Año 1, Núm. 2, 2006

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    Comit Editorial

    Enrique Belda Prez Pedrero (Espaa); Jos Luis Caballero Ochoa (Mxico); MiguelCarbonell Snchez (Mxico); Miriam Crdenas Cant (Mxico); Vctor Manuel Coll

    Borges (Mxico); dgar Corzo Sosa (Mxico); Juan Manuel Charry Uruea (Colombia);Paulette Dieterlen Struck (Mxico); Alejandro Straffon Ortiz (Mxico); Yolanda Gmez

    Snchez (Espaa); Rafael Grasa Hernndez (Espaa); Consuelo Maqueda Abreu(Espaa); Rafael Mrquez Piero (Mxico); Ana Rosa Martn Minguijn (Espaa);

    Vctor Manuel Martnez Bull Goyri (Mxico); Marcos Francisco Masso Garrote (Espaa);Gonzalo Moctezuma Barragn (Mxico); Julio Csar Ortiz (Colombia); Serafn Ortiz

    Ortiz (Mxico); Ricardo Pozas Horcasitas (Mxico); Mara Elena Rebato Peo (Espaa);Jos Luis Soberanes Fernndez (Mxico)

    Editor responsable:Vctor M. Martnez Bull Goyri

    Coordinacin editorial:Eugenio Hurtado Mrquez

    Centro Nacionalde Derechos Humanos

    Av. Ro Magdalena nm. 108,col. Tizapn, Delegacin lvaro Obregn,

    C. P. 01090, Mxico, D. F.Telfonos: 56 16 86 92 al 95

    y del 97 al 99,Fax: 56 16 86 96

    Correo electrnico:[email protected]

    Formacin tipogrfica:H. R. Astorga

    Diseo de portada:ricka Toledo Pin

    Reserva al ttulo en Derechos de Autor: 04-2006-051514073300-102;ISSN: 1870-5448; Ao 1, nm. 2, 2006

    Comisin Nacionalde los Derechos Humanos

    Perifrico Sur 3469,col. San Jernimo Ldice,

    Delegacin Magdalena Contreras,C. P. 10200, Mxico, D. F.

    Telfono: 56 81 81 25Lada sin costo: 01800 715 2000

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    Artculos

    La sentencia del caso Diane Pretty a la luz del Convenio Europeode Derechos HumanosPedro Jos Adib Adib 7

    Los Juicios de Nuremberg: 60 aos despusRigoberto Gerardo Ortiz Trevio 35

    Las consecuencias de las violaciones a los derechos humanosen las vctimas. Resultados de un estudio estadsticoEva Leticia Ordua Trujillo 55

    El acceso al agua potable,un derecho humano?Luisa Fernanda Tello Moreno 101

    El derecho fundamental al secreto de las comunicaciones:una visin desde la jurisprudencia europea y su influenciaen el Tribunal Constitucional espaolF. Javier Daz Revorio 125

    Derechos humanos vs. democracia, sobre la legitimidady naturaleza del control jurisdiccional de la legislacin

    Jorge Mena Vzquez 147

    Comentario legislativo

    El Protocolo Facultativo contra la Tortura en MxicoMara Elena Lugo Garfias 167

    Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres

    Vernica de la Rosa Jaimes 181

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    Comentario jurisprudencial

    La jurisprudencia de la SCJN establece que la Declaratoria

    de Incompetencia emitida por la CNDHno es un acto de autoridadAlfredo Islas Coln 191

    Pruebas de ADN y presuncin de la paternidaden los juicios de filiacinLuisa Fernanda Tello Moreno 207

    Comentario bibliogrfico

    La perspectiva terica en el estudio de las migraciones,de Roberto Herrera CarassouMara Elena Lugo Garfias 231

    Constitucionalismo y derechos fundamentales,de Dieter Grimm

    Vernica de la Rosa Jaimes 233

    Bibliografa

    Bibliografa sobre democracia y derechos humanosEugenio Hurtado Mrquez 239

    Nuevas publicaciones

    Mayo-agosto 2006 249

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    D

    ArtculoLa sentencia del caso Diane Pretty a la luz

    del Convenio Europeo de Derechos Humanos

    Pedro Jos Adib Adib*

    SUMARIO: Introduccin. I. Breves notas sobre el Tribunal Europeo de Derechos Hu-manos. 1. Su creacin. 2. Su naturaleza. 3. Regulacin. 4. Organizacin. 5. Fun-cionamiento. II. La sentencia del caso Diane Pretty a la luz del Convenio Europeo deDerechos Humanos. 1. Antecedentes. 2. La demanda. 3. Preceptos legales invocadoscomo violados. 4. Documentos relevantes. 5. La sentencia. III. Apndices. 1. El de-recho a la vida. 2. Eutanasia. IV. Conclusiones. V. Bibliografa.

    Introduccin

    urante el ltimo tercio del siglo XIX, paulatinamente se fueron re-

    conociendo algunos derechos sociales favorables a la poblacintrabajadora, pero es despus de la Primera Guerra Mundial, con el

    surgimiento de los regmenes polticos de carcter totalitario e imperialistas,que los problemas sociales se volvieron ms complejos, hasta desembocaren la Segunda Guerra Mundial. Tras sta, las potencias vencedoras, conel nimo de llevar a cabo una actividad de concordia y paz entre los dis-tintos Estados y de mantener la vigencia de los principios democrticos depluralidad y tolerancia, fundaron la Organizacin de las Naciones Unidas(ONU), la cual, en su asamblea celebrada el 10 de diciembre de 1948,aprob la Declaracin Universal de Derechos Humanos, en la que se de-fiende la igualdad de todos los seres humanos, las garantas legales de losciudadanos, la libertad de asociacin, reunin y circulacin y la libertad depensamientos en todas sus manifestaciones, as como las preocupacionespor la realizacin de una justicia social integral, la igualdad de oportuni-dades, seguridad social, etctera.1

    * Jefe de la Unidad Tcnica de Normatividad y Organizacin de la CNDH.1

    Cf. Declaracin Universal de Derechos Humanos; Miguel Carbonell, Derecho inter-nacional de los derechos humanos, p. 29.

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    Pedro Jos Adib Adib

    Los derechos humanos, aunque gozan de una vigencia formal (terica)universal, carecen, en s, de valor jurdico, es decir, no pueden ser consi-derados como leyes positivas de los diversos Estados. Falta, pues, dar el

    paso definitivo, a saber, incorporarlos a los cdigos legales vigentes encada una de las naciones.Los derechos humanos, por encontrarse fundamentados en la inaliena-

    ble dignidad de las personas humanas, poseen un valor universal queimplica aspectos tales como que ningn ser humano puede verse privadode ellos; deben constituir el marco dentro del cual se han de organizar lavida poltica, social, econmica y cultural de los Estados, y deben servir decdigo bsico y fundamental de la organizacin jurdica de todas las na-ciones y del derecho internacional.

    De esta manera, los derechos humanos intentan poner de manifiestoel valor supremo de las personas, es decir, constituyen un conjunto depropiedades y prerrogativas (un conjunto de derechos) de los individuosque el Estado no puede invadir y que las leyes deben garantizar. Los dere-chos humanos constituyen exigencias inmediatas, que deben ser no slorespetadas, sino tambin garantizadas por todos los Estados; es ms,desde este punto de vista, todo Estado en el que no se encuentren garan-tizados estos derechos es un Estado injusto.

    As, el 24 de octubre de 1945, representantes de 50 pases se reunie-ron en la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, y redactaron laCarta de las Naciones Unidas, que dio origen a la Organizacin de las Na-ciones Unidas, destinada a preservar a las generaciones venideras del fla-gelo de la guerra, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales delhombre, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentrode un concepto ms amplio de la libertad...2Esta Carta es un documen-to jurdico, obligatorio y sus disposiciones no pueden contradecirse porninguno de los gobiernos de los Estados que componen la organizacin.

    Poco tiempo despus, el 10 de diciembre de 1948, los delegados de cadaEstado en la ONU aprobaron el texto de Declaracin Universal de DerechosHumanos, la cual no es una norma jurdica obligatoria, aunque con ellacomienza la internacionalizacin de los derechos humanos, caracterizadospor un consenso generalizado en la comunidad internacional, respecto delos cuales son derechos inherentes a la dignidad del hombre, sin distincinde raza, sexo, idioma o religin de las personas.

    2Cf. Prembulo de la Carta de las Naciones Unidas.

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    Posteriormente, la ONU aprob diferentes documentos que se refierena diferentes aspectos de los derechos humanos: la Declaracin de losDerechos del Nio en 1959, la Declaracin sobre la Eliminacin de la

    Discriminacin contra la Mujer en 1967, el Pacto Internacional de DerechosCiviles, Polticos y el Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Socia-les y Culturales en 1966, entre otros.

    Si bien existe un Comit de Derechos Humanos en la ONU, que seocupa de que estos pactos se cumplan, su eficacia es restringida ya queno existe legislacin internacional que obligue a los gobiernos de los di-versos Estados a proteger los derechos de las personas. Pero las crticas ylos informes ante la opinin pblica mundial son a veces modificadoresde algunas situaciones.

    Existen adems numerosos pactos y declaraciones de organismos re-gionales, como la Declaracin Americana de Derechos y Deberes delHombre, aprobada por la OEA en 1948; la conocida Declaracin de Bo-got; la Declaracin Americana sobre Derechos Humanos, o Pacto de SanJos, aprobada en 1969, y el Convenio Europeo para la Proteccin de losDerechos Humanos y las Libertades Fundamentales, de 1950.

    Es justamente este ltimo, el Convenio Europeo para la Proteccin delos Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, el actor principal del

    presente trabajo, al establecer derechos que, desde el punto de vista deDiane Pretty, fueron violados por un tribunal britnico, lo cual esta mujerintent hacer valer frente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Elcaso que nos ocupa resulta por dems interesante, ya que, por un lado,sienta un precedente en cuanto al criterio del Tribunal respecto del suicidioasistido pero, por otro lado, nos hace reflexionar respecto de la necesidadque tienen las disposiciones jurdicas, tanto nacionales como internacio-nales, de ser actualizadas, tomando en cuenta que los avances cientficosy tecnolgicos a partir de fines del siglo XX y principios de este siglo XXI

    aventajan por mucho a las ya caducas normas y disposiciones que rigenal mundo, con preceptos decimonnicos que intentan normar situacionespor dems rebasadas y ante las cuales los propios hombres, al mejor es-tilo de los avestruces, esconden la cabeza, en la creencia de que ellos soninmunes y que todo lo que pueda ocurrir ocurrir, pero al prjimo.

