos de este asunto y de la coopera-ción entre el capital, el sistema judicial, el estado e incluso la UE misma

Alternativas al capitalismo global 95

es el que da Stanley Adams, que denunció a la empresa para la que traba-jaba, Hoffmann-La Roche, a la entonces CEE por manipulación ilegal deprecios de transferencia, pues ello iba en contra del mercado libre oficialentre Suiza y el CEE. (La empresa había notificado, entre otras cosas, unbeneficio del 6% en lugar del 79% ganado por la venta al gobierno boli-viano de su producto Librium ). En vez de proceder contra la empresa, lasautoridades suizas arrestaron a Adams, lo sentenciaron a 12 meses de pri-sión y lo suspendieron sin sueldo tres años por “espionaje industrial”.Además, lo expulsaron del país cinco años, tuvo que pagar sus propioscostos judiciales y perdió su derecho a fianza. Lo pusieron en la lista ne-gra en toda Europa, con lo cual su carrera se hizo trizas. La CEE tambiénlo defraudó, aunque el Tribunal Europeo efectivamente multó a Hoff-mann-La Roche con 150.000 libras esterlinas por quebrantar la ley; unasuma que la empresa podía pagar de su dinero para gastos menores.48

Este aspecto criminal, incluso cuando el estado y los tribunales losancionan hasta cierto punto (como en el ejemplo anterior), no es enabsoluto un asunto secundario. Al contrario, es la expresión de un sis-tema cuya máxima prioridad es la acumulación de riqueza, porque nohay una real distinción entre lo que es legal y lo que es ilegal.

– Resumiendo, lo mencionado arriba, junto con otros más, pode-mos decir que el resultado neto es que en la última década, la brecha en-tre los poseedores de los activos financieros y los que dependen de un sala-rio (e incluso más los desempleados y los excesivamente endeudados)se ha abierto ampliamente. El diagrama de Creutz nos da una buena vi-sión de la situación al mostrar claramente que, en contraste con el pro-ducto interno bruto nominal, para 1990 había aumentado en 3,6 vecessu nivel de 1970, los salarios netos sólo subieron en un factor de 2,9 yla renta per cápita en un factor de 2,6, mientras los réditos de intereseslo hicieron en un factor de 6,8 (ver el diagrama 2 en la sig. pág).49

Debería notarse al respecto que cerca del 50% de todos los activosincluidos en los cálculos los posee el 10% más rico de las unidades fa-miliares (y aquí apenas se da información sobre los activos externosque tienen los ciudadanos alemanes), mientras que el 50% más pobrede las unidades familiares posee un escaso 2,5%.50 Y, hay menos muje-res entre los adinerados.51 Otra cosa: tras la reunificación alemana, seha extendido la misma distribución desde la Alemania Oriental a la Oc-cidental,52 debido a las políticas nacionales de la coalición conservado-ra-liberal en el poder (ver diagrama 2 en la sig. pág).

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Diagrama 2: Aumento del porcentaje en el producto interno comparadocon las ganancias del interés bancario Fuente: Creutz, H. 1993

– La cuestión final la constituye el papel y las oportunidades parala nación estado y la democracia en el sistema capitalista global domi-nado por el dinero.53 ¿Es acaso pura casualidad que el estado de bienes-tar del Keynesianismo haya sido progresivamente desmantelado desdela mitad de los 70? Podría considerarse justificado el pensar que fue ungiro de poder puramente político lo que causó estos procesos de redis-tribución del Sur al Norte, de arriba abajo, y del Este al Oeste. Pero lanaturaleza global de esta evolución arroja dudas sobre esta teoría. Enrealidad, la crisis de la deuda y el colapso del socialismo burocrático y

700%

500%

400%

300%

200%

100%

1970 75 80 85 90

gananciasdel interésbancario

x 3,6

PIB nóminax 2,9

x 2,6salarios netos

per cápitax 1,6

PIB rea

Risex 6,8

Aumento del porcentaje del producto interno comparado con las ganancias del interés bancario1970 -1990

Alternativas al capitalismo global 97

del modelo del Keynesianismo han corrido paralelos. En otras pala-bras, aunque nosotros y otras sociedades elijamos un gobierno más so-cialmente orientado, lo que podría ser deseable, estos gobiernos nacio-nales no podrían resistir completamente las fuerzas impuestas desdeafuera por los mercados financieros transnacionales. Si tuvieran quemanejar la situación con medidas de control y legislación, el capital seretiraría por vía de los mercados financieros transnacionales (si real-mente fuera a perder la batalla públicamente, a pesar de controlar granparte de los medios de comunicación y la propaganda). El estado debienestar del Keynesianismo y la llamada economía social de mercadohan sido derribados principalmente por la transnacionalización de losmercados de capital, tal como ha pasado en el Sur con el concepto dedesarrollo (y en el Este, lo que se hará cada vez más evidente con el pa-so del tiempo). “La intervención del Keynesianismo presupone la na-ción estado; el concepto y el ámbito de la ‘coherencia’ se refieren y se li-mitan claramente a un territorio nacional”.54 Así pues, sólo queda lacuestión de proponer un nuevo orden democrático internacional, nosólo por razones sociales, sino principalmente ecológicas.

2.4 Alrededor del globo: la destrucción de las bases de la vida paraesta generación y las que vienen, en favor de la economía de laacumulación de dinero

Respecto al dinero y el medio ambiente natural existe un sorpren-dente grado de acuerdo en una serie de excelentes publicaciones recien-tes sobre este tema. Se concuerda no sólo en el enfoque básico, sinotambién acerca de muchos detalles de análisis e interpretación. En laTercera Parte de este libro nos ocuparemos de la mucho más difícilcuestión de cómo el reconocimiento puede generar estrategias alterna-tivas de la evidente amenaza para la vida proveniente de la actual eco-nomía capitalista de mercado.

Los autores de los libros arriba mencionados son Altvater, con tresamplios estudios, Daly y Cobb, Binswanger, Lothar Mayer y Creutz.55

Todos consideran que manejar una economía con el fin de acumular ri-queza es la raíz de la moderna destrucción del medio ambiente. Es in-teresante que casi todos partan de la distinción aristotélica entre la eco-nomía de la unidad familiar para cubrir las necesidades básicas y la cre-matística economía basada en el comercio y con fines de acumular ri-

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queza sin fin. Asimismo, muchos de ellos comparten la crítica similarde Karl Marx a la transformación del trabajo y la tierra (las materiasprimas) en mercancías y dinero, dentro del capitalismo industrial. (Porel contrario, Creutz parte de la crítica de Silvio Gesell a las gananciaspor el interés).

Y también entra un nuevo actor en escena, una consideracióncientífica que debería levantar una discusión absolutamente esencialpara aquellos que, por cualquier razón parcial, consideren obsoletos aAristóteles y a Marx: el principio de la entropía, la segunda ley de la ter-modinámica.56

En este caso, la entropía es “la cantidad de energía inservible o inasequi-ble para efectuar un trabajo en un sistema cerrado” (Mayer, p.18, tr.). Eneste sentido, la economía capitalista presenta un continuo aumento deentropía. El aumento en la entropía se acelera mucho por el proceso eco-nómico; el progreso social consiste en producir cada vez más máquinaspara convertir las materias primas en desechos y la energía en calor dedesecho.Para la termodinámica, el crecimiento económico es simplemente unacarrera por los restos de la baja entropía [a la cual Altvater llama “sintro-pía”], para que puedan transformarse lo antes posible en entropía, es de-cir, en desechos (Mayer, p.19).

Binswanger resume así el deterioro producido en el medioam-biente desde la economía:57

1 Gracias a las oportunidades que da la economía, la especie humana semultiplica fuera de toda proporción respecto a otros seres ... y así redu-ce el hábitat de otros seres.

2 El capital económico reemplaza progresivamente al capital ecológico.3 Los desechos llevan al deterioro y la desorganización del medioam-

biente.4 Los recursos naturales se separan continuamente del capital y los ciclos

ecológicos. Este proceso, que toma la forma de una curva exponencialdebido a la dinámica del dinero, debe chocar con la curva ecológica enalgún momento(t), pues ésta última se ha estabilizado como una curvaregular que sigue la evolución de la red ecológica (mediante un tipo deequilibrio ecológico). El resultado es una colisión preprogramada (verel diagrama 3):58

Alternativas al capitalismo global 99

Medioambiente Economía

Diagrama 3:La coalición de las evolucionesmedioambientaly económica

Altvater reconoce cinco áreas de incompatibilidad de la economíacon la ecología:59

1 la incompatibilidad de cantidad y calidad a que lleva la economía capi-talista de acumulación de dinero;

2 la incompatibilidad de tiempo y espacio con la racionalidad atemporal,no espacial y abstracta de la economía capitalista;

3 la incompatibilidad de reversibilidad con irreversibilidad: el capitalsiempre reaparece en mayor cantidad, para entrar a un nuevo ciclo deautoproliferación, mientras que los procesos naturales son irreversibles(como en el caso de las materias primas no renovables como los com-bustibles fósiles);

4 los objetivos de hacer ganancias y ganar intereses en la economía deacumulación de dinero hacen imposible el crecimiento cero del capital,mientras que simultáneamente, la acumulación de capital con una altacantidad invertida de materiales y energía se vincula al aumento de en-tropía; y,

5 la incompatibilidad de racionalidad e irracionalidad: la lógica del capi-tal demanda un crecimiento de las ganancias mediante la transforma-ción (la mayor posible) de los recursos naturales en mercancías de mer-cado; esto es muy irracional respecto al medioambiente, mientras quepor otro lado, una economía no destinada al lucro sino al servicio delas necesidades básicas, y que exige menos al medioambiente, es enton-ces ecológicamente racional, pero la lógica occidental utilitaria la con-sidera irracional.

Altvater concluye que “[es] por tanto inconsciente e ingenuo ... es-perar que las soluciones a los problemas ecológicos vengan de los mé-todos capitalistas de producción” (tr.) Y va más lejos que los otros au-tores (que concuerdan con esta conclusión) en cuanto que no parte dela economía de acumulación de dinero, sino que también incluye en suanálisis las implicaciones de las más recientes evoluciones neoliberales

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de la economía capitalista de mercado. A la luz de lo que ya se ha dicho,no es sorprendente saber que la transnacionalización de los mercadosde capital aumenta tanto el alcance como la velocidad del daño al me-dioambiente. Este proceso es simplemente el intento exitoso del capitalpara liberarse a sí mismo de todo tipo de control, con el fin precisa-mente de estimular la acumulación de riqueza. Mantener altas tasas deinterés no sólo que origina los mecanismos de creciente endeudamien-to, desempleo y reducción de los servicios sociales, y por ende, promue-ve un aumento de los activos financieros en todo el mundo, sino quetambién facilita la mayor destrucción posible del mundo natural, conla progresiva reducción de los recursos por la acumulación de dinero–que si no se utilizarían con fines ambientales–.

Así que no sólo urge una crítica ecológica a la economía capitalista demercado en un sentido lógico, sino que la misma naturaleza demuestracasi a diario el costo de los efectos mortales de este tipo de economía.Los que no pueden oír los lamentos de los hambrientos y agonizantes se-rán testigos (sea personalmente o a través de sus hijos) de la muerte delos sistemas naturales que sostienen la vida. Aquí también sale a la luz(quizá aún más que con los aspectos sociales) la impotencia de los esta-dos individuales para tomar control el mecanismo del dinero y sus con-secuencias ecológicas globales. Nuevamente nos enfrentamos a la pre-gunta crucial: ¿hay alguna institución global o internacional que protejaa la especie humana y al medioambiente del mecanismo de acumulacióndel dinero?

3. Las instituciones internacionales involucradas en la domi-nación financiero global: el sistema de Bretton Woods y sumetamorfosis

3.1. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial

En 1944 tuvo lugar una conferencia en Bretton Woods, EstadosUnidos, cuyos efectos para la segunda mitad del siglo XX iban a ser másy mayores que ninguna, incluso que la de Yalta. La misma división Es-te-Oeste que siguió a Yalta ha durado relativamente poco en compara-ción con el orden económico global que tuvo sus orígenes en BrettonWoods.60 La conferencia se planeó para discutir un conjunto compren-

Alternativas al capitalismo global 101

sible de nuevas regulaciones internacionales para impedir una repeti-ción de los errores que en 1929 llevaron al colapso al sistema liberal in-ternacional. J. M. Keynes, el jefe de la delegación británica, presentó unplan al respecto, que pretendía establecer una Unión Internacional deCompensación con su propia moneda, junto con facilidades para co-rregir los déficits y superávits en la balanza de pagos de los paísesmiembros y para apoyar a los países débiles. La meta era lograr en to-do lo posible un desarrollo global equilibrado. (Lo que iba a ocurrirdentro del modelo del Fordismo de producción en serie, y de poder ad-quisitivo y consumo masivos junto al pleno empleo).

Las propuestas originales de J. M. Keynes a la conferencia incluían unaUnión internacional de compensación como un banco de reserva y unasfacilidades de sobregiro para los bancos nacionales. Las reservas y lascompensaciones se harían en una moneda internacional de ningún esta-do creada por la Unión, el ‘bancor’, el predecesor de los actuales derechosde giro especiales. Keynes también propuso un sistema original de pagosinternacionales en equilibrio: se penalizaría con tasas progresivas de in-terés tanto a los países deudores (con cuentas en descubierto), como alos países con superávits, con el fin de presionar a esos dos tipos de paí-ses a equilibrar sus cuentas y evitar así que sus socios en el mercadomundial contrajeran deudas. Debía evitarse desde el comienzo una polí-tica de crecimiento debida a las exportaciones según las políticas de Ale-mania y Japón, pues el resultado sería una expansión aun mayor de laeconomía global y se necesitaría reducir las reservas del bancor paraequilibrar los pagos ... Con el fin de hacer aceptable este sistema para lospaíses en desarrollo estructuralmente débiles (como los llama Keynes ensu teoría), Keynes también propuso establecer un Banco de Reconstruc-ción y Desarrollo fundado mediante las subscripciones de los países másricos.61

Bajo la presión de los Estados Unidos, este plan se suavizó y se al-teraron importantes aspectos; además, los EE.UU. interpusieron suWhite Plan, y la Gran Bretaña, debilitada tras la Segunda Guerra Mun-dial, y los otros participantes en general estaban en una posición quedifícilmente les permitía imponerse a los intereses del capital de losEE.UU., que estaban muy fortalecidos tras la Guerra; al fin y al cabo,controlaban ya el 80% de las reservas mundiales de oro.

El aspecto central del mecanismo para lograr el equilibrio de lasbalanzas comerciales nacionales fue completamente abandonado. El

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núcleo del Plan de Keynes era su objetivo de promover no sólo los in-tereses a corto plazo de los acreedores, sino también el balance econó-mico a largo plazo al lograr un equilibrio entre los deudores y los acree-dores. Pero la clave era equilibrar los déficits comerciales y los superá-vits. Para ello, el Plan recomendaba que el dinero obtenido por un paísmediante un superávit comercial debería o bien gastarse en la comprade bienes o servicios extranjeros dentro de un cierto plazo, o bien anu-larse.62 Esto pondría trabas permanentes en el desarrollo de la célebrebrecha entre los países y las monedas fuertes y débiles, y posiblementela podría haber impedido por completo. En cambio, el White Plan sim-plemente contenía ajustes para los países deudores.

Sin embargo, bajo la hegemonía de los EE.UU. el Acuerdo de Bret-ton Woods aún incluía algunos elementos centrales de control durantela etapa inicial, y hasta 1971-73. La meta era fomentar nuevamente elcomercio internacional con un funcionamiento lo más suave posible.Los mecanismos para lograrlo serían: (a) facilidades de préstamo a cor-to plazo para los países con una balanza de pagos deficitaria temporal;y (b) un sistema de tasas de cambio fijas. Pero el bancor se dejó de ladocomo una unidad internacional de cuenta, y el dólar estadounidenseasumió su papel, vinculado a su vez con el patrón oro (a $ 35 dólaresestadounidenses por onza). Así se permitía la expansión del mercadode dinero mediante el dólar, y simultáneamente se daba seguridad me-diante el oro. Los otros países miembros unieron sus monedas al dólaren un sistema de tasas fijas de cambio, con fluctuaciones de hasta el 1%de su valor de paridad. Si no se pudieran mantener así, los bancos cen-trales de esos países tendrían que recurrir al acaparamiento de esa mo-neda para sostenerla (un principio adoptado luego por el Sistema Mo-netario Europeo en Europa Occidental, antes de ser severamente sacu-dido en los últimos tiempos por la especulación en los mercados finan-cieros y la política económica monetarista del Bundesbank alemán).

Estas funciones no las pondría en marcha un banco central inter-nacional, sino el recién creado Fondo Monetario Internacional (FMI),cuyos fondos para la concesión de préstamos los proporcionarían lascuotas o subscripciones de los países miembros. Y ahí estaba el segun-do defecto fundamental de ese sistema, que, igual que la falta de un me-canismo para mantener el equilibrio (según el Keynesianismo), ha te-nido efectos catastróficos desde entonces: la estructura no democráticadel FMI.

Alternativas al capitalismo global 103

El derecho a voto dentro de esta institución de importancia decisiva pa-ra la vida económica de las naciones no es equitativo para todos losmiembros (tal como en la ONU), sino determinado por las cuotas desubscripción respectivas: Los países que contribuyen más tienen más vo-tos. A esto yo lo llamo “plutocracia”, el gobierno de los ricos (del griegoplutos, rico, y krateia, gobierno). Los EE.UU. se reserva casi el 20% de lascuotas, así que en un sistema donde se requiere una mayoría del 85% pa-ra las decisiones importantes, este país tiene un derecho a veto de facto.El “Grupo de los diez” (los diez países industrializados más ricos, que ac-tualmente son los EE.UU., Alemania y Japón como los tres más podero-sos, y después el Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Holanda, Bélgicay Suecia) dispone del 54% de las cuotas, con lo cual todas las decisionesdel FMI puede tomarlas él solo. Y ni siquiera se han constituido todos loscuerpos de control que se acordaron.63

Aún más: lo que se estableció no fue un fondo estructural, sino elBanco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (el IBRD,por sus siglas en inglés), llamado normalmente el Banco Mundial. Sufunción principal era crear fondos disponibles para la recuperacióneconómica europea; y en este sentido, se olvidaron convenientementelas antiguas colonias europeas, o más bien, sus intereses, junto al equi-librio global. En la nueva perspectiva mundial bajo la hegemonía de losEstados Unidos, se las clasifica como “subdesarrolladas” y con necesi-dad de desarrollarse según el modelo estadounidense, como dio fe cla-ramente por primera vez el Presidente Truman en su declaración del 20de enero de 1946.64

Es innegable que la fase inicial del sistema Bretton Woods tuvocierto éxito, en comparación con la evolución más reciente de la políti-ca global (de mercado) de los países ricos. El comercio internacional al-canzó proporciones sin precedentes, y trajo consigo esa bien conocidaprosperidad a las metrópolis; y también al grueso de la población en lospaíses ricos. Pero no había un sistema incorporado para mantener elequilibrio o dificultar la concentración de riqueza y poder por parte delos miembros fuertes, y el sistema fue erosionándose gradualmentedesde adentro. Tal como había pasado con los otros procesos económi-cos globales descritos antes, llegó la coyuntura crítica a principios delos 70.65 W. Hankel resume así el colapso del sistema Bretton Woods:

El colapso del sistema Bretton Woods (ya definitivo en la primavera de1973) fue causado aparentemente por dos contravenciones a las reglas:

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la política inflacionaria de los EE.UU. para manejar su déficit, y la con-trapolítica productiva de altas tasas de interés que siguieron el Bundes-bank alemán y otros países de la CEE. En último término, estas “faltas”resultaban de la competencia de las monedas nacionales, convertida enun “todo vale”. Los EE.UU. abusaron de su privilegio como el país de lamoneda de reserva, y financiaron su déficit permanente aceptando deu-das externas contra el dólar, que más tarde podría ser convenientementedevaluado. La CEE, con Alemania a la cabeza monetaria, compuso elproblema y el déficit de los EE.UU. mediante primas obtenidas de los al-tos intereses de los fondos desviados de los valores en cartera el dólar enotras monedas. Lo cual, junto con los beneficios provenientes de la reva-luación de esas monedas, hizo inevitable la “explosión” del sistema mo-netario global?66

La competencia todo-vale entre las monedas tuvo de hecho mu-cho que ver con el todo-vale de los mercados financieros transnaciona-les, como se indicó antes. Se dejó flotar al dólar mientras los europeosfijaban sus tasas de cambio dentro de la serpiente monetaria europea(reemplazada más tarde por el Sistema Monetario Europeo), para po-der presentar un frente unido contra el dólar.

De aquí en adelante, los “países en desarrollo” se dejaron en la po-sición de víctimas cada vez más desesperanzadas, aunque en grados di-versos, según la ley de mercado de que los más débiles sufren más. Enrealidad, algunos (de los más fuertes países “en desarrollo”) han tenidoéxito con la transición hacia ser “los nuevos países industrializados”. Es-to se cita a menudo para desautorizar la teoría de la dependencia, quesostiene que los países de la periferie dependientes del centro desde laColonia no tienen ninguna oportunidad de desarrollarse.67 Dicho ar-gumento pasa por alto el hecho de que algunos de esos países, en par-ticular los llamados “tigres” asiáticos (Corea del sur, Taiwan, HongKonk y Singapur) tienen siempre condiciones especiales. Concreta-mente, todos eran estados anticomunistas de vanguardia, y por tantoOccidente les otorgó un tratamiento especial por razones geopolíticas.El costo extremadamente alto social y político de este modelo de desa-rrollo se mantuvo en secreto. Por ejemplo, bajo la tutela neoliberal deAugusto Pinochet y Milton Friedmann, en Chile aumentó la propor-ción de la población que vive bajo el nivel de pobreza absoluta del 20%en 1973 al 40% en 1992, para que una elite siempre menor pueda dis-frutar las bendiciones de la prosperidad del Fordismo.

Alternativas al capitalismo global 105

En cualquier caso, los países del sur atrapados por la deuda se en-contraban en una continua pendiente abajo en lugar de desarrollarse.Y debido a esa situación, el FMI y el Banco Mundial revisaron radical-mente sus funciones originales; cambiaron su tarea de mantener a lospaíses fuertemente endeudados dentro de los mecanismos del mercadocapitalista mundial, en interés de las naciones y bancos acreedores. Lospaíses en desarrollo tendrían que engranar toda su economía y socie-dad a atender sus deudas, con el fin de evitar el colapso de los sistemasinternacional y transnacional de crédito. He aquí el buen resumen quesobre la situación escribe Altvater:

Sin embargo ahora es menos importante regular las relaciones compra-dor- vendedor a los países que se han vuelto fijos en su papel bien de acree-dor bien de deudor, que traer a los deudores de largo plazo dentro de la es-fera de la regulación por las instituciones del mundo industrializado. Larazón es obvia: para impedir que la crisis de la deuda se convierta en unacrisis de crédito, y para salvar a los bancos prestamistas de ser gravados condeudas que no pueden saldarse y por tanto deben anularse. Después de to-do, una crisis internacional de préstamos podría extenderse al sistemaexistente del Fordismo, si los activos financieros no se aumentaran por elinterés sino que disminuyeran por las bancarrotas de los deudores.68

En otras palabras, el FMI se ha convertido en un policía financieroal servicio de los poseedores del capital financiero. Extrae todo el dine-ro posible de los pobres deudores y sólo otorga o autoriza más présta-mos cuando sus exportaciones (de ellos) han aumentado al máximo ysus servicios sociales han caído al mínimo; y entonces esto sólo da in-tereses a los acreedores. El resultado es la ya mencionada transferenciaanual de un capital neto de $ 50.000 millones de dólares estadouniden-ses desde los países deudores a los acreedores. El objetivo del FMI esahora lo contrario del concepto original de Keynes: los pobres finan-cian a los ricos.

Esto se logra mediante “medidas de ajuste”, que en el White Plansólo se les exige cumplir a los deudores, y no a los acreedores. Uno delos diagramas de R. Strahm, “el programa de recuperación del FMIafecta a los países más pobres”, lo ilustra bien (ver diagrama 4).69

Lo que no es evidente ahí, y que nos ocupará más en detalle lue-go, es el hecho que los que se empobrecen son obligados a tomar accio-nes que tienen desastrosas consecuencias para el medioambiente, a ha-cer dinero a cualquier costo, y también simplemente a sobrevivir sin

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más (y se dan la deforestación y los incendios de los bosques). Además,los “proyectos de desarrollo” apoyados por el Banco Mundial en estospaíses se conciben principalmente para ganar en moneda dura, y, enflagrante contradicción con toda la retórica, para descuidar el aspectocreativo (por ejemplo, construyendo grandes represas); pero sobre to-do, sólo se hacen para aquellos países que acepten los cambios estruc-turales que impone el FMI.

Otro instrumento malvado utilizado por la coalición política yeconómica de los acreedores (los poseedores de los activos financierosy sus agentes) son los canjes de la deuda por derechos sobre el activo(participación en el capital, o acciones ordinarias).70 Por estos canjes,los países deudores tienen que renunciar a la parte más rentable de suseconomías nacionales en favor de las sociedades transnacionales a cam-bio de la cancelación de parte de sus deudas (que, por supuesto, al mis-mo tiempo todavía suben por efectos del interés compuesto).

Diagrama 4: Las condiciones que establece el FMI para los países deudo-res en sus Programas de Ajuste Estructural (SAP’s por su siglas en inglés)

Fuente : FMI precios salarios

congelación de salariosel poder adquisitivo se reduce

cortes de los gastos socialeslos hospitales, escuelas y servicios sociales sufren

remoción de los subsidios a los alimentosel precio de la comida corriente aumenta

devaluación de la monedacaen los precios de exportación; suben los de monedahay exportación en lugar de consumo

los beneficios se desvían por todos ladoslas sociedades anónimas ganan

precios

precios

precios

beneficios

subsidios

importación

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La “privatización” se aclama como la panacea para reformar laseconomías de los países en deuda, en una época en la cual la ONU ad-vierte ya sobre los “siete pecados (capitales*) de la privatización”.71 Pe-ro con su ayuda ya no se necesita tener la posesión de esos países, co-mo hicieron los antiguos imperios para explotarlos: esto se logra fácil yconfortablemente por computadora desde una oficina ejecutiva en unpaís lejano.

El catastrófico fracaso de este enfoque monetarista neoliberal, queasegura la acumulación de riqueza por parte de los poseedores de losactivos financieros a expensas de la mayoría de las vidas humanas, esreconocido ahora incluso por el Parlamento Europeo y el pertinentePrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD;72 éstesencillamente ha aseverado que ni el FMI ni el Banco Mundial ni sussecciones responsables de los préstamos libres de interés o de bajo in-terés a los países más pobres, ni los miembros de la Asociación Interna-cional de Desarrollo, cumplen con sus mandatos originales. KunibertRaffer apuntó (oralmente) que si estas instituciones al servicio de lasnaciones ricas fueran juzgadas según sus propios criterios económicosy responsabilizadas por sus políticas, habrían desaparecido hace muchotiempo. Davidson Budhoo, en un ataque al Banco Mundial y al FMI, alos cuales dejó por razones de conciencia tras muchos años de trabajaren ellos como ejecutivo, ha hecho pública la forma en que los tecnócra-tas altamente remunerados del FMI, que se aferran a la chequera paraobtener poder sobre las políticas sociales y económicas de los paísesdeudores, falsifican las estadísticas para subordinar a estos países a lasregulaciones del FMI; y cómo están involucrados asimismo en la co-rrupción dentro de este sistema de la arrogancia de poder.73

3.2. El Acuerdo General sobre tarifas y Comercio (GATT) y la Orga-nización Mundial de Comercio (OMC)

La conferencia de Bretton Woods también se hizo con intenciónde lanzar la planeación de un conjunto de regulaciones para el comer-cio internacional. Consecuentemente, se hizo el borrador de un Capí-tulo de La Habana, que incluía la propuesta para una Organización In-ternacional de Comercio (OIC). En 1947, y como una medida provisio-nal, se implementó la parte del capítulo que beneficiaba a los países in-dustrializados con la constitución del GATT, para disminuir las barre-

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ras en el comercio internacional. Pero no se llegaron a tomar más ac-ciones porque los Estados Unidos y algunos otros países no cumplieroncon la ratificación del Capítulo.74

El GATT se fundó –al menos en teoría– bajo tres principios bási-cos: evitar los acuerdos preferenciales de comercio (el “principio de na-ción más favorecida”), una prohibición de las cuotas comerciales, y laabolición de las tarifas a la importación. En realidad, la práctica de ha-cer excepciones asegura que las naciones comerciantes más fuertes pue-dan promover sus propios intereses, lo que efectivamente hacen, mien-tras las más débiles deben aceptar las reglas.

El principio de nación más favorecida ... establece que cualquier conce-sión a la importación o a la exportación que se otorgue a un país tam-bién debe otorgarse a todos los otros países miembros. Pero este princi-pio no se aplica ... a la creación de zonas de libre comercio y a los blo-ques económicos como son los EE.UU. Sus efectos prácticos, por tanto,están limitados en gran medida.La imposición de cuotas está ... prohibida en principio. Sin embargo, encualquier momento se pueden hacer excepciones a este principio paraproteger a la balanza comercial interna y a los productores nacionales.En la práctica esto significa que cualquier infracción a esta regla puedejustificarse.75

El tercer elemento, las rondas de negociación con el propósito de reducir lastarifas, han resultado en reducciones en todo el mundo, en tanto encuanto éstas sean ventajosas para las naciones industriales, ricas y fuer-tes. La Ronda Uruguay de Negociaciones produjo un empeoramiento delas condiciones para los cada vez más destruidos países pobres, a pesarde que algunas concesiones se hicieron en la Organización Mundial deComercio (OMC), que sustituyó al GATT.76

En breve, según las reglas del GATT y de la OMC, el libre comercio signi-fica libertad para los fuertes de hacer incursiones en las economías na-cionales de los débiles. Es el proteccionismo de los fuertes en contra losproductos competitivos de los débiles (el ejemplo más conocido es la Po-lítica Común de Agricultura de los Estados Unidos).

Otra faceta de la transformación de las instituciones políticas in-ternacionales en el sistema de mercado neoliberal desregulado (con laintervención del estado en favor de los intereses de los fuertes) es elprogresivo desmantelamiento de poder de la ONU, que es (en princi-

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pio) democráticamente organizado y universal. La agencia de la ONUpara estos asuntos, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Co-mercio y Desarrollo UNCTAD por sus siglas en inglés), ha sido gra-dualmente echado de lado por las instituciones de los ricos, esto es, elFMI, el Banco Mundial y el GATT. Su último golpe maestro ha sido laincorporación del Centro de la ONU de Sociedades Transnacionales enla UNCTAD; de manera que el “informe de 1993 sobre la InversiónMundial, Sociedades transnacionales y Producción internacional inte-grada”, simpatizante de las transnacionales, se publicó bajo el nombrede la UNCTAD. En los años 70, aún fue posible que los países en desa-rrollo se coaligaran dentro de la UNCTAD para reclamar la creación deun Nuevo Orden Económico Internacional. Desde que el mercadomundial y los administradores de las crisis, los gobiernos de las nacio-nes industrializadas ricas, asumieron el poder absoluto, este reclamo hasido silenciado.

3.3. G 7: las siete naciones industrializadas líderes y la “CumbreEconómica Mundial”

Los administradores de las crisis se llaman ellos mismos el Grupode los Siete (G7), el grupo de las siete naciones industrializadas más ri-cas. Sus miembros son los Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia,Reino Unido, Italia y Canadá. Desde 1975, sus jefes de gobierno y mi-nistros de finanzas han sostenido cumbres económicas anuales paraconvertir la interminable crisis en una economía mundial que ya nopuedan controlar para su propio provecho las instituciones existentes.Pero no han sido elegidos para hacerlo; representan al 12% de la pobla-ción mundial y actúan como si estuvieran al mando de la economíaglobal. Aparte del hecho de que ellos mismos están sujetos en gran me-dida a los dictados de los mercados de capital, la “Cumbre” es lo últimoen arrogancia de la riqueza y el poder, la cumbre de la plutocracia.Arrighi lo llama acertadamente “un comité para manejar (o adminis-trar) los asuntos comunes de la burguesía mundial”.77

Respecto a la regulación política del mercado en la fase neoliberal mone-tarista del modelo de acumulación del Fordismo, la conclusión puede serque la regulación del mercado del Keynesianismo sólo funcionó bien enparte, en el contexto de las economías reguladas nacionalmente y bajo lapresión de un movimiento laboral que incorporaba el poder real en el

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proceso de acumulación. Las tasas de interés (y otros factores) estabansujetas a la decisiva influencia externa, a través de la transnacionaliza-ción de los mercados, principalmente los financieros; y la evasión de im-puestos y la manipulación del dinero se favorecían. Desde los años 70 laexpansión financiera se ha vuelto la clave de la acumulación de capital.La automatización de la producción ha minado la fuerza de los obreros.La combinación de la transnacionalización y la automatización hace quelas economías domésticas, la legislación nacional y los sindicatos se re-leguen a un segundo plano y bajo las condiciones que les impone el mer-cado desregulado mundial. La economía capitalista de mercado se haconvertido en una real economía global de mercado. El Keynesianismoha fracasado hasta ahora como modelo regulador internacional, sin men-cionar el hecho de que se basó en el máximo crecimiento económico yse limitó a la fuerza de trabajo de los centros industrializados. La visiónde Keynes después de la Segunda Guerra Mundial –de un orden econó-mico internacional que busca la igualación– se ha convertido, con el apo-yo de las instituciones políticas de los ricos, en un desorden destructivopara la mayoría de la población mundial tanto social como ecológica-mente.78 Lo que queda de ese “orden” ahora tiene que protegerse con elcreciente uso de la fuerza por parte de las pocas naciones ganadoras.79

4. El papel de los militares en asegurar el dominio globalfinanciero

El uso de la fuerza para proteger los intereses económicos no esnada nuevo. Ocurre al comienzo de la historia de los imperios, segúnexaminaremos más de cerca en la Segunda Parte de este libro. Y cierta-mente que 500 años de historia europea occidental han traído armas dedestrucción masiva cada vez más desarrolladas. Pero aparte de la tecno-logía armamentística, que en este siglo ha demostrado estar en una eta-pa donde se puede causar un daño permanente al planeta, los sistemasde seguridad y defensa han cambiado paralelamente con los modos ca-pitalistas de acumulación y regulación. Consideremos entonces la his-toria desde la Segunda Guerra Mundial.

La fase inicial de la posguerra, hasta los años 70, siguió muy decerca los patrones de la típica hegemonía. Los Estados Unidos (por mo-mentos acompañados de las otras potencias ex coloniales como la GranBretaña y Francia) enviaron tropas a zonas que consideraban impor-

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tantes por su localización o por las materias primas que había en esoslugares; y lo hicieron sin turbarse en absoluto: el ejemplo mejor cono-cido es Vietnam. Simultáneamente, los Estados Unidos instalaban en elpoder a gobiernos, principalmente militares (y con la ayuda especial dela CIA); por ejemplo, en Persia, Brasil y en otros países latinoamerica-nos, especialmente a principios de los años 70. Noam Chomsky y Ed-ward S. Herman han documentado este periodo en detalle en su obraclásica The Washington Connection and the Third World Fascism - LaPolítica Económica de los Derechos Humanos (La conexión Washingtony el Fascismo del Tercer Mundo; la Economía política de los derechoshumanos).80 Esto se hacía más o menos públicamente, y la gente sabíade qué se trataba; los estadounidenses que tenían puestos de poder es-taban conscientes desde el principio de que la única forma de protegersu riqueza era con una política de poder dura. El Estudio de planifi-cación de la política del Departamento de Estado del 24 de febrero de1948 (registrado por George Kennan) contiene el siguiente párrafo:

... tenemos alrededor del 50% de la riqueza mundial, pero sólo el 6,3%de su población ... En esta situación, no podemos caer en ser objeto deenvidia y resentimiento. Nuestra tarea real en el periodo entrante esidear un modelo de relaciones que nos permitan mantener esta posiciónde disparidad sin desmedro de nuestra seguridad nacional. Para hacerlotendremos que desprendernos de cualquier sentimentalismo y fantasía,y concentrar nuestra atención allí donde estén nuestros objetivos nacio-nales inmediatos. Necesitamos no engañarnos con que podemos darnosel lujo de ser altruistas y los benefactores del mundo ... Deberíamos dejarde hablar de vagos e irreales (para el Lejano Oriente) objetivos, como losderechos humanos, la subida de los niveles de vida y la democratización.No está lejos el día en que tengamos que tratar con conceptos directos depoder. Cuanto menos nos estorben los eslóganes idealistas, mejor.81

Paralelamente al balanceo hacia la desregulación de los mercadosfinancieros y hacia el monetarismo neoliberal, también se desarrollóotra estrategia de seguridad más sutil. La desastrosa guerra de Vietnamhizo que los estrategas de los EE.UU. buscaran métodos indirectos pa-ra asegurar el dominio de su país; y los encontraron en la estrategia deconflicto de baja intensidad, y después en la estrategia de conflicto de me-diana intensidad. G. Eisenbürger, J. Hippler y yo hemos publicado losdocumentos confidenciales de estrategia de los comandantes militares

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de Norteamérica y Latinoamérica, bajo el título de Total War Againstthe Poor (La Guerra total contra los pobres) y con un comentario.82 Acontinuación están los principales puntos.

Desde el comienzo estos documentos secretos dejan en claro queaunque la Unión Soviética bajo Gorbachov ya no podía anunciarse co-mo el Enemigo, y la superioridad económica, política y militar de Oc-cidente era evidente, seguía el conflicto real fundamental a lo largo delmundo, concretamente la lucha por “el dominio y la distribución de losrecursos naturales y las materias primas estratégicas” (p. 55). Esto tieneuna asombrosa similaridad con la visión moderna occidental de la es-pecie humana; como dijo Descartes: “la humanidad es la ‘dueña y seño-ra de la naturaleza’”. Igualmente asombrosa es la continuidad de inte-reses con el Departamento de Estado en 1948. Las palabras añadidas“materias primas estratégicas” es el fundamento en los que se basa elFordismo, y se refiere a la energía de los combustibles fósiles (no reno-vable).83 El capitalismo industrial del Fordismo sólo puede aumentarla producción y generar así ganancias y prosperidad (para algunos) alutilizar la energía para convertir en bienes la mayor cantidad de recur-sos. El hecho de que actualmente dicha energía provenga de combusti-bles fósiles, principalmente petróleo, significa que las relaciones políti-cas y militares para la producción petrolera son de fundamental impor-tancia. Los documentos secretos consecuentemente exigen que en labatalla por el control de los recursos se les oponga resistencia “en todoslos niveles (del poder)”, es decir, militar, política, económica y sociosi-cológicamente, a las fuerzas que tratan de alterar el statu quo.

Pero lo interesante es que en 1987, los comandantes de los servicios se-cretos y militares de las Fuerzas Armadas de Norteamérica y Latinoamé-rica asistentes a la conferencia donde se presentaron los documentos, pa-recían estar relativamente seguros de su posición, respecto de los aspec-tos militares, políticos y económicos. Su interés principal se dirigía a loque denominaban el nivel “sociosicológico” o cultural (de poder), estoes, “los corazones y las mentes” de la gente. En la práctica, quiere decirque la batalla central contra “el movimiento comunista internacional”ahora tendría que librarse en las iglesias, las escuelas, las universidades y,sobre todo, en los medios de comunicación. Consecuentemente, losblancos principales serían las iglesias locales, la teología de la liberación,los grupos de derechos humanos, las organizaciones de solidaridad in-ternacional como Amnistía Internacional, el Concilio Mundial de Igle-

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sias, la Asociación Internacional de Reconciliación, Pan para el Mundo(en Alemania), y otros grupos que trabajan con los pobres. El jefe de lasfuerzas de seguridad filipinas una vez describió con una sola frase a suenemigo arquetípico, dirigiéndose al teólogo de la liberación Edifico dela Torre durante un interrogatorio (con uso de tortura): “Sospechamosde cualquier persona que hace el bien y no se hace rico”. Los movimien-tos sociales están sujetos a campañas difamatorias de desinformación, ylos escuadrones de la muerte impiden actuar o asesinan a sus activistas;ahí están por ejemplo, el destino de los jesuitas en El Salvador o el con-flicto de baja intensidad más feroz en Sudáfrica antes del cambio.84 Laestrategia naturalmente incluye las tácticas convencionales de propor-cionar armas y entrenar a soldados y escuadrones de la muerte que ac-túen en nombre de los Estados Unidos; y también incluye programas dedesestabilización. Los ejemplos recientes más conocidos son Nicaragua,El Salvador, Haití y otros países centroamericanos y caribeños.

En relación con este asunto, es importante notar la metamorfosisdel concepto tanto como de la práctica de la democracia. En 1948 laopinión del Departamento de Estado todavía era que la lucha de poderquizá requiriera algunas veces dejar públicamente la democracia, peroahora la democracia misma se ha convertido en una herramienta al ser-vicio de la lucha de poder.85 El documento de Santafé II del ConsejoInteramericano de Seguridad, un documento político para el Presiden-te Bush de enero de 1989, es esencial para entender este proceso. Ahí sedefine como “capitalismo democrático” a “la libre empresa y los merca-dos libres nacionales de capital que permiten sociedades independien-tes”. Respecto a la política, el documento declara que nos hemos con-centrado mucho en la cuestión de los gobiernos electos, pues en todocaso sólo son “gobiernos temporales”. Las principales instituciones deeste “régimen democrático” , que según el documento deben fortalecer-se, son las agencias de “gobierno permanente”, es decir, los militares, lapolicía, la judicatura y la administración. Y se recomienda canalizar es-te concepto en los corazones y las mentes de la población a través de lasiglesias, las escuelas, las universidades y los medios de comunicaciónmasivos (lo que los autores denominan la guerra “cultural”).

Respecto a la situación real en las islas de prosperidad dentro dela economía capitalista de mercado, no se puede sobreestimar la impor-tancia de esas afirmaciones, porque los métodos específicos menciona-dos apoyan el sistema al impedir a la gente ver claramente justo lo que

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pasa; y eso en una forma totalmente legal. No se dan cuenta entoncesde cómo son manipulados y a menudo ni siquiera ven, como de su pro-pia conveniencia, tener mayor conciencia de lo que pasa.

Pronto veremos más en detalle la dimensión cultural e ideológica,pero primero debemos volver al conflicto de mediana intensidad. Des-de la Guerra del Golfo se conoce que el concepto de conflicto de bajaintensidad se ha extendido86 con el objetivo de impedir el avance lospaíses del “Tercer Mundo”; ricos en recursos que, con la tecnología oc-cidental, especialmente armamentos, podrían adquirir suficiente fuer-za para amenazar al monopolio de los países industrializados del mer-cado mundial (como Irak respecto al precio del petróleo). A esto se loha llamado “el nuevo orden mundial”, y sobre la materia hay excelentesestudios.87 Altvater ve muchos vínculos directos con el tipo neoliberalunipolar del Fordismo posterior al colapso de la amenaza soviética. Losestados con armas de alta tecnología, que deben necesariamente ser de-sarmados a través de guerras en el interés de la hegemonía occidental,obtienen sus armas precisamente de esos centros del capitalismo que,frente a la sobreproducción de bienes y la erradicación del poder ad-quisitivo de las sociedades empobrecidas, obtienen una compensaciónpor la venta de armas, en su inexorable carrera a la acumulación. Alt-vater lo dice sucintamente:

La desregulación del mercado en los últimos treinta años ya no es la úni-ca razón de que las armas estén sujetas cada vez menos al control políti-co, y ha sido dejada cada vez más a ‘las fuerzas libres de mercado’, lo quebeneficia a los productores de armas (p. 213).

Estos productores de armas se benefician doblemente, por la al-ternancia de la acumulación de materias primas y del inevitable desar-me. La República Federal Alemana se ha convertido actualmente en elsegundo mayor exportador de armas en el mercado mundial (despuésde los EE.UU.).88 Y ahora, precisamente como los EE.UU., está consti-tuyendo una fuerza de intervención imperial para actuar en cualquierparte del globo con fines de preservar sus intereses económicos, comose admite públicamente en los documentos de estrategia del Ministeriode defensa. Pero mundialmente se camufla esta intención con la “ayu-da humanitaria”.

“Los estados del ‘ordenado’ hemisferio occidental están poniendolas condiciones para el creciente caos del otro hemisferio”.89

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Claro que de esta desorganización no sólo es la causa el comerciode armas, sino también la destrucción del tejido económico y social delos países pobres (como ya se explicó). Pero también está cambiando laforma en que Occidente contempla a estos países, como señala W.Sachs.90 Las regiones en desarrollo se vuelven zonas de riesgo. El “Ter-cer Mundo” ya no se considera en términos de desarrollo, sino de segu-ridad. La noción de desarrollo en el contexto del mercado mundialneoliberal se ha convertido en pura ideología, totalmente fuera de larealidad. Deberíamos hablar más bien de países en descomposición queen desarrollo. Occidente se ha movido desde una “hegemonía del pro-greso a una hegemonía por la estabilidad”. Y correspondientemente es-tá tratando de hacerse indispensable como el policía humanitario.

El guión es obvio: el orden mundial militar provoca la creación de un‘imperialismo cuidador’, mientras a la vez este mismo papel de ‘guardián’de vastas zonas exige una presencia militar permanente. El resultado dedicho nuevo desorden mundial, al mismo tiempo militarista y humani-tario, sería todo menos una forma de capitalismo civilizado, incluso si (opor) la intervención militar es respaldada por los parlamentos democrá-ticos de los países ricos ... Vendría una nueva época de guerra, en la cuallos países dominantes mantendrían simultáneamente el orden y el caoslimitados a diferentes partes del mundo por el uso de la fuerza militar yla ayuda humanitaria. Tras la Guerra Fría vendría un periodo de ‘Guerratemplada’, con continuas intervenciones, sin ellos siempre invadiendo elterritorio de los países ricos y llegando hasta una situación de ‘Guerra ca-liente”. Las guerras serían fases de un ciclo de armar y desarmar forzosa-mente a los estados militares armados cuando, con su poder militar,plantearan una amenaza al ‘nuevo orden mundial’. También serían losmedios probados y examinados de limitar periódicamente el ‘desorden’dentro del orden, proporcionando simultáneamente las condicionesnecesarias para mantener la división del mundo, una precondición esen-cial (y también un efecto paralelo) de la sistematización global del For-dismo.91

Como muchos de estos estados armados dependen del petróleodel Medio Oriente (por ejemplo, de Irán e Irak), la imagen del “Islamenemigo”92 que tiene Occidente desde las Cruzadas puede revivirse, yllega como un sustituto bienvenido del ya perdido estereotipo de ene-migo comunista. Así que hemos llegado al final del círculo, de vuelta enlos orígenes del dominio global del Europa y el capitalismo, para en-

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contrar que el dominio y el poder siempre contienen un elementoideológico.

5. La ideología del dominio global financiero y el papel de losmedios de comunicación

Toda forma de regencia debe tener una base legítima, y la legiti-mación se logra mediante la ideología. Volveremos sobre este punto enla segunda parte de este libro, que se ocupa de la teología, desde la épo-ca de los imperios del antiguo Cercano Oriente. La ideología del siste-ma actual es lo que Franz Hinkelammert llama la “metafísica del capi-talismo”.93

La mencionamos fugazmente antes al examinar la aparición de laeconomía capitalista de mercado y el “fetichismo” respecto al dinero ylas mercancías, el mecanismo automático de la acumulación de dineromediante la producción, la circulación y el consumo de mercancías enun mercado autorregulador.

Este análisis no nos ocupa fundamentalmente en este trabajo, si-no más bien localizar estos problemas tal como ocurren en nuestra so-ciedad actual, y también en los medios de comunicación instituciona-les, que construyen y esparcen las ideologías.

El objetivo del capitalismo global es la acumulación de dinero me-diante (supuestamente) los mercados autorreguladores. Por eso el di-nero está en el centro de la ideología; se lo cubre de misterio y se lo tra-ta como lo más Santo. La gente lo tolera más que el solo “secreto ban-cario”. Paul Frank, un antiguo funcionario del Ministerio de AsuntosExteriores alemán llama la atención sobre la arquitectura de los bancos,en Chicago, por ejemplo, donde uno se construyó recientemente al es-tilo de una catedral románica:

Los clientes ... probablemente encuentran que esta forma cultural de au-topresentación está en línea con el hecho de que la ética de la última so-ciedad capitalista otorga la mayor importancia a la adquisición ilimitaday a la posesión de dinero; el dinero tiene la máxima prioridad. Así que essimplemente lógico que esta sociedad acepte su propio fallecimiento conel fin de hacer ganancias. Es un ‘mecanismo’ inherente al capitalismo,que lo destruye. Las tasas de crecimiento cuantitativas hacen que la re-ducción en la cualidad parezca un mejoramiento.94

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Cuando el Bundesbank alemán sale en la televisión, aparece comoel templo del marco alemán. Muchos bancos centrales se construyencon ese estilo; y por eso Greider tituló The secrets of the temple (Los Se-cretos del Templo) a su libro sobre los procedimientos tomados por elBanco de Reserva Federal de los Estados Unidos respecto del cambiodado en 1979 hacia la política monetarista de altas tasas de interés. Evi-dentemente, el público no tiene dificultad en aceptar que la poderosamesa directiva de un banco central no deba elegirse, aunque ella deter-mine las condiciones dentro de las cuales el gobierno democráticamen-te elegido tiene que hacer funcionar sus políticas sociales y económicas.También es evidente que los afectados por este sistema no son los lla-mados a responder a aquellos que están en su mismo centro, puestoque sólo les responden a los poseedores de activos financieros, esto es,a su interés en acumular dinero.

Así es como la democracia real está limitada hasta hoy a los posee-dores de activos de dinero. Locke mostró claramente que desde el prin-cipio era ésta la intención del estado burgués. Los derechos burguesesse basan en la propiedad; y naturalmente, los esclavos, como los no po-seedores, estaban excluidos. Los que poseían su propio potencial de tra-bajo, y ningún medio de producción, tenían inicialmente menos dere-chos, hasta llegar incluso a no tener el derecho de voto. Hoy en día, lostrabajadores asalariados dependientes sí tienen el derecho de participaren la elección de un “gobierno temporal”, pero –si no son los poseedo-res de los activos financieros– no tienen influencia sobre el poder deldinero, lo que sienta los precedentes para cualquier decisión formal dela política social, económica y ecológica.

Y así volvemos al concepto de democracia, tal como se expone enel documento de Santafé II preparado para el Presidente Bush. Sin em-bargo, en la palabra libertad contiene otra indicación de una conexiónideológica. La libertad se define ahí como libertad para la empresa pri-vada y el mercado de capital. Por lo visto, ello se ve como el fundamen-to de toda libertad social, mientras de hecho, en las concepciones libe-ral y neoliberal, libertad significa libertad de mercado.

La libertad de mercado en el sentido de libertad para acumular propie-dad y dinero –que Locke no sólo propuso francamente, sino que tam-bién exigió practicar a los hombres de razón, en cumplimiento del man-damiento de someter a la Tierra– contiene una desigualdad inherente. Lalibertad de mercado sólo puede llevar a que los fuertes sean más fuertes

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y los débiles más débiles. Por eso el Fordismo de Keynes exigió conscien-temente que el estado social trabajara contra esta tendencia. Pero actual-mente, con el neoliberalismo, los mercados están siendo desreguladosdeliberadamente, y los servicios sociales sistemáticamente desmantela-dos. Así se reduce la oportunidad de mercado para todos los que no po-sean activos financieros. En realidad, cuanto más se les haga de lado, másse les excluye del mercado formal (lo que ya ha pasado con la mayoría dela población mundial).

Lo cual muestra que la “libertad” en el liberalismo de mercado yen el neoliberalismo es una ilusión ideológica. La libertad de mercadopara los fuertes destruye la libertad política de ser capaz de alcanzar de-cisiones comunes sobre asuntos sociales fundamentales como la justi-cia y la preservación del medioambiente para las futuras generaciones;y además, se destruye a sí misma, es decir, destruye la libertad de losparticipantes más débiles del mercado. Todos los que no concuerdancon esta ideología de libertad para acumular dinero, y piden en lugarde ello una democracia económica como la base de la democracia po-lítica, son tachados como radicales socialmente indeseables e incapacesde participar en el consenso (que es la forma más simple del arte deguerra ideológica). Cuando la sociedad misma se vuelve activa y estos“radicales” obtienen mucho poder, viene una escalada del conflicto debaja intensidad, incluso hasta el punto de asesinar.

Si los banqueros son los altos prelados de lo más Santo (el sistemade acumulación de dinero), entonces los economistas académicos (quetratan de ser “objetivos”) son los maestros y los mayores (que saben*).No es una casualidad que los alemanes tengan su “consejo de hombressabios” que dan a conocer análisis periódicos de la economía: su traba-jo es investigar y enseñar las leyes del mercado autorregulador dentrodel concepto liberal y neoliberal. No fue gratuito que Adam Smith seviera a sí mismo como el Newton de la economía nacional. La nuevanoción de las leyes matemáticas y mecanicistas que gobiernan la cien-cia y la tecnología, típicas del tiempo de La Ilustración, se una abstrac-ción que se introduce a la fuerza dentro de toda la vida natural, socialy humana.95 Y la ley más fundamental es la racionalidad de la acumu-lación del capital.

Consecuentemente, la norma de comodidad y crecimiento econó-mico, expresada en abstracto como el valor monetario del producto in-terno bruto, se ha convertido en el criterio para medir el desempeño

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económico y el éxito, sin que nadie pregunte si este tipo de realizaciónes de genuina utilidad para la vida. Por ejemplo, se sabe bien que los ac-cidentes en las carreteras y la contaminación de los ríos aumentan elPIB. Volveremos sobre esto al considerar las alternativas.

Susan George y Fabrizio Sabelli han escrito un libro con el enér-gico título de Faith and Credit: The World Bank’s Secular Empire (Fe ycrédito: el Imperio secular del Banco Mundial); en él se explica cómolas instituciones de Bretton Woods son en varias formas “la mano visi-ble del programa del capitalismo desenfrenado de libre mercado” comoun sistema de creencias (p. 248) administrado por organizaciones je-rárquicas análogas a las eclesiales. El programa del “ajuste estructural”ha resultado públicamente ser erróneo y nocivo para todos los paísesdeudores (no para los acreedores, por supuesto). Todas las prediccionesde mejoramiento a través de esas directrices de desarrollo han resulta-do equivocadas. La ciencia tendría que corregir sus presunciones y teo-rías luego de que han sido refutadas. No es lo mismo respecto al siste-ma de fe de la ideología neoliberal del Banco y del FMI desde los años80; al contrario, se lo introduce a presión con el puño de hierro de unaorganización que se parece a un sistema de partido único o a una sectareligiosa.

Hay impresionantes similitudes entre la visión del desarrollo del Bancoy la agenda religiosa fundamentalista, de derecha y neoconservadora, enalza en muchos países del Norte en los años 80. ... el misionero ha sidosustituido por el economista neoclásico ... que ayuda a los subdesarrolla-dos a hallar el largo camino a la salvación ... Los pagos de la deuda sonuna ofrenda, una especie de tributo; las medidas estructurales de ajusteque aseguran que estas deudas puedan y deban pagarse, actúan comouna clase de limpieza ritual a través del sacrificio ... sólo se permite unainterpretación de la Palabra. Las propuestas de alternativas a los ajustesse rechazan por sus proponentes como peligrosas, irrealistas o inaplica-bles. Si la mano invisible del mercado está más allá del control de lossimples mortales, como la divinidad, y si el camino a la redención exigesacrifico y sufrimiento, entonces ninguna acción humana, y mucho me-nos ninguna persona, puede considerarse responsable de las consecuen-cias de las operaciones del mercado (pp. 96s.).

Aquí se trata de mostrar que una ciencia económica supuesta-mente objetiva y neoliberal es en sí misma intrínsecamente ideológica,

120 Ulrich Duchrow

si reclama responsabilidad para toda la vida económica. No es ésta unacuestión teórica, sino colosalmente práctica. Por un lado, se relacionacon la creencia de la gente común, en los expertos, que les dificulta per-cibir y decidir sobre asuntos que tienen un efecto fundamental en susvidas. Por otro lado, la ideología de que hay leyes naturales que rigenlos procesos económicos lleva a la noción de que “hay que hacer sacri-ficios” en bien del crecimiento futuro, como si fuera un ídolo, sin quenadie se pregunte qué se entiende por crecer y en provecho de quién.Esta ideología induce a las víctimas sociales a creer que son víctimas dedesastres naturales que acaban de ocurrir, y no de decisiones políticasy sociales. Los teólogos de la liberación latinoamericanos han tratadoexhaustivamente la forma en la cual el concepto neoliberal del merca-do total reclama a sus víctimas.96

Igual que mencionan a las escuelas y universidades, los documen-tos del servicio secreto hablan de los medios de comunicación como elcampo de batalla cultural para “la dominación y la distribución de losrecursos naturales y de las materias primas estratégicas”, por un moti-vo a la vez obvio y más oculto. Lo evidente es el poder de la publicidad,que es una expresión directa del mercado, las fuerzas de mercado y laideología de mercado. Según nuestro análisis, hace un llamado al deseode la ilimitada acumulación del dinero y de los medios (reales o imagi-narios) de vida, es decir, el consumo. Este mecanismo monstruoso ma-neja no sólo a los que tienen un gran poder adquisitivo, sino a los quedesean tenerlo. Por ejemplo, bajo el socialismo de Europa Oriental, lagente estaba movida por el deseo de tener marcos alemanes y bienes deconsumo –sin ver los efectos negativos de esas tentadores golosinas–.Aparte de las zonas como Alemania Oriental, donde los beneficios fi-nancieros se han hecho asequibles para mitigar la situación social porrazones políticas, la gente que vive en las “economías de transición” su-fre ahora una sorpresa particularmente desagradable.

En realidad, al mercado le favorecen no sólo la publicidad real si-no también la misma estructura de los medios de comunicación masi-va. Con pocas excepciones, la información se divide y esparce en pocio-nes diminutas, así que los antecedentes, los vínculos entre los asuntos ylas alternativas quedan ocultas. Además, todas las nuevas agenciasen uso aquí están en manos occidentales. La agencia del Tercer Mundode la IPS (siglas en inglés que no se aclaran*, pero podrían ser del

Alternativas al capitalismo global 121

Institute for Policy Studies, Instituto de Investigaciones Políticas) estádeliberada y escandalosamente subutilizada.

No fue por accidente que se llegó a esto. Un número decrecientede grandes empresas dominan el mercado de los medios de comunica-ción. El mayor peligro es la destrucción que infligen a las culturas par-ticulares independientes a través de la cultura mundial que ellos ven-den, cuya meta es producir beneficios y cuyos efectos merman la capa-cidad de resistencia social de la gente.98 A esto se añade que los bancoshan desarrollado su propia red de información, más veloz aun que la delos gobiernos.99 E.S. Herman y Noam Chomsky han resumido en su li-bro Manufacturing Consent (El consentimiento manufacturero) la si-tuación de la “economía política de los medios de comunicación masi-va”.100 Su tesis es que los medios de comunicación en la actual sociedadneoliberal de mercado sólo sirven para movilizar el apoyo a los intere-ses que predominan en la economía y el estado. Por ello los medios decomunicación no informan o distorsionan o esconden la verdad, espe-cialmente cuando manipulan en un nivel inconsciente a los destinata-rios. Este análisis se hizo dentro del contexto de los EE.UU., pero tam-bién en Europa la radiodifusión pública se adapta rápidamente al esti-lo de los medios de comunicación privados.

Finalmente, aunque no por eso es menos importante, los docu-mentos de conflictos de baja intensidad mencionan a las iglesias y a lateología como áreas importantes en la batalla del poder sobre las men-tes y corazones de la gente. Así pues, aunque sólo sea por esta razón,hasta aquellos que no consideran muy importantes a la iglesia y la teo-logía, no dejarán de lado la segunda parte de este libro.

122 Ulrich Duchrow

NOTAS

1 R. B. Reich, 1991, pp. 46ss.2 Werkstatt Ökonomie, 1992; ver también R. Barnet y J. Cavanagh, 1994.3 Ver también E. Altvater, 1992, pp. 144ss.4 Para más detalles de la primera etapa de Bretton Woods ver [pp. 95ss.] más abajo.5 Fröbel, Heinrichs y Kreye, 1977 y 1986; ver también la crítica de Werkstatt Öko-

nomie, 1992, pp. 245ss.6 R. Strahm, (1975, originalmente con el título de “Überentwicklung - Unterent-

wicklung”) 1985. Para todo el complejo ver también R. J. Barnet y E. Müller,1975.

7 Este diagrama se basa en la información de la oficina del ya presentado cartel deLausana, que R. Mirow evalúa en su libro Die Diktatur der Kartelle,1978.

8 Ver el diagrama de Strahm “Sechs Handelsgiganten Beherrschen den Getreide-markt” (Seis gigantes comerciantes controlan el mercado de cereales), 1985, p. 62.

9 A. Schubert, 1985; ver también Arrighi, pp. 299ss.10 Ver Greider, 1987, pp. 170s. y 251ss.11 Se ha intentado hacer un repaso completo en “Die Dritte Welt un wir”, editado

por M. Massarrat et al., 1993.12 Además de Schubert y Greider, ver principalmente G.A. Potter; Susan George,

1988 y 1992; E. Altvater et al., 1987; en M. Massarrat et al (eds.), 1993, pp. 10ss.;W. Bello, 1994.

13 Para lo que sigue ver principalmente Altvater 19922, pp. 219ssy 1992, pp. 168ss.

14 Ibíd., p. 219 (tr.).15 Ver UNDP (PNUD), Informe de Desarrollo Humano, 1992, p. 89; ver también

Ibíd., pp. 48ss. y Altvater, 1992, p. 168.16 Altvater, 1992, p. 170 (tr.).17 Paulo R. Schilling ofrece un informe excelente y de conjunto de la historia y la

actual situación del desarrollo económico de Latinoamérica en su crítica delmercado interno neoliberal, Mercosur, 1993.

18 Altvater, 1992, p. 173 (tr.).19 Altvater, 19922, p. 221(tr.). El término “sacrificio” nos ocupará luego en su senti-

do teológico.20 PNUD, Informe de Desarrollo Humano 1992, p. 48; ver el comentario de Altva-

ter, 1992, p. 174.21 Ibíd., p. 175 (tr.); ver también los diagramas de Strahm, particularmente la 1a.

ed. 1975, p. 46.22 Ver también los diagramas de Strahm, 1985, pp. 116ss.23 Para más detalles ver Altvater , 1992, pp. 178ss.24 PNUD, 1992, pp. 48ss.25 H. Sabet, 1991, esp. pp. 81ss.26 T. Veerkamp, 1989.27 Altvater, 19922, pp. 48s.28 R. Kurz, 1991.

Alternativas al capitalismo global 123

29 Ver T. Veerkamp, 1989.30 En contra de lo que dice Kurz, hay que tener en mente que los Estados Unidos

van a seguir siendo con certeza uno de los países punteros. Por ejemplo, son me-nos dependientes de las exportaciones. Y Alemania tiene ahora graves problemascon su deuda nacional, como los Estados Unidos desde la presidencia de Reagan.

31 S. George, 1992; ver también el título del libro de L. Mayer Ein System siegt zu To-de. Der Kapitalismus frißt seine Kinder (Un sistema alcanza su propia muerte. Elcapitalismo devora a sus hijos).

32 Un buen resumen sobre la intensa discusión existente desde la crisis del SistemaMonetario Europeo (SME), acompañado de especulación; y esa especulación seencuentra en un artículo de Wilhelm Nölling, anterior director del Banco Cen-tral de Hamburgo: “Die Finanzwelt vor sich selbst schützen” (“Protegiendo almundo de las finanzas mismas”) (en Die Zeit, 5.11.93, p. 35).

33 Ver A. G. Frank, 1988; F. F. Clairemonte, 1989; Altvater, 19922, pp. 157ss.; LeMonde diplomatique, mayo 1995.

34 Altvater, Ibíd. Los beneficios de la compañía Siemens ahora se derivan de la pro-ducción en sólo el 30%, y el restante 70% de las operaciones financieras.

35 Que la Werkstatt Öekonomie describe y analiza en detalle, 1992, pp. 79ss.36 Ver Altvater, 1993, pp. 38ss. y 52s.37 Altvater, 1993, p. 64.38 Altvater, 19922, pp. 157s.39 H. Creutz, 1993, pp. 167ss.40 Sobre el siguiente material ver la excelente presentación de U. Groth (19918), esp.

pp. 16ss.41 U. Schneider, 1993.42 Ver el Frankfurter Rundschau, 3.6.1992.43 Ver D. Eissel, en E.-U. Huster, 1993, p. 91 (tr.).44 E.-U. Huster, p. 27.45 Para todo el complejo ver D. Eissel, en: Huster, op. cit., pp. 94ss. (tr.).46 Ver J. Ziegler, 1992 (TB), con el maravilloso título de “Die Schweiz wäscht weißer

- Die Finanzdrehscheibe des internationalen Verbrechens”. Las consecuenciaspersonales en los comienzos de esta publicación se describen en su autobiogra-fía (1993).

47 H. See, 1992, y Couvrat y Pless, 1993.48 H. See, op. cit., pp. 110ss.49 Creutz, 1993, p. 226.50 Huster, 1993, pp. 14 y 21.51 Ver A. Weinert en el Frankfurter Rundschau, 26.8.1993.52 Ver Hickel, Huster y Kohl, 1993; también el breve resumen de E.-U. Huster sobre

los mecanismos de distribución del fondo al tope y del Este al Oeste, en el Frank-furter Rundschau, 19.1.1993.

53 Ver R. B. Reich, 1992.54 Altvater, 1993, p. 45.55 Altvater, 1987, 19922 y 1992; Daly y Cobb, 1989; Binswanger, 1991; L. Mayer,

1992; H. Creutz, 1993.

124 Ulrich Duchrow

56 Este enfoque vuelve hasta N. Georgescu-Roegen, 1971.57 Binswanger, 1991, p. 62 (tr.).58 Ibíd., p. 63 (tr.).59 Altvater, 19922, pp. 261ss.60 Para lo que sigue ver la concisa, pero sobresaliente descripción de G. Granados y

E. Gurgsdies, 1985, secciones 23.1ss. y 24.ss.61 W. Hankel, 1992, pp. 22s. (tr.).62 Esta idea proviene de la propuesta de la escuela de pensamiento Gesell, que re-

clama un sistema monetario regido por la tributación más que recompensadocon intereses, para impedir la acumulación y establecer al dinero solamente co-mo un medio de circulación. Ver el nuevo y completo trabajo de H. Creutz, 1993.

63 Ver D. Budhoo, 1991.64 Ver W. Sachs, 1992, pp. 887s.; Respecto al Banco Mundial, cf. S. George, 1994.65 Ver F. E. Aschinger, 1978; W. Hankel, 1992.66 Hankel, Ibíd., p. 10 (tr.).67 Por ejemplo ver U. Menzel y D. Senghaas, 1986. Para una crítica irrecusable de

esta posición ver Altvater, 1992, p. 143 y en otros. Ver también G. Arrighi, 1994,pp. 333ss.

68 Altvater, 1992, p. 172 (tr.).69 R. Strahm, 1985, p. 108.70 Ver Altvater, 1992, p. 175.71 PNUD, 1993, pp. 50s.72 Ver la declaración del Parlamento Europeo, “Sociedad del Nuevo Mundo” (No.

PE 201.304, mayo 1992). Pero es muy interesante comparar esto con el Informedel Progreso de la Comisión Europea al Consejo de Ministros, “Sobre la partici-pación de la CEE en el proceso de los programas de ajustes estructurales en losestados de la ACP”, es decir, dentro del marco de Lomé IV. Aquí, en una plaza depoder real en los EE.UU. (a diferencia del Parlamento Europeo), la ideología delajuste estructural puede funcionar sin obstáculos (Documento SEC de la CEE(91) 2320 final, 8.1.1992).- En cambio, el Informe de Desarrollo Humano 1992expresa su crítica en términos no ambiguos (pp. 74s.).

73 D. Budhoo, 1991. Para la crítica del carácter ideológico y hasta religioso de estesistema ver más abajo, Cap. III.5.

74 Ver Hardes, Rahmeyer y Schmid, 1985, pp. 49s.75 Ibíd.76 Ver M. Windfuhr, en Werkstatt Ökonomie, 1992, que muestra cómo las socieda-

des transnacionales han influido en la Ronda Uruguay. Las más desacertadas de-cisiones del GATT incluyen las reglas para patentar el conocimiento y la propie-dad intelectual para la monetarización de la ciencia y la tecnología (negando asía los países en desarrollo el fácil acceso a tal conocimiento) y para la monopoli-zación de ciertos tipos de semillas genéticamente tratadas; la liberalización de alagricultura, que deja intactos los instrumentos políticos del Norte para garanti-zar los ingresos de sus agricultores, mientras socava los que tiene el Sur para ata-jar el hambre y la hambruna; la introducción del Organización Mundial de Co-mercio (OMC) para vigilar las regulaciones neoliberales de manera que los paí-

Alternativas al capitalismo global 125

ses que infrinjan el GATT en una zona puedan ser penalizados en otra zona, par-ticularmente vulnerable (una regla que naturalmente sólo apunta a los miem-bros más débiles. Ver ICDA*, 1995, que resume la crítica a la OMC de la ONG.

77 Ver Arrighi, 1994, p. 331. También, la crítica de la falta de representación equili-brada del Grupo de los 7 en la PNUD, 1992, pp. 74s. G. Mapp encapsuló mara-villosamente la situación en el Braunschweiger Zeitung (27.1.1993): “Die Markt-wirtschaft ist die Planwirtschaft der Reichen” (La economía de mercado es laeconomía planificada de los ricos). La Fundación de la Nueva Economía de Lon-dres y otras ONG tratan de crear una contra publicidad a las “cumbres” anualescon “Las otras Cumbres económicas” (TOES por sus siglas en inglés).

78 La importancia potencial de la UNCED para el control global del medioambien-te se investiga en la tercera parte.

79 La totalidad del libro de Altvater Der Preis des Wohlstands (El precio de la pros-peridad), 1992, se dedica a aclarar esta dialéctica. El lado negativo de la prospe-ridad y el orden relativo que disfruta una mayoría (no obstante decreciente) enlos países ricos occidentales es que en el sistema monetarista generan caos. Su re-sumen del fracaso para internacionalizar el Keynesianismo se publicó en 1993;El Gewerkschaften vor der europaïschen Herausforderung (Los sindicatos frente aldesafío europeo) de Altvater y Mahnkopf, pp. 46ss.

80 Chomsky y Herman, Vols. I y II, 1979; ver también K. Nair y M. Opperskalski,1988.

81 Citado de N. Chosky, 1985, p. 48.82 U. Duchrow, G. Eisenbürger y J. Hippler, 1990.83 Ver Altvater, 1992, pp. 81ss.84 Ver Minnaar, A., et al. (eds.), 1994.85 Ver Duchrow, Eisenbürger y Hippler, op. cit., pp. 33ss. y pp. 189ss.; y el reciente

estudio sobre esta materia, ed.7, Hippler, 1995.86 Ver T. M. Klare, 1991.87 Ver J. Hippler, 1994; J. Nelson-Pallmeyer, 1992; Altvater, 1992, pp. 206ss.88 Ver Frankfurter Rundschau, 25.10.1993.89 Altvater, 1992, p. 214 (tr.).90 W. Sachs, 1992.91 Altvater, 1992, pp. 215s. (tr.).92 Ver Hippler y Lueg, 1995.93 F. J. Hinkelammert, 1986.94 P. Frank, 1991, p. 351 (tr.).95 Ver el sobresaliente e ideológicamente crítico análisis de la economía y de

otras disciplinas hecho por Daly y Cobb, pp. 25ss., y F. Hinkelammert, 1986. R.Cockett (1994) ha descrito acertadamente la subida de la Contrarrevolución eco-nómica neoliberal.

