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Año 2 BUENOS AIRES, 1 DE DICIEMBRE DE 1999 Núm. 11 la historia es memoria, presente y futuro El texto que presentamos en este "Cronista Mayor", es el resultado del trabajo en los Talleres de Historia Oral rea- lizados durante 1999 en dife- rentes barrios de la ciudad de Buenos Aires. A partir de los recuerdos de los vecinos fuimos recreando la historia de este siglo y, como todo relato histórico, es parcial y en cierta medida arbitrario. Es parcial, además, porque no trabajamos en todos los barrios, porque los partici- pantes fueron priorizando unos temas sobre otros, porque al- gunos Talleres fueron más ho- mogéneos en cuanto a sus pos- turas sobre algunos aspectos dándose posiciones ideológi- cas predominantes. Este recorte es también arbi- trario porque los que lo arma- mos, frente a la infinidad de testimonios recogidos, no tu- vimos otra opción que ir eli- giendo entre aquellos simila- res, o transcribir aquél que fuera el único sobre una te- VOCES Y MEMORIAS DEL SIGLO XX mática, aunque esa opinión resultara controvertida. Muchas serán las personas que no encuentren su testimo- nio en este texto, pero lo ver- daderamente importante es que sin cada una de ellas, los es- pecialistas que coordinaron los talleres no hubieran podido ha- cer el recorrido histórico que hi- cieron a través de las voces de la gente, ya que para hacer su aná- lisis final se trabajó con todo el material grabado, seleccionando por razones de organización y es- pacio, aquel que resultó más re- presentativo. Lo que para nosotros reviste mayor interés es cada una de las grabaciones que se realizaron ya que las mismas integrarán el ar- chivo de historia oral y son los verdaderos legados para el futu- ro, fuente de consulta para his- toriadores y para todo aquél que necesite saber cómo fue el siglo a través de los recuerdos de aque- llos que lo vivieron. Gracias por prestarnos su tiem- po y su memoria para poder con- cretar este trabajo. "El derecho de soñar" "Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea. El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed (...)" Eduardo Galeano, en Apuntes para el fin de siglo, Buenos Aires, 1998. Los autores de este Cronista Mayor son: Alina; Álvarez, Horacio; Arroyo, Elsa; Assaretto, María Esther; Bablij, Alina; Bamante, Haydeé; Barrera, Alejandro; Beiríes, Ali- cia; Beresñack, Julio; Bernardez, Oscar; Bianchi, Oscar; Blitman, Sara; Boreo, Haydeé; Calcagno, María Delia; Carnaghi, Beatriz; Carreyra,Vicente; Casaccio, Haydeé; Cavarischia, Zulma; Ceñal, Graciela; Corral, Alicia; Cuello, Clotilde; Currin, Rosa; Czernikowski, Lilia; Chassunot, Miguel; Chávez, Ana Flora Chiappe, Verónica; Dávila, Elisabeth; de Dios, Aurora; De Dominici, Victoria; de Ferrari, Beatriz; De Nápole, Blanca; Der Jachadurian, Jorge; Deslizzi, Liliana; Deslizzi, Romano; Digón, Carlos; Doyle, Patricia; Effron de Lifschitz, Sima; Enjo, Hilda; Epilman, Nilda; Ernesto; Fariña, Rodolfo; Fernández de Bianchi, Clotilde; Fernández, Al- berto; Fernández, Elisa; Ferrari, Isabel; Fraga, Ana María; Garabedian, Juan; Garabedian, Marcelo; Garavaglia, Enrique; García de Fernández, Marta A.; García, Margarita; García, Ma- nuel; Ghibaudi, David; Giordano, Hugo; Gjurovich, Ana; Gómez, María Teresa; González, Alicia; Grumblatt, Lidia; Iglesias, José; Janette; Juan, Juana; Juarez Alicia; Katz, Rosita; Lamerata, Estela; Larroque, Julio; Lifschitz, Enrique; Lifschitz, Enrique; Lifschitz, Isaac; Liso, Patricia; López, Elisa; Mackeprang, Olga; Malfé, María del Pilar; Marín, Paulina; Laura; Martínez, Adalberto; Martínez, María Antonia; Mavrakis, Jorge Luis; Meilman, Marta; Mendía, Fran- cisco; Minet, Florencia; Mitri de Fracassi, Mirta; Mitri, Ada; Moyano, Rosa; Nieva, Jacinta; Ostuni, Olga; Paula; Penella, Vi- cente; Pape, Carmen; Pérez, Irma; Pianteri, Delia; Pintabona, Rosa; Piotti, Rodolfo; Prysicki, Irene; Ramas, Rosa; Reguera, Silvia; Rossi de Del Mastro, Enriqueta; Rossi, Carla; Rossi, Lucía; Rubachin, Oscar; Rubins, Sofía; Rubins, Silvia; Sa- kovsky, Bernardo; Salama, Raquel; Salvatierra, Laura; San Martín, Juan; Sangiao, Adriana; Saux, María Cecilia; Senosian, Mariluz; Shenkmen, Alicia; Soledad (nieta de Irma); Stocchetti, Telma; Surdinho, Noemí; Szpigielman, Nélida; Tavorro, Oscar; Tuzzio, Leonor; Valdez, Alicia; Veola, Isabel; Vey, Nora; Villareal, Miguel Ángel; Villaschi de Vivado, Lydia; Vivado, Horacio; Viviana; Waisblatt, Catalina; Yannoni, Elsa. AUSPICIA

Año 2 BUENOS AIRES, 1 DE DICIEMBRE DE 1999 Núm. 11 … · Viajó en tercera clase con una ... Fogata de San Pedro y San Pablo ... te a la vía del tren; en esa esquina hacíamos

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Año 2 BUENOS AIRES, 1 DE DICIEMBRE DE 1999 Núm. 11

la historiaes memoria,

presentey futuro

El texto que presentamos eneste "Cronista Mayor", es elresultado del trabajo en losTalleres de Historia Oral rea-lizados durante 1999 en dife-rentes barrios de la ciudad deBuenos Aires.A partir de los recuerdos delos vecinos fuimos recreandola historia de este siglo y,como todo relato histórico, esparcial y en cierta medidaarbitrario.Es parcial, además, porqueno trabajamos en todos losbarrios, porque los partici-pantes fueron priorizando unostemas sobre otros, porque al-gunos Talleres fueron más ho-mogéneos en cuanto a sus pos-turas sobre algunos aspectosdándose posiciones ideológi-cas predominantes.Este recorte es también arbi-trario porque los que lo arma-mos, frente a la infinidad detestimonios recogidos, no tu-vimos otra opción que ir eli-giendo entre aquellos simila-res, o transcribir aquél quefuera el único sobre una te-

VOCES Y MEMORIAS DEL SIGLO XX

mática, aunque esa opiniónresultara controvertida.Muchas serán las personasque no encuentren su testimo-nio en este texto, pero lo ver-daderamente importante esque sin cada una de ellas, los es-pecialistas que coordinaron lostalleres no hubieran podido ha-cer el recorrido histórico que hi-cieron a través de las voces de lagente, ya que para hacer su aná-lisis final se trabajó con todo elmaterial grabado, seleccionandopor razones de organización y es-pacio, aquel que resultó más re-presentativo.Lo que para nosotros revistemayor interés es cada una de lasgrabaciones que se realizaron yaque las mismas integrarán el ar-chivo de historia oral y son losverdaderos legados para el futu-ro, fuente de consulta para his-toriadores y para todo aquél quenecesite saber cómo fue el siglo através de los recuerdos de aque-llos que lo vivieron.Gracias por prestarnos su tiem-po y su memoria para poder con-cretar este trabajo.

"El derecho de soñar""Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí,

para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea.

El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948.Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed (...)"

Eduardo Galeano, en Apuntes para el fin de siglo, Buenos Aires, 1998.

Los autores deeste Cronista

Mayor son:

Alina; Álvarez, Horacio; Arroyo,Elsa; Assaretto, María Esther;Bablij, Alina; Bamante, Haydeé;Barrera, Alejandro; Beiríes, Ali-cia; Beresñack, Julio; Bernardez,Oscar; Bianchi, Oscar; Blitman,Sara; Boreo, Haydeé; Calcagno,María Delia; Carnaghi, Beatriz;Carreyra,Vicente; Casaccio,Haydeé; Cavarischia, Zulma;Ceñal, Graciela; Corral, Alicia;Cuello, Clotilde; Currin, Rosa;Czernikowski, Lilia; Chassunot,Miguel; Chávez, Ana FloraChiappe, Verónica; Dávila,Elisabeth; de Dios, Aurora; DeDominici, Victoria; de Ferrari,Beatriz; De Nápole, Blanca; DerJachadurian, Jorge; Deslizzi,Liliana; Deslizzi, Romano;Digón, Carlos; Doyle, Patricia;Effron de Lifschitz, Sima; Enjo,Hilda; Epilman, Nilda; Ernesto;Fariña, Rodolfo; Fernández deBianchi, Clotilde; Fernández, Al-berto; Fernández, Elisa; Ferrari,Isabel; Fraga, Ana María;

Garabedian, Juan; Garabedian,Marcelo; Garavaglia, Enrique;García de Fernández, Marta A.;García, Margarita; García, Ma-nuel; Ghibaudi, David; Giordano,Hugo; Gjurovich, Ana; Gómez,María Teresa; González, Alicia;Grumblatt, Lidia; Iglesias, José;Janette; Juan, Juana; JuarezAlicia; Katz, Rosita; Lamerata,Estela; Larroque, Julio; Lifschitz,Enrique; Lifschitz, Enrique;Lifschitz, Isaac; Liso, Patricia;López, Elisa; Mackeprang, Olga;Malfé, María del Pilar; Marín,Paulina; Laura; Martínez,Adalberto; Martínez, MaríaAntonia; Mavrakis, Jorge Luis;Meilman, Marta; Mendía, Fran-cisco; Minet, Florencia; Mitri deFracassi, Mirta; Mitri, Ada;Moyano, Rosa; Nieva, Jacinta;Ostuni, Olga; Paula; Penella, Vi-

cente; Pape, Carmen; Pérez,Irma; Pianteri, Delia; Pintabona,Rosa; Piotti, Rodolfo; Prysicki,Irene; Ramas, Rosa; Reguera,Silvia; Rossi de Del Mastro,Enriqueta; Rossi, Carla; Rossi,Lucía; Rubachin, Oscar; Rubins,Sofía; Rubins, Silvia; Sa-kovsky, Bernardo; Salama,Raquel; Salvatierra, Laura;San Martín, Juan; Sangiao,Adriana; Saux, María Cecilia;Senosian, Mariluz; Shenkmen,Alicia; Soledad (nieta de Irma);Stocchetti, Telma; Surdinho,Noemí; Szpigielman, Nélida;Tavorro, Oscar; Tuzzio, Leonor;Valdez, Alicia; Veola, Isabel; Vey,Nora; Villareal, Miguel Ángel;Villaschi de Vivado, Lydia;Vivado, Horacio; Viviana;Waisblatt, Catalina; Yannoni,Elsa.

AUSPICIA

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Período 1880-1930“La gran aldea y los barcos”

Podemos decir que el siglo XX ennuestro país comienza con elproyecto de la Generación del80. Un modelo de país que anhe-la el progreso a través de unaconstrucción de carácter conser-vador en lo político y liberal enlo económico, basado en la ex-portación agropecuaria, queaspira y logra la incorporaciónal mercado mundial. Paz y Ad-ministración, es el lema de go-bierno de Roca.Rodolfo: “Los presidentes Roca,Quintana y Figueroa Alcortavan con progreso y se respetanlas instituciones republicanas,pero el sistema electoral igual esuna farsa y se reprimen a losobreros.”Sobre estas bases se desarrollauna sociedad dinámica, alimen-tada por enormes contingentesde inmigrantes que lleganmayoritariamente de Europa ytambién de Asia.Mirta: “...mis padresinmigrantes, vinieron a este paíspara estar mejor y con mucho

esfuerzo y trabajo lo lograron,mi papá adoraba a este país.”“... primero vino mi abuelo a‘hacer la América’ y despuésmandó el pasaje para mi abuelay para mi mamá.”El Viejo Mundo los expulsaba yAmérica les ofrecía oportunida-des, algunas ciertas y otras,como el acceso a la tierra, que-daron en promesas. Cada inmi-grante venía empujado por unarealidad difícil y buscando laposibilidad de trabajar.Mirta: “Él vino de Mersín, Tur-quía, en el año 1927, para nohacer el servicio militar en lafrontera, que duraba 4 o 5 años,y a veces no se volvía. Era comoescaparse, y lo hizo con los do-cumentos de un hermano queera menor. Vino a vivir a Barra-cas y empezó a trabajar comovendedor ambulante o marchan-te. Vendía ropa casa por casa enla zona de Piñeiro, Avellaneda,cruzando el puente Bosch.”“Él también era comerciante,ponía una lona en el piso, en las