    As pues, en atencin a la brevedad del espacio, se pretende haceruna somera revisin a los argumentos que la seora Diane Pretty pretendihacer valer ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los cuales

    fueron analizados por esta Magistratura, resolviendo en contra de la pre-tensin de la demandante, produciendo una corriente de criterios a favor

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    y en contra de la eutanasia que nos obliga a replantearnos muchos denuestros egosmos y creencias.

    I. Breves notas sobre el Tribunal Europeode Derechos Humanos

    1. Su creacin

    Reunidos en el Congreso de Europa celebrado en La Haya del 8 al 10 demayo de 1948, los participantes declararon, entre otras cosas, lo siguien-te: 2. Queremos una Carta de Derechos Humanos que garantice las li-

    bertades de pensamiento, reunin y expresin, as como el libre ejerciciode una oposicin poltica. 3. Queremos un Tribunal de Justicia capaz deaplicar las sanciones necesarias para hacer respetar la Carta.3

    De tal manera que el 4 de noviembre de 1950, en la ciudad de Roma,se firm la Convencin Europea para la Proteccin de los Derechos Hu-manos y las Libertades Fundamentales, la cual entr en vigor el 3 deseptiembre de 1953.

    De conformidad con lo establecido en el artculo 194de dicha Con-

    vencin, se crea una Corte Europea de Derechos Humanos, con la finali-dad de asegurar la observancia de las obligaciones acordadas por laspartes contratantes en esta Convencin.

    El 1 de noviembre de 1998 comenz a funcionar el nuevo TribunalEuropeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, con la entradaen vigor del Protocolo Nmero 11, dejando de existir el antiguo Tribunal,continuando ste en funciones durante un ao ms (hasta el 31 de octubrede 1999) para instruir los casos declarados admisibles por ella antes dela entrada en vigor del Protocolo referido.

    3 Juan Antonio Carrillo Salcedo, El Convenio Europeo de Derechos Humanos, p.17.

    4Artculo 19. Con el fin de asegurar la observancia de las obligaciones acordadaspor las altas partes contratantes, se establecer: 1. Una Comisin Europea de Derechos

    Humanos, que en adelante se denominar la Comisin. 2. Una Corte Europea de De-rechos Humanos, que en adelante se denominar la Corte.

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    2. Su naturaleza

    El Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un rgano internacional ante

    el que pueden presentarse, en determinadas circunstancias, denuncias deviolaciones a los derechos reconocidos en el Convenio Europeo para laProteccin de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. EsteConvenio es un tratado por el que algunos Estados europeos han acorda-do salvaguardar ciertos derechos fundamentales, los cuales se hallanenumerados tanto en este documento como en los Protocolos Nmeros 1,4, 6 y 7, que algunos Estados han ratificado.

    Este Convenio fue el primer instrumento internacional de derechoshumanos dirigido a proteger de manera concreta un amplio abanico de

    derechos civiles y polticos. Su especificidad descansa en la posibilidadofrecida a un particular de recurrir directamente a la Comisin Europeade Derechos Humanos con el fin de presentar un recurso por violacindel Convenio por parte de un Estado parte, y obtener, en su caso, repa-racin.

    Este Convenio protege derechos fundamentales tales como el derechoa la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona, as como la prohibi-cin de la tortura, la esclavitud y el trabajo forzado; derecho a un proceso

    equitativo; respeto a la vida privada y familiar; libertad de pensamiento,conciencia y religin; libertad de reunin y asociacin; derecho a un recur-so efectivo; derecho a contraer matrimonio y fundar una familia; derechoa la educacin; igualdad de derechos y responsabilidad de los cnyugesdurante el matrimonio; derecho a elecciones libres; libertad de expresin;libertad de movimiento y de eleccin del lugar donde vivir, as como desalir del propio pas, y derecho al disfrute pacfico de la posesin.5

    3. Regulacin

    Como qued establecido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanostiene su fundamento en el Convenio Europeo de Derechos Humanos de1950,6en su artculo 19, as como la Seccin 4, que contiene los artculos38 al 56, que se refieren a su composicin,7a las decisiones,8as como

    5De conformidad con los Protocolos Nmeros 1, 6 y 11.6Vid.supra, nota 4.7

    Artculo 38.8Artculo 52.

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    a la disposicin para establecer su reglamento y reglas de procedimiento,9entre otros.

    Tras la entrada en vigor del Convenio han sido adoptados 11 Proto-

    colos adicionales, a saber, el nmero 2, que autorizaba al Tribunal adictar opiniones consultivas; el nmero 9, que permiti a los demandantesindividuales la posibilidad de llevar su caso ante el Tribunal, con la nece-saria reserva de la ratificacin por el Estado demandado y de la aceptacinpor un Comit que actuaba como filtro;10 y el nmero 10, sin objeto.Adems, se cuenta con los Protocolos Nmeros 1,114,12613y 7,14que hanaadido nuevos derechos y libertades a los consagrados inicialmente porel Convenio, y los nmeros 3, 5 y 8, que son de reforma, y se refieren ala organizacin de las instituciones creadas por el Convenio y al procedi-

    miento seguido ante stas.Con relacin al Protocolo Nmero 11, lo mencionamos por separado,

    ya que este ltimo ha reestructurado el mecanismo de control, al modificarla estructura del mecanismo de control, creando una jurisdiccin perma-nente nica, compuesta por un nmero de jueces igual al de los Estadosparte.15

    Por ltimo, habr que mencionar el Reglamento del Tribunal Europeode Derechos Humanos, el cual, en su ltima versin, se encuentra vigente

    a partir del 1 de noviembre de 1998, y que consta de 104 artculos divi-didos en cuatro ttulos, a saber, Ttulo I: De la Organizacin y del Funcio-

    9Artculo 55.10Derogado.11Pars, 20 de marzo de 1952.12Estrasburgo, 16 de septiembre de 1963.13Estrasburgo, 28 de abril de 1983.14

    Estrasburgo, 22 de noviembre de 1984.15Los recursos llevados ante el Tribunal son primero sometidos a un comit de tresjueces que puede declararlos improcedentes sin examen adicional. Si as fuera, el recursoqueda sometido a una sala de siete jueces que se pronuncia sobre la admisibilidad y lacuestin de fondo. Las partes tienen la posibilidad, en casos excepcionales, de solicitar unarevisin del recurso por parte de una cmara superior de 17 jueces, bajo reserva delacuerdo de un comit de filtraje. La sala tambin puede inhibirse en beneficio de la salasuperior incluso antes de haber pronunciado sentencia, si el recurso suscita una cuestingrave relativa a la interpretacin del Convenio o de sus protocolos o si la solucin de lacuestin puede llevar a una contradiccin con una sentencia anterior del Tribunal. Las

    sentencias de la Sala o de la Sala Superior se remiten al Comit de Ministros, que vela porsu ejecucin, como ocurra en el antiguo sistema.

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    namiento de la Corte; Ttulo II: Procedimiento; Ttulo III: DisposicionesTransitorias, y Ttulo IV: Clusulas Finales.16

    4. OrganizacinEl asiento del Tribunal est fijo en Estrasburgo, que a su vez es el asientodel Consejo de Europa, aunque ste puede ejercer sus funciones en cual-quier otro lugar del territorio de cualquiera de los Estados miembros dedicho Consejo.17Los idiomas oficiales son ingls y francs.

    El Tribunal est compuesto por un nmero de jueces igual al nmerode Estados contratantes (actualmente 40) y no hay ninguna restriccin encuanto al nmero de una misma nacionalidad, que hoy son tantos como

    Estados miembros del Consejo de Europa. stos actan en el Tribunal attulo individual y no representan a ningn Estado. Se encuentran reguladosen el Ttulo II del Convenio Europeo de Derechos Humanos, el cual fuemodificado de conformidad con las disposiciones contenidas en el Proto-colo Nmero 11, as como en el Ttulo I del Reglamento del Tribunal.

    Los jueces son elegidos por periodos de seis aos con posibilidad dereeleccin, por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, pormayora absoluta de votos, de entre quienes figuren en una lista de ternas

    presentadas por cada Estado parte. El mandato de los jueces finalizacuando alcanzan la edad de 70 aos.No pueden ejercer ninguna actividad incompatible con sus deberes de

    independencia e imparcialidad o con la disponibilidad requerida por unaactividad ejercida a tiempo completo, cabiendo decir que cada juez de-ber declarar al presidente del Tribunal respecto de sus actividades adi-cionales.

    Los jueces deben gozar de la ms alta consideracin moral y reunirlas condiciones requeridas para el ejercicio de altas funciones jurisdiccio-

    nales o ser juristas de reconocida competencia, tienen el deber de inde-pendencia y no son representantes del Estado a ttulo del que hayan sidoelegidos.18

    16Si bien en espaol se ha utilizado el trmino Tribunal, la versin francesa del Regla-mento se refiere a la Cour, que su traduccin literal sera justamente Corte, aunque eneste trabajo estaremos utilizando el trmino Tribunal.

    17

    Reglamento del Tribunal, artculo 19, numeral 1.18J. A. Carrillo Salcedo, op. cit., p. 49.

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    Adicionalmente existe el juez ad hoc, el cual es nombrado cuando unjuez elegido de una parte se dispensa de conocer un asunto.19

    5. FuncionamientoPara el examen de los asuntos que se le sometan, el Tribunal actuar enComits formados por tres jueces, en Salas de siete jueces o en una GranSala de 17 jueces.20

    Con convocatoria del presidente, el Tribunal se reunir en sesin ple-naria cada vez que lo exija el ejercicio de sus funciones. El presidenteproceder a convocar si un tercio o ms de los miembros se lo piden,siendo exigible un qurum de dos tercios de los jueces elegidos en fun-

    ciones.21El Tribunal delibera en la sala del Consejo, por lo que sus deliberacio-

    nes son secretas y solamente los jueces toman parte en las deliberaciones.Estn presentes en la sala del Consejo el secretario y dems personal dela Secretara y los intrpretes necesarios. Ninguna otra persona ser ad-mitida salvo una decisin especial del Tribunal.22

    Las decisiones son tomadas por mayora de los presentes y, en casode empate, se votar nuevamente. En caso de darse nuevamente un em-

    pate, el presidente tendr voto de calidad. De manera general se votalevantando la mano.23

    II. La sentencia del caso Diane Pretty a la luz del ConvenioEuropeo de Derechos Humanos

    1. Antecedentes

    La demandante, Diane Pretty, una mujer inglesa de 43 aos, sufra unaenfermedad degenerativa, progresiva e incurable, que afecta a las neuro-nas motoras en el interior del sistema nervioso central y provoca una alte-

    19Reglamento del Tribunal, artculo 29.20Convenio Europeo, artculo 27.21Reglamento del Tribunal, artculo 20.22

    Ibid., artculo 22.23Ibid., artculo 23.