96 Ver el resumen de H. Assmann y F. J. Hinkelammert, 1989.97 Ver J. Tunstall y M. Palmer, 1991.98 Ver H. I. Schiller, 1989.99 Ver C. Hamelink, 1983100 Chomsky y Herman, 1988.

126 Ulrich Duchrow

6 Resumen El sistema de poder

Transnacional

Internacional

Regional

Nacional

Sociedades

Medioambiente

GeneracionesFuturas

Resultado

EE.UU.+Canadá

UE +Europa Occidental

Japón

Transnacional

Transnacional

Transnacional

competencia

– Sedividenen:

-Criminalidad en alza

– pierden sus medios de vida

ECONONIA QUE TRAE MUERTE

– Destrucción: -apenas se la reduce y repara -Occidente produce el 80% de los desechos-Occidente consume el 80% de los recursos y la energía

Cada vez menos ganadores: – los poseedores de los aprox.activos financieros

– los empleados en el sector 1/3del mercado mundial

un grupo inestable que alcanza algún beneficio: 1/3un creciente número de perdedores y excluidos 1/3(desempleados sin techo, endeudados, jubilados, etc.):

a. económico

b. político

c. militar

d. ideológico

competencia

“Plaza fuerte Europa”

Gobiernos- cooperan en el orden económico de

promoción del capital- controlan el capital móvil sólo hasta

cierto límite- pierden grandes sumas en la tributa-

ción -deudas nacionales-- tienen sólo una influencia limitada

en los bancos centrales- sufren con la especulación de la

moneda- convierten las presiones financieras

en una disminución de los serviciossociales

- apoyan a los gobiernos promotoresdel capital del Sur y el Este

OCCIDENTE

exp

lota

ció

n, c

han

taje

Man

dat

os

Man

ipu

laci

ón

Gu

erra

de

sala

rio

s

(sin ningún o muypoco control)

Mercado financiero global:

– especulación de la moneda y el interés– fuga de capital e intereses– drenado de capital desde la economía real, grandes

beneficios

El Mercado Mundial o la industria productiva– ”fuenteo” global; producción con uso de la mano

de trabajo y las materias primas más baratas con-traponiéndolas entre sí

– desarrollo tecnológico para el máximo beneficio

– supermercado global: las ventas más lucrativas– hacer basureros tóxicos en el Sur y el Este

-”Plutocrático” Las instituciones de Bretton Woods + G7(el “Grupo de los Siete”, los siete países industrializados más ricos)

El sistema de la ONU: – debilitamiento de UNCTAD, UNDP, UNESCO– manipulación del Consejo de Seguridad de la ONU

MICexportaciones de armasLIC

Publicidad, medios de comunicación,ciencia, teología del capital”

Alternativas al capitalismo global 127

- Se vuelven ingobernables y extremadamente violentas

si no hay resistencia o un viraje en U

FInanzas

(Actores: bancos comerciales, compañías de seguros, etc.)

de la economía global capitalista neoliberal

– Sedividenen:

Minorías diminutas de ganadores: – poseedores de los aprox.activos financieros

– los empleados en el sector del 5%mercado mundial

un grupo pequeño con beneficios 15%un gran número de perdedores y excluidos (desempleados, 80%sin techo, endeudados, hambrientos, etc.):

Producción

(actores: sociedades transnacionales)

Comercio

(actores: sociedades transnacionales)

Objetivo:ilimitada acumulación de riqueza para- los poseedores de activos financieros- los poseedores de los medios de pro-

ducción

Medios:- propiedad privada de los medios de

producción- competencia entre los débiles- monopolios entre los fuertes- mecanismo de interés compuesto- crecimiento ilimitado- pérdida del control político

Gobiernos- tienen poca influencia en el orden económico

internacional- tienen poco o ningún control sobre el capital

móvil- sufren por (y a veces se permiten ) una fuga

incluso mayor de capitales e impuestos → deudas

- sufren una enorme presión por parte de las mone-das duras

- sufren por la especulación de la moneda- convierten las presiones financieras en un declive

de los servicios sociales- reciben apoyo político de Occidente

- pierden sus medios de vida

- destrucción desenfrenada (por ej., de los bosques húmedos)- es el vaciadero de Occidente

FMI (Fondo Monetario Internacional) - Banco Mundial+ GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio)

ahora: OMC (Organización Mundial de Comercio)

fuer

za fi

nanc

iera

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libre

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los

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les

(aju

ste

estr

uctu

ral

= de

cliv

e so

cial

)

transferencia de capital neto a Occidente

Efectos bumerán: medioambiente, drogas, tributación, desempleo, emigración, inestabilidad.

EL SUR

países recientementeindustrializados

países endescomposición

aná-logos

pérdida para Occidente a travésde las desventajas del mercado

- 450.000 millones de US dólares

EL ESTE

países recientementeindustrializados

países endescomposición

- 50.000 millones de US dólares

II PARTE

RECOLECCIÓN BÍBLICA DELFUTURO DE LA VIDA

Este ‘Dios’ es un rumor lejano, un rumor sobre esa libertadque existe en la autonomía y la igualdad.

Ton Veerkamp1

Lo contagioso en nuestro vecindario es el olvido.Nagib Machfus2

Consideraciones preliminares

La desesperanza se extiende frente a las estructuras del sistemamundial existente, que ponen en peligro la vida, y a la aparente caren-cia de salidas. Todas las diversas víctimas luchan con desesperación. Losque han luchado, o luchan para cambiar, cada vez tienen menos claroqué caminos tomar. Varios de los que incluso han creído durante mu-cho tiempo que la clave del problema es la domesticación social de laeconomía de mercado, se preguntan por qué las cosas actualmente vancuesta abajo en cada área de la sociedad, y por qué continúa la rápidadegradación a pesar de nuestra mayor conciencia ecológica.

Aquí la ética ofrece su ayuda. “La ética económica” está de moda,se establecen cátedras profesionales, se escriben libros al respecto3, has-ta las grandes empresas contratan a teólogos y filósofos y organizan se-minarios sobre el tema. La ética trata de la conducta de la gente, sea lade los individuos en asuntos personales (la ética individual), sea la con-ducta de las personas y los grupos en contextos y estructuras sociales ypolíticos (la ética social). Elmar Altvater incluso proclama la ética pornecesidad, pues “los bienes que da la posición” ya no pueden distribuir-se mediante los mecanismos de localización que tiene la economía demercado; “una ‘remoralización’ de la realidad, la aplicación de princi-pios éticos en la localización y distribución de los recursos, (es) inevi-table”.4

130 Ulrich Duchrow

Este enfoque se enfrenta a un problema fundamental, que MaxWeber, defensor como nadie del capitalismo liberal, formula así:

En virtud de su carácter ‘impersonal’, el sistema económico capitalista nopuede regularse con la ética, a diferencia de todas las otras formas de go-bierno. Incluso exteriormente, aparece en gran medida en una forma tan‘indirecta’, que es imposible decir quién es realmente ‘el que rige”, o en-frentarlo a las exigencias éticas. En las relaciones de dueño de casa y sir-viente, maestro y discípulo, príncipe patriarcal y súbditos sí es posiblepresentar postulados éticos e insistir en que se observen normas concre-tas, pues son relaciones personales y los servicios que hay que hacer sonun producto y una parte integrales de la relación ... Los factores que de-terminan la conducta en los puntos decisivos (dentro del sistema capitalis-ta) son la ‘capacidad competitiva’, el mercado (mercado de trabajo, mer-cado monetario, mercado de producción), es decir, consideraciones ‘ob-jetivas’, factores que no son ni éticos ni no éticos, sino simplemente ‘a-éti-cos’, éticamente neutros, en un nivel donde la ética no es pertinente (las itá-licas son mías, ya que el énfasis aquí es inexcusable); donde la autoridadimpersonal viene entre los seres humanos comprometidos. Esta ‘esclavi-tud sin amos’ en la cual el capitalismo atrapa a los trabajadores y a losque toman prestado, puede discutirse en términos éticos sólo en cuanto ins-titución (las itálicas son mías, ya que el énfasis aquí es inexcusable), perociertamente no es -en principio- la conducta personal de un individuo(sea entre los que rigen como entre los regidos), que le ha sido prescritaen todo lo necesario so pena de castigo por medio de situaciones objeti-vas y (este es el punto decisivo) que tiene el carácter de ‘servicio’ respec-to de un objetivo material impersonal (el énfasis es de Max Weber).5

Tal y como la acción racional económica y política obedece a sus propiasleyes intrínsecas, también cualquier otra forma de acción racional en elmundo permanece inevitablemente unida a las condiciones del mundoque son contrarias a la fraternidad; pero que deben ser necesariamentesus medios o sus fines, y así se encuentra a sí misma en una relación detensión con la ética de la fraternidad.6

Después de los resultados alcanzados en la Primera Parte, no pue-de haber ninguna duda de que Max Weber tiene razón al declarar queen un sistema puro de mercado no hay espacio para la ética, porque esun ‘servicio’ a un fin objetivo e impersonal: hacer dinero. Un ejemplode esto es “la atención a la deuda”, el pago obligado de los intereses y delcapital; los deudores pagan o si no, quiebran, se vuelven no merecedo-res de obtener créditos, se les embarga sus propiedades y bienes, y en la

Alternativas al capitalismo global 131

antigüedad hasta caían en la esclavitud. Para el caso de un estado en-deudado, no hay ninguna regulación que garantice a la gente un nivelde vida mínimo (como hacen las disposiciones que existen actualmen-te para las quiebras privadas); el estado tiene que exprimir a fondo a susciudadanos, incluso si el precio es el hambre y el caos, a menos que seencuentre una solución que no sea al nivel económico del mercado. Enla economía de mercado se excluye la ética (al precio de la ruina econó-mica, como dice Max Weber).

Según Weber, la economía de mercado capitalista neoliberal (estoes, supuestamente autorreguladora) “merece una discusión ética” sola-mente como una institución total; lo cual significa que se la puedeaceptar éticamente o no. El mismo Weber no tenía experiencia acercade los intentos de intervención en el mercado por regulaciones políti-cas, lo que sería materia para otra clase de debate ético. Pero lo que seaplica a su liberalismo clásico también se aplica hoy a los mercados fi-nancieros transnacionales, que se han liberado de las regulaciones po-líticas (pues es lo simplemente correcto, según la ideología neoliberal ymonetarista.

En vista de lo cual (que desafortunadamente poca gente admitehoy tan francamente como lo hizo Weber), una aproximación ética a laeconomía de mercado “capitalista real”, en principio, es demasiado su-perficial para valorar sus problemas y dar alternativas contra esas es-tructuras y efectos suyos que ponen en peligro la vida.

Y así se arroja luz sobre un problema más fundamental, con el quea menudo hemos chocado: un buen número de nuestros problemasmodernos han surgido porque no se mantiene a la vista la totalidad dela vida; en lugar de ello, se la divide en componentes, que entonces pue-de sostener la garra manipuladora de la pericia y la tecnología (consi-deradas herramientas del sentido común). Desde la perspectiva de lavida en este planeta como un todo, no debemos perder de vista el com-plejo completo de las relaciones sociales. Y cuanto menos, sus aspectosideológicos, culturales, politicomilitares y económicos; ahora bien,nuevamente es demasiado superficial calcular su suma por la simpleadición de esos aspectos juntos; es mucho más un asunto de su interre-lación e interacción. ¿Cuál es el núcleo alrededor del cual se organiza elconjunto en cualquier situación específica de la sociedad? Es interesan-te que Weber lo llame “el servicio” de un propósito. La lengua griegatiene dos palabras, latreia y diakonia, para lo que nosotros describimos

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con el único término de “servicio”. Latreia es el “servicio de Dios” en elsentido de “el culto a Dios”; es decir, ¿cuál es la preocupación última deuna sociedad y de los individuos que la conforman, con qué autoridadse sienten vinculados en esencia, qué siguen, a qué deben obediencia?Diakonia se refiere a las relaciones que tienen las personas mutuamen-te. Es claro que estos dos términos se relacionan de una manera que ne-cesita explicarse.

Significa ni más ni menos que la cuestión de Dios es fundamen-talmente una cuestión de la constitución de una sociedad. Así quecuando, según Weber, la economía capitalista de mercado define comosu esencia el “servicio” de un fin, de un objetivo impersonal, hace unaaseveración en su propio contexto acerca de lo que se llamó “Dios” enlas culturas premodernas. De manera que no importa si en los textoseconómicos, políticos o ideológicos culturales aparece o no la palabra“Dios”; Adam Smith sigue percibiendo una “mano invisible” que fun-ciona en el mercado. Pero hasta los economistas que trabajan en un es-tilo científico y moderno, sin “la hipótesis funcional de Dios”, dicen porello algo de su teología, de su discurso sobre lo que en el fondo les preo-cupa o no. También se revela algo de sus concepciones de las relacioneshumanas (y medioambientales), por ejemplo, Weber excluye “la frater-nidad” cuando una sociedad que funciona como una economía capita-lista de mercado “sirve” fundamentalmente a un fin objetivo e imper-sonal.

Ahora que, como se sabe, este mismo Max Weber proclamó que elcapitalismo se desarrollaba esencialmente sobre las bases del Cristianis-mo, particularmente del Calvinismo. En su famoso trabajo ProtestantAsceticism and the Spirit of Capitalism (El Ascetismo protestante y el es-píritu del Capitalismo)7, indaga las contribuciones que el Protestantis-mo hizo al desarrollo de la cultura racional occidental respecto a la eco-nomía capitalista, la ciencia, la tecnología y la política. (Aquí no anali-zaremos su tesis).8 Históricamente, las deducciones de Weber no pue-den mantenerse porque los elementos del primer capitalismo ya esta-ban presentes antes de la Reforma; pero es indiscutible que la forma ca-pitalista de la economía y la sociedad vino de Europa, y que Occidentejunto con el occidentalizado Japón, domina hasta hoy el mercado capi-talista mundial . Y algo fortuito, pero no por ello menos importante alrespecto, es que se ha vuelto a teologizar el discurso ideológico parale-lamente al cambio hacia el neoliberalismo. Lo atestiguan los papeles del

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servicio secreto mencionados arriba y los documentos de Santa Fe pre-parados para Reagan y Bush9, así como también, muchas publicacionesmás recientes sobre el tema de “teología y economía”. Estas observacio-nes y consideraciones bastan para demostrar que al tratar con la cues-tión de hacia dónde marcha la economía, es fundamental trabajar se-riamente con las tradiciones cristianas.

Por otra parte, es un hecho que las víctimas del capitalismo occi-dental en el Tercer Mundo han investigado intensa y largamente las tra-diciones bíblicas y teológicas; y han llegado a la conclusión de que lasvíctimas pueden extraer de estas tradiciones claridad, certeza y fortale-za en su lucha contra el estilo capitalista de la economía, la sociedad yla vida. Han rechazado como un abuso y una difamación de Dios todoslos intentos de legitimar este sistema con la ayuda de la Biblia o la teo-logía, o de sugerir incluso que debe tolerarse. Pero no es una cuestiónmenor o académica, aunque sólo sea porque lo contrario se evidenciacon el hecho de que los EE.UU. en secreto, y muchos gobiernos latinoa-mericanos en público, se oponen a los teólogos de la liberación, y has-ta los matan. Ahí está el caso de los jesuitas en El Salvador, cuya cabezay guía, Ellacuría, se mencionaba explícitamente en los documentos delservicio secreto de los Estados Unidos antes de su asesinato.10 Asimis-mo, no hay que pasar por alto el papel que en esta lucha de vida omuerte tienen el Vaticano y ciertas sectas protestantes, estadounidensesen su mayoría. (Volveremos luego sobre esto).

Así que la situación es que en el sistema capitalista, tanto los do-minadores como los dominados apelan a la Biblia y a la teología, losprimeros para legitimar el statu quo, los otros para protestar contra ély resistirlo; así pues, se necesita una aclaración, que conlleva la cuestiónextraordinariamente difícil de cómo proceder metodológicamente.¿Cómo podemos explicar y valorar las tradiciones bíblicas y relacionarlos resultados que obtengamos con la situación moderna, en aparien-cia completamente incomparable? La Hermenéutica se ocupa de esteasunto, interpretar para nuestro tiempo los textos y las palabras sobrela vida en el pasado.

Afortunadamente para nosotros, Ton Veerkamp ha resuelto el pro-blema admirablemente, por lo menos en lo que tiene que ver con lastradiciones bíblicas después del colapso de los reinados desde el sigloVI en adelante. Aprovecharemos sus indagaciones examinando prime-

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ro el enfoque que desarrolla en su libro Autonomie und Egalität11 (Au-tonomía e igualdad).

Este empieza con la premisa de que al comparar los textos de dife-rentes épocas y sociedades, lo que comparamos es no sólo las formas deexpresión de la vida de la gente en sociedad sino las sociedades mismas(p. 21). Este procedimiento no es en absoluto la práctica normal, auncuando debería serlo. Muchas disciplinas teológicas dicen trabajar enuna forma “histórico crítica”, pero lo que eso significa a menudo essimplemente filológico crítica, es decir, funcionan sobre todo a nivelconceptual. La dogmática y la ética lo hacen también, incluso más. Elpapel esencial del “contexto”, esto es, la realidad social, en nuestra com-prensión de la Biblia, la historia de la teología y la empresa teológicahoy es una indagación y práctica que hemos redescubierto sólo al ha-cer teología con las víctimas de Occidente, con las teologías de la libe-ración de América Latina, Asia y África. Ciertamente, la exégesis “socio-lógico” crítica de la Biblia gana cada día más terreno en Europa y Nor-teamérica; pero en este punto hay importantes distinciones que hacer(y volveremos sobre ellas). En todo caso, si deseamos mejorar nuestrojuicio y orientación de los asuntos económicos en referencia a las anti-guas tradiciones, es obvio que no podemos entender a los testigos de laAntigüedad simplemente en abstracto: sólo puede hacerse dentro de unconjunto de realidades sociales.

NOTAS

1 T. Veerkamp, 1993, p. 369 (tr.).2 N. Machfus, 1990, p. 213 (tr.).3 Cf. el informe de investigación U. Duchrow, 1993.4 Altvater, 1992 (2), p. 346 (tr.)5 M. Weber, 1972 (2), pp. 708s. (tr. David Lewis).6 M. Weber, 1963, p. 552 (tr. David Lewis).7 En: W. G. Runciman (ed.), 1978, pp. 138ss.8 Cf. a H. Lüthi, 1967 para una opinión crítica.9 Cf. Cap. III, 4 y 5, arriba; también U. Duchrow, 1993.10 Cf. Duchrow, Eisenbürger y Hippler, 1990, p. 133.11 T. Veerkamp, 1993.

Capítulo IV

EL CONTEXTO SOCIOECONÓMICO Y POLÍTICOIDEOLÓGICO DE LAS TRADICIONES BÍBLICAS

1. La economía en el antiguo Cercano Oriente

¿Pueden compararse realmente las sociedades? ¿Acaso la edadmoderna no se enorgullece de haber progresado al punto de ser com-pletamente diferente de las sociedades anteriores? Ton Veerkamp partede un hecho muy simple: hay un continuum indiscutible en la historiade todas las sociedades en cuanto a que los pueblos tienen que encon-trar un medio de sustentar sus vidas. Y justamente de eso trata este li-bro. “Una economía que da vida” (en el sentido más llano de la expre-sión), aparte de lo que pueda decirse sobre la vida humana, es una ne-cesidad absoluta como la base de todo lo demás.

Así que nuestro tema es el continuum básico (el sustrato*) de to-da la historia humana y también un punto de referencia para todas lasépocas históricas.1 La cuestión fundamental es qué vamos a comer, abeber, a ponernos de vestido. Con la interpretación de los textos bíbli-cos se demostrará si esta cuestión también allí es insignificante.

¿Qué aspectos de la actividad económica son comunes en todaslas épocas? Veerkamp enumera cinco:

1 la satisfacción de las necesidades básicas;2 el surgimiento de nuevas necesidades;3 la continuación de la vida por la procreación;4 la cooperación en la producción y la reproducción de la vida huma-

na con la ayuda del trabajo productivo, por tanto, las relaciones deproducción como relaciones sociales; y,

5 la necesidad de que los que trabajan productivamente logren un ex-cedente, pues por razones que luego explicaremos siempre hay va-rios grupos de gente que no trabajan productivamente y deben serasistidos por la comunidad.

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La fórmula P (producción total) = R (reproducción) = E (excedente) (p. 22)nos puede ayudar a entender las relaciones de producción - reproduc-ción.

En las sociedades del antiguo Cercano Oriente, había tres gruposdiferentes con los que el excedente que alcanzaban las familias produc-tivas (“las casas”, las economías del hogar) podía utilizarse. Uno era esegrupo de gente que por una razón u otra (ya) no podía ganarse la vida;por ejemplo, las viudas y los huérfanos. En este caso hablaríamos deasistencia social. Además, y sobre todo, mientras se configuraban cen-tros como las ciudades estado y los imperios, en el antiguo CercanoOriente surgieron estructuras sociales por las cuales algunos grupos so-ciales se establecían a sí mismos como camarillas gobernantes y me-diante varias clases de coerción podían llevarse los excedentes que lasfamilias productivas habían creado.2

Internamente, se desarrolló una sociedad de clases. H.G. Kippen-berg ha descrito clásicamente este proceso en su obra Die Entstehungder antiken Klassengesellschaft (el surgimiento de la antigua sociedad declases).3 Surgió un aparato militar, burocrático y clerical estatal, con unrey a la cabeza que se concebía como especialmente cercano al dios es-tatal, o él mismo divino. En un sugestivo texto, el Dios de Israel advier-te al pueblo a través de su profeta Samuel lo que sucederá si, comootros pueblos, introducen el sistema monárquico; es una descripciónmuy vívida de “los derechos del rey”:

Tomará a vuestros hijos y los destinará a sus carros y a su caballería, ytendrán que correr delante de su carro. Los empleará como jefes de (sec-ciones de) mil y jefes de (secciones de) cincuenta; los hará labrar suscampos, segar su cosecha y fabricar sus armas de guerra y los arreos desus carros. También tomará a vuestras hijas para perfumistas, cocinerasy panaderas. Tomará lo mejor de vuestros campos, de vuestras viñas y devuestros olivares, y se los dará a sus servidores. Os cobrará el diezmo devuestros cultivos y viñas para dárselo a sus eunucos y servidores. Toma-rá vuestros mejores criados y criadas, vuestros bueyes y asnos, y los harátrabajar para él. Sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismosseréis sus esclavos (I Samuel, 8:11-17).

Servicio militar, servicios para la corte (incluidos los trabajos ma-nuales), trabajo forzado, esclavitud, acumulación en gran escala de pro-piedades para los funcionarios (servidores del rey), impuestos y obliga-

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ciones (tributos) en la forma de “diezmos” de los productos agrícolas yel ganado: así era como la clase estatal rastrillaba el excedente que ha-bían alcanzado los pequeños agricultores y reclamaba la tierra y el tra-bajo, los medios de producción. No mencionamos el templo y los sa-cerdotes porque históricamente fue más tarde que entraron en escena(en tiempos de Salomón).

Económicamente hablando, esta vívida descripción muestra trescaracterísticas básicas del sistema monárquico, las ciudades estado y losimperios:– la acumulación de la tierra como un medio de producción, y – la acumulación de trabajo (de esclavos) como un medio de produc-

ción, y también– la apropiación de un valor excedente en forma de obligaciones y tri-

butos para la clase estatal no productiva.Así que tenemos dos tipos de objetivos para los que utilizar las ga-

nancias creadas por el trabajo productivo:1. Los propósitos sociales o comunitarios: se incluye la asistencia social

que ya mencionamos, pero también la autodefensa que tenía queorganizar la comunidad. Cuando en los tiempos anteriores a los re-yes, las tribus de Israel se organizaban comunitariamente para pro-tegerse contra los ataques, naturalmente había que alimentar a esoshombres con el excedente que habían producido. Pero otra cosa eraapoderarse de ese excedente para:

2. los fines de poder de las elites locales, lo cual se hacía por la fuerzay era una carga adicional para la parte productiva de la población,especialmente los pequeños agricultores y los artesanos.

Puesto que en el caso de haber un cuidado de los pobres por par-te de la monarquía, la asistencia social de aquellos que ya no podíanganarse la vida también era responsabilidad del rey, en la ideología mo-nárquica a menudo se alababa exageradamente esta función real, juntocon su protección a los pobres de los ricos.4

Externamente, las ciudades estado y los imperios empezaron acomportarse como conquistadores. En términos económicos había unopresión directa con las campañas de saqueo; trabajo forzado o esclavi-tud; y una opresión institucionalizada mediante la imposición de obli-gaciones (tributos ).

– Las campañas de saqueo buscaban: la extensión del territorio ycon ello la acumulación de tierras como medios de producción; el apo-

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deramiento de materias primas (sobre todo oro, minerales metalíferosy minerales, bien por la extracción minera, bien por el control a largoplazo de las áreas con materias primas); y finalmente, la captura de es-clavos.5

Los grandes poderes de la antigüedad basaban su dominio... en un siste-ma extendido de conquistas territoriales para la explotación general, yprincipalmente a corto plazo, de los recursos agrícolas y de la riqueza mi-neral. Cualquiera que se opusiera tendría sobre sí la amenaza militar.6

– La esclavitud era la explotación del trabajo para todos los aspec-tos de la economía, pero especialmente para los proyectos de larga es-cala de los imperios, para los cuales el trabajo local potencial era ina-propiado. Bíblicamente, el caso clásico es el trabajo esclavo que hacía elgrupo de Moisés para la construcción de ciudades, graneros y el culti-vo de plantaciones en el delta del Nilo. Los esclavos siempre eran unamezcla de trabajadores (pobres) nativos y extranjeros (obligados con-tra su voluntad o esclavizados “voluntariamente” a causa de la pobre-za). Tendremos que investigar las razones de esa pobreza que llevó a laesclavitud.

– El tributo a un poder extranjero era doblemente destructivo pa-ra los productores locales, situados en la cima de la explotación por suspropias elites.7 Las elites locales en realidad sí ejecutaban funciones úti-les para la comunidad, y si abusaban demasiado de su poder, en teoría,se las podía presionar y destituir. Algo del excedente que extraían sí re-fluía a la economía local. El tributo que se pagaba al gran poder exte-rior se obtenía a la fuerza (bruta), y se retiraba totalmente de la circu-lación económica local. Su efecto era como si hoy se canalizaran los re-cursos financieros dentro de los mercados financieros transnacionales,que no tienen base en la economía productiva y real sino que trabajansolamente para su propio crecimiento, mediante el mecanismo del in-terés. Como pasa con el mecanismo transnacional del dinero, el mon-to del tributo no dependía de los ingresos: tenía que ser “atendido” sinimportar cuán grande o pequeña (por ejemplo) fuera la cosecha.

Había dos maneras de extraer las obligaciones. La comunidad delpueblo como un todo debería ser responsable de ellas ante el que regía;pero desde los tiempos de Babilonia también a los agricultores se lesquitaba de las manos el medio de producción, y el terrateniente toma-ba las decisiones sobre el uso de la tierra y la venta de los productos

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agrícolas. Así, las familias individuales estaban aún más atrapadas en lanociva espiral de la pobreza, las deudas y el trabajo obligado.8

Para los pueblos subyugados, los tributos de esta naturaleza teníanpesadas consecuencias en dos aspectos: las elites locales tenían que en-tregar su tributo al gran poder tras haber recolectado sus propios im-puestos y obligaciones de los productores. Si la carga total era demasia-do grande, los productores podían morir. Entonces los gobernantes lo-cales se encontraban en una situación difícil, porque la falta de pago,por la razón que fuera, siempre se veía como una rebelión y se castiga-ba militarmente. En segundo lugar, la sobrecarga tributaria tenía elefecto más fuerte sobre los productores más débiles, los cuales teníanasí que ceder la tierra y ya no podían alimentarse. De este modo, los tri-butos producían una desigualdad creciente o, como hoy diríamos, unabrecha cada vez mayor entre ricos y pobres. Veerkamp compara portanto, el tributo con la tributación regresiva. En vez de aumentar pro-gresivamente la carga en los más acomodados, como en un estado debienestar adecuado, los tributos, al no estar relacionados con los ingre-sos, aumentaban la carga regresivamente en los más débiles. Así pues,eran “un robo constante, ‘legitimado’ por los seudotratados”.9

Resumamos, siguiendo a Veerkamp, todo el complejo de produc-ción /impuestos con una fórmula.10 La producción (P) se divide entrela reproducción (R) y los diversos objetos en los que se utiliza el exce-dente, repartido entre las tareas comunitarias (C), los impuestos de laselites locales (L) y el tributo al gran poder (T). El resultado es:

P = R + (C + L + T).Pero hay otro mecanismo, aparte del tributo forzoso, con que se puedecargar a los productores o incluso destruirlos en muchos casos: el me-canismo de la deuda.11 Al respecto es importante resolver la dificultadentre este mecanismo y los del sistema económico capitalista, como lohace Veerkamp, para no poner en cortocircuito la aplicación de las tra-diciones bíblicas a nuestra situación. Imaginémonos que un campesi-no, que está sometido a las exigencias de la reproducción (de la agricul-tura de subsistencia) y de las obligaciones C, L y T, ha tenido una malacosecha. Puede ocurrir que su familia, para no morirse de hambre, ten-ga que utilizar las semillas de grano como alimento, y consumirlas. Elcampesino acude a su vecino más adinerado, que tiene más “relleno”, ytoma prestadas sus semillas de grano; en efecto, obtiene un préstamo.

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Si tiene que garantizar que después de la cosecha devolverá todo lo quetomó prestado (reembolso), lo debe sacar también de un excedente quede todas maneras ha sido exhaustivamente reducido; sin embargo, qui-zás pueda manejarlo. Pero si el que da el préstamo se toma un “aumen-to” (en hebreo: tharbith o marbith), lo que hoy llamamos “interés”, laruina del que recibe el préstamo está pre-programada. Es prácticamen-te imposible pagar con el excedente no sólo las obligaciones comunita-rias y el tributo estatal duplicado, sino también un tributo privado,igualmente en forma de “interés”. En Lev 25:35 se le llama un “mordis-co” (en hebreo: neshek) en la carne viva a este “aumento” adicional alreembolso.12

Veerkamp presta atención acertadamente a la diferencia que hay con loque llamamos “el interés” en la economía capitalista. En breve: aquí el ca-pital y el trabajo (y la tierra) se invierten en la producción de bienes; que,por ejemplo, implican máquinas costosas y por tanto, su obtención ne-cesita la concesión de un préstamo. Mediante la venta de bienes se creaun excedente que es mayor que la suma de los salarios, el alquiler y laparticipación en el beneficio del que vive el empresario y que le permitepagar el interés. En otras palabras: este interés se incluye en los cálculosdel costo desde el mismo principio. “En este caso, el interés no es másque una participación acordada de las utilidades de la empresa” (p. 29,tr.). Por tanto, hay crecimiento económico, y parte del aspecto del creci-miento se toma como interés. (Ya hemos visto que bajo ciertas circuns-tancias el mercado puede obtener por la fuerza demasiado interés, es de-cir, a una tasa por encima de la tasa del crecimiento real. Tendremos quevolver sobre ello en la Tercera parte).

De cualquier modo, en la economía precapitalista el interés reque-ría una participación en un beneficio inexistente, pues la producciónen su totalidad era siempre la misma (con la tecnología del tiempo lasmejoras en la productividad se hicieron imaginables, si se daban, paralargos lapsos). Así pues, el interés, como los tributos, eran “un robocuasi legal”. Veerkamp nombra con una D al servicio completo de ladeuda, el reembolso y el “interés”. Entonces la fórmula para la deman-da del producto excedente es:

P = R + (C + L + [T + D]):Pero esto ya no es una ecuación, pues ya nada de lo que está en los pa-réntesis puede “pagarse” con el producto excedente: es decir,

P < R + (C + L [T + D]).

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Y la consecuencia era la pobreza, que se presentaba poco a poco. Comoregla, el acreedor sólo concedía un préstamo contra fianza, normal-mente en forma de prenda. Si esa familia ya no podía convertir el me-dio de reproducción en tributo, porque si no se morirían de hambre, latierra pasaba inmediatamente a manos del prestador, quien, por su-puesto, ampliaba su tenencia de tierras. Uno a uno: las hijas, los hijos,la mujer, el marido, toda la familia era obligada a entrar en la esclavi-tud. En Nehemías 5:1-5 se da una clásica descripción de este proceso:13

La gente del pueblo y sus mujeres empezaron a clamar contra sus her-manos judíos. Algunos decían: ‘Tenemos que dar en prenda a nuestroshijos e hijas para obtener suficiente grano con que comer y mantenernosvivos’. Otros decían: ‘Tenemos que empeñar nuestros campos, nuestrasviñas y nuestras casas para conseguir grano en esta penuria’. y aún otrosdecían: ‘Tenemos que pedir dinero prestado a cuenta de nuestros cam-pos y nuestras viñas para pagar el impuesto al rey (es decir, para el pagodel tributo, en este caso, al rey de los persas); y aunque tenemos la mis-ma carne que nuestros hermanos (los acreedores), y nuestros hijos soncomo los suyos, sin embargo, tenemos que vender como esclavos a nues-tros hijos e hijas; ¡incluso algunas de nuestras hijas han sido deshonra-das! (pues demasiadas mujeres son las primeras en sufrir bajo las estruc-turas económicas injustas). Y nada podemos hacer, ya que nuestros cam-pos y nuestras viñas pertenecen ahora a otros’.

Evidentemente, el punto crítico es “mantenerse vivos”. Si queríancontrarrestar los mecanismos de explotación del sistema de tributos,que ponía en peligro el sustento del pueblo y dividía externamente a lasnaciones en centros y periferias, e internamente en ricos y pobres, ne-cesitaban autonomía en las relaciones exteriores e igualdad en casa (enel texto de Nehemías, la “fraternidad” entre iguales, como en una fami-lia). Esto es justamente lo que Max Weber ve como incompatible con elcapitalismo. Por eso Ton Veerkamp usa estos dos términos de autono-mía e igualdad para titular su libro, que aclara la economía, la políticay la ideología en la Biblia.

Pero antes de poder entrar en los textos y las tradiciones bíblicas,debemos dirigir la atención una vez más a un aspecto económico cen-tral cada vez más importante en el curso de la historia bíblica: el dine-ro.14 Ya hemos recalcado que Aristóteles opinaba que el dinero se ha-bía introducido para facilitar el intercambio. Hoy se cree que provino

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del comercio cultual y el sistema de tributos, aunque en realidad sí te-nía un aspecto de intercambio.

– Si el pueblo no podía pagar con los productos agrícolas natura-les sus deudas al templo, se esperaba que las “convirtiera en plata”, locual podía volver a cambiarse por animales de sacrificio en el Templo(Deut 14:24s.). Así había un vínculo evidente entre dinero y “sacrificio”a la deidad, del que el sacerdote podía beneficiarse, si quería, en variasformas; así se deduce de los enormes tesoros del templo existentes, na-turalmente muy atractivos para los conquistadores. Y el papel del tem-plo como lugar de intercambio comercial también aparece claramente.En todo caso, el “sacrificio” significaba o bien reducir el consumo pro-pio, en la medida en que podía reducirse sin poner en vilo la reproduc-ción, o si no, otra carga en el producto excedente aparte de los tributosprivados y al estado.

– En cuanto al tributo, el rey persa Darío (Darius I, 522-486) cam-bió a dinero la base de esos pagos; centralizó el servicio civil imperial yel militar, y también introdujo el dinero, garantizado por el estado enla forma de monedas, como un medio universalmente válido de conta-bilidad, una “divisa mundial”. Así surgió un imperio real, que por pri-mera vez comprendía todo el Cercano Oriente. Por este medio, el tri-buto podía obtenerse de la misma manera en todas las estaciones y to-das las partes del reino.

“El comercio cultual y el tributo convierten en dinero los bienesgenerales”, dice Ton Veerkamp15, e investiga las diversas funciones yformas de actuar del dinero: como un medio de intercambio, de acu-mulación, de mantener la riqueza, como un movilizador de recursos,un medio de explotación, como Dios.

Para poder pagar el tributo en dinero, los productores tenían que produ-cir no ya para sus propias necesidades básicas y, por el intercambio debienes, también un poco más, sino para el intercambio en busca de di-nero en el mercado. Lo cual cambiaba la estructura de producción a losproductos que producían dinero, como el vino, el aceite de oliva, etc.; pe-ro también la hacía depender de los precios de mercado, no influencia-bles (precisamente como los países deudores hoy están obligados a en-trar a una economía de exportaciones y luego son castigados por ello conlos precios que obtienen, con frecuencia en descenso). Paralelamente, laforma de negocio cambió hacia una economía de dominios sobre la tie-rra con los arrendatarios y los jornaleros. Y los mercaderes comenzaron

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a extraer cada vez más riqueza del proceso de intercambio, algo que mo-lestaba a Aristóteles, incluso en ese tiempo en que recién empezaba laeconomía del dinero, pues el resultado era que las familias de agriculto-res se volvían pobres. El dinero destruía tanto la estructura económicacomo toda la estructura social tradicional.El dinero aparece como un medio de acumulación cuando los que sehabían vuelto ricos con los tributos no sólo aumentaban su consumo (ylibraban más guerras) sino que también compraban esclavos y tierras yhacían más dinero con estos medios de producción. Este cambio en laforma de organización de la producción no llevó todavía a una forma ca-pitalista de producción.16 Pero fortaleció la división entre la aldea y elcampo porque el dinero producido fluía a sus dueños en las poblaciones.El rey de Persia y el Templo de Jerusalén son ejemplos de la función man-tenedora del valor del dinero. Mediante los tributos y “sacrificios” amon-tonaban dinero como tesoros y así lo retiraban de la economía produc-tiva. Si bien es cierto que el dinero incita a hacer más dinero, como Aris-tóteles mostró, también estimula la producción (de bienes) y la amplía.Por eso es un movilizador de recursos. Pero como implica y causa la sepa-ración universal de los productores de sus productos, también es un me-dio de explotación. “Es la expresión directa de la desunión social, la di-visión entre productores y consumidores, entre los dueños de los mediosde producción y los dueños de nada más que su propio trabajo, entre elcampo y los centros urbanos.”17

Finalmente, el dinero tiene la función de dador de vida religioso e ilimi-tado, como observó Aristóteles, que, sin embargo, también sabía que es-ta función es falsa. Este Dios es una ilusión, aunque una que destruye lavida con cruel eficacia.

2. Política e ideología

Como ya indicamos, ciertas clases de tributo y organización deltrabajo se fijaban seudo legalmente, casi siempre para legalizar una for-ma de robo. El poder político reforzaba esa ley, con medios militares siera necesario, aunque la situación de la sociedad en su conjunto no só-lo se legalizaba, sino que también se legitimaba ideológicamente, y lue-go se internalizaba.18

Ton Veerkamp rechaza con razón la opinión popular marxista yno dialéctica de que la política y la ideología sólo son superestructuras,un reflejo de su base real: la economía. Esto es fundamental para la for-

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ma de formular nuestro asunto. Porque si todo se determinara por lasrelaciones de producción, sería imposible cualquier esfera de acciónpara resistir y dar forma a algo nuevo. Las tradiciones de la Bibliamuestran que aunque las estructuras políticas e ideológicas de la socie-dad se determinan por las relaciones económicas, la resistencia y la pro-testa contra lo que era la sociedad del antiguo Cercano Oriente y los in-tentos de configurar alternativas son justamente lo que distingue a lahistoria de Israel de la de los otros pueblos. Los textos bíblicos se carac-terizan porque retratan tanto el proceso social como la lucha para re-sistir, configurar la sociedad y crear alternativas. Veerkamp lo llama la“lectura concordante de las Escrituras” (p. 49, tr.). Cuando se usan lasideas sociológicas modernas para ayudar a la comprensión, como he-mos hecho nosotros con Veerkamp, esas lecturas de las Escrituras de-ben mostrar cuán lejos van los textos al hablar de las relaciones en lasociedad, y cuánto no dicen.

Lo mismo se aplica a nuestra recordación bíblica en términos delos procesos sociales modernos. La Biblia puede hablarnos de nuestrasituación solamente si investigamos dónde se parecen y dónde difierenlos textos. Eso, en realidad, sucede también directamente cuando lagente se compromete en una lucha concreta en la sociedad, y lo vere-mos más tarde. Pero en una situación concreta donde la Biblia habla aun movimiento, una comunidad o una iglesia en conflicto, hacer unaclara distinción entre el contexto y la teología puede ayudar y alentar.

Así pues, ¿cuáles son los contextos político ideológicos por o con-tra los que hablan las tradiciones bíblicas? Aquí nos encontramos en laafortunada posición de poder consultar los meticulosos General Studiesof Israel in the context of the ancient Near East (Estudios generales de Is-rael en el contexto del antiguo Cercano Oriente), como también la fun-damental obra de Ton Veerkamp sobre el último periodo,19 y algunasrepresentaciones históricas generales de los imperios, como la de S.Breuer. Esos Estudios incluyen la detallada historia sociológica de la re-ligión de Israel de R. Albertz y algunos trabajos concisos de nuestra áreade investigación como los de N. Lohfink, C.A. Dreher, J. Assmann y W.Dietrich.20

La posición geopolítica de Israel en Palestina es de fundamentalimportancia para entender su historia y textos. Las primeras ciudadesestado, que imponían tributos a las zonas agrícolas que las rodeaban, sesituaban principalmente en los valles del Eufrates y del Tigris en Meso-

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potamia y del Nilo en Egipto, aunque también había algunos en AsiaMenor y las llanuras costeras y los valles de Palestina. No menos impor-tantes eran las unidades políticas mayores que se formaron en el áreadel Nilo y en Mesopotamia a causa de los grandes proyectos de irriga-ción; y se distinguían por su alta productividad agrícola, pero tambiénpor una muy marcada división del trabajo en la sociedad y la conse-cuente estratificación en clases sociales jerárquicas. Al haber desarrolla-do un considerable poder militar sobre esta base, ambos territorios–que al principio eran independientes entre sí– se expandieron hastaconvertirse en imperios.

Y Palestina se situaba entre estas dos regiones imperiales; sus ciu-dades estado se caracterizaban sobre todo por su papel clave para el co-mercio. Originalmente “cananita” (de Canán, una antigua región quecorrespondía vagamente a la posterior Palestina*) significaba “comer-ciante”. Como los desiertos entre Mesopotamia y Egipto eran difícilesde cruzar en caravana, las rutas atravesaban Palestina; y de allí empren-dían los caminos desde y hacia Asia Menor (una encrucijada importan-te se encontraba al suroeste de Damasco y al sur de Tiro, a la altura deJezreel). Con el comienzo de las confrontaciones a manera de guerrasentre las regiones imperiales, por el control de esas rutas realmente co-merciales, la región palestina adquirió una estratégica significación mi-litar. Antes de que Israel entrara a la luz pública en la historia, la situa-ción histórica en esa región puede resumirse así:

Desde aproximadamente 1780 A.C. el grupo que los egipcios llamaban“hicsos” había creado un sistema de ciudades estado en Palestina, y habíairrumpido en Egipto y subyugado algunas partes allí. Desde 1580 a.C. enadelante, los egipcios empezaron a sacudirse de este yugo, pero en reali-dad también a presionar hacia el Norte y subyugar toda la región hastaMesopotamia. Son los tiempos del “Nuevo reino”. Sobre la mitad del si-glo XIII a.C., la época del Éxodo que la Biblia cuenta, los hititas hicieronque los egipcios se retiraran de Asia menor, hasta el mismo sur de Siria.A comienzos del siglo XII a.C. vino la invasión de Palestina por la “gen-te del mar”, los piratas que supuestamente eran también de Asia Menory que en la Biblia se conocen como los filisteos.

En ese entonces, cuando la influencia de los egipcios era limitada, losgrupos que más tarde pertenecerían a Israel tenían la capacidad de li-berarse de Egipto y del sistema palestino de ciudades estado apoyado

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por Egipto, y de establecerse en Palestina; se consideraban como una al-ternativa a las ciudades estado y los imperios.

Desde entonces Egipto fue lo contrario de Israel. Era el poder quesaqueaba, exigía tributos y esclavizaba, en el nombre del divino faraón.Con toda esta polémica es muy plausible que Jan Assmann, con su obraPolitische Theologie zwischen Ägypten und Israel (Teología política entreEgipto e Israel) (1922), haya expuesto las maneras en las que la críticade Israel corresponden al sistema egipcio y las que no lo hacen; este au-tor rechaza la idea (que los antiguos investigadores utilizaban) del “des-potismo oriental”.

El Estado egipcio no se concebía a sí mismo como una caja sellada ordi-naria con el Faraón en la punta. Más bien, sobre el Faraón, aunque élmismo era un dios, estaba el mundo entero de los dioses con el Altísimo,el dios del estado en la cumbre. Era una figura simbólica, que señalaba yrepresentaba algo superior, justo como la punta de la pirámide señalabaal sol que se ponía sobre ella (pp.39s., tr.).

La unidad lo divino y lo cultual del estado era Ma’at, la justicia, la ver-dad, el orden. En todo este contexto, el Faraón era el protector de lospobres. En realidad, sin la autoridad del estado los fuertes destruían alos débiles. La acción de gobernar se entendía así como salvación. Loque significaba que en toda estabilización de las estructuras de explo-tación vertical, el orden político también servía para garantizar unacierta protección y mediación, dentro de la estructura estatal de todosmodos. Por supuesto, se exceptuaban los esclavos y los pueblos subyu-gados. Assmann lo llama el principio de “la solidaridad vertical”21, unconcepto que debemos profundizar cuando estudiemos a Israel entiempos de los reyes. Sin embargo, Assmann también pone énfasis enque una de las críticas de Israel, la imposibilidad de oponerse, está jus-tificada:

... la unidad de la acción de gobernar y la salvación, la falta de distanciaentre una posición religiosa y el poder, y la consecuente imposibilidad dedistinguir entre los buenos y los malos gobernantes (quería decir que) laacción de gobernar (esto es, el poder institucionalizado y conformadopolíticamente) está por encima de cualquier crítica. Lo cual sobrepasahasta la ideología monárquica de Mesopotamia, que sí desarrolló crite-rios para la crítica de los gobernantes (pp. 40s., tr.).

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La debilidad de Egipto y el vacío de poder entre las Grandes Po-tencias duró hasta bien entrado el siglo X a.C.; así que se desarrollaronun imperio mediano y una monarquía en el mismo Israel, que tuvieronsu apogeo con David (1000-961) y Salomón (961-931). Después, esteimperio se dividió en una mitad al norte (Israel) y otra al sur (Judá), yuna vez más cayó en guerra; primero los asirios, y luego los babiloniosobligaron a los reinos de norte y del sur a pagar tributo y finalmente losdestrozaron.

Para recolectar el tributo, los asirios introdujeron un sistema devasallaje de varias fases, que contenía obligaciones y sanciones legalesclaras, como sabemos por los informes sobre la tercera campaña de Se-naquerib, del 705 (o 704) al 68022. Los babilonios asumieron en loesencial ese sistema:

La primera fase se caracterizaba por un tratado para la “protección” quedaba el gran rey a un pequeño estado, a cambio de obsequios anuales.Si desaparecía un vasallaje, por ejemplo, al cambiar un gobernante, o erasometido por guerra, la gobernación se transfería a una nueva familia ya la antigua se la tomaba de rehén. Tenían que pagar tributos (productosnaturales, materias primas) y también multas (por ejemplo, Ezequías deJudá tuvo que entregar toda clase de tesoros, en oro, plata, etc., a Sena-querib, cf. 2ª Reyes 18:13ss.) (segunda fase).Y la tercera fase se hizo efectiva con un desmoronamiento incluso ma-yor: la capital fue destruida, se deportó a otra parte del imperio a todoslos que podían empuñar las armas; y para hacer más difíciles las activi-dades conspiratorias, se vendió a las mujeres como esclavas.

No es necesario enfatizar que no se trataba de una ley para regir alos iguales, sino una regencia de facto y coacción. Los tratados empeza-ban a regir cultualmente; se intercambiaban las estatuas de los dioses,se celebraban rituales de sacrificio ordinarios, se constituían símbolosde guerra. Así se originó la estrecha relación del clero con el sistema tri-butario de la política y la economía. Después de todo, los principalesoponentes teológicos de Israel y Judá no eran distantes Grandes Poten-cias con sus dioses, sino el rey de Canán, con Baal como su dios legiti-mador.

Como ya indicamos, los persas refinaron el sistema de tributosuna vez más. En lugar de los imperios vasallos semi independientes ociudades reino a través de tratados, organizaron un imperio centraliza-

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do con diversas provincias, y establecieron gobernadores allí. Centrali-zaron la política exterior y militar, y especialmente la moneda. Sola-mente el culto permaneció descentralizado; pero también se lo convir-tió sutilmente al sistema imperial. Esdras 6:8ss. muestra que el rey asu-mió la reconstrucción del templo y de los sacrificios, obviamente nodesinteresadamente por completo. En el versículo 10 dice de los sacer-dotes de Jerusalén que:

... entonces, pueden ofrecer sacrificios agradables al Dios del cielo y orarpor las vidas del rey y de sus hijos.

Mientras los asirios habían exigido que sus tratados se jurasen invocan-do a su propio dios, pero sin otras obligaciones cultuales, los persas es-peraban una declaración diaria de lealtad.23 Aunque, como veremosluego, los persas concedían al pueblo de Judá una cierta cantidad de li-bertad, a diferencia de las otras Grandes Potencias.

El peor periodo para Judea fue el de los imperios helenos. El gober-nante no sólo tenía un poder absoluto: Aristóteles define acertadamen-te lo “uno” –no en el sentido platónico de lo inexpresable aunque muyvisible– como un principio de regencia: “un dios, un gobernante, unprincipio cósmico guía, un principio social guía”.24 También el culto secentralizó. Por tanto, para los judíos el periodo 169-167 a.C. fue trau-mático: Antíoco IV, gobernante de los seleucidas heleno sirios, hizo co-locar una estatua de Zeus en el Templo de Jerusalén; eso fue el detonan-te para una revolución en la política y la teología, como veremos. El Im-perio Romano, heredero de todos los antiguos imperios, declaró enton-ces que el emperador mismo era un dios. Y no fueron sólo los judíos,sino también los cristianos quienes se resistieron hasta el martirio aadorarlo como la encarnación del “eón de la injusticia”.25

Volviendo a la cuestión de cómo se comportaron Israel y los pri-meros cristianos en la situación que hemos bosquejado, podemos dis-tinguir cuatro constelaciones de relaciones en la sociedad, que tambiéninvolucran otras formas de conducta, otras respuestas teológicas yotros conflictos. Esa diferenciación resultará muy importante respectode las posibles maneras de actuar y de las posiciones teológicas en la si-tuación actual.

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– La primera constelación surgió en el periodo entre 1250 y 1000 a.C.,cuando un Israel autónomo crecía entre los imperios y las ciudadesreino, como una sociedad alternativa.

– La segunda constelación apareció con la adopción por Israel del sis-tema monárquico de tributos en competencia con los imperios y lasciudades reino, entre aproximadamente 1000 y 585 a.C., y llevó a ladestrucción de Jerusalén, la deportación en exilio en Babilonia y lahuida a Egipto. Este es el periodo del intento (infructuoso) de do-mar el sistema monárquico con la profecía y la ley.

- La tercera constelación fue la autonomía parcial de los que perma-necían en el país y los que volvían del exilio entre 586 y 333 a.C., pri-mero con los babilonios y luego con los medos y los persas. En esteperiodo tuvo lugar un interesante ejemplo de cambio social en unrincón del imperio.

- La cuarta constelación fue la era heleno-romana entre 333 a.C. y 312d.C., un periodo de activo rechazo a un sistema económico, políticae ideológicamente totalitario y de los intentos de crear alternativas apequeña escala.

En resumen, podemos decir que la historia de la fe de Israel se desplegóen confrontación directa con las economías, las políticas y las ideologíasde los antiguos imperios y ciudades reino del Cercano Oriente, que se ca-racterizaban internamente por las estructuras de clases, y externamentepor un deseo de conquista (con la producción de un valor excedente me-diante el trabajo esclavo, la acumulación de tierras y los tributos). Ideoló-gicamente, la elite social de poder se legitimaba por los dioses. De Egip-to al Imperio Romano, esta historia se divide en cuatro constelacionespolíticas, hasta llegar al primer periodo cristiano, que proporcionaron elcontexto para Israel, Jesús y los primeros cristianos.

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NOTAS

1 Veerkamp cita en este contexto a Karl Marx, MEW 3, p. 28.2 Para ver un resumen cf. S. Breuer, 1987, pp. 82ss.3 H. G. Kippenberg, 1977; cf. también 1978; y Breuer, loc. cit.4 Cf. abajo p. (137s.) sobre Egipto.5 Cf. (por ejemplo) B. Breuer, op. cit., p. 90, quien en el caso de Egipto habla de

“redadas policiales a fondo en los países vecinos” (tr.).6 J. Kegler, 1986, p. 10 (tr.).7 Cf. Veerkamp, 1993, pp. 25ss.8 Cf. Veerkamp, 1977, pp. 30ss.9 Ibíd., p. 261 (tr.).10 Veerkamp no admite las obligaciones comunitarias dentro de la fórmula como

tal, sino que las clasifica bajo las obligaciones con las elites locales.11 Ibíd., pp. 28ss.; cf. también Kegler, 1992, en: M. Crüsemann y W. Schottroff,

1992.12 Viene a la mente El mercader de Venecia de Shakespeare, cuando el acreedor exi-

ge una libra de carne del cuerpo vivo del deudor insolvente.13 Cf. también Kippenberg, 1977, pp. 41s.14 Cf. T. Veerkamp, 1993, pp. 32ss., que sigue a H.G. Kippenberg, 1978, p. 51.15 Veerkamp, op. cit., p. 36 (tr.).16 Cf. Ibíd., p. 39.17 Ibíd., p. 42 (tr.).18 Ibíd., pp. 42ss.19 Cf. también T. Veerkamp 1993 y 1083, H.G. Kippenberg, 1977 y 1978.20 R. Albertz, 1992; N.Lohfink, 1987, pp. 103ss.; C.E. Dreher, 1993; J. Assmann,

1992; W. Dietrich, 1989.21 Cf. también a J. Assmann, 1990, pp. 200ss. (pp. 214s.); N. Lohfink, 1987, pp.

122ss., ve como una faceta específica del antiguo Cercano Oriente que el puebloy sobre todo el rey deben aceptar a los pobres y débiles como familias individua-les, a diferencia de Israel, donde los sistemas que hacen pobre a la gente se cues-tionan como tales.

22 En: O. Kaiser (ed)., 1982, pp. 388ss.23 Agradezco por este punto a J. Kegler.24 Cf. J. Assmann, 1992, p. 50 (tr.), y T. Veerkamp, 1993, pp. 319ss.25 Cf. a K. Wengst, 1986.

Capítulo V

ECONOMÍA PARA LA VIDA - ENFOQUES BÍBLICOS

Las ciencias avanzan en saltos. Cuando un paradigma (toda unamanera de ver las cosas) se ha establecido, por largo tiempo sigue sien-do el marco dentro del que la gente investiga y enseña. Si sus dificulta-des intrínsecas llegan al punto de no poder explicar ya ciertos fenóme-nos, el antiguo paradigma se desmantela paso a paso. Quizá entoncespueda ocurrir un adelanto decisivo, y un nuevo paradigma se constru-ya y se establezca lentamente en lo que se llama un “cambio de paradig-ma”.1 El paso desde la física mecánica clásica a la física cuántica moder-na es un popular ejemplo de este proceso.

En la exégesis bíblica, pero más aún en la práctica de la lectura dela Biblia en América Latina, se ha dado tal cambio de paradigma. Cadavez más, una aproximación socio-histórica está sustituyendo a una for-ma conceptual y teológicamente abstracta de interpretar la Biblia, o aotra forma que se centra en la espiritualidad individual; y se puede edi-ficar sobre antiguos métodos de investigación tales como la crítica de laforma. Trabajar sociológicamente no es limitar el significado de los tex-tos bíblicos a las llamadas cuestiones sociopolíticas, sino más bien re-conocer que las formas de actuar y las estructuras socio económicas ypolíticas deben entenderse, según las percepciones bíblicas, como unadecisión por o contra Dios. Es la cuestión social lo que se teologiza, yno la cuestión de Dios que se seculariza. Por eso la exégesis socio-his-tórica sigue el movimiento revolucionario que el naciente Israel trajo almundo de los pueblos del antiguo Cercano Oriente. El egiptólogo JanAssmann escribe al respecto:

Veo como el núcleo de esta transformación al cambio de las esferas so-cio-políticas de la acción, la ley y la justicia a la esfera teopolítica. Así sur-ge la idea radicalmente nueva de hacer legislador a Dios mismo. Diosasume esa función en lugar de los antiguos reyes del Cercano Oriente ...El paso totalmente decisivo que Israel dio fue transponer la justicia de laesfera social y política a la teológica, y subordinarla a la voluntad direc-ta de Dios.2

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Así que la exégesis socio histórica no aborda el texto bíblico conun método que descuida la cuestión teológica: en cuanto a Israel, esverdaderamente teológico. Lo cual se hará incluso más evidente cuan-do revisemos las aproximaciones recientes de los israelitas en las dife-rentes constelaciones socio-políticas de su historia. Respecto a lo quesigue, especialmente a las fuentes del naciente Israel, deberíamos dejarclaro que una descripción histórica sólo puede ser una reconstrucción,no una descripción “objetiva” de los hechos; esto es, el proceso de revi-sar, comprender y actuar tienen que repetirse constantemente y nuncaestá completo. Justamente por eso es importante seguirle la pista a lamanera en que Israel recuerda su historia a través de cada nueva cons-telación histórica. Sólo así podemos ver si hay un modelo que funcio-na a lo largo de la historia y la fe de Israel. Además, sólo así podemosver si es posible hablar de la “claridad de las Escrituras” (como lo hicie-ron los reformadores), entre todas las cuestiones particulares que dis-cuten los investigadores.3

1. El surgimiento de Israel como una “sociedad de contraste”4

Vimos que con la desintegración del imperio egipcio desde el año1200 a.C. aproximadamente, el sistema de las ciudades estado de Ca-naán también se desintegró. La arqueología confirma igualmente elcambio fundamental que el vacío de poder resultante hizo posible:

Hasta entonces las colinas y montañas apenas se habían poblado. Erantípicos los pueblos amurallados de las costas y los valles, que controlabansus respectivos traspaíses. Por ese tiempo, muchos de esos pueblos fue-ron destruidos, y nunca se reconstruyeron; o se levantó sobre sus ruinasuna simple aldea. Por otra parte, en las áreas montañosas se levantaronesos asentamientos poblacionales que cubrían una amplia área (y sin unmuro de protección) ... Si no se vincula con la historia, (este descubri-miento) puede considerarse negativamente como una descolonización ydesurbanización. En términos positivos, este fue el surgimiento de Israel,al menos en las colinas y las montañas.5

Según las investigaciones actuales, los grupos que se establecieronallí tenían diversos orígenes. Muchos simplemente se habían liberadode la servidumbre del pago de interés, trabajo forzado y tributo que im-ponían las ciudades circundantes. Otros habían emigrado desde las

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afueras de los reinos e imperios de Mesopotamia, o del este del Jordán(como cuentan las “historias de los Padres”). Después de su éxodo de laesclavitud en Egipto, Moisés los había unido, junto con los nómadasempobrecidos y los grupos de marginados sociales que para sobrevivirbuscaban qué comer entre la basura. A estos grupos marginalizados,que no entraban en ninguna clasificación social, se les llamaba He-breos, apiru.6

La investigación etnológica reciente ha dibujado una relativa-mente clara descripción de estos grupos. Su forma de sociedad se ca-racteriza por el parentesco; varias “casas paternas” o familias forman unagrupación de familias, que a su vez forman una tribu. Los estudios ha-blan de “sistemas segmentarios de linaje”, o sociedades segmentarias.“El sistema de linaje significa que la unidad de los grupos se producepor la orientación de sus miembros hacia los lazos genealógicos del sis-tema de parentesco, y no por un liderazgo político autónomo”.7 Portanto, los segmentos de la sociedad no eran ni superiores ni inferiores,sino de un rango políticamente igual.

Económicamente, había producción familiar y autosuficiencia(autarquía).8 El sistema se construía en base del uso colectivo, no de lapropiedad. Hoy lo llamamos economía de subsistencia, con lo cual que-remos decir “la producción de bienes para el propio uso de la gente ysu apoyo mutuo”.9 C. Boerma señala que en el Génesis no se encuentraningún concepto de “pobre”, lo que indica la falta de diferencia entrepobres y ricos y no precisamente una gran prosperidad.10

Políticamente, a partir de Max Weber hemos hablado de “anar-quía regulada”.11 Las agrupaciones de familias eran autónomas. Es de-cir, “la autonomía política no es el efecto incidental de la falta de unaparato estatal encontrado en las sociedades segmentarias, sino un de-seo consciente de autodeterminación e independencia”.12 De ahí que alnaciente Israel debería llamárselo decididamente un “antiestado”, y noun “preestado”, porque esto significa “un antirregidor”.13

Pero lo decisivo es que este proceso de liberación social y nueva or-ganización social se identificaba con la experiencia del dios Yahveh. En lasciudades reino y los imperios del antiguo Cercano Oriente los dioses ysus cultos eran los garantes y sostenes del sistema; y Yahveh contrastabaradicalmente con ello. A Yahveh se lo experimentaba como el que liberaa los oprimidos y a los esclavos. El gran grupo que acompañó a Moisésen su huida de Egipto a Palestina trajo allí con ellos a Yahveh.

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El surgimiento de la religión de Yahveh se vincula inseparablemente conel proceso de la liberación política del grupo del Éxodo; es la chispa queayuda a prender en llamas un conflicto social latente y perdurable. El li-bro del Éxodo cuenta de varias maneras cómo este grupo de trabajado-res forzados extranjeros, oprimidos, políticamente ineptos, fragmenta-dos y conformistas, consiguió, a través del dios Yahveh, un guía políticoy una nueva esperanza para el futuro. Y ello les hizo capaces de construirla solidaridad interna y liberarse de sus reservas sociales externas y asíemprender acciones comunes para la liberación política.14

Parece que en desierto del sur de Palestina los nómadas amantesde la libertad ya habían adorado antes a Yahveh. Este vino de afuera, noformaba parte del panteón egipcio; consecuentemente, podía traer di-versos atributos para el conflicto social que la gente experimentaba co-mo dinámicos (el de la tormenta). Según el capítulo 3 del Éxodo, Diosrevela a Moisés el misterio del nombre de Yahveh: “Estaré con vosotros”(con los oprimidos). “No es una casualidad que en los capítulos 1 y 2del Éxodo se caracterice repetidamente a Yahveh como “el Dios de loshebreos” ..., es decir, como un dios que toma partido por los descono-cidos sociales”.15

Aparte de su liberación de Egipto, el grupo de Moisés tuvo la ex-periencia de Dios como una aparición en la ‘montaña de Dios’, como sele llama tradicionalmente al monte Sinaí.16 Esta experiencia constitu-yó el culto a Israel (el primero del grupo de Moisés). Lo típico es queen esta teofanía Yahveh no se vincula a sí mismo a un lugar, por ejem-plo, a una ciudad o a un templo, sino al grupo. Además, en las palabrasde Yahveh, el culto debe ser siempre móvil: un “arca” portable, “unatienda de campaña”. Posiblemente hasta la compañía móvil de los levi-tas, que no poseían ningún medio de producción, data de esta expe-riencia cúltica. Esa podría ser la razón de que, incluso cuando Israel ob-tuvo un templo y un clero estatal, los levitas siguieran siendo activospor ser un elemento móvil (y a menudo socialmente en oposición o re-volución).

Los mandamientos y leyes, que en la tradición se vinculan con esta teo-fanía, no regresaron en su forma presente al primer periodo.17 El víncu-lo entre la ley de Dios y el Sinaí se da primeramente sólo en los argumen-tos de los profetas contra el pecado de monarquía en la época del des-moronamiento del Reino del norte (722). Al relacionar el don de la ley

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con el Sinaí, querían establecer la Ley como externa (desde afuera) a laesfera de poder del estado. Así, el Sinaí se convierte en la base de la his-toria de la Ley de Israel, pero en esos tempranos días del grupo de Moi-sés aún no sucedía eso. Con toda probabilidad, podemos dar por hechoque en ese tiempo existían simplemente las antiguas leyes del clan y lacostumbre, que se apoyaban mutuamente.

El recientemente liberado grupo de Moisés se encontró con losnómadas pobres, los grupos marginados de las ciudades, los campesi-nos que huían del sistema de tributos y las pandillas de bandidos de loshapiru; todos en el intento de establecerse en el país montañoso de Pa-lestina. La solidaridad interna y entre los grupos de familias dio origenal orden social y legal del anárquico periodo de los Jueces. El cuerpo po-lítico local de toma de decisiones era la asamblea de los patriarcas de lasfamilias legalmente libres y económicamente independientes. Los ma-yores eran los representantes y voceros en la “Asamblea del pueblo” detodas las tribus. En los casos de una amenaza externa, el guía carismá-tico asumía el liderazgo en las guerras comunes de defensa y liberación.Yahveh resultaba ser un fuerte aliado en tiempos de conflicto y por esose lo adoraba cada vez más como el único Dios en todos los cultos lo-cales del dios El, que tomaba la forma de los dioses de las diferentes fa-milias.

(El dios Yahveh) estaba integrado no solamente en el sistema politeísta,por ser el único dios de la región desértica del sur, además era un diosque había demostrado su divinidad en la liberación del estado de opre-sión. Y finalmente era un dios que se había vinculado a sí mismo exclu-sivamente con un grupo que estaba en el fondo del montón. Como talestaba predestinado posiblemente a convertirse en el dios de una asocia-ción de tribus, que aseguraba para esos grupos precisamente la clase delibertad que habían ganado desde la dependencia del estado. Por tantodebemos suponer que Yahveh fue rápidamente adoptado por las demástribus de la sociación como un grato fortalecimiento de su mundo desímbolos religiosos. Yahveh se fusionó con El, y así se convirtió en el Diosde Israel (Jueces 5:3-5).18

Lo cual significa que la protección a los débiles y oprimidos no seentendía desde el principio como un problema sociológico (o “social yético), sino teológico. La doxología, o el acto de alabar a un Dios que li-bre de la opresión, es inseparable de la justicia dentro de la comunidad

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liberada y protegida (cf. la Canción de Miriam, Ex, 15; la Canción deDébora, Jueces 5; y el Magnificat de María, LK 1:52).

El hecho de que la estructura de la representación socio-políticaen esta sociedad sea claramente masculina, mientras las canciones dealabanza por la liberación son entonadas por mujeres, nos advierte so-bre la cuestión del patriarcado, tan acaloradamente debatido hoy. Nopuede haber dudas de que en el primer periodo de Israel los vínculosmás importantes de las relaciones se daban a través del padre, es decir,de los hombres. Este modelo se conoce como de “línea paterna”. Porotra parte, Neu, al resumir antiguos trabajos, muestra que “el papel re-ligioso de la mujer en las sociedades acéfalas del protoestado del Cerca-no Oriente (debe considerarse) como extraordinariamente estratifica-do y significativo”. Aquí puede caber una comparación con el papelguía que la mujer tiene en el shamanismo. Aunque en Israel no hay unrastro directo de ello, las mujeres tenían aparentemente “casi el mismoacceso al área de lo sagrado ... que los hombres”.

Sociológicamente, el material del Antiguo Testamento lleva a la conclu-sión de que, incluso en las sociedades patriarcales, y a pesar de todas lasposteriores desventajas, en el primer periodo los hombres y las mujereseran más o menos iguales, y se involucraban distintamente en los actosreligiosos más en base a su función que a su rango.19

La obra de Yahveh, que las mujeres y los hombres glorifican en lascanciones de alabanza, conlleva a la creación del bien, de relaciones jus-tas en casa y afuera. Las relaciones asimétricas de poder, dañinas y cau-sa de dependencia para la gente, son inaceptables para Dios, de acuer-do con los primeros testigos bíblicos. Dios oye llorar y ve sufrir (Ex.3).Esto encuentra su expresión en algunas ideas bíblicas centrales: la jus-ticia (sedaqah) se entiende como el “comportamiento orientado a la co-munidad”20, “juzgar / conciliar” (safat ) como salvar a la parte más dé-bil en un conflicto,21 y shalom como una condición de salud dentro derelaciones justas.22

La primera forma que toma el pueblo del dios liberador Yahveh es por lotanto la de una comunidad de grupos nómadas y marginados, ahora so-lidarios entre sí y consistentes en (grupos) de familias campesinas, cuyaseguridad la organizan los líderes carismáticos (“los jueces”), a quienesYahveh dota con el Espíritu de salvación y conciliación.

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Ya no necesitaban un estado, una burocracia, las diferencias entre ricos ypobres; podían vivir humanamente; incluso si para hacerlo, al menos alprincipio tenían que renunciar a algunos de los mejores productos de lacivilización, que de todas maneras, originalmente sólo había poseídouna pequeña clase alta ... El Dios verdadero se manifestó el momento enque la sociedad asumió rasgos humanos; la sociedad cambió y se volvióhumana al grado de que el Dios verdadero se hizo manifiesto. Aquí exis-te una interacción, e históricamente al menos será imposible decir cuálvino primero ... El cambio económico fue un elemento esencial de todoel proceso. La regencia del nuevo Dios se efectuó no exclusivamente,pero sí decisivamente en una nueva clase de economía humana. La Bi-blia nos muestra los comienzos del reino de Dios. Con el paso del tiem-po, Israel incumplió repetidamente las normas establecidas en ese co-mienzo. Muchas veces cayó en la tentación de ser como los otros pue-blos. Una y otra vez Dios lo reencaminó y los persuadió amorosamentea seguir el camino hacia la definitiva revelación del reino de Dios, sobre-todo a través de los profetas.23

2. El intento de “domar” el sistema monárquico a través de laprofecía y la ley

Hasta Gedeón, el juez (o el salvador), había rechazado con estaspalabras la monarquía, cuando se la ofrecieron tras una victoriosa ba-talla de defensa:

No soy yo quien debe gobernarlos, ni es mi hijo; Yahveh debe ser su Se-ñor (Jueces 8:22s).24

Durante 200 años, Israel mantuvo este tipo de “sociedad de con-traste” autónoma e igualitaria. Fue sólo hacia el año 1000 a.C. que em-pezó a orientarse hacia la monarquía. ¿Por qué razones?25 Antes se de-bió a los crecientes conflictos con los filisteos, los hombres del mar quehabían penetrado en la región costera. Se pensaba que Israel buscaríaorganizarse más rígidamente con un rey para aumentar su fuerza mili-tar. Sin embargo, investigaciones más recientes han llegado a la conclu-sión de que, aparte de esta presión externa, también jugaba un papel laevolución interna y socioeconómica.