esquinas cerca de las ferias yvendía medias, pañuelos, cal-zoncillos, entre otras cosas, peroera corrido por la policía.”“(Mi abuela)... vino a Argentinapor referencias de un conocido opariente lejano, el motivo fueuna discusión familiar con supadre.”“Llegó en 1908 a los 16 años,viajó de polizonte. Desembarcóen Montevideo. Le gustó muchoel lugar pero cruzó para BuenosAires porque había más trabajo.Fue peón de campo, trabajómanejando chatas para la Mu-nicipalidad, peón de albañil,aprendió el oficio de armador ycomo oficial trabajó el resto desu vida.”“(Mi abuela)... decidió venir ala Argentina porque el patróndel padre la pretendía y ellaquiso evitar que su padre perdie-ra el trabajo ante su negativa.Viajó en tercera clase con unafamilia del pueblo, en el viaje viopor primera vez un mozo negro,raza de la que no tenía idea.Llegó a Buenos Aires a los 18años, en 1910. Todos sus herma-nos quedaron en España.”La continuidad política sobre laque descansaba el proyecto del80, basada en el fraude electo-ral, sufre un quiebre. La cre-ciente demanda de participaciónpolítica de los sectores medios semanifiesta en la revolución del90.Lucía: “Este abuelo era unaespecie de caudillo radical. El 26de julio, día de la revoluciónestaba en el comité, y al salir deallí un opositor a la ‘causa’ lepegó un tiro. Y como tenía lamano así, agarrando el poncho,la bala no entra en el cuerpopero le atraviesa la mano.”Durante la década del 90,fundacional para el Radicalismo,surgen también otras corrientespolíticas. Algunas traídas de losinmigrantes socialistas yanarquistas que ya militaban enEuropa.“En el 70 fue la guerra franco-prusiana. Ahí dispararon unmontón. Mi abuelo vino tambiénen esa época, después de la co-

muna de París y mi abuela eraalsaciana, vino disparando por-que los alemanes ocuparon todo,entonces se vinieron para acá.No vinieron juntos.”La sanción de la Ley Electoral,permite el fin del fraude y elarribo al gobierno de HipólitoYrigoyen.Rodolfo: “En 1916, lo más im-portante fue la renovaciónpresidencial que marca ungran rumbo en la política. Seproclama la fórmula HipólitoYrigoyen-Pelagio Luna. Haymuchas cosas ricas en las le-tras. Es como si la renovaciónpolítica... repercutiera en lasexpresiones culturales impri-miéndoles un acento más ar-gentino.”“Nosotros jugábamos en lacalle Piedras entre Garay yCochabamba hasta que veníael presidente. Cuando pasabael presidente había que dejartodo...”Entre 1916 y 1930 se suceden

las presidencias de Yrigoyen,Alvear y la segunda presidenciade Yrigoyen. En 1930 un golpemilitar encabezado por el gene-ral Uriburu derroca al gobier-no constitucional.“Sí, la revolución del 30 yo larecuerdo. Tenía 4 años y vivía-mos en Rosario. Mi abuelo ytodos estaban muy afligidos.Sí, realmente estaban mal por-que fue una cosa espantosa loque le hicieron a Yrigoyen. Uninsulto no sólo para los radica-les sino para toda la Repúblicaporque fue la primera revolu-ción militar.”Una profunda crisis económicasacude al mundo como conse-cuencia del crack financiero de1929. Nuestra economía, pro-fundamente dependiente de lospaíses centrales sufre una grandepresión. Los años 30 sonaños difíciles, de crisis políticay económica sufridas muy du-ramente por los sectores másbajos.

B a r e s

oracio: “El ejemplo clásico es el de ‘La Tacita’. Está enla esquina de Inclán y Boedo. No había empezado la década del20 y un señor que era turco puso allí una vinería para vendervino suelto y para despachar a los que venían a tomar allí. Conla picada, piso de madera, mostrador con estaño, todo eso... Sellamaba así porque se servía el vino de taza. ¿Por qué? En elaño 28 había un edicto policial que decía que en días de partidono se podía vender vino en 10 cuadras a la redonda. Entonces loservía en taza... En el año 28 ésa era una esquina brava. Era unbarrio de malevos, cuchilleros... Uno se imaginaba a los tiposcon funyi, pantalón de fantasía... y los que pasaban por la es-quina veían a los tipos tomando en taza como si fuera el té de lascinco.”

H

Fogata de San Pedro y San Pablo

urora: "Yo tenía una parienta que vivía en Añasco fren-te a la vía del tren; en esa esquina hacíamos la gran fogata, másde un padre y una madre se encontraban sin su mesita de luz.No sabés todo lo que se llevaba. Se hacían las papas que luego secomían. Era una ceremonia barrial. Armaban muñecos y losllenaban de cohetes. Se iba casa por casa buscando cosas. Locurioso era que no se podía dejar sola la pila pues se la llevabanlos del otro barrio. Se guardaba en el patio de la casa.El día ese sacábamos todo. El problema era cuando venían losvarones y te pedían un saco viejo para vestir el muñeco. Te pe-dían sombreros, botas, zapatos, pantalón."

A

La heladera

saac: "Las primeras heladeras a querosén hechas en elpaís eran la marca Alaska, la hacía la firma BGH."

I

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Los inmigrantes y sus viviendas

legaban "para estar mejor" a un sitio que les ofrecíapaz y trabajo. Algunos aspiraban conseguir una fracción detierra e instalarse en el campo, pero los más permanecieron enlas ciudades. De esta manera se produjo un inesperado fenóme-no de crecimiento y expansión urbana. La ciudad de BuenosAires recibió un caudal de habitantes que no estaba en condicio-nes de albergar. Así nació el conventillo.A medida que las familias tradicionales de Buenos Aires se ibanmudando al Barrio Norte -desde fines del siglo XIX- los anti-guos caserones eran adquiridos por inversionistas para sersubalquilados por cuartos a los recién llegados. La mayoría notenía ahorros suficientes para alquilar la casa propia y la esca-sez elevaba los precios inmobiliarios.

Horacio: "Yo llegué a la Argentina... fui a un conventillo con miscuatro hermanos. Mi hermano mayor había alquilado unas pie-zas con cocina allí en la calle Juan B. Justo. No había tantaspiezas, era una familia italiana, gente muy buena que seencariñaron muchísimo con nosotros."Manuel: "Muchas casonas se alquilaban y quien asumía esa res-ponsabilidad se titularía como el encargado que subalquilaba las10, 15 o 20 piezas que tuviera el caserón. Se pagaba según eltamaño de la pieza y la ubicación del lugar... ahí se apiñabatoda la familia."Manuel: "En mi conventillo había portugueses, españoles, judíoschecoslovacos... las prostitutas alquilaban una pieza..."En los casos de conventillos habitados mayormente por familia-res se trataba de no albergar prostitutas.Las condiciones de vivienda eran precarias y con escasoequipamiento interno y sanitario.Manuel: "En el conventillo primitivo no había cocina porque noestaba el gas, estaba el brasero, se sacaba el brasero afuera, enel patio y entonces ahí, a carbón, se ponía la olla y cuando encasa no había de comer, los pibes como perritos nos sentábamosalrededor del brasero y eso significaba que 'poné más porotos'porque... un cucharón para vos y un cucharón para mí... habíasolidaridad se comía uno del otro. La bañadera, del único baño,en Navidad y Año Nuevo se usaba para heladera. Se comprabauna barra de hielo y ahí se ponían todas las bebidas."El conventillo perduró en el tiempo. Conservó su esencia de pie-zas de alquiler pero fue variando sus características originales.Dejó de ser habitado por inmigrantes europeos y paulatinamen-te fue ocupado por gente que llegaba de las provincias.Horacio: "En el conventillo estábamos cuatro gallegos, gallegosde Galicia, cuatro familias, una familia de chaqueños, habíaotra familia entrerriana (de los que les decían 'cabecitas'), des-pués al fondo había otra de Tres Arroyos. Nos llevábamos muybien."Hacia los años 20 se construyen viviendas obreras en terrenosfiscales."Eran, abajo el baño, el escritorio, después el comedor, la coci-na. Subías la escalera, era la pieza de costura, subías otra esca-lera, había un pasillo y dos dormitorios. Eran como un petithotel, pero las llamaban 'casa baratas de Liniers'."

L

Manuel: “La solidaridad erabastante grande porque erannecesidades comunes. No habíalaburo, no había un mangopara nadie.”Pero a pesar de las dificultadesla memoria de la gente, sobresu infancia o sobre sus antepa-sados nos permite conocer tam-bién su vida cotidiana y cos-tumbres.Rodolfo: “La FIFA que fuefundada en1904 tuvo el honorque en el año 1924 aceptaracomo válido el primer gol olím-pico y éste se concretó en nues-tra cancha de Sportivo Barra-cas que estaba situada en RíoLimay e Iriarte ¡qué tal! Gololímpico hecho por Onzari deHuracán”.Rodolfo: “Eran los tiemposincreíbles en que la pilcha delos espectadores era traje, cor-bata y sombrero.”Juan: “Mi papá trabajaba enuna fábrica de balanzas, y

zapatos de charol,engominados con Brancato, connuestros cuadernos forrados conpapel araña, con pluma cucha-rita y cucharón.”Los recuerdos nos hablan conmucha nostalgia de un mundodistinto.Rodolfo: “¡Qué tiempos aque-llos, señores, cuando bramabanlas veredas con nuestrosmonopatines, el juego de la boli-ta, nuestras figuritas para lle-nar el álbum del chocolateKelito, nuestro Yo-Yo, nuestroscarnavales cuando se abrían lasbombas de agua para jugar conlos vecinos y hecho con alegría!Épocas de vinerías como LaSuperiora cuando nuestros pa-nes se nutrían con mantecasDayrico o Tulipán, también to-mar el vermouth los domingoscon amigos, luego comíamostallarines, era sagrado, y luegopartíamos a la cancha de Inde-pendiente o Racing a jugar albillar o cine los días de lluvia.”Laura: “Me contaba mi tía quelos carnavales eran muy diverti-dos pero había mucho respeto,se usaba que a las chicas les re-galaran, los muchachos que leshacían la corte, muñequitos. Misuegro, nacido en 1915, tambiénme contaba que antes, que elpomo con agua y las groserías,se usaba un perfumero y se tira-ban con perfume... Cuando yoestaba terminando la primaria,por el 56, mi mamá no quería ira los carnavales ni corsos porlas groserías y mi tía recordabasus épocas de carnaval y decía:¡pensar a qué hemos llegado!...”

Radio a Galena

odolfo: "Era una cosa que se había hecho, a parte depopular... fácil. Había que poner un alambre, bajarlo a unaparatito y ahí con una galena, que era una piedra, había quepicar la piedra para encontrar el sonido, se escuchaba con auri-culares."Catalina: "Yo tenía doce años y me operaron de la garganta, eraun acontecimiento familiar, todo el mundo se convulsionó, notenía radio pero una tía tenía. Vinieron de visita; una tía vinocon un helado, la otra, con una radio."

R

llegaba a casa a eso de las 5 dela tarde. Mi mamá, mi herma-nito y yo lo esperábamos en lapuerta. Tomábamos la leche ypapá me llevaba al tallercito yme hacía juguetes, arreglabancosas, mi mamá le traía mate.Me hizo un guinche, reproduc-ción del que veíamos en elpuerto, que hasta me levanta-ba a mí.”“Quién no recuerda cuandoíbamos a la primaria con nues-tro delantal almidonado, los

Villa Luro: Un rito de tres décadas

n 1910, un siciliano, Benedicto, se embarca hacia la Argenti-na."Los hombres se venían todos para América disparando de la guerra",cuenta su nieta Fina, agregando: "Mi abuelita, Teresa, muy creyente, sequedó con sus dos hijas e hizo la promesa a San José que si se volvían areencontrar todos los 19 y 20 de marzo, en honor a él, patrono del tra-bajo, iba a dar de comer a la gente, promesa que mantuvo desde 1921hasta 1950, año en que falleció..."Cuenta Fina que se producían milagros, especialmente en lo económico,ya que su abuelo al principio vendía papas, carbón, y luego, cuandoingresó como personal civil del ejército en el Polvorín Sargento Cabral(hoy Fuerte Apache) la situación económica mejoró, pero a veces notenían nada aunque "no se sabe cómo pocos días antes alguien que ledebía pagaba, o cobraba horas extras hechas durante el año", lo ciertoes que siempre pudieron cumplir la promesa..."... No se hacían carnes ni se freía en grasa porque era la época decuaresma, los fideos se acompañaban con vegetales, 'según la costum-bre de allá'. Lo primero que se amasaba era el pan, 'se hacían tres pa-nes grandes, de unos 3 kg. cada uno, para la sagrada familia, y luegose elaboraba el pan para servir el resto de las mesas'.""... Era un lugar de devoción popular, dice Fina, 'mi familia era la máshumilde y servía a todos'..."Si bien no sabe cómo se difundió esta promesa, todavía hay gente que lerecuerda que iban a comer a su casa o que esperaban ese día paracomer. Para Teresa y su familia era una manera de permanecer unidosa su patria siciliana, mediterránea a través de la tradición religiosa.

