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Análisis de las referencias y conceptos kantianos en la obra Poemas Negros, así como de su aplicación a la función poética
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PONTIFICA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
FACULTAD DE LINGÜÍSTICA, COMUNICACIÓN Y LITERATURA
MAESTRÍA EN LITERATURA HISPANOAMERICANA Y ECUATORIANA
SEMINARIO DE ESTÉTICA
Docente: Mgs. Fernando Albán
Maestrante: María José Garcés
Análisis estético y referencias kantianas en la antología Poemas Negros
Huilo Ruales
- ¿Por qué escogió la literatura como profesión? - No la escogí. Más bien, como un ángel con cuernos y enormes alas, la
encontré sentada en el filo de mi cama. Naturalmente no le hice caso, pese a que su sombra me acompañaba por donde iba, incluido en los sueños. Lo que sí escogí, mucho más tarde, quizá demasiado tarde, es dejar casi todo para dedicarme a la escritura. Claro que más bien he terminado dedicándome a la lectura.1
Huilo Ruales es uno de los escritores ecuatorianos más reconocidos en la actualidad.
Suscitador de talleres, políticamente incorrecto, enemigo de la academia y amigo de
los espíritus jóvenes, posee una extensa producción que abarca cuento, novela,
poesía y teatro. Ruales no posee una formación académica en el campo de la
literatura, exceptuando un par de talleres, y como el mismo afirma, antes de dedicarse
a la escritura intentó un sinfín de profesiones con el de evadirse de un destino que en
el mejor de los casos sería tortuoso; ningún escritor (al menos los decentes) podrían
afirmar que su oficio es un lecho de rosas.
Independientemente de su fugaz paso por la academia, o quizás precisamente por
eso, Ruales ha sabido forjarse una impronta propia, que ha deslumbrado a las jóvenes
generaciones y en cierta medida, al menos en mi experiencia personal, ha despertado
espíritus de imitación entre los noveles escritores ecuatorianos.
1 Entrevista concedida a Diario El Universo. Recuperado en http://www.eluniverso.com/2009/09/13/1/1380/huilo-ruales-escribir-carrera.html
1
Sin embargo, lejos de permitirse ser arrastrado por esta efervescencia de seguidores y
abrazar la fama, Huilo se ha mantenido al margen, tanto ideológica como
geográficamente. Radicado en Francia, realiza frecuentes viajes a Ecuador, tanto para
presentar nuevos libros como para dictar talleres. Los talleres literarios que imparte no
intentan forjar escuela alguna, Huilo no enseña metodología ni muchos menos
cronograma lecturas esenciales, sus esfuerzos se centran en que cada aprendiz de
escritor sepa encontrar su propia y auténtica voz, evitando que esta se vea opacada
por los lugares comunes, las temáticas de moda forzadas, los localismos, entre otros;
en pocas palabras, Huilo busca forjar aquel cosmopolitismo del arte que también
mencionará Kant.
El escritor menciona que lo que más le paso en Europa fue la biblioteca, y como
autodidacta sus intuiciones se acercan muchas veces a los planteamientos de Kant,
aunque no de manera explícita. Por ejemplo, Ruales cita en diversas obras al polaco
Witold Gombrowicz, sobre todo a una conferencia que pronunciará, posteriormente
recogida de manera escrita, de la cual extraigo la parte que considero más
representativa tanto de su acercamiento a la propuesta kantiana como al ejercicio de
Ruales:
No cabe duda de que la tesis de esta nota: que los versos no gustan a casi
nadie y que el mundo de la poesía versificada es un mundo ficticio y falsificado,
parecerá desesperadamente infantil; y, sin embargo, confieso que los versos
no me gustan y hasta me aburren un poco. Lo interesante es que no soy un
ignorante absoluto en cuestiones artísticas ni tampoco me falta la sensibilidad
poética; y cuando la poesía aparece mezclada con otros elementos, más
crudos y prosaicos, por ejemplo en los dramas de Shakespeare, en las obras
de Dostoievski, de Pascal, o, sencillamente en el crepúsculo cotidiano, tiemblo
como cualquier mortal. Lo que difícilmente aguanta mi naturaleza es el extracto
farmacéutico y depurado de la poesía que se llama "poesía pura" y, sobre todo,
cuando aparece versificada. Me cansa el canto monótono de esos versos,
siempre elevado, me adormecen el ritmo y la rima, me extraña dentro del
vocabulario poético cierta "pobreza dentro de la nobleza" (rosas, amor, noche,
lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión y todo el grupo
social que a él se dedica padecen de algún defecto básico.2
2 Gombrowicz, W. (2006). Recuperado en http://www.sequitur.es/wp-content/uploads/2010/09/contra-los-poetas.pdf
2
Se expresan aquí varias ideas que se ajustan a algunos planteamientos suscitados por
Kant:
El arte bello es arte en cuanto parece naturaleza: debe parecer tan libre
de toda violencia de reglas caprichosas cual si fuera producto de la
naturaleza.