El evidente éxito económico de la igualitaria “república de los campesi-nos” llevó a un fuerte crecimiento económico: se estima que llegó a cua-

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druplicarse en 200 años. Y trajo una expansión de las tribus israelitasdesde el país montañoso del este de Palestina hacia las laderas que rodea-ban los valles ribereños y el mar. Con ello se hizo necesaria una mayorcooperación para facilitar los cultivos (terraplenes, aljibes, etc.), mien-tras aparecían las diferencias regionales (aceitunas y vino al oeste, cerea-les y ganado en el este). Mediante esta apertura de la economía de sub-sistencia hacia el mercado, la sociedad también seguía la tendencia a laestratificación social. A los incipientes grupos acomodados, que se bene-ficiaban del comercio transregional, les convenía tomar acciones por suinterés de no ser destruidos ni importunados por los filisteos en su ex-pansión. Así, este factor externo fue simplemente el impulso para un li-derazgo político central, pero no su única causa.

Cada paso hacia la centralización política, e incluso después de és-ta, tenía que contar con la oposición de los campesinos libres. Los dostextos de Jueces 9 y I Samuel 8 reflejan muy claramente esta resistencia:son respectivamente la fábula de Jotam y la advertencia sobre los “de-rechos del rey”, que como vimos, termina con la frase de “y seréis susesclavos”. La crítica de la pérdida de la solidaridad socioeconómica ypolítica se identifica típicamente con la crítica teológica: Yahveh ya nodebe reinar entre su pueblo. Se supone que se le llamó Yahveh por pri-mera vez en esta situación conflictiva. Mientras el partido del rey utili-zaba ese nombre para legitimarlo, el partido de la oposición argumen-taba al revés que Yahveh era rey, lo que significaba una crítica a los pri-meros reyes por usurpar ese título.

El primer paso hacia la monarquía israelita se dio tímidamente.Saúl, un guía carismático, fue primeramente más un “jefe” que un rey;y probablemente no disponía de tributo, sino sólo de impuestos volun-tarios. El cambio vino con David: al principio, el tributo que imponíaapenas era superior a lo que se pagaba en los impuestos para la defen-sa. Además, los ancianos de Judá e Israel se habían comprometido conél en un acuerdo recíproco que debía restringir supuestamente el poderdel rey. Pero David, con ayuda mercenaria, se estaba haciendo con unabase de poder propia y con la conquista de una ciudad: Jerusalén, co-mo su propia sede de gobierno. Se metía en guerras de expansión y en-tonces subyugaba a otros pueblos para pagar el tributo, del que tam-bién se beneficiaban los israelitas. Su hijo Salomón desarrolló a partirde allí una monarquía sagrada según el modelo del antiguo CercanoOriente. Creó un ejército modernizado y poderoso. Pero como en tiem-

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pos de guerra los impuestos no podían justificarse solamente por elsostenimiento del ejército, se lo logró espléndidamente con la construc-ción de un templo del estado. Lo cual exigía importaciones masivas demadera (de tiro) y tuvo el efecto, como el comercio exterior que en to-do caso ya empezaba a extenderse, de hacer que los campesinos produ-jeran para exportar; y simultáneamente, el estado adquirió competen-cias para este fin. Esto, como la incipiente propiedad de la tierra, cam-bió fundamentalmente la estructura igualitaria de la sociedad anties-tatal.

La sociedad se dividió ideológicamente asimismo. Albertz distin-gue tres grupos:– los oficiales, los militares y los sacerdotes que se beneficiaban con

esta evolución; representaban la teología oficial del rey y el Templo;– un partido central, que trata de combinar los valores nuevos con los

tradicionales; y,– un partido de oposición religiosa y política con una base campesi-

na, que al regresar a la religión del periodo antiestatal desarrolla unateología de resistencia a la monarquía (una posición minoritaria ba-jo la monarquía, pero extendida tras su colapso, en el judaísmo pos-terior al exilio).

Cuando Roboam, el hijo de Salomón, quiso endurecer el trabajoforzado y elevar la carga impositiva aún más, las tribus norteñas rom-pieron con la casa real de Judá y en el 926 a.C. formaron su propio rei-no del norte, Israel; y aunque también se constituyó como una monar-quía, al principio redujeron la carga de impuestos. Sólo con posteriori-dad al 822 a.C., cuando Omrí fundó la dinastía Omrí, también entróefectivamente en plena actividad el sistema de tributos.26 Su hijo Ajabse casó con la princesa fenicia Jezabel de Tiro, y así estableció vínculoscomerciales con los fenicios. Ajab casó a su vez a su hija Atalía con Jo-ram, heredero al trono de Judá, que abrió las rutas comerciales al sur.Cuando los asirios por primera vez se dirigieron hacia el sur, los sirios,normalmente hostiles, se dispusieron a formar alianzas para que las ru-tas comerciales orientales se volvieran a abrir después de haber recha-zado a los asirios. El comercio, el ejército –“mulos y caballos” (I Reyes18:5)– y el esplendor de la corte caracterizaron nuevamente la situaciónde la clase superior del reino del norte, después de que se hubieran se-parado del reino del sur para evitar estos problemas específicamente.Por otro lado, los campesinos se empobrecieron, y la hambruna estalló;

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como remate, el rey se apropió de las tierras de las familias de los cam-pesinos libres, que no podían venderse bajo la antigua ley de Israel (talcomo muestra la historia del viñedo de Nabot).

Las tradiciones bíblicas ven esta evolución emparejada a una pér-dida de la fe en Yahveh. Omrí ya había empezado a permitir diferentestipos de culto, con el fin de sembrar la armonía entre las partes israeli-ta y canaanita de la población. La internacionalización del comercio yla política de matrimonios contribuyó a fortalecer el sincretismo. Latraducción de Baal es “Señor y Maestro”; en términos sociales, Señor odueño de la tierra, y por tanto, Maestro, muy especialmente en el sen-tido de dominar a las mujeres.27

Así nació la profecía de crítica al poder, que se convirtió en una delas facetas distintivas de Israel. Antes ya había profecía, tanto en los al-rededores de Israel como en el reino mismo, en la forma de profetas dela corte para estabilizar el reino, y de profetas del culto para estabilizarel culto al templo del estado. Pero en ese entonces surgió un movimien-to de profetas que provenía evidentemente en gran medida de las cla-ses bajas y en ellas encontraba apoyo. Se apoyaban a sí mismos en susdelirios con curaciones milagrosas, exorcismos y palabras de oráculo, yasí eran independientes. Algunos se organizaban en cooperativas deprofetas. Sus representantes clásicos eran Elías y Eliseo. Su crítica se di-rigía a dos tipos de blanco: la injusticia socioeconómica y la opresiónpolítica dentro del país, y el imperialismo afuera; y en segundo lugar, laindecisión para creer en Dios. “¿Hasta cuándo vais a estar cojeando conlos dos pies?”, pregunta Elías en el Monte Carmelo al pueblo cuandollega el momento de decidirse entre Yahveh y Baal;28 lo cual puede con-siderarse una versión primitiva de las palabras de Jesús: “No se puedeservir a Dios y al dinero”.

El movimiento profético de Elías y su discípulo Eliseo reaccionó alo que hoy llamaríamos la violencia estructural desde arriba, con con-traviolencia desde abajo en nombre de Dios. Elías mató con sus propiasmanos a los sacerdotes de Baal (I Reyes 18:40); Eliseo también se aliócon Jehú, el líder de un grupo militar, y lo ungió como el nuevo rey (2Reyes 9). Por orden de Yahveh, Jehú llevó a su cumplimiento la cruelsentencia sobre la casa de Omrí y la clase alta, quienes, en connivenciacon el anterior rey, se habían apoderado de la tierra de los pequeñosagricultores libres y habían exterminado a los demás sacerdotes deBaal.29 Los redactores de este texto bíblico elogian las obras religiosas y

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sociales de Jehú tanto como lo critican por dejar indemnes los becerrosde oro de Dan y Betel. Jeroboam los había mandado erigir como san-tuarios centrales para el reino del norte tras su secesión de Judá, y co-mo tales, eran símbolos del poder central. Para los que trabajan en es-te texto, el hecho de que no se los destruyera quiere decir que “Jehú noguardó el camino de la ley de Yahveh, Dios de Israel, con todo su cora-zón” (2 Reyes 10:29-31). Más tarde, Oseas prosigue la crítica a Jehú,aparte de los criterios de los cronistas de los libros de los Reyes, por lacrueldad de su sangrienta venganza sobre la casa de Ajab (Os 1:4).

Sin duda, la lucha de los campesinos y los profetas contra la injus-ticia y la opresión, contra el reino de Baal y contra los grandes terrate-nientes y funcionarios tuvo una importancia decisiva para la continui-dad de la historia de Israel como el pueblo de Yahveh. Pero el dudosojuicio sobre Jehú indica que surgió pronto la duda de si acaso solamen-te con un cambio violento de gobernantes podría vencerse un poderopresivo. En realidad, desde el 841, Jehú y sus sucesores fueron hechosvasallos de los asirios y tuvieron que pagar el tributo.

Israel sólo pudo volver a extender su imperio y su comercio conJeroboam II (787-746 a.C.). El resultado fue nuevamente el esplendorpara la corte y la clase alta, y la pobreza para la población del campo.En este contexto, el profeta Amós –otra vez en estrecha cooperación conlos movimientos de campesinos–30 pronuncia su crítica radical a la in-justicia y la idolatría no sólo de los actos individuales de la gente en elpoder, sino de todo el sistema. El profeta Oseas también hace su prime-ra aparición entonces; para ponerlo claro, ambos censuran sin ambagesel sistema monárquico del estado y la economía con sus funcionarios,jefes militares, sacerdotes y comerciantes.

Por esta misma época, el reino de Judá al sur se desarrollaba enforma similar bajo la regencia de los reyes Azarías (Uzzías, 767-739a.C.), Jotam (739-734) y Ajaz (734-728). Fue un buen tiempo para lasclases altas porque se beneficiaban del comercio, los tributos y los in-gresos del Templo; y malos días para el pueblo campesino y los pobresde los centros urbanos. La mala situación se empeoró cuando el reinodel norte en el 745, y el reino del sur en el 733 fueron sometidos a pa-gar tributo a Asiria. En el reino del sur, tal como en el norte habían he-cho Amós (hacia el 760 a.C.) y Oseas (entre el 750 y el 724), los profe-tas Isaías (entre el 739 y el 701) y Miqueas (antes del 701) criticaron lasestructuras y procesos sociales, y exigieron a la gente alejarse de ese sis-

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tema de muerte y escoger la vida, lo que era lo mismo que volver al diosYahveh. ¿Cuáles eran específicamente los objetos de la crítica y el men-saje de cambio proféticos?31

– La crítica socioeconómica se orientaba al aumento de la propie-dad de la tierra en gran escala (Am 8:4; Is 5:8; Miq 2:9s.). Al respecto,Miqueas hace un llamamiento enfático a la antigua ley israelita de latierra: “un varón y su casa, un hombre y su heredad” (Miq. 2:2s.). Poreso se ataca fuertemente el uso que hacen los ricos de la ley del créditoy la prenda (en garantía), pues lleva a la gente a la pobreza y, más aún,a la pérdida de sus vidas y a la esclavitud (por ejemplo, Am. 5:11 y 8:6;Is 3:14; Miq.2:2). Convierten todo en dinero, las sobras de las espigas detrigo que se daban a los pobres:

Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humil-des de la tierra, diciendo: ¿cuándo pasará el novilunio para poder venderel grano, y el sábado para dar salida al trigo, achicando la medida y au-mentando el peso, falsificando balanzas de fraude, comprando por dine-ro a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta lasahechachuras del grano? (Am 8:4-6).

La clase alta también dominaba y manipulaba la jurisdicción localy torcía las leyes que regían a los pobres (Am 5:10, 12; Is 5:20ss.). Estaviolencia estructural les daba recursos para reunir tesoros en sus pala-cios y su vida de lujos (cf. Am 3:1 y 6:1ss.).

El criterio para la crítica era “la ley y la justicia” (mispat y seda-qah), “el justo equilibrio de los intereses para el bien de todos; una co-munidad fundada en la solidaridad, que garantiza sus derechos básicospara todos los israelitas” –en otras palabras, los valores fundamentalesdel orden del preestado y/o el antiestado.32 Aquí surgen unas pregun-tas importantes: ¿Cómo ven la alternativa los profetas? ¿Deberían vol-ver Israel y Judá a ser unas comunidades sin rey donde todos son igua-les y se apoyan mutuamente? ¿Deberían transformar todo el sistema enuno constituido en una forma fundamentalmente diferente? ¿O puede“domarse” la monarquía, puede reformarse de acuerdo con las exigen-cias de justicia de Yahveh? Isaías parece mirar en esta última dirección(cf. Is 1:26).

– Tal sistema político de rey y funcionarios se impuso por la críti-ca de Oseas. Mientras Isaías ya había atacado fuertemente la política dealianza militar del rey como una falta de fe en Yahveh33, Oseas vio la pe-

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lea por el poder del trono como una razón de describir todo el caminoa la monarquía desde Saúl, como un callejón sin salida que llegaba a sufin (Os 9:15;13:1º).34 Los profetas del reino del norte vieron el fin in-minente de la monarquía, sin importar cómo estimaran su reformabi-lidad.

- El culto también participaba en la corrupción de todo el sistemasocial. Los sacerdotes facilitaban sus instrucciones y los profetas susoráculos sólo por dinero (Miq 3:1-12). Aunque ante todo, el abundan-te festín en que se comprometía la clase alta era una fachada para cu-brir la injusticia y la opresión. Amós exigía ley, justicia y solidaridad ensu lugar (Am 5:24). Amós y Miqueas anunciaron la caída de los bece-rros reales de Betel y Jerusalem (Am 3:14; 9:1-4; Miq 3:12). En esas cir-cunstancias, no sorprende que los sacerdotes y profetas de la corte ytambién ciertos grupos de población los rechazaran a ambos. Los sa-cerdotes se negaron expresamente a dejar que Amós hablara con Betel,diciendo estas palabras: “... este es el santuario real, el templo nacional”(Am 7:13). Y Miqueas interpretó así la opinión de la gente sobre lo queun profeta debe decir: “Si hubiera un hombre de inspiración que inven-tase esta mentira: ‘les profetizo vino y bebidas alcohólicas’, sería el pro-feta para un pueblo como éste” (2:11). Lo cual recuerda la religión del“sentirse bien” de una sociedad opulenta.

Los profetas dicen que todo esto –la división económica y socialde la sociedad, la opresión política, la toma de una postura militar im-perial, el abuso ideológico de la religión– tiene su base en el hecho deque la clase alta en particular, pero también la gente que guían por malcamino, han abandonado a Yahveh (quien los eligió específicamentepara que no fueran como otros pueblos con su opresivo sistema cultualestatal).

Escuchad, hijos de Israel, esta palabra que dice Yahveh contra vosotros,contra toda la familia que hice yo subir del país de Egipto: Solamente avosotros conocí de todas las familias de la tierra; por tanto es por todasvuestras culpas que yo digo que os castigaré (Am 3:1s.).

Por eso es que la conversión es el punto de vista decisivo de losprofetas, la conversión a la justicia, la ley y la solidaridad, que es lo mis-mo que convertirse a Yahveh (cf. Am 4:4ss; Is 2:27, etc.). “¡Buscadme amí y viviréis!” (Am 5:4) y “Buscad el bien, no el mal, para que viváis”(5:14) son dos caras de la misma moneda. Es importante para este te-

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ma notar que “vivir” se presenta una y otra vez como lo contrario ge-neral del sistema monárquico, que trae muerte y destrucción.

Esta conversión puede darse en dos formas posibles : bien cambian-do lo que existe por medio de una reforma (domar), bien destruyéndo-lo y un comenzando de nuevo desde un “remanente”, un “último vesti-gio”, que sobrevive a la destrucción (cf. por ej. Is 6:13; eso sería unatransformación fundamental). En Judá se intentaron ambas formas.

Cuando en el 722 a.C. el reino del norte fue destruido por Assur,muchos israelitas, incluidos Oseas y sus seguidores, huyeron hacia Ju-dá, al sur. Ahí comenzó una intensa discusión sobre cómo podría evi-tar el mismo destino el reino del sur. La reforma del rey Ezequías (728-699 a.C.) fue una primera reacción. Es claro que incluía varias medidaspara salvaguardar el culto exclusivo a Yahveh; hasta qué punto tambiéncontenía reformas sociales, es asunto de debate.35

Por otro lado, hay un documento que data de entre el 722 y eltiempo del rey Josías (641 a.C.) que expresa en forma clásica la unidadentre la adoración exclusiva a Yahveh y la justicia social: los Diez Man-damientos, el Decálogo.36 Recuerda a los terratenientes libres la razónde su libertad: Yahveh, quien les sacó de Egipto, la casa de la esclavitud.Para “preservar esta libertad” pueden no servir a ningún otro dios (delas sociedades esclavizantes alrededor de ellos) y hacer así que ningunaimagen de Dios sea manipulada por el poder humano. Por tanto, debe-rían mantener el Sábado estrictamente libre de trabajo, practicar el cui-dado de los ancianos como solidaridad en la familia, y no privar conviolencia, abierta u oculta, a sus conciudadanos libres: de la vida, la leyy el sustento.37

Pero el intento decisivo de una reforma se da en el tiempo del reyJosías (641-609 a.C.) y el profeta Jeremías.

Para entender estos acontecimientos es importante recordar la estructu-ra especial de la monarquía en el reino del sur. David era un rey de ciu-dad por su conquista de Jerusalem, pero al mismo tiempo, en seguimien-to a Yahveh, era rey de Judá por un acuerdo legal con los campesinos li-bres del país circundante. Este “pacto” entre Dios, el rey y el pueblo porun lado, así como entre el rey y la gente por el otro, podía reactivarse encualquier momento. Cuando el rey Manasés murió en el 642/1, su hijoAmón fue asesinado en un golpe de estado al poco tiempo de asumir elpoder.38 En vista de que el poder de Asur se desmoronaba, los campesi-nos libres de Judá (‘am ha’ ares) triunfaron en resistencia contra el golpe

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de estado, y proclamaron rey a Josías, el hijo de Amón de ocho años deedad. Con eso se aseguraban al principio el control político directo, sos-tenido por los funcionarios leales, los profetas y los sacerdotes de los le-vitas. Los miembros de la clase alta y de la aristocracia sacerdotal quecooperaron con Asur, por el interés de su propio poder, fueron expulsa-dos de esta coalición.

Al movimiento de reforma se lo llama Deuteronómico porque losfundamentos de esta política se formularon en un libro de leyes que sedecía que procedía de Moisés, como otras leyes, y que se había descu-bierto en el Templo. Parece contener la esencia del libro del Deuterono-mio.39 El libro enfatiza mucho dos cosas: la centralización del culto dela adoración al Yahveh verdadero en el Templo de Jerusalem, y las leyessociales y políticas radicales. El grupo que está detrás del libro del Deu-teronomio es evidentemente el Tribunal Supremo de Jerusalem, com-puesto de legos y sacerdotes, que se menciona aquí por primera vez yadopta una posición de aparente independencia frente al rey. El Deute-ronomio consiste fundamentalmente en una definición constitucionalde la “soberanía” relativa del pueblo libre, que une al ahora adulto reyJosías (y por supuesto a todos los reyes que lo sucedan) con el pueblo,y a todos con la acción liberadora y las justas intenciones de la ley deDios. Esto último se preserva institucionalmente mediante los sacerdo-tes y profetas, y se enseña y proclama según las necesidades del momen-to. El Deut 17:14-20 describe de modo impresionante el modelo de unamonarquía domada y sujeta al bien común por la ley:

1. Yahveh mismo debe escoger al rey entre el pueblo; 2. no adquirirá granpoder militar (caballos) y por eso no hará a Israel como el sistema faraó-nico; 3. no tomará a un gran número de esposas (y con ellas las religio-nes de los imperios de los alrededores y las ciudades reino); 4. no adqui-rirá demasiado oro y plata; 5. se dejará guiar por la enseñanza de losmandamientos de Dios, que los sacerdotes levitas preservan e interpre-tan (la Torá); 6. no se alzará por sobre sus compañeros campesinos, esdecir, escuchará la voz del pueblo. 1 Samuel 16:13 dice: “Samuel ... ungióa David en medio de sus hermanos”. En cambio, dice de Jehú: “... haz quese levante de entre sus compañeros” (2 Re 9:2).

Los sacerdotes (levitas) y los profetas vigilan el ejercicio del poderinstitucional (Deut 18). Los profetas enfrentan al pueblo y al rey, comoMoisés (18:18), y así rompen institucionalmente el carácter absoluto de

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la antigua monarquía del cercano Oriente. En Egipto, como se mencio-nó arriba en relación con Jan Assmann y N. Lohfink, esto había produ-cido el principio de la “solidaridad vertical”, del que las familias pobresobtenían cierta protección incluso dentro de la sociedad de clases de laépoca. Pero el Deuteronomio trata de la domesticación constitucionalde la monarquía y –en la medida en que esto es posible en ese marco–aseguraba legalmente la “solidaridad horizontal”.40

Por el radicalismo de las leyes sociales del Deuteronomio, TonVeerkamp lo sitúa después del colapso de la monarquía judía (587 a.C.)y lo entiende como una constitución preliminar para el nuevo comien-zo, aunque contenía algunas leyes anteriores del Deuteronomio de Jo-sías.41 Este entendimiento significaba que el principal grupo del quetrata sería “la gente pobre del campo” (dal ha’am), el grupo inferior dela sociedad rural (‘am ha’ares). Si se examina sistemáticamente este de-sacuerdo histórico sobre las fechas, se ve que no tiene gran importan-cia. En ambos casos los grupos cruciales del Deuteronomio son movi-mientos sociales de la gente rural, apoyados por los levitas, los profetasy -en el caso del preexilio– los representantes de la oficialidad mentali-zados hacia la reforma. El rey –mientras haya uno– está unido por la leya la voluntad de Dios y al pueblo. Como es imposible citar todas las re-gulaciones individuales, aquí están unas pocas que son ejemplos particu-larmente importantes para estas cuestiones que nos ocupan:42

– La abolición del tributo al estado, el diezmo, tuvo una crucialimportancia (Deut 14:22ss.). Era claro que había traído pobreza, en-deudamiento y esclavitud, por un lado, y adquisición en gran escala detierras y uso de esclavos, por otro lado. Ahora, el diezmo debía gastar-se primero por dos años en una peregrinación anual y una gran fiestaen el altar,43 y en alimentar a los levitas sin tierra que vivían en los di-versos asentamientos. Y cada tercer año debía destinarse a los que notenían tierra propia con la cual producir (las viudas, los huérfanos, losextranjeros y levitas). Según Crüsemann, ése fue “el primer impuesto so-cial conocido “ (p. 254, tr.). Es la “ley tal como la dictan los terratenienteslibres “ (Ibíd., pp. 256ss., tr.), que no utilizan lo que han ahorrado enimpuestos para sí mismos, sino que contribuyen al bien común. Locual también conlleva:– Un año de remisión cada siete años a quienes, a pesar de la estruc-

tura social de apoyo, han contraído deudas (15:1-11); lo mismo su-cedía con los reyes, como un acto de clemencia, pero en este caso se

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lo saca del área de la decisión arbitraria y se lo convierte en un de-recho de los deudores;44

– tras siete años de trabajo, los que estuvieran como esclavos deberíanser liberados al séptimo año y hasta recibir algún capital de ayudapara empezar a sostenerse (15:12ss.);

– los pobres y débiles también deberían poder unirse a las fiestas delperegrinaje (16:11);

– prestar a “interés” se prohíbe entre los hebreos, los mismo que to-mar en prenda a los débiles (23:20; 24:17); y,

– las sobras de la cosecha deberían quedarse en los campos, para loshambrientos (24:19).

Todas estas leyes se vinculan con el recuerdo de haber sido hechoslibres de Egipto (la casa de la esclavitud) por Yahveh, y con la indica-ción de que Yahveh los bendecirá si cumplen sus preceptos.

Y así vemos la esencia del Deuteronomio: la singularidad y unidaddel dios Yahveh, a quien Israel debería unirse de todo corazón en el sen-tido del primer Mandamiento:

Escucha Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. Amarás a Yahvehtu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza(6:4s.).

El pueblo se obligó a sí mismo con todo esto por una Alianza (26:16ss.).Así entró Dios en el lugar de los grandes reyes asirios, quienes hasta en-tonces habían decretado tratados de vasallaje.45 Nuevamente, exponenlos redactores cómo contrastan el dios Yahveh y su pueblo con los sis-temas de monarquía tributaria del antiguo Cercano Oriente. Cumplircon la Alianza y sus Mandamientos es un asunto de vida o muerte pa-ra el pueblo (30:1ss.).

En resumen, podemos decir que el Deuteronomio, con la ayuda de lasantiguas tradiciones sobre un pueblo libre (liberado), actualizadas por losprofetas –Oseas y Jeremías en particular– tuvo éxito en reformar el siste-ma monárquico fundamentalmente. La monarquía se vinculó completa-mente con el sistema social de solidaridad y participación, y perdió susinstrumentos de explotación económica y opresión política. Pero tendríaque haberse abolido enteramente; así la sociedad se habría transforma-do (sin un estado, como era antes del 1000 a.C.). Eso habría sido el Nue-vo Comienzo a partir del “remanente” o “el último vestigio”, y se cum-plirían las profecías de los profetas de que el reino del sur también seríadestruido.

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De hecho, la ruina del reino del sur tuvo lugar poco después delperiodo reformista de Josías, después de que sus sucesores hubieranvuelto a estar en su mayoría al lado de la antigua elite de poder. Los ba-bilonios, herederos de Asur, destruyeron Jerusalem en el 586, y depor-taron a Babilonia a la clase gobernante; un grupo huyó a Egipto y se lle-vó a Jeremías. Solamente dejaron a los “pobres de la tierra”: eran el “re-manente”.

3. Alternativas tras el colapso de la monarquía y la sociedadtransformada situada en un rincón del Imperio Persa

Los pobres rurales que se quedaron atrás, en el campo, mejoraronsu posición tras la deportación de la clase alta. Todos obtuvieron algode tierra otra vez y pudieron organizarse sin un estado ni un templo enuna forma igualitaria y autónoma, según lo previsto por el Deut 14s.46

Pero sí los llamaron a trabajar en la administración provincial (Lam5:13), así que no eran totalmente autónomos. Judá no se constituyó enuna provincia propia; los babilonios la administraban desde la lejanaSamaria, la anterior capital de los reinos del norte, lo que debe haberdisminuido significativamente la carga. Otro problema era que los pue-blos vecinos estaban penetrando en el territorio israelita. Con todo, es-te periodo es un ejemplo de la fuerza de la fe en Yahveh y del hecho deque bajo ciertas condiciones, hay una alternativa, una mejor forma devida, marcada por la solidaridad, incluso bajo la ley imperial.

Esta conversión a Yahveh y la transformación de la sociedad rela-cionada con ésta, concirnió a los conocidos como los gola babilonios yegipcios, los que habían salido al exilio en Babilonia y los que habíanhuido a Egipto; particularmente estos últimos parecen haber tenidogran cuidado de las tradiciones del Deuteronomio.

No sabemos mucho sobre el grupo que huyó a Egipto, pero sí sabemosque habían apoyado a Gedalías, del grupo reformista del Deuteronomio.Los babilonios lo habían nombrado gobernador de los que se quedaronen Judá. Al ser asesinado los amonitas, temían ser castigados por los ba-bilonios. Se llevaron con ellos a Egipto a Jeremías y a Baruc, su escriba,aun contra su voluntad. Habían apoyado explícitamente la reforma delDeuteronomio de Josías y a los grupos que los sucedieron. Por tanto, de-bemos suponer que esta tradición seguía viviendo entre ellos, aunque no

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se conoce mucho sobre los gola egipcios.47 Sabemos que si bien algunosde ellos hicieron el servicio militar para Egipto, también construyeronun templo para Yahveh.

La presencia clave en la evolución teológica, según las líneas delprofeta y el Deuteronomio, era el Movimiento deuteronómico, que en-volvía en realidad a muchos grupos diferentes. Los dos principales eranlos deutoronomistas de Jeremías (D-Jer) y los compiladores de lo quese conoce como la historia deuteronómica (hist-D).

Los deuteronomistas de Jeremías (D-Jer) se detectarán por la re-visión de las palabras originales de Jeremías. Hubo evidentementemovimientos proféticos posteriores que estudiaron las palabras de losprofetas tras el colapso de la monarquía, para entender por qué saliótan mal y tener perspectivas para comenzar de nuevo. En el caso de losD-Jer, probablemente eran grupos que, siguiendo la tradición de Jere-mías y del grupo reformista deuteronómico (del cual Gedalías es el úl-timo rastro histórico), hicieron “trabajo misionero” entre los que sequedaron en casa y entre sus descendientes (quizá también entre los go-la egipcios48). Su objeto principal no sólo era recordar a la gente quehabía vivido durante la caída de la monarquía que los profetas la ha-bían predicho. Más importante es que actualizaron este último mensa-je para hacer frente a un nuevo comienzo en casa (pero también conuna nueva vida en la diáspora), por su convicción de que cualquier sin-cretismo con los dioses de los sistemas de la monarquía tributaria de-bería evitarse y la justicia social garantizarse. Así que el tema central se-guía siendo la conversión a Yahveh y a la solidaridad. Eran críticos conla monarquía y el templo del estado, pero no excluían una monarquíareformada.49 Setenta años después de su caída esperaban un punto deconversión a través del perdón de Yahveh, expresado en que Dios pusosu ley en una nueva alianza en el corazón de los israelitas, para que pu-dieran cumplirla desde adentro (Jer 31:31ss.).

La historia deuteronómica (hist-D) es la primera presentación to-tal de la historia de Israel desde la ocupación de la tierra hasta el Exilio,y por eso incluye textos que recorren todo el camino desde el Deutero-nomio al segundo libro de los Reyes. Los varios niveles de edición danfe de un proceso de trabajo que se extendió a un largo periodo de tiem-po. De los énfasis de esta presentación de la historia podemos recogerque detrás de la hist-D probablemente hay grupos reformistas que pro-

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vienen de la antigua dirección nacional religiosa: los sacerdotes y losprofetas del templo (ahora sin trabajo), y también los ancianos de en-tre los que se quedaron en casa, en Judá.50 De cualquier modo, los sa-cerdotes “levitas”, quienes en la hist-D simplemente son los sacerdotesde Jerusalem, y los ancianos juegan un papel vital en esta presentaciónde la historia crítica con los reyes.

Miden la historia teniendo como referente la Ley de Moisés. Contodo, hay que decir que limitan esto principalmente a la prohibición deimágenes y dioses extranjeros, y simplemente ignoran las leyes socia-les.51 Sí informan en efecto acerca de la advertencia de Yahveh sobre laintroducción de la monarquía (1 Sam 8), pero luego presentan a Yah-veh aceptando los deseos del pueblo. Consecuentemente, juzgan a losreyes menos en términos del problema socio político fundamental dela monarquía que en términos de su comportamiento hacia los diosesextranjeros; esto es muy diferente de lo que hacen los profetas críticos,como Jeremías, quienes prácticamente no aparecen en la hist-D; encambio, se muestra un gran interés por el Templo. En realidad, la cen-tralización por Josías del culto estatal en Jerusalem es el punto culmi-nante y el criterio de toda la historia; lo mismo que para la historia delpueblo tras el colapso y para el futuro del Nuevo Comienzo.

Para ellos importaba más la evidencia de que sólo la forma que indica lareforma deuteronómica del culto, la centralización minuciosa del culto aYahveh en Jerusalem y la limpieza de la adoración a Yahveh de la influen-cia pagana en todos los niveles, ofrecían una oportunidad para la histo-ria de Israel de sobrevivir a la catástrofe nacional. Así pues, lo que hacenlos deuteronomistas en su gran obra histórica de ninguna manera essimplemente estudiar teológicamente el colapso del estado del 587, sinoque además, y vitalmente, indican a sus contemporáneos en Judá lo queconsideran la única salida correcta de la crisis, lejos del rampante sincre-tismo popular, lejos de las prácticas predeuteronómicas típicas de los sa-maritanos, y orientada hacia una forma exclusiva de adoración a Yahveh,centrada en Jerusalem. En su opinión, la clave para un nuevo comienzoera la restauración del culto estatal con base en Jerusalem, que tan con-vincentemente estableció Josías, y no la extensa renovación social y reli-giosa del pueblo por la que se esforzaban los deuteronomistas de Jere-mías.52

Claro que aún después del colapso, no había nada parecido a uncambio de orientación general, que envolviera a todos los grupos y cla-

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ses de la población. Además de la identificación (Dt 14s) con el tiempode la solidaridad, preestatal y sin gobernante, y los deuteronomistas deJeremías social religiosos, también estaba la continuación de la tradi-ción nacional religiosa de la hist-D (es verdad que purificada). Pero ha-bía otras nuevas aproximaciones.

En el exilio en Babilonia, tras perder los fundamentos de una re-ligión oficial del estado, la familia se convirtió en un escenario impor-tante para la adoración a Yahveh. Y resultó que las historias preestata-les de los padres adquirieron un nuevo significado y se contaron y vol-vieron a contar una y otra vez.53 En estas circunstancias, la circuncisióny la observancia del sábado también adquirieron una significación es-pecial, mediante los esfuerzos hechos para mantener en la diáspora laidentidad del pueblo elegido.

Es más, en Babilonia había un grupo de profetas, con su guía, queahora conocemos como el Deutero-Isaías o el segundo Isaías. Ellos bus-caban un nuevo comienzo por la reinterpretación del profeta Isaías.54

Sus textos se conservan en los capítulos 40-55 del Libro de Isaías. Inten-tan interpretar la historia, y asimismo, revelar una nueva acción salvado-ra por medio de Yahveh, y con ella, la esperanza. Detrás había obviamen-te cantantes del templo y profetas del culto del Templo de Jerusalem des-truido, como también la mezcla de un lenguaje al estilo de himnos y sal-mos, con demostraciones de oráculos de salvación. En su origen, debenhaber tenido una función algo nacionalista. Pero luego durante la ado-ración evidentemente se leían e interpretaban los profetas de la ruina, sibien los grupos que vieron la relevancia que tenían para ese tiempo (losprofetas del Deutero-Isaías) aún encontraban una aguda resistencia, co-mo podemos deducir de los textos.

Para el Deutero-Isaías es crucial, primeramente, un entendimien-to completamente nuevo de la relación entre Yahveh y la monarquía.Este grupo asevera que es Yahveh quien ha llamado al rey persa Ciro pa-ra liberar a Israel y a los otros pueblos del yugo del imperio babilónico(Is 41:2s.; 25; 45:4). Así, Dios ya no es el dios nacional de Israel, sinodios de todo el mundo, “y tiene una tendencia a ser crítico con la ac-ción de gobernar: el poder político que encuentra importancia en símismo se hace impotente y sus víctimas son liberadas”.55

En segundo lugar, los actos salvadores de Yahveh ya no afectan só-lo a Israel sino a todos los pueblos ; e Israel en esto tiene una función me-

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diadora. Pero “ya no mediante la subyugación política, como en la an-tigua teología de Jerusalem (Sal 47:3,9), sino por libre voluntad y con-vicción. La gran invitación de Yahveh sale a todas las naciones para quese conviertan a El y sean salvadas (45:22)”.56 Las llamadas “Cancionesdel Siervo”, que deben interpretarse, en parte al menos, en referencia aIsrael, muestran que es precisamente la acción salvadora de Yahveh a lagente pobre lo que hace de Israel un pueblo capaz de testificar la singu-laridad de su Dios.

En tercer lugar, se marca el fin de la “amalgamación del poder di-vino y político”. La autoridad universal de Dios como rey se convierte enuna creencia básica que “excluye claramente la monarquía humana, es-to es, la concentración institucionalizada del poder político... La viejaecuación de la ideología monárquica de Cercano Oriente, por la cual elpoder político se refleja en la medida del poder del estado, se rompepor esto”.57 El Deutero-Isaías no promete a Israel una restauración adi-cional. Yahveh mismo será el rey, liberará a los oprimidos y fortaleceráa los débiles y a los que se han fatigado (40:29-31; 41-17; 42-22). Lapartida desde Babilonia será un nuevo Éxodo (52:12). El poder dará lu-gar a la justicia (Is 42:1-4).

La misteriosa Canción del Siervo Sufriente Israel (Is 52:13-53:12) da unpaso más. Israel había podido traer la salvación a los pueblos, no en supoder, grandeza y fama, sino precisamente en la fase de su absoluta im-potencia, soportando en substitución sus sufrimientos y pecados. Este esel primer intento en el plan de Dios para la historia de dar un significa-do positivo a la pérdida de Israel del poder político, y probablemente lainterpretación teológica más profunda que jamás haya tenido el doloro-so periodo del exilio.58

Finalmente, estaba la propuesta de reforma de un grupo sacerdotalcentrado en el sacerdote profeta Ezequiel (Ez 40-48), aproximadamenteentre el 573 y el 520.59 Enfatiza la santidad del templo de Jerusalem, enel que Dios hará su morada en mitad de su pueblo después del retornode los exiliados. La conclusión política más importante del elevadoconcepto de santidad es la extensa liberación del culto de cualquier ti-po de guardianía estatal”.60 El Templo no debería pertenecer al rey denuevo. Los sacerdotes deberían ser mantenidos de otra manera (conparcelas de tierra que ellos mismos podían cuidar). Quizá debería ha-ber aún un guía político (nasi), pero despojado de todo oficio sagrado

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y sacerdotal. Para su base económica deberían dársele tierras claramen-te definidas (no cerca de la ciudad capital), pero no debería reclamarnada más ni dar tierras a las familias de los funcionarios, para que la fa-tal concentración de tierra y empobrecimiento de los campesinos ocu-rrida en el tiempo de los reyes no volviera a suceder. La tierra deberíanuevamente dividirse equitativamente, como en los tiempos previos alestado, y ahora incluso los extranjeros deberían obtener una porción.

Se esperaba que todas las familias pudieran lograr una base libre e igual,no gravada por la intervención estatal, como lo hacían antes de que exis-tiera el estado... En esta forma, el antiguo impulso liberador de la reli-gión preestatal de Yahveh ganó otra vez terreno bajo esas condiciones decambio total.61

Es impresionante ver la fuerza teológica con la cual los diferentes gruposdel destruido reino de Judá, al sur, (bien en el mismo Judá, bien en el exi-lio en Egipto y Babilonia) trataron de superar la catástrofe y planear, o im-plementar, un nuevo comienzo: los deuteronomistas de origen naciona-lista o profético, el grupo profético del Deutero-Isaías y el grupo sacerdo-tal de Ezequiel. Salvo los deuteronomistas nacionalistas, todos ellos, contodas sus diferencias, concuerdan en algo: Yahveh demuestra su singu-laridad en que, habiendo roto el poder político del rey y el lazo ideológi-co entre el culto y el rey, que se habían combinado para ocasionar la des-trucción económica del pueblo, destrucción política e idolatría, hace el re-galo de un nuevo comienzo que conlleva la santificación del culto, y laigualdad económica y la autodeterminación política para el pueblo. Sinimportar cuánto podía realizarse o no en la provincia de Judea del tiem-po posterior al exilio (ahora parte del imperio persa), estos escritos con-tienen una fuente de fe para humanizar a la sociedad, que no puede ago-tarse nunca, y que el Deutero-Isaías pensaba que atraería a los pueblosen esperanza hacia Yahveh, el Dios de la liberación, que fortalece a losdébiles.

¿Qué podría ponerse en práctica de todo esto cuando los persaspermitieran regresar a los exiliados en Babilonia, y (desde aproximada-mente el 520 a.C.) unirse con los que se habían quedado en casa en laconstrucción de una nueva comunidad en Judá? No es posible ni nece-sario presentar aquí en su totalidad la muy compleja descripción de to-dos los diferentes grupos y corrientes en competencia y en coopera-ción. Albertz lo ha hecho muy verosímilmente, siguiendo a Crüse-

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mann.62 Nosotros nos limitaremos a los fundamentos y a dar algunosejemplos.

Lo más importante es que la teología pre exílica del rey, el estado yel Templo no cobró vigencia. Claro que había señales evidentes de quedurante el periodo persa algunos círculos de la aristocracia y de la je-rarquía sacerdotal se opusieron al principio (cuando podían) a las re-formas sociales y políticas; e hicieron lo mismo hacia el final de este pe-riodo y entonces ganaron un creciente poder, sobre todo en el periodoheleno-romano siguiente.

Pero en los comienzos del periodo posterior al exilio, algo hizocrisis y desacreditó la profecía radical, que quedó al margen de la socie-dad, si no fue bajo tierra: Al principio, los persas habían dado a Zerub-babel, del linaje de David, como gobernador, la tarea de organizar la re-construcción de Judá. Pero los persas intervinieron cuando los profetasde la salvación Zacarías y Haggai profetizaron la restauración de la mo-narquía del linaje de David junto con la construcción del Templo, y ex-tendieron una atmósfera de rebelión entre el pueblo. Los tres tuvieronque desaparecer; tras este contratiempo, los profetas en general perdie-ron su significación pública y se separaron en pequeños grupos; proba-blemente los que no tenían tierra, los inferiores entre los inferiores, fue-ron casi los únicos que los apoyaron entonces. La esperanza en el futu-ro se hizo escatológica: Dios intervendría radicalmente desde afuera yacabaría con toda explotación y miseria económica, y toda opresiónpolítica (cf. por ej. la tercera parte del Libro de Isaías, Is 55-66).63 Laprofecía solamente volvió a jugar un papel públicamente significativoen la literatura apocalíptica.

La reorganización de la vida de la comunidad judía en el periodopersa era la obra de una coalición de la masa de los campesinos libres(minifundistas) y una parte de la clase alta de mentalidad reformista:como Nehemías y los sacerdotes reformistas del grupo de Ezequiel. Si-guiendo las tradiciones deuteronómicas-deuteronomistas, los campesi-nos y los miembros progresistas de la clase alta constituyeron el Conse-jo de los Ancianos, el cuerpo laico principal, que consistía de represen-tantes de las asociaciones recientemente formadas de las familias exten-didas (los clanes). Los sacerdotes estaban representados en el Colegio deSacerdotes. Para las decisiones importantes se revivía la Asamblea delPueblo. No se preveía un rey, y no lo hubieran permitido los persas, al

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mando ellos mismos. El Consejo de los Ancianos y la Asamblea delPueblo seguían claramente los modelos de los tiempos previos al esta-do; sólo el Colegio de Sacerdotes era una invención posterior, ahora sinvínculo alguno con el poder de los reyes. De este modo, la estructura delautogobierno judío en el periodo persa era un “intento de una recons-trucción artificial de la estructura social del periodo preestatal”.64 Des-de la experiencia del fracaso (de la domesticación) del sistema monár-quico, la sociedad se había transformado (pero sólo semi autónoma-mente ) en un rincón del Imperio persa. Por esta primera razón, esta es-tructuración de las relaciones socio económicas con sus raíces en Yah-veh, el Dios de la liberación, no podía funcionar del todo. Tenía que pa-garse tributo a los persas tal como antes al rey. Otra razón era que unaparte de la clase alta, que había alcanzado el apogeo durante la monar-quía, rechazaba la solidaridad, para que los campesinos nuevamente tu-vieran que enfrentar el empeoramiento de los niveles de pobreza, deu-da y esclavitud. Por eso todas las leyes y reglas de conducta tenían másun carácter correctivo que constitutivo, en comparación con las delDeuteronomio. Sólo así se podía expresar efectivamente el deseo deigualdad y solidaridad. Aquí tenemos algunos ejemplos.

Lo que siguió en los círculos sacerdotales tras el retorno a Judá nofue la constitución preliminar de Ezequiel y su grupo (Ez 40-48), sinoel llamado “documento sacerdotal” (S).65 Probablemente esto propor-cionó la base para la posición sacerdotal sobre la reordenación de lasrelaciones en la Judea posterior al exilio y fue parte del contexto para laemergencia del Pentateuco (Los Cinco Libros de Moisés).

Albertz se imagina el siguiente guión.66 Se sabe que los persas tenían lacostumbre de registrar por escrito las prácticas cultuales y legales de lospueblos subyugados; con el objeto, por un lado, de estimular la lealtad alImperio al mostrar interés en estas tradiciones propias del pueblo, y, porel otro, de poder controlar mejor a los pueblos que ellos mismos gober-naban según los principios que reconocían. Los documentos básicos queresultaban, recibían entonces la “autorización imperial”. Los dos cuerposde autogobierno, el Consejo de los Ancianos compuesto de “laicos” y elColegio de Sacerdotes, probablemente encargaron la producción de taldocumento básico. Albertz llama “comisiones teológicas” a los encarga-dos de esta tarea. De cualquier modo, es una buena explicación del com-promiso con el Pentateuco entre los partidos deuteronómicos-deutero-nomistas y los partidos sacerdotales. Ambos elementos juntos, que con-

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formaban el Pentateuco como la Torá de Israel, deben haberse comple-tado en algún momento entre el final de la construcción del templo enel 515 a.C. y la aparición de Nehemías en Judea en el 445 a.C. En la épo-ca de la misión de Ezra, en el 458 o el 398, los persas canonizaron y re-forzaron oficialmente el documento. Por eso Veerkamp lo llama el mo-delo de “la república de la Torá”.

Crüsemann ve en los escritos sacerdotales de la Torá (S) sobre to-do tres nuevos acentos que, empezando desde la Creación, hacen posi-ble sentir la presencia de Dios y labrar la voluntad de Dios en leyes, in-cluso en la Diáspora, y luego en la semiautonomía del Imperio persa:

-S afloja el lazo entre la Ley de Dios y el Éxodo, la posesión de la tierra yel culto ...;-S interpreta el Éxodo en una nueva forma radical (la presencia de Dioslibera a su pueblo para la santidad) y hace posible así los fundamentosde una Ley que obedecerán no sólo los terratenientes libres;-S hace centrales para el culto al perdón y la reconciliación, e integra asíen la Torá el fracaso de Israel en observarlos.67

Para nuestro cuestionamiento sobre las formas alternativas de la eco-nomía es esencial el Cap. 25 del levítico, desde el Código de la santi-dad.68

– Lev 25:2-769 empieza con la regla para el séptimo año, que aquíse llama el año sabático. Debería celebrarse, y la vida corriente deberíasuspenderse, incluyendo las leyes normales que gobiernan la economía:para Dios, para la tierra, para los trabajadores, para todos, hasta los es-clavos. Porque Dios es el dueño de la tierra.

– Lev: 25:8-31 da las reglas del famoso año del jubileo, las siete ve-ces siete años.70 El “jubileo” es el cuerno tocado en público en los even-tos importantes, como el avance al monte Sinaí y la caída de los murosde Jericó (Ex 19:13; Jos 6:3ss.). Veerkamp lo interpreta convincente-mente como una alusión al regalo de la “Carta Magna” de la libertad deIsrael en el Sinaí y como la destrucción de una ciudad reino, con su di-visión de la sociedad en clases, donde los ricos se hacían más ricos y lospobres más pobres. El acontecimiento crucial del año es la vuelta a lasituación original de igualdad. Todos regresan a su propia tierra, que esla base de la libertad igualitaria de las familias. Los que más han acu-mulado deben devolverlo en el “Día de la Reconciliación”, la “fiesta dela reconciliación”, cuando los sacerdotes “reconcilian” por todos los

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errores al poner los pecados del pueblo en la víctima propiciatoria y alconducirla al desierto. Obviamente, el surgimiento de la desigualdad seinterpreta como pecado. Dios ha derribado la antigua estructura. Esteaño es santo porque Dios es Santo. No sabemos si esta reestructuraciónradical del sistema se llegó a hacer completamente realidad. Hay quienpiensa que el número siete veces siete también tiene que ver con el re-greso del exilio al cabo de 50 años, con todas las familias recibiendo elmismo regalo de tierra para posibilitarles un sustento (como teníancon el sistema igualitario original antes del estado en Israel. Pero loesencial, a diferencia de las culturas vecinas, es que no es sólo un actode generosidad del rey, sino un derecho para cada familia, otorgado porDios y preservado en las leyes.

– Los versos 14-17 mencionan el precio, la vaca sagrada de la eco-nomía de mercado.71

Si vendéis algo a vuestro prójimo, o le compráis algo, ved que nadie da-ñe a su hermano (v 14).

Se trata de la tierra, el medio de producción por el que las fami-lias se ganan el sustento con la agricultura. El énfasis se pone en la pro-tección del vendedor: en la situación de una economía de subsistencia,normalmente vende no porque quiere sino porque lo necesita, por unamala cosecha, unos altos pagos de tributo o algo por el estilo. Precisa-mente es en estas situaciones de necesidad que la “oferta” del mercadoaumenta, así que aquellos que estén en una posición más fuerte puedenapretar los precios. La constitución preliminar de Ezequiel (Ez 45:8)contiene una disposición para la persona más poderosa, el rey: “Mispríncipes ya no oprimirán a mi pueblo”, al ampliar sus tierras a costa deprivar al pueblo de sus propiedades (Ez 46:18). La palabra janah, opri-mir, significa literalmente “usar violencia”, la violencia de los que son(en términos de mercado) más fuertes contra los que son más débiles(cf. Ex 22:10 ¡contra los extranjeros!). La alternativa es que el compra-dor debería fijar el precio no según la ley del mercado sino el valor realde la tierra, y que es la suma de la producción de las cosechas hasta elaño del Jubileo, pues en todo caso, la tierra vuelve entonces a la perso-na que la compró (sin necesidad). La teología siguió con sus ideas so-bre el “precio justo” hasta el tiempo de la Reforma; luego capituló anteel mercado y la ley del más fuerte. Pero:

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Temerás a tu Dios; porque Yo soy el señor vuestro Dios (v.17).

Veerkamp presta atención acertadamente a esta renovada eviden-cia de que la teología y la ética no se meten en los asuntos de la econo-mía. “‘Dios’ no se pone del lado de los pobres, social y económicamen-te indefensos, como se podría haber puesto igualmente del lado de susoponentes. Más bien, el mismo NOMBRE (que desde el Ex 3 está man-dado que es Yahveh) contiene esta posición. Es la expresión de un or-den en el que esta explotación no existe ni puede existir... Así que, lateología no es más que otro lenguaje para expresar la confianza de la es-trategia económica elegida.”72

– El verso 23 va al corazón teológico y económico de este asunto:

La tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra me pertene-ce, y para mí vosotros sois solamente extranjeros y huéspedes.

Esta sentencia limita considerablemente la legislación civil de lapropiedad. En el antiguo Cercano Oriente, y más aún en la antigua Ro-ma, no se oía sobre ello. La propiedad conllevaba un derecho de dispo-sición, que en Roma era absoluto. El rey se veía a sí mismo como el due-ño del país. En Israel es distinto: el pueblo simplemente tiene derechosinferiores en comparación a Yahveh. Dios les entrega la tierra parausarla, en alquiler, no para disminuir a sus criaturas, sino para prote-gerlas contra los fuertes que las explotan. Por eso la pregunta de quiénes ‘Dios’ realmente significa qué funciona como ‘Dios’73; los fuertes po-lítica y económicamente, o Yahveh, que libera a su pueblo de la casa dela esclavitud y protege a los débiles.

– Los versos 24ss. tratan de la orden de ge’ ulah, la posibilidad deredimir (rescatar) lo que se ha vendido.74

Permitiréis un derecho de redención sobre toda vuestra propiedad detierras.

Lo cual es también una “redención” en la tradición cristiana, aun-que se ha espiritualizado por tanto tiempo que ya nadie piensa en susorígenes socioeconómicos. Ge’ ulah viene de la raíz ga’al: “cumplir conel deber familiar propio respecto a alguien”. Go’el es el “redentor”. En losversos siguientes hay situaciones en las que un hermano está en la rui-na, casos en los cuales el ge’ ulah debería entrar en acción; la solidari-dad familiar, se refiere no sólo a la familia individual, sino a todo Israel,

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cuya estructura social entera se modela en esta materia. Es esa misma“ética de la fraternidad (hermandad)” que Max Weber cree imposibleen la economía capitalista de mercado.

Justo como la soberanía absoluta del NOMBRE es la razón para la igual-dad en Jehudah (Judá) y para la autonomía de Jehudah, esta estructurade relación es el marco para la igualdad. Toda la “legislación civil” de Je-hudah funciona solamente dentro de este marco y por esta razón.75

– Los versos 25-28 tratan de la situación en la que un hermano es-tá en la ruina y debe vender su tierra por necesidad. Este mecanismo deemergencia está implícito en la queja del “pueblo común y sus viudas”ante Nehemías. En este caso, el pariente más cercano debería ir y, comofuera, rescatar la propiedad de su hermano. El Libro de Rut muestraque estos dos “hermanos” de hecho pueden ser mujeres: nos cuenta laclásica historia de la orden de ge ‘ulah. Si en la familia nadie redime latierra, el comprador debería vender su renta de varios años sucesivos,pero no la tierra misma. Esto de todos modos revierte a la familia ori-ginal de la propiedad en el año del Jubileo.

– Los versos 29-34 conciernen a las “casas”.76 Las casas deberíantener un derecho de redención, por un año solamente en los pueblos-/ciudades, para siempre las casas de las aldeas, y no venderse en abso-luto las casas de los levitas. Bajo esta diferencia está el hecho de que enlas áreas rurales, las casas, como la tierra, pertenecen a los medios deproducción. “La preocupación del legislador es garantizar una y otravez a los productores directos la propiedad de sus medios de produc-ción”.77 Se exceptúan las casas urbanas de los levitas, pues eran su úni-ca propiedad.

– Los versos 35-38 tratan entonces sobre la prohibición de“neshek”, “dar un mordisco”, tomar más cuando tu hermano está endeuda contigo.78

Cuando tu hermano israelita esté en la pobreza y no pueda sostenerse así mismo en la comunidad, debes ayudarlo como lo harías con un extra-ño o un extranjero, y vivirá contigo. No le cobrarás interés en un présta-mo, ni deduciéndolo por adelantado del monto del capital (neshek), niañadiéndolo al reembolso. Temerás a tu Dios, y tu hermano vivirá con-tigo: no deducirás interés cuando le adelantes dinero ni añadirás interésal pago debido por los alimentos dados a crédito. Yo soy el SEÑOR vues-tro dios que os sacó de Egipto para daros la tierra de Canaan y ser vues-tro Dios.

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Ya hemos señalado que neshek no puede identificarse simplemen-te con cobrar intereses en la economía capitalista. El interés es una por-ción del valor excedente que ha salido de la producción terminada;aunque el tamaño de esa porción sí es pertinente. En el sistema econó-mico del antiguo Cercano Oriente, el neshek significa “arrancar a mor-discos” lo que esa persona tiene para vivir. Más aún, según este texto,en la mente de Yahveh el criterio para todo sistema económico es quela gente debería vivir, no sólo vegetar; debería ser productiva y capaz demantenerse adecuadamente a sí misma (aun por algún tiempo, hasta elaño del Jubileo, sea a costa de que los extranjeros y los agricultoresarrendatarios tengan menores derechos). Cualquier otra cosa es “Egip-to”: explotación, esclavitud y opresión.

– Versos 39-46: los “reducidos a la pobreza” que se venden a sí mis-mos.79

Cuando tu hermano caiga en la pobreza y se te venda, no lo usarás paratrabajar para ti como un esclavo. Su condición debe ser la de un jornale-ro o un extranjero que se aloja contigo; debe trabajar para ti hasta el añodel jubileo. Entonces abandonará tu servicio, con sus hijos, y volverá a sufamilia y a la propiedad de sus ancestros: porque son mis esclavos, quesaqué de Egipto, no deben ser vendidos como lo son los esclavos. No loconducirás con un rigor despiadado.

Habla esto del “constante tema de la economía política en la situa-ción de deuda - esclavitud del mundo antiguo”.80 Vale la pena notaraquí que el documento sacerdotal se aparta de las antiguas leyes de Is-rael en este punto. Cambia la condición de los esclavos a la de jornale-ros de día y agricultores arrendatarios, pero Veerkamp duda de que ellorepresente un real progreso. Los jornaleros de día eran el grupo socialmás bajo, y particularmente inseguro, mientras los esclavos eran partede la casa familiar y podían vivir vidas muy seguras, al menos en térmi-nos materiales. Por otra parte, Crüsemann ve signos de una tendenciahacia la abolición de la esclavitud en general.81 Pero ambos concuer-dan en que aplazar la liberación de los esclavos cada séptimo año, co-mo en el Libro de la Alianza y el Deuteronomio (cf. Ex 21 y Deut 15),para el año del Jubileo, el año quincuagésimo, representa una inequívo-ca “desradicalización” de las leyes de Israel y una exacerbación de la po-sición de los esclavos por deudas.82 Nuevamente hay una referencia ex-plícita a Yahveh, el fundamento de estas leyes, que libera de Egipto a los

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esclavos y quien se coloca a sí mismo en el lugar de un rey o un faraón.Pero no pisotea a sus sirvientes, sino que protege sus vidas y su posiciónen la sociedad cuando son reducidos a la pobreza.

– Los versos 47-55 se ocupan del caso especial de cuando los israe-litas tuvieron que venderse a sí mismos a los extranjeros. Entonces supariente más cercano debía “redimirlos” y mantenerlos como jornale-ros de día hasta el año del Jubileo. Aquí nos encontramos con el recuer-do sobre la liberación de Egipto.

– El cierre de todo el asunto (26:1s.) es otra vez sumamente teo-lógico.83

No os hagáis ídolos; ni pongáis imágenes talladas ni pilares sagrados; nicoloquéis en vuestra tierra piedras esculpidas como estatuas para postra-ros ante ellas, porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Guardaréis mis sá-bados y veneraréis mi santuario. Yo, el Señor (Yahveh).

Este orden económico es una expresión del primer y segundomandamientos. El rechazo a otros dioses “no es una expresión de into-lerancia religiosa, sino de la irreconciabilidad práctica de las condi-ciones en una sociedad que trata de seguir las órdenes del Sábado y elge’ ulah, en el contexto de la acumulación de propiedad típica del anti-guo Cercano Oriente”. Así dice Ton Veerkamp, quien certeramente con-tinúa así:

Todo el que se postra ante los dioses de los goyim (los pueblos) aceptalas condiciones que van con ellos como dadas por Dios. No se trata deuna cuestión de ética: Más bien, un cuerpo de leyes que buscaba defen-der los intereses económicos de un grupo muy específico que el puebloenfrentaba. El texto tiene un inequívoco punto de vista de clase; intervie-ne en la lucha de clases en favor de quienes el sustento y la libertad estánamenazados y contra aquellos en cuyas manos se empiezan a concentrarlos medios de producción. En algunas partes puede ser inconsecuente,pero no inequívoco. Al considerar la parte de la teología en la economíaen la fuerza de este texto, podemos decir que la teología no reemplaza ala economía, sino que la hace inequívoca; es decir, la teología asegura laeconomía tal como ésta representa inequívocamente, y por tanto tam-bién intransigentemente, los intereses de quienes son santos a los ojosdel UNO y ETERNO Dios, del pueblo que El condujo fuera de la casa dela esclavitud. Lo que nos llama, incluso hoy, no son las soluciones espe-cíficas de este texto, sino su claridad absoluta.84

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A propósito, el Libro de Nehemías muestra que el aplazamiento dela liberación de los esclavos del séptimo al quincuagésimo año, como seproponía en el Código de Santidad sacerdotal, no se llevó a cabo (cf.Neh 10:32). Volveremos brevemente a este libro, porque contiene unbuen ejemplo de cómo las leyes de Israel, el pueblo de Yahveh el libera-dor, se seguían en la práctica, hasta en un ambiente donde la tendenciaera a dividir la sociedad en ricos y pobres. En una clásica escena, “elpueblo común y corriente y sus viudas”85 fue a ver a Nehemías , el go-bernador persa en Judea (445-425 a.C.), y se quejó sobre la falta de so-lidaridad de la clase alta, que los había sumido en las deudas, la prisióny la esclavitud (sobre todo del tributo al rey persa, que, para empeorarlas cosas, tenía que pagarse en plata o, en términos actuales, monedadura o fuerte). Nehemías reprendió coléricamente a la clase alta y a losfuncionarios, y les urgió, en el nombre de Yahveh, que pide la solidari-dad de la familia (hermandad), a perdonar las deudas. Y tuvo éxito ensu llamado. Hasta él mismo renunció a los impuestos destinados parasu administración de gobernador con sus 150 funcionarios.

Este ejemplo muestra que en una sociedad transformada, encabezadapor Yahveh, es posible establecer elementos de solidaridad donde las au-toridades imperiales conceden un espacio libre, un nicho (exigiendo eltributo y por tanto, básicamente saqueando). Incluso si la concesión deeste espacio puede verse como parte de la tradición de actos de clemen-cia de los reyes en el antiguo Cercano Oriente (y no se conoce que seaplicaran a las clases altas como un todo), la ley codificada que surge enJudea va claramente más allá de los actos individuales de este tipo y le-vanta preguntas sobre el sistema. Judea es una sociedad transformadaen el periodo persa, sostenida por los campesinos productores (la Asam-blea del Pueblo) y sus aliados en el Consejo de los Ancianos y el Colegiode Sacerdotes, bajo la regencia (monárquica) de Dios en un rincón delreino tributario de los persas. Transformada en el sentido de que no estáorganizada como un sistema tributario de rey y templo, sino que tiene la-zos con la sociedad autónoma e igualitaria de la época preestatal. Perocomo sólo es semiautónoma por estar sujeta al Imperio persa, tiene queaplicar algunos elementos de “domesticación” a los mecanismos del sis-tema monárquico (como lo demuestra el ejemplo de Nehemías). Es unacontracultura semiautónoma. En tanto en cuanto sus clases altas sacer-dotales y político económicas vuelven la espalda a la solidaridad, contri-buyen a la caída de la República de la Torá.

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Me gustaría cerrar este repaso a los intentos de Judea por crearuna sociedad alternativa, no tributaria, refiriéndome a algo que quizápuede verse como muy antieconómico. Como vimos, durante la prime-ra fase igualitaria después del 587 a.C., los que se quedaron en casa reo-rientaron sus “diezmos”, o tributos, no sólo lejos del rey y hacia los queno tenían medios de producción propios, sino también hacia los costosde un festival de la comunidad con un gran banquete en el que todospodían participar: “Allí emplearás este dinero en todo lo que desees, ga-nado mayor o menor, vino o bebida fermentada, todo lo que tu almaapetezca; comerás allí y te regocijarás, tú y tu familia, en la presencia delSeñor (Yahveh) tu Dios” (Deut 14:26). Igualmente, Esdras dice tras lapromesa del pueblo de mantener la Ley, la Torá de Yahveh:

Podéis marchar ahora; comed ricos manjares y bebidas dulces, y mandadsu ración a quien no puede preparárselo; porque este día está consagra-do a nuestro señor. Que no haya tristeza, pues la alegría en el SEÑOR esvuestra fortaleza (Neh 8:10).

La solidaridad no es algo rígido y triste. Una economía sostenedo-ra de la vida (para todos) es algo alegre. Volveremos a encontrarnos conesto al abordar la primera comunidad cristiana.

4. La resistencia a los imperios totalitarios romano y heleno ylas alternativas en pequeña escala de los escritos apocalípticos

Job es la contraparte en este asunto. Ton Veerkamp ha mostradoen un capítulo fascinante sobre el Libro de Job que él es el tipo de cam-pesino libre arruinado por el endurecimiento del sistema imperial tri-butario en el Helenismo.86 Job representa al Israel de la República de laTorá en el periodo persa, que ya no puede mantener su identidad sepa-rada semiautónoma de cara a los imperios helenos después de Alejan-dro Magno (330 a.C.) y su inclinación al totalitarismo. Pero al contra-rio de sus amigos, Job se niega testarudamente a aceptar como Dios alDios arbitrario que está detrás de ese sistema. El Yahveh de la liberacióny la solidaridad y el Dios arbitrario de los gobernantes helenos son to-talmente opuestos. Esto lo abate; no, antes de abatirse por completo,Dios se aleja de su propia perversión. Deja de lado la forma de los dio-ses griegos arbitrarios que funcionan bajo la moira, el destino, y una vez

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más, instala a Job, el hombre justo según la Torá, en una vida de bendi-ciones. Job acaba el libro con una revolución porque introduce el dere-cho de sus hijas a heredar propiedades. Israel no renuncia a la esperan-za ni siquiera en las noches más sombrías de la oscuridad de Dios. Pe-ro aquí queda lugar sólo para lo que deja la situación de desesperacióny teodicea que Ton Veerkamp ha sacado a relucir de forma maestra.

Volvemos de inmediato a la situación en la cual una presión exce-siva hizo explotar la caldera en los años 169-167 a.C. En el 169 a.C., eldirigente seleucida Antíoco IV Epífanes saqueó el templo, reconstruidotras el Exilio, y entró en lo Santo entre lo santo. En el 168 destruyó Je-rusalem, y en el 167 estableció el culto a Zeus Olimpio en el lugar san-to del templo. Frente a esta amenaza total a la fe judía y la comunidadalternativa, aparecieron diversas formas de resistencia práctica y teoló-gica (contra la aristocracia sacerdotal, que mientras tanto había estadode acuerdo con los imperios, y la parte colaboradora de la clase alta;ambas habían contribuido claramente desde dentro al colapso de la Re-pública de la Torá).

Socialmente, los habitantes de Judea oprimidos formaron unacoalición de resistencia.87 Las insurrecciones contra los egipcios (200a.C.), esto es, bajo el Imperio ptolomeico-heleno, habían fracasado.Ahora se formaba una amplia alianza, que consistía en:– familias sacerdotales del campo, quienes enseguida asumieron la di-

rección de la oposición;– campesinos libres y terratenientes, quienes veían peligrar su existen-

cia por la economía de dinero helena y la consecuente acumulaciónde tierra en manos de las élites urbanas;

– los que ya habían sido desarraigados;– el partido de los “piadosos” (hasidaeans = hasideos), un partido ra-

dical de la Torá cuyos miembros pelearon como guerrillas contra elHelenismo.

Esta alianza, que aparte de sus objetivos políticos y socioeconómi-cos, recobró Jerusalem por la fuerza de las armas en el 164 a.C. El Tem-plo se limpió y se lo volvió a dedicar. Pero esa coalición se rompiócuando Jonatán Macabeo tuvo aspiraciones de convertirse no sólo enrey sino también en alto sacerdote. Cuando el sacerdocio de la realezaera la norma en el antiguo Cercano Oriente, tenía en contra a toda laTorá. Los Hasideoss también se dividieron, tras la decepción de ver quela regencia de los macabeos se había helenizado. Mientras un grupo se

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retiraba al desierto para vivir hasta el fin una alternativa al Helenismo(y convertirse más tarde en los Esenios, en Qumran y otros lugares),otros se separaron de ellos para “mantenerse listos para la acción polí-tica” como el partido de la Torá (Veerkamp). Este grupo disidente (pe-rizim) se convertiría en los Fariseos, que a su vez formaron un “ala mi-litar”, los Zelotes. Además, había grupos mesiánicos marginales que per-manecían en la tradición de los profetas.

Daniel es el ejemplo canónico de la teología apocalíptica de resisten-cia. Hubo en el periodo heleno antes del Libro de Daniel88 otras teolo-gías de resistencia apocalípticas y profético tardías: Zac. 9-11, Is 24-27y I Enoc, por ejemplo. Los grupos posteriores, en gran parte de la hezde la sociedad, habían tenido que resignarse a una existencia marginal,de tensión con la mayoría judía, incluso los fieles a la Torá; esta situa-ción cambió dramáticamente cuando los grupos más importantes for-maron una alianza para la resistencia común. En la teología apocalípti-ca de resistencia las tradiciones más importantes de Israel se fusionancon la profecía.89

El Libro de Daniel90 contiene el testimonio más importante para esta si-tuación. Consiste de una parte escrita en arameo (2:4b-7:28), probable-mente durante la diáspora siria y mesopotámica, con el recurso a anti-guas narraciones, y evidentemente para estimular en su lucha a la coali-ción macabea. Tiene añadida una parte hebrea (8:1-12:13), obviamentepor los Hasideos desilusionados por los Macabeos, pues incluye comen-tarios críticos sobre ellos (11:34). Un redactor también ha insertado elprimer capítulo con el fin de mostrar que Daniel y sus amigos ya habíanresistido de jóvenes la presión a conformarse con el Helenismo.

En nuestra línea de cuestionamiento, seleccionamos dos capítulos(el 3 y el 7) particularmente importantes del libro de Daniel, para acla-rar la manera en que los grupos fieles a Yahveh se comportan frente alsistema totalitario. El Cap.3 de Daniel describe como un todo al siste-ma totalitario político, económico e ideológico del tipo de imperio he-leno: el rey (el poder político) tiene una imagen construida en oro (elpoder económico), ante la que el pueblo debe postrarse (el poder ideo-lógico). Veerkamp lo expresa vívidamente:

La imagen era de oro, y gigante: unos 30 metros. Un monstruo dorado.El oro hace posibles las transacciones entre los actuales y los futuros po-seedores de bienes; en reserva es poder adquisitivo, y cuantificado, pue-

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de ser utilizado como un medio de medir el valor. Un medio de inter-cambio, de conservar el valor y una medida de valor: el oro es el centrode gravedad para la economía helena. El rey de reyes se hace una imagencon él; considera a la economía como algo material y hace de ella un ob-jeto cultual, convierte al oro en un fetiche. La personificación de la polí-tica (el rey) exalta la personificación de la economía (el oro) como elDios del mundo entero: Tal es el proceso que aquí se cuenta. Así que es-ta narración describe la unidad de la política, la economía y la ideologíaen el periodo heleno: describe un orden económico mundial.91

Los antecedentes: Antíoco IV, según I Mac 1:41s., ha redactado undecreto por el cual todos los pueblos de su Imperio tienen que renun-ciar a su autonomía cultural y legal para convertirse en un pueblo im-perial. Esto significa que desde entonces la unidad ideológica consistíaen seguir la unidad económica (mediante el dinero) y política (me-diante el poder militar de la conquista) que se había logrado. Todo elmundo cae de rodillas, menos tres hombres judíos: Daniel y sus ami-gos. Se niegan a someterse, aunque serán echados al horno ardiente:

... has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adora-remos la estatua de oro que has erigido (3:18).

Ton Veerkamp: “Esta confesión, porque eso significa, es su recha-zo a postrarse ante el dios del rey y el Imperio, ante el oro. La confesiónes la proclamación de un acto, un acto de rechazo. Por lo tanto, no es-tán recitando un vulgar credo, sino diciendo lo que van a hacer, o másbien lo que no van a hacer, y están plenamente conscientes del riesgoque conlleva este fracaso de actuar.”

En esta historia, Dios salva a los hombres del horno, pero antesellos dicen: Dios puede salvarnos, y aunque no lo haga, declaramos queno nos derrumbaremos. Así que están preparados para el martirio: esees el precio a pagar por romper con el poder total y arrogante del siste-ma mundial. Pues el poder no puede existir a menos que se lo adore, esdecir, que se lo reconozca como un poder absoluto. El poder no puedeexistir si se le retiran su legitimación y la lealtad para con él. Hoy esaclase de poder significa que no hay alternativa al mercado capitalista(volveremos sobre ello).

El Cap. 7 de Daniel es la gran visión del reino del mundo y suapertura al reino de Dios. Primero se describe el poder asesino de los

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imperios anteriores; en el sueño parecen animales. El león alado repre-senta al imperio neobabilónico, el oso a los medos y el leopardo a lospersas. El león alado es un híbrido, que simboliza el legado del poderde Asur (el león) y de Egipto (el buitre) bajo la sola autoridad de Babi-lonia. Lo provocativo de esto es que estos mismos animales aparecencomo bestias heráldicas en la iconografía de estos imperios, como ex-presiones de fortaleza. Ahora asumen el aspecto temible de mortalesanimales de presa (lo que también son). Daniel no puede ni siquieraencontrar una bestia que simbolice al imperio griego: sólo puede des-cribirlo como un monstruo aterrador; es un poder absolutista, que nodeja ningún espacio para la autonomía. Es el opuesto absoluto al Diosde Israel.