E

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Período 1930-1943 “Yo soy del 30”

La etapa se inicia en los recuer-dos de la gente de la Ciudad conlos efectos de la gran crisis eco-nómica en la vida cotidiana delas personas.Vicente: “... Cuando yo era chi-co, en Retiro, en una época decrisis, estaba el puerto y se hizola olla popular. No sé si algunode ustedes lo vio o lo escuchó. EnRetiro entrando sobre la manoderecha, allí había linyeras. Y sehabían hecho las casas... Sehabían hecho casas debajo de latierra. Como si fueran túneles. Ycomían enfrente, en la olla po-pular. Era una época de mise-ria. En el año 30, 30 y pico...”Quique: “... Yo era chico, 11 o12 años tendría y me acuerdoque la cosa se puso tan fuleraque mi mamá me empezó a man-dar al colegio de tarde para quepudiera ir bien tempranito almercado de abasto a juntar loque pudiera... y ojo que a mí nome da vergüenza... qué va ahacer, la cosa era así... mi papáera yesero y no encontraba tra-bajo... por ahí a las perdidas...

pero fueron tiempos muy bra-vos...”Sobre la desocupación y la crisisque acuciaba a los sectores me-dios y populares y la desorienta-ción de los sectores dirigentestradicionales se montó el primergolpe de estado militar de estesiglo, lo que implicó una larga ydolorosa serie de rupturasinstitucionales en la historia polí-tica argentina. Existen en la me-moria de los vecinos algunas mar-cas de los acontecimientos econó-micos y políticos en sus vidas. Zulema: “... Yo vivía en Congresoen la calle Mitre... cuando fue larevolución que aparecióUriburu... me pegué un susto...que fui y me metí en el sótano...después me enteré que cuandoasaltaron El Molino los fusilaron alos que robaron bandejas... perotambién se decía que fusilaron unchico que no había robado nada,que era estudiante... me acuerdoque Yrigoyen iba en coche concaballos por Paseo Colón. Eraempedrada la calle. Un empedra-do que te rompía los zapatos. Atoda la gente le daba empleos en laAduana. Ganaban 180 pesos.Por San Telmo todos vivían depuestos así. Acá era normal...”La fe popular quiso sostener lainocencia engañada de DonHipólito a través del laboriosomito del diario confeccionadoad-hoc.María del Pilar: “... Enfrente dela casa de él (Yrigoyen) estabanScarmatti y Elpidio González quele fabricaban el diario que leíaHipólito Yrigoyen. El pobre teníauna casita acá en la calle Brasilque daba pena. Y una cama ho-rrible. Y enfrente había una casade lotería que era de los amigosde él que le fabricaban el diario...Yo vi en el 30, tirar desde adentrode un comité en Avenida de Mayo,en la época de Uriburu, todas lascosas que había... los escritorios...los mates.”Jannette: “... Mi mamá contabaque le había dado un puesto de

ama de leche a un hombre, con-tando la historia de la caída de él.Porque se abusaron del ‘Peludo’,porque era un hombre simple. Yome acuerdo de la caída deYrigoyen estando en casa de miabuela, en un edificio en Diago-nal Norte y Maipú. Tenía cuatroaños pero no me lo puedo olvidar.La gente con los sombreros, por-que como él usaba bombín se ha-bía puesto de moda usar bombín...y corrían, y corrían... En la es-quina de diagonal Norte y Maipúse armó un lío... Sobre esta vere-da está el edificio Bencich, acáestá Florida, y acá está Maipú.Enfrente había un café, que ha-bía también una terminal de tran-vía y ahí se agolparon, cuando loscorrían... Mi papá no pudo ir abuscarme a la casa de mi abuelapor lo que estaba pasando... Meacuerdo que en mi familia se ha-blaba mucho... Fue un día de con-goja. Se quebró a partir del 30...se terminó la historia y desde ahíentramos en la contratapa dePatoruzú...”La era de la restauración con-servadora volvió a instalar elfraude electoral como método.La figura de Uriburu, y de sufraudulento sucesor, Justo tu-vieron perfiles propios en lamemoria de los vecinos.María Teresa: “... Cuando larevolución del 30, mi papáhabía sido radical. Como entodo cambio de gobierno vienenlas cesantías en el Estado (enaquel entonces se usaba muchomás) viene un compañero demi papá y le dice: -Ñato, vosestás en la lista de cesantes-.Mi papá le mandó un telegra-ma a un coronel que estaba enSantiago del Estero que siem-pre lo había protegido, dicién-dole que estaba en la lista decesantes, que hiciera algo... Elcoronel le mandó un telegramaa Uriburu, del cual era enemi-go... se conocían pero eranenemigos... le mandó un tele-grama que decía ‘Oscar San-tiago Gómez, empleado enObras Sanitarias de las Na-ción, es mi hijo’... nada más.Mi papá se jubiló en ObrasSanitarias...”En las voces de la ciudad tam-bién aparecen a veces las men-tas de otros pagos de la pampahúmeda:Patricia: “En Junín en la déca-

da del 30, el caudillo conserva-dor era el doctor Benito de Mi-guel, que en un determinadomomento fue candidato a vice-presidente de la Nación. Era unmuy buen médico. Mi mamá loescuchó decir una vez en unareunión: ‘los peones no tienenporqué usar zapatos, con alpar-gatas está bien’. Y lo dijo con-vencido, como algo natural, nodespreciativamente. En esa épo-ca se pensaba así... Los inglesesandaban por todos lados, con eltema del ferrocarril. Y en Junínhabía muchos. Uno de esos in-gleses le comentó a mi mamá:‘Yo creía que cuando llegara acáme iban a recibir con una alfom-bra roja’. Y lo dijo en serio, élcreía que era como en la India...pero acá no los recibíamos asípor suerte... Y hablando de dés-potas, un jefe del ferrocarrildespidió delante de mi papá aun inglés (bah, medio inglés por-que el padre era inglés pero lamamá era hindú) porque toma-ba –vio, un inglés borracho,¿qué raro, no?– el pobre tipotenía a la mujer con cáncer y lahija se le había ido a Inglaterra,y el jefe, que era inglés lo despi-dió y lo humilló delante de mipapá. Mi papá no se olvidó másde eso...”También aparecen memoriasfamiliares de la violencia delfraude en esta década infame:María Teresa: “Con el tema este

de los radicales y los conserva-dores mi mamá me contaba queella tenía un tío que era comisa-rio en la Provincia de BuenosAires, en un pueblo... creo queera San Pedro. Había una cam-paña política. La orden era quelos comisarios tenían que hacercampaña para los conservado-res y este tío de mi mamá noquería... y en un boliche se topócon el caudillo que lo increpó yse pusieron a discutir, y entoncesel caudillo le tiró un balazo queparte le arrancó un dedo porquetenía una mano sobre el vientre,y parte le pegó en la hebilla delcinturón. Y él entonces le tiró ylo mató al caudillo. Estuvo presoun tiempo... En esa época todose arreglaba a balazos, no eranpavadas... Incluso me contó quecuando se votaba siempre gana-ban los conservadores, porquelos radicales no podían ir a vo-

J u g u e t e s

icente: "... A mí nunca me faltó nada, pero nunca tuveel gran juguete, entonces teníamos que agudizar el ingenio. Ju-gábamos a la pelota en la calle, pero si se pinchaba o la agarra-ba el tranvía, se iban a buscar medias de mujer y se las rellena-ba con papel... si no había balero se usaba una lata de conservaatada con un hilo... hacíamos guerrillas con los pibes del otrobarrio... pero a veces era jodido... por los piedrazos... Ir al cineera un festival... Para eso juntábamos vidrio que se lo vendía-mos a un turco de la avenida Juan B. Justo... con las monedasque nos daba nos alcanzaba para el cine... y era fantástico veresas películas... En Serrano entre Santa Fe y Güemes estaba elcine Coliseo Palermo y en Thames y Santa Fe estaba el cineThames..."

VLas bañaderas

sabel: "... Yo con esa tía, que vivía en el barrio deAlmagro en Boedo y Rivadavia, ella no tenía hijos, entonces yome iba a pasar unos días con ella, y me llevaba a pasear, al cine,y me llevaba a un lugar que yo no sé si era el Once que habíauna bañadera que por poco me asustaba subir a las bañaderas,y paseaba por Palermo, por todos lados, no tenían techo... Yotendría 8 años, y 51 años atrás, hagamos la cuenta, entre todas,si no voy a arrugar, soy del año, en la década del 40, color celes-te estaban pintadas..."

I

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Penic i l ina

nrique: "Yo, en el año 43, yo tenía 12 años, y tenía unahermana de 27 años que se había enfermado de meningitis yfinalmente falleció y a los pocos días salió la penicilina. El médi-co dijo que si hubiera tenido ese elemento se salvaba."

E

Arroyo Maldonado

ivíamos en la calle Velazco a media cuadra del arroyoMaldonado sin entubar. Cuando llovía... la casa era un largopasillo y departamentos a los costados, esa imagen que era enor-me. Era una entrada, tres o cuatro escalones. Entonces los chi-cos nos sentábamos en esos escalones para ver hasta dónde subíael agua, éramos pobres.Una vez estábamos en el colegio, empezó a llover y mi hermana,que es mayor que yo cinco años, era petisita. El asunto era cómoella me llevaba a upa y yo llevaba las dos carteras para que nose mojen las carteras, no importaba nosotros. Mi hermana semojaba, yo menos y las dos carteras nada."

“V

Chiflatina a Justo

aría Teresa: "... Mi mamá me contaba que cuando lapresidencia de Justo el pueblo estaba muy disconforme. Mi papáy mi mamá iban a las carreras. Mi familia era germanófila yturfística. Era en un gran premio nacional. Había que ir muypaquetes. Justo fue en una carroza. Entró por la pista y se bajóen la tribuna de socios y ahí fue una chiflatina tremenda. Mimamá había llevado un pito y dale que dale... y mi papá le decíacalláte que me van a echar del empleo... pero con mi mamá nohabía caso... Justo perdió el control e hizo parar la carroza y semandó para donde estaban los que lo chiflaban y se metió enmedio como un acto de arrojo. Los custodios, que llevaban pon-chos enrollados en los brazos le hicieron un círculo para prote-gerlo y él en el medio furioso. La gente levantaba el pedregullo yle tiraba y él perdió tanto el control que les hacía así (corte demanga) y así (gestos obscenos con las manos)..."

M

No podemos negar que elperonismo de las décadas del40 y del 50 marcó a fuego lahistoria nacional haciendouna bisagra entre un antes yun después de Perón. La gen-te recuerda a Perón y su ac-ción de gobierno.Miguel: “A mi abuelo, quehabía venido de Italia y eraanarquista, si le hablabas malde Perón te comía el hígado,porque el peronismo le había

dado al obrero la jubilación,el aguinaldo, las licencias porenfermedad.”Juan: “Con Perón empezó ahaber plata... más trabajo...el que laburó en serio hizodiferencia... empezó a haberconstrucciones, muchas casi-tas, pero a muchos nos pasóque no sabíamos qué hacer,queríamos hacer todo junto,porque eran tantas las cosasque nos faltaban... porqueantes era muy duro ser po-bre.”Alicia: “Mal que me pese, por-que no sustento las ideas quegobernaron hasta el 55, peroviví muy de cerca el períodoentre el 43 y el 55, porqueparte de mi familia estuvoinvolucrada en el movimien-to. A mí me regalaron un em-pleo de maestra, y si mi tíohubiera sido ministro, deacuerdo con los patrones dehoy en día me hubieran nom-brado secretaria de culturaen alguna embajada, o agre-gada cultural en algún

lado... Los acomodos en elaño 50 podían ser, conseguirun crédito en el Banco Hipo-tecario para hacerse unamansión, ¡pero pagarlo acrédito! No hacer un negocia-do. Yo no vi enriquecerse anadie a pesar de todas lascosas que se pueden criticar.”Mientras un sector de la socie-dad creía en el gobierno dePerón y veía en él un símbolode la justicia social, creía quela distribución de la riquezaera una necesidad concreta yésta era la primera vez que ungobierno tomaba medidas afavor de los trabajadores;otro sector, especialmente laoligarquía tradicional y laclase media, veían en este mo-vimiento populista un sinóni-mo de demagogia y autorita-rismo, un reparto que sólobuscaba votos, un Estado quederrochaba sus recursos yuna filiación nazi-fascista. Lomás atacado era el uso obliga-torio de distintivos partida-rios, la afiliación compulsiva

al partido justicialista y lapropaganda oficial por radioo a través de textos escolares.Laura: “La gente ha recibidouna casa por mandar unacarta.”Pilar: “Mi cuñado, que teníauna imprenta, tenía sus obre-ros, que lo querían muchísi-mo. Pero cuando empezó avenir la gente del interiortrabajaba dos días y como lesalcanzaba, después falta-ban... Mi cuñado decía que

era imposible, tenía que en-tregar el trabajo y no podíaporque los obreros faltaban.”Mirna: “Lo mismo que con elcongelamiento de los alquile-res. Nadie pagaba entonces;se rompía algo y el dueño nolo cambiaba. Si se rompía unvidrio ‘te pongo un cartón’ ysi se rompía la cerradura ‘tepongo un palito de atrás’... ylas casas se fueron viniendoabajo, porque no era el inmi-grante que cuidaba sus casas.