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    racin gradual de las clulas que dirigen los msculos voluntarios delcuerpo.

    La evolucin de esta enfermedad conduce a un grave debilitamiento

    de los brazos y de las piernas, as como de los msculos que intervienenen el control de la respiracin, por lo que la muerte sobreviene tras pro-blemas de insuficiencia respiratoria y neumona debidos a la debilidad delos msculos respiratorios, por lo que la demandante tema morir porasfixia a consecuencia de esta enfermedad. La seora Pretty present unapromocin ante las autoridades britnicas a fin de que le reconocieran elderecho a suicidarse con la cooperacin de su marido, ya que ella estabaparaltica y no poda hacerlo por s misma. La justicia britnica, a travsde su fiscal, se neg a asumir el compromiso de no perseguir penalmente

    al esposo si ste la ayudaba a morir, segn era el planteamiento del asun-to, cabiendo decir que aunque el suicidio no est penado en el derechoingls,24la ayuda al suicidio si lo est, supuesto en el que caera el marido,ante la imposibilidad de la seora Pretty de suicidarse por s misma (valgala redundancia).

    Por tal motivo, la seora Pretty recurri a los tribunales buscando laanulacin de tal decisin y reiterando su solicitud, pidiendo, adems, quese declarara que la disposicin legal que castigaba la ayuda al suicidio

    era incompatible con los artculos 2,25

    3,26

    8,27

    928

    y 1429

    del ConvenioEuropeo de Derechos Humanos, habiendo sido rechazada su demanda.En virtud del rechazo a la demanda de la seora Pretty ante los tribu-

    nales britnicos, y estando ya paralizada del cuello a los pies, sin poder

    24Recuerdo haber ledo hace algn tiempo el caso de un individuo, al parecer en elsiglo XVIII o XIX en la Gran Bretaa, que intent suicidarse, pero por azares del destino

    fracas en sus intentos. Fue encontrado a tiempo e internado en un hospital hasta quelogr su total recuperacin. Una vez habindose recuperado, fue llevado frente a un tribu-nal acusado de atentar contra su propia vida. Se le encontr culpable y fue sentenciado amuerte. El suicidio dej de ser considerado como crimen en Inglaterra en virtud de laSuicide Act 1961, la cual, por otro lado, prev que la persona que ayude, aconseje oprocure el suicidio de otra, o incite a otra a cometerlo, ser sujeto a prisin por un trminoque no exceder de 14 aos.

    25Derecho a la vida.26Prohibicin de la tortura.27Derecho al respeto a la vida privada y familiar.28

    Libertad de pensamiento, de conciencia y de religin.29Prohibicin de discriminacin.

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    comunicarse en forma comprensible y siendo alimentada a travs de untubo, decide recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.30

    30Al Tribunal cabe acudir cuando se han agotado todos los recursos internos. No esun tribunal de apelacin de tribunales nacionales y no puede anular ni modificar sus de-cisiones. El Tribunal tampoco puede intervenir a favor del particular ante la autoridadcontra la que reclama. Para dirigirse al Tribunal es necesario haber sido vctima directa deuna violacin a los derechos establecidos en la Convencin, por parte de un Estado, conla salvedad de que no podrn dirigirse al Tribunal los individuos u organizaciones no gu-bernamentales que deseen protestar sobre violaciones de los derechos de otra persona.

    Asimismo, es necesario que el Estado respecto del cual se presente la queja sea parte dela Convencin, y se debern haber agotado todos los recursos judiciales disponibles en elEstado en cuestin. Si se llev el caso ante un tribunal del Estado respecto del cual pesa

    la queja, se cuenta con un plazo de seis meses a partir de la decisin final emitida sobresu caso por el tribunal competente ms elevado del pas, para dirigirse al Tribunal. Laqueja debe contener alguna evidencia fiable de que se puede haber producido una viola-cin de la Convencin. En concreto, la queja debe mostrar que la interferencia del Estadocon los derechos de la vctima lleg ms all de lo permitido por la Convencin. El Tribu-nal puede alcanzar un acuerdo amistoso entre el solicitante y el Estado en cuestin y, si nose puede alcanzar este acuerdo, el Tribunal puede emitir un juicio. En su fallo, puede or-denar al Estado que cambie sus leyes nacionales para detener la violacin que se estproduciendo o para prevenir futuras violaciones. Tambin puede ordenar al Estado que pa-gue una compensacin a la vctima y tome medidas para devolver a dicha vctima a la

    posicin en la que se encontraba antes de que se produjera la violacin. Si el Tribunal hasido informado de que est a punto de producirse una violacin, puede ordenar al Estadoque tome medidas provisionales para evitar que se produzca dicha violacin. Las medidasprovisionales son acciones temporales que se debern tomar antes de que se haya com-pletado el examen formal de un caso por parte del Tribunal. Por ejemplo, el Tribunal puedeordenar a un Estado que no enve a una persona a otro pas en el que pudiera estar enpeligro de sufrir torturas u otras violaciones de la convencin. Todo Estado parte o cualquierindividuo que alegue ser vctima de una violacin del Convenio puede dirigir directamen-te al Tribunal una demanda alegando la violacin, por un Estado parte, de alguno de losderechos garantizados por el Convenio. Cada demanda individual es atribuida a una

    Seccin, cuyo presidente designa a un ponente. Tras un examen preliminar del asunto, elponente decide si ste debe ser examinado por un Comit de tres miembros o por una Sala.Un Comit puede, por unanimidad, declarar una demanda inadmisible o archivarla cuan-do dicha decisin puede adoptarse sin posteriores exmenes. Las Salas pueden en todomomento inhibirse en favor de una Gran Sala cuando el asunto presente una cuestingrave relativa a la interpretacin del Convenio o cuando exista riesgo de contradiccin conuna sentencia pronunciada previamente por el Tribunal, a menos que una de las partes seoponga en el plazo de un mes desde que se notifica la inhibicin. La primera fase delprocedimiento es normalmente escrita, aunque la Sala puede decidir celebrar una audien-cia, en cuyo caso el fondo del asunto es igualmente evocado. Una vez que la Sala ha

    decidido admitir la demanda, puede invitar a las partes a presentar pruebas suplementariasy observaciones por escrito, incluyendo, por lo que respecta al demandante, una eventual

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    2. La demanda

    Con fundamento en el artculo 3431del Convenio Europeo para la Protec-

    cin de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (en lo su-cesivo el Convenio) se origina la demanda nmero 2346/02, en contra delReino Unido de la Gran Bretaa e Irlanda del Norte, actuando como de-mandante la seora Diane Pretty.

    peticin denominadasatisfaccin equitativa, y a asistir a una audiencia pblica sobre elfondo del asunto. Durante el procedimiento referente al fondo del asunto, se desarrollarn

    negociaciones tendentes a obtener un acuerdo amistoso entre las partes, con la mediacindel secretario. Estas negociaciones son confidenciales. Las Salas deciden por mayora devotos. Todo juez que haya tomado parte en el examen del asunto puede aadir a la sen-tencia su opinin particular concordante o disidente o bien una simple declaracin dedisconformidad. En el plazo de tres meses a contar desde la fecha en que una Sala pro-nuncia la sentencia, toda parte puede solicitar que el asunto se eleve ante la Gran Sala siplantea una cuestin grave relativa a la interpretacin o a la aplicacin del Convenio o desus protocolos, o una cuestin grave de carcter general. Este tipo de demandas es exa-minada por un colegio de cinco jueces de la Gran Sala, compuesto por el presidente delTribunal, los presidentes de Seccin a excepcin del presidente de la Seccin a la cual

    pertenece la Sala que dict la sentencia, y otro juez elegido por rotacin entre los juecesque no eran miembros de la Sala original. La sentencia de una Sala deviene definitiva alexpirar el plazo de tres meses, o antes, si las partes declaran no tener la intencin de pedirla revisin a la Gran Sala o si el colegio de cinco jueces rechaza dicha peticin. Si el co-legio admite la demanda, la Gran Sala tomar la decisin sobre el asunto por mayora,mediante una sentencia que ser definitiva. Todas las sentencias definitivas del Tribunal sonvinculantes para los Estados defensores implicados. El Comit de Ministros del Consejo deEuropa es el responsable de controlar la ejecucin de las sentencias. Le incumbe por elloverificar si los Estados que han sido condenados por haber violado el Convenio han toma-do las medidas necesarias para cumplir las obligaciones, especficas o generales, derivadas

    de la sentencia del Tribunal. Adicionalmente, el Tribunal puede, a peticin del Comit deMinistros, elaborar opiniones consultivas sobre cuestiones jurdicas relativas a la interpre-tacin del Convenio y sus protocolos. La decisin del Comit de Ministros de solicitar estasopiniones al Tribunal se toma por mayora. Las solicitudes de opiniones consultivas sonexaminadas por la Gran Sala y adoptadas por mayora de votos. Cada juez puede formu-lar una opinin separada concordante o disidente o presentar una declaracin dedisconformidad.

    31Artculo 34. Demandas individuales. El Tribunal podr conocer de una demandapresentada por cualquier persona fsica, organizacin no gubernamental o grupo de par-ticulares que se considere vctima de una violacin, por una de las Altas Partes Contratan-

    tes, de los derechos reconocidos en el Convenio o sus protocolos. Las Altas Partes Contra-tantes se comprometen a no poner traba alguna al ejercicio eficaz de este derecho.

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    Contando con la asesora legal necesaria,32la demandante recurrial Tribunal Europeo de Derechos Humanos, presentando el 21 de diciem-bre de 2001 una demanda dirigida contra el Reino Unido, ya que si bien

    sus facultades fsicas estaban mermadas y su esperanza de vida era muylimitada, mantena intactas su capacidad para tomar decisiones y su men-te se encontraba perfecta.

    El 19 de marzo de 2002 se celebr una vista pblica en la sede delTribunal, en Estrasburgo, cuyo objeto fue examinar la solicitud de la seo-ra Pretty, alegando la negacin de inmunidad de persecucin a su maridopor asistirle en el caso de suicidio.

    Despus de haber examinando los argumentos de las partes, la de-manda fue admitida33en el Tribunal Europeo y se atribuy a la Seccin

    32La seora Pretty fue representada ante el Tribunal por Mr. Chakrabarti, un abogadopracticante de Londres.

