Andrés Townsend. Comentarios a la Carta de Jamaica de Simón Bolivar

5/9/2018 Andrés Townsend. Comentarios a la Carta de Jamaica de Simón Bolivar - slidepdf.com

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COMENTARIOS A LA CARTA DE JAMAICAANDRÉS TOWNSEND EZCURRA

El destierro del Libertador a Jamaica, después de la pérdida de la II República, lo poneen la posibilidad de meditar sobre los destinos de América1. En carta a la Royal Gazette (18 de agosto de 1815) Bolívar se llama a sí mismo “hijo de la América delSur” 2 e interesado en todo lo que ocurre en tan vasta comarca. Desde “la abominabledestrucción de los Incas y casi toda la población del Perú”, y los “sufrimientos queexperimentaron Túpac-Amaru y su real familia”, hasta los ajusticiamientos deCartagna, los hechos cruentos de La Paz y los caídos por la libertad de México, queBolívar computa, hasta ese momento, en un millón de víctimas3

.

Semanas más tarde, responde a una carta de un caballero de la isla de Jamaica ─identificado como Mr. Henry Cullen─ 4

1 El presente texto de Andrés Townsend Ezcurra pertenece al libro La Nación deRepúblicas: Proyecto latinoamericana de Bolívar (Lima, 1988)

y en esa larga, intensa y profética misiva, ellibertador efectúa el trazo general de su ideario integracionista. Se eleva a lacontemplación del continente como un todo ─visión que hizo de Bolívar el primerpolítico auténticamente latinoamericano ─ e invoca razones históricas, morales ysociológicas para justificar la insurrección hispanoamericana y vaticinar su triunfo

inevitable.

2 Bolívar, Ob. cit. Vol. I, pág. 125.3 Id. id. id.4 Siso Martínez, J. M.: Ciento cincuenta años de vida republicana. Ediciones de lasPresidencia de la República, Caracas, 1963, pág. 83.



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Pero la carta de Jamaica es particularmente significativa en cuanto contiene las ideasprincipales de Bolívar sobre la unidad e integración de los pueblos de América. Es unanálisis de la realidad latinoamericana y un severo pronóstico de su futuro.

Andrés Townsend en la Universidad de Oxford, en 1946.



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“Yo deseo más que otro alguno ─dice─ ver formar en América la más grande nacióndel mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria” 5

. De estaprimera postulación, Bolívar parte para considerar si tal vastedad podría ser regida poruna monarquía. Encuentra que bajo semejante gobierno los males que padeceAmérica no serían corregidos, sino acaso, intensificados. En el mismo párrafo elLibertador se plantea la posibilidad de una capital para semejante imperio. En la ciudad

de México es la única en que encuentra “poder intrínseco” para serlo. Y Panamáaparece por primera vez señalada por su calidad de punto céntrico. La capital delAnáhuac podía ser capital de América por su población y sus riquezas. La del istmo porsu estratégica posición geográfica. (Será al cabo esta consideración ─y sin duda elhecho de encontrarse en territorio grancolombiano ─ el que acabará por prevalecer enlos planes unionistas de Bolívar).

La Carta de Jamaica contiene una bella proyección de futuro condicionada por unprudente realismo. “Es una idea grandiosa ─dice el Libertador─ pretender formar detodo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión,debería, por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentesEstados que hayan de formarse; más no es posible, porque climas remotos,

situaciones diversas, intereses desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello seríaque el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de losrepresentantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir, los altosintereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes delmundo”.

Este fragmento medular de la Carta jamaiquina está grávido de comprobaciones ypremoniciones. La enumeración de motivos que conducen a la unidad se formula porprimera vez, en el lenguaje político latinoamericano y sus ecos aún no se han apagado.De inmediato, empero, Bolívar señala los obstáculos. Unos geográficos ─”climasremotos” ─ otros políticos ─“situaciones diversas”─ o económicos: “intereses

desemejantes”, al cabo frustraron, como previó Bolívar en 1815, la confederación.

Incorregible soñador e iluminado, Bolívar, empero, a renglón seguido ya atribuye aPanamá la función conjuncionadora que habrá de señalarle nueve años después,cuando estaba por concluir la guerra de la independencia. Y en el deseo de vertriunfante su idea, la pospone para “alguna época dichosa de nuestra generación”.

Es sugestivo que, en la misma Carta, Bolívar cite lo que llamó “laudable delirio” delAbate Saint-Pierre, que pretendió “reunir un congreso europeo para decidir de lasuerte y de los intereses de aquellas naciones” 6

.