La segunda parte de esta visión muestra cómo se vence a este serterrible. Sube al trono uno que es el “Venerable de los Días”, se consti-tuye un tribunal, se pronuncia la sentencia, el monstruo asesino es des-truido y el poder se entrega a un ser “como un hijo de hombre”. El sim-bolismo es claro: Dios es el Rey verdadero, su trono es luz y verdad. Li-mita el enfoque de los que se han tomado el poder para sí mismos. Da-niel pone al ser con una cara humana, en contraste con los animales depresa y los monstruos. El elemento humano, la comunidad humana, loscrea Dios para siempre. ¿Quién es el compendio de todo lo que es “hu-mano”? Daniel lo aclara al volver al sueño por segunda vez. El juicio se“da en favor de los santos del Más Alto”; trae justicia para el pueblooprimido de Dios.

En Israel, la santidad sólo puede ser lo que preserva la libertad. El Santode Israel es quien hace libres; la santidad de Israel es la preservación de lalibertad, su disciplina, la Torá. El que hace libres es quien hace santos.93

Lo cual quiere decir que el Reino de Dios, que vence a los reinos asesi-nos del mundo, es un reino gobernado y configurado por los seres hu-manos para los seres humanos en libertad y solidaridad. Por eso se le lla-ma eterno: la vida eterna. Entonces, ¿cómo reacciona Israel ante un rei-no económica, política e ideológicamente totalitario? Los diferentes gru-pos reaccionan diferentemente. Debemos dejar de lado la aristocracia sa-cerdotal (más tarde, los saduceos) y la elite adinerada y terrateniente,pues simplemente unían sus fuerzas a las del Helenismo. De entre losque permanecieron fieles, los macabeos fueron los que respondieron conuna revolución, pero posteriormente –como Jehú tras la primera revolu-

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ción en Israel– se ajustaron a la norma del sistema de poder y se volvie-ron ellos mismos reyes-sacerdotes absolutistas. Dos grupos se mantie-nen con la oposición a los que son fieles a la Torá: los fariseos, objetoresparciales que quieren permanecer en el asunto cotidiano de la política, ylos hasideos que se internan en el desierto, objetores totales que procu-ran practicar la comunidad humana como una alternativa en pequeña es-cala en anticipación al reino de Dios. Por último están los grupos mesiá-nicos marginales, quienes, en la intensa piedad de su pobreza, esperanla irrupción del reino de Dios.94 El rechazo y las alternativas en pequeñaescala a la expectativa del reino de Dios: he ahí las respuestas de los fie-les que se encuentra Jesús de Nazaret.

5. El movimiento de Jesús y las primeras comunidades cristia-nas mesiánicas como la sal, la luz y la levadura del reino deDios en Israel y entre los pueblos

En vista de la lucha de los israelitas por más de mil años contra losreinos opresivos y destructores de la vida, y en busca de una forma devida alternativa inspirada por el Dios liberador y de la solidaridad, noes nada sorprendente que la vida y la predicación de Jesús se centren enel Reino de Dios. El Reino de Dios (malkuth YHWH) significa literal-mente “Dios se hace rey”. Lo sorprendente es que muchas iglesias dehoy, en su interpretación y predicación a lo largo de los años, han va-ciado el sentido pleno y fundamental del Reino de Dios en el mensajede Jesús de prácticamente todo su contenido económico y político. Yusualmente encontramos parecidas falsas interpretaciones respecto aPablo, el apóstol de los Gentiles, y a otros escritos del Segundo Testa-mento.95

Probablemente también por eso, de lo que yo sé, aún no hay unaexhaustiva presentación sociológica teológica del Movimiento de Jesúsy el primer Cristianismo que base consistentemente su indagación enla lucha de la historia de Israel con el sistema socioeconómico, políticoe ideológico de los grandes imperios. Tal presentación tendría que de-jar claro asimismo el surgimiento de las primeras variantes cristianasdel Judaísmo relacionadas con la propia historia del Judaísmo en esetiempo. Pero afortunadamente hay trabajos que ofrecen ejemplos decómo deberíamos proceder metodológicamente.

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Los hermanos Norbert y Gerhard Lohfink proporcionan algunos boce-tos magistrales en sus libros Das Jüdische am Christentum (El elementojudío en el Cristianismo) y Wem gilt die Bergpredigt? (To whom does theSermon on the Mount apply?) (¿A quién se aplica el sermón de la mon-taña?)96 Al igual que Lohfink y otros autores, Wilhelm Haller ha escritoun libro relacionado con mi preocupación, que se concentra en la direc-ción básica de Jesús: Die heilsame Alternative – Jesuanische Ethik in Wirts-chaft un Politik (La alternativa saludable – La ética de Jesús en la econo-mía y la política)97. De la investigación sociológica concentrada en el Se-gundo Testamento menciono solamente a Klaus Wengst: Pax Romana yla Paz de Cristo, y a Luise Schottroff: Lydias ungeduldige Schwestern - Fe-ministische Socialgeschichte des frühen Christentums (Las impacienteshermanas de Lydia - Sociología feminista del primer Cristianismo),98

que se complementan magníficamente. Wengst ofrece una presentaciónexhaustiva del Imperio Romano en sus dimensiones política, militar,económica, cultural y religiosa: las macroestructuras. Schottroff se con-centra en el problema del patriarcado, que tiene su escenario original enla “casa”, el oikos, y así en las bases económica, cultural y religiosa de lacomunidad política.He elegido estos ejemplos porque se orientan a la teología de la libera-ción y al feminismo. L. Schottroff , en una sección introductoria dondemaneja a autores como Theissen y Meeks, da razones por las cuales unenfoque sociológico que se proclame neutral no es apropiado para lostextos que en una situación asimétrica de poder –diría yo que como la lí-nea principal de la Biblia hebrea– se pone inequívocamente del lado delos pobres y débiles. Critica principalmente que el modelo usual en laexégesis socio histórica burguesa para distinguir a los radicales nómadasdel patriarcalismo de amor (conformista) de las congregaciones locales;oscurece el hecho de que, las escrituras cristianas en su totalidad mantie-nen la tensión entre el Reino de Dios y su realización en grupos y comu-nidades mesiánicos, por un lado, y la realidad social en el Imperio Ro-mano por el otro lado. Helmut Gollwitzer está especialmente cercano, entérminos teológico sistemáticos, a estas tendencias de la teología bíblica.Lo demuestra el título de estas últimas series de lecturas: “Liberación pa-ra la Solidaridad”. Y Karl Barth, al argumentar que “la comunidad cris-tiana y la comunidad cívica” deberían verse como dos círculos concén-tricos, descubre el poder irradiador del pueblo de Dios entre los pue-blos.99

De la coalición de resistencia judía proviene la esperanza en el rei-no de Dios con un rostro humano, el cual eliminará todos los reinos

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que son como animales de presa, y el sistema totalitario heleno y aho-ra romano. Los Esenios se llevaron esta esperanza con ellos al desierto,y los grupos proféticos mesiánicos se la llevaron a los pobres que se ha-bían hecho un movimiento clandestino de resistencia. Antes de Jesúsaparece Juan el Bautista, que evidentemente viene de esos círculos, yque llama a la gente al arrepentimiento y a la conversión, pues “el Rei-no de Dios está cerca”.

Jesús acepta este llamado, pero da un crucial paso más allá. Al mis-mo tiempo que llama a la gente al arrepentimiento y anuncia el Reinode Dios que viene, es el cumplimiento de esta venida.100 “El Reino deDios está entre vosotros”, dice (Lc 17:21). Lo cual significa que Dios sehace rey en medio de la miseria que el Imperio Romano os causa. Seanuncia un cambio de poder, una alteración fundamental de las rela-ciones en medio de una situación aparentemente desesperada que re-duce a la gente a la impotencia. ¿De qué manera, pues, se dará este cam-bio?

Anticipemos el resultado: Jesús lo vincula con la idea judía de queIsrael debería ser (convertirse) una sociedad alternativa que sea tanatractiva que todos los pueblos se asombren ante Sión y cambien suimagen, adoptando un rostro humano. Cuando lo entendemos así,también se vuelve claro que su concentración en cambiar a la gente enpequeños grupos tiene siempre que ver con la conversión de Israel, quea su vez trata de la transformación de los pueblos. “El Reino de Dios to-mará dimensiones universales aquí en este mundo” a través del “pere-grinaje de los pueblos” que ven los profetas.101 Ellos dicen:

En días futuros el monte de la casa del SEÑOR será asentado en la cimade los montes, y se alzará por encima de las colinas. Todas las nacionesconfluirán hacia él, y muchos pueblos acudirán, y dirán, ‘Venid, subamosal monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñesus caminos y nosotros sigamos sus senderos.’ Pues de Sión saldrá la Ley,y de Jerusalén la palabra del Señor; juzgará entre las naciones, será árbi-tro de muchos pueblos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lan-zas podaderas; no levantará su espada nación contra nación, ni se ejerci-tarán más en la guerra. Casa de Jacob, en marcha, caminemos a la luz delSEÑOR (Is 2:2-5).Y la tercera parte del Isaías posterior al exilio cuenta del ungido espera-do (el Mesías), por quien los antiguos profetas esperaban como un nue-vo rey que haría a Israel “autónomo” e “igualitario” al guardar las leyes

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del año de remisión (Deut 15) y el año del jubileo (Lev 25):102 “El espí-ritu del Señor DIOS está sobre mí por cuanto el SEÑOR me ha ungido;me ha enviado a anunciar la buena nueva a los humildes, a vendar los co-razones rotos; a pregonar un año de gracia del SEÑOR...” (Is 61:1s.). “Poramor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén, no he de estar que-do, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación brillecomo antorcha. Verán las naciones tu justicia, todos los reyes tu gloria”(Is 62:1s.).

Evidentemente, Jesús no se ve a sí mismo como un rey judío en laforma en que este texto lo espera (como también muchos de sus con-temporáneos), en el sentido de una restauración nacional. Pero utilizóa su manera este texto, combinado con otros de Isaías para resumir sumisión, y añadió: hoy esto se ha hecho realidad (Lc 4:17ss.).

Desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito, ‘El Espí-ritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado aanunciar a los pobres la Buena Nueva, a proclamar la liberación de loscautivos y la vista a los ciegos; para dar libertad a los oprimidos y procla-mar un año de gracia del Señor’. Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escri-tura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy’.

Y dirige a sus discípulos el Sermón de la Montaña, la actualizaciónde la Torá de Israel para el estilo de vida alternativo de la “sociedad decontraste”, en el entendimiento de que:

Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo. No pue-de estar oculta una ciudad situada en la cima de un monte... No penséisque he venido a abolir la Ley (la Torá) y los Profetas. No he venido a abo-lir, sino a dar cumplimiento (Mt 5:13ss.).

N. Lohfink resume impresionantemente así la misión de Jesús, te-niendo el Primer Testamento como fondo:

Dios quiere cambiar todas las sociedades del mundo, y les pone a la vis-ta una sociedad alternativa: el pueblo de Dios. Esta universalización su-cede por un peregrinaje de los pueblos. Requiere una sociedad cambia-da que la desencadene, y su objeto es más cambio social ... Lo nuevo delNuevo testamento, opuesto a toda la historia de la salvación que antesDios había trabajado denodadamente en Israel, es su proclamación deque ahora el Fin parece estar a mano. Las esperanzas finales parecen apunto de cumplirse.103

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La venida del Reino, que Jesús anuncia y extiende, sucede en laforma que él indica en sus parábolas en Mt 13: un poco de levaduraleuda toda la harina (33); las semillas se siembran y crecen (1ss.); la ci-zaña entre el trigo no debería ser recogida aún (24ss.); la diminuta se-milla de mostaza crece hasta hacerse un gran árbol (31s.).104 El mediopara la difusión o extensión, la levadura, la sal, la luz, la ciudad en lo al-to de la colina, son los nacientes grupos de discípulos. G. Theissen hamostrado en un ensayo sobre el Mesianismo de grupo que la mesiani-dad de Jesús consiste en el hecho de que permite a sus discípulos tomarparte en ella. Dan testimonio como grupo de la autoridad y la normade Dios:

Jesús no sólo lo predicó, no sólo lo estableció, también otorgó a sus dis-cípulos una elevada posición en el Reino, del cual ellos eran sus testigos.Participaban de la Mesianidad de Jesús, cuya tradición ya no se otorga aIsrael como opuesto a los gentiles, sino a los grupos marginales de Israel:los pobres, los niños y los seguidores de Jesús. Los recaudadores de im-puestos y las prostitutas están más cerca del Reino que los devotos.105

Lo que significa también –precisamente como en la antigua tradi-ción de Israel– que el nuevo acto de liberación de Dios y la construc-ción de la sociedad alternativa empieza entre los excluidos, los empo-brecidos y los oprimidos. Como en Egipto, primero debe hacérselos li-bres del miedo al gran poder:

Pero si por el dedo de Dios expulso yo a los demonios, es que ha llegadoa vosotros el Reino de Dios (Lc 11:20).

Como Theissen, Wengst puntualiza que la posesión demoniacacomo un fenómeno masivo evidentemente tiene que ver con las situa-ciones de opresión.106 De ahí que seguramente no es por azar que se-gún Mc 5:9, un demonio que ha sido expulsado se presenta a sí mismocon el nombre de los soldados romanos: “Mi nombre es Legión, porquesomos muchos.” Así Jesús hace libres a los oprimidos.“Por tanto, el Rei-no de Dios como una contra realidad significa la lucha por la realidadde este mundo al cambiarlo, para que las equivalencias del Reino espe-rado vengan en el aquí y ahora”.107 Aunque esto quiera decir que Jesúspertenece sin ambigüedades a la categoría de los movimientos de libe-ración judíos, él elige una estrategia diferente de la de los zelotes, que

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optan por la lucha armada. “Ensalza a los humildes y vive con ellos unaalternativa al orden existente”.108

Teniendo sus antecedentes de un pobre trabajador manual delárea periférica de Galilea, Jesús vive deliberadamente entre los pobres yexcluidos: De ellos es el Reino de Dios.

Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios(Lc 6:20).

Tenemos que repetir aquí lo que se sabe bien en apariencia. El tér-mino Evangelio, la Buena Nueva, que aún hoy usamos en un sentidogeneralizado y no concreto tiene inequívocamente su origen en el he-cho de que Jesús dice que tiene que traer “buenas nuevas a los pobres”.Ellos son los receptores e instrumentos prioritarios del señorío de Dios,que les trae libertad y solidaridad. Son absolutamente pobres, por den-tro y por fuera,109 en la Galilea del primer siglo de nuestra era, y en lasdimensiones económica, social, política, religiosa, cultural y sicológica.Luise Schottroff y Wolfgang Stegemann han tratado exhaustivamenteeste tema.110

En su último libro, Luise Schottroff también me ha convencido deque el evangelio para los pobres sólo puede ser realmente comprendi-do y practicado si las mujeres (las pobres entre los pobres), son el pun-to de partida.111 Aún hoy es así en el imperio del mercado mundial. Enel Sur, el Este y el Norte las mujeres siempre son las primeras en sufrirlas destructivas consecuencias del mercado capitalista y de las políticassociales y económicas neoliberales. Por ello, los asuntos del patriarcadoy el imperialismo deben tratarse como si tuvieran un origen común: losdos se impregnan mutua y totalmente. Esta misma autora tambiénmuestra convincentemente con Mt 24:37-39 y Lc 17:26-27 y 30112 queJesús ve la falta de voluntad para arrepentirse, que no acepta la nove-dad del reino de Dios, como anclada en las estructuras de la familia pa-triarcal. Beber, comer y casarse: he ahí lo que hacía la gente antes delDiluvio. Y hoy hace los mismo, antes de que la catástrofe los abrume enel juicio, dice Jesús. Pero son dos mujeres, María e Isabel, las que anun-cian la gran reformación del mundo por Dios con el nacimiento de Je-sús el Mesías:

Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A loshambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada (Lc 1:52). Y

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L. Schottroff dice113: María e Isabel proclaman proféticamente la revo-lución mundial de Dios, su opción por los pobres que empieza comouna opción por María y por las mujeres: ella es ‘entre (todas) las mujeres... (la más) bendita’ (Lc 1:42).

Y la autoridad de Dios es de los niños (Mc 10:14s.). Con la mismatendencia a ponerse de parte de un lado, Jesús se dirige a los trabajado-res manuales –mujeres y hombres– y a los que no saben cómo ellosy sus familias obtendrán su sustento mañana: “Venid a mí todos losque estáis fatigados (de trabajar*) y agobiados (con vuestra carga*)”(Mt 11:28).114

¿Y los ricos? En las maldiciones que vienen añadidas tras las Bie-naventuranzas en Lucas (6:24) no se amenaza a los ricos ni se llama alarrepentimiento. Simplemente se predice su futuro.115 Es más fácil pa-ra un camello pasar por el ojo de una aguja que para un hombre ricoentrar en el Reino de Dios” (Mc 10:25). También ésta es una declara-ción de la realidad. Lo mismo es cierto de: “Los últimos serán los pri-meros, y los primeros, últimos” (Mt 20:16).116 En el Reino de Dios, lasrelaciones que la sociedad moldea deben revertirse. Pero esto no signi-fica que Jesús reaccione mezquina o vengativamente cuando los miem-bros de la clase alta van a él. Lucas en particular informa también de ri-cos que se convierten (por ejemplo, Zaqueo, Lc, 19). Si lo hacen sonbienvenidos: como los últimos llegados. Pero la nueva sociedad se le-vanta desde abajo, cerca de Dios, en claro contraste con la realidad cir-cundante del Imperio romano, heredero de los sistemas tributarios delantiguo Cercano Oriente.

Jesús dice claramente, en un texto crucial para nuestra tesis, queen Israel una sociedad alternativa para los Gentiles se forma desde aba-jo, de los grupos de discípulos. Y esto nos trae la pregunta de cuál es laalternativa socioeconómica que tiene Jesús en mente. Ya hemos visto que(Lc 4) Jesús recoge algunos puntos de la Torá: la cancelación de las deu-das, la liberación de los esclavos, la no discriminación y la curación delos enfermos. En el siguiente texto Jesús lo resume en una sola idea: elservicio mutuo.117

Sabéis que (en el mundo*) los que son tenidos como jefes de las nacio-nes, las gobiernan como señores absolutos, y los grandes las oprimen consu poder. Pero no ha de ser así entre vosotros; sino que el que quiera lle-gar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser

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el primero entre vosotros , será el esclavo (voluntario*) de todos (Mc10:42ss. y Mt 20:25ss.).

Por un lado, estas palabras de Jesús resumen todo un análisis po-lítico económico. Roma y sus cómplices de la clase alta en el centro y laperiferia de Palestina no representan otra cosa que opresión y explota-ción violenta. Decirlo claramente es liberador en sí mismo; crea distan-cias; priva al sistema de cualquier legitimación; “desideologiza”. La PaxRomana entera precisamente es opresión y explotación; no hay nadaque domar, nada digno de transformar.

Por otro lado, la alternativa comienza entre vosotros: el serviciomutuo. L. Schottroff ha mostrado que diakonein, en cuanto tiene quever con servicio de mesa, se refiere a los tipos de cuidados que, en unadistribución patriarcal de los papeles, hacen sólo los esclavos y las mu-jeres, nunca los hombres libres. Pero aquí, servir –lejos de significar eltrabajo caritativo organizado en un sistema social que si no se determi-na por la explotación y la autoridad– se entiende como tipificador deuna contra cultura en la cual la explotación y la autoridad opresiva seponen de lado. En la casa todos son como hermanos y hermanas. Estovincula con la solidaridad familiar a la sociedad igualitaria preestatal yposterior al exilio de las familias campesinas, pero va más allá. Hasta lamisma estructura patriarcal de la casa debe transformarse, aunque seasólo por ser consecuente con la tendencia igualitaria de Israel.

Aquí se asume en principio la igualdad, y su vitalidad está en el serviciomutuo. Los discípulos de Jesús construyen un contra modelo para la es-tructura de autoridad mundial.118

L. Schottroff señala que la idea central de Jesús, amar al prójimo,se refiere a esa clase de solidaridad familiar que aparece ya desde elDeuteronomio y el Código de Santidad. Implica que el amor de Jesúsen el sentido socioeconómico se refiere precisamente a comportarsecomo hermanos y hermanas, mediante lo cual se da en la casa y entrecasas una forma completamente igual de cooperación en el mutuo ser-vicio. La expresión “esclavo de todos” significa que la hermandad, lamutualidad y solidaridad no se detienen en los límites de la casa pa-triarcal.

El texto del Cap. 10 de Marcos acaba por sujetar a las propias ac-ciones de Dios y de Jesús la estructura de esta nueva comunidad, y aquí

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L. Schottroff traduce con finura del Cap. 7 de Daniel “el Hijo del Hom-bre” como “el humano (por excelencia*)”:119

Pues hasta el humano (por excelencia*) no vino a ser servido sino a ser-vir, y a dar su vida como rescate por muchos (Mc 10:45).

Los evangelios están llenos de historias de este tema. Particular-mente elocuente es la acción de Jesús de lavar los pies a sus discípulosantes de su última cena juntos. Las cenas juntos están en el corazón dela hermandad, cortando completamente con las normas de la casa pa-triarcal. Todos están invitados. Esto enlaza con los alegres festejos anua-les del Cap. 14 del Deuteronomio. El Reino de Dios como un festejo enel cual todos están satisfechos ya no es más solamente un futuro uni-versal. Está empezando, en la presencia liberadora de Jesús, entre losque están en un lugar secundario y hambrientos, mediante el compar-tir y el servicio mutuo. La Cena del Señor en la comunidad cristiana,cuando conlleva un real compartir, es realmente la esencia del Reino deDios que Jesús trae.

En el Reino de Dios lo que cuenta es la satisfacción de las necesida-des básicas: comer, beber, tener vestido, tener donde vivir, ser curado,tener libertad. Lo que nos preguntará y juzgará “el humano (por exce-lencia*)” cuando el Reino de Dios esté aquí en su plenitud es si hemosayudado “a los más pequeños” a obtener su porción (Mt 25:31ss.). Es-to supone que cuando entra la producción en un asunto, el punto departida de Jesús es simplemente la antigua tradición judía de la econo-mía de subsistencia del campesino o del artesano. De ahí su rechazo ra-dical al “almacenamiento de tesoros”, la economía de hacer dinero delsistema heleno romano, que él llama “el señor Dinero”:

Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará alotro; o bien se entregará al uno y despreciará al otro. No podéis servir aDios y al Dinero (Mt 6:24).120

Del mismo modo que Elías apela al pueblo a decidir entre Baal, eldios de la acumulación de la tierra y el poder de la realeza, y Yahveh, Je-sús los apela a decidir entre el señor Dinero, un sistema de acumular di-nero y poder, y Dios. Los pobres no tienen que angustiarse, pues al par-ticipar en el reino de Dios y en su justicia de compartir fraternalmenteentre todos los hermanos y hermanas, no carecerán de nada ni de co-

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mer ni de beber ni de vestir, y lo demás se les dará por añadidura(Mt 6:33).

Irónicamente, este texto (siempre mal utilizado como una fórmu-la para la conformidad de Jesús hacia el sistema político económico delImperio) dice respecto a la cuestión de pagar los impuestos al Empera-dor, que los discípulos de Jesús deberían negarse a usar monedas metá-licas y la moneda como dinero (“el episodio del denario del César, Mc12:13-17).121 Jesús pide que le den un denario, pues él mismo no tieneuno. Señala entonces a la imagen del César en la moneda: pertenece alCésar y debería serle devuelto. Pero vosotros, ¿qué imagen portáis? Lade Dios, así que daros vosotros mismos a Dios. El sistema imperial y elReino de Dios no pueden coexistir aquí.

Jesús también rechaza todo el sistema de los impuestos para elTemplo, y la economía del Templo, porque sólo sirven para explotar alos pobres y convertir al Templo en una cueva de ladrones. Trastornatodo este negocio con su acción simbólica de expulsar a los vendedoresdel Templo, con la llamada Limpieza del Templo (Mc 11:15ss.). Asícontinúa los intentos que desde el tiempo del exilio se habían hecho pa-ra liberar a Israel de la impía alianza entre la corte real y el sacerdocioestatal mediante la supresión del doble tributo; aunque dichos intentosse frustraban cada vez más por la aristocracia sacerdotal de Jerusalén.Por tanto, no sorprende que el episodio de la Limpieza del Templo con-cluya diciendo: “... Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escri-bas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, puestoda la gente estaba asombrada de su doctrina”.

Era de esperar que la clase alta de su propio pueblo y del ImperioRomano –la coalición del poder económico, ideológico y político–querría librarse de la inspiración que estaba detrás de esta sociedad al-ternativa. La Pasión de Jesús y su muerte en la cruz –el castigo romanopara los agitadores políticos– son una consecuencia casi lógica de sumensaje, su vida y sus actos. Lo que sí asombra más es el hecho de queel Reino de Dios, que a través de Jesús ha empezado a desplegar su po-der en una nueva forma, no pudiera ser nuevamente relegado con sumuerte a un mundo futuro de lejanas esperanzas. Los discípulos esta-ban seriamente trastornados con la muerte de Jesús (solamente las mu-jeres se habían atrevido a asistir a la distancia a su crucifixión); las apa-riciones de Jesús fortalecieron sus creencias de que, en él, Dios ya habíaefectuado la resurrección de los muertos para todos los que aguardaran

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en esperanza apocalíptica. Por eso les parecía evidente que Dios hubie-ra confirmado a Jesús y que éste fuera una y otra vez, por el poder de laresurrección, la mediación para ellos del Espíritu mesiánico. Theissendice con razón que el origen de la Iglesia fueron los grupos mesiánicosque rodeaban a Jesús.122

Y así se expresa en el Cap. 2 de Los Hechos de los Apóstoles de Lu-cas. La efusión del Espíritu se presenta explícitamente allí como lo con-trario de la historia de la Torre de Babel (cf. Hechos 2 con Gen. II). Ba-bel representa al imperio, y la “torre” y la imposición de una única len-gua imperial simbolizan su poder económico, político, militar e ideo-lógico cultural.123 En el episodio de Pentecostés dispone que cada cualutilice su propia lengua y sigan comprendiendo las de los otros (comoiguales). Y el Espíritu mesiánico cae sobre “todos y cada uno”, incluyen-do a la gente joven, los esclavos y las mujeres, tal como lo había prome-tido el profeta Joel (2:28-32).

Surge una nueva comunidad de hermanos y hermanas, que com-parten todo124: el discernimiento de Dios por las enseñanzas de losApóstoles, vivir en el compañerismo con Dios por la oración, comer(cenar*) juntos cada día para recordar así a Jesús y llenar los estómagos(y evitar una división en lo litúrgico y lo material), y una vida en co-mún. Con ello se incluye “su renuncia a la propiedad privada, volunta-riamente y según las necesidades, en consideración a los deberes comu-nales en la comunidad”125. Lo cual, como la alegría de que hablan es-tos textos (Hch 2:41ss. y 4:32ss.), también nos recuerda los festejos y elcompartir con los pobres la producción excedente; en Deut 14s. se dicesolamente que “no haya ningún pobre junto a ti” (15:4), pero en Hch4:34 se dice que de hecho ya ninguno de sus miembros era pobre: “nohabía entre ellos ningún necesitado”. ¡Una economía sustentadora de lavida! Por eso es que se pone otra oración entre aquella acerca del usocomún de sus bienes y aquella sobre que no hay necesitados: “Los após-toles daban testimonio con gran poder de la resurrección de Jesús. Ygozaban de gran simpatía” (4:33). Cuando se hace realidad una socie-dad alternativa en medio de un sistema de muerte, el de los Jinetes delApocalipsis (Ap 6), se testimonia efectivamente la resurrección de Je-sús, la victoria de la vida sobre la muerte, al proveer para la vida de to-dos y compartir como hermanos y hermanas. He aquí la misión entrelos pueblos.

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Misión a los pueblos en el sentido de una sociedad atractiva encomparación al Imperio romano con su opresión tributaria y su explo-tación; ahora, tras la muerte de Jesús, la sociedad sobrepasa su escena-rio original de Palestina y se derrama a todo el oikoumene romano ymás allá. Mateo, el mismo evangelista que ha contado sobre Jesús, quellamó a sus discípulos la sal de la tierra, la luz del mundo, una ciudaden la cima del monte, acaba su evangelio con el encargo de Jesús de lle-var a todos los pueblos el bautismo y la enseñanza –y para él eso quie-re decir la práctica– de la nueva comunidad configurada por el sermónde la Montaña (Mt 28:16-20):

Según Mt 28:19s., los pueblos ya no van a Sión para recibir enseñanzas,son los discípulos los que van a los pueblos para enseñarles la interpre-tación mesiánica de la Torá que hace Jesús. Por tanto, aparentemente ladirección del movimiento se ha revertido. Sin embargo, este cambio noha abolido el modelo mental de la peregrinación de los pueblos. Los dis-cípulos, enviados por el Resucitado a todo el mundo, deben hacer de lospueblos comunidades de discípulos, y estas comunidades, de acuerdo alNuevo Testamento, son lo que Dios construye de las piedras vivas al fi-nal de los tiempos. Así que la ciudad en la cima del monte se construyeen cualquier parte del mundo donde se forman las comunidades de Je-sús. Y puesto que estas comunidades deben fascinar y atraer a la socie-dad pagana que las rodea, nuevamente hay una dirección centrípeta delperegrinaje de los pueblos. De todos modos, los Padres de la Iglesia in-terpretaron a Is 2:1-5 precisamente en este sentido.126

El apóstol de las gentes es Pablo. Hay opiniones de que traicionóla dirección marcada por Jesús y se ajustó al Imperio y al patriarcadoromano, al espiritualizar el Evangelio en vez de proclamar su alternati-va social, económica y política. Gran error: a pesar de toda la crítica po-sible al nivel de detalles, tenemos que decir que Pablo sí siguió fiel a ladirección básica de Jesús. Así como Jesús inspiró en Palestina a los pre-dicadores errantes, a los grupos y a las reuniones de familia, Pablo ha-ce nacer a grupos mesiánicos y comunidades a través de la extendidadiáspora judía, en todo el Imperio Romano y especialmente en los es-cenarios urbanos. Sin necesidad de repetir su argumento aquí, concuer-do con L. Schottroff y otros autores, en que el contraste entre el movi-miento de Jesús y el “patriarcalismo-amor” de Pablo es una invenciónmoderna.127 Trabajos pertinentes al respecto son los de José Miranda y

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Elsa Támez, quienes han situado el mensaje paulino de la justicia deDios en el contexto histórico del Imperio Romano.128

Ante todo, es claro que las comunidades paulinas consistían abru-madoramente de gente pobre, parias sociales y trabajadores manuales;lo cual, como pasaba con los grupos que rodeaban a Jesús, no excluyela posibilidad de que hubiera algunos ricos que se les unieron.129

Algunos echan sombras sobre esta clara realidad –para la que Pa-blo proporciona razones teológicas explícitas–, al defender la proposi-ción sociológica de que las comunidades paulinas constituían simple-mente un perfil de la población.130 Pero Pablo escribe inequívocamen-te a la comunidad de los Corintios:

¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabiossegún un punto de vista puramente humano, ni muchos poderosos, nimuchos de la nobleza. Más bien, ha escogido Dios lo necio del mundo,para confundir a los sabios; y para confundir lo fuerte, Dios ha escogidolo débil del mundo. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogidoDios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es (I Cor 1:26-28).

Así que no es casualidad que en el himno de Filipenses 2:6ss. Pa-blo no escriba simplemente: “Jesús se volvió un ser humano”, sino. “Je-sús tomó la condición de siervo (un esclavo )”.131

Pablo presenta su concepción de conjunto en la Carta a la congre-gación de Roma, para presentarse a sí mismo antes de su visita. Su ob-jetivo es mostrar que no sólo Jesús sino también los griegos (y otrospueblos del Imperio Romano) son salvados para la vida y cambiados,mediante la fe en la justicia de Dios como la revela Cristo; y así puedenvencer al mundo, que está bajo el poder del pecado, la ley y la muerte.Resume con esta declaración la realidad del Imperio Romano (de lacual parte):

La cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad (asebeia) einjusticia (adikia) de los hombres que aprisionan la verdad en la injusti-cia. (Rm 1:18).

Esto es importante para liberarnos de la tendencia innata a ponerla teología a nivel de las ideas universales. “La humanidad”, “los sereshumanos”, quienquiera que empiece a teologizar (intelectualmente se-gún los modelos de pensamiento europeo) sobre esta idea, o en base aella, no comprenderá nada de los demás romanos. Con la ideología

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burguesa individualista falsificamos siempre lo que Pablo quiere decir.El análisis situacional que sigue a estos versos de Pablo se orienta porcompleto al antiguo enfoque israelita y judío de unir la crítica de la ido-latría y la crítica social. Dicho enfoque es tradicional porque los israe-litas y luego los judíos aplicaron una y otra vez estos estrictos criterios;pero siempre de una manera nueva, según la situación real. Así pues,¿qué es lo que dice Pablo de la situación en el Imperio romano de eseentonces (Rm 1:19ss.)?

Se adoraba “la acción de hacer” (a la criatura) en lugar de al Ha-cedor, por lo que Dios los ha abandonado a sus degradantes pasiones(epithymiai); la misma palabra con la que Platón y Aristóteles caracte-rizan las formas de conducta que destruyen la comunidad; y Aristóte-les enfatiza particularmente la economía de hacer dinero. Con razón, laavaricia132 tiene en efecto un alto lugar en la lista de los vicios, lo queexplica cómo entiende Pablo la injusticia. El resumen del final dice que“... no tienen solidaridad (‘amor’ en el sentido del Deuteronomio y elCódigo de Santidad) ni piedad.” No nos es posible hacer una exégesiscompleta de este párrafo,133 pero está claro, primero, que para Pablotoda la realidad social de la cultura y el orden social romano helenos secaracteriza por la injusticia; y, segundo, que en esta realidad que per-vierte todo, de pecado estructural, hasta la buena Torá dada por Diosha sido confinada, y los judíos ya no la obedecen. Por eso todos son in-justos ante Dios.

Hay razones históricas específicas, que datan de los escritos apo-calípticos, por las que Pablo puede y debe generalizar así y luego entraren el acontecimiento histórico de Cristo y sus efectos concretos. La au-toridad centralizada (ver Aristóteles) del Imperio Heleno y su adopcióncasi universal de un sistema monetario ocasionaron un orden totalita-rio, que lo satura todo y que culmina en el Imperio Romano. El poderdel pecado allí no tenía escapatoria y había dejado su marca en todaslas estructuras. Con eso en mente, la serie de experiencias de Israel conlos imperios aparecía como la única y continua experiencia de la tota-lidad de la humanidad desde Adán, y dejaba ver su sujeción ineludibleal poder del pecado como se manifiesta en las estructuras y el compor-tamiento que traen la muerte (Rm 5:12ss.). La experiencia de las es-tructuras totalitarias en el sistema heleno romano ya no dejaba la me-jor posición para la sociedad alternativa de Israel y hasta cambió en uninstrumento de muerte a la Torá, que Dios reveló para darles vida. A es-

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to se refiere la declaración universal sobre la humanidad desde Adán; alir de lo específico a lo general, Pablo deliberadamente ha elegido nodiscutir una idea general primero para luego “aplicarla” a la realidad.134

Asimismo, la intervención de Dios para crear justicia debe ocurriren términos históricos igualmente concretos; y eso es el acontecimien-to de Cristo, no en un abstracto cielo de ideas, sino unido inseparable-mente con la reunión de una nueva humanidad entre los pueblos, unanueva humanidad en Cristo (Rm 5:15ss.): es decir, una humanidad me-siánica. Pues Christos simplemente es (el) Mesías en griego, el ungidode Dios. Rm 7:14ss. lo explica muy claramente: no se trata de un nue-vo y general concepto de justicia, pues cada cual lo tiene de alguna ma-nera mediante el sentido común; de hecho, todos queremos lo que esjusto. ¿Pero cómo puede hacerse justicia? No en las estructuras pecado-ras del mundo como lo conocemos (cf. Rm 12:2), pero sí para los queconstruyen comunidades alrededor de Jesús el Mesías y están autoriza-dos para actuar por medio de su Espíritu (Rm 8). El pecado del egoís-mo impele estas estructuras, que llevan a la muerte; ya que la gente nopuede hacerse libre a sí misma y obtener justicia, la única salida es el ac-to de Dios de liberarnos en su Mesías, mediante su Espíritu. Pablo lla-ma fe a la aceptación de este acto de liberación por el Dios de Israel. Di-cha fe no es más que abrirse uno mismo a que Dios sólo hace justicia.Dios ofrece, muy concretamente, esta posibilidad en comunidad con elMesías, sin ninguna condición previa que la gente bajo el poder del pe-cado no pueda cumplir. Así pues, su Espíritu inunda sus corazones(Rm5:5). Este Espíritu cambia los cuerpos de la gente de ser instrumen-tos de injusticia y muerte a instrumentos de justicia y vida (Rm 6). Enla comunidad mesiánica del Espíritu nadie está excluido, a diferenciadel sistema romano (Rm 8).135 Con estos signos de esperanza, el Espí-ritu conduce al mundo entero fuera de una sociedad de dueños y escla-vos, hacia la libertad de los hijos de Dios; en realidad, toda la creación,que ahora gime bajo la violencia humana y sus desastrosas consecuen-cias136, es llevada a la esperanza de una humanidad en Cristo y guiadapor el Espíritu. La creencia en el destino engendrado por el aparente-mente ineludible sistema de muerte y sus “poderes” se estrella comple-tamente con esta certidumbre: que nada puede separarnos del amor, dela solidaridad de Dios, que nos hace justos dentro de la comunidad deJesús el Mesías, y nos da esperanza.

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El que lo hace es el Dios de Israel (Rm 9-11).137 Puesto que la víapor la atractiva sociedad alternativa de Israel se cortó por el hecho deque en el tiempo de Jesús todo el pueblo no podía convertirse median-te el acto de liberación de Dios, Dios en su bondad utiliza este rechazo(parcial) para construir entonces directamente entre los pueblos estasociedad “diferente” de amor y justicia. Así, Israel quedará tan fascina-da efectivamente por este cumplimiento de la Torá entre las nacionesque toda la población se le unirá al final de los tiempos, en los ÚltimosDías. Pues “la ley en su plenitud se resume en el amor (la caridad)” (Rm13:10). Tenemos entonces el modelo del pueblo testigo, que atrae aotros a Yahveh y a unírseles. La señalización de la justicia en una socie-dad basada en la solidaridad –y por ello cumplidora de la Torá– repre-senta las relaciones que Pablo quiere entre las congregaciones judía ycristiana. (Tras el trágico comportamiento de una gran parte de la Cris-tiandad hacia los judíos a lo largo de los siglos, hasta el Holocausto, es-to nos suena ahora más como un juicio que como una promesa)

En este punto, quizá deberíamos observar más de cerca a Lutero y al neoluteranismo. Lutero acentuaba en su lucha antimonástica que la creenciade Pablo de que la rectitud o justicia no se da por las obras sino por la fe.En su propia época, los “defensores de que por la dispensación evangéli-ca de la gracia, la ley moral no sirve ni obliga porque sólo la fe es nece-saria para salvarse”, ya concluían erróneamente que era correcto nopreocuparse sobre la realización material de la justicia, puesto que la leyhabía sido anulada. En sus polémicos escritos, Lutero trató de combatireste malentendido fatal, pero el acento en “la gracia fácil” (Bonhoeffer)ha seguido siendo característica de una considerable parte de la Iglesialuterana hasta hoy.138

Aquí debemos reformular la cuestión sobre lo que Pablo entiendeglobalmente como “iglesia”, y por tanto, congregaciones y grupos mesiá-nicos. W. A. Meeks ha ofrecido la descripción más detallada de ello ensu libro The first Urban Christians (Los primeros cristianos urba-nos).139 Reúne cuidadosamente todos los elementos individuales, peroopino que no comprende lo principal en su conjunto. No se discute quepara Pablo en concepto clave sea ekklesia.140 ¿Pero qué significa? Engriego secular denota la asamblea de los hombres libres de una ciudadrepública, por ej., Atenas. En el uso judío de la Biblia griega (la versiónde los Setenta) denota la institución de la Asamblea del pueblo de los

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campesinos libres en el primer Israel (qehal YHWH ), que tras el Exiliose hizo popular otra vez como el lugar donde todo el pueblo tomabaimportantes decisiones, además de los otros órganos de autogobierno,el Consejo de los Ancianos y el Colegio de los Sacerdotes. Puesto quelas comunidades de la sinagoga de la diáspora judía en tiempos de Pa-blo no utilizan este término, y por otro lado, Pablo no utiliza la palabra“sinagoga” para las comunidades cristianas, no hay duda de que estaelección de término debe ser deliberada. En otras palabras, para carac-terizar a la “iglesia” Pablo vuelve conscientemente a las iniciativas porlas cuales Israel trató de construir una sociedad igualitaria en contras-te con el sistema monárquico tributario; precisamente con el fin de serel pueblo testigo del Dios liberador.141

¿Cómo estructura exactamente esta ekklesia Pablo? La única ekkle-sia viene a ser en todos los niveles, tanto local como universalmente entodo el Imperio Romano (todo el oikoumene), pero también en susprovincias individuales142; y sin ninguna jerarquía, en la solidaridadmutua del amor. La célula más pequeña de la “asamblea del pueblo deDios” completa es la iglesia doméstica (he kat’oikon ekklesia), por ej.,Rm 16:5,19; Flm 2). Sin embargo, no sólo es ekklesia cuando se reúne,sino también cuando revela que pertenece al Mesías del nuevo Israel, ala nueva creación, en todas las áreas de la vida, incluso en las activida-des económicas. Todas las iglesias domésticas y los grupos de una aldeao población urbana son una ekklesia (por ej., en Corinto, I Cor II:18).También es posible dirigirse a las ekklesiai (plural) de una provinciajuntas (I Cor 16:1, etc.).

Es importante señalar que Pablo también utiliza la palabra judía “los sa-grados” (o “santos”) al dirigirse localmente a estas células alternativas ysus redes, en las provincias y en todo el Imperio romano (I Cor 1:2; Rm15:25s.; etc.). Esto significa que extrae el lenguaje del documento sacer-dotal del tiempo posterior al exilio y del Deuteronomio, donde la expre-sión implica dos cosas: este pueblo elegido de entre los pueblos es “sagra-do o santo”, y por eso diferente a ellos al pertenecer a Dios, que es sagra-do y santo, es decir, liberador y practicante de la solidaridad (I Cor 16:1,etc.).

Pablo explica muy gráficamente cómo vive la justicia de Dios enel amor y la esperanza de la victoria de la vida sobre la muerte (centra-da en la mutualidad, la hermandad y el apoyo a los débiles, Rm 12ss.)

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la nueva humanidad en Cristo en la forma de una ekklesia carismáticay mesiánica. No puedo entrar aquí en este asunto, pero me gustaría in-dicar el detalle con el que Pablo trata en la Carta a los Gálatas las dife-rencias claves entre esto y las estructuras opresivas y dominadoras delsistema romano: en la ekklesia ya no hay desigualdad entre los diferen-tes grupos étnicos, entre los amos y los esclavos y entre hombres y mu-jeres.

Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto, todoslos bautizados en Cristo (es decir, haciendo parte, en compañerismo conél, de un solo cuerpo, inspirado por un solo Espíritu) os habéis revesti-do de (la forma de) Cristo: ya no hay judío ni griego ni esclavo ni libre;ni hombre ni mujer, ya que todos sois uno en Cristo Jesús (Gal 3:26-28).

Con esto, Pablo pone a la idea de Israel de ser la sociedad “diferen-te” igualitaria de Yahveh tres pasos más adelante que el mismo Israel.143

1. Por la gracia de Dios en Jesús el Mesías, la gente de todas las nacio-nes son ahora merecedoras de entrar en la herencia de la forma de vi-da y las estructuras sociales alternativas de Israel; gente de todas las ra-zas son ahora llamadas a ser la luz de las naciones, la sal de la tierra, lalevadura, el pueblo testigo de Dios. Tampoco debería haber más cate-gorías entre los diferentes pueblos. Se descarta cualquier falsa idea deque la elección podría servir para intereses imperiales; ahora no se ex-cluye a nadie, y nadie debe tomar posesión de los monumentos cultua-les y culturales de otros pueblos. 2. No sólo a nivel macroestructural si-no asimismo en el microestructural, en la unidad familiar, la domina-ción y la explotación de la esclavitud no sólo debería suavizarse y lue-go eliminarse periódicamente como en la Torá, sino abolirse en princi-pio. 3. Hasta la relación de dominación más sutil, la que se da entrehombres y mujeres, desaparece. De esta forma, dentro de la vieja hu-manidad, que se caracteriza por el pecado y la muerte, crece una nue-va humanidad, hecha libre por el Espíritu de Cristo, que es de justicia yvida a todo nivel y en toda relación.

Y las consecuencias para nuestra comprensión de la misión de Pa-blo (y, por supuesto, todos los demás aspectos de su teología) son delargo alcance. Desarrollar estas células alternativas, extender su núme-ro y fortalecer su entramado en el oikoumene entero, para que se con-viertan en un pueblo “santo” testigo de Dios, libre de dominación y ex-plotación, unidas en el amor, empezando con los más débiles: he ahí la

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misión. Esta misión por fascinación ya no se da mediante un solo pue-blo, sino en muchos grupos étnicamente mixtos del Jesús Mesías sindiscriminación de clase o género, esparcidos por todas las nacionesaunque unidos en un solo Cuerpo.

Ahora bien, claro que se debe preguntar si Pablo mantenía consis-tentemente la idea básica de la Iglesia como una sociedad alternativaque consiste en pequeñas ekklesiai unidas en la libertad de Cristo. Des-de luego que Pablo trabajó su visión respecto a “los judíos y los grie-gos”; Su tarea vital fue construir la “sociedad universal de contraste” en-tre los pueblos. Respecto a los esclavos y los hombres libres, su testimo-nio se queda incompleto. En I Cor 2 Pablo es tajante contra el hecho deque la cena común para conmemorar a Jesús excluye de la parte de lle-nar los estómagos a los esclavos que llegan tarde por el trabajo. Sin em-bargo, propone como solución que los ricos deberían comer en casa,con lo que separa peligrosamente la práctica congregacional de la vidaen sociedad.144 Y la forma en que trata la cuestión de los esclavos en laCarta a Filemón es ciertamente un comienzo en el camino a la socie-dad igualitaria. Está claro que la relación amo-esclavo en realidad de-bería superarse en el nivel personal. Recurre así al modo de Jesús de laestrategia indirecta. Lo esencial para él es su pedido de igualdad entrelas comunidades mesiánicas respecto a las colectas.145 Recoge dineropara “los santos” en Jerusalén para que haya igualdad (isotes ) en un so-lo Cuerpo de Cristo (2 Cor 8:13).

Su posición sobre el estado romano no siempre es consecuentecon su propia teología. Con seguridad que el texto de Rm 13:1-7 no di-ce lo que se leyó en él por siglos; su objeto es dar una declaración delealtad, que se exigía a todos los pueblos y comunidades religiosas delImperio Romano. Lo hace muy sagazmente, en cuanto que limita lalealtad a las autoridades romanas a lo que puede examinarse por fuera,concretamente la jurisdicción criminal y los impuestos. Y omite expre-samente toda referencia al (igualmente exigido) punto principal de laley pública, el culto al Emperador, que se imponía a todos los pueblossubyugados con el fin de probar su lealtad absoluta.146 Esto significaque juzga la situación según el criterio de “probar todos y quedarse lue-go con el bueno” (cf. 1 Tes. 5:21 y Rm 12:2). Sin embargo, podríamospreguntarnos si la bastante deformada justificación teológica de quehay dos partes en el código romano de la ley pública no excede el obje-tivo de proteger a las congregaciones de abusos adicionales por parte

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del Imperio Romano al llamar a los recaudadores del tributo “sirvien-tes de Dios”.147

De igual manera, diversas declaraciones sobre la subordinación delas mujeres en la iglesia son un retroceso desde Jesús; ellas mismas es-tán en situación de tirantez con Gal 3:29. Pero a este respecto, tambiéntiene Pablo una posición bastante dividida, pues al considerar superiorel estado civil no casado, adopta una actitud crítica hacia el matrimo-nio patriarcal, y aboga inequívocamente por la “hermandad de todos ytodas” y no las relaciones de poder.148

Claro que la explicación normal dice algo así como que Pablo noquería revolucionar directamente el orden existente, sino suavizarlo ycambiarlo desde dentro, más bien como la levadura de Jesús. ¡Pero esoes para otras estructuras que no sean la congregación! “Entre vosotrosno es así”, dice Jesús. En las comunidades mesiánicas se podría haberimaginado una transformación más clara en las relaciones al mante-nerse con la “sociedad de contraste” que Pablo tan claramente concibió.

A pesar de todas estas pequeñas limitaciones en su aplicaciónpráctica, todo el enfoque paulino continuó magníficamente, y hasta su-peró, los intentos que se hicieron una y otra vez desde los albores de Is-rael para crear un pueblo de Dios entre los pueblos. Este pueblo nuevodebía rechazar las estructuras existentes de opresión y explotación me-diante la libertad que Dios llevó a cabo y la mutua solidaridad, e inten-tar conformar una sociedad alternativa libre de los ídolos de poder es-clavizantes y mortales.

Hay ciertamente algunos escritos canónicos que reflejan unaadaptación más exhaustiva a la sociedad romana; sobre todo, las Epís-tolas pastorales.149 Pero la adaptación de la Iglesia al Imperio en la Pri-mera Carta de Clemente (posterior al Concilio, escrita alrededor del 96d.C. desde Roma tras el fin de la persecución de Domiciano a los cris-tianos) es particularmente torpe.150 Por otro lado, de los otros escritosposteriores del Segundo Testamento y los testigos cristianos hasta lamitad del siglo segundo, podemos establecer sin dudas que las comu-nidades cristianas estaban en desacuerdo con el Imperio Romano y seconsideraban una alternativa a él.

El contraste más agudo se manifiesta en el último libro de la Bi-blia, el Apocalipsis de Juan, escrito sobre el 95 d.C. al final de la perse-cución de Domiciano.151 Allí el gran tema de Daniel de los reinos y elReino de Dios se presenta abiertamente una vez más para fortalecer en

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resistencia y esperanza a las congregaciones de Asia Menor en su situa-ción de persecución y martirio. El Cap. 6 ofrece un oportuno análisisdel sistema romano, en el sentido de que sólo le queda un poco más detiempo para imponerse irrefrenablemente, antes de que venga el Juicio(Final). El análisis concluye con la visión de los llamados “jinetes delApocalipsis”, como los experimenta el pueblo pobre:

Allí delante de mis ojos había un caballo blanco, y el que lo montaba te-nía un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor para seguir ven-ciendo (6:2). Este no es otro que la cabeza “divina” del sistema, el Empe-rador.Entonces salió otro caballo rojo; al que lo montaba se le concedió quitarde la tierra la paz para que los hombres se degollaran unos a otros; se ledio una espada grande (6:4). También está claro: se refiere a la milicia ro-mana Miré entonces y había un caballo negro, y el que lo montaba tenía en lamano una balanza, y oí cómo una voz en medio de los cuatro seres quedecía: “Un cuarto de harina por un denario, tres cuartos de cebada porun denario. Pero no causes daño al aceite y al vino” (6:5s.). Esto necesitauna explicación, aunque también aquí la referencia es clara: la economía,el comerciante. Pero, ¿y los detalles?152 El denario es el salario de un jor-nalero; un cuarto de harina es la cantidad por cabeza de la ración diariade cereal para los soldados. Esto quiere decir que un jornalero no tieneforma de comprar con su salario el alimento básico para toda una fami-lia; que los salarios y los precios juntos encarecen mucho los productospara los pobres, por lo que sufrirán hambre. Por otro lado, los bienes delujo para los ricos, el aceite y el vino, no se tocan, he ahí el cinismo.153

Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se llamabaPeste (Muerte), y el Hades le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta par-te de la Tierra, con derecho a matar con la espada y con la hambruna, conla peste y con las fieras (6:8). Es la muerte con la violencia de todo el sis-tema, con la guerra, el hambre, las epidemias, que traen las “bestias sal-vajes” (las fieras); son los reyes, esto es, no sólo el Emperador sino tam-bién los acólitos del Emperador.

El mismo Juan desbloquea este lenguaje alegórico cuando diceunos cuantos versos más adelante que toda la sociedad de esclavitud yviolencia enfrentará el Juicio Final:

Los reyes de la Tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos,y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de losmontes (6:15).

Alternativas al capitalismo global 209

Mientras continúa el drama del Juicio Final, en el Cap. 13 se ha-bla de las bestias del abismo, del Imperio Romano y su cabeza políticae ideológica, el Emperador, y del hecho de que fuera de este sistema na-die puede vender ni comprar. Por eso los que se han hecho ricos con laprostituta de Babilonia –el símbolo de Roma– caen con ella (Cap. 18).

Porque tus mercaderes eran los magnates de la Tierra, porque con sushechicerías se extraviaron todas las naciones. En ella fue hallada la san-gre de los profetas y de los santos, y de todos los degollados sobre la tie-rra (18:23s.).154

El nuevo cielo y la nueva tierra, que el vidente Juan contempla yque empieza con los grupos mesiánicos perseguidos, tomará la formade una nueva Jerusalén. En ella, Dios vivirá entre su pueblo, y no habrámás sufrimiento ni muerte. La ciudad no tendrá puertas cerradas, niTemplo. Y fluirá el agua de vida (21s.).

La vida es el tema del último capítulo de la Biblia, como lo era delprimero. Lo que empezó en las comunidades del Mesías entre sufri-miento y martirio –la sociedad alternativa con Dios como su centro– seconvierte en una realidad mundial de toda la creación.

Así pues, los textos que he seleccionado del movimiento de Jesús y lasprimeras comunidades cristianas muestran una clara continuidad con Is-rael. Todos tratan de la sociedad alternativa de Dios entre los pueblos,que los guiará, les dará libertad y los involucrará en la justicia de la mu-tua solidaridad. Hasta en el contexto del totalitarismo, el enfoque es, ade-más de disentir, establecer alternativas en pequeña escala y tender redesentre ellas. Después de que algunos de los suyos rechazaron a Jesús yque los romanos lo mataron, su movimiento se extendió a ser “misione-ro”, en el sentido de que surgieron comunidades mesiánicas y atractivasentre los pueblos. Se prosigue lo que comenzaron los judíos, pero ya conlas nuevas comunidades conformadas por todos los pueblos, los escla-vos y las mujeres, viviendo juntos en mutua solidaridad y en completaigualdad.

¿Cómo podemos sacar provecho de las riquezas de las tradicionesbíblicas del Primer y el Segundo Testamentos para nuestra situación ac-tual?

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NOTAS

1 Cf. T. S. Kuhn, 1978 (2), y K. Raiser, 1986.2 J. Assmann, 1992, pp. 64s. (tr.), de acuerdo con H. G. Kippenberg, 1991, pp. 157ss.3 Además de las obras generales citadas en la p. 136 n. 20 arriba, cf. F. Crüsemann,

1992.4 He adoptado este término (en alemán: Kontrastgesellshaft) de N. Lohfink, 1987,

p. 118, y G. Lohfink (1988) 1993, pp. 55ss. etc.5 N. Lohfink, op. cit., pp. 108s. (tr.).6 Cf. N. K. Gottwald. 1981(2); H. Donner, I, 1984, p.71; Albertz, op. cit., pp. 68ss.;

reciente y exhaustivamente R. Neu, 1992, pp. 38s. y 97s.7 R. Neu, op. cit., p. 508 Ibíd., pp. 51ss.9 Ibíd., p.54 (tr.) tras Elwert y Fett.10 C. Boerma, 1979, p. 10; también Neu, p. 56.11 Neu, pp. 60ss. (tr.).12 Ibíd., p. 64 (tr.).13 J. Assmann, 1992, p. 72, de acuerdo con N. Lohfink. Albertz, 1992, pp.46s.(tr.),

habla de “antigobernante”.14 R. Albertz, 1992, p. 76 (tr.), para lo que sigue Ibíd., pp. 76ss.15 Ibíd., pp. 84s. (tr.).16 Ibíd., pp. 85ss.17 Cf. Ibíd., pp. 95ss. y en detalle Crüsemann, 1992, pp. 39-75.18 R. Albertz, 1995, p. 120 (tr.). Cf. Neu, 1992, pp. 40s.: “En los muchos becerros de

oro de Canaán, el dios de los Padres asumió las tradiciones de las deidades loca-les, lo que debería considerarse una hipóstasis de El. Como pasaba en el periodonómada, se vinculan con grupos fijos de adoradores, compuestos por los gruposde familias del vecindario de un lugar cultual. Al mismo tiempo, el dios Yahvehcrecía en importancia; su origen probable son las estepas del sur de Canaán, y seidentifica con El, que le permite el acceso a los becerros locales. Yahveh cumplela función de un dios de liberación, invocado especialmente en tiempos de crisisy adorado como dador de dones espirituales carismáticos en las guerras de de-fensa y liberación. Así es como Yahveh surge y se convierte en el dios superior dela sociedad segmentaria israelita; se lo adora como un ser divino, quien duranteeste proceso ha asumido algunos rasgos esenciales de El, de los dioses de los Pa-dres y de Baal (tr.).

19 Ibíd., p. 135 (tr.).20 Cf. K. Koch, 1976, pp. 507ss. (tr.), y F. Crüsemann, 1987, pp. 38ss.21 Cf. G. Liedke, 1971, pp. 62ss.; J. Miranda, 1974, pp. IIIss.; F. Crüsemann, 1987, pp.

35ss.22 U. Duchrow y G. Liedke, 1988.23 N. Lohfink, op. cit., pp. 109s. (tr.). Cf. también a R. Albertz, op. cit., p. 122: “Co-

mo el dios que gobierna ¡Israel!), Yahveh es el símbolo de la antirregla para latemprana sociedad israelita. La construcción de la solidaridad que crea no es ins-

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titucional; viene de abajo, en la base de la libre voluntad, y no se impone políti-camente desde arriba”. (tr.).

24 Cf. Albertz, op. cit., p. 121.25 Para lo siguiente R. Albertz, Ibíd., pp. 159ss., resumiendo la investigación previa,

sobre todo F. Crüsemann, 1978 y I. Finkelstein, 1989.26 Cf. el resumen contextual de C.A. Dreher, 1993, pp. 24ss.27 Para esto y lo siguiente cf. el primer libro teo-económico de Ton Veerkamp, 1983

(sobre el significado de Baal ver especialmente pp. 323s.); también R.Albertz, pp.23ss.

28 Cf. T. Veerkamp, 1983, pp. 40ss.29 Ibíd., pp. 242ss.30 Cf. M. Schwantes, 1991, particularmente pp.143ss.31 Cf. Albertz, 1992, pp.255ss.; Dreher, 1993, pp.26ss.; R. Kessler, 1992.32 Albertz, Ibíd., p.259.33 Cf. Ibíd., pp. 261ss.34 Ibíd., p. 26635 Cf. Albertz, pp. 280ss., que supone esto y por lo tanto considera el Libro de la

Alianza (Ex 21:1-23:33) como la base de la reforma, en contra de Crüsemann,que localiza en el mismo periodo, pero argumenta que no hay evidencia de lasmedidas sociales de Ezequías. No presentaré dicho Libro aquí aunque contienelas primeras declaraciones legales israelitas y constituye la forma básica de la To-rá (cf. en detalle Crüsemann, pp. 132ss.).

36 Básicamente Crüsemann, 1983.37 La exégesis sociológica de Crüsemannn muestra cuán equivocado es entender los

Diez Mandamientos como la base de la ética general. Con ello se excluirían com-pletamente los asuntos políticos específicamente, que no están en el Decálogopor sus objetivos conscientemente claros. Por otro lado, esta exégesis contextualayuda a relacionar intensamente los Mandamientos con el proceso económico.

38 Sobre esto y lo siguiente cf. F. Crüsemann, 1992, pp. 248ss.39 Ibíd. y Albertz, op. cit., pp. 304ss.40 Lo que hace el rey para el bien común es la expresión del conocimiento de Dios.

Jeremías da fe de Josías: “Dispensaba justicia a los humildes y a los pobres; ¿nomostraba esto que él me conocía?, -oráculo de Yahveh” (22:16).

41 Veerkamp, 1993, pp. 55ss.42 Ibíd., y en detalle, Crüsemann, 1992, pp. 251ss., y Albertz, 1992, pp. 337ss.43 Este texto sobre la nueva dedicación del tributo me parece que respalda clara-

mente la datación posterior al exilio que hace Veerkamp. Nada se dice de los sa-cerdotes relacionados con “el lugar que (Dios) escogerá”, lo que sugiere que eltemplo ya estaba destruido. Pero el Deuteronomio puede incluir textos de lostiempos previos y posteriores al exilio.

44 Cf. Ibíd., p. 340.45 Cf. Ibíd., p. 357.46 Cf. Ibíd., p. 378, y Veerkamp, 1993, pp. 55ss.47 Cf. Albertz, 1992, pp. 381s.48 Ibíd., pp. 391ss.

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49 Ibíd., p. 396.50 Ibíd., pp. 398ss.51 Ibíd., p. 402.52 Ibíd., pp. 412s. (tr.).53 Ibíd., pp. 413ss.54 Sobre lo siguiente, Ibíd., pp. 431ss.55 Ibíd., p. 438 (tr.).56 Ibíd., p. 441 (tr.).57 Ibíd., p. 444 (tr.).58 Ibíd., p. 446 (tr.).59 Sobre lo que sigue cf. Ibíd., pp. 446ss.60 Ibíd., p. 453 (tr.).61 Ibíd., pp. 458s. (tr.).62 Ibíd., pp. 463ss.; cf. en particular el detallado diagrama de la p. 467.63 Ibíd., pp. 479ss.64 Ibíd., pp. 474 (tr.).65 Sobre esto, como resumen las investigaciones previas, F. Crüsemann, 1992, pp.

32ss.66 Albertz, op. cit., pp. 497ss. de acuerdo con Blum.67 Crüsemann, op. cit., p. 337 (tr.).68 Sobre los textos del Código de Santidad, Lv 17-26, T. Veerkamp, 1993, pp. 86ss.69 Ibíd., pp. 80ss.70 Ibíd., pp. 91ss. Cf. también Lohfink, op. cit., pp. 110ss.71 Veerkamp, op. cit., pp. 94ss.72 Ibíd., p. 97 (tr.).73 Ibíd., p. 101 (tr.).74 Ibíd., pp. 101ss.; cf. R. Kessler en: M. Crüsemann y W. Schottroff, 1992, pp. 40ss.75 Veerkamp, op. cit., p. 101 (tr,).76 Ibíd., pp. 104 ss.77 Ibíd., p. 105 (tr.).78 Ibíd., pp. 106ss. y J. Kegler, 1992, en: M. Crüsemann y W. Schottroff, 1992, pp.

17ss.79 Veerkamp, op. cit., pp. 108ss.80 Ibíd., p. 109 (tr.).81 Crüsemann, 1993, p. 353.82 Cf. Ibíd., p. 332, y Veerkamp, op. cit., p. 109.83 Cf. Ibíd., pp. 113s.84 Ibíd., pp. 114s.85 Sobre Ne 5:1ss. ver también los comentarios de arriba sobre Lv 25:25-28. Para

más detalles de lo siguiente, Veerkamp, 1993, pp. 75ss.86 Ibíd., pp. 115ss.87 Sobre lo que sigue cf. en detalle Ibíd., pp. 231ss., y Albertz, 1992, pp. 664s.88 Cf. Albertz, op. cit., pp. 633ss.89 Sobre lo apocalíptico como una teología de resistencia cf. P. Lampe, 1978.90 Sobre esto, Veerkamp, op. cit., pp. 235ss.

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91 Ibíd., p. 243 (tr.).92 Ibíd., pp. 247s. (tr.).93 Ibíd., p. 275 (tr.).94 Cf. Albertz, op. cit., p.676.95 Utilizo esta expresión para el libro que se conoce como el Nuevo Testamento. En

vista de la terrible historia de culpa del Cristianismo hacia los judíos, debe evi-tarse toda forma de expresión de la Biblia hebrea que pueda malinterpretarse co-mo una denigración, hasta la palabra “Viejo” (=Antiguo, del inglés “old” y el ale-mán “alt”) Testamento. Así pues, se puede decir “Primero” y “Segundo” Testa-mentos.

96 N. Lohfink, 1987, especialmente los capítulos “La monarquía y el poder político”(pp. 71ss., tr.). “El Reino de Dios y la economía” (pp. 103ss., tr.) y “Dios al ladode los pobres” (pp. 122ss., tr.). G. Lohfink, (1988) 1993, particularmente la Par-te IV: “¿Por qué requiere una Sociedad de contraste el Sermón de la montaña?”(pp. 99ss., tr.). Sigo a los Lohfink donde aparezca luego este término.

97 W. Haller, 1989.98 K. Wengst, 1987; L. Schottroff, 1994.99 H. Gollwitzer, 1984 (2), particularmente pp. 141ss.; K. Barth, 1946.100 C. Burchardt en J. Becker et al., 1987, p. 29, habla de “poner en ejecución” la re-

gencia de Dios.101 N. Lohfink, 1987, p. 114 (tr.), y en detalle G. Lohfink, 1993, pp. 142ss.102 Cf. Albertz, 1992, pp. 485ss.; W. Schottroff, 1986, en L. y W. Schottroff (ed.),

1986, pp. 122-135.103 N. Lohfink, op. cit., p. 116 (tr.).104 M. Welker, 1992, describe este proceso, que Jesús descubre y señala como un

“surgimiento” en los acontecimientos cotidianos. En términos cristológicos sepodría hablar de la “encarnación” del reino de Dios.

105 G. Theissen, 1992, p. 122.106 Wengst, op. cit.107 Ibíd., p. 87 (tr.).108 Ibíd., p. 88 (tr.).109 Cf. L. Schottroff, 1994, p. 207, en contra de la interpretación espiritualizadora de

la versión de Mateo, que proclama benditos a los “pobres en espíritu”.110 L. Schottroff y W. Stegemann, 1981(2), Jesús de Nazareth - Hoffnung der Armen

(Jesús de Nazaret. La esperanza de los pobres); cf. también N. Lohfink, 1987, pp.138ss.

111 Cf. particularmente a L. Schottroff, 1994, pp. 206ss., la sección sobre “El Evange-lio de los pobres y la opción por las mujeres” (tr.).

112 L. Schottroff, 1994, pp. 228ss.113 Ibíd., pp. 281ss. (tr.).114 G. Theissen, 1989, pp. 353ss., ha demostrado muy bien que esta expresión sobre

los “fatigados y agobiados” en este sentido expreso se refiere a los que trabajancon sus manos.

115 Ibíd., p. 36116 Cf. Wengst, op. cit., y L. Schottroff, 1994, pp. 297ss.

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117 Cf. Wengst, op. cit., y L. Schattroff, 1994, pp. 297ss.118 Wengst, op. cit.119 L. Schottroff, 1994, pp.311s.120 Cf. adicionalmente D. Pauly, 1988, p. 22 (tr.): “Así se juzga al dios que en el Nue-

vo Testamento y en otras partes, se denomina “el señor Dinero” (“Mammon” enla traducción inglesa)? Se refiere a mucho más que ‘el dinero’, más bien a todo elcomplejo entretejido de los factores económicos, legales, políticos, sociales y re-ligiosos. El término bíblico ‘ídolos’ no designa otra cosa que los sistemas de ban-carrota que producen injusticia y discordia.

121 Cf. Wengst, op. cit.; L. Schottroff, 1984, en J. Moltmann (ed.), pp. 15ss.122 G. Theissen, 1992, p. 122.123 Cf. H. C. Uehlinger, 1990.124 L. Schottroff, 1994, pp. 316ss.125 Ibíd., p.316 (tr.); la expresión “comunidad de bienes” no es entonces suficiente-

mente nítida.126 G. Lohfink, 1993, p. 145 (tr.).127 Schottroff, op. cit., pp. 20ss. y pp. 27ss.128 J. Miranda, 1974, y E. Tamez, 1993. Cf. también el intento de J. Moltmann de dis-

tinguir concretamente “La justicia para las víctimas y los culpables” (1994, pp.74ss. tr.).

129 En Meeks, 1983, se dan argumentos contra la suavización de esta visión básica,(a pesar de cualquier necesidad de diferenciarlos) ver L. Schottroff, 1994.

130 Cf. L. Schottroff, 1994, pp. 224ss., contra Theissen y Meeks; sobre esto tambiénE. Tamez, 1993, pp. 61ss.

131 Cf. L. Schottroff, 1994, pp. 71ss.132 Cf. L. Schottroff, 1986, en: L. W. Schottroff (ed.), 1986, p. 137.133 Puede verse como una mala suerte en términos de su efecto histórico el que aquí

Pablo critique el amor homosexual como un ejemplo especial de donde puedenllevar “las pasiones degradantes”, en lugar de continuar detallando otros pecadossociales.

134 Esto es comparable a lo que hace San Agustín de la caída del Imperio Romanoen De Civitate Dei (Sobre la comunidad de Dios). Partiendo del acontecimientohistórico concreto de la destrucción de Roma (410 D.C.), ve toda la historia, laantropología y hasta la cosmología juntas como una sola historia acerca de la lu-cha de Dios contra las estructuras de egoísmo; una lucha que tiene como metauna comunidad característica por su amor a Dios y al prójimo. Cf. además U.Duchrow, 1983(2), pp. 181ss.; J. Millbank, 1990, pp. 380ss.

135 Esta es la afirmación esencial del libro que cité de Elsa Tamez.136 Cf. Duchrow y Liedke, 1989, p. 52 y p. 61.137 Cf. K. Stendahl, 1976, pp. 28ss.138 Cf. U. Duchrow, 1987, pp. 41ss.; con citas de los escritos de Lutero sobre “los que

sostienen que por la dispensación evangélica de la gracia, la ley moral no sirve niobliga porque sólo se necesita la fe para salvarse”, por ej. del Acerca de los Conci-lios y las Iglesias. “Pues así como ellos rechazan y tergiversan los Diez Manda-mientos, también proclaman la gracia de Cristo. Pero fortalecen y alientan a los

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que persisten en sus pecados al decirles ... que todos estos pecados han sido lim-piados por Cristo. Ven que la gente comete pecados públicos y notorios, pero losseguir cometiéndolos sin cambio ni avance en sus vidas. Es muy claro por esoque no comprenden realmente ni la fe cristiana ni a Cristo, y los eliminan hastacuando los predican” (Ibíd., p. 42). Lutero ve igual que Pablo que el espíritu San-to lleva a cabo el cumplimiento de los Mandamientos, aunque su visión no seelabora eclesialmente, así que no deja de ser culpable de posteriores reelabora-ciones erróneas.

139 W. A. Meeks, 1983, Cap. 3 sobre la ekklesia.140 Cf. también a L. Schottroff, 1994, p. 314, y G. Janowski, 1990, pp. 20s.141 En vista de lo cual es claro y también legítimo que, por el uso del griego secular,

al utilizar esta palabra se piense en los intentos de las ciudades griegas por unademocracia republicana. Y en realidad el concepto judío de la qehal YHWH, la Asamblea del pueblo de los hombres libres iguales bajo la guía del Dios libera-dor, critica a la estructura social tributaria del antiguo Cercano Oriente muchomás fundamentalmente que a la estructura democrática griega.