En los especialistas se ve estropeado el sentido común, que es aquello
que permite que el arte sea universalmente comunicable.
La finalidad, aunque intencionada, no debe parecerlo.
No debe evidenciarse el artificio. El arte no pude inventar por sí mismo
la regla según la cual debe efectuarse su producto.
Dado que puede haber un absurdo original, los productos deben ser
ejemplares, es decir, no nacidos de la imitación y a la vez servir de
medida o regla de juicio.
Así, en este pequeño párrafo podemos observar que Gombrowicz coincide en muchos
puntos con Kant, bien sea por influencia o por simple coincidencia, de cualquier
manera son consideraciones que han sido tratadas por muchísimos autores y desde
diversas perspectivas. Witold considera que el ejercicio forzado que representa la
poesía versificada la vuelve insoportable, y quienes dicen admirarla y le promulgan, es
decir los especialistas, tanto críticos como poetas, parecen adolecer de algún defecto
básico, que Kant considera como un sentido común estropeado. El ir predispuesto,
con prejuicios o conceptos, hacia la obra de arte, inválida o dificulta cualquier goce
estético. Es quizás por tal motivo que la poesía versificada resulta tan insufrible y ya
casi no se la práctica, aunque los daños de siglos de encasillamiento son extensos,
desde el abismo al parecer insalvable que separa a la poesía de la sociedad hasta los
prejuicios que se tienen sobre quienes la practican, desde vagos, inútiles, bohemios,
desocupados hasta locos y homosexuales, o todo incluido.
Ruales también refleja lineamientos netamente kantianos:
lo bello es en sí mismo un fin.
basta el aura en el puñal
durmiendo sobre la madera.
su función atávica – ser relámpago –
tiene otro tipo de belleza3
3 Ruales, H. (2012). Poemas negros. Editorial Sacco à Toulouse. Pág.12.
3
Aquí podemos observar dos variantes kantianas, una que se relaciona netamente con
uno de los enunciados kantianos (lo bello es en sí mismo un fin) y otra relacionada a la
manera en que el poeta expresa su obra, ya que para Kant el arte bello muestra su
excelencia al describir como bellas cosas que resultan naturalmente feas o
desagradables. Tanto la narrativa como la poética de Ruales están plagadas de seres
deformes, tanto física como espiritualmente, incluso hay quienes consideran su estilo
como una estética a veces de la pobreza, a veces de lo grotesco, a veces de ambas
cosas.
Sin embargo, no toda su obra se centra exclusivamente en lo grotesco, Ruales logra
en ocasiones que dentro de lo grotesco podamos intuir tanto lo bello como lo sublime.
Así, en los colores del Pabellón B podemos ver destellos de belleza dentro de la locura
de sus habitantes:
Amarillo Oro:
Quisiera tener un hijo de madera.
En el colgaría mi ropa. Me serviría de silla. O de escalera.
Con el tiempo mi descendencia sería un bosque.