El Abate Charles-Irénée Castel de Saint Pierre (1648-1743) confesor de la PrincesaPalatina, fue autor de un “Proyecto para hacer la Paz Perpétua en Europa”, el año

1713. En dicho proyecto se proponía, a los soberanos de Europa, la vigencia de cincoprincipios: 1° Una alianza perpétua entre los soberanos; 2° Sumisión de todos ellos ala Asamblea General o Senado Europeo; 3° Una contribución de todos los Estados a losgastos de esta alianza; 4° Intervención colectiva contra los que faltaren a lo pactado yla recuperación a sus expensas de los gastos de guerra; 5° Revisión del pacto porsimple mayoría, salvo en los cinco puntos fundamentales. El Congreso, Asamblea o

5 Bolívar, Ob. cit. Vol. I, pág. 169.6 Bolívar, Ob. cit. Vol. I, pág. 173.



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Senado previsto por Saint Pierre se compondría de 60 miembros, dotados de podereslegislativos y judiciales. Habría un ejército común7

.

Bolívar conocía el proyecto de Saint Pierre, acaso por lecturas de Rousseau, quien

comentó y criticó el plan del abate dieciochesco. Y resulta interesantísimo comprobarque los principios esbozados por el pensador francés resultaron aceptados, en un

instrumento internacional, al firmarse los Protocolos del Istmo, en 1826. La alianzaperpétua, la asamblea de plenipotenciarios o Senado, la participación en los gastos yen el ejército, la conservación de las fronteras, aparecen en los acuerdos de Panamá,como eco, más que centenario, de un “laudable delirio”.

Otro autor europeo, Monseñor De Pradt, obispo de Malinas y activo publicista de lacausa de la independencia hispanoamericana en el Viejo Mundo, había calculado quelos dominios coloniales de este continente se fragmentarían en quince o diecisieteEstados, cálculo por cierto que resultó muy cercano a la división que finalmente seprodujo. Pero el mismo prelado los profetizaba como futuras monarquías. Contra esahipótesis se pronuncia Bolívar en su Carta, acentuando su estimación por las formasrepublicanas de gobierno, si bien formula predicciones sobre cada uno de losprincipales países y en ellas no elude la posibilidad de que algunas opten por las

formas monárquicas, especialmente México. Lo que constituía una anticipación delimperio proclamado por Agustín de Iturbide y del que se intentó resucitar, cuarentaaños después, con la aventura del Archiduque Maximiliano. (Brasil, que Bolívar nomenciona en su Carta, fue el experimento más duradero de monarquía americana).

El documento que comentamos arroja luz sobre el pensamiento del Libertador en tornoa la integración de los pueblos hispanoamericanos, tal y como lo juzgaba, desde suobservatorio jamaiquino, en aquel “año terrible” para la revolución, de 1815. Puedensintetizarse sus juicios y pronósticos en la siguiente forma:1) En Hispanoamérica todo invita a la unión. Pero obstáculos de diverso orden seoponen a ella.2) El ideal que alienta Bolívar, no obstante comprobar dichos obstáculos, es ver

fundada la nación más grande de la tierra, mediante la confederación de las antiguascolonias españolas.3) La capital posible de dicha confederación podría establecerse en México o enPanamá.4) Considera una perspectiva digna de columbrarse que alguna vez el istmo dePanamá iguale, en su función unitiva, al de Corinto. Es la primera alusión “anfictiónica” a las ligas helenas como antecedente lejano de la confederación hispanoamericana.5) Desea y anhela que algún día se instale un “augusto congreso” representativode todos los países independizados, que les dé una corporativa personería ante elmundo.6) Este Congreso trataría las cuestiones de paz y guerra con las naciones de lasotras partes del mundo, lo que ha permitido suponer ─con razón─ que Bolívar preveíauna organización mundial, posterior a la integración ─a trav és del Congreso situado

en el istmo ─ de las antiguas colonias españolas8

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7 Bernard Voyenne: Historia de la Idea Europea. Nueva Colección Labor. Barcelona,España. Págs. 95-97.8 Apoya esta hipótesis sobre el universalismo de Bolívar, el Memorando del Libertador,fechado en 1826, sobre el Congreso de Panamá, en cuyo párrafo final se avizora: “Enla marcha de los siglos, podría encontrase, quizás, una sola nación cubriendo eluniverso: la federal. (Bolívar, Ob. cit. Vol. II, pág. 757.

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