142 Cf. Meeks, op. cit., 108.143 Cf. G. Jankowski, 1990, pp. 70ss.144 Cf. L. Schottroff, 1994, p. 316.145 Cf. D. Georgi, 1992.146 Cf. L. Schotroff, 1984, en : J. Moltmann, 1984, pp. 15ss.147 Aquí relativizo algunas de mis presuposiciones de U. Duchrow, 1983(2), pp.

137ss., sin poder entrar en más detalles.148 L. Schottroff, 1994, pp. 182ss. etc.149 Cf. por ejemplo Ibíd., pp. 104ss.150 Cf. Wengst, op. cit.151 Cf. Ibíd.152 Cf. L. Schottroff, 1994, pp. 244s.153 Cf. K. H. Kroon, 1988, p. 71.154 Cf. P. A. Nogeira de Souza, 1991.

Capítulo VI

LA RESISTENCIA A LOS REINOS DEL MUNDO Y LAS ALTERNATIVAS PARA LA VIDA. ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO HOY?

La lucha de los hebreos liberados y una sociedad independientebasada en la solidaridad en el primer Israel, la lucha de los profetas pa-ra domar el sistema monárquico, los nuevos comienzos tras su fracaso,y finalmente, la lucha de resistencia y la señalización de una sociedadcompletamente nueva frente a los imperios que se volvieron totalita-rios: las tradiciones bíblicas muestran que estos acontecimientos siem-pre siguen a la recordación que hace el pueblo de la historia anterior,relacionándola con su situación, e intentando introducir prácticas y es-tructuras consecuentes con la liberación y la solidaridad que esa recor-dación revela.1 ¿Realmente nos ayuda esto a saber lo que hacer hoy?Técnicamente, volvemos a la cuestión hermenéutica.2

1. Cinco reglas bíblicas para recordar el pasado

1 El punto de partida clave es el lugar desde el cual hacemos pre-guntas cuando recordamos los textos bíblicos en razón de nuestro pro-pio presente y futuro. Yahveh no se revela en un lugar neutro (porejemplo, en la mente de un intelectual, al que luego se le llama “sabio”),ni en la corte o el templo del Faraón, sino en el desierto, a Moisés, el re-presentante de un grupo oprimido y explotado de esclavos (Ex 3). Losprofetas son perseguidos por la corte del rey y, como Elías, se quedanen la casa de una pobre viuda, o, como Amós, trabajan con los movi-mientos de campesinos que están amenazados y empobrecidos. El Có-digo de Santidad posterior al exilio, por ejemplo, Lev 25 con sus reglassobre el año del Jubileo, busca proteger los intereses socioeconómicosde algunos grupos de población específicos: los esclavos, los deudores,los obligados a vender sus casas, etc. La revelación del Reino de Dios

Alternativas al capitalismo global 217

con un rostro humano en los escritos apocalípticos judíos hace surgirla esperanza entre los oprimidos por un sistema fundamentalmente to-talitario y universal, que viven sea en la clandestinidad en resistenciapasiva o activa, sea en el exilio. Jesús define muy exactamente el lugardonde se le debe encontrar a él, el “humano” del Reino de Dios: conaquellos cuyas necesidades básicas no están satisfechas, los hambrien-tos, los sedientos, los que no tienen vestido para cubrirse, los sin casa,los enfermos, los que están en prisión, ante todo por deudas (Mt25:31ss.). En esto la Biblia es muy clara: este es el modelo que la reco-rre3, y visto así todas sus declaraciones sobre la economía se vuelveninequívocas4 (las situaciones serán diferentes, pero no el punto de par-tida). Lo cual representa un problema fundamental para la teología y laiglesia en una sociedad occidental de clase media, y por ello para mípersonalmente, en cuanto que trabajo –al menos en la parte oficial demi papel profesional– para una iglesia así y –aunque sea de forma muyprivada y gratuita– con la Facultad de Teología de una universidad ale-mana. La situación debe ser tan clara como el cristal para los teólogosde la liberación latinoamericanos, que hacen su trabajo teológico codoa codo con los movimientos populares y las comunidades de base. Ade-más no es nada sorprendente que en las últimas décadas haya habidoentre la gente de las clases más populares, una lectura y una compren-sión espontáneas de la Biblia, como una Reforma. Sin duda que los es-critos bíblicos –que se escribieron en gran medida por los amenazadospor la marginación o bajo la presión de los poderes imperiales– han si-do asumidos y comprendidos más directamente por gente en una si-tuación similar que por los representantes de los países y las clases delcentro. Para ellos la pregunta es si hay alguna posibilidad de llegar al lu-gar de la claridad, esto es, al lado de los pobres, los excluidos y los opri-midos. Lo consideraremos en la Tercera Parte. Pero ese lugar se defineclara e inequívocamente.

2. Entre el pueblo de Yahveh también hay tradiciones de piedadpersonal5; pero el indudable énfasis de la fe en Dios se da al celebrar aDios juntos y con esfuerzos colectivos para atestiguar la acción de Diosliberadora y creadora de solidaridad mediante el desarrollo de estruc-turas sociales y de prácticas adecuadas. Por tanto, el sujeto que recuerdalas tradiciones bíblicas debe ser siempre una comunidad que se esfuercepor trasponer las maniobras de la Biblia hacia la liberación y la solidari-dad en el presente.6 Solamente en este contexto puede una lectura per-

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sonal de la Biblia evitar hoy la trampa del individualismo burgués, queideologiza y encierra el mensaje de la Biblia. Dicho individualismo a suvez se instrumentaliza por los grupos capitalistas dominantes, y así seconvierte en un narcótico para el pueblo.

3. No hay recordación del Dios de la Biblia liberador y creador desolidaridad sin conflicto con las estructuras y los sistemas económicos,políticos e ideológicos que esclavizan al pueblo y destruyen la solidari-dad. Esto ha estado claro desde la liberación de Egipto, desde la críticay los sufrimientos de los profetas, desde la persecución y la cruz de Je-sús y sus primeros grupos y comunidades mesiánicos. Pues es a travésde su sufrimiento y muerte que la Biblia nos dice que Dios crea la vidapara su pueblo y así demuestra la verdad de su mensaje.

4. Cada uno de estos conflictos no sólo origina preguntas a asun-tos estructurales, sino que también llama a cuestionar el sistema comoun todo. Esta es la cuestión-Dios, esté explícita o no.7 Entonces, al cues-tionar las estructuras políticas y económicas de un sistema, siempre de-bemos preguntar qué “funciona” de hecho como Dios, incluso en el sis-tema aparentemente “secularizado” actual.

5. Finalmente, hay una cuestión hermenéutica fundamental: có-mo puede relacionarse la comunidad cristiana a las tradiciones de Is-rael y cómo puede la gente, los grupos, las comunidades y los pueblosque no son ni judíos ni cristianos relacionarse a ambos, Israel y la Igle-sia, y viceversa. Dando por sentadas las reglas 1-4, iremos primero a lacuestión de las lecturas cristiana y judía de la Biblia. Vimos que la Bi-blia hebrea misma, el Primer Testamento, da pistas sobre cómo otros,que no son parte del pueblo testigo elegido por Dios, pueden relacionar-se a las revelaciones de Dios. Con esto en mente, tanto Crüsemann co-mo Veerkamp señalan al final de sus libros el Cap. 4 del Deuteronomio,donde Moisés vincula al pueblo con la Torá. Dice Moisés ahí (vv. 5-8):8

Mirad, cómo Yahveh mi Dios me ha ordenado, yo os enseño preceptos ynormas para que los pongáis en práctica en la tierra en que vais a entrarpara tomar posesión de ella. Guardadlos y practicadlos, porque ellos sonvuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que,cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: “Cierto que estagran nación es un pueblo sabio e inteligente.” Y, en efecto, ¿hay algunanación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahvehnuestro Dios siempre que le invocamos? Y ¿cuál es la gran nación cuyospreceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que hoy os doy?

Alternativas al capitalismo global 219

Es su asombro ante la Torá (y su implementación) lo que otorgael acceso de otros pueblos a ella; la identidad y el carácter especial de Is-rael se respeta por este medio. Pero como pasa con el “peregrinaje delos pueblos a Sión”, aprender de la Torá puede y debe ser universal. Escrucial, por tanto, prestar atención, con una intensidad siempre reno-vada, a las historias de los actos de liberación de Dios y las leyes diseña-das para ayudar a preservar la libertad (la disciplina de la libertad). Ensegundo lugar, este “entendimiento” no es un sentido común general,en cuyo tope las reglas específicas de Israel se aceptan como una claseespecial de sentido común. “El sentido común general: siempre se vin-cula con posiciones masivas de interés, como por ejemplo la metafísicade Aristóteles, cuando él justifica la autoridad de un solo gobernanteheleno.9 El sentido común de Israel es la Torá por la misma razón deque, en nombre de la libertad y la mutua solidaridad, la Torá se pone ala defensiva contra el sentido común de los gobernantes y los comer-ciantes.

Jesús y el primer cristianismo concuerdan con esto en cuanto aladoptar esta misma posición, en el sentido de cumplir la Torá a travésdel Espíritu mesiánico, que va al encuentro de la gente para vivir hastael fin el Reino de Dios. Sólo haciendo lo que la justicia significa, y con-cretamente, formando una comunidad alternativa en el espíritu de laTorá es que las congregaciones y los grupos cristianos participan efec-tivamente en la promesa de ser un pueblo testigo, la levadura, la sal, laluz entre los pueblos, buscando ser compañeros de Israel sin quitarle suherencia (Rm 9-11). Es verdad que actuar justamente y formar una co-munidad alternativa se dan al oír el testimonio de la historia de la libe-ración de Dios. También es cierto que los seres humanos no puedenmanipular todo este regalo de Dios. Pero al mismo tiempo, oír tienepor objeto que los que oyen actúen y se les permita actuar (cf. Mt7:24ss.; Rm 7 y 8). Así que Israel y las comunidades mesiánicas y losgrupos de Jesús se esfuerzan por ser la sal de la Tierra y la luz del mun-do. La “doctrina de la cruz” recoge exactamente el tema israelita de laforma real de Dios, al lado de los que están privados de la justicia (cf. 1Cor 1), y tiene por objeto el vivir real en el poder de la Resurrección.

Por tanto, la relación de la comunidad cristiana con los pueblos esla misma que la de Israel; no una sabiduría o sentido común compar-tidos que los reúne.10 La sabiduría de este mundo se centra en lo quees grande, poderoso y superior. Pero la sabiduría de Dios elige lo hu-

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milde, lo débil y lo impotente y construye con ellos una sociedad dife-rente de libertad y solidaridad. Y así, la comunidad cristiana declaraque la “doctrina de la cruz” es la sabiduría de Dios (1 Cor 1). Esta es laBuena Nueva para los oprimidos, y sólo puede verificarse probándola,sólo así puede decidirse el asunto de si la vida viene de empezar con loshumildes y los poderosos. La verdad acerca de un sistema político eco-nómico, lo mismo que acerca de otras religiones, no se decide ante eltribunal del sentido común general (¿quién podría juzgarlo?), sino porel efecto que tiene el sistema en la real supervivencia del pueblo ame-nazado y de la humanidad en su totalidad.

La otra cara es que por lo tanto el nombre “cristiano” no importa.En Mt 25:31ss. el pueblo va a ver al “Humano” en el tribunal y dice:“¿No lo hicimos... en tu nombre?” Y él les responde: “No os conozco”.Igualmente van los que no han llamado a Jesús ni formado una relacióncon él, pero han respondido a las necesidades básicas de los necesita-dos; y a ellos les dice Jesús: “todo lo que hicisteis a uno de mis herma-nos aquí, sin importar cuán humilde fuera, lo hicisteis conmigo”. Locual quiere decir que los grupos, las comunidades y las iglesias cristia-nos son los primeros en estar sujetos a la crítica ideológica (o al juicio,si se lo mira teológicamente), para impedir que las palabras, las inda-gaciones o las acciones rompan otra vez el compañerismo mutuo.

Y volvemos así a la regla 1: el Dios de los judíos, los cristianos ytodos los pueblos se revelará donde estén los oprimidos y excluidos.Desde ahí partirá la crítica fundamental de las “estructuras pecadoras”y la construcción de estructuras alternativas para la sociedad; y la pre-servación de la esperanza para la vida.

Con la ayuda de estas cinco reglas para recordar el pasado tratare-mos ahora de ordenar y evaluar las tradiciones bíblicas que hemos in-vestigado, con el fin de alcanzar perspectivas para juzgar nuestra situa-ción presente así como posibles formas para salir de ella.

2. Los falsos senderos: “la teología estatal” y “la teología eclesial”

Estas cinco reglas bíblicas para la recordación del pasado ayudanante todo a que se destaquen tajantemente dos falsos senderos que yahan sido criticados en los mismos escritos bíblicos. El Documento su-

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dafricano Kairós los llama los senderos de la teología estatal y de la teo-logía eclesial.11 L. y W. Schottroff han investigado las tradiciones bíbli-cas desde las cuales estas teologías reclaman apoyo.12 De hecho, hay re-manentes de los textos de la teología estatal que tratan de legitimar lamonarquía según las antiguas ideologías del Cercano Oriente sobre elrey y el imperio; por ejemplo, Sal 2 y 72 ó Jc 17-21. Provienen princi-palmente de la época en que las monarquías de Israel y Judá tenían quejustificar su establecimiento frente a la resistencia de los campesinos, esdecir, desde la época de Saúl, David y Salomón. Pero en muchos casoshan sido reelaboradas después, tras el fracaso de la monarquía. Y pesanmucho más los textos que critican al rey En todo el Pentateuco (los cin-co libros de Moisés) el oficio del rey sólo aparece en el cap. 17 del Deu-teronomio, en una forma muy “domesticada”. En el segundo Testamen-to no hay un solo texto de la teología estatal, aunque Rm 13:1-7 y la his-toria del impuesto al César se interpretasen incorrectamente así, comolo he explicado. En breve: la teología estatal traiciona la esencia más ín-tima de la fe bíblica en Dios, pues idoliza el poder. Luego tendremosque preguntarnos lo que significa que desde entonces el centro del po-der haya pasado del estado al capital.

El Documento Kairós describe la teología eclesial como una teolo-gía que predica la “paz” y la “reconciliación” en una situación marcadapor la injusticia y la contienda. No elimina las causas fundamentales dela hostilidad y la injusticia, por los intereses institucionales del Templo,o más tarde de la Iglesia, e indirectamente los fuertes que perpetran lainjusticia se hacen más fuertes. Un ejemplo son las clases altas sacerdo-tales de Judea en el tiempo de Jesús, que colaboraban con los romanos.La Primera Carta a Clemente pertenece asimismo a esta categoría, yaque elogia la Pax Romana justo después de la gran persecución del Em-perador Domiciano. La teología eclesial trata del conformismo pasivohacia los poderes gobernantes; suprime los conflictos necesarios conellos, o al menos los evita.

3. Tres enfoques legítimos para ser la Iglesia y a dar pasos ha-cia una economía sustentadora de la vida

Cada constelación de la historia de Israel, Jesús y el primer cristia-nismo tiene su particular kairós; es decir, sus particulares oportunida-

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des, limitaciones y desafíos para tomar decisiones. Por tanto, en cada si-tuación la gente tiene que analizar las estructuras vigentes, redescu-briendo y luchando por posibilidades de vida alternativas para todos.Los involucrados tienen que esperar, manteniendo las reglas de la re-cordación, que ocurra el florecimiento de la libertad y la mutua solida-ridad, y dejar que eso dé resultado para la lucha de su tiempo.

Sin embargo, debería ayudar a resaltar algunos de los rasgos típi-cos de las posibles constelaciones del pueblo de Dios en sus contextossociopolíticos. Seleccionaré tres, sin querer que esto implique que sonlos únicos.

1. Domar las estructuras de poder políticas y económicas a travésde la profecía y la ley (el enfoque de “la iglesia establecida”).

2. Transformar una sociedad en un rincón del Imperio (forman-do así una “sociedad de contraste”).

3. Negarse a cooperar con los sistemas totalitarios y crear alterna-tivas en pequeña escala intercomunicadas (el enfoque de la “contra-cultura” de los grupos mesiánicos y las comunidades en todos los pue-blos).

Acerca de 1: Domar las estructuras de poder políticas y económicasa través de la profecía y la ley (el enfoque de “la iglesia establecida”). Em-pezaremos con la constelación más ambigua. Como lo expuse, hubouna época en Israel y en Judá en la cual se adoptaron las estructurasfundamentales de la monarquía, junto con una sociedad de clases y elcomportamiento imperial de un conquistador en las relaciones exter-nas. El pueblo quería “ser como otros pueblos” (1 S 8). Los movimien-tos de campesinos, los movimientos proféticos y los individuos que tra-taban de refrenar estas estructuras injustas por la ley (el Libro de laAlianza y el Deuteronomio de Josías), se dedicaron a dar un expresiónpráctica a su sentido de libertad y solidaridad inspirado por la fe enYahveh, al menos en la forma de “domar” las estructuras de poder. Hu-bo un intento de revolución (Jehú) y otro de reforma (Ezequías y Jo-sías); ambos fracasaron; la monarquía se derrumbó (en el 722 en elNorte, en el 587/6 en el Sur). Los profetas habían predicho estos desas-tres, limitando la esperanza para la vida en el futuro a sólo un “rema-nente” de sobra, un “último residuo”.

A pesar de este fracaso, la parte de la Iglesia cristiana que vivía enel Imperio Romano se apropió casi completamente de este enfoque delIsrael monárquico, luego de que el emperador romano Constantino

Alternativas al capitalismo global 223

(312) aceptara la fe cristiana. Este enfoque, que se convierte en unaiglesia imperial, luego en una iglesia estatal y hoy también en una “igle-sia nacional”, puede describirse como el de una iglesia principal o ma-yoritaria, que tiene por objeto llegar a una situación donde el pueblo yla gente de iglesia coincidan lo más posible. La cuestión que nos ocupaserá si ha domado o no con éxito y en nombre del cristianismo las es-tructuras de la monarquía y los sistemas de poder consiguientes, y loque eso significa hoy.

Acerca de 2: Transformar una sociedad en un rincón del Imperio(formando así una “sociedad de contraste”). En nuestra recordación através de la historia bíblica nos encontramos con dos constelaciones enlas cuales Israel tenía la capacidad de desengancharse, completa o par-cialmente, de los imperios y construir una contra cultura que involu-crara a todo el grupo de población. Una constelación fue en el primerperiodo anárquico, cuando los grupos marginales liberados del yugo dela esclavitud y el tributo desarrollaron una economía de subsistenciaigualitaria en las montañas de Palestina, gestionando sus vidas sin esta-do ni Templo; la otra, tras la caída de la monarquía, primero justo en-tre los campesinos que no tuvieron que exiliarse y el pueblo sin tierraque había regresado a casa, ya en régimen de semi autonomía, dentrodel Imperio Persa, pero bajo las regulaciones de la Torá, que niveló lainjusticia económica y organizó un autogobierno político.

Este enfoque también se ha probado en nombre del Cristianismo,por ejemplo, en los asentamientos para los habitantes nativos de Amé-rica, de alguna manera en cooperación con Las Casas en (la isla) Espa-ñola (hoy Haití), y con los jesuitas en Paraguay.

Acerca de 3: Negarse a cooperar con los sistemas totalitarios y crearalternativas en pequeña escala intercomunicadas (el enfoque de la “con-tra-cultura” de los grupos mesiánicos y las comunidades en todos los pue-blos). Este tipo también se dio en Israel, cuando ya no había un lugarconveniente para todos. Un grupo de los hasideos, y posteriormente losesenios, que actuaban en la esperanza apocalíptica de que colapsara elsistema totalitario heleno y luego romano, se retiraron al desierto y, enel espíritu del Reino de Dios que vencería al reino del mundo, trataronde hacer patente una alternativa en una comunidad monástica.

Igual y aun así muy distintamente, Jesús, el movimiento de Jesúsy los primeros grupos y comunidades mesiánicos cristianos vivieronhasta las últimas consecuencias este rechazo del sistema, por medio de

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alternativas a pequeña escala y intercomunicadas. Llevaron con ellos agente del mundo de fuera –empezando con los pobres y los margina-dos– y acabaron por salir a todo el mundo para formar comunidades“atractivas” en el espíritu del amor de Dios y en la práctica de compar-tir, como una señal del Reino de Dios. De esta manera iba a surgir elReino de Dios, o “la justicia, la paz y la alegría, inspiradas por el Espí-ritu Santo” (Rm 14:17), a través de pequeños grupos y comunidades enmuchos países, y poniendo fin a esas relaciones injustas entre los pue-blos, entre amos y esclavos y entre los hombres y las mujeres, que ca-racterizaron al Imperio Romano como heredero de todos los imperios(Gal 3:28).

Mi afirmación entonces es que podemos obtener una orientación e inspi-ración vital de al menos dos de estos enfoques para nuestra actual situa-ción político económica global y las diferentes constelaciones socialesdel sur, el Este y Occidente, así como para el papel y la responsabilidadde las iglesias.

NOTAS

1 F. Crüsemann, 1992, p. 329 (tr.), respecto al surgimiento del Pentateuco comodocumento de la fundación de Israel en el Imperio Persa, habla del vínculo de “larecordación de la historia y la indicación del presente”, de la historia y la ley.

2 Cf. los comentarios introductorios a la Parte II, arriba.3 Cf. W. Dietrich, 1989.4 Cf. la reflexión de Ton Veerkamp citada arriba, 1993, pp. 114s.5 R. Albertz, op. cit., lo acentúa en todas las fases de la historia de Israel.6 Cf. la clara presentación de este tema en C. Mesters, 1983; también U. Duchrow,

1986.7 Cf. Veerkamp, 1993, pp. 281ss., etc.8 Cf. Ibíd., pp. 356ss. y F. Crüsemann, 1992, p. 425.9 Cf. Veerkamp, Ibíd., pp. 319ss.10 La idea del “conocimiento natural de Dios” que Pablo plantea en Rm 1:19ss. só-

lo trata de mostrar que todo el mundo está inexcusablemente ante de Dios.11 Kairos South África, 1987.12 L. y W. Schottroff, 1988.

III PARTE

ALTERNATIVAS ECONÓMICASDADORAS DE VIDA

EN LA ACTUALIDAD

Capítulo VII

DE LOS IMPERIOS A LA ECONOMÍA GLOBAL

Civilizar el capitalismo sólo será posible globalmente, si acaso.Elmar Altvater1

En la Primera Parte tratamos de esbozar el origen, la estructura yel desarrollo de la economía capitalista moderna de mercado a lo largode estas últimas décadas. La Segunda Parte pretendía desarrollar un jui-cio crítico, enfoques sociales alternativos y perspectivas de acción fren-te a este sistema de poder económico, político e ideológico. Después detodo, se trata de una amenaza a la vida no sólo para la mayoría de la hu-manidad sino para todo el planeta. Recordamos las tradiciones bíblicas,pues, según yo sé, no hay ninguna otra tradición en la historia de lospueblos, culturas y religiones que critique tan profundamente las es-tructuras sociales injustas y amenazadoras a la vida. Lo cual no signifi-ca que una iglesia que adopte estas tradiciones no tenga que compro-meterse en un franco encuentro con los representantes de otras fes vi-vientes; sin embargo, no lo haría ingenuamente, desde una serie su-puestamente neutra de conceptos racionales, sino de acuerdo con las“reglas para recordar” a las que hubieran llegado crítica y autocrítica-mente desde su propia tradición, es decir: 1. con una clara posición allado de las víctimas del sistema de poder existente, 2. como parte de laslucha comunitarias por la justicia y la vida, 3. en conflicto con los po-deres opresivos y destructores de la vida, 4. en la búsqueda de encon-trar quién, o qué es “dios”, esto es, el poder que determina fundamen-talmente todo, y 5. en un contexto de tratar de crear alternativas, al me-nos en parte o en esbozo.

Hay aquí dos problemas esenciales que necesitamos abordar antesde seguir:– Primero: hemos tratado de afilar nuestro juicio y descubrir alterna-

tivas con el análisis del manejo bíblico de los imperios del antiguoCercano Oriente, Grecia y Roma. Ahora bien, ¿es ello realmente per-tinente si miramos el contexto distinto de la edad moderna? Y si esasí, ¿en qué forma?

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– Segundo: si se encuentran con representantes de otras religiones, lasiglesias y comunidades cristianas deben esperar que se les pregunteacerca de su propio pasado y presente.2 Después de todo, deberíanser las primeras en ser juzgadas, según el criterio de las alternativassociales vividas.

1. ¿Cómo comparar las configuraciones sociales de los antiguos imperios con el sistema capitalista global?

Immanuel Wallerstein empieza su clásica obra sobre The ModernWorld-System (El sistema mundial moderno) con estas palabras:

A finales del siglo XV y comienzos del XVI apareció lo que podemos lla-mar un sistema mundial europeo. No era un imperio, aunque sí tan am-plio como un gran imperio y con algunas de sus características. Pero eradistinto, y nuevo ... Es una entidad económica, pero no política, a dife-rencia de los imperios, las ciudades estado y las naciones estado. De he-cho, precisamente abarca entre sus límites ... imperios, ciudades estado ylas incipientes ‘naciones estado’.3

Lo cual es decir que la real estructura de poder ya no era un im-perio político, sino un sistema económico global, que comprendía yutilizaba diferentes formas políticas. Por 5.000 años, los imperios sehan caracterizado por una centralización política cuyo fin era la obli-gada recolección del tributo y los impuestos. Incluso al surgir una eco-nomía global, como en China, Persia y Roma, se la volvía un imperio.Los Habsburgo fracasaron al intentar esto en la naciente economíamundial:

Lo que hace el capitalismo es ofrecer una fuente alternativa y más lucra-tiva de apropiación del excedente... En una economía mundial capitalis-ta, la energía política se utiliza para asegurar los derechos de monopolio(o los más cercanos a él que puedan lograrse). El estado se vuelve menosla empresa económica central que los medios de asegurar ciertos térmi-nos de comercio en otras transacciones económicas.4

En la moderna economía global capitalista los actores económicos nenecesitan cubrir los costos políticos mismos de sus ganancias, aunquepueden aprovecharse de las facilidades del estado para mejorar susoportunidades de mercado. Hay una faceta común a la economía política

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de los imperios y a la economía global capitalista: ambas son formas deadquisición del excedente por parte de los que controlan los medios deproducción, a expensas de la mayoría.

Recordemos la cita de Max Weber de que el capitalismo es “unaesclavitud sin amo”.5 Los amos se hacen invisibles detrás de los meca-nismos del mercado, que se ven como similares a la ley natural y másallá de toda crítica. Por eso justamente es que los llama éticamenteinaccesibles y no sujetos a regulación. Si queremos analizar críticamen-te los mecanismos de la economía global capitalista y buscar alternati-vas viables, sólo podemos hacerlo respecto a:– se pueden cuestionar los mecanismos capitalistas como tales y bus-

car formas totalmente diferentes de actividad económica común;– se pueden sacar a la luz los elementos ocultos de la regulación polí-

tica de las diferentes formas de la acumulación capitalista, que inte-ractúan con los mecanismos de mercado, y luego ver las formas deintervenir.

En nuestra búsqueda de alternativas económicas dadoras de vidano tendremos que olvidar estos dos enfoques.

2. ¿Tienen realmente las iglesias el derecho de hablar pública-mente, en vista de su historia bimilenaria?

Contra el fondo de las perspectivas bíblicas que arriba tratamos,el problema básico de la historia de la iglesia europea sigue siendo in-dudablemente el hecho de que con el Emperador Constantino, en el si-glo IV, hubo un cambio desde los grupos y congregaciones mesiánicasal modelo de la iglesia establecida, y hasta se constituyó una iglesia im-perial.

No es éste el lugar para examinar qué formas reales de vida eclesial se de-sarrollaron siguiendo las líneas de las sociedades alternativas de Jesús yPablo, hasta que se dio este cambio de rumbo, ni para especular en lo quelo causó.6 Está claro que hasta entonces la iglesia mantiene su distanciacon el imperio romano, y en realidad estaba obligada a hacerlo en razónde las persecuciones periódicas.

Teológicamente hablando, el problema está en el cambio de rum-bo como tal. Aun cuando la gran mayoría de las tradiciones bíblicas, y

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ciertamente el Segundo Testamento, eran en extremo críticos con lamonarquía en sí, e incluso más críticos con los imperios y sus estructu-ras económicas y políticas, tenían ideas sobre cómo habría sido posiblejustificar teológicamente un enfoque de crítica constructiva de un im-perio. Idealmente, la visión paulina se habría hecho realidad. Las célu-las de la nueva humanidad del Mesías habrían sido así una atractiva al-ternativa para los pueblos que las hubiesen aceptado, y habría surgidouna sociedad nueva y alternativa, sin estructuras de centro y periferiaentre pueblos y razas, sin la división de clase entre amos y esclavos, y sinla dominación de los hombres sobre las mujeres. O al menos se podríahaber enfocado en domar la estructura monárquica mediante la profe-cía y la ley, como lo hizo la reforma de Josías; en este caso, el empera-dor habría tenido que aceptar una restricción constitucional, y se ha-brían introducido leyes y derechos sociales para la participación políti-ca. Sin embargo, el peligro desde el principio fue que las comunidadescristianas –no obstante estar grandemente sorprendidas con el cam-bio– se complacieron tanto de este “favorable” desarrollo que simple-mente aceptaron la estructura imperial y su nuevo papel en ella. Estosupuso la tentación de caer poco a poco en una teología estatal o ecle-sial para justificar, o condonar, el sistema de poder económico y políti-co de esa estructura imperial. Y lo que realmente sucedió fue que lastradiciones de David y Salomón volvieron a florecer. Trataré de expli-car brevemente los instrumentos legales e institucionales que se desa-rrollaron con el fin de intentar al menos domar al poder.

El primer elemento fue el polo dual de la monarquía y el sacerdo-cio (en teoría, profético) en la Edad Media cristiana (regnum et sacer-dotium).7 La unidad de la monarquía y el sacerdocio en el pináculo delimperio era típica del orden totalitario heleno romano: de hecho, la di-vinidad del emperador. En la Edad Media occidental, en cambio, se for-mó una dualidad entre dos “regimens” (potestates) y con ello, la inde-pendencia fundamental de una autoridad sacerdotal frente a la realeza.La posibilidad de que ésta última abusara del poder a su vez fue algoque Lutero trató de superar al negar cualquier medio profano de poderal régimen espiritual (potestas spiritualis) y verlo fundado en las carac-terísticas de la iglesia verdadera sola, es decir, en la palabra, el sacra-mento, la voluntad de sufrir, la oración y las diferentes formas de expre-sión de una vida ejemplar según los mandamientos de Dios en el po-der del Espíritu Santo.8 Lutero formula en estos términos clásicos la

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proclamación del evangelio a los poderosos económica y políticamen-te, como una tarea profética:

Pues los príncipes y ‘personajes importantes’ encuentran muy intolera-ble que el mundo entero se criticase si ellos mismos no están exentos dedicha crítica. Pero ciertamente deben ser criticados también, y todo alque se confía el oficio de predicar se lo debe, para señalar dónde actúaninjustamente y hacen daño, incluso si reclaman que esta crítica a los go-bernantes llevará a la rebelión.9

En segundo lugar, Lutero agudiza la polaridad de la Edad Mediaoccidental en cuanto que niega a las instituciones políticas el derechode llamarse “cristianas”, ellas mismas o sus propias acciones. Esto pue-de ser necesario para des-ideologizar y relativizar el sistema vigente, pe-ro tuvo graves consecuencias con respecto al segundo elemento de laacción profética: la cooperación constitutiva de lo profético con losmovimientos sociales. Según Jeremías 22:16, conocer a Dios era lo mis-mo que ayudar a los pobres y débiles a gozar de sus derechos. La faltade interés de Lutero por los campesinos (por la razón que fuera10) noera la primera instancia del problema. Los sacerdotes y predicadores delas principales iglesias de la Edad Media y la Reforma no estaban porconstitución del lado de los débiles y oprimidos social, económica y po-líticamente, al contrario que los profetas y Jesús. “Por constitución” serefiere a que como instituciones deberían haber tomado partido por lajusticia económica y política, lo que es muy distinto de la preocupacióncaritativa por los pobres.

En otra forma, un tercer elemento del Cristianismo de Constanti-no mostraba una solidaridad “horizontal” y mutua con los pobres: losmonjes y órdenes religiosas. En algunos casos había una identificaciónliteral con ellos, por ej. en el caso de San Francisco de Asís: una protes-ta contra la adaptación de la iglesia a la riqueza y el poder. En otros ca-sos los monasterios y conventos hicieron muchísimo para desarrollarnuevas formas de agricultura que llevasen a una mejoría comercial enlas condiciones económicas y sociales de la población pobre.11 Perouna de las debilidades del enfoque de las órdenes medievales fue el he-cho de sólo se aplicó a lo “perfecto”, y restó fuerza al desafío general alas instituciones eclesiásticas, políticas y económicas sobre la base de lastradiciones bíblicas.

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El cuarto elemento de la “domesticación” se puede comparar conel desarrollo de la ley en el Israel de los reyes. Los criterios que regían laorganización y el comportamiento en estas instituciones se trataron enuna larga e intensiva historia de trabajo teológico. La tradición bíblicase entremezcló con la filosofía griega, lo mismo que la ley romana ygermánica.

Como puede verse en el ejemplo que da Santo Tomás de Aquino, estamezcla contenía elementos críticos y conformistas concernientes al siste-ma del poder político y económico. Por un lado, él trata de parar la eco-nomía de acumulación de dinero que invade la economía domésticaorientada a la oferta, con sus análisis de la prohibición sobre el interés yel monopolio o su concepto de un precio justo. Por otro lado, legitima elsistema feudal.12 En la Reforma luterana no sólo eran los predicadoresquienes valoraban y decidían los asuntos políticos y económicos comocuestiones de conciencia. Las cabezas de familia también participaban,por eso Lutero preparó para ellos el Gran Catecismo, con radicales pun-tos de vista económicos (ver más abajo). Cada cristiano fue convocadopara que en su trabajo examinara la medida en la cual esta participaciónen las instituciones y actividades políticas y económicas permitía el ejer-cicio del amor, y para que discerniera cuándo era necesario negarse acooperar. Todo involucramiento en las instituciones “mundanas” se li-mitaba por el hecho de que, si se obligaba por fuerza a cometer pecado,había que “obedecer a Dios más que a los hombres” (Hch 5:29).13

No es posible analizar en detalle aquí en qué medida estos y otroselementos del intento bíblico profético de domar el sistema económicoy político del reino y del imperio se llevaron a cabo bajo las condicio-nes feudales, durante la Edad Media y la Reforma; o hasta dónde se im-pusieron la teología estatal y eclesial. Pero sí puede haber lugar parauna breve digresión acerca de Lutero y Calvino, puesto que ellos teníancosas interesantes que decir sobre el nacimiento del primer capitalismoy porque su pensamiento se ha utilizado hasta hoy para justificar el ca-pitalismo.

Martín Lutero escribió tres textos detallados sobre temas econó-micos, particularmente sobre el problema del interés (la usura) y lasnacientes empresas bancarias y comerciales, internacionales y mono-polistas (Fugger, Welser, etc.) durante el ciclo genovés-español de acu-mulación del capital. Que a su vez estaban profundamente enredadasen la política eclesial y estatal de su tiempo (contra la Reforma).14 El

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punto teológico real pero a menudo inadvertido de estos escritos es laalternativa de “dios o el ídolo”, es decir, no se trata solamente de unacuestión de ética. Esto se aprecia mejor en la exposición que Lutero ha-ce de los Diez Mandamientos en el Gran Catecismo, como F.M. Mar-quardt saca a relucir.15 Sobre el Primer Mandamiento, y particular-mente sobre la admonición de “no tendréis otros dioses”, escribe Lu-tero:

¿Qué es tener un dios? ¿Qué es Dios? Respuesta: Un dios es aquello a loque miramos para todo bien y en lo cual encontramos refugio en todomomento de necesidad, tener un dios no es más que confiar y creer en élcon todo nuestro corazón ... Pues ambos, la fe y Dios forman una pare-ja. Aquello a lo que vuestro corazón se adhiere y se confía es realmentevuestro Dios.

Estas frases se entienden normalmente en términos individualesen nuestra tradición burguesa, es decir, en relación con los individuos;y eso es por cierto uno de los posibles significados. Pero Lutero conti-núa añadiendo ejemplos de ídolos a los que la gente sucumbe. En elprimer lugar de la lista está “el dios Dinero” (“Mammon”):

Muchas personas piensan que tienen a Dios y todo lo que necesitancuando tienen dinero y propiedades; confían en ellos y se vanaglorian deellos tan terca y seguramente que no se preocupan por nadie. Sin dudaque tales personas también tienen un dios –de nombre “Mammón”, esdecir, el dinero y las posesiones–, en el cual ponen todo su corazón. Es elídolo más común de la Tierra; quien tiene dinero y propiedades se sien-te seguro, feliz, sin miedo, como si estuviera en el Paraíso. Por otra par-te, quien no tiene nada, duda y desespera como si nunca oyese de Dios.Son muy pocos los que están contentos, sin inquietarse ni quejarse si notienen al ‘señor Dinero’. Este deseo por ser rico se adhiere a nuestra na-turaleza y no se separa de ella hasta la tumba.

Lutero no pensaba en ninguna persona individual que tuvieraparticularmente vicios terribles, sino en el primer sistema capitalista; lodeja claro la siguiente exposición del Séptimo Mandamiento, “no roba-rás”, en donde describe las consecuencias socio éticas de la idolatría:

Se roba no sólo al sustraer de una caja fuerte o un bolsillo, sino tambiénal aprovecharse de su vecino en el mercado, en una tienda de comesti-bles, en el puesto del carnicero, en la bodega de los vinos y la cerveza, en

Alternativas al capitalismo global 233

el taller y, en una palabra, dondequiera que se haga la transacción del ne-gocio y se intercambia dinero por bienes y trabajo. (p. 395)... En breve,el latrocinio es la más común de las habilidades y el gremio más grandedel mundo. Si observamos a la humanidad en todos sus aspectos, vemosque no es más que una amplia y vasta cuadra llena de ladrones. A estoshombres se los llama caballeros, estafadores o grandes operadores ...ocupan puestos de mando (usureros, debemos decir) y se les consideragrandes señores y buenos y honorables ciudadanos, y aun con todo esegran espectáculo de legalidad roban y hurtan ... (son) los grandes y po-derosos “archiladrones” que van con los señores y las princesas y saqueandiariamente no sólo una o dos ciudades, sino toda Alemania (p. 369).

Después de leer estos textos de Lutero sobre la usura, es posibledudar de quién es su referente en ellos: las grandes empresas bancariasy comerciales. Pero estas instituciones sólo son la punta del iceberg deun sistema extendido a toda la sociedad, el sistema del capital “que de-vora”.

¡Todo el país y el pueblo de Alemania, junto con sus princesas y sus se-ñores, caerá en las garras de los usureros! En los últimos veinte años, ohasta en los diez últimos, la usura se ha extendido aquí tanto como parapararnos el corazón. Y sigue subiendo, devorándonos y encadenándo-nos; cuanto más avanza, más fatal se vuelve ... Así que quien tiene cienflorines en Leipzig ahora gana un cuarenta anual (en intereses, debemosdecir), lo cual es devorar a un campesino o un habitante de la ciudad. Sitiene mil florines, gana cuatrocientos en un año, que es devorar a ungran conde rico en un año. Si tiene cien mil, como es el caso de un hom-bre de negocios importante, gana anualmente cuarenta mil, lo cual de-vora a un gran príncipe rico en un año. Si tiene un millón, gana anual-mente cuatrocientos mil, lo cual significa devorar a un gran rey en unaño. Y ello sin correr riesgos, ni físicos ni materiales; no trabaja, sino quese sienta en el hogar y hornea manzanas. De esta manera, un ladrón pue-de descansar confortablemente en su casa y tragarse en diez años almundo entero.16

Este sistema no sólo cae en la idolatría por su confianza en “el se-ñor Dinero”, sino también porque:

... la gente ha querido dominar despóticamente sobre los otros desde latentación del Paraíso, cuando Adán y Eva quisieron ser dioses en nom-bre del diablo. Todos tenemos dentro la misma tentación ... un usurero

234 Ulrich Duchrow

y avaro no desea con toda su alma más que todo el mundo muriera dehambre y sed, lágrimas y sufrimiento, para poder tener todo para él so-lo y que todos reciban cosas de él como de un dios y se conviertan en sussiervos para siempre. ... Es tan dulce el veneno de la manzana del Paraí-so que quieren hacer del ‘señor Dinero’ su dios para por su poder erigir-se ellos mismos en dioses de la gente pobre, perdida y miserable ... (Ibíd.,pp. 394-8).

Como en el Primer Testamento, vemos aquí la conexión entre ido-latría y muerte, hambre y aflicción. Lutero dice lo mismo no sólo sobrelos que dan a interés, sino también sobre las empresas comercialescuando manipulan los precios mediante los monopolios: “... igual quesi fueran los señores de las criaturas de Dios y libres de toda obligaciónde la fe y el amor”.17 En su última obra sobre este tema, Lutero puso enclaro que estaba enfrentando un enorme poder que manipulaba lasmentes de la gente y ocultaba la verdad, en detrimento de todos; y porconsiguiente, la formación del capital mediante la carga de interés “yano desea ser vicio, pecado o vergüenza, sino que se vanagloria de serpura virtud y honor”.18 La iglesia también caía en esta apariencia devirtud, así como los teólogos. Lutero llama “plutólogo”, no teólogo19, alteólogo romano Eck; y dice de la iglesia romana:

Básicamente todo el gobierno espiritual no es más que dinero, dinero,dinero. El hacer dinero lo impulsa todo....20

Por esta razón, para Lutero no puede haber compromiso de la ver-dadera iglesia con los que dan a interés, debido al efecto que tiene en lasociedad y la iglesia en su conjunto:

En segundo lugar, si sabes de cierto que alguien es un usurero, ¡recuerdano darle ni el sacramento ni la absolución hasta que se arrepienta! Si no,estarás en connivencia con su usura y sus pecados; y entonces irás al in-fierno con él a causa de sus pecados ... En tercer lugar, ¡ten cuidado dedejar morir al usurero como un pagano y de no enterrarlo entre los otroscristianos! Lo mismo de no estar en su cortejo fúnebre si no se hubieraarrepentido. Si no, estarás en connivencia con sus pecados, como antesdije. Puesto que es un usurero e idólatra, y sirve al “señor Dinero”, no tie-ne credibilidad y no puede recibir el perdón de sus pecados ni la graciade Cristo ni de la comunidad de los santos. Se ha condenado, aislado yproscrito a sí mismo hasta que confiese sus pecados y haga penitencia.21

Alternativas al capitalismo global 235

Vemos en este texto que Lutero ve la comunidad de la iglesia co-mo una alternativa al orden capitalista. Lo cual se refleja también en elhecho de que la desafía en palabra y obra (en sus propias finanzas ins-titucionales) para distanciarla de las empresas capitalistas y de sus prác-ticas, con el fin de sentar un buen ejemplo para los estados mundanos.La iglesia no merece este nombre si da a interés como todos los de-más.22 Al mismo tiempo, parece claro que no solamente quiere resol-ver el problema al enfrentar al usurero individual, sino que apela a to-da la iglesia para que hable públicamente contra el mal social. Tambiénapela a los poderes que sean a hacer algo para detener la extensión dela usura. Pero es realista al ver que ya están absorbidos (“ellos mismosestán metidos en ella”).23 El mejor ejemplo de esto es la dependenciade Carlos V de los Fuggers. Por eso Lutero trata de que las congregacio-nes y los que llamaríamos grupos populares combatan la pobreza y suscausas, y ello influyó en las ordenanzas de la iglesia protestante.24

Para Lutero, como para la Biblia, la cuestión de Dios o “el señorDinero” respecto de la economía está inseparablemente unida con elefecto de las estructuras y el comportamiento económicos sobre la co-munidad humana o, teológicamente hablando, sobre el prójimo. Comohemos visto, la Primera Tabla de la Ley se relaciona con la Segunda, yviceversa (el Primer Mandamiento - el Séptimo Mandamiento). Lute-ro señala para los cristianos tres cursos económicos de acción legítimos(según el Sermón de la Montaña): deberían permitir a la gente ayudar-se a sí misma, y dar y prestar libremente (sin cobrar derechos),

Aquí no puede haber más medida que la necesidad urgente de nuestrovecino y el amor cristiano.25

Está claro por qué Lutero observa que hay concordancia entre elamor (la Biblia) y la razón (Aristóteles): la economía se entiende y va-lora en términos de la satisfacción de las necesidades cotidianas de lagente. Realmente se debería estudiar toda la argumentación contempo-ránea de la teoría económica contra el fondo de la situación económi-ca y social de la época de Lutero, y entonces valorar sus puntos de vis-ta reales. Aquí me limitaré a unas cuantas afirmaciones de Lutero y Cal-vino sobre el interés. El punto de partida sigue siendo la premisa gene-ral, apoyada por las tradiciones filosóficas y legales de ese entonces:

236 Ulrich Duchrow

Todo el que preste algo y reciba más dinero en devolución es un usureroy se lo condena como ladrón, bandido y asesino.26

En la época de Lutero, un argumento para dar a interés era queprestar dinero podría causar una pérdida al prestador o a quedarse sinuna posible ganancia. Con todo, Lutero se oponía a cargar automática-mente con interés:

Con esto se busca e intensifica la propia pérdida a expensas del vecinonecesitado, al querer engordar y enriquecerse con un libertinaje malsanoy perezoso; en otras palabras, hacer alarde del trabajo, la dedicación, losriesgos y la pérdida de otras personas.27

Sólo donde ha habido una pérdida real por un préstamo deberíahaber un pago subsiguiente por daños (con cautela, evitando la avari-cia), que no es usura (aunque realmente sería mejor cancelar toda ladeuda).28 En el caso de los ancianos, las viudas y los huérfanos que só-lo pueden sobrevivir en base a unos ingresos provenientes del interés,se trata simplemente de una “usura en razón de la necesidad”, que de-bería permitirse.29 Precisamente es la tarea de los abogados y las auto-ridades seculares implementar y hacer públicas las normas de compor-tamiento; pero al no cumplir apropiadamente con este trabajo, los po-bres predicadores tienen que dar publicidad al asunto: con un lengua-je bíblico, en ejercicio de su ministerio profético.30

Tanto Lutero como Calvino rechazan en principio el interés, aun-que se muestran más comprensivos hacia un crédito por excepción deltipo que hoy llamaríamos crédito productivo, en contraste con el crédi-to consumidor. En este punto podemos encontrar los argumentos, ex-traídos de los enfoques teológicos de la Biblia, de la antigüedad y la tra-dición de la iglesia, que también se aplican hoy a la economía moder-na de crecimiento, o que al menos dan una clave para los criteriostransformados. Lutero concibe aquí un préstamo que ayude a trabajaruna propiedad fértil; y puesto que el acreedor participa de las ganan-cias, lo llama “la compra de la renta”.31 Calvino tenía en mente la situa-ción de los refugiados, que llegaban a Ginebra sin dinero pero con ex-celentes capacidades, y que necesitaban ayuda financiera antes de po-der obtener por sí mismos ganancias en los negocios. Estas pensamien-tos dispersos de Calvino sobre el tema se resumen de la mejor maneraen Ezequiel 18:6-8.32 Las condiciones y consideraciones de Lutero y

Alternativas al capitalismo global 237

Calvino sobre el “crédito productivo” por excepción se pueden exponerde la siguiente forma:

Lutero1. – Considerar el efecto:

– incluso los préstamos en laagricultura raramente ha-cen bien al prójimo

– prestar es casi siempre ma-lo para la tierra y sus habi-tantes

2. Tener cuidado de los riesgos– no calcular el interés “a cie-

gas” (¡no hacer aritméticaabstracta!)

– pagar interés sólo sobre laspropiedades (es decir, con-siderando las condiciones yresultados concretos

– esto es compartir los ries-gos

3. Sólo si los dos socios tienennecesidad, ganarán ambos

4. Hasta en este caso excepcio-nal la gente pide demasiadointerés

5. Incluso aquí, el interés incluyeganancias derivadas del tra-bajo ajeno

6. –

Es sorprendente que Lutero adopte un tono restrictivo, hasta ne-gativo, mientras que Calvino da consejos más positivos, en la forma denormas. Pero al recapitular, también Calvino es muy restrictivo:

Apenas es posible que alguien que da a interés no lo imponga a su her-mano, y por eso convendría enterrar las palabras “usura” e “interés” y eli-minarlas completamente de la memoria humana. Sin embargo, ya que

Calvino– no pedir interés de los pobres – tomar en cuenta al prójimo

(Mt 7:12) y ser justo

– dejar que el resultado sea bene-ficioso en general, no sólo per-sonalmente

– todos los prestamistas tienenobligaciones

– reglas principales:“no donde sea, cuando sea, loque sea, de quien sea”

– dejar que ambos obtengan lasmismas ganancias

– no exceder la cantidad fijadapor la ley (con un estricto con-trol estatal)

– observar los criterios de laPalabra de Dios

238 Ulrich Duchrow

los tratos de negocios no se pueden hacer sin ellos, se debe tener cuida-do siempre de saber lo que está permitido y en qué medida lo está.

De lo cual puede verse con cuánta intensidad volvían los ojos a la Biblialos protagonistas de la Reforma, y que sólo aceptaban contados elemen-tos de una forma capitalista de la economía, con muchas reglas precau-telares. La acumulación de dinero no sólo se acepta simplemente, sinoque se vincula a estrictas condiciones. Se juzga en dirección a las condi-ciones de vida de los pobres. Se invoca al estado a contrarrestar la auto-nomía del mecanismo de acumulación de dinero. Se apela a la iglesia aejercer un rechazo corporativo, a ofrecer resistencia y establecer un ejem-plo de comportamiento alternativo. Lo cual quiere decir que el enfoqueprofético se mantiene tan radicalmente que se desborda en una formamesiánica de ser de la iglesia.

Del lado católico romano, se puede observar en Bartolomé de LasCasas (y en otros miembros de órdenes religiosas con mentalidad pare-cida) una combinación de elementos similar para elaborar una contraestrategia basada en la iglesia.33

– Las Casas formula la alternativa teológica decisiva: ¿Dios o eloro, el Dios de la vida y la liberación, o el ídolo mortal, el dinero?

- No se limita a la asistencia caritativa para los que están en unasituación de víctimas (eso sería un sacrificio que Dios no acepta). Enlugar de ello, ataca el pecado estructural de las guerras contra los nati-vos de América, y el sistema de esclavos por el cual se los “confía”, a esosindios, (por las encomiendas) a los colonizadores para que trabajen enlas minas y las plantaciones o haciendas.

– Acosa sin descanso a los líderes políticos, en este caso, el rey y elemperador, para que ordenen la abolición del sistema de encomienda,den una compensación y aprueben leyes para proteger a los indios.

El desarrollo de los acontecimientos barrió con esta crítica profé-tica. Las conquistas española y portuguesa, junto con el saqueo de Amé-rica y el genocidio de los habitantes originales no sólo continuó la Re-conquista de las Cruzadas, sino que se fundamentó ideológicamente enla teología. El teólogo español Sepúlveda fue para Las Casas lo que Eck,el “plutólogo” de Lutero.34 Defendió expresamente con argumentosseudo teológicos la esclavitud y la industria capitalista. Desde la épocade estos dos teólogos, a la teología estatal –una teología conformista enel sistema imperial– se le había unido la teología capitalista –un con-

Alternativas al capitalismo global 239

formismo con la moderna economía capitalista global. Pero los teólo-gos calvinistas también legitimaron la autoridad colonial holandesa ybritánica. Los misioneros de los imperios coloniales europeos compe-tidores trabajaban a menudo mano a mano con los gobiernos, los mi-litares y los comerciantes. Sólo en raros casos se pusieron de lado de losesclavos y los oprimidos. Y cuando, durante la revolución capitalista eindustrial, los métodos coloniales se transfirieron a las clases trabajado-ras de sus propias poblaciones europeas, las principales iglesias noadoptaron su causa. El neo luteranismo, particularmente su forma libe-ral, aceptó finalmente la teoría de Max Weber sobre la “autonomía deactividades como la economía, la política y el trabajo académico”.35 So-lamente unas cuantas iniciativas caritativas e incluso menos voces pro-féticas se registraron en las iglesias establecidas del siglo XIX, hasta queel movimiento ecuménico del siglo XX recogió las ideas de los socialis-tas religiosos y su evangelio social. Bonhoeffer, la Iglesia Confesante yfinalmente las teologías de la liberación de Asia, África y América Lati-na aportaron también una crítica del capitalismo, en busca de alterna-tivas que traen vida.

En cambio, ahora hay muchos teólogos e instituciones que la in-dustria y los bancos (especialmente en los Estados Unidos) pagan parahacer una teología del capitalismo. Uno es M. Novak, autor de El espí-ritu del capitalismo democrático. También hay sectores de mente capi-talista (con base en los EE.UU.) que inundan la América Latina, y aho-ra la Europa central y oriental, con su enorme equipo electrónico y suinmensa cantidad de fondos.36 La historia de las principales iglesiasconstantinianas todavía está por escribirse desde la perspectiva de unaautocrítica bíblicamente motivada con respecto a su posición sobre lajusticia económica. Para que haya un nuevo comienzo eso será esencial.

Pero antes de volver al presente, debemos añadir que en la épocade Constantino hubo minorías que creían que era un error tener algoque ver con el sistema político y económico de los reyes, los emperado-res y, más tarde, el capitalismo. Optaron bien por ser comunidades ygrupos mesiánicos, bien una iglesia que viviera hasta las últimas conse-cuencias una transformación social.37

Entre ellos estaban los “Waldesianos”, los “Wiclifitas” y los anabaptistas(no violentos), o las comunidades medievales de los indígenas asociadascon los esfuerzos de Las Casas en la isla Española (hoy Haití) y los Jesui-

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tas en Paraguay; otro ejemplo es la liberación de los esclavos en Haití almando de Toussaint Louverture en el tiempo de la revolución France-sa.38 En vista de las deficiencias de las principales iglesias, los impulsosbíblicos de transformación se habían trasladado a los movimientos so-ciales seculares que los acogieron.

Las diferentes formas adoptadas por la iglesia en la historia de Oc-cidente deberían reevaluarse en razón de estos hallazgos. Las categoríasde Troeltsch de “las iglesias institucionales” y “las sectas” son muy ina-propiadas porque asumen que las primeras son la norma, pasando poralto así todas las tradiciones bíblicas de sus historias sociales específi-cas.

Echemos un vistazo ahora a la historia reciente. En las teologías dela liberación del Sur se han hecho nuevas investigaciones desde los úl-timos años 50 sobre la íntima conexión entre la fe bíblica y la justiciaeconómica. Dicha conexión apareció claramente en la Segunda Parte,pero nos ayudará en las consideraciones estratégicas que debemos se-guir. En la teología del Norte el tema se ha vuelto a descubrir, tras unalarga abstinencia, al tratar de la ética económica; y el primero ha sidoArthur Rich.39 Personalmente, sostengo que el enfoque ético no es ade-cuado, por las razones arriba mencionadas,40 lo cual no significa quealgunos intentos éticos no hayan sido una valiosa ayuda para propor-cionar elementos individuales analíticos y estratégicos. Los podemosconsiderar más adelante.

En lo que concierne a las iglesias, el Concilio Mundial de Iglesias (y susprecursores), han considerado el tema de la economía capitalista.41 Laúltima publicación es el documento del estudio “la fe cristiana y la eco-nomía mundial hoy”.42 El Vaticano publicó la encíclica Centesimus An-nus para marcar el centenario de la Rerum Novarum.43 Las iglesias in-dividuales en los años 80 se opusieron y alzaron en contra de las conse-cuencias del neoliberalismo: la Iglesia Anglicana frente al Thatcherismoy la Conferencia de los Obispos católico romanos y la Iglesia Unida deCristo frente a las doctrinas y prácticas del gobierno de Reagan.44

Sería interesante describir todas estos –y otros– papeles de la po-sición eclesial, y compararlos y contrastarlos a la luz de la Biblia. Todosexpresan una preocupación más o menos clara sobre cómo marcha laeconomía de mercado. Los esfuerzos en todo el mundo son un signoimportante de un alejamiento del anterior estado de insconsciencia de

Alternativas al capitalismo global 241

las iglesias en materia económica. El cambio empezó en las iglesias deAsia, África y América Latina, lo continuó el Consejo Mundial de Igle-sias y por grupos comprometidos y ONGs y finalmente progresó en lasiglesias del Norte en los años 80. El drástico vuelco a la política econó-mica neoliberal con Reagan y Thatcher junto con sus evidentes conse-cuencias sociales, más un crecimiento de la toma de conciencia ecoló-gica, suscitaron un replanteamiento. Pero sorprendentemente ningunade las declaraciones eclesiales ofrece un análisis y una crítica consisten-tes del desarrollo de la economía capitalista de mercado. De igual ma-nera, la justificación teológica tiende a ser selectiva y aditiva, más queofrecer una interpretación consistente proveniente de las fuentes bíbli-cas. Así pues, aún carecen de claridad y compromiso las sugestiones quese hacen para ayudar a la formación de juicios, y las conclusiones quese sacan respecto de la forma, acción y posición pública de las iglesias.Esto se ve mejor en el memorándum económico de la EKD, que se que-da muy corto en comparación a las demás declaraciones dentro delmovimiento ecuménico.45

El mismo título, El bien común y el egoísmo indica que básicamente quie-re permanecer en la tradición de Adam Smith. El memorándum se es-tructura así: I. Retos para el futuro. Se mencionan los problemas globa-les no resueltos. II. El exitoso proyecto “La economía social de mercado”en la República Federal de Alemania. III. Esto trata de ajustarse a la Bi-blia y a la teología en la medida de Adam Smith. “Amar al prójimo signi-fica atar al egoísmo a un orden basado en la mutualidad” (§139). La Par-te IV postula que el modelo nacionalmente exitoso de la “economía so-cial de mercado” alemana puede transferirse al nivel mundial para resol-ver los problemas que siguen existiendo.No hay ninguna conciencia aquí de que hoy en día cualquier análisis yestrategia están condenados al fracaso si parten desde un modelo de eco-nomía nacional y no desde la actual economía capitalista global, con elfin de ensayar el alcance para la política económica nacional e interna-cional desde esa posición ventajosa. El memorándum está cargado deeufemismos sobre la presente situación; por ej., “tras numerosas rebelio-nes por hambre ... el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BancoMundial buscan una estrategia de ajuste más relacionada con el desarro-llo” (§20). Es la única frase sobre el FMI en este memorándum eclesialdel Norte, mientras que los obispos católicos brasileños hablan de un sis-tema totalitario en razón de las víctimas de la transferencia inmisericor-de de los recursos del Sur al Norte, por parte de los acreedores y del FMI,

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que la refuerza.46 El luterano brasileño W. Altamann llama a las exigen-cias de altos intereses a los pobres un Auschwitz de nuestros días. Estafrase acerca del FMI en ese memorándum basta para mostrar que noso-tros en el Norte no adoramos al mismo Dios en nuestras iglesias que lospobres en el Sur. Además, el memorándum comenta con afirmaciones la“economía social de mercado”, mientras que todas las críticas las expre-sa en voz pasiva, sin un sujeto; y no se dan nombres: ese memorándumes más una cortina de humo que un faro.

En cambio, ¿cómo sería una economía que trae vida, a partir deun análisis realista de la actual situación y la recordación de los esfuer-zos israelitas y cristianos por fundar una sociedad alternativa? En vistade que tratamos con una compleja interacción de un sistema global yde diferentes subsistemas (locales, regionales, nacionales y globales),parece claro que no puede haber una respuesta sencilla a esta cuestión.

A la luz de los intentos bíblicos por encontrar un sistema alterna-tivo, debemos decir primero que la opción por una transformación salu-dable de la sociedad está fuera de cuestión. No me es posible ver que elactual estado de Israel sea un alternativa tal, o quiera serlo (natural-mente existen importantes alternativas a pequeña escala allí, por ej., los“kibuzzim”). Pero no se trata de querer o no querer. Actualmente nohay ninguna ranura por la cual una nación pueda establecer una alter-nativa, a la que no llegue el mercado global, o incluso que sea parcial-mente autónoma. Prudentes experimentos como los de los sandinistasen Nicaragua han sido aplastados sin piedad por el imperialismo esta-dounidense, que se sirve de conflictos de baja intensidad (LIC por sussiglas en inglés). Y ahora Cuba, que se ha quedado sin aliados, está sien-do estrangulada por las sanciones de los EE.UU. La única tentativa porutilizar el mercado como un instrumento, sujeto a la prioridad de la sa-tisfacción de las necesidades básicas, y que funciona sólo a medias, esChina (con sus bien conocidos altos costos políticos). Está en posiciónde hacerlo solamente porque el puro tamaño de su área económica leda cierta independencia. Sin embargo, en sus relaciones exteriores, Chi-na tiene que cumplir las restricciones, las limitaciones y las condicionestributarias de la economía capitalista global.

Dicho esto, hay todavía dos opciones:

Alternativas al capitalismo global 243

– el rechazo y las alternativas en pequeña escala, relacionadas con uncontexto totalitario (hablando bíblicamente, las comunidades me-siánicas en la perspectiva apocalíptica de la esperanza),

– una relativa domesticación del sistema político y económico me-diante los vestigios de las instituciones democráticas de la crítica yla ley (hablando bíblicamente, un enfoque profético).

Mi hipótesis es que podemos combinar estos dos enfoques en unadoble estrategia, y dar una importancia central al pueblo de Dios. Perovolvamos primero al rechazo.

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NOTAS

1 E. Altvater, 1992, p. 215. A Gandhi le preguntaron una vez qué opinaba de la ci-vilización Occidental; tras un momento, replicó: “Sería una buena idea”.

2 No traigo a consideración el asunto de la historia de Israel, la posterior a la Bi-blia y la actual, pues ello deben considerarlo y tratarlo los judíos. El mejor pun-to de referencia y la mejor base para un diálogo judeocristiano ciertamente es es-cuchar juntos las tradiciones bíblicas. Deberíamos recordar que los romanosdestruyeron el estado judío en el primer y segundo siglo de nuestra era porquelos judíos no estaban preparados para adaptarse a esa autoridad política, econó-mica e ideológica autoritaria.

3 Wallerstein, 1994, p. 15.4 Ibíd., p. 165 Ver arriba, p. 1226 Cf. los iluminadores análisis de L. Schottroff (1994, pp. 220s.) sobre la tentativa

de Orígenes de refutar la acusación de Celso de que la iglesia no era más que unareligión para las clases bajas.

7 Sobre esto y los siguiente, ver U. Duchrow, 1983, Cap. III, que contiene literatu-ra adicional.

8 Ver U. Duchrow, 1987, pp. 41ss.9 Lutero, WA (Edición Weimar), pp. 28, 360s. (Traducción de David Lewis); cf. U.

Duchrow, Ibíd., p. 7.10 Cf. U.Duchrow, Ibíd., pp. 532ss. y 560.11 Ver al economista K.G.Zinn, 1989, pp. 45ss.12 Ver T. Veerkamp, 1993, pp. 325ss.13 Cf. La Confesión de Augsburgo, 1539, Art.16, en: Th. G. Tappert (ed.), The Book

of Concord, Philadelphia: Fortress Press, 1959, p. 38.14 Lutero, 1519: “El breve sermón sobre la usura”, WA 6, 1ss.(no está en inglés); “Co-

mercio y usura”, WA 15, pp. 218ss. (en inglés” Luther’s Works, Philadelphia:Muhlenberg Press, 1962, Vol. 45, pp. 244-273) que incorpora “El largo sermónsobre la usura” de 1520, WA 6, 33ss. (en inglés” Ibíd., pp. 273-308); 1540: “Adver-tencia al clero de predicar contra la usura”, WA 51, pp. 325ss. (no está en inglés).Cf. H.-J. Prien, 1992.

15 The Book of Concord, pp. 365s. y 395 s. (ver la nota 13). También F.W. Mar-quardt, 1983.

16 Advertencia al clero, WA 51, pp. 364s. y 394-398 (tr.).17 Comercio y usura, Luther’s Works, Vol.45, p. 270 (ver nota 14).18 Advertencia al clero, WA 51, p.331 (tr.)’ cf. F. W. Marquardt, 1983, pp. 190s.19 WA 1, pp. 304s.; cf. F. W. Marquardt, 1983, p.193.20 WA 1011, p. 125; cf. F. W. Marquardt, Ibíd. (tr.).21 Advertencia al clero, WA 51, pp. 367s. (tr.).22 Comercio y usura, Luther’s Works, Vol. 45, p. 306ss. (ver la nota 14).23 Ibíd., p. 271.24 Ver G. Scharffenorth, 1982, pp. 331s.25 Advertencia al clero, WA 51, p. 393 (tr.).

Alternativas al capitalismo global 245

26 Ibíd., p. 367.27 Ibíd., p. 351.28 Ibíd., pp. 344ss.29 Ibíd., pp. 371ss.30 Ibíd., pp. 353s.31 El largo sermón sobre la usura, Luther’s Works, Vol. 45, pp. 295ss. (ver la nota

14). No hay un término en inglés correspondiente al alemán Zinskauf: una prác-tica que ya no existe. Cf. Luther’s Works, Vol. 45, Introducción.

32 Calvino, Comentarios a los veinte primeros capítulos del profeta Ezequiel, tra-ducidos primeramente ahora del latín original y cotejados con la versión en fran-cés de Thomas Myers, Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans PublishingCompany, 1948 (tr.).

33 Cf. U. Duchrow, 1992, pp. 14s., con más literatura sobre el tema.34 Ibíd., p. 935 Cf. U. Duchrow, 1987, pp. 9ss.36 M. Novak 1982. Cf. U. Duchrow, 1987, pp. 117ss.37 Ver U. Duchrow 1992, Parte I.38 Ibíd., pp. 17ss.39 A. Rich, vol. 1, p. 17ss., 1984’ vol. 2, 1990. En U. Duchrow, 1993 hay más litera-

tura (por ej., Y. Spiegel, 1992; F. Hengsbach, 1993; L. Elsner, 1993).40 Por ello traje a colación la economía global como un asunto para una iglesia con-

fesante, esto es, que presenta fundamentalmente la cuestión de Dios y las posi-bles negativas radicales. El único libro que conozco de los que integran comple-tamente las dimensiones éticas, teológicas y económicas de este tema es Capitaland the Kingdom de T.J. Gorringe, 1994.

41 R. van Drimmelen ofrece un buen repaso, 1987; C. Mulholland ha cotejado eltrabajo del Grupo asesor para asuntos económicos (AGEM por sus siglas en in-glés) hasta 1988.

42 Consejo Mundial de las Iglesias, 1992; las Asambleas Ecuménicas de Basilea(1989) y Seúl (1990) produjeron importantes declaraciones sobre esta materia.

43 Juan Pablo II, 1991.44 La fe en la ciudad, 1985’ La Conferencia estadounidense de los Obispos católico

romanos, 1987; La Iglesia Unida de Cristo, 1987 y 1989. Consultar Consejo Mun-dial de las Iglesias, 1992 y W. Ellington, 1993 para más declaraciones eclesialessobre asuntos económicos.

45 La Iglesia Evangélica de Alemania, 1991.46 Publik - Forum, 18.12.92, p.37.

Capítulo VIII

EL RECHAZO A LA ESTRUCTURA TOTALITARIA DELA ECONOMÍA MUNDIAL

Si se defiende la vida y los sistemas económicos que traen vida, sedebe rechazar los sistemas y estructuras económicos que traen muerte.Una objeción que a menudo se hace a este respecto es que un disenti-miento total significaría perder toda la credibilidad política, y que lasposibilidades políticas de mejoras relativas ya no pueden aprovecharsecuando se rechaza ciertos elementos básicos de la economía capitalista.Este argumento da por supuesto que los cambios en el sistema econó-mico mundial necesarios para la sobrevivencia, pueden lograrse me-diante las instituciones políticas existentes. Sólo cuando los mecanismosfundamentales e inductores de muerte hayan sido reconocidos y elimi-nados puede formularse una estrategia política que sea capaz de ayudara evitar las catástrofes predecibles. Lo que nos impulsa a especificar loque se debe rechazar no es el deseo de criticar constantemente, sino lanecesidad de evitar (falsas) ilusiones al tratar con las alternativas sus-tentadoras de la vida; así, lo mejor puede alcanzarse desde esta base fir-me.

¿Qué es exactamente lo que debe rechazarse en principio en el sistemaactual, y para lo cual tenemos que encontrar alternativas en bien de la vi-da? Los mecanismos que, sin control ni estorbo alguno, impulsan la ac-tividad económica hacia la acumulación de dinero por parte de aquellosque ya lo tienen, con la ayuda del principio absoluto de la competenciaen el mercado global. Consecuentemente, en lo más posible, se subordi-na a la naturaleza y a las personas a este fin.

Concretamente, los mecanismos en referencia aquí son: los mer-cados de dinero transnacionales, en cuanto que pueden escapar, y dehecho lo hacen, a los controles nacionales e internacionales, dado quetoleren o favorezcan el mercado capitalista puro; y también los instru-mentos ideológicos conectados con la ciencia, los medios de comuni-

Alternativas al capitalismo global 247

cación, los colegios, las universidades y las iglesias, que orientan a lagente hacia el logro de este objetivo o cuyo potencial de resistencia a lamortal acumulación de riqueza no se utilice. Pero en razón de que elmecanismo del dinero sólo funciona si se incluye la relación entre mer-cancías y dinero, y dando por sentado que se tiene dinero y se es unconsumidor en busca de poder, todo el mundo se pone activamente anivel de los demás en la maquinaria de la acumulación de riqueza (ca-sualmente, también los que no tienen mucho poder adquisitivo, encuanto que se esfuerzan, comprensiblemente, por participar en el con-sumo más que buscar alternativas al sistema de mercancía-dinero). Pe-ro eso quiere decir que aunque el carácter totalitario del sistema orien-tado al dinero se origine desde el poder del mercado mundial, el mer-cado sólo puede ejercer dicho poder porque opera ayudado por mu-chos actores de la escala, justo hasta los seres humanos individuales.Por lo tanto, el rechazo en este caso no es una actitud que se adopta conreferencia externa sólo hacia los actores que se pueden identificar en elmercado mundial. Conlleva un cambio fundamental a todo nivel, in-clusive el de los individuos.