    33La demanda fue admitida dada la competencia del Tribunal de conformidad con losiguiente: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un rgano internacional ante elque pueden presentarse, en determinadas circunstancias, denuncias de violaciones a losderechos reconocidos en el Convenio Europeo para la Proteccin de los Derechos Huma-nos y las Libertades Fundamentales. Este Convenio es un tratado por el que algunos Esta-dos europeos han acordado salvaguardar ciertos derechos fundamentales, los cuales se

    hallan enumerados tanto en este documento como en los Protocolos Nmeros 1, 4, 6 y 7,que algunos Estados han ratificado.Este Convenio fue el primer instrumento internacional de derechos humanos dirigido

    a proteger de manera concreta un amplio abanico de derechos civiles y polticos. Su es-pecificidad descansa en la posibilidad ofrecida a un particular de recurrir directamente ala Comisin Europea de Derechos Humanos con el fin de presentar un recurso por violacindel Convenio por parte de un Estado parte, y obtener, en su caso, reparacin.

    Este Convenio protege derechos fundamentales tales como el derecho a la vida, a lalibertad y a la seguridad de la persona, as como la prohibicin de la tortura, la esclavitudy el trabajo forzado; derecho a un proceso equitativo; respeto a la vida privada y familiar;

    libertad de pensamiento, conciencia y religin; libertad de reunin y asociacin; derechoa un recurso efectivo; derecho a contraer matrimonio y fundar una familia; derecho a laeducacin; igualdad de derechos y responsabilidades de los cnyuges durante el matrimo-nio; derecho a elecciones libres; libertad de expresin; libertad de movimiento y de eleccindel lugar donde vivir, as como de salir del propio pas, y derecho al disfrute pacfico de laposesin.

    El Tribunal es competente en todos los asuntos relativos a la interpretacin y aplicacindel Convenio y de sus protocolos. Asimismo, todo Estado contratante puede someter alTribunal cualquier incumplimiento de lo dispuesto en el Convenio y sus protocolos, si con-sidera que dicho incumplimiento es imputable a otro Estado parte.

    Tambin es competente para conocer de las demandas presentadas por personas f-sicas, organizaciones no gubernamentales o grupo de particulares que se consideren vc-

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    Cuarta del Tribunal,34en el seno del cual se constituy la Sala de sietejueces,35que fue la encargada de examinar el caso.

    3. Preceptos legales invocados como violadosLos alegatos de la demandante versaron sobre la violacin de los derechosfundamentales recogidos en los artculos 2, 3, 8, 9 y 14 del ConvenioEuropeo de Derechos Humanos, mismos que veremos a continuacin.

    Artculo 2. Derecho a la vida.1. El derecho de toda persona a la vida est protegido por la Ley. Nadiepodr ser privado de su vida intencionalmente, salvo en ejecucin de una

    condena que imponga pena capital dictada por un tribunal al reo de undelito para el que la ley establece esa pena. 2. La muerte no se considera infligida con infraccin del presente artculocuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza que seaabsolutamente necesario:

    a) En defensa de una persona contra una agresin ilegtima.b) Para detener a una persona conforme a Derecho o para impedir la

    evasin de un preso o detenido legalmente.

    c) Para reprimir, de acuerdo con la ley, una revuelta o insurreccin.De la lectura del artculo se desprende que todos tenemos derecho a

    la vida, misma que est protegida por la ley, manifestando el Tribunal queel propsito de este artculo es proteger la vida de los individuos respectode terceros, quedando en manos de uno mismo decidir si se conserva lavida o no, protegiendo este artculo ambos derechos, pero sin contar conla intervencin de un tercero.

    El propio Tribunal reconoce que en el Convenio existen derechos que

    pueden ejercitarse tanto de manera positiva como negativa, esto es, que han

    timas de una violacin a los derechos reconocidos en el Convenio y sus protocolos porparte de un Estado parte.

    34Bajo el artculo 52, numeral 1, del Reglamento de la Corte, que establece: Leprsident de la Cour attribue une section toute requte introduite en vertu de larticle 34de la Convention, en veillant une rpartition quitable de la charge de travail entre lessections.

    35Mr. M. Pellonp, de Finlandia; sir Nicolas Bratza, del Reino Unido; Mrs. E. Palm,

    de Suecia; Mr. J. Makarcyzk, de Polonia; Mr. M. Fischbach, de Luxemburgo; Mr. J. Casade-vall, de Andorra, y Mr. S. Pavlovschi, de Moldavia.

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    sido interpretados como anttesis de lo expresado en el derecho, y que amanera de ejemplo se cita el artculo 11, que confiere la libertad de reuniny asociacin y, por ende, el derecho a no reunirse ni asociarse; asimis-

    mo, el artculo 9, que contiene el derecho a la libertad de pensamiento,de conciencia y de religin, por lo que podra no ejercerse; finalmente,se hace referencia al artculo 12, que contiene el derecho a contraermatrimonio, pudiendo ejercerse el contrario, esto es, a no contraer ma-trimonio.

    El Tribunal afirm que si bien en estos ejemplos antes referidos podraejercerse el derecho contrario, en el caso de los artculos 3, 4, 5 y 636nose confera el derecho de ejercer los opuestos.

    Derivado de la interpretacin anterior que hace el Tribunal, podemos

    decir que queda a su arbitrio decidir de cules derechos se pueden ejercerlos contrarios. El Tribunal tiene razn en manifestar que no necesariamen-te de cada derecho se puede hablar de su anttesis, ya que para ejercitarlos contrarios de los ejemplos elegidos se requerira el concurso de unatercera persona y creo que resultara un tanto cuanto improbable encontrara alguien que solicite a ese tercero que lo torture, lo esclavice, lo someta atrabajos forzados o lo prive de su libertad.

    El Tribunal argument, adems, que el artculo 2 protege el derecho

    a la vida, pero no incluye aspectos como la calidad de vida o lo que unapersona desea hacer con su vida, y no confiere, a menos que se distorsio-ne, un derecho opuesto, como el derecho a elegir la muerte, por lo queno es posible deducir de esta disposicin un derecho a morir, ya sea conla intervencin de un tercero o con la asistencia de la autoridad pblica.

    Artculo 3. Prohibicin de la tortura.Nadie podr ser sometido a torturas ni a penas o tratos inhumanos o degra-dantes.

    Respecto de este artculo, el Tribunal manifest que es obligacin delEstado proteger al individuo de malos tratos por parte de agentes del Es-tado e incluso frente a malos tratos causados por particulares. Despus deun anlisis agrega que en este caso el Reino Unido no puede ser conside-rado como causante de un maltrato en perjuicio de la demandante, en

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    Se refieren a la prohibicin de la tortura; la prohibicin de la esclavitud y del traba-jo forzado; el derecho a la libertad y la seguridad; el derecho a un proceso equitativo.

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    virtud de no haber queja respecto de la atencin de las autoridades m-dicas.

    Adicionalmente, el Tribunal manifiesta que el artculo 3 debe ser inter-

    pretado en armona con el artculo 2, el cual requiere a los Estados res-petar y salvaguardar las vidas de los individuos dentro de su jurisdiccin,y sabiendo que la demandante enfrentar una muerte penosa y que ellano puede por s sola poner fin a su vida, estima que la obligacin positivapretendida por la seora Pretty no implicara slo que el Estado intervinie-ra para mitigar o eliminar un dao, sino que se precisara que se permi-tiera llevar a cabo acciones para interrumpir la vida.

    Debemos recordar que en materia penal se pueden cometer delitostanto por comisin como por omisin, por lo que si bien es obligacin del

    Estado evitar que una persona sea sometida a torturas o a tratos inhuma-nos degradantes, esto lo hace a travs de acciones que realiza para logrartal fin, pero en el caso que nos ocupa podra haber una omisin por par-te del Estado, ya que al no permitir la asistencia para que la demandantecuente con ayuda para dar fin a su vida, la est sometiendo a un tratoinhumano y a tortura, esto es, una comisin por omisin.

    Artculo 8. Derecho al respeto a la vida privada y familiar.

    1. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de sudomicilio y de su correspondencia. 2. No podr haber injerencia de la autoridad pblica en el ejercicio deeste derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia est prevista por la leyy constituya una medida que, en una sociedad democrtica, sea necesariapara la seguridad nacional, la seguridad pblica, el bienestar econmicodel pas, la defensa del orden y la prevencin del delito, la proteccin de lasalud o de la moral, o la proteccin de los derechos y las libertades de losdems.

    Respecto de este artculo, la demandante argument que deseabaatenuar los sufrimientos de su enfermedad y para ello elega poner fin asu vida con la ayuda de su esposo, de tal forma que la manera de pasarsus ltimos momentos forma parte del hecho de vivir, lo cual, tiene dere-cho a pedir se le respete. El Tribunal manifest que la dignidad y la liber-tad eran la esencia misma del Convenio y es en el artculo 8 donde lanocin de vida encuentra su significado. Agrega el Tribunal que el hechode que la ley impida a la demandante ejercitar su decisin de evitar loque para ella sera un fin indigno de su vida, constituye una injerencia en

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    su derecho a la vida privada, lo cual est previsto por la ley que prohbeel suicidio.37

    En el derecho a la intimidad y a la vida familiar, la demandante en-

    cuentra la manifestacin ms clara del principio de autodeterminacin. Ensu opinin, esta autodeterminacin permitira hacer lo que uno quiera con sucuerpo, y evitar toda intromisin en el deseo de terminar con la propiavida. El Tribunal se extiende en la respuesta a este argumento, y paraaclarar el problema recuerda que el numeral 2 de este artculo permiteque la ley limite la libertad individual, si es necesario para una sociedaddemocrtica. Para el juicio de proporcionalidad se debe ponderar la im-portancia del mbito de intimidad afectado por la intervencin estatal, yel bien protegido por la ley, por lo que concluyen los jueces, pesa ms

    la tutela de la vida. El Tribunal recuerda que la prohibicin absoluta de lacooperacin al suicidio tiene el objetivo de proteger la vida de las personasvulnerables en situacin de dependencia, por lo que no considera que laprohibicin absoluta del suicidio asistido sea desproporcionada, ya queexisten peligros evidentes de abuso. Respecto de la peticin de que elfiscal no persiguiera al marido por cooperar al suicidio, el Tribunal argu-menta que ese comportamiento daara gravemente el principio de lega-lidad.