Período 1943-1955"Perón cumple y Evita dignifica"

tar, porque en las esquinas de loslocales de votación había apos-tados matones de los conserva-dores con armas, y los agarra-ban a tiros... ésa es la verdad.Mi mamá hoy tendría 98años...”Quedó muy grabado en la memo-ria de los vecinos el accidente deltranvía que cayó en el Riachueloen 1933:Mary: “... Eran todos dePiñeyro, de por ahí, de avenidaGalicia. Casi todos trabajabanen Alpargatas. Era la época enque había venido uno de los pre-sidentes de Alpargatas con lanovedad de que todas las em-pleadas y los obreros debían ir

con sombreros, porque así seusaba en Inglaterra. Iban todoslos muchachos del barrio a reír-se. Entonces todos iban con elsombrero en el bolsillo y se loponían antes de llegar a la puer-ta de la fábrica.Mi tía que trabajaba en la fábri-ca, ese día, no sé por qué histo-ria, no tomó ese tranvía, peroahí venía toda gente de su ba-rrio. Y bueno, el tranvía secayó. Por la neblina no vio queestaban levantando el puente...y se cayó. Eso pasó a cuatrocuadras de mi casa. Y despuésiba la gente y le tiraban flores alRiachuelo. Murieron todos. Nose salvó nadie. Porque como era

invierno, y hacía mucho fríoiban con las ventanillas cerra-das. No se salvó nadie...”En otras zonas de la ciudadcomenzaba a notarse la llegadade gente del interior, y los hijosy nietos de los inmigrantes defines del siglo veían con apre-hensión a los nuevos habitan-tes.Vicente: “... Y a mí no me gus-taba, pero les decían ‘teléfo-nos’, porque eran negros ycuadrados... acá en el barriono, pero ahí por el lado deldoque sí, cada vez había más...en esa época es que se empezóa usar esa expresión tan fea–cabecitas negras–”Las normas de la vida cotidia-na eran muy diferentes paralas mujeres que estaban cons-tantemente observadas por suspadres y hermanos varones.Salidas y diversiones exigían lapresencia de una persona ma-yor y debía cuidarse mucho lavestimenta y el arreglo perso-nal.Mary: “Uh... me acuerdo el líoque se me armó en casa cuandome corté el pelo, mi papá porpoco me mata... y yo teníacomo 21 o 22 años... era muydura la época y ojito... nadade salir con algún muchachoantes de que la familia lo cono-ciera bien... eso cambió muchoahora...”

El 17 de octubre de 1945

uan: "Cuando cumplí 15 años tuve un acontecimiento muyimportante... Yo me fui para Pompeya, para el lado del puente, el17 de octubre del 45 y vi cómo pasaban los de la provincia para estelado, aunque habían levantado el puente... me acuerdo que despuéslo bajaron... Yo me subí a un tranvía y me fui para la plaza... ahíse me acerca un tipo bien vestido y me da unos papeles y me dice:'¡Pibe... andá a repartirlos!...' y eran fotos de Perón... ¡una pila defotos de Perón! Yo caminé un poco y ¡pah! revolié todo y me quedécon una... y la gente las alzaba del piso y se las quedaba."

J

La televisión

ugo: "Decían que Perón había atrasado la llegada de latelevisión porque quería seguir hablando desde la Plaza en di-recto, no quería hablar de la ventana esa."

H

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Era la gente que venía delinterior y que estaba acos-tumbrada a vivir peor queacá.”Olga: “Yo me acuerdo de laépoca peronista, que los cua-dernos decían, todos los díasPrimer Plan Quinquenal oSegundo Plan Quinquenal. Enel cuadro de honor estaba lafoto de Eva Perón y dePerón. Y los libros de lecturatenían la foto de Eva Perón.”Miguel: “En la época delperonismo, la política erademagógica. Mi papá eraperonista, bancario y estabaafiliado al partidojusticialista. Era muy críticodel peronismo. Dejó de seguiral peronismo cuando lo obli-garon a ponerse una corbatanegra por la muerte de EvaPerón. Ese día les hizo lacruz, pero de todas manerasera simpatizante... Comobancario que era, jamás pudoobtener un crédito, ni casa, ninada... Había sectores que síse beneficiaban y otros queno... El gremio de los banca-

rios siempre fue de mayoríade clase media y eran muycríticos de Perón.”Hugo: “Pero no le podés re-galar una lapicera de la me-jor calidad a un analfabeto.Primero hay que educar paradespués dar.”Miguel: “Lo que pasa con elperonismo es una cuestiónmuy contradictoria. Por unlado comienza una etapa debeneficios para un sector dela sociedad y por otro lado,un período de represión paraotro sector... Perón viaja aItalia y tiene una entrevistacon Mussolini, toma algunasideas del fascismo pero tieneuna diferencia: TantoMussolini como Hitler exter-minaron las organizacionesobreras, Perón las peronizó,las manejó en su propio bene-ficio.”En una misma familia convi-vían las simpatías y los odioshacia el peronismo. A vecesesa división provocó fracturasirreconciliables.María Esther: “Mi mamá era

peronista y mi papá no. Mipapá la llamaba ‘¡fascista!,¡nazi!’. Y mi madre fue alvelatorio de Eva Perón. Yo aEva Perón la admiro. Nopuedo decir que soyperonista, fui obligada a afi-liarme, porque trabajaba enel Ministerio de Hacienda.Vino el director y dijo ‘Chicastienen que afiliarse’. Todasdijimos lo mismo: ‘Ay no, so-mos apolíticas nosotras’,‘Bueno, febrero no lo co-bran’. Entonces nos afilia-mos.”Rosa: “Mi papá llegó a laArgentina desde Italia en1949 y venía de un régimenfascista, donde el Duce erauna persona buena que impo-nía lemas y creció bajo esesistema. Pero hubo una gue-rra que tiró al piso todas esasestatuas que se habían erigi-do. Llega acá y se encuentracon slogans parecidos a losque había visto en Europaantes de la guerra o cuandoempezó, por eso los rechazó yestuvo en las filasantiperonistas desde el va-mos. Como era sastre, le ha-bían propuesto hacerle trajesal general y no aceptó. A los 2años de estar acá, abrió susastrería en la calle Doblas al1400, donde había una venta-na que daba a la calle y en laesquina había un conventillodonde vivía la jefa de manza-na o de cuadra, cruzó y lepreguntó por qué no tenía elcuadro del general y mi papáse hizo el que no entendía,porque no hablaba muy biencastellano, después le dio aentender que no tenía dinero.Entonces la señora se cruzó yfue a buscar un cuadro dePerón y Evita para que locolgara y se pudiera ver des-de la ventana. Lo colgó perono le gustó mucho la idea.”Nelly: “Odio, odio. Estaban

los delatores, los que marca-ban si vos no eras de tal ideo-logía. En tu casa tenías el queera peronista y si vos no erasperonista ya estabas marca-do, ya sabían que fulano detal no era peronista. Te ha-cían la vida imposible... Y elque buscaba trabajo se teníaque afiliar al partidoperonista. Y para estudiartenías que tener el carnetperonista. Yo fui a la facul-tad, tuve que hacer un cursode formación política con uncarnet peronista, obligada,porque sino, no me entrega-ban el título... La gente secuidaba de hablar porque noquería tener problemas.”Otro hecho a destacar de losrecuerdos colectivos es la fi-gura de Evita, “laabanderada de los humildes”,y su trabajo en la FundaciónEva Perón, acompañando lapolítica social del gobierno.Su acción fue amada y critica-da.Laura: “Mi mamá y mi tíaiban a las manifestaciones, se

habían afiliado pero no te-nían una militancia política.Los querían tanto por lo quele habían dado al pueblo, ledieron la posibilidad de cono-cer cosas que no había parala clase obrera. Jamás habíancomido un sandwich de miga,eso era para la clase alta;¡tanto se habla de la sidra yel pan dulce!”Margarita: “En el primarioescribíamos con lápiz de laFundación Eva Perón, queera rojo, el dibujo del messiempre era el escudoperonista... Cuando murióEva Perón teníamos que man-tener el altar. No había mu-chas flores, entonces ponía-mos flores de plástico. De 8 al0 de la mañana yo me pasa-ba arreglando el altar. Tar-daba más de lo que corres-pondía, pero me tocaba eso.”Respecto del final delgobierno de Perón, la crisisdel sistema comenzó en l949 yse hizo más dura entre l952 yl955. Los recuerdos máscomunes se vinculan al año

i padre me convenció cuando todavía era un recluta conpocos conocimientos militares a practicar lo que él consideraba era mifuerte: escribir con argumentos convincentes al Ministerio de Guerrapidiendo el pase de Campo de Mayo al Cuartel de Ciudadela aledañoa mi domicilio, por la necesidad de brindar apoyo a mi familia yaque mi madre estaba enferma. A los treinta días me ordenaronpresentarme al jefe de la compañía, un teniente primero. Entré,saludé, di mis datos en forma militar y quedé en posición de firme.Al fin se paró y muy despacio preguntó:--Soldado... ¿ignora usted que para hablar con los superiores hayque solicitarlo por vía jerárquica? O sea, primero al cabo, luego alsargento, etc., etc., y al final, al ser autorizado, se habla conmigo,Jefe de la Compañía, y se sigue así hasta llegar algún día a la ma-yor graduación.--¡Sí, señor, sí, mi teniente primero! Lo ignoraba.--¡Ajá, lo ignoraba y no averiguó!--No, mi teniente primero.Ahí pegó un grito terrible..., no se pudo contener y largó un:--¡Reclutón! ¡Pelotudo! !¿Por qué hizo lo que hizo?! ¡No puede ser,es increíble! ¡Saltó sobre veinte jerarquías y escribió directamente alMinistro de guerra! ¡Al general Lucero, jefe máximo de nuestroejército! Dígame una cosa, ¿a usted se le ocurrió?--No, mi teniente primero, fue a mi padre quien dijo que yo escribíabien.--Sí, soldado, escribió bien y contestó el Ministro con buena redac-ción que le aplicáramos treinta días de arresto. ¡Salga de mi vista!¡Vaya a la guardia y quédese preso en un calabozo hasta nueva orden!¡No se le ocurra llevar lapicera y papel!--Sí, mi teniente primero!El jefe no era hombre malo y seguro consideró que el error había sidopor mi inexperiencia de "recluta recién incorporado". Me sacaron delcalabozo esa noche, eso sí, no visité mi casa durante treinta días. Pensémucho en mi viejo y me di cuenta que su error fue porque él no habíahecho el servicio militar. El viejo era muy bueno, pero aprendí que loshombres cometen errores por más años que acumulen.El arresto que cumplí hizo que dudara de mi salida en la primera baja.Sufría mucho cuando pensaba en ello, pero gracias a Dios y a mi jefe decompañía no quedé para la segunda baja que se produjo cinco mesesmás tarde. Recibí la libreta de enrolamiento firmada y con el nombra-miento de subteniente de reserva."

“M

Las clases de moral

aura: "Te puedo decir en 3° o 4° grado, después delrecreo entrabas al aula y fulano, fulano y fulano, a clase demoral, y yo me sentía re-mal, porque yo ya había tomado lacomunión, sabía el catecismo... yo quería saber qué le enseñabana ellos, qué era lo diferente. No, ¡a esa clase usted no puede ir! yla mandaron a llamar a mi mamá porque yo me sublevé, queríair a esa clase."

L

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La UES

da, Mirta, Rodolfo y Noemí: "-Unión de Estudiantes Se-cundarios... Por ser estudiante secundario ya te daban el carnecito.-Ibas a hacer gimnasia, nada más, como ahora te pueden llevar aun club.-... En Constitución tenía uno o dos micros... Había que ir a Consti-tución. Las chicas que venían de Lanús tenían que ir a Constitu-ción...-Era un Centro de Educación Física con ideas políticas o algo así.-No, nada que ver. Al menos yo no lo vi nunca. Nos subíamos almicro, nos llevaban, entraba el micro adentro de la quinta pero a laparte toda deportiva.-¿Era la quinta de Olivos?-Claro, y bajábamos y ya ahí el primer día que fuimos teníamos queelegir el deporte que queríamos seguir... Podía ser gimnasia artísti-ca o lo que quisieras. Para ir a atletismo, la pista estaba del otrolado de Libertador. Y pasabas por un puentecito que iba por aba-jo... cruzaba la avenida por abajo...-Teníamos una profesora que era campeona sudamericana de lan-zamiento de disco, que era una belleza trabajar con ella.-¿Qué era, alemana?-Algo así... argentina. Pero hija de extranjeros. Y nos daba todo ytocaba el acordeón. Y tocaba música y según la música vos teníasque correr, que saltar, que lanzar la jabalina...-¡Que moderna!"

Alina: "Cuando era estudiante secundaria, la UES me gustaba, mesentía la hija de un millonario. Yo estuve así de cerca de Perón,cuando él venía con la moto todos estábamos en círculo alrededorde él. ¡Madre, cuando venía con la moto! En la quinta presidencialhabía un teatro, tenía todos los deportes, tenía hamacas y hermosocomedor, después podías ver películas... Mi papá no sabía que iba ala UES, él era antiperonista. Ninguno como Perón dio a quienes nopodíamos tener una quinta o una casita afuera, el poder pasarcada sábado o domingo con compañeros en la quinta presidencial.Funcionaba como un club de primera."

A

Por primera vez votó la mujer

osita: "Yo voté con todo entusiasmo, yo tenía una orien-tación, no había dudas, y hasta hoy en día votar es una ale-gría.""...Yo muy emocionada fui a votar y con un poco de miedo poreso del cuarto oscuro. Y si no encontraba las boletas...""...En esa época estaba el furor de Perón, entonces el peronismo,la clase trabajadora, teníamos un líder y la mayoría de la gentetrabajadora votábamos a Perón, teníamos en la mente el hom-bre que nos sacó, que puso los sindicatos... bueno después cam-biaron, pero la gente trabajadora apoyábamos a Perón que fuegrandioso en nuestra época."