Antes de examinar más de cerca esta dimensión del rechazo, debe-ríamos considerar una vez más por qué es necesaria. Desde una pers-pectiva social, el carácter totalitario del mercado mundial competitivoy desregulado, centrado en la cumulación de riqueza, está llevando aniveles dramáticos de empobrecimiento y exclusión de más y más gen-te, no sólo en el Sur sino cada vez más en el Este y también en Occiden-te. Hemos alcanzado el punto en el cual al menos dos terceras partes dela población mundial o bien mueren de hambre, o bien viven debajodel nivel de pobreza; consecuentemente, la economía formal excluye aestas personas. Desde una perspectiva medioambiental, nuestro plane-ta y las condiciones básicas de vida se destruirán si la transformación dela naturaleza en mercancía-dinero con fines de acumular riqueza sigueacelerándose e intensificándose. Por tanto, es indispensable que cambieel enfoque de la economía desde la acumulación de dinero hacia las ne-cesidades de la gente. No basta una simple ‘domesticación’ del sistema,aunque ésta debe tomarse en cuenta al reflexionar sobre la cuestión delas relativas opciones políticas. La única solución satisfactoria puede serla que considere las vidas de no sólo unos cuantos privilegiados delNorte, ni siquiera de todos los que están vivos hoy, sino también las fu-turas generaciones, y se asegure que tengan los recursos naturales reno-

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vables necesarios para sobrevivir y procrearse. Tal solución tendría porresultado la eliminación de la economía de acumulación de dinero y desus estructuras asociadas. Debe reconocerse esto antes de embarcarseen ninguna tentativa de encontrar alternativas concretas y nuevos ins-trumentos reguladores. Cualquier otro punto de partida sería un peli-gro potencial porque sólo crearía (falsas) ilusiones. E. Altvater estaba enlo cierto al decir que todo el que sostenga que dentro del marco de unaeconomía capitalista, la catástrofe medioambiental puede mantenerseacorralada a la larga, es o bien, oportunista, o bien, ingenuo. R. Kurz yL. Mayer (ya citados antes) llegaron a la misma conclusión, lo mismoque H.-Chr. Binswanger, de forma indirecta.

Como Binswanger escribe de una manera tan prudente y no ideológica,me gustaría resumir sus opiniones sobre el presente dilema y la necesi-dad de cambiar que expone en su libro Geld und Natur (Dinero y natu-raleza). Si se parte de la solución propuesta de obtener el control de lacuestión medioambiental dentro de la economía capitalista mediante elmecanismo de precios, el único resultado posible es que “las demandasde una mejor protección medioambiental aumenten durante los perío-dos de crecimiento económico más rápidamente que los medios asequi-bles debidos a este crecimiento” (p. 107). Si se disminuye el ritmo de cre-cimiento, la economía se contraerá, lo que pondría en peligro la actualestructura financiera de la economía. La tasa de interés sólo puede vol-verse al 2.5%. Se necesitaría otra forma de crecimiento cualitativo y enrealidad posible, si se controlara diferentemente el desarrollo de la tec-nología. En los casos en los que ni esto es suficiente, “el dinero y el siste-ma financiero deben revisarse fundamentalmente a causa de su dinámi-ca intrínseca” (pp. 108s). Este es el tema básico del libro de Binswanger,que sigue la comparación básica de Aristóteles entre una economía cen-trada en el valor de utilidad y otra centrada en la acumulación de dine-ro, que ignora al dinero. Y hay una razón: “la tendencia creciente a orga-nizar una actividad económica únicamente con el propósito de obtenerréditos sobre las inversiones, esto es, más dinero sin límites predefinidossobre su expansión y cuya expansión la gente simplemente contemplaembelesada, ciega al consiguiente uso y abuso de la naturaleza que la ro-dea” (p. 194).

También es posible describir el dinamismo básico asesino quenos amenaza de una forma incluso más dramática, según lo exponeR. Bahro en su libro Die Logik der Rettung - Wer kann die Apokalypse

Alternativas al capitalismo global 249

aufhalten?1 (La lógica del rescate: ¿quién puede parar el Apocalipsis?).El autor ve dentro de la “megamáquina” capitalista industrial una cul-tura inclinada a la autodestrucción y a un tipo de “exterminismo” en eltrabajo, que lo incita a preguntar: “¿En lugar de alguna manera de ago-nizar, no nos conducen a la muerte al tratar de huir de ella?” (p.110).

Al recordar la necesidad de un rechazo, llegamos al mismo tiem-po a los puntos centrales que debemos rechazar. La obsesión de vivir ysobrevivir con la ayuda del ilimitado sistema de acumulación de dine-ro toma la forma económica de competencia.2 La competitividad en elmercado basado en la competencia es el factor decisivo entre la vida yla muerte para los actores de la economía. Las condiciones y los objeti-vos de la competencia determinan los mercados financieros transna-cionales. Debido al hecho de que el capital sólo fluye hacia las áreasdonde los mayores réditos posibles pueden obtenerse en el menortiempo, simplemente se excluye a trabajadores, regiones enteras y paí-ses, hasta continentes (por ejemplo, África), se les deja a merced de laayuda humanitaria o del hambre y de la muerte. Solamente pueden so-brevivir las empresas, los países y los continentes que destacan por suproductividad competitiva. El culto a la competencia se caracteriza porla lógica del bienestar. Las empresas “conquistan” y “defienden” losmercados; y en correspondencia, todo lo que no es competitivo se “sa-crifica”: la mayor parte de la gente y de todo el planeta. Es muy eviden-te que el caos competitivo estimulado por los mercados de dinerotransnacionales está en el corazón de la espiral de muerte que afecta ala economía en la actualidad. Y ello se extiende a toda la sociedad, a laeducación secundaria y superior, a la investigación, a los medios de co-municación y al comportamiento individual y colectivo.– Como resultado, se eliminan todos los medios de producción no

competitivos –incluso si producen bienes de consumo útiles–, loque produce desempleo y otras formas de exclusión.

– Como resultado, la sociedad se divide entre los que tienen la rique-za (en moneda dura) a su disposición y así se vuelven ricos, y los quese vuelven más pobres al ser trabajadores dependientes o haber sidoexcluidos (individuos, comunidades, países, continentes). Por pri-mera vez en la historia, según el padre Léon3, hemos alcanzado unpunto en el cual los pobres ya no son necesarios. Ni siquiera se lesexplota ya, sólo están de más y por eso, se les condena al ostracismo.

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– Como resultado, la dinámica se lleva a acelerar y aumentar la trans-formación de los recursos naturales y la energía en productos y de-sechos (‘la producción mediante las materias primas’), con efectosdevastadores para el medioambiente. En términos de política eco-nómica, se mide el progreso por el crecimiento del producto nacio-nal bruto (PNB) (lo cual oculta dónde y para quiénes ocurre el cre-cimiento).

– Como resultado, la participación democrática de la gente se en-cuentra constantemente socavada porque los políticos pierden suinfluencia sobre los mercados de dinero y las instituciones financie-ras y tienen cada vez menos espacio para maniobrar. En consecuen-cia, siempre es más difícil estructurar las condiciones que rigen lainteracción entre la gente y su ecoespacio en una determinada co-munidad.

– Como resultado de lo que empezó con la “cruel competencia” entrelas ciudades estado del norte de Italia, la humanidad entera degene-ra hacia una gran cantidad de individuos competidores, que ya noaceptan sus limitaciones mutuas y su dependencia, y en lugar de elloluchan sin fin por la ganancia y el éxito (sin considerar la crecientemarea de violencia y los efectos sobre los débiles).

La competitividad por la ilimitada acumulación de dinero es la estructurabásica objetiva y subjetiva, el “dios” de nuestra sociedad de mercado,que determina todo. De acuerdo a esto, la esencia de lo que debemos re-chazar es el valor absoluto que se atribuye a la competencia y la total au-sencia de límites establecidos sobre el crecimiento incontrolado del capi-tal.

Por tanto, la liberación debe ser exhaustiva, precisamente como loes el ‘espíritu’ del capitalismo. En otras palabras, el lado espiritual nopresenta múltiples dimensiones, sino es decisiva para el conjunto. Ger-hard Breidenstein enfatiza algo similar en su libro Hoffen inmitten derKrisen4 (La esperanza en medio de la crisis). Esto nos lleva otra vez aAristóteles, quien vio que el ansia de una vida sin límites conducía a laeconomía de acumulación de dinero. Lo mismo es cierto respecto a Je-sús, que dijo que todo el que quiera ganar la vida eterna (mediante lariqueza material) la perdería. “El señor Dinero” (“Mammon”, llamadoBaal en condiciones agrarias) es, como vimos, no simplemente “el di-nero” (o “la tierra”), sino todo el sistema político, económico e ideoló-

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gico basado en el “amontonamiento” de dinero (o de tierra como me-dio de producción y acumulación), un sistema que funciona como eldios definitivo para toda nuestra sociedad.

La negación de los mecanismos de la economía de acumulaciónde dinero –que trae muerte mientras aparentemente trata de evitarla–,es una cuestión profundamente teológica: ¿deberíamos confiar funda-mentalmente en el dios ilusorio, que se presenta a sí mismo como elúnico ser poderoso (libre de todas las leyes de fe y amor, como dijo Lu-tero una vez), o confiar en Dios, tan humilde como para identificarsecon los esclavos y las viudas pobres, y que permite la crucifixión de Je-sús (y al hacerlo ayudan a poner otra vez en el camino de la recupera-ción la vida humana? H. Assmann y F. Hinkelammert han publicado undetallado análisis del problema teoeconómico de “idolizar el merca-do”.5 La inexorable lógica de la acumulación del dinero (el fetichismo)disipa el enraizamiento del mercado en las necesidades básicas de la so-ciedad y en su lugar desarrolla una ideología de hacer sacrificios, justa-mente como con los ídolos del Antiguo Testamento.6

Por razones teológicas, los teólogos y las iglesias que quieran res-ponder al Dios liberador y creador de vida, tienen que denunciar elmercado transnacional que sólo está sujeto a las leyes de acumulaciónde dinero y aspira a un dominio total.

La EKD (La Iglesia Protestante alemana) se describe a sí misma en cuan-to a que en su memorándum económico, a través de su mismo título Elbien común y el egoísmo, se niega a elegir entre Yahveh y Baal, y entre Diosy Mammon. Esto demuestra que no solamente ha fracasado en com-prender analíticamente cómo funciona el actual sistema económico a es-cala global, sino también qué es lo que funciona como ‘Dios’ dentro deeste sistema. Es una gran lástima, porque tendría un efecto enormemen-te liberador sobre sus víctimas como una clara descripción y valoraciónde la realidad global actual, junto con una firme negativa al endiosa-miento del mercado mundial basado en la acumulación de dinero.

Como ya se dijo, los dioses sólo sobreviven si son adorados: sinaceptación ni legitimación el poder no puede existir; una negativa delos mecanismos “brutos” mercancía-dinero del mercado mundial espor tanto, la condición previa más importante para un cambio de di-rección hacia una economía sustentadora de la vida.

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Sin embargo, no puede hacer una negativa de los ídolos que notenga consecuencias. Todo el que no se arrodille ante la imagen de oroserá perseguido (Daniel 3). Para Shadrach, Meshach y Abednego, quevivieron durante el imperio totalitario heleno, esto significó ser arroja-dos en un horno abrasador. Y eso mismo planea el mercado para los lí-deres eclesiales de África, Asia y América Latina, como se demostró enlos casos del Obispo Oscar Romero, quien pagó con su vida, y de JeanBertrand Aristide en Haití, quien tuvo que ser rescatado de varios hor-nos abrasadores antes de ser elegido presidente de su país, y a quien to-davía se persigue hoy. En el Norte, al mercado se asegura que aquellosdispuestos a cometer “sacrilegio” al condenar el capitalismo desregula-do transnacional nunca puedan ser obispos. Pero no se trata simple-mente de un asunto de algunos individuos dentro de la iglesia; nuestroobjetivo debe ser incorporar la acción a través de la iglesia. Para lo cualprimero debemos establecer las condiciones previas necesarias, capaci-tándola para llevar a cabo un intenso estudio teológico y económico; yno simplemente quedarse observando el supuesto consenso de los lla-mados expertos. Respecto a un sistema como el mercado mundial contal asimétrica distribución del poder, es una iglesia que ya ha traiciona-do tanto al Dios de la Biblia como a su propia existencia como iglesia.

No se trata solamente de palabras, sino de la forma que toma laiglesia como una entidad económica. Como los grupos mesiánicos y lascomunidades en tiempos de Jesús y Pablo, la iglesia hoy –esparcida en-tre los pueblos– debe distanciarse claramente de ciertas prácticas y es-tructuras capitalistas. Así lo declara en su Artículo III la DeclaraciónTeológica de Barmen:

La iglesia cristiana es la comunidad de hermanos en la cual Cristo Jesúsactúa en presencia como Señor, en palabra y sacramento, a través del Es-píritu Santo. Como iglesia de pecadores perdonados, en medio de unmundo pecador, tiene que atestiguar por su fe y obediencia, su mensajey orden, que sólo es de El, que vive y quiere vivir solamente para Su con-solidación y Sus órdenes, en la esperanza de Su venida. Rechazamos lafalsa doctrina de que la iglesia se puede permitir forman su propio men-saje o su orden según su propio deseo o según las condiciones filosóficaso políticas predominantes.

Pero la forma y las estructuras de nuestras principales iglesiascontravienen claramente esta base bíblica y confesional:

Alternativas al capitalismo global 253

– La mayoría de nuestras iglesias contienen un párrafo en su cons-titución que declara que su dinero debe invertirse cuidadosa y rentable-mente. Debemos seguir buscando una forma alternativa en el trato coneste dinero. Si quieren que su iglesia sea la Iglesia de Cristo, los cristia-nos ya no deben aceptar que se siga considerando sin importancia lacuestión de invertir el dinero para hacer ganancias. Ton Veerkamp tie-ne razón al decir que la simple prohibición sobre el pago de intereses,un concepto fundamentado en la Biblia, y repetido por Lutero, no pue-de aprobarse fácilmente en una economía de crecimiento. Pero conti-núa el asunto de los niveles de interés-tasa (medidos en términos decrecimiento real), así como la cuestión de si el dinero de la iglesia de-bería depositarse en los bancos comerciales que operen transnacional-mente, o si deberían encontrarse alternativas más preferibles (incluso acosta de menores “ganancias”).

– Otro ejemplo son las regulaciones que rigen el trabajo hechodentro de la iglesia, por el cual se paga a los clérigos y a otras autorida-des eclesiales según las escalas de pago de los servidores civiles, mien-tras se acepta y se paga a otros empleados como profesionales y obre-ros, de acuerdo con la estructura establecida de la sociedad capitalista,con su creciente brecha entre los pocos privilegiados y los aún menospudientes.

– Un área adicional que considerar es el creciente desequilibrio,creado por el mercado capitalista mundial, del peso económico de lasiglesias del Norte y del Sur. ¿Bastan las donaciones? ¿O son, ellas y otrasadaptaciones económicas a la sociedad capitalista una traición a la op-ción bíblica de rechazar las estructuras y actitudes supuestamente “nor-males” en una situación totalitaria, aunque sólo sea simbólicamente?

Estas cuestiones que conlleva ese rechazo de ninguna maneraafectan sólo a las iglesias, las congregaciones y las comunidades, o sola-mente a los cristianos como individuos, sino a todos los consumidoresque deben dinero, si sienten un sentido de responsabilidad hacia la vidade toda la gente de hoy, hacia los recursos naturales vitales y hacia la vi-da de las futuras generaciones. El primer paso obvio es no eludir a lasautoridades fiscales y depositar el dinero propio en Luxemburgo o lasBahamas. Pero aún queda el asunto de si pueden desarrollarse estrate-gias para un rechazo general del sistema financiero, lo que podemos in-vestigar más de cerca solamente si nosotros mismos adoptamos alter-nativas.

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Lo mismo vale para reducir el consumo. En un libro anterior, G.Liedke y yo lo señalamos utilizando ejemplos del consumo de carne yde energía.7 La cuestión de los niveles de vida está en sí misma en peli-gro de volverse una afición para los que pueden costearla. Pero, sin em-bargo, ello no lleva a una forma de cuestionar las condiciones básicasconcernientes a nuestro manejo del dinero y del consumo. El mecanis-mo mercancía-dinero, dirigido por el ansia de una riqueza infinita, quelos medios de comunicación fortalecen aún más, está en el corazón delproblema.

Hay medios de resistencia especiales y muy efectivos en relacióncon los rechazos y las nuevas prácticas que involucran al dinero y lasmercancías. El ejemplo de los boicoteos y las sanciones contra Sudáfricaha demostrado que mucha gente y muchas instituciones con dinero ypoder de consumo a su disposición pueden apoyar los movimientospor la libertad y la lucha contra la injusticia.

“La política de la canasta de compras”8 sólo es posible si los muchos pe-queños actores involucrados se organizan ellos mismos. En todo el mun-do, mucha gente, estimulada por los movimientos de liberación y enla-zada por el Consejo Mundial de las Iglesias y las redes de solidaridad, ac-tuaron y participaron en un programa de boicotear los productos suda-fricanos y ejercer presión sobre los bancos que seguían comerciando conSudáfrica. También resultaron muy efectivos las amenazas y boicoteosespecíficos de tal acción contra las empresas transnacionales (TNCs porsus siglas en inglés) que siguen causando daños sociales y medioambien-tales extraordinarios. Estos Goliats temen que su imagen corporativapueda perjudicarse. Ejemplos conocidos al respecto son las campañascontra Nestlé (que estaba exportando leche artificial para bebé, a los paí-ses del Tercer Mundo, una práctica que tuvo fatales consecuencias debi-do a la falta de requisitos de higiene básicos) y contra Del Monte (por lascondiciones socialmente injustas en sus plantaciones de piñas en las Fi-lipinas).9 En muchos países, los grupos de solidaridad, las órdenes reli-giosas, las iglesias y las organizaciones de ayuda con base eclesial han im-plementado investigaciones cooperativas e instancias consultivas paraasesorar a los inversores y a los consumidores sobre los boicoteos y otrasacciones. La instancia mejor conocida es “El centro ecuménico para laresponsabilidad corporativa” (ICCR por sus siglas en inglés) de NuevaYork. En Alemania se han establecido muchos nuevos y pequeños “talle-res de economía” y grupos similares de investigación y asesoría, juntocon el veterano “Bundeskongress entwicklungspolitischer Aktionsgrup-

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pen”, BUKO (El Congreso federal de los grupos de acción de la políticade desarrollo). Pero tienen que luchar con denuedo para sobrevivir fi-nancieramente. ¿Por qué eso?

Llegado este punto, hay que examinar las actitudes de las iglesias.Tomemos el ejemplo de la Iglesia Protestante Alemana (EKD), que re-presenta el clásico enfoque que el documento sudafricano Kairos llama“teología eclesial”: en los casos de una clara injusticia estructural, abo-ga por el “diálogo”, en vez de sentar una inequívoca posición que llevea una acción bien definida.

Se afirma que la participación en los boicoteos “no es apropiada para lasiglesias”. Como resultado, la EKD no apoyó la acción de su movimientofemenino de “no comprar los frutos del apartheid”; se negó a dar algo delos ingresos provenientes de los impuestos eclesiales al fondo especial delConsejo Mundial de las Iglesias para combatir el racismo, mediante elcual se sostienen los proyectos humanitarios organizados por los movi-mientos de liberación; no participó en la acción de cerrar las cuentas enlos bancos que comerciaran con Sudáfrica; promovió un “Programa dediálogo” con las transnacionales10, en vez de exigir respuestas claras a losproblemas individuales como hicieron las iglesias holandesas con laShell Petroleum; da pequeños subsidios a los “talleres de economía” y ala BUKO a través del Ausschuß für entwicklungsbezogene Bildung unPublizistik (Comité para la educación y el periodismo del desarrollo),pero aparte de las mínimas contribuciones para estos grupos, no tiene niuna investigación ni una capacidad adecuadas en esta área, ni está pre-parada para participar en campañas como las ya mencionadas. Su apo-yo se necesita hoy con urgencia con respecto a los boicoteos contra losbancos que no cancelen, o al menos reduzcan substancialmente, las deu-das que los países en desarrollo han reembolsado desde hace tiempo, entérminos reales.

Desde una perspectiva teológica, la EKD contraviene claramentela tradición bíblica al descartar tales acciones por no ser “apropiadaspara las iglesias”. Esto incluso es parte de la Confesión de Ausburg (Art16). En el área de la economía y la política, se requiere urgentementecampañas de acción cuando ya no se tiene la capacidad de conducirsecon un espíritu de solidaridad, sino que se está obligado a pecar. Estoes un asunto de obedecer a Dios más que a los hombres (Hch 5:29). LaEKD y sus iglesias miembros nunca se han retractado de su opinión de

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que los boicoteos “no son apropiados para las iglesias” (a pesar del he-cho de que es la única iglesia miembro del Consejo Mundial de las Igle-sias que aún mantiene esa opinión). Al hacerlo, contraviene directa-mente la Biblia y sus propios documentos confesionales. Más aún, des-de una perspectiva política es ingenuo asumir que el sistema capitalis-ta y los gobiernos que operan dentro de este sistema toleraran “diálo-gos” cuya seriedad no se comprueba por su acción. Volveremos a estepunto en el Capítulo X. Por ahora, deberíamos preocuparnos de lacuestión de las alternativas concretas en pequeña escala; alternativasque pueden ir junto a una estrategia de disentimiento.

Es importante recordar que los mecanismos y las estructuras que sólosirven para acumular dinero, y que perjudican a la mayoría de la gente,la naturaleza y las futuras generaciones, en principio tienen que rechazar-se. Prácticamente, esto significa que deben deslegitimarse e influenciar-se utilizando el poder de los consumidores y ahorradores para boicotear.En este sentido, las iglesias tienen no sólo un poder para la vida sin ex-plotar, sino una oportunidad de ser la iglesia en la forma de “sociedad al-ternativa” bíblicamente legitimada.

NOTAS

1 R. Bahro, 1987.2 Cf. W. Hoogendijk, 1991; P. Potter, 1992; R. Petrella, 1993 a y 1993b; M. Porter

1980 y 1990; El grupo de Lisboa, 1993.3 Fundador y guía de la comunidad “La Poudrière” de Bruselas.4 G. Breidenstein, 1990.5 H. Assmann y F. Hinkelammert, 1989; cf. F. Hinkelammert, 1985. Ver también

S. George y F. Sabelli, 1994, sobre las “manos visibles” del ídolo.6 Cf. H. Assmann et al., 1984’ cf. B. Kern, 1991, p. 174ss., que elaboran la conexión

entre la teología de la liberación latinoamericana y el análisis marxista del feti-chismo.

7 Cf. U. Duchrow y G. Liedke, 1989, p. 67ss.8 Cf. E. Stelck, 1980.9 Cf. W. Kessler, 1990, p. 141ss.10 Cf. U. Duchrow, 1993, p. 329ss.

Capítulo IX

ALTERNATIVAS INTERCONECTADAS A EN PEQUEÑAESCALA, BASADAS EN UNA NUEVA VISIÓN

En los tiempos bíblicos, los grupos de resistencia que osaban ha-blar en los escritos apocalípticos judíos y en las comunidades de Jesúsel Mesías no sólo rechazaban los mecanismos de los imperios totalita-rios helenos y romanos, es decir, al dios del oro y del “señor Dinero”(Mammon); también tenían una visión de las alternativas y las poníanen práctica en la manera en que llevaban su vida cotidiana. Estaban se-guros de que esos sistemas totalitarios iban a desaparecer pronto, al te-ner pies de barro y una vena autodestructiva capaz de aniquilarlos des-de dentro. Lo cual aún es cierto: justo como la economía mundial clá-sicamente liberal colapsó durante la gran crisis económica global de1929, igualmente la fase neoliberal terminará en una catástrofe queafecte a toda sociedad, y no solamente a aquellas que ya han degenera-do a un estado caótico, salvo que tenga lugar un drástico viraje en U. Enambas situaciones las alternativas que han sido investigadas o puestasen práctica son de una importancia crucial. En el evento de una ruinacompleta serán un medio de sobrevivencia y las semillas de un nuevosistema. Si ocurriera a un macronivel el aún esperado “viraje en U”1,serán no sólo los talleres experimentales sino también el soporte fun-damental para toda estrategia e intervención política (como se verá enel Cap. X). Esperar únicamente una intervención política para resolvertodos los problemas sería tener una visión de muy corto alcance, y poreso mismo quitarle fuerza a las posibilidades que ofrecen el rechazo ylas alternativas.

La pregunta normal que se hace al que critica públicamente la ac-tual economía mundial es: “¿Cuál es la alternativa?, ¿no se ha demostra-do que las economías socialistas planificadas no pueden resultar? Estoes comprensible: la propaganda de los grupos de interés y de los jerar-cas económicos de la economía capitalista de mercado parece proponersolamente esta falsa alternativa. También hemos visto que tanto los

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modelos capitalistas privados y estatales funcionan según los mismosmecanismos modernos de la relación industrial mercancía-dinero, apesar de todas sus diferencias aparentes respecto a la posesión de lapropiedad y la distribución de la riqueza. ¿Hay modos y alternativasmás allá de la economía capitalista de mercado y del capitalismo esta-tal?

Aunque no hay una alternativa única, somos afortunados de con-tar ya con muchos libros sobre el tema y también con los resultados delos intentos prácticos de implementar las alternativas, en contraste conla opinión adoctrinada de que no existe alternativa alguna: he aquí sim-plemente una selección2:

Algunos autores parten de las alternativas medioambientales (la tierra ola tecnología) y prosiguen con el manejo de las cuestiones sociales y me-dioambientales; entre ellos, tras el clásico Lo pequeño es bello, de E.F.Schumacher, están: Hazel Henderson, Creando futuras alternativas, y Lapolítica de la era solar; H. Daly y Cobb Jr., Por el bien común: una nuevadirección de la economía hacia la comunidad, el medio ambiente y un fu-turo sustentable; E. Altvater, Der Preis des Wohlstands oder Umweltplün-derung und neue Welt(un)ordnung (El precio de la prosperidad o el sa-queo medioambiental y el nuevo (des)orden mundial). Una variante es-pecial del enfoque medioambiental es el ecofeminismo, un tema en quese centra María Mies, Patriarchat und kapital - Frauen in der internatio-nalen Arbeitsteilung (Patriarcado y capital: las mujeres y la división inter-nacional del trabajo). Otros empiezan con las alternativas en el mundolaboral, por ej., W. Kessler, Aufbruch zu neuen Ufern - Ein manifest für ei-ne sozial-ökologiszhe Wirtschaftsdemokratie (Ponerse en marcha hacianuevas orillas: un manifiesto por una democracia económica social ymedioambiental). Algunos autores se concentran en los mecanismos deldinero, por ejemplo, Margrit Kennedy, Interés e inflación. Dinero gratis;H. Creutz, Das Geldsyndrom - Wege zu einer krisenfreien Marktwirtschaft(El síndrome del dinero: las formas hacia una economía de mercado li-bre de la crisis). Kennedy y Creutz escriben siguiendo la tradición de Sil-vio Gesell, que propuso que todo tipo de ahorros se gravaran con im-puestos en lugar de exigir el pago de un interés sobre ellos; W. Haller, Dieheilsame Alternative - Jesuanische Ethik in Wirtschaft un Politik (La alter-nativa saludable: la ética de Jesús en la economía y la política); y más im-portante, los autores que, junto con Daly / Cobb, han propuesto una ex-haustiva concepción de una economía alternativa: W. Hoogendijk, La re-volución económica: hacia un futuro sustentable al liberar a la economía de

Alternativas al capitalismo global 259

la fabricación de dinero, J. Robertson, La futura riqueza. la nueva econo-mía para el siglo XXI; P. Ekins (ed.), La economía viviente, y La econo-mía de la vida real con M. Max - Neef (ed.). (Los últimos cuatro autorestienen vínculos con la Fundación de la Nueva Economía con sede enLondres, un importante centro de trabajo sobre los modelos y concep-ciones económicos alternativos). Finalmente, se puede ver la idea de unaalternativa total desde la base de la cuestión espiritual de una liberaciónde “la egocentricidad”, como hace G. Breidenstein en Hoffen inmitten derKrisen - Von Krankheit und Heilung unserer Gesellschaft (Esperanza enmedio de la crisis: un remedio para el malestar que afecta a nuestra so-ciedad). Hay que añadir que en 1992 se elaboraron una serie de “trata-dos” para una economía alternativa, en una conferencia organizada porlas Organizaciones no gubernamentales, paralela a la Cumbre de la UN-CED en Río de Janeiro. Dichos documentos son fundamentales paracualquier consideración del tema porque reflejan el más amplio consen-so de los movimientos sociales.3 Más aún: especialmente estimulante esel hecho de que hay una rama de las NN.UU. que –al menos en ciertogrado– trabaja sobre la misma base que todos estos enfoques alternati-vos: el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, consu Informe anual sobre el desarrollo humano.

Aún queda la cuestión de cómo es posible implementar política-mente tales enfoques alternativos frente a los gigantescos complejos depoder existentes. Lo veremos en el próximo capítulo, pero deberíamosmantener la cuestión en mente mientras se investigan actualmente lasvisiones alternativas y las tentativas prácticas. Al respecto, es importan-te ser consciente de que las economías son un resultado de la constan-te interacción entre cualquier cantidad de factores locales, regionales,nacionales y globales; deberíamos recordar siempre cual es el nivel conel que tratamos algo que funciona a un nivel comunitario, o más bajo,no necesita aún poderse trabajar a un nivel mucho más alto de todo elsistema.

1. La visión de una economía para la vida

Todos los estudios mencionados arriba, las facilidades y muchasotras instancias trabajan desde una suposición básica: en contraste conel sistema dominante actual, la nueva economía debe sustentar la vidaen tres aspectos:

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– la vida de toda la gente de nuestros días, esto es, satisfacer sus nece-sidades básicas;

– la vida de todas las criaturas que nos acompañan en el planeta Tie-rra;la vida de las futuras generaciones.

En otras palabras, deben priorizarse estas tres dimensiones, quecorrientemente son variables solamente en oposición a la invariableacumulación de riqueza. La economía debe servirles a ellos, no a la in-versa. Esto significa que una “economía desde abajo” debe reemplazara una “economía desde arriba”. Por eso los enfoques que he menciona-do se basan en la gente y en la tierra. Por tanto, las perspectivas socia-les y medioambientales siempre están fundamentalmente relacionadascon una perspectiva democrática. En el nuevo sistema las personas sonactores, no objetos económicos.4

Lo cual nos lleva inmediatamente a otro cambio. En vez de defi-nir a los individuos competitivos como su punto de partida, la nuevaeconomía se basará en lo que es la “persona en la comunidad”.5 Por lomismo, se ha redescubierto el factor crucial de la obra de Aristóteles: la“unidad doméstica”, es decir, la anterior unidad mínima de produccióny consumo es el referente de la economía.6 Todas las unidades econó-micas mayores deben engranarse para satisfacer las necesidades básicas,aunque hoy, hay otras unidades aparte de la familia nuclear (que en to-do caso, no existían en el tiempo de Aristóteles) y deben tomarse comolos puntos de partida locales. Volveremos sobre ello en breve.

Tomemos ahora el tratado del Foro de las ONG sobre los mode-los económicos alternativos7 de Río de Janeiro como una base exhaus-tiva para un estudio detallado adicional. Tras un preámbulo que con-tiene básicamente las mismas críticas a la economía mundial actual queyo he hecho ya, vienen una serie de principios:

Nuestra visión de las alternativas a los modelos económicos corrientes sefundamenta en los siguientes principios:1. El propósito fundamental de la organización económica es asegurar

la satisfacción de las necesidades básicas de una comunidad, en tér-minos de alimento, abrigo y vivienda, educación, salud, disfrute de lacultura, en cuanto esto se contrapone a la concentración en la gene-ración de ganancias y en el crecimiento de la producción en interéspropio. La vida económica debe organizarse también en tal forma

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que realce, más que destruir, el medioambiente y salvaguarde los re-cursos naturales para su uso por las futuras generaciones.

2. Una alternativa al sistema actual debe basarse en los modelos indíge-nas, con base en la comunidad, que den autoridad oficial y poder le-gal a la gente, que se enraícen en sus experiencias, su historia y su rea-lidad ecocultural. Esto implica incorporar una diversidad de sistemasde producción alternativos, procesos de toma de decisiones y tecno-logías, especialmente las extraídas de los pueblos indígenas y las co-munidades campesinas.

3. Un modelo económico alternativo debe reconocer e institucionalizarun papel central e igual para las mujeres en cuanto conformadoras dela vida económica.

4. Un modelo económico alternativo debería basarse en la relativa au-tosuficiencia de las comunidades, las regiones y las naciones, más queen el libre comercio, el mercado mundial y las grandes corporacioneslocales y transnacionales como las instituciones centrales que deter-minen la producción y la distribución.

5. La vida económica debe informarse en estrategias de desarrollo deabajo arriba, en las que la gente y las comunidades tengan el poder detomar las decisiones económicas que afecten sus vidas, en contrastecon el modelo dominante que deja al margen las comunidades popu-lares y alimenta las relaciones económicas internacionales en las queel centro subyuga a la periferia.

6. Uno de los fundamentos éticos centrales de un modelo económicoalternativo es la interdependencia entre todos los pueblos y de éstosy las comunidades con el mundo material no humano. Esta interde-pendencia exige un sistema, de compartir los recursos, que se base enla autonomía, la igualdad, la democracia participatoria y la solidari-dad. Como miembros de una comunidad, los individuos tambiéndeben hacerse responsables de vivir dentro de los límites de los re-cursos de la Tierra, a diferencia del modelo del Norte de un consumoexcesivo.

7. Los indicadores de desarrollo económico y humano no deberían re-flejar ya exclusiva o principalmente el crecimiento material y el avan-ce tecnológico sino tomar en cuenta el bienestar individual, social ymedioambiental. Tales indicadores incluirían la salud, las igualdadesde género, el trabajo familiar no pagado, la igualación de la distribu-ción de los ingresos, un mejor cuidado de los niños, y la maximiza-ción de la felicidad humana con el mínimo uso de recursos y la mí-nima generación de desechos.

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8. En un sistema económico alternativo, el estado debe transformarsede ser principalmente un agente facilitador del sistema económicoactual dominado por las corporaciones locales y transnacionales, aser un mecanismo que represente y sirva genuinamente la voluntaddel pueblo y que promueva una estrategia de un desarrollo relativa-mente independiente y centrado en la comunidad.

Por supuesto que la viabilidad de estos principios aún tiene queinvestigarse debidamente. Pero debe prestarse mucha atención al pun-to7, porque es una de las cuestiones fundamentales vinculadas con es-ta visión: los llamados indicadores de desarrollo o, dicho de otra mane-ra, los criterios para medir el éxito de la economía. Ya hemos visto que elinstrumento de medida vigente, el PIB, se concentra únicamente en elcrecimiento cuantitativo de la economía y por lo tanto, no está claroquiénes son exactamente los ganadores y los perdedores.

Víctor Anderson ofrece la versión más formulada de algunos indi-cadores alternativos en su libro Alternative Economic Indicators (Indica-dores económicos alternativos).8 No es posible referirnos y discutir endetalle el debate continuo acerca de las posibles alternativas al uso delPIB como una norma. Daly y Cobb dan un resumen, como lo hace elInforme sobre el Desarrollo humano de 1993.9 Al ser éste una publica-ción de las NN.UU., y la más representativa de este tema, aunque no lamás radical, me gustaría resumir brevemente sus argumentos.

El PNUD diferencia entre dos índices separados: el Índice de desarrollohumano y el Índice de libertad humana. El primero se define así: “El de-sarrollo humano es un proceso de ampliar las elecciones de la gente. Enprincipio, éstas pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. Pero en to-dos los niveles de desarrollo, los tres principales son para que la gente lle-ve una vida larga y saludable, para que adquiera conocimiento y tengaacceso a los recursos que se necesitan para un nivel de vida decente. Siestas elecciones no están disponibles, muchas otras oportunidades si-guen siendo inaccesibles”. El informe acentúa el hecho de que esto es só-lo un mínimo. Además del concepto tridimensional del desarrollo hu-mano hay, por supuesto, una serie de posibilidades concernientes a lamedida de los tres indicadores. Entre ellas: la expectativa de vida, el cui-dado de la salud, la nutrición para una vida larga y saludable; la educa-ción, desde el alfabetismo a la investigación; los ingresos, con respecto ala pobreza, el trabajo, el estatus de las mujeres y los niños, la seguridadsocial y el medioambiente. Como resultado de estos factores, el éxito

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económico puede medirse de diversas maneras, lo que muestra que elmedioambiente no tiene el mismo estatus prominente que tiene en otrosenfoques alternativos ya mencionados. A pesar de esto, está claro que es-te enfoque representa un gran avance sobre el sistema actual, donde elinstrumento de medida, el PIB, se centra alrededor del valor del dinero.

¿Cómo puede lograres la satisfacción de las necesidades básicas dela gente en la comunidad, y el mantenimiento de las condiciones natu-rales de vida, especialmente para las futuras generaciones?

2. Una economía comunitaria para la vida

En la descripción de una economía alternativa se puede seguir ladivisión tradicional del trabajo, la tierra y el capital y preguntar en con-secuencia: “¿Cómo sería una economía alternativa respecto a estos fac-tores de producción?”, “¿Cómo se organizaría la distribución?” y “¿Có-mo se diseñaría una forma de consumo que realce la vida?” Pero al ha-cer estas preguntas el nocivo enfoque de la economía tradicional se in-troduciría desde el mismo comienzo en la descripción de la alternativay ocultaría los aspectos más importantes, a pesar de que la alternativadebe proporcionar esas respuestas también. En mi opinión, es muchomás apropiado empezar constituyendo a la comunidad y a la sociedaden los diferentes niveles, desde el local al global.

Como vimos, las pequeñas unidades de las comunidades mesiáni-cas en el Imperio Romano totalitario compartían todo a través de su vi-da común y su gestión de las unidades familiares, de forma que nadiecarecía de nada y, más importante aún, había un sentido de la igualdady la felicidad. El mismo principio sigue viviendo hoy en la forma de lascomunidades de base. En vez de describir los elementos de tal comuni-dad de manera abstracta me gustaría poner el ejemplo de la comuni-dad “La Poudrière”, situada en Bruselas y sus alrededores.

“La Poudrière” consiste en 5 comunidades que se han desarrollado a par-tir de la comunidad original durante los últimos 35 años. Las inspiró elAbbé Pierre y el movimiento de Emaús. Los desempleados y los sin te-cho se reunieron para trabajar con toda clase de los desechos de nuestraopulenta sociedad, y vendiendo los bienes compuestos a otra gente po-bre. Tomaron la iniciativa y pueden sostenerse con su actividad ecológi-ca de reciclaje. Necesitaron una camioneta para recoger la voluminosa

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basura, y también para hacer mudanzas, que son otra fuente de ingresos.Ahora cuentan con más de 100 miembros en total y manejan asimismouna empresa de mudanzas. Han renovado una vieja fábrica de cervezapara sus actividades de reciclaje, reparación de vehículos y toda clase detrabajo manual. Algunas partes de los trabajos se han renovado para elalojamiento, como también lo han hecho las casa abandonadas. Muchosde sus alimentos vienen de su propia granja.

El grupo de las cinco comunidades, presente en la ciudad y en elcampo, es una célula autónoma de gente pobre en un sistema económi-co global totalitario (y tanto más rico y apropiado que los que obtienensus riquezas de la “prostituta de Babilonia” (Ap 18), que conocerá sutriste destino cuando la catástrofe la golpee. Lo principal es que esagente vive una vida en comunidad que impresiona en su totalidad, y es-tá marcada por la alegría y la sanación, como puede verse con todasesas personas en riesgo que han comenzado de nuevo allí. En frente dela gran cocina hay una amplia terraza sobre el techo del garaje, para quelos niños puedan jugar a la vista de sus padres. Las comidas se hacen al-rededor de una o dos grandes mesas, construidas con madera de lagranja. En la casa de la primera comunidad hay cinco artísticas venta-nas pintadas de cristal sobre las mesas del comedor; describen las cin-co metas de la comunidad: presencia, amistad, justicia, utopía y espe-ranza, y autodisciplina. He aquí una corta presentación tomada del bo-letín de la comunidad (Mayo de 1993):10

Primero teníamos una meta muy clara: estar presentes ... encarnados ...en la vecindad, entre la gente ... con la gente común y viviendo tal y co-mo ellos ... ser la levadura: un fermento festivo.Al mismo tiempo, descubrimos el significado de la amistad ... y tratamosde ofrecerla sin esperar nada a cambio. A medida que crecíamos, tenía-mos que reacondicionar un sótano y luego una vieja casa enfrente. Y nosdijimos que tenía que haber más justicia si se quería que la amistad sigasiendo posible.Aparecieron dos tendencias: algunos querían involucrarse en la políticay los partidos, y otros simplemente estar presentes, sin tratar de volverseactivistas todo el tiempo. En lugar de sólo luchar por la “gran noche”, yaquerían ser una “pequeña mañana” ... ... Aquellos que dejaban entoncesla comunidad llamaban a los otros 'utopistas', soñadores ... ¡y así nuestraUtopía (creer en la persona entera) se convirtió en un programa! ... Tam-bién descubrimos que teníamos que cambiar nosotros mismos para

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cambiar a la sociedad y a los otros. Así fuimos conscientes de la impor-tancia de la autodisciplina ...

El argumento sobre si la comunidad debería ser un ejemplo vivode una alternativa, o un medio para el fin de la lucha política, es esen-cial para la materia de este libro y para la discusión de estrategias den-tro de los movimientos sociales ¿Políticamente, queremos todo o nada,o vivir nuestras vidas en forma diferente donde estamos? ¿Son las ne-gativas y las alternativas vivas y a pequeña escala en un contexto totali-tario más importantes que el uso profético de las posibilidades queofrece la influencia política limitada? Esta pregunta nos acompañaráhasta el final del libro.

Primeramente, volvamos al ejemplo de “La Poudrière”. Además desus objetivos declarados, la comunidad trata de definir los medios porlos cuales estos objetivos podrían alcanzarse: el trabajo; una vida com-partida y el uso comunal de los bienes; un estilo de vida simple; con-fianza en los demás y en los objetivos ... recursos simples, accesibles acada uno ... sin excluir a nadie, sea por motivos de su pasado, sus ante-cedentes de clase, su religión, su situación o su entrenamiento laboral.

En tales casos, no existe la exclusividad étnica, no hay amos y es-clavos ni dominación de los hombres sobre las mujeres. Todos están in-volucrados en el proceso de toma de decisiones, todos reciben la mis-ma pensión financiera y todo el mundo es libre de ir al principal paseovacacional anual y de participar en los eventos culturales. Un pequeñogrupo celebra la Misa cada mañana, un grupo mayor cada domingo ytodos se juntan en las celebraciones periódicas. Las casas siempre estánabiertas a los invitados: el equivalente moderno de las comunidadesmesiánicas paulinas (como también los monasterios).

Alrededor del mundo, una gran diversidad de tales comunidadesde base y de otros tipos demuestran cómo vivir en forma diferente.Muchas se constituyen en órdenes; entre ellas: las Hermanas de Grand-champ, en Suiza, y los Hermanos de Taizé, en Francia. Otros viven co-mo comunidades cristianas, en Alemania, por ejemplo, en Wulfshage-nerhütten, Wethen, Imshausen, la comunidad menonita de Bamment-hal y la hermandad tradicional Hutterer en el Eifel. A nivel europeo, lascomunidades cristianas de base se han conformado en una red llama-da el Colectivo europeo de comunidades de base. Su pequeña sede estáen Holanda.11 Pero también hay comunidades sin lazos religiosos, vin-

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culadas por asuntos autogestionados como el “Werk SelbstverwaltererProjekte und Einrichtungen” (La agencia para los proyectos e instala-ciones de autogestión), en Neustadt an der Weinstraße. Muchas de ellasparticipan en el “Proyecto A”, con la creación de una red de contactos yla publicación de un folleto, y la utilización de los fondos de los proyec-tos, para que así los interesados puedan comunicarse con los grupos desu área local.12

Estas comunidades autónomas basadas en la solidaridad formanlos cimientos de la nueva sociedad. Y así seguirá siendo, incluso si fra-casan los intentos de producir un cambio total de la sociedad, o si ladestrucción que el actual sistema ha traído al Sur, y trae ahora al Este ypartes de Occidente, nos lleva a la ruina completa.

Más allá de “la comunidad fermento (o levadura)”, el nivel de la co-munidad local e inmediatamente regional son esenciales para una eco-nomía sustentadora de la vida. Todos los esfuerzos y propuestas a quenos hemos referido hasta aquí, para acordar que, en lo posible, la eco-nomía del futuro debe utilizar la comunidad local como su base. En es-pecial, la estructura básica de la oferta debe organizarse lo más posiblea un nivel local. Por supuesto, esto quiere decir que debe formarse unanueva asociación urbano rural en las áreas fuertemente organizadas: lascooperativas productor-consumidor sirven de modelo. Daly y Cobb re-comiendan encarecidamente que la planificación regional futura se ase-gure de que los pueblos y las ciudades se vuelvan más pequeños. El ele-mento clave de esta perspectiva es hacer que las comunidades localessean, en lo posible, autosuficientes e inmunes a los efectos nocivos delmercado mundial. En relación con el comercio, sólo el que pueda pro-ducirse debido a los recursos especiales de un área determinada, y quesea un excedente de las demandas internas, debería ponerse en el mer-cado. Actualmente, las autoridades locales se ven crecientemente obliga-das a asumir la carga del cuidado de aquellos que han sido excluidos dela economía formal del mercado mundial. Pero al mismo tiempo reci-ben menos fondos con los cuales hacerlo. La razón que se da es que ¡Ale-mania, Gran Bretaña y Europa deben seguir siendo competitivas!

Lo que nos lleva a un asunto básico de los que pocos están cons-cientes: la división del poder económico entre:– la economía no financiera (de unidades domésticas)– el sector económico estatal– la economía global de mercado.

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Hilkka Pietilä ha elaborado un estudio para la Comisión del sur que nosólo muestra los lazos sorprendentemente fuertes entre estos sectoreseconómicos, sino que también da lugar a la reflexión estratégica.13 A laeconomía de la unidad familiar la llama “la economía gratuita” porqueel trabajo no se recompensa con un pago financiero, y además es volun-taria porque está directamente al servicio del bienestar de la familia. Laeconomía estatal para los mercados locales y su propio mercado interno,así como el servicio público y el gasto público, se llama “la economíaprotegida” porque el estado toma todas las medidas posibles para prote-ger estas áreas de la intervención del mercado mundial. La autora llamaa la economía mundial de mercado “una economía encadenada” porqueel mercado transnacional tiene el control –por lo tanto, es una descrip-ción adecuada de la situación actual en contraste con la distorsión ideo-lógica que habla de economía “libre” o “libre” comercio precisamente enrelación a la economía global.

En 1980, la economía nacional finlandesa presentó la siguiente di-visión entre estos sectores económicos:

Tiempo Dinero

A. Economía (unidad familiar) gratuita 54% 35%B. Economía (estatal) protegida 36% 46%C. Economía encadenada 10% 19%

Por tanto, esto significa que hasta en un país industrializado comoFinlandia, las actividades económicas (de la unidad familiar) gratuitaspueden ser responsables de más de la mitad del desempeño económico(que naturalmente, el PIB no toma en cuenta).

Pero en este punto deben señalarse una serie de distinciones. Hayque aclarar cómo interactúa esta economía (de la unidad familiar) gra-tuita con la economía informal y la economía de subsistencia.14 El con-cepto de economía informal es lo contrario de economía formal, en laque el trabajo se regula por el pago y los contratos, los trabajadores seorganizan en sindicatos y el Estado de Bienestar garantiza réditos aaquellos que los necesitan. En la fase neoliberal del Fordismo, cada vezmás trabajadores se veían excluidos de estas condiciones reguladas. Enlo esencial, el sector informal refleja la “desformalización” de la econo-mía. En el Segundo y el Tercer Mundo nunca se ha incluido a todos lostrabajadores en la economía formal. El sector desformalizado se estáexpandiendo rápidamente no sólo ahí, sino también en el Norte. En es-

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te sistema –a diferencia de las economías de subsistencia–, la produc-ción gira en torno a las necesidades del mercado, y no sólo a nivel lo-cal. Además, a menudo las redes de la mafia explotadora aparecen depronto, bajo la influencia del mercado mundial, la economía informalse caracteriza por una lucha constante por sobrevivir; no es un sectorlibre independiente.

A pesar de las similitudes, hay una diferencia entre el sector infor-mal y una economía de subsistencia con un enfoque basado en la auto-suficiencia. Pero como Marx vio, tal economía también es capaz de su-frir abuso en el marco del sistema capitalista, debido al trabajo no pa-gado y por tanto, explotado, que se hace al reproducirse los trabajado-res para los sectores formal e informal.

Así que no podemos asumir simplemente que las economías in-formal y de subsistencia sean libres. Es de lo más importante proteger-las y capacitarlas para volverse áreas económicas que tomen en cuentaa la comunidad y sean verdaderamente creativas. Hilkka Pietilä opinaque “deberíamos mejorar las condiciones para el restablecimiento de laeconomía libre”15 La Campaña internacional de salarios para los que-haceres domésticos trabaja por un avance así.16 J. Robertson ha coteja-do algunas propuestas adicionales con respecto a la tributación, el usode la tierra y la educación, etc.17

En este campo, deben considerarse la cuestión de la discrimina-ción económica contra las mujeres y cómo puede utilizarse plenamen-te la contribución femenina hacia una economía alternativa. La divi-sión funcional entre el trabajo doméstico y el trabajo pagado debe aca-barse, y así la asignación más valorativa del trabajo doméstico a unaforma de trabajo pagado sería un componente en la renovación de laeconomía, y un paso importante hacia la eliminación de la discrimina-ción contra las mujeres.18

En resumen, el reto es mejorar la protección de la economía infor-mal de los pobres mientras se utiliza este sistema como un terreno ex-perimental para una economía alternativa sustentadora de la vida. Es-te es un campo donde la gente puede volverse menos dependiente delmercado mundial y al hacerlo, gane fortaleza para su lucha política. Locual nos trae ahora al tema de los sistemas microeconómicos y micro-financieros alternativos.

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3. Alternativas microeconómicas

Si miramos a la economía informal no solamente como una for-ma desesperada de economía de sobrevivencia, sino como un terrenoexperimental para una futura economía sustentadora de la vida, debeestar en la senda de aprender de los errores o de los procesos equivoca-dos hasta hoy.

Las dimensiones económicas normalmente se dividen en consu-mo, producción y distribución.

En el caso del consumo, hay una alternativa principal:_ El consumo ne debería orientarse en torno a la satisfacción de los

deseos y “las preferencias” sin límite (que sólo sirven a la acumula-ción del dinero), sino en torno a las necesidades básicas y, más aún,en torno a lo que no es nocivo para la gente y el planeta. Esto quieredecir que en cuanto a “la demanda”, la microeconomía debe concen-trarse en los bienes utilitarios, los servicios esenciales y la cultura.

La producción, que gira alrededor de la demanda de los bienesutilitarios tiene varias dimensiones:– Respecto al trabajo, el capitalismo industrial ha alienado la fuerza

laboral de tres modos: primeramente, al separarla de los medios deproducción; luego, al someterla progresivamente a las estresantescondiciones de trabajo; y finalmente, por el hecho de que no tienenvoto en el producto final. Como resultado, deberíamos estar en laperspectiva de las empresas en las que los trabajadores sean copro-pietarios, y no enfrentados a exigentes condiciones laborales, y par-ticipantes plenos del proceso de decidir qué producir.

– Respecto a la tecnología, la tendencia corriente es a volverse másgrande, más complicada, más cara y más dañina (para la gente y elplaneta). Por lo tanto, una economía para la vida debe tener por finel desarrollo de una tecnología adecuada a una escala menor y conuna forma más simple, así como a ser menos dañina y menos con-centrada en el capital.19

– Respecto a la tierra y la biosfera, es un asunto de producir bienes in-dustriales sustentables medioambientalmente, y de seguir métodosorgánicos de agricultura. También la cuestión de la escala es de im-portancia central aquí.Respecto al dinero, es vital eliminarlo en gran medida como mediode preservar el valor y redefinirlo como un vehículo de intercambio

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para los bienes utilitarios y como una forma de préstamo de la pro-ducción, a intereses justos o sin intereses, como una función del po-der productivo del productor.

Finalmente, la microeconomía desde el mismo comienzo deberíaapuntar a crear una manera distinta de distribución. La evolución deuna brecha entre ricos y pobres, como en el caso de la actual macroe-conomía, no será posible entonces por la participación de los trabaja-dores en la producción.

Hay ejemplos de todo esto. W. Kessler los llama “las células germi-nales” de una política económica alternativa; lo que es una buena des-cripción para la visión de una futura economía.20

3.1. Las empresas alternativas y las redes empresariales

J. Robertson dirige acertadamente nuestra atención al hecho deque las empresas alternativas vinculadas por tener las mismos miraseconómicas, sociales y medioambientales, están acabando con un mitode la economía clásica. Esta dice que las empresas deben crear riquezapara distribuir y consumir, mediante los salarios y también los méto-dos de redistribución del estado, como la tributación y los esquemas deempleo. Este mito también forma la base del Keynesianismo, que dis-frazó por largo tiempo el hecho de que, a causa de este modelo, unaparte crecientemente desproporcionada de la riqueza creada va a parardirectamente a los bolsillos de los poseedores del capital. Esto ha sidoevidente para todos, en la realidad neoliberal de hoy, y de hecho, desdelos años 80. Asimismo, la redistribución alcanza cada vez a más perso-nas solamente en la forma de pagos de transferencia monetaria míni-ma. Por tanto, estas personas ya no son participantes en el proceso eco-nómico. En realidad, se les excluye del mismo, con todas las consecuen-cias individuales y (a)sociales sicológicas que esto conlleva. Cara al ex-tendido desempleo estructural corriente, ha llegado el momento de po-ner fin a la separación entre la creación de riqueza y la redistribucióncomo un modelo básico para el capitalismo.

Solo hay un asunto que manejar a este respecto. Este modelo, ensu forma del Fordismo-Keynesianismo, suponía que la desproporcio-nada acumulación de capital y el simultáneo bienestar de la masa po-dían garantizarse únicamente al aumentar el crecimiento. Esta idea nosólo que se refutó en los años 70 por el problema de la sobreproduc-

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ción, sino que también es injustificable en principio por razones me-dioambientales. Un crecimiento adicional del tipo del Fordismo, con eldespilfarro de recursos y la sobreproducción de desperdicios que se leasocian, no produciría un rédito financiero suficiente para pagar por laeliminación del daño medioambiental. Por tanto, desde una perspecti-va tanto social como medioambiental, la división entre la creación deriqueza y los remedios sociales y medioambientales es en realidad algodel pasado, incluso si los economistas y los políticos siguen aún traba-jando principalmente con estos conceptos anticuados e inapropia-dos.21 Estas observaciones preliminares muestran la importancia deexperimentar con estructuras de empresas alternativas en todo el mun-do, tengan o no tengan éxito esos experimentos.

Uno de los ejemplos europeos más antiguos y exitosos en este si-glo ha sido Mondragón, en el País Vasco español.22

En 1941, el sacerdote Don José María Arizmendiarrieta, con la ayuda deuna población que aún se recobraba de los efectos de la guerra civil, em-pezó a construir un colegio técnico. Pronto aparecieron las primerascooperativas autogestionadas en el valle de Leniz. Se estableció una coo-perativa de crédito para proveer de fondos a esta aventura. Para 1986, elsistema de cooperativas de la región constaba de 103 cooperativas indus-triales (con centros de investigación de alta calidad), 8 cooperativas agrí-colas, 4 cooperativas de servicios (que incluían los cuidados médicos), 1cooperativa de consumidores, 17 cooperativas de vivienda y 46 coopera-tivas de educación con un total de alrededor de 20.000 miembros. Todosestos trabajadores y sus familias se veían a sí mismos no sólo como pro-pietarios, sino también como creadores corresponsables de esta empresaen continua expansión, en la que se integraban los componentes econó-micos (creadores de riqueza) y sociales.

Para 1990, había en Alemania entre 12.000 y 15.000 empresasautogestionadas con alrededor de 100.000 trabajadores.23 De ellas,W. Kessler examina la Blätterwald Cooperative en Oberursel y la fábri-ca de calzado Panda en Naila. También hay ejemplos de formas origi-nales de acortar los horarios laborales, como en la Hewlett Packard y elCanstatter Volsbank. En todas estas empresas importa la integración delos aspectos sociales en la producción y organización económica (comoson la participación, la inclusión de los discapacitados y el pago sobrela base de la necesidad y la disponibilidad), no la maximización de losréditos.

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Desde los EE.UU., M. Phillips ha escrito acerca del asombrosomodelo de intercomunicación: La Red Briarpatch, que consta de 315pequeñas empresas de la Bahía de San Francisco.24 Están unidas en suobjetivo de un estilo de vida simple, estilos abiertos y honrados de ad-ministración y contabilidad, así como de cooperación mutua. La redsólo necesita dos coordinadores y proporciona a sus miembros nego-cios y asesoría legal, y servicios médicos y educativos. Por medio de es-ta cooperación, las empresas pueden liberarse en gran medida de lasfuerzas dictatoriales del mercado y, más aún, son una gran fuente deproducción innovadora.

3.2. Alternativas tecnológicas

Las empresas alternativas no sólo tienen objetivos sociales, sinotambién medioambientales; ya recordamos este hecho con el ejemplode la comunidad “La Poudrière”.

W. Kessler ha escrito sobre Ernst Winter & Son, una empresa de Ham-burgo que es la mayor productora en Occidente de herramientas de dia-mante y “borazón” (una sustancia compuesta por un nitrito de boro decristalización cúbica, tan duro como el diamante pero más resistente alas altas temperaturas).25 Esta empresa no sólo que ha hecho su propiafábrica amistosa medioambientalmente, sino que ha fundado una aso-ciación alemana para la gestión de materiales benignos medioambiental-mente. Otro ejemplo es la Follman & Co., una empresa química de Min-den, que no sólo organiza su producción en torno a criterios medioam-bientales, sino que también tiene establecido el grupo de presión Pro Fu-ture, con unas 60 empresas más en esa área local, para obligar a susmiembros a llevar un estilo de gestión ecológica.

Deliberadamente he empezado a dar los ejemplos de las nacionesindustrializadas porque la ideología capitalista a menudo sostiene que“una empresa alternativa” significa un regreso a la Edad de Piedra. Sinembargo, es de vital importancia que la gran mayoría de la poblaciónmundial se mantenga a la observación de las alternativas a la tecnolo-gía occidental, que es excesivamente caro para ellas debido a la intensi-dad del capital. Más aún, al usar las tecnologías alternativas, la gentefrecuentemente puede destinar sus propios recursos y habilidades paraun mejor uso y tomar en cuenta sus propias necesidades culturales.

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La Comisión del Desarrollo del Consejo Mundial de las Iglesiasllevó a cabo en los años 70 y los primeros 80, un importante estudio ex-perimental en este campo. Pascal de Pury resume la situación en Tecno-logías populares y participación popular:

Las tecnologías que pueden ayudar a los pobres a sobrevivir con sus pro-pios recursos, pero también y sobre todo a organizarse a sí mismos yconvertirse (o volver a ser) en gente capaz de hacer su propia elección so-cial y guiarlos hacia la liberación y el desarrollo, se definen también co-mo 'tecnologías populares'.26

Un ejemplo de ello es el proyecto Ebenezer (un ingeniero hindú).Este promotor había estado trabajando en el Programa del presidenteReagan SDI, pero se sintió rápidamente frustrado y regresó a la India,donde desarrolló con algunos granjeros el sistema del “poder del pe-dal”.27 Construyó bicicletas que también podían usarse para impulsarotras máquinas pequeñas, construidas para una función, por ejemplo,moler o trillar. Como resultado, las aldeas y pueblos pudieron aumen-tar su producción y al mismo tiempo utilizar las bicicletas para entre-gar sus productos en los mercados locales. En la próxima sección indi-caremos una vez más la gran importancia de las tecnologías alternati-vas. Lo cual trae el tema de la energía alternativa, especialmente la so-lar, que muchos autores ven fundamental para el futuro (ver H. Hen-derson o E. Altvater). Claro que esta cuestión se sale del ámbito de lamicroeconomía. Es el problema futuro de la alta tecnología. Pero si seresolviera llevaría a un gran avance de las posibilidades económicas lo-cales precisamente en los países calientes del Segundo y Tercer Mundo.Por eso es a la vez irresponsable y corto de miras de parte de un país co-mo Alemania, continuar invirtiendo mucho más en investigación en elárea del poder nuclear que en el desarrollo de la energía solar y otrasfuentes alternativas de energía.

3.3. Uso alternativo de la tierra

Si hay un campo donde el absurdo del actual sistema debe hacer-se evidente, es la agricultura europea y estadounidense, que se organi-za simplemente en torno al motivo de la ganancia y se ha industrializa-do hoy al punto de ser intensiva en maquinaria, química y capital. Laconsigna parece ser “expandirse o perecer”. Las repercusiones han teni-

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do nocivos efectos en una serie de áreas: en los minifundistas; en loscontribuyentes, que tiene que soportar los costos de los subsidios y elalmacenamiento como resultado de la sobreproducción; en los agricul-tores del Segundo y Tercer Mundo, que no pueden competir con losprecios de dumping subsidiado de los EE.UU.; y en el suelo y el aguapotable, que ya han sido contaminados por un exceso de fertilización.Sólo los actores más grandes han sobrevivido: son los bancos, las em-presas transnacionales y los agricultores más prósperos. Aún no esta-mos hablando de los objetivos y las estrategias de la lucha política encontra de esta locura, sino de un enfoque básico diferente y las alterna-tivas en pequeña escala que buscan escapar de este sistema destructivo.

El modelo alternativo básico se llama agricultura sustentable. Sebasa en los principios del tratado de las ONG del mismo nombre quese firmó en Rio de Janeiro (he aquí una selección):

11. La agricultura sustentable es un modelo de organización social y eco-nómica basado en una visión del desarrollo equitativa y participativa,que reconoce que el medioambiente y los recursos naturales son los fun-damentos de la actividad económica. La agricultura es sustentable cuan-do es ecológicamente sólida, económicamente viable, socialmente justa,culturalmente apropiada y basada en un enfoque científico holístico;12. La agricultura sustentable preserva la biodiversidad, mantiene la fer-tilidad del suelo y la pureza del agua, conserva y mejora las cualidadesquímicas, físicas y biológicas del suelo, recicla los recursos naturales yconserva la energía. La agricultura sustentable produce diversas formasde alimentos, fibras y medicinas de alta calidad.13. La agricultura sustentable utiliza localmente los recursos renovablesdisponibles, las tecnologías apropiadas y costeables, y minimiza el uso delas inversiones externas y adquiridas, con lo cual aumenta la indepen-dencia local y la autosuficiencia y asegura una fuente de ingresos establepara los campesinos, la familia y los pequeños agricultores y las comuni-dades rurales. Esto permite que más gente permanezca en las tierras, for-talece esas comunidades rurales e integra a los seres humanos con su me-dioambiente;14. Las mujeres juegan un papel clave al proporcionar la mayor propor-ción de los recursos mundiales de alimento, al cultivar, comprar y ven-der.

Claro que es obvio que cada situación es diferente a causa de lascircunstancias locales (el clima, la disponibilidad de tierras, etc.) y por

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tanto, no puede establecerse ninguna forma definitiva ni ningún siste-ma ideal. La agricultura sustentable puede y debe adaptarse a esas cir-cunstancias locales. Un ejemplo clásico: un estilo de vida nómada esapropiado si se dispone de cantidades ilimitadas de tierra; si no es así,entonces puede resultar un excesivo y dañino apacentamiento; asimis-mo, el uso común de la tierra puede llevar a este problema de erosióny desgaste; pero aun si no puede aplicarse universalmente un solo mo-delo, al menos puede servir como ejemplo para enfoques alternativos.En este contexto, W.Kessler se refiere a las cooperativas alemanas deproductores-consumidores, que llegan a más de 100.28 En muchas deellas, algunas pequeñas empresas conscientes del tema medioambientalse han vinculado con grupos de consumidores de su área. Como resul-tado, se han vuelto menos dependientes de la Política Agrícola común,corren menos riesgos de no encontrar salidas para sus productos, y nodependen tanto de los intermediarios. Las pequeñas granjas conservana sus trabajadores, los consumidores son capaces de comprar alimentosmás sanos, el suelo está menos contaminado por los pesticidas, la so-breproducción está vigilada y los agricultores de los países en desarro-llo no son obligados a vérselas con las importaciones extranjeras a pre-cios de dumping.

Pero las coaliciones van más lejos e incluyen a los grupos me-dioambientales y por una sola Tierra, como expresa la Declaración deAquisgrán de 1987, y las Tesis de Altenkirchen de 1989, llamadas “Laagricultura a pequeña escala sí tiene futuro”.29 Estos documentos sonespecialmente importantes para las estrategias políticas (que veremosmás tarde). Respecto a las alternativas en pequeña escala, el paso deci-sivo hacia delante sería una política agrícola comunitaria-regional inte-grada que se concentre en utilizar los recursos locales para cubrir lasnecesidades de la población regional.30 Sirven de modelos el Trust(consorcio) de tierra comunitaria y los Bancos de tierra cooperativa31,que alquilan la tierra a la gente pobre para construir casas, o a los mi-nifundistas para un uso agrícola, así como se encargan de la infraes-tructura local. Estos modelos son de fundamental interés porque nosrecuerdan el mensaje bíblico de que la tierra no es una mercancía paracomprar y vender, sino un haber para usar. También nos han mostra-do que, en la práctica, la tierra no necesita ser utilizada para cosecharréditos para unos pocos o para estar al servicio de la ineficiencia y ne-

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potismo de una burocracia centralmente planificada, porque una ter-cera vía es posible, la que une la solidaridad y la iniciativa.

Muchas comunidades tradicionales de Asia, África y América La-tina han podido defender lo que quedó de su cultura de las regulacio-nes depredadoras del mercado. Ahora, se trata de fortalecer y expandiresas culturas tomando en cuenta cada situación y cada nueva visiónmedioambiental

En la India, las iniciativas de esta clase a menudo se vinculan con lasideas de Gandhi para el desarrollo de las comunidades de los pueblos ylas industrias de las casas de campo.32 La cuestión de la tierra y una eco-nomía independiente se ha vuelto crucial en el contexto del aumento enel número de coaliciones entre los nativos de América Latina en 1992.33

Debemos tener esperanza en que ese recientemente ganado poder de re-sistencia llevará a un movimiento duradero y exitoso en favor de la libe-ración de más tierras. Como vimos, hasta en los tiempos bíblicos, lasaproximaciones hacia una sociedad alternativa se fundaban en la luchade los minifundistas contra la propiedad en gran escala y el poder tribu-tario. En Tanzania y Ruanda se ha desarrollado en la última década unmodelo especialmente interesante de cómo la agricultura tradicional yde base agrícola puede llevar a una comprensión moderna medioam-biental y vincularse a ella. En estos países hasta ha sido posible ganar otravez tierra agrícola del desierto, mediante un nuevo cultivo medioam-biental y tradicional.34

Recordemos que tales enfoques a pequeña escala aún no puedencambiar sistemas agrícolas completos, sino que apuntan a las alternati-vas que puedan servirles como estímulo y base para nuevas perspecti-vas políticas.

3.4. Sistemas microfinancieros alternativos

Hoy mucha gente está unida en su crítica a la economía capitalis-ta y sus mecanismos e instituciones a todo nivel. ¿Pero cómo podemosencontrar alternativas en el campo financiero? Sobre este tema, los crí-ticos están lejos de unirse. En el próximo capítulo miraremos las posi-bilidades de domar y controlar políticamente el sistema capitalista exis-tente. Primero debemos examinar la posibilidad fundamental de otrasmaneras de enfocar el asunto, especialmente a nivel de la microecono-mía.

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Silvio Gesell expuso un nuevo enfoque hace 100 años, en su libroNatürliche Wirtschaftordnung (Un orden económico natural).35 Dos li-bros recientes escritos por M. Kennedy y H.Creutz36 explican la posi-ción de los modernos seguidores de Gesell.

En la auténtica tradición aristotélica, esta teoría económica libre ve elproblema como el uso del dinero en la economía capitalista de mercado,no sólo como un medio de intercambio, sino como un medio de preser-var el valor y acumular riqueza. Por tanto, propone que en lugar de re-compensar la acumulación de riqueza al pagar intereses (lo cual está de-trás de los mecanismos de interés compuesto, la redistribución de los po-bres a los ricos y el crecimiento económico destructivo), tenga lugarexactamente lo contrario y que se grave fiscalmente al dinero acumula-do (disminuyendo así el dinero). Para que los ricos no cambien simple-mente (sus posesiones*) a la propiedad de tierras para seguir ganandoréditos especulativos, un programa de reforma de la tierra debería viabi-lizar “las tierras libres” con el fin de asegurar que la tierra se utilice y nosólo se acumule.Si hacemos de lado por un momento el problema de que la implemen-tación de tal sistema sería políticamente imposible en las condiciones ac-tuales (Gesell pensó simplemente en términos de implementar a travésde los parlamentos), podría ser de gran importancia a nivel local, comolo demuestra el experimento de Wörgl en Austria37, donde este sistemacreó tanto empleó y tuvo tal efecto beneficioso para la prosperidad localdurante la depresión económica tras la Primera Guerra Mundial que fueproscrita por el gobierno de Dollfusss (un monopolio financiero esta-tal).W. Kessler proporciona una crítica económica básica del enfoque de laescuela de pensamiento de Gesell.38 Reconoce la crítica de los efectos deuna injusta distribución del interés, pero cuestiona la deducción de queel problema se debe sólo a una causa. La causa de los problemas de laeconomía capitalista residen en la vinculación de la propiedad privadacon los medios de producción, los principios de la competencia y la ga-nancia. La consecuente desigualdad solamente empeora, no se produce,con el sistema del pago de intereses. Y a la inversa, los otros efectos ne-gativos causados al “disminuir el dinero” no se podrían evitar: 1. el flujode riqueza a bienes materiales, 2. la preferencia a la producción intensi-va de capital, 3. el estallido de un frenético periodo de consumo (unaeconomía de tirar y desechar), efectos todos que no llevarían a una eco-nomía basada en el medioambiente. Como resultado, una serie de medi-das deben ser tomadas a nivel micro y macroeconómico para poner ba-

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jo control al capitalismo o incluso para transformarlo completamente.Soy de la opinión de que Kessler no sólo debería prescindir de las medi-das que miren a un control político de las tasas de interés y la oferta dedinero. Los únicos elementos a los que se refiere Kessler en relación conel dinero son los bancos alternativos en el área de la microeconomía.

El más impresionante de los bancos mundiales alternativos es elbanco Grameen (GB) de Bangladesh.39 Comenzó en 1975 como unainstancia de la investigación aplicada del economista Dr. MuhammadYunus sobre la cuestión de si los pobres sin tierra, que normalmente noserían sujetos de crédito (en razón de la falta de resguardo) según el cri-terio común de los bancos, podría volver a empezar o aumentar su con-tribución a la economía ahorrando y recibiendo pequeños préstamos.Este experimento fue no sólo exitoso, sino que los resultados de su ex-tendida implementación bordearon lo milagroso. Para fines de 1992, lacooperativa del GB tenía más de 1,4 millones de miembros, de los cua-les el 93% eran mujeres (sin tierras), las más pobres entre los pobres.Estaban organizadas en cerca de 50.000 “centros”, cada uno, con entre6 y 10 grupos locales de ahorro/crédito. Hasta aquí se han prestado$ 475 millones de dólares americanos, de los cuales el 98% se reembol-só en un plazo de hasta dos años. Cerca de 157.000 familias han podi-do reemplazar sus casuchas de los tugurios por casas sencillas, mandara la escuela a sus niños por primera vez, mejorar el nivel de su alimen-to y vestido, etc. Ante todo, las mujeres han podido liberarse de su tra-dicional posición de dependencia y se han convertido en una fuerza so-cial y política creciente. ¿Cómo ha sido posible esta maravilla?