    Con relacin a este artculo en particular, s creo que resulta un pocodifcil basar la solicitud hecha por la demandante, en virtud de que en elrespeto a la vida privada y familiar se puede encontrar envuelta algunasituacin que trasciende las fronteras del domicilio. Si bien tenemos la li-bertad de disfrutar una vida privada, existen acontecimientos que aundentro de esa privaca podran constituir la violacin a derechos tutelados,que en este caso, para el Tribunal, sera el poner fin a la vida de una per-sona con la ayuda de un tercero, por lo que creo que realmente el argu-mento principal debe ser centrado en la autonoma de la persona para

    decidir sobre su vida y sobre su muerte.

    37The Commission does not consider that the activity for which the applicant wasconvicted, namely aiding abetting suicide, can be described as falling into the sphere of hisprivate life in the manner elaborated above. While it might be thought to touch directly onthe private lives of those who sought to commit suicide, it does not follow that the applicantsrights to privacy are involved. On the contrary, the Commission is of the opinion that theacts of aiding, abetting, counselling or procuring suicide are excluded from the concept of

    privacy by virtue of their trespass on the public interest of protecting life, as reflected in thecriminal provisions of the 1961 Act (Sentencia del Caso Pretty v. The United Kingdom).

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    De esta manera, cabra recordar lo que establece la Declaracin delos Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que en su artculo 4dispone que la libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudica

    a otros: as, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre notiene otros lmites que los que garantizan a los dems miembros de lasociedad el goce de esos mismos derechos; y el artculo 5 que disponeque la ley no tiene derecho a prohibir sino las acciones perjudiciales parala sociedad. No puede impedirse nada que no est prohibido por la ley, ynadie puede ser obligado a hacer lo que ella no ordena.

    Artculo 9. Libertad de pensamiento, de conciencia y de religin.1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y

    de religin; este derecho implica la libertad de cambiar de religin o deconvicciones, as como la libertad de manifestar su religin o sus conviccionesindividual o colectivamente, en pblico o en privado, por medio del culto, laenseanza, las prcticas y la observancia de los ritos. 2. La libertad de manifestar su religin o sus convicciones no puede serobjeto de ms restricciones que las que, previstas por la ley, constituyen me-didas necesarias, en una sociedad democrtica, para la seguridad pblica,la proteccin del orden, de la salud o de la moral pblicas, o la proteccin

    de los derechos o las libertades de los dems.El Tribunal record, respecto de este artculo, que no todas las convic-

    ciones estaban cubiertas por esta disposicin, agregando que no se esta-ba en presencia de una manifestacin religiosa, sino ante la reformulacindel principio de autonoma personal.

    Respecto de este artculo, el Tribunal resolvi que ninguno de los de-rechos protegidos por el Convenio y que fueron invocados por la deman-dante haba sido vulnerado, ya que este artculo protege la libertad de

    pensamiento, conciencia y religin, as como la manifestacin de lascreencias religiosas, la enseanza y las prcticas. Agrega el Tribunal quese puede aceptar que la seora Pretty tenga una sincera creencia en lavirtud del suicidio asistido y es libre de expresarlo y de creerlo, pero sucreencia no puede absolver a su esposo de su conducta.

    Resulta correcto que las creencias de una persona, ya sean de pensa-miento, de conciencia o de religin, no pueden ser argumentos vlidospara la realizacin de acciones que podran constituir delitos o violaciones

    a los derechos de terceros, ya que lo que alguna persona considera bue-no para ella no necesariamente es bueno para m, por lo que no se debe

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    imponer a otro, aun creyendo que es bueno para l, aquello que derivade un pensamiento propio.

    Si alguien piensa que ste es un mundo de sufrimiento, lo cual debe

    ser evitado, y que por tanto debe privar de la vida a una persona, sin suconsentimiento, con la supuesta pretensin de ayudarla, por supuesto quesera reprobable. Si alguien piensa que ste es un mundo de sufrimiento yque ste es parte de la vida, por lo que tenemos que aguantarlo estoica-mente, tambin sera reprobable.

    Sobre el particular recordemos lo que refiere la Declaracin Universalde Derechos Humanos de 1948, que en su artculo 1 establece que todoslos seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotadoscomo estn de razn y conciencia..., por lo cual cada persona sabe lo

    que es bueno para ella, y lo que es bueno para uno, no necesariamentees bueno para otro.

    Aqu cabra preguntarse si los pensamientos, la conciencia y las creen-cias religiosas de los jueces no fueron factor determinante e influyeron enla decisin que tomaron respecto del caso Pretty.

    Artculo 14. Prohibicin de discriminacin.El goce de los derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio ha

    de ser asegurado sin distincin alguna, especialmente por razones de sexo,raza, color, lengua, religin, opiniones polticas u otras, origen nacional osocial, pertenencia a una minora nacional, fortuna, nacimiento o cualquierotra situacin.

    Los alegatos de la demandante versaron sobre el trato desigual quese da a los que pueden o no suicidarse por s mismo, manifestando elTribunal que el lmite entre ambos puede resultar muy difuso, y que existenrazones para entender que incluir en una ley que prohba el suicidio asis-

    tido una excepcin para las personas incapaces de realizarlo por s mismas,daara seriamente la proteccin a la vida y se correra el riesgo de llegara abusos.38

    38The Court has so far considered that the right under Article 14 not to be discrimi-nated against the enjoyment of the rights guaranteed under the Convention is violated whenStates treat differently persons in analogous situations without providing an objective andreasonable justification. However, the Court considers that this is not the only face of theprohibition of discrimination in Article 14. The right not to be discriminated against in the

    enjoyment of the rights guaranteed under the Convention is also violated when States withoutan objective and reasonable justification fail to treat differently persons whose situations are

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    Al respecto, el Tribunal manifest que ha sostenido que el artculo 14no es autnomo, y que produce efectos nicamente en relacin con losderechos establecidos en el Convenio.

    Asimismo, el Tribunal declar que la ley criminal no poda ser criticadacomo discriminatoria, en virtud de que se aplicaba a todos, aunque en algu-nas instancias criminales se reconocen excepciones basadas en la juventud.

    En resumen, el Tribunal no considera legtimo crear una excepcin ala proteccin de la vida, que pondra en peligro a muchas personas ensituacin de dependencia.

    4. Documentos relevantes

    Dentro de la sentencia encontramos un captulo dedicado a materiales in-ternacionales relevantes, entre los que se encuentra la Recomendacin 141839de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que establece en suprrafo 5: la obligacin de respetar y proteger la dignidad de estas perso-nas deriva de la inviolabilidad de la dignidad humana en todas las etapasde la vida. El respeto y proteccin encuentra su expresin en proporcionarun medio adecuado que permita al ser humano morir con dignidad.

    Respecto de este prrafo, surge la duda de qu se entiende por morir

    con dignidad, lo cual queda abierto a la interpretacin de un tribunal,aunque el documento en cuestin es muy claro respecto de sus alcances,como veremos a continuacin.

    En el prrafo 9, la Asamblea recomienda que se inste a los Estadosmiembros del Consejo de Europa a respetar y proteger la dignidad de losenfermos terminales o moribundos en todos los aspectos, para lo cualestablece una serie de preceptos.40Asimismo, encontramos dentro de este

    significantly different (Caso Thimmenos v. Greece, 2000, citado por el Tribunal en lasentencia del Caso Pretty v. United Kingdom).39Recomendacin 1418 Proteccin de los derechos humanos y la dignidad de los

    enfermos terminales y moribundos, adoptada por la Asamblea el 25 de junio de 1999 enla 24a. Sesin.

    40Realmente los preceptos listados me parecen un catlogo de buenas intenciones,por lo que me gustara ver que una Asamblea Parlamentaria similar, pero de un grupo depases subdesarrollados, copiaran esta resolucin e hicieran votos por contar con orga-nizaciones y equipos de asistencia ambulatoria, que proporcionen un acceso equitativoa los cuidados paliativos, que garanticen un apoyo profesional, que aseguren un

    adecuado tratamiento del dolor, etctera. Esta resolucin sera letra muerta desde antesque la tinta se secara.

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    numeral el inciso C, el cual establece lo siguiente: Respaldando la pro-hibicin de poner fin a la vida intencionadamente de los enfermos termi-nales o las personas moribundas; Reconocer que el deseo de morir no

    genera el derecho a morir a manos de un tercero, as como Reconocerque el deseo de morir de un enfermo terminal o una persona moribundano puede, por s mismo, constituir una justificacin legal para accionesdirigidas a poner fin a su vida.

    Por otro lado, podemos mencionar las Recomendaciones 61341y 77942de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que resultan bas-tante ms limitadas que la referida anteriormente, pero son un buen an-tecedente, tomando en cuenta que se emitieron 23 aos antes.

    5. La sentencia

    Habiendo desahogado los alegatos de las partes, el Tribunal resolvi losiguiente:

    1. Declara la demanda admitida.2. Sostiene que no ha habido violacin al artculo 2 del Convenio.3. Sostiene que no ha habido violacin al artculo 3 del Convenio.4. Sostiene que no ha habido violacin al artculo 8 del Convenio.

    5. Sostiene que no ha habido violacin al artculo 9 del Convenio.6. Sostiene que no ha habido violacin al artculo 14 del Convenio.Lo anterior fue hecho en ingls y notificado por escrito, el 29 de abril

    de 2002.El 11 de mayo de 2002 falleci la demandante, lo ms seguro, por

    asfixia.

    III. Apndices

    1. El derecho a la vida

    En una gran cantidad de ordenamientos legales que existen, se hace refe-rencia al derecho que se tiene a la vida, incorporndose tanto en instru-

    41Recomendacin 613 Sobre los derechos de los enfermos y moribundos, adopta-da por la Asamblea el 29 de enero de 1976 en la 24a. Sesin.

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    Recomendacin 779 Sobre los derechos de los enfermos y moribundos, adopta-da por la Asamblea el 29 de enero de 1976 en la 24a. Sesin.

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    mentos nacionales (Mxico) como internacionales la obligacin que ad-quiere el Estado para proteger y tutelar este derecho.

    As, podemos decir que en los ordenamientos legales nacionales no

    se establece el derecho a la vida de la manera como se hace en los ins-trumentos internacionales, que a continuacin veremos, pero tal proteccinqueda implcita en las disposiciones penales, que sancionan fuertementea aquel que prive de la vida a un semejante, ya que la vida es el bien ju-rdico de mayor valor, y sin ste, cualquier otro perdera su sentido, de talmanera que despus de la vida, cualquier otro derecho podra parecer unaccesorio de ste.