R

Los cuadros de Perón y Evita

ugo: "Al padre del odontólogo del colegio, que también eraodontólogo, se le metieron los muchachos y le preguntaron por quéno tenía el cuadro de Perón y Eva en el consultorio. Lo puso, conCristo en el medio, con el cuadro de Perón y Eva, uno de cada lado.Cuando volvieron quisieron llevarlo preso porque eso parecía losdos ladrones crucificados con Cristo. Él se hizo el desentendido peroésas habían sido sus intenciones... En los archivos de la escuela secuenta un caso en que la inspección sancionó a un preceptor porquetenía la obligación de poner una radio en las aulas para escucharal anciano líder cuando hablaba. Como era antiperonista no les diobolilla y lo echaron. Esto fue en el 54."

H

55, mezclando el bombardeode Plaza de Mayo, la quemade iglesias y el golpe militar,todo se recuerda como “lacaída de Perón”.Clara: “Porque en el 55 hubopersecuciones religiosas. Yome acuerdo, porque nosotrossomos muy católicos, entoncescon mi mamá vestimos a mu-chos curas y a muchas mon-jas. Porque a toda esa gentehubo que vestirla, ponerleropa de civil. Yo en esa épocatrabajaba en el Hospital deClínicas que estabaregenteado por las monjas.Entonces, como una de lasmonjas que nos tocó vestir

era muy gorda, y en casa nohabía ropa de su tamaño,mamá fue a lo de una vecinaque era peronista y le dijo:‘che, gorda, dame el tapadotuyo para mi monja que esgorda...’ y la mujer que tam-bién era cristiana, se sacó suabrigo y me lo dio. Y eso queella era una peronista dealma, pero la religión eramuy importante. Y despuésfuimos con mamá a la casa deun médico para buscar unmontón de trajes para lossacerdotes amigos. Ellos setenían que sacar la sotana enla época que quemaron lasiglesias.”

La heladera

aura: "Me acordé del momento en que llegó la heladeraa mi casa, que me lo contó mi mamá. En la época de Perón,cuando ellas trabajaban en la fábrica textil, le compraron laheladera a mi abuela. Siempre venía el hombre con la barra dehielo. Le compraron una Siam, en la década del 50. Mi mamácontaba que mi abuela sentía vergüenza de haber recibido laheladera... era la primera que la tenía en el barrio... Después seacostumbró."

LLucía: “En esa época yotrabajaba en Duperial, enPaseo Colón y Moreno. Teníael horario cortado, entoncesme quedaban dos horas y me-dia para almorzar. Yo me ibaa mi casa y después volvía altrabajo. Vivía por dondeestaba el Sanatorio Güemes,así que tomaba el 99... Eraun día horrible, muynublado; llegué a casa,almorcé y a las l3.45 me fui ala esquina a tomar elcolectivo para volver altrabajo. Y en eso veo venir ami hermano corriendo que megritaba y me decía: ‘no vayasque hay una revolución,¡están bombardeando Plazade Mayo!’ Y era porque unvecino estaba escuchando laradio. Pero los colectivosseguían pasando, el 99 quepasaba por Plaza de Mayotodavía andaba. Bueno, yome volví, pero muchas de miscompañeras que almorzabanen el centro vieron elbombardeo. Inclusive unaque se quedó en Duperial viocaer las bombas y eso lealteró la cara. Desde el techode mi casa en Acuña deFigueroa y Córdoba se veíanpasar los aviones... Mientrasgritaban ¡Viva Perón! y ¡Lavida por Perón!, les pasabanlos aviones por encima y losbombardeaban. Según se dijoesa gente está enterrada en laplaza, por eso la cerraronpor unos días y le prohibieronla entrada al pueblo.”Hugo: “Me acuerdo que en 55me habían venido a buscar alcolegio más temprano, porquese produjo el golpe militar ylas madres tenían miedo quenos pasara algo. Yo estaba enprimero superior. Mi mamávino a buscarme y yo lepregunté qué había pasado.Me dijo que se había dadovuelta el ejército. Comohabíamos visto y oído a losaviones que pasaron a lamañana, yo pensé que sehabían dado vuelta losaviones, que volaban al revésy se nos iban a caer encima...Al otro día nadie trabajó yestaban todos con la radioescuchando la informaciónque pasaban en la Plaza deMayo, la pila de muertos,incluso el padre de uncompañero mío había muertoen el bombardeo. Mi abuelo sesalvó de casualidad porque setiró por la boca del subte y setomó el último que salía. Elviejo siempre me contaba queestaba la gente en la plaza

cuando vinieron los aviones ytodos saludaban porquepensaban que eran aliados yresulta que los avionesempezaron a bombardear ytodos salían corriendo... En lanoche, los primos de mi mamáfueron al centro y contabanque pasó lo mismo que con la

caída de Yrigoyen, todo elmundo pateaba estatuas y dospersonas pasaban con unaplaca de Perón y Evitadiciendo: Escupa aquí.”Miguel: “La imagen que tengodel 55 es a mi viejo quemandolibros en casa, artículos o sellosdel justicialismo.”

Período 1955-1966La República proscripta

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Después del derrocamiento dedos presidentes constitucionales–Perón y Frondizi–; de la reite-rada proscripción de la fuerzamayoritaria; de las alteracionesmilitares ocurridas desde 1955,no podía esperarse un retorno ala Constitución amplio e incondi-cional. La normalización delpaís será entonces limitada yprecaria, lo cual quedará de-mostrado con el golpe de 1966.En este contexto, las FuerzasArmadas, transitan desde losideales de la “RevoluciónLibertadora” a la “Doctrina deseguridad nacional”, acatandode este modo las orientacionesdel Pentágono estadounidense.Pasaje signado por la presenciade la Revolución Cubana y laconsiguiente agudización en elresto del continente americanode las alternativas de la GuerraFría, por el deterioro económi-co sufrido en la región pese alos intentos de la Alianza parael Progreso para revertirlo y,finalmente, por el surgimiento delas naciones afroasiáticas con sustendencias tercermundistas.En este período los estratosmedios dieron el tono a la vidapolítica, económica y culturaldel país.Silvia: “En tren de vivenciasinfantiles, yo estaba muy pre-ocupada por la caída dePerón, no podía imaginarmeuna Argentina sin él, porque yonací en el 45.”Lucía: “Para nosotros, el quePerón cayera era bueno, por-

que en ese momento el país seestaba derrumbando. En esemomento ya no era una demo-cracia, sino una dictadura.Uno no vivía tranquilo. Estábien, tendrían que haber deja-do que se cayera solo, pero esono iba a pasar... La gente noaguantaba más.”El 20 de septiembre Perón serefugió en la embajada del Pa-raguay y tres días más tarde elgeneral Lonardi se presentó enBuenos Aires como presidenteprovisional de la Nación.Clara: “El día que llegóLonardi estuvimos en elaeroparque. Fue el gusto deestar porque llegaba alguienque para nosotros, en ese mo-mento, era muy importante.Ese día nos pusimos el distinti-vo de ‘Cristo vence’, que es ‘V’de la victoria y una cruz. Poreso nosotros decimos que losperonistas nos copiaron.”Mariluz: “Una de las cosas queme llamaron la atención con la‘Libertadora’ fue ver a la genteque era delegada de fábricallorando, mientras se festejabaen la calle Santa Fe. Ahí yohago mi catarsis...”Con las nuevas autoridades–Aramburu–, comienza unaetapa en que el designio dedesperonizar al país remplazóal lema inicial “ni vencedoresni vencidos” de Lonardi. Para-lelamente con el cambio presi-dencial se agudiza la represión,llevándose a la práctica lapromulgación de decretos-leyescomo el 4161, que desautorizatoda actividad peronista.Cristina: “A partir de ese mo-mento, en casa hubo una espe-cie de ‘pacto de silencio’ y du-rante muchos años no se hablóde política. Ni siquiera los ni-ños lo hicimos, mi hermanamenor, María Eva, durantemuchos años se avergonzó desu nombre.”En febrero de 1958, Frondizigana las elecciones presidencia-les, tras la recomendación dePerón a sus seguidores paraque le dieran su apoyo en las

urnas. Precisamente, éste seráel nudo de los problemas quedeberá enfrentar el nuevo pre-sidente: la situación delperonismo, al que vanamenteintentó captar, neutralizar odividir y cuya presencia masivaen las urnas, en marzo del 62,le asestó el golpe final.Alejandra: “Los antiperonistasasociaban a Batista con Peróny por eso apoyaban a Fidel.”Cristina: “Mamá tenía unaamiga terriblemente gorila, defamilia de marinos, que estabamuy emocionada porque habíavisto a Fidel desde un balcónde la Avenida Santa Fe, cuan-do éste vino a Buenos Aires enel invierno del 59, y decía: ‘lovi, lo vi al libertador de Améri-ca’. Claro, esto era antes deque Fidel se declarara marxis-ta y rompiera con EEUU.Tiempo después se refería aFidel como ‘ese asesino comu-nista’.”Por otro lado, a poco de asu-mir el poder, entre julio y agos-to del 58, comienzan las “bata-llas”. La primera fue la delpetróleo, que se desató debidoal anuncio de varios contratoscon empresas petroleras norte-americanas con el propósito delograr el autoabastecimiento dehidrocarburos.De esta manera, grandes zonasde la Patagonia se beneficiaroncon una extaordinaria afluen-cia de capital y de técnicos ex-tranjeros, y el dinero corrió atorrentes, dando un aire de farwest a esas lejanas regiones.Margarita: “En la época delboom petrolero en la Patagonia,vinieron muchos texanos que secreían dueños de todo. Sealcoholizaban y hacían alardede riqueza, por ejemplo, si lamesa se movía, con un poco dedólares la nivelaban.”La segunda “batalla” aparecióen los ámbitos estudiantiles yuniversitario, se trataba de lareglamentación del artículo 28heredado de la “Libertadora”que reglamentaba la creaciónde universidades privadas.Juan: “Yo en aquella época es-taba en primer año. Para mí fue

todo una diversión. Aprovecha-ba para ratearme. Después demucho tiempo entendí el signifi-cado de ‘laica y libre’, pero enese momento representaba unafarra.”La tercera “batalla”, por lamoneda sana, fue auspiciadapor Alsogaray. Ante el agrava-miento del proceso inflaciona-rio y una crisis en la balanza depago, Frondizi firmó un acuer-do con el FMI, que contenía unplan de reajuste económico ypoco después el presidenteanunciaba un programa deausteridad y estabilización fi-nanciera. De esta etapa esilustrativa la recomendación deAlsogaray de ajustarse para“pasar el invierno”.Juan: “Bueno, muchachos, esteinvierno yo me hago un traje me-nos y ustedes se toman una bo-tella de vino menos.”A partir del derrocamiento deFrondizi, el poder se encontra-ba entre los hombres de armas.Finalmente le tocó a Guido,vicepresidente del Senado, asu-mir el PEN.El gobierno de Guido estuvosignado por una casi ininte-rrumpida crisis política y mili-tar. Hasta que dos sectores delEjército, azules y colorados, seenfrentan en el mes de septiem-bre de 1962.Jorge: “Esta lucha palaciega, lade azules y colorados, era cosade ellos, y nosotros lo veíamosdesde la vereda de enfrente.”Illia llega al poder con laproscripción del peronismo ycon sólo el 25% de los votos.En sus casi tres años de ges-tión, Illia intentó un gobiernode defensa de la soberanía ytrató de frenar el avance de

La Tacuara

lelia: "Te puedo contar una anécdota que le pasó a mimarido. Mi marido es extranjero. Vino de 16 o 17 años a BuenosAires, en el 58. Y se junta con los chicos de mi barrio que era a lavuelta de mi casa. Entonces esos chicos lo llevan una primave-ra... En esa época los muchachos le daban una flor a las chicasque pasaban, en el 58 o 59. Y encuentran una barra de chicos,pasa otra barra y empiezan como a insultarlos. Una de las per-sonas de la otra cuadra le dice: 'mirá que yo soy de Tacuara' ymi marido, extranjero, que apenas hablaba castellano, le dice 'sivos sos de esta cuadra o no sos de esta cuadra a mí no me impor-ta' y le dio una trompada... Era tacuara, no 'esta cuadra'."

C

Al lanamientosen la época de Frondizi

aría Teresa: "Mi tía la peronista tuvo 27 allanamientosen su casa. El último fue en la época de Frondizi. La otra seenojaba y la puteaba a la hermana. Estuvo presa, inclusive, acáen la cárcel de mujeres de la calle Humberto Primo. Yo meacuerdo de eso, porque tenía una hija y cuando llamaba la por-tera y avisaba que había que pasar a buscar a la nena era por-que la habían allanado a mi tía y se habían llevado en cana a lamamá y al papá y había que ir a buscar a la nena. Por esascosas mi familia fue sumamente politizada."

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Derrocamiento de Illia

arlos: "A mí un hecho histórico que me quedó pero muygrabado fue el derrocamiento de Illia, para toda la vida mequedó... Como una injusticia... una gran injusticia.Me sentí muy mal, incluso me descompuse, yo lo había votado ycreo que fue una de las mayores injusticias que se han cometi-do... Yo cuando vi las fotos al otro día, cuando el coronel, toda-vía en ese momento era coronel Alsogaray lo saca de la oreja, tejuro que tuve intenciones de hacerme guerrillero. Me sentí impo-tente...Illia le dijo a Alsogaray usted es un vulgar facineroso..."