La clave para tener éxito reside en el hecho de que a los pobres se les hamostrado una mejor manera de satisfacer sus necesidades básicas: alahorrar en pequeñas cantidades (un puñado de arroz por comida); al or-ganizarse a sí mismos (la disciplina de grupo sustituye al resguardo); alseguir un proceso común de toma de decisiones y de educación; al reem-bolsar el crédito disciplinadamente; y al conducirse cooperativamente,de manera similar a la de los pequeños negocios. Además, está el proce-so de la educación integrada para el desarrollo, dejada de lado en las 16resoluciones del banco (GB). M. Masud Isa cuenta el caso de MomotaBegum, una mujer que tras cuatro años con el GB, pudo comprarse600 m2 de tierra (0,15 acres) y dos vacas lecheras, construirse una casitacon tejado de hierro ondulado, ver a sus dos hijas casarse sin dote, pagarel tratamiento médico de su esposo enfermo y ahorrar aún 7000 Taka

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(alrededor de $ 134 dólares americanos). Los costos de infraestructurason relativamente altos porque los elementos educativos y organizativoshacen que el proceso se concentre en la persona (y por tanto, genere em-pleos). Los costos se subsidian mediante las favorables tasas de créditodel gobierno y mediante las agencias de asistencia. Pero se planea acabarcon esta dependencia para 1995.

A la luz de los estudios bíblicos de la segunda parte de este libro,el trabajo del Grameen Bank entre los pobres nos recuerda el Cap. 14del Deuteronomio, donde se nos dice que los pobres que se quedaronreorganizaron sus diezmos tras el colapso del sistema monárquico deJudea. Los diezmos, que los reyes habían exigido como un tributo, seutilizaron entonces en beneficio de los pobres mismos. Estos usabansus recursos productivos para redistribuirlos entre ellos y se veían a símismos como un modelo alternativo al sistema explotador de la época(lo que sucedía en un diminuto rincón del Imperio). Sin embargo, elGB, que devuelve a los pobres un valor del excedente producido por laesmerada gestión no es capaz (¿aún?) de revolucionar el país entero.“Sólo” es un modelo atractivo y en pequeña escala, práctico y organiza-tivo (incluidas unas cuantas condiciones culturalmente específicas queno pueden imitarse con facilidad) que puede actuar como el fermentoentre los pobres y ser de inspiración liberadora para los pobres de otroslados.40

En Europa es prácticamente imposible encontrar un ejemplo asíentre los pobres. Los fenómenos del empobrecimiento, el desempleo yel endeudamiento masivos son demasiado recientes. Más aún, afectansólo a un tercio de la población, que sigue protegida todavía por unared social (en la cual los agujeros van creciendo). Sin embargo, sí hayun programa de cooperación entre 35 bancos alternativos: la Asocia-ción internacional de inversores en la economía social (INAISE por sussiglas en inglés).41

U. Reifner y J. Ford han publicado un exhaustivo trabajo de análisis de laactual situación de estos efectos: Banking for People. Social Banking andthe New Poverty (Banca para gente,. Banca Social y la nueva pobreza),Consumer Debts and Unemployment in Europe - National Reports.42

(Consumidor, Deudas y Desempleo en Europa - Reportes Nacionales).El material de recurso producido por W. Kessler, Geld, Zins und Gewis-sen. Neue Formen im Umgang mit Geld (Dinero, interés y conciencia;

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nuevas formas de utilizar el dinero) presenta un excelente resumen de lasoportunidades, los problemas y los ejemplos de esta situación en Alema-nia.43

Es importante poner en claro, desde el mismo comienzo, las limi-taciones que se imponen a la humanización del sistema de transacciónde dinero en las presentes condiciones. Entre esas limitaciones están losrequisitos legales, los altos costos y la protección de los ahorros, que re-sultan principalmente en la imposibilidad para los bancos alternativosde dedicar todo el capital a su disposición a fines alternativos. Igual quecualquier otro banco, los bancos alternativos deben depositar un ciertoporcentaje de dinero (libre de interés) que presten con el banco central,que entonces pone este dinero a circular libremente. Más aún, muchosbancos alternativos usualmente depositan cualquier capital no utiliza-do en otros bancos comerciales, aunque siguiendo los criterios éticosde inversión.

Por otro lado, los bancos alternativos sí tienen una considerableesfera de acción para introducir nuevas iniciativas:44

– Su política de negocios puede hacerse más transparente, para quepueda construirse una relación mutua entre los propietarios, losempleados, los ahorradores y los prestamistas. Como resultado, se-ría posible, por ejemplo, que los cuentistas de ahorros apoyen consus inversiones los planes que ellos consideren que realzan la vida entérminos sociales y medioambientales.

– Y a la inversa, los ahorradores pueden impedir que su dinero sepreste a la industria de armamentos, a las empresas cuyas accionesdestruyan el medioambiente, o a los gobiernos que apoyen los siste-mas de apartheid y/o que contravengan los derechos humanos fun-damentales.

– Finalmente, los ahorradores pueden optar por recibir sólo un inte-rés parcial o ningún interés, para que las tareas a emprender, pobresy democráticamente autoadministradas o las unidades de investiga-ción medioambiental puedan beneficiarse al recibir préstamos másbaratos.

El banco “alternativo” más antiguo entre los experimentos más recientesen Alemania es el banco de la cooperativa GLS, que tiene su sede en Bo-chum. La idea data de 1961 y el banco en sí fue establecido en 1974. Tie-ne antecedentes antroposóficos y promueve sobre todo los proyectos que

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tengan que ver con tecnologías alternativas y asuntos comunitarios ymedioambientales. W. Kessler explica que el objetivo del banco coopera-tivo es estimular a la gente a comprometerse activamente, ellos y su di-nero, en la búsqueda de objetivos comunes. De esta manera el dineropuede transformarse de ser una herramienta de egotismo irreflexivo aser un instrumento de ayuda y apoyo mutuos. Según la administracióndel banco, los clientes están en mejor posición para proteger sus inver-siones si “ya no piensan en el dinero puramente en términos de seguri-dad y en lugar de ello, se comprometen, ellos y sus fondos disponibles,en contextos cooperativos. Como resultado, también son capaces deabandonar la ilusión de que los bancos y sus sistemas de protección pue-den proteger los valores corrientes abstractos. Pusieron su confianza enlas personas y el contexto social creado. Así, el dinero invertido tiene unacontextualidad definitiva y a largo plazo y no se vuelve simplemente unobjeto errante de comercio y especulación.” 45

Esta forma de exponer las cosas da en el clavo. Las alternativas en pe-queña escala no están en una posición de poder transformar todo el sis-tema financiero en un sistema que realce la vida, sino que empiezan enun proceso de sacar el dinero de un ciclo basado en la acumulación de ri-queza y la destrucción de la vida, y lo utilizan para proyectos sustentado-res de la vida.

Otros ejemplos son el Ecobank, que tiene su cuartel general enFranfurt, y la Sociedad Ecuménica Cooperativa de Desarrollo (EDCSpor sus siglas en inglés), que tiene su sede en Amersfoort y sucursalesen muchos países.46 También hay ejemplos interesantes en Suiza47 yotros países europeos. (Los documentos de la INAISE y el libro de Reif-ner y Ford ofrecen más información al respecto). Aquí no podemosevaluar todos los bancos alternativos individualmente e indicar en quéaspectos se concentra cada uno y si ofrece más posibilidades que los de-más en cuanto a los factores sociales, medioambientales, democráticosy financieros.48 Nuestro cometido es enfatizar la posibilidad funda-mental de señalizar claramente la acción positiva, a pesar de las limita-ciones que se dan cuando se trata del dinero mismo. Todo esto lo resu-me Kessler así:

Después de este repaso de las posibilidades de 'un sistema de transacciónde dinero más humano', oprimido dentro del corset de las presiones co-rrientes, seguramente nadie puede sostener que todo el sistema de tran-

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sacción de dinero puede canalizarse hacia una forma más humana con eluso de unos cuantos elementos 'alternativos'. Esto sería igual de ilusorioque la creencia de que los bancos 'alternativos' pueden seguir siendo ab-solutamente fieles al espíritu de sus objetivos éticos mientras llevan susnegocios. Con todo, sería una completa equivocación renunciar a la bús-queda de formas alternativas de invertir el capital. Muy por el contrario;incluso en las presentes condiciones las instituciones pequeñas puedendar claros signos que apunten a una economía más humana.49

Ser signos claros: ése es el papel de las alternativas a pequeña esca-la, junto con un rechazo del sistema totalitario mortal de acumulaciónde dinero en interés propio. Y así como las iglesias deben respaldar eserechazo –si quieren ser o volverse iglesias–, también deben fijarse en es-tas alternativas simbólicas.50 Ulrich Luz hace un recuento al exponer eldiscurso de Jesús en el Cap. 10 de Mateo, donde envía a sus discípuloscomo mensajeros pero les dice que no tomen dinero, y explica lo queello significa hoy para nosotros:

Las instrucciones misioneras de Jesús se aplican prioritariamente a susdiscípulos, literalmente 'los radicales errantes' y 'los seguidores'. ¿Esta-mos entonces hablando aquí de un caso especial de discipulado? Mateoescribía para una sociedad sedentaria. Pero no diferencia entre los '12apóstoles' originales y los discípulos, que se convierten en representan-tes de la comunidad. Sospechamos que a sus ojos, la predicación misio-nera es una tarea para toda la comunidad, y análogamente, la vida de un‘radical errante' es una forma de vida para cada miembro de esa comu-nidad. Ya que al vivir como pacifista y ser pobre, uno pone en prácticalas enseñanzas del Sermón del Monte (ver 5:38-42, 6:25-34); es impor-tante que cada individuo, en su tiempo libre, debería hacer lo más posi-ble para ayudar a la causa de la justicia. En cualquier caso, la comunidadse identifica en gran medida con 'los radicales errantes' y su labor.¿Cómo puede implementarse esto en la actualidad? Ante todo, debería-mos considerar el resto del Nuevo Testamento. Por ejemplo, la renunciade Pablo del derecho apostólico de tener su subsistencia pagada, la re-nuncia del estilo tradicional de “un radicalismo errante” en las grandesciudades de Grecia y Asia Menor, y la posterior transición hacia la predi-cación misionera a las comunidades 'sobre el terreno', dan testimonio deun amplio grado de libertad al tratar con las enseñanzas de Jesús. Esto esincluso más pertinente respecto a nuestra propia situación europea oc-cidental, donde las principales iglesias se han convertido, por medioscomplejos, en un factor y fermento de toda la sociedad. Por otro lado, la

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historia muestra muy drásticamente que en lo concerniente a la “glorio-sa libertad' de Jesús, todo se justifica convincentemente. El hecho de que'Evangelio' se refiera a las palabras vinculantes de Jesús es parte de laesencia significativa fundamental del Evangelio de San Mateo. La procla-mación se refiere a que dichas palabras se manifiestan en la vida y lasobras (5:16) del predicador. Quizá Mateo negase la demanda de las igle-sias europeas occidentales de predicar 'el evangelio del reino', no por sumodo de predicar, ni por no haber asumido su forma de iglesia, sinoporque ya apenas se mueven en la dirección que originalmente intenta-ron. Apenas muestran algún signo de pobreza, carencia de casa o impo-tencia; signos que revelarían “mejor la justicia', y así, el Evangelio.51

En el mismo contexto, y como ya se mencionó, Lutero decía queuna iglesia que simplemente participa en el sistema capitalista de inte-rés debería abandonar el nombre de “iglesia”, porque la iglesia debería“dar buen ejemplo a los estados mundanos”. Dar buen ejemplo signifi-ca dar un signo, mostrar que hay otro modo. Es importante que la igle-sia lo haga no sólo respecto de los individuos o a los grupos activistaspequeños, sino como un todo corporativo, una congregación, un distri-to eclesial, una iglesia regional y una diócesis, o a nivel nacional. Estoyconsciente de la enorme sacudida que esto conllevaría. Además, efecti-vamente, no sucedería de la noche a la mañana; pero la dirección debeestar clara. Luego, paso a paso, las inmensas cantidades de capital a dis-posición de la iglesia pueden desviarse hacia proyectos de inversión al-ternativos y realzadores de la vida. El efecto misionero en nuestra so-ciedad y en todo el mundo sería mayor que cien mil intrascendentessermones. Ciertamente, los ingresos caerían, pues muchos de los adine-rados no lo aprobarían. Los salarios de los sacerdotes y los pastores ten-drían que reducirse, lo que haría incluso más necesario el, por ejemplo,revisar la estructura jerárquica de las escalas de pago alemanas. La igle-sia volvería a ser “la ciudad en la colina”, “la sal de la tierra' y “la luz delos pueblos”, y tan atractiva como las comunidades paulinas de Jesús elMesías en el Imperio Romano totalitario. Y finalmente, pero no menosimportante, los esfuerzos políticos hacia la obtención del control deldestructivo sistema financiero actual (que nos ocupará en el próximocapítulo) recibirían un respaldo considerable.

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3.5. El comercio alternativo

En Alemania, por más de veinte años, el comercio alternativo nor-te-sur se ha llevado a cabo bajo la guía del movimiento político “AktionDritte Welt Handel” (por un comercio justo con el Tercer Mundo). Lomismo que en muchos otros países.52 Los objetivos de este movimien-to son:– retratar la injusticia presente en el comercio global con ejemplos de

los productos individuales;– urgir a los consumidores a estar más atentos a los que compran;– apoyar la autoayuda y los grupos de consumidores en su lucha eco-

nómica, social y cultural contra la dependencia y la explotación; y,– obtener una influencia más directa sobre las compañías comerciales

al incrementar su propia influencia sobre el mercado.

De 600 a 700 tiendas de comercio justo y unos cuantos miles de gruposde acción apoyan este movimiento. Durante el año financiero de 1991,todas las organizaciones importadoras alternativas tuvieron un volumende negocios de alrededor de $ 42 millones de dólares americanos. Tam-bién entran las iglesias, y la organización mayor, GEPA, vio incrementar-se su volumen de negocios de $ 12 millones de dólares americanos en elaño financiero 1989-1990 a cerca de $ 17 millones dos años después yahora ha puesto sus miras en alcanzar los $ 42 millones en los próximoscinco años. El tema contencioso relacionado con esta expansión de laventa al por menor reside en la cuestión de si el centro de la informacióncrítica se descuida por ello. Sin embargo, se ha aceptado la necesidad deejercer influencia. El comercio alternativo de café ha aumentado debidoa la participación de TRANSFAIR (una asociación para la promoción delcomercio justo con el Sur) y al seguimiento del ejemplo dado por la cam-paña Max Havelaar en Holanda.

Comparadas con las estadísticas del comercio mundial, estas ci-fras son más lastimeras que el diminuto David al confrontar al giganteGoliat. Sin embargo, este signo es sumamente importante para indicarla dirección apropiada de los cambios, si queremos que la destrucciónde una proporción aún mayor de la población mundial por el “libre”comercio no lleve a una situación aún más catastrófica. Por ejemplo, elprecio del café en el mercado mundial es tan bajo que en muchos paí-ses ni siquiera cubre los costos de producción. Más aún, las repercusio-nes de la destrucción del potencial económico de muchos países del Sur

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causará un aumento del tráfico de drogas y la migración, con un efec-to boomerang sobre los países del Norte, primeros responsables de esosproblemas (Susan George). La practicidad de este enfoque lo hace es-pecialmente adecuado para los grupos de base. Por eso, es uno de lospocos enfoques que sirve al menos para promover los comienzos de latoma de conciencia del problema por las comunidades eclesiales tradi-cionales, y cambiar los patrones de conducta.

Un área completamente nueva de comercio alternativo surge sinser notada por el aumento de la cantidad de los migrantes. Debido a susfuertes tradiciones familiares, desarrollan entre ellos un sector de co-mercio informal entre grupos del país de destino y su país de origen. Elresultado es no sólo trabajo para el desarrollo, sino la formación de re-des comerciales basadas en la solidaridad, con cada vez más grupos desolidaridad incluidos. La iniciativa europea Kairos Europa trabaja ac-tualmente un proyecto a nivel europeo que espera desarrollarse a par-tir de este punto.53

Menos conocidos son los LETS y los sistemas de trueque para lascomunidades locales y regionales.54 LETS son las siglas en inglés paraSistema local de empleo y comercio. Combina la creación de un siste-ma monetario y de crédito local/regional con el intercambio de bienesy servicios locales/regionales. El trueque puede evitar también el dine-ro en conjunto y utilizar actualmente sistemas de información (contro-lados por computadora) para coordinar los intercambios entre los queofrecen bienes y servicios (la oferta) y los que los buscan (la demanda).

Pero todo ello no soluciona aún el injusto comercio mundial, quedebe manejarse políticamente. La toma de conciencia de este problemapor parte de la gente y las instituciones puede aumentar con los pro-yectos en pequeña escala, que asimismo pueden crear una base localpara una visión alternativa y para las estrategias políticas, aparte de laimportancia real que tengan en sí mismos.

4. El consumo alternativo

Las dos áreas en las que el individuo tiene un poder real pero ape-nas reconocido son el dinero y el consumo. Pues cada cual participa ca-da día de alguna manera en los sectores claves de la economía capitalis-ta vía los productos y el dinero. Pero a dicho poder se le pone trabas.

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Al considerar el rechazo hemos visto ya que Aristóteles reconocióel corazón del problema: el deseo de tener siempre más (productos ar-tificiales y dinero) ha reemplazado la importancia primaria de las ne-cesidades básicas de la vida en la comunidad. Y la forma neoliberal dela economía capitalista de mercado mira automáticamente a la satisfac-ción –insaciable– de las preferencias del consumidor. Recientemente oíun eslogan publicitario que decía así: “Para todos los que quieran todo,rápidamente”, y luego seguía la oferta de crédito.

Aparte de las necesidades básicas de los pobres no satisfechas, otroresultado del consumo en los países desarrollados es una situación me-dioambiental insostenible. Esto es un tópico, pero lo que permanecepoco claro es cómo iniciar el autodominio por parte de la población.Puede ser imposible, si se considera que tratamos no sólo con los de-seos normales, sino con un problema de adicción grave, que empeoracon las enormes cantidades que se gastan en publicidad diariamente. G.Breidenstein compara esta situación con la de los pacientes que tienendolor de cabeza. El doctor les aconseja comer menos, pero ellos igno-ran ese consejo y simplemente aceptan su dolor de cabeza.55 Las con-secuencias del desastre de Chernobyl hicieron que la gente aparente-mente aprendiera a rechazar la energía nuclear. Tan pronto como desa-pareció el intenso dolor de cabeza, la energía nuclear volvió a ser acep-table una vez más, aunque todo científico sabe que en razón del grannúmero de centrales nucleares en todo el mundo, estadísticamente ha-blando, ocurrirá un desastre como el de Chernobyl cada veinte años.Está claro que las catástrofes sociales y medioambientales deben seraún más catastróficas, hasta que cada vez más gente se conmocionetanto que busque terapia para su adicción consumista. Como G. Brei-denstein explica, las alternativas pequeñas y “vivas” sirven como pun-tos de referencia:

Si la comparación con la terapia individual para la adicción es correctahasta cierto punto, se debe decir entonces que ya no se puede esperarque, en la actual etapa avanzada de nuestra dependencia del expansionis-mo y la dominación patriarcal, tecnocrática e imperialista, funcione unaforma de terapia basada en la visión racional. El placer que la gente ob-tiene del consumo excede de lejos a las desventajas presentes, o al menosa las visibles a primera vista. Es probable que sólo un grado considera-blemente mayor de sufrimiento nos curará de nuestro egocentrismo

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profundamente arraigado, que es la causa real de nuestra actual desdi-cha.¿Pero por qué deberíamos esperar a decaer física, emocional y social-mente al punto más bajo? Quizás necesitaríamos de un grado menor desufrimiento que nos haga cambiar si nuestra decisión se tuviera que apo-yar en una visión de las correlaciones más profundas. ¿Y cuántos de no-sotros ya hemos sufrido un largo tiempo en las condiciones actuales ycuántos se han puesto en el camino de la liberación? Al margen de la so-ciedad, en los muchos y diversos movimientos alternativos, la autocura-ción ha empezado hace tiempo.56

Está claro que aquí tenemos entre las manos un problema que elapóstol Pablo describe en la Carta a los Romanos 7:14ss.: ya tenemos lapercepción y la voluntad, pero bajo el poder completamente dominan-te de la injusticia y el deseo (“el pecado” teológicamente hablando), nopodemos poner en práctica en la sociedad lo que entendemos y lo quequeremos hacer. La respuesta de Pablo es que en la comunidad mesiá-nica hay un espíritu fuera mediante el cual se puede convertir las inten-ciones en acción y la esperanza sigue viva, a pesar de la presión de lasfuerzas mundanas. El individuo está impotente si en la sociedad no sepuede producir un viraje en U. Por tanto, la terapia consiste en experi-mentar la sociedad alternativa. Aquellos que ya han experimentado ta-les comunidades saben que el sentimiento de alegría que allí se encuen-tra es tan fuerte que la autodisciplina que se exige no es una carga enabsoluto. La adicción al consumo es la respuesta patológica a la retira-da colectiva del amor que origina el sistema capitalista y su función ais-lante, precisamente en razón de que se concentra en la competencia enbusca de la acumulación de dinero. La respuesta más clara son las co-munidades que se basan en la solidaridad. Hemos visto otro ejemplo enforma de las cooperativas de productores-consumidores que ayudan enla producción y la comercialización local de productos alimenticiosmás sanos.

Cuando esas comunidades, y otros grupos, se organizan a sí mis-mos, pueden convertirse en movimientos. María Mies los llama“Konsumbefreiungsbewegungen” (la libertad proveniente de los movi-mientos del consumo).57 Pueden contribuir no sólo a su propia libera-ción sino a la de los demás. Además, hay varias clases de boicoteo y po-der de consumo organizado. Ya nos hemos referido a la acción del mo-vimiento femenino protestante alemán de “No comprar los frutos del

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apartheid” y a la campaña de “Nestlé mata a los bebés”, y hay muchosotros ejemplos. Junto con estas campañas especiales, se requiere en ge-neral de consumidores críticos; a este respecto, el movimiento Tiendasdel Tercer Mundo distribuye una guía de supermercados.58

En lo que concierne a la iglesia, hay incontables individuos y gru-pos cristianos que trabajan seriamente por alternativas y prácticas es-meradas en el campo del consumo. Pero en lo que tiene que ver con lapráctica corporativa de las instituciones y congregaciones, todavía hayambigüedad y una falta de claridad. Solamente con una oposición dili-gente en los casos evidentes de injusticia y destrucción medioambien-tal, pueden salir del intrascendente anonimato los proyectos pequeñosy alternativos, para convertirse en los símbolos de un viraje fundamen-tal en U, lejos del distorsionado afán de consumo basado en la acumu-lación de dinero.

5. Una distribución más justa de los ingresos

Parece que en Alemania la cuestión de la distribución ha sido re-descubierta solamente desde que el gobierno federal aprovechó laoportunidad que le ofrecía la reunificación para hacer lo que las admi-nistraciones de Reagan y Bush y el gobierno británico de Thatcher yahabían logrado en los años 80; en concreto, dar un respaldo político ala enorme redistribución de riqueza hacia los ricos desde los trabajado-res asalariados y el creciente número de personas excluidas principal-mente de la economía formal.59 Con el modelo de acumulación delFordismo-Keynesianismo ha parecido por largo tiempo que, en los pe-ríodos de un constante crecimiento económico, el capital podría cum-plir con su función acumuladora y aún quedaría suficiente pastel querepartir –al menos en las naciones industrializadas– para satisfacer lasnecesidades de los empleados (presumiendo que el pleno empleo exis-te). Ciertamente, esto incluye la eliminación de la sobreexplotación dela naturaleza y del Segundo y Tercer Mundo, pero este campo se deja alos grupos medioambientales y solidarios y se considera como “el patiode recreo” para los altruistas y los idealistas. Sin embargo, ahora nues-tro sistema mundial se encuentra en su propio patio trasero. De ello re-sulta que ya ha comenzado la lucha por los bienes fijos (esto es, los queno todo el mundo puede obtener) y la distribución de los ingresos.

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No queremos examinar aún las estrategias políticas de esta situa-ción; todavía consideramos la cuestión de las alternativas adicionalesen pequeña escala. Ya hemos visto que algunas empresas autogestiona-das se han puesto a sí mismas el objetivo expreso de una más justa dis-tribución de los ingresos; y lo han logrado en cierta medida. Tambiénhay comunidades de base y otras comunidades cristianas por las cualesesta misma distribución es algo común. Y al respecto, no hay escape delenfoque bíblico hacia una sociedad alternativa o, en términos teológi-cos, una organización o institución que porte el nombre de Jesús, elMesías de los pobres.

Desde esta perspectiva, como vimos al referirnos al disentimien-to, está claramente en contra de las intenciones bíblicas el uso por par-te de las grandes iglesias de Europa Occidental del sistema de la escalade pagos de la sociedad capitalista, dividida en empleados civiles, fun-cionarios y oficinistas, y obreros. Y en realidad, lo más triste es que lasiglesias de la anterior Alemania Oriental, que tenían niveles salarialesrelativamente consistentes y, en relación con su sociedad, bajos, se ha-yan incorporado ahora al sistema alemán occidental, tras la presión delos expertos financieros occidentales. Esto significa que una serie deiniciativas eclesiales que presionan para que se dé un viraje en U,adquieren una especial significación. Las más importantes son la inicia-tiva de Berlín - Branderburgo “PfarrerInnnengehalt - ÖkumenischesTeilen” (Los salarios de los pastores: un compartir ecuménico) y la ini-ciativa de Baden “Solidarischer Lohn - Ökumenisches Teilen” (pagossolidarios: un compartir ecuménico).60 Estas iniciativas tienen dospropósitos: por un lado, intentan que la iglesia adopte, vía las propues-tas sinodales, una estructura de pagos uniforme e igualadora; y porotro, son los pioneros con una autotributación voluntaria.

Ya que, frente al creciente abismo entre las principales iglesias y el Evan-gelio, es difícil que se dé una estructura de pagos igualitaria en el senti-do de “salarios según las necesidades”, dando así un paso adelante del ti-po propuesto por U. Luz en relación con el Evangelio de San Mateo, setrataría de cambiar al menos la actual escala de pagos en sus extremosmás alto y más bajo y en los grupos financieros dentro de la iglesia quetrabajen con esmero por una economía alternativa. En segundo lugar,parte del dinero para redistribuir se pondría a la disposición de un com-partir ecuménico en el campo de la justicia internacional (ver abajo). Losgrupos de iniciativa buscan los más voluntarios posibles provenientes

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del clero y que estén preparados para apoyar estos pasos. En Berlín, yaparticipan cerca de 100 de un total de 900 ministros. En Baden, las cifrasbajan porque la iniciativa sólo empezó propiamente en 1993. Cada vezque estos pastores se benefician de un alza en sus pagos, restan el aumen-to, hasta el 10%, y lo depositan en un fondo utilizado para las actividadesmencionadas arriba, una operación que ya constituye un acto voluntario.

Deberíamos echar otro vistazo al compartir dentro de la iglesia anivel global. Las iglesias y los miembros eclesiales de las naciones occi-dentales ricas donan grandes cantidades de dinero. Pero está claro queen muchos casos estas donaciones provienen de dinero sobrante, no elque utilizan los individuos o las instituciones para sus propias necesi-dades. Por otra parte, no se trata simplemente de “bombear” más dine-ro a las iglesias del Sur y el Este. Lo peor se da cuando ese dinero se vin-cula activamente con objetivos políticos, tal como sucede en los EE.UU.respecto a unos cuantos grupos neopentecostales y evangélicos, quetrabajan en cooperación con la CIA en América Latina, y ahora tam-bién en el Este, proporcionando a la gente una religión opio y comba-tiendo activamente al mismo tiempo la lucha de los proyectos popula-res sociales y liberadores. Sin embargo, las donaciones bien intenciona-das pueden llevar asimismo a peleas entre esas iglesias, y entre ellas ysus entornos pobres, si se vinculan las donaciones con el flujo de dine-ro de Occidente, que sufre él mismo una absorción permanente porparte de esas sociedades. ¡Sólo hay que recordar la estadística que danlas NN.UU. de alrededor de $ 500 millones de dólares estadounidensespor año transferidos del Sur al Norte! Por lo tanto, la necesaria transfe-rencia de dinero hacia el Sur debe estar sujeta a una serie de condicio-nes para evitar que tenga un efecto destructivo. He aquí algunas de es-tas condiciones:

– Los fondos eclesiales de ayuda deben provenir no sólo de las do-naciones voluntarias sino también de sus propios costos personales. Deahí la ya mencionada vinculación de un compartir ecuménico conunos pagos solidarios. El signo de justicia que se muestra allí es al me-nos tan importante como el dinero mismo. Sin este vínculo, el dineroque se dona incluso conllevaría la tentación de disfrazar la real cuestiónde la justicia porque tranquiliza la conciencia del donante.

– Un símbolo adicional de la vinculación de la transferencia de di-nero a la cuestión de la justicia es el rechazo activo de las estructuras in-

Alternativas al capitalismo global 291

justas, como se describe en el Cap. VIII. Una iglesia que no rechace pú-blicamente la injusticia del orden económico mundial al tomar accio-nes firmes oculta detrás de sus donaciones la cuestión de las causas fun-damentales de la pobreza de las Iglesias del Sur y del Este.

– Un importante elemento práctico de las condiciones es el enca-je de las donaciones en las estructuras de socios, por el que las iglesiasque las reciben tienen la oportunidad de participar en las decisiones fi-nancieras de las iglesias donantes. Ahora tenemos una economía mun-dial, en la cual los bancos y las empresas transnacionales occidentalespredominantes y las instituciones internacionales económicas y finan-cieras que esos bancos y empresas dominan con la ayuda de los gobier-nos occidentales, tienen la palabra final sobre el destino económico ycultural de la gente en los países que reciben el dinero. Las iglesias oc-cidentales deberían desarrollar, a manera de contrajugada y dentro delmarco del movimiento ecuménico, estructuras de toma de decisionessegún las cuales las iglesias de las sociedades agotadas por los 500 añosde dominación occidental tengan la capacidad de influir activamenteen las decisiones económicas de las iglesias del Norte, que se han vuel-to ricas al participar en la explotación.

– A la inversa, no debería haber transferencias de dinero que pro-duzcan o consoliden casos de injusticia en las iglesias que reciben el di-nero o entre las iglesias y sus comunidades locales. Lo ideal sería apo-yar los procesos que trabajen desde abajo y con la participación eclesial,como los préstamos para independizarse que promueve el GrameenBank. Otro factor crucial es la participación de las iglesias en la luchade la gente que ha sido puesta a un lado por la sociedad, y hasta exclui-da de ella. Dentro del marco de esta lucha común en su contexto res-pectivo del Norte, el Sur o el Este, el compartir ecuménico se sitúa me-jor para evitar los peligros relacionados con el dinero en este sentido.

Por supuesto que la redistribución a pequeña escala no puede re-solver el problema de la distribución a escala global. Pero sirve como unsímbolo y una base para los cambios políticos necesarios.

6. La intercomunicación de las alternativas a pequeña escala

W. Kessler encabeza de una forma interesante sus resúmenes delas iniciativas populares que trabajan por una economía sustentadora

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de la vida, lo cual nos recuerda las tradiciones bíblicas que ya observa-mos: “el germen de una nueva política” y “las alternativas a una políti-ca económica tradicional”.61 A pesar de la estructura totalitaria de laeconomía mundial, aún podemos rechazar ciertas estructuras y desa-rrollar alternativas en pequeña escala.

Con todo, los grupos individuales o aislados prácticamente no tie-nen oportunidad de sobrevivir en vista de las enormes presiones que elsistema aplica. Por eso los sistemas totalitarios intentan –desafortuna-damente con cierto éxito– contraponer a las víctimas entre sí para ais-larlas. En la época de los romanos se llamó a este principio divide et im-pera (divide y vencerás/gobierna). En Sudáfrica, los Boers lo llamaronapartheid (división). Incluso hoy, se contrapone a los desempleados ylos inmigrantes y a la vez a los trabajadores bien preparados y los pocopreparados. Así, el típico clima del sistema capitalista se fortalece: ¡to-dos contra todos, ir tras el número uno y cada cual para uno mismo!En esta situación, es crucial encontrar métodos de estímulo y apoyomutuo.

Para los sistemas totalitarios, la forma más simple, y la más difícilde calmarse es visitarse recíprocamente. Ese era el método de las prime-ras comunidades cristianas en el Imperio Romano; y también se prac-tica hoy. Los grupos de base que trabajan por una economía alternati-va y una organización democrática propia, se visitan mutuamente, in-tercambian información, se apoyan y fortalecen entre sí mediante estí-mulos positivos, y forman redes organizadas abiertas (o más cerradas):redes ecuménicas, redes de solidaridad de toda clase y redes de investi-gación. Esto ocurre a todo nivel: primero localmente y luego a un nivelnacional y europeo, con países siempre divididos en regiones claramen-te definidas. Durante la UNCED de 1992 en Río de Janeiro tuvo lugartambién una gran reunión de las ONG. En junio de 1993, el ConsejoMundial de las Iglesias acogió en un encuentro internacional a las re-des que habían llevado a cabo programas de acción para señalar los“500 años de opresión y resistencia”. El tema del encuentro fue el de lasredes asiáticas (El Plan del Pueblo 21): Alianzas de Esperanza. Hay mu-chos ejemplos, en muchas formas distintas, de tales alianzas. Lo que lasune es el concepto de una coexistencia justa, pacífica y medioambien-talmente amistosa.

De ningún modo deberíamos idealizar estas alianzas: son relativa-mente débiles y frágiles. La organización más allá del nivel local cuesta

Alternativas al capitalismo global 293

dinero y escasean los medios financieros. A veces se desarrollan rivali-dades y las personalidades chocan. Frecuentemente se deja demasiadoen las manos de muy pocas personas porque los recursos no alcanzanpara mejorar las instalaciones de las organizaciones. Uno de los mayo-res problemas es que es más fácil para los grupos monotemáticos inter-comunicarse que para los grupos que manejan diferentes asuntos, aun-que sus problemas se interrelacionan y sólo pueden resolverse con eltrabajo conjunto. Sin embargo, aquí funciona “la economía política delEspíritu Santo”62 Por tanto, y teniendo como fondo las tradiciones bí-blicas que ya hemos estudiado, es de crucial importancia que defina-mos la relación entre la Iglesia de Jesucristo y estos movimientos.

El primer punto al conservar nuestras “normas de recordación bíblica”es claro: el lugar de la iglesia está con estos movimientos. Si las iglesiasinstitucionalmente organizadas no están presentes, no están entoncesdonde está Jesús el Mesías y toman su nombre en vano. Hacer comuni-dad, local y globalmente, con los excluidos o marginados es el procesopor el cual la Biblia habla a las iglesias como la Palabra de Dios. Su mi-sión bíblica es trabajar con esas personas en el rechazo de las estructurassistemáticamente injustas y en la conformación de alternativas simbóli-cas dadoras de vida. Este es el segundo punto. El conflicto con los pode-res económicos y políticos dominantes también debe continuarse a sulado. Este es el tercer punto.¿Cuál es el papel especial de las iglesias, congregaciones y grupos de ac-ción y comunidades de base cristianos en este campo, en esta lucha y es-te conflicto? Son capaces de comprender lo que funciona exactamentecomo el dios opresivo y destructivo en nuestra sociedad y descubrir lasfuerzas en contra, liberadoras presentes, en su propio Dios de la Biblia.Pues donde se tape una clara posición con la desinformación, los velos olos tabúes, pueden –si son parte de la iglesia y por tanto, de la comuni-dad de todos los judíos que creen en la Torá y los profetas– utilizar co-mo su brújula, como su luz la Torá, los profetas y Jesús y sus primeras co-munidades mesiánicas. No pueden “tener” a ese Dios: “sólo es unavoz”.63 No se manifiesta en imágenes, de una iglesia, una institución, unafórmula ética o dogmática, ni ciertamente en el nombre de un partidopolítico con el apelativo de “cristiano”. Dios hace surgir “siervos” de cual-quier nación, gente que le sirve como Ciro, el rey de los Medos, que libe-ró a los judíos de la dominación de Babilonia. Cada cristiano deberíaavergonzarse de que la más feroz resistencia contra la destructiva domi-nación cultural y financiera occidental haya sido la de los pueblos indí-

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genas de las Américas y de los grupos islámicos fundamentalistas. Peropodemos “oír la voz” y llevarla con nosotros más allá, después de que noshaya alcanzado. Y juntarnos alrededor de una mesa en memoria de Jesúsy en la esperanza del futuro del Reino de Dios. Llamamos a esto Comu-nión o Cena del señor porque Jesús tuvo su última comida con sus dis-cípulos la víspera de que los romanos lo crucificaran. También lo llama-mos Eucaristía, es decir, dar gracias, porque recibimos alimento de Diospara nutrirnos y compartirlo. Los cristianos celebramos esto hasta hoy.En donde se celebre en el nombre de Jesús no hay diferencia entre com-partir el pan y el vino en el altar y compartir el alimento (el medio de vi-da) en la vida diaria económica y social.Y a la inversa, donde se luche al lado de las víctimas de la marginación,rechazando la injusticia y construyendo alternativas en pequeña escala,también se celebra la Comunión, la Eucaristía. Para mí, la imagen que loilustra más gráficamente es la rutina diaria de la comunidad “La Pou-drière” de Bruselas: todos sus miembros, sean cristianos, musulmanes,budistas o ateos, son independientes e iguales y participan en el procesoplenamente democrático de dar forma a su economía para la vida. Cadamañana, antes de empezar a trabajar, un pequeño grupo –abierto a to-dos los miembros pero sin obligar a nadie a asistir– se encuentra en unsótano refaccionado para oír la Palabra de Dios y compartir el pan y elvino antes de ir al desayuno comunitario (los domingos van al almuer-zo comunitario después de celebrar la Misa). Además, siempre hay unpar de lugares sobrantes en la larga mesa de madera (de la granja) por sillega un visitante de otra comunidad mesiánica o alguien sin techo (Ma-teo 25).

Tras esta descripción de las iniciativas populares como los gérmenes deuna nueva economía, W. Kessler declara que: “El paso decisivo paracambiar toda la economía aún tiene que darse.”64 ¿Pero cuáles son lasrazones “por las cuales el desarrollo económico no puede alterarse fun-damentalmente mediante una 'política económica desde abajo' sola”?“Las iniciativas populares son las semillas de una nueva política econó-mica a un micronivel pero (pueden) cambiar las condiciones económicasgenerales solamente si provocan un cambio a un macronivel.” El puenteentre el rechazo de los injustos mecanismos globales y el establecimien-to de las alternativas en pequeña escala, por un lado, y las necesarias es-trategias políticas, por el otro, es la intercomunicación de las iniciativasentre sí, y entre ellas y las instituciones que en principio podrían ser in-dependientes de las fuerzas del capital (por ejemplo, los sindicatos y las

Alternativas al capitalismo global 295

iglesias). Si pudiéramos poner en práctica juntos el rechazo y los nuevoscomienzos en pequeña escala, habríamos sentado las bases de una ac-ción política a un nivel más alto (en lo que en definitiva es un sistema to-talitario).

NOTAS

1 Cf. W. Hoogendijk, 1991, p. 81ss.2 E. F. Schumacher, 1973; H. Henderson, 1978 y 1981; H.E. Daly y J. B. Cobb jr.,

1989’ E. Altvater, 1992’ M. Mies, 1988; W. Kessler, 1990; M. Kennedy, 1988; H.Creutz, 1993; W. Haller, 1989; W. Hoogendijk, 1991; J. Robertson, 1990; P. Ekins(ed.), 19892; G. Breidenstein, 1990; New Economics Foundation (NEF), VineCourt, 112-116 Whitechapel Rd., London E117E publica la principal revista re-lacionada con este tema, “New Economics”, y ofrece un servicio de biblioteca delibros en inglés de este campo; y NEF también organiza, junto con otras ONGuna cumbre anual de contrarrestación denominada “La otra cumbre económi-ca” (TOES por sus siglas en inglés), que coincida con la cumbre económica anualde las naciones del G7.

3 En: Sutherland (ed.), 1992; cf. T. W. Fatheuer, 1992, pp. 27ss., en referencia a lasdeclaraciones desequilibradas y parcialmente contradictorias de los diversos tra-tados y a la tendencia común, un resumen de nueve puntos.

4 Este es también el tema central de del Informe de Desarrollo humano de 1993del UNDP. Pero debería recordarse que estos informes anuales siguen pendien-tes y ambiguos. Se supone que para no perder el apoyo financiero de Occidente.A menudo traen a colación cuestiones críticas, pero elaboran las respuestas apropósito de la realidad neoliberal. Cf la crítica fundamental de T. Kunanaya-kam, 1993.

5 CF. Daly y Cobb, 1989, p. 159ss.6 Ibíd., pp. 138ss.7 En: Sutherland (ed.), 1992.8 V. Anderson, 1991.9 Daly y Cobb, 1989, pp. 62ss; Informe sobre el desarrollo humano de 1993, pp.

10ss y pp. 104ss. (una detallada discusión sobre el debate económico).10 La Poudriére, Bulletin de Liaison, mai 1993, p. 10 (tr.).11 Grupo europeo de las comunidades de base cristianas, Mariahoek, 16-17, Post-

bus 19 170, NL-3501 DD Utrecht.12 C/o Pro A-Gruppe, Frankfurter Str. 2a, 35037, Marburg.13 H. Pietilä, 1991.14 Cf. E. Altvater, 1987, p. 44ss., y el excelente artículo de Gudrun Kochendörfer -

Lucius, 1991.15 H. Pietilä, op. cit., p. 8; cf. J. Robertson, op. cit., pp. 35s.

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16 Salarios Internacionales para la Campaña del trabajo doméstico, c/o Centro fe-menino de King Cross , P. O. Box 287, Londres NW6 5QU.

17 J. Robertson, op. cit., pp. 36s. en relación con Scott Burns, 1975.18 Cf. también H. Ludwig, 1987, pp. 28ss.19 Cf. E. F. Schumacher, 1979, pp. 54ss.20 Cf. W. Kessler, 1990, pp. 108ss.; también J. Robertson, op. cit., pp. 47ss.; P. Ekins,

1986, pp. 264ss.21 Con todo, ciertas propuestas de Keynes concernientes a los instrumentos políti-

cos regulatorios en los niveles nacional e internacional contienen importanteselementos, que nos ocuparán en el próximo capítulo.

22 La Caja Laboral Popular en Mondragón (tel. 79 10 44) da cursos especiales paralos visitantes. La información de abajo se extrae de sus documentos; cf. tambiénU. Reifner y J. Ford (ed.), 1992, pp. 201ss. Este modelo sufre ahora de problemasde desempleo causados por las condiciones impuestas por el mercado mundial.

23 Cf. W. Kessler, loc. cit.; cf. también los detalles acerca del “Proyecto A”, ya men-cionado.

24 En P. Ekins, 1986, pp. 272ss.25 W. Kessler, 1990, pp. 115ss.26 P. de Pury, 1983, p. 10.27 J. Ebenezer, Pedal Power, en: Impacto, Albuquerque Journal Magazine, 23/4/85,

pp. 4ss.28 W. Kessler, op. cit.29 Una copia de la Declaración de Aachen puede encontrarse en: U. Duchrow, 1992,

pp. 52ss.; declaraciones adicionales en este sentido incluyen los procedimientosdel Parlamento Popular celebrado por Kairos Europa en 1992, pp.1ss.

30 Cf. Daly y Cobb, 1989, pp. 268ss., en favor de que la agricultura en los EE.UU. sebase lo más posible en pequeñas granjas independientes a nivel local y nacio-nal.

31 Cf. P. Ekins, 1993, p.16, en lo que tiene que ver con el Community Land Trust (elTrust de tierras de la comunidad), administrado por el Institute for CommunityEconomics (Instituto para la economía comunitaria) de Massachusetts; cf. tam-bién a P. Ekins (ed.), 1986, pp. 181ss.

32 Cf. M. Gandhi, 1990, pp. 13ss.33 T. W. Fatheuer, p. 46, ofrece un buen ejemplo de agricultura sustentable en la re-

gión amazónica.34 Cf. K. Egger, 1990. Este es sólo un ejemplo de la importancia de factores socio-

culturales en un nuevo modelo de desarrollo orientado a la comunidad; cf. M.Büscher, 1989; y P. Rottach (ed.), 1988.

35 Cf. S. Gesell, 1986.36 M. Kennedy, 1991; H. Creutz, 1993.37 Cf. A. Richter, 1993.38 W. Kessler, 1992, p. 14ss.39 Cf. M. Malkamäki, 1991; M. Masud Isa, 1993.40 Sería interesante investigar si las tradiciones bíblicas se preservaron mejor por la

tradición islámica que por la cristiana. De cualquier modo, el concepto de una

Alternativas al capitalismo global 297

prohibición a los pagos de interés aún existe en el sistema bancario islámico, aunsi no ha sobrevivido a la economía capitalista global.

41 INAISE, 63 Rue Montoyer, B-1040 Bruselas.42 U. Reifner y J. Ford (ed.), 1992; me gustaría mencionar especialmente una exito-

sa cooperativa de crédito sueca llamada “JAK” (Fjällgatan 23A, S-11628 Estocol-mo).

43 W. Kessler (ed.), 1993 (tr.). Kairos Europa prepara un manual de microfinanzasalternativas

44 Ibíd., pp. 33ss.45 Ibíd., p. 41 (tr.).46 Ibíd., pp. 37ss. y 44ss.47 Cf. Aktion Finazplatz Schwiez - Dritte Welt (Acción para la cooperación finan-

ciera alternativa entre Suiza y el Tercer Mundo), 1993.48 Hay una creciente cantidad de literatura sobre este tema que evaluará el próxi-

mo manual de Kairos Europa.49 Ibíd., p. 35 (tr.).50 De entre la diversa literatura básica sobre este tema cf. Ökumenische Initiative

Eine Welt (Iniciativa ecuménica de un solo mundo), 1990; D. Schirmer y P. Neu-mann, 1991.

51 U. Luz, 1990, p. 103 (tr.); cf. el mismo, Die Kirche und ihr Geld im Neuen Testa-ment (La iglesia y su dinero en el NuevoTestamento), en W. Lienemann (ed.),1989, pp. 52ss.

52 G. young, 1990, p. 24s., da ejemplos y direcciones de Nueva Zelanda, Australia,Canadá, el Reino Unido, USA, los Países Bajos. También B. Coote, 1992.

53 Contactar con esta dirección: David Forbes, c/o Praxis, Port Street, London E2OEF.

54 Cf. por ej. R.V.G. Dobsan, 1992, esp. pp. 77ss.55 G. Breidenstein, 1990, p.114(tr.).56 Ibíd., p. 115 (tr.).57 M. Mies, 1988, p. 213.58 Consejo para las prioridades económicas, Compras para un mundo mejor, anua-

rio.59 Cf. Hickel et al., 1993; Huster, 1993; E. Altvater, 1993.60 Cf. C.-D. Schulze, 1989.61 W. Kessler, 1990, p. 147 (tr.)62 Cf. J. de Santa Ana et al., 199063 Cf. T. Veerkamp, 1993, pp. 356ss. (tr.).64 W. Kessler, 1990, p. 148 (tr.).

Capítulo X

UNA POLÍTICA ECONÓMICA ALTERNATIVA PARALA VIDA

1. Las oportunidades para la acción política en un sistema tota-litario o la relación entre escritos proféticos y apocalípticos

Empezamos esta Tercera Parte preguntándonos si puede hacerserealmente alguna comparación entre las estructuras del antiguo Cerca-no Oriente y las estructuras capitalistas de adquisición del excedente yde opresión; así, tuvimos que examinar las estructuras asimétricas deacumulación y sus garantías políticas, militares e ideológicas. Tras unbreve esbozo del problema a la luz de la historia eclesial, sugerimos queen la situación actual es necesaria y posible una doble estrategia: el re-chazo y las alternativas en pequeña escala, por un lado, y la ejecuciónde la influencia política cuando sea posible, por el otro. Lo cual conlle-va una serie de interrogantes fundamentales que debemos responderantes de volver nuestra atención a los objetivos y los métodos políticosreales.

Dentro de las primeras coaliciones que se conocen por los prime-ros textos judíos y cristianos, encontramos diferentes enfoques y hastadisputas sobre la estrategia correcta de resistencia. Para empezar, algoque todos aceptaban era que debían sacudirse el yugo extranjero tota-litario del gobernante heleno Antíoco IV. La revolución macabea tuvoéxito, pero los reyes, los funcionarios del templo y la mayoría de las cla-ses altas se adaptaron progresivamente a las condiciones de la econo-mía helena y a su forma de gobierno. Por eso algunos (los esenios) seadentraron en el desierto, otros (los fariseos y los zelotes) trataron deejercer la mayor influencia política posible en nombre de la Torá, yotros más formaron grupos pequeños, clandestinos, radicales y profé-ticos en la espera del despertar del reino mesiánico; querían un rey enla tradición de David, pero que fuera un rey de los pobres y así, un rei-

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no “domado” en el espíritu del Deuteronomio. Por su parte, Jesús pusosu esperanza en los grupos mesiánicos para fermentar la masa, y atacócon vehemencia a la aristocracia del templo y a las clases altas de Judea;nunca llegó a confrontar directamente al rey títere Herodes o a los re-presentantes del Imperio Romano. En otras palabras, no tenía la expec-tativa de que era posible una reforma del imperio totalitario y sus es-tructuras; en lugar de ello, esperaba su colapso (autoinflingido), del ti-po que se menciona en los capítulos 2 y 7 de Daniel, y asimismo se pre-paraba para una nueva era con las fuerzas del inminente reino de Diosque nacía desde abajo.

Si reflexionamos acerca de los resultados netos de la historia ecle-sial occidental, podemos llegar también a la conclusión de que no tie-ne sentido simplemente tratar de domar a los sistemas de poder. Lasiglesias con estructuras de poder político y económico, primero comoiglesias imperiales, luego nacionales o regionales y también como gran-des iglesias diocesanas, han fracasado muchas veces en sus intentos dedomar las estructuras del poder y el dinero levantando su voz proféti-ca. Los sistemas del poder han salido victoriosos y, en los peores casos,las iglesias se han adaptado a la teología capitalista o estatal, o han se-guido el camino de la “teología eclesial” y por tanto, en una situaciónde poder asimétrico, han transigido, ellas y el Evangelio, para no poneren peligro las instituciones mismas. Este fracaso puede considerarseanálogo al de la monarquía en Israel y en Judá, aunque el sistema occi-dental parece haber triunfado y las arcas del templo aún están bien lle-nas. La disminución de los miembros de la iglesia se extiende, pero has-ta ahora no ha habido ninguna señal reconocible que sugiera que cor-porativamente se necesita un cambio sacado de las enseñanzas de la Bi-blia. Más bien, en esa acción puede verse el espíritu, presente en todo,de preservar el status quo. Los llamados del movimiento ecuménico pa-ra que las iglesias se vuelvan confesantes y proféticas han pasado inad-vertidos. El proceso del Concilio para la justicia, la paz y la integridadde la creación apenas ha llevado, si es que lo ha hecho en realidad, a de-cisiones y consecuencias prácticas en cuanto a sus propias estructurasy acción corporativa, aunque indudablemente hay mucha gente dentrode la iglesia que espera un rompimiento con la lujuria esclavizante deEgipto y se comprometen activamente para ello.

Puedo entender bien que, del análisis de la situación mundial y dela inquietante situación de la iglesia a la luz de la Biblia, muchos con-

300 Ulrich Duchrow

cluyan que la única forma de avanzar hoy es una combinación del re-chazo y las alternativas en pequeña escala. Sin embargo, me gustaría ex-plicar por qué estoy a favor de una doble estrategia, que incluye la inter-vención política, y en qué sentido.

Según nuestras dos primeras reglas para la recordación bíblica, elpunto de partida de cualquier juicio es la cooperación con los pobres.Al menos en el Sur, tan destruido por el Norte: la gente pide a gritos nosólo un rescate, sino una lucha basada en la solidaridad. Los empobre-cidos luchan en persona por sus relativos objetivos políticos, y lo hacendesde la periferia. ¿No deberían combatir al sistema también los que vi-ven en los centros del poder? Un tercio de la sociedad occidental ha si-do marginada también, o excluida de la actividad productiva; el hechode que no se grite (aún), sino que sea de una manera oculta y expresa-da a través de una violencia sin palabras, no desdice nada del dolor, quepuede ser hasta mayor cuando permanece silencioso. No veo cómo po-demos escapar de este grito para unirnos en su lucha política. Por su-puesto, nuestras armas más poderosas son el disentimiento, con el quepodemos abrirnos paso por el entramado de mentiras tejido a diariopor el sistema, y los signos que muestran que las alternativas en peque-ña escala tienen futuro y que el prospecto de la consumación del reinode Dios mantiene la esperanza contra toda esperanza. ¿Pero podemosrenunciar antes de haber intentado y agotado toda posibilidad de ac-ción política?

La segunda razón por la que estoy a favor de una doble estrategiaes la siguiente: la economía capitalista de mercado tiene tendencias to-talitarias, pero ha dado muestras en el pasado de reaccionar a un poderde contrarrestación. Lo prueba la historia del movimiento obrero. Sinla larga lucha de este movimiento, no se habría logrado exprimir nin-gún avance social del capitalismo. Con ello, hemos alcanzado un pun-to en el que una parte de la clase trabajadora se ha vuelto relativamen-te rica y parte –a veces hasta estabilizante– del sistema, y en el que el ca-pital está en situación de poder evitar la cada vez más débil presión queejerce la fuerza laboral organizada. Así que no podemos esperar que és-ta sola ejerza suficiente presión para producir las reformas sociales, me-dioambientales y democráticas en esta fase neoliberal de la economíacapitalista de mercado. La esencia del problema es que ahora no nosenfrentamos con la explotación como con la exclusión. Grupos de po-blación, países y, en el caso de África, continentes enteros simplemente

Alternativas al capitalismo global 301

ya no cuentan; están fuera del juego y ya no tienen una participaciónefectiva respecto al principio central del capitalismo: la acumulacióndel capital. Como dijo Karl Marx: no son sólo la clase inferior, sino ellumpen proletario, con los cuales no se puede organizar revoluciones oaplicar presión para reformar. ¿Es realmente así?

Las observaciones de Polanyi arriba mencionadas contradicen es-te derrotismo: él recalca acertadamente que desde el siglo XIX no sola-mente la clase trabajadora sino toda la sociedad ha reaccionado a losefectos destructivos del mercado capitalista cuando se vuelven percep-tibles. Estos efectos se manifiestan en más rompimientos e inconsisten-cias aún y afectan a todos los actos de la vida.

Realísticamente y tomando en cuenta la historia, se debe admitirque esta situación puede producir reacciones fascistas. En este momen-to parece como si el resultado pudiera ser similar al de la gran crisiseconómica global de 1929. No sólo en Rusia sino también en EuropaOccidental hay crecientes indicios de que los ganadores pueden seducira los perdedores hacia una nueva forma de capitalismo estatal fascista.Se debe reconocer que en Occidente nuestra economía está tan impul-sada hacia las exportaciones que el neofascismo sólo sería económica-mente viable con una paralela imperialización de la política extranjera.De hecho, hay bastantes signos de un movimiento en esa dirección, an-te todo, las tropas de intervención destacadas en la Unión Europea.

Sin embargo, tenemos que luchar por las alternativas. Lo cual sólo pue-de ocurrir mediante la formación de coaliciones entre todos los gruposafectados negativamente por la economía capitalista global (y quizás lasminorías iluminadas de las clases más privilegiadas). El objetivo sería laformación de un poder de contrarrestación a todo nivel, para poner bajoun control democrático a los sistemas transnacionales económicos y fi-nancieros. Y también hay objetivos secundarios en este contexto.

Esto tiene la fama de ser excéntrico y sin sentido. Puede que notenga sentido. Pero primeramente debemos saber que por todo el mun-do mucha gente se ha juntado realmente en nuevos movimientos socia-les, medioambientales y democráticos: los movimientos femeninos, losmovimientos de los sin techo, los movimientos de los agricultores, losmovimientos de los indígenas, los movimientos medioambientales, losmovimientos por la paz, etc. Algunos ya han formado redes internacio-nales. A menudo trabajan en estrecha cooperación con los antiguos

302 Ulrich Duchrow

movimientos sociales: los movimientos de los trabajadores y los movi-mientos sindicalistas. En muchos casos, las iglesias se han unido a estasalianzas, al menos a través de los movimientos populares cristianos.

También hay gente con los mismos objetivos en los partidos polí-ticos, sobre todo entre los Verdes y los socialistas democráticos; talespartidos no han optado por salir de la economía capitalista de merca-do porque buscan tener un efecto desde dentro del sistema. Pero ellomuestra que en el sistema capitalista totalitario global hay algunas ins-tituciones parcialmente democráticas cuyo alcance puede extenderseen cuanto a cambiar el mercado, con una presión suficiente.

Es interesante observar que no solamente quienes trabajan para produ-cir un cambio estructural en los sistemas económicos y financieros glo-bales ven como fundamental la concepción de los movimientos sociales.También pasa lo mismo ahora con los actores del propio sistema. En TheEconomist (El Economista) del 30.5.92 se publicó un artículo titulado“La política de presión”, acerca de las redes como Greenpeace y Amigosde la Tierra; en él se proclamaba que cuando los grandes grupos de pre-sión se juntan, su papel de presentar ideas a la agenda política es clara-mente significativo (P.36).

A.G. Frank y M. Fuentes-Frank han dedicado un libro al fenóme-no de los movimientos sociales en el contexto de la economía capitalis-ta mundial: Widerstand im Weltsystem - Kapitalistische Akkumulation,staatliche Politik, soziale Bewegung (La resistencia en el sistema mundial- la acumulación capitalista, las políticas de estado, el movimiento so-cial).1 Respecto a la ayuda práctica, el libro más útil es el del estadou-nidense Bill Moyer: The Movement Action Plan. A Strategic FrameworkDescribing the Eight Stages of Successful Social Movements (El Plan de laacción de los movimientos. Un marco estratégico de descripción de lasocho etapas de los movimientos sociales exitosos).2 En vez de describirsu enfoque verbalmente, voy a reproducir sus propios resúmenes, quehablan por sí mismos (ver las páginas 334, 335, 336 y 337).

Deberíamos echar un vistazo a algunas preguntas individuales vin-culadas con el aspecto político de la doble estrategia. Un problemapráctico relacionado con la formación de coaliciones es que, frente a lacomplejidad de todo el sistema global, los involucrados y sus grupos debase a menudo están demasiado ocupados con las faenas cotidianas pa-ra hacer análisis o poner su esfuerzo en la formación de coaliciones na-

Alternativas al capitalismo global 303

cionales e internacionales. Por otra parte, las ONG’s especializadas seestán profesionalizando tanto que pueden perder el contacto con susbases populares. En este campo, aún hay que trabajar mucho en unapaciente coordinación respecto a la planificación y la organización. Pe-ro no deberíamos excluir inmediatamente la posibilidad de que una in-tervención políticamente efectiva y coordinada llevara a avanzar en elcamino hacia nuestro objetivo principal, como lo señala el Plan sobrela Acción de los Movimientos (MAP por sus siglas en inglés), del esta-dounidense Moyer.

Otro asunto es el del posible papel de las iglesias y comunidades.A la luz de la recordación bíblica, los métodos proféticos podrían dar-nos un estímulo. El primer grupo que abordar es el mismo pueblo deDios. El trabajo en cooperación con los movimientos sociales –comoera el caso con los profetas y los movimientos de agricultores (campe-sinos)– , las iglesias y las comunidades deben convencer a sus miem-bros de la necesidad de esta lucha política en base a su fe. Si expresaransu disentimiento, su simbólica diferencia y su clara identificación conlos movimientos sociales, las iglesias y congregaciones ganarían credi-bilidad, y disfrutarían de inéditas oportunidades para desafiar proféti-camente a las estructuras del poder.

Hasta ahora, la estrategia oficial de muchas de las principales iglesias hasido buscar “dialogar” con los que ostentan el poder económico y políti-co. Y si se dan es a puerta cerrada. Lo cual pasa por alto el hecho de quetratamos aquí, según la expresión de Max Weber, con una forma de “es-clavitud sin amos”, y por tanto con estructuras que no pueden influen-ciar los individuos solos. Esos “diálogos” sólo pueden asumir un signifi-cado limitado dentro de la estrategia como un todo, cuando las iglesiasparticipen en esa doble estrategia, intentándola seriamente, diciendo“no” cuando sea necesario y proponiendo alternativas, con lo cual separticipa en la creación de fuerzas de contrarrestación. Y no es, repito,una cuestión secundaria de “ética social”, sino la cuestión teológica res-pecto a su existencia como iglesias tras el rotundo fracaso del modelo deConstantino de la iglesia establecida.

Resumamos: podría ser que estemos a las puertas de un desastre globalimportante. Entonces, el rechazo y las alternativas en pequeña escala se-rán el germen de algo nuevo. Pero si la intervención profética tuviera éxi-to (parcial), la interacción de ambas alternativas de resistencia e involu-

304 Ulrich Duchrow

Las ocho etapas del proceso de los movimientos sociales exitosos

2. Comprobar el fracaso de las instituciones oficiales

– Muchos nuevos grupos locales deoposición.

– Uso de los canales oficiales: lostribunales, las oficinas del gobierno,comisiones, vistas legales... Probar queno funcionan.

– Volverse expertos; investigar.

1. Existe un problema social crítico– Viola los valores (sociales) generales.– Los detentadores del poder apoyan el problema:– Los valores pregoneros de “las políticas

oficiales”. – Las “políticas operativas” reales violan los

valores.– El público no es consciente del problema. Apoyo

de los detentadores del poder.– No es un asunto público el problema/las

políticas.

Características del proceso de losmovimientos:

– Los movimientos sociales constan de muchos objetivosy movimientos secundarios, cada cual en su propiaetapa del MAP.

– La estrategia y las tácticas son diferentes en cadamovimiento secundario, según la etapa del MAP en queesté cada uno.

– Sigue el avance de los movimientos secundarios por lasocho etapas.

– Cada movimiento secundario se centra en un objetivoespecífico (por ej., sobre los derechos civiles:comedores, votar, alojamientos públicos).

– Todos los movimientos secundarios promueven elmismo cambio de paradigma (por ej., de una política deenergía dura a blanda).

El público debe convencerse en tres tiempos:1. De que hay un problema (Etapa 4).2. De que hay que oponerse a las condiciones y políticas

corrientes (Etapas 4, 6, 7).3. De querer, ya no temer, las alternativas (Etapas 6, 7).

3. Condiciones demaduración

– Reconocer que aumentan elproblema y las víctimas.

– El público ve las caras de lasvíctimas.

– Más grupos locales activos.– Necesidad de instituciones y

redes preexistentes ydisponibles para esos nuevosmovimientos.

– 20-30% del público se opone alas políticas de losdetentadores del poder.

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– Se concentra más en objetivos secundarios

– Nuevos movimientos sociales como

Alternativas al capitalismo global 305

por Bill Moyer. 24 de noviembre de 1991

4. El despegue

Alcanzadoel evento disparador

– Dramáticas campañas / acciones noviolentas.

– Las acciones muestran al público que lascondiciones y políticas violan los valoresgeneralmente defendidos.

– Acciones no violentas por todo el país.– El problema pasa a la agenda social.– El Nuevo movimiento social “despega”

rápidamente.– El 40% del público se opone a las

condiciones / políticas corrientes.

5. La percepción del fracaso– Metas no definidas. – Ver siempre a los mismos

detentadores del poder.– Ver manifestaciones con menos gente.– Desesperación, desesperanza,

agotamiento, retiradas, apariencia deagotamiento del movimiento.

– Aparición de una rebelión negativa.

6. La mayoría de la opinión pública– La mayoría se opone a las actuales

condiciones y políticas de losdetentadores del poder.

– Mostrar cómo el problema y las políticasafectan a todos los sectores sociales.

– Involucrar a los principales ciudadanos einstituciones al tratar con el problema.

– El problema pasa a la agenda política.– Promover alternativas.– Contrarrestar cada nueva estrategia de

los detentadores del poder.– Demonología: los detentadores del poder

promueven el temor del público a laalternativa.

– Promover un Cambio de paradigma, nosólo reformas.

– Ocurren eventos re-disparadores, y sevuelve a representar la etapa 4 por untiempo.

7. El éxito– Una gran mayoría se opone a las

políticas corrientes y ya no teme laalternativa.

– Muchos detentadores del poder seseparan y cambian posiciones.

– Acaba el proceso:Las políticas de cambio de losdetentadores del poder (es más costosocontinuar con las antiguas políticas quecambiar) se votan no oficialmente, o seretarda los invisibles entorpecimientos.

– Nuevas leyes o políticas.– Los detentadores del poder tratan de

hacer reformas mínimas, y a la vez, losmovimientos exigen cambios sociales.

8. Continuación

– Extender el éxito (ej: leyes de derechosciviles más duras aún).

– Contraponer los intentos de reacción.– Promover el cambio de paradigma.– Centrarse en otros asuntos secundarios.– Reconocer/celebrar los éxitos hasta aquí.

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LOS DETENTADORESDEL PODER å

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Protesta

306 Ulrich Duchrow

Los cuatro papeles del activismoTabla 1

Inefectivo

– Un ciudadano ingenuocree en “las políticas oficiales”.No es consciente aún de que losdetentadores del poder einstituciones sirven a losintereses especiales de las élitesa costa de las minorías menospoderosas y el bienestar general.

o– Un superpatriota:– Obediencia ciega a los

detentadores del poder y al país.

Efectivo– Promover los valores, principios,

símbolos positivos de los EE.UU. Por ej., la libertad, la justicia, la noviolencia.

– Un ciudadano normal.– Asentado en medio de la sociedad.– Proteger contra las acusaciones

antiestadounidenses.

Efectivo

– Protestar: decir: “¡No!” a laviolación de los valores de losEE.UU.

– Acción y actitud directas noviolentas, incluso la desobedienciacivil.

– El objetivo: los detentadores delpoder e instituciones oficiales.

– Poner los problemas y políticas enla agenda y a la luz pública.

– Una estrategia y unas tácticas.– Apasionante, valeroso, arriesgado.

CIUDADANO

REBELDEInefectivo

– Antiestadounidense, antiautoridad,antirreglas y estructuras deorganización.

– Autoidentidad de militante radical, unavoz solitaria al margen de la sociedad.

– Cualquier medio necesario: en especiallas tácticas destructivas y la violenciacontra la propiedad o las personascuando sea “necesario”.

– Tácticas sin una estrategia realista.– Aislado de las bases populares.– Actitud y comportamiento de víctima:

airado, agresivo, enjuiciador,dogmático, impotencia...

– “Políticamente correcto”, la verdadabsoluta, superioridad moral.

– Estridente: deja ver fuertes emocionespersonales de malestar, susnecesidades y su libertad, sin tomar encuenta las necesidades de sumovimiento.

– El rebelde negativo no se puededistinguir del agente provocador.

Alternativas al capitalismo global 307

Por Bill Moyer 1990

Efectivo

– Parlamentario: utiliza el sistema y lasinstituciones oficiales principales; por ej.:los tribunales, el Congreso, elAyuntamiento y las corporaciones paraque los objetivos, valores, y alternativasse adopten dentro de las leyes y políticasoficiales y la sabiduría convencional.

– Uso de una diversidad de medios:cabildeos, litigios, referendos, mitinesoficiales, candidatos, etc.

– Las OOP, Organizaciones de OposiciónProfesionales, son la agencia clave de losmovimientos.

– Al vigilante le va bien en asegurar elrefuerzo, extender el éxito y protegercontra el contragolpe.

Inefectivo

– “Política realista”: promueve reformasmenores que los detentadores delpoder podrían aceptar mejor.

– Limitaciones de las OOP: una direccióny estructura patriarcal jerárquica de laorganización; las necesidades delmantenimiento de la organizaciónsustituyen a los objetivos / necesidadesdel movimiento; el poder dominantesocava la democracia con elmovimiento y desautoriza a las basespopulares.

– Optar en conjunto: el personal de lasOOP se identifica más con losdetentadores del poder oficiales quecon los de los movimientos populares.

– No aboga por cambios de paradigma.

Inefectivo

– Utópico: promover visiones deperfección o vivir alternativasaisladas de la práctica política y lalucha social.

– Promover sólo reformas menores.– Liderazgo del movimiento con un

patriarcado de organización y conuna jerarquía opresiva.

– Visión de túnel: abogar por unenfoque único, y oponerse a la vez alos de los demás.

– Organizaciones y liderazgo demovimientos opresivos ypatriarcales.

– Ignorar los asuntos personales y lasnecesidades de los activistas.

Efectivo

– El poder del pueblo: educar, convencer, involucrar a la mayoría de losciudadanos comunes y a la sociedadentera en el proceso de cambio.

_ Organizaciones populares de basemasiva, redes, activistas.

– Poner el tema a la agenda política.– Promover estrategias y tácticas para

crear movimientos sociales de largoplazo.

– El papel del criador: capacitar a lasbases populares.

– Crear organizaciones y apoyo.permanentes y educar a los activistas.

– Promover alternativas y un cambio deparadigma.

– Promover un cambio del paradigma.

REFORMADOR

AGENTE DEL CAMBIO

308 Ulrich Duchrow

cramiento político (la doble estrategia), habría valido la pena para la gen-te y la creación. La esperanza reside en lo anterior, si no, la estrategia po-lítica no tendría sentido: nadie puede decir si resultará, en vista de la si-tuación del poder y los engaños y obsesiones colectivas. ¿Cuál sería elobjetivo de tal estrategia política? ¿Cuáles son las metas absolutas y re-lativas de las alternativas políticas y económicas? Kessler expresa certe-ramente el objetivo general así: pasar del capitalismo a la democraciaeconómica socioecológica.3

Diversas instancias nacionales e internacionales disponen de bos-quejos de tal democracia económica socioecológica.

Incluyen los trabajos ya mencionados: en Alemania, W. Kessler;4 en Ho-landa, W. Hoogendijk;5 en Gran Bretaña, P. Ekins y J. Robertson;6 y enlos EE.UU., H.E. Daly y J.B. Cobb Jr.,7 quienes tienen propuestas sólidassobre el tema. Todas estas obras también incluyen los incentivos para lacomunidad local y mundial. También hay una serie considerable de bos-quejos alternativos que se especializan en el tópico de una reestructura-ción global de la economía política disponible: el Informe del DesarrolloHumano de la PNUD; los “tratados” que salieron de la conferencia de lasONG al mismo tiempo que la Cumbre de la UNCED de 1992 en Río deJaneiro; la investigación encargada por el Programa FAST de las Comi-siones de la CE, Towards a New Bretton Woods (Hacia un nuevo BrettonWoods) (ed. S. Holland);8 el estudio del Transnational Institute de Ams-terdam, Beyond Bretton Woods: Alternatives to the Global Economic Or-der, ed.J. Cavanagh (Más allá de Bretton Woods: alternativas al ordeneconómico global);9 y los libros más recientes de E. Altvater, que se ocu-pa especialmente del nivel europeo en su libro Gewerkschaften vor der eu-ropäischen Herausforderung (Los sindicatos ante el reto europeo).10

Si es cierto que el poder decisivo del sistema actual reside en losmercados transnacionales del capital, el punto de partida de cualquierestrategia de contrarrestación debe descubrir las alternativas al modoen que se regulan a escala global. La implementación de dichas alterna-tivas requerirá de estrategias nacionales, regionales y con base en la co-munidad. Lo cual determinará la estructura de la próxima sección deeste libro (siempre en el supuesto de que una coalición de las víctimasdel Sur, el Este y el Norte/Occidente ofrece una mejor oportunidad decambiar y quizá de domar al sistema global desde abajo, si ello es posi-ble realmente.