    En materia de proteccin de los derechos humanos en general y de laproteccin y el derecho a la vida en particular, podramos citar una gran

    cantidad de ordenamientos que, entre sus primeros artculos, justamentelos reservan a este derecho, a saber, la Carta de las Naciones Unidas, queen sus artculos 55 y 56 establece que

    [...] con el propsito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar ne-cesarias para las relaciones pacficas y amistosas entre las naciones, basadasen el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determi-nacin de los pueblos, la Organizacin promover: a. niveles de vida ms

    elevados, trabajo permanente para todos, y condiciones de progreso y desa-rrollo econmico y social; b. la solucin de problemas internacionales decarcter econmico, social y sanitario, y de otros problemas conexos, y lacooperacin internacional en el orden cultural y educativo; y c. el respetouniversal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos,sin hacer distincin por motivos de raza, sexo, idioma o religin, y la efecti-vidad de tales derechos y libertades...

    La Declaracin de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789,

    y la Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948, estas ltimasreferida en el cuerpo del presente escrito; el Pacto Internacional de Dere-chos Civiles y Polticos, que establece en su artculo 6 que el derecho ala vida es inherente a la persona humana, y en su artculo 7 que nadieser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degra-dantes; la Declaracin Americana de Derechos y Deberes del Hombre(Bogot, 1948) establece en sus considerandos que los pueblos ameri-canos [...] tienen como fin principal la proteccin de los derechos esencia-

    les del hombre y la creacin de circunstancias que le permitan progresarespiritual y materialmente y alcanzar la felicidad; en su prembulo, que

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    todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dota-dos como estn por naturaleza de razn y conciencia..., y en su artculo1 que todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la dig-

    nidad de su persona.De igual manera, el Convenio Europeo de Derechos Humanos (Roma,1950) establece en su artculo 2. Derecho a la vidalo siguiente: 1. Elderecho de toda persona a la vida est protegido por la ley. Nadie podrser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecucin de unacondena que imponga pena capital dictada por el tribunal al reo de undelito para el que la ley establece esa pena; la Convencin Americanasobre Derechos Humanos (Pacto de San Jos, 1969) establece, en su ar-tculo 4, que toda persona tiene derecho a que se respete su vida, y el

    artculo 5, que nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratoscrueles, inhumanos o degradantes; la Carta de los Derechos Fundamen-tales de la Unin Europea, en su prembulo, establece: 2. La Unin estfundada sobre los principios indivisibles y universales de dignidad de hom-bres y mujeres, libertad...; asimismo, en su articulado establece: artcu-lo 1. Se respetar y proteger la dignidad de la persona; artculo 2. Todapersona tiene derecho a la vida; artculo 4. Nadie podr ser sometido atortura ni a penas o tratos inhumanos; artculo 10. Toda persona tiene

    derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religin.Como podemos observar, en estos instrumentos que han sido enlista-dos, como denominador comn se establece que todas las personas tienenderecho a la vida y que sta es inherente a aqul. En estos casos, al pa-recer se considera como sujetos activo y pasivo del derecho al individuo,por un lado, y al Estado, por otro lado, ya que histricamente a travs delpoder del Estado es que se ha privado de la vida a los individuos. De loanterior, podemos decir que el derecho a la vida es un derecho pblicosubjetivo, garantizado en su carcter de derecho fundamental, y que co-

    rresponde al Estadio velar por el mismo, y por tal razn se tutela a travsde instrumentos de orden internacional. Aqu podemos agregar que res-pecto de la vida de un individuo no podra ser el sujeto pasivo otro indivi-duo, ya que si bien debe respetar la vida ajena, en la legislacin penal seestablecen penas por su inobservancia, pero no encontraremos, a mane-ra de declogo, que no se debe privar de la vida a alguien ya que todapersona tiene derecho a la vida.

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    2. Eutanasia

    Muchos son los casos que conocemos y ms los que desconocemos, de

    personas que encontrndose con enfermedades en fases terminales, seencuentran sometidas a tratos inhumanos, amparados en la persistenciade los mdicos por mantenerlas con vida hasta en tanto no se produzcala muerte de una manera natural. Asimismo, generalmente estos casosse encuentran ntimamente relacionados con los familiares de los pacien-tes que solicitan a los tribunales la autorizacin para cesar las medidasartificiales para mantener con vida a una persona, o con aquellas en losque es el mismo paciente quien presenta tambin a los tribunales la soli-citud buscando el derecho a morir.43

    Podemos citar innumerables casos relacionados con el derecho amorir, ya sea que sea exigido por el paciente mismo o que sea solicitadopor los familiares de ste. De todas maneras cabe preguntarse si resultamoralmente justificable continuar de manera artificial con algo que hallegado a su fin, como lo es la vida. Despus de todo, lo que los mori-bundos y los enfermos terminales quieren es morir en paz y dignamente,pero en compaa de sus seres queridos.44

    Cabe recordar una sentencia del Tribunal Supremo Alemn, en 1994,

    en el cual se advirti a mdicos, personal sanitario, abogados y tribunalesque la voluntad de los pacientes deba ser fielmente respetada, incluso enaquellos casos en que ste ya no pudiera expresarse, lo cual hizo que serecomendara a los enfermos redactar un testamento para que dejaranconstancia de que no se les aplicaran medidas que pudieran prolongar suvida, siendo esta sentencia entendida nicamente para la renuncia alaparato de alimentacin artificial.45

    Ms recientemente, en 1996, el Territorio Norte de Australia se con-virti durante un cierto periodo en el primer estado del mundo en legalizar

    la eutanasia voluntaria. La ley fue vetada y derogada por el gobierno fe-

    43ste es el caso de Diane Pretty, una mujer britnica de 43 aos, completamenteparalizada, quien buscando ejercer su derecho a morir, llev su caso al Tribunal Europeode Derechos Humanos, el cual ha confirmado la decisin de los jueces britnicos de queno existe derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos de un tercero o con asistenciade las autoridades pblicas.

    44Resolucin de la OPS/OMS613, citada en Los derechos de los pacientes, fascculo

    4, Mxico, CNDH, 2003, p. 47.45Cf. Hans Kng y Walter Jens, Morir con dignidad.

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    deral en 1997. Hoy no es un crimen suicidarse, pero es ilegal asistir aalguien para hacerlo.

    Con todo el gran despliegue de luchadores por los derechos humanos

    y la revitalizacin de los derechos del hombre, llmense subjetivos, naturales,positivos o fundamentales, cabe preguntar si no se debe tener tambin, comoun derecho fundamental, el derecho a la muerte, o dicho de una manerams eufemsticamente, derecho a una muerte digna, derecho a decidir cmoy cundo, sin necesidad de ser utilizado como conejillo de Indias.

    El trmino eutanasia est muy desacreditado, principalmente porquese le ha asociado a las purgas desarrolladas durante la Segunda GuerraMundial, por lo que podemos afirmar que resulta indiscutible el rechazo ala eutanasia impuesta pero, de igual manera, resulta indiscutible la acep-

    tacin tica responsable de una ayuda a morir, o eutanasia sin acortamien-to de la vida, que consiste en suministrar frmacos que atenen el dolor;asimismo, resulta indiscutida la aceptacin tica responsable de la ayudaa morir pasiva, o eutanasia con acortamiento de la vida con efecto secun-dario, mediante la interrupcin de una prolongacin artificial de la vida.

    La que resulta actualmente una eutanasia discutida, es la que se apli-ca como una muerte misericordiosa, para lo cual en 1976 se celebr laPrimera Conferencia Mundial de Asociaciones en Pro de una Muerte Hu-

    mana, y se proclam la llamada Declaracin de Tokio, en la que se esta-blecieron las siguientes tesis: 1) cada persona debe decidir por s mismasobre su vida y su muerte; 2) las estipulaciones de los pacientes sobre suproceso de morir, o testamentos vitales, deben reconocerse como derechoshumanos, y 3) debe reconocrsele validez legal.46

    Por otro lado, tambin en materia de derechos humanos, encontramosque Walter Jens47nos recuerda que personas como el doctor Peter Hae-mmerli no cejan tercamente en recordarnos el quinto derecho de los en-fermos y moribundos, el derecho a no estar obligado a sufrir, a poder

    morir en paz y dignamente, tal como lo ha formulado la Declaracin deDerechos Humanos Universales del Consejo de Europa, en su artculo 2.

    Por lo que se refiere a la posibilidad de contar con un derecho, dichoen esa precisa manera, a la disposicin de la vida y la forma de decidir, enel caso tal vez lejano, pero no incierto de una enfermedad terminal, VctorMndez Baiges48comenta que el objetivo del derecho, en consecuencia,

    46Ibid., p. 35.47

    Ibid., p. 81.48Vctor Mndez Baiges, Sobre morir..., p. 51.

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    es el de evitar que la participacin de la persona en su propia muerte seala de un objeto pasivo en manos de la familia, de la tcnica o de los es-pecialistas, logrando por el contrario que esa participacin sea la de un

    ciudadano al que han de serle respetados sus intereses y sus valores msbsicos durante ese proceso de morir.Un razonamiento que se ha invocado contra la proclamacin del de-

    recho a morir, y que tiene un carcter ms metafsico, sostiene que, pues-to que la decisin de morir es irreversible, en ella el yo presente toma unadecisin que no deja ningn lugar para cualquier otra decisin que pudie-ra tomar el yo futuro, y ello es una razn suficiente para prohibir una de-cisin tan drstica y tan aniquiladora de toda decisin posterior. CarlosSantiago Nino se ha referido a este razonamiento, y a su relacin con una

    teora sobre la identidad personal, en tica y derechos humanos.49Por otro lado, podemos hacer referencia a las disposiciones legales

    que establecen, por un lado, la proteccin a la vida y la libertad,50y, porel otro lado, aquellas que prohben la tortura51y que de alguna manerase pueden relacionar con el derecho a una muerte digna.

    Despus de todo, la cuestin ms importante en el proceso de morirse encuentra relacionada con la propia dignidad de la persona, para locual podemos decir que la dignidad humana significa reconocer al hom-

    bre como persona y no tratarlo como un objeto ni tratarlo de una maneradegradante o inhumana.52

    IV. Conclusiones

    La revisin de los antecedentes y de la sentencia del caso de Diane Prettynos hace pensar y reflexionar un sinnmero de situaciones relacionadascon un momento que para todos parece muy remoto, que es la muerte, y

    49Citado por V. Mndez Baiges, op. cit., p. 83.50Artculo 3 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos; artculo 6 del Pacto

    Internacional de Derechos Civiles y Polticos; artculo 1 de la Declaracin Americana deDerechos y Deberes del Hombre; artculo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos,etctera.