En donde volvería a perderme.4
No es aleatoria la asociación entre color y contenido, dentro de la multitud de colores
que pueblan en pabellón, es este el que más resplandece, donde podemos encontrar
aquel instante de belleza, asociada en este caso con la naturaleza que, como señala
Kant: “es una representación de la imaginación emparejada con un concepto dado y
unida con tal diversidad de representaciones parciales en el uso libre, que no se
puede encontrar una expresión que indique un determinado concepto; hace pues que
en un concepto pensemos muchas cosas inefables cuyo sentimiento vivifica las
facultades de conocer”.5
Por otro lado, considero que la mayor parte de la poética de Ruales está más cerca de
lo sublime que de lo agradable o lo bello. Lo sublime se expresa en Ruales de dos
distintas formas: la primera asociada a lo inconmensurable, al terror, a la amenaza de
la que están preñadas ciertos objetos y que pesa sobre la conservación del ser
4Ruales, H. (2012). Poemas negros. Editorial Sacco à Toulouse. Pág.62.5 Kant, I. (2007). Crítica del juicio. Recuperado en http://www.raularagon.com.ar/biblioteca/libros/Kant%20-%20Critica%20del%20Juicio.pdf
4
(Burke): tinieblas, soledad, silencio, cercanía de la muerte; en las que se experimenta
la posibilidad de que muy pronto ya nada suceda, o bien que todo lo que sucede
carece de significado, fin o sentido:
Lo que suele repetir el hijo con cada silencio (o La Kulpa)
Cuando uno nace se voltea y dice perdón me equivoqué de puerta
Me equivoqué de pasadizo de pabellón de acrópolis de planeta de universo
Perdón me ekivoké de dios de diablo de infierno,
Perdón se dice y uno se voltea y decide entrar por donde se ha salido,
Perdón, me equivoqué de historia, de reencarnación, se dice
y uno empuña la ensangrentada cuerda para trepar al corazón de la montaña
Pero te lo impiden los trescientos dedos enguantados y rodos los colmillos
de tiburón y los arpones y los frascos de formol y las agujas
hipodérmicas y los pájaros ahorcados en el alumbrado público
entonces uno empieza la primera batalla como todo samurái ante el
dragón de la muerte6
Aunque muy relacionada a esta primera, la segunda forma de lo sublime viene
asociada con el acto de la creación en sí, siendo ejemplar en este sentido El ángel de
la gasolina, poemario que ‘narra’ el génesis del monstruoso mundo donde habita y
reina este ser.
Díptico esencial
I
no llovía fuego todavía
lo cierto es que dios colocó
todos sus pies en el filo
de la nada
6 Ruales, H. (2012). Poemas negros. Editorial Sacco à Toulouse. Pág.98.
5
en ese instante yo ascendía
untado de plumas y cristales
y con la boca llena de ceniza
fue tal el doble impacto
que nos volvimos ciegos
él impera en el reino de las altas tinieblas
yo y mis huestes en el sol del hormigón
soy el ángel de la gasolina
Por lo tanto, considero que la poética de Ruales se enmarca en ciertos momentos
dentro de lo agradable, en otros dentro de lo bello, y en otros dentro de lo sublime. Lo
que se puede afirmar con seguridad es que el suyo no es ejercicio forzado, que no
intenta imitar escuela o regla alguna. En su poética nunca se evidencia el artificio, a
pesar de sus asociaciones disonantes, oníricas o grotescas, el autor posee el
suficiente genio para hacer parecer todo natural, incluidos la muerte, el caos, la
deformidad y la sangre; quizás ahí radica la admiración que produce entre los jóvenes,
que tan justificadamente lejos se hallan de los conceptos clásicos de la estética
(belleza clásica – entiéndase como armonía, proporción y simetría –, mimesis,
catarsis, genialidad), jóvenes que crecieron un mundo vaciado de referentes, que se
sienten incomprendidos y rechazados por la adultez, jóvenes y no tan jóvenes que se
en una sola palabra son desarraigados, epíteto que Huilo usa para referirse a sí mismo
y a todos quienes considera sus hermanos.
6