Alternativas al capitalismo global 309

2. Las alternativas al actual (des)orden económico y financiero mundial

2.1. La ONU y las instituciones de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial, GATT)

Ahora el asunto a nivel global es la designación de tareas y la divi-sión del trabajo entre la ONU y las instituciones de Bretton Woods(BW).11 La estrategia del Norte es clara y sumamente peligrosa: en losasuntos de desarrollo la ONU es la única responsable de la paz y la po-lítica social. Las instituciones de BW deben decidir globalmente sobrela política económica y las finanzas. La razón es obvia: están controla-das plutocráticamente sólo por los países industrializados ricos, mien-tras que en la ONU éstos serían responsables y tendrían que inclinarse–sería lo ideal– ante las decisiones comunes. Las tácticas prácticas delNorte tienen por fin el fortalecimiento de los poderes de las institucio-nes de BW y el debilitamiento, o el socavamiento y la instrumentaliza-ción de las instituciones de la ONU, en particular la Conferencia de lasNaciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD por sussiglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarro-llo (PNUD).

En cambio, la estrategia del Sur –reconociendo que languidecefrente a la brutal aproximación del Norte– tiene por fin la integraciónde las instituciones de BW dentro del sistema de la ONU, que debe de-mocratizarse aún más, y la promoción simultánea de la democracia, elpluralismo y la universalidad de las instituciones de BW. Se convoca atodos los movimientos sociales, las organizaciones no gubernamenta-les (incluidas las iglesias) y la gente responsable del Norte para unirse aesa campaña de promoción. ¿Cuáles son las peticiones y objetivos reales?

En su Informe sobre el Desarrollo Humano de 1992, el PNUDpresentó un plan exhaustivo para un nuevo orden internacional econó-mico y financiero.12

Se basa en la observación de que el presente orden económico interna-cional no es democrático, va en contra de los intereses de la mayoría dela población mundial y es sumamente peligroso (p.78).

Esta observación es de vital importancia: cualquier estrategia po-lítica en la actual situación debe empezar primero por el rechazo y la

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deslegitimación del desorden y la plutocracia no democráticos existen-tes. Los movimientos sociales y las ONG lo han hecho, incluso lasAsambleas del Consejo Mundial de Iglesias, en Vancouver, 1983 y enCamberra, 1991, la Asamblea Ecuménica Europea, en Basilea, 1989, y laconvocatoria global de Seúl, 1990. Pero muchas iglesias individuales nohan sido tan terminantes. La ONU apoya ahora esta estrategia, ¿peroestán preparadas las iglesias para hacer lo mismo? Eso sería un paso im-portante. Para los movimientos y las agencias de desarrollo de la ONU,que en todo caso no tienen mucho poder, sólo es posible retirar la legi-timación si las instituciones sociales reconocidas, como las iglesias ysindicatos, amplían su base política en la población.

El informe expone dos principios básicos en los cuales debería basarse elnuevo sistema: ‘Primero, un conjunto de reglas y procedimientos queacepten todas las naciones estado para regir sus acciones e interacciones.Segundo, un sistema justo y efectivo de reforzar dichas reglas en las na-ciones estado’ (p.78).

Es obvio el por qué de estos principios: en al actual desorden, lospaíses fuertes tienen el poder de gobernar directamente –por medio delas instituciones de BW– las economías de los países débiles y endeuda-dos. No tienen que adoptar ajustes estructurales para ellos mismos ypueden escapar de las decisiones de la ONU con diversos estratagemas.

Los Estados Unidos simplemente se ha negado a aceptar una serie de de-cisiones adversas de la Corte Internacional de Justicia ; por ej., que debe-ría pagar a Nicaragua $3.000 millones de dólares estadounidenses encompensación por la guerra no declarada que sostuvo en ese país. Cuan-do la UNESCO quiso adoptar un Nuevo Orden Internacional de la In-formación, los EE.UU. dejaron de pagar sus cuotas hasta que se instala-se un nuevo director general y se abandonara dicho plan. Así pues, esevidente que el informe del PNUD deja de lado esos principios.

Su plan distingue entre un objetivo a largo plazo y una estrategiatransitoria que engloba todo lo demás.

– El objetivo a largo plazo prevé la existencia de un banco central globalque tendría la función de crear una moneda común, con estabilidad delprecio y de la tasa de intercambio, con un ajuste global de los excedentesy los déficits y un acceso equitativo a los préstamos internacionales, ycon la facilidad de dar liquidez y asistencia a los naciones pobres(pp. 78s.).

Alternativas al capitalismo global 311

Esta propuesta básicamente es un reavivamiento de las ideas deKeynes tal como se expresaron en 1944 en Bretton Woods, y que se re-chazaron por la presión de los EE.UU. y se sustituyeron por el actualsistema del FMI y el Banco Mundial, con el dólar como la moneda co-rriente.

– El segundo elemento a largo plazo es un sistema progresivo de impues-to a la renta; que ‘se debe recaudar automáticamente a las naciones ricas,y distribuir a las naciones pobres según sus ingresos y sus necesidades dedesarrollo. La administración de este impuesto tendría que representarequitativamente los intereses de los donantes y de los recipientes. Y losfondos se colocarían en base a un diálogo de la política compartida (aadoptar*), más que un sistema de condicionalidad formal’ (p.79).

Esta revolucionaria propuesta de un impuesto global progresivova más allá de la de Keynes, pero está en línea con su teoría: la comuni-dad internacional tendría que asumir algunas funciones de la naciónestado, esto es, introducir una tributación para redistribuir las ganan-cias acumuladas inequitativamente mediante los mecanismos de laeconomía de mercado.

– Tercero, una organización internacional de comercio es necesaria para‘asegurar un acceso libre y equitativo a todas las formas del comercioglobal, para gestionar esquemas de estabilización de las mercancías y pa-ra investigar y hacer recomendaciones para las políticas mercantiles. Es-ta nueva organización fusionaría las actuales funciones del GATT y laUNCTAD, pero también se fortalecería con poderes reguladores efecti-vos y un pequeño y gestionable directorio ejecutivo’ (p.79).

Esta propuesta también corresponde a las ideas de Keynes, que seabandonaron asimismo cuando los países industrializados alcanzaronlo que querían con el establecimiento del GATT (que originalmente seintentó hacer provisional). La propuesta del PNUD sería ahora un im-portante instrumento si se implementara para actuar en contrarresta-ción del constante deterioro de las condiciones mercantiles.

–Cuarto, el PNUD propuso un sistema fortalecido de la ONU, con ‘unnuevo Consejo de Seguridad del Desarrollo, que establecería el ampliomarco de las políticas para todos los asuntos del desarrollo global; unagama que va desde la seguridad alimentaria hasta la seguridad ecológica,desde la ayuda humanitaria a la asistencia para el desarrollo, desde la

312 Ulrich Duchrow

desgravación de la deuda hasta el desarrollo social, desde el control de ladroga hasta la migración internacional’ (p.79).13

Esta propuesta también es nueva, si se compara con las propues-tas de Bretton Woods. Toma en cuenta el hecho de que desde el final delconflicto Este-Oeste el actual problema de seguridad ha estado en ladestrucción que ocasiona el actual sistema económico global a los re-cursos sociales y ecológicos.14

La estrategia transitoria tiene por fin la reforma de las institucio-nes vigentes hasta que puedan ponerse en práctica propuestas de largoplazo. Examinemos el FMI.

– Primero, en el sistema actual, el ajuste de las cuentas externas se haceexclusivamente a expensas de los países con déficits. Estos países tie-nen que destruir a sus sociedades con dolorosas cargas de ajuste,mientras que los países con excedentes “no sienten la correspondien-te obligación de aumentar sus importaciones”. El FMI entonces de-bería reactivar la propuesta original de Keynes de convertirse en unaUnión Internacional de Compensación con la posibilidad de impo-ner “una multa a los países con excedentes (el 1% mensual) para es-timularlos a hacer ajustes también. (...) El sistema actual es tan inefi-ciente como injusto. (p.79)

Esta propuesta de Keynes sería un poderoso correctivo a la cre-ciente brecha entre los países ricos y pobres y los grupos de solidaridadde los países industrializados deberían apoyarla con fuerza. Otro asun-to clave es el desarrollo de modelos alternativos para hacer un ajuste es-tructural.15

– Segundo, el FMI ayuda a la liquidez . En 1967 creó los Derechos Es-peciales de Retiro/Giro de Fondos (SDR por sus siglas en inglés), poranalogía con la propuesta de Keynes de una moneda internacional (el“bancor”). Pero en vez de ponerlos a disposición de los bancos cen-trales de los países débiles, se los da a los países industrializados, conlo cual sólo aumenta la brecha entre ricos y pobres. (La astronómicadeuda de los Estados Unidos pesa particularmente aquí).

– La tercera función del FMI, ejercer como un banco central mundial,ha sido efectivamente saboteada hasta la fecha. Aunque esa función“se necesita desesperadamente” en vista del crecimiento de la presta-ción cruzada (p.80).

Alternativas al capitalismo global 313

La falta de regulación de los mercados transnacionales de capitales el cáncer del presente sistema. Esta parece ser el sentimiento hasta delos parlamentarios europeos, como el presidente de la Comisión Euro-pea, Jacques Delors, cuando repetidas veces consideran la imposiciónde controles al movimiento del capital en Europa, para contrarrestar lamovilidad de la especulación financiera. Aquí hay una profunda con-tradicción entre la ideología y la realidad del “mercado libre” transna-cional. Un movimiento genuinamente libre sería posible sólo con laayuda de la regulación internacional. El mercado desregulado es tandestructivo que hasta las regiones industriales fuertes como la EuropaOccidental necesitan considerar la introducción de restricciones. Y seadmite que evidentemente las soluciones no pueden encontrarse sola-mente a nivel nacional o regional.

El Banco Mundial es la segunda organización de Bretton Woods.Según la propuesta del PNUD, “El Banco Mundial debe redescubrir sumandato original, así como mediar entre los mercados de capital y lospaíses en desarrollo” (p. 80).

El PNUD propone dos medidas que no serán descritas en detalle aquí.16

Primero, el Banco Mundial debería convertirse en un Trust (Consorcio)internacional de inversión. “esto lo autorizaría a vender bonos (seguros,aunque con una tasa de rendimiento más baja) a las naciones con exce-dentes y prestar los resultantes a los países en desarrollo” en condicionesasequibles para ellos (p. 80). Segundo, el Banco Mundial debería estable-cer una Instancia de Asistencia Intermediaria que no estuviera sujeta a lapolítica de cuotas exigida por los EE.UU. en las organizaciones de BW(para no cambiar la estructura de votación en desventaja propia). Lospaíses con excedentes como Japón podrían proporcionar más recursosde prestación sin que tuviera que reducirse el poder de voto de losEE.UU. en el Banco Mundial en conjunto. Los recursos disponibles encondiciones especiales también podrían ampliarse, pues ahora represen-tan solamente el 30% de la prestación del Banco Mundial a los países po-bres (y está administrada por la Asociación Internacional para el Desa-rrollo).

Esta propuesta se queda corta respecto a la de Keynes, quien pro-puso la idea de un fondo, y no de un banco, de desarrollo. Pero debe-rían recibirse bien la expansión de facilidades de crédito favorables quese ofrezcan a los países pobres. Además, las ONG apelan por una refor-ma del carácter no democrático del Banco Mundial y su falta de res-

314 Ulrich Duchrow

ponsabilidad y transparencia. Las ONG tienen en mente modelos posi-bles diferentes para una autoridad de apelaciones, con acceso a toda lainformación bancaria y el derecho de formular críticas y ser oída por elbanco.17

El llamado a la democratización, la transparencia y la participación de losinvolucrados es esencial tanto para el FMI como para el Banco Mundial.Más aún, el informe del PNUD los apela directamente a reorientarse deuna manera fundamental, lejos del crecimiento puramente financiero yeconómico, hacia una política de desarrollo humano y la preservación delos recursos naturales.

El sistema mundial de comercio, actualmente controlado y mani-pulado por los países industrializados a través del GATT (ahora la Or-ganización Mundial de Comercio / OMC), tiene una urgente necesidadde reforma, según el informe del PNUD (p. 82).

Primero, tenemos el asunto de la estabilización de los precios de la mer-cancía. En términos prácticos, esto quiere decir que las normas delGATT deberían extenderse a todos los productos, incluida la agriculturay los productos tropicales. Asimismo a los textiles, un punto fuerte de lospaíses en desarrollo. Más aún, la cuestión de los derechos de propiedadintelectual deben fijarse de forma que no perjudique a los países en de-sarrollo. Además, al GATT / OMC deben dársele poderes de reforzar lasnormas contra los países fuertes, que actualmente pueden usar sus pro-pias normas en ventaja propia sin comprometerse a cumplirlas ellos mis-mos. Y aún más: tras el fin de las negociaciones de Uruguay, las ONG pi-den ahora una inmediata nueva ronda de conversaciones para discutircómo adaptarse a los requerimientos sociales y medioambientales. (“undesarrollo sustentable”).

En el campo ecológico, el informe del PNUD propone el reforza-miento de las existentes instancias medioambientales y el desarrollo deotras nuevas. La Instancia Medioambiental Global, administrada por elPNUD, el UNEP y el Banco Mundial debe complementarse con una tri-butación medioambiental internacional (un ecoimpuesto).

Al mismo tiempo, el informe urge a la creación de un sistema deseguridad global, una política de desarme radical y la canalización delos resultantes hacia la política del desarrollo y del medioambiente, co-mo un dividendo de la paz.

Alternativas al capitalismo global 315

Finalmente, el informe valora la importancia de las personas in-volucradas y las ONG para desarrollar este orden internacional, que in-cluye una adecuada reforma de la ONU. El informe de 1993 del PNUDenfatiza el tema de la participación en las estructuras y la toma de de-cisiones. Debe observarse la división y ambigüedad de los informes delPNUD, pues sus propuestas surgen de una tradicional política de cre-cimiento y un contexto liberal de libre comercio.18 Con todo, la inves-tigación del PNUD ha mostrado valor al exponer estas desagradablesverdades directamente a los más importantes poderes plutocráticos delsistema económico global. Sus esfuerzos habrán sido en vano si las ins-tituciones sociales y el público de los países industrializados en generalno se despierta y urge a sus propios gobiernos a aceptar estas propues-tas.

2.2. Acabar con la moderna esclavitud de la deuda

Si hay una analogía directa con las situaciones, las exigencias y lasestrategias bíblicas, hay que encontrarla en el endeudamiento de lospaíses del Sur, que una vez fueron colonias y hoy se controlan de unmodo neocolonialista. Claro que los mecanismos en sí han cambiado.Pero la esencia del problema está en el hecho de que los países y pue-blos más débiles estaban oprimidos, tenían que pagar un “tributo” a susamos y por ello se metían en deudas. Ahora están fuertemente endeu-dados (en parte debido a sus propios gobernantes corruptos, a quienesnormalmente los instalaron y apoyaron los poderes coloniales), se lesdespoja de todo inmisericordemente –aparentemente sin fin–, inclusi-ve de la vida de muchas personas.19 ¿Qué es lo que podemos hacer alrespecto?

Ha habido muchas exigencias radicales por parte de las ONG, lasiglesias y las naciones del Sur, que no podemos estudiar en detalleaquí.20 Los cabildeos de las ONG profesionales y los estados del Sur na-turalmente están obligados a modular sus exigencias, para que aún es-tén dispuestos a escucharlas los actuales carteles de poder de los ban-cos, las instituciones financieras y los estados acreedores. En cambio,los movimientos populares, las iglesias y otras agencias en principiopueden actuar independientemente de este cartel; deberían presentarpeticiones y alternativas del más largo alcance posible, abordando elproblema desde sus raíces y creando lo más posible una nueva libertad

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política de acción y elección para los que tienen que maniobrar dentrodel sistema. Yo me limitaré a las peticiones de la conferencia de 1992 delas ONG en Río de Janeiro, y las del Parlamento del Pueblo (1992) y laVista legal sobre “La responsabilidad política de la Unión Europea porel Orden Financiero Internacional con Respecto a un Desarrollo Sus-tentable en base a una Justicia Social” (1994), que sostuvo Kairos Euro-pa, y escojo diez (de esas peticiones):21

1. Como una primera medida inmediata, las regulaciones concernientesa la insolvencia deben redactarse para los países que están en deuda sinesperanza, y basarse en las regulaciones ya existentes para los casos dedeudas individuales. Kunibert Raffer ha adelantado propuestas de talclase, sacadas del modelo de la legislación de los EE.UU. para la insolven-cia.22 Dichas regulaciones significarían que en el caso de una deuda noreembolsable, una comunidad o un estado podría declararse en la ban-carrota, exactamente como lo puede hacer una empresa, y así no poderser obligada a devolver las sumas exhorbitantes que necesita para su su-pervivencia básica. En el contexto de este libro, esta petición debe diri-girse a los gobiernos occidentales y a los EE.UU.2. Toda estrategia fundamental para combatir la deuda de las nacionesdel Sur debe empezar desde la presunción de que en muchos casos ladeuda era no sólo ilegítima, sino a veces hasta ilegal. Muchas de las deu-das se han ido acumulando por parte de gobiernos ilegítimos. Lo cualpesa incluso más por el hecho de que estos regímenes se instalaban enocasiones con la ayuda ilegal del gobierno estadounidense, que conse-cuentemente, y junto con otros gobiernos occidentales, los apoyaban ymantenían en el poder (tal fue el caso de Brasil, Chile y Argentina). Másaún, esas deudas han sido reembolsadas muchas veces en todo este tiem-po, pero en razón del mecanismo del interés compuesto, su valor nomi-nal sigue aumentando. Por tanto, el apoyo debería prestarse a las afirma-ciones de los abogados de América Latina que reclaman actualmente an-te la Corte Internacional de Justicia que el 90% de las deudas de Brasilson ilegítimas.23

3. Debe ejercerse presión sobre los gobiernos y bancos para dar la debi-da consideración a la búsqueda de una forma democrática de resolver lacuestión de la deuda. Lo cual incluye la transparencia y la liberación dela información perteneciente a cada situación y acuerdo de las deudasindividuales, así como a la participación de las organizaciones represen-tantes de los deudores y las ONG. También deberían exigir el derecho acooperar con la ONU en el establecimiento de una conferencia para tra-

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tar una solución de la cuestión de la deuda, con todos los actores (deu-dores, acreedores, movimientos sociales y ONG) presentes en ese debate.4. Debe examinarse el tema del reconocimiento de las deudas del Nortecon respecto al Sur, así como la explotación colonial y neocolonial y ladeuda medioambiental.5. Debe exigirse la anulación de todas las deudas, aun si una gran reduc-ción es todo lo viablemente posible. El punto de partida deben ser esasdeudas claramente ilegales. Además, los gobiernos deberían obligar a losbancos a asumir las decisiones del “Club de París” y liberar a los paísesdeudores de al menos el 50% de sus obligaciones de deuda, como lo hahecho voluntariamente el Banco holandés ABN-AMRO. En todo caso,debería ponerse fin inmediato al criminal proceso de la transferenciaanual de $50.000 millones de dólares americanos desde los países pobresa las naciones industrializadas, a través de los mecanismos de la deuda.6. A la inversa, debe aplicarse una fuerte presión sobre las naciones ricaspara urgirlas a entregar el 0.7% de su PIB a las naciones del Sur, comoayuda al desarrollo social, medioambiental y participativo de éstas.Para que las naciones pobres no vuelvan a caer en deuda inmediatamen-te después de haberse anulado las que tenían, deben mejorarse los térmi-nos mercantiles entre los bienes industriales y las materias primas, a be-neficio de éstos últimos, y abolirse el proteccionismo que practican lasnaciones industrializadas respecto a los bienes provenientes de los paísesen desarrollo.8. Los ajustes estructurales que el FMI ha impuesto al Sur deben imple-mentarse sobre un modelo de desarrollo fundamentalmente diferente,esto es, un enfoque basado en las personas y el medioambiente, no en elsolo crecimiento financiero y económico. Al mismo tiempo, debe impo-nerse también ajustes estructurales a las naciones del Norte –por supues-to que alternativos, es decir, socialmente justos: (compare eso con las pe-ticiones del PNUD arriba mencionadas).9. Respecto a los bancos, debe urgirse a los gobiernos a ofrecer reduc-ciones tributarias sobre los préstamos no reembolsables para los bancosque transmitan esa ayuda fiscal a sus deudores.24 Además, también sedebería presionar a los gobiernos a obligar a los bancos a revelar infor-mación sobre la fuga de capitales, como ya están obligados a hacerlo enel caso del dinero relacionado con la droga.10. Los movimientos sociales y las ONG apelan a la gente, y en especiala las iglesias, de las naciones industrializadas para que boicoteen a losbancos que no anulen la deuda del Tercer Mundo con ellos. Lo cual essimilar al programa de retirada de las cuentas e inversiones en los ban-

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cos que siguieron comerciando con Sudáfrica durante el régimen delApartheid.

Para alcanzar todos estos objetivos, los movimientos sociales, lasorganizaciones profesionales, las iglesias, los sindicatos, etc., deberíanformar coaliciones para montar una campaña coordinada de aumentode la participación de la gente en Occidente en el proceso de liberar alSur de la esclavitud de su deuda. En este sentido, serviría que se adop-taran los argumento utilizados por Susan George en su libro The DebtBoomerang (El bumerán de la deuda), para recordar a la gente del Nor-te que este asunto también les concierne a ellos.25 Aún más, medianteuna campaña que estudiaremos más adelante, Kairos Europa trata deresaltar el vínculo que hay entre los mecanismos del empobrecimientodentro y fuera de Europa.

2.3. Combatir la fuga de capitales e impuestos y todos los demásdelitos económicos

La fuga de capitales e impuestos es el punto estratégico que unedirectamente la deuda de los países en desarrollo, con todas las devas-tadoras consecuencias para la gente y el medioambiente, con la deudapública y el empobrecimiento de un tercio de la población de las nacio-nes ricas. En la Primera Parte, vimos cómo, por ejemplo, Alemania seendeuda más y más y el gobierno recortó en 1994 alrededor de $ 20.000millones de marcos alemanes del presupuesto para asuntos de bienes-tar social y esquemas de creación de empleo, mientras en ese mismoaño al menos $ 60.000 millones de marcos alemanes fugaron del paísen impuestos no pagados sobre los haberes financieros solamente. Ungobierno socialmente consciente, que responda menos a los interesesde los ricos que a la actual coalición gobernante, podría hacer muchopara rectificar esta situación; simplemente debería prepararse para fi-nanciar más investigaciones sobre la evasión fiscal, lo que pronto trae-ría réditos mucho mayores que el gasto inicial. Pero en definitiva, debe-mos esforzarnos por tener nuevos sistemas internacionales de regula-ción y control, con el liderazgo de los gobiernos de las naciones indus-trializadas ricas.

El Tratado sobre la fuga de capitales y la corrupción, de la conferen-cia de las ONG en Río de Janeiro, es un paso importante para que la

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gente tome conciencia del problema y para desarrollar estrategias sóli-das.

La fuga de capitales y la corrupción son dos de las principales causas dela pobreza en el Sur. Sin ellas, la crisis de la deuda no existiría en su for-ma actual.Más de la mitad de las deudas de los países del Sur están en la forma decapital privado depositado en los paraísos fiscales que controlan los ban-cos del Norte. Los países líderes en acoger este tipo de capitales son Pa-namá, Las Islas Caimán, Suiza, Luxemburgo y los EE.UU.Hay al menos una docena de formas distintas de corrupción: el soborno,el cohecho, el enriquecimiento ilícito de las autoridades públicas, la eva-sión fiscal, etc...Los centros financieros y los paraísos fiscales juegan un papel crucial enlas relaciones internacionales financieras. Para combatir efectivamenteestos procedimientos, los investigadores deben encontrar una base legalnacional, regional e internacional. Muchos países, entre ellos los paraísosfiscales, no ofrecen una asistencia jurídica internacional. Los escándalosfinancieros de Marcos y Duvalier, entre otros, indican que los procedi-mientos jurídicos existentes son inoperantes.No es posible seguir tolerando el papel que juegan las élites del Norte ydel Sur. Se necesita una nueva base legal que se ocupe de la desviación delos fondos públicos.

Por supuesto, queda la cuestión de cómo emprender efectivamen-te la lucha contra el hurto del dinero público por parte de personas in-dividuales ricas y el consiguiente empobrecimiento de un gran núme-ro de gente en el Sur, el Este y Occidente. En primer lugar, ¿cuáles sonlos objetivos precisos? El tratado de las ONG define una serie de votos:

1. Se necesita introducir una legislación para actuar contra la fuga pasi-va y activa de capitales y la evasión fiscal.2. Se necesita crear un mecanismo que obligue a los bancos a volversetransparentes: deben enviarse al país de origen estadísticas transparentessobre la transferencia de capitales por parte de los bancos.3. Para combatir la corrupción se necesita un Sistema Internacional deAsistencia Legal. Los procedimientos legales para cualquier acto de co-rrupción no deberían tardar más de seis meses.

¿Qué estrategias pueden ayudar a alcanzar estos objetivos?

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1. Presionaremos sobre los gobiernos para que adopten nuevas regula-ciones y leyes de lucha contra las prácticas de corrupción. Lo cual sólopuede lograrse con la colaboración de las ONG.2 . Necesitamos crear una “Interpol económica” especializada para inves-tigar la fuga de capitales y las prácticas de corrupción.Las propuestas 3. y 4. conciernen al apoyo de las campañas públicas porparte de las ONG –como la Declaración de Berna–, que buscan obtenerréditos políticos de la fuga de capitales e impuestos y de los delitos eco-nómicos y la corrupción. Las propuestas 5 y 6 conciernen directamentea las instituciones políticas nacionales e internacionales.5. Creemos necesario emprender acciones legales contra las autoridadespúblicas que han delinquido con la fuga de capitales. Al respecto, seríaútil que se estableciera una coalición de las ONG interesadas en empren-der tales acciones legales.6. Para eliminar la transferencia de capitales de un centro financiero aotro, pediremos que la ONU, a través de su institución especializada enla prevención criminal y con sede en Viena, emprenda el cometido de ar-monizar todas las legislaciones existentes sobre este asunto.

Análogamente, las ONG deben formar coaliciones para influir eneste sentido sobre los gobiernos y los bancos. Creo que ello es esencialen este debate, aunque apenas se saca a la luz pública.26 Las eleccionesdeben servir para poner este tema en la agenda política, ya que los go-biernos actualmente despistan al público al concentrarse en otros asun-tos como los inmigrantes, el abuso de los beneficios sociales, los exce-sivamente altos niveles salariales o la prevención del delito, en lugar delas causas reales de los actuales problemas económicos y financieros (oen los “archiladrones”, como los llamó Lutero)

2.4. “Montar al tigre”, o, ¿pueden domarse las transnacionales?

Junto con el control de los mercados transnacionales de dinero, elcontrol de las corporaciones transnacionales es el problema más gravepor resolver que se nos presenta hoy y en las presentes condiciones pa-rece que va a quedarse sin solución. Ni los gobiernos nacionales indivi-duales ni las existentes instituciones internacionales tienen el poder decontrolar todas las actividades de las transnacionales. De hecho, el pro-ducto final de las conversaciones del GATT y la tendencia de las trans-nacionales a infiltrarse en la UNCTAD se han apartado de este objeti-

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vo en vez de acercarse a él. El tratado de las ONG de Rio de Janeiro, ti-tulado “La regulación democrática del comportamiento de las transna-cionales”, contiene los principios y un enfoque preliminar para desa-rrollar una estrategia de influencia en este campo. He aquí algunos deesos principios:

Las transnacionales tienen el deber de respetar la soberanía nacional, losderechos de la salud y del medioambiente públicos, y de abstenerse de lasactividades financieras, comerciales o tecnológicas que produzcan difi-cultades socioeconómicas a los países anfitriones.Los mecanismos internacionales deberían considerar a las TNC respon-sables de los nocivos efectos que causan sus operaciones en todos los paí-ses donde operen. Las cláusulas contractuales que obliguen a las trans-nacionales a llegar a acuerdos con los gobiernos y las comunidades anfi-trionas deberían reforzarse en los países sede y anfitriones.

Esto demuestra que actualmente ninguna institución internacio-nal por sí sola puede decir que tiene poder de controlar y supervisar alas transnacionales. Por tanto, deberíamos volver a las razones que haydetrás de las propuestas para reformar a la ONU. Las nuevas institucio-nes basadas en esas ideas tendrían dicho poder. El tratado de las ONGcontiene otros principios:

Las transnacionales deberían crearse para lograr los más altos niveles delmedioambiente, la salud, la seguridad y el trabajo en todos los países enque operan.Los trabajadores y sindicatos tiene el derecho de representación y parti-cipación en la supervisión medioambiental y de salud. Los trabajadorestienen el derecho de preparar, controlar y negociar las condiciones so-cioeconómicas de la salud y el medioambiente en el Norte y el Sur.La libertad de información para todos los ciudadanos, los grupos me-dioambientales, los sindicatos y las agencias de gobierno inclusive losnombres y las cantidades de los químicos que se usan efectivamente enun lugar dado, los datos de las emanaciones, el acceso al flujo de dese-chos de muestras y análisis independientes y a las supervisiones y valo-raciones medioambientales debería garantizarse y priorizarse sobre lainformación patentada y los secretos de comercio.Deberían utilizarse claros métodos y tecnologías de producción en todoslos nuevos proyectos de las transnacionales, con valoraciones medioam-bientales que determinen si un proyecto propuesto utilizará una produc-ción limpia. En cuanto a las operaciones existentes, las valoraciones me-

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dioambientales serán la base para planificar la conversión hacia una pro-ducción limpia.Las transnacionales no deberán comerciar con productos de desechos,prohibidos o no registrados, y no transferirán tecnologías obsoletas opeligrosas. Las transnacionales deberían readiestrar y compensar a lostrabajadores desplazados por la conversión hacia prácticas ecológica-mente sanas.Las prácticas de las transnacionales deberían regirse por el enfoque pre-ventivo, que coloca el peso de la prueba de que no se causa daño en elpotencial contaminador más que en el medioambiente o las víctimas po-tenciales.

El tratado de las ONG también presenta varias propuestas en re-lación con la forma en que las redes de ONG pueden organizar y coor-dinar la supervisión internacionalmente coordinada de las actividadesde las transnacionales. Cuando la acción compruebe que es necesario,se pueden formar coaliciones entre las ONG, las asociaciones de con-sumidores, las organizaciones de comercio, las iniciativas ciudadanas yotras iniciativas populares. Y debería extenderse el desarrollo del mate-rial para resolver el problema y movilizar a grandes cantidades de per-sonas.

Lo cual muestra una vez más el poco control legal internacionalque puede ejercerse sobre las transnacionales. Operan transnacional-mente y por ello están fuera de los límites de las instituciones públicasexistentes. La “sociedad civil” debe organizarse a sí misma para, bien in-fluir directamente en las transnacionales (pues cuentan con una ima-gen pública positiva que les sirven como una suerte de legitimación),bien ejercer presión sobre los gobiernos individuales o la Unión Euro-pea de tomar medidas contra prácticas como el “ecodumping”. Perocon la actual estructura del mercado capitalista mundial, las posibilida-des de un medio de control efectivo son muy limitadas. Aun no hemosencontrado el camino que lleve a una democracia económica de alcan-ce mundial.27 Aún hay mucho trabajo preliminar que hacer.

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3. Las estrategias para la vida a nivel local, nacional y europeo

3.1. El nivel local

Incluso hoy, mucha gente parece opinar que es posible dejar lascuestiones globales e internacionales a unos cuantos entusiastas, queson unos idealistas al preocuparse del “Tercer Mundo” y los bosquestropicales. Esta opinión debe y puede cambiarse radicalmente. En losEE.UU. originalmente, luego en el Reino Unido y ahora cada vez en elresto de Europa, las políticas neoliberales han significado que el me-dioambiente y los más débiles de la sociedad tengan que soportar lapresión de las fuerzas del mercado global. Los procesos de empobreci-miento, exclusión y destrucción en gran escala han proseguido, conmayor evidencia a nivel local; aquí se juntan los desempleados, con losmigrantes económicos que han visto desmoronarse sus medios de vi-da; aquí los agricultores se meten en deudas cada vez más fuertes; aquíestá el potencial de violencia entre la juventud desatendida; aquí, losbeneficiarios de la seguridad social ven reducirse su mísera pensión;aquí abundan la desesperación y los subsiguientes casos de alcoholis-mo; aquí deben pagarse las alzas del alquiler que resultan en más gen-te sin vivienda y endeudada; aquí predomina más el potencial del racis-mo y el fascismo; aquí disminuyen la educación y la cultura; aquí losniveles de basura aumentan; aquí se contamina el aire, el agua y el sue-lo. Y al mismo tiempo se reducen los subsidios para las autoridades lo-cales. Los trabajos se pierden sin posibilidad de recurso.28 Y todo suce-de mientras el rico se dedica a la evasión fiscal sobre el interés de los ha-beres de dinero (por no hablar de los enormes beneficios que obtienede la especulación en los mercados de dinero transnacionales). La gen-te común puede entender fácilmente la discrepancia que se da al res-pecto.

¿Pero puede la gente transformar estas intuiciones en acción polí-tica? Sí, pero sólo cuando se formen coaliciones entre los directamenteafectados y otras fuerzas de la sociedad civil. Este es precisamente elpunto en que ya no están vigentes los modelos del antiguo análisis declases y de la lucha de clases, aunque pueden rehacerse constructiva-mente. Los trabajadores ya no son los únicos expuestos a los peligrosdel capitalismo. Es imperativo que en todas las tentativas por formarcoaliciones, traten de convencer a los sindicatos de la futilidad de una

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perspectiva aislacionista y no política que se concentre solamente en losniveles de paga; y que los trabajadores unan sus fuerzas con los pobres,los excluidos y los grupos medioambientales en la promoción de unaregulación global del capital. La formación de coaliciones entre los gru-pos de víctimas y los elementos de apoyo de la sociedad civil es la úni-ca oportunidad que tenemos de persuadir a las instituciones políticas atodo nivel de que actúen contra las fuerzas desreguladas del capital.Claro que en este sentido, y como vimos en el Cap. IX, debe recordarseque todos los involucrados deben probar las alternativas de su propiomanejo del consumo y el dinero, tanto para explorar nuevas vías comopara permanecer fiables. He aquí el ejemplo de Mannheim.

Desde 1991, el distrito eclesial de Mannheim ha tratado de involucrar alas congregaciones en el proyecto sobre “la pobreza, la riqueza y la justi-cia”. Un facilitador trata de formar coaliciones entre las parroquias y losgrupos marginados en sus suburbios, que incluyen a los desempleados,los refugiados, los beneficiarios de la seguridad social, los padres solterosy las víctimas de la especulación de los arriendos. Un comité calificadopresta asistencia al proyecto; entre otros: el Diakonisches Werk (los Ser-vicios Sociales protestantes), el Departamento eclesial de la juventud, laMisión urbana industrial, la oficina regional para la Misión y el Ecume-nismo, que proporcionan puntos de referencia internacional, y un repre-sentante de la ciudad de Mannheim, quien es responsable de su “atlas so-cial”. Solamente siete parroquias han acordado participar, pero trabajanduramente. En los “plenarios”, los diferentes grupos se enteran de lo quepasa con los demás, hay talleres que vierten luz en los terrenos económi-co y financiero acerca de los procesos de empobrecimiento y enriqueci-miento, y se mantiene regularmente informado al distrito eclesial.El próximo paso es una “Conferencia sobre la pobreza en la ciudad”, co-nocida también como una “ofensiva comunal de la política social”. Yaexiste una Conferencia sobre la pobreza nacional a la que pertenecen lasdiferentes agencias. Y ahora se está formando a nivel local una alianzamayor, que incluye los grupos de autoayuda, la asociación de las agenciasde asistencia y de las organizaciones de bienestar social de Mannheim,los sindicatos y las iglesias. En 1994 hubo un “día por la iniciativa social”de protestar contra los recortes sociales. Eso llevó a una nueva estructu-ra de Mesas Redondas para aplicar presión sobre las instituciones capi-talistas y gubernamentales. Un día parecido se tuvo en Lieja, Bélgica. Yahora Kairos Europa trata de organizar al nivel europeo un proceso deintercomunicación entre alianzas comunitarias como éstas.29

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¿Es que no se puede concebir que, en toda Alemania y otros esta-dos miembros de la Unión Europea, la sociedad civil se convierta en unactor clave a nivel local en cuanto a poner en la agenda política unaeconomía sustentadora de la vida? ¿Qué oportunidades tienen las prin-cipales iglesias, introvertidas y conformistas, que vuelven a su llamadobíblico, de conformar células atractivas de una sociedad alternativa conel espíritu del Reino de Dios? ¿Y dónde más que a nivel local deberíancomenzar las urgentes reformas radicales? ¿Dónde más que al nivel enque Jesús prometió darse a conocer: los grupos marginados y aquelloscuyas necesidades básicas han sido pisoteadas?

Siempre fieles a esta doble estrategia necesaria, encontramos tam-bién que éste es el lugar de vincular las alternativas en pequeña escala ylas estrategias políticas; lo cual requerirá adiestrar a la gente sobre el te-rreno y organizar las cosas al nivel local con el fin de liberar los recur-sos para la intercomunicación.

3.2. El nivel nacional

El próximo paso concierne a la política económica y la formaciónde coaliciones a nivel nacional. W. Kessler da en su libro Aufbruch zuneuen Ufern (La partida hacia nuevas orillas), una excelente revisión delos objetivos y medidas en el camino hacia una democracia económicasocio ecológica en un contexto nacional.30 Primero señala dos claras li-mitaciones:– Una política como la presente de intentar simplemente reducir el

daño hecho por la economía capitalista de mercado, (generalmentesin éxito) definitivamente no basta.

– En última instancia, en una democracia que acepta fundamental-mente la economía libre de mercado, ningún gobierno puede obli-gar a los industriales, los empleados, los consumidores y los accio-nistas a actuar de una manera social y ecológicamente responsable.

Sin embargo, es posible que un gobierno en este sistema tenga unapolítica que mire a producir una democracia económica socioeconó-mica, si su política asegura que:– la propiedad privada de los medios de producción se basa y subor-

dina en gran medida a los reclamos de participación de los emplea-dos; y,

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– los procesos de mercado en el propio país e internacionalmente sesujetan a la regulación social y ecológica “a fin de que la economíase desarrolle en armonía con la gente involucrada, y con la natura-leza” (p. 152).

Kessler menciona los siguientes objetivos y medidas individuales:– ecoimpuestos que lleven a una producción ecológica y a la creación

de nuevos empleos (pp. 152ss);31

– un ingreso básico garantizado (“salario básico para todos”) para su-perar la pobreza, el desempleo y la dependencia económica(pp. 158ss);

– revolucionar la propiedad “pacíficamente” mediante una mayorparticipación y la promoción de los negocios con gestión de los tra-bajadores (pp. 168ss);

– una política de empleo que se dirija a los grupos desfavorecidos(pp. 179ss); y

– una nueva política financiera cuyo objetivo sea la redistribuciónpara (desarrollar*) una democracia económica socio ecológica(pp. 192ss).

Aquí Kessler pone el dedo en la llaga cuando contradice la obje-ción a primera vista de que nada de esto funcionará debido a la escasezfinanciera.

Una segunda mirada revela la verdadera razón por la cual faltan los fon-dos en las áreas social y económica: la desigual distribución de la rique-za económica. (...) Estos distintos procesos no evidencian una falta ge-neral de capital, sino una muy desigual distribución de la riqueza econó-mica. (...) Por ello los nuevos criterios de la política financiera son esen-ciales para un cambio fundamental hacia una democracia económica so-cio ecológica cuyo objetivo sea reconciliar la economía y la ecología ycrear más justicia social y eventualmente una propiedad más democráti-ca en los negocios. El enfoque debe ser tripartito: el capital excedente pro-veniente de la productividad que gana intereses, junto con el gasto en bie-nes de lujo, debe redistribuirse para el mayor provecho de la sociedad.

Así que no debería haber solamente un nivel más bajo que asegu-rara el sustento de la gente, sino asimismo un nivel superior para la ri-queza.32 Kessler prevé un impuesto al rédito para las empresas, un im-puesto efectivo al interés para los bancos con una clara y factible obli-gación de facilitar una información adecuada a las autoridades fiscales

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del país, y un doble IVA sobre los bienes de lujo. Solamente será posi-ble solucionar los problemas futuros si los gigantescos réditos se redis-tribuyen con propósitos sociales y ecológicos.

Kessler señala que los políticos no tienen el valor de dar los pasosnecesarios por la presión de los cabildeos que representan a los vence-dores del presente sistema. Tienen enormes recursos a su disposición,mientras que los que sufren dentro del mismo sistema están mal orga-nizados, si es que lo están, y, sobretodo, se les pasa información enga-ñosa. Pero según nuestro análisis, es obvio que sólo los necesarios cam-bios políticos a nivel nacional no pueden llevar al éxito. Los cabildeosno solamente echan mano de una poderosa retórica y, en algunos ca-sos, del cohecho, sino que también, simplemente transfieren el capitala donde logre el mayor rédito y esté sujeto a las menores restriccionessociales y económicas. En una eufemística jerga administrativa se lo lla-ma “una cuestión de colocación”. Se considera que cualquier país pier-de su atractivo como centro financiero y locación industrial si paga me-jores salarios y mantiene los empleos. Como se obliga a las empresas aceder a las presiones de la competencia dentro del mercado mundial,este argumento funciona.

¿Quiénes son los que permiten esa misma competencia para man-tener a raya a la población mundial y al planeta entero? En primera lí-nea están los actores económicos responsables solamente ante los due-ños del capital, no ante la mayoría de la gente. Por esta razón, los obis-pos brasileños hablan de un sistema totalitario de alcance mundial. Pe-ro no sólo son nuestros bancos y las transnacionales los que participanen este sistema no democrático y dictatorial en nombre de los dueñosdel capital, sino también nuestros gobiernos, que elegimos democráti-camente. Y que se han asegurado –principalmente los gobiernos deAlemania, Japón y los EE.UU.– de que sigan existiendo las actuales ins-tituciones plutocráticas de la economía mundial (el FMI, el BancoMundial, el GATT / OMC y el G7), y no se sustituyan con institucionesdemocráticas que puedan ejercer controles eficientes sobre los merca-dos y sus actores.

Para decirlo sencillamente: en la actualidad, los gobiernos nacionalesque elegimos en los países industrializados actúan dictatorialmente a ni-vel internacional. Deberían ser derogados por la mayoría de sus pobla-ciones si no desarrollan controles democráticos sobre el capital a nivel

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internacional. Sólo entonces será posible organizar estructuras sociales,ecológicas y democráticas a nivel nacional, y guiar los procesos econó-micos. Pero eso significa que el nivel nacional tiene una importancia cru-cial no solamente en su propio interés, sino en términos de las condicio-nes globales para el futuro de la vida en este planeta. Aquí la naturalezade los sistemas financieros adquiere una importancia central.33

3.3. El nivel europeo

Respecto al nivel europeo, ya he analizado detalladamente la si-tuación tras la introducción en 1992 del Mercado Único y he propues-to algunas estrategias.34 Me interesaba por las consecuencias de esteproyecto neoliberal (“Europa debe ser competitiva en el mercado mun-dial”): la concentración del poder económico frente al creciente desem-pleo; la división entre las regiones ricas y pobres; las víctimas entre losminifundistas; las divisiones sociales en aumento; el dumping me-dioambiental; la creciente imperialización de las políticas de defensaeuropeas y el desarrollo de “la Fortaleza Europea”; y el desmantela-miento de la democracia. No repetiré ahora todos estos argumentos.

En vista del actual análisis, es indudable que con la Unión Euro-pea necesitamos más, no menos, unidad política. Sólo si se fortalecenlas instituciones políticas pueden desarrollarse los mecanismos regula-dores capaces –dada la voluntad política– de confinar el mercado almarco de las condiciones que conciernen a las necesidades locales y re-gionales, y de reajustar la balanza de la desigual distribución (origina-da en primer lugar por el mercado) en beneficio de los individuos, losgrupos y las regiones más débiles.

Las deficiencias más graves del Tratado de Maastricht son que elParlamento Europeo aún no ha recibido ningún pleno poder de legis-lación y que la Unión Social se ha indispuesto con la oposición británi-ca. En otras palabras, Maastricht aún no pone las condiciones de unaconstitución verdaderamente democrática o una política social vincu-lante de las instituciones europeas. Por tanto, fue una oportuna adver-tencia el que, primeramente, los daneses rechazaran el tratado en un re-feréndum y que al segundo intento la mayoría a favor no fuera de nin-gún modo abrumadora (se sabe que por una diversidad de motivos, al-gunos de los cuales ya hemos mencionado aquí). Quizá esta conmo-ción contribuya a desarrollar más el tratado para crear más democra-

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cia y un potencial mayor para la intervención sociopolítica y medioam-biental. Este es el objetivo por el que deberían trabajar todos los movi-mientos sociales y medioambientales.

Habrá quedado claro que el tema de los sistemas financieros es decrucial importancia, pero de modo diferente al que se discute en Ale-mania, donde la primera preocupación es que con la unión monetariaeuropea, bajará la categoría de ese fetiche que es el marco alemán. Des-pués de todo, una moneda fuerte atestigua una importante posición enel injusto sistema económico global. Que por ello saque partido de ladebilidad de los otros es secundario. Ahora el Tratado de Maastrichttiene por fin que el ECU sustituya a otras monedas europeas, lo quetendrá por resultado que todos los estados miembros tengan que hacermuchos ajustes estructurales difíciles para incorporarse al nuevo siste-ma de moneda dura. ¿Cuáles serán las consecuencias?

Yo apoyo el argumento que expuso W. Hankel35 acerca de que es-ta solución sólo nos dejará dos opciones negativas: o bien se obligaríaa los países o regiones más débiles económicamente dentro de la UE ahacer enormes sacrificios sociales en el altar de la moneda dura (comomostraron las dificultades enfrentadas por las dos anteriores Alemaniasal intentar unificar sus monedas tras la reunificación), o muy pocospaíses entrarían a formar parte del sistema, mientras los otros pagaríancon inflación la cohesión social; la UE se dividiría monetariamente. Lasolución que propone el propio Hankel, como las propuestas de Key-nes en relación con el FMI, es introducir el ECU como una moneda ar-tificial paralela a todas las demás monedas europeas. Así, el ECU per-manecería estable como una moneda mundial, junto con el dólar,mientras las monedas individuales fluctuarían según su fortaleza eco-nómica y darían más peso a la estabilidad o los intereses sociales y me-dioambientales según las circunstancias y no puedo juzgar si esta es lasolución correcta, pero está claro que las consecuencias sociales negati-vas de una moneda común que Hankel ha señalado, deben discutirsepúblicamente, y evitarse.

Y en este punto doy un paso adelante: ¿Qué clase de política bus-carán los EE.UU. en el sistema monetario internacional tras la intro-ducción de la moneda común europea? ¿Será simplemente la de com-petencia, que también parece figurar de manera prominente en lasideas de Hankel? ¿O favorecerá la UE en su futura política monetarialas intenciones igualadoras y socialmente responsables que Keynes qui-

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so hacer expresas en sus propuestas originales para las instituciones deBretton Woods? En otras palabras, ¿buscará ahora Europa simplemen-te imitar la anterior política de los Estados Unidos, más intensificadapor la introducción del ECU en competencia con el dólar y el yen co-mo moneda mundial? ¿O veremos el establecimiento de un sistema fi-nanciero internacional y de las correspondientes instituciones con fun-ciones reguladoras y democráticas, que convertirán al dinero en un ins-trumento de actividad comercial social y ecológicamente sólido en vezde ser un fin en sí mismo y un instrumento de control? La respuesta aesta pregunta tendrá una influencia directa sobre si los países de Euro-pa del Este siguen decayendo como los del Sur o si tienen la oportuni-dad de volverse independientes.

Estos temas se pusieron en agenda concretamente en 1994, puesese año marcó el cincuenta aniversario del establecimiento de las insti-tuciones de Bretton Woods. Los movimientos sociales y las ONG apro-vecharon esa oportunidad para efectuar un debate público sobre estosasuntos. Kairos Europa es un ejemplo: una red que ya he mencionadode organizaciones de autoayuda y grupos de solidaridad. Ha lanzadouna campaña por la creación de un vínculo entre las luchas por unaeconomía justa dentro y fuera de Europa. A continuación se describebrevemente su plan; la campaña tiene el objetivo de encontrar alterna-tivas al sistema económico y financiero que crea mecanismos de empo-brecimiento en el Sur, el Este y Occidente.

Tras reunir la información adecuada36 en la primera fase (1993- junio1994), las víctimas de la pobreza y la deuda dentro y fuera de Europa hantrabajado en grupos locales y en cuatro equipos internacionales, estu-diando sus propias experiencias de empobrecimiento y sus causas den-tro del sistema económico y financiero. Entre los participantes están:agricultores que se han endeudado, gente sin trabajo, sindicalistas, inmi-grantes, así como los expertos que trabajan con ellos. Los proyectos deMannheim de “La pobreza, la riqueza y la justicia” y de “la conferenciasobre la pobreza” pueden servir de ejemplos al respecto. En la primeramitad de 1994, los equipos internacionales organizaron seminarios mó-viles en Brasil, el Caribe, Alemania y Polonia, y Suiza e Italia.Sus experiencias se cotejaron en la conferencia evaluatoria de Bruselas enjunio de 1994, seguida por los “Días de acción de Bruselas” bajo el lema“Salvemos al planeta y a la gente: controlemos el dinero”. Hubo una ma-nifestación frente a la Bolsa de Valores de Bruselas, y luego una vista le-

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gal pública con los representantes de la Comisión europea y el Parlamen-to Europeo. Los temas principales incluyeron la responsabilidad políticapor la reforma de las instituciones de Bretton Woods, con el control delos mercados financieros transnacionales y el fin de la crisis de la deuda,así como las peticiones de una reforma socio medioambiental de la po-lítica financiera interior en Europa.37

En la segunda fase se buscará una doble estrategia con la intención, pri-meramente, de influenciar a los gobiernos nacionales en este sentido y alpúblico de los estados miembros de la UE; y luego, de desarrollar una redde microalternativas económicas y financieras a nivel europeo e interna-cional. Para empezar, Kairos Europa envió una carta a todos los minis-tros de finanzas y los presidentes de los bancos centrales de la UE con laspreguntas y propuestas de la vista de Bruselas; al mismo tiempo, las igle-sias y comunidades europeas deberían involucrarse en el manejo de es-tas cuestiones y –en lo posible– en la campaña, como preparación parala planeada segunda asamblea ecuménica europea de 1997.

El vincular los niveles local, nacional y europeo en un contextomundial, se hace para contribuir a la instalación de las ampliamentefundadas “alianzas de esperanza”; con ellas se tendrá la oportunidad deensayar actividades económicas sustentadoras de la vida y al mismotiempo se ayudará a crear las condiciones políticas necesarias para unaeconomía alternativa a un macronivel.

Finalmente, pongamos este enfoque de la doble estrategia en laperspectiva de los ciclos largos de la acumulación del capital que pro-pone Giovanni Arrighi. Desde este punto de vista, la expansión finan-ciera y la creciente competencia que hemos experimentado desde losaños 70 es al mismo tiempo un signo del declive del poder hegemóni-co de los EE.UU., y de la aparición de un nuevo epicentro del próximociclo de acumulación, que Arrighi localiza en Asia oriental. Japón, quelos mismos EE.UU. levantaron durante la Guerra Fría, se ha converti-do en la potencia económica y financiera líder. En su industria de fabri-cación, ha venido desarrollando nuevas formas de organización de losnegocios centradas en la reducción de costos, combinada con la venta-ja de la abundante e industriosa mano de obra barata del este y el surde Asia. Y financieramente, ha reunido grandes cantidades de capitalexcedente, especialmente al dejar a los EE.UU. el costo de protección dela defensa militar.

332 Ulrich Duchrow

Sin embargo, para el nuevo centro financiero global es imposibleasumir la hegemonía. Arrighi compara a Japón con Génova: necesitaun socio del poder político territorial, que en este caso podrían ser losEE.UU. (Sorprendentemente, no reflexiona acerca del posible papel deChina, que podría añadir un dragón a los cuatro tigres que rodean a Ja-pón). Y ve tres opciones en esta situación (pp. 355ss.):– ... la vieja guardia ... bien puede estar en posición de apropiarse

por la fuerza, la astucia o la persuasión del capital excedente que seacumula en los nuevos centros y terminar así la historia capitalistamediante la formación de un imperio mundial verdaderamente glo-bal.

– Asia oriental puede llegar a ocupar una posición de mando en losprocesos sistémicos de acumulación del capital. Pero sin sus capaci-dades de hacer la guerra y el estado, ‘la capa subyacente de la econo-mía de mercado degeneraría en algún tipo de orden anárquico’.

– Por último ... antes de que la humanidad se sofoque (o chamusque)en el infierno (o el paraíso) de un imperio mundial poscapitalista ode una sociedad mundial poscapitalista de mercado, puede arder enlos horrores (o las glorias) de la violencia creciente que ha acompa-ñado la liquidación del orden mundial de la Guerra Fría. En este ca-so, la historia capitalista llegaría a su fin pero al degenerar perma-nentemente en el caos sistémico del cual provino hace 600 años yque, con cada transición, se ha reproducido en una escala siemprecreciente. Es imposible decir si ello significaría el fin sólo de la his-toria capitalista o de toda la historia humana.

Claro, hay signos en estas tres direcciones: el “Nuevo Orden Mun-dial” con las fuerzas de intervención global de Occidente; el caráctercaótico, criminal y corrupto de los mercados transnacionales; la caóti-ca proliferación de armas cada vez más letales por medio (o en medio)de estos mercados, que crean cada día más y más víctimas.

En la perspectiva de la doble estrategia que este libro propone, es-tas tres opciones ciertamente apelan a la resistencia y las alternativas enpequeña escala. El guión político es desalentador, pero también puedeorientar. Los movimientos de la sociedad civil y también las iglesias delSur, Estados Unidos y Europa tendrán que concentrarse más en reunir-se con la sociedad civil de Japón y Asia oriental y suroriental. Asimis-mo es particularmente importante vincular las redes de los EE.UU., Ja-

Alternativas al capitalismo global 333

pón y Europa: en la actual estructura de poder, estas tres regiones seránresponsables por la creación de, sea instituciones globales social y eco-lógicamente viables, sea de las visiones de horror de las tres opciones deArrighi.

Por lo tanto, lo que necesitamos es un movimiento económico glo-bal de derechos civiles intercomunicado.

334 Ulrich Duchrow

4. Resumen 4.1. Una estrategia dual que supe-

1 ARECHAZO / DESLEGITIMACION / CONTRAINFORMACION

¿Contra quién / qué?¿Para quién / qué?

1 EconómicaMecanismos desreguladores de la ilimitada acumulación de dinero vía lassiguientes instancias totalitarias:

– los mercados globales de dinero orientados hacia la competitividad – los mercados globales industriales para el rédito en vez que hacia la vida real

2 PolíticaInstituciones que respalden los mecanismos de la ilimitada acumulación dedinero:

– globales: FMI / Banco Mundial– europeos: el mercado único sin supervisión ni control político socio

ecológico– nacionales: la política neoliberal desreguladora y los recortes sociales

3 Militar– LIC y MIC (siglas en inglés para conflictos militares de baja y media intensi-

dad respectivamente)

4 Ideológica– la ideología neoliberal en los medios de comunicación, la educación,

las iglesias

1 Boicoteos– Dinero: - contra los bancos (que por ej., no anulen la deuda del 3er.

Mundo o financien la industria de armas...)- contra el interés de mercado

– Consumo: - contra las transnacionales (por ej, injusticia en el 3r Mundo)- contra los productos de lujo y el comercio injusto

– Distribución: - contra los sistemas de pago injustos2 Deslegitimación del sistema y contrainformación

¿Cómo?

1 B REDES DE ALTERNATIVAS EN PEQUEÑA ESCALA

Visión

El Objetivo

Orientada a la vida real

– cada cual necesidades básicas, ecología, comunidad, participación,– naturaleza de abajo (nivel local) arriba (nivel global), – generación futura indicadores alternativos

1 En la producción y el comercio– empresas alternativas– tecnología alternativa – préstamos a bajo interés– bancos alternativos– agricultura alternativa – cooperativas productor-consumidor– comercio alternativo – un comercio justo

2 En el consumo– sencillo y ecológico– productos provenientes de un comercio justo

3 Distribución de los ingresos– romper las líneas divisorias (ya marcadas*) de los ingresos (por ej. en las

iglesias)– repartirlos ecuménicamente

4 Seguridad– la defensa social– intercomunicación de las alternativas para un mutuo fortalecimiento

Alternativas

PARA UNA ECONOMIA

}

}

Alternativas al capitalismo global 335

la economía capitalista global que amenaza la vida

II LA LUCHA POR UNA ECONOMIA SOCIOECOLOGICA

1 Económica– Internacionalización del poder de contrarrestación de los sindicatos– Internacionalización del poder de contrarrestación de la sociedad civil– Internacionalización del control y la tributación a los mercados y actores transnacionales

2 Política– Global: - La ONU reformada - en vez de las instituciones de Bretton Woods (democratización)

- anulación de las deudas, cambio de los términos de comercio y tributación de los intereses– Europea: las condiciones político socio ecológicas del mercado único– Nacional: el marco de los mercados contra los monopolios, la evasión fiscal, los recortes sociales– Local: prioridad de los asuntos sociales y una economía local sustentable

3 Militar– La lucha contra las tropas imperialistas de intervención y la exportación de armas, y por la reconver-

sión armamentística, y la utilización del dividendo de la paz para una política social global

4 Ideológica– Una contraofensiva en los medios de comunicación, el sistema educativo, las iglesias

1 Participación activa en las elecciones– Vía los medios de comunicación– Vía todos los actores sociales

2 "Cabildeo" (grupos de presión e influencia) profesional de las organizaciones no guber-na mentales

3 Formación de un movimiento de derechos civiles en la economía global– Local / comunitario– Nacional alianzas de víctimas y grupos de solidaridad– regional (europeo) para crear presión desde abajo– global

SUSTENTADORA DE LA VIDA

}

336 Ulrich Duchrow

4.2. Las respuestas del pueblo de Dios a los sistemas de poder político económicos

A. Teologías bíblicamente legítimas desde la perspectiva y elpoder del Reino de Dios

– en un espacio abierto: 1. Domar los sistemas de poder2. Una "Sociedad de contrastes"

transformada como ejemplo

– Eucaristía: - el compartir de Dios- nuestro compartir.

– Visión del Reino de Dios.– Alabanza al Reino del amor,

no del "señor Dinero" y la competencia.

– Confesión y perdón de la culpa y el pecado.

– Intercesión por las víctimas, los actores y los beneficiarios.

– Espiritualidad de las relaciones y espiritualidad del combate.

– Deslegitimación de los ídolos (¡el señorDinero!).

– Contrainformación.– Autorización para actuar

mediante la fe en la justicia de Dios.– Desafío de la ley divina del amor

para compartir el poder.– Inspiración de la ley divina del

amor para compartir el poder.– Sustentación de la esperanza

en el Reino de Dios de la Justicia (al desplegar la Biblia como "El Libro de la Memoria de los Pobres").

LITURGIA PROCLAMACION

Lo mismo Lo mismo

Lo mismo a nivel nacional/regional Lo mismo a nivel nacional/regional

Lo mismo a nivel nacional/regional Lo mismo a nivel nacional/regional

Orientaciónteológica

básica Formas socialesde la iglesia

aa Congregacioneslocales

ab grupos /comunidadescristianoslocales

ba Iglesiasnacionales /regionales

bb redesnacionales/regionalesde los grupos/comunidades cristianas

ca IglesiaUniversal

cb Redesglobalesde los gruposcristianos

Lo mismo a nivel global ...de las iglesias locales/nacionales/regionales ...para enfrentar a las estructuras de poder globales

Lo mismo al desafiar a las estructuras eclesiales universales ...

y vincularse con los marginados y ...para resistir/domar/transformar ...

Alternativas al capitalismo global 337

– Conocimiento económico– Servicio mutuo versus

la dominación y la explotación(cf. Mc. 10, 42ss.)

– Dejar que los marginados dela sociedad sean los sujetoscentrales de la congregación

– Apoyo para los grupos de autooayuda y solidaridad

– "Cabildeo" en las instituciones municipales

– Se mueve hacia formas alternativas de comunidad / relaciones

especialmente en cuanto a:tratar con el dinero, la tierra,el trabajo y el poder

DIACONIA KOINONIA

+ Vincular a los marginados con las congregaciones

+ Una Praxis radical por la justicia, la paz, la creación (JPIC:siglas en inglés)

Lo mismo a nivel nacional/regional y participación en las luchas de la sociedadcivil

– Trato alternativo de:– el dinero (salarios y capital)– la tierra, las viviendas– el trabajo (ej: sin desempleo)

– Vincular a los movimientossociales/económicos y a losmarginados con las iglesiasinstitucionales al desafiarlashacia decisiones y accionesmás allá de la retórica

– Desarrollar una comunidadde comunidades y redes

... al acrecentar la capacidad

... y los movimientos cristianos

... y las alternativasadicionales

– Acrecentar la comunidadconciliar entre las tradiciones y formas de lasiglesias locales / nacionales/ regionales y los movimientos cristianos

... moverse hacia la acción y ladecisión... movimientos sociales/ ecológicos...estructuras plutocráticas globales

- Vivir hasta las últimas consecuencias la unidad ecuménica

(una economía global capitalista / de los imperios)

– En cooperación con: - los actores de la sociedad civil parala autoayuda y la solidaridad

- actores razonables en las instituciones

– En lucha contra ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

– Cuando los sistemas se vuelven cerrados/totalitarios:resistencia contra los sistemas y las alternativas atractivas

B.Teologías estatales"/ teologías capitalistas

C.Teologíaeclesial

Asimilación Activa (respaldalas injusticias hasta la persecución de laverdadera iglesia)

"La lucha de la Iglesia"

InvitaciónInspiraciónComunicaciónDesafío

AsimilaciónPasiva(es neutral oretórica hacia lasinjusticias)

338 Ulrich Duchrow

NOTAS

1 A. G. Frank y M. Fuentes-Frank, 1990; cf. también R. Kurz, 1991, pp. 259ss.2 B. Moyer, 1987.3 W. Kessler, 1990, pp.151ss.4 Ibíd.5 W Hoogendijk, 1991.6 P. Ekins, 1986 y 1992; J. Robertson, 1990.7 H. E. Daly y Cobb Jr. 1989.8 Comisión de la CE, 1993.9 J. Cavanagh (ed.), 1994.10 E. Altvater, 19922, 1992, 1993; para mayores detalles sobre el nivel europeo cf. U.

Duchrow, 1992; para la información acerca de la dimensión global de los proble-mas del medioambiente cf. E. U. von Weizsäcker, 1994.

11 Cf. South Centre, 1992. Entre otras publicaciones recientes sobre la reforma delas instituciones globales están las de J. Cavanagh, M. Arruda y D. Wysham (Ed.),1994; J. Bruin (ed.), 1994; U.Duchrow y M. Gueck, 1994 y 1995.

12 PNUD, 1992; cf. también PNUD, 1994.13 Cf. también PNUD, 1992, pp. 82s. y PNUD, 1994, que apela por un ‘Consejo de

seguridad económico” (p. 84).14 Ver también las peticiones de los informes del PNUD de 1993 y 1994 respecto a

la extensión del concepto de seguridad humana desde la seguridad de las nacio-nes a la seguridad de las personas.

15 Un énfasis esencial de la Organización para las reformas a Bretton Woods (BW-RO por sus siglas en inglés) , Grenada, Green Street, St Georges.

16 Ver PNUD, 1992, pp. 80ss.17 Esta propuesta se elabora en base al crítico Informe de Wapenshans sobre el Ban-

co Mundial. Para más facetas alternativasdel BM ver Cavanagh/Arruda, 1994,pp. 11ss.

18 Cf. T. Kunanayakam, 1993.19 El tratado de las ONG sobre la cuestión de la deuda empieza con esta frase:

“Considerando que la deuda externa es el más reciente mecanismo de la explo-tación de los pueblos del Sur y del medioambiente del Norte, lo cual añade una carga adicional a la deuda cultural, histórica, y de recursos que el Norte tiene conel Sur...”.

20 Encontramos una excelente revisión de la cuestión del alivio de la deuda en: H.-B. Peter et al., 1990, pp. 35ss. Como se expuso en la primera parte de este libro,asumo que todas las propuestas concernientes a la gestión internacional de la cri-sis simplemente equivalen a salvar a los acreedores de la crisis del sistema de laacumulación del capital y retirar el control sobre importantes recursos e instan-cias económicas provenientes de los países deudores, mediante métodos comolos “canjes de deuda-por-derechos sobre el activo (participación en el capital, oacciones ordinarias)”.

21 Cf. Kairos Europa, 1992, pp. 96ss.; U. Duchrow y M. Gueck, 1994 y 1995.22 K. Raffer, 1990.

Alternativas al capitalismo global 339

23 Cf. J.L. Duboc Pinaud, 1992.24 Esta propuesta ha obtenido un amplio respaldo en el Parlamento Europeo.25 S. George, 1992.26 Sólo recientemente ha sido que un grupo de izquierdas del SPD, el “Frankfurter

Kreis (El círculo de Francfort) ha asumido esta cuestión como un tema para lacampaña de las elecciones de 1994 en Alemania.

27 En su publicación “Multis, Markt und Krise” (Las multinacionales, el mercado yla crisis), 1992, el Taller de Economía de Heildelberg ha propuesto algunas estra-tegias de intervención contra las empresas multinacionales.

28 En Mannheim, los recortes de empleo han significado despedir hasta al asesor dela deuda. Y se da la razón de que este problema ha crecido tanto que se necesita-rían diez asesores.

29 Coordinación: Industrie- und Sozialpfarramt, Nietzschestrasse 8, D-69165Mannheim

30 W. Kessler, 1990, pp. 151ss.(tr.) Respecto a otros contextos nacionales, consúlten-se los libros ya mencionados, especialmente Daly y Cobb, 1989.

31 Cf. también E.U. von Weizsäcker, 1994, pp. 159ss.32 Cf. también B. Goudzwaard y H. de Lange, 1995; E. -U. Huster, 1993.33 En este contexto se debe volver a examinar la cuestión de si el banco central de-

bería tener una posición tan poderosa y políticamente independiente. Ahora pa-rece responder sólo a los que tienen dinero a su disposición, por la cuestión dela estabilidad del valor, y además, no tiene ninguna legitimación democrática.Por otro lado, el banco central tiene una serie de tareas importantes que hacer encuanto a que posee una función estatutaria reguladora sobre los bancos.

34 Cf. U. Duchrow, 1992.35 Cf. W. Hankel, 1992.36 Ver el documento de consulta Transnational Financial Markets and the Euro-

pean Currency System - Their Effects on Poor Countries and Population Groups(Los mercados financieros transnacionales y el sistema monetario europeo - Susefectos sobre los países pobres y los grupos poblacionales), Kairos Europa (He-genichstr. 22, D-69124 Heildelberg), 1993.

Conclusión

En la Primera Parte de este libro examinamos los mecanismosglobales que ocasionan el empobrecimiento y la destrucción medioam-biental en el Sur, el Este y Occidente. Identificamos esos mecanismossobretodo en los mercados de capital transnacionales desregulados, quese centran solamente alrededor de la acumulación de dinero, y en lasinstituciones plutocráticas que no hacen nada para detener su avance.

En la Segunda Parte, recordamos algunas tradiciones bíblicas decontrarrestación de los injustos sistemas político económicos, especial-mente los antiguos imperios Romano, Heleno y del Cercano Oriente,porque pueden señalarnos hoy el camino hacia las nuevas tentativas deconstruir una sociedad alternativa basada en la solidaridad. Las iglesiasdeberían ser las sucesoras de esas tentativas, y utilizar urgentemente “elproceso conciliar para la justicia, la paz y la integridad de la creación”(que ya han empezado ellas mismas), para cumplir con su llamado bí-blico y apoyar la lucha de los pueblos contra el empobrecimiento y ladegradación medioambiental. Y así también se renovaría la vida ecle-sial. Sin embargo, muchas de las resoluciones aprobadas por las asam-bleas ecuménicas de Basilea (1989) y Seúl (1990) aún no se han puestoen práctica. Por tanto, la Segunda Asamblea Ecuménica Europea (pla-neada para 1997) debería empezar por examinar las formas alternati-vas de acción y los ejemplos practicables para la reestructuración de laeconomía. La Biblia ofrece dos enfoques al respecto: cuando nos en-frentamos con sistemas totalitarios, se necesitan y se puede oponer tan-to la resistencia como las alternativas en pequeña escala; se pide una in-tervención profética cuando puede hacerse que la influencia política défrutos.

Una observación de las actuales circunstancias mostró que ambassituaciones están interrelacionadas y así, ambos enfoques bíblicos pue-den, y deberían, combinarse útilmente en una doble estrategia. Actual-mente nos enfrentamos con un sistema totalitario, plutocrático y, porlo tanto, no democrático, que toma la forma de los mercados transna-cionales de capital y de las instituciones financieras como el FMI y elBanco Mundial. Los mercados transnacionales de capital sólo son res-

342 Ulrich Duchrow

ponsables de la pequeña proporción de la población mundial que dis-pone de grandes cantidades de dinero y por eso simplemente buscan laacumulación de ganancias a corto plazo. Ya no tienen ningún sentidode responsabilidad hacia la mayoría de la gente o el medioambiente; yencarnan los mecanismos del mercado capitalista. Los gobiernos de lospaíses industrializados dominan las instituciones internacionales fi-nancieras y económicas (esto es, el FMI, el Banco Mundial y la OMC),y por lo tanto, respaldan los intereses de los actores de los mercadostransnacionales de capital. De ahí que algunas de las funciones de losgobiernos que elegimos en Occidente sean dictatoriales. La respuestaapropiada -y en el caso de las iglesias, teológicamente necesaria- a estaparte totalitaria del sistema global es el rechazo y las alternativas en pe-queña escala.

Todo el mundo en las naciones industrializadas occidentales tienederechos políticos que ejercer en el espacio que les deja el capital. Di-cho espacio no está claramente definido, pero depende del grado en elque las víctimas del sistema hagan oír su voz. La pregunta crucial es silos movimientos sociales y medioambientales pueden obtener el apoyosuficiente de entre las víctimas y sus simpatizantes, y de otros grupos einstituciones sociales, para utilizar y ampliar ese espacio. El principalobjetivo debe ser la creación de instituciones globales políticas y demo-cráticas, capaces de supervisar los mercados transnacionales de capitaly de obligarlos a operar de acuerdo con las normas socio medioam-bientales. Con el fin de alcanzar ese objetivo, hemos intentado exponerlos enfoques de una doble estrategia nivel local, nacional, europeo yglobal. Y tenemos la elección ante nosotros: sea que permitamos la do-minación de la acumulación de dinero que el mercado mundial provo-ca por la intensa competencia y el consumo de bienes de lujo por par-te de unos cuantos privilegiados, con las consecuencias de muerte ycaos para la mayoría de la gente, las sociedades y el planeta mismo; seaque pongamos el dinero bajo un estricto control y lo utilicemos parasatisfacer las necesidades básicas de la gente y para producir una igual-dad social y una toma de conciencia medioambiental, en breve, paracrear una economía con rostro humano, una economía que sustente lavida.

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