    51Artculo 5 del Convencin Americana sobre Derechos Humanos; artculo 7 delPacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos; artculo 4 de la Carta de los Derechos

    Fundamentales de la Unin Europea, etctera.52Yolanda Gmez Snchez, Los derechos en Europa, p. 79.

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    ms an sta como consecuencia de una enfermedad terminal que nosvaya minando poco a poco hasta que el desenlace sea inevitable.

    Tanto las constituciones de los Estados como los instrumentos interna-

    cionales hacen referencia a la proteccin de la vida de los individuos, lacual debe ser tutelada por el propio Estado, pero nos preguntamos qupasa cuando el propio individuo solicita la asistencia del Estado para darpor terminada su vida. Si bien cualquier persona tiene la posibilidad desuicidarse, no pasa as con quienes estando en la fase terminal de unaenfermedad necesitan la asistencia de un tercero, para lo cual, debido alas disposiciones jurdicas que rigen en todo el mundo respecto del delitode homicidio, se requerira la anuencia del Estado. Aqu es donde cabepreguntarse si no debe ser incorporado como un derecho el contar con la

    asistencia obligatoria del Estado para dar por terminada una existenciahumana, lo cual pasara a formar parte de nuestro patrimonio jurdicocomo un derecho humano.

    Por otro lado debemos, finalmente, emancipar al ser humano, al hom-bre y hacerlo responsable de sus propios actos, capaz de tomar sus propiasdecisiones, sin considerarlo, como hasta la fecha se hace, como un menorincapaz de determinar el momento en que las cosas deben llegar a su fin.Este papel de tutor (que es ms bien la forma eufemstica de decir dueo de

    vidas) se lo ha atribuido el Estado tomando el papel de monarca absoluto,tirano, dictador, manejando una doble moral (si es que el Estado puedetener moral), ya que, por un lado, pregona la proteccin de los derechoshumanos y, por otro, toma decisiones que tienen que ver con la intimidadde las personas, como es el caso que nos ha ocupado en este trabajo.

    Posiblemente y en estricto sentido, la resolucin tomada por el TribunalEuropeo respecto de la peticin de la seora Pretty haya estado apegadaa Derecho, pero se ha visto que est cargada de una gran dosis de inter-pretacin, despus de todo es lo que hacen los tribunales, interpretar, pero

    esa interpretacin pudo haber estado influenciada por las creencias reli-giosas, sociales o cualquier otra de los ponentes, pero habra que pensar,como principio,si ante la duda hay que absolver, porque no ante la duda,aceptar la pretensin de la seora Pretty.

    Tal vez el Tribunal tuvo temor de sentar un precedente y, por conse-cuencia, que se desatara una cascada de demandas similares, ya queargument que puede haber abusos,53pero creo que en esta vida se

    53

    Los jueces expresaron su simpata hacia la seora Pretty y dijeron que estabacondenada a afrontar una muerte difcil, si no se le proporciona la manera de poner fin a

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    deben correr los riesgos, y si vamos a dejar de tomar decisiones por temora los abusos, estaramos entonces adoptando una actitud mezquina ydeleznable, por lo que si los grandes pensadores hubieran adoptado estos

    criterios, estaramos an en la edad de piedra.A veces resulta fcil hacer recomendaciones para que se tomen todaslas medidas necesarias para que un enfermo sea dotado de asistencia,medicinas, atencin, cuidados paliativos, etctera, lo cual me parece muybien, pero quienes presentan tales propuestas se les olvida que la realidaddel mundo es diferente, lo cual tal vez no alcanzan a ver pensando que surealidad es la de los dems,54y que los recursos no alcanzan o no existen.

    El derecho a determinar la propia muerte encuentra una explicacindentro de la teora que establece que la autonoma de las personas es uno

    de los valores, sino el principal, entre aquellos que debe garantizar elorden jurdico. En una sociedad que respeta esa autonoma, la vida decada uno es en primer lugar de quien la vive, y no puede obligarse a na-die a mantenerse con vida contra su voluntad apelando a los interesesajenos, a intereses del Estado o de otras personas o grupos.

    El derecho a morir ha recibido muchas denominaciones, entre ellas,la de derecho a una muerte humana, derecho a la eutanasia, o derechoa morir dignamente, que al final de cuentas el denominador comn es el

    derecho a la libre disposicin de la vida, o mejor dicho, a la libre deter-minacin del momento y la forma de dar por terminada nuestra existenciaante el no poco probable escenario de una enfermedad que nos postre enlecho y nos someta a un sufrimiento innecesario, cuando ya se vivi unavida plena.

    El incipiente acercamiento que estn teniendo los tribunales naciona-les e internacionales para resolver y manifestarse a este respecto nosobligarn a profundizar en un futuro que ya es hoy respecto de la toma dedecisiones que anteriormente no estaban ni pensadas, as como a definir

    y determinar hasta qu punto el ser humano cuenta con libertad paradecidir sobre su vida y sobre su muerte, as como el papel que los Estadosy la comunidad internacional debern jugar en esta nueva etapa de los

    sus das. Pero consideraron que incluir en una ley una excepcin para personas conside-radas incapaces de suicidarse resquebrajara seriamente la proteccin de la vida, consa-grada por la ley, y aumentara de manera significativa el riesgo de abuso.

    54

    Recordemos el caso de Mara Antonieta, si el pueblo no tiene pan, pues que comanpasteles.

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    derechos de los hombres que, finalmente como ste, deber convertirseen un derecho humano.

    Nuevamente, como dije anteriormente, cabe preguntarse si no debe

    ser incorporado como un derecho el contar con la asistencia obligatoriadel Estado para dar por terminada una existencia, el cual pasara a formarparte de nuestro patrimonio jurdico como un derecho humano, ya que sinadie puede vivir nuestra vida, menos aun puede morir nuestra muerte.

    V. Bibliografa

    BUERGENTHAL, Thomas, Derechos humanos internacionales. Mxico, Ger-

    nika, 2002.CARBONELL, Miguel, Derecho internacional de los derechos humanos.

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    www.eutanasia.ws (Asociacin Derecho a Morir Dignamente).www.echr.coe.int (Corte Europea de Derechos Humanos).www.unav.es

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    E

    ArtculoLos Juicios de Nuremberg:

    60 aos despus

    Rigoberto Gerardo Ortiz Trevio*

    A mi hermana Cecilia

    Aunque esta ley se aplique aqu, por vez primera,a los agresores alemanes, incluye tambin y debe,

    si realmente ha de servir de algo, condenar losactos de agresin de cualesquiera otras naciones,

    sin excluir a las que hoy se sientan aqu comojueces.

    Robert J. Jackson,Fiscal en jefe de los Juicios de Nuremberg

    SUMARIO: I. Introduccin: sentencias al Estado moderno. II. El Estado totalitario y lajusticia. III. Seguridad jurdica vs. Ius Gentium. IV. El Damasco de un jurista. V. Ep-logo. VI. Bibliografa.

    I. Introduccin: sentencias al Estado moderno

    l otrora todopoderoso, ahora arrastraba sus pies, con la mismalentitud que muchas de sus vctimas de los guetos polacos. Estesujeto haba mostrado un profundo remordimiento durante el juicio

    en el que comparta el banquillo con un selecto grupo de jerarcas del ex-tinto Partido Nacionalsocialista y de las Fuerzas Armadas alemanas. EraHans Frank, ex gobernador general de Polonia, en nombre del infame

    * Investigador del Centro Nacional de Derechos Humanos de la CNDH.

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    Rigoberto Gerardo Ortiz Trevio

    Tercer Reich. Frank fue ejecutado en la horca el 16 de octubre de 1946,luego de haber sido acreedor a los cargos de conspiracin, crmenesde guerra y crmenes contra la humanidad. Se han cumplido ya 60 aos de

    la ejecucin de su sentencia, as como de sus coacusados.1

    60 aos quepara la opinin pblica en general han pasado prcticamente desaperci-bidos, salvo para el semanario alemn Der Spiegel.2La indiferencia des-concierta ya que es un lugar comn considerar a los Juicios de Nuremberg(iniciados en septiembre de 1945) como un hito en la historia de los dere-chos humanos.3Como ejemplo de ello, no hace mucho, el juez de laAudiencia Nacional del Reino de Espaa, Baltasar Garzn, escribi:

    Distinta fue la experiencia de la represin en 1945, cuando, como conse-

    cuencia de las atrocidades cometidas en la Segunda Guerra Mundial por losejrcitos nazi y japons, se crearon los tribunales militares internacionales deNuremberg y Tokio. Aunque no debe olvidarse que se trat de tribunalesformados por personas nacionales de las potencias vencedoras, en generalse respetaron las garantas procesales fundamentales relativas al derecho dedefensa de los acusados. Pero lo ms importante es que la constitucin de talestribunales constituy un hito en la lucha contra la impunidad de los autores detales crmenes, cuyo castigo resultaba un imperativo para la conciencia uni-

    versal.

    4

    Hay mucho que matizar acerca de lo dicho en el prrafo anterior. Enprimer lugar, es una muestra de ignorancia histrica por cierto cometidapor los propios tribunales sitos en Nuremberg confundir al Ejrcitoalemn (Wehrmacht) con el nazismo, no obstante que el propio Hitlerhubiese asumido la cabeza suprema de las fuerzas armadas alemanas.5A

    1

    M. Berenbaum, El mundo lo debe saber, pp. 199-200.2 T. Darnstdt, Das Weltgericht, Vor 60 Jahren in Nrnberg: NS-Verbrecher vorGericht-Das Tribunal des Todes, en Der Spiegel, nm. 42, pp. 66-86.

    3Vid.J. A. Carrillo Salcedo, Dignidad frente a barbarie. La Declaracin Universal deDerechos Humanos, cincuenta aos despus, pp. 64-67; G. Radbruch, Introduccin a lafilosofa del derecho, pp. 171-180; A. Truyol y Serra, Los derechos humanos, Declaraciones

    y Convenciones internacionales, pp. 34-35.4B. Garzn, Prlogo a VV. AA., Crmenes de guerra, lo que debemos saber, p. 17.5Vid.D. Solar, La cada de los dioses, los errores estratgicos de Hitler, pp. 13-41. En

    todo caso las atrocidades fueron cometidas, sobre todo, por la polica secreta alemana,

    la Gehime Staats Polizei (Gestapo), o la guardia consagrada a la defensa personal delHitler, las Waffen Schutzstaffel (S. S.).