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El gas

Para mí el mayoravance es el gas, porquenosotros cocinábamos concocina a querosén... queahumaba, era terrible, eraun trabajo enorme. Cuandovino el gas para mí fue lomejor porque era limpio.Me acuerdo que había quehacer colas para elquerosén porque escaseabay había que estar toda lanoche. Yo el gas lo tuve en el60, cuando vino al barrio locolocamos, vino después delas cloacas, nosotros lascloacas las hicimos en micasa en el 55."

“...

las multinacionales. Pero laoposición creará una imagende inmovilismo para desacre-ditar su figura.Juan: “Cuando echaron a Illiade la Casa de Gobierno fue pa-tético; mientras a otros presi-dentes los metían presos, él sa-lió por la puerta del costadocon un adorno en la mano conlas banderitas de las nacionesamericanas. Fue una de la imá-genes más patéticas que he vis-to en mi vida. Illia fue un pró-cer de la honestidad.”

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Período 1966-1976"Utopías y revolución entre golpe y golpe"

La dictadura de Onganía (28/6/1966) se inició con falsas expectati-vas por parte de algunos sectoressindicales peronistas, dado el ori-gen “azul” del general.Pronto se hizo evidente que laspolíticas del Estado no iban a be-neficiar a ningún sector popularsino todo lo contrario.Juan Carlos Onganía se rodeó desectores católicos tradicionalistas yrápidamente implementó políticasculturales y educativas de carácterrepresivo.Atacó en primera instancia a laUniversidad; exactamente un mesdespués de tomar el poder las fuer-zas policiales irrumpieron violen-tamente en los claustros universita-rios.La noche del 29 de julio de 1966 seconoce desde entonces como “Lanoche de los bastones largos”.Susana: “...Yo tenía 21 años y esta-ba en la carrera de Letras, allá enla cueva de Independencia, meacuerdo que yo mucho no entendíade política... pero había un lío bár-baro... sacábamos los bancos a laAvenida y ahí se daba clase... esanoche yo estaba en la facultad, enclase y de golpe se empezaron a es-cuchar gritos y ruidos fuertes y sevenía la policía con unos cosos comogarrotes y le daban a cualquiera...yo salí corriendo y llorando y casime descompuse por los gases¿vio?...” Mientras el gobierno trataba deimponer líneas de acción política yeconómicas cada vez más rígidas,al punto tal que la dictadura de laautodenominada “RevoluciónArgentina” puede considerarse unensayo general de la que despuésfue conocida como “el proceso”, lasociedad asumía prácticas máslibertarias.Los profundos cambios socio-cul-turales y políticos que se daban enla sociedad trastocaban todos losórdenes: costumbres, modas, valo-res, prácticas políticas y religiosas,sexualidad, creaciones artísticas,

de tal manera que la impronta deeste período fue una bisagra en elsiglo.Beatriz: “Las polleras largas,descalzas, sandalias, los pelosllenos de flores, no haga la guerra,haga el amor... Ahora uno cuandolos ve a Lennon con la Yoko Ono,ahora me parece encantador...”José: “...Mi hermano, en el año 70se fue a El Bolsón, con una mina yandaba en eso, aunque despuéspudo salir... él fumaba, y aunquenunca me lo dijo me parece quetambién se daba... pero bueno,allá se hizo como una granjita y searreglaba con eso y algunascositas que hacía en cuero y lasvendía... él era de los que decíanque la paz, las flores y todo eso...había muchos, aunque muchoseran puro espamento porquecuando les iba mal le iban a llorara los viejos...”Rosa: “...Por esos años, mi mari-do se pudo comprar uncamioncito, parte al contado y elresto a pagar y tenía bastantetrabajo llevando repuestos desdelos talleres de acá de Soldati paralas fábricas de autos... y como nohabía mucha inflación las cosasandaban bastante bien...”Ana: “...Mi hija me tenía loca conla música y esos cantantes nuevos...ponía la música a todo lo que da yyo me peleaba con ella... ademásdale con la minifalda... a mí me pa-recía una indecencia... y pensar queahora...”Alicia: “La diferencia con mi herma-na en nuestras adolescencias fueabismal, y nos llevábamos 5 años.Mi hermana no podía salir sola, yoiba de acompañante tanto a losasaltos o a los tés danzantes comose usaba decir en esa época. Yosalía sola o con la barra 5 añosdespués, iba a las confiterías abailar y con 18 años ya empecé atrabajar. En los 60 fue el grancambio, estaban los Beatles. Laminifalda... una amiga mía... con-fieso que me hacía sentir un poco

de vergüenza. Yo era secretaria delgerente de Marketing y ella delgerente general; a veces salíamosjuntas al cine o a pasear; ella sehabía cortado el pelo a loFrançoise Sagan y con su minifal-da y las medias caladas y fuimos alcine. La gente la miraba y yo mesentía como sapo de otro pozo.Encima vivía sola. Era de van-guardia en el año 67/68.Volviendo a las diferencias con mihermana tuvo que presentar alnovio, pedía permiso para salir, elnovio venía solamente 3 veces porsemana a la casa, pedir la mano y5 años después yo no pedí ni per-miso, ni mano ¡ni nada!”Mary: “Los años sesenta,culturalmente, para los que tenía-mos entre diciocho y veinte años,los años 60 fueron bárbaros. Fuetodo, todo... un cambio en el tea-tro, en la música, había tantacreatividad... Todos los movimien-tos, acá y en el mundo, pero acá senotó... El under, los happennings”.Patricia: “Yo estaba casada, con doshijos, pero a mí los Beatles me fasci-naron, estaba el movimiento tercer-mundista, el Papa permitió que lagente tuviera relaciones sexuales,porque la sociedad lo superó no por-que él fuera progresista.Eso fue un hito, fue increíble, per-mitió que las parejas tuvieranrelaciones sexuales sin tener hijoscon el método ese que podía sertres días antes o tres días despuésde la menstruación.Un método que era como la ruletarusa... Después salieron las pasti-llas anticonceptivas.”Las series nuevas (acá) como LosIntocables o Misión Imposible eranmotivo de charlas cotidianas ydevociones conflictivas a la hora dedirimir quién tenía derecho a po-ner el programa de su preferencia.Las radios portátiles inundaron elmercado y todos los varones anda-ban prendidos a las “Spica” escu-chando los partidos de Boca, Rivero el glorioso “Equipo de José”, elsorprendente y milagroso RacingClub de Avellaneda.En el politizado clima de la clasemedia urbana impactó la muertedel “Che” Guevara en 1967.Horacio: “...Yo estaba ligado a la“fede” (la Federación Juvenil Co-munista) y me acuerdo que todos dis-cutíamos mucho sobre la revolucióncubana y cuando lo mataron al Che,yo me puse mal... me dio una bron-ca... a mí en esa época me gustabael Che y lo que simbolizaba...”Las rebeliones estudiantiles de ladécada del 60 impactaban en laconciencia de los universitariosargentinos, así como las consignasy propuestas del Mayo Francés.Mientras la clase media urbanaconstruía su proyecto y trataba de

hacer realidad sus deseos, los sec-tores populares esperaban el retor-no del general.Los antiguos militantes de la resis-tencia peronista asistían entreasombrados y desconfiados a lairrupción de los muchachos queempezaban a hablar de “socialis-mo nacional”, del carácter “ pro-fundamente revolucionario delperonismo” y de la posibilidad de“concientizar a las masas paratomar el poder”.Juan: “...Y trabajo había... yo cor-taba cuero, soy cortador y la ver-dad que había trabajo... aunquecomparado con ahora que no haynada, cualquier época fue buena...y a mí mucho de eso no me conven-cía... aunque cuando fue lo de Cór-doba, a mí me pareció bien, porqueno estaba bien que gobernaran losmilicos...”Pocos meses después de que eldenominado “Cordobazo” precipi-tara la caída de Onganía y el iniciode una retirada prudente de losmilitares hacia los cuarteles, losargentinos, como los hombres detodas las latitudes asistíanlitúrgicamente a las pisadas deArmstrong en la Luna.Ana: “... Ay, a mí me agarró una

cosa cuando vi a los astronautaspisar la Luna, parecía mentiraque se hubiera llegado hasta ahí...aunque no me gustó que ellos pu-sieran su bandera, porque bueno,está bien, ellos llegaron primeropero era una cosa tan importantepara toda la humanidad que notendrían que haber puesto la ban-dera yanqui... es como una faltade respeto...”La irrupción de los grupos arma-dos como Montoneros y el ERP,impactó fuertemente en la socie-dad. Dos hechos marcan estairrupción: la muerte del generalAramburu en 1970 y la masacre deTrelew en 1972, en la que unaveintena de prisioneros políticosfueron muertos en la prisión porfuerzas de la Marina.Juan: “... A mí lo que hacían lossubversivos no me parecía bien,porque eso de asaltar bancos osecuestrar gente está mal, con laviolencia no se llega a ningúnlado... aunque el gobierno de losmilicos también tenía lo suyo...”Rosa: “...Yo trabajaba en la Mu-nicipalidad, y no nos molestaban,que yo sepa ahí de mi oficina nadiese metió en nada raro, pero había

La muerte de Perón

osa: "... Mire, que Dios me perdone, pero ese día yo mealegré... en mi casa erámos muy antiperonistas... con decirleque el día que volvió Perón a la Argentina mi papá dijo que eraun día de duelo... de desgracia... y nosotros lo sentimos así..."

José: "Ese día yo iba para mi casa a almorzar y cuando voyllegando veo una mujer sentada en una especie de tapia bajita ylloraba mal, así como ahogada y yo me arrimé y le pregunté porqué lloraba y me dijo: 'Se murió, se murió Perón, y ahora quévamos a hacer...' Era una mujer humilde..."

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que tener cuidado con lo que sehablaba... pero en esos años yoestaba más dedicada a mi casa y alos chicos... por suerte nos pudi-mos comprar televisor y un combi-nado Winco, que era buenísimopara pasar música, los longplay,como le decíamos...”Susana: “...Yo entré a trabajar enla Municipalidad de Morón en 1972,por un conocido de mi hermano...entré al museo municipal... ahí te-nía un compañero, que andaba eneso del sindicato y era muy bueno...por él conocí a un muchacho que erakinesiólogo, que después me enteréera del partido de Coral, el PST, yél venía al museo y nos hablaba depolítica y además se puso de noviocon una compañera mía, y creo quelos dos se dedicaban a la política.Después a mí me trasladaron a la

Dirección de Inspección General yya no los veía. Supe que despuésAndrea desapareció y el muchachofue preso...”El 17 de noviembre de 1972,Perón volvió a la Argentina des-pués de un largo exilio. Los tiem-pos políticos se aceleraron y losconflictos sociales se agudizaron.El 11 de marzo de 1973,Cámpora, candidato peronistaganó las elecciones presidencia-les y con él accedieron a posi-ciones de poder los sectoresmás radicalizados delperonismo.Se incrementaron las huelgas ytomas de fábricas, así como laactividad de algunos gruposarmados.El 20 de junio de 1973, se esperabael retorno triunfal de Perón y se

iguel: "En el 73 yo formaba parte de un grupo que em-pujaba. Era de izquierda, ni Montoneros ni ERP. Nosotros y lagente pensábamos que se podía cambiar, que para la Argentinahabía llegado un momento de cambio y que lo podíamos hacer."

Mcitó a una gigantesca manifestaciónen los campos de Ezeiza. Allí tuvolugar una verdadera batalla cam-pal entre la derecha y la izquierdadel movimiento peronista.José: “...Yo fui a Ezeiza, aunque noera peronista, pero fui con un gru-po de muchachos del laburo... fueun quilombo. Se sentían tiros y yome tiré en el pasto y me quedé ahíno sé cuánto tiempo... pero yo vicómo sacaban armas de una ambu-lancia que estaba como a 20 metrosy pensé: ‘uy de ésta no me salvo’... alos muchachos que habían ido con-migo no les pasó nada pero ese díahubo muchos muertos...”Juan: “...En ese año todo el mundohablaba de política y se veía quehabía mucha juventud metida eneso... Yo pensaba que Perón era elúnico que podía calmar un poco lascosas, y parece que mucha gentepensó lo mismo porque después lovotó todo el mundo...”En las elecciones del 23 de setiem-bre de 1973, la fórmula Perón-Perón obtuvo el 61% de los votos yasumió el poder el 12 de octubre.La situación política se aquietóaunque se inició la ruptura entrePerón y el ala izquierda de su mo-vimiento que culminó en la Plazade Mayo el 1 de mayo de 1974.“...Yo fui con los ‘Montos’ ese día yme acuerdo que le gritábamos: ¡Quépasa general que está lleno de gori-las el gobierno nacional!, y la chi-flábamos a Isabelita y al brujo... y

Período 1976-1983"Nunca una ilusión

fue tan brutalmente desmentida"

Entre 1976 y 1983 el país soportóla peor dictadura de su historia.30.000 desaparecidos, 10.000 pre-sos políticos, miles de exiliados,apropiación de menores, violacio-nes a los derechos humanos sólocomparables con las acontecidasdurante el genocidio nazi. En esemarco, cuando se hablaba delperíodo, el dolor se convertía enun visitante cotidiano.

Silvia: "Bueno, acá tenés la histo-ria del barrio. Mi hermano desa-pareció. Mi hermano sigue siendoPablito. Tenía 20 años cuandodesapareció y nosotros no nostuvimos que ir, nunca vinieron acasa. Y bueno, no lo buscaban ami hermano, sino a la novia, perobueno. Éste fue el primer barrioque juntó firmas con el documentoy todo en esa época, que era el 77,

la peor época. Chicos de la edadde mi hermano juntaron 500 fir-mas, entre vecinos y todo."Mary: "Cuando estaba el Mundialentraron a mi casa los militares, sellevaron a mi hermano, rompierontoda mi casa... Y mi hermano,simplemente, porque figuraba enuna agenda...Tal es así que mihermano apareció a los diezdías... destrozado. Lo tiraron, lodejaron, después que robaron...¡Lo dejaron porque era un pere-jil!, ¡Porque era un perejil, simple-mente... porque no habíanada...!"La censura a la prensa y la repre-sión cotidiana se encargaron dedisciplinar la vida de los argentinosmientras el Plan económico delministro Martínez de Hoz genera-ba una deuda externa exorbitantee impulsaba una salvaje concen-tración económica en favor de las

grandes empresas.En general, la población se adaptóa los tiempos del orden. Entre1976 y 1979 las Madres de Plazade Mayo y otros organismos dederechos humanos fueron prácti-camente la única oposición al "Pro-ceso de Reorganización Nacional".Muchos testimonios manifestaroncierta "vergüenza" o culpa, por laactitud pasiva que adoptaron antela represión:María Esther: "A mí me lo decían,venía mi hija que trabajaba en elconsultorio de un médico y me lodecía. Y yo le contesté como con-testó todo el mundo: '-Algo habránhecho, no lo creo. Vos me estáshablando de los campos de con-centración de Alemania... -Mamáte estoy hablando de acá, torturan

a la gente... -No lo creo'. Es el díade hoy que me lo echa en cara."Olga: "Cuando es el Mundial del78, me acuerdo que vamos aEsquel, donde estaba mi suegravimos justo a un matrimonio queestaba viviendo en Suecia. Lospasamos a saludar porque losconocíamos de la época de estu-diantes y nos cuentan que en latelevisión, en Suecia, pasabanunos avisos que pedían que novinieran, que había campos deconcentración, incluso describíancómo estaban hechos, tipo camposde concentración nazis, etc. Noso-tros escuchamos eso. Pero asícomo lo escuchamos, mi marido yyo lo borramos. Como estructuramental te estoy diciendo. Y te quie-ro decir que nosotros no estuvimoscon los ojos cerrados en ningúnmomento, porque podía ser queestuvieras en un determinado nivelque no te interesara, ni nada. No,todo lo contrario. Estuvimos meti-dos en más de una. Pero lo borra-mos. ¡Lo borramos absolutamen-te! No es que no les creímos, loborramos. Cuando después toma-mos conciencia no te puedo decir elespanto, lo mal que nos sentimoscon todo eso, porque era gente enla que confiábamos absolutamen-te."Se trata de uno de los momentoshistóricos en el que se nota conmayor fuerza la presencia del Es-

Computadora

oord: "-¿Cómo fue la experiencia cuando le pusieron enel trabajo la computadora?Carlos: -Mal... me faltaban cuatro años para jubilarme, a esaaltura del partido ya estás saturado, ya está hecho... uno quieretransmitir experiencia pero no recibirla. Además ya venía malbarajado en esos temas, a tener novedades con muchos años detrabajo. Yo he pasado, yo entré en una empresa nacional, lacompraron los italianos y tuve que estudiar idioma, la compra-ron los americanos y tuve que estudiar inglés. Todo eso a edadesde 40 años. Yo a los 40 años empecé a estudiar inglés.El hecho es que no daban tiempo, vos estabas estudiando inglés yvenía un yanki y te pedía información. Entonces vos llegabas atu casa transpirando como un loco.Y después llegó la computadora y cuando la vi, la quería tirar.Hice un curso también y me banqué lo que pude. Ahora quierohacer otro curso pero porque quiero enseñar a mis nietos."

C

Perón se calentó y nos trató de im-berbes y estúpidos y nosotros le de-jamos la plaza vacía... yo no podíaentender por qué Perón nos trata-ba así y la excusa del cerco quenos bajaban desde la conducciónde la ‘orga’ no me convencía...”El 1 de julio de 1974 murió Peróny asume su esposa y vicepresidentaMaría Estela Martínez de Perón.En la etapa presidencial de IsabelPerón se destacó junto con la sen-sación de desgobierno, el llamado“Rodrigazo”, por las medidas deshock económico tomadas por elministro Celestino Rodrigo, básica-mente una devaluación del pesofrente al dólar del 160 %.Rosa: “... Uy... sí, me acuerdo delRodrigazo... pero a nosotros nossalvó... mi marido hacía seis mesesque había comprado un camión yme acuerdo que tres meses des-pués la cuota que tenía que pa-gar era una risa... pero tambiénsé de gente a la que le debían pla-ta que se fundió, que la dejómal...”Juan: “...Fue un desastre, nosdaban aumento a cada rato yuno ya no sabía lo que valíanlas cosas... menos mal que se

fue el brujo ese, que era sinies-tro... a mí no me hizo nada elrodrigazo porque yo no debíanada pero sé de gente que sesalvó, porque las cuotas eranuna risa...”El deterioro del poder políticode la presidenta fue en aumen-to y los constantes cambios deministros y las negociacionesentre los partidos políticos, noacertaron a frenar el golpe mi-litar que se venía gestando.Algunos sectores de la sociedadestaban hartos del desordenreinante y porque no se avizo-raba la posibilidad de resolver-lo.Ana: “Y... cuando cayó Isabelitaa mí me pareció bien, porque ha-bía mucho lío, tiros, bombas, se-cuestros... no se podía vivirtranquilo... y yo pensaba que losmilitares por lo menos iban a po-ner orden... quién se iba a ima-ginar lo que pasó después...”Esta etapa está marcada porlas cuestiones políticas y losconflictos sociales. Los aspectosde la vida cotidiana pasan a unsegundo plano en la memoriadel imaginario colectivo.

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tado en la vida de la gente. Repri-miendo, ordenando, prohibiendo,quitando, prácticamente ningúnaspecto de la vida cotidiana quedóal margen del accionar represivo.Enrique (trabajador de SEGBA):"Sacaron el busto de Perón y deEvita. El interventor militar eraAgosti, de la Marina. Yo estaba enel edificio Volta, en Diagonal Nortey Esmeralda. Tuvo la delicadezade dirigirse a los delegados y decir-les: 'El monumento o lo sacan uste-des y lo guardan en sus casas y loadoran en sus casas o si no van avenir con una soga y lo van aarrastrar por la calle'. Gracias,gracias señor, lo llevamos al sótanocon los bombos, con los carteles,con todas las cosas con las quesalíamos a la calle y lo guardamos.La primera medida que tomaronfue cortar el horario. Nosotrossindicalmente habíamos consegui-do trabajar de corrido siete horascon doce minutos. Doce minutospara tomar el refrigerio. Paraconseguir eso habíamos perdido loscomedores. Antes trabajábamoscuatro y cuatro y los sábados,renunciamos al comedor y obtuvi-mos las siete horas con doce minu-tos. La compañía se desprendió delas cocinas, las compras, el mozo,el cajero, el cocinero, el peón...Fue un negocio para la empresa.Las perdimos con los militares.Volvimos a trabajar ocho horas omás, porque si estábamos a puntode cerrar y venía un malón degente la teníamos que atender."

Patricia: "A mi hija le prohibieroncantar La Marsellesa. Ella teníafrancés, iba al Normal 3 y le pro-hibieron cantar La Marsellesaporque lo vivían como un desafío,pero nada que ver las chicas..."Enrique: "-Y para la época delMundial ¿qué le hicieron a lostaximetreros? Camisas celestes,corbata azul y todos los taxis ne-gros y amarillos, amarillos todoigual, no más clarito ni más oscu-ro...”Mary: "-Y te acordás cómo para-ban ese mes los colectivos, québien... nunca te iban a pasar lige-ro por un charco y ensuciarte..."Patricia: "-'Sírvase descender poratrás si el pasaje así lo permite',tenían ese cartel."Mary: "-Era la época de 'Somosderechos y humanos'."Mary: "Cacciatore había decididohacer una transformación en Bue-nos Aires, entonces se aparecía enlos hospitales a las tres de la ma-ñana con su séquito y si no estabanlos médicos que tenían que estar enese momento... los que están deguardia estaban durmiendo losrajaba. Se aparecía en las escue-las a cualquier hora y tenía queestar el profesor dando clase...suponéte tenía que estar en unlugar, no estaba ahí, estaba a cin-co metros y lo echaba. Fuefamosísimo Cacciatore por esascosas. Como buen milico, comobuen autoritario... Y no admitíaexcusas. Porque él decidió sanear.No fue solamente por las autopis-tas."Casi no aparecieron defensores dela dictadura. Probablemente, lacondena social provoca ciertainhibición entre sus simpatizantes.Así y todo, hubo quienes desde el"apoliticismo" dejaron entreveralgunas coincidencias ideológicas

con el "Proceso":Vicente: "-Ustedes saben que noso-tros teníamos la villa acá?"Coord: -¿Adónde?V: "-Acá. En Honduras y Dorrego,detrás de donde yo le digo queestaba Minetti, ahí había una villacon 2.800 casuchas. No entraba nila policía. Le digo más, ésta era lacasucha y el tren pasaba acá, acánomás. Se asomaba alguno y learrancaba la cabeza.Y eso, le digo la fecha exacta decuándo los sacaron. A esa gente lasacaron; el 26 de enero del 79sacaron a los últimos. Porque elintendente de esa época, que eraCacciatore, le dio plazo hasta el 31de marzo de ese año. Entoncesiban sacando e iban destruyendo,iban sacando e iban destruyendo.El 26 de enero sacaron a los últi-mos."Coord: -¿Y desde cuándo estaba lavilla ahí?V: "-Y estuvo un montón de años,un montón de años.La única calle que se podía pasarera Zapiola, con las dificultadesdel caso, porque del otro ladotambién era villa. Había villa so-bre unos terrenos donde hay pla-zas ahora y llegaba hasta NicetoVega, que del otro lado es ÁlvarezThomas.Y era... bravo de pasar. Si no sepodía pasar... Usted quería pasarpor Zapiola y de acuerdo al cocheque usted tenía lo podían ape-drear. Y no hace mucho. Hace 18años, la sacaron en el 79, esta-mos en el 77 (sic)... Era unacosa espantosa. Cacciatore ledio plazo."Coord: -¿Tiene idea de dóndefue a parar la gente?V: "-Al 30% le dieron porque el70% tenía en dónde ubicarse.Adentro tenían sala de primerosauxilios, tenía todo, que le man-daba la Municipalidad. Adentrotenían una oficina de la Munici-palidad que había hecho un cen-so para que no se siguieranagregando. Al pobre pibe queestaba ahí se le venían a meter...Hasta que vino Cacciatore y lossacó... sino ¿quién los saca?"A partir de 1981 el desgaste co-menzó a carcomer los cimientosde la dictadura. En marzo de1982 la CGT organizó la primeraprotesta masiva. Fue duramente

Venida del Papa

Pedí el día en el banco y me quedé. Me paré arriba deuna sillita, estaba todo a lo largo de Rivadavia, era una fiesta,la primera vez que pisaba un Papa la Argentina, era una multi-tud en todos lados, me subí a una sillita y le saqué una foto. Enuna se ve un puntito y en la otra se ve el papamóvil, pero yo veola foto del puntito, la guar-dé, porque para mí eso eraalgo... era la foto que yosaqué ese día que estuve ahí.El Papa pasaba por Ciuda-dela, no por Avenida deMayo o 9 de Julio, por Ciu-dadela, ¡¡por mi casa!!"

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reprimida.La Guerra de Malvinas, iniciadatres días más tarde, significó unaverdadera huida hacia delante.Rosa: "Yo trabajaba en la Munici-palidad y lo que hicimos fue juntarcosas para mandar... pero meacuerdo que antes... tres o cuatrodías antes de Malvinas hubo unamanifestación y repartieron palosa lo lindo. Me acuerdo que mi jefeno nos dejó salir... Y yo veía cómole pegaban a la gente y los carga-ban en los celulares... hasta quealguien dijo 'cierren todo que acáligamos todos...' y a mí me tuvie-ron que parar porque yo queríasalir a encarar a los canas. Alrato les dije que mi marido meiba a venir a buscar por Inde-pendencia y entonces salí conuna compañera... Y ni bien sali-mos se me viene un cana y dice'circulen, circulen', pero a losgritos, de muy mala manera. Yyo me planté y le dije 'ma quecirculen...' y la otra metironeaba y me decía 'vamos quenos matan'.Yo tenía una indignación... Lle-gamos a Independencia y ahíjusto había una comisaría. Yo nopodía creer la gente que salía deadentro de ese celular... estabanmetidos a presión... era unacosa..."Margarita: "-Ponían un escudoen la televisión y daban los co-municados, que era constante yque decían todo lo que derribá-bamos, y mucha gente creíaeso..."Olga: "-Yo, al principio, medioque me la creía. Mi ex maridodecía: 'Yo a éste, a Costa

Méndez, no le creo ni que esrengo'. Y yo, no es que creyeratotalmente, pero... una cosa deduda... Una cosa, manejadapor la información...Lidia: "-Y aparte los deseos queuna tenía..."Olga: "-Si las Malvinas son ar-gentinas..."Lidia: "-No sólo las Malvinas sonargentinas, sino los pibes. Unodeseaba que todo eso que le con-taban fuera cierto. Que íbamosganando y todo eso... Porque loque vino después fue tan terri-ble..."Margarita: "-Nosotros lo vimosen el hospital. Quienes habíansido operados por los inglesesestaban perfectos, los demás..."Olga: "-Además allá en el sur nosbombardeaban como si fuera latercera invasión inglesa, lossimulacros, todo eso..."Coord: -¿Cómo eran los simula-cros?Olga: "-Una cosa que siemprecuento es la práctica de oscure-cimiento. Te explicaban todo.Con diarios, de arriba abajo. Ymi marido que miraba con unacara muy irónico, no pegó ni unpapel. Y yo hacía caso porqueno tenía idea de los adelantostécnicos... Después, cuando meenteré que había unas miras quepor el calor del cuerpo detecta-ban dónde había gente, me sentíla boluda más grande del mun-do..."La derrota militar significó el finde la veda política y el retorno ala vida democrática a través delas elecciones celebradas el 30 deoctubre de 1983.