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    su vez, hay que precisar que tales juicios tambin son un eslabn en laconformacin del derecho internacional humanitario posterior a la Segun-da Gran Guerra y cuya coronacin es el Estatuto de la Corte Penal Inter-

    nacional de Roma de 1997. Pero coincidimos con Garzn: 60 aos dehaber sido dictadas las primeras sentencias de tan peculiar jurisdiccin,no pueden pasar por indiferentes a la luz de la historia de los derechoshumanos. Desde tal punto de vista, estamos obligados a hacer algunasprecisiones de enfoque. Hoy en da la historia del derecho se concentrano slo en los textos jurdicos, objeto material de su estudio, sino tambinen los contextos y en las ideas. El derecho (en cualquiera de sus acepcio-nes) no es un producto de la generacin espontnea, sino una aportacincultural. Esto viene a colacin ya que sin contextualizar la conformacin

    del estatismo imperante en la primera mitad del siglo XX, no se podracomprender la naturaleza y magnitud de las aportaciones de la peculiarjurisdiccin mixta (civil y militar) que fungi como tribunal internacionalentre 1945 y 1949 en el simblico Nuremberg. As las cosas, debe tener-se presente que entre los siglos XVIII y XIX cuajaran los Estados nacionales,organizados jurdica y polticamente mediante constituciones. O para serexactos, mediante constituciones inspiradas en el liberalismo revoluciona-rio, es decir, en una serie de ideas que desde el siglo XV fueron evolucio-

    nando en el seno de sociedades monrquicas y estamentales, lo quesuele denominarse como Antiguo Rgimen.6Esto es lo que nos explicaMaurizio Fioravanti:

    [] el Estado de Derecho posrevolucionario es la forma de Estado que estdotada de una constitucin liberal, es decir, de una constitucin que parte dela presuncin general de libertad a favor de los individuos, que reserva a laley la individualizacin de los eventuales lmites que por el inters de to-dos deban establecerse al ejercicio de los derechos de los mismos individuos,

    6La razn es que el derecho pblico de las naciones de derecho civil de la actualidades en gran parte un producto de una revolucin ocurrida en Occidente en el siglo iniciadoen 1776. Este movimiento, que afect a la mayor parte de las naciones occidentales in-cluy acontecimientos tan dramticos como la Revolucin estadounidense y la Revolucinfrancesa [...], la serie de guerras de independencia que liberaron a las naciones de Am-rica Latina [...]. Pero estos acontecimientos fueron en s mismos el producto de una revo-lucin intelectual ms fundamental. Finalmente se superaron ciertos moldes de pensamien-to por largo tiempo establecidos acerca del gobierno y el individuo, y se sustituyeron por

    nuevas ideas acerca del hombre, la sociedad, la economa y el estado. J. H. Merryman,La tradicin jurdica romano-cannica, pp. 38, 39.

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    que provee, siempre para garantizar los derechos, al establecimiento deformas de gobierno no absolutistas.7

    Por ende, el Estado moderno es la sociedad organizada para decla-rar el derecho de un modo supremo e inapelable, cumplirle en relacincon todos los fines de la vida, y hacerle cumplir por la coaccin cuandono se realice voluntariamente.8Este nuevo modelo de sociedad polticatenda a ser autosuficiente, ya que se fundaba en el principio de la sobe-rana popular bidimensional (interna, y externa para el efecto del ius-gen-tium). En el Antiguo Rgimen el soberano era el rey, en cambio, ahora esel pueblo y la ley su producto y expresin general. El absolutismo desp-tico haba muerto. Curiosamente, el liberalismo mantuvo una postura

    pesimista en torno a la relacin naturaleza humana y poder: el ejerciciode este ltimo tiende a corromperse naturalmente. Basta traer a la memo-ria la Declaracin de Derechos del Buen Pueblo de Virginia de 1776,banderazo de salida en la carrera de los derechos humanos como institu-ciones de derecho positivo en la lgica de Ren Cassn.9En tal texto, laseccin tercera formul el derecho del pueblo a abolir a un gobiernocuando ste ya no sirviese a la felicidad comn.10Y tal parece con todolo lamentable que fue que la profeca se cumpli.

    II. El Estado totalitario y la justicia

    El siglo XIX implic un complejo caldo de cultivo hacia una catstrofe queprovocarn precisamente esos Estados-naciones liberales: la Revolucinindustrial, los nacionalismos, la Primera Guerra Mundial, los imperialismos

    7M. Fioravanti et al., El Estado moderno en Europa. Instituciones y derecho, p. 35. 8

    J. Snchez-Arcilla Bernal, Historia del derecho, instituciones polticas y administrativas,pp. 912-913. 9Virginia Declaration of Rights, 12 de junio de 1776, cit. por J. Hervada y J. M.

    Zumaquero, Textos internacionales de derechos humanos, t. 1 (1776-1976), p. 24.10Section 3. That government is, or ought to be, instituted for the common benefit,

    protection, and security of the people, nation or community; of all the various modes andforms of government that is best, which is capable of producing the greatest degree ofhappiness and safety and is most effectually secured against the danger of maladministra-tion; and that, whenever any government shall be found inadequate or contrary to thesepurposes, a majority of the community hath an indubitable, unalienable, and indefeasible

    right to reform, alter or abolish it, in such manner as shall be judged most conducive to thepublic weal. Cit. por J. Hervada y J. M. Zumaquero, op. cit., p. 29.

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    y la novedosa tirana de la ley, entre otros. Sobre esto ltimo, haba razo-nes suficientes para ensalzar a la ley. Muestra de ello es lo expresado porun pensador de la talla de un Montesquieu, al sugerir que la legalidad

    tenga por finalidad mantener a raya a los jueces, signos visibles de la ar-bitrariedad del Antiguo Rgimen.11Pero, cmo se limitara ahora al Poderlegislativo? En efecto, el juez aceptara someterse a la ley, empero, cabepreguntarse: salvo las limitaciones procedimentales para generar una ley,el legislador ante qu dique se podra contener? Es as como el nuevotirano ha surgido, como bien lo advierte Bernardino Bravo Lira:

    [...] este legalismo judicial se ha mostrado ms peligroso aun que la arbitra-riedad de los jueces que con l se quiso remediar. La omnipotencia de la ley

    se presta para los mayores atropellos. Incluso para aniquilar el derecho. Dehecho ella ha sido instrumento de los totalitarismos, sovitico y nazi, paraimponer el peor sin derecho: el abuso legalizado. Pero este abuso no esdesconocido tampoco en los dems pases donde tambin impera la legalidadpor la legalidad, aunque en menor grado.12

    Por otra parte, hay que tener presente que los clebres derechos so-ciales (clasificados por Cassn como de segunda generacin) fueron el

    resultado de una reaccin contra el individualismo exacerbado en lasprimeras constituciones y su legislacin civil.13

    En ese complejo caldo de cultivo surgieron Estados absolutistas, comola Italia fascista, el Tercer Reich alemn o el Rgimen Sovitico de Stalin.Derechas o izquierdas, poco importan esos parmetros. El Estado eramucho ms que el Leviatn de Hobbes, era un fin en s mismo, un abso-luto, como Hegel lo prefigur.14La geometra ideolgica sirvi, en todocaso, para apuntalar posturas poltico-partidistas, por ejemplo, Hitler al-canzar el poder en oposicin a los anarquistas de extrema izquierda y a

    los socialdemcratas. De hecho, el cabo de Austria lograr una granpopularidad una vez en el poder, al poner en orden a los opositores.15Cuando el 21 de marzo de 1933, en los suburbios de Munich, era funda-

    11Cf. Montesquieu, Del espritu de las leyes, libro VI, captulos III y IV, pp. 64 y 65.12B. Bravo Lira, Las dos caras de la codificacin en Europa continental e Iberoamrica:

    legal y judicial, en VV. AA., Homenaje a Ismael Snchez Bella, p. 179.13Vid. A. Osuna Fernndez-Largo, Los derechos humanos. mbitos y desarrollo, pp.

    185-186.14

    R. Scruton, Historia de la filosofa moderna. De Descartes a Wittgenstein, p. 170.15Vid. R. J. Evans, The coming of the Third Reich.

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    Rigoberto Gerardo Ortiz Trevio

    do el campo de concentracin de Dachau, la opinin pblica le fue favo-rable. Ese campo, adems de aislar de la sociedad a los enemigos delEstado (y por ende del orden y paz pblicas), era tambin un instrumento

    de una enorme capacidad de disuasin para los potenciales delincuentes.16

    La Solucin Final planteada en Wansee el 20 de enero de 1942 estabaan distante. Esto hay que tenerlo muy claro: el Holocausto ser el efectode medidas cada vez ms radicales.17Basta tomar como ejemplo el caso delinfame campo de Auschwitz. En un principio surgi como un campo deconcentracin de enemigos polticos e indeseables sociales el 14 de di-ciembre de 1940. Luego de la referida conferencia de Wansee ser el cam-po de exterminio ms despreciable en la historia de la humanidad.18

    Como ha sido demostrado por Debrah Dwork y Robert Jan van Pelt,

    las potencias aliadas tenan conocimiento de las atrocidades cometidaspor el Tercer Reich, incluso de la Solucin final.19Sin embargo, el obje-tivo de su estrategia militar y poltica era la victoria total, con la con-secuente rendicin incondicional de los alemanes. Hay muchas incgnitaspor despejar sobre si se tena conciencia de la magnitud de la empresa demuerte que fue el Holocausto, pero al margen de ello, no es casual queya en pleno mes de octubre de 1942, el ministro de Asuntos Exterioressovitico, Viacheslav Molotov, haba visualizado la existencia de un tribunal

    que juzgase los crmenes de guerra cometidos por los nazis.20

    En con-trapartida, el primer ministro britnico, nada menos que sir Winston Chur-chill, propona las ejecuciones sumarias, sin ningn gnero de garantasprocesales, bastando la simple identificacin del criminal en turno. Ademsdel conflicto tico justicia vs. venganza, prevalecan criterios prcticos:cmo se instalaran tales tribunales?, cunto costara en trminoshumanos y econmicos sobrellevar tales procesos?, y sobre todo bajoque parmetros jurdicos seran juzgados los sujetos en cuestin? Churchi-ll haba moderado su apetito en la Conferencia de Tehern celebrada

    16S. Zmecnk, That was Dachau (1933-1945), pp. 19-64.17Grosso modo, la Solucin final puede definirse como el conjunto de polticas y

    acciones pblicas emprendidas por el Tercer Reich para el exte