La cercanía temporal de este período histórico haceque escribir sobre él o recordarlo involucre a

nuestro presente, con nuestras alegrías y broncascontra los gobiernos de turno.

Período 1983-1999“CON LA DEMOCRACIA SE

COME, SE CURA, SE EDUCA”

La llegada de la democracia en1983 ha significado un corte funda-mental en la historia política ysocial de nuestro país como en losacontecimientos de la vida cotidia-

na. El objetivo del nuevo gobiernoera muy claro y concreto: recons-truir el estado de derecho. Quizáese sea uno de los alcances másimportantes de la acción de gobier-

no de Raúl Alfonsín (1983-1989).Este plan de reconstrucción legalde la Argentina comenzó a versedesde los discursos electorales queacompañaron la campaña de laUCR del 83, entre el recitado delpreámbulo de la Constitución Na-cional y “con la democracia secome, se cura y se educa”. Habíaque levantar el país y un sector,consciente de lo que había ocurri-do, necesitaba creer que los nefas-tos hechos sucedidos durante ladictadura militar serían juzgados,penados y purgados. Otro sector,muy amplio por cierto, reciéncomenzaba a abrir los ojos después

de un largo sueño o adormecimien-to, entre consciente e inconsciente,que les impidió enterarse de lo queestaba pasando más allá del Mun-dial 78, de la plata dulce, del dólarbajo, de la guerra de las Malvinas

y de la obligación de salir a la callecon documentos de identidad.Mercedes: “Me acuerdo que el 30de octubre fui a votar con unaansiedad y una emoción enormes,yo vote por Alfonsín y esa noche

MalvinasYo estuve en la plaza ahí donde apareció Galtieri, que

repartían estrellitas a la gente, yo me quedé con una compañeramirando, porque creo que esascosas no hay que perdérse-las, es como que uno es pro-tagonista de la historia, por-que sino después te tenés queremitir al libro o a ver lapelícula."

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GOBIERNO DE LA CIUDAD

DE BUENOS AIRES • CULTURA

Pág. 12 BUENOS AIRES, 1 DE DICIEMBRE DE 1999 Núm. 11

Directora del Proyecto:Lic. Liliana Barela

Supervisión General:Prof. Lidia González

Coordinación General:Lic. Mercedes Miguez

Coordinadora del Programa Cultural en Barrios:Sra. Omara Barra

Coordinadores de los Talleres de Historia Oral Barriales:Dora Bordegaray (Floresta: Club Ima Sumac; Flores: C.C.RobertoArlt; Villa Lugano: C.Culturales barrio Copello y Juan C. Cas-

me quede despierta, porque nohabía encuestas a boca de urnacomo ahora, si vos ibas por laciudad lo que veías era que enfrente de las unidades básicas seestaban armando escenarios ydemás, porque era casi seguro quepodía ganar el peronismo. Meacuerdo que me quedé con unaamiga hasta la madrugada y nome animaba a ir a festejar cuandodaban las proyecciones porquequería estar segura.”Laura: “Yo en el 83 voté por pri-mera vez, tenía 23 años y una hijade 4, y hacía varios años que esta-ba casada... Yo sentía que había-mos cumplido con todo lo que lapatria nos demandaba y la patriano había cumplido con nosotrosporque nunca habíamos podidovotar... Hubo dos momentos mági-cos, uno cuando íbamos viendo loscómputos que se escribían en unapizarra... la diferencia de Alfonsínal principio era sensible y despuésse iba agrandando... creíamos queen cualquier momento se iba a darvuelta, que no podía ser, y a la vezel temor de cómo iba a gobernarun país que seguía siendoperonista... El otro momento má-gico fue la asunción, el 10 de di-ciembre, cuando salió al balcón yrecito el preámbulo... con la sensa-ción de que algo nuevo nacía...algo había cambiado y ya no ha-bía vuelta atrás, además yo estabaembarazada de mi segunda hija y

lo que sentía es que mis hijas seiban a criar en democracia, cosaque yo no conocía...”Juan: “Mis expectativas eran quevolviera el peronismo al poder porla fuerza de los votos, como siem-pre había sido, y descontaba lavictoria en el 83.”El camino de la democracia co-menzó con la reafirmación de losderechos humanos, con el trabajode la CONADEP y las Madres dela Plaza de Mayo, con el NuncaMás, y con el juicio a los militares(audiencias publicas desarrolladasentre abril y diciembre de 1985)con sentencia condenatoria. Peroesa historia no terminó allí. En elintento de reducir la cantidad decondenados y pactar con algunossectores del Ejército, el presidentedecretó la ley de Punto Final (31/12/1986) y el Congreso sancionó laley de Obediencia Debida (mayode 1987), después del levantamien-to carapintada de Semana Santa.Los dos casos significaron un pasoatrás en la lucha por los derechoshumanos que el gobierno radical sehabía planteado desde 1983. Hubotres levantamientos carapintadasmás que reclamaron el cese de loscastigos a los rebeldes del Ejército.Los líderes de ese movimiento fue-ron el coronel Seneildín y el tenien-te coronel Rico .El 2 de diciembrede 1988, una rebelión en el cuartelde Villa Marteli, encabezada porSeineldín, fue sofocada por el Esta-do Mayor. El copamiento del cuar-tel de La Tablada (enero de 1989)por parte de la agrupación de iz-quierda Movimiento Todos por laPatria también fue desarticuladopor un accionar conjunto de fuer-zas de seguridad y militares.Durante la primera presidencia deCarlos Menem (1989-1995) se apli-có una política de acercamiento alas Fuerzas Armadas cuyo pasofundamental fue el primer indulto(8/10/89) otorgado a los procesadosy condenados por violaciones a losderechos humanos, guerra deMalvinas y sublevacionescarapintadas.

El coronel Seineldín fue el cabecillade la última rebelión carapintada,su alzamiento fue sofocado portropas leales el 3 de diciembre de1990. Debido a la situación conflic-tiva de la interna del Ejército, elpresidente Menem otorgó un se-gundo indulto. En este caso losbeneficiados fueron los miembrosde las Juntas Militares y jefes gue-rrilleros como Mario Firmenich.Seineldín quedó preso debido a sureincidencia.Desde ese momento las FuerzasArmadas, comandadas por el ge-neral Balza, mantuvieron su sub-ordinación al poder constitucional.Eduardo: “Yo no sé si era necesa-rio dar los indultos a los militarespara terminar con sus amenazas ala democracia, pero cuando supela noticia me dio mucha bronca.”Respecto de la política económica,los problemas que se le presenta-ron al gobierno radical generaron,en su última etapa, un proceso dehiperinflación con gran desconten-to social, saqueos yenfrentamientos.Estela: “Fue una época muyangustiante, una cosa cambiabade precio en el mismo día, no sepodía hacer ningún tipo de cálcu-lo, los precios se disparaban per-manentemente. Parecía que eraun problema que no tenía arre-glo.”Las elecciones de 1989 fueron ga-nadas por la fórmula del PJMenem-Duhalde. Frente a la crisiseconómico-social, Alfonsín entregóel mando presidencial cinco mesesantes de lo que correspondía. Másallá de esto, nos encontrábamosante un hecho trascendente, laentrega del mando de un presiden-te constitucional a otro de signopolítico opositor, en el marco deunas elecciones limpias.El proyecto económico delmenemismo se plantea dentro delesquema neoliberal, caracterizadopor la política de privatizacionesde las empresas públicas, el plande convertibilidad (un dólar = unpeso), un Estado cada vez más

desligado de la organización socioeconómica del país y más atado alas directivas del FMI y de las em-presas monopólicas, con un alinea-miento acrítico con los EE.UU. Laconsecuencia directa de este mode-lo, que tiene como aliados a lossectores del capital concentrado ya los militantes delconservadorismo vernáculo, es elaumento del desempleo y la situa-ción critica de las necesidades bási-cas de la población: salud, educa-ción, trabajo, jubilación, etc.A pesar de esto último, y dándoleun valor superlativo a la estabili-dad conquistada, después de lareforma constitucional de 1994impulsada por el pacto de Olivos(acordado entre Menem yAlfonsín) que, entre otros puntos,incorporaba la posibilidad de re-elección, el justicialismo ganó laselecciones de 1995 con el 50% delos votós.Rosa: “El presidente Menem ganólas elecciones porque la gente lovoto... Buscan al pueblo parallegar al poder, cuando llegan ahílo que hacen es lo que le dejanhacer los que tienen el verdaderopoder, los que tienen el dinero...Llegó diciendo que iba a hacer unarevolución productiva, que iba adar trabajo a todo el mundo, queiba a abrir fábricas... las fábricasse cierran, no hay trabajo, cadavez hay menos producción, menosposibilidades.”Enrique: “No sé qué pretendíanque hiciera este hombre (CarlosMenem), le dejaron un país enllamas, con una inflación tremen-da. Quedan muchas cosas porhacer, pero no se puede negar queestamos mejor que en esos años.”El fin de siglo encuentra a nuestrasociedad marcada por valores muyopuestos a los que predominarondurante la mayor parte de la cen-turia. Es difícil creer en los políti-cos, hay falta de líderes fuertes yhonestos, la gente no cree en laspromesas electorales, los mediosmasivos de comunicación tienentanto poder como el Estado, pre-domina la idea de individualismo ybeneficio personal sobre los comu-nitarios o solidarios.Miguel: “La destrucción de lafamilia es terrible. Mi vieja medice, el concepto que ustedes tienede la familia no es el mismo, ni lafamilia es la misma que existíahace treinta años, y tengo quereconocer que tiene razón.”

tagnino); Carlos Ferrera (San Telmo: C.C.Fotunato Lacámera); LuisGarcía Conde (Saavedra: C.C.Lino Spilimbergo); Francis La Greca(Floresta: C.C. Baldomero Fernández Moreno); Laura Martino (Ba-rracas: C.C. La Usina); José Sánchez (Villa Soldati: C.C. AntonioTalerica); Susana Vega (Caballito: C.C. Sebastián Piana); VivianaVentola (La Paternal: C.C. La Paternal) y Marcela Vilela (Villa Cres-po: C.C. Villa Crespo)

Coordinadores de los Centros Culturalesdonde se realizaron los talleres:Martín Bernardós (Lugano); Marcelo Castro (Lugano); TamaraAlonso (Flores); Eglé Almada (La Paternal); Ondina Fraga (Caballi-to); Mateo Niro (San Telmo); Susana Andrián (Barracas); LuisLabraña (Floresta) y Ana Deus (Saavedra)

LENTO VIENE EL FUTUROLENTOPERO VIENECONVALECIENTE Y LENTOREMORDIDOSOBERBIOMODESTÍSIMOESE EXPERTO FUTUROQUE INVENTAMOSNOSOTROS Y EL AZARCADA VEZ MÁS NOSOTROSY MENOS EL AZAR

Mario Benedetti

El encontrarnos en las puertas deun nuevo milenio genera un sinnú-mero de reposicionamientos y unabanico muy amplio de especula-ciones en el ideario colectivo. No setrata de un año más, pareciera quees paso decisivo hacia el futuro,abandonamos el pasado y comen-zamos la construcción de una nue-va etapa. Una mezcla de zozobray magia ante el devenir y la firmesensación de abandonar un ciclo.Irma: “Va a ser tremendo, porquecualquier artículo, potiche, cuan-do se dice que es antiguo se diceque es del siglo pasado, imagináte,nosotros vamos a ser... pero decolección, de colección. Del siglopasado, del milenio pasado.”Thelma: “Decir 2000, parecía quenunca iba a llegar.”“Con la democracia se come, secura y se educa” fue una frase decampaña llena de contenido, sedefinía un sistema político comogenerador del beneficio colectivo.Con el paso del tiempo, algunossectores, la utilizaron irónicamentepara estigmatizar a su autor; hoyes un mensaje que trasciende lasdiferencias político-partidarias y setransforma en una convocatoria ala importante construcción de loposible.Que la democracia genere posibili-dades para todos los ciudadanos yles posibilite el acceso a condicio-nes dignas de vida es nuestra uto-pía para el tercer milenio. Lasutopías se transforman en realida-des cuando son asumidas por elsujeto colectivo.